SANTA CATARINA PINULA EL MUNICIPIO QUE ESTÁ AVANZANDO (ESTUDIO MONOGRÁFICO) EDGAR LIZARDO PORRES VELÁSQUEZ Guatemala, septiembre de 2005. SANTA CATARINA PINULA UN MUNICIPIO QUE ESTÁ AVANZANDO Estudio Monográfico Edgar Lizardo Porres Velásquez ÍNDICE Dedicatoria. Introducción ( pendiente ) *Orígenes del Municipio…………………………………………………. Distribución Política del Municipio…………………………………….. El Acueducto de Pinula…………………………………………………. *Esbozo Cultural…………………………………………………………. Tradición y Folklore……………………………………………………. Fiestas Patronales y Costumbres……………………………………….. La Leyenda y el Mito…………………………………………………… Tradición Gastronómica………………………………………………… La Iglesia y su Riqueza Histórica……………………………………….. *Principales Núcleos Familiares………………………………………….. Pinula Contreras…………………………………………………………. Club Deportivo Varsovia………………………………………………… *Desarrollo Municipal……………………………………………………. Aspecto Educativo………………………………………………………. Proyección Social a la Mujer……………………………………………. *Santa Catarina Pinula: Un municipio modelo…………………………… El sistema vial en las aldeas…………………………………………….. La Campiña Boscosa……………………………………………………. *Desarrollo Urbano Metropolitano………………………………………. Crecimiento de Construcciones y Condominios…………………………. Principales Aldeas………………………………………………………….. *El Diferendo Limítrofe…………………………………………………. El Líder………………………………………………………………… 54 páginas Se incluirían tres páginas con dibujos más la Introducción. Talvez ocho páginas por todo. El Indice y la Dedicatoria. Total aproximado: 60 hojas tamaño carta, que al trasladarse a impresión, quedaría poco más o menos una monografía de 110 páginas, tamaño media carta. SANTA CATARINA PINULA EL MUNICIPIO QUE ESTÁ AVANZANDO ESTUDIO MONOGRÁFICO ORÍGENES DEL MUNICIPIO. PRINCIPALES ETAPAS HISTÓRICAS. Los anales históricos de Santa Catarina Pinula tienen su origen varias centurias previo a la llegada del Conquistador Pedro de Alvarado. Su posición geográfica en coyuntura histórica con factores étnicos es la que algunos cronistas aducen sea la incidencia por la que Alvarado tuvo contactos con los primeros habitantes. Debe agregarse que este territorio, la Sierra de Canales, tiene gran importancia por la riqueza de su suelo, un clima y condiciones naturales propias para la convivencia. Su tierra vegetal es de una asombrosa fertilidad, demostrada en el vigor y desarrollo de abundante flora, que prospera en toda la extensión del municipio. La referencia bibliográfica más antigua y veraz acerca de la etimología del nombre del municipio nos la da Tomas Gage, cura doctrinero y fraile dominico de Santa Catarina Pinula en los primeros años de la década de los treinta del Siglo XVII, quien en su crónica Un Nuevo Reporte de las Indias Occidentales, título más conocido en el ámbito de la investigación histórica en Guatemala, como : Nueva Relación que contiene los Viajes de Tomas Gage en la Nueva España, escrito en 1630 y publicado en 1648, dice: “ Este pueblo de Pinola, se llama en lengua indiana Pancac; pan significa dentro o entre, y cac significa tres cosas, la primera fuego, la segunda una fruta que se llama güiava, la tercera un gusanillo que los españoles llaman nigua, que son comunes en todas las indias, pero más en unos lugares que otros, y particularmente donde hay muchos puercos.” La degradación morfológica del vocablo Pancac y su transformación en Pankaj y después en Pinola, se deduce por la significación, en pokomam, de Pankaj en dos términos: pan significa en,y kaj que denota pinol. El cronista Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán, en la página 273, del volumen VI de Recordación Florida, anotó: “Pinula, pueblo numeroso y rico (cuya etimología corresponde a agua de harina, establecido con suma propiedad de la lengua pipil, de pinol, que es harina o pinole, y de ha, que es agua). Entonces, desde el Siglo XVII, Pankaj y Pinola o Pinula significan lo mismo para referirse a la toponimia que hoy identifica a otras poblaciones como San José Pinula y San Pedro Pinula, este último en el departamento de Jalapa, pero no debe quedar duda alguna que su origen está en el ámbito geográfico donde se encuentra el municipio de Santa Catarina, en la Sierra de Canales. Debe agregarse también, por analogía semántica, que la Cuesta de Pinula está ampliamente señalada en muchos documentos históricos desde la Colonia, como referencia importante del lugar. Años después, la Cuesta de Pinula fue reconocida por su importancia como el Camino Real de Pinula. ( A.G.C.A. A.1- 5937-51929- fol 1. Año de 1606). Esta información tiene coherencia histórica y geográfica, y desde luego de deducción lógica, si asociamos el Camino Real de Pinula, con la Calle Real de la Villa de Guadalupe, de la ciudad de Guatemala, hoy zona 10, que era el inicio de esa importante vía de comunicación hacia los pueblos del Oriente del país. En 1923, el historiador José Antonio Villacorta Calderón decidió visitar algunos municipios importantes del Departamento de Guatemala. De esa inquietud indagativa, además de poseer juicios de valor presenciales y recuerdos viajeros, 3 años después, el 8 de abril de 1926, publicó la Monografía del Departamento de Guatemala (Tipografía Nacional ). De la fructífera visita de Villacorta a Santa Catarina Pinula nació una colección de valiosos e interesantes datos, que una vez pasados por el tamiz ordenado de la paciencia, la preocupación histórica y la etnología científica, hoy tienen una invaluable semejanza para la indagación de nuestros pueblos. Ante todo de aquellas informaciones que con el paso del tiempo han ido adquiriendo relevancia por la fuerza inevitable del desarrollo humano y sus secuelas demográficas. Fue así como nació para la vida política de nuestro país el municipio de Santa Catarina Pinula. Muchos años antes, el historiador y novelista José Milla y Vidaurre ( 1822-1882), en su libro Historia de la América Central, Tomo I, Página 175, había dejado constancia de la participación de los de Pinula, en sus esfuerzos por frenar, junto con otros habitantes indígenas de la región, la fuerza avasalladora de las huestes conquistadoras. No hay duda que la rueda de la historia desea transitar por los mismos caminos del pasado, porque después de más de 500 años, otro poderoso y moderno Tonathiu pretende irrumpir el apacible desarrollo y la vida próspera de los de Pinula, tema que este estudio abordará con líneas y juicios objetivos. La presente investigación sociológica no puede soslayar la relación histórica devenida de la misma injusticia, respecto de las divergencias y vicisitudes de los antecedentes patrios, porque si a principios del siglo XVI los habitantes del pueblo de Pinula ( hoy Santa Catarina Pinula ) se opusieron, en cruenta lucha, al sojuzgamiento del otrora vencedor, los pasajes históricos tienden a repetirse. En el siglo XXI otros poderes, con vestimenta de conquistadores omnímodos, desean violar los derechos municipales de nuestros heroicos descendientes. El escenario es el mismo, los actores no han cambiado, pero las fuerzas ahora, en el marco del Derecho, están pretendiendo forjar condiciones de igualdad en el marco del constitucionalismo moderno de Guatemala. Pasados los enfrentamientos de la conquista de Guatemala y al estar ubicada la capital de la colonia en el Valle de Panchoy, hoy Antigua Guatemala, lo que actualmente es Santa Catarina Pinula pertenecía al Corregimiento del Valle ( hoy la Ciudad de Guatemala o Nueva Guatemala de la Asunción, en el Valle de la Ermita ), junto con otros pueblos secundarios, como Canales. En la crónica Recordación Florida ( Discurso Historial y Demostración Natural, Material, Militar y Política del REYNO DE GUATEMALA, escrita por el Cronista del mismo Reyno, Capitán Don Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán, en la página 3 del Tomo II. Dice: “En la circunferencia de los territorios de Canales es integrante el pueblo de Pinula, bien que numeroso y crecido, hacia la parte que de esta sierra mira Al Norte, y aunque es lleno de vecindad y numeroso este pueblo, no es suficiente a la provisión de las muchas y grandes labores y sementeras de este valle, y por eso se valen los dueños de ellas de los pueblos de Santa Inés y Petapa, de numeroso gentío, con cuya industria logra el país la admirable feracidad de su territorio.” Otro antecedente, no de menos valía histórica, es el que encontramos según las descripciones didácticas del historiador José Antonio Villacorta Calderón, en la página 319 del Capítulo XXXII, titulado Municipio de Santa Catarina Pinula, Su Importancia Desde la Época Colonial, Desmembraciones que ha sufrido, Sus Pueblos, Aldeas y Caseríos, en la MONOGRAFÍA DEL DEPARTAMENTO DE GUATEMALA, que dice: “Cuando en 1526 don Pedro de Alvarado regresaba de Iximché…encontró sublevados a los nativos de las comarcas que iba atravesando en aquel viaje de retorno. La historia cuenta que de Cuscatlán tomaron los españoles el camino que se sigue hoy para ir de Guatemala a El Salvador, hasta la cuesta de Pinula, y que de este punto a Petapa encontraron en armas y dispuestos a estorbarles el paso a muchos de los indios de ese pueblo, numeroso entonces, a los cuales se habían unido, según parece los de Pinula.” No hay duda alguna, que desde el inicio de la Colonia, la génesis demográfica de lo que hoy es Santa Catarina Pinula ya poseía determinada importancia, y la sigue teniendo, ya que la principal vía de comunicación hacia los pueblos del oriente del país, atraviesa o bordea los territorios de este municipio boscoso y quebrado, pero inundado de una ecología estética muy suya. En las cimas de sus abundantes terrenos elevados posee pastizales y praderas con diferentes marquesotes verdes, entorno donde el ganado lechero de finas sangres se alimenta. Algunos estudios también indican que a partir del traslado de la Capitanía General de Centro América, en 1776, muchos de los pueblos que se encontraban en la ruta hacia El Salvador alcanzaron cierto desarrollo político y económico, tal fue el caso del pueblo de Pinula. El estudio: Barberena en la Historia, de Flores Monterroso, César Gilberto. Guatemala. Editorial Óscar de León Palacios, 1998, en la pág. 20, menciona: “El Memorial de Sololá señala que los pokomames de Petapa, Pinula (Santa Catarina) y Mixco, fueron sometidos por un grupo de Kakchiqueles y con ello perdieron parte de su territorio. También es importante mencionar que según las investigaciones arqueológicas (…) grupos pokomames invadieron territorio pipil en el Post Clásico Tardío (1200-1524 d. C.). Durante dicho periodo había un grupo pokomam importante en la meseta de Canchón, formado por varios grupos de estructuras. En la Monografía sobre el Departamento de Guatemala, escrita por Villacorta Calderón en 1926, se resalta una información que todavía tiene trascendencia geográfica, porque son casi iguales los límites territoriales prevalecientes en la actualidad. Leamos: “El actual municipio de Santa Catarina Pinula está ubicado al Sudeste del de Guatemala, que lo limita al Norte, lo mismo que los de Santa Rosita, Canalitos y Palencia; separándolo del primero la profunda barranca por donde corre el río Pinula y parte del camino carretero de El Salvador, y de los otros una línea recta que del susodicho camino va al Nordeste hasta cerca de la cañada del río Durazno, Al Este lo limita el de San José Pinula, comenzando la línea divisoria en el punto últimamente mencionado, y continuándose por el Sudeste hasta encontrar el camino carretero que de San José Pinula conduce a San Nicolás y La Cuchilla, ya en el departamento de Amatitlán, pasando por Don Justo y Canchón. Y al Sur está limitado por el departamento últimamente mencionado, siendo la línea dos rectas que forman un ángulo muy abierto, y que pasan al Sur del Cazador, entre el río de Las Minas y la quebrada Seca, y por los montes de La Salvadora, hasta la Boca del Monte.” Debe observarse que en el párrafo anterior se menciona a Santa Rosita y a Canalitos como municipios ( como también lo fueron Las Vacas y San Antonio las Flores ). Efectivamente así fue, tenían ese rango importante pero desde 1945, con la nueva Constitución y a partir del gobierno del Doctor Juan José Arévalo Bermejo (1945-1951 ), se reestructuró el mapa político del municipio de Guatemala, ya que se agrandó con la inclusión de municipios que dejaron de serlo. Es posible que en este eslabonamiento de piezas territoriales a favor del crecimiento de la municipalidad capitalina, con el afán premeditado de darle más territorio y poder de control económico y político, se perdió la calidad política de Intendencia, a favor de su autonomía. Este fenómeno legal acaeció no sólo con las intendencias del departamento de Guatemala, sino que con todas las del país. Es posible que aquí se encuentre la urdimbre limítrofe actual entre los municipios de Guatemala y Santa Catarina Pinula. También se menciona al departamento de Amatitlán, que perdió tal calidad para convertirse en un municipio más del Departamento de Guatemala, así como dos de sus municipios (San Miguel Petapa y Villa Canales), porque los otros dos (Palín y San Vicente de Pacaya) pasaron a formar parte del departamento de Escuintla. En más de alguna tertulia con personajes de refinado análisis crítico e histórico, no se ha evadido el tema respecto de por qué Santa Catarina Pinula no fue absorbida por las medidas incorporativas y ahogantes emanadas directamente de las esferas ejecutivas para convertir a dicho municipio en una zona poblacional más de la gran ciudad. La razón era muy sencilla: Se debió a los fuertes lazos católicos de su población y su arraigada parroquia asida a una construcción eclesial devenida desde el siglo XVI. Otros parroquianos, en desborde del coloquio callejero y de la broma locuaz, han dicho: “ El barranco nos salvó, muchá”. Mencionaba que a principios del siglo pasado y dada su colindancia con la ciudad de Guatemala, el historiador Villacorta esbozó en su estudio social, lo siguiente: “ Al pueblo de Santa Catarina Pinula puede llegarse en automóvil por el camino carretero que, partiendo del Cantón Guadalupe, en la ciudad de Guatemala, va a El Salvador, camino del que a poco de haber pasado de la finca El Pilar se desprende a la derecha el que conduce a Santa Catarina. La ruta es muy accidentada y va bordeando la barranca al descender hasta donde se atraviesa el río de Pinula sobre un puente casi rústico, en medio de un bellísimo paisaje, continuándose por el declive opuesto, al filo de altos muros tapizados de árboles y arbustos siempre verdes, en los que lianas y otras enredaderas propias del trópico se entrelazan, dejando colgar de las ramas y tupidos breñales, sus matizadas flores. El historiador Domingo Juarros, en 1808, aseveraba que el pueblo de Santa Catarina Pinula había tenido alguna importancia desde la época colonial y lo manifestaba así: “Santa Catarina Pinula, pueblo mediano, tiene 1500 vecinos: 82 españoles, 657 ladinos, y 851 indios. Está al pie de la sierra que llaman Canales, dos leguas al Sudeste de Guatemala; hay en él un colegio de educandas ( establecimiento que no se ve en otro pueblo ); en dicha casa viven recogidas algunas doncellas y otras ocurren a aprender los oficios propios de su sexo; las colegialas se mantienen con las labores de sus manos y los frutos de su huerta; y sobre todo, con la cera de sus colmenas, que han llegado a blanquear como la del Norte; este colegio se halla tan bien arreglado y gobernado, que ha merecido la real confirmación.” La descripción de Villacorta Calderón, resultado de su visita en 1923, sigue rica en detalles: “Santa Catarina Pinula posee dos escuelas públicas, a las que asisten 64 alumnos, y cuyos edificios se reconstruyen actualmente. La extensa plaza, en cuyo centro hay una fuente antigua, tiene al Oriente el templo católico, construido en el Siglo XVI, en el que existen imágenes de mérito, entre otras un cristo de bastante perfección, al pie del cual hay una pila bautismal labrada en una sola piedra a mediados del Siglo XVII. La iglesia está en reparación, pues los movimientos sísmicos de 1917 -1918 la dañaron bastante. Al Poniente de la plaza se alzan los edificios municipales. La población está formada por manzanas limitadas por calles y avenidas orientadas de Oriente a Poniente y de Norte a Sur, respectivamente. Al Sudeste y a corta distancia de Santa Catarina se alza el caserío denominado El Pueblito, cerca de las fuentes del riachuelo de Pansaqueque, cuya barranca separa los terrenos de Buena Vista, situados en la región meridional. Entre el Pansaqueque y la quebrada del Carmen se halla el caserío del Carmen, cuyas tierras colindan ya con el departamento de Amatitlán, y además las importantes fincas La Cuchilla y Carmela, esta última llamada en otro tiempo Guachizote. Entre el Pansaqueque y el río Pinula está la finca El Trapichito. Altas montañas orientadas hacia el Sudeste se alzan al Sur de la Quebrada Seca, formando el muro septentrional de las barrancas por donde corre el río de Las Minas, cuyas aguas, encauzadas por una empresa particular, surten de agua potable de muy buena calidad a varios cantones de la ciudad de Guatemala. La región oriental de los montes La Salvadora es bastante plana, formando sensible declive hacia el Este hasta las cañadas del río Las Cañas, y en ella se encuentran valiosas y productivas haciendas, tales como las denominadas San Antonio, Los Cipreses, San Vicente, La Esperanza, San Vicente Monzón, San José Canales y el Cazador, cuyas extensas siembras de maíz y pastos son de bastante consideración y de excelente calidad a consecuencia del clima, templado en toda esa región.” La historia de las poblaciones hispanoamericanas ha tenido un factor común en su creación, en las décadas posteriores a la conquista. Muchas de ellas fueron el resultado de reducciones indígenas cuyo propósito fundamental era el control de la población indígena por parte de los conquistadores. Esa circunstancia en Guatemala no fue la excepción, especialmente en los poblados del altiplano, donde los habitantes vivían disgregados y sin el ordenamiento con características urbanas. En el centro del país, como pudo suceder con las tierras que hoy conforman el municipio de Santa Catarina Pinula y otras regiones, la situación de distribución de la riqueza a través de Real Cédula y la Encomienda u otras disposiciones arbitrarias devenidas de la metrópoli, tampoco tuvo variantes, máxime si la calidad de la tierra preveía jugosas cosechas y, con ellas, crecimiento de la riqueza. Los conquistadores consideraban la adquisición gratuita de las propiedades como un premio a sus servicios personales prestados a la conquista y reducción del país La ecuación sociológica anterior ha sido estudiada desde diferentes ópticas, la antropológica y la económica son las más convincentes y de mayor bibliografía en la actualidad. Los gobernadores de provincias, los ayuntamientos y aun los jefes de conquista, se creyeron autorizados para repartir tierras a título de merced sin limitación alguna. Santa Catarina Pinula permite estudiar, a través de la historia, ese fenómeno de crecimiento, ante todo si estaban de por medio los recursos latifundistas, porque ha sido alrededor de las grandes haciendas que se fueron incorporando grupos étnicos, que después se convirtieron en base demográfica de las prósperas poblaciones. De esa cuenta es posible que muchas haciendas o fincas hayan tenido ese origen. Claro, mucho tiempo ha pasado, pero entre 1540 y 1550 se otorgaron, en Guatemala, más de mil caballerías de terreno fértil. En nuestro municipio objeto de estudio no creo que haya habido excepción, porque toda su tierra es una bendición del creador Debe agregarse el papel protagónico que desempeñó el mestizaje, tan prolífero en los centros demográficos del centro de Guatemala, en íntima comunión con la injusta decisión de la Corona al entregar comunidades indígenas completas al servicio de un feudalismo terrateniente, como mozos colonos y fuerzas materiales de producción para beneficio del propietario. Algunas prósperas haciendas de Santa Catarina Pinula protegieron a cierta población, que a cambio de hidalguía (Hidalgos= hijos de algo) y apellido patronal debieron servir con trabajo agropecuario, y cumplir con la imposición emanada por orden de autoridad local. Al final del Siglo XVIII, los patrones distribuyeron fanegas de terreno y convirtieron en parcelamientos los actuales núcleos aldeanos y caseríos que sobrevivieron a la sombra del propietario terrateniente. Así nacieron muchos poblados La Iglesia también jugó su papel influyente porque, así como tuvo riqueza otorgada por Real Cedula autorizada por determinado monarca desde España, utilizó la evangelización, además de recurso de feligresía, como método de castellanización. La presencia de un templo en Santa Catarina Pinula, ya en el Siglo