El Gobierno na El Gobierno

Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Precio $25 - Año 11 - Nº 537 - Jueves 21.01.16
Noticias Urbanas . Jueves 21 de enero de 2016 . pág. 2
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Análisis político
Coparticipación,
un aumento necesario
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C
asi como en un gesto de nostalgia, el presidente Mauricio
Macri favoreció a la Ciudad de
Buenos Aires al aumentar, mediante
otro decreto de necesidad y urgencia,
la coparticipación federal que recibe el
distrito sobre el que gobernó hasta el
10 de diciembre último.
De esta manera, la Ciudad de Buenos Aires, que percibía el 1,9 por ciento
de la recaudación del Estado nacional,
pasará ahora a cobrar el 3,75 por ciento, casi el doble que antes.
La medida fue convalidada a través
del Decreto Nº 194/16, que fue publicado el 19 de enero en el Boletín Oficial, con la firma del propio Presidente
de la Nación, del jefe de Gabinete, Marcos Peña, y del ministro de Hacienda,
Alfonso Prat-Gay.
Macri tomó esta decisión para completar el traspaso de un sector de la Policía Federal, que se votó el 18 de enero
en la Legislatura. La decisión del pase
de la fuerza de seguridad de la Nación
a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
se realizó con la inclusión de los fondos
para solventar su funcionamiento, que
se saldó con este aumento en la copar-
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Fotografía: Archivo NU
Por Horacio Ríos
ticipación federal.
El propio presidente del bloque de
legisladores porteños del Pro, Francisco Quintana, reconoció esta situación
al afirmar: “Parte de este excedente
de la coparticipación vamos a utilizarlo
para financiar el traspaso de la Policía
Federal”, tras la sesión legislativa en la
que se aprobó el convenio de traspaso
de la Nación a la Ciudad de la Superintendencia de Seguridad Metropolitana
y algunas otras reparticiones.
A pesar de las protestas de algunos
gobernadores, que fueron desde el
exgobernador de San Juan, José Luis
Gioja, quien se preguntó si “será federalismo triplicar los ingresos de la Ciudad de Buenos Aires y disminuir los del
resto de las provincias”, hasta Daniel
Scioli, que chicaneó: “Espero que se
debata a nivel federal el nuevo régimen
de coparticipación con la misma voluntad con que se duplicó a la Ciudad de
Buenos Aires”. El aumento de la coparticipación federal es una vieja reivindicación de los porteños, que aún sienten
que se les niegan otras competencias
que ya hace tiempo que deberían estar en sus manos, como algunos fueros
judiciales, la Inspección de Justicia, el
puerto y el juego.
En el caso de la transferencia de recursos, nada cambia para las provincias,
que seguirán recibiendo los mismos pesos, ya que la suma que fue traspasada
junto con la policía ya era desembolsada por la Nación. Solo cambia de manos el nombre del titular de la cuenta
en que se deposita. o
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Nota de tapa
El traspaso de la Federal
Larreta enfrenta el desafío de manejar
a miles de policías y una caja jugosa
El macrismo sacó provecho de su conducción simultánea de las
administraciones nacional y porteña y dio un paso clave hacia la autonomía
plena de la Ciudad, al transferir la fuerza de seguridad.
Por Mauricio C. Ferrer
info@noticiasurbanas.com.ar
D
esde el lunes pasado,
los efectivos de seguridad que actúan en
la Ciudad, tanto de la Federal
como de la Metropolitana, dependen de Horacio Rodríguez
Larreta, que espera en un año
ser el jefe político máximo de
una única fuerza policial.
La aprobación en mayoría
de la Legislatura del convenio
firmado entre el jefe de Gobierno y Mauricio Macri significó el inmediato traspaso de
cerca de 20 mil agentes, además de equipos e inmuebles.
Pero la Metropolitana, que
hoy cuenta con 6.300 efectivos, no se robusteció en el
acto; por el momento rige un
período de “transición” que
durará cerca de doce meses
–plazo que puede prorrogarse
seis meses más–, en los que
ambas fuerzas custodiarán la
Ciudad de Buenos Aires.
“La transferencia ya está
hecha, empieza ahora el proceso de unificación”, dijo por
estos días Rodríguez Larreta,
para dejar en claro que, por
ejemplo, las comisarías azules de la Federal no pasarán
instantáneamente a tener el
color blanquinegro de la Metropolitana.
¿Qué ocurrirá ahora? Durante este período de “transición” habrá un manejo operativo conjunto de las fuerzas
–aunque seguirá habiendo
dos jefes– y una comisión
conformada por la Jefatura
de Gobierno y la Legislatura
que seguirá de cerca la unificación.
En los próximos meses
se concretarán los cambios
normativos y administrativos
necesarios para unificar las
fuerzas. La Federal no será
transferida en su totalidad,
sino una parte de ella, que
es la Superintendencia de Seguridad Metropolitana, que
controla a los policías federales que cumplen tareas en
las 54 comisarías porteñas,
el Cuerpo de Guardia de Infantería y Policía Montada,
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las policías, junto con el jefe
de la Metropolitana, Horacio
Giménez, y el jefe de la Superintendencia de Seguridad
Metropolitana de la Federal,
el comisario mayor Guillermo
Néstor Calviño.
¿Un triunfo político
del macrismo?
la mayoría de las unidades de
Bomberos y algunos sectores
de la Policía Científica, Investigaciones y Comunicaciones.
“Es un primer paso muy
importante para empezar a
mejorar la seguridad de la
gente”, destacó Rodríguez
Larreta sobre el traspaso. Será
tarea del ministro de Justicia
y Seguridad, Martín Ocampo,
supervisar la unificación de
A un mes de haber asumido y con Mauricio Macri
como presidente, Horacio
Rodríguez Larreta quedará
en los anales como el jefe de
Gobierno porteño que saldó
un reclamo que persistía desde 1996, cuando la Ciudad se
dictó su propia Constitución.
