La regulación comunitaria en materia de blanqueo de capitales* CRISTINA MADRIGAL DÍEZ Agencia Estatal de Administración Tributaria SUMARIO 1. INTRODUCCIÓN.—2. MEDIDAS ADOPTADAS POR EL CONSEJO DE EUROPA.—3. MEDIDAS A NIVEL DE LA UNIÓN EURO­ PEA. 3.1. Medidas del tercer pilar. 3.2. Medidas del primer pilar: las Directivas comunitarias. Palabras clave: Fiscalidad financiera, Derecho Comunitario, blanqueo de capitales. 1. INTRODUCCIÓN problemática que plantea el blanqueo de capitales. En el estudio de las mismas, vamos a distinguir entre las medidas adoptadas por el Consejo de Europa y las de la Unión Europea. El GAFI se refiere al blanqueo de capitales como aquel consistente en el tratamiento de ingresos de origen delictivo para disfrazar su origen criminal. La preocupación por este fenómeno surge porque el volumen de los fondos que se obtiene de actividades delictivas como el tráfico de drogas, la venta ilegal de armas, el contrabando y las actividades del cri­ men organizado son muy elevados. Los efectos de la necesidad de blanquear estos fondos, en un contex­ to de dimensión internacional debido al proceso de liberalización en los movimientos de capitales y en el comercio, pueden ser enormemente negativos. En todo este proceso resulta especialmente vulnerable el sistema financiero y bancario para los que la inte­ gridad de sus mercados depende, en gran medida, de la percepción por parte de sus clientes de que las entidades que integran el sistema actúan de acuerdo con unos estándares éticos y de profesionalidad. Los esfuerzos en la lucha contra el mismo han surgido a nivel internacional dado que una lucha eficaz contra el mismo requiere medidas de coo­ peración internacional. Cabe destacar, entre otros, el papel de la ONU a través de la adopción de una serie de Convenciones, del GAFI o del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea. También a nivel europeo, acompasándose a los acuerdos y medidas adoptados a nivel internacional, se ha abordado la 2. MEDIDAS ADOPTADAS CONSEJO DE EUROPA POR EL El 27 de junio de 1980, el Comité de Ministros del Consejo de Europa aprobó la Recomendación número 80 sobre “Medidas contra la transferencia y la custodia de fondos de origen criminal”. Esta es una de las primeras iniciativas con el objeto de impedir que el sistema bancario sea utilizado para la transferencia o el depósito de fondos de origen ilícito. El conocido como Grupo Pompidou, formal­ mente establecido en 1980, desarrolló una aproxi­ mación común al decomiso de la propiedad de origen delictiva, fundamentalmente en dos confe­ rencias desarrolladas en Estrasburgo en noviembre de 1983 y marzo de 1985. Este Grupo impulsó la creación de un Comité de Expertos con el encargo de redactar el instrumento legal para hacer efecti­ va la cooperación internacional en materia de iden­ tificación y embargo de los beneficios derivados de actividades delictivas. El resultado fue la aprobación en 1990 de la “Convención sobre el blanqueo, identificación, * Trabajo presentado al IV Curso de Alta Especialización en Fiscalidad Financiera celebrado en la Escuela de la Hacienda Pública del Ins­ tituto de Estudios Fiscales en el primer semestre de 2009. 45 Cuadernos de Formación. Colaboración 4/10. Volumen 9/2010 embargo y decomiso de los beneficios económicos derivados del delito”, conocida como la “Conven­ ción de Estrasburgo”.1 Los Estados parte se com­ prometen a adoptar aquellas medidas legislativas o de otra clase que puedan ser necesarias para per­ mitir la confiscación del producto de un delito, o de las propiedades cuyo valor corresponda a dichos productos. Esta Convención sigue el modelo de la Conven­ ción de Viena de 1988. Una diferencia importante es que amplia el delito de blanqueo a actos delicti­ vos distintos del tráfico de drogas. En los tres pri­ meros apartados del artículo 6 se establece: cer también como delitos en virtud de su derecho interno todas o algunas de las acciones a que se refiere el apartado 1 de este artículo, en todos o algunos de los siguientes casos, cuando el delin­ cuente: a) Debería haber presumido que la propie­ dad era producto de un delito. b) La Convención contempla, asimismo, la coope­ ración internacional. Requiere que las Partes adop­ ten aquellas medidas que puedan ser necesarias para que los tribunales u otras autoridades puedan ordenar que los archivos de un banco, financieros o comerciales, sean puestos a su disposición o sean embargados y que no se pueda oponer a este tipo de medidas el secreto bancario. Lo que empezó en 1998 como la elaboración de un protocolo adicional a esta Convención, cul­ minó con la adopción, en el año 2005, por parte del Consejo de Europa de la Convención sobre el blanqueo, identificación, embargo y decomiso de los beneficios económicos derivados del delito y la financiación del terrorismo, también conocida como Convención de Varsovia2. Esta convención contempla que los fondos para la financiación del terrorismo pueden también provenir de activida­ des no delictivas, recogiendo las revisiones de las Recomendaciones del GAFI y la definición de finan­ ciación del terrorismo de la Convención de Nacio­ nes Unidas de 1999. “1. Cada una de las Partes adoptará aquellas medidas legislativas o de otra clase que puedan ser necesarias para considerar como delitos en virtud de su derecho interno, cuando sean cometidos de forma intencionada: a) La conversión o transmisión de propieda­ des, con conocimiento de que dichas propiedades son producto de un delito, con el propósito de ocultar o disfrazar el origen ilícito de las mismas o de ayudar a cualquier persona que esté implicada en la comisión del delito base a evadir las conse­ cuencias legales de sus acciones. b) La ocultación o disfraz de la verdadera naturaleza, origen, localización, disposición, movi­ miento, propiedad o derechos en relación con propiedades, con conocimiento de que dichas propiedades son producto de un delito; y, sujeta a sus principios constitucionales y a los conceptos básicos de su sistema jurídico. c) La adquisición, posesión o uso de propie­ dades, con conocimiento de que, el momento de su recepción, dichas propiedades eran producto de un delito. 3. d) La participación en, asociación o conspira­ ción para cometer, tentativa de cometer y ayudar, inducir, facilitar y aconsejar para cometer cualquie­ ra de los delitos que se establezcan de acuerdo con este artículo. MEDIDAS A NIVEL DE LA UNIÓN EUROPEA Dentro de estas medidas cabe distinguir entre las Directivas y las medidas que se encuadran en el marco del Primer pilar –el relativo a las tres comu­ nidades y constituido por los Tratados constituti­ vos–, y aquellas medidas que se enmarcan en el Tercer pilar –relativo a la cooperación policial y judi­ cial en materia penal–. Tradicionalmente ha existido acuerdo que la Unión europea carece de competencias para legis­ lar en el ámbito penal. Las Directivas comunitarias en materia de blanqueo de capitales han quedado encuadradas en este primer pilar en base a preser­ var el mercado único. No obstante, este punto ha sido objeto de controversia como se puso ya de manifiesto en la tramitación de la Primera Directi­ 2. A los fines de la puesta en práctica o aplica­ ción del apartado 1 del presente artículo: a) Será irrelevante que el delito base esté sometido o no a la jurisdicción criminal de la Parte. b) Podrá disponerse que los delitos a que se refiere aquel apartado no sean de aplicación a las personas que cometieron el delito base. c) El conocimiento, la intención o la finalidad exigida como elemento de los delitos a que se refiere aquel apartado pueden deducirse de cir­ cunstancias objetivas, basadas en hechos. 