juicio de la verdad.planteo de nulidad.

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JUICIO DE LA VERDAD.PLANTEO DE NULIDAD.
CAUSA DESAPARICIÓN FORZADA DE PERSONAS
PLANTEO
SE ARGUMENTA OMISIÓN DE CUMPLIR LO NORMADO POR EL ART. 203
CPPN (LEY 2372) AL PERMITIR LA PRESENCIA DE LOS QUERELLANTES
DEL PÚBLICO Y PERIODISTAS AL APLICAR EL ART. 236, 2da.PARTE
DEL CÓDIGO DEROGADO, PROVOCANDO GRAVE COACCIÓN
PSICOLÓGICA Y VIOLACIÓN ART. 18 C.N.. TRATANDOSE DE UN
TRIBUNAL ESPECIAL PROHIBIDO POR LA CONSTITUCIÓN SIN
FACULTADES JURISDICCIONALES Y SANCIONATORIAS. JUICIOS
ESTÉRILES EN RAZÓN DE LA DEROGACIÓN Y DECLARACIÓN DE
INCONSTITUCIONALIDAD DE LAS LEYES DE OBEDIENCIA DEBIDA Y
PUNTO FINAL.
SE RESUELVE
-DESESTIMAR EL PLANTEO.RIGIENDO EN EL PROCEDIMIENTO
DE BUSQUEDA DE LA VERDAD LAS NORMAS PROCESALES Y
PAUTAS PROCEDIMENTALES QUE SE DESPRENDEN DEL VOTO
DE LA MAYORÍA
********************************************************************************
**
MAYORIA
LAS DISPOSICIONES DEL CÓDIGO DEROGADO (LEY 2372) NO
SON APLICABLES AL PROCEDIMIENTO QUE ESTA CÁMARA
INICIÓ A LOS FINES DE LA BÚSQUEDA JURISDICCIONAL DE LA
VERDAD SOBRE EL DESTINO DE LAS PERSONAS FÍSICAS O DE
LOS RESTOS BIOLÓGICOS DE LOS DETENIDOSDESAPARECIDOS EN EL PERÍODO DE FACTO (1976-1983) ASÍ
COMO OTROS TRIBUNALES FEDERALES DE NUESTRO PAÍS
(CONF. RESOLUCIÓN DEL 25/04/2000, VOTOS DE LOS
DOCTORES PACILIO Y NOGUEIRA)
-CORRESPONDE APLICAR LA LEY PROCESAL VIGENTE (LEY
23.984) DE CONSUNO AL PRINCIPIO DE QUE LA LEY PROCESAL
NUEVA SE APLICA A LOS PROCESOS INICIADOS CON
POSTERIORIDAD A LA FECHA EN QUE AQUELLA ENTRÓ EN
VIGENCIA - EN ESTE CASO BASTANTE ANTES DE
SUSTANCIARSE LOS AJUICIOS DE LA VERDAD (ART. 539 CPP Y
LEY 24.121)- DE SUERTE QUE LA LEY 23.984,DE CONSUNO A LA
REGLA CLÁSICA, RIGE EL PROCEDIMIENTO DE BÚSQUEDA DE
LA VERDAD
-LA LEY 23.984 RIGE EL PROCEDIMIENTO DE BÚSQUEDA DE LA
VERDAD CON INTERVENCIÓN DE JUECES DELEGADOS (RES.34
DEL 12/5/98 CFALP).CONTINUACIÓN CON LA AVERIGUACIÓN DE
LA VERDAD (RES. 140/99). NADA HACE INFERIR LA OBTENCIÓN
DE PRUEBAS ILÍCITAS EN EL PROCEDIMIENTO QUE HA SIDO
RODEADO DE LOS LÍMITES CONSTITUCIONALES Y LEGALES SIN
AFECTACIÓN DE DERECHOS. LA ACEPTACIÓN Y AGREGACIÓN
DE PRUEBA (DRES. PACILIO Y NOGUEIRA CON ADHESIÓN DEL
DR. FLEICHER)
********************************************************************************
**********
ADHESIÓN AL VOTO DE LOS DRES. PACILIO Y NOGUEIRA. -RES.
18/98 CFALP. LOS CASOS AVELAZQUEZ RODRIGUEZ@
,AURTEAGA@ Y AAGUIAR DE LAPACÓ@. LA CONSECUCIÓN DE
LA VERDAD IMPONE AGOTAR TODOS LOS MEDIOS PARA
ALCANZAR EL ESCLARECIMIENTO ACERCA DE LO SUCEDIDO
CON LAS PERSONAS DESAPARECIDAS .(DR. VALLEFÍN).
********************************************************************************
**********
ADHESIÓN AL VOTO DE LOS DOCTORES PACILIOO Y
NOGUEIRA.
-CRITERIO DE LA CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN PENAL
RESPECTO DE LA ACTUACIÓN DE LAS CÁMARAS FEDERALES
CONFORME NORMATIVA PROCESAL VIGENTE, EN CUANTO SEA
APLICABLE EN LA IMPLEMENTACIÓN Y DESARROLLO DE LOS
JUICIOS POR LA VERDAD (CASOS ACORRES@ Y ARIVAROLA@).
FACULTAD DE LA CÁMARA DE LLAMAR A AUDIENCIA (CASO
AVELAZCO@) CON LAS GARANTÍAS PROPIAS DEL IMPUTADO.
(DR. SCHIFFRIN).
********************************************************************************
**********
RES. 18/98 CFALP. INTERVENCIÓN DE LOS QUERELLANTES.
