ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Psiq Biol. 2010;17(2):81–84 Psiquiatrı́a Biológica www.elsevier.es/psiquiatriabiologica Nota clı́nica Tumor cerebral benigno como factor desencadenante de comportamiento anómalo Francisco Javier Zamora Rodrı́guez , Juan Antonio Guisado Macı́as y Concepción Benı́tez Vega Servicio de Psiquiatrı́a, Hospital Universitario Infanta Cristina de Badajoz, Badajoz, España I N F O R M A C I Ó N D E L A R T Í C U L O R E S U M E N Palabras clave: Comportamiento humano Lóbulos frontales Meningioma Psicopatologı́a Sı́ndrome frontal Tumor cerebral Introducción: Desde mediados del siglo XIX han aparecido artı́culos en la literatura médica cientı́fica de pacientes con alteraciones comportamentales causadas por lesiones traumáticas en la región prefrontal o tumores localizados en esta área del cerebro. El primero y más famoso caso de cambios en el comportamiento social después de un daño frontal fue Phineas Gage descrito en 1868. Caso clı́nico: Analizamos las alteraciones de conducta causadas por un meningioma orbitofrontal en una mujer de 36 años. Las caracterı́sticas clı́nicas y psicológicas del cuadro son reflejadas. Conclusiones: La corteza cerebral frontal está considerada como el órgano de la civilización; es la parte más caracterı́sticamente humana e importante del cerebro, jugando un gran papel en el comportamiento. En este caso comprobamos la constante asociación entre alteraciones comportamentales y lesiones prefrontales. & 2010 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. Benig brain tumour as triggering factor of behavior disturbances A B S T R A C T Keywords: Human behavior Frontal lobe Meningioma Psychopathology Frontal syndrome Brain tumour Introduction: Since the middle of the 19th century, several reports have appeared in the scientific literature of patients with behavioral disorders caused by traumatic injuries to the prefrontal region or frontal lobe tumours. The first and most famous case of antisocial behavior after frontal lobe injury was a man named Phineas Gage, described at 1868. Case report: We analyzed the behavioral disturbances caused by an orbitofrontal meningioma in a 36-years-old female. The clinical and psychological features are appointed. Conclusion: The frontal cortex can be considered as the essence of what makes us human, the civilization organ; that is, the most characteristically human and important brain area, playing a significant behavioral role. In this case report we proved a closely relation between behavioral disorders and prefrontal lesions. & 2010 Elsevier España, S.L. All rights reserved. Introducción Desde que en 1868 J.M. Harlow describió el primer caso de cambios producidos en la conducta después de sufrir una lesión en la parte anterior del cerebro, el famoso caso Phyneas Gage1–5, quedó establecida la relación existente entre los lóbulos frontales y las alteraciones conductuales3. El espectro de sı́ntomas con los que puede cursar una alteración a nivel del lóbulo frontal puede ser muy variado dependiendo de la localización y la extensión de éste. Se han descrito alteraciones conductuales con déficit en los procesos de autorregulación conductual, trastornos afectivos, de carácter, de personalidad, motivación, con dificultad en la toma de decisiones, memoria, con déficit en las tareas de recuperación y Autor para correspondencia. Correo electrónico: pacozamora23@hotmail.com (F.J. Zamora Rodrı́guez). en la memoria de trabajo, atención, lenguaje, con problemas de organización y planificación de éste, trastornos especı́ficos que afectan al cálculo, al movimiento y a la solución de problemas; todas ellas funciones cognitivas asociadas al lóbulo frontal1,6,7. Entendemos por sı́ndrome frontal el conjunto de alteraciones debidas a una lesión frontal, que implique a la zona prefrontal, y sus consecuencias sobre el córtex motor, el premotor y otras áreas con las que mantiene estrechas relaciones1,7. Por ello, puede incluir todos los trastornos anteriormente descritos. Las principales etiologı́as del sı́ndrome frontal son tumores, traumatismos craneoencefálicos, accidentes cerebrovasculares, enfermedades degenerativas e infecciones1. Encontramos numerosos estudios que asocian las alteraciones del comportamiento causadas por daño cerebral con lesiones en el córtex prefrontal ası́ como en determinados circuitos frontosubcorticales8–11. En este artı́culo presentamos un caso de sı́ndrome frontal debido a un meningioma de la hoz cerebral y las repercusiones no 1134-5934/$ - see front matter & 2010 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. doi:10.1016/j.psiq.2010.03.001 ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 82 F.J. Zamora Rodrı́guez et al / Psiq Biol. 2010;17(2):81–84 sólo fı́sicas, sino también familiares y sociales que tuvo éste, motivadas en gran parte por el retraso en el diagnóstico que presentó, ya que por la amplia variedad de sı́ntomas con los que puede cursar una alteración frontal son casos con gran dificultad diagnóstica en multitud de ocasiones y que pueden implicar a diferentes profesionales, no sólo sanitarios, sino también del ámbito social. El objetivo es mostrar los pródromos psicopatológicos de un cuadro causado por un tumor cerebral. Caso clı́nico M. era una mujer de 36 años de edad, casada y madre de 2 hijos (de 17 y 15 años) de profesión sus labores. El núcleo familiar era el formado por M., su marido y sus hijos. Entre los antecedentes patológicos médicos destacaban una anemia ferropénica y unas metrorragias controladas por su médico de atención primaria. Además, presentaba una obesidad grado IV con un IMC de 50,78 kg/m2. Ausencia de hábitos tóxicos. Como antecedentes patológicos psiquiátricos, lo único reseñable era un cuadro compatible con un trastorno del humor 2 años antes de la valoración actual, abandonando psicofármacos por efectos secundarios (sueño). Los antecedentes familiares psiquiátricos se reducı́an a su madre con trastorno depresivo en tratamiento por atención primaria. La primera información sobre el proceso que nos ocupa de nuestra paciente fue la aportada por dos vecinas de la comunidad de vecinos de nuestra familia cuando se personaron en el ayuntamiento de la localidad para hablar con la trabajadora social. Acudieron para informar sobre las condiciones higienicosanitarias de la vivienda de nuestra familia. Comentaron que nunca limpiaban la casa ni tiraban la basura, habı́a malos olores, etc. M. rechazaba la ayuda de las vecinas para limpiar, alegando poder hacerlo ella junto con sus hijos. Las trabajadoras y las educadoras sociales visitaron el domicilio. M. fue quien las recibió. )Las condiciones higienicosanitarias eran pésimas. La casa llevaba meses sin limpiarse, con basura por todos sitios y un olor irrespirable. En la entrada habı́a tres sacos de basura acumulada. En el salón estaba todo revuelto, los sillones sucios, habı́a restos de comida en platos, en el suelo habı́a plásticos y envases, etc.*. Se informó a los padres de familia de las denuncias presentadas por los vecinos y de la necesidad y obligación de limpiar la casa cuanto antes. El aspecto que presentaba M. era de evidente abandono en cuanto a su higiene personal. En una nueva visita domiciliaria comprobaron que la vivienda habı́a mejorado considerablemente, estaba más ordenada y limpia. Habı́an recogido gran parte de la basura y bajado los sacos, aunque M. no habı́a colaborado. Confesó que creı́a que tenı́a depresión, decı́a tener miedo a salir a la calle (llevaba meses sin hacerlo) porque se sentı́a observada, con gran apatı́a y desgano hacia todo, no le apetecı́a relacionarse con nadie y no asistı́a a ninguna actividad de ocio. Los hijos presentaban ciertos problemas de aceptación social por culpa de la falta de higiene a nivel doméstico y personal. Acordaron que la familia necesitaba ayuda y orientación en cuanto a la realización de tareas domésticas y administración económica ası́ como asesoramiento médico y psicológico de la madre. Los educadores sociales se propusieron seguir trabajando con M. y su marido. Continuaron las visitas a domicilio para realizar un seguimiento e intentaron conseguir que ella asista a la consulta del médico de familia para valorar la necesidad de tratamiento psiquiátrico. También se le ofreció acudir a una psicóloga. Posteriormente realizaron varias visitas previamente consensuadas con M., pero el domicilio se encontraba cerrado. Por fin, en una visita, nuestra paciente los volvió a recibir. Nuevamente la higiene era bastante deficitaria. Trabajaron con ellos diferentes áreas: a la paciente le insistieron en que visite a su médico y la acompañaron por urgencias a la consulta de éste, el cual le volvió a recetar el mismo tratamiento para la depresión que tomó hace años. Trataron con la familia la necesidad de mantener hábitos higiénicos a nivel personal y en el hogar. Les planificaron un taller de higiene más un planing de tareas para todos los miembros de la unidad familiar. Quedaron en realizar visitas domiciliarias sucesivas. La familia estuvo de acuerdo con estas medidas. Desde entonces fue imposible contactar con la progenitora, y el padre se encontraba casi siempre fuera de la casa por cuestiones de trabajo. Los servicios sociales