1 CIENCIAS SOCIALES GEOGRAFÍA E HISTORIA 4º de la ESO ÍNDICE Tema 1 – El siglo XVIII A. El mundo en el siglo XVIII....................................................................................................3 B. El Antiguo Régimen...............................................................................................................5 C. España en el siglo XVIII........................................................................................................7 D. La Edad Contemporánea........................................................................................................8 Tema 2 – Las Revoluciones liberales A. La Revolución Norteamericana..............................................................................................9 B. La Revolución Francesa y la época de Napoleón.................................................................10 C. Las Revoluciones Española y Latinoamericanas.................................................................13 D. La Restauración y los ciclos revolucionarios.......................................................................13 Tema 3 – La segunda mitad del siglo XIX A. Las viejas grandes potencias................................................................................................16 B. Las nuevas grandes potencias...............................................................................................16 C. España: una potencia de segunda fila...................................................................................18 D. El Imperialismo....................................................................................................................18 E. Los grandes imperios............................................................................................................20 Tema 4 – Los cambios del siglo XIX A. La revolución política y social.............................................................................................22 B. La Revolución Industrial......................................................................................................25 C. El Movimiento Obrero y las políticas sociales.....................................................................27 D. El arte del siglo XIX.............................................................................................................29 2 Tema 5 – La Primera Guerra Mundial y sus consecuencias A. Causas y características de la Gran Guerra..........................................................................31 B. Desarrollo de la guerra.........................................................................................................33 C. La Conferencia de París........................................................................................................34 D. Los felices años veinte..........................................................................................................37 Tema 6 – Los totalitarismos A. El Comunismo ruso..............................................................................................................39 B. El Fascismo italiano.............................................................................................................41 C. El nacionalsocialismo alemán..............................................................................................42 D. España en el período de Entreguerras..................................................................................44 Tema 7 – La Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias A. Los contendientes y la reanudación de la guerra..................................................................46 B. Etapas de la guerra................................................................................................................47 C. La Europa nazi......................................................................................................................49 D. Consecuencias......................................................................................................................50 Tema 8 – La Guerra Fría A. El inicio de la Guerra Fría....................................................................................................52 B. Los dos bloques....................................................................................................................53 C. Conflictos y guerras locales..................................................................................................56 D. La descolonización...............................................................................................................58 Tema 9 – El mundo actual A. El fin de la Guerra Fría.........................................................................................................60 B. El mundo tras la Guerra Fría................................................................................................61 C. Los grandes cambios del siglo XIX......................................................................................63 D. El arte del siglo XX..............................................................................................................65 Tema 1 – El siglo XVIII 3 TEMA 1 – EL SIGLO XVIII A. EL MUNDO EN EL SIGLO XVIII A finales de la Edad Moderna el mundo resultaba todavía muy grande: aunque los navegantes europeos recorrían todos los océanos como traficantes, pescadores o exploradores (también como piratas), las comunicaciones resultaban muy lentas y dificultosas, y el conocimiento de la mayor parte de África, Asia y Oceanía se limitaba a las costas. Europa se encontraba dividida en numerosos estados, de muy distinta importancia. Desde el siglo XVII, la política internacional europea se basaba en el principio de equilibrio (evitar que una potencia adquiriera un poder excesivo sobre las restantes, para lo que éstas se aliarán en su contra) y en el principio dinástico (los estados regidos por una misma familia se alían entre sí). 1. GRANDES POTENCIAS El Reino de España y de las Indias (con reyes de la dinastía Borbón) poseía uno de los imperios coloniales más extensos: América desde California hasta el extremo sur, y las Filipinas en Asia. Aunque controlaba una buena parte del comercio ultramarino (era muy importante el de metales preciosos), le superaban económicamente otras potencias. Tema 1 – El siglo XVIII 4 El Reino de Francia (con la rama principal de los Borbones) casi había alcanzado las fronteras actuales. Gracias a su economía avanzada, poseía una población muy numerosa. Su imperio colonial era más limitado: aunque conservará algunas posesiones en América (Haití), se encontraba en trance de perder las de América del Norte (Quebec, Luisiana). El Reino de Gran Bretaña (con Irlanda) se convirtió en esta época en primera potencia marina: sus barcos controlaban cada vez más la navegación oceánica, gracias a pequeñas posesiones situadas en todos los continentes. Sólo en América del Norte había constituido grandes colonias. Además su economía estaba industrializándose a gran velocidad. El Archiducado de Austria (dinastía de los Habsburgo) había creado un extenso imperio danubiano, en expansión sobre los territorios europeos del Imperio Otomano. Sus soberanos conservaban el título honorífico de emperadores de Alemania. Poseía además los antiguos Países Bajos hispánicos (Bélgica y Luxemburgo). El Imperio Ruso había creado un enorme imperio continental a través del norte de Asia, hasta Alaska en América. En algunos aspectos evolucionó de modo distinto al resto de Europa, generalizándose la servidumbre de toda la población campesina. El Reino de Prusia, estado del norte de Alemania, se convirtió en una gran potencia militar. 2. OTROS ESTADOS IMPORTANTES El extenso Reino de Polonia entró en una crisis aparentemente definitiva, y desapareció tras ser repartido entre las potencias vecinas: Rusia, Prusia y Austria. Tema 1 – El siglo XVIII 5 El Reino de Portugal mantuvo su gran imperio en América (Brasil), África y Asia. Pero desde su recobrada independencia de España en 1640 quedó en la órbita de Gran Bretaña. En Italia destacaban el Reino de Cerdeña (con Saboya y el Piamonte en el continente), los Estados Pontificios (regidos por el Papa), y el Reino de las Dos Sicilias (en el sur, cuyos reyes pertenecían a otra rama de la dinastía Borbón). Los Países Bajos (o Provincias Unidas) mantenían un importante imperio colonial en América, África del sur y Asia (del Índico al Pacífico). 3. GRANDES ESTADOS EXTRAEUROPEOS El Imperio Otomano, islámico y con capital en Estambul, se extendía por Europa, África y Asia. En el siglo XVIII entró en una crisis creciente, y su dominio sobre los territorios europeos (de población mayoritariamente cristiana) comenzó a debilitarse, despertando el interés de las grandes potencias europeas, especialmente Austria y Rusia. El Imperio Persa se verá obligado a ceder territorios de Asia Central a una Rusia en plena expansión. En la India se estableció un gran estado hinduista, la Confederación Maratha. Había numerosos enclaves costeros en manos de portugueses, holandeses, franceses y británicos. En China el nuevo Imperio Manchú (por Manchuria, región del norte de la que procedía la familia imperial) conquistará numerosos territorios como Sinkiang (Asia central) y el Tíbet. Japón se aisló del exterior en este período. Su emperador tenía un poder muy limitado, y eran los grandes señores feudales los que gobernaban el país. B. EL ANTIGUO RÉGIMEN Antiguo Régimen es el nombre que se dio a la sociedad tradicional europea y americana del siglo XVIII (finales de la Edad Moderna), resultado de su lenta evolución desde la Edad Media. Es un término peyorativo, creado por los que la consideraban anticuada y necesitada de las grandes transformaciones que iniciarán la Edad Contemporánea. Presenta las siguientes características: EN LO IDEOLÓGICO se asumían sin duda una serie de valores: la existencia de Dios (los estados eran confesionales católicos, protestantes u ortodoxos, y había importantes minorías hebreas), la superioridad de la monarquía como forma de gobierno, la existencia de una moral natural que se basa en el valor espiritual de toda persona (lo que conduce a dar mucha importancia al honor individual), y la importancia de las jerarquías: toda realidad natural, social y sobrenatural está organizada jerárquicamente de forma armoniosa, con superiores e inferiores. Sin embargo, estos principios tradicionales se encontraban en el siglo XVIII sometidos a crítica por la llamada Ilustración, un nutrido grupo de pensadores que buscaban “iluminar” los errores de la sociedad existente, y propusieron un gran número de reformas. En lo ideológico, el ilustrado más destacado fue el francés Voltaire, que escribió numerosas obras en las que condenaba los valores ideológicos del Antiguo Régimen (especialmente los religiosos). Tema 1 – El siglo XVIII 6 EN LO POLÍTICO, la mayoría de los estados europeos eran monarquías absolutas, resultado del reforzamiento del papel del rey desde finales de la Edad Media: El rey era la cúspide de la sociedad, y por tanto sólo podía ser juzgado por Dios, al que representaba. Por tanto su persona era sagrada. Su obligación era preocuparse por el bienestar y la seguridad de sus súbditos, como un padre con sus hijos (paternalismo). Las monarquías absolutas habían conseguido imponerse plenamente sobre los restantes poderes tradicionales desde la Edad Media: la nobleza, las Iglesias, y los estados provinciales. Pero su poder no era ilimitado: el rey debía respetar los valores sociales dominantes, y las leyes, costumbres y privilegios preexistentes. Sin embargo, muchos reyes se vieron influidos poderosamente por las nuevas ideas de la Ilustración, e intentaron llevar algunas de ellas a la práctica aprovechando su poder absoluto: es lo que se denomina despotismo ilustrado. Pero algunos ilustrados realizaron una crítica más profunda. Así, el francés Montesquieu planteó la necesidad de establecer la división de poderes para evitar la tiranía: el poder legislativo (hacer leyes) corresponde a los representantes del pueblo y de la nobleza; el poder ejecutivo (gobernar) corresponde al rey; el poder judicial (juzgar) corresponde a jueces independientes. EN LO SOCIAL, los habitantes de la mayor parte de Europa eran hombres libres, ya que la vieja servidumbre medieval había desaparecido a principios de la Edad Moderna. En América, sin embargo, los europeos introdujeron la esclavitud en gran escala. Desde el punto de vista jurídico, la sociedad se componía de tres estamentos (sociedad estamental), por las tres funciones principales: regir, enseñar y alimentar. A dos de ellos se pertenecía por nacimiento (nobleza y estado llano); al otro se ingresaba voluntariamente (clero). Por otra parte, nobleza y clero eran estamentos privilegiados (en principio no pagaban impuestos al rey, y gozaban de numerosas ventajas a cambio de la prohibición de trabajar). Muchos nobles (y también algunas instituciones eclesiásticas) gobernaban territorios de muy distinta extensión, los señoríos, en los que cobraban los correspondientes impuestos. Por otra parte, existía un impuesto a favor de la Iglesia, el diezmo. Sin embargo la vieja división en estamentos resultaba cada vez más anticuada, y ya existía una auténtica sociedad de clases, en función de la riqueza. Desde fines de la Edad Media las fortunas más importantes eran las de banqueros y grandes comerciantes, todos ellos procedentes del estado llano. El mismo origen tenía el número creciente de especialistas en leyes, administración, finanzas, a los que el rey confiaba puestos importantes en la Corte. Muchos de ellos fueron ennoblecidos, aunque mantuvieron sus ocupaciones y formas de vida. Por otra parte, muchas familias nobles no disponían de patrimonios considerables, y se encontraban en peor situación económica que algunos agricultores acomodados. También en el clero existía una gran diferencia de recursos entre sus componentes. Además, los ilustrados consideraban negativa la vieja división estamental, y defendían la igualdad jurídica (aunque consideraban natural la división en clases). El suizo Rousseau propondrá la existencia del contrato social, un acuerdo entre sus miembros previo a la constitución de la sociedad. EN LO ECONÓMICO, las poblaciones europeas y americanas se dedicaban mayoritariamente a una agricultura de subsistencia suficientemente eficaz como para alimentar con sus excedentes a la creciente población europea. La unidad básica era la explotación familiar, de muy variadas dimensiones y características, trabajada por un campesino. Muchos de ellos eran propietarios, pero un buen número de explotaciones pertenecían a familias nobles, e instituciones eclesiásticas y civiles, a las que se debía pagar Tema 1 – El siglo XVIII 7 una renta. Puesto que estas tierras constituían un patrimonio que no se dividía ni vendía, los campesinos tenían derecho a transmitir su aprovechamiento de padres a hijos. Los pujantes talleres artesanos y los comerciantes se organizaban en cada localidad en distintos gremios. Eran instituciones que reglamentaban el oficio y velaban por los intereses de sus miembros (por ejemplo, evitando la competencia). Numerosas actividades (como los mercados, los precios, el abastecimiento de productos de primera necesidad) se encontraban reguladas por las autoridades. El resultado era una economía muy estable, en la que los cambios se producían muy lentamente. Sin embargo, a lo largo del siglo XVIII surgieron fenómenos novedosos, como la aparición de manufacturas textiles al margen del sistema gremial, de asociaciones que impulsaban el desarrollo agrícola y artesanal y, sobre todo, de grandes innovaciones tecnológicas (revolución industrial). Además, el inglés Adam Smith defenderá el liberalismo económico, la eliminación de todos los impedimentos y reglamentaciones sobre la producción de bienes, la contratación de trabajadores, la venta y exportación de los productos, como medio de propiciar el crecimiento. C. ESPAÑA EN EL SIGLO XVIII Carlos II, último de los Habsburgo españoles, murió sin sucesión en 1701. Dejó el trono a su pariente Felipe de Borbón, nieto del rey de Francia. Sin embargo Carlos de Habsburgo, hijo menor del archiduque de Austria, reclamó la corona, iniciándose la Guerra de Sucesión (1701-14). Los dos rivales lograron apoyos en España (Felipe en la Corona de Castilla, y Carlos en la de Aragón) y en Europa (Francia y Austria apoyaron a sus respectivos príncipes). Gran Bretaña y los Países Bajos, temerosos de un excesivo fortalecimiento de Francia, apoyaron a Carlos. El fin de la guerra fue imprevisto: Carlos heredó el Archiducado de Austria tras la muerte sucesiva de su padre y de su hermano mayor, por lo que Gran Bretaña y Países Bajos le retiraron su apoyo. En 1713 se firmó la Paz de Utrecht, que tuvo importantes CONSECUENCIAS INTERNACIONALES: Europa reconoció como rey de España a Felipe V de Borbón. Austria recibió como compensación casi todos los territorios españoles en el resto de Europa: Flandes, Luxemburgo, parte del Milanesado, Nápoles, Cerdeña, etc. Saboya obtuvo el resto del Milanesado y Sicilia (luego sustituida por Cerdeña). Gran Bretaña obtuvo Gibraltar, Menorca y el monopolio del tráfico de esclavos con la América española. Los Países Bajos solamente obtuvieron algunas plazas fronterizas en Flandes. Tema 1 – El siglo XVIII 8 Pero la Guerra de Sucesión tuvo también CONSECUENCIAS EN EL INTERIOR: Felipe V extendió las leyes e instituciones castellanas a la Corona de Aragón (Decretos de Nueva Planta) por derecho de conquista. La España peninsular resultó desde entonces mucho más uniforme. Sólo mantuvieron sus leyes (fueros) e instituciones propias las provincias vascas y Navarra, ya que siempre reconocieron a Felipe como rey. A lo largo del siglo XVIII España continuó siendo una gran potencia y superó algunos de los graves problemas que había sufrido en el siglo XVII. Se introdujeron numerosas reformas (sobre todo durante el reinado de Carlos III, 1759-88, al que se puede considerar ejemplo de la aplicación del despotismo ilustrado) que tuvieron como consecuencia un crecimiento de la población y de la actividad económica. D. LA EDAD CONTEMPORÁNEA Los numerosos procesos de cambios que se observan a lo largo del siglo XVIII van a incrementarse de forma exponencial a fines del siglo. Esta “aceleración” de la historia es lo que ha llevado a los historiadores a establecer una nueva edad, la Edad Contemporánea. Para facilitar su estudio la dividiremos en las siguientes etapas: La etapa de las Revoluciones, desde fines del siglo XVIII a mediados del XIX, busca sustituir el Antiguo Régimen por el Nuevo (liberalismo). Se inicia con las llamadas Revoluciones Atlánticas (norteamericana, francesa, española, latinoamericana) y se continúa con los llamados ciclos revolucionarios (de 1820, de 1830 y de 1848). A lo largo de ella se produce la primera revolución industrial ( a distintos ritmos según los países). La hegemonía europea, en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, supone el dominio de Europa sobre el mundo. En casi toda Europa y América (con excepciones significativas, como Rusia) triunfa el sistema liberal, basado en la existencia de la elecciones, partidos políticos y libertades civiles. También es la época del nacionalismo, del imperialismo, y de la segunda revolución industrial. La Guerra Civil Europea (de 1914 a 1945) es la denominación que suele darse actualmente al complicado y sanguinario período que abarca las dos guerras mundiales (y otras como la civil española), la aparición de los totalitarismos antiliberales (comunismo y fascismos), y una gran crisis económica. Supone el fin de la hegemonía europea, y la aparición de unas nuevas potencias extraeuropeas hegemónicas y rivales. La Guerra Fría, en la segunda mitad del siglo XX, es la etapa del enfrentamiento de dos superpotencias. Los EEUU y sus aliados se caracterizan por el liberalismo (democracia), la economía de mercado y el estado del bienestar. La URSS y sus aliados, por el totalitarismo (comunismo), la economía estatalizada y la sociedad colectivista. El retroceso político europeo supone también la descolonización de sus grandes imperios coloniales. El mundo actual, desde finales del siglo XX. Aunque todavía resulta difícil caracterizarlo, se pueden mencionar los siguientes fenómenos: el fin del comunismo y la expansión del sistema democrático, el auge del fundamentalismo islámico, y la actual crisis económica. Tema 2 – Las Revoluciones liberales 9 TEMA 2 – LAS REVOLUCIONES LIBERALES A finales del siglo XVIII la historia se aceleró en el mundo occidental (Europa, América): durante una generación –unos treinta años– revoluciones y guerras agitaron poderosamente la sociedad del Antiguo Régimen, haciendo caer monarquías, instituciones y estados. Y lo que es más importante: cambiando los propios valores en los que aquellas sociedades se sustentaban. Sin embargo, hacia 1815 parecía que la Revolución y sus principios estaban derrotados: por todas partes se restauraron las monarquías absolutas y los valores tradicionales. Pero fue un espejismo, pues la sociedad ya era otra: en el plazo de una segunda generación y por medio de varias oleadas revolucionarias, el Nuevo Régimen político –el liberalismo– triunfó definitivamente en Europa y América. A. LA REVOLUCIÓN NORTEAMERICANA En el siglo XVII Inglaterra había fundado 13 colonias en la costa este de América del Norte. Su población era casi exclusivamente de origen europeo (además de los esclavos procedentes de África), y no disponía de recursos extraordinarios (a diferencia del imperio hispánico, rico en metales preciosos, especias, etc.). Predominaban las actividades agrícolas (granjas familiares en el norte, y grandes plantaciones en el sur) y mercantiles. A mediados del siglo XVIII constituían unas comunidades florecientes, en expansión hacia el oeste, más allá de los montes Apalaches. Sin embargo, el gobierno británico inició una política tendente a fortalecer la administración metropolitana que chocó con la tradicional autonomía de las colonias. Los representantes de las trece colonias se reunieron frecuentemente, y pronto pasaron de la mera defensa de sus intereses a la exigencia de independencia. La primera acción insurreccional se produjo en 1773, y consistió en la destrucción de un cargamento de té en Boston, al haber sido recargado con un nuevo impuesto. En 1775 se inició la Guerra de Independencia, con carácter tanto de guerra civil (entre patriotas y leales), como de guerra internacional (puesto que Francia y España apoyaron a los independentistas), y de guerra ideológica (los patriotas defienden unas nuevas ideas políticas, basadas en la soberanía popular y en los derechos humanos). La Declaración de Independencia tuvo lugar el 4 de julio de 1776, cuando los insurgentes ya estaban dirigidos por George Washington. Pero sólo en 1783 Gran Bretaña reconoció la independencia de la nueva República. La organización de los Estados Unidos (como se denominaron) se realizó según las nuevas ideas, lo que permite considerarla una auténtica Revolución. Desde el inicio de las revueltas menudearon las Declaraciones de Derechos que garantizaban una serie de libertades consideradas inherentes al ser humano. La Constitución fue finalmente aprobada en 1787, con las siguientes características: Soberanía del pueblo (y no de un rey). División de poderes: • Ejecutivo: Presidente (jefe del estado y de gobierno), elegido por sufragio indirecto. • Legislativo: Congreso bicameral (Cámara de Representantes y Senado), cuyos miembros son elegidos por sufragio directo. • Judicial: Tribunal Supremo, con miembros nombrados por el Presidente. República Federal: cada una de las trece colonias se constituyó como Estado, con una organización semejante a la de la Unión, y unas competencias muy amplias. El nuevo país tenía inicialmente una población escasa (unos cuatro millones), pero creció rápidamente gracias a la abundante inmigración. Pero una parte considerable son esclavos de origen africano (especialmente en los estados del sur), lo que contradecía los principios políticos basados en la libertad personal. Tema 2 – Las Revoluciones liberales 10 B. LA REVOLUCIÓN FRANCESA Y LA ÉPOCA DE NAPOLEÓN 1. LA REVOLUCIÓN A finales del siglo XVIII Francia era una poderosa potencia. Estaba regida por Luis XVI, y era el país europeo más poblado, con una economía muy diversificada, y con un importante papel internacional. Pero en la década de los 80 varios años de malas cosechas encarecieron los precios e hicieron disminuir el cobro de impuestos. En esta situación, los gastos de la corte real y el coste de la intervención militar en apoyo de EEUU colocaron al estado en situación ruinosa. Por ello, varios ministros plantearon diversas reformas económicas, tendentes a imponer la contribución fiscal a los privilegiados. Para lograrlo, el rey hubo de convocar los Estados Generales, anticuada institución de origen medieval con representación de los tres estamentos, que apenas se había reunido en los últimos siglos. Por toda Francia se realizaron reuniones para elegir sus representantes y elaborar los Cuadernos de Quejas (las peticiones que aquellos deberían hacer al rey). Este proceso supuso la generalización de las críticas al Antiguo Régimen. En mayo de 1789 los Estados Generales se reunieron en el Palacio de Versalles. Nuevas ideas políticas predominaban entre los representantes del Tercer Estado (en su mayoría abogados, comerciantes y gentes acomodadas), así como entre sectores de la nobleza y el clero. Por ello exigieron la reunión conjunta de los tres estamentos como asamblea nacional, lo que suponía una auténtica revolución al limitar la soberanía absoluta del rey. Para evitar una posible reacción de Luis XVI y su gobierno, el 14 de julio de 1789 se organizó una revuelta en París, que culminó con la Toma de la Bastilla, fortaleza y prisión real. Es el primer choque armado, con un balance de numerosos muertos. Las noticias se extendieron rápidamente por toda Francia, dando lugar al llamado Gran Miedo, numerosas revueltas campesinas antiseñoriales. Ante la situación, Luis XVI aceptó el establecimiento de la Asamblea Nacional, y reconoció en la práctica su poder. La Revolución había triunfado. 