Edición N° 18 - 2014 - Institución Universitaria de Envigado

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ISSN 0124-7816
No.18, julio - diciembre de 2014
Katharsis
Publicación de la Facultad de Ciencias Sociales
Programa de Psicología
Institución Universitaria de Envigado
ISSN 0124-7816
Nº 18, julio-diciembre de 2014
Rector
Jaime Alberto Molina Franco
Vicerrector académico
Henry Roncancio González
Decano Facultad de Ciencias Sociales
Álvaro Ramírez Botero
Coordinación de la publicación:
Ricardo Moreno Chía
Edición y corrección de textos:
Ignacio Escobar
Traducción de textos:
Escuela de Idiomas de la IUE
Diseño, diagramación e impresión:
L. Vieco s.a.s.
Carátula y solapas:
Título: Juego de niños. Autor: Sigmar Polke
Año: 1988. Técnica: Pintura acrílica y tinta de
impresión sobre tela sintética (225 cm x 300 cm)
Localización: Museo Nacional de Arte Moderno CCI Centro Pomidou. París. Fotografía: © Philippe
Migeat - © The Estate of Sigmar Polke/ADAGP
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Cra. 27 B 39 A Sur 57
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Teléfono: 339 10 10 ext. 116-118
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Universidad Nacional de Rosario (Argentina)
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Universidad Iberoamericana Ciudad de México
(México)
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Universidad de Antioquia (Colombia)
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Universidad de La Serena (Chile)
Ph. D. Analía E. Leite Méndez
Universidad de Málaga (España)
Lic. Rodrigo Inostroza Cea
CIPRA–Círculo de Conversaciones sobre
Posracionalismo (Chile)
Contenido
No. 18, julio-diciembre de 2014
ISSN 0124-7816
Editorial
Álvaro Ramírez Botero.................................................................5
Violencia simbólica hacia las mujeres en imágenes publicitarias de
medios televisivos venezolanos
Rosa Amaya
Zoila Amaya................................................................................ 11
La compleja relación abuelos-nietos adolescentes.
Un panorama desde lo generacional y su relación con las nuevas
tendencias familiares-demográficas
Alejandro Klein...........................................................................27
Lazo perverso: sobre la subjetividad en la sociedad contemporánea
Herwin Eduardo Cardona Quitián........................................... 49
Cultura visual contemporánea, subjetividad y psicoanálisis
freudo-lacaniano: de las sensaciones al pensamiento
Enrique Hernández García Rebollo...........................................77
Cortes a flor de piel: una aproximación psicoanalítica a
la conducta de la autoincisión en la adolescencia
Catalina Angel Valencia............................................................117
Estudio de clima organizacional realizado en una ONG orientada
a la protección de la infancia
María Alejandra Gómez Vélez ................................................. 141
Biología Cultural, psicología social y sinergia organizacional
Carlos Alberto Palacio Gómez.................................................. 165
Imaginarios sociales urbanos relacionados con
los conjuntos residenciales cerrados en Valledupar
Hermes Emilio Martínez Barrios............................................ 191
Relatos que cuentan los grandes maestros. En búsqueda de claves
para la formación de formadores
Luis Porta
María Marta Yedaide
Jonathan Aguirre..................................................................... 211
Crítica al nuevo modelo hermenéutico posracionalista
Alejandro León.........................................................................227
Editorial
Álvaro Ramírez Botero*
Decano Facultad de Ciencias Sociales
Institución Universitaria de Envigado
L
a publicación número 18 de la revista KATHARSIS ofrece a
sus lectores, a través de trabajos derivados de investigación y
de reflexión, abordajes de temas sociales que resultan ser un
aporte de gran importancia para ampliar el universo de comprensión
de fenómenos sociales que vemos como parte de lo cotidiano. En
buena hora podemos hablar del papel protagónico que deben asumir
las ciencias sociales no sólo en el análisis y en la revisión de las
problemáticas sino también en el compromiso serio en la generación de
propuestas que rebasen la comprensión y den sus frutos en la aplicación
de los análisis en la transformación social de problemas concretos que
requieren intervención.
En esta perspectiva la revista presenta el trabajo de las investigadoras
Rosa Amaya y Zoila Amaya titulado Violencia simbólica hacia las
mujeres en imágenes publicitarias de medios televisivos venezolanos,
en el que a partir del análisis de contenido de mensajes publicitarios
logran establecer unas constantes que dan cuenta de la manera como en
los mensajes subyacen prácticas de violencia simbólica que proponen
y mantienen modelos de mujer ligados a concepciones de belleza y
feminidad estereotipados que naturalizan construcciones sociales.
Un artículo que aporta a las discusiones sobre la violencia de género
*
Psicólogo Universidad de Antioquia, Magíster en Educación Pontificia Universidad
Javeriana – Universidad de Medellín.
5
velada en nuestras sociedades y permite pensar la reorientación de los
trabajos publicitarios.
También, en la línea de observar desde los aportes de las ciencias
sociales los fenómenos de la vida cotidiana el investigador Alejandro
Klein dirige su mirada a las transformaciones familiares y a las relaciones
entre generaciones con el trabajo La compleja relación abuelos-nietos
adolescentes. Un panorama desde lo generacional y su relación con
las nuevas tendencias familiares demográficas. El problema que
se pone en discusión está centrado en un tema de actualidad: las
transformaciones de las familias y de los roles. En el análisis el profesor
Klein estima cuidadosamente las características sociodemográficas de
las familias actuales, la reconfiguración de los vínculos, de las parejas
y de las posibilidades de realización individual que han implicado que
los abuelos asuman funciones de cuidadores de adolescentes, lo que
conduce a un tipo particular de reconfiguración de los roles y de los
vínculos familiares. Una situación que, actualmente, hace parte del día
a día de un gran número de familias que se encuentran sumergidas en
los avatares de la sociedad contemporánea y en la reacomodación de
acuerdo con las nuevas necesidades y expectativas personales.
De igual forma, alrededor de las reflexiones sobre la sociedad
contemporánea, ofrecemos también el trabajo del investigador
Herwin Eduardo Cardona Quitián titulado Lazo perverso: sobre
la subjetividad en la sociedad contemporánea. El profesor Cardona
establece relaciones funcionales entre las particularidades de la
sociedad contemporánea estructurada desde el discurso capitalista con
las estructuras psíquicas planteadas por el psicoanálisis para tratar de
señalar los puntos críticos y evidenciar las condiciones favorables para
la emergencia de un sujeto psicótico o perverso que, según el autor,
en la clave de la lógica capitalista encuentra los anclajes necesarios a
dichas estructuras en la melancolía que se ubica como hallazgo en el
relato de experiencias, recurso utilizado por el autor para apoyar su
análisis, y mostrar cómo el sujeto contemporáneo deviene volcado hacia
6
su propio yo en la construcción del objeto, lo que trae los respectivos
efectos autodestructivos.
En la misma línea de dar una mirada desde postulados
psicoanalíticos a problemáticas contemporáneas, el profesor Enrique
Hernández García Rebollo presenta su trabajo Cultura visual
contemporánea, subjetividad y psicoanálisis freudo-lacaniano: de
las sensaciones al pensamiento. El profesor Hernández usa como
detonante e hilo conductor inicial la película Un método peligroso y a
través de ella perfila la importancia de las imágenes –del cuerpo- en
los juegos psicodinámicos y relieva el valor de la imagen van más allá
de los ejercicios fisiológicos de la percepción. En este sentido conduce
su desarrollo Alrededor de lo que denomina como la cualidad acrítica
de la cultura visual contemporánea, problema que adquiere gran
relevancia si se considera que hoy la cultura de masas está soportada
en el desarrollo de los mass media que favorecen lo visual. De esta
forma el autor plantea la subjetividad visual acrítica y en torno a esta
categoría pone en diálogo diferentes aportes teóricos y da entrada a
los postulados psicoanalíticos que entrama con discursos más técnicos
sobre la comunicación.
En el mismo orden establecido desde el discurso psicoanalítico,
presentamos el artículo de la psicóloga Catalina Angel Valencia titulado
Cortes a flor de piel: una aproximación psicoanalítica a la conducta de
la autoincisión en la adolescencia. Un trabajo derivado de investigación
que centra su mirada en la práctica de la autoincisión que, aunque no
es nueva, la autora la observa en la actualidad de los adolescentes bajo
el prisma de la teoría psicoanalítica como el resultado de transacciones
psíquicas. La autora revisa las consideraciones sobre autoincisiones
y lo aportes del psicoanálisis sobre la adolescencia para establecer el
compromiso de lo inconsciente en una práctica que, por definición, ha
tendido a considerarse consciente.
Ahora, dando un giro al discurso, pero en la misma línea de los
trabajos que abordan problemáticas sociales, tenemos el artículo
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Estudio de clima organizacional realizado en una ONG orientada a la
protección de la infancia de la investigadora María Alejandra Gómez
Vélez . La esfera de lo laboral es un tema de importancia si se quiere velar
por unas condiciones de vida dignas de las personas en la sociedad. En
el texto se observa cómo hoy los estudios de clima organizacional, como
el que presenta la profesora, han ganado un lugar importante porque
permiten aplicar correctivos y mejorar no sólo en bien de las empresas
sino en aspectos en torno a la promoción del bienestar de los empleados
y funcionarios. En esta medida el trabajo derivado de investigación
brinda a esta ONG en particular la posibilidad de trabajar sobre las
percepciones de los procesos de la organización de los empleados y
la orientación de decisiones administrativas. Esta forma de trabajo
da cuenta de la aplicación práctica de la investigación, algo que se ha
venido reclamando a las ciencias sociales. En este orden de ideas con
la investigación pudieron trabajar sobre diez variables e identificar la
necesidad de implementar programas de salud y de seguridad y mejora
la comunicación, aspectos que van a mejorar el clima organizacional de
la ONG. Este trabajo se constituye también en un aporte metodológico
para otras investigaciones sobre clima organizacional en otras
organizaciones.
También en la vía de los estudios aplicado a las organizaciones
el Investigador Carlos Alberto Palacio Gómez presenta su trabajo
Biología Cultural, psicología social y sinergia organizacional. El
profesor Palacio conduce su discurso en torno al principio fundante
del ser humano como biológico y cultural, ser vivo y ser cultural
simultáneamente. Este principio abre otro universo de comprensión de
amplia aplicación que en el presente caso está dirigido a los aportes
que de allí se derivan para el análisis que hace la psicología social en
las organizaciones y la piscología social de las organizaciones. Según el
autor, en clave dialógica, ambas perspectivas pueden recibir un aporte
fundamental de la biología cultural. El reconocimiento del importante
papel que cumple la emoción como fundamento no racional de la razón y
8
que está presente en las interacciones entre los individuos que conviven
en las organizaciones. Es así como se revisan las interacciones entre los
diferentes tipos de coordinación y liderazgo en las organizaciones. El
artículo nos conduce a una propuesta que soportada en los elementos
considerados de la psicología social en las organizaciones, de la
psicología social de las organizaciones y de la biología cultural, abre la
posibilidad para el vivir ético y la sinergia en las organizaciones.
También en las fronteras de la psicología social con el artículo
Imaginarios sociales urbanos relacionados con los conjuntos
residenciales cerrados en Valledupar es el sociólogo Hermes Emilio
Martínez Barrios quien recibe la palabra en nuestra revista con
este producto de investigación etnográfica. El profesor Martínez es
bienvenido a esta serie de trabajos que se ocupan problemas sociales
concretos que se viven el país como es la vida en los conjuntos
residenciales, lo que considera como un caso particular de segregación
que trae consigo cambios en las formas de vida de los individuos. Con la
investigación se pretende dar cuenta de aquellos elementos materiales
e inmateriales de los imaginarios sociales urbanos que construyen los
individuos que habitan en cuatro conjuntos residenciales cerrados en la
ciudad de Valledupar e impactan la identidad y las relaciones sociales.
Por otra parte los investigadores Luis Porta, María Marta Yedaide
y Jonathan Aguirre se ocupan, con su trabajo Relatos que cuentan
los grandes maestros. En búsqueda de clave para la formación de
formadores, de un problema también actual y pertinente. Interesados
en la formación de formadores como un asunto en el que confluyen
intereses de tipo político y académico, se hace una aproximación a los
universos simbólicos de los formadores para comprenderlos a través de
sus propias narraciones que contienen las marcas de las construcciones
intersubjetivas. Además plantean que este tipo de trabajos puede ser
una forma de aporte para la transformación de las realidades, en este
caso de las construidas en las prácticas de formación. El trabajo en
mención logra un impacto en el aspecto metodológico pues la narrativa
9
queda en el centro del proceso investigativo y desde allí se señalan sus
bondades para el abordaje de las cuestiones esencialmente humanas
como el acto de la formación de profesionales.
Por último, en la escena de una discusión actual que siempre ha
tenido un lugar abierto en el programa de psicología de la Institución
Universitaria de Envigado, el profesor Alejandro León presenta su
trabajo Crítica al nuevo modelo hermenéutico posracionalista,
con la intensión de establecer de manera clara las diferencias que
se encuentran en las derivaciones del modelo posracionalista de
psicoterapia cognitiva propuesto por Vittorio Guidano el autor hace un
recorrido que descentra la propuesta del Dr. Arciero hacia el lugar de
una de las vertientes del modelo con fuerte desarrollo en Italia. Para
el efecto el profesor León inicia el recorrido por postulados básicos de
Guidano para señalar las rupturas y establecer, para los entendidos
del modelo posracionalista de psicoterapia, no el final de un enfoque
sino su fecundidad en las derivaciones posteriores unas más cercanas
a la línea marcada por Guidano y la del Dr. Arciero como una ruta
particular que no releva el modelo del iniciador de la psicoterapia
cognitiva posracionalista sino que propone otro modelo de psicoterapia
con diferencias fundamentales.
Ya presentados a los lectores los productos de este número resta
solo invitarlos a continuar el desarrollo de propuestas que hagan de las
ciencias sociales verdaderas ciencias de la vida social que contribuyan
a su comprensión y transformación.
Álvaro Ramírez Botero
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Violencia simbólica
hacia las mujeres enUniversitaria
imágenes publicitarias
de medios televisivos...
Katharsis–Institución
de Envigado
Violencia simbólica hacia las mujeres
en imágenes publicitarias de medios
televisivos venezolanos*
Symbolic violence against women in advertising images of the
venezuelan television stations
Rosa Amaya**
Zoila Amaya***
Resumen
El objetivo del estudio es interpretar la trama de significados en la imagen publicitaria
de las mujeres en los comerciales televisivos, dado que la imagen femenina está cada
vez más influenciada por los lineamientos de la industria cultural y del mercado.
Desde la perspectiva epistemológica, el estudio se fundamenta en los estudios
sociológicos, de género y de comunicación con el enfoque sobre violencia simbólica
de Bourdieu y los aportes de van Zoonen, Radl Philipp y Fagoaga, entre otros. La
investigación se abordó metodológicamente a través del análisis de contenido de
una muestra representativa de veinte comerciales, seleccionados aleatoriamente a
partir de un universo constituido por los mensajes publicitarios, protagonizados por
mujeres y transmitidos por dos canales privados de televisión abierta en Venezuela,
durante el primer semestre de 2013. Los resultados dan cuenta de la necesidad
de concientización de la sociedad venezolana con respecto al ser y el hacer de las
mujeres venezolanas en relación con la imagen corporal, supeditada en la actualidad
al dominio simbólico mediático.
Palabras clave: violencia simbólica, imágenes, medios, mujeres.
*
**
***
Artículo de reflexión, producto de investigación de la línea Industria Cultural y Consumo Cultural,
del Doctorado de Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de
Carabobo, Venezuela.
Licenciada en Educación. Doctora en Educación. Docente e investigadora de la Facultad de
Ciencias de la Educación de la Universidad de Carabobo, Venezuela. Dirección electrónica:
amayarosa@gmail.com
Economista. Doctorando en Ciencias Sociales. Mención Estudios Culturales. Docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Carabobo, Venezuela.
Dirección electrónica: zoila.amaya@gmail.com
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 11-25 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
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Rosa Amaya, Zoila Amaya
Abstract
The objective of the study is to interpret the plot of meanings in the advertising image of
women in television commercials since, the image of women is increasingly influenced
by the guidelines of the cultural industry and the market. By the epistemological
perspective, the study is based on sociological studies, gender and communication
with the focus on symbolic violence of Bourdieu, the contributions of van Zoonen,
Radl Phillip and Fagoaga, between others. The research is methodologically
addressed through the content analysis of a representative sample of commercial
twenty randomly selected from a universe consisting of advertisements, featuring
women, transmitted by two private TV stations opened in Venezuela during the first
half of 2013. Results demonstrated the need for awareness of venezuelan society with
respect to being and doing of venezuelan women in relation to body image, subject to
the media today symbolic domain.
Keywords: symbolic violence, image, media, women.
Introducción
El proceso de globalización y la expansión de los medios de
comunicación han socavado las prácticas, las costumbres y los espacios
relacionales tradicionales de la sociedad occidental, al poner de relieve
nuevos estilos de vida correlacionados con lo que Debord (1994)
denominó “La sociedad del espectáculo”. Este vasto conglomerado
simbólico, caracterizado por la producción y distribución de programas
de contenido banal, el acceso a grandes cantidades de material
pornográfico a través de Internet y el uso de las redes sociales como
mecanismos cotidianos de interacción, ha sido propiciatorio de cambios
en las relaciones de género, que determinan no sólo la forma en que
las mujeres construyen su identidad y se perciben a sí mismas y a sus
cuerpos, sino también la concepción y expectativas de los hombres
respecto al sexo opuesto.
El cuerpo femenino se ha convertido en el elemento imprescindible
para promocionar un sinfín de objetos consumibles y, paralelamente,
ofrecer un estilo de vida estereotipado, reproducido simbólicamente
a través de las diferentes pautas publicitarias de los medios de
12
Katharsis
Violencia simbólica hacia las mujeres en imágenes publicitarias de medios televisivos...
comunicación. Dentro de ese universo mediático globalizado, las
mujeres son inducidas, a través de la manipulación simbólica, a una
permanente reinvención de sí mismas al ritmo de los cambios impuestos
por la industria cultural y por el mercado.
El cuerpo se ha convertido en parte de un proyecto en el que hemos
de trabajar, proyecto que va vinculado a la identidad del yo de una
persona. […]. Así, el cuerpo es un “signo”, es un “mensaje” que habla de
su propietario (Martínez, 2004, p. 140).
En Venezuela es notoria la reificación de la imagen femenina en
un sinnúmero de anuncios televisivos, reproductores de un modelo
estereotipado y hegemónico de la feminidad: mujeres blancas, altas,
delgadas y exitosas en el aspecto axiológico. Se trata de una dinámica
cultural caracterizada por el ejercicio de una explícita violencia
simbólica que anula el valor de la persona real y niega la riqueza
fenotípica de las venezolanas quienes, por otra parte, se han convertido
en las mayores consumidoras de la amplia variedad de mercancías
ofrecidas por la industria de la estética, la moda y los cosméticos.
Dentro de ese contexto problematizado resultó de interés realizar
una investigación para poner de manifiesto la manera en que los
mensajes publicitarios televisivos constituyen una fuente de violencia
simbólica a través de la producción y distribución de imágenes de
subordinación y reificación, condicionantes de las representaciones, de
la subjetividad y de la identidad de las venezolanas. En este sentido, el
propósito de la investigación fue interpretar la trama de significados
en la imagen publicitaria de las mujeres en los comerciales televisivos.
Metodológicamente, el estudio se abordó a través del análisis de
contenido.
La violencia simbólica hacia las mujeres en las pautas
publicitarias
El ámbito de la publicidad no está reservado a los estudios
culturales o de género, dado que ha sido abordado desde la teoría
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 11-25 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
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Rosa Amaya, Zoila Amaya
crítica, la psicología, la sociología y la semiótica, entre otras áreas
que han encontrado en el mismo un vasto campo para el análisis de
las representaciones relativas al género. Sin embargo, los Feminist
Media Studies, sin llegar a establecerse como un área de investigación
plenamente consolidada, se han incrementado notablemente en
las últimas cuatro décadas. Dentro de esta corriente, con decidida
orientación transdisciplinaria, se destacan los trabajos de van Zoonen
(1994), Radl (1993) y Fagoaga (1995), quienes se aproximan al tema del
género y de los medios desde la sociología y la comunicación.
En su conjunto, las investigaciones de las autoras antes citadas
contribuyen a la comprensión del papel desempeñado por los medios
en las representaciones acerca del género en las sociedades actuales, al
exponer los vínculos entre los ámbitos constituyentes de la experiencia
y la definición social del rol del género femenino. No obstante el
reconocido incremento del número de investigaciones, paralelo al
crecimiento de la importancia de los medios de comunicación, existe
una apercepción de que los estudios sobre género y comunicación son
fragmentarios y marginales. Esta sensación es compartida por autoras
como Gallego (2002), Fagoaga (1995) y van Zoonen (1994). Esta última
encuentra el obstáculo en la naturaleza intrínsecamente política del
proyecto académico feminista, es decir, en la tríada teoría, política
y activismo, que ha incidido notablemente tanto en los diferentes
momentos del movimiento como en la recepción y en el auge de las
investigaciones en la materia.
De igual manera, para Fagoaga (1995) las dos grandes corrientes de
la teoría feminista, sostenidas en los dilatados principios de la igualdad
y de la diferencia, tienen dificultades en converger en la teorización
y, por tanto, se encuentran grandes vacíos en la investigación. Para
la autora, “se precisa un acercamiento que ilumine investigaciones
próximas pues mientras tanto se está más cerca de posiciones políticas
que del conocimiento empíricamente aceptado” (Fagoaga, 1995, p. 68).
14
Katharsis
Violencia simbólica hacia las mujeres en imágenes publicitarias de medios televisivos...
Como ejemplo de lo planteado por van Zoonen (1994) y Fagoaga
(1995), en el caso concreto de Venezuela, puede citarse el trabajo de
Colomina (1976), quien alineada en un pensamiento crítico y desde
el contexto de la comunicación, realizó un exhaustivo análisis de la
imagen de las mujeres en revistas, la radio y la televisión a través del
análisis de novelas, pautas publicitarias, cómics, entre otros, pero cuya
obra ha sido desestimada en la medida en que cambiaba el activismo
y la ideología política de la autora. La inseparabilidad del activismo
político de la investigación supone, desde el punto de vista de van
Zoonen (1994) una dificultad para los Feminist Media Studies en su
interés de aglutinar a los investigadores en un proyecto teóricamente
bien definido.
Así entonces, para los efectos teóricos de este estudio se acogen
las premisas de van Zoonen (1994), Radl (1993) y Fagoaga (1995),
de acuerdo con las cuales la definición social de género está inscrita
dentro de unas relaciones de poder insertas dentro de una determinada
estructura económica con características específicas. De igual manera,
la construcción del género no solo se produce en los medios femeninos,
la misma involucra tanto a los hombres como a las mujeres.
Adicionalmente, se utiliza como categoría clave dentro de la
investigación el concepto de violencia simbólica de Bourdieu (2000). La
vinculación de esta noción con los estudios sobre género y los medios
no es nueva, Radl (2011), como resultado de una de sus investigaciones,
enfáticamente indicó: “Los medios de comunicación de masas
modernos producen en realidad una violencia simbólica contra las
mujeres” (p. 2). Esta noción, de naturaleza sociológica, fue acuñada
por Bourdieu para referirse a la reproducción de una cierta ideología
carismática tendente a naturalizar las relaciones desiguales de poder
donde los dominados aceptan irrestrictamente una ideología concreta
como una especie de destino moral. Refiere Bourdieu (2000) una
sumisión paradójica, una violencia amortiguada, insensible e invisible
para sus propias víctimas, ejercida básicamente a través de los caminos
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 11-25 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
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Rosa Amaya, Zoila Amaya
estrictamente simbólicos de la comunicación y del conocimiento o, más
exactamente, del desconocimiento, del reconocimiento o, en último
término, del sentimiento. La violencia simbólica tiene la apariencia de
una sumisión sin necesidad, una especie de servidumbre voluntaria. “…
si es conveniente recordar que los dominados contribuyen siempre a su
propia dominación, hay que recordar de inmediato que las disposiciones
que los inclinan a esta complicidad son también el efecto, incorporado
de la dominación” (Vásquez, 2002, p. 149).
De acuerdo con Bourdieu (2000), la violencia simbólica naturaliza la
arbitrariedad en las relaciones sociales. Esta forma particular de ser y
estar en el mundo es una forma de violencia, no diferente a la violencia
material en virtud de que, entre sus objetivos, se encuentra también
el cuerpo y es connotada como violencia por ser un acto arbitrario–
arbitrario cultural– e impuesto. La diferencia radical con los otros
modos de violencia es su legitimación por parte de los dominados al
desconocer su condición de arbitrariedad, transformándose la fuerza
en representaciones, creencias y relaciones de sentido que terminan
por imponer determinadas formas de pensar y de actuar.
De acuerdo con Galeana (2004), una gran cantidad de mensajes
e imágenes transmitidas por los medios de comunicación de masas
tienden a reforzar los estereotipos de la violencia y de la sumisión.
Según Radl (1993): “Los muy diversos estudios sobre la mujer en los
medios de comunicación llegan una y otra vez a la conclusión de que
persisten los estereotipos tradicionales sobre el rol femenino” (p.
84). Por su parte, Toldos (2013) reflexiona acerca de la imagen de los
hombres y de las mujeres reproducida en los mensajes publicitarios y
encuentra que la mayoría de los anuncios son de tipo sexista y presentan
relaciones de competitividad entre las mujeres. Estas no sólo deben
ser eficientes en el hogar sino también tener las medidas corporales
perfectas y estar siempre bellísimas, mientras los varones transmiten
permanentemente la imagen de profesionalidad y experticia. “Todas
estas imágenes y representaciones de varones y mujeres influyen en
16
Katharsis
Violencia simbólica hacia las mujeres en imágenes publicitarias de medios televisivos...
nuestros esquemas de género y modelos que de ellos y ellas tenemos
y que trasladamos a nuestra vida diaria” (Toldos, 2013, p. 287). Los
argumentos de los mensajes publicitarios están asociados a la violencia
al enfatizar valores como la competitividad, la dominación, el poder y
la imposición de la voluntad propia por encima de los otros.
En no pocas ocasiones la violencia simbólica se ejerce a través
de la manipulación de información, de descubrimientos científicos
o de cuestionables argumentos médicos. Según Greer (2001), un
memorándum de la Asociación Americana de Cirujanos Plásticos,
dirigido al organismo para el Control de Alimentos y Medicamentos,
fijaba posición respecto a los senos pequeños: “Existe un corpus
considerable y creciente de opiniones médicas que consideran de hecho
que esas deformidades son una enfermedad” (p. 53). Aun cuando se
reconoce que la medida del busto de la mujer promedio se ha ido
reduciendo, el prototipo de busto femenino está basado en las copas
tallas C y D de las modelos de la revista Playboy, proporciones que se
mantienen desde el año 1990.
Las medidas, los atributos y las características de los rostros,
piernas y cuerpos perfectos emergen con la precisión y la rigurosidad
objetiva de lo científico desde los laboratorios de universidades,
atraviesan distorsionándose los medios de comunicación para
instalarse definitivamente en la conciencia de la población. Examinar
los medios y los mensajes en torno al cuerpo femenino consistiría en
dimensionarlos como instituciones al servicio de la industria cultural
y de los mercados.
Esta reflexión se vuelve acuciante en sociedades como la venezolana,
con una pirámide demográfica estructurada hasta finales del siglo xx
por una amplia proporción de jóvenes para quienes el envejecimiento
es un mal difícil de aceptar y donde las formas de lo femenino se
encuentran estrictamente demarcadas por la tradición, los estereotipos
y los prejuicios impuestos desde los medios de comunicación y los
concursos de belleza.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 11-25 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
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Rosa Amaya, Zoila Amaya
La elevada demanda social de belleza en Venezuela ha contribuido
a la proliferación y al consumo de productos y servicios lícitos e
ilícitos, no pocas veces con resultados lamentables para la salud y la
vida de muchas mujeres. Una creciente proporción de venezolanas
son empujadas diariamente a someterse a múltiples procedimientos
estéticos y quirúrgicos en la búsqueda de unas formas corporales
sustentadas en una feminidad mediatizada.
Metodología
La investigación, de corte cualitativo, se abordó a través de
“una de las técnicas utilizadas tradicionalmente para decodificar
los mensajes manifiestos, latentes e incluso ocultos, plasmados en
los diferentes medios de comunicación de masas” (Cabero, 1998,
p. 149), como lo es el análisis de contenido. Esta técnica permite
estudiar y analizar la comunicación de manera objetiva, sistemática
y formular “inferencias reproducibles y válidas que puedan aplicarse
a su contexto” (Krippendorff, 1990, p.28). Morse (2003) sostiene: “El
análisis de contenido es útil –y a menudo necesario– para organizar
los datos cualitativos. Facilita mucho el análisis de los conceptos y
su identificación y es usado comúnmente como técnica de análisis
cualitativo” (p. 46). Con respecto al proceso de análisis, se siguieron los
siguientes cuatro pasos secuenciales:
1.Preanálisis: en esta fase se identificó el universo y se seleccionó la
muestra. El universo abarcó los comerciales televisivos del horario
vespertino de los canales privados de la televisión abierta de
Venezuela, Venevisión y Televen, durante el primer semestre del año
2013. La muestra correspondiente, seleccionada aleatoriamente,
fueron los comerciales donde la imagen femenina es el núcleo de la
pauta. La clasificación se realizó de acuerdo con el tipo de producto
anunciado y el grado de utilización de los atributos femeninos
para promocionar la mercancía, lo que dio origen a las unidades
de análisis. Se observaron veinte comerciales: limpiador de pocetas
18
Katharsis
Violencia simbólica hacia las mujeres en imágenes publicitarias de medios televisivos...
Mas, desodorante Axe, Carefree brisa, Johnson’s baby, crema
Nívea, zapatos María Pizzola, zapatos Full Time, zapatos Vic Matie,
Stayfree, Cocosette, Savoy, salchichas Plumrose, jamón Plumrose,
diablitos Underwood, Maltín Polar light, Raid Max, Advil, Bisolvon,
productos P&G, camisas KE.
2.Categorización: este paso consistió en el establecimiento de
las categorías o variables de estudio que sirven de análisis y
de interpretación de la imagen del mensaje. Para este estudio
se establecieron las categorías 1) atributos físicos resaltantes,
subcategorías: belleza, juventud, delgadez; 2) valores y característica
que se enfatizan, subcategorías: éxito, intelecto, dinamismo; 3)
tareas y funciones desarrolladas, subcategorías: profesionales,
del hogar; 4) posición de la mujer en el comercial, subcategorías:
experta, vendedora, consumidora; 5) grado en que el producto está
dirigido a la mujer, subcategorías: bajo, medio, alto.
3. Codificación: es el proceso de estructuración y sistematización de
los datos en el cual las características del contenido de un mensaje
son transformadas a unidades que permiten su descripción y
análisis. En esta etapa se elaboró una matriz de codificación donde
se plasmó la posición de las categorías y las subcategorías de análisis
en el mensaje o comercial seleccionado.
4.Análisis e interpretación: comprende el desarrollo de
las diferentes operaciones estadísticas, síntesis, inferencia e
interpretación de los resultados.
Definición de las categorías:
Atributos físicos: se refiere a la parte visible de la figura femenina
relacionados con la edad, el fenotipo y la apariencia personal.
Valores y característica: se entiende como la proyección que se
hace en el comercial de la parte intelectual, exitosa o el dinamismo
físico de la mujer.
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Rosa Amaya, Zoila Amaya
Tareas y funciones: hace referencia a si las actividades que desarrolla
la mujer en el comercial pertenecen al ámbito de lo público:
ejecutivas, profesionales, trabajadoras. O al ámbito privado: ama
de casa, atención del hogar, cuidadora de niños.
Posición dentro del comercial: se entiende como el rol que le
es asignado a la mujer en el comercial: experta en el producto
promocionado, consumidora del mismo o imagen.
Grado de correspondencia: esta categoría implica el grado (bajo,
medio, alto) en que el producto promocionado está dirigido al sector
femenino.
Resultados
El análisis de contenido de las pautas publicitarias televisivas se
realizó de manera cualitativa a través de la descripción e interpretación
de las observaciones correspondientes a las imágenes, no al eslogan
del comercial. Si bien, de acuerdo con Thompson (1998), los mensajes
mediáticos no se producen en el vacío sino dentro de un universo
simbólico y de sentido que puede ser asimilado o resignificado por los
receptores, en los mensajes televisivos analizados la promoción del
producto parece estar en estrecha conexión con la promoción de unas
formas y estilos de vida concretos y en atención a un tipo hegemónico
de ideal femenino.
En este sentido, se destacan los siguientes elementos: la imagen de
las mujeres en sus facetas de vendedora, consumidora o experta, se
convierte en el elemento clave dentro de los mensajes publicitarios,
independientemente del producto ofrecido. La personalidad se despliega
dentro de un contexto de actividades que refuerzan ciertos roles: ama
de casa, oficinista o maestra de escuela y enfatiza los estereotipos de
las mujeres como responsables de los asuntos domésticos y de las
actividades escolares de los niños. Aunque a raíz de las regulaciones
introducidas en Venezuela con la Ley de Responsabilidad Social en
Radio y Televisión se eluden los mensajes sexualmente explícitos, de
20
Katharsis
Violencia simbólica hacia las mujeres en imágenes publicitarias de medios televisivos...
manera tácita o implícita se promociona a las mujeres como objeto
sexual.
En la totalidad de los anuncios se mantiene el estereotipo de la mujer
joven, de raza blanca, delgada, con piel, dientes, cabello y cuerpos
perfectamente cuidados y tratados. De acuerdo con García y Martínez
(2009), en los anuncios donde las mujeres aparecen como protagonistas
de la imagen representada, las mismas se transforman en un elemento
decorativo de la pauta publicitaria. “Esta tendencia aparece como
un elemento clave en la reacción de las personas receptoras de los
contenidos publicitarios” (p. 8).
Por otra parte, desde el plano axiológico se promociona una mujer
exitosa, de mediano o elevado poder adquisitivo evidente en los
escenarios y artefactos utilizados en la pauta: hogar, cocina, mobiliario,
dispositivos móviles, vehículos, sitios de reunión y esparcimiento,
habitación, vestuario, calzado. A continuación se presenta el análisis
de siete de los veinte anuncios televisivos analizados1:
El comercial del limpiador de pocetas Mas ha acompañado a varias
generaciones de venezolanos, con cerca de 50 años en la televisión, ha
mantenido a las mujeres reificadas y atadas a la limpieza de baños.
Bajo una aparente inocencia se oculta la grotesca representación de la
mujer, encarnada en una poceta o la poceta encarnada en una mujer
de grandes pestañas y labios rojos. La imagen se reproduce en la
etiqueta del producto y ha sido tal su influencia que puede encontrarse
en Youtube desde una bajtiniana entrevista a la denominada “señora
poceta”2 hasta comentarios como los siguientes: “Dios!! Qué bueno,
gracias, esa poceta me crió más que mi propia madre”, “Esa poceta
fue mi infancia!!!!!! XD!!!”. En el comercial de poceta Mas, el producto
promocionado se dirige a una mujer-objeto de apariencia juvenil que
1
Se coloca a pie de página el link de los comerciales televisivos disponibles también en
internet.
2http://www.youtube.com/watch?v=ridSgV3EXuM
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Rosa Amaya, Zoila Amaya
hace las veces de consumidora-experta ama de casa con un alto grado
de compromiso.
La imagen de las mujeres como objeto sexual es reforzada en el
comercial del desodorante Axe para la televisión venezolana. Los glúteos
y las piernas de un numeroso grupo de jóvenes de sexo femenino en
ropa interior pasan al primer plano en un papel de absoluta pasividad
con un alto grado de compromiso de la mujer en la promoción de un
producto para hombres cuya meta, de acuerdo con la publicidad, es
acumular mujeres y llenarse de problemas.
Por otra parte, en el comercial de Carefree brisa,3 producto destinado
a la higiene íntima, se vincula el consumo y el uso del producto al éxito
en la vida social y afectiva. En este sentido, la capacidad para establecer
relaciones sociales y de pareja no dependen de las capacidades
intelectuales y relacionales de la persona sino del aspecto físico y de las
condiciones materiales de la existencia, evidentes en la habitación, el
baño, la vivienda, el teléfono móvil, el vestuario y los lugares de reunión,
también promocionados junto con el producto. El comercial muestra
a una mujer joven, delgada, de apariencia feliz y exitosa, aunque sin
referencia a su campo de actividad, es consumidora del producto con
un alto grado de compromiso.
Con respecto al comercial de zapatos escolares María Pizzola, 4
se observa en escena a una estudiante de educación básica general,
impaciente porque finalice la sesión de clase. El sonido del timbre genera
una euforia colectiva y las colegialas celebran al ritmo del baile. En la
coreografía se destaca a la joven, liberada del uniforme escolar, lucir
al descubierto su abdomen plano. Este comercial reafirma los rasgos
típicos de las mujeres utilizadas en la publicidad, jóvenes delgadas en
el papel de consumidoras con un alto grado de compromiso.
3http://www.youtube.com/watch?v=RrzO73iMUuA
4
22
http://www.youtube.com/watch?v=ApgdKvx9JGQ
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Violencia simbólica hacia las mujeres en imágenes publicitarias de medios televisivos...
Asimismo, en el comercial de Stayfree, otro producto dirigido a
la higiene femenina se destaca nuevamente el prototipo de la mujer
joven, en esta ocasión profesional experta para certificar los beneficios
del producto. Nuevamente, el grado de compromiso de la mujer es
alto en este comercial; sin embargo, al final los resultados deben ser
corroborados por el experto masculino. Esto coincide con lo observado
por García y Martínez (2009):“el hecho de que las mujeres sean quienes
aparecen en los escenarios publicitarios no implica que estas adquieran
la autoridad sobre el producto anunciado” (p. 8).
Con relación al comercial de Cocosette,5 este presenta a la mujer
seductora, objeto de deseo, juvenil, delgada y de cuerpo perfecto,
posicionada como consumidora con un alto nivel de compromiso en la
promoción de un producto neutro. En tanto, el comercial de salchichas
Plumrose6 promociona, mediante la puesta en escena de un grupo de
pequeños, un producto alimenticio dirigido a la familia. La niña se
convierte en la protagonista del grupo mientras la madre se transforma
en la espectadora. En el comercial se mantiene el prototipo de mujer
ya suficientemente descrito, joven, blanca, entusiasta, consumidora del
producto y ama de casa.
Conclusión
Los esfuerzos históricos emprendidos por las mujeres para alcanzar
reconocimiento, visibilización y participación en las áreas política,
laborales y académicas serán insuficientes hasta tanto no se hagan
conscientes de los estereotipos que inciden en la construcción de su
identidad, del trato a sí misma, a su cuerpo y a sus semejantes. De acuerdo
con Fagoaga (1995), los medios de comunicación constituyen una
institución poderosa con una capacidad socializadora aun mayor que el
sistema educativo o la familia. Estos medios continúan “reafirmándose
en una construcción del género que no se corresponde ya con la realidad
5http://www.youtube.com/watch?v=DFzwhtlmN-c
6http://www.youtube.com/watch?v=MNGLwmezS9o
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Rosa Amaya, Zoila Amaya
social y que más bien puede medirse como un reiterado intento de
mostrar valores residuales como valores dominantes” (Fagoaga, 1995,
p. 67).
En los mensajes publicitarios venezolanos, entendidos como
discursos, se sublima un estilo de vida diseñado por la industria cultural
en función de los intereses de los mercados: cosmética, peluquería,
belleza, salud, moda, servicios de gimnasia y estética, que esclaviza
a las mujeres venezolanas al consumo irracional de toda clase de
mercancías superfluas, incluso, las mismas mujeres son transformadas
en mercancía.
De acuerdo con el reflejo de los comerciales televisivos, el éxito y la
felicidad están sustentados en la obtención de unos medios materiales
propios de un estilo de vida. Se desestima el aspecto axiológico, la
inversión en educación y la capacidad intelectual al enfocar el consumo
hacia el aspecto físico-corporal.
No se valora en la imagen creada y reproducida mediáticamente la
riqueza y pluralidad tanto cultural como fenotípica de la venezolana.
Este hecho ha sido denominado por Fagoaga (1995) “aniquilación
simbólica” para aludir a los procesos mediáticos con tendencia a
construir recurrentemente imágenes de desigualdad o que aniquilan
simbólicamente a determinados grupos sociales.
En suma, el análisis de contenido de las imágenes publicitarias de
las mujeres venezolanas abre una perspectiva para profundizar en el
examen de las formas discursivas que influyen en la naturalización de
las relaciones sociales desiguales tanto de género como de clases.
24
Katharsis
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La compleja
relación
adolescentes...
Katharsis–Institución
Universitaria
deabuelos-nietos
Envigado
La compleja relación abuelos-nietos
adolescentes.
Un panorama desde lo generacional y
su relación con las nuevas tendencias
familiares-demográficas
Grandparents and teenager grandchildren complex relationship.
An outlook from the generational and its relationship with the
new family-demographic trends.
Alejandro Klein*
Resumen
Este trabajo busca una contribución acerca de cómo los cambios familiares y
demográficos inciden en la formación de nuevos vínculos en los adultos mayores,
con respecto a su conjunto familiar y en relación con los procesos generacionales y
transgeneracionales. Se concluye que parecen surgir fracturas generacionales por las
cuales se dificulta transmitir aquello que se debería de transmitir, “rompiéndose” la
necesidad de continuidad y fidelidad con valores que tienen que ver con la herencia
y lo heredable. Los abuelos, una nueva clase de abuelos, pasan de ser cuidados a ser
cuidadores. Probablemente no hay un tipo de abuelo ni un tipo de envejecimiento
sino varios, substituyendo un modelo de vejez que se ha vuelto extremadamente
idealizado y anacrónico, y, como tal, imposible de alcanzar. Quizás la nueva noción
de “adulto mayor” se está construyendo y de allí que estemos asistiendo a una
ancianidad que se desliza en diferentes versiones.
*
Profesor Investigador y Director del Departamento de Gestión Pública y Desarrollo de
la División de Ciencias Sociales y Humanas, Campus León, Universidad de Guanajuato.
Posdoctorado en la Pontificia Universidad Católica de Rio de Janeiro. Doctor en Trabajo
Social en la Universidad Federal de Río de Janeiro. Áreas de Interés: sociedad del
envejecimiento, procesos psicosociales y generacionales, adolescencia.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 27-47 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
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Alejandro Klein
Palabras clave: envejecimiento, cambios demográficos, configuraciones familiares,
vínculos.
Abstract
This paper is meant to contribute to how family and demographic changes affect
the formation of new bonds in the elderly regarding their family integration and in
relation to generational and trans-generational processes. We conclude that some
generational fractures emerge making difficult to transmit what should transmitted,
“breaking” the need for continuity and fidelity with values that have to do with
heredity and heritable. Grandparents, a new class of grandparents, go from being
taken cared to become caregivers. Probably, there is not a type of grandfather or
a type of aging but several, replacing an aging model that has become extremely
idealized and anachronistic, and as such, impossible to achieve. Perhaps the new
notion of “elderly” is being built and because of that we are witnessing an old age that
slides in different versions.
Keywords: aging, demographic changes, family structure, bounds.
Introducción: acerca de un vínculo relevante
Los abuelos de hoy (no todos, pero sí muchos) no quieren ser abuelos
o viejos de acuerdo a los modelos heredados. No transmiten esos
modelos porque, entre otros motivos, no los quieren reproducir en ellos
mismos. Hay un efecto de detención de la transmisión intergeneracional,
probablemente inédita en las historias de las mentalidades y las culturas
desde una confrontación transgeneracional (Klein, 2003, 2004), que es
ahora parte intrínseca de la subjetividad de estos abuelos post-adultos.
Al mismo tiempo, muchos adolescentes parecen llevar adelante con
sus abuelos algo reservado al vínculo con sus padres (Klein, 2006).
Vínculo que Winnicott (1972) ha llamado “confrontación generacional”.
Se trata de una situación de enfrentamiento fuerte, asimétrico y
respetuoso y sin llegar a la violencia entre el adolescente y sus padres,
a efectos de permitir el crecimiento y experimentar autonomía. “La
confrontación se refiere a una contención que no posea características
de represalia ni de venganza, pero que tenga su propia fuerza”
28
Katharsis
La compleja relación abuelos-nietos adolescentes...
(Winnicott, 1972, p.193). La confrontación es discutir diferencias con
fuerza pero sin violencia, dentro de una zona de reglas en común,
donde se mantiene como implícito el respeto al espacio del adolescente
y adulto.
En la perspectiva de Winnicott (1972) sólo padres vivos y seguros
de sí pueden lograr soportar y sostener este vínculo con sus hijos.
Pero como se indicó, distintas circunstancias sociales, culturales
y económicas imposibilitan, transitoria o definitivamente, que los
padres se sientan seguros de sí mismos, representantes de la cultura o
miembros plenos de la sociedad. En este punto de amargura, debilidad
o desamparo, ya no pueden sostener confrontación con sus hijos, dentro
de la denominada “estructura de padres agobiados”.
Probablemente la misma se lleva adelante no pocas veces con los
abuelos. Desde esta perspectiva, podría pensarse que este tipo de vínculo
abuelos-nietos adolescentes es entonces doblemente confrontacional
y hace que ambos estén en una posición subjetiva de búsqueda. Los
nietos hacen confrontación con sus abuelos (confrontación avuncular)
y los abuelos con sus abuelos (confrontación transgeneracional).
Nuevas tendencia socio- demográficas
Simultáneamente, teniendo en cuenta los últimos 20 ó 30 años,
es posible advertir que se comienzan a perfilar fuertes procesos de
transición demográfica y nuevas realidades sociales en Latinoamérica.
En este conjunto podemos identificar los siguientes procesos
interrelacionados (Vasconcelos & Morgado, 2005):
* La transición demográfica, con disminución de la tasa de natalidad
y el envejecimiento de la población.
* Las innovaciones producto de las nuevas tecnologías de
reproducción, control de la natalidad y de prevención de
enfermedades sexualmente transmisibles, generando una
revolución particularmente en la sexualidad femenina, movimiento
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Alejandro Klein
feminista, participación plena de la mujer en el mercado del trabajo,
con disminución de disponibilidad para el cuidado doméstico.
* Creciente individualización cultural.
* Cambios en las relaciones conyugales, con aumento de familias
matrifocales (Castells, 2006) y distancia de la presencia física o
simbólica del padre.
* Fortalecimiento de la expectativa de vida, incluyendo condiciones
sanas de vida, tanto a nivel físico como psíquico.
Más allá de esta enumeración, es preciso destacar que el concepto
de “transición demográfica”, merece una mayor profundización en la
medida en que conjuga y reúne diferentes factores sociales y culturales.
La complejidad del mismo se refleja en el hecho de que actualmente
se consideran en realidad dos diferentes procesos (Lesthaeghe,
1986; Van de Kaa, 1987). Se ubican como componentes centrales de
la primera transición demográfica la tendencia a la baja en las tasas
de fecundidad y el aumento en las tasas de mortalidad, mientras que
la segunda transición daría cuenta de transformaciones profundas en
materia de nupcialidad, de cambios y nuevas formas de estructuración
en los arreglos familiares y nuevas formas de vínculos entre hombres
y hombres. Situaciones que se acompañan por: (a) incremento de la
soltería; (b) retraso del matrimonio; (c) postergación del nacimiento
del primer hijo; (d) expansión de las uniones consensuales; (e)
expansión de los nacimientos fuera del matrimonio; (f) alza de las
rupturas matrimoniales y; (g) diversificación de las modalidades de
estructuración familiar (Lesthaeghe, 1986).
De esta manera se puede indicar que estamos frente, no solo a
factores que hacen la modificación del crecimiento poblacional y el
papel del matrimonio en la vida social y privada, sino también frente
a nuevas y diferentes formas de constitución de la familia que hasta
hace un par de años eran marginales o no eran tenidas en cuenta. Las
familias monoparentales –en su mayoría encabezadas por mujeres– y
30
Katharsis
La compleja relación abuelos-nietos adolescentes...
los hogares unipersonales implican necesariamente la constitución de
nuevas subjetividades y de formas vinculares que hasta el momento
no han sido suficientemente estudiadas. Como sea, no hay duda de que
las transformaciones en las normas, las actitudes y las motivaciones
pueden ser consideradas como aspectos centrales en la transición
demográfica (García & Rojas, 2001).
Es posible destacar, de esta manera, cómo aparecen interrelacionados
a las anteriores situaciones procesos de profundización de las
motivaciones individuales, la necesidad de modificar el concepto de
“pareja”, junto a la necesidad de destacar cada vez más la autonomía
personal, en relación con la búsqueda de realización personal y del
logro de felicidad.
De allí que sea comprensible la observación de Van de Kaa (1980,
1987), en el sentido de que la segunda transición demográfica también
implica una reevaluación por parte de hombres y mujeres, de los
“costos” de oportunidad que conlleva el matrimonio y la paternidad/
maternidad (Klein, 2002, 2006). Se incluye aquí la idea de progresiva
individuación, la tendencia hacia una mayor autorrealización, la vigencia
de las perspectivas que otorgan valor a la igualdad, la emancipación y
la plena participación de las mujeres y los grupos desfavorecidos en la
sociedad1.
1
Para Van de Kaa (1980, 1987) lo más adecuado es conceptualizar los cambios culturales
que han llevado a la segunda transición en términos del avance de las tendencias progresistas (entendidas como la propensión a abrazar lo nuevo, la igualdad y la libertad), en
contraste con las posiciones conservadoras que subrayan el valor de las costumbres y la
tradición y se oponen a las transformaciones (García & Rojas, 2001). Posición con la que
discrepo. No veo indicios claros que permitan demarcar esta tendencia democratizadora como tendencia dominante. Por el contrario, varios estudios remarcan el avance de
posiciones totalitarias, conservadoras y neoevangélicas en la sociedad (Enriquez, 2001;
Aubrée, 2004, 2004a). De esta manera, no encuentro una relación directa entre las tendencias de transición demográfica y una mayor conciencia y profundización democrática.
Sugiero, por el contrario, que la misma se encuentra relacionada a diversos y contradictorios procesos, sin que sea posible advertir o destacar una sola y homogénea tendencia
socio-cultural.
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Alejandro Klein
Tendencias demográfico-familiares en América Latina
En América Latina se cuenta con diversos estudios que permiten
indicar que hasta los años ochenta existían, en el proceso de transición
demográfica, algunas diferencias regionales, especialmente entre
países como Argentina, Uruguay, Chile y otros de América Central
como México. Los primeros estaban a la vanguardia en la transición
demográfica con reducidos niveles de fecundidad y altos porcentajes
en torno a la población de mayor edad. Especialmente se destaca que la
edad media al momento de la unión era ligeramente más tardía que la
observada en el segundo grupo de países (Rossetti, 1993; CEPAL, 1994;
Cosio Zavala, 1996; Quilodrán, 2001).
La información más reciente confirma las tendencias de años
anteriores, con una paulatina disminución de las diferencias entre
regiones. De acuerdo a parámetros culturales más tradicionales, el
matrimonio sigue siendo aún una alternativa válida como opción
vincular para enorme cantidad de hombres y mujeres latinoamericanos.
La edad en la que se accede al matrimonio, sin embargo, sigue siendo una
variable significativa que diferencia al continente de otras experiencias
de transición socio-demográfica: “hacia fines del siglo xx la edad media
al momento de la unión en América Latina todavía mostraba una
diferencia considerable (aproximadamente de 3 años) con respecto a la
registrada en Estados Unidos y Canadá” (García & Rojas, 2001, p.10).
Habría que señalar además que:
el examen de las tendencias de los patrones de formación y disolución
de uniones en América Latina indica que en algunos países pueden
estarse dando algunas incipientes señales de cambio en la dirección
observada durante la segunda transición demográfica. Sin embargo,
faltaría explorar la extensión y el significado de estas transformaciones
en países social y económicamente polarizados antes de poder afirmar
que estos fenómenos son análogos a los observados en los países
desarrollados (García & Rojas, 2001, p.79).
32
Katharsis
La compleja relación abuelos-nietos adolescentes...
La familia
Diversas investigaciones señalan que surgen así nuevas tendencias
de lo que es considerado “familia” y los roles que se esperan de los
llamados “familiares” (Ellingson & Sotirin, 2006; Widmer, 2004). Los
criterios “a priori” de que familia nuclear o familia en general es similar
a hogar o a espacios residenciales preestablecidos está en revisión
(Widmer, 1999). Se hace necesario revisar además qué se considera
como familiares significativos desde estas nuevas configuraciones
(stepfamilies) ampliando el espectro de estudio más allá de la relación
matrimonial o filial (Levin & Trost, 1992; Ganong & Coleman, 2004).
Desde estas nuevas realidades se verifica que aunque algunos jóvenes y
adolescentes mantienen fuertes conexiones con sus padres luego de un
divorcio, en otra mayoría de casos la relación con al menos uno de los
progenitores se ve debilitada, viéndose fortalecida la relación con los
abuelos (Furstenberg, 1990).
Estos diferentes tipos de relaciones familiares se asocian a alta o baja
densidad de conexiones entre miembros de la familia, y con diferentes
niveles de autonomía entre ellos (Widmer, 2006). De esta manera y
contrariamente a la hipótesis del aislamiento de la familia nuclear
(Parsons, 1984), diversas investigaciones indican que los diversos
parientes mantienen relaciones emocionales, de apego y mantenimiento
de contactos regulares, experimentando diversas formas de soporte
mutuo (Adams, 1999; Coenen-Huther, J., Kellerhals, J. & Von Allmen
,1994; Fehr & Perlman, 1985).
Nos interesa especialmente, en lo que respecta a este trabajo, el
concepto del “Beanpole” como estructura familiar cuyos miembros
provienen de varias generaciones, pero con pocos miembros en cada
generación (Bengston, Rosenthal & Burton, 1990). Estas configuraciones
demuestran fuertes conexiones intergeneracionales (Coleman, 1988)
que comúnmente incluyen abuelos, tíos y tías. Por tanto, desde la
perspectiva de jóvenes y adolescentes, estos reciben cuidado y atención
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33
Alejandro Klein
de un gran número de miembros de familias interconectadas, que
incluyen generaciones previas (Furstenberg & Hughes, 1995).
Cambios en el modelo de familia
De esta manera, el patrón de la “familia nuclear”, asociado a una
estructura familiar de actividades complementarias, identidad
masculina y femenina definida, y la co-responsabilidad de los padres
para el hogar y la educación de los hijos hasta que estos alcancen una
mayoría de edad (Féres-Carneiro, 2004), aunque mantiene vigencia, ya
no es hegemónica.
Surge la consolidación de una variedad de nuevas estructuras
familiares en las sociedades industrializadas a través de diferentes y
nuevas modalidades vinculares (Harper, 2003). Es posible destacar
como una de sus características una baja del índice de fertilidad
por aplazamiento de la maternidad, la que se acompaña del ingreso
femenino al mercado laboral, con oportunidades que antes la mujer no
poseía (Harper, 2003; Hoff, 2007).
Las complejas y rápidas transformaciones políticas, económicas y
sociales coinciden en cambios significativos en la vida familiar y sus
vínculos (Rizzini, 2001). Utilizamos de esta manera cada vez más
los términos de “stepfamily” y “collected family”. Algunos de estos
cambios implican que la “interacción entre padres e hijos tiende a
declinar significativamente luego del divorcio” (Harper, 2003, p. 177).
Una consecuencia importante a los efectos de este trabajo es que los
adolescentes pierden mayoritariamente el contacto con la figura
paterna, existiendo prevalencia de la figura materna (Harper, 2003).
Ciertamente, el indicado aplazamiento de la maternidad es un
fenómeno más cercano a las mujeres de clase media y de clase alta. No
se verifica en clases sociales de bajos recursos, dato que se destaca en
la bibliografía a nivel latinoamericano. En Latinoamérica observamos
especialmente tendencias que correlacionan pobreza con embarazo y
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Katharsis
La compleja relación abuelos-nietos adolescentes...
población adolescente (Lammers, 2000), lo que implica la reproducción
de la pobreza a través de la maternidad adolescente.
Cada vez más los adolescentes viven y crecen dentro de estas nuevas
configuraciones familiares:
Los adolescentes y los jóvenes viven en familias nucleares con menor
frecuencia que los niños, se trata de algo menos que dos tercios de
los varones y las mujeres de entre 15 y 24 años. En cambio, llegados
a estas edades es más frecuente encontrarlos viviendo en una familia
extendida o compuesta (33 por ciento en comparación con 27 ciento de
los niños) (Wainerman, 1996, p. 219).
Todas estas situaciones sociales, económicas y culturales, hacen que
muchas madres después de un divorcio, presentando o no dificultades
económicas o emocionales, vuelvan a la casa de sus padres y/o suegros,
por lo que los abuelos pasan a proporcionar no sólo ayuda para sus
hijos sino también a sus nietos (Castels, 2006). Estos abuelos varias
veces actúan como “dirigentes” de la familia (Wainerman, 1996). Esta
demanda de ayuda hacia los abuelos también se verifica, aunque los
mismos no vivan permanentemente con la familia (Feres-Carneiro,
2005).
Bengtson (2001) sugiere así que los abuelos desempeñan un papel
cada vez más importante en las familias multi-generacionales. Los
efectos combinados de la mayor esperanza de vida (lo que representa
un curso de vida más largo junto a los nietos) y la fertilidad descendente
(pocos nietos), pueden tener el efecto secundario de un mayor
relacionamiento abuelos-nietos, además de abuelos que compiten por
la atención de sus pocos nietos (Uhlenberg, 2005).
Moragas (1997) destaca igualmente que la mayor longevidad propicia
una coexistencia más larga entre los abuelos y sus nietos. Harper
(2003) indica que el incremento de la longevidad se puede relacionar
con el surgimiento de roles de mayor acercamiento entre aquellos.
