La lucha contra la discriminación en la Unión Europea: políticas, destinatarios y gasto público The fight against discrimination in the European Union: policies, recipients and public expenditure Cristina García Nicolás Cristina.Garcia@uclm.es Universidad de Castilla-La Mancha Resumen Este trabajo tiene por objeto mostrar el grado de divergencia entre la definición de las políticas de no discriminación e igualdad de oportunidades y su puesta en práctica. Para ello consideraremos los niveles de inversión pública durante los últimos años, contrastándolos con la situación actual en la que quedan patentes los efectos tanto de la crisis económica, como de la aplicación del objetivo de reducción del déficit definido por las propias instituciones europeas. La reducción del gasto social en un contexto en el que el desempleo no ha dejado de aumentar, pone en peligro las medidas de asistencia e inclusión social, e incrementa el riesgo de discriminación de los grupos más vulnerables. La crisis económica ha puesto de manifiesto diferencias cada vez mayores entre los Estados miembros de la Unión Europea, atendiendo a las cifras socioeconómicas, políticas aplicadas y objetivos futuros. Palabras clave: Desigualdades, política social, gasto público Abstract This work is intended to show the degree of divergence between the definition of nondiscrimination policies and equal opportunities and its implementation. To do consider public investment levels in recent years contrasting with the current situation in which the effects are evident both from the economic crisis and the implementation of deficit reduction target defined by the European institutions themselves. The reduction of social spending, in a context in which unemployment has continued to rise, threatens assistance measures and social inclusion, and increases the risk of discrimination against vulnerable groups. The economic crisis has 1 highlighted growing differences between the Member States of the European Union, taking into account the socio-economic figures, policies implemented and future goals. Keywords: Inequalities, Social Policy, Public Expenditure Introducción La crisis económica y financiera que afecta a la Unión Europea desde 2007 ha puesto de manifiesto lo endeble de algunas estructuras económicas, la gran dependencia de las ayudas sociales, y las graves consecuencias del elevado déficit de los Estados miembros. Igualmente han aflorado con fuerza las diferencias –en algunos casos, profundas- entre países, regiones y ciudadanos. Las medidas de austeridad con las que los Estados miembros han pretendido – conseguido o no- atajar los efectos negativos de la crisis, han buscado tanto recortar el gasto público como aumentar los ingresos del erario público, todo ello en aras de la reducción del déficit. ¿Y qué se entiende por medidas de austeridad? Pues fundamentalmente, la reestructuración del Estado de Bienestar, el aumento de impuestos y los recortes en los beneficios sociales y en el gasto público. La Comisión Europea (European Commission, 2012a: 78) ha clasificado estas medidas en función de su efecto sobre la desigualdad. Así, encontramos que medidas como la aplicación de tipo elevados en los tramos de ingresos más altos, los subsidios, el refuerzo de la protección social, por ejemplo, con respecto a los parados de larga duración, las ventajas fiscales para los ingresos más bajos o la lucha contra la evasión de impuestos, reducen la desigualdad; mientras que los recortes en ayudas sociales, la subida de los impuestos indirectos y el recorte de gasto público en servicios como la educación y la salud incrementan la desigualdad. Esa desigualdad generada por las políticas de ajuste frena los avances realizados por las políticas contra la discriminación a partir de las Directivas europeas. Edad, origen étnico, religión y discapacidad, junto con el eje transversal del sexo, son aspectos que acentúan la desigualdad y reducen las oportunidades de acceso a servicios y recursos. Hemos dividido el trabajo en cuatro partes: la primera de ellas recoge de forma muy sucinta la evolución de los principios de igualdad y no discriminación con el objeto de situar el marco legislativo en el que se desarrollarán los programas del periodo 2007-2013, que también se mencionan en este primer apartado. En segundo lugar, nos asomaremos a las principales cifras de desempleo, pobreza y exclusión social, y desigualdad, con el fin de dibujar el retrato de la 2 sociedad europea durante la crisis económica, y confrontando leyes y normas, con realidad. En tercer lugar, mostraremos algunas de las medidas tomadas por los Estados miembros para paliar los efectos de la crisis antes vistos, así como la financiación de las mismas. Por último, las conclusiones pretenden ser una reflexión hacia el futuro en base a la Estrategia Europa 2020 y al nuevo periodo de programación 2014-2020. El trabajo se completa con bibliografía y fuentes de internet. 1 Políticas contra la discriminación La versión consolidada del Tratado de la Unión Europea incluye entre sus principios formadores (art.2) la no discriminación y la igualdad entre mujeres y hombres, y convierte la discriminación y la desigualdad en objetivos a eliminar en el artículo 3.3. Art. 2 (TUE) La Unión se fundamenta en los valores de respeto a la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías. Estos valores son comunes a los Estados miembros en una sociedad caracterizada por el pluralismo, la no discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre mujeres y hombres. Art. 3.3. (TUE) […] La Unión combatirá la exclusión social y la discriminación y fomentará la justicia y la protección sociales, la igualdad entre mujeres y hombres, la solidaridad entre las generaciones y la protección de los derechos del niño. La Unión fomentará la cohesión económica, social y territorial y la solidaridad entre los Estados miembros. […] Ambos derechos forman parte de los incluidos en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, y del Convenio Europeo para la protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales1, tal como reconoce el art. 6. Con respecto a las políticas, el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea hace referencia a los principios de no discriminación e igualdad en los artículos 8 y 10, y los pone en relación con el empleo, la protección, la educación, y la sanidad en el artículo 9. Art. 8 (antiguo artículo 3, apartado 2, TCE) 1 Su artículo 14 establece la prohibición de discriminación: El goce de los derechos y libertades reconocidos en el presente Convenio ha de ser asegurado sin distinción alguna, especialmente por razones de sexo, raza, color, lengua, religión, opiniones políticas u otras, origen nacional o social, pertenencia a una minoría nacional, fortuna, nacimiento o cualquier otra situación. 