Universidad de Chile Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Antropología LA FAMILIA MELITA: PERSISTENCIA POLÍTICA Y PERMANENCIA TERRITORIAL MAPUCHE EN LA ZONA DE ARAUCO, 1726-2008. Tesis para optar al título de Antropóloga Social CLAUDIA CHAMORRO LEVINE Profesor guía: Rolf Foerster Santiago, Chile Julio 2008 AGRADECIMIENTOS Dedico esta tesis y agradezco profundamente a toda la familia Melita, a los/as antiguos/as, del presente y los que vendrán. A Gloria Vinnet por recibirme en su casa y todo lo que eso implica (extensas e intensas conversaciones, calidez y buena mesa), además de la posibilidad de compartir junto a sus hijos e hijas. Todos y todas ellas, compartieron conmigo parte de su trayectoria personal y familiar, introduciéndome generosamente en sus vidas y en la vida de Pascual Melita como padre, esposo y entrañable figura comunal y provincial. Agradezco de forma especial a Maribel, su esposo y sus dos hijas. A Paola y Pascualito. También a Gloria Melita y familia, a Adolfo y sus suegros, y a Alejandro. A Pascual y familia, y a Lili y familia, quienes me invitaron a su casa en Lebu. A Max Melita, el primero de los Melita con quien pude conversar largamente (en Santiago). También principalmente agradezco a Lautaro Melita, por permitirme el acceso tanto a su ámbito municipal como familiar. Gracias también a Huberto, sin su entusiasmo, su memoria y su testimonio, esta investigación no sería la misma, también a su esposa y sus hijas. Agradezco igualmente a Lito Fierro, pese a que nunca lo conocí, a través de su historia en conservaciones en torno a su familia, entregó valiosísima información. Gracias a Julio Pedreros, también al encargado de la oficina indígena municipal, y todas las personas de la zona que me olvido de nombrar, que apoyaron y colaboraron para que esta tesis fuese posible. Agradezco la colaboración de las funcionarias del Registro Civil de Los Álamos, gracias a la información obtenida allí, se construyó la mayor parte de la genealogía Melita. Asimismo, destaco la cooperación de las funcionarias notariales y del notario de Lebu, por permitirme ocupar días enteros la biblioteca y a destajo la fotocopiadora. Gracias a Rolf Foerster, primeramente por invitarme como tesista al proyecto Fondecyt, también por todos los comentarios y conversaciones, y especialmente por la información, documentos y aquellas entrevistas que hizo él y me facilitó generosamente. De la misma forma agradezco a los otros investigadores y a los y las tesistas del proyecto, quienes permanentemente me proporcionaron todo lo que encontraban sobre la familia Melita. También agradezco a la familia, amigas y amigos (sobre todo a los de antropología). Y especialmente a Pino ( ) por el apoyo (y el aguante) en este largo tiempo de tesis. ii ÍNDICE DE CONTENIDOS Página INTRODUCCIÓN Formulación del problema y discusión bibliográfica………………………..…..1- 4 Antecedentes…………………………………………………………………..…4 - 13 Hipótesis de trabajo y Objetivos……………………….……………………...13 - 14 Metodología………………………………………………………………………14 -17 CAPÍTULO I MELITACUN Y MELITAUN EN LOS PARLAMENTOS DEL SIGLO XVIII…....…19 - 23 CAPÍTULO II SIGLO XIX: CACIQUES Y LETRADOS………………………..…………………....24 - 29 2.1. LOS CACIQUES MELITA ANTES Y DURANTE LA OCUPACIÓN DE LEBU. ESTADO NACIONAL Y MISIÓN FRANCISCANA. 2.1.1. La Guerra a Muerte y sus consecuencias........................29 - 37 2.1.2. Los Franciscanos en la zona…………………...…………..37 – 38 2.1.3. Control de los recursos productivos. Intervención en la estructura de poder y en el territorio…….…………………… … 38 - 40 2.1.4. Hundimiento del Joven Daniel……………...……………....40 - 43 2.1.5. Revolución de 1851………….. ………………………………43 - 46 2.1.6 Creación de la provincia de Arauco….…………………………..46 2.1.7. Melitas auxiliares al fallecimiento del gobernador Quintriqueo: poder y sueldos………………...……………………47 – 49 2.1.8. Revolución de 1859…………………….……………………..49 - 50 2.1.9. La ocupación de Lebu…………………..……………………50 - 53 2.1.10. Otras marcas de la arremetida estatal............................53 - 55 2.2. LETRADOS NO OFICIALES EN EL CONTEXTO “LEGAL…………55 - 57 2.2.1. José Miguel, Juan, José y Luis Melita: Letrados en la Notaría…………………………………………………………………..57 - 61 iii CAPÍTULO III SIGLO XIX: TERRITORIO………………………………...…………………………..62 – 64 3.1. CUYINCO Y SUS LÍMITES……………………………….………….64 – 65 3.2. CONFLICTOS CON OTROS CACIQUES Y SUS DESCENDIENTES.........................................................................65 - 66 3.2.1 Choques con Guaramán……....……...……………………..66 – 69 3.2.2. Problemática con los Quintriqueo y las Mariqueo: Arrendamiento, cesión de derechos, poder especial, iguala, revocación, venta, cancelación……………………………………..69- 79 3.3. RELACIONES Y CONFLICTOS CON SUJETOS NO MAPUCHES...79 - 80 3.3.1. Mathinson y Ovalle; el interés mineral…………………….80 - 84 3.4. LOS HERMANOS MELITA: ACTIVIDADES ECONÓMICAS EN TORNO A CUYINCO………………………………………………………………………..84 - 90 CAPÍTULO IV TERRITORIO SIGLO XX: PROCESO DE CONSTITUCIÓN DE PROPIEDAD EN CUYINCO……………………………………………...…………………………………91 - 92 4.1. LA APARICIÓN DE LOS GONZÁLEZ……………..……………….….92 - 97 4.2. NECESIDAD DE ESTABLECER LA PROPIEDAD………………...…97 - 99 4.3. EL ARRIBO DE JOSÉ PARADA; HIJO DE MANUELA MELITA O JUANA DE DIOS NAVARRO…………………………..………………………….….99 - 103 4.4. LA PÉRDIDA DE CUYINCO ALTO……………….…………….…..104 - 109 4.5. AÑOS 30´: SERIE DE EMBARGOS, EL FALLECIMIENTO DE JUAN MELITA CATRIMÁN Y GRAVEDAD EN EL CONFLICTO…...…..……109 - 112 4.6. MARCELINA MELITA, EL CONFLICTO CON LOS GONZÁLEZ Y EL DESENLACE FATAL……………..……………….………………………..113 - 115 4.7. LA NOTORIEDAD PÚBLICA Y LA RESONANCIA DEL CONFLICTO MELITA / GONZÁLEZ EN LA PRENSA………………………………....116 - 120 iv 4.8. LA RELEVANCIA POLÍTICA DE LA PROBLEMÁTICA MELITA: LOS DIPUTADOS INDÍGENAS Y LA SENTENCIA DEL JUZGADO DE INDIOS DE TEMUCO……………………………………………………………………...120 - 125 4.9. COMPRA VENTAS ENTRE INTEGRANTES DE LA FAMILIA…..126 - 127 4.10. EL LIDERAZGO DE PASCUAL MELITA: PRIMERAS EXPRESIONES……………………………………………………………..127 – 131 4.11. PASCUAL MELITA Y CUYINCO EN LOS TIEMPOS DE LA REFORMA AGRARIA…………………………………………………………………….131 - 138 4.12. LA FAMILIA MELITA Y CUYINCO EN DICTADURA….............. 138 - 145 4.13. LA DÉCADA DEL 90´: MUNICIPIO, RECONOCIMIENTO TERRITORIAL PARCIAL Y REETNIFICACIÓN………………… ……………………….145 - 148 CAPÍTULO V SIGLO XXI 5.1. CONADI, EL RECONOCIMIENTO DEFINITIVO DIFERENCIADO Y LA ACTIVIDAD FORESTAL…………………………………………………..149 - 155 5.2. LA INESPERADA MUERTE DE PASCUAL MELITA……………..153 - 154 CAPÍTULO VI LA FAMILIA MELITA EN EL ESPACIO COMUNAL: COMPONENTES ÉTNICOS EN LA PARTICIPACIÓN....................……………………………………………...…………155 6.1. LA APROXIMACIÓN ÉTNICA DE PASCUAL MELITA: UNA PREGUNTA DESDE HOY…………………………………………………………………156 – 157 6.2. LAUTARO MELITA: SU TRAYECTO PARTICULAR EN EL MUNICIPIO DE LOS ÁLAMOS Y SU APROXIMACIÓN AL TEMA INDÍGENA…...157 – 170 6.3. MUJERES MELITA……………………….……………………………171 - 175 CONCLUSIONES……………………………………………………………………176 – 183 BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………….…184- 189 v ÍNDICE DE CUADROS NÚMERO TÍTULO PÁGINA Cuadro 1 CACIQUES UNIDAD DE TUCAPEL (año 1849) 25 Cuadro 2 Cuadro 3 PARCIALIDADES Y CACIQUES UNIDAD DE TUCAPEL (1849) CACIQUES DE LA COSTA CONGREDADOS A CAUSA DEL HUNDIMIENTO DEL JOVEN DANIEL 25 41 Cuadro 4 REGISTRO ELECTORAL DEPARTAMENTO DE LEBU. PROVINCIA DE ARAUCO (AÑO 1876) 60 Cuadro 5 PRINCIPALES LETRADOS MAPUCHE: TESTIGOS E INTÉRPRETES 61 Cuadro 6 VENTAS REALIZADAS POR JUAN GUARAMÁN 67 Cuadro 7 EXTRACTO GENEALOGÍA VÍNCULOS QUINTRIQUEO, MELITA, MARIQUEO 71 Cuadro 8 EXTENSIONES DE TIERRA RECONOCIDAS EN 1968 134 Cuadro 9 PRINCIPALES MAYORÍAS ELECCIÓN MUNICIPAL. LOS ÁLAMOS 1996 145 Cuadro 10 ALCALDES MAPUCHES ELECTOS EL 2004 Y POBLACIÓN INDÍGENA COMUNAL 164 Cuadro 11 COMUNAS CON MAYOR PROPORCIÓN DE POBLACIÓN INDÍGENA EN LA VIII REGIÓN 164 DOCUMENTOS ANEXOS: MAPA PROVINCIA DE ARAUCO 1929 (DETALLE TERRENOS SUCESIÓN AVELLO). MAPA 1895. PLANO FERROCARRIL DE CONCEPCIÓN A LEBU Y CAÑETE (MINAS COHINCO). GENEALOGÍA MELITA (1802 – 2008). vi INTRODUCCIÓN Formulación del problema y discusión bibliográfica. En los registros notariales del siglo XIX de la Provincia de Arauco, principalmente en los de Lebu, y en los documentos relativos a la misión católica franciscana establecida en la zona, insistentemente se despliega la familia Melita. Uno como cacique ayudante o secretario del cacique gobernador de Tucapel –perteneciente al butalmapu de la costa-, otro como cacique de la parcialidad de Cuyinco (localidad situada en la actual comuna de Los Álamos, Provincia de Arauco, VIII Región de Chile). Ambos notablemente ligado a las autoridades de la época; tanto mapuche, como eclesiásticas y chileno administrativas, y la mayoría sujetos letrados partícipes en actividades notariales, ya sea como testigos de identidad o de fe, o como intérpretes traductores entre el mundo mapuche y el no mapuche. Asimismo, protagonistas de sus propias transacciones territoriales y movimientos propietarios; para la época, “ciudadanos activos”. A su vez, en medio de la temática contemporánea sobre alcaldes y concejales mapuche, aparece considerado en este universo, tanto en la prensa como en los artículos sobre el tema: Lautaro Melita; actual alcalde de Los Álamos, cuya labor se indica y destaca siempre, viene precedida por la obra municipal llevada a cabo anteriormente por su padre Pascual Melita, durante la segunda mitad del siglo XX. A partir de lo anterior emerge el problema de investigación. Surgiendo espacios concretos que vale la pena indagar sobre esta familia; primero, como caciques mapuche en el siglo XIX, y segundo, como parte de los denominados “alcaldes mapuche” de la actualidad. Sin embargo, también se asoma un espacio intermedio que pide ser profundizado, para comprender cómo ha sido posible tal continuidad fracturada -interrumpida a ratos-, que ha permitido que la familia Melita mantenga un destacado nivel de visibilidad política y territorial hasta el día hoy. Se hablará de persistencia y de continuidad, no obstante, alejándose de la noción de esta última que evoca una suerte de traspaso directo, por cuanto en las figuras del siglo XX y del XXI había un desconocimiento del pasado cacical hasta el día en que se lo comuniqué a Lautaro Melita en una de nuestras primeras conversaciones en el municipio de Los Álamos, en febrero del año 2005. 1 Por consiguiente, las preguntas de investigación intentarán responder, ¿cómo se relacionan los caciques Melita del siglo XIX con los liderazgos Melita asociados al municipio, desde la segunda mitad del siglo XX y hasta el día de hoy?, ¿cuáles son los factores qué han permitido tal persistencia de los Melita en la esfera del poder local? La problemática de los Melita, emerge y se inscribe dentro de una investigación mayor en torno a la temática del poder y el liderazgo mapuche en la provincia de Arauco, y desde ella, se me sugiere la aborde en el marco de la memoria de título1; así comienza esta trayectoria innegablemente posible gracias al aporte concreto de los investigadores y las y los tesistas vinculados al proyecto. De ahí que sea necesario responder a la problemática general, al menos en dos aspectos: primero, en torno al ¿cómo se insertan las diferentes figuras de poder de la familia Melita en su específico momento histórico, y por tanto, en el movimiento mapuche de cada escenario? y segundo, ¿cómo se comprende la dinámica de poder en la sociedad mapuche por medio de esta reconstrucción diacrónica familiar? De este modo, este proyecto de investigación surge a partir de una reflexión más extensa, que entre otros ámbitos, busca ahondar en el tema de los liderazgos mapuche en la zona de Arauco, desde el siglo XIX hasta nuestros días, con el objeto de aproximarse a las transformaciones y continuidades en la dinámica del poder en el mundo mapuche. Nutriendo aquella problemática, considerando que en el caso de la familia Melita, los liderazgos mapuche del siglo XIX (y por qué no también del XVIII, sorpresa que develó la investigación) se extienden a nivel de visibilidad desde mediados del XX y hasta hoy. Tal excepcionalidad se fortalece con la clara y concreta continuidad territorial de los Melita en su “parcialidad”, lo que se sustenta tomando como antecedente el cuadro elaborado por el misionero franciscano Diego Chuffa en 18492; desde donde se aprecia, que la familia Melita ha logrado preservar ese espacio como propio: conservando hasta hoy, 1800 hectáreas a nivel de familia extensa; situación subrayada por el hecho de haber sido una comunidad no reduccional, lo que necesariamente invita a preguntarse: ¿qué mecanismos y circunstancias permiten tal nivel de permanencia territorial? 1 Quien lo propone es el profesor Rolf Foerster: profesor guía e investigador responsable del Proyecto Fondecyt 1050616 Poder y Liderazgo Mapuche en la Provincia de Arauco, del cual formará parte esta tesis. 2 Esquema titulado “Parcialidades Y Caciques de la Misión de Santa Rosa de Tucapel”. Foerster, Clavería, y Menard: Los Caciques Gobernadores y la Misión de Santa Rosa de Tucapel en la Década de 1840, 2005, p. 248. 2 A pesar de que el hilo conductor está dado por la problemática del liderazgo, es necesario considerar el tema de la constitución de la propiedad, ya que en la provincia de Arauco, y específicamente en la comunidad de los Melita, se dan una serie de salvedades que sin duda se relacionan con la emergencia de estas figuras políticas comunales. Y a nivel general, las dinámicas del movimiento mapuche se vinculan inseparablemente a la temática del territorio, la identidad y el Estado (Foerster, 2004). Lo significativo de esta aproximación familiar es que por medio de ella, es posible profundizar en las relaciones establecidas por ambas sociedades desde sus respectivas autoridades y figuras de poder, y también permite dar cuenta de la dinámica de constitución de propiedad en la zona. Esto porque la familia Melita ha participado por casi tres siglos en el ámbito político y público de esta área costera lafkenche, -hoy denominada Provincia de Arauco-, desde un espacio territorial concreto: Cuyinco; lugar de permanencias, a la vez de redisposiciones, y espacio ancestral perdurado. Así, la persistencia de sus figuras de liderazgo y la constancia temporal en sus tierras ancestrales, fundamental la relevancia de la familia Melita dentro del universo mapuche. Es necesario advertir, que si se tiende a presentar la esfera política como aislada, es con el propósito de simplificar, esclarecer y acotar el estudio, asumiendo que incuestionablemente cobra sentido al enlazarla y conjugarla con lo social, lo económico y lo cultural; vínculos que intentaremos establecer. Lo particular o desacostumbrado de esta investigación, es que presenta un caso concreto, sin perder de vista el contexto de subordinación experimentado históricamente por el pueblo mapuche-, que posibilita enriquecer visiblemente la perspectiva bidireccional del contacto y de las relaciones (Zavala, 1998). Dado que a lo largo del tiempo, esta familia ha sabido permanecer y reconfigurarse a partir de escenarios diversos para llevar a cabo tácticas que pueden ser vistas o entendidas desde diversos puntos de vista, pero que serán tratadas como un oportuno desarrollo de estrategias de negociación, que les ha permitido pactar a nivel de tierras y participar a nivel político. Por consiguiente, se destaca lo interactivo, participativo, recíproco, conexo e intercambiable, como contrario a lo pasivo, lo unidireccional y lo asimétrico. 3 El caso Melita, da cuenta de una interacción que supera las tradicionales miradas hacia lo mapuche, logrando enterrar en parte, la inherencia del engaño como regla básica del juego de la dinámica territorial entre no mapuche y mapuche; haciendo palpables los movimientos notariales indígenas –que por lo demás no constituyen un caso aislado- y reconociendo un contexto comúnmente velado. (Se está en presencia de un caso notable de continuidad política y territorial mapuche: lo primero hoy tangible en el hecho de que Lautaro Melita forma parte de los llamados “alcaldes mapuche”; lo segundo, evidente por la conservación y reconocimiento legal de 1800 hectáreas de territorio). Antecedentes. Si el municipio es un dispositivo creado por Estado3, los liderazgos municipales mapuche actuales se relacionan con el nacimiento y desarrollo del Estado Nacional, y específicamente con un contexto actual propicio que permite la emergencia de estas figuras (Foerster y Vergara, 2001). Pero de la misma manera, también se vinculan con el pasado: primeramente, a lo que era la estructura social reche –expresión rescatada por Boccara (1999b.) para referirse a una identidad previa a la mapuche-, es decir, a una estructura fragmentada y segmentada (sin Estado) en el espacio político, al arribo del mundo español; la que se definía por la presencia de lonkos con autoridad limitada y reducida, que sobrevenía por el Admapu, pero que en períodos de guerra, generaba principios coordinados de organización política. Siguiendo a Boccara (1999a.), más tarde, en el siglo XVII y XVIII, se observan a la vez resistencias y alteraciones en la sociedad mapuche, las que fueron posible, producto de las debilidades estructurales de las autoridades hispanas, de la política de parlamentos y del amplio espacio geográfico indígena. El poder de los caciques se origina y se reproduce por medio del parlamento, el comercio y el malón: debía ser ahora un gran negociante, un mediador. Pese a ello, esta tesis no asumirá que esto concluya en un cambio sustancial a nivel de estructura social. En torno al parlamento, nos abocaremos a la idea rescatada por Foerster (2004), de entender esta dinámica como un “pacto de sociedad y no de sumisión”, lo que reproduce la idea que son “relaciones diádicas las que cruzan toda la vida social”. En complemento con el 3 En cuanto a la creación del Municipio de Los Álamos, se tiene antecedente que fue instituido por decreto del 22 de Diciembre de 1891. 4 planteamiento de Zavala (1998), quien concibe al parlamento como un lugar en la que se conjugan diversos aspectos: lugar ritual, lugar de comunicación, lugar de división (reparto) alimenticia, lugar de distribución de los dones; aproximando el Parlamento más a la lógica mapuche de la negociación, que a la de los españoles como “tratado de paz". Configurándose un problema de puntos de vista, por cuanto el parlamentos para los españoles adquiere un significado y para los mapuche otro. Tanto en el parlamento como en la misión: las dos instituciones pilares de la política civilizadora española del siglo XVIII (Boccara, 1999a.), ya se tiene testimonios de la familia Melita, como parte de aquellas autoridades mapuches participantes: la intervención del cacique “Melitacun” en el Parlamento General de Negrete de 1726 es el primer dato del que se tiene conocimiento4. A pesar de que la noción de “política civilizadora”, aparenta una suerte de planteamiento unidireccional de las relaciones entre ambos pueblos, recordemos la necesidad de tomar en cuenta “la fisonomía interactiva y participativa del diálogo interétnico” (Zavala, 1998), patente en el caso de los Melita, quienes han enfrentado la trama de poder de una manera peculiar: subrayando la tónica de la mediación o negociación. Recapitulando en torno al espacio político mapuche, tenemos que a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, la sociedad mapuche se encuentra organizada en identidades territoriales bajo la dirección de lonkos ligados entre sí por relaciones de cooperación o conflicto. Entre los investigadores se plantea –con distinto énfasis-, que en este período la sociedad mapuche reacciona producto de la presencia hispana. Específicamente, nos abocaremos a la idea de que no alcanza a modificarse la estructura segmental, no obstante, sí emergen (más bien se reconfirman) nuevas figuras de autoridad, como los caciques gobernadores; consecuencia y ligadas al mundo hispano, que se legitiman por sus habilidades mediadoras, políticas, diplomáticas y económicas, las que de todas formas, conviven paralelamente con los lonkos; quienes son los que continuarán ejerciendo un ligero poder sobre las comunidades (Foerster, 2004). En ese sentido, concordamos con Bascope (2005), en que empero el comercio y la dinámica de los parlamentos, como factores posibilitadores de “una transformación en la estructura política indígena, del Big Man a la Jefatura,...se vuelve evidente la existencia de una estructura política descentrada cuya función principal pareciera ser la de evitar cualquier acervo de poder5”. 4 Referencia de 13 Febrero de 1726, ubicada en León, L: Actas de los Parlamentos hispano-mapuches del siglo XVIII, {199-} Esto porque “Es destacable que durante más de tres siglos de conflictos los mapuche no lograran generar una institucionalidad que subordinara las diferencias entre parcialidades y sus respectivos lonkos para constituir una estrategia 5 5 En relación a estas autoridades vinculadas y potenciadas por el mundo hispano, situados próximos a los caciques gobernadores, encontramos a los caciques ayudantes. Particularmente, en Tucapel -uno de los cuatro “sectores” del butalmapu de la costa-, desde 1844, Miguel Melita se emplaza como el cacique ayudante o secretario del cacique gobernador José María Quintriqueo6. Su cargo, concedido y designado por el gobierno, lo constituye mediador oficial y letrado de la negociación entre el mundo mapuche y el no mapuche. Esta investigación llevará a cabo una profundización mayor desde el siglo XIX; momento en que el mundo mapuche se incorpora paulatina y supeditadamente al Estado; situación que comienza en los primeros tiempos de la era republicana, pero que para efectos de este estudio, se hace todavía más tangible con la primera marca de avance político-administrativo e institucional en la zona: la creación de la provincia de Arauco el año 1852; y más aún, con la fundación y constitución de Lebu en 1862. A pesar del establecimiento de estos hitos, no obstante, hay que considerar, que incluso antes del 1850, comenzaba ya a producirse la instalación espontánea de colonos en esta área; provocando que los mapuche de los alrededores de Arauco y Lebu, fueran desprendidos de sus tierras ancestrales, viéndose forzados a reubicarse hacia el sur de Cañete. Particularmente los Melita, están inscritos en este escenario fronterizo amplio que posibilitaba múltiples vínculos y conexiones entre estos dos mundos culturales diferentes, lo que queda de manifiesto con su participación -en importantes sucesos acontecidos e instituciones establecidas- en la zona: como en la Revolución del 51 y como en la misión de Santa Rosa de Tucapel; que entre otras cosas posibilita su relevancia en parlamentos originados desde esta, y formar parte de la comitiva de caciques que junto al misionero Ortega viajan a Santiago en 1862 a sellar un “acuerdo” con el presidente de la República con respecto a la fundación de Lebu (Foerster, Menard y Milos, 2006). De forma paralela, desde la segunda mitad del siglo XIX, a la par la instauración de los departamentos de Arauco y Lebu, se establecen oficinas notariales en cada uno de estos espacios. Gracias a la información extraída hoy de esos archivos –sobre todo de los de unitaria de defensa contra el invasor”. Bascope. J: ¿Representantes o líderes? Organización política y conflicto entre los a lafkenche del ADI Lleu-Lleu, VIII Región, 2005, p.77. 6 Archivo Nacional de la Administración (ARNAD): Fondo Notarios Lebu, Vol. 2. 1871, escritura nº 152. 6 Lebu-, es posible vislumbrar y evidenciar entre el total de movimientos, una dinámica notarial que involucraba en una de sus partes a sujetos mapuche. Así, una pieza del conjunto de las acciones en torno al asunto de la tierra y la propiedad entre mapuche y no mapuche, es revelada por las escrituras de aquellos sujetos que acudían a este organismo. La información notarial relativa al siglo XIX, procede del trabajo desarrollado por los investigadores y las y los tesistas del proyecto Fondecyt en el cual se enmarca esta tesis. Por su parte, los primeros antecedentes referidos a los nacimientos, defunciones y matrimonios, con los cuales se desarrolló inicialmente la genealogía de la familia Melita, fueron consultados y facilitados en el Servicio de Registro Civil e Identificación de Los Álamos, en mi segunda visita a la zona en mayo del 2005. En esa oportunidad y en octubre del mismo año, desarrollé trabajo de archivo en la notaría de Lebu; por medio de la revisión de los índices de los tomos de protocolos indígenas –existentes solo para los primeros años del siglo XX- y de los protocolos generales de propiedad, posteriormente fue posible acceder a escrituras en la comparecían integrantes de la familia Melita. A lo largo del siglo XX, su visibilidad notarial es permanente. En torno a esta entidad, la familia Melita ejecuta movimientos notariales que podrían considerarse exitosos y en los que se plasma su temprano manejo de la escritura. Sin embargo, pese a que los movimientos notariales mapuche no constituyen un caso aislado o exclusivo de esta familia, deben analizarse con precaución, ya que no todos corrieron la misma “suerte”. Por tanto lo que hay en la dinámica territorial entre mapuche y no mapuche, no son eventos fuera de toda legalidad –propuesta inherente a varios planteamientos-, sino que hay un concreto escenario notarial en el que estuvieron insertas muchas de las transacciones entre ambos mundos. Pero si bien las escrituras notariales constituyen documentos “legales”, no desconocemos sino más bien patentizamos que dentro de este marco legal, se producen una serie de irregularidades y artificios; no solo maniobra de los sujetos interesados en los terrenos indígenas, sino que también desde la ambigüedad de la propia legislación estatal que permite la puesta en práctica de un repertorio de resquicios, dando paso a la posibilidad de múltiples y dudosas interpretaciones sobre los contratos. 7 Del mismo modo, -y como argumento para los cegados defensores de lo legal-, sin duda que la posición de la mayoría de los y las mapuche en el contexto notarial es desventajosa, esto porque no queda claro si comprendían y captaban íntegramente la significación del contenido de los documentos y el valor de las mismos, lo que podría responder al frágil manejo de algunos sobre el castellano (idioma de los contratos), al desconocimiento de la escritura (y por tanto de la lectura), y por último si se quiere, a la poca proximidad con la naturaleza del orden del escrito; que “permite estabilizar configuraciones semánticas y darles cierta permanencia...” (Vandendorpe, 2003, p. 147). Tal vez la mayor vinculación de los mapuche con este orden, fueron los documentos emanados de los parlamentos, sin embargo, estos poco tienen que ver con los acuerdos notariales en los que hay un contacto realmente manifiesto con el escrito y en los que participan un universo mayor del mundo mapuche. En suma, la precariedad de ley, las irregularidades internas de los contratos notariales, el castellano como idioma oficial, la poca alfabetización y el desconocimiento del orden del escrito como tal, dilucida el por qué pese a que los acuerdos notariales están dentro de una entendida “legalidad”, en muchos casos tanto los documentos como la historia develan la “aceptación” de la parte mapuche de condiciones “inaceptables”. De todos modos, en el siglo XIX, principalmente los intérpretes fueron quienes se encargaron de favorecer una acertada comprensión y una sensata significación de las transferencias, operaciones y contratos efectuados entre ambas sociedades en el ámbito cotidiano notarial. Mayoritariamente eran sujetos mapuches, -aunque también podían no serlo-, con la tarea de enfrentar y contrarrestar el abismo idiomático para beneficiar las interacciones y traspasos. No obstante, su presencia no fue requisito ni rasgo distintivo de todos los movimientos, aún cuando la parte mapuche no comprendiera íntegramente el castellano. El cacique mocetón José Miguel Melita, los hermanos Luis, Juan y José Melita y su padre Manuel Melita, desarrollaron funciones como intérpretes y testigos de fe -más que nada cuando una de las parte era indígena-, siendo todos ellos letrados, salvo el último de los nombrados. Así, tanto en el escenario fronterizo “oficial” como particularmente en el contexto notarial, se torna evidente en el siglo XIX, la presencia e intervención de “intermediarios culturales” 8 (Ratto, 2005). La particularidad de los Melita, es que como sujetos letrados, se movieron en ambas esferas: en el círculo “oficial” de la negociación entre ambas partes y a la vez en el ámbito de la cotidianeidad. Asumimos que sin la intervención del Estado no se puede comprender la problemática general, y menos esta compleja y variada etapa de tensión interétnica, que deriva en parte, del sinnúmero de legislaciones formuladas desde mediados de siglo. Específicamente, la política indígena territorial reduccional o de radicación de 1866 es substancial en este contexto, al generar importantes pérdidas de territorio mapuche. No obstante, su aplicación y práctica en la provincia de Arauco comienza recién en 1898; dejando fuera una fracción importante de las tierras, sobre todo las ubicadas al norte del río Paicaví (fijado como límite), salvo contadas excepciones. Lo que de ninguna manera les significó a estas comunidades quedar exentas de problemas, sino que las conllevó a subsistir en la inestabilidad absoluta, quedaron en el aire. Particularmente los Melita quedan fuera del universo reduccional, logrando permanecer en sus tierras ancestrales al margen de este. Después de incesantes visitas a la notaría, de trámites, conflictos, juicios y luchas durante el siglo XIX y todo el siglo XX, -con otros indígenas, con chilenos, y con colonos extranjeros-, el reconocimiento legal “definitivo” de su territorio acaece el año 2003, Ya en las primeras tres décadas del siglo XX, el mundo mapuche experimenta un progresivo y evidente tránsito hacia la integración subordinada a la sociedad nacional. Foerster y Montecino (1988), reconocen momentos fundamentales que determinarán la trayectoria del acontecer mapuche: el fin de la radicación, la usurpación de las tierras reduccionales y la división de las comunidades; situaciones que les llevarán a experimentar una pérdida por la entrega de títulos individuales. A esto también se sumarán los detrimentos causados por la instalación de escuelas, nuevos caminos, empresas, represas, etc. A objeto de revertir este escenario, por la década del 50´, emergen figuras de liderazgo indígena. Serán los lonkos “tradicionales” los primeros encargados de exponer las demandas. Más tarde, esta tarea recaerá en una generación de líderes y dirigentes mapuche universitarios, ligados a alguno de los partidos políticos del país. Para el caso de la Provincia de Arauco, principalmente estarán vinculados al Partido Comunista. 9 Muestra de esto último, la figura de Pascual Melita Pereira: tataranieto de José Melita Navarro, cacique de Cuyinco en 1847. Pascual Melita fue elegido popularmente para ejercer funciones municipales en Los Álamos de 1960 a 1970, por tres períodos consecutivos7. Posteriormente, fue designado por el gobierno de Allende para asumir un puesto político como delegado provincial de la Corporación de la Reforma Agraria (CORA), en cuya gestión le correspondió la tarea de regularizar gran parte la propiedad rural de la comuna. Todo ello en circunstancias en que se tiende a instalar a las demandas indígenas en la misma esfera de las instancias campesinas y obreras, pero donde de todas formas, se podrán recuperar algunos territorios ancestrales, y reconocer las tierras de un número considerable de indígenas (Chonchol, 1996). Más tarde, a partir de 1973 con la dictadura de Pinochet, se frenó y condenó por años la actividad política a nivel general. Especialmente, el pueblo mapuche se vio perjudicado no solo por la paralización, sino también por el retroceso del proceso de Reforma Agraria; asimismo, fueron reprimidos aquellos sujetos y dirigentes vinculados a procesos de tomas de tierra y a los partidos políticos de izquierda, entre estos, violentamente, Pascual Melita. Poco a poco, durante los años 80, se reestablece en parte, la dinámica política al interior del pueblo mapuche. Se advierte que sus demandas dejan de restringirse al ámbito reduccional y/o comunitario para posicionarse en una esfera de mayor amplitud; algunos y algunas participarán en movimientos contra la dictadura de Pinochet. Desde los 90´, y con la democracia, la esfera política se amplía aún más; el movimiento y la causa mapuche se posiciona a nivel internacional a través de la labor de intelectuales y organizaciones. Aparece el tema como relevante para los gobiernos de la Concertación; se constituye CONADI y se pone en marcha ORIGENES, para hacerse cargo entre otras cosas, de la recomposición territorial y cultural, respectivamente. No obstante este escenario inusual, hay un cuestionamiento al concepto y realización del Estado Nacional; desencuentros entre el mundo indígena y el Estado que son evidentes, y asimismo diversas disonancias al interior del propio movimiento mapuche. 7 Nómina candidatos electos. Elección ordinaria regidores. Material disponible en Biblioteca del Servicio Electoral, Santiago, Chile. 10 Ya en el presente ha emergido un nuevo nivel en el liderazgo mapuche: por una parte se hace visible a través de organizaciones –por medio de Internet- que apelan al reconocimiento y al etnonacionalismo, y también por medio de “asociaciones” al alero de CONADI. Igualmente, ha irrumpido otro nueva situación, cual es el ingreso y el control mapuche en el municipio, todo ello en el contexto de políticas de regionalización y de traslado del poder a las alcaldías (Foerster y Vergara, 2001). Se aprecia por tanto un empoderamiento8 mapuche vía municipio, que se expresa en un significativo número de alcaldes y concejales mapuche, en comunas con importante presencia de población indígena, como Lautaro Melita en Los Álamos; situación que genera una tensión al emplazarse en un mismo lugar: por un lado, lo estatal, y por otro, lo etnonacional: problemáticas, temáticas y demandas actuales del pueblo mapuche. Lautaro Melita Vinnet, hijo mayor de Pascual Melita, luego de la sorpresiva muerte de este último -en mayo del 2000-, asumirá como su “sucesor político”, sin embargo, no como candidato del Partido Comunista, sino que como Independiente apoyado por el Partido Socialista. Tras presentarse en las elecciones municipales de ese año, resulta electo como alcalde; cargo que mantiene hasta el día de hoy, ya por un segundo período, todavía como Independiente pero en el marco del pacto “Concertación por la democracia”. Como la figura de Lautaro Melita es posible de enmarcar dentro de este escenario caracterizado por la aparición de líderes mapuches en el contexto del municipio, vale la pena indagar y se intentará develar a través de este: qué tipo de aparato constituye el municipio con alcalde mapuche instalado al interior de la sociedad chilena; una nueva estrategia indígena para su lucha por el reconocimiento, un espacio de “negociación”, o ninguna de las anteriores. A partir de este preliminar y breve recorrido en torno a la familia Melita, que los destaca como figuras ligadas a la esfera de poder mapuche desde al menos el año 1726 y hasta el día de hoy, es posible establecer que de alguna manera todos ellos se han insertado como sujetos de negociación; que comparten la característica fundamental de la mediación, pero que se configuran con ciertas particularidades de acuerdo al escenario que los sostiene. Lo anterior requiere entender el espacio de la frontera como un escenario de vinculaciones, uniones y 8 Definido como un aumento de la soberanía personal real. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo: “ ¿para qué y para quién? Informe sobre Desarrollo Humano en Chile”, 2004, p. 67. El poder: 11 relaciones, tanto formales como informales entre los dos mundos, que posibilita intercambios, préstamos y compartidos culturales; situación que es posible de vislumbrar de manera ampliada, haciéndola extensible hasta el presente. Asimismo, en este escenario relacional, se distinguen sujetos, que permanentemente pareciesen haberse batido y desplazado con cierta facilidad y fluidez entre ambas sociedades. Dentro de todo este marco, resulta idóneo situar la experiencia de la familia Melita y a sus principales figuras públicas. Y pese a que muchas veces se hablará de los Melita apareciendo singularizado uno u otro miembro de ellos, hay que resaltar que es una familia completa la que ha estado y está en acción, donde un papel activo no solo lo juegan los Melita sino que también las Melita. Personajes mediadores en el contexto de fronteras culturales, han sido estudiados por diversos autores; puntualmente, para el mundo mapuche, han sido precisados -entre otrospor Leonardo León (2000) en Chile y por Silvia Ratto (2005) en Argentina, ambos estableciendo como escenario los siglo XVIII y XIX. Esta última autora además, hace referencia y sintetiza el análisis de algunos investigadores en relación a esta temática, donde vale la pena destacar: los planteamientos de Margaret Szasz (1994), que define a estos actores como "cultural brokers”, señalando patrones comunes a todos ellos; Ares y Gruzinski (1997) quienes los denominan "pasadores culturales”; y Kenneth Mills (2004) quien propone hablar de "movilizados culturales” de procesos y personajes "in betweenness". Desde nuestra perspectiva, miembros de la familia Melita, operan como intermediarios culturales, habitando un lugar determinado de la hoy provincia de Arauco; espacio fronterizo ampliado, que propició su emergencia como personajes negociadores. Sin embargo, consideramos que esta propuesta no se restringe al escenario del siglo XVIII y XIX, sino que nos parece perfectamente extensible, entender las figuras del siglo XX y del siglo XXI, es decir, a Pascual Melita y Lautaro Melita respectivamente, como agentes mediadores. La necesidad de la reconstrucción histórica de esta investigación, se sostiene en el planteamiento que propone que la emergencia de los actuales liderazgos mapuches posee un nexo con los antiguos liderazgos mapuches coloniales, los que van configurándose y mostrando ciertas particularidades en sus rasgos según el escenario histórico, pero también manteniendo parte de ellos (Foerster, 2004). De ahí la relevancia de los Melita; su destacado protagonismo ya desde el siglo XVIII, facilita la tarea de comprender la dinámica; 12 continuidades y transformaciones de las figuras de poder en el mundo mapuche. Por su parte, lo anterior se inscribirá dentro de una dirección antropológica, que proporcionará los componentes conceptuales para desenlazar la problemática que se enmarca dentro de un tema propio de la disciplina -lo étnico-, y a la vez requiriendo de una experiencia también propia de la antropología; el trabajo etnográfico. Hipótesis de trabajo y objetivos. Como hipótesis que orientará la investigación, planteo que la conjugación de la familia Melita en el siglo XIX como caciques –vinculados a la misión franciscana-, propietarios y letrados, permite su destacada permanencia tanto a nivel político como espacial, durante el siglo XX y hasta el día de hoy; como alcaldes, propietarios y profesionales universitarios. Se considerará que cada uno de los factores mencionados (cacique, propietario, letrados) se posibilita entre sí; así por ejemplo, un Melita letrado, viabiliza en parte la capacidad de conservar la tierra, ya que los sitúa en un escenario favorable para efectuar transacciones notariales. De la misma manera, cada uno de los factores resultantes para el siglo XX (alcalde, propietario, universitario) se intervienen entre sí. Como objetivo general, me propuse determinar e indagar en los factores, mecanismos y circunstancias que permiten la continuidad y visibilidad política de la familia Melita desde el siglo XIX hasta el día de hoy, en la zona de Arauco. Para ello, me pareció necesario plantear tres objetivos específicos: I. Caracterizar las figuras de liderazgo al interior de la familia en el siglo XIX y los escenarios en los que se desenvuelven. II. Describir el proceso de constitución de propiedad de las tierras Melita desde el siglo XIX hasta su reconocimiento legal, y la situación actual. III. Identificar las características de los principales liderazgos Melita en el siglo XX y en el presente. En síntesis, este trabajo busca aproximarse al recorrido de la familia Melita en el área de Arauco, desde el siglo XIX hasta nuestros días, y a través de esta reconstrucción aproximarse a la comprensión de la temática de los liderazgos y a la dinámica del poder mapuche en la Provincia de Arauco. Específicamente, un acercamiento al tema del poder y liderazgo de diversas figuras familiares en la zona, y a la vez, un abordaje al tema territorial y 13 de la propiedad; proceso que le ha permitido a la familia Melita conservar actualmente gran parte de sus tierras ancestrales. Considero que este propósito de reconstrucción histórica permitirá conocer y profundizar en el tema del liderazgo a nivel general; para adentrarnos en el pasado de esta familia y también en el presente, para así contribuir a comprender el ámbito de poder, el universo político y en la organización social de lo mapuche. Metodología. Mi inicial aproximación a la familia Melita fue en el marco de mi Seminario de Grado a través de un documento proporcionado por Rolf Foerster9 que daba cuenta de la presentación del informe del diputado mapuche José Cayupi a la Cámara de Diputados en 1953, en relación a un conflicto entre la comunidad de los Melita y una familia instalada en el área. También el profesor Foerster, me comentó que el actual alcalde de Los Álamos se apellidaba Melita, igual que un antiguo dirigente y concejal de los años 60´. Vía telefónica fue mi primera conversación con alguien de la familia Melita, específicamente con el alcalde de Los Álamos Lautaro Melita. Si bien antes había conseguido su correo electrónico y le había escrito, no había tenido respuesta. Los correos los recibía su secretaria, pero cuando por fin logré hablar con él, ella ya le había comunicado el contenido. Meses después, lo visité sorpresivamente en febrero del 2005 en su oficina del municipio; aproximadamente quince personas, la mayoría mujeres, esperaba hablar con él. Luego de un largo rato, conseguí conversar él: me contó que dos veces por semana atendía público en Los Álamos y que el resto de los días visita algunas localidades aledañas como Antihuala, Temuco Chico y Pangue; en todos ellos, muchas personas esperaban a hablar con él. En este primer encuentro, le detallé mis propósitos de investigación en el marco del proyecto Fondecyt del profesor Foerster y le solicité su colaboración. Bastante dispuesto a participar, no lograba comprender por qué resultaría interesante rescatar la historia de su familia. En esa oportunidad, me habló bastante del pasado familiar y de su padre Pascual Melita, confirmándome que su padre había estado vinculado al municipio antes que él. Además me contó, que dos de sus diez hermanos vivían en Santiago: Max y Paola, no obstante, necesitaba hablar con ellos, antes de poder contactarlos conmigo. Esperé unas semanas y no tenía noticias. Decidí buscar en la guía de teléfonos alguna señal sobre Max o Paola, encontré a Max y lo llamé. Lautaro ya le había contado de mis 9 Foerster, 2004. 14 propósitos, en ese tiempo, preliminarmente el trabajo se inscribía en el marco del seminario de grado. Me reuní con Max en una fuente de soda próxima a la Plaza Italia, él vivía por ahí. Si bien prefirió que no lo grabara, me entregó una completa aproximación a la historia familiar; el hilo conductor estuvo dado por el informe de los diputados indígenas -por ende la temática territorial- y por la trayectoria familiar al interior del municipio. Incluso me comentó, que al interior de la familia circulaban dos teorías distintas sobre el origen familiar: unos pocos adscribían a un origen griego, sustentándose en una historia que narraba que un griego de apellido Melita encalló en la costa de la provincia de Arauco, tuvo buenas relaciones con los indígenas de la zona y contrajo matrimonio con mujeres indígenas; todo apoyado por el hecho de que el apellido Melita es común en el idioma griego y significa trozo o piedra de miel; sin embargo, relató que la mayoría de la familia reconoce su origen propiamente mapuche, considerando que lo del origen griego es una locura de sus antepasados, que se potencia con el hecho de que muchos integrantes de la familia tienen rasgos físicos no “típicamente” asociados a lo mapuche. Para todos los que entrevisté alguna vez, lo del origen griego era solo una anécdota. Algunas semanas después, -gracias al contacto de Max-, me reuní con Paola Melita, en una cafetería de la Plaza Brasil. Nuevamente me contó parte de la historia de su familia, lo que sin duda por el “formato relato” se vio orientado hacia la memoria y la vivencia singular. Cada integrante de la familia Melita con quien conversé en los diversos momentos, dio cuenta de sus propias experiencias y recuerdos, los que se fueron configurando individualmente con su quehacer cotidiano dado por las diversas proximidades a sujetos/as, relaciones y momentos. Sin duda, la presencia de Pascual Melita, fue central en cada uno de los encuentros. Tiempo después, en julio de 2005, logró concretarse una entrevista formal con Lautaro Melita en Los Álamos. Además fue posible acceder a algunos documentos10 que constataban la permanencia de la familia en la zona, sus problemáticas territoriales y su histórico liderazgo en la Provincia. En esta ida a terreno, también se dio inicio a la construcción de la genealogía familiar a través del trabajo desarrollado en la oficina del Registro Civil de los Álamos con instrumentos que databan desde el año 1895. Por medio de información entregada por Rolf Foerster, sabíamos de la existencia de un Melita secretario de cacique 10 Los documentos consultados fueron facilitados por el Registro Civil de Los Álamos, por el Juzgado de Letras de Lebu y por el Archivo Franciscano. 15 gobernador en el siglo XIX, de ahí que llamara la atención de que en los documentos del Registro Civil, recién en 1948 por primera vez apareciera registrada la firma de un compareciente”. Por otra parte, estos mismos documentos indicaban -salvo una excepciónque la profesión de todos los hombres Melita era de agricultor, en cambio, a las mujeres Melita se les sindicaban “labores del sexo” o “sin profesión”. Finalmente, absolutamente todas y todos los nacidos entre 1895 y 1960, pertenecían a la zona de Cuyinco, desde 1961 esta tendencia tendía a desaparecer para comenzar a ser nombrada cada vez más la localidad de Tres Pinos como lugar de nacimiento (luego advertimos que el segundo es parte del primero). Por su parte, en 1967 por primera vez se hablaba de Cuyinco Bajo y no de Cuyinco a secas. Todos estos datos fueron un aporte para armar una panorámica general. Mi tercera visita a la zona fue en septiembre del 2005. Básicamente profundicé en algunos aspectos sobre el tema municipal y territorial con Lautaro Melita, comentándole que en el marco del proyecto Fondecyt, se manejaba considerable información que reseñaba a los Melita, como caciques en el siglo XIX; creo que para él, fue una grata sorpresa. Sin embargo, en esa visita, principalmente estuve en Lebu trabajando en la Notaría de esa ciudad, buscando a través de los índices de los diversos tomos –la mayoría correspondientes al siglo XX-, todas las escrituras que tenían como comparecientes a integrantes de la familia Melita. A partir de esto, se accedió a información fundamental, no solo para el siglo XX, sino que permitió conectar a la familia del siglo XX, con los caciques del siglo XIX. Una cuarta visita, ahora exclusivamente en Lebu, me permitió continuar y terminar con la revisión de los archivos notariales de esa ciudad. En septiembre de ese mismo año, organizamos en conjunto con Rolf Foerster una estadía en la zona con objeto de indagar en aquellas interrogantes surgidas desde la información recopilada y en el marco de la investigación, y profundizar en temas fundamentales, como propiedad, liderazgo y genealogía. Sin duda la presencia del profesor Foerster, motivó aún más la colaboración de Lautaro Melita, quien nos puso en contacto con su familia nuclear. Su madre, Gloria Vinnet, generosamente me acoge en su casa por casi una semana; considero esta instancia, la más fructífera y enriquecedora de la investigación: a través de conversaciones informales, entrevistas formales y el vínculo que se establece con los múltiples integrantes de este núcleo y de otros, se estrechan lazos y se accede a información clave y testimonios valiosos. Posteriormente Rolf Foerster, ha visitado el lugar en otras ocasiones y amablemente me ha facilitado toda la información obtenida por él, que pudiera ser de interés para el desarrollo de la tesis. 16 Por tanto, la metodología utilizada para acercarse al objeto de estudio fue de corte cualitativo. Por una parte, para recoger información, se realizó etnografía y entrevistas en profundidad a integrantes de la familia Melita y a otras personas involucradas con esta, y en los procesos sociales de la zona; así, por medio de la historia oral, con énfasis en la genealogía familiar, se pretenderá avivar la memoria sobre hechos y procesos pasados. Por otra parte, también fue fundamental la reconstrucción del contexto familiar, social y cultural, por medio de la documentación encontrada en el Archivo Franciscano con respecto al siglo XIX y en los archivos notariales de Lebu tanto para el XIX como para el XX. Finalmente, todo lo anterior fue nutrido paralelamente por información bibliográfica especializada en la temática y en los conceptos de análisis. Así, el propósito es aproximarnos a la problemática por dos vías: a través de la investigación en terreno desarrollada en la Provincia de Arauco, específicamente en la comuna de Los Álamos, puntualmente en Cuyinco; lugar de origen –reconocido por los propios Melita- y de desarrollo familiar; y por otro lado, gracias a la información proveniente de documentos escritos notariales y testimoniales y referencias bibliográficas. El análisis de los datos cualitativos obtenidos en terreno, se inicia con la trascripción de las entrevistas y las notas de observación; proceso que posibilita aproximarse y localizar semejanzas y relaciones entre los múltiples relatos, como así también orientaciones, tendencias y trayectorias diversas. Posteriormente, los datos fueron organizados por categorías en función de criterios temáticos, temporales y espaciales, establecidas con antelación al examen de los datos y también a medida que se fueron explorando. Esto permitió llevar a cabo un desglose en unidades, las que más tarde, fueron reconocidas, clasificadas y categorizadas, siendo posible que una misma unidad de párrafo contenga más de una categoría. Para facilitar su aproximación, el orden del relato se estructurará de forma cronológica, no obstante, hay que recalcar que no se pretende contar solo una historia, sino que desde una perspectiva antropológica se intentará develar y analizar los factores que sustentan el poder territorial y el liderazgo político de esta familia desde el siglo XVIII hasta nuestros días. Aunque es indiscutible, que la de los Melita es la historia de una familia mapuche que 17 inevitablemente se construye a través del tiempo por el vínculo de estos y su territorio con la sociedad colonial primero, y más tarde -y hasta el día de hoy-, con la sociedad chilena. La división por capítulos ofrece la opción de situarse como lector/a en alguno de los distintos parajes, según elección, y esquivar la linealidad del texto dada por el aspecto cronológico. De todas formas, los diversos capítulos y subcapítulos no son independientes entre sí, sino que hay un innegable entramado entre las distintas temáticas, una trama cronológica de varios hilos, los que debieran buscarse y encontrarse en el poder como protagonista, pero también en el tema de la propiedad, y en los vínculos generales de la familia con el mundo huinca. No está demás comentar, que esta investigación no se plantea como terminante, y sobre todo no aspira ser exhaustiva, sino que ha sido esbozada como una aproximación inaugural a la genealogía familiar Melita, y al escenario social y cultural en el que ellos se han desarrollado. Por último, cabe destacar, que todo este proceso permitió rescatar la genealogía de la familia Melita y vincular las diversas ramas actuales con aquellos sujetos de comienzos del siglo XIX.11 11 El esquema genealógico se adjunta al final, permitiendo situar y vincular los diversos relatos y sujetos/as. 18 CAPÍTULO I MELITACUN Y MELITAUN EN LOS PARLAMENTOS DEL SIGLO XVIII. Basándonos en la información preliminar que se tenía sobre los Melita y en el marco del estudio mayor que sostiene a la investigación, este se planteó como un intento por acceder y reconstruir la historia de la familia Melita, desde aproximadamente mediados del siglo XIX hasta nuestros días. No obstante, en el transcurso de la investigación, documentos relativos a los parlamentos del periodo colonial, revelaron que la presencia de los Melita en la esfera política de la zona es de mayor alcance, ya que sobre su protagonismo se tiene referencias para el siglo XVIII. Con ello, no se han ampliado los propósitos de la investigación, de ser así habría que considerar esta etapa con más detenimiento y profundidad. Es por ello, que las reseñas a los Melita en el siglo XVIII que se presentan a continuación, deben considerarse como un antecedente para ingresar a las temáticas a tratar más adelante, y no como un acápite de desarrollo exhaustivo. Los antepasados de la familia Melita en el siglo XVIII, formaron parte de aquellas autoridades mapuches participantes de las consideradas por Boccara (1999a) dos instituciones pilares de la política civilizadora española: el parlamento y la misión. El acontecer histórico y más aún el específico de esta familia, precisa tomar una posición de los vínculos entre ambas sociedades, considerando la fisonomía interactiva y participativa del diálogo interétnico (Zavala, 1998); su continuidad en el espacio de lo público, requiere considerar la categoría de la reestructuración por sobre la de la desestructuración, recalcándose la mediación y la negociación del encuentro y las relaciones. En el contexto de los parlamentos del siglo XVIII, los antepasados de la familia Melita fueron registrados en las actas como Melitacun, Melitaun e igualmente como Melita, lo que podría deberse a una imprecisión del traspaso de lo oral a lo escrito. La participación de “Melitacun” en el Parlamento General de Negrete de 1726 es el primer dato referente a los Melita del que tenemos conocimiento; figura como parte de los caciques participantes. 19 “…Lipantu, Guelipi, Guentecura, Guaiquiguin, Antiuri, Huchuelanque, Guaquipangui, Melitacun, Paillaguala, Antupillan, Colipillan, Milgramaña, Naguelguala, Mariñamcu, Lianantu, 12 Neguayente, Bilumanque, Calbuantu, Guiquilafquen, Antillanca, Cayucupil…”. Recordemos que en este escenario las relaciones hispano-mapuche experimentan una fase que tiene como antesala el proyecto del padre jesuita Valdivia conocido como guerra defensiva en la cual se establece y luego sistematiza la política de los parlamentos, no obstante ahora, lo distintivo será que la parte hispana concreta y continuamente buscará inducir nuevas normas que modifiquen las costumbres entendidas como incivilizadas (Boccara, 1999a). Particularmente en el Parlamento General de Negrete de 1726, se pretendió reglamentar y fiscalizar los vínculos económicos entre ambas sociedades (sistema de ferias, licencias para atravesar la frontera, demarcación objetos comerciables, oficiales fronterizos como supervisores). Por tanto, la participación de los Melita en esta historia de negociación, incluso se extiende a este momento en que ostensiblemente se reconoce la frontera del Bío Bío como punto intermedio entre el mundo español y el mundo mapuche –más allá de su carácter de “límite ambiguo” (Zavala, 1998)-. Desde el punto de vista hispánico, el hecho de que el Parlamento estableciera que ninguno de los pueblos podía cruzar la frontera sin la autorización del otro, alude a que se está en presencia de acuerdos entre naciones con validez jurídica (Aylwin, 2002). A su vez las referencias a los parlamentos, exhiben como esta institución se reviste de un sentido normativo, por consiguiente acusativo, que regula y vela por el cumplimiento de los acuerdos entre ambos pueblos, por lo general atribuyendo y condenando a los caciques a la hora de quebrantarse un convenio. La responsabilización a estos últimos, es interpretada por Boccara (1999a) como una estrategia hispana intencional cuyo fin es incrementar los resultados del poder; de ahí que busquen acrecentar y concentrar el poder en estos sujetos, y conducirlos a convertirse en subsidiarios. En el Parlamento de Tapihue de diciembre de 1738, por vez primera vez se alude a Miguel Melitacum como cacique del butalmapu de la costa, por tanto será partícipe de los acuerdos de paz e igualmente responsable de garantizar el cumplimiento de los acuerdos; de ahí que en él recaiga la función de dar excusas por vulnerarse el último acuerdo establecido. “…empezaron a hablar, por los quatro Vutalmapus quatro caciques que los fueron Guenchuguala Don Juan de Millaluebu, Don Miguel Melitacum y Perquilaguen que fueron 12 Esta y las siguientes referencias –salvo las que se indique lo contrario- proceden del trabajo de Leonardo León: Actas de los Parlamentos hispano-mapuches del siglo XVIII., Informe Proyecto Fondecyt 1970279. Todas ellas revisadas por Rolf Foerster. 20 aconsejando de uno en uno a los demas caciques de la tierra y estos respondiendo y manifestando su lealtad y encarecidos agradecimientos a su señoria por el buen corazon que les habia mostrado y prometiendo nueva conducta y arreglado modo de proceder y disculpando mucho el ultimo levantamiento por el mal gobierno que tubieron y los agravios que los capitanes de amigos les hicieron”. En la reseña del Parlamento de Tapihue de 1746, se presenta al cacique Miguel no como Melitacum, si no ya como Melita. “Omitido el segundo diputado de el butalmapu de la Costa por indispocicion de don Miguel de Melita que sobrevino en el mismo congreso concluieron solamente con una reverente suplica de que los cabos principales de el Ejercito fuesen nominados de los criollos atento a que los Europeos poco instruidos en sus ritos o no se acomodaban a su observancia o se fastidiaban de su practica con resentimiento de toda la nacion”. No obstante, otra crónica del mismo Parlamento, pero localizada en la obra de Carvallo Goyeneche, referirá a Melita como Melitaún. “…se trataba de convocar a los indios para la celebracion del parlamento, que ellos mismos apetecen por lo que interesan en las gratificaciones que reciben i en las permutas que hacen de sus jéneros comerciables. Cumplido el plazo de la citacion, concurrieron al campo de Tapihue ciento noventa i ocho caciques, con sus capitanejos, i mas de dos mil mocetones de tres butanmapus o cantones. Se abrió la asamblea que duro tres dial, i por el de los llanos hablo el cacique Güentuguala, Melitaún, por el de la costa, Quirquigeru, por el subandino i Pilquegeru, por los habitantes de los Andes, i ratificaron la paz de Negrete, con las adiciones de que éstos no han de invadir las provincias de Buenos Aires, ni han de transitar la cordillera por los bosques que tiene en los partidos de Chillan, Maule i Colchagua. Con esto se concluyo i disolvió el congreso. Se obsequio a todos, i en particular a los caciques i jente principal, i 13 regresaron a su país” . Es posible extraer de la cita anterior –en concordancia con la posición de algunos investigadores e investigadoras- que cada butalmapu participante en los parlamentos, trae consigo un significativo número de asistentes, pero que al momento de generarse el diálogo, los gestores serían los caciques gobernadores. Es así como Melitaún, representante del butalmapu de la costa, junto a las demás autoridades mapuche e hispanas, son quienes conciertan y ratifican. Por otra parte, aprecia que tanto Melitaún como los demás caciques, perciben y gozan de ayuda y gratificaciones de la corona española. ¿Hasta qué punto la estrategia sería fructífera si –siguiendo a Foerster- los caciques gobernadores partícipes de los parlamentos se legitiman a través del pacto, pero más que nada por su nexo con la autoridad colonial, y no con la sociedad mapuche? 13 Carvallo Goyeneche (1796) 21 En estos momentos, respondería que el proyecto hispano no consigue los frutos deseados, y que la figura de Melita funciona sobre todo para la parte española; de cacique representante del butalmapu de la costa en los parlamentos del siglo XVIII a secretario de cacique a mediados del XIX proclamado por el gobierno chileno; en el siglo XX indistintamente regidor del municipio y en la actualidad parte de los denominados alcaldes mapuche. ¿En qué medida las figuras de la genealogía pública Melita han “existido” para el mundo mapuche de cada uno de los escenarios?, ¿De qué manera su cercanía al mundo no mapuche influye en su continuidad y persistencia política y territorial? La totalidad de investigación intentará resolver estas interrogantes, por ahora constatamos la participación de los Melita en la otra de las instituciones híbridas al alero del sistema de mediación: la misión en el siglo XVIII. Particularmente, Miguel Melita accederá al establecimiento de una misión jesuita en “Tucapen”, en circunstancias en que se restablece la idea del pacto colonial. “Y habiendose enterado de todas [las capitulaciones] y con efecto en consequencia de ello entregandoles a su usanza dos Padres Misioneros que lo fueron, el Padre Diego de Amay al Cacique Don Juan Mileubu, que le recibio de mano del Señor Presidente a la suya, por tener en esta formalidad y modo de recibir el vinculo de su palabra y el Padre Francisco Kuen en las del cacique Don Miguel Melitacum a quien se entendio el favor de tenerle en su tierra prometiendo hacerle capilla y Casa en atencion a tener situado en aquella inmediacion el tercio de Arauco internado en sus tierras.” Recordemos que esta orden fue expulsada del territorio americano en el año 1767, dedicándose en su última fase a la creación y fundación de misiones estables con objeto de reducir a los mapuche a pueblos o villas. Antecedentes manifiestan que entre sus intenciones estaba la de instaurar la misión Natividad de Cuinco14. Al parecer la aceptación de Melita en la referencia anterior, tiene que ver con eso. Evidenciando el establecimiento de la misión y dejando entrever su proximidad con Miguel Melita, el jesuita Febrés en 1765, expone su sentir al fallecimiento del cacique: 14 En muchos documentos Cuyinco aparece escrito como Cuinco (también como Cullinco); los datos ofrecidos nos indican que refieren al mismo territorio. El antecedente sobre Natividad de Cuinco se encuentra en Foerster (2004). Del mismo modo, ARNAD: Fondo Notarios de Lebu, Vol. 26, Nº293, compraventa, 31 de diciembre de 1883, se expone “sétima de este departamento: en terrenos del indígena Manuel Melita i en un gancho de quebrada virjen que viene a morir en la parte de arriba de la pertenencia Natividad” 22 “Estando ya de paz la tierra, otra vez fueron entrando acá Padres; el Cacique Gobernador de Tucapen, Don Miguel Melitacum (ay ya murió) pidió Padres, y le dieron; en la Mocha también 15 pidieron padre; En S. Cristóbal…”. La proximidad de la familia Melita con las misiones católicas reaparece en el siglo XIX. Un primer dato los vinculará con la destrucción de una de ellas, no obstante en lo posterior, forman parte de aquellos sujetos que aceptarán la instalación de los franciscanos, convirtiéndose en personas de la confianza de los misioneros. Con esta última reseña de Febrés, se pierde la pista documental de los Melita, pero seguirán siendo parte esencial de las relaciones interétnicas y de la esfera de poder de la zona, reapareciendo explícita y fuertemente a mediados del siguiente siglo. 15 Febrés (1765:121). Arte de la Lengua General del Reyno de Chile. 23 CAPÍTULO II SIGLO XIX: CACIQUES Y LETRADOS. A lo largo del siglo XIX, miembros de la familia Melita serán parte del grupo de autoridades mapuche de la época. Su influencia es posible de apreciar tanto a nivel circunspecto de parcialidad como a nivel extenso de unidad: uno como cacique de Cuyinco, otro como secretario del cacique gobernador de Tucapel. Reaparecen documentalmente los Melita, no quedando claro si lo suyo fue una discontinuidad concreta en la esfera de poder entre 1760 y 1840, o un vacío de pistas documentales. Aunque cabe mencionarse que según la genealogía, la terminología de parentesco y por tanto la trasmisión de identidades, continuaban manifestándose a la usanza mapuche, o sea, hasta mediados del siglo XIX el término Melita refería a un segundo nombre y no un apellido. Documentos relativos al cuerpo cacical de la parcialidad de Tucapel trabajados por Foerster, Clavería y Menard (2005), reseñan a José Melita, como cacique principal de la parcialidad de Cuyinco. Asimismo, detallan que Miguel Melita junto a José Quintriqueo y Basileo Budaleo entre otros- fueron miembros de la colectividad de caciques asociados a espacios amplios del butalmapu costero, realizando funciones esencialmente mediadoras entre el mundo mapuche y el no mapuche. De ahí el peso de los Melita: paladines tanto en la comunidad total de territorios, como en uno de los territorios que la conforman. El trayecto de ambas figuras Melita, también se nutre de la información obtenida través de las memorias franciscanas de los misioneros establecidos en el área, en la Misión de Santa Rosa de Tucapel (Foerster, Menard, Milos, 2006). Específicamente el franciscano Vice Prefecto Diego Chuffa el año 1849, sugiere la existencia de una estructura jerarquizada al interior de la unidad de Tucapel. Reconoce seis pisos cacicales (cuadro 1), y a su vez al interior de la unidad, distingue dieciocho caciques principales cada uno de los cuales se asocia a una parcialidad territorial determinada (cuadro 2), las que constan al mismo tiempo, con un número indistinto de caciques subalternos (Foerster, Clavería, Menard, 2005)16. No quedando claro, a qué responde el inconstante número de subalternos. 16 A su vez de una hoja que se encuentra en una caja relativa a la misión de Tucapel en el Archivo Franciscano de Santiago. 24 Cuadro 1: CACIQUES UNIDAD DE TUCAPEL (año 1849) Casique Gobernador, José Quintriqueo Casique Ayudante, Miguel Melita Casique Capitanejo, José Quintriqueo Segundo capitanejo, Ignacio Namuncura Casiques subalternos dos, TOTAL 6 Cuadro 2: PARCIALIDADES Y CACIQUES UNIDAD DE TUCAPEL (1849) PARCIALIDAD CACIQUE PRINCIPAL SUBALTERNOS TOTAL Cupaño Huenchulao 4 5 Molhuilla Cheuquean 4 5 Bangui W. 3 4 Llingeue Cayuman 1 Llincalmo Maimori 1 2 Guilique Longugnire 4 5 Paicaví Porma 3 4 Lognahue Calfulau 1 Peleco Trorapi 1 Tome Lloncon 1 Elicura Antiqueno 3 4 Leiva Antivil 2 3 Caicupil Gueupan 2 3 Cañete Mariñan 3 4 Cuyimpalihue Francisco Antileo 1 2 Caramávida Juan Zapata 1 2 Temuco Huaramán 1 2 Cuyinco Melita 1 2 18 parcialidades 18 principales 33 subalternos 51 total Dentro del cuadro cacical reconocido por los franciscanos, se distinguen distintos puestos o rangos, en el que se señala la existencia de gobernadores, ayudantes, secretarios, capitanejos, subalternos, mocetones y abanderados. Empero, no se precisan las funciones o alcances de cada uno de estos, posiblemente porque los roles de la mayoría de ellos no eran lo suficientemente evidentes o diferenciados, exceptuándose eso sí el caso de los caciques gobernadores. Del mismo modo, al menos para la especificidad de Tucapel, el cargo de ayudante o secretario, “empleo” desempeñado persistentemente por Miguel Melita, se halla marcadamente documentado, primero por un escritura que se remonta a 1844, y luego por los misioneros desde el año 1845 -momento en el que aparece asociado al cacique gobernador de Tucapel José María Quintriqueo-, quedando de manifiesto, que lo central de su posición radicaba en dominar la escritura y la lectura del castellano. Lo anterior queda demostrado en una “escritura de donación renunciatoria”, en la que comparece el cacique gobernador de Tucapel junto a varios otros caciques y mocetones. Dicho evento, fechado en 1853, pese a no contar con la presencia de Melita, entrega 25 información sobre las funciones que le corresponden como secretario ayudante, en este caso, ratificar los acuerdos; todo ello al final del contrato, cuando el cacique gobernador Quintriqueo debe justificar la ausencia de este último. Y antes de firmar esta escritura espuso el casique Gobernador José María Quintriqueo que ha sido encargado especialmente por su casique ayudante Miguel Melita para que a nombre de este i por su parte hiciese la donación a don Ignacio Palma de los terrenos de que se ha hecho mérito, i se obliga el dicho Quintriqueo que su citado casique ayudante aprovará en todas sus partes esta referida donación por no haber comparecido sin embargo de no haberlo considerado necesario i se sujetará en todo a lo convenido en esta escritura. En su virtud 17 firmaron a sus ruegos como se ha dicho . Valdría la pena analizar si los demás caciques ayudantes de otras áreas también son alfabetizados, con objeto de evidenciar si la instrucción era el requisito necesario para oficiar el puesto de cacique ayudante. Si es así, el cacique ayudante inalterablemente sería secretario; ambos cargos serían equivalentes, pero al parecer, no es la tónica general. Como dato, cabe mencionar que el franciscano Brancadori señala para Imperial Baja, la presencia del cacique gobernador Martín Alamanque y de su cacique ayudante Juan Carmona, y a su vez, a Cheuquemane como ayudante de Ignacio Lepin de Ranquihue18. Con todo, el misionero no profundiza de manera que nos permita comprobar si eran o no secretarios, esto es, si ejercían funciones en torno al manejo de la escritura o si eran caciques ayudantes “a secas”. Sin embargo, al otro lado de la cordillera de Los Andes, pero con antecedentes académicos en Chillán, encontramos a Pablo Millalicán19, ejerciendo de escribiente de los caciques boroganos -asentados desde principios de 1830 en la región de Salinas Grandes-, con quienes se alianzó durante la "Guerra a Muerte"; cruzando la cordillera y estableciéndose en las pampas. Millalicán, al igual que Miguel Melita, compartía el hecho de ser descendiente de cacique, “en efecto, Millalicán formó parte de un grupo de hijos de caciques educados en el colegio de Propaganda Fide de Chillan” (Ratto, 2005). Seguramente Miguel Melita -al igual que Millalicán- había adquirido su saber en un contexto similar; no olvidemos que la instrucción-civilización de los indígenas forma parte de los objetivos del proyecto evangelizador y que “la religión cristiana está profundamente penetrada del pensamiento del libro y la escritura” (Vandedorpe, 2003, p.44). Un número importante de los caciques detallados en los cuadros (1 y 2), participaron tanto en los “acuerdos” relativos a la ocupación estatal del territorio mapuche lafkenche como en 17 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 5, 1874, N°34. Citando escritura extendida en Concepción el 17/enero/1853 e inscrita por parte de la Intendencia de Arauco, en Los Angeles el 8/agosto/1853. 18 Diario, f.248v, en Brancadori. En Foerster, Milos, Menard (2006) 19 Más información sobre Millalicán en Ratto (2005). 26 diversas transacciones en torno a las tierras de Arauco. En este contexto, emergen entre mapuche y no mapuche, múltiples actores intermediarios, entre estos, los letrados indígenas; depositarios de tal vez uno de los préstamos culturales más significativos que se produjeron resultado del contacto entre el mundo mapuche y el español: la escritura. “En el imaginario de los hombres y la memoria de las culturas, la escritura…está investida de un formidable valor simbólico…y la pluma del escriba…era el símbolo de la verdad” (Vandendorpe, 2003, p.19) ¿Cuál era el valor de este “préstamo cultural” en el mundo mapuche? ¿Cuál era la importancia de un letrado mapuche en un contexto interétnico donde solo algunos manejan el “secreto de la escritura”? 20 Siguiendo a Silvia Ratto (2005), que identifica dos grupos diferentes en el total del universo de los personajes intermediarios, acotamos la misma distinción para los letrados mapuche, teniendo por un lado; a aquellos que se mueven en la esfera “oficial” de la negociación entre ambas partes, y por otro; a quienes se desenvuelven en el ámbito de la cotidianeidad, beneficiando los traspasos, transacciones e interacciones entre ambas sociedades. Dentro del primer grupo, situaremos a los caciques secretarios; personajes escribientes que durante el siglo XIX constituyeron un conjunto inseparable al de los caciques gobernadores. En el caso de Miguel Melita, su rol es análogo al de cacique ayudante, cual ejerce al lado del cacique gobernador de Tucapel José María Quintriqueo al menos desde el año 1845. Miguel Melita instituye un hito al ser registrado como el primer Melita letrado, ocupando además un cargo oficial en relación a este saber. Su primera aparición documental consignada, embrolla en cierto modo el análisis, ya que figura señalado como el “cacique de Tucapel” junto a Basileo Budaleo “cacique de Arauco”; lo que produce cierto intrincamiento, por cuanto la mayoría de los documentos designan a este último como cacique gobernador21. Si bien lo más sencillo sería asociar esto a una falta de precisión en la escritura, otra posibilidad comprobaría cierto grado de traslación o movilidad en la estructura cacical, donde 20 En circunstancias que el censo del año 1854 proyecta que un porcentaje del 13,5 % de la población de la República de Chile se encontraba alfabetizada. SERRANO, Sol y JAKSIC, Iván (2002) 21 La referencia a la que hacemos mención, está inscrita “en la plaza de Arauco”, el 16 de noviembre de 1844. En ella, cinco sujetos mapuche residentes de la zona, venden y enajenan perpetuamente a los hermanos Hermosilla, “un potrero denominado la altura Guenteguape” de 1.600 cuadras aproximadamente”, siendo testigos de dicho informe, el “casique de Tucapel” Miguel Melita y el “casique de Arauco” Basilio Budaleo (ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 2. 1871, escritura nº 152, que hace referencia a una venta de fecha 16 de noviembre de 1844 efectuada en Arauco, de la cual la Intendencia de Arauco toma registro en Los Ángeles el día 6 octubre de1854, en conformidad al decreto supremo del 14 de marzo de 1853). 27 según las circunstancias, los “cargos” podrían ser subrogados22. Todo indica que de ninguna manera Melita fue cacique gobernador oficial; permanentemente los documentos apuntan que José María Quintriqueo ocupaba ese cargo hacía varios años, y al menos con exactitud, sabemos que este último fue parte del grupo de autoridades mapuches que expuso su opinión en torno el reestablecimiento de la misión de Tucapel ocurrida en 1843; la que por lo demás fue aprobativa23. De ahí que planteemos preferiblemente, que el secretario Melita desempeñaba un papel multifacético “…muy conciente de ser…enlace indispensable entre los conquistadores y las poblaciones autóctonas” (Gruzinski, 1991, p.69). Seguramente resultado de su condición de escribiente, lo que lo aproxima estratégicamente a las autoridades eclesiásticas, quienes a su vez, disponían de sus funciones según les fuese necesario; constituyendo el grupo de caciques de confianza para los religiosos. “En estas actividades de traductor, de experto del lenguaje…se descubre indiscutiblemente la aparición y la constitución de una élite letrada…cuya característica principal fue la de estar íntimamente ligada a las órdenes mendicantes y en particular a los franciscanos.” (Gruzinski, 1991, p.68) Por otra parte, en el terreno menos oficial, ubicaremos a aquellos “ciudadanos” mapuche que las hacían esporádicamente tanto de testigos de conocimiento como de intérpretes, favoreciendo el diálogo entre mapuche y no mapuche. Lo que se ve reflejado en el escenario notarial, especialmente en escrituras relativas a asuntos de tierra y propiedad indígena. Cabe mencionar que en estos movimientos, también participaban testigos e intérpretes no mapuche, no obstante, en esta oportunidad profundizaremos sobre todo en los sujetos mapuche. Asimismo, hay que destacar que no todos los que ejercían estas funciones eran necesariamente letrados, sin embargo, para el caso de los Melita casi todos lo eran. Puntualmente y retomando nuestra hipótesis inicial: el temprano manejo de la escritura ¿es uno de los elementos que posibilitan la permanencia política y espacial territorial de los Melita hasta el día de hoy? 22 Melita reemplazando al viejo Quintriqueo, tal como lo hará Guaramán en 1849 en la reunión de caciques convocados con motivos del naufragio del Joven Daniel, o de igual manera, cuando el mismo Melita por orden del franciscano Ortega -en 1861 con antelación a la fundación de Lebu-, suplantó al cacique gobernador Mariñan, quien se encontraba detenido por el misionero, acusado de revoltoso. 