De esta manera, el rol de las personas de edad se modifica, pasando
de ser una persona pasiva que necesita cuidados y protección, a ser
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Alejandro Klein
un miembro activo de la familia, concediendo protección y cuidados
(Feres-Carneiro, 2005).
Estos cambios sociales y familiares implican un cambio profundo
en los papeles del abuelo y de la abuela (Fisher, 1983; Wilcoxon, 1987),
aunque estos nuevos tipos de relación abuelo-nieto no han recibido
la atención deseable, predominando la tendencia de colocar aún a los
abuelos en roles de altruismo y auto sacrificio (Hoff, 2007). Debería
ser tenido en cuenta que los abuelos que asumen papeles de extremo
cuidado lo hacen a menudo a costa de su bienestar material, físico, y
mental (Minkler, Fuller-Thomson, Miller & Driver, 1997; Kelley, 1993;
Dowdell, 2004).
El hecho es que cada vez más los adolescentes son criados por sus
abuelos lo que se valora como esencial para el desarrollo de estos (Ehrle
& Day, 1994). Rizzini (2001) precisa que: “a través de las generaciones
los niños encuentran en sus madres y en sus abuelas la presencia más
estable de sus vidas” (p. 31). Neugarten y Weinstein (1964) indican que
los abuelos actúan a veces como padres substitutos y según Bartram,
Kirkpatrick, Hecker y Prebis (1995), los datos de los E.E.U.U. indican
que los abuelos están cada vez más a cargo del cuidado integral de sus
nietos. Todos estos factores implican una modificación substancial de
la figura y el papel de los abuelos (Wilcoxon, 1987; Klein, 2009; Klein,
2009 b; Klein, 2010).
Estos elementos sugieren que una relación fundamental se está
consolidado entre los abuelos y sus nietos (Eisenberg, 1988), y se
puede indicar que: “el número de abuelos que toman responsabilidad
primarias por la educación de sus nietos se ha incrementado debido
a cambios demográficos, sociales, económicos y políticos” (Wilton &
Davey, 2006, p.15).2
2
36
Al mismo tiempo es necesario recordar que el cuidado de los abuelos es, en algunos casos,
una opción a la práctica de la institucionalización de los jóvenes con problemas con la ley
(Rizzini, 2007).
Katharsis
La compleja relación abuelos-nietos adolescentes...
Abuelos criando a sus nietos: problemas y encrucijadas
cabe duda entonces de que dentro de estas nuevas configuraciones
se va asentando la tendencia de que un gran porcentaje de abuelos
cuiden y críen a sus nietos, sean estos niños o adolescentes. Para el año
2005 se estimaba que había 4.5 millones de niños viviendo con sus
abuelas en Estados Unidos, lo que representa un incremento del 30 %
tomando como parámetro la década 1990-2000, número que tiende a
incrementarse (U.S. Census Bureau, 2002).
Los datos indican indudablemente un aumento continuo de esta
tendencia. Se estima que por los menos en 2.4 millones de hogares,
los abuelos son los únicos cuidadores de sus nietos adolescentes ( U.S.
Census Bureau, 2002). Más de la mitad de estos abuelos cuidadores
crían a sus nietos por los menos tres años, y un hogar por cada cinco lo
hace por más de una década (Minkler, 1999; Minkler & Fuller-Thomson,
2005; Motta-Maués, 2004).
Estos abuelos generalmente son requeridos para ofrecer asistencia
a sus nietos en tiempos de crisis (Baldock, 2007). Muchos jóvenes,
con sus padres encarcelados, tienden a vivir con sus abuelos,
especialmente abuelas (Smith, Krisman, Strozier & Marley, 2004).
En algunos casos estos abuelos parecen ofrecer amor incondicional y
apoyo, sin considerarlo una responsabilidad o sin evaluar cómo el rol
de cuidadores modifica sus vidas (Baldock, 2007).
De acuerdo a la revisión que Fitzgerald (2001) realiza de la literatura
especializada, hay cinco características que comparten estos abuelos
biológicos. La primera es la etnicidad. En Estados Unidos los grupos
étnicos de abuelos que más cuidado proporcionan son los AfroAmericanos y los Latinos. La segunda característica es la edad. El
promedio de edad está entre los 55 y los 59.9 años de edad. La tercera
y cuarta característica es el género y la pobreza. Se trata en general
de mujeres con plena responsabilidad por sus nietos, que son además
pobres o están por debajo de la línea de pobreza, lo que vuelve estresante
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el cuidado de los mismos y de sí mismos. Finalmente, otra característica
en común que presentan es un nivel de educación bajo. Tampoco se
puede dejar de señalar que muchas de estas abuelas son viudas o viven
solas. Según Fitzgerald (2001) muchas veces presentan dificultades
para tener el poder y el control de criar a sus nietos, especialmente si
estos son niños.
Por otro lado, se indica que hay tres grandes tipos de abuelos: los nocuidadores, los co-parentales y los que custodian (Kelch-Oliver, 2008).
Estas categorías están basadas en la cantidad de contacto que los
abuelos tienen con sus nietos y con la extensión de su responsabilidad.
Los abuelos no-cuidadores asumen cierto grado de responsabilidad
en los cuidados, pero per miten que sus nietos retornen con sus
padres biológicos. Abuelos co-parentales son aquellos que viven con
sus nietos y con al menos un padre biológico, compartiendo la crianza
de aquel. Los abuelos que custodian son aquellos que tienen plena
responsabilidad por el cuidado de sus nietos sin que participen o vivan
los padres biológicos en el hogar (Kelch-Oliver, 2008).
Hay varias razones por las que los abuelos toman plena responsabilidad
por sus nietos. Algunas de estas razones son: abuso de drogas, embarazo
adolescente, divorcio, padres que viven solos, padres en régimen de
prisión, abuso infantil, violencia doméstica, dolencia mental y física y
descuido (Lever & Wilson, 2005). De una u otra manera, cuando los
abuelos se hacen responsables del bienestar de sus nietos esto tiende a
modificar la estructura familiar (Klein, 2009, 2010).
La revisión de la literatura que hace Kelch-Oliver (2008), confirma
la perspectiva de Lever & Wilson (2005) de que la asunción por parte de
los abuelos del cuidado de sus nietos se debe a diversas problemáticas
y crisis familiares: desempleo parental, abuso de substancias,
incompetencia parental y embarazo adolescente. Otras investigaciones
(Goodman & Rao, 2007) confirman igualmente que la custodia de los
nietos se relaciona con problemas de los padres en infracciones legales
o con incompetencia en la educación de sus hijos.
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Katharsis
La compleja relación abuelos-nietos adolescentes...
Se trata, pues, para estos jóvenes, de experiencias negativas, de
decepción y de resentimiento en relación a experiencias sociales,
culturales y familiares (Sands, Goldberg-Glen & Thornton, 2005).
Pero estos déficits surgen también de parte de los abuelos. Diversas
investigaciones han indicado que muchas abuelas ocupadas en el
cuidado familiar tienen limitaciones físicas, incremento de problemas
mentales y baja satisfacción con sus vidas (Sands, R., Goldberg- Glen,
R. & Thornton, P. , 2005). El tomar la responsabilidad por sus nietos
puede ser una experiencia estresante, aunque también puede brindar
satisfacción en sus vidas (Sands et al., 2005). Se han detectado algunos
estresores en relación a la transición de roles, problemas financieros
y estrés familiar. Uno de ellos radica además en la percepción de las
abuelas en las fallas del Estado en atender las necesidades de sus
nietos (Rodgers & Jones, 1999). Los padres biológicos, por su parte,
no cumplen con la promesa de dar apoyo a sus hijos ni de visitarlos de
forma seguida (Williamsom, Softas-Nall, & Miller, 2003).
Las abuelas se sienten así carentes no solo de recursos financieros
sino además de soporte familiar y social (Goodman & Silverstein, 2006).
Sin poder establecer una relación causa-efecto, se podría pensar que
así como estas abuelas son más vulnerables a síntomas de depresión y
ansiedad (Goldberg-Glen, Sands, Cole & Cristofalo,1998; Musil, 1998;
Oburu & Palmerous, 2005), sus nietos se vuelven más vulnerables a la
transgresión y a problemas con la ley.
Los abuelos: protagonistas
Los datos presentados apuntan entonces a una situación permanente
y estructural dentro de los cambios familiares actuales: entre otros
factores, los abuelos se han vuelto protagonistas decididos de la educación
y el cuidado de sus nietos. Está siendo cada vez más reconocida en el
medio científico la importancia social y familiar de los abuelos.
Poco se sabe todavía sobre la repercusiones de la educación dada por
los abuelos a sus nietos, menos todavía cuando estos nietos se vuelven
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adolescentes y la calidad del vínculo entre ambos, en comparación con
otros vínculos familiares y otros adultos encargados de la educación.
La descripción de la familia nuclear, que desde el psicoanálisis se nutre
con la teoría del Edipo, ha descartado u olvidado el lugar del abuelo.
Las políticas públicas sociales y de salud mental deben tener en cuenta
estas nuevas realidades y ayudar con programas específicos a estos
roles que los abuelos están adoptando o volviendo a adoptar, luego de
un largo período de tiempo en que fueron apartados de los roles de
cuidado y protección de los más jóvenes integrantes de la familia.
Sin duda existen dos fenómenos nuevos. Uno es que cada vez más
jóvenes tienen la probabilidad de tener (y disfrutar o no) sus cuatro
abuelos vivos y en condiciones de salud física y mental apropiadas. Lo
que se acompaña correlativamente con que cada vez más se tiene solo
uno o ningún hermano. Es decir, un fenómeno que se podría incluir en
transición demográfica es el de mucho abuelo y el poco hermano. Un
nieto hoy se enfrenta a cambios familiares o a padres a menudo ausentes,
pero cuenta con la posibilidad de tener más atención de sus abuelos.
Hay, probablemente, una situación fraternal desde dos ópticas
diferentes. Una es que cabe pensar que los abuelos “compiten” entre sí
por la atención de este único nieto. La otra refiere a que, más allá de que
exista un aumento en la expectativa de vida, es posible indicar también
que la concepción del abuelo como transmisor de afecto o autoridad se
ha modificado. Este abuelo ya no “transmite”, también busca con su
nieto nuevas formas de vida, explorando nuevas cualidades de vida.
Como Vidal y Menzinger (2005) indica: “caminar juntos y compartir
fines de semana o fiestas es la actividad más frecuente” (p.28).
Hay un efecto de simetrización y de un punto de partida similar
o igual frente a la exploración de la vida. Los nietos exploran cómo
volverse adultos, los abuelos exploran cómo dejar de ser, dejar atrás
ese modelo de viejos que les vienen transmitidos generacionalmente.
Los dos buscan algo y en ese sentido hay una alianza de crecimiento y
cambio conjunto.
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Katharsis
La compleja relación abuelos-nietos adolescentes...
Conclusiones
La familia y el hogar pasan de ser una unidad doméstica, económica
y de intercambios afectivos a transformarse en apenas referentes. De
esta manera la familia pasa de ser un sistema experto sólido, seguro
y previsible a otro en cambio en transformación y con incertidumbre:
“ya nadie ve a la familia como la forma esencial de la organización
social, la figura inmutable que a toda costa habría que salvaguardar”
(Donzelot, 1998, p. 214). La familia comienza a transformarse a sí
misma, rediseñándose y reposicionándose, pero no solo socialmente
sino también a su interior, redefiniendo roles, vínculos y estrategias de
alianza.
En este punto aparecen distintas formas de intento de nominación
de lo incomprensible familiar, una de cuyas versiones es la nostalgia
tranquilizadora de la familia nuclear arquetípica (Klein, 2013). A una
supuesta familia “antigua” cuidadora, digna, nuclear, paterna, se le
opone una familia “moderna” en crisis, con padre ausente y descuidos
varios (Wood, 1985).
Este malestar actual hace que se asuman definiciones generales y
vagas de familia, del tipo:
hay una familia en la medida en que hay alguien de una generación que
se hace cargo de alguien de otra, o incluso cuando los vínculos generan
una asimetría en la cual alguien toma a cargo las necesidades de otro
para establecer sus cuidados autoconservativos y su subjetivación
(Bleichmar, 2009, pp. 46-47).
Sin embargo, podemos suponer que no se puede renunciar a lo
paterno, a lo filial, al concepto de pareja padre-madre (Berenstein,
1981), o el de abuelo-abuela. Pero eso no impide al mismo tiempo que
las segundas parejas que se forman o los desconciertos sobre qué es ser
padre o madre (Klein, 2007) generen incertidumbres y sentimientos de
orfandad en al menos una parte de la población infantil o adolescente.
Por otro lado, parecen surgir fracturas generacionales por las cuales se
dificulta transmitir aquello que se debería transmitir, “rompiéndose” la
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necesidad de continuidad y fidelidad con valores que tienen que ver con
la herencia y lo heredable socialmente (Klein, 2013).
Los factores anteriores parecen fomentar cierto sentimiento de
“orfandad” que, aunque pueda tener cierto tinte dramático, parece
remitir a una escena temida de la que los abuelos, y especialmente la
abuela, protegen y cuidan (Cox, 2000). Si la categoría de familia se ha
vuelto precaria, la necesidad de ser cuidado mantiene su necesidad de
estar claramente presente (Rizzini, 2007).
Los abuelos, esta nueva clase de abuelos, pasan de ser cuidados a ser
cuidadores. La bibliografía consultada indica que a veces lo hacen por
decisión, otras por imposición (U.S Census Bureau, 2002), pero, como
sea, deben garantizar este cuidado, en primer lugar a sus nietos y en
segundo lugar –quizás– a la familia toda… Probablemente no hay un
tipo de abuelo ni un tipo de envejecimiento sino varios, substituyendo
un modelo de vejez que se ha vuelto extremadamente idealizado y
anacrónico, y, como tal, imposible de alcanzar. Quizás la nueva noción
de “adulto mayor” se está construyendo y de allí que estemos asistiendo
a una ancianidad que se desliza en diferentes versiones (Szinovacz,
1998).
Al mismo tiempo, mantienen vínculos inéditos con sus nietos
adolescentes, inaugurando nuevos procesos generacionales cuyo futuro
no puede ser sino aún un interrogante.
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Katharsis
La compleja relación abuelos-nietos adolescentes...
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Lazo perverso: sobreUniversitaria
la subjetividad
la sociedad contemporánea
Katharsis–Institución
deenEnvigado
Lazo perverso: sobre la subjetividad
en la sociedad contemporánea*
Perverse bond: on subjectivity in contemporary society
Herwin Eduardo Cardona Quitián**
Resumen
Las transformaciones de la sociedad contemporánea expresadas en el neolibelalismo,
la era de la información y el hiperconsumo, han suscitado diversos debates para
tratar de explicar los efectos que tiene en el sujeto y el lazo social. El malestar
contemporáneo se diferenciaría del de otras épocas porque se pasa de un discurso
organizado, a partir de la regulación del objeto, a otro que promueve el goce sin
límites. Algunos plantean la emergencia de un sujeto posmoderno que estaría entre
la perversión y la psicosis. Analizar sus postulados es el objetivo del presente trabajo.
Palabras clave: Lazo social, sujeto, discurso capitalista, posmodernidad,
psicoanálisis.
Abstract
The transformations of contemporary society expressed in the neo-liberalism, the
age of information and the overconsumption, have raised a number of debates to
try to explain the effects on the subject and its social bonds. The contemporary
discomfort would differ from that of other times because it goes from an organized
discourse, from object regulation, to another discourse that t promotes pleasure
without limits. Some suggest the emergence of a postmodern subject that would be
between perversion and psychosis. Analyze its tenets is the aim of the present work.
Keywords: Social
psychoanalysis.
*
**
bond,
subject,
capitalist
discourse,
postmodernism,
Este trabajo hace parte del primer capítulo del trabajo de grado titulado “El engranaje del
discurso capitalista y sus efectos sobre el lazo social contemporáneo”, presentado en el
año 2012 a la Escuela de Estudios en Psicoanálisis y Cultura de la Universidad Nacional de
Colombia, para optar al título de Magister en Psicoanálisis Subjetividad y Cultura.
Licenciado en psicología y Pedagogía de la Universidad Pedagógica Nacional, Magister en
Psicoanálisis, Subjetividad y Cultura de la Universidad Nacional de Colombia, director del
centro de investigación regional Orlando Fals Borda (Red CLACSO) de la Universidad de
Cundinamarca. jonasdorado@hotmail.com
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 49-74 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
49
Herwin Eduardo Cardona Quitián
Introducción: ¿Psicóticos o perversos?
Una de las cuestiones acuciantes para el psicoanálisis en relación
con la sociedad contemporánea, es la necesidad de dilucidar si estamos
ante la emergencia de un sujeto psicótico o perverso. Varios analistas
demuestran tanto uno como otro planteamiento. Difícil es tomar
partido frente a alguno de los dos postulados, sobre todo por el calibre
de sus argumentos. Sólo la clínica tiene la última palabra y su material
será aquello que terminará inclinando la balanza.
Desafortunadamente este trabajo apenas podrá acercarse a estas
dos hipótesis. Tratará de comprender sus postulados a la luz del
análisis de sus principales argumentos. Por un lado, porque carece de
clínica, por otro, porque los hechos parecen demostrar que ninguna de
las dos hipótesis es descartable. Más bien, coexistirían en el discurso
contemporáneo como efecto de una lógica que puede traducirse en el
imperativo: ¡Goza a cualquier precio! De hecho, los autores que han
desarrollado tales hipótesis, afirman que la perversión no es más que
una defensa frente a la psicosis. Melman (2005) ha sido quizá uno
de los primeros en afirmarlo, su trabajo se centra en el análisis de la
perversión como efecto del discurso capitalista. Dufour (2007) acoge
este planteamiento, pero sus argumentos intentan demostrar que nos
encontramos en una sociedad psicotizante. Lo cierto es que ninguno
de estos dos postulados puede comprenderse sin antes analizar el
funcionamiento del discurso capitalista. Ese será el punto de partida
del presente recorrido, pues la perversión, como modalidad del lazo
social, se instituye a partir de la lógica del capital y su correlato: el
fetichismo de la mercancía.
Por su parte, la psicotización del sujeto contemporáneo sería efecto
de la crisis de lo simbólico, expresada en la caída de los grandes
relatos. Así las cosas, tanto perversión como psicosis son posibilidades
latentes en el discurso contemporáneo, donde el sujeto queda expuesto
al superyó en estado puro. Indagar sobre el estatuto del sujeto en la
contemporaneidad es el objetivo del presente trabajo.
50
Katharsis
Lazo perverso: sobre la subjetividad en la sociedad contemporánea
Queda, sin embargo, un campo por explorar en el malestar
contemporáneo: la melancolía como rasgo que puede observarse en los
múltiples casos de depresión que se diagnostican diariamente. No se
trata de introducir una tercera vía para inclinar la balanza a favor de la
psicosis. Más bien es una hipótesis que contradice el planteamiento de
la perversión como defensa de la psicosis, y que plantea lo contrario: la
melancolía como efecto de la perversión.
I. Todos envueltos en un mismo discurso
The Help (Tate Taylor, 2011) recrea los acontecimientos de
Mississippi en la década del 60, a partir de la historia de Skeeter, una
joven comunicadora recién graduada de la Universidad de Mississippi
y cuyo sueño es convertirse en reportera de un diario de Nueva York.
Se trata de una década agitada por las luchas encabezadas por Martin
Luther King en pro de la consecución de plenos derechos civiles para
los negros, sobre todo el derecho de igualdad ante la ley.
Skeeter se ha encontrado con una verdad que parece escandalosa
a los ojos de la sociedad blanca del Estado de Misisipi: la mayoría de
mujeres blancas habían sido criadas por sirvientas negras. Esta joven,
que sostiene buenas relaciones con las personas negras del servicio,
y quien además había estado muy apegada a la sirvienta que la había
criado, se percata de que la sociedad de Mississippi ha sido educada
por la comunidad negra. Este hecho inquietante la lleva a preguntarse
por la paradoja que surge entre las jóvenes de Mississippi, quienes aún
después de haber sido criadas por las mujeres negras, una vez crecen
las comienzan a ver únicamente como objetos a su servicio; de hecho,
podría decirse que en esta forma de empleo, los negros se encontraban
como siervos de los señores blancos. La paradoja es la siguiente:
¿Cómo pueden las jóvenes blancas repetir la historia de sus madres y
padres, de tratar como objetos a los criados negros, si estos han sido los
encargados de su cuidado y educación? Pero, sobre todo, ¿cómo pueden
los negros reproducir un discurso, que es el del mandato de los blancos
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Herwin Eduardo Cardona Quitián
sobre los negros, cuando al ser los encargados de la socialización de
estos niños podrían introducir otros principios?
La conclusión podría ser esta: nosotros los blancos somos negros en
cuanto son ellos quienes nos han cuidado y educado en los primeros
días, pero no somos negros, porque ellos son sirvientes y nosotros
amos. Si la sociedad de Mississippi había sido criada por negros, ¿cómo
podían reproducir la discriminación? Pero, más aún, si los negros
tenían la labor de criar a los niños blancos, ¿cómo podían reproducir
su propia discriminación?
Podría decirse que aquí se resume aquello que Lacan (1999-1)
denomina discurso: se trata de una lógica de distribución de los lugares,
de organización del goce, pero que, al mismo tiempo, se interioriza y
reproduce de generación en generación de manera inconsciente. Este
es un ejemplo de lo que Lacan (1999-1) llamó el discurso del Amo. Esto
no quiere decir que lo sea porque unos amos (los blancos), gobiernen
sobre otros siervos (los negros), sino que se trata de que todos, tanto
negros como blancos, se encuentran envueltos en un mismo discurso.
Los blancos son negros porque han sido criados por ellos, pero los
negros son blancos porque al mismo tiempo reproducen el discurso de
la discriminación. Luego ambos están inscritos en el mismo discurso.
En esto no habría nada nuevo, pues la estructura del discurso del
Amo es la del inconsciente. Lo que vale la pena observar es aquello
que deviene en lo que podría llamarse el discurso contemporáneo.
Skeeter quiere convertirse en reportera y ve en las experiencias de estas
sirvientas una oportunidad para escribir una buena historia.
Cuando Skeeter le cuenta a la directora de Harper & Row (un diario
de Nueva York) sobre su idea de recoger las historias de estas mujeres,
ella se muestra interesada justamente porque en ese momento es un
tema coyuntural, debido a las constantes manifestaciones de los negros
en cabeza de Martin Luther King. Podríamos decir que es una historia
que se vende bien. Al recibir respaldo, Skeeter decide hablar con
52
Katharsis
Lazo perverso: sobre la subjetividad en la sociedad contemporánea
Aibileen, una sirvienta de una amiga cercana con mucha experiencia
en este trabajo, por lo que se constituye en una fuente importante.
Al principio Skeeter encuentra mucha resistencia en Aibileen para
comenzar con sus relatos. La joven había iniciado con una entrevista
estructurada, haciendo preguntas directas y frías sobre las que la
sirvienta se abstiene de responder. En ese momento Aibileen le dice a
Skeeter que no le pregunte más, que la deje ir escribiendo y relatando
su historia libremente. El relato de Aibileen comienza a fluir en el
momento en el que la reportera se ha callado: allí comienza a decir todo
lo que se le pasa por la cabeza.
Minny, una sirvienta que ha sido expulsada de su trabajo, decide
colaborar con la misma metodología del relato libre. Estas primeras
historias atraen definitivamente la atención de la directora del
periódico, quien le dice a Skeeter que, para que su historia pueda
ser publicitada, es necesario que recoja por lo menos una docena de
historias más. Con el paso de los días, la casa de Aibileen se convierte
en un lugar de encuentro de las sirvientas de Mississippi, lo que al
final se publicará en un libro titulado Las sirvientas. El escándalo
que provoca la publicidad de estas historias que tenían que ver con las
familias blancas de Mississippi, culminará con el despido de Aibileen.
Podría decirse que ha entrado así en lo que conocemos como discurso
capitalista contemporáneo.1 (Figura No. 1)
1
El discurso capitalista es una estructura compuesta por cuatro elementos (al igual que los
cuatro discursos) que interactúan a manera de circuito, de tal forma que todos quedan
articulados. La figura para comprender su movimiento sería el “ocho acostado”, también
conocido como símbolo infinito (∞). El orden en el que se presentan los elementos es la
siguiente: un sujeto ($) se dirige hacia el significante Amo (S1), que a su vez se remite al saber (S2), el cual responde con un objeto (a), que finalmente es dirigido al sujeto con el cuál
había iniciado el circuito. Por su lógica de interconexión, este circuito podría comenzar en
cualquier lugar.
Esta quinta estructura es planteada por Lacan (1977) durante una conferencia en Milán
en 1972, dos años después del seminario sobre los cuatro discursos (Seminario XVII: “El
reverso del psicoanálisis”) (Lacan, 1999-1). En esta conferencia, luego de dibujar las fórmulas de los cuatros discursos en el siguiente orden: Discurso del Amo, de la Universidad,
de la histérica y del Analista, dibuja una quinta que denomina discurso capitalista. En su
planteamiento, el discurso capitalista es el sustituto del discurso del amo, condenado a
estallar. El origen de esta estructura obedecería a un truco, que consiste en la inversión del
significante Amo (S1) y el sujeto ($).
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 49-74 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
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Herwin Eduardo Cardona Quitián
¿Pero cuál es entonces la particularidad de este discurso
contemporáneo? En primer lugar el valor, es decir el capital, se ha
producido gracias al relato de estas mujeres, a sus historias. Se trata de
que su particularidad ha sido puesta a trabajar para producir un plus.
Tenemos entonces aquí el primer punto: la plusvalía se extrae gracias
a la particularidad del sujeto. Llamemos a esto S1.2 En segundo lugar,
esto se ha producido gracias a un dispositivo de libre expresión, que
en este caso se ha instalado en la relación entre Skeeter y Aibileen. Es
aquí donde los medios de comunicación juegan un papel fundamental.
Vemos ejemplos de esto en varios formatos “reality”, donde los sujetos
acuden para vender “su talento”, o una particularidad de la cual podría
extraerse valor: S1. Esto constituye un saber: S23. Ese saber deviene
luego objeto de consumo: objeto a, 4 por ejemplo en el caso del libro
Las sirvientas; sus historias compradas y consumidas por todas las
mujeres de Mississippi. Pero falta ubicar una coordenada más: Aibileen,
a quien la comunidad negra le da un reconocimiento, ha quedado sin
empleo. Se siente algo desconcertada al quedar por fuera del discurso
que antes reproducía. La película culmina cuando Aibileen afirma que
ahora se siente libre. El efecto de todo esto es la constitución de un
sujeto ($) que se considera libre. Ahora que su nombre está escrito en
el libro Las sirvientas, Aibileen se siente libre, lo cual constituye una
paradoja, porque justo en ese momento ella se ha convertido en objeto
de consumo.
54
2
S1 es el término que utiliza Lacan (1999-1) para referirse al significante Amo, o significante primordial.
3
S2 es el significante que utiliza Lacan para referirse al saber.
4
El objeto a tiene dos connotaciones en Lacan: objeto perdido y objeto de goce.
Katharsis
Lazo perverso: sobre la subjetividad en la sociedad contemporánea
¿Un sujeto des-Sujetado?
Ubiquemos dos elementos fundamentales en la configuración
subjetiva. El primero tiene que ver con la marca, significante que
funciona como marca y que se encuentra en el sujeto por el solo hecho
de habitar el lenguaje. El segundo tiene que ver con un significante
cuya función sería resignificar la experiencia de la marca, significante
del “Nombre-del-Padre.” Los análisis contemporáneos señalan una
forclusión de este significante, ha sido rechazado. En este caso, el sujeto
contemporáneo se encontraría con la dificultad para resignificar la
marca del lenguaje. ¿Qué vías toma el sujeto para tratar de resignificar
la marca del lenguaje? ¿Cuál sería la metáfora encargada de inscribir
estas representaciones imposibles en la contemporaneidad?
Ubiquemos un ejemplo en el que el tatuaje opera en su dimensión
significante. Julio César es un colombiano que ofreció unas entrevistas
para la serie de Tabú de NatGeo (2011) dando a conocer su pasión por
los tatuajes. Afirma que comenzó a tatuarse “por la necesidad de tener
su propia identidad”. Este joven, que había estudiado diseño gráfico
y publicidad, muestra ya en su elección profesional una necesidad
de organizar algo en relación con la marca. Comenzó su práctica de
manera iniciática, recurriendo a otro tatuador para que demarcara
su cuerpo. Luego se dedicó a tatuar, comenzando por sus hermanos
menores. Ahora que había sido tatuado, se convertía en sujeto
marcante, instalando así una especie de circuito por el que pasa el
sujeto para constituirse en eslabón de la transmisión cultural. Se trata
de un primer momento en el que se está sujeto a la marca, es decir, otro
instala una marca, y un momento ulterior en el que, por efecto de la
demarcación del otro, puede convertirse en sujeto marcante.
Julio César, de quien su nombre indica ya una marca en relación
con el Amo, luego de dedicarse al negocio del tatuaje y de marcar a
sus dos hermanos, desencadenó un circuito que volvió al punto
inicial desde el cual ha debido introducirse al sujeto en relación con el
significante organizador de la cadena simbólica. Involucró a sus padres
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 49-74 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
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Herwin Eduardo Cardona Quitián
en la estructura de la marca. En un primer momento, estos se habían
mostrado reticentes, pero ahora afirman estar de acuerdo con la
práctica del tatuaje. Primero comenzó uno de sus hermanos tatuando
a su padre, quien se ha tatuado varias partes, y afirma que debe
continuar hasta demarcar el conjunto de su cuerpo. Por su parte, el
hermano menor ha convencido a su madre para realizar una expansión
para introducir un piercing. El circuito culmina con la expansión en
la oreja de la madre. Todo pareciera remitir a los tres tiempos de la
estructuración del sujeto, que ha denominado Lacan (1999) “Los tres
tiempos del Edipo.” El significante del Nombre-del-Padre sostiene
la cadena simbólica, pero sería inexacto afirmar que es el padre
de la realidad el que introduce este significante, pues es la madre la
encargada de transmitir el mensaje del padre. Así, el acto final de la
expansión en la oreja de esta madre pareciera indicar aquello mismo
en lo que ha fallado; pues al no escuchar la interdicción del padre, no
había podido transmitirla. Pero por otro lado, el acto de tatuar al padre,
señala su falla a la hora de introducir el significante fálico.
La marca es un elemento fundamental para el sujeto. De hecho, es
como producto de la marca que el sujeto se constituye. Esta marca es lo
que lo representará para el enjambre significante, pues “un significante
representa a un sujeto para otro significante” (Lacan, 2005). En la
actualidad pareciera como si, para ser representado, el sujeto tuviera
que acceder a las marcas del mercado. No obstante, en este caso se
trata de una representación imaginaria, pues se asume que la marca
del objeto es aquello que lo nombra. Aparece una designación del sujeto
por vía de los objetos de consumo. Esto instala una nueva economía
psíquica a partir de las posibilidades estructurales de la organización del
sujeto con el objeto. La designación por vía del objeto obedecería a una
estructura perversa. La consecuencia de esto es una homogenización
del sujeto, pero también por otro lado es autoconsumo, si asumimos
que estos significantes han sido producidos en algún momento por él
mismo.
56
Katharsis
Lazo perverso: sobre la subjetividad en la sociedad contemporánea
II. Lazo perverso
En El hombre sin gravedad, Melman (2005) aborda la particularidad
del lazo social desde la perversión, atribuyendo tal estado a la abolición
de la función paterna, donde el sujeto queda a expensas de un imperativo:
¡gozar! a cualquier precio. Este sería el resultado de la organización
del sujeto, no en torno a un ideal sino a un objeto de satisfacción. Al
levantarse la prohibición, la consecuencia sería un sujeto que no logra
instalarse en la lógica generacional, pero que además desmiente la
castración y por lo tanto su condición sexual, instalando en cambio una
especie de economía pregenital.
La comunidad (Alex de la Iglesia, 2000) contemporánea, se organiza
en torno al dinero como significante excluido que, como veremos más
adelante con Marx, se convierte en la mercancía fetiche del capitalismo.
Julia es una vendedora que trabaja para una inmobiliaria, y termina
envuelta en un conflicto de intereses de una vecindad por la disputa
de una fortuna que ha sido ganada por un hombre, que vive en el
departamento superior al que promociona la vendedora. La comunidad
diseña una estrategia para despojar a este hombre de una fortuna que
ganó gracias a un billete de lotería. El hombre, luego de reclamar su
dinero, tuvo que vivir encerrado en su departamento hasta que murió
de inanición, ahogado entre los desperdicios que se confundían con los
billetes guardados en bolsas de basura, pues sus vecinos lo habían sitiado
literalmente. Por accidente, Julia descubre los billetes y a partir de ese
momento, al igual que aquel hombre, quedará sitiada por la comunidad
de vecinos. El desenlace de esta comedia de terror demuestra que el
plan de la comunidad de repartir el botín no es posible, toda vez que
cada uno quiere para sí la totalidad de la fortuna. Envueltos en una
serie de traiciones, los personajes irán revelando que están dispuestos
a pasar por encima de cualquiera para obtener el dinero.
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Herwin Eduardo Cardona Quitián
La perversión de la sociedad contemporánea, que Lesourd (2006)
escribe “Padre-versión”,5 constituiría el rasgo determinante de la
sociedad contemporánea, toda vez que la castración instalada por la
metáfora paterna ha hecho crisis, frente a lo cual emerge una lógica
anterior del deseo, que se encuentra en relación con la negación de la
castración de la madre. Esta perversión, aunque parezca más evidente
en la sociedad actual, constituye el fundamento mismo del capitalismo.
Algo que Marx había denunciado en su análisis sobre la mercancía.
El fetichismo de la mercancía
Lo que denomina Marx (1995) fetichismo de la mercancía tiene que
ver con la renegación del trabajo social expresado en la mercancía, donde
se actúa como si la relación social que media entre los productores y el
trabajo fuera una relación social establecida entre los objetos al margen
de sus productores. Es como sí la mercancía tomara vida propia,
existencia independiente que se relaciona entre sí con los hombres. La
consecuencia de esto, según Marx (1995), es que las relaciones sociales
se establecen como relaciones materiales entre personas y relaciones
sociales entre cosas. Llamó a esto objetivación del trabajador en la
producción y subjetivación de la mercancía en el consumo.
En este proceso aparece el dinero, no para revelar el carácter social
de los trabajos y las relaciones sociales entre los productores, sino, al
contrario, para encubrirlas. El dinero constituye entonces la forma
fetichista de la mercancía, pues viene en lugar de la expresión de las
relaciones sociales necesarias para la producción, para velarlas.
La particularidad de la producción capitalista reside en que las
normas que presiden el trabajo son individuales y no sociales, contrario
a las lógicas de producción feudal, donde la división del trabajo actúa
como fuerza colectiva. Por esta razón, lo que ocurre a nivel de esta
producción es que la mercancía niega estas relaciones sociales, por
5
58
Término retomado de Lacan (1975) [inédito] a propósito de la homofonía entre perversión
y pere-versión en Francés
Katharsis
Lazo perverso: sobre la subjetividad en la sociedad contemporánea
lo que Marx (1995) dice que si las mercancías hablaran tendrían que
decir: “es posible que nuestro valor de uso interese al hombre, pero el
valor de uso no es atributo material nuestro. Lo inherente a nosotras…
es nuestro valor” (p. 43). He aquí el fetichismo de la mercancía.
En primer lugar Marx (1995) ha definido el fetichismo como una
renegación del trabajo social, pues se actúa como si la relación entre
productores y trabajadores fuera una relación social establecida por los
objetos. Vemos aquí que los objetos aparecen en lugar de los individuos,
mediando la relación social. Se objetiva el trabajador, en forma de objeto
a, y por otro lado se subjetiva la mercancía en su forma: Sujeto tachado
$. Queda descrita aquí una matriz donde el trabajador como a, produce
mercancías como Sujeto tachado $. Esto en tanto la mercancía vendría
a señalar la verdad sobre el trabajo, a saber, que congela el plustrabajo
del trabajador, congela el Plus-de-Gozar.
El fetichismo aparece a través del dinero, pues este viene a encubrir
el carácter social de la producción. Aparece entonces en lugar de las
relaciones sociales de producción, pero viene al mismo tiempo en lugar
del plus empleado para producir valor en la mercancía, es decir, en lugar
del Plus-de-Gozar,6 y con esto digamos de una vez: en lugar de la falta.
Sabemos, desde Freud (2003-2), que aquello que venía a significar la
6
Para Lacan (1977) el capitalismo se edifica a costa del goce alrededor del cual gira el sujeto.
Seguramente ahí radica el éxito de su funcionamiento. A partir de allí surge la necesidad
de plus-de-gozar para que la máquina trabaje. Si este término es homólogo al de plusvalía,
entonces estamos diciendo que el discurso capitalista se edifica por cuenta del plus-degozar, por cuenta de la plusvalía. El plus-de-gozar tiene que ver con un más de goce, obtenido gracias a un menos, es decir, un más de goce por cuenta del goce extraído, perdido.
Lacan dice que es con este plus-de-goce que la máquina trabaja. Marx (1995) había dicho
ya que la plusvalía se produce gracias al trabajo del cual es expoliado el trabajador, lo que
a su vez permite la acumulación de capital. Tenemos entonces una máquina que funciona
a costa de aquello que experimenta el esclavo como más de goce, en el menos, es decir, en
la pérdida.
En cuanto este pus-de-gozar instala una falta, abre el agujero para ser colmado. Lógica en
la que el menos de goce, es decir la expoliación, se aprovecha al mismo tiempo como elemento de acumulación-producción para generar objetos que acudan al agujero producto
de la pérdida, como agujero a colmar.
El plus-de-goce es causa del deseo en tanto instala una pérdida, y esto se convierte en
principio de la economía capitalista. Principio orientado por el objeto a, como causa de
deseo; es gracias al objeto causa de deseo que opera esta economía.
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Herwin Eduardo Cardona Quitián
falta era el falo, pero en el lugar de la falta ha venido ahora el dinero, y
esto es lo que constituye el fetichismo.7
La explotación del hombre por el hombre
El falo, como elemento excluido de la posesión individual del mismo
y aportado por el Nombre-del-Padre, y que hacía necesario acudir al
otro para generar los efectos de su posesión, es decir, que aseguraba
el vínculo social, pierde ahora su lugar en cuanto el dinero viene a
simbolizar la falta; no obstante, para obtenerlo será necesario explotar
al otro. Si el dinero es el representante de la falta, lo es también del
valor de cambio, el que a su vez es producto del plustrabajo. Luego
únicamente se puede agregar valor explotando al trabajador, pero
únicamente se puede acceder al objeto de goce explotando al que en
efecto produce valor, pues al hacerlo se puede tener el objeto que falta.
Esto marca toda una lógica de los intercambios en el discurso
capitalista, pues el lazo social queda sujeto a la explotación del
hombre por el hombre. Y no se trata de que esto no estuviera antes:
la explotación del semejante había sido descrita por Freud (1988) en
el amor al prójimo; se trata de la perversidad a la que se somete esta
explotación en su vertiente del dinero, pues el dinero en sí mismo carece
de valor de uso, y adviene únicamente como valor de cambio; así, no se
trata siquiera del usufructo del semejante, sino de aquello que viene en
lugar de su usufructo como dinero.
En la subjetivación del neoteno tenemos los tres tiempos del Edipo
descritos por Lacan (1999), donde el último resignificará los anteriores
por medio de un significante: el falo. El niño ha deseado ser el deseo de
su madre, es decir, ha deseado ser el falo que ella desea, lugar imposible
7
60
Para Freud (2003-2) el fetichismo es una vía perversa del deseo que busca poner otra cosa
en lugar de la falta. Así, el fetichista fija su deseo en aquello que aparece justo en el momento de dirigir la mirada hacia la falta de la madre, y es por eso que el zapato se convierte
en el objeto por excelencia. El fetichismo es una vía de renegación de la falta, pues está
destinado a renegar la falta del Otro materno. En ese sentido, el fetichismo es un intento
por sostener la imagen de la madre fálica.
Katharsis
Lazo perverso: sobre la subjetividad en la sociedad contemporánea
por cuanto su madre no lo tiene, de manera que su cuerpo ha quedado
identificado con el falo. En un segundo momento se trata de tener
el falo, y en un tercero, a través de la identificación con el padre, se
postergará su deseo de tenerlo para cuando sea mayor, instalándose a
su vez en la lógica de la castración simbólica. El punto es que el neoteno
ha identificado su cuerpo al falo, y para serlo deberá advenir él “como
falo”, es decir, “como objeto del Otro”, mientras que para tenerlo deberá
hacerse al cuerpo del otro como objeto. Todas las pérdidas a las que se
somete el neoteno, en lo que denomina Freud (2003-3) lógica pregenital,
serán resignificadas por el falo, de tal manera que el estadio del espejo
no es ajeno a esta lógica. Lo que se juega del otro lado del espejo es
su imagen como falo, su completud imaginaria, elemento que resalta
Pommier (1997) para explicar la relación entre objeto a y plusvalía.
La explotación del semejante, es decir, el robo de su fuerza de trabajo
como valor universal del dinero, permite homologar el robo con la
obtención del falo, gracias a la relación estructural entre cuerpo y falo.
Si la ganancia se obtiene gracias a la explotación del trabajador, y su
fuerza de trabajo, es decir, su cuerpo como mercancía es la productora
de valor universal, velada luego a través del dinero, entonces al
expoliar su fuerza obtengo el falo objetivado como dinero. Esto marca
la perversión del discurso capitalista, pues una mercancía sin valor de
uso viene a instalarse en lugar del significante del goce.
Pommier (1997) dice que es el rechazo de la pulsión imposible, a
saber, ser el falo de la madre, lo que al ser expulsado fuera adviene
como mercancía; plusvalía definida en la producción de los objetos, es
decir, aquello que como plus-de-goce, pérdida imposible de recuperar,
es objetivado en el cuerpo, en su falicización, es expulsado para que
advenga plusvalía con la extracción de la fuerza del trabajo del cuerpo
falicizado del trabajador. Es a partir del momento en el que el goce
imposible para el cuerpo es rechazado fuera, que es equivalente a
cualquier objeto de consumo.
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Pero, por otro lado, si asumimos que el fantasma es realización
imaginaria y a la vez corte del Otro, tenemos entonces que este
fantasma homogéneo del capitalismo plantea lo siguiente: el goce está
del lado del cuerpo falicizado, al cual se ha identificado el sujeto, luego
debo explotarlo para recuperar el falo; el Otro goza gracias a la fuerza
de trabajo que extrae de mi cuerpo, luego debo explotar a otro para
gozar como él (principio del amor al prójimo, donde se toma al otro
como a sí mismo. Como vemos, los dos casos desembocan en la misma
salida: explotar al semejante. “Se trata de un intento de liberación del
atrapamiento de cada sujeto como falo del Otro por vía de la explotación
del semejante” (Pommier, 1997, p. 21).
III. Sociedad psicotizante
Dufour (2002) en Locura y democracia, parte de los escritos
autobiográficos de Rousseau y la trilogía de Beckett para mostrar
la estructura psicótica del lazo social contemporáneo. Su punto de
partida es el declive de la figura paterna como entidad tercera que le
de sentido al rasgo unario y se encargue de la nominación del sujeto.
Según explica, la definición de Benveniste devela la estructura unaria
del sujeto, al decir: “es yo quien dice yo”, pues antes, la definición del yo
estaba referida a una entidad tercera, bien fuera Dios, la physis, el Rey
o la República. La autorreferenciación8 del sujeto, sería, según Dufour
(2002), la condición de la democracia por introducir un individuo
jurídicamente autónomo. Queda el sujeto a expensas del mercado,
que por vía del neologismo instala un nombre temporal, pero lo deja
inmerso en un estado evanescente, toda vez que estos significantes
están condenados a su pronta desaparición. El agravante es que lo sitúa
8
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La relación que establece Dufour (2002) entre el rasgo unario y la autorreferenciación, tiene que ver con el papel que cumple el rasgo unario como marca diferencial del sujeto. Esta
marca, instalada por el lenguaje, si bien cumple el papel de rasgo único, tiene como vía
de significación el discurso social encarnado en los rostros del gran Otro. Al hacer crisis
los grandes relatos, el sujeto queda a expensas del rasgo unario sin vía para significar la
marca. Así las cosas, el papel referencial del gran Otro tiene que ser asumido por el sujeto,
de manera que debe él mismo instalar un marco de referencia para su rasgo singular.
Katharsis
Lazo perverso: sobre la subjetividad en la sociedad contemporánea
como objeto de consumo, pues al alienarse a la marca de un producto,
el sujeto deviene objeto de consumo.
La democracia se presenta entonces como sociedad delirante.
Dufour (2002) la enlaza al narcisismo, como momento en que el sujeto
deposita la libido en su propio yo. El individuo en la democracia se
configura a partir de un “yo hablo”, y desde este lugar de enunciación
debe el sujeto asumir la carga que antes recaía sobre el Otro. Pero esta
sociedad delirante no deja expuesto al sujeto al delirio individual, sino
que genera delirios que se colectivizan, y que pueden observarse por
ejemplo en las caricaturas infantiles.
La estructura delirante presente en la democracia de masa9 es
presentada por Dufour (2002) a partir de la autobiografía de Rousseau,
donde resalta los enunciados unarios que proliferan en su relato: “ ‘ser
siempre yo mismo’, ‘estudiarme a mí mismo’, ‘Explorarme a mí mismo’,
‘ser plenamente mío’, ‘retornar a mí mismo’” (p. 203). O cuando, al
referirse a la democracia, dice: “y si la democracia fuera posible, la
condición sería que el hombre fuera como Dios, es decir, autosuficiente”
(Dufour, 2002, p. 217). La autobiografía de Rousseau (1959), citada por
Dufour (2002) intitulada Rousseau juez de Jean Jacques, muestra
cómo, mientras Rousseau se encuentra presente como juez, J.J. ha
quedado ausente, homofonía que encuentra Dufour (2002) del lado de
la fórmula de Benveniste (1966) “es yo quien dice yo”. Esta condición
de innombrable nos remite al mundo de Beckett, donde la matriz
significante comienza a difuminarse a partir de la metonimia incesante
de significantes, que intentan nombrar las cosas. El innombrable
9
Si el sujeto es un efecto del discurso, la vía para comprender el estatuto del sujeto en la
contemporaneidad es la democracia. Esto en cuanto existe en su fundamento, como lo
demuestra Dufour (2002), es un intento por constituir un individuo desanclado de todo
referente, un individuo autorreferencial, que se autoproduce. Esta apariencia de desujeción no puede más que abocar al sujeto a la locura, pues queda aturdido por el vozarrón del
superyó que le exige: “Sé tú mismo.” Es claro que el Otro no existe, y que es una invención
del sujeto. Pero también es cierto que tiene una función estructurante en tanto le permite
decir: “Yo soy Otro.” Lo contrario es un sujeto que en la enunciación tiene que enfrentarse
al enunciado: “Yo soy yo.” Ese desanclaje significante es un empuje a la locura.
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(Bekcett, 2001) sitúa justamente esta insistencia de aquello que no cesa
de no escribirse, y que por lo mismo no permite que él calle.
En el mundo de Beckett (1970) las cosas carecen de nombre, los
nombres de cosas, Molloy podía verlo aún con un solo ojo: “incluso
en aquel tiempo, cuando todo empezaba ya a difuminarse, partículas
y ondas, la condición del objeto era ya carecer de nombre y a la
inversa” (p. 42). La palabra está vacía, es menester renunciar a ella,
se escucha “como puros sonidos, libres de toda significación” (Beckett,
2001, p. 68). Este es uno de los caminos que parecería tomar el sujeto
contemporáneo, se ha encontrado con aquel vacío en la estructura, ha
decidido callar, cualquier palabra da igual, cualquier nombre para la
cosa, renuncia al mundo simbólico, encuentra el vacío de las palabras y
la dificultad para ser nombrado, preferible aquí olvidarlo todo, hasta el
propio nombre, como Molloy cuando dice: “al despertar no siempre me
acuerdo de quien soy” (Beckett, 2001, p. 51). Cuando se encuentra que
los significantes están vacíos, se percibe el vacío de sí mismo en tanto
significante, y así, como dice Molloy, “según parece, a lo máximo que
puede aspirar uno es a ser al final algo menos de lo que era al principio,
y así sucesivamente” (Beckett, 2001, p. 43).
Sabemos que el Otro es aquella instancia tercera que debe ser
garante de la verdad, y que, aun cuando ficticia, en el sentido de que no
existe, es necesaria para la configuración del sujeto. El trastocamiento
de esta función habría ocurrido como efecto de la caída de las grandes
ideologías sobre las cuales se había constituido el sujeto moderno.
Dufour (2007) enlaza estas ideologías con las “figuras del Otro”, que
serían una especie de semblante, o rostros del significante del Nombredel-Padre. Como producto de la caída de este significante que organiza
los demás, sostiene que el gran Otro se habría reducido a pequeños
relatos que dejarían al sujeto a expensas de la significación de su propia
existencia. Pero no podemos hablar de la ausencia absoluta del gran
Otro, ni siquiera en el caso de las psicosis. Pues al menos en la paranoia,
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Katharsis
Lazo perverso: sobre la subjetividad en la sociedad contemporánea
como lo señala Lacan (1990), existe un Otro; el problema estaría en que
este Otro no garantiza un lugar estable para el sujeto.
El Otro absoluto
Tratemos de observar esta figura del Otro, cuya función es la
constitución del sujeto, a partir de algunos ejemplos contemporáneos.
En la televisión observamos un aumento progresivo de formatos tipo
“reality”, en un intento por mostrar el mundo real, lo que supondría una
especie de irrealidad que solo puede desaparecer gracias a la mirada
omnipresente de las cámaras en tiempo real. Uno de los primeros fue
Big brother (John de Mol, 1984) (Gran Hermano), el cual se adaptó
a varios países de Latinoamérica. En este “reality”, aproximadamente
15 personas, desconocidas entre sí, tienen que convivir durante un
tiempo en una casa, aislados del resto del mundo y observados durante
las 24 horas del día, por medio de una serie de cámaras. Al estilo del
totalitarismo de 1984 de Orwell, este “reality” sitúa una especie de
mirada omnipresente y vigilante.
En este tipo de formatos, la eliminación de los participantes se da
por medio de un sistema de votos en el que, en apariencia, participa
el televidente de manera directa. El formato pretende situar al
telespectador como el “Gran Hermano”, es decir, como omnivoyeur. En
la dinámica del “reality” vemos confluir dos objetos pulsionales que
se encuentran en juego: por un lado, la mirada permanente del “Gran
Hermano”, que los participantes jamás pueden determinar, es decir que
no lo ven. Por otro lado, la voz del “Gran Hermano”, que se convierte en
su único contacto con este Otro. Los participantes deben asumir una
serie de pruebas para ganarse el amor del “Gran Hermano”, y salvarse
así de la eliminación, lo que configura una especie de vínculo perverso
con los demás participantes.
Este ojo permanente, encarnado en las cámaras de vigilancia y los
satélites, señala de alguna manera una especie de mirada absoluta del
otro sobre el sujeto, por lo que este Otro se configura como persecutor.
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Tal es el caso de Truman (Peter Weir, 1998): un niño adoptado por una
programadora luego de ser abandonado por su madre para diseñar un
show que lleva su nombre. Crisof, de quien se percibe ya una relación
entre su nombre y el de Cristo, es el director del “reality”, que se presenta
como redentor de la irrealidad televisiva. El único personaje real de la
historia es Truman, los demás son personajes que se van introduciendo
en su historia a merced de las ideas del director. Pero luego de varios
años de desarrollo de la trama de la vida de Truman, este percibe,
de manera paranoica, que se encuentra en un mundo irreal, y decide
emprender un viaje, que intenta frustrar el obstinado director. Si bien
la paranoia de Truman no puede equipararse a los efectos que tendría
la sociedad del control sobre los sujetos, sí podríamos decir que el estilo
“reality” de nuestra sociedad tiene efectos sobre el lazo social, o más
bien, que el formato “reality” muestra algo de nuestro lazo social.
Que el sujeto configure un Otro persecutor y omnipresente habla
de la necesidad de elaborar por vía de una metáfora delirante algo que
ha fallado en la estructuración del sujeto. Pero, por otro lado, que los
sujetos realicen filas de días y noches para lograr ser observados por
las cámaras de televisión, aunque sea para ser descalificados, ubica una
necesidad del sujeto por configurar una relación con un Otro que le
reconozca.
IV. Melancolía: Efecto de la perversión del capitalismo
Melancholia (Lars Von Trier, 2011) comienza con una serie de
imágenes en cámara lenta que muestran el atardecer como momento
de apaciguamiento. Justine es una joven que va camino hacia su boda
con Michael. La primera parte del film transcurre en la recepción de
la pareja de recién casados. El padre de Justine es un hombre viejo
y ebrio, que comienza a robarse los cubiertos durante la cena. En el
momento de dirigir sus palabras a los novios, se refiere a la madre de
Justine diciendo que ella es algo dominante. Su mujer se levanta de la
mesa y lo interpela: “¿Dominante? ¡Qué basura!”. Se presenta diciendo
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Katharsis
Lazo perverso: sobre la subjetividad en la sociedad contemporánea
que es la madre de Justine, se dirige a ella para decirle que si tiene
alguna ambición en su vida, esta no vendrá por el lado del padre. Vemos
en este conflicto a una madre verdaderamente dominante, pero que
muestra además una increencia en el falo o, en otros términos, en los
rituales “patriarcales”. Les dice a los novios que lo disfruten mientras
dura, ya que ella misma odia los matrimonios. Está en la mesa vestida
con ropa informal, lleva una blusa desteñida al estilo de los 60, y ha
hecho quedar a su padre en completo ridículo.
Durante toda la noche, Justine se muestra confundida y
apesadumbrada, y de hecho en varios momentos se aísla de la fiesta e
intenta encerrarse en un cuarto a dormir. Comportamiento que asume
también Gaby, su madre, quien luego de la cena se encierra en una
de las habitaciones. Justine pasa a la habitación contigua, en donde
sostiene una conversación con su madre, quien le pregunta qué quiere
en ese lugar, y sin dejar que responda, le dice: “no quiero nada más que
yo”. Enseguida le dice que se largue de ese lugar, que deje de soñar.
En los dos momentos en los que interviene Gaby, deja ver no solo su
estado de incredulidad sobre los rituales culturales y el amor, sino que
además se muestra como una mujer fálica, que no tiene un lugar para
las demandas de la hija. Pero, por otro lado, los momentos en los que
interviene el padre dan cuenta de un padre ausente. Si la madre ha
rechazado la conversación que intenta sostener Justine, por otro lado
el padre ha evadido la conversación de su hija. Justine intenta que
se quede, pero este abandona el lugar dejando una nota firmada: “tu
estúpido papá.”
La otra mitad de la película se desarrolla en torno a Melancholia,
un planeta que se había ocultado tras el sol, pero que ahora comienza
a acercarse a la tierra, y muchos temen que colisione. Justine ha
enfermado y ahora su hermana Claire se hace cargo de ella. Llega a
su casa bastante golpeada y triste, no puede pronunciar palabra y va
directo a la cama, no puede mantenerse en pie, dice que está cansada,
se tira al suelo y comienza a quejarse, tampoco consigue comer porque
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la comida le sabe a cenizas. Llora constantemente y no hace más que
encerrarse en la habitación.
La cercanía de Melancholia va generando una serie de cambios en
el comportamiento de las personas, e incluso de los animales, quienes
se comienzan a agitar progresivamente. Al principio se ve como un
punto luminoso en el horizonte, iluminando la noche como si fuera
el ocaso. Momentos que aprovecha Justine para desnudarse ante su
presencia. Su cuerpo se apacigua mientras lo observa. Pero mientras
Justine va mejorando, Claire va entrando en un estado melancólico. Se
ha obsesionado con Melancholia, por lo que inicia una indagación en la
red para saber de qué se trata. Lo que encuentra es desesperanzador:
“La danza de la muerte”. El planeta había estado girando en la órbita
de la tierra, para finalmente colisionar con ella. Ahora es Claire quien
ha dejado de comer, pues está convencida del inminente choque, y no
cree en la versión de los científicos, quienes afirman que no hay nada
que temer.
John, esposo de Claire, ha logrado tranquilizarla. Todo se encuentra
listo para ver a Melancholia, que aparece en el horizonte como
un atardecer. Ahora comienza a elevarse iluminándolo todo. Pero
Melancholia, en vez de alejarse, como se había calculado, da una vuelta
para retornar en una trayectoria de inevitable choque: “La danza de
la muerte”. Ante la certeza de su cercanía y de su error, John termina
suicidándose mientras Justine, Claire y Leo, su hijo, esperan resignados
la colisión. La cercanía de este planeta perdido ubica un punto de
imposible metaforización.
El atardecer apaciguante del melancólico
La melancolía se presenta, según Freud (2003), como una
cancelación del interés por el mundo exterior, cuyos rasgos son la
pérdida de la capacidad de amar, la inhibición de toda productividad y
una rebaja en el sentimiento de sí que se exterioriza en autorreproches
y autodenigraciones, que, como consecuencia, genera una delirante
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Katharsis
Lazo perverso: sobre la subjetividad en la sociedad contemporánea
expectativa de castigo. La melancolía sería producto de una pérdida
de objeto, en la cual el sujeto no sabe exactamente lo que perdió. Esta
pérdida tendrá como efecto el empobrecimiento del yo, el cual es
presentado como indigno y despreciable, y que además se humilla ante
todos los demás.
La falta de interés por el mundo es consecuencia del conflicto interior
que devora su yo. Pero el autorreproche del melancólico, a diferencia
del neurótico, no se comporta con vocación de arrepentimiento, pues
según Freud (2003) le falta la vergüenza en presencia de los otros; por
el contrario, se complace con el desnudamiento que realiza de sí mismo.