ADHESIÓN A LOS VOTOS DE LOS DOCTORES PACILIO,
NOGUEIRA,DI DONATO,DURÁN,COMPAIRED Y SCHIFFRIN.
-SIN PERJUICIO DE HABERSE RESUELTO EN CAUSA 396/SU POR
MAYORÍA QUE ERAN PARA EL CASO APLICABLES LAS
PRESCRIPCIONES DE LA LEY 2372 Y SUS MODIFICATORIAS LA
CONVOCATORIA PARA COMPARECER A TENOR DEL ART. 236
2da.PARTE DEL CPPN NO ES INCOMPATIBLE CON LAS NORMAS
DE LA LEY 2384 Y SUS MODIFICATORIAS. (DR. REBOREDO).
********************************************************************************
**********DISIDENCIA
RES. 18/98 CFALP. INTERVENCIÓN DE LOS QUERELLANTES.
INSTRUCCIÓN CON FORMAS PROPIAS B ESPECIE DE
FUNDICIÓN SUMARIO-PLENARIO B QUE PERMITIÓ UN RÁPIDO
AVANCE EN LOS JUICIOS DEL CASO AAGUIAR DE LAPACÓ@.
TRIBUNAL CON LA COMPETENCIA OTORGADA POR NORMAS
INTERNACIONALES. LA ANALOGIA PERMITIDA EN EL ÁMBITO
DEL DERECHO PROCESAL Y EL ART. 203 CPPN. NECESIDAD DE
UTILIZAR ALGUNO DE LOS DOS CÓDIGOS DE
PROCEDIMIENTOS. SI SE PRETENDIERA RECEPCIONAR UNA
DECLARACIÓN INJURADA, AL NO HALLARSE REGLAMENTADA
EN NINGUNA DISPOSICIÓN LEGAL, NO EXISTIRÍA RECAUDOS NI
REQUISITOS A LOS CUALES SUJETARSE EN CADA UNA DE LAS
AUDIENCIAS. VALIDEZ DE LAS DECLARACIONES INFORMATIVAS
RECEPCIONADAS. DECLARAR DE APLICACIÓN LA LEY 2372 Y
SUS MODIFICATORIAS. (DISIDENCIA PARCIAL DRA. DI DONATO
Y DRES. COMPAIRED Y DURAN).
********************************************************************************
**********
Poder Judicial de la Nación
En la ciudad de La Plata, a los 22 días del mes de noviembre del año 2007, se
reúnen los Jueces que suscriben la presente, a fin de dar tratamientos a los
planteos de nulidad, interpuestos...en los incidentes N° 2549/S.U. caratulado
AGómez Migenes Oscar s/ Nulidad@ y N° 2550/S.U. caratulado AWelsh
Enrique Francisco s/ Nulidad@ respectivamente y
Considerando:
Los doctores Pacilio y Nogueira dijeron:
I. En la causa ADESAPARICIÓN FORZADA DE PERSONAS@, se
presentó el abogado...defensor... de E. F. W. y O. G. M., con la finalidad de
plantear nulidades con motivo del trámite de los AJUICIOS DE LA
VERDAD@. Ello sobre la base de las siguientes consideraciones:
1. Censura que los jueces delegados en ocasión de los denomi-nados Ajuicios
de la verdad@ al aplicar el art. 236, 2da. parte, del Código derogado (ley
2372), han omitido la prescripción del art. 203 del mismo ordenamiento al
permitir la presencia de los querellantes, del público y periodistas, lo cual,
además, provoca Auna grave coacción psicológica@ a sus asistidos. Entiende,
en este aspecto, una violación del art. 18 de la CN que consagra la
Aprohibición de utilizar cualquier medio intelectual, psicológico, físico o
moral para obtener la declaración del imputado@.
2. Manifiesta que las mentadas audiencias no tie-nen por objeto una finalidad
punitiva o persecutoria y que la razón de su existencia fue como consecuencia
del Adictado de las leyes 23.493 y 23.521, y los decretos de indultos@(sic).
De la declaración de inconstitucionalidad de dichas leyes y su posterior
derogación -e igual declaración respecto de los indultos- extrae la conclusión
de que se Aha tornado abstracta la intervención y la misma existencia de este
proceso@, puesto que las causas actualmente tramitan ante la justicia federal.
No obstante, agrega que un tribunal sin facultades jurisdiccionales y
sancionatorias carece de la potestad estatal persecutoria en materia criminal y
concluye: A)Entonces que clase de Tribunal es? La respuesta es simple AES
UN TRIBUNAL ESPECIAL,expresamente prohibido por nuestra
Constitución Nacional@.
3. Sin perjuicio de señalar que la actividad llevada a cabo en las audiencias
para la averiguación de la verdad Aresulta nula de nulidad absoluta@, expresa
que Ala totalidad de las pruebas arrimadas a la causa y remitidas a los
tribunales de primera instancia se encuentran viciadas de la misma forma por
la manera de su obtención@, invocando la teoría del fruto del árbol
prohibido.
II. Previo a toda consideración del planteamiento de nulidad, los que
suscribimos este voto no observamos ningún obstáculo y, desde luego,
ninguna circunstancia novedosa que haga trastocar el criterio que, desde el
inicio de los procedimientos y al sólo propósito de dar eficacia al Aderecho a
la verdad@, hemos sostenido en forma clara -según creemos- y sin variación
alguna.