Dos elementos fueron clave para que el Pro lograra ese
triunfo político: el primero fue
la decisión del jefe partidario,
Macri, hoy ungido como presidente, de ahorrarle a Rodrí-
guez Larreta el mal trago de
tener que mendigar el traspaso de la policía, el mismo que
él sufrió con Cristina Kirchner
en la Casa Rosada.
Mucho trabajo le llevó a
Macri recibir de la Nación el
manejo de los subtes y de las
líneas de colectivos que circulan sólo dentro de la Ciudad,
aunque nunca consiguió de
Cristina el aval para el pase de
la Policía Federal, pese a que
en 2007 Néstor Kirchner había derogado el artículo de la
Ley Cafiero que impedía a la
Ciudad tener policía propia.
El segundo elemento fue el
apoyo opositor que el macrismo cosechó en la Legislatura,
donde está obligado a tejer
acuerdos por su falta de mayoría automática, una carencia que el Pro arrastra desde
su primera gestión, iniciada en
2007. A las 16.11 del lunes, el
convenio que Larreta y Macri
firmaron la semana anterior
fue aceptado por 39 votos,
en la primera sesión extraordinaria del año. Pro contó con
el apoyo de sus socios a nivel
nacional en Cambiemos, como
Suma+ (la fuerza de Martín
Lousteau), la Coalición Cívica
(de Elisa Carrió) y los dos bloques socialistas.
“Nosotros acompañamos
el convenio firmado en la medida en que la Ciudad pueda
contar con un derecho fundamental como es el de seguridad”, explicó ante Noticias
Urbanas el diputado Maximiliano Ferraro.
No acompañaron la votación los bloques de la izquierda, cuyos tres integrantes votaron en contra, ni el Frente
para la Victoria, cuyos legisla-
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Un traspaso
multimillonario
Felices, tras el traspaso. Francisco Quintana, Carmen Polledo, Horacio Rodríguez Larreta, Diego Santilli y Martín Ocampo.
dores optaron por abstenerse.
“No vamos a dar un cheque
en blanco a un gobierno que
está tomando medidas cuestionables desde todo punto
de vista”, plantearon los diputados kirchneristas Carlos
Tomada y Gabriel Fuks.
La oposición al macrismo
en la Ciudad de Buenos Aires,
sobre todo el kirchnerismo,
fue muy crítica en los últimos
años con los operativos que
desarrolló la Policía Metropolitana, en especial con algunos
desalojos. Aún está presente la represión en el hospital
Borda en 2013, cuando fueron detenidas 30 personas y
resultaron heridas al menos
50, sumando a pacientes del
establecimiento psiquiátrico,
médicos y periodistas.
“El Gobierno de la Ciudad
quiere la policía porque quiere reprimir y espiar a los vecinos cuando algo no le gusta”,
cuestionaron por lo bajo desde el Frente para la Victoria.
Pero no todo se mide en
términos de cantidad de agentes o de estructura que recibirá
la Ciudad por el traspaso de la
Federal. También significa una
multimillonaria partida presupuestaria, algo también cuestionado por el kirchnerismo.
En el mismo momento en
que los diputados porteños
votaban el traspaso, Macri
estampaba su firma en un decreto, publicado en el Boletín
Oficial del 19 de enero, que
aumentó a casi el doble la
coparticipación que hasta ese
momento recibía la Capital
Federal: el decreto 194/2016
ordenó que la partida que recibía la Ciudad de la Nación
se elevara del 1,9 por ciento a
3,75 por ciento.
“Parte de este excedente
de la coparticipación vamos
a utilizarlo para financiar el
traspaso de la Policía Federal”,
reconoció el macrista Francisco Quintana. Según estimaciones recogidas por Noticias
policía, que quedará cristalizada recién dentro de un año.
Sin embargo, aún quedan
asuntos pendientes para lograr la autonomía plena de la
Capital Federal: el traspaso
de extensos terrenos federales (como el que ocupa la Villa 31); el manejo íntegro del
transporte porteño; la trans-
Pérez Corradi. Ahora, el más buscado.
Urbanas, son entre $9.200
y $11.000 millones más cada
año, que van a ir a parar a las
arcas porteñas.
La decisión de Macri, que
fue firmada también por su
jefe de Gabinete, Marcos
Peña, y por su ministro de
Hacienda, Alfonso Prat-Gay,
abrió rápido una disputa con
los gobernadores peronistas.
“Habla mucho de federalismo, pero es unitario”, se quejó el martes el gobernador de
La Pampa, Carlos Verna. No
escondió su malestar pese a
que estaba por ingresar en
una reunión con el ministro
del Interior, Rogelio Frigerio,
en Balcarce 50. Macri deberá
avanzar desde ahora con pie
de plomo frente a los caciques provinciales, si quiere el
apoyo de las 24 jurisdicciones
para consensuar una reforma
a la Ley de Coparticipación.
Por lo pronto, Rodríguez
Larreta ya cumplió una primera promesa de campaña
al conseguir el traspaso de la
ferencia de la competencia de
delitos de la Justicia, y, quizás
el más ambicioso en términos
económicos, la administración
y el control del juego. Esas
serán las próximas “batallas”
que el jefe de Gobierno tendrá
con Macri, en las que la oposición porteña tendrá un rol
clave como árbitro. o
Fotografías: Nicolas Savine (para NU) / Prensa Legislatura
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Política
La pelea en la provincia de Buenos Aires
Intendentes peronistas:
empezar desde cero
No bien asumieron, mostraron su poder. A pesar de la rebelión de sus
legisladores, sofocaron la asonada, ordenaron a su tropa, priorizaron la
gobernabilidad y consiguieron aprobar un presupuesto que les reportará 10
mil millones de pesos para obras en sus distritos. Ahora van por más.