3. Cada una de las Partes podrá adoptar aque­ llas medidas que considere necesarias para estable­ 1 Actuó con el móvil de obtener un beneficio. c) Actuó con la finalidad de facilitar que se lle­ vasen a cabo más actuaciones delictivas.” 2 Al mismo tiempo se adoptaron el Convenio del Consejo de Europa para la prevención del terrorismo y el Convenio del Consejo de Europa sobre la lucha contra la trata de seres humanos. España lo ratificó el 6-8-1998. 46 La regulación comunitaria en materia de blanqueo de capitales C RISTINA M ADRIGAL D ÍEZ contra la delincuencia organizada dado que no existe un sistema de estas características para las disposiciones vigentes referentes al tercer pilar. Para luchar contra el blanqueo de capitales en par­ ticular, se señala que los convenios, acuerdos y recomendaciones internacionales se aplican con mayor o menor rigor. La acción de la Unión y sus Estados miembros deben actuar con total rigor, tanto a la hora de aplicar estos instrumentos inter­ nacionales, como a la hora de asegurar un máximo nivel de cooperación y un intercambio de informa­ ción sobre una base de reciprocidad entre sus ins­ tituciones financieras y fiscales y sus autoridades judiciales y encargadas del cumplimiento de la ley. De entre las recomendaciones adoptadas des­ taca la importancia que se otorga a una coordina­ ción adecuada entre los organismos competentes a nivel nacional o la necesidad de un estudio conjun­ to de los tres pilares sobre la delincuencia de alta tecnología y sus vínculos con la delincuencia. Asi­ mismo se recoge una relación de Convenios que deberían ser ratificados por todos los Estados y se insta a que se concluyan los trabajos sobre el pro­ yecto de Convenio de asistencia judicial en materia penal antes de que finalice 1997. va de 1991, en cuyo artículo 2 se disponía que el blanqueo de capitales debía ser calificado como delito por las legislaciones nacionales. La solución pasó por disponer en el artículo citado que los Estados Miembros velarán porque el blanqueo de capitales quede prohibido. Asimismo de los Gobiernos de los Estados Miembros suscribieron una Declaración, por la que se comprometían a tomar, antes de 31 de diciembre de 1992, las medi­ das necesarias para poner en vigor una legislación penal para cumplir con las obligaciones derivas de la Convención de Viena y del Convenio del Conse­ jo de Europa, los cuales contemplan la tipificación del delito de blanqueo. Esta Declaración se incor­ poró como un apéndice al texto de la Directiva. El Tribunal de Justicia de las Comunidades Euro­ peas, en la Sentencia de 13-09-2005, dictada en el asunto C 176/03 (Comisión vs. Consejo), y dictada en materia de política medioambiental comunita­ ria, ha clarificado el reparto de competencias en materia penal entre el Primer y Tercer pilar. En la Comunicación de la Comisión al Parlamento Euro­ peo y al Consejo COM (2005) 583, sobre las con­ secuencias de dicha sentencia se señala: “Ciertamente, se desprende de la sentencia que el Derecho penal como tal no constituye una política comunitaria. La acción de la Comunidad en mate­ ria penal sólo puede basarse en una competencia implícita vinculada a una base jurídica específica. Por tanto, la aprobación de medidas penales apro­ piadas sobre una base comunitaria sólo es posible de manera sectorial, y siempre que se demuestre la necesidad de luchar contra graves incumplimien­ tos de los objetivos de la Comunidad y de prever medidas penales con el fin de garantizar la plena eficacia de una política comunitaria o el buen fun­ cionamiento de una libertad.” 3.1. Acción Común, de 3 de diciembre de 19983 El objeto de la misma es mejorar la coordina­ ción y cooperación entre las autoridades judiciales de los Estados miembros. En su artículo 1, tiene por objeto asegurar que los procedimiento sobre confiscación de los productos del delito permitan el decomiso de bienes cuyo valor corresponda a dichos productos, entendiendo por delitos aque­ llos que lleven aparejada una pena de privación de libertad o medida de seguridad de un máximo de un año. No obstante quedaban excluidos los deli­ tos fiscales en base a las reservas que se hubiesen formulado a la Convención de 1990. Asimismo debería posibilitarse la identificación y seguimiento del presunto producto de delito a petición de otro Estado miembro. En su artículo 2 se establece que en el marco del funcionamiento de la red judicial europea, los Estados miembros elaboren una guía de fácil con­ sulta para dar información sobre donde obtener la identificación, el seguimiento, el embargo y el decomiso del producto del delito, y en la que se Medidas del tercer pilar El conjunto de medidas que se encuadran en el tercer pilar tienen como punto de partida el Plan de Acción para luchar contra la delincuencia orga­ nizada, adoptado por el Consejo el 28 de abril de 1997. El Consejo Europeo en Dublín, el 13 y 14 de diciembre de 1996, destacó su firme voluntad de luchar contra la delincuencia organizada y puso de relieve la necesidad de que la Unión adoptase un enfoque coherente y coordinado. A estos efectos se creó un Grupo de Alto Nivel que fue el encarga­ do elaborar el Plan de Acción con recomendacio­ nes específicas. En el mismo se puso de manifiesto que era necesario implantar un sistema eficaz para supervi­ sar la aplicación por parte de los Estados miembros de todos los instrumentos de la Unión para luchar 3 Acción Común, de 3 de diciembre, adoptada por el Consejo sobre la base del artículo K. 3 del Tratado de la Unión Europea, relativa al blanqueo de capitales, identificación, seguimiento, embargo, incautación y decomiso de los instrumentos y pro­ ductos del delito (98/699/JHA). Diario Oficial núm. L 333, de 9 de diciembre de 1998. 