BIBLIOTECA LAS CASAS – Fundación Index Cómo citar este

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BIBLIOTECA LAS CASAS – Fundación Index
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Cómo citar este documento
Berné Peña, Yelitza. Evaluación nutricional de una población rural menor de
15 años del Municipio Andrés Eloy Blanco del Estado Lara. Biblioteca
Lascasas,
2009;
5(5).
Disponible
en http://www.indexf.com/lascasas/documentos/lc0469.php
EVALUACION NUTRICIONAL DE UNA POBLACION RURAL MENOR DE 15
AÑOS DEL MUNICIPIO ANDRES ELOY BLANCO DEL ESTADO LARA
Mg Sc. Yelitza Berné Peña
Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado”
Decanato de ciencias de la salud
Trabajo de Ascenso para optar
a la categoría de Asistente en el escalafón del
Personal Docente y de Investigación
Decanato de Ciencias de la Salud de la
Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado”
Av. Libertador entre Av. Vargas y Av. Andrés Bello.
Barquisimeto. Estado Lara. Venezuela. Código Postal 3001
uclaindex@ucla.edu.ve
Barquisimeto-2006
INDICE
DEDICATORIA
AGRADECIMIENTO
RESUMEN
INDICE DE CUADROS
INDICE DE GRAFICOS
I. INTRODUCCION
II. REVISION BIBLIOGRAFICA
A. Pobreza e Indicadores Socioeconómicos
1. Línea de Pobreza
2. Mapa de Pobreza
3. Método de Graffar
B. Evaluación Antropométrica
1. Peso para la Talla
2. Talla para la Edad
3. Peso para la Edad
4. Circunferencia Cefálica para la edad Edad
5. Circunferencia (Media) del Brazo para la Edad
6. Índice de Masa Corporal
C. Evaluación Bioquímica de Zinc y Cobre
1. Zinc
a. Fuente Nutricional
b. Factores Etiológicos de la Deficiencia
c. Metabolismo
d. Funciones Bioquímicas
e. Efectos de la Deficiencia
f. Evaluación del Estado Nutricional
g. Requerimiento
2. Cobre
a. Fuente Nutricional
b. Factores Etiológicos de la Deficiencia
c. Metabolismo
d. Funciones Bioquímicas
e. Efectos de la Deficiencia
f. Evaluación del Estado Nutricional
g. Requerimiento
III. METODOLOGIA
A. Muestra Poblacional
B. Estudio Socioeconómico del Grupo familiar
C. Evaluación Antropométrica
D. Determinaciones Bioquímicas: Zinc y Cobre en Suero
E. Análisis Estadístico
IV. RESULTADOS
A. Población
B. Estratificación Social y Nivel de Pobreza de la Población
C. Evaluación Nutricional Antropométrica
D. Evaluación nutricional antropométrica y estratificación social
E. Estado nutricional del Zinc y Cobre
F. Relación del Diagnóstico nutricional antropométrico y la deficiencia de
zinc y cobre sérico
V. DISCUSION
VI. CONCLUSIONES
VII. RECOMENDACIONES
BIBLIOGRAFIA
INDICE DE CUADROS
Cuadro 1.
Cuadro 2.
Cuadro 3.
Cuadro 4.
Cuadro 5.
Cuadro 6.
peso,
talla,
Variables
antropométricas,
circunferencia del brazo (CB) e índice de masa corporal
(IMC) según grupo etario de la población menor de 15 años
de La Escalera en el Municipio Andrés Eloy Blanco, Estado
Lara, 2002.
Estado Nutricional según los indicadores antropométricos
Peso para la Talla (P/T), Talla para la edad (T/E) y Peso
para la Talla (P/T) de la población menor de 15 años de La
Escalera en el Municipio Andrés Eloy Blanco, Estado Lara,
2002.
Estado Nutricional según los indicadores antropométricos
Circunferencia cefálica para la edad (CC/E), Circunferencia
del brazo izquierdo para la edad (CBI/E) e Indice de masa
corporal para la edad (IMC/E) de la población menor de 15
años de La Escalera en el Municipio Andrés Eloy Blanco,
Estado Lara, 2002.
Concentración sérica de zinc y cobre por grupo etario y
población total de los niños menores de 15 años de La
Escalera del Municipio Andrés Eloy Blanco, Estado Lara,
2002.
Proporción de niños con niveles de cinc y cobre sérico
Normal y por debajo del límite inferior de la referencia de la
población menor de 15 años de La Escalera en el Municipio
Andrés Eloy Blanco, Estado Lara, 2002.
Proporción de los niños con niveles de zinc y cobre sérico
en déficit según el Estado nutricional por los indicadores
antropométricos de dimensión y composición corporal de la
población menor de 15 años de La Escalera en el Municipio
Andrés Eloy Blanco, Estado Lara, 2002.
INDICE DE GRAFICOS
Grafico 1.
Grafico 2.
Grafico 3.
Grafico 4.
Grafico 5.
Grafico 6.
Grafico 7.
Grafico 8.
Grafico 9.
Estado Nutricional según el indicador Peso para la Talla
(P/T) por Grupo etario de la población menor de 15 años de
La Escalera el Municipio Andrés Eloy Blanco, Estado Lara,
2002.
Estado Nutricional según el indicador Talla para la Edad
(T/E) por grupo etario de la población menor de 15 años de
La Escalera del Municipio Andrés Eloy Blanco, Estado Lara,
2002.
Estado Nutricional según el indicador Peso para la Edad
(P/E) por grupo etario en la población menor de 15 años de
La Escalera del Municipio Andrés Eloy Blanco, Estado Lara,
2002.
Estado Nutricional según Combinación de Indicadores
Antropométricos por grupo etario y en la población total de
La Escalera del Municipio Andrés Eloy Blanco, Estado
Lara2002.
Proporción de niños de acuerdo al estado nutricional según
combinación de indicadores y Estrato Socioeconómico de la
población total de La Escalera del Municipio Andrés Eloy
Blanco, Estado Lara, 2002.
Proporción de niños con niveles de Zinc sérico normal y por
debajo del límite inferior de la referencia según grupo etario
de la población menor de 15 años de La Escalera del
Municipio Andrés Eloy Blanco, Estado Lara, 2002.
Proporción de niños con niveles de Cobre sérico normal y
por debajo del límite inferior de la referencia según grupo
etario de la población menor de 15 años de La Escalera del
Municipio Andrés Eloy Blanco, Estado Lara, 2002.
Proporción de los niños con niveles de Zinc sérico en déficit
según el estado nutricional por combinación de indicadores
de la población menor de 15 años de La Escalera del
Municipio Andrés Eloy Blanco, Estado Lara, 2002.
Proporción de los niños con niveles de Cobre sérico en
déficit según el estado nutricional por combinación de
indicadores de la población menor de 15 años de La
Escalera del Municipio Andrés Eloy Blanco, Estado Lara,
2002.
RESUMEN
El objetivo de este estudio fue evaluar el estado nutricional de los niños
menores de 15 años, de una población rural del Municipio Andrés Eloy Blanco
del estado Lara. Se estudiaron 104 niños menores de 15 años del caserío La
Escalera. Se realizó estudio socioeconómico de las familias y los niños fueron
evaluados desde el punto de vista antropométrico y bioquímico. Para la
evaluación antropométrica se midieron las variables peso, talla, circunferencia
cefálica y circunferencia del brazo y el diagnóstico nutricional se realizó por
combinación de estas variables. En la evaluación bioquímica se midieron las
concentraciones séricas de zinc y cobre. Los niños evaluados pertenecían a
familias de los últimos estratos (III, IV y V) predominando el estrato IV (52,9%)
y de acuerdo al NBI 90% en situación de pobreza extrema. Según combinación
de indicadores la desnutrición en esta población fue de 35,6%. Los niños
afectados por un déficit nutricional pertenecían a los estratos III (36,8%) y V
(36,2%). Los niveles séricos de los oligoelementos zinc y cobre fueron 0,81 ±
0,13 (µg/ml) y 1,18 ± 0,24 (µg/ml) respectivamente con una deficiencia de zinc
en un 12,5% y de cobre en un 7,7% de los niños estudiados. Es evidente que
las condiciones ambientales, socioculturales, educativas y nutricionales en las
que convive esta población no garantizan la abolición y prevención de la
desnutrición en los pobladores de La Escalera. Se hace entonces necesaria la
aplicación de un programa de intervención integral para mejorar su calidad de
vida y estado nutricional.
Palabras claves: niños, déficit nutricional, pobreza, zinc, cobre.
Abstract
The aim of the present research was to assess the nutritional states in children
under 15 years old in a rural population from Andrés Eloy Blanco Municipality,
Lara States, Venezuela. The sample was made up of 104 children under 15
years old from La Escalera village. A socioeconomic study of the families was
performed and the children were examined from the anthropometric and
biochemical viewpoint. For the anthropometric exam the variables weight, size,
cephalic and arm circumference were measured. The nutritional diagnosis was
obtained by combination of those variables. The serum concentrations of zinc
and copper were measured in the biochemical test. The tested children
belonged to families of the last strata (III, IV and V) dominating the IV stratum
(52,9%) and according to NBI 90% of them are in a extreme poverty condition.
According to the combination of indicators, the malnutrition was 35.6% for this
population. Children affected by the nutritional deficit belonged to the III strata
(36.8%) and V strata (36.2%). The serum levels of the oligoelements zinc and
copper were 0.81 ± 0. 13 (µg/ml) and 1.18 ± 0.24 (µg/ml) respectively with a
12.5% deficiency of zinc and 7.7% deficiency of copper in the children studied.
It is obvious that the environment, sociocultural, educational and nutritional
conditions in which this population coexists, do not guarantee the abolition and
prevention of malnutrition among people from La Escalera. Therefore, it is
necessary the application of a program of integral intervention in order to
improve their quality of life and the nutritional condition.
Key words: children, nutritional deficit, poverty, zinc, copper.
I. INTRODUCCION
La desnutrición es una emergencia silenciosa e invisible, pero la crisis que
desencadena es muy real, y su persistencia tiene unas graves y amenazantes
repercusiones sobre los niños, la sociedad y el futuro de la humanidad.1
En nuestro país existe una problemática nutricional mixta, con un déficit
nutricional agudo y crónico que se encuentra en los estratos bajos y en el
medio rural, mientras que el sobrepeso se ubica en los estratos altos y medio y
en las zonas urbanas.2,3 Es claro que el problema de la desnutrición es
consecuencia de la pobreza y cada vez resulta más evidente que una es causa
de la otra. Nuestro país no escapa a esta triste realidad, ya que la pobreza ha
sido el mal latente desde hace décadas. Para 1998, los niveles de pobreza se
ubicaron en un 49% y en pobreza extrema en un 22%, según el mapa de
pobreza; y de un 42% y 40% de pobreza extrema (Estrato V) y pobreza relativa
(Estrato IV) respectivamente, según el método Graffar modificado por MéndezCastellano.4 Estos datos no han variado en gran proporción con los reportados
para el primer semestre del año 2002, donde el 48,1% de personas provienen
de hogares pobres y un 20,1% de hogares con pobreza extrema, según el
método de Línea de Pobreza.5
El estado Lara no esta exento de este grave problema, para el primer
semestre del año 2002 se registró un 60,5% de habitantes provenientes de
hogares pobres y un 28,9% de pobres extremos.5
Las familias en pobreza relativa (Estrato IV), con ciertas limitaciones
pueden cubrir las necesidades básicas de alimentación pero no tienen
capacidad de ahorro y ven limitadas su posibilidad de atender otras
necesidades tales como la salud, educación y recreación. Por otra parte, las
familias en pobreza crítica constituyen una enorme y creciente carga social que
necesita la ayuda del estado.6
Es evidente que el bajo poder adquisitivo en las familias de bajos recursos
económicos incide negativamente en la capacidad de acceso de la familia a los
alimentos, generando por ende la aparición del déficit nutricional en uno de los
grupos más vulnerable, los niños. Sin embargo, la desnutrición no sólo
depende de la disponibilidad de alimentos para su consumo. Ha sido
evidenciado, a través de múltiples estudios7-10 que la desnutrición es el
resultado de una compleja interacción de otros factores que abarcan aspectos
tan diferentes, como saneamiento ambiental, tamaño de la familia, servicios
sanitarios básicos, falta de acceso a la educación de buena calidad y a la
información correcta, tasa de dependencia, entre otros. Todas estas
condiciones son las que viven muchos niños venezolanos impactando en su
calidad de vida, en especial a los lactantes y preescolares, haciéndolos más
vulnerables a enfermedades como las diarreas, y anemias, representando
estas patologías las primeras causas de morbilidad asociada a la desnutrición11
con las alteraciones negativas que la situación de subalimentación sostenida
causa en el crecimiento físico, que se manifiesta por una estatura y peso más
bajo en los niños en peores condiciones sociales.4 Es una regla sin excepción
que la desnutrición afecta principalmente a los niños menores de 6 años por su
rápido crecimiento, ya que tienen requerimientos nutricionales que son más
elevados, específicos y difíciles de satisfacer. Por otra parte, ellos dependen de
terceras personas para su alimentación, las que a veces no tienen los recursos
necesarios.12
Se observa claramente, que en los niños, la desnutrición ataca
especialmente a quienes carecen de un régimen alimentario que les nutra
adecuadamente, así como a quienes no están protegidos contra enfermedades
frecuentes y no reciben la atención adecuada.1 Esta asociación sigue siendo en
América Latina el problema de la infancia más grave.11 Adicionalmente, los
niños desnutridos, a diferencia de los que reciben buena alimentación, no solo
padecen incapacidad de por vida y el debilitamiento de sus sistemas
inmunológicos, sino que no tienen la misma capacidad de aprendizaje que los
niños que disfrutan una nutrición adecuada.3
A pesar de que todavía muchos refieren a los defectos del crecimiento
como “desnutrición proteínico-energética”, se admite actualmente que los
defectos del crecimiento en los niños se deben no sólo a la carencia de
proteínas y alimentos energéticos sino también a una ingesta inadecuada de
micronutrientes, ya que estos tienen importancia en el desarrollo físico y
cognoscitivo del niño.1 Aunque los micronutrientes se necesitan a cualquier
edad, los efectos de una ingesta inadecuada son especialmente graves durante
las épocas de crecimiento intenso, embarazo, primera infancia y lactancia. En
los últimos años, ha sido reconocida la importancia del zinc en la salud
humana. En estudios clínicos en niños se ha evidenciado que la deficiencia de
este oligoelemento tiene efectos negativos en el crecimiento, ingesta de
alimento, desarrollo cognitivo y motor, desarrollo sexual, en la función inmune y
resistencia a enfermedades y al estrés.13-20 En este mismo orden de ideas, la
deficiencia del cobre, ha sido relacionada con la aparición de anemias de varios
grados y tipos; defectos en la formación de tejido conectivo en animales,21,22
disminución de la función inmune.23 Las Dietas latinoamericanas de las clases
populares favorecen la deficiencia de estos micronutrientes;4 el carácter
monótono de la dieta y el predominio de productos que condicionan una baja
biodisponibilidad de estos oligoelementos, explica la frecuencia de estas
deficiencias. También se explica por ser dietas por lo general hipocalóricas, las
cuales no permiten alcanzar los requerimientos de estos micronutrientes.11
Es evidente entonces, que la desnutrición representa un grave problema
de salud pública, en especial en los países considerados en vías de desarrollo
donde la crisis mundial contribuye a que las cifras estadísticas sean cada día
más elevadas en cuanto a esta entidad.6 A nivel mundial existen 480 millones
de personas que sufren de desnutrición crónica, aproximadamente el 10,5% de
la población mundial. En América Latina, más del 50% de los niños menores de
6 años sufren de desnutrición.12
En Venezuela se ha incrementado la presencia de los estados de hambre
específicos, sea en sus formas típicas de malnutrición proteica energética
grave, niños con marasmo o edematizados, así como las formas de hambre
oculta (deficiencia de micronutrientes) y subclínica, solamente diagnosticables
con pruebas de laboratorio.6
El INN-SISVAN24 a través del indicador antropométrico peso-talla reporta
un déficit nutricional de 12,91% para la población venezolana menor de 15
años. Para este mismo grupo poblacional del Estado Lara, el INN-SISVAN
indica un déficit nutricional de 12,40% para el indicador peso-talla y de 19,3% y
29,1% considerando los indicadores peso-edad y talla-edad respectivamente.