2. LA MONARQUÍA CONSTITUCIONAL (1789-92) La Asamblea Nacional ( y su sucesora, la Asamblea Legislativa) aprobó progresivamente una serie de medidas que supusieron el final definitivo del Antiguo Régimen: Soberanía nacional, aunque se mantiene la monarquía. Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Abolición de los privilegios de la nobleza, clero, gremios (que son disueltos), y regiones. Incautación de las propiedades eclesiásticas, de la corona y de los nobles emigrados.. Supresión de las órdenes religiosas; elegibilidad de sacerdotes y obispos. Pero la tarea más importante fue la elaboración de la Constitución de 1791, en la que se establecía la división de poderes y las elecciones por sufragio indirecto y censitario (aunque todos los franceses eran ciudadanos, sólo votaban los contribuyentes acomodados). El rey conservaba teóricamente el poder ejecutivo, pero en la práctica dependía totalmente del legislativo. El nuevo régimen no logró asentarse, ya que muy pronto comenzaron las desavenencias entre revolucionarios moderados y radicales. Además una parte de la sociedad (especialmente entre el campesinado) rechazaba reformas como las eclesiásticas. En estas circunstancias, la familia real intentó huir al extranjero (como habían hecho muchos nobles), pero fueron descubiertos y detenidos. Finalmente, la amenaza de intervención de las potencias europeas condujo a la declaración de guerra, al asalto del palacio de las Tullerías en París, a la destitución del rey, y a la convocatoria de una Convención Nacional (nombre de la institución que sustituye a la Asamblea Legislativa). Tema 2 – Las Revoluciones liberales 11 3. LA REPÚBLICA RADICAL (1792-94) La Convención supuso la radicalización del nuevo régimen: proclamación de la República, implantación de un nuevo calendario, impulso a la descristianización, y más tarde, ejecución de los reyes. Se elaboró una nueva Constitución democratizadora y con preocupación social, pero las circunstancias hicieron que apenas se llevara a la práctica. Los políticos más extremistas (como Robespierre) contaban con el apoyo de los sans-culottes (sectores de las clases bajas urbanas) y establecieron un duro sistema represivo (Comité de Salud Pública). Se producen tres gravísimos fenómenos al mismo tiempo: La guerra exterior. Para hacer frente al ataque de Austria, Prusia, Gran Bretaña y España se organizó un Ejército Revolucionario formado por leva general (lo que provocó el rechazo campesino), que logrará detener al enemigo y contraatacará en los Países Bajos austríacos, en Saboya y en otras zonas. La guerra civil. Estallaron varias sublevaciones, entra las que destacó la de La Vendée. La situación de los campesinos y artesanos de ésta y otras regiones había empeorado con las medidas revolucionarias. Tras una cruenta lucha fueron prácticamente exterminados. El Terror. Ante las circunstancias, la República suspendió la Constitución, los derechos individuales y la división de poderes. Los Tribunales Revolucionarios y el Comité de Salud Pública condenaron a muerte (sobre todo mediante la guillotina) a contrarrevolucionarios, a revolucionarios moderados, y finalmente a los propios extremistas rivales. Finalmente en 1794, un sector de la Convención organizó una revuelta, deponiendo y ajusticiando a Robespierre, reprimiendo duramente a los restantes sectores radicales, e imponiendo una dirección más moderada a la República. 4. LA REPÚBLICA CONSERVADORA (1794-99) La nueva República buscó asegurar las conquistas de la Revolución, recortando la participación de las clases bajas urbanas. La Constitución establecía ahora un poder ejecutivo colectivo (Directorio) y un legislativo dividido en dos Cámaras, elegidas por sufragio indirecto censitario. En 1795 finalizó la guerra exterior con un claro triunfo francés. El novedoso servicio militar obligatorio establecido dos años antes había creado un ejército de un millón de soldados, que exportó las ideas e instituciones revolucionarias a aquellos países en los que combatía (por ejemplo, Países Bajos). En 1797 se reanuda la guerra, ahora en alianza con España, contra Austria y Gran Bretaña. Napoleón Bonaparte, general francés de origen corso, llevará a cabo una exitosa campaña italiana que permitió crear un conjunto de estados satélites, desde Suiza a Nápoles. Más tarde emprendió una aventurada campaña en el Egipto otomano que concluyó con su regreso sigiloso a Francia, dispuesto a hacerse con todo el poder. 5. CONSULADO E IMPERIO (1799-1815) En 1799 el victorioso ejército se ha convertido en la institución más fuerte del estado, y Napoleón, su general más prestigioso, toma el poder mediante un golpe de estado (Brumario). Se inicia un período en el que se estabiliza y extiende el nuevo régimen, aunque de forma autoritaria: el poder se concentra en una única persona, primero con el título de cónsul, y desde 1804 con el de emperador de los franceses. Naturalmente, las libertades ciudadanas son recortadas. Francia acaba con el equilibrio europeo y se convierte en la mayor potencia: domina directa o indirectamente en Italia y Alemania, y parcialmente en la aliada España, que le proporciona su poderosa marina de guerra. Austria y Rusia se oponen, pero son derrotadas en la famosa Batalla de Austerlitz (1805). Esta victoria compensó la derrota naval sufrida pocos meses antes por la flota hispano-francesa ante los ingleses en la Batalla de Trafalgar. Inglaterra, con su dominio del mar, queda como único gran rival de Napoleón. Tema 2 – Las Revoluciones liberales 12 Para combatirla, el emperador establece el Bloqueo continental: quiere impedir el comercio entre Inglaterra y el resto de Europa, con la intención de arruinarla. El éxito fue relativo, entre otras razones por la dificultad de impedir el contrabando. En 1808 Napoleón nombra rey de España a su hermano José, con la intención de aprovechar mejor sus recursos en la guerra contra Inglaterra y otras potencias. Sin embargo, de forma imprevista se produce un levantamiento popular contra los franceses (Guerra de Independencia), que no será dominado a pesar de los numerosos ejércitos enviados desde Francia, con un coste creciente en vidas y recursos. Cuando el zar muestre de nuevo su hostilidad, Napoleón emprenderá la famosa campaña de Rusia. En 1812 invade este enorme imperio sin encontrar una auténtica resistencia (excepto en la batalla de Borodinó) y logra ocupar Moscú. Pero las enormes distancia, la llegada del invierno, y la creciente resistencia popular, le obligan a una desastrosa retirada en la que morirá la mayor parte de su ejército. La debilidad francesa anima a sus enemigos y a los pueblos dominados: en 1813 es derrotado en la Batalla de las Naciones o de Leipzig. El rechazo a Napoleón aumenta incluso en la propia Francia, y al año siguiente acepta abdicar, y obtiene refugio en la pequeña isla italiana de Elba. Aún regresará a Francia y recuperará el poder en 1815, pero será definitivamente vencido en la Batalla de Waterloo, hecho prisionero por los ingleses, y conducido a la isla de Santa Elena, en medio del Atlántico. Tema 2 – Las Revoluciones liberales 13 C. LAS REVOLUCIONES ESPAÑOLA Y LATINOAMERICANAS Los victoriosos ejércitos franceses han extendido las ideas, leyes e instituciones revolucionarias por buena parte de Europa. En el territorio del viejo reino de España y de las Indias, en cambio, se producirá de forma autónoma el paso del Antiguo al Nuevo Régimen, al igual que en Estados Unidos y en Francia. 1. LA ESPAÑA DE LAS CORTES DE CÁDIZ En 1808 el rey Carlos IV y su ministro Godoy se encuentran muy desprestigiados por su actitud complaciente ante Napoleón. En marzo triunfa el Motín de Aranjuez, organizado entre otros por el príncipe de Asturias, Fernando, que será reconocido como rey. Aunque busca el apoyo de Napoleón, éste aprovecha la situación para capturar a toda la familia real y sustituirla con su hermano José. El 2 de mayo estalla en Madrid una insurrección contra los franceses, que se extiende con rapidez por todo el país, iniciándose la llamada Guerra de la Independencia. Toda la población se implica en esta durísima guerra, unos (afrancesados) a favor de los franceses, a los que ven como introductores del Nuevo Régimen, y otros (patriotas) que rechazan el dominio francés. La superioridad militar está en los primeros (excepto en ocasiones como la Batalla de Bailén), que controlan la mayor parte del territorio. La mayoría de los patriotas identifican a los franceses con las ideas revolucionarias, pero entre sus dirigentes (en ausencia del rey) abundan los partidarios de reformar profundamente la sociedad tradicional. En 1810 se reúnen en Cádiz las Cortes con representantes de toda España y su imperio. En la primera sesión se proclama la soberanía nacional, definitiva ruptura con el Antiguo Régimen. En 1812 se promulgará la primera constitución liberal española, popularmente conocida como la Pepa. 2. LAS GUERRAS DE EMANCIPACIÓN AMERICANAS En el imperio español los territorios americanos eran jurídicamente reinos (Nueva España, Nueva Granada, Perú, La Plata), en teoría en igualdad de condiciones a los europeos (Castilla, Aragón...). Sin embargo entre las élites criollas (descendientes de peninsulares) aumentaban los sentimientos de agravio contra las autoridades de Madrid o enviadas desde allí. Además, las trabas que se imponían al comercio directo con Inglaterra, EEUU u otros países, perjudicaban sus intereses económicos. Cuando llegan las noticias de los sucesos de España los acontecimientos se aceleran: se producen motines contra algunas autoridades a las que se considera próximas a los franceses, y se eligen nuevos dirigentes, de forma extralegal, todavía en nombre del rey de España. Pero en La Plata y en Nueva Granada la situación deriva rápidamente hacia la independencia, al contrario que en Perú y Nueva España. Se inician así las guerras de emancipación (que sólo concluirán en 1824). Resultan muy complejas, ya que tienen un triple carácter: son guerras coloniales, civiles y revolucionarias. La población, cualquiera sea su origen (criollo, europeo, indígena, mestizo, mulato...) se ve impelida a tomar partido entre patriotas y realistas, partidarios del antiguo o del nuevo régimen, la metrópoli o el territorio en que se vive. D. LA RESTAURACIÓN Y LOS CICLOS REVOLUCIONARIOS La caída definitiva de Napoleón en 1815 pone fin a un cuarto de siglo repleto de revoluciones, conflictos, guerras y matanzas. Aparentemente ha fracasado el Nuevo Régimen tanto en Europa como en América (con las excepciones de Estados Unidos y La Plata). En consecuencia, se emprende la tarea de restablecer el Antiguo Régimen por todas partes: es lo que se denomina la Restauración, que se presenta triunfante. Sin embargo es un espejismo; las “nuevas ideas” no desaparecen y en un plazo breve (treinta años) el liberalismo habrá triunfado en distintos grados en casi toda Europa. 1. LA EUROPA DEL CONGRESO DE VIENA El Congreso de Viena fue la reunión de embajadores de todos los países europeos en 1814 y 1815, con el objetivo de reorganizar el continente. La Europa que se diseñó se mantuvo en buena medida Tema 2 – Las Revoluciones liberales 14 durante un siglo, hasta la Primera Guerra Mundial. Se partió de varios principios básicos: Rechazo de las ideas revolucionarias (que no será completo: Francia conservará algunas en su Carta otorgada). Austria, Rusia y Prusia serán los estados más firmes en este sentido, y firmarán el tratado de la Santa Alianza. Legitimismo: los reyes destronados deben volver a ocupar sus tronos. Así, los Borbones volverán a reinar en Francia (Luis XVIII) y en España (Fernando VII). Sin embargo, no se restablecerá el Imperio Germánico, eliminado por Napoleón, ni algunos pequeños estados. Equilibrio entre las grandes potencias, evitando un exceso de poder. Solución a los problemas internacionales mediante Congresos entre las principales potencias, evitando las guerras. En caso de necesidad, intervenciones puntuales en los países amenazados por la revolución. Sin embargo, el mapa político resultante es diferente al anterior a las revoluciones: Cuatro grandes potencias: Gran Bretaña, Francia, Austria, y Rusia. Se engrandece a tres estados-tapón que rodean a Francia: Países Bajos (que incorpora a la actual Bélgica), Prusia (que se extiende hasta el Rin) y Piamonte (con Saboya y Génova). Gran Bretaña es la primera potencia marítima, y adquiere Malta, algunas islas griegas y otras colonias ultramarinas. España, en cambio, pierde su estatus de gran potencia a causa de sus problemas interiores y de la reanudación de las guerras de emancipación americanas. 2. LAS REVOLUCIONES DE 1820 El primer gran desafío a la Restauración se iniciará en España: el ejército acantonado en Cádiz se subleva a favor de la Constitución de 1812. El pronunciamiento tiene éxito, y se establece un nuevo gobierno liberal. Pero el nuevo régimen durará sólo tres años: por un lado es muy inestable, y por otro las grandes potencias deciden intervenir en España: un ejército francés (conocido como los Cien Mil Hijos de San Luis) ocupa fácilmente toda España y restablece a Fernando VII como rey absoluto. Las intentonas revolucionarias se extienden también por otros países: en Portugal e Italia, sin éxito. Por estas fechas, en cambio, se inicia la guerra de independencia de Grecia, que logrará separarse del Imperio Otomano. Del mismo modo, casi toda la América española se independiza definitivamente, aunque dividida en varios estados. 3. LAS REVOLUCIONES DE 1830 Luis XVIII había gobernado Francia sin extremar la vuelta al Antiguo Régimen. Pero su sucesor Carlos X actúa de modo distinto, lo que provoca el estallido de la revolución de julio en París. Sus dirigentes elegirán rey a Luis Felipe de Orleans y establecerán un régimen político plenamente liberal, aunque dirigido por las clases acomodadas. Más tarde se inicia la revolución en Bélgica (antiguos Países Bajos austríacos), que une liberalismo y nacionalismo, ya que quiere separarse de Holanda. Francia e Inglaterra apoyan a la nueva nación, que nombra rey a un príncipe alemán. Pero la revolución fracasa en otros países: en la Polonia ocupada por Rusia, en varios estados italianos (por la intervención austríaca), y en otros estados alemanes. En Gran Bretaña y en España se produce por estas fechas el tránsito al liberalismo. En la primera, mediante las reformas electorales de 1832; en la segunda, a consecuencia de una guerra civil por la sucesión de la corona (primera guerra carlista), que comienza en 1833. 4. LAS REVOLUCIONES DE 1848 El liberalismo asentado en varios países tiene un carácter moderado, por lo que numerosos liberales lo consideran insuficiente y reclaman cambios profundos. En 1848, en un momento de crisis económicas, se inicia un nuevo ciclo revolucionario con estas características: Tema 2 – Las Revoluciones liberales 15 Defensa del sufragio universal masculino, y más libertades individuales. Reducción de las desigualdades sociales. Preferencia de la república sobre la monarquía Reivindicaciones nacionalistas. A principios de año se produjo en Francia la llamada Revolución de Febrero. El rey Luis Felipe abdica, se proclama la República, se establece el sufragio universal, y finalmente es elegido presidente Luis Bonaparte, sobrino de Napoleón. En Italia, Austria y Alemania se producen numerosos intentos revolucionarios, pero de signo variado: predominan los ideales liberales y democráticos en los estados todavía autoritarios, pero con frecuencia pesan más los objetivos nacionalistas: italianos, húngaros y checos que forman parte del Imperio Austríaco, alemanes que ansían unificar sus estados, etc. Aunque todos estos movimientos fracasan, suponen un impulso hacia una Europa más liberal, que se deja sentir en toda el continente. Tema 3 – La segunda mitad del siglo XIX 16 TEMA 3 – LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX A mediados del siglo XIX, el liberalismo se había impuesto definitivamente en Europa occidental: Gran Bretaña, Francia, Bélgica, España, Portugal y algunos estados italianos poseían sistemas políticos basados en una Constitución, con derechos individuales, separación de poderes, y elecciones libres (más o menos participativas) a las que concurrían diversos partidos. Los dos grandes estados de Europa central (Austria y Prusia) eran todavía absolutistas, pero incorporaban ya algunos elementos del estado liberal moderno. Sólo el gran Imperio Ruso mantuvo plenamente el Antiguo Régimen. A. LAS VIEJAS GRANDES POTENCIAS Gran Bretaña era la gran potencia política y económica, gracias a la revolución industrial (que inicia) y a su enorme imperio colonial. Durante casi todo el siglo reinó Victoria con un sistema político liberal muy estable: los partidos liberal y conservador se alternaban de forma pacífica en el gobierno. No se produjeron sublevaciones ni revoluciones; al contrario, en Londres se refugiaban revolucionarios y exiliados de toda Europa. Francia era la otra gran potencia política, económica y cultural de Europa. Sin embargo su historia continuó siendo muy agitada: restauración de los Borbones (1815-30), monarquía liberal de Luis Felipe (1830-48), segunda república (1848-52), segundo imperio con Napoleón III (1852-70), y tercera república (desde 1870, tras la derrota ante Prusia). El Imperio Austríaco era un estado multiétnico: alemanes austríacos (minoría históricamente dominante), húngaros, eslavos, rumanos e italianos. Tras las revoluciones de 1848 inició su largo reinado Francisco José que se vio obligado a introducir reformas de tipo liberal. En 1867, tras haber sido derrotada por Prusia, se transforma en el Imperio Austro-Húngaro, en el que existen dos estados diferenciados sólo unidos por el soberano, por la política exterior y por el ejército. El Imperio Ruso se mantuvo como la excepción plenamente autoritaria en una Europa cada vez más liberal. A mediados del siglo fracasó en su intento de incorporar territorios europeos del Imperio Otomano, ante el apoyo que éste recibió de las potencias europeas (Guerra de Crimea). Esta derrota impulsó al zar Alejandro II a iniciar reformas sociales y económicas: abolición de la servidumbre (1861), modernización de la administración, fomento de la enseñanza, etc. El Imperio Otomano entró en una crisis prolongada. Sus territorios europeos eran apetecidos tanto por Rusia como por Austria, a pesar de lo cual alcanzaron progresivamente la independencia Rumanía, Bulgaria, Servia y Montenegro (además de Grecia). Los territorios africanos (Egipto) se independizaron de hecho. En Asia, Rusia le arrebató todo el Cáucaso, y Gran Bretaña ocupó enclaves en el Golfo Pérsico (Kuwait). B. LAS NUEVAS GRANDES POTENCIAS Segundo Imperio Alemán. El reino de Prusia, dirigido por su canciller Bismarck, fue el motor de la unidad alemana. Ésta se logró en 1871, tras derrotar en tres guerras sucesivas a Dinamarca, Austria y Francia. La nueva Alemania se convirtió pronto en la primera potencia económica, cultural y militar de Europa. Es además el primer estado en llevar a cabo una política de carácter social. El Reino de Italia nació en torno a Víctor Manuel, rey del Piamonte, gracias a políticos (Cavour) y revolucionarios (Garibaldi), y al apoyo de Napoleón III. Sucesivamente fueron incorporados los estados italianos, hasta la toma de Roma en 1870. Sólo quedaron algunos territorios del norte bajo la soberanía austríaca. Tema 3 – La segunda mitad del siglo XIX 17 Los Estados Unidos realizaron su gran expansión hacia el oeste y el sur, en buena medida a costa de México. Sin embargo, en 1861 estalló la guerra civil a causa de la abolición de la esclavitud por parte del nuevo presidente, Abraham Lincoln. El triunfo de los estados del norte convirtió a la república en una gran potencia económica. Japón comenzó a modernizarse (era Meiji) en 1868. El nuevo emperador Mutsu Hito renovó totalmente el estado a semejanza de los países europeos: abolición del feudalismo y la servidumbre, establecimiento de una Constitución, de un ejército moderno y de un sistema educativo obligatorio. Se construyeron fábricas y ferrocarriles, convirtiéndose Japón en una gran potencia económica. Tema 3 – La segunda mitad del siglo XIX 18 C. ESPAÑA: UNA POTENCIA DE SEGUNDA FILA En 1814 regresó a España Fernando VII, que aprovechó su popularidad para eliminar la Constitución y perseguir a los liberales. En 1820, sin embargo, el ejército preparado para combatir a los independentistas americanos se sublevó (pronunciamiento de Riego) y restableció la monarquía parlamentaria a pesar de la resistencia del rey. Pero el nuevo régimen sólo se mantuvo hasta 1823, cuando un ejército francés (los Cien Mil Hijos de San Luis) impuso de nuevo el absolutismo. El rey murió en 1833 tras dejar como heredera a su hija Isabel, de tres años de edad, y como regente a su esposa María Cristina. El testamento fue impugnado por Carlos, hermano de Fernando y acérrimo absolutista, iniciando la durísima Primera Guerra Carlista (1833-40). La regente se apoyó, por tanto, en los liberales, lo que supuso el paso definitivo al nuevo régimen. Sin embargo, los liberales se habían dividido entre moderados y progresistas, y su competencia por el poder se tradujo en continuas sublevaciones, tanto durante la minoría como durante la mayoría de edad de Isabel II (desde 1843). Los personajes claves pasaron a ser los generales Espartero, Narváez y O'Donnell, capaces de tomar el poder y mantenerlo. La reina se apoyó ante todo en los moderados, lo que contribuyó a su descrédito. En 1868 una nueva revolución progresista dirigida por el general Prim expulsó a la reina, elaboró una Constitución de signo demócrata (con sufragio universal masculino) y eligió como rey a un príncipe italiano, Amadeo de Saboya. Pero el asesinato de Prim debilitó a la nueva monarquía: en 1873 el rey abdicó y se proclamó la República. Ésta tampoco consiguió afirmarse, y fue combatida por una nueva guerra carlista y por sublevaciones cantonales en numerosas ciudades. En 1874 un pronunciamiento militar proclamó rey al hijo de Isabel, Alfonso XII. Por primera vez se logró crear un sistema liberal estable, en el que Cánovas del Castillo (partido liberal conservador) y Sagasta (partido liberal fusionista) se turnaban de forma pacífica en el poder, sin necesidad de pronunciamientos militares. Sin embargo el sistema siguió siendo corrupto: ambos partidos falseaban las elecciones por medio de sus representantes locales, los llamados “caciques”. La muerte temprana del rey dio paso a la minoría de edad de su hijo Alfonso XIII, durante la cual el sistema (llamado de la Restauración) seguirá funcionando sin problemas. Pero a finales de siglo se producirá una grave crisis, con las guerras de independencia de Cuba y Filipinas, y en 1898 la guerra con Estados Unidos. El resultado será la pérdida de las últimas colonias ultramarinas. D. EL IMPERIALISMO Los países europeos habían iniciado su gran expansión colonial en el siglo XV. Aunque exploraron todos los océanos y tomaron enclaves estratégicos en ellos, la conquista y colonización de grandes terrritorios se realizó principalmente en América. Pero hacia 1830 casi toda ella había obtenido la independencia, por lo que parecía finalizada la época imperial. Sin embargo medio siglo después surgió un nuevo imperialismo: un puñado de potencias competía entre sí por el dominio de nuevos territorios, provocando un auténtico reparto del mundo. A veces era pacífico (Conferencia de Berlín de 1885), pero más frecuentemente dependía de la fuerza de cada país (Incidente de Fashoda en 1898). 1. CAUSAS Demográficas. El gran crecimiento de la población europea hizo temer por la superpoblación y dio lugar a la búsqueda de nuevos territorios. Sin embargo la mayoría de los emigrantes europeos no se establecieron en las colonias, sino en países americanos (EEUU, Argentina). Tema 3 – La segunda mitad del siglo XIX 19 Económicas. La revolución industrial transformó radicalmente la economía europea, e incentivó la búsqueda de materias primas y de fuentes de energía. Además, las nuevas colonias podían absorber sin competencia de otros países parte de la propia producción industrial. Ideológicas. La curiosidad científica provocó el auge de las exploraciones geográficas. El darwinismo social (lucha por la existencia) diferenciaba entre razas superiores (modernas y fuertes) e inferiores (las restantes), y justificaba el dominio de unas sobre otras. El nacionalismo medía el orgullo patriótico según la extensión de sus dominios. El humanitarismo moderno quería extender los beneficios de la civilización (medicina, cultura, religión...) sobre pueblos considerados salvajes e infantiles. Tecnológicas. La colonización no habría sido posible sin la enorme superioridad técnica y armamentística consecuencia de la revolución industrial. Esta superioridad impidió la resistencia, y actuó además como medio de atracción de las poblaciones colonizadas. 