47 Cuadernos de Formación. Colaboración 4/10. Volumen 9/2010 precise cualquier restricción importante o informa­ ción adicional que se considere necesaria. Por otro lado en el artículo 4 se incentiva a los Estados miembros a favorecer el contacto directo entre los investigadores, magistrado y fiscales a tra­ vés de los arreglos de cooperación para asegurarse de que las peticiones de asistencia a través de los canales oficiales no se hacen sin necesidad. Por otra parte se dispone que cuando no sea posible dar curso a una solicitud de asistencia en la forma pre­ vista por el Estado requirente, el Estado requerido hará lo posible por satisfacer la solicitud de alguna forma alternativa. Las solicitudes irán acompañadas de una sucin­ ta exposición de los hechos pertinentes indicando el modo en que se utilizará la información que se trata de obtener. Una UIF podrá negarse a difundir información si ésta puede perjudicar a una investi­ gación penal que se esté llevando a cabo en el Esta­ do miembro requerido, o, en casos excepcionales, cuando la divulgación de la información fuese des­ proporcionada en relación con los intereses legíti­ mos de una persona física o jurídica del Estado miembro de que se trate o fuese contraria en algún otro sentido a los principios fundamentales del Derecho nacional. Cuando un Estado miembro quiera utilizar información o documentos transmi­ tidos para una investigación o un proceso penal sobre blanqueo de capitales el Estado miembro transmisor no podrá, salvo en los casos excepcio­ nales previstos en la decisión, denegar su consenti­ miento a dicha utilización. Decisión del Consejo, de 17 de octubre de 2000 Esta decisión4 responde a la recomendación del Plan de acción de 1997 de mejorar de la coopera­ ción entre los puntos de contacto encargados de recibir información sobre operaciones sospechosas de blanqueo de capitales. Estos puntos de contac­ tos van a ser las Unidades de Información Financie­ ra (UIF). El Segundo Informe de la Comisión al Parlamento Europeo y al Consejo sobre la aplica­ ción de la Directiva 91/308/CEE había puesto de manifiesto la existencia de problemas que impedí­ an la comunicación y el intercambio de información entre determinadas unidades que tienen regímenes jurídicos diferentes. Los Estados miembros ya habían establecido una cooperación en base al memorándum de entendimiento propuesto por la red internacional informal de UIF, conocida como “Grupo Egmont”. La Decisión establece un marco legal para la mejora de esta cooperación. A estos efectos los Estados miembros velarán por que las UIF cooperen para reunir, analizar e investigar la información pertinente de que dispon­ gan las UIF sobre cualquier hecho que pudiera ser indicio de blanqueo de capitales de conformidad con sus competencias nacionales. Se recoge el intercambio de información sobre las operaciones o las personas implicadas en blanqueo de capitales entre estas unidades. Este intercambio se puede realizar por propia iniciativa o previa petición. Se establecerá una única UIF, y en caso de existir varias unidades se podrá establecer una unidad central. El desempeño de las UIF en virtud de la presente Decisión no debe resultar afectado por la índole de su estatuto interno, ya sean autoridades administrativas, policiales o judiciales. Acto del Consejo, de 30 de noviembre de 2000 Por dicho Acto queda establecido un Protoco­ lo, que figura como anexo al mismo, por el que se modifica el Convenio de creación de EUROPOL. En aquel momento sus competencias se centraban en el tráfico ilícito de estupefacientes, redes de inmigración clandestinas, tráfico ilícito de material nuclear y radioactivo, tráfico de seres humanos y el tráfico de vehículos robados. Las mismas se amplí­ an al ámbito del blanqueo de dinero. Conforme a la misma EUROPOL pasa a gestionar información confidencial sobre aquellos delitos sobre los que tiene competencia abarcando también los delitos conexos. Decisión marco del Consejo, de 16 de junio de 2001 Esta Decisión marco5, relativa al blanqueo de capitales, la identificación, seguimiento, embargo, incautación y decomiso de los instrumentos y pro­ ductos del delito, atiende a la constatación de que la delincuencia económica grave incluye cada vez más aspectos fiscales así como necesidad de una mayor la aproximación del derecho penal y proce­ sal penal en materia de blanqueo de capitales. En primer lugar restringe las reservas que pue­ den mantener los Estados Miembros en relación con el artículo 2 de la Convención de Estrasburgo respecto a los delitos fiscales. De forma que los Estados miembros sólo pueden mantener reservas sobre el artículo 2 del Convenio en lo referente al decomiso de productos de delitos fiscales, con el único objetivo de permitirles proceder al decomi­ 4 Decisión del Consejo, de 17 de octubre de 2000, relativa a las disposiciones de cooperación entre las unidades de informa­ ción financiera de los Estados miembros para el intercambio de información (2000/642/JHA). DO núm. L 271, de 17 de octubre de 2000. 5 48 DO núm. L 182, de 5 de julio de 2001 (2001/500/JAI). La regulación comunitaria en materia de blanqueo de capitales C RISTINA M ADRIGAL D ÍEZ so de dichos productos sobre la base de instru­ mentos de derecho nacional, comunitario e inter­ nacional en materia de cobro de créditos fiscales. También se limitan las reservas de los Estados miembros al artículo 6 de la Convención de 1990 en lo que a la definición de delito grave se refiere. Por otro lado, los Estados Miembros tienen que adaptar su delito penal para que el delito de blan­ queo sea sancionado con penas privativas de liber­ tad cuya duración máxima no puede ser inferior a cuatro años. También ha de adaptar su legislación y procedimientos sobre decomiso del producto del delito para que también permitan el decomiso de bienes cuyo valor corresponda al de los productos incluso en procedimientos incoados a petición de otro Estado miembro. En su artículo 6 se requiere que los Estados miembros adopten las medidas necesarias para conformarse a las disposiciones de la Decisión marco a más tardar el 31 de diciembre de 2002. Entre las obligaciones que establece esta Direc­ tiva para los Estados miembros destacan: a) La obligación de identificar a los clientes. a) Las entidades de crédito y las instituciones financieras tienen que identificar a sus clien­ tes en el momento de entablar relaciones de negocios, en particular cuando abren una cuenta o libreta u ofrecen los servicios de custodia de activos, así como cuando se realiza una transacción cuya cuantía exceda de 15.000 € –ya sean individuales o varias relacionadas7–. La obligación de identifica­ ción opera también cuando existan dudas o se tenga la certeza de que los clientes no actúan por cuenta propia. Asimismo, si exis­ ten sospechas de blanqueo, estas entidades deberán proceder a la citada identificación cualquiera que pueda ser el importe de la transacción. La Directiva prevé que pueda no exigirse la obligación de identificación, para contratos de seguros por debajo de escaso importe y contratos de seguro de pensión suscritos en virtud de un contrato de trabajo o de actividad profesional del asegurado. Por otro lado se exonera de la obligación de identificación cuando el clien­ te sea también una entidad de crédito o una institución financiera de las contempladas en la Directiva, o cuando se trate de una transferencia de fondos desde otra entidad financiera que ya ha cumplido con las obli­ gaciones de identificación. b) La colaboración con las autoridades res­ ponsables de la lucha contra el blanqueo de capitales. b) La Directiva contempla la colaboración, de estas entidades y de sus directivos y emple­ ados, con las autoridades responsables de la lucha contra el blanqueo de capitales. Se prevé tanto que se informe a dichas autori­ dades, por iniciativa propia, de cualquier hecho que pudiera ser indicio de blanqueo de capitales, como que se facilite informa­ ción a petición de las autoridades. En prin­ cipio esta información podrá utilizarse únicamente para la lucha contra el blanqueo de capitales, si bien los Estados miembros podrán disponer que puedan ser igualmen­ te utilizadas para otros fines. No se permi­ te que se comunique al cliente que se está 3.2. Medidas del primer pilar: las Directivas Comunitarias