Emigdio Augusto Santamaría, la vida novelesca de un político ilicitano en tiempos tormentosos 28/02/2016 0:00:00 El personaje que vamos a presentar es de aquellos que son consecuentes con sus ideales hasta el final, alguien tan implicado en la política que si bien su vida es de las que suelen calificarse 'de novela' su actividad pública merece un estudio profundo que no parece haberse llegado a realizar aún. Su nombre apenas es conocido por ser el de una pequeña calle de la ciudad, pero desde el Museo Escolar de Pusol pensamos que su memoria debería estar más presente entre los ilicitanos. Nació el 5 de agosto de 1829 en Elche, hijo de Matías Santamaría, destacadísimo impresor y editor, que ocuparía entre otros cargos de interés social el de administrador de los bienes del Vínculo del Doctor Caro. La otra hija de Don Matías era Reyes Santamaría, esposa de nuestro admirado Aureliano Ibarra, a quien ya hemos dedicado varios textos. Los Santamaría estuvieron vivamente involucrados en la actividad política, siempre del lado progresista, y el joven Emigdio pronto daría muestras de un profundo compromiso con sus ideales. En las elecciones municipales de 1860, contando con 31 años, fue elegido concejal por el Partido Republicano Democrático Federal, cuyo líder nacional era Pi i Margall. En los siguientes comicios, en 1865, fue nombrado alcalde, cargo que desempeñó con gran acierto, afrontando una epidemia de cólera que surgió en la ciudad. En 1866 sufrió un atentado, pero logró quedar ileso. El clima revolucionario era cada vez más intenso, en contra del reinado de Isabel II y de los coletazos del antiguo régimen, y Emigdio se destaca por sus ideas radicales. En 1864 el General Narváez es nombrado presidente del Consejo de Ministros por sexta vez, implantando una política de represión del republicanismo, por lo que, Santamaría es suspendido como alcalde y dos meses después es encarcelado en el Castillo de Santa Bárbara de Alicante. De allí sería deportado a Ceuta, Cádiz y, posteriormente, a Canarias donde permaneció entre enero y noviembre de 1867. Un año después de ser liberado se produjo un alzamiento revolucionario que provocaría el destronamiento de Isabel II. Inmediatamente se presentó Santamaría en Alicante, donde tomó parte en la sublevación el día 21 de septiembre de 1868, dedicándose después a recorrer diversos pueblos de la provincia para procurar su alzamiento, abanderando a las fuerzas republicanas en Dolores. Finalmente en Elche la revolución resultó victoriosa el 29 de septiembre sin la presencia de nuestro protagonista que no llegaría hasta el 2 de octubre, creando una Junta Popular de la que se le nombró presidente a él y vicepresidente a Aureliano Ibarra, quien al enterarse de este nombramiento escribió a Emigdio renunciando al cargo y comunicándole su abandono de la vida política activa, quedando ambos enemistados para siempre. Emigdio A. Santamaría fue nombrado diputado provincial, en las elecciones municipales de 1869 ganó de nuevo, siendo nombrado alcalde por segunda vez, y en las generales del mismo año consiguió escaño en el Congreso de los Diputados. Ferviente defensor de una estructura de estado federal firmó el Pacto de Tortosa y participó en la sublevación federal de 1869, la cual fracasó en Elche, por lo que tuvo que huir de Madrid durante un tiempo hasta que volvió a su escaño un mes después. Con todo lo relatado hasta el momento comprendemos el carácter impulsivo de este personaje, que adquiere tintes románticos en el conocido como 'Duelo de Carabanchel' que enfrentó a dos cuñados de la reina Isabel II. Emigdio A. Santamaría apadrinó a su amigo el infante D. Enrique de Borbón, Duque de Sevilla y hermano del rey consorte, quien había escrito un artículo atacando al pretendiente al trono Duque de Montpensier, esposo de la hermana menor de Isabel II. El francés retó a su enemigo a un duelo a pistola que tuvo lugar en la Escuela de Tiro de Carabanchel el 12 de marzo de 1870, ambos contendientes fallaron su primer tiro pero en una segunda vuelta Montpensier acertó en la frente del apadrinado de Santamaría, que murió en el acto. En los comicios de 1871 y 1872 fue derrotado por sus oponentes pero en 1873 consiguió de nuevo su escaño de diputado y, con el gobierno de Pi y Margall, fue nombrado gobernador civil de Málaga. El 3 de enero de 1874, Emilio Castelar perdió una moción de confianza y se procedió a la elección de un nuevo Presidente del Gobierno, cuando el General Pavía dio un golpe de estado que terminó con el régimen parlamentario republicano y llevó al General Serrano al poder hasta que se restauró la monarquía con la vuelta de Alfonso XII. Este episodio llevó a Santamaría a la cárcel junto a otros diputados hasta el mes de mayo y, tras la vuelta del rey, abandonó definitivamente la política. Mantuvo su residencia en Madrid y emprendió un negocio, abriendo una yesería en el barrio de Vallecas. El 27 de julio de 1882, mientras se desplazaba a la yesería con el dinero para pagar las nóminas de sus obreros, fue asaltado por unos bandidos que le asesinaron para llevarse el botín. Terminando así una vida que fue siempre turbulenta y apasionada.