1-59 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las once horas del día tres de Junio de mil novecientos sesenta. El presente juicio de inconstitucionalidad ha sido iniciado por los señores Dr. MARIO CASTRILLO ZELEDON, HUMBERTO PERLA FLORES y SANTIAGO RICARDO HUMBERTO PARADA MENDOZA, conocido por RICARDO PARADA MENDOZA, a efecto de que se declare la inconstitucionalidad del Decreto Legislativo No.2972 de fecha veintisiete de noviembre del año próximo pasado, publicado en el Diario Oficial No.220 Tomo 185 de dos de diciembre del año citado, que contiene la Ley Electoral. Han sido partes los impetrantes y la Honorable Asamblea Legislativa. También ha tenido intervención el Fiscal General de la República. LEIDOS LOS AUTOS; y I. --- Que con fecha quince de diciembre del año próximo pasado, los señores Dr. Mario Castrillo Zeledón, Humberto Perla Flores, y Santiago Ricardo Humberto Parada Mendoza, conocido por Ricardo Parada Mendoza, se presentaron a este Tribunal, con la siguiente demanda: - "De conformidad o en los preceptos constitucionales, que establecen nuestro sistema de organización y funcionamiento estatal, El Salvador, asienta su estructura en la soberanía del pueblo, del que emana todo poder, teniendo el Estado entre sus obligaciones primordiales asegurar a los habitantes de la República el goce de la libertad, no sólo individual, sino política para los ciudadanos, quienes deben elegir con absoluta libertad a su propio Presidente, a sus Diputados y Consejos Municipales, para cuyo fin reconoce además el derecho de asociarse para constituir partidos políticos e ingresar a los ya constituidos y optar a cargos públicos según sus capacidades. (Artos. 1, 2, 3, 6, 23 y 30 Const.) Asimismo, estableciendo la Constitución que nuestro sistema de Gobierno es democrático, dedica todo un título - el X- al "Régimen de Derechos Individuales", donde reconoce la igualdad de todos los hombres ante la ley, el derecho de expresar y difundir sus pensamientos, de asociarse y reunirse pacíficamente y sin armas para cualquier objeto lícito y demás que precisamente constituyen el reconocimiento de la personalidad humana (Artos. 150, 156, 160, 170, y / 172 Cons./, con el objeto de que los principios, derechos y obligaciones establecidas en la Constitución no pueden ser alterados por leyes, a pretexto de regular su ejercicio - Art. 221 Const.- reconoce a todo ciudadano en su Art. -96 el derecho de dirigirse a este Tribunal para que declare la inconstitucionalidad de tales leyes cuando dicha inconstitucionalidad existe, no solo en su FORMA sino también en su CONTENIDO, vale decir en su espíritu e intención manifiesta. Tal el caso del Decreto Legislativo No.2972 (LEY ELECTORAL), de fecha 27 de noviembre último, sancionado por el Poder Ejecutivo en la misma fecha en que lo admitió la Asamblea Nacional - según consta del propio Diario Oficial No. 220 Tomo No. 185 de fecha 2 del mes en curso, ley que, como un todo unitario y orgánico, viola los principios constitucionales citados, base de nuestro sistema democrático, republicano y representativo de Gobierno. En efecto, habilidosamente preparada tal ley, se advierte su propósito fundamental: Poner toda clase de obstáculos al derecho ciudadano para organizarse en partidos políticos; para decidir libremente el pueblo su propio destino y continuar dando sólo al partido oficial las máximas garantías legales para que se perpetúe en el Poder, Partido al cual pertenece, no sólo el Presidente de la República, sino la totalidad de los Diputados de la Asamblea Nacional.---- Son claramente expresivos de tal propósito las disposiciones que (aguisa de ejemplo) citamos a continuación: --1) Al tratar sobre la inscripción de Candidatos, el Art. 68 dice, en lo pertinente: ---"Será denegada la solicitud de inscripción en los casos siguientes: ---"2o.) Cuando los candidatos no reúnan los requisitos legales". ---- Una candidatura, pues, no es inscrita sino hasta que el Consejo Central de Elecciones, después de haber calificado la documentación presentada por el solicitante y comprobado en fin que reúne todos los requisitos legales. ----Sin embargo, el Gobierno prácticamente se reserva en dicha Ley "el derecho" de declarar nula su elección, de conformidad al inconstitucional Art. 140, número 1o. de la misma ley, que reza: ---"Art. 140. Cualquier clase de elección se declarará nula absolutamente en los siguientes casos: ---"1o. Si el candidato o candidatos INSCRITOS no reúnen las condiciones legales". --- Así, con este procedimiento, se usurpa la soberanía del pueblo. ---2o) Cuál es la razón de que el Art. 61 de la Ley exija que toda solicitud de inscripción a los cargos de Presidente y Vicepresidente y Diputados, debe ser presentada personalmente por los interesados?. - Claramente se ve la intención o motivo: al Gobierno le bastará en cualquier momento extrañar del país a un candidato, o no permitir su ingreso a él, para privar a tal ciudadano de su derecho constitucional para -- optar a cargos públicos, ya que su solicitud no puede hacerla mediante escrito autenticado ante Notario, como en cualquier otro caso legal. Y si enfermarse y no pudiere en su oportunidad levantarse para ir personalmente al Consejo Central de Elecciones, la citada ley, de un plumazo, y por este motivo, le priva de tal derecho. ---3o.) Llega dicha ley a extremos que ni por asomo procura disimular el afán de poner prácticamente en manos de los que gobiernan los derechos ciudadanos: --- La Constitución Política de manera expresa señala los requisitos para ser Presidente o VicePresidente de la República y Diputados, pero en el Art. 103 Inc. 2o. al referirse a los miembros de los Concejos Municipales, manifiesta que "sus cualidades serán determinadas por la ley". --Esta oportunidad la ha aprovechado para reservarse las Alcaldías, y en el Art. 67 de la citada ley Electoral, se expresa que "no podrán inscribirse como candidatos para cargos concejiles: --los que padezcan de enfermedades contagiosas". Enfermedad contagiosa es la gripe. De tal gravedad que ha sido capaz de vulnerar el derecho constitucional que tiene todo ciudadano para optar a cargos públicos. ----4o.) El No.4o. del Art. 149 de la referencia ley, establece todo un medio legal pero no jurídico - contra aquellos que el Gobierno-- quiera arbitrariamente reprimir durante el proceso electoral: "Serán sancionados con la pena de uno a tres años de prisión mayor: 4o.) Los que obstaculizaren EN CUALQUIER FORMA el proceso electoral", curioso caso de atipicidad penal, propio de un Estado totalitario, que contraría en su esencia la garantía constitucional que preserva la libertad de los hombres. ---5o.) El Art. 31 de la Constitución Política establece que "la base del sistema electoral es la población", ratificado aparentemente por el Art. 13 de la Ley Electoral, que dice: "Para la determinación del número de Diputados y Regidores se tomará por base el último Censo Oficial de la República, efectuado con anterioridad al año de las elecciones. "--- Dijimos "aparentemente" porque el Art. 187 de dicha Ley, comprendiendo bajo el rubro de "ARTICULOS TRANSITORIOS", viola aquel principio constitucional y hace nugatorio el citado Art. 13 de la Ley Electoral, al prescribir que "Para los comicios del año de 1960, se elegirá igual número de Diputados a la Asamblea Legislativa y Regidores a los Consejos Municipales que los electos el año de 1958. "---6o) Pareciera maniobra se ha hecho mediante el Art. 148 en relación con el Art. 115, inciso último disposición ésta que tiende a garantizar la pureza del sufragio al prescribir: ---"Cuando se trate de elecciones para Diputados y para miembros de las Municipalidades, sólo podrá emitir su voto en las Juntas Receptoras correspondientes a la circunscripción municipal en donde haya sido extendida su respectiva Cédula de Identidad Personal, o anotado el cambio de su domicilio en forma legal. Pero, después, mediante el Art. 148 se declara que la infracción a aquella disposición no producirá nulidad de los votos, dejando prácticamente al arbitrio de la Junta Receptora - último engranaje de la maquinaria electoral admitir que los ciudadanos ejerzan el sufragio fuera de su circunscripción respectiva, incurriendo sólo los miembros de Junta en una multa por cada infracción. --- Huelga decir que las Juntas, tradicionalmente constituidas sólo por miembros del Partido Oficial, contra lo cual la presente Ley no ha tratado de obstaculizar admitirán los votos sólo de sus correligionarios. La multa - aún en el caso de que se hiciere efectiva- ninguna trascendencia tendría en tan delicada cuestión, en donde los votos admitidos o los rechazados arbitrariamente pueden resolver los resultados de una elección. --- En tal forma se vulnera el principio constitucional de la igualdad de los hombres ante la ley y de la soberanía del pueblo. ---7o.) El Art. 48 de la Ley que impugnamos declara que "la propaganda electoral es libre y podrá hacerse por todos los medios lícitos de difusión, de acuerdo con las reglamentaciones vigentes". Pero esa libertad es teórica, ya que mediante los Arts. 49 y 50 se pone en manos del Consejo Central de Elecciones el absoluto control de dicha propaganda, la cual, caso no convenir al Gobierno por su eficacia y aunque permanezca ajena a toda doctrina anárquica o extremista, dicho Consejo tiene "el derecho" de declarar en suspenso las actividades de un Partido. --- Estas disposiciones, de puro corte totalitario, contrarían los preceptos constitucionales contenidos en el Art. 158 de la Carta Magna, dejando así en manos del Gobierno la suspensión, por medio de calificaciones arbitrarias y políticas circunstanciales, la supervivencia de un Partido. ---8o.) Igual control absoluto, en contravención al Art. 160 de la Constitución que prescribe que "los habitantes de El Salvador tiene derecho a asociarse y reunirse pacíficamente y sin armas para cualquier objeto lícito", se encuentran consignados en los Arts. 55, 56 y 57 de la citada Ley Electoral, que requiere, para celebrar reuniones o manifestaciones en lugares públicos -- con fines de propaganda electoral "la autorización" previa de los Gobernador Políticos en las cabeceras departamentales o de los alcaldes municipales en las demás poblaciones. Y además, en la capital de la República que dicho permiso sea presentado a la Dirección General de la Policía Nacional, con el pretexto legal de ser razonado y regular el tránsito. --- Y si a esto se agrega que dicha Ley exige que tal permiso se solicite por escrito por el Representante Local del Partido, por lo menos tres días antes de la fecha en que se desea verificar la reunión o manifestación, se comprende mejor toda la intención que se ha tenido de privar al pueblo o a cualquier Partido de su libertad para protestar, por ejemplo, en forma inmediata contra cualquier maniobra gubernativa, etc.---9o.) Los Arts. 20, inciso 2o. y 23 inciso 3o., fueron considerados por el Foro Público que discutió el Ante - Proyecto de esta Ley, como inconstitucionales, por cuanto dejan, sin principio legal alguno preestablecido, la calificación de "comunistas", "anárquica" o "tendiente a destruir la estructura democrática del Gobierno", al simple arbitrio o interés político de los mandatarios, quienes en estas tierras de Latino América han sido pródigos en calificar con tales adjetivos a todo Partido o acción popular contrarias a sus propios intereses. --- Por eso el Foro Público, propuso sustituir el citado inciso 3o. del Art. 23 en la siguiente forma: ----"No se inscribirán partidos políticos en cuya declaración de principios y objetivos, estatutos y programas de acción se consignen doctrinas anárquicas o contrarias a la democracia; se reputarán como tales todas aquellas que propugnen la abolición de los principios de gobierno republicano, democrático y representativo, así como la supresión de los derechos esenciales del individuo y de las asociaciones reconocidas por la Constitución". --- Y, por último, para poner más en evidencia cómo dicha Ley ha sido dada en beneficio exclusivo del Partido Oficial, cabe manifestar que el referido Foro solicitó a los Poderes Públicos que, como causal de cancelación de inscripción de un Partido Político se incluyera la siguiente: ---"Cuando un Partido utilice para su propaganda partidista imprentas, órganos de prensa, radio o televisión o cualquier otro medio de difusión que estén bajo la administración del Gobierno de la República, los Concejos Municipales o las entidades oficiales autónomas;" causal -- que - claro está- no figura como motivo de cancelación en dicha Ley. --- Corroborando tan manifiesta intención en sentido favorable al Partido Oficial, es elocuente el Art. 186 de la referencia Ley que sólo reconoce la existencia legal de los Partidos Políticos