1 CREACIÓN DEL MINISTERIO DE LAS CULTURAS, LAS ARTES Y EL PATRIMONIO Posición de la Comunidad Kawésqar Residente en Puerto Edén Congreso Nacional Santiago de Chile, 7 de marzo de 2016 Presentación de Juan Carlos Tonko Paterito PRESENTACIÓN El presente documento contiene los puntos de vista de la Comunidad Kawésqar Residente en Puerto Edén respecto de la indicación sustitutiva al proyecto de ley que crea el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. La Comunidad Kawésqar Residente en Puerto Edén valora positivamente el anuncio de la creación de este ministerio. Particularmente cuando con él se reconoce la realidad multicultural de nuestro país, silenciada por tanto tiempo bajo el peso de una pretendida homogeneidad que no es más que una ideología de dominación hoy en evidente decadencia. Nuestra comunidad participó en el proceso de consulta que condujo a la redacción de esta indicación. Lo hicimos sobre la base de nuestra autodeterminación y tradiciones; por ello es que al proceso lo llamamos, “el viaje es la consulta.” Reafirmábamos así que somos un pueblo nómade; que nuestros viajes por las aguas australes nos conducían eventualmente a congregarnos para consultarnos nuestros asuntos. Que la consulta no es un acto burocrático a cargo de representantes del Estado, sino un proceso de nuestra propia comunidad implicada en tal consulta. De cierta manera este enfoque fue respetado por el Consejo de la Cultura y las Artes, y pudimos basarnos en nuestras tradiciones para llegar a donde estamos. Lo dicho tiene importancia para este encuentro, en el cual evaluamos la mencionada indicación sustitutiva. Adelanto, por lo tanto, el alcance amplio que tienen las nociones de cultura y patrimonio para nuestra comunidad. Autodeterminación, territorio, cultura y patrimonio son un continuo que no podemos separar y en esos términos se conducirá mi presentación. 2 EL PUEBLO KAWÉSQAR El pueblo Kawésqar ha habitado los mares australes desde tiempos inmemoriales. Los primeros registros obtenidos hablan de 6 mil años de ocupación, los cuales se manifiestan en restos arqueológicos que cubren desde el Golfo de Peñas hasta el Estrecho de Magallanes y más al sur aún. Hemos sido un pueblo nómade, que haciendo uso de pequeñas canoas hemos cubierto con nuestras rutas todas las vías marítimas australes. De ello queda un inmenso testimonio representado en hitos toponímicos, que hoy aún son referentes para nuestros viajes. Se trata de lugares de nacimiento de nuestros integrantes, otros que han sido usados como campamentos, sitios de pesca o de cacería, de recolección de alimentos o implementos para nuestras artesanías, espacios tabúes, sitios memorables, yacimientos funerarios. Lo que quiero significar con todo esto, es la estrecha relación que existe entre las características de nuestro territorio y nuestra cultura. La Comunidad Kawésqar Residente en Puerto Edén, con sus 25 integrantes, es la última comunidad sociológica de nuestro pueblo; esto en el sentido que es en ella donde están los últimos representantes que han vivido al modo antiguo y quienes conservamos nuestra lengua ancestral y la transmitimos a las nuevas generaciones. Puerto Edén se encuentra en las riberas orientales de la Isla Wellington, en medio del Parque Nacional Bernardo O’Higgins, el más grande de Chile y el cuarto parque nacional más grande del Planeta. Esto último es de gran importancia para nuestra comunidad y para el enfoque sobre la cultura y el patrimonio que detentamos. El Parque Nacional Bernardo O’Higgins coincide en buena parte con el territorio de nuestra comunidad, según lo expresamos en 2013 en la Declaración de Jetarkte. En ésta manifestábamos la extensión del territorio ancestral, incluyendo todas sus dimensiones físicas. El Parque Nacional Bernardo O’Higgins está en ese territorio. Por ello es que, con nuestros limitados medios y estableciendo alianzas con instituciones del país, hemos defendido este parque de cualquier intento de depredación; que los ha habido. Lo hacemos porque entendemos que el territorio es nuestra cultura, no un simple receptáculo inanimado de nuestras prácticas ancestrales. Hoy la defensa de nuestro parque es un desafío global que estamos afrontando positivamente y con un fuerte optimismo. EL CONCEPCTO DE CULTURA Por todo ello es importante para nuestra comunidad el disponer de un concepto comprehensivo de cultura. Para nosotros no puede discernirse la dimensión inmaterial y la base material de nuestra 3 cultura. Ésta comprende nuestros valores, nuestras tradiciones, lengua, conocimiento tradicional y nuestros estilos de vida. Pero estas dimensiones no pueden concebirse sin aquella base material, en especial representadas en el acceso y uso de nuestros recursos y territorio; todo esto es lo que hace de una cultura un proceso dinámico y no sólo sus expresiones inmateriales. De ahí que nos preocupe el enfoque sectorial que pueda adquirir esta iniciativa, que en su texto parece evidentemente más destinada a recoger las inquietudes de los cultores de las artes en sus diversas manifestaciones y a la cultura museística, que a la promoción y protección de la cultura de los pueblos