II Jornadas de la Red de Bibliotecas Públicas Municipales de Arona “Las Bibliotecas como gestores activos: su diversidad y visibilidad” – Arona, junio 2010 – La biblioteca avanzando con su tiempo: la implantación del servicio de préstamo de libros electrónicos en la biblioteca municipal de Esplugues de Llobregat Narcís Fluvià i Figueras Diputació de Barcelona – Ajuntament d’Esplugues Biblioteca Central Pare Miquel d’Esplugues C. Àngel Guimerà, 106-108 08950 Esplugues de Llobregat fluviafn@diba.cat Resumen La ponencia plantea la polisemia del término castellano “libros electrónicos” diferenciando entre ebooks y e-readers. Se repasan cuestiones relacionadas con los derechos de autor y los formatos más extendidos; y a continuación se describen las principales características, positivas y negativas, de la tecnología actual de e-readers basados en tinta electrónica. Se analizan las condiciones tecnológicas y de mercado que marcan dos puntos de inflexión en el Estado español (2008-2009): cuando la biblioteca propone la implantación del servicio de préstamo de e-books; y cuando el Ayuntamiento acepta el proyecto. Se describe la filosofía pro-activa del proyecto y su puesta en funcionamiento: metodología, colección digital disponible, organización de contenido, etc. Finalmente se recogen los primeros datos estadísticos de uso. A raíz de la experimentación con esta tecnología se plantean otros posibles usos para la biblioteca pública. Palabras clave Libro digital / lectura digital / tinta electrónica / bibliotecas públicas / derechos de autor Presentación La biblioteca de la ciudad de Esplugues de Llobregat (Barcelona), en tanto que biblioteca pública, ha sido pionera en Cataluña en el préstamo de libros electrónicos a sus usuarios. Ha habido alguna experiencia anterior en el resto de España, pero no ha habido una gran difusión de este servicio, y no sabemos por tanto cual ha sido su amplitud, su metodología ni su finalidad y objetivos. En esta ponencia vamos a describir el contexto, primero la ciudad, para centrarnos después en exponer qué son los libros electrónicos y dar respuesta a algunas preguntas: Por qué se presta el servicio? Y, qué circunstancias se han dado para que la biblioteca proponga la adquisición de estos dispositivos; y el Ayuntamiento haya aceptado el proyecto? Por qué ahora y no en otro momento? Finalmente expondremos propiamente la implantación del servicio: la metodología, evaluación de resultados y propuestas de futuro. La ciudad de Esplugues y su biblioteca Los primeros núcleos de población de Espugues de los que tenemos noticia datan de entre los siglos XI y XII. Pero no es hasta el siglo XVIII, con la construcción de la carretera Real, de Madrid a Francia, que se desplaza el centro de la población y conecta el núcleo de la villa con las masías dispersas. Progresivamente se van construyendo casitas de planta baja y piso con un pequeño huerto, y a la vez aparecen los artesanos que dan servicio a esta población. Hasta entrado el siglo XX, Esplugues tuvo como base económica fundamental la agricultura. Las primeras referencias industriales están ligadas a la cerámica y al barro, aprovechando la calidad de su suelo arcilloso. Cabe destacar la presencia de la fábrica de cerámica artística Pujol i Bausis, hoy convertida en museo, instalada a mediados del XIX. Esta fábrica tuvo un gran renombre dentro de la producción cerámica artística, por lo que muchas de las edificaciones modernistas distribuidas por toda Cataluña están decoradas con cerámica procedente de esta fábrica. La ciudad ha experimentado un crecimiento demográfico exponencial a lo largo del siglo XX, de forma comparable a otras ciudades de la comarca y del entorno de Barcelona. Se pasó de 1.000 habitantes en 1903 a los 4.000 en el 1950 y a los 47.000 del 2009. Actualmente es una ciudad demográficamente estable. El término municipal es reducido (4,5 km2), y forma un continuum urbano con grandes ciudades limítrofes como Barcelona y l’Hospitalet, y otras ciudades del área metropolitana de Barcelona. No obstante este marco geográfico, la ciudad mantiene una personalidad acentuada que le confiere una identidad propia. Existe una importante tradición bibliotecaria que arranca del año 1948 cuando la Diputación fundó la Biblioteca d’Esplugues integrada, entonces, en la red de bibliotecas populares. Esta biblioteca fue uno de los principales focos culturales durantes los difíciles años del franquismo. En el 1999 el ayuntamiento asumió la titularidad de la biblioteca, dentro de la Red de bibliotecas Municipales de la provincia de Barcelona, creando un nuevo y moderno espacio de 2.000 m 2 para ofrecer el servicio bibliotecario en convenio con la Diputación de Barcelona. La biblioteca ha buscado su integración en la red asociativa municipal liderando campañas culturales ciudadanas, con el soporte del Ayuntamiento, como: Any Mozart (2006), Juegos Florales (2005, 2007 y 2009), Esplugues por la Paz (2007), etc. La misión de la biblioteca se ha definido a partir del marco conceptual (IFLA/Unesco) y del marco legislativo como: «La biblioteca Pare Miquel d’Esplugues garantiza a los ciudadanos de Esplugues el derecho de acceso a la información y al conocimiento adecuado a sus necesidades; potencia el desarrollo personal, fomenta la participación y construye comunidad.» Fruto de la misión y de las funciones que de ella se desprenden, se ha implementado el servicio de préstamo de libros electrónicos. ¿Qué son los libros electrónicos? La teoría de la comunicación establece que al emitir un mensaje, cada receptor lo descodifica según sus propios esquemas mentales. Así, al hablar sobre libros algunos receptores pueden establecer la correspondencia con la obra intelectual, mientras que otros receptores lo asociarán con el objeto físico que contiene dicha obra. En la mayoría de los casos no será un problema para la comunicación, puesto que en realidad no puede existir un concepto sin el otro. La obra necesita un soporte para ser plasmada, y el soporte sin la obra no sería un libro. Este concepto marca una primera diferencia entre el libro convencional y el libro electrónico. Si bien también en el caso de los libros electrónicos se necesita la obra intelectual fijada sobre un soporte electrónico para poder ser leída; también es cierto que ambos elementos existen como dos entidades independientes. El contenido digital puede ser borrado de un lector y fijado sobre otro dispositivo distinto; de la misma forma que un dispositivo lector puede contener una o muchas obras que en un momento dado se pueden eliminar e incluso reemplazar por otras. Por analogía con el libro convencional, al hablar sobre libros electrónicos también el receptor del mensaje puede establecer la correspondencia con la obra intelectual digitalizada o bien con el dispositivo para reproducir en pantalla este tipo de obras. Realmente, el término castellano libro electrónico significa las dos cosas. El inglés no tiene este problema: se denomina e-book al contenido y e-reader el dispositivo lector, por lo que muchos autores han adoptado la terminología inglesa para evitar la polisemia del castellano. Hay que tener en cuenta que los libros digitales pueden reproducirse en multitud de aparatos como el ordenador, un teléfono móvil, una PALM, un Ipod, etc. Sin embargo el término ereader sólo se refiere al dispositivo específicamente diseñado y creado para la lectura de textos. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española todavía no define este término. Consultando una de las principales obras de referencia en catalán, la Enciclopèdia Catalana en versión digital, se describe libro electrónico como «Dispositivo electrónico fabricado especialmente para poder leer libros, diarios, revistas y otros documentos digitales»; y libro digital como «Publicación que se distribuye en formato digital, y que, por tanto, necesita de un dispositivo electrónico para ser leída.» Técnicamente es una buena solución: los aparatos son electrónicos, mientras que los documentos son digitales. Sin embargo, hay que reconocer que en la lengua coloquial, se produce la misma confusión que en castellano, y se utiliza el término libro electrónico para ambos conceptos. A lo largo de este trabajo vamos tratar sobre ambos conceptos y a utilizar los términos en el sentido indicado: libro electrónico para el dispositivo y libro digital para el contenido. En realidad los libros digitales ya hace tiempo que conviven entre nosotros, aunque hayan entrado en nuestras vidas de forma casi imperceptible. Podemos encontrar algunos ejemplos en los métodos de idiomas. Cada vez más incorporan materiales multimedia, donde es difícil discernir cual es el documento principal y cuales son los materiales de acompañamiento. En algunos casos, los discos contienen el mismo contenido que los libros en formato MP3 para ser escuchados en reproductores tipo Ipod. Asimismo, cada vez son más habituales los libros sonoros. Se digitaliza la obra de forma hablada en vez de forma textual, pero el contenido es el mismo y por lo tanto se trata de libros digitales. Es más, el préstamo de CD’s de música en la biblioteca va perdiendo atractivo y cada vez es más reducido su uso; sin embargo, crece el préstamo de CD’s que contienen libros digitales sonoros. Probablemente, donde es más evidente la digitalización es entre las obras de referencia. Merece una especial atención el caso de las enciclopedias convencionales en soporte papel que ya han quedado obsoletas. Dada su estructura, la actualización requiere imprimir toda la obra, lo cual, por sus dimensiones, representa una inversión económica muy considerable. Otras formas de actualización son los apéndices, que al cabo de los años requieren la publicación de índices para localizar los términos añadidos o modificados, resultando la consulta extremadamente compleja. Para preparar este trabajo hemos visitado la Enciclopèdia Catalana, disponible gratuitamente en línea. Al buscar el término libro electrónico, nos refiere una definición a nivel de diccionario. A su vez, el término de entrada es un enlace hipertextual hacia el artículo enciclopédico que describe incluso la aparición del Ipad. Es decir, este término está actualizado a febrero de 2010. Esta enciclopedia se ha convertido en una base de datos que ya no es consultable íntegramente en orden alfabético, sino artículo a artículo. Además dispone de un sistema de búsqueda asociativo a modo de tesauro que esta obra denomina árbol del conocimiento. Ya nada nos recuerda las hojas encuadernadas de la obra tradicional en papel a no ser un detalle: la forma de búsqueda de la información. Reproduce la búsqueda de la enciclopedia en papel, puesto que el término de búsqueda remite a la entrada del artículo. Si hubiera nacido como una base de datos en vez de derivar de la obra en papel probablemente dispondría de un sistema de interrogación basado en álgebra booleana que permitiera la búsqueda a texto completo. Otro ejemplo a tener en cuenta por su utilidad, dimensiones, y período de actualización es el repertorio de legislación y jurisprudencia Aranzadi. A través de los OPAC de la biblioteca, la Diputación de Barcelona mantiene una subscripción a esta obra, que actualmente se conoce como Westlaw.es. Su actualización es diaria, lo que en formato papel significaba en envío de actualizaciones semanales; que a su vez se recopilaban en actualizaciones mensuales i finalmente en actualizaciones anuales, desechando las actualizaciones anteriores. Quien ha utilizado esta obra habrá comprobado como el ingenioso sistema de marginales permitía reseguir la legislación y jurisprudencia sobre una materia determinada, pero hacerlo se convertía en una gymkhana lenta y laboriosa. Actualmente la base de datos en línea permite seleccionar toda la legislación, o bien sólo la legislación vigente, etc. Además la actualización, que en este campo es especialmente importante, se realiza a diario en tiempo real, mientras que las asociaciones con disposiciones relacionadas se realizan a través de enlaces hipertextuales. Estos ejemplos, derivados de sus antecedentes en soporte papel, han ganado la condición de libros digitales al haber sabido explotar las capacidades del entorno digital. Es decir, una obra cuanto más aprovecha el factor digital, menos nos recuerda al libro convencional. Es por ello que decíamos anteriormente que los libros digitales han entrado en nuestras vidas de forma apenas perceptible. Cabría preguntarse, entonces, por qué estamos hablando de libros digitales ahora, si ya hace tiempo que existen y que los utilizamos? Los dos ejemplos a los que acabamos de referirnos son obras de referencia. Es decir, que no están pensadas o diseñadas para hacer una lectura de larga duración, sino consultas rápidas. En el caso de los diccionarios seguramente nos conformaremos con la lectura de la definición en pantalla. En cambio, para la lectura de un artículo enciclopédico seguramente preferiremos imprimir el texto para leerlo y trabajarlo; y más todavía si se ha seleccionado distintas disposiciones legales del Aranzadi, que pueden representar hasta centenares de páginas. El caso recuerda el concepto de “oficina sin papel” que se predijo durante la última década del siglo pasado. La entrada de la ofimática en las oficinas y la redacción digital de la documentación debería permitir el ahorro del papel. Sin embargo la realidad ha sido bien distinta. La facilidad de imprimir los documentos ha conllevado que las oficinas se saturen de papel entre borradores, originales, copias y corrección de errores de los originales. Es decir, que hasta ahora hemos aprovechado los recursos que nos brinda la digitalización para la búsqueda y navegación, pero para leer, devolvemos el formato digital al formato analógico a través de la impresión del texto. La novedad actual radica justamente en la digitalización de las obras de lectura, especialmente novela y ensayo, y su lectura a través de un dispositivo específicamente diseñado y creado para facilitar la lectura directamente desde el documento digital. Por ejemplo, se podría utilizar para guardar en PDF las normas legales seleccionadas en el ejemplo anterior de consulta del Aranzadi y tenerlas disponibles para su lectura y estudio sin necesidad de imprimirlas en papel. Libros digitales Como en todos los avances tecnológicos, se ha desatado una guerra comercial entre las distintas empresas que quieren entrar en el negocio de la comercialización del libro electrónico. Por ejemplo Amazon ha diseñado un formato de datos propio solo legible con su lector Kindle, pero a finales de 2009 tuvo que actualizar el software para leer también el formato PDF, puesto que tendía a perder cotas de mercado en vez de monopolizarlo. Desde el punto de vista del libro digital actualmente hay dos formatos generalizados que son los mayoritarios: el formato propietario PDF de Adobe; y el formato abierto EPUB (acrónimo de la expresión inglesa Electronic publication). El más extendido es el PDF por su facilidad para generarlo a través de impresoras virtuales, y por su portabilidad, pero no todos los libros electrónicos son capaces descodificarlo