Untitled - Hostos Community College

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La palabra es un pétalo
que el viento desprendió de la magnolia.
En el árbol, la flor
sigue estando completa,
porque la herida es invisible.
El pétalo que vuela solitario
al volar se convierte en otros pétalos,
y así en la levedad del cielo abierto
se dispersan magnolias incontables.
Y la magnolia original asume
la pasión de la víctima.
Indice
Inolvidables
3
Luminarias
4
Enhorabuena
5
Desde mi voz
6
Recibimos este 2009 con la Revista Estrellas Poéticas No. 29,
Ausencias
10
en este nuestro cuarto año de actividades.
Vida en prosa
12
Vida y obra
13
larmente a quienes alimentan nuestro acerbo cultural, y con
Rincón de arte
14
gran generosidad nos siguen compartiendo letras, imágenes y
Letra por letra
15
Latidos
18
Dejamos atrás un año plagado de momentos difíciles, logros
Oficio de las letras
23
afianzados, encuentros y también despedidas.
Entrevista
25
Letras dispersas
26
están a nuestro lado, a los que confortan nuestras debilidades y
Efemérides
27
refuerzan nuestros aciertos.
Lectores
28
Almario
32
cercanía, mediante la palabra que es ala del silencio, trascen-
Séptimo arte
33
dencia y orla incandescente en el alma.
Recomendamos
35
Equipo editorial
36
(David Escobar G)
Con especial agradecimiento a todos nuestros lectores, particu-
palabras.
Nuestra amistad y respeto para quienes de una u otra manera
Les invitamos a continuar la construcción de este proyecto de
Catalina Zentner
Rebeca Montañez
Estrellas Poéticas
3
Nadie se va del todo, siempre y de algún modo,
nos deja un poco de su amor, tras la ventana,
por los rincones, entre recortes y fotografías,
y en una silla que hoy está vacía...
Desde su aparición, primero como Boletín y posteriormente como Revista Cultural
Virtual esta sección buscó rescatar, muchas veces de injusto olvido, a figuras importantes del arte, en especial de la música. Vimos que el factor determinante en muchos de
ellos ha sido el amor o la ausencia de él.
Genaro Salinas, por ejemplo, tiró su carrera por la borda a causa de un amor no correspondido. La misma situación llevó a Mike Brant al suicidio, y el no haberlo encontrado
condujo a Edith Piaf y Janis Joplin al abismo de las drogas.
Sensibilidades exquisitas, talentos fuera de lo común y la desdicha truncando sus
existencias.
Inolvidables que han trascendido en el tiempo y nos legaron su música y a
través de ella la negación de su partida.
Pero hay otros inolvidables, los anónimos, los que forman parte de una pequeña historia íntima, escribiendo cada capítulo en forma diferente, con matices oscuros o radiantes, con letras subjetivas o prolijas, interpretando vacíos, ocupando silencios, abrazando
primaveras, restando agonías, extendiendo la mano solidaria y la sonrisa que hace menos
fríos ciertos atardeceres.
Inolvidables que dejan recuerdos fijos a la memoria y por lo tanto, permanecerán vivos mientras el abandono no cubra de polvo las instancias de luz que compartieron con
sus seres cercanos.
“No habrá más penas ni olvido”, dice la letra de un tango. Sucederá cuando el reencuentro sea posible, hasta entonces, más allá de la vida o de la muerte.
Catalina Zentner
Israel, Diciembre de 2008
4
Radclyffe Hall
El Pozo de la Soledad
Marguerite Radclyffe Hall nació en Bournemouth, Inglaterra, un 12 de Agosto de 1880. Su infancia fue
muy infeliz dado que sus padres se separaron cuando ella aún era una niña, su madre volvería a casarse
años después. Ignorada tanto por su padrastro como por su madre, la escritora fue prácticamente criada por
niñeras.
Desde niña manifestó interés en relacionarse casi exclusivamente niñas o mujeres jóvenes, lo que no era muy agradable para su madre, y mucho menos por el sobrenombre “Peter” con el que la chica se hacía llamar. En sus años adolescentes demostró pasión por aprender a tocar piano, compuso canciones, también le llamaban la
atención los caballos y los autos de motor.
Sus primeros estudios los realizó en King”s College de Londres y más tarde, en
Alemania. Al cumplir los 21 años recibió los legados económicos de su abuelo y de su
padre. Ella aprovechó esta situación para abandonar su hogar, a la vez que comenzó
a usar el nombre de Radclyffe Hall. Toda una mujer independiente invirtió parte de
esa fortuna en viajes por Europa y Norteamérica. Se asumió lesbiana, y se describía
a si misma como “Invertida Congénita”, un termino sacado de los escritos de Havelock
Ellis y otros sexólogos de la época.
En 1907, Radclyffe Hall se enamoró de Mabel Verónica Batten, una mujer bastante
mayor que ella con quien convivió durante varios años. Por ella, Hall cambiaría su apodo de la infancia,
“Peter” , por el de “John”, - un sobrenombre elegido por la propia Mabel,- e incluso se convertiría al catolicismo. Entre 1906 y 1915 Hall publicó cinco volúmenes de poesía. La mayoría de estos son poemas a la naturaleza y ocasionalmente poemas de amor de ambigua atracción erótica. Bajo el aliento de Mabel, Hall escribió varias novelas. “Casi un amor”, “La Fragua”, “Vida de sábado”, “Casta de Adán” (libro por el cual
recibió los premios Prix Femina y James Tait Black), “El amo de la casa”, “Los hallazgos de la Srta. Ogilvy” y
“La sexta beatitud” son algunas de las producciones literarias creadas por la escritora a lo largo de su trayectoria. Hall vivió con Mabel hasta la muerte de ésta en 1915. Para entonces Hall ya conocía a Una Lady
Troubridge, escultora y prima de Mabel, casada con el Almirante Ernest Troubridge y madre de dos hijas.
Una se convertiría en su eterna compañera pese a las frecuentes infidelidades de Hall.
Hall además pasó mucho tiempo estudiando fenómenos psíquicos, relacionándose y escribiendo para
la Sociedad de Investigación Psíquica y devorando todo lo que podía encontrar sobre las exploraciones
científicas más recientes sobre el lesbianismo, o inversión, como se llamaba al deseo erótico entre personas
del mismo sexo.
En 1928 llegó el gran suceso de su vida literaria, publicó El pozo de la soledad. El personaje central de
su novela era Stephen Gordon, una lesbiana “masculina” que como Hall, se identifica como Invertida. Aunque la actitud de Gordon hacia su propia sexualidad es angustiosa, la novela presenta el lesbianismo naturalmente y hace petición de más tolerancia. Las razones de Hall para escribir El pozo son increiblemente familares y resonantes hoy en día. Ella esperaba que la novela pudiese inspirar a “los invertidos en general a
declararse”, llamando a sus iguales a salir del closet. Ella buscaba dar un modelo positivo a sus pares y aumentar la tolerancia en el mundo, particularmente entre los padres. Además Hall, presenta la idea de un matrimonio entre parejas del mismo sexo, “aunque no estaré aquí para darle la bienvenida”.
Pese a que el libro no era sexualmente explícito, fue objeto de un juicio por obscenidad en el Reino
Unido, que terminó con la destrucción de todas las copias. Estados Unidos permitió su publicación después
de una larga batalla en la corte.
En 1938 Una y Hall consideraron vivir permanentemente en Florencia, pero sus planes fueron destruidos por la Segunda Guerra Mundial. Hall, acosada por problemas físicos, se retiró con Una a Devon, habiendo obtenido permiso par entrar a Inglaterra, país que la había expulsado con motivo del juicio contra ella y
su libro.
En 1943, el 7 de Octubre, Radclyffe Hall murió de cáncer de cólon en Londres y fue sepultada junto a
Mabel Batten en el Cementerio Highgate en Londres.
5
Lina Zerón.
Poeta, narradora, periodista y promotora cultural nacida en Ciudad de México en 1959,
fue galardonada el 18 de Octubre de 2008 por
La Universidad Nacional de Tumbes, Perú.
que le otorgó el Doctorado Honoris Causa.
Asimismo la Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión, le confirió el título de Profesora Honoraria de las Escuelas de Posgrado.
Es Directora de Linajes Editores y Revista
Café México. Su poesía ha sido traducida a
12 idiomas y recogida en más de 40 antologías, también en diversas revistas y periódicos
en el mundo.
José Antonio Galloso
Comunicador, realizador audiovisual, poeta y narrador,
nació en Lima en 1972. Actualmente radica en San
Francisco, California, donde se dedica a la escritura y
a la enseñanza de español.
Ha publicado el poemario Si huyes hacia adentro, y
las novelas Tres días para Mateo y El mal viaje.
Este querido colaborador de la Revista Estrellas Poéticas fue incluido también en la Antología La mala nota
( "El colegio en el cuento peruano", trabajo que reúne a
todos aquellos narradores que han abordado el tema
del colegio como espacio narrativo dentro de su obra. ),
y se publica bajo el sello Alfaguara. Selección, estudio
y notas de Jorge Eslava, reconocido escritor y catedrático peruano En ella comparte páginas con lo siguientes autores: Ricardo Palma, M. Gonzáles Prada, José
Diez-Canseco, F. Izquierdo Ríos, A. Gálvez Ronceros,
M. Vargas Llosa, A. Bryce Echenique, A. Higa Oshiro,
C. Carballo Rey, Alonso Cueto, Fernando Iwasaki,
Güich Rodríguez, Carlos Rengifo, Lorenzo Helguero,
Max Palacios, Sergio Galarza, L. H. Castañeda, Jesús
Alzadora y Víctor Falcón Castro. Felicidades.
6
María de las Mercedes Semhan
Incógnita Poética
Cada vez que me lo pregunto ,
obtengo una respuesta diferente,
¿Cuál es el rasgo más auténtico de ella?
Su corazón, su esencia,
lo que puede hacer ...
Su todo completo ,
el boceto de su tamaña magnitud ,
me incita a conocerla nuevamente.
Es como en el Amor ,
todos los días se aprende algo nuevo.
Confío en ella,
me sirve,
la necesito para seguir,
mi camino de aprendiz,
de las emociones y los momentos ,
plenos.
De las experiencias ,
y de los demás como mi propio,
espejo.
La respeto y creo,
me respeta.
Si no estoy inspirada no me molesta.
Con su silencio entiendo que se despide hasta otro momento.
Ciertas veces me consume,
su tenor.
Otras ,
me extingue ,
el cuerpo y sólo deja ,
que se exprese mi intuición.
Otras,
expande mi calor,
posicionándose de mi estirpe,
en todos sus sentidos.
La siento parte de mi ser,
aunque cuando la libero,
su función poética,
se afirma y reverencia.
Maria de las Mercedes nació en Rosario, Arg. Es publicitaria, y actualmente cursa la carrera de Licenciatura
en Pedagogía Social en la USAL. Fue en Corrientes donde encontró su natural condición de poetiza y reflexiva ensayista, hace más de una década. Ha publicado “La Paz es mi universo” (2005) y “Almácigos verbales” (2008) Actualmente trabaja en el ensayo “Naturarezas del mendierudito”. Participa en numerosas antologías y sus obras se han publicado en medios locales y regionales gráficos. Es feliz integrante del grupo
de la NLC, la familia Tanaypense y también socia de la SADE Corrientes.
7
Enrique Urzaiz Lares
Redundancias
VII
Religioso asalto entre paredes blancas,
a las cuatro menos quince, en punto, vienen,
suenan fuerte las palabras,
musa, nunca faltas,
siempre vienes y me cantas
hablas y te escribes en poesía, versos en el alma rimas;
voces y silencios encontrando acento en ortografía;
punto y coma se fornican, uno sobre la otra;
la mayúscula se monta y antecede otras;
así hasta las cinco y veinte,
ni un minuto más,
poesía, ahora anda, vete…
En la Habana
Malecón
Como blancos esqueletos,
yertos techos, muros rotos junto al mar,
asentados en silencio
y acechando presos el momento de
escapar;
como perforados cielos,
entreabiertos en La Habana,
desgranan testimonios
de pasados tiempos,
esplendores y recuerdos,
no sabré si volverán.
De cal y canto
Catedra lII
Luces como cuerpos tenues,
Insinuados, sugerentes,
cruzan, forman haces de sensual ternura
sobre la oscuridad profunda del interior;
como conformando, a veces,
caminos blancos para subir,
Para ascender a verte y descubrir
que sólo estamos hoy,
aquí y ahora…
Karmen
In tuyo
Intuyo que por compartir
y depositar en alguien más
aquello que en el alma entrañas,
estás inquieta y confundida,
ahogada y casi en llamas…
Mal di mare
Mal de los mares,
absoluta niebla sin fin;
tormenta que recrudeces
vientos y mareas aquí,
calma después de plácemes
mi naufragar sin ti...
Enrique Urzaiz Lares: yucateco de sin cuenta años.
Es autor de Recuento (Uady-1994); Poesías Inconvenientes (la botella-1995); Brevajes (La botella-1996); Contraculto (La botella-1997); Las mujeres del Hombre (La botella-1998); Karmen (La botella-1999); Reversos (Uady2005); Justo el I ndio (Uady-2005); y de otros muchos poemarios no publicados aún.
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Ricardo Mastrizzo
Niña del Aconcagua
Gloriosa en el letargo, altitud lejana.
Dejaron un límite en tu orgullo.
Ante cóndor, paso y resguardo
el mineral hacía ríos
en el cristal antes blanco
antes de tu lluvia arrebatada.
Esta cordillera te encuentra y lamenta.
Soberana en las alturas.
qué destino o destierro
trajo tus ojos?
qué dios dejó en tu lágrima
un sueño?
qué día tu pueblo emigró del duelo?
hay fantasmas que nutren
sus propias historias
y hay historias
en el pentagrama de tu memoria.
Aquí, doblegado a tu imagen
hago en tu ajuar un alto
mirando tu último temor
dándote el agua que no bebes
y salimos juntos a una Babel dispuesta
en las alturas que no vemos.
Había que pensar que la chicha y el viento
hicieran sueño y cosecha.
Once años envolvían tu ternura
ternura que no comprendo y entiendo
de lo que entiendo
y no;
Pero América era insurrecta
y el nuevo vino venía con la muerte
había que madurar
la quina y el amaranto
en la raíz del sol.
María venía del otro lado,
en la barca
con sus hijos bajo un pecado.
Gloriosa en el letargo
mariposa posas
ante el poeta que te nombra
Ricardo Dante Mastrizzo, nació en Andino, Provincia de Santa Fe, Argentina.
