ALBERTO PÈREZ LARRARTE Cronista Oficial de la Ciudad de Barinas …………… BARINAS, LA CAPITAL DEL LLANO Oficina del Cronista Barinas-Venezuela 2014 BARINAS, LA CAPITAL DEL LLANO Avenida Briceño Méndez, en la Barinas de los años 30 “El legítimo barinés que dice ser su amigo, lo es en toda época y en todas las circunstancias; y el que dice ser enemigo, lo es sin doblegar, pero con nobleza, porque lo hace a cara descubierta. El legítimo barinés tampoco sabe pedir, pero si sabe dar con generosidad…” (Carta de Bolívar, dirigida a Santander, 1818). BARINAS, LA CAPITAL DEL LLANO La ciudad de Barinas, hermosa e histórica tierra que nos vio nacer es considerada una de las principales ciudades de la región Suroccidentales del país, por su gracia, grandes recursos naturales y humanos y su vertiginoso crecimiento y desarrollo integral, es bien llamada por propios y extraños, la ciudad capital del llano. Su relevante participación desde época de la colonia en todos los procesos económicos, sociales y políticos de Venezuela, le hizo ser llamada la segunda ciudad de Venezuela, la sultana de los llanos, tierra de paisajes y contrastes, tierra de historias y leyendas. El 19 de abril de 1810 se inicia el movimiento revolucionario que más tarde determinaría la separación de Venezuela del dominio español; pocos días después, el 5 de mayo de ese mismo año, la provincia de Barinas se incorpora al citado movimiento, patriotas barineses y habitantes de la sultana de los llanos, se reúnen en esta ciudad con la finalidad de planificar las acciones a seguir en la lucha por la independencia, encendiendo así las antorchas de la libertad. En los albores de la independencia, la provincia de Barinas era una de las opulentas, ricas y florecientes provincias de la Capitanía General de Venezuela; ya que esta ciudad, además de Caracas, era la única donde había caballeros elevados a la categoría de condes y marqueses. Era tanta la riqueza que existía en la floreciente ciudad que, no hallando en que emplear su abundante fortuna, pensaban condecorarse con títulos de nobleza. Barinas recibe la Guerra de Independencia con sus llanuras colmadas de ganado vacuno y caballar, los hatos barineses tenían una producción anual de cuatro mil novillos. Don Manuel Antonio Pulido, dueño del antiguo hato La Calzada, prometió donar mil caballos para incorporarlos a la lucha por la independencia, pero antes de entregarlos quería saber de qué color los querían. Estas aseveraciones pueden ser leyendas llenas de magia o impregnadas de esa fantasía que desanda por la sabana barinesa, pero sin duda que Barinas brindó todo el apoyo logístico a la guerra; sus llanuras eran el mejor escenario para su preparación. Aquí aseguraron el dinero, comida, ganado, los mejores hombres y todos los recursos necesarios para emprender tal empresa. Aquel 5 de mayo, Barinas con todo su esplendor y belleza, pujante y rica; asume el compromiso de secundar resueltamente el movimiento revolucionario de Caracas, para luego irradiar como la quinta estrella en el azul la bandera nacional. La actitud asumida por los nobles y leales barineses de 1810 es sencilla de entender: el movimiento emancipador estaba encabezado por los ricos y mantuanos de Barinas, los cuales sólo pretendían separarse de España en busca de la autonomía política y comercial que les permitiera una directa y mayor participación en el mercado mundial. A estos señores hay que reconocerles que no vacilaran al dar todo por la libertad de la patria; eran tiempos donde existía el honor, la dignidad, la palabra empeñada, la solidaridad entre las familias. Don Nicolás Antonio Pulido, cuando se celebraba el cabildo abierto, le manifestó a sus amigos: “¿Qué más quieren ustedes? todo lo tienen y todo se proponen perderlo, van a perderse y arruinar estos pueblos. Por mi parte, tendré que seguir la suerte común; y lo peor es que voy a hacerlo con la íntima convicción de que vamos a un suicidio.” A don José Ignacio del Pumar, uno de los hombres más ricos de la comarca, en 1814, cuando ya era un anciano, se le pidió que rectificara en su propósito de luchar por la libertad de la patria, y no dudó en mantener su palabra empeñada, entregando su vida; pues muere emparedado en la cárcel de Guanare. El Libertador refiriéndose a los barineses en carta dirigida a Santander, en 1818, afirma: “El legítimo barinés que dice ser su amigo, lo es en toda época y en todas las circunstancias; y el que dice ser enemigo, lo es sin doblegar, pero con nobleza, porque lo hace a cara descubierta. El legítimo barinés tampoco sabe pedir, pero si sabe dar con generosidad”. Esto confirma la teoría de que los barineses lo dieron todo por la felicidad de la patria, no vacilaron en entregar su fortuna y hasta su vida para liberarse del dominio español. Demostrando que la dignidad está por encima de todas las cosas. En los actuales momentos Venezuela vive tiempos de nuevos rumbos y creación de nuevos paradigmas sustentados en la participación democrática; pero si no somos consecuentes con el discurso, se originarán agites políticos, sociales y económicos de tal trascendencia, que nos exigirán actuar con coraje y valentía, pero con la convicción, dignidad y entereza que caracterizaron a esos hombres y mujeres que lucharon por liberar nuestra patria de todo dominio extranjero. Barinas también fue el principal escenario de la Guerra de la Federación. En Santa Inés, al sureste de la ciudad, se libró la célebre batalla, una de las principales acciones de la Guerra Federal, que resultó con el triunfo de las tropas federalista al mando del general Ezequiel Zamora el 10 de diciembre de 1859. Después del fallecimiento del general Juan Vicente Gómez (1935) y como consecuencia de las campañas sanitarias, del resurgimiento de la economía agropecuaria, el hecho de haberse encontrado petróleo en el subsuelo del Estado, así como la explotación de sus enormes recursos naturales como madera, ganado y fértiles tierras; la ciudad capital