Lo que ha ocurrido es que una parte del yo toma a la otra críticamente
como objeto. Reproche que viene del superyó, pero que, lejos de estar
dirigido contra sí mismo, se ajusta a otra persona a quien el enfermo ha
amado. Esto devela que los reproches están dirigidos en realidad hacia
un objeto de amor que ha rebotado sobre el yo. Freud (2003) corrobora
esto, en tanto los melancólicos se muestran siempre como si hubieran
sido objeto de una gran injusticia.
La estructura que aquí se presenta tiene que ver con la elección de
objeto, a quien el sujeto liga la libido, pero al cual tuvo que renunciar. El
resultado de esto fue que, en vez de desplazarse la libido hacia un nuevo
objeto, se retiró sobre el yo. Es decir, estableció una identificación del
yo con el objeto perdido. Así, el yo en lo sucesivo comenzó a ser juzgado
como el objeto abandonado, de manera que la pérdida del objeto se
mudó sobre una pérdida del yo. Se trata de una identificación narcisista
con el objeto, que se convierte en sustituto del amor dirigido hacia la
persona amada. Freud (2003) había encontrado que la identificación es
la etapa previa de la elección de objeto, en la que el sujeto interioriza
el objeto de deseo. Esta identificación es la regla general bajo la cual el
ello resigna los objetos, de manera que el yo contiene la historia de estas
elecciones de objeto. Esto permite al yo dominar al ello profundizando
así sus vínculos con esta instancia, aunque desde luego lo deja a
expensas de sus intereses. Lo que ocurre entonces es que el yo busca
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reparar la pérdida de la separación del objeto como diciéndole al ello
que lo tome en lugar del objeto, por cuanto puede parecerse a este.
El riesgo de esto, según lo anuncia Freud (2003-1), es que puede
sobrevenir sobre el yo una fragmentación si las diversas identificaciones
se segregan entre sí, pues cada zona erógena pugna por su satisfacción.
Es allí en donde el yo pasa a ser juzgado por el objeto, y es justo esto lo que
podría llevar al suicidio. Para Freud (2003), la melancolía se comporta
como una herida abierta que vacía al yo hasta el empobrecimiento
total, a tal punto que se encuentra resistente contra el deseo de dormir,
de manera que lo único que lo apacigua es el atardecer.
Desde luego, Freud (2003) había explicado que la identificación
con el objeto es resignificada a partir de una identificación primordial,
considerada como prehistórica: la identificación con el padre. Esto
vendría a reforzar la identificación primaria, identificación con el
objeto. En esta vía aparece el superyó, en relación con la ley del padre,
es decir, la vía del ideal del yo. Pero, por otro lado, al no instalarse
este significante, el superyó quedaría funcionando únicamente en su
versión de identificación con el objeto. Quiere decir esto que la instancia
superyoica se encuentra presente aun antes de la instalación de la ley
introducida por el padre, y por eso Freud (2003-1) aclara que existen
estas dos versiones: la identificación inicial y la herencia del complejo
de Edipo. Lo que ocurre en la melancolía es que el yo, al no existir
el significante paterno, queda sometido al imperativo categórico del
superyó. Queda por lo tanto en relación con las adquisiciones de objeto
del ello, sumergiéndose en esta instancia para ponerse a su servicio.
En la melancolía, el sujeto queda en relación directa con el
sentimiento de culpa, por lo que no puede renunciar al castigo del
padecer. Así, el yo se confiesa culpable y se somete al castigo, a diferencia
del neurótico, quien pide ser liberado de la culpa. Por eso para Freud
(2003) la melancolía es una suerte de cultivo puro de las pulsiones de
muerte: el yo se siente odiado y perseguido por el superyó, en vez de
sentirse amado.
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Katharsis
Lazo perverso: sobre la subjetividad en la sociedad contemporánea
A manera de conclusión: ¿Sujetos melancólicos?
Exploremos los personajes melancólicos de Tim Burton, en La
melancólica muerte del chico Ostra (Burton, 1999): palillo y cerilla
enamorados, palillo termina hecho carbón por la ardiente pasión de
cerilla. El chico robot, producto de una mujer que le ha sido infiel a
su esposo con un horno microondas, y que termina confundido con
un bote de basura. El niño ojos de clavo, en oposición a la niña de
los muchos ojos, que termina hecha una sopa cuando se entristece y
llora. La chica vudú, llena de alfileres, que cuando alguien se acerca
se entierran más hondo en su corazón. El chico tóxico, que inhala
humo, asbestos y amoniaco, haciendo de todo lo cancerígeno su propio
oxígeno. El chico momia de quien todos huyen por su vicio de jugar al
sacrificio, pero que una tarde es confundido por una piñata por unos
niños que le dan de tabla hasta dejarlo muerto. Todos estos personajes,
taciturnos y melancólicos, expresan de inmediato su deseo de estar
muertos. Producto de un mal encuentro entre sus padres, como el chico
ancla, quien en vez de cordón umbilical tenía una gruesa cadena, que se
volvió tan pesada hasta que hundió a su madre.
La melancólica muerte del chico ostra (Burton, 1999) muestra una
historia de mal encuentro producto de los lazos amorosos. En general,
todos estos niños serían un producto no deseado por sus padres, y por
lo tanto rechazados por los demás. Aunque la madre pidió en su luna
de miel un deseo: tener un bebé. Al nacer el chico ostra la madre dice
al doctor que este no es hilo de su madeja, pues su hijo era mitad ostra.
Este estado del chico anuncia ya el ostracismo en el que se encuentra
el sujeto de hoy. El primer problema fue cómo llamarlo. Algunas veces
le decían Carlo y otras Almeja. El chico ostra olía tanto a pescado que
su madre ensayó cuanta loción encontró, hasta que su piel colorada,
de tanto rascar, empezó a sangrar. Pero su esposo sabía que lo que
escondía tras su queja era su propio problema en la cama. Al acudir al
doctor, este les sugiere que se coman a su hijo para aliviar su problema
sexual. Su padre se acerca en la noche y luego de preguntarle si ha
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pensado en irse al cielo o si ha querido morir, con un cuchillo en el
cuello asesina a su propio hijo. En la arena lo enterraron y después de
una oración sus padres se fueron a cenar. Pero luego de subir la marea
se borraron las letras en la arena y para siempre su memoria. Mientras
tanto, ellos caminaban de regreso hacia el hogar, para comenzar otra
faena, pero esta vez pidieron una nena.
Todos estos personajes, por su condición, se encuentran aislados del
mundo exterior, pero además su figura presenta una disminución del
yo. Estos niños, despreciables, o bien por exceso o bien por defecto,
muestran una falla corporal, que indica el desajuste producto de la
respuesta al objeto. El yo-cuerpo, en su intento por responder a los
designios de la investidura de objeto, queda sometido a una suerte de
desarreglo y desorganización; por eso puede observarse en su cuerpo
un rebote de los rasgos del objeto, la niña de los múltiples ojos, o el niño
con los ojos de clavo, como alusión al objeto mirada; el chico ostra, así
como el niño robot y el chico tóxico, muestran una referencia directa al
objeto de consumo, la niña vudú por su parte muestra la multiplicidad
de agujeros instalados por los alfileres. Si todas las historias terminan
mal es en cuanto su destino anhelado es el autocastigo, y como
consecuencia la muerte para producir la falta en el Otro.
El chico Ostra ilustra el funcionamiento del lazo social
contemporáneo. Un niño que no puede ser nombrado, y que queda
sometido al rechazo de los otros. Unos padres que no saben cómo
criarlo por lo que piden ayuda al doctor constantemente. Una pulsión
devoradora, que culmina asesinando y devorando a su hijo, lógica
perversa del lazo social en la que además planean tener otro hijo como
reemplazo del anterior. Un estado melancólico del sujeto, quien muere
en el olvido sin dejar rastro y sin lograr un sitio en el campo del Otro.
Pero, sobre todo, la Melancholia muestra la colisión inminente del yo
asumido de manera melancólica por el ello.
Lo que se observa es un sujeto solo, que ante la ausencia de un
significante que dé sentido a los acontecimientos, toma a su yo como
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Lazo perverso: sobre la subjetividad en la sociedad contemporánea
objeto ante el cual recae la recriminación y la queja dirigida antes
hacia el otro. La sombra del objeto recae sobre el yo. La melancolía es
tanto efecto de la perversión instalada por el discurso capitalista, como
resultado de la crisis del significante del nombre del padre, que deja al
sujeto a expensas del superyó.
En el primer caso tenemos la cancelación del interés por el mundo
exterior y la pérdida de la capacidad de amar, rasgo particular del
capitalismo, pues al intentar suturar la falta a través del objeto
mercancía, el amor queda forcluido. Freud (2003) deja claro que la
melancolía se produce como efecto de una pérdida de objeto que tiene
como consecuencia el empobrecimiento del yo, en tanto la sombra del
objeto recae sobre el yo. Si leemos el objeto como falta, lo que tenemos en
el capitalismo es una perdida del objeto que falta. Es decir, retomando
la tesis de Lacan (2006), una falta de la falta. En efecto el capitalismo,
como lo anunciaba Lacan (1977), aumenta la falta-de-gozar. Es decir,
no hay lugar para la falta. Así las cosas, el último bastión del sujeto para
construir la falta, lugar necesario para su configuración, es a través
del yo. Al tomar al yo como objeto, lo toma como objeto a, es decir,
como objeto que falta. Para eso no tiene otro camino que devorarlo,
reducirlo, eliminarlo, extinguirlo. Se trata entonces de producir a través
del yo-objeto un vacío, un agujero. Si la melancolía es un efecto de la
perversión del capitalismo, es en tanto este, al intentar suturar la falta,
empuja al sujeto a la autodevoración, como intento de producir la falta a
expensas de sí mismo. Falta que únicamente puede producirse a través
del suicidio, de la caída, de la imagen prototípica del defenestrarse.
Ahora bien, valdría la pena señalar que la falta que intenta producir el
sujeto a través de la melancolía, no es la falta en él mismo, sino la falta
del Otro, en tanto se presenta como absoluto. Esto queda claramente
demostrado en el análisis clínico de Freud (2003), pues descubre que
los autorreproches del sujeto no están dirigidos contra sí mismo, sino
que se trata de reproches que en algún momento estuvieron dirigidos
hacia el otro.
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En el segundo caso, tenemos la crisis de la metáfora paterna como
vía de identificación, escenario en el que el sujeto queda expuesto
a la devoración del superyó. Freud (1988) explica que existen dos
posibilidades de tramitar la agresión: hacia el otro o hacia el propio yo.
Al faltar el padre como agente de la castración, no existe posibilidad
de simbolizar la falta. Si bien el capitalismo instala el fetichismo y la
explotación del semejante como forma de goce, la falta-de-gozar, propia
del capitalismo, hace que la sombra del objeto recaiga sobre el yo. El
sujeto dirige la agresión destinada hacia del otro contra sí mismo. Si en
la paranoia la agresión es proyectada, en la melancolía es introyectada.
Si en el discurso capitalista el objeto es el yo, la autodestrucción es
el destino ineludible para fabricar el objeto a. Así pues, aparece la
melancolía como efecto del discurso contemporáneo, no en vano
proliferan los estados límite y las depresiones.
74
Katharsis
Lazo perverso: sobre la subjetividad en la sociedad contemporánea
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Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 49-74 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
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Herwin Eduardo Cardona Quitián
Filmografía
La comunidad, (2001) [Película] Alex de la iglesia, productora Lolafilms, España, 2000. (107
min).
Melancholia [Película] Lars Von Trier, Coproducción Dinamarca-Alemania-Suecia; Zentropa
Entertainments/ Memfis Film/ Slot Machine/ Zentropa International Köln/ BIM
Distribuzione/ Eurimages/ Trollhättan Film AB/ arte France Cinéma, Dinamarca. (136
min).
The Help, (2011) [Película] Tate Taylor, (traducido al español como “Criadas y señoras” o
“Historias cruzadas”), producción Michael Barnathan, Chris Columbus y Brunson
Green, Estados Unidos. (138 min).
The Truman Show, (1998) [Película] Peter Weir, producción Paramount Pictures, Estados
Unidos. (102 min)
76
Katharsis
CulturaKatharsis–Institución
visual contemporánea,Universitaria
subjetividad yde
psicoanálisis
Envigado freudo-lacaniano...
Cultura visual contemporánea,
subjetividad y psicoanálisis
freudo-lacaniano: de las sensaciones
al pensamiento*
Contemporary visual culture, subjectivity and FreudianLacanian psychoanalysis: from sensations to thought.
Enrique Hernández García Rebollo**
Resumen
Se abordan los temas de algunos elementos de la cultura visual contemporánea,
subjetividad y sus relaciones con el discurso psicoanalítico, partiendo de una crítica
que va de los conceptos de sensación y percepción, desde un enfoque positivista
(fisiologista), para llegar a analizar las profundas implicaciones que las lógicas
de las imágenes tienen en la sociedad y la cultura contemporáneas, en donde
disciplinas como el psicoanálisis y los estudios visuales pueden jugar un papel
rector en la comprensión de estos fenómenos actuales. Se toma como pretexto para
la problematización de este texto el filme Un método peligroso, del sobresaliente
director canadiense David Cronenberg.
Palabras clave: Cultura visual, subjetividad, psicoanálisis, sensación, imagen.
Abstract:
In this paper, we address some elements of contemporary visual culture, subjectivity
and their relations with the psychoanalytic discourse, based on a review that goes from
the concepts of sensation and perception, with a positivist approach (physiologist), to
*
**
El presente trabajo es un ensayo de reflexión sobre los temas de cultura visual, subjetividad y
psicoanálisis
Profesor universitario en diversas instituciones y psicoanalista. Ha publicado artículos en
revistas arbitradas y de difusión cultural. Actualmente, es Doctorante en Ciencias Sociales
por la UAM-Xochimilco. Algunas de sus líneas de investigación son: sociedad de la información, subjetividad, posmodernidad y estudios socioculturales. Correo electrónico:
kykoatl@yahoo.com.mx
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 77-115 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
77
Enrique Hernández García Rebollo
be able to analyze the deep implications that the logics of the images have on society
and contemporary culture, where disciplines as psychoanalysis and visual studies
can play a leading role in the understanding of these current phenomena. The film
A Dangerous Method, by the outstanding Canadian director David Cronenberg, is
taken as a pretext for the problem identification in this text.
Keywords: Visual Culture, subjectivity, psychoanalysis, sensation, image.
Introducción
¿Anorexia?, ¿locura?, ¿intensidad?, ¿juventud?, ¿feminidad?,
¿sexualidad frustrada? Todas estas ideas, que pueden llegar a
desarrollarse como conceptos, son algunas de las palabras que llegaron
a mi mente en los primeros minutos de la película Un método peligroso
(2011), del extraordinario director canadiense David Cronenberg
(Toronto, 1943). Cuando escribo “llegaron”, pienso de forma mucho más
lenta, analítica, en esa experiencia que tuve hace aproximadamente
24 horas, cuando vi dicha película. Intento recordar esas poderosas
imágenes y son estas palabras las que vienen a mi mente.
La extraordinaria capacidad de expresión corporal de Kaire
Knightley, la actriz que desempeña el papel de Sabine Spielrein en
dicha película, es simplemente sorprendente. Sabemos bien, gracias al
psicoanálisis, aunque suele olvidarse, que el poder de comunicación que
tiene el cuerpo humano de hecho rebasa la capacidad de consciencia
que tenemos del mismo. Las lógicas de la imagen, relacionadas con
las de la construcción imaginaria de nuestros cuerpos, tienen una
serie de similitudes que no son tan fáciles de comprender a “simple
vista”. La gran cantidad de información que contiene una imagen nos
impacta de diversas formas, y he ahí la frase famosa que dicta que “una
imagen vale más que mil palabras”. Sólo que intentaré argumentar en
las siguientes líneas una idea radicalmente opuesta: que una imagen
vale nada sin palabras. “Vale nada” es una frase que puede significar
muchas cosas en diferentes contextos, cuando uno empieza a pensar
más detenidamente en ella, y aquí lo que quiero precisar es que
78
Katharsis
Cultura visual contemporánea, subjetividad y psicoanálisis freudo-lacaniano...
muchas veces las imágenes sólo excitan nuestro aparato sensorio, y nos
informan (es decir, dan forma) a niveles inconscientes que no obstante
sí impactan en la conformación de lo que somos, aunque no nos demos
clara cuenta de ello.
Entonces, esta frase hay que tomarla en el contexto de cómo
procesamos de formas complejas una imagen, y me parece que cuando
hay una recepción meramente excitatoria, pasiva a nivel intelectual, es
decir, sin estar atravesada por nuestras funciones mentales superiores,
una imagen puede valer nada. Al menos en cuanto al lenguaje humano
se refiere. Es decir, que pienso que es necesario complejizar la relación
que hay entre las imágenes y las palabras para poder dilucidar un poco
sus posibles significados.
Me gustaría tomar como pretexto la película de Cronenberg, que
traza el retrato de tres personajes relacionados con la historia del
nacimiento del psicoanálisis, y que puede ilustrar visualmente muchas
de las ideas que desarrollaré aquí, para poder identificar a mayor
profundidad las interesantes relaciones que existen entre las imágenes
y las palabras, adoptando al final una perspectiva interpretativa de
corte psicoanalítico, que apunta mucho a los significados profundos
y psicodinámicos de la imagen, complementando aquellos fenómenos
semióticos y pragmáticos, perspectivas que se enfocan en las formas,
los códigos y las lógicas de las mismas, aspectos estos últimos que han
sido abordados por otras disciplinas, como algunos estudios sobre
comunicación.
Uno de mis objetivos aquí es problematizar algunos de los
resultados a los que se han llegado en dichos estudios, por ejemplo,
los de la recepción, para ponerlos a discusión con aspectos
psicodinámicos que no son considerados en dichos enfoques. He ahí
que la película de Cronenberg, producto visual de factura estética y
narrativa sobresaliente, me sirve aquí solamente como un estímulo
intelectual idóneo para realizar una problematización argumentativa
para relacionar algunos aspectos genéricos de la cultura visual
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 77-115 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
79
Enrique Hernández García Rebollo
contemporánea con el discurso psicoanalítico. En este sentido me
parece muy interesante que el uso de películas, que en el caso de Un
método peligroso narra, mediante un discurso visual (como cine que
es), uno de los momentos cruciales del nacimiento del psicoanálisis, es
un buen pre-texto visual para desarrollar un texto que abordará temas
relacionados con la subjetividad, la cultura visual y el psicoanálisis.
Paso aquí a problematizar la cuestión de cómo el abordaje de dos
conceptos centrales en muchas teorías psicológicas nos puede permitir
pasar de una mirada positivista, en donde aspectos meramente
fisiológicos juegan el rol central, a una mirada de corte psicoanalítico
que introduce un nivel de reflexión más profundo, que es la cuestión de
la subjetividad. También, y en un eje tanto horizontal como transversal
de continuidad de la crítica a la mirada meramente positivista en
estos temas, queremos desarrollar una argumentación de complejidad
mayor al pensar en cómo la subjetividad misma queda inscripta en
regímenes sociales cuyas características marcan en mucho las formas
de percepción e interpretación de la realidad circundante.
Proponemos, mediante este último eje, que en el mundo
contemporáneo puede prevalecer una subjetividad visual acrítica
que resulta preocupante por sus características tan particulares.
Entiendo aquí por cultura visual contemporánea acrítica un régimen
de la mirada en donde el consumidor promedio de productos visuales
y/o audiovisuales generalmente carece de herramientas cognitivas
vinculadas con un pensamiento crítico que le posibilite reflexionar
sobre el cómo, mediante el consumo de ciertos contenidos, si bien no
se determina totalmente, sí se moldea tanto su sensibilidad como su
forma de pensar el entorno social que le rodea y el cual habita.
Por supuesto que no toda la cultura visual “contemporánea”
presenta esta característica que yo subrayaré en el desarrollo de este
trabajo: su cualidad acrítica. Si bien esta postura es cuestionable por
algunas de las conclusiones a las que han llegado algunos estudios
de la recepción en el área de la comunicación, quienes han subrayado
80
Katharsis
Cultura visual contemporánea, subjetividad y psicoanálisis freudo-lacaniano...
una cualidad mucho más activa por parte de los consumidores de
productos audiovisuales, sí quiero subrayar que hay varios elementos
que, cuando son problematizados desde un enfoque más psicodinámico
y no meramente sociocultural, surgen interrogantes que obstaculizan
la generalización de varias de las conclusiones a las que se ha llegado en
dichos estudios. De igual forma, creo que la postura que yo sostengo aquí
es cuestionable por el carácter crítico hacia las audiencias, y un tanto
más psicodinámico en el que se sitúa, pero considero que mi aporte
aquí es precisamente señalar algunas perspectivas psicoanalíticas
en específico, que dichos estudios suelen dejar de lado, de la misma
manera en que yo mismo no abarco aquí todas las problemáticas que
otros abordan con otras lentes teórico-metodológicas, como es el caso
de los ya mencionados estudios de la recepción en el ámbito de la
comunicación.
Pretendo aquí aportar una serie de ideas que suelen situarse en
los márgenes de dichos estudios, mas no anular sus resultados en su
totalidad, objetivo que tendría que fundamentar con una metodología
empírica y de medición, como lo hacen dichos estudios. No es el caso
del presente trabajo, que es un ensayo de reflexión, no un estudio
empírico, aunque sí me interesa poner en discusión la validez de la
generalización que algunas veces pueden implicar algunos estudios del
área de la comunicación.
Algunas de mis tesis se pueden situar en las grandes polémicas
que se han producido en torno a lo que se ha dado en llamar también
cultura de masas, en donde las esferas de la así llamada “alta cultura”
y “cultura popular” son dos actores que tejen relaciones mucho más
complejas de lo que se pensó hace algunas décadas, por ejemplo, en la
tradición de pensamiento de la clásica e influyente corriente surgida
en la Escuela de Frankfurt. Es interesante reflexionar un poco acerca
de cómo dicha conceptualización de “cultura de masas” transitó por
una especie de migración hacia el campo de la cultura visual, por la
importancia de los mass media en dicha esfera (Uribe, 2010). Como
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81
Enrique Hernández García Rebollo
varios de los estudios de la recepción ya han señalado, muy en particular
la fértil obra del colombiano Jesús Martin Barbero, las complejas
formas en que las clases populares se vinculan con los productos de
las industrias culturales tienen matices mucho más densos de los
que dicha Escuela alcanzó a percibir en sus planteamientos (Martin
Barbero, 1987). De cualquier manera, y en cierta forma estableciendo
un diálogo implícito con dicha Escuela, rescato en mi planteamiento
la mirada psicoanalítica, misma que a últimas fechas ha sido un tanto
descalificada en enfoques donde la antropología se ha vuelto una especie
de discurso epistémico hegemónico dentro del universo de las ciencias
sociales contemporáneas, tachando de “patologizante” cualquier tipo
de asomo de una lectura con mirada psicodinámica.
Considero que varias de las ideas que el psicoanálisis, sobre todo el
freudo-lacaniano, puede aportar aquí, pueden resultar muy valiosas a
la hora de enriquecer dichos estudios de la recepción, entrando en una
sana polémica con los mismos. La obra del autor francés Metz (2001) es,
en este sentido, un faro que me ayudará a iluminar algunas de las tesis
que iré sosteniendo en el desarrollo de mi argumentación. En cierto
modo, mi trabajo es un intento de poner en discusión algunos temas
relacionados con la psicología en general (por ejemplo, el tema de la
percepción-sensación, que abordaré aquí en el apartado inmediato
posterior), con aquellos más socioculturales, como las formas en que los
regímenes de la mirada y de la subjetividad, entramadas en prácticas
sociales que la antropología ayuda a comprender en otras dimensiones,
nos permiten complejizar los múltiples vértices en que una figura
compleja, “el consumidor”, puede ser abordado desde un caleidoscopio
epistémico más interdisciplinario, donde no sólo la psicología sino
sobre todo el psicoanálisis tienen, pienso yo, mucho que aportar.
En el penúltimo bloque de este trabajo, de cualquier manera, intento
dos cosas: por un lado valorar la importancia que los estudios de la
recepción han tenido en señalar al sujeto-consumidor como una agencia
activa en la construcción de sentido y en la apropiación de algunos
82
Katharsis
Cultura visual contemporánea, subjetividad y psicoanálisis freudo-lacaniano...
productos socioculturales, donde las imágenes juegan un papel muy
importante. Por otro lado, señalar también el cómo dichos estudios,
si bien incluyen significativamente la problemática de la recepción
sociocultural de dichas imágenes, dejan muy de lado las complejas
formas en que, mediante los discursos visuales contemporáneos, se
pueden producir subjetividades caracterizadas por poseer un tipo de
cultura visual que aquí denomino un tanto genéricamente “acrítica”, por
las complejas cualidades psicodinámicas que implican los regímenes
en donde predominan las lógicas meramente visuales, en cuanto a
factores más de índole psicológica y no meramente antropológica.
Hay de fondo aquí una postura mía que intenta matizar un poco
las afirmaciones provenientes de campos antropológicos que, de hecho,
han fertilizado de forma muy significativa los enfoques de los estudios
sobre la recepción en comunicación, aspecto que se subraya mucho en
el enfoque sobre las prácticas de consumo, mismas que dejan de lado
aspectos psicodinámicos por pensar que con una lectura de este tipo
sólo se “patologiza” una realidad social. Para lograr este último objetivo
es que me valgo de una serie de ideas producidas desde una esfera de
pensamiento donde el psicoanálisis entra en acción.
Paso ahora, en el siguiente apartado, a introducir estos temas mediante
el tema de sensación-percepción, que es una temática constitutiva de
la psicología llamada “científica”, desde su consolidación por el que
es considerado padre de la psicología científica, Wilhelm Wundt y la
tradición que parte de la Escuela de Leipzig, semilla de las psicologías
más experimentales, es decir, construidas dentro de laboratorios
predominantemente. Esto con el mero fin de partir en este inicio de
niveles de realidad fenomenológica primarias, por decir de un modo,
para después ir trazando un mapa que irá incluyendo tanto aspectos
psicodinámicos como sociohistóricos, esferas fenomenológicas que
considero de una complejidad mayor.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 77-115 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
83
Enrique Hernández García Rebollo
De la sensación positivista a la percepción constructivista
Sé que es un tanto pretencioso el subtítulo de este apartado, pero
me parece muy ad hoc en el sentido de que ilumina en mucho este
aspecto profundo que atañe a la epistemología de fondo que existe
en el estudio objetivista de la imagen y la cultura visual, en primera
instancia. Existen toda una serie de estudios sobre la imagen y la
percepción humana de la misma que podemos caracterizar como de
índole psicofísica y fisiológica, que se adscriben a diversas tradiciones
de pensamiento, pero sobre todo de corte experimental, en donde una
primera postura, ya clásica dentro del tema de la percepción, consiste
en realizar una diferenciación clara y nítida entre dos conceptos:
sensación y percepción.
El primer término de esta dupla, la sensación, estaría así relacionada
con el registro de un estímulo por parte de nuestro aparato sensorio y/o
perceptivo en un nivel mecánico, sin pasar dicho estímulo por el primer
filtro de la atención.1 En esto, quiero subrayar, aunque es muy obvio, que
el enfoque es netamente positivista: se parte de la premisa, aquí, de que
una serie de mediciones, como por ejemplo el tiempo de reacción de la
pupila del ojo humano ante determinados estímulos, nos brindan una
respuesta objetiva de lo que es una sensación, sin una problematización
de por medio de qué puede significar eso en niveles más profundos, es
decir, psicodinámicos. Desde una postura cognitiva y/o conductista, de
corte positivista también, en una sensación no habría todavía mucho
sentido de experiencia. Es decir, que acá nos quedaríamos en un nivel
de mero registro cuasi pasivo de “algo”, que en este caso son estímulos
de diversa índole (energía electromagnética para los ojos, ondas sonoras
para los oídos, etc.). El interesante concepto de umbrales de registro,
también inscrito en este enfoque, ya empieza a tender un puente entre
1
84
No entramos aquí de lleno a los temas de sensación y percepción desde un enfoque psicofísico y fisiológico, sino que solo los mencionamos de paso por no ser este un trabajo de
corte experimental, aunque reconocemos desde luego la importancia de este primer nivel
de diferenciación fenomenológico, para pasar después a la argumentación en el plano de la
cultura visual y la subjetividad.
Katharsis
Cultura visual contemporánea, subjetividad y psicoanálisis freudo-lacaniano...
la complejidad que caracteriza al otro concepto de la dupla, es decir,
la percepción, con este de la sensación. De acuerdo a Goldstein (2011):
El umbral absoluto es la cantidad más pequeña de la energía del estímulo
que se requiere para ser detectado. Por ejemplo, la cantidad más pequeña
de energía luminosa que permite a una persona detectar apenas un
destello de luz sería el umbral absoluto para ver esa luz (p. 13)
En el concepto de umbral, ya vemos claramente las posibles
“influencias” del entorno sociocultural en que se mueve un sujeto,2
para poder pensar en la imposibilidad totalmente objetiva de este
tipo de mediciones y generalizaciones acerca de este fenómeno que
se caracteriza, como casi todo lo relacionado con el universo de lo
psicológico, por ser dinámico y complejo, más que meramente estático,
lineal y secuencial. Como en todo fenómeno medible, siempre hay
límites superiores e inferiores que contienen, dentro de sus márgenes,
la mayoría estadística, la famosa curva de Gauss.
Ahora bien, si a todas luces es muy importante entender con mayor
profundidad las características, digamos matematizables de esa
realidad fisiológica que nos caracteriza a nosotros los seres humanos,
considero también vital, por un lado, realizar un cuestionamiento crítico
y contextualizante de la generalización explicativa que la interpretación
de esos datos numéricos puedan arrojar, y pasar así a un enfoque más
de índole cualitativo que nos permita poner en perspectiva, tanto
dichos resultados matemáticos como desarrollar una problematización
sobre la interpretación de los mismos. Por ejemplo, en este sentido, nos
interesa sobremanera analizar cuidadosamente las implicaciones en la
vida social de dichas interpretaciones. Un caso muy ilustrativo de esto
lo representa el famosísimo caso de los lapsos de atención óptimos en
2
Tal vez el ejemplo más conocido aquí sea aquel de que los esquimales pueden distinguir,
en su lenguaje y por tanto en su experiencia subjetiva, hasta 10 (según algunos estudios)
o incluso más de 20 (según otros estudios incluso más de 20) tipos del color blanco. Su
contexto sociocultural, en donde diferenciar varios tipos de blanco es literalmente vital
(por ejemplo para detectar un hielo lo bastante sólido para caminar por él sin que este se
despedace), nos permite comprender un poco más este tipo de fenómenos.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 77-115 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
85
Enrique Hernández García Rebollo
el ser humano en promedio, o más específicamente de gente muy joven
en particular. De acuerdo a varias teorías psicológicas actualmente
reconocidas, conforme el individuo madura a nivel del sistema
nervioso central, algo que pasa con los adolescentes por ejemplo, a
diferencia de los niños, se logran mayores niveles de atención. Aunado
a esto, el adolescente, de acuerdo a ciertas perspectivas cognitivas de la
psicología, logra eliminar la distracción de otros estímulos innecesarios
y desarrolla así una atención mucho más selectiva.
Ahora bien, a partir de toda esta serie de datos que existen alrededor
de los límites, llamémosle aquí “óptimos” de atención, se ha desarrollado
una estrategia pedagógica contemporánea, en donde la “ciencia” de la
pedagogía ha dictaminado que, de acuerdo a dichos niveles de atención,
se desarrollen métodos educativos y técnicas didácticas que se deben
“adaptar” a esta realidad “científicamente” demostrada. Como profesor
que soy, me he dado cuenta que, en los últimos años, mucho de este
discurso de la pedagogía actual, que se plantea a sí misma como de
vanguardia, y que desde mi perspectiva está totalmente impregnada
de una forma de pensamiento totalmente lineal y positivista, plantea
exigirnos a los profesores que generemos clases más “dinámicas” y no
tan aburridas, que usemos más materiales didácticos para captar la
volátil atención de los alumnos de hoy en día, tan acostumbrados como
están a recibir múltiples excitaciones sensoriales abundantes (colores,
sonidos, imágenes en movimiento…), sin una reflexión analítica de por
medio de carácter más intelectual, es decir, más mediatizada por las
llamadas funciones mentales superiores que nos caracterizan como
mamíferos vertebrados que somos los seres humanos: juicio, análisis,
síntesis y, sobre todo y entre otras más, la abstracción.
Así, se han hecho estudios “científicos” en los que queda
“científicamente” demostrado (perdón por la redundancia, pero quiero
subrayar así cierta cualidad un tanto tautológica, incluso solipsista
en estos enfoques “científicos”) que los lapsos óptimos de atención
son cortos, obviamente dependiendo del tipo de tarea, el contexto,
86
Katharsis
Cultura visual contemporánea, subjetividad y psicoanálisis freudo-lacaniano...
etc. En este escrito no entramos a discusión directamente con dichos
estudios empíricos, sino que solamente reflexionamos, para ilustrar
nuestras ideas de fondo, acerca de una idea que se ha extendido mucho
entre las personas que nos dedicamos a la educación, e incluso se ha
popularizado un poco en amplias capas de la población.
Algo que podemos percibir muy claramente en los últimos años, es
que dichos lapsos de atención se han hecho cada vez más pequeños.
Luego, entonces, este discurso de la pedagogía contemporánea de corte
positivista, bien lineal en sus delimitadísimos planteamientos, nos
pide a los profesores que nos ajustemos tanto en contenidos como en
técnicas didácticas a dichos lapsos de atención. Todo esto se traduce
en una serie de cosas que, simplificando un poco, es cierto, empujan
a que los maestros diseñen clases más “dinámicas”, divertidas,
interesantes y atractivas. Las actividades intelectuales que requieren
de un gran esfuerzo como la atención, el análisis, la síntesis y sobre
todo la abstracción, se ven así no solo obstaculizadas, sino incluso
menospreciadas, tanto por alumnos como por los mismos pedagogos.
Quiero aquí aclarar que no estoy en contra del interés y la necesidad
real de generar metodologías más dinámicas y desarrollar clases más
interesantes para mejorar aspectos educativos fundamentales. Sólo
subrayo algunas de las premisas y, sobre todo, hondas implicaciones
de este discurso presentado como científico de la pedagogía que, desde
mi punto de vista, más bien está muy impregnado de la ideología
de los sistemas sociales y culturales actuales, que un escritor como
Vargas Llosa ha denominado muy recientemente como La civilización
del espectáculo, dialogando con una postura ya clásica de un filósofo
francés, Debord (1967), cuyo libro La sociedad del espectáculo se
popularizó mucho, con todo lo polémico que pueda resultar esto
(Vargas, 2012).
Este discurso pedagógico al que me refiero no suele tomar en
cuenta que el hecho “científico” así medido está muy relacionado, e
incluso me atrevo yo a decir que un tanto producido, por este tipo de
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 77-115 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
87
Enrique Hernández García Rebollo
cultura mediática de nuestras sociedades occidentales modernas o
posmodernas, en donde los medios de comunicación, como la televisión
y ahora cada vez más internet, han jugado un rol central en que dichos
lapsos de atención sean cada vez más cortos. Se ha producido así un
tipo de subjetividad visual que, como diría Sartori (1997), ha producido
un Homo videns para el que mucho de lo que era transmisible mediante
palabras, está siendo sustituido por el uso de imágenes, con todo lo
pernicioso que esto ha resultado para las democracias occidentales, en
donde el nivel de discusión sobre temas de política está siendo cada vez
más degradado en su carácter complejo y abstracto.
En síntesis, esta breve digresión acerca del discurso pedagógico
contemporáneo me lleva a pensar de que, si bien pudiera parecer un
poco excesiva la idea de que los procesos de percepción complejos que
nos singularizan a los mamíferos superiores, que somos los humanos,
se están volviendo mucho más simplificados con todos estos procesos
socioculturales, en el sentido en que pareciéramos cada vez más habitar
un mundo rodeado de meras sensaciones (excitaciones sensoriales
efímeras) que pasan cada vez menos por los filtros más selectivos de
la atención, la memoria y, sobre todo, el análisis y la abstracción, hoy
en día asistimos, ante nuestros ojos pasmados y un tanto cansados de
tanto estímulo visual, a la emergencia de una subjetividad que, además
de meramente visual, carece de pensamiento crítico.
Desde este punto de vista, me gustaría ahora pasar a un acercamiento
en donde este tipo de fenómenos, como son la sensación y la percepción,
que muchas veces son hasta cierto punto fronterizos y, por ello,
inclasificables en categorías nítidas y bien diferenciadas, adquieren
una complejidad que considero de una riqueza mucho mayor, y esto
además nos permitirá comprender muchas características de este tipo
de subjetividad visual acrítica que mencionaba unas líneas más arriba.
Mi postura es que es esta una subjetividad que se alimenta de productos
visuales comerciales en demasía, y que carece de una cultura visual
crítica que permita una recepción más autónoma de las imágenes y
88
Katharsis
Cultura visual contemporánea, subjetividad y psicoanálisis freudo-lacaniano...
productos audiovisuales. Mediante una serie de prácticas de consumo
visual y, así, de contenidos psicológicos, se produce este tipo de cultura
visual contemporánea en donde el fenómeno social más generalizado
del consumismo se extiende hasta este tipo de productos culturales,
y en donde se desarrolla una oferta muy grande de imágenes, videos,
música, videojuegos, etc., pero en donde los procesos intelectuales
superiores pueden quedar muy marginados.
Es una cultura visual que carece de una postura crítica de recepción,
cuestionamiento y procesamiento de esas imágenes, e ignora así los
impactos emocionales, cognitivos, sociales y sobre todo políticos, que
las imágenes producen en los espectadores, que quedan así posicionados
como meros consumidores pasivos de productos visuales. Es la cultura
visual del consumidor promedio, más no aquella, obviamente, de los
estudiosos dentro de espacios académicos del fenómeno así llamado
cultura visual, que se inscriben así dentro del campo más abarcativo
de la crítica cultural.
Entiendo aquí por postura crítica un tipo de competencia del
consumidor de productos visuales que atañe sobre todo a dos
dimensiones: una de ellas relacionada con aspectos estéticos, como es
siquiera un conocimiento básico sobre aspectos técnicos que implican
una construcción de sentido profundo, como por ejemplo el poder
pensar cómo el uso de una cámara en perspectiva de contrapicado
implica la transmisión de una serie de significados, como el ejercicio de
poder y la noción de jerarquías, por ejemplo. La otra dimensión tiene
que ver con una lectura politizada de los contenidos audiovisuales, por
ejemplo, en el caso de México en particular, se da predominantemente
un fenómeno opuesto, como el dejarse “convencer” o “persuadir” de
la importancia de donar dinero a una Fundación como Teletón, que
pertenece a la televisora más importante, Televisa, gracias a un enfoque
editorial altamente emocional de la discapacidad, donde las imágenes
son predominantes, sin pensar en aspectos tan elementales como la
idea de que las inversiones de ese dinero sirven a dicha televisora al
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menos en dos frentes directos: una publicidad muy eficaz, donde la
empresa se legitima como socialmente responsable y una forma directa
de deducir impuestos fiscales.
Por supuesto que acá no estoy afirmando que todos los espectadores
seamos iguales, simplemente reflexiono sobre algunos aspectos que
percibo en mi entorno social inmediato, y la justificación de estas
ideas es que aquí están planteadas no como un estudio empírico de
un tipo de audiencia en específico (edad, clase, nivel socioeconómico,
etc.), sino como ideas que considero importante pensar, por su gran
predominancia en el mundo contemporáneo.
Respecto del Teletón, por ejemplo, un dato duro interesante es que
año con año han logrado superar sus montos de recaudación, algo que
habla de un fenómeno bastante interesante y extendido.3Concluyendo
este apartado, podemos afirmar contundentemente que los enfoques
psicofísicos y fisiológicos acerca de la sensación y la percepción, en donde
entra la parte de cómo procesamos las imágenes, dejan totalmente de
lado las complejas interacciones que se dan entre los universos de lo
sociocultural, con aquellos de lo meramente orgánico en el ser humano.
Podemos sugerir así que, por tanto, es una postura “científica” también
acrítica en un cierto nivel de complejidad mayor.
¿Una subjetividad visual acrítica?
Vivimos en un mundo cada vez más apantallado. Villoro (2009)
decía, en un ensayo sobre Japón, que ese era el país de las pantallas:
televisiones, computadoras, teléfonos y dispositivos portátiles privados
y cada vez más instalados en las vías públicas. Tokio, capital de
3
90
Aunque, de igual forma, al reformular este escrito mediante un lapso de tiempo de un par de meses,
recién hace unos días leo algunas notas periodísticas que han señalado que bajó la cantidad de
dinero recaudado y la popularidad de dicho evento, esto gracias a que hace un par de meses México
vive inmerso en una grave crisis política, debido a la desaparición y seguramente cruel asesinato
de 43 estudiantes en Ayotzinapa, Guerrero. Este trágico acontecimiento ha desembocado en una
serie de manifestaciones estudiantiles y de organizaciones civiles que han puesto fuertemente
en entredicho al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, así como se ha ido develando, cada
vez más, una serie muy significativa de vínculos de interés entre dicho presidente y Televisa. Son
fenómenos interesantes y nuevos que dan mucho qué pensar.
Katharsis
Cultura visual contemporánea, subjetividad y psicoanálisis freudo-lacaniano...
Japón, en este sentido es un caso extremo de estas grandes urbes, las
llamadas megalópolis (García, 1995), que son ciudades que presentan
una serie de características cuya complejidad creciente parece
tender al caos: cantidades demográficas mayores a 10,000,000 de
pobladores provenientes de diversas regiones geográficas, con lenguas
y hábitos culturales distintos y una gran concentración de poderes
políticos, económicos y culturales, forman así un collage de intereses,
intersecciones y choques socioculturales que rebasan en mucho la
capacidad de comprensión de las mismas, tanto para sus mismos
habitantes como para sus gobernantes.
Son lugares de encuentro de diferentes realidades, en donde
el entramado político, económico y cultural conlleva una serie de
características muy interesantes, pero a la vez caóticas. Si bien este
tipo de espacios se desarrollaron sobre todo a partir de la revolución
industrial en Occidente, podemos pensar que es con el efecto múltiple
de la globalización y la implantación del modelo económico neoliberal
que se extienden con una fuerza inusitada, misma que hoy en día
parece simplemente incontenible. El tipo de interacción social que se
establece en una megalópolis tiende a ser muy impersonal, ya que,
ante una cantidad inimaginable de personas concentradas en espacios
pequeños, podemos pensar en relaciones meramente contractuales en
la mayoría de los casos, a diferencia de la cercanía interpersonal que se
da en pueblos pequeños, por ejemplo.
Las dinámicas de la vida social se ven así, en un sentido, muy
empobrecidas, aunque a la vez las ciudades posibilitan otros tipos
de relaciones y la generación de nuevos vínculos, muchas veces
menos solidarios. El sentido hondo de la experiencia humana que
se produce en una interacción social generó el concepto del lugar
antropológico: un espacio no sólo habitado por personas, sino también
por imaginarios en común, necesidades en conjunto y posibilidades
de satisfacción en variados niveles. En un sentido antropológico
profundo, son espacios-tiempos en donde se producen intercambios
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culturales muy significativos. Tales han sido los cambios en las grandes
urbes que un antropólogo francés, Augé (2000), desarrolló el concepto
de no lugares: espacios cada vez menos habitados por la esfera de la
interacción social compleja, reducidos a lugares en donde se establecen
relaciones meramente contractuales. El antropólogo contemporáneo
García Canclini (1995), ha estudiado las diversas formas mediante las
cuales lo que era la idea de un ciudadano en el siglo xviii, hoy en día ha
desembocado en otra figura que nos es muy conocida: el consumidor.
Con esto también asistimos a una hipersaturación de información,
tan prototípica de las grandes ciudades: productos, espectáculos y
servicios, mismos que nos llegan, en una megalópolis, esencialmente
mediante el uso creciente y multiplicado casi al infinito de imágenes.
Ahora bien, en otro orden de ideas, podemos nosotros ir pensando
ya las relaciones de todos estos procesos sociales con lo que estamos
intentando entender en este apartado como un sujeto visual.
Empezábamos con el ejemplo de Japón, porque es muy paradigmático
de la gran eclosión de imágenes que la presencia múltiple de pantallas
posibilita en la vida cotidiana en aquel lejano y sublime país. Aunado
a esto, en las pantallas no solo asistimos a la presencia infinita de
imágenes, sino que las mismas están animadas: es decir, tienen
movimiento. Son imágenes vistas con una óptica como la planteada en
el primer apartado, donde hablábamos del gran salto cualitativo que
va de una sensación fisiológica a una percepción de la experiencia, que
resultan, la mayoría de las veces, muy atractivas e incluso seductoras.
Desde mi punto de vista, seducen porque anestesian, hasta cierto
punto, las funciones mentales superiores, e hiperexcitan una serie de
sensaciones placenteras, altamente emocionales. El discurso publicitario
es un clarísimo ejemplo de lo que aquí estoy intentando desarrollar, ya
que una de sus características es hacernos actuar (comprar), mediante
el uso de imágenes seductoras que nos inciten (y exciten) a adquirir
determinado producto o servicio. Para que esto se haya posibilitado, es
decir, para que este tipo de discurso substancialmente visual, como es
92
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Cultura visual contemporánea, subjetividad y psicoanálisis freudo-lacaniano...
el publicitario, tenga el éxito pragmático que posee, es necesario que
se den una serie de condiciones sociales de producción, no solo de las
mercancías y los servicios que se ofrecen, sino sobre todo de un tipo de
sujeto que sepa “leer” estas imágenes de la forma en que se desea que
las mismas sean leídas.
Aquí es donde entramos de lleno al cuestionamiento del tipo de
subjetividad que es necesario para que las cosas funcionen, mediante
las aparentemente enigmáticas y absurdas formas en que lo hacen hoy
en día. Sin una perspectiva crítica que sitúe y delimite muy bien una
serie de intereses de los llamados poderes fácticos (empresas y medios
de comunicación principalmente), se cae en dos tipos de clichés, uno
de los cuales consiste en pensar que las personas somos muy extrañas,
contradictorias, poco racionales y que no tenemos solución ante una
variedad de problemas, renunciando así a la posibilidad de pensarlos
más detenida e inteligentemente. El otro es que somos agencias
totalmente activas, plenamente conscientes y racionales, constructoras
de nuestras propias realidades, responsables únicos tanto de nuestros
éxitos como de nuestros fracasos. Creo que ambos fenómenos
conviven entre sí sin mayor contradicción, solo que incluso cuando los
intentamos estudiar desde una perspectiva científica, es muy fácil caer
en cualquiera de estas dos esferas, donde un binarismo epistémico es el
que rige nuestras formas de comprender y abordar dichos fenómenos.
También, por cierto, de las conclusiones a las que llegamos.
En plena concordancia con Mirzoeff (1998): “por sujeto visual,
entiendo una persona que está tanto constituida por, así como es
agente de la mirada (independientemente de su capacidad biológica
de ver)…” (p. 13). 4 Mirzoeff (1998) plantea que hoy en día se acentúa
mucho más el poderío de la imagen que ya se veía venir desde los
60´s y los 70´s, con el auge de una sociedad capitalista, en donde las
imágenes empezaron a jugar un rol esencial en la configuración de
4
La traducción del inglés es mía.
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una nueva forma de ser, un nueva subjetividad visual en donde se dan
cita lo mismo fenómenos de sociedad de masas como una especie de
transición del sujeto disciplinario reflexionado por Foucault (1975 ) con
mucha agudeza y profundidad, a una lógica de mayor complejidad, en
donde ver y ser visto se vuelven cada vez más una espiral compleja que
se retroalimenta en un circuito infinito, facilitado por la eclosión de los
medios masivos de comunicación.
El autor nos recuerda las visiones en un tono cuasi profético de un
McLuhan (1964) en su libro ya clásico Understanding Media. Mirzoeff
(1998) desarrolla una serie de ideas muy interesantes, de las cuales
rescatamos una que consiste en pensar este tipo de dispositivo de la
mirada en una dialéctica del mirar y ser mirado, muy opuesta a las
lógicas del panóptico disciplinario analizados por Foucault (1974)
sobre todo en Vigilar y castigar, como una especie de fantasma que
regresa desde aquellos años: una dinámica no solo visual, sino sobre
todo social, que fue denominada por McLuhan (1964) y otros, como
un campo nuevo de estudios: la cultura visual. Jugando con esta idea
un poco, pienso que la imagen del fantasma es más idónea, no solo
por este regreso del que habla Mirzoeff (1998), sino sobre todo por el
carácter de ubicuidad que los fantasmas permiten en las lógicas de su
evanescente ontología: aparecer por aquí y por allá, ver sin ser vistos,
dejarse ver si quieren asustar, etc.
Las complejas dinámicas contemporáneas de las imágenes en
nuestras sociedades occidentales presentan estas características
fantasmáticas cada vez más: no sabemos dónde puede haber una nueva
cámara que viole nuestra intimidad, dónde podamos a nuestra vez
ver sin ser vistos, y a su vez también deseamos encontrar más y más
imágenes de los otros en diferentes contextos, justo como sucede, por
ejemplo, en una red social como es Facebook: los fantasmas somos
todos. Aunado a esto, las lógicas del fantasma también están muy
relacionadas con aquellas de la fantasía, cuyos orígenes etimológicos en
94
Katharsis
Cultura visual contemporánea, subjetividad y psicoanálisis freudo-lacaniano...
común no son nada fortuitos. De acuerdo a Laplanche y Pontalis (1996),
el término fantasía, dentro del ámbito psicoanalítico, consistiría en:
Guion imaginario en el que se halla presente el sujeto y que representa,
en forma más o menos deformada por los procesos defensivos,
la realización de un deseo y, en último término, de un deseo
inconsciente… I. La palabra alemana Phantasie designa la imaginación.
No tanto la facultad de imaginar en el sentido filosófico del término
(Einbildungskraft), como el mundo imaginario, sus contenidos, la
actividad creadora que lo anima (das Phantasieren). Freud recogió
estos diferentes usos de la lengua alemana (p. 138).
Es muy interesante, en este sentido, que estos términos estén tan
relacionados, pese a los usos diferentes que se les den en diversas
lenguas [por ejemplo, en francés se tradujo “Fantasme” para evitar
acepciones de uso extendido de la palabra francesa “Fantaisie”, de
acuerdo a la misma obra de Laplanche y Pontalis, (1996)] con las lógicas
mismas de la formación de imágenes. Lo mismo la producción que tal
vez más aún el consumo de imágenes nos confronta con las dinámicas
en espiral del deseo humano: una retroalimentación en donde hoy los
circuitos cada vez pasan más por dispositivos tecnológicos y están, a su
vez, atravesados por la determinación cuasi omnipresente de intereses
económicos y políticos.
Otro autor que ha estudiado profundamente los medios de
comunicación es Manovich (2005), quien nos habla acerca de la
interesante relación entre la ilusión, la narración y la interactividad.
Manovich (2005) nos dice que la ideología moderna ponía al sujeto en
una posición de espectador un tanto pasivo del espectáculo (televisivo,
teatral, etc.), y que hoy en día asistimos a una nueva configuración
ideológica, una forma de mutación en donde al hoy en día llamado
usuario (no meramente espectador) se le exige cada vez más (no solo
se le “permite”, como el discurso del marketing presenta de forma más
atractiva de acuerdo a sus propios intereses) que realice algún tipo de
interacción. Esto, en un nivel muy superficial y acrítico, es una especie
de cualidad atractiva para muchos usuarios (o, en otros términos más
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críticos y analíticos, consumidores que pagan gustosamente una renta,
el típico “plan ideado para ti especialmente…”, como se nos suele vender
dicho tipo de servicios).
Luego entonces, no solo “vistas las cosas” así, sino adoptando una
postura más crítica y por ello pensante como acá estamos sugiriendo,
representa a la vez caer en una clase de trampa cuya arma principal de
persuasión es la seducción y los mecanismos cognitivos implícitos en
este tipo de lógicas, en donde la interacción, recordémoslo, es meramente
virtual y no “real”.5 Desde esta mirada más crítica, puede haber personas
que en la red se presenten mediante el uso masivo de imágenes de sí
mism@s, como una personalidad “muy sexual”, o “muy sexy”, etc. (como
algunos perfiles de Facebook de mujeres histéricas,6 por ejemplo),
mostrando fotos atrevidas, decenas de comentarios “subidos de tono”
de otros usuarios, etc., y en la vida real ser de hecho una típica mujer
plenamente conservadora en sus interacciones y en su ideología. Las
dinámicas de la ilusión y de la narración (hay que recordar aquí el formato
de “Biografía” impuesto por Facebook a los usuarios hace un tiempo),
aunados a la “interactividad”, pueden seducir mediante lógicas icónicas a
un tipo de sujeto acrítico que, no obstante, se puede autopresentar como
progresista, de izquierdas, intelectual, etc.
96
5
He aquí el concepto, ampliamente desarrollado por Zízek (2007), de interpasividad,
mismo que tiene múltiples consecuencias en las formas de subjetivación contemporánea.
Zízek (2007) analiza el fenómeno de las “risas enlatadas”, técnica realizada por Charles R.
Douglass en los 50´s, como en el show televisivo The Jack Benny show. Dicha técnica, sobreexplotada después, consiste en ambientar con diferentes tipos de risas las escenas que
vemos en la televisión, interpelando al “espectador” a reír en determinados momentos y de
determinadas formas, conformando así un tipo de “sensibilidad” (un target de mercado)
específica.
6
Hago aquí un uso del término en sentido psicoanalítico específicamente, entendiendo la
histeria como una formación estructural de la personalidad, con una gran cantidad de
rasgos de carácter, en donde uno sobresaliente es la cualidad histriónica de su forma de
ser, con una psicodinamia en donde la seducción constante tiende a ser un estado estático,
ya que la realización de un acto sexual rompería con mucho del deseo profundo, estructural, de una histérica. Por ello el acto mismo de la seducción, más que la concreción de
determinada actividad sexual, es lo que se busca de forma permanente en este tipo de estructuras de la personalidad. No está de más decir que dichas tramas son inconscientes y,
por ello mismo, no son tan fácilmente asequibles a la obtención de comprobación empírica
mediante herramientas de investigación comunes en los estudios de comunicación, como
una encuesta por ejemplo.
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Cultura visual contemporánea, subjetividad y psicoanálisis freudo-lacaniano...
Como al pasar, señalo aquí que si esto se estudia desde una
herramienta como una encuesta, por ejemplo, este tipo de cosas no
pueden ser “comprobadas” mediante las respuestas de los usuarios
por obvias razones. Aunado a esto, se ha logrado generar así un
estilo cognitivo multitask: tener nuestra atención dispersada en
una multiplicidad de ventanas, estar “conectados” con muchos otros
usuarios, “aprendiendo” de mil y un temas de maneras plenamente
superficiales. Hoy en día, es muy común que muchas personas
puedan saber un poquito de muchas cosas, pero casi no conocen con
profundidad nada. En palabras de Manovich (2005):
La moderna interfaz del usuario, que permite ejecutar varios programas
al mismo tiempo y mantener diversas ventanas abiertas en la pantalla
de manera simultánea, está postulando la multitarea como la norma
cognitiva y social. Una multitarea que pide del usuario una ‘multitarea
cognitiva’: alternan de manera rápida entre clases diferentes de atención,
solución de problemas y otras habilidades cognitivas. Por lo general, la
informática moderna exige al usuario una solución intelectual de los
problemas, una experimentación sistemática y el rápido aprendizaje de
nuevas tareas (p. 276).
Las ya famosas llamadas aplicaciones (Apps) son un buen ejemplo
de este tipo de lógicas: desde mi punto de vista, son cada vez más una
especie de malestar que nunca cesa de pedir “actualizaciones” constantes
y ofrecer nuevos servicios, relacionar más contactos y en general lograr
que estemos así más conectados. O sea, más de lo mismo presentado
con caras supuestamente nuevas. Es decir, si bien es cierto que algunas
de estas aplicaciones nos pueden resultar útiles en la vida cotidiana,
también han desarrollado una lógica intrínseca en donde la multitarea
cognitiva y la actualización perenne pueden resultar desgastantes por
la gran cantidad de tiempo de atención que demandan. En el caso de
muchas personas adultas, creo que esto es muy claro: algunas de ellas
desisten del uso de este tipo de herramientas ante lo intimidatorio de
la complejidad técnica que implica su uso, así como la gran cantidad de
tiempo que exigen de atención.
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Al no estar “moldeados” por las lógicas multi-task de la gente más
joven, su atención y sus habilidades cognitivas no encajan ni con la
sofisticación tecnológica ni con la lógica icónica de dichos gadgets. Tal
vez, más aún, sus subjetividades no poseen la sensibilidad de los más
jóvenes, que se emocionan (sufren procesos excitatorios somáticos) con
imágenes, colores y sonidos intensos. Así, los lapsos de atención que
mencionaba en el primer apartado están también muy relacionados con
estos fenómenos sociales del “estar más conectados”, no limitándose
esto a la parte meramente tecnológica. Pensando así las cosas, incluso
los buenos deseos de un hipotético ingeniero informático que se
dedique a trabajar en el desarrollo de software (Apps, por ejemplo),
puede pensar que él contribuye a la liberación de mayor cantidad de
información, más generación de conocimiento y, así, construyendo
plataformas educativas en potencia, por ejemplo.