permanentes inscritos conforme a la Ley anterior y que participaron en las elecciones de los años 1956 y 1958, tendiente a procurar que como único partido legalizado quede solamente el Oficial, quebrantando de este modo el régimen estructural de nuestro Estado, que no totalitario en doctrina de Partido Único, sino democrático, cuyo distintivo más alto en el concepto de la militancia política es el de permitir el libre juego de las diferentes corrientes de opinión. --- Por lo expuesto, de manera respetuosa solicitamos declarar inconstitucional no sólo los Arts. citados sino la Ley entera, que forma un todo unitario que coadyuva en todas sus disposiciones a no entregar la soberanía al pueblo. II. --- De conformidad con el Art. 7o. de la Ley de Procedimientos Constitucionales, se pidió informe a la Honorable Asamblea Legislativa, quien lo rindió en los términos siguientes: "Señor Secretario de la Corte Suprema de Justicia, PRESENTE. - Señor Secretario: Por su medio atentamente comunico a la Honorable Corte Suprema de Justicia, que en esta fecha la Asamblea Legislativa dio su aprobación al informe rendido por la Comisión Específica de su seno, sobre el recurso de inconstitucionalidad planteado. - En efecto, en los párrafos 4o., 5o. y 6o. del escrito de demanda, parece que su pretensión se contrae a que toda Ley Electoral es inconstitucional, pero, por otra parte, al final del mismo escrito solicitan lo siguiente: "declarar inconstitucional no sólo los Arts. citados sino la ley entera, que forma un todo unitario que coadyuva en todas sus disposiciones a no entregar la soberanía al pueblo". - Tal planteamiento de la cuestión no sólo parece ilógico, sino que innecesario, ya que si por un lado los recurrentes pretenden que toda la ley es inconstitucional, resulta ilógico, antijurídico e innecesario que también se declaren inconstitucionales determinados Arts. de la misma ley. -INCONSTITUCIONALIDAD DE TODA LA LEY - A pesar de lo anterior y en acatamiento a la Ley de Procedimientos citada, se considerará en primer lugar la tesis de que toda la Ley Electoral, "Como un todo unitario y orgánico" - según expresión de los recurrentes- viola los principios constitucionales y por ende es inconstitucional. Resulta en verdad inconcebible, dentro de la ciencia jurídica, que una ley de la naturaleza, extensión contenido de la Ley Electoral vigente, sea inconstitucional en todas sus partes. Por su forma, la ley mencionada se ajustó a todo el proceso legislativo --- prescrito por nuestra Constitución Política en los Arts. 49 y siguientes. - Por su materia o contenido, dicha ley secundaria es una consecuencia obligada de los principios constitucionales contenidos en el Título III de nuestra Carta Magna, o, dicho de otro modo, la Asamblea Legislativa está obligada a regular, mediante una ley secundaria, todo lo concerniente al sufragio, partidos políticos y materias afines, porque de lo contrario las Instituciones Estructurales Fundamentales del Estado, como son el Poder Legislativo, Poder Ejecutivo, Corte Suprema de Justicia y Gobierno Local, no existirían o desaparecerían. -INCONSTITUCIONALIDAD DE ALGUNOS ARTICULOS DE LA LEY como los peticionarios concretamente señalan, "a guisa de ejemplo", - algunos Arts. de la ley como inconstitucionales, dando a entender con aquella expresión que además de los citados, a su juicio hay otros inconstitucionales, forzosamente este informe debe concretarse a los ejemplos detallados en el escrito de demanda, los que se examinan a continuación. -EJEMPLO PRIMERO. - Los recurrentes señalan en forma concreta, como inconstitucional, el Art. 140 número 1o., que reza: "Art. 140.- Cualquier clase de elección se declarará nula absolutamente en los siguientes casos: 1o. - Si el candidato o candidatos INSCRITOS no reúnen las condiciones legales". Al afirmar los peticionarios que, "con este procedimiento se usurpa la soberanía del pueblo", aunque no lo dicen en forma expresa, lo único que puede intuirse de aquella oscura exposición es que el Artículo constitucional violado es el primero de nuestra Carta Fundamental que a la letra dice: "El Salvador es un Estado soberano. - La soberanía reside en el pueblo y está limitado a lo honesto, justo y conveniente a la Sociedad". - La inconstitucionalidad alegada podría entonces exponerse en la forma siguiente: una vez que el pueblo soberano elige a alguno o algunos de los candidatos inscritos, tal elección no puede modificarse y es inconstitucional la disposición legal que permita anular aquella elección. Ahora bien, de aceptase la tesis de los recurrentes habría que aceptar también que la llamada soberanía popular es ilimitada, absoluta, lo cual sí sería inconstitucional. - El numeral primero del Art. 140 impugnado prevé los casos en que resulte electo un candidato que no reúne los requisitos constitucionales y legales, porque muy bien podría suceder que por error, por malicia o por cualquier otra causa sea, inscrito como candidato una persona que carece de dichos requisitos. - Jamás podría aceptarse como jurídicamente válida la elección de una persona que no posee aquellos - requisitos constitucionales y legales, porque entonces se estaría violando la Constitución Política. - El Poder soberano del Estado - tiene como límite su propia Carta Fundamental y ni el pueblo ni ningún poder ni autoridad puede tomar decisiones en contra de los preceptos que la integran. EJEMPLO SEGUNDO - Los recurrentes alegan la inconstitucionalidad del Art. 61 de la Ley Electoral en cuanto exigen que las solicitudes de inscripción como candidatos a los cargos de Presidente y Vicepresidente de la República y Diputados a las Asambleas Constituyente y Legislativa deberán presentarse personalmente por los interesados, fundamentando dicha inconstitucionalidad en que con tal exigencia las solicitudes de inscripción mencionadas no pueden hacerla los interesados mediante escrito autenticado ante notario, como en cualquier otro caso legal. - Al respecto es necesario hacer notar que los recurrentes no mencionan cual es el precepto constitucional violado. - Por su exposición, ha de suponerse que los recurrentes estiman como necesaria la presencia física de la persona que solicita la inscripción en el local correspondiente. Pero, si bien es cierto que en la Ley se usa la frase "deberán presentarse personalmente por los interesados", no es obligatoria la presencia física de la persona para tal presentación, porque el Art. 4o. del Decreto Legislativo de fecha 23 de abril de 1904, publicado en el Diario Oficial No. 101, del 30 del mismo mes y año, establece con claridad lo siguiente: "Los escritos, solicitudes, memoriales, correspondencia particular y otros atestados de igual naturaleza, reconocidos con arreglo a los Arts. anteriores, son auténticos y deberán ser admitidos en las oficinas públicas sin necesidad de presentación personal". En consecuencia, las personas que por cualquier motivo se encuentran imposibilitadas de concurrir físicamente al local donde funciona el organismo electoral respectivo, bien pueden autenticar ante notario su solicitud y jurídicamente deberá entenderse, en su caso, como que ha sido hecha y presentada personalmente por ellas. - Por otra parte, aún en el caso de que el precepto legal impugnado deba entenderse en la forma como lo pretenden los recurrentes, no sería violatorio de ningún precepto constitucional, porque constituiría un requisito formal establecido por la ley secundaria para el caso específico de la presentación de aquellas solicitudes. - EJEMPLO TERCERO- Este caso planteado por los recurrentes no hay necesidad de examinarlo, porque ellos mismos están reconociendo que las cualidades que deben reunir los miembros de los Concejos Municipales, según la Constitución Política, serán determinados por la Ley secundaria; en consecuencia, la Ley Electoral nunca podrá ser inconstitucional al determinar las cualidades referidas. El humorismo de que hacen gala los recurrentes no encuentra cabida en un recurso tan trascendental como el de que se trata. EJEMPLO CUARTO - Alegan los recurrentes que el delito contenido en el No. 4 del Art. 149 de la ley, es inconstitucional porque su atipicidad penal, "contraría en su esencia la garantía constitucional que preserva la libertad de los hombres". -Al respecto es necesario hacer énfasis en lo siguiente: 1o.- No existe tal atipicidad penal, porque el delito se comete al OBSTACULIZAR el proceso electoral en cualquier forma, de manera que los hechos constitutivos del delito deben probarse, es decir, que la obstaculización debe ser real, positiva y esto forzosamente ha de realizarse mediante hechos positivos o negativos, lo que, como se ha dicho, constituyen o tipifican la figura delictiva; 2o. - Aunque la infracción contemplada en tal numeral adoleciere de atipicidad, jamás podría criticársela como inconstitucional. - EJEMPLO QUINTO - En este ejemplo los peticionarios afirman que el Art. 187 de la ley viola el Art. 31 de la Constitución Política - que reza así: "El territorio de la República se dividirá en circunscripciones electorales que determinará a ley. - La base del sistema electoral es la población. - La Ley determinará la forma, tiempo y demás condiciones para el ejercicio del sufragio. - la fecha de las elecciones para Presidentes y Vice-Presidente de la República, deberá preceder por lo menos en dos meses a la iniciación del período presidencial. - En ningún caso podrán efectuarse simultáneamente elecciones de Diputados y de Presidente y Vice-Presidente de la República". Y el Art. 187 de la Ley Electoral a la letra dice: "Para los comicios del año de 1960, se elegirá igual número de Diputados a la Asamblea Legislativa y Regidores a los Concejos Municipales que los electos el año de 1958". Se estima que basta con la sola lectura de ambos preceptos legales para ver en forma clara que no existe, no puede existir, la inconstitucionalidad alegada. - Si los recurrentes hubiesen probado que hay un censo oficial posterior al que sirvió de base para los comicios del año 1958, lo único que pudieron haber alegado es, que el Art. 187 en cuestión está en oposición con el Art. 13, de la misma Ley Electoral, conforme el cual para la determinación del número de Diputados y Regidores se tomará por base el último Censo Oficial de la República efectuado con anterioridad al año de las elecciones. - EJEMPLO SEXTO. - Afirman los peticionarios de la igualdad de los hombres ante la ley y de la soberanía del pueblo". El Art. 148 citado reza: "La admisión de un ciudadano a votar en una Junta Receptora que no sea de la jurisdicción que le corresponde, según la Cédula de Identidad Personal, que presente, en las elecciones a Diputados y miembros concejiles, no producirá nulidad, sino que hará incurrir a los miembros de la Junta Receptora, en una multa de cien colones a cada uno, por cada vez que incurran en la falta". Dicen los recurrentes que, "las Juntas tradicionalmente constituidas solo por miembros del Partido Oficial, contra lo cual la presente ley no ha tratado de obstaculizar, admitirán los votos sólo de sus correligionarios. La multa - aún en el caso de que se hiciera efectiva - ninguna circunstancia tendría en tan delicada cuestión en donde los votos admitidos o los rechazados arbitrariamente pueden resolver los resultados de una elección". - Cabe advertir - en forma sobresaliente que el Art. 148 transcrito, tachado de inconstitucional, establece una sanción a la infracción de lo dispuesto en el Art. 115 de la misma ley, Artículo este último que los recurrentes afirman "que tienen a garantizar la pureza del sufragio y que a la letra dice: "Todo ciudadano que se presente a votar se identificará ante la Junta Receptora de Votos presentando su Cédula de identidad Personal, la cual podrá ser revisada también por los representantes de los partidos contendientes. "En síntesis, los recurrentes tachan de inconstitucional el Art. 148 que establece una sanción para las infracciones que se cometan al Art. 115, que para ellos es perfectamente constitucional. - Cabe ponerse a pensar entonces, conforme qué principios jurídicos puede ser inconstitucional una disposición legal que establece una sanción a la infracción de otra disposición legal que es beneficiosa y que garantiza un proceso tan importante como es el proceso electoral, vale decir, que no puede ser inconstitucional una disposición legal que sanciona la infracción a la pureza del proceso electoral. - Es del caso a firmar ahora enfáticamente, que la finalidad del Art. 148 de la ley no ha sido otro que mantener incólume el derecho de votar que tiene todo ciudadano porque para el caso, cuando se trata de la elección de diputados un ciudadano podría votar en el lugar de lo República que deseare, puesto que los diputados representantes