3 En todas sus acciones, la Unión se fijará el objetivo de eliminar las desigualdades entre el hombre y la mujer y promover su igualdad. Art. 9 En la definición y ejecución de sus políticas y acciones, la Unión tendrá en cuenta las exigencias relacionadas con la promoción de un nivel de empleo elevado, con la garantía de una protección social adecuada, con la lucha contra la exclusión social y con un nivel elevado de educación, formación y protección de la salud humana. Art. 10 En la definición y ejecución de sus políticas y acciones, la Unión tratará de luchar contra toda discriminación por razón de sexo, raza u origen étnico, religión o convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual. El recorrido para llegar a esta situación ha sido largo y complicado, por ello recogeremos a continuación los hitos más importantes en la definición y aplicación de los principios citados. 1.1 Los principios de no discriminación y de igualdad Por lo que respecta al principio de no discriminación, no hay duda –y así lo afirma Ordóñez Solís (1999, p. 26)- de que está vinculado al principio de igualdad, siendo la formulación del principio jurídico de igualdad muy elemental tanto en su dimensión positiva –todos somos iguales- como en su formulación negativa, que prohíbe determinados tipos de discriminación. No obstante, Pasquinucci (2002, p. 113) hace hincapié en que los términos «igualdad» y «no discriminación» no son sinónimos a pesar de que se suelan utilizar en este sentido, y de que la igualdad de trato incluya necesariamente el derecho a no ser discriminado. En realidad, afirma dicho autor, el principio de igualdad tiene un significado más amplio, y en la distinción entre «igualdad formal» e «igualdad substancial», el concepto de «discriminación» está más próximo a la primera. Por nuestra parte, y a la hora de considerar la aplicación de estos principios, estimamos que van de la mano, y que la ausencia de igualdad puede implicar a la larga una discriminación. Las siguientes Directivas hacen referencia al principio de igualdad, si bien hay que distinguir entre las que van dirigidas a asegurar la igualdad de trato, de aquellas que procuran la igualdad de oportunidades: - Directiva 75/117/CEE sobre igualdad de retribución entre los trabajadores masculinos y femeninos. 4 - Directiva 76/207/CEE se dirigía a garantizar la «igualdad de trato entre hombres y mujeres en lo que se refiere al acceso al empleo, a la formación, a la promoción profesional y a las condiciones de trabajo». Fue modificada por la Directiva 2002/73/CE, de 23 de septiembre, que “se aprueba con el objetivo de lograr un compromiso más activo de los Estados miembros en la igualdad entre hombres y mujeres, para lo cual resulta de todo punto imprescindible la claridad y el entendimiento correcto de los conceptos” (Quesada Segura, 2007, p. 62). - Directivas 79/7/CEE, 86/378/CEE, 86/613/CEE y 96/97/CE, aprobada con la finalidad de introducir el principio de igualdad de trato en materia de Seguridad Social entre hombres y mujeres, y ello, tanto en el régimen general como en los regímenes profesionales, incluida la actividad autónoma. - Directiva 97/80/CEE relativa a la carga de la prueba en los casos de discriminación por razón de sexo. - Directiva 2006/54/CE, de 5 de julio, relativa a la aplicación del principio de igualdad de oportunidades e igualdad de trato entre hombres y mujeres en asuntos de empleo y ocupación (refundición). La entrada en vigor del Tratado de Ámsterdam en 1997 supone un salto adelante en la implicación de las instituciones comunitarias en la lucha contra la discriminación, porque otorga capacidad a las mismas para desarrollar legislación europea al respecto. Se introduce un nuevo artículo 13 en el Tratado CE (actual art. 19 del TFUE), que permitía al Consejo adoptar, por unanimidad, medidas para luchar contra la discriminación por nuevas razones (aparte del sexo) que incluían el origen racial o étnico, la religión o convicciones, la edad, la discapacidad y la orientación sexual. De este Tratado derivan directamente las dos Directivas comunitarias, que protegen a toda aquella persona que sea objeto de discriminación por razón de raza u origen étnico, religión o creencias, edad, orientación sexual o discapacidad en el territorio de la UE, inclusive a aquellos que no sean ciudadanos de un Estado miembro pero que se encuentren en la UE. - Directiva 2000/43/CE (Directiva sobre igualdad racial) - Directiva 2000/78/CE (Directiva sobre igualdad en el empleo). El principio básico subyacente en las Directivas es que todos los ciudadanos deberían tener derecho a recibir un trato igualitario y justo. Y tal como ambas lo ponen claramente de manifiesto, esto es esencial para que la UE se desarrolle como “área de libertad, seguridad y justicia”. También es importante para mantener el principio paralelo de garantizar la igualdad de oportunidades y para que todas las personas disfruten de ella con objeto de realizar su potencial y 5 de lograr aquello de lo que son capaces. Tal como recuerda Quesada Segura, “ambas Directivas se caracterizan por introducir respecto a los colectivos a los que se dirigen, los conceptos y los medios de protección que ya venían aplicándose, como una materia coherente y unitaria, a la igualdad entre mujeres y hombres” (Quesada Segura, 2007, p. 60). Correa Carrasco (2007, p. 86) recuerda que la formulación al más alto nivel de las distintas dimensiones del principio de igualdad y no discriminación sirvió para adoptar sucesivamente las normas comunitarias del Derecho derivado. Un ejemplo de ello sería la Directiva 2000/78/CE, que sirvió de “marco para el establecimiento de un Programa de Acción Comunitaria para la lucha contra la discriminación (2001-2006), cuyo