Bio de Akire (Akire) Erika García-Moreno “Educar es más complejo que enseñar, porque para enseñar precisas saber, pero para educar se precisa ser”. – Quino. “Tomo esta decisión diaria de ser, que a veces cuesta tomar, pero es mi misión en la práctica y en la educación, quiero ayudar a las personas a ser consecuentes entre lo que piensan, hacen y dicen brindándoles las herramientas que me han dado los maestros para empoderar y dar claridad”. Akire creció en el mundo comercial, en un nucleo familiar muy trabajador y amoroso. En su infancia practicó ballet, danza contemporánea y ritmos tropicales. Empezó a practicar Taichi durante su estadía en China, mientras estudiaba mandarín. El Yoga llegó a su puerta en el 2006 a sus 14 años. Cumplió 200 horas de entrenamiento Ashtanga Vinyasa en Shanghai, 150 horas de Tantra Yoga en Guangzhou, 50 horas de Vinyasa Yoga en California. En Quito, Inmerssion I de Anusara Yoga con Benita Galván y 200 horas de Air Yoga con Yan Pacheco y Andrea Morel (Chile). En la Universidad entró en la carrera de Negocios Internacionales con el sueño de crear convenios con profesores de todo el mundo para que vengan a enseñar prácticas conscientes al Ecuador y Latinoamérica y de igual manera, llevar académicos y prácticos desde Ecuador hacia el mundo para que transmitan las enseñanzas de los maestros. Actualmente está liderando el Club de Yoga de la Universidad San Francisco de Quito y abrió su propio laboratorio de Yoga Akire. Se dedica a enseñar diferentes técnicas de yoga, entre ellas Ashtanga Yoga, Anusara Yoga y Tantra Yoga. El Tantra Yoga es una más de las ramas del Yoga que se centra en la práctica de técnicas y enseñanzas que sirven para el control y aprovechamiento de todas las energías de forma lúcida y consciente. Por otro lado, significa, además, “continuidad”; el Tantra es entonces “aquello que expande la sabiduría” de la vida donde la naturaleza y todo lo vivo es sagrado y merecen nuestro amor y respeto. El tántrico es, pues, un amante de la vida.