Es decir, un ingeniero, que de hecho, cuidando la generalización,
está muy poco familiarizado con la comprensión del funcionamiento
de contextos socioculturales complejos o bien con una mínima
cultura en humanidades, no se daría cuenta que con todo esto más
bien está contribuyendo a la proliferación de un sistema social en el
que está él mismo inscrito: el capitalismo informatizado de hoy en
día (Castells, 2001). Podemos pensar que quien controla los medios
también controla en gran medida al hombre (Guinsberg, 2005). El
sujeto visual del cual aquí hablamos, ya se ve muy claramente, es un
sujeto producto del sistema social y económico denominado también
capitalismo tecnocrático hipermediatizado, en donde de hecho
hacen plena concordancia estas cualidades cognitivas de las cuales
estábamos hablando, que se caracterizan precisamente por una
especie de habilidades meramente técnicas combinadas con un tipo de
pensamiento simplemente operatorio, que ejecuta una serie de acciones
sin ponerlas en contexto, sin cuestionar los porqués, sin pensar en las
implicaciones profundas de cada acto técnico. Mucho del discurso
de la pedagogía contemporánea también se inscribe de lleno en esta
98
Katharsis
Cultura visual contemporánea, subjetividad y psicoanálisis freudo-lacaniano...
oleada de crear personas que tengan muchas habilidades técnicas, es el
famoso “saber hacer” de este modelo que se extiende cada vez más de
las llamadas “competencias”.
Ahora bien, puede resultar un tanto controvertido el planteamiento
aquí desarrollado en el sentido de lucir muy retrograda tanto
en términos políticos como, sobre todo, desde el punto de vista
epistemológico y metodológico, en un contexto donde actualmente
hay una hegemonía dentro del campo de los estudios socioculturales
cuyos resultados apuntan en direcciones opuestas a varias de las ideas
aquí desarrolladas. Varios autores nos han brindado la oportunidad
de pensar las mil y un formas en que precisamente los modos de
consumo y apropiación de los productos culturales son mucho más
complejos de lo que pudo vislumbrar, por ejemplo, la Escuela de
Frankfurt, como ya señalaba al inicio de este ensayo. Por cierto que,
prácticamente, la totalidad de dichos estudios socioculturales hoy en
día son en gran parte producto de una respuesta a los planteamientos
de los principales autores de la también llamada Teoría Crítica hace un
par de décadas. Como mucho del conocimiento en ciencias sociales,
en particular, son discursos que se construyen mediante el diálogo
crítico hacia otros posicionamientos, y en este sentido es hasta un
poco obvio que impliquen algunas veces el ir en contra de lecturas
epistemológicas anteriores. También es interesante resaltar aquí algo
cuya obviedad puede resultar una especie de obstáculo que invisibilice
mucho de mi propia lectura de una zona de los fenómenos que aquí he
abordado: la postura hegemónica contemporánea hoy dentro de varias
teorías de la recepción en comunicación ha querido delegar al olvido la
panoplia teórica psicoanalítica, aludiendo tanto a una “patologización”
de dichos fenómenos que dicha lente teórica implicaría, así como a la
imposibilidad práctica de demostración empírica de las reflexiones
emanadas de una lectura psicoanalítica.
Tal vez uno de los autores que sí ha logrado permear un poco la
mirada psicoanalítica dentro del estudio de este tipo de fenómenos,
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donde importan los productos audiovisuales, en particular el cine, es
el francés Metz (2001), aunque no es un autor que podamos denominar
“hegemónico” hoy en día. Como en cualquier acercamiento teórico, mi
postura no alcanza a reflejar sino una porción, no sé qué tan grande
o qué tan pequeña, de esa figura que es el objeto de los estudios de
la recepción: el consumidor. En este sentido, la justificación de mi
lectura en este espacio tal vez radica en que este trabajo es sólo un
ensayo de reflexión sobre estos temas, mas no un trabajo empírico con
pretensiones de generalizar conclusiones.
De cualquier forma, es importante en efecto tomar en consideración
una serie de ideas y autores que matizan en mucho mi propia postura.
De Certeau (2000), sobre todo aunque no exclusivamente en el tomo
I de su obra La invención de lo cotidiano. Artes de hacer, ha escrito
abundantemente sobre las tácticas y estratagemas de los sectores
“populares” a la hora de apropiarse no solo de los objetos producidos
y ofertados por el mercado capitalista, sino también de los espacios
urbanos, por ejemplo. Al rescatar estas formas de apropiación, y
subrayar el significado de esta palabra, “hacer propio”, De Certeau
(2000) introduce una mirada analítica bastante original que permite
replantear el gran peso que a las estructuras sociales se le había
dado mediante una gran producción teórica que alcanza su clímax
precisamente en Francia, con el cenit del estructuralismo. Realiza así
una diferenciación teórica fundamental, que segmenta la verticalidad
jerárquica con que se desenvuelven los actores sociales con más poder,
de aquella lógica más de corte horizontal y dinámica, que sería más
característica de los sectores populares, misma que se encuentra en la
base agonística, de pugna política, que implica la existencia de estos
dos actores en la sociedad: la estrategia y la táctica.
Emanados originalmente de fuentes bélicas, estos términos
apuntan a la lucha social por el poder político. Si la estrategia es una
herramienta donde la visualización desde lugares más privilegiados,
estáticos y seguros es aquí un factor central, la táctica, por su lado,
100
Katharsis
Cultura visual contemporánea, subjetividad y psicoanálisis freudo-lacaniano...
estaría más relacionada con la plasticidad propia de los que no tienen
un lugar fijo, seguro ni privilegiado, pero, por esta misma condición,
sí pueden moverse más rápido y generar lógicas de apropiación
caracterizadas por una cierta singularidad. En este sentido también
entran en discusión los circuitos que atañen a las figuras trazadas por
la producción y el consumo. Si los objetos varios, desde los tangibles a
aquellos que atañen más a la imaginación, como de hecho es el caso de
lo que producen las industrias culturales, tienen un diseño específico
pensado para generar una serie de acciones, las lógicas a las que
apunta De Certeau (2000) están más relacionadas con estas formas
de apropiación que señalábamos más arriba, e implican una especie
de corto circuito en cuanto a las lógicas del diseño, pensadas desde la
esfera de la producción.
En definitiva y en breve, lo que quiero resaltar aquí es que la mirada
de este autor se enfoca más en ver la parte activa que “escapa” a las
lógicas deterministas de lo estructural, idea que será rescatada después
por los estudios de la recepción en comunicación, complejizando el
tema de forma interesante. De cualquier forma, señalo aquí cómo De
Certeau (2000) lo que así hace es también alejarse de la postura de la
Teoría Crítica, se distancia de los modelos estructuralistas con plena
consciencia para ver “otras cosas”, pero no creo que sus conclusiones,
con todo lo agudas que son claramente, anulan en su totalidad ideas
y fenómenos de las teorías y posturas contra las que él se posicionó,
hasta cierto punto.
Ahora bien, ya más concretamente en el ámbito de los medios de
comunicación, el trabajo del colombiano Martin-Barbero (1987) será
fundamental para realizar una especie de giro metodológico que
implicó un cambio radical de enfoque, sintetizado muy bien en el título
de su trabajo más importante en este sentido: De los medios a las
mediaciones. Comunicación, cultura y hegemonía. La propuesta de
Martin-Barbero (1987), en un diálogo crítico con la Escuela de Frankfurt,
establecerá la importancia de tomar al consumidor no como una tabula
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rasa en la cual se imprime la ideología dominante mediante el consumo
de productos audiovisuales, sino como una agencia activa que participa
en la construcción de sentido y en la apropiación de dichos productos.
En cierto modo, rescata así la voz de estos sectores, bastante sepultada
por los planteamientos de los enfoques tanto de la Teoría Crítica como
de los enfoques estructuralistas donde no existía prácticamente la
posibilidad teórica de pensar al sujeto como una agencia activa. En
este sentido, la mirada metodológica así generada permitió toda una
gama de trabajos llamados “de recepción”, que abrieron las puertas de
un universo que es, como siempre dentro del universo de las ciencias
sociales, mucho más complejo, vasto y dinámico de lo que cualquier
teoría o trabajo puedan abarcar.
Al mismo tiempo, los aportes que una disciplina como el psicoanálisis
puede ofrecer en estos campos, me parece, se han ido difuminando de
forma preocupante en aras de la construcción teórico-metodológica de
un sujeto que es una agencia plenamente activa. Hay que decir que, si
bien dichos estudios critican en gran parte varios de los postulados de la
Escuela de Frankfurt, de igual forma retoman varias de sus ideas como
una postura crítica que da una cierta lectura marxista a los fenómenos
de masas, hoy más diferenciadas y enfocadas en el concepto más
delimitado de “audiencias”. Pero hay también una influencia significativa
en algunos de estos estudios de la mirada pragmática y funcionalista
de la sociología de corte más tradicionalmente norteamericano, donde
el concepto de agencia resulta fundamental.
Por ejemplo, cuando Orozco (1996), que es otro de los autores más
importantes en este campo, en este caso en México, habla del proceso
de construcción de sentido, se vale de una terminología que, dentro del
ámbito de la psicología, es totalmente deudora de las dos corrientes
norteamericanas más positivistas dentro de los Estados Unidos: la
cognitiva y la conductual. Orozco (1996) citado en Corominas (2001)
habla de este fenómeno como un proceso que va de la siguiente
forma: una secuencia cuyos pasos lógicos son la atención, selección,
102
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Cultura visual contemporánea, subjetividad y psicoanálisis freudo-lacaniano...
comprensión, valoración, almacenamiento e integración de “eso”
percibido (los contenidos). La otra mirada que rige esta aproximación
teórico-metodológica en el horizonte epistemológico norteamericano,
es la teoría de la cibernética, misma que ha fecundado de forma radical
las corrientes más actuales de la psicología cognitiva. Se parte aquí de
una premisa muy cuestionable, que personalmente no comparto: el
cerebro funciona de maneras muy similares a un ordenador. De hecho,
la palabra “mente”, en su acepción psicodinámica, no es mucho del gusto
de algunos cognitivistas, pero menos aún del enfoque conductista. Por
demás está decir que el psicoanálisis se sitúa en las antípodas tanto
teóricas como metodológicas de este tipo de aproximaciones.
Otro ejemplo es el acercamiento de Lull (1992) y su tipología de
“usos estructurales y usos relacionales”. Los primeros, a su vez,
divididos en “ambientales” y “reguladores”. Con ambientales se
referiría a la particular forma en que algunas veces la televisión sirve
como “compañía”, por ejemplo amas de casa que “oyen” la televisión
mientras cocinan, más que “verla”. Por su parte, la tipología de
reguladores enmarcaría las diversas temporalidades que implican
el consumo de la televisión: a la hora de la comida, por la noche, etc.
Finalmente, los “usos de relación” nos parecen más interesantes, ya
que aquí sí se tocan más de cerca un poco aspectos más psicológicos,
dimensión fenomenológica prácticamente ausente en la mayoría de los
planteamientos de los estudios de recepción:
Los usos de relación se centran en ver cómo los miembros de la familia
utilizan la televisión para crear acuerdos prácticos sociales. Para Lull,
estos usos pueden ser de cuatro tipos distintos, aunque no tiene que
haber plena exclusividad entre categorías. En este sentido, la televisión
puede ser una ayuda para facilitar la comunicación: la audiencia utiliza
las historias, los personajes y los temas propuestos por la televisión
como modalidades que facilitan la conversación. La televisión también
puede tener un uso de pertinencia/exclusión; puede ser un medio de
aprendizaje social, puede ofrecer oportunidades para demostrar la
competencia o para crear formas de dominio (Corominas, 2001, p. 7).
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Enrique Hernández García Rebollo
Si bien el universo de fenómenos psicológicos está presente por
todas partes en este tipo de objetos de estudio, lo verdaderamente
sorprendente es que ni la psicología, ni mucho menos aún el
psicoanálisis se asoman en prácticamente la mayoría de estos
planteamientos teórico-metodológicos. Infiero que esto tiene que ver
con la poca disponibilidad empírica que existe en las reflexiones de
autores que se sitúan en los círculos de pensamiento psicoanalítico. Me
parece que este tipo de estudios, al estar más enmarcados en una lógica
de construcción empírica tanto de su objeto de estudio, como en lograr
una demostración más científica de sus postulados, no logran, por estas
mismas razones, que les dan fortaleza desde un posicionamiento más
positivista dado el fundamento empírico que sí producen, vislumbrar
la figura más etérea del fantasma, figura importante en la lectura
psicoanalítica de este tipo de fenómenos.
Mi interpretación dentro de este trabajo, por ello, pretende ser un
aporte dentro de este formato de mi escrito: un ensayo de reflexión
psicoanalítica sobre estos temas, y no un trabajo empírico que
demuestre resultados fehacientes de investigación, trabajo que, no
obstante, considero sería muy enriquecedor realizar más adelante para
poder realizar una discusión donde la solidez del fundamento empírico
dé más fuerza a este tipo de planteamientos, que de otra forma quedan
simplemente relegados al gigantesco y deslegitimado universo de lo “no
científico”.
Una mirada psicoanalítica: de la pulsión a la representación fantasmática…
Luego el fantasma se esfumaba. Una viva claridad invadía la
pantalla, se proyectaba la palabra “Fin”, había terminado el ciclo de
las representaciones y el teatro era evacuado en silencio, mientras
que, afuera, se apresuraba un nuevo público que deseaba disfrutar
de una repetición de aquel desarrollo.
Thomas Mann, La montaña mágica.
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Katharsis
Cultura visual contemporánea, subjetividad y psicoanálisis freudo-lacaniano...
Estas palabras, extraídas de la novela ya clásica La montaña
mágica por Joly (2003) en su libro sobre la interpretación de la imagen,
y a su vez rescatadas aquí por mí en este texto que, viéndolo así es
por ello también interactivo e intertextual de cierta forma, nos sirven
para mencionar la importancia que consideramos que la repetición
mecánica de las imágenes juega también en esta seducción que ejerce
la imagen en nosotros, de la que ya he hablado un poco. Pienso que es
muy interesante pensar en cómo este tipo de fenómenos reiterativos,
muy propios de los medios de comunicación, resultan tener mucha
analogía con lo que pasa con los infantes, en algún momento de su
desarrollo, cuando ven alguna de sus películas favoritas: pueden verla
una y mil veces, hasta llegar al abatimiento cognitivo y emocional
total de sus padres, seducidos estos pequeños por variados efectos
complejos que suceden así a nivel de la imaginación y de identificación
psicológica profunda, fenómeno que nos recuerda las maneras como el
psicoanálisis plantea el fenómeno de la identificación y el papel que las
imágenes juegan en esto.
Mediante su escaso uso del lenguaje, herramienta simbólica por
excelencia en el reino de lo humano en su madurez intelectual, y no
mero sistema codificado de comunicación como en algunos animales
(Benveniste, 2003), el llamado por Lacan (1984) enfans goza con un
placer adultamente inconcebible, la reiteración de esa narratividad
imaginada y diseñada finalmente por un otro, mismo que incluye desde
el guionista, sí, pero también el productor, la industria cinematográfica
y toda la sociedad en la que todo esto está inscrito. Lacan (1984), con
una postura no meramente psicoanalítica freudiana, sino también con
una perspectiva muy cargada de la lingüística saussereana, así como
del pensamiento dialéctico hegeliano, viene a complejizar y enriquecer
la comprensión del fenómeno de la mirada y la identificación en el ser
humano. Pero antes veamos un poco la original mirada freudiana en
cuanto a fenómeno de percepción se refiere.
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Enrique Hernández García Rebollo
¿Qué es una pulsión? Freud (1915) la define como un concepto
“puente” entre lo somático y lo psíquico. Final del camino de un empuje
de energía fisiológica hacia su representación simbólica, misma que
se puede manifestar en una palabra, una imagen mental o también
mediante una expresión corporal. En cierto modo, podemos pensar
en que la pulsión es una semilla incipiente de expresión comunicativa
en el ser humano, y las múltiples formas en que la misma se puede
expresar son, por ende, prácticamente infinitas.
Retomando un poco de la película, y para ilustrar mediante el uso
de imágenes las ideas que aquí expreso de forma lingüística, pienso en
la escena que mencioné al principio de este ensayo: las contorsiones
corporales de Sabine, sus gestos faciales, etc., son una clarísima muestra
de lo que una pulsión puede “llegar a ser”, es decir, una forma de
comunicación humana, entre otras cosas más, como Freud (1915) teorizó
al respecto. Las imágenes mentales son, así también, representaciones
psíquicas de las pulsiones, mismas que “regresan” al cuerpo (soma)
en un juego dialéctico que constantemente se retroalimenta. He aquí
el carácter profundamente dinámico de la teoría psicoanalítica, cuya
complejidad es prácticamente ininteligible sin un trabajo profundo no
sólo de la lectura de sus textos, sino también de diván.
Freud (1900) nos va a mostrar que, en un sueño, una primera división
analítica nos remitiría a dos tipos de contenido: manifiesto y latente. El
contenido manifiesto es el relato un tanto caótico que el soñante nos
puede narrar del discurso esencialmente visual en que consiste un
sueño. El contenido latente, por su lado, sería una especie de significado
mucho más profundo de ese mismo sueño, realizado gracias a una
serie de mecanismos mentales que caracterizan a la mente humana en
su funcionamiento complejo, tal como lo entiende el aparato teórico
psicoanalítico. Así, la teoría psicoanalítica es una lente que permite
visibilizar aspectos de la realidad mental que de otra forma simplemente
quedarían invisibles. Instaura así un régimen de inteligibilidad de
fenómenos que, de no ser por esta singular óptica, suelen pasar
106
Katharsis
Cultura visual contemporánea, subjetividad y psicoanálisis freudo-lacaniano...
totalmente “desapercibidos”. Aunque no por ser desapercibidos dejan
de tener influencia persuasiva en los espectadores acríticos, que pienso
que son un sector muy significativo de espectadores que ven televisión
y/o van al cine a meramente disfrutar una buena película.
El hecho de disfrutar una buena película, hoy en día para estas
grandes mayorías, está directamente relacionado con el hecho de que
sea una película “divertida”. Dicha palabra es difícil de categorizar,
como muchas otras, sin una problematización que contextualice datos
como qué tipo de público es, qué grado de educación formal posee, qué
hábitos de consumo cultural tiene, etc. Para una persona con niveles
bajos de educación, lo divertido puede ser, y de hecho muchas veces así
es, un tipo de producto cultural que se caracterice por ser altamente
estimulante a nivel sensorial y que exija muy poco esfuerzo intelectual.
Abundan ejemplos de esto en la barra de televisión nacional, cuyo
ejemplo paradigmático encuentro en el famoso y exitoso talk show
Laura de América.
Un autor que es imprescindible en la formulación de una mirada
psicoanalítica que nos permita no solamente “ver”, sino hacer
inteligibles los complejos procesos del ver, en su caso en la esfera del
cine, es Christian Metz. Metz (2001) propone una serie de ideas que él
llama “El film y su espectador”, en donde él propone que existen todo un
conjunto de identificaciones entre el espectador de un film y lo que está
viendo en una película. En este sentido, hace una analogía con la fase del
espejo propuesta por Lacan (1984), sus relaciones con la construcción
imaginaria del cuerpo y los procesos de identificación así planteados,
con la situación del espectador de un film. De acuerdo a su original
lectura, el espectador se encuentra en una posición muy interesante,
en donde la submotricidad y la hiperpercepción son dos características
esenciales para poder comprender la analogía propuesta. Un filme nos
exige una atención concentrada y una postura de relajación corporal
al mismo tiempo. También demanda, en primera instancia, mucha
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atención de nuestra parte. Es un fenómeno en donde hay un coeficiente
que tiene una lógica similar a la del sueño, de acuerdo a Metz (2001).
En el cine hay una impresión de realidad, sabemos que “eso” que está
ahí en la pantalla no es real, no obstante sí nos identificamos con ello. A
diferencia del sueño, en donde creemos en esa realidad de forma total,
obviamente cuando estamos soñando, es decir dentro de la experiencia
misma del sueño. Me parece que estas lógicas se combinan de alguna
forma en nuestro aparato psíquico de extrañas maneras, y las imágenes
en general, no solo las cinematográficas, como es el caso planteado por
Metz (2001), acaban afectando el cómo pensamos y el cómo sentimos.
El problema acá es que, cuando existe un tipo de espectador tan pasivo
como he venido diciendo y tan poco crítico acerca de las imágenes que
percibe, se acaba creando también una ilusión en donde no se infiere,
mediante un pensamiento abstracto, que lo que se ve no solo nos
informa, sino que nos da forma, nos moldea de formas que no pueden
“comprobarse” de manera empírica dado el carácter esencialmente
psicológico, inmaterial, del fenómeno en cuestión.
Considero que es muy riesgoso que la gran mayoría de espectadores,
hoy en día, no reflexionen acerca del poder que la imagen tiene en cuanto
a su capacidad de persuasión, incluso de seducción. Es preocupante
que la carencia de una competencia crítica, tanto en términos visuales
como políticos en muchos espectadores, pueda ser una realidad, ya que
todo esto adquiere un régimen de importancia fundamental en nuestras
sociedades, que debieran, por la gran presencia de regímenes visuales
en todos los ámbitos de la vida social, caracterizarse por poseer una
cultura visual crítica, activa y más autónoma. Necesitamos tal vez no
solo una alfabetización en el sentido tradicional del término, sino una
de tipo visual que permita dar una lectura crítica para los espectadores
en un mundo como el que hoy habitamos.
El tipo de interpretación que un espectador puede realizar de una
película, por ejemplo, me parece que se queda un tanto difuminada en
meras sensaciones que, si no se pasan por palabras, mediante el uso
108
Katharsis
Cultura visual contemporánea, subjetividad y psicoanálisis freudo-lacaniano...
de las funciones mentales que he mencionado, como son el análisis
y la abstracción, por ejemplo, se quedan en un tipo de “registro” que
conforma mucho la ideología de esos espectadores sin que ellos mismos
se den cuenta de ello. Como decía más arriba, se han realizado estudios
desde el área de la comunicación, en donde se ha intentado observar el
papel activo de la recepción que se produce en este tipo de fenómenos
cognitivos, y se ha llegado a la conclusión de que no puede ser tan
pasiva la interpretación que se hace de las imágenes y, en general, de los
discursos visuales. Si bien estoy de acuerdo en parte con que este tipo
de fenómenos, psicodinámicos (y no estáticos como se asume en dichos
estudios, ya que ahí se “objetivizan” datos estadísticos, respuestas ante
determinadas preguntas en determinados momentos, etc.) y mucho
más complejos de lo que muchas veces se piensa, me parece que al
dejar de lado estas ideas, más de corte psicodinámico que he traído a
colación, justo como la lente del psicoanálisis permite, podemos estar
cayendo en una ilusión que no profundice en los sentidos más hondos
de la experiencia humana y las maneras en que la misma se conforma,
es decir, en el cómo se adquiere una forma.
Estaríamos así cayendo en este mismo juego de la seducción de las
imágenes y renunciando a adoptar una postura más crítica que, además
de señalar las facetas en donde los intereses políticos y económicos
de las élites dominantes, pueda entrar con mayor profundidad en las
realidades psicológicas que este tipo de dinámicas de las imágenes están
conformando en nosotros en estos tiempos tan absurdos en múltiples
sentidos. El discurso psicoanalítico, como podemos ver claramente,
puede ser aquí una herramienta imprescindible para lograr este tipo de
reflexiones. Algo que encuentro verdaderamente preocupante es que, en
parte, algunos de los resultados de dichos estudios sobre la recepción
en el área de la comunicación lleguen a conclusiones bien similares a
las de los productores de las industrias culturales: las personas eligen
ver lo que ellas desean, y son libres, autónomas, racionales, en suma,
son individuos plenamente conscientes de lo que hacen.
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En México, solo basta recordar aquí la patética y famosa frase de
Emilio Azcárraga, dueño de Televisa, la televisora más importante
no solo de México sino de Latinoamérica: “yo hago televisión para los
jodidos….” El contexto más general de la frase consiste en justificar así
que, en efecto, a ese sector de la población, mayoritario a todas luces,
le gusta recibir esos productos en sus televisiones, gozan con dichos
contenidos, les da mucho gusto apropiarse de los mismos de variadas
maneras, en pocas palabras, experimentan momentos de felicidad
cuando los consumen. Son estos fenómenos polémicos y en los cuales
no creo que haya una única forma correcta de interpretación ni de
medición exacta, dado su carácter altamente cambiante en los tiempos,
los espacios y las formas que cada ser humano, en su irreductible
singularidad, los puede experimentar. Son temas que, hoy aún más que
hace unas décadas, deben estar abiertos a la discusión y a la reflexión
plural.
Para cerrar estas líneas, quisiera traer a colación, por última vez,
la película que fungió como pre-texto para la escritura y la reflexión
del presente texto. En el film de Cronenberg podemos observar la
compleja relación entre dos titanes intelectuales: Freud y Jung. Un
hilo conductor será esencial: Sabina Spielrein. La actuación de Keira
Knightley nos atrapa desde el primer minuto: contorsiones corporales
espectaculares, expresiones gestuales que realmente transmiten una
sensación de sufrimiento que raya en la locura. Al escribir “nos atrapa”,
quiero subrayar una idea que es fundamental para comprender un
poco de lo que los textos visuales (como es una imagen y una película)
producen en nosotros: nos constriñe, nos seduce y, hasta cierto punto,
nos puede engañar. Justo como el personaje principal de esta película,
Sabine Spielrein.
¿Cuántos significados nos transmite Keira Knightley mediante su
gran capacidad de expresión corporal? Tal vez muy pocos si no nos
detenemos a pensar un poco más de cerca en ello. La dimensión de la
imagen presenta de una forma muy inmediata (muy poco mediatizada a
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Katharsis
Cultura visual contemporánea, subjetividad y psicoanálisis freudo-lacaniano...
nivel cognitivo, por decir de un modo) una gran cantidad de significados,
como bien lo podemos ver, por ejemplo, en el abordaje de los sueños
que el psicoanálisis propone. Y aquí también es donde podemos pensar
una vez más en las interesantes relaciones que vinculan imágenes y
palabras. Por ejemplo, cuando Sabine y Jung caminan por el bosque,
una vez ella se convierte en su paciente, podemos ver una escena en
donde Jung sacude violentamente con su “bastón” el abrigo de Sabine,
mismo que se le había caído a ella. Cuando Sabine observa cómo golpea
Jung su abrigo con el bastón, ella se perturba y le dice que deje de
pegarle a su abrigo con su “bastón”. En el original en inglés, usan ahí la
palabra “stick”, que también significa “palo”,7 o sea que al traducir por
“bastón” se pierde mucho el significado profundo que una lectura (y
una escucha) atenta puede captar desde la teoría psicoanalítica.
En el ínterin de las relaciones tormentosas entre Jung y Sabine,
también asistimos a la difícil relación que se da entre Freud y Jung:
la de un padre inteligente y conservador y un hijo brillante y rebelde.
Las grandes diferencias entre Freud y Jung, podemos ver que, además
de teóricas, son también de índole emocional y de grandes diferencias
entre estructuras de personalidad.
Al final de esta historia, podemos ver cómo Sabine, ya más estable,
está embarazada. Visita a Jung, no sin antes charlar con la esposa de
este, Emma, quien le pide a Sabine que hable con su esposo, que él le
tiene gran consideración, ya que está últimamente muy desconcertado,
no duerme bien y está como ausente… Sabine platica con Jung no solo
de aspectos teóricos del psicoanálisis, sino de la historia de ellos dos
como personas. Sabine espera un hijo de otro hombre, su actual esposo,
lo cual acongoja aún más a Jung y a ella misma al ver la reacción de él.
Jung dice tener un sueño recurrente, mismo que le relata a Sabine:
7
De hecho me parece muy interesante esta observación mía que puede ser considerada una
insignificancia: en la versión al español se traduce por “bastón”, y no por “palo”, que me
parece mucho más pertinente, dados el entramado y el contexto temático de la película. La
palabra inglesa stick, que puede significar tanto “palo” como “pene”. En español, de igual
forma, “palo” también se puede tomar como “pene”.
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Una terrible inundación desde el mar del Norte hasta los Alpes. Casas
arrasadas. Miles de cadáveres flotando. Acaba inundando el lago como
una gran marea. Y para entonces el agua, rugiendo como una avalancha,
se ha convertido en sangre. La sangre de Europa
Ella le pregunta si sabe a qué se estará refiriendo, y él dice no
saber con exactitud. Como espectadores de hoy, es decir dislocados
tanto cronológica como geográficamente, podemos pensar que es
una especie de predicción onírica de la segunda guerra mundial.8
Por su parte, nosotros pensamos en la interesante y a primera vista
paradójica relación de estos dos complejos personajes: Sabine, que se
“cura” llevando a la locura a Jung, primero rompiendo con lo estricto
del método y actuando lo que, se supone, era solamente “pensable” (las
fantasías de Sabine y su involucramiento tanto sexual como emocional
con ella).
Jung, que antes de esto era un hombre templado y “sano”, es llevado
a una especie de locura después de la aventura vital, y no solo analítica,
que tiene con Sabine. Esta ya al final le da un poco más la razón a
Freud, hombre cuya templanza siempre lo mantuvo en los márgenes del
método, siempre del lado de lo pensable y, por ello, analizable. Jung, lo
vemos aquí al final, parece haber “enfermado”, está destrozado, dividido
en su fuero interno, “ve” venir la segunda guerra mundial y, con esto,
la capacidad de destrucción del ser humano, es decir, la omnipresencia
de Thánatos, en pocas palabras. Con esto, por cierto, vemos la agudeza
de las ideas teóricas de Sabine, que apuntan al carácter destructivo
de la sexualidad humana en el fondo. Jung quiere explorar territorios
desconocidos, plenamente identificado con Freud, padre al que ha
8
112
De igual forma acá, podemos señalar que un espectador acrítico es muy probable que
ni siquiera logre captar esto del sueño como predicción de la segunda guerra mundial.
Es un ejemplo, entre muchos, de cómo la falta de pensamiento crítico y de una serie de
conocimientos históricos, hasta cierto punto básicos, puede afectar la interpretación y/o
comprensión de un filme. Por otro lado, no es esta la única interpretación “correcta”, ya
que dicho sueño bien puede, al mismo tiempo, significar la profunda desolación del fuero
interno de Jung. En clínica psicoanalítica, sabemos muy bien de los diferentes estratos de
significado que un sueño y una misma imagen pueden tener. Hay aquí una polisemia tanto
semántica como emocional en constante movimiento, tanto dentro de una misma sesión
como a lo largo de un tratamiento psicoanalítico.
Katharsis
Cultura visual contemporánea, subjetividad y psicoanálisis freudo-lacaniano...
matado simbólicamente al cuestionar sus ideas, está desahuciado por
no poder hacer más por sus pacientes. El curador está enfermo y la
enferma ha sanado, en un extraño pero muy humano movimiento.
Espíritu complejo y por ello en gran conflicto con su propia existencia,
Jung está destrozado en su mundo interno, y le confiesa a Sabine:
“Emma, como has visto, es los cimientos de mi casa. Toni (su actual
amante) es el perfume en el aire.” Le dice a Sabine que, para bien o para
mal, ella es lo más importante que le ha pasado en su vida, porque le
hizo saber quién era. Finalmente, le dice: “A veces hay que hacer algo
imperdonable para poder seguir viviendo…” La película cierra con la
imagen eterna de un Jung literalmente sumido en sus pensamientos.
Por nuestra parte, nos quedamos reflexionando un poco más en cómo
las imágenes, como las de esta película, cuando son interpretadas en un
contexto más amplio y pueden ser pensadas con mayor profundidad,
pueden enriquecer mucho nuestra experiencia humana. Solo que,
cuando estamos ante la presencia de una cultura visual acrítica,
meramente gozosa de la sensorialidad excitatoria de las imágenes
seductoras, como la que considero que existe tal vez actualmente y cuyo
paradigma encuentro en la publicidad contemporánea, podemos pensar
que hay mucho de qué preocuparse por la gran pérdida y mutilación que
esto significa para la inteligencia y sensibilidad humanas, con todos los
problemas que esto trae consigo en regímenes democráticos, en donde
tanto pesa el voto de las mayorías, no importando las cualidades de las
mismas, entre muchas cosas más…
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Enrique Hernández García Rebollo
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Cortes a flor de piel:
una aproximación psicoanalítica
la Envigado
conducta de la autoincisión...
Katharsis–Institución
Universitaria ade
Cortes a flor de piel: una
aproximación psicoanalítica a la
conducta de la autoincisión en la
adolescencia*
Cuts to the skin: a psychoanalytic approach to the conduct of the
self-incision in adolescence.
Catalina Angel Valencia**
Resumen
El presente artículo es una revisión del trabajo monográfico Cortes a flor de piel: una
aproximación psicoanalítica a la conducta de la autoincisión en la adolescencia, el
cual indagó, desde una perspectiva psicoanalítica, acerca de los estados y procesos
psíquicos implicados en las conductas autolesivas, particularmente en las autoincisiones
realizadas por adolescentes. Toda la investigación fue basada en una pregunta que
sería el hilo conductor del trabajo realizado: ¿Cuáles son las determinaciones psíquicas
implicadas en las autoincisiones realizadas por adolescentes?
La monografía se realizó basada en la modalidad de “Estado del arte”, que permitió
establecer una serie de relaciones entre la adolescencia, las probables determinaciones
psíquicas y la conducta de autoincisión, logrando así una aproximación conceptual
al fenómeno. El recorrido llevado a cabo permitió concluir que la autoincisión está
determinada por distintas fuentes y que, a su vez, en cada sujeto, pueden estar
implicadas varias funciones del corte en la piel.
Palabras clave: autoincisión, adolescencia, cuerpo, angustia, masoquismo y
actuación.
*
**
El presente artículo es producto de la investigación monográfica realizada para obtener el título
de Especialista en Problemas de la infancia y de la adolescencia, otorgado por el Departamento de
Psicoanálisis de la Universidad de Antioquia (U. de A.), trabajo que se llevó a cabo entre el periodo
2013-I / 2013-II y que fue asesorado por el profesor Ricardo Moreno Chía.
Psicóloga egresada de la Universidad Pontificia Bolivariana (2009), especialista en Problemas de
la infancia y de la adolescencia de la Universidad de Antioquia (2014). Trabaja en la Fundación
Centro Catequístico la Inmaculada, prestando servicio como psicóloga clínica y educativa en
Instituciones Educativas de la ciudad de Medellín, Antioquia. kangelv80@gmail.com.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 117-140 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
117
Catalina Angel Valencia
Abstract:
This article is a review of the monographic work “Cuts to the skin: a psychoanalytic
approach to the conduct of the self-incision in adolescence”, which inquired, from a
psychoanalytic perspective on mental states and psychological processes involved in
self-inflicted behaviors, particularly self-incisions made by adolescents. All research
was based on a question that would be the leading thread of the work done: What
are the psychological determinations involved in self-incision made by adolescents?
The monograph was performed based on the method of “state of art” which enabled
to establish a series of relationships between adolescence, probable psychological
determinations and self-incision behavior, thus achieving a conceptual approach
to the phenomenon. The route followed, allowed us to conclude that self-incision is
determined by different sources and that, in turn, for each subject, various functions
of skin cutting may be involved.
Keywords: self-incision, adolescence, body, anxiety, masochism and performance.
Introducción
En primer lugar, habría que mencionar que las autolesiones no
son un fenómeno reciente. A lo largo de la historia de la humanidad
se han presentado en varias culturas, justificadas siempre por razones
de índole religiosa, ideológica o social. Al principio del siglo XIX solo
se entendía por autoagresión (autolesión) la forma más severa en que
un ser humano puede atentar contra sí mismo: el suicidio. En aquella
época la autoagresión, aun cuando solo se refiriera a un tipo (el suicidio),
no constituía una prueba de enfermedad mental, dando cabida a otras
formas de comprensión en las que esta conducta se relacionaba con
condiciones sociales, emocionales y cognitivas.
Más adelante, en la década de 1930, se añadió a las tesis psiquiátricas
sobre los trastornos mentales el concepto de neurosis y de trastornos
de personalidad, que llevó a relacionar la autoagresión con condiciones
neuróticas, específicamente con los estados de ansiedad. Sin embargo,
en este momento del siglo XX se siguen asociando las conductas
autolesivas con el suicidio, lo que de alguna manera impedía tener
118
Katharsis
Cortes a flor de piel: una aproximación psicoanalítica a la conducta de la autoincisión...
un concocimiento más específico de conductas autolesivas que no
derivaban en suicidios.
En los años setenta, algunos autores como Favazza (1996) pensaban
en la autolesión como un síndorme, debido a las particularidades
fenomenológicas y clínicas. De esta manera, se enfatizaba en la
necesidad de establecer una categoría diagnóstica independiente, a
la cual Favazza (1996) denominó “Deliberate Self Harm Syndrome”.
En resumen, el suicidio paulatinamente dejó de ser la única conducta
reconocida como autolesiva. Las modalidades se hicieron cada vez
más variadas y se llegó a reconocer que en muchos casos el suicidio no
aparece como una finalidad.
El autoagredirse entonces comienza a ser considerado, más que
un síntoma asociado a un trastorno en particular, un síndrome cuya
determinación es compleja, puesto que están involucrados factores
de índole social, cultural y psicológicos, los que, a su vez, son tenidos
en cuenta para el tratamiento (Favazza, 1996; Gratz, 2001; Nader &
Boehme, 2003; Richard, 2005; Cerutti, 2011, citados por Manca, 2011).
En el marco de esta dinámica aparece el fenómeno de la autoincisión,
la cual es definida como un tipo de autolesión deliberada (Deliberate
Self-Harm -DSH), como una “conducta que origina un daño o una
herida al propio cuerpo o a partes del mismo y se caracteriza por
intencionalidad, reiteración y falta de intención suicida” (Manca,
2011, p. 79). Según Favazza (1996), esta conducta es más común en
adolescentes, y estiman que el 0.75% de la población occidental presenta
conductas de autolesión (automutilación). Estudios más recientes, llevados a cabo en Estados Unidos, estiman
que el 1% de americanos se auto-lesiona y que la mayoría dio inicio
a la conducta en la adolescencia. Estos estudios plantean además que
esta conducta puede ir acompañada de otras, como el consumo de
sustancias o los desórdenes alimenticios (ASeFo, 2013).
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Catalina Angel Valencia
Los estudios referidos a los adolescentes muestran los siguientes
aspectos comunes: que los adolescentes son más propensos a
autoinfligirse lesiones en comparación con los niños y adultos; que las
adolescentes mujeres realizan estas conductas en mayor medida que
los adolescentes varones, que los adolescentes que realizan conductas
autolesivas tienden a llevar a cabo otras conductas como las fugas,
el consumo de drogas, la violencia sobre los otros y que, finalmente,
los adolescentes consultados admiten hacerse daño deliberadamente
(Pommereau, 2006).
Si bien no se han encontrado estadísticas oficiales que muestren
la incidencia de este fenómeno a nivel local, en la experiencia clínica
con adolescentes realizada desde el 2011 hasta el 2013, en una
institución educativa de la ciudad, y contando con una población de
aproximadamente 400 estudiantes que han acudido al consultorio
de psicología, se puede notar que los casos no son numerosos; de
igual manera se presentaban como casos dificiles de abordar por
la complegidad de los síntomas y el daño al propio cuerpo. Los
adolescentes presentan cortes en el cuerpo, específicamente en brazos
y piernas, llegando al punto, en ciertos casos, de producirse heridas
profundas y teniendo que ser intervenidos en Centros de Salud.
Muchas veces muestran sus heridas angustiados pero mudos, como
si no tuvieran nada que decir pero mucho que mostrar, y otras veces
expresan que, cuando no tienen nada que hacer, se cortan. En estos
casos suelen utilizar expresiones como: “no sé qué me pasa”, “no me
hallo en ninguna parte”, “es como si estuviera vivo cuando lo hago”,
“nada me gusta”, “sé que no es bueno pero no puedo parar”, “siento que
necesito algo más”, “no me duele”.
Es preciso tener en cuenta que los cortes que llevan a cabo los
adolescentes en su cuerpo presentan determinaciones y formas
diferentes que, como en el ámbito clínico, se han de abordar caso por
caso. Pero evidentemente hay algo que aparece como una constante en
varios de ellos, y es el tema del cuerpo, la repetición, afectos como la
120
Katharsis
Cortes a flor de piel: una aproximación psicoanalítica a la conducta de la autoincisión...
angustia, el dolor, el sentimiento de culpa y una sensación de sinsentido
frente a la vida. Se podría pensar que lo mencionado son problemas
comunes para los adolescentes, ya que en este momento de la vida ocurre
una especie de “actualización de todo lo constituido en ese sujeto desde
la infancia, teniendo en cuenta que esa construcción psíquica nunca es
completa, dejando un espacio al vacío o a lo enigmático” (Mauer & May,
2010, sp).
Algunos psicólogos se han ocupado del tema refiriendo que “…
El cutting o autolesión cumple con la función de manejar estados
emocionales particularmente intensos como la rabia, la frustración,
la vergüenza y el vacío y de autorregular la afectividad” (Suyemoto &
MacDonald, 1995; Connors, 1996; Figueroa, 1998, citado por Manca,
2011, p. 80).
Así pues, las estadísticas permitieron pensar que las autolesiones
inicialmente intentarían suplir o cumplir, por ejemplo, una función
de descarga de una tensión acumulada, pero esta explicación no
fue suficiente, sugiriendo así que había algo más allá dificultando
la comprensión de estos casos. Teniendo en cuenta lo anterior,
era inevitable que no surgiera la pregunta que atraviesa toda la
investigación: ¿Cuáles son las determinaciones psíquicas implicadas
en las autoincisiones realizadas por adolescentes?
Método
Esta investigación se realizó basada en la modalidad de “Estado
del arte”, regido por los parámetros propuestos en el texto Un
modelo para la investigación documental (Hoyos, 2000), según
el cual esta modalidad se caracteriza por ser “…una investigación
documental que tiene un desarrollo propio, su finalidad es dar cuenta
de construcciones de sentido sobre bases de datos que apoyan un
diagnóstico y un pronóstico en relación con el material documental
sometido a análisis (p. 31).
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Catalina Angel Valencia
Esta revisión documental, a su vez, se compone de varios principios
y elementos que la diferencian de otras investigaciones. Los principios
tienen que ver con las finalidades, es decir, con los objetivos que se
pretenden alcanzar; debe ser coherente, llevar una relación con el
proceso, las actividades y los datos que se buscan en la investigación.
Para aplicar la modalidad de estado del arte se identificaron los
artículos, libros y otras fuentes de perspectiva psicoanalítica en los
que se abarcaron los conceptos de autolesión, adolescencia, estados y
procesos psíquicos. Se clasificó la población documental, las fuentes
primarias (textos clásicos de psicoanálisis) y las fuentes secundarias
que apoyaron la lectura de los textos clásicos y las investigaciones
actuales sobre el tema.
Se realizó un análisis de los núcleos temáticos que se pretendieron
abordar. Dicho análisis se logró a través de fichas de lectura que permitió
hacer una integración del tema. Luego se construyó una síntesis de
las tesis principales de los documentos a partir de una comparación
de las fichas construidas, al mismo tiempo que se recurrió a diversas
viñetas clínicas que sirvieron para evidenciar los presupuestos
teóricos colegidos en la comprensión de este fenómeno, apuntando a
la construcción final con los elementos obtenidos durante el proceso de
investigación.
Resultados
Con el ánimo de presentar una adecuada revisión conceptual,
se recurrió como referencia principal la obra de Freud y algunas
referencias secundarias. Particularmente fue necesario usar un
recurso que no suele ser empleado en trabajos monográficos, como lo
son las viñetas clínicas de la experiencia clínica particular, debido a la
poca bibliografía que existe de la conducta y la ausencia de casos que
describan el fenómeno de una manera más detallada.
122
Katharsis
Cortes a flor de piel: una aproximación psicoanalítica a la conducta de la autoincisión...
1.1 La autoincisión (autolesión)
Se desarrolló el concepto de autolesión haciendo un recorrido por
la historia y por la descripción como fenómeno clínico. Es así como se
encontró que a la autolesión se le atribuyen caracteristicas específicas.
En el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSMIV-TR (2001), la autolesión aparece como un síntoma que hace parte de
algunos trastornos, entre ellos el trastorno límite de personalidad, el
trastorno de estado de ánimo y los trastornos disociativos (López, J.,
Valdés M., 2001).
Recientemente, la autolesión fue incluida en la nueva versión de este
mismo manual (DSM-V) como un síndrome, tal y como lo propuso en
un primer momento Favazza (1996). Al ser la autolesión elevada a la
categoría de síndrome, el fenómeno cobra mayor relevancia, puesto
que su tratamiento debe ser específico y adquiere, a nivel descriptivo,
particularidades que antes, como síntoma, no tenía.
En este punto, sin embargo, es necesario tener en cuenta que el
concepto de autolesión es un concepto descriptivo, particularmente
usado en psiquiatría y psicología para referir a una conducta realizada
por un individuo que se autolesiona con conciencia. Un concepto así
empleado no suele tener en cuenta la idea de que es una conducta en la
que un sujeto expresa a través del cuerpo lo que le ocurre psíquicamente.
Debido a lo anterior, se usó el término autoincisión para señalar tanto
las características autolesivas de la conducta como a la conducta por
la cual un sujeto se realiza cortes superficiales en la piel sin propósitos
estéticos, decorativos o como parte de un ritual.
Ahora bien, esta conducta es definida como: “Conducta llevada a cabo
deliberada, compulsiva y repetidamente sobre la superficie del cuerpo,
generando una lesión sobre el órgano de la piel, herida que si bien
aparentemente no es profunda, genera dolor físico e implica rompimiento
del tejido cutáneo” (Favazza, 1996; Gratz, 2001; Nader & Boehme, 2003;
Richard, 2005; Cerutti, 2011, citados por Manca, 2011, p.79).
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Estas conductas son más frecuentes en zonas del cuerpo como los
brazos, las piernas, el tórax y otras zonas de la parte frontal. Se hacen
deliberadamente y sin ayuda de otra persona; la herida se presenta lo
bastante severa para dañar los tejidos cutáneos y generar marcas o
cicatrices (Winchel & Stanley, 1991; Nader & Boehme, 2003; ASeFo,
2013).
También se encontró un rasgo común en los sujetos que
deliberadamente deciden autolesionarse: según los diferentes autores,
estos sujetos presentan, en su mayoría, dificultades para manejar
situaciones de tensión, estados de ansiedad, sentimiento de culpa o
angustia. La descripción anterior, respecto a situaciones y condiciones
psíquicas particulares, se aproxima a las dinámicas psíquicas y estados
conflictivos que comúnmente aparecen en la adolescencia; no es
casualidad que la autoincisión se presente de una manera reiterativa en
este momento de la vida.
2. La adolescencia
Lecturas de autores como Freud (1976), Blos (1971), Dolto (1990),
Aulagnier (1991), entre otros, permitieron identificar la adolescencia
como un momento coyuntural, no solo por las transformaciones
físicas, sino también por ser un momento de retranscripción, de après
coup. Este concepto puede ser entendido como “una relación recíproca
entre un suceso importante y su re-significación, que se da después,
y por medio de la cual el suceso adquiere nueva eficiencia psíquica”
(Laplanche, 2002, p. 121). Según lo anterior, en la infancia se establecen
contenidos psíquicos de naturaleza sexual que en la adolescencia sufren
reorganizaciones: “desde este punto de vista, la pubertad constituye
el nuevo marco de comprensión del recuerdo; no se trata de una
comprensión consciente sino un nuevo sentido inconsciente” (Moreno,
2012, p. 54).
De esta manera, la adolescencia se presenta como un momento en el
que las fantasías sobre la infancia y recuerdos referidos a experiencias
124
Katharsis
Cortes a flor de piel: una aproximación psicoanalítica a la conducta de la autoincisión...
infantiles “son sometidos a un complejo trabajo de refundición”
(Freud, 1976/1909, p. 162). Esto implica que las huellas mnémicas
sean retraducidas bajo las exigencias propias de la pubertad. Un modo
similar de concebir la adolescencia es el que propone Kancyper (1985)
ya que la define como el momento del aposteriori, caracterizado por
una nueva oleada libidinal cuyo logro principal es la identidad sexual
genital. Se resalta que durante este momento se busca establecer una
identidad a través de la corporalidad, apareciendo un exceso de cuerpo,
unas exigencias pulsionales que rompen la calma que supone el periodo
de latencia. Según Blos (1971), la adolescencia es un momento1 en el que
las vivencias infantiles son reactualizadas psíquicamente, produciendo
un efecto de extrañeza en el adolescente, quien las percibe como ajenas.
Pero además, la adolescencia es conocida por los diferentes cambios
a nivel físico que se presentan durante ella, no solo es el cuerpo del
adolescente el que se transforma, pues la adolescencia es una fase de
mutación (Dolto, 1990) que implica cambios a nivel de la reorganización
de las instancias psíquicas y del ideal de Yo a través de la identificación.
En la adolescencia se experimenta, según Freud (1976/1905), una
segunda oleada pulsional.
Algunos efectos de esta nueva arremetida son el redespertar de
un conflicto edípico y preedípico y también algunos movimientos
orientados a controlarlos. Esto da lugar a conductas como la timidez,
la vergüenza y el pudor. En el Yo se establece una revisión de la
imagen corporal, mientras que en el Superyó se mantiene la función
de prohibición de lograr la satisfacción pulsional, a la vez que se
promueve el cumplimiento de las demandas culturales. Por último, con
respecto al ideal del Yo se establecen nuevas aspiraciones a través de la
identificación con sus pares.
1
Dentro de la literatura revisada se usan frecuentemente los términos de fase y etapa para
referirse a la adolescencia como un estadio del desarrollo. Se comprende que estos términos tienen una connotación desarrollista y, teniendo en cuenta que no es esa la perspectiva
del trabajo llevado a cabo, se utilizó el término momento para referirse a la adolescencia.
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En lo que atañe a las particularidades de la adolescencia descritas,
se pudo observar cómo en este momento existe una alta posibilidad de
pasar al acto, debido a los cambios corporales y las nuevas exigencias
pulsionales y sociales. Es en este marco en el que aparecen conductas
arriesgadas, fuera de los parámetros sociales y catalogados, en algunos
casos, como patológicas. Todas estas modificaciones físicas y psíquicas
influyen en las conductas y síntomas que aparecen en la adolescencia.
Se comprende entonces que no es tarea fácil para el adolescente
afrontar este momento, ni apropiarse de su cuerpo, ni resignificar su
historia, que se encuentra plagada de huellas, de marcas producidas en
la primera infancia, muchas de ellas encarnadas en su propio cuerpo.
3. Estados y procesos psíquicos implicados en las autoincisiones en
la adolescencia
Estos precedentes llevaron a que se abordaran los estados y
procesos psíquicos implicados en las autoincisiones en la adolescencia,
procurando llevar a cabo una aproximación conceptual a los probables
determinantes de la autoincisión. De esta forma, se realizó una
revisión de una serie de conceptos y nociones psicoanalíticas, entre
ellas el sadismo, el masoquismo, la angustia, las patologías del acto,
la repetición, el cuerpo y el dolor, los cuales fueron seleccionados de
acuerdo con una cierta recurrencia teórica y la evidencia que aportaron
los casos y viñetas clínicas presentados por diversos autores. Con
respecto al actuar y la propensión de la adolescencia a la actuación, se
detallaron las dos maneras particulares en las que se podría presentar:
el acting out y el pasaje al acto.
El acting out se definió como un acto que porta un contenido
inconsciente, simbólico, que no puede ser verbalizado y el cual se
manifiesta a través de conductas que llevan un mensaje dirigido a
Otro2. Lacan (2006/1962), en el Seminario 10, La angustia, expone
2
126
El Otro, en términos de Lacan, según el Diccionario de Psicoanálisis de Roudinesco y Plon
(1998), es un concepto que se atribuye a “un lugar simbólico –el significante, la ley, el lenguaje, el inconsciente o incluso Dios– que determina al sujeto, a veces de manera exterior
Katharsis
Cortes a flor de piel: una aproximación psicoanalítica a la conducta de la autoincisión...
que: “el acting out es esencialmente algo, en la conducta del sujeto, que
se muestra. El acento demostrativo de todo acting out, su orientación
hacia el Otro, debe ser destacado” (Lacan, 2006/1962, p. 136-141). Por
su parte, el pasaje al acto tiene como particularidad que se presenta de
manera inesperada, sin posibilidad de un amarre simbólico en el que
se excluye al Otro. El sujeto, en lugar de construir una escena para el
otro, como en el caso del acting out, queda por fuera de ella en el pasaje
al acto. Los registros simbólico e imaginario que le habían posibilitado
hacerse un lugar ahora no le son útiles para tal efecto; por el contrario,
es tachado, borrado de la escena, pareciera quedar totalmente excluido
de cualquier lazo social, pues el Otro es “deyectado”.
Sobre el concepto de cuerpo se logró dilucidar cómo para el
psicoanálisis el cuerpo siempre ha sido el gran protagonista, desde el
momento en que Freud (1976) descubrió que en los síntomas corporales
como los de la histeria, se encarnaban grandes sufrimientos, traumas e
historias atravesadas por el otro en la primera infancia, pero recluidas en
el inconsciente. Las histéricas demuestran que “su alma” se manifiesta
a través del cuerpo, por medio del síntoma (Assoun, 1994). El cuerpo,
más allá de su condición biológica, es una superficie permeable a la
experiencia y cobra vida a través de otro, se encuentra ligado al placer
y al displacer, a la pulsión y a la historia de cada sujeto.
En el apartado sobre el sadismo y el masoquismo se encontró que
Freud (1976/1924), en el texto El problema económico del masoquismo,
de 1924, llevará a cabo una serie de modificaciones sobre las bases
en que había fijado los conceptos de sadismo y masoquismo en Tres
ensayos de una teoría sexual y en Pulsiones y destinos de pulsión. Aun
a él, y otras de manera intrasubjetiva, en su relación con el deseo”. (Roudinesco & Plon,
1998, p. 261). Este va mucho más lejos que el registro imaginario, porta consigo la ley, el
lenguaje, la cultura, “es el lugar donde se constituye el sujeto” (Roudinesco & Plon, 1998, p.
262). Siguiendo a Assoun, el Otro es el “lugar de despliegue de la palabra” donde “el deseo
del hombre es el deseo del Otro” (Lacan 1993/1955, citado Assoun, por 2005, p. 102). El
Otro no es el sujeto, pero sin él no podría haber sujeto. Es importante resaltar que este
responde a un orden simbólico (ley, cultura, la palabra) que no es posible palpar, tocar,
pero aun así es un lugar. Esto puede significar que cualquier otro (sujeto) pueda llegar a
hacer la función de gran Otro, ocupar ese lugar, encarnarlo.
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cuando mantiene el elemento esencial, a saber, la satisfacción pulsional,
propone tres tipos de masoquismo, distinguiendo así el erógeno,
concebido como una condición a la que está sujeta la excitación sexual,
el femenino, que adviene como una expresión de naturaleza pasiva y el
moral, que se presenta como una norma de comportamiento en la vida
y el cual se expresa a través del sentimiento de culpa.
Posteriormente, se abordó la repetición ligada al concepto del
“actuar”, que puso de presente la relación que tiene la repetición con
la dinámica transferencial. Freud (1976/1914), en el texto Recordar,
repetir y reelaborar, de 1914, ha descrito cómo la transferencia es
la repetición del pasado que no se logra recordar. Pero más allá del
aspecto transferencial en juego, Freud (1976/1914) se interesa por
formas de repetición distintas y, con ese interés, busca una explicación
más amplia, desligada de la relación entre el analista y analizado, así
intenta una explicación basada en conceptos como el de pulsión. Es
en el texto Más allá del principio del placer, escrito en 1920, donde se
explica la estrecha relación entre la repetición y las pulsiones.
La repetición es descrita como la necesidad de actuar lo que en
un pasado se vivió y se sintió, aunque no pueda ser recordado en el
presente. En este mismo apartado se dilucidó que la compulsión de
repeticición es una manifestación de la pulsión de muerte que busca
siempre el retorno a un estado anterior, de modo que la compulsión
de repetición no resulta ser sino una modalidad de satisfacción de esa
pulsión, que busca siempre el retorno a un estado anterior, un retorno
a vivir una misma experiencia displacentera. En relación con el placer
y el displacer, se estableció que el dolor para el psicoanálisis es una
sensación displacentera que, aun cuando pueda ser percibida desde
afuera (físico), está indisolublemente ligada a lo interno (psíquico).
Para definir la angustia se rastreó en varios textos de Freud las
distintas concepciones que este propone sobre este afecto a lo largo de
su obra. Este recorrido permitió identificar que la angustia es definida
como un estado afectivo que avisa de un peligro generado a partir de un
128
Katharsis
Cortes a flor de piel: una aproximación psicoanalítica a la conducta de la autoincisión...
empuje pulsional, el cual se ha vuelto implacable para el Yo. En el texto
Inhibición, síntoma y angustia, escrito en 1926, Freud (1976/1926)
propone cuatro formas distintas en las que se puede presentar este
estado afectivo: debido a la castración (pérdida de objeto) aquí el
peligro siempre remite, como en la angustia primordial, a una pérdida
de objeto. Sin embargo, en este primer momento el objeto es la madre y
en el caso de la angustia de castración el objeto son los genitales.
La que se presenta como un efecto derivado de una situación real,
en esta hay un peligro externo notorio, representado en un objeto; en
este caso se trata de una reacción lógica frente a algo que se espera de
afuera. La derivada de una exigencia pulsional (neurótica), el peligro
es indeterminado y su reacción es enigmática, sin un fin específico. Y
por último, la dinámica superyóica, la que es generada por el poder que
ejerce el Superyó sobre el Yo, su función es prevenir al Yo de un displacer
mayor, así ella misma genere un displacer del cual el Yo no escapa. El
autor propone que las diferentes fuentes de angustia pueden surgir
como respuesta a una situación de peligro de la cual el sujeto quiere
protegerse. Estas fueron un punto de partida para pensar la dinámica
que precipita la conducta de la autoincisión en los adolescentes.