23 Arguyendo que: Los padres que deben ocupar el convento que se trata de construir, enseñarán a nuestros hijos la ciencia de mandar, la manera de cultivar los campos y todo aquello que nosotros ignoramos, como es fama lo hacían esos buenos padres, cuyas bondades aún recuerdan los mapuches a pesar de los muchos años que han pasado (Chacón 1862: 435). En Foerster, Menard y Clavería (2005) se cita esta obra de Bernabé Chacón. “Campaña de Arauco por la Baja Frontera” fue publicada en el diario El Correo del Sur en el año 1862, entre los meses de abril y mayo. Estamos usando la versión que apareció entre 1862 y 1863 en la Revista Sud-América de Valparaíso. La parte correspondiente a las conversaciones sobre la conveniencia o no de tener una misión en Tucapel corresponde al Año II, Nº7, del 10/2/1862. 28 Para entrar de lleno a la experiencia Melita en el mundo cacical, vale la pena hacer un breve recorrido por la trayectoria de los caciques de la costa en los principales acontecimientos relativos a la emergencia y construcción del Estado Nacional; eventos que significaron que los distintos grupos indígenas al sur del Bío Bío se posicionaran de diversas maneras frente a estas transformaciones, en función de su proximidad con las diferentes autoridades no mapuche. Como otros investigadores e investigadoras de la temática, consideramos fundamental la política llevada a cabo por el Estado hacia la sociedad mapuche, para comprender las dinámicas internas y las relaciones entre ambas sociedades. Sin embargo, vale la pena atender no solo las políticas explícitas del Estado enfocadas hacia el mundo mapuche, sino que todo su proceso de emergencia, conflictos, cimentación, construcción y desarrollo; que en menor o mayor medida, intervino al interior del mundo mapuche y en su estructura de poder. 2.1. LOS CACIQUES MELITA ANTES Y DURANTE LA OCUPACIÓN DE LEBU. ESTADO NACIONAL Y MISIÓN FRANCISCANA. 2.1.1. La Guerra a Muerte y sus consecuencias. No va al caso entrar en detalle sobre el proceso -o hecho casual como lo entienden algunosque fue el fenómeno de la Independencia, sin embargo, no es novedad que la emancipación del país avivó el interés nacional por colonizar de manera profunda el espacio territorial mapuche -sin desconocer que esto toma mayor fuerza con la reconfiguración de la estrategia por la mitad del siglo-. A su vez, tampoco es algo nuevo, que la Guerra a Muerte comprendida entre 1820 y 1832- forjó una segmentación de la sociedad mapuche entre aquellos grupos que apoyaron las tropas patriotas y aquellos que respaldaron a los realistas o causa del rey. Esto inaugura el proceso por el cual el Estado chileno intenta instalar su soberanía republicana sobre el área mapuche, vislumbrándose progresivamente –de manera más visible a su término- lo que Pinto (2003) ha denominado la política de exclusión, en contraposición a la de inclusión de las primeras décadas24. El conjunto de batallas de la Guerra a Muerte, dejó secuelas catastróficas en el espacio mapuche; el apoyo que los grupos indígenas dieron a los realistas significó graves 24 En la misma línea, Holdenis Casanova expresa que “Durante las primeras décadas del siglo XIX, los criollos independentistas articularon un discurso de inclusión de los mapuche a la nación chilena…ese discurso revalorizó el pasado…y promovió conformar con éstos una colectividad común…No obstante, el curso de los hechos…dieron paso al discurso de exclusión. Los “bárbaros” irreductibles debían someterse o desaparecer y sus tierras expropiadas y colonizadas por nacionales y extranjeros. Al interés por la persona del indígena, tan manifiesto desde la época colonial, sucedió el interés por el territorio y su potencial agrícola”. Casanova (1999) 29 consecuencias a nivel interno y la reconfiguración de las relaciones de poder entre estos y la sociedad chilena. Los arribanos o wenteche y los costinos o lafkenche, fueron los grupos que de manera más clara secundaron la opción realista, por el contrario, los abajinos o nagche apoyaron al bando patriota. Estos vínculos, les significó a estos últimos, poseer y conservar el apoyo militar del gobierno chileno. Por su parte, arribanos o wenteche y costinos o lafkenche, experimentaron graves pérdidas humanas, incluso fueron víctimas de una aniquilación de caciques sin precedentes a mediados de la década del 20´, que denotó en una desarticulación y casi destrucción del sistema de caciques y mocetones, a la vez, de quedar en cierto modo supeditados al dominio de los mapuche patriotas; los abajinos o nagche (Foerster, Menard, Milos, 2006). Atribuimos que las autoridades Melita de la época, al igual que sus compañeros lafkenche, apoyaron la causa realista, y por consiguiente, experimentaron las consecuencias a las que nos hemos referimos. El caso de José Melita -cacique de la parcialidad de Cuyinco- y su mujer, nos pone de manifiesto, cómo el núcleo familiar se ve forzado a fragmentarse, desplazarse y abandonar la tierra durante el desarrollo del conflicto, debido a las consecuencias económicas y sociales que este traía consigo; huida causada por un contexto cargado de angustia y temor dejado por la matanza a los caciques por el año 24´ o 25´. Casi noventa años después, el nieto del cacique José Melita, narra el traslado y la consiguiente disgregación familiar que significó este evento, y casi noventa años después, me encuentro con la escritura relativa en la Notaría de Lebu; escritura fundamental para la investigación, ya que gracias a ella fue posible establecer un nexo con los escritos del diario del misionero Brancadori (Foerster, Menard y Milos, 2006), lo que fue clave para la construcción de la genealogía de la familia Melita. Don José Melita tuvo dos hijos legítimos: Manuel i Juana de Dios Melita, los que desde su nacimiento vivieron con él y fueron tratados como tales hijos. Cuando doña Juana de Dios Melita tenía como siete años más o menos, don José Melita tuvo necesidad de abandonar esta Provincia para dirigirse al norte. Emprendió su viaje con su mujer y sus dos hijos i se alojó en el lugar llamado Casero Quemadores en la ribera poniente del río Bio Bio. Allí permaneció algunas semanas i tuvo la desgracia de perder a su mujer que falleció. En ese lugar dejó don José a su hija Juana de Dios recomendada al cura (sic) Saavedra i en Concepción dejó a Manuel en casa de don Manuel Jilabert. El cura (sic) Saavedra se trasladó en seguida a Tomé i llevó consigo a mi madre a quien dejó con sus hermanas. Don José Melita siguió su viaje hasta Coquimbo i a su vuelta, unos siete años más tarde, pasó a buscar a sus dos hijos. Estos hechos ocurrían por los años 1830 a 35. Mi madre se había habituado ya a otras costumbres i poco después de haberla traído mi abuelo de Tomé, se huyó i se volvió a este pueblo a casa de las mismas señoras Saavedra, con quienes vivió algunos años hasta que se trasladó a Talcahuano, i desde allá a Concepción, donde falleció. Cuando mi 30 madre llegó por primera vez a casa de las Saavedra, estas señoras la hicieron bautizar y le cambiaron su apellido poniéndole el de Navarro. … Juana de Dios tiene el nombre de Manuela, que fue el que le puso su padre José Melita i solo después que estuvo en casa de los señores Saavedra cambió de nombre por el de Juana de Dios…el verdadero nombre i apellido de José Melita era el de José Melita Navarro i por 25 esta razón su hija Juana de Dios se apellidaba indistintamente Navarro o Melita… Pese al desenlace consignado, resulta vital destacar la manifiesta intención de José Melita por recuperar a su hija; todavía por el 1847, y con el apoyo del misionero de Santa Rosa de Tucapel, Querubín María Brancadori, gestionará su -nunca ocurrido- regreso. "El Cacique cristiano Melita pasa donde US a poner una demanda en contra de la viuda del finado Don Justo Saavedra, que vive en el Tomé; dicho cacique le dio prestada una hija, en tiempo que se hallaba pobrísimo, después de algún tiempo volvió a pedir la hija mas le fue de balde el viaje, porque no quisieron entregarla, y le prometieron que le pagarían un peso al mes, y entonces la dejó; mas hasta ahora no ha visto nada al contrario sabe que la hija se halla muy pobre, y por esto se va a presentar a US para que tenga a bien el dar orden que se la entreguen. Dicho cacique Don José Melita es el que en persona debe entregar este oficio a US y se lo encomiendo mucho que lo atiendan en Justicia, pues es muy bueno y ha trabajado mucho para la paz en este Tucapel, pues a el se le debe el que esta la Misión en este punto, porque no paro hasta que vio en su tierra Capitán, y Misionero, es viudo, y tiene Comodidad, y por esto que quiere la hija porque sabe que está pobre, y porque esta solo sin tener quien le haga 26 que comer, quien le lave y quien le costuree" . Vale la pena mencionar que en el contexto mapuche -previo al establecimiento de las misiones o de escuelas-, el encargo de un hijo o hija no era una situación aislada. Según el informe de Antonio Varas del año 1849; “en otro tiempo los indíjenas solían enviar sus hijos a Santiago o a Chillan para que fuesen educados”27, lo que no sería extraño, considerando que “en los fronterizos se nota el deseo de que sus hijos aprendan a leer, principalmente para que eviten engaños…”28. De igual modo –y contrariamente a la experiencia de Melita y su hija-, el retorno de los hijos era la norma: “cuando algún cacique o indio daba algún hijo a algun comandante o jefe para que fuese enseñado… lo tomaba de la mano i lo pasaba a la del comisario, diciéndole: —aquí te lo entrego en tu mano, asi como te lo entrego, debes volverlo a las mías”29. Es posible que el desplazamiento de José Melita hacia la zona de Coquimbo estuviese en relación con el desarrollo del mercado minero y la expansión económica del Norte Chico; escenario que se inicia ya en 1820, con la intensificación de las actividades mineras allí: 25 Archivos Notaria de Lebu, Libro de Registros de Propiedad año 1920. En Foerster, Menard, Milos, 2006. 27 Varas (1849: 14). 28 Varas (1849: 15). 29 Varas (1849: 38, 39). 26 31 lugar que indudablemente ofrecía mejores recursos, oportunidades y también seguridad, mientras se libraba la Guerra a Muerte en el espacio mapuche. La precariedad material de José Melita en esos momentos, nos indica que los caciques de las parcialidades, al contrario de los caciques gobernadores, no eran beneficiarios de los sueldos del gobierno; aunque todo sugiere que durante la Guerra a Muerte, tanto los honorarios de caciques gobernadores como de sujetos en cargos medianeros -capitanes de amigos y comisarios de indios- no funcionaron, sino que se repusieron con posterioridad al conflicto. De la Guerra a Muerte en adelante, la estructura de poder de la sociedad mapuche producto de la permanente, arbitraria y agraviante intromisión del Estado chileno, experimentará un incesante desequilibrio. Esto es bastante nítido en las comunidades de Arauco, y su vez inseparable de la dinámica territorial y de la participación misionera restablecida en la zona en 1843; misión instalada luego que los caciques a favor vencieran en el juego de palín a los caciques opuestos a ella (Foerster, Menard, Milos, 2006). Lo anterior se visibiliza de manera concreta a través de la figura de Miguel Melita, en un parlamento celebrado el 27 de marzo del año 184530 -que congregó a “más de 2.000 indios de Boroa, de la Imperial, de Arauco y Tucapel”-, en el que intervinieron por el segmento franciscano el Padre Brancadori -quien es “entregado” y presentado al contingente indígena-, y por el lado mapuche: Lorenzo Colipí y su hermano Ambrosio Pinoleo o Pinolevi, -ambos caciques abajinos, el último específicamente de Purén-; además de los caciques principales de Arauco (probablemente Basilio Budaleo) y de Tucapel; y finalmente Miguel Melita, secretario del cacique gobernador de Tucapel. De igual manera, por medio de este parlamento, es posible apreciar el escenario general de Tucapel, dado por los efectos de la Guerra a Muerte y por el vínculo entre los realistas y los mapuche de la costa; caracterizado por el poderío abajino y la injerencia misionera (Foerster, Clavería, Menard, 2005). Relatado sucintamente, el parlamento mencionado, se efectúa con el propósito de introducir al misionero Querubín María Brancadori en el espacio de Tucapel. Dicho franciscano, es traído y presentado por el Cacique principal de Arauco, quien expone –“acabadas las 30 En Foerster, Clavería, Menard (2005). A su vez, extraído de la Revista Católica 1845, que a su vez es una copia del Telégrafo Nº 288. de "la exposición del P. Misionero Fr. Querubín María Brancadori sobre el Parlamento que ha tenido con los indios en Tucapel” 32 ceremonias… dirigiéndose al de Tucapel”- que el misionero habría sido anhelado y solicitado por los propios mapuche de esta área, al gobierno que “…ha gastado mucho dinero para que venga a vivir entre nosotros”31; mención que palmariamente indica que el tema de la incorporación de la zona mapuche al territorio nacional, ocupaba un sitial en los objetivos y recursos del Estado no solo de carácter nominal. Queda claro en la narración, que se está en presencia de un acuerdo explícito y formal entre las partes, pero no exento de sospechas y desconfianzas en su cumplimiento; impresiones manifestadas incluso por los mapuche externos al área de Tucapel, quienes ponen en duda el tratamiento que los mapuche “tucapelinos” pudieran dar al nuevo misionero. Palabras de advertencia y un trato imponente se desprenden de los dichos del cacique de Arauco: …no sea que tenga que montar a caballo otra vez por el mal trato que algunos de vosotros quisierais darle, porque entonces os cobraré la palabra que ahora me dais; no sea que 32 vosotros mismos labréis vuestra ruina. Estas expresiones se amplifican en las voces de los caciques abajinos Pinoleo y Colipi, graficándose en ellas su condición dominante garantizada por el gobierno después de la Guerra a Muerte; una actitud amenazadora que potencian y legitiman con argumentos rememorativos. Estas declaraciones, evocan la destrucción de una antigua misión instalada en la zona. El Cacique de Purén, D. Ambrosio Pinoleo…hermanos, escuchadme otro rato y decidme ¿quién fue la causa de la ruina que hubo en este Tucapel? ¿No fueron vuestros abuelos, vuestros padres?...¿No habéis sido vosotros los que echasteis de esta tierra a los misioneros, que mi padre en persona se pensionó venirlos a entregar a vosotros, conforme yo y mi hermano Colipí hemos venido, y no sólo una vez hemos venido, sino con ésta ya son dos veces? ¿Quiénes son la causa de estos sacrificios, sino vosotros, que sois tan irracionales, que no considerando los gastos que el Gobierno hace para fabricar las misiones, las quemáis y matáis a los padres, y hacéis también otros mismos atentados que los que hicieron vuestros padres, y vosotros mismos? Pero os advierto que ahora es muy diferente: vivid en la inteligencia que ahora esta misión es inmortal, pues por la recomendación de nuestro Gobierno somos nosotros el cimiento de ella, y que somos responsables ante el Gobierno. Por esto mismo os advierto que en cualquier tiempo que sepamos que falte misión o misionero, entonces montaremos a caballo para veniros a tomar razón de la entrega que el día de hay os hacemos. Bien sabéis vosotros lo que resuenan en toda la tierra nuestros nombres, y que hemos tenido bastantes encuentros en otros tiempos, y ni nuestros sables ni nuestras lanzas han sido violadas. Todas estas cosas os hago ver, hermano, para vuestro buen gobierno y para que en ningún tiempo aleguéis ignorancia, y para vuestro buen acierto leñéis una guía, 33 que es esta bendita cruz. 31 32 33 En Foerster, Clavería, Menard (2005). En Foerster, Clavería, Menard (2005). En Foerster, Clavería, Menard (2005). 33 Asumiendo las culpas pasadas y dando por superada la fase en que equivocadamente habrían respaldado a los realistas, comprometiéndose a respetar y responder por el misionero y la misión, el cacique de Tucapel expresó: Mari, mari, hermano Pinoleo, al cabo se llegó el día dichoso para mí y para todos mis compañeros, pues ha venido mi hermano Colipí y mi hermano Pinoleo a entregarme la cruz, mi Padre misionero y la misión, al que respetaré y haré respetar de todos mis súbditos: es muy cierto, hermanos, que en otro tiempo se trataba mal a los cristianos, pero era por los sistemas, que los mismos españoles eran la causa, pues es cosa que podré probar, que los realistas nos tenían entusiasmados, pero ahora ya se acabaron; y a nuestros antecesores, que eran débiles, los hacían cometer tantos atentados, y esto ha sido la causa de tantos males como también de los bochornos que he pasado y continuamente pasamos; mas, ¿cómo permitiremos que nuestra posteridad pruebe las amarguras que nosotros sufrimos por nuestros padres, conociendo que todo lo que nos dicen es verdad?¿Qué tendremos que alegar, sino comprometemos a ser fieles hasta la muerte? A buen seguro, hermano, que no más tendrás que pensionarte en adelante a montar a caballo por nosotros, porque y o soy el que responde por esta cruz misionero y misión. En otros tiempos no harían los hombres estos compromisos, y por eso retrocedían de su palabra. Si hubiera algún sedicioso entre nosotros, al instante será víctima por nosotros mismos, para evitar todos los males y vivir 34 tranquilamente: así lo protesto bajo mi palabra delante de la cruz y nuestro misionero. Haciendo un paréntesis en la discusión, el misionero imploró se le autorizase proceder a la bendición de la cruz. Seguidamente sus palabras dan cuenta que queda atrás el anterior planteamiento jesuita que daba espacio y valoraba la diferencia cultural y étnica, y que por el contrario, ahora con la misión franciscana se trataba de ejercer un rol político civilizador por medio de la evangelización: Yo he venido aquí de misionero enviado por el Supremo Gobierno y mi superior, el padre Vice Prefecto Fr. Diego Ciuffa, para que os trajera la paz y la religión cristiana; por lo tanto, ya habéis oído por el comisario, él Cacique de Arauco y el Cacique Pinoleo, cuantos gastos se han originado y se originan todavía a expensas del Supremo Gobierno para el bien de vosotros, empeñándose en que os civilicéis y os hagáis cristianos, y forméis una sociedad útil a vosotros mismos y al Gobierno, que así seréis felices y saldréis de este estado de tinieblas en que os halláis. Ya veis el sacrificio que yo he hecho en venir a padecer entre vosotros en este destierro, pues en realidad no parece otra cosa. ¿Y con qué objeto habré hecho yo estos sacrificios? Sin ningún otro objeto que ampararos, defenderos y asistiros en cuanto queráis, pues no sólo estoy pronto para serviros, sino también a morir por vosotros, para que os hagáis cristianos, Y desde hay en adelante me debéis amar y considerar no sólo como a vuestro padre sino como a vuestro más querido hermano, porque yo os aprecio a todos. Y en señal de la paz que debe de haber en adelante entre mí, el Gobierno y vosotros, os entrego este estandarte, símbolo de paz que llevaréis a todas partes, para que todas las veces que os 35 juntéis, os acordéis del pacto tan solemne que hoy habéis hecho. Pese a la responsabilidad contraída por el cacique de Tucapel y a lo celebrado que fue su discurso -previo a las palabras del misionero también aplaudidas-, el cacique abajino Colipí pide silencio para reiterar la advertencia, ahora acusando directamente al secretario Miguel 34 35 En Foerster, Clavería, Menard (2005). En Foerster, Clavería, Menard (2005). 34 Melita, por el accionar de sus antepasados en los sucesos que desmoronaron la antigua misión: Melita, puesto que tu padre fue la causa de haberse devorado este convento, se me hace preciso prevenirte una cosa: no sea, hermano, que por algún mal infame vayas tú a perseverar conforme a la tradición de tu mal padre, porque en cualquier tiempo que el gobierno me ordene dar guerra a vosotros, bien los sabéis que tengo 4.000 lamas disponibles para que os vea rendidos al filo de mis sables apunta de mis lanzas; pues si vosotros tuvierais carácter de hombres sanos, ¿tuvierais valor de oír estas palabras? ¿Pero qué me diréis si mis razones son tan convincentes, y que no tenéis nada que alegar sobre esto? Deseo en el alma que lodo nuestro trabajo no sea inútil, y mis consejos sean aprobados por todos vosotros, pues acordaos cuando derrotasteis a los padres misioneros y quemasteis el convento, y de esto nosotros no os hemos tomado cuenta, porque todavía no teníamos la facultad del gobierno ni tampoco responsabilidad alguna sobre esto, ni se nos habría pedido auxilio alguno para su remedio. En fin, hermanos, lo que deseo es que estiméis al padre misionero y recibáis 36 sus consejos, que seréis estimados de dicho padre y del Gobierno, como yo lo soy. Colipí le señaló a Brancadori que de incumplirle los indios, él le ampararía y ajustaría la situación. Consecutivamente, el cacique exigió a Melita responder ante las acusaciones: Hermano Colipí, si me atiendes te diré una pocas palabras que tengo que decirte: ¿Cómo tienes valor, hermano, de dirigirte sólo a mí, cuando la causa es de todos? Todos unánimes han sido malhechores nuestros antepasados, pues esto no ha sido en mi tiempo. Si acaso mi padre fue malo, ¿no podré yo ser bueno?, ¿has tenido algún mal informe de mí? Dímelo, hermano Colipí, dímelo, no lo guardes en tu pecho; yo no sé de qué lugar sería mi padre que tiene tan mala fama, pues, ¿cómo yo querría tener este mismo nombre? No, hermano Colipí, despójate de este pensamiento, ¿no somos hermanos aliados? ¿Cómo permitiré hacer mala la alianza de nuestro Comisario y de nuestro misionero, dar un mal ejemplo, cuando yo me considero más racional que todos mis compañeros? ¿Y nunca podré darle tanto benemérito a la persona que se dignó confiarme este empleo que tengo? Primero permitiría morir, y no oír esas palabras que me has dicho, ni que las oiga ninguno de mi generación. Pues tanta debía ser la cegazón de los hombres que no habían de conocer sus yerros, máxime cuando conocemos la ventaja que nos ofrece la alianza de los españoles. Estas palabras, hermano Colipí, son el instrumento de nuestra tranquilidad y de nuestra paz que debemos dar a conocer para siempre, protestando bajo mis palabras que, si alguno quisiera seducimos a que cometiéramos algún atentado, será entregado por nosotros mismos al misionero para que lo haga remitir al Gobierno y pague su delito, apartándonos de toda nulidad para defender el 37 cargo que nos impone el Gobierno. Miguel Melita a la vez que las hace de vocero de su conglomerado, se ve obligado a asumir individualmente las acusaciones de los caciques abajinos, logrando resolver la situación de manera eficaz. La réplica de Miguel Melita –pero adviértase registrada por el misionero Brancadori- implanta el orden por medio de un argumento que alude a una dimensión temporal, a una división y oposición entre: un pasado bárbaro, irracional, de colectividad; y un presente civilizado, racional, donde el hacer se ha individualizado y especializado –eventualmente producto de influencias no mapuche-. Comunica una existencia distinta y 36 37 En Foerster, Clavería, Menard, (2005). En Foerster, Clavería, Menard (2005). 35 separada, un pasado cultural que se tensiona con el presente; actualidad en la cual él escribiente, se presenta y se asume “más racional” que sus compañeros, por tanto como un sujeto desplazado por el fundamento foráneo de la representación escrita. Sobre todo la noción de “racional”, probablemente haya sido insertada por el franciscano influido por los pensadores liberales de la época. Melita racional, rompería con el pasado, viéndose posibilitado a ingresar a este nuevo momento. De todos modos, su proceder no sería un compromiso ni una identificación total con el otro, sino más bien un lugar intermedio entre un mundo anterior y otro mundo hispano chileno: su padre -puente entre el pasado y el presente-, se sitúa en un tiempo anterior de otros, y así también, la alianza con “los españoles”38, es un acuerdo con otros, que de a poco va perdiendo su cualidad colonial de reconocimiento político recíproco. La referencia del misionero citando a los caciques, puede ser entendida como una enunciación en función del contexto de subordinación del mundo mapuche al Estado, o sea, como una incorporación de componentes que le sirven al misionero como estrategia política en un momento determinado, y que posiblemente los caciques adoptan como estrategia necesaria para intermediar con el otro. De ahí que debiéramos considerar al discurso reseñado como una columna de categorías discursivas esgrimidas desde el misionero más que desde los caciques. Bueno, bueno, hermano Melita, así me gusta que los hombres conozcan lo que es Gobierno y se hagan amables con todos los cristianos. Estas palabras, hermano Melita, que me habéis dicho vos, y todos los demás Caciques de tu parte, han quedado impresas en el corazón mío y de mi hijo Pedro, que está presente, y por estas mismas palabras seréis juzgados si no las cumpliereis, porque éstas pasarán de tradición en tradición, y lo mismo haréis saber a vuestros hijos, y de allí a los hijos de vuestros hijos, para que las observen y no sean violadas 39 en ningún tiempo. De todos modos, la arenga termina con un Colipí más tranquilizado por el compromiso que adquiere Melita, mas no logra mitigar totalmente sus sospechas al incumplimiento del acuerdo; el tono amenazador e imponente no logró detenerse en el segmento abajino. Como última palabra, a la que nadie contestó, Pedro, hijo de Colipí, expresó: 38 <Los españoles>, como categoría de enunciación continuada de designar a los no mapuche, es también mencionada por T. Guevara en ‘Los Araucanos en la reVolución de 1851 i su septimo levantamiento de 1859’, a la hora de citar un comunicado dado al gobernador por el jefe de expedición con motivo de la reVolución de 1859: “No se debe permitir la internación a estos lugares de ningún cristiano, ni español como ellos (` los indios ´) dicen” (Guevara, 1898-1902, Tomo 3, p. 250). 39 Chacón, citado en Foerster, Clavería, Menard (2005). 36 Hagan, hagan lo que han hecho en otro tiempo, y entonces sabréis quién tiene mejores 40 lamas . Se advierte que la presencia de Miguel Melita en cuanto escribiente, es central para todos los asuntos que vinculan al mundo mapuche con el mundo huinca; de ahí el protagonismo en el contexto de la misión41. El poder de Miguel Melita se configura en un lugar de ensambladura que implica dos relaciones simultáneas y compatibles; una con las autoridades chilenas -“la persona que se dignó confiarme este empleo”-, y otra; con los caciques de las parcialidades, por consiguiente, con la sociedad mapuche. Lo notable de la intervención del secretario, es que reconoce y anticipa el papel intermedial entre la sociedad mapuche y la no mapuche- que a partir de aquí y durante el resto del siglo XIX y el XX, jugarán los Melita; rol que ejecutaban de cierta manera ya desde el siglo XVIII como caciques gobernadores del butalmapu de la costa, pero que supone un paréntesis y una ruptura, al situar como protagonista del incendio del antiguo convento, al padre de Miguel Melita: la lealtad de los Melita hacia la parte no mapuche –en este caso la Corona- no ha sido absoluta. Los ejecutores de esta suerte de rol intermedial, son lo que Margaret Connell Szasz (1994) ha denominado los "cultural brokers"; una manifestación universal que brota en espacios donde se encuentran las culturas. Para estos sujetos, las divisiones culturales -más que trabas separadoras- serían rutas que aproximan las diferencias, y ellos, gracias a su situación particular y una habilidad especial, conseguirían configuraciones multiculturales, constituyéndose como depositarios de dos o más culturas, transformando su rol conforme las circunstancias (Ratto, 2005). 2.1.2. Los Franciscanos en la zona42. Queda de manifiesto que la religión católica constituye un elemento de larga duración en relación con la trama de la familia Melita. El primer antecedente de este activo vínculo, caracterizado por la oposición ante el establecimiento de una misión anterior, se transfigura 40 En Foerster, Clavería, Menard (2005). “un asunto también político en un contexto donde el proyecto “evangelizador” es inseparable de la “civilización” y nacionalización del mapuche, convirtiéndose en un asunto de “alta política” en la que intervenían tanto autoridades locales y nacionales (presidente, intendente, comisario) como autoridades indígenas (los caciques), en una época que desde el reestablecimiento de la obra misionera a mediados de 1830 evidencia que la postura de la “civilización” pacífica se había impuesto como razón y deber del Estado por sobre la ocupación militar; perspectiva de Antonio Varas y los misioneros, -de estos últimos al menos hasta 1850”. En Foerster, Milos, Menard (2006). 42 Este pequeño subcapítulo dedicado específicamente a los franciscanos, describe únicamente solo un aspecto a destacar en relación a la familia Melita. En ningún caso la idea es reducir la participación de los misioneros, la cual sin duda es persistente, transversal y fundamental en el escenario de la Provincia de Arauco del siglo XIX; relevancia que se espera queda de manifiesto a lo largo de esta investigación. 41 37 en un segundo, en el que se refleja la cercanía de la familia con los misioneros franciscanos. Las conformidades entre ambos quedan al descubierto, no solo por la ayuda ofrecida a José Melita con relación a la recuperación de su hija, sino también en un escrito anterior, de agosto de 1845, en el que el mismo Brancadori destaca al padre Vice Prefecto Chuffa, lo que él considera la conversión de Melita: “…aquí la Religión de Jesucristo comienza a echar profundas raíces, ya tengo acristianados algunos, lo que me ha admirado, y al mismo tiempo me ha hecho dar gracias a Dios es que un indio llamado Melita pagó un real de velas a Santa Rosa, por una manda que había hecho, y 43 que la Santa le concedió” . Pese a esta certeza, un encuentro con el ayudante Miguel Melita dos meses antes, evidencia la resistencia mapuche ante las actividades religiosas, específicamente, ante “la fiesta de la colocación o bendición de la iglesia de esta misión”: “... se celebró la fiesta de la colocación o bendición de la iglesia de esta misión; pero me ha costado mucho trabajo y sentimiento con los indios, pues éstos quieren vivir con los misioneros como antiguamente, esto es, que el padre se esté calladito en su misión, y ellos hacer lo que les dé la gana. ... Mas en días pasados fui donde el cacique Gobernador, con el Capitán y el juez para avisarle que dentro de ocho días era la fiesta, pero por desgracia no hallamos al cacique y tuvimos que ir donde el ayudante, para que repartiera las ordenes a todos los demás Caciques, y lo encontramos en la casa, y después de habernos saludado recíprocamente le paso la palabra al capitán sobre de la fiesta que repartiera las órdenes a todos los caciques, para que juntos con sus mocetones se juntasen el sábado por la mañana, para ir a traer a Santa Rosa, y el Domingo a las fiestas, oído esto el indio nos levantó tan alto, diciendo que jamás había sido costumbre esto, y que los padres eran sólo para los cristianos, y que esta fiesta se haría para los cristianos nomás, porque ellos no tenían qué hacer, y que antiguamente los Padres jamás los llamaban a la misión por ninguna cosa, y dijo: es muy cierto que nosotros nos hemos empeñado para que venga el Padre, pero ha sido para que 44 esté en la misión, y nos defienda.” 2.1.3. Control de los recursos productivos. Intervenciones en la estructura de poder y en el territorio. La segunda mitad de la década del 1840, sienta el precedente de una próxima etapa en la que la clases dominante de los países latinoamericanos incrementarán su poder económico y político, aumentando su control sobre los recursos productivos de los sectores agrícola y minero; desplazándose hacia aquellas áreas económicamente productivas, pero hasta ese momento no de su dominio (Carmagnani, 1984). En el caso de Chile, eventos como la promulgación de la ley de colonización en 1845 -que autoriza el establecimiento de colonias extranjeras al norte de Copiapó y al sur del Bío Bío- y 43 44 En Foerster y Chamorro (2007) De Brancadori, Junio 13 de 1845, AF-AV-Vol.19, f.53. En Milos (2006) 38 el inicio de la explotación de minas de carbón primeramente en Coronel (al sur de la actual Provincia de Concepción) en el año 48´, resuenan al interior de la zona de Arauco y emplazan las bases para los intensos procesos que se desarrollarán con fuerza durante los siguientes decenios: la instalación territorial extranjera y la explotación mineral en tierras mapuche. En referencia a esto último, hay dos versiones encontradas sobre el sentir de los caciques de la zona con respecto a la instalación de colonos con intereses carboníferos. Primeramente, un informe del gobernador del departamento de Arauco -preparado para el intendente de la provincia-, da cuenta de la evidente oposición de los caciques; de ahí que consecutivamente se constituya una delegación con el propósito de profundizar en el asunto. No obstante este precedente, el testimonio de la comisión comunica que los caciques, -entre ellos el cacique gobernador y su ayudante Miguel Melita-, en ningún caso se habrían propuesto imposibilitar el quehacer de las minas (Foerster, Chamorro, 2007). “…hicimos comparecer al Cacique Gobernador José Quintriqueo, su ayudante Miguel Melita y los Caciques José María Cheuquian y Hueramán, y hallándose presente el capitán de amigos don Mariano Lobo y don Andrés Billagran que sirvieron de interprete; fueron amonestados dichos caciques si habían pasado a impedir el trabajo de las minas de carbón en la boca del río de Levu, expusieron que solo fueron a ver que clase de buque era el que estaba fondeado, que nada han dicho sobre suspensión de trabajo en aquel punto; enseguida se les pregunta si habían sido invitados por alguna persona para esto, unánime dijeron de que nadie les había dicho ninguna cosa, después se les pregunta que si alguna persona les a dicho que en la boca de Levu iban a levantar pueblo y que llegaba un buque cargado de armamento y 45 municiones conduciendo extranjeros, contestaron de que nadie les había nada (sic)”. Por otro lado, al mismo tiempo, se torna visible la propensión de las autoridades del gobierno, por utilizar las instituciones coloniales como el parlamento, para insertarse y ejercer desde allí su influencia y presión para imponer –de manera unilateral- su soberanía y su normativa, a través de agentes mapuche estatales: los caciques gobernadores. Lo anterior queda de manifiesto en una junta de diciembre de 1846: “... se procedió a la elección de los nuevos Caciques Gobernador[es], que después de un pequeño debate que tuvieron al cabo el Señor Comisario, yo y el Cacique Colipí los convencimos, porque habían puesto varias disculpas para no admitir el cargo, y particularmente el hijo del finado Cacique Millaguala, llamado Leipin, que se defendió mucho para no admitir el empleo de Cacique Gobernador, porque decía que era muy joven, y habían muchos otros Caciques viejos, que podían desempeñar el cargo, y que el admitiendo no se le tendría el respeto debido, porque dirían que él lo había buscado; mas como a nosotros nos convenía que admitiese el cargo tanto por corresponderle cuanto porque es un Cacique muy bueno, muy humilde, y que por el asunto que habíamos de tratar tenía necesariamente que admitir el empleo. [217v] Finalmente tomaron tanto empeño sus mismos compañeros que 45 En A.N. Intendencia de Arauco, Vol., Arauco, 15 de octubre de 1853; nº 60. 39 todos los Caciques, si jóvenes que viejos, le obligaban a que admitiera, mas el siempre firme hasta que uno de los principales Caciques viejos le dijo que le ayudaría en cualidad de 46 Ayudante, entonces se hizo dar la mano, y admitió el empleo.” . “Inmediatamente me dirigí a la Capital, hablé con el Señor Presidente, mas que gusto tuvo S.E. cuando le di los recados del Cacique General de la tierra Colipí, de Vos, y de todos los demás Caciques, y Mocetones, y en oír que no teníais novedad alguna, que estabais sosegados, sumisos al Gobierno, y que todos Juntos conmigo y el Señor Comisario estabais trabajando a favor de él. Luego después hice mi petición, y después de haber oído todo lo que vosotros pedíais, y lo que yo con el Señor Comisario habíamos proyectado, me contestó S.E. que estaba muy bueno, y que se nombrasen los Gobernadores, y que los aprobase en su nombre, y para que todo el mundo en adelante los reconociese como tales, los respetasen como encargados del Gobierno, era preciso que a mi llegada a ésta hiciesen una Junta General para que de todas partes viniesen a reconocer los nuevos Gobernadores, 47 establecidos por el Gobierno Patrio…” Pese a la negación inicial del joven candidato, finalmente el cacique escogido es de los sugeridos por el misionero Brancadori. Esta propuesta, busca fortalecer las relaciones con el Estado, que sean obsecuentes con la estructura y maleables a la hora de las resoluciones. Los misioneros como funcionarios estatales, consideran y reconocen el esquema de poder mapuche, no obstante, simultáneamente lo tergiversan intentando su jerarquización; depositando -o reafirmando- desde su autoría, los caciques gobernadores de la costa (Quintriqueo, Leipiñancu, Paillaguala y Curimilla) con sus respectivos capitanes de amigos. No obstante estos cargos, nunca consiguieron dar plena seguridad a los empleados de Estado, de ahí los intentos por no perderlos de vista. 2.1.4. Hundimiento del Joven Daniel Otra prueba de la capacidad estatal para disponer sobre el orden cacical y la participación de los Melita en ello, se testifica en el modo de proceder ante el hundimiento de la embarcación “Joven Daniel” -el 31 de julio del año 1849- y los supuestos acontecimientos que vinculaban a los indígenas de Boroa, con el asesinato de sus tripulantes y la cautividad de la infortunada Elisa Bravo. El Comisario de Naciones José Antonio Zúñiga, acatando las ordenanzas de José María de la Cruz, Intendente de Concepción, consigue congregar a los cuatro caciques gobernadores de la costa, cada uno con un grupo variable de caciques subalternos, formando un total de veintiocho –entre ellos, José Melita cacique de la parcialidad de Cuyinco-, más un total de novecientos setenta y tres mocetones; faltándonos datos para precisar sobre estos últimos, tanto su pertenencia a un área determina como su “dependencia” a un cacique particular. (Foerster, Menard, Milos, 2006). 46 Archivo Nacional, Intendencia de Concepción, Vol. 209, f. 217-219., Misión de Santa Rosa de Tucapel, Diciembre. 22. de 1846. En Milos (2006) 47 De Brancadori, Diciembre. 22. de 1846, AN-IC- Vol.209, ff.217-219. En Milos (2007) 40 Cuadro 3: CACIQUES DE LA COSTA CONGREDADOS A CAUSA DEL HUNDIMIENTO DEL JOVEN DANIEL Reducción Cacique Gobernador Caciques subalternos Arauco Don Basilio Budalevi Catrileu - Millan -Jacinto Necul Tucapel Don Juan Gueramane Juan Panguilan - José Melita José María Cheuquican - Calculan Millapi - Pillagniri - Lincongniri Juan 2º Porma - Antivil - Queupoan Paillaman - Tranupil - Pascual Vircalan Ranquihue Don Ignacio Lepin Mariqueupu – Pilquicura – Cheuquiel Cheuquemane ayudante - Perquilan Tirua Don Felipe Paillan Felipe 2º Paillan – Cuilapi - Neculpi Que Juan Guaramán, cacique de la Parcialidad de Temuco Chico del área de Tucapel, figure reemplazando al anciano cacique gobernador de Tucapel, José María Quintriqueo, nos indica nuevamente que el orden cacical al interior de cada “reducción” permitía movilidades; de ahí que José Melita cacique de Cuyinco, aparezca en este esquema como subalterno pero igualmente en otras referencias figure como mocetón. Por su parte, el Presidente de la República, en su último discurso como mandatario, pronunció: “Se dieron oportunamente instrucciones al intendente de Concepción para la seguridad de las fronteras, que hasta cierto punto parecieron amenazadas a consecuencia del desgraciado 48 suceso del Joven Daniel” El intendente De la Cruz, el 29 de septiembre de 1849, expresó que: “Habiendo llegado a noticia de esta Intendencia que la tripulación y pasajeros que navegaban en el bergantín nacional "Joven Daniel" que naufragó en la costa de Toltén han sido asesinados por los indios Pauchú con algunos de Boroa los que también han robado el cargamento y útiles del citado buque; y no pudiendo quedar impune tan horrible atentado, se previene a US: 1º Que haga marchar a la plaza de Arauco cuatro soldados con un cabo y un corneta del escuadrón de Cazadores que existe en esa plaza escogiendo los mejores por su disciplina y buena conducta y haciendo que se entregue a cada uno de dichos individuos cinco paquetes de municiones a bala, debiendo estos ponerse a las ordenes del Comisario Zúñiga a quien se ha mandado marchar es esta fecha. 2º Que se haga llamar a Colipí o se le haga prevenir lo ocurrido, o que siendo necesario se imponga de lo que resultare de la averiguación que se manda practicar por el conducto del Comisario; es indispensable haga salir para el Imperial al cacique, su yerno Catrileo u otro de los demás suposición acompañado de cuatro o seis mocetones para que vayan a presenciar la parla e indagación que debe hacerse de los delitos cometidos, previniéndole que por la via de Tucapel se avisará a Colipí para que sepa la época en que deben asistir Dios guarde a US. 49 José María de la Cruz" 48 49 Discurso del Presidente de la República Manuel Bulnes en 1850, texto redactado por Andrés Bello. AN, IC, Vol.251, f.58v. En Foerster, Menard, Milos (2006). 41 Mientras preparaban esta incursión hacia la zona costera de Imperial, “el Cacique Ayudante Don Miguel Melita”, gestionaba junto a las autoridades locales en Concepción, la liberación de Antonio Caniullanca, Martín Chicaguala y Coiguala; todos ellos en la cárcel, injustamente inculpados por un asesinato, sabiéndose que “el perfeto [sic] matador hechor de todo el mal, lo tiene Colipí”. (Foerster, Chamorro, 2007) La necesidad del Estado por actuar en la zona resultaba apremiante; y en el contexto de los acontecimientos en torno al naufragio, Zúñiga se emplazaba como ejecutor tanto de los soldados del segmento no mapuche como de los caciques aliados. Sobre la convocatoria, por medio de una nota escrita por el misionero Brancadori, el comisario Zúñiga da cuenta: “Este es el número de caciques que llevo, y cada uno de estos llevan sus mocetones a proporción de los que tienen. Me he limitado el llevar tan corto numero de indígenas por motivo de no tener lanzas, pues podía haber sacado como trescientos o cuatrocientos hombres, pues los que tengo contados hasta ahora desde la tribu de Arauco hasta la de Tirúa novecientos setenta y tres aunque me dicen los Caciques que muchos faltaron, que el número 50 fijo que se puede tener debe de ascender a mil ciento o a mil doscientos" . …ha sido mucho el entusiasmo y el cariño que han demostrado estos Caciques é indios, ha sido encabezada dicha parla por el Cacique Gobernador Don Ignacio Lepin acompañado de nueve Caciques, y ciento cincuenta y nueve mocetones aptos para la pelea, todos gustosos 51 se han manifestado a obedecer al Gobierno en cuanto le ordenaba" . Todo lo anterior, señala cómo las autoridades chilenas –desde el Presidente de la República en Santiago, a través del Intendente de Concepción y ejecutando por medio del Comisario de Naciones- ponen en marcha al esqueleto cacical mapuche para resolver los eventos relativos al naufragio. Sin embargo, un dato encontrado en el Diario Político de Lastarria, obliga a detenerse y concebir el episodio de una forma diametralmente diferente. En este mes han partido para el sur el Regimiento de Cazadores y el Batallón Yungay con el objeto de castigar a los indígenas. Se aseguró en Santiago que los indígenas estaban sublevados y que el general Cruz pedía fuerzas para batirlos, y al mismo tiempo se escribía de Concepción que había mucho movimiento de fuerza armada, a causa de ciertas órdenes de Santiago, sin que hubiera la menor novedad entre los indígenas. 52 Por esto interpelé al Ministro del Interior en la Cámara , y me respondió que lo que daba motivo a esta medida era la noticia de que los indios de Puancho habían partido con los de Boroa el botín que obtuvieron los primeros en el saco del Joven Daniel, y que como debía castigarse a los primeros, se temía que los segundos les prestasen auxilio y por eso el Gobierno había dispuesto que el general Cruz moviese su fuerza desde Concepción y que 53 fuese secundado por Viel que marcha a Valdivia con la infantería. Yo aprobé este proceder, no porque sea necesario, sino porque nos conviene que salgan de Santiago las tropas en el mayor número posible, para libertarnos de ellas. 50 Informe del 15 de noviembre de 1849. AN, IC, Vol.177, f.104. En Foerster, Menard, Milos (2006). AN, IC, Vol. 177, f.87. En Foerster, Menard, Milos (2006). 52 Se trata de José Joaquín Pérez 53 Benjamín Viel (General de la Independencia, Teniente Coronel del Ejército y más tarde Intendente de Concepción) 51 42 Los indígenas no se han movido ni dan la menor muestra de sublevación. Lo que hay de cierto es que Bulnes, que tiene la persuasión de que será elegido el candidato que tenga más gloria y más popularidad y como intenta sacar a Cruz, quiere laurearlo con un hecho de armas y llamar sobre él la atención del país, por medio de una batida a los indios. Cruz puede estar o no en este plan; pero lo cierto es que se muestra también muy empeñoso por atacar a los 54 indígenas. (José Victorino Lastarria , Diario Político, diciembre año 1849) Lo anterior desenmascara el elemento de simulación en la postura “civilizadora” del Estado, que posiciona al mundo mapuche como chivo expiatorio. Encontramos al gobierno de la época como actor referente de la tónica del engaño a nivel de los nexos políticos entre el mundo mapuche y la sociedad chilena: el artificio en el alto nivel. De esta manera, las autoridades nacionales, al teñir el espacio mapuche con los más sugerentes colores, obtienen el pretexto ideal para ejercer allí la violencia; práctica que saca aplausos y les permite alcanzar sus pretendidos fines políticos. 2.1.5. Revolución de 1851. Otro suceso central que involucró a los distintos grupos mapuche, se origina al comienzo de la segunda mitad del siglo XIX, con la rebelión de los dirigentes de Concepción contra las autoridades centrales en 1851: en esta revolución –así como en la de 1859-, los diversos conglomerados indígenas se vieron nuevamente obligados a tomar posición frente a la contingencia. En estas circunstancias, nuevamente encontraremos en la esfera pública a los caciques Melita. Tener presente que el grupo opositor al gobierno en su búsqueda por un candidato presidencial de tendencias liberales, resolvió presentar al intendente de Concepción, general José María De la Cruz, sin embargo, su candidatura finalmente fue rechazada y suplantada por la de Manuel Montt, quien triunfó en las elecciones de ese año. Los partidarios de De la Cruz, acusaron intervención electoral y proclamaron nula la elección, detonando focos revolucionarios tanto en La Serena como Concepción, originándose así la revolución de 185155. Los caciques de la Costa así como el Comisario de Naciones de la Araucanía José Antonio Zúñiga –mandamás de los Capitanes de Amigos de esta área y la mayor autoridad del Estado en el espacio mapuche-, no se adhirieron al movimiento revolucionario, si no que 54 Diputado por Rancagua en ese momento; mismo año en que participa en la fundación del Club de la Reforma. Al año siguiente, se vincula con los organizadores y promotores de la Sociedad de la Igualdad, por lo que el gobierno de Bulnes lo acusa de agitador y lo deporta a Lima. 55 Este movimiento armado iba dirigido en contra del excesivo autoritarismo y centralismo del gobierno, y a favor de una ampliación de la libertad electoral. (www.memoriachilena.cl) 43 como partidarios del gobierno, apoyaron a Manuel Montt. Como consecuencia de lo anterior, Zuñiga es detenido por los crucistas, y pese a que logra escapar y guarecerse por un tiempo -protegido por el cacique Guaramán-, finalmente es aprehendido por los revolucionarios y sus aliados mapuche –los abajinos o lelfunches-; particularmente por Colipí y Catrileo, quienes le dan muerte junto a dos de sus hijos y un sobrino. Del mismo modo, los revolucionarios redujeron violentamente a los caciques de la costa. Por estas razones, los lafkenche en represalia, se encaminaron a destruir la ciudad de Arauco. Sin embargo, Buenaventura Ortega, el franciscano a cargo de la misión de Tucapel, consigue persuadir a los caciques: "…en seguida hizo que llamaran a parlamento a los caciques, entre los cuales se distinguían los tres Melita, y Cheuquián, presididos por Marinan de la región de Tucapel, Porma que gobernaba desde Paicaví hasta Tirúa, Queupán de Caicupil, Cayupi del sur de Tirúa y los 87 Painemal de Cholchol y Temuco". Sin duda que uno de los “tres Melita” es Miguel, secretario del cacique gobernador de Tucapel; otro, el “indio respetado” José Melita, cacique de la parcialidad de Cuyinco; que tiempo después, en 1857, fallece, quedando su hijo Manuel Melita como único descendiente asentado en Cuyinco quien se hará cargo del espacio familiar, experimentando los primeros conflictos territoriales documentados (su otra sucesora es Juana de Dios, la “hija prestada”). Pero ¿quién es el tercero de los Melita?56 La participación pública Melita a nivel de colectivo familiar, quizás sobresale con respecto a otros, por el hecho de que en ellos, el traspaso de los apellidos se encuentra funcionando inequívocamente a la usanza hispano chilena. Sin embargo, considero que el factor determinante de este nivel de participación, tiene que ver con que simultáneamente se instalan tanto en el ámbito de poder de las parcialidades como en la esfera ampliada del área de Tucapel. Retomando el escenario de la revolución, cabe mencionar que el franciscano Brancadori, consecuencia de su cercanía con el Intendente Cruz -en lo relativo al trabajo misional-, fue tildado de revolucionario, lo que sumado a otras acusaciones, determinó que una vez 87 Foerster, Milos, Menard (2006) citando el artículo sobre el misionero Buenaventura Ortega en la revista El Misionero Franciscano, Año VI. 1897:943. 56 Tal vez se trata del propio Manuel Melita, hijo de José Melita, o tal vez refiere a José Miguel Melita, otra figura destacada que aparece en los registros de la época, pero que produce confusión y dificulta su diferenciación, por compartir sus nombres con los ya citados. De todas formas, atribuiremos a José Miguel Melita, una destacada participación -hasta 1871- como testigo juramentado, intérprete y firmante letrado, de una serie de transacciones que inVolucraban en una de sus partes a sujetos indígenas. 44 concluida la revolución, el gobierno de Montt solicitara su expulsión del país (Foerster, Menard, Milos, 2006). Su subsiguiente salida, no fue compadecida en lo más mínimo por los caciques de Tucapel, incluso su recuerdo evocaba repudio. Lo anterior, se torna tangible en una notificación del padre Ortega a su superior en abril de 1852, en la que da cuenta del punto de vista de algunos de los caciques –entre ellos el gobernador Quintriqueo y su ayudante Miguel Melita- en relación a la llegada de un nuevo misionero. A su vez el informe, permite dimensionar las facultades de los caciques en su –aún reconocido- territorio, particularmente revelándose, que en las decisiones concernientes a la misión, su perspectiva como conjunto era considerada. “Habiendo sabido el Cacique Gobernador D. José María Quintriqueo que el P. Venegas se iba y que iba a quedar en su lugar el P. Días reunió todos sus caciques les hizo ver esta noticia y enseguida se marchó a la misión acompañado de su Ayudante D. Miguel Melita diez caciques los de más suposición un cacique mandado por Juan Porma cacique principal de Paicavi otro mandado por D. Felipe Paillao Cacique Gobernador de Tirua y algunos mocetones mas a hablarle al P. Días del modo siguiente ¿y tú cómo has venido? ¿quién te ha pedido para que vengas de misionero? y habiendo contado que nadie lo había pedido sino que su superior lo había mandado le replicó que su superior no tenía por qué mandar en su tierra y que no le podía obligar que tuviese misioneros sino aquellos que él y sus caciques quisiesen que esto mismo le habían prometido cuando pidió que sacasen al Padre Querubin y prosiguió yo no soy niño ni tu superior tampoco y así anda vete no te necesitamos porque si a este P. lo llevan no recibimos otro a este lo conocemos y todos lo queremos por que es bueno tu eres compañero del Querubin y aunque ahora parecer bueno después descubrirás tus mañas como lo hizo éste en otro tiempo. Y después se dirigió al P Venegas yo ni ninguno de mis caciques permitimos que tu te vayas yo mandaré mis correos a donde tu Jefe para que tu no te muevas nunca de aquí. Y por condescender con los indios a retardado su viaje el P Venegas hasta sabe la contestación de S.P. Lo que elevo a su conocimiento para su inteligencia y para que 57 imparta los órdenes que estime conveniente”. Es evidente que el cargo de secretario de cacique gobernador que desempeña Miguel Melita es un “empleo” concedido por las autoridades de gobierno, en conformidad ciertamente al punto de vista franciscano. Pero no queda claro si al igual que para el caso de los caciques gobernadores, el cargo de secretario es una reconfirmación de un anterior cargo del período colonial o un “puesto” enteramente republicano. Me inclino a considerar que posiblemente el cargo de ayudante mantiene cierta continuidad con la época colonial, pero alejado de la actual carga escritural que supone ahora un ayudante secretario como Melita. A este respecto, toma sentido el planteamiento de Martha Bechis (1999) que –en su estudio sobre los caciques pampeanos-, propone que la principal actividad que empiezan a desarrollar los caciques en estos momentos, es la organización, dirección y negociación de los asuntos internos, a través de la “obtención y distribución de información”. De ahí, que 57 Foerster, Chamorro (2007) 45 adquieran relevancia fundamental las figuras de los escribientes, secretarios, lenguaraces y mensajeros; encargados de conseguir la información y sistematizarla, tornándose algo así como "nudos informáticos" (Ratto, 2005). Pese al impulso de los caciques ayudantes, -“empleo” que al menos en el caso del secretario Melita pareciese “sobrepasar” al cacique gobernador en intervenciones relativas a la práctica de negociaciones y al establecimiento de convenios con autoridades gubernamentales-, no desaparece la relación directa entre los caciques gobernadores y los agentes estatales locales58. 2.1.6. Creación de la provincia de Arauco. El 2 de julio de 1852 se procede a la creación de la provincia de Arauco, sin duda, la primera marca estatal concreta de la acometida político, administrativo e institucional en territorio mapuche; antecedente para la conformación de una maquinaria opresiva determinada a instaurar la “civilización” en la zona. Dicha operación, se posibilita producto de la colocación y articulación progresiva de entidades de orden en diversos puntos de la provincia, como son: la notaría, el ferrocarril, la policía, el cuartel. No obstante, -notoriamente influida por el informe de Varas de un par de años antes, que identifica la especificidad del sistema mapuche y la necesidad de un procedimiento específico para instalar allí el aparato estatal (asimilación vía educación)-, la ley que ampara la creación de la provincia, reconoce tácitamente la propiedad indígena sobre el territorio y establece manifiestamente una disposición hacia las materias indígenas59; primeramente, impide la venta directa de terrenos mapuche a particulares; y posteriormente, por un decreto de 1853, determina modos especiales de efectuar dichas transacciones, otorgando protección tanto al vendedor como al comprador por medio de la intervención de la figura del intendente. Sin embargo en la práctica –por resquicios, artimañas y coyunturas-, el espacio mapuche quedará igualmente expuesto; los contratos relativos a al territorio mapuche continuarían consumándose (Leiva, 1984), lo que significó para la parte mapuche; pérdidas sustanciales de territorio, y para el Estado; la imposibilidad de implantar el tan anhelado “orden”. 58 Boccara (1999) identifica un cambio fundamental en el tipo de poder que tenían los caciques mapuche, planteando que ya en el siglo XVIII, en comparación a sus predecesores, el cacique adquiere prestigio por sus habilidades políticas y diplomáticas y no tanto por sus capacidades guerreras. Por su parte, el antropólogo y profesor J. Isla, comenta que posiblemente siempre existió una suerte de dualidad en el rol y poder cacical entre lonko (jefe) y toki (jefe de guerra). 59 artículo 3°: “Se autoriza al Presidente de la República para dictar las ordenanzas que juzgue conveniente para el mejor gobierno de la frontera, para la más eficaz protección de los indígenas, para promover su más pronta civilización y para arreglar los contratos y relaciones de comercio con ellos”. 46 2.1.7. Melitas auxiliares al fallecimiento del gobernador Quintriqueo: poder y sueldos. En 1854, a dos años de la fundación de la provincia que circunscribía su territorio de “poderío”, muere José María Quintriqueo, cacique gobernador de Tucapel. El aspirante a proseguir en dicho cargo, debía personificar esa suerte de ensambladura -como ya lo expresamos en relación al grado del ayudante Melita-, es decir, simultánea y compatiblemente, contener un vínculo favorable y la aceptación tanto las autoridades chilenas como del mundo mapuche60. El misionero Ortega tenía claras preferencias sobre quien convenía fuese el sucesor en dicho cargo, además de quien debía ocupar el puesto de cacique ayudante. “Probablemente, será cacique Gobernador Juan Mariqueo, y Cacique Ayudante, Juan 61 Mariñan, quien en la actualidad lleva el timón del gobierno y se porta bien” Progresivamente se harán más patentes las atribuciones de las autoridades chilenas a través del cometido del misionero en la designación del sucesor. No obstante, por desconfianza, inexperiencia, o aseguramiento, dicho nombramiento requirió de la designación paralela de asistentes y consultores para que acompañasen al nuevo cacique; tareas asumidas por el secretario Miguel Melita y por José Melita cacique de Cuyinco, quienes sin duda personifican al máximo la idea de ensambladura que otorgaría al gobierno plena confianza. “…Las pretensiones de los caciques de que ha venido acompañado de R. P. Ortega se reducen solo a que se nombre el gobernador de Tucapel i se les ponga un capitán de amigos i el deslinde de algunos terrenos. Respecto de lo primero, se ha acordado que el Gobernador sea el hijo de Quintriqueo, auxiliado del cacique Miguel Melita i del indio respetado José 62 Melita”. Aún no queda claro si el rol de auxiliar es análogo al de ayudante. Pese a que Miguel Melita mantendrá el protagonismo público como en los tiempos de Quintriqueo, el trabajo de los Melita en esta oportunidad, pareciera ser un cargo circunstancial, cual no es palpable si proviene del mundo mapuche o arranca desde las autoridades estatales, lo que sí, moderará las posibles desconfianzas de estas últimas o la inexperiencia de la nueva designación. 60 “Instruida la Intendencia de la muerte del Cacique Gobernador de Tucapel D. José Mª Quintriqueo, necesita algunos datos para proceder con acierto en el nombramiento del individuos que deba reemplazarle. A más de su conocida adhesión al Gobierno, a más de su buena conducta manifestada por actos de respeto a las autoridades nacionales y buena Voluntad a los españoles, debe reunir también las simpatías y el prestigio de los demás indígenas. ... El Padre Misionero de Tucapel, que tan buenos servicios está prestando, será el conducto más competente por donde Us. pueda adquirir esos datos. Dicho funcionario, por el conocimiento que haya adquirido, estará al cabo de las relaciones que ligaban a Pichiquintriqueo, con Quintriqueo, del prestigio reputario que aquél tenga entre los indios... Además puede sondear la Voluntad de los principales mocetones para recibirlo de Gobernador.” De Roa, 09-05-54, Intendencia; copia 23-05-54, PAF nº 51, carta XII. En Milos (2006). 61 Año 1853, en Milos (2006) 62 En A.N. Intendencia de Arauco, Vol. 13, 1854, Octubre 6, N.93, p.47. Este documento también le fue remitido al padre Ortega el 2 de noviembre de 1854 y firmada por José Antonio Roa) (en Publicaciones del Archivo Franciscano N°51, pág.:34-35). 47 A nivel general, si bien no son posibles de precisar las condiciones en qué emergió la figura de Miguel Melita, cabe sostener que su posición tiene que ver más con un estatus construido63, es decir, con una aptitud para gestionar el área de Tucapel, basada en su saber y en las habilidades que derivan de este; aunque sin desconocer la fuerza que pudiera tener también su genealogía política familiar. Ambos aspectos, es decir, sus cualidades individuales y su ascendencia troncal, se tornan ahora ostensibles con ocasión del nombramiento del nuevo cacique gobernador, luego de la muerte de Quintriqueo. Acorde al planteamiento que el poder es una lucha de suma cero, en la que unos ganan lo que inevitablemente otros pierden, se está en presencia de una dinámica social que se comporta –aunque no exclusivamente- como un movimiento de contienda. Así, para el análisis de la mayor notabilidad de los caciques ayudantes en el contexto del siglo XIX, resulta pertinente el modelo de organización del poder social propuesto por Mann (1991), quien plantea -como una, entre otras dos características-, la división entre poder distributivo y colectivo; donde el primero refiere al juego de suma cero al que tiende la distribución del poder en la sociedad (Acosta, 1993). Siguiendo esta línea, diremos que se ha expresado una mutabilidad al interior de la estructura, donde el nuevo protagonismo del cacique ayudante –más aún escribiente- resta participación al cacique gobernador; situación que permitiría dilucidar en parte, el por qué de la permanencia de la familia Melita en la esfera de poder local, y no así la de los caciques gobernadores: Melita gana, pero irremediablemente otro pierde. El tema del salario, puede leerse como metáfora del planteamiento anterior: inicialmente solo los caciques gobernadores recibían salario, en el nuevo escenario -donde el rol de mediador adquiere más importancia- también reciben pagas los caciques ayudantes. Sin embargo, habría que preguntarse si estos nuevos sueldos denotan una mayor suministración de recursos por parte del gobierno, o - estableciendo una clara analogía con la dinámica de suma cero- permanecen relativamente invariables, y por consiguiente, implican una nueva distribución o repartición del “pozo” original. Por su parte, recomendar en torno a la asignación de los sueldos, también formaba parte del conjunto de atribuciones del misionero Ortega. “Los Caciques que en mi concepto habían de tener renta del Gobierno son los siguientes: el Cacique Gobernador y el Cacique Ayudante quienes por razón de oficio tienen que trabajar 63 Lo que Sahlins denominó Big man, en el contexto de Melanesia (Llobera, 1979) 48 mas que los otros, por conservar el orden y hacer respetar las órdenes del Gobierno. Juan Porma, cacique de Paicaví, quien por vivir cerca del camino publico que va para Valdivia a prestado y presta buenos servicios a los pasajeros particularmente a los comerciantes. Cheuqean Cacique de Molguilla y Pablo Carbulao Cacique de Nagalgue, por los buenos servicios los que han prestado a la nación. Aunque hay algunos otros que también han prestado buenos servicios los he omitido poniendo únicamente aquellos que se han 64 distinguido en trabajar por la conservación y por hacer respetar las ordenes del gobierno . 2.1.8. Revolución de 1859. Es 1859, la fracción liberal de las autoridades criollas con la vuelta del exilio de sus líderes más importantes, se reactiva con levantamientos en contra del gobierno de Montt, principalmente en las áreas de Copiapó y Concepción. Nuevamente los diversos grupos mapuche tomarán posición por una u otra de estas porciones, sobre todo ahora, en circunstancias que han visto afectados sus intereses por la concreta ocupación de su territorio. Principalmente el apoyo será dado a los liberales revolucionarios, no obstante, parte de los caciques costinos permanecerán fieles a las autoridades centrales: ejemplo de ello, el “cacique gobiernista Juan Hueraman”65, y suponemos también el secretario Miguel Melita dada su cercanía al padre misionero Buenaventura Ortega. En este contexto, encontramos datos sobre el tema de los sueldos y el acrecentamiento de la importancia de la categoría cacique ayudante, por tanto, de la nueva proporción en la ordenación del poder mapuche. Guevara (1902) en su relato sobre “Los Araucanos en la revolución de 1850 i su séptimo levantamiento de 1859”, narra que el coronel Mauricio Barbosa, jefe de expedición de la <división pacificadora de Arauco>, una vez “escarmentados” las revueltas indígenas, “…acobardaronse los lavquenches, costinos, con este golpe66…entró en relaciones amistosas con algunos caciques. El resultado final de este acuerdo fué la celebracion de un parlamento el 4 de marzo en Tucapel”. En dicha junta he convenido con los caciques los arreglos siguientes: La parte comprendida desde Cupaño, en que principian las poblaciones indíjenas, hasta Tirúa queda dividida en 4 gobernaturas, que serán mandadas por los caciques Hueraman, Mariñan, Polma i Lepin…Cada gobierno queda con un ayudante i un capitan cona (de guerra) i a éstos i a aquél les he señalado, en virtud de la autorizacion que tengo, el sueldo anual siguiente: ciento diez pesos ($ 110 ) al gobernador, setenta ($ 70) a los ayudantes i sesenta ($ 60) a los capitanes conas. Los gobernadores deben entenderse directamente con las autoridades del departamento de Arauco. (p. 250) 64 19-05-53, ibid nº4. En milos (2006) Guevara (1892-1902, p. 244). 66 En el contexto de la reVolución de 1859, las tropas del gobierno “contaron en el campo, 80 i tantos individuos muertos…Los indios quedaron bien escarmentados por el atrevimiento que tuvieron”. En Guevara (1892-1902, p. 249). 65 49 Entre paréntesis cabe mencionar, que al menos hasta el año 1873, una referencia documental permite demostrar que los caciques de la “Baja Frontera” -entre estos Melitaseguían recibiendo salarios del gobierno67. Finalmente, la derrota a los liberales, se expresará en una condena hacia el mundo mapuche como participante y responsable de los enfrentamientos y sus derivadas destrucciones múltiples. De ahí la necesidad de restituir las mermas y compensar los males provocados: el pueblo mapuche está en deuda y la ocupación de su territorio es prioridad para el gobierno. En esta oportunidad se apelará a la sociedad mapuche como totalidad, cuando en la lógica de la contienda, lo natural sería penar a los traidores y compensar a los partidarios; constatándose nuevamente –al igual como lo señalamos para el desenlace del episodio del Joven Daniel- que los agentes estatales del período, al revestir al mundo mapuche de un tono incitante, consiguen la excusa perfecta para ejercer la violencia, en este caso, con miras al sometimiento definitivo del territorio. 2.1.9. La ocupación de Lebu. Consecutivamente a la propuesta conocida como de “pacificación” que el recién designado intendente de Arauco Cornelio Saavedra presentara al gobierno en 1861 -basada en cimentar una nueva línea fronteriza por el río Malleco-, se procedió a instaurar la ocupación en el trazo Angol – Lebu, con el fin de quebrantar la soberanía territorial del pueblo mapuche e imponer la estatal. Específicamente la fundación de Lebu, se llevó a cabo el 8 de Octubre de 1862; acontecimiento al concurrieron tanto autoridades de gobierno como al alrededor de 30 caciques de la zona, entre ellos los caciques gobernadores Mariñanco, Hueraman y Porma, y seguramente también el secretario Melita. Como "pasadores culturales", enmarcaron Ares y Gruzinski (1997) a estos interlocutores que actuaban a modo de “bisagra” o como circulantes entre los dos mundos; ingresando y saliendo sin muchos obstáculos: “agentes sociales….a caballo entre culturas, favorecieron las transferencias y el diálogo entre universos aparentemente incompatibles, elaborando 67 El notario Ramón Saavedra se trasladó en visita a Cañete. Allí, el 30 de agosto de 1873 compareció Félix Antonio Aguayo quien dijo que: “como habilitado para percibir los sueldos de los indígenas de la Baja Frontera”, se confiere “poder especial” a José Antonio Vera (“vecino de Lebu”) con el objeto de que en su representación perciba dichos sueldos de la Tenencia de Ministros del Departamento, “siendo los indios [caciques] los siguientes: Guaraman, Porma, Ancaten, Huenuman, Quidaleo, Liencura, Melita, Camilo, Juan Millanao, Huincai, Antonio Painemal, Cayupí, Antonio Manqueo i Lorenzo Millahuala”. ARNAD: Fondo Notarios Lebu, 1873, Vol.4, Escritura n° 111 (mandato especial). 50 mediaciones muchas veces insólitas y contribuyendo así a su articulación y a la permeabilización de sus fronteras" (Ratto, 2005) La presencia de los caciques en el establecimiento de fuertes y ciudades resulta natural, considerando que estos eventos fueron planteados y justificados artificiosamente por el Estado como una forma de defensa y protección hacia el pueblo mapuche. Es así como en el caso de Lebu, un año antes de su fundación, se concuerda este propósito imbuyendo a los caciques de la costa bajo el argumento de la seguridad y el resguardo de sus intereses y de posibles incitaciones de un levantamiento como el del 59´. Incluso dicho convenio es zanjado en la ciudad de Santiago en febrero de 1862, en un encuentro entre los caciques –entre ellos el ayudante Melita- y el Presidente de la República, con la presencia del franciscano Ortega de la misión de Tucapel; viaje patrocinado por el interés del gobierno central para la eficaz ejecución de su proyecto, en el que se les asigna también a los caciques sueldo y caballo (Foerster, 2004: p. 172). De esta forma, en una primera fase, la marcha y la acometida estatal hacia el espacio mapuche, se sustenta en los parlamentos bajo un arreglo entre ambas partes, en el que el Estado chileno presenta un proyecto que disfraza otras ambiciones. Arauco, diciembre 11 de 1861. En conformidad á las instrucciones que US. me tiene trasmitidas, he procedido a reunir en parlamento los principales casiques que hai al Sud de este departamento hasta Tirúa, con el fin de arreglar con ellos la permanencia de fuerzas del Ejercito en su territorio i proceder a la construccion de fuertes i cuarteles en que situar guarniciones. En efecto el dia seis del corriente tuvo lugar el parlamento en Tucapel al que asistieron los Casiques principales Güeraman, Lepin, Porma, Melita, Cheuquean, Paillao de Tirua, Isidoro Demuleo i otros de menor importancia, habiendo concurrido tambien mas de quinientos indios subditos de los citados casiques. Instalada la junta entré a instruirles que el Gobierno deseaba situar algunos destacamentos, ya sea en Lebu, Paicaví ú otros puntos con el fin de darles garantias de seguridad en sus intereses i prevenir de que pudiesen ser victimas de los revoltosos que en el año de 1859 los habian lanzado en la insureccion por cuya causa habian tenido que sufrir tanto en sus intereses i habian quedado pobres, á excepcion de Güeraman que por ser fiel al gobierno habia recibido todo jenero de protecciones de la autoridad; al mismo tiempo les hice conocer que con el auxilio de las fuerzas podran continuar su comercio con la jente civilizada con toda confianza puesto que tendran facilidad de interponer todo jenero de reclamos ante la autoridad siempre que fueran engañados o sufrieran cualquier menoscabo en sus intereses por los abusos de los particulares- ... es que los indios se mostraron mui complacidos en la proteccion que queria dispensarles el Gobierno i me mostraron que hacia mucho tiempo á que estaban pidiendo fuerzas , i que en consecuencia podrian situarse guarniciones en Lebu, Paicavi, Tirúa ó donde se quisiera, que ellos estaban dispuestos a prestarles todo apoyo; i que tanta necesidad tenian de estos auxilios, puesto que algunos Casiques de la alta frontera siempre los estaban amenazando con malones, por cuyo motivo permanecian intranquilos i con frecuencia sobre las armas. Por lo expuesto verá US. que no hai inconveniente alguno para avanzar fuerzas del 51 ejercito hasta Tirúa i que pueden situar destacamentos en los lugares mas a proposito. ... US. va á notar no ver figurado en el Parlamento al Casique Mariñan. Este indio lo tengo detenido porque no obedecio una orden de comparecencia que le fue intimada, i ademas porque es inclinado á revoltoso i á mantener en alarma a los otros Casiques- Les hice conocer estos antecedentes a los Casiques del parlamento i alli mismo ordené que los subiditos Mariñan pasaran a la potestad de Melita cuyo hecho fue aceptada i reconocido por el parlamento- Esta medida pondrá a US. mas de manifiesto el buen espiritu en que se hallan los indios. Dios 68 guarde a US . Se corrobora que Miguel Melita, constituye uno de los caciques que otorgaba mayor confianza a los misioneros franciscanos, y por tanto, a las autoridades supremas estatales. Nuevamente, los franciscanos recurrirán a la figura del secretario Melita para solventar una dificultad; reiterándose su personificación como una suerte de comodín que continuamente utilizaban los agentes estatales para afrontar situaciones excepcionales. Llama la atención que Miguel Melita nunca llegó a ocupar el cargo de cacique gobernador durante este período. Pese a su proximidad con los misioneros, al parecer nunca fue sugerido por estos; su papel como secretario o ayudante de los caciques gobernadores –en su caso basado, entre otros aspectos, en el dominio de la escritura- lo posicionaba estratégicamente como máxima figura mediadora entre los caciques y el Estado, incluso a nivel “nacional”; de ahí la necesidad misionera de que permaneciera en esa instancia posiblemente más “neutral”, y que no viera alterada su función fundamental de intermediario cultural. Pese a como fue planteada la fundación de Lebu, los caciques lafkenche se rehusaron a tolerar el establecimiento militar definitivo en su territorio, no obstante, autorizaron la presencia de colonos chilenos. En estas circunstancias, ya en enero de 1863, Cornelio Saavedra se ve en la necesidad de reunirse con los caciques para convencerlos ilusoriamente que la presencia militar sería para protegerlos. Así, progresivamente, a través de la disposición de fuertes en distintos puntos del espacio mapuche, el Estado fue perpetrando el aislamiento entre los diversos grupos; las tradicionales relaciones entre lafkenches y nagches -a través de la cordillera de Nahuelbuta- se fueron extinguiendo. Se fue configurando una fase militar que le permitió al Estado ejercer el control sobre los mapuche de la costa (Foerster, 2004). 68 Arauco, 11-12-1861, AN-MG-Vol.457, s/f. En Milos (2006) 52 Paulatinamente el Estado chileno se fue introduciendo en el territorio mapuche, fortificando diversos puntos de este. Si bien en la legislación de 1866 y posteriormente en la de 1883, el Estado reconoce los derechos de propiedad mapuche sobre sus territorios, incluso anteriores a su propia acción69, “una vez ocupado el territorio, tal legislación sobre tierras no se respetó, no se reconocieron las posesiones indígenas en su integridad, y los agentes estatales dispusieron de las tierras como si fuesen fiscales, en actos nulos de acuerdo a la propia legislación chilena” (Toledo, 2001). Finalmente, después del último gran alzamiento mapuche general en 1881, que contó con la participación de los grupos situados entre el Lanalhue y el Toltén -por consiguiente, lo más probable sin la presencia del secretario Melita y los caciques más próximos a este-, el Estado consolidó su posición y la ocupación definitiva se concretó (Foerster, 2004). 