al pueblo entero, pero la Asamblea, en su afán de garantizar la pureza del proceso electoral y para evitar cualquier maniobra fraudulenta, por parte de cualquier partido político, creyó oportuno sancionar la infracción a lo dispuesto en el Art. 115 mediante lo prescrito en el Art. 148, pero jamás limitando el derecho del ciudadano, sino que haciendo responsable de la infracción al organismo electoral. - En resumen, la sanción establecida por el Art. 148 podrá tacharse de inconveniente, de inoperante o con cualquier otro adjetivo antojadizo, pero nunca de inconstitucional. - EJEMPLO SEPTIMO -. En este ejemplo se afirma que los Arts. 48 y 50 de la ley, "contraría los preceptos constitucionales contenidos en el Art. titución de la república, Artículo 167 158 de la Carta Magna, dejando así en manos del Gobierno la suspensión, por medio de calificaciones arbitrarias y políticas circunstanciales, la supervivencia de un partido". - Los Arts. 49 y 50 impugnados por los peticionarios establecen las normas y sanciones necesarias que deben regir la propaganda electoral. - Tales normas y sanciones se consideran indispensables porque no debe confundirse libertad con libertinaje y en todo país civilizando en que impera la ley y el derecho, las actividades de propaganda electoral deben de sujetarse, deben mantenerse, tal como lo afirma el primero de los Arts. citados, "dentro de los límites que señalan las leyes, la moral y las buenas costumbres". Siendo el Consejo Central de Elecciones, conforme el Art. 33 de la Constitución Política", la autoridad suprema en esta materia electoral", lógico y jurídico es que tenga la facultad de aplicar las sanciones correspondientes en caso de que se traspase aquellos límites. El Art. 158 de la Constitución Política, que los recurrentes consideran vulnerado, establece claramente que, "la libertad de expresión y difusión, del pensamiento no debe lesionar la moral ni la vida privada de las personas"; en consecuencia, el Art. 49 de la ley se encuentra ubicado precisamente dentro del ámbito constitucional. -EJEMPLO OCTAVO. - Afirman los peticionarios que los Arts. 55, 56 y 57 de la ley, que requieren "para celebrar reuniones o manifestaciones en lugares públicos con fines de propaganda electoral la autorización previa de los gobernadores políticos en la cabecera departamental o de los Alcaldes Municipales en las demás poblaciones y además en la capital de la República que dicho permiso sea presentado a la Dirección General de la Policía Nacional", contravienen el Art. 160 de la Constitución Política que prescribe que, "los habitantes de El Salvador tienen derecho a asociarse y reunirse pacíficamente y sin armas para cualquier objeto lícito". - Sobre este punto se estima suficiente transcribir lo pertinente de la obra Elementos de Derecho Político, por el Maestro Luis Izaga, que en la página 37- del Tomo III, dice lo que sigue: "b) - REUNIONES PUBLICAS. - Se rigen también por la ley de libertad. - Pero sin que ello obste para que los Estados tomen medidas de vigilancia, exijan autorización, impongan reglas según los casos. - Ambos principios, el de la libertad y el de la reglamentación están muy justificados. - El de la libertad, porque al fin y al cabo, al reunirse los ciudadanos pacíficamente y con fines lícitos, no hacen sino poner en práctica, dar curso a derechos naturales fundamentales, como el de la libertad personal y el de libre y mutua comunicación, indispensable a la vida. - El principio de la intervención del Estado exigiendo ciertas condiciones, prohibiendo, sometiendo a reglamentación las reuniones celebradas en determinadas circunstancias, se justifica también porque a veces, las reuniones pueden prestar ocasión a que se perturbe el orden público, se preparen o cometan delitos, impidan el ejercicio de derechos legítimos... Contingencias que la autoridad pública debe prever con su vigilancia y evitar con su intervención. Las legislaciones se acomodan a la naturaleza y fines de las reuniones públicas para aumentar o disminuir sus medidas preventivas y de reglamentación. A veces se contentan con exigir una mera notificación o declaración; otras piden una autorización expresa del poder público; otras reclaman la presencia de un representante de la autoridad. - Ha de ser suficiente una mera declaración para reuniones que han de entorpecer el tránsito en las vías públicas, las que tengan lugar con fines políticos o para manifestar una protesta contra medidas gubernativas; porque, en éstas, la excitación de ánimo que a veces producen, fácilmente pasa a la violencia y puede ocasionar tumultos, alteraciones, desórdenes o sediciones". - EJEMPLO NOVENO. - En este ejemplo manifiestan los peticionarios que los Arts. 20, inciso 2o., y 23, inciso 3o., son inconstitucionales, "por cuanto dejan sin principio legal alguno preestablecido, la calificación de comunista, anárquica o tendiente a destruir la estructura democrática del Gobierno, al simple arbitro o interés político del mandatario". - El argumento de los recurrentes puede sintetizarse así: Como no hay principio legal alguno preestablecido para la calificación de comunista, anárquica o tendiente a destruir la estructura democrática del Gobierno, los preceptos legales citados son inconstitucionales. - Pero tal argumento carece de consistencia jurídica porque no es la ausencia de disposición legal lo que puede determinar la inconstitucionalidad de una ley. - Además los conceptos de doctrinas anárquicas, comunistas o de cualquier otra ideología, que tienda a destruir o alterar la estructura democrática del Gobierno de la República, son de sobra conocidos y no hay necesidad de que una disposición legal los determine previamente para saber en qué consisten. En consecuencia, no existe la inconstitucionalidad alegada. - CASO SUIGENERIS -. Finalmente, los peticionarios se refieren al Art. 186 de la ley del modo siguiente: "Corroborando tan manifiesta intención en sentido favorable al Partido Oficial, es elocuente el Art. 186 de la referida ley que sólo reconoce la existencia legal de los Partidos Políticos permanentes inscritos conforme a la ley anterior y que participaron en las elecciones de los años 1956 y 1958, tendiente a procurar que como único Partido legalizado quede solamente el oficial, quebrando de este modo el régimen estructural de nuestro Estado, que no es totalitario en doctrina de Partido único, sino democrático, cuyo distintivo más alto en el concepto de la militancia política es el de permitir el libre juego de las diferentes corrientes de opinión". - Se niega rotundamente que la intención de la Asamblea, al establecer el referido Art. 186, haya sido la que le imputan los recurrentes. El origen de tal disposición obedeció a la razón muy justificada y necesaria de que tuvieran carácter legal de Partidos Políticos únicamente las entidades que habían cumplido con los fines para los cuales el Estado les había otorgado su personería jurídica, de manera que, aquellas entidades que no participaron en las dos elecciones de los años mencionados se estimó que carecían de existencia real y en consecuencia, no tenían razón de existir. - Para mayor abundancia sobre esta cuestión, es oportuno advertir que el Art. 172 de la Constitución Política citado en forma baladí por los peticionarios, en el segundo párrafo de su escrito, no puede considerarse como violado, porque en materia de ORDEN PUBLICO no es aplicable el principio de irretroactividad de la ley. - Todo lo relativo al sufragio, Partidos Políticos y materias afines pertenece, primordialmente, al ORDEN PUBLICO y cae dentro de la esfera del Derecho Público. - La afirmación anterior está acorde con nuestro sistema constitucional y con las opiniones de los expositores del Derecho. Nuestra Constitución Política comprende de manera específica y en forma separada aquellas materias, incluyéndolas en el Título III, que trata de Los ciudadanos y el Cuerpo Electoral, llegando al extremo de establecer una autoridad suprema sobre las susodichas materias que es el Consejo Central de Elecciones; y en cuanto a los Partidos Políticos, los considera en forma especialísima y distinta a cualquiera otra clase de asociación, al referirse a ellos el inciso 2o. del Art. 23, así: "Son derechos de los ciudadanos: asociarse para constituir partidos políticos de acuerdo con la ley e ingresar a los ya constituidos". - En consecuencia, el legislador constituyente ha considerado que todos los derechos y materiales contenidas en el Título mencionado de la Constitución tiene carácter o naturaleza distintos del Régimen de Derechos Individuales contenido en el Título X. - Por otra parte, Don Luis Claro Solar, en sus explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado, Tomo I, pág. 68 al pronunciarse sobre el principio de la no retroactividad de la ley, se expresa así: "Establecido el principio de la no retroactividad de la ley, veremos ligeramente su aplicación a las diversas leyes. -LEYES POLITICAS: EL PRINCIPIO DE LA NO RETROACTIVIDAD, NO ES APLICABLE A ESTA CLASE DE LEYES O MAS BIEN, EN ESTA MATERIA NO HAY DERECHOS ADQUIRDOS, y LA NUEVA LEY SE APLICARA SIEMPRE SIN EXCEPCION. - Por ejemplo, ellas pueden quitar la calidad de elector o de elegir al que la tenía hasta el momento de su promulgación o concedérsela a aquel a quien la ley antigua la rehusaba. - LOS DERECHOS POLITICOS NO SON, SI SE LOS CONSIDERA EN CUANTO A SU EJERCICIO FUTURO, SINO SIMPLES FACULTADES, APTITUDES QUE SOLO CONSTITUYEN DERECHOS ADQUIRIDOS POR SU REALIZACIÓN; Y, POR LO TANTO, UNA LEY NUEVA PUEDE QUITARLOS A LOS CIUDADANOS PARA EL PORVENIR, SIN OBRAR RETROACTIVAMENTE, CON TAL QUE RESPETE SU EJERCICIO EN EL PASADO". - Y el mismo jurista, opinando sobre el concepto de ORDEN PUBLICO, en el Tomo XI, páginas 285 y 288 de la misma obra, dice lo siguiente: "POR ORDEN PUBLICO ENTENDEMOS EL ARREGLO DE LAS INSTITUCIONES INDISPENSABLES A LA EXISTENCIA Y FUNCIONAMIENTO DEL ESTADO Y QUE MIRAN A LA CONSTITUCIÓN, A LA ORGANIZACIÓN Y AL MOVIMIENTO DEL CUERPO SOCIAL, ASI COMO LAS REGLAS QUE FIJAN EL ESTADO Y CAPACIDAD DE LAS PERSONAS.- Todas las leyes de Derechos Público - son en consecuencia de orden público, comprendiendo en ellas las leyes penales, como que tienen por objeto la designación de los poderes públicos, la determinación de sus facultades y las obligaciones de los particulares para con el Estado". - "EL DERECHO PUBLICO SE HALLA CONSTITUIDO POR LAS LEYES QUE TIENEN POR OBJETO LA ORGANIZACIÓN DE LA SOCIEDAD POLITICA. - En él se encuentran establecidas las reglas que organizan el Estado y señalan las facultades y deberes de las autoridades entre sí, deslindando su respectiva esfera de acción y competencia, y con respecto a los particulares, así como determinan los deberes de los particulares para con el Estado y las autoridades, a la vez que garantizan sus derechos y aseguran su libertad. - EL OBJETO DEL DERECHO PUBLICO es evidentemente el orden público". En consecuencia, el impugnado Art. 186 de la ley no es inconstitucional sino que por el contrario se fundamenta en sanos principios de política y está enmarcado dentro de las normas constitucionales. Por las razones expresadas, la Asamblea Legislativa estima que la Ley Electoral vigente se promulgó en todas y cada una de sus partes de acuerdo con los preceptos generales de la Constitución Política y las especiales del mismo Estatuto, que sirven de fundamento inmediato al conjunto de sus disposiciones.---"" III. - El Fiscal General de la República, en virtud de traslado por diez días que le fue conferido, expuso lo siguiente: HONORABLE SALA DE AMPAROS DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. --- En concepto de Fiscal General de la República hago uso del traslado que se me ha corrido en el proceso de inconstitucionalidad de la Ley Electoral promovido por el doctor Mario Castrillo Zeledón y los señores Humberto Perla Flores y Santiago Ricardo Humberto Parada Mendoza, conocido por Ricardo Parada Mendoza y a Vos con todo respeto EXPONGO: ----I.