2. TIPOS DE COLONIAS Colonias de población. Los gobiernos buscaban atraer población europea a estos nuevos territorios. Fue el caso de la Australia inglesa, la Argelia francesa o la Siberia rusa. Colonias comerciales. Se perseguía la obtención de beneficios económicos: recursos minerales, posibilidades de inversión, etc. Fue el caso de la India inglesa o del Congo belga. Colonias estratégicas. Aquellos lugares que controlaban puntos clave: la entrada del Mediterráneo (Gibraltar inglés) o del mar Rojo (Djibuti francés), o el Canal de Panamá (EEUU). Protectorados. Eran estados ocupados por una potencia colonial, pero que mantenían sus autoridades y organización. Fue el caso de Marruecos, dividido entre España y Francia. Estados semicoloniales. Algunos países conservaron su independencia, aunque limitada por las grandes potencias, que forzaron concesiones y acuerdos económicos. Fue el caso de China. 3. CONSECUENCIAS El imperialismo produjo una primera globalización: el mundo quedó intercomunicado por una red de intereses e influencias de todo tipo. Se difundieron innovaciones médicas, científicas, tecnológicas y culturales, lo que mejoró las condiciones de vida de muchas poblaciones. Se arruinaron formas tradicionales de organización social, cultural y económica, y fueron sustituidas por otras según los intereses de los ocupantes. Se difundió un nuevo racismo supuestamente científico, que sostenía la superioridad de unas razas sobre otras, y la existencia de límites al desarrollo de los individuos según su raza. En consecuencia, se estableció la discriminación legal de las personas según su origen. Se produjeron los primeros genocidios modernos, como medio de resolver la resistencia de algunas poblaciones. En los países imperialistas tuvieron cada vez más importancia el nacionalismo (que insistía en el papel dominador y civilizador de la nación), y el militarismo (como medio de asegurar el imperio ante las apetencias de otros imperios). Sectores de las élites de las poblaciones colonizadas asimilaron los valores ideológicos, políticos y culturales occidentales, y se convirtieron en los promotores de la lucha contra el colonialismo. Tema 3 – La segunda mitad del siglo XIX 20 E. LOS GRANDES IMPERIOS El IMPERIO BRITÁNICO. Su dominio marítimo y su temprana industrialización le permitió crear el imperio más extendido por todos los continentes. Controlaba la principal ruta comercial hacia Asia: Mediterráneo, Canal de Suez, Mar Rojo, Golfo Pérsico, hasta su más valiosa posesión, la India. Desde allí, otras colonias aseguraban la comunicación con el gran mercado chino, donde poseía el valioso enclave de Hongkong. En África dominaba territorios desde El Cairo (Egipto) hasta El Cabo (Sudáfrica), sólo interrumpidos por la colonia alemana de África Oriental. En el golfo de Guinea poseía Nigeria. En América mantenía Canadá (cada vez más autónomo) y otros enclaves por todo el continente. En Oceanía ocupaba Australia, Nueva Zelanda, y numerosos archipiélagos en el Pacífico. El IMPERIO FRANCÉS creó el segundo imperio más extendido por todo el mundo, aunque más concentrado en África. En ocasiones, entró en conflicto con Gran Bretaña Poseía una gran parte de África, desde Marruecos y Argelia hasta el golfo de Guinea (además de Madagascar). Muchos de estos territorios, sin embargo, tenían escaso valor económico. En Oriente controlaba buena parte de la gran península de Indochina, así como numerosos archipiélagos de Oceanía (como la isla de Tahití). En América conservaba algunos enclaves, como la Guayana Francesa. El IMPERIO ALEMÁN se convirtió a fines del siglo en la primera potencia económica, científica y cultural. Sin embargo, su tardía unificación le impidió constituir un imperio equivalente a los dos anteriores. De todos modos, ocupó territorios extensos en África (como Camerún) y en Oceanía (como el archipiégao de Bismarck y las islas Fidji). El IMPERIO RUSO mantuvo su expansión hacia el Cáucaso, Asia Central, y extremo Oriente, creando un imperio compacto, de gran cohesión territorial, en conflicto con Gran Bretaña y Japón. En cambio, la colonia americana de Alaska fue vendida a EEUU en 1867. ESTADOS UNIDOS adquiere carácter imperialista: incorpora grandes territorios mediante la compra (Luisiana, Florida) o la conquista (principalmente a Méjico). Más tarde se extendió por el Pacífico (Hawai y otros archipiélagos de Oceanía, y las Filipinas en Asia). En América, dos territorios estratégicos: Puerto Rico y el Canal de Panamá, además de continuas intervenciones en otros países. JAPÓN, gracias a su modernización tecnológica y militar, inició su expansión colonial con la ocupación de la isla china de Formosa, Corea y zonas del norte de China, como Manchuria, donde frenó la expansión rusa (guerra de 1905). ESPAÑA mantuvo de su antiguo imperio sólo Cuba y Puerto Rico en América, las Filipinas en Asia y algunos archipiélagos en Oceanía. Pero a fines de siglo se pierden por los movimientos independentistas y, sobre todo, por la guerra con EEUU en 1898. Desde entonces el imperio español quedó reducido a algunos enclaves en África: los actuales Sáhara Occidental y Guinea Ecuatorial, y una zona de protectorado en el norte de Marruecos. OTROS PAÍSES poseían imperios menores: Holanda (actual Indonesia), Portugal (Angola y Mozambique), Bélgica (Congo), Italia (Libia, Somalia), Dinamarca (Groenlandia) y Turquía (que intenta conservar su viejo imperio asiático, africano y europeo, con poco éxito). Tema 3 – La segunda mitad del siglo XIX 21 Tema 4 – Los cambios del siglo XIX 22 TEMA 4 – LOS CAMBIOS DEL SIGLO XIX A. LA REVOLUCIÓN POLÍTICA Y SOCIAL 1. EL LIBERALISMO El liberalismo es el nuevo sistema ideológico que combate al Antiguo Régimen y da paso a la Edad Contemporánea. Aunque existen muchas modalidades distintas en Europa y América en el siglo XIX, podemos reconocerles estas características comunes: Parte del reconocimiento de la soberanía nacional como fuente de todo poder: un país ya no puede ser propiedad de un monarca. En consecuencia, todos los ciudadanos disponen de derechos y libertades individuales y, por tanto, de igualdad jurídica, lo que supone la desaparición de la sociedad señorial del Antiguo Régimen, basada en el concepto de privilegio, y el rechazo a los estamentos privilegiados, nobleza y clero. Pero mientras que la nobleza encontrará pronto acomodo en la nueva sociedad, el enfrentamiento con la Iglesia dará lugar al anticlericalismo, en distinto grado según los países. Fruto de la soberanía nacional es la Constitución, norma fundamental reguladora de la vida pública, con la que se quiere racionalizar el Estado, y en la que se establece una división de poderes entre el legislativo (hacer leyes), ejecutivo (gobernar) y judicial (juzgar). Por lo general, el objetivo es un Estado unitario, con unas leyes e instituciones comunes e iguales en todo el territorio nacional (al contrario que en el Antiguo Régimen) y centralizado, en el que las decisiones políticas y administrativas se toman desde la capital. Ante la imposibilidad de que la Nación ejerza directamente su soberanía, se establece un régimen representativo: los ciudadanos (varones) eligen a sus diputados en las elecciones. Pero la desconfianza ante la capacidad política de buena parte la sociedad lleva a restringirlas mediante el sufragio censitario: poseen derechos políticos aquellos que sostienen al Estado económicamente (los ricos y las clases medias acomodadas) o culturalmente (los intelectuales). Pero en la segunda mitad del siglo XIX comienza a reclamarse el sufragio universal masculino. Pronto surgen los partidos, en los que se agrupan los políticos; son todavía muy informales y poco institucionalizados. Suelen ser grupos de cargos electos (élites), medianamente organizados en torno a personajes destacados (notables). Sólo a finales del siglo aparecerán los partidos de masas, que intentan encuadrar en su acción política a su base social. Por lo general, la izquierda defiende la necesidad de acelerar y profundizar la revolución, por lo que tiende a una mayor agitación política para la defensa de las libertades. La derecha, en cambio, considera prioritario gestionar lo ya conseguido, y por ello le preocupa más la administración del Estado y el orden público. Sin embargo, no son concepciones estables y a lo largo de los años y los países variarán su ideología y su práctica. Inicialmente, y en muchos países, la alternancia política resulta conflictiva: son frecuentes las revoluciones, la intervención del ejército al servicio de los partidos, y la corrupción electoral. 2. EL RECHAZO DEL LIBERALISMO Aunque los principios liberales se extendieron con cierta rapidez entre la población europea y americana, existieron grupos considerables que lo rechazaron, en distinto grado según los países Defensores del Antiguo Régimen: Se caracterizan por su legitimismo monárquico (en Francia, borbónico o bonapartista; en España, carlista), y por su tradicionalismo (defienden los valores sociales, económicos, culturales y religiosos tradicionales). Suelen defender las leyes e instituciones históricas de las regiones (particularismo), por lo que rechazan el estado centralista. Pero son tan nacionalistas como los liberales. Como tienden a situarse al margen de las instituciones liberales, pierden progresivamente importancia e influyen menos en la sociedad. Tema 4 – Los cambios del siglo XIX 23 Defensores del colectivismo: Inicialmente son intelectuales que observan los efectos negativos de las revoluciones política e industrial: la sociedad burguesa es injusta y se basa en la explotación de los trabajadores, los derechos ciudadanos sólo benefician a la clase propietaria, y por todo ello el liberalismo es condenable. La solución que proponen es una revolución social que establezca el colectivismo, la desaparición de la propiedad privada. Los primeros socialistas (calificados despectivamente como utópicos por Marx) crean diversos proyectos muy diferentes (los falansterios de Louis Fourier, por ejemplo). Fueron escasas las realizaciones concretas (las cooperativas de Robert Owen, los talleres nacionales de Louis Blanc...), y no lograron una excesiva difusión entre las bases a que se dirigían. El anarquismo (socialistas libertarios: Proudhon, Bakunin). Rechazan cualquier forma de autoridad: los estados, los ejércitos, las organizaciones burguesas y las iglesias deben desaparecer mediante la huelga general revolucionaria. Por ello se niegan a participar en el sistema liberal, son internacionalistas y rechazan la creación de partidos. La sociedad futura se organizará en comunas autónomas autogestionadas. En 1864 crearán en Londres la efímera Asociación Internacional de los Trabajadores (o I Internacional) junto con los marxistas. En el último tercio del siglo lograrán una considerable difusión, tanto entre trabajadores industriales como entre campesinos, aunque seguirán siendo minoritario. Esta situación conducirá a algunos sectores a la práctica del terrorismo, denominado “propaganda por el hecho”, con atentados indiscriminados (gracias al uso de nuevos explosivos) o con magnicidios (asesinatos de reyes, políticos, generales, obispos...). El marxismo (socialistas autoritarios: Marx y Engels). Posee una mayor coherencia ideológica, lo que a la larga le dará más efectividad. Coincide con los anarquistas en el diagnóstico de la sociedad burguesa, en el internacionalismo y en las líneas básicas de la sociedad futura. Pero considera que sólo los proletarios (es decir, los obreros de la nueva industria) constituyen una nueva clase revolucionaria. Cuando la revolución triunfe se prevé el establecimiento de la dictadura del proletariado, en la que desde el estado obrero se reprimirá y eliminará el capitalismo y la sociedad burguesa. Concede mucha importancia a la creación de partidos y sindicatos socialistas (fuertes y organizados) que aprovechen las oportunidades que da la sociedad liberal. A finales de siglo lograrán una considerable implantación al evolucionar hacia un reformismo social (especialmente en Alemania), y en 1889 fundarán la II Internacional. 3. EL NACIONALISMO El nacionalismo es una ideología que se generaliza en el siglo XIX en las corrientes liberales, en las tradicionalistas, e incluso entre los que se consideran internacionalistas. Consiste en reducir de forma absoluta la identidad de los individuos al hecho de pertenecer a una colectividad denominada nación, que engloba a sus actuales miembros, pero también a las generaciones del pasado o del futuro. Exagera el patriotismo, y sostiene que a la nación deben supeditarse todas las creencias, ideologías, intereses, e incluso la propia vida. Es consecuencia de estos dos principios ideológicos: La soberanía nacional, que considera a la nación como único sujeto soberano. La nacionalidad, que establece que cada comunidad nacional ha de poseer su propio estado. Y se fundamenta, de forma algo contradictoria, en: Lo emocional: ante todo, las personas sienten su pertenencia a una lengua, una historia, unas costumbres, unas tradiciones y leyendas, un paisaje... (influencia del tradicionalismo). Lo racional: ante todo las personas pactan su pertenencia jurídica a un país, con sus leyes propias, con el reconocimiento de derechos ciudadanos... (influencia del liberalismo). Tema 4 – Los cambios del siglo XIX 24 Los diferentes estados pasan a considerarse ante todo naciones, tanto si poseen una larga historia (Francia, Reino Unido, España...) como si son de reciente creación (Estados Unidos, Méjico...). Pero existen numerosas comunidades nacionales insatisfechas, lo que da lugar a sus dos variantes principales: Nacionalismo emancipador: la comunidad nacional busca separarse de un estado mayor en el que no reconocen su nación. Es el caso de los checos, de los polacos, de los irlandeses o, más tardíamente, de catalanes y vascos en España. Nacionalismo unificador: varios estados separados se consideran miembros de una misma nación. Es el caso de alemanes e italianos. Naturalmente, los procesos nacionalistas son normalmente conflictivos, ya que casi nunca está claro qué constituye una nación. Así, por ejemplo la región de la Alsacia, de lengua alemana pero de historia francesa fue constantemente disputada por sus vecinos. Además, no suele existir un consenso dentro de la propia comunidad: existen diversas identidades nacionales contradictorias, lo que genera acusaciones de traición que, en ocasiones derivan hacia la violencia indiscriminada. En cualquier caso, los nacionalismos del siglo XIX refuerzan la propaganda para “nacionalizar” a grupos que inicialmente están escasamente “nacionalizados”. Por eso se multiplica el uso de símbolos (desde la bandera, el himno y el escudo, hasta prendas de vestir determinadas), la construcción de monumentos a los personajes y hechos “gloriosos” de la nación, la propagación de una interpretación nacionalista de la historia y de la cultura del grupo (basada en buena medida en un catálogo de “agravios” históricos o ficticios causados por el “enemigo”). Dos medios de gran importancia para la trasmisión de la ideología nacionalista fue el establecimiento de la educación obligatoria y del servicio militar obligatorio, naturalmente ambos controlados por el estado. 4. LA SOCIEDAD BURGUESA La sociedad del siglo XIX culmina el proceso de transformación en sociedad de clases, en la que la población se divide según su riqueza. Éste es un fenómeno antiguo, pero que ahora toma más importancia al desaparecer los viejos estamentos tradicionales (nobleza, clero, estado llano) que separaban a las personas según su función. Las clases altas están constituidas por la vieja “aristocracia de la sangre” (la nobleza, que ha salido beneficiada económicamente con las transformaciones de la revolución liberal e industrial) y la nueva “aristocracia del dinero” (la alta burguesía: banqueros, industriales, grandes propietarios). La riqueza ya no radica en la posesión de la tierra, sino en la posesión de capital. Éstos últimos se ennoblecerán con frecuencia, ya sea por vía matrimonial o mediante la concesión de nuevos títulos. Las clases medias están formadas por los profesionales (médicos, jueces, abogados...), propietarios (de comercios, de fincas urbanas o rústicas), empleados públicos (administración, ejército), intelectuales, oficinistas y dependientes, y agricultores acomodados. Hay una gran diferencia de nivel económico entre ellos (algunos pueden pasar grandes penalidades, como los pequeños funcionarios cesantes, que han perdido temporalmente su puesto de trabajo), pero comparten una serie de valores burgueses (formas de comportarse, de relacionarse, de vestir, de divertirse) que les diferencia claramente de las clases bajas. Las clases bajas son los trabajadores manuales, la inmensa mayoría de la población. Las urbanas están constituidas por criados, artesanos y obreros; las rurales (mucho más numerosas en buena parte de Europa) por pequeños agricultores propietarios o arrendatarios, y jornaleros. Económicamente las diferencias entre todos ellos son considerables. El nivel adquisitivo de un obrero especializado (por ejemplo, un tipógrafo), un minero o un pequeño agricultor competitivo puede ser superior a algunos grupos de las clases medias. El extremo opuesto es el de los jornaleros (en el campo: no poseen tierras) y los peones (en la ciudad: no poseen ninguna cualificación profesional), muchos de ellos en situación de auténtica miseria. Tema 4 – Los cambios del siglo XIX 25 B. LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Desde el neolítico (hace unos diez mil años), las sociedades humanas han sido predominantemente agrícolas, basadas en la obtención de recursos básicos de la naturaleza. Hace unos doscientos años se inicia la Revolución Industrial, unos profundos cambios que las cambian profundamente al basarse ante todo en la transformación de dichos recursos. La sociedad agraria se transforma en sociedad industrial, con el consiguiente crecimiento de la población y de las ciudades. De los talleres artesanales se pasa a las fábricas, con nuevas técnicas de trabajo (división del trabajo) y con un gran crecimiento en el uso de maquinarias. Los productos industriales se multiplican y se abaratan: nace la sociedad de consumo. La nueva industria exige grandes inversiones, por lo que el acceso al capital pasa a ser el elemento clave de la economía, al que se supeditan los demás factores productivos (capitalismo). Un nuevo tipo de trabajador: el obrero de fábrica que no posee las herramientas de su trabajo. Es el proletario, al que progresivamente se asimilan otros trabajadores (mineros, albañiles...) 1. LA PRIMERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL La revolución industrial se inició en Inglaterra a fines del siglo XVIII al coincidir una serie de factores: existencia de recursos materiales y financieros, preocupación por las innovaciones técnicas en los más variados sectores, y una sociedad más abierta que en el resto de Europa. Aunque muy pronto se introduce la nueva industria en el continente, sólo tomará más importancia tras el fin de las guerras napoleónicas. Francia, las futuras Bélgica y Alemania, y Bohemia (en el Imperio Austríaco) serán los focos más tempranos. INDUSTRIA TEXTIL Es el sector que inicia los grandes cambios, y la causa está en el auge del algodón. Era una materia prima barata, procedente de países tropicales (América, la India...), con considerables ventajas sobre el lino y la lana, tradicionales en Europa. Los comerciantes que lo traían en bruto comienzan a obtener mayores beneficios al transformarlo en hilo o en tela, eludiendo a los viejos gremios artesanales. Para ello contactan con familias campesinas (con un trabajo estacional) a las que proporcionan el algodón y herramientas tradicionales para su transformación. Pero este incremento de la producción estimula la inventiva de herreros y carpinteros, y progresivamente van surgiendo nuevas maquinarias que facilitan y agilizan el trabajo, y que provocan la generalización de las fábricas: La hiladora jenny de Hargreaves (1770). Un obrero maneja manualmente 8 ó más carretes de hilo. La hiladora mule de Crompton (1779) incorporó el aprovechamiento de la energía hidráulica. James Watt perfecciona definitivamente la máquina de vapor en 1774, que tendrá numerosas aplicaciones: en la industria, en la agricultura y en el transporte. El telar mecánico de Cartwright automatiza en parte el trabajo. Su éxito se produjo en 1789, cuando le aplica la máquina de vapor. INDUSTRIA SIDERÚRGICA Es el sector que toma el relevo ya entrado el siglo XIX. Desde tiempo atrás aumentaba la demanda de hierro y de acero, ya que que cada vez tenía más aplicaciones. Pero el aumento significativo de la producción viene dado por dos circunstancias: Tema 4 – Los cambios del siglo XIX 26 El carbón mineral, muy abundante en gran parte de Europa, sustituye como fuente de energía al carbón vegetal, hasta entonces el combustible casi exclusivo en la metalurgia. Numerosas innovaciones tecnológicas (como el convertidor Bessemer) permitíeron mejorar las aleaciones y aumentar la variedad de productos semielaborados: planchas, rieles, vigas con perfil en H, etc. El resultado es la aparición de un nuevo tipo de fábrica: los Altos Hornos. Las aplicaciones son muy numerosas: en la construcción de edificios y obras públicas, en las maquinarias cada vez más diversificadas, en el sector del transporte, etc. EL TRANSPORTE Los nuevos sistemas de transporte mecanizados constituyen el tercer elemento clave de la primera revolución industrial. Pero tomaron gran desarrollo a causa de cuatro circunstancias: Innovaciones técnicas: Watt había ideado la máquina de vapor, que será adaptada por otros inventores. Destaca especialmente Stephenson con su locomotora The Rocket (1829). La demanda de transporte de mercancías y de pasajeros crece, a causa de la revolución industrial. Una creciente producción de hierro y carbón, que permitirá la construcción y el mantenimiento de las primera redes de ferrocarriles. Y, sobre todo, la existencia de numerosos capitales (procedentes de los beneficios de la revolución industrial) que serán invertidos en las redes férreas. Las redes ferroviarias se expandirán rápìdamente por Inglaterra y parte de Europa central y occidental. En la Europa mediterránea y oriental será algo más tardío, y se construirán en buena medida con capitales ingleses, franceses y alemanes. El vapor también se aplicará a la navegación fluvial y marítima, con las características y enormes ruedas de palas. En el mar, sin embargo, coexistirá durante todo el siglo con la navegación a vela. 2. LA SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL En el último tercio del siglo XIX vuelven a producirse grandes transformaciones económicas. En muchos casos son consecuencia de realizaciones anteriores, que ahora toman una envergadura nueva. Algunos países, como Alemania, Estados Unidos y Japón, tienen cada vez más importancia tanto por el volumen de sus producciones como por sus innovaciones tecnológicas, y arrebatan a Inglaterra su hasta entonces indiscutido primer puesto industrial. Junto a los tradicionales sectores textil y siderúrgico, destacan ahora estos otros nuevos: La electricidad, con la invención de generadores, baterías y finalmente bombillas eléctricas (1879, por Edison). Sus aplicaciones son múltiples, en la industria, en el trasporte (tranvías y metros), en la iluminación urbana... El desarrollo de la industria química es consecuencia del desarrollo de la electricidad. Produce tintes y colorantes, productos para la agricultura (fosfatos, nitratos...), explosivos (dinamita...) para la minería, obras públicas e industria armamentística. La progresiva sustitución de la máquina de vapor por los motores de explosión, con la gasolina como combustible. Especial importancia tendrá en los medios de transporte, con el automóvil, la navegación a hélice con motores diesel, y la naciente aviación (hermanos Wright, 1903). Pero también se generalizan invenciones que, pese a su sencillez, cambian poderosamente las formas de vida de grandes capas sociales: el alambre de espino, la máquina de coser, la máquina de escribir. Tema 4 – Los cambios del siglo XIX 27 3. CONSECUENCIAS DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL PRODUCCIÓN EN MASA Aumenta enormemente la producción de todo tipo de bienes transformados, gracias a las nuevas técnicas y maquinarias: La mecanización es el proceso fundamental: el trabajo manual es sustituido, cada vez más, por maquinaria que realiza esas mismas operaciones con un gran ahorro de tiempo y dinero. Aunque maquinarias complejas existen desde la Antigüedad (movidas por animales, el viento, los ríos), con la revolución industrial pasan a moverse con fuentes de energía no dependientes del estado momentáneo de la naturaleza: el vapor, la electricidad, el petróleo. La mecanización provoca la aparición de las fábricas: grandes locales que concentran la actividad productiva. Tienden a localizarse en función de la existencia de materias primas (por ejemplo el hierro) o de otros recursos necesarios (por ejemplo el agua en el caso de las industrias químicas). Dentro de la fábrica el trabajo se organiza según los principios de la división del trabajo (cada operario sólo realiza una parte del proceso) y del trabajo en cadena (es el producto el que circula entre los distintos puestos de trabajo, para así ahorrar tiempo). Estos planteamientos culminan a principios del siglo XX en el taylorismo (del ingeniero norteamericano Taylor), que propone un análisis riguroso de estas cuestiones, para así lograr un aumento de la productividad. En contra de lo que podría parecer, la mecanización no supone la disminución