2.1.10. Otras marcas de la arremetida estatal. Para el interés específico de esta investigación, vale la pena subrayar algunas marcas de la arremetida estatal en la zona -de alrededor de las últimas tres décadas de siglo XIX-, que se relacionan directamente con la situación de los mapuche de la costa de Arauco, y por tanto, con la experiencia de la comunidad Melita. Fundamental es la ley de 15 de Julio de 1869, que crea el departamento de colonización de Lebu –también el de Angol e Imperial70, coincidente con el establecimiento de la notaría en ese lugar; institución que a través de sus documentos nos permite introducirnos en una de las variantes de la dinámica territorial mapuche de la zona. Del mismo modo, cabe destacar sobre la legislación, que para la normativa de 1866, “los mapuches podían continuar vendiendo sus tierras bajo el marco de la ley de 1853…(y que) sólo con la ley de 4 de agosto de 1874 se prohibió a los particulares la compra de “terrenos indígenas”, no obstante, en un área concretamente demarcada71”; alterándose el tradicional límite situado en el Bio Bío, y quedando las tierras al norte de la demarcación del Paicaví totalmente desatendidas. Más aún, con la división de la provincia de Arauco en: Arauco, Bío 69 Aunque cabe destacar que “ La afirmación de que el Estado chileno declaró fiscales las tierras en el territorio indígena al sur del Bio Bio, por medio de la Ley de 4 de diciembre de 1866, constituye un axioma de interpretación ampliamente aceptado” (Toledo, 2001). 70 Ver CEPAL, Derechos de propiedad y pueblos indígenas en Chile. 71 Art.6°. Se prohíbe a los particulares la adquisión por cualquier medio de terrenos indígenas dentro de los límites siguientes: por el Norte, el río Malleco, desde su nacimiento en la cordillera de los Andes, hasta su desembocadura en el Vergara, y desde ese punto, siguiendo al Sur el curso del río Picoiquén, hasta su nacimiento en la cordillera de Nahuelbuta y desde allí una línea hasta la laguna de Lanalhue, situada en dicha cordillera y el curso del río Paicaví hasta su desembocadura en el mar; por el Sur, el límite que separa al departamento de Imperial de la provincia de Valdivia por el Este, la cordillera de los Andes; y por el Oeste, el mar”. 53 Bío y un sector al que se le llamó "Territorio de Colonización de Angol", y la consiguiente partición del departamento de Lebu que origina a su vez el de Cañete, el Estado se desliga incluso más de la zona (Foerster, 2006). Todo esto, hasta ver afectados sus propios intereses “por los actos de disposición efectuados por indígenas en terrenos fiscales”72. Todo lo anterior, sienta un referente para comprender la dinámica de constitución de propiedad en la zona de Arauco, por consiguiente, también las experiencias territoriales en el área Melita de Cuyinco. Pese a que a esta exposición refiere especialmente a la familia Melita emplazada en la zona de Cuyinco –incluida dentro del denominado departamento de Lebu, hoy comuna de Los Álamos-, vale la pena constatar que simultáneamente coexiste otra rama familiar asentada en el área de Cayucupil, sector de Cañete. Un antecedente de dicho tronco, se sitúa a finales del siglo, y da cuenta que el Cacique José Melita de Cayucupil, ya tiene como 100 años (Foerster, 2004). Paralelamente, en el último cuarto de ese siglo, encontraremos -sobre todo en los documentos relativos a la notaria de Cañete-, a un posible emparentado o al mismo recién nombrado: José Melita, vecino del departamento de Cañete73, cacique en el año 1878, testigo de algunas escrituras notariales -que conciernen al universo mapuche- y al parecer también sujeto letrado. Por momentos, esta situación ha originado cierto grado de confusión en el análisis de los documentos, a lo que se suma que en esta etapa indistintamente un lugar puede aparecer sindicado en uno u otro departamento. Lo que sí está claro, es que en la actualidad –así como a lo largo del siglo XX- no existen vínculos concretos entre las familias de Cuyinco y Cayucupil. Probablemente, esto se relaciona con la temática de la supremacía de la residencia sobre el linaje, pero de 72 Así por ejemplo, el 30 de noviembre de 1876 se decreta: “ Considerando: que estando determinado de un modo claro y preciso en el artículo 6° de la Ley de 4 de Diciembre de 1866 que es lo que se considera como terrenos baldíos o de propiedad del Estado, no es lícito a los indígenas pretender otra parte de estos terrenos sino la que determina el artículo 8° de la Ley de 4 de Agosto de 1874; Considerando: que es indispensable reivindicar los derechos del Estado en todos aquellos terrenos que se hayan enajenado indebidamente a los particulares por los indígenas durante esta última década; Decreto: 1° En la celebración de los contratos de venta, permuta, hipoteca, arriendo u otros de análoga naturaleza que intenten hacer los indígenas y en los poderes que confieren para litigar, será menester que se acredite previamente, por medio de una información rendida ante el juez de letras o ante el juez de primera instancia, la existencia del derecho que los indígenas tengan sobre el terreno a que se refiere el contrato o el poder, con especificación de los linderos, extensión y demás circunstancias que permitan formar una idea clara del terreno... 2° A los indígenas que pretendan derecho sobre los terrenos poseídos por el Estado y que no tengan otro campo que cultivar, se les concederá en los terrenos fiscales una hijuela, conforme a lo dispuesto en el artículo 8° de la Ley de 4 de Agosto de 1874. 3º El agente fiscal procederá a la mayor brevedad a entablar las acciones judiciales conducentes al resguardo de los derechos del Estado que hayan sufrido perjuicio con motivo de contratos celebrados sobre terrenos baldíos”. (Informe Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato autónomo mapuche, Volumen III, Tomo II, Primera parte del informe final de la Comisión de Trabajo Autónomo Mapuche, Capítulo II: Territorio y tierras mapuche, p. 869) 73 Otro dato sobre los Melita de Cañete lo entrega Clímaco Hermosilla (2005). Si bien desconoce a los de Cuyinco, indica que Melita corresponde a un “apellido de indígenas poseedores de terrenos en Leiva, parte de los cuales venden a partir de 1870 a las familias Méndez, Fernández, López e Iturra”. 54 haber existido talos lazos74, posiblemente se extinguieron producto de que finalmente “el territorio lafkehche se encuentra aislado por fuertes…fortines en los pasos de…Cayucupil…en la Cordillera de Nahuelbuta...”75 2.2. LETRADOS NO OFICIALES EN EL CONTEXTO “LEGAL”. Pese al irregular procedimiento en el que se constituye propiedad en la zona, el conocimiento de la escritura y de la lectura del castellano, posibilitó restringir en parte el catastrófico escenario. Algunos integrantes de la familia Melita, son partícipes de un número bastante considerable del total de las transacciones acaecidas en la Notaría de Lebu, sobre todo en aquellas que involucraron en una de las partes a la población mapuche de la zona; desempeñando una labor tanto de testigos como de intérpretes, principalmente en escrituras concernientes a cuestiones de tierra y propiedad indígena. A primera vista, para encaminar una panorámica general de los movimientos notariales que involucraban al universo mapuche, se podría establecer que del total de las escrituras registradas en Lebu, en aproximadamente un tercio de las transacciones son copartícipes sujetos mapuche. Al igual que todo contrato notarial, los celebrados en parte por indígenas, requerían de la intervención de un testigo de fe; del mismo modo, en aquellos que actuaban individuos no conocidos por el funcionario notarial, precisaban de la oficiosidad de un testigo de identidad. Pero un aspecto exclusivo de las acuerdos entre mapuche y no mapuche, fueron los límites idiomáticos que obstaculizaron la interlocución; para ello terciaron intérpretes, cuya función fue la de apoyar el diálogo entre las partes, mas no es determinable si realmente participaron en todas las circunstancias que fuese necesario76. En las transacciones compuestas en parte por comparecientes mapuche, quienes la profesaban de testigos, en cerca de la mitad de estos procesos, eran también sujetos mapuche, no obstante, en el caso de la labor de intérprete, el porcentaje de intercesores mapuche tiende a acrecentarse; salvo contadas excepciones lo fueron no mapuche. Por el contrario, en transacciones únicamente entre “huincas”, jamás encontramos a individuos 74 Recordemos que el butalmapu de la costa constaba de tres unidades: Arauco, Tucapel y Purén, esta última, vertiente oriental de Nahuelbuta, por tanto, cordillera como lugar de encuentro. 75 In forme Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato autónomo mapuche , Volumen III, Tomo II, Primera parte del informe final de la Comisión de Trabajo Autónomo Mapuche, Capítulo II: Territorio y tierras mapuche, p. 874 (a su vez, basados en un testimonio de Cornelio Saavedra para el año 1869) 76 “…la comunicación con la burocracia…necesitaba la práctica de la escritura tanto como recurrir al intérprete”( Gruzinki, 1991, p.62) 55 mapuche ejerciéndolas de testigos; excepcionalmente en contadas ocasiones, un sujeto del universo mapuche las ofició en este rol, particularmente lo fueron miembros de la familia Melita. De estos agentes mapuche no oficiales en el escenario notarial, solo algunos manejaban el “secreto” de la escritura. A ellos denominaremos –como ya anticipamos-, letrados no oficiales; actores fundamentales en el espacio de lo cotidiano, que favorecen entre ambos mundos: traspasos, transacciones e interacciones. Aunque no todos los que profesaban estas operaciones eran precisamente letrados, los Melita casi todos lo eran: el cacique mocetón José Miguel, los hermanos Luis, Juan y José, siendo la salvedad el padre de estos últimos, Manuel; descendiente directo de José Melita Navarro cacique de la parcialidad de Cuyinco hasta 1857, año de su muerte. Con respecto a la concurrencia mapuche a la notaría, los datos observados -en el marco fundamentalmente de Lebu, pero también de Arauco y Cañete- expresan, que no se trata de una cuestión aislada; hay un universo indígena que va continuamente a “formalizar” acuerdos y transacciones (comunidades como las de los Melita, Aniñir, Mariqueo, entre otras). No obstante, evidentemente, también hay otro universo amplio que nunca formó parte de esta dinámica, quedando absolutamente fuera de todo certificado, por tanto desplazados decididamente de toda legalidad. Pese a lo anterior, ¿son legítimas las transacciones notariales que realizaban los mapuche con respecto a sus tierras?, ¿por qué el desconocimiento de esta realidad mapuche notarial?, ¿por qué la incredulidad a que muchos de los asuntos en torno a la tierra fueron hechos “legalmente”? Probablemente asumir estas “circunstancias legales” como rótulo, sin un detenimiento adecuado, tendería a aminorar inmediatamente la tónica del engaño que sustenta en algún grado las demandas contemporáneas de los grupos mapuche. Sin embargo, un examen prolijo de estos documentos, posibilita afirmar que pese a que las escrituras están embestidas de un grado de legalidad, no escapan radicalmente a la norma del engaño: la mayor parte de los sujetos mapuche participantes en la dinámica notorial se sitúan en ostensible desventaja; distintos factores inconvenientes se enlazan para ello. Primariamente, por la ambigüedad e imprecisión del cuerpo de leyes y decretos que concernían “sus asuntos” –a lo que ya referimos en un apartado anterior-. Del mismo modo, el tema idiomático -incrementándose por el hecho de no ser regla general la figura del intérprete, intensifica la posible intervención del notario o a una maniobra fraudulenta de la otra parte. Asimismo, finalmente, otro obstáculo probablemente lo constituye el proceder 56 mismo de la institución notarial; ciertamente algunos vislumbraron en la notaria una actividad de “escritura, vinculada con frecuencia a la voluntad de sobrevivencia…a la intención de conservar los bienes…” (Gruzinski, 1991, p.12), sin embargo, es posible que una parte importante del universo notarial mapuche, desacostumbrado a estos procedimientos, no haya comprendido cabalmente o se haya visto embaucado a comprender erráticamente –por acción engañosa de los otros interesados- , la real naturaleza de los contratos. 2.2.1. José Miguel, Juan, José y Luis Melita: Letrados en la Notaría. Visiblemente, la familia Melita forma parte del aquel segmento mapuche privilegiado, que frente a la práctica de la escritura –relacionada con la perpetuación- instituyó una tradición al respecto. Atribuiremos a José Miguel Melita, la primera posición como letrado no oficial de la familia Melita; sobresaliendo como testigo firmante e intérprete juramentado en una serie de transacciones que involucraban como copartícipes a sujetos del mundo mapuche. La referencia más temprana data de 185277. Puntualmente el testigo José del Carmen Guaquibil de 50 años, declara: “en el año cincuenta i dos (1852), reunidos los casiques principales de esta reducción, el casique governador Quintriqueo, José Miguel Melita y Juan Buchal, todos casiques reunidos en junta, declararon i reconocieron por dueños a los Catalanes, y que en cuya junta se encontró él presente, i que antes y después a oído decir que dicho terreno pertenece a los Catalanes”. Esta intervención de José Miguel Melita, sumada a que simultáneamente tanto en el ámbito de las parcialidades como en la esfera ampliada de Tucapel se están desenvolviendo respectivamente José y Miguel Melita, reconfirma la participación a nivel de conglomerado familiar; en el que José Miguel se irá aproximando y configurando en la dimensión de poder del espacio público de lo cotidiano. 77 Incluida como parte de un conjunto de “informaciones de testigos” recopiladas el año 1872 por Jacinto Lermanda, representante de Antonio y Juana Catalán, con objeto de argumentar una reclamación de terrenos, las ofrece como prueba al Juzgado de Lebu. (Antonio y Juana Catalán mantienen con Luisa Quintullanque un juicio de reivindicación de terrenos sobre el potrero ‘Pangueco’. Según Lermanda, este potrero “pertenecía en dominio i propiedad” a los hermanos Leonardo y Andrés Catalán. Luisa Quintullanque sería sólo una administradora a nombre de los Catalán, quienes primeramente, habrían dejado como administrador a Juan Buchacura, al morir este, pasó a su hijo Francisco Colillanca, y al morir éste, la administración pasó a su esposa, la citada Luisa Quintullanque. Específicamente, Antonio Catalán, no pudo tomar posesión del potrero en el año 1850, debido “al alzamiento general de los indios”. ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 3, escritura N°4, 1872. 57 Con respecto a las fuentes documentales y al considerable patrimonio que constituyen las notarías, la de Lebu, en sus primeros volúmenes –desde el año 1869 al 1871-, da cuenta del vehículo que constituyó el letrado José Miguel Melita para la comprensión entre ambas sociedades. Destacan dos escrituras en las que actúa como testigo e intérprete, en las que es posible leer su firma78, no siendo estas las únicas referencias79. José Miguel Melita abandona el desempeño notarial el año 1871 por motivos imposibles de determinar. Después de él, nunca más se hablará de “caciques Melita”. Sin embargo, el turno como letrados no oficiales, les corresponderá a sus parientes: los hermanos Juan, José y Luis Melita, hijos de Manuela Catrimán y Manuel Melita -descendiente del cacique José Melita Navarro-, quien igualmente participa de manera no oficial en la notaria, no obstante, sin dominio de la escritura. El primer registro notarial de este núcleo familiar es de 1876; ocasión en la que de manera simultánea se despliegan como intérpretes juramentados tanto Manuel Melita como su hijo Luis80. Solo en dos momentos más veremos a Manuel Melita oficiándolas como testigo, en 1876 y en 1883; en ambas circunstancias, sujetos mapuche lo requieren como testigo para justificar identidad en escrituras de mandato general, en las que confieren poderes de representación en juicio relativos a sus terrenos menoscabados por individuos no mapuches81. 78 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol.2, N°61, 20 de junio de 1871. Mutuo. Las indígenas Marucha Millarai y Rosa Caucau, por medio del intérprete juramentado José Miguel Melita, se obligan a dar y pagar de mancomun et insolidium, a don José María Molsálvez la cantidad de 200 pesos que les ha prestado. Firma de José Miguel Melita Lebu Vol.2, N°2, 3 de enero de 1871. Mutuo. El indígena Pascual Ancatén, quien me presentó por testigos a don Salvador Peña y a José Miguel Melita, se obliga a dar y a pagar a don Santiago Zúñiga, la cantidad de 600 pesos por el término de dos años”. Firma de José Miguel Melita. 79 Otras referencias a José Miguel Melita como testigo en ARNAD: Fondo Notarios Lebu. Vol.1, N°97, 1869 Mutuo entre Pedro Yevilao y Miguel Aniguir, por la suma de 56 pesos. N°104, 19 de julio 1870, Mutuo. Juan Catrileo, Juan Lincolao, Pedro Yevilao, Pascual Llancao, José Virquilao y José Pilcoman, se obligan a pagar a Roberto H. Mackay la cantidad de 147 pesos que les ha prestado con el interés del uno y medio por ciento mensual, pagaderos al vencimiento de este contrato, por el término de seis meses contando desde la presente fecha. Vol.2, N°87, 24 de agosto de 1871, Mutuo. Los indígenas José Lonconao y María Rosa Ampuri(sic), viuda y libre administradora de sus bienes, se constituyen deudores por si en favor de don Cirilo Sepúlveda, el primero por la suma de 114 pesos y la segunda por la cantidad de 173 pesos de que se confiesan recibidos, por el término de cinco años. 80 (Aproximadamente 25 sujetos mapuche; mujeres y hombres)…”se reunieron con el objeto de proceder al nombramiento de un juez compromisario que divida los bienes pertenecientes a la sucesión de Juan Machacan de quien son legítimos herederos los parecientes, se procedió haciéndose entender los interesados por medios de los intérpretes juramentados Manuel Melita y Luis Melita, por medio de los cuales expusieron, que nombraban juez partidor al abogado don Coriolano Vera…La presente acta, solo la suscriben el señor Juez y uno de los intérpretes por no saberlo hacer el otro ni los interesados que han concurrido”. Firma de Luis Melita, en acta fechada en Lebu el 5 de Junio de 1876, pero referenciada y encontrada en ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 7, N° 154, 1876. 81 ARNAD: Fondo Notarios Lebu. Vol. 7, N° 262, 22 de Noviembre de 1876. Mandato General: don Manuel Huenumilla vecino de Arauco, justificó su identidad por medio de los testigos don Benito Yevenes y don Manuel Melita, y expuso que confiere poder general amplio para representación en asuntos judiciales y extrajudicales a José Segundo Ruiz. Firmando solo el testigo Benito Yevenes por no saberlo hacer el otorgante ni el otro testigo. Vol. 26, Nº86, 16 de abril de 1883, Mandato Especial: los indígenas Juan Viluguir y Rosa Antiguanqui y el marido de esta Manuel Neculpí (testigos Antonio Díaz y Manuel Melita) confieren poder a José Vicente Peña para que rescate de don Basilio Barriga un retazo denominado Quelihue, 4º sub. depto. de Cañete, a virtud de una cantidad de pesos que le adeudan. 58 Paralelamente, a partir del 1879, hace su aparición como letrado no oficial, José Melita; sin duda de los tres hermanos, el más imbuido en materias notariales, dado que ejerce funciones no solo como testigo82 o intérprete 83 , sino que también como mandatario o represente de otros mapuche para llevar a cabo reivindicaciones de tierras. Primeramente –por casi dos años84- lo será por su padre Manuel Melita, posteriormente lo representará en 188785-. Asimismo, también lo fue del “indígena españolizado” Francisco Catrimán; seguramente pariente suyo por el lado de su madre Manuela Catrimán86. A su vez, el testimonio oral de los actuales miembros de la familia Melita, revela la notoriedad de José Melita como letrado no oficial, incluso lo asocian ejerciendo roles como juez y notario, pese a que a nivel documental los antecedentes no dan cuenta de ello. Estos sujetos “…aprenden pues a leer y a escribir…, y…logran progresivamente llegar a funciones importantes en el seno de la comunidad siendo…” (Gruzinski, 1991, p.72) en el caso de José Melita, mandatario y representante de otros indígenas. José sí fue educado. Antes no se iba a la universidad pero se iba a colegios donde se podía estudiar leyes…José Melita fue juez y notario en Lebu, el hermano de Juan Melita, o sea, el tío de Pedro. Juan Melita es el padre de Pedro Melita que es el padre de Pascual Melita. El 82 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol.15, 1879, N°75. Mandato especial. Dos no mapuches sobre el fundo Pilpilco. Testigos: Pedro Mathinson y José Melita. Vol.37, N° 85, 25 de Abril 1887. Mandato general. Poder general amplio entre no mapuche. Pedro Torres acredita identidad personal por medio de la declaración jurada de los testigos don José Melita y don Simón Carvallo. Hay firma de ambos testigos y de los comparecientes. Vol.37, N° 108, 10 de Mayo 1887. Venta. C. Torres acredita su identidad por medio de los testigos M. Sanhueza y José Melita y expone que da en venta a Simón Carvallo las acciones y derechos que por herencia posee en el título Trihueco, 5° sub. de este depto. Firma de José Melita. 83 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 29, Nº101, 16 de mayo de 1884. Declaración. La indígena Luisa Loncolí, siendo testigos e intérpretes José Melita y Juan José Arraigada, expone que se las reconozca con derecho a un retazo de terreno en el fundo “Curaco Alto”, situado en la 2º subdelegación de este departamento. Declara por el presente instrumento, que Chavela Loncolí es su hermana por parte paterna i materna e hija del padre común Felipe Loncolí i de la madre común Petrona Mehuillanca(sic), ambos ya finados; los cuales fueron casados según el rito o costumbres indígenas; i que Josefa Catrimán es sobrina de la otorgante como hija de su hermana Antonia Loncolí, casada también según el rito indígena con Francisco Catrimán. Presentes también en este acto Chavela Loncolí casada con Francisco Catrimán i Josefa Catrimán i su marido José Melita; todos domiciliados en este departamento, mayores de edad, quienes justificaron su identidad por medio de los testigos arriba expresados, expusieron por medio de los mismos intérpretes: que siendo escueto lo declarado por Luisa Loncolí, aceptan como verídica la presente declaración. *Se previene que en lugar de José Melita –que ha debido inhabilitarse por estar compareciendo- ha servido de testigo de conocimiento e intérprete jurado Lorenzo Antimán. Firma de José Melita. 84 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol 3, N°58, 28 de marzo de 1885, Mandato general, Manuel Melita otorga un mandato general a su hijo José Melita, para que gestione en caso necesario los terrenos de que es dueño en los lugares de Cuyinco y Pilpilco. Vol. 34, Nº311, 22 de diciembre de 1886, Sustitución de poder. Don José Melita expone que delega en todas sus partes, en cuanto tenga relación con el fundo Pilpilco ubicado en este departamento, el poder general que le confirió su padre don Manuel Melita, por escritura otorgada en veinte i ocho de marzo de mil ochocientos ochenta i cinco. Vol.37 N° 253, 17 de Noviembre 1887, Revocación de Mandato. Manuel Melita viene a revocar en todas sus partes el poder general que con fecha 28 de Marzo de 1885 tiene conferido ante el Notario suplente de esta ciudad, a favor de su hijo José Melita. Revoca a si mismo todas las sustituciones o delegaciones que con motivo de ese mandato haya podido hacer su expresado hijo, dejando a todos en su buena reputación y fama. Así lo dijo, y no firmó porque expresó no saber 85 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol.37, N° 107, 10 de Mayo 1887, Mandato especial, Don Manuel Melita confiere poder especial a su hijo José Melita para que según instrucciones que tiene recibida, proceda a celebrar con el abogado don Nazario Soto y otro, si fuere preciso un contrato de iguala por la cual dichos señores se comprometan a defender en segunda instancia, un juicio sobre petición de herencia que tienen iniciado de pareciente Pablo Quintriqueo y otros. 86 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 34, Nº178, 27 de agosto de 1886, Poder general, El indígena españolizado Francisco Catrimán, siendo testigos José María Huaiquiñir y José Garrido, confiere poder a don José Melita para que en su nombre entable demandas contra los poseedores del fundo Calcahuin ubicado en el departamento de Arauco. 59 papá de Juan era casado con la Catriman, Manuel. El hermano de Juan era José, ese fue el 87 que estudió (Gloria Vinett, septiembre 2006) . La información del año 1876, relativa al universo electoral de la zona, evidencia la posición ocupada por los Melita. Destaca que son los únicos votantes de origen mapuche en esta sección. Para los preceptos de la época, por tanto, considerados ciudadanos. Cuadro 4: REGISTRO ELECTORAL DE LA SECCIÓN 1° DE LA SUBDELEGACIÓN 3° DEL DEPARTAMENTO 88 DE LEBU . PROVINCIA DE ARAUCO (AÑO 1876). Apellido paterno y materno Soto Alarcón Pereira Soto Melita Catriman Mathinson Corazado Villaruel Vargas Sáez Garrido Melita Caucau Melita Catriman Aguayo Velásquez Molina Venegas Castillo González Elgueta Hernández Hernández Salazar Hidalgo Vidal Nombre Miguel José Félix Luis Pedro Juan Andrés Juan José José Juan José Ningen Pedro Nolasco Luis Juan Francisco Pablo Lugar nac. Tomé Hualqui Lebu Talcahuano Chiloé Arauco Lebu Lebu Santa Juana Santa Juana Anjeles Panquil Tomé Penco Residencia Cullinco Cullinco Cullinco Cullinco Cullinco Cullinco Cullinco Cullinco Cullinco Cullinco Cullinco Cullinco Cullinco Cullinco Estado Soltero Casado Casado Casado Casado Viudo Casado Soltero Casado Casado Casado Casado Soltero Casado Profesión Agricultor Carpintero Agricultor Agricultor Agricultor Agricultor Agricultor Agricultor Agricultor Agricultor Agricultor Agricultor Agricultor Agricultor La constitución política vigente en ese momento era la de 1833, que en lo concerniente a la ciudadanía, señalaba que: "Son ciudadanos activos con derecho a sufragio los chilenos que habiendo cumplido 25 años, si son solteros y 21, si son casados, y sabiendo leer y escribir, tengan alguno de los siguientes requisitos: una propiedad inmueble o un capital invertido en alguna especie de giro o industria y el ejercicio de una industria o arte, o el goce de algún empleo, renta o usufructo"89. En otras palabras, se requería ser chileno (masculino), adulto, letrado, asalariado y propietario. En 1881, se suman otros sujetos de apellido mapuche al registro de votantes de Lebu90; a un año de que las reformas constitucionales ampliaran el universo elector91. En el recorrido en torno a las funciones notariales del núcleo Melita, la aparición de Juan Melita -el tercer hijo de Manuel-, hasta el momento se ha restringido a la comparecencia; continuamente definido como “indígena españolizado”. Su rol más destacado será en el siglo 87 Entrevista realizada por Claudia Chamorro y Rolf Foerster, en la casa de Gloria Vinnet, esposa de Pascual Melita, Cuyinco, septiembre, 2006 88 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, 1876, Vol. 7, Anexo al final del Volumen. 89 http://www.bcn.cl/ecivica/histcons/. Biblioteca del Congreso Nacional. La Constitución: Historia constitucional de Chile. 90 E n la sección primera, correspondiente a la subdelegación 1º y 2º del departamento, aparecen registrados: Pedro Huenul Catricura (nacido en Morguilla, con residencia en Ar), Francisco Javier Güilipan Arévalo (nacido en Arauco, con residencia en Ar), (Domingo Aillán Merino, nacido en Santa Juana, con residencia en Boca Lebu). Por su parte, en lo respectivo a la sección primera de la subdelegación 5º del departamento, aparecen: Juan Manuel Calbul Meligüir (nacido en Vega de Lebu, con residencia en el mismo lugar) y José Melita Caucao (nacido en Cupaño, con residencia en Cuhinco). ARNAD: Fondo Notarios, 1881, Vol. 21, apéndice, sin Nº, sin fecha. 91 Disponiendo que son ciudadanos activos con derecho a sufragio los chilenos, con 21 años de edad, letrados e inscritos en los registros electorales. 60 XX, donde se destaca su desempeño como vocal de mesa en la junta inscriptora de Los Álamos en 191492. El “español” como categoría se sigue utilizando para fuentes republicanas: en el contexto de la asimilación del pueblo mapuche al Estado, cobra sentido esta continuidad y reconstrucción, al mismo tiempo que adquiere significado la aceptación de esta por parte de los sujetos mapuche: o quedarse en la subordinación total o desplazarse hacia otra categoría. Pese a que el contexto general, posicionó al universo mapuche en una indiscutible desventaja con respecto a la parte no mapuche, la presencia y el despliegue de la familia Melita en la esfera pública notarial de Lebu de la segunda mitad siglo XIX, sin duda es fundamental; contribuyeron al entendimiento y favorecieron el diálogo entre ambas sociedades. Coexistieron junto a ellos otros mapuche letrados, quienes también se desenvolvieron como letrados no oficiales y que al igual que nuestros protagonistas, desarrollaron estrategias que les permitieron ejercer funciones como vehículos de entendimiento. 93 Cuadro 5: PRINCIPALES LETRADOS MAPUCHE: TESTIGOS E INTÉRPRETES . Juan Manuel Calbul Lorenzo Quilamán Francisco Quintriqueo Juan Antonio Huircamán José María Leviluan Francisco Manuel Namoncura Ignacio Llancapán Miguel Llancao Juan de Dios Llancalio Pedro Huenul 92 Archivos Notaria de Lebu, L ibro de protocolo corriente, año 1914, Acta junta inscriptora. En Los Álamos a 21 de Junio de 1914, dando cumplimiento del artículo 27 de la ley de Elecciones de la Junta Inscriptora que suscribe, deja constancia que durante los 20 días que ha funcionado la Junta se han inscrito 276 ciudadanos en los registros correspondientes a la 5º sub. y 49 ciudadanos en los registros correspondientes a la 6º sub., en seis ejemplares de la 5º y en tres ejemplares de la 6º, habiéndose por consiguiente ocupado los 9 registros que el comisario recibió de la Notaria; y que los vocales han sacado copia por duplicado de esta acta. Firman los vocales: Ismael Villa, Pedro Salgado, Juan F. Medina (esposo de Marcelina Melita), Pedro Vigueras y Juan Melita. 93 Información extraída de los tomos de ARNAD: Fondo Notarios Lebu, siglo XIX. 61 CAPÍTULO III SIGLO XIX: TERRITORIO. El espacio territorial ocupado por los mapuche ha sufrido una serie de transformaciones desde el arribo español hasta el día de hoy producto de una cadena de pérdidas de tierra que han generado un conflicto con diversos actores dependiendo del contexto. Consecuencia de lo anterior, entre otros eventos, se han presentado una serie de demandas por parte de los afectados y se han implantado algunas medidas procedentes del Estado chileno. De ahí que el conflicto territorial –de pérdida, demanda y recuperación- sea de naturaleza histórica; asumiendo procesos y momentos de mayor protagonismo. Sin escapar a esta situación, la Provincia de Arauco manifiesta ciertas excepciones en relación al escenario general, por sobre todo derivadas por quedar en gran proporción al margen del universo reduccional, esto es, que en la mayor parte de su extensión no se aplica la Ley de 1866 que radicó a los indígenas a través de la entrega de títulos de merced. En ese sentido, su legislación es irregular: la aplicación del sistema reduccional es menor en comparación a otras áreas, y por ende –entre otras consecuencias- la constitución de la propiedad presenta características diferentes. Siguiendo a Foerster (2006)94, a grandes rasgos para –el ámbito reduccional de- la Provincia de Arauco se habla de tres pérdidas sustanciales. La primera, corresponde a la instalación espontánea de población incluso antes del 1850, en las que los mapuches de la zona de Arauco y Lebu son expulsados de sus “tierras ancestrales” hacia el sur de Cañete; de ahí que la ley reduccional se aplique –en la mayoría de los casos- sobre lugares no ancestrales. Posteriormente, el Estado Nacional a través de los títulos de merced del sistema reduccional, reconocerá sólo algunos segmentos de estos “nuevos territorios mapuche”; sucediendo lo mismo en aquellos pocos casos que conciernen a “tierras ancestrales” 95 . Finalmente, como tercer acontecimiento, el fin de las reducciones llevará a experimentar una pérdida producto de la entrega de títulos individuales; mayormente por usurpación, pero también significativamente por la instalación de escuelas, caminos, empresas forestales, etc. 94 Y la noción de triple pérdida. Víctor Toledo refiere sobre todo a este punto en su análisis sobre las tierras ancestrales, no considerando como factor la instalación espontánea de colonos a mediados del siglo XIX. Plantea que las tierras ancestrales, las “tierras antiguas”, fueron arrebatadas por el Estado chileno recién a fines del siglo XIX. Siendo tierras sobre las cuales aun se mantienen derechos, el vínculo de la memoria y los lazos colectivos primordiales. En “Las tierras ancestrales y el desafío de la implementación de las recomendaciones del Comité de Derechos Humanos de ONU”. Toledo Llancaqueo (2007). 95 62 Así, como la mayor parte de la Provincia queda fuera del sistema de reducciones, las tierras mapuche no radicadas, quedaron expuestas a ser usurpadas, entregadas y rematadas, además de factibles de ser transadas ya sea de forma regular o irregular. Unos pocos consiguieron permanecer en sus territorios, incluso en sus tierras ancestrales, logrando conservar aquellos lugares habitados por sus ascendientes; no por haber quedado marginados de la dinámica territorial, sino más bien por haber participado en el escenario notarial de movimientos, interacción y negociación, desarrollando estrategias de participación, con las que lograron alcanzar resultados exitosos. La familia Melita constituye una de estas excepciones. En su experiencia, hay una clara y concreta continuidad territorial en su “parcialidad”. Han logrado preservar este espacio como propio, a un nivel no comparable, al menos con los otros caciques señalados para el siglo XIX. Del mismo modo, sus condiciones de conservación del territorio son inusuales, actualmente este se compone de 1800 hectáreas a nivel de familia extensa; número bastante considerable si lo comparamos con el escenario de la mayor parte del pueblo mapuche en Chile96. Por medio de esta reconstrucción, además se puede indagar en la irregularidad de los procesos territoriales de constitución de propiedad en la zona. Por último, también es factible conseguir una aproximación al valor que adquirió la defensa y preservación de la tierra de los Melita en el imaginario de una provincia completa. Como muchas otras comunidades de la zona, la de los Melita queda al margen del sistema reduccional dictado en 1866 -que opera hasta la década del 1920 por medio de una Comisión Radicadora que determina, delimita y “entrega” arbitrariamente los terrenos- al que se pone fin dividiendo las comunidades reduccionales. Por consiguiente, al no habérseles radicado su tierra a través de títulos de merced que avalaran y reconocieran su propiedad, su territorio subsiste a disposición del “mercado” y del movimiento territorial, por tanto, queda factible de ser asignado, ocupado, rematado y transado. De ahí que sus tierras y su historia, comiencen a verse “afectadas” por una incesante dinámica combinada de compra-ventas, 96 En comparación, entre 1994 y el 2000, se habrían incorporado en el país al patrimonio indígena, o estarían en vías de incorporarse, a través de CONADI, un total de 170.357,81 has., beneficiando a 8.619 familias indígenas, en su gran mayoría, destinadas a personas o comunidades mapuche. Por tanto, alcanzándose un promedio 19,76 has. por familia (Fuente: CONADI, en Aylwin, 2002). 63 arrendamientos, hipotecas, mutuos y reclamaciones de propiedad, -entre otros eventos-, en los que intervienen chilenos, colonos extranjeros e incluso sujetos indígenas; generándose así, interminables problemas legales relativos a la validez de las escrituras e inherentes a los límites territoriales. 3.1. CUYINCO Y SUS LÍMITES. “La historia cuenta que la familia Melita es natural de la zona. Nosotros somos si no los más antiguos, unos de los más antiguos seres vivientes de esta zona. O sea, mucho antes de la llegada de los españoles, pero nosotros tenemos conocimientos de documentos escritos de 1800 y tanto. Efectivamente, el fundo Melita tenía alrededor de 20 mil hectáreas en sus inicios, 97 llegaba desde las cordilleras [de Nahuelbuta] hasta el mar” (Lautaro Melita). Las referencias del siglo XVIII relativas a los caciques Melita, no revelan de manera específica el lugar que habitaban; generalizadamente se les sindica al butalmapu de la costa que abarcaba las áreas de Arauco y Tucapel. En 1849, a través de José Melita, cacique principal de Cuyinco, por primera vez aparecerán asociados a este espacio concreto. Sin embargo, habrá que avanzar hasta 1857, para encontrarnos con una primera descripción demarcatoria de “Cuinco”, inauguralmente perteneciente al departamento de Arauco, pero que conformará el de Lebu, una vez instituida su jurisdicción en 1869. “Los Ángeles, 4 de diciembre de 1857...ante el Señor Intendente [...] compareció el indígena Manuel Melita, quien hablando el español dijo, que su padre D. José Melita muerto como un mes a la fecha, habría dejado pendiente un juicio que le promovió el Cacique D. Juan Hueramán a principios del año anterior sobre derecho a un potrero llamado Cuinco, sitio en el Departamento de Arauco de esta Provincia, cuyos linderos son, al Norte el estero Cuinco, al Sur el estero de las piedras, al Oeste el estero Cuinco i al Este el estero de las piedras. Que como único heredero legítimo del citado padre i representando su derecho, daba su poder 98 especial a D. Matías Rioseco para que lo represente en el mencionado juicio… No es paradojal que la primera noción demarcadora de Cuyinco, sea expuesta por una escritura notarial envuelta en una controversia, ya que desde mediados del siglo XIX y durante todo el siglo XX, se verá implicado en una serie de polémicas respecto a su dominio, las que se irán entrelazando con toda una dinámica que tácita y sobrentendidamente reconoce a los Melita como propietarios, y que por tanto, les permite llevar a cabo acciones como tales. Estarán insertos en un doble movimiento que por una parte; cuestiona su potestad sobre Cuyinco: conflictos, juicios, reclamos; pero que a la vez, les reconoce “los terrenos Melita” para celebrar arrendamientos, ventas, donaciones, testamentos e hipotecas. 97 98 Entrevista a Lautaro Melita, Los Álamos, 2005. Archivo Nacional (AN): Fondo Intendencia de Arauco, Vol. 44, 1857, escritura nº 30, foja 26v-27. 64 A partir de lo anterior, enfrentamos una de las interrogantes fundamentales de esta investigación: la pregunta por los mecanismos y circunstancias que posibilitan la permanencia territorial de los Melita en -parte de- sus tierras ancestrales, quedando al margen del sistema reduccional: enfrentando el conflicto, y al mismo tiempo, experimentando -de cierta manera- la propiedad. Todo esto, inserto en un trama general de conflictos y transacciones en torno a la tierras en toda la provincia de Arauco, parte de la cual es posible de encontrar en los archivos notariales de la época, que innegablemente deben ser leídos con detenimiento y responsabilidad; reconociendo el contexto total en el que se insertan, dado que de manera incuestionable hay un más allá de las escrituras mismas. “Toda huella escrita se precipita como un elemento químico, primero transparente, inocente y neutro, en el que la simple duración hace aparecer poco a poco un pasado en suspensión, una criptografía cada vez más densa”. (Barthes, 2003) A primera vista, los archivos entregan evidencia importante sobre los movimientos prescritos mapuche: algunos casos de ventas de acciones y derechos, pero sobre todo arrendamientos, hipotecas por causa de mutuo, otorgamiento de poderes de representación, revocación de los mismos y contratos de iguala donde invariablemente son copartícipes sujetos indígenas. 3.2. CONFLICTOS CON OTROS CACIQUES Y SUS DESCENDIENTES. Documentos notariales tanto de Arauco como de Lebu, dejan constancia de los encuentros y las disputas de integrantes de la familia Melita con otras dos “autoridades” mapuche y sus descendientes: Guaramán y Quintriqueo, ambos de la unidad de Tucapel y caciques gobernadores en su momento. El primero, cacique gobernador suplente, pero cacique gobernador por el 1870, y el segundo, cacique gobernador de larga tradición al menos desde la década del 1840, junto al cual Miguel Melita se desempeñaba como su secretario. El cacique Guaramán es el antagonista del primer conflicto de los Melita consignado documentalmente. A su vez Quintriqueo, se emplaza como partícipe de una disputa de múltiples encuentros, que continúa batiéndose contemporáneamente. El que los principales conflictos territoriales de los Melita con otros mapuche, se hayan producido con aquellos que ocupaban el cargo de cacique gobernador, induce a preguntarse si con ello se vislumbra una suerte de soberanía o atribución propietaria -en algún grado- de los caciques gobernadores sobre aquellas parcialidades que constituyen el territorio de su 65 gobernación. De antemano diremos que no, tomando en cuenta que la sujeción de los caciques de las parcialidades a los caciques gobernadores, no debe entenderse como una subordinación real, sino como un intento del Estado chileno de jerarquizar la estructura de poder mapuche en un área bastante amplia a través del nombramiento de un número de caciques gobernadores para toda ella, con el propósito de que ejercieran un poder ya no ficticio y que particularmente, sentaran una especie de alianza con las autoridades chileno administrativas; objetivo inadmisible, en una sociedad segmental que no permite modificarse, a pesar del respaldo a los caciques gobernadores por parte del gobierno (Foerster, Clavería, Menard, 2005). De ahí que resulte más apropiado suponer, que la cercanía de los caciques gobernadores al mundo hispano chileno, es lo que los predispone e induce a entrar tempranamente en la dinámica territorial y en la carrera por establecer propiedad sobre ellas; situación que seguramente les lleva a chocar con los caciques de las parcialidades, quienes si bien conducen ligeramente las comunidades, son la cara más visible de estas. 3.2.1. Choques con Guaramán Chuffa en su cuadro de 1849, al mismo tiempo que señala a José Melita como cacique de Cuyinco, presenta a Guaramán como cacique principal de Temuco (Chico)99. A fines de ese mismo año, “don Juan Gueramane” figura como cacique gobernador de Tucapel reemplazando al viejo Quintriqueo, en la convocatoria cacical en relación al naufragio del Joven Daniel; José Melita aparece como uno de los trece caciques subalternos a su “alero”. Tres años después, Guaramán junto a los caciques Juan Pilquilao o Zapata de Caramávida y Francisco Antileo de Cuyimpalihue, -todos del área de Tucapel-, llevarán a cabo significativas donaciones de terrenos, a un tal José Manuel Avello; hechos que se registran en la “escritura de donación renunciatoria”, que data del 22 de Noviembre de 1852, y que es llevada a cabo en la “Villa de Santa Juana cabecera del Departamento de Lautaro”. “...los casiques Juan Hueraman, Juan Pilquilao alias Zapata y Francisco Antilao en unión de sus mocetones...dijeron: que por cuanto don José Manuel Avello de esta ciudad les ha hecho varios servicios en la averiguación de los robos de animales que han venido a perseguir, proporcionándoles lo necesario para su mantención durante el tiempo que han permanecido en esta villa y los que les ha ofrecido prestar impidiendo en lo sucesivo que los españoles pasen a sus tierras por la cordillera principalmente por la Caramávida, lugar por donde se manifiesta haberse ejecutado los robos; y deseando como agradecidos y obligados a corresponder de algún modo tan importantes servicios y recompensarle además el obsequio de cien pesos en dinero de que se confiesan recibidos, han deliberado donarle los terrenos 99 Hoy se denomina Temuco Chico, para distinguir de la ciudad de Temuco de la IX Región. 66 que tienen de su propiedad al poniente de la cordillera denominada Piñales nombrada también 100 Caramávida" . ¿A quién pertenecería la cordillera de los Pinales o de Caramávida? ¿A Juan Pilquilao alias Zapata, cacique de la parcialidad de Caramávida? ¿Al conjunto a estos tres caciques? ¿Al cacique Huaramán? ¿A la población mapuche sin distinción? No queda claro, no obstante, es posible dimensionar la significativa extensión de los terrenos donados y la vigencia temporal y legal que esta obtuvo, en un mapa de la zona del año 1929 (ver mapa en anexo 2) Aunque no es posible determinar si esta donación implica para el cacique Guaramán una pérdida significativa de terrenos atribuibles a su persona, sí es evidente dos años más tarde, su elevado interés por las tierras de Cuyinco. Cuya primera pista se encuentra en la ya mencionada escritura de 1857 que delimitaba, por primera vez, a Cuyinco y en la que Manuel Melita se hacía cargo de la demanda interpuesta por Guaramán. En 1858, el juicio sigue su curso en Los Ángeles y Melita designa como su representanta a Juan Saavedra101, vecino del departamento de Lautaro102. Este nombramiento visibiliza la tendencia general de los sujetos mapuche a renovar permanentemente a sus mandatarios en una misma demanda, seguramente por no obtener los resultados esperados. Todo indica que para 1861, el “cacique don Juan Guaramán” está instalado en el potrero “Cullinco”. En este contexto, Manuel Melita facultará a su hijo Luis como encargado de emprender las acciones legales necesarias para hacerle frente103. Ese mismo año, Manuel Melita tendrá que hacer frente a la petición de herencia que exige la esposa de su padre, María Rojelia Fica104; no quedando claro si los bienes que reclama son relativos al fundo Cuyinco, pero si revelando que el “viudo” José Melita Navarro del que hablaba Brancadori, ya no estaba “solo sin tener quien le haga de comer, quien le lave y quien le costuree”105, sino que había contraído matrimonio en segundas nupcias106. 100 Archivo Nacional, Fondo Judicial de Lebu, Caja 3, causas civiles 1876-1879, Expediente n° 41, en Foerster, Menard, Clavería (2005). 101 ¿Estaría emparentado con Justo Saavedra de Tomé, sujeto al que se le dio en “préstamo” su hermana?, probablemente sí. 102 En A.N., Intendencia de Arauco, Vol. 44, 1858, N°28, f.:5 – 56. 103 A.N., Notarios de Arauco, Vol. 3, N ° 93, 20 de mayo de 1861. Poder especial. Manuel Melita a su hijo Luis. Manuel Melita dijo: que confiere poder especial a su hijo Luis Melita, para que entable las acciones convenientes sobre la propiedad del potrero titulado Cullinco, ubicado en la séptima subdelegación, y de cuyo potrero se ha apropiado indebidamente el Cacique don Juan Guaraman. 104 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 3, N ° 141, 31 de agosto de 1861, Poder especial. María Rojelia Fica a don Francisco José del Río. María Rojelia Fica dijo: que confiere poder especial, bastante y el necesario, a don Francisco José del Río, para que reclame de Manuel Melita, los bienes que a la otorgante corresponde como legítima esposa de José Melita, finado ya. 105 AN, IC, Vol.209, f.235, 1847. En Foerster, Menard y Milos, 2006. 106 Recordemos que la primera esposa y madre de sus hijos es Manuela Catrimán. 67 La resolución de la problemática de los Melita con Guaramán no quedará esclarecida cabalmente, sin embargo, casi diez años después del último suceso consignado, es posible seguirle la pista. Un documento de 1870107 señala a don “Juan Huaraman” como cacique gobernador, compareciendo junto a otros caciques en un asunto conectado con aquella extensa donación de veinte años atrás: Huaraman, nuevamente con el cacique don Francisco Antileo y ahora también con el cacique don Francisco Guentelao, -junto a quince mocetones, entre ellos, dos mujeres108-, comparecen para determinar la fijación definitiva del límite poniente del terreno donado al finado don José Manuel Avello en 1852, situación requerida por los familiares de este último: “...vinieron de común acuerdo...a fin de evitar dificultades en los sucesivo” y señalaron que entre el fundo Caramavida perteneciente a la testamentaria Avello y los terrenos que ocupan los indígenas comparecientes, la línea divisoria está dada por río Tucapel: desde la entrada del estero Quelenquelen y el estero Ñeicurregue -llamado también Caramávida- hasta el nacimiento de este, y de allí, una línea recta hacia el norte hasta tocar con el estero Pilpilco, sin perjuicio de los terrenos y los derechos que pudieran tener los Melitas entre la línea al lado de Pilpilco…ambas partes quedan conformes con la línea divisoria fijada y se compromete cada una…en que será respetado en todo tiempo”. Se advierte que las tierras ocupadas por Guaramán difieren de las de Melita, reconociéndose concretamente la propiedad de estos últimos, con especial acento en demarcar cuáles son sus terrenos y derechos; incluso sin estar ellos presentes en la declaración. Todo indica que el cacique gobernador ya no está instalado en zona Melita, pero sí limitando con estos, lo que quedará confirmado en sucesivas escrituras notariales; que no solo precisan cuáles son sus terrenos en ese momento, sino que además lo presentan como un activo vendedor de los mismos. Cuadro 6: VENTAS REALIZADAS POR JUAN GUARAMÁN. COMPRADOR NOMBRE DEL RETAZO PRECIO 109 Eusebio Sáez Temuco 4000 110 Felipe Mora Chimeco 500 111 Pedro Moraga Coihuerehue 1000 112 Gregorio Villagrán Palihue 1200 113 José M. y Delfina López En el terreno Paso de Los Avellanos 550 107 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 1, 12 de diciembre 1870, octavo y último documento anexado al final Juan Guenuman, Juan Pirquilao, Ignacio Liencapí, Ignacio Carilao, Juan Guenchunao, Luisa Llanquileo, Juana Pichiguala, Juan Huenchuleo, Pascual Paillao, Pascual 2 Paillao, Cansillo Millaguala, Francisco 2 Antileo, Francisco 3 Antileo, Francisco Cayupi, Juan Poerique y Juan Buchacura. 109 En febrero de 1876 Juan Huaramán: "habiendo efectuado los trámites exigidos por el decreto de esta Intendencia del 27 de diciembre último, vende a Eusebio Sáez un terreno de su propiedad denominado Temuco…de 500 cuadras aproximadamente...por el precio…de 4000 pesos”. ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 8. N° 45. 2 de Febrero de 1876 110 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 8. N° 91. 12 de Abril de 1876 111 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 8. N° 92. 20 de Abril de 1876 112 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 8. N° 113. 12 de Mayo de 1876 retazo denominado de 120 cuadras, limitando al poniente con terrenos de Manuel Melita, separados por el estero Cuyinco 113 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 8. N° 161. 19 de Julio de 1876 limitando al norte por el estero Lajas que lo separa del terreno Cuinco de propiedad de Manuel Melita. 108 68 José M. y Delfina López Manuel Quidilao 114 En el terreno Posesión del Molino 115 El Molino 50 200 La más trascendental es la venta de 500 hectáreas de Temuco (Chico); aquella parcialidad a la que se lo identificaba como cacique principal. En lo consecutivo, no encontraremos presente a Juan Guaramán en ningún tipo de documento, sin embargo, al parecer estas ventas no significaron un desplazamiento o unas desaparición de los Guaramán en la zona; finalmente por el 1890, aparecen localizados nuevamente en la 5º subdelegación, próximos al camino hacia Los Pinales116, emplazados en el fundo “Los Avellanos” y llevando a cabo movimientos notariales en torno a este117. 3.2.2. Problemática con los Quintriqueo y las Mariqueo: Arrendamiento, cesión de derechos, poder especial, iguala, revocación, venta, cancelación. Un segundo conflicto territorial entre los Melita y una familia cacical, es el experimentado con los Quintriqueo; contienda que se inicia en el siglo XIX pero que en cierta medida repercute hasta nuestros días118. Según los antecedentes de los misioneros franciscanos, José María Quintriqueo es quizás el cacique gobernador de más larga data en el área extensa de Tucapel; emplazado como tal con anterioridad a 1840, por tanto, antes de la instalación de la misión con la cual ve confirmada y consolidada su posición. Siguiendo la ya detallada categorización de Chuffa de 1849, Quintriqueo se ubica en el extremo superior de la “jerarquía cacical” sobre otros “cargos subalternos”, entre ellos, el que desempeñaba Miguel Melita. Al mismo tiempo, deja en claro que “...los caciques, están ligados a territorios discretos, es decir, a comunidades 114 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 8. N° 162. 19 de Julio de 1876. Llama la atención que tres meses antes, Huaraman confería poder especial a José Luengo para que reclamara judicialmente de la familia López, el terreno denominado Los Avellanos y el terreno denominado Posesión del Molino, poseidos indebidamente por esta (Vol. 8. N° 103. 29 de Abril de 1876) de 6 cuadras aproximadamente, limitando al norte y al oeste, con el estero Lajas que lo separa del terreno de Manuel Melita, 115 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 8. N° 162. 19 de Julio de 1876. Se especifica que el contrato de venta a celebrar es con el indígena don Manuel Quidilao, o sea, una transacción entre indígenas, la que al igual que las ventas anteriores, exigía la realización de los trámites exigidos por el decreto de la Intendencia del 27 de diciembre último. 116 ARNAD: Fondo Notarios Lebu , Vol. 46, 1894, n ° 220:...Huaraman “por únicos y exclusivos dueños” del fundo ‘Los Avellanos’ o ‘Molino’ (5ª y 7ª sub., depto Lebu). Los deslindes...: poniente;...terrenos de la sucesión de Manuel Melita. Vol. 89, 1891, Nº4...Cuyinco...limitando al sur con la Caramávida, separado por el camino de los Pinales, terrenos de los Huaraman... 117 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 44, Nº 165, 15 de Junio 1892, Francisco y Juana Hueraman recibiendo suma de dinero de Oviedo, le venden a este un retazo de terreno denominado “Los Avellano”. Vol. 44. Nº 201, 2 de Agosto 1892, Antonio Carrasco como mandatario de María Huaraman, Luis Quilaqueo, Francisco Alcamán, según poder, da en arrendamiento a R. Peña un retazo de terreno de ellos ubicado dentro del título Los Avellanos, 5° y 7° sub. de este depto. Vol. 44. N° 206, 5 de Agosto 1892. A. Carrasco como mandatario de María Huaraman da en arrendamiento a R. Peña el fundo “Loa Avellanos” 5° y 7° sub., de este depto. Certifico que la escritura presedente a quedado sin efecto por desistimiento de las contratantes. Vol. 46, N°220 (cesión de derechos), María Huaraman, José María y Rosa Ñanco y María Ñanco reconocen a Francisco y Juana Huaraman “por únicos y exclusivos dueños” del fundo ‘Los Avellanos’ o ‘Molino’ (5ª y 7ª sub., depto Lebu). Los comparecientes declaran “no han tenido en ningún tiempo derecho que hacer valer al fundo deslindado en esta escritura”. 118 No por una disputa actual entre ambas familias, sino por la dura batalla reivindicatoria que sobrelleva la comunidad Pablo Quintriqueo Huenumán sobre los terrenos de Cuyinco Alto, hoy ocupados por la empresa Bosques Arauco. 69 localizadas, (donde) es difícil, quizá imposible separar los vínculos parentales de los espaciales, denominados uno y otro de la misma manera” (Foerster, Menard, Milos, 2006), es decir, desde el punto de vista mapuche, corresponden a lo mismo. Sin embargo, ni José Quintriqueo, ni ningún otro Quintriqueo, figura en el cuadro del misionero asociado a alguna parcialidad específica. ¿Dónde habita el cacique gobernador Quintriqueo?, ¿en cual de las dieciocho parcialidades del “espacio amplio” reside?, ¿cuál es su “territorio discreto”? A pesar de su patente visibilidad en el espacio amplio, no logra esclarecerse de manera precisa el territorio que ocupa, tampoco el de sus hijos. Del mismo modo, Miguel Melita ayudante de Quintriqueo, no aparece especificado a un terreno determinado, sin embargo, sobra información para verificar que la parcialidad de Cuyinco se enlaza inseparablemente a la comunidad Melita. Así tenemos que la notoriedad de los Quintriqueo, a través de la figura de José como cacique gobernador, repercute –más que nada- a nivel de “espacio amplio”; también instancia de participación del cacique ayudante Miguel Melita. No obstante, el territorio parcial de los Melita no es nada ambiguo, de ahí que planteemos que ellos experimentan una situación única y una condición excepcional dada por una doble visibilidad: al abarcar por una parte, el escenario público pero territorialmente impreciso del “espacio amplio” por medio de la figura de Miguel Melita, y por otra, inconfundiblemente el “espacio discreto” de Cuyinco por José Melita como cacique principal de este. Inclusive se podría hablar de una triple visibilidad si consideramos como tercer elemento el “espacio cotidiano” ocupado por el mocetón José Miguel Melita como letrado no oficial. Por el contrario, el único antecedente sobre un territorio delimitado asociado al cacique Quintriqueo, lo entrega una segunda escritura “de donación renunciatoria”119 extendida en Concepción en 1853; donación que pese a abarcar terrenos de su propiedad, deja establecido que no menoscababa su patrimonio ni el de los demás donantes, no obstante, igualmente no permite extraer concretamente cuáles tierras le corresponden. “…el casique Gobernador, José María Quintriqueo, el casique José Pichiquintriqueo, el casique Juan Mariñan,...Juan Guenuvil que hace de casique y testigo de esta escritura i los mosetones, José Melita,…José Mariqueo hijo del Gobernador José María Quintriqueo…todos los nombrados vecinos de Tucapel departamento de Lautaro i con intervención de los capitanes de amigos….,sin embargo dijeron que entendían el idioma español i estos mismos 119 Que habíamos citado en parte anteriormente en relación a las funciones del secretario Melita. 70 aseguraron bajo juramento llamarse como se han nombrado…dijeron por sí i por medio de los capitanes de amigos que repitieron lo mismo: que por cuanto han recibido de don Ignacio Palma veneficios personales i servicios con dinero, i deseando corresponder los favores, a la buena amistad…como también al ausilio i cooperación que ha prestado para ayudarlos a perseguir algunos robos de animales venían todos en hacerle al referido…donación renunciatoria de un paño de terreno de propiedad de los otorgantes en la cordillera de “Nahuelbuta” frontera del citado departamento de Lautaro, principando donde acaba la donación hecha a don José Manuel Abello por el casique Guaraman, Antileo i Pirquilao, hasta donde terminan las propiedades del casique Gobernador José María Quintriqueo i demás personas otorgantes...Declaran que la donación hecha no hace pobres a los otorgantes ya porque tienen estensos terrenos i bienes de que vivir, ya porque de las tierras donadas no sacan provecho alguno sino que más bien reciben perjuicio por esa parte donde introducen españoles que le roban sus ganados, lo que no sucederá colocándose en ese lugar un amigo 120 como don Ignacio Palma,… Lo que sí es manifiesto, es que tanto la parcialidad de Cuyinco de los Melita como el espacio de Quintriqueo y sus descendientes Mariqueo, son lugares vecinos, que ocupan un área extensa de la zona de Tucapel, próxima a la Cordillera de Nahuelbuta; situación que hace eco en la cúspide del mapa genealógico que hemos construido para esta investigación, quedando demostrando que tanto los Melita, como los Quintriqueo y los Mariqueo, son todos descendientes del mismo tronco familiar. Asimismo, se advierte como el tema del nombre continúa funcionando al modo mapuche. Cuadro 7: EXTRACTO GENEALOGÍA VÍNCULOS QUINTRIQUEO, MELITA, MARIQUEO. _______________ _ _ O = _ Magdalena Painemal Pablo Quintriqueo Navarro __________________________________________________________________ _ _ _ _ O = _ = O _ _ _ = O Mª Rogelia José Melita Manuela Pablo Lepillán Juan Calcicura José Mariqueo María Fica (2º _) Navarro Catriman Navarro Navarro Navarro Cayupil Los antecedentes entregados por Brancadori, Chacón y Chuffa, reconfirman que los Melita y los Quintriqueo mantienen lazos próximos y además afinidades entre ellos –y a su vez ambas familias con los misioneros franciscanos-. Incluso al fallecimiento de José María Quintriqueo en 1854, -un año después de la donación citada-, los misioneros potenciarán que tanto José Melita como Miguel Melita, jueguen un papel fundamental como “apoderados” del que sería el sucesor del cacique gobernador. Es claro que el contexto es cercano y favorable, entonces ¿cuándo empieza el conflicto territorial entre ambas comunidades? Todo indica que se inicia en la década del 1870, veinte 120 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 5, 1874, N°34. Citando escritura extendida en Concepción el 17/enero/1853 e inscrita por parte de la Intendencia de Arauco, en Los Angeles el 8/agosto/1853. 71 años después de la muerte del cacique gobernador José María Quintriqueo, entre las ramas Melita, Mariqueo y Quintriqueo. Exactamente en 1876, con ocasión de la muerte del hijo de José Mariqueo Navarro con María Cayupil121. Para adentrarnos en este conflicto de sucesores, aludiremos a un documento que actualmente está en manos de la familia Fren; descendientes directos de los Quintriqueo del siglo XIX122, que cita una escritura consumada en Lebu el 3 de marzo de 1961, que a su vez se remonta a una sentencia del 22 de abril de 1887 relativa a una demanda de los nietos de José Mariqueo sobre el fundo Cuyinco123. Allí se plantea que José Mariqueo Navarro es padre de Pablo (Segundo) Quintriqueo, a su vez casado con Petrona Antinao124. Este documento informal, también expresa quiénes son los hijos de este matrimonio, y quién ejerce como su apoderado: el “huinca” Quintiliano Hermosilla (este dato se ratifica gracias a información encontrada en notarios de Lebu, que a su vez muestra la polémica en torno a la designación del cargo de guardador de los menores125, finalmente desempeñado varios años por Hermosilla; sujeto también vinculado a un sin número de escrituras en torno a diversas transacciones y negocios en la provincia, en varias de las cuales comprometerá a sus pupilos y también a otros y otras indígenas). De aquí en adelante el fundo Cuyinco les será demandado a los Melita por dos frentes: los Quintriqueo y las Mariqueo; estos dos últimos primos hermanos entre sí, y a su vez ambos primos de segundo grado con los Melita. Cabe mencionar, que los menores Quintriqueo por línea materna Antinao son también herederos del fundo Tren Tren126. 121 La escritura de donación de 1853, plantea que José Mariqueo es hijo del cacique gobernador Quintriqueo. No obstante, el extracto de la genealogía reseñada en el cuadro 7, plantea que José Melita Navarro y José Mariqueo Navarro, serían hermanos y ambos hijos de Pablo Quintriqueo Navarro (muerto de 1802 a 1806 aproximadamente). Pareciera que hay dos José Mariqueo, uno hijo del cacique gobernador y otro, José Mariqueo Navarro, hijo de Pablo Quintriqueo (que al parecer, fallece alrededor del 1860). La otra posibilidad es que esto ocurra por falta de precisión genealógica, y que Pablo Quintriqueo sea el abuelo de José Mariqueo y no su padre. Pero sí todo indica que los Quintriqueo mantienen identificación en generaciones alternas, siendo indiscutible que hay una proximidad parental y territorial entre las tres familias, procediendo todos del mismo ascendiente. 122 Pertenecientes a la comunidad Pablo Quintriqueo Huenumán. 123 Estos antecedentes deben considerarse con precaución, ya que las citas contenidas en este documento, no han sido verificadas, debido a que no hemos encontrados los libros notariales de los que aparentemente emanan. 124 Petrona Antinao era hija de Juan Antinao y Isabel Budaleo, esta última era hija de Basilio Budaleo y nieta de Isidoro Budaleo, ambos caciques de Arauco. 125 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 7, N° 94, 1876,...Quintiliano Hermosilla,…en su carácter de guardador dativo de los menores Luis, Pablo, José y Rosa Quintriqueo, todos hijos de Pablo Quintriqueo y Petrona Antinao. Vol. 7, N° 98, 12 de Mayo de 1876, Discernimiento, Lorenzo Catrileo se presente ante el juzgado solicitando se le nombrara guardador y tutor de sus sobrinos políticos e impúberes Luis, Pablo, José y Rosa Quintriqueo, sin embargo, Quintiliano Hermosilla fue facultado para ese cargo. 126 “…reconocen el dominio de los menores Quintriqueo…que como hijos de Petrona Antinao les corresponde en el fundo Tren Tren, situado en la 3ª subdelegación de este departamento, compuesto como de 200 cuadras y que deslinda como sigue: al sur con terrenos de don Antonio Fernández, al norte el río Quiapo, al este con terrenos de la testamentaria de don José María Matamala y al oeste con terrenos de don Alejandro Fernández Niño, río Quiapo de por medio”. ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 9, 1877, N°117. 72 En tanto, la familia Mariqueo -al igual que el general de las familias mapuche involucradas en materias territoriales-, convenía en otorgar poderes a representantes provenientes del mundo no mapuche de carácter pasajero127 -por tiempo reducido o en relación a una sola causa 128 -. De ahí que la relación de Hermosilla con sus representados, destaque por su permanencia. Del mismo modo, las Mariqueo en semejanza a los Melita, fueron parte de aquellas sujetas y sujetos mapuche que efectuaron enérgicos movimientos con las tierras de su dominio129; situación que se experimentó generalizada y fuertemente al interior de todo el fundo Cuyinco. En el año 1878 la historia de los Quintriqueo experimenta una primera gran pérdida de tierras, sembrándose escepticismo en relación a la figura y gestión del apoderado Quintiliano Hermosilla; por medio de él, los menores desertan de unas tierras de su potestad, y pierden luego otras embargadas producto de unas deudas de su abuelo: ambas heredadas por línea materna y situadas en el departamento de Arauco130. No obstante lo anterior, seis años después, en 1884, Flora Mariqueo junto a su marido Juan Pirquilao -tíos de los menores Quintriqueo-, tácitamente reconociendo la actividad de Hermosilla, le confieren un poder para que los represente en todas las cuestiones que se susciten relativas al fundo Cuyinco de la 5º y 7º subdelegación del departamento de Lebu131. Ciertamente en Hermosilla había un claro interés territorial, ese mismo año, José Manuel Neculpi y Ventura Pirquilao, se comprometen a venderle la mitad de la acción y el derecho que les corresponde en el fundo 127 Como a Pedro Mathinson, que a su vez desde inicios del 1880, se vinculará constantemente con los Melita a través de Manuel Melita; haciéndolas de mandatario de este, además de arrendador y comprador de sus tierras, algunas de las cuales conformarán lo que será después su centro minero; escenario al que nos referiremos más adelante. 128 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 9, 1877, N°70. Flora Primera Mariqueo y su marido Juan Pirquilao, Luisa Mariqueo y su marido Antonio Catrileo, Flora Segunda Mariqueo y María Cayupil, confieren poder especial a Santiago Cabezas, para que los represente en la partición del fundo Cuyinco. Vol. 26, Nº269, poder especial, 1883. Las indígenas Juana Catrileo, Flora Segunda y Luisa Mariqueo confieren ahora poder a Pedro Mathinson para que administre las acciones y derechos que tienen en el fundo “Cerro Alto”. 129 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 26, Nº234, arrendamiento, A 22 de octubre de 1883, la indígena Flora Primera Mariqueo con su marido Juan Pirquilao dan en arriendo a Pilar Novoa, la acción y derecho que les corresponde en el fundo “Cuinco”, 5ª y 7ª subdelegación del departamento de Lebu. El contrato es por 5 años, y el canon anual es de 20 pesos. 130 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 12, N° 21, 8 de Marzo de 1878, Quintiliano Hermosilla representante y guardador de sus pupilos menores: Luis, Pablo, José y Rosa Quintriqueo, hijos de Pablo Quintriqueo y Petrona Antinao, en el juicio de reivindicación que sigue del fundo Mancha de Roble, situado en el departamento de Arauco, para evitar mayores gastos ha convenido transarlo en la forma siguiente: La sucesión de Petrona Antinao reconoce como dueño absoluto a M.J. Montalva del terreno Pitanchu de Roble, quien dona 600 pesos a esta sucesión. Vol. 18, Nº5, 10 de enero de 1880, Adjudicación, habiéndose seguido un cobro de pesos…de un crédito de mutuo e hipoteca…que ascendía a 395 pesos con 88 centavos en capital e intereses en contra de la sucesión del deudor Juan Antinao, representado por don Quintiliano Hermosilla a cargo de los menores Luis, Pablo, José i Rosa Quintriqueo, se emprendió el embargo de cuatro cuadras…del fundo Vegas de Melirupo, situado en el departamento de Arauco. El fundo se llevó a remate, y no presentándose ningún postor a la subasta, se presentó el acreedor solicitando adjudicación en pago de la propiedad mencionada, el Juzgado ordenó por fecha de ayer, se adjudicara la citada propiedad a don José Manuel Gaete por la cantidad de 300 pesos...dando por cancelado su crédito en contra de la sucesión de Juan Antinao. 131 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 29, Nº109, mandato especial, 21 de mayo de 1884. Incluso tres días más tarde, se ratifica el mandato por medio de los testigos e intérpretes Manuel Neculpí y Lorenzo Antiman, apuntándose a que el poder anterior se realizó sin intérpretes y los parecientes no hablan correctamente español. 73 Cuyinco; hijuela que por los límites señalados, extrañamente no deslindaría con terrenos Melita132. El conflicto entre las Mariqueo y los Melita por el fundo Cuyinco estalla en 1885. No solo Quintiliano Hermosilla participa de esta trama, además entra en escena Pascual González; patriarca de una familia que posteriormente por décadas hostilizará una dura contienda con los Melita. Lo fundamental de este momento, es que entre las Mariqueo y los Quintriqueo se establece una especie de alianza133 con el fin de lograr en conjunto que Manuel Melita reconozca sus títulos de herederos del fundo Cuyinco. Pese a la fuerza que podría implicar esta asociación de ramas, la naturaleza restrictiva del contrato de iguala –en el que sustentan su asociación- menoscaba de antemano un posible resultado exitoso para las Mariqueo, al verse obligadas a otorgar a sus representantes la mitad de los terrenos que obtengan en los procesos y a la vez quedar constreñidas a una serie de cláusulas que imposibilitan revocar el acuerdo. Inmediatamente después, reiteran formalmente que no actuarán de manera independiente contra los Melita, sino que unirán sus demandas en una misma causa, puntualizándose que Hermosilla es el representante de los Quintriqueo, y González el de las Mariqueo134. Cabe mencionar que la disputa con Melita, no es la única 132 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 30, 1884, Fojas 18. . ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol 31, Nº139, iguala, 20 de junio de 1885 ,María Llanca Mariqueo, y Juan Pirquilao con su mujer Flora Primera Mariqueo, conciertan un contrato de iguala con Quintiliano Hermosilla y Pascual González, haciendo de testigos e intérpretes Andrés Villagrán y Manuel Neculpí; convenio que marca un hito en el conflicto territorial Melita – Mariqueo – Quintriqueo, y que para adentrarnos en él, resumiremos la escritura que lo trata. En dicho acuerdo, las Mariqueo se comprometen a dar a Hermosilla y González como sus representantes, la mitad de lo que obtengan en un juicio entablado contra Manuel Melita, a fin de que se establezca su calidad de herederas del fundo Cuyinco. Del mismo modo, se deja abierta la posibilidad para que también las Mariqueo, por medio de sus representantes, se hagan parte de la demanda que en paralelo está llevando Hermosilla para declarar a los menores Quintriqueo como herederos de Cuyinco. Ya sea que se trate de un juicio aislado o se hagan parte del juicio de los Quintriqueo, las Mariqueo de revocar el poder, pagarán 1000 pesos y les abonarán todos los gastos judiciales que hubieren hecho a los señores Hermosilla y González; igual multa, en caso de que vendan, trancen, hipotequen o enajenen los derechos y acciones que por herencia de sus antepasados les corresponden en el fundo Cuyinco. Finalmente, otorgarán escritura pública a Hermosilla y González de la mitad del terreno que les correspondería tan pronto como haya terminado el juicio; por transacción o sentencia de término. Por su parte Hermosilla y González, se comprometen a defender a María Llanca y Flora Mariqueo en el juicio, llevando ellos los gastos de este sin cargo alguno para los Maniqueos, y a su vez, se comprometen a activar y terminar el juicio cuanto antes sea posible, no pudiendo dejarlo paralizado más de cuatro meses por negligencia de ellos; y de excederse, las Mariqueos tendrán derecho para revocarles el poder ya descrito y exigirles la cantidad de 1000 pesos como multa. Por último, si el juicio no llegase a su conclusión, sea por transacción o porque Manuel Melita durante el curso del juicio reconoce a Flora y María Llanca Mariqueo su calidad de herederos, siempre estas otorgarán a Hermosilla y González, la escritura de cesión de transferencia que se describió; exceptuando del contrato un retazo de terreno comprendido dentro de los límites siguientes: norte, el río Pilpilco y la testamentaria Villagrán; al sur, el camino público de Lebu a Cañete y terrenos poseídos por don Pedro Mathinson, y al poniente, el estero. Y para terminar, de haber lugar a una transacción, es condición previa que debe efectuarse de común acuerdo entre los contratantes. 134 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 31, Nº140, mandato especial, 20 de junio de 1885. Mandato especial que: María Llanca Mariqueo, Juan Pirquilao y su mujer Flora Primera Mariqueo, -desempeñándolas de testigos e intérpretes los mismos sujetos que la escritura anterior-, “confieren poder a Pascual González, para que los represente en el juicio que ha iniciado Quintiliano Hermosilla como curador de los menores Pablo y José Quintriqueo en contra de Manuel Melita, para que se reconozca a estos y a los parecientes como herederos del fundo Cuyinco”. 133 74 querella con sujetos mapuche que mantienen las Mariqueo por esos años; también lidian un asunto territorial con Quidilao135. Con respecto a los deslindes establecidos para el fundo Cuyinco por estos años, se aprecian reconfiguraciones y transformaciones con respecto a los de 1857136. De fines del 1880 en adelante se evidencia más fuertemente lo efímero y precario de los acuerdos de mandato especial entre los representados y sus representantes; ya no era solo que los propios interesados resolvieran cambiar permanentemente a sus representantes, sino que estos últimos delegaban su mandato en otros137. Pese al considerable testimonio notarial de la perpetuidad de Hermosilla como apoderado de los menores Quintriqueo y de la oscilación de representantes en los Melita y las Mariqueo, no hay evidencia relativa a los pormenores, resultados y consecuencias del juicio por el Fundo Cuyinco. El año 1888 se diluye su notoriedad a nivel notarial; seguramente esta ausencia, evidencia un posible traslado del asunto -de los expedientes e instrumentos- a alguno de los juzgados de la región. 135 En 1887, una escritura notarial de promesa de venta, da cuenta que el fundo Molino -5ª subdelegación de Lebu, separado del terreno de los Melita por el estero de Los Avellanos- al que se comprometen vender a la viuda de Mathinson, se encuentra en litigio con Manuel Quidilao alias Ñanco, en espera de la sentencia de segunda instancia. Para intervenir en la apelación puesta por Manuel Quidilao en el juicio sobre reivindicación del fundo Molino, nuevamente las Mariqueo confieren poder especial a un representante, en esta oportunidad, al procurador del número de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Concepción, don Francisco Cruzat, facultándolo para que ratifique todo lo obrado por sus anteriores mandantes del expresado juicio, don Pedro Mathinson y don Nicolás Fernández. ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol 37. N° 92, 3 de mayo 1887. 136 En 1885, se señalan los siguientes: al norte, el río Pilpilco y terrenos de la testamentaria de don Luis Villagrán; oriente, terrenos poseídos por los señores Avello; por el sur, el fundo Caramávida y el estero del Molino o las Torcas; y al poniente, el estero Cuyinco hasta su confluencia con el Licauquen, situado en la quinta y séptima subdelegación de este departamento. 137 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 37, N° 94, Delegación de Mandato. 