originarios en sus dos dimensiones. El pueblo Kawésqar es y ha sido recolector, pescador y cazador, navegante de los mares australes, respetuoso y protector del medio ambiente; todas esas son dimensiones materiales de nuestra cultura que requieren no sólo protección, sino también promoción. Esta es una tarea que debe y puede ser abordada por una iniciativa como la que comentamos, aunque ello requiera de coordinaciones sectoriales. LA CULTURA COMO EXPRESIÓN DE LA AUTODETERMINACIÓN La referencia que hace la indicación sustitutiva a las definiciones de cultura contenidas en instrumentos internacionales vigentes de UNESCO ratificados por Chile, no pueden entenderse con abstracción del conjunto del derecho internacional que protege y promociona la cultura de los pueblos originarios en el contexto de principios, normas y prácticas internacionales. Esos principios, normas y prácticas vinculan directamente el derecho colectivo a la cultura con el derecho de nuestro pueblo a la autodeterminación, tal como la practicamos en la propia consulta que ya comentábamos. Ese derecho a la autodeterminación cultural se encuentra ya en el Artículo 27 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Si bien dicho artículo reconoce individualmente a los miembros de una comunidad minoritaria a practicar su cultura, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha declarado que esa disposición también tiene una dimensión colectiva. En especial se ha referido en sus declaraciones al derecho de los pueblos originarios a desarrollar sus industrias y actividades tradicionales. Si esa es la posición del máximo órgano internacional en materia de derechos humanos, no podría entenderse la referencia de la indicación sustitutiva al concepto de cultura sin aplicar asimismo las decisiones de este Comité de las Naciones Unidas. Por otra parte, el derecho colectivo a la cultura, incluida la base material de esa cultura, debe entenderse asimismo sobre la base del derecho a nuestra autodeterminación cultural, 4 conforme aparece descrita en el Artículo 1 del mismo Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, del cual Chile es parte. El Convenio N° 169 de la OIT recoge también estos principios y normas y los desarrolla más explícitamente en términos colectivos. El Artículo 2.2.b de este convenio obliga a los Estados a proteger, garantizar y promover los derechos culturales de los pueblos originarios, respetando nuestra identidad social y cultural, nuestras costumbres, tradiciones e instituciones. Además, su Artículo 7 establece el derecho a ejercer control sobre nuestro desarrollo económico, social y cultural. Por si fuera poco, el Artículo 23 del mismo texto dispone que “La artesanía, las industrias rurales y comunitarias y las actividades tradicionales y relacionadas con la economía de subsistencia de los pueblos interesados, como la caza, la pesca, la caza con trampas y la recolección, deberán reconocerse como factores importantes del mantenimiento” de nuestra cultura, autosuficiencia y desarrollo económicos. Agrega que, con nuestra participación, y siempre que haya lugar “los gobiernos deberán velar por que se fortalezcan y fomenten dichas actividades.” Con todo ello, el Convenio n° 169 refuerza nuestro derecho colectivo a la cultura, derecho que se ve ratificado y ligado directamente a nuestra autodeterminación luego en la Declaración del año 2007 de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas. El Artículo 3 de esa declaración estipula expresamente el derecho a nuestra libre determinación, incluyendo en ello el derecho que tenemos a perseguir nuestro propio desarrollo económico, social y cultural, lo que incluye el derecho a conservar y reforzar nuestras propias instituciones culturales, así como nuestro derecho a participar en la vida cultural del Estado, todo lo cual se reitera en los artículos 11, 13 y 31 del mismo texto. De particular importancia en todo este contexto que refiere a la autodeterminación cultural de nuestro pueblo es lo que establece el Artículo 25 de esta última declaración de las Naciones Unidas. En él se dispone derechamente que nuestro pueblo tiene derecho a mantener y fortalecer nuestra propia relación espiritual con las tierras, territorios, aguas, mares costeros y otros recursos que hemos tradicionalmente poseído, u ocupado y utilizado, y a asumir nuestras responsabilidades con nuestras generaciones futuras. Como puede verse todo esto es cultura, y además una cultura que asume explícitamente la dimensión marina y costera que es la propia del pueblo Kawésqar. REFLEXIÓN SOBRE LO DICHO Lo dicho hasta ahora tiene relevancia para la estructuración del futuro Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. En especial para el contenido de la indicación sustitutiva. 