Trastornos de alimentación

Anuncio
BIENESTAR ESTUDIANTIL
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
PASANTES NUTRICIÓN Y DIETÉTICA
TRASTORNOS DE LA ALIMENTACIÓN
Signos de alarma para el reconocimiento de los trastornos de la alimentación
Estimado padre de familia, el presente documento tiene por objetivo proporcionarle
información acerca de los trastornos de la alimentación cuya prevalencia ha presentado
un aumento importante en la población joven. Para ello se desarrollará una
conceptualización del problema, se presentará la clasificación de los trastornos, los
factores de riesgo para su desarrollo y la identificación de ciertos comportamientos que
pueden alertar sobre su existencia en sus hijos. Lo invitamos a leer con actitud reflexiva, a
informar al colegio si usted sospecha que su hijo padece un trastorno de la alimentación y
a consultar prontamente profesionales médicos, nutricionistas y psicólogos que puedan
ayudar a su hijo.
¿Qué son los trastornos de la conducta alimentaria TCA?
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son enfermedades mentales serias que
pueden poner en riesgo la vida en forma muy significativa, independientemente del peso
del individuo. La principal característica de los TCA es una “alteración grave de la
conducta alimentaria”, acompañada de “alteraciones en la percepción de la forma y el
peso corporales”.
Clasificación de los trastornos de la conducta alimentaria
Anorexia nerviosa (AN)
Caracterizada fundamentalmente por el rechazo a mantener el peso corporal dentro de
los valores mínimos normales y la distorsión de la imagen corporal. Se manifiesta por un
miedo intenso a ganar peso que no desaparece aunque el individuo lo pierda (de hecho,
dicho miedo aumenta con el tiempo aunque el peso vaya disminuyendo); y por una
alteración significativa de la percepción de la forma o tamaño del cuerpo de manera que el
individuo puede sentirse más gordo de lo que es o sentirse delgado pero rechazar
excesivamente la apariencia de alguna parte de su cuerpo como abdomen, muslos o
nalgas.
Además, en el caso de las mujeres afectadas por este trastorno, aunque hayan pasado la
menarquía, sufren amenorrea (ausencia de menstruación). La persona con anorexia
mantiene un peso corporal por debajo del nivel normal mínimo para su edad y su talla
(Menor al 85% del peso ideal). Si la anorexia nerviosa se inicia en la niñez o en las
primeras etapas de la adolescencia, en lugar de pérdida puede haber falta de aumento de
peso. Pueden emplear una amplia variedad de técnicas para estimar el tamaño y el peso
de su cuerpo, como son el pesarse constantemente en una báscula, la medida de las
diferentes partes del cuerpo de manera obsesiva o el mirarse repetidamente al espejo
para observar las zonas consideradas «obesas». El nivel de autoestima de las personas
que sufren este trastorno depende en gran medida de la forma y el peso del cuerpo.
Consideran un logro perder peso y un signo de extraordinaria autodisciplina; en cambio,
ven el aumento de peso como un fracaso inaceptable de su autocontrol. Algunas
personas son conscientes de su delgadez, pero niegan que ésta pueda tener
implicaciones clínicas graves.
Generalmente, la pérdida de peso se consigue mediante una disminución de la ingesta
total de alimentos. A pesar de que los individuos empiezan por excluir de su dieta todos
los alimentos con alto contenido calórico, la mayoría de ellos acaban con una dieta muy
restringida, limitada a unos pocos alimentos. Existen otras formas de perder peso como la
utilización de purgas (vómitos provocados y uso inadecuado de laxantes y diuréticos) o el
ejercicio excesivo.