4 de Mayo de 1887. Don José Segundo Ruiz, delega en el procurador de la Ilustrísima Corte de Concepción, el poder que le tiene conferido a él don Manuel Melita, en…1885…en el expediente seguido por Pablo Quintriqueo y otros contra el citado Melita sobre petición de herencia. Faculta al procurador para que en segunda instancia represente a su mandante en la apelación o incidencias que en ella ocurran. ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 37, N° 100, 6 de Mayo 1887. Delegación de mandato. Pedro Nolasco Rodríguez y Pascual González delegan en Eleazaro Poblete y Santiago Soto Chávez respectivamente, la representación de sus respectivos mandantes en segunda instancia, esto es, los poderes que les tienen conferidos y que se hallan a fojas 11 vuelta y fojas 29 del expediente sobre petición de herencia seguido por Pablo Quintriqueo y otro. Vol. 37, N° 107, Mandato especial, 10 de Mayo de 1887. Don Manuel Melita expuso que confiere poder especial a su hijo José Melita para que según instrucciones que tiene recibida, proceda a celebrar con el abogado don Nazario Soto y otro, si fuere preciso un contrato de iguala por la cual dichos señores se comprometan a defender en segunda instancia, un juicio sobre petición de herencia que tienen iniciado de pareciente Pablo Quintriqueo y otros. Vol 37, N° 222, Mandato especial, 6 de Octubre de 1887. Manuel Melita habiendo conferido poder especial a don Santiago Soto Chávez, procurador del número de la Ilustrísima Corte de Concepción, para que lo represente en una apelación en el juicio de petición de herencia iniciado por don Quintiliano Hermosilla, como curador de los menores Pablo y José Quintriqueo, y apoderado de Flora Mariqueo; hoy, con mejor acuerdo, viene a conferir poder especial al mismo señor Soto Chávez para que desista de dicha apelación. En subsidio del señor Soto, confiere poder a don José Francisco Cruzat, también procurador, para que pida dicho desistimiento, entendiéndose revocado el poder al señor Soto, a quien deja en su buena reputación y fama. A ruego de Manuel Melita, por no saber firmar y como testigo Francisco Ocampo. Vol. 37, N° 253, Revocación de Mandato. 17 de Noviembre de 1887. Manuel Melita viene a revocar en todas sus partes el poder general…de 1885 a favor de su hijo José Melita. Revoca a si mismo todas las sustituciones o delegaciones que con motivo de ese mandato haya podido hacer su expresado hijo, dejando a todos en su buena reputación y fama. Así lo dijo, y no firmó porque expresó no saber. 75 De todas formas, es posible encontrar una versión más detallada de lo ocurrido el año 1887, en aquel documento que conserva la familia Fren138. Don Quintiliano Hermosilla, curador de los menores Pablo y José Quintriqueo y apoderado de Flora Mariqueo, instruye la demanda exponiendo erróneamente los vínculos genealógicos entre sus representados y los Melita: Mis pupilos y mis mandantes son dueños con Manuel Melita y otros copartícipes del "Fundo 139 Cuyinco", ubicado en la quinta y séptima Subdelegación de este departamento… . El derecho de mis pupilos les viene por herencia de su finado abuelo paterno José Mariqueo, que era hermano de Manuel Melita, y a mí poderdante por herencia de su padre el recordado José Mariqueo. Deseando percibir la cuota que en el expresado fundo le corresponde a sus pupilos, como así mismo la que debe tocar a su representada, y habiéndolos negado Manuel Melita, cuando se intentaron practicar la partición de ese predio, su calidad de herederos, interpone demanda contra Melita, para que a su tiempo se declare que sus representados son realmente herederos del fundo Cuyinco: advierte además que Melita y Mariqueo son hijos legítimos del finado José Melita, primitivo dueño de Cuyinco. Contestando a la demanda y desdiciendo reconvención; don José Segundo Ruiz140 por don Manuel Melita, se expresa así: Hace ocho años que se inició demanda por los menores Quintriqueo, solicitando partición del fundo Cuyinco, en virtud de derechos hereditarios que les negó mi mandante y que ahora fundado en la misma razón, esto es, que los demandantes carecen de esos derechos, les niega nuevamente. Debe en consecuencia desecharse la demanda con costas. Fundada la reconvención el apoderado de Melita agrega: Los actores han estado en posesión común y pro indiviso con mi mandante del terreno llamado Cerro Alto, colindante con Cuyinco, posesión común que se ha extendido también a otro retazo de terreno vecino, aquel al que pretendían derechos los herederos de don Luis Villagrán, quienes fueron vencidos por juicios por don Manuel Melita. Este (último), por deferencia y amistad con los demandantes (los menores Quintriqueo), no sólo habría convenido en dejarlos en posesión de los terrenos de Cerro Alto, que gozaban sin título alguno, uno que por evitar cuestiones los ha permitido usufructuar exclusivamente uno u otro terreno. Pero en castigo del juicio que han iniciado y no siendo eficaz la cesión y donación que les ha hecho Melita del fundo Cerro Alto, reconviene a los demandantes para que entreguen: primero el terreno denominado Cerro Alto de Cuyinco de que fueron vencidos Juan Gueramán 141 y después Luis Cayupi… , y segundo el terreno que…, fueron vencidos por Melita los 142 herederos de don Luis Villagrán,… 138 Señalado como una copia de un documento del 22 abril de 1887. Solicitada el año 1961 e inscrita a fojas 51 vuelta nº 57, repertorio 65 del Registro de Propiedades, y titulada: Sentencia; Pablo y José Quintriqueo. 139 Se dan los mismos límites que en 1885. 140 El mismo que un mes después, el 4 de Mayo de 1887, delegará el poder que le tiene conferido desde 1885 Manuel Melita, al procurador de la Ilustrísima Corte de Concepción. 141 … y con partes por sentencia, de término pronunciadas en primera instancia; la una en los Ángeles el 31 de Diciembre de 1858 y confirmada en segunda instancia el 22 de Octubre de 1863, y la otra pronunciada, por el señor juez letrado de Concepción el 24 de Septiembre de 1885 y confirmada el 5 de Noviembre de 1885, 142 Según aparece de la sentencia dictada en Lebu el 10 de Noviembre de 1876 y que fue confirmada el 28 de Diciembre del mismo año. 76 Indica los límites de los terrenos materia de esta reconvención. Sostiene, por último el apoderado del demandado que: El dominio exclusivo que su mandante alega respecto al terreno materia de la demanda, como así mismo del que es objeto de la reconvención, está basado en sentencias de término que lo han declarado ilegitimado sin obligación de dar participación en ello a persona alguna. Replicando y contestando a la convención, don Pedro Nolasco Rodríguez mantiene las peticiones formuladas en la demanda y pide se deseche la reconvención. Expone que habiendo negado Don Manuel Melita que los menores Quintriqueo son herederos del fundo Cuyinco, se ve en la necesidad de entrar en pormenores que omitió en el escrito de demanda a través de la explicitación de los reales lazos genealógicos: El fundo Cuyinco fue en un principio propiedad del indígena españolizado Pablo Quintriqueo Navarro que murió por los años 1802 o 1806, fue casado Quintriqueo con Magdalena Painemal y hubo cuatro hijos en su matrimonio que fueron; Pablo Lepillan Navarro, José Melita Navarro, José Mariqueo Navarro, y Juan Calcicura Navarro. El primero y el último murieron sin dejar sucesión. El segundo José Melita es el padre del contendor; el tercero José Mariqueo, que fue casado conforme al rito indígena con Maria Cayupil, tuvo los siguientes hijos Pablo Quintriqueo, Pablo Millaqueo, María Llanca Mariqueo y Flora Mariqueo. José Mariqueo murió 27 o 28 años atrás, siendo enterrado su cadáver en uno de los potreros del mismo fundo Cuyinco. Su hijo Pablo Quintriqueo contrajo matrimonio conforme al rito indígena 143 con Petrona Andina , ambos fallecieron asesinados en 1876, instruyéndose sumario sobre el particular. Los menores demandantes son hijos de estos últimos y por consiguiente nietos de José Mariqueo y bisnietos de Pablo Quintriqueo Navarro. Equivocadamente se dijo en la demanda que Manuel Melita y José Mariqueo eran hijos de José Melita, siendo la verdad lo que ahora se expone. También por un error se afirmó en la demanda que el dueño primitivo del fundo Cuyinco había sido José Melita en lugar de Pablo Quintriqueo Navarro como en realidad lo ha aseverado así en diversos juicios Manuel Melita. Sostiene además el apoderado de los demandantes que: José Mariqueo, gozó y poseyó el fundo Cuyinco hasta su fallecimiento, en común con José Melita que dejó una fortuna en dinero y animales que ascendió a $40.000; que por muerte de José Melita y José Mariqueo Navarro el fundo Cuyinco pasa a sus sucesores; pero como Manuel Melita era el mayor de todos ellos , tomó a su cargo como es costumbre entre los indígenas, la dirección de los negocios judiciales, y en el año 75 o 76 después de la muerte de Pablo Quintriqueo, entró el mismo Melita a poseer extensión de terreno de los demás herederos; que los gastos de los juicios no los hacía solo Melita sino, conjuntamente, con Quintriqueo, el que contribuía a ello en la proporción correspondiente. Por último, el mandatario de los menores dice: Que la reconvención sea desechada hasta fijarse los terrenos…bajo los deslindes generales del fundo Cuyinco. Replicando el apoderado del demandado dice: 143 Debiera decir Antinao. 77 Que no acepta las variaciones sustanciales que se han hecho en el escrito de réplica, respecto del parentesco y entroncamiento de los actores. Pese a que el documento anterior expone de manera más precisa los acontecimientos de 1887 en torno al juicio de la alianza Quintriqueo Mariqueo contra Melita, en ningún caso se aproxima a la resolución de este. No obstante, escrituras notariales posteriores apuntan a que Manuel Melita habría salido victorioso; no reconociéndoseles ni a los Quintriqueo ni a las Mariqueo parte en el fundo Cuyinco más allá del retazo que estas últimas ostentaban. Los Quintriqueo lograrán conservar parte de su patrimonio heredado por la línea materna Antinao144 y por su parte las Mariqueo continuarán en juicio contra Manuel Quidilao por el fundo “Molino” de la 5º subdelegación de Lebu, entrando más tarde en disputa por este mismo terreno con Francisco y Juana Hueramán145, pero desistiendo rápidamente. Con todo, los Quintriqueo y las Mariqueo preservarán sus posesiones en los terrenos de Cerro Alto; territorio que fue exigido por Melita a sus demandantes como castigo a que estos hayan iniciado juicio contra él por Cuyinco: “…siendo que él por años había resuelto privilegiar ese terreno para que lo habitaran sin problema los Quintriqueo y las Mariqueo, permitiendo a su vez que emplearan tanto este 146 como el colindante Cuyinco” . Igualmente al menos en el primer decenio del siglo XX ambas ramas familiares continuarán residiendo en la zona Cuyinco – Cerro Alto, estimando acciones y derechos en torno a esta. Todo lo referido a las posesiones de tierra de los Quintriqueo y las Mariqueo, son posible de conjeturar dado los movimientos notariales efectuados por una y otra familia en los años sucesivos hacia fines del siglo XIX147. Entre los que destacan aquellos efectuados con 144 Más antecedentes sobre estas patrimonio en el T estamento de José Quintriqueo Navarro, quien “a los 27 años y siendo soltero, declara ser hijo legítimo de Pablo Quintriqueo y Petrona Antinao; declara por sus bienes las acciones y derechos que le corresponden en los fundos ‘Cuyinco’, ‘Tren Tren’, ‘Totoral’ y ‘Rosal’, ubicados en la 3ª y 6ª subdelegación del departamento Lebu, y las acciones y derechos que le corresponden en los fundos ‘Guindos’ y ‘Merilupo’, ubicados en el departamento de Arauco. Declara que reconoce como hijo natural a Pablo Quintriqueo Navarro.” ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 49, 2 de febrero de 1897, N° 34. 145 Por oposición a su inscripción; conflictos para los cuales conferirán poder a Tomás Mathinson para que los transija ( ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol .45, Nº253, mandato especial, 13 de agosto de 1893), quien a un mes como representante expresa que “sus mandantes desisten de la acción reivindicatoria en el fundo Molino, declarando como únicos dueños de aquella propiedad a Francisco y Juana Hueramán” ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 45, Nº272, transacción, 6 de septiembre de 1893. 146 Documento en manos de la familia Fren, señalado como una copia de un documento del 22 abril de 1887. 147 Cuadro resumen escrituras de arrendamiento en el área de Cuyinco. Nº/Vol. 56 - 41 72 - 41 346 - 44 18 - 45 85 - 46 90 - 46 275 - 46 139 - 47 FECHA 24/02/90 14/03/90 24/12 24/01/93 1894 1894 1894 1895 Titular del terreno Mª Llanca Mariqueo Quintiliano Hermosilla Flora Mariqueo Maniqueos y Catrileo José Melita Quintriqueo Mª Llanca Mariqueo Maniqueo y Catrileo José Quintriqueo Navarro Arrendamiento x: 6 años 2 años n/e 4 años 6 años 5 años 6 años 5 años $ $60 $50 n/e $40 $25 $20 $34 160 TERRENO Retazo Cuyinco (7º sub.) Fundo Rosal (6º sub.) Retazo en Cerro Alto (7º) Retazo Cuyinco (7º sub.) Acciones Temuco (5º, 7º) 8 cuadras Cuyinco (7º) 12 cuadras Quiapo (3º) Retazo en la 7º sub. Arrendatario Felipe Mora G. Matamala Felipe Mora J. Soto E.Sáez Stgo. Luengo P.J. Neira A. González 78 Abelardo y Pascual González, quienes son los protagonistas y predecesores de una interminable contienda por Cuyinco con los Melita, de ahí que constituyan el antecedente del conflicto que estallará más adelante. 3.3. RELACIONES Y CONFLICTOS CON SUJETOS NO MAPUCHE. El arribo de colonos extranjeros generó problemas concretos en el espacio mapuche. Previo a las campañas de corte militar, la promulgación en 1845 de la Ley de Colonización facilitó la asignación de terrenos entre el Biobío y el Toltén para su establecimiento, lo que sumado al esplendor cerealero y al auge mineral -desde fines de la década del 1840- promueve y produce una especie de carrera humana por asentarse y colonizar las tierras –de considerable potencial económico- de la Araucanía. En la provincia de Arauco resuena la llegada e intromisión de la colonia vasco-francesa; Larroulet, Eyheramendy y otros, irrumpieron con el afán de apropiarse territorialmente de la zona. La memoria de los habitantes de la provincia sitúa a estas familias, como el caso más emblemático de despotismo, explotación y excesos ejercido por extranjeros: instalados en la zona con anterioridad al 1900, se desempeñaron principalmente en actividades relacionadas con el comercio, la agricultura y la ganadería, fruto de la apropiación y adjudicación irregular de grandes extensiones de terrenos indígenas: Sara de Lebu, Pangue y Ranquilco. Particularmente sujetos no mapuches, tanto chilenos como colonos extranjeros motivados básicamente por intereses minerales y agrícolas, establecerán vínculos “comerciales” con los Melita por su atractivo territorial. Los hermanos Juan, José y Luis Melita, se insertarán en una incesante dinámica de arrendamientos y préstamos -entre otros movimientos- de forma paralela a sus principales conflictos, que eventualmente también estarán en relación. Desde mediados del siglo XIX cobra gran interés la actividad minera en la zona de Arauco. Negociantes nacionales y extranjeros suscitan una carrera por encontrar yacimientos 327 - 47 159 - 48 12 - 50 328 - 51 1895 1896 1898 1899 Mª Llanca Mariqueo José Quintriqueo Navarro Luisa y Flora Mariqueo Flora Mariqueo 5 años 5 años 6 años 6 años $80 $25 $40 $40 Retazo Cuyinco (7º sub.) Fundo Rosal (6º sub.) 30 c Fundo Cuyinco (7º) 35 c Fundo Cerro Alto (7º) J. De la Cruz G. Matamala J. Rodríguez Félix Mora Cuadro resumen escrituras de venta en el área de Cuyinco Nº/Vol. 84 - 48 324 - 48 325 - 48 25 - 49 65 - 49 159 - 51 FECHA 1896 1896 1896 1897 1897 1899 Titular del terreno Mª Llanca Mariqueo Flora 1ª Mariqueo Flora y Luisa Mariqueo José Quintriqueo Navarro Flora 2ª y Luisa Mariqueo José Quintriqueo Navarro Venta Venta Venta Venta Venta Venta Venta $ $2000 $360 $400 $400 $850 $1350 TERRENO Acciones Cerro Alto (-20 ha) 8 c. en Cuyinco y C. Alto 147 Accs. Cuyinco y C. Alto Accs. Fundo Temuco (7º) Accs. Fundo Temuco (7º) 15 c Fundo Rosal (6º sub) Comprador P.Araneda Flora 2ª M A. González P. González Pedro Arcil M. Saavedra 79 explotables en los diversos puntos del territorio. La tierra de los Melita no escapa a este escenario, convirtiéndose en un área de atracción no solo por la presencia de carbón, sino que sobre todo por la existencia de oro. 3.3.1. Mathinson y Ovalle; el interés mineral. Recién en la primera década del siglo XX adquirirán estabilidad y considerable relevancia las denominadas Minas de Cuyinco de propiedad de Tomás Mathinson148, no obstante, esta magnitud carbonífera se precede de la gestión de su padre Pedro Mathinson; oriundo de Talcahuano, pero al menos desde la década del 1860 emplazado en la zona149, y de seguro en 1876 con residencia en Cuyinco150. Al igual que los Melita, Mathinson es de profesión agricultor y se desempeña esporádicamente como testigo juramentado o mandatario en actividades notariales151. Prueba de los vínculos entre ambos, es el amplio poder especial que Manuel Melita le confiere a Mathinson para que lo represente y solicite posesión pro indivisa del fundo Arnique -departamento de Cañete- del cual Melita es accionista152; lo que a la vez corrobora el desarrollo financiero de este último. Sin embargo, habrá que esperar algunos años para que Mathinson haga su entrada concreta a las tierras minerales de Cuyinco Alto; por ahora en el 1880 se aproxima al mundo minero a través de gestiones como representante de terceros153. La década del 1880 consigna claramente el potencial mineral de los terrenos Melita, no obstante, pese a la intensa actividad de búsqueda, descubrimiento y explotación de yacimientos desplegada en su territorio, sus derechos en torno a los productos son bastante limitados e incluso nulos. 148 Prueba de su notoriedad, la llamada “Cuesta de los Mathinson” al llegar a Tres Pinos por la carretera En www.educarchile.cl. : “Los Álamos: creación de la comuna y su desarrollo”. 149 Ya en 1869, Pedro Mathinson aparece vinculado a tierras mapuche como apoderado de Pedro Güichaleo y Pascual Ranquimay, vendiendo a José Manuel Pastrana por el precio de 1700 pesos el potrero denominado Bandurria –herencia de los padres de los indígenas: José María Guaiquilao y Manuel Yevilao- de aproximadamente 550 cuadras y ubicado en la quinta subdelegación del departamento de Arauco. ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 1, N°9, 16 de noviembre 1869, 150 En Cuadro Registro Electoral 1ª sección de la 3º sub. del depto. de Lebu. ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 7, 1876. 151 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 12, N° 114, 24 de Agosto 1878, Mathinson hace de testigo en la declaración de bienes de una mujer proveniente del colindante fundo de Cerro Alto. Vol. 15, N°75, 27 de junio 1879, Mathinson en conjunto con José Melita, testigos en un mandato especial entre dos sujetos no mapuches referido al fundo Pilpilco. 152 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 18, Nº 112, 1º de julio de 1880 M andato especial, Manuel Melita confiere un amplio poder especial a Pedro Mathinson “para que en su nombre y representación solicite posesión pro indivisa en el fundo Arnique situado en el departamento de Cañete, del cual es accionista el otorgante; para que provoque la partición de este y nombre árbitro de derecho o simplemente arbitrador; y para que pueda seguir todos los juicios que tengan relación con el citado fundo. En consecuencia autoriza al mandatario para que respecto a lo primero haga las estimes del caso; respecto de lo segundo nombre compromisario con las facultades que tenga a bien, y en cuanto al tercer punto para que se haga parte de los juicios actualmente pendientes, inicie otro nuevos y todos ellos los siga por sus diversos grados e instancias hasta su completa terminación. 153 ARNAD: Fondo Notarios Lebu , Vol. 18, Nº 198, 25 de noviembre de 1880, Pedro Mathinson asume como mandatario de Ignacio Reyes para iniciar juicio contra Monje y Ramírez en relación a una venta hecha por el otorgante a estos últimos en el fundo Pilpilco. 80 En este contexto, destaca la figura de Francisco Ovalle Olivares; con estudios de ingeniería en la Universidad de Chile y “diputado propietario” por Lebu en el periodo de 1876 a 1879154. En la década del 1870 se hizo de grandes fundos155, diez años después ingresa a los yacimientos minerales de oro ubicados en la cordillera Montaña Negra; territorio vinculado a la familia Melita. En 1880 compra a los descubridores todas las acciones y derechos de los placeres auríferos allí localizado156, y paralelamente conforma una sociedad civil minera 157 y es autorizado para hacer “pedimentos de tierras auríferas"158. Paulatinamente, su Sociedad Civil Minera F. Ovalle y Compañía, consigue los derechos de la gran mayoría de los depósitos minerales de la Montaña Negra o Caramávida159 realizando una serie de compras en el área160. La problemática apremia cuando urge aclarar quiénes son los propietarios de ese territorio: ¿los Melita o Méndez Urrejola?, sumado a que parecen nuevas sociedades mineras161 en la Montaña Negra y múltiples conflictos de posesión162. Si bien persiste la duda sobre la potestad de la “Montaña Negra o Cuinco”, la interrogante se traslada. Lo fundamental ahora es determinar al descubridor del mineral y no a los poseedores iniciales del terreno. Así, pese a que continúa la incertidumbre163, el derecho al yacimiento corresponderá a la sociedad aurífera descubridora164. El año 1881, por segunda vez, Manuel Melita conferirá un poder general amplio a Pedro Mathinson especialmente dirigido a gestionar en caso necesario los terrenos de que es dueño en los lugares de Cuyinco y Pilpilco165. Lo paradojal, es que pese a este poder, Mathinson gestiona las 154 http://biografias.bcn.cl/pags/biografias/detalle_par_1811.php?id=2785 El primer antecedente en ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 3, 1872, N°10 (venta) Fundo Quidico. 156 Por 3.500 pesos, ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 18, Nº 218, 22 de diciembre de 1880 157 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 18, Nº 219, 22 de diciembre de 1880: (sociedad) Francisco Ovalle Olivares, Juan de Dios Nova, Sebastián Nova, Benjamín Ortiz Fernández, Carlos Prieto y Manuel Antonio Suzarte conforman una sociedad civil minera. 158 ARNAD: Fondo Notarios Lebu , Vol. 18, Nº 220, 24 de diciembre de 1880: (Mandato especial) Leonardo Zapata, Pablo Pincheira, Domingo Retamal, Liborio Cruz, Juan Montero, Modesto González, Sebastián Balleare, Juan faundes, entre muchos otros, dan poder a Francisco Ovalle Olivares para que haga. 159 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 21, Nº 1, 3 de enero de 1881: (Compraventa) Maximiano Acevedo vende a Francisco Ovalle Olivares todas las acciones y derechos que le corresponden en los placeres auríferos de Montaña Negra o Caramávida situado en la 5º sub. Del depto.de Lebu. 160 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 21, Nº 6, 8 de enero de 1881: (Compraventa) Vol. 21, Nº 9, 11 de enero de 1881: (Compraventa) Vol. 21 , nº 8, 11 de enero de 1881 (venta): 161 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 21, Nº 23, 24 de enero de 1881: (declaración) Fernando, Alberto y Augusto Schlibener, Estearia (sic) Dinkert, Carlos Reinhandt, Luisa Schlibener, Desiderio Haverbeck, Ida Schlibener, Santiago Cabezas y Juan Bautista Dassance por sí y por su representado José Agustín Bilugron constituyen una sociedad el 18/12/1880, 162 ARNAD: Fondo Notarios Lebu , Vol. 21, Nº 31, 1 de febrero de 1881: (Mandato especial) José de la Cruz Sanhueza confiere poder especial a Juan Alfredo Soto Aguilar para que lo represente en un juicio iniciado por Francisco Ovalle Olivares sobre la posesión de la mina “Descubridora del Carmen”, “o sea quebrada de California” y para cuantos otros juicios se susciten. 163 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 21, N° 203, 24 de agosto de 1881, compraventa. 164 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 2, 15 de febrero de 1881, Nº33. 165 Cuyos límites son: “…por la parte poniente, desde el límite oriente de la propiedad del mandatario hasta la Cordillera de los Pinares, por el norte el rio Pilpilco, por el sur, el filo de un cerro donde hai un camino vecinal que separa el fundo Caramávida del del mandante, i por el poniente, con el camino público llamado del Pino Huacho, que se dirige de esta población a la de 155 81 pertenencias de los descubridores de lavaderos de oro en terrenos del mismo Manuel Melita166, y al mismo tiempo utiliza su facultad, para dar en arrendamiento un terreno de este último y permitir la construcción de represas o tranques para guardar aguas naturales167. Simultáneamente, como jugando a dos bandos, Mathinson -como apoderado de Melitaintenta iniciarle un juicio a Francisco Ovalle; no sabemos de qué naturaleza pero sí suponemos en relación a los yacimientos en su territorio; por su parte Ovalle confiere poderes especiales para que se le represente168, entre ellos a Santiago Vivanco 169 , quien meses después adquiere múltiples derechos y acciones en diversos yacimientos en el mineral denominado “Lavaderos de Tucapel”, en la cordillera de “Montaña Negra o Cuinco”. También por estas fechas, Manuel Melita vende a Pedro Mathinson un retazo en el fundo Cuyinco o Cerro Alto, 5º y 7º subdelegaciones de Lebu170 . No obstante, a estas alturas, Melita termina por revocar el poder conferido a Pedro Mathinson, por “no convenir a sus derechos que siga administrando sus bienes”171. Casi toda la actividad minera en la Montaña Negra se ha monopolizado en manos de Ovalle172; sus socios le han cedido sus derechos y ha comprado las posesiones de otras sociedades antes en conflicto con la suya173. No obstante, la disputa con Melita continúa, este último exige a Ovalle indemnización de prejuicios y en 1882 trasladará el juicio a Concepción, confiriendo poder especial al procurador de dicha corte174. Santa Juana. Dentro de los límites espresados, ejercerá en su representación todos los actos que constituyen un verdadero dominio, administrándolo i percibiendo los productos de esta propiedad, i reclamando los perjuicios que por cualquier causa se le orijinen…” Archivos Notaria de Cañete, Registro de Protocolos de Instrumentos Públicos N° 5, 188, Nº 39, 15 de febrero de 1881. 166 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 21, Nº 44, 17 de febrero de 1881. José Cartes y Celestino Gutiérrez le otorgan un poder especial a Mathinson, para que gestione las pertenencias de ellos en los lavaderos de oro, descubiertos por San Martín y Nova en terrenos de Manuel Melita en la 5º sub. del depto. de Lebu. 167 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 21, Nº 45, 17 de febrero de 1881: (Arrendamiento) Mathinson como apoderado de Manuel Melita, da en arriendo por 9 años a Juan Pedro Sieviking el derecho de hacer represas o tranques para guardar aguas naturales, a un precio de 50 pesos el primer año, de 100 el segundo, y posteriormente en lo sucesivo, sumando 100 pesos más a cada año. Vol. 21, Nº 57, 9 de marzo de 1881, Mathinson, como mandatario general del “indígena” Melita, arrienda a Desiderio Ramos dos retazos de terreno montañoso, ambos en la 5º sub del depto, en el título Cuyinco, por un año y a un total 40 pesos: 168 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 21, Nº 65, 21 de marzo de 1881 169 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 21, Nº 133, 21 de mayo de 1881: (mandato general) 170 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol, 23 (1881) n° 7 (compraventa) 171 Archivos Notaria de Cañete, Vol.5, n° 108, 1881. 172 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 21, Nº 47, 21 de febrero de 1881: (cesión de derechos). Vol. 21, Nº 53, 4 de marzo de 1881: (cesión de derechos). Vol. 21, Nº 211, 3 de septiembre de 1881: (cesión de derechos). 173 ARNAD: Fondo Notarios Lebu , Vol. 21, Nº 54, 5 de marzo de 1881: (transacción). Vol. 21, Nº 90, 10 de abril de 1881: (compraventa). Vol. 21, Nº 67, 21 de marzo de 1881: Compra a Carlos Lynd la estaca-mina Tucapel, situada aguas arriba del descubrimiento “Salto” o “Fortuna”, de propiedad del mismo Ovalle. Vol. 21, Nº 112, 4 de mayo de 1881: (compraventa). Juan de Dios Varas y José Arenas dan en venta (el 1º) a Francisco Ovalle Olivares la estaca mina “Villarrica”, situada en la 7º subd. del mineral de oro denominado Tucapel, en la quebrada “Salto” o “Fortuna”, en 25 pesos. Y también (el 2º) la estaca mina “Pactolo” (sic) de la 7º sub. del mineral de oro Tucapel, en 25 pesos. 174 ARNAD: Fondo Notarios Lebu , Vol. 22, N°255, 7 de octubre de 1882, Manuel Melita confiere poder especial al “procurador del número de Concepción don Alejo Neutus o en su defecto al de igual clase don Anastasio Carrasco para que lo represente 82 En 1883 Ovalle ha muerto, y en 1886 su sucesión enfrenta un juicio de reivindicación sobre el fundo Lolcura iniciado por los Lincopan; aunque no conocemos el veredicto, si sabemos que la parte mapuche figuraba atada a un contrato de iguala. Progresivamente el oro va desapareciendo, y consecutivamente los herederos de Ovalle175 se van asentados en la ciudad de Lebu para fines de siglo. Durante los ocho años que restan a la década del 1880, se torna innegable el proyecto de Mathinson por ingresar a Cuyinco. Primeramente, arrendará176 y subarrendará 177 unos terrenos al interior del fundo de manos de Manuel Melita e incluso le comprará un nuevo retazo de terreno178. Próximamente establecerá lazos con las Mariqueo; primero les administrará los terrenos de Cerro Alto179 -colindantes a Cuyinco-, y luego les manifestará su pretensión de comprarles sus acciones en Cuyinco180. Más tarde, arrienda a perpetuidad todo el carbón piedra del fundo del cual es propietario Gustavo Lenz -pionero de la industria carbonífera en Curanilahue181, e intentará inscribir una merced de agua en terrenos muy cercanos a los Melita, recibiendo la oposición de Quidilao, el propietario182. Pese a que en 1887 fallece Pedro Mathinson, sus herederos proseguirán el proceso de incorporación a en el juicio que sigue con don Francisco Javier Ovalle sobre indemnización de prejuicios y que está en apelación ante la Ilustrísima Corte de Apelaciones”. 175 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 34, Nº169, iguala, 21 de agosto de 1886. 176 ARNAD: Fondo Notarios Lebu , Vol. 24 (1882), N°254, Arrendamiento de Manuel Melita a Pedro Mathinson un retazo de 60 cuadras, situadas “dentro del fundo Cuyinco”. “El canon del arriendo es de 250 pesos por los cinco años y el arrendador Melita se confiesa recibido de 50 pesos del arrendatario en dinero efectivo y los 200 pesos restantes es obligado el arrendatario a pagarlos tan pronto tome posesión del retazo de terreno arrendado” 177 ARNAD: Fondo Notarios Lebu , Vol. 26, Nº39, subarriendo, 23 de febrero de 1883, Pedro Mathinson subarrienda a Apolonio Sáez un retazo de terreno arrendado a él por Manuel Melita, según consta en escritura de 6 de octubre de 1882. Vol. 26, Nº240, aclaración de arriendo, 26 de octubre de 1883, Pedro Mathinson, Apolonio Sáez y Manuel Melita han convenido en que el arrendamiento de un retazo de terreno en el fundo Cuinco que Mathinson subarrendó a Sáez por escritura de 23 de febrero del presente, principie a correr desde el 1º de mayo último. 178 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 25, 1882, N°7, 21 de marzo, Venta, Manuel Melita vende a Pedro Mathinson un retazo de terreno situado en la quinta y séptima sub. de este departamento y limitado al norte con posesiones de la india Llanca Mariqueo, terreno que posee don Julio Neise, separados por la quebrada de Aguilar, un cerco de tranqueros, la quebrada de las Cruces hasta su nacimiento, una Volteada de árboles que va con dirección a unas trancas de golpe que hay actualmente en el camino vecinal que va a Pilpilco y una línea recta que parte de dichas trancas y termina en el nacimiento de la quebrada de la posesión Fito Gutiérrez; al Oriente, terrenos del vendedor, separado por la quebrada de la posesión Gutiérrez; al Sur con terrenos del vendedor separados por un cerco de tranqueras y el camino público entre Lebu y Cañete, quedando dentro de estos límites los cercos y casas donde actualmente vive el comprador y con la posesión del Molino, terrenos de Manuel Quidilao, de los López y otras, y de Pedro Moraga…”. 179 ARNAD: Fondo Notarios Lebu , Vol. 26, Nº269, poder especial, 28 de noviembre de 1883. Las indígenas Juana Catrileo, Flora y Luisa Mariqueo, la 1ª viuda y las segundas solteras (testigos Manuel Quezada y Juan de la Cruz Leal) confieren poder a Pedro Mathinson para que administre las acciones y derechos que las otorgantes tienen en el fundo “Cerro Alto”. 180 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 28, 1883, N°21 compraventa: Pedro Mathinzon desea comprar a Juana Catrileo y otros la mitad de las acciones y derechos que les corresponden en el fundo “Cuinco”, 5ª y 7ª sub., depto Lebu. 181 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 29, Nº120, arrendamiento, 19 de junio de 1884, Pedro Mathinson arrienda a perpetuidad a Gustavo Lenz todo el carbón piedra en su fundo, siendo este una parte del fundo Cuyinco, 5º sub. depto. de Lebu. 182 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 31, Nº83, mandato especial, 24 de abril de 1885, Manuel Quidilao confiere poder a Feliz Pereira para que administre el fundo El Molino o Pichicuyinco, 7º sub. depto. Lebu. “faculta a su apoderado para que usufructue dicho fundo en la forma que mejor viese convenirle i lo defienda contra toda clase de personas que pretendieren invadirle i para que lo represente en dos juicios que tiene pendientes, uno con don Pedro Mathinson sobre oposición a inscripción del título de una merced de agua; i otro que le ha iniciado Juana Catrileo, Luisa i Flora Millaqueo sobre reivindicación del espresado fundo El Molino o Pichicuyinco”. 83 Cuyinco; su viuda, doña Concepción Cortes renovará la promesa de venta con las Mariqueo183, no obstante, nuevamente aparece como obstáculo “ Quidilao alias Ñanco” quien se encuentra litigando con estas últimas el fundo de interés. La viuda entrará en materias de partición del fundo Cuyinco184 y en sus asuntos carboníferos 185 . Meses después, delegará las responsabilidades en su hijo Tomás186, quien siguiendo los pasos de su padre, será mandatario de las Mariqueo187 y comprará terrenos en la subdelegación 188 . Sin embargo, deberán esperar algunos años, pues “desde 1909 la actividad minera adquiere importancia con las minas de Cuyinco de Tomás Mathinson”189; sin duda un factor fundamental que suscitó la perdida de Cuyinco Alto de manos de la familia Melita (ver en anexo, en Mapa ferrocarril Lebu–Cañete 1895, Minas de Cohinco) 3.4. LOS HERMANOS MELITA: ACTIVIDADES ECONÓMICAS EN TORNO A CUYINCO. Pese a que hasta aquí hemos subrayado algunas de las relaciones territoriales más conflictivas experimentadas por la familia Melita, que ilustran cómo las tierras de Cuyinco se ven envueltas en un conjunto de disputas relativas a su posesión, hay que matizar que paralelamente se generó una dinámica económica en torno al territorio, desarrollada básicamente por José, Luis y Juan Melita: los mismos que consignamos antes como letrados 183 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 37, N° 92, 3 de Mayo 1887. Promesa de venta. El notario pasó a casa de Nicolás Fernández, y allí comparecieron Juana Catrileo, viuda de Pablo Millaqueo, y Luisa y Flora Mariqueo, hijas de Pablo Millaqueo, que declararon su identidad por medio de los testigos Nicolás Fernández y José Santos Novoa, y se comprometieron a vender a doña Concepción Cortes viuda de Mathinson, el fundo Molino, 5° sub de este depto. que hoy litigan con Manuel Quidilao alias Ñanco. La venta se llevará a efecto una vez que cause ejecutoria la sentencia de segunda instancia por haberse apelado la de la primera. La venta se hará por 1500 pesos. (Se dan los límites del fundo. Al poniente, limita con el estero de Los Avellanos, que los separa del terreno de los Melita). Vol. 37, N° 93, 3 de Mayo 1887, Mandato especial. Juana Catrileo, viuda de Pablo Millaqueo, y Luisa y Flora Mariqueo, hijas de Pablo Millaqueo, confieren poder especial al procurador del número de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Concepción, don Francisco Cruzat, para que las represente en la apelación puesta por Manuel Quidilao, alias Ñanco, en un juicio sobre reivindicación del fundo Molino. Además la indígena Juana Catrileo, expresa que faculta a su mandante para que ratifique todo lo obrado por sus mandantes don Pedro Mathinson y don Nicolás Fernández en el expresado juicio 184 . ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 41, Nº29, mandato especial, 22 de enero de 1890, Concepción Cartes viuda de Mathinson confiere poder especial a José Segundo Ruiz, vecino de esta, para que la represente en la partición del fundo Cuyinco. 185 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 41, Nº151, arrendamiento, 12 de mayo de 1890, arrendamiento, no mapuches, cede a perpetuidad la explotación del carbón piedra que existe en el fundo Cuyinco. Puelma y Halle, los contratantes, pagarán a Concepción Cartes viuda de Mathinson 20 centavos por cada tonelada que explotaren. 186 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol . 41, Nº342, mandato general, 28 de noviembre de 1890, Concepción Cartes viuda de Mathinson confiere poder general a Tomás Mathinson para que represente a la pareciente en todos los negocios judiciales que tengan relación con el fundo Cuyinco. 187 . ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 45, Nº253, mandato especial, 13 de agosto de 1893, Juana Catrileo viuda de Pablo Millaqueo, Flora y Luisa Mariqueo, confieren poder especial a Tomás Mathinson para que transija un juicio reivindicatorio entablado por Pedro Mathinson 188 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 45, Nº273, venta, 6 de septiembre de 1893, Javier Pereira vende a Tomás Mathinson un retazo de terrenos de media cuadra ubicado en el fundo Lajas o Molino, de la 5º sub. de este depto., en 300 pesos. 189 En www.educarchile.cl. : “Los Álamos: creación de la comuna y su desarrollo”. 84 no oficiales e hijos todos de Manuel Melita; el primero de madre apellidada Caucau y los dos últimos hijos de Manuela Catrimán190. Las operaciones propietarias financieras desplegadas por los hermanos, implícitamente asimilan a los Melita como dueños de sus tierras, de lo contrario no habría sido posible ejecutar acciones como arrendamientos, ventas, donaciones y garantías; detectándose así que en el siglo XIX la necesidad de demostrar la propiedad a través de títulos de domino aún no era indispensable. No obstante, cuando esto último se torna imprescindible como única herramienta válida para demostrar el dominio, los Melita se topan con múltiples e interminables obstáculos, lo que sumado al proceso irregular de constitución de propiedad en la provincia, implica que recién desde la segunda mitad del siglo XX –y de manera intermitente- logren el reconocimiento de parte fundamental de sus terrenos. Por consiguiente, durante lo que resta del XIX y a comienzos del siguiente siglo, la familia Melita estará implicada en un juego doble, donde unos les demandarán territorio pero donde ellos a la vez lo utilizarán para su beneficio económico, sin embargo a corto plazo, está última dinámica se verá afectada por aquellos “interesados” –como la familia González- que pasando a llevar los contratos, intentarán ingresar de manera definitiva a las tierras Cuyinco; situación que ve facilitada por la inexistencia de escrituras que institucional y legalmente reconozcan la propiedad. Seguidamente a los arrendamientos y ventas que realizara Manuel Melita a Pedro Mathinson -en los primeros años de la década del 1880- y posteriormente al poder que confiriera a Pedro Nolasco Rodríguez para su representación judicial y extrajudicalmente en todas las acciones relativas al fundo Cuyinco en 1883191, los Melita iniciarán por sí mismos, una persistente dinámica de movimientos y transacciones en torno a sus terrenos. El mismo Manuel Melita celebrará escrituras como arrendador de retazos situados al interior del fundo192. Asimismo, a mediados de la década, su hijo –e interrumpido representante- José, 190 Quien a su muerte en 1884 les deja en herencia el fundo Calcahuín ubicado en la 3° subdelegación del departamento de Arauco, que expuesto a la usurpación, implica a Juan Melita entablar una demanda y concertar un contrato de iguala para que le sea reconocido, sin embargo, no sabemos si lo logra. Notario de Lebu, Vol. 29, 1884. 191 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 26, Nº168, poder especial, 19 de julio de 1883, Manuel Melita confiere poder a Pedro Nolazco Rodríguez para que lo represente judicial y extrajudicalmente en todas las acciones relativas al fundo Cuyinco de su propiedad, 7º y 6º sub. depto. de Lebu. 192 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 29, N°188, arrendamiento, 10 de octubre de 1884. Manuel Melita arrienda por 6 años a Francisco Nuñez “un retazo de terreno de su propiedad situado en el fundo Cuinco 7° S* de este D* compuesto de 300 cuadras mas o menos. Vol. 37, N° 110, 10 de Mayo 1887. Arrendamiento. Don Manuel Melita da en arrendamiento a José Melita y Simón Carvallo un retazo de 60 cuadras aprox. en el fundo Cuhuinco, 5° sub de este depto. por 5 años a partir de 3 de Febrero próximo, día en que termina un arrendamiento a favor de Pedro Mathinson. 85 comenzará a ejecutar sus propias actividades comerciales193. Por su parte, Luis Melita entre el 1886 y el 1893, se vinculará con la familia Ebensperguer –conocida en la zona por apropiarse e instalarse en grandes extensiones de propiedad indígena-, quienes permanentemente le facilitarán préstamos tanto en productos agrícolas194 como en dinero efectivo, para lo que correspondidamente deberá hipotecar en garantía las acciones y derechos que le corresponden, no quedando nunca esclarecido el destino de esas prestaciones; escasez, negocios externos, deudas. Del mismo modo, Juan Melita, también desarrollará este tipo de vínculos con los Ebensperguer; individualmente195 o asociado con su hermano Luis196. Consecutivamente al fallecimiento de Manuel Melita en 1889, los tres hijos se convertirán en los máximos protagonistas de los eventos relativos al fundo Cuyinco. Básicamente Luis, continuará arrendando tierras197 y solicitando préstamos, no solo a los Ebensperguer con quienes finalmente saldará su deuda198, sino también a otros sujetos 199 , 193 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 31, Nº260, arrendamiento, 30 de octubre de 1885, “don José Melita como arrendador i don José Villa, como arrendatario, ambos vecinos de este departamento” celebran contrato de arrendamiento 194 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 34, N°117, mutuo, 20 de marzo de 1886, entre Luis Melita se constituye en deudor de los señores Ebensperger de la cantidad de 210 hectólitros de trigo blanco, bien limpio, sin polvillo... se compromete a pagar de la fecha en 10 meses plazo y a razón de 84 kilogramos por cada hectolitro… En garantía de la presente obligación hipoteca especialmente a favor de sus acreedores la acción y derecho que por herencia de su padre Manuel Melita le pertenece en el fundo Cuinco situado en la 5° S*”. Hay firma de Luis Melita 195 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 41, N°364, mutuo, 23 de diciembre de 1890, Juan Melita vecino de este departamento, mayor de edad, a quien doy fe y conozco… se constituye en deudor de los señores Ebensperger Hermanos de la suma de mil pesos que ha recibido de dicho señores en dinero efectivo por el término de un año a contar de esta fecha y al interés del uno y cuarto porciento mensual… En garantía del capital e intereses hipoteca a favor de sus deudores las acciones y derechos que le corresponde en el fundo Cuyinco ubicado en este departamento y deslindado en general: al norte con río Pilpilco hasta su nacimiento con la cordillera de los Pinales; al sur con la Caramávida, separado por el camino a los Pinales, terrenos de los Huaraman y don Andrés Villagran separado de estos por el estero Lajas, hasta el punto llamado Licauquen; al Oriente con la sima de la Cordillera de los Pinales; y al Poniente con terrenos de Luis Villagrán, separados por un cerco, con de don Pedro del Río, Ambrosio Cruz y los Pereira, separado por estero Cuyinco.” Firma de Juan Melita. 196 Vol.40, N°106, mutuo, 11 de mayo de 1889, Luis y Juan Melita y de la otra Santiago Ebensperger, en representación de la sociedad ‘Ebensperger Hermanos’… que se constituyen en deudores de los señores Ebensperger Hermanos en calidad de mutuo, de las sumas siguientes: Luis Melita de 1.011 pesos 84 centavos; Juan melita, 836 pesos 40 centavos, que han recibido de dichos señores, al interés de uno y medio por ciento mensual… En garantía del capital e intereses hipoteca a favor de los expresados señores Ebensperger Hermanos las acciones y derechos que corresponden a los parecientes por herencia de su finado padre don Manuel Melita, en el fundo Cuyinco, 5° S* de este D* y deslindado en general: al Norte, el camino público que conduce, de Lebu, a Cañete; al Oriente el estero Lajas o del Molino; al Sur las junturas de los esteros Cuyinco y Lajas; y la Poniente el estero Cuyinco”.Firmas de Juan Melita y Luis Melita (interesante el juego de las firmas, en su parte baja, con Santiago Ebensperger y otros). 197 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 40, N°353, 1889 arrendamiento, Luis Melita de en arriendo a José Aguilar “dos retazos de terreno de su fundo Cuyinco ubicado en la 5° S* de este D*… El término del arrendamiento es tres años a contar de esta fecha. El canon anual es la suma de 20 pesos…” Vol. 40, N°551, arrendamientos, 13 de diciembre de 1889, Luis Melita da en arriendo a don Juan Felipe Muñoz “tres retazos de terreno comprendidos dentro de los límites generales del fundo Cuyinco ubicado en la 5° S* de este D*. El termino del arrendamiento es de cinco años a contar de esta fecha y por el canon de 30 pesos anuales pagaderos los dos primeros años al otorgarse esta escritura y los tres últimos cuando el arrendador lo exija, cumplidos sean los dos años que se pagan con esta fecha. El arrendatario podrá usufructuar el terreno arrendado, como lo tenga a bien, mas no subarrendar sino con consentimiento del arrendador. Si lo estima conveniente la inscripción de este contrato en el Registro del Conservador respectivo”. “y firma el arrendador y por el arrendatario que dijo no saber…” Firma de Luis Melita. Vol. 40, N°552, arrendamiento, 13 de diciembre, Luis Melita da en arriendo a Emilio Dartuvig “un retazo de terrenos denominado Los Manzanos del fundo Cuyinco, 5° y 7° S* de este D. El término del arrendamiendo es cinco años a contar de esta fecha y el canon anual la suma de treinta pesos pagadero al principio de cada año”. Vol.45, N°210, arrendamiento, 7 de julio de 1893, Luis Melita da en arriendo a Francisco Hernández un retazo de terreno de 20 cuadras dentro del fundo Cuyinco 86 como a Apolonio Sáez200; sujeto a quien los tres hermanos en conjunto darán en arriendo un terreno de gran extensión201. De igual forma, particularmente José, también dará en arriendo extensiones territoriales de notable magnitud202. Por su parte Juan Melita, tampoco se quedará atrás con la dinámica de arrendamientos203, y al igual que su hermano Luis, cancelará sus deudas con los Ebensperguer204. en el lugar denominado Licauquen, por cinco años y con un canon de 18 pesos al año. Firma Luis Melita y Francisco Hernández. Vol.45, N°211, arrendamiento, 7 de julio de 1893, Luis Melita da en arriendo a José Antonio Casanova “un retazo de terreno, compuesto como de cuarenta cuadras, mas o menos, dentro del fundo Cuyinco”. Por cinco años y con un canon de 50 pesos al año. Firma Luis Melita. José Antonio Casanova no sabe firmar. Vol.45, N°212, arrendamiento, 7 de julio de 1893, Luis Melita da en arriendo a José Santos Araneda “un retazo de terreno compuesto de 40 cuadras, más o menos, en el fundo Cuyinco”. Por cinco años y el canon de arrendamiento es 50 pesos al año. José Santos Araneda no sabe firmar. Vol.45, N°373, arrendamiento, 20 de diciembre 1893, Luis Melita da en arriendo a José Luis Cortés un retazo de terreno compuesto de 20 cuadras en el fundo Cuyinco. Contrato por 5 años y el canon de arriendo es de 25 pesos al año. Firman Luis Melita y José L. Cortés. 198 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol.45, Nº113, cancelación, 21 de abril de 1893, Santiago Ebensperguer comos ocio de Ebensperguer Hermanos recibe de Luis Melita 1000 pesos e intereses devengados hasta la fecha de que habla la escritura de mutuo de 23 de abril de 1891, cancelando la deuda y por tanto la hipoteca. -Vol.45, Nº114, cancelación, 21 de abril de 1893, Santiago Ebensperguer, como socio de Ebensperguer Hermanos, recibe de Luis Melita 1011 con 80 centavos por escritura de mutuo de fecha 11 de mayo de 1889, cancelando totalmente la deuda y alzando la hipoteca. 199 Vol.45, N°115, hipoteca, 21 de abril de 1893, Luis Melita se constituye en deudor de José del Carmen Fernández de la suma de 4.052 pesos por el termino de dos años… al interés del uno y cuarto por ciento mensual… En garantía del capital e intereses hipoteca da a favor del señor Fernández la acción y derecho que por herencia de su finado padre le corresponde en el fundo Cuyinco. Vol.45, N°222, hipoteca, 18 de julio de 1893, Luis Melita “se constituía en deudor por causa de mutuo de don Apolonio Saez de la suma de 2.575 pesos… por el termino de un año”, da como garantía “las acciones y derecho que por herencia de su finado padre le corresponde en el fundo Cuyinco”. 200 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, N°39, mutuo, 23 de abril de 1891, Luis Melita “se constituía en deudor de los señores Ebensperger Hermanos de la cantidad de mil pesos por el término de un año. Da como garantía las acciones y derechos que por herencia de su padre le corresponde en el fundo Cuyinco. Vol. 44, 1892, N° 160 9 de Junio. Luis Melita se constituye deudor de Apolonio Sáez de la suma de 2.380 pesos que ha recibido de dicho señor en dinero efectivo, por el término de un año a contar desde esta fecha y al interés del uno y medio por ciento mensual. En caso de mora abonará el mismo interés sin perjuicio de los derechos de su acreedor. En garantía hipoteca a favor de su acreedor las acciones y derechos que por herencia de su padre le corresponden en el fundo Cuyinco ubicado en la 5°| sub. de este depto. deslindando; norte, el camino público que conduce de Lebu a Cañete, oriente, el estero Lajas del Molino, sur, Junturas de los esteros Lajas y Cuyinco, Poniente, estero Cuyinco. A. Sáez expuso que aceptaba este contrato. 201 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 44, N° 161, 10 de Junio 1892. José Melita, Juan Melita y Luis Melita, declararon su identidad con los testigos Nicolás Hernandez y Tomás Mathinson, y dijeron que dan en arrendamiento a Apolonio Saez un retazo de terreno compuesto como de 50 cuadras mas o menos en el título Cuyinco, 5° sub. de este depto. y limitado: Norte, terrenos de los arrendadores y que posee Juana Rodriguez, Sur, terrenos de los arrendadores poseidos por Simón Carvallo, Oriente, terrenos de los arrendadores, Poniente, con terrenos de P. Vigueras, separados por el estero Cuyinco. El precio del arrendamiento es de 6 años a contarse desde el 1° de Noviembre del año próximo pasado y al canon de 330 pesos, suma que su finado padre común recibió en dinero efectivo de manos del arrendatario. Lo autorizan para que goce del terreno en la forma que viese conveniente. Este arrendamiento terminará sin necesidad de desahucio. José y Juan firman con dibujitos bajo su nombre, Luis escribe. 202 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol.45, N°180, arrendamiento, 20 de junio de 1893, José Melita da en arriendo a Simón Carvallo un retazo de terreno compuesto de cómo 300 cuadras, ubicado en la 5° S* de este D* y limitado como sigue: por el norte con terrenos del arrendador, separado por un coihue votado y un puente; por el sur con terrenos del arrendador y que los tiene en la actualidad arrendados Juan Francisco Fernández; por el oriente con terrenos del mismo arrendador que los poseen Julián Lara, Eduvijes Ramírez y Antonio Casanova; y por el poniente con el estero Cuyinco, quedando fuera del arriendo el terreno poseído por José Santos Araneda y Nicanor Rivera…”. El contrato es por cuatro años y el canon de arriendo es por 80 pesos al año. Firma de José Melita y Simón Carvallo. 203 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol.45, N°337, arrendamiento, 14 de noviembre de 1893, Juan Melita da en arriendo a José Maldonado “un retazo de terreno compuesto de 60 cuadras mas o menos en el fundo Cuyinco. Por cinco años y el canon es de 210 pesos anuales. “Tercero: el arrendatario podrá explotar el terreno arrendado en siembras, labranzas de madera, talaje, y en la mejor forma que viese convenirle”. José Maldonado no sabe firmar. Vol.45, N°338, arrendamiento, 14 de noviembre de 1893, don Juan Melita da en arrendamiento a Julián Lara un retazo de terreno compuesto de 50 cuadras mas o menos en el fundo Cuyinco. Contrato por seis años, “El canon de arriendo por los 6 años es la cantidad de mil pesos pagadero esta cantidad al contado, suma que el arrendador se confiesa recibida… Tercero. El arrendatario podrá explotar el terreno arrendado en siembras, labranzas de maderas, talajes y en la mejor forma que viere conveniente, menos en la explotación del carbón de piedra que se encuentra en el fundo. Cuarto. Terminados los 6 años el arrendatario entregará el terreno sin necesidad de desahucio”. Julián Lara no sabe firmar. 204 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol.45, Nº339, cancelación, 14 de noviembre de 1893, Santiago Ebensperguer recibe de Juan Melita la cantidad de 1.000 pesos e intereses “de que habla la escritura del mutuo otorgada ante el notario Clodomiro Orellana” el 20 de diciembre de 1890. por consiguiente se cancela la deuda y se alza la hipoteca. 87 La familia Melita se relacionará de manera notable con el municipio de Los Álamos; comuna que abarcará el área de Cuyinco y que se crea por decreto de 22 de diciembre de 1891. Si bien su principal vinculación tiene que ver con los cargos municipales que integrantes de la familia ocuparán durante la segunda mitad del siglo XX, ya desde fines del XIX, se reflejan sus acciones de colaboración política: la donación de un terreno “a fin de que se construya un cementerio laico…con la única condición que los donantes, descendientes e inquilinos quedarán exentos de toda contribución que se imponga por inhumación”205, y el “arrendamiento de una casa y un sitio…en el fundo Cuyinco, para que funcione allí una escuela fiscal”206 En 1893, los hermanos Melita procederán a provocar la partición de la herencia territorial dejada por su padre en el fundo Cuyinco. Para ello Luis Melita, nombra a Nicolás Fernández207, no obstante, ‘veinte días después revoca este mandato 208 ; un año más tarde este sujeto le seguirá un juicio, y pese a que Luis conferirá poder al procurador de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Concepción para que su representación209, -como veremos- el veredicto será desastroso. Definitivamente, quien se hará cargo de la partición del patrimonio de Manuel Melita, será Pedro Nolasco Rodríguez, antiguo representante de este último210. Se detalla que la partición corresponde específicamente a la parte del fundo que se encuentra al sur del camino público 205 Luis Melita, en unión con Juan y José Melita donan a la Municipalidad de la comuna de Los Álamos, un terreno de una cuadra de extensión, “a fin de que se construya un cementerio laico”. Lo donan “con la única condición que los donantes, descendientes e inquilinos quedarán exentos de toda contribución que se imponga por inhumación”. A nombre de la Municipalidad de Los Álamos acepta la donación, Pedro Félix González, tesorero municipal de la comuna de Los Álamos, 1895. Lebu, Vol. 47, 1895, N°223 (donación). 206 José Melita da en arrendamiento a la Municipalidad de Los Álamos una casa y sitio de 20 varas de frente por 50 varas de fondo, en el fundo ‘Cuyinco’, para que funcione allí una escuela fiscal. El contrato es por 5 años, con un canon de 15 pesos mensuales, 1899 Lebu, Vol. 51, N°48 1899 (arrendamiento para escuela fiscal). 207 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol.45, N°357, mandato especial, 30 de noviembre de 1893. 208 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol.45, N°370, revocación de mandato, 19 de diciembre de 1893. 209 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol.46, 1894. N°272, 6 de octubre, Luis Melita confiere poder especial al procurador del número don Domingo Soto o en su defecto a don Pedro Cruzat para que lo represente ante la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Concepción, en los recursos de apelación y de nulidad que ha deducido el compareciente de la sentencia recaída en el juicio que le sigue ante el juzgado de letras de este departamento don Nicolás Fernández. 210 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol.45, N°377, mandato especial, 22 de diciembre noviembre de 1893, Luis Melita confiere poder especial a don Pedro Nolasco Rodriguez para que a su nombre y representación del compareciente provoque la partición del fundo Cuyinco que le corresponde por herencia de su finado padre don Manuel Melita, ubicado en la 5° S* de este departamento, debiendo limitarse la partición que provoque a la parte del fundo que se encuentra al sur del camino público que conduce de Lebu a Cañete y que posee en común el pareciente con sus hermanos Juan y José Melita, pudiendo representarlo además en las cuestiones pendientes o que se inicien posteriormente relativos al mismo fundo sobre contratos de arrendamientos celebrados por sus por sus mencionados coherederos. En consecuencia faculta al mandatario para que se presente ante los tribunales de justicia solicitando el nombramiento de árbitros, arbitradores y amigables componedores, procedan a sus nombramiento, confiriéndole las facultades que crea conveniente, para que en el curso de los juicios que iniciare…” 88 que conduce de Lebu a Cañete, quedando fuera las tierras que forman parte del área de Cuyinco Alto211. Tiempo después, Apolonio Sáez se constituirá como uno de los más asiduos clientes arrendatarios de los Melita, y sin lugar a dudas Luis Melita, se establecerá como el máximo negociador212 de la familia, no obstante, seguirá viéndose envuelto en la necesidad de recurrir a préstamos. Precisamente, entre otros213, acudirá al propio Saéz a través de una escritura que a su vez entrega los deslindes generales del fundo Cuyinco, el cual hipotecará en garantía el año 1894214. Paralelamente, con fecha 9 de julio de 1894, Juan Melita de 45 años de edad otorgará su primer testamento215. Consecutivamente concederá otros en 1907 y 1934; claramente reflejando la necesidad de determinar legalmente cuáles son sus derechos. Con respecto a Luis Melita, todo apunta a considerar que arrastra un problema financiero. A pesar de que en 1894, dona a su hija Juana una cuadra en el fundo Cuyinco216, de manera simultánea, tiene múltiples terrenos en arrendamiento y solicita numerosos préstamos a sus propios arrendatarios. Incluso a comienzos de 1895, termina por efectuar la venta de un terreno que tenía arrendado217. 211 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol.45, N°357, mandato especial, 30 de noviembre de 1893, Luis Melita confiere poder especial a don Nicolás Fernández para que a nombre y representación del compareciente provoque la partición del fundo Cuyinco que le corresponde por herencia de su finado padre don Manuel Melita, ubicado en la 5° S* de este departamento, debiendo limitarse la partición que provoque a la parte del fundo que se encuentra al sur del camino público que conduce de Lebu a Cañete y que posee en común el pareciente con sus hermanos Juan y José Melita, pudiendo representarlo además en las cuestiones pendientes o que se inicien posteriormente relativos al mismo fundo sobre contratos de arrendamientos celebrados por sus por sus mencionados coherederos. En consecuencia faculta al mandatario para que se presente ante los tribunales de justicia solicitando el nombramiento de arbitros, arbitradores y amigables componedores, procedan a sus nombramiento, confiriéndole las facultades que crea conveniente, para que en el curso de los juicios que iniciare…” 212 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 46, 1894 N°73 Luis Melita da en arrendamiento a Apolonio Sáez un retazo de 15 cuadras aprox. dentro del fundo ‘Cuyinco’, por cinco años, a un canon de 50 pesos anuales. Vol. 46, 1894, N°107. Luis Melita arrienda a Emilio Dartvig el retazo ‘Los Manzanos’, dentro del fundo ‘Cuyinco’. Vol. 46, 1894, N°214 Luis Melita da en arrendamiento tres retazos dentro del mismo fundo a Juan Félix Muñoz. Vol. 46, 1894, N°321. Luis Melita da en arriendo a don Daniel Riquelme un retazo de terreno de 12 cuadras más o menos, en el fundo Cuyinco, por cinco años y con un canon de 26 pesos al año. Vol. 47, 1895, N°23, Luis Melita da en arrendamiento a Germán Villagrán un retazo compuesto de 50 cuadras. El contrato es por nueve años, bajo un canon anual de 60 pesos. 213 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 47, 1895, N°16, 14 de enero, Luis Melita se constituye deudor de Felipe Mora por la suma de 393, por el plazo de tres meses. No hay garantía. Vol. 47, N°289, 18 de octubre, Luis Melita se constituye en deudor de Germán Villagrán por la suma de 260 pesos, por el término de 15 días. 214 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 46, N°148, 1894. Luis Melita se constituye deudor de Apolonio Sáez, por la suma de 710 pesos a un año de plazo y con un interés del 1,5 % mensual. En garantía hipoteca a favor de su acreedor las acciones y derechos que por herencia de su padre le corresponden en el fundo ‘Cuyinco’, 5º y 7º subdelegaciones del departamento de Lebu, cuyos límites generales son: norte; el camino público de Lebu a Cañete, oriente; el estero Lajas del Molino, sur; las junturas de los esteros Cuyinco y Lajas, poniente; el estero Cuyinco. 215 Es soltero, con nueve hijos, y declara ser hijo de Manuel Melita y Manuela Catrimán, por cuya herencia le corresponden acciones y derechos en el fundo 'Cuyinco', 5º y 7º subdelegación del departamento Lebu. ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 46, N°148, 1894, (testamento). 216 “…deseando gratificar la laboriosidad y servicio de su hija Juana Melita viene por la presente escritura a donarle gratuita e irrevocablemente una cuadra cuadrada de terreno donde tiene actualmente su habitación, en la 5° subdelegación de este departamento, en el fundo Cuyinco. Presente también en el acto don Pablo Elgueta…como representante legal de su esposa”. ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 46, 1894, N°294, (donación). 217 Luis Melita vende a Felipe Mora un retazo de una cuadra cuadrada de extensión, que le corresponde al vendedor por herencia de su padre Manuel Melita, y el cual está poseyendo el señor Mora desde el año 1889. El retazo está limitado por terrenos del vendedor, salvo en el lado norte donde linda con el camino público de Lebu a Cañete. El precio de la venta es de 85 pesos. ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 47, N°17, 14 de enero 1895, (venta). 89 En noviembre de 1895 se rematarán las acciones y los derechos de Luis Melita en el fundo Cuyinco, producto de una ejecución en su contra –de la cual no conocemos las causas- que seguía Florinda Smith viuda de Nicolás Fernández; aquel sujeto al que había nombrado como representante -por no más de veinte días- hacía dos años atrás. Finalmente, las acciones y derechos, se las adjudicará Apolonio Saéz; conocido cliente de los Melita, quien “ofreció un peso más y no habiendo quien mejorase la oferta, el señor juez declaró hecha la adjudicación a favor del señor Apolonio Sáez, por la cantidad de 20 mil un pesos”218. Las consecuencias del remate son devastadoras, Luis Melita lo pierde todo, o casi todo. De hecho, de aquí en adelante, no aparecerá en ningún tipo de escritura notarial. No obstante, sus hermanos Juan y José continuarán insertos en una intensa e incesante dinámica comercial en torno a las tierras. Realizando sobre todo arrendamientos219, pero también efectuando algunas ventas pequeñas al interior de Cuyinco, sin embargo, nunca ejecutando ventas de acciones y derechos, siempre especificando que se trataba de retazos; tomando distancia de posibles mal interpretaciones abstractas “facilitadoras” de la expoliación220. Por su parte, a la hora de requerir préstamos en dinero, se continuó conviniendo acuerdos con comerciantes extranjeros o sus descendientes: José Melita nunca requirió de uno, por el contrario, Juan Melita solicitó importantes sumas221; al parecer efectuando una administración notable de los créditos. 218 En Lebu, a 27 de noviembre de 1895, siendo las dos pasado meridiano, se procedió al remate de las acciones y derecho que corresponden a don Luis Melita en el fundo Cuyinco ubicado en la quinta subdelegación de este departamento y deslindado en general: al norte, el camino público que conduce de Lebu a Cañete; oriente estero Lajas o Molino; sur las juntas de los ríos Cuyinco y Lajas y al poniente el estero Cuyinco. Se presentó como interesado el ejecutante don Apolonio Sáez (vecino de este departamento) que fue admitido sin fianza. Se principió la postura por las dos terceras partes, esto es, por la suma de 20 mil pesos y el señor Sáez ofreció un peso más y no habiendo quien mejorase la oferta el señor juez declaró hecha la adjudicación a favor del señor Apolonio Sáez por la cantidad de 20 mil un pesos, efectuándose el presente remate con motivo de la ejecución seguida en contra del ejecutante por doña Florinda Smith viuda de Fernández. ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 47, N°342, 12 de diciembre de 1895, se reduce a escritura pública el acta de remate de las acciones y derechos de Luis Melita en el fundo ‘Cuyinco’. 219 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 47, N°366, 1895, Juan Melita arrienda a Leonardo Uribe un retazo de 18 cuadras. 1896, Vol. 48, N°52. José Melita da en arrendamiento a Lorenzo Sáez un retazo de 20 cuadras por cinco años, a un canon anual de 25 pesos. 1896, Vol. 48, N°53, José Melita da en arrendamiento a Juana Rodríguez un retazo por 5 años con un canon anual de 60 pesos. 1896, Vol. 48 N°148, Juan Melita da en arrendamiento a Pedro Juan Casanova un retazo por 5 años, el canon anual es de 50 pesos. 1896, Vol. 48 N°167, Juan Melita da en arrendamiento a José Aguilar un retazo de 10 cuadras por tres años, canon de 25 pesos anuales. 1896, Vol. 48 N°168, José Melita da en arrendamiento a Daniel Riquelme un retazo de 12 cuadras, os por 5 años, bajo un canon anual de 26 pesos. 1896, Vol. 48 N°211, Juan Melita da en arrendamiento a Pablo Elgueta un retazo de 8 cuadras por 3 años, con un canon anual de 10 pesos. 1897, Vol. 49, N°119. José Melita termina contrato de arriendo con Juana Rodríguez sobre propiedad del fundo Cuyinco. 1897, Vol. 49, N°139 Juan Melita, termina contrato de arrendamiento con José Aguilar y Pablo Elgueta. 1898, Vol. 50, N°70 José Melita pone fin a contrato de arriendo de doce cuadras con Daniel Riquelme. 1898, Vol. 50, N°84 Juan Melita y Julián Lara prorrogan por dos años y medio un contrato de arrendamiento de 50 cuadras, el canon total de la prorroga será de 150 pesos anuales. 1899, Vol. 51, N°3 Juan Melita da en arrendamiento a José Maldonado un retazo compuesto de 60 cuadras por 5 años, bajo un canon anual de 210 pesos. 220 Ejemplo de este tipo de ventas se ejecutan en el año 1896 cuando José Melita vende a Pascual Arriagada un retazo de seis cuadras por 500 pesos (1896, Vol. 48, N°14). Consecutivamente, José junto a Juan, venden a Luisa Escobar y a Santiago Luengo, un retazo de 4 cuadras por 400 pesos (1896, Vol. 48, N°15). 221 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 48, N°117, 1896, Juan Melita se constituye deudor de Santiago Leyton por 888 pesos, por el término de un año, con un interés del 1% mensual. En garantía hipoteca a favor de su acreedor la acción y derecho que le corresponde en el fundo ‘Cuyinco’. Vol. 49, N°123, 1897, Juan Melita se constituye deudor de Santiago Leyton por 1933 pesos, por el término de un año, con un interés del 1% mensual. En garantía hipoteca a favor de su acreedor la acción y 90 CAPÍTULO IV TERRITORIO SIGLO XX: EL PROCESO DE CONSTITUCIÓN DE PROPIEDAD. Para hacerla un poquito más corta, con en el tiempo de la colonización y una vez ya resuelto el tema de la guerra de Arauco, y prácticamente hecha la pacificación de la Araucanía; fundado Cañete, fundado Lebu, ya fundadas las ciudades, la gente criolla -por decirlo de algún modo, el chileno hoy día-, le quita los terrenos a los indígenas, y hace uso de la legalidad para apoderarse de la tierra, y habían luchas campales por las tierras indígenas. Por eso proceso no solo pasamos la familia Melita, sino que yo creo que todas las familias que tenían algún 222 pedazo de tierra, y que no eran criollos o chilenos en este caso (Lautaro Melita) . A primera vista, el corte entre siglos no resulta tan significativo puesto que en los primeros años del siglo XX la dinámica en torno al territorio de Cuyinco es básicamente la misma de la última década del XIX; marcada por prácticas de arrendamientos223 y por solicitudes de crédito a destacados comerciantes224. No obstante, la división entre siglos no es un puro ordenamiento; pese a la similitud con el decenio anterior, aparecerán múltiples escrituras de hipoteca225, y será ahora Juan Melita quien progresivamente se convertirá en el máximo derecho que le corresponde en el fundo ‘Cuyinco’. Vol. 51, 1899, arrendamiento a José Maldonado un retazo compuesto de 60 cuadras por 5 años, bajo un canon anual de 210 pesos. Vol. 51, 1899, N°293 Juan Melita se constituye deudor de Jorge Ebensperger por 1000 pesos, por el término de 2 años, bajo un 1.5% de interés mensual. En garantía hipoteca a favor de su acreedor la acción y derecho que le corresponde en el fundo ‘Cuyinco’. 222 Entrevista a Lautaro Melita (Claudia Chamorro, 2006). 223 Archivos Notaria de Lebu, 1903, Vol. 55, N°124: José Melita da en arrendamiento a Leonardo Uribe un retazo compuesto por 10 cuadras por 5 años, bajo un canon anual de 20 pesos. 1906, Vol. 58, N°486, Juan Melita da en arrendamiento a José Maldonado un retazo compuesto de 60 cuadras aprox. por 3 años, bajo un canon anual de 210 pesos. 1912, Registro de Hipotecas, Nº 14, Arrendamiento Juan Melita a Exequiel Leiva. Don Juan Melita dio en arrendamiento a Don Exequiel Lara i don Lizandro Belmar, un retazo de terreno compuesto de cien cuadras más o menos de extensión en el fundo Cuyinco. 1912, Registro de Hipotecas, Nº 26, Arrendamiento Melita Juan a Virgilio Morales. Don Juan Melita dio en arrendamiento a Don Virgilio Morales los yacimientos carboníferos que hay en el fundo Cuyinco de este departamento. 1912, Registro de Hipotecas, Nº 42, Arrendamiento, Melita Juan a José Maldonado. Don Juan Melita dio en arrendamiento a don José Maldonado dos retazos de terreno como de sesenta cuadras mas o menos uno y como de doce cuadras el otro, ubicados en el fundo Cuyinco. 1914, Registro de Hipotecas, Nº 9, Arrendamiento, Juan Melita a Buenaventura Escobar. Don Juan Melita ha dado en arrendamiento a don Buenaventura Escobar un retazo de terreno de cincuenta cuadras de extensión mas o menos, denominado “La Chupalla”, en el fundo Cuyinco de la 5ª Subdelegación. 1919, Registro de Hipotecas, Nº 1, Arriendo Juan Melita a José Maldonado. Don Juan Melita dio en arriendo a don José Maldonado un retazo de terreno de 60 cuadras más o menos de su fundo Cuyinco. 224 Y otros sujetos- con la utilización de los terrenos como garantía. Archivos Notaria de Lebu , 1908, Registro de Hipotecas, Nº 17, Hipoteca Juan Melita a Exequiel Lara y otros. Don Juan Melita a dado en hipoteca a favor de don Exequiel, de don José María, don José Mercedes Lara y de doña Cruz Sáez, la acción y derecho que le corresponde en el fundo Cuyinco quinta subdelegación de este departamento. 1909, Registro de Hipotecas, Nº 10, Hipoteca Juan Melita a José Mercerdes Lara y otros. Don Juan Melita, ha dado en hipoteca a favor de José Mercedes Lara, de Exequiel Lara y de María Cruz Saéz, la acción y derecho que le corresponde en el fundo “Cuyinco” 225 Archivos Notaria de Lebu , 1909, Registro de Hipotecas, Nº 8, Hipoteca, Juan Melita a Harismendy Hermanos y Larroulet. Don Juan Melita se ha constituido deudor de los señores Harismendy Hermanos y Larroulet por la suma de cuatro mil quinientos pesos. En garantía del capital e intereses hipoteca a favor de sus acreedores las acciones y derechos que por herencia de sus finados padres Manuel Melita y Manuela Catriman le corresponden en el fundo “Cuyinco”. 1910, Registro de Hipotecas, Nº 16, Hipoteca, Juan Melita a Narciso Muñoz. Don Juan Melita, se constituyó deudor de don Narciso Muñoz de la suma de un mil novecientos sesenta y dos pesos, veintiocho centavos ($ 1,962. 28C) por el término de dos años al interés del 1% mensual. En garantía del capital e interés, hipoteca a favor de su acreedor las acciones y derechos que le corresponden en el fundo Cuyinco. 1920, Registro de Hipotecas, Nº 45, Hipoteca a Harasmendy Larroulet y C: Por escritura ante mi de 28 de Junio último don Juan Melita se constituyó deudor de los señores Harismendy Larroulet y Compañía de la suma de siete mil ochocientos pesos ($7800) a un año de plazo y al interés del uno por ciento mensual. Con garantía del capital e intereses hipoteco a favor de sus acreedores las acciones y derechos que le corresponden en el fundo Cuyinco y Cerro Alto, ubicados en la quinta (5°) y séptima subdelegación de este departamento. (Lebu 18 de Junio de 1924. Certifico que por escritura ante de fecha de hoy queda totalmente cancelada la deuda y alzada la hipoteca a la que se refiere la inscripción). 1923, Registro de Hipotecas, Nº 32, Juan Melita a Pedro Eyharamendy. Don Juan Melita se constituyó deudor de Juan Pedro Eyharamendy de la suma de 4500 pesos por el término de un año y al interés del uno por ciento mensual y al interés del uno por ciento mensual. En 91 protagonista de los asuntos relativos a Cuyinco. Por su parte Luis, al igual que su hermano José, fallecerán prontamente. En semejanza a la etapa anterior, los primeros años del 1900 se caracterizarán por la entrada de nuevos ocupantes a Cuyinco, sin embargo entre todos ellos, se distinguirá la ocupación de la familia González; sujetos con quienes los Melita entablarán la relación más problemática y prolongada que se experimentara al interior del fundo. De ahí que la primera aproximación al período sea desde este conflicto; evento que cruzará todo un proceso de constitución de propiedad cargado de resonancia pública. De todos modos, pese a desarrollar este transcurso a través de una problemática específica, el propósito es considerar todos aquellos momentos y elementos -que explícita o implícitamente, en mayor o menor medida- inevitablemente se entrecruzan con el asunto central. Evidentemente todo lo anterior no es exclusivo del acontecer de la familia Melita, sino que se inscribe en un proceso general de acoplamiento subordinado del mundo mapuche a la sociedad nacional; ostensiblemente palpable en las primeras tres décadas del siglo XX (Foerster y Montecino, 1998). 4.1. LA APARICIÓN DE LOS GONZÁLEZ. Los primeros antecedentes de la familia González datan del siglo XIX, particularmente individualizados en la figura de Pascual González el año 1880; sujeto no letrado que manifiesta un interés patente por adquirir terrenos en la zona, especialmente situados en la 5º y la 7º subdelegación del departamento de Lebu; de ahí que aparezca emparentado con otros como Pedro Mathinson y Quintiliano Hermosilla. Recordemos que este último se desempeñaba como apoderado de los Quintriqueo, y por su parte González, como mandatario de las Mariqueo; representantes en el juicio de reivindicación contra Manuel Melita sobre el fundo Cuyinco, enlazados con sus representados a través de sobresalientes contratos de iguala que les hubiesen otorgado extensos espacios de haber salido victoriosos. No obstante, todo sugiere indicar que a González se le reconocen terrenos en el área de Pilpilco, de ahí que otorgue un mandato a Cornelio Saavedra -residente en Santiago, cabecilla de la titulada “pacificación”- para que reclame ante el presidente de la República un garantía del capital hipoteca a favor de su acreedor las acciones y derechos que le corresponden en los fundos Cuyinco y Cerro Alto, 5º y 7º subdelegación de este departamento. 