III. Con relación a que en el trámite de los procedimientos, al aplicar el art.
236, 2da. Parte, del Código derogado, se omitió cumplir con lo dispuesto en el
art. 203 (mod.ley 22.383 [ADLA XLI-A, 132]) del citado ordenamiento y que
ello provocó coacción psicológica para obtener la declaración de las personas
citadas, por la presencia de los querellantes, el público y el periodismo, en
modo alguno hace suponer una actuación en pugna con los derechos y
garantías constitucionales.
1. Las disposiciones del Código derogado (ley 2372) no son aplicables al
procedimiento que esta Cámara Federal decidió iniciar a los fines de la
búsqueda jurisdiccional de la verdad sobre el destino de las persona físicas o
de los restos biológicos de los detenidos-desaparecidos en el período de facto
(1976-1983), así como otros tribunales federales de nuestro país, según hemos
sostenido al poco tiempo de iniciarse el procedimiento de búsqueda señalado
(conf., Resolución del 25/04/2000, votos de los doctores Pacilio y Nogueira).
Corresponde aplicar, en cambio, la ley procesal vigente (ley 23.984), de
consuno al principio de que la ley procesal nueva se aplica a los procesos
iniciados con posterioridad a la fecha en que aquella entró en vigencia Ben
este caso, bastante antes de sustanciarse los Ajuicios de la verdad@ (art. 539,
CPP y ley 24.121)- de suerte que la ley 23.984, de consuno a la regla clásica,
rige el procedimiento de búsqueda de la verdad (conf., FLORIAN, Eugenio.,
Elementos de derecho procesal penal. Trad. L. Prieto Castro. Barcelona,
1934, p. 43; CLARIÁ OLMEDO, Jorge A., Tratado de derecho procesal
penal., Bs.As., 1960, Tomo I, ' 100, p. 139, entre otros). Asimismo, la
aplicación del nuevo Código para juzgar la Averdad histórica@ fue decidida
por la Cámara Nacional de Casación Penal (conf., CNCP, Sala IV, in re
ACorres@, del 13/09/2000). La Corte de la Nación, a mayor abundamiento,
dejó sentado que Alas normas de procedimiento resultan aplicables a las
causas en trámite@, salvo que afecten la validez de los actos ya cumplidos de
conformidad con leyes anteriores (CSJN, Fallos 319:2844; 321:532 y 3250;
323:1727). Esta última situación es diversa a la examinada porque reiteramos- la entrada en vigencia de la ley 23.984, tiene fecha anterior a la
realización de los procedimientos de búsqueda de la verdad.
2. No obstante, cabe resaltar que el antedicho planteo de nulidad omite
contradecir la aplicación de la ley aludida (ley 2372). Por el contrario,
convalida su vigencia y argumenta en cambio que, conforme a su normativa
(art. 203), se han desconocido otras normas de jerarquía superior, razón por lo
cual este tema deviene en la única cuestión esencial a decidir. Ahora bien,
)puede que, en ese contexto fáctico y normativo, quepa declarar la nulidad de
lo actuado? En nuestro parecer la afirmación carece de todo sustento.
3. Es obvio que de aplicarse la ley que rige el caso Bel ordenamiento procesal
vigente, como hemos sostenido- la nulidad fundada en la violación de normas
constitucionales por el hecho de la presencia de los querellantes, el público y
periodistas, presuntamente vedado por la ley derogada -a pesar de que la
Constitución repulsa el procedimiento inquisitivo, secreto y ritualista de la ley
2372 (art. 118, CN)- deja de tener entidad. En efecto, todos los procesos
penales del fuero federal son orales y públicos y, por encima de equívocos que
abrevan en modelos atrasados, cualquier ley o interpretación debe mantener
esos principios consagrados por la reforma constitucional de 1994 y diversas
normas supranacionales de similar jerarquía (art. 75, inc1. 22, CN). En esta
perspectiva, los actos que pretenden anularse no causan gravamen por su
encuadramiento constitucional y legal, y, por ende, no existe nulidad e interés
que justifiquen la declaración (pas de nullité sans grief).
4. Sin embargo, aunque a título hipotético se admita la aplicación del código
derogado y se haga caso omiso de normas constitucionales, a poco que
consulten las actuaciones en los incidentes en las causas 2532/SU (W.) y
2012/SU (G.M.), bien puede cotejarse que las personas citadas a declarar se
negaron a prestarla haciendo uso de un derecho constitucional (art. 18, CN).
La apuntada circunstancia relevante determina que el planteo de nulidad se
disocie de la idea de perjuicio actual, esto es, de un presupuesto insoslayable
para su declaración. Así las cosas, antes bien sintetiza el ejemplo de la
pretensión de una nulidad por la nulidad misma. Siendo ello así, los actos
atacados, no obstante la presunta irregularidad alegada -aunque en un enfoque
de jerarquía inferior al constitucional- como quiera que sea han logrado la
finalidad a que estaban destinados y respecto de los interesados, conforme lo
apuntamos en el voto que suscribimos en el incidente n1 396/SU (AB.@), del
11 de diciembre de 2000, ante un planteo semejante.
IV. Igualmente carece de sustento la pretensión de que las mentadas
audiencias han devenido abstractas en virtud de la declaración de
inconstitucionalidad de las leyes 23.493 y 23.521 y la derogación de los
indultos, habida cuenta que, a su modo de ver, las causas tramitan actualmente
ante la justicia federal y que no puede continuar ese trámite en un Atribunal
especial@ prohibido por la Constitución Nacional.