consideraban que el contexto familiar era negativo para el desarrollo de los menores y que la unidad familiar estaba bloqueando deliberadamente su intervención, con lo cual tomaron una serie de medidas: los menores se fueron a vivir con sus abuelos paternos, a la paciente se le asignó una cita con psiquiatrı́a a través de su médico de cabecera y se pactó que algún miembro de la familia se responsabilizara del tratamiento en caso de necesitarlo. Acudió a su cita con psiquiatrı́a derivada por su médico de atención primaria para )valoración de cuadro ansioso depresivo con mala cumplimentación del tratamiento*. Presentó en ésta )poca higiene, obesidad, huele muy mal, vigil, orientada, colaboradora, tranquila*. Refirieron su marido y su suegra que no salı́a de casa, no tenı́a amigos ni apoyos. )Siempre ha sido rara, con pocos hábitos higiénicos y tendencia a acumular basura*, )el mayor problema que tiene es que no hace naday ni se lavay ni se hace las analı́ticas que le pide el médicoy lleva un año mal*, )se ha ido dejandoy ha dejado de hacer las cosas*. Anteriormente se ocupaba de su casa, del cuidado de sus hijos, incluso trabajaba como empleada del hogar. Se le diagnosticó de un trastorno mixto de la personalidad y se le prescribió tratamiento con escitalopram (20 mg/dı́a), el cual ya habı́a sido puesto previamente por su médico de atención primaria dos semanas antes, y quetiapina de liberación prolongada (300 mg/dı́a), además de recomendar su valoración por trabajadora social. Posteriormente acudió a la cita con ésta acompañada de su marido. Refirió que )con el tratamiento está algo mejor*, )le da igual todo*. Su marido se habı́a ido a vivir a casa de su madre con sus hijos. Dijo que ya no creı́a en ella: )son muchas charlas ya, y sigue igual*. Llevaba 21 dı́as sin ducharse. Se orinó en la consulta. A los pocos dı́as su suegra sufrió dos intentos autolı́ticos en una semana, siendo atendida por el psiquiatra de guardia correspondiente, quien tras escuchar la historia referida por ésta, la instó a traer a M. a urgencias para su valoración. La paciente acudió a urgencias de su hospital de referencia, siendo valorada por el psiquiatra de guardia que casualmente habı́a visto a su suegra en dı́as anteriores. En la historia se refirieron alteraciones conductuales de 1 año de evolución, abandono personal y de sus hijos, conducta extraña, tendencia a estar en un sillón sin actividad. Describió bien sus sı́ntomas. Ausencia de alteraciones sensoperceptivas o ideas delirantes. Miedo intenso e incapacidad para hacer las cosas con sufrimiento personal. Indiferencia. Refirió también mareos y caı́das al suelo con frecuencia. Se orinó en la consulta. Se solicitó una analı́tica completa más una TAC craneal. Ésta es informada como )masa hiperdensa extraaxial frontal, bien delimitada, de contornos lobulados que mide aproximadamente 53 70 mm con algunas calcificaciones. Desplaza el parénquima adyacente, oblitera las astas frontales de ambos ventrı́culos laterales y comprime el cuerpo calloso. Con intensa captación de contraste tras su administración. Compatible con meningioma que parece depender de la parte anterior de la hoz cerebral* (figs. 1 y 2). Se le realizó una historia clı́nica más completa, en la que destacó un posible hipotiroidismo. Refirió abulia y anhedonia sin ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. F.J. Zamora Rodrı́guez et al / Psiq Biol. 2010;17(2):81–84 83 de 244 mg/dl, glucosa de 112 mg/dl, hemoglobina de 9,2 g/dl, hematocrito del 29,0% y volumen corpuscular medio de 66,7 fl. Se ingresó a la paciente en neurocirugı́a. En los dı́as siguientes la paciente se encontró ligeramente verborreica, con ansiedad centrada en la comida y cierto grado de exaltación del ánimo ()siempre he sido ası́*). Ausencia de alteraciones sensoperceptivas ni del curso ni del contenido del pensamiento. La paciente contó que )yo nunca pensé que tuviese depresióny yo no estaba triste*, actitud inadecuada, trato familiar, quejas de insomnio leves, tranquila ante su diagnóstico y sensación de alivio por éste. La extirpación del tumor transcurrió sin incidencias, salvo las asociadas a la obesidad de la paciente. La extirpación fue completa con resultados satisfactorios. Los dı́as siguientes a la operación destacó un ánimo algo menos expansivo, ansiedad por la comida, la paciente pedı́a perdón por sus comportamientos anteriores ()me han dicho que he dicho muchas tonterı́as estos dı́as*). A los pocos dı́as de la intervención se le dio el alta a su domicilio con una evolución satisfactoria de su sintomatologı́a. Discusión Figura 1. TAC craneal en la que se observa el meningioma