convenientemente. Hay que tener en cuenta que este formato se creó justamente para mantener el formato de página y del texto en cualquier plataforma. EPUB es un formato estándar redimensionable para archivos de libro digital creado por International Digital Publishing Forum (IDPF). Técnicamente, el formato EPUB es un archivo comprimido tipo ZIP con un contenido basado en XML. Contiene el texto en uno o varios archivos HTML que pueden formatearse a través de hojas de estilo (archivos CSS); también puede contener imágenes y fuentes. De esta forma el texto y la estructura se adaptan a los diferentes tamaños de las pantallas de los múltiples lectores del mercado. Sin embargo donde reside la principal preocupación de los editores es la posible piratería, y para contrarrestarla se ha creado el DRM (Digital Rights Management o gestión de derechos digitales). Este sistema anticopia ya se aplica a otros productos digitales tales como la música o los vídeos para preservar los legítimos derechos de autor. El DRM mediante software permite personalizar según el interés del editor los derechos disponibles: si se pueden hacer copias, si puede imprimirse, permitir el «copiar y pegar», o bien si el fichero tiene fecha de caducidad a partir de la cual será inaccesible. Este sistema restringe los derechos de difusión de las obras, por lo que sus opositores proponen el término de uso Digital Restrictions Management (gestión de restricciones digitales) (Gestión de derechos digitales, 2009). Las restricciones por DRM afectan tanto a la piratería como a los usos lícitos como la copia privada o la copia con fines de investigación y estudio que la legislación vigente sobre el libro atribuye a las bibliotecas. En el caso contrario están los libros de dominio público que es el estado en que quedan las obras una vez finalizado el plazo de protección de los derechos de autor sobre las mismas. El proyecto Gutenberg iniciado en 1971 por Michael Hart, pretende ofrecer el mayor número posible de libros digitales gratuitos a través de internet. Actualmente dispone de unas 30.000 obras de dominio público, la mayoría de la cuales están en inglés pero también dispone de un número considerable de obras en castellano y otras lenguas. Manybooks es otra plataforma cuyo fondo procede en gran parte del proyecto Gutenberg, pero que permite descargar los libros digitales en la mayor parte de los formatos propios de los distintos dispositivos; e incluso crear PDF en dimensiones y formatos personalizados para el usuario de la descarga. Feedbooks es otro ejemplo de plataforma que contiene un buen número de libros de dominio público para descarga en formato ePUB o PDF. Principales características de los libros electrónicos Ventajas Los libros electrónicos presentan características que les confieren numerosas ventajas sobre los libros convencionales. Sin lugar a dudas la principal característica es la pantalla, que a diferencia de otros dispositivos electrónicos, utiliza la llamada tinta electrónica. Las enormes pantallas de rayos catódicos prácticamente están ya en desuso para los televisores, aunque todavía subsisten significativamente en número para las pantallas de ordenador. La industria del hardware actualmente fabrica pantallas planas que pueden estar basadas en dos tecnologías distintas: el plasma y TFT (LCD o cristal líquido). Las pantallas planas tienen menores dimensiones que las de rayos catódicos, y además ahorran en consumo. Sin embargo todas estas tecnologías comparten la característica de estar retroiluminadas. La exposición prolongada de la vista sobre estas pantallas puede causar fatiga visual; y esta fatiga se acrecienta por la diferencia lumínica existente entre la iluminación ambiente y la iluminación relativamente intensa de la pantalla (La Tinta electrónica, 2008). Por su parte, la tinta electrónica permite una mayor nitidez que las pantallas convencionales, y además no está retroiluminada. Por lo tanto la experiencia lectora de estas pantallas es la misma que la lectura sobre papel: no cansa la vista (o en todo caso, no más que la lectura sobre papel), se puede leer desde distintos ángulos, e incluso se pude leer si recibe la luz solar. Las pantallas de los libros electrónicos tienen tipos escalables. Es decir que el tamaño de la fuente puede acrecentarse o disminuirse para adaptarse a las necesidades o preferencias del lector. Además de proporcionar mayor comodidad de lectura, es una característica interesante para personas mayores o para personas con dificultades visuales. Para conseguir el mismo efecto, el libro convencional debe fabricar un nuevo libro con las características tipográficas requeridas. Además el dispositivo permite invertir la lectura en posición vertical o bien en posición horizontal. La suma de estas características confiere al libro electrónico una comodidad de lectura similar a la del papel, y aún con prestaciones nuevas. Además estos dispositivos apenas pesan 200 gramos, lo cual hace la lectura más cómoda. Los libros electrónicos también se conocen como ecolibros principalmente haciendo referencia al ahorro de papel. Sus detractores insisten en que el papel se fabrica a partir de árboles de crecimiento rápido procedentes de viveros. Aún aceptándolo, hay que tener en cuenta que la fabricación del papel consume una gran cantidad de agua y energía, dos de los bienes más escasos para la sostenibilidad del planeta. Asimismo, la degradación del papel libera tintas de impresión, que pueden contaminar con plomo y otros metales pesados las aguas freáticas. Otra característica destacable desde el punto de vista de la sostenibilidad es el escaso consumo de energía. La tinta electrónica fija el texto sobre la pantalla como una imagen y apenas consume energía mientras se muestra. Sólo consume energía para el refresco de pantalla para pasar páginas. Una carga de batería permite alrededor de 8.000 operaciones de refresco de pantalla, es decir de paso de página. Los modelos de gama superior disponen de pantalla táctil y permiten hacer anotaciones, incluir notas, subrayar textos, e incluso buscar el significado de una palabra en un diccionario. También poseen conexión a Internet vía Wi-Fi o 3G, pudiéndose descargar los libros digitales directamente hasta el propio dispositivo lector. Los libros digitales son más baratos que los libros tradicionales. El editor se ahorra los costos del papel, la impresión y encuadernación, almacenaje, transporte y distribución. Además la distribución vía Internet se realiza por copia del fichero original, de manera que el riesgo asumido por el editor ante un posible fracaso de ventas es mínimo. Las actuales plataformas de venta de libros en España todavía son reacias a aplicar un precio razonable para los libros electrónicos, y más todavía si son novedades. Sin embargo las leyes de mercado obligarán a ir racionalizando los precios. Por otro lado existe un gran número de obras de dominio público disponibles para descarga gratuita legal desde Internet. Los libros electrónicos permiten almacenar una gran cantidad de libros digitales. Además, la mayoría de dispositivos disponen de una ranura para insertar una tarjeta de memoria SD de hasta quatro Gigabytes. En una minúscula tarjeta de memoria de cuatro Gigabytes se puede almacenar el equivalente a más de 500 libros, es decir unos 10 metros de estantería de almacén. Aunque no vayamos a utilitzar esta enorme capacidad, sí que el hecho de poder viajar con varios libros que no ocupen lugar en el equipaje es una ventaja interesante para los lectores habituales. Los libros electrónicos