1. El procedimiento instrumentado para la búsqueda de la verdad no tiene
naturaleza de Atribunal especial@ que proscribe la Constitución. Al contrario,
la propia presentación de la APDH La Plata (01/04/98) distinguió la
obligación del Estado Nacional Ade investigar y dar a conocer los hechos que
se puedan establecer fehacientemente (verdad), de Acastigar y procesar a los
responsables@ (justicia) y de Areparar integralmente los daños morales y
materiales ocasionados (reparación).
Por otro lado, siempre sostuvimos que si en el procedimiento con intervención
de los jueces delegados, establecido por la Cámara (Resolución 34 del
12/05/98), surgiera Ala existencia de cualquier delito perseguible de oficio, el
tema debía ser girado por los canales procesales adecuados al definitivo
conocimiento del juez competente@, de consuno a los artículos 177, 181 y
concordantes del CPP (conf., causa AB.@, del 11 de diciembre de 2000, votos
de los jueces Pacilio y Nogueira, punto III).
La vía implementada por esta Cámara Federal tuvo por finalidad satisfacer el
derecho a la verdad Aque el Estado se ha comprometido a respetar en
beneficio de la plena efectividad de las garantías consagradas en los tratados
internacionales, o sea, del *ius cogens+ surgido del derecho transnacional
imperativo. Muy en especial aquel que consulta las disposiciones de la
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas de la
OEA, aprobada por ley 24.820 de nuestro país@ (votos citados). Dicha vía
cumplió, en rigor, con una verdadera obligación de hacer de los poderes del
Estado Nacional.
En efecto, la creación de la mentada instancia tuvo en mira la obligación
indelegable del Estado Nacional que reclaman los artículos 1.1. y 25 de la
Convención Americana, no ya como procedimiento para establecer sanciones
o para ordenar el pago de indemnizaciones -reservada a los tribunales
competentes- sino como un dispositivo eficaz para que las víctimas directas y
la sociedad tuviera acceso a la información esencial sobre la verdad de los
hechos durante la época del terrorismo de Estado. Por supuesto, rodeada del
libre y pleno ejercicio de los derechos y garantías constitucionales.
Vale reiterar que el antedicho dispositivo tuvo el objeto específico de hacer
cesar, en lo posible, un estado de incertidumbre e ignorancia y -con palabras
del organismo interamericano- Aotorgar el conocimiento completo y público
de la verdad@ (conf., Informe de la Comisión del 22 de diciembre de 1999 in
re AEllacuria S.J., Ignacio@). Mal puede hablarse, entonces, de Atribunal
especial@ cuando la vía, a la que se atribuye esa naturaleza, no implica
enjuiciamiento de las personas presuntamente involucradas en los hechos
durante el período 1976-1983. Repárese que un presupuesto de los
Atribunales especiales@ es el juzgamiento de las personas individuales
implicadas en casos especiales, potestad inexistente en quienes dirigen las
aludidas actuaciones de averiguación de la verdad. Este último no se ocupa de
casos concretos -responsabilidades penales individuales- sino, ampliamente,
de los abusos a los derechos humanos perpetrados durante un período
determinado.
2. Tampoco puede aceptarse como fundado el argu-mento de que los Ajuicios
de la verdad@ hayan tornado abstractos por las razones que apunta. Si
aquellos tienen por cometido colectar informes, hacer reconstrucciones e
inspecciones, recoger testimonios orales, practicar exhumaciones, identificar
cadáveres, ordenar peritajes, etcétera, hasta el conocimiento completo y
público de la verdad, el procedimiento ordenado por este Tribunal no ha
derivado -a consecuencia de la inconstitucionalidad de las leyes y derogación
de los indultos- en una cuestión Aabstracta@, Ameramente académica@ o
Aconjetural@. Por el contrario, significa un asunto muy concreto, con
enormes implicancias en la sociedad argentina y resonancia internacional que
todavía se mantiene abierto a la información oculta y rebelde en el acceso. Lo
cierto es que todavía, acorde a esas características, resta acumular elementos
de conocimiento pendientes sobre el destino y la suerte de miles de
desaparecidos en el último gobierno militar, no obstante el logro parcial del
procedimiento instaurado y esfuerzo de los jueces delegados. Vale decir, está
vigente un interés jurídico susceptible de ser eficazmente tutelado.
Es necesario, por tanto, que los jueces delegados continúen con la
averiguación de la verdad en los términos que, en su momento, fue impulsada
por este Tribunal con una finalidad determinada y con ajuste a las reglas del
derecho internacional de los derechos humanos (conf., Resolución n1140/99,
votos de los jueces Pacilio y Nogueira, en especial los puntos IV y V).
V. La pretendida nulidad absoluta de Alas prue-bas arrimadas a la causa y
remitidas a los tribunales de primera instancia@ -con arraigo en la doctrina
del fruto del árbol prohibido- carece de soporte.
En efecto, por un lado nada hace inferir la ob-tención de pruebas ilícitas en el
procedimiento de búsqueda de la verdad, el cual ha sido rodeado de los límites
constitucionales y legales sin afectación de derechos, conforme a las
consideraciones anteriores que fundan el rechazo del pedido de nulidad (conf.,
retro II, III y IV).
De otro lado, el aceptar la remisión y decidir la agregación de elementos de
prueba -datos o información suministrada por la actuación de los jueces
delegados- depende en absoluto de los tribunales de primera instancia o,
eventualmente, durante el trato de las cuestiones preliminares el juicio oral
(arts. 168 y 376, CPP). Es decir, en oportunidad de valorar y excluir el posible
origen espurio de los elementos colectados, sea a pedido de parte, sea de
oficio Aen cualquier estado y grado del proceso@ en supuestos de violación
de garantías constitucionales. En síntesis, con respaldo en los fundamentos
anotados, proponemos al Acuerdo:
1) Reiterar la aplicabilidad al Atrámite del juicio de la ver-dad@ de las pautas
procedimentales individualizadas en los considerandos III. 1. y IV. 1. y 2.