Su obra se publica en revistas, periódicos de Chile, Puerto Rico, Canadá, España, y en espacios literarios de
la web. Editó en el 2000 el poemario “Utopia”. Respetuoso de la palabra, a través de la poesía, Ricardo refleja
en ella a su pueblo, su sangre, su música y apuesta cada nuevo día a la esperanza.
9
Carmen Cristina Wolf
VI
ATAVÍO DE LA INFANCIA
Me encuentro entre los niños que abandonaron pronto los patines
y le fueron infieles a los cuentos por viajar en un tren de compromisos
Osar volver a ser un corazón de pequeño latido
pasear de nuevo en el camión de los bomberos
Eso haré si es posible
dibujaré un caballo estremecido de praderas
pintaré líneas de tiza en el garaje
para advertir al auto que detenga sus ruedas:
Es el espacio de los pies desnudos
con cientos de caminos y tréboles irreverentes
VII
ATAVÍO del ALMA
Dime, geranio del jardín, si es que la has visto
Sabes tú dónde se ha ido mi alma?
El cuerpo duerme
y mis manos no alcanzan a bordar sus memorias
Ignoro dónde estás alma mía
sólo espero que vayas en buen paso
No hables con el ruiseñor
perderías el vuelo hacia la umbría
No es tiempo aún de encontrar el árbol del comienzo
VIII
ATAVÍO DE LA CÁMARA SECRETA
No abandones nunca tu rincón secreto
sin tender el hilo que te llevará de vuelta
No te pierdas en medio del desierto de las cosas
caerás fatigado de tanto laberinto
La cámara secreta es el mejor lugar para no morir de compañía
Solo tú sabes donde está lo recóndito
No pierdas el camino
IX
ATAVÍO DEL POEMA
Oigamos los espacios de las frases
que el pensamiento hable y las palabras piensen
Escribo y me revelo ante mis ojos en solitaria y única constancia
el cortejo de dudas y deseos y su incansable afán me regocijan
A veces, en las noches vuelvo a pensar el mundo
lo tomo por alguno de sus hilos, paseo su laberinto
nada más atrayente que un poema agazapado
en la puerta del alma
con su enigma de letras milenarias
Nacida en Caracas, Venezuela. Es poeta, narradora, ensayista y editora. Abogado graduada en la Universidad
Católica Andrés Bello. Su obra aparece reseñada en Antología de Poetas Venezolanos , Quiénes escriben en
Venezuela, El Hilo de la Voz Antología Poética del Círculo de Escritores de Venezuela 2005, Antología de Versos de poetisas venezolanas. Dicta talleres de Ontología del Lenguaje, Teoría de la Argumentación, Oratoria y
Liderazgo. Actualmente es presidenta de la Círculo de Escritores de Venezuela. Durante diez años fue integrante de la comisión coordinadora de la Galería de Arte del BANAP. Dirige Cármina Editores y es Miembro fundador del Café de Sócrates de Caracas. Escribió en el Suplemento Cultural del diario venezolano Ultimas Noticias
desde 1990 al 2001; colabora con las revistas PublicARTE, Temas de Literatura y www.analitica.com, además es corresponsal de la Revista Literarias Siglo XXI. Escribe en diarios y revistas venezolanas y extranjeras.
10
Que nadie me profane la muerte con sollozos,
ni me arropen por siempre con inocente tierra;
que en el libre momento me dejen libremente
disponer de la única libertad del planeta.
(Julia de Burgos)
Enriqueta Ochoa
(1928-2008)
La poeta coahuilense Enriqueta Ochoa falleció víctima de una trombosis el 1 de diciembre de 2008, en su
casa de la ciudad de México, a los 80 años de edad. De estilo íntimo y diáfano, la poesía de Enriqueta explora la
religiosidad, el misticismo y los arrebatos humanos que nacen de los impulsos que inspiran el encuentro con
mundos desconocidos, como el del sueño y la muerte. Fue amiga de los poetas Jaime Sabines, Rosario Castellanos y Dolores Castro, con quienes sostuvo un prolongado intercambio de cartas en que comentaban mutuamente sus poesías.
Su primer libro en 1950, bajo el título Las urgencias de un dios. Casi 20 años después, publicaría Los himnos del ciego (1968) y el poema Las vírgenes terrestres (1970), donde reflexiona acerca de los problemas vitales
desde su perspectiva femenina.
En 2004, Enriqueta Ochoa publicó el libro de prosa poética Asaltos a la memoria (2004), dedicado a sus nietas, donde recupera las anécdotas de sus antepasados y su transcurrir por distintas geografías, desde París a
Torréon, Aguascalientes y Guadalajara. Ese mismo año se publicó el libro Que me bautice el viento, Enriqueta
Ochoa para niños, que conjunta versos inspirados en el paisaje desértico que le vio nacer. Su último libro es Poesía reunida, una antología publicada por el Fondo de Cultura Económica este año, al que se añadió el último de
los poemas que dio a conocer, Los días delirantes.
Enriqueta Ochoa fue profesora en la UNAM, la SOGEM, la Universidad Veracruzana, la Universidad Autónoma del Estado de México y la Escuela Normal Superior del Estado de México. Como reconocimiento a su labor de
maestra y poeta, recibió en 1979 la Paca de Oro como Hija Predilecta de Coahuila. Recientemente, en mayo del
2008, recibió la Medalla de Oro Bellas Artes.
Desde 1994, el CONACULTA, en conjunto con el Ayuntamiento de Torreón y el Instituto de Cultura de Coahuila, realizan el Certamen Nacional de Poesía Enriqueta Ochoa.
El suicidio
A Rubén Tamez Garza
Pienso en la fecha de mi suicidio
y creo que fue en el vientre de mi madre;
aún así, hubo días en que Dios me caía
igual que gota clara entre las manos.
Porque yo estuve loca por Dios,
anduve trastornada por él,
arrojando el anzuelo de mi lengua
para alcanzar su oído.
Su fragancia penetraba en mi piel
palabras que no alcanzo a entender,
que no voy a entenderlas, quizá…
Aprendí muy tarde a conocer varón,
lo sentí dilatarse con toda su soledad
dentro de mí.
Fue una jugada turbia,
un error sin caminos.
Fue descender al núcleo fugaz de la mentira
y encontrarme, al despertar, rodando en el vacío
bajo una sábana de espanto.
Fue lavarle la boca a un niño
con un puño de brasas
por llamar natural lo prohibido;
por arrastrar con cara de mujer madura,
ese carro de sol inútil: la inocencia.
Fue arrancarte las uñas de raíz,
arrastrarte,
meterte en la oquedad de la miseria, a bofetadas,
por el ojo hecho llama sombría, del demonio.
11
Pedro Fuentes
El extranjero
Me pregunto los porqués,
los cuándo,
y los cómo
que me llevan sin fuerzas
hacia ti
Te miro con la angustia
de un anhelo perdido:
como ir hacia la noria de la infancia,
o la mirada verde de mi padre,
a su viejo barco
que parte el río en dos alas de agua,
el pitazo ronco por los puertos
y el eco final
de cerro en cerro.
En esta batalla feroz y sin palabras
eres la que viaja
desde el principio del tiempo
y busca mi viejo corazón.
Eres la entrega,
el círculo infinito,
el anillo,
un puño mineral que cierra su terraza
al fondo del camino.
Ana
Hoy sé
que definitivamente
caí en mi propia trampa
y en la única trampa
de la que no quiero escaparme.
Negro
Eres la oscura madera,
greda vieja de Chillán.
maqui de Nahuelbuta,
negro de Birmigham.
Para parir la estrella
la noche es negra
como alquitrán,
y blancos los capuchones
del Klu Flux Klan.
Cuando la mano blanca
te mata un hijo
en la casa blanca de Dios
somos ala y pájaro
los dos.
La tierra es un oscuro
girasol.
Gira.
Gira.
Y no es sol.
El Sol es un viejo,
viejo
enfermo de calor.
La Tierra es la chispa negra
y el Hombre su misma voz.
Pedro Fuentes (Puerto Saavedra, Chile 1932- Mérida, Yuc. 1998)
Publicó en Chile la novela Miguel Tauro (1957) y el poemario El oscuro guerrillero (1959), posteriormente en
México, entre los años 1991 a 1998 los libros de relatos: Canción de septiembre y Cuentos de villanos. La revista Arcoirís de Tolón ,Francia, incluyó textos suyos con traducción al español. Mención especial merece su
poema Recado a Neruda, editado en 1976 que es un testimonial poético de entrañable y alto valor. Actualmente su obra literaria, incluyendo textos inéditos, está disponible en: www.pedro-fuentes.com
12
Fanny o el ineluctable deseo
Inspirado en la novela “La Chica de Storeville” de Frank Yerby
Fanny, eres un personaje de ficción. Sí, lo eres, no me discutas. Fue un loco escritor, en su despiadada mente, quien
te creó.
Perversamente jugó contigo a putearte. Y terminaste siendo puta, o eso dice en el prólogo, para que no quepa
duda. ¿Qué podías hacer? Tu creador así lo quiso. Primero te dejó huérfana. Tu madre os abandonó, pero no se fue al Cielo; se fue a un burdel. Tu padre, severo, volcó su odio en ti, porque le recordabas a su esposa, tu madre. Luego, el autor
quiso que te enamoraras, y tú creíste salir del infierno, pero más y más en él te metió. Tu joven amante no te quería, sólo
quería violar tus quince años. Tú querías casarte con él y, para obligarlo, le dijiste que estabas preñada.
Él era de buena familia y tú, de mala, y te quiso eliminar. Cinco amigos te violaron después de emborracharte. "¿De quién es el hijo?
¡Mala puta, contesta, si te has acostado con cinco...! ” Y te abriste el pecho. Entre tus pechos clavaste un cuchillo de cocina.
¿Fue un milagro que salvaras? No, tu autor sanguinario te dio la oportunidad. Él quería envilecerte un poco más si
cabía .
Y te volvió a enamorar de un joven petimetre, todo dulzura y bondad. Parecías redimida de tanta crueldad como te infligía la vida. Pero el autor maldito no estaba por la labor. ¿Por qué no seguir machacándote y acabar de la peor
forma contigo?
Tú estabas débil, enferma, no podías hacer el amor, sin grave peligro para ti. Pero por el ardor que portabas en la
sangre, lo olvidaste Y para excitarlo, te mostraste a él desnuda de cuerpo y alma; estabas terriblemente delgada, y las
heridas provocadas por tus violadores aún no cicatrizaban. El joven sintió náusea, y te dejó allí tirada. Hambriento de
deseo, se fue de putas; quería olvidarte. Tú en las sombras le seguiste, y, le hallaste follando con una vieja gorda. Lloraste
como lloran los niños que se pierden en la noche. Y yo cerré el libro, leí el nombre del autor, maldije su mala sombra, luego
señalé la página 123, y eran 580. Mañana seguiré leyendo, la obra es interesante, farfullé entre el disgusto y el interés.
Ay, Fanny, pequeña ninfa. Si por lo menos tu autor fuese Safo, o hubiese bebido de sus humores vaginales, tu incursión a Lesbos hubiese estado preñada de poesía. Pero tu autor no lo quiso y te hizo probar lo exquisito partiendo de tu único instinto: “allí donde está el placer, que se dirija mi deseo. ¿Qué puedo hacer, si me gustan ambos”?
No, mi nínfula
ardiente, si algo no está permitido es el placer por el placer. ¿No ves que en tu indiscriminado camino sólo hay sombras?
Mientras Marta te hacía ver el cielo, sólo tu dios en la tierra te cohabitaba. Eres hetero, aunque pruebes de otras mieles. Y
yo, que te contemplo mientras navegas entre dos aguas, que casi te amo, sólo temo tu naufragio.
Anda, pequeña, que
aunque los hombres no sean tan tiernos, tan suaves, tan considerados para con tu hambre, algo te dan que nunca te dará
Marta: penetrar en tu interior para buscar tu alma; ella no podrá besarte en las entrañas, y tampoco llover sobre tu fértil
tierra. Fanny, Fanny. Me asustas, chiquilla. Y no tanto por tu mala lujuria, como esos ojos de hielo que te ha puesto tu
autor. Dice que paralizan, que cortan la respiración, que no te permiten ver más allá del calidoscopio de ese iris infernal
que atrapa. Y me veo en ese espacio infinito sin dioses ni ángeles, flotando, girando como un pelele que se hunde sin remedio, sin asidero posible.
Tienes ya diecisiete años y ya te comieron todo, te babearon, te penetraron todo. Tienes diecisiete años y ya Lucifer
perdió toda esperanza de hacerte su ángel caído con sexo. Tienes diecisiete años y ya Dios ha perdido la esperanza de
hacerte su concubina. Sólo te quedan esos ojos que vengan una vida, porque ni Dios ni Lucifer ni el amor de los hombres
pudo con tu cuerpo, hecho a semejanza, conducido al pecado, estremecido de placer. Fanny, querida Fanny, esos ojos que
yo sólo puedo contemplar cuando cierro los míos, quisiera que fueran mi tumba, pero me temo que no encontraré en ellos
descanso. Cómo somos los hombres de incoherentes, Fanny. Ayer, o anteayer, dije que casi te amaba. Si te amaron cientos
de hombres, ¿cómo iba yo a ser uno menos? No nos importa amar a quien es amada, sean multitudes. Y creo que más amamos cuanto más la mujer es diosa del amor, con sus legiones de fervorosos amanes anónimos. Nuestra incoherencia radica
en no soportar que alguien más haya en el amor de una mujer que dice nos ama. Nuestro celo nos abrasa y somos capaces
de abrasar con ácido la cara la mujer que consideramos de nuestra exclusiva pertenencia; ambos abrasados, el hombre por
dentro y la mujer por fuera.
Tú, Fanny, la muy amada, la muy deseada, fuiste en el transcurso de tu historia la mujer que nunca confesó haber
amado a nadie. Eras puro hielo, lo recuerdo, y eso me gustaba aunque me aterrara. Han tenido que pasar 400 páginas de tu
historia para que me haya sentido abrasado por tus palabras. Porque, en esas palabras, Fanny, confiesas hasta el desespero
haber amado a un solo hombre en tu vida de joven maltratada por la vida, de ramera como insulto a tu creador por la vida
que te dio.