del número de trabajadores, sino todo lo contrario. Nace así un nuevo grupo social, el proletariado (u obreros industriales), que trabaja en condiciones muy diferentes a lo usual hasta entonces: no poseen un oficio (ya que no realizan nada más que una tarea concreta y parcial), no poseen las herramientas de su trabajo, y lo realizan formando grandes masas de trabajadores. Sin embargo pronto se jerarquizarán entre especialistas y peones. Con el tiempo se les asimilarán otros trabajos, como la minería o la construcción. CRECIMIENTO DEL CONSUMO La Revolución Industrial es un fenómeno que acompaña y provoca la fase de la transición demográfica: la tasa de mortalidad disminuye al aumentar la disponibilidad de recursos (además de por los avances en medicina e higiene). En consecuencia, como la tasa de natalidad sigue siendo alta, se produce un gran aumento de la población. Nace la llamada sociedad de consumo: los industriales aumentan tanto la producción de todo tipo de bienes, que el modo de obtener beneficios descansa en que sean deseables y accesibles para la mayor parte de la sociedad. Su precio debe ser bajo, y la publicidad es fundamental. El resultado es un aumento del nivel de vida que afecta a todas las capas de la población, aunque de forma desigual. El crecimiento de la actividad económica provoca un aumento de las clases medias, el sector que, sin ser rico, dispone de un excedente de rentas que le permite un consumo mayor que el de la generalidad. C. EL MOVIMIENTO OBRERO Y LAS POLÍTICAS SOCIALES 1. EL MOVIMIENTO OBRERO Se llama movimiento obrero al proceso de creación de asociaciones obreras para la mejora de sus condiciones de vida y de trabajo, a partir del inicio de la Revolución Industrial. SITUACIÓN DE PARTIDA. La Revolución Industrial genera también consecuencias muy negativas: el aumento de la población y de la mecanización provoca excedentes de mano de obra (familias enteras) en el campo; son pequeños agricultores que pierden sus explotaciones y jornaleros sin tierras, que ya no encuentran trabajo. Es el inicio del llamado éxodo rural, que es absorbido por los nacientes focos industriales. Tema 4 – Los cambios del siglo XIX 28 Sin embargo, las condiciones de vida y de trabajo en ellos son muy duras: la falta de viviendas, la ausencia de una estructura mínima de acogida, provoca una dependencia total de la fábrica en que se trabaja. El industrial puede fijar por sí mismo unas severas condiciones del trabajo, una baja remuneración, incluso monopolizar el aprovisionamiento de alimentos y otros productos de primera necesidad. Con frecuencia constituye, en la práctica, una auténtica vuelta a la servidumbre. Por otra parte, el floreciente y desarrollado artesanado característico de la sociedad tradicional desaparece en su práctica totalidad. Sus integrantes se proletarizan, ya que sus destrezas profesionales no son útiles en una economía mecanizada. Los gremios (las instituciones locales que regulaban este tipo de actividades y protegían a sus miembros) son rechazados como obstáculos a la libertad personal por los defensores del liberalismo político y económico, y serán suprimidos por las nacientes revoluciones. El ludismo es la primera manifestación de rechazo a esta situación. Se protesta ante la introducción de nuevas maquinarias a las que se responsabiliza del desempleo y de los bajos salarios. Se intenta y con frecuencia se logra su destrucción, mediante revueltas bastante desorganizadas. Este tipo de movilización pronto desaparece, cuando se comprueba que la industrialización, al ampliar mucho la actividad económica, genera también un enorme crecimiento de puestos de trabajo. El cartismo inglés supuso un cambio de estrategia, ahora centrada en la política. Hasta mediados del siglo XIX tuvieron lugar diversas acciones dirigidas a la obtención de derechos políticos por parte de los obreros, sufragio universal, representación pagada en el Parlamento, etc. El nombre procede de su principal manifiesto-petición, la Carta del Pueblo. EL SINDICALISMO PROFESIONAL En sentido estricto, se inicia con las primeras sociedades de socorros mutuos, agrupaciones de trabajadores de una fábrica (o de un sector) en una localidad determinada. Sus objetivos son meramente defensivos: asegurarse ante las muy frecuentes contingencias de enfermedad, desempleo o muerte, mediante el pago de una cuota. Nacen en la primera mitad del siglo XIX, y tuvieron que vencer la desconfianza y el rechazo de las nuevas élites liberales, que con frecuencia logran su prohibición. Pero muchas de ellas se transforman con rapidez en auténticos sindicatos de oficio y de fábrica (con implantación también local). Sus objetivos son más ambiciosos: a los anteriores añaden otros reivindicativos sobre los horarios y condiciones de trabajo, sobre las remuneraciones... Y en su caso utilizan diversos medios de presión ante el capital, especialmente las huelgas. Por lo general, los gobiernos liberales apoyan a los industriales (aunque también comienzan a regular las condiciones de trabajo). EL SINDICALISMO IDEOLÓGICO En la segunda mitad del siglo XIX se produce una importante novedad: diversos sectores de la sociedad, contrapuestos entre sí, comienzan a interesarse por el movimiento obrero. Sin embargo, y hasta principios del siglo XX, su influencia será limitada, y aún entonces coexistirá con sindicatos exclusivamente profesionales. Sindicato marxista y reformismo. La difusión del marxismo en el sindicalismo europeo es lenta, y sólo aumenta a partir de 1889, cuando se crea la Segunda Internacional. El país en el que se desarrolla más es Alemania, en parte por que antepone los objetivos puramente reformistas (mejora de las condiciones de los trabajadores, aceptando el marco legal) a aquellos otros ideológicos y revolucionarios. Anarcosindicalismo. Entre las distintas tendencias anarquistas surgirá hacia finales del siglo esta corriente, que centra sus objetivos en el mundo del trabajo. Muy radical, rechazará cualquier mediación del estado en los conflictos laborales y utilizará en ocasiones métodos muy violentos. Tomará un gran desarrollo, especialmente en países como España, Italia y Rusia. Sindicalismo católico. Con la encíclica Rerum novarum (1891), del papa León XIII, aumenta la implicación eclesiástica en las cuestiones referentes a la justicia social. Se desarrollarán numerosos sindicatos en los países católicos, con más peso en el sector agrario aunque en Bélgica y Francia también lo tendrán en el sector industrial. Tema 4 – Los cambios del siglo XIX 29 2. POLÍTICA SOCIAL Los gobiernos de los países industrializados se vieron obligados, antes o después, a intervenir en la regulación de los contratos de trabajo, en lo referente a los horarios laborales (especialmente en el caso de mujeres y niños), en las condiciones de higiene y habitabilidad de los barrios obreros, etc. Los resultados fueron muy variados y, en cualquier caso, limitados. Con el tiempo también aumentan las intervenciones de beneficencia (dispensarios médicos, comedores, escuelas...), promovidas por la iniciativa estatal, eclesiástica o privada. Pero las políticas de previsión social, origen del estado de bienestar, se inician con las medidas adoptadas por el canciller Bismarck en Alemania: a partir de 1881 establece los seguros obligatorios de enfermedad, accidentes y jubilación, con las aportaciones progresivas de los patrones, del Estado, y de los propios empleados. D. EL ARTE DEL SIGLO XIX En la Edad Moderna habían dominado sucesivamente dos estilos, el renacentista y el barroco. Ambos se inspiraban en el antiguo arte clásico de griegos y romanos, aunque transformándolo totalmente, ya que es preciso adaptarlo a funciones distintas. 1. LA ARQUITECTURA En el tránsito del siglo XVIII al XIX (coincidiendo con la época de las revoluciones) domina un nuevo estilo, el Neoclasicismo, que quiere recuperar de forma estricta el arte clásico. Es una arquitectura muy severa, con poca decoración. Algunas obras muy conocidas son la Puerta de Brandeburgo (Berlín), y el Museo del Prado (Madrid). Esta moda de volver la mirada hacia el pasado en busca de inspiración provocará el triunfo de los historicismos. Los arquitectos se inspirarán en los más variados estilos, y así son frecuentes las iglesias neogóticas, las estaciones de tren neoislámicas, los ministerios neobarrocos, las pastelerías neoegipcias, etc. Un ejemplo muy conocido es el Parlamento de Londres. Con el tiempo triunfará el eclecticismo, caracterizado por entremezclar de manera indiscriminada elementos procedentes de distintos estilos. Pero la revolución industrial había transformado profundamente las técnicas de construcción, con el uso de estructuras prefabricadas de hierro. Es la llamada arquitectura de los ingenieros, ya que sólo se manifiesta a las claras en puentes, viaductos, y alguna obra excepcional como la Torre Eiffel de París. Los arquitectos, aunque en sus edificios utilizan estas nuevas técnicas, suelen enmascararlas con fachadas historicistas o eclécticas. Un ejemplo es la estación de St. Pancras de Londres. Habrá que esperar hasta la última década del siglo XIX para que nazca el primer estilo arquitectónico contemporáneo, el modernismo. Utiliza de forma clara la construcción en hierro, así como el más novedoso hormigón armado. Abandona los historicismos y crea un repertorio de formas decorativas originales: en unos países predomina lo geométrico, en otros formas curvilíneas inspiradas en la naturaleza. Un ejemplo muy conocido es la inacabada Sagrada Familia de Barcelona, proyectada e iniciada por el catalán Gaudí. Paralelamente, la Escuela de Chicago en Estados Unidos crea un nuevo tipo de edificio llamado a tomar gran importancia, el rascacielos, consecuencia del enorme crecimiento de las ciudades y de la invención del ascensor. Pero a pesar de su originalidad, los arquitectos continúan superponiendo ornamentaciones historicistas o modernistas. 2. LAS ARTES PLÁSTICAS En el paso del siglo XVIII al XIX la situación de las artes plásticas (escultura, pintura) era semejante a la de la arquitectura: conviven los últimos representantes del Barroco y los nuevos representantes del Neoclasicismo (como el escultor italiano Cánova, y el pintor francés David). Tema 4 – Los cambios del siglo XIX 30 Sin embargo, unos pocos artistas de distintos países realizan obras de gran originalidad que anuncian tendencias muy posteriores. Entre ellos destaca especialmente el aragonés Goya. Pero su influencia entre los artistas más jóvenes será escasa. Por ello, durante buena parte del siglo se mantendrá un arte académico y realista, heredero de la tradición iniciada cuatro siglos antes con el Renacimiento. A su tiempo, el Neoclasicismo será sustituido por el Romanticismo que elige temas grandilocuentes tomados del pasado o de países lejanos (destaca el pintor francés Delacroix), y éste, a su vez, por el Realismo, que prefiere temas y paisajes próximos al artista y a su público (como Millet, que retrata el campo y los campesinos franceses). La ruptura con el arte tradicional y el inicio del arte moderno se producirá en el último tercio del siglo, con la aparición del Impresionismo. Estos pintores quieren representar las cosas, no como sabemos que son, sino como las vemos: de forma imprecisa y dependientes de los efectos cambiantes de la luz sobre los objetos. De todos modos, sus obras son todavía fácilmente interpretables por el público de la época, que pronto aprende a valorarlos. Uno de sus representantes más conocidos es el francés Monet. Mucho más revolucionarios serán los llamados postimpresionistas, que rompen con la dependencia de la realidad. Convierten su trabajo como pintores en procesos de creación de realidades nuevas, en las que indagan aspectos como las formas y los volúmenes, la imaginación, o la expresión de los estados de ánimo del artista. No tienen ningún éxito, pero serán los auténticos iniciadores del arte del siglo XX. Uno de los más representativos es el holandés Van Gogh. El equivalente en escultura de los pintores postimpresionistas es el francés Rodin. Tema 5 – La Primera Guerra Mundialy sus consecuencias 31 TEMA 5 – LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Y SUS CONSECUENCIAS La expresión Guerra Civil Europea se emplea desde hace pocos años para referirse al período comprendido entre 1914 y 1945. A principios del siglo XX el desarrollo científico, económico y militar de Europa la situaban a la cabeza del mundo, gran parte del cual había sido conquistado por las principales potencias. Además, un largo período de paz (desde las guerras napoleónicas no se habían producido conflictos generalizados) y de estabilidad (sobre todo desde el triunfo definitivo del liberalismo a mediados del XIX) hacían suponer que la hegemonía europea estaba asegurada por mucho tiempo. Esta situación se vio inesperadamente truncada en 1914 con la Primera Guerra Mundial (o Gran Guerra), que alcanzó un grado de destrucción desconocido hasta la época. Cuando acabó ya no se recuperó la estabilidad perdida: el mapa de Europa había quedado profundamente transformado, el sistema liberal entró en crisis, y surgieron por doquier dictaduras y sistemas autoritarios. En algunos países (Finlandia, Rusia, España) los conflictos internos derivaron en durísimas guerras civiles. Además, en 1929 se inició una profunda crisis económica que afectó a todo el mundo desarrollado. En 1939, finalmente, se reanudó el conflicto generalizado, la Segunda Guerra Mundial. Cuando finalizó en 1945, Europa se encontró desangrada y en ruinas, y el protagonismo histórico había pasado a dos nuevas superpotencias extraeuropeas, Estados Unidos y la Unión Soviética. A. CAUSAS Y CARACTERÍSTICAS DE LA GRAN GUERRA 1. CAUSAS Rivalidad entre las grandes potencias, en lo político y en lo económico. Aumentó como consecuencia del “reparto del mundo” imperialista y del auge de la ideología nacionalista: Francia quería la revancha sobre Alemania, Alemania intentaba ampliar su imperio colonial, Gran Bretaña buscaba afirmar su posición de dominio... Por tanto, aumentaron las alianzas, los tratados públicos y secretos, con los que cada país quería asegurar su posición. Aumento de los conflictos internacionales, que en ocasiones provocaron guerras localizadas: guerra ruso-japonesa de 1905 (que concluyó con la sorpresiva victoria de Japón), las crisis marroquíes de 1905 y 1911 (protectorado francés y español de Marruecos, en contra de las intenciones alemanas), guerras balcánicas de 1912-13 (los nuevos países surgidos del rechazo al imperio turco en Europa, se enfrentaron entre ellos). Carrera de armamentos. El gran crecimiento económico y el talante innovador provocado por la segunda revolución industrial hizo que los gobiernos dispusieran de grandes ejércitos con tecnología moderna (vehículos motorizados, artillería de gran potencia, armas químicas, aviación...). El miedo a los países vecinos condujo a un crecimiento continuo de la inversión en este campo. Detonante: el asesinato del heredero austríaco en Sarajevo el 28 de junio de 1914, a manos de un nacionalista servio. Se produjo una trágica cadena de ultimatums: Austria-Hungría amenazó a Servia; Rusia apoyó a Servia y amenazó a Austria-Hungría; Alemania apoyó a Austria-Hungría y amenazó a Rusia; Francia (que contaba con el apoyo británico) apoyó a Rusia y amenazó a Alemania. La consecuencia fue el inicio de la guerra Tema 5 – La Primera Guerra Mundialy sus consecuencias 32 2. PRINCIPALES CONTENDIENTES Se formaron estos dos grandes bloques de países: Los aliados: Gran Bretaña, Francia y Rusia había creado anteriormente la llamada Triple Entente, para apoyarse mutuamente. Italia, a pesar de formar parte de la alianza contraria, tomó partido por la Entente para así lograr sus últimos “territorios irredentos” controlados por Austria. Naturalmente también estaba Servia, así como Grecia, Rumanía, Montenegro y Japón. Bélgica se incorporó tras ser invadida por Alemania (a pesar de su neutralidad). Y, más tarde, también entró en la guerra EEUU, así como Portugal y otros países. Este bloque tenía la ventaja de poseer los mayores imperios coloniales, que les aseguraba el aprovisionamiento de recursos. Potencias centrales: Alemania, Austria-Hungría e Italia formaban la Triple Alianza, pero la última cambió de bando. Turquía, con graves problemas internos y exteriores (había sido derrotada en la primera guerra balcánica) entró en la alianza para mantener su todavía extenso imperio. Bulgaria (derrotada en la segunda guerra balcánica), también lo hizo. Este bloque tenía la ventaja de ser más compacto y estar mejor preparado militarmente. Otros países decidieron permanecer neutrales, aunque no todos lo consiguieron, ya que Bélgica fue invadida. Sí lo lograron España, Suiza, Suecia, Países Bajos, Dinamarca, Noruega, Albania. Tema 5 – La Primera Guerra Mundialy sus consecuencias 33 3. CARACTERÍSTICAS Al principio los contendientes vieron la guerra como una solución rápida, sencilla y poco lesiva, para resolver favorablemente en provecho propio el conflicto. La mayor parte de las sociedades (muy influidas por las ideas nacionalistas) recibieron con entusiasmo el inicio de los hostilidades. Pero pronto se llegó a una situación de virtual empate que obligó a practicar un nuevo tipo de guerra, la guerra total. Fue precisa la movilización total de la sociedad. Los recursos materiales y humanos de cada país se emplearon casi íntegramente en la guerra. Esto supuso la militarización de todos los varones (decenas de millones de soldados), lo que provocó la falta de trabajadores en el campo y en la ciudad. Gran parte de las industrias se reconviertieron al servicio de una guerra cada vez más tecnológica y de masas. Fue una auténtica economía de guerra, controlada y dirigida por los gobiernos, y para sostener tal esfuerzo no bastó con el nacionalismo generalmente aceptado: la propaganda tomó gran importancia. El armamento y los medios técnicos que se utilizaron fueron revolucionarios: armas automáticas y ametralladoras, gases asfixiantes (por lo que se hacen precisas las máscaras antigás), lanzallamas, y una artillería de gran alcance y potencia de fuego. Trenes y los novedosos camiones revolucionaron la intendencia y el traslado y la movilidad de las tropas. Los dirigibles y los submarinos jugaron un papel importante para la observación y el bloqueo. En cambio, los primeros y rudimentarios carros de combate y los aviones tuvieron una importancia menor, aunque atrajeron la atención y sorprendieron en general. El papel de las mujeres cambió. Si la revolución industrial ya las había incluido en fábricas y oficinas, con el alistamiento masculino se conviertieron en la fuerza de trabajo mayoritaria, y ocuparon puestos hasta entonces insospechados. Entraron también en los propios ejércitos, aunque no en tareas de combate: fueron sanitarias y conductoras. Y aunque tras la guerra se volvió aparentemente a la situación anterior, el protagonismo social del sector femenino no cesó de aumentar. B. DESARROLLO DE LA GUERRA 1. GUERRA DE MOVIMIENTOS (1914) Alemania llevó al principio la iniciativa. En su Plan Schlieffen consideró que Rusia sería lenta en movilizarse, por lo que concentró sus tropas en el frente occidental. Sorprendió a Francia mediante la invasión de la neutral Bélgica, y desde la retaguardia francesa amenazó seriamente París. Pero los franceses consiguieron frenarlos en la Batalla del Marne, y se formó así un frente continuo de 800 kilómetros, desde el Atlántico hasta la frontera suiza. En el frente oriental los alemanes derrotaron a los rusos en algunas batallas, pero éstos no sólo resistieron sino que lograron avanzar a costa de los austríacos en los Balcanes. Esta situación impidió concentrar más tropas en el oeste y contribuyó a la resistencia francesa. En consecuencia, a finales del año se constató que la guerra iba a ser larga y costosa, en contra de lo previsto anteriormente por todos los estados mayores. 2. GUERRA DE TRINCHERAS (1915-16) El fracaso de las primeras estrategias impuso una nueva de carácter estático. Surgieron las trincheras, miles de kilómetros de fosos excavados en tierra y defendidos con alambradas, sacos terreros y, ocasionalmente, construcciones de hormigón. Tras ellas se situaba la artillería, que bombardeaba las posiciones enemigas, idénticas a las propias. La vida de los soldados se hizo especialmente penosa. Para salir de esta situación se prepararon grandes ofensivas: se localizaba un punto débil del enemigo, se concentraban tropas y medios en ese sector, y se intentaba romperlo para provocar el hundimiento del frente. Las dos principales fueron la batalla de Verdún (ataque alemán) y la batalla del Somme (ataque franco-británico), y ambas fracasaron con un coste enorme en vidas humanas. Tema 5 – La Primera Guerra Mundialy sus consecuencias 34 Mientras, en el frente oriental continuaba el avance alemán a costa de los rusos, que tenían dificultad para mantener el esfuerzo económico necesario para la guerra. Se observaron las primeras muestras de descomposición del ejército y la sociedad rusa. 3. CRISIS Y FINAL DE LA GUERRA (1917-18) En 1917, dos acontecimientos parecieron cambiar la marcha de la guerra, cada uno en beneficio de un bando. En abril Estados Unidos entró en la guerra, como consecuencia del hundimiento de barcos neutrales que abastecían a los aliados, por parte de submarinos alemanes. Sus enormes reservas financieras, industriales y humanas desequilibraron la situación. Pero Rusia se encontraba con problemas. En febrero triunfó una revolución democracizante; aunque se mantuvo la participación en la guerra el descontento era grande, y tras producirse el golpe de estado comunista, el nuevo gobierno firmó en noviembre el armisticio* y en febrero de 1918 la paz. Alemania se encontró con grandes ganancias territoriales, y pudo concentrar sus fuerzas en el oeste. En 1918, con todos los beligerantes agotados, se llevaron a cabo las últimas ofensivas. En marzo los alemanes consiguieron abrir una brecha de 80 km entre franceses e ingleses, pero se vieron incapaces de prolongar el avance por falta de reservas. Las consiguientes reacciones aliadas comprobaron la debilidad alemana: a su inferioridad había contribuido el material de guerra norteamericano. La descomposición alemana fue a más, y en noviembre se proclamó la república y se firmó el armisticio. 4. CONSECUENCIAS DE LA GUERRA Pérdidas humanas: Aunque varían mucho las estimaciones, se pueden calcular en unos 20 millones de muertos, entre civiles y militares, y un número superior de heridos, de los que muchos quedaron inválidos de por vida. La natalidad disminuyó, durante la guerra y posteriormente, ya que se produjo un gran desequilibrio numérico entre los sexos. Pérdidas materiales: Fueron enormes, especialmente en el norte de Francia, donde se habían establecido los frentes principales. Los países occidentales perdieron entre un cuarto y un tercio de su riqueza nacional. Además todos los países beligerantes quedaron gravemente endeudados. Transformaciones políticas: la guerra supuso el fin de cuatro grandes imperios: ruso, alemán, austro-húngaro y turco. Además, como consecuencia de la guerra los gobiernos controlaban numerosos aspectos de la vida social y económica, y será difícil revertir esta situación. Transformaciones sociales. Fueron muy variadas: la incorporación de la mujer a trabajos hasta entonces de monopolio masculino; el éxodo rural hacia las ciudades; y la aparición de nutridos grupos de excombatientes incapaces de adaptarse a la vida civil, que van a constituir la base de movimientos ultranacionalistas y revolucionarios. C. LA CONFERENCIA DE PARÍS En la Primera Guerra Mundial no hubo vencedores, pero sí vencidos: las potencias centrales, que se derrumbaron internamente. Los aliados (con la excepción de Rusia, autoaislada con la revolución y la guerra civil) se encuentraron en una posición que les permitió dictar sus condiciones a los vencidos. En enero de 1919 se inició la Conferencia de Paz de París. Asistieron sólo los aliados, aunque las decisiones correspondían a los llamados Cuatro Grandes, los presidentes o jefes de gobierno de EEUU (Wilson), Gran Bretaña (Lloyd George), Francia (Clemenceau) e Italia (Orlando). Sus objetivos eran muy diferentes, según sus distintos intereses nacionales. Finalmente se acordaron las condiciones que se impondrían a las potencias centrales, con cada una de las cuales se firmó un tratado de paz diferenciado. * Suspensión de hostilidades. Tema 5 – La Primera Guerra Mundialy sus consecuencias 35 1. ALEMANIA El Tratado de Versalles recogió las condiciones impuestas a la nueva república alemana: Pérdidas territoriales: Alsacia y Lorena volvieron a Francia. Parte de Prusia pasó a la nueva Polonia, dejando separada Prusia oriental del resto del territorio alemán. Danzig se convirtió en ciudad libre. En varias zonas se realizaron plebiscitos para determinar su futuro. La región del Sarre paso a ser administrada por la Sociedad de Naciones, que cedió a Francia la explotación de sus minas. Alemania perdió la totalidad de sus colonias. Limitaciones militares: El ejército sólo contaría con 100.000 soldados, y debía entregar gran parte de su material de guerra. La orilla derecha del Rin quedó desmilitarizada y sin fortificaciones, y fue ocupada por los aliados durante un período de cinco a quince años. Los aliados controlaron el proceso de desarme. Reparaciones de guerra: Puesto que se hizo responsable de la guerra a Alemania y sus aliados, se le exigió una elevadísima cantidad de dinero* como compensación, además de numerosos recursos materiales: barcos, ganado, carbón, locomotoras, etc. 2. AUSTRIA-HUNGRÍA Aunque Hungría se había separado de Austria al final de la guerra, los aliados la consideraron tan responsable de la guerra como a Austria. Ambas tuvieron que aceptar el desmantelamiento del viejo imperio danubiano, y reconocer la independencia de Checoslovaquia, y la cesión de territorios a Italia, Yugoslavia, Rumanía y Polonia. A Austria se le prohibió la unión con Alemania, y a las dos se les limitó el volumen de su ejército. 