La anorexia nerviosa parece ser mucho más prevalente en las sociedades industriales, en
las que abunda la comida y en las que estar delgado se relaciona estrechamente con la
belleza. Rara vez inicia antes de la pubertad; sin embargo, algunos datos sugieren que la
gravedad de los trastornos mentales asociados puede ser mayor en los casos
prepuberales. En cambio, otros datos indican que cuando la enfermedad se inicia en la
primera adolescencia (entre 13 y 18 años) el pronóstico es mucho más favorable. Más del
90% de los casos de anorexia nerviosa se observa en mujeres. La edad promedio de
inicio de la anorexia nerviosa es 17 años.
El comienzo de la enfermedad se asocia muy a menudo a un acontecimiento estresante
como, por ejemplo, el abandono del hogar. El curso y el desenlace del trastorno son muy
variables: algunas personas se recuperan totalmente después de un único episodio, otras
presentan un patrón fluctuante de ganancia de peso seguido de recaída y otras sufren un
deterioro crónico a lo largo de los años.
Subtipos de anorexia nerviosa
Pueden usarse los siguientes subtipos para especificar la presencia o la ausencia de
atracones o purgas durante los episodios de anorexia nerviosa:


Tipo restrictivo: Describe cuadros clínicos en los que la pérdida de peso se
consigue haciendo dieta, ayunando o realizando ejercicio intenso. Durante los
episodios de anorexia nerviosa, estos individuos no recurren a atracones ni a
purgas.
Tipo compulsivo/purgativo. Este subtipo se utiliza cuando el individuo recurre
regularmente a atracones o purgas (o ambos), provocándose el vómito o utilizando
diuréticos, laxantes o enemas de una manera excesiva. Existen algunos casos
incluidos en este subtipo que no presentan atracones, pero que suelen recurrir a
purgas, incluso después de ingerir pequeñas cantidades de comida. Parece ser
que la mayoría de las personas pertenecientes a este subtipo recurren a
conductas de esta clase al menos semanalmente, pero no hay suficiente
información para poder determinar una frecuencia mínima.
Bulimia nerviosa (BN)
Caracterizada por episodios recurrentes de voracidad (consumo en un período corto de
tiempo de una cantidad de comida muy superior a la que la mayoría de los individuos
comerían (atracones); a pesar de que el tipo de comida que se consume en los atracones
puede ser variada, generalmente se trata de dulces y alimentos de alto contenido calórico
como helados o pasteles, los individuos mantienen una sensación de pérdida de control
sobre la ingesta del alimento (ejemplo: sensación de no poder parar de comer o no poder
controlar el tipo o la cantidad de comida que se está ingiriendo), seguidos de conductas
compensatorias inapropiadas para evitar la ganancia de peso como el vómito provocado,
el abuso de fármacos laxantes y diuréticos u otros medicamentos, el ayuno durante uno
más días y el ejercicio excesivo que se realiza en horarios poco habituales, lugares poco
apropiados o que continua realizándose aun después de lesiones o enfermedades. Para
identificar este trastorno estas conductas deben producirse al menos un promedio de dos
veces a la semana durante un período de 3 meses
Es un trastorno similar a la anorexia por cuanto quien la padece tiene miedo a ganar peso,
deseo de adelgazar y un alto nivel de insatisfacción respecto a su cuerpo de manera que
su autoevaluación se encuentra muy influida por la silueta y el peso corporal. Los
individuos con este trastorno se sienten generalmente muy avergonzados de su conducta
e intentan ocultar los síntomas; la cual a su vez puede desencadenarse por estados de
ánimo disfóricos (emociones desagradables o molestas), situaciones interpersonales
estresantes, el hambre intensa secundaria a una dieta severa o los sentimientos
relacionados con el peso, la silueta y los alimentos.
La bulimia nerviosa se inicia generalmente al final de la adolescencia o al principio de la
vida adulta y al menos un 90 % de las personas que padecen este trastorno son mujeres
y los atracones suelen empezar después o durante un período de régimen dietético. En
cuanto al curso, este puede ser crónico o intermitente desconociéndose su evolución en el
largo plazo. La alteración de la conducta alimentaria persiste al menos durante varios
años.