fruto más relevante ha sido la Directiva 2006/54/CE sobre igualdad de sexos, que trata de recoger y sintetizar el acervo comunitario sobre la materia, resultado de la evolución aplicativa de los anteriores marcos normativos”. Posteriormente, la presentación del Libro Verde sobre igualdad y no discriminación en la Unión Europea ampliada COM (2004) 379 final., completaría el marco jurídico comunitario ampliado a la Europa central y oriental. Sus principios son también importantes si se quieren alcanzar los objetivos más amplios de la UE, los que se plantearon entonces con la Estrategia de Lisboa y los que se han fijado en la actualidad a través de la Estrategia Europa 2020. Añadimos en este apartado una referencia a la Agenda Social Renovada, que –enlazando con la Estrategia de Lisboa renovada, la Estrategia de Desarrollo Sostenible de la Unión Europea y el Mercado Único- recoge algunos de los principales cambios y desarrollos demográficos y sociales, que han tomado una nueva perspectiva en el contexto de crisis económica, y que enlazan con las cuestiones que trataremos en el apartado 2. Estos aspectos son los siguientes: a) la frágil situación de las generaciones más jóvenes; b) la necesidad de adaptación y formación a las nuevas exigencias del mercado laboral; c) el envejecimiento de la población; d) la exclusión social; e) la discriminación, de género y otras; f) la necesidad de apoyar la dimensión social de la globalización; g) las nuevas realidades sociales necesitan ser abordadas desde un enfoque multidisciplinar, puesto que también las políticas medioambientales, macroeconómicas, de mercado, educativas o de investigación tienen impacto social. 1.2 Programas (2007-2013) Centraremos nuestra atención en los programas que se están desarrollando en el actual periodo de programación 2007-2013, puesto que se han visto afectados y modificados en virtud 6 de los efectos de la crisis financiera y económica. Su continuidad y características vendrán marcados por las perspectivas financieras para el periodo 2014-2020. 1.2.1 El Programa para el Empleo y la Solidaridad Social (PROGRESS) Aun cuando los programas que financian la Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres son el Programa de aprendizaje permanente, el Programa Juventud en Acción, el Programa Europa para los Ciudadanos (2007-2013), el Programa Cultura (2007-2013), el Programa DAPHNE III, y el Programa PROGRESS; será este último objeto de análisis, puesto que consideramos que abarca causas, consecuencias y medios en relación con la situación actual de crecimiento de la desigualdad. En 2007, los programas de financiación comunitarios existentes en materia de empleo y asuntos sociales fueron integrados en un único marco con la adopción del programa PROGRESS2. El artículo 1 afirmaba que el programa estaba destinado a “apoyar financieramente la ejecución de los objetivos de la Unión Europea en materia de empleo y asuntos sociales, confirmar lo establecido en la Comunicación de la Comisión sobre la Agenda Social y, de este modo, contribuir a alcanzar los objetivos de la Estrategia de Lisboa en dichos ámbitos”. Tal como explica Quesada Segura (2007, p. 73), PROGRESS pone en práctica el enfoque de la Comisión de integrar en las políticas comunitarias el objetivo de la no discriminación y de la igualdad de oportunidades para todos. En consecuencia, “se apoya la aplicación efectiva del principio de no discriminación a partir de su integración transversal en todas las políticas de la Comunidad, concretamente en las de empleo, protección e inclusión social, no discriminación y diversidad e igualdad de género. Además de ello, y al ser éste un problema emergente y grave en la nueva Unión ampliada, el Programa pretende combatir el racismo y la xenofobia mediante la creación de una red de organizaciones no gubernamentales especializadas en derechos humanos”. Con el fin de adaptarse a la situación de crisis económica y contribuir al empleo y la inclusión social, el programa se modifica en 2010 introduciendo un nuevo instrumento europeo de microfinanciación (Decisión nº 284/2010 del Parlamento Europeo y del Consejo de 25 de marzo de 2010). Esto supuso un incremento de 60 millones de euros, sobre el presupuesto original de 743,25 millones de euros, para aumentar la disponibilidad y accesibilidad de la microfinanciación para los grupos vulnerables, las microempresas y la economía social. La financiación de PROGRESS está disponible para los Estados miembros de la UE, los países de la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC) o el Espacio Económico Europeo 2 Decisión nº 1672/2006/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 24 de octubre de 2006 por la que se establece un programa comunitario para el empleo y la solidaridad social – PROGRESS. 7 (EEE), los países candidatos a la UE y los candidatos potenciales, siempre y cuando se haya firmado un protocolo de entendimiento para la participación en el programa. El tipo de organizaciones que pueden solicitar la financiación son: Autoridades nacionales, regionales y locales; Servicios de empleo público; Oficinas de estadística nacionales; Organismos especializados, universidades, instituciones de investigación; Interlocutores sociales y económicos; Organizaciones no gubernamentales; y Medios de comunicación. 1.2.2 El Fondo Europeo de Adaptación a la Globalización (2007-2013) Este Fondo está destinado, tal como se indica en el Reglamento3, a “conceder ayudas únicas y específicas destinadas a facilitar la reinserción laboral de los trabajadores en regiones, sectores, territorios o cuencas de empleo damnificados por perturbaciones económicas graves. El FEAG debe promover la actividad empresarial, por ejemplo mediante microcréditos o la realización de proyectos cooperativos”. Con una dotación de hasta 500 millones de euros al año, el FEAG ayuda a los trabajadores a encontrar empleo y desarrollar nuevas competencias cuando han perdido su puesto de trabajo a consecuencia de cambios en las pautas comerciales mundiales (cierre de grandes empresas, deslocalizaciones fuera de la UE, etc.). No obstante, como consecuencia de la crisis la financiación del FEAG también se ha destinado a ayudar a los trabajadores que perdieron su empleo a consecuencia de la crisis económica y financiera mundial. Así, se observa un incremento de solicitudes debidas a la crisis en los años 2009 (28 del total de 32), 2010 (29 de 34) y 2011 (19 de 23). En 2012 y 2013 las solicitudes vuelven a responder al objetivo principal del Fondo. 