comenzó a progresar con rapidez, siendo actualmente una de las principales en los llanos venezolanos. El estado Barinas está considerado el segundo de mayor crecimiento económico del país, con legítimo derecho a la ciudad se le llama la capital del llano. La Barinas de casas de palma y calles de tierra FERIAS DE BARINAS EN HONOR A NUESTRA SEÑORA DEL PILAR DE ZARAGOZA Cuenta la tradición que esta costumbre la inició Juan Pedro Gauna, fundador de la ciudad de Zaragoza, España, a raíz de una promesa que hiciera después de concluir la batalla de la Cumbre del Palacio. Según la tradición, unos soldados realistas le vendieron la virgen a Gauna y tomaron a su hijo prisionero. En acto de fe, Gauna se arrodilló y prometió a la virgen que fundaría un pueblo si su hijo regresaba vivo. Como sus deseos se cumplieron fundó la ciudad de Zaragoza y comenzó a venerar a la virgen y a celebrar las fiestas en su honor. En la ciudad marquesa, la celebración de esta festividad es propicia para recibir a los turistas que nos visitan y compartir con los coterráneos trayendo una ofrenda, una oración, una promesa para la Virgen del Pilar. El 12 de octubre es el día de nuestra santa patrona, cuando pueblo e iglesia elevan una oración al cielo y hacen de nuestras ferias, con su fe, un refugio espiritual lleno de amor y esperanzas. Aunado a la fe religiosa está el hermoso y vistoso desfile de las carrozas, donde hacen gala las muchachas con su esplendor y belleza. Originalmente las personas aprovechaban las fiestas religiosas para concurrir a aquellos lugares donde se celebraban las mismas; allí se comercializaban e intercambiaban variados productos. Las fiestas eran punto de encuentro, remembranzas de los lejanos días, donde los muchachos de entonces se iban de romería alabando a la Virgen, cantando a las muchachas, bebiendo vino, trayendo y llevando animales y frutos hacia sus casas; fue así como de fiestas de pueblo, pasaron a ferias. La Feria de Nuestra Señora del Pilar ha contado con hombres y mujeres quienes se ocuparon, en su momento, de la organización de estas festividades, donde gobierno y pueblo, aunados en un mismo fin y actuando con sacrificio, tenacidad y perseverancia, han puesto en alto el nombre de Barinas y de sus ferias. Entre las personas que han asumido el compromiso de dirigir nuestras ferias registramos a: don Pedro Díaz Pantoja, Segundo Rojas Garrido, Omar Berens, el ingeniero Eldis Araque, la doctora Aurora Díaz de Sánchez, el doctor Pompilio Vásquez, el profesor Ramón Higuera, J.J Peña Peña, Manolo Aldana, Eliana Gherardi, Alexander Ramírez y Carmen Silva. Las ferias que hoy celebramos están a cargo de una coordinación de eventos adscrita a la alcaldía municipal que coordina el joven Douglas Silva. Catedral Nuestra Señora del Pilar, edificación religiosa colonial. Su construcción data de 1770, ha sufrido varias modificaciones. Fue reconstruida en 1865. En 1960 es declarada Monumento Histórico Nacional. Allí se encuentra en una redoma de cristal, llena de alcohol, el corazón del doctor Ramón Ignacio Méndez. DOS FECHAS MEMORABLES PARA LA UNIVERSIDAD DE LOS LLANOS El 14 de junio de 1974 el ejecutivo Nacional por recomendación del Consejo Nacional de universidades, crea la Comisión organizadora de la Universidad de Los llanos Occidentales. Quedando conformada la mencionada comisión por los doctores Manuel Vicente Benezra, Humberto Jiménez González, Carlos Emilio Muñoz Oraá, Ricardo Valderrama, Antonio J. Álvarez, Gilberto cárdenas, Alfredo Ducharme, Juan Pedro del Moral, Antonio Aranguibel, Félix morales Bueno y Francisco Manzanilla. No habiendo en estos llanos ningún Instituto de Educación Superior, se pensó en construir un modelo diferente, transformador y revolucionario. Con esa filosofía nació la Universidad Nacional Experimental de Los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora, fundamentada en la Ley Nacional de Universidades, que da la oportunidad de ensayar nuevas orientaciones, que nos alejen de los modelos tradicionales y así edificar una universidad que investigue, forme y ofrezca nuevas vías y elementos que contribuyan a mejorar la calidad de la educación y por consiguiente afiancen el desarrollo económico, social y cultural de nuestra región de los llanos. Hasta el epónimo de nuestra universidad llanera marcó pauta de innovación, el hecho de que se bautizara con el nombre de Ezequiel Zamora, estaba rompiendo las barreras tradicionales en estos casos. Ezequiel Zamora, controversial personaje, para unos el general del pueblo soberano, el terror de la oligarquía o el valiente ciudadano; titulo que con sobrada razón el Concejo Municipal de Barinas le otorgara el 14 de junio de 1859, pero lamentablemente para otros este personaje es el incendiario de Barinas, el pulpero de Cúa, cuatrero, bandido y sanguinario. Es razonable pensar que aquel que sólo ha escuchado el nombre de Zamora, ya sea en el sencillo verbo de la exaltación de sus hazañas o en el candente repudio de la godarria, sentirá de acuerdo a ambas circunstancias la sensación de admiración o pánico. Tal situación aún persiste a través del tiempo, a pesar de que han transcurrido 192 años de su nacimiento. La universidad, tiene la responsabilidad de investigar, estudiar y analizar el pensamiento y vida del conductor de la Revolución Federal, revolución centrada en el espíritu de su vivencia muy cercana a los desposeídos y explotados de la sociedad venezolana. Una sociedad que heredaba de la colonia profundas contradicciones políticas, sociales y económicas, donde las promesas de tierras y hombres libres se desvanecieron a cambio de privilegios para unos cuantos terratenientes y donde el latifundio invadió la nación. Ezequiel Zamora, es quien capitula todo ese descontento producto de las promesas incumplidas. José Antonio Páez se convirtió en un elemento servidor de la oligarquía naciente y uno de los mayores terratenientes de la nueva república. Zamora se consolida como el caudillo