Guinea Ecuatorial

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ENERO DE 2015
SUMARIO DE PAÍS
Guinea Ecuatorial
La corrupción, la pobreza y la represión continúan asolando a Guinea Ecuatorial bajo el
liderazgo del presidente Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, que ha presidido el país
desde 1979. Los enormes ingresos procedentes del petróleo financian los fastuosos
estilos de vida de la pequeña élite que rodea al presidente, mientras que una gran parte
de la población sigue viviendo en la pobreza. Persisten problemas como la mala gestión
de los fondos públicos y las denuncias verosímiles de corrupción de alto nivel, así como
otros abusos graves, como la tortura, los arrestos arbitrarios, la detención secreta y los
juicios injustos.
A lo largo del año, el presidente Obiang hizo importantes donaciones a organizaciones
internacionales, contrató a empresas de relaciones públicas, viajó por todo el mundo para
visitar a los líderes de otros países y auspició eventos internacionales con la intención de
mejorar su imagen. Sus esfuerzos dieron algunos resultados: el Secretario General de las
Naciones Unidas y otros dignatarios hicieron visitas oficiales durante la Cumbre de la
Unión Africana, celebrada en junio, y una asociación de países de habla portuguesa
aceptó en julio la candidatura de Guinea Ecuatorial para su adhesión, algo que el país
había tratado de conseguir durante una década.
El hijo mayor y posible sucesor de Obiang, Teodorín, fue condenado formalmente en
Francia en marzo por cargos de lavado de dinero derivados de una prolongada
investigación, mientras que Estados Unidos accedió a resolver su reclamación de
confiscación contra Teodorín en octubre, en un caso independiente, que produjo miles de
páginas de evidencia de presunta corrupción, extorsión y lavado de dinero. Para pagar el
acuerdo judicial de US$30 millones, Teodorín tuvo que vender su mansión de Malibú y
otros activos estadounidenses. El Departamento de Justicia de EE.UU. dijo que los bienes
incautados se utilizarían para beneficio de la población de Guinea Ecuatorial.
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Derechos sociales y económicos
Guinea Ecuatorial figura entre los cinco mayores productores de petróleo del África
Subsahariana y tiene una población de aproximadamente 700.000 personas. El Banco
Mundial lo clasifica como un país de altos ingresos. De acuerdo con el Informe de 2014
sobre Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, el país tiene un Producto Interno Bruto
per cápita de US$37.478,85, el mayor en la clasificación de riqueza de cualquier país de
África y uno de los más altos del mundo, sin embargo, ocupa el puesto 144 de 187 países
en el Índice de Desarrollo Humano, que mide el desarrollo social y económico. Como
consecuencia, Guinea Ecuatorial tiene, de lejos, la mayor brecha de todos los países entre
su riqueza per cápita y su índice de desarrollo humano.
A pesar de la abundante riqueza en recursos naturales del país y la obligación del
gobierno de avanzar en la mejora de los derechos económicos y sociales de sus
ciudadanos, una parte muy pequeña de esta riqueza ha sido dirigida a satisfacer sus
necesidades. Alrededor de la mitad de la población carece de acceso a agua potable o
instalaciones básicas de saneamiento, según estadísticas oficiales de 2012. La
desnutrición infantil, entendida como el porcentaje de niños cuyo crecimiento se ha visto
atrofiado, se encuentra en un nivel del 35 por ciento, según el Fondo de las Naciones para
la Infancia (UNICEF). Una gran parte de la población también carece de acceso a atención
sanitaria de calidad, escuelas o un suministro fiable de electricidad. Las tasas netas de
matriculación en la enseñanza primaria eran de apenas un 61 por ciento en 2012. A pesar
de sus enormes recursos, Guinea Ecuatorial tiene unas tasas de vacunación muy bajas,
incluyendo la peor tasa de vacunación contra la polio del mundo (39 por ciento), según la
Organización Mundial de la Salud. A mediados de 2014 se confirmaron cinco casos de
polio, lo que provocó una campaña de vacunación tardía.
Las estadísticas del gobierno no son confiables y éste hace pocos esfuerzos por llevar a
cabo un seguimiento fiable de indicadores básicos. Las organizaciones internacionales a
menudo tienen que hacer sus estimaciones basándose en modelos informáticos porque
solo tienen información limitada. Según estos modelos, Guinea Ecuatorial ha reducido sus
tasas de mortalidad materna en un 81 por ciento desde 1990 y ha cumplido una meta de
los Objetivos de Desarrollo del Milenio antes de lo previsto.