----INCONSTITUCIONALIDAD DE LA LEY ELECTORAL. - SUPUESTOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES VULNERADOS. --- Las personas mencionadas, en su demanda de inconstitucionalidad de la Ley Electoral, Decreto Legislativo No. 2972 de fecha veintisiete de Noviembre próximo pasado, publicado en el Diario Oficial No. 220 del Tomo 185 de fecha dos de Diciembre del año retropróximo, manifiestan que esta Ley "como un todo unitario y enérgico, viola los principios constitucionales citados, base de nuestro sistema democrático, republicano y representativo de Gobierno". Los principios constitucionales citados por los demandantes son los siguientes: ----a) La soberanía reside en el pueblo del que emana todo poder. ----b) El Estado tiene como obligación primordial asegurar a los habitantes de la República el goce de la libertad, no sólo individual sino política para los ciudadanos. ----c) Derecho de elegir con absoluta libertad al Presidente, Diputados y Consejo Municipal. ----d) Derecho de asociarse para constituir partidos políticos e ingresar a los ya constituidos. ----e) Derecho a optar cargos públicos según sus capacidades. ----f) Igualdad ante la ley. ----g) Derecho de expresar y difundir sus pensamientos. ----h) Derecho de asociarse y reunirse pacíficamente y sin armas para cualquier objeto lícito. ----Arts. 1, 2, 3, 6, 23, 30, 50, 160, 170, 172 de la Constitución Política. - Agregan además, que en la ley, habilidosamente preparada, se advierte su propósito fundamental de poner toda clase de obstáculos al derecho ciudadano para organizarse en partidos políticos; para decidir el pueblo libremente su propio destino y continuar dando sólo al partido oficial las máximas garantías legales para que se perpetúe en el poder. A continuación exponen algunos ejemplos, que después analizaremos y que a juicio son claramente expresivos de tales propósitos. ----II. OBJETO DEL PROCESO DE INCONSTITUCIONALIDAD. CASOS PLANTEADOS. ---- El recurso de inconstitucionalidad se ha establecido con el objeto de que los principios, derechos y obligaciones establecidos por la Constitución Política no puedan ser alterados por las leyes, decretos y reglamentos, en su forma y contenido, que regulan su ejercicio. De este enunciado establecido en nuestra Constitución en los Arts. 96 y 221, se deducen los elementos fundamentales de la inconstitucionalidad: a) que esté vigente la ley, decreto o reglamento; b) que sea clara la alteración al principio constitucional estrictamente interpretado. De modo pues que la violación del precepto constitucional debe ser indudable, debe aparecer flagrante la contraposición entre la ley, decreto o reglamento impugnados y lo ordenado en la Constitución. ---Este requisito es fundamental para el recurso de que hablamos. Si la violación al principio constitucional no es clara sino que se base en interpretaciones erróneas u opiniones, la declaración de inconstitucionalidad de una ley, decreto o reglamento no debe hacerse jamás. Toda presunción posible está a favor de la validez del estatuto o ley y ella ha de mantenerse hasta que se demuestre lo contrario más allá de toda duda racional, ya que no es parte de la función judicial hacer prevalecer una opinión por muy razonable que sea sobre otra, no menos razonable, en oposición o en conflicto con ella. ---- Por consiguiente, no es jurídico fundamentar el recurso en presupuestos acerca de la razón de ser o finalidad o propósitos de la ley impugnada que no consta en ella ni resultan de sus antecedentes, como tampoco si no hay base para establecerla más que una arbitraria presunción sin hechos. Asimismo, no cabría el recurso por la aplicación indebida o no aplicación de la ley pues no sería vicio de inconstitucionalidad sino error en la interpretación por la autoridad o funcionario, ante cuyas decisiones se puede pedir su revocatoria por las vías procedentes. ----En el recurso a que nos referimos los demandantes expresan que el propósito de la ley de violar los principios constitucionales antes enunciados está claramente expuesto en las disposiciones que citan así: ----PRIMERO. Expresan que al tratar sobre la inscripción de candidatos el Art. 68 dice, en lo pertinente: "Será denegada la solicitud de inscripción en los casos siguientes: 2) cuando los candidatos no reúnan los requisitos legales". Agregan, que una candidatura no es inscrita hasta que el Consejo Central de Elecciones, después de haber calificado la documentación presentada por el solicitante y comprobado que reúne los requisitos legales. Luego, dicen, no obstante, se puede declarar nula su elección de conformidad al Art. 140 el cual impugnan como inconstitucional, que dice: ----"Art. 140.- Cualquier clase de elección se declarará nula absolutamente en los siguientes casos: -- 1o. - Si el candidato o candidatos inscritos no reúnen las condiciones legales". - Considero legales las disposiciones transcritas porque la validez de la inscripción de los candidatos está sujeta a la prueba que posteriormente pueda aportarse sobre si dichos candidatos reúnen los requisitos exigidos por la ley. Así, puede inscribirse la candidatura de un Diputado, digamos, pero si posteriormente se comprueba que este diputado fue privado legalmente de los derechos de ciudadano durante los cinco años antes de su elección, ésta es nula porque no reúne los requisitos prescritos por la Constitución. Más bien pues, el Art. 140 de la ley impugnada tiene a asegurar que se cumplan los principios constitucionales y no a vulnerarlos. ----SEGUNDO. - El Art. 61 de la Ley, es impugnado por los recurrentes con base en una suposición que no podría realizarse sin violar la Constitución, inciso 3o. del Art. 154 C. P., así: Para evitar que una persona presente personalmente su solicitud de inscripción al cargo de Presidente, o Vice-Presidente o Diputado, basta expatriarlo del país. Lo mismo se le priva de ese derecho si se enfermare. --- El Art. 61 de la Ley establece dos formas para presentar las solicitudes de inscripción como candidatos: cuando se trata de los cargos de Presidente, Vice-Presidente de la República y Diputados a las Asambleas Constituyente y Legislativa, deberán presentarse personalmente por los interesados, individual o colectivamente; cuando es de Cargos-Concejiles será firmada por todos los candidatos y podrá ser presentada por el representante del partido postulante, designado previamente, o por los propios interesados. Si la ley habla de presentación personal en el primer caso, es en contraposición de la presentación por medio del representante del partido en el segundo caso. Sin embargo esto no es obstáculo, de que si en el primer caso no puede concurrir personalmente a presentar su solicitud de inscripción pueda autenticarse su firma de conformidad con la ley. ----TERCERO. -El Art. 103 de la Constitución Política establece que las cualidades de los miembros de los Concejos Municipales serán determinadas por la ley. El Art. 67 de la Ley Electoral determina cuáles son esas cualidades y por lo tanto este Artículo no es inconstitucional. --- CUARTO---. - Los recurrentes manifiestan que el numeral 4o. del Art. 149 de la Ley Electoral es un caso de atipicidad penal que contraría la garantía constitucional que preserva la libertad de los hombres. La ley sanciona con la pena de uno a tres años de prisión mayor a los que obstaculizaren en alguna forma el proceso electoral. El ejercicio del derecho del sufragio debe estar garantizado plenamente por la ley, a fin de que los ciudadanos puedan libremente elegir y ser electos, sin que sean obstaculizados, restringidos o coaccionados en el ejercicio de ese fundamental derecho político. No es comprensible pues, que los recurrentes, al establecer la ley esa garantía, elevando a la categoría de delito el hecho de obstaculizar el proceso electoral, se diga que con ello se contraría la garantía constitucional que preserva la libertad de los hombres, lo cual es un contrasentido jurídico. Por otra parte, pueden haber muchas formas para obstaculizar el proceso electoral y la ley no debe ser casuísta y determinar todos los medio y circunstancias que pudieran emplearse para ello, pues basta, para llenar el objeto requerido, de garantizar el proceso del sufragio, en agruparlos en una figura jurídica que comprenda cualquier caso. Existen en el Código Penal situaciones semejantes tales como el del Art. 501 y no por ello se llaman de atipicidad, que no es jurídico, pues lo que se sanciona es el fraude o perjuicio a otro por medio de cualquier engaño, así como en el caso sub-júdice, la sanción es por obstaculizar el proceso electoral en cualquier forma. ---QUINTO. - Se impugna también como inconstitucional el Art. 187 de la Ley Electoral que dice: "Para los comicios del año de 1960, se elegirá igual número de Diputados a la Asamblea Legislativa y Regidores a los Concejos Municipales que los electos el año de 1958". - La razón que expresan los recurrentes, es que viola el principio constitucional establecido en el Art. 31 de la Constitución Política, el cual expresa que "la base del sistema electoral es la población", ratificado aparentemente agregan, por el Art. 13 de la Ley Electoral, que manifiesta que "para la determinación del número de Diputados y Regidores se tomará por base el último Censo Oficial de la República, efectuado con anterioridad al año de las elecciones". --- Esta impugnación no tiene ningún fundamento ya que el último Censo Oficial de la población se practicó en mil novecientos cincuenta y con base en él se practicaron las elecciones de mil novecientos cincuentiocho, - por consiguiente los Arts. citados de la Ley Electoral, no hacen más que cumplir lo prescrito en el Art. 31 de la Constitución Política. ---SEXTO. - Igualmente se impugna como inconstitucional el Art. 148 de la Ley Electoral, que dice así: "La admisión de un ciudadano a votar en una Junta Receptora que no sea de la jurisdicción que lo corresponde, según la Cédula de Identidad Personal que presente, en las elecciones a Diputados y miembros concejiles, no producirá nulidad, sino que hará incurrir a los miembros de la Junta Receptora, en una multa de cien colones a cada uno, por cada vez que incurran en la falta". Este Artículo, expresan los recurrentes, está en relación con el inciso último del Art. 115 de la misma ley, disposición ésta que tiende a garantizar la pureza del sufragio al prescribir: "Cuando se trate de elecciones para Diputados y para miembros las Municipalidades, sólo podrá emitir su voto en las Juntas Receptoras correspondientes a la circunscripción municipal en donde haya sido extendida su respectiva Cédula de Identidad Personal, o anotado el cambio de su domicilio en forma legal". --- Luego suponen los recurrentes de las Juntas, "tradicionalmente constituidas sólo por miembros del Partido Oficial, lo cual la presente Ley no ha tratado de obstaculizar, admitirán los votos sólo de sus correligionarios. La multa, en el caso de que se hiciera efectiva, ninguna trascendencia tendría en tan delicada cuestión en donde los votos admitidos o rechazados arbitrariamente pueden resolver los resultados de una elección". Por ello manifiestan además, se vulnera el principio constitucional de la igualdad de los hombres ante la ley y de la soberanía del pueblo. --- Sin entrar en el terreno de la especulación y de las suposiciones que no tendrían base jurídica en el recurso de inconstitucionalidad como hemos visto, el Art. 148 de la Ley sanciona con multa a los miembros de la Junta Receptora que permiten el ejercicio del sufragio en jurisdicción que no le corresponde al votante; no podría sancionar con la nulidad del voto porque esta pena limitaría el derecho de votar y por otra parte, tampoco se puede sostener que tal disposición puede dar lugar a fraudes en el sufragio porque precisamente el Art. 115 de la ley permite a los representantes de los partidos contendientes revisar la Cédula de Identidad Personal del ciudadano que se presenta a votar con el objeto de cerciorarse de la identidad del votante y de que el espacio de la misma destinado a comprobar el ejercicio del sufragio, se encuentre libre. No hay pues ninguna violación a los principios constitucionales enunciados. ---SEPTIMO. - Se impugnan los Arts. 48, 49 y 50, porque se expresa que contraría los preceptos constitucionales contenidos en el Art. 158 de la Constitución, a saber: "Toda persona puede libremente expresar y difundir sus pensamientos siempre que no lesione la moral ni la vida privada de las personas", dejando en manos del Gobierno la suspensión - se dice - por medio de calificaciones arbitrarias y políticas circunstanciales, la supervivencia de un Partido. --- Nuevamente el fundamento es un supuesto que se coloca en el terreno de la arbitrariedad; se supone que el Consejo Central de Elecciones hace una calificación arbitraria y política para suprimir un partido. No es propio del recurso de inconstitucionalidad apreciar las arbitrariedades de los funcionarios administrativos o judiciales. La ley establece los medios y formas para revocar las decisiones y corregir los abusos del funcionario. Pero no vamos a deducir que la arbitrariedad es un vicio de inconstitucionalidad. Sería un grave e inexcusable error. No obstante, se debe observar que el Art. 48 de la Ley Electoral prescribe que la propaganda electoral es libre y podrá hacerse por todos los medios lícitos de difusión de acuerdo con las reglamentaciones vigentes, y el Art. 49 indica que la propaganda electoral debe mantenerse dentro de los límites que señalan las leyes, la moral y