En este mismo sentido se registra a través de la combinación de indicadores y
por grupo etáreo un déficit de 27% en los niños menores de 2 años, y de 27,4%
y 22,4% en los niños de 2 a 6 años y de 7 a 14 años respectivamente. Así
mismo, en estudios realizados en la zona oeste de la ciudad de Barquisimeto
(Edo. Lara) en niños de 6 meses a 6 años, el 10,8% de la muestra presentó
desnutrición actual y en el 25,3% de los niños se apreció déficit en el indicador
talla/edad y el 43,9% de la población infantil pertenecían al estrato V o
marginal.25 En poblaciones rurales de Venezuela, debido a sus precarias
condiciones socioeconómicas, también se ha detectado prevalencia de
desnutrición, como es el caso del municipio Juan Vicente Campo Elías del
estado Trujillo, donde el 27,3% de la población infantil menor de 10 años
presentó déficit nutricional según combinación de indicadores, al mismo tiempo
se señala que el 89,9% de la muestra estudiada se encontraba en situación de
pobreza (Estrato V).26
De igual manera, el Municipio Andrés Eloy Blanco (MAEB) del Estado
Lara no escapa a esta realidad, con el agravante de ser un área casi en su
totalidad rural y donde prevalece una población con una difícil situación
económica. Para 1998 este Municipio registró un 80% de pobreza y un 63% de
pobreza extrema del total de la población estimada para ese momento de
39842 habitantes (9). En este municipio, de acuerdo al INN-SISVAN24 existe
una situación de déficit nutricional según combinación de indicadores de 25,2%
en menores de 2 años, de 26,6% en los niños de 2-6 años y del 20,1% en el
grupo de 7 a 14 años.
En este mismo orden de ideas, en este municipio, específicamente en la
comunidad de Jarillal, se encontró en 83 niños estudiados de 6 meses a 6 años
estudiados antropométricamente, un 40,9% presentaron déficit nutricional y de
estos el 32,5% era déficit agudo y 8,4% crónico, y la mayoría de los niños
pertenecían a familias de estrato IV y V, es decir pobres.27
En otro caserío del municipio, también se ha reportado la presencia de
desnutrición, específicamente en la localidad de San Antonio de Guache,
donde un 54% de la población menor de 15 años evaluada presentó déficit
nutricional según el indicador peso-edad, y de 65% para el indicador talla-edad.
Adicionalmente, todas las familias estudiadas se ubicaron en los estratos
socioeconómicos más bajos (IV y V) y en situación de pobreza extrema.28
No cabe duda que los problemas nutricionales afectan especialmente a
los estratos socioeconómicos más deprivados de nuestra sociedad, con
consecuencias negativas para el desarrollo económico; en la edad escolar, lo
que se traduce en altos índices de deserción escolar, problemas de aprendizaje
y bajo ingreso a la educación superior, limitando todo ello al desarrollo de los
pueblos.29
El Municipio Andrés Eloy Blanco, se encuentra ubicado en la región
suroeste del Estado Lara. Está formada por tres parroquias, Pío Tamayo,
Yacambú y Quebrada Honda de Guache, con una población aproximada de
40.625 habitantes. El 64,24% de esta población vive en el área rural y el 28%
corresponde a menores de 15 años. Su principal actividad económica es la
agricultura, específicamente el cultivo del café.
La Escalera es un caserío rural de la parroquia Yacambú del Municipio
Andrés Eloy Blanco, con una población menor de 15 años de aproximadamente
338 niños, que representan el 44,5% de la población total de esta comunidad.
Sobre las bases de las consideraciones anteriores, donde se indica la
presencia de desnutrición en el Municipio Andrés Eloy Blanco, y el efecto
perjudicial que genera tanto el déficit proteico-calórico
y el de los
micronutrientes zinc y cobre sobre el crecimiento y desarrollo físico y
conductual de los niños, se plantea como objetivo del presente trabajo realizar
el diagnóstico nutricional desde el punto de vista antropométrico y el estado
nutricional de los micronutrientes zinc y cobre, en menores de 15 años, de la
población rural de La Escalera, en el Municipio Andrés Eloy Blanco del Estado
Lara.
II. REVISION BIBLIOGRAFICA
A. Pobreza e Indicadores Socioeconómicos.
La pobreza es tal vez hoy la imagen más visible y dolorosa de América
Latina. Una pobreza no sólo de acumulación estructural, la que hemos
conocido en el medio rural, sino también una nueva pobreza de mantenimiento
que conduce a la inseguridad alimentaria familiar.11 Las utilidades de la
medición de la pobreza pueden resumirse así:
.- Evaluar las tendencias evolutivas de la magnitud y ubicación de la pobreza.
.- Establecer sus principales carencias, diferenciándolas por áreas (urbano y
rural).
.- Orientar los programas de intervención y los estudios en profundidad.
.- Contribuir en la evaluación de los programas sociales.
Existen diversas maneras de medir pobreza, entre las que tenemos: Línea de
Pobreza, Necesidades Básicas Insatisfechas, Método de Graffar modificado
por Mendez-Castellano.
1. Línea de Pobreza:
Cuantifica la pobreza sobre la base de la insuficiencia de los ingresos
corrientes de los hogares para satisfacer las necesidades mínimas
(alimentarias y no alimentarias), respecto a los costos de las Canastas Básicas
Normativas de bienes y servicios esenciales. Este método aporta una medición
indirecta del nivel de satisfacción potencial de las necesidades básicas, es
decir, no toma en cuenta la situación específica de satisfacción o insatisfacción,
sino que a través de un ingreso (o consumo) mínimo apunta a la capacidad
potencial de satisfacción de las necesidades básicas. En este método se define
como hogar pobre, aquel cuyo ingreso per cápita es inferior al valor de la
canasta básica per cápita. Mientras que se considera un hogar con pobreza
extrema cuando su ingreso per cápita no alcanza para cubrir el costo per cápita
de la canasta alimentaria normativa.30
A este método se le han hecho las siguientes críticas:
a.- No permite comparaciones en el tiempo y en el espacio, por cuanto no
toma en consideración el poder adquisitivo del salario (salario real), resultado
del costo de la vida en cada oportunidad;
b.- La información obtenida no es totalmente confiable, ya que cuando el
sujeto informante tiene niveles altos o bajos de ingreso, no da la información
exacta sobre de las diversas causas;
c.- Deja de lado el factor cultural que tanto influye sobre la utilización del
ingreso familiar, las interrelaciones familiares y las de los integrantes de la
familia con la sociedad. 31
2. Mapa de Pobreza:
Este método busca identificar el núcleo de población que no logra cubrir
los requerimientos mínimos para la subsistencia en relación a componentes
tales como educación, servicios sanitarios, vivienda y trabajo. Sustenta una
definición multidimensional de la pobreza, considerando tanto niveles de
satisfacción en términos de resultados, como la disponibilidad y acceso a los
bienes y servicios básicos requeridos para lograr esa satisfacción. Se mide la
pobreza a través de cinco indicadores: a.- “Hogares en viviendas inadecuadas”:
viviendas rústicas, improvisadas, ranchos, casa de vecindad; b.- “Hogares en
hacinamiento crítico”: Más de tres personas por cuarto; c.- “Hogares en
viviendas sin servicios básicos”: agua potable y eliminación de excretas (Medio
urbano: se toma en cuenta si carece al menos de uno de los servicios; y el
medio rural si carece de los dos servicios simultáneamente; d.- Hogares con
niños en edad escolar (7-12 años) que no asisten a la escuela y e.- “Hogares
con más de tres personas por ocupado, cuyo jefe de hogar no haya alcanzado
una escolaridad de tres grados o tres años.
La aplicación de estos indicadores genera tres situaciones:
-Hogares No pobres: aquellos que no presentan ninguno de los indicadores
de necesidades básicas insatisfechas.
-Hogares Pobres: presentan al menos uno de los cinco indicadores
-Hogares en pobreza extrema: presentan dos o más de los referidos
indicadores.
La medición de las NBI del mapa de pobreza pone de relieve las
carencias de la población y busca identificar el núcleo de la población que no
logra cubrir los requerimientos mínimos de subsistencia, al mismo tiempo que
aporta una referencia básica para evaluar la eficacia y la eficiencia de la acción
social.
Las metodologías basadas en el enfoque de las NBI captan
fundamentalmente la pobreza de tipo estructural al considerar variables que
cambian muy lentamente a lo largo del tiempo, constituyendo un soporte para
la definición de políticas sociales. Por su parte el método de la Línea de
Pobreza, enfoca la pobreza de tipo coyuntural, a través de la medición del
ingreso (cuando ésta es insuficiente para cubrir los gastos básicos del grupo
familiar), variable que puede cambiar rápidamente. Este método orienta hacia
la definición de políticas económicas.30
3. Método de Graffar:
Es un método creado por el profesor belga Marcel Graffar, el cual fue
modificado para Venezuela por el Dr. Méndez-Castellano. Este método permite
clasificar a las familias por estratos socioeconómicos, y más que otros métodos
proporciona una aproximación más precisa a la interrelación entre biología y
sociedad, y al igual que el NBI mide la pobreza estructural (situación global de
precariedad en la disponibilidad de bienes). Considera variables cualitativas y
cuantitativas, específicamente cuatro (4) como lo son: Profesión del jefe de
familia, Nivel de instrucción de la madre, principal fuente de ingreso de la
familia y Condiciones de alojamiento. En cada variable se le asigna un puntaje
a cada característica evaluada, que va desde 1 al 5 (1 para muy bueno y 5 para
muy malo). Finalmente se suma el puntaje obtenido en cada variable, para un
total, lo que permite clasificar a la familia en los siguientes estratos
socioeconómico: Estrato I (4 a 6 puntos) clase alta; Estrato II (7 a 9 puntos)
clase media alta; Estrato III (10 a 12 puntos) Clase media; Estrato IV (13 a 16
puntos) clase media baja o pobreza relativa y Estrato V (17 a 20 puntos) clase
baja o pobreza extrema.
A partir de los resultados obtenidos con la estratificación social aplicada a
50.000 familias por el Proyecto Venezuela, se ha considerado que los
resultados obtenidos del método de Graffar modificado por Méndez Castellano
proporcionan un indicador adecuado y confiable para medir los diversos niveles
de bienestar del grupo social. Se considera entonces que la estratificación
social es un valioso indicador por su confiabilidad para medir el subdesarrollo
nacional y regional.31
En líneas generales, la complementariedad de los métodos de medición
de la pobreza se justifica plenamente dada la multidimensionalidad del
fenómeno.30
Considerando el estado nutricional como un reflejo de las condiciones
socioeconómicas de la población, tenemos que los métodos para medir
pobreza, que parten de una concepción absoluta (identifica el núcleo de la
población que no lograr cubrir los requerimientos mínimos para la
subsistencia): satisfacción de necesidades y condiciones sociales (Mapa de
Pobreza y Método de Graffar, respectivamente) muestran mejor relación con el
déficit nutricional que los métodos relativos de satisfactores vía ingresos (Línea
de pobreza).32
B.- Evaluación Antropométrica
Está ampliamente aceptado que la práctica antropométrica es la
herramienta más útil para la valoración del estado nutricional de niños. El uso
clásico de la antropometría como el método fácilmente disponible para valorar
el estado nutricional es considerado por lo tanto viable, aunque otros métodos,
tales como pruebas bioquímicas e inmunológicas son cada vez más usados en
la práctica clínica.
Diferentes situaciones en las cuales la valoración antropométrica puede
ser usada:
-Valoración en conjunto de una población;
-Para la identificación de grupos blanco o áreas para acción prioritaria;
-Vigilancia nutricional;
-Como un aspecto especializado de vigilancia, el monitoreo de un estado
nutricional;
-Evaluar el impacto de programas;
-En situaciones de emergencia, donde las necesidades son urgentes pero los
recursos limitados;
-Medición secuencial, para la identificación de alteraciones en el crecimiento
en estado temprano.33
La evaluación antropométrica permite obtener una serie de mediciones
(variables) tanto de dimensiones generales del cuerpo: peso, talla,
circunferencia cefálica, circunferencia media del brazo y pliegues subcutáneos,
como de algunos compartimientos corporales: masa magra y masa grasa; los
cuales al ser relacionados con otras variables como edad sexo permiten la
construcción de indicadores, que pueden ser aplicados para cuantificar y
clasificar las variaciones del estado nutricional. Los indicadores
antropométricos, aunque con algunas limitaciones, son una herramienta muy
efectiva e insustituible para el tamizaje, el diagnóstico presuntivo y el
diagnóstico definitivo del estado nutricional, permitiendo el pronóstico al riesgo,
el beneficio o la respuesta en procesos de intervención nutricional.
Los indicadores se agrupan según reflejen dimensiones corporales
globales o permitan una aproximación a ciertos compartimientos corporales:
Indicadores de Dimensiones globales o Tradicionales: Peso-Edad (P/E),
Peso- Talla (P/T), Talla-Edad (T/E), Circunferencia (media) del brazo-Edad
(CMB/-E), Circunferencia Cefálica-Edad (CC/E), Indice de masa Corporal
(IMC), entre otros.