Subtipos de bulimia nerviosa
Se pueden emplear los siguientes subtipos para determinar la presencia o ausencia del
uso regular de métodos de purga con el fin de compensar la ingestión de alimento durante
los atracones:


Tipo purgativo: describe cuadros clínicos en los que el enfermo se ha provocado
el vómito y ha hecho un mal uso de laxantes, diuréticos y enemas durante el
episodio. Este método de purga lo emplean el 80-90 % de los sujetos que padecen
el trastorno.
Tipo no purgativo: describe cuadros clínicos en los que el enfermo ha empleado
otras técnicas compensatorias inapropiadas, como ayunar o practicar ejercicio
intenso.
Ortorexia
En este trastorno existe una preocupación u obsesión patológica por la comida sana por
la cual el individuo busca consumir exclusivamente alimentos procedentes de la
agricultura ecológica, es decir, que estén libres de componentes transgénicos, sustancias
artificiales, pesticidas o herbicidas, además de aquellas sustancias que hayan sufrido
alguna clase de “condena” respecto a sus propiedades para alterar la salud. Esta práctica
puede conducir que se supriman la carne, la grasa y algunos grupos de alimentos que, en
ocasiones, no se reemplazan correctamente por otros que puedan aportarle los nutrientes
necesarios. De esta manera, muchos individuos pueden presentar una dedicación
excesiva a las dietas estrictas, que pueden impedir que el cuerpo se beneficie de una
nutrición básica.
Ahora bien, la diferencia de la ortorexia con respecto a otros TCA como la Anorexia y
Bulimia Nerviosas, en las cuales el problema gira en torno a la cantidad de comida, es
que esta gira en torno a la calidad, la persona que sufre ortorexia no está preocupada por
el sobrepeso ni tiene una percepción errónea de su aspecto físico, su preocupación se
centra en mantener una dieta equilibrada y sana llevada al límite.
Las personas que padecen este trastorno tienen ciertos comportamientos o
características de riesgo dentro de los que se cuenta el ser muy estrictas, controladas y
exigentes consigo mismas y con los demás o tener comportamientos obsesivo –
compulsivos. Las mujeres, la adolescencia y quienes se dedican a deportes, son más
vulnerables ya que en general son muy sensibles frente al valor nutritivo de los alimentos
y su repercusión sobre la figura o imagen corporal; de igual modo, se ha observado
también, que muchos pacientes que han sufrido anorexia nerviosa, al recuperarse optan
por introducir en su dieta sólo alimentos de origen natural, cultivados ecológicamente, sin
grasa o sin sustancias artificiales que puedan causarles algún daño. Suele afectar a las
clases sociales más altas, ya que éste tipo de comida es mucho más cara que la
tradicional y, en algunos casos, más difícil de conseguir.
Algunas características que permiten identificar si el trastorno está presente incluyen:
dedicar más de 3 horas al día a pensar en su dieta sana, preocuparse más por la calidad
de los alimentos que por el placer de consumirlos; disminución de su calidad de vida
conforme aumenta lo que ellos llaman “calidad” de su alimentación, sentimientos de
culpabilidad cuando no se cumple con sus convicciones dietéticas, planificación excesiva
de lo que comerá al día siguiente, y aislamiento social.
Dentro de las consecuencias que pueden originarse se cuentan las mismas que resultan
de una inadecuada alimentación: desnutrición, anemia, hipervitaminosis, hipovitaminosis,
deficiencia de oligoelementos, hipotensión, osteoporosis, etc. Además puede causar
malestares psicológicos tales como depresión, ansiedad e hipocondriasis.