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El gobierno no publica información básica sobre presupuestos ni gastos, y los ciudadanos
y los periodistas carecen de la libertad para monitorear de manera eficaz el uso de la
riqueza de recursos naturales del país. En agosto, el gobierno confirmó que trataría de
volver a aplicar una iniciativa de transparencia internacional sobre pagos procedentes del
petróleo, gas y minería de la que fue expulsado en 2010. Un requisito clave de la Iniciativa
para la Transparencia de las Industrias Extractivas es que los gobiernos dialoguen
abiertamente con los activistas sobre la gestión de los recursos naturales del país, sin
intimidación ni represalias, y garanticen un “entorno propicio” para su plena participación.
Libertad de expresión y asociación
Guinea Ecuatorial ha tenido durante mucho tiempo un pobre historial en materia de
libertad de prensa. En enero, funcionarios de seguridad detuvieron a dos periodistas del
Financial Times durante varias horas y confiscaron sus computadoras, cuadernos de notas
y equipos de grabación, material que no les fue devuelto. Los periodistas pudieron
recuperar sus pasaportes y teléfonos móviles, para luego salir del país antes de lo previsto.
Los periodistas locales siguen sin poder criticar al gobierno ni abordar temas que las
autoridades no aprueban sin riesgo de censura o represalias. En el país existen muy pocos
medios de comunicación privados y son generalmente propiedad de personas cercanas al
presidente Obiang; la autocensura también es común. Solamente la pequeña minoría con
acceso a transmisiones vía satélite e Internet tiene acceso a las noticias internacionales;
los demás solo tienen acceso a una programación limitada de radio.
Las libertades de asociación y reunión están severamente restringidas en Guinea
Ecuatorial, lo que limita en gran medida el espacio para los grupos independientes. El
gobierno impone condiciones restrictivas al registro y operación de los grupos no
gubernamentales. El país carece de grupos independientes de derechos humanos
legalmente registrados. Los pocos activistas locales que tratan de abordar cuestiones
relacionadas a los derechos humanos son blanco de intimidación, acoso y represalias.
Partidos políticos y la oposición
El Partido Democrático (PDGE) que está en el poder mantiene un monopolio sobre la vida
política del país. Todos menos dos partidos políticos reconocidos oficialmente están
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alineados con el partido gobernante. El Parlamento bicameral de Guinea Ecuatorial, con
un total de 175 asientos, solo cuenta con un representante de la oposición en cada cámara.
El presidente Obiang nombró a 20 senadores, cinco más de lo permitido bajo la
Constitución de 2011.
Los miembros de la oposición política son blanco de detenciones arbitrarias, intimidación
y acoso. En julio, Santiago Martín Engono Esono, líder de la sección juvenil de la
Convergencia para la Democracia Social (CPDS), fue detenido arbitrariamente y
encarcelado durante cinco días en Bata, la segunda ciudad más grande del país.
En agosto, el presidente Obiang anunció que un diálogo político nacional previsto para
noviembre incluiría por primera vez a líderes de la oposición exiliados. En preparación
para este diálogo, el presidente Obiang declaró en octubre una amnistía política general
para los representantes de la oposición en el exilio, pero no la extendió a los presos
políticos encarcelados por presuntos delitos contra la seguridad nacional. En parte por
esta razón, tres partidos políticos, incluido el único de la oposición con representación en
el Parlamento, se retiraron del diálogo y lo declararon un fracaso.
Las elecciones presidenciales están programadas para el año 2016, pero se especula que
puedan adelantarse a 2015. Las elecciones legislativas nacionales de 2013 estuvieron
marcadas por graves violaciones a los derechos humanos y la denegación de las
libertades fundamentales, incluyendo detenciones y restricciones arbitrarias a la libertad
de reunión.
Tortura, detenciones arbitrarias y juicios injustos
En Guinea Ecuatorial, los derechos de debido proceso son ignorados de forma rutinaria y
el maltrato a los prisioneros sigue siendo común. La tortura sigue vigente, a pesar de los
desmentidos del gobierno. Muchos detenidos están recluidos indefinidamente sin
conocer los cargos que pesan en su contra. Algunos se encuentran en detención secreta.
Las deplorables condiciones en las prisiones y cárceles son potencialmente mortales.
El presidente Obiang ejerce un control excesivo sobre el poder judicial, que carece de
independencia. El presidente es designado como “primer magistrado” de la nación. Entre
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otras facultades, preside el organismo que supervisa a los jueces y nombra a los
miembros restantes del cuerpo.
En febrero de 2014, el gobierno de Obiang anunció una moratoria temporal sobre la pena de
muerte. La Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP) admitió la membresía de
Guinea Ecuatorial sobre esta base, creyendo que era un primer paso hacia la eliminación de
la pena de muerte. Pero solo dos semanas antes de anunciarla, el gobierno ejecutó hasta a
nueve personas que habían sido condenadas a muerte. En julio, el presidente Obiang afirmó
en una entrevista que seguía estando a favor de la pena de muerte.