las buenas costumbres. Estas normas legales están acordes con el principio constitucional que determina un límite a la expresión y fusión del pensamiento, límite que es la moral y la vida privada de las personas. Aceptado el criterio que la difusión del pensamiento no puede ejercerse en forma irrestricta, es natural y lógico que solo el Consejo Central de Elecciones, Organismo regulador de las actividades electorales, el encargado de velar porque la propaganda electoral se mantenga dentro de los límites ordenado por la Constitución. ---OCTAVO. - Se expone también que en contravención al Art. 160 de la Constitución que prescribe que "los habitantes de El Salvador tiene derecho a asociarse y reunirse pacíficamente y sin armas para cualquier objeto lícito", los Arts. 55, 56 y 57 de la Ley Electoral requieren, que para celebrar reuniones o manifestaciones en lugares públicos con fines de propaganda electoral, "la autorización" previa de los Gobernadores Políticos en las cabeceras departamentales o de los Alcaldes Municipales en las demás poblaciones. Y además, en la capital de la República que dicho permiso sea presentado a la Dirección General de Policía con el pretexto de ser razonado y regular el tránsito. --- Es comprensible que habiendo en el país distintos partidos deben tomarse medidas preventivas y vigilar que las actividades de estos partidos, no sean recíprocamente perturbadas en ocasión de reuniones o manifestaciones en lugar públicos, pues de lo contrario, de no haber una autoridad que regule estas actividades puede darse con frecuencia la ocasión de diversas manifestaciones o reuniones de distintos partidos políticos en un mismo lugar público y a la misma hora, lo que se prestaría a desórdenes públicos donde peligraría la vida y la propiedad privada. Por lo tanto, las disposiciones a que me refiero, son constitucionales, porque garantizan el ejercicio de la libertad de asociación y reunión prescrita por la Constitución. --- NOVENO. - No podría sostenerse con seriedad que la carencia de principio legal alguno preestablecido para la calificación de doctrinas comunistas o anárquicas o de cualquier otra ideología que tienda a destruir o alterar la estructura democrática del Gobierno, convierta a los Arts. 20 y 23 en inconstitucionales. --- Para que una ley sea inconstitucional, es preciso que viole claramente una garantía establecida por la constitución. Los recurrentes no dicen cuál es la garantía violada por este precepto legal y creo, además que no podría citar ninguna. - DECIMA. - Se impugna asimismo el Art. 186 de la Ley Electoral porque reconoce la existencia legal de los Partidos Políticos Permanentes inscritos conforme a la Ley anterior ya que participaron en las elecciones de los años de mil novecientos cincuenta y seis y mil novecientos cincuenta y ocho. Contra esta medida de orden público, contra la cual no puede sustentarse la doctrina de los derechos adquiridos, no se vulnera ningún principio constitucional, ya que en esta materia, como unánimemente lo aceptan los expositores del derecho, el interés público priva sobre el interés particular. ---- En consecuencia, la demanda interpuesta no sólo carece de los requisitos necesarios e indispensables de todo recurso inconstitucional, sino que fundamentalmente está en divergencia con la naturaleza propia del recurso, que debe basarse en la contraposición clara, manifiesta y evidente de la ley secundaria con la Constitución Política y no en presupuestos que tienen por base imaginativas arbitrariedades o supuestas violaciones de otras normas legales; por consiguiente, a Vos con el mayor respeto PIDO declaréis sin lugar la inconstitucionalidad solicitada.-"" IV. --- Antes de entrar en materia, para resolver el presente recurso de inconstitucionalidad, es conveniente determinar con la mayor exactitud posible su naturaleza y sus alcances dentro de la esfera de lo jurídico - constitucional. El Art. 96 de la Constitución estatuye que "La Corte Suprema de Justicia será el único Tribunal competente para declarar la inconstitucionalidad de las leyes, decreto y reglamentos en su forma y contenido, de un modo general y obligatorio y podrá hacerlo a petición de cualquier ciudadano". - Así, la Constitución impone a este Tribunal la responsabilidad de mantener incólume el régimen constitucional de la República. El ordinal b-) del Art. 3o. de la Ley Orgánica del Ministerio Público impone a la Fiscalía General de la República la obligación de "pedir a la Corte Suprema de Justicia conforme el Art. 96 de la Constitución, la declaratoria de inconstitucionalidad de las leyes, decreto y reglamentos que tengan ese vicio; e intervenir en esos mismos juicios constitucionales cuando fueren promovidos por los ciudadanos, previa audiencia o traslado que se le dará, desarrollando así, en lo concerniente a la vigencia y efectividad de la Constitución el ordinal 1o. del Art. 99 del Código Político. El Art. 96 de la Constitución establece la acción cívica de inconstitucionalidad de las leyes, decretos y reglamentos al otorgar esa facultad jurídica a los ciudadanos; y al desarrollar ese principio, la Ley de Procedimientos Constitucionales prescribe en el Art. 2 que declare la inconstitucionalidad de las leyes, decretos y reglamentos, en su forma y contenido, de un modo general y obligatorio". El Art. 6 de la misma Ley establece las condiciones o requisitos de la demanda de inconstitucionalidad, y en el ordinal 2-) del mismo Artículo determina que debe expresarse "la ley, el decreto o reglamento que se estimen inconstitucional, citando el número y fecha del Diario Oficial en que se hubiere publicado o acompañando el ejemplar de otro periódico si no se hubiese usado aquél para su publicación". El ordinal 3-) manda que se expresen los motivos en que se haga descansar la inconstitucionalidad, con citación de los Arts. pertinentes de la Constitución, y el ordinal 4-) ordena que se concrete la petición de la declaratoria de inconstitucionalidad de la ley, decreto o reglamento. - El Art. 10 de la misma ley establece que la sentencia definitiva - en los procesos de inconstitucionalidad - no admitirá ningún recurso y será obligatoria de un modo general, para los órganos del Estado, para sus funcionarios y autoridades y para toda persona natural o jurídica; y, si en la sentencia se declara que en la ley, decreto o jurídica; y, si en la sentencia se declara que en la ley, decreto o reglamento no existe la inconstitucionalidad alegada, ningún Juez o funcionario podrá negarse a acatarlos, so pretexto de las facultades que conceden los Arts. 95 y 211 de la Constitución Política. El Art. 96 se relaciona directamente con el Art. 221 de la Constitución, el cual prescribe que "Los principios, derechos y obligaciones establecidos por esta Constitución no pueden ser alterados por las leyes que regulen su ejercicio" y que "La Constitución prevalecerá sobre todas las leyes y reglamentos". De las disposiciones constitucionales y de las leyes secundarias citadas se desprende la naturaleza y los alcances de los recursos de inconstitucionalidad. Esencialmente es un medio legal de control de la constitucionalidad a cargo de la Corta Suprema de Justicia, referido a las leyes decretos y reglamentos vigentes, que se encuentren en oposición a los principios, derechos y obligaciones establecidos por la Constitución. Comprende las disposiciones generales y abstractas, violatorias de los principios constitucionales, en contraposición al juicio de amparo que es un medio de control de la constitucionalidad para las violaciones concretas de los derechos que otorga la Constitución a todas las personas en El Salvador; y por eso mismo, por referirse a situaciones jurídicas generales, abstractas e indeterminadas, es que sus efectos son puramente derogatorios de las leyes, decretos y reglamentos que se declaren inconstitucionales, sin que trascienda a las situaciones jurídicas concretas que se hayan producido al amparo de las leyes, decreto y reglamentos antes de que se declare la inconstitucionalidad de los mismos. La acción de inconstitucionalidad es obligatoria para el Ministerio Público, y optativa para los ciudadanos. Para el Ministerio Público es un deber jurídico que le impone su propia ley orgánica y la Constitución Política, y para el ciudadano es una facultad jurídica, que puede ejercitar en las condiciones que la Constitución y la ley secundaria establecen. Para la procedencia de la acción de inconstitucionalidad, ya sea en cumplimiento de un deber jurídico, como ocurre con el Ministerio Público, o en el ejercicio de un derecho cívico, como ocurre con los ciudadanos, se precisan los requisitos siguientes: a-) que la ley, decreto o reglamento cuya declaratoria de inconstitucionalidad se pide, esté vigente tanto en el momento en que se interpone la demanda de inconstitucionalidad estén en oposición a los principios, derechos y obligaciones que consagra, reconoce u otorga la Constitución. La declaratoria de inconstitucionalidad puede referirse a la forma o al contenido o a los dos aspectos (forma y contenido) de la ley, decreto o reglamento afectados por la demanda de inconstitucionalidad. V. -Los demandantes al expresar que en conformidad a los preceptos constitucionales que establece el sistema de organización de Estado, El Salvador asienta su estructura en la soberanía del pueblo del cual emana todo poder, teniendo el Estado - entre sus obligaciones primordiales asegurar a los habitantes de la República el goce de la libertad individual y política para los ciudadanos, quienes deben elegir con libertad al Presidente de la República, a los Diputados de la Asamblea Legislativa y a los miembros de los Concejos Municipales, para cuyos fines se reconocen además el derecho para constituir partidos políticos o ingresar a los ya constituidos y optar a cargos públicos según sus capacidades, citando los Arts. 1, 2, 3, 6, 23 y 30 de la Constitución; que asimismo, al establecer la Constitución sistema democrático de gobierno, dedica todo un título él X - al "Régimen de Derechos Individuales", reconoce la igualdad de todos los hombres ante la ley, el derecho de expresar y difundir sus pensamientos, de asociarse y reunirse pacíficamente y sin armas para cualquier objeto lícito y demás que constituyen el reconocimiento de la dignidad humana, citando los Arts. 150, 156, 160, 170 y 172 de la Constitución, y que, con el objeto de que los principios, derechos y obligaciones contenidos en la Constitución no puedan ser alterados por leyes - a pretexto de regular su ejercicio, Art. 221 Const. - reconoce a todo ciudadano en su Art. 96 el derecho de dirigirse a este Tribunal para que declare la inconstitucionalidad de tales leyes, cuando dicha inconstitucionalidad exista, no sólo en su forma, sino también en contenido, "vale decir en su espíritu e intención manifiesta"; que tal es el caso del decreto legislativo No. 2972, (LEY ELECTORAL) de fecha 27 de noviembre de 1.959, sancionado por el Poder Ejecutivo en la misma fecha y publicado en el Diario Oficial No. 185 de fecha 2 de diciembre del año indicado, ley que, aseguran, "como un todo unitario y orgánico, viola los principios constitucionales citados, base de nuestro sistema democrático, republicano y representativo de gobierno". A continuación expresan que "en efecto habilidosamente preparada tal ley, se advierte su propósito fundamental: poner toda clase de obstáculos al derecho ciudadano para organizarse en partidos políticos; para decidir libremente el pueblo su propio destino y continuar dando sólo al partido oficial las máximas garantías legales para que se perpetúe en el poder, partido al cual pertenece, no sólo el Presidente de la República, sino la totalidad de los Diputados de la Asamblea Nacional". Luego (a guisa de ejemplo) citan diez casos en que estiman que existe inconstitucionalidad de la ley afectada por la demanda, casos que en el curso de este fallo se analizarán en el mismo orden en que los proponen los recurrentes, y por último, expresan que "por lo expuesto, de manera respetuosa solicitamos declarar inconstitucionalidad no sólo los Arts. citados sino la ley entera, que forma un todo unitario que coadyuva en todas - sus disposiciones a no entregar la soberanía al pueblo".En razón de la forma en que se proponen los puntos en que se concreta esta querella, se analizará en primer lugar lo relativo a la inconstitucionalidad de toda la ley electoral contenida en el Decreto No. 2972 de fecha 27 de noviembre de 1.959, publicado en el Diario Oficial de fecha 2 de diciembre del mismo año.PETICIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD DE TODA LA LEY VI. - Aunque los peticionarios se refieren al principio de su exposición a una petición general de inconstitucionalidad de la Ley en su