Vigorexia
Los individuos con este trastorno tienen un deseo intenso de ganar masa magra (tipo
musculo), no grasa, y una alteración de la imagen corporal por la cual se ven pequeños y
débiles aun cuando son grandes y musculosos, tienen pensamientos obsesivos sobre
cómo mejorar su cuerpo y realizan práctica de ejercicio físico compulsiva para agrandarlo
así como una dieta estricta que en general se encuentra acompañada del consumo
abusivo y/o innecesario de productos anabólicos y suplementos proteicos. Por la
incapacidad que tienen estas personas de ver con objetividad el propio cuerpo,
usualmente presentan exagerada auto - observación en el espejo para comprobar el
tamaño de sus músculos, pudiendo presentar adicionalmente estados de ansiedad o
depresión por sus sentimientos negativos de modo que se ve afectada su autoestima.
Hay casos de vigorexia en los que la alimentación es extrema en cantidad y reducida en
variedad (dieta basada en consumo de proteínas y nada de grasa), pero no ha sido
comprobado de forma sistemática que los sujetos con vigorexia tengan una conducta
alimentaria patológica, y ningún autor ha propuesto este aspecto como criterio definitorio.
Sin embargo la anorexia, bulimia y vigorexia comparten una alteración de la imagen
corporal pues en los tres trastornos los afectados no ven el tamaño y la forma de su
cuerpo tal y como es.
Por otra parte, la vida social se ve afectada puesto que por el padecimiento las personas
evitaran situaciones en las cuales los demás puedan ver lo poco musculosos que están o
bien afrontaran dicha situación con un alto grado de ansiedad o estrés y porque dejarán
de realizar importantes actividades sociales, laborales o recreativas para priorizar el
cuidado del cuerpo con el entrenamiento en un gimnasio.
Trastornos alimentarios no especificados (TANE)
Son aquellos que presentan síntomas de trastorno alimentario pero no alcanzan a cumplir
los criterios de algún trastorno específico Algunos ejemplos son:
1. Mujeres que presentan características de anorexia nerviosa y cuya menstruación
sigue presentándose de manera regular.
2. Se cumplen todos los criterios diagnósticos para la anorexia nerviosa excepto que,
a pesar de existir una pérdida de peso significativa, el peso del individuo se
encuentra dentro de los límites de la normalidad.
3. Se cumplen todos los criterios diagnósticos para la bulimia nerviosa, con la
excepción de que los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas
aparecen menos de 2 veces por semana o durante menos de 3 meses.
4. Empleo regular de conductas compensatorias inapropiadas después de ingerir
pequeñas cantidades de comida por parte de un individuo de peso normal (p. ej.,
provocación del vómito después de haber comido dos galletas).
5. Masticar y expulsar, pero no tragar, cantidades importantes de comida.
6. Atracones recurrentes en ausencia de la conducta compensatoria inapropiada
típica de la bulimia nerviosa (trastorno por atracón)
Etiología de los trastornos de la conducta alimentaria
A pesar de que los cambios biológicos marcan el inicio de la adolescencia, esta etapa no
se reduce a ellos, sino que se caracteriza además por significativas transformaciones
psicológicas y sociales. Estas variaciones determinan que la adolescencia sea la fase del
desarrollo donde se produce un incremento notable de la insatisfacción corporal y que,
por tanto, sea considerada como de alto riesgo para el inicio de alteraciones y trastornos
alimentarios.
En la actualidad, la causa de los Trastornos de la Conducta Alimentaria es desconocida;
sin embargo, se reconocen factores de riesgo en las esferas biológica, genética,
psicológica, cultural y social de los seres humanos por lo que son considerados un
trastorno biopsicosocial en el cual confluyen distintas situaciones que pueden actuar como
factores predisponentes, desencadenantes o de mantenimiento de la enfermedad, de
manera que este tipo de trastornos son multicausales.
Tomado de: Moraleda M. Aspectos cognitivos y emocionales en los trastornos de
Alimentación
Factores biológicos relacionados con el desarrollo de TCA:


Herencia: el componente hereditario influye sobre todo en un tipo de personalidad
predispuesta a sufrir preocupaciones ansiosas y a buscar la autovaloración a
través de la imagen corporal. Aunque no hay evidencia científica consistente
algunos genes se han relacionado con la predisposición a este tipo de
padecimiento, no se ha identificado un marcador genético específico, los estudios
se centran en análisis de polimorfismos de genes, relacionados con el control del
peso corporal, con vías serotoninérgicas y dopaminérgicas alteradas en estos
pacientes.