XVI nos permite deducir la pronta llegada del crecimiento demográfico alrededor de la fe cristiana. Plantear la pregunta cuál es el origen de un municipio de Santa Catarina Pinula, puede ser que genere diversidad de factores que incidan en tal respuesta, pero no debe minusvalorarse la existencia de una correlación de intereses entre la Corona, la Iglesia y el poder económico representado por el latifundio productivo, allí nació y creció una población donde convergieron también factores raciales. Nuestro municipio objeto de estudio es ese resultado. Sociológicamente fue un laboratorio étnico en el que castellanos y posiblemente inmigrantes de Extremadura y Andalucía, se instalaron como propietarios, primero de hecho y después legales, pero necesitaron una mancomunión de mestizaje con pobladores pokomames y otros grupos étnicos venidos del altiplano del país. La ladinización se convirtió en el eje de desarrollo de nuestros municipios y aldeas, que sin ella no se habría logrado el vencimiento de las diferentes vicisitudes que durante varios siglos el país tuvo que sortear, o sea a partir de los años de la independencia. Ha sido el ladino quien ha llevado la carga de la responsabilidad ciudadana, y el que con su trabajo honrado y dignidad también ha levantado el blasón de la responsabilidad ciudadana. Posiblemente no tenga grandes bienes, ni haya ceñido espada cortesana, pero en sus trojas, así como le ha abundado el maíz, ha habido voluntad para el trabajo pundonoroso, digno y responsable. Ese es el origen de un alto porcentaje de habitantes de Santa Catarina Pinula. El estudio histórico de J. Antonio Villacorta, concluye con los siguientes datos. “ El camino carretero que de Guatemala penetra a este municipio por la finca La Plata en la empinada cuesta de Pinula, llega a la cumbre después de pasar por las fincas Las Conchas y Los Tilos provista esta última de todos los elementos indispensables para la siembra, cuidado y explotación de jardines y hortalizas. La carretera se continúa, describiendo un semicírculo de concavidad Norte, por la finca La Luz y el caserío denominado Puerta Parada, orientándose luego hacia el Sur por La Concepción, hasta la aldea de Don Justo, de donde irradian tres carreteras: la del Nordeste, que conduce a San José Pinula, por el Pajón; la del Sudeste, que es la llamada carretera de Santa Rosa, por La Perla, La Delicia, Lo de Diéguez y El Olvido; y la del Sur, es la carretera a El Salvador que al llegar a Canchón se subdivide, continuándose una en la misma dirección por Graciela y Colombia a Fraijanes, y la del Sudeste a Villa Canales, por la finca La Cuchilla. Al Nordeste de Don Justo se abre la barranca que recibe las aguas de la montaña de Santa Rosalía por la izquierda, elevándose a su derecha y a 2075 metros de altura sobre el nivel del mar, los altos cerros de Tahuacal. En esta región el clima es bastante frío. De La Luz, un mal camino conduce por el Norte hasta la aldea Piedra Parada, situada en los confines del municipio de Palencia. La porción comprendida entre el camino de Fraijanes a San José Pinula, pasando por Canchón y Don Justo, y los linderos orientales y meridionales del municipio de que nos ocupamos, contiene extensas y valiosas fincas de ganados, pastos, etc., abundantemente provistas de agua, pues casi toda la región se halla atravesada por numerosas corrientes aun en el verano o tiempo seco. Entre esas haciendas figura con ventaja la denominada Pavón.” DISTRIBUCIÓN SOCIOPOLÍTICA DEL MUNICIPIO Según los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística, Censo de Población efectuado en 2002, Santa Catarina Pinula posee casi 70,000 habitantes y cerca de 16,000 viviendas. Sus aldeas son: El Pueblito, Puerta Parada, Don Justo, El Pajón, Piedra Parada Cristo Rey, Piedra Parada El Rosario, Canchón, San José El Manzano, Manzano La Libertad, Nueva Concepción, El Carmen, Salvadora I, Salvadora II, Cuchilla del Carmen y Laguna Bermeja. Los caseríos son: Trapichito, Pepe Nance, Cambray, El Zarzal, Los Cipreses y Laguneta. Todos estos núcleos poblacionales ocupan un área aproximada de 50 kilómetros cuadrados. El cien por ciento de sus habitantes hablan el idioma español. En el municipio también se ubican más de 300 colonias privadas; lotificaciones urbanizadas y condominios, entre ellos: Arrazola I y II, Los Altos, Los Eucaliptos, Alta Vista, Encantadora, Entre Verdes. Montana, Santa Anita I y II, Condominio Villa Real, Valles de Napa, Lomas de San Rafael, La Alambra, Montelimar, Las Luces, Loma Real, Villas del Campo, El Socorro, Santa Rosalía, Vista al Valle, y otras más. Sin tomar en cuenta las que aún están en construcción. EL ACUEDUCTO DE PINULA (Primer Proyecto Hidráulico de la Ciudad de Guatemala) En Santa Catarina Pinula nació el agua para los primeros habitantes de lo que hoy es la Ciudad de Guatemala. En efecto, en 1606 hubo un intento de población, San Ildefonso de Castilla, integrado en su mayoría por criollos y peninsulares que deseaban establecerse porque aducían que con facilidad se podría traer una corriente de agua procedente de un montículo o loma que le llamaban de la Culebra. Este montículo tiene orígenes prehispánicos, poseía características propias para trasladar agua de manera subterránea, y se iniciaba en territorio de lo que hoy es Santa Catarina Pinula. Con el traslado de la Capitanía General de Centro América al Valle de la Ermita, en 1776, las autoridades coloniales tuvieron urgencia de buscar fuentes hídricas y satisfacer necesidades vitales para toda sociedad. Los antiguos vecinos ya conocían que a principios del S. XVII se había efectuado un estudio de introducción de agua al Valle de la Ermita. Investigación efectuada por Luján Muñoz, L. y Navarrete, C. titulada El Gran Montículo de la Culebra. UNAM, México, Primera Edición 1986, en la página 22 dice: “…se daría agua a la dicha villa e se determinó de que se fuese a ver un río que pasa por una barranca que está antes de llegar al pueblo de Pinula, el cual es un río que de él no se aprovecha mucha agua en dicho pueblo por estar a trasmano … donde se halló poderse tomar agua bastante del dicho río… la cual se puede traer por la ladera que de esta parte hacia la labor de Luis de Medina, y se podrá traer a una loma llana que viene a dar hasta la loma de la Culebra, y todo ello se vió con mucho cuidado y para informar de ello al Sr. Presidente y también fueron a él algunos alcaldes y algunos indios de dicho pueblo de Pinula.” Sin embargo, a los pocos años de la decisión anterior, el regidor Juan Becerra del Castillo, en afán protector de los bienes y recursos naturales del lugar, hoy diríamos un buen y honrado pinulteco, se opuso radicalmente al proyecto porque deseaba que se fundara una villa en términos del pueblo de Pinula, donde llamaban la Culebra, cuyos vecinos, todos pobres, necesitarían dicha agua. La presente monografía no pretende ahondar en los orígenes de lo que representó el Acueducto de Pinula, sino que resaltar la importancia de este proyecto en el desarrollo urbanístico de la Ciudad de Guatemala. Como se puede observar, la cita anterior deviene de documentos cuya sintaxis crea en el lector determinado extrañamiento lingüístico, pero lo que interesa es el rico contenido que manifiesta para la historia de Guatemala, los estudios ancestrales de Santa Catarina Pinula y la popularidad alcanzada por medio del acueducto. Fueron las cristalinas y puras aguas nacidas en las montañas de este bello municipio, las que después de encerrado recorrido llenaron las fuentes neoclásicas de las familias de abolengo, nutrieron los límpidos y aromáticos jardines de residencias y boulevares, lavaron las manos de los artistas que construyeron la bella Guatemala de la Asunción y calmaron la sed de los obreros que forjaron el ideal de un nuevo país. En el Siglo XVIII, Don Bernardo Ramírez, Maestro Mayor de Obras Públicas, elaboró un croquis de todo el montículo, este es una secuencia de elevaciones casi de la misma altura, con el propósito de buscar una nivelación leve y colocar la ataujía y construir las arquerías de ladrillo, cal y canto en las partes cortadas del montículo. Ramírez aprovechó hábilmente la construcción prehispánica hecha a mano para hacer correr sobre ella la conducción del agua. En el plano del acueducto de 1796 se ven las principales vías de conducción y algunas poblaciones, hoy absorbidas por el crecimiento urbano como la Villa de Guadalupe, Ciudad Vieja y San Pedro las Huertas ( San Pedrito, (hoy zona 5 ) y el trazo del acueducto en el que se ven los cambios de orientación impuestos por el montículo. Luján Muñoz, L. y Navarrete, C. Ibid. en la página 32, mencionan: “ Bernardo Ramírez, Maestro Mayor de obras públicas que ha sido de ésta ciudad como lugar haya ante V, (uestra) s. (eñoría parezco y digo: que haviendo cumplido exactamente con la dirección que fue a mi cargo de todas las obras necesarias en las introducciones de Agua, goza esta nueva Ciudad, al principio de su traslación se comenzó a introducir la del río de Pinula, y en parte determinado del se formó una presa con su criba correspondiente; desde donde salió la Taujía con varios tiros y rumbos, bajando por el llano que nombran de la Culebra por el borde, ó camellón que nombran de este paraje, fortificándola con Arquería respecto á haverse examinado este terreno ser formad de tierra movedisa, convinando con el suelo natural…” No se necesitan mayores explicaciones al criterio de construcción del Maestro de obras. Ya el Río Pinula tenía tanta vida y fuerza en aquel momento, que satisfizo los requerimientos de aforo para una ciudad que cada día crecía más. Se respetó la sintaxis y las normas ortográficas del castellano de finales del Siglo XVIII, así como el nivel léxico del maestro constructor. El ramal con más fuerza del acueducto que ingresaba a la ciudad terminaba aproximadamente en las Cinco Calles, hoy la 18 calle de la zona uno, denominado Los Chorritos, de donde se distribuía menudeada. Algunas partes del acueducto fueron entubadas posteriormente con hierro, por deterioro de los tubos de barro cocido. Todo el sistema de distribución de agua tuvo modificaciones, motivadas por movimientos telúricos, como el de 1917-1918, que destruyó algunas secciones de los arcos, vestigios bellos de la zona 13. La eterna política ligada a los problemas municipales de buscar soluciones para llevar agua a una ciudad creciente, será siempre el valladar a vencer. En la presa de la planta El Cambray encontramos el último registro de esta interesante historia, que dice: “ 1888. MUNICIPALIDAD. Esta obra fue comenzada el 12 de marzo y concluida el 31 de mayo del presente año, siendo Director de Aguas D. Viviano Gordillo.” Esta aleccionadora investigación sobre un municipio, que durante siglos le ha dado el líquido vital a la ciudad de Guatemala, debe servir a las autoridades de la ciudad de Guatemala, que en la historia está el ejemplo y la verdad de la convivencia pacífica con sus colegas vecinos. Indistintamente de la gran importancia urbanística que representa el Acueducto de Pinula, en asociación con el Montículo de la Culebra, para la arquitectura de la Colonia y de la arqueología pre-hispánica, Santa Catarina Pinula puede decir que está presente en la historia de Guatemala. Asimismo, el acueducto es la evidencia viva del ingenio hidráulico y de la arquitectura romana en el desarrollo urbanístico en el Valle de la Ermita. Incluir fotografía o dibujo. URGE. ESBOZO CULTURAL DEL MUNICIPIO TRADICIONES Y FOLKLORE. Fiestas patronales y Costumbres. Santa Catarina Pinula es el resultado de un engranaje sociológico nacido poco más o me nos trescientos años antes que se concretara la conquista en 1524. A pesar que en el territorio municipal no hay grandes vestigios arqueológicos que lo demuestren, porque nos parece que la población indígena tenía poco tiempo de haberse desplazado del altiplano. Remanentes étnicos de la etnia pokomam pudieron haber sido sus primeros habitantes, enfoque histórico explicado al principio de esta monografía. Sin embargo, el análisis de su urdimbre costumbrista y folklórica es el resultado de las mismas castellanización y evangelización, instauradas con mayor fuerza a mediados del Siglo XVI. Lo anterior significa que la mixtificación poblacional, como en los demás pueblos de Guatemala, creció en ese momento junto a una red de costumbres impuestas por la Iglesia. Esta aseveración se justifica en Santa Catarina Pinula, por la construcción del templo católico, posiblemente a finales del Siglo XVI. El hecho de habérsele puesto el nombre Santa Catarina ( Santa Catarina Mártir de Alejandría ), afirma el influjo y trascendencia católica de ese momento, ya que los monarcas españoles, primero el Emperador Carlos V y después su hijo, el rey Felipe II, Llamado “El Prudente”, ordenaron que las recientes poblaciones en formación del nuevo mundo, en especial las que habían sido reducciones, fueran bautizadas con el nombre de santo o santa. La razón era obvia, desde el análisis histórico religioso, España se había considerado el bastión del catolicismo en Occidente, pero ante la crisis ocasionada por la separación provocada por la Reforma Protestante, la corona española deseaba que en las nuevas poblaciones de América se asentara la fe por el catolicismo defendido por la Casa Real española. Santa Catarina Pinula no fue la excepción. Desde el análisis religioso, la principal festividad es la dedicada a la virgen, la patrona. Durante siglos ha permanecido el poder organizativo primero de la Cofradía, la que posteriormente se convirtió en Hermandad. Este paralelismo de la cofradía y la hermandad tiene connotación histórica y étnica. No olvidemos los antecedentes de los primeros pobladores, quienes tres siglos atrás ya habían formado una cofradía. Esta era, es y será una congregación que forman algunos devotos, con autorización competente, para ejercitarse en obras de piedad y organizar actividades cuyo fin es adorar y celebrar al patrón o patrona de la comunidad. Es dirigida por un miembro antiguo, de edad avanzada y con recursos económicos, llamado cofrade, y electo cada año. El vocablo deriva del latín frater, que significa hermano. Por razones sociológicas y con el paso del tiempo, las cofradías pasaron a ser parte del patrimonio social de una estructura poblacional indígena. Mientras que los sectores ladinizados hicieron lo suyo, a la usanza de la cofradía, pero le llamaron Hermandad. En Santa Catarina Pinula hubo de las dos, la que predomina en la actualidad es la última y suele denominarse como el privilegio que una o varias personas concede una comunidad religiosa para hacerlas por este medio participantes de ciertas gracias y privilegios. Las hermandades poseen un valor cultural enraizado en ancestrales costumbres e idiosincrasia antropológica. Podrá haber todo tipo de cambios sociales en una población, pero lo que está inmerso en la tradición o en lo consuetudinario, eso se mantendrá. El folklore es fuerte e incambiable. Desde luego, unas costumbres desencadenan otras, por ejemplo la quema de pólvora, ante todo si hay correlación con un mito, como es la quema del torito, a partir del baile que éste presenta dentro de los que observan, no sólo a la virgen ( patrona o patrón) sino que la agonía de las fuerzas del mal, en este caso el torito y sus símbolos que se han quemado: los cuernos del demonio. Esta connotación es interesante conocerla, no sólo es la bullanga y el jolgorio de quienes sienten que de pronto los quemará un canchinflín. Cada una de estas actividades representa determinada creencia. En el pasado y heredado de España, se acostumbraba en las poblaciones guatemaltecas organizar loas y otras alegorías. Dios guarde en Santa Catarina Pinula, las diferentes hermandades (incluso la del Santo Entierro, el Domingo de Resurrección en la mañana) no vayan a quemar bombas, cohetes de vara y ametralladoras para las celebraciones, porque entonces la fiesta no fue de lo mejor. Es necesario también, como parte de la costumbre y tradición católica, efectuarle a la patrona un novenario de rezados y un novenario de misas, previo al día conmemorativo. La serie de bombas a las cinco de la mañana y a las cinco de la tarde no faltarán. La mayor manifestación de una costumbre religiosa respecto de la festividad patronal es la procesión de la imagen en un anda bellamente diseñada, que con toda devoción hace su recorrido por las diferentes calles de la población. Cuando pasa frente a la residencia de alguna familia devota, sus miembros sacan el mortero a la calle y revienta unas cuantas docenas de bombas o un desfile de ametralladoras. Y si las bombas fueron de luces de colores, quien las quemó tiene pisto, dicen los patojos. Al final de la procesión, o al día siguiente, los miembros de la Junta Directiva de la Hermandad, maitineros y colaboradores también festejan y dan gracias al creador por haber logrado el objetivo y le piden salud y vida a la patrona para que el año siguiente puedan repetir la festividad. Abundarán los tamales, el trago blanco, un buen marimbón y la felicidad de vivir en una comunidad rica en tradiciones, como es Santa Catarina Pinula. Esto tiene magnificencia también en las aldeas, aunque la virgen más celebrada es la Inmaculada Concepción, el 8 de Diciembre, ejemplo de lo anterior lo viven los habitantes de las aldeas Nueva Concepción y El Pajón, en el municipio, así como en muchos municipios de Guatemala. LA LEYENDA Y EL MITO Se deduce entonces, que toda manifestación social a través del folklore, el costumbrismo y las tradiciones, tendrán primero un origen religioso, eminentemente católico. Mientras que aquellas de origen pagano, politeístas o enraizadas en creencias prehispánicas serían objeto de censura, en incluso de castigos y sanciones severas por parte de la Iglesia, a través del Santo Oficio. Lo que no existe duda que hay en abundancia en Santa Catarina Pinula es la tradición oral y popular, resultado de la riqueza mítica de todo poblado, porque cultura sin mitos, no es cultura. Este acierto antropológico ha sido experimentado en casi todas las poblaciones donde se dio el mestizaje cultural, ya que guarda dentro de su riqueza costumbrista, grandes manifestaciones orales convertidas en cuentos, anécdotas, leyendas y tradiciones, que han generado una costumbre, al paso del tiempo, de generación en generación. La tierra, los habitantes y sus creencias forman las tres grandes fuentes que representan una triada donde convergen la idiosincrasia y las más hondas manifestaciones del ser humano. Alrededor de muchos mitos devenidos desde la época prehispánica, en Santa Catarina Pinula hay todavía riqueza legendaria. La asociación y conexión del barranco que comunica con El Pilar, ha sido el escenario de muchas creencias, que sin llegar a la superstición, hoy tienen trascendencia narrativa. Desde luego, hoy ese barranco está poblado de casas, lo atraviesa una carretera asfaltada, hay luz eléctrica y un puente bien construido. Desde muchos años atrás, ese precipicio estaba enmontañado y sólo había una veredita que guiaba al necesitado de acortar camino a casa, y si llovía, el río acrecentaba su corriente. Unos palos rollizos servían de puente. Abundantes leyendas vienen desde la época de la colonia. Recordemos que los primeros colonizadores, frente a la tradición aborigen que se les hizo muy difícil entender y no tuvieron el menor interés en cultivar, optaron por ridiculizarla y, en ocasiones, el mismo pueblo suplantado se dio a la tarea de tergiversar su misma trayectoria histórica, ya sin la menor conciencia de que se trataba de su propio tesoro cultural. La leyenda es la propia historia. La historia remota de los pueblos que, incluso en el caso de que nunca se hubiera escrito se transmite narrada de manera oral, de padres a hijos, de abuelos a nietos. La historia se puede desfigurar si un pueblo no sabe cuidar y proteger lo suyo. Esa leyenda que muchos pinultecos viejos saben alrededor de la mujer mechuda y desdentada que atrapaba al que atravesaba el barranco, colindante con El Pilar, y lo convertía en planta de canela, es parte de la riqueza coloquial de trasladar nuestra tradición oral. O la creencia de que todo aquel que en la noche no rezara cuando subía por el empolvado y angosto camino a La Concepción, miraría al Sisimite en enloquecido baile, todavía persiste. Quiénes de los que leen estas líneas saben que al subir de Santa Catocha al cruce de El Pueblito, después de las once de la noche y en luna llena, se oyen los gritos del ánima de un jinete, que para un Día de Difuntos, en desbocada carrera perdió el control y en lugar de caerse de la bestia, la espuela lo dejó trabado junto con la bota en uno de los estribos. El caballo lo arrastró camino abajo y se detuvo frente a una pulpería, cerca del cementerio ( Comentarios de don Héctor Montenegro ). TRADICIÓN GASTRONÓMICA Una de las expresiones más populares y valiosas de los pueblos como Santa Catarina Pinula es su cultura gastronómica, efecto sociológico que no puede quedar al margen de las costumbres e idiosincrasia de cada uno de sus moradores, ya que es un fuerte factor de identidad. Ante todo si pensamos en el origen o procedencia de quienes le dieron prioridad al buen gusto de la comida y al paladar exigente, como sucedió con los primeros colonizadores. Efectivamente, de España fue traído todo el ganado al servicio del hombre, desde el vacuno hasta el porcino, este último que tuvo una relevancia y posición trascendental, tanto en el desarrollo de la costumbre culinaria, como en el asentamiento de una tradición económica que ha sido el sostén de cientos de familias de la cabecera municipal. Los descendientes de españoles heredaron el buen gusto por el yantar, en especial por los derivados de la carne porcina. Tenían sus propios corrales donde dedicaron paciencia y trabajo a la crianza de ejemplares, que después sería parte del sustento y engalanamiento en la mesa con exquisitas viandas. La matanza, como todavía se le llama en España, era la época del año en que ordinariamente se matan los cerdos, salan el tocino, aprovechan los lomos y despojos, hacen las morcillas, conocidas más en nuestro medio como morongas, y piezas adobadas. La piel del cerdo es cortada en pequeños trozos y freída en manteca de cerdo en un perol de metal, que al tostarse y cocerse se convierten en la vianda más apetecida (los chicharrones), ya que ha sido y es el aperitivo que siempre acompaña un buen momento de alegría. No hay guatemalteco que al mencionar o pensar en Santa Catarina Pinula, rápido se le hace agua la boca e imagina una tortilla caliente con un chicharrón, ya sea de cuerito tostado o una costillita carnuda. Vale recordar aquel refrán pueblerino que dicen los muchachos: ¨Al que le gustan los chicharrones, con ver al coche suspira.