estudio bioarqueológico del esqueleto recuperado en la corbeta

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EL NAUFRAGIO DE LA HMS SWIFT (1770)
ARQUEOLOGÍA MARÍTIMA EN LA PATAGONIA
Sección Estudios Especializados: 1 - 26
Programa de Arqueología Subacuática
Instituto Nacional de Antropología (INAPL)
ESTUDIO BIOARQUEOLÓGICO DEL ESQUELETO RECUPERADO EN LA
CORBETA BRITÁNICA DEL SIGLO XVIII HMS SWIFT (PUERTO DESEADO,
SANTA CRUZ, REPÚBLICA ARGENTINA)
G. Barrientos1 2; M. Béguelin1 2; V. Bernal1 2; S. García Guraieb3; G. Ghidini4
División Antropología. Facultad de Ciencias Naturales y Museo (FCNyM). Universidad Nacional de La Plata (UNLP);
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET);
3
Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL);
4
Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
1
2
E-mail: gustavbarrie@yahoo.com.ar
RESUMEN
El objetivo del presente trabajo es reseñar y discutir los resultados del estudio bioarqueológico de los restos
humanos recuperados en el sitio del naufragio de la corbeta británica del siglo XVIII HMS Swift, en la Patagonia
argentina. Los estudios realizados comprendieron: a) observaciones de interés tafonómico (evaluación del
grado de preservación macroestructural y diagénesis de los huesos); b) determinación de características
individuales (sexo, edad, caracteres morfométricos dentales y postcraneales, estatura, proporciones
corporales, lateralidad, rasgos epigenéticos craneofaciales); c) identificación de patologías óseas y dentales;
d) evaluación de la presencia de traumas antemortem y perimortem. Los datos obtenidos permiten concluir
que el esqueleto recuperado posee características compatibles con la procedencia geográfica y el perfil sexual
y etario de los individuos fallecidos en el naufragio, no existiendo evidencias claras de traumas perimortem.
Se destaca la presencia de un conjunto de indicadores que sugieren la evolución de una forma leve de
anemia hemolítica, probablemente β-talasemia menor o intermedia. Finalmente, el estado general de los
huesos corrobora observaciones previas realizadas en otros contextos acerca del potencial de conservación a
largo plazo de los restos óseos depositados, en ambientes submarinos, sobre sustratos blandos, fluidos y con
tasas relativamente altas de sedimentación.
Palabras Clave: HMS Swift, restos humanos, bioarqueología, tafonomía, paleopatología
Introducción
El hallazgo de restos óseos humanos en naufragios
marítimos es un evento relativamente raro (Arnaud et
al. 1980, Cunningham Dobson y Tolson 2010, Kingsley
2008, Mays 2008), por lo que resulta relevante la publicación detallada de cada uno de los casos registrados
con el fin de lograr un mayor conocimiento acerca de
los patrones de variación implicados. En este sentido,
el objetivo de este trabajo es presentar los resultados
del estudio bioarqueológico de los restos humanos recuperados entre los años 2005 y 2006 en el sitio del
naufragio de la corbeta británica del siglo XVIII HMS
Swift (Puerto Deseado, provincia de Santa Cruz, República Argentina).
El caso analizado representa una oportunidad única
de explorar aspectos anatómicos, patológicos, conductuales y tafonómicos vinculados tanto con el contexto
histórico-cultural en el cual se desarrolló parte de la
vida del individuo recuperado (armada británica de la
segunda mitad del siglo XVIII), como con el contexto geográfico-ambiental en el cual se produjo el naufragio (depositación en zona infralitoral profunda en
ambiente estuarino localizado en la parte distal de una
ría patagónica de régimen macromareal; Bastida et al.
este volumen; Islas et al. 2004, Madden et al. 2008).
2
Teniendo esto en cuenta, los estudios realizados estuvieron orientados a la obtención de información referente
al sexo, edad, morfología, patologías, traumas, patrones
de actividad y modificaciones óseas postdepositacionales, para contribuir a objetivos específicos –v.g. evaluación de la información histórica referida a las víctimas
del naufragio (Gower 1803; Elkin 2009, Elkin et al. este
volumen)– y generales, vinculados con el aumento en
el conocimiento de las propiedades del registro bioarqueológico submarino, un problema de creciente interés pero cuya investigación sólo recientemente ha comenzado a ser objeto de sistematización (Mays 2008).
Características del Hallazgo y Definición del
Problema de Investigación
Los restos humanos estudiados, correspondientes a
un esqueleto con un alto grado de articulación e integridad anatómica denominado HMS Swift 1, fueron
recuperados durante dos temporadas de excavación
realizadas en los años 2005 y 2006 (Elkin et al. este
volumen). Los mismos proceden de la cuadrícula H32,
localizada en la zona de popa, en un área correspondiente a la cabina del capitán. El esqueleto yacía en posición decúbito dorsal, con el cráneo apoyando sobre
el lado izquierdo y las órbitas orientadas hacia el este.