5 Nos preocupa en especial la representación de los pueblos originarios en los respectivos consejos que asisten al futuro ministerio. El número de representantes, frente a los restantes integrantes de esos consejos es francamente minoritaria, y difícilmente podrá dar cuenta de la diversidad cultural y geográfica de nuestros pueblos. En especial de las particularidades de los pueblos canoeros nómades australes. Por ello sostenemos que el número de integrantes de esos consejos debe necesariamente aumentarse, agregando una disposición que diga explícitamente que en su designación “se respete la diversidad geográfica y cultural de los pueblos originarios.” De otra forma podemos terminar reforzando situaciones de dominación cultural, incluso trasladándolas al interior de las relaciones entre los propios pueblos originarios presentes en el territorio de esta república. Entendemos que es obligación del Estado evitar estas situaciones. Por otra parte, las funciones y atribuciones de los consejos, tanto nacional como regionales, deben evitar imponer diseños culturales que afecten la autodeterminación cultural de nuestros pueblos. Esto tiene dos consecuencias. La primera es que son los propios pueblos originarios quienes deben definir sus prioridades culturales y es obligación del Estado proteger esas prioridades y promoverlas. La segunda, es que esa promoción implica el desarrollar actividades de investigación cultural cuyas prioridades deben ser, asimismo, definidas por nuestras comunidades. En el caso del territorio ancestral Kawésqar de nuestra comunidad, así como en el ámbito cultural en general, existen muchos aspectos pendientes de investigación. Valoramos profundamente el papel de la ciencia occidental para develar aspectos de uno y otro. Con todo, alertamos acerca de la actitud de un segmento de la comunidad científica, tanto de las ciencias naturales como sociales, que entiende a nuestro pueblo y su territorio simplemente como objetos de investigación. Por ello, hemos iniciado acercamientos con la comunidad científica nacional e internacional para protocolizar las actividades que se lleven a cabo en nuestro territorio, de manera de salvaguardar nuestras prioridades culturales y de investigación. En esos términos el plan quinquenal que debe ser aprobado por el consejo nacional propuesto en la indicación debe establecer expresamente aquello; que son las comunidades y pueblos originarios quienes “decidirán sus propias prioridades en términos de inversión, investigación, protección y promoción de sus culturas.” Con todo, la libre determinación de nuestro pueblo en materias culturales, implicando en ello como dijimos tanto su expresión inmaterial como su base material, no conlleva la retirada del Estado de sus deberes de protección y promoción de nuestra cultura. Al contrario, todos los instrumentos internacionales descritos previamente obligan al Estado a esas dos funciones, a la 6 protección y promoción de las culturas de nuestros pueblos, en el contexto sí de nuestra libre determinación. En las condiciones actuales es evidente que nuestras comunidades carecen de los medios para llevar adelante las investigaciones y desarrollar las infraestructuras necesarias para la protección y promoción de nuestras culturas. Por ello valoramos la creación del consejo de pueblos originarios, aunque no entendemos por qué él debe ser de carácter transitorio y que se le confunda con otra estructura que eventualmente existiría en un ministerio de asuntos indígenas. Creemos que el equilibrio de este proyecto necesita de una representación adecuada y permanente de toda la complejidad y variedad cultural de los pueblos originarios de Chile, como la que se busca recoger en ese consejo. Todo ello sí, con el adecuado equilibrio geográfico y cultural. CONCLUSIONES La Comunidad Kawésqar Residente en Puerto Edén valora positivamente la creación del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Continuará participando en la discusión del proyecto de ley en sus distintas etapas constitucionales. Recuerda, sin embargo, que el concepto de cultura, conforme al derecho internacional, es amplio y cubre sus dimensiones inmateriales y materiales, lo cual debe ser reflejado en el mismo proyecto. Esas dimensiones se expresan en nuestro territorio, que coincide en buena parte con el Parque Nacional Bernardo O’Higgins, cuya integridad hemos defendido por entender que en él se contiene nuestra cultura. También en los recursos naturales que hemos usado y preservado mediante nuestras prácticas tradicionales. Destacamos también que el derecho colectivo a la cultura implica nuestra libre determinación, como lo reconoce también el derecho internacional que nos ampara y del cual Chile es parte. Esa libre determinación tiene algunos problemas en el texto actual del proyecto, debido principalmente a la débil representación de los pueblos originarios en los consejos asesores del ministerio y el carácter meramente transitorio del consejo de pueblos originarios. La Comunidad Kawésqar Residente en Puerto Edén desea llamar la atención, además, al hecho de que en el texto del mensaje de la indicación se contienen errores de referencia que deben ser enmendados. Nuestro pueblo es el pueblo Kawésqar, no Alacalufe. Y somos pueblo, no meras 7 comunidades. No es recomendable que en textos de tanta relevancia los redactores no usen algo de tiempo para consultar las hemerotecas y evitar introducir distinciones odiosas en una iniciativa como ésta. Aunque valoramos positivamente la iniciativa. Muchas gracias.