¨ También ha sido objeto de dedicación artesanal la elaboración de chorizos y embutidos, que son hechos de pedazos cortos de tripa del mismo cerdo, llena de carne picada y adobada acompañada de hierbas, cebolla, sal y pimentón. En Santa Catarina Pinula hablar de chicharrones representa la piedra angular con que se identifica toda una tradición ancestral. No importando que muchos de los intereses económicos de numerosas familias de la cabecera municipal estén arraigados y supeditados a la crianza, compra, matanza y elaboración y venta de productos derivados del cerdo, todos estos menesteres crearon una secuencia de costumbres y tradiciones que aún siguen identificando a Santa Catarina Pinula. Es más, se dice que pocas eran las familias que no tenían cerca de la casa algún marrano para engordarlo y aprovecharlo en ocasión especial. De lo anterior deducimos, a manera de gracejo popular y coloquial, que en la historia de Santa Catarina Pinula pudo haber vivido, o vive algún tixudo ( tishudo ) o tixuda ( la igualdad de género está de moda, no nos vayan a tildar de misóginos ), que según el Diccionario de Guatemaltequismos de Don Lisandro Sandoval, se le llama así a la persona que cojea como resultado de estar afectada por las niguas. Este insecto prolifera en los chiqueros, y la hembra fecundada penetra bajo la piel de los animales y del hombre, principalmente en las uñas de los pies y allí depositan las crías, que ocasionan mucha picazón y úlceras graves. Verificamos que, además de la cabecera, en todas las aldeas del municipio hay matanza de cerdo, preferentemente el sábado, que es el día en que vivimos otra tradición culinaria, como es cenar tamales, y éste, de preferencia, debe llevar carne de cerdo. El resto de la carne es vendida al vecindario, quien identifica el lugar del negocio porque en la puerta es colocada una vara, a manera de asta semivertical, con un pedazo de trapo rojo en la punta. Intereses con propósito de indagación nos permitieron saber que sólo en la cabecera municipal existen más de cien familias que dependen de los beneficios tradicionales porcinos. No se duda que al principio y dado la alta demanda del consumo de carne de cerdo, en las propias casas hubo que efectuar la matanza, pero a principios de la década de 1960, las autoridades municipales de turno construyeron un rastro con el menester específico de usarlo sólo para cerdos. El propósito tenía varias justificaciones, la primera, se sabe, era el control sanitario que debía prevalecer para garantizar la salud del usuario consumidor; la segunda, el ingreso económico: por la matanza de cada cerdo debía pagarse un impuesto en la tesorería municipal. Muchos años después, podemos decir que las instalaciones del rastro han sido modernizadas y cada día sube la tasa de cabezas de cerdo que es destazada, pero ninguno puede inhibirle a un vecino la costumbre de vivir la experiencia del destace en el patio de su casa y preparar sus propios productos. Máxime si en el hogar habrá que celebrar algún acontecimiento, se debe brindar y acompañar con exquisitos chicharrones, jugosas y picantes longanizas asadas y una tortilla acompañada con chojín ( rábano finamente picado, acompañado de limón, sal, hierbabuena y el buche del cerdo, bien cocido hecho pedacitos ) y una buena escudilla de revolcado. Las bebidas espirituosas son el complemento. Así son y serán las costumbres culinarias de Santa Catarina Pinula. Es importante mencionar que dado la trascendencia que representa el destace de más de cien cerdos diariamente, las autoridades municipales actuales se han preocupado por equiparlo y mantenerlo bajo estrictas normas de salubridad. Además, el rastro de Santa Catarina Pinula es el único que tiene licencia para dar servicio a los usuarios de todo el país, autorización emanada a través de un certificado del Ministerio de Agricultura. Ganadería y Alimentación. . LA IGLESIA Y SU RIQUEZA HISTÓRICA La cabecera municipal de Santa Catarina Pinula, como toda población que nació a la vida política durante la época colonial, tiene como principal símbolo a su iglesia. Así tiene que ser. La misión evangelizadora iniciada en las comunidades americanas bajo la Corona Española necesitaba instaurar una ordenanza real, y para ello debía construirse un templo con símbolos católicos. Muchas fuentes bibliográficas dejan poca luz para dar fechas de fundación del templo. En el Siglo XVI, allí donde se encuentra, pudo haber una construcción sencilla. No fue sino hasta finales del siglo siguiente que se asevera se levantó un templo formal que le daba cabida a curas doctrineros. Tampoco existe un dato exacto respecto desde cuándo se le asignó el nombre de la patrona. Muchos historiadores religiosos aducen que fue el sacerdote Juan Godínez, Dean de la Ciudad de Santiago de la Provincia de Guatemala, a mediados del Siglo XVI, quien haya tenido que ver con los nombres que fueron asignados a los primeros pueblos. Así fue como se le dio por Patrona a Santa Catarina Mártir de Alejandría, cuya etimología deriva del nombre griego Hécate, y por traslación: Hecateria y éste dio Ecaterina. La fuerza de la lengua latina convirtió el vocablo en Catalina. Catalina de Alejandría fue martirizada en tiempos del Emperador Romano Magencio ( 306 d.C.). Según una antigua leyenda, defendió la fe cristiana ante 50 filósofos paganos, y lo hizo con tanta habilidad y persuasión que estos se convirtieron. Fue decapitada, después de haber volado en pedazos la rueda de púas en que iba a ser martirizada. La misma leyenda dice que su cuerpo fue conducido por los ángeles al Monte Sinaí. El Papa Justiniano I hizo construir en este lugar el monasterio que lleva su nombre. Es una santa muy venerada, tanto por la Iglesia de Occidente como por la de Oriente. Su festividad es el 25 de Noviembre. En más de una ocasión se ha dicho que los principales enemigos del arte ha sido el tiempo y la naturaleza, ésta en Guatemala se ha manifestado a través de los efectos telúricos que dejaron escombros de su arquitectura original. La iglesia fue afectada y remodelada en varias ocasiones, y no fue sino hasta en 1973 que se bendijo la reconstrucción que hoy conocemos. La imaginería colonial y sus piezas platerescas le dan a la iglesia una determinada e inigualable riqueza artística, muchas de ellas donadas por vecinos y otras traídas específicamente de España por sacerdotes encargadas para tal menester. Su iconografía es rica en expresiones estéticas, incluso su baldoquino que es común verlo en catedrales. En el Informe preliminar de una investigación sobre Santa Catarina Pinula, escrito por Josefina Alonso de Rodríguez ( sin datos editoriales ) en 1975, en la página 47 indica un dato sobre la iglesia, que le trasladó el escritor José Calderón Salazar, vecino del municipio, que por su valioso mensaje fusiona el pasado y el presente de la población religiosa de Santa Catarina Pinula. Dice así: ¨Maravilla todavía, y deja mucho a la imaginación, contemplar su templo en alto, como sobre una pirámide, como se acostumbraba en las primeras fundaciones. Quizá a esto se refería el Padre San Germán, Cura mexicano que fue párroco de este pueblo de 1920 a 1922, cuando en un sermón de la Santa Patrona, decía al pueblo…¨ Ustedes tienen un doble motivo para conservar esta iglesia: porque es ahora el templo del Dios verdadero, y porque sus antepasados, aquí mismo, adoraron a este mismo Dios verdadero a través de sus dioses de piedra.¨ En la actualidad, atrás de la parroquia, funciona un colegio cuyo nombre está ligado a la historia de la iglesia en Santa Catarina Pinula. Nos referimos al Obispo Francisco de Paula García Peláez, quien además de haber sido clérigo de esta parroquia, tuvo mucha influencia dentro de la iglesia en Guatemala, durante los primeros años del S. XIX. . . PRINCIPALES NÚCLEOS FAMILIARES En las primeras páginas de este estudio mencionamos que en la cabecera municipal se dio, desde el S.XVII, una mixtificación demográfica resultado de la llegada de algunas familias procedentes de España, Estos núcleos migratorios traían Real Cédula u otros permisos para explotar las tierras, con el compromiso de pagar impuestos a La Corona y cumplir con las obligaciones que emanaran de las autoridades. No sucedió sólo en Santa Catarina Pinula, sino que también en los territorios bajo el control de las autoridades reales en América. Con el paso de los años las condiciones originales fueron cambiando, porque si bien es cierto que el desarrollo agropecuario alcanzado en nuestras tierras se debió al latifundio generalizado, después se diversificó un tanto la riqueza de la tierra. Muchas principales familias que aún residen en la cabecera municipal de Santa Catarina Pinula, según hemos averiguado, tuvieron una relación no muy distante con las fuerzas de producción latifundista, o sea que los propietarios de la gran riqueza agraria y pecuaria residían en fincas o haciendas perimetrales. Cada apellido es una familia, cada familia es una historia. La familia Ramírez es una de las más antiguas del casco municipal, dicho apellido se aparece con frecuencia en archivos, tanto de la parroquia como del Registro Civil, desde hace siglos. Del nombre propio Ramiro se derivó el apellido patronímico, que no denota otra cosa que hijo o descendiente de Ramiro, y como fueron innumerables y diferentes las familias que en España comenzaron a usar ese apellido tomándolo del nombre propio Ramiro de un antecesor suyo y lo continuaron sus descendientes sin otra razón que la apuntada. Sería absurdo considerar a todos los Ramírez, de España y América, como originarios de un primitivo solar y tronco genealógico, cuando tantas y tan diversas tuvieron que ser las procedencias de la gran mayoría de las familias que tienen este apellido. En Santa Catarina Pinula, es arriesgado confirmar que todos los Ramírez sean de la misma familia. Los Ramírez más antiguos proceden de la Casa de Madrid, durante el Reinado de Alfonso VI de Castilla. De la Casa de los Ramírez, insigne y noble, de la Villa de Madrid trae su descendencia el esclarecido y noble caballero Don García Ramírez, señor, entre otros muchos, del castillo y heredamientos que estaban en las cuestas de Ribas, cuyas ruinas permanecían, hasta 1640, al primer ganador, Alcalde y Capitán de Madrid, y primer fundador y patrono de la ermita de Nuestra Señora de Atocha. Otras Casas Ramírez proceden de la Rioja, de donde proviene Don Alonso Ramírez. De los Ramírez en Asturias, especialmente Gijón, destacó Don Fernán Alfonso Ramírez. En Valladolid, de la Villa de Alaejos, viene la ilustre familia de donde descienden los Marqueses de Villaurrutia. Hubo también Ramírez en Andalucía, patronímico de la ciudad de Lucena (Córdoba). En Sevilla estuvo la Casa Ramírez, de donde viene El Capitán Fernando Ramírez. Descendientes de estas dos últimas Casas Ramírez es posible hayan emigrado a Las Indias a finales del siglo XVI, principios del XVII y se dispersaron en los poblados crecientes. Debe destacarse que las Casas Ramírez tuvieron escudos diferentes. El apellido Barillas se establece en esta parte de Hipanoamérica con una alteración morfológica y fonológica del vocablo Bara, que corresponde al nombre de un lugar que se encuentra en Aragón. El fenómeno diacrónico del castellano durante la Colonia le creó transformaciones, primero le dio un sesgo diminutivo: Barilla, y después lo pluralizó: Barillas, que es el conocido en la actualidad en toda Guatemala, ya que hay familias Barillas en otras ciudades, asociadas con nombres de municipios. Hubo tres solares diferentes de este apellido y sin relación alguna. Uno de ellos radicó en la provincia de Huesca, Aragón. Otro en Santander y otro en Zamora, Castilla. La Casa Bara, en Aragón, procede del lugar de Bara (cuyo nombre tomó), del Ayuntamiento de Used, partido judicial de Boltana y provincia de Huesca. Los Bara o Barillas de Zamora, en Castilla, constituyó una sola y extensa familia. En sus ejecutorias y documentos de diversas épocas se ve confirmada Bara o Vara, que aún perdura. Los Bara o Barillas de Valladolid (Castilla) ganaron ejecutoria de nobleza en 1496. Francisco, Jerónimo y Domingo Bara o Barillas, vecinos de Muga y Riofrío de Aliste, en 1680, presentaron información de hidalguía por medio de una ejecutoria donde probaban su entronque con los que la había ganado. Creemos que fueron algunos descendientes de los Bara o Barillas de Castilla, quienes vinieron a las Indias y establecieron dominio a través de Real Cédula. La ejecutoria es el título en que consta legalmente la nobleza de una persona o familia, por ejemplo hidalgo de ejecutoria. El apellido Montenegro proviene de un sujeto nominal compuesto (sustantivo más adjetivo), que en la Enciclopedia Heráldica y Genealógica Hispanoamericana, de Alberto y Arturo García Carrafa, en el Tomo 56, Imprenta Comercial Salmantina. 1936, Salamanca, España, se describe el origen. En dicho documento menciona que: según una leyenda, en el Reino de Galicia moraba una doncella llamada María, entre cuyos ascendientes se encontraba un rey. Un amante despechado le levantó un falso testimonio, pero fue defendida por un caballero gallego llamado Montenegro, quien tras de vengar la afrenta cortando la cabeza al difamador, se casó con la citada doncella. Siendo ambos los progenitores del linaje Montenegro. De los Montenegro de Pontevedra, Galicia, sobresalió Tristán de Montenegro. De Asturias fue famoso Fernando de Montenegro. Don Hernando de Montenegro, de la Villa de Fonteveros (Castilla), vino a las Indias en el siglo XVI, junto con otros familiares que se dispersaron con los conquistadores y colonizadores en todo el territorio americano. Los apellidos Ramírez, Barillas y Montenegro, de familias de Santa Catarina Pinula, pueden hoy tener una brújula genealógica y sentirse orgullosos de portarlos con vestidura de nobleza. Los registros heráldicos estuvieron ligados con familias que residían en los centros de mayor desarrollo socio-cultural, por ejemplo Ciudad Santiago de los Caballeros, hoy Antigua Guatemala, que fue la sede de las autoridades principales. En Santa Catarina Pinula, además de la familia Ramírez, porque debe aclararse que existen personas con el mismo apellido, y es posible que tengan consanguinidad lejana, pero no reconocen identidad familiar, también se han arraigado las familias Barillas, Del Águila, Paniagua, Reyes, Montenegro, Monterroso y hasta López, que por tradición heráldica, desde la península, es el apellido más popular del mundo hispano. Todas estas familias en mención visten con el abolengo y la donairosa cortesía al darle propiedad social al municipio, talvez no ostenten blasones de nobleza castellana, ni hayan ceñido espada cortesana, pero sí me consta que son buenos amigos, honrados ciudadanos y trabajadores pundonorosos. Han sido las familias ancestrales de la población quienes han trasladado los valores y las costumbres dignos de aprendizaje e imitación. El hogar regido por la enseñanza de hombres y mujeres probos es traducido en la verdadera escuela y base de la familia. Al respecto, Don chepe Ramírez trae a su mente cómo eran las costumbres de la gente, según la fecha que se recordaba. Por ejemplo, nos contó que para la Semana Santa, en la casa se prohibía levantar el timbre y tono de la voz, correr o proferir exabruptos. Debían ir a la iglesia todos los miembros de la familia, participar en los diferentes actos litúrgicos y acompañar a las imágenes en las diferentes procesiones. El Sábado de Gloria, los niños debían recibir algunos azotes o reprimendas, en tanto para castigar los pecadillos, como para hacerles creer que con el próximo invierno debían crecer más. Cuidado de aquél que evadiera el castigo con la carrera. La Semana Mayor, en las familias aristocráticas de Santa Catarina Pinula, trasladó también una cultura gastronómica devenida de los antecesores españoles. Aún se cree que se preparaba un presupuesto especial para comprar los alimentos que se consumían, en respetuosa concordancia con la cronología de la Semana Santa. Era obligado comprar pescado seco, que según Don Chepe Ramírez las familias acomodadas lo iban a comprar al mercado central, en la zona uno. Era tradición que la cabeza del pescado la cocinaban con garbanzo o frijol blanco y se consumía el Jueves Santo, mientras que las lonjas, ya sea que fueran preparadas envueltas en huevo, o bien eran desmenuzadas para cocinarlas con salsa de tomate, aceitunas y pedacitos de papa, preparado todo con aceite de oliva, en imitación a la receta española. Iba acompañado dicho plato con curtidos de verdura, ante todo cebollas, y envueltos de pacaya. Complementaba el almuerzo del Viernes Santo, molletes, torrejas, arroz en leche, garbanzos en dulce, chocolate y grandes panes de yemas que eran encargados con antelación. Todo era una ceremonia que unía a la familia, donde iba finamente trenzado el rezo y los agradecimientos al Creador por el alimento proveído. La costumbre culinaria cerraba el Sábado de Gloria con la degustación de un par de gallinas de patio en hirviente caldo en el que flotaban las ramas de hierbabuena. Durante los viernes previos a la Semana Santa, y durante ésta, no se consumía carne roja. Existía una devoción y respeto a todas las ordenanzas emanadas de la Iglesia. Para dichas fiestas de guardar se permitía jugar cera en el atrio de la iglesia, que eran tortillitas de cera de abeja a las que llamaban tipaches y los jugadores, por turno, a través de un impulso las unían en el piso y si le daban vuelta, ganaban. También los hombres adultos se entretenían en la plazoleta, frente a la iglesia, jugando ¨taba¨, que es la rótula de la res, hueso limpio que cada contendiente lanzaba con la mano hacia el aire, y se gana o se pierde dinero apostado según la posición en que caiga al suelo. Estas costumbres son parte de la historia, ya no se practican porque lamentablemente los valores incluso en el hogar se han degradado. La Santa Semana ya no es aquélla. Hoy ya no hay respeto para nada, concluye el Señor Ramírez. La solidaridad entre las familias era grande y muchos miembros han estrechado lazos matrimoniales, así como era compartida una fiesta a través de las alegrías, también el dolor unía la pérdida de un ser querido. El Señor Ramírez, de manera amena y espontánea, con su mirada perdida en la lejanía del pasado me dijo: Antes éramos muy unidos, Don Lizardo. Quiero contarle, si la memoria no me falla, que hace como 50 años, aquí en el pueblo no había una buena farmacia, y la mamá de Beto Barillas se estaba muriendo de un cólico en el hígado. A él le dio su papá un billete de veinte quetzales y le ordenó que se fuera hasta una farmacia, que estaba cerca de la Torre del Reformador, que atendía a cualquier hora de la noche. Eran casi las diez de la noche y Beto sólo entendió mis señas que yo me iría con él. Tomamos carrera buscando el barranco, y ya en El Pilar emparejamos el paso. No me pregunte por dónde pasamos, ni qué calles atravesamos, pero dimos con la tal farmacia. Regresamos a las dos de la mañana con la medicina, y la mamá de Beto vivió unos años más. Teníamos once años y éramos familiares.