suelen tener capacidad para reproducir archivos sonoros MP3. Esta característica que suele presentarse como una de las ventajas, en realidad es una ventaja peregrina más destinada a la publicidad que a la funcionalidad. Para reproducir sonido, ya sea música o bien libros sonoros, es recomendable el uso de los reproductores de MP3. El verdadero valor añadido de la capacidad para reproducir sonido estaría en disponer de la aplicación necesaria, que ya existe, para convertir el texto en sonido. De esta forma una persona invidente, por ejemplo, podría escuchar cualquier libro digital disponible en el dispositivo en formato texto. Algunos libros electrónicos actuales disponen de esta funcionalidad, pero sólo para el inglés. Desventajas El estado actual de las pantallas de tinta electrónica sólo permite visualizar una determinada escala de grises (de 8 a 16 niveles de gris). Ya existen algunas pruebas de tinta electrónica en color, pero los precios son prohibitivos. Cuando la tinta electrónica en color se haya generalizado posiblemente marcará un impulso importantísimo a la lectura digital, puesto que además de un mayor atractivo hará viable la lectura de cómics en color y abrirá una nueva cota de mercado de libros infantiles. Para este verano ya se prevé que Fisher Price lance un lector electrónico para bebés (Boersner, 2010), para emular las actividades de los padres. Cuando tomamos un libro convencional en las manos solo con verlo y sospesarlo nos podemos hacer una idea de sus dimensiones. Con un simple movimiento de los dedos podemos hojearlo y ver rápidamente el tamaño de la fuente, si contiene ilustraciones, color, índices, sumario, etc. En unos segundos no hemos familiarizado con el libro. No ocurre lo mismo con el libro digital. Para llegar al mismo grado de familiaridad hacen falta muchos pasos y varios minutos. Pero donde puede encontrarse más perdido el lector es durante la lectura. Para una lectura secuencial, como es el caso de una novela, no tiene gran importancia, sólo hace falta saber en que página estamos leyendo, y el lector guarda esta información cuando se cierra y al reabrirlo el lector se dirige a la última página abierta. Pero la lectura técnica no sigue este ritmo, el lector necesita contextualizar la obra para poder moverse dentro de ella. Puede requerir la lectura por partes, volver a un capítulo ya leído, buscar en los índices o en el sumario, etc. Esta forma de navegación en un lector básico es difícil y laboriosa. Aunque otros lectores más sofisticados disponen de facilidades para una navegación más rica y amigable. Sin lugar a dudas uno de los principales inconvenientes de los libros electrónicos es su precio. Dependiendo de sus funcionalidades puede oscilar entre los 199€ de un lector básico de 6 pulgadas, hasta los más de 500 € de un lector de gama alta. Otro factor desfavorable es la escasa oferta de libros digitales en castellano, y en nuestro caso también en catalán. Los editores argumentan que se han vendido pocos libros electrónicos para atreverse a lanzarse a publicar masivamente libros digitales. Pero esta argumentación es un círculo vicioso que deben romper los editores con valentía y decisión. En realidad, una de las causas de la lentitud de la venta de estos dispositivos es precisamente que después de realizar una inversión económica importante, no se dispone de un amplio abanico de obras actuales para poder leer. La creación de Libranda, una nueva gran plataforma liderada por Santillana, Random House Mondadori y Planeta, puede llenar el vacío actual de contenidos en castellano. Inicialmente se preveía que Libranda iba a presentarse en la Feria del libro de Madrid en el mes mayo, no ha sido así, aunque posiblemente en el momento de publicarse este artículo ya sea una realidad. La gestión del DRM también es causa de algunas de las desventajas que se suelen reportar en los foros especializados: el libro digital protegido con DRM no se puede prestar ni regalar. En este sentido, sin embargo, hay que hacer algunas matizaciones. Algunas plataformas, como por ejemplo Leqtor, y también está así previsto en Libranda, permite realizar 6 préstamos de cada obra adquirida. Las copias cedidas, sin embargo no se pueden redistribuir. En cuanto a la desventaja de que el libro digital que no se puede regalar ya no es así. El día de San Jorge, patrón de Cataluña, es también el día de los enamorados y la tradición manda regalar un libro y una rosa. En un solo día se distribuyen millones de rosas, y los libreros recaudan alrededor del 10% de la facturación anual total. La plataforma catalana de distribución de libros digitales Leqtor, no podía dejar pasar este acontecimiento, y para la diada de este año implementó la posibilidad del regalo. Se adquiere el libro deseado y se facilita el correo electrónico del destinatario junto con una felicitación. Leqtor manda un correo electrónico con la felicitación y la dirección de descarga del libro regalado. La filosofía del proyecto de préstamo de libros electrónicos A raíz de la Feria del Libro de Frankfurt de octubre de 2008 donde por primera vez estuvo presente el libro electrónico y el libro digital, la prensa general se hizo eco extensivamente de la inminencia del libro electrónico como nuevo soporte de lectura. La prensa generalista y especializada reproducían la frase acuñada durante el salón internacional del libro, y que quedó como eslogan: «El libro digital ya está aquí y ha venido para quedarse.» Así mismo los expertos auguraban que en 10 años el libro digital igualaría en producción y venta al libro tradicional en soporte papel. La realidad ha demostrado que la implantación del libro electrónico es más lenta de lo que se esperaba. Los miedos de la posible piratería, han hecho que la industria editorial española retrasara el lanzamiento del libro digital. Sin embargo, el progreso no tiene freno, y el adelanto hacia nuevas formas de lectura es imparable. A través del tratamiento constante que la prensa ha ido dando a este acontecimiento, el caso es que la ciudadanía está alertada y expectante sabiendo que algo se acerca y que en los próximos años se producirán cambios substanciales en el mundo de la lectura. Atenta a los adelantos que se producen en la sociedad, relativas a la lectura y al conocimiento, la Biblioteca Pare Miquel d’Esplugues valoró los siguientes condicionantes: - La feria del libro más prestigiosa internacionalmente ya ha aceptado el libro digital como uno de los formatos de lectura que entran en la cotidianidad. - Las Directrices IFLA/Unesco para el desarrollo del servicio bibliotecario, establecen que: «1.4 Una institución que propicie el cambio. [...] La biblioteca pública debe ser consciente de las cuestiones que se plantean en su comunidad y ofrecer información par que los debates se lleven a cabo con fundamento.» - Las mismas directrices también establecen: «4.3 Los distintos recursos. La biblioteca pública debe disponer de una amplia gama de materiales en diversos formatos y en cantidades suficientes para satisfacer las necesidades y los intereses de la comunidad. La cultura de la comunidad local y de la sociedad han de reflejarse en los fondos. La biblioteca pública ha de estar al corriente de los soportes y métodos nuevos para acceder a la información, que debe estar disponible fácilmente, sea cual fuere su formato. […].» - Y todavía, en el punto 4.3.2, sobre los formatos de los documentos, las directrices especifican explícitamente el libro electrónico como uno de los soportes que pueden estar disponibles a las bibliotecas públicas para satisfacer