Es la decadencia de la literatura, idiota Por Francisco Solano N.uut.vrív.. lAnEcE l.l.ECAD0 va el momento en que resulta estridente hablar del fin de la literatura, pero muy provechoso de su decadencia. El tiempo en que, al mirar atrás, el esplendor perdido nos advierte que el presente no tiene color. Un tiempo psicológicamente nervioso, propicio a ironizas' sobre aquellos que, sin fortuna para alcanzar reconocimiento, se empeñaron en extraer de sí mismos el talento que no tenían y sufrieron la desgracia de convertirse en caricaturas. La literatura se nutre de todos los desconocidos que no merecieron un registro en sus páginas, ahora más numerosos que nunca. Intervenir, del modo que sea, se ha convertido hoy en una puLsión irrenunciable. De modo que no solo son visibles quienes alcanzan el éxito, sino también los malogrados. Bueno, tal vez ellos no son visibles, pero sí el espacio que ocupan, extendido por todas partes. Así que terminan siendo útiles como materia de ficción. A fin de cuentas son una derivación del fracaso, asunto que sigue siendo rentable. Alessandro (rallenzi, inglés de origen italiano, es editor y escritor, y en ambas tareas se mueve como pez en el agua. Conoce el mundo del libro desde deno, por fuera y alrededores, sabe de gestión y conatos, de la pasión por la literatura y del despelote de libros como Puta a la carta, del que da esclarecedora noticia en Bestsellei; la novela sobre inrigas del mundo editorial de la que se ha servido para hacemos reír a costa del desmantelamiento de esas editoriales a la vieja usanza tragadas por grupos de presión económica, y de paso damos a conocer a Menos joven Rubén Martin Gi ráldez Jekvll & Jili. Zaragoza, 2012 126 páginas. 22 euros N.uut.\TIv.\. Dr QuÉ si: ocupa en primer lugar este inclasificable libro de Rubén Nl artín (Cerdanyola del Vallés, Barcelona, 1965)? Pues de un niño al que su progenitor da lo que llama una "educación híbrida" con el mismo ardor apostólico con que Avito Carrasca¡ alecciona a su hijo para llegar a la excelencia en la unamuniana Amor pedagogía. El objetivo es evitarlela nociva influencia de los grandes modelos literarios. De los grandes autores solo conoce el nombre, pues lee obras de segundo orden, pero con las cubiertas de autores de prestigio. Así ha leído las obras de Pearl S. Buck (lectura ya inflecuente, como advierte el propio narrador) tapada por las cubiertas de las obras de Húlderlin. Como consecuencia, no resulta extraño que Mcii os joven (que no es, desde luego, una novela al uso) sea el título de la sobrecubierta, pero debajo esconda unas tapas y unos créditos que identifican falsamente el libro como una novela ("roman" dice la engañosa portada) traducida del francés, El peinado de calígula y su estética responde a las características de la editorial fi'ancesaGallimard. Los juegos lingüísticos, las referencias literarias, la indefinición genérica, la tendencia a la disertación son rasgos predominantes. No hay propiamente una lis- Libros de segunda mano, en una librería de Barcelona. Foto: Massimiliano Minocri un tal Jim 'l'albot, neurótico escritor sin suerte, al que una concatenación de pifias y topetazos lleva prácticamente a la locura. Besrseller es una novela que tiene que gustar. Mezcla bien crueldad y compasión, y ningún personaje es tan malvado que no pueda ser redimido, ya sea por el éxito tardío o por escapar al Fisco. Pero sorprende que una pluma tan notoria, que exhibe destrezas de buen narrador, se haya avenido a disfrazar de astracanada culta una historia que exigía algo más que diversión. Magnus, de Lars lyer, es otra cosa, aunque igualmente con la coartada de la intención humorística, de modo que también aquí pasar las páginas es corroborar que la toria que narrar aunque sí asistimos a algunos esfuerzos del protagonista por rectificar sus conocimientos literarios, aunque el único narrador, un locutor algo enloquecido, los sigue con gran escepticismo ('aprehender las Obras Magníficas, el Esplendor de nada"). Quizá así el niño dejará de creer que Laurence Sterne es una mujer. Desde luego, el autor demuestra un buen conocimiento de las cuestiones literarias, habilidad discursiva y cualidades artísticas, mas el libro no pasa de ser una curiosidad, un ejercicio con fragmentos jocosos, importante, eso sí, por lo que apunta para el futuro de su autor. huís Satorras mejor medicina para la melancolía es saberse estúpido, y reírse por ello, al comprobar, una y otra vez, que se está inhabilitado para pensar. Aquí no hay una historia, sino episodios que se añaden, sin ningún contagio de unos con otros, hasta conseguir páginas suficientes que den para un volumen. La obra recoge la amistad, el recelo, las puyas, las miserias manifiestas y larvadas, las comparaciones burdas, las caídas y recaídas en la ignominia intelectual. Son dos amigos, el que escribe (Lars) y W., que al menos por ese lado ha avanzado más letras en el abecedario que la K. del autor de La condena, a quien se cita profusamente como modelo de imposible emulación. 