¨ Creemos que esa solidaridad que hermana a las familias es un resabio o remanente gregario heredado de los núcleos venidos de Andalucía, Castilla o Extremadura, y no tengo duda alguna que en las poblaciones de nuestro país han quedado frutos y semillas regados, como evidencia de nuestros orígenes. PINULA CONTRERAS Pocas cabeceras municipales tienen el privilegio de ser cuna de preclaros ciudadanos, y no nos referimos a personajes que sólo hayan sobresalido en el campo del desarrollo social, sino que también en lo deportivo, que es donde menos oportunidades existen en nuestro país. Nos referimos a Francisco López Contreras, más conocido en el mundo futbolístico como “Pinula” Contreras. No olvidamos que fuimos muchos los que debimos sacrificarnos o afanarnos, a costo de otras limitaciones, para adquirir nuestro primer par de zapatos de fútbol, e incorporarnos a un equipo formal y jugar en una cancha, digamos reglamentaria. A pesar de algunos esfuerzos, que implicaban no desatender los menesteres del hogar, del estudio, o bien de las responsabilidades laborales, porque en la provincia la necesidad del trabajo llega antes que el afán por estudiar, no faltábamos a cumplir y satisfacer el cariño al deporte más popular. Jugábamos por amor, el fútbol era parte de nuestra vida, y lo sigue siendo. Soñábamos con él y nos agigantábamos en nuestras ilusiones. “Pinula” Contreras soñó y realizó sus ilusiones para convertirse, en su momento cumbre, en el extremo (alero) derecho más efectivo, no sólo del campeón nacional Comunicaciones, sino que de la Selección Nacional. Después de sus años de gloria como futbolista activo, “ Pinula “ Contreras siguió, durante algunos años, ligado al equipo como miembro del equipo técnico. Las fotografías publicadas en los diarios de la época y las crónicas deportivas, son hoy la mejor evidencia de su paso enaltecedor por el fútbol guatemalteco. Jugó a la par de Enrique, “El ronco” Wellman, Tonito García, Fito de León, Fredy Masella, Obdulio Pensamiento, Guillermo Enríquez Gamboa, Salvador y Jerónimo Pericullo y otras grandes figuras de la época de oro del fútbol nacional. Fue más de una década de vida futbolística activa entregada al Club Comunicaciones, que ya en esa época representaba la base de la Selección Nacional de Fútbol. Hoy, con la frente en alto, “ Pinula “ Contreras comparte con su querida familia en el terruño que lo vio nacer, nunca se alejó de él y sigue siendo ejemplo de los futbolistas de Santa Catarina Pinula. CLUB DEPORTIVO VARSOVIA Casi en la misma línea cronológica del ascenso deportivo y del ferviente amor al Club Comunicaciones por parte de “Pinula” Contreras, en Santa Catarina Pinula se vivió de manera simultánea la eclosión futbolística del Club Varsovia. Este equipo ha sido de los pocos, en la historia del fútbol de los municipios del departamento de Guatemala, en participar dentro de la Segunda División. Se debe explicar que en aquellas décadas ( 50, 60 y 70 ), a la hoy llamada Liga Mayor, se le llamaba Primera División; y a la que en la actualidad conocemos como Primera División, se le denominaba Segunda División. Esta ha sido una terminología que las autoridades de la Federación Nacional de Fútbol han aplicado para no degradar semánticamente al hecho de jugar en Segunda, Tercera o Cuarta División, aunque la calidad del deporte venga de más a menos. Antes se jugaba por amor, por convicción, no por necesidad al pingüe salario. Se jugaba como profesional y se cobraba como amateur o aficionado, hoy es lo contrario. Además, en la provincia, como sucedió con los jugadores del Club Varsovia, los vínculos de la amistad y la querencia por lo suyo, por el terruño que se representaban los jugadores, generaba otros valores de identidad. Santa Catarina Pinula, dentro del contexto futbolístico, fue mencionada en toda la república. Explicábamos que el ascenso a una categoría futbolística, significaba demostrar en las canchas primero el grado de organización municipal; segundo, el desarrollo local a partir de las habilidades aprendidas de generación en generación. En esa época, según nos cuenta un ex integrante de dicho club, los mismos jugadores pagaban de su propio bolsillo el financiamiento que representaba tanto gasto ( cuotas a la federación, los uniformes, arbitrajes locales y el pago del transporte que trasladaba al plantel, en sus compromisos al interior del país. No existían firmas patrocinadoras que permitían beneficios y condiciones más cómodas para ser futbolista, los éxitos logrados eran muy bien valorados porque representaban el resultado del tesón y del sacrificio. “En una ocasión tuvimos que ir a jugar un domingo a Retalhuleu, contra el Juventud Retalteca. Como no teníamos muchos recursos para irnos desde el sábado y pagar hotel, decidimos madrugar y nos fuimos a las seis de la mañana; el viaje tardó casi cuatro horas y media. El bus era uno de esas chompiperas que iban a la terminal: todos mal sentados y apretados porque nos acompañaron algunos aficionados, amigos y vecinos para que el pago de los gastos se redondeara. En fin, llegamos y sólo tuvimos unos minutos para estirar las piernas. Qué calor, por Dios! No sé de dónde sacamos aire y trajimos un empate. Ese esfuerzo se valoraba y sucedió en 1963.” Lo anterior nos lo comentó José Barillas del Águila, ex integrante del Club Varsovia DESTACADOS FUTBOLISTAS DEL CLUB VARSOVIA Fidelino Ávila (Chiltepe) Vicente Contreras (Caracol) Medardo del Águila (Muñecón) Emilio Ramírez (Choricito) Rony Demetrio del Águila (Papaya) Ezequiel Ávila (Chequelón) Pablo Contreras (Don Pablón), y otros futbolistas más DEPORTISTAS DESTACADOS En Santa Catarina Pinula también se conocen los laureles del triunfo deportivo. El atletismo ha dado grandes satisfacciones a Guatemala y no podía quedar atrás en la historia de las justas atléticas internacionales, que un pinulteco subiera al podium de los ganadores e hiciera ondear nuestra bandera. Fue en Maracaibo, Venezuela, donde el fondista Ceferino Jesús Arango ganó la Medalla de Bronce en la media maratón de los 21 kilómetros. Resalta también la figura del fondista Ovidio Barillas, quien la Medalla de Bronce en los Juegos Panamericanos de Barranquilla, Colombia, en 1958. Además, ocupó el décimo lugar en la Maratón de Bostón, en 1950, donde nuestro gran Mateo Flores ocupó el Primer Lugar. En la rama del boxeo debe mencionarse a Edy Valenzuela Barillas, quien recientemente tuvo una destacada participación de un torneo celebrado en Puerto Rico. Asimismo, es motivo de encomio que en la rama de Levantamiento de Pesas (Torneo para Minusválidos), ha tenido triunfos importantes Oswaldo Héctor de Paz, deportista que reside en la aldea El Carmen, de este municipio. No puede quedar a un lado la destacada participación de la mujer en el deporte, nos referimos a Magary Figueroa, quien ha competido, con sendos triunfos, en la rama de Equitación y Gimnasia. En el Ciclismo, la figura más descollante actualmente es José Alberto Sochón, quien fue Medallista de Plata en los Juegos Panamericanos de Mar de Plata, Argentina y es una de las grandes promesas nacionales en dicho deporte. Pero posiblemente el ciclista que principió a llenar de ilusiones al deporte nacional es Wenceslao Barillas ( ranita), que fue miembro durante muchos años de la cuarteta patrocinada por la Policía Nacional y participó en las vueltas ciclísticas nacionales durante la década de los años sesenta. En el deporte más popular, el fútbol, en la actualidad destaca un pinulteco en la Liga Mayor, nos referimos a Edwin Rosales (El perico), quien milita en el Club Xelajú M.C, de la ciudad de Quetzaltenango. Los anteriores datos fueron proporcionados por el Señor Manuel Barillas. Sirva esta investigación como un tributo y agradecimiento a estos insignes ejemplos de la juventud y de la generaciones venideras DESARROLLO MUNICIPAL ASPECTO EDUCATIVO: ¨La Educación: Prioridad Municipal.¨ Tono Coro. Tanto en la cabecera municipal como en todas las aldeas, las escuelas de Santa Catarina Pinula ocupan un lugar prioritario para que la enseñanza abarque las principales fases del desarrollo integral de los alumnos. Aunque es obligación del Estado brindar los servicios básicos, la comuna dirigida por Tono Coro no olvida que es la escuela el asidero de los buenos ciudadanos. Cada uno de los 18 centros escolares reciben la ayuda inmediata para que en un ambiente de comodidad se enseñe la importancia de la cultura ecológica, donde se integra la reforestación y el uso adecuado del agua. Los habitantes del municipio están concientes de la relevancia de los centros educativos de nivel medio, con el agregado que la ciudad de Guatemala se encuentra a tan pocos minutos, el acceso a colegios e instituciones académicas de más prestigio es una realidad. En la cabecera municipal hay colegios dirigidos por respetados educadores, que desde hace años dirigen con semblanza y principios éticos los diferentes programas pedagógicos. Asimismo, funciona el Instituto de Educación Básica por Cooperativa, que es nutrido por los exalumnos de las escuelas, tanto de la cabecera como de otras aldeas como El Pueblito. Dentro del plan de desarrollo urbano, las autoridades municipales tienen planificada la construcción de una escuela primaria en el centro de la cabecera municipal, que representará la punta de lanza, tanto en las innovaciones de infraestructura funcional y pedagógica, como en la aplicación de tendencias para la adecuación curricular de la enseñanza primaria. En pocas palabras, será la Escuela Modelo del Futuro, en el contexto de la enseñanza en Guatemala. Además, las instalaciones de dicha Escuela será sede de la extensión universitaria y con ello, la educación superior esté al alcance de todos los habitantes que la deseen en Santa Catarina Pinula. La relación entre el alcalde y el magisterio está en un momento idóneo para que en acción conjunta, el municipio vaya a la vanguardia en los servicios educativos, no importa qué tan alejada se encuentre la escuela de la Cabecera Municipal. A manera de historia recordemos que fue en la aldea Canchón, donde las autoridades del Ministerio de Educación, a principios de los años setenta, por medio del desaparecido Socio Educativo Rural, fundó la Escuela Modelo que tenía como principal fin proyectar un nuevo esquema de enseñanza acorde con las innovaciones pedagógicas del momento, El establecimiento sigue allí y mantiene todos sus servicios para el alumnado de ese sector, cuyo desarrollo económico y comercial cada día es más intenso. Al transitar por los caminos del municipio que llevan a sus diferentes aldeas, pronto nos llama la atención la presencia de su escuela, que ya en la portada se evidencia la limpieza y el mantenimiento durante el ciclo escolar. No podemos diferenciar si algún centro escolar esté descuidado. Tanto por la comunicación constante, fluida y amable de sus autoridades municipales en la búsqueda de apoyo de la cartera de Educación, como por intercesión del alcalde con otras instituciones, las escuelas del municipio siempre han sido focos ejemplares respecto de cómo se deben preservar los edificios escolares. Parte de los mismos fondos municipales han sido utilizados para proveer condiciones adecuadas en aquellas escuelitas que requieren pupitres, modernización de servicios sanitarios, utensilios y recursos para facilitar la necesaria refacción escolar, así como remodelaciones para que los maestros se identifiquen con su digna y apostólica labor de formadores. Recordamos hace algunos años las precarias condiciones en que la labor educativa se efectuaba en la aldea La Nueva Concepción. A la orilla de la carretera antigua a El Salvador, vía Muxbal, sus habitantes vivían la proeza de construir sus casitas entre la empinada y peligrosas curvas del camino y el barranco a la espalda de las paredes del modesto hogar. Era un equilibrio entre la bendición de Dios y el peligro de un derrumbe. Los frutos de esos hogares no tenían donde demostrar que eran niños porque no había donde jugar, hasta el arco iris les había robado los colores y la sonrisa, sólo quedaban las pendientes curvas del estrecho y enlodado camino. Allí jugaban cincos y pelota con sus pies descalzos, pero seguían siendo niños. Enfrente de ese desfiladero de hogares donde el alambrado del cerco servía de tendero de ropa, los vecinos y las autoridades municipales de la época construyeron, del otro lado de la carretera, dos aulas con corredor de un agua, Ya había escuela en la aldea. Antes dichos niños, hoy grandes ciudadanos de bien para la patria, si deseaban estudiar debían bajar a la cabecera municipal, o caminar hacia arriba hasta la escuela de Puerta Parada, que fue la primera escuela rural con maestros y primaria completa que hubo en el municipio. Hoy la aldea Nueva Concepción tiene una escuela funcional para que los niños estudien el nivel primario y el ciclo básico. El ejemplo anterior ha sido el forjamiento de la educación en Santa Catarina Pinula, pero hoy vivimos otra conciencia de la libertad que otorga la instrucción escolarizada, porque los primeros en apoyarla son sus autoridades, y sin ninguna discusión son evidencias de la mística de desarrollo comunal del alcalde Tono Coro. Resultado de la dinámica educativa que debe prevalecer entre el magisterio y el alcalde en el municipio, es que recientemente las 18 escuelas organizaron una feria de artesanías con materiales reciclables. Con dicha actividad se fomenta en los escolares, además de las habilidades artísticas, la cultura del reciclaje de basura. Asimismo, sirvió de ejemplo para que otros distritos escolares imiten tan loable labor. También debe quedar constancia que el Ministerio de Educación ha programado la enseñanza de la computación en los centros educativos de Santa Catarina Pinula, dado la importancia que esta área tecnológica representa en la actualidad para el aprendizaje de las diferentes disciplinas del conocimiento. Por su lado, el alcalde Tono Coro ha suscrito convenios de profesionalización docente, en especial en la informática y la computación, con la Universidad Galileo, y de esa manera los maestros del municipio estén acordes con los cambios que la tecnología de punta favorece para la enseñanza en sus diferentes niveles. No está de más dejar constancia que para 2006 y en un esfuerzo educativo de la municipalidad, cada una de las escuelas del municipio contará con catedráticos de Inglés, de Educación Física y de Computación, cada centro educativo con su respectivo laboratorio. Este desarrollo académico beneficiará a los 9,000 alumnos que forman la población escolar de la enseñanza primaria del sector público del municipio. INCLUIR EL PLANO DE LA ESCUELA MODELO DEL FUTURO URGE. URGE…. PROYECCIÓN SOCIAL A LA MUJER TRABAJADORA La sensibilidad social de las actuales autoridades ediles también se ha proyectado a otras áreas del desarrollo humano. En la colindancia del edificio municipal se encuentra ubicado un centro para la enseñanza de habilidades laborales, a través de prácticas de talleres en diferentes disciplinas de la instrucción femenina y las alumnas obtengan la preparación de servir a la sociedad. Los cursos que se imparten son: Repostería, Corte y Confección, Pintura en Tela, Velas Aromáticas y Manualidades diversas. También a las aldeas ha llegado la obra social y la Capacitación a la Mujer, ya que en la aldea El Carmen recientemente fueron inauguradas dos guarderías infantiles que beneficiarán a la mujer trabajadora de esa localidad. En la aldea Salvadora 1, la Dirección de Asuntos Sociales de la municipalidad, a cargo de Mirma Figueroa de Coro, clausuró un curso más de Corte y Confección. Tres de las 21 alumnas que asistieron al curso fueron favorecidas, a través de sorteo, con una máquina de cocer. Asimismo, en la aldea Valle del Ensueño, se efectuó la clausura de la Escuela de la Pasta Ina, donde las alumnas asistentes demostraron su dotes estético-culinarios al hacer presentaciones con diferentes clases de pasta que todos los asistentes degustaron, cual si fuera en un restaurante de la Toscana italiana. Es primera vez en la historia de Santa Catarina Pinula que la esposa del alcalde adquiere la responsabilidad de desarrollar una función social al dirigir programas de crecimiento en las áreas de la salud, de la educación, del adulto mayor, del deporte y en todas las proyecciones de la Dirección de Asuntos Sociales de la comuna. Mirma Figueroa de Coro es conocida por toda la población, dado su sensibilidad humana y entrega incondicional a favor de todas las causas sociales del municipio. En la aldea El Carmen, sector La Arboleda, también fue clausurado el curso de Corte y Confección, con el propósito que quienes lo recibieron tengan una herramienta intelectual para aportar con su trabajo al crecimiento humano y del hogar mismo. Asimismo, en la aldea Cuchilla del Carmen, sector El Bordo, fue impartido un curso de Arreglos Florales. Con esta iniciativa de delicadeza estética, las damas de Santa Catarina Pinula tienen la oportunidad de proyectarse en una labor con honda proyección de valores afínes a su naturaleza femenina. Lo mismo aconteció en la aldea Puerta Parada, donde un numeroso grupo de damas recibieron un curso de Repostería, para que vayan poco a poco alcanzando niveles de profesionalización y den el salto para ser parte de la pequeña empresa. Decíamos que el espectro de la formación educativa debe abarcar otros escenarios de desarrollo. No sólo en el aula y en la educación escolarizada pueden germinar semillas humanas para la evolución de los pueblos, también está la vida pragmática y la que aporta y enseña la naturaleza. Como ya describimos, el Río Pinula proveyó agua a la ciudad de Guatemala durante más de 200 años, allí está el Acueducto de Pinula que fue construido paralelamente al Montículo de la Culebra y concluye enfrente al monumento a Tecún Umán. Este Río Pinula, desde hace muchas décadas ha sido vertedero de desechos y aguas negras, especialmente de la zona catorce de la ciudad de Guatemala. La cultura ecológica tiene un fuerte valladar que vencer: la frontera urbana. Conservar los manantiales hídricos es un tema crucial para las autoridades de Santa Catarina Pinula. Para aminorar el problema, el alcalde Antonio Coro ha puesto en marcha un programa ambientalista que consiste en reforestar la cuenca con especies propias del valle, como encinos blanco y negro, ciprés, pino, palo de jiote, jacarandas, y otras variedades. La comuna pinulteca posee un vivero y cuenta con un fondo económico, además del apoyo de la comunidad internacional, e invertir en dicho proyecto ecologista. El propósito es proteger los nacimientos acuíferos y enseñarle a nuestros niños, no sólo la protección de nuestra riqueza natural sino que también recuperar lo que en el futuro puede ser útil. “ Nosotros cuidamos el agua como un tesoro, y aunque el río Pinula lo aprovecha la capital y no Santa Catarina Pinula, es vital la protección de la cuenca.”, puntualizó el alcalde Tono Coro . Para concluir este segmento dedicado a la educación, muchas razones han de existir en el municipio para ser sede de establecimientos educativos privados de mucho prestigio y excelencia académica. Sus propietarios, ante todo, han valorado el ambiente propicio, la tranquilidad y el entorno ecológico para construir enormes complejos arquitectónicos diseñados para la enseñanza. Sobresalen, entre otros: Colegio Metropolitano, Colegio Internacional Montessori y Colegio Pequeñitos las Luces, en la carretera hacia la aldea Piedra Parada. Asimismo, el Colegio Maya, Colegio Kinder Play y Colegio Laplace, en la carretera a El Salvador. Para los próximos años está programado, según fuentes fidedignas, el traslado de una universidad, que tiene ya varios años de estar funcionando. SANTA CATARINA PINULA: UN MUNICIPIO MODELO Lejos han quedado aquellos años cuando visitábamos Santa Catarina Pinula durante los días de la feria patronal, el 25 y 26 de noviembre de cada año. Tanto su carretera, vía El Pueblito, como sus calles aledañas a la antigua municipalidad estaban inundadas de baches, y el salón municipal daba la semejanza de una zarabanda con ventas desordenadas y en un ambiente poco agradable para los visitantes. La calle que nos llevaría a la casa de Nancho del Aguila, era obscura, de tierra y sus cercos todos peludos y torcidos con chichicaste. Hoy todo ha cambiado, sus calles en geometría limpia de adoquín rectilíneo nos ofrece