D. VICTORIANO HERNANDO Y PALACIOS

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VICTORIANO HERNANDO Y PALACIOS
(Aldeanueva de la Serrezuela 1783- Madrid 1866), fundador de la:
EDITORIAL HERNANDO
Leemos
En la Revista Pedagógica Escuela Moderna de 1928, al cumplirse el
Centenario de la Casa: “En el presente año, cumple cien años de su existencia esta Casa
Editora, fundada en 1828 por un Maestro de Primera enseñanza, personalidad
extraordinaria cuyo nombre habría de llegar a los mas lejanos países” y refiriéndose a
la editorial Hernando, por él creada: “Es mucho mas que una empresa industrial o
mercantil, estrechamente ligada al desenvolvimiento pedagógico, literario y científico,
difusora de la literatura nacional y surtidora de material de enseñanza a las escuelas
de España, de América y Filipinas”. “En los libros escolares de la Casa Hernando, han
aprendido a leer la mayor parte de los españoles, en estos cien últimos años”.” A ella
se han acogido, confiando en su nunca empañada honradez, deseando utilizar sus
abundantes recursos editoriales, sus medios de difusión, siempre crecientes, los mas
grandes autores españoles”
“La biografía de don Victoriano, nos recuerda las historias ejemplares de famosos
personajes que, criados en la pobreza, obligados a trabajar muy temprano, se sostienen
y se rigen por si mismos desde su niñez, y poniendo en juego caudales extraordinarios
de inteligencia y de voluntad, logran conquistar altas posiciones en unas u otras esferas
de la sociedad”.
Victoriano, sale de Aldeanueva a la edad de 12 años y aprende a leer y escribir en
Valladolid con los monjes Benedictinos, se hará posteriormente preceptor de las hijas de
un Oidor de la Audiencia de esa ciudad y será en ese momento cuando descubra su
vocación de Maestro; al trasladar a su amo a Madrid en 1808, no dudará en
acompañarlo, siendo rápidamente maestro pasante y propietario de una escuela en esta
ciudad.
La situación histórica
que vive don Victoriano pasa por los reinados de Carlos IV,
José I, Fernando VII, Mª Cristina de Borbón e Isabel II, abarca acontecimientos
significativos como: la Guerra de la Independencia, los alzamientos de Riego, Elio y
Los Cien Mil Hijos de San Luis ó la Sargentada de La Granja., todos ellos tendrán su
repercusión en la historia educativa de nuestro país.
Si en Europa los Sistemas Educativos Nacionales arrancan de la Revolución Francesa,
en España lo harán a raíz de la Revolución Liberal que supone la Constitución de 1812,
(el título IX del citado texto se establece una educación universal, uniforme y gratuita),
aunque no serán concretados de manera definitiva hasta la Ley Moyano de 1857. El
Informe Quintana heredero de estos principios y la Ley de 1821 los confirman de
nuevo, pero en 1814 con el alzamiento de Elio, la educación primaria volverá a las
Iglesias, la situación, se verá aliviada en el trienio liberal (1820-1823), con el
Reglamento General de Instrucción Pública, que será derogado con la vuelta del rey
Fernando VII y con la llegada del Plan Calomarde.
En 1836, durante la regencia de Mª Cristina, y la victoria de los liberales progresistas,
en medio de la desamortización y la secularización, el Plan General de Instrucción
Pública del Duque de Rivas, y durante la década liberal moderada de Isabel II (18431854), la constitución de 1845 y en educación el Plan Pidal, aún renunciando a una
educación universal y gratuita, sentarán las bases del Sistema Educativo
contemporáneo, que se llevará a cabo con la promulgación de la Ley Moyano.
Don Victoriano, que había descubierto muy pronto su vocación de maestro de niños,
no tuvo fácil al llegar a Madrid el ejercicio de su profesión, examinado por la antigua
Hermandad de San Casiano, se verá obligado en tiempos de Fernando VII a revalidar su
título ante la Junta de Exámenes recién creada (1804). Junto con otros de sus
compañeros será considerado maestro intruso e impurificado en dos ocasiones (1815 y
1825), por su no adhesión al rey. Parece ser que en este punto tendría que ver la
composición poética que don Victoriano dedicó a la Constitución del 12 para ser
aprendida por los escolares con mayor facilidad.
Una vez superados los trámites de su titulación, será nombrado Maestro de niños pobres
de la Diputación de Caridad del Barrio del Hospital General, en el cuartel de Lavapies,
con fecha 29 de mayo de 1816 y el 24 de mayo de 1844, para su segundo destino esta
vez en los Barrios de Atocha, Tinte y Canal, después de 33 años de vida docente se le
concederá la jubilación en 1851.
Pero don Victoriano, no sería un Maestro al uso, en medio de aquel estado en el que se
encuentran las escuelas, que nos describen los señores Montesino, Masip y Arias en su
informe de 1837, como: “Instrumentos a propósito para prolongar el triste estado
social en el que nos encontramos. Nadie duda de que los niños pobres no reciben una
educación, ni intelectual, ni moral mas que la que les suministran los maestros en las
escuelas primarias, el padre al contrario inutiliza sus esfuerzos, la tarea del Maestro es
meritoria y mal recompensada”.