político y militar que aprovecha tales circunstancias, que lo transforman en la esperanza redentora de un pueblo con sed de justicia social, ansioso de una autentica libertad que les permitiera vivir en iguales condiciones. La lucha fue tenaz, solidaria y emprendedora. La universidad llanera, hizo eco de su gentilicio. El llanero es del tamaño del compromiso que se le presente. No se amilana ante la adversidad. El Comité de “Amigos de la Universidad Rural de Barinas”, se constituyó el 11 de febrero de 1974, conformado por el ingeniero José Padilla, quien lo presidía y los ciudadanos Segundo Rojas Garrido, Avelino Rodríguez Marcano, José Eladio Valecillos, Vicente Peña Pulido, José León Tapia y Arturo Francis Hernández. Desde el 11 de febrero de 1974, hasta el 7 de octubre del año siguiente se emprendieron una serie de acciones por asegurar la sede rectoral para Barinas. Razón tiene Vicente Peña Pulido en afirmar, que “Barinas vive un episodio único en su historia y que vale la pena recordar; una lucha solidaria de todos sus estamentos sociales, particularmente en la capital, tratando de conquistar la sede principal de la Universidad de los Llanos”. Este ejemplo, de tenacidad, constancia y perseverancia de todos los barineses que en una sola voz exigían la sede principal para Barinas, ahora más que nunca le debemos imitar, en momentos, cuando el país nos ofrece múltiples oportunidades y el desarrollo del Estado avanza a pasos seguros. Y así convertir nuestra primera Casa de Estudios en el centro de discusión y debate de nuestra rica región llanera. Las autoridades universitarias, tienen la delicada responsabilidad de dirigir nuestra máxima casa de estudios, con visión y misión transformadora que asegure la formación de un ciudadano integrar, humano, productivo y capaz de convivir en este mundo tecnológico y globalizado que avasalla el alma nacional. Nuestra universidad está obligada a formar un ciudadano con conocimiento de historia y a convertirse en una universidad humanística, propulsora del desarrollo sustentable y endógeno; pero lamentablemente el país perdió por mucho tiempo el horizonte y por ende nuestra universidad opaco su destino. En esta nueva oportunidad de sueños y esperanzas, en el que, el país nacional se debate, es propicia la ocasión de resurgir con ímpetu y retomar la fe y el camino de nuestros libertadores y hacer que nuestra universidad siga brillando como brilla el sol en el llano. General Ezequiel Zamora Correa Vista del Rectorado de la Unellez DIVISIÓN POLÍTICO TERRITORIAL DEL ESTADO BARINAS El territorio del Estado Barinas, cuya capital es la ciudad de Barinas, está conformado por 12 Municipios, Alberto Arvelo Torrealba, Andrés Eloy Blanco, Antonio José de Sucre, Arismendi, Barinas, Bolívar, Cruz Paredes, Ezequiel Zamora, Obispos, Pedraza, Rojas y Sosa. Los Municipios se sub-dividen en Parroquias, Aldeas y Caseríos. El territorio del Estado Barinas, es el mismo determinado por la Ley Sobre División Territorial de la República, sancionada el veintiocho de abril de mil ochocientos cincuenta y seis. El Estado Barinas, limita con los Estados Táchira, Mérida, Trujillo, Portuguesa, Cojedes, Guárico y Apure. Son límites del Estado Barinas y el Estado Táchira, los siguientes: del punto el Río Burgua cae al Uribante hacia el Nordeste, medias aguas del brazo vivas hasta donde éste se encuentra el Río Dorado y siguiendo el curso de este río hasta donde este cae al Caparo y desde aquí aguas arriba desde este río, hasta el punto en donde cae el Tucupido. Limita el Estado Barinas con el Estado Mérida, así: desde el punto de afluencia del Caparo al Tucupido, sirve de lindero la línea que describe el curso del propio Caparo hasta su nacimiento e desde este punto, línea recta hacia el Nordeste, atravesando el Río Alquino y al llegar al nacimiento del Ticoporo siguiendo la dirección Este, hasta encontrar el Canaguá y desde aquí atravesándolo y siguiendo la dirección hacia el Norte, hasta una distancia como de Veintiún kilómetros, aproximadamente, punto desde el cual pasando por las alturas o puntos culminantes nombrados Granate y Volcán se sigue la misma dirección hasta tocar los límites de Mérida con Trujillo. Limita el estado Barinas con el Estado Trujillo, desde el punto fijado en el artículo anterior, siguiendo la misma dirección Nordeste, se atraviesa el antiguo camino de los callejones de Niquitao, desde cuyo punto se sigue la dirección Nordeste hasta la altura o eminencia del Estado Trujillo, nombrada Calderas, desde la cual se continúa como Cinco kilómetros aproximadamente y más al Norte de aquí hacia el Este, hasta alcanzar una distancia también aproximada de Diez kilómetros y desde aquí, siguiendo al este, hasta encontrar el río Boconó en el punto donde le cae el Río Anós. Son límites entre el Estado Barinas y el Estado Portuguesa, el punto de confluencia del Rio Anós con el Río Boconó, origen de este límite por el mismo Río Boconó, hasta llegar a un punto frente al pueblo de Palacio, antiguo Mijagua, en dirección Nordeste y de aquí línea recta al Nordeste hasta encontrar el Río Guanarito, desde cuyo punto se sigue el curso de este río, en una distancia que medida en línea recta al Sur-Suroeste hasta encontrar otra vez el Río Boconó y de aquí siguiendo el curso de este río, hasta donde se divide en los brazos Guanaparo y Guanare Viejo, punto desde el cual se sigue el punto del mismo Guanare Viejo hasta donde se reúne de nuevo con el Guanaparo y de este punto se continúa por el curso del río que conserva el nombre de Boconó, hasta alcanzar una distancia que en línea recta sea aproximadamente de Cinco kilómetros , hasta llegar al caño “Clinudas” y atravesándolo se sigue en línea recta al Nordeste, hasta llegar al caño Guanarito Viejo. Limita el Estado Barinas con el Estado Cojedes, desde el caño Guanarito Viejo, siguiendo el cauce de dicho caño, hasta donde cae el Río Portuguesa, al Norte de Guadarrama y desde aquí las aguas de este río, hasta