una ciudad respetuosa de la reglamentación urbana moderna. Vemos también con mucha satisfacción que el departamento de recolección de basura mantiene a la ciudad con sus calles limpias. Nos hemos dado cuenta que existe maquinaria especializada, camiones con tecnología específica para que el casco urbano presente una imagen donde la salubridad del entorno sea una de las cartas de presentación del creciente desarrollo urbanístico a través de una cultura de limpieza. La municipalidad se ha preocupado por cristalizar proyectos de infraestructura, tales como: Agua Potable, Drenajes, Construcción de Edificios, Carreteras, Introducción de Energía Eléctrica, Parques Polideportivos, Construcciones Varias y, en el campo de la salud, la construcción de un hospital, en su primera fase. En la Propuesta de Proyectos, la Oficina Municipal de Planificación tiene programada la construcción de obras en todas las aldeas, de manera que al final de 2008, todos los vecinos de Santa Catarina Pinula vean por fin cómo los beneficios del desarrollo llegaron a todos los rincones para mejorar la calidad de vida de sus moradores. Muchos de estos proyectos serán cofinanciados por el Consejo de Desarrollo. Con lo anterior se demuestra que la gestión edilicia actual representa un sistema de Administración Municipal efectivo. Las construcciones de las nuevas propiedades habitacionales del casco municipal se engalanan, en su mayoría, con dos o tres niveles, estéticamente equilibradas con las ordenanzas del reglamento urbanístico municipal, en lógico tono con aquellas que las lotificaciones vecinas recién llegadas al municipio han erigido. Sobresale en toda la magnificencia de la construcción vertical, el funcional y útil edificio, que es la sede de la municipalidad, ordenado de una manera eficaz para dar servicio a tantos usuarios que necesitan efectuar trámites inherentes con la administración y el crecimiento del municipio. Su estructura arquitectónica con paredes de enormes vidrio polarizados reflejan la belleza del cielo azul que se refracta en las verdes montañas que circundan al pequeño valle donde está asentada Santa Catarina. Desde que se ingresa a la población se admite que la sede de la comuna es la analogía de la pujanza que se está alcanzando, desde que es administrada por el actual alcalde, Tono Coro. Sus cinco niveles están distribuidos para ofrecer una dinámica edil con los procedimientos y servicios modernos al servicio de la comunidad. En este contexto, Santa Catarina Pinula, supera con creces los esfuerzos que otras cabeceras municipales del interior del país desean construir para ofrecer servicios tendientes al crecimiento de sus comunidades. Ni grandes ciudades con tradición económica convertidas en ejes de la economía del país, como Escuintla, Mazatenango y otras cabeceras departamentales, han tenido sus autoridades la capacidad de visionar una proyección en esa línea de desarrollo municipal. Parte de la historia es el derruido y abandonado edificio municipal que sustituyó a una casona vieja, sede de la comuna, que se quemó con todo y valiosos archivos en 1952. El ave fénix también se levantó de las cenizas y alcanzó la altura para volar y ser admirada, así también se está elevando el municipio. En la entrada a la población, lado izquierdo, las autoridades están por inaugurar el Centro Recreativo El Huisital, que es un parque ecológico diseñado con la estética ascendente más caprichosa y llamativa por sus diferentes líneas de construcción. Su belleza la convierte en plazoleta romántica, donde convergen distintas evocaciones estructurales, entre el clasicismo de sus columnas y la amplitud de sus patios. Parece llevarnos a lo que posiblemente fue el ágora de una ciudad de la antigua Grecia, donde los filósofos comentaban si el amor lo da Dios, o el hombre lo inventa; si nos gobierna la razón o el sentimiento. Si en dicho centro de esparcimiento abundaran las aves exóticas y las cataratas de vegetación a manera de jardines colgantes, imaginaríamos el parnaso donde los poetas modernistas, como Darío o Gómez Carrillo le cantarían a las musas y subirían a la torre de marfil, en recuerdo bohemio, que el vino enloquece y convierte en divino al poeta. El Huisital será la cuna en donde más de alguna pareja de enamorados vean en sus ojos la grandeza de Dios. También en Santa Catarina Pinula hay venas de arte y exquisitez de tranquilidad espiritual en sus moradores. Como antecedente del Parque El Huisital, aquí la población celebraba, el Tres de Mayo, el Día de la Cruz, pero en el pasado un alcalde lo vendió a manos particulares y con ello se perdió esa valiosa tradición. Hoy, Tono Coro lo ha recuperado y con ello un patrimonio importante, así como una tradición con fuerte raigambre en la cultura espiritual de la población. EL SISTEMA VIAL EN LAS ALDEAS Todo el engranaje de locomoción con las aldeas de Santa Catarina Pinula tiene una proyección constante y moderna de comunicación. Los caminos están asfaltados porque siempre se ha dicho que los pueblos que tienen acceso a buenas vías y caminos, tendrán desarrollo socio-económico. No ha importado a las autoridades municipales los desniveles quebrados de la topografía del municipio para comunicar a las aldeas con cinta asfáltica y señalizaciones de tránsito eficientes. Además, es esa geografía boscosa y con depresiones geográficas donde se asienta la belleza del área rural del municipio. Hasta hace pocos años el camino de la finca La Luz para Piedra Parada y las vías vecinales hacia la Laguna Bermeja y otros caseríos, era una verdadera odisea entre terrenos lodosos, encunetados y chagüitosos. Los vecinos preferían salir a pie de la aldea, que arriesgarse a abordar aquellos buses en condiciones de jubilación chatarrera. La modernidad llegó a esos caminos porque, con ellos, los accesos a los terrenos vecinales permitían a sus propietarios la construcción e inversión agrícola, así como el incremento de la plusvalía. Objeto de encomio durante muchas décadas será el esfuerzo efectuado recientemente para convertir en vía humana y en condiciones de modernidad el camino del barranco, que durante siglos comunicó a la población con la Finca el Pilar, zona 14. Por esos abandonados senderos transitaron como hormigas laborales los miles de obreros, estudiantes y amas de casa que venían hasta el mercado de La Villa a comprar sus recursos de primera necesidad, o ganar el jornal merecido. No nos olvidamos que fue en un invierno de 1969 y ya entrada la penumbra del final del día que decidimos atravesarlo. La luz de nuestro iris y el olfato por la seguridad donde poníamos los pies, nos dieron la brújula para ascender pronto y llegar a la casa de una quinceañera que celebraba el despertar de la conciencia, ante las saetas del amor furtivo. Ya en la madrugada y al final del jolgorio, preferimos dar la vuelta por el Pueblito. Hoy es un ¨paso de perico¨ llegar a Santa Catarina Pinula, a través de esa asfaltada vía de acceso. No hay comunidad, aldea o caserío, a la que no haya llegado el asfalto como preámbulo del desarrollo. Hasta hace pocos años, la arteria de ingreso a la cabecera municipal era el más triste recibimiento para el visitante. Hoyos por doquier, de todo tamaño y profundidad. No era concebible que una población tan cercana a la capital de Guatemala tuviera calles intransitables. La modernidad por fin llegó. LA CAMPIÑA BOSCOSA, entorno modélico para vivir Siempre se ha dicho en tratados de estética, que los objetos para que sean verdaderamente bellos, deben provenir o ser parte de la naturaleza, y así lo concebimos también nosotros. Todos los parajes del municipio de Santa Catarina Pinula son excepcionales nacimientos donde el equilibrio entre los elementos naturales: cielos azules, cristalinos desplazamientos de agua pura, verdor milenario de bosques y gorjeos musicales de aves canoras, tienen un solo significado: Dios ha bendecido esta preciosa franja de tierra para que sus moradores descubran, cada día, el vergel que muchos deseamos habitar. La felicidad llega rodeada de la naturaleza. El boscaje que se precipita por todas las oquedades geográficas y se despeña en todas direcciones hacia los pequeños valles, nos parece lo más exquisito que posee el municipio, junto a la amabilidad de sus moradores. Pese a que las constructoras han aclarado un poco los milenarios bosques, para incrustar esporádicas mansiones, también de equilibrio estético arquitectónico. Allí todavía se escuchan las alabanzas de los cenzontles y el buche musical cristalino del guardabarranco en comunión con el rezo de la naturaleza, cada vez que nace o muere el Dios Sol. Es una bendición ecológica en esa urdimbre esmeralda que nos hace gritar la conciencia para proteger el ámbito ecologista, que es el más grande de los valores ambientalistas del municipio. Debe hacerse gestiones para que algunos bosques se conserven y declaren como parques ecológicos de Santa Catarina Pinula, e invitar a las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente, que hoy son vecinos del municipio, a presentar los estudios y la iniciativa legal. Otra de las bellezas naturales está en los bosques de ciprés alrededor de la aldea Piedra Parada, que son verdaderas muestras, donde desde insectos, aves y mamíferos le dan gran relevancia ambientalista. Ni los chiriviscos secos deben extraerse porque al entrar en descomposición, durante en época lluviosa, son el nicho ecológico para el nacimientos de muchas especies propias del entorno. DESARROLLO URBANO METROPOLITANO DE SANTA CATARINA PINULA Las características topográficas del municipio de Santa Catarina Pinula son muy variadas. Transitar por sus serpenteados caminos, que rompen elevaciones orográficas, permite apreciar la belleza boscosa donde predominan enormes y elevados cipreses, y otras coníferas propias de la región. Parece que sobre esta fértil región, en alguna época remota cayó no una tormenta de agua, sino una intensa y bendita lluvia de semillas de ciprés y de encino. La mano generosa de la naturaleza permitió que todas nacieran y hoy vemos con inusitada emoción tanto verdor en las quebradas montañas. De la parte más alta se desprenden intrincados boscajes ramificados que hacen el suelo irregular, áspero y caprichoso. Hay también profundos precipicios y angosturas, despeñaderos, barrancos, suaves colinas, ricas praderas y bosques aún con abundante vegetación y humus, especialmente en las partes altas del municipio. Basta tomar por el camino antiguo que de Santa Catarina se dirige a Muxbal y se experimenta una naturaleza diferente. Al subir, lado derecho, está la vetusta entrada a la otrora pujante Hacienda La Plata. Su añeja arcada de ladrillo recubierto con lechada mezcla calosa, refleja la antañona arquitectura decimonónica, además de ser la tarjeta estética de bienvenida al visitante. Los innumerables años, o talvez siglos están presentes en los fornidos cipreses que bordean gran parte de los mojones que todavía dan a la Cuesta de Pinula. Mientras se va ascendiendo queda a nuestra espalda la parte del valle, hoy engalanado por la arquitectura de vanguardia de complejos habitacionales y casas particulares de los nuevos vecinos. Es la moda habitacional de la sociedad aristocrática subir por los bosques de Santa Catarina Pinula, ciudadanos residentes del municipio que han buscado, además del aire fresco, la experiencia ecológica, hasta hace pocos años no descubierta por los amantes de la buena vida. La Cuesta de Pinula, barrosa en época de lluvia, y polvorienta con el sol, en el pasado fue testigo de tantos viajantes que durante siglos se esforzaron con sus carretas y recuas de mulas para comunicarse con los pueblos del oriente de Guatemala. Allí quedó el sudor del trabajo para ascender porque no había otra vía que tomar, los vecinos de la aldea La Concepción pueden ser los cronistas de esas aventuras de locomoción. En esa aldea vivió su infancia uno de los preclaros y ciudadanos hijos del municipio, nos referimos a José Antonio Coro García, actual alcalde de Santa Catarina Pinula y a quien el municipio le debe estarlo guiando por los senderos del desarrollo, de la modernidad, de la dignidad y proveerle los servicios mínimos a que todo ciudadano de un municipio tiene derecho. De lo anterior se deriva la aseveración popular: ¨Antes de Tono Coro y después de Tono Coro, dos historias diferentes del municipio.¨ CRECIMIENTO DE CONSTRUCCIONES Y CONDOMINIOS HABITACIONALES Nos atrevemos a decir que no hay municipio que tenga tanto desarrollo residencial como Santa Catarina Pinula. A la vera de todos los caminos que comunican a sus aldeas se han erigido condominios que lucen las más variadas construcciones modernas. El ejemplo más aleccionador lo vemos a lo largo y ancho de la carretera a El Salvador, donde los arquitectos e ingenieros han levantado la gama más diversa de estilos habitacionales, los que le han dado preeminencia a la plusvalía de los terrenos que circundan. Puerta Parada, Don Justo, Canchón y terrenos adyacentes, se convirtieron en los lugares de mayor evolución en la construcción de complejos lujosos, que junto con el entorno natural, le dan a quien transita por la autopista, la panorámica más convincente del desarrollo económico de Guatemala. El ejemplo más exuberante, lujoso, moderno y a la altura de la arquitectura moderna de la construcción, es el Complejo Corporativo MUXBAL, ya en los linderos de Puerta Parada, por la carretera antigua, uno de los modelos urbanísticos más majestuosos del municipio. Desde luego, han sido las autoridades municipales quienes se han convertido en los más interesados y celosos protectores del entorno natural, además de velar que estas construcciones mantengan el equilibrio ecológico a través de estudios ambientalistas. En la enorme planicie, que representa la meseta de todo el municipio, desde la aldea Puerta Parada hasta el suave desnivel que se va corriendo y concluye en el entronque carretero que se dirige a la aldea Santa Elena Barillas, en el municipio de Villa Canales, se encuentra la mayor área fértil de Santa Catarina Pinula. En dicha extensión se han enseñoreado cientos de granjas con los más variados cultivos y posiblemente la mayor distribución de complejos habitacionales. En ellos residen las familias económicamente acomodadas que han preferido salir de la contaminada urbe de más de dos millones de habitantes, que representa hoy la ciudad de Guatemala, en busca de una mejor calidad de vida. La modernización de los sistemas viales permite el uso de una autopista que en cuestión de minutos comunica a este sector demográfico aristocrático, con las zonas urbanas inmediatas del corazón económico, comercial y financiero de la capital de la república, nos referimos a las zonas 9,10 y 15. Con el aumento demográfico de las aldeas Puerta Parada y Don Justo, ante todo de la nueva vecindad perteneciente a la elite económica del país, fue necesario la modernización, el crecimiento, la ampliación y la construcción de centros comerciales con los servicios más accesibles para una nueva población ávida y exigente de servicios completos. Resalta por su magnificencia todo el emporio comercial ubicado en el kilómetro 15 y medio, en la autopista hacia El Salvador, nos referimos al Condado Concepción, Hiper Paiz y toda una cadena de construcciones que le dan relevancia a uno de los sectores de más alto índice económico de Guatemala. En toda la extensión vial de dichas aldeas, incluyendo la que comunica con la aldea El Pajón, vía San José Pinula, las actuales autoridades ediles de Santa Catarina Pinula se han preocupado de colocar una serie de comodidades y señalizaciones viales, como paradas de buses para los usuarios vecinales. Es de hacer notar que fue por gestiones de dichas autoridades , que se logró el servicio de buses urbanos, de la Terminal a Hiper Paiz, años atrás el servicio de locomoción llegó y se mantiene para servir a los vecinos de la aldea El Pajón. Antes de 1990, que es el año en que fue concluida la autopista, se diferenciaba muy bien la colindancia entre las aldeas Don Justo y Puerta Parada. Existían enormes extensiones de terreno sin construcción: potreros, maizales, o bien grandes sitios baldíos, que los vecinos los identificaban no por el lugar donde se encontraban, sino que por el apellido o nombre de sus ancestrales propietarios, lo de Pineda, lo de Barillas, lo de los Castillo, etc. En los terrenos donde hoy se ubica el centro comercial Hiper Paiz y demás construcciones, hacia el Oriente, hasta la gasolinera que está enfrente del ingreso al condominio La Alhambra, hubo durante muchos años grandes sembradillos de trigo y avena. Posteriormente los propietarios introdujeron allí ganado vacuno de engorde Angus y Brangus. Era una vista exquisita apreciar el desarrollo agropecuario del país, a través de los terrenos ubicados en uno de los municipios más prósperos de Guatemala. El desarrollo y progreso que conlleva las vías de comunicación fue inevitable. Recordemos que de las cuatro salidas o entradas que posee la ciudad de Guatemala, a la última en habérsele dado la importancia fue a la ruta hacia El Salvador, y si en esta dirección no hubo una expansión horizontal, desordenada y de carácter popular, fue por las características topográficas de la carretera, o sea la existencia de un rompimiento geográfico insalvable. En efecto, desde el final de Vista Hermosa, zona, 15, que es donde están los linderos originales del municipio de Guatemala con el de Santa Catarina, y entronca con la carretera internacional, existen abruptas elevaciones de terreno y rompimientos geográficos ascendentes que en principio se creyó nunca habría construcciones, los adelantos científicos de la construcción echaron por la borda dicha creencia. Es un orgullo para los vecinos de Santa Catarina, que en el municipio se encuentre el hotel más lujoso y más grande de Guatemala, nos referimos al hotel de cinco estrellas Quinta Real. Sus instalaciones son una ventana para apreciar el valle de la ciudad de Guatemala y es un derroche de elegancia, lujo y decoro para los turistas nacionales y extranjeros. La única vía que existía para el tránsito por la carretera a El Salvador era la prolongación de la Calle Real de la Villa de Guadalupe, hoy diríamos la Diagonal 6 y el Boulevard Los Próceres, zona 10. La salida de la ciudad de Guatemala por Vista Hermosa no existió sino hasta principios de 1959. Nos parece, desde un criterio urbanístico, que existen bellos lugares, no sólo de Santa Catarina Pinula sino que también de toda Guatemala, que ya no deberían identificarse con la denominación política de aldeas. Por tradición cultural en nuestro país se ha minusvalorado el carácter toponímico de aldea, con la significación léxica de: subdesarrollo, ausencia de urbanismo, falta de oportunidades para el crecimiento humano, carencia de recursos económicos y, por ende, educativos, y otros enunciados descalificantes, tanto para el lugar como para quienes viven allí. Debe estudiarse la aplicación de vocablos que sustituyan al de aldea, ya que en estos dos núcleos de desarrollo habitacional ( Don Justo y Puerta Parada ) vemos todo lo contrario. Su cercanía a la capital no creó un ahogamiento de oportunidades, ya que allí encontramos muchas fuentes de trabajo ( fábricas ante todo ), sistemas de comunicación viables e inmediatas ( teléfono, red de cable televisiva incluyendo Internet ), transporte colectivo urbano y extraurbano, acceso a servicios comerciales y bancarios, y una autopista con conexión inmediata con la ciudad de Guatemala. Deberían llamarse Zona Desarrollista Don Justo y Zona Desarrollista Puerta Parada. Estas características urbanísticas no encajan semánticamente en la aplicación de Aldea, porque casi la totalidad de sus habitantes no suelen identificarse como vecinos de dichas aldeas, sino que dicen vivir en “Carretera a El Salvador”, aunque vivan en determinado condominio en el municipio de San José Pinula. PRINCIPALES ALDEAS ALDEA PUERTA PARADA El topónimo (nombre de lugar) Puerta Parada, en su origen y según indagaciones con vecinos ya entrados en años, tiene un significado enraizado en las costumbres nominales usadas aún en España. En la madre patria se le llama puerta, dentro de este contexto, al lugar de ingreso de una ciudad, tal el caso actual de la Puerta de Toledo, que era el acceso a Madrid, de las vías procedentes del Sudeste de la península, como también los ingresos internos al centro de la ciudad: Puerta de Alcalá y Puerta del Sol, hoy en el centro de Madrid. Tampoco podemos aislar el significado y connotaciones como: Depresión o garganta que da paso en una cordillera. Asimismo, Tributo de entrada que se pagaba en las ciudades. Ambas son acepciones encontradas en la página 1689 del Diccionario de la Real Academia Española, en su