dependiente de la hoz cerebral. Figura 2. RMN preoperatoria de la paciente. llanto espontáneo. Ausencia de cefaleas, náuseas ni vómitos. Ausencia de cambios del ritmo intestinal. Creı́a que habı́a perdido peso. Ausencia de meno y metrorragia. No contaba sı́ntomas neurológicos, salvo sensación inespecı́fica de mareos sin giro de objetos, aunque sı́ presentó cuadro sincopal completo presenciado por el marido (sin relajación de esfı́nteres). Desde hacı́a 3 meses referı́a anosmia. La exploración fı́sica era normal, sólo destacable en la piel la presencia de un eccema maculoso algo descamativo en las muñecas y un intertrigo inframamario. Se le pidieron las siguientes pruebas complementarias: hemograma, bioquı́mica, coagulación, gasometrı́a venosa, orina y drogas de abuso y radiografı́a de tórax sin alteraciones de interés, salvo colesterol Los tumores cerebrales se asocian con alta frecuencia a clı́nica psiquiátrica, y aunque los sı́ntomas psiquiátricos pueden ser la primera manifestación del tumor, es raro verlos en la consulta de Psiquiatrı́a. Los sı́ntomas suelen deberse al aumento de la presión intracraneal o a efectos de compresión más que a efectos directos del tumor. Los tumores de localización frontal han sido una de las principales fuentes de información para el estudio de las alteraciones comportamentales asociadas a lesiones prefrontales. Ya desde principios del siglo XIX, Jean Cruveilhier presentó el caso de una mujer de 45 años que mostraba apatı́a y desinterés por el entorno y cuya autopsia reveló la presencia de un gran meningioma que comprimı́a el lóbulo frontal derecho12,13. Distintos sı́ntomas psiquiátricos que pueden verse en tumores del lóbulo frontal pueden ser depresión, afecto inapropiado, desinhibición, sı́ntomas psicóticos y hasta en un 10% puede aparecer ideación suicida. Los signos neurológicos, que pueden faltar en algunos casos, consisten en cefaleas, náuseas, vómitos, crisis convulsivas, pérdida de la visión, edema de papila y otros, tales como demencia, anomalı́as de la coordinación, incontinencia rectal o vesical, etc. En la paciente de nuestro caso el diagnóstico se vio dificultado inicialmente por la ausencia de manifestaciones neurológicas, ya que éstas no se hicieron presentes más que al final en forma de anosmia, relajación de esfı́nteres y mareos. No obstante, habı́a signos que indicaban una alteración orgánica y no psiquiátrica y que podrı́an haber llevado a pensar en un tumor cerebral de crecimiento lento, como el cambio en la personalidad previa presentado por la paciente, la apatı́a, la abulia, la anhedonia y el total abandono de su higiene personal y del cuidado de su casa y su familia. Esta sintomatologı́a nos orientarı́a hacia un sı́ndrome frontal orbitofrontal, aunque también con caracterı́sticas del dorsolateral o disejecutivo. Casos como el aquı́ presentado ponen de manifiesto la importancia de una adecuada formación en enfermedades médicas, y especialmente neurológicas, en especialistas en salud mental. Aunque por la clı́nica inespecı́fica presentada por la paciente era difı́cil suponer la enfermedad que finalmente padecı́a, podrı́a haberse evitado llegar a los lı́mites sociales a los que se llegó con un diagnóstico más temprano: retirada de la tutela de los menores que se concedió a la abuela paterna, falta de aceptación social de éstos, total falta de higiene de la casa familiar y abandono del domicilio por parte del marido, quedando nuestra paciente totalmente sola y desasistida. También es destacable la ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 30/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 84 F.J. Zamora Rodrı́guez et al / Psiq Biol. 2010;17(2):81–84 colaboración entre los distintos recursos y dispositivos existentes, que finalmente llevaron al tratamiento y a la recuperación de la paciente, y que debiera ser lo habitual en nuestra práctica clı́nica. Bibliografı́a 1. Estévez-González A, Garcı́a-Sánchez C, Barraquer-Bordas LL. Los lóbulos frontales: el cerebro ejecutivo. Rev Neurol. 2000;31:566–77. 2. Jurado-Luque MA. Conducta pseudopsicopática y lesiones cerebrales. Rev Psiquiatrı́a Fac Med Barna. 2002;29:385–9. 3. Garcı́a-Molina A. Aproximación histórica a las alteraciones comportamentales por lesiones del córtex prefrontal: de Phineas Gage a Luria. Rev Neurol. 2008;46:175–81. 4. Rosselli D. Phineas Gage, ‘‘Tan’’ y la importancia de los casos clı́nicos. Rev Neurol. 2005;40:122–4. 5. Bausela Herreras E. Sı́ndrome frontal: sintomatologı́a y subtipos [consultado 2/ 3/2009]. Disponible en: http://www.psicologiacientifica.com. 6. 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