el punto de afluencia del Río Chirgua, a la margen izquierda. Es lindero del Estado Barinas con el Estado Guárico, desde el punto de afluencia de dicho Río Chirgua al Portuguesa, las aguas de este río hasta el punto en que afluye el Río Apure. Son límites entre el Estado Barinas y el Estado Apure, desde el punto de afluencia del Río Portuguesa y el Apure, siguiendo las aguas de este río en todo su curso, hasta el punto donde le cae el Río Uribante, y desde este punto, las del mismo Río Uribante, hasta donde se junta con el Burgua, entendiéndose que conforme al laudo arbitral del 30 de Agosto de 1.924, el caño de Guariapo, en toda su extensión constituye el lindero entre los Estados Barinas y Apure, en la región que fue discutida, es decir, la Isla denominada Ruende y que por consiguiente el espacio de terreno comprendido entre dicho caño Guariapo, el caño llamado antiguamente Ruende por donde corre el Río Apure y el caño de las Mercedes o cauce viejo del Apure, forma parte íntegramente del estado Barinas. EL MAESTRO ELADIO TARIFE, UNA LUZ PARA LAS NUEVAS GENERACIONES Que grato, ameno y placentero es referirse a la vida de alguien, quien por razones de afecto, solidaridad y lealtad; más que una amistad se convierte en una hermandad, ese es el caso de don Eladio Tarife. “Alberto, no es mi amigo, es mi hermano”; así lo dijo para un programa de televisión, que honor escuchar de la voz de don Eladio, tan valiosa expresión humana; allí anida su inmensidad espiritual, su sencillez, humildad y gratitud. Este hombre está hecho en el molde de la justicia, solidaridad y honor. La amistad para él, es un principio sagrado de la humanidad. Hermano, amor con amor se paga. Es un hermoso, noble y sencillo ser, su inmensidad humana, su humildad y sencillez, le ha hecho ganar el respeto, afecto y admiración de todo un público, que no sólo le admira por su talento, por la interpretación y composición de sus canciones, sino, por la reciedumbre de hombre honesto, vertical y cabal, quien con sus ochenta años acuestas mantiene su dignidad intacta y pura, que le abre senderos por el camino de la grandeza, de una fama ganada con talento y sabiduría, elevándolo al pedestal de la inmortalidad de los grandes hombres que no mueren nunca, porque sus obras los eternalizan, viviendo por siempre en la memoria de un colectivo y dejando su ejemplo para que sirva de luz a las nuevas generaciones. El maestro Eladio, como buen llanero, con su corazón descubierto como lienzo de sabana abierta, siembra el pasaje de su vida con entereza, empeño y ardor, edificando un mundo de ensueños, ilusión, amistad y fe, en todo un colectivo, sin dejar que la petulancia, vanidad y echonería se adueñen de la pureza de sus sentimientos, llanos y francos. Ese es don Eladio Tarife, la pluma de oro de Venezuela, quien el martes 31 de junio de 2011, alcanzó sus ochenta años de productiva vida, ha escrito más de un centenar de canciones que lo ubican entre los grandes maestros de la canta criolla, orgullo de los barineses y un icono del llano venezolano, un autentico patrimonio viviente. Ese día, las fuerzas vivas del Estado y amigos de este gran arismendeño, le organizaron un merecido homenaje, la cita fue a partir de las diez de la mañana, hasta bien entrada la noche, en el instituto museo de la cultura de los llanos. La bandola, el arpa, el cuatro y las maracas se dejaron escuchar, acompañando las voces de innumerables interpretes de la canta criolla, ilustrando el acto el otro grande cantautor barinés Guillermo Jiménez Leal, quien con culto verbo impregnó de matices halagadores las virtudes del homenajeado, expresando: “Estimados paisanos, estamos aquí para celebrar, no sólo los bien vividos 80 años de Eladio Tarife, sino también la permanencia y la eternidad de la llanería porque, en palabras del poeta León Felipe, los poetas no tienen historia ni biografía, sino destino. Y el destino de Eladio, como el de muchos de nosotros es el ser Llanero. Celebramos que uno de los más preclaros talentos artísticos de nuestra Barinas ha dedicado su trabajo creador a las formas vitales de su tierra y de su pueblo; de su paisaje, de su fauna y de su flora…Eladio Tarife es cada uno de nosotros cuando somos la tierra donde nacimos. Nos ha prestado un gozo indescriptible cuando, después de arpegiar su vieja guitarra, sale de su corazón un pasaje con sabor a brisa sabanera y a mastranto llovido. Nos costará encontrar cómo agradecer al creador haberlo conocido como persona y como obra de arte”. Son muchas sus composiciones que han puesto en alto el gentilicio barinés, Barinas, Linda Barinas, tierra llanera, caminos de palma y sol, Española dame un abrazo de hermano, con sabor venezolano, Recordando al poeta, porque las coplas de Alberto Arvelo, van llorando su ausencia, y bien dice que: Un poeta nunca muere, Alberto Arvelo Torrealba, con tu nombre se persigna, Luna sobre el Apure, que le va mirando ahorita ,Estela de Andrés Eloy, aquel que dijo en su canta, aunque la Virgen sea blanca píntame angelitos negros, Guitarra mía, ven hacerle compañía, regálale una canción, y también tiene su Sueño latino, tras la barca de sus sueños, va la estela del ayer… Eladio, traspasando fronteras va Soñando y creando, hace su vida más grata y risueña, a sus ochenta años, transita por el sendero cierto y seguro de la vida, con su frente en alto y su conciencia pulcra, abriendo ante el mundo horizontes de esperanzas, y con su rebelde pasión por la cultura del llano, va sembrando valores, ideales y principios, en esta sociedad de nuevos derroteros. Se nos acaba el llano… Llevando a Dios por dentro, avanza con mayor fortaleza enfrentando los retos de la vida, o como dice Jiménez Leal: “el injusto olvido en el que se encuentran muchos de nuestros hermanos cultores del llano;” y el maestro, va ofrendando su octogenaria vida al Dios que le mira su corazón sonriendo; espera que la angustia de Guillermo se cumpla y “la mano oportuna y amiga de nuestras