92 decreto para permitírsele la construcción de un camino en el fundo226; asimismo, figura dando en arriendo retazos en dicho territorio y a su vez otros retazos localizados en Cuyinco y alrededor de la 5º y 7º subdelegación, sin embargo, en ningún caso se señala a los Melita en torno a los deslindes de estos. Al presente, Gloria Vinnet –viuda de Pascual Melita, nieto de Juan Melita Catrimánesclarece el vínculo entre González y Hermosilla, en relación con las problemáticas experimentadas por la familia Melita: Los primeros conflictos fue con unos señores Hermosilla, unos señores que estaban aliados con los González, o sea, ellos eran los patrones y los González sus sirvientes; esa gente fue muriendo y los González se fueron quedando (Gloria Vinnet, septiembre 2006). Las primeras transacciones documentadas de los González adquiriendo acciones en torno a Cuyinco, se encuentran en relación con las Mariqueo227. A su vez, en los primeros años del siglo XX, puntualmente en 1902, los sucesores de Luis Melita formalizarán una venta a José Abelardo González, hermano de José Nazareno González228. El año 1904 detonan evidentes irregularidades en torno a aquella transacción entre las Mariqueo y Abelardo González. María Llanca Mariqueo en una escritura hacia Juana María Reyes -seguramente cuñada de Pascual González-representada por su hijo Zenón Sáez –probablemente pariente de Apolonio Saéz- da en venta las acciones y derechos que -a cualquier título- le corresponden en el fundo Cuyinco y Cerro Alto –planteados como un solo espacio- por el precio de 4000 mil pesos, señalando que: “…parte de los terrenos en que están comprendidas las acciones y derechos que enajena en esta escritura, están ocupadas por Pascual y Abelardo González, a título de compra en alguna extensión, y como detentadores o arrendatarios en otra extensión; la vendedora estima viciados los títulos de compraventa que detentan los González, por ello “subroga” sus derechos en la compradora para que entable las acciones necesarias a fin de declarar nulos 229 los títulos de los González” . 226 ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 34, Nº115, 18 de mayo de 1886, mandato especial, Pascual González confiere poder especial a Cornelio Saavedra Rivera, residente en Santiago, para que reclame ante su excelencia el presidente de la República un decreto para construcción de camino por fundo Pilpilco, de propiedad del pareciente. 227 En 1896 Flora y Luisa Mariqueo venden a Abelardo González –hijo de Pascual González y Feliciana Reyes- las acciones y derechos “que a cualquier título les correspondan...como herederas de Pablo Millaqueo y Juana Catrileo” en el fundo Cuyinco y Cerro Alto, 5º y 7º subdelegación del departamento de Lebu (ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 48, 1896, N°325). Por otra parte, al año siguiente Pascual González comprará de manos de “José Quintriqueo Navarro las acciones y derechos que le corresponden por herencia de su padre Pablo Quintriqueo en el fundo Temuco de la 7º subdelegación”; sabemos muy próximo a Cuyinco (ARNAD: Fondo Notarios Lebu, Vol. 49, 1897, N°25). 228 Juana Melita, a través de su esposo Pablo Elgueta, Pascual, Juan Bautista y María Melita, y María Perquin(sic) viuda de Melita, venden a José Abelardo González las acciones y derechos que les corresponde por herencia de Luis Melita en una reserva de diez cuadras de terreno en el fundo ‘Cuyinco’, 5º y 7º subdelegación del departamento Lebu. El precio de la venta es de 400 pesos (Archivos Notaria de Lebu, Vol. 54, 1902, N°312, venta). 229 Archivos Notaria de Lebu, Vol. 56, 1904, N°140. 93 Todo parece indicar que la ocupación de los González en el fundo Cuyinco es fruto de la expoliación. Asimismo, once días después queda relativamente de manifiesto que las intenciones de Zenón Sáez y su madre Juana María Reyes no son tan honestas. María Llanca Mariqueo confiere poder a Arturo Reyes para que la represente en los juicios que entablará contra Juana María Reyes y su hijo Zenón Sáez, por engañarla e inducirla a extender la escritura referida en el párrafo anterior. Puntualmente reclama porque los compradores no le han cancelado el valor consignado en dicha escritura de compraventa, que 230 alcanza los 4000 pesos. Aparentemente, la demanda de la Mariqueo no se hace efectiva; la designación de Arturo Reyes como mandatario para iniciar los juicios inspira ciertas sospechas por su posible entroncamiento con Juana María Reyes y el potencial encubrimiento que podría proporcionarle. En lo sucesivo, Zenón Sáez continuará manifestando inquietudes relativas a Cuyinco; al parecer su propósito es asimilarlo con el fundo Cerro Alto para así validar aquella compra efectuada a las Mariqueo. En 1905 declara que: …en conversaciones con Apolonio Sáez, José y Juan Melita, éstos tres últimos sostienen que los fundos Cuyinco y Cerro Alto -5º y 7º subdelegaciones del departamento de Lebu- no pertenecen a una misma comunidad, sino que Cuyinco “es propiedad exclusiva de la testamentaria de Manuel Melita y sus legítimos herederos”, mientras que Cerro Alto es propiedad de la sucesión Mariqueo. En cambio, Zenón Sáez sostiene lo contrario, es decir, que son propiedades de una misma comunidad. Por la presente declaración, Zenón Sáez deja establecida esta divergencia de criterios, para señalar que mientras se tramite un juicio sobre nombramiento de administrador para ambos fundos, que él inició a nombre de su madre y otros, ha prometido a Apolonio Sáez y a los Melita no turbarlos en el goce exclusivo del fundo 231 Cuyinco del que se creen únicos y exclusivos dueños . Es innegable que Zenón Sáez y su madre quieren ingresar decididamente al fundo Cuyinco para establecer posesión; de ahí que la declaración anterior –junto con demostrar el frágil escenario en el que se sostiene el área de Cuyinco- forme parte de una estrategia de los interesados, a través de la cual exponen que sus diferencias de opinión con los Melita y Apolonio Sáez –poseedor titular de las acciones y derechos de Luis Melita- las resolverán amistosamente una vez establecida la diferenciación y emprendida la partición de ambos terrenos. Por tanto, Apolonio Sáez figura como aliado de los Melita, no así el otro Sáez, Zenón. Paralelamente, José Melita junto al abogado Joaquín González emiten una declaración exponiendo la falsedad de una escritura de venta concedida ante el notario de Cañete el día 230 231 Archivos Notaria de Lebu, Vol. 56, 1904, N°150. Archivos Notaria de Lebu, Vol. 57, 1905, N°300 (declaración). 94 20 de septiembre de 1905. En el supuesto documento aparece el propio José Melita transfiriendo los derechos que expresa tener en los fundos Cuyinco y Cerro Alto -5º y 7º subdelegaciones- al mismo Joaquín González, a Francisco Rosende y Eulogio Figueroa; este último aceptando la venta a nombre de todos. José Melita aclara que: …él no ha otorgado ninguna escritura de venta, ni ha concurrido a Cañete. Por otra parte, Joaquín González expresa que él jamás tuvo conocimiento de dicha compraventa ni dio su consentimiento para celebrarla, por lo cual declara que no la acepta, denunciando que Melita fue suplantado para celebrar tal contrato, que tendría por objetivo inhabilitarlo a él en el ejercicio de las funciones judiciales de los distintos pleitos que hay o puedan iniciarse relativos a los expresados fundos en los que son parte don José Abelardo y don Juan Bautista 232 González . El testimonio contemporáneo de la familia Melita confirma que Joaquín González es abogado y que José Abelardo y José Nazareno son hermanos del citado Juan Bautista-; Joaquín es el encargado de gestionar la incorporación al fundo Cuyinco y más allá de sus puntuales intenciones -veraces o no- que emanan de esta declaración, son patentes sus intereses de usurpación territorial en transacciones en las que participa como abogado partidor de propiedades de familias mapuche; instancias en las que estos últimos –extrañamenteterminan cediéndole sus derechos de propiedad233. De forma paralela, pese a toda la turbiedad de los antecedentes consignados, ahora Juan Bautista González -al igual como lo hizo Zenón Saéz- consumará aparentes compras de acciones y derechos en los Fundos Cuyinco y Cerro Alto, entendiéndosele a ambos como espacios acoplados234. 232 Archivos Notaria de Lebu, Vol. 57, 1905, N°318 (declaración). Archivos Notaria de Lebu, Vol. 58, 1906, N°203 (cesión de derechos): Juan Mariquian cede a José Arretz y a Domingo Roa Pérez los derechos que le corresponden en la liquidación del valor del remate del fundo ‘Quiapo Pillanmahuida’ (3ª sub., depto Lebu), por cuya cuota Arretz y Roa le pagaron 2.112 pesos. Esto en el marco de la partición del citado fundo practicada por el abogado Joaquín González. Vol. 58, 1906, N°215 (cesión): Lorenza Huenchuman cede a Ceferino Neira, por 900 pesos, la parte que le corresponde “en el precio del fundo Quiapo Pillanmahuida, enajenado por acuerdo de unos accionistas”, esto en el marco de la partición del fundo practicada por Joaquín González. No se dan más antecedentes. Vol. 58, 1906, N°232 (cesión de derechos): María Alcapan viuda de Ignacio Millaleo, Juan Millaleo, Miguel Millaleo, Francisco Millaleo, Agustín Alcapan y Miguel Alcapan “o Catrileo”, ceden a José Arretz y a Domingo Roa Pérez los derechos que pueda corresponderles, según el entroncamiento aprobado, en la liquidación del valor del remate del fundo ‘Quiapo Pillanmahuida’ (3ª sub., depto Lebu), por cuya cuota Arretz y Roa les pagaron 1.610 pesos. Todo esto en el marco de la partición del citado fundo, practicada por el abogado Joaquín González. Los 1.610 pesos se repartieron entre los cedentes de la siguiente manera: 37 pesos a María Alcapan; 37a Juan Millaleo; 88 a Miguel Millaleo; 88 a Francisco Millaleo; 653 a Agustín Alcapan; y 704 a Miguel Alcapan “o Catrileo” 234 Archivos Notaria de Lebu, Vol. 57, 1905, N°378 (compraventa): Juan Pablo Llanquileo, Flora Pichuman Llanquileo y Luisa Liempi Llanquileo venden a Juan Bautista González las acciones y derechos que a cualquier título les corresponde en los fundos ‘Cuyinco’ y ‘Cerro Alto’ (5ª y 7ª sub., depto Lebu). Se dan los mismos deslindes generales que en la escritura N°140 del Vol. 56. El precio de la venta es de 1.500 pesos. Vol. 58, 1906. N°89 (venta): Josefina. Luisa y María Pirquileo venden a Juan Bautista González las acciones y derechos que a cualquier título les corresponde en un potrero denominado ‘Cerro Alto’, parte del fundo ‘Cuyinco’ (7ª sub., depto Lebu). El precio de la venta es de tres mil pesos. 233 95 Huberto Melita nos entrega más detalles sobre Juan Bautista González y sobre la estrategia utilizada para la obtención de terrenos: …como González tenía pura plata, -y para qué estamos con cosas los Melita eran honestos, eran pobres- entonces Juan Bautista González era abogado, era juez en Lebu, era Notario y entonces imagínese a donde vamos. Le decía uno: “oye, tú soi accionista del fundo Cuyinco”, “sí señor”, “ya, véndeme tanto”…y vamos haciendo la escritura, vamos escribiéndola. Así empezó esto. Entonces qué pasó...los González se empezaron a defender, como tenían plata y todo se empezaron a defender como particulares, como accionistas del fundo Cuyinco Alto y 235 Cuyinco Bajo; entonces tenían la mayor parte de las acciones. (Huberto, septiembre 2006) Por otro lado en 1907 asoma Benjamín Melita; sujeto letrado que vende a Abelardo González los derechos –en juicio- que le corresponden en el fundo Cuyinco. Si bien desconocemos su grado de parentesco con los tres hermanos Melita236, esta escritura revelará que al mismo tiempo de disputas con sujetos externos, hay una tensión interna familiar en torno al territorio. A través de la protocolización y ratificación que practica Benjamín Melita sobre el contrato de compra-venta otorgado ante la Intendencia, se torna tangible la problemática interna con la sucesión de Manuel Melita. Llama la atención la designación del contrato como de compra-venta cuando ciertamente más se asemeja a un contrato de iguala, no obstante, en lo concerniente a la repartición de lo obtenido en partes iguales este contrato difiere considerablemente; seguramente de ahí su insólita rotulación: …el indígena Benjamín Melita, habiendo cumplido previamente con los requisitos presentes en el Supremo decreto de 30 de Noviembre de 1876…expuso: que da en venta a don Abelardo González los derechos que le corresponden en el juicio que sigue ante el Juzgado de Letras de esta ciudad contra don José y don Juan Melita y otro, sobre petición de herencia, juicio que actualmente se encuentra en la Corte Suprema en grado de casación, comprendiendo en la venta toda la herencia reclamada y en especial las acciones y derechos que por la misma herencia le corresponden en la herencia en el fundo 237 Cuyinco …reservándose una cuadra a orillas del camino público y en el sitio ocupado por la casa de doña Gertrudis Estrada con un frente de una cuadra de fondo, extensión que se encuentra medida y cerrada. El precio de la venta es la suma de veinte mil pesos de que el vendedor se confiesa recibido a su entera satisfacción. En consecuencia cede y traspasa en el comprador señor González el dominio y posesión que hasta hoy ha ejecutado en los derechos enajenados, asegurándole que no se encuentra afecta a cargo ni gravamen de ningún género y obligándose al saneamiento por evicción con arreglo a la ley. Lo faculta para que judicial y extrajudicialmente tome posesión material de herencia vendida pida la posesión efectiva de la misma, prosiga al juicio expresado más arriba hasta su terminación o promueva otras con el mismo fin, para lo cual cede también a perpetuidad los derechos correspondientes, lo faculta 235 Entrevista Cuyinco, Rolf Foerster y Claudia Chamorro, septiembre 2006. Sabemos que sus hijos son Arsolindo y Juan Bautista Melita. Archivos Notaria de Lebu, Registro de propiedad, año 1935, Nº 130. 237 Situado en la quinta y séptima subdelegación de este departamento y limitado en general como sigue: al Norte, el río Pilpilco; Oriente, con terrenos ocupados por los señores Avellos; al Sur, con el estero Licauquen que toma en su nacimiento el nombre de Molino o Lajas y desde el nacimiento de este hacia el Oriente un camino que lo separa de terrenos de la sucesión de don Eusebio Sáez y de Avellos; y al Poniente, con terrenos de los Villagranes y el estero Cuyinco hasta su confluencia con el Licauquen. Archivos Notaria de Lebu, Libro de Protocolo Corriente de Instrumentos Públicos, año 1907, escritura nº 470. Venta, Benjamín Melita a Abelardo González, 9 de Noviembre de 1907. 236 96 así mismo para que por si o por medio de encargado requiera y firme la inscripción de este contrato en el Conservador respectivo. Presente a este acto don Abelardo González, vecino de este departamento que acepta este contrato para si en los términos expresados…Antes de firmar las partes expusieron que el comprador quedaba obligado a amparar al vendedor en la posesión de la cuadra reservada y a sanearle dicha cuadra en caso de obtenerle el éxito del juicio rendido. Firman testigos y las 238 partes . En otro plano, vale la pena referirse a un acontecimiento que circula en la memoria de la familia Melita, el cual señala que por estas fechas de comienzo de siglo sus antepasados solicitaron a un ingeniero que practicase la medición del territorio de Cuyinco, quien por su trabajo fue remunerado con la concesión de un terreno al interior del fundo denominado “La pagadora”239; espacio que en decenios posteriores acabará siendo ocupado por los González. 4.2. NECESIDAD DE ESTABLECER LA PROPIEDAD. Sin duda que este contexto de tan poca claridad con respecto a los derechos de propiedad al interior de la propia comunidad Melita, sumado a un escenario compuesto por múltiples sujetos externos interesados y posibilitados para formalizar contratos de dudosa veracidad, vuelve imperioso establecer y esclarecer la problemática territorial del fundo Cuyinco. Claramente Juan Melita en este entorno de incertidumbres, advierte la necesidad de ejecutar precisiones legales; bajo este marco concebimos su segundo testamento. En Lebu, a 13 de Junio de 1907, ante el Notario que autoriza y testigos que al final se mencionarán compareció don JUAN MELITA, vecino de este departamento, mayor de edad, y a quien doy fe conozco y expuso: que venía a otorgar su testamento en la forma siguiente: PRIMERO: Declaro soy soltero de 57 años de edad, hijo legítimo de Manuel Melita y Manuela Catrimán, ya finada, chileno, domiciliado en este departamento. SEGUNDO: Declaro por mis bienes las acciones y derechos que me corresponden por herencia de mis finados padres en el fundo Cuyinco ubicado en la séptima y quinta subdelegación de este departamento, nueve yuntas de bueyes, doce caballos, nueve yeguas, cinco vacas; seis terneros; dos toros parciales; quince ovejas; siete pares de ruedas de rayo. TERCERO: Instituyó por mis únicos y universales herederos por iguales partes a mis hijos José Luis, Feliz, Nicolaza, Juan de Dios, José Santos, Pedro, Adrián, Manuel, José, Alfredo, Ricardo, José Miguel y Melisa Melita, a quienes reconozco por mis hijos naturales. CUARTO: Declaro que por el presente revoco todo otro testamento que hubiere otorgado antes de este y quiero que el presente se tenga como 240 mi última y deliberada voluntad . De todos modos este mismo año, Juan Melita consigue a modo inaugural constituir legalmente su propiedad; ciertamente la primera escritura de esta naturaleza documentada 238 Archivos Notaria de Lebu, Libro de Protocolo Corriente de Instrumentos Públicos, año 1907, escritura nº 470. Venta, Benjamín Melita a Abelardo González, 9 de Noviembre de 1907. 239 Actualmente suscrito a Rol 207-69. 240 Archivos Notaria de Lebu, Libro de Protocolo Corriente de Instrumentos Públicos, año 1907, Nº 250. 97 para el fundo Cuyinco. Conjuntamente además se señalan los deslindes bajo los cuales se están concibiendo sus derechos. Constitución de propiedad de Juan Melita, 20 de Diciembre de 1907. Compareció don Juan Melita vecino de este departamento, mayor de edad, a quien doy fe conozco y expresó: que viene por la presente escritura en declarar, con el fin de constituir legalmente su propiedad, de que es dueño de acciones y derechos del fundo “Cuyinco” por haberlas heredado de sus padres Manuel Melita y Manuela Catrimán y haberlas poseído por si y por sus antepasados por más de sesenta años. El fundo Cuyinco se encuentra ubicado en la 5° subdelegación de este departamento y limitado como sigue: al Norte, camino público que conduce de Lebu a Cañete; Oriente, el estero Laja o Molino; al Sur, el estero Licauquen; y al Poniente el estero Cuyinco. Testigos: Teodoro Álvarez y Enrique Concha. Firma Juan 241 Melita . En circunstancias de la época y en el contexto de la provincia de Arauco era poco viable para el universo mapuche alcanzar la constitución legal de sus propiedades, sobre todo en tierras como las Melita, que emplazadas al norte del río Paicaví quedan al margen del sistema reduccional y por tanto sometidas –en su mayoría- a la legislación común; situación que de ninguna manera facilitó los procedimiento, sino que por el contrario, irregularizó y negó el espacio indígena. Al igual que el testamento de Juan Melita cinco años atrás, concebiremos el temprano testamento de Pablo Quintriqueo de 19 años, como evidencia del apremio por constituirse legalmente, consecuencia tanto del contexto general de constitución de propiedad de la provincia de Arauco como del escenario problemático particular en el que estaba inserto Cuyinco. Al mismo tiempo, el documento permite reaproximarse a la situación de los Quintriqueo y dilucidar los terrenos ocupados por los González. En Lebu a 13 de Mayo de 1912…ante mi el Notario…compareció el indígena Pablo Quintriqueo, vecino de Cuyinco y Cerro Alto, 5º subdelegación de este departamento, a quien doy fe sí conozco y expuso: que otorga su testamento en la forma siguiente: Primero: Declaro soy hijo en conformidad al rito indígena de José Quintriqueo, fallecido, y tengo 19 años de edad más o menos. Segundo: Declaro ser soltero y no tengo legitimarios. Tercero: Declaro que mis bienes son las acciones y derechos que me corresponden en el fundo Cuyinco y Cerro Alto, ubicados en este departamento por herencia de mi finado padre, actualmente arrendados por mi ex curador don Exequiel Pinto, y don Abelardo González, y las acciones y derechos que en el mismo fundo me corresponden por herencia de mi finado tío Pablo Quintriqueo y que también ocupa don José Abelardo González. 241 Archivos Notaria de Lebu, Libro de Protocolo Corriente de Instrumentos Públicos, año 1907, Nº 546. Atención que seis meses más tarde, Juan Melita suscribe otra Constitución de Propiedad –bajo los mismos términos- pero inscrita en el Libro de Registro de Propiedad de Lebu de 1908, el en Nº63: Constitución de Propiedad de Juan Melita. Don Juan Melita, vecino de este departamento, es dueño por herencia de sus finados padres Manuel Melita y Manuela Catriman, de acciones y derechos del fundo Cuyinco, ubicado en la sexta subdelegación de este departamento y limitado: Norte, camino público que conduce de Lebu a Cañete; Oriente, estero Laja o Molino; Sur, estero Licauquien; y Poniente, el estero Cuyinco. Procedo a esta inscripción habiéndose publicado avisos y fijado carteles. Firma esta inscripción al requerimiento, Lebu diez de Junio de mil novecientos ocho (1908). 98 Cuarto: Instituyo por mi heredero universal a mi primo Pedro Fren, de mi misma raza, en retribución de los servicios que le debo. Quinto: Nombro albacea y tenedor de mis bienes a mi citado primo Pedro Fren. Sexto: Revoco y anulo todo otro testamento anterior al presente. Yo…Notario y Conservador de Lebu certifico: que el testador se encuentra al parecer en su sano juicio, fue así y lo otorgó y firmó con los testigos. 242 Firma Pablo Quintriqueo y los testigos . 4.3. EL ARRIBO DE JOSÉ PARADA; HIJO DE MANUELA MELITA O JUANA DE DIOS NAVARRO. A fines de la primera de década del siglo XIX irrumpe un elemento intermedio que viene a sumarse y situarse entre las problemáticas internas y las presiones externas que experimenta el fundo Cuyinco, que al igual que estos factores, complejiza la intrincada temática de la propiedad. José Parada, descendiente de aquella hija que el cacique de Cuyinco José Melita Navarro dio “prestada” en la década del 1820 y primo hermano de Juan, José y Luis Melita, retorna a la tierra y trae consigo importantes antecedentes que componen subsiguientemente nuevas relaciones. El sorpresivo regreso, suscita un nuevo conflicto en torno a los derechos y atribuciones sobre el fundo; develando a su vez una tensión posible de desplegar al colectivo del universo mapuche del siglo XX: permanecer en la tierra o trasladarse e incorporase al mundo huinca; disyuntiva que tendrá su consonancia en la legislación indígena, que resuelve la temática limitando su proceder en aquellos que perseverarán en el territorio, invisibilizando a aquellos que se van. A continuación revisaremos un documento que reproduce el transcurso de José Parada desde su llegada a Cuyinco; al mismo tiempo que permite remontarse al siglo XIX para conocer en detalle el acontecer de la hija del cacique Melita; llamada por este, Manuela Melita, pero bautizada en la ciudad como Juana de Dios Navarro, considerando que el término Melita funcionaba como nombre y Navarro como apellido. Específicamente, esta escritura corresponde a un recurso de apelación presentado por Parada el año 1911, con motivo de una primera instancia del proceso -en octubre de 1908-, que sentenció no se le reconocerían derechos territoriales hereditarios en el fundo Cuyinco. …el demandante don José Parada expresando agravio, pide que se revoque dicha sentencia en la cual se declara sin lugar la demanda…Los demandados don José i don Juan Melita i don Apolonio Sáez, representante de los derechos de don Luis Melita en el fundo Cuyinco, piden a su vez, respondiendo a los agravios, que se confirme la…sentencia…. 242 Archivos Notaria de Lebu, Libro de Protocolo Corriente de Instrumentos Públicos, año 1912, Nº 152. 99 El señor fiscal…opina porque se dé por suficientemente comprobado…aquello en lo que se funda la demanda, o sea, que la referida Juana de Dios Navarro o Melita es hija de don José Melita i que por consiguiente le corresponden los derechos que otorga a los indígenas el 243 artículo 9º de la ley de 4 de agosto de 1874 . Si bien el territorio Melita quedó al margen de la legislación regular indígena, en parte como consecuencia de la ley de 4 de agosto de 1874, el párrafo anterior demuestra cómo parte de esta, igualmente es factible de aplicar en dicho espacio. Por otra parte, el documento comprueba la perdurable supresión de Luis Melita con respecto a Cuyinco, luego del remate sus acciones y derechos, ocurrido casi quince años atrás. Habiéndose formado diversas incidencias en motivo de la notificación que se ordenó hacer de 244 la sentencia apelada a los herederos de Luis Melita , la parte de José Parada se presentó desistiéndose de la demanda con respecto a este, limitándola solo al fundo Cuyinco respecto de los demás. Fijándose el alcance…expresó sobre el particular lo siguiente: “El demandado don Luis Melita manifestó al contestar la demanda que no tenía interés en este juicio por cuanto se habían rematado sus derechos en fundo Cuyinco. Con este motivo se citó al juicio al comprador de dichos derechos don Apolonio Sáez con quien se ha seguido todo el juicio. Pero…considerando…que Luis Melita podría conservar otro derecho en la herencia de Manuel Melita, se ordenó que se le notificara la sentencia...pero verdad es que…en la herencia de José Melita i Manuel Melita no hay más bienes que el fundo Cuyinco, de modo que en realidad…Luis Melita no tiene interés alguno este pleito. Pero para alejar toda dificultad…declaro terminantemente que mi acción se refiere solamente al fundo Cuyinco i renuncio a todo derecho a los demás bienes de la herencia de que se trata este pleito. Con esta renuncia desaparece el interés de Luis Melita o sus herederos en esta causa…Sírvase tener por hecha esta renuncia en los términos indicados i ordenar se traigan las actas en 245 relación” . En concreto, lo anterior expone la estrategia de Parada posterior a la primera sentencia: Luis Melita y sus herederos, ya no tendrán parte en el juicio por no tener posesión en Cuyinco, y asimismo, por su desistimiento de cualquier otro bien dejado por José y Manuel Melita que no sea dicho fundo. Consecutivamente, se reproduce específicamente la parte expositiva de este recurso contra el primer fallo, permitiéndonos acceder simultáneamente a los eventos del siglo XIX referidos a la madre: 243 Artículo 9º.- La posesión notoria del estado de padre, madre, marido, mujer o hijo, se tendrá como título bastante para constituir a favor de los indígenas los mismos derechos hereditarios que establecen las leyes comunes a favor de los padres, cónyuges e hijos legítimos. (Ley 4 de Agosto de 1874: Enajenación de terrenos situados en territorio araucano). http://www.serindigena.org/territorios/recursos/biblioteca/monografias/derechos_indigenas/leyes/25.htm 244 …la notificación de los herederos de Luis Melita se ha hecho con estricta sujeción…Se sabía solamente que don Luis Melita había fallecido i que había dejado varios hijos, pero se ignoraba quienes fueran estos i el lugar de su residencia, siendo infructuosas las diligencias practicadas para averiguarlo. Por esta razón pedí que la notificación se hiciera por avisos, en conformidad a lo dispuesto en el art° 57 del Código de Procedimiento Civil. La verdad es que en la herencia de José Melita i Manuel no hay más bienes que el fundo Cuyinco, de modo que en realidad de verdad Luis Melita no tiene interés alguno en este pleito. Para alejar toda dificultad y para el caso que considerase que no está bien hecha la notificación a los herederos de Luis Melita, declaro terminantemente que mi acción se refiere solamente al fundo Cuyinco y renuncio a todo derecho a los demás bienes de la herencia de que se trata este pleito. Con esta renuncia desaparece el interés de Luis Melita y sus herederos en esta causa, por lo cual queda en estado de ser fallada. 245 Archivos Notaria de Lebu, Libro Registro de Propiedades, año 1920, escritura Nº 79: Sentencia José Melita a José Parada Melita. (Inscripción de Sentencia de Segunda Instancia en Concepción, septiembre de 1911. Recurso de apelación en secretaría, marzo de 1917). 100 1º Que don José Parada en su demanda pide que se declare que su madre doña Juana de Dios Navarro o Melita era hija legítima del indígena José Melita, i que en consecuencia, siendo el demandante el único heredero de aquella, le corresponde la mitad de los bienes dejados por el referido Melita, los que deben entregárseles previa la correspondiente partición, i funda su demanda en el hecho de que el indígena José Melita tuvo solo dos hijos en derecho a su herencia: la ya nombrada Juana de Dios Navarro o Melita i Manuel Melita, representado actualmente por sus hijos Juan, José i Luis Melita, habiendo comprado los derechos a este último don Apolonio Sáez; 2º Que los demandados se han limitado a pedir que se deseche la demanda, alegando que es falso el hecho que en ella se funda, pues su padre don Manuel Melita, fue el único hijo de don José Melita, con derecho a su sucesión; 3º Que el demandante ni los demandados han adherido disposición legal en apoyo de sus respectivos derechos i por consiguiente, el Tribunal debe aplicar en la sentencia lo que corresponda, según los antecedentes que resulten justificados en el juicio. 4º Que el demandante don José Parada ha justificado con numerosos testigos de avanzada edad i que dan razón de sus dichos, los siguientes hechos: a) que el indígena José Melita tuvo dos hijos: Manuel, padre de los demandados, i Juana de Dios, madre del demandante; b) que José Melita reconoció y trató siempre como sus hijos legítimos a los referidos Manuel i Juana de Dios Melita, siendo reconocidos y tratados en tal carácter por un espacio de tiempo de más de quince años por lo parientes, amigos i conocidos del mismo José Melita; c) que fue efectivo el viaje que hizo Melita con su mujer a Concepción i después a las ciudades del norte, en todas las circunstancias que con relación a Juana de Dios, se mencionan en la demanda; d) que Juana de Dios tiene el nombre de Manuela, que fue el que le puso su padre José Melita i solo después que estuvo en casa de los señores Saavedra cambió de nombre por el de Juana de Dios; e) que el verdadero nombre i apellido de José Melita era el de José Melita Navarro i por esta razón su hija Juana de Dios se apellidaba indistintamente Navarro o Melita i; f) que con frecuencia Manuel Melita manifestaba que tenía una hermana en Concepción i que reservaba para ella una montaña de lingue en el fundo Cuyinco. 5º Que los demandados han rendido también prueba testimonial para acreditar que don Manuel Melita fue el único hijo de José Melita; pero esta prueba se desvirtúa a la rendida por el demandante, pues los testigos…parecen estar…limitándose…a expresar que les consta que José Melita solo tuvo como hijo a Manuel Melita, por haberle conocido a este solamente. Se explica que dichos testigos hayan afirmado este hecho por la circunstancia de que la Juana de Dios vivió solo poco tiempo al lado de su padre, según consta de la prueba rendida por el demandante. Recordemos que en variadas escrituras se patentiza que Manuel Melita se considera “único heredero legítimo” de su padre, el cacique José Melita Navarro. No obstante, debemos recordar que si bien el cacique dio “prestada”246 a su hija Juana de Dios, la intentó recuperar en varias ocasiones, incluso a través de las gestiones del misionero Brancadori en 1847. El anhelo de regreso y reconocimiento se desvaneció a la muerte del padre en 1857, más aún se la niega y anula, con la deslegitimación del hermano al saberla integrada al mundo huinca: Manuel Melita al reconocerse único descendiente genuino, pretende establecer una 246 Una suerte de Criada de ciclo vital: Expresión acuñada por el historiador inglés P. Laslett para designar a los jóvenes colocados como criados domésticos en casa de otras familias al objeto de que completen allí su aprendizaje a tiempo que comienzan a ganarse la vida. (Burguie_re [comp.], 1988, p.568, en Prólogo Le_vi-Strauss) 101 especie de “mejora” o ventaja patrimonial hacia sí mismo, tal vez basándose en su perseverancia en la tierra de Cuyinco, en su permanencia al lado del padre y en su condición “masculina” dentro de una sociedad patrilocal, donde las mujeres no transmitirían derechos. Por su parte el recurso de Parada prosigue, expresando: 6º Que atendido lo expuesto…es aplicable al caso…la disposición del art. 9º de la ley de 4 de agosto de 1874 que dice: “La posesión notoria del estado del padre, madre, marido o hijos, se tendrá como título bastante para constituir a favor de los indígenas los mismos derechos hereditarios que establecen las leyes comunes a favor de los padres, cónyuges o hijos legítimos. 7º Que habiendo comprobado don José Parada que su madre doña Juana de Dios Navarro o Melita era hija del indígena José Melita, fallecido con anterioridad a aquella según aparece de los antecedentes, i al mismo tiempo constando de la partida de defunción del expediente que se ha traído…para mejor resolver que la mencionada Juana de Dios falleció el 22 de Junio de 1875, o sea, cuando ya regía la ley de que se ha hecho mérito anteriormente, le corresponden a dicha Juana de Dios, en los bienes dejados por José Melita, los derechos hereditarios de hija legítima. 8º Que apareciendo del expediente aludido que a José Parada se le otorgó posesión efectiva de la herencia de su madre, como único heredero de ella, tiene derecho a reclamar los derechos que a esta le correspondían de los bienes de José Melita. 9º Que siendo dos los hijos dejados por José Melita, corresponde a cada uno la mitad de sus 247 bienes. Por estos fundamentos , se revoca en la parte apelada la sentencia de 30 de Octubre de 1908; i se declara que ha lugar a la demanda…con la limitación expuesta…por haber motivos plausible para litigar por parte de los demandados. …el señor José Parada…dijo: que en calidad de heredero de mi madre doña Juana de Dios Navarro o Melita, solicité ante el Juzgado…posesión…e inventario de los bienes dejados por el indígena José Melita; padre de mi expresada madre, consistente en el fundo Cuyinco i otro, con citación de los demás interesados que lo son Juan, Luis i José Melita, hijos de Manuel Melita i este hijo a su vez del citado José Melita…se mandó practicar el inventario de los bienes…de la posesión pedida; pero Juan Melita se opuso a ello, negándome la calidad de heredero de don José Melita, fundado en que este no tuvo más hijos que Manuel Melita; padre de los expresados Juan, Luis y José. De esta oposición…y a fin de evitar esta incidencia i las que en lo sucesivo puedan surgir, he resuelto renunciar a la petición que había formulado sobre inventario y posesión por indivisa i entablo demanda contra los herederos de Manuel Melita, o sea, contra los referidos Juan, Luis i José Melita, para que se declare que mi expresada madre doña Juana de Dios Navarro o Melita, era hija legítima de don José Melita, i que en consecuencia, como representante de ella, me corresponde la mitad de los bienes dejados por don José Melita, la que debe entregárseme, previa la correspondiente petición. Don José Melita tuvo dos hijos legítimos: Manuel i Juana de Dios Melita, los que desde su nacimiento vivieron con él y fueron tratados como tales hijos. Cuando doña Juana de Dios Melita tenía como siete años más o menos, don José Melita tuvo necesidad de abandonar esta Provincia para dirigirse al norte. Emprendió su viaje con su mujer y sus dos hijos i se alojó en el lugar llamado Casero Quemadores en la ribera poniente del río Bío Bío. Allí permaneció algunas semanas i tuvo la desgracia de perder a su mujer que falleció. En ese lugar dejó don José a su hija Juana de Dios recomendada al cura (sic) Saavedra i en Concepción dejó a Manuel en casa de don Manuel Jilabert. El cura (sic) Saavedra se trasladó en seguida a Tomé i llevó consigo a mi madre a quien dejó con sus hermanas. Don José Melita siguió su viaje hasta Coquimbo i a su vuelta, unos siete años más tarde, pasó a buscar a sus dos hijos. Estos hechos ocurrían por los años 1830 a 35. Mi madre se había habituado ya a otras costumbres i poco después de haberla traído mi abuelo de 247 Disposición legal citada i artículo /5 /(151) (sic), 374 del Código de Procedimiento Civil, 988,991 i 1698(/698) (sic) del Código Civil. 102 Tomé, se huyó i se volvió a este pueblo a casa de las mismas señoras Saavedra, con quienes vivió algunos años hasta que se trasladó a Talcahuano, i desde allá a Concepción, donde falleció. Cuando mi madre llegó por primera vez a casa de las Saavedra, estas señoras la hicieron bautizar y le cambiaron su apellido poniéndole el de Navarro. Así pues mi abuelo don José Melita si tuvo dos hijos que ya he expresado i yo represento los derechos de unos de 248 ellos según consta del decreto de posesión efectiva… . Definitivamente el fallo favorecerá a José Parada, sin embargo, no queda claro si logra conseguir la mitad de la herencia dejada por su abuelo como acciones y derechos en el fundo Cuyinco, o si únicamente, obtiene una fracción de la misma. Por escritura otorgada en Santiago ante el Notario don Manuel Gaete Fagalde, de 13 del presente mes, don José Parada Melita, dio en venta a don Aurelio Valdés Marel, por la suma de trescientos mil pesos ($300.000), las acciones y derechos hereditarios que le corresponden en el fundo “Cuyinco” en conformidad a la sentencia de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de 249 Concepción, de once de Septiembre de mil novecientos once . Procedo a esta inscripción, que firma el requirente sin publicación de avisos ni fijación de carteles, por encontrarse inscrita la sentencia que reconoció los derechos del señor Parada al fundo Cuyinco del Registro de Propiedades del año pasado. Lebu, 26 de Enero de 1921. Lo que si está claro, es que el impetuoso deseo de Parada por reivindicar sus derechos hereditarios se desligan de cualquier pretensión de arraigo, cuando pasado un año de inscrita la sentencia que reconoció su calidad de heredero, enajena las acciones y derechos de sucesión de su madre, en una venta perpetrada en la ciudad de Santiago que amplifica la instalación de sujetos externos, los que sucesivamente realizarán nuevas ventas o cesiones, generándose así un proceso de entrada externa en escalada; seguramente extensible en los años 20´ más allá de este caso particular, sobre todo a raíz de usurpaciones o adquisiciones irregulares de tierra. Certifico que por escrituras otorgada ante el Notario de Santiago, don Manuel Gaete Fagalde, el siete del actual, don Aurelio Valdés, cedió a don Luis Valdés Marel y a don Arturo E. Calsin, y a otros centésimas partes...de los derechos a los que se refiere la inscripción anterior. Lebu, 250 26 de Enero de 1921 . Pese a lo anterior, hoy Huberto Melita –nieto de Juan Melita Catrimán- en una versión no contradictoria con la venta, pero sí encontrada, nos señala que José Parada Melita “estuvo trabajando con mi abuelo…pero después que se murió, sus hijos volaron”251. 248 Archivos Notaria de Lebu, Libro Registro de Propiedades, año 1920, escritura Nº 79: Sentencia José Melita a José Parada Melita. (Inscripción de Sentencia de Segunda Instancia en Concepción, septiembre de 1911. Recurso de apelación en secretaría, marzo de 1917). 249 Archivos Notaria de Lebu, Registro de propiedades 1920, escritura Nº 32. Compra–venta: Aurelio Valdés de José Parada. Indica que: Este fundo está ubicado en la quinta subdelegación de este departamento y que limita: al Norte, propiedad de don Pascual González, río de Pilpilco de por medio; Oriente, propiedad de los señores Avello y las Pinales, cordón de la Cordillera; Sur, estero Las Lajas y propiedad de los señores Moraga, los Avello y de Gregorio y Andrés Villagrán; y Poniente, propiedad de los señores Manuel Zañartu, Pedro Vigueras y Vicente Pereira 250 Archivos Notaria de Lebu, Registro de propiedades 1921. 251 Huberto Melita, Cuyinco, septiembre 2006, entrevista Rolf Foerster y Claudia Chamorro 103 4.4. LA PÉRDIDA DE CUYINCO ALTO. Durante el siglo XIX, la nomenclatura relativa al territorio Melita lo denomina exclusivamente Cuyinco; designación que abarcaría tanto las tierras de Cuyinco Bajo como las de Cuyinco Alto. El corte divisional entre ambos terrenos, estará dado por el camino público que conduce de Lebu a Cañete, hoy conocido como ruta 160. Aquel escenario de fines del XIX, caracterizado por el auge minero cargado de un acérrimo interés territorial colonizador, progresivamente expresa en los documentos notariales referentes a Cuyinco que los terrenos y deslindes correspondientes a la zona de Cuyinco Alto se pierden de vista, dejando entrever que la comunidad Melita termina por confinarse estrictamente en Cuyinco Bajo. Con respecto a lo anterior tanto la memoria oral como los documentos relativos a la zona, comprueban que aquellos terrenos se fueron perdiendo consecutivamente; circunstancias en la que nuevamente figura la familia González como participante. Hoy Huberto Melita -nacido en 1930-, expone su versión sobre el destino de estas tierras, al mismo tiempo que declara que a Luis Melita -pese a ser hermano de José y Juan por parte de padre- no se le habrían considerado los mismos derechos legítimos de estos últimos. No obstante los registros notariales de la época, indican que es José, quien posee un segundo apellido diferente al de sus hermanos: figurando como Melita Caucau y no como Melita Catrimán, siendo a este mismo, a quien se le atribuye la pérdida de Cuyinco Alto por medio de un contrato de iguala. Se llamaba Cuyinco Alto y Cuyinco Bajo, ¿por qué?, yo le voy a explicar. Eran dos hermanos: Juan Melita Catrimán y José Melita Catrimán; José se hizo cargo de Cuyinco Alto y traicionó a su hermano porque hizo una transacción con González, y González en esos años le tiró billetes, y le hizo una casa un poquito más allá de 24 metros de frente por 18 de fondo…y le tiró billete, y ahí lo traicionó José a Juan, ¿me entiende? (Luis) no, ese no era hermano; era hermano de padre, pero na que ver con ni una cosa, nada que ver, en 252 ninguna parte. (Huberto Melita, septiembre 2006 ). Mi abuelo Juan Melita Catrimán le dijo a su hermano José: “¿di tú dónde te quedas?”, ¿te quedas en Cuyinco Bajo defendiendo o te quedas en Cuyinco Alto? Y José Melita le dijo: “yo me voy para Cuyinco Alto”…ese el padre de la señora Marcelina Melita. Entonces qué pasó…juiciaron porque los González entraron como medieros y como trabajadores de los Melita arriba y…como eran hartos y Juan Bautista González se estaba educando para abogado, le empezó a buscar el negocio a José, y mi abuelo Juan Melita Catrimán se quedó en Cuyinco Bajo. Entonces Juan Bautista González, con el padre de Herminio González y Abelardo González, le tomaron arriba a José Melita como dos mil hectáreas, porque arriba eran tres mil hectáreas, entonces le tomaron…hectáreas y ahí pusieron gente, pusieron trabajo y todo, y siguieron juiciando, y después le dijeron a José: “¡que vas a juiciar hombre si 252 Entrevista en Cuyinco por Rolf Foerster y Claudia Chamorro. 104 no tenemos…hagamos una iguala…nosotros te vamos a igualar esto y esto otro!”. Y en ese entonces no me acuerdo cuanta plata le pasaron a José por la parte de él y le hicieron una inmensa casa de zinc aquí los González y mi abuelo después retaba al hermano por eso, porque ya lo habían traicionado, ya lo habían liquidado. Arriba nombraron a uno tales Navarro 253 que se decían Melita, que trabajaban con mi bisabuelo arriba, que hacían años, tenían 254 como dos mil hectáreas, dijeron que ellos eran Melita Navarro y esos le hicieron una venta 255 así no más, de palabra, a Juan Bautista González y a Abelardo González y por eso 256 pescaron arriba. (Huberto Melita Pereira, enero 2007 .) La iguala reseñada, no resulta sorprendente en el contexto de los múltiples cruces en torno a la tierra ejecutados por los Melita desde el siglo XIX, no obstante, dicho ajuste se tradujo en la pérdida total de Cuyinco Alto en manos de José Melita. Pese a esta situación, Juan Melita Catrimán cedió fraternamente a su hermano alrededor de 500 hectáreas en el fundo Cuyinco Bajo, específicamente correspondientes al área conocida como Catrén; espacio que posteriormente percibirá su hija Marcelina Melita como su heredera257. Al parecer nunca los Melita formalizaron demandas en relación a Cuyinco Alto, sin embargo en la actualidad, sí las instituirá la familia Fren Mariqueo, apelando derechos como herederos de José Mariqueo Navarro, hermano de José Melita Navarro258. Al día de hoy, existen nuevos nexos entre la familia Fren y la familia Melita, contemporáneamente volvieron a vincularse matrimonialmente. No obstante, hoy en día, gran parte de los terrenos de Cuyinco Alto, están en manos de la Forestal Arauco y de una rama de los González. El conflictivo escenario de las primeras décadas del siglo XX, al que se suma el intento de los González por apropiarse de Cuyinco Bajo, deviene en el asesinato de José Abelardo González en 1914, en manos de un “amigo”, “pariente” de la familia Melita. Ya habíamos mencionamos los intereses de Abelardo González por consumar propiedad en el fundo Cuyinco, a través de unas transacciones cargadas de turbiedad. El primer acercamiento a este crimen fue a través de las narraciones de Huberto Melita: “Lo mató un cabro pariente de los Melita: Segundo Sáez, tenía 16 años. Él fue a tomar a una parte abajo, con gente con todo, llegó el finado Segundo…, y con dos más pariente, tíos míos incluso… [Los González], como tenían de todo… salió: ‘¿Qué quieren conmigo?’. Le metió las 253 Manuel Melita Recapitulemos que el abuelo de José, Juan y Luis Melita es José Melita Navarro, cacique de la parcialidad de Cuyinco, fallecido en 1857. 255 Recordemos que en 1902, los sucesores de Luis Melita formalizarán una venta a José Abelardo González de un retazo en el fundo Cuyinco. 256 Entrevista en Cuyinco por Rolf Foerster. 257 Y las 549 hectáreas era lo que tenía la señora Marcelina...porque aquí abajo eran 2.900 hectáreas que tenía el finado Juan Melita Catrimán. Pero en vista que su hermano José le robó tanto, se le humilló después que estaba pobre, y él le pasó 590 hectáreas para que tuviera como trabajar y todo…lo perdonó. Claro que el finado Juan, mi abuelo, que era bueno para el trago, lo retaba a cada rato cuando andaba curado. (Huberto Melita, septiembre 2006) Entrevista en Cuyinco por Rolf Foerster y Claudia Chamorro. 258 Este vínculo aparece señalado en una sentencia del Registro de Propiedades de Abril 22 de 1887, “Sentencia Pablo y José Quintriqueo” y en el testamento de Pablo Quintriqueo. 254 105 tres balas. Y ahí, el finado Segundo Sáez como era menor de edad y la estupidez que tuvo que se arrancó, sino se arranca, no le sale tampoco tanto (presidio)” (H. Melita P. sep. 2006) “Entonces mi abuelo se juntó con el finado don Segundo Sáez, eran amigos y ahí fue cuando empezó la pelea más difícil para los González cuando mataron a Abelardo González. De repente Abelardo González se dejo caer y bajó con cuarenta carretas cargadas con madera y gente y todo y de la noche a la mañana, apareció en los eucaliptos, para el lado de Catrén, no para Licauquen. Y se instaló allí, con gente y con todo, y en esos años mi abuelo tenía una sociedad con un caballero Sáez, Arsenio Saéz, eran socios de trabajo, tenían una grandes siembras de trigo, se las quitaron. Esto ya no fue un pleito de palabras sino de cuerpo a cuerpo, un día se juntaron Segundo Sáez, don Adrián Melita, Arístides Melita y otro más andaba. Entonces dijeron: <vamos hablar con don Abelardo que tiene que retirarse>, llegaron y dónde está Abelardo, dijo Segundo Sáez, dónde está. Sale Abelardo de una mediagua que tenía y le dijo ‘aquí estoy hombre’ y el finado Segundo Sáez le metió dos balas en la boca, lo mataron al tiro. Los tres que andaban eran menores de edad, el error que cometieron es que se arrancaron, porque ellos debían haberse entregado al tiro. Sólo al finado Segundo Sáez lo procesaron, estuvo preso este caballero y debido a eso lo trataron mal y como estos [González] tenían harta plata y la Justicia en Lebu era de ellos, después murió, no en la cárcel sino que en su casa porque el doctor dijo que no podía estar en la cárcel porque tenía tuberculosis, y como en esos años no había medicamentos así que murió en su casa. Y ellos se quedaron con el terreno así no más, quedo Juan Bautista González, el que era abogado en Santiago. Ese se quedó con el terreno. Eso tenía que haber sido en 1910 o 1915” (H. Melita P. julio 2007). Más precisión e información, nos entregan otras fuentes de la época. Pese a que exactamente el suceso, acaeció la noche del domingo 12 de abril de 1914, en el mausoleo de los González Reyes del cementerio de Lebu, aparece fijado el 14 de abril. Cabe mencionar que Segundo Sáez tenía 22 años de edad y poseía como primer nombre Apolonio, al igual que su padre; aquel sujeto relacionado con los Melita en torno a transacciones territoriales y que finalmente se adjudicó en remate las acciones del Luis Melita. La conmoción generada producto del crimen, se refleja en la cobertura y manejo de la prensa regional y local, y responde en parte a que los padres de Segundo Sáez pertenecían a la elite local. El diario El Sur de Concepción, en su edición del 14 de abril, expone el siguiente título: “Sangrientos sucesos en Lebu. Muertes trágicas de dos conocidos vecinos”259. Tres días después se publica una crónica escrita por el reportero de El Sur en Lebu, la que puntualiza que Sáez habría ido acompañado de dos “guardianes de la policía de Lebu”; quienes debieron haber intervenido y no lo hicieron, además de permitir la fuga del victimario. Se añade que el juez de distrito, Ladislao Sepúlveda y el juez del crimen, Manuel Moreno, no habrían procedido de la forma adecuada, actuando con lentitud al dar la orden 259 Página 8. El otro vecino era Celedonio Villagrán (asesinado por una disputa derivada de carreras a la chilena). 106 de detención, con lo cual “reina profunda indignación en esta ciudad contra la inusitada actitud del juez y de los guardianes acompañantes”.260 Apolonio Segundo, es detenido en la madrugada del 17 de abril, La Verdad de Lebu, divulgó un impreso a primera hora de ese día. Al mismo tiempo, narra parte del cometido: “Adelantose el joven Sáez y llamó al Sr. González. Creyendo este caballero que se le llamaba para llegar a un arreglo amistoso que pusiera término a las dificultades ocurridas no vaciló en llegar hasta el joven Sáez quien lo saludó con estas palabras: ¡Usted no es hombre para mí! Dicho esto le disparó un tiro a boca de jarro. Al sentirse herido el Sr. González dio un grito de dolor y, nuevamente el agresor disparó sobre su víctima. La bala penetró esta vez por la mandíbula inferior rompiendo la yugular e incrustándose en una vértebra lo que causó la muerte inmediata del Sr. González”. Una exposición más detallada, se encuentra en la entrevista realizada al propio Segundo Saéz, publicada el día miércoles 29 del mes del delito: “Ecos del crimen de Catrén. Conversado con el autor. Algunos antecedentes de interés”. “Sabedores de que el sumario instruido sobre la triste tragedia de Catrén había ya pasado en vista del Sr. Promotor Fiscal, fuimos en la tarde de ayer hasta la cárcel a objeto de tener algunos detalles sobre este luctuoso suceso, de labios de los mismos actores. Pedimos hablar con el joven Apolonio 2° Sáez. El Sr. Alcalde con exquisita gentileza nos permitió que le visitásemos. El protagonista del crimen en un mozo relativamente joven, 22 años, no hay ni en su rostro ni en sus maneras ninguna de las señales que pueden acusar a un criminal. Se ha visto en vuelto en este crimen por una de aquellas circunstancias dolorosas que la justicia debe tomar en cuenta y que la razón absuelve. Le interrogamos acerca de sus relaciones con el occiso: Es una historia muy larga, nos dijo, y aunque ‘La Verdad’ ya dio algunos detalles a este respecto, ellos no fueron tan claros que explicasen los móviles de lo sucedido. La historia es larga, pero tiene tanta íntima relación con lo que ha pasado que no es posible hacer caso omiso de ella. Hace nada menos que treinta años, que mi padre obtuvo de los Melita, en remate público una 261 parte de Cuyinco denominado Catrén , de la que estuvo en posesión tranquila desde la 260 El Sur, 17 de abril de 1914, pág.:9. 107 adquisición hasta su muerte. Poco tiempo antes de su fallecimiento, don Abelardo González interesado por el terreno que contiene ricos yacimientos carboníferos, logró a fuerza de halagos y de engaños que un inquilino nuestro, Eleno Torres lo reconociese dueño de la posesión que está ocupada. Así lo hizo, y González tomó posesión de ese terreno que tenía una montaña virgen que González explotó a su satisfacción. Mi padre entabló un juicio, pero este fue mal llevado y se perdió. Este despojó y sus consecuencias precipitaron la muerte de mi padre que falleció de un ataque al corazón. De esto hace apenas dos años. Satisfecho González con este primer triunfo intentó seguir el mismo camino. Empezó entonces a conquistarse a Ignacio Calbul, inquilino nuestro que tenía su posesión en el mismo lugar donde se desarrolló el crimen. Sabedora mi madre de que algo se tramaba en contra de sus intereses, notificó, hará como tres meses, a Calbul, a fin de que abandonase el fundo. El día 4 de abril, días antes de lo ocurrido, mi madre recibió este telegrama de Concepción. El joven Sáez mostró la hoja que copiamos integra omitiendo la firma: ‘Su inquilino Ignacio Calbul acaba de reconocer por escritura en ésta a Abelardo González como dueño de Cuyinco. Indispensable lo lance hoy mismo de la posesión y ponga una persona de confianza. Si así no lo hace está perdida. N.N.’. El día del crimen tuve aviso de que en la tarde había pasado por Cuyinco en dirección a Catrén, don Abelardo González con quince carretas y como 30 mozos a fin de tomar posesión del fundo. Viendo lesionado mis intereses y siendo yo el único hombre de una familia sin padre, pesé las responsabilidad que sobre mi caerían dejando que se nos despojase de un modo tan violento del pan que nos había dejado nuestro padre. Me dirigí a Catrén. Era ya un poco tarde. Llegué a la casa de Flores, un inquilino al que habíamos dado la posesión de Calbul y llamé a don Abelardo. ¿Qué viene Ud. hacer aquí en casa ajena? le dije, y como notase que el Sr. González llevaba una mano debajo de la manta como con intención de sacar revólver y viera, además que sus mozos querían acorralarme, disparé sin saber a donde, ciego de temor al ver mi impotencia. Huí, sin saber lo que había pasado; otros disparos cuyas balas me pasaban casi rozando por el cuerpo me indicaban que no había más que arrancar…. Sáez se detuvo en su relato y respetamos su dolor. De lo ocurrido después, no se nada. El expediente es grande. Yo no hecho más que defender lo que era de mi madre, lo que era de mis hermanas y lo que era mío. Era defender la herencia de mi padre. Salimos de la cárcel profundamente impresionados y damos esta información rigurosamente exacta, sin hacer ninguna clase de comentarios porque ellos no conducirían a nada. Están en la cárcel en calidad de reos, fuera del joven Sáez, don Guillermo Le Provost, Albano Brousseaux, Manuel García, Avelino Garcés, Manuel y Manuel J. Melita. A la solicitud de los SS Le Provost Brousseaux y García, pidiendo su escarcelación, el Sr. Fiscal emitió su dictamen negándose a ello”. A pesar de que el periódico, intenta no emitir juicios en relación al relato de Sáez, de todos modos, enuncia que todo crimen se enmarca en un contexto, de ahí que pueda tornarse comprensible e incluso razonable. Aunque no debemos olvidar que este argumento está siendo utilizado en circunstancias en que el involucrado es parte de un segmento social privilegiado, no subordinado ni desvalorado. 261 Efectivamente el remate fue el 27 de noviembre de 1895 y correspondía a las acciones y derecho de Luis Melita (nota es nuestra). Catrimán 108 Si bien no queda totalmente claro si vincular el asesinato de Abelardo González a la problemática Melita o relacionarlo más bien con la problemática específica entre los González y los Sáez, Huberto Melita, -de todos modos no en contradicción con los antecedentes hasta ahora presentados-, vincula incuestionablemente este crimen a la disputa entre su familia y la de los González; en su versión, los Melita detenidos serían los hermanos de su padre: Adrián y Ricardo. Las actuales generaciones Melita nunca supieron de la muerte de Abelardo -al menos los y las integrantes más jóvenes de las ramas Melita entrevistadas-. Por el contrario, los contemporáneos González, están al tanto de la muerte de Abelardo, de hecho lo reconocen como un sujeto agresivo, que no vacilaba en usar la fuerza para usurpar territorios. Lo que sí es claro, es que la muerte de Abelardo no paralizará el accionar de los González contra los Melita en las siguientes décadas. 4.5. AÑOS 30´: SERIE DE EMBARGOS, EL FALLECIMIENTO DE JUAN MELITA CATRIMÁN Y GRAVEDAD EN EL CONFLICTO. La conflictiva y dramática instalación de la familia González en el área de Cuyinco, seguida de una perenne presión generalizada por ocupar Cuyinco Bajo, consecutivamente desencadenará en un escenario alrededor de la década del 30´ caracterizado por la figura del embargo en una serie de escrituras referidas a la familia Melita. Basándonos en los documentos notariales desde 1929 en adelante, mayoritariamente a los hijos de Juan Melita se les posicionará como contribuyentes morosos apremiados judicialmente en relación al Fisco262 y con respecto a particulares 263 , la mayoría de las veces 262 Archivos Notaria de Lebu. Libro de registro de prohibición, año 1931, escritura nº 4. Embargo. Marcelina Melita de Medina de El Fisco. En el juicio ejecutivo regido ante el Juzgado de Letras de este departamento por El Fisco contra doña Marcelina Melita de Medina por cobro de pesos, se ha embargado a esta última el fundo Cuyinco ubicado en la quinta subdelegación de este departamento con los deslindes que en la respectiva escritura se indican y que se dan por reproducidos. Firma esta inscripción el ministro de fe que practicó esta diligencia. Libro de registro de prohibición, año 1931, escritura nº 8. Embargo. Sucesión Melita Recabarren de El Fisco. En el juicio ejecutivo regido ante el Juzgado de Letras de este departamento por El Fisco contra la Sucesión Melita Recabarren por cobro de pesos, se ha embargado a esta ultímale fundo Cuyinco ubicado en la 5º subdelegación de este departamento con los deslindes que en el respectiva escritura se indican y que se dan por reproducidos. Firma esta inscripción el ministro de fe que practicó esta diligencia. Libro de Registro de prohibición, año 1935, escritura nº 45. Embargo sucesión Melita Recabarren por el Fisco. 263 Archivos Notaria de Lebu. Libro de Registro de prohibición, año 1929, escritura Nº 12. Embargo. Adrián Melita de Miguel Jiménez. En el juicio ejecutivo, por daños y prejuicio seguida ante el juez de la quinta subdelegación de este departamento por don Miguel Jiménez contra don Adrián Melita, se ha embargado a este último veinte hectáreas de suelo, dentro de las acciones y derechos que le corresponden a don Adrián Melita en el fundo Cuyinco, quinta subdelegación de este departamento. Libro de Registro de prohibición, año 1935, escritura nº 53. Embargo Pedro Melita Recabarren y otros de Pablo Solís Vega. En el juicio ejecutivo seguido ante el Juzgado Civil de Cañete por don Pablo Solís Vega por cobro de pesos contra los señores Pedro, Alfredo, Santos y Ricardo Melita Recabarren por exhorto del mencionado Juzgado de fecha 24 de Abril del presente año, y por decreto de cúmplase del Juzgado de Letras de este departamento de fecha 2 de Mayo último, se ha ordenado trabar embargo sobre los siguientes bienes de los ejecutados, situados en este departamento. Primero: Fundo “Licauquen” (se indican deslindes). Segundo: Fundo Roblería (se señalan límites). Libro de Registro de prohibición, año 1938, escritura nº 33. Embargo Antonio Iglesias a Alfredo Melita Recabarren. En el juicio ejecutivo nº 5445 seguido antes el Juzgado de Letras de este depto. por J. Antonio Iglesias contra Alfredo Melita Recabarren sobre cobro de pesos, se ha embargado las acciones y derechos que le corresponden al deudor por herencia de sus padres en el fundo “Cuyinco”. 109 en demandas remitidas por cobro de pesos. No obstante, por la ausencia de referencias posteriores relativas, todo parece indicar que de haberse consumado tales embargos, los Melita involucrados se defendieron: posiblemente acreditando pagos o plazos pendientes, o tal vez simplemente los embargos nunca se consumaron, sino que solo experimentaron algunas de las etapas previas de cobranza. Por el vacío de reseñas anteriores concernientes a esta materia, sumado a la irregularidad administrativa oficial de la época, se vuelve insostenible una comprensión más detalla de estos hechos. Como presunción podríamos señalar que en los casos referidos a los Melita Recabarren, descendientes de Juan Melita Catrimán, se estaría tratando de asuntos que por el fallecimiento de este último, quedaron en el aire, debiendo asumirlos la sucesión. El año 1931, con 85 años de edad, muere Juan Melita Catrimán; el último sucesor de Manuel Melita, hijo del cacique José Melita Navarro de la parcialidad de Cuyinco. Recién tres años después de su fallecimiento –en 1934-, aparece por inscripción que los descendientes han logrado obtener la posesión efectiva de sus bienes, basada en el testamento otorgado por el padre en 1907264. Retomando el conflicto territorial a través del examen de la prensa local, es posible profundizar en la temática y conectar el confuso tema de los embargos, con la apropiación de los terrenos por parte de la familia González265. Visiblemente el intervalo de tres años que significó la obtención de la posesión efectiva por parte de los sucesores de Juan Melita Catrimán luego de su muerte, suscitó una fase de mayor incertidumbre con respecto a la propiedad del fundo Cuyinco, abriéndose con el 264 Por resolución del Juzgado de Letras de este Departamento de fecha 10 de Diciembre del 1931 se ha concedido a don José Luis, don Nelisa, (doña Nicolasa), don Juan de Dios, don José Santos, don Pedro, don Adrián, don Manuel, (don José), don Alfredo, don Ricardo, José Miguel y doña Melisa Melita la posesión efectiva de la herencia quedada al fallecimiento de don Juan Melita Catriman. El inventario solemne de los bienes quedados al fallecimiento del mencionado Juan Melita Catriman se halla protocolizado a fojas 282 vuelta con el número 183 del Protocolo de Instrumentos Públicos correspondiente al presente año. Procedo a esta inscripción que firma el requirente habiéndose publicado avisos y fijado carteles y a virtud del decreto del Juzgado que lo ordena de fecha 3 del presente mes de 1934. Archivos Notaria de Lebu, Libro Registro de propiedad, escritura Nº 90. Posesión efectiva: José Luis Melita de Juan Melita Catriman. 265 En el periódico El Orden de Lebu el 15 de mayo de 1932: Por escritura ante mi, de fecha cuatro de mayo del corriente año, don Francisco Conejeros, en su calidad de Juez Partidor, de la comunidad existente sobre el fundo Cuyinco, ubicado en la quinta subdelegación de este departamento, dio en adjudicación en remate a Juan Bautista Nazareno y don Agustín González Reyes, por terceras partes, la hijuela pagadora que se formo para los primeros gastos de la partición, y las que deslinda como sigue: al Norte, línea del ferrocarril, sitio de don Nazareno González y estero que desemboca en el río Cuyinco, y que lo separa de Beldar, Pincheira y sucesión Ventura Escobar; al Oriente, una quebrada que nace de las casas de las Cruces y que desemboca en el estero Cuyinco; y al Sur, la confluencia del estero Cuyinco con la quebrada antes expresada, comprendiéndose en esta adjudicación, solo el terreno superficial. Para su inscripción se avisa. Lebu, mayo 6 de 1932. Foerster, Chamorro, (2007) 110 asunto de la partición de la herencia, una posibilidad de inscripción de títulos para aquellos accionistas u ocupantes externos a la familia. Un primer indicio que pregona este interés, en el diario El Orden de mayo de 1932. Al mismo tiempo, la reseña expone los deslindes contemplados para Cuyinco: claramente no como un solo espacio, sino que individualizado en Cuyinco Bajo, Cerro Alto y Cuyinco Alto. “Notificaciones. En la partición del fundo Cuyinco de que es Compromisario el abogado don Francisco S. Conejeros, se acordó, en el Comparendo que tuvo lugar el cuatro del presente mes [mayo], notificar por aviso publicado por tres veces en el periódico El Orden de este departamento a todos los interesados en esta partición, los siguientes acuerdos tomados en Comparendos ordinarios: Acuerdo cuarto del comparendo del dos de marzo de 1932: Cuarto. Se acordó mensurar y tasar por separado las partes o secciones denominadas ‘Cuyinco Bajo’, ‘Cerro Alto’ y ‘Cuyinco Alto’, a fin que la hijuelación puedan tomarse en consideración los títulos parciales relativos solo algunas de las referidas partes o secciones del fundo que se esta partiendo, tomando los siguientes deslindes: Para Cuyinco Bajo: al Norte, el camino público de Lebu a Cañete; al Oriente, el estero Laja o Molino Licauquen, al Sur, la confluencia del Taja o Licauquen con el Cuyinco; al Poniente, el río Cuyinco. Para Cerro Alto: al Norte el río Pilpilco al Oriente con la quebrada de Castillo, un cerco que va de esta quebrada a otra quebrada que va al estero Molino; al Sur el estero Molino y el camino público y al Poniente el estero Cuyinco, un cerco y un pequeño estero que desemboca en el Pilpilco. Para Cuyinco Alto al norte el río Pilpilco, al Oriente, terrenos de la comunidad Avello, al sur camino que lo separa de terrenos de Avellos y otros de y del estero Molino, y Poniente con el fundo denominado Cerro Alto, y debiéndose excluirse de la mensura y tasaciones de Cerro Alto la porción vendida por Manuel Melita a don Pedro Mathinson, por escritura 21 de marzo de 1882, ajustándose estrictamente a los deslindes señalados en dicha escritura. Acuerdo tercero del comparendo de seis de abril de 1932. Se acuerda facultar al señor Juez Compromisario para nombrar perito, mensurador, tasador e hijuelador, bajo la base de ofrecer como honorario la suma de dos pesos cincuenta centavos por hectárea y que el perito debe tener título profesional, como Ingeniero Civil o Agrónomo o de minas. Resolución del Señor Juez Compromisario de fecha tres del presente mes: Lebu tres de mayo de 1932. Teniendo presente lo expuesto en el Acuerdo tercer del comparendo ordinario del 6 de abril próximo pasado designo mensurador, tasador e hijuelador del fundo en partición a don 266 Harry Hardy. Notifíquese. Francisco Conejeros. J. Tomas Calderón Lira. Actuario” Evidentemente, había una posibilidad clara para la materialización propietaria de Cuyinco, pero no exclusiva para los Melita; de ahí que potencialmente Pedro, Miguel, Ricardo y Adrián Melita (todos hijos de Juan Melita Catrimán) se negaran a la medición como factor viabilizante de la partición y de una posible inscripción posterior de terrenos, por parte de los interesados “externos”267. 266 El Orden, 21 de mayo de 1932, pág.4; también 28 de mayo; 4 de junio y 11 de junio. En Foerster, Chamorro, (2007) Notificación por avisos. Partición fundo Cuyinco. En los antecedentes sobre partición del fundo Cuyinco, de que conoce como Juez Compromisario don Francisco S. Conejeros se ha presentado y proveído la siguiente solicitud: Guillermo Iriarte, Juan Bautista González, Nazareno González e Isidro Silva a Ud. decimos que el perito agrimensor don Harry Hardy ha tenido oposición para la mensura del fundo por parte de los señores Pedro, Miguel, Ricardo y Adrián Melita por lo que deseamos hacer uso del derecho que nos acuerda el Art. 818 del C. de P. Civil y solicitamos se mande citar a los interesados a un comparendo extraordinario con el objeto de acordar lo conveniente para la administración pro indiviso de la parte o partes del predio en que se ha hecho o se hiciere en lo sucesivo oposición a la labor del perito mensurador o se efectuaren actos de perturbación o 267 111 Los años 30 comenzaban a transformarse en una década lóbrega para los Melita. La familia González, posiblemente favorecida por el contexto anteriormente expuesto, consigue arrebatar a los Melita parte significativa de los terrenos de Cuyinco Bajo, dejándolos comprimidos al espacio de sus casas particulares: …fue cuando estábamos juiciando como comuneros, eso tendría que haber sido el año 1935. 268 Los González sacaron a los Melita, a mi padre únicamente lo dejaron viviendo en las casas. En esos años había un tal juez Conejeros que después los Melita hicieron un recurso de queja a la Corte Suprema, y a ese juez que había en Lebu que le dio la orden a los González para el lanzamiento público de los Melita, a ese lo mandaron para fuera porque era injusto. Ahí los Melita estuvieron tres años afuera, en ese entonces mi padre y los hermanos arrendaron un campito llamado Pata de Vaca y después fueron al lado de Curanilahue y estuvieron arrendando por ahí por San Antonio, juiciando siempre y después restituyeron. Yo en ese 269 tiempo estaba guagua no más . Pero después restituyeron nuevamente a los Melita, pero en unos pedacitos así po…y ellos tenían todo. …la familia Melita Recabarren quedó en una situación pero pésima. Imagínese usted, todos con harta familia y tirados en la calle. Arrendaron un fundo aquí, un fundo Pata e Vaca, que se llamaba. Ahí tenían que ir a cuidar sus animalitos, los animales se les morían del hambre... y bueno, ahí fue adonde fueron decayendo más los Melita. (Huberto Melita Pereira, enero 270 2007 ). El despojo total -particularizado en la rama Melita Recabarren- destituye cabalmente a los Melita. Ya no era solo el peligro, ahora la amenaza se ponía en práctica a través de recursos supuestamente legales. El espacio mutaba a la muerte de Juan Melita Catrimán. No obstante, producto de las reclamaciones por parte de los Melita, se les restituirán algunas fracciones territoriales. A este respecto, el diario El Araucano de Lebu en 1935, presenta un fragmento de la resolución de la Corte de Apelaciones de la ciudad de Concepción271, en la que circunstancialmente compartirán en conjunto con los González el hecho de encontrarse paralelamente menoscabados por los intereses de un sujeto llamado Isidro Silva. Sin embargo, este punto de encuentro no perduró, por el contrario, las consecuencias de las relaciones Melita González, fueron desastrosas. embarazo a los goces de otros accionistas pidan también que por ser numerosos los interesados se ordene notificar por avisos en extractos la resolución que recaiga esta presentación, designándose el periódico El Orden de esta ciudad. El juzgado de compromiso proveyó, Lebu, 25 de mayo de 1932. Como se pide y se fija el comparendo a la audiencia del 15 de junio próximo a las 2 de la tarde. Francisco S. Conejeros. Tomás Caldero Lira. Conforme. J Tomas Calderón Lira. Actuario”. El Orden, 4 de junio de 1932, pág.:2; 18 de junio pág.4. En Foerster, Chamorro, (2007) 268 Pedro Pascual Melita Recabarren. 269 Huberto nace el año 1930. 270 Entrevista por Rolf Foerster. 271 Solicitada. Importante fallo de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Concepción, en que acoge un recurso de queja contra un funcionario judicial, aplicándole una medida disciplinaria y anulando todo lo actuado en una querella de amparo. Con fecha reciente el Istmo. Tribunal de Alzada acogió una queja en el bullado asunto del fundo Cuyinco, en que se deja sin afecto la entrega que se había hecho de dicho fundo en una querella posesoria deducida por Isidro Silva contra don Juan Bautista González Reyes y la sucesión Melita Recabarren, por medio de esta querella se desalojó de su fundo a los querellados atropellando sus legítimos derechos tal como lo establece la citada sentencia en sus considerandos y en mérito de esos fundamentos ha ordenado la restitución inmediata de los predios a sus dueños. En Foerster, Chamorro, (2007). 112 4.6. MARCELINA MELITA, EL CONFLICTO CON LOS GONZÁLEZ Y EL DESENLACE FATAL. Un salto al año 1964, en el que se ordena inscribir el acto de posesión efectiva con respecto a los bienes dejados por Marcelina Melita fallecida en 1954, permitirá acceder a algunos antecedentes sobre su vida y reconocer el lugar que ocupa dentro de la genealogía familiar272. Dicho documento, la sitúa a ella y a su hermano Juan, como sucesores de los derechos de su padre José Melita Caucau –hermano de Juan y Luis- y de su madre Josefa Catrimán. No obstante, por el contrario, con respecto a su hermana Adelina, hay cierto grado de ambigüedad concerniente a sus vínculos genealógicos y consiguientes derechos hereditarios. Hoy Huberto Melita y Gloria Vinnet expresan y aclaran que: Adelina…no, no…esa fue criada no más, adoptiva. Por eso fue que el juzgado no la reconoció ni la tomó en cuenta a la hora de la herencia (Huberto Melita, septiembre 2006) …la Marcelina era la hija, a la Adelina la recibieron ellos… (Gloria Vinnet, septiembre 2006) La posesión efectiva de 1909 designa exclusivamente a Marcelina y Juan (segundo) como descendientes del fallecido José273, no obstante, doce años más tarde se concederá otra vez la posesión efectiva, donde nuevamente figurará Marcelina, pero ahora también Adelina y además el sobrino de ambas, Tomás, hijo de Juan (segundo) Melita y María Peña -ya fallecidos-, quien aparece –dudosamente- consignado, transfiriendo dicha a herencia a David Hermosilla274. A pesar de esta inscripción de posesión, veinte días después por efecto de una querella interpuesta por Juan Medina -esposo de Marcelina-, se decreta la prohibición de 272 Archivos Notaria de Lebu, Libro de Registro de propiedad, año 1964, escritura Nº 118. Posesión efectiva de Marcelina Melita. …el 21 de Agosto de 1954 falleció en Tres Pinos doña María Marcelina Melita Catrimán, viuda de Francisco Medina, fue agricultora, tuvo su último domicilio en Tres Pinos, no dejó descendencia legítima ni material. Su herencia corresponde a su hermana Adelina Melita Catrimán y a su sobrino Tomás Melita Peña, hijo de Juan (segundo) Melita Catriman. Se acredita la calidad de herencia con documentos auténticos, conforme a lo dispuesto en el código civil, esto es: 1) Certificado de defunción de Marcelina Melita Catrimán en el que se dice que era hija de José Melita y Josefa Catriman. 2) Certificado de matrimonio de Marcelina Melita con Juan Francisco Medina 3) Certificado de nacimiento de Adelina Melita Catrimán que dice que es hija de los mismos padres José y Josefa. 4) Sentencia de 1925 por la que se concede a Adelina Marcelina y a Tomás Melita, la posesión efectiva de la herencia quedada al fallecimiento de don José Melita Caucau y de doña Josefa Catrimán Caucau. 5) Calidad de sobrino legítimo a Tomás Melita Peña (hijo de Juan –segundo- Melita Catrimán) respecto a la causante 6) Certificado de defunción de Juan (segundo) Melita Catrimán, en el que se expresa que era hijo de José y Josefa, padres también de la causante y por consiguiente hermanos 273 Archivos Notaria de Lebu, Registro de Propiedad, 1909, Nº 20 Posesión efectiva a Marcelina Melita y otro. Por acto del señor Juez Letrado de este departamento…se ha concedido en cuanto ha lugar en derecho a don Juan y Marcelina Melita la posesión efectiva de la herencia dejada al fallecimiento de su padre don José Melita. Firma esta inscripción el requirente. Lebu 29 Noviembre 1909. 274 Archivos Notaria de Lebu, Registro de propiedades, año 1921, Nº 103. Posesión efectiva Adelina Melita y otros. Por resolución del Juzgado de Letras de este departamento de fecha primero de Marzo del presente año. Se ha concedido a doña Adelina, Marcelina y Tomás Melita la posesión efectiva de la herencia quedada al fallecimiento de José Tomás Melita i de Josefa Catrimán Caucau. Se copia a un lado: Certifico que por escritura ante mi de 24 de Diciembre de 1924 don José Tomás Melita transfirió a don David Hermosilla G. su cuota en la herencia a que se refirió la inscripción del evento. Lebu 13 de Agosto de 1925. 