La primera Directiva La primera Directiva aprobada en este ámbito es la Directiva 91/380/CEE del Consejo, de 10 de junio de 1991, relativa a la prevención del sistema financiero para el blanqueo de capitales6. Aunque hoy no se encuentra en vigor, el estudio de la misma nos ofrece la perspectiva para apreciar como alrededor del blanqueo de capitales se ha establecido un conjunto de normas y obligaciones que afectan fundamentalmente a la prestación de servicios financieros y bancarios. La Directiva pone el énfasis en la necesidad de proteger los mercados financieros en un contexto de mercado único más que en los aspectos criminales, estando orientada a la prevención del blanqueo. La Directiva contempla una definición de blan­ queo de capitales extraída de la que figura en la Convención de Viena y, por lo tanto, en función del producto de delitos relacionados con el tráfico de estupefacientes. En la misma se prevé que los Esta­ dos miembros puedan ampliarlo a otras actividades delictivas (tales como la delincuencia organizada y el terrorismo). Asimismo se atiende a la dimensión internacional que tiene el blanqueo de capitales de forma que este se producirá aun cuando las activi­ dades que generen los bienes que vayan a blan­ quearse se desarrollen en el territorio de otro Estado miembro o en el de un país tercero. 6 8 Con ello se intenta evitar el problema que surge al estructu­ rar las transacciones de efectivo de forma que una única trans­ acción se fracciona en varias de importe inferior al umbral establecido en la norma. Diario Oficial núm. L 166, de 28-6-1991. 49 Cuadernos de Formación. Colaboración 4/10. Volumen 9/2010 queo de capitales. Sin embargo, la definición de “actividad criminal” que quedaba limitada al tráfico de drogas, pasa a comprender cualquier tipo de par­ ticipación delictiva en la comisión de un delito grave. Se considerarán delitos graves, como mínimo, los siguientes: — Cualquiera de los delitos contemplados en la letra a) del apartado 1 del artículo 3 de la Convención de Viena. — Las actividades de las organizaciones delic­ tivas definidas en el artículo 1 de la Acción común 98/733/JAI. — El fraude según se define en el apartado 1 del artículo 1 y el artículo 2 del Convenio relativo a la protección de los intereses financieros de las Comunidades Europeas, al menos en los casos graves. — La corrupción. — Los delitos que puedan generar beneficios considerables y que sean sancionables con pena grave de prisión de acuerdo con el Derecho Penal del Estado miembro. Dentro de las definiciones recogidas en dicho precepto, destaca que si bien la definición de entidad de crédito se actualiza a la Directiva 2000/12/EC, la definición de institución financiera se amplia sustan­ cialmente, y en la misma se incluyen: 1) Toda empresa distinta de una entidad de crédito cuya actividad principal consista en efectuar una o varias de las operaciones mencionadas en los puntos 2 a 12 y 14 de la lista que figura en el anexo I de la Directiva 2000/12/CE; éstas incluyen las actividades de las agencias de cambio y de las empresas de transferencia o envío de dinero. 2) Toda empresa de seguros debidamente autorizada con arreglo a la Directiva 79/267/CEE, en la medida en que realice actividades contempladas en dicha Directiva. 3) Toda empresa de inversión tal como se define en el artículo 1. 2 de la Directiva 93/22/CEE. 4) Toda empresa de inversión colectiva que negocie sus participaciones o acciones. El conjunto de instituciones cubiertas por la Direc­ tiva se amplia considerablemente. Para ello se intro­ duce un artículo 2 bis, en el que se establece que: suministrando información a las autoridades o que se está realizando una investigación sobre blanqueo de capitales. Por otro lado, este suministro de información sobre trans­ acciones sospechosas no constituirá viola­ ción de las restricciones sobre revelación de información impuesta por vía contrac­ tual o por cualquier disposición legal, regla­ mentaria o administrativa y no implicará para la entidad de crédito, la institución financiera, sus directivos y empleados, nin­ gún tipo de responsabilidad. c) El establecimiento de procedimientos de control interno. c) Las entidades de crédito y las instituciones financieras han de establecer procedimien­ tos adecuados de control interno y de comunicación a fin de prevenir e impedir la realización de operaciones relacionadas con el blanqueo de capitales. Asimismo han de adoptar las medidas oportunas, como puedan ser cursos de formación, para que sus empleados tengan conocimiento de las disposiciones que contiene la Directiva. La segunda Directiva Como señala el Preámbulo de la Directiva 2001/97/CE8, del Parlamento Europeo y del Con­ sejo de 4 de diciembre, su objeto es actualizar la Directiva 91/308/CEE dado que es uno de los prin­ cipales instrumentos internacionales de lucha con­ tra el blanqueo de capitales9. Los trabajos del GAFI sobre técnicas y tipología de blanqueo de capitales habían señalado la tendencia a utilizar, cada vez más frecuentemente, empresas no financieras para estas actividades. Por ello la modificación amplia el conjunto de instituciones y profesiones obligadas a cumplir con las obligaciones que en la misma se imponen. Entre estos sujetos se encuentran los notarios y los abogados cuando participan en ope­ raciones financieras o empresariales, así como las agencias de cambio y las empresas de envío de dinero. También destaca que la modificación que se aborda parte de una definición de blanqueo de capitales que toma en consideración una gama mucho más extensa de delitos subyacentes. Se modifica el artículo 1 que recoge las definicio­ nes de diversos términos utilizados en la norma. Dicha modificación mantiene la definición de blan­ 8 “Los Estados miembros velarán por que las obli­ gaciones establecidas en la presente Directiva se impongan a las siguientes entidades e instituciones: Diario Oficial núm. L 344, de 28 diciembre de 2001. 9 Esta Directiva sustituye los artículos 1, 3, 6, 7, 9 y 11 de la Directiva del año 1991: se añade el artículo 2 bis, y modifica los artículos 4, 5, 8, 10 y 12. 1) Entidades de crédito, según se definen en la letra A del artículo 1. 