Y todo mi amor por ti se convirtió de repente en odio. Porque yo, Fanny, llegué a pensar que me amabas. Era pura
ilusión de este viejo dado a la fábula, pero que hice de ello el dulce motivo para querer vivir. No tuve en cuenta, ¡maldita
sea!, que no era yo quien te había creado, aunque, quién sabe si de haberlo hecho, tú, Fanny, no habrías hecho lo mismo,
sentido lo mismo, haber amado a otro hombre que no era yo.
Cuando las cosas pueden ir mal, lo más probable es que
terminen mal. Esto dijo un tal Murphy. Fanny llevó mal sus cosas, y no éstas las que llevaron mal a Fanny. Fanny destruyó
todo lo bueno que se encontró en la vida por el sólo hecho de creer que no lo merecía. Pero nadie es diferente.
Todos
nacemos igual, sufrimos de la nausea a lo largo de nuestra vida y terminamos en pavesas o en el estómago de miles de gusanos, eso es algo más que una ley de Murphy, es una ley universal. Luego vendrán otros, y reinventarán a Dios para explicarse algunos fenómenos.
Ni te odio ni te amo, Fanny. Ni tengo lástima de ti. Aunque todavía permanecieras en estado cataléptico, después de doscientos años transcurridos, no iría a llevarte flores o a escupirte. Simplemente, pequeña, te
equivocaste. Y todos nos podemos equivocar alguna vez, cien veces. Pero cuando alguien como tú se equivoca siempre, la
ley que menciono arriba ya no vale, porque de probable, se pasa inexorablemente a cierto. En pocas y expresivas palabras,
la jodiste, Fanny. Hasta yo fui mal llevado por ti.
Web del autor: www.josediez.com
13
Ramiro de Maeztu y Whitney
Ramiro de Maeztu y Whitney , nacido en Älava en mayo de 1875, fue un destacado escritor español.
De padre español y madre inglesa, pasó parte de su juventud en París y La Habana dedicado a oficios diversos y se inicia en el periodismo. Autodidacta y de ideas combativas, se trasladó a Madrid
en 1897, un hecho decisivo en su vida literaria, ya que es cuando inicia una colaboración importante
con distintos periódicos y revistas, como Germinal, El País, La España Moderna, , entre otros, con
una orientación socialista reformista. En esos años también da inicio a su amistad con regeneracionistas e intelectuales, especialmente con Azorin y Baroja, con los cuales formó el conocido como
Grupo de los Tres y fue exponente destacado de la llamada Generación del 98. En sus colaboraciones de prensa, agrupadas en buena parte en su libro Hacia otra España, examina las causas de la
decadencia española, hace una crítica muy dura de la vida nacional y propone una
renovación de estilo europeísta.
En 1904 se hunden los negocios de su familia en Cuba, y de 1905 a 1919 residió en
Londres, donde trabajó como corresponsal para La Correspondencia de España, Nuevo Mundo y Heraldo de Madrid. Viajó por Francia y Alemania, y estuvo como corresponsal de guerra en Italia (1914–1915). Este periodo representa su fase liberal y de
admiración a las instituciones británicas, ocupando su atención en numerosas disciplinas (filosofía, política, literatura, etc.) cuya actualidad acercaba al público español.
Publica en inglés Authority, Liberty and Function in the Light of the War (1916), aparecido en castellano como La crisis del humanismo, donde examina los conceptos de autoridad y libertad en la sociedad moderna.
Tras su regreso a España, en 1919, comienza su desconfianza en la democracia liberal y va
cuajando su evolución hacia lo tradicionalista católico, que se consumó durante la Dictadura de Primo de Rivera, a la que aceptó representar como embajador en Argentina (1928). Allí tuvo ocasión de
tratar con Zacarias de Vizcarra , el introductor en 1926 de la idea de la «hispanidad» (que propuso
como sustituto del espurio término raza), que Maeztu asumió como propio y después abanderó. En
esos años mantiene su concepto de decadencia, esencial en la actitud intelectual de los hombres del
98, e intensifica su defensa de los valores católicos y de las tradiciones hispánicas.
Desde los días previos a la proclamación de la República colaboró en el movimiento y la revista
Acción Española (que él propuso denominar Hispanidad), escribiendo también la presentación de la
misma, que se publicó sin firma, y mereció el Premio Luca de Tena otorgado por el diario ABC . Desde el número 28 de la revista, Maeztu figuró formalmente como su director, y lo fue hasta el último
número, el de junio de 1936.
En esta última fase su pensamiento se intensifica su relación con el viejo tronco de pensamiento tradicionalista español (Donoso, Cortés, M. Pelayo) etc.), y mantiene afinidades con los teóricos
del Integralismo Lusitano. Este ideario en pro de la civilización hispánica y católica, desarrollado en
sus artículos en Acción Española, fue recogido en su libro Defensa de la Hispanidad, que se convirtió en su obra más influyente y en exponente de doctrina universalista. Terminó militando en Renovación Española , desde el que se significó por su oposición al régimen de la Segunda República, del
que fue diputado en las Cortes por Guipúzcoa (1933–1935).
Al inicio de la Guerra Civil Española, fue detenido por fuerzas republicanas y encerrado en la
madrileña cárcel de Ventas el 30 de julio de 1936 y fusilado en el cementerio de Arayaca el 29 de octubre de 1936. Sus últimas palabras fueron: «Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé
por lo que muero: ¡Para que vuestros hijos sean mejores que vosotros!».
Obras
Aunque Maeztu escribió aisladamente poesía, algún cuento, una novela (La guerra del Transvaal) y una obra de teatro inédita (El sindicato de las esmeraldas), su tarea fue básicamente la de un
periodista que pone su prosa al servicio de unas ideas. Algunos de sus artículos fueron recogidos
en libros, aunque no todos: Hacia otra España (1899), La crisis del humanismo (1919), Defensa de la
Hispanidad (1934) y Defensa del Espíritu (póstuma).
Entre sus ensayos de carácter literario: Don Quijote, don Juan y La Celestina (1929) —una meditación acerca de Don Quijote como héroe de una España decadente, de Don Juan como vacío espiritual y de La Celestina como degradación— y La brevedad de la vida en la poesía lírica española
(1935), pronunciado como discurso de ingreso en la Real Academia Española.
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José Antonio Galloso
Artista visual peruano, actualmente radica en San Francisco, California
Fotografías que integran la colección “Miradas”
Webs del autor: joseantoniogalloso.net y joseantoniogalloso.blogspot.com
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EL LOLITISMO
Ah, aquellas Lolitas ...
Cuando José Luis Córdoba, director de PLAYBOY, me encargó que escribiera sobre el lolitismo, me hizo un enorme favor porque era un
tema que quería desarrollar, la novela de Nabokov que dio nombre al término es una de mis cumbres literarias y la película que sobre ella realizó
Kubrick una de las mejores de su director - me sobra un plomizo Peter Sellers que canta como una almeja al lado del perverso James Mason-, y
además tenía muy fresca una historia de lolitismo protagonizada por uno de mis mejores amigos que podría novelizar si tiempo tengo para ello. El
reportaje se publicó en el número 287 de la revista, en noviembre del 2002, pero no tiene fecha de caducidad. Todo el mundo celebra el 23 de Abril
como día del libro, efeméride que señala el fallecimiento de dos grandes nombres de la literatura universal, Cervantes y Shakespeare, pero son
minoría los que recuerdan que ese mismo día de 1899 un gran maestro de la literatura rusa vio por primera vez la luz en la ciudad de San Petersburgo: Vladimir Nabokov
“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el
borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo.Li.Ta.” Así empieza la novela más conocida de ese ruso blanco que
emigró a Estados Unidos, en donde desarrolló el grueso de su producción literaria,
lo hizo universalmente famoso y escandalizó por su osadía. No sabía Nabokov que el
protagonista femenino de su novela daría tanto que hablar. Fue “Lolita” (1955), la
muchacha en flor e hija de la amante del severo profesor Humbert Humbert, de
quien se enamora perdidamente éste, quien dio nombre a un prototipo de mujer
púber que enloquece a ciertos hombres de edad madura. ¿Cómo un profesor culto
y de mundo, como es el protagonista masculino de la novela de Nabokov, pierde la
razón tras la figura andrógina de Lolita, que no mide más de un metro cuarenta y
ocho centímetros de estatura, es amante de helados y caramelos y se comporta de
una forma vulgar y descarada a pesar de su tierna edad de quince añitos?
Existe una cierta tendencia entre los hombres de cierta edad a relacionarse
con chicas muy jóvenes en un intento desesperado por fagocitar su juventud. Es
una variante del mito de Fausto y del horror por envejecer, como si el abrazar un
cuerpo joven e intercambiar fluidos amorosos con él lo liberara de su decadencia.
Cuando la jovencita, objeto de sus deseos y morbosas ensoñaciones, tiene menos
de dieciocho años y está en ese periodo intermedio entre niña y mujer, estamos
hablando de una lolita. Nabokov utiliza el neologismo nínfula, derivación de ninfa,
que eran deidades fabulosas y muy jóvenes que habitaban los lagos, que le va como
anillo al dedo, pero prevaleció el nombre de su novela para designar a tan peligrosa
especie femenina.
Las lolitas son muchachas que usan calcetines en lugar de medias, uniformes escolares en vez de vestidos femeninos, y tirabuzones por tocados adultos.
Hay lolitas descaradas en las clases de los institutos que cruzan las piernas en
primera fila para que el profesor se fije en ellas, hay muchachas que se disfrazan
de ellas, aunque por edad ya hayan rebasado esa etapa, porque saben que son más
eficaces en las artes de la seducción y se visten con shorts o llevan tops de mallas
o ondulantes falditas escocesas. Ante estas chicas, que suelen estar tocadas por un equívoco aire de candor virginal, el varón se siente, al mismo
tiempo, padre y protector. Es ese doble rol, que asume el hombre que cae en las redes del lolitismo, el que caracteriza esa extraña relación que
está a un paso de la pederastia y es como un incesto camuflado.
El hombre intenta, con su erudición y experiencia, adiestrar en la vida sexual a la inocente criatura objeto de sus deseos, teóricamente virgen y blanca como una palomita. Pero el lolitismo se caracteriza también porque la llamada lolita no es tan cándida e inocente como el experimentado y maduro varón presume. Sabedora de su poder de seducción, la nínfula no duda en aprovecharlo y en tejer una alambicada tela de araña en la
que el macho caído en la trampa quedará prendido tras tener el privilegio de gozar de sus encantos, si es que llega a ello. En ese juego de dominio
que se establece entre el hombre maduro – nunca un hombre joven cae en las redes – y su nínfula se llegan a trastocar los papeles – como sucede
en la novela de Nabokov – y el profesor recibe una soberana y humillante lección de la iniciada, que de alumna se convierte en avezada profesora
¿Han existido lolitas antes de Nabokov? Probablemente siempre, pero no fue hasta que el escritor de San Petersburgo tuvo la osadía de
plasmar esa pulsión enfermiza, con maestría, en una novela que el término se generalizó. Si se hojean enciclopedias ilustradas sobre el erotismo no
es difícil tropezar con grabados bastante explícitos sobre el tema. Un dibujo anónimo, en sanguínea, nos muestra a un varón de edad provecta –
aunque difuminado su rostro y su cuerpo, se intuye que quizá sea un hombre de la iglesia – que sostiene entre sus brazos a una angelical muchacha, a la que a duras penas le han brotado los pechos, mientras introduce abrupta mano por la vestidura que aun cubre sus vergüenzas, sin duda
para acariciar su monte de Venus.
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Leo la fecha del dibujo: 1600. Lo que demuestra que existieron lolitas mucho antes de Nabokov. Sin dejar de lado la literatura, una de las
más prestigiosas plumas de la reciente narrativa francesa, Margueritte Duras, se preció en su vida real de haber sido una apasionada lolita – y
su aspecto físico, menudo y atractivo, la acompañaba - que sedujo a un amante chino bastante mayor que ella, peripecia que dio lugar a las novelas “El amante” y “El amante de la China del Norte” y a la película del mismo nombre que hiciera Jean Jacques Annaud con la exquisita y muy
joven Jane March en el papel de la escritora
Y barriendo para nuestra casa, el admirado Juan Marsé, en “La muchacha de las bragas de oro”, ya alumbraba a una sensual lolita – que
en la versión cinematográfica de Vicente Aranda encarnara Victoria Abril – que seducía a su maduro tío, dotando de este modo a la figura de la
nínfula una de sus más preciadas características: lo incestuoso. Los senos apenas emergen del torso desnudo y pálido, de piel blanca, casi
translucida, y se intuye que crecerán tironeados por los gruesos pezones de adolescente cuando los años los maduren .
En una mesa rústica, de madera pálida y huérfana de barniz, una taza vacía sobre un libro, y fruncida, junto a ella, la prenda interior del
pecho que se echa en falta. Claveles rosáceos junto al rostro de una prodigiosa belleza y dulzura que aparece sumido en el reparador sueño.
Una braguita, trasparente, cubre un pubis que se insinúa bajo ella, dibuja su feliz oquedad. Es una de las nínfulas que con tanto tacto ha sabido
retratar David Hamilton, lolitas que el exquisito arte fotográfico de este británico obsesionado por los cuerpos adolescentes, por esas promesas
de mujer que han sido siempre el objetivo de su cámara, elevó a categoría de arte mediante el flou y la sensación de que esas chicas desnudas o
ligeramente vestidas se mueven, sonríen o leen ajenas a la cámara voyeurista del fotógrafo
El éxito de este trasgresor, que tiene un sinfín de seguidores, ha causado emoción, entusiasmo - Valdimir Nabokov fue uno de sus más
fervientes admiradores mientras vivió - estupor e incluso repulsa.. “La fuente de mi éxito reside en los sueños y en los fantasmas secretos que
habitan en el interior de cada uno. La jovencita es inseparable de mi universo. Muy pocos se atreven a decirlo. Yo lo afirmo: es mi vida”. Esta es
la razón que le lleva a retratar a sus modelos a los 12 años, a los 14, a los 15, a los 18, como hizo con la exquisita Phoebus, una de sus más preciadas musas, en un intento casi antropológico de seguir su crecimiento. “Tiene un cuerpo sublime, unas piernas que parece que le llegan hasta las
orejas” dice de ella. Mejor fotógrafo que cineasta – “Colección privada”, “Billitis”, “Las sombras del verano” – el estilo fotográfico del exquisito
Hamilton ha creado escuela y un sinfín de seguidores como el fotógrafo vietnamita Ku-Khanh, que va más lejos que David Hamilton, aunque él
retrate a sus chicas en blanco y negro.