4. Determinaciones psíquicas de la autoincisión en la adolescencia
Una vez terminada dicha revisión de los conceptos, se logró hacer
un ordenamiento de las ideas referidas a las determinaciones psíquicas
de la autoincisión, tanto las que han sido expresadas por diferentes
autores a partir de sus investigaciones como aquellas que surgieron de
la observación clínica.
Como ya se ha mencionado, algunas de las palabras y dichos de
estos jóvenes referidos a su conducta, dejaban vislumbrar que esta,
más allá de ser una patología o síndrome particular articulado a algún
trastorno del estado de ánimo, por ejemplo, podría tener su génesis en
un lugar mucho más profundo que la superficie del cuerpo. Algunas
de las expresiones de los adolescentes sobre las autoincisiones que se
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practican y que se han podido escuchar en el espacio de psicología y
leer en libros, artículos, películas y foros virtuales, muestran que la
autoincisión se relaciona con los cambios y vicisitudes que se presentan
en la adolescencia, los cuales, en la mayoría de los casos, son difíciles
de afrontar y asimilar. Es así como se estableció que la autoincisión en
la adolescencia solo puede ser entendida de un modo complejo, en el
sentido en que puede cumplir varias funciones, tales como:
Pacificación de estados de angustia: en este caso las autoincisiones
operan como una defensa contra la angustia, que, como se ha dicho,
puede provenir de fuentes diversas. Esta defensa no es específica de
cada una de las modalidades de angustia, pero sí intenta evitar su avance
por una especie de recorte en el cuerpo. El alivio al que constantemente
refieren los adolescentes cuando se realizan las autoincisiones da
cuenta de una especie de descarga del afecto que encuentra una salida,
no por la vía de ligar un afecto a una representación reprimida, sino por
una especie de fijación a una herida corporal.
Dartiguelongue (2012), en el texto El sujeto y los cortes en el cuerpo,
refiere que “la angustia atormenta, en el punto en que lo que atormenta
es lo real. No hay engaño de aquello imposible de soportar” (p. 135).
Algunos dichos y frases extraídas de viñetas de este texto pueden
evidenciar cómo los adolescentes se refieren a este afecto. Al respecto,
la autora sostiene que “estos sujetos dan cuenta de una angustia que
no encadena, de una invasión avasallante que jaquea los límites del Yo,
despedazándolo de toda unidad totalizante, de toda idea de sí mismo”
(Dartiguelongue, 2012, p. 133).
Por ejemplo, en el caso que la autora denomina S., el adolescente
afirma: “cuando me corto salgo de ese estado que tengo y entro en otro.
Salgo de un estado de desesperación, de angustia, como de locura, y
entro en uno de alivio” (Dartiguelongue, 2012, p. 92). C. relataba que
luego de tener dificultades con sus pares entraba en un estado donde
no se hallaba, tenía una sensación en el cuerpo que no le permitía
estar bien (Dartiguelongue, 2012). Para la autora, el corte no impide
130
Katharsis
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el desarrollo de la angustia en la conciencia, pero permite frenar su
avance en el cuerpo y así aminorar su efecto.
Intento de separación y/o diferenciación: El corte puede servir
para lograr un doble movimiento, con el cual los adolescentes buscan
liberarse de la dependencia que se ha establecido con el objeto de amor
desde la infancia, así como también diferenciarse de los objetos que son
en parte la fuente de las identificaciones infantiles. En el artículo Niños
y adolescentes jugando con el filo de la navaja (Mauer & May, 2010, sp),
las autoras describen el siguiente caso: Marina, de 13 años, manifiesta
sentirse perseguida por su madre y refiere que pelea permanentemente
con ella. Frente al acoso de la madre, Marina busca cortarse en los
antebrazos, siguiendo un impulso que momentáneamente se calma.
En dicho texto se describe cómo en este caso la madre y la hija están
enredadas en un círculo vicioso de gritos y angustia. Es importante
resaltar que cuando la madre se entera de los cortes de su hija se asusta
e intenta no sentir enojo hacia ella.
Mensaje dirigido al Otro a través de un acting out: En este caso,
la autoincisión puede tener relación con esta modalidad de actuación,
en el sentido en que el acto encarna un mensaje inconsciente, no
sabido, dirigido al Otro, que no es cualquiera, pues tiene un valor
particular en la medida en que se inscribe en un problema específico
de la adolescencia: la reedición edípica. Así las cosas, la autoincisión
tiene un valor parádojico, debido a que se presenta como un llamado
(de atención), esto es, como una forma de mantener un vínculo infantil
con los objetos de amor, al mismo tiempo que supone una forma de
distanciamiento respecto a estos.
Un ejemplo que nos pone de presente la relación entre la autoincisión,
la adolescencia y el acting out, es la viñeta del caso de A. Es un joven
de 12 años que vive con su hermano mayor, quien se encargó de él
luego de la muerte de su madre; su hermano se casó recientemente y
tuvo un hijo. A. fue el centro de atención para su hermano durante seis
años, pero luego del matrimonio de este y del nacimiento de su hijo,
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A. comenzó a presentar la conducta de la autoincisión. La autoincisión
como acting out en el caso de A. busca enviar un mensaje, crear una
escena para intentar reconquistar un lugar que siente como perdido
después del nacimiento de su sobrino. La autoincisión, en este caso,
cobra la dimensión de llamado al Otro. A. busca, sin saberlo, la
presencia de su hermano para que se ocupe y le preste la atención que
antes le daba. (Angel, 2014, p.133)
Vía de satisfacción de la pulsión de muerte: Esta satisfacción se
presenta bajo dos formas: como repetición de una conducta asociada
a un evento traumático y como conducta asociada a una posición
masoquista. Las autoincisiones son realizadas bajo el signo del impulso
vinculado con la pulsión, luego del corte se consigue un alivio a través
de la descarga de tensión, dicho alivio se vuelve cada vez menos efectivo
para el sujeto.
También se podría pensar otra forma de la expresión de la pulsión
de muerte (satisfacción), y es aquella en la que cortarse implica un
alivio pasajero de un displacer intenso, y en la que este mismo acto
compulsivo conlleva un displacer del cual se desprenden sentimientos
de culpa y autoreproches. Algunos jóvenes manifiestan que, luego
de llevar a cabo ciertas conductas, sienten una especie de alivio o
pacificación; en la mayoría de ellos se pone de presente un no poder
parar, una necesidad de volverlo hacer; saben que les hace daño hacerlo
pero aun así lo hacen.
En otra de las viñetas de un chico que asistía a consulta en un
colegio, se logró evidenciar la repetición de conductas relacionadas con
el actuar en la adolescencia. D. es un chico de 17 años que acude a la
consulta luego de que un profesor lo vio temblando y sangrando en las
muñecas, a lo que sugiere “que mejor vaya a hablar donde la psicóloga”
(Angel, 2014, p.165) Sobre sus cortes relata: “No me hallo en ninguna
parte, todo es oscuro y me corto”; “sé que está mal, pero no puedo
parar” (Angel, 2014, p.165). D. se queja de un vacío del que dice tiene que
llenar, y manifiesta haber tenido muchas novias para intentar llenarlo.
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Cortes a flor de piel: una aproximación psicoanalítica a la conducta de la autoincisión...
Expresa que algunos de sus amigos están enterados de su conducta y
le dicen que no se corte. Al respecto refiere: “tengo unos amigos que
me dicen que no me corte, que me quiera, yo no quiero decepcionarlos
pero no puedo parar, necesito cortarme. Me calma”. Mauer y May
(2010) refieren que el alivio, la calma que expresan los jóvenes luego de
cortarse, es pasajero: “El circuito se repite y la anestesia incita una vez
más a buscar adrenalina jugando con el filo y en el filo” (sp).
Luego de algún tiempo de asistir a terapia, D. comenta que ya no ha
vuelto a cortarse, pero luego de la muerte de uno de sus amigos más
cercanos comienza a consumir repetidamente marihuana y cocaína,
sosteniendo que es mejor que tomar pastillas o cortarse. Dice: “me
trabo para no pensar, para estar tranquilo” (Angel, 2014, p.165). Pero
luego que se pasa el efecto aliviador o de calma que provoca la droga o
los cortes, D. no logra salir de la trama compulsiva que lo envuelve. La
referencia que se hace en este relato al “no poder parar” se relaciona
con la compulsión, que se presenta en el actuar de los adolescentes,
exigencia que no parece estar mediada por el pensamiento, no parece
tener alguna tramitación psíquica; por el contrario, lo que se busca una
y otra vez es llevar a cabo la conducta a pesar del displacer que pueda
generar.
En algunos casos “la acción del corte no responde a una práctica
metódica y limitada, sino estrictamente a una compulsión (…) Casos
donde, presentados los cortes en su dimensión compulsiva, puede
suponerse en la base de un trastorno de la pulsión” (Dartiguelongue,
2012, p. 46-47).
Modo de apropiación del cuerpo: En este punto la autoincisión,
llevada a cabo por los adolescentes, se presenta por la necesidad de
estos para re-conocerse, para diferenciarse, para re-apropiarse, para
ejercer cierto control sobre eso que aparece incontrolable, ese exceso
de cuerpo que avasalla sin lógica y sentido, como un signo de identidad,
una conciencia de estar en el mundo, un lugar que, a pesar de que desde
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Catalina Angel Valencia
la infancia pareciera dado, se percibe como extraño: es una manera de
colonizar lo que pareciera ser de otro.
El cuerpo surge como una vía posible de tramitación del malestar
que aparece en la adolescencia, dando así cabida a una nueva búsqueda
hacia el propio cuerpo como lo único que está ahí real y que puede ser
tocado y gobernado por ellos mismos.
En la película Secretos dolorosos (Bailey, 2000) se puede evidenciar
cómo Dawn, la protagonista adolescente, busca a través de los cortes
tener algo que le pertenezca, ya que siente que lo que en algún momento
tuvo ahora le es ajeno. Al referirse a los cortes que lleva a cabo sobre
su cuerpo, dice: “Brazos, piernas, muñecas, pechos. Es mi cuerpo y no
importa” (Bailey, 2000). El cuerpo para Dawn es su lugar, sobre el cual
su madre no puede ejercer control, es ella quien a través de la conducta
de la autoincisión busca establecer una identidad.
Algunos autores proponen que las autoincisiones son un intento
de los adolescentes para que “no quede espacio-signo de las huellas
de Otro” (Orozco, Huerta & Soria, 2012, p.80). En el caso de Dawn, la
huellas que su madre quiere imponer a como dé lugar.
Mauer y May (2010) presentan la viñeta de Zoe, una joven de 15 años
que se ve gorda, fea y a la que no le gustan sus piernas. Refiere problemas
de relación con sus compañeros, sobre todo con los varones. Con
respecto a sus cortes dice: “Grité porque me salió mucha sangre. Se me
fue la mano. Por eso se enteró mi madre… Solo me corto algunas veces,
cuando no puedo más conmigo” (Mauer & May, 2010, sp). Mantuvo
ocultas tanto sus lesiones en los brazos como sus comportamientos
bulímicos.
En el caso de Zoe se evidencia la inconformidad con su cuerpo y la
necesidad de ejercer un dominio sobre este a través de conductas como
la autoincisión o la bulimia. No se trata en este caso de una apropiación
en el sentido de hacerlo o sentirlo suyo, sino de imponer sobre unas
marcas a propia voluntad.
134
Katharsis
Cortes a flor de piel: una aproximación psicoanalítica a la conducta de la autoincisión...
Habiendo desarrollado todo lo anterior, se intentó formalizar en un
esquema una lógica de la autoincisión, teniendo como base un gráfico
presentado por Nasio (2007) acerca del dolor físico. Este esquema que
propone Nasio (2007), referido al dolor causado por una lesión corporal,
presenta tres tiempos: “lesión-conmoción-reacción”. Según este autor,
el dolor es un proceso intempestivo y puede formarse en un instante;
se inicia con un rompimiento (dolor de la lesión), luego prosigue con
una conmoción psíquica (dolor de la conmoción) que, además de ser un
dolor, es el desencadenamiento del conflicto del Yo, el cual termina con
una reacción (dolor de reaccionar) defensiva del Yo, que intenta detener
dicha conmoción (Nasio, 2007).
Tomando como referente este esquema, hay que decir que la
autoincisión es un proceso que resulta más complejo que el del dolor
físico. En lugar de tres tiempos se puede pensar en un proceso de
al menos cuatro tiempos: angustia, reacción del Yo, autoincisión,
pacificación psíquica. El tiempo de la angustia, primero en la serie,
es desencadenado por diferentes fuentes o situaciones angustiantes:
pérdida del objeto, exceso de cuerpo, exigencias superyóicas, exigencias
pulsionales, sentimiento de alienación, la relación con el Otro.
La angustia, como se pudo notar en la mayoría de casos, está presente.
Frente a estas situaciones de angustia el Yo reacciona para intentar
defenderse, no a través de mecanismos de defensa intelectuales, sino a
partir del actuar, concretamente con la conducta de autoincisión. A la
conducta le sobreviene, o de ella se desprende, según se puede apreciar
en algunos de los dichos de los jóvenes, una suerte de alivio o calma
psíquica.
En este punto es importante tener en cuenta el circuito que se
produce con el corte en muchos de los casos, pues aun teniendo
presentes las particularidades irreductibles que los caracterizan, es
posible percatarse de una condición general a todos ellos: un impulso
irrefrenable que mueve al sujeto a realizar cortes con una aparente
finalidad, de forma repetitiva, rígida y estereotipada. Aunque se puede
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Catalina Angel Valencia
observar que quien se corta pone de manifiesto un intento deliberado
de resistirse a la realización de la conducta. Es en estos casos un intento
fallido, pues quedan claras las serias limitaciones del Yo para oponerse
a los poderes de la pulsión de muerte.
Acting out
Fuentes
precipitantes:
Pérdida-objeto
Exceso-cuerpo
Exigencias
superyoicas y
pulsionales
Angustia
Cortepiel
Reacción
del Yo
1
3
2
Pacificación
psíquica
4
PULSIÓN DE MUERTE:
FRACASO DE LA REACCIÓN DEL
YO
Repetición
Masoquismo
moral
Figura 1: Proceso y funciones psíquicas de la autoincisión en la
adolescencia
Conclusiones
La intención al abordar este tema fue indagar por cuáles eran las
determinaciones psíquicas implicadas en las autoincisiones realizadas
por adolescentes, además, intentar pensar a la conducta de la
autoincisión en los adolescentes más allá de dos funciones psíquicas,
tal como es explicada por varios autores, a saber, como una descarga
de tensión y de control del estado de angustia. De esta manera, la
autoincisión puede articularse a otras dinámicas, como en el caso
en el que la conducta conlleva la intención de dirigir un mensaje a
136
Katharsis
Cortes a flor de piel: una aproximación psicoanalítica a la conducta de la autoincisión...
Otro (acting out en función de evitar la angustia). Como intento de
separación y/o diferenciación. También podría presentarse como un
modo de apropiación del cuerpo.
Otras formas son: la repetición de una experiencia traumática y la
conducta de carácter masoquista particularmente moral. En estos dos
casos se debe reconocer un fracaso del Yo en su reacción y un dominio
de la pulsión de muerte; no se trata, pues, de un alivio, sino de una
satisfacción de la pulsión de muerte, lo cual hace pensar en un circuito
establecido entre el tiempo de la angustia y el del corte, en el que la
reacción del Yo resulta orientada a su propia aniquilación.
Aunque con el corte se busque algún placer, la evidencia clínica
demuestra que, luego de conseguir alivio a través de la descarga de
tensión que implica el corte, dicho alivio se vuelve cada vez menos
efectivo para el sujeto. En efecto, la descarga, placentera en algún grado,
tiende a ser más corta, menos intensa, por lo tanto su efecto apaciguador
es cada vez menos duradero, lo que impele a la repetición. Así pues, el
ciclo de la repetición cada vez se hace más corto y, simultáneamente,
más difícil de ser interrumpido.
Lo antes mencionado pone de presente una relación directa de la
conducta del corte con la pulsión de muerte, vía la compulsión a la
repetición. A esta expresión de la satisfacción de la pulsión de muerte
se le puede añadir otra que resulta de una situación contradictoria:
aquella en la que cortarse implica un alivio pasajero de un displacer
intenso, y en la que este mismo acto compulsivo conlleva un displacer
del cual se desprenden sentimientos de culpa y autoreproches que
pueden resultar aún más dolorosos.
De esta manera, es posible extraer la idea de que existe una relación
de estas conductas autolesivas con el masoquismo, particularmente con
el moral, pues el elemento principal de la dinámica del masoquismo es
la satisfacción de la pulsión de muerte, en la medida en que se percibe un
incremento de las exigencias superyóicas, dando lugar a un sentimiento
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Catalina Angel Valencia
de culpa. Caso distinto al masoquismo moral sería aquel en el que el
corte podría devenir en la modalidad de masoquismo erógeno en el que
la autoincisión se convierte en una forma de placer sexual articulado
al dolor físico. Sin embargo, esta modalidad resulta apenas hipotética,
pues ninguna de las viñetas evidenció esta otra forma de masoquismo.
Es así como esta última perspectiva y las funciones que se lograron
relacionar con algunas viñetas clínicas, posibilitan ampliar el panorama
acerca de los determinantes y funciones asociados a las autoincisiones
que llevan a cabo los adolescentes en su cuerpo, debido a que este
fenómeno no podría ser pensado por una única vía.
Finalmente, luego del recorrido llevado a cabo a lo largo de la
investigación, se concluyó que la autoincisión está determinada
por distintas fuentes y que, a su vez, en cada sujeto pueden estar
implicadas varias funciones del corte en la piel. Teniendo presente
las particularidades que tendría dicha conducta en cada sujeto, las
puertas continúan abiertas para seguir investigando acerca de otros
determinantes, funciones y respuestas que la autoincisión podría
cumplir.
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Katharsis
Cortes a flor de piel: una aproximación psicoanalítica a la conducta de la autoincisión...
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140
Katharsis
Estudio de clima organizacional
realizado en una
ONG orientada
a la protección de la infancia
Katharsis–Institución
Universitaria
de Envigado
Estudio de clima organizacional
realizado en una ONG orientada a la
protección de la infancia*
Organizational environment study conducted in a NGO oriented
to child protection.
María Alejandra Gómez Vélez**
Resumen
El presente artículo tiene por objeto presentar los resultados del diagnóstico de clima
organizacional realizado en una ONG orientada a la protección de la infancia, para
la cual se realizó una investigación que comprendió la aplicación de un cuestionario
auto-administrado y la realización de grupos focales. Cabe decir que en la presentación
del presente artículo se omite el nombre de la ONG por solicitud de las directivas. El
objetivo del estudio fue el de identificar el estado del clima organizacional con miras
a su fortalecimiento y mejoramiento. Dicho análisis se llevó a cabo por el interés de
las directivas en desarrollar y fortalecer sus procesos administrativos. La muestra
fue de 45 empleados, de un total de 58, y se realizaron seis grupos focales, uno por
cada filial. Para los grupos focales se contó con la participación de 54 empleados.
A partir de los resultados obtenidos se identificó que la ONG requiere de la
implementación de un sistema de incentivos para atender, en parte, las necesidades
de mayor reconocimiento, un programa de comunicación institucional interna,
el fortalecimiento de procesos administrativos de gestión personal relativos a
la selección, contratación, inducción y prestaciones sociales de ley. El desarrollo
de competencias en efectividad y comunicación interpersonal dirigida a todo el
personal, y de competencias en liderazgo y delegación para las directivas.
*
*∗ El presente artículo presenta los resultados de un proyecto de investigación terminado, que contó
con los Auxiliares de investigación: Ana Catalina Restrepo Correa, Ana María Ruiz Giraldo, Cindy
Torres Granda, Natalia Sánchez Yepes, Víctor Londoño Parra y Yolima Taborda Rojas, estudiantes
de Administración de Empresas, Negocios Internacionales, Psicología y de la Especialización en
Gerencia de Talento Humano.
Docente investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad Pontificia Bolivariana,
Psicóloga, Especialista en Psicología Organizacional, Magister en Ciencias Sociales, Doctoranda
en Psicología. alejandra.gomez@upb.edu.co
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 141-164 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
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María Alejandra Gómez Vélez
Palabras clave: Comportamiento organizacional, salud y seguridad en el trabajo,
liderazgo, motivación, satisfacción laboral.
Abstract
This article aims to present the results of the diagnosis of work environment conducted
in an NGO focused on child protection, for which was made an investigation that
included the implementation of a self-administered questionnaire and conducting
focus groups. It is important to mention that in the presentation of this Article the
NGO’s name is omitted due to the request of the directives. The aim of the study
was to identify the status of organizational environment for the purpose of its
strengthening and improvement. This analysis was carried out for the interest of the
directives in developing and strengthening their managerial processes. The sample
consisted on 45 employees, from a total of 58, and six focus groups, one performed by
each subsidiary. The focus groups were attended by 54 employees.
From the results it was identified that the NGO requires the implementation of an
incentive system to address, in part, needs of greater recognition, a program of internal
corporate communication, the strengthening of managerial processes relating to staff
management selection, recruitment, training program and social benefits law. The
development of skills in interpersonal effectiveness and communication addressed
to all staff, and of skills in leadership and delegation to the directives.
Keywords: Organizational Behavior, health and safety at work, leadership,
motivation, job satisfaction.
Introducción
Los diagnósticos organizacionales son procesos que facilitan
la identificación del estado en el que se perciben los procesos
organizacionales, y en este sentido dan un impulso y orientan la
toma de decisiones administrativas. Si sumado a esta posibilidad de
constatar las situaciones que se presentan en el día a día de la vida de
las organizaciones se cuenta con la determinación de las directivas
de la entidad, para mejorarla y vigorizarla, el resultado es mucho más
alentador y prometedor frente a los cambios que puedan necesitarse para
cumplir la misión de la organización y permanecer en el escenario social.
Este es el caso de una ONG en la que las directivas han solicitado el
estudio y la asesoría, porque han identificado vacíos administrativos
142
Katharsis
Estudio de clima organizacional realizado en una ONG orientada a la protección de la infancia
y de gestión relativos a la búsqueda de un manejo más efectivo del
presupuesto y a la necesidad de implementar procesos de dirección de
personal. Cabe señalar que las directivas fueron tomando decisiones
desde el comienzo de la asesoría, antes de concluir el estudio de
clima. Entre las decisiones están la contratación de un profesional en
administración para el manejo financiero, y otro profesional en gestión
humana para los procesos relativos a la seguridad y salud en el trabajo,
así como la administración y gestión de personal.
Adicional al diagnóstico que se realizó, se convino en acompañar
una etapa inicial del plan de mejoramiento que se fundamentó en los
resultados alcanzados. El objetivo de la investigación fue el de identificar
el estado del clima organizacional con miras a su fortalecimiento
y mejoramiento. La muestra en la aplicación del cuestionario fue de
45 empleados, de un total de 58. No se realizó con la totalidad de
los empleados porque algunos estaban de permiso o en labores de la
ONG que no podían posponer, y otros con alguna incapacidad. En la
realización de los seis grupos focales correspondientes a las seis sedes,
se contó con la participación de 54 empleados. No participaron dos
de las sedes por tener otras actividades. Para la presentación de este
artículo se omite el nombre de la ONG por solicitud de las directivas.
En el diseño del cuestionario aplicado se desarrollaron diez variables:
Comunicación, Estándares, Dirección, Estructura, Conflictos,
Identidad, Reconocimiento, Relaciones, Sistemas de Control, y a
solicitud de las directivas se desarrolló una variable adicional: Bienestar
y Salud. El cuestionario tuvo un total de 66 ítems y se evaluó a través de
una escala Likert (1: Nunca; 2: Casi nunca; 3: Término medio; 4: Casi
siempre; y 5: Siempre).
Entre los resultados obtenidos con la aplicación de la encuesta se
encontró que la variable Reconocimiento era la que requería mayor
atención e intervención en toda la ONG. Asimismo, se observó
que en tres de los microentornos se requería fortalecer la variable
Bienestar y Salud. En los grupos focales se identificó la importancia de
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María Alejandra Gómez Vélez
fortalecer el reconocimiento, la comunicación y el estilo de dirección.
Específicamente los empleados expresaron la necesidad de priorizar
aspectos de administración de personal relativos a pagos oportunos de
prestaciones sociales y de atención a la seguridad física.
En la propuesta de intervención inicial se sugirió desarrollar
un sistema de incentivos principalmente no económicos, dadas las
características ajustadas del presupuesto de la ONG. Asimismo se
planteó desarrollar en el personal las competencias de comunicación
interpersonal y liderazgo. Es importante decir que en el proceso
hubo coincidencia con las directivas de la ONG en la necesidad de
fortalecer y desarrollar el programa de seguridad y salud en el trabajo,
e implementar un programa de comunicación interna corporativa.
Sobre el clima organizacional y la medición
Las organizaciones que buscan el logro de sus objetivos son
conscientes de que el clima propicio para el bienestar de sus miembros
es indispensable, por lo que conocer sus percepciones e interpretaciones
frente a las características de estructura, de relaciones interpersonales
y de ambiente físico contribuye a tomar acciones que mejoren su
ambiente, aumenten su motivación y finalmente su desempeño. Estas
acciones se respaldan a partir del diagnóstico y de la intervención en el
clima organizacional.
La medición del clima ha tomado importancia en los últimos años
porque los responsables de las organizaciones desean conocer las
percepciones de sus empleados, y, a partir de allí, tomar decisiones
que contribuyan a aumentar su compromiso, para finalmente asegurar
su rentabilidad y servicios, reconociendo que son sus miembros
los que aportan conocimiento y capacidad para lograr los objetivos
organizacionales.
El diagnóstico del clima organizacional tiene por objetivo definir
y medir unas variables que conforman el entorno laboral de una
organización. Esta necesidad de realizar la medición puede ser porque
144
Katharsis
Estudio de clima organizacional realizado en una ONG orientada a la protección de la infancia
se presenta alta rotación y ausentismo de sus miembros o por otros
factores que afecten la productividad.
García (2009) afirma:
(…) al estudiar el clima organizacional se hace necesario identificar los
diferentes elementos que constituyen el concepto de clima y el desarrollo
de los diversos métodos de diagnóstico utilizados actualmente en
las organizaciones, que permiten hacer un análisis y diagnóstico que
evidencia la actitud hacia la organización por parte de los empleados
al tiempo que contribuyen al desarrollo de cambios efectivos en las
mismas. (p. 45).
Un diagnóstico bien estructurado permite obtener resultados
acertados y la oportunidad de mejora continua en la organización, por
lo que es importante definir cuáles variables se van a estudiar, y así
determinar las estrategias que preserven y aumenten la motivación y
productividad de sus trabajadores.
González (2000) plantea que “(…) el clima organizacional podría
ser la puerta de entrada al proceso de aseguramiento de la calidad,
dado que son las personas, en todos los niveles, las que hacen posible
el éxito de los proyectos” (p.25). El clima es un componente clave de la
organización, que impacta factores indispensables para su crecimiento,
por eso se vuelve necesario e importante la implementación de
estrategias que contribuyan a fortalecer el desarrollo y percepciones de
sus trabajadores (Cárdenas, Arciniegas & Barrera, 2009).
Las dimensiones que proponen los diferentes autores están enfocadas
en estudiar la opinión de los trabajadores acerca del sistema organizacional
(estructura, planificación, toma de decisiones, innovación, recursos,
sistema de recompensas y reconocimiento, estilos administrativos),
sobre el grupo social (comunicación, cooperación, manejo de conflictos,
etc.) y efectos individuales (motivación, cooperación, etc.).
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María Alejandra Gómez Vélez
Figura 1. Dimensiones para evaluar clima organizacional.
Autor
Dimensiones
Estilos de autoridad; Esquemas motivacionales,
Comunicaciones; Características de los procesos de
Remsis Likert
influencia; Procesos de influencia; Procesos de toma de
decisiones; Procesos de planificación; Procesos de control;
Objetivos de rendimiento y perfeccionamiento
Estructura
organizacional;
Remuneraciones;
G.H. Litwin y R.A.
Responsabilidad; Riesgos y toma de decisiones; Apoyo;
Stringer
Conflicto.
Autonomía; Conflicto y cooperación; Relaciones sociales;
Estructura; Remuneración; Rendimiento; Motivación;
R. P. Pritchard y B.W.
Estatus; Flexibilidad e innovación; Centralización de la
Karasick
toma de decisiones; Apoyo.
Apertura a los cambios tecnológicos; Recursos humanos;
D. Bowers y J. C. Taylor
Comunicación; Motivación; Toma de decisiones.
Autonomía individual; Grado de estructura que
Luc Brunet
impone el puesto; Tipo de recompensa; Consideración,
agradecimiento y apoyo.
Figura 1. Adaptado de Sandoval (2004) y Rodríguez (2005).
Metodología
El estudio de clima organizacional tuvo dos fases, la primera fue
cuantitativa, a través de la aplicación de un cuestionario, y la segunda
con la realización de los grupos focales. En la primera, con la aplicación
del cuestionario previamente diseñado, se diligenció a la mayoría de
los trabajadores que se encontraban disponibles al momento de la
autoadministración. Una vez se obtuvieron los resultados cuantitativos
descriptivos totales se procedió a realizar la segunda fase, en la que
se realizaron grupos focales por sede o filial, con prácticamente la
totalidad de participación de sus integrantes. Solo en dos filiales no
asistieron dos de sus integrantes.
En cada grupo focal se inició con la presentación de los resultados
cuantitativos correspondientes a su sede, para, a partir de allí,
profundizar en las percepciones que tenían los empleados sobre la
146
Katharsis
Estudio de clima organizacional realizado en una ONG orientada a la protección de la infancia
ONG como organización de trabajo, con sus procesos administrativos y
dinámicas sociales laborales. Dichas entrevistas grupales tuvieron una
duración entre 60 a 90 minutos.
De la integración de la información obtenida del estudio, finalmente
se presentaron los resultados de ambas fases a las directivas de la ONG
para formular conjuntamente una propuesta de mejoramiento para el
clima organizacional.
Diseño, definición de variables y aplicación del instrumento
El instrumento diseñado para realizar el estudio se planteó
inicialmente con diez variables o escalas, las cuales fueron elaboradas
a partir de la revisión de instrumentos y fundamentación sobre clima
organizacional (Robbins, 2004; Furnham, 2006, Rodríguez, 2005;
Álvarez, González, Jaramillo, Restrepo, Tabares & Rendón de A., 2005;
Acevedo, Jaramillo & Rendón de A., 2008).
Más adelante, y a partir de una reunión con las directivas de la ONG
para acordar aspectos del diagnóstico, se decidió incluir y desarrollar
una variable adicional en el instrumento que se denominó Bienestar y
Salud por solicitud expresa de las directivas, al considerar que no tenían
actividades y programas constituidos para abordar dichas necesidades
en los empleados.
Es importante manifestar que generalmente los estudios de
satisfacción laboral se enfocan en indagar variables referidas a salud
y bienestar, más que los de clima; no obstante se incluyó dado que la
ONG lo requería para tener más elementos de juicio para sus procesos
internos de mejoramiento. En la Figura 2 se presentan las variables o
escalas y sus respectivas definiciones.
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María Alejandra Gómez Vélez
Figura 2. Variables o escalas y definiciones del instrumento de clima
organizacional.
Variable
Definición
Percepción sobre la forma como se trasmite la información y el
grado de importancia que se le da a esta.
Percepción sobre la autonomía que se les brinda para realizar
Empoderamiento
su trabajo.
Percepción sobre los métodos que se utilizan para lograr
las metas y objetivos propuestos. Además, corresponde al
Estándares
sentimiento de los miembros sobre los desafíos que implica su
labor.
Percepción sobre la forma en que los jefes toman decisiones,
Dirección
distribuyen responsabilidades, delegan y manejan el poder.
Percepción sobre el sistema de normas, reglas y adecuación del
Estructura
trabajador al cargo.
Percepción sobre el modo en que se enfrentan los problemas y
Conflictos
se les da solución a los mismos.
Percepción sobre su pertenencia e identidad a la ONG en la que
Identidad
trabajan.
Percepción sobre la forma en que se promueve y remunera a
Reconocimiento
sus empleados.
Percepción sobre el ambiente de trabajo entre pares y con los
Relaciones
jefes.
Percepción con relación a los procedimientos, procesos y
Sistemas de control
mediciones de rendimiento.
Percepción sobre el estado de salud y bienestar que propicia el
Bienestar y salud
trabajo.
Comunicación
Figura 2. Construcción del equipo de investigación a partir de la revisión de Robbins
(2004), Likert, Litwin y Stringer citados por Rodríguez (2005), Furnham (2006).
Para las variables o escalas que conforman el instrumento se
elaboraron los ítems, que fueron revisados por tres expertos, con el fin de
determinar la validez del contenido (Apéndice A). Una vez se realizaron
los ajustes sugeridos por los evaluadores, se aplicó el instrumento a
la muestra de 45 empleados y se realizó un análisis estadístico para
evaluar la capacidad discriminativa y la fiabilidad de los ítems y las
escalas. A partir de los resultados estadísticos fueron retirados dos
ítems de la escala Reconocimiento por no ser discriminativos. Y para
valorar la percepción del clima a través del instrumento se ofreció
148
Katharsis
Estudio de clima organizacional realizado en una ONG orientada a la protección de la infancia
la posibilidad de evaluar los enunciados con una escala Likert así: 1:
Nunca; 2: Casi nunca; 3: Término medio; 4: Casi siempre; y 5: Siempre.
Los ítems sobre los cuales se realizó el análisis de resultado
descriptivo cuantitativo se presentan en el Apéndice B. La segunda
parte del diagnóstico se llevó a cabo a través de grupos focales, los
cuales se realizaron con los empleados de cada una de las seis sedes o
filiales que conforman a la ONG. Solo en dos filiales no asistieron dos
de sus integrantes por permisos personales o gestiones laborales.
Resultados cuantitativos descriptivos
El análisis descriptivo realizado a las variables (o escalas) para
conocer la percepción en relación con el estado del clima organizacional,
se realizó con base en la siguiente convención: Crítico: menos de 65%;
Aceptable: 66 a 74%; Adecuado: 75 a 79%; y Óptimo: 80 a 100%.
En la Figura 3 se presenta el resultado del estado de la totalidad de
la ONG orientada a la infancia, y en las Figuras 4, 5, 6, 7, 8 y 9 los de las
seis sedes o microentornos que conforman la ONG.
Figura
3. ONG orientada
la infancia
ONG orientada
a laainfancia
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
88%
81% 82% 85% 86% 85% 81%
72%
85% 83%
78%
La Figura 3 presenta una figura con los resultados del total de la
muestra. Como se observa, la variable Reconocimiento se percibe como
aceptable con 72%, lo que plantea
una alerta y la
Microentorno
1 necesidad de prestarle
atención para que no se convierta
en crítica. Las variables
comunicación
91% 93% 93% 94% 89% 93%
90% 93% 86%
100% 89%
77%
(81%), empoderamiento (82%), estándares (85%), dirección (86%),
80%
60%
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20%
0%
149
50%
40%
30%
20%
10%
0%
María Alejandra Gómez Vélez
estructura (85%), conflictos (81%), identidad (88%), relaciones (85%),
sistemas de control (83%), se consideran como óptimas, y bienestar y
salud (78%) como adecuada.
Figura
4. Microentorno
Microentorno
11
100%
80%
60%
40%
20%
0%
100%
80%
60%
40%
20%
0%
100%
80%
60%
40%
20%
0%
89% 91% 93% 93% 94% 89% 93%
90% 93% 86%
77%
Microentorno 2
84% 90% 76% 81% 84%
83% 76%
71% 76%
66%
65%
Figura
5. Microentorno
Microentorno
2 2.
84% 90% 76% 81% 84%
83% 76%
71% 76%
66%
65%
Figura
6. Microentorno
Microentorno
33
150
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
85% 86% 85% 83% 86%
78%
88% 88%
86%
82%
66%
Microentorno 3
85% 86% 85% 83% 86%
78%
Katharsis
88% 88%
86%
66%
82%
Estudio de clima organizacional realizado en una ONG orientada a la protección de la infancia
Microentorno 4
90%
80%
70%
60%
90%
50%
80%
40%
70%
30%
60%
20%
50%
10%
40%
0%
30%
20%
10%
0%
70% 70%
77% 73% 75%
70% 70%
77% 73% 75%
83%
Microentorno
4 4 72% 70% 71%
67%
66%
Figura
7. Microentorno
83%
66%
67% 72% 70% 71%
Figura
8. Microentorno
Microentorno
5 5
94%
92%
90%
88%
86%
94%
84%
92%
82%
90%
80%
88%
78%
86%
84%
82%
80%
78%
90% 91% 89%
93% 92%
92%
Microentorno
5
89%
90% 91% 89%
93% 92%
89%
92%
91%
88%
92% 83% 92%
91%
88%
83%
Microentorno 6
Figura 9. Microentorno 6
100%
80%
60%
40%
20%
0%
91%
86% 84%
82% 81% 81% 88% 86% 80%
76%
74%
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María Alejandra Gómez Vélez
Las figuras 4, 5, 6, 7, 8 y 9 enseñan los microentornos. En ellas
se puede apreciar que la variable reconocimiento (77%, 65%, 66%,
67%, 83% y 76% respectivamente a cada microentorno) presenta una
percepción de una variable que tiende a ser aceptable pero que amerita
atención y desarrollo por su riesgo a convertirse en crítica. La variable
bienestar y salud (86%, 66%, 82%, 71%, 91% y 74% respectivamente a
cada microentorno) muestra una variable aceptable y adecuada en las
sedes, lo cual sugiere que esta es otra área de trabajo para priorizar en
la ONG en función de un plan de desarrollo y fortalecimiento.
Cabe señalar que, entre todos los microentornos, llama la atención el 4
(Figura 7), porque se aprecian ocho variables aceptables y tres adecuadas.
Las variables aceptables fueron: Comunicación (70%), Empoderamiento
(70%), Dirección (73%), Conflictos (66%), Reconocimiento (67%),
Relaciones (72%), Sistemas de control (70%), y Bienestar y Salud (71%) son
percibidas como aceptables; y percibidas como adecuadas: Estándares
(77%), Estructura (75%) e Identidad (83%). Es importante decir que este
microentorno corresponde al equipo de trabajo administrativo, quienes
fueron los que solicitaron el estudio y asesoría para el fortalecimiento de
sus procesos de gestión en toda la organización.
Resultados cualitativos obtenidos de los grupos focales
Se llevaron a cabo seis grupos focales, estos se realizaron con los
empleados que pertenecían a cada una de las sedes o filiales de la ONG.
Se efectuó el análisis de los datos cualitativos con el apoyo del software
Atlas ti, 6ta versión, y se codificó lo expresado por los participantes en
las siguientes categorías observadas en su discurso:
152
Katharsis
Estudio de clima organizacional realizado en una ONG orientada a la protección de la infancia
Figura 10. Categorías y recurrencia de contenidos.
Categorías
Veces referidas
Estilos de dirección
26
Comunicación
24
Reconocimiento
20
Obligaciones con empleados
19
Estructura
16
Recursos
16
Bienestar y salud
10
Figura 10. Construcción de la autora con base en la recurrencia en que los empleados se
refieren a los temas estudiados. Se puede apreciar que los temas más frecuentemente
expresados por los empleados son los referentes a: estilo de dirección, comunicación,
reconocimiento, obligaciones con los empleados. Los datos fueron obtenidos con apoyo
del uso del software Atlas ti, 6ta versión.
De las transcripciones de los grupos focales realizados en las seis
filiales, se realizó una reducción y categorización de la información para
identificar las categorías emergentes, es decir, al contenido significativo
expresado por los empleados sobre el clima de la ONG. A continuación
se presentan las figuras de la 11 a la 17 con las categorías deductivas
más recurrentes (Estilos de dirección, Comunicación, Reconocimiento,
Obligaciones con los empleados, Estructura, Recursos y Bienestar y
Salud), algunas proposiciones significativas de los empleados, así como
las unidades de sentido que emergieron y que permiten enfocar el
trabajo posterior de mejoramiento al ambiente de trabajo:
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 141-164 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
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María Alejandra Gómez Vélez
Figura 11. Categoría deductiva: Estilos de dirección.
Proposiciones
“Para qué lo prometen si no lo cumplen”; “Hay
que trabajarlo y yo lo tendré que trabajar
también, el tema de delegar funciones para que la
administración pueda hacer lo que realmente tiene
que hacer”; “El compromiso que tienen con nosotros
los empleados es poco, muy suelto”; “Yo veo que
ellos sí intentan solucionar, pero se mantienen a
las carreras”; “Yo pienso que el acompañamiento
es vital, yo pienso que por ejemplo el Director, sino
es el Director entonces la Coordinadora Técnica,
puede acercarse a cada una de esa sedes, puede
decir en qué estamos fallando, cómo lo estamos
haciendo, cómo lo estamos solucionando,…en
muchas ocasiones hemos sentido que no estamos
con la parte administrativa”.
Unidad de sentido
Las promesas incumplidas
afectan la credibilidad en la
gestión administrativa.
Falta planeación y decisión
para la participación y
comunicación
entre
las
directivas y los empleados,
con el fin de mejorar la
identificación de problemas y
el buen ambiente de trabajo.
La
retroalimentación
es
necesaria para mejorar la
gestión diaria.
Figura 12. Categoría deductiva: Comunicación.
Proposiciones
“El tema de comunicación lo teníamos muy presente
porque teníamos muchas debilidades, porque sí
hay unos problemas de comunicación asertiva”;
“La comunicación no es asertiva, no es adecuada,
porque estamos sobrecargados. Y así mismo nos
pasa a todos. Estamos sobrecargados de muchas
cosas”; “Yo llegué aquí y ya ella se tenía que ir.
Cuando yo llegué no sabía que ella era el cambio”;
“(…) cambiaron a muchas personas, además que no
lo avisan con antelación (…)”; “(…) por rapidez, es
primero más importante esto que aquello, entonces
dejan la información ahí quieta y se van a hacer lo
otro, pero resulta que esa información nosotros la
necesitábamos y cuando llega ya no hay nada que
hacer, entonces creemos que se la da prioridad de
pronto a otras cosas”. “(…) nadie verifica si se leyó
o no el correo. Entonces se vuelve un enredo donde
no se logra un diálogo”; “Los procesos y el conducto
regular, que todos hablemos el mismo idioma,
que la comunicación no se corte, porque yo tengo
clara la comunicación, pero la otra persona tiene a
medias la información”.
154
Katharsis
Unidad de sentido
Hay sobrecarga de trabajo, lo
que afecta la comunicación
entre los integrantes de la
ONG.
La comunicación interna
institucional es deficitaria y
poco oportuna.
Estudio de clima organizacional realizado en una ONG orientada a la protección de la infancia
Figura 13. Categoría deductiva: Reconocimiento.
Proposiciones
“En el caso de las interventorías sacamos todos
100 y no llamaron a decir ni felicitaciones, ni un
correo ni una llamada. Entonces eso es algo que
lo desmotiva a uno”; “(…) yo digo que mi trabajo
es muy bueno y hablo también como del equipo
y no nos lo reconocen”; “(…) es muy difícil que le
reconozcan aquí la labor a alguien”; “(…) en cuanto
al reconocimiento de la parte directiva, yo tengo
que decir desde mi posición personal que hace falta
más, de pronto un poquito más de acompañamiento
frente a cada una de las sedes”; “Es un programa
que no está estructurado, hay que estructurarlo.
¿Dónde está eso? Dentro de un gran programa de
incentivos, ¿de salario emocional? Vuelvo y reitero
el tema de la remuneración, ¡hay que mejorarlo!”,
“(...) los temas de reconocimiento se han venido
trabajando pero es un trabajo de actividades muy
aisladas que no están muy estructuradas, que no
están organizadas en un gran programa en el tema
de incentivos de reconocimiento a los empleados”.
Unidad de sentido
Las directivas de la ONG no se
expresan acerca de los logros
alcanzados por los empleados
y los equipos de trabajo.
Se requiere integrar los
incentivos
existentes,
formular otros y estructurar
el sistema de reconocimiento.
Figura 14. Categoría deductiva: Obligaciones con empleados.
Proposiciones
“Al principio de año nos dijeron que nos iban a
dar uniforme, nosotros trabajamos en sitios muy
vulnerables y uno tiene que ir con identificación.
Nosotros llamamos y llamamos, y como no lo
hicieron nos tocó mandarnos a hacer uniforme”;
“Hay veces que a uno le dicen véngase para acá,
vaya para allá, por ejemplo a mí me toco enseñarle
las sedes a mi compañera nueva y ese día fueron
$13.000 de pasajes, y eso no lo reconocen y todo eso
es de cuenta propia”; “(…) una compañera de ella
con el uniforme roto, y de delantal se pone es una
bolsa, no pasan de darnos un uniforme, además las
auxiliares también tienen derecho a alimentación
y no se les da”; “La secretaria nueva no agilizó el
proceso de prestaciones sociales, por ejemplo, en
el caso de que nosotras tenemos hijos, pero no nos
pasó nada gracias a dios”.
Unidad de sentido
Se carece de estrategias
de apoyo y protección a
la seguridad física de los
empleados en zonas de la
ciudad que son de alto riesgo.
Algunos gastos menores, que
corresponderían a la ONG,
los realiza el trabajador, y las
directivas no perciben que
afectan la satisfacción del
empleado.
Hay zozobra acerca del pago
oportuno de las cotizaciones
de la seguridad social integral,
la cual es obligatoria de la
ONG, y que podría afectar
el bienestar de la familia del
trabajador.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 141-164 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
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María Alejandra Gómez Vélez
Figura 15. Categoría deductiva: Estructura
Proposiciones
Unidad de sentido
“Yo digo que es algo vital que todo vaya por escrito,
pero a veces cuando nos llenan de tanto papel, entonces
uno está terminando un formato y ya tiene otros cinco
para que vaya llenando; mucho formato, se hace muy
tedioso y que esos sean de manera general porque
son diferentes para cada entorno y simplificarlos”;
“Tenemos ciertas políticas que se han venido
estableciendo, pero faltan”; “Todavía no conocemos
todas las políticas porque apenas contrataron a la
chica de talento humano”; “(…) hay que identificar el
conducto regular y quién hace qué. Conocemos las
responsabilidades de los cargos más bien poco”.
Urge la simplificación de
los registros de procesos y
actividades para la eficiencia
y la satisfacción en el trabajo.
Se
requieren
políticas,
procedimientos y difusión de
los procesos de la gestión del
personal para hacer mejor el
trabajo.
Figura 16. Categoría deductiva: Recursos
Proposiciones
Unidad de sentido
“(…) no es fácil acceder a los insumos ya que llegan
tarde, por ejemplo”; “Al principio del año mucho
material, a mitad del año poco material”; “No puedo
resolver eso porque a mí me entregan una caja menor,
y la caja menor a los ocho días ya se había agotado”;
“(…) yo le pondría una recepcionista al teléfono, como
un vigilante en esa puerta, porque es que uno está
haciendo cualquier cosa y no, póngase de pie para
abrir la puerta, entonces uno tiene que parar para
poder abrir la puerta”; “Nos hace falta tiempo, más
plata, muy difícil tener acceso a los recursos, equipos
buenos por ejemplo, una impresora buena”.
Hay dificultades para el acceso
y oportunidad de los recursos
que permiten realizar el
trabajo.
Los equipos y herramientas
necesitan
mantenimiento
preventivo para tener un
desempeño efectivo.
Figura 17. Categoría deductiva: Bienestar y Salud
Proposiciones
Unidad de sentido
“Otra cosa es cambiar el morral, demasiado peso,
entonces la columna se va como desviando pero
es que el modo de trabajo o la modalidad lo exige,
porque como nosotros no tenemos una sede propia,
entonces hay que estar lleve y traiga, por ejemplo
a mí sí me ha ocasionado molestia, porque yo vivo
muy lejos y me toca venirme con todo eso”; “(…) ella
tiene que agacharse muchísimo para el lavaplatos,
entonces tiene como un dolor constante, entonces la
propuesta obviamente es que lo suban (…), o sea esa
es una respuesta frente a una necesidad física”; “Hace
falta un programa de salud ocupacional, mejorar
la calidad de los equipos”; “(…) no hay suficientes
capacitaciones por áreas sobre todo a nivel salud”.
156
Katharsis
La deficiente identificación
y atención a los riesgos
laborales afecta la salud de los
empleados.
Hay condiciones ergonómicas
del trabajo que afectan la salud
y ameritan estudio y solución.
La carencia en capacitación
sobre la seguridad y salud en
el trabajo afecta la salud.
Estudio de clima organizacional realizado en una ONG orientada a la protección de la infancia
Análisis de resultados cualitativos
Al realizar un análisis de contenido de lo descrito por los empleados
en los grupos focales, se identifica una percepción que expone
la necesidad urgente de desarrollar y fortalecer el programa de
seguridad y salud en el trabajo, con apoyo de la ARL (Administradora
de Riesgos Laborales), con la finalidad de prevenir e identificar los
riesgos laborales a los que pueden estar expuestos en el desempeño
de sus funciones, particularmente el riesgo de seguridad física y el de
una posible sobrecarga de trabajo que afecta incluso la comunicación
interpersonal, de igual manera, la necesidad de establecer el método
más efectivo de comunicación institucional.
Es importante decir que el área de trabajo, de seguridad y salud
en el trabajo, que además afecta el bienestar laboral, ya había sido
identificada por las directivas de la organización, fuera por su
observación, señalamientos de externos o empleados. De allí que
fuera una solicitud expresa de las directivas al momento de definir las
variables de estudio. Los resultados ratifican y dan mayor consistencia
a la priorización en el plan de mejoramiento posterior al estudio, en el
campo de la salud ocupacional.
Asimismo, entre los resultados obtenidos se constató la necesidad de
propiciar una mejor comunicación de las directivas hacia el personal,
y una comunicación más oportuna de tipo institucional. A la par, se
consideró la importancia de establecer estrategias de reconocimiento
y valoración del trabajo individual y colectivo, adaptándose a las
posibilidades presupuestales, y creando incentivos no económicos que
puedan dar estímulo al personal. Se sugieren incentivos no económicos,
dado que la ONG ya tiene un presupuesto ajustado de gastos, y en buena
medida se gestiona por medio de donaciones y de licitaciones estatales.
En igual sentido, se confirmó la urgencia de contar con personal
cualificado para responder por los procesos administrativos relativos
a la planificación y organización de recursos, como a los procesos
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 141-164 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
157
María Alejandra Gómez Vélez
de personal referentes a selección, contratación, seguridad social e
inducción del personal, con el fin de atender de forma oportuna a las
obligaciones de ley que la entidad ha contraído con sus empleados.
Conclusiones
158
•
Los estudios de clima organizacional son estrategias que posibilitan
obtener o verificar información útil para la toma de decisiones que
se orienta al mejoramiento y vigorización del comportamiento de la
organización, en temas estructurales, de los grupos de trabajo y de
los individuos.
•
El uso de metodologías de indagación, como el uso del cuestionario de
tipo cuantitativo y complementado con una metodología cualitativa
de grupos focales, favorecen el acercamiento, profundización y
comprensión de fenómenos que se suceden en toda la organización
como en sus dependencias, para la mejor toma de decisiones
enfocadas en la efectividad organizacional, satisfacción, bienestar
y motivación laboral.
•
El estudio de clima realizado para la ONG orientada a la protección
de la infancia, permitió corroborar la urgencia de implementar un
programa de seguridad y salud en el trabajo, por los riesgos laborales
existentes en las condiciones de trabajo de la ONG. La necesidad
social y psicológica de implementar un sistema de incentivos, de
desarrollar competencias comunicativas y de liderazgo para ser
más efectivos en la gestión, y la de revisar e implementar procesos
administrativos de personal, con miras a una mayor salud, bienestar
y aceptación de los empleados, que han de aportar a la satisfacción
laboral y a la adherencia e identidad institucional.
Katharsis
Estudio de clima organizacional realizado en una ONG orientada a la protección de la infancia
Bibliografía
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Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 141-164 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
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María Alejandra Gómez Vélez
Apéndice A
Construcción y validación de instrumento para estudiar
el Clima organizacional
Apreciado Experto
Le solicitamos apoyar un trabajo académico para ser realizado en
beneficio de una ONG, y para ello le pedimos evaluar la correspondencia
de los ítems en relación con las variables propuestas de estudio del
clima organizacional, con el fin de discriminar los mejores ítems para
realizar la medición. En este momento se considera relevante que la
construcción del instrumento sea valorada por expertos de acuerdo a
los siguientes criterios:
Claridad: El ítem se comprende fácilmente.
Coherencia: El ítem guarda relación lógica con la dimensión.
Relevancia: El ítem es esencial para la dimensión.
Suficiencia: Los ítems de la dimensión son suficientes para medirla.
La calificación de cada criterio se dará en una escala de tres (3)
alternativas que se detallan en la tabla que se presenta a continuación.
Criterios para valoración de ítems:
Claridad
1 El ítem es confuso
2 Si el ítem se modifica puede dejarse
3 El ítem es claro
1 El ítem carece de relación con la variable
Coherencia 2 El ítem tiene relación tangencial con la variable
3 El ítem se encuentra totalmente relacionado con la variable
Relevancia
160
1 El ítem puede ser eliminado sin que se afecte el instrumento
2 El ítem es relevante pero otro está incluyendo lo que este mide
3 El ítem es muy relevante y debe dejarse
Katharsis
Estudio de clima organizacional realizado en una ONG orientada a la protección de la infancia
El criterio suficiencia valora la variable en su conjunto y no cada uno de los ítems, por lo
tanto solo aplica una sola calificación por cada variable, la cual puede hacerse en la
casilla final de cada variable.
1 Los ítems son insuficientes para medir la variable
Suficiencia
2 Si se incluyen 1 o 2 ítems más será suficiente para medir la variable
de los ítems
3 Los ítems son suficientes para medir la variable
En caso de tener alguna duda por favor comuníquese al correo
alejandra.gomez@upb.edu.co
Agradecemos sus aportes,
María Alejandra Gómez Vélez
Investigador líder
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161
María Alejandra Gómez Vélez
Apéndice B
Ítems de cuestionario de clima organizacional
No.
Ítems
1
3
En la ONG se utilizan mecanismos para evaluar periódicamente el desarrollo
y resultado de las actividades laborales.
En la ONG, cuando alguien ingresa a trabajar, se le da a conocer la visión,
misión, políticas, normas y valores.
En la ONG se estimula el aprender de los errores cometidos en el trabajo.
4
Mi jefe me tiene en cuenta en el momento de tomar una decisión que me afecta.
5
En la ONG se establecen retos para mejorar la forma en que hacemos las cosas.
6
Mi comunicación con el jefe es oportuna y fluida.
7
En la ONG tenemos autonomía para tomar decisiones en nuestros puestos de
trabajo.
Dentro de mi área existen relaciones de confianza que permiten el trabajo en
equipo.
En la ONG los jefes intervienen oportuna y creativamente en los conflictos
para que se solucionen de la mejor forma.
En la ONG las condiciones psicológicas y sociales del trabajo influyen
favorablemente en nuestro estado de salud y bienestar.
Me siento identificado con la razón de ser de la ONG.
2
8
9
10
11
12
13
En la ONG hay constante acompañamiento de los jefes en el cumplimiento de
procedimientos.
En la ONG siempre se realiza inducción al personal nuevo.
14
En la ONG se nos hace saber cuándo estamos haciendo las cosas bien.
15
Mi jefe nos trata con justicia y respeto.
16
La organización propone objetivos y metas a cumplir en un periodo
determinado.
Me informan oportunamente las decisiones tomadas por la dirección.
17
18
19
En el área se convoca a reuniones para crear conjuntamente ideas que puedan
aportar a la ONG
En la ONG hay cooperación entre las diferentes áreas cuando se requiere.
20 En la ONG se nos enseña a manejar nuestros conflictos de forma abierta, con
buen trato y escucha.
21 En la ONG nos dan los recursos y equipos que necesitamos para la realización
de nuestro trabajo.
22 Me siento orgulloso de trabajar en la ONG.
23
24
162
En la ONG entendemos claramente los procedimientos establecidos con los
que hay que trabajar.
En la ONG se realizan los procesos de selección de personal de forma adecuada.
Katharsis
Estudio de clima organizacional realizado en una ONG orientada a la protección de la infancia
No.
Ítems
25
26
En la ONG se otorga reconocimiento a quienes alcanzan o superan sus objetivos
de trabajo.
Mi jefe propicia un ambiente de confianza y el trabajo en equipo.
27
En la ONG las metas propuestas se alcanzan.
28 En mi área todos estamos informados de los objetivos y metas propuestos.
29
En la ONG se nos da la información necesaria y continua para que podamos
actuar de la forma más conveniente para hacer el trabajo.
30 En la ONG los jefes dan ejemplo de relaciones interpersonales respetuosas,
con escucha y trato digno.
31 Los conflictos entre compañeros de trabajo se hablan directamente antes de
dirigirse al jefe.
32 Las condiciones físicas de nuestro entorno laboral, tales como espacio,
ventilación, iluminación, ausencia de ruido, son favorables para cumplir
nuestras labores.
33 Siento que la forma en que se trabaja en la ONG da ejemplo de vida.
34
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En la ONG se implementan programas de capacitación para informar sobre los
procedimientos que se deben seguir para hacer el trabajo.
En la ONG, cuando se despide o se termina un contrato, se hace con base en los
resultados del desempeño.
En la ONG, al que se desempeña bien, se le considera para posibles ascensos.
37
El grado de responsabilidad que me asigna mi jefe es el adecuado para mi
cargo y mis capacidades.
38 La ONG es una organización respetada y reconocida en el entorno por hacer
bien su trabajo.
39 En mi área sentimos que podemos comunicarnos de forma abierta entre
compañeros.
40 Mi jefe consulta las acciones y promueve la participación en la toma de
decisiones pertinentes al área de trabajo.
41 En la ONG nos sentimos tratados con dignidad y respeto por los compañeros
de trabajo.