3. TURQUÍA Turquía perdió todo su imperio asiático (Siria, Líbano, Palestina, Irak y parte de Arabia). Sólo conservó la península de Anatolia y sus territorios del Kurdistán y de Armenia †. Se le impusieron otras condiciones (como la pérdida de la Turquía europea, menos Estambul) que, sin embargo, no llegaron a aplicarse ya que el parlamento turco no ratificó el tratado, y se produjo una resistencia armada en la que se enfrentó a Grecia. 4. LOS NUEVOS PAÍSES La consecuencia de estos y otros tratados menores fue la aparición de un buen número de nuevos estados, desmembrados de Alemania, Austria-Hungría y Rusia. Los principales son Finlandia y los países bálticos en el norte, Polonia y Checoslovaquia en el centro, y Yugoslavia en el sur del continente. Se pretendió engrandecerlos en territorio y en población, para así contrapesar a Alemania y a Rusia, países de los que se desconfiaba (es lo que se denomina un “cordón sanitario”). Este proceso quiso terminar con los problemas nacionalistas, pero generó otros: en los nuevos estados las nuevas minorías no aceptaron de buen grado la nueva situación lo que provocó nuevos conflictos. Fue el caso de los sudetes alemanes en Checoslovaquia, los croatas en Yugoslavia, la compleja frontera entre Polonia y Lituania, etc. En cuanto a las antiguas posesiones turcas en Asia, y las colonias alemanas de África y de Oceanía, pasaron en su casi totalidad a Gran Bretaña y Francia, como colonias o como protectorados, encomendadas por la Sociedad de Naciones. * 269 mil millones de marcos oro, a pagar en 42 años. † Durante la guerra se realiza una limpieza étnica de armenios en el Imperio Turco, que es considerada un genocidio por parte de numerosos historiadores. Tema 5 – La Primera Guerra Mundialy sus consecuencias 36 5. LA SOCIEDAD DE NACIONES El presidente norteamericano Woodrow Wilson propuso y logró la creación de esta primera organización internacional, con sede en Ginebra (Suiza) con el objetivo de: Impulsar la democratización de los estados. Solucionar los conflictos internacionales sin recurrir a la guerra. Los países que participaron en la Conferencia de París y otros muchos más (entre ellos España) se integraron desde su origen en 1919. Sin embargo, inicialmente se prohibió el ingreso a Alemania, Rusia y Turquía (aunque lo harán más tarde). A pesar de que su presidente había sido el promotor de la Sociedad de Naciones, Estados Unidos se mantuvo al margen ya que en el Congreso de Washington dominaban los partidario del aislacionismo, y se desentendieron de los problemas europeos. Tema 5 – La Primera Guerra Mundialy sus consecuencias 37 D. LOS FELICES AÑOS VEINTE 1. LA CRISIS DE LA DEMOCRACIA El fin de la guerra supuso una difícil vuelta a la normalidad, debido a la necesidad de reconstruir el tejido social y económico de gran parte de Europa. Desde la Conferencia de París en primer lugar, y desde la Sociedad de Naciones después, se impulsaron los principios liberales democráticos en los viejos países y en los de nueva creación. Pero los políticos liberales se habían desacreditado, al haber sido incapaces de evitar la guerra. Además la Rusia comunista constituía la gran excepción, y se vio como modelo a seguir por numerosos sectores revolucionarios anarquistas y marxistas. Llevaron a cabo muchos intentos de toma del poder, siempre sin éxito: en 1918 guerra civil en Finlandia; en 1919 sublevación espartaquista alemana y gobierno soviético húngaro; en 1920 Rusia combate a Polonia y gran agitación social en Italia y en España; en 1927 en Austria, etc. Esta situación provocó una reacción entre los que rechazaban el comunismo pero estaban desencantados con el liberalismo: conservadores, nacionalistas, antiguos revolucionarios de izquierdas... Por toda Europa comenzaron a proponerse e imponerse soluciones autoritarias y dictatoriales: en 1922 el fascismo italiano y el kemalismo turco; en 1923 dictaduras militares en España (Primo de Rivera) y en Bulgaria; en 1925 en Albania; en 1926 en Polonia y Portugal; en 1929 en Yugoslavia. A estos problemas se sumaron los de tipo nacionalista: las medidas impuestas por los vencedores de la guerra, y el consiguiente revanchismo de los vencidos; el rechazo a muchas de las fronteras internacionales trazadas en la Conferencia de París; las protestas de las numerosas minorías étnicas que quedaron en los viejos y nuevos países. 2. LA RECONSTRUCCIÓN ECONÓMICA Todos los gobiernos se apresuraron a promover la reconstrucción de su propio país, para lo que mantuvieron el gran control de las actividades económicas que se había impuesto durante la guerra, e impulsaron el proteccionismo*. La consecuencia fue una caída considerable del comercio internacional, lo que dificultó la reconstrucción. Alemania sufrió además las consecuencias de las durísimas reparaciones que se le impusieron. Ante la imposibilidad de pagarlas, el gobierno incrementó la impresión de papel moneda provocando una hiperinflación† que hizo perder todo valor al marco. Francia reaccionó ocupando la cuenca del Rhur. La situación sólo se enderezó cuando se estableció una nueva moneda. Estados Unidos se convirtió definitivamente en la mayor potencia económica. No sólo había quedado relativamente indemne de las destrucciones de la guerra, sino que los demás países vencedores habían financiado los gastos de la guerra con préstamos norteamericanos. A pesar de todo lo anterior, desde 1924 la economía global entró en expansión y aumentó a un ritmo acelerado, lo que provocó una mejora en las condiciones de vida. Se generalizó el anhelo de superar las calamidades de la guerra y la posguerra, se quiso modernizar la sociedad (desde la economía a la cultura), y aumentó el optimismo ante el futuro. Fueron los llamados felices años veinte. 3. EL CRACK DEL 29 La buena situación económica de Estados Unidos produjo un enorme crecimiento de la producción y del consumo, en buena parte a crédito. En consecuencia, aumentó mucho la inversión en bolsa: las acciones de las empresas no dejaban de subir, y repartían beneficios, por lo que muchas personas incluso * Política económica que dificulta las importaciones mediante tasas y aranceles para proteger los productos del propio país. † Inflación muy elevada en la que los precios aumentan al mismo tiempo que la moneda pierde su valor. Tema 5 – La Primera Guerra Mundialy sus consecuencias 38 se endeudaban para adquirirlas. Era un proceso meramente especulativo, ya que las producciones reales no aumentaron al ritmo de la valoración de las empresas. El proceso se mantuvo en la Bolsa de Nueva York hasta octubre de 1929. Inicialmente aumentaron las órdenes de venta de acciones, a causa del descenso del precio de algunas materias primas. Pero el día 24 (el jueves negro) se produjo el pánico: varios millones de acciones se pusieron en venta y no encontraron comprador, con lo que su valor empezó a caer en picado. Se hundió la cotización de las empresas, pero para los millares de pequeños inversores supuso la pérdida de sus ahorros. La situación repercutió rápidamente en los bancos, que se encontraron ante la imposibilidad de recuperar muchos de los créditos fácilmente concedidos con anterioridad. A pesar de que repatriaron muchos capitales invertidos en Europa, se produjo la quiebra de varios miles de bancos*. De este modo la crisis pasó a afectar a toda la economía: las empresas perdieron la financiación necesaria, muchos particulares perdieron los ahorros depositados en los bancos y, naturalmente, disminuyó el consumo. Muchos negocios no pudieron aguantar la situación y cerraron, con lo que cayó la producción y aumentó el paro de un modo hasta entonces desconocido en Norteamérica. 4. LA GRAN DEPRESIÓN La crisis se extendió rápidamente al resto del mundo, afectando de modo especial a los países más desarrollados, por estas causas (entre otras): La repatriación de capitales norteamericanas provocó la quiebra de bancos europeos. Europa perdió las tres cuartas partes de sus exportaciones a Estados Unidos. Todos los países se vieron afectados por la crisis, pero especialmente los más industrializados. El paro y la conflictividad social aumentó, y se sumó a la conflictividad política. Creció el descrédito de la democracia y muchos estados establecieron regímenes autoritarios: Austria, Alemania, España, Grecia... Se generalizaron las políticas proteccionistas, y cada gobierno aplicó medidas distintas contra la depresión, en función de sus circunstancias. Gran Bretaña: Aunque su economía todavía no se había recuperado plenamente de la guerra, la posesión de su enorme imperio le supuso una considerable ventaja. Francia: Entre los grandes países fue el menos afectado por la crisis, debido a su economía muy diversificada. De todos modos, se produjeron numerosas quiebras y algunos escándalos relacionados con la corrupción entre políticos y empresarios. Estados Unidos: Aunque el gobierno comenzó a tomar medidas tras el crack, fue en 1933 con el nuevo presidente Roosevelt cuando se impulsó una nueva política, el llamado New Deal (nuevo pacto), basado en el intervencionismo estatal. Se establecieron restricciones a la producción para provocar una subida de los precios, compensadas con subvenciones e indemnizaciones. Para combatir el paro, el estado promovió obras públicas: trabajos de reforestación, construcción de presas... El balance global fue positivo pero limitado. Alemania: La pérdida de los préstamos norteamericanos le afectó profundamente, provocando un enorme crecimiento del paro. La inestabilidad política se multiplicó, crecieron los apoyos a los partidos extremistas (comunista y nazi), y finalmente supuso el fin de la república democrática. * En Estados Unidos predominaban los pequeños bancos, muchos de los cuales con carácter exclusivamente local. Tema 6 – Los totalitarismos 39 TEMA 6 – LOS TOTALITARISMOS La Primera Guerra Mundial provoca una aparente generalización de los sistemas democráticos, pero en realidad un auge de los sistemas autoritarios. Muchos de ellos son simples soluciones de fuerza que intentan resolver los graves problemas políticos, sociales y económicos del período de Entreguerras, pero otros (los más representativos, los que surgen en los países más importantes) resultan plenamente novedosos: son los totalitarismos. El totalitarismo es un régimen político en el que un partido quiere crear una sociedad perfecta, y para ello impone su ideología en todos los aspectos de la vida social. El partido “ocupa” el estado, la sociedad, la propia conciencia individual del individuo, hasta convertirse en una auténtica religión política. La resistencia que encuentra la combate de dos modos principales: represión y propaganda. A. EL COMUNISMO RUSO El Imperio Ruso gobernado por los zares fue el país que mantuvo más características del Antiguo Régimen durante más tiempo. Sólo la derrota ante Japón en 1905 y las consiguientes protestas sociales provocaron unas tímidas reformas liberales: se crea una Duma (parlamento) con representantes de distintos partidos pero con escaso poder real. 1. LENIN Y EL COMUNISMO En estas circunstancias se desarrollan diversos movimientos revolucionarios, socialistas y anarquistas. Uno de ellos es el marxista partido socialdemócrata, que se dividirá en dos facciones: mencheviques y bolcheviques, estos últimos dirigidos por Vladimir Ilich Uliánov (Lenin), que deberá permanecer largos años en el exilio. Su interpretación de la ideología marxista será denominada marxismo-leninismo, y tendrá una gran influencia en el siglo XX. Algunas de sus características son: • Importancia del partido comunista, que es considerado la vanguardia del proletariado, y que está formado por revolucionarios profesionales. Se organiza mediante el llamado centralismo democrático (en la práctica, de forma estrictamente jerarquizada). • Posibilidad de que la revolución socialista se produzca en un país poco desarrollado económicamente, como Rusia, en contra de lo señalado por Marx. • Tras la revolución, la dictadura del proletariado (en realidad, del partido) debe destruir a los enemigos de clase (burgueses, terratenientes, eclesiásticos, campesinos e intelectuales; es decir, la mayor parte de la población rusa). Sólo así se llegará a la auténtica sociedad sin clases. 2. LA REVOLUCIÓN DE FEBRERO Y EL GOBIERNO PROVISIONAL Como ya vimos, a principios de 1917 Rusia está agotada por el esfuerzo descomunal que supone su participación en la Gran Guerra. A las protestas populares por la falta de abastecimiento se unen los amotinamientos en el ejército, y la aparición de los primeros soviets (asambleas de soldados y obreros). Es la revolución de febrero (en realidad, en marzo), y el zar Nicolás II abdica ante la falta de apoyos. Se establece un gobierno provisional elegido por los miembros de la Duma, que pronto será dirigido por el socialista moderado Kerenski. En julio deberá impedir dos insurrecciones, una dirigida por los bolcheviques, otra por el general derechista Kornilov. Entre otras, tomará dos importantes decisiones: • Mantener la participación de Rusia en la Gran Guerra, en apoyo de los aliados. • Posponer hasta noviembre las elecciones para la Asamblea constituyente rusa. Tema 6 – Los totalitarismos 40 3. LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE Y EL GOBIERNO DE LENIN Lenin, que se encontraba exiliado en Suiza, llegó a un acuerdo con las autoridades alemanas gracias al que pudo regresar a Rusia en abril. Allí se opone tajantemente al gobierno provisional y su decisión de continuar la guerra y exige «todo el poder para los soviets» (puesto que es allí donde tiene más apoyos). Aunque fracasa su intentona de julio, logrará el triunfo en la insurrección de octubre (en realidad, noviembre) en San Petersburgo, la capital, y desde allí en Moscú y otras ciudades. Se crea el primer gobierno de comisarios del pueblo, presidido por Lenin, que comienza a discutir las condiciones de paz con Alemania, y entrega la tierra de los grandes propietarios a los campesinos. Pero los bolcheviques todavía no son lo suficiente fuertes, y deben respetar las elecciones democráticas convocadas con anterioridad. El resultado es decepcionante: sólo obtienen la cuarta parte de los escaños. En la primera sesión de la Asamblea constituyente se condenará el golpe de octubre y se pretenderá restablecer un régimen democrático, por lo que será rápidamente disuelta por las fuerzas armadas de Lenin. La sustituirá con el Congreso de Soviets, formado únicamente por comunistas. Por entonces ya se había iniciado la durísima guerra civil (1917-20), seguida por la guerra contra la nueva Polonia (1919-21). En consecuencia Lenin gobierna de forma extremadamente autoritaria: • Se crea la cheka, la policía política que reprime, juzga, condena y aplica las penas. Surge la primera red de campos de concentración (más tarde llamada gulag). Se persigue también a los revolucionarios que plantean cambios (anarquistas, marinos de Kronstadt). • Se implanta la economía llamada comunismo de guerra, que estataliza todos los medios de producción, y provoca una enorme crisis. En consecuencia, surge el primer enfrentamiento con los campesinos a causa de la requisa de cosechas para abastecer ejércitos y ciudades. Ante esta situación, en 1921 Lenin establece la Nueva Política Económica (NEP) que mantiene el control político y social, pero permite la creación de pequeñas empresas y comercios privados, y restablece la libertad de compraventa. Los resultados fueron inmediatos, y la economía se recuperó. Es entonces cuando Rusia se transforma en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Pero tras un atentado la salud de Lenin se resiente, y comienza a perder el control. Morirá a principios en 1924. 4. EL GOBIERNO DE STALIN En los últimos meses de vida de Lenin se produce la lucha por el poder entre dos dirigentes: León Trotsky y el georgiano Iósif Stalin. Con el triunfo de este último la dictadura del partido se convertirá en una dictadura personal, con la eliminación física de la mayoría de los anteriores dirigentes y el establecimiento de un auténtico culto a la personalidad mediante técnicas propagandísticas. En 1928 Stalin decide acabar con la NEP e imponer definitivamente una economía socialista totalmente planificada y controlada por el gobierno. Pero los objetivos rebasan lo económico: • Colectivización de la agricultura. Las explotaciones familiares son sustituidas por granjas colectivas (koljós) controladas por las autoridades. La resistencia campesina es combatida con una gran represión y, en Ucrania, mediante una descomunal hambruna provocada. • Planes quinquenales para industrializar a marchas forzadas y en gran escala la economía rusa. Se financió en buena medida con la exportación de la producción agrícola. Alcanzó los objetivos previstos, aunque con un coste humano y económico considerable. • Una sociedad igualitaria y colectivista, con ausencia de libertades individuales y dirigida por una élite o nomenklatura, que dispone de numerosos provilegios. • La Komintern es la Internacional Comunista, que engloba a los partidos comunistas de obediencia soviética. Siempre dependientes de Moscú, actúan en el plano legal de cada país, pero también de forma clandestina para promover la revolución y los intereses soviéticos. • La represión se generaliza: desde la revolución se ha perseguido a los enemigos de clase, pero ahora afecta a la propia base social del comunismo, el trabajador industrial o proletario, y a su misma élite, el partido, afectado por diversas purgas que renuevan totalmente a sus cuadros. Tema 6 – Los totalitarismos 41 B. EL FASCISMO ITALIANO Aunque Italia está entre los países vencedores, entra en crisis tras la Primera Guerra Mundial. Los beneficios obtenidos se consideran escasos para el coste que han supuesto: más de un millón de víctimas, una economía desorganizada y un endeudamiento enorme. La situación social y el ejemplo ruso hacen que se multipliquen las intentonas revolucionarias. 1. MUSSOLINI Y EL FASCISMO Benito Mussolini, periodista y dirigente socialista, evolucionó con la guerra hacia un nacionalismo radical. Tras la guerra creó los fascios de combate, milicias formadas por excombatientes, que se enfrentaron a los socialistas revolucionarios con el apoyo económico de industriales y grandes propietarios. En 1921 funda el partido nacional fascista, con un éxito limitado en las elecciones (participa en coalición con los liberales), pero con un número creciente de afiliados, mayoritariamente jovenes e interclasistas. Su ideología fue cambiante y un tanto indeterminada: • Nacionalismo extremo. • Rechazo del liberalismo, del capitalismo, del comunismo y del catolicismo. • Estatalismo (el Estado por encima del individuo) de tipo corporativista (la sociedad participa a través de corporaciones institucionalizadas y controladas, como los grandes sectores económicos. • Promoción de la violencia y de la acción, en sí mismas, como valores positivos. • Culto al líder indiscutido y providencial: Mussolini, il Duce. 2. LA TOMA DEL PODER En 1922 Mussolini se ve con la suficiente fuerza como para reclamar el poder, y organiza la Marcha sobre Roma: miles de camisas negras se dirigen a la capital, ocupando a su paso los edificios públicos. Aunque el gobierno pretende resistir, el rey Víctor Manuel III rehúsa apoyarlo y encarga la formación de un nuevo gobierno a Mussolini. En una primera etapa Mussolini gobierna en coalición con otros partidos, e Italia sigue siendo formalmente un régimen liberal. Pero en la práctica dispone de plenos poderes y las escuadras fascistas reprimen con gran violencia a sus oponentes. Naturalmente, las elecciones le proporcionan una holgada mayoría. Esta fase culmina con el asesinato del diputado socialista Matteoti en 1925; por última vez pueden hacerse oír las protestas tanto en el parlamento como en la prensa. La reacción es la aprobación de leyes de excepción, y el inicio de la dictadura plena. Progresivamente se disolverán todos los partidos y sindicatos, se cerrarán los periódicos de la oposición, y se establecerán Tribunales especiales para la defensa del Estado. El Parlamento se sustituirá con la Cámara de los fascios y las Corporaciones. Mussolini encontrará una resistencia limitada, y por ello la represión, aunque muy dura, será numéricamente muy inferior a la soviética. 3. RELACIONES EXTERIORES E IMPERIALISMO FASCISTA Mussolini promueve una política internacional que consagre a Italia como gran potencia. Así, se convierte en interlocutor habitual de Gran Bretaña y de Francia; establecerá relaciones diplomáticas con la URSS; firmará el Pacto de Letrán con la Iglesia Católica, por el que se reconoce la independencia del Vaticano; defenderá la independencia de Austria y de Hungría ante el expansionismo hitleriano... Pero al mismo tiempo iniciará una política de expansión territorial: ocupación de Corfú y otras islas griegas, protectorado de facto de Albania, integración de la ciudad independiente de Fiume, y, sobre todo, conquista de Abisinia en 1935. La condena de la Sociedad de Naciones provocará el acercamiento de Italia a Alemania. Tema 6 – Los totalitarismos 42 C. EL NACIONALSOCIALISMO ALEMÁN Tras la Gran Guerra Alemania se constituyó como república* plenamente democrática. Sin embargo, los problemas derivados de las condiciones de paz y, sobre todo, las consecuencias de la crisis de 1929, provocaron el crecimiento de los partidos extremistas: el comunista (de obediencia soviética) y el nacionalsocialista (de tipo fascista). 1. HITLER Y EL NACIONALSOCIALISMO Adolf Hitler nació en Austria. Tuvo una juventud un tanto bohemia, pero el estallido de la guerra le condujo a alistarse voluntario en Alemania. Con la paz entró en contacto con el partido obrero alemán, en el que pronto destaca como propagandista y agitador. En 1920 se transforma en el partido obrero alemán nacionalsocialista (NSDAP), abreviadamente conocido como nazi, y rápidamente se convierte en su máximo dirigente. En 1923 se alía con grupos de extrema derecha y militares, e intenta un golpe de estado ( putsch de Munich) que fracasa. Aprovecha su breve condena a prisión para escribir un libro en que expone sus planteamientos, el Mein Kampf (Mi lucha): • Nacionalismo expansivo. Defiende una Gran Alemania que unifique a todos los alemanes (empezando por los austríacos) y se extienda por las llanuras del este a costa de los eslavos. • Racismo exacerbado. Defiende la superioridad de la supuesta raza aria sobre todas las demás, y el rechazo absoluto hacia la población judía, a la que hace responsable de la situación alemana. • Rechazo total del liberalismo/capitalismo, del comunismo, y del cristianismo. Les opone una cosmovisión poco estructurada basada en sentimientos y emociones, en invocaciones al uso de la violencia, y en la creencia en una sociedad futura al mismo tiempo igualitaria y jerárquica. • Culto al líder. En este caso Hitler, el führer (caudillo). Sus dotes oratorias y las técnicas propagandísticas de su colaborador Goebbels lo convertirán en una especie de ser providencial. 2. EL CAMINO HACIA EL PODER TOTAL Tras el fracaso insurreccional, el partido utiliza una doble táctica: aceptación de la legalidad y participación en las elecciones, y uso de la violencia ilegal contra sus oponentes, tanto los comunistas como los partidos principales (socialistas y centristas). Pero su crecimiento fue limitado hasta el estallido de la crisis de 1929: el desbocado aumento del paro en Alemania provocará un aumento enorme de las afiliaciones a los dos partidos antisistema, comunistas y nazis. Estos últimos superan el millón de miembros, y son la mayor minoría del Reichstag (parlamento). La crisis política se añade a la económica. En enero de 1933, ante esta situación de ingobernabilidad, el presidente Hindenburg decide nombrar canciller a Hitler, con la condición de encabezar un gobierno de coalición con otros partidos derechistas y el Centro. Pero Hitler se atribuirá rápidamente todo el poder, especialmente tras el incendio provocado del Reichstag: suspenderá la constitución, disolverá el nuevo parlamento, prohibirá todos los partidos y sindicatos, y enviará a campos de concentración a sus líderes. El partido nazi ocupará todas las instituciones del Estado. El proceso culmina con la muerte del presidente en 1934: Hitler asume la presidencia y proclama el tercer Reich (imperio). 3. LA DICTADURA NAZI En los años siguientes, hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial, la acción política de Hitler en el interior de Alemania gira en torno a los siguientes ejes: • Purga de los dirigentes nazis que pueden disputarle el poder. El caso más conocido es la «noche de los cuchillos largos» (1934), en la que es eliminada la cúpula de las SA (Secciones de Asalto, cuerpo paramilitar nazi) dirigidas por Rohm. Las SS (Escuadras de Defensa) dirigidas por Himmler, las sustituirán. * Es la llamada república de Weimar, por la ciudad donde se estableció. Tema 6 – Los totalitarismos • • 43 Crecimiento económico impulsado por Estado, para combatir la crisis y sus consecuencias. Se alcanzan satisfactorios acuerdo con los grandes industriales alemanes, y se emprenden grandes proyectos: construcción de una red de autopistas, rearme del ejército... El paro disminuye y la producción aumenta, pero al precio de un gran endeudamiento. Política racial. Tras los primeros decretos discriminatorios de la población judía, en 1935 se promulgan las Leyes de Nuremberg, que les priva de la nacionalidad alemana y de prácticamente cualquier derecho individual. En noviembre de 1938 se organiza la «noche de los cristales rotos»: asesinatos, encarcelamientos, y destrucción de viviendas, sinagogas, comercios y negocios judíos. También se organiza un programa de eutanasia, mediante el que se esterilizaron y asesinaron enfermos incurables, niños y adultos con discapacidades, y los considerados improductivos. 