El miembro superior derecho se encontraba extendido
y en posición paralela a la columna vertebral, mientras
que el miembro superior izquierdo se encontraba también extendido pero formando un ángulo de aproximadamente 75° con respecto al eje axial. Los fémures se
encontraban semiflexionados y dirigidos hacia arriba,
con las tibias y peronés de ambos miembros apoyando
horizontalmente sobre un instrumento de percusión de
madera, probablemente un tambor. Los huesos de ambos pies se encontraban aun dentro de zapatos de cuero en buen estado de conservación. El tablero de una
mesa de tamaño mediano apoyaba directamente sobre
el cráneo, cuyos huesos se encontraban parcialmente
desarticulados y fracturados (Elkin et al. este volumen).
Aparte de los zapatos con sus correspondientes hebillas, se encontraron junto al esqueleto diversos artefactos tales como fragmentos de tela, 32 botones de peltre
y una hebilla metálica localizada a la altura de la cintura
pélvica (De Rosa et al. 2009, Maier et al. 2010).
En el naufragio de la HMS Swift, ocurrido el 13 de
marzo de 1770 frente a las costas de la actual ciudad
de Puerto Deseado en la Patagonia argentina, murieron
tres de los 91 hombres a bordo: el cocinero Richard
Griffiths, de 30-31 años de edad y los infantes de marina (marines) Robert Rusker y John Ballard, de 21-22
y 23-24 años respectivamente (la imposibilidad de dar,
en cada caso, una edad precisa de muerte se debe al
G. BARRIENTOS ET. AL.
hecho de que la edad registrada en los documentos
existentes y mencionada aquí en primer término, corresponde a la que cada hombre tenía al momento de
ser reclutado en noviembre de 1769, alrededor de cuatro meses antes del naufragio). Uno de los cuerpos, que
apareció flotando al día siguiente del hundimiento, fue
inmediatamente enterrado en la costa. Los otros dos
individuos, cuyos cuerpos nunca fueron recuperados,
fueron informados como desaparecidos (Elkin 2009).
La hipótesis que surge de la documentación histórica es, pues, que el esqueleto recuperado corresponde a
uno de los dos hombres desaparecidos, existiendo dos
tercios de probabilidad de que se trate de un infante
de marina y un tercio de probabilidad de que se trate del cocinero, debido a que no está claro quién fue
enterrado al día siguiente del accidente. Sin embargo,
no puede descartarse la posibilidad de que el esqueleto
corresponda a alguien más debido a que, desde la perspectiva teórico-metodológica sustentada por el proyecto de investigación marco, los documentos escritos son
considerados como fuentes útiles para la generación
de hipótesis pasibles de ser contrastadas arqueológicamente, pero no como contenedores de información
“verdadera” acerca del pasado respecto de la cual el registro arqueológico deba comportarse como mero reflejo o correlato (Dellino 2000, Elkin 2002).
En función de lo expresado precedentemente, el
diseño de investigación bioarqueológica implementado tuvo como objetivo recuperar información útil para
acotar el espectro de posibilidades de identidad del esqueleto en estudio, así como contribuir a problemáticas
más generales tales como aquellas relativas a las condiciones de vida en la armada británica durante la segunda mitad del siglo XVIII (Boston 2008, Guy 1851,
Haycock y Archer 2009, Lavery 1998, Rodger 1986,
Tannahill 1989) y a las modificaciones a largo plazo
experimentadas por los huesos y dientes humanos en
ambientes subacuáticos (marinos o de agua dulce), un
aspecto escasamente conocido pero de creciente interés
en la actualidad (Arnaud et al. 1980, Bell y Elkerton
2008, Cunningham Dobson y Tolson 2010, Haglund
y Sorg 2002, Kingsley 2008, Mays 2008, Rodríguez
1997; Sorg et al. 1997).
Estudio Bioarqueológico de los Restos
1) Acondicionamiento del material
El primer paso del acondicionamiento de los restos
para su posterior estudio, consistió en continuar y concluir el proceso de desalinización de los huesos iniciado por los excavadores inmediatamente después de su
extracción. Para ello, se realizó la inmersión de los huesos en una cubeta con agua destilada, reemplazando el
ESTUDIO BIOARQUEOLÓGICO DEL ESQUELETO RECUPERADO EN LA CORBETA BRITÁNICA...
agua una vez por día durante una semana (Hamilton
1998). Una vez finalizado el proceso, se dejó que los
huesos se secaran a temperatura ambiente en el interior
del laboratorio durante cinco días. Con el fin de posibilitar el estudio de las fracturas craneofaciales orientado
a determinar el origen traumático o postdepositacional
de las mismas, se procedió a realizar el ensamblaje anatómico del cráneo. Para ello se utilizó un pegamento
consistente en 25% de resina de acetato de polivinilo o
PVAC (AYAF/AYAT en proporción 3:1) disuelto en acetona (Peretti y Baxevanis 2004), aplicándolo solamente
sobre las superficies óseas de contacto para posibilitar
su unión. El siguiente paso consistió en realizar el inventario de los restos, siguiendo las recomendaciones
de Buikstra y Ubelaker (1994: 6-8) y Connell (2008:
11-12). Por último, los huesos fueron fotografiados en
forma individual y grupal sobre fondo negro mediante
el uso de una cámara digital Olympus Camedia C-3030
Z con trípode.
