EN ARMONIA CON DIOS Les hablaba la semana pasada del significado de vivir lejos de Dios, aprendimos que entre más lejos estemos de Dios, mas lejos están también nuestras bendiciones. Casi como una continuidad de ese mensaje hoy quiero hablarles de vivir en armonía con Dios y del beneficio que eso representa. Les dijo también una parábola: Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo; pues si lo hace, no solamente rompe el nuevo, sino que el remiendo sacado de él no armoniza con el viejo Lucas 5:36 definamos primero lo que significa ARMONIA: Conveniente proporción y concordancia de unas cosas con otras. Para mayor comprensión aclaremos que el verdadero significado de la palabra se refiere al arte que trata de la formación, sucesión y modulación de los acordes musicales. Conjunto de sonidos agradables al oído. Cuando en la música no hay un acomodamiento ajustado del las notas musicales, ritmos, tiempos. Lo que tendremos por resultado es un ruido molesto al oído. Cuando nosotros no manejamos una relación armoniosa con Dios, también este evangelio es incomprensible y pesado de llevar, vamos por la vida tratando de encontrarle sentido a una relación con Dios y lo único que encontramos es que se convirtió en una crisis difícil de ajustar. Porque es que nuestra canción no suena tan bien como quisiéramos? Porque es que nuestra relación con Dios no es estable? Porque nos cuesta tanto vivir un cristianismo como a lo mejor lo vivió; Juan, Pablo, Esteban, etc.? quienes no les importo mas nada que su relación con Dios y de vivir siempre en plena armonía con sus señor. miremos algunas posibles razones que no dejan que vivamos en armonía con Dios. 1...Ataduras al pasado Tal como leímos al comienzo; la escritura dice que no se debe poner remiendo viejo en ropa nueva, porque no armoniza, porque no funciona, porque es pésima idea. Cuando nos acercamos al señor, venimos a reconciliarnos con el del pasado tenebroso que hemos estado viviendo, esto entonces representa apartarse por completo de ese pasado que nos separaba de Dios, y la escritura muy celosamente nos refiere que, el que quiere acercarse a Dios debe considerar dejar su pasado por completo y vivir una vida nueva en Cristo Jesús para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios. Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías. 1 Pedro 4:2-3 No encontraremos un Dios poniéndose de acuerdo con nosotros, si nosotros no nos ponemos de acuerdo con el. Dios aborrece nuestro pasado de pecado y de ninguna manera está dispuesto a aceptarnos con ese pasado. Jamás tocaremos una canción con Dios que suene a esperanza, a promesa, a bendición, si no estamos dispuestos a dejar las cosas del pasado atrás y acercarnos a él si reservas. 2...Guerra con Dios Lo que el hombre busca más que nada es una paz interna. Mientras que algunos dirán que puede ser sustituida por el dinero, el poder, la fama o el éxito, en realidad son intentos de encontrar paz con uno mismo y con otros. déjeme decirle que la paz verdadera solo está en Dios, pero el hombre más que acercarse a Dios, esta contendiendo con él, haciéndole preguntas irracionales. Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Romanos 5:1-2 Este verso dice que por la fe que tenemos en Cristo, ya hemos sido vistos justos por Dios por lo que ahora entonces vivimos en paz con Dios, Dios no nos ve como pecadores si no como a hijos. No hay paz si no hay fe, yo debo creer en esa preciosa voluntad de Dios y vivir de acuerdo a esa voluntad si es que quiero estar de armonía con Dios. Yo debo aceptar a Jesús como el todo mío, para que Dios me vea como uno de los suyos. 3...No andar como verdaderos hijos Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos. Efesios 5:1-7 No sólo debe el cristiano imitar el amor de Dios, sino que las normas de Dios para la santidad deben ser una parte permanente de cada creyente. Entre el pueblo de Dios no debe haber en absoluto actividades tales como la fornicación, inmundicia o avaricia Pablo también amplió la ilustración en el versículo 4 para incluir la conversación del creyente. El creyente no debe participar en nada inmoral, ni hacerlo parte de su conversación. Pablo sabía que las cosas que uno dice pueden afectar su salud espiritual. El espíritu de Dios no contenderá con el del pecador, no armonizara el pecado con Dios ni los que tales pecados realizan. Vivir en armonía con Dios, es estar de acuerdo en todo lo que Dios pide, es obedecerle, es seguir su ley, es completar un nivel de crecimiento paulatino en Dios. por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro. Colosenses 1:19-23