Por Horacio Ríos
info@noticiasurbanas.com.ar
E
l 22 de noviembre último, el día en que Mauricio Macri se impuso en el
balotaje por sobre el candidato del Frente para la Victoria,
Daniel Scioli, con una buena
dosis de “cintura” política los
nuevos intendentes peronistas, que conocían o ya intuían
este resultado, estaban aunando voluntades para encarar la
etapa que estaba llegando, en
la que la nueva ecuación de
poder los convirtió de repente
en oposición, tanto en la Provincia como en la Nación.
La catarsis
El 22 de diciembre, justo un
mes después, como si la fecha
tuviera alguna importancia,
se produjo la primera reunión
formal de los jóvenes (aunque algunos, no tanto) jefes
municipales, que plantearon
ese día en Hurlingham su pertenencia al FpV, sin ahorrar
críticas a la conducción que
los había guiado días antes
hasta la derrota. Allí, el fuego
de la catarsis les impidió caer
en eufemismos. A Scioli le dijeron que no había defendido
la presencia de sus hombres
en las listas distritales (“en-
tregó todo”, acusaron), en las
que los diputados por sección
electoral defienden su gestión
en La Plata de diversas maneras, la más importante de
las cuales incluye la defensa
a ultranza en el presupuesto
provincial de las obras que sus
líderes necesitan desarrollar
en sus municipios para ser alguien en la política.
El otro blanco de sus críticas fue, por las mismas razones que el exgobernador,
la propia jefa del Frente para
la Victoria, Cristina Fernández (“se dedicó a ser jefa de
La Cámpora”, clamaron), que
antes les llenó de extraños las
listas de legisladores.
Lo que ocurre es que los
caciques distritales necesitan,
cada vez que llega una elección, la presencia de su gente en las boletas electorales,
porque si las listas están ocupadas por “paracaidistas” que
no les responden, su poder
territorial se diluye. El dilema
es sencillo: ¿para qué afrontar
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Intendentes en llamas. Gabriel Katopodis, Leonardo Nardini, Juan Zabaleta, Verónica Magario, el obispo Fernando Maletti, Gustavo Menéndez,
Martín Insaurralde, Fernando Gray y Eduardo Bucca.
la enorme dificultad de construir ese poder, que para cualquier jefe nacional o regional
es enormemente necesario
para ganar la Presidencia de
la Nación o una gobernación,
si cuando llega la hora de la
verdad no pueden ubicar ni siquiera a un diputado que oficie
como vocero del municipio en
la Legislatura provincial y le dé
al intendente una vidriera para
mostrar su gestión llevando
obras a su distrito?
Estos y otros dilemas debieron afrontar los 55 intendentes
peronistas el 11 de diciembre,
cuando asumió la Gobernación una dirigente de Cambiemos, un signo político que los
relegó rápidamente a un desacostumbrado rol opositor.
“La organización vence
al tiempo”
Estas sabias palabras, que fueron la herencia del general Juan
Domingo Perón, el creador del
signo político al que pertenecen, movilizaron a algunos de
los jefes comunales justicialistas a encarar colectivamente
la nueva etapa política que se
abrió con la asunción de María
Eugenia Vidal.
La primera vez que viajaron
a La Plata fue para reclamar
ante el ministro de Seguridad,
Cristian Ritondo, que el Operativo Sol, que se desarrolla
en la Costa Atlántica todos
los veranos, no les vaciara sus
municipios de policías durante
la temporada estival. Ritondo
prometió estudiar la cuestión
y la sencilla gestión fue saldada positivamente.
El grupo original, que se
fue acrecentando marcadamente –todo hace pensar que
este proceso seguirá en la misma dirección–, lo integraron
los sub-50 del kirchnerismo,
encabezados por Martín Insaurralde (Lomas de Zamora);
Gustavo Menéndez (Merlo);
Mariano Cascallares (Almirante Brown); Juan Pablo de Jesús
(Partido de la Costa); Ariel Sujarchuk (Escobar); Juan Zabaleta (Hurlingham) y Fernando
Gray (Esteban Echeverría).
Por aquellos días, estos intendentes planteaban su desacuerdo con su par de Ezeiza,
Alejandro Granados, que adelantaba su divorcio del Frente
para la Victoria, y con el ma-
tancero Fernando Espinoza y su
sucesora, Verónica Magario, a
los que veían demasiado cercanos a Daniel Scioli. Es necesario
recordar que Espinoza ocupa
la presidencia del PJ provincial,
pero los intendentes no mostraban aspiraciones a cargos partidarios. “No es la política, es la
gestión”, se diferenciaban.
Pero la postura política de
los jefes comunales también
difería de los que ellos caracterizaron como “kirchneristas
acríticos”, sus colegas que se
mantenían alineados sin fisuras con la expresidenta. “Por
algo se perdieron las elecciones”, argumentaban.
Aflora la política
El grupo se propone intervenir activamente en la construcción peronista para 2017
y 2019, para “articular una renovación del peronismo, sobre
todo en los modos”. El 27 de
diciembre volvieron a reunirse para intercambiar los datos
que les entrega la cambiante
realidad política bonaerense y
para armar una nueva cita.