'Somos idiotas, reconocemos, ¡dio- años, desde su famosa fuga de la prisión de Los Plomos. Las autoridades venecianas lo perdonan y le permiten regresar a la ciudad de los canales, pero allí constata que Venecia no volverá a ser la misma para él, y es que también él ha cambiado. Quien friera un agraciado varón en sus años mozos, roza la cincuentena y acusa los primeros rasgos de la incipiente vejez: las mujeres no lo miran al pasar, el esplendor de su fogosa juventud se ha marchitado, sus protectores de antaño hacen caso omiso de él o han muerto y tiene que ganarse la vida como puede. No encuentra otra actividad que rebajarse a ejercer de espía para los inquisidores, pero es una tarea que le disgusta y apenas le da para subsistir. Tendrá que abandonar Venecia y de allí marchará a París, ciudad que tampoco es lo que era para él. 'Iras otras tantas vueltas por Europa, Casanova termina asentándose en el castillo del conde de Waldstein, en Bohemia. Allí, como bibliote- tas que no comprenden del todo la profrmndidad de su idiotez. Somi los místicos de la idiotez, admitimos, idiotas místicos, perdidos en nuestra nube de ignorancia", se dice hacia la mitad, y con todos sus retruécanos estas líneas resumen vivamente lo que les une, y acaso podrían resumir también el libro entero. Porque, con la excepción de algún estallido de ingenio, se trata de una quejumbrosa exhibición de mutiladones morales, existenciales y mentales que repetidamente se exponen a modo de calamidad consoladora. Hay quien ha querido ver en Lars y W. a émulos de Bouvard y Pécuchet o Vladimir y Estragon, sin duda para prestigias' su estulticia; a mí me han recordado más bien a La extraña pareja, con Jack Lemmon y 'Valter Matthau todavía más pasados de rosca. En otro lugar, Lars lyer, que es profesor de filosofía en la Universidad de Newcastle, ha escrito que "la Literatura se ha convertido en una pantomima de sí misma, su peso en la cultura está sobrevalorado, teniendo en cuenta que sus acciones son unidades infinitesimales que valen calderilla en el mercado de la Bolsa". Es probable que tenga razón, pero me sorprende que crea que la tiene. No se escribe así para después oír una respuesta Admitámoslo, pues. Magma es calderilla, y después vendrán Dogma y Exodus, que completan la trilogía y la inversión. Besrseller.Alessandro (',allenzi. Traducción de Laura Vidal. Alba. Barcelona, 2013. 272 páginas. 21 euros. .Iagma (Spurious). Lars ¡ver. Traducción de José Luis Amores. Pálido Fuego. Málaga, 2013. 165 páginas. 14.90 euros. cario, pasará los últimos años de vejez rodeado de personajes extraños, y allí, entre otros escritos que culmina, se consagrará a su particular recuperación del tiempo pasado (que no perdido)redactando su Historia de,imi vida. (Atalanta, 2009). Los autores de este libro dan cumplida noticia de aquellas últimas peripecias de Casanova, así como de los variados personajes con los que se relacionó en sus años crepusculares, tales como el conde de Ligne, Lorenzo da Ponte o la joven Cecilia de Roggendorf, último amor —sólo epistolar— de quien fuera "el más grande de los filósofos aventureros" y de los amantes. A esta joven de 20 años le mandó en 1779 el septuagenario enamorado el breve Compendio de mi vida, su última carta y uno de los dos apéndices que incluye este volumen, que es imprescindible para cualquier entusiasta del gran Casanova, el singular creador de una de las obras más entretenidas de la literatura universal. L. F. Moreno Claros Los últimos años de Casanova Joseph Le G ras y Raoul Vze Edición a cargo de Jaime Rosal Atalanta. \ilaür (Girona), 2013 144 páginas. 19 euros BlocjnwiA.¿QUÉ rut DEI. GRAN Giacomo Casanova después de los trepidantes años de aventuras que narró en su extraordinaria Historia de mi vida? Los casanovistas Joseph Le Gras y Raoul Véze se propusieron averiguarlo, y en 1929 escribieron el libro que Atalanta presenta ahora en esta excelente y esclarecedora edición. En 1773, cuando termina el relato de sus peripecias conocidas, Casanova llegó a 'l'rieste en una maniobra de aproximación a su amada Venecia, de la que fuera proscrito hacía 18 LL FAJS BABELIA 77,C5,7J 9