Indicadores de Composición Corporal: Pliegue de tripces-Edad (Ptr/E),
Pliegue subescapular-Edad (PSE/E), Area muscular y grasa, entre otros.34
Descripción de los indicadores empleados en la presente investigación:
1. Peso para la Talla (P/T):
El peso para la talla refleja el peso corporal en relación con la talla y se
obtiene de la comparación entre el peso obtenido en un sujeto de una talla
determinada y el valor de referencia para su misma talla y sexo.34 Su empleo
tiene la ventaja de que no se requiere conocer la edad (que puede ser difícil
obtener en las zonas poco desarrolladas). Sin embargo, cabe señalar que este
indicador no sirve como sustituto de la talla para la edad o el peso para la edad,
ya que cada indicador refleja una combinación diferente de procesos
biológicos.35
Es el indicador más específico en el diagnóstico de la desnutrición actual
o aguda en mayores de dos (2) años,34 al permitir describir un proceso grave y
reciente que ha llevado a una pérdida considerable de peso, por lo general
como consecuencia del hambre y/o una enfermedad grave. El término de
desnutrición actual o aguda se aplica cuando el indicador peso-talla refleja un
peso bajo para la talla en niños, como resultado de una deficiencia crónica de
la dieta o una patología. También se puede aplicar este término a poblaciones
en las que el peso bajo para la talla supera el 2-3% previsto sobre la base de la
distribución normal.35
Con respecto a la malnutrición por exceso, permite medir el sobrepeso,
cuando el peso es alto para la talla. Aunque es necesario utilizar indicadores de
composición corporal para determinar si el sobrepeso es a expensas de tejido
graso o magro. Sobre la base de toda la población, se puede considerar el
peso alto para la talla como un indicador de sobrepeso.35
2. Talla para la Edad (T/E):
El indicador talla para la edad refleja el crecimiento lineal alcanzado y sus
deficiencias indican las deficiencias acumulativas de la salud o la nutrición a
largo plazo35 y se usa a nivel poblacional para el diagnóstico de desnutrición
pasada o crónica mientras que la evaluación individual simplemente señala la
existencia de una talla baja, cuya etiología debe ser investigada antes de
catalogarla como desnutrición crónica.34
En las zonas poco desarrolladas, donde es considerad la prevalencia de
talla baja para la edad, se puede interpretar que la mayoría de los niños bajos
de estatura sufren una detención en su crecimiento. Por el contrario, cuando es
escasa la prevalencia de talla baja para la edad, la mayoría de los niños con
talla baja para la edad son genéticamente bajos.
La talla alta para la edad o estatura alta, es un indicador con poca
importancia para la salud pública. Sin embargo puede representar un problema
clínico, como trastornos endocrinos (Tumores productores de hormona del
crecimiento) en las zonas desarrolladas.35
3. Peso para la Edad (P/E):
El peso para la edad refleja la masa corporal en relación con la edad
cronológica. El valor para su interpretación se obtiene de la relación existente
entre el peso obtenido en un sujeto a una determinada edad y el valor de
referencia para su misma edad y sexo.34 Este indicador es sensible, fácil de
obtener y susceptible de modificarse rápidamente en situaciones de déficit
nutricional en menores de dos (2) años; sin embargo como la variabilidad del
peso está influida por la talla, debe ser interpretado con mucha cautela en la
evaluación a nivel individual.34,35 Los resultados de un peso bajo para la edad
en poblaciones permite diagnosticar la desnutrición actual o aguda. En
contraposición, un peso alto para la edad rara vez se usa con propósitos de
salud pública porque otros indicadores, como el peso alto para la talla, son más
útiles en la evaluación del sobrepeso.35
La medición del peso y la talla para la edad, y el peso para la talla,
constituyen los parámetros más fieles para evaluar crecimiento y estado
nutricional del niño, siendo la información que aporta cada indicador
complementaria una de la otra, de allí la importancia de aplicar la combinación
de estos indicadores antropométricos en la evaluación del estado nutricional de
los niños para obtener una diagnóstico inicial o presuntivo más efectivo.34
4. Circunferencia Cefálica para la Edad (CC/E):
A menudo se emplea el perímetro cefálico (perímetro occipitofrontal) en
los exámenes clínicos como parte de la detección de posibles discapacidades
neurológicas o del desarrollo en los niños.35 Su verdadera importancia está
dada en niños menores de 2-3 años de edad. Es un considerado un indicador
que refleja desnutrición de larga duración.34 Los perímetros tanto pequeños
como grandes indican un riesgo para la salud o el desarrollo.35
5. Circunferencia (Media) del Brazo para la Edad (CMB/E):
Es la relación que existe entre la circunferencia del brazo obtenida en un
individuo determinado y la referencia para su misma edad y sexo. Es un
indicador que refleja tanto el contenido de grasa como de músculo. Su
utilización en el diagnóstico de la malnutrición es más específica en los casos
de déficit, ya que su disminución implica agotamiento de reservas calóricas,
proteicas o ambas, permitiendo cuantificar desnutrición. En la malnutrición por
exceso es menos específica, ya que el incremento del valor puede deberse a
un predominio de músculo exclusivamente. 34
6. Índice de Masa Corporal:
Es la relación entre el peso (Kg) y la talla (m) de un individuo. Este se
calcula dividiendo el peso por el cuadrado de la talla. Este es un buen indicador
para evaluar el estado nutricional actual y puede usarse, en primer término, en
todo varón que mida más de 145 cm y en toda niña que mida más de 135 cm,
en los cuales no se pueda utilizar las tablas y gráficas recomendadas por la
Organización Mundial de la salud.36 Se ha recomendado el uso de este
indicador como base de los indicadores antropométricos de la delgadez y el
sobrepeso durante la adolescencia.35
El indicador es independiente de la talla y debido a su alta correlación con
mediciones directas de la grasa corporal total, se considera que refleja ésta con
bastante precisión. En relación a ello, se ha demostrado a través del tiempo
que el IMC es un buen predictor de obesidad y morbilidad por enfermedades
degenerativas crónicas en la vida adulta. También ha sido demostrado, por
numerosos trabajos, que es un indicador eficaz para el diagnóstico de
desnutrición.34
C. Evaluación Bioquímica de Zinc y Cobre:
Los elementos trazas son también esencial para la nutrición humana. El
riesgo de la deficiencia de estos aumenta si la necesidad es alta y la ingesta,
absorción o excreción están afectadas. Los niños tienen una necesidad
incrementada de elementos trazas en función del aumento de masa corporal,
que se adquiere durante el rápido crecimiento en la lactancia y durante la
pubertad. La ingesta puede ser baja debido a un pobre apetito, o carencia de
alimentos para su consumo. Por otra parte, la absorción de estos elementos
puede verse afectada por enfermedades crónicas intestinales o cuando la dieta
contiene grandes cantidades de fitatos y fibra o debido a la absorción
competitiva con algunos otros elementos trazas (ej. hierro) cuando sean
ingeridos en excesos.
1. Zinc
a. Fuente nutricional: carnes rojas, vísceras, mariscos son buena fuente o
ricos en zinc con alta biodisponibilidad por su bajo contenido de fitatos, en
comparación a las proteínas de origen vegetal,37 ya que el contenido de fitatos
de estos últimos disminuye la biodisponibilidad del zinc. El contenido de zinc en
cereales refinados es bajo, pero la biodisponibilidad está incrementada por la
separación de la fibra.38
b. Factores etiológicos de la Deficiencia:
Los requerimiento de zinc están directamente relacionados con el
anabolismo e inversamente con la biodisponibilidad en el Tracto
gastrointestinal).14 El fitato (esterhexafosfato de inositol) constituye un agente o
sustancia nutricional que genera disminución de la biodisponibilidad de zinc.39
La mayor parte de los fitatos se encuentran en el germen del maíz, en la capa
externa del salvado de trigo y del arroz, por lo que cereales y harinas sin refinar
contienen grandes concentraciones de fitatos en relación a productos
refinados. Sin embargo la molienda también elimina parte del zinc y otros
nutrimentos indispensables.17 A altas concentraciones de fitatos se genera
interacción zinc-calcio-fitato que impide la biodisponibilidad del zinc.40 Existen
otros constituyentes dietéticos, proteína o combinación proteína-fitato que
pueden ejercer también efecto negativo sobre la biodisponibilidad del zinc.37 En
contraposición, algunos aminoácidos como el glutamato, histidina y los
aminoácidos sulfurados (metionina y cisteína), incrementan la absorción de
zinc, al igual que el ácico picolínico.17 También agentes quelantes (EDTA)
artificiales o aquellos que están de manera natural en alimentos pueden
competir con fitato para incrementar la biodispobilidad de este micronutriente.
Aunque el ester fosfato vinculado con el fitato es estable, pueden ser destruido
por simple autoclave en un medio adecuado. La tasa de hidrólisis del ácido
fítico dependerá de la extensión sobre la proteína con la cual está asociado.37
Por otra parte la deficiencia de zinc puede estar asociada a un incremento
en su pérdida asociada ésta con los procesos de diarrea aguda, recurrente o
persistente.41 En este mismo sentido la parasitosis,17,42 un estado nutricional de
zinc deficiente al momento de nacer17 y prácticas inadecuadas de ablactación
también constituyen factores condicionantes a la carencia de zinc en niños.
c. Metabolismo :
El zinc es absorbido a lo largo del intestino delgado, mientras que
pequeñas cantidades es absorbido en estómago e intestino grueso. Posterior a
una ingesta de alimentos, la concentración intraluminal de zinc se incrementa
de 1,5 a 3 veces a la cantidad ingerida debido a las secreciones del jugo
gástrico que contienen zinc. El zinc posteriormente absorbido es transportado
a los tejidos en su mayor parte por la albúmina (57%), α-2- macroglobulina
(40%) y aminoácidos (3%). El zinc se encuentra fundamentalmente en los
tejidos, es ión primordialmente intracelular, asociado con organelos de la
célula, pero un 60% a 80% del zinc celular se encuentra en el citosol.43
En relación a la homeostasis de este micronutriente (distribución de zinc
en órganos y su distribución intracelular en diversos organelos dentro de la
célula), tenemos que el hígado, riñón, bazo, mucosa intestinal, pulmón,
páncreas, tiroides, pituitaria y adrenales muestran una rápida captación así
como también el movimiento de zinc, por lo que su disminución a nivel de
plasma sea difícil de observar.21 El control homeostático del metabolismo del
zinc implica un equilibrio entre la absorción del zinc de la dieta y las
secreciones endógenas mediante una regulación adaptativa y programada por
el aporte diario del elemento.44 La homeostasis del zinc se mantiene sobre todo
a través de la excreción fecal del zinc endógeno. La restricción importante de
zinc (0,3 mg/día) reduce la excreción fecal en el hombre de 10 mg/día a menos
de 1 mg/día. Las pérdidas endógenas proceden de la mezcla de la secreción
pancreática e intestinal. Las comidas estimulan la secreción de zinc endógeno,
y más de la mitad del que existe en la luz intestinal puede proceder de esta
fuente. La pérdida renal de zinc es escasa y la ingesta alimentaria del elemento
no influye de forma significativa sobre ella.44 En estudios se ha visto que frente
a una baja ingesta del zinc, los individuos son capaces de cubrir rápidamente
con los grandes cambios del zinc dietético a través de la captación;
aumentándola a más del 95% y reduciendo su pérdida en un 50% (tanto
pérdida urinaria como fecal).45,46
d. Funciones Bioquímicas:
Con el pasar del tiempo ha sido reconocida de manera incrementada el
papel importante que juega el zinc en el desarrollo cognitivo y motor del
individuo. Aunque el mecanismo exacto no está claro, parece que el zinc es
necesario en la neurogénesis, migración neunoral, sinaptogénesis, por lo que
su deficiencia podría interferir en la neurotransmisión y subsiguiente conducta
neuropsicológica.16 El zinc también es un elemento traza que juega un papel en
el crecimiento celular, especialmente en la producción de enzimas necesarias
para la síntesis de ADN y ARN (ácido ribonucleico polimerasa); por lo que el
desarrollo cognitivo y motor resultado de la deficiencia de zinc sea
consecuencia de esta función.17 Por otra parte, el zinc es esencial para la
función de más de 200 enzimas, ya que lo requieren para su actividad o
estructura; entre las que cabe señalar la anhidrasa carbónica, superóxido
dismutasa cobre-zinc, carboxipeptidasa, ácido ribonucleico polimerasa, factores
de transcripción como el ácido retinoico y el calcitriol.14,44 El zinc podría también
jugar un papel fisiológico importante en la estructura y funcionamento de las
membranas biológicas.14,20
El zinc influye en la Expresión genética por estabilización estructural y
regulación funcional de varios factores inmunológicos de transcripción
relevantes. El zinc podría resultar necesario para la estructura y actividad de la
Timulina, un péptido existente en el plasma y que estimula el desarrollo de las
células T.44 El sistema inmune está influenciado por proteínas dependientes de
zinc involucradas en las funciones celulares generales, por lo que la deficiencia
altera la función inmune, genera síntomas que incluyen atrofia del timo y alta
frecuencia de infecciones bacterial, viral y parasitaria.20
e. Efectos de la deficiencia:
A principios de los años 1940 se descubre la importancia del zinc como un
elemento traza indispensable para la salud humana. En 1961, la deficiencia de
zinc fue propuesta como la causa de enanismo, hipogonadismo y supresión
inmune. En los últimos años se ha confirmado efectos negativos de niveles
inadecuados de zinc, en los primeros años de vida, como lo es el retraso en el
crecimiento y respuesta en el crecimiento20,47,48 por lo que el bajo peso al nacer
y la talla baja en infantes y niños ha estado relacionada con la deficiencia de
zinc.14 Así mismo, la deficiencia en este micronutriente afecta el crecimiento del
cerebro y el desarrollo intelectual; el sistema inmune y la resistencia al estrés.20
En estudios de suplementación en poblaciones rurales de bajos recursos
socioeconómicos se ha observado la incidencia positiva del zinc en el
incremento en la talla y peso, así como una menor incidencia de anorexia y
morbilidad por diarrea, fiebre y vómito13,15 y reducida incidencia a infecciones
respiratorias,17 así como también un mejor desarrollo mental y mejor calidad en
la conducta motor.18 Además del crecimiento se ha observado mejora en la
composición corporal.49
f. Evaluación del Estado Nutricional:
Al presente no hay indicadores altamente sensibles del estado del zinc. El
zinc plasmático es muy resistente a los cambios.14 Sin embargo, se ha
observado en estudios de suplementación un incremento en los niveles
plasmáticos de zinc.49 La prueba contundente de una deficiencia de zinc puede
surgir solamente después de un estudio terapéutico de suplementación con
zinc, observando una rápida desaparición de los síntomas derivados de la
deficiencia.17 La reducción del crecimiento mediante limitación de la ingesta en
la dieta coincide con una reducción de las pérdidas endógenas del elemento.
Como los tejidos conservan zinc, se ha sugerido que la cantidad de la reserva
celular intercambiable del metal es muy pequeña. Los signos de deficiencia
podrían aparecer en caso de depleción de esa reserva, donde se observa
reducción del zinc plasmático por lo que puede resultar un mal indicador del
estado del elemento. En condiciones normales, tanto en animales como en el
hombre, las concentraciones plasmáticas de zinc se mantienen en cifras de 0,8
a 1,2 µg/mL. Debido al control homeostático del zinc, antes descrito, los
niveles de zinc plasmático responden a fluctuaciones en la ingesta, el ayuno,
estrés agudo, entre otros. Sin embargo, los estudios cinéticos indican que el
zinc disponible en forma de reserva almacenada es escaso, por lo que la
deficiencia se produce rápidamente cuando fracasa la adaptación a la ingesta.
Por otra parte, las células pueden tener tasas muy altas de recambio de zinc.
Resulta difícil provocar una depleción marcada de zinc esencial en las células,
a menos que se añadan quelantes del metal al medio. Como consecuencia de
esta ávida retención de zinc por parte de las células, no es posible llegar al
diagnóstico de deficiencia midiendo sus niveles en los tejidos.44
g. Requerimiento:
Se determina teniendo en cuenta la edad, el sexo, el embarazo y la
lactancia.