totalidad, por suponer en toda ella, como propósito de sus autores, el deseo de favorecer a un partido determinado, en perjuicio de los intereses de las otras agrupaciones políticas y del pueblo en general, y suponer asimismo que la Ley será aplicada con arbitrariedad por los organismos del Estado a quienes corresponden esa atribución, siempre con la intención de favorecer intereses partidaristas determinados, en contra del interés general y de los otros grupos políticos; por razones de lógica y técnica judicial es conveniente tratar primero los puntos específicos de contravención a determinados preceptos constitucionales por determinados por preceptos de la ley secundaria tachados de inconstitucionalidad por los actores. Esto es así, en primer lugar, porque esa pretendida mala intención no se descubre en el estudio genérico de toda la Ley Electoral, estudio que ha hecho esta Corte con oportunidad de rendir el informe que le fue solicitado antes de la discusión del proyecto respectivo en la Asamblea Legislativa, y en esta ocasión para emitir esta sentencia, descubriéndose, al contrario, en un análisis objetivo e imparcial de dicha ley, el propósito de una reglamentación que asegure el ejercicio de la función del sufragio, con las máximas garantías de libertad y pureza; y en segundo lugar, porque los casos de arbitrariedad en la aplicación de las leyes, ya sea quebrantando las normas secundarias o los preceptos constitucionales, son objeto de otra clase de acciones y recursos al producirse los actos violatorios que los demandantes suponen van a ocurrir. En virtud de lo anterior se pasará a analizar los aspectos concretos de inconstitucionalidad antes referidos, así: 1o. - Inconstitucionalidad del Art. 140 No. 1 en relación con el Art. 68 de la Ley Electoral y el Art. 1o. de la Constitución Política; 2o. - Inconstitucionalidad del Art. 161 de la Ley en relación con el Art. 23 de la Constitución; 3o. - Inconstitucionalidad del Art. 67 de la Ley en relación con el Art. 103 Inc. 2o. y 23 de la Constitución; 4o. - Inconstitucionalidad del No. 40 del Art. 149 de la Ley en relación con el Art. 156 citado por los recurrentes o el Art. 169 de la Constitución; 5o. - Inconstitucionalidad del Art. 187 de la Ley en relación con el Art. 13 de la misma y el Art. 31 de la Constitución; 6o. - Inconstitucionalidad del Art. 148 de la Ley en relación con el inciso último del Art. 115 de la misma y el Art. 28 o el 150 de la Constitución; 7o. - Inconstitucionalidad de los Arts. 48, 49 y 50 de la Ley en relación con los Arts. 158, 33 y 34 de la Constitución; 8o. - Inconstitucionalidad de los Arts. 55, 56 y 57 de la Ley en relación con el Art. 160 de la Constitución; 9o. - Inconstitucionalidad del Art. 20 Inc. 2o. y Art. 23 Inc. 3o. de la Ley, calificados de totalitarios por los recurrentes; 10o. - Inconstitucionalidad del Art. 186 de la Ley en relación con los Arts. 23 y 172 de la Constitución. PRIMER PUNTO: Dicen los recurrentes que "al tratarse la inscripción de candidatos, el Art. 68 dice en lo pertinente: "Será denegada la solicitud de inscripción en los siguientes: 2º-) Cuando los candidatos no reúnan los requisitos legales". Una candidatura pues, no es inscrita sino hasta que el Consejo Central de Elecciones, después de haber calificado la documentación presentada por el solicitante y comprobado en fin que reúne todos los requisitos legales. Sin embargo, el Gobierno prácticamente se reserva en dicha ley "el derecho" de declarar nula su elección, de conformidad al inconstitucionalidad Art. 140 No. 1o. de la misma ley que reza: "Art. 140.Cualquier clase de elección se declarará nula absolutamente en los siguientes casos: "1o.- Si el candidato o candidatos inscritos no reúnen las condiciones legales". Así, con este procedimiento, se usurpa la soberanía del pueblo".Aunque los peticionarios no se refieren específicamente a una determinado precepto constitucional, parecen referirse al Art. 1o. de la Constitución, que literalmente expresa: "El Salvador es un Estado soberano. La soberanía reside en el pueblo y está limitada a lo honesto, justo y conveniente a la sociedad".Estiman los recurrentes que el No. 1 del Art. 150 de la Ley, al establecer que cualquier clase de elección se declarará nula absolutamente si el candidato o candidatos inscritos no reúnen las condiciones legales, constituye una usurpación a la soberanía del pueblo, porque ya el Art. 68 había prescrito la denegatoria de una solicitud de inscripción de candidatos cuando dichos candidatos no reúnen los requisitos legales. Obviamente no es así. Por soberanía se entiende la cualidad del poder que prima sobre todas las voluntades sin que admita ningún otro poder superior al mismo. Poder soberano es el que se impone a todo otro poder. El Art. 1o. de la Constitución establece que El Salvador es un Estado soberano y que la soberanía reside en el pueblo, con las limitaciones culturales de lo justo, lo honesto y lo conveniente a la sociedad.El poder soberano reside en el pueblo, pero se manifiesta en dos momentos distintos; primero, cuando una colectividad humana se propone organizarse en Estado, o cuando quiere modificar en su totalidad el orden jurídico constituido, ya sea en forma directa o por medio de representantes, hace uso del poder constituyente y se organiza en Estado, estableciendo su naturaleza, su organización y determinando las normas fundamentales de su estructura político - jurídica y los derechos fundamentales que tal Estado reconoce en los individuos que integran la colectividad así organizada. - Segundo, organizado el Estado, la soberanía se manifiesta por las decisiones de poder o autoridad que realizan los llamados poderes constituidos. En estas circunstancias la soberanía, aunque reside en el pueblo, se manifiesta por los órganos respectivos. Así, el cuerpo electoral expresa la voluntad soberana del pueblo mediante el voto, eligiendo a los titulares de los órganos elegibles por sufragio directo. Y para que ello se produzca en la forma debida, la Constitución preceptua quiénes son ciudadanos, establece los organismos encargados de la función electoral, da las normas fundamentales relativas al sufragio activo y pasivo y todo ello se reglamenta por una ley secundaria que hace posible el ejercicio del sufragio, regulando los diferentes momentos del proceso electoral: los anteriores al voto, los concomitantes y los posteriores a la votación. Es por ello que la ley secundaria, tachada de inconstitucionalidad por los recurrentes, determina la facultad de los organismos respectivos para denegar la solicitud de inscripción de candidatos que no reúnan los requisitos de ley y la facultad de declarar nula una elección si el candidato o candidatos inscritos no reúnen los requisitos legales determinados por el Art. 140 de la misma ley. Tal cosa no constituye negación y mucho menos usurpación de la soberanía del pueblo simplemente constituye reglamentación relativa a los distintos momentos del proceso electoral. En otras palabras, no se opone, sino reglamenta, el ejercicio de la soberanía popular en lo relativo al sufragio, garantizando, en lo que éstos reúnan los requisitos establecidos por la Constitución o la ley que respecta a los candidatos a puestos públicos, secundaria en sus respectivos casos, antes de la votación, cuando se inscriben los candidatos, o después de la votación, si se ha elegido a personas que no reunían tales requisitos, sea porque la falta de alguno o algunos no se calificó oportunamente o porque sobrevino a la elección. SEGUNDO PUNTO: Sostienen los actores que la exigencia contenida en el Art. 61, acerca de que toda solicitud de inscripción a los cargos Presidente y Vice-Presidente de la República debe ser presentada personalmente por los interesados, lleva la intención de privar a los ciudadanos de su derecho constitucional para optar a cargos públicos, suponiendo que al Gobierno le bastará en cualquier momento extrañar del país a un candidato para impedirle presentar la solicitud de inscripción; y que lo mismo ocurrirá en caso de enfermarse el candidato, impidiéndole su presencia física en el recinto donde se hacen tales presentaciones, contraviniéndose así, aunque no lo citan, el precepto contenido en el Inc. 2o. del Art. 23 de la Constitución. Para estas suposiciones parten de la premisa de que la exigencia de presentación personal de la solicitud significa en todo caso la exigencia de la presencia física del candidato para hacer su solicitud. Indudablemente la disposición del precepto legal tachado de inconstitucionalidad, relativa a la presentación personal de las solicitudes de inscripción para optar a cargos de elección popular, no implica la presencia física de la persona en el respectivo recinto, ya que tal presencia física de la persona en el respectivo recinto, ya que tal presentación puede hacerse, de conformidad con la ley de la materia, mediante solicitud escrita con firma autenticada, en una correcta interpretación de la ley. - Es decir, lo que la ley exige es la evidencia de que el candidato se responsabiliza como tal. Resulta entonces de claridad meridiana la inexistencia de la inconstitucionalidad pretendida. Si en el futuro, al aplicarse el precepto se produjeran violaciones concretas a los derechos que la disposición constitucional conoce a los ciudadanos, habría lugar a las acciones correspondientes según el orden jurídico vigente.TERCER PUNTO: Expresan los demandantes que "la Constitución Política de manera expresa señala los requisitos para ser Presidente o Vice-Presidente de la República y Diputados, pero en el Art. 103, Inc. 2o. al referirse a los miembros de los Concejos Municipales manifiesta que "sus cualidades serán determinadas por la ley" y que "esta oportunidad la ha aprovechado para reservarse las Alcaldías" y en el Art. 67 de la citada Ley Electoral, se expresa que "no podrán inscribirse como candidatos para cargos concejiles: los que padezcan de enfermedades contagiosas". Enfermedad contagiosa es la gripe. De tal gravedad que ha sido capaz de vulnerar el derecho constitucional que tiene todo ciudadano para optar a cargos públicos". En tal forma suponen que al establecer ese requisito para cargos concejiles se viola el Inc. 2o. del Art. 23 de la Constitución.Si el Inc. 2o. del Art. 103 de la Constitución faculta al legislador ordinario para determinar los requisitos que deben llenar los miembros de los Concejos Municipales, es obvio que al prescribir que no podrán inscribirse como candidatos para tales cargos a los que padezcan de enfermedades contagiosas, no ha hecho otra cosa sino hacer uso de la facultad que le concede el precepto constitucional citado, y que la disposición contenida en el Art. 67 de la Ley Electoral, relativa a los que padezcan enfermedades contagiosas, no es inconstitucionalidad.Por otra parte, las leyes deben ser interpretadas en forma racional, de manera que al interpretarse esa disposición de la ley secundaria no deberá llegarse nunca a los extremos de que una simple enfermedad pasajera concrete el supuesto normativo contenido en ese precepto legal.Naturalmente, los ciudadanos a quienes en el futuro se pretenda aplicar esa disposición, con vulneración de los derechos que le otorga el Inc. 2o. del Art. 23 de la Constitución Política, tendrán la facultad de ejercitar las acciones respectivas en defensa de sus derechos. CUARTO PUNTO.