1.2.3 El Fondo Social Europeo Desde sus orígenes, el Fondo Social Europeo (FSE) cuenta con un reflejo específico en el TCE, en cuyo antiguo artículo 123 se le encomendaba la misión de “fomentar, dentro de la Comunidad, las oportunidades de empleo y la movilidad geográfica y profesional de los trabajadores”. Ha estado ligado a la política regional, y en la actualidad se configura como una pilar básico de la política de cohesión económica, social y territorial, desarrollada por la Comisión Europea. El Reglamento del FSE para el periodo actual, recuerda en el preámbulo que la financiación de dicho Fondo va destinada a “mejorar la capacidad de adaptación de los trabajadores y las empresas, a incrementar el capital humano, el acceso al empleo y la participación en el mercado laboral, a propiciar 3 Reglamento (CE) nº 1927/2006 del Parlamento Europeo y del Consejo de 20 de diciembre de 2006 por el que se crea el Fondo Europeo de Adaptación a la Globalización. 8 la inclusión social de las personas desfavorecidas, a luchar contra la discriminación, a fomentar la inserción en el mercado de trabajo de las personas económicamente inactivas y a impulsar las asociaciones en pro de la reforma”. La distribución de las ayudas en cada uno de los Estados Miembros difiere con respecto a las prioridades de inversión: fomento del espíritu empresarial y mejora de la adaptabilidad de trabajadores, empresarios y empresas; fomento de la empleabilidad, la inclusión social y la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres; aumento y mejora del capital humano; promoción de la cooperación transnacional e interregional; y asistencia técnica. Al inicio del periodo de programación, los nuevos Estados Miembros dedicaron a mejorar la administración y los servicios públicos un porcentaje por encima de la media de la UE27 (3%). La dedicación de fondos a las reformas laborales fue mínima e inexistente en todos los países, mientras que los recursos destinados a capital humano sobrepasaron la media (34%) en Luxemburgo, Chipre, República Checa, Estonia, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Eslovenia y Eslovaquia, ofreciendo unos porcentajes marcadamente elevados en Irlanda, Hungría y Portugal, que superó el 75%. Los fondos destinados a la lucha contra la exclusión social destacaron únicamente en Bélgica, Irlanda, Austria, Reino Unido y Francia (UE27=14%), mientras que la adaptabilidad superó el 50% en Países Bajos y Dinamarca (UE27=18%). 2 Análisis de la realidad en un contexto de crisis económica Este apartado recoge los datos referidos a desempleo, desigualdad, riesgo de pobreza, etc., que consideramos implican discriminación y desigualdad, incrementadas por el efecto de la crisis económica. Si, antes de 2007, el acceso al empleo –sobre todo, al empleo a tiempo completo- era menor para las mujeres; si el riesgo de pobreza era más elevado en el caso de hogares encabezados por una mujer, con o sin hijos a su cargo; si la discapacidad, la pertenencia a una minoría –con el caso especialmente grave de la minoría romaní- o el hecho de ser inmigrante suponía una mayor dificultad en el acceso a bienes y servicios, es de suponer que la reducción de las ayudas sociales y de las redes de inclusión han agravado estas situaciones. Los datos corresponden a las siguientes bases estadísticas: Eurostat, SEEPROS (Sistema Europeo de Estadísticas Integradas de Protección Social), EU-SILC, bien con acceso directo a los mismos, bien a través de Informes de la Comisión Europea, Parlamento Europeo, Organización Internacional del Trabajo, y de distintas instituciones académicas. No siempre muestran el retrato actualizado de la sociedad europea, y en buena parte se corresponden con datos de 2010 y 2011, ya que dependen de los servicios estadísticos de los Estados miembros. 9 Tomaremos como referente cuatro aspectos básicos: el empleo, desempleo y salarios; el riesgo de pobreza y exclusión social; la pobreza infantil; y el envejecimiento y las pensiones. Además de no olvidar que en el análisis de la situación actual es preciso hacer hincapié en la perspectiva de género dado que, tal como recuerda el Parlamento Europeo, “la primera ola de la crisis afectó esencialmente al sector financiero, así como a los sectores de la construcción y el automóvil, dominados por la presencia masculina, lo que les ha permitido recibir mayor atención, mientras que la segunda ola de la crisis ha tenido idénticos efectos negativos en los sectores del comercio al por menor, los servicios generales y el turismo, caracterizados por la mayor presencia femenina”4. 2.1.1 Transformación del empleo, desempleo y salarios La crisis financiera y económica ha traído consigo un crecimiento mucho más lento del empleo, con un claro predominio de los contratos temporales. Igualmente se ha producido una transformación sectorial, aumentando las tasas de desempleo (con gran diversidad entre los Estados miembros) y, especialmente, el desempleo de larga duración (European Commission, 2012a). Los países más afectados (Gráfico 1) son España, Grecia, Italia, Portugal, Chipre, Malta, Irlanda, Eslovenia, Eslovaquia y Estonia. Todos ellos partían, en conjunto, de unas tasas de desempleo más elevadas que la media de la UE-27, mostrando el porcentaje más bajo en 2007 y evolucionando a tasas que rozan el 20% en 2013. El grupo formado por Austria, Bélgica, Alemania, Finlandia, Francia, Luxemburgo y Países Bajos presentaron sus tasas más elevadas en 2005, pero en la actualidad se encuentran claramente por debajo de la media, seguidos por Dinamarca, República Checa, Polonia, Suecia y Reino Unido. 