las necesidades de sus usuarios. - En la campaña de Navidad de 2008, ya se empezaron a comercializar en Barcelona los primeros dispositivos lectores de libros digitales basados en tinta electrónica. En vista de este estado de cosas, en febrero del 2009 la Biblioteca emitió un informe para solicitar que el Ayuntamiento adquiriera varios libros electrónicos para ponerlos a disposición del personal de la biblioteca y de sus usuarios. Los objetivos que se marcaban en este informe preveían exclusivamente el préstamo en sala y el préstamo colectivo a centros escolares: «El objetivo de este soporte en la biblioteca, en este primer estadio, no es tanto la lectura de las obras como dar a conocer las características y la potencialidad de este nuevo soporte documental. Cada usuario podrá ir descubriendo por si mismo sus ventajas y desventajas. Además, los aparatos se podrán utilizar para hacer presentaciones sobre la evolución de los soportes documentales, y el futuro del libro, que el personal bibliotecario ofrecerá a las escuelas, institutos y entidades de la ciudad. Esta actividad se podrá incluir en las nuevas ediciones del Programa de Actividades Educativas complementarias que el Ayuntamiento ofrece a los centros educativos. La Biblioteca la Bòbila podrá solicitar los libros digitales para efectuar presentaciones en los centros escolares y entidades de su zona de influencia. Las presentaciones siempre se efectuarán por parte del personal bibliotecario, ya sea de la Bòbila o de la Pare Miquel. En un segundo estadio, y según el desarrollo del sector, se podrán ir encontrando nuevas aplicaciones para dar más servicios a los usuarios.» Con respecto al personal de la biblioteca, es importante que todos los trabajadores conozcan el libro electrónico. La biblioteca pública es el referente municipal del mundo del libro y de la lectura, y lo tiene que continuar siendo. Por ello, el personal tiene que poder responder cualquier consulta sobre el libro electrónico con conocimiento de causa, es decir habiéndolo experimentado personalmente. El Ayuntamiento había valorado positivamente esta iniciativa, pero fue imposible llegar a un acuerdo de adquisición con el por entonces único proveedor presencial de Barcelona, una cadena de librerías, que no aceptaba las condiciones de pago propias de la administración pública. Por todo ello el Ayuntamiento no dio el paso de adquirir los aparatos hasta que se dio una nueva circunstancia: nacía una plataforma de descarga (Leqtor) en la cual se podían adquirir libros en catalán y en castellano, ligados con un dispositivo lector básico que rebajaba sensiblemente los precios elevados de estos dispositivos. Finalmente, en enero de 2010 el Ayuntamiento efectuó la adquisición de 6 aparatos tipo Leqtor para ponerlos a disposición de la biblioteca. En todo momento la biblioteca fue consciente que los dispositivos lectores serían rápidamente obsoletos (se preveía una vida útil de unos dos años): el libro electrónico actual es una tecnología del presente, no es la tecnología del futuro. Por esta razón, en ningún momento se planteó la adquisición de libros digitales actuales. Este nuevo estadio podría venir, quizás, con la implementación de una plataforma de descarga pública, pero que en todo caso se tendría que plantear a nivel de red (ya sea por parte de la Diputación o bien de la Generalitat de Cataluña); pero en cualquier caso quedaba completamente fuera del alcance potencial y competencial de una biblioteca aislada. El objetivo del proyecto era dar voz crítica a la ciudadanía en el debate social abierto a raíz de la implantación del libro electrónico. Si la ciudadanía podía «conocer» el libro electrónico a través de la posibilidad de examinarlo y experimentarlo, pasaría a ser un sujeto activo en este debate en vez de permanecer permanentemente como sujeto pasivo. Por esto, los lectores se cargaron con obras actuales de “regalo” por la adquisición de los dispositivos, y con obras de dominio público, especialmente procedentes del proyecto Gutenberg. A lo largo del año que transcurrió entre la redacción del informe inicial y el proceso de preparación de los lectores para ponerlos a disposición del público se dieron varias circunstancias: - Los libros electrónicos habían entrado a las aulas en algunos institutos. - La constatación que algunos de los libros tradicionales que ponemos a disposición del público tienen un precio superior a un lector básico (199 €). - El conocimiento que las Bibliotecas de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) ofrecía el préstamo de libros electrónicos desde finales del 2008. El hecho que algunos institutos ya estaban utilizando libros digitales en el aula, a pesar de tratarse de tecnologías diferentes, provocaba que el proyecto hubiera perdido el factor de novedad, y esto podría hacer perder el interés por parte de los estudiantes y profesorado. Por el contrario, puestos en contacto con el Director de la Biblioteca Rector Gabriel Ferraté, de la UPC, sobre los posibles problemas del préstamo a domicilio de los libros electrónicos, se disiparon todas las dudas y los miedos de posibles riesgos. Por lo tanto se modificaron los objetivos iniciales del proyecto, y se solicitó la autorización del Ayuntamiento para cambiar el sistema de préstamo exclusivo en sala, por el de préstamo a domicilio para que el usuario tuviera la posibilidad de efectuar al menos una lectura completa y así poder valorar mejor esta tecnología. Metodología El Modelo Se adquirió el modelo Leqtor por varias razones. Era compatible con los dos formatos más extendidos de libros digitales: el PDF y el EPUB. Además, ambos se configuran como los principales formatos del futuro cercano para libros digitales. A posteriori, se ha podido comprobar además, que la visualización de los PDF tiene más calidad que otros dispositivos de coste superior, para los que el PDF no es un formato nativo. Todo el sistema de menús está disponible en catalán y en castellano. Es el primer dispositivo que integra el catalán como una de las lenguas de uso interno. No hay que decir que los menús también están disponibles además en otras lenguas más o menos próximas como por ejemplo el inglés, el francés, o incluso el chino y el ruso, por ejemplo. También había que tener en cuenta otros detalles interesantes: la definición de pantalla de ocho niveles de grises; el peso de sólo 180 gramos; y la batería de litio-polímero. No dispone de conexión wi-fi, pero esta característica no se consideraba relevante para el uso previsto a la biblioteca. La conexión inalámbrica sólo tendría sentido para descargar directamente los libros adquiridos. Pero la gestión de los libros digitales disponibles se realiza por parte de la biblioteca y no se da acceso a esta característica al usuario. Leqtor es un modelo personalizado del lector Netronix EB-600. El fabricante de este tipo de lectores los personaliza para plataformas concretas, y muchos de los dispositivos básicos que aparecen bajo nombres comerciales diversos, en realidad son este mismo modelo. La plataforma Leqtor apostaba fuerte para la difusión de la lectura digital y ofreció en oferta su dispositivo por 199 € frente a los 300 € de media que podía costar este mismo modelo comercializado bajo otra marca. En todo caso, la principal carencia que se encontraba era que no tuviera pantalla táctil. El lector se presta con la batería cargada para garantizar el uso durante las dos semanas del préstamo, puesto que tiene una autonomía para 8.000 pasos de página. Se acompaña con un folleto con las instrucciones de