Vigésima Primera Edición. Madrid, 1992, y que pueden tener determinada validez, si entendemos la posición estratégica y topográfica de Puerta Parada. Nuestra Puerta Parada, objeto de estudio, era el lugar inmediato y de descanso previo a la llegada o salida de la ciudad de Guatemala, de quienes iban o venían de la Provincia de San Salvador o poblaciones intermedias. En páginas anteriores hemos dicho que la salida de la ciudad se iniciaba en la Cuesta de Pinula, en los linderos de la población de Santa Catarina Pinula, y después de arduo camino hacia arriba, quienes la transitaban llegaban a la Puerta de Parada, o sea detenerse, hacer una parada para tomar un descanso, ya en la planicie. Allí había un mesón con corrales y abrevaderos para las bestias, así como amplios corredores donde los viajeros descansaban y armaban fogatas, que servían tanto para calentar o preparar alimentos como para aliviar la intensidad del frío. La Puerta de Parada fue poco a poco convirtiéndose en una obligada escala previa a la llegada a la capital, o bien el último descanso antes de iniciar el largo trayecto hacia los pueblos del oriente, y alrededor de ella fue creciendo su importancia. Los primeros habitantes de Puerta Parada fueron mozos colonos de la finca La Concepción y de otras fincas ganaderas, especialmente lecheras, finca que era una franja geográfica alargada que subía desde los territorios colindantes con la Hacienda La Plata, atravesaba el actual Muxbal y concluía en la Hacienda La Luz, hoy parte del camino vecinal hacia la aldea Piedra Parada. Se dedicaban a dos menesteres primordiales: la agricultura, especialmente el cultivo de maíz y la crianza de ganado vacuno, en cantidades de minifundio. Muchos años después de haberse inhabilitado la carretera original y recién construido el nuevo trazo que bordea el macizo ( el actual mirador de oriente ), durante el gobierno de Jorge Ubico ( 1931-1944 ), la conexión con Puerta Parada fue menos esforzada, aunque más extensa. No fue sino hasta el gobierno de Carlos Castillo Armas ( 1954-1957 ) que fue asfaltada y la locomoción tuvo mayor rapidez. Ya de los años sesenta del siglo pasado en adelante, hasta hace pocos años, Puerta Parada seguía siendo un lugar sin importancia alguna, incluso los viajantes la asociaban con el topónimo denominado La Garita, ya que enfrente de la salida al camino que venía de la Cuesta de Pinula, hubo una garita de control de tránsito dirigida por la Policía Nacional y donde, tanto los buses de entrada como de salida de la capital, pasaban para que la autoridad de turno les sellaran una tarjeta de control. Gran movimiento comercial no había, incluso a mediados del siglo pasado, en Puerta Parada, posiblemente el negocio más surtido, diríamos una pulpería moderna y de mayor concurrencia, era la llamada tienda Tres de Mayo, de Doña Cruz Paniagua, que todavía se encuentra en el camino que se dirige a la finca La Luz , o bien en la bifurcación vial que comunica a la aldea Piedra Parada con la carretera a El Salvador. Tenía determinada importancia un negocio de comida china, construido de machihembra, que durante muchos años sirvió de relajamiento y descanso momentáneo mientras se consumía algún Chao Mein, de calidad discutible y poca monta en el precio, más era un centro que los lugareños o los viajeros utilizaban para consumir sus buenas bebidas espirituosas. Estaba cercano a la garita de control de tránsito y enfrente de una gasolinera que en esos años se construyó y que hoy está en desuso. Los terrenos del lado derecho, de la esquina de la salida de la carretera antigua en dirección oriente y algunos de enfrente, todos hoy sede de grandes comercios, fueron originalmente propiedad de Don Luis Valladares. Durante todo el trayecto vial que une a Puerta Parada con la aldea Canchón, pasando por Don Justo, en la actualidad encontramos abundantes centros comerciales donde sobresalen restaurantes de primera calidad, y también los hay para bolsillos populares. Nos atrevemos a afirmar que no hay trayecto carretero, que no sea área urbana, donde la construcción comercial se haya enseñoreado con tanta pujanza económica. Es más, seguirá creciendo y habrá muy pronto hasta oficinas y locales ejecutivos, cual si fuera una zona de movimiento comercial y financiero de la zona 10 de la ciudad de Guatemala. Santa Catarina Pinula sigue creciendo! La fiesta titular de Puerta Parada es en honor del Nacimiento del Niño Dios ( 24 y 25 de Diciembre ). Cada año se organiza un comité que, además de programar las actividades religiosas, que se desarrollan en la pequeña iglesia, lado izquierdo del callejón al venir de Piedra Parada y que pertenece a la Parroquia de Don Justo. También se efectuaban competencias de carreras de cintas a caballo, peleas de gallos y otras actividades más. Concluía con un baile que se celebraba, no sé si aún se efectúa, en la escuela de la localidad, el 31 de Diciembre. Barillas, Monterroso, Paniagua, Pineda, Morales, González, y otros son algunos de los apellidos de familias que se han identificado con Puerta Parada… ALDEA DON JUSTO Se decía que muchos pasajeros procedentes de los pueblos del oriente del país exclamaban: “ Bendito sea Dios, ya llegamos a Guatemala. Estamos en Don Justo.” Efectivamente, después de la recta sube y baja que se experimenta en la aldea Canchón, el visitante está en el lugar donde se encuentra la bifurcación del camino hacia el municipio de San José Pinula, en el kilómetro 16 de la carretera a El Salvador. De Don Justo hacia la ciudad de Guatemala todo el camino va en declive, nos ubicamos en la aldea de mayor altitud de Santa Catarina Pinula. En unos pocos minutos el viajante estará en el mirador observando el valle de la capital de la república y al fondo los majestuosos volcanes. Don Justo se encuentra a lo largo y ancho desde el kilómetro 15 de la carretera a El Salvador y todavía usa, como vía alterna vecinal, parte del viejo camino que lo comunicaba con la capital. Como resultado de esa vía paralela se formó un enorme segmento territorial alargado, que quedó atrapado a la par de la actual autopista y que según sé, debe ser parte de los terrenos públicos y áreas verdes en beneficio del crecimiento de los vecinos de la aldea, no de invasores furtivos e inescrupulosos. En algunas partes de esa franja territorial se encuentra haciendo correcto uso un campo de fútbol comunal, la estación de Bomberos Voluntarios, el sitio para la bomba y depósito de agua potable. Aquí, muy pronto se construirá un polideportivo y parque, cuyos trabajos ya están en marcha. Esta nueva obra representa un aporte más para el desarrollo social de esta próspera comunidad. Junto con Puerta Parada, en esta aldea se encuentra diseminada toda una serie de construcciones habitacionales con complejos arquitectónicos, que albergan a miles de familias, hoy nuevos vecinos del municipio, que se favorecen de los beneficios, tanto del ambiente y recursos naturales del entorno ecológico, como de la apreciación estética de la campiña. Los arquitectos e ingenieros han labrado su capacidad de construcción, porque no importando las condiciones geográficas, ni las deformaciones del terreno, han construido en laderas, barrancos, cimas de montículos, en claros boscosos y desde luego en las extensas planicies, donde los originales propietarios vendieron muchas hectáreas que hoy son bellas granjas. En estas innovadoras lotificaciones quedó en el olvido la casa habitacional del fin de semana, como sucedía hace no muchas décadas. Hoy son construcciones formales con las exigencias y comodidades porque sus moradores y propietarios se convirtieron en residentes definitivos, con la placidez de compartir sus extensos jardines y áreas verdes, alejados del bullicio. Sin embargo, poseen sus centros de trabajo en la ciudad de Guatemala. Esta transformación es el resultado de un mundo constantemente cambiante, en la que el modelo de urbe cosmopolita está dando paso a la expansión demográfica de quienes poseen los recursos de llevar una vida alejada de la contaminación y la problemática urbana citadina, a tan poca distancia. En Don Justo también se hacen sentir las autoridades ediles de Santa Catarina Pinula. Su actual alcalde se ha preocupado, compromiso de ciudadano responsable, de satisfacer los requerimientos urgentes de la población. Los mismos vecinos se sienten orgullosos del alcalde que por segunda vez eligieron, ya que ha cumplido con los ofrecimientos de campaña. Previo a la inauguración de los pasos a desnivel, tanto de Don Justo como el de la entrada a la carretera a la Granja Penal Pavón, que tuvieron que construirse en la autopista a El Salvador con el propósito de darle mayor fluidez al tránsito, se colocó una pasarela para que el vecindario tuviera la seguridad de trasladarse de un lado a otro de la autopista, y no se expusiera a un accidente vial. También en ese sector fueron colocadas paradas de buses y los viajeros tengan resguardo contra el sol y la lluvia. Algunos viejos vecinos aducen que el nombre de la aldea se refiere al dictador Justo Rufino Barrios ( 1873-1885 ), quien durante breves temporadas la visitaba para su descanso. Otros se refieren a un antiguo vecino, muy conocido por su categoría de terrateniente, que según versión de algunos lugareños era descendiente de españoles, y que por su machismo ibérico regó semilla por toda la comarca. Documentos que den fe de alguna versión no existen. Hoy la historia se pierde en la tradición legendaria porque los años no pasan por gusto. Una de las fincas que más puede asociarse con la aldea es San Antonio, cuyo propietario, don Antonio Novales, se dedicaba a la crianza de finos caballos. Al fallecer, sus descendientes vendieron la finca para dar lugar a distintas lotificaciones con el mismo nombre, y otras con nominaciones diferentes. Los complejos habitacionales en Don Justo no necesariamente están a la vista de quien transita por la autopista, existen muchos que fueron construidos dentro de ámbitos boscosos y desniveles no visibles, a más de un kilómetro de distancia de la carretera. Sólo hay que observar dónde hay un camino asfaltado que se aparta de la carretera y de allí para adentro el visitante, guiado por su interés y curiosidad, se encontrará, entre el verdor y el murmullo de la naturaleza, con construcciones habitacionales modernas, que no tienen nada que envidiarle a los lujosos barrios residenciales de la sociedad aristocrática de los países europeos o de Estados Unidos y Canadá. Las aldeas El Pajón y Don Justo son las únicas comunidades, diríamos rurales, que tienen iglesias convertidas en parroquias, o sea donde hay sacerdote que vive en ellas y efectúa todos los oficios que la iglesia ordena: misas, bautizos, matrimonios y otras actividades que quedan registradas en libros, que poco a poco van formando el archivo eclesial. La iglesia en Don Justo es posiblemente la construcción que más identifica al lugar. Toda la revestidura, fachada y campanarios, de piedra laja amarilla, le dan una vista muy particular al viajero, aunque en la actualidad y por falta de espacio, con venia del párroco le están construyendo un par de niveles del lado izquierdo que le restan valor estético a la iglesia. La fiesta titular de la aldea es celebrada en honor al Señor de Esquipulas, el 15 de enero. La hermandad se organiza cada año para conmemorarlo con manifestaciones de fe, donde participan no sólo los lugareños, sino que también vecinos y feligreses que llegan de las aldeas vecinas. La iglesia fue construida en una posición con atrio alto, enfrente de la antigua carretera a El Salvador, que le permite espacio para organizar una feria tipo cantonal a donde llegan loterías, juegos mecánicos, garnacherías y otras entretenciones. Recordamos que en años anteriores se organizaban carreras de cintas a caballo en la antigua carretera, porque era de terracería, peleas de gallos, organizadas por Chepe Barillas y una que otra actividad con la que se iniciaban las fiestas del año. A inicio de la década de los años sesenta del siglo pasado, la aldea Don Justo principió a tener mayor relevancia por el traslado de la Granja Penal Pavón. Aunque dicho centro penal se encuentra en el municipio de Fraijanes, su inmediata colindancia era con Don Justo. Unos pocos años previos uno de sus vecinos, Don Celso Soto, puso al servicio un bar y comedor llamado Cosmopolita, ubicado en la esquina de la carretera que conduce también a la aldea Lo de Diéguez, fue tan conocido que jóvenes de toda la comarca llegaban a visitarlo. Allí, durante algunos años, por su amplio salón, los organizadores de las celebraciones de la fiesta del Señor de Esquipulas, efectuaban el baile conmemorativo. Quienes asistían debían eliminar las bajas temperaturas, propias de la temporada, con algunos licorcitos, ya que el frío en esa posición topográfica cala en la piel y en los huesos. Por ello, no hay duda que Don Justo sea el lugar más frío de Santa Catarina Pinula. Las familias más representativas de Don Justo son: Pineda, Barillas, Álvarez, Ochoa, y otras familias honorables, que aunque no ostentan títulos nobiliarios, ni devienen de rancios apellidos, sus miembros son trabajadores, honrados y dignos vecinos. No podemos dejar a un lado de estas páginas a la figura de Don Raúl Ochoa, quien siempre con su altruismo estaba presente en toda actividad en beneficio del desarrollo de la comunidad, así como a Doña Felisa Marín, quien ayudó mucho en la construcción de la Iglesia y de las primeras escuelas de Don Justo. La educación escolarizada en esta aldea, desde hace algunos años, ha sido objeto de preocupación por las autoridades municipales. En Don Justo funciona un Instituto de Educación Básica, que da cobertura a una amplia población procedente, tanto de la aldea como de lugares vecinos, actitud de por sí plausible porque desde los años sesenta los jóvenes que deseaban estudiar el nivel básico debían viajar a San José Pinula, o a la ciudad capital. ALDEA EL PAJÓN Es posible que sea de las aldeas con mayor crecimiento demográfico del municipio, pero la que más identidad original manifiesta con la historia étnica de Santa Catarina Pinula. Asimismo, es la población más homogénea en sus intereses económicos, religiosos, culturales y hasta políticos. En su mayoría está integrada por familias obreras que viajan diariamente a la ciudad de Guatemala a realizar los menesteres propios de su trabajo y regresan al final del día. También posee la riqueza cultural de mantener firmes sus principios costumbristas, ya que su población no ha sido influenciada por los nuevos vecinos que han llegado a compartir las bondades de Dios a partir de la tranquilidad, el buen clima y la amabilidad de sus moradores. El Pajón aún no se ha ahogado en el cosmopolitismo importado, sus tradiciones están como hace muchas décadas y a pesar que ya llegaron los beneficios de la modernidad: carretera asfaltada, energía eléctrica, agua potable, teléfonos y sistema de cable televisivo, el tiempo ha detenido la idiosincrasia de sus habitantes. Es una comunidad tan enamorada de sus costumbres que sus festividades son mantenidas como en sobres de papiro. Las fiestas navideñas son respetadas en su exigente cronograma. Desde las festividades patronales a la Inmaculada Virgen de Concepción, celebrada el 8 de diciembre, pasando por la Novena de Rosarios que acompañan a las posadas, desde el 16 de diciembre, y concluyen con el Nacimiento del Niño Dios, el 24 de Diciembre a las 12 de la noche. En El Pajón se vive con vehemencia el fin de año. En muchos hogares mantienen la tradición de elaborar el Nacimiento, en lugar de la idea extranjerizante del árbol navideño. Además, existen en la comunidad tres o cuatro hermandades muy bien organizadas, que así como le dan apoyo a la parroquia, mantienen continuo movimiento católico durante todo el año. Vale la pena mencionar que el patrono de la aldea es San Mateo Apóstol, a quien le dedican una que otra celebración eucarística el 21 de septiembre, pero a donde se encaminan todos los esfuerzos de la feligresía, como decíamos, es hacia la Virgen Inmaculada de Concepción. El sacerdote de la parroquia de El Pajón, también atiende los servicios eucarísticos de los vecinos de las aldeas El Manzano, Piedra Parada y otras aldeas de Santa Catarina Pinula, así como de la población de la aldea Ciénaga grande, en San José Pinula. Predominan en la comunidad de El Pajón las familias con apellidos Álvarez, Martínez, Urbina, Iboy, Melchor, Sotoj, Con, Osoy, y otros. En la página 62 de la novela Los Caminos de mi Pueblo (En busca de los milagros del Padre Hermógenes), su autor escribió respecto de los habitantes de la aldea El Pajón, lo siguiente: “En los anales de los archivos no existen evidencias que algún hacendado con heredad española haya afincado dominio territorial, tampoco hay eslabones migratorios con reales cédulas o encomenderos perdidos que añoraron las tierras castellanas, andaluzas o extremeñas. No existen grandes haciendas, ni fincas productivas que demuestren ostentación económica. Los actuales habitantes de la aldea El Pajón han desarrollado su vida menesterosa a fuerza del trabajo y de la ayuda de Dios. Todos son humildes y honrados connacionales resultado de algún desplazamiento agrícola durante los años posteriores a los acontecimientos de la Independencia, eso sí, muy orgullosos de su responsabilidad y del servicio a la sociedad.”(Porres Velásquez, Edgar Lizardo. Guatemala. Editorial Palo de Hormigo. 2004). La indagación etnolingüística alrededor de algunas comunidades del departamento de Guatemala, nos señalan caminos de ubicación poblacional prehispánica relacionados con dos vías étnicas, que pudieron variar, como decía, en los años posteriores a la Independencia, uno de ellos puede ser El Pajón. Tal acierto se confirma por los mapas de distribución poblacional indígena que elaboró la Academia de las Lenguas Mayas, donde se aprecia una faja pokomam dentro del territorio actual de Santa Catarina Pinula, especialmente donde están las aldeas Piedra Parada, El Manzano y El Pajón, y la aldea Ciénaga Grande, en San José Pinula. El otro camino de identidad étnica es el apellidamiento de vocablos con raíces pokomames y un poco kakchiqueles, como Iboy, Sotoj, Con, Osoy, Concuá, Sicajá, Bolós, Poroj, y otros cuyas familias portadoras residen en dichas aldeas y en número abundante. Este rasgo demográfico viene a darle mayor valoración a la identidad de los habitantes de esta aldea porque se justifica la razón de ser sociedades conservadoras que guardan su idiosincrasia con mucho hermetismo y no son susceptibles a la liberación de sus costumbres, a partir del rechazo y evasión a todo ahogamiento transculturizante o de movilidad social. Antropológicamente es una riqueza cultural e histórica que debe protegerse e indagar más al respecto ALDEA EL MANZANO La libertad. Hasta hace unas pocas décadas, las familias que habitaban esta muy conocida aldea debían salir a pie a la carretera a El Salvador y todavía, quienes no tienen vehículo, lo siguen haciendo, ya que no existe un medio formal de locomoción. Decimos todavía porque el medio usado son unos picops cuya palangana está cubierta de lona y sólo transportan al usuario, de la aldea hacia el Centro Comercial Hiper Paiz, ya allí verán para donde le indique sus intereses diarios. Al principio mencionábamos muy conocida aldea porque una alta cantidad de usuarios de la carretera que comunica de la carretera a El Salvador con San José Pinula, pasando por parte de las aldeas El Pajón y Ciénaga Grande, debe atravesarla. De la noche a la mañana las expresiones: Vámonos por El Manzano o Me fui por El Manzano, además de dar una orientación geográfica de la aldea, ofrece la idea de una cercanía más inmediata a la carretera a El Salvador y, por ende, a la capital. Este tramo asfaltado era urgente primero para facilitar la locomoción de sus habitantes, ya que durante muchos años usaron dicho camino de terracería, otrora abandonado y en invierno lleno de hoyos y lodo. Segundo porque era necesaria la habilitación de un ruta alterna para comunicar otras comunidades. Hoy, la aldea está creciendo y son muchos los ojos de gente capitalina que han quedado convidados para afincarse en terrenos bendecidos por los bosques, la tranquilidad y la amistad de sus moradores. Tenemos la convicción que el origen de sus habitantes es el mismo de Ciénaga Grande y El Pajón, la similitud de apellidos y los rasgos genotípicos representan la mejor evidencia, además de las costumbres, el respeto a Dios y el amor al trabajo. A pocos metros, en posición frontal están las muestras de las instituciones que gobiernan o deben gobernar al ser humano: La Iglesia y la Escuela. Los habitantes de El Manzano saben de su importancia, a eso se debe que todos vemos el esmero en proveer el mayor esfuerzo en que ambas construcciones sobresalen por su importancia. La pulcritud de la fachada eclesial refleja el amor al ser supremo, y el decoro de la escuela plantea la urgencia de formar ciudadanos útiles a la sociedad. La Patrona de la aldea es la Virgen del Rosario, durante el mes de octubre. El vecino más entregado a la organización de dichas festividades es don Julio Guzmán, vecino muy apreciado por su altruismo. Hoy la civilización ha llegado a todos lados del municipio de Santa Catarina Pinula. En El Manzano ya hay luz eléctrica, agua potable, teléfonos, sistema televisivo de cable, escuela con todos sus recursos para el aprendizaje, no digamos la carretera asfaltada. Recordamos, aún de adolescentes, que una vez veníamos en bus extraurbano para San José Pinula y enfrente del hoy Condado Concepción, del rumor popular que reinaba entre los pasajeros surgió un vozarrón: ¨En el aguacate, por favor.