Si nos fijamos en la relación de libros y enseres con los que son dotadas las escuelas, ya
en 1849 vemos que entre los primeros unos trece libros: silabarios, catones, catecismos,
ejemplos morales, fábulas, aritmética, geografía y los enseres quedan reducidos a dos
cuadros uno del Rey y otro de la Inmaculada Concepción y un llamador.
No extraña por tanto que en 1828, comprara a un compañero y amigo, don Pío de
Guzmán una rudimentaria prensa para pautar papel, que con posterioridad alojaría en el
local de Arenal 11, y que sería andando los tiempos la sede mas conocida de la
EDITORIAL HERNANDO. El negocio que comienza pautando papel y libros de
comercio, imprimiría en 1831, su primera novela: “La mujer sensible” y ya, en el
catálogo de la Casa de 1847 (el mas antiguo que se conserva), aparecerán numerosas
obras, clasificadas en secciones: Educación, lectura, fábulas, caligrafía, aritmética,
gramática, geometría, ortografía, latinidad, variadas (libros de modales, del padre de
familia, de urbanidad , oraciones de jóvenes, de niñas, versos y prosa, celemines y
cuartillos, etc.). Sin olvidarse nunca de su conocido papel pautado (de Iturzaeta, de
Torío, Eguílaz, Moronati, Hernando, planas, orlas, premios, muestras) y el rayado, el de
fumar, el del ejército (libretas de rancho, estados de caudales), impresos para colegios
(clasificación, matrícula, inspección, listas), etc.
Perteneció a la Academia Literaria y Científica de Profesores de Primera Educación
y
fue su Tesorero durante siete años (1837-1844), rechazó siempre el cargo de presidente,
en sus palabras: “Estaba mejor preparado para obedecer que para mandar”.
Sus dotes como pedagogo, filólogo y poeta quedaron reflejadas en sus obras:
“Silabario para uso de las Escuelas”
“Compendio de gramática castellana, puesta en verso y diálogo”. 1834.
“Impugnación razonada en contra del prontuario de ortografía castellana”. 1845.
“Tratado crítico-burlesco e instructivo” 1852
“Colección de muestras de letra bastarda española”. 1856
“Composiciones verídicas y crítico burlescas”. 1857.
En ellas defiende la ortografía natural y en general todos aquellos métodos que puedan
hacer más fácil el aprendizaje a los alumnos, se lamenta de la falta de interés de los
padres, admira la caligrafía, pone de relieve el engaño del aprendizaje rápido de
algunos métodos, alaba la importancia de la constancia en el aprendizaje: “No suelen ser
los hombres de mas talento y disposición los que hacen mayores progresos en las artes
y las ciencias; sino los que son infatigables en el estudio y práctica convenientes para
conseguir el fin que se proponen”.
A lo largo de su trayectoria profesional colabora en la difusión de las prácticas de
enseñanza entre los docentes, creando la Revista Anales de Primera Enseñanza (18581876), heredera de la de Instrucción Primaria, recomendada junto con La Educación,
por el gobierno de Isabel II.
Su compromiso con Aldeanueva, tiene dos momentos fundamentales, siguiendo a la
Revista Anales: “Hace años que construyó a sus expensas en su pueblo natal un edificio
para la Escuela de niños, a los que suministraba generosamente cuantos libros y
objetos de enseñanza necesitaban”.
El otro fue la demarcación definitiva del término municipal:“Cuantos hemos tenido la
buena suerte de contar a Hernando entre el número de nuestro íntimos amigos sabemos
la predilección que mostró siempre por su pueblo natal; así es que le vemos estar
trabajando incesantemente por espacio de 15 años, frecuentando oficinas y
autoridades, para lograr que se concediese al pueblo de Aldeanueva de la Serrezuela el
término jurisdiccional que le pertenecía; en razón de que por estar ignorado se seguían
perjuicios inmensos a sus habitantes, estando en perpetua lucha con los pueblos
circunvecinos”.
Por otra parte serán muchos los empleados que salen del pueblo a muy temprana edad
para buscar nuevos horizontes en la ciudad, trabajando en la recién creada Editorial
Hernando, tradición esta que llegará a formar parte de los Estatutos de la Casa en 1902,
en la época de Perlado, Páez y Compañía.
A su muerte, la empresa pasará a su sobrino Gregorio Hernando, inaugurando un nuevo
periodo editorial.
Desde 2006, la Exposición Permanente de Victoriano Hernando, en el Salón de Plenos
del Ayuntamiento de Aldeanueva de la Serrezuela (Segovia), intenta dar a conocer este
legado de un maestro y empresario ejemplar. También dispone de una página web:
www.editorialhernando.es, donde se puede encontrar información de la Casa Editora y
las actividades que entorno a ella se llevan a cabo.
Pilar Antón Puebla
Febrero 2011
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