uso. También se incluye una hoja de la biblioteca explicativo de las condiciones de uso y del contenido. La guía de uso también está disponible en formato digital PDF en el propio aparato. Contenido Todos los libros electrónicos disponibles tienen el mismo contenido. El contenido básico de los lectores es el libro Me voy, de Pepe Rubianes, que ya viene precargado en versión catalana y castellana en todos los dispositivos. Además, la plataforma Leqtor provee un vale de “regalo” de 30 € por la compra de cada aparato. Como de cada obra puede hacerse hasta seis préstamos, todos los libros descargados se han prestado entre los distintos dispositivos, de forma que se ha obtenido un total de 18 libros digitales distintos cargados en todos los lectores. Por otro lado, se han descargado distintas obras clásicas desde las principales plataformas de distribución de obras de dominio público: el proyecto Gutenberg y Feddbooks. Las obras de dominio público se han descargado en distintas lenguas. Además del catalán y el castellano están representados el alemán, el inglés, el francés, el occitano, el griego, y el esperanto. Estas obras están clasificadas en distintos directorios según la lengua del documento. Ello permite dar un mayor servicio, puesto que se puede acceder a la lectura de obras en la lengua de preferencia del usuario; permite practicar la lectura en una lengua que se esté estudiando, y en todo caso visualiza la flexibilidad del dispositivo. Préstamo y condiciones Una vez aceptado que se iba a proceder al préstamo a domicilio, se estableció que las condiciones generales del servicio básicamente son las mismas que para el préstamo del resto de documentos de la biblioteca: el usuario se hace responsable del lector que ha tomado en préstamo y debe devolverlo en las mismas condiciones que lo ha tomado, y dentro del plazo establecido. Varía, sin embargo, el plazo de devolución, que en el resto de documentos de la biblioteca es para 30 días; mientras que para los libros electrónicos se fijó en dos semanas. De esta forma se obtiene una mayor tasa de rotación de los dispositivos y se puede dar servicio a más usuarios. En cuanto a las dos semanas en vez de 15 días, simplemente es para evitar que la devolución pueda recaer en domingo. Esto permite facilitar el cálculo automático de la fecha de devolución a través de la propia base de datos en Excel. Dos semanas se estima que es tiempo suficiente para efectuar por lo menos una lectura completa y así familiarizarse con el dispositivo y la tecnología de la tinta electrónica. El préstamo se circunscribe exclusivamente al área de adultos, es decir a partir de los 14 años. No se ha establecido límite alguno de reservas. Precisamente un exceso de reservas puede ser el dato esencial para solicitar, por ejemplo, la ampliación del servicio. Como todos los dispositivos están cargados con la misma configuración, las reservas son generales. Es decir, que no hay listas de reservas individuales para cada dispositivo, sino que la lista es única, y ante cada devolución se asigna el dispositivo al próximo usuario en espera. Base de datos de préstamo Para implementar el servicio de préstamo, se decidió seguir el esquema de trabajo de las bibliotecas de la UPC, y catalogar los libros electrónicos en la base de datos de gestión bibliotecaria Millennium. Esto tenía que permitir gestionar todo el proceso de préstamo, y de cara al usuario no establecer diferencias artificiales entre la lectura convencional y la lectura digital. En nuestro caso, ello no fue posible para mantener la coherencia del catálogo, dado que actualmente está prevista la catalogación de los documentos digitales, pero no la catalogación del hardware necesario para su lectura. Desde la biblioteca se diseñó una hoja de Excel para retener los datos necesarios para hacer las gestiones de préstamo y reservas. Esta hoja contiene los siguientes datos de carácter personal: • Nombre y apellidos • Correo electrónico • Teléfono • Número de carnet de biblioteca Estos datos son necesarios para gestionar los avisos de recogida de la reserva y efectuar las reclamaciones si fuera necesario. No obstante, una vez finalizado el ciclo de préstamo y devolución se eliminan del fichero automatizado. Otros datos que se consignan en esta hoja, y que se mantienen de forma anónima una vez eliminados los datos mencionados, son los siguientes: • Grupo de edad (siguiendo el esquema utilizado en Millennium) • Sexo: hombre o mujer, o entidad. • Localidad de residencia con dos opciones: Esplugues u Otros. • Barrio: sólo por los vecinos de Esplugues. • Biblioteca de cabecera: Pare Miquel, la Bòbila u Otras. • Nacionalidad con dos opciones: española u otras. Finalmente se toman anónimamente otros datos de gestión, pero que pueden tener interés estadístico, como por ejemplo: • Fecha del préstamo • Fecha de devolución [dato automático: fecha del préstamo + 14 días] • Fecha de la devolución efectiva • Lector utilizado Dado que los datos personales de gestión se eliminan una vez que dejan de ser necesarios para efectuar el servicio solicitado por el usuario; y que sólo permanecen otros datos de interés estadístico y siempre de forma anónima. Y dado que la creación, modificación o supresión de ficheros de datos de carácter personal de las administraciones públicas tiene su regulación al artículo 20 de la Ley orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de protección de datos de carácter personal, donde se establece que el acuerdo de creación, modificación o supresión se tiene que efectuar por medio de disposición general publicada posteriormente en diario oficial. Se solicitó un dictamen de los servicios jurídicos del Ayuntamiento por si cabía iniciar el procedimiento de publicación de la base de datos de este servicio en los términos establecido por la ley mencionada. Se resolvió que este fichero se insería jurídicamente en la base de datos que genéricamente había registrado el Ayuntamiento para la gestión de los servicios de cultura, juventud y deportes, que incluyen también los servicios bibliotecarios. Difusión El inicio del servicio se retrasó hasta inicio de marzo para hacerlo coincidir con la publicación de la revista municipal mensual El Pont d’Esplugues, que insería un amplio reportaje sobre el mismo. Además, las notas de prensa difundidas por el propio Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona hallaron un amplio eco en la prensa local y en los medios digitales. Todo ello ha aportado una extensa demanda, que por ahora sobrepasa la disponibilidad de libros electrónicos. Todavía es pronto para comprobar si hace falta ampliar el servicio con la adquisición de nuevos dispositivos. Habrá que esperar a ver si se mantiene el actual ritmo de préstamos y reservas. Pero en cualquier caso, de momento no se ha planteado la necesidad de realizar campañas de difusión. Aún no sabemos cual va a ser el impacto del período de verano y vacaciones en este servicio. Pero sí que nos hemos planteado que podría ser necesario publicar un artículo de evaluación del servicio en El Pont d’Esplugues en octubre o noviembre para mantener la expectativa de los usuarios sobre este proyecto. En el caso de disminuir la intensidad de la demanda, y de disponer de lectores disponibles, también nos hemos planteado de retomar el objetivo inicial de hacer presentaciones en entidades locales. Por ejemplo la asociación de vecinos ya ha mostrado su interés en ello. A nivel de biblioteca se mantiene exclusivamente un cartel anunciando el servicio. Debido a la demanda actual, no se trata tanto de un reclamo