¨ Pronto el bus se detuvo y principiaron a bajar unos pasajeros, de todas edades. El ayudante subió a la parrilla y bajó unas redes con comestibles, frutas, verduras y otros enseres encostalados. Las gentecitas quedaron a la vera de la carretera. Pronto inquirimos por qué a ese lugar le llamaban El Aguacate pero nadie sabía. Uno de ellos dijo: ¨Esa gente que bajó en El Aguacate va para El Manzano y debe caminar primero una bajada muy quebrada, pero lo jodido viene después, les espera una cuesta muy empinada¨. El Manzano quedó en nuestra mente, no sabíamos por dónde estaba. Muchos años después el nombre El Manzano endulzo, no nuestro paladar sino que el jolgorio de una fiesta donde un musicón somataba los espíritus alegres de los muchachos en la aldea El Pajón, para un día de los fogarones. Amenizaba, nada menos que el orgullo de la aldea El Manzano: la Marimba Orquesta de los hermanos O A. ( Osoy Ambrosio), conjunto musical que levantó polvo por todos los municipios del Depto. de Guatemala. ALDEA SAN JOSÉ EL MANZANO Esta es la población del municipio más alejada de la cabecera municipal, cerca está la frontera con el municipio de Palencia y la parte más oriental del Depto. de Guatemala. Sus bosques de ciprés, un poco de pino y abundante encino aun forman una barrera al crecimiento demográfico migratorio de la ciudad de Guatemala. Su población vive de manera apacible pero con la satisfacción que ya se consideran parte del desarrollo del país. No hace mucho tiempo, por intermedio del alcalde De Santa Catarina Pinula, Tono Coro, su carretera fue asfaltada y con ello, están pronto en contacto con los beneficios de la comunicación con los demás centro de contacto inmediato. Poseen una escuela bien remozada y con todas las comodidades para el estudio. Hasta las pocas tiendas se ven alegres y ha regresado la sonrisa a los niños. Su fiesta patronal es dedicada al Señor San José, el 19 de Marzo. ALDEA EL PUEBLITO Cualquier visitante creería que esta pintoresca y apretada aldea creció como un apéndice demográfico de la cabecera municipal, pero no fue así, a pesar que las distancia tan sólo un kilómetro. La aplicación de un diminutivo para este núcleo poblacional puede interpretarse como de pequeñez, sin embargo su cantidad de habitantes supera con creces a la de muchas aldeas del municipio. Estudio de campo y con intención de identidad sociológica que efectuamos para esta monografía, nos permite definir a esta aldea como un ejemplo de ¨pueblito dormitorio¨, ya que un porcentaje muy alto de residentes sale muy temprano hacia la Ciudad de Guatemala a desempeñar diferentes faenas y regresa ya en horas de la tarde y noche. El Pueblito pronto se benefició del transporte urbano procedente de la capital. Al principio, dicen sus vecinos, no sabíamos si caminar para Santa Catarina Pinula y atravesar el barranco, o buscar las bajadas y llegar a El Cambray para dirigirnos a tomar la camioneta urbana que sólo llegaba a El Pilar. Los vecinos de El Pueblito y de la misma cabecera municipal fueron forjados para caminar. Hoy son quienes mejor aprecian los beneficios de la carretera asfaltada y en condiciones de modernidad. Los feligreses de El Pueblito conmemoran a su patrono Santiago Apóstol, el 25 de Julio, con un novenario de rosarios y una misa el día de celebración. EL DIFERENDO LIMÍTROFE CON EL MUNICIPIO DE GUATEMALA. (Antes del uso de la soberbia, el respeto a la Autonomía Municipal ) Justificación Histórica. Por antonomasia se ha dicho que el pez grande se quiere comer al pez chico. En 1972 el Concejo Municipal de la ciudad de Guatemala, encabezado por el alcalde, licenciado Manuel Colom Argueta, planificó el Plan de Desarrollo Metropolitano en el que se concebía una gran ciudad, al incorporar parte de los municipios de Mixco, Chinautla y Villa Nueva al municipio de Guatemala. El proyecto era plausible, no existían las condiciones actuales de la autonomía municipal, ni el 12 por ciento del presupuesto de la Nación para las municipalidades, mucho menos el IUSI ( Impuesto Único Sobre Inmuebles ), que es un ingreso directo al erario municipal. Eran otras las circunstancias que gobernaban al país, y como debe ser, el diferendo nacido entre las municipalidades fue dirimido por el Ministerio de Gobernación, cuya cartera la dirigía el doctor Roberto Herrera Ibargüen. El acuerdo municipal capitalino en ciernes no fue autorizado para que se publicara en el Diario Oficial y con ello la cartera del Interior dejaba protegidas a las comunas afectadas. También debe quedar constancia que aquel alcalde capitalino, además de ser un ciudadano respetuoso y con enorme carisma político, fue prudente en sus decisiones, y el proyecto si bien es cierto se concretó en la práctica, ya que el urbanismo horizontal de los municipios se unió, hubo respeto a la incipiente autonomía. Como antecedente hemos dicho que el general José María Orellana ( 1922-1926 ), el 29 de diciembre de 1922 anexó como cantones de la jurisdicción de la ciudad de Guatemala, a los municipios de Villa de Guadalupe y Ciudad Vieja. Años más tarde corrieron igual suerte los municipios de Canalitos, Santa Rosita y Las Vacas. El propósito en aquel entonces era agrandar el espacio territorial del municipio de Guatemala y desde luego, los linderos establecidos en esas fechas han de ser tan inexactos con el municipio de Palencia, que las autoridades ediles capitalinas ya habrían levantado la voz en postura autoritaria, si el desarrollo urbanístico de esas tierras tuviera el crecimiento moderno, como en otras áreas aristocráticas vecinas de la capital. Aquí cabría el problema e hipótesis del valor territorial. Por qué la municipalidad capitalina no le pelea a su similar de Villa Nueva los suburbios mareros, o los barrancos habitados por familias menesterosas que se encuentran al sur de Santa Elisa, zona 13? O la población que miserablemente vive al noroccidente de la capital, ya en el municipio de Chinautla? Preguntémosle a los habitantes de lo que fue el municipio de Canalitos cuánto tiempo estuvieron aislados de la ciudad de Guatemala? Al finalizar aún la década de los setenta, una camioneta extraurbana llevaba y traía a los vecinos compradores al mercado de El Guarda del Golfo, zona 6. La población obrera salía a pie a la Colonia Lomas del Norte donde tomaba bus urbano, o bien hasta la carretera al Atlántico. Conocimos ese tramo de terracería que comunicaba a Canalitos con la colonia Lomas del Norte, donde después de llegar a la parte baja, en la que hay un río y un depósito de agua, subíamos hasta llegar al cementerio local, ya a la entrada a la población. Eran tres kilómetros de lodo en invierno, y enfermiza polvareda en época seca. No había agua potable y la luz eléctrica se perdía entre los callejones de sus barrios enmontados y abandonados. En lo que fue la sede de la intendencia municipal, una casa vetusta, obscura y húmeda, el alguacil o alcalde auxiliar dormía junto a un valioso archivo de ennegrecidos papeles. Hoy, que su carretera está asfaltada y el transporte fluye, recibe cientos de nuevos vecinos que la han convertido en una pujante zona popular y de clase media muy trabajadora. Hoy, ya llegaron las autoridades ediles porque se convirtió en zona capitalina, pero con ellos también llegó el IUSI. Allí en Canalitos, por esos años, dimos clases en una escuela nocturna. Traemos estos datos porque el recuerdo refresca la desgracia y el olvido en que han estado viviendo muchos vecinos perimetrales de la ciudad de Guatemala. Lamentablemente quienes han tenido a su cargo el control del Instituto Geográfico Nacional han sido funcionarios que, posiblemente por razones políticas, no han buscado la modernización o tecnificación en la precisión y exactitud de linderos territoriales o han emitido dictámenes sin compromiso científico. Tratamos de decir que sus estudios de gabinete y de campo no son convincentes porque ya existe un criterio público respecto de un diferendo con connotaciones de validez territorial. No está demás anotar que dicha institución, por razones de suyo conocidas, perteneció al Ministerio de la Defensa, y parte de su información cartográfica fue, durante muchos años, vedada a indagaciones civiles. Evidencia de lo anterior es que hasta hace poco se están sabiendo los marcos territoriales que el desaparecido INTA ( Instituto de Transformación Agraria ) mantuvo bajo velos secretos, porque cientos de caballerías de terrenos fueron repartidos entre dirigentes políticos y militares durante los gobiernos de las décadas de los sesenta del siglo pasado, hasta la fecha. El IGN no puede delimitar sectores territoriales, ni establecer límites municipales. El artículo 4 del Acuerdo Gubernativo 114-99 contiene su Reglamento de Organización Administrativa y allí se delimitan sus atribuciones. La municipalidad de Santa Catarina Pinula justifica todo su proceder legal de pertenencia territorial, según el artículo 57 del Reglamento de Construcción, Urbanización y Ornato, publicado en el Diario Oficial el 1 de octubre de 1980, vigente actualmente. Ni el pasado, ni el presente estarán en la razón de los funcionarios de la Municipalidad de la Ciudad de Guatemala, en sus reclamos respecto de los límites con Santa Catarina Pinula, ya explicamos las decisiones de anexión durante el pasado. El Juzgado Octavo de Primera Instancia del Ramo Civil, constituido en Tribunal Extraordinario de Amparo, con fecha trece de abril de 2005, otorgó Amparo Provisional a la Municipalidad de Santa Catarina Pinula en su derecho de colocar rótulos de señalización con información limítrofe en determinadas vías de comunicación, como al final del Boulevard Vista Hermosa y en el Boulevard Los Próceres, frente al Centro Comercial La Pradera. Esta primera decisión jurídica es la que posee valor mesurable, prudente y racional, lo que posteriormente determinó la Corte de Constitucionalidad se la pasamos a la crítica pública, ya que el rol de esta institución, en los últimos años, es de suyo cuestionable y también se lo dejamos a la credibilidad que le herede la historia constitucional del país.´ La comuna capitalina quiere convencer a través de una interpretación jurídica a su favor, al olvidar primero planos, como el elaborado en 1894 por los ingenieros Claudio Urrutia y Emilio Gómez Flores, plano que con detalles y explicaciones se entienden las claras separaciones territoriales. Posteriormente la evidencia del Mapa Topográfico Escala 1:50,000, del año 1991, donde también se definen los límites de cada municipio. En lo que respecta a documentos oficiales, como lo diremos hasta la saciedad, debe mencionarse el Acuerdo Gubernativo del 13 de julio de 1964, por medio del cual el Ministro de Educación Pública, General Rolando Chinchilla Aguilar ratifica límites territoriales entre los municipios de Guatemala, Villa Canales y Santa Catarina Pinula. En dicho acuerdo se establece el límite jurisdiccional en la forma propuesta por la Dirección General de Cartografía, el que se determina un amojonamiento a partir de puntos geográficos que pertenecen al municipio de Santa Catarina Pinula. El Acuerdo entró en vigor con su publicación en el Diario Oficial el 8 de octubre de 1964. El lector común pensará en qué tenía que ver el Ministro de Educación en un problema limítrofe. Recordemos que se vivía un Gobierno de Facto y el Jefe de Estado podía delegar su autoridad en un ministro. Además, si algún gobernante puso orden en el país, al acabar con el desgobierno que le dejó Idígoras Fuentes, y restituyó la democracia con la Constitución de 1965, fue Enrique Peralta Azurdia. Otra información, también mencionada con anterioridad, que le veda todo derecho a la comuna capitalina sobre el territorio en ciernes, es la que publicó el Diario de Centro América el 1 de octubre de 1980. El Reglamento de Construcción, Urbanización y Ornato deja muy claro los límites de Santa Catarina Pinula, vigentes actualmente y que incluye toda el área donde se encuentra el Centro Comercial la Pradera hacia el oriente y los terrenos del Hotel Quinta Real. Si lo anterior fuera poco, en esta indagación monográfica damos a conocer el mapa topográfico, escala 1:50,000, publicado por el Instituto Geográfico Nacional en el año 2000, donde se establecen los límites municipales de Santa Catarina Pinula. Allí se ve claramente hasta donde llega el municipio de Guatemala, límites que no son los que pretenden las autoridades edilicias capitalinas. A manera de descripción didáctica, podemos afirmar que cuando creció la población de la zona uno, cuyas calles no tenían numeración, sino que nominación y la ciudad se fue expandiendo, las autoridades edilicias, bajo el signo del juicio lógico, crearon calles y avenidas. La Avenida La Reforma separa a las zonas nueve y diez; la Avenida Bolívar, la tres de la ocho; el Boulevard (en aquel entonces) Liberación separaba a la zona nueve, de la zona trece, y así muchos ejemplos más. El diferendo territorial entre las municipalidades de la Ciudad de Guatemala y Santa Catarina Pinula, al no ser dirimido por el Ministerio de Gobernación, quien en ley es el obligado, le corresponde al Presidente de la República y sentar un precedente contra las transgresiones de municipalidades que en el pasado han querido irrespetar la autonomía de las vecinas. Según la crítica política especializada se prevé habrá discordancias y disputas en otros escenarios municipales y con otros actores. Si el diferendo continuara, será el Congreso de la República, quien con base en informes técnicos, jurídicos e históricos, determinaría el límite territorial. Creer que la Corte de Constitucionalidad y la Corte Suprema de Justicia como entes del orden jurídico puedan dar dictámenes alrededor de este tema, y defiendan los intereses de una municipalidad provinciana, lo dudamos, ya que la certeza jurídica en Guatemala carece de credibilidad ciudadana. Los intereses en ciernes deben estar del lado de aquellas municipalidades que con tanto sacrificio han logrado construir sus obras públicas. No olvidemos las condiciones precarias con que autoridades ediles han salvado su presupuesto. La historia no miente, los incipientes impuestos y las tasas a servicios en cabeceras municipales, tan hace treinta años, se sustentaban en los boletos de ornato, canon de agua, impuestos a pulperías paupérrimas y otros ingresos de valor vergonzoso para la tesorería. A lo anterior hay que agregar las medidas fiscalizadoras que llegaban a ejercer los contralores de cuentas, durante la época de las dictaduras, que después de la glosa inquisitorial y si había faltante, pronto el tesorero municipal era encarcelado y consignado por “ Robo al Estado”. No están lejos de la memoria colectiva las glosas que Don Jorge ( Ubico ) mandaba a efectuar previo a su visita a los pueblos del interior. La más famosa y cruel es aquella en que el contralor encontró un faltante de dos centavos en la glosa a la tesorería de una cabecera departamental muy conocida. El tesorero implicado le dijo que por necesidad los había tomado porque tenía tres meses de atraso salarial, como todos los de la comuna, y le rogó que él pondría de su bolsa los dos centavos faltantes, pero que no lo hiciera ver en el informe que le entregaría al presidente, al día siguiente. La negativa fue rotunda y cuando Don Jorge inquirió, que era lo primero que hacía, el contralor le informó: “Señor Presidente, le informo que ya tengo en el bote al tesorero municipal, porque le faltan dos centavos en la caja.” El dictador preguntó: “ Y el Alcalde? Aquí estoy, Señor Presidente. Entonces, el gobernante, en jocunda postura omnímoda, ordenó: “Métanlo también al bote.” Si a manera de análisis crítico describimos que lo anterior le sucedía a un alcalde de una cabecera departamental, deduzcamos cómo fueron tratados los alcaldes de los municipios, no digamos los jefes ediles de poblados indígenas refundidos en los barrancos del olvido y en la vera de la desgracia social. Así eran tratados los alcaldes en el pasado. No estamos sojuzgando, ni justificando la acción del dinero faltante, sino que la discriminación, la injusticia y la prepotencia altanera a la que estaban sometidos. En cambio, aquellos jefes ediles de la capital, ante todo los de apellido extranjerizante ( Lizarralde, Obiols, Galich, y otros ) gozaban de la protección y granjerías del gobernante de turno, además de ser tratados con deferencia, recibían bendición económica para sus proyectos. Años después cuando los gobernadores departamentales, en su mayoría militares, eran nombrados por el gobernante, estos se ensañaban con despóticos abusos contra los humildes alcaldes a quien el gobernador hacía llegar a la cabecera departamental para recibir reprimendas injustas. Un alcalde, hasta hace veinte años, ganaba cien quetzales mensuales y los concejales recibían un quetzal por cada dieta de sesión. Si la comuna necesitaba del financiamiento para alguna obra, debía venir el alcalde a rogar para que las autoridades del INFOM autorizaran la capacidad crediticia; cuidado y en mal momento la desgracia dispusiera que la comuna fuera de cuarta categoría, porque ni para construir un pequeño puente habría crédito. Óigase, crédito. Con la Constitución de 1985 se consolidó la autonomía municipal y llegaron muchos beneficios institucionales a las municipalidades, como los Consejos de Desarrollo. Es lamentable que ahora que hay recursos para invertir en obras de carácter social, también aparecen otros intereses intervencionistas, al aducir injerencia territorial que en el pasado se veía de soslayo y sobre el hombro. Las municipalidades vecinas a la ciudad de Guatemala gozan de ciertos beneficios impositivos, que con toda justicia hoy lo merecen porque el crecimiento de la construcción ha generado ingresos a los otrora mostradores de la tesorería. Factor este que ha despertado celos a los inquilinos del Palacio de la Loba, ante todo porque los ingresos mencionados provienen de una de las áreas urbanizadas, cuyos propietarios representan la elite económica del país. El desplazamiento poblacional es inevitable hacia las áreas de mayor y mejor calidad de vida. Los niveles de contaminación de la ciudad más grande de Centroamérica ha generado, sin quererlo, la reestructuración de diferentes esquemas urbanohabitacionales, al obligar desplazamientos demográficos en dirección a territorios vecinos, cuyas autoridades municipales ofrecen mejores servicios y a precios más accesibles. Las autoridades de la comuna capitalina no pueden ofrecer condiciones similares, sería una aberración el solo hecho de pensarlo. Al contrario, se han visto obligadas a proteger muchas construcciones con valor histórico, y el acceso a algunas zonas del centro ya son intransitables y con poca seguridad ciudadana. A lo anterior hay que agregar que las fuentes de agua potable son insuficientes para la demanda poblacional. Debe enfatizarse que el agua que la población capitalina consume, en alto porcentaje proviene de municipios vecinos, tal el caso del agua del Teocinte, procedente de San José Pinula. Si bien es cierto que la ciudad de Guatemala ha sido invadida por olas migratorias procedentes, primero del altiplano como consecuencia del enfrentamiento armado y segundo por población flotante en busca de mejores condiciones de vida, dicho fenómeno demográfico no es culpa de municipios vecinos como Santa Catarina Pinula, que sí tiene planes modernizadores de desarrollo urbano. Los cordones poblacionales que habitan los barrancos y áreas marginales no tienen procedencia determinada, es el resultado de la movilidad social o procesos de transculturación cuyos miembros viven de la economía informal, y tampoco fueron enviados allí por las autoridades edilicias vecinas de la ciudad de Guatemala. La municipalidad de Santa Catarina Pinula, a través de sus autoridades, se preocupa por proveer a sus habitantes los recursos que les permita desarrollar esquemas de vida acordes con su dignidad. Este estudio deja muy claro que no serán aquellas decisiones dogmáticas y antojadizas de los gobernantes que a través de acuerdos publicados en el Diario Oficial, desde 1835 cuando el presidente Mariano Gálvez (1831-1838), con grandes intenciones de ordenar al país, ni siquiera sabía cuáles eran las tierras del Estado y cuáles las de la Iglesia. No nos desmerece el valor histórico de los documentos que indican qué poblados pasaban de un lugar a otro, pero sí sabemos que los recursos cartográficos de la época no representan el cúmulo de información exacta que de los terrenos en disputa hoy conocemos. Los recursos topográficos de principios del S XIX no daban validez a las aproximaciones visuales para justificar papeles firmados por el gobernante de turno, mucho menos tomas aéreas, ni pensar en las satelitales, que son las más exactas y que ni el IGN, Instituto Geográfico Nacional posee. Incluso el mismo Gálvez dispuso de territorios valiosos e inmensos para dárselos a inmigrantes europeos con el fin de una mixtificación demográfica. Esa información está más ampliada en otros estudios históricos. El acuerdo del 26 de octubre de 1866, del gobierno conservador de Vicente Cerna, menciona la anexión de aldeas para agrandar la población del municipio Las Vacas, tampoco se especifican territorios o linderos legitimados por cartografía fidedigna. Además, fue política de ese régimen la devolución de terrenos a familias afines a la política conservadora, territorios que Mariano Gálvez pretendió fueran registrados por leyes catastrales. La creación del municipio de Guadalupe, el 5 de febrero de 1886, durante el régimen de Manuel Lisandro Barillas (1885-1892), al igual que las decisiones de gobernantes anteriores, fueron secuencia antojadiza a tenor que en dicho año se crearon otros municipios del departamento de Guatemala, como San José Pinula, el 6 de junio de 1887, a propuesta del jefe político del departamento de Guatemala. El acuerdo gubernativo del 18 de febrero de 1915, dictadura de Manuel Estrada Cabrera (18981920 ), por el que se segregó de Santa Catarina Pinula, el Cantón “ 21 de agosto” y lo anexó al municipio de Guatemala, es el más discutible en su validez jurídica, porque en dicho acuerdo es clara la nominación de cantón, o sea un grupo poblacional. En ninguna línea se hace referencia a dimensiones territoriales o extensiones, como sí sucedió con el acuerdo por medio del cual las tierras jurisdiccionales de San José Pinula se desmembraron del municipio de Santa Catarina Pinula para crear una nueva división administrativa, en 1887. En la Monografía del Departamento de Guatemala. Villacorta C. Guatemala, Tipografía Nacional. 