Lactantes 5 mg/día
Niños < 10 años: 10 mg/día
Niños > 10 años: sexo masculino: 15 mg/día
sexo femenino: 12 mg/día
Embarazo: 15 mg/día
Lactancia: 19 y 16 mg/día en los primeros y segundos seis meses de la
lactancia respectivamente.44
2. COBRE:
El Cu existe como Cu2+ o Cu1+ bajo condiciones fisiológicas. Las células
usan cobre como elemento estructural en proteínas regulatorias y en las
reacciones de transferencia de electrón simple. Sin embargo, la propiedad
redox hace al Cu un elemento esencial de sistemas biológicos. El ciclo redox
entre Cu2+ a Cu1+ puede catalizar la producción de radicales hidroxilo altamente
tóxicos, con el subsiguiente daño de lípidos, proteínas, ADN y otras
biomoléculas. Un elemento identificado recientemente para la administración
del cobre celular es Cobre-chaperona. Esta proteína ubicua ha sido identificada
en especies de montaña, humanos, procariotas y eucariotas y tiene una función
biológica crítica en el transporte de Cu en el citoplasma al sitio de utilización
por proteínas cobre-dependiente; por consiguiente, las cobre-chaperonas
previenen la interacción inapropiada del cobre con otros componentes
celulares.50
a. Fuente Nutricional:
El consumo diario varía ampliamente de un área geográfica a otra. En
general las ostras y otros moluscos alcanzan las mayores concentraciones (1237 µg/g como promedio); seguido de las nueces (3-37 µg/g); los cereales,
otras semillas y las legumbres (3-8 µg/g); el pescado (2-3 µg/g); las aves (0,5-3
µg/g); las verduras( 0,3-3 µg/g); las frutas (0,4-1,5 µg/g), y la carne (0,9-1 µg/g).
De las semillas y otros cereales, el salvado y el germen son los que tienen la
mayor parte del elemento, por lo que las harinas refinadas carecen de gran
parte del cobre que contenían originalmente.51
b. Factores Etiológicos de la deficiencia:
Los nutrientes como el hierro, zinc, molibdeno y ácido ascórbico, pueden
afectar la biodisponibilidad del cobre cuando están presentes en altas
concentraciones. En algunas especies animales se ha observado que el hierro
en forma de hierro inorgánico disminuye el estado de cobre y con el tiempo
resulta en signos clínicos de deficiencia. También, se ha observado en
humanos como en animales, que una alta concentración de zinc perjudica al
cobre. La explicación a ello sea el hecho de que el cobre presenta una fuerte
afinidad a la proteína captadora de zinc, metalotioneina, cuya secreción es
inducida por una alta ingesta de zinc. En relación al ácido ascórbico, los
valores en plasma de esta vitamina han sido correlacionados negativamente
con los niveles de ceruloplasmina plasmática, por lo que una baja actividad de
esta enzima pueda ser el resultado por excesivos niveles de ácido ascórbico.
c. Metabolismo:
La eficiencia de la captación gastrointestinal de cobre en el adulto humano
a partir de los alimentos normales es muy alta, con valores de absorción
aparente que oscilan entre 55% y 75% y que no varían de manera apreciable
con la edad ni con el sexo. Se ha comprobado que, tanto en el hombre como
en la rata, la captación responde, al menos parcialmente, a las necesidades.
Se ha encontrado que la absorción de cobre disminuye por incremento del
cobre dietético, al mismo
tiempo que la excreción intestinal aumenta. Así, cuando el cobre dietético es
adecuado o excede su adecuación, cambios en la cantidad de excreción
endógena de cobre son más importantes en el mantenimiento de la
homeostasis que los cambios en el porcentaje de su absorción.52 En estudios
en humanos se ha observado aun incremento en la absorción del cobre
durante periodos de déficit de este oligoelemento y una excreción
significativamente baja.53 En los mamíferos normales, la absorción de cobre
solo sufre una reducción significativa cuando se administran Zinc y calcio en
cantidades muy altas ya que estos elementos compiten por el sitio de enlace
sobre la mucosa intestinal o sobre la proteína metalotioneina. Otros factores
nutricionales que influyen en la absorción del cobre son los agentes quelantes
(como aminoácidos y citrato), que potencian su absorción, y los agentes de
captación intestinal (bilis y fibra) que la inhiben debido a la formación de
complejos no absorbibles.21,51,52
Tras su absorción intestinal, el cobre penetra rápidamente en la circulación
sanguínea y se deposita, sobre todo en hígado. La albúmina parece ser el
primer transportador del cobre absorbido, luego vuelve a aparecer en sangre
unido a la ceruloplasmina, que contiene de 60% a 65% del cobre existente en
el plasma y en el suero humano y se encarga de transferir el cobre desde el
hígado para su captación por células de la mayoría de los tejidos orgánicos.
Además, se puede encontrar cobre sanguíneo unido a los eritrocitos y
aminoácidos.51 La principal porción de cobre en el eritrocito está en la enzima
superoxido dismutasa, esta enzima presente también en cerebro e hígado. El
cobre enlazado a los aminoácidos, formando un complejo, podría ser
importante en la entrada de cobre dentro de las células y componentes
celulares.21
La homeostasis del cobre está regulada tanto por su absorción como
excreción. En general, no puede considerarse que el cobre sea un metal que
se almacene. Aunque, aparentemente, existe algún tipo de regulación de la
absorción relacionada con las necesidades, de forma que se absorben
cantidades mayores en caso de deficiencia y menores cuando su estado es
adecuado, la homeostasis del cobre se mantiene a través de la excreción. Las
células de la mayor parte de los tejidos están equipadas para secuestrar
temporalmente el exceso en forma de cobre tioneína (complejo formado por
cobre y la pequeña proteína rica en cisteína, metalotioneína). En las células
hepáticas y renales, la entrada del exceso de cobre puede inducir también un
aumento de la expresión de dicha proteína. La unión a la metalotioneína es,
además, un mecanismo para destoxificar los iones de cobre que, de lo
contrario, catalizarían la formación de radicales de oxígeno.51 La mayoría del
cobre es excretado por el tracto biliar (Bilis) y muy poco cobre normalmente es
excretado en la orina.21 También pasan al aparato gastrointestinal cantidades
sustanciales de cobre procedentes de la saliva y de los jugos gástrico,
pancreático e intestinal. De hecho, la cantidad total de cobre secretado
diariamente al aparato digestivo (unos 5 mg) es tres veces mayor que la
existente en la dieta habitual del humano adulto (0,6mg a 1,6mg
aproximadamente). La mayor parte de este cobre es reabsorbido, ya que la
excreción fecal neta (es > 90% de las pérdidas del metal) establece un balance
neto con la ingesta. La pérdida por la orina (<0,07 mg) o a través de la piel, las
uñas y el pelo es muy escasa. Como la bilis es la principal vía de excreción del
cobre, para que se produzca una excreción neta, la mayor parte del cobre de
los tejidos ha de volver antes al hígado. Una parte del cobre recién absorbido
que penetra en los hepatocitos en forma iónica también encuentra una vía más
directa hacia la biliar, sobre todo cuando se administran grandes dosis. Lo más
probable es que gran parte del cobre de los tejidos periféricos regrese al
hígado a través del mismo mecanismo que utiliza el cobre recién absorbido
para abandonar el intestino. Tras la liberación en forma de Cu2+ en el líquido
intestinal, el metal se sumaría a la reserva plasmática de cobre intercambiable
(uniéndose a la albúmina y a la transcupreína) como forma de encontrar la vía
de retorno al hígado y a los riñones.51
d. Función Bioquímica:
La química redox de este elemento lo hace especialmente adecuado para
liberar y aceptar electrones, por lo que muchas de las reacciones de
transferencia de electrones y de oxido-reducción son catalizadas en los
sistemas orgánicos por enzimas que contienen cobre, entre las que tenemos la
enzima citocromo oxidasa y sus coenzimas citocromo c, es una de las enzimas
que contienen Cu, y que cataliza la transferencia directa de electrones al
oxígeno molecular generando su reducción a una molécula de agua. En este
sentido, tenemos otras enzimas con cobre ampliamente distribuidas que
desempeñan un papel importante en la defensa antioxidante: Superoxido
dismutasa (SOD) intra y extracelulares, la ceruloplasmina extracelular y las
tioneínas con cobre, principalmente intracelulares. Todas las SOD catalizan la
conversión de los aniones de superóxido en peróxidos., posteriormente estos
son convertidos en agua por la catalasa o por la glutatión peroxidasa
dependiente de selenio. La ceruloplasmina combate a los radicales libres de
oxígeno fuera de las células. Esta enzima es un eliminador de varios tipos de
radícales de oxígeno.51 La ceruloplasmina actúa bioquímicamente como una
oxidasa interviniendo en la conversión del hierro ferroso a férrico para que este
último forme complejos estables con la transferrina, de allí que a la
ceruloplasmina se le conozca con el nombre de ferroxidasa.22
Otra enzima que requiere cobre e interviene en las reacciones moleculares
es la lisil oxidasa extracelular del tejido conjuntivo, necesaria para la
maduración adecuada del colágeno y de la elastina, ya que cataliza la
formación de enlaces cruzados, por lo tanto resulta fundamental para el
funcionamiento y la formación del tejido conjuntivo, incluso la reparación de las
heridas y el mantenimiento de la integridad de los vasos sanguíneos. La
tirosinasa, contiene cobre y cataliza la conversión de tirosina en el polímero de
melanina, que protege la piel del exceso de rayos ultravioletas y determina la
pigmentación de los ojos y el pelo.
Las enzimas con cobre son también importantes para el metabolismo y
funcionamiento normal del hierro en los mamíferos. La SOD Cu/Zn es una
enzima necesaria para los eritrocitos, (especialmente expuestos al oxígeno),
además, tanto la ceruloplasmina como otra enzima dependiente de Cu (La
ferroxidasa II) podrían desempeñar un papel en el flujo de hierro que mantiene
la hematopoyesis. El hierro liberado de los depósitos (como ferritina hepática)
debería encontrarse en forma de Fe2+ y la ceruloplasmina (también conocida
como ferroxidasa I) y la ferroxidasa II lo oxidarían a la forma a la forma Fe3+
para que pudiera unirse a su proteína plasmática de transporte (la transferrína
solo capta Fe3+). Una disminución de la actividad de las ferroxidasas se
traduciría en una reducción del flujo de hierro que vuelve hacia la médula ósea,
y por tanto, en una disminución de la tasa de formación de eritrocitos.51
El cobre parece jugar un papel significante en el mantenimiento de la
función inmune. El mecanismo de acción no está claramente definido, sin
embargo, el cobre parece estar íntimamente involucrado en la señalización de
la cascada de citoquinas. Una reducción en la circulación de IL-2 explicaría la
depresión en la respuesta de células inmune y humoral T-dependientes
asociado con la deficiencia de cobre.51
El cobre es requerido para la formación y mantenimiento de mielina, ya
que la síntesis de fosfolipidpos depende de la enzima citocromo oxidasa.53
e. Efectos de la Deficiencia:
Se ha correlacionado significativamente bajos niveles cobre con ausencia
de la lactancia, recurrente infección respiratoria y diarrea.54
A nivel celular se observa una reducción de la capacidad para llevar a
cabo la respiración y la fosforilación oxidativa y, por tanto, en una deficiencia
del suministro de energía, por deficiencia de la actividad de la enzima
citocromo oxidasa. Aumento de la fragilidad de las membranas celulares, ya
que los lípidos insaturados de la periferia celular son especialmente vulnerables
a la lesión oxidativa, como resultado de la baja actividad de la enzima
superoxido dismutasa. Esto genera un acortamiento en la esperanza de vida de
los eritrocitos y en un aumento de la acumulación de los productos de la
oxidación lipidia en estas células.51 La espectrina es un componente del
citoesqueleto de eritrocito y tiene un papel esencial en el mantenimiento de la
forma y estructura de la integridad de la membrana así como también en
controlar la movilidad de las proteínas integrales de membrana, por lo que la
deficiencia de cobre, podría alterar la interacción de la espectrina con otros
citoesqueletos o proteínas de membrana y afectar las propiedades mecánicas
de la célula que depende del citoesqueleto y membrana celular. Se podría
considerar entonces que la espectrina puede ser un blanco específico para el
daño oxidativo cuando es baja la actividad de la Cu-Zn SDismutasa por
deficiencia de Cu. También, en ratas deficientes en cobre se ha observado un
profundo efecto sobre muchos aspectos del sistema inmune y su interacción,
entre los que está una reducción del peso del timo, en relación a los animales
controles. Adicionalmente, una rápida pérdida de la actividad de la
ceruloplasmina sérica, disminución de la producción de la hormona quimica, así
como también, una pérdida de reactividad en la población de células B y T.23
Por otra parte, los animales muy deficientes en cobre pierden la habilidad para
convertir el hierro ferroso a férrico, por la alteración de la actividad de la enzima
ceruloplasmina, por lo pueden observarse anemias hipocrómicas a pesar de
existir depósitos elevados de hierro en los tejidos.22
Así mismo tenemos que entre los síntomas observados en la deficiencia
de cobre, además de anemia, está la leucopenia y neutropenia; la disminución
de ceruloplasmina y de SOD Cu/Zn eritrocitaria; la hipercolesterolemia; el
aumento del recambio de eritrocitos y el desarrollo de patrones
electrocardiográficos anormales.51
En animales se ha observado anormalidades del tejido elástico (formación
ósea). En todas estas anormalidades la matriz orgánica más que el contenido
mineral, parece estar involucrado debido a la baja actividad de la enzima
Monoamino oxidasa (MO) que contiene cobre. La carencia de la enzima genera
déficit en la formación de desmosina que forma los enlaces cruzados entre la
fibra de elastina y tejido elástico, lo que conlleva a normalidades en la
solubilidad del tejido elástico.21
f. Evaluación del estado nutricional:
En el hombre la mayor parte del cobre plasmático (aproximadamente el
80%) existe como ceruloplasmina22 por lo que en estudios en sujetos con
niveles de cobre sérico bajo (0,66 mg/d por 24d) se observó que la
concentración y la actividad de la ceruloplasmina disminuyeron
significativamente, así como también la excreción de cobre urinario. Por el
contrario, la concentración de ceruloplasmina y el cobre urinario se incrementó
en respuesta a la repleción. También se observó una reducción de la
concentración de la superóxido dismutasa en periodos de depleción.53 Se ha
observado en estudios una correlación entre la actividad de la enzima CobreZinc Superóxido Dismutasa y los niveles de cobre.54
La ceruloplasmina ha sido considerada generalmente el índice fidedigno
del estado del cobre, pero algunos consideran también a la superoxido
dismutasa de los eritrocitos con igual o más sensibilidad. El rango normal de
estos índices varía entre los laboratorios, pero aproximadamente son: 64-156
µg/dL para el cobre sérico, 18-40 µg/dL para la ceruloplasmina y 0,47 ± 0,067
mg/g. Aunque los niveles cobre sérico y ceruloplasmina claramente reflejan
deficiencia severa, estos no podrían ser sensibles a un estado marginal de
cobre. La investigación de un índice fidedigno o seguro ha sido poco exitosa.