4 Resolución del Parlamento Europeo, de 17 de junio de 2010, sobre la dimensión de género de la recesión económica y la crisis financiera (2009/2204(INI)) 10 Gráfico 1. Tasas de desempleo. Estados miembros dentro y fuera del euro (European Commission, 2013d, p. 17) Desde el inicio de la crisis, la posibilidad de encontrar empleo entre los parados de corta y larga duración se ha reducido, especialmente en los Estados Miembros sujetos a las fuertes medidas de consolidación fiscal. Salvo en los casos de Luxemburgo, Alemania y Bélgica, se ha producido un incremento de casi 10 puntos en el caso de Irlanda, España y Grecia, seguidos por las Repúblicas bálticas y Chipre, tal como se muestra en el gráfico siguiente. Gráfico 2. Tasa de desempleo de larga duración, % población activa, 2008 y 2011 (European Commission, 2012c, p. 4) Al respecto de lo anterior, el Informe sobre Empleo y Desarrollo Social (2012), presenta las siguientes conclusiones sobre la realidad del mercado laboral (European Commission, 2012b, 123-126): - El desempleo de larga duración aumentó entre 2008 y 2011, con tasas particularmente altas en Grecia, España, Irlanda y las Repúblicas Bálticas, por encima, 11 incluso del 7% en 2011. En el otro extremo, con tasas inferiores al 2% se encuentran los países nórdicos, Austria, Luxemburgo, Países Bajos y Alemania. Esta situación afecta especialmente a las mujeres, a los jóvenes, y a aquellas personas con un bajo nivel de estudios. - Atendiendo al contexto en el que se perdió el último empleo, los trabajadores temporales y aquellos que trabajaban en sectores como la construcción fueron los más afectados. A todo ello hay que añadir las personas que buscan su primer empleo, incluso con estudios superiores, y una tasa de reincorporación al mundo laboral que difiere entre Estados miembros. Otra consecuencia de la crisis, que tiene repercusiones en cuanto a la igualdad de acceso a bienes y servicios, es la desigualdad con respecto a los ingresos (European Commission, 2012a, p. 72). Tras analizar los periodos 1995-2001 y 2005-2009, se puede afirmar que los cambios observados afectan a todos los Estados miembros de la UE, surgiendo cuatro grupos de países (European Commission, 2012a, p.74): 1. Países con bajo nivel inicial de desigualdad que han experimentado un aumento, sobre todo, Dinamarca, Alemania y Suecia; 2. Países con bajo nivel inicial de desigualdad que muestran una ligera disminución en la misma, por ejemplo, Hungría y Eslovaquia; 3. Países con una mayor desigualdad de ingresos donde la desigualdad aumenta, por ejemplo, Bulgaria; 4. Países con alta desigualdad, donde a pesar de que ésta ha disminuido, siguen estando entre los Estados más desiguales, incluyendo Reino Unido, Estonia, Portugal, Polonia y Rumania. El gráfico siguiente muestra los cambios entre 2007-2009 de la relación 80/20 en los ingresos, que da una medida de cómo se distribuye la renta disponible después de impuestos y transferencias. O’Farrell (2011, pp. 3-5) destaca los casos de España e Irlanda, puesto que ambos países tenían unas características similares previas a la crisis: excesiva dependencia de la construcción y de los préstamos del exterior, y un elevado endeudamiento de los hogares. La evolución es totalmente distinta. En España la desigualdad aumenta en buena medida porque se pierden rápidamente empleos –muchos contratos temporales- en el sector de la construcción; mientras que en Irlanda ocurre lo contrario: el descenso de los beneficios y el aumento de los impuestos reducen los ingresos de las rentas más altas, mientras que las más bajas se ven protegidas por el salario mínimo y los subsidios de desempleo. 12 Gráfico 3. Evolución de la desigualdad de los ingresos entre el 20% más alto y el 20% más bajo (O’Farrell, 2011, p. 4) 2.1.2 Riesgo de pobreza y exclusión social Una de las consecuencias más graves es el aumento del riesgo de pobreza y de exclusión social (AROPE, en sus siglas en inglés), que diseña un mapa de desigualdades entre los Estados miembros, surgiendo tres grupos de países en base a la evolución del riesgo de pobreza (Gráfico 4). La comparación entre los datos de 2008 y el último cálculo estadístico correspondiente al año 2010-2011, nos muestra que la situación habría mejorado en Austria, Portugal, Polonia y Rumania. De estos países tan solo el primero estaría por debajo de la media de la UE27. El grupo de los países en los que el riesgo de pobreza y exclusión ha aumentado, estaría encabezado por Bulgaria, Letonia, Lituania, Grecia y Hungría, todos por encima del 30%. 13 Gráfico 4. Población en riesgo de pobreza y exclusión social entre 2008 y 2011 (%). (European Commission, 2012c, p. 8) Los porcentajes de hogares con riesgo de pobreza prácticamente se doblan si atendemos a la población romaní (Gráfico 5). Así países como Francia (38%) o Italia (42%), alcanzan el 98% si el análisis de los hogares pobres se centra en los de población romaní. Algo similar ocurre en otros países, Hungría, Rumania, Eslovaquia, Bulgaria, República Checa, Polonia –España y Portugal en menor medida-, donde la minoría romaní sufre todo tipo de discriminaciones, particularmente graves en el caso de niñas y mujeres. Discriminaciones que les impiden el acceso tanto a una vivienda digna, a la enseñanza y a la sanidad, como a un empleo que les permita salir del círculo de la pobreza, es decir, salir de la «caja de cristal». Gráfico 5. Personas viviendo en hogares con riesgo de pobreza, 2011 (%) (European Commission, 2013b, p. 30] 14 Consecuencia, en buena medida, del incremento de la desigualdad y de unas peores condiciones laborales, se ha producido no sólo un aumento del riesgo de pobreza en general, sino del número de trabajadores pobres, demostrando que el empleo ya no es garantía de reducir el riesgo de pobreza. En relación con ello, surge otro dato preocupante –no tanto por su novedad, sino por su intensidad-, que es la privación material. Esta se define como la ausencia forzada de al menos tres de los nueve aspectos siguientes: capacidad para hacer frente a gastos inesperados, capacidad para pagar una semana de vacaciones anuales fuera de casa, existencia de atrasos (hipoteca o pagos de alquiler, facturas de servicios públicos, o contratar tramos de compra o de otros préstamos), capacidad de tener una comida con carne o pescado cada dos días, capacidad para mantener adecuadamente la casa caliente, la posesión de una lavadora, un televisor en color, un teléfono o un coche particular. Por su trascendencia futura preocupa especialmente el caso de los niños. El incremento de la pobreza, como hemos dicho incluso entre trabajadores, el aumento de hogares en los que ningún miembro trabaja, la reducción de ayudas sociales, la dificultad de acceso a actividades