2) Por las demás consideraciones, desestimar las nulidades articuladas.
El doctor Vallefín dijo:
1. La presentación ante esta Cámara.
... se presentó ante esta Cámara, invocando su condición de abogado defensor
de...E. F. W. y O. G.M. a fin de plantear nulidades respecto del trámite de los
denominados AJuicios de la Verdad@. Sus argumentos están correctamente
sintetizados en el voto de los doctores Nogueira y Pacilio al que me remito.
2. La resolución 18/98.
En lo que aquí interesa, cabe recordar que la resolución 18/98 de este Tribunal
dispuso Adeclarar el derecho de los familiares de las víctimas de los abusos
del Estado ocurridos en el pasado gobierno de facto (1976/83) de conocer
cuáles fueron las circunstancias relacionadas con la desaparición de ellas y en
su caso el destino final de sus restos@ (punto AA@).
No suscribí dicha decisión pues no integraba esta Cámara en dicha fecha pero
adhiero, sin reservas, a dicha conclusión.
3. Los casos AVelázquez Rodríguez@ y AUrteaga@.
Compendia acertadamente esta cuestión un precedente frecuentemente
invocado: AEl deber de investigar hechos de este género subsiste mientras se
mantenga la incertidumbre sobre la suerte final de la persona desparecida.
Incluso en el supuesto de que circunstancias legítimas del orden jurídico
interno no permitieran aplicar las sanciones correspondientes a quienes sean
individualmente responsables de delitos de esta naturaleza, el derecho de los
familiares de la víctima de conocer cuál fue el destino de ésta y, en su caso,
dónde se encuentran sus restos, representa una expectativa que el Estado debe
satisfacer con los medios a su alcance@ (Corte Interamericana de Derechos
Humanos, in re AVelázquez Rodríguez@, sent. del 29 de julio de 1988;
Copelon, Rhonda, AColumbia Human Rights Law Review@, Recognizing the
egregious in the everyday: domestic violence as torture, volumen 25, página
291).
O, en palabras de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, proteger el
derecho a conocer todo lo relativo a la muerte de un familiar cercano -ocurrida
en las luctuosas circunstancias que vivió el país- significa reconocer el
derecho a la identidad y a reconstruir la propia historia, lo cual se encuentra
estrechamente ligado a la dignidad del hombre (in re AUrteaga, Facundo
R.@, sent. del 15-10-1998, ALa Ley@ 1998-F-236).
4. El caso AAguiar de Lapacó@.
Con posterioridad a todas estas decisiones -incluida la de esta Cámara- se
sucedieron otras, entre las cuales una es singularmente relevante. Se trata de la
solución amistosa alcanzada entre el Estado Nacional y la señora Carmen
Aguiar de Lapacó, celebrada en el seno de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos el 15 de noviembre de 1999 (véase AAmerican University
International Law Review@, Index of individual case reports of the InterAmerican Commission on Human Rights: 1994-1999, volumen 16, p. 353).
4.1. En efecto, en octubre de 1998, la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos recibió una petición presentada por Carmen Aguiar de Lapacó,
patrocinada por Abuelas de Plaza de Mayo, la Asamblea Permanente por los
Derechos Humanos (APDH), el Centro de Estudios Legales y Sociales
(CELS), el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL),
Familiares de Detenidos Desaparecidos por Razones Políticas, la Liga
Argentina por los Derechos del Hombre, Madres de Plaza de Mayo -Línea
Fundadora-, Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) y el
Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) en contra de la República Argentina.
Los peticionarios alegaron que las autoridades judiciales argentinas
rechazaron la solicitud de la señora Carmen Aguiar de Lapacó a efectos de
determinar lo ocurrido a su hija Alejandra Lapacó, detenida desaparecida
desde el 17 de marzo de 1977, fundamentada en el derecho a la verdad y el
derecho al duelo. Los peticionarios consideraron que el rechazo de las
autoridades judiciales violaba los derechos a las garantías judiciales (artículo
8.1), a una tutela judicial efectiva (artículo 25) y la obligación de respetar los
derechos (artículo 1.1), protegidos por la Convención Americana sobre
Derechos Humanos.
La Comisión declaró la admisibilidad del caso y se puso a disposición de las
partes con la finalidad de alcanzar una solución amistosa fundada en el respeto
de los derechos consagrados en la Convención e invitar a las partes a
pronunciarse sobre tal posibilidad. La solución amistosa fue acordada por el
Estado y el peticionario en la audiencia celebrada el 30 de septiembre de
1999. El 15 de noviembre de 1999 se suscribió en Buenos Aires un acuerdo de
solución amistosa entre las partes con la presencia del Presidente de la
Comisión Interamericana, Prof. Robert Kogod Goldman, y de su Secretario
Ejecutivo, Embajador Jorge Taiana, en el cual, el Estado reconoció aceptar y
garantizar el derecho a la verdad y se comprometió a tomar diversas medidas
para remediar las violaciones alegadas por los peticionarios.