Los niveles de cobre en cabello, uñas o saliva no parecen reflejar el estado del
cobre. El cobre urinario varía enormemente entre individuos y disminuye
solamente cuando el cobre dietético es muy bajo. La citocromo oxidasa en
eritrocitos, o posiblemente en plaquetas o células blancas, puede ser sensible
al estado del cobre, sin embargo se requiere más investigación al respecto.
Otros índices, como contenido de cobre en leucocitos y cambios en la actividad
de la lisil-oxidasa pueden proveer potencialmente información sobre el estado
del cobre.54
g. Requerimiento:
No hay aporte nutricional recomendado, pero se considera que cantidades
de 2 a 3 mg son inocuas y adecuadas para los adultos, y se sugieren ingesta
menores para lactantes y niños. Las necesidades reales podrían ser inferiores
a 1 mg/día en los adultos.51 Basado en estudios se ha llegado ha recomendar
un requerimiento mínimo de cobre dietético entre 0,4 y 0,8 mg/día.54
III. METODOLOGIA
A. Muestra poblacional
La población perteneciente a los diferentes sectores de La Escalera del
Municipio “Andrés Eloy Blanco” fue censada por una enfermera de medicina
simplificada del ambulatorio de esta comunidad, determinándose que la
población estaba conformada por 215 menores de 15 años, distribuidos en 22
menores de 2 años, 80 entre 2-6 años y 113 con edades comprendidas entre 7
y 14 años. La selección de la muestra se hizo por estratificación de acuerdo a
los grupos de edades y los individuos se seleccionaron por el método aleatorio
simple, quedando para la muestra un total de 104 niños, distribuidos de la
siguiente manera: en el grupo menor 2 años 12 niños y entre 2-6 años y 7-14
años 43 y 60 individuos respectivamente. Después de excluir aquellos
pacientes que presentaron suero hemolizado y pruebas sanguíneas
incompletas, la muestra final quedó conformada por 8 menores de 2 años, 37
en el grupo de 2-6 años y 59 en el grupo etario de 7-14 años. La agrupación de
los niños por grupos de edad (menores de 2 años, 2-6 años y entre 7-14 años)
utilizada es la misma escala que emplea el Ministerio de Salud y Desarrollo
Social (MSDS) de la República Bolivariana de Venezuela y el Sistema de
Vigilancia Alimentaria Nutricional (SISVAN) del Instituto Nacional de Nutrición
(INN).
Los 104 niños seleccionados pertenecían a 70 familias del sector antes
mencionado; de los cuales 52 correspondían al sexo femenino y un número
igual al sexo masculino.
A los padres y representantes de los niños se les explicó en que consistía
el estudio y se les solicitó el consentimiento por escrito para la participación de
su representado en el estudio.
B. Estudio Socioeconómico del Grupo Familiar
El día de la toma de la muestra de cada niño se procedió a interrogar al
representante del niño, sobre las condiciones socioeconómicas de la familia,
aplicando el Método de Graffar modificado para Venezuela por Hernán Méndez
Castellano (31) y el método de las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI)
para obtener el Mapa de Pobreza.30
C. Evaluación Antropométrica
Los niños fueron evaluados antropométricamente por miembros del
equipo de Bioquímica nutricional, debidamente estandarizados. Las variables
antropométricas tomadas fueron: peso (P), talla (T), circunferencia cefálica
(CC) y circunferencia del brazo (CB). La calibración de los instrumentos fueron
verificados previo a la medición.
Los niños fueron pesados y medidos en ropa interior y sin zapatos. En los
menores de 2 años el peso y talla se obtuvo por un infantómetro. Para tomar el
peso los niños estaban sentados o acostados y la talla fue tomada con el niño
en decúbito supino con el vértice de la cabeza en contacto con la cabecera
vertical fija, y la línea de visión alineada perpendicularmente al plano de la
superficie de medición (Plano de Frankfort). Los hombros y caderas alineados
en ángulo recto con respecto al eje longitudinal del cuerpo, las extremidades
inferiores extendidas y la superficie descansando a los costados del tronco.
Con la ayuda de una segunda persona, se sostiene al niño por las rodillas, con
los dedos de los pies apuntando hacia arriba y aplicando una ligera tracción
trae el carro móvil del equipo haciéndolo coincidir contra éstos.34 La
determinación del peso y talla en los niños de 2 años o más se empleo un peso
tallímetro de pie de la marca DETECTO®. Para medir ambas variables, los
individuos fueron ubicados en la plataforma del instrumento de frente al
investigador y en posición antropométrica: sujeto en forma erguida, con los
talones unidos y puntas de los pies separadas en un ángulo aproximado de
45°, con los brazos en forma relajada, a los lados del cuerpo y la cabeza
colocada con una orientación en un plano paralelo a la superficie de apoyo del
individuo (Plano de Frankfort) el cual se determina trazando una línea
imaginaria que pase por el borde inferior de la órbita y el margen superior del
conducto auditivo externo y paralela al plano de apoyo.
Para determinar la CB y la CC se empleó una cinta métrica de plástico y
aplicando la técnica de medición correspondiente, de acuerdo a las técnicas
recomendadas para tal fin y eligiendo el hemicuerpo del lado izquierdo para
realizar la medida de la circunferencia (media) del brazo. El indicador Indice de
Masa Corporal (IMC) se obtuvo de la relación peso en Kilogramo / Talla2 en
metros.34
La evaluación nutricional antropométrica se realizó con los indicadores
construidos a partir de las variables antes descritas. Los indicadores de
dimensión corporal utilizados fueron: Peso para la Talla (P/T); Talla para la
Edad (T/E); Peso para la Edad (P/E), Circunferencia cefálica para la Edad
(CC/E) e Indice de masa corporal para la edad (IMC/E). El indicador de
composición corporal empleado fue la Circunferencia del brazo para la Edad
(CB/E). Estos indicadores se aplicaron para todos los grupos etarios excepto la
CC/E considerada solamente al grupo menor de 2 años.
Para los indicadores P/T, T/E y P/E se emplearon los patrones de
referencia de la OMS (35) y para la CC/E, CB/E e IMC/E se emplearon los
patrones de referencia del Proyecto Venezuela.55 Adicionalmente se clasificó el
estado nutricional de acuerdo al método de combinación de indicadores P/T,
T/E y P/E.56
Como punto de corte para definir la normalidad para los indicadores P/T,
T/E, P/E, IMC/E, CB/E y CC/E se estableció un valor mayor que el percentil 10
e igual o menor que el percentil 90 de la referencia.56,58 Los resultados se
expresaron en porcentajes de normalidad, déficit y de exceso para los dos
sexos.
D.- Determinaciones Bioquímicas: Zinc y Cobre en suero.
En ayuno, a todos los niños seleccionados para el estudio se les tomó 10
ml de sangre por punción venosa, en el pliegue del codo , con jeringas
desechables libre de metales, entre las 7 am y las 9 am, para evitar el ciclo
circadiano del zinc.57
Para la determinación de los oligoelementos, zinc y cobre, se usaron 8 ml
de sangre sin anticoagulante, los cuales fueron colocados en tubos de vidrio
previamente lavados con ácido nítrico al 12%, dejándose 90 minutos a
temperatura ambiente hasta la retracción del coágulo. Luego se centrifugaron
las muestras a 3000 r.p.m. durante 20 minutos, el suero obtenido se almacenó
a -20 °C en tubos plásticos, lavados previamente c on ácido nítrico al 12 %
hasta la medición de los elementos zinc y cobre.59
Las determinaciones de zinc y cobre se realizaron por espectofotometría
de absorción atómica de llama, mediante el método de Smith (60), para lo cual
se utilizó un espectrofotómetro de absorción atómica PYE UNICAM SP191. Las
concentraciones de los patrones de zinc fueron de 0,2; 0,4 y 0,8 ppm y las
concentraciones de los patrones de cobre utilizadas fueron: 0,5; 1 y 2 ppm,
todos en medio acuosos. La longitud de onda usada para la determinación de
zinc fue de 219,3 nm y de 324,8 nm para la determinación de cobre. Para
ambos oligoelementos se uso un flujo de aire 5 L/min y de acetileno 600
ml/min. Las corrientes de cada una de las lámparas utilizadas fueron aquellas
recomendadas por los fabricantes. Para determinar las deficiencias de zinc y
cobre sobre los niños evaluados, se escogieron como punto de corte: < 0,72
µg/mL para la deficiencia de zinc y < 0,87 µg/mL para la deficiencia de cobre.61
E.- Análisis Estadístico
Para el estudio estadístico se utilizó el programa SPSS 9.0. Los
resultados están expresados como medias ± desviación estándar (X ± DE) y
proporciones. Se realizaron estudios de ANOVA de una vía para comparar
medias y el Test de Duncan para comparar grupos. Se consideró como
diferencia significativa un valor de p< 0,05.
IV. RESULTADOS
A. Población.
La población del estudio estuvo conformada por 104 niños, (52 sexo
masculino y 52 sexo femenino). En relación al grupo etario la mayor proporción
de niños se ubicó en el grupo de 7 a 14 años (56,7%) seguido del grupo de 2 a
6 años y menores de 2 años con un 35,6% y 7,7% respectivamente.
Con respecto a las edades, el promedio fue de 1,3 años para los niños
menores de 2 años; de 3,35 años en el grupo etario de 2-6 años y de 10,3 años
en los de 7-14 años.
B. Estratificación Social y Nivel de Pobreza de la población.
El mayor número de familias (52,9%) se ubicó en el Estrato (ES) IV,
seguido de un 40% pertenecientes al ES III. Solo 5 familias (7,1%) registraron
una puntuación de de 17 a 20 puntos por lo que se ubicaron dentro del ES V.
Al evaluar la distribución de las familias según las variables del método de
Graffar con sus diferentes puntuaciones tenemos que en la variable “Profesión
del jefe de familia “el 88,6% fueron clasificados como pequeños productores ya
que su principal actividad esta dada al cultivo de café mientras que un 2,9% y
8,6% se ubicaron como obreros especializados (Choferes y costureras) y no
especializados respectivamente (jornaleros y albañiles).
Para la variable “Nivel de Instrucción de la madre” el 74,3% tenían
educación primaria o alfabeto; un 12,9% secundaria incompleta y un 12,9%
eran analfabetas.
En relación a la variable “Principal fuente de Ingreso de la familia” la
mayoría de las familias (90%) vive de ganancias obtenidas a través de la venta
del café u otros productos agrícolas como maíz, caraotas o frijoles; seguido de
8,6% de familias que perciben un salario semanal como jornaleros y solo 1,4%
recibe un sueldo mensual.
En lo que respecta a las “Condiciones de alojamiento” el 41,1% eran
viviendas con ambientes especiosos o reducidos con deficiencias en algunas
condiciones sanitarias y el 58,6% eran ranchos o vivienda con espacios
insuficientes y condiciones sanitarias inadecuadas.
En base al Método de las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), el
100% de las familias eran pobres, donde el 90% de éstas tenían Pobreza
extrema, ya que todas las familias presentaron una o dos de las necesidades
básicas insatisfechas.
El 100% de las familias tenían viviendas sin los dos servicios básicos
(agua potable y eliminación de excretas); el 75,7% vivían en hogares con
viviendas inadecuadas y el 55,7% de los grupos familiares estaban en
hacinamiento crítico (más de 3 personas por dormitorio). Así mismo, tenemos
que el 45,7% de los jefes de familia tenían menos de 3 años de educación y
mantenían grupos mayores a 3 personas; y el 15,7% de las familias tenían
niños en edad escolar (7-12 años) que no asisten a la escuela.
C. Evaluación Nutricional Antropométrica.
En el Cuadro 1 se reportan las variables antropométricas peso, talla,
circunferencia del brazo e índice de masa corporal según grupo etario. Los
datos están expresados como media y desviación estándar de los 104 niños
evaluados.
Cuadro 1. Variables antropométricas, peso, talla, circunferencia del brazo (CB)
e índice de masa corporal (IMC) según grupo etario de la población menor de
15 años de La Escalera en el Municipio Andrés Eloy Blanco, Estado Lara,
2002.
Grupo Etario
(años)
Peso
(Kg)
Talla
(cms)
CB
(cms)
IMC
(Kg/T2)
a
a
a
10,3 ± 1,2
79,2 ± 5,4
15,36 ± 1,05
a
b
a
2-6
14,9 ± 2,8
98,5 ± 9,0
15,58 ± 1,02
b
c
b
7-14
29,7 ± 10,1
132,8 ± 12,9
19,37 ± 3,0
Los valores están expresados en medias y desviación estándar
a
6,41 ± 1,71
a
15,22 ± 1,18
a
16,52 ± 2,83
<2
Los valores de peso y talla se incrementaron de manera proporcional al
grupo etario, siendo estadísticamente diferentes (p< 0,05) en todos los grupos
etarios excepto en la variable peso en los menores de 2 años y 2-6 años.
Similar comportamiento se observó en la variable circunferencia del brazo. En
contraposición, los valores de índice de masa corporal fueron similares en
todos los grupos etarios.
Por otra parte, la evaluación antropométrica según los indicadores Peso
para la Talla, Talla para la Edad y Peso para la edad para el total de niños
aparece en el cuadro 2. El cuadro muestra que en general, la pobreza ejerce
un efecto negativo sobre el estado de nutrición de los niños. El déficit
nutricional de la población se reflejó a través de los 3 indicadores, siendo más
evidente para el indicador peso-edad con un 35,6%, seguido del indicador tallaedad (32,7%) y de un 24% de déficit por el indicador peso-edad.
Cuadro 2. Estado Nutricional según los indicadores antropométricos Peso para
la Talla (P/T), Talla para la edad (T/E) y Peso para la Talla (P/T) de la población
menor de 15 años de La Escalera en el Municipio Andrés Eloy Blanco, Estado
Lara, 2002.
Indicadores antropométricos
T/E
P/T
Estado
Nutricional
Sobre
La
norma
Normal
Bajo
la
Norma
Total
P/E
(n)
(%)
(n)
(%)
(n)
(%)
2
77
2
74
4
66
3,8
63,5
2
65
1,9
62,5
25
104
24
100
34
104
32,7
100
37
104
35,6
100
El término sobre la norma indica sobrepeso y bajo la norma déficit nutricional o
desnutrición.
Los Gráficos 1,2 y 3 indican a través de los tres (3) indicadores los
diferentes estados de nutrición encontrados para cada grupo etario. Los datos
están expresados en porcentaje de 8 niños para el grupo menor de 2 años, de
37 y 59 niños en el de 2-6 años y 7-14 años respectivamente.
A través del indicador peso-talla (Grafico 1) el déficit nutricional fue mayor
en el grupo menor de 2 años con un 37,5%, seguido del grupo de 7-14 años
(24,6%) y de 2-6 años (20,0%), por el contrario se registró sobrepeso en los
niños de 7-14 años. El estado nutricional normal se presentó en todos los
grupos etarios especialmente en los niños de 2-6 y 7-14 años.
Prevalenci
a (%)
Grafico 1
Estado Nutricional según el indicador Peso para la Talla (P/T) por grupo etario de
la población menor de 15 años de La Escalera del Municipio Andrés Eloy Blanco,
Estado Lara, 2002.
