Anexos A continuación se presentan una serie de canciones, recortes periodísticos y poemas que se sugieren para realizar la Actividad 1. El o la docente podrán agregar o sacar disparadores según las características e intereses de su grupo de alumnos y alumnas. "Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance. Mande copias a sus amigos. El Terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el Terror. Haga circular esta información". Rodolfo Walsh, ANCLA (Agencia de Noticias Clandestina), 1976 Celebración de la voz humana/2* Tenían las manos atadas, o esposadas, y sin embargo los dedos danzaban, volaban, dibujaban palabras. Los presos estaban encapuchados: pero inclinándose alcanzaban a ver algo, alguito, por abajo. Aunque hablar, estaba prohibido, ellos conversaban con las manos. Pinio Ungerfeld me enseñó el alfabeto de los dedos, que en prisión aprendió sin profesor: -Algunos teníamos mala letra -me dijo-. Otros eran unos artistas de la caligrafía. La dictadura uruguaya quería que cada uno fuera nada más que uno, que cada uno fuera nadie; en cárceles y cuarteles y en todo el país, la comunicación era delito. Algunos presos pasaron más de diez años enterrados en solitarios calabozos del tamaño de un ataúd, sin escuchar más voces que el estrépito de las rejas o los pasos de las botas por los corredores. Fernández Huidobro y Mauricio Rosencof, condenados a esa soledad, se salvaron porque pudieron hablarse, con golpecitos a través de la pared. Así se contaban sueños y recuerdos, amores y desamores: discutían, se abrazaban, se peleaban; compartían certezas y bellezas y también compartían dudas y culpas y preguntas de esas que no tienen respuesta. Cuando es verdadera, cuando nace de la necesidad de decir, a la voz humana no hay quien la pare. Si le niegan la boca, ella habla por las manos, o por los ojos, o por los poros, o por donde sea. Porque todos, toditos, tenemos algo que decir a los demás, alguna cosa que merece ser por los demás celebrada o perdonada. *Galeano, Eduardo, El libro de los abrazos. Editorial Siglo XXI, 1989. Celebración de la voz humana* Los indios shuar, los llamados jíbaros, cortan la cabeza del vencido. La cortan y la reducen, hasta que cabe en un puño, para que el vencido no resucite. Pero el vencido no está del todo vencido hasta que le cierran la boca. Por eso le cosen los labios con una fibra que jamás se pudre. *Galeano, Eduardo, El libro de los abrazos. Editorial Siglo XXI, 1989. El sistema* Se inaugura una cárcel por mes. Es lo que los economistas llaman Plan de Desarrollo. Pero, ¿y las jaulas invisibles? ¿En qué informe oficial o denuncia de oposición figuran los presos del miedo? Miedo a perder el trabajo, miedo a no encontrarlo, miedo de hablar, miedo de escuchar, miedo de leer. En el país del silencio, se puede terminar en un campo de concentración por culpa del brillo de la mirada. No es necesario echar a un funcionario: alcanza con hacerle saber que puede ser destituido sin sumario y que nadie le dará nunca empleo. La censura triunfa de verdad cuando cada ciudadano se convierte en el implacable censor de sus propios actos y palabras. La dictadura convierte en cárceles los cuarteles y las comisarías, los vagones abandonados, los barcos en desuso. ¿No convierte también en cárcel la casa de uno? * Galeano, Eduardo, Días y noches de amor y de guerra. Pag. 91. Ed. Sudamericana, 1975. Canción de Alicia en el país* Quién sabe Alicia éste país no estuvo hecho porque sí. Te vas a ir, vas a salir pero te quedas, ¿dónde más vas a ir? Y es que aquí, sabes el trabalenguas, trabalenguas el asesino te asesina y es mucho para ti. Se acabó ese juego que te hacía feliz. No cuentes lo que viste en los jardines, el sueño acabó. Ya no hay morsas ni tortugas Un río de cabezas aplastadas por el mismo pie juegan cricket bajo la luna. Estamos en la tierra de nadie, pero es mía Los inocentes son los culpables, dice su señoría, el Rey de Espadas. No cuentes lo que