42 En la ONG los jefes dan ejemplo en el manejo adecuado de los conflictos.
43
En la ONG se corrigen oportunamente las condiciones inseguras de trabajo
que ponen en riesgo la integridad de los empleados.
44 Me veo trabajando para la ONG en cinco años.
45
En la ONG se hace seguimiento al cumplimiento de los procedimientos.
46
En la ONG se capacita a los empleados para que realicen bien su trabajo.
47
En la ONG se forma a los empleados para que sean mejores personas.
48 Mi jefe nos da un trato equitativo a mis compañeros y a mí.
49
Mi jefe promueve la participación en la toma de decisiones pertinentes al área
de trabajo.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 141-164 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
163
María Alejandra Gómez Vélez
No.
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51
En mi área sentimos que podemos comunicarnos de forma abierta con nuestro
jefe.
En la ONG se escucha y se aprovechan las sugerencias que damos.
52
La relación que tenemos con los compañeros y jefes es satisfactoria.
53
Me gusta ser parte del equipo de trabajo de mi área.
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57
En la ONG se hace evaluación periódica del desempeño y se brinda
retroalimentación de forma adecuada.
En la ONG tenemos claridad sobre nuestras responsabilidades y funciones en
los puestos de trabajo.
En la ONG nuestros jefes nos proporcionan reconocimiento de acuerdo a
nuestra actitud y rendimiento.
Mi jefe ofrece apoyo cuando hay dificultades en nuestro trabajo.
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En la ONG me siento estimulado por aprender y mejorar continuamente.
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59
Mi jefe sabe delegar y hacer acompañamiento, instruyéndome o corrigiéndome
a tiempo.
60 En la ONG las normas y políticas ayudan a prestar un servicio oportuno y
efectivo.
61 Las directivas de la ONG se comunican continuamente con los empleados para
dar información y escuchar sugerencias.
62 En la ONG se nos da formación e información para que tomemos mejores
decisiones con autonomía.
63 En mi área se propicia la participación en equipo de trabajo.
64
En la ONG los problemas se solucionan fácil y oportunamente.
65
En la ONG se nos da a conocer el programa y las actividades de salud
ocupacional.
Me siento identificado con la misión y visión de la ONG.
66
164
Katharsis
Biología Cultural,
psicología
y sinergia organizacional
Katharsis–Institución
Universitaria
desocial
Envigado
Biología Cultural, psicología social y
sinergia organizacional
Cultural biology, social psychology and organizational synergy.
Carlos Alberto Palacio Gómez*
Resumen
El presente escrito desarrolla una reflexión sobre los aportes de la biología cultural
a la psicología social organizacional, como ciencias comprometidas respectivamente
con la comprensión sistémica de la condición humana y con la comprensión del
psiquismo humano en relación con el vivir social y con la sinergia organizacional.
Para tal efecto, en primer lugar, se expone el significado de la expresión biología
cultural, entendida tanto como fenómeno y como ámbito de reflexión.
Luego se diferencia la psicología social en las organizaciones de la psicología social
de las organizaciones, se expone la naturaleza de las emociones y su importancia
para la determinación y/o generación de una cultura organizacional. A continuación
se desarrolla una descripción básica de las organizaciones humanas: sociales, no
sociales, horizontales, verticales, inteligentes, inhibitorias, éticas y estratégicas.
Luego, en función de las dinámicas emocionales presentes en su cultura, se describen
los estilos de coordinación de las organizaciones horizontales y los estilos de liderazgo
de las organizaciones verticales.
Por último, se propone inducir el fenómeno de la sinergia organizacional en la
intersección entre los intereses de las personas y de las organizaciones, mediante la
disposición emocional implícita en el vivir ético personal y organizacional, esto es,
mediante la disposición emocional del amar.
*
Ingeniero Civil de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia. Ph.D.
en Filosofía de la Universidad Pontificia Bolivariana. Especialista en Literatura de
la Universidad de Medellín, Especialista en Humanismo de la Universidad Pontificia
Bolivariana, Especialista en Educación Moral y Cívica de la Universidad Complutense de
Madrid, DEA en Pedagogía de la Diversidad Sociocultural de la Universidad Complutense
de Madrid. Docente Investigador de la Institución Universitaria de Envigado. Fundador y
conferencista del Instituto Generador de Armonía Humana. Teléfonos 3330260-33366813162516147. capalacio@correo.iue.edu.co; carlospalacio@une.net.co
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 165-190 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
165
Carlos Alberto Palacio Gómez
Palabras clave: Biología cultural, psicología social organizacional, liderazgo,
coordinación de grupos, sinergia organizacional, clima organizacional, emociones,
cultura organizacional, ética.
Abstract:
The present paper develops a reflection on the contributions of cultural biology to
organizational social psychology, as sciences respectively engaged in the systemic
understanding of the human condition and the understanding of the human psyche
in relation to social life and organizational synergy. To this end, first, the meaning of
the expression cultural biology is exposed, understood as phenomenon and as field
of reflection.
Then social psychology in organizations is differentiated from social psychology of
the organizations, the nature of emotions and their importance for the determination
and/or generation of a cultural organization is exposed. Second, it is developed a basic
description of human organizations: social, nonsocial, horizontal, vertical, intelligent,
inhibitory, ethical and strategic. Third, depending on the dynamic emotions present
in their culture, the styles of organizations of horizontal coordination and leadership
styles of vertical organizations are described.
Finally, it is proposed to induce the phenomenon of organizational synergy at the
intersection between the interests of individuals and organizations, by implicit
emotional disposition in personal and organizational ethical living, that is, through
the emotional disposition of loving.
Keywords: Cultural biology, organizational social psychology, leadership, group
coordination, organizational synergy, organizational environment, emotions,
organizational culture, ethics.
1. Sobre la Biología Cultural
Abordemos en primer lugar el campo de la biología cultural. Dicha
expresión corresponde fundamentalmente a dos sentidos: el primero,
alude a un fenómeno, específicamente al fenómeno de lo humano, el
segundo alude a una forma de explicar dicho fenómeno. Entendida como
fenómeno, la biología cultural alude al operar fisiológico –biología– y
a las relaciones entre individuos –cultura– que originaron lo humano
en la historia de los primates bípedos –y que lo siguen generando a
cada instante– dinámicas que un observador puede distinguir como
166
Katharsis
Biología Cultural, psicología social y sinergia organizacional
complementarias y generadoras de seres con fisiologías humanas y con
comportamientos humanos.
Dicho de otra forma, como fenómeno, la expresión biología
cultural expresa la dinámica fundamental generadora de lo humano,
consistente en una deriva biológica que abre la posibilidad al vivir
cultural, al tiempo que la deriva del vivir cultural modula la deriva
biológica. Desde este punto de vista, tanto la biología como la cultura
son igualmente determinantes en el surgimiento de lo humano, pues
sin biología no hay surgimiento de la cultura y sin cultura la biología de
un homo no se hace humana.
Por otro lado, la expresión biología cultural como ámbito de
reflexión abierto por Maturana y Dávila (2008), es el espacio de
explicación sistémico sistémico fundamentado en la explicación
científica de los fenómenos de la vida, la percepción y el conocimiento,
considerando a los seres humanos como seres vivos y como seres
culturales simultáneamente1. Como ámbito explicativo, la biología
cultural ha postulado hasta el momento 29 leyes sistémicas, entendidas
como abstracciones que hacen los observadores de las coherencias
operacionales del vivir (Maturana & Dávila, 2008).
Tanto como fenómeno y como ámbito de reflexión, la biología cultural
se mueve en una relación equitativa, procesal y de mutua influencia
entre la dimensión biológica, la cultural y las demás dimensiones
generadas con el vivir humano. Si aceptamos que los seres humanos,
en tanto que seres vivos, participamos del espacio interno de nuestra
fisiología tanto como del espacio externo de la relación de nuestra
fisiología con el medio, podemos afirmar que la biología occidental
1
Morin (1994), Maturana y Dávila (2008), Capra (1996) y Zubiri (2006), son precursores,
entre otros filósofos y científicos, de esta perspectiva de pensamiento dialógico o integrador que además de ver las diferencias entre biología y cultura, por ejemplo, también
consideran su íntima complementariedad. Particularmente soy amigo de afirmar que los
humanos somos 100% biológicos y 100% culturales.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 165-190 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
167
Carlos Alberto Palacio Gómez
desde las perspectivas mecanicistas2 (comprensión mecánica del
funcionamiento interno del organismo) y organicista3 (comprensión del
organismo como un todo), ha tendido a comprender excluyentemente
al espacio fisiológico o al espacio de la relación del organismo con el
medio, como si dichos espacios no estuvieran correlacionados.
Pero desde una perspectiva dialógica o integradora, dichos
espacios, si bien surgen como espacios diferenciables, también surgen
como espacios complementarios, es decir, hay espacio de relación del
organismo con el medio porque hay organismo. Y hay organismo porque
hay un medio que lo propicia. “Aún cuando estos dos dominios no se
intersectan, están acoplados en su realización a través de la manera
de operación del sistema viviente como una unidad estructuralmente
determinada” (Maturana, 2002, p.83). La biología cultural, desde esta
doble mirada, integra la comprensión de la organización fisiológica con
los fenómenos de interacción del ser humano con el medio, sin perder
de vista que la cultura consiste en vivir en la apertura y plasticidad
generativa ontológica del lenguaje, que emerge con toda su complejidad
de significados, sentidos y símbolos, del acople conductual recursivo
entre seres vivos4.
168
2
“En biología, el mayor éxito del modelo mecanicista de Descartes fue su aplicación al fenómeno de la circulación sanguínea por William Harvey. Inspirados por el éxito de Harvey,
los fisiólogos de su tiempo intentaron aplicar el modelo mecanicista para explicar otras
funciones del cuerpo humano, como la digestión y el metabolismo. Tales intentos acabaron no obstante en fracaso, dado que los fenómenos que los fisiólogos intentaban explicar
conllevaban procesos químicos desconocidos en la época y que no podían ser descritos en
términos mecanicistas.” (Capra, 1996, p.40)
3
“Los triunfos de la biología del siglo xix –teoría celular, embriología y microbiología– establecieron la concepción mecanicista de la vida como un firme dogma entre los biólogos.
No obstante, llevaban ya dentro de sí las semillas de la nueva ola de oposición, la escuela
conocida como biología organicista o «organicismo». Mientras que la biología celular hacía
enormes progresos en la comprensión de las estructuras y funciones de las subunidades
celulares, permanecía en gran medida ignorante respecto a las actividades coordinadoras
que integran dichas operaciones en el funcionamiento de la célula como un todo.” (Capra,
1996, p.44)
4
Para la biología cultural, el lenguaje surge del vivir transgeneracional en coordinaciones
de coordinaciones conductuales. “..,el placer del hacer cosas juntos, habría hecho posible
el surgimiento del lenguajear como un convivir en coordinaciones de coordinaciones de
haceres consensuales a la vez que el fluir de ese convivir en el entrelazamiento del lenguajear y el emocionear, es el conversar como el modo de convivir en el amar cuya conserva-
Katharsis
Biología Cultural, psicología social y sinergia organizacional
La mirada que, primero, reconoce las múltiples dimensiones en que
fluye el operar y el relacionar de los seres humanos y, segundo, que
reconoce el acople entre el espacio de la fisiología y el espacio de relación
de la fisiología con el medio, en todas las dimensiones generadas por
el vivir humano, le permite, a medicinas como la epidemiológica, la
tradicional china o la ayurvédica, distinguir y explicar fenómenos
que la mirada clásica de la medicina tradicional occidental no puede
asumir, debido a la restricción lineal unidimensional que limita su
mirar al espacio de la fisiología. Y ello merced a que las tres observan y
correlacionan a su manera las consecuencias del operar y el relacionar
humano en determinadas dimensiones del vivir humano con
determinadas evoluciones, favorables o desfavorables según nuestros
deseos, de las fisiologías correspondientes. Esta doble mirada debe ser
llevada al mundo de las organizaciones humanas productivas.
2. Sobre la psicología organizacional
Conservando, pues, esta doble mirada, pasemos al ámbito de
la psicología organizacional. Efectivamente, desde el interés de la
psicología social organizacional de generar un operar saludable para
las personas y para las organizaciones productivas, esta doble mirada
o mirada sistémica multidimensional, permite establecer correlaciones
entre el contexto cultural, el contexto familiar, la cultura organizacional,
el clima organizacional, la sinergia, la productividad, la rentabilidad y
la plenitud de las personas y de las organizaciones. La comprensión
sistémica de cualquier fenómeno consiste, primero, en el entendimiento
de las interacciones de los componentes del fenómeno que lo producen,
tal y como surge ante el observador; segundo, en la comprensión de las
interacciones del fenómeno con su entorno, y tercero, en la correlación
de estas con el fluir estructural de sus componentes.
ción transgeneracional es lo que de hecho constituye nuestro linaje humano.” (Maturana &
Dávila, 2008, p.131)
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169
Carlos Alberto Palacio Gómez
A continuación precisemos la diferencia entre psicología social
en las organizaciones y psicología social de las organizaciones. La
psicología social, en general, es definida por Riviére (1975) dentro de
un orden donde lo comunitario cobija lo institucional, lo grupal y lo
individual. En esta secuencia, no es lo institucional lo determinante
en la configuración del vivir humano, sino lo comunitario, es decir,
hay instituciones porque hay comunidades, y no al revés, aun cuando
a partir del surgimiento de lo institucional comienza una relación
de mutua influencia entre ambas dimensiones. Efectivamente, el
fundamento de la convivencia o de lo social no está dado por la norma
sino por el querer.
Las normas sirven para estabilizar el convivir o la relación deseada
por quien o quienes las fijan, y su gestación puede o no tener en cuenta
a quienes se vuelven objeto de ellas, con lo cual surge una normatividad
autoritaria o una democrática. Ello se aprecia cuando las naciones
ajustan sus constituciones o cuando las parejas o las familias renuevan
los acuerdos normativos con el ánimo de conservar, recuperar o
generar el convivir deseado. Las relaciones entre lo comunitario, lo
institucional, lo grupal y lo individual son de doble vía y constituyen
una red en la que todos los nodos se relacionan con todos. Recordemos
que la mirada sistémica nos conduce a reconocer que lo comunitario
incide en lo individual, lo grupal y lo institucional y, a su vez, todas
estas instancias inciden en lo comunitario y así sucesivamente con
todos los nodos.
Los esquemas de pensamiento dicotómicos solo encuentran oposición
entre lo individual y lo comunitario, en tanto que descubren fuerzas
sociales que limitan, reprimen o coartan tendencias individuales, como
es el caso de la sanción moral o de la represión de la fuerza pública, al
igual que descubren fuerzas individuales que deniegan lo social, como
es el caso del corrupto y del ladrón. Pero esta distinción, sin ser ilusoria,
oculta otra distinción previa fundamental, en el sentido de fundante,
en la que se ve con nitidez la complementariedad entre individuo y
170
Katharsis
Biología Cultural, psicología social y sinergia organizacional
sociedad: hay individuo con conciencia reflexiva de sí porque hay
comunidad social lenguajeante y, a su vez, el surgimiento de lo social
permite la emergencia del individuo con consciencia reflexiva de sí,
puesto que el lenguaje surge de una relación social entre seres vivos
que acoplan recursivamente sus conductas.
Realmente no hay conciencia reflexiva de sí sin lenguaje, es decir,
sin la posibilidad de designarse a sí mismo como observador y como
observado. Teniendo presente que, primero, entre individuo y sociedad
no hay contradicción fundante sino complementariedad, y segundo,
que lo comunitario genera lo individual, lo grupal y lo institucional,
recordemos la definición de Riviére (1975) de la psicología social
“como disciplina que aborda la relación entre estructura social y
configuración del mundo interno del sujeto y cuya indagación se centra
en la interacción”.
Desde este enfoque, la psicología social en las organizaciones
estudia “las interacciones entre individuos” y “sus efectos sobre la
configuración del mundo interno de cada uno de ellos” (Schvarstein,
2002, p. 23). En esta perspectiva, la psicología social se centra en el
estudio de los individuos productores de las organizaciones y que son
influenciados por ellas, de modo que el énfasis se pone en el individuo,
mientras que las organizaciones surgen como el contexto relacional de
los mismos. En cambio, la psicología social de las organizaciones, según
Riviére (1975), consiste en “la ciencia de las interacciones orientadas
a un cambio social planificado” con lo cual el énfasis se pone en la
estructura organizacional más que en el individuo.
La “psicología social de las organizaciones es pensar en ellas y en
sus efectos sobre los individuos” (Schvarstein, 2002, p. 24), y su objeto
contempla la especificidad del ámbito organizacional y su relación con
los restantes nodos: organización-institución, organización-grupo
y organización-individuo. De acuerdo con lo expuesto, la decisión de
hacer psicología social en las organizaciones o psicología social de las
organizaciones, depende de la situación que se pretenda abordar, si
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 165-190 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
171
Carlos Alberto Palacio Gómez
es la estructuración del mundo de los individuos en función del vivir
organizacional, el enfoque debe ser el primero, si se trata de buscar el
bienestar y la eficacia en el operar organizacional, el enfoque apropiado
es el segundo.
Ahora bien, desde una perspectiva de pensamiento dialógico o
integrador, tanto la psicología social en las organizaciones como la
psicología social de las organizaciones pueden confluir en la promoción
de un vivir armónico personal y de un vivir productivo organizacional,
que permita una realización tanto de las personas como de la empresa5.
No obstante, para ambos enfoques psicológicos organizacionales, la
emoción debe ser un concepto fundamental. Veamos qué aporte al
respecto puede hacer la biología cultural desde lo que podemos llamar
una postura pos racional, que no implica un desprecio o subvaloración
de la razón sino la consideración del fundamento no racional de la
razón: la emoción.
3. Sobre las emociones
Abordemos entonces el fenómeno de las emociones y su incidencia
en el mundo de la cultura organizacional, como factor central del
ejercicio de la psicología organizacional. Lamentablemente, en nuestro
medio las emociones padecen de una devaluación epistémica frente a
la razón, carente de una comprensión rigurosa sobre su naturaleza, con
lo cual se pierde de vista una variable fundamental en la comprensión
de lo humano. Todos sabemos que los seres vivos se emocionan y que
esta dinámica solo se interrumpe con la muerte. Ser vivo significa ser
emocional. En tanto que “los seres vivos consisten en una red molecular
que se produce a si misma constantemente” (Maturana & Dávila, 2008,
p.180), ellos experimentan continuamente, primero, en su espacio
fisiológico, una deriva de su estructura molecular que fluye entre
5
172
Los seres humanos vivimos tanto experiencias armónicas como conflictivas, ambas forman parte del vivir humano; a pesar de que los conflictos, siempre se van a presentar,
se puede generar una cultura armónica si las personas y las organizaciones aprenden a
abordar los conflictos armónicamente.
Katharsis
Biología Cultural, psicología social y sinergia organizacional
diferentes estados –incluidos los cambios de tono muscular y óseo– y,
segundo, en el espacio de relación de la fisiología con el medio, una
deriva entre distintos dominios conductuales que, al ser distinguidos
por un observador, constituyen las distintas emociones en que deriva
dicho ser vivo en sus dominios de existencia6.
“Cuando un observador distingue una emoción lo que ve es
un dominio conductual que especifica la disposición a realizar
determinados tipos de acciones” (Maturana & Dávila, 2008, p. 146).
Esto implica que un ser vivo solo realiza las acciones que le permite
realizar la emoción en la que se encuentra instalado en un momento
dado, es decir, las acciones son función de las emociones. Y algo
similar sucede con una organización, ella solo hará lo que la cultura
organizacional cultivada en ella, consciente o inconscientemente, le
permita hacer en un determinado instante. De acá la importancia de
las emociones y de la conciencia sobre las mismas para la psicología
social en y de las organizaciones.
Desde esta perspectiva, las acciones dependen de las emociones:
las mentales, las cognitivas, las concretas y las espirituales, así que no
puede esperarse la comprensión de cualquier explicación o la realización
de cualquier acción individual u organizacional, en cualquiera de
estos campos, instalados en cualquier dinámica emocional cultural.
La pretensión de que el pensamiento fluya independientemente de
las emociones es imposible de realizar, ya que todo lo que hace un
ser humano lo realiza instalado en una emoción, específicamente, en
la que le permite hacerlo. Es diferente pensar con el deseo, es decir,
confundir el pensar con el fantasear, a reconocer que siempre pensamos
instalados en una emoción: de lo primero podemos desprendernos
cuando pensamos, de lo segundo, no.
6
La introducción del tono muscular y óseo, así como el de las posturas corporales, en la
comprensión de las emociones corresponden a Gerda Alexander, alemana creadora de la
eutonía y al australiano Frederick Matthias Alexander, creador de la técnica Alexander.
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173
Carlos Alberto Palacio Gómez
Hacer ciencia no implica negar las emociones, sino estar bajo las
emociones específicas que abren el dominio de acciones donde el
razonar científico es posible. Igual que el equilibrista no conserva el
equilibrio sobre la cuerda floja, independientemente de la posición de
su cuerpo, el científico deja de serlo cuando se instala en la emoción de
la imposición de sus explicaciones en contravía de los experimentos
que las niegan. Los seres humanos somos emocionales y racionales
simultáneamente.
El sentir humano y la intelección no son dos actos numéricamente
distintos, cada uno completo en su orden, sino que constituyen dos
momentos de un solo acto de aprehensión sentiente de lo real…, no se
trata de que sea una intelección vertida primariamente a lo sensible…,
no se trata de intelegir lo sensible y de sentir lo inteligible sino de que
sentir e intelegir constituyen una sola facultad (Zubiri, 2006, p, 2).
Los sentires y las emociones siempre acompañan la intelección.
Los humanos somos emocionales o sentientes por ser biológicos, y
racionales por ser culturales. Ni la biología ni la cultura determinan,
por sí solas, al ser humano, más bien es la relación de mutua influencia
entre lo biológico y lo cultural, entrelazada con el tipo de relación entre
el yo, el sí mismo y la conciencia y el inconsciente de cada quien, lo
que va determinando el comportamiento humano a cada momento de
acuerdo con el contexto. De este modo, es probable que en un individuo
surja un comportamiento antes de que surja el respaldo genético del
mismo, o que haya una predisposición genética a un comportamiento
que la deriva cultural experimentada por el individuo no llegue a
activar.
Como ya se afirmó, los humanos somos el fruto de una biología
que abre la oportunidad al vivir cultural y el vivir cultural modula el
curso de dicha biología. Esta dinámica circular expresa la inmanencia
originaria de toda trascendencia que pueda alcanzar cualquier
experiencia humana. De manera análoga, las emociones abren el
dominio de acciones racionales que puede emprender un ser humano, al
174
Katharsis
Biología Cultural, psicología social y sinergia organizacional
tiempo que las racionalidades que fomenta con su conversar acentúan
o desestimulan las dinámicas emocionales que fundamentan sus
racionalidades o propician la emergencia de nuevas emociones. Si se
quiere generar racionalidades incluyentes, se deben cultivar emociones
incluyentes, si se quiere generar racionalidades excluyentes se deben
cultivar emociones excluyentes.
Las emociones o los sentires, en tanto que abren y cierran las acciones
que pueden realizarse en un momento dado, son las responsables de
determinar a cada instante la dirección que sigue el destino de los seres
vivos en general, el de los seres humanos y el de las organizaciones
que estos integran, incluidas las productivas en particular. Consciente
o inconscientemente, los seres humanos cultivamos determinadas
dinámicas emocionales con el vivir cultural, es decir, con el modo
de conversar. En este sentido, el fundamento de la cultura de una
organización está dado por las dinámicas emocionales que se cultivan
en las conversaciones formales, informales, previstas o imprevistas que
se dan entre sus miembros. Pasemos a profundizar sobre la incidencia
de las emociones en la cultura de las organizaciones.
4. Dinámicas emocionales y cultura organizacional
La cultura de una organización no se establece por decreto y mucho
menos consiste necesariamente en las proclamas públicas hechas
a través de su misión y de su visión. La cultura de una organización,
de manera concreta, se fundamenta por el modo como conversan
sobre cualquier tema coordinadores y colaboradores entre sí, y por
el modo como conversa cualquier integrante de la organización en su
representación, con cualquiera que no lo es, es decir, con un cliente
potencial o beneficiado. Una cultura organizacional específica se
promueve practicando el modo conversacional que la define. En este
sentido no hay conversaciones formales, informales, previstas o
imprevistas que sean triviales para la determinación de la cultura de
una organización.
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175
Carlos Alberto Palacio Gómez
Cualquier conversación se convierte en un cultivo en la cultura de la
organización de las emociones, sentires y razones involucradas en dicha
conversación. La cultura de toda organización sigue la dirección de las
conversaciones que allí se practican y la dirección de las conversaciones
depende de las emociones que emergen en sus integrantes, como ya
se afirmó. Una organización puede proclamar el respeto en todos
sus textos institucionales, pero si no se vive este modo de conversar,
la discordancia entre lo proclamado y lo realizado aflorará en algún
momento de la atención a la comunidad servida que realice alguno de
sus funcionarios.
Las conversaciones imprevistas e informales revelan el conversar de
base predominante o espontaneo de cada dependencia y de cada quien
en la vida de la organización, el cual, a su vez, puede ser congruente
o incongruente con la cultura organizacional que pretende alcanzar
la organización. Lo fundamental en la cultura de una organización
está dado por las dinámicas emocionales que allí se practican, y su
transformación o no es función de la conciencia emocional que se haya
logrado alcanzar. A este respecto, la investigación de Goleman, Boyatzis
y Mckee (2003) sobre inteligencia emocional es notable.
Después de investigar más de quinientos modelos de competencia
utilizados por empresas multinacionales, organizaciones sanitarias,
instituciones académicas, entidades gubernamentales y algunas
religiosas (como IBM, Lucent, Pepsico, British Airways), con el ánimo
de identificar las habilidades personales que determinan la excelencia
(habilidades puramente técnicas, como la contabilidad o la planificación
empresarial, habilidades cognitivas como el racionamiento analítico
y habilidades emocionales como la conciencia de uno mismo y las
capacidades para relacionarse), se descubrió que el 85% de la diferencia
entre el perfil de los líderes “estrella” y el de los líderes promedio, no
era atribuible a habilidades meramente cognitivas, sino a factores
relacionados con la inteligencia emocional (Goleman, Boyatzis &
Mckee, 2003).
176
Katharsis
Biología Cultural, psicología social y sinergia organizacional
Según sean las dinámicas emocionales cultivadas en el conversar
formal, informal, previsto o imprevisto de los integrantes de la
organización, encontraremos culturas organizacionales: sociales
y no sociales, verticales u horizontales, sinérgicas e inhibitorias,
inteligentes o rígidas, estratégicas o éticas. Veamos a continuación
algunos rasgos de estas culturas desde el punto de vista emocional. Las
culturas organizacionales sociales promueven con su vivir la emoción
de la aceptación de sí mismo y de los demás, y el valor del respeto que
esta genera. “El amor es la emoción que constituye el fenómeno social”
(Maturana, 2002, p. 86). Un ejemplo de estas organizaciones son las
familias humanas actuales para los infantes, puesto que los jóvenes, los
adultos y los ancianos generalmente tienden a comprenderlos cuando
se equivocan, desde la admiración y la ternura frente a ellos.
Otro ejemplo de organizaciones sociales lo hayamos en los círculos
amistosos, cuya relación se fundamenta en el beneplácito de contar
con la participación activa del otro en la vida propia, al margen de
mecanismos de posesión o de control, a diferencia de las bandas
delictivas y de los grupos armados ideológicos, cuyas relaciones se
fundamentan en la complicidad y en la camaradería, respectivamente.
Las organizaciones no sociales surgen de la práctica de mecanismos
de imposición y de sumisión ejercidos por agentes cambiantes de
dominación y de subordinación. Las relaciones no sociales se dan
generalmente en espacios como los carcelarios y los castrenses, y su
fundamento está dado por la no aceptación de sí mismo y/o de los otros
como seres legítimos en sí mismos en la convivencia.
No obstante, las organizaciones no se definen por repartos espaciales,
geográficos o semánticos, sino por las dinámicas emocionales que se
den en la relación intra e interpersonal de sus integrantes, de manera
que en los hogares pueden darse relaciones no sociales y en las cárceles
o espacios castrenses pueden darse relaciones sociales. En la relación
entre el “yo” y el “mi” de cada quien y en las relaciones amistosas o
afectivas, en muchas ocasiones se oscila pendularmente entre las
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Carlos Alberto Palacio Gómez
relaciones sociales y las no sociales. Por otra parte, las organizaciones
horizontales se caracterizan porque en ellas no hay disputa por la
importancia personal, ya que todos sus integrantes surgen con una igual
ante sí mismos y ante los otros, desde el respeto y la responsabilidad
con que asumen el desempeño de sus respectivas presencias, roles o
funciones.
En las organizaciones horizontales cada quien se asume a sí mismo
y asume a los demás como uno, más válido en relación consigo y con
los otros, razón por la cual surge, en cualquiera de los integrantes, la
disposición a reconocer la posibilidad de equivocarse en cualquier
momento, tanto como la capacidad de coordinar el grupo para la
realización de la tarea donde cada quien tiene más conocimiento o más
habilidad. De esta lógica de composición resultan relaciones centradas
en el respeto, la equidad y la colaboración. En estas organizaciones,
a pesar de las diferencias de roles y de capacidades –por ejemplo: la
división entre colaboradores y coordinadores con sus respectivas
competencias para realizar una determinada acción– no se presentan
repartos inequitativos de valoración del ser entre sus integrantes.
En otras palabras, las diferencias de roles no implican superioridad
del ser de alguien sobre algún otro, de modo que las percepciones y
racionalidades de todos son consideradas, sin perder de vista el ejercicio
del rol asignado, por ejemplo: el de tomar decisiones. En cambio, en
las organizaciones verticales sus integrantes reciben o conquistan
un lugar en una jerarquía que reparte la importancia personal, en
función de la cual se asigna el grado de atención y de respeto a cada
quien. Generalmente, a quien se ubica en la cúspide se le otorga una
percepción y una racionalidad privilegiada, merced a lo cual se siguen
sus órdenes y se acogen sus preferencias con obediencia por parte de
quienes están bajo su mando.
La disputa por la importancia personal se expresa mediante los
fenómenos de sobrevaloración y subvaloración de sí mismo y/ o de los
demás. La subvaloración sistemática que hace una persona de sí misma
178
Katharsis
Biología Cultural, psicología social y sinergia organizacional
o de otra restringe el surgimiento de sí mismo o del otro con sus propias
fortalezas y debilidades, en tanto que las fortalezas son devaluadas y
las debilidades amplificadas.
A su vez, la sobrevaloración sistemática que una persona hace de sí
misma o de otra también oculta el surgimiento de sí misma o del otro
en la naturalidad de su ser, pues se amplifican las fortalezas de sí misma
o del otro y se atenúan sus debilidades. De estas dinámicas surge una
apreciación ilusoria de las capacidades de cada cual, merced a la carga
imaginaria que las respalda, lo cual expone a la organización a cometer
graves equivocaciones: o bien se subutilizan a las personas que tienen
realmente capacidad para ejecutar o coordinar determinada acción o
se le asigna a alguien incapaz una responsabilidad que la rebasa.
La suma de estos dos mecanismos de valoración inequitativos, la
sobrevaloración y la subvaloración, induce la idea de que quien está
en la cúspide ocupa el lugar que por naturaleza le corresponde, y que
él o ella es el más capaz para hacerlo y coordinarlo todo en cualquier
contexto, circunstancia o lugar. Igualmente induce la idea de que a
quien ocupa el lugar de la marginación o de la exclusión, por naturaleza
le corresponde dicho espacio y que en ningún contexto, circunstancia
o lugar, su desempeño podrá ser mejor. En resumen, de esta lógica de
composición resultan relaciones centradas en el irrespeto y la inequidad.
El efecto de esta distribución es borrar la dimensión cultural humana y
hacer creer que la inequidad es consustancial al ser humano.
5. Liderazgo o Coordinación.
A estos dos tipos de organizaciones corresponden dos roles distintos
que expresan dos maneras diferentes de orientar el funcionamiento o el
operar de los grupos. En las organizaciones verticales denominaremos a
este rol con el calificativo de “líder”, mientras que en las organizaciones
horizontales lo denominaremos con el de “coordinador”.
El líder es la persona encargada de dirigir a los demás, mientras
que el coordinador es el encargado de coordinar las coordinaciones de
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Carlos Alberto Palacio Gómez
acciones de los demás de cara a la consecución de un fin específico.
El rol del líder en algunos casos se parece al del pastor, que manipula
un grupo de seres con capacidades inferiores a las suyas, al cual debe
imprimirle un orden y un ritmo mediante diversas estrategias de
disciplinamiento y control. Por el contrario, el papel del coordinador se
parece más al de director de orquesta, que garantiza el espacio físico y
psíquico de cada uno de los integrantes y coordina sus coordinaciones
en función del cumplimiento de sus respectivos roles, de modo que se
considera el aporte de todos y cada uno de cara a la obra que se está
gestando. De acuerdo con los estudios de Goleman, Boyatzis y Mckee
(2003)
el rasgo distintivo de los mejores lideres reside, en suma, en su
comprensión del extraordinario papel que juegan las emociones en el
entorno laboral, no solo en cuestiones tan patentes como el rendimiento
o saber conservar a los empleados más sobresalientes, sino también en
variables tan intangibles como la motivación o el compromiso (p.33).
Dentro de las organizaciones verticales caben los estilos de liderazgo
timonel y autoritario, descritos detalladamente por los anteriores
investigadores como estilos disonantes y cuyas características se
exponen sintéticamente a continuación. El liderazgo timonel plantea
objetivos retadores y provocativos, manifiesta gran impaciencia con el
bajo rendimiento y gran prontitud para asumir las responsabilidades de
los demás, razón por la cual llega fácilmente a ser extenuante, aunque
con equipos altamente competentes y competitivos puede producir
excelentes resultados (Goleman, Boyatzis & Mckee, 2003). “El uso
inadecuado del estilo timonel puede acabar fácilmente degenerando en
opresión” (Goleman, Boyatzis & Mckee, 2003, p.106).
El liderazgo autoritario se caracteriza por la amenaza y la coerción
como mecanismos de exigencia de cumplimiento de órdenes que, como
tales, no se respaldan con la exposición de las razones correspondientes,
con lo cual se crea un clima de temor y desconfianza que produce un
mutismo que oculta información valiosa para el buen funcionamiento
180
Katharsis
Biología Cultural, psicología social y sinergia organizacional
de la organización. “Los líderes que no saben gestionar adecuadamente
su enojo y lo expresan con aversión o desprecio, suelen provocar un
efecto devastador en el estado de ánimo de sus subordinados” (Goleman,
Boyatzis & Mckee, 2003, p.114).
En tanto que el contagio de las dinámicas emocionales ocurre
más fácilmente de los jefes o coordinadores hacia los subalternos
o coordinados, que en dirección contraria, el liderazgo autoritario
enrarece rápidamente el clima organizacional, pues se pierden el orgullo
y la satisfacción del deber cumplido con lo que el nivel de desempeño
de la organización baja drásticamente. Por tal razón, el autoritario
constituye el estilo de liderazgo menos eficaz, aunque resulte siendo
conveniente en un quirófano o en una situación que demande un cambio
organizacional apremiante (Goleman, Boyatzis & Mckee, 2003).
Dentro de las organizaciones horizontales caben los liderazgos
tipo visionario, coaching, afiliativo y democrático, descritos por
Goleman, Boyatzis y Mackee (2003) como estilos resonantes, y que
denominaremos, en coherencia con lo expuesto líneas arriba, estilos
de coordinaciones. La coordinación democrática se caracteriza por la
consulta constante a los empleados y por la tendencia a llegar a decisiones
consensuales, razón por la cual resulta muy apropiada en momentos de
gran incertidumbre y muy inapropiada cuando se cuenta con empleados
ignorantes e incompetentes (Goleman, Boyatzis & Mackee, 2003). “El
liderazgo democrático se asienta en tres competencias fundamentales
de la inteligencia emocional: el trabajo en equipo, la gestión de los
conflictos y la influencia” (Goleman, Boyatzis & Mackee, 2003, p. 104).
La coordinación afiliativa “ilustra a la perfección la competencia
de la colaboración” desde el interés “de alentar la armonía y promover
la amistad, estableciendo relaciones personales con sus empleados”
(Goleman, Boyatzis & Mackee, 2003, p. 99). La coordinación afiliativa se
fundamenta en la empatía que promueve relaciones personales, donde
son tan importantes los objetivos como las situaciones emocionales de
las personas, lo cual produce un efecto potenciador en el desempeño
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Carlos Alberto Palacio Gómez
laboral (Goleman, Boyatzis & Mackee, 2003). La coordinación couching
integra el rol de formador, induciendo en las personas la identificación
de sus propias fortalezas y debilidades y la articulación de las mismas
con sus aspiraciones personales y profesionales. Sin embargo, “el
uso inadecuado del couching le acerca demasiado a la llamada
microdirección –el control excesivo del empleado–, un error que suele
socavar la confianza y provocar una disminución del rendimiento”
(Goleman, Boyatzis & Mackee, 2003, p.96).
La coordinación visionaria encauza el clima emocional del entorno
laboral en una dirección positiva y acaba transformando, a muchos
niveles, el espíritu de la organización mediante la inspiración, la
confianza, la conciencia de uno mismo y la empatía (Goleman, Boyatzis
& Mackee, 2003). “La empatía es la más importante de todas las
competencias de la inteligencia emocional, porque solo es posible
articular una visión realmente inspiradora cuando” el coordinador
“es capaz de experimentar el modo en que se sienten los demás y de
comprender su punto de vista” (Goleman, Boyatzis & Mackee, 2003,
p.93).
Ahora bien, si un grupo articula elementos parciales verticales y
elementos parciales horizontales se generará una organización mixta,
similar a como en el mundo de las matemáticas se genera cualquier
función en el dominio de los números reales, a partir de combinaciones
especialmente dosificadas de las funciones trigonométricas seno y
coseno.
Sin embargo, se debe reconocer que las relaciones laborales no
se establecen desde la emoción de aceptación incondicional del otro,
sino desde la emoción de aceptación del otro condicionada a que
cumpla con lo que se comprometió a realizar mediante la celebración
del contrato laboral respectivo. Desde este punto de vista, así como
las organizaciones familiares, siendo sociales de entrada, pueden
aproximarse a ser organizaciones no sociales hasta llegar a su
desintegración, las organizaciones laborales, sin ser sociales en su
182
Katharsis
Biología Cultural, psicología social y sinergia organizacional
constitución, pueden aproximarse asintóticamente7 a serlo en función
de las dinámicas relacionales humanas positivas que se fomenten en su
vivir diario.
En las culturas organizacionales donde surge el lazo social desde la
afirmación de la organización, surge el fenómeno de la co-creación y
de la sinergia organizacional, como operadores integrados o acoplados
de sus integrantes que aumenta las posibilidades creativas de las
personas y de los grupos que la integran. La sinergia organizacional,
como veremos al final con más detalle, surge de ver al otro como un
otro válido comprometido con la realización de una labor relacionada
con la labor de todos y que puede ver una oportunidad, una fortaleza,
una amenaza o una debilidad en un momento dado, que otro integrante
no vea, desde el deseo de conservar y ampliar lo que hace ser valiosa y
deseada a la organización ante la sociedad.
En los equipos de fútbol o de cualquier otro deporte, estas dinámicas
organizacionales se hacen muy evidentes. Los equipos que se “inspiran”
cautivando a sus seguidores con las jugadas que crean, se caracterizan
porque la relación entre sus jugadores es de mutuo reconocimiento
y colaboración. Desde la manera como los jugadores se acoplan y
reaccionan ante los aciertos y las equivocaciones de los otros en el
inicio de un partido, un buen comentarista vaticinará si el desempeño
del equipo será sinérgico o no en dicha jornada. Lo mismo se aprecia,
pero más acentuado, en los espectáculos que no son competitivos sino
colaborativos, como los musicales, por ejemplo.
Una organización inteligente es aquella donde se dan conversaciones
inteligentes y estas se caracterizan, entre otros factores, primero, por la
capacidad de escucha de los interlocutores; segundo, por la disposición
reflexiva de estos para revisar con rigor sus propios planteamientos;
tercero, por la capacidad de hacer consensos sin imponer y sin
7
Una asíntota es una línea curva que se aproxima sucesivamente a una línea recta sin que
jamás llegue a tocarla.
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Carlos Alberto Palacio Gómez
conceder o tomar decisiones unilaterales asumiendo la responsabilidad
correspondiente; y cuarto, por la capacidad de respetar los roles
asignados por la organización a sus integrantes, todos estos puntos de
cara a contribuir al logro de lo que la organización en su conjunto se
planteó alcanzar.
Una organización que promueve conversaciones centradas en el
respeto recíproco e incondicional entre sus miembros, resulta siendo una
organización inteligente. No hay posibilidad de generar organizaciones
humanas inteligentes si las conversaciones que las distinguen, esto
es, si las conversaciones previstas, imprevistas, formales e informales
entre sus miembros y entre sus miembros y sus clientes potenciales y
beneficiados, son sordas.
Referencia Aktouf (2010) que estudios hechos por Powell ( 1995)
sobre la Gestión de Calidad Total entre 1980 y 1990 mostraron que
su implementación requiere “una completa reestructuración de las
relaciones sociales tanto dentro de la empresa como entre la empresa y
sus grupos de interés” (p.27), es decir que, “bajo la Gestión de Calidad
Total, la empresa debe reconstituir todas estas relaciones, además
de las relaciones entre los empleados y entre gerentes y empleados”
(Powell, 1995, p. 22) para que dicha perspectiva sea eficaz.
Y lo mismo afirma Aktouf (2010) en relación con la Tecnología
de la Información y la Gerencia del Conocimiento como estilos
administrativos encaminados a la búsqueda de la ventaja competitiva:
que existe un elemento más fundamental que trasciende todos estos
atributos que consiste en una cultura que ve en “la gente la verdadera
fuente de la ventaja competitiva” (p.27).
Las organizaciones inhibitorias son aquellas donde los líderes
promueven en sus conversaciones las emociones de imposición
e intimidación, que hacen que los integrantes de la organización
repriman sus aportes y observaciones por temor a la descalificación de
184
Katharsis
Biología Cultural, psicología social y sinergia organizacional
su ser.8 Estas organizaciones cultivan cegueras que pueden ser fatales
en los escenarios imprevistos que toda organización y toda persona
encuentran en su devenir, en virtud de la estructura variante del vivir
humano. Aun cuando las personas tengan tendencias a ser reflexivas,
condición necesaria para hacerse consciente de las equivocaciones,
estas organizaciones no llegan a serlo, en virtud de los cortes
conversacionales que las emociones inhibitorias producen.
Ahora abordemos las organizaciones cuyas conversaciones no
están centradas en la vivencia espontanea de la ética, sino en la
vivencia premeditada de la estrategia. Una organización conformada
por relaciones estrictamente estratégicas entre sus miembros, es
una organización débil, porque el lazo estratégico se desintegra
en el momento en que la relación no trae ventaja personal a quien
participa de ella, no importa la vivencia de la ética y el provecho de
la organización. Etimológicamente, la palabra “estrategia” proviene del
griego strategia, que significa arte de dirigir a los ejércitos, es decir, el
horizonte emocional y de pensamiento del cual surge dicho término
tiene que ver con el arte de la guerra, con el arte de vencer al otro al
encontrarse con el otro.
La estrategia, pues, convoca de suyo un ambiente agonístico, de
confrontación, quizás de apariencia colaborativa con un trasfondo
competitivo. No es lo mismo que alguien descubra que otro se posicione
ante él estratégicamente, a que aprecie que lo hace éticamente. La
primera postura produce prevención, la segunda, confianza. Las
conversaciones estrictamente estratégicas consisten en un juego
competitivo donde cada quien busca vencer vedada o manifiestamente
al otro. Por tal razón, el cultivo del pensamiento estratégico redunda en
un estimulo de las emociones propias del combate y de la guerra.
8
“La agresión es la clase de conductas relacionales a través de las cuales uno mismo, el otro
o lo otro surge negado como legítimo otro en convivencia con uno” (Maturana & Dávila,
2008, p. 274)
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Como secuencia de acciones encaminadas a alcanzar los objetivos
propuestos considerando los recursos y las potencialidades de una
organización, la estrategia es simplemente una metodología, solo
que esta última palabra no evoca los imaginarios de goce propios
de la confrontación, que en una cultura que valora consciente y/o
inconscientemente la guerra es sinónimo de compromiso.
En las culturas que valoran la confrontación se piensa que quien dice
“yo me hago matar por la empresa” está más comprometido que quien
dice “yo hago con ética todo lo que me corresponda y esté a mi alcance
por el bien de la empresa”. Ahora bien, el Pensamiento Estratégico,
como corriente gerencial, en palabras de Aktouf (2010), “pierde de vista
asuntos totalmente fundamentales que una empresa debe aceptar para
poder ser verdaderamente exitosa en el logro de una ventaja competitiva
duradera, demostrable y difícilmente imitable” (p.30). La Gestión
Estratégica, en tanto que privilegia a los estrategas-expertos, “es una
prohibición a cualquier tipo de acercamiento a la gestión participativa”,
motivo por el cual “los empleados son reducidos.., dentro de un sistema
ciego, al papel de obreros e implementadores de estrategias” (Aktouf,
2010, p.30).
Por el contrario, la ética no busca ventaja personal, pues no
está centrada en la competencia sino en la búsqueda de la mutua
conveniencia a través del cultivo del bienestar propio y del otro. Dicen
las noticias que en el tsunami ocurrido hace algunos años en Indonesia,
una niña que había recibido una clase de geografía en el colegio sobre
fenómenos marítimos, le dijo a sus padres, desde su espontaneidad, que
el repliegue del mar se debía a la conformación de una ola inmensa que
luego llegaría a la playa y causaría grandes daños, y que la profesora les
dijo que en esas circunstancias había que avisarles a los demás y huir a
un lugar suficientemente alto. Los papás tomaron en serio lo que dijo la
chiquilla y se pusieron a salvo.
El rol de coordinador en cualquier organización humana no tiene
que conferir privilegios perceptuales o cognitivos a quien lo asume. Lo
186
Katharsis
Biología Cultural, psicología social y sinergia organizacional
que confiere dicho rol es la responsabilidad de la toma de decisiones
de cara al buen rendimiento de la organización y el bienestar de sus
integrantes y, para ello, la capacidad de escuchar es fundamental, ya
que amplía la mirada al captar detalles circunstanciales que por cuenta
propia no se distinguen. El mecanismo generativo del lenguaje es una
relación interpersonal que consiste en coordinar coordinaciones de
acciones, sentires íntimos y emociones de donde emergen todos los
demás aspectos que constituyen el lenguaje, como los significados,
los símbolos, los sentidos, la lengua, los significantes, las palabras y la
información. Por ello debemos hacernos cargo, en las organizaciones
humanas, familiares, laborales y ciudadanas en general, de que el vivir
en el lenguaje es generador de todos los mundos que vivimos, y que
dichos mundos surgen directamente proporcionales a la calidad del
acople conductual que practiquemos mientras fluimos en el lenguaje
junto con otros, es decir, en función de la actitud con la que salimos al
encuentro del otro.
La gran cualidad del administrador de hoy y de mañana, es la de hacer
de tal manera que los seres humanos que constituyen la empresa,
tengan el gusto, el deseo y la felicidad de hacer lo que se les pide que
hagan. Es en esta alegría, en este deseo de hacer lo que tienen que hacer
que serán creativos, innovadores, no despilfarradores, productores de
calidad, respetuosos del medio ambiente (Aktouf, 2000, p. 63)
6. Ética y sinergia organizacional.
A manera de conclusión, afirmemos que el fundamento de la cultura
organizacional de una empresa lo constituyen las dinámicas emocionales
que se cultivan en las conversaciones formales e informales, previstas
e imprevistas, de la organización. La sinergia de una organización, en
tanto que dinámica de acople conductual entre los integrantes de la
organización que potencia la productividad y minimiza la pérdida de
energías físicas y psíquicas, surge con la práctica del vivir ético, dado
que ella constituye en sí misma un modo de conversar franco de cada
uno consigo mismo y con los otros.
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El comportamiento ético se caracteriza por hacerse cargo de
las consecuencias de los propios actos sobre los demás, desde la
consideración del deseo de los demás a considerar su bienestar. Por
tal razón, el fomento del vivir ético en el mundo contemporáneo, la
divulgación de las dinámicas emocionales y racionales que restituyen
su presencia en la práctica del vivir familiar, laboral y comunitario,
deben hacerse desde miradas sistémicas y dialógicas, y no desde
posturas dogmáticas y excluyentes. La ética emerge cuando en nuestras
actuaciones o las de otros distinguimos la generación, conservación y
ampliación del bienestar multidimensional propio –en lo corporal, lo
psicológico y lo espiritual–, ajeno y del medio, centrada en el respeto,
la responsabilidad y la libertad.
El mundo contemporáneo, en general, vive una cultura que genera
un excesivo malestar, consciente o inconscientemente, desde el fomento
de relaciones de exigencia, imposición, autoritarismo, manipulación y
control, que se justifican desde los buenos propósitos y que se refleja
en la inconformidad en los espacios familiares y comunitarios, en la
pérdida de la sinergia organizacional en los espacios laborales y en
múltiples enfermedades del cuerpo y del alma en el ámbito personal.
La intersección de la sinergia de las organizaciones humanas con la
plenitud personal y laboral de sus integrantes, ocurre en el vivir
centrado en la conservación y ampliación del vivir ético personal y
organizacional.
El vivir ético se caracteriza por un compromiso serio con el
bienestar propio y del otro, incluido el de la organización, que conduce
al desapego a tener la verdad, es decir, que conduce a la admisión de que
en cualquier momento se puede estar equivocado, postura reflexiva que
facilita la asertividad en las comunicaciones y los acoples conductuales
con pérdidas mínimas de energías físicas y psíquicas. El vivir ético
implica una relación de honestidad de cada quien consigo mismo, sin
lo cual es imposible que surja una relación franca con los otros y con la
organización misma.
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Katharsis
Biología Cultural, psicología social y sinergia organizacional
La seriedad personal y organizacional consiste sencillamente en
hacer lo que se dice y en exponer con franqueza las razones por las que
no se pudo hacer lo prometido, si es el caso, haciéndose responsable por
las consecuencias del incumplimiento. No es cierto que los únicos que
pueden hacer promesas son los dioses, son millones los seres humanos
que han existido en este planeta que han hecho promesas y que las
han cumplido, aunque también es cierto que pueden presentarse
imprevistos que impidan cumplir una promesa. El vivir ético personal
y organizacional surge de ver al otro como un ser tan válido como el ser
propio, involucrados en la colaboración y no en la competición, es decir,
al margen de luchas por la importancia personal.
El fundamento del vivir ético es estético y no de otra índole, uno
decide vivir éticamente sencillamente porque el mundo que surge
alrededor de lo que uno hace éticamente le gusta, le agrada, porque
su estética lo convoca. “Cada que un conjunto de elementos comienza
a conservar determinada relación entre sí, se abre el espacio para que
todo cambie en torno a lo que se conserva” (Maturana & Dávila, 2008,
p. 149). El vivir ético, más que una carta de restricciones o un conjunto
de normas, es una poética vivencial, un modo composicional del vivir
que genera mundos desde la conservación de una relación honesta
consigo mismo, desde la cual se pueden conservar relaciones honestas
con los demás. Desde ella, tanto las personas como las organizaciones
encontrarán la oportunidad de realizar las acciones más inteligentes
en cada situación o circunstancia, siendo coherentes con el propósito
de vida tanto personal como organizacional, en tanto que los modos
de proceder desprendidos de ella tienen la capacidad de conservar la
confianza entre quienes participan de la relación.
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Carlos Alberto Palacio Gómez
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190
Katharsis
Imaginarios sociales
urbanos relacionados
con los conjuntos
residenciales cerrados...
Katharsis–Institución
Universitaria
de Envigado
Imaginarios sociales urbanos
relacionados con los conjuntos
residenciales cerrados en Valledupar*
Urban social imaginary associated with closed residential
complexes in Valledupar.
Hermes Emilio Martínez Barrios**
Resumen
El artículo presenta resultados de la investigación que tiene por objetivo analizar
los imaginarios sociales urbanos relacionados con los conjuntos residenciales
cerrados en Valledupar, teniendo en cuenta los universos simbólicos afectados por
la identidad y las relaciones sociales en la vida barrial. Proyecto financiado por la
Universidad Popular del Cesar a través de convocatoria de financiación de proyecto
2014. La metodología del proyecto está orientada, desde los parámetros del enfoque
cualitativo, en base a unas técnicas de recolección de datos como la entrevista, la
observación y el análisis de algunas teorías, para responder al planteamiento del
problema.
Se encontró que los espacios residenciales cerrados han comenzado a redibujar la
geografía social de Valledupar, y a su vez están reconfigurando procesos de cambios
en la ciudad, los cuales no solo repercuten en la espacialidad material de los espacios
urbanos, sino además en los universos simbólicos de las personas que residen en los
conjuntos cerrados.
Palabras claves: imaginarios sociales, conjuntos residenciales cerrados,
Valledupar, vida barrial.
*
∗* Trabajo de un proyecto de investigación financiado por la Universidad Popular del Cesar
a través de convocatoria de financiación de proyecto 2014. Presentado como tesis doctoral en el doctorado de Lenguaje y Cultura de la Universidad Pedagógica y Tecnología de
Colombia.
Sociólogo, especialista en educación con énfasis en evaluación educativa (USTA), Magíster
en Territorio conflicto y cultura (UNITOLIMA), candidato a doctor en lenguaje y cultura (UPTC), par evaluador de COLCIENCIAS, investigador y docente de la Universidad
Popular del Cesar. Coordinador del grupo de investigación Guatapurí, director y editor de
la revista Legere Iuris, autor de varios textos y artículos científicos.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 191-210 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
191
Hermes Emilio Martínez Barrios
Abstract
The paper presents results of the research that is intended to analyze urban social
imaginary related to residential closed complexes in Valledupar, considering the
symbolic universes affected by the identity and social relations in the neighborhood
life. Project funded by the Universidad Popular del Cesar, through the call for projects
funding in 2014. The project methodology is oriented from the parameters of the
qualitative approach, based on some data collection techniques such as interviews,
observation and the analysis of some theories in order to respond to the problem
statement.
It was found that enclosed residential spaces have begun to redraw the social
geography of Valledupar, and in turn are reshaping processes of change in the city,
which not only affect the material spatiality of urban spaces, but also in symbolic
universes of people residing in the closed complexes.
Keywords: Social
neighborhood life.
imaginary,
closed
residential
complexes,
Valledupar,
Introducción
En las últimas décadas, uno de los fenómenos que está transformando
a las urbes es la segregación residencial, cuya evidencia más clara es
el vínculo existente entre el espacio urbano y las desigualdades que
surgen en torno a las relaciones sociales. Sin embargo, en los últimos
años, al interior de este fenómeno, surge uno nuevo que ahonda aún
más estos fenómenos urbanos, son los conjuntos residenciales cerrados
que tienen las características de estar separados por muros, rejas y
dispositivos de seguridad, que permiten e impiden el acceso de las
personas; lo que da cuenta de una nueva característica particular de
segregación residencial. Es así como las metamorfosis de la segregación
de gran escala (ricos y pobres) a la segregación de baja escala (barrios
cerrados), están transformando la fisonomía de la ciudad de Valledupar.
Estos procesos de transformación y de reconfiguración relacionados
con la aparición de los conjuntos residenciales cerrados, trascienden
tanto en la territorialidad física de las localidades urbanas, como en la
vida cotidiana urbana de los individuos que la residen. La vida urbana
192
Katharsis
Imaginarios sociales urbanos relacionados con los conjuntos residenciales cerrados...
está íntimamente ligada a imaginarios sociales, que son hechos sociales
inherentes al ser humano, según el filósofo Castoriadis (1983) se puede
interpretar como una creación incesante y esencial indeterminada
(social- histórica y psíquica) de figuras, formas e imágenes, a partir de
las cuales solamente puede tratarse de alguna cosa.
Lo que llamamos realidad y racionalidad (Castoriadis, 1983). En
este sentido, cabe preguntarse: ¿Existen consecuencias en las formas
de sociabilidad en los espacios urbanos de los conjuntos residenciales
cerrados? ¿Los conjuntos cerrados como nuevas formas de segregación
residencial, crean imaginarios sociales urbanos diferentes a los de los
barrios abiertos?
Bajo este contexto, el presente documento proporciona algunos
elementos bases para entender el carácter subjetivo de las nuevas
modalidades residenciales de tipo cerrado, además de dilucidar hasta
qué punto estas nuevas modalidades de vivienda expresan un cambio
en las formas de la vida barrial de los individuos. Para ello, se utilizaron
como base a 4 conjuntos residenciales cerrados creados y habitados
en los últimos 10 años en la ciudad de Valledupar, con al menos 20
viviendas, donde se analizaron los universos simbólicos vinculados a
dos tipos de imaginarios sociales presentes en los espacios urbanos: la
identidad barrial y las relaciones sociales.
Sobre estas premisas, el problema de investigación se enmarco en
la siguiente pregunta: ¿Cuáles son los imaginarios sociales urbanos
vinculados a los conjuntos residenciales cerrados en la ciudad de
Valledupar, teniendo en cuenta los universos simbólicos relacionados
con la identidad barrial y las relaciones sociales?