instituciones culturales acabe con esa ignominia”. Parafraseando a la Mamá grande del llano, nuestra venerada amiga Aurora Díaz de Sánchez, pedimos que en colectivo hagamos justa la palabra, Eladio, es Barinas. Bastan ya los homenajes de condecoraciones, placas y pergaminos y démosle al artista una retribución monetaria digna, que le permita el goce y disfrute de una mejor y sana vida. Don Eladio, en compañía de un pariente SUCEDIÓ EN SANTA INÉS El diez de diciembre de 1859, los campos de Santa Inés fueron escenario de la recia batalla que confirmó la capacidad estratégica y militar del General del pueblo soberano Ezequiel Zamora. En el campo de batalla se escucharon los gritos de “Oligarcas temblad viva la libertad” mientras el tronío de las balas colmaban la llanura barinesa. La pelea fue una larga jornada que comenzó como a las nueve de la mañana, todo el pueblo de Santa Inés era zamorano, tanto era su fervor por el ejército federal que tenían los altares llenos con lámparas de aceite de corozo, alumbrando a la virgen para proteger con su fe la vida de los federales. Fue una pelea muy aguerrida las casas del pueblo se estremecían con los disparos del famoso cañón “burro negro” que tenía apuntalado el gobierno en el sitio donde llaman la encrucijada muy cerca donde estaba la trinchera mayor. En el fervor de la batalla los godos cortan la retirada por los lados de San Lorenzo, para atacar por el río y salir por la retaguardia. Zamora tenía todo el estado mayor en la plaza y al darse cuenta de lo que se proponía la gente del gobierno, mando a custodiar la costa del río y, a meterle candela a unos montarascales de gamelote y guinea. Entonces el General Pedro Ramos le ordena al Coronel Antonio Jelambi que tomara la calle y este le dice que eso era un crimen, que sería un suicidio metérsele a la gente de Zamora por esa parte. El General Pedro Ramos le contesta que se retire pero, el Coronel Antonio Jelambi demostrando que no era cobarde y mostrando su valentía se hizo matar. Este Coronel Jelambi, nos contó don Rubén Tapia que llegó muriéndose a Barinas y su cuerpo fue velado en la sala principal de la casa tapiera (ubicada en la calle Bolívar cruce con avenida Sucre. Su construcción data de 1800). Los caneyes de la hacienda “San José” que era propiedad del General oligarca Juan Manuel Cevallos, sirvieron de hospitales a la cantidad de heridos que quedaban de la sangrienta pelea. A las tres de la mañana cesaron los fuegos, quedando apenas unas escaramuzas regadas y Ramos dándose cuenta de la trágica derrota, decide emprender viaje hacia Barinas, con lo poco que quedaba de su ejército, pero Zamora les da alcance llegando a Maporal y les echó otra trilla de plomo junto a Matas Azules hasta llegar a Banco e’ La Mesa. Esto sucedió en Santa Inés. Todas estas cosas me las contó una tarde barinesa don Pedro Vicente Lozada Provenzali, hijo de don Juan Vicente Lozada, testigo presencial de la pelea y nieto del General Gil Rivera oficial de Zamora. Las narro para que no se pierdan en estos tiempos de nuevos héroes que avasallan el alma nacional. Plaza Bolívar de Santa Inés, municipio Barinas CREACIÒN DEL MUNICIPIO BARINAS Con la creación de la provincia de Barinas se da origen diferentes formas político territoriales tales como a las provincia, departamento cantón, municipio, vecindario, entre otros. Esto se deriva por el interés de la corona española de controlar de manera más efectiva la explotación de sus colonias en América. Esto se fue derivando fundamentalmente en el transcurso del proceso de conquista y colonización de las llamadas tierras descubiertas con el nombre de “Estado Indiano”, de la misma forma surgen las formas de gobierno que le dan carácter jurídico a tales jurisdicciones como juez, capitán general, consejo de regencia, alcaldes, corregidores, alcaldes ordinarios, cabildos y otros. Citando al colega Tirso Díaz Nieves, Cronista de Obispos, en su libro Los orígenes de Obispos y sus antecedente primarios, donde señala que la voz conocida como alcalde es de origen árabe (Al Cadi = Juez) y viene usándose desde el siglo XI. Así, a nivel local propiamente dicho, la administración de justicia correspondió primeramente al municipio, que ya para el siglo XII está plenamente configurado como tal. Con la creación de nuevas poblaciones da al traste o exterminio de los pueblos aborígenes dando paso conglomerados humanos, mestizos e a la creación de nuevos indios, dando origen a un nuevo ser social y cultural que fue el llanero. Nuestro territorio barinés compuesto por montañas y llanos y lo que se refiere al municipio Barinas en su gran mayoría formado por extensas llanuras tiene su origen con la creación de la provincia de Barinas el año de 1787. La ciudad de Barinas comenzó a poblarse a partir de 1742. Referirnos a su fundación, realmente es un tema bastante escabroso, por cuanto ha traído como consecuencia una polémica suscitada entre los historiadores y se ha mantenido a través del tiempo. A mi criterio considero que el sitio donde esta actualmente la ciudad de Barinas, tuvo vigencia a partir de 1762, año éste en que es reconocida oficialmente como verdadera ciudad, según autorización de don José Solís, Virrey de Santa Fé de Bogotá, y aprobación Real de 4 de diciembre del mencionado año. Prueba evidente es que el 4 de diciembre de 1962, la municipalidad celebró en Barinas los doscientos años de fundación de la ciudad, en el sitio donde esta actualmente. Tampoco debemos decir que el Capitán español Juan Andrés Varela es el fundador de esta ciudad, por cuanto el referido expedicionario tenía ciento cincuenta años de muerto cuando comenzó a surgir esta urbe, la que hoy ostenta el acertado calificativo de capital del llano. Ahora, bien si Barinas, tiene más de cuatrocientos años, dejemos esto para la polémica planteada. Lo que nos interesa es como ha evolucionado la ciudad desde el momento en que empezó a tener vigencia en este lugar, eso hace aproximadamente 247 