hay detrás de aquel espejo, no tendrás poder ni abogados, ni testigos. Enciende los candiles que los brujos piensan en volver a nublarnos el camino. Estamos en la tierra de todos, en la vida. Sobre el pasado y sobre el futuro, ruinas sobre ruinas, querida Alicia. *Serú Girán, en Bicicleta, 1980 Vuelos Vos me estás mirando y yo voy a caer, colgado en tu sien. Vos me estás mirando y yo voy a caer. No me ves pero ahí voy a buscar tu prisión de llaves que sólo cierran. No ves pero ahí voy a encontrar tu prisión. y la bruma rebota siempre hacia aquí. Espuma de miedo, viejo apagón, y la bruma rebota, siempre hacia aquí. Solo voy a volver, siempre me vas a ver y cuando regrese de este vuelo eterno, solo verás en mí, siempre a través de mí un paisaje de espanto. Y el nylon abrió sus alas por mí... Y ahora ve solo viento. y el nylon abrió su alas en mí. Tu cara se borra, se tiñe de gris, serás una piedra sola... Te desprendes de mí, yo me quedo en vos... ya mis ojos son barro en la inundación que crece, decrece, aparece y se va y mis ojos son barro en la inundación Bersuit Vergarabat, en De La Cabeza Con Bersuit Vergarabat, 2002. Informe de la situación* Paso a detallar a continuación el sucinto informe que usted demandó; duele a mi persona tener que expresar que aquí no ha quedado casi nada en pie. Mas no desespere, le quiero aclarar que –aunque el daño es grave - bien pudiera ser que podamos salvar todo el trigo joven, si actuamos con fe y celeridad. Parece ser que el temporal trajo también la calamidad de cierto tipo de langosta, que come en grande y a nuestra costa y de punta a punta del país se han deglutido todo el maíz. A los manzanos se los ve cayendo antes de florecer, se agusanaron los tomates, y a las verduras, por más que trate, ya no hay manera de hacerles bien... Ya no sé qué hacer ni tengo con quién. La gente duda en empezar la tarea dura de cosechar, lo poco que queda se va a perder si, como le dije, no ponemos fe y celeridad. Y entre los males y los desmanes hay cierta gente que – ya se sabe -, saca provecho de la ocasión; comprando a uno lo que vale dos y, haciendo abuso de autoridad, se llevan hasta la integridad. Suscribo nombre y apellido y ruego a usted tome partido para intentar una solución, que bien podría ser la unión de los que aún estamos vivos para torcer nuestro destino... Saluda a Ud. un servidor. Víctor Heredia, en "Puertas abiertas", 1982 Pensé que se trataba de cieguitos* Era un sábado a la noche, tenía plata y hacía calor Me dije: viejo, aprovechá sos joven y me fui al cine a ver una de terror. Salí a la calle, paré un taxi, y me fui (por ahí). Bajé en Sarmiento y Esmeralda, compré un paquete de pastillas Renomé, en eso siento que un señor me llama, al darme vuelta me di cuenta que eran seis, muy bien peinados, muy bien vestidos y con un Ford (verde). Llegamos a un edificio y, comportándose con toda corrección, me sometieron a un breve interrogatorio que duró casi cuatro horas y fracción. Se hizo muy tarde, dijeron, no hay colectivos... ¡quedesé! (por favor). A los tres días de vivir con ellos de muy buen modo me dijeron: ¡váyase! Me devolvieron mis cordones y mi cinto, los tenían ellos, no les pregunté por qué. Cuando salía... me prometieron... lo aseguraron... lo repitieron... ¡Nos volveremos a ver! Los Twist, en "La dicha en movimiento", 1983 Como la cigarra* Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aqui resucitando. Gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal porque me mató tan mal, y seguí cantando. Cantando al sol como la cigarra después de un año bajo la tierra, igual que sobreviviente que vuelve de la guerra. Tantas veces me borraron, tantas desaparecí, a mi propio entierro fui sola y llorando. Hice un nudo en el pañuelo pero me olvidé después que no era la única vez, y volví cantando. Tantas veces te mataron, tantas resucitarás, tantas noches pasarás desesperando. A la hora del naufragio y la de la oscuridad alguien te