Lolitas en el cine: Sin duda la mejor Lolita es la que filmó Stanley Kubrick, con una adolescente y hermosísima Sue Lyon que aúna una
mezcla explosiva de naturalidad y perversidad en sus devaneos ante la cámara. Una imagen suya con gafas de sol extremadas, que tienen la
forma de un corazón, y los labios entreabiertos por entre los que se desliza perversamente una piruleta, trasunto del órgano masculino, se convirtieron en el icono promocional de la película en la que un impecable James Mason, genial en su encarnación del desconcertado y vulnerable
Humbert Humbert, tan enamorado de esa vulgarcita muchacha que corretea en shorts ante él,
como avergonzado por su conducta, alberga dudas morales sobre lo que está haciendo sin caer
en la cuenta de que realmente es una víctima de la nínfula. La película de Kubrick, como señala
Bigas Luna, contiene uno de los momentos eróticos más sublimes del cine: James Mason entregado a pintar con mimo los dedos de los pies de Sue Lyon, separados por algodones. La versión
que años más tarde hiciera de la novela Adrian Lyne quedaba bastante lejos de su genial predecesora.
En el séptimo arte el tema del lolitismo ha dado productos nada desdeñables que han
circulado por las salas con el inevitable tufo del escándalo prendido de sus fotogramas. En “Baby
doll” (1956) de Elia Kazan, sobre una obra teatral de Tennesse Williams, una quinceañera Carrol
Baker – muchos años antes de convertirse en un icono sexual y alter ego de Marilyn Monroe,
aunque con mucho menos agresividad y encanto de la primigenia Norma Jean - se casa con el
maduro Karl Malden, con quien se compromete a permanecer virgen hasta que no alcance los
20 años. La película que tiene escenas de tensión sexual, como una en la que Karl Malden espía a
su jovencísima esposa que duerme con un dedo en la boca y en posición fetal, agudizando de este
modo su aspecto de nínfula, u otra en la que se ve a la jovencísima actriz columpiándose y mostrando todas las manifestaciones externas del éxtasis sexual, provocó tal escándalo en su estreno que el cardenal Spellman llamó a los católicos a boicotear el film, lo que fue garantía de su
éxito.
De lolita exuberante, por culpa de unas curvas que no casaban con su edad, se podría calificar a la Maria Schneider protagonista de “El
último tango en París” (1972) de Bernardo Bertolucci, filmada con tal lirismo que lo sórdido se torna hermoso. La pareja formada por Marlon
Brando y Maria Schneider protagonizó uno de los más sonados escándalos cinematográficos gracias a la famosa escena de la mantequilla. Paul
(Marlon Brando), el ex boxeador y actor fracasado de “El último tango en París” es un perdedor que, sumido en la desesperación por el inesperado suicidio de su mujer, tratará de realizarse, inútilmente, en una fugaz aventura amorosa con una muchacha, Jeanne (Maria Schneider), una
adolescente desconocida con la que tropieza en un piso vacío. Y, como es habitual, la hembra acaba devorando al macho tras destruirlo.
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Sin dejar el cine europeo, las películas del septuagenario Eric Rhomer están pobladas de lolitas jovencísimas que viven sus primeras
experiencias amorosas con maduros caballeros que son pintores, profesores, escritores o filósofos. La inocencia del rostro redondeado y
mofletudo de la francesa Haydee Politoff en “La coleccionista” (1967) – de amantes - de Eric Rhomer es prueba de ello. Lolita eterna – los
años no consiguen madurar su rostro infantil – es la actriz Jodie Foster que desde niña – su trasero anunciaba el bronceador Coppertone estuvo relacionada con el mundo del show bussines. Su papel como yonqui y prostituta infantil en “Taxi driver” de Martín Scorsese, del que es
liberada por el imprevisible taxista justiciero Travis (Robert de Niro), ofrece otra lectura del lolitismo, mucho más dura y de nuestros días,
insertado en la jungla del asfalto neoyorquino. Una lolita irritante tiene el físico irregular de Juliet Lewis. Seducida en “El cabo del miedo” de
Martín Scorsese por el terrible personaje encarnado por Robert de Niro – la escena en la que en una platea vacía de un cine chupa su dedo
grasiento es una de las más perversas que nos ha ofrecido el cine – fue luego demencial acompañante de fechorías de Woody Harrelson en
“Asesinos natos” de Oliver Stone, en donde era una lolita psicópata.
En las antípodas cabría situar a Brooke Shields, protagonista cuando apenas tenía doce años de un escandaloso film. Realmente el de
Brooke, que comenzó a posar casi en pañales, es un caso precoz. En “La pequeña”, una película del desaparecido Louis Malle, una realizador
francés cuyo cine, sin proponérselo, siempre rozó lo polémico, la Shields, antes de sumergirse en las lagunas turquesas de “El lago azul”, es
una prostituta infantil que es rescatada por Keith Carradine.
Lo turbador de esa actriz es que su cuerpo de niña sustentaba un rostro de muchacha adulta y sexy. La encantadora Jennifer Connelly, en los tiempos en que estaba a gusto con sus voluptuosas formas, también recreó un convincente papel de lolita en “La brigada del sombrero”, el film negro de Lee Tamahori, seduciendo al maduro y expeditivo policía Nick Nolte. Mena Suvari, la rubia cheerleader que hace soñar
a Kevin Spacey – un Humbert Humbert de nuestros días, harto de su trabajo y machacado por el desamor de su esposa Annette Bening - en la
despiadada “American Beauty” de San Mendes, es una nueva reencarnación de la Lolita de Kubrick-Nabokov, a quien físicamente se parece de
manera descarada, envuelta en pétalos de rosa. Dentro del cine patrio, Penélope Cruz, nuestra Pé nacional, fue una encantadora lolita harto
natural gracias al arte de ese maestro del erotismo cinematográfico que es Bigas Luna. La chica aparecía desgarbada, patizamba, menuda y
volcánica en “Jamón, jamón”, e iba encendiendo las pasiones del bruto Javier Bardem en la película más ibérica del realizador de Sarriá; era
sin duda una nínfula mediterránea que tenía la virtud de que sus hermosos pechos supieran a algo tan castizo como a tortilla de patatas.
Las lolitas reales: ¿Quién es más padre y profesor que el mismísimo presidente de Estados Unidos? ¿No fue la jovencita y juguetona
Mónica Lewinsky y sus arteras formas de seducción – se inclinaba para mostrar sus pechos a Clinton y lo estimulaba bucalmente en el despacho oval – una lolita de nuestros días a tenor de la diferencia de edad con su paternaire sexual? Aunque sin lugar a dudas sus dimensiones
corporales y su artesanía bucal la alejen de las lolitas al uso, la forma que tuvo de airear su idilio, convirtiendo al hombre más poderoso de la
tierra en una víctima, entraba dentro de los comportamientos de cualquier lolita que se precie. Desde su affaire el sustantivo becaria ha tenido
una connotación perversa.
Seducido por una lolita oriental, aunque nadie le alabe el gusto,
cayó el intelectual Woody Allen que, para más morbo, se enamoró de la
hija adoptiva – una de las muchas que tenía Mia Farrow – de su ex mujer,
llamada Soon Yi, con la que sigue felizmente casado pese a la diferencia
de edad. Lolitas exóticas, eso sí, y de pago, por añadidura, persiguen quienes van a los países de Extremo Oriente y buscan en esas chicas que se
ven forzadas a alquilar sus cuerpos nínfulas de edad indeterminada, del
estilo de la que magistralmente ideara Nabokov en su extraordinaria novela, aunque ni ellos son William Holden, ni ellas se parecen a Nancy Kwan,
la bella actriz de “El mundo de Suzie Wong”. Parece ser ese el patético
destino de muchos hombres en cuanto empiezan a pintar canas, la edad
traza surcos en su frente y el estómago se abomba de felicidad: caer en
manos de una lolita que, demos por sentado, le hará sufrir mucho más
que gozar.
Algunas lolitas célebres del celuloide : Sue Lyon, la lolita por antonomasia. * Brigitte Bardot, lolita francesa en “Y Dios creó a la mujer” de Roger Vadim, que fue su padre cinematográfico y amante. * Penélope Cruz y Maribel Verdú, la rama hispana del lolitismo. * Jodie
Foster y Juliet Lewis, lolitas lisérgicas y altamente letales. * Brooke Shields, lolita empalagosa * Mariel Hemingway, lolita que preludia a Son
Yee en la vida de Woody Allen * Alicia Silverstone, la lolita más sosa y descafeinada.
Características de las lolitas : Edad: un suspiro, casi como lo que dura una flor. físico: candoroso, pero con un destello de malicia.
vestimenta: provocativa y desinhibida, como si fuera una niña. comportamiento: juegan con el macho, del que acaban riéndose o reprochándole lo débil que es al caer en sus redes. aficiones: les encantan los caramelos y cualquier actividad que estimule sus labios. relación: la terminan ellas, al llegar a la mayoría de edad, y tropezar con un joven de su agrado. consejo: huir ante ellas.
José Luis Muñoz nació en Salamanca (España) Novelista y articulista. Ha recibido más de una docena de
premios de novelas, entre los que figuran: La sonrisa vertical (1990) por Pubis de vello rojo, y Café Gijón
(1999) por Lifting. Como autor de relatos le han concedido los premios Playboy (1990) y el Juan Rulfo
(2002) Entre sus libros publicados destacan: El barroco, La casa del sueño, y Negra y criminal.
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Marisa Aragón W– Argentina
Canción de una mariposa
Claro Dios! Ven y otorgáme
El don de las mariposas
Ese nacer lentamente
En su capullo pequeño
Metamorfosis
Hermoséame
larva, pupa
crisálida de seda.
Me ha alimentado
mi propia hospedadora,
planta asclepia.
Nutricia y Madre al fin.
Y cuando adulta o imago
Ir con mis compañeras
Por el bosque Michoacano
A reproducirnos
Buen arte en bandada
Y ser apreciada Monarca
Sin trono que a mi me importe
Aquí me prolongas vida
Dios Claro de las montañas!
Alimento de oyamel
En el invierno que aguarda.
Y luego de esa fiesta
Al norte ir a morir
Tiempo sin beber agua
Más si no me das larga vida
Emerger ya no ninfa
Y Monarca yo no soy
De mi contorno aún mojado Diosito solo te pido
A buscar un sol
Dame ese lindo color
A preparar
Turquesa de claros lagos
Ese batir augusto
Que un soñador pintó
De alas nuevas
Turquesa una Butterfly
Al mundo que aguarda
Volando por el Caribe
Luego, accede por favor
A donarme
Vuelo y dibujos al aire
Alas al cuerpo esbelto
Si me deseas gigante
Ornithoptera Alexandrae
buscando a Nueva Guinea
con brújula de navegante
Apúrate a donarme
centellas y aleteos
sabes que mi vida es breve
deseo estar súbito
frente a la flora
Y el esconderme
entre el verde follaje
Ser capaz de volar
cuando el sol reina
y en la sombra de lunas
platear mi reflejo.
Aguardar que me liberen
Niños festivos
En primavera
Oler por primera vez
Libertad en las arenas
De playas y algas morenas.
Caña de azúcar que bebo
Donde guardo los secretos
Para llevarlos al cielo
Y en alas que agita el viento
conceda ahí
Tu gran espíritu
Todos los buenos deseos.
No dejes que me capturen
Que quiten mi movimiento
Que me apresen,
Que lucren o me malquieran.
Quiero que un día me suelten
Cuando haya en algún sitio
una boda por amor
O un deseado nacimiento
Agasajar con mi vuelo
Los ojos con esperanza
Que la alegría de un pueblo
Le de calor a mis alas
en cálido firmamento.
Y mi dibujo en el aire
Para Ti, mi Claro Dios
Sea canto y sea plegaria
luz bella en el horizonte
latido y voltereta
Verónica Curutchet– Argentina
2 Poemas
I
De soledad, hastiada hasta el olvido,
un paso hacia atrás, hacia el vacío
como una ave solitaria, presa de si misma,
encuentro en el cielo los sonidos.
La inmensidad del mundo me lastima
pues de mí, siempre sola y extraviada,
hace florecer la conciencia de que
no soy más que un grano de arena en el
Sahara.
Tan solitario el mundo, tan poblado,
tan repleto de gente y tan abandonado
hace crecer en mí la ilusión de que aún
un grano
de arena en el desierto tiene su importancia.
II
Ámame como siempre,
ámame con dulzura,
con ternura y con violencia,
ámame de alguna forma,
de cualquier manera,
pero ámame siempre.
No puedo respirar.
Pienso en ti.
El corazón se acelera,
te deseo ahora, tócame,
ámame otra vez.
Ámame como siempre,
con tu locura,
con tus sueños,
con toda tu piel,
con todos los sentidos.
Ámame con la voz,
ámame con los ojos,
ámame con el pensamiento,
ámame como quieras.
¡Ámame ahora!
Issa Martínez– México
Árbol de invierno:
yo tu ojos
tu savia con frío
tu cautiva desnudez
en miradas sin nombre
ni pertenencia.
Hoy es la paz
en esta tarde detenida
en el lamento de las hojas secas,
y yo al fin sabia de silencio,
y yo gozosa en esta melodía
que aún no se concibe.
Somos la pintura de siempre
que no descubre nadie
cuando tu voz resbala por mi sombra
en una ópera perfecta,
y yo, disfrazada de mí misma,
tu prima ballerina
en eterno Épaulement
con tu infecunda espera.
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Cati Cobas– Argentina
Nemesio curioso
(Basado en un texto del inolvidable Wimpi, autor uruguayo)
Nemesio Curioso había nacido con una intriga existencial que le abrasaba el seso. Haciendo honor a su apellido levantaba la cabeza del moisés, como atisbando al mundo o jugando a la tortuga.
Y ese vicio de la curiosidad no se le pasó ni en el jardín de infantes ni en la escuela. En cuanto las maestras se
descuidaban, ahí andaba Nemesio, destripando las muñecas de las nenas y metiéndole el dedo en las fosas
nasales al gato de la portera.
Su lema favorito era: "quiero saber qué tiene adentro".Flor de susto se pegaron todos en el secundario, cuando lo encontraron desmayado, el día que se rompió el frasco de formol que guardaba la yarará, en la Sala de
Ciencias.
Así, curioso siguió siempre, pero había algo que lo mantenía en vilo: saber si la bombita de la luz de la heladera permanecía encendida o se apagaba cuando la puerta de la misma era cerrada. Nemesio se acercaba siempre a la puerta del refrigerador, objeto de su mayor curiosidad, pero la luz se mantenía encendida hasta que la
goma tocaba el marco.