años. Esta ciudad comenzó a formarse con construcciones que aún se mantienen en el tiempo. Su estructura gubernamental estuvo conformada de la siguiente manera: capitán Fernando Mijares González, quien ejerció la gobernación de la provincia hasta 1798; Pedro Briceño Pumar , alcalde ordinario; José Ignacio del pumar, regidor alférez real; José del Pumar, alcalde provisional; José Lagonell, síndico procurador general y Bernardo de la Roca, escribano público y de cabildo. En cuanto a los vecinos: Antonio Pulido y León, Juan Ignacio Briceño Pumar, Andrés Antonio del Callejo, Agustín Bragado, Florencio Fernández, Juan Gallardo, Francisco Dávila García y Juan Antonio Traspuesto, entre otros. MAPA DEL MUNICIPIO BARINAS EL MUNICIPIO BARINAS El municipio Barinas, por su condición de capital del Estado, constituye la unidad geográfica más importante del territorio barinés, la dinámica propia de su actividad, lo perfila como eje principal en el desarrollo integrar del Estado; en él se concentran la mayoría de los poderes públicos. Su producción económica se caracteriza en agropecuaria, maderera, petrolera y de subsistencia con la comercialización de cultivos como: maíz, algodón, plátano, yuca y frutales; además de la cría de ganados bovinos, ovinos y cerdos. Posee aserraderos, innumerables Entidades bancarias, y cuenta con fábricas, artesanal, galletera, refrescos, plásticos, vinos, condimentos, muebles, café entre otras. Actualmente esta incorporando industrias y empresas con el fin de llevar adelante el desarrollo científico y tecnológico que exige la comunidad mundial. Barinas es un municipio en vía de desarrollo, pujante y activo, que avanza a pasos firmes hacia un futuro inmenso. Desde época de La Colonia hasta la de Federación la ciudad de Barinas contó con personajes prominentes, unos nacidos bajo su cielo, otros en territorio de la provincia o en otras latitudes; pero que prestaron sus mejores servicios para que Barinas fuera considerada la segunda ciudad de Venezuela y en los procesos de guerra de independencia y federación surgieran los mejores hombres dispuestos a entregar todo por el ideal que profesaban, entre esos nombres figuran don Fernando Miyares González, don José Ignacio del Pumar, Los Pulido, Los Briceño Pumar, Los Briceño Méndez, Juan Antonio Rodríguez Domínguez, Los Palacio Fajardo, Miguel Guerrero García, José Antonio Páez, don Cristóbal Mendoza, Ramón Ignacio Méndez, Ramón Escobar, Ezequiel Zamora, Agustín Codazzi, Pedro Manuel Rojas, José Vicente Peña, Napoleón Sebastián Arteaga, entre otros. La ciudad de Barinas, con orgullo barinés, es bautizada como la capital del llano, esta hermosa y pujante ciudad está ubicada a la margen derecha del río Santo Domingo, nervio central de la cordillera y majestuoso río de corriente impetuosa y aguas cristalinas. Barinas, está situada sobre una terraza formada por materiales de la edad cuaternaria (formación Guanapa) de Topografía plana, a 152 m.s.n.m, con una temperatura media de 27º C (según Codazzi) una Latitud Norte de 8º,37` y Longitud Este de 70º 13. Barinas es una zona de transición entre el llano y la montaña, que es como decir entre el viento de la sabana y el verdor de la montaña. La muy noble y muy leal ciudad se encuentra ubicada en las orillas del Río Santo Domingo a 185 m.s.n.m; posee una temperatura media de 26,6 y máxima de 38,9º; mínima 15º.. Precipitación anual media de 1.863mm; máxima 2.719 mm; mínima de 1.218mm. Su población actual es de 7.825 habitantes. Le separa de Caracas un hilo pavimentar de aproximadamente 532 Km, abriéndose espacio en la llanura, tierra vital y altiva, con legítimo orgullo barinés, decimos: Barinas, la capital del llano. BARINAS, TIERRA LLANERA… Al describir nuestro estado Barinas, podríamos decir que posee características muy particulares. Está situado en la parte alta de los Llanos Sur-Occidentales de Venezuela. Es uno de nuestros principales Estados llaneros; pero al Oeste del mismo lo conforman una gran madeja de montañas, lo que hace que algunos le describan como andillano. Nos refiere el historiador J.E Ruiz-Guevara que “estas llanuras de Barinas, aunque bastante tiempo después, fueron pobladas por multitud de conglomerados humanos, que, por cuestión social habrían de establecer contactos con las masas humanas de la Montafía y de los llanos vecinos. Para la fecha de la Invasión hispana ocupaba estas tierras barinesas algunas naciones aborígenes, tales como las Amaibas, Aitures, Baraures, Barrancas, Cúcaros, Curaguas, Cherechiremas, Dásaros, Duriguas, Güeros, Tobores, Tucuriguas, Torunos, Puyures, Guaruríes, Suripaes y otras que, en una forma u otra dieron que hacer al extranjero usurpador.” En el histórico e interesante libro: “El Llanero” de Daniel Mendoza (aunque algunos escritores aseguran que este es otro seudónimo de Rafael Bolívar Coronado) leemos que el primer hato llanero lo fundó el colonizador español Cristóbal Rodríguez, a unas veinticinco leguas del sitió en que está hoy Calabozo. Con razón señala que el abolengo andaluz es en parte el elemento étnico llamado hoy con toda propiedad el llanero. El conquistador del llano “era un elemento vigoroso, con mucha sangre y fuerzas orgánicas, palpitantes, recias en la espesa red de sus nervios, y al chocar con aquel otro elemento pálido y entenebrecido por una naturaleza calurosa y monótona, venció y se impuso sin mayores resistencias hasta el extremo de hacerle desaparecer.” El llanero es el resultado de la mezcla del conquistador, el aborigen y el africano. De allí le viene su controversial conducta. Los andaluces introdujeron en tierras llaneras las costumbres, los sistemas de organizar vacadas, someterlas y domarlas. Así se dio el proceso de fundación de las primeras poblaciones organizadas del llano. La primera población fundada en territorio barinés fue Altamira de Cáceres el 30 de junio de 1577 por el capitán español Juan Andrés Varela, sobre una meseta situada aproximadamente a unos 80 kilómetros