Después de que sus legisladores se negaran a votarle el
Presupuesto a la flamante gobernadora, los jefes comunales
decidieron que había llegado
el momento de intervenir. El
4 de enero se vieron nuevamente las caras en Almirante
Brown, donde se reunieron 45
de los 55 intendentes peronistas bonaerenses y le reclamaron al bloque de legisladores
provinciales que votaran una
propuesta, una propia si fuera
necesario, pero que votaran
un proyecto. “No se puede
gobernar sin presupuesto”,
alegaron. Incluso, el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, señaló: “No quiero hacerles a los demás lo que no me
gusta que me hagan a mí”.
El 5 y el 7 de enero, los intendentes se reunieron en la
Legislatura bonaerense para
“apurar” a sus legisladores a
que afinaran su propuesta, ya
que la gobernadora no reunía
los dos tercios de los votos para
aprobar un endeudamiento que
los peronistas consideraban
“excesivo”. En un comunicado,
los jefes comunales planteaban
que “el proyecto de presupuesto y endeudamiento trajo
consigo desprolijidades, como
la falta de envío del detalle del
analítico y la ausencia de precisiones respecto de la dirección
de los fondos”.
Al día siguiente, el 8 de
enero, el Poder Ejecutivo bonaerense envió –tal como lo
solicitaban los intendentes– a
los presidentes de los bloques
legislativos un informe con los
detalles que antes habían sido
obviados acerca del destino que
les darían a los 90 mil millones
de pesos de endeudamiento.
Finalmente, el 14 de enero, la Cámara de Diputados
bonaerense aprobó un Presupuesto calculado en 354 mil
millones de pesos, con una
autorización al Gobierno para
endeudarse hasta en 60 mil
millones, una cifra más baja
que la prevista, porque aspiraba a llegar a algo más de 90
mil millones. Inmediatamente, la Cámara de Senadores
aprobó también la ley. Esta
gestión se le hubiera dificultado seriamente a Vidal de no
haber contado con el apoyo
del FpV en Diputados, porque
allí necesitaba dos tercios de
los votos para el endeudamiento, los cuales no posee.
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Peronismo y cristianismo. En las puertas de la iglesia franciscana de San Francisco de Padua, el anfitrión, Gustavo Menéndez (centro), explica los
alcances de la propuesta, junto a Verónica Magario y Martín Insaurralde.
Distinto es el caso del Senado
provincial, en los que cuenta
con las mayorías necesarias.
Los intendentes, en el
camino de Francisco
Una vez superado este frenético maratón de reuniones,
el grupo fundador de la Liga
de Intendentes, ya ampliado
esta vez, volvió a encontrarse en la iglesia franciscana de
San Francisco de Padua –esta
vez el anfitrión fue Gustavo
Menéndez– para emitir un documento que recoge el pedido
que el papa Francisco hizo a
los alcaldes de todo el mundo
en su encíclica “Laudato Si”.
El Santo Padre propuso un
compromiso de diez puntos,
que incluye 1) Combate contra
el narcotráfico; 2) Prevención
de la drogadependencia; 3) Lucha contra el hambre; 4) Combate contra la violencia de género; 5) Defensa de la familia
y rechazo al aborto; 6) Impulso de las energías renovables;
7) Combate de la pobreza; 8)
Acceso universal a la salud, la
educación y el agua potable; 9)
Erradicación del abuso infantil y la trata de personas; 10)
Creación de observatorios para
“tareas de cambios de paradigmas, de conductas individuales
y colectivas”. Con estas bases,
los intendentes redactaron un
documento que firmaron Verónica Magario (La Matanza);
Martín Insaurralde (Lomas de
Zamora); Gustavo Menéndez
(Merlo); Gabriel Katopodis
(San Martín); Juan Zabaleta
(Hurlingham); Fernando Gray
(Esteban Echeverría); Leonardo
Nardini (Malvinas Argentinas);
Ariel Sujarchuk (Escobar) y
Eduardo Bucca (Bolívar).
También fueron firmantes
del documento –y forman
parte del colectivo– Mariano
Cascallares, que no pudo ir a
causa de que se produjo un
caso de dengue en su municipio, Alberto Descalzo y Juan
Pablo de Jesús.
De todos modos, el sábado
próximo, 23 de enero, este va
a ser el anfitrión de una cumbre del peronismo provincial,
que se va a reunir para saldar
las heridas que dejó la derrota
del 22 de noviembre y las que
quedaron tras la aprobación
del Presupuesto, en la que de
un grupo de 35 diputados, 20
votaron la totalidad de la ley y
15 se negaron a votar solo el
artículo 32, el que permitía el
endeudamiento.
Documento y programa
El texto emitido por los presentes –firmado en presencia
del obispo de Merlo-Moreno,
Fernando Maletti– contiene
dos páginas, en las que se
mixturan frases y pensamientos del papa Francisco y de
Juan Domingo Perón. En algún
párrafo se pide posponer “las
miradas cortoplacistas y coyunturales” y se afirma: “Los
justicialistas siempre fuimos
aliados del tiempo y no de la
sangre, ni tampoco de los
apresuramientos que llevan a
la desmesura y el fracaso”.
A tono con la etapa que
se abrió el 10 de diciembre,
las definiciones políticas que
emitieron los intendentes tienen destinatarios muy claros.
En primer lugar, las “víctimas
“ del documento fueron Juan
Manuel Urtubey y Diego Bossio, que anunciaron –si no
con palabras, al menos con su
gesto político– que intentarán
atraer nuevamente a Sergio
Massa al peronismo.
No hay sectarismo por parte de estos intendentes, simplemente que no consideran
que a priori el tigrense tenga intenciones de sumarse,
sino de liderar. Y cualquiera
de ellos posee tanta “chapa”
como él, advierten. Los otros
destinatarios son, claramente, el kirchnerismo duro y los
“camporistas”, a los que les
van a “marcar la cancha” sin
cortapisa.