4.2. La cláusula primera de este convenio dice que Ael Gobierno Argentino
acepta y garantiza el derecho a la verdad que consiste en el agotamiento de
todos los medios para alcanzar el esclarecimiento acerca de lo sucedido con
las personas desaparecidas. Es una obligación de medios, no de resultados,
que se mantiene en tanto no se alcancen los resultados, en forma
imprescriptible@ y la segunda expresa que Agestionará la normativa para que
las Cámaras Nacionales en lo Criminal y Correccional Federal de todo el país,
tengan competencia exclusiva en todos los casos de averiguación de la verdad
sobre el destino de las personas desaparecidas con anterioridad al 10 de
diciembre de 1983, con la única excepción de las causas por secuestro de
menores y sustracción de identidad que continuarán según su estado@
(énfasis añadido en ambos casos).
5. Conclusión y adhesión.
1. Las razones que sustentan la resolución 18/98 de este Tribunal y los
precedentes posteriores antes invocados, revelan que la consecución de la
verdad impone -tal como se obligó la República Argentina (arts. 31 y 75
inciso 22 de la Constitución Nacional) e indica, en su estado actual, el derecho
internacional de los derechos humanos- agotar todos los medios para alcanzar
el esclarecimiento acerca de lo sucedido con las personas desaparecidas.
2. Las nulidades planteadas deben desestimarse por las razones desarrolladas
en el voto de los señores jueces doctores Nogueira y Pacilio al cual me
adhiero.
Así lo voto
El Doctor Schiffrin dijo:
He de adherir al voto de los doctores Pacilio y Nogueira, con las precisiones
siguientes:
I.- En cuanto a si en los procedimientos generalmente cono-cidos por AJuicios
por la verdad@ corresponda aplicar las normas del antiguo código sancionado
por la ley 2372 o el actualmente vigente, los distinguidos colegas sostienen el
segundo criterio, con argumentos que comparto y que son análogos a los ya
expresados por el doctor Reboredo y el suscripto el día 28/08/2003 en la causa
2017/S.U., caratulada AVelasco, Luis s/ averiguación@, cuando la Cámara se
expidió sobre el recurso de casación interpuesto por la Sra. Defensora Pública
Oficial, ...en representación del Pbro. Christian Federico Von Wernich.
Al respecto, el doctor Reboredo y el suscripto aceptamos en esa ocasión, el
criterio de la Cámara nacional de casación Penal, que reconoció con amplitud
que las Cámaras Federales deben actuar conforme a la normativa procesal
vigente, en cuanto sea aplicable en la implementación y desarrollo de los
juicios por la verdad en el ámbito de los tribunales federales (casos ACorres,
julián Oscar s/ recurso de queja@, N° 1996,de 13 de septiembre de 2000 y
ARivarola, ricardo Horacio s/ recurso@, n° 3199, de 21 de octubre de 2002).
II- En el resto del apartado III (puntos 2 a 4) del voto de los doctores Pacilio y
Nogueira, estos fundamentan los motivos por los cuales han de rechazarse los
planteos de nulidad efectuados por el presentante, con razones a las cuales no
cabe sino adherir.
III- En el apartado IV desestiman los colegas nombrados el agravio referente a
que la actuación de la Cámara en estos procedimientos la erigiría en un
tribunal especial. Tambien, en el mismo acápite, rechazan la idea de que la
anulación de las leyes de punto final y obediencia debida obligue a clausurar
los procedimientos conocidos como juicios por la verdad, que deben proseguir
su curso en la forma habitual. A todo ello adhiero.
IV- Por mi parte, deseo repetir lo que dijimos el doctor Reboredo y el
suscripto en el caso del expediente 2017/SU, acerca de que la Cámara dispone
de la facultad de llamar a audiencia, con las garantías propias del imputado, a
las personas individualizadas como posibles responsables de hechos de
desaparición forzada de personas, investigados de acuerdo con la competencia
que el tribunal inviste con arreglo al compromiso internacional asumido por el
Estado Argentino en el acuerdo AAguiar de Lapacó@ (Caso 12.059, Informe
n°21/00, 29 de febrero de 2000).
Asimismo, he de repetir, como lo hicimos en la oportunidad señalada, que en
el mismo precedente ACorres@ se ha subrayado, invocando el dictamen de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el caso AIgnacio Ellacuría
y otros@, n°10.488., de 22 de diciembre de 1999 (la conocida masacre de los
jesuitas en El Salvador), que el derecho a la verdad comprende el de conocer
la identidad de quienes participaron en las acciones investigadas, principio
que en todo momento ha guiado la actuación de este Tribunal, entendiendo
que, cuando existe una persona indiciada como responsable, se la debe poner
en conocimiento de los cargos, para que efectúe las aclaraciones pertinentes
que, eventualmente, podrían redundar en la obtención de nuevas
informaciones, pero todo ello con estricta sujeción al principio nemo tenetur
se ipsum prodere, recogido por el art.18 de la Constitución Nacional.
Añadimos, igualmente, que las normas que deben dar marco a los
interrogatorios en tales condiciones, no son otras que las apropiadas para
garantizar los derechos de las personas bajo grave sospecha de la comisión de
delitos.
En conclusión, corresponde rechazar en todos sus términos la
presentación en examen y declarar que esta Cámara se encuentra obligada a la
continuidad de los procedimientos fundados en el Acuerdo AAguiar de
Lapacó@, los que han de desenvolverse, con las adaptaciones a que obliguen
sus particularidades, sujetos a la normativa procesal penal actualmente
vigente. En cuanto a las personas sobre las cuales pueda existir sospecha de
que hayan intervenido en la comisión de delitos vinculados a desapariciones
forzadas, las mismas pueden ser interrogadas con las garantías del art.18 de la
Constitución Nacional.
Así lo voto.