100%
0
37,5
0
20
3,3
24,6
62,5
80
72,1
<2
2-6
7-14
50%
0%
Grupos etarios (años)
Normal
Bajo la Norma
Sobre la Norma
Para el indicador Talla-edad (Grafico 2) el grupo más afectado por déficit
nutricional fue el de 2-6 años con un 37,7%, seguido del grupo erario de 7-14
años y los menores de 2 años con un 28,6% y 12,5% respectivamente. Se
evidenció un estado nutricional normal mayor al 60% en los tres grupos etarios,
alcanzando un 75% en los menores de 2 años. Por otra parte, la presencia de
talla alta solo fue notoria en los menores de 2 años (12,5%), en contraposición
al grupo de 7-14 años (1,6%).
Grafico 2
Estado Nutricional según el indicador Talla para la Edad (T/E) por grupo etario de la
población menor de 15 años de La Escalera del Municipio Andrés Eloy Blanco,
Estado Lara, 2002.
Prevalencia
(%)
100%
80%
12,5
5,7
1,6
12,5
28,6
37,7
75
65,7
60,7
<2
2-6
7-14
60%
40%
20%
0%
Grupos etarios (años)
Normal
Bajo la Norma
Sobre la Norma
En el indicador Peso-edad (Grafico 3) se tiene similar comportamiento que
los indicadores anteriores, predominando el estado nutricional normal que
osciló entre 60,7% y 65,7%. Sin embargo la desnutrición se observó en los 3
grupos etarios con tendencias similares alcanzando en promedio al 32,3% de la
población en estudio. El sobrepeso solo se registró en 1,6% de los niños de 714 años.
Cabe señalar que aunque los indicadores antropométricos P/T, T/E y P/E
aportan una información útil en cada caso, ésta es complementaria, de allí la
importancia de aplicar la combinación de indicadores antropométricos en la
evaluación del estado nutricional en niños para obtener un diagnóstico
nutricional inicial o presuntivo más efectivo.34
Grafico 3
Estado Nutricional según el indicador Peso para la Edad (P/E) por
grupo etario de la población menor de 15 años de La Escalera del
Municipio Andrés Eloy Blanco, Estado Lara, 2002.
Prevalencia (%)
100%
80%
12,5
0
1,6
34,3
37,7
62,5
65,7
60,7
<2
2-6
7-14
25
60%
40%
20%
0%
Grupos etarios (años)
Normal
Bajo la Norma
Sobre la Norma
La evaluación nutricional antropométrica por Combinación de Indicadores
(P/T, T/E y P/E) en el total de niños evaluados (Grafico 4) mostró un 62,5% con
estado nutricional normal. El 35,6% presentó desnutrición siendo el grupo más
afectado los niños de 7-14 años (41,0%), seguido del grupo menor de 2 años y
de 2-6 años con un 37,5% y 25,7% respectivamente. Por otra parte, en el 1,9%
de la población total se apreció sobrepeso, siendo el grupo etario afectado el
de 7-14 años.
El Cuadro 3 muestra la evaluación nutricional según los indicadores
Circunferencia cefálica para la edad, Circunferencia del brazo para la edad e
Indice de Masa Corporal para la edad, en el total de la muestra estudiada.
Grafico 4
Estado Nutricional según Combinación de Indicadores Antropométricos por grupo
etario y en la población total de La Escalera del Municipio Andrés Eloy Blanco,
Estado Lara, 2002.
0
0
37,5
25,7
62,5
74,3
Prevalencia
(%)
100%
80%
3,3
1,9
41
35,6
55,7
62,5
7-14
P o b To tal
60%
40%
20%
0%
<2
2-6
Grupos etarios (años)
Normal
Bajo la Norma
Sobre la Norma
Cuadro 3: Estado Nutricional según los indicadores antropométricos
Circunferencia cefálica para la edad (CC/E), Circunferencia del brazo izquierdo
para la edad (CBI/E) e Indice de masa corporal para la edad (IMC/E) de la
población menor de 15 años de La Escalera en el Municipio Andrés Eloy
Blanco, Estado Lara, 2002.
CC/E
Estado
Nutricional
Sobre
La
norma
Normal
Bajo
la
Norma
Total
INDICADORES ANTROPOMETRICOS
CB/E
IMC/E
(n)
(%)
(n)
(%)
(n)
(%)
1
6
12,5
75
4
87
3,8
83,7
3
89
2,9
85,6
1
8
12,5
100
13
104
12,5
100
12
104
11,5
100
En la muestra evaluada un promedio de 81% de los individuos eran
normales para los tres (3) indicadores, mientras que el número de niños con
déficit nutricional fue en promedio 6,7 veces menor. La prevalencia de exceso
osciló en 12,5% para el indicador Circunferencia cefálica -edad; 3,3% para
circunferencia del brazo-edad y 2,9% para el índice de masa corporal.
D.- Evaluación Nutricional Antropométrica y Estratificación Social.
La proporción de niños con diferentes estados de nutrición y su condición
social según el método de Graffar, fue evaluada y se indica en el Gráfico 5.
La incidencia del déficit nutricional se presentó en los niños
pertenecientes a los estratos III (36,8%), IV (36,2%) y V (25%), siendo esta
mayor en los niños del estrato medio bajo (III) y obrero (IV) o con pobreza
marginal en relación con los del estrato marginal (V) o con pobreza extrema. En
relación al sobrepeso, los pocos casos registrados fueron de niños del estrato
IV. El estado de nutrición normal estuvo entre un 60% a 75% para los estratos
inicialmente mencionados.
Prevalencia (%)
Grafico 5
Proporción de niños de acuerdo al estado nutricional según combinación de
indicadores y Estrato Socioeconómico de la población total de La Escalera del
Municipio Andrés Eloy Blanco, Estado Lara, 2002.
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
0
3,5
36,8
36,2
63,2
60,3
III
IV
0
25
75
V
Grupos etarios (años)
Normal
Bajo la Norma
Sobre la Norma
E. Estado Nutricional del Zinc y Cobre Sérico
El cuadro 4 muestra los valores correspondientes a las concentraciones
séricas de zinc y cobre expresados como media y desviación estándar por
grupo etario y la población total.
Cuadro 4: Concentración sérica de zinc y cobre por grupo etario y población
total de los niños menores de 15 años de La Escalera del Municipio Andrés
Eloy Blanco, Estado Lara, 2002.
Grupos Etarios (años)
<2
2-6
7-14
Total
Concentración sérica (µg/ml)
Zinc
Cobre
0,81 ± 0,11a
1,51 ± 0,31a
0,82 ± 0,14 a
1,24 ± 0,21b
a
0,80 ± 0,13
1,09 ± 0,20c
0,81 ± 0,13
1,18 ± 0,24
La concentración sérica total fue de 0,81 ± 0,13 µg/mL para el zinc y 1,18
µg/mLpara el cobre.
Por grupo etario, la concentración de zinc fue similar y estadísticamente
igual entre estos grupos, por el contrario, la concentración de cobre fue
desciendo con la edad, presentando la mayor concentración en el grupo menor
de 2 años (1,51 ± 0,31 µg/mL), seguido por los niños de 2-6 años (1,24 ± 0,21
µg/mL) y con la menor concentración el grupo de 7-14 años (1,09 ± 0,20
µg/mL), siendo estadísticamente diferentes (p< 0,05).
El porcentaje de niños que resultaron normales y deficientes en las
concentraciones séricas de zinc y cobre se muestran en el Cuadro 5.
Cuadro 5. Proporción de niños con niveles de cinc y cobre sérico Normal y por
debajo del límite inferior de la referencia de la población menor de 15 años de
La Escalera en el Municipio Andrés Eloy Blanco, Estado Lara, 2002.
Nivel
Sérico
Zinc
Cobre
Normal
(n)
91
96
Déficit
(%)
87,5
92,3
(n)
13
8
Total
(%)
12,5
7,7
(n)
104
104
(%)
100
100
La mayoría de los niños estudiados (87% a 92%) presentaron niveles
normales de zinc y cobre, sin embargo también se registraron casos de
deficiencias, de un 12,5% para el zinc y 7,7% para el cobre.
La proporción de niños con niveles séricos de zinc y cobre normal y bajo
por grupo etario se aprecia en los gráficos 6 y 7. El porcentaje corresponde a
un total de 8 niños en el grupo menor de 2 años, 37 niños en el grupo de 2-6
años y 59 niños en el grupo de 7-14 años.
Grafico 6
Proporción de niños con niveles de Zinc sérico normal y por debajo del límite
inferior de la referencia (1) según grupo etario de la pobación menor de 15
años de La Escalera del Municipio Andrés Eloy Blanco, Estado Lara, 2002.
Prevalencia (%)
100%
80%
25
10,8
11,9
89,2
88,1
2-6
7-14
60%
40%
75
20%
0%
<2
Grupos etarios (años)
Normal
Déficit
En relación a la deficiencia de zinc, el grupo de niños menores de 2 años
fue el más afectado; mientras que en los grupos de 2-6 años y 7-14 años la
deficiencia en promedio fue 2,2 veces inferior con respecto al grupo menor de 2
años. La prevalencia de niños con valores normales de zinc osciló entre un
75% a 89% en los tres grupos etarios.
Prevalencia (%)
Grafico 7
Proporción de niños con niveles de Cobre sérico normal y por debajo
del límite inferior de la referencia (1) según grupo etario de la
pobación menor de 15 años de La Escalera del Municipio Andrés Eloy
Blanco, Estado Lara, 2002.
100%
80%
60%
40%
20%
0%
0
2,7
11,9
100
97,3
88,1
<2
2-6
7-14
Grupos etarios (años)
Normal
Déficit
La deficiencia de cobre se presentó solo en los grupos de 2-6 años
(2,7%) y 7-14 años (11,9%). En contraposición a lo indicado para el zinc, en el
100% de los niños menores de 2 años no se presentó deficiencia de este
oligoelemento, mientras que la normalidad fue de 97,3% y 88,1% para el grupo
de 2-6 años y 7-14 años respectivamente.
F.- Relación del Diagnóstico Nutricional Antropométrico y La Deficiencia de
Zinc y Cobre sérico
Según se ha citado en la revisión bibliográfica, los micronutrientes zinc y
cobre cumplen funciones bioquímicas importantes que garantizan el óptimo
crecimiento y desarrollo de un individuo, por lo que su deficiencia puede
resultar, entre otros, en un retraso en el crecimiento del individuo,
fundamentalmente relacionado ello con la carencia de zinc. Por tal razón, se
estableció una relación entre el diagnóstico nutricional antropométrico y la
proporción de niños deficientes en zinc y cobre, la cual se muestra a través del
Cuadro 6.
Cuadro 6: Proporción de los niños con niveles de zinc y cobre sérico en déficit
según el Estado nutricional por los indicadores antropométricos de dimensión y
composición corporal de la población menor de 15 años de La Escalera en el
Municipio Andrés Eloy Blanco, Estado Lara, 2002.
Estado
Nutricional
Indicadores
Antropométricos
Dimensión
Corporal
P/T
Sobre la norma
Normal
Bajo la norma
Total
T/E
Sobre la norma
Normal
Bajo la norma
Total
P/E
Sobre la norma
Normal
Bajo la Norma
Total
IMC/E
Sobre la norma
Normal
Bajo la norma
Total
Composición
corporal
CB/E
Sobre la norma
Normal
Bajo la norma
Total
Déficit
Zinc
Cobre
(n)
(%)
(n)
(%)
10
3
13
76,9
23,1
100
6
2
8
75
25
100
11
2
13
84,6
15,4
100
5
3
8
62,5
37,5
100
9
4
13
69,2
30,8
100
4
4
8
50
50
100
2
10
1
13
15,4
76,9
7,7
100
5
3
8
62,5
37,5
100
1
11
1
13
7,7
84,6
7,7
100
6
2
8
75
25
100
La mayoría de los niños (69-85%) con un estado nutricional normal eran
deficientes en zinc, al considerar tanto los indicadores de dimensión corporal
(P/T, T/E, P/E e IMC/E) como el indicador de composición corporal (CB/E). Sin
embargo, coincidió que niños deficientes en este micronutriente también
presentaron un déficit nutricional a través de los indicadores antes
mencionados. El mayor número de niños con déficit de zinc y desnutrición fue
observado a través del indicador peso-edad (30,8%), seguidos por los
indicadores peso-talla (23,1%) y talla-edad (15,4%), mientras que solo un caso
con déficit del oligoelemento presentó déficit nutricional considerando los
indicadores Índice de masa corporal-edad (7,7%) y circunferencia del brazoedad (7,7%)
En relación al cobre se observó un comportamiento similar al descrito para el
zinc. Entre un 50% y 75% de los niños deficientes en cobre tenían un estado
nutricional normal. No obstante, también se observó déficit nutricional en un
25% a 50% de los niños con deficiencia de cobre, concentrándose el mayor
número de estos niños en el indicador peso-edad (50%). Por el contrario, pocos
niños con déficit de este oligoelemento presentaron déficit nutricional a través
de los indicadores peso-talla y circunferencia del brazo-edad.
A diferencia del cobre, de todos los niños con déficit de zinc, se observó
solo un caso con estado de malnutrición por exceso (sobrepeso) a través de los
indicadores índice de masa corporal-edad y circunferencia del brazo-edad.
A través de los Gráficos 8 y 9 se presenta la relación entre los niños con
deficiencia de zinc y cobre y el diagnóstico nutricional antropométrico obtenido
a través de la combinación de los indicadores de 13 niños deficientes en zinc y
8 en cobre.
Se observa que más del 50% de los niños deficientes en estos
oligoelementos tenían un estado nutricional normal. Sin embargo, también fue
evidente que el 23,1% y el 37,5% de los niños deficientes de zinc y cobre
sérico respectivamente, presentaron déficit nutricional, siendo esta relación
más notoria en el cobre.
Grafico 8
Proporción de los niños con niveles de Zinc sérico en déficit según el
estado nutricional por combinación de indicadores de la población
menor de 15 años de La Escalera del Municipio Andrés Eloy Blanco,
Estado Lara, 2002.
0%
23,10%
76,90%
Normal
Déficit
Sobrepeso
Grafico 9
Proporción de los niños con niveles de Cobre sérico en déficit según el
estado nutricional por combinación de indicadores de la población
menor de 15 años de La Escalera del Municipio Andrés Eloy Blanco,
Estado Lara, 2002.
0%
62,50%
37,50%
Normal
Déficit
Sobrepeso
V. DISCUSION
A.- Estratificación Social y Nivel de Pobreza.
Sin duda alguna que la recesión económica que ha vivido nuestro país en
los últimos años ha sido responsable del aumento de la pobreza en las familias
venezolanas. Sin embargo, el deterioro de la educación, de la salud, de los
servicios públicos, así como el desempleo, seguramente ha contribuido a
empeorar la calidad de vida de los venezolanos.
En el presente estudio, según el Método Graffar modificado por MéndezCastellano,31 el 52,9% de las familias se ubicaron en Pobreza relativa (ES IV) y
un 40% en estrato medio (ES III) y sólo 7,1% con Pobreza extrema (ES V).