No por nada el anfitrión,
Gustavo Menéndez, advirtió
que, todos juntos, los presentes gobiernan a nueve millones de personas, es decir a un
tercio de los bonaerenses.
El otro mensaje claro fue
que a apenas cinco días de
haberse reunido para definir
la votación del presupuesto
provincial, que sin sus oficios
jamás hubiera sido aprobado,
siguen estando unidos y sumando a más jefes distritales.
Como evidencia, basta destacar la presencia de Verónica
Magario, que nunca había estado presente en las reuniones
del grupo y que, en la conferencia de prensa posterior a la
reunión, reafirmando su ingreso a la Liga, se encargó de señalar: “El pasado jueves dimos
una demostración de lo que es
trabajar en conjunto cuando
fuimos a acompañar a la Legislatura la aprobación del Presupuesto provincial. Este es el
camino que hemos elegido los
intendentes peronistas y que
vamos a seguir construyendo”.
Como colofón, Daniel Scioli
estaría en condiciones de asomar como uno de los referentes de este espacio, que es una
construcción que no empezó
por arriba, como ocurre habitualmente. En 2017 quedará
definido el futuro inmediato
del peronismo. Allí, en las legislativas de medio término,
se jugará una brava carta de
permanencia o final.
En esas circunstancias, el
Fotografías: Archivo NU
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Daniel Scioli y Martín Insaurralde. La jugada inevitable.
excandidato presidencial del
FpV podría liderar la lista de
candidatos a senadores nacionales, pero más que eso,
intentaría –si le dan los números– convertirse nuevamente
en el líder que encabece la
reconstrucción del peronismo
a nivel nacional.
Un dato de la realidad que
nunca está de más leer es que
el exgobernador visitó Lomas
de Zamora el martes último y
se mostró, por supuesto, con
Insaurralde. La excusa: visitar una colonia de vacaciones
gratuita que abrió el municipio en Villa Albertina.
Allí, el intendente lomense
reconoció: “Daniel Scioli conoce de punta a punta la Provincia, por eso los dirigentes
necesitamos de su experiencia”, mientras que este devolvió la gentileza, declarando: “Con Martín Insaurralde
compartimos una visión de
futuro, con el gran desafío de
integrar a todos, respaldando
lo que se haga bien y oponiéndonos a aquellas cosas en las
que no estamos de acuerdo,
para cuidar fundamentalmen-
te a la clase trabajadora”.
El desafío para el peronismo será el de resucitar una
vez más. El problema es que
la pelea por los liderazgos
será feroz, como lo es siempre
al interior del peronismo. Por
ahora están lanzados la expresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, y
el salteño Juan Manuel Ur-
tubey. En ese panorama, los
intendentes tienen un primer
objetivo más modesto: intentarán, paso a paso, construir
poder territorial para definir
en el futuro sus propias listas
de legisladores provinciales e
influenciar en lo que puedan
sobre la conformación de las
listas de diputados nacionales del distrito. o
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Análisis político
Fotografías: Archivo NU
Peña y Prat-Gay: grasa en la
comunicación de Balcarce 50
Por Eduardo Paladini
info@noticiasurbanas.com.ar
¿G
rasa como definición de clase o
como ingrediente
de tejido adiposo? La desdichada frase del ministro
de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, respecto de
sus planes para mejorar el
funcionamiento del Estado
trajo a la luz de los medios
una interna que hasta ahora el Gobierno mantenía con
fórceps puertas adentro.
“No vamos a dejar la grasa
militante, vamos a contratar a
gente idónea y a eliminar ñoquis”, dijo el exasesor de Amalita Fortabat, en una extensa
conferencia de prensa.
Durante la campaña presidencial, el sciolismo había revoleado un video del mismo
Prat-Gay advirtiendo a una
selecta platea sobre el riesgo
de que venga algún caudillo
del interior, de alguna provincia chiquita, a intentar gobernar el país. ¿Hacía un parangón con la historia de los
Kirchner? Aunque mencionó
un distrito del norte del país,
aquella pirueta discursiva fue
tan inoportuna como esta última. Aun cuando desarrolló
su carrera como economista,
los años en la política deberían
alertar a Prat-Gay de que hay
cosas que no se dicen en público. Incluso si fueran ciertas.
La polémica por la grasa,
que el kirchnerismo opositor
previsiblemente tomó como
un acto de discriminación y
blandió exultante para pegarle al ministro, también
desató la furia interna de
quien hoy parece, si no uno
de sus enemigos, al menos
un contrapeso dentro de la
Casa Rosada: el jefe de Gabinete, Marcos Peña.
El joven funcionario, el preferido de Macri, apoya gran
parte de su éxito pasado y
presente en el manejo de la
comunicación. Una de sus últimas aventuras fue impulsar
la foto de un perrito arriba del
sillón presidencial. Más allá de
lo que se piense sobre la imagen del can en un lugar tan
emblemático, mal no le fue a
Peña hasta ahora. Pero el juego grande lo expone a mayores riesgos.
El enojo del coordinador
de ministros con uno de sus
subordinados, al menos en
los papeles, como Prat-Gay,
venía de arrastre por otros
raides mediáticos del exfuncionario K. La tensión era previsible: si bien Macri dividió el
área económica y hasta puso
dos subcoordinadores debajo de Peña y por encima del
resto (Quintana y Lopetegui),
Prat-Gay se mueve con autonomía. Cree tener los méritos
para hacerlo. No solo por sus
antecedentes, sino por haber
instrumentado la medida que
más éxito tuvo hasta ahora de
la gestión macrista: el levantamiento del cepo.