2) Observaciones tafonómicas
a) evaluación macroscópica:
Sobre la base del inventario de los restos se calculó
el Índice de Conservación del Esqueleto (ICE= número
de huesos conservados/200 x 100; Campillo y Subirá 2004: 84), que no incluye para su estimación a los
huesos supernumerarios, a los sesamoideos ni a los osículos del oído medio. El valor obtenido fue de 94,5, lo
que indica un muy alto grado de integridad anatómica
(Fig. 1). Los huesos faltantes son falanges (particularmente falangetas de manos y pies), huesos del carpo,
el hioides y vértebras coxígeas, todos ellos elementos
de bajo peso y pequeño tamaño que pudieron haber
migrado en el depósito o, más probablemente, haberse
perdido durante el proceso de excavación debido a las
malas condiciones de visibilidad y a la corriente generada por las mareas que, en el sector de la ría en donde
se encuentran los restos del naufragio, es de alrededor
de 3 nudos (Elkin et al. 2001).
La observación del esqueleto muestra que el estado
de conservación de la superficie cortical y de la macroestructura de los huesos es muy bueno. El estado de
la superficie cortical corresponde al grado 1 del sistema
de registro estandarizado implementado por el Centre
for Human Bioarchaeology del Museo de Londres (i.e.
“superficie del hueso en buenas condiciones, sin erosión, con detalles superficiales finos –si existen– observables a simple vista”; Connell 2008: 9, la traducción es
nuestra). Con excepción de algunos huesos del cráneo,
la totalidad de los elementos se encontraban completos,
sin fracturas ni fisuras. Asimismo, todos los elementos se comportaron en forma resistente a las fuerzas de
compresión y tracción durante su manipulación. Estos
3
dos hechos indican una muy buena conservación de los
distintos componentes estructurales del hueso, ya que
la resistencia a la deformación y la rigidez dependen del
estado de la fase inorgánica, mientras que la tenacidad
o resistencia a la fractura depende del estado de la fase
orgánica (Nyman et al. 2006). Adicionalmente puede
señalarse que, durante el proceso de extracción con un
torno eléctrico y una broca de papel de esmeril de una
muestra de la diáfisis de un fémur para la obtención
de ADN, se observó que el hueso se comportaba muy
Figura 1. Individuo HMS Swif 1. Obsérvese el alto grado de integridad anatómica del esqueleto.
4
resistente al corte, despidiendo un fuerte olor a materia
orgánica. Según la escala de clasificación de las características organolépticas del hueso desarrollada por Rodríguez Suárez (2005: 1003) para evaluar el estado de
diagénesis ósea, al fémur de HMS Swift 1 le correspondería un valor de 1, indicando así la probable ausencia
de alteración diagenética significativa.
En relación con la coloración, la mayoría de los huesos posee la típica tonalidad clara, aunque algunos poseen variaciones significativas respecto de este patrón.
En particular, se observa una coloración oscura en los
extremos distales del cúbito y del radio, en los huesos del carpo, en algunos metarcarpianos y falanges del
miembro superior izquierdo, aquel cuyo extremo distal
se encontraba separado del tronco (Fig. 2). Los dibujos
en planta realizados durante la excavación no indican
la presencia de algún elemento en contacto directo con
estos huesos, por lo que no puede proporcionarse una
clara explicación de esta modificación de color. El quinto distal de las tibias y peronés de ambas extremidades
inferiores, así como la totalidad de los huesos de los
pies, presentan una tonalidad general castaño rojiza,
compatible con una tinción producida por el contacto directo con el cuero de los zapatos que los cubrían
(Figs. 3 y 4). En el resto del esqueleto, distribuidas en
G. BARRIENTOS ET. AL.
forma ubicua pero particularmente en la cintura escapular y en el extremo proximal de ambos húmeros, se
encuentran zonas de coloración rojiza (Fig. 5). A partir
de los restos de textiles (lana) adheridos a lambas escápulas, fuertemente pigmentados de color rojo, pudo
determinarse la presencia de los cromóforos alizarina y
Figura 4. Zapato recuperado en la temporada 2005 (primer hallazgo), dentro del cual pueden observarse huesos articulados de
un pie de HMS Swift 1.
Figura 2. Vista parcial del miembro superior izquierdo de HMS
Swift 1 en la cual puede observarse el cambio de coloración de los
extremos distales del cúbito y del radio, carpianos, metacarpianos
y falanges.
Figura 3. Vista parcial de los miembros inferiores de HMS Swift
1 en la cual puede observarse el cambio de coloración en el quinto
distal de ambas tibias y peronés y en la totalidad de los huesos de
los pies.
Figura 5. Cintura escapular y húmero derechos de HMS Swift
1. Se pueden apreciar restos de un textil adheridos a la cara interna de la escápula, así como la coloración rojiza en parte de los
huesos.
ESTUDIO BIOARQUEOLÓGICO DEL ESQUELETO RECUPERADO EN LA CORBETA BRITÁNICA...
purpurina (Maier et al. 2010, este volumen), probablemente responsables de la tinción de los huesos.
Sobre la superficie de los huesos, aparte de los restos de lana coloreada adheridos a las escápulas arriba
mencionados y de aquellos otros de lana no pigmentada localizados sobre el frontal (Maier et al. 2010), no
se detectaron adherencias o incrustaciones orgánicas
(biofouling).
Como ya fuera mencionado, los restos craneofaciales se encontraban parcialmente desarticulados y fracturados, habiéndose constatado que el tablero de una
mesa de madera se encontraba apoyado sobre ellos.