y servicios complementarios de su educación, empujan a un número muy elevado de menores a entrar en un círculo de desigualdad y pobreza que difícilmente podrán romper. Una Recomendación de la Comisión de febrero de este año (European Commission, 2013c), avisa sobre el riesgo de transmitir la desigualdad a las generaciones futuras y anima a los Estados miembros a invertir en los niños, estableciendo tres pilares fundamentales de actuación: facilitar a su entorno el acceso a los recursos, dar a los niños los mejores servicios y defender sus derechos. Igualmente Eurochild (red financiada por el programa PROGRESS) muestra el desalentador panorama de la infancia en Europa en un informe de diciembre de 2012. El Comité de la Unión Europea para la Protección Social afirma que “aunque, en promedio, los ingresos representan el 90% de los ingresos brutos de los hogares con niños, este porcentaje cae al 60% para las familias que están en riesgo de pobreza. Las transferencias sociales (que no sean pensiones) representan 1/3 de los ingresos brutos de los hogares con niños que viven bajo el umbral de la pobreza, con las asignaciones familiares que juegan el papel más importante para complementar los ingresos de estos hogares” (Ruxton, 2012, p. 7). Según datos de 2010 la eficacia del sistema de prestaciones sociales y su interactuación en el mercado laboral, dibuja un mapa que divide a los Estados miembros en tres grupos (Ruxton, 2012, p. 7): 15 1. El impacto de las transferencias sociales es eficaz en comparación con la media de la UE, con un porcentaje bajo de niños en hogares con intensidad de trabajo muy baja5, los niños de familias que trabajan se enfrentan a un riesgo bajo de pobreza (Dinamarca, Finlandia, Suecia, Alemania, Austria, Países Bajos, Francia, República Checa, Eslovenia y, en menor medida, Bélgica, Chipre y Estonia). 2. Los niños en hogares con intensidad de trabajo muy baja son numerosos, están protegidos en mayor medida por el impacto de las transferencias sociales, y por lo tanto relativamente menos expuestos al riesgo de pobreza que en otros países de la UE (Irlanda, Hungría, Reino Unido). 3. Bajo impacto de las transferencias sociales en la reducción de riesgo de pobreza infantil, incluso los niños en hogares con una intensidad de trabajo media-alta están expuestos (Bulgaria, Grecia, España, Italia, Lituania, Letonia, Polonia, Portugal, Rumania y Eslovaquia). 2.1.3 Envejecimiento y pensiones Al cambio demográfico con sus consiguientes efectos negativos ligados al envejecimiento de la población se le une “la actual crisis financiera y económica. El lento crecimiento económico, los déficits presupuestarios y la carga de la deuda, la inestabilidad financiera y el bajo nivel de empleo han hecho que, en todos los sistemas de pensiones resulte más complicado cumplir las promesas en materia de pensiones. Los planes de pensiones basados en un sistema de reparto se ven afectados por la caída del empleo y el consiguiente descenso de las cotizaciones. Los planes de capitalización se ven afectados por la caída del valor de los activos y la bajada del rendimiento” (Comisión Europea, 2012a, p. 3). Un problema real es la tasa de dependencia económica, definida como «el porcentaje de personas desempleadas y pensionistas con respecto a las personas que trabajan». Un fenómeno que se incrementará en el futuro, puesto que, tal como indica la Comisión Europea, “al irse jubilando la generación de la explosión demográfica de los años 60, la población activa de la UE empezará a disminuir a partir de 2013/2014. El número de mayores de 60 años aumenta dos veces más rápido de lo que lo hacía antes de 2007, es decir, en unos dos millones al año en vez de en un millón anteriormente. La combinación de una menor población activa y una mayor proporción de jubilados se traducirá en más tensiones en nuestros sistemas de bienestar” (Europa 2020). 5 Se refiere a aquellos hogares en los que la media de los adultos –entre 18 y 59 años- trabaja menos del 20% de lo que potencialmente les correspondería. Los estudiantes están excluidos. 16 El acceso a las pensiones trae implícita toda una serie de desigualdades, en principio, en cuanto a las edades de jubilación. Los importes a recibir son “consecuencia de las diferencias que existen entre hombres y mujeres en relación con el empleo, los salarios, las cotizaciones, las interrupciones de carrera y el trabajo a tiempo parcial para dedicarse al cuidado de personas dependientes. La persistencia de desigualdades de género en el mercado de trabajo hace que las mujeres tengan derecho a prestaciones más bajas” (Comisión Europea, 2012a, p. 13). 3 ¿Combatir el déficit o los efectos de la crisis? El panorama actual de desmantelamiento progresivo del Estado de Bienestar es descrito por la OIT: “[…] las medidas de austeridad fiscal incluyeron recortes drásticos en la inversión pública y en las medidas orientadas a la promoción del empleo. Por ejemplo, en el caso de la zona del euro, la reducción del gasto se logró principalmente mediante recortes en la inversión gubernamental, en los salarios y las prestaciones de bienestar social. El gasto en cada uno de estos elementos disminuyó entre 2009 y 2011 en un porcentaje equivalente a cerca de medio punto porcentual del PIB. Los recortes de las prestaciones de seguridad social adoptaron diversas formas: p. ej. en Bélgica, España, Estonia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia y Países Bajos se modificaron los derechos de pensión. En otros casos (p. ej. Irlanda y Países Bajos) se redujeron las prestaciones de desempleo” (OIT, 2013, p. 6). No se tuvo en cuenta, tal como recoge un Documento de Trabajo de la Comisión (European Commission, 2013b), los tres ejes del gasto público de los que habla Musgrave: asignación, distribución y estabilización. Una buena gestión del gasto social, y no su recorte –en ocasiones drástico- contribuirían a integrar a los desempleados y proteger a los sectores más desfavorecidos y afectados por esta crisis: mujeres y niños (a los que se suman inmigrantes y minorías). 