1926, fue publicado un plano de la Ciudad de Guatemala, dibujado por Julio Alberto Rubio. Hacia esa fecha eran reconocidos 17 cantones y el más Sur-Oriental era la Villa de Guadalupe, identificada como un apéndice territorial del Cantón Santa Clara. No importa qué justificación den los archivos o datos antojadizos interpretativos señalen las autoridades del IGN, Instituto Geográfico Nacional, en emitir dictámenes para favorecer al más fuerte y pagar favores políticos. El error lo señalará siempre la historia de nuestra patria al haber tenido gobernantes ignorantes y con poderes omnímodos, que de manera autocrática segregaban terrenos provinciales y poblaciones enteras para anexarlas a otros lugares, a saber con qué mezquinos intereses e ilusiones feudales. El sencillo mandato de ordenar y publicar en el Diario Oficial no iba precedido de estudios futuristas, no existían lineamientos urbanistas, mucho menos análisis de impacto ambiental. Sólo había ordenanzas dictatoriales, y todos los esbirros seguidores y besamanos tenían que bajar el testuz. Los resultados están a la vista: Anexaron lo que fue el municipio Las Vacas al de Guatemala y allí se ahogó la población, entre la fetidez de las corrientes de aguas negras y desechos que sus nuevos vecinos aún producen y contaminan. El municipio de Canalitos, después de tener dominio parroquial desde principios del siglo pasado, una vez convertida en parte de la zona 17 de la gran ciudad y sin ningún desarrollo urbano, permaneció entre las tinieblas aldeanas hasta hace pocos años. Es posible que la única certeza que emanó de la decisión de anexar poblaciones a la ciudad de Guatemala, sea que con la llegada de vientos democráticos. dicha autoridad edil necesitaría muchos votantes para escalar a la primera magistratura. Ya es parte del pasado la época de los Mayores de Plaza, de los Jefes Políticos, de los Regentes e Intendentes, que con fuete, bota federica y espuela agresiva mancillaban a los servidores municipales de la provincia. Los datos de la historia reciente no mienten. Mario Méndez Montenegro, después de ser alcalde, pero por suicidio aún cuestionable, pudo haber sido Presidente de la República; Manuel Colom Argueta fue detenido por muerte violenta ordenada por las fuerzas retrógradas del país; Abundio Maldonado, después de ser alcalde, todavía escribe “Si yo fuera Presidente.” José Angel Lee no pierde las esperanzas ( aunque fue alcalde a dedo, durante el triste gobierno de facto de Efraín Ríos Montt; Alvaro Arzú usó de trampolín el Palacio de la Loba, y el actual gobernante necesito primero ser Concejal y después Alcalde, también en intento fallido como su predecesor, para vestir la banda presidencial. Estamos seguros que la crítica pública y los ciudadanos concientes y sabedores de los valladares que ha afrontado una comunidad municipal de provincia para solucionar sus problemas, reconocerán la verdad y las cortinas de interés del diferendo, y darán la razón a quien la tiene y merece. Asimismo, habrá juicio sereno al analizar el paralelismo de un alcalde cuyo origen le permite valorar la dimensión a que ha llevado a su pueblo, a través de una lucha valiente y paradigmática. Las distancias no existen, el alcalde de Santa Catarina Pinula, Tono Coro, a pesar de sí poseer un grado académico de educación superior, es humilde, sencillo y buen profesional, está identificado con su pueblo y es, hoy, el paladín del municipalismo nacional. Por fin un alcalde de provincia ha defendido lo que por historia geográfica le pertenece a su pueblo. Hoy, Tono Coro, como lo conoce su gente, tiene quien le escriba. En Santa Catarina Pinula no hay parada, estamos avanzando. O bien, como le dijera El Quijote a su escudero: ¨Sancho, los perros nos ladran, parece que vamos cabalgando.¨ EL LÍDER (José Antonio Coro García ) SU BIOGRAFÍA El uno de noviembre de 1967, en la aldea Puerta Parada, vino al mundo el líder municipal de Santa Catarina Pinula. Es hijo único del hogar formado por Don Marcelo Coro Bolóz y de Doña María Antonia García Pérez. Desde sus iniciales años de vida sus padres le inculcaron valores y principios que aún prevalecen en su forma de ser. Sus primeros cuatro años los vivió en la Ciudad de Guatemala, pero luego, junto con sus padres, se trasladó a la aldea Nueva Concepción. Ya de niño manifestó condiciones innatas de desarrollo intelectual, que dio a conocer en la Escuela Oficial Rural Mixta de la aldea. Cuando tenía cinco años, un día de enero y sin avisarle a su mamá, decidió irse a la escuela. Su progenitora, preocupada por la ausencia de casi tres horas y después de buscarlo por todos lados, se dirigió a la escuela de la aldea. Su sorpresa fue encontrarlo recibiendo clases con los alumnos de sexto, quienes lo recibieron con agrado y le enseñaron a dibujar. Al ver la decisión del niño y ante la solicitud de la madre, el director lo aceptó en primer año y, como dijimos, con sólo cinco años. Los alumnos, muy sorprendidos por su desenvolvimiento y el gran deseo de superación, lo indujeron a valorar la cultura del estudio. Pronto, la escuela de la aldea lo vio convertido en uno de sus mejores estudiantes y portador del pabellón nacional, además de dar a conocer sus dotes de orador y organizador de actividades deportivas. Guarda aún recuerdos gratos de su profesor Haroldo Antonio Figueroa López, quien lo apadrinó más tarde en el grado de la Confirmación Católica. Su espíritu de superación personal y la intuición de que sólo a través del esfuerzo por la educación pueden alcanzarse grandes metas, lo motivó a mantener una constante comunión con los estudios. Ya en la frontera de la sonrisa por la adolescencia y la lágrima por la niñez, Tono debió continuar los estudios de nivel medio en la gran ciudad. Sus correrías estudiantiles dejaron eco en las aulas del Instituto de Educación Básica Tecún Umán, en la Avenida Reforma, zona 10, donde ingresó cuando tenía once años. Sus limitaciones económicas y la modestia de recursos no fueron obstáculo para lograr sus propósitos como estudiante adolescente, ya que desde la aldea Nueva Concepción caminaba los seis kilómetros hasta donde hoy se encuentra el Ministerio de Educación. Siempre, como dijera mi amigo, el Dr. Cyrano Ruiz C.: ¨Con el bolsón escolar repleto de ilusiones, sueños y esperanzas¨. En este centro educativo también se le despertó habilidad en las clases prácticas, ya que aún maneja con mucha propiedad la carpintería y la soldadura. Más tarde ingresó a la Escuela de Comercio de la zona uno, centro en el que se graduó de Perito Contador, aventura intelectual que efectuó, ya no a pie, sino que en bicicleta que con los ahorros de su primer trabajo como lavador de carros le compró a su amigo José Luis Chinchilla. Ahí culminó la primera parte del periplo intelectual, pronto vendría la Universidad donde se forja y reconoce la conciencia de los caminos de identidad por la nación. Y se graduó de Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales con los títulos de Abogado y Notario. Por su carisma de buen amigo y respetuoso, poco a poco se fue dando a conocer, tanto en la cabecera municipal como en las aldeas de Santa Catarina Pinula. Recuerda con mucha deferencia a sus amigos Erwin del Águila Tello, Tayo Monterroso, de la cabecera municipal, y los jóvenes Con Mazariegos, de la aldea El Pajón. Su inquietud y predilección por el Levantamiento de Pesas y el Boxeo lo encauzaron a formar parte activa del primer deporte mencionado. Su amigo Rafael Sosa, en la Escuela de Comercio, lo motivó a participar en competencias formales y bajo la responsabilidad del entrenador Miguel Ángel Barillas. Asistió a un torneo nacional donde ganó su primera medalla de bronce. Al poco tiempo se convirtió en seleccionado juvenil de Levantamiento de Pesas y fue declarado varias veces el mejor de ese deporte en Guatemala. Superó marcas nacionales y ganó el Campeonato Centroamericano en su categoría. Asimismo, representó al país en torneos realizados en El Salvador, Honduras, Nicaragua, México, Colombia, Cuba, Puerto Rico, Estados Unidos y Canadá. Como parte de su entrega a dicho deporte fue electo Presidente de la Federación, en cuya administración los levantadores de pesas Luis Medrano, Marvin Jiménez y Susana Valle conquistaron medallas a nivel mundial. Tono Coro tuvo sus primeras experiencias en la Administración Pública, ya que en 1985 efectuó sus prácticas de Perito Contador en el Tribunal Supremo Electoral, bajo las órdenes del Dr. Alejandro Giammatei y del Lic. Alfredo Vila Girón, Coordinadores de las Elecciones Generales. En la realidad no efectuaba prácticas sino que era trabajador con toda la vestimenta de responsabilidad, y sus menesteres eran tomados en cuenta de carácter oficial, porque sus jefes Jorge Luis Lara y Walter Rabanales le transmitieron los primeros conocimientos desde la perspectiva gubernamental. Fue allí donde tuvo la experiencia de demostrar su entereza y capacidad en decisiones inherentes a su trabajo, pero cuando el Dr. Giammatei consideró que debía ser contratado de manera formal, vino el inconveniente que Tono Coro era menor de edad. El interés de sus jefes era tan grande que gestionaron el permiso ante el Ministerio de Trabajo y concretar que el Tribunal contara con la eficiencia de sus servicios. Su grado de control en las atribuciones designadas lo convirtieron en persona de confianza del Dr. Alejandro Giammatei, quien posteriormente lo invitó a trabajar en la Municipalidad Capitalina, donde conoció a Álvaro Arzú, al Lic. Oscar Berger, al Arq. Eduardo Castillo y al Lic. Ricardo Saravia, quien tomó la decisión para proponerlo como candidato a alcalde de Santa Catarina Pinula. Fue durante esta época que principió a convertirse en miembro activo y prominente del Partido de Avanzada Nacional. Durante la gestión edilicia del Lic. Óscar Berger viajó a España a recibir capacitación municipal, a su regreso fue nombrado Superintendente de la PMT y después en el primer jefe de dicha institución. Se le asignó la responsabilidad de crear dicha institución como parte de un proceso de descentralización o delegación de competencias de administración de Policía Municipal de Tránsito del Estado. Tono Coro también jugó fútbol. Siempre fue el capitán del equipo ANC (Aldea Nueva Concepción), oncena que llevó a jugar a la liga de la cabecera municipal y donde campeonizó. ¨Tono Coro, usted ya es alcalde¨. Esas palabras se las dijo su amigo Rodolfo, Fitón, Monterroso, la noche de las Elecciones Generales de finales de 1999, cuando supo que había ganado con más de 3,000 votos. Con este resultado se batió el récord de votos que un candidato a alcalde ha ganado en Santa Catarina Pinula. Cuatro años más tarde fue reelecto, pero ahora con más de 12,000 votos y es considerado el alcalde mejor votado a nivel nacional. Durante el gobierno del FRG, el Secretario de Modernización y Descentralización del Estado, Dr. Rokael Cardona, la declaró la mejor municipalidad, a pesar de haber sido de oposición al régimen. De igual manera, Tono Coro, en la actualidad ha sido el alcalde mejor premiado porque su administración fue la más transparente en el uso de Guatecompras, así como una de las más efectivas en el sistema de administración. En diciembre de 2004 recibió la Orden Manuel Colom Argueta como el mejor Alcalde. Este año, la municipalidad de Santa Catarina Pinula es objeto de estudio por parte del Banco Mundial para promover el Sistema de Administración Municipal y dar a conocer las buenas prácticas de municipalismo. Su despertar por los caminos de la justicia social lo adentraron en un esquema de formación jurídica, factor que le ha permitido conocer a fondo la urdimbre de la política al servicio de la sociedad. Los laureles alcanzados a través de la culminación de una carrera de Educación Superior, no hay duda le representaron el clímax de todos los esfuerzos académicos iniciados desde su niñez. Poseer la Licenciatura en Ciencias Jurídicas y Sociales y los títulos de Abogado y Notario son una especie de membresía para dirigir a nuestra sociedad, así como para convertirse en ejemplo de las generaciones de nuestro país. Ya como funcionario y conociendo sus dotes para los estudios de la sociología municipal efectuó estudios de postgrado en la Universidad Carlos III, en Madrid, España. Actualmente estudia la Maestría en Dirección y Gestión Pública Local, impartida por la Cooperación Española, FUNDEMUCA, cuya graduación la obtendrá en abril de 2006. Asimismo, disertó en el VII Congreso Iberoamericano de Municipalistas, efectuado en la Antigua Guatemala, en 2004. También ha tenido relevante participación en el XI Programa Iberoamericano de Formación Municipal, organizado por la Unión de Capitales Iberoamericanas, en Madrid, España (1998). Dentro del contexto del Municipalismo, en 2002, expuso en Santo Domingo, República Dominicana. Igualmente en la ciudad de Miami, Fla., Ciudad de México y Buenos Aires, Argentina. En el marco del liderazgo municipal nacional, en 2002 fue electo Presidente de la Asociación Nacional de Municipalidades y en 2004, Presidente de la Asociación Nacional de Municipalidades de la República de Guatemala, ANAM. Para el período 2004-2008 fue nombrado Vicepresidente del Instituto de Fomento Municipal y otros cargos altamente significativos en el mundo del municipalismo. No está demás agregar que Tono Coro es considerado en el ámbito nacional como una autoridad en encauzar el proceso de descentralización y el impulso del municipio moderno. Actualmente y como una muestra de orgullo para Guatemala, es miembro del Consejo Mundial de Munícipes, ya que es el único alcalde hispanoamericano en poseer digno cargo. Nos atrevemos a decir que es uno de los funcionarios munícipes académica y políticamente más preparados de Guatemala. Su valiosa hoja de vida le ha permitido, simultáneamente, un ascenso en la participación política. El alto espíritu de colaboración aunado al altruismo en la busca de mejor calidad de vida para los habitantes de Santa Catarina Pinula, fueron suficientes factores para que demostrara su dominio y liderazgo en la conducción de un municipio que durante largos años había dormido en el letargo del conservadurismo. La obra está a la vista. No hubo mayor carta de presentación, ni más méritos para que cuatro años después su pueblo lo haya reelegido para el período 2004-2008. No ha habido victoria tan abrumadora en la historia de las elecciones municipales de Santa Catarina Pinula, como ya hemos dicho, como la alcanzada por Tono Coro, respecto de sus opositores. Por tradición se ha dicho que en las elecciones para alcalde, no gana el partido político postulante sino que el candidato, la persona, el ciudadano, el amigo, el buen vecino. Como constancia de información histórica reciente (1978), que este estudio desea justificar, en un municipio del oriente del país ( Moyuta, Jutiapa ) un candidato a alcalde falleció de infarto un día previo a las elecciones, y ganó. En el contexto de su vida social y familiar, Tono Coro unió su vida por lazos matrimoniales con Mirna Magnolia Figueroa, en quien también encuentra el mayor apoyo como consejera y profesional de su confianza en la administración municipal. Tres retoños adornan el hogar: Zeida, Javier y Jessica, equilibrio perfecto para depositar en un ciudadano honrado los títulos de esposo y padre, dicotomía idónea de familia ejemplar. Dado su carisma político y la popularidad de que goza en el ámbito de las municipalidades de la República, además de su visión futurista y conocimiento de la problemática nacional, Tono Coro fue miembro del Comité Ejecutivo Nacional, Comisión de Fiscalización del Partido de Avanzada Nacional, PAN, hasta antes de las elecciones generales de 2004. En la actualidad es Miembro del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Gran Alianza Nacional- GANA. Y el ascenso político del Alcalde de Santa Catarina Pinula no se detiene, Guatemala lo sigue necesitando. LA CORPORACIÓN MUNICIPAL La Constitución Política de la República de Guatemala, en el título V, Capítulo VII, Artículo 254 establece que: El gobierno municipal será ejercido por una corporación, la cual se integra por el alcalde, por síndicos y concejales, todos electos directa y popularmente en cada municipio en la forma y por el período que establezca las leyes de la materia. La corporación municipal de Santa Catarina Pinula está integrada de la siguiente forma: Alcalde, 2 Síndicos titulares, 7 Concejales titulares, 3 Concejales suplentes, 1 Síndico suplente y el Secretario del Concejo. -------------------------------------------. Miembros del Concejo Municipal para el período 2004-2008 Alcalde Municipal………………………………… José Antonio Coro García Síndico Primero…………………………………… Héctor Augusto Jaime De Paz Síndico Segundo…………………………………... Manuel de Jesús Barillas Guzmán Síndico Suplente Primero…………………………. Justiniano Cruz Marroquín Concejal Primero………………………….............. Emiliano Hernández Barahona Concejal Segundo…………………………………. Noé Barillas Delgado Concejal Tercero………………………………….. Jorge Adalberto Sotoj Asipe Concejal Cuarto………………………………....... Augusto Silvestre Ramírez Concejal Quinto………………………………........ Pedro Peña Hernández Concejal Sexto…………………………………….. Gerardo Audilio De Paz Piril Concejal Séptimo…………………………………..Dora López Montenegro Concejal Suplente Primero……………………...... Víctor Gonzalo Alvarizes M. Concejal Suplente Segundo……………………….. Felipe Abad Chávez Concejal Suplente Tercero………………………... Emilio Ramírez Monterroso Secretario Municipal……………………………… Cruz Fernando Pineda R. Aquí concluye esta particular visión investigativa de un pueblo que a través de la historia ha caminado sus quebrados caminos, sorteado ríos y barrancas pero ha endulzado su oído con el canto del cenzontle. En el pasado están inmersas sus dignas raíces popolvuhianas, el amor por el trabajo y la dignidad. En su vasta y exuberante naturaleza posiblemente anidó el quetzal y dejó la clorofila de sus alas en la verdura de los bosques. Edgar Lizardo Porres Velásquez Santa Catarina Pinula, 17 de agosto de 2005.