- Afirman los impetrantes que el número 4o. del Art. 149 de la Ley establece un medio antijurídico contra aquellos que el Gobierno quiera arbitrariamente reprimir durante el proceso electoral al prescribir que "serán sancionados con la pena de uno a tres años de prisión mayor: 4º-) Los que obstaculizaren EN CUALQUIER FORMA el proceso electoral" y señalan que se trata de un curioso caso de atipicidad penal, propio de un estado totalitario, que contraría en su esencia la garantía constitucional que preserva la libertad de los hombres.Aunque concretamente no señalan el precepto constitucional que consideran quebrantado con la disposición legal relacionada, parecen referirse a los Arts. 156 y 169 de la Constitución. El Art. 156 establece el principio de que "la ley no puede autorizar ningún acto o contrato que implique la pérdida o el irreparable sacrificio de la libertad o dignidad del hombre". Y el Art. 169 establece que "Nadie puede ser juzgado sino conforme a las leyes promulgadas con anterioridad al hecho de que se trate, y por los tribunales que previamente haya establecido la ley".La disposición de la Ley Electoral que los recurrentes estiman viciada de inconstitucionalidad, determina un tipo especial de delito contra el sufragio, que se caracteriza precisamente por obstaculizarse en alguna forma el proceso electoral. Aunque este tipo de delito es complejo, como lo son muchos otros de los contenidos en el Código Penal, no puede técnicamente sostenerse que sea un caso de atipicidad, pues una cosa es que no se llegue al casuismo para describir una a una las varias formas de conductas mediante las cuales se puede obstaculizar el proceso electoral, lo que en una buena técnica legislativa no es aconsejable, y otra muy distinta es el sostener erróneamente que la disposición legal en estudio no se refiere a conductas concretas que perfectamente pueden adecuarse al núcleo del tipo que se designa con el verbo: "obstaculizar". Por otra parte, la ley penal sanciona y tiene como coautor al que induce directamente a otro a cometer un delito, sin pormenorizar cuales sean las formas de inducción, y sanciona también el impedir la celebración de las elecciones para Presidente de la República o Diputados en todo el Estado, impedir la promulgación o la ejecución de las leyes,... etc., (Arts. 126 No. 7o. y 133 No. 1o. Pn.) como también tipifica otra serie de delitos en las defraudaciones, los daños, las maquinaciones para alterar el precio de las cosas, los estragos....etc., sin describir formas de conductas determinadas, y no por ello puede sostenerse que tales disposiciones legales adolezcan del vicio de la inconstitucionalidad, suponiendo erróneamente que les falte tipicidad. Por consiguiente, al establecerse la referida sanción penal por esta clase especial de delitos contra el sufragio, no se han violado los preceptos constitucionales transcritos, ni ningún otro de la Constitución Política. No debe olvidarse que el Art. 157 de la Ley Electoral establece que "de las infracciones de que trata los Arts. anteriores conocerán las autoridades del fuero común y se procederá de oficio". Tales Arts. son los comprendidos del 149 al 156, inclusive. QUINTO PUNTO: Expresan los actores que "El Art. 31 de la Constitución Política establece que "la base del sistema electoral es la población", ratificado por el Art. 13 de la Ley Electoral, que dice: "Para la determinación del número de diputados y regidores se tomará por base el último censo oficial de la República, efectuando con anterioridad al año de las elecciones". Dijimos "aparentemente" porque el Art. 187 de dicha ley, comprendiendo bajo el rubro "ARTICULOS TRANSITORIOS", viola aquel principio constitucional y hace nugatorio el citado Art. 13 de la Ley Electoral, al prescribir que "Para los comicios del año de 1.960, se elegirá igual número de diputados a la Asamblea Legislativa y regidores a los Concejos Municipales que los efectos el año de 1.958". Con la simple lectura del párrafo anterior se advierte que en la disposición transitoria, tachada de inconstitucionalidad por los recurrentes, no ha habido tal inconstitucionalidad, por la sencilla razón de que la base necesaria para toda estimación relativa a la población es el censo respectivo. El último censo verificado en la República es el de 1.950, que sirvió de base para determinar el número de Diputados a la Asamblea Legislativa y de miembros a los Concejos Municipales, en el año de 1.958, y como hasta la fecha no se ha efectuado otro censo de población, es obvio que para las elecciones de 1.960 se eligiera el mismo número de diputados y de concejales que se eligieron en las elecciones de 1.958.No está demás observar que la inconstitucionalidad solicitada en lo que se refiere a este punto ha carecido de objeto al momento de dictarse esta sentencia, porque dicha disposición perdió su vigencia cuando se celebraron las elecciones antes referidas, y es requisitos indispensables para que proceda una declaratoria de inconstitucionalidad la vigencia de la ley respectiva en el momento de dictarse el fallo de inconstitucionalidad, cuyos efectos únicamente se producen hacia el futuro, como se ha expresado antes en este mismo fallo.SEXTO PUNTO: Dicen los demandantes "Pareciera maniobra se ha hecho mediante el Art. 148 en relación con el Art. 155 Inc. último, disposición ésta que tiende a garantizar la pureza del sufragio al prescribir: "Cuando se trate de elecciones para diputados y para miembros de las municipales, sólo podrá emitir su voto en la junta receptora correspondiente a la circunscripción municipal en donde haya sido extendida su respectiva cédula de identidad personal, o anotado el cambio de su domicilio en forma legal". -Pero, después, mediante el Art. 148 se declara que la infracción a aquella disposición no producirá nulidad de los votos, dejando prácticamente al arbitrio de la junta receptora - último engranaje de la maquinaria electoral - admitir que los ciudadanos ejerzan el sufragio fuera de su circunscripción respectiva, incurriendo sólo los miembros de la junta en una multa por cada infracción. Huelga decir que las juntas, tradicionalmente constituidas sólo por miembros del partido oficial, contra lo cual la presente ley no ha tratado de obstaculizar, admitirán los votos solo de sus correligionarios. - La multa - aún en el caso de que se hiciera efectiva - ninguna trascendencia tendría en tan delicada cuestión, en donde los votos admitidos o los rechazados arbitrariamente pueden resolver los resultados de una elección. En tal forma se vulnera el principio constitucional de la igualdad de los hombres ante la ley y de la soberanía del pueblo".Aunque no los citan, los recurrentes se refieren al Art. 1o. y al Art. 150 de la Constitución. El primero de tales preceptos consagra el principio de la soberanía del Estado salvadoreño y de que dicha soberanía reside en el pueblo, con las limitaciones culturales antes expresadas. - El segundo establece que "todos los hombres son iguales ante la ley. Para el goce de los derechos civiles no se podrán establecer restricciones que se basen en diferencias de nacionalidad, raza, sexo o religión".Resulta clara la inexistencia de la inconstitucionalidad que suponen los demandantes. Si para el caso de que una junta receptora admita el voto de un ciudadano que pertenezca a una circunscripción distinta a la que aparece en su cédula, sanciona con multa a los miembros de la junta receptora y no anula el voto, esa prescripción se basa indiscutiblemente en el Art. 28 de la Constitución el cual establece que "el voto será directo, igualitario y secreto". - Siendo secreto el voto sería imposible saber por quien ha votado el ciudadano que lo hizo en una circunscripción distinta a la que le correspondía por la ley, y como consecuencia de ello habría resultado siempre imposible sancionar la contravención referida con la nulidad del voto. Por ello, actuando dentro de lo razonable la infracción indicada se sanciona con multa para los miembros de la Junta Receptora.SEPTIMO PUNTO: Manifiestan los demandantes que "El Art. 48 de la Ley que impugnamos declare que "la propaganda electoral es libre y podrá hacerse por todos los medios lícitos de difusión, de acuerdo con las reglamentaciones vigentes". Pero esa libertad es teórica ya que mediante los Arts. 49 y 50 se pone en manos del Consejo Central de Elecciones el absoluto control de dicha propaganda, la cual, caso no convenir al Gobierno por su eficacia y aunque permanezca ajena a toda doctrina anarquice o extremista, dicho Consejo tiene "el derecho" de declarar en suspenso las actividades de un Partido. - Estas disposiciones, de puro corte totalitario, contrarían los preceptos constitucionales contenidos en el Art. 158 de la Carta Magna, dejando así en manos del Gobierno la suspensión, por medio de calificaciones arbitrarias y políticas circunstanciales, la supervivencia de un partido". Los Arts. de la Ley impugnados rezan textualmente: "Art. 48.- La propaganda electoral es libre y podrá hacerse por todos los medios lícitos de difusión, de acuerdo con las reglamentaciones vigentes. Será permitida sólo cuatro meses antes de las fechas de las elecciones para Presidente y Vice-Presidente de la República y dos meses antes de las fechas de elecciones para Diputados. La propaganda para elección de miembros de las Municipalidades podrá hacerse a favor de los candidatos inscritos, un mes antes de la fecha de dicha elección". "Art. 49.- La propaganda electoral debe mantenerse dentro de los límites que señalan las leyes, la moral y las buenas costumbres.-Las Directivas Centrales de los Partidos Políticos tendrá a su cargo y responsabilidad la dirección general de la propaganda de su partido y se harán acreedores a las sanciones establecidas por esta Ley, cuando la propaganda del partido no se mantenga en la forma que indica el inciso anterior. --- Cuando una Directiva sancionada por incumplimiento de este Art. no sea sustituida por una nueva Directiva en la cual no figuren los miembros sancionados, la sanción se hará extensiva al partido político, el que quedará en suspenso en sus actividades mientras tanto no efectúe la reposición". "Art. 50.- Cuando la propaganda de un partido contravenga los preceptos de esta Ley, el Consejo Central de Elecciones se dirigirá a la Directiva Central de dicho partido, previniéndole que se abstenga de continuar esa clase de propaganda. --- Si después de hecha la prevención continuase la propaganda en forma ilegal, el Consejo Central de Elecciones prevendrá al representante autorizado del partido para que sea cambiada la Junta Directiva en el plazo que se le indique, que será no mayor de diez días, ni menor de cinco días. --- Transcurrido el plazo fijado sin que se haya efectuado el cambio, la propaganda continuase en forma ilegal, el Consejo Central tendrá la facultad para suspender las actividades del partido, mientras no regularice su funcionamiento". El Art. 158 de la Constitución, que los recurrentes estiman quebrantado con los Arts. 49 y 50 de la Ley, transcritos, textualmente expresa: "Toda persona puede libremente expresar y difundir sus pensamientos siempre que no lesione la moral ni la vida privada de las personas. El ejercicio de este derecho no estará sujeto a previo examen, censura ni caución; pero los que haciendo uso de él infrinjan las leyes, responderán por el delito que comentan. --- Queda prohibida la propaganda de doctrinas anárquicas o contrarias a la democracia. --- En ningún caso podrá secuestrarse, como instrumento de delito, la imprenta, sus accesorios o cualquier otro medio material destinado a la difusión del pensamiento. --- Los espectáculos públicos podrán ser sometidos a censura conforme a la ley". Basta la simple lectura de los preceptos de la Ley Electoral transcritos y del Art. 158 de la Constitución, también transcrito, para darse cuenta de la inexistencia del vicio de inconstitucionalidad que los actores suponen en los preceptos citados.La propaganda electoral es libre; pero conforme a lo prescrito por el Art. 158 de la Constitución esa libertad no es absoluta, ya que tiene por límites el respeto de la moral y de la vida privada de las personas, así como las normas de las leyes secundarias que regulan el ejercicio de la libertad de expresión en general.El Art. 48 reconoce el principio de que la propaganda electoral es libre. Los Arts. 48 y 50 contienen normas reglamentarias determinando que la responsabilidad de la propaganda de cada partido estará a cargo de las directivas centrales de los respectivos partidos, y, en caso de contravención de la ley, de las normas morales, de las buenas costumbres y del respeto que merece la vida privada de las personas, establece sanciones, dejando a cargo de los mismos partidos, regular su propia conducta dentro de los preceptos legales indicados para poder continuar en sus actividades de propaganda política. Esto no sólo está en concordancia con las limitaciones que el Art. 158 reconoce en la libertad de expresión sino que está de acuerdo con las exigencias del Art. 163 de la Constitución, que prescribe que "Todos los habitantes de El Salvador tienen derecho a ser protegidos en la conservación y defensa de su vida, HONOR, LIBERTAD, trabajo, propiedad y posesión", y en el inc. 2o. establece la indemnización -por daños de carácter moral.Tales regulaciones de tipo legal sólo son posibles en los estados que gozan de gobiernos democráticos, donde todos tienen el derecho de expresar su pensamiento con entera libertad, sin más limitaciones que las establecidas por la misma Constitución. Los límites al principio de libertad de expresión, se encuentran implícitos en el concepto de soberanía contenido en el Art. 1o. de la Constitución Política.OCTAVO PUNTO: Afirman los recurrentes que "igual control absoluto, en contravención al Art. 160 de la Constitución que prescribe que "los habitantes de El Salvador tienen derecho a asociarse y reunirse pacíficamente y sin armas para cualquier objeto lícito", se encuentran consignados en los Arts. 55, 56y 57 de la citada Ley Electoral, que requiere, para celebrar reuniones o manifestaciones en lugares públicos con fines de propaganda electoral "la autorización" previa de los gobernadores políticos en las cabeceras departamentales o de los alcaldes municipales en las demás poblaciones. Y además en la capital de la República que dicho permiso sea presentado a la Dirección General de la Policía Nacional con el pretexto legal de ser razonado y regular el tránsito. Y si a esto se agrega que dicha ley exige que tal permiso se solicite por escrito por el representante local del partido por lo menos tres días antes de la fecha en que se desea verificar la reunión o manifestación, se comprende mejor toda la intención que se ha tenido de privar al pueblo o a cualquier partido de su libertad para protestar, por ejemplo, en forma inmediata, contra cualquier maniobra gubernativa".Los Arts. de la Ley Electoral que los actores estiman inconstitucionales por contravenir el Art. 160 de la Constitución, expresan textualmente: "Art. 55.