Nemesio Curioso estaba reventando con la intriga hasta que un día dijo: "tengo que averiguarlo sí o sí". Fue a
ver a una contorsionista que le enseñó el arte de enroscarse, y en cuanto pudo tomar forma lo suficientemente
chica, como para caber en un estante de heladera, se metió adentro y cerró la puerta. La bombita se apagaba.
Nemesio sintió que había logrado su objetivo en plenitud.
Y así lo encontró la señora que iba a realizar la limpieza de la casa: enroscado y hecho un paquete de carne
congelada, pero con la curiosidad absolutamente satisfecha.
Rebeca Montañez– México
El extraterrestre
Nadie creerá lo que me pasa. Pero por increíble que resulte, es verdad: vivo en compañía de un extraterrestre.
En alguna ocasión, mis insomnios prolongados me hicieron salir a medianoche a la terraza de mi casa en
la playa. Ahí se dio nuestro encuentro. El hombrecito se presentó ante mí de una manera tan cordial que la
simpatía se dio mutua y naturalmente. Nos hicimos amigos y empezó a frecuentarme. Después de algunas semanas me reveló su secreto: provenía de otra galaxia. ¡Nunca lo hubiera imaginado! Su fisonomía era bastante
similar a la nuestra. Sólo un oculto detalle establecía la diferencia: la planta de su pie estaba surcada por un
extraño conjunto de trazos al relieve, una especie de carnet de identidad. Este descubrimiento no afectó nuestra amistad; por el contrario, contribuyó a la cercanía. Me hablaba de su mundo, de sus viajes interplanetarios
y me contaba historias fantásticas de la vida en lugares remotísimos.
Yo, a falta de historias fantasiosas,
solo le hablaba de mi vida en internet y mis querencias virtuales. Él se reía mucho, incluso propuso regalarme
un artilugio para acceder a la pantalla del ordenador y salir del otro lado del océano de cara a mis desconocidos interlocutores; no lo acepté, por supuesto, se hubiera roto la magia virtual… Con estas cosas se ganó mi
confianza.
Un día, me pidió quedarse a vivir en el departamento, para protegerme. Acepté para ahorrarme el pago
de la seguridad en el condominio. Hasta ahí todo marchaba bien. El drama sobrevino meses después, cuando
descubrí que también en esos lejanos mundos existen los sicópatas. Y mi amigo ¡ es uno de ellos. ¡
El hombreo insiste en decirme que la misión de los extraterrestres es limpiar la Tierra de todo rastro de
maldad y pecados. Cree que ignoro sus acciones, pero me he dado cuenta de que ha empezado a exterminar a
algunos vecinos. Lo hace con su pistola de rayos PAT, y no deja rastros de sus víctimas. Comenzó con Sita,
la escritora de cuentos porno-eróticos, siguió con Martha y Luis, los adúlteros de la calle 10, luego con Almeida, el político corrupto... Han sido tantos que ya he perdido la cuenta, me limito a guardar silencio cuando me
comentan que alguien desapareció sin explicación.
Vivo aterrorizada, no me permito ni el más mínimo pensamiento sucio; he dejado de tener sexo con mi
novio, y estoy ponderando la conveniencia de recluirme en un convento, total que no sería mucha la diferencia
con la vida que llevo actualmente. He llegado a pensar en la posibilidad de que este extraterrestre canalla sea
en realidad miembro de alguna secta fanática, integrante de esos jodidos grupos moralistas que quieren acabar con los pocos pecadores satisfechos que quedamos en esta tierra.
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Inés de la Puente– Perú
Embadurno mi rostro color blanco
delineo en mi boca una sonrisa
engaño que en mi vida todo es risa
y duermo muy feliz en cualquier banco.
Si supieran que al borde de un barranco
tambaleando voy muy indecisa
que pido ayuda urgente, muy de prisa,
y evitar ahogarme en el estanco.
Cinismo tengo al ser titiritera
que exhibe dientes llenos de amargura
y labios con un rictus que exaspera.
Pido al mundo comprenda mi locura.
Les juro frente a Dios que soy sincera,
no obstante maquillar mi desventura.
Lola Bertrand-España
Pegada a la tierra
con los brazos en cruz
se bebe su propia sangre.
No encuentra placer en ninguna boca,
sobre su espalda
los días van formando
surcos sin semillas ni agua.
Le nace en la lengua una raíz
que busca acomodo
en un bosque de árboles de cristal.
Tiene la mirada tan gris
como ese cielo que nunca le protege,
una cloaca de dudas subterráneas
le aprieta la garganta en un vomito de olvidos.
Nació para morir con hambre
y la careta de cartón
ajustada a una faz
que no le pertenece…
Manuel Cubero U– España
Un ganso mefistofèlico
andaba un día melancólico,
y se encontró a un farmacéutico.
Éste, algo alcohólico,
recomendóle un buen médico
que, por no ser estrambótico,
pensó encontrarse ante un bucólico
ansioso de experiencias esotéricas.
Buscó fórmulas arquetípicas
en los libros coetáneos
entre elípticas parábolas.
Y encontró la solución:
recomendóle una ablución
y enjuagues de mentol
para evitar un bajón
en su débil corazón.
Erick Strada– Perú
Nadie se preocupa de la muerte de la nada, pero todos
somos un pedazo de ella y la lloramos cuando dice algo,
la nada dice algo y todos lloran pero nadie ni nada llora
cuando la nada muere. Hay una sonrisa en cada asesino.
Las bocas hieren, las manos hieren y hay tanto que hiere, pero hay una muerte detrás de mí. Sonrío. Mi luto es
la sonrisa aunque mi sonrisa parezca nada. Soy un experto en pompas fúnebres. Además temo acabar esta
ceremonia, temo que sea otra vez la vida en el descanso
del verbo. Hace unos días que el verbo era carne y habitaba entre nosotros. No soy Dios, si lo fuera alguien escupiría mis pies, pero no tengo pies y nadie va a gastar
su saliva en algo que no tengo. No soy Dios. Él no tiene
madre y yo sí, la nada por ejemplo, y sé que es mi madre
porque la lloro, sé llorar como a ella le gusta, la lloro
cuando se va o no puedo verla o se oculta detrás de una
silla vacía. No hay nada como escucharla después de
ocultar el corazón en un papel lleno de algo. Escucharla
o escucharnos, ¿qué más da? Cada trozo de nosotros
colocado en su silencio es infinitamente cierto.
Antonio García Martínez– España
Julia del Prado-Perú
Navega hombre
arena movediza.
Barca de papel
Camina hombre
arena movediza
solo por su fé
Nunca caigas en
arena movediza
de tu mar azul.
Esta casa sola y la rutina
de abrir los postigos
y el golpe vivísimo de luz
iluminando las cosas todas,
y en la claridad quedarse.
No importa que el influjo
latente de la noche incite
al sopor o al insomnio,
a la calma o al desasosiego,
pues una risa, un suspiro,
los pasos que regresan,
apenas una brisa dan fe
de la inmanencia de la luz.
21
Myrtha Milella-Argentina
Caminaba en sombras
por la cornisa rispida
no sabía el rumbo
ni el borde de la deriva
Hurgó en el desorden de su memoria
una letra donde aferrarse
Abajo el abismo
Tejió palabras con la velocidad del viento
de su agonía brotó un poema
se asió a el en la premura
de no sucumbir en la locura del infierno
Mordió la acera un zapato destruido
lápida de viejas cicatrices
De su vientre laxo
emanó el alcohol atiborrado y agrio
El poema desmayó su esencia
mirando la lejana luna
Desde el abismo
florece libélula
Thelma Sandler– México
TAMARA
I
Es tarde.
Hace tan solo algunas horas que nos despedimos.
Amenaza con llover. Para mí es solo una lluvia más.
Para tí, es la primera.
Hace frío, no lo había notado, no traje ninguna prenda
para cubrirme ni para cubrirte. ¡Que más da !…
Si el Sol se atreviese a brillar de nuevo para consolar
a las semillas que apenas brotan, quizás alguna
lágrima se quedaría dentro de mis ojos.
Pero no, ya no es posible, lo sé. El sol sigue su
camino avergonzado alrededor de la tierra y esconde
la cara. Sabe que su luz ya no existe y que sus rayos
Jorge Vargas-Costa Rica
Siempre retornan las arañas;
favorecen las esquinas polvorientas
de mi habitación.
Allá donde la colombiana
se desnudó y conmigo se
acostó, no, justamente ahí no;
más allá donde puedan tejer
su tela y atrapar
a algún bicho ahí sí están.
Mientras mi incuria persista,
siempre volverán.
Y ¿Cuándo ya no esté en
esta habitación.....qué dirán las
arañas?
de color amarillo -como aquellos que dibujabas en tus
dibujos- se han teñido de negro.
Estoy sentada junto al sitio en el cual duermes y la
humedad empieza a calar en mis huesos ¿Tienes frío?
¡Ay, mi niña! Estás tan lejos de mis brazos por primera
vez. Deseo cubrirte con mi cuerpo, evitar que la lluvia
moje el lugar adonde yaces desde el día de hoy, desde
hace apenas unas horas, desde que te dije adiós.
Y yo aquí con el alma seca mientras tú, mi princesa…
recibes las primeras gotas de lluvia bajo la tierra.
II
Martha Ferrari-Argentina
Hoy recordé que te gustaba cantar. Cantar aquella ópe-
“ A veces un sueño es el pasaporte a la fantasía”
ra que tu mundo apenas conocía. Quizás por eso ano-
La cama sacude mi cuerpo, las mantas se agitan en
los laterales como si un viento inusitado batiera el
velamen. No es esa la causa, la puerta está cerrada
con doble vuelta de llave. Antes de acostarme tomé
los recaudos para que la pesadilla que se repite
noche a noche, no me aprese en sus garras.
Cierro los ojos para ignorar la araña que se sacude
en el filamento finísimo, a pocos metros de mi espanto.
Mi lecho es un corcel que se encabrita con un ímpetu capaz de atravesar murallas y sonidos. Alguien gime más allá de mi razón, sus lamentos se
confunden con mi nombre. Tal vez me llama, es un
clarín en la noche de mi angustia.
Ocho pisos más abajo seis caballos negros aguardan. Se espanta el mío y levanta sus cascos al cielo. Es cierto, la puerta está cerrada, pero un trueno
estalla y se abren de par en par las ventanas del
cuarto.
Allá voy a reunirme con la caballería que se ha sumado a los otros corceles.
Brioso mi caballo cruza el marco del ventanal que
le dio paso. Abajo, el patio de armas nos espera.
che cerré los ojos y escuché tu voz entre mi llanto, entre las voces de los coros que existen por allá en el
cielo y que yo jamás he escuchado. Recordé que
bailabas con esos zapatitos que hacían molestos
ruiditos tap, tap, tap… tap.
…
.Y ese tap, tap, tap, ensordeció por fin los golpes
del martillo que sellaba la madera que te vestía. Cerré
los ojos y escuché tus pasos acallando el sonido de la
grava que golpeaba la caja antes de que le
pertenecieras a la tierra y dejaras de ser mía.
Entonces te soñé y bailaste una vez mas.
III
En nuestro hogar persiste el olor de tu ausencia
22
Catalina Zentner-Israel
Ni siquiera el clamor del viento
horadando la corteza del viejo árbol
podría recuperarnos
la melodía perdida
cuando alguna vez
extendimos las manos
Mirar
más allá de nosotros
casi nada
casi todo
Mirarnos
encontrarnos en el Otro
adivinar
nuestro dolor
en el latido que nos refleja
río desbordado en soledades
y aún así
celebrar la vida
Tan poco dura la flor
en el sostén de la tierra y el agua
que no hace falta
la prisa de la mano
para arrancarla.
El viento sabe
nada sucede
antes de su instante
Any Carmona-Argentina
Hay un alumbramiento en el bosque de primavera,
una ensoñación del alma entre haces de media luz.
Ella siente llegar los pasos del caminante
entre las gotas de rocío mojando la piel.
El se acerca a su encuentro,
caminante de horas prohibidas
derramando tierra sobre el sendero azul.
Un jardín encendido es clandestino refugio,
al carnal nacimiento de aquel amor.
La hace suya entre la hojarasca y el musgo,
perfecto follaje para un lecho nupcial.
Dos cuerpos copulando en enredado abrazo,
entre los ojos del bosque que los ven gozar.
Nadie sabe que ella lo está amando
que por él daría su vida y su lar.
Que él juega lujuriosos juegos,
que es el prisionero de su ambigüedad.
Enamoramiento eterno,
primaveral incidente.
Patética verdad.
Erika Martínez– España
Por donde un día quedó una huella
pasa el otoño,
lleno de sombras distantes
y hojas secas,
busca calor en hogueras
donde asan castañas.
Las esquinas de mi barrio
esconden fuegos.
Los caminos esperan
la desnudez de los árboles.
Issa Martínez-México
Hasta sublimar los sentimientos,
dejándolos transcritos en
la eternidad. Destilaremos luces
de luna, logrando obtener néctar.
Juntas las manos para soñar,
desterrando desencuentros a media luz.
Anda... soplemos fuerte para alejar
los duendes del desabrigo.
Limpiemos los barbechos de nuestras
vidas yuxtapuestas al dolor,
para ampararnos bajo la sombra
de nuevos páramos azules, sin mácula.
Ven, caminemos por los acirates
de nuestro nuevo jardín,
que está sembrado de luciérnagas.
Hilda Méndez-Argentina
Eres fuente que riega
la penumbra en conos.
Tienes perfumes, colores
una racha de sol.
Conoces hebras de mis pensamientos,
aquietas murmullos.
Sé tus pesares.
Quieres ser satélite
de mi mundo extraño,
piel de mi piel,
refugio de luz,
acontecer silencioso de las tardes.
Te amarras a mi ser
como nube a la montaña.
Invades mis entrañas
igual que raíz.
Acopias soledades
y en el páramo de tu presencia
una bruma azul nos envuelve
hasta alcanzar solaz.
Rebeca Montañez– México
Te hablan mis manos,
que recorrieron calles, mundos,
en la aldea de tu piel.
Te predican
mis labios y mi lengua.
Mi Amado siempre,
como destello de hoguera
y lluvia tibia en mis entrañas;
me faltas.
¿Cómo evadir
la cicatriz palpable
de este exilio,
el ocre de la tarde,
la voz de la caricia,
la hora del sosiego que se aleja,
el hambre que no amengua
en lecho frío ?