Los recelos de Peña con
Prat-Gay son porque considera que su alta (en calidad
y cantidad) exposición en los
medios trastoca una estrategia de comunicación planeada y obsesiva.
Todas las mañanas, el jefe
de Gabinete repasa con sus
colaboradores cercanos si la
consigna con la que desembocaron en el Gobierno se está
cumpliendo. Esto es, al menos
en las primeras semanas, encadenar anuncios desde la Casa
Rosada, uno detrás de otro.
Paradójicamente, pese a
esta atención que presta a la
agenda en la prensa, el jefe
de Gabinete mandó a sacar
nueve de los diez televisores
que tenía en la amplia oficina
su particular antecesor, Aníbal
Fernández.
La tensión por la comunicación que se trasluce desde el
reducto de Peña no se agota
en el ministro de Hacienda.
Una de las acompañantes del
Presidente en Davos también
recibió reprimenda: la canciller
Susana Malcorra. A la exfuncionaria de la ONU le habrían
“facturado” por la marcha
atrás que debió dar Macri respecto de Venezuela. El poder
suele ser injusto: el Presidente
venía amenazando con pedir
la “cláusula democrática” con
el país de Maduro ya en cam-
paña y cuando el nombre de
Malcorra ni siquiera se mencionaba. La advertencia electoral quedó en eso.
Cuando Macri viajó a la
reunión del bloque, si bien
mantuvo su discurso contra el
régimen chavista y se mostró
cercano a la oposición de ese
país, no hubo ningún pedido
de sanción formal. En el reparto de culpas por la marcha
atrás y por la expectativa que
había generado la dura postura de Macri, algunos apuntaron a Malcorra.
Otro tema que genera inquietud y ya abrió un cortocircuito dentro del Gabinete es
otro punto internacional, pero
en este caso el “retado” no
fue Malcorra sino el ministro
de Justicia, Germán Garavano. En la mirada de Peña y su
entorno, el Gobierno se perdió
de capitalizar una noticia de
impacto mundial por la verborragia de Garavano. Fue el
ministro quien en charla informal con varios medios anticipó
que Macri dejaría caer el pacto
con Irán. Ese apresuramiento,
consideran en el equipo de
comunicación más selecto del
macrismo, los privó de sumar
días de apoyos y buena imagen en el mundo al que buscan reinsertarse.
Pero además de este cuestionamiento de tiempos, a
Garavano también le adjudican falta de efectividad en algunas tareas que requeriría su
cargo. Esto es, llevarse puesta
a la procuradora ultra-K Ale-
jandra Gils Carbó y apurar la
jubilación de algunos jueces
muy cercanos al modelo nacional y popular, como Oyarbide y Canicoba Corral, entre
otros. Si bien el primero ya
anticipó que arrancará sus
trámites previsionales, acaso
como un paraguas para evitar que avancen con juicios
políticos en su contra, ahora
que el macrismo y sus aliados manejan el Consejo de la
Magistratura, el fan de Spartacus sigue en su poltrona. El
líder del Pro tiene memoria, y
Oyarbide fue uno de los que
lo tuvo atado por la causa de
las escuchas ilegales en la Ciudad durante años.
Garavano deberá tomar
nota: uno de sus antecesores
en el macrismo, Guillermo
Montenegro, terminó exiliado
como embajador en Uruguay,
luego de que también le marcaran su falta de efectividad
en ciertos menesteres. Básicamente, evitar que avanzara
la causa por las escuchas. Se
suponía que la pertenencia de
Montenegro al selecto grupo
de jueces federales ayudaría
para esos mandados, pero
pasó algo particular: en Tribunales zafó antes Montenegro
que Macri.
El detalle terminó en el
castigo montevideano. Parece demasiado pronto para
un revival nacional. Pero los
buenos modos de Peña, dicen
quienes mejor lo conocen,
contrastan con su dureza en
la gestión interna. o
Noticias Urbanas . Jueves 21 de enero de 2016 . pág. 14
Análisis político
Vidal ganó el primer round
de una larga pelea
Por Daniel Galvalizi
L
a gobernadora logró tener presupuesto. Más le
vale, ya que su antecesor
le dejó en las cajas bonaerenses solamente 100 millones de
pesos, cifra irrisoria que ella
misma comentó durante varias entrevistas y que ni Daniel
Scioli ni ningún otro kirchnerista se animó a desmentir.
Con los votos del massismo
y del Frente para la Victoria, se
aprobó un recatado endeudamiento de 60 mil millones, que
ayudarán a fondear los 354 mil
millones presupuestados (junto con el aumento de 26 por
ciento de los impuestos), cuya
abrumadora mayoría se destina para pagar salarios y otras
deudas con proveedores y con
el IOMA.
La deuda a saldar con el
Bapro, que requiere 33 mil millones de pesos, se pateó para
más adelante, como prenda de
cambio con el kirchnerismo.
Algo que resultará un búmeran: no eran pocos los massistas que se manifestaban
felices de que cuando se llevara a recinto el debate por el
banco provincial, se harían un
festín explicando los desaguisados de la gestión anterior, en
la cara de sus compañeros de
bancada del FpV.
Del endeudamiento, 10 mil
millones irán directo para los
municipios, que tendrán libre
disponibilidad en su uso (la
esperanza es que sean usados
para obras). Esta tajada fue la
que sedujo a los intendentes
kirchneristas para presionar
como pocas veces se ha visto
a sus legisladores en la Cámara de Diputados. Si volvían a
defaultear la sesión convocada
por la gobernadora, la grieta
abierta entre el cristinismo y el
peronismo tradicional amenazaba con convertirse en fractura.