- Para celebrar reuniones o manifestaciones en lugares públicos con fines de propaganda electoral, será necesario obtener, previamente, la autorización de los Gobernadores Políticos en las cabeceras departamentales o de los Alcaldes Municipales, en las demás poblaciones. En la capital de la República será necesario, además, que el permiso de la Gobernación sea presentado a la Dirección General de la Policía Nacional para que, razonado que sea, este organismo pueda tomar las medidas de seguridad y disposiciones necesarias para regular el tránsito en las horas de la reunión." "Art. 56.- La solicitud para celebrar tales reuniones, manifestaciones o visitas, se hará por escrito ante la autoridad correspondiente, por el representante local autorizado del partido político interesado, por lo menos, tres días antes de la fecha en que se desea verificar, indicando la hora, días, lugar y duración del acto que se pretende celebrar, y en su caso, el itinerario o recorrido que va a seguir. --- La autoridad ante quien se presente la solicitud otorgará el permiso sin más trámite ni diligencia"."Art. 57.- El permiso solicitado podrá ser denegado por la autoridad correspondiente sólo en caso de que con anterioridad haya sido solicitado uno similar por otro u otros partidos políticos para el mismo día. --- En tal caso, el permiso denegado se concederá para otro día que se fije de acuerdo con el partido interesado. --- Con objeto de evitar alteraciones al orden público, se prohíbe celebrar reuniones dentro de una misma población y en el mismo día a partidos políticos contrarios".El texto constitucional es el siguiente: "Art. 160. - Los habitantes de El Salvador tienen derecho a asociarse y reunirse pacíficamente y sin armas para cualquier objeto lícito. --- Se prohíbe el establecimiento de congregaciones conventuales y toda especie de instituciones monásticas. ---Asimismo se prohíbe el funcionamiento de organizaciones políticas internacionales o extranjeras, salvo las que persigan por vías democráticas, la unión centroamericana o la cooperación continental o universal a base de fraternidad". Es suficiente la simple lectura del texto constitucional para comprender que el derecho de asociación y reunión no es absoluto. Como lo explican todos los expositores de Derecho Administrativo, cuando tratan del orden público y de estos derechos de asociarse y reunirse pacíficamente, el ejercicio de tales derechos debe estar reglamentado por la ley; pues en todas partes donde se reconoce al hombre tales facultades jurídicas, se toman las medidas preventivas necesarias para asegurarse de que no se quebrantará el orden público ni se pondrá en peligro la vida, la propiedad y los demás derechos de todas las personas.De allí la exigencia de normas reguladoras de tales actividades, pues las reuniones deben tener un objeto lícito en primer lugar; se exige que los que se reúnen no vayan armados y se les exige también que no interrumpan el orden público y que respeten los derechos de los otros. Eso en toda clase de reuniones de las que trata el Inc. 1o. del Art. 160 constitucional. - Ahora, cuando las reuniones tengan contenido u objeto políticos, es elemental que deben tomarse las mayores precauciones para la conservación del orden público y para que el ejercicio de tal derecho no vaya a producir lesión en los derechos fundamentales de los demás. Y mejor se comprenderá la necesidad de que para tales reuniones de los partidos políticos, o reuniones de contenido político, se reglamenten en ciudades de tránsito intenso como ocurre con San Salvador y otras ciudades principales de la República, exigiéndose el permiso previo y escrito con la anticipación del caso, para que la autoridad, obligada por la ley a proteger y defender los derechos, no sólo de los que se reúnen con objetivos políticos, sino de los demás; y más clara aparecerá la necesidad de medidas precautorias cuando existan dos o más partidos políticos que se disputen el triunfo en las elecciones, ya que la pasión política es de las que más exaltan el ánimo del hombre, y la presencia de partidos políticos contrarios en el mismo lugar y al mismo tiempo daría margen a situaciones conflictivas, capaces de lesionar los intereses más relevantes de los habitantes de la República, como la vida, el honor, la libertad, la propiedad y el bien común del orden público. Se concluye que no existe el vicio de inconstitucionalidad en las normas transcritas de la Ley Electoral.NOVENO PUNTO: Expresan los recurrentes: "Los Arts. 20 Inc. 2o. y 3o. fueron considerados por el foro público que discutió el anteproyecto de esta ley, como inconstitucionales, por cuanto dejan sin principio legal alguno preestablecido, la calificación de "comunista", "anárquica" o "tendiente a destruir la estructura democrática del gobierno", al simple arbitrio o interés político de los mandatarios, quienes en estas tierras de Latino América han sido pródigos en calificar con tales adjetivos a todo partido o acción popular contrarias a sus intereses. Por eso el foro público propuesto sustituir el citado Inc. 3o. del Art. 23 en la siguiente forma: "No se inscribirán partidos políticos en cuya declaración de principios y objetivos, estatutos y programas de acción se consignen doctrinas anárquicas o contrarias a la democracia; se reputarán como tales todas aquellas que propugnen la abolición de los principios de gobierno republicano, democrático y representativo, así como la supresión de los derechos esenciales del individuo y de las asociaciones reconocidas por la Constitución".El Inc. 2o. del Art. 20 de la Ley Electoral expresa textualmente: "Se prohíbe la constitución de Partidos Políticos que sustenten doctrinas anárquicas, comunistas o de cualquiera otra ideología, que tienda a destruir o alterar la estructura democrática del Gobierno de la República, y la de aquellos cuyas organización tenga por base prejuicios relativos al sexo, raza o religión; así como los que tengan conexión o reciban ayuda económica o de cualquiera otra índole de personas o entidades extranjeras, seas éstas o no de carácter político". El Inc. 3o. del Art. 23 dice en lo literal: "No se inscribirán Partidos Políticos en los cuales figuren como organizadores y directivos, individuos de ideología o filiación comunista, anárquica o de cualquiera otra que tienda a destruir o alterar la estructura democrática del Gobierno de la República".El texto de las disposiciones transcritas está en un todo de acuerdo con lo que establecen las siguientes disposiciones constitucionales: CONS.: "Art. 3.- El gobierno es republicano, democrático y representativo".Inc. 2o. del Art. 158: "Queda prohibida la propaganda de doctrinas anárquicas o contrarias a la democracia".Art. 160 Inc. 3o. "Asimismo se prohíbe el funcionamiento de organizaciones políticas internacionales o extranjeras, salvo las que persiguen por vías democráticas, la unión centroamericana o la cooperación continental o universal a base de fraternidad". Las disposiciones legales que los recurrentes estima contrarias a la Constitución, están en armonía con las tres disposiciones constituciones últimamente citadas. Por otra parte la Constitución de la República da la atribución de legislar a la Asamblea Legislativa, atribución indelegable para el primer Poder de los que integran el Gobierno del Estado salvadoreño.DECIMO PUNTO: Dicen textualmente los peticionarios: "Corroborando tan manifiesta intención en sentido favorable al partido oficial, es elocuente el Art. 186 de la referida ley que sólo reconoce la existencia legal de los partidos políticos permanente inscritos conforme a la ley anterior y que participaron en las elecciones de 1.956 y 1.958, tendiente a procurar que como único partido legalizado quede solamente el oficial, quebrantando de este modo el régimen estructural de nuestro Estado, que no es totalitario en doctrina de partido único, sino democrático, cuyo distintivo más alto en el concepto de la militancia política es el de permitir el libre juego de las diferentes corrientes de opinión".- El Art. 186 de la Ley Electoral expresa literalmente: "Se reconoce la existencia legal de los Partidos Políticos Permanentes inscritos conforme a la Ley anterior y que participaron en las elecciones de los años de 1956 y 1958". - La disposición transcrita --- contiene la misma doctrina del No. 6o. del Art. 30 de la Ley, que dispone: "Procede cancelar la inscripción: ........6o.Cuando un partido no participe en dos elecciones generales sucesivas o que habiendo participado en dos períodos sucesivos de propaganda se abstenga de concurrir a las votaciones;". Lo anterior tipifica una sanción a los partidos políticos que en el futuro practiquen el abstencionismo político en dos elecciones sucesivas. Y pareciera a primera vista que el Art. 186, al no reconocer la existencia de los partidos políticos inscritos conforme a la ley anterior y que no participaron en las elecciones de 1956 y 1958, está aplicando retroactivamente la disposición contenida en el No. 6o. del Art. 30.Se trata de una disposición de derecho público y de orden público. Por consiguiente está comprendida en las excepciones que contiene el Art. 172, que literalmente expresa: "Las leyes no pueden tener efecto retroactivo, SALVO EN MATERIAS DE ORDEN PÚBLICO, y en materia penal cuando la nueva ley sea favorable al delincuente". - La disposición constitucional transcrita establece, como una excepción al principio universal de la irretroactividad de las leyes, aquellas materias de orden público, en las cuales el legislador puede determinar en la misma ley un efecto retroactivo.Aún en el caso de tratarse de una sanción de tipo administrativo la contenida en el No. 6 del Art. 30 de la Ley Electoral, el legislador ordinario está facultado por el Art. 172 de la Constitución para disponer su aplicación retroactiva.Por otra parte el sufragio, aunque es un derecho de los ciudadanos, es esencialmente un deber de los mismos, que convierte al súbdito en funcionario de primera categoría, al contribuir con su voto a la formación de la norma jurídica como dijera Jelineck. Se trata indiscutiblemente de un interés general que prima sobre los intereses privados. Y siendo que los ciudadanos, precisamente porque tienen el deber de concurrir a votar a las elecciones, tienen también el derecho de asociarse en partidos políticos, ya sea organizando nuevos partidos o integrándose en los que ya existan, resulta obvio que aquellos partidos abstencionistas, que no cumplieron en el pasado su obligación de participar en las elecciones, negándose a sí mismo la propia finalidad que les dio vida, es clara que pudo la nueva ley dejarlos inexistentes, siendo entonces la ley consecuente con la realidad. VII. --- CONCLUSION: Del análisis que se ha hecho de los puntos específicamente planteados por los demandantes, se llega necesariamente a la conclusión de que ninguno de los Arts. que ellos estimaron inconstitucionales por oponerse a los principios que contiene la Carta Fundamental de la República, así como ninguno de los preceptos que contiene la Ley Electoral, se oponen al contenido de los Artos. 1, 2, 3, 6, 23, 30, 150, 156, 160, 170 y 172 de la Constitución. POR TANTO, con fundamento en las razones expuestas y en el Art. 96 de la Constitución Política y Artos. 1, 2, 6, 10 y 11 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, a nombre de la República de El Salvador, DIJERON: se declara que no es inconstitucional el Decreto Legislativo No. 2972, de fecha veintisiete de noviembre del año próximo pasado, publicado en el Diario Oficial No. 220, Tomo No. 185 de fecha dos de diciembre del mismo año, y por consiguiente se declara sin lugar la demanda de inconstitucionalidad de que se ha hecho mérito. Remítase copia de esta sentencia al Director del Diario Oficial para su publicación en los quince días subsiguientes. Notifíquese a las partes. IS000159.60