Cambios en la distribución de la grasa corporal que se dan en las mujeres
adolescentes, así como la obesidad pre - mórbida, que conducen o se han
asociado con la insatisfacción corporal.
Factores familiares relacionados con el desarrollo de TCA:


Las actitudes y comentarios de los miembros de la familia, sobre todo de las
madres, son variables frecuentemente citadas como precipitantes de la conducta
de dieta y preocupación con la figura corporal.
La obesidad de los progenitores.


El estilo de alimentación (por ejemplo, usar la alimentación para calmar sus
emociones o como un premio).
El funcionamiento familiar, (familias rígidas y sobreprotectoras), aunque no está
claro si ejerce una influencia directa sobre las preocupaciones acerca del peso y la
figura corporal.
Los acontecimientos vitales adversos

Abusos sexuales o experiencia de rechazo por parte de los compañeros de
colegio, pueden ejercer cierto efecto sobre la preocupación con la imagen corporal
mediado por la baja autoestima. No obstante, se trata de elementos inespecíficos
que se relacionan igualmente con otros trastornos psiquiátricos.
Los factores socioculturales relacionados con TCA:



Las preocupaciones acerca del peso y la imagen corporal
La clase social
La cultura de la delgadez preconizada por los medios de comunicación en la
sociedad occidental.
En definitiva, la preocupación por la imagen corporal, hecho extremadamente frecuente
en la adolescencia, tiene un origen multifactorial que en ocasiones desemboca en una
conducta de dieta y subsecuentemente en un trastorno de la conducta alimentaria. Los
estudios que intentan clarificar la importancia relativa de los diversos factores sobre la
insatisfacción con la imagen corporal son, en algunos casos, controvertidos.
Prevalencia y características de la población más vulnerable de padecer trastornos
de la conducta alimentaria
Los trastornos de la conducta alimentaria eran antiguamente una rareza, hoy en día,
tienen una enorme importancia en los países industrializados y su frecuencia se
encuentra en aumento en los países en vías de desarrollo, constituyendo un auténtico
problema social. Son las mujeres las que poseen el mayor riesgo de presentar estos
trastornos, posiblemente, debido al efecto que sobre ellas ejercen los ideales de belleza
de extrema delgadez instituidos socialmente y porque ellas poseen rasgos, actitudes y
conductas alimentarias que las hacen más propensas a desarrollar esos trastornos.
En algunos estudios la edad de mayor riesgo, parece ser entre los 10 y 24 años,
estimándose que el 85% desarrollan la anorexia entre los 13 y los 20 años, además el
80% de los casos coincide con el inicio de la adolescencia.
La Asociación Americana de Psiquiatría estima que la prevalencia en mujeres jóvenes y
adolescentes de países desarrollados o en vías de desarrollo es de:
Mujeres adolescentes
Anorexia
0.5% a 1%
Bulimia
1% a 3%
TCA no especificados 3%
En cambio, la prevalencia de trastorno alimentario en los varones es nueve veces menor
ya que sólo un 3 al 10% de los pacientes con anorexia son varones, mientras que en la
bulimia corresponde del 2 al 20%.
En el mundo occidental las alteraciones dela conducta alimentaria constituyen la tercera
causa de enfermedad crónica en niños y adolescentes. La Anorexia Nerviosa (AN) en
particular, tiene el rango de mortalidad más alto que cualquier trastorno psiquiátrico. El
riesgo de muerte es de 6 a 12 veces mayor en mujeres con AN comparadas con la
población general, en edades tempranas.