17 Gráfico 6. Gasto en protección social por función, 2010 (% PIB) (European Commission, 2013b, p. 50] En países como España, Italia, Grecia y Portugal el impacto del gasto social es relativamente débil, salvo en el caso de las pensiones. Sin embargo, una revisión de la estructura del gasto que favoreciera la inversión en el cuidado de los niños, ayudaría a la incorporación de las madres al mercado laboral, o un diseño de las prestaciones por desempleo más ajustado al ciclo económico cubriría a los trabajadores más vulnerables y a los desempleados de larga duración. Habría que incorporar la idea de invertir en política social, es decir, considerar el gasto social como una inversión a medio plazo que traerá considerables beneficios para el conjunto de la sociedad. De hecho, Bélgica, Francia, Países Bajos y Austria, así como Irlanda y Chipre tienen unos niveles de gasto social –más orientado hacia la inversión- superiores a la media de la UE, que se sitúa en el 7,5% del PIB. Este porcentaje se eleva al 10% en el caso de la Europa del Norte (Dinamarca, Finlandia y Suecia). Por el contrario, son relativamente bajos en algunos Estados miembros meridionales y del este (Bulgaria, Rumania, República Checa, Grecia y Eslovaquia), y en Luxemburgo. La parte correspondiente de los gastos sociales orientados hacia la inversión social, llega a 21% en la UE, en promedio, y es superior al 25% en los Estados miembros del norte (Dinamarca, Finlandia y Suecia) y de las Repúblicas Bálticas y Chipre; es inferior al 20% en Grecia, Italia y Luxemburgo. 18 Gráfico 7. Inversión social versus gasto en políticas sociales, 2010 (% PIB) (European Commission, 2013b, p. 52] Por lo que respecta a la evolución del gasto en protección social como porcentaje del PIB, se han recogido los datos relativos al gasto en protección social que incluyen beneficios sociales, dinerarios o en especie, a hogares o individuos con el fin de evitar una serie de riesgos o cubrir necesidad. Se contabilizan también costes de administración y otros gastos derivados de los sistemas de protección social. A partir de los datos ofrecidos por SEEPROS, hemos tomado como referencia años alternos entre 1999 y 2010, que es el último con el que trabaja esta base de datos, si bien, en la mitad de los países, son aún provisionales. Aunque con algún altibajo, se puede afirmar que hay un incremento continuado, siendo en 2010 la media de la UE27 de un 29,36%. Bélgica, Dinamarca, Alemania, Finlandia, Suecia, Austria, Países Bajos, Francia e Irlanda superan esa media, mientras que en los niveles inferiores –por debajo del 20%- se encuentran Rumania, Polonia, Malta, Lituania, Letonia, Estonia y Bulgaria. En el análisis del gasto público, hay que tener en cuenta también que el PIB per capita ha cambiado desde que se inició la crisis. Los últimos datos- correspondientes a 2011- indican que desde 2005, la evolución ha sido negativa en Bélgica, República Checa, Irlanda (que muestra una tibia recuperación), España, Francia, Italia, Portugal, Eslovenia y Reino Unido. En cuanto a las medidas puestas en práctica por los gobiernos con el fin de reformar el mercado laboral, la tabla siguiente las agrupa atendiendo al objetivo del crecimiento, del empleo joven, y de protección de los más vulnerables. 19 Medidas Características Políticas activas de empleo Incremento impuestos Estados miembros BE, CZ, EE, HU, IE, PT Sobre la renta BE, DK, CY, FI, EL, ES, IE, IT, FR, LU, NL, PT, SL, UK Sobrecargas o contribuciones GR, IT, CY, LU, PT, SP solidarias de las rentas más altas Contribución a la Seguridad Social A FAVOR DEL CRECIMIENTO Promoción de la creación de empresas y AT, BG, CY, FR, EL, HU, LV, PL, PT, UK AT, BE, BG, EE, ES, IE, MT, HU, PL, PT, UK el autoempleo Reincorporación al empleo a través de BE, ES, IE, IT, SE las prestaciones por desempleo Reforzar la responsabilidad mutua ES, IE, IT Ajuste de salarios EL, ES, PT Mejorar la movilidad laboral AT, BG, DE, ES, LV, HU Reducción de las prejubilaciones AT, BE, ES, DK, IE, NL, HU, UK AT, BE, BG, DE, EE, FI, LU, PL, UK BE, BG, ES, CY, IE, PL, PT, SE, SI Prolongar la vida laboral Mejorar la calidad de aprendizaje y de los contratos de prácticas Reformar la legislación de protección HU, SK, IT del empleo Adaptar educación y formación a las A FAVOR DEL EMPLEO JOVEN BE, IE, LT, MT, SK necesidades del mercado Revisar la calidad y la financiación de las IT, LV, MT universidades Invertir en educación Reducción en 2011 y 2012 Reducción en 2011 ó 2012 En discusión Estabilidad o aumento Mejorar la eficacia de los sistemas de EE, IT, LV, LT, UK BE, BG, IE, FR, CY, HU, PL, RO, SK, FI ES CZ, DK, LU, MT, AT EE, LV, ES protección A FAVOR DE LOS MÁS Estrategias de inclusión activa AT, DK, FI, FR, MT, PL, SE VULNERABLES Acceso a los servicios de apoyo a la CZ, IE, PL integración en el mercado laboral y en la sociedad Tabla 1. Reformas estructurales del mercado laboral (European Commission, 2012c, pp. 15-20, y elaboración propia) 4 A modo de conclusión: Perspectivas de futuro El futuro tiene un marco de políticas diseñado según la Estrategia Europa 2020 que, a partir de tres pilares fundamentales basados en el crecimiento –inteligente, sostenible e integrador-, pretende superar los retos actuales, como ya hemos visto acentuados por la crisis. De 20 forma resumida, se trataría de lo siguiente, que compararemos con los datos disponibles en la primera quincena de mayo de 20136: - El nivel de empleo de la población de entre 20 y 64 años debería aumentar, por lo menos, al 75%7, facilitando una mayor participación de las mujeres y los trabajadores de más edad, y una mejor integración de los inmigrantes en la población activa. La tasa de empleo media total de la UE27 es del 68.5%, en el caso de las mujeres es del 62.4%. Por encima de la media –pero siempre con un empleo femenino inferior al masculino- se encuentran República Checa, Dinamarca, Alemania, Francia, Chipre, las Repúblicas Bálticas, Luxemburgo, Países Bajos, Austria, Finlandia, Suecia y Reino Unido. - Mantener el objetivo de inversión en I+D en el 3% del PIB. El último dato estimado por Eurostat para 2011 es 2.03%. - Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al menos en un 20% en comparación con los niveles de 1990, o en un 30% si se dan las condiciones al efecto; incrementar el porcentaje de las fuentes de energía renovables en nuestro consumo final de energía hasta un 20% y en un 20% la eficacia energética. Los datos de 2010 indican que aún está a un 25% en cuanto a las emisiones y que el