4. HACIA LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Hitler emprenderá desde el primer momento una política exterior agresiva, conducente a superar lo establecido en el Tratado de Versalles, por lo que se retira de la Sociedad de Naciones. Es un proceso que conducirá directamente a la Segunda Guerra Mundial. • Recuperación mediante plebiscitos del Sarre (1935) y de Dantzig (1939). • Restablecimiento del servicio militar obligatorio (1935) y remilitarización de la Renania (1936). • Pacto Antikomintern con Japón (1936), Italia (1937) y España (1939). • Anexión de Austria (1938), confirmada por plebiscito. • Ocupación de los Sudetes checos (1938), aceptada por Gran Bretaña en la Conferencia de Munich, y pocos meses después del resto de Checoslovaquia (1939) • Anexión del territorio lituano de Memel (1939). Tema 6 – Los totalitarismos 44 D. ESPAÑA EN EL PERÍODO DE ENTREGUERRAS A principios del siglo XX España es uno de los países europeos con mayor tradición liberal. Pero a pesar de su estabilidad y progreso constante desde 1875 (sistema de la Restauración), y a pesar de su neutralidad durante la Gran Guerra, le afectan gravemente una serie de problemas políticos y sociales. El descontento generalizado hará que se acepte con facilidad la primera solución autoritaria. 1. LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923-1930) El general Miguel Primo de Rivera reclamará todo el poder, y el rey Alfonso XIII se lo otorgará. La sociedad reacciona entre el apoyo y la indiferencia. Sólo los anarquistas y algunos intelectuales (como Unamuno) rechazan la dictadura desde el primer momento. Tendrá los siguientes objetivos: • Políticos: suspensión de la constitución y de las actividades de los partidos. Gobierno militar (aunque más adelante también participan civiles). • Sociales: acaba con la violenta lucha sociolaboral de la época mediante la represión de la CNT (sindicato anarquista) y la colaboración de la UGT (sindicato socialista). • Económicos: Llevará a cabo numerosas obras públicas (pantanos, líneas de ferrocarril, como la hispanofrancesa por Canfranc) y creará numerosos monopolios (Telefónica, Campsa, Iberia). • Coloniales: Con el desembarco de Alhucemas acabará la guerra de Marruecos, y se establecerá el protectorado español en el norte de este país. El intento de institucionalizar la dictadura, creando un régimen de tipo fascista, no tendrá éxito. Y cuando el dictador se sienta desautorizado por sus propios compañeros del ejército, presenta la dimisión. 2. LA SEGUNDA REPÚBLICA (1931-1936) Tras la dictadura se produjo un paréntesis de algo más de un año. El rey, muy desprestigiado por su apoyo a la dictadura, intenta volver al sistema liberal previo: se restablecen las libertades, el funcionamiento de los partidos, etc. Pero menudean las conspiraciones e intentonas insurreccionales. Por el llamado pacto de San Sebastián se ponen de acuerdo a favor de la república algunos políticos liberales exmonárquicos con los principales dirigentes republicanos, nacionalistas catalanes de izquierda y socialistas. Pero la sublevación militar prevista estalla antes de tiempo en Jaca y fracasa. La caída de la monarquía se produce de un modo inesperado. En abril de 1931 el gobierno liberal convoca elecciones locales. En las principales ciudades vencen las candidaturas republicanas, y este resultado se considera como un plebiscito por la sociedad española. El comité republicano ocupa el poder, y el gobierno liberal y el propio rey aceptan la situación. Alfonso XIII marcha inmediatamente al exilio. Se establece un gobierno provisional republicano-socialista que proclama la república y convoca elecciones constituyentes, con el resultado de unas Cortes con mayoría de izquierdas, que elaborarán una Constitución netamente de izquierdas que discrimina a los sectores sociales de derechas. Dos años después, en unas nuevas elecciones, el resultado será el inverso, pero la actitud de la nueva mayoría de centro y de derechas será similar a la anterior: gobernará exclusivamente para los “suyos”. Y en 1936 unas nuevas elecciones (muy radicalizadas en ambos sectores) devolverá el poder a las izquierdas. La Segunda República fue una democracia con carencias. Pero la mayor carencia fue la escasez de comportamientos democráticos (tolerantes) entre sus propios dirigentes, que con frecuencia prefirieron el enfrentamiento a la colaboración y el acuerdo. Además la conflictividad y el desprecio por la legalidad fue constante: se produjeron tres intentos de revolución anarquista, un golpe de estado derechista (Sanjurjo), otro socialista (octubre de 1934) en paralelo a otro catalanista. Todos ellos fracasaron, pero causaron miles de víctimas y sobre todo la generalización del odio y del miedo al contrario. Tema 6 – Los totalitarismos 45 3. LA GUERRA CIVIL (1936-1939) En la primera mitad de 1936 (la llamada «primavera trágica») la democracia republicana se está convirtiendo en una ficción. Hay un débil gobierno republicano de izquierdas que no puede restablecer el orden, ya que el mayoritario partido socialista sólo le apoya parcialmente. La violencia y los asesinatos políticos se hacen habituales, y hay continuas invocaciones a la guerra civil. En julio se inicia la sublevación militar organizada por el general Mola, con el objetivo de restablecer violentamente el orden. Pero fracasa, aunque no del todo: España se divide en dos zonas: es la guerra civil. Los dos bandos enfrentados acaban definitivamente con la república democrática, y cada uno de ellos propone un modelo totalitario diferente: • Republicanos: con el golpe militar fallido se produce una revolución social que deja el poder el manos de las organizaciones revolucionarias antidemocráticas: socialistas, comunistas y anarquistas. La convivencia entre ellos y con los republicanos de izquierda y nacionalistas vascos y catalanes será problemática: habrá un predominio comunista (dependiente de Moscú, ya que es el principal suministrador de armas y expertos), que será discutido hasta llegar al enfrentamiento armado (en 1937 y en 1939). Se produce una gran represión contra los considerados enemigos de clase: afiliados a partidos de derechas, burgueses, clérigos y religiosos. • Nacionales: junto con los militares, el protagonismo está en dos partidos antidemocráticos: falangistas (fundado por José Antonio, el hijo del antiguo dictador), y tradicionalistas (los carlistas). A pesar de sus ideologías muy diferentes se impondrá su fusión en un partido único de carácter fascista dirigido por el que ya se ha convertido en dictador personal, el general Franco (el Caudillo). A cambio, recibe apoyo de Italia y Alemania. También se produce una gran represión, especialmente contra intelectuales y activistas políticos y sindicales considerados de izquierdas. La guerra resultó muy dura y destructiva, ya que los dos bandos quisieron imponer por la fuerza su propio proyecto político y no aceptaron componendas: ambos buscaron erradicar a sus enemigos, en el frente y en la retaguardia. La dirección de la guerra no fue excesivamente brillante en ninguno de los bandos, pero finalmente la victoria favoreció a los nacionales. Un importante intelectual español *, testigo lúcido de aquellos años, y desde el bando republicano, habló de «los justamente vencidos y los injustamente vencedores». * Julián Marías. Tema 7 – La Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias 46 TEMA 7 – LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Y SUS CONSECUENCIAS A. LOS CONTENDIENTES Y LA REANUDACIÓN DE LA GUERRA La Primera Guerra Mundial se produjo de forma inesperada, y buena parte de la opinión pública europea la recibió con frívolo entusiasmo; la Segunda Guerra Mundial «se veía venir» durante varios años, y se la esperaba con auténtico miedo: estaba fresco el recuerdo de la Primera, dos décadas antes. Si la responsabilidad del inicio de la Gran Guerra correspondió a todas las grandes potencias, en la Segunda hubo un responsable claro: Hitler, que sostuvo públicamente la necesidad de una guerra, preparó al ejército alemán, amenazó en numerosas ocasiones con iniciarla, y la desencadenó finalmente. Pero a esta guerra se le unió otra, iniciada con anterioridad en el otro extremo del mundo: Japón quiso crear un Gran Espacio Oriental a costa de China y de los imperios de las potencias occidentales. El objetivo era el mismo en los dos casos, y estuvo claro desde el principio: lograr la hegemonía continental de cada hemisferio. Por tanto, la guerra se desarrolló en dos escenarios principales: Europa y el norte de África por un lado, y Asia oriental y el Pacífico por el otro. Las tácticas militares también se modernizan y cambian: nace la blitzkrieg (guerra relámpago), maniobras que usan de forma combinada la aviación, los carros de combate y la infantería motorizada 1. LAS POTENCIAS ANTE LA GUERRA Las ideologías políticas determinaron los alineamientos: • El Eje: Alemania, Italia y Japón, con regímenes nazi, fascista y militarista respectivamente. Recibirán el apoyo (en parte forzado) de Hungría, Rumanía y Bulgaria. • La Unión Soviética, único régimen comunista. • Los aliados: inicialmente, Gran Bretaña y Francia, con regímenes democráticos. Apoyan a los países amenazados por el Eje y progresivamente se integrarán los gobiernos en el exilio de los países damnificados, como Estados Unidos, y otros países. • Los neutrales: en Europa, Irlanda, Suiza, Suecia y España. Los tres últimos realizaron “equilibrios políticos” para mantenerse al margen de la guerra. 2. EL CAMINO HACIA LA GUERRA Ya vimos la expansión territorial de la Alemania nazi que le había permitido la recuperación de algunos enclaves, la ocupación de Austria y el desmembramiento de Checoslovaquia, sin una reacción decidida de la comunidad internacional. El siguiente paso era evidentemente la expansión hacia el este, hacia Polonia, en la que vivían millón y medio de alemanes. Pero Gran Bretaña y Francia por un lado, y la Unión Soviética por otro, decidieron respaldar al gobierno polaco, comprometiéndose en su defensa, y aceleraron su rearme. En agosto de 1939, sin embargo, saltó la sorpresa: Alemania y la URSS firmaron un pacto de no agresión, a pesar de sus profundas diferencias ideológicas. Así Alemania evitaba el peligro de la guerra en dos frentes que tantos problemas le había causado en la Primera Guerra Mundial. Además, el pacto constaba de unas cláusulas secretas, que dividían Europa Oriental entre las dos potencias totalitarias: • Alemania se reservaba Polonia occidental y Lituania. • La Unión Soviética se reservaba Polonia Oriental, Letonia, Estonia, Finlandia y Moldavia. Las reacciones fueron numerosas: Japón protestó y abandonó el Pacto Antikomintern, Italia intentó frenar a Alemania, y los partidos comunistas europeos intentaron justificar la alianza de la Unión Soviética con el fascismo. Gran Bretaña y Francia mantuvieron, sin embargo, su apoyo a Polonia. Tema 7 – La Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias 47 B. ETAPAS DE LA GUERRA 1. PACTO GERMANO SOVIÉTICO (1939-1940) El 1 de septiembre de 1939 Alemania atacó Polonia tras un ultimátum; fue el comienzo de la guerra. Los primeros años vienen marcados por los pactos con la Unión Soviética, lo que beneficia a los dos países. Los aliados sólo declararon la guerra a Alemania, provocando una falsa seguridad en la URSS. • Campaña de Polonia (septiembre de 1939): Alemania derrota rápidamente a Polonia, y ocupa la mitad occidental. La Unión Soviética ocupa la mitad oriental, y firma un nuevo acuerdo con Alemania, por el que ésta renuncia a ocupar Lituania y se la cede a la URSS. La rapidez de la campaña impide la intervención aliada: los ingleses comienzan a trasladar tropas a Francia. • Conquistas soviéticas (1939-40). Tras la ocupación de Polonia oriental, Stalin ataca en noviembre a Finlandia. Fue derrotada a pesar de su resistencia, y tuvo que aceptar la cesión de parte de su territorio. En los meses siguientes se producirá la ocupación de los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) y de Besarabia (la actual Moldavia). • La “falsa guerra” (invierno y primavera de 1940). Gran Bretaña y Francia se mantiene a la defensiva en occidente sin atacar directamente a Alemania. Ésta, en cambio, ataca y ocupa Dinamarca y Noruega, para asegurar su aprovisionamiento de recursos desde la neutral Suecia. • La campaña de occidente (mayo-junio de 1940). Tras la ocupación de Países Bajos y Bélgica, Alemania ataca y derrota a Francia: sus ejércitos llegan al Atlántico (en el canal de la Mancha y en los Pirineos) y a la frontera con Suiza. Francia queda dividida en dos: la Francia ocupada y la Francia de Vichy (sólo formalmente independiente). • Las campañas italianas (1940). En junio de 1940 Italia declara la guerra a Francia, pero con la firma del armisticio deberá detener sus operaciones. Entonces Mussolini buscará asegurar el dominio del Mediterráneo: en los Balcanes (ataque a Grecia) y en Egipto (desde Libia). Tema 7 – La Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias 48 2. APOGEO ALEMÁN Y JAPONÉS (1941-42) A finales de 1940 Hitler ha cumplido sus principales objetivos, y ha logrado la hegemonía en el continente europeo. Por ello comienza a acariciar el plan definitivo, el ataque a su aliado ruso, lo que le permitirá asegurar su “Reich de los mil años”. Pero antes tendrá que resolver algunos problemas. • La “batalla de Inglaterra” (1940-41). Ante la caída de Francia, Gran Bretaña logró repatriar su ejército desde Dunkerque. Aunque la aviación alemana bombardeará duramente el sur de Inglaterra, no logrará la superioridad necesaria para llevar a cabo un desembarco. Los ingleses mantienen en solitario su rechazo a Hitler, aunque éste confía en lograr una paz negociada. • La guerra en los Balcanes y en el norte de África (1941). Alemania deberá remediar el fracaso de las operaciones italianas: conquistará Grecia y Yugoslavia, y el Afrika Korps logrará frenar a los ingleses en Egipto. • La campaña contra Rusia se inicia con la “Operación Barbarroja” (junio de 1941), el ataque por sorpresa en el que Hitler dirige una variopinta coalición de países aliados, ocupados e incluso voluntarios de países neutrales, con el doble objetivo de eliminar el comunismo y proporcionar a Alemania su “espacio vital en el este”. El ejército soviético no reacciona en un principio, en parte por culpa de la durísima represión estalinista (las “purgas”), que ha diezmado sus cuadros. Moscú y Leningrado (las principales ciudades) están a punto de caer. La situación obliga a Stalin a cambiar su política: firma un pacto de neutralidad con Japón (para evitar la guerra en dos frentes) y una alianza con Gran Bretaña contra Alemania, lo que le permite recibir ayuda militar de Estados Unidos. Así logrará resistir la durísima ofensiva contra Stalingrado (verano 1942), con la que Alemania pretende hacerse con los campos petrolíferos y las áreas industriales del sur. • La guerra del Pacífico. El imperio japonés estaba en guerra directa con China desde 1937. Su avance hacia el sur y su presión sobre la colonia francesa de Indochina provoca la imposición de restricciones comerciales por parte de Estados Unidos. Japón reaciona con el ataque por sorpresa a la base naval de Pearl Harbor (diciembre 1941): Estados Unidos y Gran Bretaña declaran la guerra a Japón, y Alemania e Italia a Estados Unidos. Japón llevará a cabo su gran expansión en 1942, para asegurarse el aprovisionamiento de materias primas necesarias para la guerra: todo el sudeste asiático, desde Birmania hasta las islas Salomón en Oceanía (colonias inglesas, francesas, norteamericanas y holandesas, además del control del único país independiente de la zona, Tailandia). 3. DOMINIO DE LOS ALIADOS (1943-45) Alemania y Japón alcanzan su máxima expansión a finales de 1942, pero a partir de entonces comienza su retroceso, al no poder competir con los ingentes recursos humanos, materiales e industriales de Estados Unidos y la Unión Soviética. • El frente occidental. Norteamericanos e ingleses, tras derrotar definitivamente a italianos y alemanes en el norte de África, desembarcan en Sicilia (1943) y comienzan a ocupar Italia. El régimen fascista no se sostendrá: un sector de sus dirigentes derroca a Mussolini, lo que provoca la ocupación directa alemana en el resto de Italia. En junio de 1944 se produce el desembarco en Normandía (1944). A lo largo del verano se liberará definitivamente Francia y Bélgica, pero en diciembre aún se producirá una última reacción alemana, la batalla de las Ardenas. • El frente oriental. La batalla de Stalingrado (invierno de 1943) supone el inicio de la gran reacción soviética. A lo largo de 1943 y 1944, los ejércitos rusos liberan los territorios ocupados por los alemanes y en otoño de este último año penetran en Polonia y Rumanía. • La caída del Tercer Reich (1945). Hitler impone la resistencia a ultranza, con una militarización total de la sociedad, a pesar de que es evidente que la guerra está perdida. Los ejércitos soviéticos avanzan desde el este, mientras los norteamericanos y los británicos lo hacen desde el oeste. Cuando los primeros están a las puertas de Berlín, Hitler, refugiado en el bunker de la cancillería, se suicida (30 de abril). Los distintos ejércitos capitularán ante los aliados a lo largo de mayo. Tema 7 – La Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias • • 49 Contraofensiva norteamericana en el Pacífico. EEUU inicia su recuperación con la batalla de Midway (1942) y la conquista de Guadalcanal (en las islas Salomón, enero 1943). Durante ese año y el siguiente se e conquistará una amplia zona del Pacífico meridional y central. Y en febrero de 1945 se producirá la primera ocupación de territorio japonés: la isla de Iwo Jima. La caída de Japón (1945). Al igual que Alemania, Japón pretende resistir hasta las últimas consecuencias, y todavía mantiene amplísimos territorios ocupados en una buena parte de Asia. Para forzar su rendición (al igual que se había hecho en Alemania) se le somete a unos bombardeos intensísimos. Pero será la utilización de una nueva arma, la bomba atómica, la que lo logrará: el 6 y el 9 de agosto se lanzan sobre Hiroshima y Nagasaki. Será en ese momento cuando la URSS declare la guerra a Japón, y ocupe Manchuria, Corea y las islas Sajalín y Kuriles. El 2 de septiembre capitula Japón, y finaliza la Segunda Guerra Mundial. C. LA EUROPA NAZI Durante buena parte de la guerra la Alemania nazi dominó casi todo el continente europeo, y pudo iniciar la construcción de un “Nuevo Orden”, basado en su ideología racista y en su práctica violenta. Los elementos a eliminar son el comunismo, el liberalismo capitalista e individualista, y el cristianismo, además de su auténtica “bestia negra”, el judaísmo. A pesar de estos propósitos, y por puro pragmatismo, limitará su rechazo y llegará a acuerdos interesados, limitados y temporales con sus rivales: con la Unión Soviética, con los grandes industriales alemanes, con las iglesias... 1. ORGANIZACIÓN DEL CONTINENTE • Alemania crece con la incorporación de amplios territorios polacos, que pasan a formar parte del Reich. Los estados bálticos, el resto de Polonia, y buena parte de Ucrania quedan como reserva para la futura colonización germana, a expensas de la maltratada población originaria. • En los países ocupados con los que se intenta mantener buenas relaciones porque se les percibe próximos racialmente, se procura crear “gobiernos títere” (como en Noruega), o se establece una administración civil (como en Dinamarca y Países Bajos). • Los países ocupados próximos a los frentes de guerra quedan bajo control militar alemán. El trato es muy variable: moderado hasta cierto punto en Francia y Bélgica, y extremadamente duro en la URSS y en los Balcanes. • Los países aliados con Alemania (y entre ellos la Francia de Vichy) mantienen teóricamente su independencia, pero se convierten progresivamente en meros satélites, incluso en el caso de Italia. El resultado es una subordinación total a los intereses alemanes, que resulta necesaria para mantener el gran esfuerzo bélico. La Europa ocupada o supeditada proporciona a Alemania las materias primas, los alimentos, los productos industriales que necesita. E incluso la mano de obra: millones de trabajadores son trasladados (en su mayoría de forma forzosa) a Alemania para desempeñar las ocupaciones de la población masculina movilizada. 2. LA REPRESIÓN Y LA SOLUCIÓN FINAL El régimen nazi exportó por toda Europa los métodos totalitarios para el control de la población: se detiene y encarcelan todos los opositores políticos, e incluso aquellos elementos rectores de la sociedad (intelectuales, profesionales, religiosos...) si muestran cierta resistencia hacia la ocupación. Para acoger a esta creciente población represaliada, se construirán unos dos mil campos de concentración (entre campos y subcampos) de diferentes tipos: de trabajos forzados, de prisioneros de guerra, de tránsito y de exterminio, además de los centros de eutanasia. Pero en todos ellos las causas de mortalidad son múltiples: exterminio intencionado, malos tratos, epidemias, escasez alimentaria, agotamiento, represalias, experimentaciones médicas... La procedencia de los prisioneros supone Tema 7 – La Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias 50 diferencias: por lo general son mejor tratados los occidentales que los polacos y rusos. El carácter racista del nazismo condujo a ensañarse con la población judía, considerada inferior y perjudicial. La ocupación de Polonia, con sus más de tres millones de judíos, inició las primeras matanzas en masa, aunque todavía la mayor parte es concentrada en guetos. Las masacres se multiplican al iniciarse la campaña de Rusia, pero para entonces ya se ha aprobados la solución final, la decisión política de exterminarlos de forma absoluta. Se establecen campos de exterminio dotados de instalaciones de gaseamiento, de modo que se industrializa el genocidio. Actualmente las víctimas de este holocausto se calculan en unos seis millones. Un segundo genocidio de carácter racista se dirigió contra la población gitana. Aunque ha sido menos estudiado, se estima el número de víctimas entre un cuarto y medio millón de personas. 