Agustín Esono Nsogo, un profesor que permaneció detenido sin cargos durante más de un
año, fue puesto en libertad en febrero de 2014. Según su abogado, Esono fue torturado en
tres ocasiones con el fin de hacerle confesar un presunto complot para desestabilizar el
país. Se le negó la atención médica para sus heridas.
Cipriano Nguema Mba, un ex oficial del ejército al que le fue concedida la condición de
refugiado en Bélgica en 2013, fue secuestrado cuando estaba de visita en Nigeria a finales
de 2013 y fue devuelto ilegalmente a Guinea Ecuatorial, donde las autoridades
gubernamentales lo mantuvieron en detención secreta y lo torturaron.
Esta es la segunda vez que Nguema fue secuestrado mientras se encontraba exiliado en el
extranjero. En ambas ocasiones, las autoridades reconocieron tardíamente que se
encontraba bajo su custodia y afirmaron que lo descubrieron en el interior del país y que
lo habían encarcelado para que cumpliera una sentencia anterior. A raíz de un nuevo juicio,
en septiembre de 2014, Nguema fue condenado por un presunto intento de golpe de
estado y sentenciado a 27 años de prisión. Sus abogados no pudieron visitarlo ni
representarlo durante el juicio. Otras cinco personas presuntamente vinculadas a Nguema
también fueron juzgadas sin representación legal, condenadas y sentenciadas a duras
penas de cárcel.
Durante 2014, Roberto Berardi, de nacionalidad italiana, fue torturado y recluido durante
meses en régimen de aislamiento en condiciones inhumanas. En repetidas ocasiones le
fue negado el tratamiento médico y el acceso a su abogado o representantes diplomáticos.
Según su familia, durante varios días en septiembre no le dieron de comer ni beber
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después de que la embajadora de Guinea Ecuatorial en Italia lo visitara en la prisión.
Supuestamente, durante la visita la funcionaria reprendió a Berardi por una carta abierta
que éste publicó desde la cárcel. Berardi está encarcelado en un aparente intento por
proteger a su socio de negocios, Teodorín, de la revelación de acusaciones de corrupción.
El presidente Obiang no liberó a Berardi por razones humanitarias, tal como había
prometido en abril ante la presión internacional. En el momento de redactarse este
informe, seguía en prisión.
Principales actores internacionales
EE.UU. es el principal socio comercial de Guinea Ecuatorial y una fuente de inversión en su
sector petrolero. Esto planteó preocupaciones de derechos humanos durante todo el año.
En agosto, Obiang participó junto con decenas de otros líderes en la Cumbre EE.UU.-África
organizada por el presidente estadounidense, Barack Obama. Esto desató una polémica
mediática sobre por qué se le concedió el permiso para asistir a pesar de su pobre
historial en materia de derechos humanos y corrupción. Durante su estancia en
Washington, Obiang fue también el invitado de honor durante una cena y conferencia
organizada por el Consejo Corporativo sobre África.
España, la antigua potencia colonial, ejerció presión sobre Guinea Ecuatorial para que
mejore su historial de derechos humanos. En junio, el presidente Mariano Rajoy asistió a
la Cumbre de la Unión Africana, a las afueras de Malabo, en lo que fue la primera visita de
un presidente del gobierno español desde 1991. A principios de año Rajoy se había
negado a una reunión bilateral con Obiang.
Durante 2014, Irina Bokova, directora general de la Organización para la Educación, la
Ciencia y la Cultura de las Naciones Unidas (UNESCO), viajó dos veces a Guinea
Ecuatorial. Una de ellas fue para asistir a una ceremonia en septiembre organizada por
el presidente Obiang para otorgar un premio que financió él mismo y que quiso que
llevara su nombre. Previamente, ella había intentado bloquear la aprobación de la
UNESCO para el polémico premio.
Guinea Ecuatorial se sometió a un segundo ciclo del Examen Periódico Universal de la
ONU en Ginebra y recibió muchas recomendaciones sobre la tortura, la detención
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arbitraria, el estado de derecho, la libertad de asociación, la libertad de prensa, la
corrupción y los derechos sociales y económicos. El gobierno aceptó la mayoría de estas
recomendaciones y rechazó muy pocas. Sin embargo, las expectativas de que esto se
tradujera en cambios positivos sobre el terreno eran escasas, ya que el gobierno aún no
ha llevado a cabo los cambios prometidos tras un examen anterior de la ONU.
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