¿Cristo es el puente entre Dios y los Hombres? Jaume Camí, 9 de Diciembre 2012 Comunicaciones Entre la gran cantidad de avances científicos y tecnológicos que continuamente se están produciendo en nuestros días, quizás el que más nos ha influido no solo en la forma de vivir sino también modo de pensar es la gran desarrollo de las comunicaciones de toda índole. Medios de comunicación como nunca Los medios de comunicación se han desarrollado en todos los campos. Las telecomunicaciones nos permiten conversar, intercambiar datos, e incluso vernos con otras personas de casi cualquier lugar del mundo. En lo referente a comunicación material, es decir transporte de mercancías o pasajeros, los avances que disponemos actualmente no son menos espectaculares. Las posibilidades de desplazarse son ahora tremendamente mayores de lo que eran unos pocos años atrás. Ahora, en pocas horas es posible ir hasta lugares donde hubiese sido necesario un viaje de semanas o quizás meses de duración. Barreras humanas Podríamos afirmar que la tecnología ya ha superado la mayoría de las barreras físicas a la comunicación, pero a pesar de los avances tecnológicos que lo han hecho posible, seguimos teniendo muchas barreras humanas que nos impiden tener una verdadera comunicación entre personas. Tenemos la posibilidad de mantener una conversación con gente que vive al otro lado del Atlántico pero a veces somos incapaces de hacerlo con un vecino o quizás incluso con alguien de nuestra propia familia. Actualmente es posible superar la mayoría de barreras físicas a la comunicación, pero seguimos teniendo todas las barreras humanas tradicionales hechas de incomprensión, prejuicio, de odio o simplemente de comodidad que nos impiden establecer una comunicación real y efectiva con nuestro prójimo. El relato de la Samaritana es un ejemplo de comunicación Este pasaje de Jesús y la mujer samaritana que hemos leído hoy, es a mi parecer un ejemplo extraordinario de comunicación, porque en él se rompen todas las barreras de incomunicación y se establece un verdadero dialogo entre personas. Barrera Judíos / Samaritanos En primer lugar en la situación que nos relata este texto, existe una barrera de incomunicación entre dos pueblos: El Judío y el Samaritano. No hace mucho tiempo, meditando otro episodio de Jesús con los samaritanos ya comentamos que los Samaritanos eran el resultado de las colonizaciones forzadas que se hicieron en Israel en tiempos de la deportación a Babilonia. Por esta causa en la región de Samaria habitaba una gente que era mezcla de razas y también de religiones, porque aunque los Samaritanos adoraban a Dios y admitían los libros de Moisés, rechazaban los otros libros judíos, y adoraban los ídolos paganos. En tiempos anteriores, los Samaritanos habían querido contribuir a la reconstrucción del Templo de Jerusalén, (Esd 4) pero los Judíos no los dejaron. Entonces los Samaritanos construyeron en la montaña de Garitzim un templo, rival del de Jerusalén, donde ofrecían sacrificios a Dios, pero sin dejar de adorar a sus ídolos. Los Judíos despreciaban a los Samaritanos, tanto por su raza mestiza, como por su culto adulterado, y lógicamente, el desprecio era mutuo. Jesús pasa por Samaria El relato de hoy, nos cuenta que Jesús, que estaba en Judea, decidió regresar a Galilea. Para ello tenia que atravesar Samaria Pero no la atravesó a escondidas, ni mostrándose distante. Jesús habló con la gente de aquella tierra; por lo menos tenemos constancia de que habló con la mujer de este relato y con la gente de su aldea. Jesús a pesar de las diferencias y la enemistad entre ambos pueblos, evitó la confrontación entre dos posiciones establecidas. Jesús supera las diferencias entre ambos partiendo de una necesidad común a todas las personas: La sed y a partir de esta necesidad personal dirige la conversación hacia un nivel más íntimo, a un nivel de verdadera relación entre personas que trata de necesidades más profundas; y produce una comunicación que rompe la barrera de incomprensión que había entre ellos. Una vez rota esta barrera, se establece una relación de sinceridad en la que aquella mujer no esconde nada de su pasado y en la que Jesús le revela abiertamente a ella lo que no ha revelado a los judíos: que él es el Cristo. Y a través