113 acceder a la posesión efectiva concedida a Adelina, de la herencia quedada al fallecimiento de José Melita y Josefa Catrimán275. Lo que sí, en Marcelina, Adelina y el sobrino Tomás, recaerá la herencia de José Melita Caucau relativa a una hijuela en el fundo Cupaño276; que según el listado del registro electoral de 1881, habría sido el lugar de nacimiento José Melita Caucau277, y que tiempo después -en 1936- Marcelina -ya viuda- y Adelina -junto a su esposo- darán en venta –extrañamente- por dos escrituras diferentes278. Del mismo modo, a la muerte de Marcelina –que no tuvo hijos y no deja testamento-, se declarará como heredero de sus derechos en Cuyinco, a su sobrino Tomás, y como herederos de sus acciones en Cupaño, tanto a Adelina como al sobrino Tomás279. En relación a los González, el vínculo comercial de Marcelina con estos, se instala como el precedente inminente del conflicto clave entre las familias; puntualmente nos referimos a contratos inscritos todos el 8 de mayo de 1937, en los cuales Marcelina Melita, suscribe dos escrituras con Nazareno González –hijo de Pascual González- y otra tercera con Herminio González. Primeramente con Nazareno, se constituye deudora por causa de mutuo, para lo cual en garantía, instituye de hipoteca las acciones y derechos que le pertenecen en el fundo Cuyinco280. Un segundo documento refiere a un contrato de arrendamiento por cinco años 275 Archivos Notaria de Lebu, Registro de Prohibiciones, año 1921, Nº 5. Prohibición de inscribir. Adelina Melita. Por resolución del Juzgado de Letras de este departamento, de fecha de ayer,...en el cuaderno sobre medida....del juicio sobre oposición a inscripción seguido por don Juan F. Medina contra don Juan Tobía, se ha decretado la prohibición de suscribir la posesión efectiva concedida a la mujer de este, doña Adelina Melita, de la herencia quedada al fallecimiento de don José Melita y de doña Josefa Catrimán. Firma esta inscripción el requirente. Lebu 31 de Marzo de 1921. 276 Archivos Notaria de Lebu, Registro de propiedades, año 1924, escritura Nº 217. Herencia Adelina Melita y otros de José Melita. Doña Adelina, Doña Marcelina y don Tomás Melita, son dueños de una hijuela de terreno en el fundo Cupaño o Callin, ubicado en la 6º subdelegación de este depto., compuesta de 19 cuadras. Esta propiedad es por herencia de don José Melita. Procedo a esta inscripción que firma el requirente, sin publicar avisos no fijar carteles, por encontrarse inscrita la propiedad en el Registro de Propiedades del año 1902. Lebu, 30 de diciembre de 1924. 277 ARNAD: Fondo Notarios de Lebu, 1881, Vol. 21 (apéndice, sin Nº, sin fecha), registro Nº 105. 278 Archivos Notaria de Lebu, Registro de propiedades, año 1936, escritura Nº 103. Venta Avelino Ruiz Fuentes –de- Marcelina Melita viuda de Medina...Marcelina Melita viuda de Medina dio en venta a don Avelino Ruiz las acciones y derechos que dentro del fundo Cupaño o Callín que le corresponden por herencia de su padre don José Melita, el referido fundo que se encuentra ubicado en la 6º subdelegación de este departamento y tiene una extensión de 19 cuadras tres cuarto. Registro de propiedades, año 1936, escritura Nº 154. Venta Avelino Ruiz Fuentes – de- Juan Tobías y otra. Por escritura ante de seis del presente mes y año, don Juan Tobías y su mujer doña Adelina Melita con la debida autorización judicial dieron en venta a don Avelino Ruiz las acciones y derechos que dentro del fundo “Cupaño o Callún” corresponden a la segunda por herencia de su padre don José Melita. El referido fundo tiene una superficie de 19 cuadras tres cuarto. 279 Archivos Notaria de Lebu, Registro de propiedades, año 1965, escritura Nº 19. Herencia -de- Sucesión Marcelina Melita. Lebu, 1º de Abril 1965. La sucesión de doña Marcelina Melita Catrimán viuda de Medina formada por doña Adelina Melita Catrimán y don Tomás Melita Peña, según posesión efectiva inserta en 1964 del Registro de Propiedades y Dominios de este departamento, quedó dueña del fundo “Palihue” ubicado en la Comuna de Los Álamos. 280 Archivos Notaria de Lebu, Registro de propiedades, año 1937, escritura Nº 12. Mutuo e hipoteca. Marcelina Melita viuda de Medina a Nazareno González. Por escritura ante mi de fecha 12 de Noviembre del año próximo pasado, doña Marcelina Melita viuda de Medina se constituyó deudora por causa de mutuo de don Nazareno González de la suma de 17.000 pesos al interés del 10% anual y por el plazo de 4 años y medios a contar desde el 1º de Noviembre del año pasado. En garantía del capital e intereses la deudora constituye hipoteca a favor de su acreedor sobre las acciones y derechos que le pertenecen en el fundo Cuyinco ubicado en este departamento por herencia de mi padre don José Melita. El fundo Cuyinco en que inciden las acciones 114 con Herminio González -de quien desconocemos su parentesco preciso con el resto de los González-, y que refiere a un retazo de terreno ubicado en el fundo Cuyinco281. Simultáneamente, de nuevo con Nazareno, Marcelina ahora acuerda, el arrendamiento de un retazo de terreno que posee en el fundo Cuyinco denominado Catrén; contrato que reproduciremos en extenso, considerando que es a partir del cual se suscitan los futuros acontecimientos. Por escritura ante mi de fecha 12 de Noviembre del año próximo pasado, doña Marcelina Melita viuda de Medina dio en arrendamiento a don Nazareno González un retazo de terreno que posee en el fundo Cuyinco ubicado en este departamento, denominado “Catrén” y que deslinda como sigue: Norte, posesión señores Duhart Hermanos, separados por cercos; Oriente, posesión de los mismos señores Duhart Hermanos y don Alfredo Melita, separados por cerco y quebrada; Sur, posesión de Santos Melita y estero Cuyinco que los separa de Pereira y otros; y Poniente, el estero Cuyinco. El término de este arriendo es de 4 años y medio a contar desde el 1º Noviembre del año próximo pasado. El canon de arrendamiento es la suma de 3.500 pesos anuales, que se pagarán por anualidades vencidas en la forma estipulada en la mención de la escritura. Lebu, 282 8 de Mayo de 1937 . De acuerdo a lo anterior, basándonos en la fecha de suscripción de la escritura, -o sea, con posterioridad al inicio del arrendamiento-, el contrato de arrendamiento acordado con Nazareno González sobre el terreno Catrén debía expirar como máximo en 1942. Pese a ello, los González no hicieron abandono del lugar, originándose una fuerte disputa que terminó en un desenlace en el que murieron dos integrantes de la familia Melita y un empleado de estos. y derechos referidos deslinda como sigue: Norte, río Pilpilco; Oriente, sucesión Avello; Sur, Estero Molino o Lajas y desde el nacimiento de este estero al Oriente, un camino que lo separa del fundo “Temuco” y terrenos poseídos por señores Avello; y Poniente, con terrenos de Manuel Zañartu, sucesión de don Luis Villagrán y otros, separado por el estero Cuyinco y cercos. Las demás condiciones y la contribución a los bienes raíces constan de la referida escritura. Procedo a esta inscripción que firma el requirente, habiéndose publicado avisos y fijado carteles en conformidad a la Ley. Lebu, 8 de Mayo de 1937. 281 Archivos Notaria de Lebu, Registro de Propiedades, año 1937, escritura Nº 14. Arrendamiento Marcelina Melita viuda de Medina a Herminio González. Por escritura ante mi de fecha 12 de Noviembre del año próximo pasado, doña Marcelina Melita viuda de Medina dio en arrendamiento a don Herminio González un retazo de terreno ubicado en el fundo Cuyinco ubicado en este departamento y cuyos son: Norte, con propiedad del arrendatario y arrendador; Sur, con terrenos de la sucesión Melita Recabarren y arrendadora; Oriente, con una quebrada que lo separa del potrero llamado el “Juaco” de propiedad de la misma a arrendadora, deslinde que sigue al norte pasando por una quinta vieja para juntarse al camino del fundo el cual sirve de límite oriente hasta la línea que lo comunica con el camino público; y Poniente; con terrenos Nazareno y Juan Bautista González. El término de este contrato será de 5 años a contar del 15 de Noviembre del año próximo pasado y con vencimiento al 30 de Abril de 1942. El canon o precio de arriendo es la suma de 1500 pesos/anuales pagaderos el primer año anticipado y los demás por anualidades vencidas. Las demás condiciones y el pago a la contribución a los bienes raíces se encuentra pagada. Procedo a esta inscripción que firma el requirente, habiéndose publicado avisos y fijado carteles en conformidad a la Ley. Lebu, 8 de Mayo de 1937. 282 Archivos Notaria de Lebu, Registro de propiedades, año 1937, Nº 13. Arrendamiento. Marcelina Melita viuda de Medina a Nazareno González. Las demás condiciones y el pago de la contribución a los bienes raíces constan de la ya mencionada escritura. Procedo a esta inscripción que firma el requirente, habiéndose publicado avisos y fijado carteles en conformidad a la Ley. Lebu, 8 de Mayo de 1937. 115 4.7 LA NOTORIEDAD PÚBLICA Y LA RESONANCIA DEL CONFLICTO MELITA / GONZÁLEZ EN LA PRENSA. P. 10 Informaciones Locales LA PATRIA Concepción, sábado 21 de Agosto de 1948. BATALLA CAMPAL EN LEBU; DOS MUERTOS. HAY TAMBIÉN SIETE HERIDOS. Según Investigaciones de Lebu, ayer a las 15 horas, en la localidad de Cuyinco, en el fundo de propiedad de la señora Marcelina Melita, denominado Catrén, y en el lugar llamado La Vega, por razones de un litigio, se produjo una batalla campal entre la familia González San Martín y la familia Melita. Por parte de la familia González San Martín, estaba Manuel y Miguel González San Martín, acompañados de 30 peones, armados de revólveres y de palos, y por parte de la familia Melita, estaban Agustín, Rolando, Juan Bautista, Arístides, Adrián y Manuel Melita más dos mozos denominados Feidor Fierro y Erasmo Monsalves. De resultas de la violencia de la batalla, resultaron muertos en la refriega Agustín Melita y Manuel Melita, quedando siete de sus acompañantes gravemente heridos. El registro de defunciones de Los Álamos, cual revisé en terreno el año 2006, es coincidente con la información de los fallecidos en la prensa. Manuel Melita Recabarren es hermano de Pedro Melita –hijo de Juan Melita Catrimán, y padre de Pascual Melita Pereira-. Por su parte Agustín Melita es sobrino de Pedro Melita e hijo de José Santos Melita; este último también hijo de Juan Melita Catrimán y Teresa Recabarren. De igual forma, el diario El sur de Concepción, al día siguiente de los acontecimientos se referirá al suceso, entregando antecedentes más en detalle; posteriormente, un día después, se ocupará específicamente sobre el tema de los detenidos. P. 10 EL SUR.- Concepción, sábado 21 Agosto 1948. DOS MUERTOS RESULTARON EN UNA COTIENDA QUE SE PRODUJO AYER ENTRE DOS FAMILIAS EN LEBU. El suceso ocurrió en fundo de comuna de Los Álamos, de propiedad de la familia Melita. Los hermanos Manuel y Miguel González acompañados de 30 peones trataron de desalojar el fundo “Catrien”, de Lebu. Un fundo ubicado cerca de la localidad de Lebu, fue ayer escenario de una verdadera batalla campal entre los propietarios de predios vecinos, resultando dos muertos y varios heridos –entre ellos- algunos de gravedad. Según los informes proporcionados por la Intendencia de Arauco y la Comisaría de Investigaciones de esta ciudad, el hecho se habría producido a raíz de un litigio por arrendamiento del fundo, que sostienen en el Juzgado correspondiente, parientes de los que ayer sostuvieron el encuentro a mano armada. EL INCIDENTE De acuerdo con los informes proporcionados por Carabineros de Lebu, ayer, más o menos a las 15 horas, llegaron hasta el fundo “Catrien”, ubicado en el lugar Las Vegas, del sector de la subdelegación de Cullinco, de la comuna de Los Álamos y de propiedad de la señora Marcelina Melita viuda de Medina, los hermanos Manuel y Miguel González San Martín, acompañados de 30 peones, con el objeto de desalojar a la familia Melita de dicho fundo. Al observar los hechos, los parientes Rolando, Agustín, Juan Bautista, Arístides, Adrián y Manuel Melita y los mozos del fundo Filidor Fierro y Erasmo Monsalves, se aprestaron a repeler la agresión. Los atacantes y defensores, estaban premunidos en esta ocasión, de revólveres y garrotes, con lo cual se inició una contienda a mano armada y tiros. 116 MUERTOS Y HERIDOS En la contienda resultaron muertos, Agustín Melita Riquelme, de 20 años de edad y Manuel Melita Recabarren, de 40 años de edad, tío del primero. Además, quedó en estado agónico Adrián Melita, herido grave el mozo Erasmo Monsalves, junto con su patrón Bautista Melita y los demás parientes con heridas menos graves. Según el informe de la Intendencia de Arauco, uno de los Melita fue muerto por el peón de los González, Eulogio Garrido, quien primeramente, lo botó del caballo y en seguida lo ultimó con un revólver, cuando estaba en el suelo. SE ADOPTAN MEDIDAS La intendencia de Arauco, puesta en conocimiento del grave suceso, ordenó a Carabineros de esa prefectura que tomara las medidas tendientes a detener a los responsables y se dirigiera de inmediato al lugar del hecho, no teniéndose conocimiento si hay heridos por parte de los González, ya que la denuncia fue formulada a Carabineros de Lebu, por Juan Melita, a las 17 horas de ayer. LAS CAUSAS Fuimos informados por la Intendencia de Arauco, que en esa repartición, ya se tenía conocimiento de las dificultades que existía entre las familias Melita y González, cuando recientemente la señora Marcelina Melita viuda de Medina se acercó hasta el Intendente, señor Máximo Venegas Sepúlveda, para informarle que, a raíz de un juicio que sostenía con don Nazareno González por el arrendamiento del fundo” Catrien”, había sido amenazada por los hijos de este último, de ser desalojada por la fuerza de su propiedad. De inmediato dicha Intendencia tomó las medidas del caso, ordenando a Carabineros, que mantuviera una atención constante sobre dichas familias y procediera, en razón de las disposiciones que autoriza la declaración de Zona de Emergencia, a retirar las armas de todas las personas de dicho sector, pero a pesar de estas medidas, se produjo el grave hecho de ayer. EL ARRENDAMIENTO Según fuimos informados, la señora Marcelina Melita arrendó el fundo “Catrién” a don Nazareno González por un año, contrato que finalizó hace un tiempo, pero este último, realizó algunas reclamaciones sobre el término del contrato, lo que motivó que llevaran las quejas hasta el Juzgado respectivo de Lebu, donde se ventila actualmente dicho juicio y de este hecho, nacieron las dificultades entre ambas familias que culminaron ayer con la contienda a mano armada, de donde, como hemos indicado, resultaron dos muertos y heridos graves. EL SUR.- Concepción, domingo 22 de Agosto de 1948. P. 17 17 DETENIDOS POR LOS SUCESOS DEL FUNDO CATRIÉN FUERON CONDUCIDOS AYER A LEBU. Ayer mismo se les puso a disposición del Juzgado del Crimen de esa ciudad. LEBU.- En la madrugada de ayer llegaron a Lebu, detenidos por Carabineros, los hermanos Manuel y Miguel González San Martín, quienes en compañía de un grupo de sus peones, trataron de desalojar a la familia Melita del fundo “Catrién”, anteayer a las 15 horas, y raíz de lo cual, resultaron dos familiares de los Melita, muertos y otros heridos graves. Como informamos ayer, al tenerse conocimiento del suceso, se envío fuerzas de carabineros al fundo “Catrien”, con el objeto de detener a los responsables. De Lebu, salió una compañía a cargo del capitán comisario, señor Ovandro Navarro y personal de la Tenencia Los Álamos, a cargo del teniente señor Olivares, quienes se juntaron con carabineros del Retén “Araucana” y procedieron a detener a los hermanos González San Martín, con algunos peones, regresando a la localidad de Lebu, con los detenidos más o menos a las 3 de la madrugada. Horas más tarde, las fuerzas de Carabineros que quedaron patrullando los alrededores de “Las Vegas”, lograron detener otro grupo de trabajadores de los González, llegando a un número de 17 detenidos, siendo todos trasladados a Lebu en la mañana de ayer. Los detenidos fueron conducidos a la Comisaría de Lebu y, una vez identificados, puestos a disposición del Juzgado del Crimen de esta localidad, tribunal que instruirá el sumario correspondiente a fin de establecer la responsabilidad que pudiera caberle a los detenidos en el grave suceso del fundo “Catrien”. Llama la atención que en todos los informes noticiosos de Concepción, jamás se hace alusión a los Melita como familia mapuche. Esta forma de enunciación invisibilizante tiene su correlato en los documentos notariales de la época, que han dejado de determinar en las escrituras la condición de indígena de los participantes. Ambos oscurecimientos ciertamente, se relacionan con el arquetipo estatal de nación unitaria proyectado durante la mayor parte la 117 primera mitad del siglo XX, coincidente hacia fines de los 40´ con algunos planteamientos gubernamentales expresamente antiindígenas; pese a la relevante acción de la Corporación Araucana por esos años. Al mismo tiempo, posiblemente, también son coincidentes con la idea que los propios Melita tenían de sí mismos. LA VOZ DE ARAUCO (Al servicio de la Provincia) Periódico Independiente Director: Pablo Cáceres Aparece los Sábados EDICIÓN DE 4 PÁGINAS Cañete (Chile), 4 de Septiembre de 1948 Año IV No. 182 “LA VOZ DE ARAUCO” Cañete, 4 de Septiembre de 1948. (EDITORIAL) LOS LUCTUOSOS SUCESOS DE CUYINCO No ha sido ni será jamás nuestro propósito silenciar los hechos sobre todo cuando ellos son del dominio público. Nuestra misión aunque modesta no puede substraerse a la simple observación y dejar pasar los hechos sin verter siquiera una opinión. No queremos nosotros perder la finalidad que lleva envuelta la prensa, y es por ello, que hoy nos proponemos comentar, no en detalle, porque los hechos han causado alarma pública y son conocidos en toda la Provincia y fuera de ella. Nos referimos a los luctuosos sucesos ocurridos en los primeros días de Agosto último en los alrededores del conocido villorrio de Cuyinco, que culminaron con la muerte de tres personas y numerosos heridos. Tiempo hacía que no se registraba en nuestra Provincia un hecho tan grave como el acaecido en Cuyinco. Siempre las disputas o litigios se han regido por los procedimientos legales o sea por la ley de la justicia y la sana razón. Sin embargo, en el caso que comentamos no ha ocurrido así. Los antecedentes respectivos indican que ha habido premeditación y alevosía, o sea, que los hechos han sido planeados con la debida anticipación y llevados a cabo con una audacia y sangre fría que nos hace recordar los tiempos bárbaros, cuando no había leyes ni autoridades y la voluntad era impuesta por fuerza bruta. Otra cosa no cabe pensar ante el tétrico cuadro: tres víctimas de una familia indefensa. ¿Las causas? Un pedazo de tierra. La misma tierra que nuestros aborígenes defendieron del español invasor, con la diferencia de que ahora esa tierra desean arrebatarla a sangre y fuego, espíritus obcecados. Nosotros condenamos, sencillamente estos hechos que muy mal de los habitantes de esta tierra araucana, y sólo deseamos que la justicia haga plena luz sobre los luctuosos sucesos de Cuyinco y sancione a los culpables. A poco más de un mes de los trágicos acontecimientos, Alfredo Melita Recabarren -hermano y tío de las víctimas- considerando se ha efectuado una exposición silenciada de los acontecimientos, redacta una carta al director de La Voz de Arauco con el propósito de presentar detalladamente el desarrollo del conflicto para finalmente exhibir los fatales sucesos, con el objeto sean enjuiciados públicamente. LA VOZ DE ARAUCO (Al servicio de la Provincia) Página 3 RECIBIMOS Y PUBLICAMOS LOS SUCESOS DE CUYINCO Lebu, 25 de septiembre de 1948. Señor Director de <La Voz de Arauco>. Cañete. Muy señor mío: Tengo el agrado de dirigirme a Ud. para solicitarle de cabida en las columnas de su periódico que tan dignamente dirige, a la exposición que hago de los sangrientos sucesos ocurridos en el fundo Cuyinco, el 20 de agosto recién pasado. En la edición de su periódico de fecha 4 de septiembre actual, apareció un párrafo en el cual se habla simplemente de los <Sucesos de Cuyinco>, sin hacer alcance alguno a las personas que han intervenido en ellos, circunstancia que me ha movido para obtener de Ud. acceso (sip) la exposición que haré a continuación de la manera cómo ocurrieron estos lamentables sucesos en que perdieron sus vida dos de mis familiares. 118 manera cómo ocurrieron estos lamentables sucesos en que perdieron sus vida dos de mis familiares. Señor Director, siendo las víctimas, uno hermano y otro sobrino, pesa sobre mi la responsabilidad de dar a conocer estos hechos a la opinión pública, a fin de evitar cualquier concepto reñido con la realidad o una interpretación antojadiza que pueda ofrecer dudas por falta de su conocimiento y contribuir a que la opinión del país juzgue estos sucesos con la verdadera justicia, si consideramos las características como fueron ejecutadas en que no hubo miramiento alguno hacia la persona humana, a tal grado que han alarmado a la opinión pública. Como he dicho, señor Director, más arriba que en la publicación a que me he referido, no se han dado los nombres de las víctimas ni de los autores de los crímenes, lo que no puede constituir silencio, porque sería burlar la vindicta pública la que ante tan horrorosos asesinatos debe sentirse conmovida, desde el instante que pesa sobres sus autores la más grande de las responsabilidades. Se perdieron dos vidas: uno en la flor de su vida, muchacho activo, inteligente, lleno de ilusiones, con un porvenir de enormes expectativas para su futuro y el de sus padres; recién terminaba sus estudios humanísticos; el otro, un tranquilo y esforzado agricultor. Sacrificaron sus vidas defendiendo el más legítimo de los derechos, los bienes de una pariente, a quien se pretendía despojar, porque no contaba con los medios para hacer frente a la fuerza bruta, arma común de los asaltantes. CAUSA Y DESARROLLO DE LOS HECHOS Doña Marcelina Melita v de a. de Medina le arrendaba desde algún tiempo atrás a don Nazareno González Reyes una parte de su fundo denominado Catrén. El año 1947 avisó a su arrendatario que no le arrendaba más, necesitaba su terreno para trabajarlo ella; en conocimiento de este aviso su arrendatario le contestó textualmente <que no tenía inconveniente en entregarle su predio e hizo esta consideración: tengo muchos años y me quedan pocos de vida, quiere morir tranquilo y quiero también que nadie diga que yo me he quedado con un terreno que no es mío> -ya había comentarios en tal sentido-. Pero esta consideración no pasó más allá que, de una mera explicación para dar una conformidad momentánea a su dueña, continuó después con una serie de disculpas burdas e infantiles que le impedían hacer la restitución del predio. Don Nazareno González Reyes, cambió luego después bruscamente de parecer y en vez de efectuar la restitución de lo arrendado como se lo había hecho ver a su dueña, terminó por decirle a la señora Melita “que no le entregaba su terreno”, empleando términos duros, investidos de amenazas, las que fueron cumplidas contra sus parientes dentro de pocos días más tarde. Como primera demostración de esta negativa, Don Nazareno González, por intermedio de sus hijos Miguel y Manuel González San Martín, trató de desalojar violentamente a su inquilino Martín Luengo, desalojamiento que se pudo evitar gracias a la intervención de una niña y un hermano de esta, personas de su confianza. Aquí se cometió por los González el primer acto de violencia, a estas personas las castigaron, uno con heridas en la cabeza y la otra con pencazos en el cuerpo; hechos que fueron denunciados a la justicia. En estas condiciones la señora Marcelina Melita, en la imposibilidad de hacer frente a los actos de violencia, solicitó el auxilio de sus parientes. Por su parte, don Nazareno González empeñado siempre en apoderarse del terreno, nuevamente sus hijos acompañados de algunos mozos pretendieron tomarse la posesión del predio; pero fracasados ante la legítima defensa de mis familiares, le surgió la idea de preparar el siniestro plan de asalto, y para ello juntó mozos de sus distintos fundos en número de 15 a 20, los preparó por varios días en su casa hasta tenerlos dispuestos al ataque y el día 20 de agosto como las 15.30 horas, salieron de su casa, y divididos en grupos, para caer sorpresivamente sobre el pequeño grupo de sus víctimas, formado por 6 de mis familiares. La cuenta fue, dos muertos y cuatro heridos, estos últimos salvados providencialmente. Señor Director, no sería completa la narración de estos sangrientos sucesos si omitiera el episodio más culminante de ellos. Los autores con una sangre fría inaudita, después de ejecutada, su obra, mataron una vaquilla a corta distancia de donde yacían los cadáveres de sus víctimas tendidos en el suelo, empezó un festín de asados con vino para celebrar el triunfo, orgía que duró hasta que llegó el señor Juez de Subdelegación de Los Álamos a instruir el sumario, ahí encontró al grupo de los asaltantes. Esta información que doy en mi calidad de miembro de las víctimas, para su publicidad, ha de servir al criterio público para juzgar la monstruosidad de los crímenes y más que esto queremos demostrar a la opinión pública que nuestra familia no tiene una mancha en que se le pueda impugnar un caso delictuosa que en su larga vida en esta provincia no ha hecho más que contribuir a su progreso, y que cuando ha visto amenazados sus legítimos derechos los defiende con el sacrificio de su sangre, pero jamás se ha visto envuelta actos bandidos. Alfredo Melita Recabarren. Hoy, casi 60 años después del altercado que terminó con la vida de dos integrantes de la familia Melita, Pascual Melita Vinnet –hijo de Pascual Melita Pereira, regidor de Los Álamos por 1960 y bisnieto de Juan Melita Catrimán- hace un balance sobre la significación del desenlace a nivel de opinión pública. 119 …se llegó a la fuerza, acá fallecieron dos Melita que fueron asesinados por los González. Ambos murieron, pero están todavía las dos viudas y sus hijos. Conversando con algunos antepasados preguntaba por qué pasaba; pasaba porque ellos también fueron armados…pero no se sabía que iba a ocurrir…se sabía que los González iban a tratar de entrar al campo de los Melita, pero no se sabía si a palos o así no más, y pasó que al final entraron y dispararon al tiro, los Melita también tenían armas pero fue todo tan rápido que nos las usaron y se replegaron. Después llegó la justicia, y quedó en el ambiente como que los Melita no se defendieron, pero no sé si para bien o para mal, la cosa ocurrió así; eso ayudó mucho a la comunidad, a la visión que se tuvo de los Melita, porque los González pasaron a ser los asesinos y los Melita, a través de mi papá, siguieron ganando terreno en la parte política y 283 social dentro de la zona (Pascual Melita Vinnet, septiembre 2006) 4.8. LA RELEVANCIA POLÍTICA DE LA PROBLEMÁTICA MELITA: LOS DIPUTADOS INDÍGENAS Y LA SENTENCIA DEL JUZGADO DE INDIOS DE TEMUCO. “Bueno, los González se fueron presos, los asesinos. En el juzgado de Lebu hay el medio expediente al respecto. Gran parte de la historia nuestra está en los juzgados, nos ha tocado pelear, ha sido una lucha eterna esta historia”. (Lautaro Melita, alcalde de Los Álamos, 284 2006 ) No obstante todo lo ocurrido, la familia González continuó justificando la ocupación y usurpación del territorio Melita y el consiguiente estrechamiento de este, a través de dos argumentos: primeramente expresaron que los Melita no trabajaban la tierra, de manera consecutiva, pusieron en tela de juicio su condición indígena; seguramente como forma de inhabilitar las viables acciones del Juzgados de Indios sobre el asunto. Reseñaremos extensivamente el informe del diputado mapuche José Cayupi en la Cámara de Diputados de noviembre de 1953, el que pone de manifiesto el problemático escenario en el que está inserto la comunidad, y al mismo tiempo despliega la actuación de Cayupi y Romero; diputados indígenas, representes de La Corporación Araucana en la provincia de Arauco -en el contexto de Venancio Coñoepán como ministro de Tierras y Colonización y como director de la recién creada DASIN285: “[También]... señor Presidente quiero denunciar ante esta Alta Corporación otro hecho criminal y salvaje, que se cometió en Cuyinco Bajo, comuna de Los Alamos, del departamento de Lebu de la provincia de Arauco, contra la comunidad de Pedro Melita, donde cayeron también dos indígenas asesinados para arrebatarles sus tierras (...) La comunidad Pedro Melita ocupa una superficie de diez mil hectáreas aproximadamente desde hace más de cien años. Allí nacieron los antepasados de los que actualmente la constituyen. La familia Melita contrató como inquilinos para las faenas agrícolas, entre otros, a Nazareno González, a sus hermanos y a sus hijos, quienes se fueron adueñando de las tierras de la Comunidad asesorados por abogados inmorales. Actualmente, la familia González que fue contratada para trabajar en faenas agrícolas por medio de escrituras aparentemente legales, ocupa entre siete y ocho mil hectáreas, en circunstancia que la Comunidad Pedro Melita vive circunscrita a mil quinientas 283 284 285 Entrevista por Foerster y Chamorro (2006), Lebu. Entrevista por Claudia Chamorro (2006). Dirección de Asuntos Indígenas (creada en abril de 1953) 120 hectáreas, en las cuales residen los siguientes grupos familiares: Marcelina Melita Catrimán, Pedro Melita, José Santos Melita, Adrián Melita, Rolando Melita Riquelme, Miguel Melita Recabarren, Ricardo Melita, con numerosos hijos y nietos. Estos grupos familiares, sumados a sus empleados, forman una población de más de cien personas que viven, como digo, dentro de mil quinientas hectáreas. Esta superficie está mensurada desde enero del presente año por el agrimensor Juan Arias Ortega, designado por el Juzgado de Indios de Temuco para la radicación definitiva de esta numerosa familia. Pero ¿qué ocurre, señor Presidente? Que la familia González pretende que no actúe el Juzgado de Indios es decir, no quiere que se aplique la Ley de Indios, porque esa ley ampara los derechos inalienables de las Comunidades. Antes que actuara el Juzgado de Indios, los González habían solicitado la partición del fundo o comunidad Cuyinco-Bajo, ante el Juzgado de Letras de Cañete y después ante el de Lebu. Dicho tribunal aceptó la petición de los González. Acto seguido quisieron colocar una administrador pro indiviso de nombre Isidoro Silva Gálvez, personaje muy conocido por los afectados, quien carecía en absoluto de solvencia moral. Se pidió la fuerza pública para colocar a dicho administrador. Los indígenas, con amargas experiencias de largos años de dolor y tragedia, y con el recuerdo de asesinatos de sus familiares, se opusieron. Los Diputados indígenas, hemos trabajado por el Ministerio del Interior y llegado hasta el Presidente de la República. (...) Con fecha de octubre último, los dos Diputados indígenas concurrimos a una reunión en el mismo terreno de Cuyinco Bajo, donde se juntaron más de mil indígenas, que apoyaban a la comunidad de Pedro Melita en sus legítimas posesiones y ocupaciones materiales que datan de tiempo inmemorial. Estuvieron los indígenas de todos los departamentos y comunas de la Provincia de Arauco, quienes condenaron acremente la conducta traidora de los González, responsables de la muerte de Agustín y Manuel Melita, y de las heridas graves de Adrián Melita y Rolando Melita, y de Felidor Sierra, empleado de los Melita, el día 20 de agosto de 1948. La causa la conocimos en el mismo terreno, pues los González ocupan de hecho, en el centro de la comunidad en Cuyinco Bajo, unas 300 hectáreas, terrenos limpios y cercados por los Melita. Ahí tiene Nazareno González un inquilino. No conforme con esto pretendió aumentar su usurpación. Más al sur existe otro potrero, de doña Marcelina Melita y, mientras revisaban el pastaje de sus animales, llegó un grupo de matones con armas de fuego y cortantes, y abrió fuego inmediatamente, produciéndose una verdadera batalla campal. Como los Melita andaban sin armas, no pudieron defenderse y ahí cayeron dos jóvenes: uno Agustín Melita Recabarren, bachiller que había hechos sus estudios humanísticos en el Liceo de Los Ángeles y andaba de vacaciones, pues estaba sirviendo de Inspector del Liceo, cuando cayó víctima de la traición. Hemos conocido los adelantos de la comunidad. Es uno de los ejemplos de la zona: terrenos cercados, con buenas casas y quintas frutales. Entre los hermanos y comuneros, poseen más de quinientos animales, vacunos, caballares y ovejunos. Los jóvenes son todos cultos, hombres y mujeres. Ramón Melita es profesor primario; Pedro Melita Pereira ocupa un importante cargo fiscal en Santiago; Pascual Melita, y otros son estudiantes universitarios en Concepción. Los demás son agricultores progresistas, muy estimados y conocidos, como elementos de prestigio en toda la provincia de Arauco. Pero ¿es que hay elementos que no quieren que progrese la raza y de ahí que deseen eliminarlos traidoramente? Creo que no. Sólo los desalmados y trastornados mentales pueden ser enemigos irreconciliables de los indígenas. Creemos que la mayoría del país está con nosotros, para cooperar en el mejoramiento y buen trato colectivo, haciéndose justicia. Con relación a la constitución legal de la comunidad ‘Pedro Melita’, sólo el Juzgado de Indios de Temuco es el competente. La parte contraria ha planteado contienda de competencia ante la Corte de Temuco, y hemos de esperar el pronunciamiento de la Ilustrísima Corte. Confiamos en que, interpretando la Ley de Indios, resolverá que el Juzgado de Indios es el tribunal competente, y no un tribunal de derecho u ordinario, como pretenden los 286 usurpadores”. 286 En Sesión 21.a Extraordinaria, miércoles 18 de noviembre de 1953. (En Foerster, Chamorro, 2007) 121 Categóricamente el informe de Cayupi da cuenta de la poca claridad jurídica en relación a los territorios mapuche. Precisamente hasta 1953 no existía reconocimiento legal del territorio Melita, no obstante, en 1952 el agrimensor a cargo determina que poseen mil quinientas hectáreas de terreno. Conjuntamente el informe del diputado, posibilita generar un cuadro de las condiciones y de la dinámica al interior de la comunidad, al mismo tiempo que revela la resonancia y notoriedad de esta problemática particular, tanto en las comunidades de la zona como a nivel nacional general. Queda de manifiesto que muchos integrantes de la familia se desenvuelven a la vez en el ámbito urbano como profesionales o estudiantes universitarios, y en el escenario rural, como prestigiados y progresistas agricultores. Finalmente el informe explicita, que es el Juzgado de Indios el que ostenta la facultad e idoneidad exclusiva para pronunciarse en lo relativo a la materia. Ciertamente los diputados indígenas por medio de la reciente DASIN, se hallaban en competencia para establecer las demandas del pueblo mapuche en los Juzgados de Indios e interceder a favor de estas, con objeto de conseguir el reconocimiento y la restitución de los terrenos. Lo anterior queda de manifiesto, en la sentencia del Juzgado de Indios de Temuco en el juicio sobre “radicación” de Pedro Melita y otros contra Nazareno González y otros; pronunciada en 1958, a un año de finalizado el ciclo parlamentario de los diputados Cayupi y Romero. Temuco, 30 de Agosto de 1958…se presentaron a este juzgado de indios, Pedro, Ricardo, Santos, Miguel, Adrián, Melisa y Juan de Dios Melita Recabarren, María Olivares Viuda de Alfredo Melita Recabarren y Marcelina Melita, todos agricultores y domiciliados en el Fundo "Cuyinco Bajo", comuna de Los Álamos, Departamento de Lebu, expresan que ocupan desde tiempo inmemorial el Fundo que mencionan, en el que han hecho toda clase de mejoras y adelantos, que cumplen con todos los requisitos exigido por la ley de Indios, especialmente lo 287 indicado por el Artículo 71, del Decreto Supremo N. 4111 …y que por estos fundamentos solicitan su radicación en los aludidos terrenos. En Cuaderno separado, don Nazareno González Reyes, agricultor, domiciliado en el lugar Tres Pinos del Departamento de Lebu, promovió Cuestión de Competencia por Declinatoria, la que fue rechazada por Sentencia de Primera y Segunda Instancia en las que se consideró que lo relativo a la calidad del Indígena de los solicitantes y a la naturaleza de los terrenos de Cuyinco Bajo, en orden a saber si son fiscales disponibles o de dominio privado, son materias que el Juzgado de Indios debía resolver… …el Abogado Don Mario Muñoz Ricci, por los solicitantes…promovió…la cuestión de Dominio…pidiendo que el Juzgado procediera a Declarar que los Terrenos del Fundo Cuyinco Bajo eran de su exclusiva propiedad de los jefes de familia Melita y que en efecto…los 287 DE LAS RADICACIONES. Artículo 71º.- Los Jefes de Familia que, desde antes del 16 de Abril de 1928, ocupen tierras fiscales disponibles, serán radicadon en ellas por el Juzgado de Indios en que estuvieren ubicadas las tierras ajustándose al procedimiento y reglas establecidas para el otorgamiento de títulos gratuitos. El juzgado de Indios resolverá previamente, todas las cuestiones que se suscitaren sobre el dominio o posesión de dichas tierras y someterá a la aprobación del Presidente de la República la resolución que se dicte. http://www.serindigena.org/territorios/recursos/biblioteca/monografias/derechos_indigenas/leyes/58.htm 122 Señores Nazareno González Reyes y Arístides Melita Godoy, ambos agricultores del lugar Tres Pinos, que se atribuyen derechos sobre los mismos terrenos…tienen el Título constitutivos de Dominio de la Ocupación; y que por consiguiente, procede que el Juzgado declare nulos los títulos que los Señores Nazareno González y Arístides Melita Godoy, Radicando en los terrenos discutidos a los Señores Melita Recabarren. …el Juzgado resolvió…que la causa se hallaba en estado de resolver las cuestiones de dominio suscitadas por las partes y, en consecuencia, la recibió a prueba sobre los siguientes hechos sustanciales controvertidos: 1. Si los demandantes son indígenas. 2. Si los terrenos que están ocupando los demandantes son de su dominio exclusivo o si son 288 terrenos fiscales disponibles . 289 Las partes rindieron la prueba testimonial que pasa a referirse …Por su parte, los demandantes de Radicación, Señores Melita Recabarren, presentaron a los siguientes 290 testigos …todos de 78 años y 85 años de edad quienes refiriéndose a los puntos fijados por el Juzgado…expresan: Que los jefes de Familia nombrados en la solicitud de Radicación…son y han sido los únicos ocupantes de los terrenos a que se refiere el Plano del agrimensor…: Que esta ocupación exclusiva del terreno la ejercen los solicitantes Melita Recabarren desde antes del 16 de Abril de 1928: que desde antes de esa fecha los han visto limpiando los terrenos, cultivándolos, barbechándolos y cercándolos sin salir jamás de ellos, pues en ellos nacieron y se criaron que los solicitantes de la Radicación son indígenas pues sus antecesores y ellos vivían en el terreno a la usanza indígena, practicando el idioma mapuche, las costumbres indias y las fiestas araucanas, los juegos de "Chueca", y vistiendo los trajes típicos de los aborígenes y sus joyas características y que todo les consta a los testigos por que, debido a su edad, conocieron a todos los ocupantes y antecesores antepasadas del Fundo "Cuyinco Bajo", y han visto y presenciado, por consiguiente, los hechos sobre los cuales declaran. Como prueba instrumental, la parte de los Señores González, David Hermosilla e Isidro Silva Gálvez produjeron la que consta de las escrituras públicas e inscripciones a las que se pasa a 291 hacer referencia… …los demandantes, al formular la cuestión de dominio…expresan que tienen a su favor la ocupación exclusiva de los terrenos que forman el Fundo Cuyinco Bajo, ocupación que les da derecho a ser radicados en ellos a pedir que se declaren Nulos a los Títulos que sobre esos mismos terrenos pretenden hacer valer don Nazareno González Reyes y Otros. En consecuencia (con respecto a las pruebas presentadas por Nazareno González y otro), tanto porque las sentencias judiciales invocadas en la causa solo tienen una significación jurídica de orden estrictamente personal sin que ninguna de ella aparezca con el carácter de declarativas del derecho de dominio sobre el todo o parte de “Cuyinco"; tanto porque las inscripciones de las acciones y derechos sobre “Cuyinco” no convergen sobre un título de dominio que aparezca como fuente fundadamente y razón de ser de tales acciones y derechos; como porque el juicio de partición del mencionado fundo "Cuyinco” aparece solo como una fórmula procesal sin contenido, destinada a suplir precisamente, la falta de un título de dominio sobre los mencionados terrenos, éste juzgado de indios estima que de la prueba testimonial e instrumental rendida en la causa se desprende la conclusión de que los terrenos 288 A petición de Don Nazareno González,…estos hechos sustanciales se integraren con los siguientes: 3. Si sobre los terrenos de Cuyinco existe una Comunidad de Dominio formada en parte por descendientes del Primitivo Dueño del Fundo y en parte por los adquirientes de las cuotas que pertenecieron a los demás descendientes de dicho dueño. 4. Si entre estos Comuneros se cuentan actualmente, los Sres Nazareno González, David Hermosilla e Isidro Silva Gálvez. 5. Si sobre Ios terrenos referidos de “Cuyinco" existen títulos de Dominio particular que correspondan a la comunidad nombrada y que, en consecuencia no son terrenos Fiscales disponibles, que tienen la posesión material los Señores González y Silva. 289 Con fecha 3 de Abril de 1958, declararon ante el Juzgado de Letras de Lebu, por virtud del exhorto solicitado por los Señores Nazareno González y David Hermosilla, los testigos Señores Juan Bautista Fernández Aguayo, Ricardo Muñoz Martínez, Herminio González y Roberto López Cuadra, quienes expresan quo les consta que sobre el "Fundo Cuyinco”, existe una Comunidad de Dominio formada por los Señores Nazareno González, Juan Bautista González, Agustín González, Isidro Silva, David Hermosilla, Rafael Duhart y Marcelina y Juan Melita; Que les consta -menos el testigo Roberto López Cuadra quien expresa que lo ignora- que sobre esos terrenos existen títulos de propiedad; y que todo lo declarado le consta por que son vecinos de esta Comunidad. 290 Concepción Vidal y Exequiel Moyano Orrego, Pedro Bumanzor, Evaristo Ormeño, Felipe Nahuelpan y Juan Araya. 291 Más de 30 copias de distintas inscripciones sobre ventas de retazos y de acciones y derechos relativos al fundo. 123 del fundo "Cuyinco Bajo", ocupados por la familia Melita Recabarren, según, el plano del Agrimensor…son terrenos fiscales disponibles….que deben ser reconocidos a favor de quienes tengan actualmente su ocupación en las condiciones establecidas por el artº 71 de la 292 Ley de Indios : SE DICE: 1. que los jefes de familia que solicitan radicación tienen la calidad de indígenas y en tal carácter ocupan los terrenos de "Cuyinco Bajo”….antes del 16 de abril de 1928. 2. que no ha lugar a declarar sobre los terrenos de "Cuyinco Bajo", ocupados por la familia Melita Recabarren, la comunidad de dominio que han invocado los señores Nazareno González y David Hermosilla e Isidro Silva Gálvez. 3. que los terrenos en que se solicita la radicación son fiscales disponibles. 4. que en consecuencia, el Juzgado de Indios de Temuco debe radicar en los mencionados terrenos de "Cuyinco Bajo" a los jefes de las familias Melita Recabarren que actualmente lo 293 están ocupando . Cabe hacer mención que en los párrafos previos al dictamen final, se señala a un tal Arístides Melita Godoy como copartícipe de la causa de Nazareno González, es decir, solicitando reconocimiento de derechos en la zona de Tres Pinos, a pesar de que en el fallo terminante este sujeto no figura. Ciertamente los Melita Godoy son descendientes directos reconocidos y testados por Juan Melita Catrimán, fruto de su vínculo con Pascuala Godoy, no obstante, subsistirán más o menos alejados de la dinámica en la que se inserta la sucesión Melita Recabarren; al menos hasta la década de los 70´. Por otro lado, a Isidro Silva Gálvez -al mismo que en 1935 se le deja sin afecto la entrega del fundo Cuyinco, producto aquella querella común contra Juan Bautista González Reyes y los Melita Recabarren-, tanto en el texto elaborado por el diputado Cayupi como en la sentencia anterior, se le menciona reiteradamente. Primero reseñándosele, como un administrador pro indiviso –“personaje muy conocido por los afectados, quien carecía en absoluto de solvencia moral”-, que pretendieron instalar los González en el fundo Cuyinco antes que interviniera el Juzgado de Indios. Posteriormente se le señala como confederado a Nazareno González y David Hermosilla –dupla remontable al año 1880-, estableciendo los tres la existencia de una comunidad de dominio en Cuyinco. También en relación a Silva Gálvez, en semejanza con las expresiones de Cayupi, consta un informe notarial de dudosa inscripción dado que está situado el año 1954 junto a la escritura de posesión efectiva de Marcelina Melita, pero alude al 1955 y al 1957, apareciendo Tomás Melita Peña cediendo la mitad de los derechos de Marcelina Catrimán. También cabe mencionar, que este sujeto se desempeña como concejal 292 De la Ley Nº 4802, reformada por decreto F.L.N 266 Anótase.- Proveyó el juez de Indios Titular de Temuco, don Eduardo Iturra Pacheco.- ( fdo).- Ramón 2º Pailahueque Huenchullán- Secretario subrogante.- Es copia fiel conforme su original.- Temuco, tres de septiembre de mil novecientos cincuenta y ocho.- Firma Ilegible.- Es copia fiel del Libro Copiador de Sentencias. Libro Nº 9, del antiguo Juzgado de Indios de Temuco.- CONFORME.293 124 de la comuna de Los Álamos por el período 1953 – 1956294, por tanto, su posición no era nada despreciable. Año 1954.Posición efectiva Marcelina Melita Catrimán El 13 de Abril de 1955 don Tomás Melita Peña cedió a don Isidro Silva Gálvez el 50% de los derechos que le corresponden por representación de su padre don Juan (segundo) Melita Catrimán en la herencia intestada de doña Marcelina Melita Catrimán, viuda de Medina, y a la 295 que se refiere a la inscripción del centro. Lebu 8 de Agosto de 1957 . La exposición de Huberto Melita sobre los hechos coincide con la resolución del Juzgado de Indios con respecto a la condición de indígena de la familia Melita, y con relación al fallo que anuló e invalidó cualquier antecedente, documento o título anterior al 1958, por tanto, aquellos presentados por los González, con objeto de deslegitimar a la parte Melita con respecto a Cuyinco. Juiciamos cinco años en Temuco para que nos reconocieran como indios, como indígenas…Se le pidió al juez en esos años…que se averiguara sobre los títulos ilegales que tenían los González, que todo eso era ilegal…y justo no más. ¿A quiénes le compraron?, a un fulano de la calle no más, ¿por qué vendió ese hombre?, ¿tenía posesión? no, nunca nada. Entonces ya pues, ahí le echamos abajo todos los títulos a González. (Huberto Melita, 296 septiembre 2006) Un contexto jurídico favorecido por la intervención de los diputados indígenas, permitió a los Melita conseguir la reconvención de la totalidad de las transacciones de acciones y derechos relativas al fundo Cuyinco acontecidas desde fines del siglo XIX y que hemos reseñado hasta aquí; como aquellas ventas de acciones y derechos en las que participaron entre otros: Benjamín Melita y la sucesión de Luis Melita Catrimán. Eso sí, todas ellas referidas específicamente a Cuyinco Bajo y no a Cuyinco Alto. Por consiguiente la familia Melita, al considerársele legalmente en 1958, que las compras de acciones y derechos que les habían efectuado no constituían títulos de dominio, logra alcanzar el reconocimiento por parte del Estado de un segmento considerable de sus tierras, tornándose estas terrenos fiscales disponibles, y ellas y ellos, sujetos declaradamente indígenas. Esta situación excepcional para el escenario mapuche general, factibilizará para la próxima década la consecución de títulos de dominio sobre 849 hectáreas situadas al interior de Cuyinco Bajo297 y la restitución de aproximadamente 550 hectáreas de terrenos todavía ocupados por la familia González, en circunstancias de la Reforma Agraria de los tiempos de la Unidad Popular. 294 Fuente Servel. Archivos Notaria de Lebu, Registro de Propiedad, 1954, Nº 160. 296 Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro, Lebu, septiembre 2006. 297 A los Melita Pereira: 373,70 hás.; a los Melita Riquelme: 219,15 hás.; a los Melita Olivarí: 115, 50 hás. y a los Melita Bustos: 150,40. 295 125 4.9. COMPRA VENTAS ENTRE INTEGRANTES DE LA FAMILIA. Los Melita están divididos en dos ramas grandotas; una que es de la Marcelina Melita, que no tuvo hijos, y la otra, de Pedro Melita, del lado nuestro. Entonces Marcelina Melita tenía la 298 mitad del campo de Catrén… (Pascual Melita V., 2006) Con el fallecimiento de Marcelina Melita el año 54´, -viuda al menos desde 1935 de Juan Francisco Medina-, se suscita un escenario complejo por cuanto sus bienes no habían sido testados, lo que se reforzaba por el hecho de no tener descendientes directos. Marcelina ostentaba de manera casi exclusiva la herencia dejada por su padre José Melita; su hermana Adelina fue marginada por ser hija adoptiva, y la parte de su hermano Juan -tempranamente fallecido- recayó en Tomás, hijo de este último. Por tanto, a la muerte de Marcelina, todas las acciones y derechos sobre el fundo Cuyinco de José Melita Caucau, favorecían ahora únicamente a Tomás Melita, quien a la fecha se había asentado en Coronel; parte sur de la provincia de Concepción. Esta situación desató cierta inquietud al interior de la rama Melita Recabarren, relativa a la prolongación familiar en el área de Catrén. Quedó únicamente Tomás Melita Peña, nada más. ¿Qué pasó?, que la señora Marcelina Melita Catrimán falleció como fallecen todos los mapuchitos, de repente de viejita ya y murió, sin testar, sin nada. Y todos mis tíos y todos se fueron a la pelota, porque aquí el campo estaba repartido sólo entre dos; porque mi abuelo (Juan Melita Catrimán) era muy bueno, después de que su hermano (José Melita Caucau) lo traicionó, le hizo todas las cosas, fue a humillar a él, a rogarle y de todas maneras mi abuelo le cedió una parte. ...cuando murió la señora Marcelina…estábamos justo todos reconocidos como indígenas en Temuco. Aquí está la cosa: llegó Tomás Melita Peña, fue a Temuco y presentó un escrito y era el único heredero en ese tiempo de José Melita. Entonces ¿qué pasaba?, que todo su derecho de Marcelina le pertenecía directamente a él. Entonces bueno, seguimos juiciando... tenía este caballero un abogado en Concepción, don Pedro Echeverri, pero en ese tiempo tenía mi hermano -el esposo de la Gloria-.... juiciamos, juiciamos, como amigos no peleando... y llegó un momento dado que tuvimos una reunión y yo le dije: “¿Por qué no nos vende 299 mejor?” Le compramos sus derechos, todos sus derechos. (Huberto Melita, 2006) En febrero de 1957, Tomás Melita junto a Huberto Melita acuerdan la promesa de cesión del fundo Catrén en la ciudad de Concepción; consecutivamente en marzo del mismo año, ejecutarán la transacción definitiva300. Tiempo después, Huberto Melita gestionará la 298 Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro, Lebu, septiembre 2006. Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro, Cuyinco, septiembre 2006. 300 Concepción, 8 de marzo de 1857, Escritura nº 14. Cesión Melita Pereira Huberto –de- Melita Peña Tomás. Don Tomás Melita Peña viene en ceder por el presente acto a don Huberto Melita Pereira, quien acepta para sí, los derechos que le corresponden en el fundo Cuyinco…del departamento de Lebu, quinta y sexta subdelegaciones, y que deslinda al norte, con el río Pilpilco; al oriente con terrenos de la comunidad Avello; al sur con el estero Licauquén, que toma en su nacimiento el nombre de Molinos o Lajas; y desde nacimiento de este hacia el oriente, un camino que lo separa de la sucesión de don Eusebio Sáez y de la comunidad Avello; y al poniente con terrenos de las sucesiones de don Luis Villagrán y don Manuel Zañartu, separados por cercos y el estero Cuyinco. Los derechos materia de la presente cesión son los que corresponden al cedente don Tomás Melita Peña en su calidad de heredero de doña Marcelina Melita Catrimán, viuda de Medina fallecida el 25 de agosto de 1954, de cuya herencia fue concedida la posesión efectiva al señor Melita Peña…El precio de la cesión es la cantidad de 700 mil pesos. 299 126 ejecución de la partición del fundo Catrén entre los miembros de la sucesión Melita Pereira301. ...los ochocientos mil pesos y mi padre confió en mi que yo hiciera la compra a mi nombre y “después que yo muera”, me dijo, “tú le das a tu hermano esto, esto otro”. Y gracias a dios, así lo hice. A todos los entregamos su pedazo, porque de mi abuelo a mi padre, como eran hartos (¿...?) y le tenían envidia a mi padre, lo tenían en 52 hectáreas. En consecuencia que todos los demás tenían sobre cien y poco más. Entonces ellos querían que mi padre le diéramos de esto a ellos. Y como Tomás Melita Peña nos vendió a nosotros, en el Juzgado de Indios legalmente, por eso el Juez Eduardo (¿...?) Pacheco, nombró administrador (¿...?) general a mi padre, de Cuyinco Alto y Cuynco Bajo. ¿Por qué?, porque ellos no querían gastar ni un peso y nosotros dimos plata. Ahí está, pues. Entonces por eso es que nosotros tenemos más parte. Gracias a Dios y yo me siento muy feliz de haberle cumplido a mi padre lo que me dejó ordenado. Porque incluso los mismos abogados me decían: “no sea leso, hombre, que...”, no, le dije yo. El agrimensor que venía aquí me decía: “que le va a estar dando a su hermano, por lo que le van a agradecer, no sea leso, si todo es suyo”. Yo le dije a don Pedro Varela de Temuco, “¿sabe don Pedrito?, no me diga nunca, mi padre me dejó esta comisión y esto lo voy a cumplir, se rían, me agradezcan o no, pero voy a cumplir lo que mi padre me dejó”. Así y gracias a dios. Usted lo ve acá. Tengo ya varios años, lo único que estoy un poco sordo, pero lo demás estoy. Incluso tengo un caballo para salir más rápido: ensillo y voy a ver mi campo y 302 todo. (Huberto Melita, enero 2007) 4.10. EL LIDERAZGO DE PASCUAL MELITA: PRIMERAS EXPRESIONES. Nacido en Cuyinco en 1928, nieto de Juan Melita Catrimán e hijo de Pedro Pascual Melita y Aservanda Pereira, (Pedro) Pascual Melita Pereira, se ubicará como un importante dirigente en el ámbito político y público de la provincia de Arauco, específicamente de la comuna de Los Álamos. Son múltiples los factores que se conjugan para posibilitar su emergencia y posicionamiento, sin duda, un pasado próximo cacical, un legado familiar de letrados y la posesión de una importante extensión de terreno, son los más substanciales, pese a que paradójicamente, al menos en la familia Melita del siglo XX y en la de la actualidad, se desconocía el pasado político familiar de los caciques del XIX. No obstante esto último, estos tres elementos –caciques, letrados, propietarios-, tal como se señaló anteriormente, evidentemente dispone a la familia Melita en una posición social más privilegiada con respecto a otras familias o comunidades mapuche. Tempranamente Pascual Melita junto a sus hermanos varones, realizan la enseñanza básica en los Hermanos Maristas de Constitución, incentivados por sus padres, pese a estos últimos estar dedicados sobre todo al trabajo agrícola y no figurar -como la generación anterior- en actividades de tipo notariales. Y tal como en el período anterior lo fue a través de la misión 301 Evento que naturalmente generará a futuro pequeñas tensiones al interior de la familia, pero que en las cuales no profundizaremos. 302 Entrevista por Rolf Foerster (Enero 2007) 127 franciscana, ahora la continuada cercanía a la iglesia católica, permitirá a algunos integrantes de la familia, ingresar a un connotado establecimiento educacional, dando paso al comienzo de una tradición familiar por desarrollar estudios superiores. Lautaro Melita Vinnet –hijo de Pascual Melita-, se refiere a esta fundamental identificación y vínculo de su familia con la iglesia católica a principios del siglo XX; incluso acogían en sus casas a los religiosos que realizaban trabajos misionales en la zona, de ahí que Elba Melita, hermana de Pascual, se convirtiera en religiosa por un tiempo: A las monjitas les gustó una hermana de mi papá, Elba, la hermana mayor, que finalmente se hizo monjita. Una vez en el convento, la tía se enamoró de un señor (Gerardo) Ábalos (Santibáñez), que era curita. Ellos se retiraron del convento y se casaron. Y el señor Ábalos entró a Investigaciones, y por el hecho de ser detective en aquella época, tenía una condición económica distinta. Se trasladan a Constitución, haciéndose cargo de tres hermanos de mi padre y dos de sus hermanos: Juan Pedro, Pedro Pascual y Miguel Huberto. Mi padre y dos 303 de mis tíos . La narración de Pascual Melita hijo, ratifica el papel fundamental de los tíos: …se conocieron en el seminario y vivieron toda una vida juntos. Y ella en realidad, ayudó mucho a los pequeños, sin ella no se hubiera educado nadie, nadie hubiese salido de ahí. Ella fue un valuarte fundamental en la familia, sobre todo en el tema de la educación. Después de eso todas las nuevas generaciones se educaron, nosotros todos fuimos a la universidad…la mayoría somos profesores, pero todos nos educamos. Y así la generación que viene es igual, yo tengo 3 hijos; uno estudia medicina, el otro está en la Escuela de Carabineros, y el otro es el que anda por aquí, todos se han educado. (Pascual Melita V., sept. 2006). De los Hermanos Maristas en Constitución, Pascual se trasladó a Santiago a terminar sus estudios secundarios, posteriormente estudiará Derecho en Concepción. Sin embargo, en relación a los estudios, no todos los hermanos siguieron el mismo trayecto. Y bueno, de estos tres (hermanos), (mi padre) el más debilucho, por decirlo de algún modo, el más enfermizo precisamente. El tío Juan Pedro era un hombre encachao, pintoso, bueno para la pelota, las tenía todas, y por esa misma razón una vez que creció murió alcohólico, porque bueno...su realidad era distinta, no aprovechó la oportunidad que le daba el tío, y bien joven, a los treinta y tantos falleció. Y el hermano menor, tampoco fue bueno para estudiar, desaprovechó la oportunidad y se quedó con la básica de los Hermanos Maristas. Sin embargo, mi padre, una de los pocas personas de la época que dio bachillerato, y que quedó en la Universidad de Concepción, en Derecho. Lo que era una hazaña para un hijo de campesino, en los tiempos que les estoy hablando. (Lautaro Melita V.). No es una excepción dentro del mundo mapuche, la idea de la vía de la educación como un elemento dialogador que permitirá resolver conflictos y demandas. Según Paola Melita –hija de Pascual Melita Pereira-, el arraigado interés familiar por una educación formal e 303 Entrevista por Claudia Chamorro Levine (Octubre 2005) 128 institucional, ha operado como un elemento cardinal y crucial al interior la comunidad, contribuyendo a la conservación de las tierras ancestrales: ...la base del poder en mi familia es la educación; la bisabuela enseñó a leer, y gracias a eso logramos recuperar en parte Cuyinco Bajo. En cada generación Melita hay un profesional... este protegía al resto… que juntaba los pollitos, no sé si era por casualidad, pero era el que había ido a la universidad, o el que había dado el bachillerato, o el que sabía leer y escribir; que tenía una condición que le permitía tener una visión distinta y dar protección. Aparte el mapuche de por sí, siempre está buscando alguien que lo proteja, hasta el día de hoy, que 304 hable por ellos” (Paola Melita, sept., 2006) . Pascual Melita estudiará por cuatro años la carrera de Derecho en la Universidad de Concepción. Para aquella intervención de los diputados indígenas que reseñamos anteriormente, Pascual era universitario y tenía alrededor de 24 años de edad. Si bien sus primeros acercamientos al mundo político, fueron en sus tiempos universitarios, tuvieron que pasar algunos años para que ingresara definitivamente al mundo político provincial. Con respecto a una localización en el mapa político, la familia Melita actual, relata que sus antecesores eran principalmente de tendencia conservadora (posiblemente al estilo de los dirigentes de la Corporación Araucana; Coñuepan y Cayupi: hijos o descendientes de lonko con un cierto dominio territorial, homologable a la clase latifundista)305, sin embargo, sin una participación partidista activa: Políticamente la familia de mi padre era conservadora, porque toda la gente que tenía un pellizco de terreno en realidad...la orientación política conservadora siempre estaba en base a los liderazgos que son los terratenientes. Y bueno como ellos tenían un pellizco de tierra, también se creían dueños de tierra, por lo tanto, el concepto político que ellos tenían era el 306 conservador. (Lautaro, mayo 2006) Así, pese a que Pascual Melita viene con una orientación política más ligada a la derecha al llegar a la universidad, el fuerte encuentro con un movimiento progresista político estudiantil de izquierda, lo inspira a reconocer que su lugar era este último: comienza su militancia en la partido comunista, partido al cual permanecerá adherido hasta su muerte. “En una ocasión, a mi me conversó que no tenía plata para almorzar, y en vez de irse a la pensión hizo hora en la universidad…se acercó al foro y escuchó a un grupo de jóvenes discutir sobre el quehacer local de la región. Le entusiasmó la idea y se unió a ellos, que eran precisamente el grupo de jóvenes comunistas. De ahí no lo paró nadie más…” (Lautaro, mayo 307 2006) 304 Entrevista por Claudia Chamorro Levine (Mayo 2006). En Foerster y Chamorro (2007). 306 Entrevista por Claudia Chamorro Levine (mayo 2006). 307 Entrevista por Claudia Chamorro Levine (mayo 2006). 305 129 Es también en la universidad, donde se conocen Pascual Melita y Gloria Vinnet Candía; durante su matrimonio tendrán diez hijos: los Melita Vinnet. Gloria, de ascendencia francesa, padres políticos de izquierda y -en esos años futura- profesora, profundiza más sobre este vínculo y nos entrega elementos sobre su propia biografía: “Yo soy oriunda de Puerto Domínguez. Tenía compañeras cuando estudiaba en Temuco que eran de Boroa, lo pasábamos regio; no toda mi enseñanza básica y media la hice en Temuco, por razones de pensión, yo estaba en las monjas de Santa Cruz en Puerto Saavedra, y ellas tenían la casa de su madre en un colegio muy bueno acá en Victoria. Cuando me vine a Temuco, me vine donde una familia alemana amiga de mis papás, y en la Semana Santa del mismo año que me vine, se fueron a Puerto Montt, se les dio vuelta el auto y se murieron los dos. Entonces mi hermano y yo, nos quedamos sin casa y las monjas allá le dijeron al papá, que el mejor internado era el de Victoria, que era de su congregación. Efectivamente era bueno, de los buenos de ese tiempo en el sur. Y en se colegio hice mis humanidades. Yo nací en la circunscripción de Carahue, pero en Puerto Domínguez. Mis papás tenían tierras allí, pero ellos después querían comprar tierras en Pucón, allá arriba, pero se les ofreció al otro lado, al lado de Calafquen, compraron ahí y nos fuimos, pero sin dejar de tener el terreno de Puerto Domínguez. Allá las tierras eran vírgenes, lo que se sembrara se daba, las habas; los animales se soltaban en la cordillera, y llegaban paridas en primavera. Me llevaban de allá, al colegio en Puerto Saavedra, y de ahí veníamos a pasear de acá a Boroa. A sí que yo no pude hacer mis humanidades en Temuco. Mi padre y mi tío fueron compañeros de Pablo Neruda. Por amistades y familiares iba para esos lados en Puerto Saavedra y Boroa. Ahí conocí a los Painemal y otra gente. A Pascual Melita lo conozco cuando salgo del colegio de Victoria, y voy a dar el bachillerato a Santiago. Tendría que haberme quedado estudiando en Santiago porque tenía familia allá que me alojaba, pero a mi no me gustó la casa de mi tío, porque su suegra... mire la tontera por qué me fui... ella contaba los terrones de azúcar para tomar desayuno, y eso me pareció tan mal. Y me vine. El destino tenía que ser así, y la única universidad cerca era la de Concepción, porque antes no había universidades para el sur. Ahí conocí a Pascual Melita, que había hecho el servicio en el Regimiento Guía, y ya fuera, se fue a la universidad. Pero yo debería haber estudiado en Santiago, pero he hecho mi vida acá [Los Álamos, Tres Pinos, Cuyinco], llevo más de 50 años. Ya no me voy ya, yo podría irme a Concepción porque tengo una casa allá, pero aquí están mis hijos. Aquí a mi nunca me gustó, porque estos campos son refeos para los que son para el sur, allá hay una preciosidad de campo, Puerto Domínguez, el lago Budi, son maravillosos. Pero las cosas fueron así, y llegué aquí a luchar codo a codo con 308 mi marido por las reivindicaciones sociales. (Gloria Vinnet, septiembre 2006) Al contrario de la familia Melita, la familia Vinnet, mantenía estrechos vínculos con el mundo de izquierda. Mi padre era radical, pero en los tiempos de la tragedia con Videla, y con la visita de Pablo Neruda, que estuvo en nuestra casa cuando fue perseguido por Videla, -varios meses antes de irse a Argentina-, entonces tuvo un vuelco del Radical al Comunista, y por lo tanto esa es nuestra base política. En cambio, los padres de Pascual eran demócratas, muy pasados a llevar por los Ehyaramendy que le venían a conversar a don Pedro, que lo mejor era votar por ellos...como se usaba antes. Entonces ellos no entendían nada de la lucha social. Y si nosotros no hubiéramos estudiado, si Pascual no hubiese ido a la universidad, yo creo que hubiéramos sido igual: retrógrados. Pero nosotros fuimos compañeros con Enríquez, el fundador del MIR, somos de esos momentos, se nos pegó esa fuerza política. 308 Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro (septiembre 2006). 130 Mi mamá había sido compañera de colegio con la mamá de Henríquez, entonces cuando yo me vine a Concepción, ellos se creían los tutores míos, me iban a buscar a la pensión, estuve con ellos siempre, fui muy amiga de los chiquillos, y ellos estaban metidos fuertemente en la cosa política. Y el señor rector de la universidad nunca supo que nosotros usábamos sus bodegas para hacer las reuniones políticas y formar el MIR. De hecho mi primera militancia fue el MIR, por los chiquillos Henríquez. Yo nunca fui más de otro partido, no continué más en el MIR cuando me vine para acá, pero nunca milité en el Partido Comunista, mis ideas sí, pero nunca inscrita. Siempre estuve apoyando a Pascual, y ahora que a Lautaro lo apoyó la 309 Concertación, yo fui apoyando a mi hijo. (Gloria Vinnet, septiembre 2006) Casado y con hijos, Pascual Melita no termina la totalidad de sus estudios universitarios. Sin duda, los conocimientos adquiridos en los cuatro años cursados, le permiten asesorar y dirigir importantes acciones y demandas tanto del mundo minero como del pueblo mapuche. De ahí no lo paró nadie más. Participó en esos años en la organización de la población Santa Adriana de Concepción, que hoy es una gran población…y bueno, se casó con mi mamá, vinieron los hijos y no alcanzó a terminar la carrera. Ya nacidos nosotros, con dos o tres hijos no pudo terminar de estudiar, pero como estudiante de cuarto año de leyes, se vino ha asesorar el sindicato de mineros de Pilpilco, una minera muy grande que había. Y a través de ese asesoramiento empezó a hacerse conocido, a tomar el liderazgo político de los movimientos comunales; de comunicarle a la comunidad los puntos de vista desde el lado del trabajador, que no había nadie que los defendiera y todo el cuento que alegan siempre los 310 comunistas. (Lautaro, mayo 2006) Así, de las primeras acciones que le valdrán el reconocimiento de la comunidad local, es la que tiene que ver con la entrega de sitios a los mineros de Pilpilco311 en la localidad de Cerro Alto, producto de tomas en conjunto con Gloria Vinnet. La importancia de la labor de ambos y su cercanía a la población, se ve reflejada en que una de las villas que emergieron en ese momento se llama Lautaro, igual como el hijo de ambos que estaba por nacer. A partir de este asesoramiento, Pascual Melita se da a conocer y comienza a participar en movimientos sociales comunales, y a insertarse en la vida política de la zona a nivel provincial. 4.11. PASCUAL MELITA Y CUYINCO EN LOS TIEMPOS DE LA REFORMA AGRARIA. Por tres períodos consecutivos, desde 1960 hasta 1971, Pascual Melita es elegido regidor de la comuna de Los Álamos. De suerte como siempre ocurrían elecciones a regidores, en esa ocasión se presenta por primera vez a candidato a regidor, sacando una altísima votación y siendo la primera mayoría. Yo calculo que fue el año 60´ más o menos, entre el 58´ y el 60´. No era alcalde, porque se elegían regidores, y luego los regidores votaban. Siempre asumiendo el rol político de la 309 Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro (septiembre 2006). Entrevista por Claudia Chamorro Levine (mayo 2006). Pilpilco es una localidad que se encuentra en la comuna de Los Álamos. Alcanzó a ser la tercera mina más importante de la zona, originando uno de los campamentos mineros más emblemáticos de la Provincia de Arauco, con mil doscientos trabajadores. A Pilpilco se le denominó "la tierra prometida del carbón", no obstante, lamentablemente, después de la segunda guerra mundial, el carbón chileno empezó a vivir su declive 310 311 131 comuna, como protagonista importante de este sector. Como político, él lideró cien por ciento el Partido Comunista en la Provincia de Arauco. Nunca lo llevaron como candidato a diputado. Yo creo que el Partido Comunista se perdió una gran oportunidad de a lo mejor haber tenido 312 un diputado. Tal vez sí tal vez no, uno nunca sabe. (Lautaro Melita V. mayo 2006) . En los dos primeros períodos, comparte el cargo con Félix Eyheramendy Larroulet; integrante de aquella familia poderosa, con la que años no solo los Melita experimentaron una serie de situaciones problemáticas en torno al territorio. El desempeño de Pascual Melita como regidor y militante del partido comunista, fue de un desempeño relevante en la comuna. Desde la militancia, el testimonio de Julio Pedreros Rodríguez destaca el rol intelectual de Pascual: “Yo con él [Pascual] anduve mucho en el partido. Nosotros fuimos los conductores de este mismo pueblo que estamos pisando aquí [Cerro Alto, Tres Pinos]; él, yo y otros que ya no existen en la tierra. Yo con él anduve harto en los campos. Yo soy mucho más antiguo en el partido que él. Anduvimos juntos para abajo, para la Isla de Pangal; luchando por las parcelas de la gente, de los campesinos; que hace años que estábamos en esta lucha nosotros, antes que se hiciera la Reforma [Agraria]. La fuerza con los mapuches en el campo, con José Yevilao Cheuquelén y otros tantos más que no me recuerdo el nombre. Y cuando sacamos un día, parlamentarios aquí en la zona del partido comunista: don Santos Medel y don Luis Corvalán, ahí empezamos a luchar con más fuerza junto a él…, él como era educado… nosotros teníamos la idea no más. Para que estamos con cosas, nosotros teníamos las ideas, pero Pascual tenía más educación, sabía más artículos. Y donde mismo estamos aquí [Cerro Alto], estuvimos luchando por esta misma tierra, y la del frente también. Así que yo estoy quedando el único vivo, los demás están todos muertos, y otros llegaron más al último también. Pero los que echamos esta lucha fuimos nosotros; los del partido junto a Pascual. Junto a él anduvimos de día y de noche en cualquier parte que hubiese sido. La lucha se concentró en Pangal. Los pacos arrastraban a los campesinos, a la mujeres, a la gente de las mechas por la playa… se hizo en la Isla de Pangal como historia. En los tiempos de Pinochet, hacía poco el Golpe, bajaron a la Isla los 3 ministros que puso Pinochet, pero 5 días antes habíamos bajado a hacer un discurso los del partido. Yo a Pascual Melita lo conocí en el partido, él era secretario y yo también era secretario en el instante que él ingresó. Tengo muchos recuerdos de cómo lo conocí, cómo trabajó, de toda la cuestión. Él como militante del partido trabajó bien, y después como alcalde” (Julio Pedreros 313 R., septiembre 2006) . Su proximidad a la comunidad fue quizás el rasgo más sobresaliente de Pascual. Hasta el día de hoy, los habitantes de Los Álamos lo recuerdan con aprecio, destacando su nivel de entrega. Sin embargo, cabe mencionar que la militancia comunista, no se extendió todo el ámbito familiar. Su hermano Huberto, señala: Yo jamás he sido comunista, ni seré nunca, porque son una pila de flojos sinvergüenzas, son como los canutos, quieren que les den todo. A mi me ha gustado trabajar y ganarme con mi trabajo mi pan, y lo poco y nada que tengo, lo tengo por mi trabajo. Pero nunca peleábamos ni 312 313 Entrevista por Claudia Chamorro Levine (mayo 2006). Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro. 132 nada (con Pascual). Lo retaba sí yo: “tienes que pagarme el voto”, le decía yo” (Huberto Melita 314 P., septiembre 2006) . Con respecto a la temática mapuche, Pascual hace suyo el tema de las demandas de tierra al formar parte del movimiento que consigue restituir para siempre los terrenos indígenas ocupadas por la familias Eyheramendy y Larroulet, quienes constriñeron por largo tiempo a la población mapuche de la zona a no más de 300 hectáreas. Este proceso es el que comienza con la denominada Gran Batalla de Pangal el año 1962, inaugurando un ciclo caracterizado por la lucha política y las tomas de terreno. Este caso emblemático, supone un hito con respecto a la recuperación del territorio por parte del pueblo mapuche: cincuenta familias de las comunidades cercanas al fundo Colgué de propiedad de Carlos Larroulet –emparentado con los Eyheramendy-, deciden ocupar los terrenos315. Pascual Melita y Gloria Vinnet fueron a caballo a enseñar, explicar y alentar a las comunidades a organizarse316; Lautaro, hijo de ambos, profundiza en las soluciones concretas a los problemas territoriales: Como era ‘tinterillo’ recogía todas las demandas judiciales de casi toda la población. De hecho, un grupo de personas recuperaron todo lo que es Pangue y Sara, porque todos eran colonos de los Eyheramendy, que en realidad eran amos y señores de todo esto, de Los Álamos. Y bueno, él con un grupo de personas lograron que el gobierno de Alessandri aplicara ---antes de la de Reforma Agraria de Allende--- la expropiación para que el terreno volviera a los indígenas, de quienes siempre han sido los terrenos de Pangue. Bueno, en 317 todos esos trámites mi papá fue el protagonista principal. (Lautaro Melita V.) . Así, alrededor del año 68´, la cuestión del territorio mapuche experimenta un giro con los procesos en torno a la Reforma Agraria. Dicho momento, forma parte del cariz que adquiere en este etapa el debate acerca del proceso de división de las tierras indígenas: debate que se inicia desde la intensamente discutida legislación indígena dictada en 1927 que puso fin a la radicación y que dio inicio a la división de las comunidades reduccionales por medio de la entrega de porciones de tierra concebidas como propiedad particular; proceso en el que paralelamente continuaron las dinámicas de usurpación y de interposición de artificios seudo legales. En aquellas comunidades al margen del sistema reduccional, las circunstancias fueron bastante diversas. Particularmente el trayecto no reduccional de la familia Melita, podría definirse como un proceso de constitución intermitente, en el que el Estado reconocerá 314 Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro. En http://www.coordinacionindigena.cl/documentos/9_primera_parte_IV_mapuche_cap1.pdf. 316 “El año 1962 y siguientes se produjeron numerosas tomas y conflictos en la Provincia de Arauco, sector de Lebu y Cañete, como consecuencia de la inoperancia de los cuerpos legales”. En Bengoa, 1990. 317 Entrevista por Claudia Chamorro, 2006. 