50 La regulación comunitaria en materia de blanqueo de capitales C RISTINA M ADRIGAL D ÍEZ en actividades de blanqueo de capitales, la finalidad del asesoramiento jurídico sea el blanqueo, o cuan­ do el abogado sepa que el cliente busca el asesora­ miento jurídico para el blanqueo de capitales. En su dictamen sobre la propuesta de la Comi­ sión, el Parlamento excluyó por completo que pudieran quedar sometidos a estas obligaciones de información los abogados o bufetes de abogados independientes, o los miembros de profesiones jurídicas reglamentadas, no sólo cuando actúan en el marco de su función de representación ante los órganos jurisdiccionales, sino también en el marco de la asesoría jurídica independiente. Lo cierto es que la cuestión no fue pacífica, manteniendo la Comisión y el Consejo una postura distinta al Par­ lamento. Sin embargo, los atentados del 11-S en EEUU cambiaron sustancialmente el planteamien­ to, y finalmente se llegó a un acuerdo que permitió que la Directiva se aprobara tanto por el Parlamen­ to Europeo como por el Consejo. El Tribunal de Justicia de las Comunidades Euro­ peas se pronunció sobre este aspecto de la Direc­ tiva en la Sentencia de 26 de junio de 2007 en la petición de decisión prejudicial en el asunto entre Ordre des barreux francophones et germanophones y otros contra Conseil des Ministres (C-305-2005). El Tribunal consideró que las obligaciones de informa­ ción y de cooperación con las autoridades respon­ sables de la lucha contra el blanqueo de capitales que se imponen a los abogados no vulneran el derecho a un proceso justo, tal como éste está garantizado por el artículo 6 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales. Del artículo 2 bis, número 5, de la Directiva 91/308 se desprende que los abogados tan sólo están sometidos a las obligaciones de información y de cooperación en la medida en que asistan a sus clientes en la concepción o realización de las trans­ acciones, esencialmente de orden financiero e inmobiliario, contempladas en la letra a) de dicha disposición, o cuando actúen en nombre de su cliente y por cuenta del mismo en cualquier trans­ acción financiera o inmobiliaria. Por regla general, tales actividades se sitúan, debido a su propia natu­ raleza, en un contexto que no tiene ninguna rela­ ción con un procedimiento judicial y, por lo tanto, al margen del ámbito de aplicación del derecho a un proceso justo. La dispensa de estas obligaciones que establece la Directiva desde el momento en que la asistencia del abogado en el marco de estas transacciones se solicita para desempeñar una misión de defensa o representación ante los tribu­ nales o para obtener asesoramiento sobre la inco­ ación o la forma de evitar un proceso, contribuye a 2) Instituciones financieras, según se definen en la letra B del artículo 1, así como a las siguien­ tes personas físicas o jurídicas que actúen en el ejercicio de su profesión. 3) Auditores, contables externos y asesores fiscales. 4) Agentes de la propiedad inmobiliaria. 5) Notarios y otros profesionales indepen­ dientes del Derecho cuando participen: 5) a) Ya asistiendo en la concepción o reali­ zación de transacciones por cuenta de su cliente relativas a: 5) a) viii. La compraventa de bienes inmue­ bles o entidades comerciales. 5) a) viii. La gestión de fondos, valores u otros activos pertenecientes al cliente. 5) a) viii. La apertura o gestión de cuentas bancarias, cuentas de ahorros o cuentas de valores. 5) a) iiiv. La organización de las aportacio­ nes necesarias para la creación, el funcionamiento o la gestión de empresas. 5) a) iiiv. La creación, el funcionamiento o la gestión de sociedades fiduciarias, empresas o estructuras análogas. 5) b) Ya actuando en nombre de su cliente y por cuenta del mismo, en cualquier transacción financiera o inmobiliaria. 6) Personas que comercian con artículos de valor elevado, como piedras y metales preciosos, u objetos de arte, subastadores, siempre que el pago se realice en efectivo y su cuantía sea igual o superior a 15.000 euros. 7) Casinos.” La inclusión de los profesionales independientes del Derecho no ha estado exenta de polémica. El motivo de su inclusión responde a que la mayor parte de los esquemas que se diseñan para el blan­ queo de dinero requieren de la participación de estos profesionales en algún momento, como pueda ser para la constitución de compañías, trust, y organizaciones similares o la adquisición de bien­ es inmuebles. Como limitación, no se impone la obligación de notificar las sospechas de blanqueo de capitales cuando miembros independientes de profesiones legalmente reconocidas y controladas que prestan asesoramiento jurídico –como los abo­ gados– estén determinando la situación jurídica de sus clientes o ejerciendo la representación legal de los mismos en acciones judiciales Así el asesora­ miento jurídico sigue estando sujeto a la obligación de secreto profesional. Este no operará, sin embargo cuando el asesor letrado esté implicado 51 Cuadernos de Formación. Colaboración 4/10. Volumen 9/2010 en un tercer país que imponga obligaciones equiva­ lentes a las prescritas por la Directiva. El artículo 3 establece que los Estados miembros velarán por que los sujetos obligados por la Directi­ va adopten las medidas específicas y adecuadas necesarias para compensar el mayor riesgo de blan­ queo de dinero existente cuando se establecen rela­ ciones de negocios o se realizan transacciones con clientes que no han estado físicamente presentes para su identificación (“transacciones a distancia”). En la nueva redacción que se da al artículo 6 se permite que los Estados miembros puedan desig­ nar a un organismo autoregulador perteneciente a la profesión de los notarios y otros profesionales independientes del derecho como la autoridad a la que se ha de informar acerca de las transacciones sospechosas por parte de estos colectivos. En tal caso se tienen que establecer formas apropiadas de cooperación entre dicho organismo y las autori­ dades responsables de la lucha contra el blanqueo. Como era de esperar, la Directiva procede a extender diversas previsiones que se contenían en su articulado a los nuevos sujetos afectados por sus obligaciones. Este es el caso con las previsiones para impedir que se ejecuten las transacciones sos­ pechosas hasta que no se haya informado a las autoridades competentes, la exoneración de posi­ bles responsabilidades por la revelación, de buena fe, de información sobre operaciones sospechosas o todo lo relativo al establecimiento de procedi­ mientos adecuados de control interno y de comu­ nicación a fin de prevenir e impedir la realización de operaciones relacionadas con el blanqueo de capitales. preservar el derecho del cliente a un proceso justo. Cabe señalar que la Sentencia se limita a examinar lo planteado en la cuestión prejudicial, no entrando en cuestiones no planteadas en ella. En Francia y Bélgica la cuestión se llevó ante sus autoridades nacionales. El Tribunal Constitucional Belga se pronunció sobre el tema en enero de 2008. En el mismo, el Tribunal considera que la efectividad del derecho a una defensa justa presu­ pone necesariamente que pueda establecerse una relación de confianza entre el acusado y el aboga­ do que le defiende y le da consejo. Por lo tanto toda excepción al secreto profesional debe ser interpretada estrictamente. Por lo tanto el aboga­ do quedaría exonerado de estas obligaciones en sus actividades de defensa y representación ante la justicia y en las de asesoramiento, actividades que en Bélgica son lo esencial y específico de la profe­ sión de abogado. Asimismo considera que lo ante­ rior es aplicable a la información que obtenga en su actividad de asesoramiento jurídico, aún cuando sea fuera de un proceso judicial. Este asesoramien­ to sería aquel que tiene por objeto informar al cliente de cuál es la legislación aplicable a su situa­ ción personal o a la operación que tiene proyecta­ do realizar, o bien aconsejarle sobre la manera de realizar la operación en un marco legal. Es decir, es una actividad de asesoramiento que tiene por obje­ to evitar que el cliente quede incurso en un proce­ so judicial como consecuencia de la susodicha operación. También en Francia, en abril del 2008, el Consejo de Estado anuló parcialmente el