La resolución del bloque
kirchnerista merece un párrafo
aparte. José Ottavis, su presidente, se corrió de la escena
para facilitar el éxito de la negociación, y se hicieron evidentes
algunas fisuras entre el poder
territorial y los legisladores que
le deben su banca a la lapicera
de la expresidenta. En el Senado, el bloque ya se rompió y, si
bien los negadores de siempre
como el Chino Navarro salieron de la votación ponderando que todos votaron unidos,
nadie apuesta mucho por una
paz duradera. Para la división
cuentan con todo Cambiemos,
que en la órbita nacional y las
24 provincias intenta aislar al
cristinismo del PJ. De hecho,
ya no sorprende ver a algunos
prominentes jefes comunales del FpV sacarse fotos con
miembros de Cambiemos (el
último fue Gabriel Katopodis,
que, junto a Diego Valenzuela,
se reunió con el ministro Guillermo Dietrich para analizar la
extensión del metrobús). Fotos
impensadas hace dos meses.
Más allá de contar ahora
con un presupuesto (que debió ser recortado para alcanzar
consenso), la situación financiera y política de la Provincia
es preocupante. Apenas asumidos, el Presidente le envió
partidas a Vidal por la contundente cifra de 4.100 millones
de pesos para poder pagar los
sueldos. Y la ayuda persiste, tal
vez con menos publicidad.
Una alta fuente de Cambiemos le relató a Noticias Urbanas el cuadro de situación.
Ante todo, la preocupación de
Mauricio Macri por el rumbo
de la gobernación es alta. No
por la labor de Vidal, sino por
los desafíos complejos que la
aguardan y la dimensión de
la pauperización estatal en
ese distrito (el episodio de las
fugas de los condenados por
el triple crimen y la presunta
la correlación de fuerzas de la
actualidad, es un eufemismo.
Vidal ganó la primera batalla de una larga contienda. Su
discurso contra el narcotráfico
y la purga en la Bonaerense es
la antesala del choque frontal
con poderes fácticos que prometen no quedarse en paz si se
complicidad policial fueron una
cruda muestra de ello).
La misma fuente adelantó
que el ministro de Hacienda,
Alfonso Prat-Gay, se reunió con
la gobernadora y con el ministro Hernán Lacunza para pedirles un orden en las cuentas porque la subvención de la Nación
para la Provincia no puede ser
un agujero sin fondo.
Pero no todo es financiero.
También se está intentando
realizar una suerte de operativo
contención para con la gobernadora, para que no se empan-
tane. Su gabinete no deslumbra
(pocos fueron los cuadros que,
a la hora de la verdad, aceptaron irse a La Plata en vez de
quedarse en la Ciudad o pasar
a la Nación) y algunos símbolos
preocupan: varias subsecretarías y organismos estatales aún
no están cubiertos (por ejemplo, la estratégica ARBA acaba
de recibir a su nuevo director,
Gastón Fossati), y en algunos
altos cargos sí ocupados surgen
ciertas muestras de amateurismo.
Macri pidió que se muestre
solidaridad política y empatía
con la gobernadora. Tal vez en
ese sentido se deben interpretar
las recientes reuniones de Vidal
con el jefe de Gabinete, Marcos
Peña, y con la vicepresidenta
Gabriela Michetti. Curiosamente, fueron difundidas con foto
pero sin texto. También Lacunza fue recibido por el ministro
del Interior y Obras Públicas,
Rogelio Frigerio, aunque al comunicarse esta reunión se dijo
que era “de cara a la discusión
del régimen de coparticipación
federal”. Algo que, a la vista de
sienten aguijoneados. El kirchnerismo no parece dispuesto a
bajar los brazos y el massismo
no dudará en pasar la factura
por tanta prestación de ayuda.
Hasta 2017, cuando la gobernadora pueda mejorar su situación en la Legislatura, quedan
largos, largos meses. o
Fotografías: Prensa Presidencia / Archivo NU
Noticias Urbanas . Jueves 21 de enero de 2016 . pág. 15
Noticias Urbanas . Jueves 21 de enero de 2016 . pág. 16
Contratapa
Maximiliano Ferraro, diputado porteño por la Coalición Cívica
“Traspasamos la policía, ahora hay que
discutir sobre la Justicia, el juego y el puerto”
Por Laura Di Marco
info@noticiasurbanas.com.ar
El legislador califica
de “histórica” la
transferencia de
parte de la Federal a
la Ciudad y asegura
que no fue un
triunfo político del
macrismo, sino de
todos los partidos.
porque tiene que ver con un
reclamo histórico, que viene
desde 1996. Por eso nosotros
acompañamos el convenio firmado entre el Presidente de la
Nación y el jefe de Gobierno,
en la medida en que la Ciudad
pueda contar con un derecho
fundamental como es el de la
seguridad. La Ciudad venía relegada en ese tema.
–La transferencia no es inmediata. ¿Qué va a pasar durante este año?
–Ahora hay un período de
transición que llevará a la consolidación. En ese momento
tendremos que tener una úni-
En primer plano
• Un restaurante. El Banderín.
• Una comida. Bife de cuadril con tortilla de papa.
• Un lugar porteño. Almagro.
• Una figura histórica. Juan José Castelli.
• Una película. La comunidad, de Álex de la Iglesia, o
Amélie, de Jean-Pierre Jeunet.
• Un libro. La revolución es un sueño eterno, de Andrés
Rivera.
dice el diputado, y adelanta las
demás competencias que la
Nación debería traspasarle a
la Capital Federal para hablar
efectivamente de una ciudad
autónoma: “Hay que terminar
de traspasar la Justicia, el control del juego y el puerto”.
–¿Qué significa para la Ciudad
haber traspasado la policía?