315 133 partes de su territorio en momentos distintos. A nivel familiar en este aspecto, la figura de Pascual fue fundamental, tanto en la resistencia a las incesantes amenazas por usurpación de terrenos como en la recuperación de parte Cuyinco Bajo; suceso que no sólo repercute al interior de la comunidad Melita, sino que se convierte en un precedente para otras comunidades la zona en relación al conflicto territorial. Al mismo tiempo que Pascual Melita desempeñaba una labor política e intelectual en relación a Cuyinco, otros miembros de su generación, ejercían otras funciones en relación al conflicto. Las hijas de Huberto Melita, hermano de Pascual, dan cuenta que el papel de su padre estaba vinculado a la obtención de recursos económicos para la defensa. En el mismo sentido, el propio Huberto relata: “El colegio lo estudiamos juntos (con Pascual), (después) él estudió Leyes y él movía el juicio, y yo movía el billete. Yo ya voy a tener 77 años y voy para los 78, y yo de catorce años dejé de estudiar, porque estaba estudiando en Constitución, en el Liceo Mixto. Tenía una hermana allá, que en paz descanse ahora. Y estudié hasta los trece años, porque ahí tuve un accidente, me dispararon con una escopeta con municiones, de ocho metros. Cuando Dios no quiere… me taparon con municiones... Fue un compañero del colegio...Y de ahí, yo me vine acá [Tres Pinos], y de quince años empecé a mover el juicio… (Huberto Melita P., sept. 318 2006) . En 1968, en el gobierno de Frei, el Estado reconocerá parte importante del territorio de la familia Melita en Cuyinco. En julio de ese año, la DASIN efectuó la demarcación de las tierras y levantó oficio para que el Ministerio de Tierras y Colonización procediera a la entrega de los títulos de dominio sobre un segmento importante de los terrenos demandados; para los cuales se otorgó escritura en noviembre del 68´. Concretamente el otorgamiento benefició a la rama Melita Pereira, estos son los hijos de Pedro Melita –hijo de Juan Melita Catrimán- y Aservanda Pereira. Cuadro 8: EXTENSIONES DE TIERRA RECONOCIDAS EN 1968. Humberto Melita Pereira Pascual Melita Pereira Joel Melita Pereira Herta Melita Pereira Servanda Pereira vda. de Melita 319 C) 92,7 hás. 59,20 hás 73,87 hás 16 hás (lote A) más 27 hás (lote B) 37, 25 hás (lote A), + 10,77 hás (lote B), + 56,56 hás (lote Paralelamente, en el registro de propiedad de la notaría de Lebu320, se detalla la asignación de los títulos definitivos reconocidos a la sucesión Melita Pereira en 1968; se destaca la 318 319 Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro. Archivo Nacional Siglo XX, Ministerio de Tierras y Colonización 1968, Oficio V.7, Oficio 3084, 23/06/1968. 134 figura del abogado Defensor de Indígenas don Elucindo Ramírez Vera como representante del Fisco. A continuación reproducimos la que concierne a Pascual Melita Pereira, no obstante siendo todas escrituras similares321 con excepción naturalmente en lo que refiere al detalle del predio correspondido. Según escritura otorgada en 1968, el Fisco, representado por el abogado Defensor de Indígenas don Elucindo Ramírez Vera, hizo concesión de título definitivo de dominio a don Pascual Melita Pereira, de un predio de 59, 20 hectáreas de superficie, ubicado en el lugar denominado “Tres Pinos” (se puntualizan los deslindes). El concesionario queda sujeta a todas las limitaciones y prohibiciones señaladas en la Ley nº 14.511, para los dueños singulares de los lotes en que se dividen las comunidades indígenas 322 y gozarán de todos los derechos y beneficios conferidos a los mismos. El Estado consecutivamente ha definido sus alcances y funciones en relación a la temática mapuche, lo que ineludiblemente imbuye en la gestión de políticas públicas y de desarrollo local; de ahí que el nivel de implicación que alcanzan los elementos étnicos en las organización de las relaciones de poder y del espacio público en el desempeño municipal y provincial de Pascual Melita, tenga que ver con un contexto general. Para el gobierno de Salvador Allende, Pascual Melita asumirá como delegado provincial de la Corporación de la Reforma Agraria (CORA), en cuya gestión le correspondió la tarea de regularizar, -en muchos casos vía la expropiación-, gran parte la propiedad rural de la comuna. Según Lautaro, no exento de conflictos: “Cuando ganó Salvador Allende mi papá no era alcalde, sino que él asumió la subdirección de la CORA en la novena zona, que es el área que correspondía a donde vivimos nosotros, y con ese trabajo le tocó aplicar la Reforma Agraria de esa época que era voraz con respecto a la gente que tenía tierra... un concepto que no era de él sino que era la política de gobierno, pero en el fondo aquí toda la gente le echó la culpa, poco menos que el fuera el causante del tema” (Lautaro Melita V.). Pese a que la Reforma Agraria del gobierno de Allende, en semejanza con el programa del período de Frei, no diferenciaba la realidad de campesinos mapuche y no mapuche, por tanto no introducía las particularidades necesarias para comprender la temática mapuche, de todas formas posibilitó la recuperación de una mayor cantidad de territorios usurpados, “radicando” a un número considerable de sujetos indígenas. Todo ello debido en parte, a que 320 Archivos Notaria de Lebu, Libro del año 1971. Archivos Notaria de Lebu, Registro de Propiedad, año 1971, Nº 89. Concesión: Huberto Melita de Fisco. Lebu, 17 de Septiembre de 1971. Registro de Propiedad, año 1971, Nº 91. Concesión: Joel Melita de Fisco. Lebu, 17 de Septiembre de 1971 Registro de Propiedad, año 1971, Nº 92. Concesión: Herta Melita de Fisco. Lebu, 17 de Septiembre de 1971. 322 Archivos Notaria de Lebu, Registro de Propiedad, año 1971, Nº 84. Concesión: Melita P. Pascual de Fisco. Lebu, 17 de Septiembre de 1971. …Procedo a esta inscripción que firma el requirente, habiéndose publicado avisos y fijado carteles, según consta de la escritura otorgada en la notaría de este depto. el 29 de Octubre de 1970, en conformidad a los artículos 58 del Reglamento del Conservador de Bienes Raíces I 34 del Decreto con Fuerza de Ley número 6 del Diario Oficial del 17 de Enero de 1968. 321 135 entre los campesinos mapuches de la zona, hubo gran desarrollo de los “consejos” o instancias que buscaban la participación del campesinado en el proceso del cambio agrario. Por el contrario, en relación a los pequeños agricultores no indígenas, dicha práctica no funcionó de igual manera, por consiguiente, no fue posible definir y aplicar una política coherente y eficaz323. José “Lito” Fierro –esposo de Elizabeth Melita, descendiente de Juan Melita Catrimán no por la rama Recabarren sino por la que desciende de su unión con Pascuala Godoy- expone que no obstante el reconocimiento de 1968, miembros de la familia González, particularmente Juan Bautista y Alfredo, permanecen al interior de Cuyinco en posesión de una considerable extensión que superaba las 500 hectáreas, conocido como “La Pagadora”. Recién en 1971, por acción de la Reforma Agraria, fue posible abandonar el predio. El relato de Lito Fierro entrega detalles: El año 71´ a don Alfredo González de acuerdo a ley de la Reforma Agraria se le entró a expropiar el terreno…en ese momento…se les cancelaba a estos señores, se les pagaba su tierra siempre y cuando tuvieran sus documentos legales. Ellos estaban en posesión de 500 hectáreas de terreno, pero en el conservador de bienes raíces aparecían solo con 200 inscritas, con objeto de evadir impuestos y la ley pagaba solo las hectáreas inscritas… Se le expropió este terreno a los González, porque es parte del fundo Cuyinco, bajo el argumento de que habían familias Melita que tenían menos: nosotros, los Melita Barraza. La primera vez que hubo una conversación con Alfredo González que vivía en Santiago, dijo: “yo a los señores Melita Barraza no les voy a entregar los terrenos, porque estos señores no me lo van a pagar, porque no tienen…Donde los puedo entregar es a la CORA porque esta me los va a pagar”. Él lo quiso así, ¡pero a este señor no se le podía pagar ahí, porque no era el dueño del terreno!, de acuerdo a la documentación que hay esos eran terrenos fiscales disponibles, y no podría haber dueño que tuviera documentos, porque todo documento bajo el año 58´ se echó abajo…y eso hay que respetar, eso es lo que vale. Entonces, este señor se acogía a Juan Bautista González que compraba derechos y acciones, pero esas eran escrituras de él. Después de la expropiación, la CORA quiso poner un asentamiento ahí, pero por ser terrenos indígenas, no pudo; la sentencia del año 68´ del Juzgado de Indios de Temuco dice claramente que las tierras son de los indígenas Melita. Todos los terrenos indígenas que llegaban a CORA se traspasaban a la DASIN para que ella dispusiera la forma en que se iba ha arreglar con los indígenas; vino el ingeniero, levantó en un plano todo este terreno que tenía González, y la CORA traspasó el terreno a la DASIN. A nosotros se nos preguntó si queríamos trabajar en comunidad o en cooperativa - éramos cinco- pero no aceptamos que se nos entregara así, sino de forma individual, pero la ley tampoco daba para entregar en individual haciendo repartición. ¿Cómo podíamos hacerlo?, en común acuerdo; caminamos, miramos, y dijimos: “hasta aquí, ¿qué te parece?” Vinieron funcionarios, ingenieros, directores, y en común acuerdo se nos dieron y nos arreglamos; costó porque los tiramos a la pura vista, nunca tan parejo, unos con menos otros con más, 324 pero así se nos arregló, el año 71´. (Lito Fierro, enero 2007). 323 324 En Jacques Chonchol (1996). Entrevista por Rolf Foerster. 136 Lito Fierro revela que esta intervención favoreció a la rama de su suegro, o sea, a los Melita Godoy: aquellos descendientes de Juan Melita Catrimán que menos hemos visibilizado hasta el momento; si bien permanecieron en gran parte excluidos de la dinámica notarial y por tanto de la facultad propietaria, efectivamente les fueron reconocidos por su ascendiente, iguales derechos y atribuciones que los concedidos a los Melita Recabarren. Se benefició la familia de mi suegro, Germán Melita, pero como ya era de edad, lo representó mi señora: la familia Melita Barraza. También tocó una parte a las familias Melita Pereira; unas líneas que tenían que arreglar abajo. Esas fueron las familias que se arreglaron con las 530 hectáreas. Pasó eso, quedamos conformes, cuando de después de repente vino el golpe el año 73´, y este señor Alfredo González quiso recuperar sus tierras. (Lito Fierro, enero 325 2007). De todos modos, el proceso de constitución de propiedad de los Melita, aún no estaba consumado. Para la rama Melita Recabarren, el asunto adquirió un nuevo curso: efectivamente pudieron ser radicados, no obstante, principalmente los terrenos reconocidos correspondieron al área de Tres Pinos -lugar en el que hasta hoy se ubican sus casas a pasos de la carretera y límite entre Cuyinco Bajo y Cuyinco Alto-, sin embargo, parte importante de los terrenos al interior del fundo Cuyinco Bajo, no les serán reconocidos legalmente. El fundo lo iban a trabajar en el día, pero volvían a Tres Pinos en la tarde. Por tanto no se pudo aplicar el decreto de Bienes Nacionales de la ocupación, porque efectivamente lo ocupaban, pero no vivían ahí. Mi papá dio una tremenda lucha por resolver el tema del domino de las tierras, y no tan sólo de Cuyinco, sino que de Pangue, de Sara, de Ranquilco, de todos los terrenos por aquí. Lográndose –como ironía de la vida- resolver el tema de todos los sectores, menos el de Cuyinco, que era al que pertenecía él y su familia. (Lautaro Melita V.). Por su parte, como lo habíamos señalado, los terrenos de Cuyinco Alto se encontraban en posesión de la familia González producto de la maquinaria de principios de siglo. Sin embargo, la jurídicamente denominada comunidad González Reyes de 4.610 hectáreas326 de extensión, por acuerdo nº 1.853 del Consejo de la Corporación de Reforma Agraria, entró en proceso de expropiación en agosto de 1971. Simultáneamente, sobre otras considerables tierras ocupadas por los González, se iniciaron acciones expropiatorias, particularmente en Pilpilco Arriba de 4.500 hectáreas y en Cerro Alto de 800 hectáreas; este último espacio, exclusivamente de la sucesión Juan B., Nazareno y Agustín González Reyes327. A partir de 325 Entrevista por Rolf Foerster. Del total de las 4.610 hectáreas expropiadas, 133,9 eran de riego (IV), 281,9 de secano arable (VI) y 4.328 de secano no arable (VII). Archivo CORA-SAG, Santiago. Micros Fichas sobre el fundo Cuyinco Alto. 327 El total de la comunidad sucesoria de Cuyinco Alto estaba compuesta por: María, Zoila, Ester, Aida y Alfredo González del Solar (4% c/u), Agustín, Inés, José, Mario y Patricia González Valencia (4% c/u.), Miguel, Manuel González San Martín (12,5% c/u.), Alejandro, Humberto y Hortensia Araneda González (5% c/u), Mamerto y Rosario Jara Tomás (5% c/u.) Eliana, Bruno y 326 137 la expropiación del conjunto de estas tierras -exceptuando las de Cerro Alto-, se constituyó inicialmente un Comité Campesino de Reforma Agraria constituido por 30 socios328 llamado Triunfo Campesino Pilpilco Alto, que consecutivamente se transformó en el Asentamiento Pilpilco Alto; en el listado posterior al 1973 figura Juan Melita E. como socio (Foerster, Chamorro, 2007). El fin violento del gobierno de Allende, marcará una nueva etapa para la familia Melita: el territorio se verá amenazado, el aspecto económico deteriorado y particularmente Pascual Melita será intensamente castigado desde los primeros días del Golpe Militar: perseguido, tomado prisionero y torturado. 4.12. LA FAMILIA MELITA Y CUYINCO EN DICTADURA. El proceso de contrarreforma agraria incrustado con la dictadura de Pinochet desde 1973, y la explícita política de división de propiedades comunitarias, se puso en marcha en la zona de Cuyinco, desplegando sus propósitos. La sucesión Gonzáles Reyes procedió en una fase de reposición de los terrenos que ocupaban con anterioridad a la Reforma Agraria, es decir, aquellos contenidos tanto en Cuyinco Alto como en Pilpilco Alto, para los cuales ejercía como representante Juan Agustín González Valencia. Por su parte, en relación a la reserva situada en Cuyinco Bajo, Alfredo González del Solar oficiaba en dicha función. A través del Archivo de la CORA es posible acceder a las solicitudes cometidas por la familia González para apelar contra la expropiación de los terrenos que ocupaban; los argumentos utilizados para referirse a ello, aluden a la historia de conflicto con los Melita, enfatizando la militancia comunista de Pascual Melita Pereira y especialmente a sus funciones como jefe zonal de la Corporación de Reforma Agraria en el gobierno de Salvador Allende (Foerster, Chamorro, 2007). Juan Agustín González Valencia, extiende el siguiente escrito a las autoridades de la CORA en enero del 74´: Miguel Jara Latorre (1,67% c/u.), Violeta y Flora Jara G. (2,5% c/u.) Archivo CORA-SAG, Santiago. Micros Fichas sobre el fundo Cuyinco Alto. (En Foerster, Chamorro, 2007) 328 Ricardo Aguayo Campos; David Aguayo Mora; Manuel Peña Fuentealba; Oscar Sánchez Villagrán; José Domingo Velásquez Castro; Julio Sambrano González; Rodolfo Bastias Gatica; Julio Méndez López; José Pérez Retamal; José Sabino Pérez Muñoz; Alejandro Reyes Gallegos; Armando Pérez Retamal, Alfonso Briones Toledo; Juan Faundez Olivares; Daniel Fernández Fonseca; Esteban Medina; Pedro Fonseca Fonseca; Luis Pérez Saavedra; Remigio Mora Muñoz; Juan A. Peña Fuentealba; Belisario Fernández Vergara; Emilio Rocha Viveros; Fernando Rocha Rivas; Juan M. Estrada Luna; José Estrada Luna; Lorenzo Pérez Muñoz; Ruperto Pérez Retamal; Santiago Vidal Vera; Germán Enrique Aguayo Mora y Florencio Reyes Gallegos. 138 El suscrito y sus familiares, miembros de la sucesión González Reyes, somos personas vinculadas desde nuestro nacimiento a la agricultura que ha constituido nuestra actividad fundamental, por lo cual la expropiación de nuestros predios ha constituido un duro golpe económico y afectado seriamente las posibilidades de mantención y educación de nuestras familias, además que recibimos un fuerte impacto moral ya que la expropiación fue motivada principalmente por razones de venganza personal y familiar de quien actuaba dogmáticamente como jefe de CORA en la zona de Cañete, el militante comunista Pedro 329 Pascual Melita Pereira, como consta en general a los habitantes de la región . Pascual Melita Pereira, vivió la amenaza y la opresión en carne propia. Me acuerdo una vez que estábamos todos en la casa, en una pieza que teníamos, y llegó un jeep de milicos, y estábamos viendo televisión, éramos niños, y vimos que había un milico en ese pasillo, en esa parte de ahí…por afuera, por acá, y estaban buscando a mi papá como a 330 un vulgar asesino. (Adolfo Melita Vinnet, septiembre 2006) Probablemente los argumentos esgrimidos por los González, hayan potenciado la vehemente persecución perpetrada a Pascual Melita durante la dictadura. Alfredo González del Solar expresa en enero del año 1975: …en octubre de 1972 las casas y terrenos comprendidos en la reserva pedida fueron violentamente ocupados por un grupo de comunista, encabezadas por el Jefe Zonal de CORA de Cañete y miembro activo de ese partido, Pascual Melita. Aunque parezca mentira varios de 331 esos extremistas viven todavía en dichas casas del fundo . Definitivamente en 1976, se derogaron las expropiaciones ejecutadas en Cuyinco Alto y Pilpilco Alto. La mayor parte de estos terrenos quedaron en manos de CORA – CONAF: las más de 1.000 hectáreas que ya se habían reforestado, fueron obras que la sucesión González no podía pagar para reestablecerse; de ahí que los herederos de esta, terminara ocupando un franja menor de la zona alta. (Foerster, Chamorro, 2007). Con respecto a la fracción de Cuyinco Bajo exigida por Alfredo González, inesperadamente el criterio esgrimido apoyó la causa Melita una vez analizados los antecedentes. En torno a esto, Lito Fierro relata desde el momento en que González instruye los reclamos, destacándose nuevamente la labor del abogado Ramón Domínguez332; el mismo que había llevado el célebre juicio Melita – González, años atrás. 329 Foerster, Chamorro (2007). Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro. 331 Foerster, Chamorro, (2007). 332 En mayo del 2006, escribí un correo electrónico a Ramón Domínguez Águila, hijo del abogado que defendió las causas Melita, también abogado y residente en la ciudad de Concepción. Me cuenta que su padre falleció hacía dos años, y que él era muy niño cuando acontecía el juicio Melita –González, pero que tenía recuerdos, dado que su padre le comentaba las circunstancias: “porque incluso hubo muertos, ya que los González atacaron a los Melita con armas de fuego, como el Oeste norteamericano…Y tengo el vago recuerdo que algo de la causa se publicó en alguna revista jurídica”. 330 139 …¿con qué argumento? Llevó el tema a la Intendencia, reclamando con una minuta, que nosotros habíamos puesto banderas y habíamos echado a su gente que tenían ellos en posesión. ¡Pero vinieron funcionarios y participó una oficina!, yo no creo que eso sea usurpación, usurpación es cuando va y le quita a una persona y se pone en posesión. Bueno nosotros explicamos, dejamos constancia, llevamos un plano, pero el intendente no nos recibió muy bien, por los argumentos que llevaba este señor González que en ese tiempo llegaba y “saltaba a lo derecho”, y se escuchaba poco la otra parte. Y el coronel dijo: “ustedes son los señores Melita, los usurpadores de tierra”, y tomamos asiento, y leyó el documento que nos acusaba de la usurpación el año 71´, y “no” le dije yo, “esa es una equivocación nosotros nunca hemos usurpado terrenos, a nosotros nos entregó terreno la DASIN, de acuerdo a esto y a esto otro”, saqué el plano y le pasé la sentencia, “es un derecho que nos corresponde a nosotros”. Empezó a leer, y se sorprendió también, se sorprendió bastante, porque cuando nosotros llegamos, nos dijo: “yo estoy detrás de este escritorio, pero no estoy pa votos (sic)”. Vio el plano, yo le empecé a explicar, vio la sentencia y dijo: “esto está pesadito, yo voy a llegar hasta aquí no más, yo le voy a devolver estos documentos al señor González, porque el señor Alfredo González es abogado, abogado de CORFO (sic) por cierto, le voy a devolver esta documentación a Santiago”. Nosotros nos devolvimos más contentos que 8 monos, porque si nos mandan a los militares o a los carabineros para acá, no nos preguntan ni cómo nos llamamos. Y bueno, se dejó pasar como un año cuando de repente nos presentan un juicio criminal, y en ese tiempo era diputado el señor Renato Lerman…y después yo supe que habían ido a Santiago, pero se encontró perdido este caballero Alfredo González, y les entregó la documentación para que la agilizaran en tribunales, y nos presentaron un juicio con los mismos argumentos, de que les habíamos usurpado la tierra, ese juicio duró 4 años. Incluso en tribunal de Lebu, a nosotros nos abandonó, porque como era un juicio criminal, nosotros no tuvimos derecho a un abogado, solamente a las declaraciones; hicieron llegar a funcionarios de la DASIN de esos años, de la CORA, a declarar, para ver si habían sido efectivas esas declaraciones que dábamos nosotros…juntando argumentos el tribunal, y así se alargó el juicio. Y al final, en resumidas cuentas, el tribunal nos dijo a nosotros que éramos culpables de la situación, estuvimos a punto de ir a la cárcel. Nos hacen llamar un día, el secretario no lee la resolución, y: “ustedes son culpables, ¿acaso va a apelar o no?”, nosotros íbamos a apelar eso no podía ser así, pero a nosotros nos dejaron antes poner un abogado. Y ahí nos defendió la causa el señor Ramón Domínguez, el mismo que había defendido a los Melita allá abajo con la pelea con los González, cuando les dieron muerte allá, así que él tenía antecedentes sobre estos asuntos; ahí nos acompañó el Melita Pascual, pero en ese tiempo él no se podía meter mucho en esas cosas…, pero nos acompañó totalmente. Al final este juicio quedó inconcluso, porque no tenían nada, no tenían testigos de que nosotros éramos así, porque habían dicho que nosotros apaleamos a la gente, andábamos con armas. Incluso había gente en ese tiempo durmiendo acá, porque la misma hijuela que tocamos nosotros acá, tenía una persona que le cuidaba los animales al señor González, y esa persona quedó durmiendo ahí, con nosotros, con su señora, porque el hombre dijo: “yo me quedo trabando aquí…lo que ustedes quieran”, y los otros habían salido a su voluntad. Así que estas tierras se lucharon hasta el último…no fue fácil, se gastó… (Lito Fierro, enero 2007) Para 1977, el registro de propiedad de la notaría de Lebu señala el otorgamiento por parte del Fisco, de la concesión definitiva de título de dominio a Felicinda Bustos de Melita esposa de Ricardo Melita Pereira, hermano de Pascual-; inscripción que se venía gestionando junto con los demás títulos reconocidos en la década del 60´333. 333 Archivos Notaria de Lebu, 27 de julio de 1977. Por Decreto Supremo del Ministerio de Tierras, Colonización 1.275, de 20 de octubre de 1969, reducido a escritura pública, a la que compareció don Elucindo Ramírez Vera, abogado, domiciliado en Temuco, en su calidad de abogado del Instituto de Desarrollo Indígena y en representación del Fisco, se concedió a doña Felicinda Bustos Novoa, viuda de Melita, agricultora, domiciliada en Tres Pinos, fundo Cuyinco Bajo, título definitivo de dominio 140 El periodo de la dictadura, especialmente en el plano territorial y económico, fue experimentado duramente por la familia Melita: Imagínese cuando pasó el Golpe, más asustado que ninguna cosa, así de la forma que nos denunciaron a nosotros, nos ayudó el de arriba no más, y nunca anduvimos con mentiras, sino que se luchó, y los funcionarios fueron los actores, fueron días difíciles, y no se podía avanzar aquí, porque uno no sabía si se iba a perder o ganar, si se iba a plantar se podía perder todo, entonces estuvimos siempre estancados, trabajando justo lo necesario, no se podía 334 programar uno. (Lito Fierro, enero 2007) Pero sin duda las detenciones en la cárcel, los atropellos, las incertidumbres y las torturas hacia Pascual Melita, fueron la parte más terrible. Vino el golpe militar y al primero que lo tomaron preso fue a él… y bueno, fue torturado… y todo lo que le ocurre a un preso político; primero exonerado de su trabajo, y segundo torturado, tanto sicológicamente como físicamente. Pero yo creo que lo que a él le dolía más era la tortura sicológica, esto del desprecio de las autoridades del momento (Lautaro Melita, 335 2006) . Como estrategia de protección, momentáneamente librado de la opresión carcelaria, Pascual Melita junto a su esposa Gloria Vinett, se ausentan por extensos periodos de las tierras de Cuyinco; Lautaro y Gloria, los hijos mayores, se harán cargo de la familia, incluso Paola llegará a creer que son sus padres. El profundo relato de Gloria Vinett, permite aproximarnos a esa aterradora y dura etapa: “Estuvo en la Quiriquina, salió hoy, y mañana matan a sus compañeros. Esos niños habían sido compañeros en la universidad, y después siempre amigos; uno era gerente de la Carbonera Carrillo de Lota, y el otro también era de Lota. Dormían juntos ellos en la Quiriquina, conversaban, en fin… él se viene hoy, y en la mañana los matan… eso lo marcó mucho. Y desde entonces no salió de la casa. Pasó un mes, y le dijeron que tenía que ir a firmar, tarde y mañana, eso era peor que estar preso, porque lo dejaban a veces todo el día ahí, hasta la tarde. Después ya venían a tomarlo de nuevo y lo llevaron a la 4ª Comisaría de Concepción…era el terror la 4ª, ahí nadie salía vivo. Después de mucho tiempo estar ahí, lo llevaron al estadio…era tan doloroso, porque nosotros ayudábamos tanto cuando éramos estudiantes para que se hiciera ese estadio, todos los chiquillos de la universidad pidiéndole un peso a la gente para juntar, había una alcaldesa doña Ester Roa de Pablo, que dijo que si no pedíamos la solidaridad del pueblo esto no iba a salir; y se llenaron las calles pidiendo 100 pesos por casa. Le ayudamos a la alcaldesa a hacer ese estadio, y después sirvió para torturar y matar. Era una cosa terrible, yo tengo un libro escrito sobre eso, pero me faltan muchas cosas. Pascual tenía su cumpleaños el día de Pascua, además nosotros nos casamos un 24 de Diciembre, entonces yo ese año, mandé a hacer una torta grande para que alcanzara para los demás, y se la llevé. Y uno de los tipos que los cuidaban, le dice: ‘Melita, a recibir tu regalo de sobre 4 lotes fiscales ubicados en Tres Pinos, con una superficie total de 150, 40 hectáreas, quedando sujeta a todas las limitaciones y prohibiciones señaladas en la Ley N° 14.511, gozando de todos los beneficios y derechos de la misma. 334 Entrevista por Rolf Foerster. 335 Entrevista por Claudia Chamorro. 141 Pascua’. Y cuando lo va a buscar, el tipo le manda una patada, y la torta se desparrama por todas partes. Pascual volvió a su celda y no lo recogió, y los otros compañeros fueron con sus platos y recogieron lo que pudieron, pero todo quedó en pedazo… igual se sirvieron dice… pero que indignación y que cosa más terrible pasar por esas cosas. Nosotros le llevábamos asados grandes para que los repartiera, pero de ahí les llevaban la mitad de un limón y un par de huesos comidos, y un pedacito de carne. ¡Y así tanta cosa! Si es mejor no recordar, porque si no es enfermarse. En el estadio estuvo mucho tiempo, después llevaron gente para el norte. Todas le veces me decían a mí: ‘la otra semana se va para tal parte, tráigale tal ropa’. Y yo llegaba cargada con la ropa que necesitaba, y no se iba Melita. No lo podía ver, porque a los que se quedaban los tenían incomunicados. La otra semana también que se iba, siempre tenía viaje, pero nunca lo llevaron a ninguna parte, siempre se quedó en el estadio. Del estadio pasaron a la cárcel, y fíjense que fue más liviana la cosa; uno podía llevarle y él salir a la ventanilla, y verlo, y no los trataban mal; igual sacaban a uno y les sacaban la mugre, pero por lo menos a Pascual no le pasó. Después de tanto tiempo, me dicen: ‘Señora su marido se va a ir en libertad, pero tiene que ser igual como que no hubiese estado aquí… no ha pasado nada, no lleva carga, por lo tanto no ha estado nunca preso, ustedes tienen que olvidar esto’. Yo me hubiese lanzado sobre ese y estrangulado, y yo le dije: “estos 4 años quién nos paga a nosotros de todo lo que nos han hecho’. A Pascual lo tomaron preso el 18 de Septiembre del 73´, no lo tomaron el 11, porque Pascual era jefe de CORA, pero estaba enfermo del hígado y estaba con licencia, no estaba trabajando y por tanto no lo tomaron ese día, y tampoco fueron a la casa a decir nada… y como era jefe de CORA y para el 18 tenían que darle una fiesta a los niños de los empleados, entonces dijo: ‘voy a ir, para ver como está esto’… y ese fue su error, allá en CORA lo tomaron, lo trajeron a la casa y ahí se hizo la transacción con el teniente de Los Álamos. El 18 lo llevan a Lebu, de Lebu a la Quiriquina, de ahí a su casa, llegó en Noviembre… llevaba un mes en la casa y era la licenciatura de los Cuartos Medios donde estaba Chatito, entonces fue él a la licenciatura del niño, y ese día lo esperaban en la casa para llevarlo, en la noche lo tomaron. No sé cual era la intención… esa vez lo llevaron a Contulmo, de Contulmo a la 4ª, de la 4ª al estadio, del estadio a la cárcel. Estos eran intervalos largos, donde menos estuvo fue en la 4ª, habrán sido dos meses. Cuando salió de la cárcel inmediatamente lo vinieron a tomar, pero yo le seguí hasta Concepción y lo tenían en la 3ª, y uno que había venido a la casa a investigar, me dice: ‘Señora, no se preocupe, Pascual se va hoy, a si que espérelo’. Pero igual cuando me lo entregaron sin cordones, sin cinturón, sin nada sujetándose sus pantalones. ‘Ahora váyase tranquilo, ya no va a pasar nada’, y recién llegamos a la casa y lo vinieron a citar para decirle que tenía que ir a firmar todos los días de nuevo… esto era un locura, algo que ya no se podía soportar. Dentro de todo esto, que va y que viene, o puede trabajar y no puede hacer nada para ayudar a su casa, eso no le importó a ellos… se las arreglan como pueden. Tomarlo, llevarlo, volverlo, llevarlo, o sea, una cosa sin nombre. Después tenía que firmar mañana y tarde, y a veces se quedaba todo el día” (Gloria Vinett, 336 sept. 2006) . Adolfo Melita, otro de los hijos varones de Pascual y Gloria, expresa concretamente cómo la represión militar contra su padre, ha impactado hasta hoy a sus descendientes: “De hecho tengo recuerdos marcados, una de ellas, fue que mi papi, una vez que estuvo detenido tenía que ir a firmar todos los días aquí a Antihuala, y ahí había un sargento, un carabinero, Sierra, y el hombre después que firmaba, le mandaba una patada en el poto, lo echaba para fuera, así no más. Nosotros íbamos a caballo, y yo veía eso. Esas son cosas durísimas que uno tuvo que pasar. Me acuerdo una vez que estábamos todos en la casa, en una pieza que teníamos, y llegó un jeep de milicos, y estábamos viendo televisión, éramos niños, y vimos que había un milico en 336 Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro. 142 ese pasillo, en esa parte de ahí, por afuera, por acá, y estaban buscando a mi papá como a un vulgar asesino. Entonces los demás, tuvieron la visión de dejar a los más niños aquí, y los más grandes hacerse cargo de la situación que estaba afuera. Ese era un momento en que era más peligroso, después crecimos, éramos más grandes, nos preparamos y esas situaciones se combatían de otra forma, que era distinta, a través de otras situaciones, no estábamos dispuestos a tolerar cualquier situación, y en plena dictadura. Y enfrentábamos a milicos y pacos. De hecho mi padre tuvo que irse muchas veces de aquí, porque imagínese a ir firmar todos los días aquí, mañana y tarde, por lo que se fue a Concepción, a un lugar, y no fue más: se 337 empezó a rebelar desde ese momento” (Adolfo Melita V. sept., 2006) . Gloria Jazmín del Carmen, la hija mayor, relata cómo la trayectoria vital de sus padres está marcada por la Dictadura y al mismo tiempo por valores de lucha y perseverancia, Yo estaba interna en ese tiempo en el Liceo de Niñas de Concepción y se fue conmigo para estar más tranquilo, porque había gente todavía inventando tonteras de las armas que jamás existieron. Se quedó conmigo y él cocinaba todos los días cosas ricas. Mi mami estaba enferma en ese tiempo en el hospital, coincidió con ese tiempo. En el Golpe Militar tuvimos muchos por problemas, porque a mi papá por ser comunista lo persiguieron, lo torturaron, estuvieron a punto de fusilarlo, y después cuando se estaba recobrando, mi mami se enfermó grave, tuvo un cáncer, estuvo a punto de morir, el que esté viva es un milagro. Yo como la hermana mayor de las mujeres, -generalmente las mujeres vivimos estas cosas más de cerca que los hombres-… yo hablé con el doctor y me dice lo que tiene mi mamá, y después la que tengo que ir a ver yo… fue tan doloroso eso, pero yo tenía que ir con una cara feliz a alentarla… ella no sabía lo que tenía. Yo ese día maduré de un viaje. Ella estaba complicada, pero ella siempre fue luchadora… a raíz de lo mismo una vez llegó desangrada al hospital y el doctor no podía entender como estaba rosadita todavía. Siempre luchó, por eso gracias a Dios está con nosotros. Maribel era una niñita. Tenemos buenos ejemplos de los viejos. Mi mamá nos dio el ejemplo de luchar y mi papi también. Me acuerdo una vez que llegaron los boinas negras y lo sacaron de la casa, en toque de queda. Mi mami se paseó, no se acostó en toda la noche, terminó el toque de queda a las 8, y partimos a Antihuala, a Contulmo… yo creo que hubo solidaridad porque siempre hubo gente que nos daba algún dato, de hecho lo encontramos en Contulmo, ya lo habían apaleado, qué no le habían hecho, pero mi mami nunca perdió el rastro de mi papi. Incluso ella fue hasta la isla Quiriquina a verlo, yo creo que eso poca gente lo hacía, y por eso no lo mataron porque ella siempre estuvo ahí, y luchaba contra todos, pero tenía que verlo que estaba vivo. La lucha interna que los dos tuvieron siempre, ojalá nosotros la heredemos, porque yo creo que pocas personas la tienen. Mucha gente que estaba con mi papá detenido, en el estadio, en la isla o en la cárcel, se volvía loca, porque era tanta la desesperación que ellos tenían…mi papá escribía o hacía cositas de manualidades. Compartió con la gente, porque siempre siguió apoyado por la familia; le llevábamos comida, sacos, y las compartía con todos al final, porque a mucha gente nadie la iba a ver, porque sus familiares ni siquiera sabían dónde estaban. Y el siempre les daba una palabra de aliento, un chiste, tonteras, y dormía. Buscar cómo sobrevivir, y sobrevivió.” (Gloria Melita V., sept., 2006). Posteriormente, en la lucha contra la dictadura, la familia Melita Vinett tendrá una activa participación por promover en la zona la remoción de Pinochet y la vuelta a la democracia. 337 Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro. 143 …se trabajó clandestinamente, porque si no es por ese trabajo arduo que se hizo, todavía estaríamos en eso. La gente tenía tanto miedo. Para el plebiscito, tanto que se especulaba que si uno votaba que NO, lo iban a llevar preso y a torturar como antes…. Se ganó, porque nosotros fuimos casa por casa, por todo Chile, haciendo grupos y concientizando, para decirle a la gente que esto no podía ser eterno, y lo que tenía que hacerse. Y esa fue la ganada de la mal llamada democracia. Y ese es un trabajo anónimo, un trabajo tan casero, de tanta gente que participó y de la que nunca se va a saber nada. A la que nunca se le va a agradecer bastante lo que hizo…Como la gente que trabajó en el asunto de Pangal también…Lo mismo pasó en el cómo se pudo ganar la…elección con Allende… Pero son cosas que no están escritas y que nunca se van a saber; tanto héroe anónimo de 338 estos trabajos (Gloria Vinnet, septiembre 2006) Adolfo Melita profundiza en las actividades clandestinas: …el trabajo que hizo mi papá con la (vicaría de la) solidaridad que había con la iglesia. Él fue parte de eso, y eso fue como la pantalla que hubo, porque el trabajo que hizo aquí dentro de la comuna que fue grandísimo, fue un trabajo totalmente clandestino y con varios participantes, no solo el Partido Comunista, sino que con las Juventudes Comunistas, estaban los Lautaristas, incluso parte del Frente Patriótico Manuel Rodríguez estaba aquí, trabajando en ese momento en esta situación. Y el partícipe de eso era justamente mi papá. Venían de esa parte de la iglesia, pero ya venía otro trabajo anterior, entonces eso fue un poco como salir a la luz, como lo más público, pero siempre hubo aquí un movimiento grande, que incluso llegó hasta las dunas de Pangue, de Antihuala hasta abajo. Es más, en una oportunidad andábamos con un cuñado nuestro que trabaja en la municipalidad y andábamos con mi papá para un acto clandestino que se iba a hacer en Antihuala, y teníamos que comunicarle a la gente. Entonces mi papá pescó un megáfono y se subió a un cerro de la población O´Higgins y se puso a avisarle a la gente de la situación. Llegó carabineros y todo, pero en ese momento, nos mandaron pa la casa, pero antes era 339 peor, porque golpeaban no más. (Adolfo Melita, septiembre 2006) En relación al plebiscito, Gloria hija expresa: “Pasando los años, y la esperanza del plebiscito, la gente no hablaba mucho, pero el hecho de verlo [a Pascual] en la esquina era una esperanza. No había palabras, solo gestos, miradas, de que tenemos que seguir adelante. El hecho de tenerlo vivo era esperanza de seguir luchando. De hecho, cuando se ganó el plebiscito toda la gente se agolpó en Tres Pinos en nuestra casa, a gritar, como que mi papá hubiera ganado, fue súper emocionante eso: Melita amigo, el pueblo está contigo. La gente se congregó en la casa, para la gente era una ganada de Rou, como le decíamos nosotros. Pero para todos los chilenos fue emocionante ese día” (Gloria Melita V., sept. 2006). A modo general, desde 1973, con la dictadura de Pinochet se frenó y condenó por años la actividad política dentro y fuera del movimiento mapuche. Específicamente, el pueblo mapuche además se vio perjudicado no solo por la paralización sino también por el retroceso del proceso de Reforma Agraria, y por la prohibición a desarrollar algunas de sus prácticas culturales; asimismo –y como vimos para el caso de Pascual Melita-, fueron reprimidos 338 339 Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro. Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro. 144 aquellos sujetos, sujetas y dirigentes, vinculados a procesos de tomas de tierra y a los partidos políticos de izquierda. La oposición de ciertos sectores de la sociedad mapuche a la dictadura militar a fines de los años 70´, da inicio a lo que Claudia Zapata (2006) define como la etapa más actual del movimiento, fijando como hito la promulgación de un decreto catalogado de etnocida por las organizaciones del momento, que niega la existencia de población indígena en Chile (D.L. 2.568) el año 1978. A partir de esto, progresivamente se reestablece la dinámica política al interior del pueblo mapuche, advirtiéndose que sus demandas dejan de restringirse al ámbito reduccional y/o comunitario para posicionarse en una esfera de mayor amplitud. 4.13. LA DÉCADA DEL 90´: MUNICIPIO, RECONOCIMIENTO TERRITORIAL PARCIAL Y REETNIFICACIÓN. En democracia se inicia a nivel estatal un proceso de trabajo en torno a la temática indígena que culminó con la aprobación de una nueva ley el año 1993, que entre otros aspectos, estableció una Corporación de Desarrollo Indígena (CONADI) con énfasis en la problemática del reconocimiento territorial. Al mismo tiempo, al término de la dictadura, el liderazgo de Pascual en la comuna continúa viéndose reflejado: participa como candidato a alcalde tanto en 1992 como en 1996, sacando en ambas elecciones la primera mayoría individual, mas no logrando el triunfo como representante de la lista de izquierda –persistiendo como militante del Partido Comunista-, al verse perjudicado por el sistema binominal; de ahí que asuma como concejal en ambas oportunidades. Cuadro 9: PRINCIPALES MAYORÍAS ELECCIÓN MUNICIPAL. LOS ÁLAMOS 1996. LISTA C: La Izquierda F: Concertación F: Concertación F: Concertación F: Concertación NOMBRE Pascual Melita Pereira Feizal Azat Gazale Manuel Monsalve Benavides José Aladín Fernández Gabriel González Lozano PARTIDO PC PPD PS PDC PRSD 340 PORCENTAJE 21,5% 19,6% 16,1% 12,9% 7,6% Mientras tanto, el proceso de constitución de propiedad del tronco Melita Recabarren se encontraba a medio camino con respecto a sus reivindicaciones: el tema no se consumaba, adquiriendo un nuevo curso en relación al contexto. Efectivamente los Melita se encontraban radicados en el área de Tres Pinos, no obstante, parte fundamental de sus terrenos al interior del fundo Cuyinco Bajo no ostentaban el reconocimiento legal. Este escenario, era bastante similar al de los años 60´ consecuencia del emblemático juicio de 1958, en el que 340 Fuente www.sinim.cl. 145 sus tierras radicadas alcanzaban un total de 849,75 hectáreas entre las ramas Melita Pereira, Melita Riquelme, Melita Olivarí y Melita Bustos. Pese a lo anterior, aproximadamente para mil hectáreas que constituían parte de su posesión, no contaban con títulos de dominio. El año 1993, la sucesión Melita Pereira –que incluía al concejal Pascual Melita-, y otros, a través de una carta enviada al Presidente de la República Patricio Aylwin, exponen su problemático trayecto de constitución de propiedad y la situación actual de reconocimiento legal: los títulos definitivos aún no se hacían efectivos, pese al sinnúmero de gestiones efectuadas desde fines del 1980. Tres Pinos, febrero 20, de 1993 Excelentísimo Señor Presidente de la República de Chile Don Patricio Aylwin Azócar Presente Excelentísimo Señor Presidente: Queremos señalarle que nos es muy grato poder dirigirnos a usted. Primero que nada para hacerle llegar un afectuoso saludo de nuestra comunidad, y como segundo punto, exponerle una situación muy particular, la cual después de diversas gestiones y extensos trámites en diferentes oficinas públicas, nos hemos visto en la obligación de apelar a su sensibilidad y a la buena predisposición de su equipo de gobierno para acoger estos casos que se vienen arrastrando desde hace años. I.- Somos un grupo de campesinos que habitamos en el fundo Cuyinco Bajo, ubicado en la localidad de Tres Pinos, comuna de Los Álamos, provincia de Arauco, Octava Región. Este grupo está compuesto por pequeñas familias de agricultores, cuya fuente de trabajo y sustento depende de la escasa productividad del campo y el trabajo desarrollado por sus habitantes. Este predio lo ocupamos por más de cien años y del cual le podemos señalar: A.- Desde hace 20 años aproximadamente, (año 1970), se iniciaron los trámites ante el gobierno de turno, para la entrega de los títulos de dominio de estos terrenos; para este propósito se dividió en pequeñas hijuelas y fue asignado a los herederos de esta comunidad indígena. B.- Para efectuar los trámites administrativos y proceder a la entrega de los títulos de dominio a los habitantes de estos predios, se dividieron en dos grupos; uno que sería tramitado por el ministerio de Agricultura, a través de INDAP, Departamento de Asuntos Indígenas, cuyos títulos fueron entregados hace ya quince años aproximadamente, no existiendo problemas de ningún tipo; y el resto de los títulos sería saneado por el ministerio de Bienes Nacionales, siendo estos los que aún permanecen pendientes, no existiendo ningún avance ni una resolución concreta al respecto, a pesar de las innumerables gestiones realizadas. Lo anterior consta en el expediente 37.775, actualmente en la Oficina de Bienes Nacionales de Concepción. C.- Dentro de las innumerables gestiones por tratar de lograr una solución, o que alguna autoridad tome alguna determinación y nos indique qué trámites tenemos que realizar, le podemos señalar algunos de los últimos: 1.- El año 1989, mediante providencia N°3193, el ministerio de Bienes Nacionales (Santiago) envió el expediente N°37.775 al señor SEREMI de Bienes Nacionales de Concepción, conteniendo además la Solicitud de Traspaso” de los predios del fundo Cuyinco Bajo y sus antecedentes a INDAP; sin que a la fecha se haya materializado esta disposición. 2.- El 28 agosto de 1989, mediante el oficio ordinario N°438, el señor ministro de Agricultura, solicita al señor ministro de Bienes Nacionales el traspaso de dicho predio a INDAP, para que éste organismo diera una solución rápida y definitiva a esta comunidad campesina. 3.- Por oficio ordinario N°470, del 30 agosto de 1991, INDAP envía los antecedentes del fundo Cuyinco Bajo al diputado señor Jaime Rocha Manríquez, a petición de este señor diputado para su análisis y estudio. 4.- El 6 de agosto de 1991, mediante oficio ordinario N°433, INDAP envía los antecedentes del fundo Cuyinco Bajo al señor SEREMI de Agricultura de Concepción, y le solicita gestionar el traspaso de estos terrenos y sus antecedentes; sin respuesta a la fecha. 5.- Por Memorandu N°390 del 13 de agosto de 1991 de INDAP Temuco al señor director nacional de INDAP, se da respuesta a una consulta del senador señor Arturo Frei Bolívar sobre esta misma materia. En este Memo se adjunta además el oficio 977 del 26 de agosto de 1991, del señor ministro de Agricultura, al señor ministro de Bienes Nacionales, mediante el cual se reitera la necesidad de traspasar el fundo Cuyinco Bajo y 146 sus antecedentes a INDAP. se da respuesta a una consulta del senador señor Arturo Frei Bolívar sobre esta misma materia. En este Memo se adjunta además el oficio 977 del 26 de agosto de 1991, del señor ministro de Agricultura, al señor ministro de Bienes Nacionales, mediante el cual se reitera la necesidad de traspasar el fundo Cuyinco Bajo y sus antecedentes a INDAP. 6.- En el mes de febrero de 1991, en mayo de 1992, según consta en cartas cuyas copias están en nuestro poder, y ante la imposibilidad de concretar una entrevista con el señor ministro de Bienes Nacionales, le dejamos una carta en sus oficinas (Santiago) haciéndole presentes nuestras inquietudes y solicitándole el traspaso del fundo a INDAP o gestionar otra solución a nuestra situación; pero que aún no se ha podido materializar. 7.- Ante la negativa de Bienes Nacionales, que no logramos comprender, de traspasar este predio y sus antecedentes al ministerio de Agricultura, INDAP; Bienes Nacionales de Concepción inició las gestiones para la entrega de los Títulos de Dominio en el mes de junio de 1992, para lo cual inscribió los terrenos a su nombre en el Conservador de Bienes Raíces de Concepción. Este hecho no se habría podido materializar porque existiría un señor Manuel Fren Casanova, que después de cien años reclamaría derechos sobre partes de estos terrenos. Hechas las consultas en Bienes Nacionales de Concepción, se nos ha indicado que si este señor no desiste, no se demuestra su error o que está equivocado; (sic) el saneamiento de nuestros terrenos se puede prologar por quizás cuántos años más. II.- Excelentísimo Señor Presidente, consecuente con lo anteriormente expuesto y viendo agotadas tantas tentativas por lograr una solución para nuestra situación, es que hemos recurrida a la sensibilidad de S.E. y su Grupo de Trabajo, para solicitarle interceda en soluciones, como por ejemplo: A.- Que Bienes Nacionales le de una solución definitiva a este caso, el cual después de tantos años de trámites, aún permanece sin ningún avance, y estancado ahora por una situación que no tiene ni un antecedente concreto que lo justifique. B.- Traspasar de inmediato el fundo Cuyinco Bajo al ministerio de Agricultura, INDAP, Departamento de Asuntos Indígenas, para que proceda a la entrega de los Títulos de Dominio. Debemos hacer presente a su S.E. que INDAP ya efectuó las mediciones del terreno, elaboró los planos y existen diversas gestiones adelantadas; faltando solamente el traspaso antes solicitado. C.- Concedernos una entrevista con usted Excelentísimo Señor Presidente, para exponerle en detalle nuestra situación, aunque la totalidad de los antecedentes se encuentran en las oficinas de Bienes Nacionales en Concepción. Desde ya le hacemos presente que sería de sumo agrado para nosotros, si S.E. nos puede recibir durante su visita a la Octava Región el próximo mes de marzo del presente año. III.- Excelentísimo Señor Presidente, queremos hacerle presente que nuestra actitud ha sido y será leal virtuosa, y no nos inspira otra convicción que la de lograr, después de tantos años, una solución para nuestro problema. Con esos mismos principios y conceptos es que hemos recurrido a S.E. en busca de una comprensión y poder de resolución; nadie es perjudicado con lo solicitado o con la solución de nuestro problema, sólo queremos legarle a nuestros hijos que habitan en esto terrenos, una fuente de sustento saneada y sin problemas; aunque el terreno no es de buena calidad, pero con esfuerzo y perseverancia puedan ganarse la vida. Además que un terreno saneado nos permitiría optar a subsidios y créditos agrícolas, que elevarían el nivel de vida de mucha gente necesitada en este sector. IV.- Convencidos de que la presente tendrá una buena acogida de su parte, no nos resta más que agradecerle su atención y desearle éxito en su gestión. Atentamente a S.E. Sucesión Melita Pereira y Otros Fundo Cuyinco Bajo Tres Pinos Provincia de Arauco Distribución: 1.- Excelentísimo Señor Presidente de la República 2.- Ministerio de Bienes Nacionales 3.- Sr. SEREMI de Bienes Nacionales-Concepción 4.- Sucesión Melita Pereira y Otros (Archivo). En forma paralela a la trama territorial, sobresale que la Sucesión Melita Pereira y Otros, se adscriben como “grupo de campesinos en el fundo Cuyinco Bajo… compuesto por pequeñas familias de agricultores”. Posteriormente aluden a la categoría indígena, al reseñar una entrega de títulos “a los herederos de esta comunidad indígena”. Esta última aseveración 147 resulta un tanto ambigua, sumada al hecho que el texto no refiere concretamente a lo mapuche, sino a un escenario previo a ley indígena de 1993 que fomentaba el sumergimiento de una parte importante del pueblo mapuche en la invisibilidad. Lo anterior, encamina a preguntarse si la familia Melita se reaproxima a su identidad étnica al momento de constituirse como comunidad, ya que si bien hoy se enuncian desde -y como parte de- lo mapuche, al parecer lo suyo resulta de un proceso de reetnificación -partir del surgimiento “funcional” de comunidades indígenas en Cuyinco, al alero de CONADI-. Extensivamente al respecto, Bengoa (2000) habla de un fenómeno latinoamericano de emergencia indígena que se compone -en parte- de identidades culturales reinventadas, donde lo que hay a nivel general es: un nuevo discurso étnico, una reinvención de la cuestión indígena en diálogo con otras identidades, una rearticulación y una recreación del pasado, en tensión con la actual modernidad. Volviendo al comunicado, específicamente, también vale la pena destacar, la continuidad de la problemática Melita/Quintriqueo, personificada con la aparición de Manuel Fren Casanova, quien “después de cien años reclamaría derechos sobre” parte de los terrenos de Cuyinco demandados por los Melita. Recordemos que la familia Fren341, es descendiente directa de los Quintriqueo y las Mariqueo; de ahí que estemos en presencia de un conflicto de más de un siglo entre estas familias. Si bien en la década de los 90´, la figura de Manuel Fren pondrá en jaque el reconocimiento de la parte de las tierras Melita aún no legalizadas, su reivindicación hoy atañe exclusivamente las tierras de Cuyinco Alto; espacio no demandado formalmente por la familia Melita342. 341 P ertenecientes a la comunidad Pablo Quintriqueo Huenumán, domiciliados cerca del fundo Cuyinco, y que reivindican hoy las tierras de Cuyinco Alto. 342 La rama Melita Vinett, es decir, la conformada por los descendientes de Pascual Melita Pereira y Gloria Vinnet-, no dudan que de poseer los recursos económicos, establecerían con éxito los juicios respectivos. Al respecto, Gloria Vinnet, en entrevista realizada por Foerster (enero 2007): …fue una venta ilegítima, casi nunca a los mapuche le han pagado sus tierras, siempre se las pagaron por un chuico de vino, cosas así no más, si son ilegales. Lo tremendo es que después el Estado se haga cargo de la cosas y no considere a los verdaderos dueños de la tierra de Chile. Claro que no nos pueden entregar Santiago, porque también era nuestro, también sería erróneo ir a pelear Santiago, pero yo creo que la cordillera si se puede pelear, porque si tomamos en cuenta todo Chile era de los mapuches, de la gente de la tierra. Hay cosas irrecuperables; son las ciudades, los caminos…pero las montañas sí pueden ser recuperables, pero para eso se requiere una lucha muy grande, con gente nuestra, que no haya que pagar abogado. 148 CAPÍTULO V SIGLO XXI 5.1. CONADI, EL RECONOCIMIENTO DEFINITIVO DIFERENCIADO Y LA ACTIVIDAD FORESTAL. Finalmente la familia Melita lograra regularizar los terrenos pendientes. El asunto y particularmente el predio fiscal Cuyinco Bajo de aproximadamente mil hectáreas343 fue derivado por Bienes Nacionales a CONADI. En el año 2002 -según acta de la Asamblea General Extraordinaria del 10 de mayo del 2002, de la comunidad indígena “Melita Recabarren”,344 presidida por José Fierro Salgado y con la presencia del Consejero Nacional de la CONADI Miguel Liguempi Huilita, la encargada de la ULTA Lucinda Curihuentru Llancaleo y del abogado Pablo Molina Cheuquean (en calidad de Ministro de Fe)-, se llevó a cabo la “adjudicación en dominio a los comuneros de las comunidades beneficiadas del Programa Traspaso de Predios Fiscales Fundo Cuyinco Bajo”345. De este modo, si bien la familia Melita alcanzó finalmente los títulos de propiedad, estos no fueron traspasados considerándose el fundo Melita como totalidad. Por el contrario, las diversas ramas Melita que habitan Cuyinco hasta hoy, optaron por una adjudicación fragmentada. Como consecuencia, la familia Melita obtuvo cuarenta y cuatro nuevos títulos de dominio; los que admiten destacadas particularidades legales. Así, la asamblea extraordinaria de mayo de 2002 deja constancia, de la “aceptación y adjudicación en dominio por parte de la Corporación de Desarrollo Indígena…a la comunidad indígena ‘Melita Recabarren”346; sin duda la rama más excluida familiarmente, y más postergada a nivel territorial y material. Y es a través de otra asamblea, que en julio del mismo año, se procede a la aceptación y adjudicación de la comunidad indígena “Pedro Melita”, presidida por 343 El proceso: 1994. Nº 1530. 19 de diciembre. Por sentencia judicial sobre Oposición Bien Raíz, se ha ordenado inscribir a nombre del Fisco 3 lotes terrenos. 2000, 9 de noviembre. Se dispuso por parte del Fisco la transferencia gratuita a favor de la CONADI, del inmueble fiscal de 3 lotes de terreno (los mismos de la escritura anterior), situados en el sector denominado Cuyinco Bajo – Tres Pinos. 2003. Lebu, 22 de Agosto. Se transfieren los 3 lotes de terreno (de la escritura anterior) a la familia Melita, se dan 24 títulos. 344 La comunidad se constituyó en el año 1966 (Registro de Comunidades Indígenas de la CONADI, Octava Región del Bío Bío, fojas 67, N°66). 345 La adjudicación se hizo atendiendo el “criterio de posesión material de los inmuebles objeto de transferencia y, por otra, los comuneros toman conocimiento de este criterio de adjudicación y aceptan en dominio los lotes que, con superficie y deslindes particulares, más adelante se individualizan” Foerster, Chamorro (2007) 346 En Mayúscula y Negrita en el original. La comunidad “Melita Recabarren” estaba compuesta, a mayo del 2002, por José Fierro Salgado (su presidente), Claudia Fierro Melita, Hilda Rivera Alvarez, Aladino Jara Melita, Rolando Melita Riquelme, Patricia Melita Salazar, Marta Melita Sáez, Celia Sáez Pardo, Manuel Melita Sáez, Alda Melita Riquelme, Francisco Melita Riquelme, José Melita Barraza, Miriam Fierro Melita, Clara Jara Melita, Luis Jara Melita, Agustín Melita Escobar, Iris González Zúñiga y María Melita Melita. Foerster, Chamorro (2007) 149 Huberto Melita Pereira347. Por consiguiente, lo ocurrido el año 2002, fueron dos procedimientos distintos que significaron -por tanto- la inscripción y la adjudicación en dominio de tierras fiscales de CONADI para dos comunidades Melita diferentes; las que a su vez, vienen precedida de otra anterior: la comunidad “Cuyinco” 348, el año 2000. Está última, junto a la comunidad “Pedro Melita”, son resultado de un proceso de división de un primer momento unificado. A. Fundo Cuyinco Bajo, 917,70 hás. Sitio 1 Sitio Sitio Sitio Sitio Sitio Sitio Sitio Sitio Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Hijuela Sitio 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 0,92 hás 1,72 1,93 0,52 0,50 2,76 2,64 2,26 0,61 49,22 23,00 7,50 14,00 11,00 63,00 18,00 14,00 4,52 33,00 14,00 9,50 39,00 14,00 14,00 81,00 28,00 96,50 77,50 51,50 2,00 55,00 42,42 44,75 7,50 26,25 1,00 7,00 13,50 11,50 19,08 0,51 ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” ” Huberto Melita Pereira Suc. Pedro Pascual Melita Pereira Suc. Joel Melita Pereira Ana Herta Melita Pereira Ingrid Maribel Melita Vinett Ana Herta Melita Pereira Huberto melita Pereira Suc. Joel Melita Pereira Demófilo Melita Valenzuela Lautaro Huberto Melita Vinett Alejandro Melita Mardones Iris del Carmen González Zúñiga Suc. Joel Melita Pereira (Lote A y B) CONADI Huberto Melita Pereira (Lote A y B) CONADI Sucesión Joel Melita Pereira Patricia Melita Salazar Rosa Haydee Melita Bustos (Lote A y B) Suc. Elizabeth Melita Monsálvez Suc. Elizabeth Melita Monsálvez Mireya Melita Bustos (Lote A, B y C) Adolfo Igor Melita Vinett Patricia Melita Salazar Suc. Elizabeth Melita Monsálvez (Lote A y B) Francisco Melita Riquelme Suc. Flavio Melita Barraza (Lote A y B) Suc. Estelvina Melita Barraza (Lote A y B) Hilda Alicia Rivera viuda de Melita (Lote A y B) Aladino Jara Melita Huberto Melita Pereira Suc. Joel Melita Pereira (Lote A y B) José Octavio Melita Barraza (Lote A, B y C) Patricia Melita Salazar (Lote A y B) Rolando Melita Riquelme CONADI Alda Melita Riquelme Mireya Melita Bustos CONADI (Lote A y B) Max Melita Vinett (Lote A y B) Gloria Melita Vinett 347 La comunidad “Pedro Melita” estaba compuesta, a julio 2002, por Huberto Melita Pereira (su presidente), Liliana de las Mercedes Melita Fierro, Pascual Alejandro Melita Vinett, Demófila del Carmen Melita Valenzuela, Heraldo Navarrete Matías, Ana Hertha Melita Pereira, Sandra Aservanda Melita Fierro, Gloria Gazmín del C. Melita Vinett, Adolfo Igor Melita Vinett, Josefina Eulalia Melita Valenzuela, María Angela Valenzuela Pino, Marlene E. Melita Vinett, América de Carmen Melita Vinett, Gloria Vinett Chandía, Pedro Alberto Melita Fierro, Mary Patricia Melita Fierro, Irma Delia Fiero, Jenny Jacqueline Melita Fierro y Alejandro Melita Mardones. Foerster, Chamorro (2007) 348 El 17 de marzo del 2000. 150 B. Fundo Cuyinco Bajo, 4,77 hás. Hijuela Hijuela 1 2 2,00 hás 2,77 ” Pascual Alejandro Melita Vinett Rolando Melita Riquelme C. Fundo Cuyinco Bajo, 58,45 hás. Gloria Jazmín de la Concepción Melita Vinett; América del Carmen Melita Vinett; Ingrid Maribel Melita Vinett; Lilian Marianela Melita Vinett; Marlene Edith Paola Melita Vinett. Si bien la especial distribución territorial diferenciada -admitida por CONADI-, surge desde el interior de las diversas ramas familiares Melita, trajo consigo discrepancias sobre los límites de los terrenos entre los diversos núcleos y al interior de los mismos; existiendo evidentes desventajas hacia las mujeres en la asignación de los terrenos, al menos en la familia Melita Vinnet. En una ceremonia que contó con la presencia de importantes autoridades tanto de gobierno como provinciales, se procedió al reconocimiento oficial de los terrenos y al consecutivo otorgamiento de títulos. José “Lito” Fierro Salgado, Presidente la Comunidad Melita Recabarren, expresó en su discurso: Señor Intendente Octava Región Señor Director Nacional CONADI Señor Director Regional CONADI Señor Gobernador Provincia Arauco Señores Parlamentarios Señores Alcaldes Señores Concejales Señores Directores de Servicios Señores y señoras En primer lugar quiero saludarles en forma muy afectuosa y darle a cada uno de ustedes una cordial bienvenida, en nombre de la comunidad Melita Recabarren, la que me enorgullece representar. El día de hoy es muy importante para todos nosotros. Esta entrega de Títulos de Dominio tiene un gran significado, ya que el camino que tuvimos que recorrer no fue fácil, por muchas razones que no es el caso analizar. Por eso nuestro primer reconocimiento vaya para nuestros antepasados, nuesetros ancestros que tuvieron la visión de solicitar, reclamar y defender con muchas fuerzas estas tierras que por toda una vida nos pertenecieron y que la historia se remonta antes del año 1800, ya que el fundo Cuyinco desde un principio fue de propiedad del indígena españolizado Pablo Quintriqueo Navarro, que murió por los años 1802 o 1806, de cuyas raíces somos originarios. Del matrimonio Quintriqueo con Magdalena Painemal nacieron cuatro hijos que fueron Pablo Lepillán Navarro, José Melita Navarro, José Mariqueo Navarro y Juan Cantricura Navarro. De tal forma que la sentencia del año 1958 del Juzgado de Indios de Temuco no hizo otra cosa que reconocer una vez más que el fundo Cuyinco era de propiedad de la comunidad Melita. Lo que significó posteriormente, en el años 69, en el gobierno de don Eduardo Frei Montalva la entrega de títulos a algunas familias, cuyos troncales eran descendientes de dicha comunidad, quedando pendiente el resto. La tarea no fue fácil, se siguió luchando incansablemente y muchas veces incomprendidos, por eso nuestro reconocimiento al gobierno del extinto presidente de la República de Chile, don Salvador Allende Goznes, ya que a través de la Dirección de Asuntos Indígenas, con asiento en Temuco, dirigida por un hermano mapuche oriundo de nuestra provincia, me refiero a don Javier Huenchullán Sagrista se hicieron todos los esfuerzos posibles para regularizar en ese entonces esas tierras, gestiones que quedaron inconclusas por los motivos de todos ustedes conocidos. Luego con el advenimiento de los gobiernos democráticos de la Concertación reiniciamos nuestros trámites, primero con el ministro de Agricultura, don Juan Agustín Figueroa, luego con Bienes Nacionales, la señora ministra doña Adriana del Piano hasta que estas tierras fueron traspasadas a la CONADI una vez que fue creada esta instancia. En fin sería largo seguir citando las innumerables reuniones que sostuvimos con tantas autoridades por eso nuestro reconocimiento al gobierno de don Patricio Aylwin, de don Eduardo Frei Ruiz Tagle y de don Ricardo Lagos Escobar, actual presidente de nuestra República. Para no ser injustos no 151 podemos dejar de reconocer que también le cupo un papel importante en la historia de nuestra lucha al hermano hoy fallecido en las múltiples gestiones que le tocó realizar al respecto, me refiero a don Pascual Melita Pereira, como también es justo reconocer que a lo largo de este camino hubo muchas personas anónimas que de una u otra forma nos apoyaron, ya sea consiguiendo entrevistas con las autoridades, creada esta instancia. En fin sería largo seguir citando las innumerables reuniones que sostuvimos con tantas autoridades por eso nuestro reconocimiento al gobierno de don Patricio Aylwin, de don Eduardo Frei Ruiz Tagle y de don Ricardo Lagos Escobar, actual presidente de nuestra República. Para no ser injustos no podemos dejar de reconocer que también le cupo un papel importante en la historia de nuestra lucha al hermano hoy fallecido en las múltiples gestiones que le tocó realizar al respecto, me refiero a don Pascual Melita Pereira, como también es justo reconocer que a lo largo de este camino hubo muchas personas anónimas que de una u otra forma nos apoyaron, ya sea consiguiendo entrevistas con las autoridades, redactando notas relacionadas con nuestros problemas, acompañándonos a dichas citas, en fin son muchos estos hombres que también jugaron un rol relevantes en nuestro drama, por eso no puedo dejar de manifestar en la persona de uno de ellos, mi reconocimiento al amigo, al vecino don Gabriel González Lozano. Siempre en forma desinteresada tuvo la buena disposición de ayudarnos y tener las puertas de su oficina cada vez que lo necesitábamos abiertas. A la señora Lucinda Curihuentro de la Unidad local de Tierra y Agua, a los funcionarios de la empresa PERSONAE Ltda.., que se adjudicaron el proyecto pertinente y por último un reconocimiento especial al señor director regional de CONADI, don Rubén Kilapi, quien confió en nosotros, se comprometió con nuestro proyecto, entregó todos sus esfuerzos, conocimientos y capacidades para que lográramos lo que tanto nos había costado, nos trasmitió permanentemente fe y esperanza. Gracias a todos, porque esta ceremonia o este acto sin la ayuda de ustedes, nunca habría sido posible de concretar. Estamos ciertos que hemos logrado nuestro objetivo final, pero al mismo tiempo tenemos que reconocer este gesto solidario y generoso de todos los chilenos representados por el Estado de Chile, nos exige y no compromete a ser cada día más responsables y nuestra obligación es trabajar lo que hoy es nuestra tierra legalmente, con más esfuerzos, con más sacrificios, con más empeño tenemos que producir no tan sólo para el gasto de nuestro grupo familiar sino que tenemos que aportar al consumo de nuestros semejantes, tenemos que ser eficientes en nuestras diferentes labores, ya que con ello estamos contribuyendo al progreso y desarrollo de nuestra comuna, provincia, región y país. Esa es nuestra gran tarea que esperamos no defraudar a nadie. Desde lo más íntimo de mi corazón en nombre de mis representados quiero finalmente expresar que tenemos la convicción que las autoridades no se han equivocado cuando nos hacen entrega de nuestras tierras, estamos seguros que sabremos responder, como también tenemos la certeza que nuestras generaciones sabrán cumplir con su deber y trasmitir nuestros deseos a sus hijos y sus nietas. Por reitero mis agradecimientos a todos los que de una u otra forma nos colaboraron. Muchas gracias. Viva Chile. Si bien los territorios reconocidos por CONADI en el área de Cuyinco son de gran extensión, en la misma zona, actualmente hay una enorme cantidad de terrenos ocupados por empresas forestales349. Desde fines del siglo XX, dichas sociedades, adquieren fuerza como actor problematizador y tensionador en el mundo mapuche, desencadenando nuevas problemáticas. Pese a que concretamente los Melita, no están viviendo un conflicto comparado al experimentado en Cuyinco Alto por la comunidad de los Fren Quintriqueo, las forestales han incentivado con atrayentes ofertas económicas a forestar de forma personal, generándose tensiones ideológicas a nivel interno entre quienes acceden a plantar y entre quienes se niegan. Actualmente, para parte importante de la familia Melita, la tierra no implica el sustento vital, sino que forma parte de una actividad paralela comercial para quienes se desempeñan profesionalmente en ámbitos no agrarios; de ahí que la tierra haya pasado a convertirse en una entrada económica secundaria y complementaria. 349 Dicha extensión es apreciable en las Ortofotos correspondientes al área, Base Cartográfica, CIREN. 152 “…Pino y eucaliptos…yo ya tengo un bosquecito, bueno ya para unos años más. No es 350 mucho son como catorce hectáreas” (Huberto) . Particularmente Lautaro Melita, destaca con fervor la importancia de la tierra para él como mapuche y al mismo tiempo -dada la importancia económica que significa hoy la expansión forestal-, sustituyó el tradicional uso dado a la tierra, plantando bosque para su comercialización. Yo creo que la tierra para uno tiene dos aristas –esto lo decía siempre mi papá-; una es la cabeza, que es la parte racional que hay que tratar de explotar, sembrar, en fin, y la otra el corazón, que uno ama la tierra por sobre todas las cosas. Y que la ama por las vicisitudes que uno pasa, y también por las pequeñas alegrías que le da la tierra a uno; que es sentirse protegido, sentirse como parte del lugar. Uno no es ajeno al lugar de donde es, sino que somos parte de eso. Yo en lo personal tendría que tener mucha necesidad y ofrecerme un buen trabajo para irme de aquí, de lo contrario, prefiero arar la tierra, hacer cualquier cosa. …hoy día estamos plantando también, tenemos bosques grandes, de hecho yo en lo personal, vendí un bosque grandote y me pagaron harta plata, que eso era impensado 351 para mis antepasados (Lautaro Melita V.) . De hecho, años antes del reconocimiento definitivo ejecutado por CONADI, algunos integrantes de la familia Melita, vendieron propiedades -exentas del pago de contribuciones, por consiguiente, referían a propiedades “compradas”352- no consideradas dentro de la categoría de <tierras indígenas>, a una sociedad forestal. 5.2. LA INESPERADA MUERTE DE PASCUAL MELITA. El 25 de Mayo del año 2000, Pascual Melita Pereira muere de manera fulminante en plena sesión de Concejo; cinco meses antes de las elecciones en las que nuevamente iba a presentarse como candidato del Partido Comunista, a pesar de que el PS y el PPD intentaron atraerlo a su filas. La cercanía de la gente, el reflejo de la adhesión y el cariño de la comunidad, se expresó en diversas instancias en relación a los funerales. Al respecto, algunos de sus hijos e hijas relatan: ...llegaban personas a la casa preguntando quién los defendería y apoyaría... Yo siento que una vez que murió ha sido el reconocimiento público más grande que ha ocurrido por 350 Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro (2007) Entrevista por Claudia Chamorro (2006) Archivos Notaria de Lebu, 1991. N° 356. Compraventa Forestal Tierra Chilena Ltda. –de- Huberto Melita Pereira. 10 de septiembre. Huberto Melita Pereira vendió, cedió y transfirió a la soc. “Forestal Tierra Chilena Ltda.” por el precio de 9.500.000 pesos, un retazo de terreno que forma parte de un predio mayor ubicado en “Tres Pinos”. 1992. N° 37. Compraventa Forestal Tierra Chilena Ltda. –de- Huberto Melita Pereira. 2 de febrero. Huberto Melita Pereira vendió, cedió y transfirió a la soc. “Forestal Tierra Chilena Ltda.” por el precio de 1.100.000 pesos, un retazo de terreno que forma parte de un predio mayor ubicado en “Tres Pinos”. 1993 Nº 79. Compraventa Forestal Tierra Chilena Ltda. –de- Huberto Melita Pereira. 5 de Febrero. Joel Melita Pereira vendió, cedió y transfirió a la soc. “Forestal Tierra Chilena Ltda.” por el precio de 2.200.000 pesos, un retazo de terreno que forma parte de un predio mayor ubicado en “Tres Pinos”. 351 352 153 aquí... en lo alrededores me da la impresión... porque han muerto hombres importantes 353 como don Fermín Fierro por un lado, que era alcalde y todo eso, pero yo creo que el funeral de mi padre fue mucho más grande, y aun viviendo en una comuna más pequeña. 354 Fue extraordinario el tema. (Lautaro Melita V) . Cuando murió acá, pasó una cosa que nunca había sucedido, que yo en ese momento no había medido porque estábamos mal…fue tan brusco, que hoy día se enfermó y mañana está muerto,… yo todavía tengo sospechas sobre su muerte…la carroza…demoró 3 horas porque la gente no dejaba pasar, se agolpó toda la provincia…en esta zona nunca ha pasado lo mismo. Mi papá iba a los supermercados y la gente le contaba sus problemas, y se iban a buscar a solución, a buscar a personas que pudieran ayudar. A él le hicieron daño incluso personas de su partido…yo estoy todavía enojada con esa gente, pero mi papá los perdonó mucho antes de morir, como que buscó la razón de por qué habían 355 hecho… (Gloria Melita V., septiembre 2006) . Cuando él falleció, se hicieron muchas actividades. Entre ellas, lo llevaron al gimnasio municipal, donde la gente iba y le hacían guardias de honor. Iban homosexuales de la comuna a hacerle guardias de honor. Ahora después de muerto yo he venido a conocer a mi papá bien... nosotros siempre nos disgustábamos mucho, peleábamos harto, pero creo que el tipo era tan tolerante, porque hay que ser tolerante en un pueblo donde todo el mundo es intolerante hasta consigo mismo... se despidió todo el mundo de él, porque yo creo que los homosexuales de la comuna no fueron a despedirse porque era buena onda, sino porque sentían que debían despedirse del hombre. Y eso te da que pensar (Paola 356 Melita V., septiembre 2006) . Año tras año, Gloria Vinnet conmemora el fallecimiento de su esposo, invitando a la comunidad provincial a una misa en Tres Pinos –localidad en la que se ubica Cuyinco-; Al cura le dije este año que hiciera un discurso porque va mucha gente, incluso evangélicos, y me dijo: ‘¿a que no se llena la capilla?’ Le respondí: ‘la iglesia se va hacer chica, y usted prepárese porque viene mucha gente que no es católica, pero que va a venir a misa’. Y claro estaba todo agolpado, gente afuera. Ahora cuando se le hace alguna misa, él habla de la personalidad de Pascual, no sé de donde lo saca. A su misa va mucha gente, que por otras cosas no va jamás a misa. A si que todavía vive en el corazón del pueblo. Yo el mes de mayo doy vuelta todo, mandándole a hacer misa: Antihuala, Temuco Chico, para que la gente tenga la oportunidad de rezar por él (Gloría Vinett, septiembre 357 2006) . La invitación a la ceremonia, contiene un mensaje escrito por Gloria hija, con palabras creen hubiese escrito él: “Fui feliz porque adoraba lo que hacía, porque cada día que amanecía lo viví con alegría, porque junto al cariño de mi familia, del hermano mapuche, del campesino, del obrero, del vecino y del amigo minero, todo para mi florecía. Disfrute del frío, de la lluvia y del calor, disfruté de todo cuanto hice porque lo hice con amor. Estaré siempre junto a los que amé y me amaron; mi familia, mis amigos y mi tan querido pueblo”. 353 Fundador del Partido Socialista, luego del PPD en la Provincia de Arauco. Parlamentario por la zona antes del golpe de Estado de 1973. Muere en Agosto del 2001 a los de 76 años mientras ejercía como alcalde de Curalinahue. 354 Entrevista por Claudia Chamorro (2006) 355 Entrevista por Claudia Chamorro Levine y Rolf Foerster. 356 Entrevista por Claudia Chamorro Levine y Rolf Foerster. 357 Entrevista por Claudia Chamorro Levine y Rolf Foerster. 154 CAPÍTULO VI LA FAMILIA MELITA EN EL ESPACIO COMUNAL: COMPONENTES ÉTNICOS EN LA PARTICIPACIÓN. Dirigentes políticos indígenas surgidos al alero de instituciones coloniales han existido desde que el Estado español desplegara su maquinaria de dominación en América. Sin embargo, dirigentes indígenas vinculados al municipio -espacio local administrativo (así como lo concebimos ahora) que solo existe como parte de, y como resultado de un sistema de administración nacional-, emergen como fruto del proceso de modernización de nuestro continente358; cuyos propósitos y proyectos integracionistas desarrollados a comienzo del siglo XX, configuraron un escenario en que el Estado extiende su concepción de ciudadanía, posibilitando la entrada de sectores subordinados –como los indígenas- a derechos como la educación. Todo ello significó una serie de importantes transformaciones para los pueblos indígenas, como un mayor acceso a la educación y algunos cambios a nivel social –sin desentenderse del contexto histórico y actual de subordinación y discriminación-, junto con un significativo proceso de migración rural –urbana. Llegando a configurarse un conjunto indígena conformado por intelectuales, profesionales, y dirigentes con educación formal. Desde la perspectiva del poder y concretamente a través de un recorrido por los componentes particulares que introducen Pascual y Lautaro Melita tanto en la problemática mapuche local como en el gobierno municipal de cada momento, se buscará profundizar en la relación de estos sujetos con la temática indígena. Si bien se ha dicho ya bastante con respecto a Pascual Melita, ahora la entrada biográfica referida a Lautaro Melita, intentará incluir a modo general similares niveles de análisis: al menos uno en relación al interés por el poder, la forma de aproximarse a él y el modo de ejercerlo; otro, vinculado a los elementos étnicos introducidos en sus prácticas políticas y públicas generales, y en la gestión municipal particular; además de una entrada –sobre todo para el caso de Lautaro Melita- con acento en las conexiones entre lo local y otras dimensiones de mayor globalidad. 358 Destaco el “como lo concebimos ahora”, puesto que el municipio se instaura en Hispanoamérica desde los primeros tiempos de la dominación. Salazar y Benítez (1998). 