decre­ to de junio de 2006 por el que se adaptaba la nor­ mativa francesa en esta materia, realizando una interpretación de las obligaciones impuestas a los abogados por la normativa europea de lucha con­ tra el blanqueo de capitales en un sentido confor­ me al respeto del secreto profesional y siguiendo, en relación con la actividad de asesoramiento jurí­ dico, el pronunciamiento del Tribunal Belga de 23 de enero de 2008 La segunda Directiva sustituye el artículo 3 de la Directiva de 1991, relativo a las obligaciones de identificación del cliente. De contenido similar, la nueva redacción pasa a exigir también la identifica­ ción de los clientes de casinos que compren o ven­ dan fichas de juego por un valor igual o superior a 1.000 euros. Esta obligación se considera cumplida cuando los casinos procedan a registrar e identifi­ car a sus clientes en el momento en el que accedan al mismo. Por otro lado, la exclusión de identificación res­ pecto de entidades de crédito o instituciones finan­ cieras contempladas en la Directiva, se extiende a estas mismas entidades cuando están establecidas La tercera Directiva Siguiendo la Revisión de las 40 Recomendacio­ nes realizada por el GAFI, la Comisión presentó en junio de 2004 una propuesta de una nueva Directi­ va con la finalidad de que las medidas comunitarias sean compatibles con las que se emprendan en otros foros internacionales, especialmente el GAFI, garantizando con ello la necesaria coordinación y cooperación en el ámbito internacional. El resulta­ do fue la aprobación de la Directiva 2005/60/CE10, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 26 de octubre. La Directiva tiene un Preámbulo o Parte expo­ sitiva, y siete capítulos en los que se estructuran sus 47 artículos. Se deroga la Directiva de 2001.El plazo para su trasposición finalizaba el 15 de de diciembre de 2007. 10 52 Diario Oficial núm. L 309, de 25 de noviembre de 2005. La regulación comunitaria en materia de blanqueo de capitales C RISTINA M ADRIGAL D ÍEZ La Directiva extiende el objeto de la acción de la Unión Europea en este ámbito desde el blanqueo de capitales, siempre centrado en los fondos proce­ dentes de actividades delictivas, a la financiación del terrorismo, financiación que precede al crimen. De su Preámbulo son diversas la cuestiones que cabe destacar. En él se reconoce como uno de los principales objetivos ampliar el abanico de delitos tomando la definición de delito grave recogida en la Decisión marco 2001/500/JAI del Consejo, de 26 de junio de 2001, relativa al blanqueo de capitales, la identificación, seguimiento, embargo, incauta­ ción y decomiso de los instrumentos y productos del delito. Asimismo se manifiesta la necesidad de avanzar en la configuración de la obligación de identificación del cliente y en especial del “titular real”. Esta Directiva señala que las limitaciones al cumplimiento de sus obligaciones que afectan a abogados resultarán de aplicación a servicios direc­ tamente comparables, como puedan ser los reali­ zados por auditores, contables externos y asesores fiscales que en determinados Estados miembros pueden defender o representar a sus clientes en el contexto de una acción judicial o determinar la situación jurídica de sus clientes. En su artículo 1 se mantiene la definición de blanqueo de capitales al tiempo que se introduce el concepto de financiación de terrorismo. Se va a entender por tal el suministro o la recogida de fon­ dos, por cualquier medio, ya sea de forma directa o indirecta, con la intención o con el conocimiento de que serán utilizados, íntegramente o en parte, para la comisión de cualquiera de los delitos con­ templados en los artículos 1 a 4 de la Decisión marco 2002/475/JAI del Consejo, de 13 de junio de 2002, sobre la lucha contra el terrorismo. En el artículo 2 se enumeran las personas y enti­ dades sujetas al cumplimiento de las obligaciones impuestas por esta norma. Además de enumerar a aquellos que ya quedaban sujetos por la Directiva anterior, se amplía y también se incluye en la lista a los proveedores de servicios de sociedades y fidei­ comisos, a los agentes de la propiedad inmobiliaria y a otras personas físicas o jurídicas que comercien con bienes únicamente en la medida en que los pagos se efectúen al contado y por importe igual o superior a 15.000 €. Los Estados miembros podrán decidir excluir de la provisiones de la Directiva a las personas físi­ cas o jurídicas que realicen actividades financieras con carácter ocasional o de manera muy limitada y cuando exista escaso riesgo de blanqueo de capita­ les o de financiación del terrorismo. El artículo 3, comprende las definiciones de los distintos términos utilizados en la Directiva. En relación con las mismas destacar: a) Se modifica la definición de “delito grave”. El conjunto de actividades delictivas se amplía. Pasan a incluirse los actos definidos en los artículos 1 a 4 de la Decisión marco 2002/475/JAI, y todos los delitos que lleven aparejada una pena privativa de libertad o medida de seguridad de duración máxima superior a un año o, en los Estados en cuyo sistema jurídico exista un umbral mínimo para los delitos, todos los delitos que lleven aparejada una pena privativa de libertad o medida de seguri­ dad de duración mínima superior a seis meses. b) En el marco ce las definiciones se abordan las de “titular real” y “proveedores de servicios a sociedades y fideicomisos”. Por “titular real” se va a entender a la persona o personas físicas que posean o controlen en último término al cliente y/o por cuenta de la cual se lleve a cabo una transacción o actividad. El titular real incluirá, como mínimo en el caso de las personas jurídicas a las personas físicas que en último térmi­ no posean o controlen una entidad jurídica a través de la propiedad o el control, directos o indirectos, de un porcentaje suficiente de acciones o derechos de voto. Para cumplir este criterio, se considerará suficiente un porcentaje del 25 por 100 más una acción. También se incluyen a las personas físicas que ejerzan el control de la gestión de la persona jurídica por otros medios. En el caso de las entida­ des jurídicas, como las fundaciones y los instrumen­ tos que administren y distribuyan fondos –como puedan ser los fideicomisos–, el “titular real” serán las personas físicas que sean titulares del 25 por 100 o más de los bienes de la misma. En los casos en los que no se haya designado los futuros titula­ res será la categoría de personas en beneficio de la cual se ha creado o actúa principalmente la entidad o el instrumento jurídico. También considera titular real a la persona o personas naturales que ejerzan un control sobre el 25 por 100 o más de los bienes de una entidad o un instrumento jurídicos. En el término “proveedores de servicios a sociedades y fideicomisos” se va a incluir a toda persona física o jurídica que preste un conjunto de servicios con carácter profesional. Estos servicios comprenden la constitución de sociedades u otras personas jurídicas; el ejercicio de funciones de dirección o secretaría de una sociedad; facilitar un domicilio social o una dirección comercial, postal, administrativa y otros servicios afines a una socie­ dad o cualquier otra persona o instrumento jurídi­ cos; ejercer funciones de fideicomisario en un 53 Cuadernos de Formación. Colaboración 4/10. Volumen 9/2010 En segundo lugar, y si fuera necesario, la identifica­ ción del titular real. En tercer lugar obtendrán infor­ mación sobre el propósito e índole prevista de la relación de negocios. En cuarto lugar, aplicará medi­ das de seguimiento continuo a las relaciones de negocios y de las transacciones de las mismas para garantizar que las transacciones que se realizan son consistentes con el conocimiento que se tiene del cliente y de su perfil empresarial y de riesgo. La comprobación de la identidad del cliente y del titular real ha de efectuarse, con carácter gene­ ral, antes de que se establezca una relación de negocios o de que se realice una transacción. Cuando los requerimientos de identificación no se puedan cumplir se exigirá que se ponga fin a la rela­ ción de negocios y se estudie el envío de una comunicación sobre el cliente a la unidad de inteli­ gencia financiera (UIF). Las medidas de diligencia simplificadas se regu­ lan en los artículos 11 y 12 de la Directiva. Las mis­ mas permiten que los sujetos obligados por la Directiva no apliquen estas medidas respecto de ciertos clientes. Uno de estos supuestos es cuando el cliente es otra entidad de crédito o institución financiera. También se encuentran las sociedades cuyos valores se admitan a negociación en un mer­ cado regulado a efectos de la Directiva 2004/39/CE y los titulares reales de cuentas agrupadas pertene­ cientes a notarios y demás profesionales indepen­ dientes del Derecho. La norma contempla ciertas operaciones concretas respecto de las cuales pro­ cede aplicar las medidas simplificadas. Algunas ya estaban previstas en las Directivas anteriores –determinados seguros y planes de pensiones–, y como novedad el dinero electrónico cuando el importe máximo almacenado en el soporte elec­ trónico, no exceda de 150 € si no puede recargar­ se, o 2.500 € anuales si puede recargarse. Aunque ubicado en otro capítulo de la Directiva, cabe hacer mención aquí a lo previsto en el artículo 40.1. b). En virtud del mismo la Comisión podría establecer criterios técnicos con vistas a evaluar si ciertas situaciones planteen escaso riesgo a efectos de aplicar las medidas simplificadas. El artículo 13 aborda las medidas reforzadas de diligencia debida respecto del cliente. Los casos a los que se aplicarán serán aquellos que por su natu­ raleza planteen un mayor riesgo, aquellas con un alto riesgo de blanqueo en las que se cumplan los criterios técnicos establecidos de conformidad con el artículo 40.1. c), y las situaciones que se definen en el propio artículo, como son: cuando el cliente no haya estado físicamente presente para su identi­ ficación; las relaciones de corresponsalía bancaria transfronteriza con clientes de terceros países; y las fideicomiso expreso o instrumento jurídico similar o disponer que otra persona ejerza dichas funcio­ nes; o ejercer funciones de accionista nominal por cuenta de otra persona, exceptuando las socieda­ des que coticen en un mercado regulado o dispo­ ner que otra persona ejerza dichas funciones. Asimismo, en este artículo se incluyen definicio­ nes de nuevos conceptos que se utilizan en la nor­ mativa preventiva del blanqueo. Así, se define “personas del medio político” como aquellas per­ sonas físicas que desempeñen funciones públicas importantes, incluyendo a sus familiares más próxi­ mos y personas reconocidas como allegados. Tam­ bién se aborda la definición de “banco pantalla” como entidad de crédito o que desarrolla una acti­ vidad similar, constituida en un país en el que no tenga una presencia física que permita ejercer una verdadera gestión y dirección y que no sea filial de un grupo financiero regulado. El artículo 4 de la Directiva requiere que los Estados miembros velen por extender sus disposi­ ciones a aquellas profesiones y categorías de empresas distintas de las contempladas en la misma que ejerzan actividades particularmente susceptibles de ser utilizadas para el blanqueo de capitales o la financiación del terrorismo, en cuyo caso se informará a la Comisión. Asimismo se prevé, en el artículo 5 que se puedan adoptar dis­ posiciones más estrictas para impedir el blanqueo y la financiación del terrorismo. El capítulo II le da un nuevo enfoque a las obli­ gaciones de diligencia debida respecto al cliente. Se establecen unas disposiciones de carácter general y junto a estas dos nuevas categorías, un conjunto de medidas simplificadas y un conjunto de medidas reforzadas. Las disposiciones generales se estable­ cen en los artículos 6 a 10, introduciéndose un con­ junto de medidas significativas. Se requiere que los Estados miembros prohíban a sus entidades de crédito y financieras mantener cuentas y libretas de ahorros anónimas. También se viene a exigir la apli­ cación de diligencia debida con respecto al cliente en los siguientes en cuatro casos: al establecer una relación de negocios; al efectuar transacciones oca­ sionales por un valor igual o superior a 15.000 €; cuando existan sospechas de blanqueo o de finan­ ciación del terrorismo; cuando existan dudas sobre la veracidad de los datos de identificación del clien­ te obtenidos con anterioridad. El artículo 8, especifica qué medidas concretas incluyen las medidas de diligencia debida con res­ pecto al cliente. En primer lugar está la identifica­ ción del cliente y la comprobación de su identidad sobre la base de documentos, datos o informacio­ nes obtenidas de fuentes fiables e independientes. 54 La regulación comunitaria en materia de blanqueo de capitales C RISTINA M ADRIGAL D ÍEZ gidas durante un período mínimo de cinco años desde que hayan finalizado las relaciones de nego­ cios con su cliente. En los casos de las relaciones de negocios y transacciones, los justificantes y registros han de conservarse durante un período mínimo de cinco años a partir de la ejecución de las transaccio­ nes o la finalización de la relación de negocios. Las entidades de crédito y financieras deberán aplicar medidas al menos equivalentes a las de la Directiva en materia de diligencia debida con res­ pecto al cliente y conservación de documentos, en sus sucursales y filiales con participación mayorita­ ria situadas en terceros países. Cuando el Derecho del tercer país no lo permita quedan obligadas a informar a las autoridades competentes del Estado miembro de origen y deberán adoptar medidas adicionales para hacer frente eficazmente al riesgo de blanqueo. Como novedad, se establece en el artículo 32 la obligación de los Estados miembros de elaborar estadísticas para evaluar la eficacia de sus sistemas de lucha contra el blanqueo de capitales y la finan­ ciación del terrorismo, estableciendo la Directiva el contenido mínimo de estas estadísticas. El capítulo V se titula “Medidas de ejecución”. En primer lugar, en los artículos 34 y 35, se estable­ cen los procedimientos internos, de formación y comunicación de observaciones, que se endure­ cen, respecto de los establecidos en las Directiva anteriores en la medida en que los Estados miem­ bros pasan de “velar” por el establecimiento de estos procedimientos a “exigirlo”. La supervisión se aborda en los artículos 36 y 37, se