Bases teóricas
El debate teórico existente alrededor de los conjuntos residenciales
cerrados y los imaginarios sociales urbanos, está liderado por los
fundamentos conceptuales de Roitman (2003), Borsdorf (2003), Lang
y Danielsen (1997), Lindón (2007), Hiernaux (2007), Silva (2001),
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Hermes Emilio Martínez Barrios
Reguillo (2000), Martínez (2010) Castoriadis (1983), Pintos (2005) y
Baeza ( 2000), autores que de una manera a otra ayudan a delimitar
y sustentar el tema. A continuación presentamos una descripción
conceptual sobre las variables de análisis:
Conjuntos residenciales cerrados y segregación residencial
Los conjuntos cerrados1 son áreas residenciales cerradas por muros
y barreras que cuentan con vigilancia las 24 horas del día. Algunos
dispositivos de seguridad impiden el libre acceso a ellos por parte de
los no residentes. Estos nuevos emprendimientos urbanos han sido
diseñados con la intención de proveer seguridad a sus residentes y
prevenir la entrada de personas desconocidas a los mismos. El nuevo
fenómeno residencial urbano (Martínez, 2010).
La mayoría de estos conjuntos residenciales cerrados están situados
en las áreas suburbanas, donde hay tierra disponible para la realización
de este tipo de emprendimientos. Esto ha generado un importante
cambio en los patrones de uso del suelo urbano, ya que anteriormente
los barrios eran construidos con subsidios estatales, destinados a los
grupos sociales de menores ingresos, los que se ubicaban en la periferia
de la ciudad. Los conjuntos residenciales cerrados, generalmente, se
encuentran ubicados cerca de vías rápidas de circulación para facilitar el
desplazamiento desde el lugar de residencia hacia las áreas centrales de
la ciudad, en donde se desarrollan las actividades cotidianas. Del mismo
modo, al estar localizados en zonas periféricas de la ciudad, hace que los
contrastes sociales se tornen más evidentes (Martínez, 2012).
En general, los investigadores de temas urbanos señalan que
los conjuntos residenciales cerrados se establecen como las nuevas
1
194
El concepto de conjuntos residenciales cerrados también aparece como sinónimo de barrio privado o barrios cerrados. Sin embargo, se prefiere hablar de conjuntos residenciales
cerrados porque, en el caso de la ciudad de Valledupar, donde no hay legislación específica
para este tipo de emprendimientos, las calles continúan siendo públicas aun cuando el
barrio sea cerrado, por lo que no se trataría de un “barrio privado”. Por lo tanto, en el
municipio no existen barrios privados.
Katharsis
Imaginarios sociales urbanos relacionados con los conjuntos residenciales cerrados...
formas y manifestaciones de la segregación residencial (Borsdorf,
2003), que profundiza aún más las desigualdades sociales presentes
en la segregación residencial a gran escala. Es así como, en términos
generales, estos conjuntos hacen referencia a una propiedad privada
para el uso colectivo, en donde el valor de lo restringido devalúa
constantemente el espacio abierto y público en la ciudad, ya que están
delimitados físicamente y aislados por paredes, vallas, espacios vacíos
o la instalación de amplios dispositivos de seguridad (Caldeira, 2000).
Estos espacios urbanos ofrecen una amplia gama de servicios,
dentro de los cuales se pueden contar el mantenimiento, la seguridad
las 24 horas del día, la recogida de los residuos y el esparcimiento en
terrenos naturales y artificiales como piscinas o áreas verdes (Glasze,
2005; Roitman, 2003).
Según Roitman (2003), los conjuntos residenciales cerrados no están
dirigidos hacia un grupo socioeconómico homogéneo. Sin embargo, en
el caso de los países latinoamericanos, generalmente sus residentes
pertenecen a los sectores sociales medio-altos y altos y, finalmente, se
trata de ambientes bastante homogéneos.
Estos nuevos proyectos residenciales privatizan el espacio público al
impedir que las calles y lugares de recreación sean usados libremente
por todo aquel que lo desee. Asimismo, los servicios y las regulaciones
públicas son reemplazados por servicios brindados por parte de
empresas privadas y por reglamentaciones privadas que surgen del
accionar de las asociaciones de propietarios o residentes (Roitman,
2003).
En este sentido, se trata de un nuevo estilo de residir y de nuevas
formas de control de la vida cotidiana, emanados no ya desde el Estado
sino desde los mismos individuos que habitan en los conjuntos cerrados.
Según Lang y Danielsen (1997), una de las paradojas de los barrios
cerrados es que ellos promueven no solo la desregulación por parte del
Estado sino que, por otra parte, impulsan la hiperregulación dentro de
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Hermes Emilio Martínez Barrios
los límites del barrio. Esto último genera algunos problemas internos
en cuanto las reglas no solo se refieren al diseño de las viviendas y al
entorno, sino también al comportamiento individual y social esperado
dentro del barrio.
Por otra parte, el control sobre el cumplimiento de normas de
convivencia y edificación se ve reforzado, en algunos casos, mediante
la creación de tribunales de faltas, conformados por los mismos
residentes, que sancionan las infracciones cometidas.
Los imaginarios sociales urbanos en la vida barrial
Los conjuntos residenciales cerrados muchas veces permiten
visualizar los potenciales cambios en la experiencia subjetiva de vivir
en este tipo de espacios. En este sentido, una parte importante de las
explicaciones dadas sobre estos conjuntos hace desaparecer al sujeto
de la constitución de la trama urbana y lo deja a merced de los simples
designios del mercado, la globalización, el miedo a la inseguridad, etc.
(Mendoza & Henríquez, 2010).
Para profundizar en los elementos que permiten capturar las
dimensiones simbólicas construidas por los habitantes de los entornos
urbanos, el concepto de imaginarios sociales, que en la actualidad se
está utilizando mucho en el campo de los estudios urbanos, establece
una relación entre los elementos materiales e inmateriales de los
espacios urbanos (Lindón, 2007; Hiernaux, 2007).
En términos generales, los imaginarios urbanos pueden ser definidos
como esquema de significados dinámicos y construidos socialmente
a través de los cuales podemos dar sentido al entorno social que nos
rodea, los cuales pueden llegar a institucionalizarse generando un
carácter externo y explícito para los sujetos involucrados en la realidad
social (Pintos, 1995; Baeza, 2000).
Los imaginarios sociales, aplicados al mundo urbano, dan cuenta
de una mirada en la cual se establece una relación entre lo material,
196
Katharsis
Imaginarios sociales urbanos relacionados con los conjuntos residenciales cerrados...
la subjetividad espacial y los espacios urbanos como espacio material,
tomando en cuenta las prácticas que se inscriben en esas formas
materiales (Lindón, 2007). Todo lo anterior establece que la ciudad
no es una entidad pasiva, desde el punto de vista de sus habitantes,
ya que las apropiaciones que se hacen de sus espacios se establecen
en una especie de pragmática urbana, constantemente actualizada en
la interiorización de los usos cotidianos, en los cuales intervienen los
ciudadanos (Silva, 2001).
Existen muchas dimensiones en las cuales se trabajan los imaginarios
sociales urbanos de los humanos. Dentro de esas dimensiones concurren
dos significativas, que convocan a gran parte de los procesos subjetivos
de constitución de los espacios urbanos de los barrios: la identidad, y
las relaciones sociales en la vida barrial.
La primera dimensión es la identidad, que experimentan los
habitantes de los espacios urbanos y representa un estamento de
significación construida socialmente (Berger & Luckmann, 1968). En el
contexto urbano, la identidad se expresa como proceso de constitución
social y relacional de la individualidad de las personas a partir de la
interacción que dichas personas realizan en el ámbito de los espacios
urbanos. En términos materiales, las retóricas que expresan procesos
identitarios urbanos que los individuos poseen se articulan a la
cuestión de las marcas, los límites, las dimensiones espaciales y todo
lo que tenga que ver con los espacios urbanos en términos de unidad
física (Gravano, 2003).
La segunda dimensión, las relaciones sociales en la vida barrial, se
enlaza con las relaciones sociales que se pueden experimentar en las
distintas modalidades de barrios. Esto lleva a que el contacto con el
otro, tanto el igual como el diferente, sea una posibilidad que entregan
los espacios urbanos (Reguillo, 2000). En este sentido, el contenido de
los imaginarios sociales en los espacios urbanos, en alguna medida,
depende de cómo se estructuran las relaciones sociales al interior de los
espacios urbanos, es decir, cómo los habitantes establecen relaciones
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Hermes Emilio Martínez Barrios
que, más allá de las posibilidades de constituir colectividades,
establecen los nexos de ordenamiento simbólico mínimos para poder
vivir juntos (Mendoza & Henríquez, 2010).
Metodología
En término generales, la investigación fue orientada por los
procedimientos metodológicos de la sociología y la geografía, esto es,
la utilización de herramientas, conceptos y fuentes relacionados con el
tema de los imaginarios sociales urbanos vinculados a los conjuntos
residenciales cerrados en Valledupar; lo anterior con el fin de obtener,
por medio de la interdisciplinariedad, resultados claros y objetivos.
El marco metodológico que se utilizará en este proyecto está orientado
desde los parámetros del enfoque cualitativo2 (mundo subjetivo e
interpretativo), así como la implementación de la tradición investigativa
de la etnografía,3 dentro de la cual se trabajó con los instrumentos de
recolección de datos como la observación no participante, la observación
participante y las entrevistas semi-estructuradas, que se realizarán a
informantes claves para saber lo que piensan, dicen y hacen en relación
198
2
El enfoque cuantitativo utiliza la lógica o razonamiento deductivo. Consiste en el análisis
de las creencias, presuposiciones y experiencias subjetiva de las personas. Este enfoque,
a veces referido como investigador naturalista, fenomenológico, interpretativo o etnográfico, es una especie de “paraguas” en el cual se incluyen una variedad de concepciones,
visiones, técnicas y estudios no cuantitativos. Se utiliza, en primer lugar, para descubrir y
refinar preguntas de investigación. En la búsqueda cualitativa, en lugar de iniciar con una
teoría particular y luego “voltear” al mundo empírico para confirmar si la teoría es apoyada por hechos, el investigador comienza examinando el mundo social y en este proceso
desarrolla una teoría “consistente” con lo que observa que ocurre con frecuencia.
3
La investigación etnográfica, en el sentido estricto, ha consistido en la producción de estudios analítico-descriptivos de las costumbres, creencias, prácticas sociales, representaciones sociales y religiosas, conocimientos y comportamientos de una cultura particular,
generalmente de pueblos o tribus primitivos (Martínez, 2006). La antropología cultural
y social tiene en la etnografía una rama fundamental, ya que sus posiciones teóricas
dependen, en último análisis, de la integridad, sensibilidad y precisión de las relaciones
etnográficas. Los etnógrafos son investigadores bien entrenados en el uso de la cinematografía, las grabaciones sonoras, la fotogrametría, la elaboración de mapas y los principios
lingüísticos; su situación ideal de trabajo consiste en compartir la vida y las costumbres
del grupo que estudian, hablar su lengua y recoger la información mientras participan en
las actividades normales de la gente. El éxito del etnógrafo dependerá de su habilidad y
calificación para interpretar los hechos que vive y observa.
Katharsis
Imaginarios sociales urbanos relacionados con los conjuntos residenciales cerrados...
con la identidad y las relaciones sociales en la vida barrial en el interior
de los conjuntos cerrados, con el fin de interpretar la realidad a partir
de subjetividades individuales y colectivas.
Entre los instrumentos de recolección de información utilizaremos
la observación y la entrevista semi-estructurada. La muestra a utilizar
es de tipo intencionada con un carácter no probabilístico; se utilizarán
como base 4 conjuntos residenciales cerrados creados y habitados
en los últimos 10 años en la ciudad de Valledupar, con al menos 20
viviendas (4 entrevistados por conjunto). En este sentido, los criterios
de selección primarios que se utilizaron para elegir a las personas
entrevistadas son el sexo, el grupo etario y la condición de actividad de
las personas.
Resultados
Los conjuntos residenciales cerrados
Los cuatros conjuntos residenciales cerrados seleccionados
intencionalmente son conjunto Alto de Ziruma, San José los bloques,
Calleja y Azúcar Buena. El conjunto residencial cerrado Alto de Ziruma
es un proyecto habitacional desarrollado por el mercado inmobiliario,
que comenzó a ser edificado en el año 2000, el cual contemplaba la
construcción de seis etapas de viviendas, con 60 casas por etapa. Se
ubican en la comuna 3, al sur de la ciudad de Valledupar.
Por otro lado, el proyecto habitacional llamado San José los
bloques, el primer emprendimiento urbano de este tipo en Valledupar,
construido por el desaparecido Instituto de Crédito Territorial (I.C.T),
en 1971, como solución de vivienda de interés social (subsidiada).
Este conjunto se compone de cuatro bloques de 16 apartamentos
unifamiliares, integrado por dos y tres alcobas, dos baños, una cocina
y sala comedor compartida. Cuenta con zonas verdes y parqueadero
externo. Se encuentra ubicado en la comuna 5, al norte de la ciudad,
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Hermes Emilio Martínez Barrios
entre las calles 13-A Y 13-B (Barrio Obrero). En la actualidad es habitado
por inquilinos de clase media.
Otra de las edificaciones urbanas escogida es el conjunto residencial
cerrado Callejas, ubicado en la comuna 5, al noroeste de la ciudad. En su
interior habitan personas con cierta estabilidad económica, de estratos
5 y 6, que buscan homogeneidad social y un estilo de vida determinado.
Sus viviendas son unifamiliares de dos pisos. El acceso al conjunto se
hace a través de casetas de control de doble calzada, entrada y salida,
las que comunican a una zona comunal. Esta zona consta de salón
comunal, piscinas para adultos y niños, servicio de B.B.Q., canchas
deportivas, zona de juegos infantiles, zona de recreación pasiva,
amplias zonas verdes.
El cuarto y último conjunto seleccionado fue el condominio Azúcar
Buena. Es una de las implantaciones residenciales más importantes de
la última década en Valledupar, ubicado en la comuna 5, al noroeste de
la ciudad, entre los barrio Alfonso López y Santa rosa. Sus moradas son
unifamiliares de dos pisos; cuenta con zonas verdes, canchas deportivas,
salón comunal, parqueadero externo, entre otras comodidades.
A partir de la descripción de los esquemas de significados que los/
as habitantes de estos cuatro conjunto residenciales cerrados hicieron,
con respecto a dimensiones conceptuales contempladas para esta
investigación, tales como la identidad barrial y las relaciones sociales
al interior de estos espacios urbanos, se establecieron comparaciones
que graficaron las propiedades semejantes que presentan estas nuevas
formas de habitar a Valledupar.
Semejanzas de los conjuntos residenciales cerrados en
torno a los imaginarios sociales urbanos de identidad
barrial
En términos de las propiedades semejantes dentro de la dimensión
conceptual correspondiente a los imaginarios sociales urbanos ligados
200
Katharsis
Imaginarios sociales urbanos relacionados con los conjuntos residenciales cerrados...
a la identidad barrial de los cuatros conjuntos cerrados, es posible
visualizar las siguientes características.
El uso de espacios externos de reconocimiento interno
ligados a servicios
Estas semejanzas dan cuenta de los referentes materiales que los
habitantes de los espacios residenciales estudiados usan para constituir
su guía (identidad). En este sentido, estos elementos de semejanza
representan un eje de constitución identitaria importante, ligado a las
propiedades a través de las cuales se establece el espacio propio.
En el caso del conjunto cerrado Azúcar Buena, estos referentes de
localización externo están representados en íconos materiales como las
glorietas María Mulata y Los Gallos, ubicadas fuera de los límites del
conjunto, entre los barrios Las Delicias y el Dangón, el supermercado
Éxito, ubicado a menos de un kilómetro de distancia y los colegios
Alfonso López y Pedro Castro Monsalvo “inspecan”, ubicado al norte del
conjunto a 20 y 50 metros respectivamente. Por otro lado, y en el caso
del conjunto cerrado Callejas, estos íconos de reconocimiento externo
tienen la particularidad de estar vinculados a espacios destinados a
la educación universitaria (Universidad del Área Andina), bomba de
combustible (nombre), el centro comercial Guatapurí, el Balneario del
río Hurtado, entre otros.
Con respecto al conjunto residencial cerrado Alto de Ziruma,
podemos referenciar como iconos materiales externos relevantes
los destinados a la distracción o inversión del tiempo libre, como los
parques (canchas de fútbol, basquetbol y juegos infantiles), ubicados en
los alrededores del conjunto cerrado. El emprendimiento urbano San
José los bloques también presenta sus iconos materiales representados
en el Palacio de Gobierno Departamental (edificio de la gobernación
del Cesar), el Palacio de Justicia, las Biblioteca Rafael Carrillo Luqués
y la sede de Bellas Artes (Facultad de Arte y Folclor de la Universidad
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Hermes Emilio Martínez Barrios
Popular del Cesar), ubicados en el centro de la ciudad, a un kilómetro
del conjunto cerrado.
El miedo
Este elemento de semejanza representa un eje importante en la
constitución identitaria en el estudio de los conjuntos residenciales
cerrados, en este caso los cuatros seleccionados. Este fenómeno se
relaciona con la visión, muchas veces estereotipada,4 que mantienen
los moradores de los conjuntos con respecto a los espacios cercanos
de bajos extractos (humildes). La persistencia de esta sensación de
miedo a espacios cercanos calificados como peligrosos, a pesar de las
condiciones de aislamiento social en las cuales viven, gracias a rejas y
dispositivos de seguridad, es un aspecto relevante visualizado en los
estudios de estos espacios urbanos.
Esta propiedad basal de los cuatro conjuntos residenciales cerrados
analizados, se relaciona fuertemente con una de las principales
explicaciones que se han dado a este fenómeno urbano, en términos
de los patrones de temor e inseguridad que las personas experimentan
en los espacios abiertos de las ciudades. En este sentido, se señala que,
en el ámbito concreto de las metrópolis actuales, tanto la percepción
de la inseguridad como el miedo al crimen generalizado afectan
continuamente las relaciones sociales en las localidades, abriendo
espacios al auto-encierro y a evitar los espacios públicos de encuentro
(Caldeira, 2000; Dammert, 2004).
Sin embargo, en los cuatro conjuntos cerrados se presentan
sentimientos de miedo al espacio foráneos de reputación peligrosa, estos
están movilizados por percepciones construidas a partir de crónicas
y experiencias de otros, no visualizándose relatos que expresan una
4
202
Los estereotipos, según Giddens (1997), son creados por imágenes rígidas y desinformadas del medio ambiente sociocultural del cual se hace la caracterización. Los estereotipos
muchas veces son atributo negativo que crea la discriminación de personas o grupos de
personas.
Katharsis
Imaginarios sociales urbanos relacionados con los conjuntos residenciales cerrados...
vinculación directa y real con alguna acción constitutiva de miedo a
estos espacios.
De esta manera, se puede destacar que varias veces la inseguridad
y miedo a la sociedad abierta es una impresión que poco o nada se
muestra en la realidad, debido a que los territorios seguros e inseguros
pueden ser interpretados como una percepción subjetiva dentro de la
cual las barreras construidas por el discurso público pueden ser una de
las principales causas de este tipo de percepciones (Janoschka, 2005).
Por lo tanto, la diferencia fundamental entre la criminalidad real e
inseguridad subjetiva es un hecho concreto dentro de los imaginarios
sociales urbanos de carácter identitario que los moradores de los cuatro
conjuntos residenciales cerrados experimentan en su vida cotidiana.
Al preguntar a una residente del conjunto cerrado Alto de Ziruma,
sobres los espacios que generan miedo en los vecinos dentro y fuera del
conjunto, contestó lo siguiente:
Lo que le causa temor a uno son las invasiones esas… jajajaja… en
las invasiones es que están los ladrones, tiene miedo de salir uno a la
tienda porque lo atracan, en la invasión hay gente buena pero también
hay gente mala, se esconden los ladrones, los drogadictos (Araujo,
2014).
Otro entrevistado afirma que:
La inseguridad que tenemos afuera, o sea a mí me da temor salir
afuera a las 9 de la noche porque estamos rodeados últimamente de
unos barrios subnormales, esos que tenemos nos ha perjudicado mucho
porque hay mucho robo, atraco, ya (Arias, 2014).
Bajo este sentimiento de miedo, en los conjuntos cerrados Alto
de Ziruma y Callejas Real, se califica a los moradores de los sectores
aledaños de bajos recursos en base a un rasgo delincuencial, dentro del
cual barrios como Nuevo Milenio, Mareigua y El Páramo (en la comuna
3) y La Nevada, Bello horizonte, El Refugio (en la comuna 5) son
considerados como espacios del miedo, existiendo una coherencia en
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Hermes Emilio Martínez Barrios
las características atribuidas tanto a los habitantes como a los espacios
urbanos cercanos.
Por otro lado, y en el caso de los conjuntos cerrados San José
los bloques y Azúcar Buena, fue posible encontrar en los discursos
estudiados un desconocimiento del otro que vive o transita en los
sectores aledaños, existe una referencia negativa a ciertos espacios
urbanos cercanos, utilizando como insumo las impresiones de personas
que moran en los conjuntos.
En este sentido, se establece un conocimiento del entorno como
espacios de miedo (sobre todo en horarios nocturnos), dentro de los
cuales destacan sectores como el edificio la Gobernación del Cesar, el
Palacio de Justicia, la Biblioteca Rafael Carrillo Luqués y la sede de
Bellas Artes (Facultad de Arte y Folclor de la Universidad Popular del
Cesar), lugares ubicados en cercanía del conjunto cerrado San José los
bloques. Con respeto a lugares cercanos al conjunto Azúcar Buena, se
encuentran las periferias del patinódromo y los colegios Alfonso López
y Pedro Castro Monsalvo.
Semejanzas de los conjuntos residenciales cerrados en
torno a los imaginarios sociales urbanos de relaciones
sociales
En cuanto a las semejanzas entre los cuatros conjuntos residenciales
cerrados analizados con respecto a los imaginarios sociales urbanos,
vinculados a las relaciones sociales, es posible visualizar las siguientes
propiedades.
El saludo
En este aparte se hace un análisis del saludo como un elemento
utilizado por los moradores de los conjuntos residenciales cerrados como
un rasgo semejante de vinculación social, usado en la cotidianidad, con
el fin de mantener una mínima estructura comunitaria que permita una
óptima calidad de convivencia en el vecindario. El nivel de vinculación
204
Katharsis
Imaginarios sociales urbanos relacionados con los conjuntos residenciales cerrados...
social alcanzado al interior de estos conjuntos cerrados retrata el
establecimiento de simples vecindades, con una baja capacidad de
conformación de comunidad y alejados de un sistema de relaciones
sociales primarias y secundarias que permita la conformación de una
individualidad colectiva de nivel superior (Ledrut, 1987).
Al respeto, una moradora del conjunto residencial cerrado Alto de
Ziruma, cuenta lo siguiente:
Yo saludo a todo mundo pero de estar metida en la casa de fulanita,
no. Yo soy apática a eso, yo saludo a todo mundo, a veces me siento un
ratico donde la señora Magali pero es un ratico y eso es temporalmente,
no tengo por qué estar metida en donde no me llaman, no estoy
pendiente de la vida ajena, yo soy una mujer muy ocupada… pero para
ser buen vecino, uno necesita tener contacto con ellos y llevársela bien,
porque un saludo no es nada, pero ayuda a tener buenas relaciones…
(Rangel, 2014).
El hecho de habitar en un espacio segregado rodeado de dispositivos
de seguridad, rejas y muros, que impiden el acceso y la circulación
libre de vecinos de barrios aledaños, no asegura el establecimiento
de relaciones sociales intimas y protegidas entre vecinos cercanos
del mismo conjunto, muchas veces solo se construyen elementos
de cordialidad cotidiana, manifestado en simples saludos. De esta
forma, la débil vinculación social observada en los cuatros conjuntos
residenciales cerrados analizados, no se aleja de los patrones comunes
descritos para estas modalidades habitacionales, dentro de los cuales
se expone a estos barrios con una baja capacidad para conformar
colectividades y visión de comunidad (Thuillier, 2005), y donde sus
habitantes no crean vínculos sociales y afectivos a pesar de vivir en el
mismo lugar (Svampa, 2001).
Teniendo en cuenta el saludo, como propiedad de semejanza, en
los conjuntos cerrados Alto de Ziruma, San José los bloques, Calleja
y Azúcar Buena, se puede decir que el nivel de profundidad de las
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205
Hermes Emilio Martínez Barrios
relaciones sociales cotidianas está vinculado a una convivencia mínima
entre personas que ocupan un mismo espacio urbano, lo cual se expresa
en el simple saludo cotidiano con los vecinos. Lo que indica que el
nivel de comunicación e interacción entre los moradores de este tipo
de espacio es supremamente básico, que se remiten a simples códigos
de buenas costumbres, en donde el saludo en presencia del vecino se
convierte en el principal ícono de las relaciones sociales ejecutadas al
interior de estos cuatros conjuntos residenciales cerrados.
La seguridad como imaginario social urbano de relaciones sociales
La seguridad es un elemento común entre los cuatros conjuntos
residenciales cerrados, representa quizás uno de los aspectos más
interesantes del análisis de este tipo de emprendimiento residencial.
Para observar la seguridad como imaginario social urbano de
relaciones sociales, es necesario recordar lo que argumenta Pintos
(2005), cuando expone que los imaginarios sociales tienen que ver
con una racionalidad alternativa del conocimiento espontáneo. Es una
especie de inconsciente colectivo incuestionable del que no se puede
averiguar su origen a través de la metódica objetivista de causa – efecto –
consecuencia. Es decir son representaciones colectivas que rigen los
sistemas de identificación e interacción social que permite observar la
invisibilidad social (Pintos, 2005).
Teniendo en cuenta lo anterior, se puede decir que la seguridad
en los conjuntos estudiados es una representación colectiva que sus
moradores construyen a partir de sus experiencias espontaneas,
generada por la sensación de la ausencia de riesgos o la confianza por
estar rodeado de dispositivos de seguridad.
Al preguntarle a una residente del conjunto cerrado Alto de Ziruma
sobre la seguridad en este tipo emprendimiento residencial, contesto
lo siguiente:
206
Katharsis
Imaginarios sociales urbanos relacionados con los conjuntos residenciales cerrados...
El conjunto cerrados en donde yo vivo, Alto de Ziruma, es muy
seguro, nos brindan seguridad, siempre y cuando permanezcamos en
el conjunto, porque estamos rodeado de muros y rejas que nos separan
de muchos barrios, pobres, en donde viven muchos ladrones, nosotros
que vivimos en el conjunto estamos más tranquilos que en las calles
donde sí hay atracos y otros peligros… (Rojano, 2014).
Otro entrevistado afirma que:
Los conjuntos cerrados dan tranquilidad, seguridad y calidad de
vida, gracias a los muros, la rejas y la vigilancia, los que vivimos en el
conjunto, tenemos derecho a disfrutar con tranquilidad la zona verde,
la piscina, los parques, los niños juegan, hacen deporte, los adultos
hacemos fiestas, asados y no nos preocupamos tanto por los peligros
que pueden pasar en otros barrios que están afuera… (Torres, 2010).
El abogado Juan Bautista Ochoa describe a los conjuntos residenciales
cerrados en relación a la seguridad de la siguiente manera:
son espacios en donde habitan familias acomodadas económicamente,
que tienen medios para mantener su hábitat separadas de los demás
barrios, que mantienen dicho espacio vigilado con celadores que
restringen el acceso a personas no autorizadas, lo cual hace la
separación social entre personas que habitan la misma ciudad,
generando así una especie de alejamiento o discriminación urbana. Por
ejemplo, en mi conjunto Azúcar Buena no entran personas autorizadas
o desconocidas, de esta manera se evita los robos de objetos de valor,
como autos, televisores, computadores, etcétera, que tengan los vecinos
del condominio y de paso se evitan problemas de convivencia con
personas extrañas al conjunto. Otro aspecto importante es que nosotros
los residentes del conjunto podemos sentarnos con tranquilidad en
las puertas de nuestras casas, como se acostumbra en esta región…
nuestros hijos pueden hacer deporte en cualquier día u hora casi sin
peligro alguno, de esta manera tenemos calidad de vida… (Ochoa, 2010).
Los anteriores datos suministrados por entrevistados que habitan
en los cuatros conjuntos residenciales, describen y evidencian la
importancia de la seguridad como elemento común y de semejanza
de los conjuntos residenciales cerrados, en torno a los imaginarios
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Hermes Emilio Martínez Barrios
sociales urbanos de relaciones sociales. En este sentido, la seguridad es
un imaginario social construido en el interior de los espacios urbanos,
de manera colectiva, estableciendo un nexo de ordenamiento simbólico
para vivir en vecindad con la sensación de estar en ausencia de riesgo.
Los reglamentos
Otro aspecto de semejanza entre los cuatros conjuntos cerrados son
los reglamentos de control de la edificación al interior de los conjuntos,
y los reglamentos para regular el comportamiento social urbano5 en
el interior de estos espacios. Como estos espacios están regidos por la
ley de copropiedad inmobiliaria, existen una serie de normativas que
impiden romper con la estética interna, entre las cuales están aquellas
que no permiten la edificación o ampliación de las viviendas. Este
tipo de reglas son comunes en estos emprendimientos residenciales,
son explicitadas como limitaciones tanto en las escrituras de las
propiedades como en los manuales de convivencia de la administración
interna de cada conjunto.
Conclusiones
Los conjuntos residenciales cerrados constituyen un fenómeno
de segregación social urbana que ha venido creciendo en los últimos
años en la ciudad de Valledupar. Este tipo de emprendimientos están
configurando procesos de cambios en la ciudad, los cuales no solo
repercuten en la espacialidad material de los espacios urbanos, sino
además en los universos simbólicos de las personas que lo habitan.
En este sentido, y a partir de un trabajo cualitativo en base a unas
técnicas de recolección de datos como la entrevista, la observación
5
208
Los manuales de convivencia existentes en los conjuntos residenciales cerrados de Alto
de Ziruma, San José los bloques, Calleja y Azúcar Buena, son reglamentos pactados entre
los propietarios de la viviendas, en donde se regula la vida urbana de los moradores en el
interior de estos espacios residenciales, para no afectar la vida cotidiana de los vecinos,
como la mantención de animales, la velocidad máxima de los vehículos al interior de los
conjuntos, el usos de los salones comunales, cuidado de las zonas verdes, especificaciones
sobre la basura, entre otros aspectos..
Katharsis
Imaginarios sociales urbanos relacionados con los conjuntos residenciales cerrados...
y el análisis de algunas teorías, para responder al planteamiento del
problema fue posible realizar el análisis de los imaginarios sociales
urbanos vinculados a la identidad barrial y a las relaciones sociales
presentes en cuatro conjuntos residenciales cerrados, denominados
Alto de Ziruma, San Jose los bloques, Calleja y Azúcar Buena.
Dentro de las semejanzas encontradas destacan la constitución de
espacios ligados a servicios como íconos de reconocimiento externo de
los barrios, que transforman a espacios como supermercados, parques,
colegios y otros lugares con una carga identitaria.
Por otro lado, el temor al vecino, aledaños, se transforma en uno
de los principales ejes de los imaginarios identitarios, representando
estos espacios una especie de refugio en torno a la ciudad. Finalmente,
y en términos de los imaginarios vinculados a las relaciones sociales
en estos conjuntos, las propiedades semejantes vinculan a estas
modalidades residenciales con espacios de simples vecindades, en
donde los vínculos sociales con el vecino interno están caracterizados
por un nivel básico de encuentros esporádicos y fortuitos.
En este sentido, este artículo ha intentado dar cuenta de las
dimensiones subjetivas de constitución simbólica que los habitantes
de este tipo de espacios urbanos construyen y representan en su vida
cotidiana, con base a las descripciones realizadas y las propiedades
analíticas comunes visualizadas entre los conjuntos cerrados
analizados.
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Hermes Emilio Martínez Barrios
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Katharsis
Relatos quede
cuentan
los grandes maestros...
Katharsis–Institución Universitaria
Envigado
Relatos que cuentan los grandes
maestros. En búsqueda de claves
para la formación de formadores
Stories told by great teachers.
In search for clues for teacher training
Luis Porta*
María Marta Yedaide**
Jonathan Aguirre***
Resumen
En las últimas décadas, el giro narrativo ha atraído múltiples y asiduas miradas
al lenguaje, su naturaleza y potencia. En el caso de las ciencias sociales y su
investigación, esto se ha traducido en convergencias y sinergias en los esfuerzos
por comprender la intricada composición y constitución de los tejidos sociales,
así como la centralidad de la negociación de los significados que allí intervienen.
La psicología, la antropología, la sociología, la lingüística, y tantos otros campos
del saber indirectamente perturbados por el pensamiento sobre el discurso y la
construcción social del sentido, han desarrollado y abonado un terreno fecundo de
indagaciones, cuyo creciente interés es directamente proporcional al incremento
*
Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación (Universidad de Granada, España). DocenteInvestigador Departamento de Ciencias de la Educación. Facultad de Humanidades.
Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina. Investigador Independiente de
CONICET. Director del Grupo de Investigaciones en Educación y Estudios Culturales
(GIEEC). Director de la Carrera de Posgrado Especialización en Docencia Universitaria.
Dirección electrónica: luis_porta@hotmail.com
** Especialista en Docencia Universitaria (UNMDP). Docente-Investigadora Departamento
de Ciencias de la Educación. Facultad de Humanidades. Universidad Nacional de Mar del
Plata, Argentina. Es integrante del Grupo de Investigaciones en Educación y Estudios
Culturales (GIEEC). Doctoranda en Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de
Rosario, Argentina.
*** Becario de Investigación categoría Estudiante Avanzado (UNMDP). Es integrante del
Grupo de Investigaciones en Educación y Estudios Culturales (GIEEC). Facultad de
Humanidades, Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina.
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Luis Porta, María Marta Yedaide, Jonathan Aguirre
de las facultades de comprender las razones de las acciones humanas. Si bien la
explicación, la predictibilidad y el control externo sucumben ante la idiosincrasia, la
singularidad y excepcionalidad inexorable, y la inevitable dependencia al tiempo y al
espacio del relato, la justificación de la empresa científica puede refundarse no sólo
en el valor de ciertos hallazgos para empujar el horizonte de nuestra comprensión,
sino también en la potencia de la investigación como motor de la transformación
social. Este trabajo se ocupa de la narratividad, especialmente cuando se manifiesta
en historias o cuentos dentro de una trama discursiva biográfica, en la voz de los
profesores memorables o grandes maestros de la Universidad Nacional de Mar del
Plata. Su propósito es develar las intenciones y el poder de sus relatos como unidades
de sentido respecto de la enseñanza.
Palabras clave: Educación superior, formación de formadores, investigación
educativa, narrativa.
Abstract:
In recent decades, the narrative twist has brought multiple and regular looks at
language, its nature and power. In the case of social science and its research, this
has resulted in convergence and synergy in the efforts to understand the intricate
composition and constitution of the social fabric as well as the centrality of the
negotiation of the meanings involved there. Psychology, anthropology, sociology,
linguistics, and many other fields of knowledge indirectly disturbed by the thought
of the speech and the social construction of meaning, have developed and paid a
fertile field of inquiry, whose growing interest is directly proportional to the increase
of the faculties to understand the reasons of human actions. Even if the explanation,
predictability and external control succumb to the idiosyncrasies, uniqueness and
inexorable exceptionality and inevitable dependence on time and space of the story,
the justification of the scientific enterprise can be recreated not only in the value
of certain findings to push the horizons of our understanding, but in the power of
research as an engine of social transformation. This work deals with narrativity,
especially when manifested in stories or texts within a discursive of biographical plot,
in the voice of memorable teachers or great professors of the Universidad Nacional de
Mar de Plata. Its purpose is to reveal the intentions and the power of their stories as
units of meaning regarding education.
Keywords: Higher education, teacher training, educational research, narrative.
212
Katharsis
Relatos que cuentan los grandes maestros...
Introducción
La formación docente es un objeto de gran interés académico y político.
Los dispositivos, el currículum, los modelos y las tradiciones, la integración
de la práctica con los desarrollos conceptuales, los escenarios sociales y
las demandas que hacen a las instituciones educativas, todo esto reviste
importancia sustantiva y justifica las múltiples líneas de investigación en
que se abre el campo. Muchas de estas líneas, sin embargo, portan una
cierta delgadez metodológica, en tanto se proponen conocer desde afuera,
en una suerte de ficción omnisciente1 que no se distancia tanto –como
es éticamente deseable– de los experimentos en laboratorios. En plena
oposición, se han fortalecido, en las últimas décadas, los intentos por
restaurar a la escena a sus protagonistas, en un esfuerzo por comprender
con ellos, sencillamente porque lo real no se presenta disociado de las
subjetividades, inscriptas en nichos de construcción intersubjetiva. En
otras palabras, hay proyectos de investigación para los cuales la indagación
del sujeto (en oposición a con el sujeto) o de sus circunstancias, es ingenua
en el mejor de los casos, metodológicamente inválida desde opciones
moderadas, y éticamente peligrosa en las posturas más extremas.
Investigar una realidad para que otros actúen sobre ella es un acto
quasi narcisista que ni siquiera reconoce su propio egocentrismo, pero,
además, es una forma garantizada de fracaso. La mayor aspiración que
los investigadores en educación podemos tener es la de comprender a
los otros según ellos mismos, y gracias a esto, comprender-nos.
A primera vista, lo recientemente declarado restringiría
sustancialmente los objetos y métodos de nuestras investigaciones, y
nos impondría una necesaria vigilancia respecto de las motivaciones y
su justificación ético-política. La buena noticia es que, aun planteando
la investigación como una empresa colaborativa con el entorno y sus
sujetos, tendiente a comprender la realidad según es concebida, y
reconociendo la singularidad que todo esto implica, la investigación
1
Esta frase intenta denunciar una postura exo-subjetiva que creemos imposible
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Luis Porta, María Marta Yedaide, Jonathan Aguirre
puede ser muy potente, no sólo para comprender sino para transformar
las realidades analizadas.
En estas coordenadas se ubica parte del trabajo del Grupo de
Investigaciones en Educación y Estudios Culturales (GIEEC) de la
Facultad de Humanidades, UNMdP. Interesado en la formación
de formadores como una apuesta política, se ha propuesto indagar
narrativamente acerca de los universos simbólicos de los sujetos
de la práctica de la enseñanza. El impacto de los proyectos ha sido
sustantivo en términos de aprendizajes, que no es oportuno resumir
en esta oportunidad. Vale la pena destacar, no obstante, la restitución
de cuestiones del afecto y la emoción en la investigación educativa,
hecha posible por las decisiones epistemológicas y metodológicas
que se discutirán más adelante. Esta dimensión ubicua, constitutiva,
inexorable de las personas, es lo que otro tipo de investigaciones
educativas, desprovistas de agenciamiento, considerarían residual.
La intención es, entonces, compartir parte de las claves que el
ejercicio de la investigación narrativa nos ha provisto para comprender
la formación de formadores, con la esperanza de promover y provocar el
diálogo en el campo académico, así como transitar caminos que lleguen a
devenir en surcos en el tratamiento más orgánico de la didáctica del nivel.
La narratividad y las narrativas
Quizá sea prudente dar crédito por el auge de la narratividad no sólo a los
que originalmente abogaran por las ciencias del hombre para el hombre,
como Dilthey, Gadamer o Husserl, sino también, y sustancialmente, a
los desarrollos en disciplinas tales como la antropología, la lingüística,
la sociología y la psicología durante el siglo xx. Las contribuciones han
sido múltiples, complejas y dispares, conformando un paisaje bastante
irregular, irreductible a una sencilla enumeración de aportes.
Lo cierto es que el reconocimiento del carácter eminentemente
social de la vida humana no sólo transformó paulatinamente en un
sinsentido la investigación experimental y en un problema al ansia de
214
Katharsis
Relatos que cuentan los grandes maestros...
control de las variables intervinientes, sino que preparó el escenario
para la reflexión sobre la realidad, su construcción simbólica y
social, y las implicancias de esto para su estudio. Geertz y Bruner,
coincidentes a mediados del siglo xx en la intención de refundar la
antropología y la psicología, respectivamente, proponen detenerse
en la construcción social de los significados. La apuesta era en ese
momento revolucionaria, y fue tanto causa como producto de una era
que empezaba a sospechar sobre la posibilidad de conocer por fuera
del hombre, quien irremediablemente media en las representaciones
de lo “real”. Las implicancias, se observará, son tanto gnoseológicas
como epistemológicas, y se extienden incluso a opciones ontológicas
tan antiguas como el pensamiento de la humanidad.
Sin duda, aceptar la inevitable mediación de los sujetos en el acceso a
la realidad hizo interesante comprender las formas en que los significados
son construidos en procesos de objetivación y subjetivación, altamente
sensibles al tiempo y el espacio. La narrativa aparece acá como un
instrumento de la cultura para la negociación de los significados (Bruner,
1991), como una herramienta que construye el canon y posibilita el
tratamiento del emergente, de lo inesperado (Bruner, 2003). Bajtín
había ya anticipado al enunciado como una unidad discursiva contextodependiente, inscripta en una cadena de enunciados anteriores y posteriores
en los que adquiere, o completa, su sentido. La inteligibilidad de cualquier
enunciación depende del reconocimiento de una matriz construida, y
cada unidad es parte de un diálogo con lo que ha sido y tiene un necesario
impacto en lo que será (Bajtín, 2011). La narrativa tiene así la capacidad de
constituir un discurso social (Angenot, 2012), que presenta tanto opciones
hegemónicas y contra hegemónicas, y colabora en la comprensión
–aunque no la agota– de los sentidos que adquiere la realidad en un
determinado contexto.
En resumidas cuentas, la narratividad es parte esencial de los
procesos sociales de construcción de sentido y negociación de
significaciones. Es, por tanto, fuente inestimable de conocimiento para
la investigación educativa.
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Luis Porta, María Marta Yedaide, Jonathan Aguirre
Por otra parte, hablamos también de la historia, el cuento o la
narrativa entendida como género discursivo (Bruner, 1991), o enunciado
complejo (Bajtín, 2011). Acá no nos referimos ya a la totalidad de lo
dicho, y lo decible, como argumenta Angenot (2012), sino a instancias
de la narratividad que tienen una secuencia en el tiempo, un objeto,
unos personajes y un problema, o desvío, comprensible en la matriz
canónica cultural, que suscita interés y atención. Este sentido ha
sido particularmente desarrollado por Bruner (2000; 2003), quien
problematiza respecto del impacto adaptativo de la narrativa por su
manejo de lo inesperado y su rol en la constitución del yo.
Ya nos hemos referido en otras ocasiones al lenguaje poético (Porta,
Álvarez & Yedaide, 2014; Porta & Yedaide, 2014) y su potencia para convocar
al otro en la construcción activa del significado. Como sucede al trabajar
con sujetos, es la narrativa del otro la que configura nuevas preguntas de
investigación, a medida que surgen espontáneamente nudos conceptuales
novedosos o llamativos, inesperados o discontinuos. De hecho, muchos
focos de nuestro interés investigativo han sido promovidos por las historias
breves, anécdotas, cuentos y relatos de la vida que aparecen en el contexto
de investigaciones biográfico narrativas y nos interpelan fuertemente. Si
bien la mayor parte del discurso de los entrevistados versa reactivamente
sobre respuestas a las preguntas del entrevistador –y se construye una
narrativa o relato amplio de lo vivido a la vez que se recrea la identidad–,
de tanto en tanto se presentan referencias a historias breves, particulares,
con el formato compacto de situación típica-problema-desenlace que
describe Bruner (2003), que irrumpen en el guión de la entrevista para
aportar otros significados densos, indirectos y metafóricos, de los cuales
nos ocuparemos en este artículo.
El método (auto) biográfico narrativo y sus potencialidades narrativas
Algunas consideraciones generales respecto de la metodología de
investigación se imponen, especialmente anticipando algún eventual
desconocimiento del lector –si bien la investigación biográfico-narrativa
216
Katharsis
Relatos que cuentan los grandes maestros...
está muy difundida, no podemos asumir aún un reconocimiento o
presencia ubicua en la producción científica en investigación educativa
en el mundo. El método es producto y razón, a la vez, de los desarrollos
de las ciencias sociales y su inclinación a los paradigmas o enfoques
cualitativos de la investigación, cuyo énfasis se aloja en la intención de
comprender, más que explicar, la realidad según los sujetos.
Tanto para la práctica de la enseñanza como para su reflexión,
la investigación biográfico- narrativa permite hallazgos respecto
de la constitución de las identidades –personales y profesionales,
inseparablemente– de los profesores, de la naturaleza de los
conocimientos y teorías que sustentan sus decisiones, así como de
las posibilidades de pensar los sentidos de la tarea. En un proceso
de reinvención creativa de la propia vida, el sujeto de la investigación
biográfica se reconstituye dinámicamente y arrastra al investigador en
la consideración de su propia identidad y posturas (Alcalá, 2014). Al
contar su vida se significa, se comprende y se compromete, recuperando
la agencia que tanto valor tiene para una perspectiva ético-política de la
enseñanza. Es una construcción verdadera en un sentido trascendental
de la palabra, es decir, performativa. Su validez técnica, en una acepción
más tradicional, es sustituida por el protagonismo de las creencias o
teorías implícitas en las decisiones, su importancia y rol en la acción.
El énfasis de este tipo de investigación no reside en la búsqueda
de ningún absoluto, ni cae por oposición en un relativismo ingenuo.
Los matices entre estos extremos son formas complejas que tejen la
localidad social con la temporalidad histórica en cuerpos particulares,
que sólo pueden comprenderse en su singularidad. Si nos interesa
aquello que sucede cuando un docente impregna el contexto vital de
sus estudiantes, les provoca el deseo de conocer, los tienta para que
aprendan y, fundamentalmente, quieran seguir aprendiendo, entonces
debemos indagar las razones que las personas proponen para la
enseñanza y las teorías híbridas –mezclas desprolijas de residuos
conceptuales de la enseñanza formal y vivencias potentes con otras
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Luis Porta, María Marta Yedaide, Jonathan Aguirre
personas en escenarios fértiles– que los guían en sus decisiones.
Tomamos así la visión de las teorías –no todas ellas, sino las que residen
tras las intenciones– como prácticas del conoser (Yedaide, 2014), como
elaboraciones simbólicas respecto de lo vivido, lo transcurrido en el
cuerpo racional pero también sensitivo, que se transforman en impulso
por significar la realidad, construir-le un marco de inteligibilidad que
le confiera algún sentido.
Los relatos de los grandes maestros
En los relatos de los grandes maestros y profesores memorables
de nuestros estudios, el relato fluye en respuesta a las preguntas de
la entrevista y en atención al entrevistador, y transita memorias de la
infancia, trayectorias institucionales, contextos sociales y culturales,
momentos vitales. Ocasionalmente, surge de los propios entrevistados
un impulso por contar una historia, un cuento que parece vehiculizar
el sentido que se está buscando construir.
Las historias nos acompañan desde la infancia, y nos resguardan,
ya que enmarcan lo desconocido en lo cotidiano y nos permiten asirlo.
Estudiar un cuento es restaurar la legítima dignidad que le es propia a
la vida y su complejidad (Paley, 2006). Después de todo, la narración
es una institución cultural primigenia que se mantiene constante a lo
largo de la vida. Un relato es, ante todo, un “modelo original del examen
activo e irresistido de una idea” (Paley, 2006, p. 20). Cada novedad
en nuestro entorno, cada sorpresa, lo inesperado, es un impulso a
su comprensión, y es el relato y las negociaciones de significado que
desencadena lo que nos permite restituir los equilibrios, sosegar la
inquietud. Los adultos no jugamos cotidianamente como lo hacíamos
de niños; sin embargo, construimos relatos que nos permiten examinar
una idea, considerarla, digerirla. Cuanto más denso el discurso, cuanto
más complejo, más interesante y misterioso el sentido. El narrador
de historias es un creador de cultura. El profesor que, en medio de
una entrevista, pide permiso para acercar un cuento, inaugura un
218
Katharsis
Relatos que cuentan los grandes maestros...
desequilibrio en el entrevistador, como hizo tantas veces con sus
estudiantes, que genera nuevas preguntas y nuevas comprensiones.
Algunos relatos aparecen como desprendidos de los momentos
vividos, y representan experiencias, anécdotas que difícilmente
podrían agotarse en un discurso más referencial o un lenguaje más
directo. Está la intención de responder, pero la respuesta trae enlazada
una vivencia coherente, una pequeña anécdota con unidad de sentido
alojada en la totalidad:
Cuando vamos a estudiar en La Plata, fue muy gracioso porque en
la carrera no existía, el plan lo hizo un tipo de la carrera de ciencias
exactas. Por lo cual, cuando fui a una clase de construcciones, había
una tarima muy larga, el tipo iba y daba unas clases, decía sigma
visible y hablaba siempre de Xul Solar, etc. Era ingeniero. Y a mí no
me interesaba la materia, y era ¡construcciones! Entonces hablé con
la gente más grande que había en el curso: la gente de bellas artes o
los que eran maestros mayores de obra (y se había anotado para ver si
mejoraban su condición cultural)
Dijeron que iban a averiguar en ingeniería cómo era el plan de estudio.
Cuando lo conseguimos, vimos que no coincidía en absoluto con
lo que estábamos viendo. Hicimos una reunión con el ingeniero, le
mostramos cuál era el programa y le dijimos que no había en él nada de
lo que habíamos visto y que ya llevábamos meses. Le comentamos que
habíamos pedido otro profesor que nos diera el programa tal cual era.
Acto seguido, el ingeniero se subió a la tarima, saltó por la ventana y no
lo vimos nunca más. GM 12
El remate de este relato, la secuencia de eventos, la progresión
desde una situación típica a lo inesperado, todo esto surte un efecto de
encantamiento en el oyente. Es un cuento sencillo que, sin embargo,
simboliza un entendimiento profundo que no aspira a reducirse a una
frase. ¿Por qué nos cuentan esta historia? ¿Qué de su vida, su visión de
la enseñanza, encuentra sostén en esta representación densa?
Para hablar de sí, en esta entrevista aparece nuevamente el relato:
2
Las siglas al final de cada extracto, compuestas por letras mayúsculas y números, se corresponden con los códigos internos de los registros de investigación y designan personas
entrevistadas cuya confidencialidad queda así resguardada.
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Luis Porta, María Marta Yedaide, Jonathan Aguirre
Y ya al tercer año del colegio aprobaba todas de taquito. Me llamaban
de golpe y respondía todos los temas. En psicología me llaman y me
preguntan sobre hábito, yo no había estudiado nada. Era muy novelero
y comienzo a responder: “En la corte de Versalles…”, para lo cual todos
me miraban, nunca habían prestado tanta atención, “…las duquesas los
marqueses y los no sé qué, estaban en una fiesta de disfraces. Había uno
que se había disfrazado de deshollinador. Perfecto, se tiznó todo, estaba
hecho una basura. Casi se separaba la gente de él por la pinta inmunda
que tenía. En eso a una mujer se le cayó un pañuelito y el tipo con un
gesto típico de la corte de Ámsterdam, se lo entrega como un caballero.
Eso es hábito”. Me puso un diez, me felicitó, me invitó a la casa. Me
invito para hacer títeres, hicimos la zapatera prodigiosa. GM 1
No hay un adjetivo que pueda sustituir esta caracterización de sí que
el propio profesor propone para contar-se. Cualquier esfuerzo de cerrar
el sentido en una o dos palabras sería necesariamente infiel, impreciso
e inexacto. Lo que se transmite trasciende lo que el lenguaje directo es
capaz de significar.
Para hablar de la enseñanza, los profesores memorables suelen
referirse a las experiencias que dejaron huella en sus formas de
comprender la docencia y su sentido:
Pero una vez—mirá vos qué cabeza teníamos nosotros ¿no?—fuimos
con Coca a hablarle al profesor Gaspar Martín, que para nosotros era
un excelente profesor. Y le dijimos: “Profesor, los chicos no estudian…”
Mirá la queja, una queja bien de esa época ¿no? Hoy no lo haría jamás,
jamás diría eso. Y me dice… y el profesor nos dijo: “Pero, profesor,
déjenlos a los chicos, que hagan lo suio—era español—que hagan lo
suio en este momento. Después…” ¿Cómo nos dijo? ¡Ah! Nos dijo una
cosa… “No importa, el alumbramiento viene después”. Mirá vos qué cosa.
Después de grandes nos dimos cuenta de eso ¿no? “¡El alumbramiento
viene después!” Solo. Y yo eso se lo digo a cualquiera de los chicos hoy. El
alumbramiento viene después y vos sabés perfectamente que es así. GM 2
Este relato es significativo porque es evocado. Su fidelidad a la
vivencia original es incomprobable y esto, a la vez, irrelevante… Lo
que se presenta como certero es la centralidad en la teoría intuitiva y
personal, pero no obstante elaborada y compleja, respecto de cómo son
las cosas cuando los docentes y estudiantes nos encontramos.
220
Katharsis
Relatos que cuentan los grandes maestros...
Los relatos hasta ahora referidos son parte de la descripción, densa,
que acercan los sujetos, de forma que al narrar su yo se resignifican
dinámicamente. Pero también hay relatos que aparecen a propósito de
la enseñanza, para hacerla posible, procurarla o potenciarla:
Al final de una clase, una alumna me pregunta “¿Qué son, entonces,
los contenidos?”. Qué pregunta… Le pido tiempo para reflexionar y le
prometo una respuesta. Me voy pensando… La señora que me ayuda
en casa me pregunta si ponemos el ramo de flores que compré en un
florero que me enseña. Pienso en los contenidos y la analogía con el
recipiente. Consulto a los autores de mi biblioteca. Luego, algo sucede
en mi vida: mi mamá muere y encuentro un paquete con manteles de
hilo y lino bordados que habían pertenecido al ajuar de mi madre. En
cada uno había un cartel que indicaba para quién era el paquete. Me
siento en la cama, inundada de sentimientos y emociones, pensando
“¿Qué hago yo con esto?”, “¿cuál es el valor de los manteles?”, “¡Qué
legado pesado!”… Decido entregar a cada quien su legado, y al tiempo
pregunto a mis hijas qué han hecho con los manteles: una hizo cortinas
para su departamento mientras la otra los usó para decorar toallas.
“Esto son los contenidos: algo valioso y con una justificación, que
se quiere legar o preservar, que se elige –no es cualquier cosa– y se
transmite, se lega, y a los que quienes los reciben atribuyen un nuevo
significado y transforman” GM3
Otras historias destilan la intención de enseñar otras cuestiones –
los profesores memorables y grandes maestros siempre se mueven más
allá de lo estrictamente disciplinar o profesional, y hacia la vida:
Después un día les digo, ¿Qué es una persona inteligente? Yo les digo,
conocí a la señora Mabel, la madre de un amigo mío. ¡Tan inteligente!,
¿ustedes se creen que ella hablaba de Pitágoras, hacía fórmulas, física
cuántica, todo eso? No, no. Cuando la hija se iba a casar, que era muy
cuidadosa, fue y le dijo: mamá, te tengo que decir una cosa, yo dejé la
medicina, me gusta más lo que hacía papá, los laboratorios, las vacunas.
Todo eso. Y ahí lo conocí, y te digo que sí que es una buena persona.
¡Ay nena, ay nena! ¿Qué me estás contando tantas cosas?, a mí no me
interesa, me corresponde decirte que no me interesa que sea rico, que
sea pobre, que sea vago. No me interesa nada, una cosa sí, por favor, por
favor que no sea aburrido. GM 1
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 211-226 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
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Luis Porta, María Marta Yedaide, Jonathan Aguirre
En las clases de una docente memorable, frente a la urgencia de
relajar el clima, tomar una pausa luego del tratamiento conceptual
intenso de algunas posturas filosóficas, la docente suele permitirse
narrar una historia:
Mirá, tomamos esto como recreo y después te sigo explicando. Les hago
una historia. Cuando yo era joven, en el paleozoico… (Risas). Había por
mi barrio un bachillerato humanista donde eternamente buscaban un
profesor de griego. En Castelar quedaba. Y yo llevaba mi curriculum,
en ese entonces servía para dar griego. Perfecto. Yo no soy casada por
iglesia, sólo por Civil. Yo soñaba con enseñar griego, pero se llenaba una
ficha, había que responder si uno estaba casado por iglesia, si los hijos
estaban bautizados…Era un instituto confesional. El cura, nunca me
voy a olvidar, me decía, bueno, nosotros buscamos personas con otro
perfil, qué sé yo. Le recomiendo que usted podría casarse por iglesia,
bautizar las chicas y volver, nosotros estaríamos felices…En fin, todo
eso. Así yo, varias veces… Yo intentaba y nada. Y nada. ¿Por qué quería
yo eso? Yo enseñaba griego en la universidad. ¿Por qué quería yo eso?
Porque esos chicos se iban de viaje de egresados a Grecia. (Risas). Como
uno se va a las Termas de Río Hondo, ellos se iban a Grecia. Yo pensaba,
los chicos, para llevar a un profesor, me iban a elegir. Me van a elegir,
porque van a darse cuenta de que yo no puedo cuidar a nadie, ni a mí
misma. Me van a elegir. Yo le cuento esto a mis alumnos de la UBA. Y
les digo, ustedes tienen que juntar plata y mandarme a Grecia, no puede
ser que en televisión armen viajes y manden gente, a un profesor creo
que lo mandaron a Grecia. Yo… ¡Moría de envidia! En realidad, fui a
Grecia por primera vez a los 56 años, el año pasado. Yo les digo esto a
mis alumnos, y estos desgraciados armaron algo en Internet, un blog,
un no sé qué, un Facebook, algo, juntando firmas y dinero para mandar
a Cecilia a Grecia. (Risas). ¡Y han subido una foto de algún congreso!
Son unos cornudos. (Risas). F1
Este es un relato muy personal, de vida, cuyo lugar en la clase
parece reclamarse desde una necesidad de acercamiento personal, de
recuperación del otro desde la cotidianidad, restituyendo la empatía y
la paridad antropológica que quedara tan obviamente desequilibrada
por una exposición magistral de la docente.
Esta misma profesora, en otra clase, acepta un caramelo que le
ofrecen y dice:
222
Katharsis
Relatos que cuentan los grandes maestros...