¿Queda algo de ti ?
nocturna acritud
añejas humedades,
sendas sinuosas
en el peregrinar forzoso
hacia tu olvido.
23
De Aristóteles a Platón (III parte)
Mientras escribo este artículo, leo a Vallejo y en los periódicos los nuevos paliativos derivados del genoma, los nichos del
cerebro donde habitan las células madres, los mecanismos del envejecimiento, el agujero negro de la Vía Láctea, esos otros más
cercanos de la malaria y el cólera, y el entierro del CO2. Y compruebo que toda esta avalancha de noticias me desborda, y cómo
permanece la emoción de volver a leer “Masa”. Pero retrocedamos y escuchemos con quién discute Leonardo da Vinci: «Si tú
llamas a la pintura poesía muda, el pintor podría decir que la poesía es pintura ciega». Pues nada menos que con Simones de
Ceos («ut pictura poesis»): «la pintura poesía muda y la poesía pintura que habla». Y ocurre que con el Renacimiento, después de
siglos de oscurantismo, se retoma el pensamiento helenista y, con él, el antiguo concepto del Arte, pero de alguna manera mitificado. Conviene recordar que entonces, en la antigua Grecia, floreció lo que ahora llamamos Literatura, como tal. Ya que el aedo
que cantaba la palabra dictada por los dioses, la oralidad sagrada inspirada y por lo tanto variable en el recuerdo, dio paso a la
palabra escrita, propia de la iniciativa del hombre.
El fuego robado a Prometeo, ya consolidado mediante la escritura en la memoria. Palabra que es ya imagen, pintura, grafía, en manos de un artesano que imitaba modelos de la naturaleza, para ser vendida al tirano o al rico de turno por unos dracmas. Dracmas que suponían una transacción económica a cuenta de la gloria del comprador; de modo que la palabra poética
hacía de un simple mortal un ser inmortal instalado en el Olimpo imperecedero del recuerdo: es decir, del Tiempo. Y lo hacía
mediante un proceso mimético (mimêsis identificable) que nos recuerda la máxima platónica: «La apariencia vence incluso a la
verdad». O dicho por Sócrates (el gran no escritor, pues nunca escribió nada): « [Los sofistas han visto que la apariencia merece
más honores que la verdad, ya que mediante la fuerza de sus palabras hacen que las cosas pequeñas parezcan grandes y las grandes pequeñas»]. Concepto de suplantación imitativa que heredó la literatura latina, mal llamado plagio, hasta la recuperación por
el Renacimiento. Algo que no es baladí, pues esa palabra escrita en el tiempo, puede ser una imagen de la realidad en el tiempo,
hasta la realidad virtual —teoría de la imagen— en la que estamos inmersos. Arte audiovisual que es aceptado por la mayoría
como la realidad (el 80% de lo que se cuelga en Internet son bulos: desde la negación de que el hombre piso la Luna o el impacto
eminente de un asteroide). Pero no nos adelantemos. Tenemos, decía, al poeta ya convertido en un gran demiurgo, creador y desvelador de la verdad, mediante el oficio (tekhê) de la obra poética.
Y, sin embargo, para sublimar el antiguo acto mistérico de la oralidad, el poeta recurre a la prerrogativa sagrada de ser el
elegido por la Musas, para enseñar a las Musas a escribir. Pero la gran aportación de Renacimiento fue la incorporación de la
belleza en el Arte, como contraposición al azar o la naturaleza. Concepto que ha ido debatiéndose en diferentes alternativas hasta
nuestros días. Entre los literatos a los que les gusta la literatura (la locura de lo imaginario de Platón, el aprendizaje por imitación
de Aristóteles, el placer kantiano de una finalidad sin fin, el contrapeso de Schopenhauer a la razón, hacer más soportable nuestra existencia o incluso hacerla mejor, Eliot, o la dicotomía de comunicación y conocimiento, Bloom) y los letraheridos que hacen literatura desde el escepticismo,
como afirmaba Kafka cuando aseguraba que un libro no puede ocupar el sitio del mundo: «Esto es
imposible. En la vida todo tiene su propio significado y su propia finalidad, para la que no puede
haber ningún sustito permanente. Uno trata de aprisionar la vida en un libro, como a un pájaro en
una jaula, pero no sirve de nada». O, ya puestos, lo que dicen dos grandes escritores de culto. Uno
vivo, Sánchez Ferlosio, pues «la aceptación de lo exterior, lo de fuera, sin más, sin filtro, da lugar a
la pasividad sin resistencia de los estereotipos públicos más execrables, como propios». Otro, que
ha tenido que morir para que se le empiece a reconocer, Roberto Bolaño, del que no me resisto a
transcribir el comienzo de su esplendida “Los detectives salvajes”: «He sido cordialmente invitado
a formar parte del realismo visceral. Por supuesto, he aceptado. No hubo ceremonia de iniciación.
Mejor así». Mejor así, es cierto, pues con la literatura y la antiliteratura volvemos al principio de
la indeterminación de la ciencia. Aplicable también a algo tan ambiguo como la metafísica.
Si la metafísica trata de abordar asuntos que nos trascienden, de modo que inexplicablemente nos preguntamos por lo que nos excede, hasta hacerlo verosímil, ¿no habrá una antimetafísica cuando admitimos que mucho de lo que elaboramos con el cerebro, sensaciones, emociones, sentimientos, pertenece al mundo
de lo verosímil? Quién sabe. Cuando pienso en ello me percato de que me he dejado algo en el tintero: el relativismo cultural. La
llave maestra que abre todas las puertas, incluso las falsas. Es cierto que si nos detenemos en la música, por ejemplo, como la manifestación máxima de la abstracción artística, no es necesaria ninguna explicación para sustentar por qué nos emociona. Y, no
obstante, ¿qué sería de la música sin la precisión matemática de las notas de una partitura o el discurso expresivo de “Las cuatro
estaciones” de Vivaldi o “La pastoral” de Beethoven? En fin, considerando en frío, imparcialmente, que basta un de pronto, un rayo, un cometa y comprendiendo sin esfuerzo que el hombre se queda, a veces pensando, como queriendo llorar… le hago una seña,
viene, y le doy un abrazo emocionado. Qué más da! Emocionado… Emocionado… Emocionados y perplejos como Cesar Vallejo,
con la impresión que nos produce el grabado “Melancholia”, de Durero, con la perplejidad aristotélica: « ¿Cómo es que todos
quienes sobresalen en la filosofía, la política, la poesía o el arte son melancólicos?».
24
Una charla con Carlos Terribili es sumamente enriquecedora, aunque no deja de ser riesgosa. ¿Riesgosa ? Si,
porque se puede pasar de entrevistadora a entrevistada, en un segundo. Será por que Carlos siempre se cuestiona
y nos cuestiona. Pese a todo, corremos el riesgo para ir a su encuentro...
¿Pero, quién es este pintor argentino de fama internacional, fotógrafo, documentalista, muralista, enamorado
de la cultura popular, profesor, hombre de bien, corazón solidario, gran amigo de sus amigos?
Carlos Terribili nació en Buenos Aires en 1936, aunque pasó gran parte de su infancia en Punta Alta, ciudad
y puerto ubicado al sur bonaerense. Sus primeros oficios fueron como vendedor de juguetes y retocador de imágenes en una imprenta. Años después, según sus palabras, tendría un encuentro fortuito con el arte. « Me inicié
por casualidad, ya que yo canalizaba todas mis ganas de dibujar, -que eran muchas- en la historieta. Ya entrando en
la Escuela de Bellas Artes, conocí de cerca el arte en toda su dimensión, y hacia ahí volqué mi vocación. Desde ahí, año
1955, nunca abandoné esta actividad. »
Para Carlos, una de las cosas más trascendentes en su carrera ha sido iniciarse con los murales, ya que proyectó su imagen plástica a nivel masivo. Eso y la participación de sus dibujos en la obra gráfica, como afiches, libros, revistas, y diarios ampliaron su capacidad de comunicación. Entre sus murales podemos citar los situados
en Av. La Plata y Caseros, Sindicato de Trabajadores de Prensa, Plazoleta de Primera Junta, Rojas y Rivadavia,
Asociación de Estímulo de Bellas Artes, Revista Aldabón, Ituizangó, Provincia de Buenos Aires, en Estación Haedo
y en Estación Flores. Pregunto a Carlos, si como se ha comentado, el mural de Estación Flores está inspirado en
algún texto de Alejandro Dolina. « Yo encontré en "Crónicas del ángel gris" infinitos personajes, muy bien descriptos por
él, que me dieron temas de sobra. Los dos nos referíamos al barrio de Flores. Tomé lo que me motivaba, e incluso hay personajes que no están en el libro. Y fíjate, se da por natural que así sea, nadie jamás se dio cuenta. O nunca me lo dijeron…»
Por cierto, como muchos otros artistas ¿sigues algún ritual cuando deseas crear algo ?«Sólo deseo, cuando
trabajo, tranquilidad y orden (disponer lo que necesito). La creatividad, es como el hambre, cuando llega no avisa. Jamás
entendí los que pintan o escriben con horarios preestablecidos. No es como ir a llenar planillas a la oficina.»
A los ojos del público ¿ qué sensación consideras que les deja admirar tus murales? « El mural cumple un rol
social, no es solo una pared decorada. O por lo menos esa es mi intención. Así, desde las cuevas de Altamira, ya el hombre
fijaba su vida y su problemática en las paredes, claro que no tenía un sentido "estético", sino "mágico" . Mi obra siempre
trató de reflejar las problemáticas de la gente, y creo que muchos se ven reflejados ahí. Es algo de todos los días. Claro, uno
no puede abarcar a todos …»
Recuerdo haber leído una frase: el arte se casa con el rico, pero elije como amante al pobre. ¿es acertada?
« La frase es demasiado generalizada Lo rico o lo pobre, no pasa por la cantidad del dinero, sino por el uso que le das en tu
vida »
Otro aspecto interesante de tu creación es la incorporación de técnicas digitales como el Photo Shop. « El
artista debe estar siempre atento a la evolución de la historia. Hay que usar la tecnología y no que ésta te use. Esto permite
una infinita difusión de la obra de arte y la enriquece. ¿Acaso no fue lícito y útil aprovechar la imprenta? »
Sabemos que has presentado más de 350 exposiciones de su obra por el mundo, como también conocemos
tu renuencia a participar en cualquier tipo de concurso o salón de premios… « No creo que el arte sea competitivo,
jamás. Supongamos, de haber habido un concurso en la misma ciudad, siendo vecinos: ¿quién lo hubiera ganado, Mozart o
Beethoven? El concurso es siempre una decisión arbitraria, subjetiva de la ideología de los que juzgan, que la historia muchas veces ridiculiza. ¿Acaso los impresionista no eran sistemáticamente rechazados? ¿Quién se acuerda de los aceptados? »
Eres una especie de trotamundos, desde 1966 hasta hoy, viajas a comunidades indígenas, y has podido
concretar diversos documentales audiovisuales sobre el N.O. Argentino, Bolivia y Perú, en actividades auspiciadas por el Fondo Nacional de las Artes. « Como porteño desconocía todo lo que fuera el interior, salí a conocer las raí-
ces de las culturas de América, y, además de los museos, me encontré con comunidades vivas que generaban también culturas vivas. Ahí me interesó el hombre andino, y todo su drama social, que empieza con la llegada de los españoles, y aún subsiste. De ahí la predilección por la temática del hombre humilde. »
Nos comentan que has realizado dibujos sobre originales manuscritos de personajes como Yupanqui,
Borges, Tejada Gómez, Zerpa, Lima Quintana… ¿el arte busca al arte, te encargan algún trabajo? «La colabora-
ción siempre enriquece ya que amplía el imaginario del artista. No es cuestión de "ilustrar" fielmente el texto, sino, tener
una motivación en común y cada uno lo interpreta libremente. ¿O acaso la Capilla Sixtina no se hizo "por encargo"? Ojo,
no comparo los artistas solo las circunstancias. »
25
En marzo de 1981 la dictadura militar detentaba el poder en tu patria, Argentina. Tiempos difíciles. Allá inicia
la historia de Teatro Abierto, cuando un grupo de autores y actores argentinos, reunidos en charlas de café se formularon la pregunta clave para el futuro del teatro en ese momento: ¿cómo demostrar su existencia en las condiciones imperantes? ¿cuál fue tu participación en este detonador de inquietudes entre los años 1982 al 1984 ?
« Participé con un audiovisual que iba en el entreacto. Era un documental con fotografías donde tomaba la participación
del pueblo argentino desde el golpe del general Uriburu (1930) a la democracia. Entonces se hablaba implícitamente del
golpe. Por ahí después por eso quemaron el teatro...Recién entonces, en 1982, se podía hacer algo... »
Asiduo colaborador de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, dibujaste para el diario de las Madres desde
su fundación, y realizaste diversos afiches para la institución. ¿qué piensas de ellas a distancia de tantos años?
« Si los responsables del terrorismo de Estado hoy están encarcelados, aunque sea en sus casas, es gracias a la lucha perseverante de las Madres de Plaza de Mayo y de los organismos de derechos humanos. Las Madres fueron las que destaparon
las máscaras en este país y no los funcionarios del poder, que responden a la opinión pública. Entonces creo que su función
ha sido importantísima. «
Esto me recuerda que actualmente realizas un mural sobre Felipe Vallese, militante de las Juventudes Peronistas, acaso la primera víctima de una cruenta persecución, ¿por qué este personaje? ¿te llevará mucho tiempo la
encomienda?« Es Vallese un personaje emblemático, casi el primer desaparecido, aparte por que ese hecho lo viví como
vecino, el año de su secuestro. No sé cuanto tardaré, tal vez un par de meses. Pero luego viene lo difícil, es que la municipalidad lo coloque. «
¿Es Carlos Terribili un activista social? « No lo creo, un activista es una cosa mucho mas seria, y mas comprometida, yo soy solo un tipo que cumplió con lo que pensaba y está en paz con su conciencia».
El treinta de mayo del pasado año, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires te ha dado un reconocimiento como personalidad destacada de la cultura, ¿qué se siente?… « Que te hagan un mimo, nunca viene mal »
No más preguntas. Carlos Terribili prefiere que su obra hable por él. Y sin duda, ésta hablara para la posteridad
de su legado artístico.