prevé que los establecimientos de cambio y los proveedores de servicios a sociedades y fideicomisos estén sujetos a la obligación de obtener autorización o registro, y los casinos, a la de obtener licencia, a fin de ejer­ cer legalmente sus actividades. En el caso de enti­ dades de crédito, entidades financieras y casinos, las autoridades competentes tendrán facultades de supervisión reforzadas, en particular la posibilidad de realizar inspecciones in situ. En su artículo 39 la Directiva aborda la imposición de sanciones por incumplimiento de la misma. Según este precepto se podrá imputar responsabilidad a los sujetos obli­ gados cuando infrinjan las disposiciones por las que esta se traspone al Derecho nacional. Las sancio­ nes serán eficaces, proporcionadas y disuasorias. El capítulo VI de la Directiva regula lo que se han denominado “medidas de aplicación”. De algu­ na forma, en el Preámbulo, se reconoce que la Directiva es un trabajo que aún inacabado y que puede resultar necesario clarificar aspectos técni­ cos de las disposiciones de la misma para garantizar una aplicación eficaz y suficientemente coherente transacciones o negocios con personas del medio político que residen en otro Estado miembro o en un tercer país. Asimismo, se prohíbe a las entidades de crédito establecer o mantener relaciones de corresponsalía bancaria con un banco pantalla. En los artículos 14 a 19 se establecen diversas disposiciones para permitir que los sujetos obligados por la Directiva puedan recurrir a terceros, también obligados, para el cumplimiento de estas obligacio­ nes. Con ello se evita que se repitan los procesos de identificación. No obstante, se deja claro que el res­ ponsable último será de la entidad o persona sujeta a la Directiva y que recurra al tercero. El capítulo III de la Directiva establece las obliga­ ciones de información. Conforme a los mismos los Estados miembros exigirán a las entidades y perso­ nas sujetas a la Directiva otorguen especial atención a cualquier actividad que, por su naturaleza, consi­ deren particularmente probable que esté relaciona­ da con el blanqueo de capitales o la financiación del terrorismo y, en particular, las transacciones com­ plejas o de un importe extraordinariamente eleva­ do, así como toda pauta de transacción no habitual que no presente un propósito económico aparente o visiblemente lícito. Asimismo los Estados miem­ bros establecerán una Unidad de Inteligencia Finan­ ciera o UIF para analizar y comunicar a las autoridades competentes la información que guar­ de relación con el potencial blanqueo o financiación del terrorismo. Estas Unidades ya estaban creadas en la mayoría de los países de forma que la Directi­ va formaliza su creación. Los sujetos obligados por la Directiva deben cooperar plenamente con las mismas. Como novedad, el artículo 27 exige de los Estados miembros que adopten todas las medidas apropiadas a fin de proteger frente a toda amenaza o acción hostil a los empleados, de las entidades sujetas a la Directiva, que comuniquen sus sospe­ chas de blanqueo de capitales o de financiación del terrorismo, ya sea por vía interna o a la UIF. Por otra parte el artículo 28 se extiende la prohibición de revelar información al cliente para cubrir tam­ bién las situaciones en las que se está realizando o puede realizarse una investigación sobre blanqueo de capitales o financiación del terrorismo. El capítulo IV, sobre la conservación de docu­ mentos y datos estadísticos comprende los artícu­ los 30 a 33. Se va a exigir a las entidades y personas obligadas por la Directiva que conserven diversos documentos y datos para su uso por parte de la UIF o de cualquier otra autoridad competente en inves­ tigaciones o en posibles casos de blanqueo de capi­ tales o de financiación del terrorismo. En los casos de diligencia debida con respecto al cliente, han de conservarse copia o referencias de las pruebas exi­ 55 Cuadernos de Formación. Colaboración 4/10. Volumen 9/2010 de la misma, teniendo en cuenta las diferencias entre Estados y los avances técnicos en la lucha contra el blanqueo. Los artículos 40 a 41 dotan a la Comisión de la facultad de adoptar ciertas medidas de aplicación, como establecer determinados cri­ terios para la identificación de situaciones de bajo y alto riesgo respecto de las obligaciones de diligen­ cia debida respecto del cliente. Desde la aprobación de la Directiva de 2005 se han aprobado dos directivas conexas con la misma: a) La Directiva 2006/70/CE, de 1 de agosto, por la que se aplica la Directiva 2005/60/CE, en lo relativo a la definición de personas del medio polí­ tico y los criterios técnicos aplicables en los proce­ dimientos simplificados de diligencia debida con respecto al cliente así como en lo que atañe a la exención por razones de actividad financiera oca­ sional o muy limitada. b) Directiva 2008/20/CE, de 11 de marzo, Modifica la Directiva 2005/60/CE, relativa a la pre­ vención de la utilización del sistema financiero para el blanqueo de capitales y para la financiación del terrorismo, por lo que se refiere a las competen­ cias de ejecución atribuidas a la Comisión. un control del dinero en efectivo que entre o salga de la comunidad. Se establece la obligatoriedad de informar, por parte de las personas físicas, de la entrada y salida de dinero en efectivo del territorio de la comunidad cuando se trate de movimientos de importe igual o superior a 10.000 €, establecién­ dose una normativa común respecto de la informa­ ción que ha de facilitarse. La obligación de información recae sobre la persona física que lleve el efectivo, y ello con inde­ pendencia de que sea o no el propietario o del dinero. Por “dinero efectivo” se va a entender: a) Efectos negociables al portador, incluidos instrumentos monetarios como los cheques de viaje, instrumentos negociables (incluidos cheques, pagarés y órdenes de pago) ya sean extendidos al portador, endosados sin restricción, extendidos a la orden de un beneficiario ficticio o en otra forma en virtud de la cual la titularidad de los mismos se transmita a la entrega y los instrumentos incomple­ tos (incluidos cheques, pagarés y órdenes de pago) firmados pero con omisión del nombre del benefi­ ciario. b) El dinero en metálico (billetes de banco y monedas que estén en circulación como instru­ mento de cambio). El Reglamento exige que la declaración conten­ ga datos relativos al declarante, el propietario y el destinatario del dinero, así como del importe, la naturaleza, la procedencia y el uso previsto del dinero efectivo. También contendrá datos del itine­ rario y del modo de transporte. El Reglamento contempla el intercambio de información entre las autoridades competentes de los Estados miembros cuando existan indicios de que los fondos están siendo utilizados en una actividad ilegal. El Reglamento 2005/1889/CE El 26 de octubre, se aprobó el Reglamento 2005/1889/CE11 sobre controles de la entrada o salida de dinero efectivo de la Comunidad. El mismo responde a la preocupación de que las medidas preventivas contra el blanqueo de capitales incrementan los movimientos de dinero en efectivo para fines ilícitos, lo cual, conlleva la necesidad de 11 Diario Oficial núm. L 309, de 25 de noviembre de 2005. 56