En nuestro país, las alteraciones nutricionales asociadas con la imagen corporal como los
TCA no tienen una alta prevalencia, los diferentes sectores de la sociedad han mostrado
preocupación por el incremento en comportamientos de riesgo como dietas restrictivas,
conductas de purga y preocupación excesiva por la delgadez que en presencia de otros
factores aumentan la probabilidad de padecer estas enfermedades. No existen
estadísticas oficiales sobre el tema, sin embargo importantes investigaciones científicas
en el ámbito de la salud pública, hospitales, centros médicos, y otras de las iniciativas
particulares de organizaciones y asociaciones que luchan en la prevención y mitigación de
los trastornos de la alimentación, arrojaron como resultado que el 2.8% de la población
tiene anorexia, que el 3.5% tiene bulimia, que 14.7% son pacientes subclínicos y que un
33% de los jóvenes está en riesgo de sufrir trastornos alimenticios.
De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de Antioquia y la Universidad
Nacional de Colombia, se calcula que al menos 2 de cada 100 adolescentes, que tienen
suficiente comida, sufren anorexia o bulimia. Este estudio también concluyó que cerca de
80.000 jóvenes entre 14 y 19 años padecen una de las dos enfermedades en el país. En
Medellín, la Universidad de Antioquia descubrió que el 17.7% de las niñas del grupo de
riesgo, entre 12 y 21 años, padecen la enfermedad, porcentaje tres veces superior a la
media mundial.
Signos de alarma para la identificación de trastornos de la conducta alimentaria
En los casos en que los niños o los jóvenes desarrollan trastornos de la conducta
alimentaria o se encuentran con predisposición a desarrollarlos la detección precoz es un
factor determinante para la intervención temprana, puesto que cuanto más tiempo pasa la
persona con las ideas y conductas perjudiciales, más se arraigan, y por tanto, son más
difíciles de eliminar y resulta más complicado evitar las recaídas.
En primera instancia, es posible que el adolescente realice algunos comentarios negativos
sobre su aspecto físico, o desee bajar algunos kilos esta situación es en parte normal por
la importancia que en la adolescencia se le da a los estereotipos físicos, ¿cuándo hay que
alarmarse realmente?. Algunos de los signos preocupantes que permiten reconocer un
trastorno alimentario son:





Come cada vez menos y se salta comidas con excusas variadas.
Se queja con frecuencia de su imagen corporal, se considera gordo.
Realiza comentarios de autodesprecio.
Comienza a desarrollar rituales a la hora de comer: corta la comida en trozos
pequeños, los mueve por el plato, come muy despacio, dice que no tiene más
hambre.
Come mucho a escondidas (desaparecen cantidades importantes de comida de la
nevera o de la alacena).





Siempre va al baño después de las comidas.
Consume laxantes o bebe demasiada agua.
Realiza excesivo ejercicio físico.
Su estado de ánimo es irritable o deprimido.
Se le retrasa o retira la menstruación.
¿Cómo intervenir cuando nuestros hijos presentan estos signos de alarma?
Los padres de familia cuyos hijos tienen varios de los signos anteriores deben en primer
lugar comunicarse con ellos para profundizar en su intención de adelgazar para lo cual
será fundamental hacerse preguntas como: ¿Por qué y para qué desea adelgazar? ¿En
qué medida le preocupa este objetivo? Y ¿Qué conductas realiza para conseguirlo?
Ahora bien, cuando se identifique que el o la joven no se está alimentando
adecuadamente para cumplir con esos criterios de belleza que se muestran en los medios
de comunicación, no hay que dejar pasar el tema como algo normal o de poca
importancia, y tampoco caer en el otro extremo de sobre alarmarse, hay que tomar el
tema con mucha seriedad y cuidado; regañar, castigar u obligar al adolescente puede
tener efectos contraproducentes y poner una barrera que impedirá el acompañamiento y
manejo del trastorno.