Con el fin de establecer si las fracturas correspondían
a un trauma perimortem o a procesos postdepositacionales, se realizó un estudio de la morfología y distribución de las mismas, antes y después de proceder al
ensamblaje anatómico del cráneo. Las observaciones se
realizaron siguiendo los criterios y recomendaciones
generales de Lovell (2008) y Rogers (1992). Las fracturas registradas en la bóveda son de tipo lineal (Fig.
6), que generalmente constituyen alrededor del 70%
de todas las fracturas que se localizan en los cráneos
humanos (Rogers 1992). Las mismas son tanto completas como incompletas, afectando a ambos parietales
y al occipital. Las fracturas faciales, también de tipo lineal, no se corresponden, en cuanto a su distribución,
con las fracturas traumáticas típicas definidas por R. Le
5
Fort en 1901 (Lovell 2008) (Fig. 7). En el caso de HMS
Swift 1, tanto el tipo como la dirección y distribución
de las fracturas registradas sugieren el origen postdepositacional de las mismas. La causa más probable de las
fracturas es la presión de los sedimentos sobre el cráneo
de un individuo joven, progresivamente debilitado desde un punto de vista estructural, debido a la tendencia
a la separación de los huesos a nivel de las suturas no
sinostosadas. No se registran claras evidencias de traumas perimortem pasibles de ser vinculados con las condiciones que rodearon a la muerte del sujeto.
Figura 7. Comparación de las fracturas faciales de HMS Swift 1
(líneas verdes) con las fracturas Le Fort I, II y III (líneas rojas).
b) evaluación radiográfica:
Se obtuvieron imágenes radiográficas de la mayor
parte de los huesos del esqueleto. Debido al buen estado de conservación de los restos, se aplicó una técnica
radiológica médica estándar en lo referente a los parámetros de exposición y película empleados, realizándose ajustes sobre la base de prueba y error (Davis 2005).
No se observaron alteraciones atribuibles a la acción
de factores postdepositacionales. El tejido trabecular
de los huesos examinados mostró un excelente estado de conservación, no encontrándose evidencias de
sedimentos radiopacos en el interior de las cavidades
medulares.
Figura 6. Distribución de las fracturas presentes en el cráneo de
HMS Swift 1.
c) evaluación densitométrica:
Con el fin de evaluar la posible pérdida ósea por
causas postdepositacionales o diagenéticas, se efectuó
un examen de densitometría ósea, también llamada absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA), mediante el uso de un densitómetro Hologic Discovery
A (S/N 70816). Se escanearon las vértebras lumbares,
6
G. BARRIENTOS ET. AL.
el extremo proximal de ambos fémures y el extremo
distal de ambos radios, simulándose con materiales
apropiados el volumen de las regiones anatómicas analizadas. En todos los casos, los valores estimados de
densidad mineral ósea (BMD, por sus siglas en inglés)
resultaron normales –de acuerdo con la clasificación de
la Organización Mundial de la Salud (OMS) (Bonnick
2004, The Writing Group for the International Society
for Clinical Densitometry Position Development Conference 2004)– en relación con los esperados para un
individuo masculino entre 20 y 29 años de edad (base
de datos Hologic para columna lumbar y radio distal y
NHANES III para fémur proximal; Bonnick 2004, Galich 2006), indicando así una mínima o nula alteración
postdepositacional (Tabla 1).
nóstico. Particularmente, se consideraron los rasgos
y los criterios propuestos por Phenice (1969) para la
región subpúbica (i.e. ángulo de la concavidad subpúbica, presencia/ausencia de arco ventral y de la cresta de la rama isquiopúbica) y por Buikstra y Ubelaker
(1994) para otras regiones de la pelvis (i.e. presencia y
grado de expresión del surco preauricular y amplitud
de la escotadura ciática mayor). Los resultados de la
observación macroscópica de la morfología de la pelvis indican que ambos huesos coxales presentan una
escotadura ciática mayor estrecha y profunda (Fig. 8),
característica de los individuos masculinos. En relación
con el surco preauricular, el coxal izquierdo presenta
un surco levemente marcado y estrecho, correspondiendo a la categoría 4 de Buikstra y Ubelaker (1994),
Tabla 1. Valores de densidad mineral ósea (BMD) (g/cm2) para diferentes porciones de elementos
correspondientes a los miembros superior e inferior y a la columna lumbar de HMS Swift 1.
Región Anatómica
Elemento
Porción Escaneada
BMD (g/cm2)
Columna Lumbar
vértebra lumbar 1
vértebra lumbar 2
vértebra lumbar 3
vértebra lumbar 4
total
cuerpo y elem. post.
cuerpo y elem. post.
cuerpo y elem. post.
cuerpo y elem. post.