La prevalencia de pobreza extrema (ES V) encontrada en La Escalera es
menor a la registrada para Venezuela en 1998 por Landaeta-Jiménez4 y por
Ledezma et al,32 en una población marginal de Caracas y a la hallada en una
población rural del Municipio Andrés Eloy Blanco (MAEB) del Estado Lara.28
En cuanto al nivel de pobreza relativa hallado en este estudio fue superior al
reportado por Ledezma et al,32 y al encontrado en menores de 15 años del
Municipio Andrés Eloy Blanco (MAEB) del Estado Lara.28
Geográficamente la comunidad de La Escalera está más cerca de Sanare
(capital del MAEB) que la población de San Antonio de Guache, lo que permite
a las familias de La Escalera a tener mayor acceso a los servicios de salud,
adquisición de alimentos, entre otros, lo que posiblemente le permitan una
mejor calidad de vida en relación a otras localidades rurales del mismo
Municipio.
Por otra parte, tenemos que la mayoría de los jefes de familia
declararon ser caficultores, siendo su principal fuente de ingreso las ganancias
obtenidas de la venta del café lo que incide favorablemente en la economía de
estas familias considerando a Sanare como uno de los principales proveedores
al país en este producto agrícola; todo ello lleva a la ubicación de una gran
parte de estas familias en un estrato medio bajo. Sin embargo, llama la
atención la presencia de pobreza relativa también en un número importante de
familias. A este respecto cabe señalar, que la mayoría de las madres tenían un
nivel de educación primaria o eran alfabetas. La capacitación de la madre es
fundamental para la solución de los problemas de nutrición, ya que el abordaje
al problema es clave para la solución del mismo. La calidad de nuestra
educación genera que las madres tengan dificultades de comprensión y
expresión,4 lo que impide su propio proceso de desarrollo socioeconómico y el
de su familia.
Al considerar los resultados de pobreza según el Método de las
Necesidades Básicas Insatisfechas tenemos que el nivel de pobreza extrema
fue sólo 10% menor a la de la comunidad de San Antonio de Guache28 pero
mayor a las cifras del MAEB y Venezuela en 1,4 y 2 veces respectivamente.9
De igual manera, superan al porcentaje de hogares pobres registrados en el
primer semestre del año 2002 para el estado Lara (24,8%) y Venezuela
(16,6%)5 así como a las cifras reportadas por Ledezma32 para una zona
marginal de Caracas.
En el 100% de las viviendas de las familias de La Escalera vivían en
viviendas sin servicios básicos, lo mismo se encontró en la población de San
Antonio de Guache.28 Así mismo las condiciones de las viviendas eran
inadecuadas, todo ello conlleva a la vulnerabilidad de los niños que habitan
bajo estas condiciones a padecer de procesos infecciosos recurrentes,
afectando su salud y estado nutricional. Por otra parte, la alta dependencia
económica de estos hogares de bajos recursos conduce al cambio en el
consumo de alimentos, adquiriendo aquellos de bajo costo pero más
rendidores y que aportan mayor satisfacción al momento del consumo. En este
sentido, en localidades del Estado Lara, las encuestas de consumo realizadas
entre 1991 y 1994 muestran que la calidad de la alimentación se deteriora a
medida que se desciende de estrato social y las familias se aproximan al área
rural.36 Por otra parte, la encuesta de condiciones de vida de Fundacredesa
indica que en el estrato V el consumo de alimentos era en base a cereales
(maíz, pasta y arroz), y una tendencia al déficit calórico con mayor intensidad
en las familias de estratos más bajo de acuerdo al estudio reportado por
Landaeta-Jiménez.4 En este sentido, en estudios realizados en países como
Bolivia muestran que las familias pobres del área rural en zonas
geográficamente altas tienen dieta comúnmente basada en carbohidratos
procedentes de papas y harinas, con insuficiente ingesta proteica y de
micronutrientes. Aunque en el presente estudio no se cuantificó el consumo de
alimentos, las características socioeconómicas de las familias y la alta ingesta
de granos, arroz, pasta y arepa, permiten afirmar que el mayor aporte calórico
que reciben estos individuos es ha expensa de los carbohidratos con minoría al
consumo de proteínas de alto valor biológico, lo que repercute negativamente
en el crecimiento y desarrollo físico e intelectual de esta población.
En líneas generales vemos que los individuos de esta localidad son
víctimas de un conjunto de factores socioeconómicos que les impide asegurar
el consumo y biodisponibilidad de alimentos, saneamiento ambiental,
condiciones adecuadas de salud y niveles de educación, lo que conlleva a
mermar su desarrollo biopsicosocial.
B.- Evaluación Nutricional Antropométrica
Los valores de peso y talla por grupo etario superan a los hallados en la
población rural menor de 15 años de San Antonio de Guache,28 registrándose
en promedio un peso de 7,8Kg en los menores de 2 años, 13,6 Kg y 24,2Kg en
los grupos menores de 2-6 años y 7-14 años respectivamente. Los resultados
en peso y talla del grupo de 2-6 años de nuestro estudio son similares a los
reportados en niños preescolares de 2-6 años de una comunidad rural del
Estado Mérida.62
A través de los indicadores de dimensión corporal (peso-talla, talla-edad y
peso-edad), se evidenció desnutrición en la población menor de 15 años. Los
niveles de déficit nutricional para el indicador talla-edad se asemejan a los
encontrados en niños africanos menores de 15 años de zonas rurales (37,3%).
Por otra parte, los niveles de desnutrición son más altos a los reportados por el
INN-SISVAN24 en el Estado Lara para los indicadores peso-talla (12,4%),
talla-edad (29,1%) y peso-edad. (19,3%). Así mismo, superan en 1,8 veces al
déficit nutricional según el indicador peso-talla encontrado en los menores de
15 años de la población rural San Antonio de Guache de este Municipio28 y en
2,4 veces a la de niños de una zona marginal de Caracas.32 En contraposición,
el déficit nutricional a través de los indicadores talla-edad y peso-edad son
31,5% y 18,2% respectivamente más bajo a los reportados por Dellan.28
También los valores de déficit del indicador peso-edad son inferiores a los
encontrados en niños africanos de una zona rural de 5 a 15 años (18%)63 y a la
de niños menores de 12 años de una zona marginal de Caracas (30%).32
En relación al estado nutricional normal, nuestros resultados superan en
1,8 veces y 1,4 veces para los indicadores talla-edad y peso-edad
respectivamente con respecto a los reportados por Dellán28 mientras que son
10% más bajos en el indicador peso-talla. El sobrepeso se registró en una
minoría de la población, siendo el grupo afectado el de 7-14 años considerando
los indicadores peso-talla (3,3%) y peso-edad (1,6%). Probablemente el
sobrepeso es el resultado de una estatura disminuida a consecuencia de una
desnutrición pasada que limitó el crecimiento de estos niños,64 sin embargo
esto no sería la razón ya que a través del Indicador Índice de masa corporaledad (independiente a la talla y con una alta correlación con la grasa corporal
total), se refleja la presencia de sobrepeso.34 Probablemente la causa de la
malnutrición por exceso en este grupo etario se deba a un alto consumo de
carbohidratos (granos, arepa, pasta y arroz, entre otros) que caracteriza la
alimentación en esta población. Adicionalmente, la edad de estos niños,
fundamentalmente los adolescentes, le permite ser más independiente de sus
padres en el proceso de alimentación, aunado al aspecto fisiológico del
desarrollo biológico que se genera en la adolescencia y que pudiese incidir en
el mayor consumo de alimentos. Adicionalmente, la presencia de sobrepeso en
estos niños se deba a una estatura disminuida a consecuencia de una
desnutrición que limitó su crecimiento, y que no se compensa con el
incremento de peso progresivo que se presenta en los niños.
El déficit nutricional entre los grupos etarios según los indicadores tallaedad, peso-edad y peso talla mostró un comportamiento similar al de los
grupos etarios de niños de San Antonio de Guache28 con excepción del
indicador peso-edad, donde las cifras de déficit fueron similares en los 3 grupos
etarios. A medida que se incrementa la edad en los niños con riesgo a un
déficit nutricional la prevalencia de desnutrición crónica es mayor, ya que el
efecto de factores sociales como la pobreza y el nivel educativo de la madre
inciden sobre la aparición de talla baja en la población infantil.65 Por el contrario
la frecuencia de desnutrición actual es menos frecuente fundamentalmente en
niños escolares y adolescentes.
Normalmente los niños que crecen bajo buenas condiciones de vida y una
alimentación adecuada, pueden recuperar la velocidad de crecimiento en el
peso y posteriormente en la talla, perdidos tras episodios de hiporexia o
enfermedades infecciosas, llegando a alcanzar un peso y talla normal de
acuerdo a su edad o potencial genético. Sin embargo, en niños de estratos
socioeconómicos bajos no se observa recuperación de peso y talla o sino de
manera parcial como consecuencia de las malas condiciones de vida y de las
infecciones frecuentes que agravan las deficiencias nutricionales de macro y
micronutrientes. Puede ocurrir una recuperación parcial o incompleta, que con
el pasar del tiempo y por las características clínicas del proceso conduce a un
déficit crónico del crecimiento.36
Al evaluar el estado nutricional por cada grupo etario tenemos que la
desnutrición aguda o actual (25%) en los menores de 2 años prevaleció sobre
la desnutrición crónica (12,5%). El efecto de la desnutrición en la talla en los
niños menores de 2 años se ve más lentamente, en contraposición, la variable
peso se afecta con mayor facilidad frente a los procesos infecciosos como la
diarrea que se observan con frecuencia en esta población infantil, por lo que se
puede observar un mayor nivel de desnutrición actual a través del indicador
peso-talla en este grupo etario.
La prevalencia de desnutrición aguda o actual en este grupo etario es 2,9
veces más alta a la reportada en niños nigerianos menores de 2,5 años66 y 1,9
veces superior a la reportada por Dellan28 en este mismo grupo etario y a la de
niños de 1-2 años del estrato IV y V del área metropolitana de Caracas (21%).58
Por otra parte, los niveles de desnutrición crónica son dos veces más bajos a
los referidos por Dellán28 y de tres veces menor de los reportados por Jooste et
al63 y Ngare and Muttunga67 en los niños africanos, así como también inferior a
la reportada por FUNDACREDESA (21,5%) en niños de 1-2 años, con estratos
socioeconómicos de IV y V.58
Las precarias condiciones ambientales en las que crecen estos niños,
aunado a la alta dependencia de los adultos para el consumo de alimento
considerando en este último aspecto el bajo nivel educativo que se encontró en
las madres de estos niños, podrían ser factores relevantes que han incidido
negativamente en el crecimiento y ganancia de peso durante su desarrollo
físico. Así mismo, la susceptibilidad de los niños menores de 2 años a las
infecciones gastrointestinales a repetición podría exacerbar los problemas de
malnutrición por déficit en esta población infantil.
A diferencia del grupo de niños menor de 2 años, en los niños de 2-6 años
la desnutrición crónica (28,6%) fue mayor a la desnutrición actual o aguda
(20%). La desnutrición en los grupos de mayor riesgo es básicamente de tipo
crónica, mientras la desnutrición actual es menos frecuente y las prevalencias
más altas se encuentran en los niños lactantes y preescolares.36
La desnutrición crónica, a través del indicador talla-edad, fue 2,4 veces
menor a la reportada por Dellán28 y de 1,3 veces a la de niños africanos de 2-7
años (Ngare and Muttunga;67 por el contrario este tipo de desnutrición supera
en 19,5% a la encontrada por otros investigadores.62 En relación a la
desnutrición actual es 13 veces más alta que la de niños de una zona rural de
Mérida,62 así como también supera en 1,8 veces y 3,5 veces a la reportada por
los estudios62,67 respectivamente.
Los niveles de déficit nutricional en los niños de 7-14 años fueron
similares al descrito en el grupo anterior. La desnutrición crónica (37,7%) fue
mayor a la desnutrición actual o aguda (24,6%). La desnutrición crónica fue
similar a la reportada por Jooste at al63 de 37,6% pero dos veces más baja a
las de Dellán.28 Sin embargo el estudio revela que la prevalencia de
desnutrición actual o aguda fue dos veces más alta a la reportada por Dellán. 28
En relación al déficit nutricional por combinación de indicadores de la
población menor de 15 años de La Escalera fue superior a la cifra reportada
por Landaeta et al2 para el estrato IV y V en el proyecto Venezuela y a la del
Estado Lara (25,6%) y Municipio Andrés Eloy Blanco (23,9%) de acuerdo al
INN-SISVAN.24 En este mismo sentido, es 1,9 veces mayor con respecto a los
encontrados en niños de 6 meses a 14 años del estrato V de una zona de
Caracas.68
Con respecto a la prevalencia de sobrepeso por combinación de
indicadores, fue de 4 a 6 veces más bajas en relación o a las reportadas en el
Proyecto Venezuela para el estrato IV y V,2 pero similar al reportado a niños del
estrato V (1,64%) de una zona de Caracas.68
El déficit nutricional evidenciado, en los niños estudiados, a través de
los indicadores Circunferencia del brazo-edad e Índice de masa corporal-edad,
reflejan agotamiento de las reservas proteico-calóricas (CB/E) y de las reservas
de grasa corporal (IMC/E). Sin embargo, se observó que el número de niños
con déficit de estas reservas fue menor en relación a la prevalencia de
desnutrición según indicadores peso-edad; talla-edad y peso-talla (30%),
probablemente debido al mecanismo de adaptación que pueda tener el
organismo de estos niños para mantener las reservas calórico-proteicas que
puedan garantizar el normal funcionamiento de su organismo.
C.- Evaluación Nutricional Antropométrica y Estratificación Social.
La desnutrición en los niños venezolanos es un reflejo del efecto negativo
de la pobreza sobre el estado nutricional. Esto se evidenció en nuestro estudio
donde un promedio de 30,6% de los niños con déficit nutricional pertenecían a
familias con pobreza relativa (Estrato IV) y pobreza extrema (Estrato V)
Estos hallazgos están en relación con los encontrados en otros estudios32
en donde el déficit nutricional estuvo asociado con la pobreza determinada a
través del método de Graffar, relacionada esta pobreza más específicamente a
la profesión del jefe de familia, nivel de instrucción de la madre y condición de
alojamiento. Aunque en el presente estudio no se correlacionó pobreza con
cada una de las variables del método de Graffar, si fue notable que el nivel de
instrucción de la mayoría de las madres fue educación primaria o alfabeta, así
como también la profesión del jefe de familia, lo que podría considerarse como
un factor de riesgo en la prevalencia de malnutrición severa por déficit. En
relación con esto último, se han reportado en estudios que la mayoría de niños
con desnutrición pertenecen a familias de bajos recursos económicos, con
madres con primaria incompleta y padres de muy bajo nivel educativo y con
ocupaciones de bajos ingresos.7,8,70 La capacitación de la madre es
fundamental para la solución de problemas de malnutrición, ya que el abordaje
al problema es clave para la solución del mismo,64 lo cual podría garantizar una
mejor calidad en la nutrición de los niños y así favorecer a un óptimo desarrollo
físico e intelectual para su posterior desempeño en la sociedad y por ende
alcanzar un nivel socioeconómico estable.