3. LA RESISTENCIA AL NAZISMO Por toda Europa (e incluso en Alemania) surgieron numerosas iniciativas de resistencia contra los nazis y sus aliados, especialmente desde 1943. Son movimientos muy variados, que utilizan tácticas muy diferentes. Ideológicamente son comunistas, socialdemócratas y demócratas cristianos, y con frecuencia colaboran entre sí. Se pueden clasificar del siguiente modo: • Resistencia armada: tiene especial importancia en Yugoslavia y en Rusia, donde actúan como guerrilleros, llegando a constituir auténticos ejércitos. También destacó la Résistance intérieure francesa, apoyada por las Fuerzas Francesas Libres que combaten con los ingleses. • Resistencia no violenta: grupos organizados que ayudan a los perseguidos, entorpecen la logística de la ocupación, y que contrarrestan la propaganda nazi y de sus aliados. Un grupo conocido fue el grupo alemán de la Rosa Blanca, formada por estudiantes e intelectuales. • Resistencia no organizada: es la resistencia pasiva de grandes sectores de las poblaciones ocupadas, que mantiene el rechazo a los alemanes y sus representantes locales. Lógicamente, aumenta considerablemente en vísperas de la liberación. • Los atentados contra dirigentes nazis. Algunos tuvieron éxito, como el asesinato de Reinhard Heydrich en 1942. En cambio, la conspiración militar para matar a Hitler en julio de 1944 fracasó. D. CONSECUENCIAS 1. BALANCE DE LA GUERRA • • • • • Ha sido una guerra total, que ha afectado una gran parte de la superficie terrestre. Se han movilizado todos los recursos materiales, humanos y científicos de que se dispone. Ha sido una guerra ideológica, una lucha entre sistemas políticos. Si inicialmente ha sido un conflicto entre fascismo y democracia, el ataque alemán a la URSS provoca la alianza temporal entre democracia y comunismo. Pero son las mismas sociedades las que se dividen a favor o en contra del fascismo, del comunismo y de la democracia. Las pérdidas humanas han sido ingentes. Han muerto más de 50 millones de personas, de las que una parte importante son civiles como consecuencia de los bombardeos aéreos y de los exterminios masivos. Y los heridos y mutilados son un número sólo ligeramente inferior. Las deportaciones son muy abundantes durante la guerra, y se continúan con la paz. Se calcula en unos 50 millones los desplazados forzosos: alemanes y polacos expulsados como consecuencia de los cambios de fronteras, transferencias de poblaciones en la Unión Soviética, etc. La destrucción material es enorme: ciudades enteras han quedado arrasadas, al igual que industrias e infraestructuras. Sin embargo el progreso técnico permite reconstruirlas con rapidez, y en 1948 ya se han recuperado los índices económicos de antes de la guerra. Tema 7 – La Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias • • 51 La guerra ha provocado una deshumanización general, que afecta a todos los beligerantes. Métodos y acciones comparables a las de los nazis se han llevado a cabo por los soviéticos (exterminio de las élites polacas en Katyn), por los aliados (bombardeos de poblaciones civiles, sin ningún interés militar, como en Dresde), y por las Resistencias antifascistas (matanzas y ajustes de cuentas tras la liberación). Pérdida de la hegemonía europea: la “dirección” del mundo pasa a manos de EEUU y la URSS. 2. LA ORGANIZACIÓN DE LA PAZ Desde 1942 los dirigentes aliados Churchill (primer ministro británico; sustituido por Attlee en 1945), Roosevelt (presidente norteamericano: sustituido por Truman en 1945) y Stalin (dictador soviético) multiplican sus reuniones, tanto para organizar la guerra como para diseñar el futuro. Las principales fueron las Conferencias de Washington (1942 y 1943), la Conferencia de Yalta (febrero de 1945) y la Conferencia de Postdam (julio de 1945). • Se crea la Organización de las Naciones Unidas (ONU), heredera de la Sociedad de Naciones. • Se reconocen las anexiones soviéticas, en Europa y en Extremo Oriente. • Se diseñan nuevas fronteras para Polonia, compensando los territorios perdidos por el este con territorios alemanes en el oeste. • División de Alemania: queda dividida en cuatro zonas de ocupación: norteamericana, soviética, británica y francesa. Y lo mismo ocurre con la capital, Berlín. • En los países liberados se crearán gobiernos de coalición, pero se establecen esferas de influencia diferenciadas para Occidente y para la Unión Soviética. • Se llevarán a cabo los Procesos de Nuremberg, en los que se acusará a los jerarcas nazis de crímenes de guerra (asesinatos, torturas, violaciones), y de crímenes contra la humanidad (que incluye el de genocidio). Tema 8 – La Guerra Fría 52 TEMA 8 – LA GUERRA FRÍA A. EL INICIO DE LA GUERRA FRÍA La Segunda Guerra Mundial supuso la desaparición casi total de las ideologías de tipo fascista, que habían perseguido el dominio del mundo en los años anteriores. Su derrota fue consecuencia de la alianza entre democracia (Gran Bretaña y Estados Unidos) y comunismo (Unión Soviética), que reemplazó a la anterior alianza totalitaria entre nazismo y comunismo. Los sucesivos acuerdos entre los vencedores para diseñar el mundo postbélico decidieron establecer gobiernos de coalición de los partidos antifascistas, en todos los países liberados (con la excepción de Alemania). Pero supusieron en la práctica la creación de dos enormes esferas de influencia: la norteamericana y la soviética. • En los países liberados por los americanos, desde Finlandia hasta Grecia, los gobiernos de coalición dieron lugar a elecciones libres, al protagonismo de partidos de centro derecha y centro izquierda, y al mantenimiento de un sistema económico de tipo capitalista. • En los países liberados por el ejército ruso, los gobiernos de coalición quedaron muy pronto supeditados al partido comunista local, y éste al gobierno de Stalin a través de los mandos de los ejércitos soviéticos de ocupación. El sistema económico se transformó con rapidez en una economía plenamente estatalizada de carácter colectivista. En algunos lugares estas transiciones resultaron antes o después conflictivas: estallaron guerras civiles (casos de Grecia y China), y en otros países se optó por un cierto equilibrio o neutralidad entre los dos bloques. Es el caso de las occidentales Finlandia y Austria, y de la comunista Yugoslavia. Este statu quo basado en una supuesta colaboración entre los antiguos aliados, naturalmente, no fue duradero. En 1947, apenas dos años después de terminada la guerra, sus contradicciones ideológicas y políticas provocaron una ruptura total y un enfrentamiento simbolizado por la frase “un telón de acero ha caído en Europa”. Esta ruptura se manifestó en: • La competencia directa entre EEUU y la URSS por lograr el predominio a nivel mundial. • La URSS fabrica sus propias armas nucleares, acabando con el monopolio norteamericano. • Los países comunistas rechazan la ayuda económica norteamericana para la reconstrucción (Plan Marshall). • Creación de dos estados alemanes: la República Federal con capital en Bonn (zonas de ocupación norteamericana, inglesa y francesa), y la República Democrática con capital en Berlín Oriental (zona de ocupación soviética). • Creación de dos alianzas militares contrapuestas: la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) liderada por EEUU y el Pacto de Varsovia (liderado por la URSS). La Guerra Fría es la época caracterizada por esta rivalidad constante y profunda entre las dos superpotencias y sus aliados. EEUU y la URSS dedican a ello buena parte de sus recursos humanos y materiales: se produce una auténtica carrera armamentística, tecnológica, propagandística, diplomática e incluso astronáutica. No importan sólo las realizaciones concretas sino el prestigio de que se disponga ante la comunidad internacional. Se pueden distinguir las siguientes etapas: • Enfrentamiento inicial, hasta la muerte de Stalin (1953), con un aumento progresivo de la tensión entre los bloques. • Coexistencia pacífica, en la que se persigue la distensión (hasta 1976). A pesar de los conflictos, mejoran los cauces de diálogo entre los líderes de los dos bloques. • Rebrote de la guerra fría (hasta 1985), con una nueva expansión comunista, seguida por la reacción norteamericana (simbolizada por la presidencia de Reagan). • Los años finales (hasta 1991), que termina con la disolución de la Unión Soviética. Tema 8 – La Guerra Fría 53 B. LOS DOS BLOQUES 1. EL BLOQUE OCCIDENTAL • • • • • • • • • • • El bloque occidental se caracteriza por: Democracia como sistema político. Predominio de los partidos democristianos y socialistas. Economía de mercado: propiedad privada y capitalismo. Estado del bienestar: políticas sociales avanzadas “de la cuna a la sepultura”. Sociedad abierta: derechos humanos y respeto a la iniciativa individual. Está formado, entre otros, por los siguientes países: Estados Unidos, que lidera el conjunto. Las democracias europeas: Gran Bretaña, Francia, Italia, Alemania Federal... Las grandes democracias extraeuropeas: Canadá, Japón, Australia, Sudáfrica... En un segundo plano, las numerosas dictaduras anticomunistas, como Portugal y España. En la evolución interna de este bloque se puede observar: Unas relaciones entre todos estos países que se hacen en ocasiones conflictivas: cuando Egipto nacionaliza el canal de Suez, EEUU impide la intervención militar francobritánica. Más tarde, Francia se desvincula en parte de la alianza militar occidental (la OTAN). El crecimiento económico y la mejora generalizada del nivel de vida fue constante, a pesar de las periódicas crisis que se producen (como la del petróleo de 1973). En los años 60 surge con fuerza un movimiento contestatario contra el sistema, mayoritariamente de carácter pacifista, que sólo en parte fue instrumentado por el otro bloque. Algunas de sus manifestaciones fueron la ola hippy, la “revolución” de mayo de 1968, las protestas contra la guerra de Vietnam y contra las armas nucleares, la canción-protesta... En los años 70, algunos sectores contestatarios evolucionaron hacia el terrorismo. ESTADOS UNIDOS. Posee una gran superioridad militar, económica, científica y tecnológica. Crea un modo de vida (American Way of Life), basado en el consumo y en la liberación de las costumbres tradicionales, que se difundirá y será imitado en los cinco continentes. Pero el éxito exterior no impide los conflictos interiores; algunos de ellos son los siguientes: • El macarthismo y la caza de brujas, en los años 50. Se hacen muy numerosas las acusaciones de simpatía procomunista, habitualmente de forma infundada. • El movimiento a favor de los derechos civiles, que combate la discriminación racial (apartheid) todavía dominante en los estados del sur de Estados Unidos. • El asesinato del presidente Kennedy en 1963. • El escándalo Watergate (espionaje al partido rival), y la dimisión del presidente Nixon (1974) GRAN BRETAÑA. Esta etapa viene marcada por la pérdida progresiva y pacífica de su imperio colonial, y por su estrecho alineamiento con los Estados Unidos. El conflicto interno más grave fue el de Irlanda del Norte, especialmente en los años 70 y 80. Combatieron diversos grupos terroristas, con un considerable apoyo social: los partidarios de la incorporación a Irlanda (IRA) contra los partidarios de mantenerse en el Reino Unido (lealistas). El balance fue de más de tres mil muertos. FRANCIA. La pérdida de su imperio colonial fue mucho más problemática y violenta, y provocó una grave crisis interna. En 1958, la incapacidad de instituciones y políticos para solucionarla permitió al general De Gaulle (símbolo de la resistencia contra los alemanes) reclamar el poder y plenos poderes, que se le concedieron por parte del parlamento. Es el inicio de la V República, de carácter presidencialista. ESPAÑA. Durante la segunda guerra mundial, el general Franco se alineó con Alemania aún sin entrar en la guerra. Por ello, tras su finalización, el régimen se vio amenazado con una intervención militar y con el aislamiento diplomático. Le salvó el inicio de la Guerra Fría, que lo convirtió en un aliado atractivo para el bando occidental. La dictadura franquista eliminó sus rasgos fascistas más evidentes, firmó unos acuerdos militares con EEUU, y admitió unas cotas limitadas de libertad. Tema 8 – La Guerra Fría 54 El gran cambio se produjo en los años sesenta (milagro español): se liberalizó la economía y se produjo un rapidísimo crecimiento económico, financiado por el turismo de masas que había comenzado a llegar a las playas mediterráneas (resultado del estado de bienestar europeo), y por la ingente emigración que proporciona mano de obra a las economías occidentales. Pero el cambio económico provoca profundas transformaciones culturales y sociales. Aumenta la oposición a la dictadura, y buena parte de los políticos franquistas comienzan a plantear la necesidad de una evolución hacia la democracia, que sólo se llevará a cabo tras la muerte del dictador (transición). 2. EL BLOQUE COMUNISTA • • • • • • • • • • El bloque comunista se caracterizó por: Dictaduras comunistas (marxismo-leninismo): el partido y sus dirigentes dominan por entero el Estado (aún en el caso de que se autoricen otros partidos). Economía colectivista de carácter estatal. El gobierno gestiona los medios de producción (campos, fábricas, servicios...), aunque en algunos países se tolera una propiedad privada marginal. Buena parte de los recursos se emplean en programas armamentísticos. Control totalitario de la sociedad por medio de la propaganda y la represión. Estuvo formado por, entre otros, los siguientes países: La Unión Soviética, que lidera el conjunto (al principio). Los países liberados por la URSS en Europa (Polonia, Rumanía...) y en Asia (Corea del Norte). Los países en los que triunfa la revolución (China, Vietnam, Cuba, Etiopía...), muchos de ellos en el marco de las luchas por la independencia contra las potencias coloniales. Dictaduras diversas que llegan a acuerdos políticos y militares con la URSS. Se persiguió un control absoluto: La URSS dirigía férreamente a los restantes países del bloque, lo que provocó fenómenos de resistencia y de ruptura. Yugoslavia (1948) y China (1960) triunfaron en su enfrentamiento con Moscú, asegurando su independencia, mientras que Hungría (1956) y Checoslovaquia (1968) fueron vueltos a ocupar por el ejército ruso. Como consecuencia de la ausencia de libertades básicas surgió (especialmente desde los años 60) un fenómeno de oposición interna, en general a favor de ideas democráticas y pacifistas: son los disidentes, que difundieron sus ideas y críticas mediante el samizdat (copias manuscritas, mecanografiadas o multicopiadas), y que fueron duramente reprimidos. UNIÓN SOVIÉTICA. Stalin se mantuvo como dictador hasta su muerte en 1953, e incrementó durante estos últimos años el carácter represivo del régimen, reducido en los años anteriores por las necesidades de la guerra. El gulag tomó su máximo desarrollo, y a él fueron a parar buena parte de las tropas que habían ocupado Europa central. Diversos grupos étnicos acusados de colaborar con los alemanes fueron deportados a Siberia o Asia Central. Desde 1953 gobernó Jruschov, hasta entonces colaborador de Stalin. Introdujo numerosos cambios (sin alterar las características esenciales del régimen): el reconocimiento de errores en el gobierno de Stalin, una mayor atención a la industria de consumo, con la consiguiente mejora del nivel de vida de la población, y una política de distensión con Estados Unidos. Un sector de la cúpula del partido comunista, preocupado por esta política reformista, logrará destituirlo en 1964. El nuevo líder será Breznev, también antiguo colaborador de Stalin, que gobernará hasta su muerte en 1982. CHINA. Al finalizar la segunda guerra mundial se inició una guerra civil entre las dos fuerzas que habían luchado contra los japoneses: los nacionalistas del Kuomintang, que controlan la república y tienen apoyo norteamericano, y los comunistas liderados por Mao Zedong y con respaldo soviético. Serán estos últimos los que obtendrán la victoria. Mao construirá un régimen muy represivo: el coste humano y material fue ingente, especialmente durante algunos experimentos sociales como el Gran Salto Adelante, y la Revolución Cultural. Tras su muerte en 1976, el dirigente Deng Xiaoping iniciará una serie de reformas que provocarán un gran crecimiento económico que todavía perdura. Tema 8 – La Guerra Fría Señalar el Telón de Acero. 55 Tema 8 – La Guerra Fría 56 C. CONFLICTOS Y GUERRAS LOCALES La Guerra Fría provocó una gran carrera de armamentos entre las grandes potencias. El armamento convencional (carros de combate, barcos y aviones) se perfecciona con gran rapidez. Ahora bien, el elemento clave desde el principio fueron las bombas atómicas y de hidrógeno, de enorme poder destructivo. Podían ser lanzadas desde aviones, o lanzadas mediante misiles (desde tierra o desde un submarino) a grandes distancias. Y el temor al contrario condujo a un continuo aumento de su número, de su capacidad explosiva y de su alcance. El resultado fue que, por primera vez en la historia de la humanidad, se disponía de medios para arrasar de forma absoluta toda la superficie terrestre. Esta consideración hizo que EEUU y la URSS evitaran el enfrentamiento directo entre ellos. Una guerra convencional podía, con facilidad convertirse en una guerra nuclear: y entonces la destrucción mutua estaba asegurada. Los conflictos directos, que fueron muy numerosos, se reconducían de forma diplomática, y ambas partes cedían en caso necesario. Cada bloque interviene en los países contrarios por medio de aliados locales, a los que se les apoya, subvenciona y en algunos casos se les arma para que constituyan guerrillas comunistas o anticomunistas, según los casos. Las guerras directas entre los bloques sólo estallaron en escenarios locales y secundarios, y en ellas podían involucrarse las dos superpotencias sin excesivo riesgo de que se produjera una escalada hacia el conflicto generalizado. 1. CONFLICTOS • Bloqueo de Berlín (1948-49). La reforma monetaria que se llevó a cabo en la Alemania occidental perjudicó la economía de la Alemania oriental, todavía ocupada por los soviéticos. Stalin reaccionó cortando las comunicaciones del Berlín occidental (2 millones de habitantes). En respuesta, Estados Unidos organizó un puente aéreo que transportaba todo aquello que necesitaba la ciudad (llegó a alcanzar los 900 vuelos diarios). Puesto que un ataque estaba descartado, la operación constituyó un éxito de organización y de propaganda. Por ello el bloqueo fue suspendido unos meses después, de forma unilateral, por las autoridades soviéticas. • Revolución húngara (1956). Fue un estallido desorganizado contra las autoridades comunistas, que se produjo durante el leve aperturismo posterior a la muerte de Stalin. Se exigieron elecciones libres y la salida de las tropas soviéticas. Tras unas semanas de indecisión, la URSS decide intervenir militarmente, y domina la revuelta, aprovechando que las potencias occidentales están centradas en la crisis de Suez. • Muro de Berlín (1961). Se calcula que unos tres millones de alemanes orientales escaparon a Alemania occidental a través de esta ciudad. Para detener este flujo, las autoridades comunistas decidieron construir un muro de unos 150 km que rodeaba totalmente el Berlín occidental, y que era vigilado por tropas armadas que disparaban a los que intentaban fugarse. • Crisis de los misiles (1961-62). En 1959 triunfó en Cuba la revolución dirigida por Fidel Castro, que rápidamente evolucionó hacia el bloque comunista. En 1961 Estados Unidos promovió la invasión armada de la isla por parte de exiliados cubanos. Pero el desembarco en Bahía Cochinos (o Playa Girón) fue un fracaso total. La ocasión fue aprovechada por la URSS para instalar en secreto una base de lanzamiento de misiles en la isla, con capacidad para alcanzar el territorio norteamericano. Sin embargo, los aviones espía de EEUU los descubrieron. Se organizó un bloqueo de la isla para impedir el paso de los barcos soviéticos, y se estuvo a un paso de la guerra declarada cuando fue derribado un avión norteamericano. Pero finalmente se llegó a un acuerdo diplomático: la URSS desmanteló las instalaciones de Cuba y seis meses después EEUU hizo lo mismo con una base equivalente en Turquía. • Primavera de Praga (1968). Un sector del partido comunista de Checoslovaquia situó como a dirigente a Dubček, que emprendió un programa de reformas y liberalización del régimen denominado “socialismo con rostro humano”. Tras varios meses en los que la presión popular no cesó de aumentar un ejército del Pacto de Varsovia invadió el país y restableció el sistema comunista. La reacción occidental fue exclusivamente de condena verbal. Tema 8 – La Guerra Fría 57 Bloque occidental y sus aliados Bloque comunista y sus aliados Identifica los principales conflictos y guerras locales de la Guerra Fría Identifica los procesos de descolonización que resultaron más conflictivos. Localiza las dos primeras Conferencias del Movimiento de países no alineados. Tema 8 – La Guerra Fría • 58 Golpe militar en Chile (1973). El presidente Allende, vencedor en las elecciones presidenciales pero en minoría en el parlamento, pretendió crear un régimen socialista de forma democrática (“vía chilena al socialismo”). A los malos resultados económicos se añadió una gran conflictividad social, y la intervención encubierta de la CIA norteamericana. Finalmente, un golpe militar encabezado por el general Pinochet estableció una dictadura y retornó al alineamiento estricto con el bloque occidental. 2. GUERRAS LOCALES • Guerra de Corea (1950-53). Tras la ocupación japonesa, soviéticos y norteamericanos dividieron Corea en dos zonas de ocupación, separadas por el paralelo 38. Al fracasar los intentos de reunificación, se establecieron dos estados contrapuestos. En 1950 Corea del Norte atacó al Sur, derrotandolo casi por completo. Pero la reacción de la ONU posibilitó una reacción que estuvo a punto de derrotar al Norte, lo que llevó a la intervención china y al apoyo militar soviético. Finalmente se estableció un armisticio que volvió a fijar la frontera mutua en el paralelo 38, todavía vigente. Murieron aproximadamente un millón de personas. • Guerra de Vietnam (1963-73). Tras las guerras de independencia contra Francia, Vietnam quedó dividido en dos estados, ambos dictatoriales y enfrentados: comunista en el Norte y prooccidental en el Sur. Ante el apoyo chino y soviético al Norte, en 1963 se inicia la intervención directa de Estados Unidos a favor de Vietnam del Sur. Llegó a ser muy numerosa, sin lograr el éxito. Es más, provocó un rechazo considerable en la sociedad norteamericana, lo que indujo a la retirada en 1973. Dos años después se consumaba el triunfo comunista, con la unificación de todo el país. • Guerra de Afganistán (1979-89). En 1978 un golpe de estado estableció un régimen comunista con el apoyo de la URSS. Pronto surgieron grupos resistentes (los muyahidines) que combatían al gobierno mediante guerrillas, que recibieron apoyo, financiación y suministros norteamericanos. Al mismo tiempo, la Unión Soviética envió tropas y armamentos, en número creciente, sin lograr someter la rebelión generalizada. Finalmente, los rusos deberán retirarse, y el gobierno comunista caerá. D. LA DESCOLONIZACIÓN Tras la segunda guerra mundial entró en crisis el “reparto del mundo” entre las potencias europeas, y los viejos imperios coloniales llegaron a su fin. Puesto que en su mayor parte tenían un origen reciente (en el siglo XIX), realmente tuvieron una existencia muy breve. 1. CAUSAS Y CARACTERÍSTICAS • • • • Las principales causas que favorecieron este proceso fueron: La administración colonial (civil y militar) favorece la formación de clases medias indígenas que incorporan la cultura de la metrópoli, y que educan a sus hijos en Europa. La aceptación de los principios liberales y nacionalistas europeos dio impulso a la aparición de proyectos independentistas que quieren establecer estados modernos. El desprestigio de las potencias coloniales a causa de sus derrotas ante las potencias del Eje. Tuvo especial importancia en el sudeste asiático, donde franceses, ingleses y holandeses fueron fácilmente vencidos por Japón. La aceptación del principio de autodeterminación de los pueblos, promovido por Estados Unidos y la Unión Soviética, y consagrado por la ONU. La organización de movimientos nacionalistas, con ideologías muy variadas (aunque casi siempre de origen europeo), y con tácticas violentas o pacíficas según los casos. Este fenómeno fue muy variado y prolongado en el tiempo. Algunas de sus características son las siguientes: Tema 8 – La Guerra Fría • • • • • 59 En general, el Imperio Británico aceptó la independencia de sus colonias como algo inevitable, y con frecuencia fue el resultado del diálogo con los principales movimientos independentistas. Además, intentó mantener ciertos lazos con los nuevos estados mediante la Commonwealth o Mancomunidad de Naciones, de la que la cabeza es la reina de Inglaterra. Francia fue bastante más reacia a conceder la independencia de sus territorios. El empleo de duros métodos represivos contra poblaciones que habían contribuido poderosamente a la victoria en la segunda guerra mundial, hizo que estallaran sangrientas guerras coloniales, especialmente en Indochina y Argelia. Por lo general los movimientos independentistas aceptaron y mantuvieron las fronteras coloniales, a causa de la inexistencia o escasez de auténticos estados con anterioridad a la conquista europea. Sin embargo, en ocasiones será preciso modificarlas, debido a la composición étnica de la población. Es el caso de la India británica, que fue dividida inicialmente (1947) en dos estados: uno mayor de predominio hindú, la India, y otro menor de predominio musulmán, Pakistán (del que años después se desgajará Bangla Desh). En las colonias de poblamiento (es decir, en las que se ha establecido una población considerable de origen europeo), el proceso fue más complejo. Es el caso de Sudáfrica, donde la población blanca de origen holandés e inglés proclamó la independencia en 1961, y estableció un régimen de apartheid que les garantizó el monopolio del poder sobre la mayoritaria población negra; perduró hasta 1993. En Argelia, en cambio, la población de origen europeo (los pieds-noirs) intentó mantener la pertenencia a Francia con la ayuda del ejército; en consecuencia tuvo que repatriarse en su mayoría tras la independencia (1962). En la mayoría de las antiguas colonias se establecieron regímenes democráticos con la independencia, y se integraron en la ONU. Sin embargo muchos de los nuevos estados se transformaron rápidamente en dictaduras, y estallaron frecuentes sublevaciones y guerras civiles. 