El padre de familia debe tomar una actitud orientativa y no discriminatoria de manera que
debe dejar en claro a su hijo que lo apoya y que por tanto lo llevará con un profesional
que le indique cual es su estado nutricional y de ser requerido le prescriba un plan de
alimentación adecuado, siendo el momento propicio para consultar con un
NUTRICIONISTA. De igual manera, será fundamental si los signos persisten y hay
evidencia clara de excesos en las conductas que se siguen para llegar a un modelo de
cuerpo determinado complementar esta atención con apoyo médico y psicológico.
Por otra parte, el padre de familia debe informar de la situación en otros entornos donde
se desarrolla el adolescente, especialmente en el colegio, donde también puede recibir
apoyo para dar atención oportuna y prevenir las complicaciones de estos trastornos al ser
un lugar de fácil acceso para la promoción de la salud.
¿Qué hacer para evitar trastornos alimentarios en nuestros hijos?
Los colegios pueden ser un recurso de valor a tener en cuenta, para alumnos y padres,
relacionado con la divulgación de información sobre los trastornos de conducta
alimentaria y también con la actitud de los profesores y compañeros ante la sospecha de
un caso, lo cual puede ser determinante en la detección temprana de la enfermedad.
Sin embargo, la prevención en casa debe ser la herramienta maestra de todos los padres
familia, basándose primordialmente en una adecuada relación familiar y la promoción de
un ambiente que favorezca el diálogo. Los especialistas del Hospital materno infantil Sant
Joan de Déu, de Barcelona, mediante la plataforma digital FAROS, aconsejan una serie
de medidas para prevenir los trastornos alimentarios en los hijos desde la infancia:


Enseñar desde pequeños la importancia de seguir unos hábitos saludables:
establecer horarios de comida regulares, repartir la comida en cuatro o cinco
tomas al día, evitar saltarse las comidas y no picotear entre horas.
Comer en familia siempre que sea posible, en un entorno apacible que facilite la
conversación.







La dieta debe ser sana, equilibrada y variada que incluya todos los alimentos
necesarios, con limitación de dulces y postres industriales y comida rápida.
Ofrecer verduras y frutas de forma variada.
Fomentar la autoestima del hijo para que descubra sus capacidades y sus
limitaciones, las acepte y aprenda a sentirse bien consigo mismo.
Reforzar su autoestima y animarlo a que tenga sus propias opiniones. Esto lo
reforzará frente a los mensajes sobre estética, cánones de belleza y alimentación
(como dietas milagrosas y productos dietéticos) que lanzan algunos medios de
comunicación y la publicidad. Conversar sobre estos mensajes, razonar las
verdades y los mitos y enseñarle a valorar la salud por encima de todo.
Animar a practicar ejercicio físico con regularidad porque, además de ser
beneficioso para su salud, ayuda a mantenerse en forma.
Facilitar sus relaciones sociales y su participación en actividades extraescolares.
Establecer una buena comunicación dentro del entorno familiar ayuda a que los
hijos se sientan seguros.
Además, es importante adoptar y mantener unos hábitos saludables, no sólo con lo
relativo a la alimentación, sino también a otros aspectos como la constancia en la práctica
de actividad física, compartir en familia, el aseo personal y en el número de horas de
sueño. Todo ello ayuda a llevar una vida saludable, evitando que la influencia de los
medios de comunicación y los cánones de belleza afecten nuestros niños y jóvenes. Es
importante alimentar su autoestima, autoconfianza, y ser un apoyo emocional como
familiares. Todo empieza desde casa.
Bibliografía
1. Alibes C, Benito P, Castillo A. et al. Guía práctica prevención de los trastornos
alimentarios. Editorial Calidad Gráfica (España). 2002.
2. Díaz H. Trastornos de Conducta Alimentaria, un flagelo mundial. Boletín
Informativo CEI Universidad Mariana (Colombia).2014; 1(1): 95
3. Asociación Española de Pediatría, Sociedad Española de Gastroenterología,
Hepatología, Nutrición Pediátrica. Protocolos de Gastroenterología, Hepatología y
Nutrición (España). Editorial Ergón S.A. 2010. 325 – 339.