publicitario, como de mantener la expectativa entre los usuarios. Además, no nos parecería coherente que no hubiera ningún tipo de indicación sobre un servicio que ha sido pionero en toda Cataluña. Evaluación No pareció oportuno establecer un sistema de encuestas para los usuarios del servicio. Por un lado se pretendía dar la impresión de la máxima normalidad. Pero ante todo, tal como se había planeado el proyecto, se quería dar el protagonismo a la persona usuaria, que es el sujeto de la investigación y la experimentación, no el objeto. No obstante, la biblioteca mantiene otros canales para la evaluación. Ya se ha visto que se toman diversos datos del usuario para gestionar todo el proceso de reserva y préstamo. Además se toman también otros datos con valor estadístico exclusivamente, los cuales nos permitirán evaluar el servicio: tanto por el grado de utilización, como por el grado de cumplimiento de los objetivos establecidos. La base de datos de préstamo del servicio plasmada en Excel, nos ha permitido elaborar una hoja basada en fórmulas que toma y calcula los datos introducidos, y que nos da un resumen en tiempo real del uso del servicio y del perfil de sus usuarios. En este mes de junio se ha creado un blog de la biblioteca ligado a este servicio. Se pretende facilitar direcciones relativas al libro electrónico y digital: como estar al día de los avances tecnológicos y de los posicionamientos del mercado español; sitios de descarga de libros digitales de dominio público, etc. Pero muy especialmente se pretende que sea un foro donde los usuarios puedan expresar libremente sus impresiones sobre la lectura digital. Se estima que ésta pude ser una aportación importante de la biblioteca pública al desarrollo del mercado del libro digital al permitir conocer los intereses, los comportamientos y las preferencias de los usuarios. Breve análisis de su uso La experiencia de uso de los libros electrónicos en la biblioteca es muy reciente y todas las conclusiones que puedan sacarse se han de tomar de forma provisional. Este acercamiento estadístico no pretende sentar bases científicas ante una muestra tan escasa, por ahora simplemente leemos resultados y constatamos tendencias. El universo analizado es de 32 préstamos realizados y 6 préstamos en curso (a 31 de mayo). Teniendo en cuenta que es un dato poco representativo para extraer cualquier valoración, le hemos añadido las 33 reservas que teníamos en esta misma fecha. Un total de 71 préstamos entre los realizados y los previstos, a partir de los cuales vamos a intentar deducir algunas tendencias. Figura 1.- Estadísticas de uso por franja de edad. En un primer momento habíamos pronosticado que el interés por el préstamo de este dispositivo se iba a dividir entre una cierta expectativa despertada entre los jóvenes, más amantes de gadgets y novedades tecnológicas; y la curiosidad entre los lectores habituales adultos de entre 40 y 64 años, por conocer qué tipo de nuevos enfoques electrónicos pueden igualar o superar la sacralizada lectura en soporte papel. La realidad nos ha demostrado sin embargo, que habíamos acertado sólo en parte. La expectativa que habíamos previsto en el segmento joven se ha disipado completamente, y éstos sólo han demostrado una completa indiferencia. Por el contrario, la franja de adultos ha respondido con una fuerza que supera las expectativas iniciales ante la curiosidad de saber si realmente estamos ante nuevas formas de lectura del futuro, y poder experimentarlas en primera persona. Asimismo vemos en la Figura 1, como la curiosidad y expectativa frente a este dispositivo, crece de forma directamente proporcional con la edad. A excepción de la gente mayor de 65 años, que vuelve de nuevo a la indiferencia. Se toman estas franjas de edad porqué son las que coinciden con las franjas determinadas por el sistema informático de gestión bibliotecaria, lo cual nos podría permitir en un futuro hacer alguna comparación con otros hábitos de lectura. Cabe destacar también que el porcentaje de mujeres usuarias del servicio es mucho mayor que el de hombres. Será interesante constatar si estos índices se mantienen a medida que vaya aumentado el número de personas usuarias. El promedio de días que los usuarios han mantenido el dispositivo en préstamo es de 13,2 días, de los 14 a que tenían derecho. De aquí sí que extraemos dos conclusiones: 1. La duración del préstamo de dos semanas es correcto puesto que es respetado por la mayoría de usuarios. 2. La mayoría de usuarios ha tenido el dispositivo en su poder casi la totalidad del tiempo a que tenía derecho. Esto demuestra un interés real en conocerlo y experimentarlo. Figura 2.- Estadísticas de uso en relación a la proximidad de la biblioteca. En cuanto a la proximidad de los usuarios en relación a la biblioteca y la vecindad de Esplugues, cabe destacar que no se ha dado una movilidad destacable dentro de la ciudad. Los usuarios se circunscriben en los barrios del radio del área de influencia de proximidad de la biblioteca. Pocos usuarios han acudido procedentes de los barrios más alejados, aún teniendo en cuenta que el término municipal de Esplugues es de sólo 4,5 km2. En cambio, sí que han solicitado el servicio 20 personas (28%) no residentes en Esplugues; y 23 personas (32%) residentes o no, pero con el carnet de bibliotecas de otras ciudades. Por lo tanto ha habido un cierto efecto llamada sobre usuarios de otras bibliotecas y ciudades que se han desplazado expresamente hasta la ciudad de Esplugues para experimentar el uso de libros electrónicos. ¿Qué puede aportar el libro electrónico a la biblioteca pública? En este apartado no vamos a ser concluyentes. Al fin y al cabo las reflexiones que se esbozan no son apriorísticas, sino que parten de la experiencia real de lectura digital. No descartamos, por tanto, que a medida que vayamos ganando experiencia en este terreno, surjan nuevas posibilidades que no se habían concebido previamente. Ya hemos visto la aportación básica del libro electrónico en la biblioteca pública: servir como introducción del profesional bibliotecario y del ciudadano en general al conocimiento del mundo digital. Sin embargo también puede tener otras funciones en la gestión del desarrollo de la colección y en el acceso a la información. En nuestro caso, esas funciones no se han implementado todavía, y estamos a la espera de que empiece a disminuir el ritmo de préstamo de estos dispositivos para poder dedicar por lo menos algunos de ellos a estas funciones que describiremos a continuación. En cuanto a la gestión de la colección vamos a recordar brevemente las distintas funciones que corresponde a una biblioteca central y a una biblioteca de proximidad. La biblioteca de proximidad está especialmente orientada al ocio y sus fondos serán actuales, atractivos y en buen estado. Una de las premisas esenciales para determinar la permanencia de una obra entre su colección será su uso real. La biblioteca central, además de esta misma función en cuanto a sus usuarios de proximidad, también presta un servicio a toda la población, y da soporte a las demás bibliotecas de proximidad. En este sentido, la biblioteca central debe tener unos mayores fondos de conocimientos, y también de las obras clásicas de la literatura universal. En este tipo de bibliotecas, un cierto porcentaje de libros con veinte años o más puede ser una muestra de distinción y de calidad de la colección, que posee obras relevantes que no se han vuelto a editar. Si nos ceñimos a las obras clásicas que son solicitadas sólo ocasionalmente, finalmente