–Es una decisión importante
ca fuerza y una sola jefatura
de policía. Hoy vamos a tener
un doble comando, que desde
el punto de vista operativo no
es recomendable, pero se entiende dentro de este proceso
actual de transición.
–¿Es suficiente un año?
–Es suficiente si se hacen las
cosas bien. Puede ser prorrogado por seis meses más por
alguna de las partes. Ahora
hay que ponerse a trabajar.
–¿Habrá un control por parte
de la oposición en el traspaso?
–Habrá un rol de control, tanto
de la Legislatura como de la Jefatura de Gobierno. Tendrá que
haber una coordinación para
poder trabajar en lo que se llama el mapa del delito, las estadísticas criminales y la manera
en que las fuerzas actúan en las
comunas. La nueva fuerza tiene que estar atada a esas metas y objetivos. También habrá
que evitar que la fuerza llegue
al autogobierno, al que muchas
veces llegan las fuerzas de seguridad por los recursos que
manejan Es importante que
podamos controlar eso.
–¿El rol de la oposición podrá contemplar el cuestionamiento particular a un jefe
de la fuerza?
–Puede pasar por una opinión
vinculada sobre el futuro jefe,
el legajo sobre el personal, el
presupuesto o cómo se resuelven cada uno de los casos en
los que actúa la policía.
–La Metropolitana fue muy criticada en algunos operativos
de desalojos que terminaron
con represión, como fue el del
hospital Borda. ¿Discutieron
sobre los operativos que tendrá
que encarar la nueva fuerza?
–Ya sea la Metropolitana o la
Federal, tenemos que garantizar que las fuerzas actúen de
acuerdo al derecho, respetando
los derechos humanos y bajo el
Fotografía: Nicolas Savine (para NU)
A
probado el traspaso de
la Policía Federal desde la Nación, la Ciudad
enfrenta ahora el desafío de
coordinar la transición hacia la
Metropolitana, plan que está
pautado para que dure un año.
“En este período tiene que haber un rol importante de la
Legislatura y del jefe de Gobierno”, asegura Maximiliano
Ferraro, diputado de la Coalición Cívica que dio su apoyo al
convenio firmado entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez
Larreta días atrás.
“Un año es un plazo suficiente, hay que ponerse a
trabajar”, apunta el legislador
en esta entrevista con Noticias Urbanas. Según la letra
chica del convenio, el período
de transición puede prorrogarse seis meses más, teniendo
en cuenta que se tienen que
traspasar funciones, equipos, inmuebles y unos 20 mil
agentes. Por ahora, las dos
fuerzas convivirán, hasta que
sólo quede la Metropolitana.
“El doble comando no es recomendable”, dice el legislador,
aunque entiende que se da en
un contexto de transición.
Ferraro destaca como “histórica” la aprobación de la
transferencia de la fuerza de
seguridad, pero señala que
no es un “triunfo político” del
macrismo, a la vez que cuestiona al kirchnerismo por abstenerse durante la votación.
“Ganamos todos los que queremos y amamos esta ciudad”,
criterio de seguridad ciudadana.
Tiene que agotarse una instancia de prevención primero. Por
supuesto que en su momento
opinamos sobre lo del Borda…
ahora hay que aprovechar estas oportunidades para mejorar
el accionar de la policía.
–Macri aumentó la coparticipación que va a recibir la Ciudad. ¿Eso servirá para costear
la nueva policía?
–Es clara la ecuación y no hay
nada extraño: se pasó del 1,9
al 3,75 por ciento. Esa diferencia es lo que usaría para la
parte de la Policía Federal que
se traspasa. Nosotros ya teníamos conocimiento de ese aumento de la coparticipación al
momento de votar.
–¿Cuánto dinero es?
–Alrededor de 11 mil millones
de pesos anuales.
–¿Qué opina de la abstención del kirchnerismo en la
Legislatura?
–Perdió su oportunidad histórica de acompañar un reclamo
que no es único del Pro, sino de
todas las fuerzas políticas porteñas. Fue una sesión histórica.
Hace 20 años que estábamos
accionando contra la Ley Cafiero, que limitó la plena autonomía porteña, y contra la falta
de decisión política de la Nación. Gobierne quien gobierne,
esto tiene que estar por fuera
de los dirigentes y gobernantes. Es poder garantizarle a la
gente un derecho fundamental
como es la seguridad.
–Ahora gobiernan Macri en
la Nación y Larreta en la
Ciudad, ¿no fue un triunfo
político de Pro?
–Es un triunfo político de todos los que queremos y amamos esta ciudad. Yo recuerdo
amparos de Fernando Sánchez
o de Enrique Olivera contra la
Ley Cafiero. Hoy le toca gobernar la Nación a Macri, con
una coalición de la cual nosotros somos parte a través de
Cambiemos, y al Pro en la Ciudad, pero siempre defendimos
la autonomía y queríamos el
traspaso de la Federal.
–¿Qué
cuestiones
faltan
transferir para que la Ciudad
tenga autonomía plena?
–Se tienen que terminar de transferir las cuestiones judiciales, la
Inspección General de Justicia,
el juego y el puerto, aunque
este es el tema más complejo.
–¿Han hablado con el macrismo al respecto? ¿Se discutirán
esos temas este año?
–El tema del juego es un planteo nuestro con respecto al
manejo que tiene Cristóbal López en el tragamonedas de Palermo y en el Casino de Puerto
Madero. Queremos que haya
una fiscalización y control por
parte de la Ciudad. Por lo que
hemos hablado de manera informal, hay una decisión política para que en el mediano
plazo el tema juego, Inspección General de Justicia y las
cuestiones sobre competencia
de la Justicia se transfieran. o