4. Gutiérrez J. Trastornos y desordenes de alimentación (anorexia y bulimia) en la
juventud valduparense, analizado desde los jóvenes de los grados 10° y 11° del
colegio Alfonso López Pumarejo y gimnasio del norte. TESIS. Universidad nacional
abierta y a distancia. Colombia. 2012
5. Moraleda M. Aspectos cognitivos y emocionales en los trastornos de Alimentación.
Trabajo fin de experto.
6. Gutiérrez C, Ferreira R. Vigorexia: estudio sobre la adicción al ejercicio. Un
enfoque de la problemática actual. Monografía universidad de Antioquia instituto
universitario de educación física. Medellín- Colombia.2007.Disponible en:
Http://viref.udea.edu.co/contenido/pdf/105-vigorexia.pdf[consultado el 20 de marzo
de 2015].
7. Murawski M, Elizathe L,Rutsztein G. Hábitos alimentarios e insatisfacción con la
imagen corporal. Un estudio comparativo entre mujeres y varones estudiantes de
escuelas secundarias. Anu. investig. 2009; 16:65-72
8. Banker J, Becker A, Bermudez O. et al. Trastornos de la conducta alimentaria
Puntos Críticos para un Reconocimiento Temprano y Manejo de Riesgos Médicos
en el Cuidado de Individuos con Trastornos de la Conducta Alimentaria. 2 a edición.
AcademyforEatingDisorders (USA). 2012.
9. Lobera J, Romero J, Bolaños P. et al. Conducta alimentaria e imagen corporal en
una muestra de adolescentes de Sevilla.Nutr. Hosp. 2009; 24 (5): 568-573.
10. Aceituno J. La importancia del análisis funcional en la etiología de la anorexia y
bulimia nerviosa. Centro de Psicología Grupo Áreas Córdoba. España. 2004.
Disponible
en:http://www.psicologiaonline.com/colaboradores/jas/anorexia.shtml[consultado el 7 de marzo de 2015].
11. Cruz M, Salaberria K, Rodríguez S, Echeburúa E.Imagen corporal y realización de
dieta: diferencias entre adolescentes españolas y latinoamericanas.
ScientificJournals Pontificia Universidad Javeriana. 2013; 12 (3): 699 – 708.
12. Cruzat C, Ramírez P, Melipillán R, Marzolo P. Trastornos Alimentarios y
Funcionamiento Familiar Percibido en una Muestra de Estudiantes Secundarias de
la Comuna de Concepción, Chile. Rev.Psykhe. 2008; 17(1): 81 – 90.
13. Muñoz R, Martínez A. Ortorexia y vigorexia: ¿nuevos trastornos de la conducta
alimentaria? Revista Trastornos de la Conducta Alimentaria. 2007; 5: 457 – 482.
14. Woerwag S, Treasure J. Causas de la anorexia nerviosa. Rev.Elsevier. 2009;
16(1): 32 – 37.
15. Rodríguez J. Vigorexia: adicción, obsesión o dismorfia; un intento de
aproximación.Salud y drogas. 2007; 7(2): 289-308.
16. Mónaco E. Trastornos alimentarios en la adolescencia: obsesión por adelgazar.
Revista
el
portal
del
hombre
en
línea.
Disponible
en:
http://www.elportaldelhombre.com/con-hijos/item/349-trastornos-alimenticios-en-laadolescencia-obsesion-poradelgazar?utm_source=&utm_medium=&utm_campaign [consultado el 7 de marzo
de 2015]
17. FAROS Sant Joan de Déu. Trastornos alimentarios: la prevención en la infancia es
clave.2014. http://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/trastornos-alimentarios-prevencioninfancia-clave [consultado el 7 de marzo de 2015]
Descargar