rescatará para ir cantando. María Elena Walsh, en "Como la cigarra", 1972 Setentistas* Hasta que no te pase a vos, no vas a entender, Siempre así, tan egoísta Hasta que no te pase a vos, no vas a entender, Clásico individualista Decido que no te quiero escuchar, Decido no formar parte de tu plan, Cuantos ríos de sangre han de correr, Tanta muerte ya, tanto horror, tanta injusticia Cuanto tiempo para reconocer que la historia es, Otra vez y todo de vuelta Deciles que no les sirve luchar, Decime que no me sirve luchar? Si estaba en el Cordobazo hace tiempo atrás, Y estaba en el Rosariazo y en Tucumán Espíritu setentista vuelve hoy, Gente que no puede decir: Hey, hey, no te metas En Neuquén resiste Zanon Lucha obrera, movilización Los bastones acechan, también voy yo Deciles que no les sirve luchar, Decime que no me sirve luchar? Si estaba en el Cordobazo hace tiempo atrás, Y estaba en el Rosariazo y en Tucumán Espíritu setentista vuelve hoy, Gente que no puede decir: Hey, hey, no te metas * Ataque 77, en Antihumano, 2003. La memoria* Los viejos amores que no están, la ilusión de los que perdieron, todas las promesas que se van, y los que en cualquier guerra se cayeron. Todo está guardado en la memoria, sueño de la vida y de la historia. El engaño y la complicidad de los genocidas que están sueltos, el indulto y el punto final a las bestias de aquel infierno. Todo está guardado en la memoria, sueño de la vida y de la historia. La memoria despierta para herir a los pueblos dormidos que no la dejan vivir libre como el viento. Los desaparecidos que se buscan con el color de sus nacimientos, el hambre y la abundancia que se juntan, el mal trato con su mal recuerdo. Todo está clavado en la memoria, espina de la vida y de la historia. Dos mil comerían por un año con lo que cuesta un minuto militar. Cuántos dejarían de ser esclavos por el precio de una bomba al mar. Todo está clavado en la memoria, espina de la vida y de la historia. La memoria pincha hasta sangrar, a los pueblos que la amarran y no la dejan andar libre como el viento. Todos los muertos de la Amia y los de la Embajada de Israel, el poder secreto de las armas, la justicia que mira y no ve. Todo está escondido en la memoria, refugio de la vida y de la historia. Fue cuando se callaron las iglesias, fue cuando el fútbol se lo comió todo, que los padres palotinos y Angelelli dejaron su sangre en el lodo. Todo está escondido en la memoria, refugio de la vida y de la historia. La memoria estalla hasta vencer a los pueblos que la aplastan y que no la dejan ser libre como el viento. La bala a Chico Méndez en Brasil, 150.000 guatemaltecos, los mineros que enfrentan al fusil, represión estudiantil en México. Todo está cargado en la memoria, arma de la vida y de la historia. América con almas destruidas, los chicos que mata el escuadrón, suplicio de Mugica por las villas, dignidad de Rodolfo Walsh. Todo está cargado en la memoria, arma de la vida y de la historia. La memoria apunta hasta matar a los pueblos que la callan y no la dejan volar libre como el viento. *León Gieco, en "Bandidos rurales", 2001. Desaparecer* ¿Quién me dice la verdad? ¿Quién me cuenta las mentiras? ¿Quién me mira los ojos y quien mira mis pupilas? De mujeres y guitarras hoy no voy a volver a hablar, ni del humo, ni del vino, ni camino, ni destino, ni de ir tras la frontera de ningún lugar. Desaparecer. Alguien dice que esta bien, otros dicen algo habrán hecho. Otros pegan el retrato del olvido en el espejo. De pañuelos y bandera hoy no voy a ponerme hablar, ni de guerra, ni de ideas ni de juicios o castigos gritos en fondo del río llegan hasta acá. Desaparecer. Desaparecer. ¿Quién me dice al verdad? ¿Quién me cuenta las mentiras? ¿Quién me miras a los ojos y quien mira mis pupilas? De mujeres y guitarras hoy no voy a volver a hablar, ni del humo, ni del vino, ni camino, ni destino, ni de ir tras la frontera de ningún lugar. Desaparecer. *Gazpacho, en “Gazpacho”, 2003