consumo de fuentes de energía renovables alcanzaba en 2011 el 13%. - Un objetivo educativo centrado en los resultados, que aborde el problema del abandono escolar, reduciéndolo al 10%, y que incremente el porcentaje de la población de entre 30 y 34 años que finaliza la enseñanza superior por lo menos al 40% en 2020. El dato provisional sobre el abandono escolar correspondiente a 2012 es el 12.8%, mientras que el 35.8% es el porcentaje para los que finalizan la enseñanza superior. Con respecto a la tasa de abandono en los Estados miembros, destacaremos lo siguiente: en todos los países la tasa de abandono femenino es menor, salvo en Bulgaria donde incluso supera la media (quizá habría que ver aquí una posible discriminación de las niñas, probablemente pertenecientes a la minoría romani); aunque Grecia, Italia y Reino Unido superan la media, los casos más llamativos se dan en Portugal (20.8), Malta (22.6) y, sobre todo, España (24.9). No obstante, se observa una paulatina reducción en todos los casos. 6 http://epp.eurostat.ec.europa.eu/portal/page/portal/europe_2020_indicators/headline_indicators Los objetivos nacionales difieren con respecto a los planteados por la Estrategia comunitaria. Así, por ejemplo, en cuanto al empleo, Irlanda lo fija en un 69-71%, Italia en 67-69%, Chipre en 75-77%, Austria en 77-78%. El objetivo de inversión en I+D es de 1% en la República Checa, 2% en Irlanda, 2.3-2.6% en Luxemburgo, 2.7-3.3% en Portugal. El abandono escolar pretende reducirse por debajo del 10% en Alemania, Dinamarca, Luxemburgo y Suecia, a un 15-16% en Italia, por debajo del 9% en Lituania y por debajo del 8% en Países Bajos. Por lo que respecta a los porcentajes de población con enseñanza superior, el objetivo se cifra inferior al 40% en Dinamarca, inferior al 42% en Alemania, en un 26-27% en Italia, 34-36% en Letonia, 45% en Países Bajos, inferior al 38% en Austria, y en torno al 40-45% en Suecia. El Reino Unido no ofrece sus objetivos para ninguno de los aspectos analizados. 7 21 - El número de europeos que viven por debajo de los umbrales nacionales de pobreza debería reducirse en un 25%. En 2010 el porcentaje era de un 23.6%. El 20 de febrero de este año, la Comisión Europea, en vista de la situación socioeconómica y de la evolución demográfica prevista- ha presentado el Paquete de inversión social para el crecimiento y la cohesión. Los tres ejes fundamentales de estas medidas serán: - Gastar de forma más eficaz y eficiente para garantizar una protección social adecuada y sostenible. Puede lograrse simplificando la administración de las prestaciones y los servicios, centrándolos más y condicionándolos (a la participación en formación, por ejemplo). - Invertir en la capacitación de las personas para mejorar sus oportunidades de integrarse en la sociedad y el mercado laboral. Ejemplos: educación, guardería infantil, sanidad, formación, asistencia en la búsqueda de empleo y rehabilitación. - Garantizar que los sistemas de protección social responden a las necesidades de las personas en los momentos críticos de su vida. Se trata de invertir pronto para evitar dificultades más tarde y “preparar” a las personas contra los riesgos de la vida y no solo “reparar”. Por eso es importante invertir en los niños y en los jóvenes. Tras lo analizado, nos encontramos que tenemos, por un lado, Recomendaciones y Comunicaciones de la Comisión Europea que marcan unos objetivos de crecimiento económico, de inclusión social y de empleo con el horizonte 2020, y, por otro, datos estadísticos que muestran una progresiva divergencia entre Estados miembros, dentro de los mismos, y en el seno de cada sociedad, que alejan a la Unión Europea de las referencias que ella misma marca. Además hay que sumar la omnipresente necesidad de reducir el déficit, o al menos de frenarlo, con la que se diseñan los presupuestos comunitario y nacionales. La Cumbre europea sobre igualdad 2012 “Promover igualdad para el crecimiento”, celebrada en Chipre en noviembre, planteó las siguientes conclusiones a tener en cuenta y que inciden en cuestiones ya puestas de manifiesto por los documentos previamente vistos: La edad constituye un factor de discriminación en la búsqueda de empleo (sobre todo, para los mayores de 55 años) y en las oportunidades de progreso en el ámbito laboral; a ello se suma la discapacidad (nosotros añadimos también el sexo y la pertenencia a minorías, el caso de las mujeres de etnia gitana sería un claro ejemplo); Las medidas de austeridad dificultarán los objetivos de la Estrategia Europa 2020, favoreciendo especialmente el aumento de las desigualdades y de la pobreza que contrarrestarán el posible crecimiento económico; El acceso a la educación y a la formación conjunta es fundamental también para conseguir los objetivos citados, con especial atención a niños y jóvenes, añadimos; y, por último, pero no menos importante, se precisa coordinación entre las áreas de justicia, empleo, vivienda y educación. 22 A las llamadas de atención por parte de las instituciones se unen los resultados del último Eurobarómetro sobre discriminación, que confirman la tendencia de que, debido a la crisis, las políticas de promoción de la igualdad y la diversidad reciben menos atención y menos fondos. Por lo tanto se acrecienta la distancia real entre el marco teórico y las realidades de la Unión Europea actual, que agravará problemas socioeconómicos, incorporando también en un futuro cercano inestabilidad social y política. Bibliografía y Fuentes Comisión Europea (2011). PROGRESS en acción: El Programa de la Unión Europea para el Empleo y la Solidaridad Social 2007-2013. Luxemburgo: Oficina de Publicaciones de la Unión Europea. Comisión Europea (2012a). Libro Blanco. Agenda para unas pensiones adecuadas, seguras y sostenibles. COM(2012) 55 final. Commission européenne (2012b), Progress — Rapport Annuel de Performance 2011. Suivi du programme de l’Union européenne pour l’emploi et la solidarité sociale — Progress (2007-2013), Luxembourg: Office des publications de l’Union européenne. Commission européenne (2012c). Documentation juridique FSE - Règlements Consolidés pour les Fonds structurels - Période de programmation 2007-2013 - (CE) 1083/2006, (CE) 1081/2006, (CE) 1828/2006. 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