Los Doctores Di Donato, Compaired y Durán dijeron:
Concurrimos al plenario del día de la fecha a fin de resolver el planteo de
nulidad formulado..., pretendiendo la nulidad de todas las actuaciones
labradas en el marco del juicio por la verdad, en las que se encuentren
involucrados sus asistidos y que tal decisión se extienda a todas las causas
comprendidas en el marco del Ajuicio por la verdad@ que lleva adelante esta
Cámara en base a los siguientes cuestionamientos que expresamente allí
formula: a) presencia de partes querellantes en las audiencias públicas; b)
presencia de público en general; c) califica de estériles a los juicios en razón
de la derogación y declaración de inconstitucionalidad de las leyes de
obediencia debida y punto final; d) le asigna al Dr. Schiffrin
Adesconocimiento del derecho@, recordando que él mismo calificó de
abstractas a las audiencias; e) califica a esta Cámara Federal de Atribunal
especial@.
Ya se dijo en la resolución número 18/98 de este Tribunal que diera apertura a
los juicios por la verdad, con fecha 21 de abril del año 1998, por el voto que
conformamos aquella mayoría integrada por los Doctores Umaschi,
Hemmingsen, Reboredo, Schiffrin y Durán, que rige en este proceso la Ley
2.372 y sus modificatorias, razón por la cual al contener ella en el art. 236
segunda parte el instituto del imputado no procesado, se encuentra ajustado a
derecho en un todo las citaciones y las audiencias de tal carácter que en el
marco de dicho juicio así se celebraron.
Brevemente hemos de señalar que por un fallo plenario de este Tribunal hasta
hoy ha regido adecuadamente tal instituto.
Que la nulidad articulada debe rechazarse en cuanto a la específicidad, por el motivo antes señalado, adunando que se encuentra el
presentante fuera del tiempo hábil para formular tal requerimiento.
En cuanto al demérito que formula en relación al juicio por la verdad y su
pretendida insignificancia, solamente puede responderse que resulta la base
filosófica, política y judicial de los juicios, que en jurisdicción plena, se
encuentran en tratamiento y decisión por todos los crímenes de lesa
humanidad que aquí y allá se han constatado.
El querellante ha actuado en este proceso interviniendo en la calidad que le ha
sido conferida, dada la capacidad jurídica de actuar en todo proceso ya que, ha
de tenerse presente muy especialmente, la calidad de las víctimas, en su
mayoría personas desaparecidas, siendo imprescindible entonces para la buena
y recta marcha de la administración de justicia en este proceso, la presencia de
los querellantes en la forma en la cual se han presentado e intervenido.
Es dable considerar que, tal como lo ha señalado la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos en la caso 12.059, ACarmen Aguiar de Lapacó@,
considerado caso insigne en todos los vinculados a las desapariciones de
personas en Argentina, se arribó a que Ael gobierno argentino acepta y
garantiza el derecho a la verdad que consiste en el agotamiento de todos los
medios para alcanzar el esclarecimiento acerca de lo sucedido con las
personas desaparecidas. Es una obligación de medios, no de resultados, que se
mantiene en tanto no se alcancen los resultados, en forma imprescriptibleY el
gobierno argentino gestionará la normativa para que las Cámaras Nacionales
en lo Criminal y Correccional Federal de todo el país, tengan competencia
exclusiva en todos los casos de averiguación de la verdad sobre el destino de
las personas desaparecidas, con anterioridad al 10 de diciembre de 1983, con
la única excepción de las causas por secuestro de menores y sustracción de
identidad que continuarán según su estadoY@.
Es decir, que este no es un Tribunal especial como lo pretenden
equivocadamente los presentantes, sino que en virtud de la solución amistosa
a la que arriban el gobierno argentino y la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, el día 15 de noviembre del año 1999, las Cámaras
Federales son las que cuentan con la competencia otorgada por normas
internacionales, a fin de decidir la cuestión en examen.
Por otro lado, esta claro y así se resolvió, que este Tribunal en el denominado
juicio por la verdad, no tenía persecución penal a partir de los hechos materia
de investigación, razón por la cual no se disponía restricción o medida
ninguna de cohersión penal, aplicándose las disposiciones de la Ley 2.372 y
sus modificatorias, con dicha limitación.
Así se resolvió en la resolución del 11 de diciembre del año 2000 cuando en
acuerdo plenario por mayoría integrada por los Doctores Reboredo,
Hemmingsen, Umaschi, Schiffrin y Durán se resolvió: Aque la resolución de
los señores jueces delegados obrante a fojas 9 de este expediente, se ajusta a
derecho, correspondiendo rechazar las quejas articuladas, disponiendo que es
de aplicación la ley 2.372 y sus modificatorias, teniendo presente el recurso
extraordinario de ley interpuesto (art. 14 Ley 48), ello así en causa número
396, de la Secretaría Unica de este Tribunal en planteo similar al hoy en
tratamiento formulado en aquella ocasión por ... en representación del Sr.N.
B..
Parece obvio, entonces, que ha decidido invariablemente este Tribunal con
sano criterio, aplicar el código de procedimiento en materia penal que regía en
el momento en el cual se produjeron los terribles crímenes de lesa humanidad
materia de juzgamiento.