de Mérida. A principios del siglo XVII el tabaco que se producía en la zona era mundialmente conocido por su calidad. La ciudad de Barinas, como la mayoría de las ciudades coloniales de Venezuela, eran pueblos ribereños que iban desarrollando su actividad comercial a través del transporte fluvial, que eran los medios que unían a estos conglomerados. Barinas, comenzó a formarse con construcciones que aún se mantienen en el tiempo y detallan ese pasado glorioso de la segunda ciudad de Venezuela, donde algunos de sus hijos contaban con títulos de nobleza. Las calamidades de la guerra hicieron estragos en la rica ciudad de las mansiones blancas, no escapo tampoco de las epidemias y enfermedades que mermaron la población, reduciéndola al pánico, la pobreza y el dolor. Barinas a través del tiempo ha mantenido ese sentimiento de barinidad que distingue a sus hijos, haciendo frente a toda clase de vicisitudes, manteniendo su dignidad colectiva intacta, que contagia a propios y extraños y a pesar que nuestra ciudad ha sido victima de la mala política empleada por algunos gobernantes, generando un alto grado de inconsciencia y perdida de identidad. A Dios gracias, existe en el barinés también, un sentido de pertenencia, que nos hace entender que aún contamos con edificaciones que nos señalan la huella de aquel pasado glorioso, de opulencia y nobleza que vivió la sultana de los llanos. Entre las mansiones coloniales que muestran la hidalguía de la noble y leal ciudad, están: La antigua cárcel pública, hoy Casa de la Cultura “Napoleón Sebastián Arteaga”, El Palacio del Marqués, La Casa de Los Pulido, La Catedral “Nuestra Señora del Pilar” y La vieja casa Tapiera, El deterioro en que se encuentran muchas de estas coloniales casas barinesas, es evidente, sus estructuras están resentidas como consecuencia del mal uso que por muchos años, han sido sometidas y el indebido mantenimiento que se les ha dado. El primer grito de independencia se da el 19 de abril de 1810, a consecuencia de los precursores movimientos que buscaban la separación de Venezuela del dominio Español. Barinas, se adhiere al citado movimiento independentista el 5 de mayo de ese mismo año, los barineses de entonces, con la esperanza de lograr la libertad de la patria, ponen todo su empeño y esfuerzos en organizar a la población, se reúnen con la finalidad de planificar las acciones a seguir en la lucha por la independencia y luego viene a ser Barinas, eje fundamental de la libertad. Don José Ignacio del Pumar, uno de los hombres más ricos de la comarca, cuando en 1814, ya anciano se le pidió que rectificara en su propósito de luchar por la libertad de la patria, no dudo en mantener su palabra empeñada y entregar su vida. Muriendo emparedado en la cárcel de Guanare; siendo este un ejemplo digno del sentir barinés. La capital del llano, esta noble y leal tierra llanera, sirvió de escenario a tantas guerras que asolaron la paz nacional, resistiendo a los avatares de tanta guerra, sus grandes recursos naturales y la entereza de sus hijos, no la hacen doblegar ante el infortunio. Después del fallecimiento del general Juan Vicente Gómez (1935) y como consecuencia de las campañas sanitarias, del resurgimiento de la economía agropecuaria y del hecho de haberse encontrado petróleo en el subsuelo del Estado, así como de sus enormes recursos naturales, tales como madera, ganado y fértiles tierras, la ciudad capital, comenzó a progresar con rapidez, siendo actualmente una de las principales ciudades de los llanos venezolanos y el estado Barinas, está considerado el segundo de mayor crecimiento económico del país. Con legítimo derecho a la ciudad de Barinas, se le llama la capital del llano. La Barinas de los años 40, avenida Briceño Mendez ENCUENTRO DE POETAS NATIVISTAS Luis Fadul de un sólo lazo amadrinó esta verdad, de Nutrias a Libertad, la distancia es un abrazo. Víctor León Guevara Cuando le dije a mi dilecta amiga Rosita Gómez Abreu, que iría a su lar nativo a disfrutar del Encuentro de Poetas Nativistas, no vacilo en responderme con nostalgia y orgullo liberteño: “Espero disfrutes de cuando regreses de tarde por la salida del hermoso garcero. Sería buena en esta ocasión una crónica escrita en periódico local dominical sobre la vida cultural de Libertad de Barinas que fue muy bella…. “ Tiene razón esta hija de Libertad de Barinas, son muchas las maravillas que se pueden expresar de esta noble tierra enclavada en el llano barinés, son muchos sus hijos sobresalientes en las diferentes facetas de la vida que la enaltecen, son muchos los apellidos que se registran en los libros de nacimientos: Fadul, Nacar, Villafañe, Gutiérrez, Gómez, Galeno, Aldana, Ramos, Mazzei, Jiménez, Abreu, Terán, Filardo, Avril, Bermúdez, Adames, Bitriago, Unda, Fandiño, Díaz, Calles y tantos otros que ponen en alto el gentilicio liberteño. Se dice que Libertad de Barinas tiene sus orígenes entre 1820 y 1825; es una población relativamente nueva; pero lo que si es evidente es que en ella se desarrollo desde su fundación un movimiento cultural de primer orden, convirtiéndose en centro de referencia de los llanos. Razón tienen los liberteños de sentirse orgullosos de su lar nativo, su pasión y amor por lo telúrico y esa herencia noble de ser centro cultural de los llanos, les llevo a crear el Encuentro de Poetas Nativistas, que por más de dos décadas ha venido congregando a poetas de muchas partes del país y de Colombia, que le escriben y cantan al llano. En Libertad de Barinas, cuna de poetas y soñadores, tierra mágica de ensueño y color, Atenas de los llanos, donde la versificación anda a flor de labios de sus pobladores; allí bajo los frondosos samanes a orillas del caño Masparrito, en la plaza de los poetas, fue la cita el pasado sábado 15 de enero, llevándose a efecto una edición más del transcendental Encuentro de Poetas Nativistas. Actividad esta que se le debe a sus creadores, los poetas Juan de La Cruz Díaz, Manuel Escobar y el