Pintura Mural situada en el Centro Cultural La Forja
El mural, va como fondo del escenario, y muestra de alguna manera las
actividades de ese centro. De izquierda a derecha están: la mujer de rojo con unas
cuartillas en la mano significa La Literatura, el hombre desnudo, a contraluz, parado
detrás, El Actor recitando, más abajo, con un contrabajo, El Músico. Siguiendo a la derecha, El Pintor y la Modelo (autorretrato), y arriba, la mujer representa a la Musa Inspiradora... En realidad es un juego con figuras, justificado en el tema.
Vos sabés que la figura, es mi tema casi excluyente En realidad, no creo que haya
mas que decir, otra versión debería darla el espectador." (Carlos Terribili)
26
Queridos lectores,
Fui testigo de un encuentro maravilloso en Victoria Entre Ríos, Argentina,
donde asistí como delegada de AIELC ‘Asoc. de Escritores en Lengua Castellana
de Israel’. Me refiero al VI Congreso de Arte y Poesía ‘La de las Siete Colinas’.
Donde presenté avances de mi próximo libro: ‘DE MIL AMORES, POESIA
EROTICA’ es un canto a la sensualidad que tenemos todos los seres humanos, en
el don divino de amar.
Es un canto de amor y defensa por todas las féminas que no pueden ser
escuchadas ya que su espacio se reduce a ser la mujer, la hija o la hermana de;
por la desaparición y muerte de tanta víctima adolescente, por la mujer que sufre
de vejaciones, frío, hambre e infamias, es mi deber la indagación y la protesta a
través de mi pluma nunca dócil ante hechos de injusticia.
‘Ahora, es el tiempo de los poetas, cuando la moda de la deshumanización se cobra víctimas corporales
y del espíritu, la palabra se nos prodiga en sabiduría, contenedora de las pústulas de nuestra era y nos la devuelve en amoroso encuentro virtual y poético. Pues, la poiésis creativa convoca y la poesía salva’.
Letra G
Mi vientre es un pozo
desde donde suena
la invocación de tambores
música primigenia y voraz
que halla el rescate de toda congoja
Punto de dicha en secreta grafía
al nombrarme mujer
y hembra en el verso feliz
Lágrima en el cráter del tiempo.
Fiel al proyecto la Clepsidra que une autores y artistas por Internet, he decidido llevarlos al papel en otra
creativa donación de voluntades, puesto que la frescura y espontaneidad virtual se perderían en su cosmos.
Agradezco la participación de quienes me acompañan en esta empresa de hacer de la poesía virtual un
espacio libre de expresión y sin preconceptos.
¡Qué el ligamento sagrado y circular nos convoque siempre en sus luces de amor!...
Marcela Vanmak
www.laclepsidrademarcela1.blogspot.com
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EFEMERIDES LITERARIAS DEL MES DE ENERO
Según el Calendario Gregoriano, (el cual es el más usado en todo el mundo hoy día) enero es el primer mes del año. Es nombrado así por Janus, un dios Romano. Los Anglo-Sajones llamaron a este
mes, Mes del Lobo porque los lobos venían a las aldeas en el invierno buscando comida.
1600 N. el dramaturgo español Pedro calderón de la Barca, llamado el ingenio del siglo de oro.
1622 N. en París Jean Baptiste Poquelin (Molière), comediógrafo y autor de obras como: :el Don
Juan, el avaro, gentilhombre burgués.
1788 nace el poeta inglés George Lord Byron
1809 N. el autor norteamericano, Edgar Allan Poe, célebre escritor a quien se considera el inventor
del relato detectivesco, aunque también fue poeta y periodista.
1853 N. el escritor y político cubano, José Martí, héroe de la independencia
de Cuba.
1860 nace el dramaturgo ruso, Antón Pavlovich Chéjov.
1867 N. el el poeta nicaragüense Rubén Darío , la figura emblemática del modernismo.
1873 N. Mariana Azuela, escritor mexicano en Jalisco Mex
1881 N. Giovanni Papini, escritor y filósofo italiano.
1882 N. Virginia World, autora inglesa.
1893 N. Vicente Huidobro, poeta chileno precursor del Creacionismo
1893 N. en Valladolid Jorge Guillén, poeta español,
1908 N. Simone de Beauvoir, la reconocida novelista y filósofa existencialista
1920 N. en Rusia Isaac Asimov, novelista y divulgador científico estadounidense.
1925 N. Ernesto Cardenal, sacerdote católico, poeta y político nicaragüense.
1932.N. en Turín Italia, Humberto Eco, escritor, semiólogo. catedrático.
1936 Muere en Compostela, Don Ramón Maria del Valle Inclán.
1957 Muere Gabriela Mistral, el primer Premio Nobel de Literatura (1945)
Su nombre verdadero: Lucila Godoy Alcayaga
1986 Muere el escritor mexicano Juan Rulfo.
1993 Muere Juan Benet, narrador, ensayista y dramaturgo español.
2002.Muere el escritor español Camilo José Cela
2003 Muere el escritor y ensayista argentino Pedro Orgambide
2007 Muere el escritor Sidney Sheldon.
2008 Muere Angel Gonzalez, poeta, ensayista y catedrático español.
2008 Muere el escritor, periodista y ex diplomático cubano Lisandro Otero.
2008 Muere el escritor y veterano dirigente comunista chileno Volodia Teitelboim
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28
Gerardo Vargas Vega-España
POR EL HORIZONTE
se asoma la luna
con gran rapidez
adueñándose de todos los silencios.
Los sueños
la imploran misericordia,
las esperanzas
son convertidas en sus esclavas.
La luna ondea en el cielo
callado y melancólico.
Lentamente
comienza a dibujar
su gran poema enamorado
a lo largo del inmenso
firmamento.
POR CAMINOS DE AUSENCIAS
la noche vaga perdida,
entre los versos borrachos,
de esperanza. ,
En cada pliegue de su soledad,
esconde algún sueño,
que no le pertenece, ,
algún verso que apenas entiende, ,
tan sólo desea ver llorar al poeta,
y poder saborear, lentamente, ,
las lágrimas de su victoria.
SI YO PUDIERA ENTREGARME
y traspasar la línea,
del terror, ,
si pudiera vencer mi dolorosa timidez,
borracha de versos estúpidos
que me asfixian
en mi propia soledad.
Si yo pudiera amar
me lanzaría al abismo blanco
de mi locura
y trataría de recuperar
todos los atardeceres soñados.
Entonces, lentamente,
y con todo el tiempo
en mis temblorosas,
pero tranquilas manos.
me perdería en el último poema
de amor.
QUIERO DIBUJAR UN POEMA
en el rostro ajado de la noche.
Deseo dejar mi huella
entre sus pliegues,
misteriosamente, trasparentes.
Quiero mofarme de sus temores
absurdos para hacerle comprender
el daño que me han producido
sus palabras ausentes.
No tiene ningún derecho a maltratar
a mis sueños ingenuos,
ni a jugar con mis pobres sentimientos.
No. No puede ultrajar
a las estrofas de mi alma sedienta,
porque el poema brotará
entre las cenizas
de las esperanzas desengañadas.
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León Getzel– Israel
Con sus ochenta años, don Pablo, sentado en una plaza porteña, miraba jugar a los niños. La hermosa arboleda se
mostraba con todas sus galas, sembraba sombra en esa tarde calurosa, don Pablo gozaba porque veía la alegría de
la gente que paseaba despreocupada en ese domingo de descanso laboral, en las calles automóviles circulaban sin
apuro, colectivos con muy poca gente hacían su recorrido habitual. En el medio de la plaza un palomar. Era la hora
que un encargado habría sus puertas y las palomas volaban recorriendo tan hermoso lugar, mansas se acercaban a
la gente comiendo granos que le ofrecían. Don Pablo sonreía satisfecho de ver todo aquello. Mirando el diario que
era su mayor pasatiempo, leyó un articulo que lo dejó asombrado, volverían a circular tranvías, los ojos se le agrandaron recurrió a sus anteojos para leer mejor. El titulo decía : nuevos tranvías volverán a recorrer Buenos Aires.
Leyó que serían modernos, construidos con asientos tapizados, cabina para un conductor cerrada, instrumentos
sofisticados para manejar, no eran aquellos tranvías de los viejos tiempos. Don Pablo había sido tranviario toda su
vida. Los recuerdos salieron a flote, se acordó del recorrido que hacía, manejando con una manijas que daba vueltas
para marchar, para frenar, usaba el pie para golpear un pedal que hacia sonar una campana. Tenia un compañero
cuya función era cobrar los boletos, en su muñeca colgaba un aparato lleno de boletos que cortaba, tenia una cartera para guardar su dinero, cuando un pasajero bajaba, en el techo había una piola que al tirar de ella sonaba una
campanita, para indicar que había que parar, don tiradas de piola indicaba al conductor la salida. Don Pablo pensaba
en todo eso, cuantos años manejó un tranvía. Don Pablo ya no miraba las palomas ni a la gente, él no estaba allí ,
estaba manejando su tranvía, cuando desaparecieron de circulación, no escuchó mas su característico ruido que
hacía al transitar por las vías con rieles de hierro. Concentrado en sus pensamientos, no escuchó que un anciano
amigo del él le decía: ▬ Don Pablo, ¿En qué está pensando?. Se sorprendió al escuchar su voz, y contestó: ▬ Hola
Herminio, disculpe, pensaba en los nuevos tranvías que van a circular.▬ No me diga.▬ Si, seguramente serán mas
lindos que los que manejaba yo.▬ Puede ser pero eran buenos aquellos, yo me acuerdo bien que viajábamos muy
cómodos y la gente estaba contenta.▬ Si, es verdad, pero los que van a poner seguramente serán confortables con
asientos tapizados y cosas mas que yo no conozco.▬ Bueno don Pablo no se me ponga nostálgico.▬ Que le parece
si cuando funcionen nos damos una vueltita▬ Por supuesto Herminio estaré sin duda, no manejando pero paseando, me daré el gusto que antes no me di De acuerdo, lo saludo y me voy, me están esperando mis nietos y como hoy
es domingo me toca, hasta siempre don Pablo y no se olvide de avisarme cuando vengan los transway▬ Y se fue
riendo.
A don Pablo le parecía que todo era diferente, se imaginaba manejando un tranvía saludando a los pasajeros mirando esas vías, parando en las esquinas, y cuando su faena terminaba dejaba a un amigo, su compañero de toda su
vida. Pedía tener salud para volver a subir a un tranvía, y pensaba mientras tanto que pena que sintió cuando dejaron de andar, es como si se hubiera parado el mundo,
Las horas de angustia que tuvo, hasta su familia se preocupó por él, estaba depresivo, sin ganas de hablar con nadie, para él se había muerto lo que mas quería, hoy volvía a renacer , esperaba vivir para entonces.
Llegó la noche, el frío que sentía lo preocupó, sintió un dolor en el pecho, se inquietó, tuvo miedo de que algo malo
le ocurría, se sentó, el dolor era cada vez mas agudo, empezó a transpirar, no respiraba bien, se ahogaba, miró a su
alrededor para pedir ayuda, una señora lo miró y comprendió su estado, cayó al suelo inconciente, la señora desesperada grito: ▬ Ayuda por favor ▬ se arrimaron varias personas , un señor propuso llevarlo a un hospital.
Los sueños del tranviario se habían terminado, nunca volvería a subir a un tranvía, los familiares decían que en toda
su vida siempre tuvo un gran amor, el tranvía.
Los Don Pablos de Argentina quedaron sin tranvías, las ciudades también, le quitaron tradición, los cambios marcan
huellas en la vida de los pueblos. ¿Está bien hacerlo? Quizás no obtenga respuesta alguna y creo que mercería ser
tratado en las esferas de gobierno pero también con la presencia del pueblo. Solo sé que así como los tranvías desaparecen edificios históricos, viviendas de artistas, cafés donde concurrieron cantores, poetas, pintores que hoy son
famosos. La historia no debe borrarse, al contrario, es la base de la vida de los pueblos, los recuerdos son la vida de
las instituciones, cuyas luchas construyeron una ciudad, una nación. Conservemos todo lo que hoy tenemos y seguramente la posteridad nos agradecerá.
Migdalia Mansilla– Venezuela
hacer
trizas el tiempo
volver sobre los campos
que dejaron en el olfato
la memoria de sus aromas
seguir
cabalgar sobre un corcel
blanco o negro
-qué más dapersiguiendo un rayo de sol
que se cuela en el ocaso
romper
con esta monotonía
que va menguando latidos
en un día y otro día
otro mes y otro año
en un siempre y un jamás
Silvia Loustau-Argentina
XXIV
hoy tuve en mis manos
casi todos
mis pedazos
mi casi suma
broadway
y la plaza roja
las flores
y la revolución
los recuerdos
y la infancia
los miedos
un poco del mañana
jugué armándome
después sentí la lluvia
tengo la vida
dije
tengo la vida
ese
30
Liliana Celis– Argentina
EN LA VERSIÓN DE VERTE"
(Parte dos, fragmento)
la cara justo al borde de la cara
en lo instantáneo de foto allá en el agua
en la versión de los espejos superpuestos
(el miedo en la ilusión de verse)
es la rotura impávida del mundo
(no es el lago)
en la fusión de los espacios desde el fondo
como enraizada al lago
en el des/pliegue gestual que no hace al viento
armando piezas en el ámbito penúltimo de algún fondo
de entre desolación que nada eternamente en el espacio
del vacío
y no en la mancitud de cara apabullando la otra cara
pluralmente
de los esteros reflejados
en la rotura madre de la imagen
allá en la filtración de la mirada
a por los lagos desde el puente
de la caída desde el puente hacia el no fondo
en la abertura de las aguas
en la retardación del yo
como visión mismísima a la forma
cuando se dice (y es casual)
la cara ha roto el lago
en la desembocadura del cuerpo como forma
las ramas rotas del modo de silencio en el discurso
(es a la pausa)
lo ignoto de la pausa gesticulando el tiempo
en la abertura de algún nombre/en el desierto
es a algún tramo de memoria
en la con/catenación del agua
ahora en los bordes
quiero decirte
la luz desembocando al extremo de las formas
en lo apretado de la imagen cayendo al otro lado de la sombra
a igualación del lago en el principio de la imagen
ya nunca la avidez de verlo (como despliegue en sí)
y es a los lados la pregunta
es el reverso de las hojas
en la revelación del mundo (es en la sombra)
donde el espacio de mirada hace al extremo de las cosas
salpicando la cara con el nombre
a la estatura de belleza en el disloque de mirada hacia el cuarto de la sombra
hacia el momento potencial del cruzamiento con el doble
el universo en mí desembocando en las pupilas
en la versión de verte
(fuera la cara al lago como el lago es al océano)
imantación de veces cuando la luz se allega al horizonte
esparcimiento de raíz en las cortezas desde el cuerpo
en el eclipse que pulsó a este cuerpo
buscando la obviedad de ser
la nada hacia algún fondo desde el puente
lo sombreado no haciendo la intención del gesto
como caído de caricia
(desdoblamiento desde el yo a algún submundo de belleza)
en el encuentro del sí mismo de las formas
lo inacabado de él es elevado hacia algún grado de delirio
en crecimiento perpetuo de mirada hacia el trasfondo
vuelve la cara al otro extremo de moneda
en el pasaje de la luz al corrimiento prematuro
como oxidando el techo
en otra nebulosa de cara en el espejo
31
Joan Mateu– España
Llevaba más de tres semanas comiendo compulsivamente. Devoraba un desayuno copioso, a media mañana
se sentaba a comer un plato de legumbres y algo de carne; sobre las dos hacía una comida fuerte, y llegaba a
la cena después de haber pasado por una merienda de cuchillo y tenedor. Entremedio picoteaba cosas como
chocolate, pistachos, regaliz y galletas.