de la vía de comunicación que se ha abierto entre ellos, la palabra de Cristo alcanza también a otra gentes de aquella aldea y muchos creyeron por su palabra. Barrera personal hombre / mujer Pero Jesús superó también otra barrera de incomunicación de su tiempo. El relato dice que cuando regresaron los discípulos se extrañaron del hecho que Jesús hablase con una mujer. Sin duda no debía ser un hecho habitual que un hombre y una mujer desconocidos hablasen a solas. Incluso hoy en día en algunas culturas orientales una mujer puede ser acusada hasta de adulterio por el hecho de hablar con un hombre. No se si este era el caso en Samaria, pero aunque es posible que cuando Jesús le dijo a aquella mujer que fuese a buscar a su marido, lo hiciera como un pretexto para llevar la conversación a un nivel más íntimo y personal, es posible también que Jesús quisiera protegerla del mal decir de la gente. En cualquier caso este relato, entre otras cosas, nos cuenta también como Jesús rompe otra barrera de incomunicación: La barrera hombre / mujer. + + + + + Barrera hombre / Dios Pero este relato, nos cuenta un hecho mucho mas extraordinario. En este relato Jesús nos revela que se ha roto una barrera que durante siglos y siglos había dificultado la comunicación entre los hombres y Dios. Durante siglos las religiones habían estado intentando establecer puentes, vías de comunicación, de diálogo entre los hombres y Dios. Lo habían intentado mediante personas especiales, sacerdotes, brujos o gurús a los que se les atribuía la facultad de poder comunicarse con los poderes sobrenaturales e incluso con el mismo Dios. También lo habían intentado mediante fórmulas y rituales mágicos o estableciendo lugares específicos donde adorar a Dios. La preocupación de la mujer es saber cómo comunicarse con Dios. La mujer samaritana tiene una profunda preocupación por comunicarse con Dios. Por eso cuando intuye que Jesús es alguien especial que puede solucionarle la duda que tiene, en seguida le hace la pregunta que le inquieta: ¿Cuál es el lugar apropiado para adorar a Dios? ¿Es en tu Jerusalén? ¿Es en mi montaña de Garitzim? No creo que esta pregunta estuviese motivada por rivalidad. Al nivel personal al que había llegado ya la conversación, no creo que la mujer buscara un ganador y un perdedor a la enemistad entre sus dos pueblos. Mas bien creo que la mujer se sentía ahogada por una especie de abismo que la separaba de Dios y su pregunta era en realidad un grito de angustia: ¿Dónde estará el puente que me permita atravesar este abismo ¿Cómo podré llegar a Dios? La pregunta está hecha a la persona más adecuada Nadie, ningún escriba, ningún sabio ni ningún profeta podía responder con más propiedad que Jesús a esta pregunta porque Jesús es precisamente el camino que nos conduce a Dios. Él es el camino, la verdad y la Vida y nadie puede ir al Padre si no es a través de él (Ju 14:6) Cristo es el puente que salva el abismo entre Dios y los hombres. Jesús responde a la pregunta de aquella mujer. Pero la respuesta es sorprendente por inesperada. Todo el mundo hubiese esperado que Jesús defendiera la idoneidad de Jerusalén y argumentara los motivos. Pero las cosas han cambiado Jesús responde a otro nivel. Le revela a aquella mujer que Dios no es un Dios lejano. Dios está a nuestro alcance, porque así Dios lo quiere: Llega la hora en que adoraréis al Padre sin tener que venir a este monte ni ir a Jerusalén. 23 Pero llega la hora, y es ahora mismo, cuando los que de veras adoran al Padre lo harán conforme al Espíritu de Dios y a la verdad. Pues así quiere el Padre que le adoren los que le adoran. 24 Dios es Espíritu, y los que le adoran deben hacerlo conforme al Espíritu de Dios y a la verdad. (Ju 4:22-24) La respuesta de Cristo no es un lugar. La respuesta es una actitud. La barrera Dios-hombre se rompe porque Dios la rompe Gracias a Cristo, para adorar a Dios ya no es necesario pasar por ninguna puerta especial que esté en Jerusalén, en Garitzim ni en ningún otro lugar determinado. La muralla que separaba a Dios de los hombres, se ha derrumbado. Cualquier lugar es adecuado para adorar a Dios, si se le adora en espíritu y en verdad. Ya podemos comunicarnos con Dios, no porque nosotros hayamos podido salvar el abismo que nos separaba de Él