El crecimiento deficitario de los niños más pobres, adquiere mayor
significación, debido al cuadro general de privación social que vulnera el
desarrollo intelectual de los niños, ya que ellos presentan en conjunto
trastornos biopsicológicos que repercuten en su adaptación social y cultural.3
Por otra parte, la pobreza en que viven los niños de La Escalera, los
caracteriza por estar en ambientes de insalubridad, facilitando la aparición de
parasitosis y afecciones intestinales como la diarrea que forman parte de la
“patología” social y que también dificulta el desarrollo biológico adecuado en
estos niños.
En líneas generales, en esta población se puede observar claramente
como los factores inmersos dentro de un ambiente de pobreza, tales como el
bajo nivel de instrucción de la madre, carencia de servicios básicos,
condiciones precarias de la vivienda, el mermado poder adquisitivo, están
estrechamente relacionados con la aparición de desnutrición.
D.- Estado Nutricional del Zinc y Cobre.
La concentración de zinc sérico de los niños menores de 15 años
evaluados (0,81 µg/mL) es similar a la encontrada en niños de una zona rural
de este mismo Municipio (0,83 µg/mL) menores de 15 años,70 pero supera en
1,1 veces a la de niños de 13 meses a 8 años de una zona marginal de
Maracaibo.71 Por el contrario es 1,66 veces más baja respecto a la encontrada
en niños turcos de 1-14 años72 y a la de niños de 0-12 años de una población
suburbana del estado Zulia (0,85 µg/mL) de bajos recursos económicos.61
Al considerar los niveles de zinc por grupo etario, encontramos que los
valores en los niños menores de 2 años (0,81 µg/mL) son mayores a la
reportada por Rodríguez et al70 en niños de la misma edad (0,76 µg/mL); así
como también a la encontrada en niños japoneses saludables menores de 1
año (0,73 µg/mL en promedio)73 y niños de 29 meses (0,78 µg/mL) de la
población de Tanzania.74 Por el contrario, son inferiores al reportado por
Estevez et al61 en niños de 0-3 años (0,87 µg/mL) de una población suburbana
del estado Zulia.
En este mismo orden de ideas, tenemos que los niveles de zinc en el
grupo de niños de 2-6 años (0,82 µg/mL) fueron iguales a los encontrados en
niños de la misma edad de una zona rural de este mismo municipio70 pero
supera a la de niños zulianos de 3-7 años (0,80 µg/mL).61 En contraposición,
los valores son 1,4 veces inferior a la de niños de 3-5 años y de 2-6 años de
una zona rural de Ghanna75,76 y también 4,8 veces menor a la encontrada en
niños de la India de 3-5 años de edad.54
Los valores de zinc en el grupo etario de 7-14 años (0,80 µg/mL) superan
a los reportados por otros investigadores77 en niños saludables de la misma
edad del estado Mérida (0,78 µg/mL); pero son más bajos en relación a los
reportados por Rodríguez et al70 en niños del mismo grupo etario (0,87 µg/mL)
y a la de niños zulianos de 7-12 años (0,87 µg/mL)61 y niños japoneses
saludables de 6-12 años (0,92 µg/mL).78
En relación al micronutriente cobre, se observó que a medida que se
incrementó la edad los niveles séricos en este micronutrientes fueron
disminuyendo. Este comportamiento se ha observado en otros estudios77,78 en
niños de 6 a 12 años de edad.
La concentración sérica de este micronutriente en la población en estudio
menor de 15 años (1,18 µg/mL) fue más baja con respecto a la encontrada en
niños de la misma edad (1,30 µg/mL);70 así como también a la de niños
zulianos (1,24 µg/mL) de 0-12 años61 y a la de niños turcos de 1-14 años (1,63
µg/mL).72
Por grupo etario, tenemos que los niveles de cobre en los menores de 2
años (1,51 µg/mL) fue superior a la de niños de la misma edad (1,45 µg/mL) de
este Municipio70 y a la de niños zulianos (1,34 µg/mL) de 0-3 años de bajo nivel
socioeconómico;61 de igual manera a la de niños sanos de 29 meses de
Tanzania (1,27 µg/mL)74 y niños japoneses saludables menores de 1 año (0,81
µg/mL).73
Para el grupo de niños de 2-6 años se encontró que los niveles de cobre
(1,24 µg/mL) superan a la de niños de la India (1,19 µg/mL) de 3 meses a 5
años de edad54 pero inferior a los reportados por Rodríguez et al70 en niños de
2-6 años (1,32 µg/mL) y a la indicada por Estevez et al61 en niños de 3-7 años
(1,29 µg/mL). Los valores de cobre en los niños de 7-14 años (1,09 µg/mL) del
estudio, es inferior con respecto a la de niños del mismo grupo etario de una
zona rural (1,22 µg/mL)70 y niños del estado Mérida (1,20 µg/mL).77
En relación a la deficiencia de los micronutrientes zinc y cobre en los
menores de 15 años, se observó un 12,5% con deficiencia de zinc y un 7,7%
deficiente en cobre. Aunque la homeostasis del zinc garantiza que sus niveles
en sangre no se modifiquen rápidamente, su disminución frente a una baja
ingesta de este micronutriente es más susceptible con respecto a los niveles de
cobre sérico.
Con respecto al déficit de zinc, el grupo etario más afectado fue el de los
niños menores de 2 años (25%). Este coincide con lo hallado en el estudio de
Rodríguez et al.70 Los niños menores de 2 años son vulnerables a continuos
procesos infecciosos como la diarrea y a procesos parasitarios, lo que podría
repercutir en la biodisponibilidad del zinc ingerido a través de los alimentos. En
general, la prevalencia de niños deficientes del presente estudio es 1,9 veces
más baja a la encontrada en niños rurales de este Municipio (Rodríguez et al,
2004) pero 2,7 veces mayor a la reportada por Estevez et al61 en niños
zulianos.
Al considerar la deficiencia de zinc por grupo etario, tenemos que la
encontrada en los niños menores de 2 años es inferior a la de niños de la
misma edad (46,15%)70 pero mayor a la reportada en niños zulianos de 0-3
años (0,9%).61 Esta misma tendencia se observa al comparar la prevalencia de
déficit en el grupo de 2-6 años y 7-14 años, siendo esta inferior a la reportada
en niños de una zona rural de este mismo Municipio70 y niños zulianos.61
En relación a la deficiencia de cobre, tenemos que los niños más
afectados fueron los de 7-14 años. Una posible explicación a ello, sea el hecho
de que el consumo de este micronutriente no compensa la demanda del mismo
que se genera por el periodo de rápido crecimiento que tienen estos niños.
Para la maduración adecuada del colágeno y elastina se requiere de la
participación de la enzima lisil oxidasa, dependiente de cobre, por lo que una
deficiencia de cobre pueda comprometer el funcionamiento y formación del
tejido conectivo.
La deficiencia de cobre en este estudio (7,7%) fue superior a la de niños
venezolanos menores de 15 años (4,45%)70 y menores de 12 años (2,6%).61 El
grupo etario menor de 2 años no fue afectado por deficiencia de cobre. Por el
contrario, la deficiencia en niños de 2-6 años (2,7%) fue inferior a la de niños de
la misma edad (5,71%)70 pero 3 veces mayor a la encontrada en los niños
zulianos de 3-7 años (61). La deficiencia de cobre en el grupo de niños de 7-14
años (11,9%) fue 3,4 veces mayor a la de niños rurales de la misma edad70 y 9
veces mayor a los niños zulianos de 9-12 años.61
La población infantil estudiada vive en pobreza como se describió
previamente, por lo que factores como procesos infecciosos como la diarrea,
presencia de parasitosis pueden incidir negativamente en la biodisponibilidad
del zinc y cobre, así también factores nutricionales que caracterizan a estas
familias de bajo estrato socioeconómicos como lo es el alto consumo de
proteínas de origen vegetal (cereales)79 que también impide la absorción de
zinc y cobre, debido a la alta concentración de fitatos en estos alimentos. Se ha
reportado que la ingesta de fitato de la población rural excede
considerablemente a la de la población urbana.40 Por otra parte, la baja o
carencia del consumo de alimentos de origen animal en poblaciones de bajo
recursos socioeconómicos79 como sucede en este caso, hace que estos niños
sean más vulnerables a tener deficiencia en estos micronutrientes.
Aunque la población afectada con deficiencia en zinc y cobre es menos
del 13%, no se debe descartar el riesgo del resto de la población a presentar
con esta misma condición nutricional, considerando la persistencia de los
factores socioeconómicos y biológicos en que viven los niños de esta
población. Debido al efecto de la homeostasis que tienen ambos
micronutrientes en el organismo, es difícil observar o diagnosticar su deficiencia
a través de los niveles séricos. Los niveles plasmáticos de zinc responden en
gran medida a estímulos externos como son las fluctuaciones en la ingesta de
zinc, el ayuno y diversos tipos de estrés agudo, por ejemplo las infecciones.44
La absorción de zinc está inversamente relacionada con el contenido de zinc
de la mucosa intestinal.21 Es posible entonces que ante un déficit nutricional de
este oligoelemento se incremente la absorción de lo poco que se consume y
disminuya la excreción del mismo, así como también se genere una reducción
de su captación por los diferentes tejidos con el fin de mantener su
concentración normal en sangre. Por otra parte, las fluctuaciones alimentarias
de zinc pueden compensarse utilizando las reservas musculares que
constituyen más del 50% del zinc existente en el cuerpo humano. Las
manifestaciones clínicas de la deficiencia de zinc aparecen cuando la alteración
del metabolismo del zinc es de tal magnitud que los controles homeostáticos no
pueden conservar las diversas reservas orgánicas necesarias para mantener
las funciones bioquímicas. El retraso en el crecimiento que genere la
deficiencia de zinc podría ser adaptativa, ya que al limitar el crecimiento, se
conservan los niveles de zinc necesarios para las funciones esenciales.44
La homeostasis del cobre tiene un comportamiento similar a la del zinc, ya
que la absorción del mismo está relacionada con las necesidades, a pesar de
que este no se almacena.51 El contenido de cobre total del eritrocito tiende a
permanecer constante a pesar de las deficiencias de cobre dietético o
incremento de cobre en plasma o hepático,21 por lo que la deficiencia inicial del
mismo es difícil de detectar. La absorción disminuye con incremento del cobre
dietético, así como también aumenta la excreción de cobre endógeno,52 por lo
que la absorción y excreción endógena de cobre en respuesta a la ingesta de
cobre dietético ayuda a proteger en contra de la deficiencia y toxicidad.53
E.- Relación del Diagnóstico Nutricional Antropométrico y la Deficiencia de
zinc y cobre sérico.
La deficiencia de zinc ha sido claramente relacionada con un déficit en el
crecimiento14,15,47,48 así como también, se ha observado en estudios de
suplementación de zinc incremento en la talla y peso13 y en el pliegue de
tripces.49
Es evidente entonces, la vinculación que puede existir entre el déficit
nutricional y la posibilidad de niveles bajos de zinc, así como de cobre,
considerando que ambos tienen fuente nutricional común, como son los
alimentos de origen animal.
En este estudio, la mayoría de los niños con deficiencia de zinc y cobre
tenían un estado nutricional normal, y menos del 30% de niños deficientes en
estos micronutrientes presentaron un déficit nutricional. Llama la atención que a
pesar de que la deficiencia de zinc está relacionada con el déficit del
crecimiento pondo-estatural del niño, solo dos casos de niños con déficit de
zinc presentaron desnutrición crónica (Talla baja para la edad). Es posible que
el efecto en la deficiencia de estos micronutrientes, especialmente el zinc, a
través de los indicadores antropométricos, fundamentalmente Talla-edad, se
observe a largo plazo, considerando el mecanismo homeostático de este
micronutriente.
VI. CONCLUSIONES
1. La mayoría de las familias estudiadas socioeconómicamente se ubicaron
en los estratos III y IV y en situación de pobreza extrema.
2. El déficit nutricional de los niños se reflejó en los indicadores
antropométricos Peso-Talla, Talla-Edad y Peso-Edad. El déficit nutricional
según el indicador peso-edad fue de 35,6% y para los indicadores talla-edad y
peso-edad el déficit encontrado fue de 32,7% y 25% respectivamente.
3. El grupo de niños menores de 2 años fue el más afectado por déficit
nutricional con un 37,3% según el indicador peso-talla y el grupo etario de 7-14
años con un 37,3% de déficit considerando los indicadores talla-edad y pesoedad.
4. Al evaluar el estado nutricional por combinación de indicadores, tenemos
que la desnutrición alcanzó a un 35,6% de la población en estudio, siendo el
grupo más afectado el de 7-14 años (41,0%).
5. El déficit nutricional nutricional a través de los indicadores circunferencia
cefálica-edad y circunferencia del brazo-edad fue de 12,5% y para el indicador
índice de masa corporal de 11,5%.
6. Los niveles de zinc y cobre sérico de todos los niños fueron de 0,81 µg/mL
y 1,18 µg/mL respectivamente. La deficiencia en estos micronutrientes se
registró en la población total menor de 15 años en un 12,5% para el zinc y
7,7% para el cobre.
7. El grupo etario más afectado por la deficiencia de zinc fueron los menores
de 2 años y por la deficiencia de cobre los niños de 7-14 años.
8. El 23,1% de niños con deficiencia de zinc y 37,5% con deficiencia de cobre
tenían desnutrición (combinación de indicadores). Aunque la mayoría de los
niños con deficiencia en estos oligoelementos eran nutricionalmente normales,
no se puede descartar la posibilidad, que a largo plazo la carencia de estos
elementos, fundamentalmente el zinc,
se refleje en los indicadores
antropométricos.
9. En general, los resultados de la presente investigación afirman que los
factores sociales y económicos ligados a la pobreza, como el ingreso, nivel
cultural de la madre, condiciones higiénicas de la vivienda y un subconsumo
calórico, están latentes, haciendo que el problema del déficit nutricional
continúe y se incremente, a pesar de que se han implementado políticas de
alimentación y nutrición en nuestro país, quizás a que los recursos invertidos
para combatir estos problemas no llegan a los que más lo necesitan.
VII. RECOMENDACIONES
1. Diseñar y aplicar programas de intervención considerando
aspectos de saneamiento ambiental, educación, atención medicoasistencial, ocupacional, entre otros, que les permita a los habitantes de
esta comunidad mejorar sus condiciones de vida, garantizando así el
mejoramiento nutricional de esta población y por ende les permita su
desarrollo educativo, social, económico, biológico y cultural dentro de la
sociedad venezolana.
2. Posterior al plan de intervención, ejecutar de nuevo una
evaluación nutricional en la población menor de 15 años con el fin de
observar el impacto alcanzado por esta intervención.
3. Hacer del conocimiento público dentro y fuera del recinto
universitario, de los resultados obtenidos en el presente estudio con el fin
de que las personas o entes gubernamentales responsables de velar por
la calidad de vida de los habitantes de esa población, se avoquen a la
solución de sus problemas, de tal manera que se logre de forma
efectiva el mejoramiento socioeconómico y nutricional de los habitantes
de La Escalera.
“La lucha contra la pobreza exige, obviamente, un enfoque integral
socioeconómico, cultural, educativo y de salud, que haga posible incorporar
a estos grupos a una vida digna. Pero también debe tomar en cuenta
características particulares que orientan hacia una acción específica de
acuerdo a los distintos tipos de pobreza”.
Landaeta-Jiménez 2003
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