155 6.1. LA APROXIMACIÓN ÉTNICA DE PASCUAL MELITA: UNA PREGUNTA DESDE HOY. La pregunta ineludible con respecto al acercamiento étnico de Pascual Melita, surge con fuerza hoy. Por tanto hay que situarse en el contexto general del tema indígena por esos años previos a la emergencia, para comprender que si bien su partido hizo presencia concreta en la zona, por su escasa pertenencia étnica al mundo mapuche, tendió a distanciar, supeditar y restringir su accionar359. Por consiguiente, resulta razonable situar a Pascual Melita en el escenario de la época donde tuvo mayor protagonismo: forma parte de una generación de líderes mapuche con educación universitaria y vinculados a algún partido político, en la que la lucha por los derechos de la clase trabajadora, instala a las demandas indígenas en el mismo espacio de las instancias campesinas y obreras. Para Paola Melita, el nexo entre lo indígena y lo político en la figura de su padre, constituía una suerte de alianza que influyó en la familia extensivamente. Yo creo como hija de Pascual, que el tema indígena lo acerca al tema político. Mi papá siempre se sintió mapuche y nos transmitió eso, y si no hubiese hecho ese casamiento entre el ser mapuche y su ideal político, a lo mejor no hubiese resultado, no se hubiese dado y no hubiese trascendido la figura de Robledo [nombre como llamaban a su padre]. La gente indígena no acudía a él por ser indígena, sino que acudía a él porque era el mapuche educado que los protegía. La literatura momia de la época, veía a Robledo como el tipo comunista que quería formar una “sierra morena” acá en Pangue, y no como el indígena que apoyaba a los hermanos indígenas, a sus peñis. Los hermanos mapuche de Pangue hace 3 semanas atrás, narraban como se habían organizado para la recuperación de la Isla de Pangal, yo soy abogado, y por casualidad estuve en esa reunión porque se quiere hacer un documental del tema, y llegó a mis oídos que la figura de mi papi estaba siendo presentada como la del tipo guerrillero, que armó el cuento para el partido y no para el indígena. Fui a ver que pasaba ahí, y lo que vi fue absolutamente distinto: los viejitos de 75, 85 años, narraban que se habían acercado a Pascual Melita, porque era el indígena educado, que estaba ingresando a estudiar derecho, entonces era la persona que los iba a defender. No porque estudiara Derecho, sino que era la persona, indígena, parte de ellos y que estudiaba Derecho y que los iba defender. Y eso es lo que yo creo que es. El Cesar Ancalaf, que es un tipo que le gusta recuperar la cultura indígena pero pasar por alto los hechos históricos con respecto a Robledo -porque él es DC-, le baja el perfil desde el punto de vista indígena y lo ve como el comunista que trabajó desde la perspectiva partidaria, que para Corvalán y los demás de la época su casa era Pangue, pero no era tan así. Los peñis de abajo, del campo, tiene una visión distinta. Los hijos de Juan Aniñir cuentan por qué él se acercó a Pascual Melita, y bueno, porque era mapuche y los iba a proteger. Él Pascual hijo [Juan Aniñir], cuando murió mi papá, hizo una recopilación de hechos históricos de la familia, y contó algo que me marcó mucho, yo sin saberlo, que de mi papá para atrás...porque de mi papá para adelante tenemos la figura de Lautaro; muy citadina, un mapuche muy especial, especial, con harto sentimiento pero él también no se siente tan arraigado aunque a veces sí se siente. En cambio Robledo era, 360 y no era a medias, sino que era (Paola Melita V., septiembre. 2006) . 359 360 En Ruiz (http://www.nodo50.org/azkintuwe/dossier_ruiz_pcchileno.htm.) Entrevista por Claudia Chamorro y Rolf Foerster. 156 Esa distinción entre una anterior identidad étnica naturaliza y una actual reflexiva y construida, también es formulada por Maribel Melita -hija de Pascual-. Lo que pasa es que mi papá no tuvo ese conflicto de experimentar el sentirse mapuche, sino que lo fue porque lo era. No tuvo que estudiar el tema, ni para sentirse, ni prepararse. Porque en el fondo a muchos mapuches les ha pasado eso, tienen que entender un sistema global para poder y querer sentirse, por un tema de moda, de identidades, de mil cosas, pero con mi papá no pasó eso. Los peñi buscaban a mi papá no por el hecho de ser comunista, sino por ser el peñi que los iba a apoyar. De todas formas nuestra comuna no está exenta de lo que pasa en todo Chile, donde el tema del comunismo es quizás poco conocido y temido. Pero fíjate que con mi papá pasaba que los mapuches lo buscaban por ser quien los protegería, pero el chileno, el huinca como se le llama acá, lo buscaba sabiendo que era comunista, y teniendo todos los resquemores que se tenían con lo que significaba serlo. Lo buscaban porque sabían que en Pascual Melita iban a tener una protección incondicional; por el hecho de ser pobres, por el hecho de ser incultos, de no tener una protección a nivel de autoridades. Sabían que en Pascual Melita eso lo iban a tener fueran quienes fueran, mapuche o no, comunista o no, porque sabían que él tenía muy desarrollado el sentido social. Él también sabiendo sus propias limitaciones, pero sabiendo que podía ir a la pelea, y en el camino nos arreglamos. Eso les pasó a todos, porque mi papá era un tipo consecuente, que siempre iba a estar con ellos. Siento esa comunión entre el ser comunista, el ser mapuche, y lo que significa ser Pascual Melita. Yo 361 tengo una visión muy amante de lo que significa Pascual Melita (Maribel Melita V.) . 6.2. LAUTARO MELITA: SU TRAYECTO PARTICULAR EN EL MUNICIPIO DE LOS ÁLAMOS Y SU APROXIMACIÓN AL TEMA INDÍGENA. De entrada al siglo XXI, la familia Melita permanecerá como protagonista de la esfera pública de la comuna: será el turno de Lautaro Melita Vinnet, hijo mayor de Pascual Melita Pereira, quién luego de la sorpresiva muerte de este último en mayo del 2000, asumirá como su sucesor político. Lautaro Melita ingresa al mundo político empujado por las circunstancias; su inminente liderazgo aparece luego del fallecimiento de su padre. Desde ese momento, comienza a ser incentivado por familiares y vecinos a continuar el legado de Pascual Melita. De hecho, al presentarse en las elecciones municipales del año 2000, resulta electo como alcalde de Los Álamos; cargo que mantiene hasta el día de hoy, por un segundo período consecutivo. Entonces llega el momento en que mi papá fallece…Bueno, falleció mi papá, pasó todo el ruido, y justo estábamos en el período de inscripción de candidatos. Entonces no faltaban los vecinos que se acercaban a la casa a decir que uno de nosotros lógico que se 361 Entrevista por Claudia Chamorro y Rolf Foerster. 157 inscribiera, o que por lo menos fuera candidato. Proposición con la cual yo estaba 362 totalmente de acuerdo…pero nunca pensé que era yo. (Lautaro Melita) A nivel general, comenzaba a gestarse una “nueva” práctica política indígena, por cuanto la cuestión del liderazgo mapuche a nivel de participación política formal, se hacía palpable en las elecciones municipales. Comunas con alta presencia de población indígena escogían como representantes a alcaldes mapuches: sujetos contemporáneos en un proceso de construcción de representaciones, discursos y políticas desde un espacio local - nacional. Desde el retorno a la democracia, la esfera política mapuche se ampliaba aún más; el movimiento y la causa mapuche se posicionan a nivel internacional a través de la labor de intelectuales y organizaciones, y el tema se emplazaba como relevante para los gobiernos de la Concertación. No obstante este escenario inusual, hay un cuestionamiento al concepto y realización del Estado Nacional desde algunos sectores de la sociedad mapuche. Hay desencuentros y quiebres entre el mundo indígena y el Estado que son evidentes, y asimismo diversas disonancias al interior del propio movimiento mapuche. Específicamente, el ingreso y el control mapuche en el municipio, también tiene que ver con las políticas de regionalización y el traslado del poder a las alcaldías (Foerster y Vergara, 2001) (Gundermann363, 2003). Si bien Stavenhagen (1991) plantea que las élites intelectuales y dirigenciales de los grupos indígenas desarrollan un rol fundamental en los movimientos étnicos, cabe preguntarse cuál es el papel de sujetos como los alcaldes indígenas al interior de estos movimientos, por cuanto su labor dentro y desde de una institución estatal los sitúa en una posición particular: ¿median?, ¿articulan demandas?, ¿cohesionan? Según cada caso, en los alcaldes mapuche existe en mayor o menor medida vínculos entre ellos y las organizaciones, los intelectuales, los partidos políticos y los organismos estatales. Los alcaldes mapuche suelen ejercer funciones municipalidades en su lugar de origen. Si bien en su modo de enunciación prepondera el “nosotros” como modo de enunciación, plantean claras distancias en el énfasis en la “nación mapuche” como cimiento. Sugiero que la posible distancia de los alcaldes mapuche con las organizaciones por una parte, y con la “nación mapuche” por otra, como pilar de su discursividad, es 362 363 Entrevista por Claudia Chamorro (2006) Desarrolla su análisis en los espacios andinos municipalizados Aymara – Atacameño. 158 sobre todo estratégica dado su vínculo con el Estado. Al mismo tiempo, planteo como supuesto, que progresivamente los alcaldes se han ido aproximando a demandas de su pueblo, antes evitadas, por consiguiente, han ido entrando en mayor “tensión” con el Estado. En contraste al escenario de mayor desenvolvimiento político de Pascual Melita por las décadas del 60´ y el 70´, en el presente, para los intelectuales mapuche -parte con los alcaldes, del conjunto de profesionales mapuche-, es crucial el intento de diferenciación cultural con la sociedad mayor. El historiador Pablo Marimán (referido por Zapata, 2006), para aludir a los profesionales mapuche que trabajan para el Estado, habla de burócratas y yanakonas, situándolos entre el colonialismo y la autonomía: “a veces complementando el discurso autonomista…o bien negando este y actuando como una valla de protección del sistema de dominación. Los profesionales somos un sector vulnerable, tanto que sin querer (...queriendo a veces) terminamos administrando la maquinaria colonial. En general este grupo no le arregla el día a nadie, menos a su raza…Los yanakona que observo a menudo tienen una mentalidad y acción tremendamente versátiles que hacen de sus carreras, por lo general meteóricas, palancas que les dan prestigio, poder (es decir influencia) y granjerías económicas. Por eso no es raro encontrar…burócratas hablando de lo mapuche como una cuestión de pobreza, de campesinos o grupos marginales...”. No obstante lo anterior, la particularidad de los alcaldes mapuche, radica en que es posible considerarlos no como trabajadores para el Estado, sino como trabajadores desde el Estado. De todos modos, sobrepasando estos conflictos internos, la fracción de profesionales mapuches, de alcaldes e intelectuales, se robustece numérica y significativamente, siendo el más claro indicio de la complejidad de la temática mapuche contemporánea. En la actualidad, dieciocho alcaldes indígenas representante de los pueblos Aymara, Atacama, Rapa Nui y Mapuche, ejercen funciones municipales a lo largo del territorio nacional chileno desde las últimas elecciones del 2004 (en las comunas de Arica, Putre, General Lagos, Camiña, Colchane, San Pedro de Atacama, Llaillay, Isla de Pascua, Tirúa, Los Álamos, Alto BioBio, Lumaco, Temuco, Chol Chol, Saavedra, Curarrehue, Curaco de Vélez, Guaitecas). Representando alrededor de un 5% de los alcaldes elegidos a nivel nacional, siendo nueve de ellos pertenecientes al pueblo Mapuche. En la misma elección, 159 resultaron electos ciento treinta y seis concejales indígenas, representando aproximadamente un 6,5 % del total a nivel nacional364. Producto de estas figuras cada vez más manifiestas, han emergido algunas aproximaciones teóricas desde los primeros años del presente siglo. Rolf Foerster y Jorge Iván Vergara (2001) visibilizan numéricamente la actividad política municipal mapuche en sus comunas, planteando como principal limitación en esta, la intervención del sistema partidista en el acceso al poder comunal. A mi juicio, esto podría enmarcarse dentro una dificultad mayor, fruto de la relación con el Estado Nacional, el que pese a recocer en alguna medida la diversidad cultural, responde igualmente a un proyecto de país unitario. Las municipalidades son corporaciones autónomas de derecho público, con personalidad jurídica y patrimonio propio, cuya finalidad es satisfacer las necesidades de la comunidad local y asegurar su participación en el progreso económico, social y cultural de las respectivas comunas365. Aunque el municipio es un espacio que presenta cierto grado de autonomía, el Estado nacional cimienta su accionar partiendo de la idea de la existencia de un país unitario y homogéneo, por sobre el reconocimiento de las diversidades culturales. Del mismo modo, el municipio responde directamente a cada gobierno regional, accediendo a recursos del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR); situación que sin duda supone un obstáculo para agendas de trabajo y propuestas que incorporan temáticas indígenas. Díaz Polanco (p.169, 1999) resume estas limitaciones, planteando que los municipios no son estructuras adecuadas en las que los pueblos indígenas puedan desarrollar una auténtica vida autónoma, principalmente siguientes razones: a) las facultades legales de que disponen son muy limitadas; b) no pueden coordinarse y asociarse entre sí, excepto para la prestación de servicios públicos que les correspondan y c) su autodeterminación política se encuentra restringida a favor de los poderes del estado correspondiente. 364 http://www.politicaspublicas.cl/bibliotecavirtual/chile_internacional/Informe_Recomendaciones_Relator_2005.pdf http://www.gobiernodechile.cl/organigrama/municipalidades.asp 365 160 Desde mi perspectiva, los alcaldes mapuche contemporáneos, operan como intermediarios culturales, con la particularidad de estar insertos de cierta manera –en mayor o menor medida- en el movimiento mapuche actual: habitando y gestionando el municipio en lugares determinados; espacios “fronterizos” ampliados, que propician su emergencia como personajes negociadores. Pero cabe destacar, que no necesariamente se está en presencia de un compromiso político ideológico que sobrepasa una individual localización cultural; las adscripciones entre unos y otros, son bastante disímiles Decíamos que Lautaro Melita entra al mundo político avivado por un momento coyuntural. Antes de la muerte de su padre, nunca antes participado en el ámbito público, menos en el político en ese momento, sino que ejercía como ingeniero comercial -carrera que estudió en la Universidad de Concepción-. Su ingreso al mundo político está marcado por el tema de la herencia; él intentará continuar el trabajo y la labor pública que su padre desempeñó desde mediados del siglo XX. Yo pensaba que mi hermano Pascual, por el hecho de llamarse Pascual también y por el hecho de ser profesor y estar un poco ligado al gremio de los profesores, era la persona adecuada para seguir. Además, tenía un pequeño rol político medio comprobado. Pero Pascual no quiso por ningún motivo, muy sagazmente…Yo considero que él tomó una muy sabia decisión, que no fui capaz de tomarla yo. Cuando me proponían…los vecinos, varias personas fueron, hartas veces. Yo nunca he sido político, yo nunca fui ni siquiera presidente de curso, cero política…no entendía mucho tampoco. Llegó un momento en que fue tanta la presión de la comunidad -no en general, tampoco le vamos a poner tanta gente-, pero de vecinos que iban y de mi familia. Ya decidido que me iba a presentar, me empezó a picar el amor propio, de pronto me puse a 366 trabajar, porque a mí la gente no me conocía. (Lautaro Melita) Tomada la decisión de presentarse como candidato a alcalde para las elecciones municipales del año 2000, surge como primer obstáculo, el hecho de que Lautaro no milita en ningún partido político, y más aun, tampoco tiene muy claro si es partidario de alguno. No obstante, como la candidatura se gestó como una continuación del liderazgo de Pascual Melita, se intentó –según su opinión- plantearla en términos similares, aunque no equivalentes. Así Lautaro, resuelve acercarse a la figura de su padre no desde la óptica comunista, sino que como candidato independiente, pero bajo el alero la Concertación. De esta manera, vemos que Lautaro Melita logra superar la problemática relación que experimentan los candidatos mapuches con los partidos políticos. En primer lugar, desde el primer momento, fue intensamente respaldo por la Concertación -de hecho toma el puesto que ya estaba designado a otro candidato-; suponemos que esta coalición, vio en 366 Entrevista por Claudia Chamorro (2006) 161 Lautaro, la posibilidad reproducir la popularidad de Pascual Melita y conseguir un significativo apoyo popular en las elecciones. Por otra parte, en segundo lugar, consigue resolver hábilmente su vinculación con “la máquina partidaria”; no quedando enmarcado dentro de ningún partido político y venciendo la traba que le significó a su padre, ser candidato del Partido Comunista en nuestro sistema electoral367. Yo sabía que mi papá era comunista, y por esa razón, yo tenía que estar lo más cercano a esa línea. Pero sin ninguna estructura política, todo lo contrario, me creo un gallo apolítico 368 pa muchas cosas. De hecho soy independiente todavía. (Lautaro Melita) Es diciembre del año 2000 e inesperadamente, Lautaro Melita gana la elección con un 44,35 % de los votos y se convierte en el alcalde de la comuna, desplazando a su compañero de lista Feizal Azat369. Bueno…y ahí sin duda que fue el nombre de mi papá. La gente votó por mí en esa instancia, no porque yo haya sido caperuzo, no, sino que porque yo era hijo de Pascual Melita. Y como mi papá había muerto hacía poco, yo creo que era más que nada un reconocimiento póstumo a lo que él había sido, y lo que había hecho por la comunidad. En ningún caso fue por mí, por lo tanto, imagínese teniendo todo eso, la responsabilidad que yo asumía era súper alta, por lo tanto, yo tenía que poner todo mi corazón, todo lo que fuera posible para hacer bien esto. Bueno, y así fui alcalde la primera vez, con mucho temor, pero con una cosa clara sí: de que íbamos a tratar de hacerlo lo mejor posible, de que íbamos a poder meter las patas pero nunca las manos, actuar con la mayor honradez 370 posible. Y aquí estamos hasta el día de hoy. (Lautaro Melita) Más tarde, en el 2004, Lautaro Melita resulta reelecto con un 58,00 % de las votaciones. Claramente ya no es sólo el nombre de su padre, sino que su propia gestión la que obtiene un reconocimiento, la que se vio incrementada por la denuncia de corrupción que meses antes había hecho Lautaro; que significó la destitución de cuatro concejales electos el 2000, por adulteración de boletas y solicitud de devolución de dineros por gastos personales. Yo entendía que la comuna también tenía un problema serio…con el alcalde que había sido muchos años alcalde habían algunos signos de corrupción…Salí reelecto y con una de las votaciones más altas de la historia de esta comuna. Yo entiendo que debe haber parte mía, hoy día, o sea, la segunda vez la gente ya no estaba votando por mi papá, pero está presente el cariño que la gente le tiene a él. En cada cosa que uno hace a mi me da la 371 impresión de que él siempre está presente. (Lautaro Melita) 367 Problemática candidatos mapuches-partidos políticos y sus dos manifestaciones (Foerster y Vergara, 200) Entrevista por Claudia Chamorro (2006) 369 Personaje con una singular carrera política: alcalde designado por Pinochet, luego alcalde en 1992 por Renovación Nacional, más tarde alcalde en 1996 por PPD, y candidato a la reelección el año 2000 por PPD. Es quien le había “arrebatado” el triunfo a Pascual Melita; primera mayoría en 1992 (25,23 %) y en 1996 (21,48 %), quien se vio perjudicado por el sistema electoral por ser parte de la pequeña coalición a la que pertenece el Partido Comunista. 370 Entrevista por Claudia Chamorro (2006) 371 Entrevista por Claudia Chamorro (2006) 368 162 Numéricamente los alcaldes mapuches no sobresalen en comparación a los alcaldes no mapuches, ya que a pesar de la alta participación, no se ha conseguido aumentar de forma considerable el control del poder municipal que sigue siendo manejado por reducidos segmentos de los partidos políticos. No obstante, cada nueva elección municipal suma al menos una nueva alcaldía mapuche. Pese a ello, tres municipios de la X Región (La Unión, Río Negro y Chonchi) con alcaldes mapuches en el periodo 20002004, se “perdieron” en la última elección y hoy son controlados por alcaldes no mapuches. Igualmente, el movimiento se ha ido acrecentando por la presentación de más candidatos mapuches y por la elección de un número importante de concejales. Hay ciertas particularidades en cada espacio local delimitado que sumado a sus figuras municipales configura los vínculos entre lo local y la sociedad mayor; las características de la comuna de Los Álamos sumada a la figura de Lautaro Melita, van dando forma al modo en que este asume su relación con lo mapuche y con la temática indígena propiamente tal. En primer lugar, hay que mencionar, que la comuna de Los Álamos no es una comuna con una presencia numérica mapuche tan significativa, en comparación, por ejemplo, a las otras comunas con alcaldes mapuches de la VIII y IX Región. A la par, Temuco presenta un proporción de población indígena más o menos similar a la de Los Álamos, sin embargo, se considerará una excepción por ser la comuna capital de la IX Región (y todo lo que eso significa) y por tener como alcalde a Francisco Huenchumilla, quien es un caso aparte en los llamados “alcaldes mapuches” ya que viene respaldado, sustentado, configurado y “burocratizado” por la ocupación de cargos gubernamentales de alcance nacional. En la IX Región, a pesar de que numéricamente sería más probable tener mayor cantidad de alcaldes mapuches, ya que hay 14 comunas que tienen un 30% o más de población indígena (de estas solo Saavedra, Lumaco, Curarrehue y Chol Chol tiene alcaldes mapuches), esto no ocurre; sólo hay dos más que en la VIII Región. Evidenciándose así, las complejas circunstancias que enfrentan los mapuches para acceder al poder comunal, y al espacio político en general En ese sentido, la votación obtenida por Melita, claramente no se sustenta únicamente con el voto mapuche, porque del 58% obtenido en su reelección, a lo más un 13,3 % de los votos podrían venir de población indígena, así el 44,7% restante viene de población 163 “alameña” no mapuche. Ciertamente, ambas candidaturas de Lautaro Melita -al igual que la de otros candidatos mapuches- no se definieron como “mapuche”. En el caso de Melita, por las características poblacionales de Los Álamos esta situación resulta coherente al menos porcentualmente, ya que apuntar explícitamente a una candidatura indígena no tendría tanto sentido a nivel numérico. Aunque evidentemente esto responde a factores de otra índole, ya que incluso en comunas donde el porcentaje de población mapuche es predominante, también se apela y se concibe a “la sociedad local como unidad homogénea y unitaria, se pasan por alto sus conflictos y diferencias”. Cuadro 10: ALCALDES MAPUCHES ELECTOS EL 2004 Y POBLACIÓN INDÍGENA COMUNAL Nombre Alcalde Partido Lautaro Melita Vinett 372 . Votos Porcentaje Comuna Región Población Indígena ILC 5.197 58,00 % Los Álamos VIII 13,3 % Adolfo Millabur Ñancuil ILC 2.190 50,13 % Tirúa VIII 47,5 % Félix Vita Manquepi ILC 693 37,66% Alto Biobío VIII ?% Manuel Painiqueo Tragnolao PS 2.426 47,74% Lumaco IX 37,4 % Francisco Huenchumilla J. PDC 47.387 56,03% Temuco IX 13,2 % Ricardo Tripainao Calfulaf IND 2.270 35,29% Saavedra IX 64,3 % Luis Huirilef Barra PPD 1.174 26,59% Chol Chol IX ?% Abel Painefilo Barriga PPD 2.023 54,73% Curarrehue IX 50,4 % Luis Curumilla Sotomayor PDC 1.494 73,70% Curaco Velez X 6,4 % 373 374 375 No obstante, Los Álamos es la quinta comuna de la VIII Región con mayor proporción de población indígena. Por tanto, sí resulta significativo que tanto Los Álamos como Tirúa y Alto Biobío tengan alcaldías indígenas, ya que esta situación, da paso a vislumbrar una posible y futuro espacio político mapuche, esto es, una amplitud de la esfera de lo público, ya no sólo comunal, sino también provincial e incluso regional. 376 Cuadro 11: COMUNAS CON MAYOR PROPORCIÓN DE POBLACIÓN INDÍGENA EN LA VIII REGIÓN. Comuna VIII Región Alto Biobío Tirúa Cañete Contulmo Población Indígena ?% 47,5 % 20,6 % 18,3 % 372 Fuentes: www.elecciones.gov.cl y “Estadísticas sociales de los pueblos indígenas en Chile”, Censo 2002 Independiente Lista Concertación La comuna de Alto Biobío se crea el año 2004, por tanto escapa a los datos censales del 2002. Se desmembra de la comuna de Santa Bárbara por las particularidades étnico culturales de su población, diferentes del resto de la comuna original. Por tanto, el porcentaje de población indígena para Santa Bárbara (12,2 %) debe distar bastante del de la nueva comuna, la que alberga población mayoritariamente indígena. 375 Con la comuna de Chol Chol ocurre lo mismo que con la de Alto Biobío. Específicamente procede de la comuna de Nueva Imperial la que para el año 2002 tiene un 53,4 % de proporción de población indígena, o sea, el porcentaje debe ser aun mayor. 376 Fuente: “Estadísticas sociales de los pueblos indígenas en Chile”. Censo 2002. 373 374 164 Los Álamos Lebu Santa Bárbara 13,3 % 12,7 % 12,2 % De todas formas, desde la candidatura y en el ejercicio, Lautaro Melita se vincula con el espacio local de una manera próxima a ser neutral pero no indiferenciada en relación a la temática indígena. No debemos ignorar que en la práctica por un lado, ha generado espacios netamente dedicados al mundo mapuche, conformado por doce comunidades de sectores rurales geográficamente en torno a Los Álamos (centro económico, administrativo y comercial de la comuna): Ranquilco, Sara de Lebu, Pangue, Pitracuicui, Cuyinco Bajo, Cuyinco Alto, Caramávida, Antíguala); y al mismo tiempo, ha ampliado el espectro político comunal en torno a ellos. En la comuna de Los Álamos conviven diversas identidades, que simplificadamente podrían clasificarse; una en torno al centro y pequeños puntos urbanos, y otra inscrita en el ámbito rural, donde coexiste el sector campesino y el mapuche. Por su parte Melita, se adscribe a una identidad territorial específica: la nagche (no se crea que a nivel de una organización territorial ni mucho menos), a pesar de que la zona se relaciona históricamente con lo lafkenche. En lo concreto, el programa municipal de Melita inserta el tema indígena en los ámbitos institucionales y educacionales. Lo primero, se expresa con la creación de una oficina con un encargado de desarrollo indígena, y con una cierta “discriminación positiva” a la hora de escoger a un funcionario municipal u otro profesional a contratar. Por otra parte, en relación al aspecto educativo, ha incentivado el fortalecimiento académico de las escuelas de las zonas mapuches. En mi gestión.....yo no sé qué porcentaje...pero si aquí existen dos profesionales, y uno es mapuche, yo prefiero al mapuche… De hecho, la escuela que sacó más alto puntaje en el SIMCE en la comuna, es la de Pangue. Nosotros le hemos dado mucho énfasis a la educación, porque yo creo que en el caso nuestro, la manera de resolver el tema de la pobreza es a través de la educación, y 377 por esa misma razón, le colocamos pino a ese tema (Lautaro Melita V.) . También desde la oficina indígena, se expresa interés por resolver el tema de la propiedad de los terrenos mapuches, de la vivienda y de la implementación de servicios básicos (agua potable, camino, alcantarillado) para las comunidades. Efectivamente, hay 377 Entrevista por Claudia Chamorro (2006) 165 una preocupación por el tema indígena reconocible en la existencia de este espacio dedicado al tema y en las funciones que este desempeña, aunque no existe una planificación detallada para atacar las diversas problemáticas que atañen a las comunidades. De todos modos, a través de su gestión, se han conseguido importantes logros. Mire, nosotros hemos hecho poco tal vez por el tema indígena, pero hemos hecho algo y estamos comprometidos para hacer lo que podamos con la intención de buscarle...de cambiarles, pero de verdad el nivel de vida a los hermanos mapuche. Y para mí, qué significa cambiarles el nivel de vida, no son palabras. Sino que tengan acceso a una vivienda, que tengan acceso a unas condiciones de vida distintas. Yo le puedo decir orgullosamente que nosotros somos una comuna de alrededor de 19.000 habitantes...y que estoy orientado al tema indígena, pero también orientado a toda la comuna” (Lautaro 378 Melita V.) . Por otra parte, Lautaro Melita, con los alcaldes de Tirúa, Puerto Saavedra, Curarrehue, y con algunos concejales de Lumaco y Galvarino, han hecho intentos por llevar a cabo una especie de asociación de autoridades municipales mapuches, con el propósito de convertirse en una voz articulada en función de la defensa de la problemática indígena. A pesar de que se ha establecido un vínculo, en lo concreto, este no ha logrado cohesionarse379. …está pendiente, yo creo que tiene poco tiempo, pero por el momento, algo se está haciendo. Pero yo no soy de la idea de andarse tomando cuestiones, yo soy de la idea de un opción realista; que también exista la contraparte del Estado que tenga el interés de solucionar estos problemas. Sucede que la gente plantea el problema, pero no halla a quien planteárselo, por eso es que ocurre este cosa de la violencia. Yo creo que hay hartos temas pendientes con el mundo indígena, y en su justa medida vamos a tratar de hacer 380 algo (Lautaro Melita V.) . En suma, hay un interés por los temas mapuches en el accionar de Lautaro Melita que en la práctica resulta notable, y en cierto modo coherente, aceptable y justificable, si consideramos que solo un 13,3% de la población de Los Álamos se reconoce mapuche. Yo no puedo perder de vista que yo soy alcalde de una comuna y no de una raza especial, y tampoco me voy a cerrar: mapuche, mapuche...Yo creo que si uno puede actuar de buena forma con el tema indígena, encantado, pero hoy yo soy alcalde de una comuna, y 378 Entrevista por Claudia Chamorro (2006) Vale la pena constatar los esfuerzos por fortalecer el movimiento en esta línea, como la firma del convenio de colaboración municipal del bloque de alcaldes mapuches de Puerto Saavedra, Curarrehue, Cholchol y Lumaco en el espacio público regional de la IX Región el 2005, donde se aprecia la búsqueda por afianzar un movimiento en bloque; todo esto al alero del “Programa de Apoyo al Fortalecimiento de la Gestión Municipal Intercultural”, desarrollado por la Fundación Instituto Indígena, que compromete a los municipios a consolidar el componente de interculturalidad en la organización y en la práctica comunal. También, son visibles las iniciativas por conformar un partido político, no obstante, el sistema partidario restrictivo nacional. Del mismo, el escenario crítico entre pueblo mapuche y Estado, progresivamente introduce a los alcaldes mapuche más fuertemente en el acontecer político y público, lo que también responde entre otras cosas, a la circulación de estos sujetos en medios electrónicos. 380 Entrevista por Claudia Chamorro (2006) 379 166 de una comuna que tiene un porcentaje de indígenas de 11% o 12% aproximadamente 381 (Lautaro Melita V.) . No obstante lo anterior, en la actualidad el segmento mapuche de Los Álamos y de la zona, ve en Lautaro Melita una figura representativa y cercana a su mundo; lo que está dado por su “indudable” adscripción étnica, por llevar a cabo un programa que ha puesto un poco más de atención al tema indígena y por mantener una buena relación con los líderes mapuches de las comunidades. Sin embargo, no hay una avenencia generalizada del sector mapuche en relación al alcalde. Por una parte, el apoyo y reconocimiento del pueblo mapuche es posible de palpar en un programa radial que entrevista a Lautaro Melita cada semana, donde recibe muchos llamados de apoyo de los peñi. Por otro lado, también es cuestionado por algunos segmentos de la sociedad mapuche de la comuna; siempre en comparación con su padre, se le atribuye haberse alejado del pueblo mapuche, e incluso de ir perdiendo su identidad étnica. No obstante esta percepción, la relación entre la sociedad mapuche de la zona y el municipio, ha sido positiva. Se podría decir que Lautaro Melita busca potenciar la identidad mapuche alejándose de las prácticas tradicionales como la religiosidad y el mapudungun. Para él, estos temas no parecen ser tan relevantes, los considera del pasado. Él más bien, sustenta la identidad mapuche y su propia identidad étnica, principalmente con la cuestión del “guerrero”, asociándola a la identidad nagche, y a la valorización de la tierra. Hubo gente que le sacó el cuerpo a la guerra, que es la gente que se fue pa las cordilleras, yo pienso en los pehuenches…y los lafkenches se fueron a la orilla del mar…Nosotros somos nagches; los que pelearon y los que tienen la sangre brava…son los nagches, somos nosotros los mapuches. Ese es un buen dato. No todos son bravos, no todos los leones son como los pintan, también hay cobardes. No somos lafkenche porque…no vivimos a la orilla del mar. Yo no sé si esto es verdad o no, pero yo se lo escuché a mi abuelo. Él se indignaba si le decían lafkenche, porque los araucanos que le dieron la pelea a los españoles fueron los nagche, que vivían en el valle, porque los lafkenche siempre estuvieron a la orilla del mar, y los españoles ni los pescaban. Porque esos gallos vivían de lo que les daba el mar solamente, no tenían la tierra, y los pehuenches –según mi abuelo- fueron los que le tuvieron miedo a la guerra y se arrancaron hacia la cordillera. Por lo tanto, esos tipos no son bravos, no tienen carácter. Los que sí dieron la pelea fueron los nagche. Yo no sé si eso es verdad, pero mi abuelo me contaba, que a él le dijeran lafkenche era una ofensa, y pehuenche ya era como sacarle la madre. Ellos eran nagche, que fueron los tipos que pelearon la Guerra de Arauco, no sé si 382 eso es efectivo o no (Lautaro Melita V.) . 381 382 Entrevista por Claudia Chamorro (2006) Entrevista por Claudia Chamorro (2006) 167 En relación a la problemática por la demanda de autonomía del pueblo mapuche, es un tema en el que Lautaro Melita no ha profundizado, no obstante, aboga por una integración más fuerte por parte del Estado hacia los mapuche, alejándose del movimiento mapuche nacional que propone un reconocimiento por medio de la autonomía. …con estos movimientos mapuches que surgen a nivel nacional, yo no pertenezco a ninguno, no tengo ningún vínculo. Y no me siento identificado ni con Aucán Huilcamán ni con ningún otro, porque nunca hemos conversado, y la defensa de la tierra se hace inteligentemente, yo no ando tirando piedras ni nada, nosotros conseguimos los títulos de dominio por pura gestión de la educación y de la inteligencia del hombre no más, sin pegarle un codazo a nadie. Pero yo soy orgulloso de mi sangre, y quiero que a través mío, la gente pierda la vergüenza de sentirse mapuche, que tenga otro carácter, que sienta más integrado, y que no sea menoscabo el hecho de que uno sea indígena, sino muy por el contrario. La discriminación que le pasa al general de la gente indígena, que la sociedad los mira en menos, y que tiene un sentimiento de falta de amor propio, de falta de cariño, porque normalmente las peores condiciones de trabajo son de los mapuches y la integración a la sociedad cuesta. Si yo he logrado ser alcalde, es para que a través mío se pueda enaltecer un poco el hecho de ser mapuche, y yo creo que eso lo he hecho con creces. Con respecto a la lucha por el reconocimiento constitucional de los mapuches como pueblo, Lautaro Melita no le ve ningún sentido, salvo uno “decorativo”. Sí en cambio, pone en el centro de sus preocupaciones el tema de la pobreza, que lo liga a la falta de educación generalizada en su comuna; situación que según él, sobrepasa las diferencias étnicas: “aunque entre los pobres los mapuches son los mas pobres”383. Son temas que a mi me preocupan, a mi me gustaría que el Estado tuviera una política de integración más fuerte, que diera facilidades ---en buenos términos--- de recuperación de tierras para los hermanos mapuches. Porque si usted mira la Cordillera de Nahuelbuta, que fue en su momento toda del pueblo mapuche, hoy día es de cualquier persona, y menos de los indígenas, que por cualquier razón se ha ido traspasando de mano, y en mucho casos de ha usurpado. Y en esos casos a mi me gustaría, que ojalá el Estado pudiera intervenir para que los mapuches pudieran recuperar su patrimonio. Son temas que me preocupan a 384 mí, pero que no los hemos atacado a fondo (Lautaro Melita V.) . En la actualidad y mirando hacia el futuro, Lautaro Melita siente que ya está “embarcado” en el tema del liderazgo político. Tampoco tiene pretensiones de continuar “eternamente” siendo alcalde, ya que cree profundamente en la alternancia del poder. Aunque todavía no se “cree” político, sí tiene aspiraciones en ese ámbito. Al ser consultado por una posible candidatura a diputado, aunque no lo ha pensado de forma seria, se ve optimista; considera es popular en la comuna de Lebu, y que el nombre de su padre tiene un 383 384 Entrevista por Claudia Chamorro (2006) Entrevista por Claudia Chamorro (2006) 168 significativo peso hasta el día de hoy. Además estima, que ya es hora de que alguien hable de la Provincia de Arauco. Yo no lo he pensado seriamente, pero me han dicho; gente sencilla que no tiene ninguna injerencia, no me lo ha propuesto ningún partido político. No le tengo temor a la elección en sí, es más yo trabajé harto tiempo en Lebu, en Lebu me dicen por qué no me tiré de alcalde, eso es recurrente, y no lo digo sobradamente sino que...yo no soy la persona más indicada para hablar de mi... Me da la impresión que yo en una candidatura a diputado, podría perfectamente y fuertemente aprovechar ese potencial que hay de adhesión de la gente de Lebu, de la comuna de Los Álamos, y de la provincia; si mi papá fue una persona que trabajó en toda la provincia, él es conocido en todos lados. A mi me da la impresión de que yo soy un potencial candidato a diputado, y con bastante éxito, ahora, asumir una candidatura a diputado, con los costos que tiene...Pero si me toca o algún día ocurre eso créame que recién se va a hablar bien de la Provincia de Arauco. Hoy día la Provincia de Arauco es desconocida, ha habido un montón de diputados de la zona, y no de la zona, jamás hablan, jamás han resuelto un tema o algo. Yo pienso que a lo mejor sería una de las formas como –incluso- de salir del grado de postración que vive la Provincia, y todo el 385 cuento. (Lautaro Melita V.) Sin lugar a dudas, que el municipio de Los Álamos esté controlado por un alcalde mapuche, complejiza el propio espacio local y genera una serie de relaciones en torno al tema indígena. Ampliándonos al ámbito de lo regional, aparece en el análisis, la figura emblemática de Adolfo Millabur, alcalde de Tirúa, al igual que Melita, también perteneciente a la Provincia de Arauco y alcalde independiente por la Concertación: Bueno, yo creo que Millabur es un gran alcalde mapuche, que le ha dado también bastante énfasis a la orientación de cómo ayudar al tema indígena, y creo que ha hecho mucho por los hermanos en Tirúa, o sea, sino fuera así no lo habrían elegido tres veces, y no estaría considerado como el paladín de América Latina, del tema indígena en Sudamérica. 386 (Lautaro Melita V.) . Adolfo Millabur en Tirúa, fue el primer alcalde mapuche hasta el año 2000. En los 90´, desde el nivel de las organizaciones mapuche, apuestan a que Millabur participe en las elecciones populares, resultando en esa oportunidad electo como concejal a pesar de obtener la primera mayoría individual, en tiempos que no se permitía elegir de forma directa a los alcaldes, sino que había que elegir un consejo, el que a su vez elegía al alcalde. Posteriormente, una vez que cambia la ley el año 1996, Millabur obtiene las primeras mayorías nuevamente, ejerciéndolas como alcalde hasta el día de hoy. Con respecto a lo anterior, vale la pena rescatar la mirada desarrollada por Adolfo Melita hermano de Lautaro-, de las relaciones de semejanza y diferencia entre la gestión de 385 386 Entrevista por Claudia Chamorro (2006) Entrevista por Claudia Chamorro Levine (2006) 169 Adolfo Millabur en la alcaldía de Tirúa y la de Melita en Los Álamos; materia en relación con la historia regional, los apoyos de gobierno, los tipos de liderazgo, entre otras cuestiones. Millabur es un líder innato, nació como líder, Lautaro se crió. Lautaro ha tenido mucho apoyo del gobierno, Millabur como que se ha alejado del gobierno. A Lautaro le ha ido un poco mejor con lo que es infraestructura y Millabur, aunque tiene más gobierno y más tiempo siendo parte de la Concertación, o sea, siendo los dos independientes dentro del Partido Socialista de la Concertación, como alcalde no le ha ido tan bien. Con respecto al tema mapuche, Millabur es un mapuche innato, es un líder a nivel nacional y mundial con respecto a la organización mapuche. Él aparte de sentirse, no hay para qué mirarlo, es purito, y Lautaro como que la parte mapuche... o sea, ha estado participando igual, pero no tan activo como Millabur, hay una diferencia enorme en ese sentido, muy grande. Aunque Lautaro también es parte de la situación, no con este gran movimiento lafkenche, que hay en la comuna de Tirúa, la parte sur. Acá en Los Álamos hay un concepto distinto de lo que es el mapuche de Tirúa. El mapuche de Tirúa tiene más conciencia de lo que es su pueblo ancestral… Aquí hay más desarrollo, y por tanto hay más acceso a la tecnología, la parte urbana, por tanto el mapuche de Los Álamos, de Sara y Pangue, lo que quieren es que sus hijos vayan a la escuela, se eduquen, y que salgan de aquí: a ganar plata, a ser profesionales, a ser distintos de lo que han sido sus padres. Si vamos a Sara o Pangue está todo el camino pavimentado, si vamos a Tirúa hay puro ripio, y después camino de tierra. La gente allá ve menos el tema de la globalización, el que estemos todos conectados, allá ni lo sueñan, hay gente que lo entiende muy claro. La diferencia es que el desarrollo ha llegado más para acá que para allá. De acuerdo a las conversaciones con la gente de allá y con la gente de acá, lo veo de esa forma. En relación al conflicto de las tierras, las tierras allá se perdieron, se recuperaron, se vendieron, y hoy día de nuevo se están recuperando. Acá se recuperaron y la gente está 387 todavía ahí, o sea, no se vendieron. (Adolfo Melita V) . Los alcaldes mapuche, por consiguiente, se adscriben de manera distinta con el proceso de emergencia indígena; el reconocimiento como cuestión fundamental, la autonomía, la identidad cultural, entre otras manifestaciones del proceso. Para el caso de Millabur, su opción como alcalde es la autonomía territorial indígena (Toledo, 2001), para Melita no lo es. Mas todo indica que progresivamente los alcaldes se han ido aproximando a las demandas mapuche, lo que les genera mayor “tensión” con el Estado. Se podría establecer que están en un proceso de configuración de un proyecto alternativo en el espacio municipal local, si bien estas identidades mapuche varían en sus contenidos, al mismo tiempo, de no existir un encadenamiento entre los puntos de vista, como en las temáticas de la relación con el Estado chileno, la identidad, la nación, y los aspectos culturales. Así, el aparato que constituye el municipio mapuche instalado al interior de la sociedad chilena, constituye una nueva estrategia indígena diversa, que se configura dependiendo de las características del espacio local y de los sujetos que desarrollan los liderazgos a su interior, entre otros factores. 387 Entrevista por Claudia Chamorro Levine y Rolf Foerster (septiembre 2006) 170 6.7. MUJERES MELITA. En la introducción de este trabajo, se aclaró que pese a que a veces se hablaría de los Melita en singular, y que muchas veces aparecería singularizado uno u otro miembro de “ellos”, había que resaltar el hecho de que era una familia completa la que ha estado y está en acción. Hasta el momento, poco se ha hablado de “ellas”, no obstante, los vínculos personales desarrollados con las mujeres Melita, el valioso contenido de sus relatos y su potente accionar en el último tiempo, vuelve inevitable no incluirlas expresamente. En los últimos años hemos visto emerger en distintos ámbitos indígenas, espacios de organización productiva y política, construidos y/o protagonizados por mujeres y para mujeres. Gloria Vinnet, esposa de Pascual Melita, conocida por acompañarlo a él en todas las etapas de su vida; tanto en su notable historia biográfica, como en el desarrollo de las demandas internas familiares y en las luchas y reivindicaciones externas, es para muchos de sus hijos e hijas, tal vez la figura más fundamental a nivel familiar. El pilar de Pascual Melita, emocional, político, étnico, todos los pilares fue mi mamá. Incluso el pilar económico mucho tiempo. Yo lo entendí ahora grande, porque yo nunca fui muy cercana a mi mamá, pero sí muy amiga de mi papá. Pero todos consensuamos que el pilar de la familia fue la mamá, una mujer tan fuerte, decidió no morirse y no se 388 murió...jajaja. (Maribel Melita) No obstante, algunos años atrás decide convertirse en actora política por sí misma y presentarse como candidata a concejal el año 2004. Fui candidata independiente en la elección pasada; saqué hartos votos, pero como iba independiente por la famosa binominal quedé fuera. Otros que sacaron 200 votos hoy día son concejal y yo saqué como 900, jajaja. Pero no me presento más, porque me gasté toda una plata que tenía para hacerle una bóveda a Pascual, jajaja. Ahora rejuvenecí, porque andan los partidos la siga mía, para la próxima. Pero no…basta con apoyar a los hijos. 389 (Gloria Vinnet) . Para Paola Melita, su madre logró entrar como protagonista, en un espacio que conoció por largo tiempo, pero en el que siempre participó como compañera silenciosa. 388 389 Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro Levine (septiembre, 2006) Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro Levine (septiembre, 2006) 171 390 Yo estuve en la campaña de mi mamá, me vine…el Chirro y yo, estuvimos aquí. Lo miraí de lejos y se ve una locura, pero después vez que se trata de una persona que estuvo 50 años detrás de un gallo que era un líder, pero que ella era una líder igual, que siempre se postergó en función de que Robledo (Pascual) fuera la figura del tema, y dándole ese puesto siempre. Entonces tenía que llegar su momento. Y no salió lamentablemente o que bien que no haya salido…Fue una campaña de mujeres, de mujeres sobre los 60, de esas mujeres que nunca habían salido de su casa. Para mí es súper admirable lo que hizo. Y el grupo de viejitas que la apoyó...salían al puerta a puerta, y teclas teclas. En el lanzamiento 391 de la campaña, señoras del doble de edad de ella cantaban. (Paola Melita ) Pese a no salir electa, igualmente Gloria Vinnet, hizo su ingreso concreto al espacio público comunal. Pero no crean que por eso me quedo en la casa sentada, no es fácil ubicarme, yo soy presidenta de la mesa comunal de mujeres. La mesa comunal tiene a todos los equipos de la comuna, todo comité que haya de mujeres tiene que llegar a la mesa, por lo tanto hay harto que hacer, recorrer toda la comuna. Por ejemplo, hay cosas que los abogados no pueden hacer y las tomamos nosotros con SERNAM…El señor alcalde no tiene idea de todo el trabajo que se hace, jajaja…Lo de mi candidatura fue una Quijotada. (Gloria 392 Vinnet) Por otra parte, tanto Maribel –profesora básica- como Paola Melita -abogada del Servicio de Salud Arauco e independiente, ambas hijas de Gloria y Pascual, participan en la comunidad conformada por los miembros de la familia nuclear; comunidad de distintas posiciones y visiones con respecto al tema mapuche. No deja de ser interesante la fuerte presencia femenina en la comunidad Pedro Melita, compuesta por seis socios y trece socias393. Al mismo tiempo, las dos fueron convocadas a entregar su visión con motivo de la puesta en marcha de la segunda fase del programa Orígenes, en reuniones a las que asisten diversas organizaciones indígenas, y desde las cuales surgió un movimiento comunal para destituir cargos al interior del programa. Desde la modesta participación de nosotros, se hizo un movimiento bien fuerte en Los Álamos, donde estuvieron todos los dirigentes nacionales, incluidos diputados y el Lautaro, que comandaba el movimiento, y donde la gente se sentía muy conforme con él; por ambos lados, porque él es un tipo muy mediador de acá pa allá. Se le pidió la renuncia a Gallegos y González que son las personas del provincial y regional de Orígenes; Gallegos ya se fue, y ahora hay una persona que está interino pero que es mapuche: Franklin Elincura, que no estaba dentro de la participación pero que era el único indígena que estaba en Orígenes, que estaba a honorarios pero que ahora está de planta, ¡dime que no fue importante! Independiente de que nadie sabe para quién trabaja, jajaja, se logró el objetivo de que renunciaran estas personas, que le habían hecho muy mal al tema Orígenes y en el fondo mal al gobierno, en el sentido de que no supieron conciliar las 394 peticiones con la organización , y hacer ameno el cuento (Paola Melita) . 390 Su hermano Max Melita. Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro Levine (septiembre, 2006) 392 Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro Levine (septiembre, 2006) 393 Foerster, Chamorro (2007) 394 Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro Levine (septiembre, 2006) 391 172 Decíamos que al interior de la familia Melita se conjugaban variadas voces con respecto a las temáticas mapuche; particularmente, la opinión sobre el proyecto de la demanda del “Reconocimiento Constitucional como Pueblo”, no es unánime. Así, para Paola Melita, dirigenta activa del movimiento comunitario indígena de Los Álamos, el reconocimiento tiene el valor de ligarse a la potenciación de lo mapuche, no solo a nivel rural y local, sino también en ámbitos de mayor globalidad: El tema mapuche es el tema mío. Nosotros como comunidad estamos organizados, yo quiero efectivamente un reconocimiento constitucional, al contrario de lo que podría pensar otro en la casa. Estoy convencida de que el tema va por ahí. Todo el mundo dice: ‘Nos reconocen constitucionalmente, pero qué pasa después de eso’. Yo, como mucha otra gente indígena, cree en este tema, y no como la plataforma que está ahí; de hecho yo le haría varias modificaciones al proyecto que hay, pero incluso lo acepto tal y como está. El reconocimiento nos permitiría una inclusión en el mundo actual desde una perspectiva mucho más participativa. ¿Cómo? Por ejemplo, todas las actividades que el gobierno hace para el mundo indígena que sean desde y hacia el mundo indígena, lo que nos permitiría el reconocimiento, ahora es desde el gobierno hacia los pobres indígenas. Un gran ejemplo es el famoso [Programa] Orígenes, que es la manzana de la discordia en la provincia. Ese Orígenes que va en directo apoyo a las comunidades, en la provincia solo tiene un mapuche al interior, trabajando, el resto son todos huinca, y no es porque no hayan mapuches al alero del cuento, sino que es porque esto está muy politizado y no permite la participación. El reconocimiento constitucional nos ayudaría en eso, que nosotros como indígenas participáramos también en este cruce de culturas, porque yo no lo veo en que vamos a ser una nación, el tema no va por ahí, sino que nos reconozcan como un pueblo distinto al interior del Estado, y yo creo en eso, no quiero que nos reconozcan como una nación y ser como los Países Vascos, no estoy en esa parada, y muchos no lo están, aunque hay gente en esa parada, pero yo no. El reconocimiento constitucional nos daría una personería distinta a la actual, en la cual seríamos gestores y participantes en la inclusión de este cruce de culturas. Participar en igualdad de condiciones en la medida que se pueda, y nosotros desde dentro fortalecer tanto el proceso de recuperación de nuestra cultura como también el proceso de interactuar con distintas culturas. Yo no solamente quiero que nosotros vayamos a la universidad, sino que tengamos toda una apertura, que hablemos mapudungun, inglés, francés. Quizás es iluso porque ni siquiera los huinca tienen esa posibilidad, pero el reconocimiento nos permitiría trabajar desde las comunidades para poder conseguir el fortalecimiento de este cruce de culturas a través del mundo internacional. Nos daría un respaldo en la personería jurídico legal que nos permitiría incluirnos en este movimiento de cruce de culturas. Creo que enfocado así no se nos miraría como objeto de estudio donde te muestran al mapuche que todavía está en reducciones, cuando la mayoría ya no estamos en reducciones, y no digo que todos están insertos en el cruce de culturas, pero sí hay muchos dispuestos a sacar de este olvido cultural al mundo indígena. Fortalecer al mundo indígena e insertarme en este cruce de culturas, que es muy favorable para todos y no solo para el mundo indígena. Y el Convenio 169 que es otras de las fuerzas que nos dan, si bien es cierto que permite que el gobierno apoye toda la gestión indígena desde el punto de vista de la organización, nos hace transnacionalizarnos con otros mundos indígenas de América, de Europa. El Convenio 169 nos haría partícipes de esta globalidad que nos permitiría participar y ser gestores en nuestro territorio. Porque si bien somos iguales como personas, no nos sentimos iguales, y no porque crea que peor o mejor, sino porque me siento indígena. Y todas estas 173 normativas nos permitirían a nosotros fortalecer el tema de la identidad para el desarrollo 395 cultural, político, etc. (Paola Melita V., septiembre 2006) . Del mismo modo, los intereses políticos no van todos por el mismo lado. Claramente a Maribel y Paola, las convoca sobre todo el tema de la organización indígena y no cargos vinculados al mundo político partidista, como es el caso de su hermano Lautaro; su alcaldía ya por dos períodos y una futura aspiración a nivel provincial. Yo no quiero ocupar cargos, ni verme como líder de esa forma. Y esas cosas se dan solas, no me veo en eso porque no lo quiero, y si lo quisiera tal vez trabajaría por eso: inscribiéndome en un partido de la concertación, segundo, tirarme a concejal y aquí hay toda una carga que me permitiría eventualmente salir, pero no me interesa el tema político, porque mi papá me cansó con el tema político. Mi tema va por el lado de la organización indígena, porque creo que ahí hacen falta personas que participemos y no impongamos, sino que pongamos nuestra posición, para hacer una participación mucho más activa. A mi no me interesa una futura alcaldía, y no porque no la pueda hacer, y creo que mi mami dio el ejemplo más fuerte con eso; siendo súper enérgica, y pudiendo haber salido porque sacó una buena votación pero por ir como independiente no salió. Pero no es mi cuento. 396 (Paola Melita) De forma paralela a las demandas mapuche, desde estas mujeres -y en sintonía con el acontecer contemporáneo indígena-, han surgido de demandas específicas de género, que se apropian de un discursos en relación a los derechos de las mujeres. El tema de género es vital, y son discusiones que tienen que darse sí o sí con el tiempo, porque el tema de género le interesa al mundo indígena, porque ya no es como antes que solamente eran varones, sino que habemos mujeres que estamos metidas en el cuento intentando posicionarnos ya no solo como dueñas de casa o por la crianza de los hijos, que también es importante, sino que teniendo una posición desde el punto de vista de la opinión, y el reconocimiento debería ir a eso, y ahí tenemos puntos de encuentros con el gobierno, porque eso va contemplado dentro del proyecto que está en el Congreso, y eso es súper bueno y es necesario. Los mapuches son muy machistas, la opinión de mis propios hermanos: ellos todavía tienen una postura súper exclusionista de la mujer, desde el punto de vista de la opinión. Sin ir más lejos, el tema de tener un abogado dentro de la familia era un tema de todos…y bueno, al final yo me fui a Santiago y estudié en una universidad privada. Dije, esta cuestión hay que hacerla. Más que me gustara mucho la carrera, creía que había que hacerlo, por un tema de decisiones....A lo mejor es un sentir y puede que no sea así, yo creo que la importancia de que aquí hubiera un abogado es bastante mínima, lo importante es que lo que hubiese sido alguno de los varones, y mi mami es igual, es muy machista, y el mundo indígena es muy machista. Así que las mujeres indígenas tenemos una doble tarea: por un lado, el reconocimiento general, y por otro, posicionarnos dentro de las comunidades no solamente como la dueña de casa o la mujer de los hijos, o sea, la que quiere que lo haga, pero la que no quiere que haga lo quiera hacer, y ese no es un tema desde la parte indígena, sino que es parte del tema de género. Las mujeres tenemos que ocupar espacios de tipo laboral, social, político, porque queremos hacerlo, y la que no es cuento de ella. Por ejemplo yo no me veo como dueña de casa, soy tan al lote, tendría mi casa un desastre siempre, en cambio, a mi me gusta la reunión, la oficina, jajaja, me gusta, y si desde ese lado puedo ser un aporte, que rico y por 395 396 Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro Levine. Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro Levine (septiembre, 2006) 174 qué no. Ganarme ese espacio es importante, no porque soy indígena sino porque soy 397 mujer. (Paola Melita) Por tanto, la problemática de género, no entra solo como una dimensión organizativa colectiva a nivel de comunidad o de país, sino que también se vincula con la experiencia cotidiana de las mujeres Melita; a nivel territorial deben confrontar ideologías hegemónicas que legitiman y perpetúan las relaciones de subordinación de género al interior de su propia familia. Pascual (papá) no era machista, siendo que los mapuches lo son. Mi mamá es muy machista... ¡imagínate...a quién se le ocurre tener 10 hijos, sin tener mucha plata!...mis hermanos también lo son, y la herencia de las tierras sigue esa tendencia. A mi me corresponden 11 hectáreas, mientras a que a mi hermano Lautaro le corresponden 150 398 (Paola Melita Vinnet) . 397 398 Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro Levine (septiembre, 2006) Entrevista por Rolf Foerster y Claudia Chamorro Levine (septiembre, 2006) 175 CONCLUSIONES En correspondencia con las prácticas colonizadoras399 hegemónicas, la historiografía tradicional –instauró procesos homogéneos, e inherentes a estos, tiempos uniformes, definiendo épocas limitadas: donde la expansión del dominio español correspondería a la primera mitad del siglo XVI, estableciendo para el siglo XVII y XVIII, periodos de relevante quietud y pasividad producto de los procesos de colonización, para finalizar con un siglo XIX en el que emergen y se consolidan los estados nacionales. Sin embargo, toda perspectiva en conformidad con esa mirada, pasa por alto todos aquellos casos concretos de sociedades que experimentaron sus “contactos” con lo español en otras circunstancias, y del mismo modo tampoco considera las heterogeneidades desplegadas en estas y en aquellas sociedades propiamente coloniales400. Por tanto, se propone un proceso uniforme de expansión y colonización, que invisibiliza a los múltiples sujetos, sujetas y subjetividades, en el que no tendría cabida experiencias como las de la familia Melita al sur del Biobio; espacio que claramente admite variantes y reconoce las múltiples y duraderas relaciones interculturales entre las sociedades mapuche y no mapuche. Si bien las construcciones de los discursos sobre los otros y otras son desde el poder, hay una recepción de los procesos colonizadores en las prácticas, lo que permite que estos sean recibidos, vividos, y también resignificados, por parte de las y los dominados. En esta investigación, y en concordancia con la hipótesis de trabajo, la aproximación a la genealogía de los Melita se desarrolló por tres vías distintas pero simultáneas: la escritura y las prácticas que conforman el ámbito de lo público, el territorio (los espacios que se deslindan y las identidades que se sostienen), y el poder local (la forma de acceder y de ejercerlo). Específicamente, el supuesto que orientó esta exploración, planteó que la conjugación de la familia Melita en el siglo XIX como caciques, propietarios y letrados, permitió su destacada permanencia tanto a nivel político como espacial, durante el siglo XX y hasta el día de hoy; como alcaldes, propietarios y profesionales universitarios. Considerando que cada uno de los factores mencionados (cacique, propietario, letrados) 399 Entendiendo lo colonial más allá del “período colonial mismo”. La distinción que hace Lockhart (2000) entre zonas centrales y zonas periféricas, permite profundizar en la diferenciación entre <poblaciones indias>, o sea, bajo el dominio colonial, y <poblaciones indígenas>, esto es, ajenas al dominio colonial. 400 176 se posibilita entre sí401, y de la misma manera, que cada uno de los factores resultantes para el siglo XX (alcalde, propietario, universitario) se intervienen entre sí. Nos introducimos sobre todo en el “periodo republicano”, indagando en la continuidad de procesos, sujetos/as e identidades “coloniales” del mundo mapuche, evidentemente considerando que el Estado chileno comenzaba recién a ejercer un dominio sobre este territorio. Encuentros y desencuentros entre dos culturas, en un área donde el tema de la colonialidad –refiriéndonos al periodo mismo- es discutible, por cuanto la subordinación del pueblo mapuche ocurre en las últimas décadas del siglo XIX y no bajo el dominio español ni en las primeras décadas del estado nacional chileno; de ahí ciertamente, la presencia de figuras como los caciques gobernadores -Melitacun y Melitaun en el siglo XVIII- y sus secretarios -Miguel Melita a mediados del XIX-. Los secretarios de los caciques, representados en este caso por Miguel Melita, se nos presentan igualmente o incluso más fundamentales que los propios caciques gobernadores, por su función aún más nítida de intermediarios culturales; posición clave en la segunda mitad del siglo XIX, por cuanto desarrollaron estrategias internas, al mismo tiempo que actuaron como vehículos para la comprensión entre los mundos en relación, mas en ningún caso poniéndose en duda su procedencia ni inserción en su espacio de origen. Si bien es clave el rol del secretario Melita, la continuidad política y territorial de la familia Melita se da directamente por la rama de José Melita Navarro, o sea, por el cacique de la parcialidad de Cuyinco, y no claramente por la de Miguel Melita, puesto que pese a su contemporaneidad no fui posible corroborar el vínculo entre uno y otro. Por ende, tentativamente podríamos establecer que la continuidad se sostiene desde la figura menos próxima al mundo no mapuche. Esto confirma la tesis de la persistencia de la sociedad segmental, sin negar la incidencia de aquellas figuras más cercanas al mundo no mapuche. Por consiguiente, hay una distancia con la idea de Boccara, quien plantea un cambio radical en las figuras de poder. Consecuentemente, cabe preguntarse si aquellas autoridades más vinculadas al mundo huinca estaban tan claramente asociadas a un territorio discreto como los lonkos de las parcialidades. De no ser así, finalmente 401 Así por ejemplo, dijimos que un Melita letrado, viabiliza en parte la capacidad de conservar la tierra, ya que los sitúa en un escenario favorable para efectuar transacciones notariales. 177 sería la tierra el factor de peso, con ello, sin relegar la envergadura y significado del manejo de la escritura y las prácticas desplegadas entorno a ese saber. ¿Por qué la trascendencia de la conjugación entre escritura, propiedad y poder cacical? Probablemente porque dichos factores se instauran como procesos colonizadores desde el poder colonial y estatal, adquiriendo valores y significados fundamentales. Si bien esto es claro para el caso de la escritura, también el territorio al insertarse en un sistema coercitivo de mercado y judicial, que implanta una estructura jurídica; ingresa, implica y transforma radicalmente el vínculo de este con la vida de los/as sujetos/as. Asimismo la entrada colonial y estatal a la estructura política mapuche, disminuye aún más toda posibilidad de acumulación de poder. Lo que el estado colonial español intenta desplegar en el espacio mapuche, con variantes posteriormente, lo llevará a cabo el estado chileno republicano; la creación de la provincia de Arauco en el año 1852, es el antecedente para la conformación de una maquinaria determinada a instaurar la “civilización” en la zona. Dicha operación, se posibilita producto de la articulación progresiva de entidades en diversos puntos de la provincia, que consecutivamente condescenderán en la propuesta de Cornelio Saavedra conocida como de “pacificación”, presentada en 1861; vislumbrándose progresivamente lo que Pinto (2003) ha denominado la política de exclusión, en contraposición a la de inclusión de las primeras décadas. No obstante, hay respuestas al poder colonizador estatal, una “colonialidad” que surge y se construye en el ejercicio de los procesos de dominación, que saca a la luz voces y prácticas usualmente silenciadas; las de sujetas y sujetos más o menos colonizados, que desarrollan estrategias y puestas en marcha creativas con respecto a la matriz hegemónica impuesta por los procesos. Si bien la escritura constituyó uno de los ejes de legitimación de la dominación; que primeramente vino a desprestigiar y a controlar todas otras formas de memoria y de saber, siendo a su vez funcional a los demás escenarios de colonización (jurídicos, religiosos, administrativos), no barrió radicalmente con otros sistemas de registro no alfabéticos402, existiendo estructuras de oralidad en marcha hasta el día de hoy. 402 Leinhard (1993). 178 De la misma manera, los/as sujetos/as utilizaron esta práctica cultural impuesta, para elaborar estrategias defensivas en el sistema jurídico. Así, pese a que la estructura jurídica, ingresó e implicó radicalmente en la vida de los/as sujetos/as, estos/as al poseer intereses disímiles al poder estatal y colonizador, y un forma particular de relacionarse con sus espacios, desarrollaron maniobras y negociaciones frente al sistema. Así, pese a que los documentos legales notariales son lugares cerrados de una estructura textual más o menos rígida donde se imponen las representaciones de quien escribe, se advierte diversidad de elementos en relación a distintos ámbitos, en aquellas escrituras que involucraban en una de sus partes a sujetos o sujetas mapuche. Por tanto, parte del mundo mapuche, y particularmente los Melita, se apropian de la práctica notarial a través de un proceso que no fue pasivo; la notaria como institución y práctica impuesta -en complicidad con la matriz ilustrada y moderna-, no obstante, se despliega como fórmula para (intentar) permanecer y (re)configurarse. Destacándose el testamento como táctica estratégica de negociación, que permitirá al mundo mapuche formalizar su patrimonio (más allá del resultado real y efectivo de tales dinámicas): algunos/as adviertan la necesidad de ejecutar precisiones legales, posibilidad de lectura para concebir y justificar aquellos testamentos formalizados tempranamente por sujetos/as mapuche de veintitantos años de edad. Así los/as sujetos/as adquieren una cierta familiaridad con la escritura dado que utilizan los servicios de notarios para tratar problemáticas territoriales; incluso miembros de la familia Melita, intervienen como testigos de fe, y en aquellos casos que actuaban individuos no conocidos por el funcionario notarial, precisaban como testigos de identidad. De la misma manera, en exclusiva de las escrituras efectuadas por sujetos/as mapuche, los Melita terciaron como intérpretes, cuya función era la de apoyar el diálogo entre las partes, para traspasar los límites idiomáticos que obstaculizaban la interlocución. La sociedad mapuche en un esfuerzo y obligación por entender el lenguaje de la dominación, adoptó prácticas occidentales para adaptarla a fines específicos, sobre todo en relación al resguardo territorial. Siguiendo a Gruzinski (1991), los testamentos –y otros tipos de documentos- constituirían un testimonio en el cual la escritura se liga al deseo de 179 vivir y sobrevivir, de salvar la memoria, a la intención de conservar, la identidad y los bienes. Consideramos que esta propuesta –de apropiación activa e intermediación en las prácticas- no se restringe a los escenarios del siglo XIX, sino que nos parece perfectamente extensible entender las figuras mapuche municipales del siglo XX y XXI, como sujetos plenamente activos y agentes mediadores de sus tiempos. En el primero, el escenario de un momento en que se tiende a instalar a las demandas indígenas en la misma esfera de las instancias campesinas y obreras; una generación de líderes y dirigentes mapuche universitarios, ligados a alguno de los partidos políticos del país, en la generalidad de la Provincia de Arauco, y particularmente en el caso de Pascual Melita, vinculado al Partido Comunista. Dicho liderazgo fue desplegado tanto a nivel externo como a nivel familiar, constituyendo la Batalla de Pangal el hito del primero, y sin duda que la capacidad de “juiciar” y lograr la restitución de parte de su territorio, la del segundo; sin pretender invisibilizar las contribuciones de otras y otros miembros de la familia a este respecto. Con Lautaro Melita, dicho escenario se compone de un conjunto de elementos en relación al fenómeno de la “emergencia indígena”403. Los alcaldes indígenas, nuevos actores contemporáneos, se aproximan a la temática mapuche de modo heterogéneo, adquiriendo un compromiso político de diversa índole con el movimiento indígena, dado por su cercanía y distancia con las organizaciones, intelectuales y reivindicaciones; factores dados –entre otras razones- por el modo en que estos sujetos han accedido al poder: desde la organización mapuche o desde el apoyo de un bloque partidista nacional. Si bien, en relación al fenómeno de la emergencia indígena, en la actualidad es clara la cuestión del liderazgo mapuche a nivel de participación política formal, siendo un hecho palpable que en las últimas elecciones municipales, comunas con alta presencia de población indígena han escogido como representantes a alcaldes mapuche404, lo que hay en Lautaro Melita, no es una congruencia total con los componentes de la “emergencia indígena”. Probablemente dado que el levantamiento de su liderazgo está estrechamente 403 Bengoa, José (2000) Pese a que a nivel numérico no es tan significativo, sin lugar a dudas el tema cobra peso por su complejidad. Habrá que analizar las elecciones municipales del presente año para ver el camino que seguirá este proceso. 404 180 vinculado a la figura de su padre y no íntimamente a los movimientos indígenas latinoamericanos de los años 90´, que en conjunto a sus reivindicaciones de autonomía, autodeterminación y búsqueda de un espacio representativo, intentan recobrar y fortalecer aspectos culturales. Por consiguiente su discurso (re)construye una identidad mapuche no en términos de diferenciación, sino que en términos de comunicación; de ahí que en su discurso sí esté lo de alcanzar un espacio representativo y un interés por consolidar los elementos culturales, además de un especial énfasis por avanzar en los aspectos económicos y sociales del mundo mapuche, mas no esté presente, el tema de la autonomía y la autodeterminación. No obstante, claramente relativo a la emergencia de los movimientos étnicos, son las formaciones de organizaciones productivas y políticas, construidas y/o protagonizadas por mujeres y para mujeres. Los últimos años los han visto irrumpir con fuerza en distintos espacios indígenas; las hermanas Maribel y Paola Melita, y en parte su madre Gloria Vinnet, concretamente -y en sintonía con el general acontecer contemporáneo indígena-, posicionan demandas específicas de género que se apropian de un discurso en relación a sus derechos. Del mismo modo, en ellas sí es más evidente –en diversos grados-, la presencia de la autonomía y la autodeterminación como ejes. Aunque cabe destacar, que esta participación, no se constituye exclusivamente como dimensión analítica u organizativa, sino que también se vincula con la experiencia cotidiana de ellas a nivel territorial; en la que deben confrontar ideologías hegemónicas que legitiman y perpetúan las relaciones de subordinación de género al interior de sus propias familias y comunidades405, tomando en cuenta que los procesos colonizadores han venido acelerando procesos patriarcales en estas sociedades406; para las hermanas Melita, el tema de la repartición desigual de las tierras, no es menor. Se determinó e indagó en los factores, mecanismos y circunstancias que han permitido la continuidad y visibilidad política de la familia Melita en la zona de Arauco, cual se ha desenvuelto extensamente en esta área; en el siglo XIX como caciques, y en la actualidad, como parte de los denominados “alcaldes mapuche”, específicamente en la comuna de Los Álamos. Existiendo por otra parte, una clara y concreta continuidad territorial en su lugar ancestral: Cuyinco, espacio que han logrado preservar como propio, 405 406 CIESAS, CELA, UNAM, (2005). Oyarzún (1992). 181 conservando hasta hoy 1800 hectáreas, siendo parte de aquellas comunidades que en su momento, quedan fuera del ámbito reduccional. Alcanzándose lo anterior, en un intento por caracterizar las figuras de liderazgo al interior de la familia en el siglo XIX y los escenarios en los que se desenvolvían, describir el proceso de constitución de propiedad de las tierras Melita desde el siglo XIX, su reconocimiento legal, y la situación actual, y por último identificándose los alcances de los principales liderazgos Melita en el siglo XX y en el presente. Pese a todo, emergieron múltiples espacios que valdría la pena profundizar, considerando que a nivel general la dinámica social de los pueblos indígenas cada día se ha vuelto más compleja en América Latina, donde lo global y local generan redes complejas y espesas, necesarias de ser escudriñadas por la investigación antropológica, sobre todo desde la perspectiva de la política y del poder, tomando en cuenta que el análisis del problema del poder indígena es a partir de sociedades multiétnicas, en estrecho vínculo con la política estatal y los movimientos sociales. Donde cada “gobierno local indígena”, particularmente en este caso, los municipios mapuche, introducen distintas características en su gestión, y se relacionan distintamente con los movimientos, luchas y movilizaciones indígenas más amplias de alcance regional, nacional o internacional. Del mismo modo, cabría indagar en cuán reales son los desafíos y oportunidades que se presentan en los municipios mapuche de ante procesos de negociación que permiten ampliar las capacidades de gobierno a través de la inclusión de formas deliberativas e incluyentes en contextos pluriculturales, cuan fundamental podría ser esto en la reflexión en torno a las luchas por lograr la reconstitución, el fortalecimiento de las instituciones propias y el reconocimiento de la autonomía. La presente investigación pone de manifiesto los alcance y la pertinencia del trabajo de campo, la etnografía y la tradición oral como sellos del trabajo antropológico, sobre todo para el estudio de lo local. Sin duda, estos procedimientos –junto al trabajo de archivohan sido los elementos claves para la construcción de esta tesis. Gracias a las memorias, las genealogías y los testimonios de gran parte de la familia Melita, y otras personas próximas a sus trayectorias, destaca cómo y desde dónde se va construyendo por parte de los propios sujetos y sujetas, los imaginarios de un pasado, las 182 experiencias de un presente y las perspectivas de un futuro. Del mismo modo, se exteriorizan los diversos ejes desde los cuales se despliega la experiencia antropológica, en una dinámica en la que esta va adquiriendo profundidad, consistencia y extensión, entre lo individual y lo colectivo. Al mismo tiempo, en esta investigación, se levanta un conjunto de información y documentación importante para abordar próximamente aquellas interrogantes –como las que mencionamos en el párrafo anterior-; constituyéndose como punto de encuentro: de voces y escritos, destinado a consolidar la reflexión teórica antropológica sobre el mundo mapuche. 183 BIBLIOGRAFÍA Libros y capítulos de libros. 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