Había engordado de una forma escandalosa y no tenía hambre. Aún a así se forzaba a seguir comiendo, con
una determinación a toda prueba y con un miedo que aumentaba día a día en consonancia con su peso.
Faltaban pocas noches y seguía con su dieta de sobrealimentación, con la esperanza de que, de esta manera,
podría hacer frente al problema.
Llegó la noche temida. Otra noche de luna llena, otra maldita noche. Mientras se iba transformando y se le curvaba la espalda, le crecían los dientes y le salía aquel pelo áspero, empezaba a sentir hambre. Sentía hambre a
pesar de haber comido como un cerdo durante todo el mes. La estrategia había fallado.
Mario Belapolsky— Israel
Ya no soy tu pretendiente, ya no te invito a bailar, ya no somos novios,
ya no recibes flores cuando a tu casa me invitan a entrar, ya no necesito
pedir permiso a tus padres para llevarte a una fiesta, ya no hablamos de
casamiento, del salón, de la familia a invitar, de tu vestido y nuestra luna
de miel.
Y yo te diré porqué...
! Por que somos amantes y así lo hacemos saber !
A la noche al acostarnos, en la cama, que conocemos tan bien, nos tomamos
de la mano...Tu me dices: *que descanses* y yo te contesto: **buenas noches
mi bien**...
Por la mañana me indicas que ropa debo ponerme, para cuidar mi salud, me
recuerdas los remedios que debo tomar y me vigilas, a que hora lo hago y si
lo hago bien.
! Por que somos amantes y así lo hacemos saber !
En la calle caminamos, tú del lado de la pared, yo apoyado en tu hombro, para
alivio de mi pie. En el parque, al sentarnos, con mi pañuelo limpio el banco donde
tú te sentarás. En invierno al sol y en verano a la sombra, todo lo haga para que
te sientas cómoda, tambien.
A la tarde regresamos, a nuestro hogar, a la hora del té, y mientras lo tomamos,
rodeados de fotos y recuerdos, nos miramos con ternura, con cariño, con respeto,
y a coro decimos :
! Por que somos amantes, y así lo hacemos saber !
José Pómez -España
¿Por qué prescindo siempre de la prosa?
Es la causa de todas las sorderas,
por el contrario con rima certera
la buena poesía es preciosa.
Es como una cantera muy frondosa
que describe la vida más postrera
y mimándome como una enfermera
delgada me sostiene temblorosa.
De ello no existirá ninguna foto
no quiero verte más tan abatida
como miel y limones de mi cuento.
Es una pasarela suspendida
entre tus penas y mi brazo, voto
por anudar compás al verde viento.
Lilia Boscan– Venezuala
¿Cómo quieren
que escriba diferente
si mi alma
está rota,
si tengo una herida abierta
y sangra
sangra
como el primer día?
*
Regreso del exilio
de tu ausencia
mi dolor está cautivo
en la memoria,
es mi dolor
y no quiero que se vaya.
32
Rolando Revagliatti nació en 1945 en Buenos Aires, ciudad
en la que reside. Publicó un volumen con su dramaturgia,
dos con cuentos y relatos, y quince poemarios, además de
su antología poética personal: "El Revagliastés".
Ha sido traducido a doce idiomas y así difundido en publicaciones gráficas y digitales de América y Europa.
Hoy nos ofrece “Revagliatti – Antología Poética”, con selección y prólogo de Eduardo Dalter y diseño integral de
Mirta Dan.
La descarga está disponible en :
http://www.revagliatti.com.ar/antologia_e.html
Rebeca Montañez nació en Mérida, Mex.
Es narradora y poeta. Ha participado con relatos en
las siguientes publicaciones en papel: El hombre
que puso a la Muerte en paz y Memorias de mujeres en prisión y otros relatos.
Colabora con textos poéticos en diversos foros literarios, es editorialista de las Revistas Estrellas Poéticas y La Guinda.
Niebla entre los labios recrea por medio de la poesía, diferentes miradas sobre el amor, sus imprevisibles atajos y consecuencias.
La descarga está disponible en :
http://www.4shared.com/dir/6736428/3be74861/
sharing.html
YO, ALEJANDRO :Novela que trasciende la peripecia
humana común, para adentrarse en la percepción cósmica del ser. Cuando puse FIN a las setecientas y pico
páginas de esta novela, me dije a mí mismo: si algo he
querido decir a los demás a través de Alejandro y sus criaturas, nadie lo podrá tomar como un mensaje o testamento ideológico. Todas las incertidumbres humanas
están tan claras, que cualquier lector, si tenía certitudes,
se volverá escéptico. Y si no fuese así, leer Yo, Alejandro,
sólo habría sido mi fracaso.
(José D. Diez, autor español)
La descarga está disponible en :
http://www.yoalejandro.com
33
Camelias para una dama
Alphonsine Plessis fue la más famosa de las damas mundanas del París de su tiempo, la más admirada y
anhelada cortesana de la época. Más conocida como Marie Duplessis, prestó sus favores a muchos ricos
y nobles parisienses, pero su relación con un escritor joven y pobre la catapultó a la fama y a la inmortalidad.
En la sección 15 del cementerio de Montmartre, en París, hay una tumba muy
sencilla, a diferencia de los otros monumentos fúnebres que la rodean (Degas, Heine, Stendhal, Delibes, Berlioz, Offenbach, Nijinsky). Sobre ella, y manteniendo una
tradición que se prolonga a través de los años, manos piadosas y desconocidas depositan de cuando en cuando un ramo de camelias blancas. El epitafio, también muy
sencillo, dice: “Aquí descansa Alphonsine Plessis, nacida el 15 de enero de 1824 –
fallecida el 3 de febrero de 1847. De Profundis”.
Remontémonos en el tiempo hasta la mitad del siglo XIX. En el Teatro des Varietés, y sin darle importancia a lo que sucedía en el escenario, Alejandro Dumas observaba atentamente con sus binóculos a las atractivas mujeres muy bien vestidas
sentadas en los palcos. Estas mujeres del gran mundo, situadas al margen de la sociedad “respetable” y
generalmente “ayudadas” por hombre ricos y mayores, aspiraban secretamente a tener un verdadero
amor. Esto era lo que pensaban los jóvenes como Alejandro Dumas (hijo), que en ese tiempo sólo tenía
20 años.
Sintiéndose atraído especialmente por una de ellas, más tarde escribió al respecto: “Era alta, muy
erguida, de cabello negro y piel sonrosada. Tenía una cabeza pequeña y ojos rasgados que denunciaban
una naturaleza vivaz... Podía comparársela a una estatuilla de Dresden”. La mujer aquí descripta en términos tan emocionados era Marie Duplessis, la cortesana más famosa de ese tiempo. Y ella también reparó
en Dumas.
El encuentro entre ambos se dio a principios del otoño de 1844 y tuvo como consecuencia un breve
romance que luego pasaría a la posteridad como uno de los grandes amores de toda la historia de la literatura, el cine y la ópera, a través de un simple nombre: “La dama de las camelias”.
Marie Duplessis había nacido el mismo año que Alejandro Dumas (hijo), en 1824. Era hija de un labrador y apareció en París como costurera. Su primer amante, el duque de Guiche, un joven rico y mundano, hizo que la jovencita de escasos 16 años fuera considerada un “éxito” en París y comenzara a estar rodeada de pretendientes. En la época en que conoció a Dumas, Marie era la “protegida” del conde de
Stackelberg. Y cuando se encontraba en secreto con el joven escritor, le decía al conde que iba a cuidar a
una amiga que estaba enferma. Delgada, alta y muy pálida –tal como era la moda- Marie era una beldad
etérea. Pero ya estaba enferma de tuberculosis.
Después de algunos meses de un romance arrebatador, Dumas comenzó a apartarse de Marie. El 30
de agosto de 1845, él le escribió una carta haciéndole saber que rompía la relación definitivamente.
Luego de ser abandonada por Dumas, Marie inclinó su atención hacia el compositor Franz Lizt. Pero
a principios de 1846, aceptó una sorprendente oferta de casamiento por parte del conde de Perregaux,
contrayendo enlace con él el 21 de febrero en Londres.
No faltó quien dijera que el conde se había casado con ella por compasión, pues Marie sucumbía
rápidamente a su avanzada tuberculosis. Al poco tiempo se separaron, regresando a París, donde Marie
tuvo que vender sus joyas para pagar sus deudas. Instaló en el cuarto donde dormía un reclinatorio para
sus oraciones y pidió un sacerdote para que le administrara los últimos sacramentos. El final llegó, para
esta mujer de 23 años, el 3 de febrero de 1847, en el momento en que frente a su casa, en el Boulevard de
la Madeleine, se festejaba el Carnaval.
34
Mientras, Dumas estaba en España con su padre (también llamado Alejandro Dumas, el célebre autor de “Los tres mosqueteros” y “El conde de Montecristo”). Al volver, se enteró del fallecimiento de Marie. Al pasar frente a la casa donde habían tenido sus encuentros, vio el anuncio de una subasta en la cual se vendían los objetos que quedaban en la residencia. No pudiendo adquirir los artículos más caros, sólo compró una cadena de oro.
En mayo, Alejandro alquiló un cuarto en un hotel, volvió a leer las cartas
que había recibido de Marie y comenzó a escribir la novela que lo volvería famoso. En “La Dama de las camelias”, una cortesana llamada Margarita Gauthier deja
la vida glamorosa de París para vivir con un joven amante llamado Armando Duval.
Publicada en 1848, la novela fue un gran éxito y el joven Dumas se vio asediado por dramaturgos
profesionales que querían adaptar el libro para una obra de teatro. Pero en lugar de aceptar las propuestas, se refugió en el campo donde escribió febrilmente su propia pieza. El padre fue consultado por su hijo
acerca de lo que había escrito, quien le dijo lacónicamente “muy buena” sin creer que podría tener éxito
con esa obra.
En 1852 se estrenó la obra teatral con un éxito mucho mayor que la novela. Y cuando al año siguiente Giuseppe Verdi utilizó la historia para su ópera “La traviata”, Marie Duplessis obtuvo la inmortalidad. Su
notoriedad se extendió hasta todo el siglo XX, con notables películas basadas en la obra.
Casi 60 años más tarde del estreno de la obra, en los albores del cine mudo, la primera Camille se
asomó desde la pantalla para conquistar a todos los corazones románticos, en una trayectoria que había
de cubrir todo el siglo XX. Fueron innumerables las películas basadas en “La Dama de las Camelias” y
también innumerables sus protagonistas, generalmente actrices famosas, de primera línea, tales como Sarah Bernhardt, Theda Bara, Pola Negri, Alla Nazimova, Norma Talmadge, Greta Garbo, María Félix, Micheline Presle, Zully Moreno y Sarita Montiel. La última película sobre el tema es una versión polaca dirigida en
1995 por Jerzy Antczack. Han sido incontables las versiones que se han hecho para la televisión de todos
los países, tanto de la novela como de la ópera.
La primera versión fílmica de la ópera de Verdi data de 1967, dirigida por Mario Lanfranchi, con Anna
Moffo en el papel de Violetta Valery. La segunda, y última, la dirigió Franco Zeffirelli en 1983, en una maravillosa e inolvidable producción italiana protagonizada por Teresa Strattas y Plácido Domingo.
En el cine, la versión realista del personaje estuvo a cargo del director italiano Mauro Bolognini en
1981, quien nos presentó “La verdadera historia de la Dama de las Camelias” protagonizada por Isabelle
Hupert, a quien acompañaron Gian María Volonté y Bruno Ganz. Bolognini dejó de lado los excesos del
melodrama original para mostrar el contexto social y las cuestiones psicológicas que marcaron la vida de
Alphonsine Plessis. La película comienza con el personaje de Dumas en un teatro, dirigiendo el ensayo de
su obra teatral: “La Dama de las Camelias”. En el escenario, se está desarrollando la escena IV del tercer
acto: el padre de Armando va al encuentro de Margarita para pedirle que termine definitivamente la relación amorosa que tiene con su hijo. Ella acepta el sacrificio.
El ensayo continúa hasta que Dumas tiene una reacción emocional provocada por la actriz que personifica a Margarita y le dice: “La mujer que sirvió de modelo a tu personaje se llamaba Alphonsine Plessis y no vivió estas aventuras patéticas sino que yo las inventé”. Y con un brusco corte en el plano de la
imagen o de la narrativa cinematográfica, se inicia la verdadera historia de Alphonsine. Surge así, despojada del romanticismo acostumbrado por las grandes divas de la pantalla, una mujer frágil y ávida del cariño
del padre, ávida de reconocimiento social, ávida de amor. “La verdadera historia de la Dama de las Camelias” transcurre en el escenario político-social de la falsa moralidad de la burguesía del siglo XIX, que demuestra su vigor económico manteniendo y mimando a las esposas ilegítimas y a las deseadas cortesanas, y domina el orden social condenando cualquier pretensión de movimiento entre las clases. La protagonista se mueve entre estos parámetros en los que le toca vivir y llega a su fin de una manera descarnada, brutal y, de la mano maestra de Bolognini, asume su destino de una manera inolvidable, dura, pero no
carente de piedad.
Margarita Gauthier –en la literatura-, Violeta Valery –en la ópera- y Camille –en el cine- (tres nombres
diferentes para una misma mujer) conformaron un ideal de belleza y de amor sublime que hizo soñar, llorar y emocionar al mundo durante más de un siglo y medio, y que aún continuará.
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