México no está listo para el fracking 27 Julio, 2014 Credito: Nelly Toche / El Economista En el tema del fracking o fracturación hidráulica, México tiene muchas dificultades, entre ellas “se encuentra la falta de experiencia al respecto, ya que para el desarrollo de este sector se requiere infraestructura, seguridad, fuerza laboral competitiva y especializada, como químicos, geólogos, entre otros, que tendrán que venir del extranjero. Esto se traduce en pocos empleos para mexicanos y para la gente de la zona”. Eso es lo que dijo el doctor Juan Manuel Rodríguez Martínez, especialista en el tema, durante el seminario “Fracking: efectos ambientales y sociales”. El también responsable del área de geohidrología y geofísica de la Universidad Autónoma de Nuevo León explicó que no es estar en contra del avance tecnológico, pero sí es importante la forma en que se logran los objetivos y definitivamente en este tema la tecnología a nuestro alcance, la legislación, los actores políticos, entre otros, no están preparados para abordar el contenido con fundamentos precisos. Rodríguez Martínez hizo hincapié en los efectos secundarios que se generan a raíz de la fracturación. Uno de ellos y de manera muy palpable, son los temblores, que en países como Estados Unidos y Holanda han tenido una presencia significativa y se ha logrado demostrar su conexión directa con el procedimiento de fracking. MEDIO SIGLO DE EVIDENCIAS Y ALGUNOS CASOS RECIENTES Desde fines de los años 60 existen las primeras evidencias de que inyectar fluidos a alta presión provoca terremotos leves. En 1970 un equipo de científicos hizo un experimento incrementando la presión de pozos petrolíferos agotados en Colorado. Cuando inyectaban agua en el subsuelo, la actividad sísmica subía y cuando la retiraban, la presión se reducía y los sismógrafos se calmaban, los terremotos eran leves, pero la relación era clara. El estado de Texas cuenta con el Consorcio de Eagle Ford Shale que se creó con motivo del desarrollo de esta industria, el cual ha hecho diferentes experimentos que sostienen una vez más esta teoría. Oklahoma sufrió en el 2011 un llamado sismo inducido no intencionado (provocado por el fracking), el de mayor intensidad registrado hasta el momento, con 5.0 grados Richter, y que a su vez causó más de 1,000 réplicas, incluyendo el famoso “terremoto cinco punto siete”. No sólo el país vecino ha sido blanco de exploración. En este mismo mes el gobierno holandés ha exigido a la empresa Groningen, que representa la mayor fuente de gas natural en Europa, reducir la producción, ya que medio siglo de extracción ha disminuido la presión natural del terreno y provocado terremotos cada vez más frecuentes. Por ejemplo, el año pasado se registraron más de 120 temblores y al menos 40 en lo que va de este año. México también ha sido sujeto de investigación. Se han identificado formaciones generadoras de gas shale en el noreste y sureste de nuestro país, entre ellas se encuentran la Cuenca de Burgos, Tampico-Misantla, Sabinas, Chihuahua, Veracruz y la plataforma Burro Picachos. El doctor Rodríguez Martínez presentó un estudio realizado en el estado de Nuevo León, donde se demuestra el aumento significativo de sismicidad. Desde principios del 2010 Pemex ha realizado exploraciones de alto riesgo en esta zona, todas ellas, aunque aún no están en producción, representan actividades importantes de fracking (ver la gráfica). ADEMÁS, SON CAROS Sumado a lo anterior, también se deben evaluar otros aspectos, por ejemplo los costos en pozos, que van entre los 3 y 10 millones de dólares. Estos representan cantidades excesivas. Así, el precio de un pie cúbico de gas es de 4 dólares, mientras que el costo del gas shale, derivado del proceso de fracking, va de 7 a 7.5 dólares, comenta el experto. La vida de un pozo de esta naturaleza es relativa, ya que incluso pueden tener una duración de sólo tres meses en actividad, dependiendo de la respuesta del suelo. También se provoca escasez de agua y caída en la producción de los campos. Un ejemplo está en Barnett, Texas, donde el primer año de extracción la producción agrícola representaba 61% de la actividad local. Para el quinto año la producción era de 15 por ciento. Y SOSPECHOSOS Aunado a lo anterior, existen sospechas no comprobadas de contaminación y afectaciones a la salud. El agua derivada del proceso de fracking que sale a la superficie tiene que ser regresada a la tierra por su alto grado de toxicidad. A este proceso se le llamada rapto geológico y consiste en hacer la inyección de agua tóxica por debajo de los acuíferos, que son la fuente de abastecimiento del agua potable. No se ha demostrado que contamine los acuíferos, pero no faltan las sospechas. Por otra parte, hace apenas unos días la agencia Inside Climate News reportó que los habitantes del condado de Washington, Pennsylvania, como han hecho otras comunidades cercanas a pozos de fracking en EU, se quejaron de padecer dolores de cabeza, hemorragias nasales y erupciones en la piel. Sin embargo, aún no está comprobado que haya relación directa entre síntomas y pozos. Las poblaciones del condado de Washington decidieron no esperar a que se estudie el problema y, con algunos científicos preocupados por el tema, han creado una institución no lucrativa que ofrece consultas de salud gratuitas a las familias locales cerca de los sitios de perforación. PROPUESTA PARA REGULAR EL FRACKING EN EL PAÍS El doctor Juan Manuel Rodríguez Martínez, ante la falta de normas oficiales que regulen el control y seguimiento de las operaciones de fracking en México, hace algunas propuestas de elementos que deberían estar contenidos en la nueva legislación para proteger al territorio y a la población. Control de presas que contengan las aguas de deshecho expulsadas por los pozos. Protección de acuíferos y aguas superficiales: exigir a las empresas que realicen trabajos de explotación con la técnica del fracking que instalen estaciones sismológicas en los sitios de perforación. Si se determina que un temblor de tierra de más de 1.0 grados Richter está ligado al fracking, detenga sus operaciones de inmediato, (esta medida ya fue tomada en Estados Unidos). Protección de obras civiles que abastecen de agua a las grandes ciudades. Por ejemplo, el monitoreo continuo de las cortinas de las presas, así como la revisión permanente de la calidad química de la misma. Reporte de los volúmenes de las aguas contaminadas. Exigir la reparación de la red pública de carreteras debido al intenso movimiento de vehículos pesados que esto generaría; además, el intenso tráfico aumenta el riesgo de accidentes que supone una mayor demanda en los servicios de emergencias. Proporcionar las coordenadas de los pozos de inyección de aguas contaminadas al subsuelo y presentar el diseño de construcción. Haz clic en la imagen para ampliarla nelly.toche@eleconomista.mx