se opta por conservarlas en el almacén, donde los usuarios interesados en leerlas, las podrán localizar vía catálogo. Sin embargo van ocupando un espacio económicamente insostenible, y envejecen el conjunto de la colección. Pues bien, aquí es donde entra en escena el libro electrónico. Muchísimas de estas obras están disponibles gratuitamente a través de las plataformas de descarga de obras de dominio público de la red. El libro electrónico nos va a permitir reemplazar algunas de estas obras en soporte papel por libros digitales. Dada la gran capacidad de almacenamiento de los libros electrónicos, la biblioteca podrá ofrecer más obras clásicas de las que dispone hoy en día, en diversas lenguas, y a un coste de almacenaje prácticamente nulo (unos 0,03 € por libro). Otra aplicación del libro electrónico en la biblioteca puede ser la gestión de la colección local. Por ejemplo, la biblioteca de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria ofrece el proyecto Memoria Digital de Canarias [http://contentdm.ulpgc.es/portal/mdc/?id=1]: «mdC es el portal del patrimonio documental canario que da acceso a una importante colección de textos impresos y manuscritos, imágenes, registros sonoros y películas, mostrando siempre los documentos completos, libre y gratuitamente, en forma facsimilar. Desde el año 2003, mdC contribuye eficazmente al conocimiento, divulgación y conservación electrónica del Patrimonio Documental de Canarias, recogiendo todo tipo de documentación producida en Canarias, sobre Canarias, de autor canario o residente en nuestro Archipiélago, de cualquier época, inédita o publicada, sin distinción del tipo de soporte en que se encuentre o de la materia de que trate y sin más limitación que los derechos de autor.» Esta rica colección está disponible para ser descargada en formato PDF para fines de lectura, estudio o investigación. No sabemos exactamente cual es la situación legal a efectos de propiedad intelectual, pero sin duda esa no debería causa de negación del acceso de estos fondos patrimoniales por parte de los usuarios de las bibliotecas de Canarias. En cualquier caso, técnicamente, la biblioteca podría ofrecer acceso a una rica colección local a través de los libros electrónicos. Actualmente las bibliotecas públicas pueden acceder a estos fondos, y se puede ofrecer la posibilidad de leerlos a través del ordenador. Pero ya hemos estudiado las dificultades que presentan los ordenadores y sus pantallas para lecturas prolongadas. Contrariamente, toda forma de lectura secuencial, dejando de lado ilustraciones y otros aspectos de color, se puede leer perfectamente con un libro electrónico. Así pues es posible descargar el libro digital, grabarlo en una tarjeta de memoria y ofrecerlo a los usuarios juntamente con un lector. Incluso en caso de poseer la obra original se puede preferer esta forma de acceso con el fin de preservar para el futuro las obras originales. En ambos casos este servicio puede perdurar indefinidamente en el tiempo, puesto que aunque estos aparatos queden obsoletos ante la aparición en el mercado de lectores con mayores prestaciones, las cualidades de la tinta electrónica actual son reales y se pueden aprovechar. Conclusiones En nuestro entorno cambiante estamos asistiendo al nacimiento de una era digital que registra un nuevo enfoque de producción y difusión de la información, de la formación y del ocio, y, por tanto, del conocimiento. Nos adentramos en un mundo que utiliza un lenguaje nuevo para nosotros. Según Marc Prensky (2001), todos nosotros, formados en un mundo analógico y que hemos llegado al mundo digital somos inmigrantes digitales. Como inmigrantes, podemos aprender el lenguaje, las técnicas, pero no podemos percibirlas como algo propio. Hay que ir traduciendo de nuestros esquemas mentales secuenciales a otras formas de pensamiento más rápido, capaz de asociar conceptos, de saltar de un concepto a otro. Por otro lado están los más jóvenes, y los que vendrán después de ellos. Ellos ya habrán nacido en el entorno digital, son nativos digitales. Sus esquemas mentales ya están, y estarán todavía más, adaptados a este lenguaje que es nuevo para nosotros. Ellos serán, pues, los verdaderos desarrolladores de la vida digital hacia cotas que para nosotros ahora mismo son imposibles de imaginar. Pedía el poeta a Dios que no lo juzgara más allá si su fe aquí se queda, pues «Hombre soy y humana es mi medida por todo cuanto pueda creer y esperar […] Todo lo que veo se os parece a mí.» (Joan Maragall: El Cant Espiritual, 1911). Así mismo, en el mundo digital, todo cuanto podemos creer e imaginar se parecerá a lo que ya nos es conocido. Por ello decíamos que el objetivo del proyecto de préstamo de los libros electrónicos era permitir conocer y experimentar a los usuarios y al propio personal de la biblioteca. Y este punto se ha realizado con éxito. Sólo con la experimentación y al ir conociendo esta tecnología se ha desarrollado nuestra capacidad de comprensión de la complejidad y de la potencialidad del fenómeno. Las personas usuarias han aprovechado esta oportunidad, y los libros electrónicos han estado prestados desde el primer momento y han ido rotando ininterrumpidamente, con un elevado número de reservas. De mantenerse este ritmo de préstamos cabría plantearse si ha llegado el momento de ampliar el servicio, o si es preferible esperar unos meses a la expectativa de los avances que vayan apareciendo en el mercado para seguir ofreciendo las últimas innovaciones en lectura digital. A nivel de biblioteca, a partir del conocimiento directo de esta tecnología se han ido imaginando las posibles utilidades que pueden tener los libros electrónicos en la biblioteca pública. Sin duda, a mayor experimentación, más posibilidades se otearán para el futuro. Pero especialmente importante ha sido ir conociendo y entendiendo los avances que se producen en el sector del libro puesto que van a cambiar substancialmente el concepto de lectura y la aproximación al conocimiento, que son los dos pilares de nuestra razón de ser como biblioteca. Este conocimiento nos permite avanzar con nuestro tiempo, y nos convierte en protagonistas de un momento crucial de la historia del libro y de la lectura. El lanzamiento de este proyecto no ha requerido una gran inversión ni ha representado una labor extraordinaria del personal. Lo que en realidad ha sido clave es que el Ayuntamiento fuera receptivo a los objetivos propuestos, y a las modificaciones presentadas en virtud de los acontecimientos que tenían lugar en nuestra sociedad. La verdadera revolución del libro digital en las bibliotecas llegará con las plataformas de descarga, tanto las comerciales que ofrezcan un extenso catálogo de obras actuales en castellano y catalán, como las públicas y gratuitas que en su momento se implementen a nivel de red. Libranda se presenta como la gran plataforma comercial prevista para el 2010, y la Generalitat de Cataluña ya ha anunciado la creación de una plataforma pública para el 2011. Mientras, van materializándose distintas actuaciones en torno al libro electrónico en las bibliotecas municipales de la Red de la Diputación de Barcelona. Recursos de interés Boersner, Juliana. Fisher Price lanza un lector electrónico para bebés 2010 [en línea]. [Consulta 27 abril 2010]. Disponible en: http://www.papelenblanco.com/animacion-a-lalectura/fisher-price-lanza-un-lector-electronico-para-bebes Cabacas García, Tomás. Guía para comprar un eBook 2009 [en línea]. [Consulta 28 abril 2010], en: MuyComputer. 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