recordado con afecto y admiración el poeta Guillermo Gómez, quienes fueron los gestores de tan transcendental obra que a través del tiempo viene reuniendo desde hace más de una veintena de años, a un sin números de poetas de muchas partes del país y del hermano país vecino Colombia. Al entrar la tarde ya nos encontrábamos en la plaza de los poetas, a orillas del caño Masparrito, entre conversas y versos los recuerdos por Mélida Aldana y Guillermo Gómez, se escapaban en las voces de los concurrentes, entre ellos: José Vicente Rojas, Reinaldo Arias, Rafael Martínez, (El Cazador Novato), Miguel Ángel Nieves Tapia, Giorman Tovar, Armin Castellanos, Arnulfo Quintero López, Doris Huiza, Luis Martínez, Carmen Pérez Montero, el popular Periquera, Juan de La Cruz Díaz, Héctor (Negro Piña), Manolo Aldana, José del Real Montilla, Manuel Escobar, el legendario de la canta llanera Juanito Navarro, Omar Viana, cronista del municipio Muñoz. (Bruzual) del estado Apure y los anfitriones y organizadores del evento, los hermanos Gómez Mendoza, Carlos y Edgar; a quienes debemos reconocer su destacada capacidad de organización, que eleva la calidad del evento y por consiguiente, enaltecen la memoria de su afamado y recordado hermano Guillermo Gómez. Además de la participación artística de los niños y jóvenes escolares; quienes dieron brillo al encuentro y que unido con la participación cívica del pueblo liberteño, hacen de esta actividad un patrimonio de la cultura llanera, ubicándola ya en un sitial de honor con reconocimiento nacional e internacional. El legendario y célebre caño Masparrito LA CULTURA LLANERA EN LO MÍTICO RELIGIOSO Los que nacimos y nos criamos en el llano, nos sentimos dueños de los inmensos sabanales que galopan como potro salvaje en el corazón abierto y franco del llanero por la sabana infinita, adornada con el amarillo de la flor sabanera. Llanura de mis querencias, paisajes de mis cariños, con olor a mastranto y bosta fresca del ganado que colman las inmensidades del llano. Nos refugiamos en la mitología, costumbres, leyendas y tradiciones que como huella indomable marca el sendero de una cultura recia y bravía, producto de ese mestizaje heredado del coloniaje español. Nuestra cultura llanera está gravemente avasallada por la transculturización que estamos viviendo, que carcome el alma nacional. ¿Cuándo en otros tiempos habíamos visto llaneros de melena, vistiendo prendas casi femeninas, con gestos amanerados y voces afeminadas? Hasta la virilidad se ha venido perdiendo en el hombre del llano. A pesar de todo ese sometimiento transculturizador generado por la globalización, lo que ha permitido la penetración de elementos extraños en la cultura llanera, aún existen medios de resistencia que hacen detener la desaparición absoluta de lo que somos y hemos sido, porque el llano y el llanero representan un sitial de honor en la vida del venezolano, su cultura, costumbres y tradiciones están vivas en esta sociedad esperanzadora y son la caja de resonancia de nuestro origen. Entre las costumbres, mitos, leyendas y tradiciones del llano, se tienen: la sayona, la llorona, la bola de fuego, el velorio de la cruz de mayo, el velorio de los santos, el silbón, Florentino y el Diablo, los toros coleados, las peleas de gallo, las bolas criollas, el hachador de Ospino, los diablos de San Hipólito, las locainas de Torunos, el joropo llanero, el ánima sola, entre otros símbolos altamente representativos de nuestra cultura e idiosincrasia. El llanero y sus creencias mítico-religiosas conforman su estructura y personalidad. Este es uno de los medios de mayor y mejor defensa de la autenticidad del hombre originario de nuestras llanuras. El llano y el llanero se conjugan en la multiplicidad de la ancha sabana, por ello encontramos en su comportamiento social y en su cultura misma un desprendimiento, viveza, superstición, naturalidad, fuerza, jocosidad, creatividad, ocurrencias; todo ello enmarcado en un riguroso respeto por lo mítico-religioso y por la herencia dejada de sus antepasados. Estos cambios en su conducta se reflejan cuando va sobre la montura de su bestia, en ese momento se siente dueño y señor de la llanura, es altanero, arisco y brioso como un potro cimarrón; pero cuando anda a pie por la inmensidad de la llanura, manifiesta una conducta distinta, es pasivo, quieto, silencioso y humilde, con sobrada razón cantamos: El llanero sin caballo es como hato sin cabestrero, silencioso y solitario, como noche sin luceros, como escuela sin muchachos, como velorio sin rezandero. El llanero a caballo es guapo, macho y altanero como perro sin bozal, como esclavo sin dueño, como pescador en ribazón, así es el llanero nuestro. Le falta su corcel para ser faramallero. Esta conducta se manifiesta en la vida del llanero en casi toda su interrelación socio-cultural, el respeto hacia lo místico, creencias y tradiciones lo proyectan como un individuo con un alto sentido de identidad a pesar de su lucha constante contra todo ese caudal de cosas foráneas al que ha sido sometido el llano colombo-venezolano y por consiguiente el llanero mismo. Santuario Anima de Mata e Silva, Mantecal, via San Fernando de Apure OBRAS CONSULTADAS Aguado Fray Pedro de, Historia de Venezuela, t.ll, pp. 133, 34 y 35. 1950, Edit. Madrid. Blonval López Adolfo, Evolución Histórico-Territorial de Barinas, La Esfera, del 30- Diccionario Biográfico de Ilustres Próceres de la Independencia Suramericana. Tomo 1. Autor: Dr. Vicente Dávila. Páginas 124 y 125. Galería de Ilustres Barineses del doctor Virgilio Tosta. Landaeta Rosales Manuel, Gran Recopilación Geográfica, Estadística e Histórica de Venezuela, Mendoza Daniel, El Llanero. Editorial América. Madrid-España. Obras Completas del Libertador. Ruiz-Guevara J. E, Evolución Histórica del Estado Barinas (1535-1937) Tirso Díaz Nieves. Los orígenes de Obispos y sus antecedentes primarios. Vila Marco - Aurelio, Aspectos Geográficos del Estado Barinas, Caracas 1963, p.30.