2. EL MOVIMIENTO DE PAÍSES NO ALINEADOS Los nuevos estados nacen a la independencia en un escenario dominado por la Guerra Fría y la oposición de los bloques, y con frecuencia sus objetivos e intereses son otros diferentes. Este hecho llevó a los presidentes de Indonesia, India y Egipto a convocar en 1955 la llamada Conferencia de Bandung (isla de Java, en Indonesia) a la que acudieron una treintena de dirigentes de países africanos y asiáticos recientemente independizados. Poseían sistemas políticos muy variados: monarquías feudales como Arabia Saudí, repúblicas socialistas como Egipto, y democracias pluripartidistas como la India. Se aprobaron entre otros los siguientes puntos: • Establecer una postura común de neutralidad ante los bloques. • Rechazar el colonialismo y las políticas neocolonialistas de los países desarrollados. • Promover la cooperación económica y cultural entre los países firmantes. La posterior Conferencia de Belgrado (1961) creó una estructura institucional, el Movimiento de Países No Alineados a la que se adhirieron numerosos países en los años siguientes. Se mantuvieron los principios establecidos en Bandung, pero cada vez tuvieron más importancia estos principios: • El antiamericanismo, interpretado como rechazo al imperialismo. • La lucha contra el apartheid. • El desarrollo de una política activa en defensa de sus intereses en la Asamblea General de la ONU (en contra del predominio de las grandes potencias en en el Consejo de Seguridad). Su evolución posterior le hizo ganar más peso político, con el aumento del número de países integrados, y especialmente durante los años de distensión. Sin embargo también surgen problemas: • El protagonismo que toman en su seno algunos países claramente alineados, como Cuba. • La incapacidad para solucionar los conflictos entre países integrados: guerras India-Pakistán (1965 y 1971); guerra Irán-Irak (1980-88), etc. Tema 9 – El mundo actual 60 TEMA 9 – EL MUNDO ACTUAL A. EL FIN DE LA GUERRA FRÍA 1. LA REACCIÓN OCCIDENTAL DE LOS AÑOS 80 En los años 70 el bloque comunista pareció tomar la delantera en la confrontación con el bloque occidental: la guerra de Vietnam, el aumento de la contestación social, la expansión en África... Pero en la siguiente década se produjo una reacción opuesta, liderada por el presidente norteamericano Reagan y la primer ministro británica Thatcher. Además, la elección del polaco Juan Pablo II como papa supuso un rearme moral para los opositores al comunismo. En el campo armamentístico, la URSS poseía los ejércitos más numerosos y con más armamento (convencional y nuclear), lo que suponía un pesado lastre para una economía estatalizada, poco eficiente y bastante corrupta. En cambio, la potencia tecnológica y económica de EEUU le permitió iniciar una modernización de sus recursos bélicos. Algunos programas, como la Iniciativa de Defensa Estratégica (la denominada Guerra de las Galaxias, que pretendía la destrucción de misiles enemigos desde satélites artificiales) amenazaban con dejar obsoletos a los ingentes ejércitos soviéticos. Además, la Unión Soviética se encontraba en proceso de recambio generacional de sus líderes. Tras la muerte del anciano Breznev le sustituyeron sucesiva y brevemente dos dirigentes setentones. Finalmente, en 1985, fue elegido el joven Mijaíl Gorbachov. 2. GORBACHOV Y LOS CAMBIOS EN LA URSS El nuevo dirigente era consciente del estancamiento político, tecnológico y económico de la URSS. Por ello inició un amplio programas de reformas, sin abandonar los principios marxistas-leninistas: • La perestroika (reestructuración) pretendía mejorar la eficacia de la economía. Se combatía la corrupción generalizada, se incentivaba la innovación, y para ello se concedía una cierta autonomía a los gestores de las empresas estatales. • La glásnost (transparencia) supuso una cierta apertura política: se estableció una limitada libertad de discusión (inexistente hasta entonces), como medio de vencer la resistencia de los sectores comunistas más tradicionales. • Se firmaron numerosos acuerdos de desarme con EEUU. • Se concedió mayor autonomía a los países satélites, y se les animó a aplicar sus propias reformas. Estos cambios resultaron eficaces en muchos aspectos, pero provocaron una gran agitación interna. Comenzaron a reclamarse más libertades democráticas, tanto individuales como por parte de las numerosas nacionalidades (lituanos, ucranianos, georgianos, etc.) que se consideraban colonizados por los rusos mayoritarios. Además en 1989 se desplomaron los regímenes comunistas de los países satélites. El resultado fue un aumento de la inestabilidad. Ante esta situación, en 1991 un sector del partido comunista llevó a cabo un golpe de estado, retuvieron a Gorbachov e intentaron volver a la situación anterior. Pero otros sectores del partido y del ejército lo rechazaron, y se produjo una considerable movilización popular, especialmente en Moscú. Los golpistas tuvieron reconocer su fracaso, y abandonaron un poder que no habían logrado controlar. Pero con ellos cayó también el régimen y el estado. Las diferentes repúblicas que componían la Unión Soviética (comenzando por la Federación Rusa) se apresuraron a proclamar su independencia. La URSS había dejado de existir. 3. LA CAÍDA DE LOS REGÍMENES COMUNISTAS EUROPEOS A lo largo de la Guerra Fría, los regímenes comunistas de Europa central y oriental tuvieron que usar de la fuerza para mantenerse en el poder, ante las protestas de sectores amplios de la población. En Tema 9 – El mundo actual 61 los años 80 fue Polonia la que forzó la intervención militar para mantener el gobierno comunista, como consecuencia de la creación de Solidarność, un sindicato independiente. Pero las reformas de Gorbachov en la URSS fueron imitadas en algunos de estos países. Sus gobiernos liberalizaron relativamente sus instituciones, y eliminaron restricciones (por ejemplo, autorizando la salida del país). Otros, en cambio, incrementaron la represión. En todos los casos, sin embargo, amplios sectores de la población comenzaron a movilizarse mediante huelgas y manifestaciones, ante la inhibición soviética. Las denominadas revoluciones de 1989 se iniciaron en Polonia, donde el gobierno militar pactó con Solidarność una transición hacia la democracia. En Hungría fue un sector reformista del partido comunista el que encabezó las transformaciones. En Alemania Oriental el gobierno fue perdiendo el control de la situación; cuando en noviembre se autorizó la circulación casi libre con el Berlín occidental, el entusiasmo popular comenzó a derribar el famoso Muro (lo que se convirtió en el símbolo de estas revoluciones). Unos meses después, las dos Alemanias se reunificaron. La oleada democratizadora se extendió seguidamente a los restantes países de la región. Sólo en Rumanía adquirió un carácter violento. Se produjeron graves enfrentamientos, con unas dos mil víctimas mortales. Concluyeron con la detención del dictador y su esposa, que fueron fusilados inmediatamente. La Guerra Fría había terminado. 4. EL CASO CHINO China fue un caso aparte. Deng Xiaoping había iniciado en 1978 un amplio programa de reformas políticas y económicas, aunque siempre manteniendo el control total por parte del partido comunista. El resultado fue una mejora de las condiciones de vida. En la primavera de 1989, y ante la visita de Gorbachov a Pekín, se inician unas masivas protestas estudiantiles, con huelgas y manifestaciones exigiendo la liberalización del régimen. El centro de la protesta fue la conocida plaza de Tian'anmen, en la que los concentrados erigieron una versión propia de la estatua de la Libertad. Ante el incremento de los movilizados, finalmente el gobierno aprobó una intervención militar que reprimió duramente las protestas. Las estimaciones sobre el número de víctimas mortales oscilan entre varios centenares y varios miles. La represión gubernamental, sin embargo, no acabó con las reformas. Al contrario, se agudizaron en lo económico, dando lugar al contradictorio régimen actual, comunista estricto en lo político, y capitalista salvaje en lo económico. Otros países también mantuvieron el sistema comunista, ya sea de forma tradicional (como Cuba y Corea del Norte), o al modo chino (como Vietnam, Laos y Camboya). B. EL MUNDO TRAS LA GUERRA FRÍA 1. ¿EL FIN DE LA HISTORIA? El hundimiento del bloque comunista, derribado por los mismos que supuestamente eran sus beneficiarios, supuso el triunfo del modelo occidental caracterizado por democracia, libertades individuales y capitalismo. Una primera consecuencia fue la democratización paulatina de los regímenes autoritarios occidentalistas (por ejemplo, el Chile de Pinochet), el fin del apartheid en Sudáfrica, etc. Un intelectual norteamericano* acuñó en 1989 la expresión «el fin de la Historia»: al acabar el conflicto ideológico de la guerra fría con la victoria y generalización de la democracia, se habían eliminado las posibilidades de nuevos enfrentamientos. Los conflictos entre los individuos y entre los países se resolverían de modo pacífico por medio del diálogo, sin que fueran necesarias ni nuevas ideologías alternativas, ni la guerra como recurso para solucionar las diferencias. * Francis Fukuyama Tema 9 – El mundo actual 62 Esta visión optimista del futuro fue contestada por otro intelectual norteamericano † en 1993, que resumió su teoría con la expresión «el choque de civilizaciones». Sostenía que, tras el fin de la guerra fría, los conflictos se producirían, no por motivos ideológicos y políticos como hasta entonces, sino entre las distintas civilizaciones, ya que cada una de ellas poseía sus propios valores, tradiciones y objetivos. 2. EL AUGE DEL FUNDAMENTALISMO ISLÁMICO La civilización islámica se extiende entre los océanos Atlántico y Pacífico, y engloba a poblaciones de tradiciones étnicas, lingüísticas y culturales muy variadas. Desde principios del siglo XX surgieron en su seno numerosos movimientos políticos laicos y nacionalistas, de signo liberal, socialista, comunista... que progresivamente fueron ocupando el poder en la mayoría de los nuevos estados surgidos de la descolonización. Algunos se alinearon con EEUU o la URSS, otros se mantuvieron no alineados... Con el fin de la guerra fría se produjeron intentos de lograr un mayor protagonismo regional, pero fracasaron (fue el caso de Irak en la Guerra del Golfo). Pero hubo excepciones: Arabia Saudí nació tras la primera guerra mundial como una monarquía absoluta que defendía una interpretación tradicional y rigorista del Islam (wahhabismo). Más tarde, en 1979, el gobierno prooccidental de Irán fue derrocado y sustituido por un régimen basado en una aplicación estricta del Islam, y controlado por el clero chiíta dirigido por Jomeini. A partir de entonces se multiplicaron los movimientos fundamentalistas, que rechazaban la occidentalización de las sociedades islámicas y exigían una vuelta a los valores religiosos y tradicionales. También llamados yihadistas, dirigían sus esfuerzos a derribar los regímenes laicos que se habían generalizado en el mundo musulmán, y provocaron auténticas guerras civiles (FIS en Argelia, talibanes en Afganistán, Hamás en Palestina...). A finales del siglo XX algunos grupos islámicos crearon Al Qaeda, una organización descentralizada liderada por Bin Laden, que decidió dirigir sus tácticas terroristas directamente contra Occidente. Su mayor éxito fue el ataque contra las torres gemelas de Nueva York (11 de septiembre de 2001), que causó unas tres mil muertes. También fueron significativos los atentados de Madrid (11 de marzo de 2004) y Londres (7 de julio de 2005). Sin embargo, la mayor ía de las víctimas provocadas poe sus acciones proceden de las propias sociedades musulmanas, a las que ataca con tácticas similares. 3. LOS CONFLICTOS QUE PERSISTEN El conflicto árabe-israelí. Es uno de los más antiguos ya que se originó con la inmigración judía a Palestina desde principios del siglo XX (sionismo). Tras la segunda guerra mundial la ONU aprobó la división de Palestina en dos estados, árabe y judío. Sin embargo, los países vecinos lo rechazaron y atacaron a Israel. Pero fueron derrotados: el estado judío pervivió (engrandecido por la guerra), y la Palestina árabe fue ocupada por Egipto y Jordania. La dinámica de la guerra fría convirtió a Israel en un estrecho aliado de EEUU, lo que le permitió vencer ante los ataques que sufrió en diversas ocasiones, y ocupar toda Palestina. Actualmente, y a pesar de que los palestinos disponen de una cierta autonomía, y se mantienen conversaciones para una paz futura, los israelíes continúan colonizando territorios árabes. Las guerras de la antigua Yugoslavia. La descomposición de Yugoslavia tras el fin de la guerra fría se explica por lo reciente y artificial del país, creado tras la primera guerra mundial. A las diferentes etnias que lo habitaban les separaba la historia, la cultura, la lengua, la religión..., y el predominio tradicional servio provocaba animadversión entre las otras poblaciones. A partir de 1991 estalló una durísima guerra, que fue especialmente sangrienta en Bosnia-Herzegovina. El resultado actual es su fragmentación en siete países (por ahora). Los populismos latinoamericanos. El fin de la guerra fría supuso una democratización de América latina, por la presión de la población, y porque EEUU ya no necesitaba apoyarse en dictaduras occidentalistas que combatieran la insurgencia comunista. Fueron más habituales las alternancias políticas pacíficas: triunfo de la derecha en México (2000), y de la izquierda en Brasil (2003). Pero más tarde algunos gobiernos populistas alteraron el funcionamiento de la democracia. Fue el caso de Fujimori en Perú y, más tarde, de los bolivarianos de Chávez en Venezuela, y sus émulos en otros países. † Samuel Huntington. Tema 9 – El mundo actual 63 4. UNA ECONOMÍA EN EXPANSIÓN... Y EN CRISIS Los años finales del siglo XX coincidieron con un considerable crecimiento económico. En el antiguo bloque comunista se restableció la economía de mercado, e incluso muchos de los países comunistas subsistentes abandonaron los principios de la economía planificada y controlada por el estado. Los mayores índices de crecimiento económico los obtenían los países de desarrollo reciente: los llamados dragones del Pacífico (Corea del Sur, Taiwan, Hong Kong y Singapur), junto con los llamados países emergentes, que poseen unas dimensiones y potenciales muy superiores (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). En cambio, la tendencia al estancamiento se observaba entre los países desarrollados, especialmente en Japón y en Europa. Esta situación comenzó a alterarse profundamente en 2008, con el inicio de la crisis económica actual. En su origen influyeron diversos fenómenos: el encarecimiento de las materias primas, el excesivo endeudamiento (de los particulares, de las empresas y de los estados), la consiguiente crisis financiera, las medidas no siempre acertadas que se tomaron para combatirla... Sus efectos se dejaron sentir sobre todo en los países ricos, provocando una gran recesión. Sus manifestaciones fueron muy variadas, dependiendo de las características de la economía de cada país: la deuda descomunal de Grecia o Islandia, el paro descontrolado de España, etc. En cambio, los países en desarrollo o subdesarrollados fueron menos afectados por la crisis (por ahora). C. LOS GRANDES CAMBIOS DEL SIGLO XX 1. EN LO IDEOLÓGICO: SECULARIZACIÓN Una de las características de las sociedades humanas a lo largo de la historia ha sido el peso de lo religioso, que establece principios y valores básicos, comúnmente aceptados (aunque en ocasiones no se lleven a la práctica). Desde los inicios de la edad contemporánea tomaron fuerza planteamientos secularizadores, que querían reducir la influencia de lo religioso en la vida social, en un grado variable: desde el aconfesionalismo, hasta el ateísmo militante. Este proceso se aceleró considerablemente en el siglo XX, especialmente desde los años 60, en relación con diversos cambios culturales: contestación juvenil, liberación sexual, cultura hippy... En consecuencia se produjo una notable pérdida de influencia de las iglesias tradicionales europeas (catolicismo, protestantismo...), y por tanto una menor presencia social. El fenómeno fue más limitado o inexistente en el resto del mundo, tanto en los países desarrollados como subdesarrollados. Además, esta secularización se vio en parte compensada por la difusión de creencias políticas (nacionalismos, marxismo...), culturales (ecologismo, feminismo...) y semirreligiosas (new age...), que actúan en la sociedad de un modo semejante a las religiones a las que en parte sustituyen: constituyen una fe exclusivista (independientemente de que se racionalicen), utilizan un lenguaje propio (las palabras toman significados precisos no compartidos), y crean característicos símbolos y rituales. 2. EN LO SOCIAL: PREDOMINIO DE LAS CLASES MEDIAS Por primera vez en la historia de la humanidad se produjo en los países desarrollados del bloque occidental un predominio numérico de las clases medias, es decir de la población que, tras cubrir sus necesidades básicas, dispone de un remanente que puede invertir en educación superior, ocio, consumo, etc. La causa está en el gran crecimiento económico que se produjo tras la segunda guerra mundial, y en la generalización de las políticas sociales que caracterizan el estado de bienestar, y que garantizan la educación, la sanidad, la jubilación... Y una consecuencia fue que tanto los políticos como los empresarios se centraron principalmente en satisfacer los intereses de estas clases medias. Algunos intelectuales sostienen que la crisis económica de 2008 ha supuesto el fin de este predominio de los sectores medios, por el empeoramiento de las condiciones de vida y por los recortes del Tema 9 – El mundo actual 64 estado de bienestar. Sin embargo no parece que esto sea así: el aumento de las clases medias en los países emergentes es de tal magnitud (incluso durante estos años de la crisis) que, a escala global, compensa ampliamente su reducción en los países desarrollados. 3. EN LO POLÍTICO: DEMOCRACIA. ¿HAY ALTERNATIVAS? A lo largo de la historia el gobierno de los países ha sido tarea de unas élites sociales. Pero en el siglo XX culmina el proceso por el que el conjunto de la población se implica en la vida política. Será mediante instituciones representativas (democracia), o mediante la movilización de las masas por parte de las autoridades (comunismos, fascismos, fundamentalismos, populismos...), pero siempre el conjunto de la sociedad es el referente necesario. Este hecho explica el prestigio actual de la palabra democracia, que ha sido utilizada por sistemas profundamente antidemocráticos (las «democracias populares» de los regímenes comunistas, la «democracia orgánica» de la dictadura franquista...). Tras el fin de la guerra fría pareció que la democracia quedaba victoriosa: sus rivales fascistas y comunistas se habían desplomado sucesivamente. Aparentemente no quedaba ninguna alternativa, y parecía demostrarlo la ola democratizadora que barrió dictaduras por todo el mundo. Sin embargo pronto se hizo patente la resistencia de numerosos regímenes autoritarios, y la aparición de otros nuevos. Aunque se ha mantenido la tendencia democratizadora (recientemente con la llamada primavera árabe), es pronto para juzgar la fortaleza de esta tendencia. En los países desarrollados la democracia está asentada. Pero con el estallido de la crisis económica de 2008 se han visto reforzados los sectores denominados antisistema y por movimientos como el denominado 11M, que rechazan la actual organización de los estados basada en la democracia capitalista. Pero mientras la denuncia que realizan de la situación es clara, las propuestas de alternativas globales al sistema son muy imprecisas (excepto sectores minoritarios que defienden la vuelta a soluciones colectivistas de tipo comunista). 4. EN LO TECNOLÓGICO: SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN La tecnología ha sido clave desde la prehistoria en la vida de las comunidades, como medio de obtener los recursos necesarios para cubrir las necesidades humanas. Sin embargo, las innovaciones tecnológicas se producían con lentitud: una herramienta exitosa (por ejemplo, el arado romano) podía conservarse sin cambios durante siglos enteros. Pero el proceso de renovación se acelera con la revolución industrial, que descubre el valor económico de la invención permanente. Pues bien, en los últimos treinta años se ha iniciado una revolución tecnológica, caracterizada por la generalización del uso de la informática, por el desarrollo de las telecomunicaciones (también generalizadas entre la población), por los avances en nuevos materiales, en biotecnología (médica, industrial, agrícola), etc. Con estos cambios, el conocimiento ha pasado a ser el recurso más valioso de la actividad económica, especialmente para los países desarrollados (sociedad de la información). Por ello los estados potencian las actividades relacionadas con la investigación, desarrollo e innovación (I+D+i). 5. EN LO ECONÓMICO: SOCIEDAD DE CONSUMO La revolución industrial, al multiplicar y abaratar la producción de bienes, posibilitó la aparición de la sociedad de consumo. El alza de los salarios y el posterior estado del bienestar contribuyeron a convertirlo en un fenómeno general en los países desarrollados. El límite, sin embargo, venía dado por las disponibilidades de renta: aunque existían los créditos y el endeudamiento, su uso se relegaba en buena medida a los estados y las empresas, y no a los consumidores finales: se mantenía la tradicional percepción negativa sobre las deudas. Pero a mediados del siglo XX la situación comienza a variar en EEUU. La compra a crédito pasa a ser valorada positivamente: permite aumentar las ventas y, en consecuencia, crece la actividad económica, la contratación de trabajadores y las rentas del trabajo: las deudas podrán ser pagadas, y podrán contraerse otras nuevas. Ha nacido la época del dinero de plástico (la tarjeta de crédito)... Tema 9 – El mundo actual 65 D. ARTE DEL SIGLO XX 1. ARQUITECTURA: DEL FUNCIONALISMO AL POSMODERNISMO Si en el siglo XIX se había generalizado la construcción en hierro, el siglo XX será el del hormigón armado: finas varillas de acero constituyen el alma de postes y vigas de cemento. Los edificios se convierten en estructuras abiertas de las que cuelgan los pisos, las paredes, las escaleras... Se posibilitan así las fachadas de cristal que cierran los edificios: son muros cortina que penden de la estructura. Es una arquitectura funcional: la función determina su forma. Además, se rechazan conscientemente los elementos decorativos superpuestos, comunes en todos los estilos anteriores. La belleza del edificio radica en la simplicidad de sus volúmenes, y en las propias características de los materiales con que está construido. El resultado será el denominado estilo internacional, ya que se rechazan las peculiaridades y tradiciones de cada país. Los dos arquitectos más influyentes en esta nueva arquitectura fueron el norteamericano Frank Lloyd Wright (Casa de la Cascada), y el suizo Le Corbusier (Unidad de Habitación). Esta arquitectura se mantendrá hasta nuestros días, pero en la segunda mitad del siglo provoca cierto cansancio en algunos arquitectos. Es el origen de la arquitectura posmoderna, que parte del funcionalismo pero lo transforma con continuas alusiones a otros estilos, con ornamentaciones originales, etc. Uno de los primeros representantes de esta tendencia fue Philip Johnson (Edificio Sony). 2. LAS VANGUARDIAS HASTA LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL A lo largo de la historia la vigencia de los estilos artísticos se contaba por siglos. Pero su duración se reduce en el siglo XIX, y desaparece en buena medida en el XX. Los artistas se esfuerzan en romper con las tradiciones anteriores, y es la originalidad uno de los aspectos más valorados. En lugar de estilos existen movimientos, grupos, tendencias: es lo que se denomina vanguardias. Podemos agruparlas así: Las «cerebrales»: los artistas analizan y descomponen la realidad, hasta dejarla reducida a meras formas geométricas. En esta tendencia podemos situar al cubismo (Picasso en una de sus numerosas etapas) y al futurismo (Humberto Boccioni). Algunos artistas evolucionarán hacia la abstracción desde estos presupuestos (Piet Mondrian): en sus obras desaparece cualquier referencia a la realidad. Las «viscerales»: los artistas privilegian la expresión de sus emociones (de ahí la denominación de expresionismo). Para ello alteran las formas, y utilizan colores arbitrarios en función de sus intereses. Uno de sus primeros representantes es Edvard Munch, con obras tan conocidas como «El Grito». Algunos artistas evolucionarán desde el expresionismo hacia la abstracción (Kandinsky). Las «oníricas»: la imaginación es decisiva. Los dadaístas (Marcel Duchamp) condenan radicalmente el arte antiguo y contemporáneo, y utilizan todo tipo de objetos y materiales de forma muy original. Los surrealistas (Salvador Dalí) quieren representar el mundo del inconsciente, del instinto, de los sueños; en una palabra de lo irracional que también caracteriza al ser humano. 3. LAS TENDENCIAS DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO Si a principios de siglo el arte de las vanguardias es considerado una rareza, y con frecuencia se le desprecia, tras la segunda guerra mundial ya es un arte consagrado y muy valorado estética y económicamente. De todos modos sigue siendo hasta cierto punto un arte elitista, de minorías cultas. La mayoría de la población prefiere, por lo general, obras más tradicionales. Las tendencias abstractas toman gran importancia y dominan el panorama durante varias décadas. Los expresionistas abstractos (Jackson Pollock) emplean trazos violentos y coloridos, mientras que los partidarios del Op Art (Vasarely), prefieren formas geométricas repetitivas. Tema 9 – El mundo actual 66 La vuelta a la figuración. Desde los años 60 son abundantes los artistas que vuelven a representar la realidad, aunque desde los planteamientos de las vanguardias: no es un mero regreso al pasado. Hay artistas muy personales e inclasificables (Antonio López). Los seguidores del Pop Art (Andy Warhol) se inspiran en la publicidad, en el cómic. De ellos se desgajarán los hiperrealistas (Richard Estes) que pintan laboriosas obras con aspecto de fotografías. Instalaciones e intervenciones. Muchos artistas abandonan las artes tradicionales (pintura, escultura, grabado...) y retoman y desarrollan algunas intuiciones de los viejos dadaístas. Los minimalistas (Robert Morris) reducen sus obras a unos pocos elementos sencillos y repetidos. Los seguidores del arte conceptual (Joseph Kosuth) hacen prevalecer la idea artística sobre su realización material. Los practicantes del Land Art (Robert Smithson) realizan intervenciones efímeras, con frecuencia en la propia naturaleza. Colofón 67 COLOFÓN Apuntes realizados por Javier Martínez, confeccionados con LibreOffice y FreeHand, archivados en formato PDF y puestos a disposición de los interesados en el IES Ródanas de Épila y en http://epilasociales4.blogspot.com.es/ → 2013 ←