También es cierto que se dio paso a la analogía permitida en el ámbito del
derecho procesal, a fin de desarrollar los juicios en el marco ya antes expuesto
y, por ello, es que en una suerte de fundición de sumario plenario se avanzó en
el marco de la instrucción con formas propias del debate, como lo son las
audiencias públicas, con presencia de las partes para el debido contralor y con
alguna variedad no contemplada en la ley pero que permitió un rápido avance
en estos juicios, como los es la forma y método de recepción de las
declaraciones, tanto las testimoniales como las informativas, esto es
absolutamente gravadas en un todo, guardando celosamente los cassettes que
contienen tales audiencias para luego mandar a que se transcriban en soporte
papel, habiendo tenido el cuidado el tribunal de conservar una segunda copia
en sobre sellado y lacrado, firmado por las partes a los fines de garantizar su
seguridad jurídica, y luego aquella trascripción ser agregada con la
formalidades propias de las actas.
Entonces el art. 203 del Código de Procedimiento en Materia Penal, cae por
desuso porque la analogía procesal no nos permite su aplicación en estos
juicios, que observan cuestiones diferentes en materia procesal, todas
observando las garantías individuales que consagra la Carta Magna.
Que alguno de los dos códigos de procedimientos debe utilizarse, es
invariablemente cierto, debido a que si no nos ajustamos a una ley escrita con
la flexibilidad antes apuntada, significaría a nuestro entender desmerecer el
juicio por la verdad en razón de aplicar un instituto que carece en todo de base
legal..
A su vez, en dicho caso de utilizarse algún instrumento no contemplado nunca
en ninguna ley, como puede ser la denominada declaración injurada, podría
entonces sí, eventualmente, encontrar en un futuro vía libre y directa el
camino de la nulidad.
Para finalizar hemos de recordar que no existe plenario nin-guno de la Cámara
Nacional de Casación Penal que resuelva el tema en análisis.
Tampoco ha sido decidido por nuestro máximo Tribunal de la Nación.
Ello, nos conlleva a señalar que el camino aquí escogido es el correcto, y por
ende, no ha de modificarse, ya que si se pretendiera recepcionar una
declaración injurada, al no hallarse reglamentada en ninguna disposición
legal, no existiría recaudos ni requisitos a los cuales sujetarse en cada una de
tales audiencias.
Por ello es que proponemos al acuerdo:
1) Rechazar en un todo las pretensiones del presentante, decla-
rando válidas las declaraciones informativas decepcionadas en este proceso y
en todos aquellos en los cuales se investigan los tremendos crímenes de lesa
humanidad cometidos en nuestro territorio entre los años 1976 y 1983.
2) Declarar de aplicación la ley 2.372 y sus modificatorias.
Así lo votamos
El Doctor Reboredo dijo:
Con relación a la nulidad planteada...de tratamiento en este Acuerdo,
comparto los fundamentos expuestos por los colegas que me han precedido,
razón por la cual adhiero, en su pertinencia, a los votos de los doctores
Pacilio, Nogueira, Di Donato, Durán, Compaired y Schiffrin.
Con respecto a cuales prescripciones formales son de aplica-ción al desarrollo
de los actos dispuestos para la averiguación de la Desaparición Forzada de
Personas y, en su caso, del Destino Final de sus Restos, sin perjuicio de que en
la causa N° 396/S.U. , con fecha 11 de diciembre de 2000 se haya resuelto por
mayoría que para el caso eran aplicables la ley 2.372 y sus modificatorias,
estimo que para el presente la convocatoria para comparecer ante el Tribunal
según la segunda parte del art. 236 de dicha ley, no es incompatible con las
normas de la ley 23.984 y sus modificatorias .
En efecto, en un desarrollo simplista, me remito al art. 538 del C.P.P.N.,
norma derogatoria de todas las disposiciones que se opongan a la ley 23.984, a
la Exposición de motivos cuando califica al imputado, facultándolo para que
se pueda presentar al magistrado antes de la indagatoria, y este último para
que lo cite, a fin de aclara los hechos y ofrecer prueba, sin que ello signifique
su procesamiento; a los arts., 73 y 153 del rito actual; a los arts. 12, 24, 34, 46,
59 y 70 de la ley 24.121, todas ellas que en un juego armónico pueden
compatibilizar la citación a comparecer ante el Tribunal, a quien hubiere sido
mencionado como responsable directo, partícipe o cómplice en la comisión de
un delito, en los términos de la segunda parte del art. 236 de la ley 2.372 (vide
además Res. 140/99).
De tal manera, la sujeción a la normativa procesal penal ac-tualmente vigente,
no impide adecuar las disposiciones formales del código que nos regía a las
singulares características del proceso que nos fuera encomendado para la
búsqueda de la verdad de los crímenes aberrantes sucedidos entre los años
1976 a 1983, en tanto no estén derogadas, sean compatibles entre sí, y
atiendan a las garantías constitucionales.
Así lo voto.
El Doctor Fleicher dijo: que adhiere al voto de los Doctores Pacilio y
Nogueira
POR ELLO SE RESUELVE:
I. Desestimar por unanimidad el planteo nulificante interpuesto.
2. Por mayoría, declarar aplicables al AJuicio por la Verdad@, las normas
procesales y pautas procedimentales que se desprenden del voto de la
mayoría.
3. Agregar copia certificada al incidente N° 2550/S.U..
4. Notifíquese, regístrese.Fdo.Jueces Dres.Antonio Pacilio.Leopoldo Héctor
Schiffrin.Carlos Alberto Nogueira.Alberto Ramón Durán(en disidencia).Alicia
María Di Donato (en disidencia parcial).Carlos Román Compaired (en
disidencia parcial).Julio Víctor Reboredo (según su voto).Carlos Alberto
Vallefín.
Ante mi.Dra. Maria Antonieta Perez Galimberti.Secretaria.
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