1,148
1,216
1,194
1,159
1,179
Miembro Superior
radio derecho
1/3 distal
distal media
ultra distal
0,830
0,679
0,587
0,679
1/3 distal
distal media
ultra distal
0,727
0,605
0,564
0,617
cuello
trocánter mayor
intertrocantérea
1,041
0,794
1,182
1,052
0,959
total
radio izquierdo
total
Miembro Inferior
fémur derecho
total
área de Ward
fémur izquierdo
cuello
trocánter mayor
intertrocantérea
total
área de Ward
3) Determinación de características individuales
a) sexo:
Para la determinación del sexo del individuo HMS
Swift 1 se privilegió el análisis morfológico de las estructuras de la pelvis, debido a su reconocido valor diag-
0,999
0,812
1,227
1,072
0,986
característica del sexo masculino. Finalmente, la región
isquiopúbica presenta una clara morfología masculina,
caracterizada por la ausencia del arco ventral y por poseer un ángulo subpúbico estrecho y una rama isquiopúbica ancha (Fig. 9). Las características enumeradas
ESTUDIO BIOARQUEOLÓGICO DEL ESQUELETO RECUPERADO EN LA CORBETA BRITÁNICA...
Figura 8. Fotografía del coxal derecho de HMS Swift 1 en donde
puede apreciarse la morfología de la escotadura ciática mayor y
del área preauricular.
7
por Brooks y Suchey (1990), con la ayuda de moldes
ilustrativos de las seis fases identificadas por estos autores en la secuencia de cambios morfológicos de la sínfisis (France Casting, Fort Collins, Colorado, USA); b)
la superficie auricular del illion, empleando la técnica
propuesta por Lovejoy et al. (1985); c) la unión epifisial
de la clavícula medial (Owings-Webb y Suchey 1985) y
d) el grado de fusión entre los anillos óseos y el cuerpo
vertebral en las vértebras torácicas y lumbares (Albert
y Maples 1995). Ambas sínfisis púbicas corresponden
a un estadio final de la fase II del sistema de Brooks y
Suchey (1990) (Fig. 10), lo cual indica una edad media
de 23,4 ± 3,6 años y un rango (95%) situado entre 19
y 34 años. Las características de ambas superficies auriculares del ilion corresponden a la fase II de Lovejoy
et al. (1985) (Fig. 11), indicando una edad probable
comprendida entre 25 y 29 años. En relación con la
Figura 10. Sínfisis púbica del coxal izquierdo de HMS Swift 1.
Figura 9. Vista lateral del coxal derecho de HMS Swift 1 en donde puede apreciarse la morfología del pubis y el tamaño relativo
del acetábulo respecto de las demás estructuras pélvicas.
permiten concluir, con un alto grado de probabilidad,
que el individuo es de sexo masculino. La observación
de otros rasgos del esqueleto craneal y postcraneal refuerza este diagnóstico.
b) edad:
La estimación de la edad de muerte del individuo
HMS Swift 1 se basó en la observación de: a) la sínfisis
púbica, mediante el empleo de la técnica desarrollada
Figura 11. Superficie auricular y área retroauricular del coxal
izquierdo de HMS Swift 1.
8
G. BARRIENTOS ET. AL.
unión epifisial del extremo medial de ambas clavículas,
las observaciones efectuadas indican que corresponden
al estadio III (unión parcial), sugiriendo una edad de
muerte situada entre los 17 y los 30 años (OwingsWebb y Suchey 1985). Finalmente, el grado de fusión
que presentan los anillos vertebrales al cuerpo vertebral
de las vértebras torácicas y lumbares concuerda con el
estadío III final del sistema de Albert y Maples (1995),
indicando una edad probable de 24 años o más. En
conjunto (Fig. 12), los resultados obtenidos indican
que se trata de un adulto joven (sensu Buikstra y Ubelaker 1994) fallecido en su tercera década de vida, a
una edad situada entre los 25 y los 30 años (zona de
mayor probabilidad).
Método
Sínfisis Púbica
(Brooks y Suchey 1990)
Superficie Auricular del Ilion
Lovejoy et al. 1985)
Clavícula Medial
(Owings-Webb y Suchey1985)
Espina Torácica y Lumbar
(Albert y Maples 1995)
Edad Probable de Muerte (en años)
Figura 12. Distribución de las edades probables de muerte de
HMS Swift 1 estimadas sobre la base de distintos indicadores. En
rosado se indica el área de mayor probabilidad (25-30 años).
c) morfometría dental y postcraneal:
Debido al grado de fracturación y a la separación
de los huesos del cráneo por sus suturas no sinostosadas, no se realizó ningún intento –en esta etapa de las
investigaciones– de realizar un estudio morfométrico
craneofacial. Sin embargo, se obtuvieron una serie de
medidas dentales y del esqueleto postcraneal que serán
referidas a continuación.
El individuo HMS Swift 1 presenta un total de 30
piezas dentales in situ y en oclusión (14 en el maxilar superior y 16 en el maxilar inferior) y dos perdidas
postmortem. (Tabla 2). En el maxilar superior se observan sólo pequeñas facetas de desgaste (grado 1; Scott
1979) en las caras linguales del M1d y en la cara bucal
del M2d. El M2i presenta en la cara bucal una gran faceta, sin exposición de dentina (grado 2; Scott 1979).
En el maxilar inferior los I1id y I2id muestran un desgaste
de grado 2 (Smith 1984), presentando la exposición
de una delgada línea de dentina. Los Cid y Pm1id-2id no
presentan desgaste (grado 1; Smith 1984). Las cúspides mesiales y distales de la cara bucal de los M1 y M2,
tanto izquierdos como derechos, presentan un grado
de desgaste 2 (Scott 1979), con exposiciones de dentina del tamaño de la cabeza de un alfiler, aunque conservan mucho esmalte presente en todo el cuadrante.