o porque hayamos descubierto algún pasadizo secreto que nos comunique o hayamos inventado algún sistema con el que poder alcanzar el otro lado. No, no hemos descubierto ningún secreto ni ninguna fórmula ni ningún “pasword” que nos permita establecer la comunicación con él. No se trata tampoco de que nos podamos comunicar con Dios porque hayamos alcanzado un nivel de perfección o de santidad que ya nos permita hablar a Dios de tu a tu. Nos podemos comunicar con Dios porque es Él quien quiere comunicarse con nosotros. Podemos comunicarnos con Dios porque Él quien ha acercado. En espíritu y en verdad Cuando se habla de respeto a otras religiones o de relaciones y reuniones ecuménicas, siempre viene a mi mente este pasaje de Jesús y la mujer samaritana porque a pesar de las palabras hermosas que solemos utilizar en esas ocasiones, en el fondo todos confiamos que nuestra montaña es mejor que las demás para adorar a Dios. Todos confiamos en nuestro Jerusalén o en nuestro Garitzim particular. No nos engañemos: No es en Jerusalén ni en Garitzim; no es a Roma ni a Constantinopla, ni a Ginebra o Nueva York donde hay que ir para adorar a Dios. Para adorar a Dios no necesitamos ningún sitio especial. Ni necesitamos ninguna religión especial, porque lo que nos comunica con Dios es Cristo; no es la religión. Él nos muestra al Padre y el nos enseña cómo debemos adorarle. El hijo de Dios, en Cristo ha abandonado su aspecto de Dios para hacerse humano como nosotros. (Fi 2) Se ha hecho humano, pero sigue siendo hijo de Dios y en consecuencia gracias a Cristo también nosotros podemos dirigirnos a Dios como a un padre. La comunicación se ha establecido, porque Dios la ha establecido. No porque los hombres busquen a Dios, sino porque es Dios quien busca a los hombres. (Ju 4:23) Es Dios quien busca esta clase de adoradores que le adoren en espíritu y en verdad. ¿Qué significa en espíritu y en verdad? Pero ¿Qué significa exactamente Adorar conforme al Espíritu de Dios y a la Verdad? Conforme al Espíritu de Dios parece que quiera decir sin relación con la materia, que no tiene relación con lugares u objetos. Conforme a la Verdad seguramente signifique con sinceridad. He tratado de buscar definiciones. He intentado buscar palabras que expliquen que quiere decir exactamente Adorar a Dios conforme al Espíritu de Dios y a la Verdad, pero no he encontrado nada que me parezca suficiente. Porque cualquier definición e incluso cualquier explicación que he intentado dar para esclarecer esta frase, no puede, por mucho, describir todo el significado que intuyo que tiene. Quizás no sea necesario explicarlo Pero aunque yo no lo sepa explicar con toda la profundidad que quisiera, personalmente tengo suficiente con el sentimiento que me deja la lectura de estas frases de Cristo: (Ju 4 : 23-24) 23 Pero llega la hora, y es ahora mismo, cuando los que de veras adoran al Padre lo harán conforme al Espíritu de Dios y a la verdad. Pues así quiere el Padre que le adoren los que le adoran. 24 Dios es Espíritu, y los que le adoran deben hacerlo conforme al Espíritu de Dios y a la verdad. Y tengo suficiente porque me deja el convencimiento de que Dios está cerca de mí: sin fórmulas, sin intermediarios, sin magia, sin barreras. + + + + + Ha pasado ya el día de la Navidad, en el que hemos conmemorado el nacimiento de Cristo, pero todavía estamos en el tiempo que coloquialmente llamamos Fiestas de la Navidad. Y desearía exhortaros vivamente a no considerar estos días, como la celebración de la fiesta del consumo en la que la hemos convertido, a pesar de que para muchos sea una fiesta en la pobreza. Pero tampoco vivirla, solamente, como una fiesta bonita una fiesta de recuerdos dulces y entrañables; porque aunque lo es para algunos, también es una fiesta de tristeza y de soledad para otros. ***** Creo que ante todo la Navidad debería servirnos para recordar y celebrar que Dios ha establecido un puente entre Él y nosotros; este puente que es Jesucristo, se acercó a la humanidad y se identificó con nosotros en imagen de pobreza y sencillez; naciendo en un establo y muriendo en una cruz, y gracias a Él, todos, cualquier persona, en cualquier lugar, puede adorar a Dios en Espíritu y en Verdad. AMEN Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.