Profesora: Estos come mi nieta. (Risas). Ahora veo lo que es. El otro
día me dijo: Ceci, vos que acá tenés de todo… ¿no tendrías un caramelo
blando? Ahora veo que es esto. Voy a comprar para darle. Es adorable
esa niñita. (Risas). Tres años tiene. Yo la cuido poco, pero…Yo no me
parezco demasiado a una abuela tradicional, yo creo que no sabría
cuidar mucho a un chico… (Risas). Entonces ella viene, y me ve siempre
escribiendo, entonces toca todas las letras, me tira a la mierda todo
lo que yo escribo… (Risas). Y yo no le digo nada, no la reto, nada, la
madre le dice: la abuela está escribiendo, dejala…Bueno, entonces se
queda… por ahí… me tira los libros…Cuando era chiquita me tiraba
siempre a Homero, que le quedaba a la mano… (Risas). Me tiraba la
Ilíada, siempre estaba en el suelo… Y ahora me dice: Ceci, ¿estás
escribiendo un libro o para un congreso? (Risas) Adorable. Adorable.
Pero, le preguntan, mis hijas… que son unas yeguas… (Risas) ¿Cocina
rico la abuelita? No. Inmundo (Risas). Inmundo. Una palabra mía, es
chiquita pero no idiota, no, inmundo dice… (Risas). Bueno, entonces,
impermeables. Impermeables son, esas razas…
Alumno: Cocina ideas la abuela…
Profesora: ¡Cocina ideas! (Risas). ¡Le voy a decir! Le voy a decir…El
tema va a ser cuando me pregunte qué es una idea… (Risas). F1
Estas pausas, que se plantean desde el humor y la terrenalidad,
aparecen con fuerte contraste con el devenir académico de la clase.
Su uso parece –como decíamos– homeostático, en tanto se podría
comprender como un intento de retomar lo sencillo e investirlo
de importancia de clase, frente a la solemnidad de los contenidos
recientemente discutidos. Se estaría apelando a la restitución de un
cierto equilibrio, un esfuerzo por recuperar al otro en tierra neutra,
donde su saber se equipara con el del docente. Este otro ejemplo, en el
contexto más amplio de la clase, también parece surtir el mismo efecto:
[Respecto de los marcadores de pizarra] Estos se están muriendo,
tengo que efectuar un nuevo robo a la universidad… porque o he robado
mal… de entrada… a ver… o… escribo mucho y tengo que seguir con la
conducta delictiva… Bueno. Muy bien. Yo suelo robar cosas ¿eh? Esto
a la universidad…y… irresistiblemente… pan. (Risas) Porque en mi
casa nunca hay nada para comer, una mujer que escribe todo el día,
la heladera es como una imagen… de Garbarino… (Risas). Entonces,
para que haya algo siempre le llevo a mi hija menor, que es la que sigue
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 211-226 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
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Luis Porta, María Marta Yedaide, Jonathan Aguirre
viviendo conmigo, le llevo pan de los restorán y le hago tostadas… Como
si yo hubiera ido a la panadería. (Risas) Por supuesto ella no cree… ella
sabe que es un robo. (Risas). F1
A modo de conclusión
Para cerrar este ejercicio narrativo, cuyo propósito es orientar
el foco de atención hacia lo que aparece ante la escucha atenta a
grandes maestros, profesores memorables o extraordinarios que han
sido forjadores –más que formadores– de identidades profesionales
docentes, propondremos una cita. Si bien es extensa, es completamente
pertinente:
En nuestra vida moderna el relato es lo que puede reconciliar lo
colectivo, la emoción y la razón. Creo en la capacidad de conmover
que tienen los relatos, esa conmoción de las personas implica poner
en movimiento, no someter. Poner en movimiento es exactamente lo
que significa la palabra “emoción”. La emoción no es detener a la gente
donde está, sino poner a la gente en movimiento para permitirle ir
hacia otro lugar. La función de conmover, de conmoción del relato, que
tiene la historia también es lo que hace el poder emancipador de los
saberes. Tenemos que emocionar, conmover, poner en movimiento.
Poner en movimiento no es limitarse al segmento racional, y tampoco
la emoción de la telerrealidad. La emoción de la telerrealidad no
pone en movimiento, no conmueve, sino que funciona en un juego
narcisista entre la persona y lo que esa persona está viendo. Basarme
en el principio del motivo identificatorio no pone el pensamiento en
movimiento. Debemos asumir entonces ese papel de la emoción: que
la emoción ponga el pensamiento en movimiento (Meirieu, 2013, s/p).
Educar es conmover. Una sentencia tan sencilla es una proeza a veces
en los marcos institucionales y un desafío ético-político inquietante.
¿Conmover para qué? Los fines de la educación, que a veces parecen
desdibujarse para quienes hemos andado lo suficiente para desconfiar
de ciertas utopías, son un problema que puede devenir en la amenaza
más dolorosa, que es la desesperanza y la apatía. Es decir, en la parálisis
emocional de un sinsentido.
224
Katharsis
Relatos que cuentan los grandes maestros...
Estos profesores se convirtieron en referentes de sus estudiantes,
los formaron como docentes, los inspiraron y motivaron con tanta
fuerza que se tornaron inmortales en sus biografías. Cuando hablan
de la enseñanza, se toman la licencia de contarnos, además, breves
historias que dicen tanto que ninguna forma directa de comunicación
las contiene. Nos dejan así legados que nos implican en la decodificación
de sentidos densos, nos involucran en el desciframiento de algunos
misterios que se tejen en la vocación de los profesores, en sus misiones
profesionales y, especialmente, vitales.
Las historias breves, cuentos o anécdotas, son tanto intencionales
como abiertas. A través de ellas, y solo a condición de una cierta
complicidad en la construcción de sentido, del que inevitablemente
participamos, conocemos a las personas y lo que creen respecto de sí
mismas y la enseñanza.
Este artículo también busca rendir homenaje a estos otros modos de
conocer y transmitir, centrales en la formación docente, y primordiales
como vehículos de cuestiones clave del sentido de nuestra profesión.
Mucho del cuento irrumpe en los relatos biográficos, mucho de la
invención y el juego que conocemos desde la infancia y nos supo
rescatar de los sucesos que nos acosaran o tensionaran. Segregado de
los ámbitos académicos, asoma no obstante como una nota constante,
y los docentes tenemos nuestros propios juegos imaginativos, solo que
se han hecho solemnes y se presentan como teorías.
Es la narrativa la que nos permite trascender los desajustes y
articular nuevas respuestas a nuestros contextos, una especie de juego
con un sentido serio. Porque, como expresa sabiamente Paley (2006)
cuando trabaja en otro contexto con el mismo anhelo por comprender,
“nuestra meta es algo más que la fantasía, nuestra meta es la justicia”
(p. 16).
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 211-226 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
225
Alejandro León
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226
Katharsis
Crítica Universitaria
al nuevo modelo
posracionalista
Katharsis–Institución
de hermenéutico
Envigado
Crítica al nuevo modelo
hermenéutico posracionalista
Review to the new hermeneutic post-rationalist model
Alejandro León*
Resumen
Durante la década posterior a la muerte de Vittorio Guidano, fundador del modelo
posracionalista de psicoterapia cognitiva, Giampiero Arciero llevó a cabo un desarrollo
de este modelo desde una perspectiva filosófica de orientación fenomenológicahermenéutica, que promueve como una superación de los problemas teóricos y
epistemológicos de su fundador y postura oficial del pensamiento posracionalista.
En el presente artículo se intentará dar cuenta de por qué este modelo propuesto por
Arciero no tiene que considerarse un reemplazo del posracionalismo tal y como se
hallaba desarrollado por Guidano, además de que existen aportes desde otros autores
posracionalistas que no se hallan inscritos dentro de una tradición fenomenológicahermenéutica. Finalmente se argumenta que el modelo de Arciero, más que un “nuevo
modelo” constituye una mirada análoga desde una tradición filosófico-científica
continental en complementariedad con la visión psicológico-científica analítica y
cognitivista que representa el modelo posracionalista de Guidano.
Palabras clave: terapia cognitiva posracionalista, fenomenología, hermenéutica,
Organizaciones de Significado Personal, estilos de personalidad.
Abstract
During the decade after the death of Vittorio Guidano, the founder of the postrationalist model of the cognitive psychotherapy, Giampiero Arciero conducted a
development of this model from a philosophical perspective of phenomenologicalhermeneutic orientation, which promotes an overcoming of the theoretical and
epistemological problems of its founder and as the official position of the postrationalist thought. The present article tries to explain why this model proposed
*
Psicólogo, terapeuta cognitivo posracionalista, maestrando en psicología cognitiva
Universidad de Buenos Aires. Correo electrónico: aleon@correo.iue.edu.co
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 227-252 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
227
Alejandro León
by Arciero does not have to be considered as a replacement of post-rationalism as
developed by Guidano, besides there are contributions from other post-rationalist
authors who are not listed in a phenomenological-hermeneutic tradition. Finally, it is
argued that the Arciero model, rather than a “new model”, constitutes a similar look
from a continental philosophical-scientific tradition in complementarity with the
analytical and cognitivist psycho-scientific view that represents the post-rationalist
model of Guidano.
Keywords: post-rationalist cognitive therapy, phenomenology, hermeneutic,
Organizations of Personal Meaning, personality styles.
El modelo posracionalista en psicoterapia, desarrollado por el
psiquiatra romano Vittorio Guidano (Guidano & Liotti, 2006; Guidano,
1987, 1994) durante las últimas dos décadas del siglo pasado, ha
continuado desarrollándose a pesar de la inesperada muerte de su
fundador, particularmente en su natal Italia, pero con repercusiones
y también aportes latinoamericanos en Chile y Argentina. Tal vez la
figura que más resalta dentro de quienes han dedicado su vida a la
diseminación y continuación de este modelo psicoterapéutico sea la
encarnada por el Dr. Giampiero Arciero, psiquiatra también de origen
italiano quien en los últimos años, a la cabeza del Istituto di Psicologia e
Psicoterapia Post-Razionalista (IPRA) de Roma, ha desarrollado lo que
él mismo ha llamado su nuevo modelo de psicoterapia posracionalista,
el cual promueve una revisión y corrección del estado de la cuestión
articulada por Guidano. Posterior a la publicación por parte de Arciero
de su perspectiva de este modelo, muchos psicólogos y psiquiatras de
esta orientación teórica y metodológica han asimilado su perspectiva
como un aporte al igual que el de otros autores posracionalistas.
Otros han optado por reemplazar las bases epistemológicas, teóricas
y metodológicas del posracionalismo de Guidano por el planteamiento
de Arciero, y finalmente otros hemos elegido no asumir su propuesta.
En el presente artículo se tratará de sustentar la tesis de que el modelo
fenomenológico-hermenéutico de Arciero no constituye, en esencia,
228
Katharsis
Crítica al nuevo modelo hermenéutico posracionalista
una verdadera corrección o reemplazo del modelo de Guidano, incluso
partiendo de sus trabajos publicados muchos años antes de su muerte.
Esta tesis se basa sobre dos hechos. Por una parte, 1) los puntos sobre los
cuales Arciero discrepa con Guidano –que se tratarán en este artículo–
se fundamentan en lecturas sobre el funcionamiento psicológico
de los seres humanos desde tradiciones filosóficas y científicas que
históricamente han estado separadas en múltiples instancias (aunque
no en todas), pero generalmente abordando los mismos temas, y 2) que
los elementos que resultan novedosos y aportantes dentro de la visión
de Arciero son opuestos y, tal vez, incluso, contraproducentes para el
desarrollo de una clínica que se fundamente en la psicología científica,
la cual para Arciero debe cumplir una función servil a las neurociencias
(Arciero, 2009). Algunos elementos de la propuesta de Arciero atentan
contra una psicología científica que verdaderamente pueda superar los
líos epistemológicos que han impedido el desarrollo de esta disciplina,
a saber: promueven una visión antimentalista o aniquilacionista del
sujeto o, al menos, de ciertos tipos de sujetos.
De la Organización del Significado a la identidad narrativa
Tanto a nivel teórico como metodológico, probablemente el concepto
más idiosincrático del modelo posracionalista clásico ha sido el de
Organización del Significado Personal (OSP)1. Con esta idea, Guidano
intentó unificar los procesos psicológicos dentro del funcionamiento
de la unidad que constituye el sujeto, el self. Para Guidano, la identidad
personal, el sentido de ser un sujeto con una identidad que se reconoce
a sí mismo como único y continuo en el tiempo, se construye y mantiene
a partir de dos tipos de procesos. Al primero de éstos le llamó el nivel
organizador tácito (Guidano, 1987) inicialmente, para luego llamarse
el nivel de la experiencia inmediata (“yo”) (Guidano, 1994) y que
continuaré llamando cierre organizacional. En Complexity of the
1
Para ahondar más la evolución del concepto de OSP véase Oneto y Moltedo, 2002; León y
Tamayo, 2011.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 227-252 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
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Alejandro León
Self, publicado más de 10 años antes de la muerte de Guidano, el autor
aún con una fuerte impronta cognitivista-computacionalista explica el
cierre organizacional como:
Clústeres jerárquicamente ordenados de esquemas emocionales y las
reglas profundas a través de las cuales están estructurados. Estas reglas
profundas ordenan el conjunto de esquemas emocionales en un bucle
recursivo diferenciado que oscila entre límites oponentes de significado
y organiza el flujo de la experiencia en curso en patrones específicos de
procesamiento.(Guidano, 1987, p. 81)
Sin embargo, a pesar de lo difícil del lenguaje computacionalista que
caracterizó a Guidano (1987) en este momento, lejos de concebir el cierre
organizacional como una instancia psíquica desconectada del contexto
externo al sujeto, afirma más adelante que “la oscilación rítmica entre
límites tácitos provee algo así como un sentido cenestésico de sí mismo
cuyo significado implícito sentido [del inglés felt] es continuamente
explicado en estructuras representacionales determinadas a través del
procesamiento selectivo de señales disponibles en curso” (p. 82).
Al segundo tipo de procesos de la identidad personal, Guidano les
llamó el nivel estructurador explícito(Guidano, 1987); también más
adelante le llamó la explicación de la experiencia (“mí”) (Guidano,
1994). Así, el cierre organizacional, que es predominantemente tácito,
implícito, provee una experiencia inmediata cenestésica-emocional
de estar en el mundo, la cual es articulada y ordenada de manera
predominantemente explícita, consciente por el sujeto a través de sus
capacidades analíticas y de pensamiento abstracto, no tanto en función
de su pensamiento, entendido como verdadero o falso, racional o
irracional, sino en función del propio sistema personal, de acuerdo a una
imagen explícita de sí que el individuo presenta durante la experiencia
en curso. La imagen de sí que un sujeto posee durante una experiencia
cualquiera está determinada en parte por la misma inmediatez de las
contingencias del momento, al igual que la historia vivida y el futuro
simulado.
230
Katharsis
Crítica al nuevo modelo hermenéutico posracionalista
En los años que siguieron a la muerte de Guidano, la obra de Arciero
progresivamente se va diferenciando en tono y afiliación teórica,
desde la publicación de Estudios y Diálogos Sobre la Identidad
Personal (Arciero, 2003) con respecto al pensamiento del fundador del
posracionalismo en psicoterapia, pudiéndose identificar ya un modelo
distinguible del anterior en Tras las Huellas de Sí Mismo (Arciero,
2006), para finalmente publicar un modelo claramente paralelo en
su última obra, no traducida al castellano, Selfhood, Identity and
Personality Styles (Arciero & Bondolfi, 2009). En este último texto,
Arciero critica brevemente la postura constructivista en general, y en
particular, el modelo posracionalista de Guidano y su constructo teórico
fundamental de OSP y de los sistemas y procesos que la componen, que
a pesar de su evolución conceptual en la obra de Guidano (Guidano &
Liotti, 2006; Guidano, 1987, 1994), se pueden identificar como aquellos
pertenecientes al cierre organizacional (“yo”) y a la apertura estructural
(“mí”) de la OSP(Oneto & Moltedo, 2002). Sobre el constructivismo y la
perspectiva de la mente auto-organizada, Arciero dice:
El aspecto más llamativo de este modo de concebir a los sistemas
auto-organizados es indudablemente el de cierre organizacional.
Este mecanismo establece una distinción absoluta entre la esfera
de la experiencia vivida, de la dinámica del cambio, la cual está
necesariamente pareada con la conservación de la organización – que
Guidano (1991) identifica con la de la identidad personal – y el mundo
externo. (Arciero & Bondolfi, 2009, p. 18).
Más adelante, continúa concluyendo sobre las implicaciones del
concepto de cierre organizacional:
La consciencia corporalizada, que continuamente se construye y
reconstruye a sí misma como la organización de los actos y de la
reflexión sobre esos actos, está totalmente separada del mundo real y de
cualquier contaminación de parte de ese mundo. Este es el significado
profundo de cierre organizacional: en términos de los mecanismos que
organizan el proceso, establece la unidad cerrada de la experiencia. El
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 227-252 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
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Alejandro León
mundo entero es desterrado de esta unidad y sólo puede constituir un
dominio trascendental. (Arciero & Bondolfi, 2009, p. 19).
El corazón de la discrepancia de Arciero con el modelo de la
identidad del posracionalismo en el plano teórico, yace en el concepto
de cierre organizacional que Guidano integra a su modelo. A este
respecto, Arciero realiza una lectura somera del concepto de cierre
organizacional que descarta rápidamente, pues considera que conlleva
a un pensamiento solipsista, aislando al sujeto del mundo2.
Esta idea es difícil de apoyar, puesto que el paradigma de los sistemas
auto-organizados, aplicado a la comprensión de los sistemas vivos –y
las personas–, no obliga pensar que el sistema auto-organizado (que en
este caso es la mente humana), por ser un sistema cerrado y por ende
cerrado a la información, esté “inmunizado” a cualquier contaminación
del mundo externo, resultando el mundo ajeno al sistema mismo.
El concepto de cierre organizacional toma sus orígenes en el concepto
de auto-organización de los sistemas vivos, aplicado al desarrollo
y funcionamiento de la mente humana. Dentro del pensamiento
de Vittorio Guidano, esta asociación comienza en su adopción de
las obras de Edgar Morin, Humberto Maturana y Francisco Varela
(Moltedo, 2008). Incluso en El Sí-mismo en Proceso, donde toma cierta
distancia con respecto a su texto anterior, el constructo teórico de OSP
permanece esencialmente intacto. Cabe mencionar que la perspectiva
de la complejidad en la psicología no es única de Guidano, así como
tampoco es un criterio que define a los modelos psicoterapéuticos de
orientación epistemológica constructivista.
2
232
Considero que lectura somera que hace Arciero del concepto no parte del desconocimiento, puesto que ha escrito sobre la teoría de los sistemas auto-organizados en la psicología.
Véase por ejemplo Arciero, G. (1989). Evolutionary epistemology and scientific psychology: From epistemology to ontology. En Annual Meeting of the American Academy of
Sciences (pp. 14–19). San Francisco.
Katharsis
Crítica al nuevo modelo hermenéutico posracionalista
Mahoney (1991), explica el concepto de cierre organizacional dentro
del paradigma de la biología del conocimiento de Maturana y Varela
asegurando que:
Cierre organizacional no es cierre termodinámico: quiere decir, que no
niega el hecho de que el sistema está “abierto” a intercambios de materia/
energía con su medio. Los sistemas vivientes están “estructuralmente
acoplados” a los medios en los cuales existen. Técnicamente, el
acoplamiento estructural se refiere a “una historia de interacciones
recurrentes que conlleva a la congruencia estructural entre dos (o más)
sistemas” (Maturana & Varela, 1987, p. 75). Aunque la organización del
sistema no puede cambiar sin desintegrar o cambiar su identidad, su
estructura puede y de hecho cambia. En esta plasticidad estructural,
los cambios estructurales gatillados por el acoplamiento estructural
pueden engendrar (y constreñir) más cambios estructurales. (Mahoney,
1991, p. 393).
Mahoney en este apartado aclara cómo el concepto de cierre
organizacional, a pesar de sí mismo, no conlleva a la idea de que el
sistema auto-organizado está de alguna manera aislado del mundo.
El concepto de acoplamiento estructural del que se habla, trata
precisamente de la relación recursiva de mutua influencia entre el
mundo y el sistema personal, sin que uno sea causa determinante del
otro. Si comprendemos al sujeto como un sistema viviente y a la mente
humana como gobernada por los mismos principios esenciales de los
sistemas vivos, entonces el estudio de la mente se torna viable para
las ciencias naturales, haciendo innecesaria la apelación a dominios
trascendentales o metafísicos (Balbi, 1996, 2011; Guidano, 1994).
Para contrarrestar este aislamiento del mundo que le señala Arciero
al sujeto del posracionalismo de Guidano, propone lo que llama un giro
hermenéutico al interior del posracionalismo en donde, basándose en
la fenomenología hermenéutica y siguiendo las huellas de Paul Ricoeur,
propone su concepto de identidad narrativa como:
El proceso de interpretación de la experiencia pre-reflexiva, por medio
de los cuales el individuo reconoce las variadas emociones y acciones
que caracterizan su existencia a través del tiempo como propias. En el
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 227-252 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
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Alejandro León
proceso narrativo las personas le dan forma a su propia unicidad por la
apropiación (permitida por el lenguaje) de su propia experiencia de ser.
(Arciero & Bondolfi, 2009, p. 221).
La idea que entonces se defiende en este artículo, es que los
conceptos de identidad personal, equiparable con el de organización
del significado de Guidano, y el de identidad narrativa en Arciero, son
casi completamente indistinguibles en su capacidad explicativa.
Arciero critica la postura constructivista de los sistemas autoorganizados al afirmar que aquello que termina realizando es un “retrato
impersonal del sujeto” (Arciero & Bondolfi, 2009, p. 26) al identificar,
en cada individuo como sujeto aislado del mundo, las características
invariantes y elementos constitutivos (del cierre organizacional) que
determinan la organización auto-referida del significado personal del
individuo. No obstante, su propia versión de la identidad narrativa
implica que:
Debido a que la identidad toma forma como una reconfiguración
simbólica de la experiencia de vivir, a través de las narrativas puede
verse que refleja las variadas formas en las que el sentimiento y la acción
se vuelven sedimentadas con el tiempo, volviéndose fijas en diferentes
formas en diferentes momentos de la propia vida.(Arciero & Bondolfi,
2009, p. 221).
El hecho de que Arciero identifique un nivel de la experiencia que
es pre-reflexivo, y que a través del lenguaje es reconocido como propio
y se convierte en aquel elemento de la identidad que fundamenta un
sentido corporalizado de sí, lo refiere ipso facto al nivel inmediato
de la experiencia (i.e. cierre organizacional) en Guidano, el cual es
privilegiadamente tácito, (i.e. pre-reflexivo) y, como se mencionó con
anterioridad, provee un sentido cenestésico emocional de estar en el
mundo. El auto-reconocimiento a través del lenguaje, a su vez, regresa
claramente al uso de las capacidades cognitivas superiores abstractas
(las cuales se desarrollan en función del lenguaje), quienes le dan a la
experiencia vivida un ordenamiento narrativo que Guidano llamó los
procesos de la apertura estructural explícita.
234
Katharsis
Crítica al nuevo modelo hermenéutico posracionalista
Guidano recurre a la teoría del apego por el valor heurístico que
proporciona como paradigma explicativo de la organización de la
motivación y la maduración, al explicar cómo se logra, durante el
desarrollo, la sedimentación y fijación de las estructuras esquemáticas
ideo-afectivas constituyentes del cierre organizacional3. Arciero,
intentando separarse de la herencia objetivista de la teoría del apego
y del lenguaje racionalista del cognitivismo en el concepto de cierre
organizacional, habla de cómo el sentimiento y la acción se sedimentan
en el tiempo, sentimiento y acción a las que les destaca su carácter
socialmente construido (i.e. a partir de la alteridad) (Arciero & Bondolfi,
2009; Arciero, 2006). Dicho de una forma más simple, Guidano
recurre a la teoría del apego para explicar cómo, durante el desarrollo,
los seres humanos moldeamos nuestra experiencia inmediata de ser
en el mundo a partir de los vínculos con los demás, que en la infancia
se encarnan en las figuras de apego, mientras que Arciero recurre al
concepto de la tradición existencialista de la alteridad para explicar el
mismo proceso.
Así, por ejemplo, Guidano identificó en el desarrollo de una estrategia
de apego básicamente evitante de una persona a través de su vida, la
constitución de un cierre organizacional en el cual se reconocen como
el propio dominio emocional aquellas emociones que más caracterizan
una historia de apego evitante: la desesperanza y la rabia (Guidano,
1994, 2002). Arciero explica cómo en el estilo de personalidad tendiente
a la depresión, las experiencias repetidas de pérdida, separación y
rechazo engendran formas recurrentes de sentir, “estas experiencias,
que se vuelven sedimentadas con el tiempo, inclinan el sentido
personal de estabilidad del sujeto hacia un contexto de referencia
que es prevalentemente enfocado en estados de tristeza, rabia y
ansiedad”(Arciero & Bondolfi, 2009, p. 204). Es la opinión de quien esto
3
En este punto, se le resalta al lector que la obra de Guidano, aquí citada, Complexity of the
Self, fue publicada en 1987, varios años antes de asumir un compromiso mayor con la obra
de Maturana y Varela y donde utiliza un lenguaje estrictamente cognitivista, y más de dos
décadas antes de la obra que cito de Arciero y Bondolfi.
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235
Alejandro León
escribe que este ejemplo representa cómo Arciero, con un lenguaje del
pensamiento continental como la fenomenología y el existencialismo,
evitando las categorías del lenguaje psicológico cognitivista, describe y
explica el mismo fenómeno de un modo prácticamente equivalente (i.e.
de igual valor explicativo).
Arciero (2012), al leer el concepto de cierre organizacional
como compuestos de esquemas emocionales, lo interpreta desde el
cognitivismo computacionalista, que aunque relacionado, no equivale
al cognitivismo del que se diferenció Guidano ni el de la actualidad.
Con esto se quiere decir que el concepto de representación mental, tan
caro a la psicología y a la filosofía por igual, no debe confundirse con su
acepción puramente computacionalista que se refiere a representaciones
discretas (i.e. simbólicas, discontinuas, digitales, equivalentes a
aquellas con las que operan los ordenadores). La perspectiva cognitiva
computacionalista obliga a pensar todos los estados mentales como
compuestos esencialmente de representaciones discretas, la postura
diametralmente opuesta la sostienen los exponentes de, por ejemplo, las
teorías de la cognición corporalizada radical (Clark & Chalmers, 2002).
Otros optan por una opción más equilibrada que obliga a pensar
en la existencia de ambos tipos de formas de contenidos mentales,
aquellos de naturaleza analógica y de naturaleza discreta (Rivière,
2003b). Guidano apoyaba esta última, dándole primacía a las de
tipo analógico (i.e. las emociones) en el desarrollo de la identidad
personal(Guidano, 2002). En todo caso, el concepto de representación
mental y su origen fenoménico en la experiencia viviente no es ajeno al
pensamiento analítico (Pitt, 2013; Searle, 1992). Además, el concepto de
representación mental tiene sus raíces en el de intencionalidad(Rivière,
1991), el cual juega un papel central tanto en la tradición anglosajona
como continental de la filosofía (Jacob, 2010).
Tal y como lo expuso su creador, el posracionalismo, más que un nuevo
método de investigación psicológica, o de intervención psicoterapéutica,
constituye una mirada a la psicología y la psicoterapia que implique
236
Katharsis
Crítica al nuevo modelo hermenéutico posracionalista
asumir el cambio epistemológico que se dio en el pensamiento científico
durante el siglo pasado y que las ciencias sociales en su mayor parte
no asumieron(Guidano, 2002). Siguiendo esta línea de pensamiento, la
teoría del apego, que fue articulada varias décadas antes del mencionado
cambio epistemológico(Bretherton, 1992), describe y categoriza las
estrategias conductuales del niño para garantizar la cercanía de una
figura cuidadora. En la obra de Guidano es claro comprender cómo no
es el apego el que deviene en una organización del significado trazable
directamente, el apego es una teoría que ayuda explicar cómo los seres
humanos durante el desarrollo articulamos un dominio emocional,
cuyas características están relacionadas con la historia del desarrollo
de las relaciones interpersonales afectivamente significativas (Guidano,
1994). El sí mismo está fundado sobre las bases de la intersubjetividad
en el proceso de maduración, la teoría del apego lanza luces sobre las
diferencias individuales en este proceso.
No se quiere decir aquí que ambas perspectivas sean verdaderamente
idénticas, ciertamente se concuerda con Arciero (Trujillo, Cabrera, &
Arciero, 2012) cuando asegura que quienes dicen que los conceptos
del self en su trabajo y en el de Guidano son idénticos, desestiman
superficialmente los antecedentes históricos y epistemológicos de ambos.
Contrario a ello, en completo acuerdo con Arciero, sus antecedentes
son absolutamente opuestos, vienen de dos tradiciones filosóficas
occidentales que históricamente han sido generalmente antagónicas.
Sin embargo, como se expondrá a continuación, son dos tradiciones
que, aunque opuestas en muchos aspectos, como tradiciones filosóficas
que tratan los mismos temas, con una frecuencia no despreciable, han
llegado a articular conclusiones y teorías semejantes.
Por ello aquí se defiende la siguiente observación: los modelos del self
en Guidano y en Arciero no son idénticos, sino isomórficos. No se halla
en ninguno una concepción de las personas como cosas, los sistemas/
procesos no son cosas, son propiedades emergentes de algunos tipos de
cosas (los homo sapiens sapiens hasta donde se sabe), la emergencia
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Alejandro León
de la identidad personal en las “cosas humanas” –que no devienen
al mundo como personas– surge como una propiedad que puede ser
entendida en su cualidad como sistema. Por ello, las personas, y la
personalidad, al menos en algunos aspectos, pueden ser estudiadas
en sus características como cosas. La perspectiva de Arciero se alía
con lo que González-Rey (2009) identifica como el giro lingüístico
que caracterizó a los movimientos posmodernos de la filosofía postestructuralista y que se equipara con la tradición continental de la
filosofía4, que frecuentemente ha menospreciado el valor heurístico de
la ciencia e ignorando que desde el siglo pasado vivió una revolución
epistemológica, la cual llevó al giro complejo(González-Rey, 2009),
dentro del cual surgen en las ciencias sociales el constructivismo crítico
y también el posracionalismo de Guidano, basándose principalmente
en autores de tradición analítica5.
El problema de muchas posturas frente a la ciencia desde este
“giro lingüístico” es que tienen una visión frecuentemente obsoleta
de ésta, que ignora el mismo cambio epistemológico (González-Rey,
2009) que sobre el paradigma de la complejidad comenzó a modelar
el desarrollo y el operar de la mente. Es un error pensar que quienes
se han dedicado a esta empresa confundan la modelización formal de
la mente y la subjetividad con la persona misma. De lo contrario, el
estudio del sistema nervioso central, que es una cosa, para comprender
cómo de allí emerge el sistema/proceso/persona no es científicamente
viable, toda ciencia en cierta medida debe formalizar su objeto de
estudio (Rivière, 2003a). El autor de este artículo discrepa con Trujillo
y Cabrera cuando afirman que la marca personal de psicoterapia de
Arciero está dotada de la máxima rigurosidad científica posible (Trujillo
238
4
Sucintamente, la tradición continental de la filosofía se refiere a diferentes líneas de pensamiento originados principalmente en Alemania y Francia durante el siglo XX. Entre sus
principales sistemas se hallan la fenomenología, el estructuralismo, el post-estructuralismo, la hermenéutica y el existencialismo. Generalmente asumen una postura crítica frente
a la ciencia como medio privilegiado de conocimiento de la naturaleza.
5
Esta tradición identifica al pensamiento anglosajón, generalmente respetuosa de las ciencias naturales y de donde surgen la filosofía de la ciencia y de la mente.
Katharsis
Crítica al nuevo modelo hermenéutico posracionalista
et al., 2012), cuando en el mejor de los casos, el problema metodológico
de su forma de psicoterapia posracionalista se queda en el mismo
punto de partida problemático de la psicología desde su nacimiento
como ciencia, problema que sólo se puede resolver de manera tentativa
y provisional. Este problema es el del método, a saber, ¿cómo se puede
conocer objetivamente el fenómeno de la subjetividad?6
Visiones compatibles de tradiciones incompatibles
Aquí es entonces cuando se sugiere que el modelo psicoterapéutico
de Arciero constituye una propuesta personal suya. Esta propuesta
consiste en sugerir la fenomenología-hermenéutica como el método de
producción de conocimiento científicamente viable de la experiencia
subjetiva en primera persona, propuesta que pondría fin de una vez por
todas al problema duro de la conciencia7 expuesto por Chalmers(1995).
Una dificultad previsible en esta propuesta es el hecho de que la
fenomenología, incluso juntando sus diferentes versiones (incluida
la fenomenología hermenéutica) constituye meramente una posible
alternativa para solucionar este problema, y solo lo haría desde la
filosofía(Gallagher & Zahavi, 2008, 2010; Zahavi, 2007). Otra dificultad
es que la cuestión del “problema difícil” de Chalmers (1995) de la
consciencia nace dentro de la filosofía de la mente, entendida como
una corriente filosófica dentro de la tradición analítica anglosajona.
Dentro de la misma tradición analítica de la filosofía y las ciencias
se han generado diferentes propuestas metodológicas, semejantes a
la de fenomenología en algunas instancias, contrarias o paralelas en
otras(Zelazo, Moscovitch, & Thompson, 2007). El problema en todos
los casos es el mismo, y este es el de la viabilidad y la confiabilidad del
dato obtenido en primera persona.
6
Cuando se habla de conocer “objetivamente” no se refiere a hacerlo en tercera persona ni
desde una postura filosófica, sino en cómo se puede producir conocimiento científicamente viable sobre la dimensión subjetiva, experimentada en primera persona por cada sujeto
de manera últimamente incompartible.
7
Se refiere al problema de explicar cómo el sistema nervioso produce la experiencia subjetiva.
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239
Alejandro León
La fenomenología, entendida como una “forma especial de filosofía
trascendental que busca reflexionar sobre las condiciones de la
posibilidad de la experiencia y la cognición” (Zahavi, 2007, p. 28) es,
como dice Zahavi, una forma de reflexión filosófica y no un método
de auto-observación psicológica ni de introspección experimental.
Arciero sugiere en su propuesta que las neurociencias, la psicoterapia y,
por último, la psicología, asuman la fenomenología, y particularmente
su versión hermenéutica defendida por P. Ricoeur, como método
privilegiado de investigación de la subjetividad, complementándose con
los métodos objetivistas de las ciencias, las cuales proveen información
acerca del objeto de estudio (i.e. la persona) desde una perspectiva
objetivista, en tercera persona. A este respecto, Zahavi advierte que la
fenomenología es una empresa filosófica y no una disciplina empírica; lo
cual no quiere decir que no pueda brindar valiosos aportes a las ciencias
que estudian los fenómenos de la conciencia, que son las disciplinas
que conciernen a psicólogos, neurocientíficos y psicoterapeutas. Sin
embargo, su fin primario no es el estudio empírico de la mente sino
que es filosófico y de la conciencia (Zahavi, 2007), entendiendo que la
conciencia es uno de los fenómenos constitutivos de la mentación, pero
ésta última no se reduce solamente a la primera.
Por la razón mencionada, la fenomenología siempre estará relegada
a su campo –el de la filosofía– lo que no le permite una postura
privilegiada por sobre otras formas metodológicas de obtener datos
acerca de la experiencia consciente, sea que busquen estas formas
ser empíricamente objetivas o no. Esta situación devuelve a Arciero
a su punto de partida sobre cómo abordar el “problema difícil” de
la conciencia de Chalmers (1995), y su metodología solo puede ser
entendida como una alternativa que se posiciona en igual valencia a
otras. Interesantemente, en el momento en que Arciero asume en Tras
las Huellas de Sí Mismo(2006) el reto de este mencionado problema
difícil de la consciencia del que habla Chalmers, presume que existe
una brecha explicativa entre mente y cerebro. Reconocer la existencia
240
Katharsis
Crítica al nuevo modelo hermenéutico posracionalista
de dicha brecha implícitamente obliga a establecerse dentro de una
postura dualista, que en occidente se hereda principalmente de
Descartes.Existe, desde la misma tradición que rechaza Arciero –la
tradición analítica de la filosofía–, perspectivas que no asumen el
problema mente/cerebro, en cuanto no es uno epistemológicamente
válido (Searle, 2004).
Haciendo un paréntesis para tratar la opinión de Arciero (Arciero,
2006, 2009) de que la psicología debe cumplir una función servil a las
neurociencias y que, citando a Gazzaniga(2000), esta no está condenada
a morir sino que ya murió –al menos en la Universidad de Dartmouth,
se debe aclarar que las premoniciones y profecías generalmente
elucubradas por personalidades dedicadas a las ciencias naturales que
aseguran que la psicología eventualmente se reducirá al discurso de la
neuroquímica, la neurobiología y en general, a los procesos fisiológicos
que ocurren en el cerebro tienen larga data. Todas se pueden resumir
en su intención de que, por vía del reduccionismo –¡una doctrina
empirista!– se lograrán explicar los estados subjetivos en términos
de sus correspondientes correlatos neuro-fisico-químicos(Popper &
Eccles, 1984) lo cual es una confusión (Fodor, 1974); a esta teoría se le
conoce como la identidad mente/cerebro (Smart, 2012).
Hacer este tipo de aseveraciones implica asumir que el debate del
problema mente-cuerpo está resuelto y que el materialismo radical ha
ganado. Algunos autores se han basado en el concepto de emergencia
(Goldstein, 1999) para explicar cómo una área de estudio, que se
refiere a un nivel de orden del universo que investiga una ciencia (e.g.
la química molecular), no puede ser reducido a su estudio desde el
área de la ciencia que tiene por objeto de estudio el área que estudia el
nivel de orden anterior (e.g. la mecánica cuántica de las partículas subatómicas). Decir que la psicología debe cumplir una función servil a las
neurociencias (Arciero, 2009) tiene la misma sensatez que decir que la
física debe cumplir una función servil a la química (Popper & Eccles,
1984). Muchos autores e investigadores en psicología y neurociencias
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Alejandro León
de la actualidad continúan apelando al concepto de emergencia para
comprender el desarrollo psicológico del self, entendiendo la emergencia
sucintamente como “el surgimiento de nuevas y coherentes estructuras,
patrones y propiedades durante el proceso de auto-organización de
sistemas complejos” (Goldstein, 1999, p. 49). Asumir un marco teórico
de semejante afiliación es volver a un paradigma de la complejidad y los
sistemas auto-organizados para comprender la subjetividad desde las
ciencias, este es el paradigma sobre el cual se están fundamentando las
ciencias de la mente en las últimas décadas (Bosma & Kunnen, 2005;
Lewis & Granic, 2000), generalmente sin relación o conexión alguna
con la tradición fenomenológica de la filosofía continental.
La confirmación de parte del mismo Arciero de los motivos para
protagonizar el quiebre dentro del posracionalismo en psicoterapia,
se hace patente cuando reconoce que llegó a “la conclusión de la
incompatibilidad de las dos perspectivas” (Trujillo et al., 2012, p. 76).
Las dos perspectivas de las que habla son la “cosificadora” y determinista
de las ciencias de herencia cartesiana-kantiana, por un lado, y el
retorno al “quién” en la fenomenología-hermenéutica, por otro. Arciero
esencialmente ignora que la perspectiva cartesiana-kantiana que le
atribuye a Guidano hace referencia al pensamiento científico clásico,
que caracterizó a las ciencias hasta el siglo XIX y que cambió con el
“giro complejo” del pensamiento científico del siglo XX.
El constructivismo crítico y el posracionalismo nacieron de la
necesidad de incluir este giro en las ciencias sociales, que generalmente
ignoraron estos cambios (Balbi, 2004; González-Rey, 2009), para
construir modelos explicativos del funcionamiento de su objeto de
estudio, la mente humana. El pensamiento de Guidano nace de este
giro complejo y no del paradigma científico clásico del siglo XIX. La
teorización y la modelización sobre fenómenos no se confunden con los
fenómenos mismos estudiados por los científicos, este es precisamente
el cambio epistemológico de las ciencias que aquí se trata y por ello,
cuando Arciero dice que la visión de persona como sistema complejo
242
Katharsis
Crítica al nuevo modelo hermenéutico posracionalista
del constructivismo crítico tiene la misma perspectiva de herencia
platónica, cartesiana y kantiana que utiliza para comprender a las
personas las mismas categorías para clasificar los objetos, básicamente
está ignorando a) la revolución epistemológica de las ciencias básicas
durante el siglo XX8, b) el carácter no “cosificador” de las perspectivas
sistémicas de la complejidad y, finalmente, asume que c) la ciencia
confunde los modelos teórico-explicativos de sus objetos de estudio
con los fenómenos mismos.
La verdadera diferencia entre ambos modelos
El nuevo modelo posracionalista es más una relectura análoga desde
la fenomenología que un verdadero punto de quiebre que reemplace al
viejo modelo, la alternativa del nuevo modelo inevitablemente ha llevado
a Arciero por el mismo camino. De este modo, los patrones invariantes
que Guidano identifica en la historia del desarrollo de las relaciones
de apego le llevaron a proponer cuatro OSP diferentes, cada una con
un dominio psicopatológico al que predispone cada organización
basándose en su dominio emotivo (i.e. su cierre organizacional), una
vinculada a los trastornos afectivos, otra a la ansiedad y el pánico, otra a
los trastornos obsesivos y una última a los trastornos de la alimentación
y de la imagen. No es de sorprender que Arciero, haciendo un recorrido
más analógico que subversivo, proponga que la persona reconoce en el
lenguaje su sentido pre-reflexivo de estar en el mundo. Estas diferentes
configuraciones de la inclinación emocional se pueden categorizar
dentro de cuatro estilos de personalidad, cada uno predispone a un
dominio de la gnoseología psicopatológica idéntico a los que sugirió
8
La revolución epistemológica de las ciencias que se menciona se refiere al giro que tomaron las ciencias naturales a partir de la propuesta de la relatividad general en la física, cambiando la noción de conocimiento, de verdad objetiva y de la relación entre el
sujeto observador y el fenómeno observado para todas las ciencias básicas. Este giro que
González-Rey (2009) llama “complejo” tomó muchos años más para ser asimilado en las
ciencias sociales y aún hoy, muchos pensadores aún alegan que las ciencias sociales deben
poseer una metodología distinta a la de las naturales. Al entender del autor de este artículo
Arciero se asocia con esta última tendencia y considera a la fenomenología Husserliana y
la fenomenología ontológica como métodos válidos de conocimiento científicamente viable de la mente humana (G. Arciero, comunicación personal, Septiembre 2 y 4 de 2014).
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Alejandro León
Guidano, más una quinta categoría que es el estilo de personalidad
con tendencia a la histeria/hipocondría. Todos identificables en cuanto
tienen características que las definen y, por lo tanto, vuelven al tema
de la invarianza categorizable en patrones de acción, tendencias o
inclinaciones emocionales9.
Sin embargo, tal vez el elemento que verdaderamente distingue
a ambos modelos en cuanto a la propia coherencia interna del
pensamiento posracionalista en psicoterapia, sea el concepto del
carácter heterorreferido de David Reisman (citado en Arciero, 2003,
2006). Durante los últimos años de la vida de Guidano, aparece un
nuevo concepto a partir del cual se puede releer cómo se constituyen
las diferentes inclinaciones emocionales, me refiero a la polaridad de
las inclinaciones emocionales Inward y Outward(Alcini, 2008; Arciero,
2003; Guidano, 2010). El origen del concepto ha causado polémica al
interior del movimiento posracionalista, con algunos identificando el
concepto como original e inédito del mismo Guidano (2010); por otro
lado, Arciero asegurando que es de su autoría (Arciero, 2009). Sin ánimos
de controvertir más acerca de la verdadera autoría del término, se pueden
identificar algunos problemas teóricos y prácticos en este tema.
Brevemente, la inclinación emocional inward consiste en el modo
de sentirse situado emocionalmente de las personas con tendencia a la
depresión y las fobias en donde el sentido de estabilidad de sí mismo
está centrado en los estados internos del individuo, la experiencia
emocional de estas personas se centra entonces sobre señales
corporales (Arciero & Bondolfi, 2009), el sentido de la experiencia en
curso se articula a partir de esta inclinación emocional internamente
anclada (Arciero, 2006; Guidano, 2010; Nardi & Moltedo, 2008). En la
9
244
Arciero niega la posibilidad de reconocer los patrones invariantes o reglas sintácticas del
funcionamiento individual que sugería Guidano, pero propone identificar el estilo de la
personalidad en el “reconocimiento del personaje de la historia en términos de patrones
abstractos de la experiencia vivida” (Arciero & Bondolfi, 2009, p. 108), la diferencia entre
sus patrones abstractos de la experiencia vivida y los patrones invariantes de Guidano es
meramente meta-conceptual.
Katharsis
Crítica al nuevo modelo hermenéutico posracionalista
inclinación outward ocurre exactamente lo opuesto, donde el sentido
de la experiencia en curso está articulado a partir de referencias
externas al propio individuo, el sentido de permanencia de sí está dado
por la confirmación de los otros en el estilo tendiente a los trastornos
alimentarios, mientras que en el estilo tendiente a los trastornos
obsesivos está dado por sistemas de normas, valores y creencias
(también entendidas como ajenas al sujeto) (Arciero, 2003; Nardi,
2008). Los estilos de personalidad se vuelven clasificables dentro de un
plano bidimensional, donde uno de los ejes es la mencionada polaridad
inward/outward y en el otro se halla la teoría de Witkin(1978) sobre
la Dependencia/Independencia del Campo(véase Arciero, 2006;
Guidano, 2010; Nardi & Moltedo, 2008; Nardi, 2008).
Arciero teoriza que el estilo de personalidad outward tendiente a los
trastornos de la alimentación corresponde al carácter heterodirigido.
Este estilo de la personalidad no logra ser completamente comprendido
por el modelo de Guidano desde una perspectiva sistémica y
esencialista, para lo cual Arciero recurre a los teóricos posmodernos
del “giro lingüístico” como Keneth Gergen, quienes ubican al self como
un fenómeno que existe verdaderamente por fuera del sujeto mismo,
comprensible solo a través de las prácticas discursivas, en el lenguaje,
en las que incurre el sujeto con otros(Arciero & Bondolfi, 2009; Arciero,
2006). Tomando como referencia las inclinaciones inward y outward,
se han realizado varias investigaciones experimentales que demuestran
que existen diferencias en la actividad neurológica que distinguen a
personas con una inclinación inward de aquellos con inclinación
outward (Bertolino et al., 2005; Liccione et al., 2009; Mazzola et al.,
2010; Nardi et al., 2008; Rubino et al., 2007). Pueden identificarse aquí
dos problemas, uno de orden teórico y epistemológico, el otro de orden
metodológico.
El primero es que al explicar el carácter heterodirigido a partir
del construccionismo social conlleva a asumir un modelo explicativo
determinista en donde el sujeto dápico, a diferencia del resto de la
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Alejandro León
humanidad, construye su dimensión subjetiva fuera de sí mismo,
producto de su contexto. Este tipo de explicaciones teóricas traen consigo
la negación de una categoría ontológica diferenciada para la subjetividad
(González-Rey, 2009) y la entiende como determinada por y reducible
al contexto y a las prácticas discursivas de la persona, lo cual resulta
contra-intuitivo para una fundamentación desde la fenomenología
Heideggeriana y termina siendo un paradigma antimentalista
semejante a sistemas explicativos como el conductismo(Balbi, 2004),
al considerar la subjetividad como un epifenómeno, ya no de la
asociación de estímulos, sino de los espacios discursivos de la persona
en un período dado. Otro error identificable es la descripción de la
personalidad tendiente a los trastornos de la alimentación, básicamente
de modo idéntico al funcionamiento psicológico e interpersonal típico
del adolescente (Balbi, 2012).
El segundo problema, que es metodológico, se ubica en el hecho de
que todas las investigaciones que se han publicado en donde se realiza
un diálogo entre las neurociencias y el posracionalismo, toman muestras
poco representativas de la población y siempre se limitan a seleccionar
sujetos fóbicos y dápicos para demostrar diferencias significativas
en la actividad cerebral al momento de experimentar emociones de
miedo. Este problema se fundamenta en el olvido de que la teoría de la
OSP es una llave explicativa de valor heurístico para el ejercicio de la
psicoterapia (Oneto & Moltedo, 2002) como ayuda en la construcción
teórica de la problemática del paciente y del camino estratégico que
debe diseñar el terapeuta para lograr el cambio emocional.
El plano bidimensional en el cual se insertan las OSPs en los adelantos
teóricos que se encontraba realizando Guidano (2010) hacia el final de
su vida proveen una oportunidad de investigación empírica de las OSPs
(Arciero, 2009; Nardi & Bellantuono, 2008) que aunque valiosa para
el modelo, intenta obligar a las organizaciones a corresponderse con
diferencias en la arquitectura cerebral. Puede especularse que si se
lograran las mismas investigaciones tomando muestras representativas
246
Katharsis
Crítica al nuevo modelo hermenéutico posracionalista
de la población (i.e. un número estadísticamente significativo de
sujetos de cada una de las cuatro o cinco OSP) mostrarían que las
diferencias neurológicas cuantificables entre dápicos, obsesivos y
depresivos serían insignificantes o fácilmente confundibles entre sí.
Desafortunadamente, tal vez las investigaciones más valiosas para el
paradigma posracionalista en psicología y psicoterapia serían de tipo
longitudinales que ayudasen a identificar en las OSPs o estilos de
personalidad diferentes “sendas evolutivas”.
Conclusiones
Todos estos debates epistemológicos y teóricos debatidos por
la filosofía analítica anglosajona son discutidos con mucha más
profundidad y con elocuencia infinitamente mayor por el mismo
Arciero en Tras las Huellas de Sí Mismo (2006). Los conceptos de
complejidad, emergencia, el problema mente-cuerpo son allí tratados.
La solución que propone es la de la fenomenología hermenéutica
para comprender la experiencia en primera persona. Aquí entonces
cabe preguntarse, ¿qué ocurrirá con los psicólogos, psiquiatras y
psicoterapeutas de inclinación constructivista y posracionalista
que no hallen en la tradición fenomenológica una metodología
hegemónica para comprender el carácter subjetivo de la experiencia?
¿Verdaderamente puede darse cierre a este problema y considerar
que en la fenomenología-hermenéutica de Arciero se halla la posición
oficial del posracionalismo?
A modo de síntesis, en este artículo se considera que el trabajo
de Arciero no culmina ni en una revisión del modelo teórico de
Guidano, ni en el advenimiento de un nuevo modelo de psicoterapia
posracionalista que remplace al viejo, puesto que 1) el modelo de
Guidano, aunque en sus textos publicados perdura una impronta
computacionalista de la cual no logró distanciarse completamente,
no parte de una noción epistemológica cartesiana-cantiana. Esto
al afirmar que las ciencias cognitivas, al asumir un paradigma de la
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Alejandro León
complejidad y de los sistemas auto-organizados, se distancian de la
visión del sujeto como perteneciente a la misma categoría de las cosas,
para considerarla más bien como un sistema-proceso, al tiempo que
prescinde de explicaciones metafísicas y sustancialistas sobre el plano
de la mentación. 2) El concepto de cierre organizacional, que Arciero
asume como distanciante del sujeto de su experiencia de ser en el mundo
y de la influencia del mundo en él, no implica dicha desconexión gracias
al concepto de acoplamiento estructural. 3) El modelo de identidad
narrativa que Arciero basa en Ricoeur, y que es la dialéctica entre la
mismidad y la ipseidad, es un modelo isomórfico al de Guidano y los
sistemas y procesos del cierre organizacional y la apertura estructural
del self, y, por ende, conllevan a la formulación de las mismas cuatro
OSP de Guidano y no a una visión no categorizadora del carácter único
de cada individuo (i.e. Arciero niega la posibilidad de reconocer tipos
invariantes de organización que definen cada personalidad para luego
asumir las mismas categorías de personalidad propuestas de este
modo), y finalmente, más que un nuevo modelo, 4) la propuesta de
Arciero es una relectura desde un lenguaje de la tradición continental
de la fenomenología, mientras que el modelo de Guidano posee un
lenguaje heredado de la tradición analítica anglosajona de la filosofía
de la ciencia y la mente.
Ciertamente, la posición que aquí se defiende frente a este tema,
es el de asumir la fenomenología como una tradición filosófica que
puede traer a quienes se dedican al estudio de la mente y al ejercicio
de la psicoterapia luces acerca de cómo desarrollar nuevos métodos
de investigación, o de cómo teorizar acerca de algunos aspectos
de la conciencia(Gallagher & Zahavi, 2008, 2010). Sin embargo, la
fenomenología como tradición filosófica puede entenderse como uno
de los múltiples métodos de comprensión de la experiencia en primera
persona. Todos ellos, sin excepción, constituyen una reducción
“cosificadora” del fenómeno explicado en cuanto su naturaleza es
siempre elusiva y transitiva. La lámpara o la silla –y cómo éstas
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Katharsis
Crítica al nuevo modelo hermenéutico posracionalista
aparecen en su carácter dado para la conciencia intencional que
describen los fenomenólogos– una vez descrita y redactada ya no es la
experiencia acerca de la cual se estaban refiriendo y queda meramente
representada en el papel del texto, para que un lector que no puede
compartir la experiencia subjetiva del fenomenólogo la lea. La ciencia
tiene un valor heurístico para comprender los fenómenos que estudia,
y la comunidad científica generalmente no confunde las construcciones
teóricas con los hechos que estudia, del mismo modo que la mayoría
de posracionalistas no confunden la experiencia de la persona, que es
el paciente, con sus propias hipótesis acerca del funcionamiento de su
modo de ser.
Lejos de considerar la reificación del modelo teórico y metodológico
de Guidano, el posracionalismo no se debe limitar al pensamiento
ni a la obra de su fundador. Primero, porque Guidano no es el único
pensador que ha encarnado el movimiento del posracionalismo, el
constructivismo crítico o el del paradigma de la complejidad en las
ciencias sociales (Balbi, 2004; Greenberg & Pascual-Leone, 1995, 2001;
Mahoney, 1991), de considerarlo así, se sufre el riesgo de “escuelizar” la
innovación teórica en psicoterapia y caer en el culto a la personalidad al
tratar las opiniones teóricas de una figura sobresaliente como dogmas
que determinan la pertenencia de un profesional a una escuela. Segundo,
porque dentro del mismo posracionalismo existen revisiones teóricas y
metodológicas del modelo de Guidano, que están vigentes y no tienen
relación con la propuesta de Arciero, por lo que concebir su propuesta
como posición oficial del posracionalismo sería un error factual y un
menosprecio del trabajo de otros pensadores contemporáneos a él.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 18, pp. 227-252 —julio-diciembre de 2014, Envigado, Colombia
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Katharsis
INSTRUCTIVO PARA COLABORADORES
Katharsis, publicación indexada en Publindex-Colciencias, es la revista editada por
la Facultad de Ciencias Sociales de la Institución Universitaria de Envigado, cuya
publicación es semestral. Desde su primera edición, en 1998, tiene como objetivo
divulgar las producciones propias de las ciencias sociales, y las de cualquier campo
donde la razón y la sensibilidad se expresen, con el ánimo de develar las múltiples
facetas del devenir humano.
En la actualidad, a partir de la reaparición de su publicación en el año 2008, se tienen
además, como objetivos complementarios, divulgar y promocionar la producción
académica e investigativa en torno a la reflexión de los diversos problemas y fenómenos
socioculturales, decisivos para la consolidación del desarrollo científico y humanístico
en nuestro medio.
Pautas editoriales y formales
Las colaboraciones que no cumplan con los requisitos aquí expuestos serán devueltas
sin someterse a evaluación.
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simultáneamente a evaluación en otra publicación.
2). Los artículos no excederán las 20 páginas tamaño carta, y deberán escribirse
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podrán presentarse en cualquier formato de Word.
3). Toda colaboración incluirá el nombre del autor, alineado a la derecha,
indicando, a pie de página con asterisco, una breve reseña del currículo
académico. Esta reseña no excederá las 60 palabras y estará acompañada del
correo electrónico del autor.
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si el artículo es resultado de un proyecto de investigación en curso o terminado
y si es un trabajo presentado en un evento.
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puede enunciar un subtítulo.
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un máximo de 150 palabras.
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de 1 cm. La indentación debe hacerse con la opción automática de “Sangía
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terminaciones en “amos”, “emos”, “íamos”, etc. Con el fin de asumir la posición
de un sujeto tácito, que no sea generalizada ni parcializada.
10). El artículo estará escrito con una ortografía y gramática correctas; si son
necesarias correcciones, la revista podrá proponerlas. En caso de que éstas se
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11). La Revista Katharsis acoge las normas APA (American Psychological
Association) correspondientes a su sexta (6a) edición.
12). La Revista Katharsis recibirá los siguientes tipos de colaboraciones siguiendo
los criterios de PUBLINDEX:
13).Artículos de investigación: documentos que presentan de manera
detallada, los resultados originales de proyectos terminados de investigación.
La estructura generalmente utilizada contiene cuatro apartes importantes:
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investigación desde una perspectiva analítica, interpretativa o crítica del
autor, sobre un tema específico, recurriendo a fuentes originales.
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que se analizan, sistematizan e integran los resultados de investigaciones
publicadas o no publicadas, con el fin de dar cuenta de los avances y las
tendencias de desarrollo. Se caracteriza por presentar una cuidadosa revisión
bibliográfica de por lo menos 50 referencias.
16).Artículos cortos: documentos breves que presentan resultados originales
preliminares o parciales de una investigación científica o tecnológica, que por
lo general requieren de una pronta difusión.
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de un estudio (las experiencias técnicas y metodológicas) de un(os) caso(s) en
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literatura sobre un tema en particular.
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transcripciones de documentos históricos o de interés particular en el dominio
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constituyen un aporte importante a la discusión del tema por parte de la
comunidad científica de referencia.
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