Los M3 no presentan desgaste. La evaluación métrica
de la corona de las piezas dentales se realizó mediante
el empleo de medidas de distancia lineal empleando
un calibre de corredera digital Tesa modelo Digit-Cal
capaµsystem, con una precisión de 0,03 mm y una
Tabla 2. Valores de los diámetros mesiodistal y bucolingual de los dientes presentes en los maxilares de HMS Swift 1.
Diente
M
M2d
M1d
PM2d
PM1d
Cd
I2d
I1d
I1i
I2i
Ci
PM1i
PM2i
M1i
M2i
M3i
3d
Maxilar Superior
Diámetro
BL
10,16
10,75
10,58
8,32
8,02
8,10
NM
PPM
6,62
6,44
PPM
7,81
8,27
10,65
10,05
10,91
Diámetro
MD
9,16
10,06
9,87
6,73
6,80
7,77
6,64
8,14
6,61
6,63
6,48
9,86
10,11
9,14
Diente
M3d
M2d
M1d
PM2d
PM1d
Cd
I2d
I1d
I1i
I2i
Ci
PM1i
PM2i
M1i
M2i
M3i
Maxilar Inferior
Diámetro
BL
9,69
9,82
9,95
NM
NM
NM
NM
NM
NM
NM
NM
NM
7,65
9,69
9,66
9,90
Referencias: NM= no medible por la presencia cálculo dental; PPM= perdido postmortem.
Diámetro MD
10,13
10,58
9,76
6,69
NM
6,83
6,00
5,25
5,26
5,94
6,60
6,94
6,79
10,29
10,48
10,49
9
ESTUDIO BIOARQUEOLÓGICO DEL ESQUELETO RECUPERADO EN LA CORBETA BRITÁNICA...
resolución de 0,01 mm. Las medidas relevadas fueron:
el diámetro mesiodistal (definido como el ancho máximo de la corona en el plano mesiodistal; Mayhall 2000)
y el diámetro bucolingual (definido como el diámetro
máximo del diente medido perpendicularmente al primero; Goose 1963) (Tabla 2).
Como ya fuera mencionado, el esqueleto postcraneal del individuo HMS Swift 1 se encuentra en un muy
buen estado de preservación, por lo que sus elementos
pudieron ser medidos en forma confiable. Se tomaron
diversas medidas de los huesos largos de acuerdo con
las definiciones y recomendaciones de Martin y Saller
(1957) y Buikstra y Ubelaker (1994) y de la columna
vertebral siguiendo la propuesta de Raxter et al. (2006).
Las mediciones fueron realizadas, según los casos, mediante el empleo de tabla osteométrica, calibre de corredera y cinta métrica. Los valores obtenidos para las
diversas variables medidas se encuentran detallados en
la Tabla 3.
d) estatura:
Para la estimación de la estatura se empleó el método anatómico (Fully 1956; Raxter et al. 2006), consistente la sumatoria de las alturas y longitudes de todos
los elementos óseos que contribuyen a la talla de un
individuo, con las debidas correcciones para dar cuenta
de la contribución de otros tejidos. Debido al estado
de fragmentación del cráneo, la medición empírica de
la altura de esta unidad anatómica se reemplazó con el
valor promedio de esta variable en poblaciones nórdicas europeas, calculado a partir de los datos de Howells
(1973). Una segunda estimación de la talla se realizó
mediante el uso de la ecuación de Trotter y Glesser
(1958) para la longitud máxima del fémur, que toma
como referencia una muestra de estadounidenses de
ascendencia europea. Según el método anatómico, la
talla del individuo HMS Swift 1 sería de 166,94 cm y
según la ecuación para la longitud del fémur de 167,43
cm. La similitud entre los dos resultados indica que
Tabla 3. Valores de las variables métricas postcraneales medidas en el esqueleto HMS Swift 1.
Variables por Elemento Óseo
Derecho Izquierdo
Húmero
Longitud máxima
Longitud fisiológica
Ancho epicondilar
Diámetro vertical de la cabeza
Diámetro máximo diáfisis
Diámetro mínimo diáfisis
Circunferencia mínima
313,00
306,00
60,00
48,36
22,40
19,32
71,00
314,00
308,00
58,00
48,70
20,88
18,46
68,00
Radio
Longitud máxima
Diámetro sagital
Diámetro transversal
Circunferencia mínima
246,00
12,86
16,30
44,00
242,00
12,72
14,82
43,00
Cúbito
Longitud máxima
Diámetro anteroposterior
Diámetro mediolateral
Longitud fisiológica
Circunferencia mínima
257,00
15,14
14,94
222,00
40,00
257,00
15,96
14,96
221,00
40,00
Clavícula
Longitud máxima
Diámetro anterior
Diámetro superior
Circunferencia diáfisis
155,00
12,46
11,42
41,00
159,00
13,42
10,06
39,00
Fémur
Longitud máxima
Longitud fisiológica
Ancho epicondilar
Diámetro máximo cabeza
Diámetro sagital subtrocantérico
451,00
446,00
81,00
46,80
26,68
451,00
445,00
81,00
46,82
27,50
Variables por Elemento Óseo
Diámetro transversal subtrocantérico
Diámetro sagital diáfisis
Diámetro transversal diáfisis
Circunferencia mínima
Derecho Izquierdo
27,94
29,40
24,64
87,00
30,94
28,52
24,50
84,00
Tibia
Longitud
Ancho máx epífisis proximal
Ancho máx epífisis distal
Diámetro máx diáfisis en foramen
Diámetro transversal diáfisis en foramen
Circunferencia en foramen
Circunferencia mínima
381,00
75,00
54,00
36,72
23,00
98,00
76,00
371,00
76,00
55,00
35,78
21,74
95,00
76,00
Peroné
Longitud máxima
Diámetro máximo
Circunferencia mínima
370,00
15,40
36,00
375,00
16,44
40,00
Escápula
Altura
Ancho
Altura glenoidea
Ancho glenoidea
166,00
108,00
41,78
27,80
166,00
106,00
41,50
27,36
Sacro
Longitud anterior
Ancho antero superior
Diámetro transverso base
89,50
112,00
48,00
Coxal
Altura
Ancho
215,00
164,00
215,00
216,00
165,00
216,00
10
G. BARRIENTOS ET. AL.
este individuo presenta unas proporciones corporales
afines a las de la población utilizada por Trotter y Glesser (1958) para construir su ecuación. La estatura estimada para HMS Swift 1 es coherente con los valores de
talla conocidos para la población británica de mediados del siglo XVIII (Komlos 1993, Komlos y Cinnirella
2005). En efecto, resulta superior a la media de los soldados ingleses de la cohorte nacida entre 1735 y 1740
(165,9), pero inferior a la media de los convictos del
mismo grupo de edad y nacionalidad (170,2), siendo
cercana a la media de la población masculina británica
(incluyendo Irlanda y Escocia) de ese período (167,6)
(Tabla 4).
Tabla 4. Estaturas medias de soldados y convictos de
origen británico (discriminados por país de origen)
correspondientes a la cohorte nacida entre 1735 y 1740
(Komlos y Cinnirella 2005).
País de Origen
Inglaterra
Irlanda
Escocia
Promedio
Soldados
165,90
167,90
163,60
165,80
Convictos
170,20
168,70
169,30
169,40
Promedio
168,05
168,30
166,45
167,60
e) proporciones corporales:
Distintas evidencias indican que la forma corporal
posee un fuerte control genético y una plasticidad fenotípica limitada, encontrándose correlacionada con
el clima (Holliday y Falsetti 1999, Ruff 1991, Stringer
y Gamble 1996). Para la evaluación de las proporciones entre los distintos segmentos de cada miembro, se
calcularon los índices braquial y crural. El cálculo del
índice braquial se efectuó a través del cociente entre la
longitud máxima del radio y la longitud máxima del
húmero, mientras que el índice crural se calculó mediante el cociente entre la longitud de la tibia y la longitud máxima del fémur (Steele y Bramblet 1989). En
ambos casos, los cálculos se realizaron sobre los valores
correspondientes a los huesos del lado izquierdo. El
valor calculado para el índice braquial es 77,07 y para
el índice crural 82,26. La comparación con los datos
proporcionados por Holliday (2006) y Cartmill et al.
(2009) para distintas poblaciones (Fig. 13), muestra
que el índice braquial de HMS Swift 1 se encuentra por
debajo y por fuera del espectro de variación (1 DS) de
la población sudafricana nativa, cercano al límite inferior de los norafricanos y africanos subsaharianos y
cercano al límite superior de europeos y esquimales.
Figura 13. Distribución de los valores de los índices braquial y crural (Media ± 1 D.S.) estimados para diferentes
poblaciones. Las líneas de puntos superpuestas representan el valor de ambos índices estimados para HMS Swift 1.
ESTUDIO BIOARQUEOLÓGICO DEL ESQUELETO RECUPERADO EN LA CORBETA BRITÁNICA...
Las menores diferencias respecto de las medias de cada
grupo se verifican respecto de los africanos subsaharianos (Holliday 2006) y de los norafricanos (Cartmill
et al. 2009) (-1,53). El índice crural de HMS Swift 1,
por su parte, se encuentra por debajo y por fuera del
espectro de variación (1 DS) de los norafricanos, sudafricanos y africanos subsaharianos, cercano al límite
superior de los esquimales y muy cerca de la media de
los europeos. En efecto, las menores diferencias entre
el valor del índice de HMS Swift 1y las medias de cada
grupo se verifican en relación con ambas muestras europeas: -044 (Holliday 2006) y -0,64 (Cartmill et al.
2009). Dentro del grupo europeo, la mayor afinidad
a nivel del índice crural se da con los belgas (Fig. 14;
Stringer y Gamble 1996), observándose también una
gran similitud en el valor de este índice con los estadounidenses caucásicos, de ascendencia mayormente
británica.
11
espacial y temporal fino), mientras que la otra mano
realiza tareas de baja frecuencia, tales como sostener un
objeto. En lugar de considerar a una como la “dominante’’, el modelo CDR reconoce que ambas manos tienen papeles diferentes, pero igualmente importantes.
Los diestros, que constituyen entre el 80 y el 90% de
una población, se definen así como los individuos que
prefieren adoptar el rol de alta frecuencia con la mano
derecha y el de baja frecuencia con la mano izquierda.
Esta dicotomía de roles, vinculada con la lateralización
de las funciones cerebrales, parece emerger entre los
siete y los trece meses de edad, encontrándose bien establecida hacia los tres años, aunque sus determinantes
genéticos no resultan aun del todo conocidos (Bishop
1990, Uomini 2009). Existe una considerable literatura
referida al grado en el que la lateralidad se manifiesta a
nivel óseo y acerca del modo de cuantificarla (ver discusión en Faulkner et al. 1995, Glassman y Bass 1986,
Figura 14. Valor del índice crural de HMS Swift 1 comparado con los valores medios del mismo índice
estimado para diferentes poblaciones.
f) lateralidad:
En los humanos modernos, a diferencia de la mayor
parte de los primates, los patrones de uso de las manos
pueden ser caracterizados como de diferenciación de
roles complementarios (CDR) (Uomini 2009). Según
este modelo, una mano ejecuta tareas de alta frecuencia (i.e. aquellas que requieren un grado de resolución
Steele y Uomini 2005). En nuestro estudio, partiendo
de la premisa de que el estrés por actividad produce
una respuesta adaptativa de los huesos (v.g. incremento
de la longitud, robustez y densidad mineral ósea) del
lado que realiza las tareas de alta frecuencia y que tal
respuesta debería manifestarse como asimetrías en diferentes dimensiones de elementos pareados, se evalua-
12
G. BARRIENTOS ET. AL.
ron diferencias bilaterales en un conjunto de variables
métricas registradas en elementos del miembro superior (n= 24) e inferior (n= 21) (ver Tabla 3) y en los
valores de BMD (g/cm2) de radio distal y fémur proximal (ver Tabla 1). Los cálculos se realizaron mediante
la fórmula Asimetría Ósea (AO)= Σ (D-I)/n, donde D es
el valor de la variable para el hueso del lado derecho, I
el valor de la variable para el hueso del lado izquierdo
y n la cantidad de variables empleadas. Los resultados
obtenidos (Tabla 5) indican que, en el miembro superior, existe una marcada asimetría entre los elementos
óseos de cada lado a favor del derecho, rasgo que no
se verifica tan claramente en el miembro inferior –si
bien se observa también una ligera asimetría a favor del
lado derecho–, lo cual permite inferir que HMS Swift 1
era diestro. Las diferencias bilaterales observadas, sin
embargo, no resultan de gran magnitud, lo cual sugiere
que el individuo las desarrolló a partir de la realización
de actividades cotidianas de carácter no especializado.
muestran que, de un total de 24 rasgos epigenéticos, el
cráneo de HMS Swift 1 sólo presenta cuatro: metopismo, canal condilar (expresión bilateral), foramen mastoideo (expresión bilateral) y exostosis auditiva externa
(expresión unilateral izquierda). Ni el canal condilar
ni el foramen mastoideo presentan frecuencias altas en
la población británica (Hanihara e Ishida 2001a). El
metopismo, en cambio, es un rasgo que es más común
en Europa que en otras regiones del mundo, siendo su
frecuencia particularmente alta en Gran Bretaña (≈13%;
Hanihara e Ishida 2001b). La exostosis auditiva posee
una prevalencia uniformemente baja a nivel mundial,
con excepción del Nuevo Mundo y de Polinesia. Su
frecuencia en la población británica es menor al 1%
(Hanihara e Ishida 2001c).
4) Patologías
Para la búsqueda y detección de las patologías
Tabla 5. Asimetría a nivel morfométrico y densitométrico de los miembros inferiores y superiores de HMS Swift 1.
Datos
Morfometría Postcraneal
Miembro Superior
Miembro Inferior
n Variables
Asimetría Ósea
Unidades
24
21
0,498
0,073
cm
cm
1
1
0,266
0,042
g/cm2
g/cm2
Densitometría Ósea
Miembro Superior
Miembro Inferior
g) rasgos epigenéticos craneofaciales:
Los rasgos epigeneticos craneofaciales consisten en
huesos suturales, persistencias de suturas no sinostosadas, forámenes y canales accesorios, procesos y tubérculos de carácter no patológico. Estos rasgos no se
heredan en forma Mendeliana, sino que están controlados por múltiples genes con efectos aditivos, estando
su manifestación fenotípica determinada por factores
ambientales y umbrales fisiológicos relacionados con
el desarrollo (Grüneberg 1951, Hauser y De Stefano
1989, Sjøvold 1973). Diferentes estudios muestran que
muchos de estos rasgos poseen altos valores de heredabilidad, aunque su frecuencia difiere entre grupos
(Richtsmeier y McGrath 1986), por lo que constituyen
buenos marcadores morfológicos para medir distancias
interpoblacionales. Para la determinación de los rasgos
no métricos craneofaciales del individuo HMS Swift
1, se utilizó el conjunto seleccionado por Buikstra y
Ubelaker (1994) con sus correspondientes definiciones. Todas las variables relevadas, excepto el metopismo, son bilaterales. Los resultados obtenidos (Tabla 6)
según su localización se siguió, en lo fundamental,
la clasificación presente en el sistema de registro estandarizado implementado por el Centre for Human
Bioarchaeology del Museo de Londres (Powers 2008).
Los criterios visuales y radiográficos para su reconocimiento y descripción provinieron de múltiples fuentes. Los resultados obtenidos (Tabla 7), muestran que
el individuo HMS Swift 1 posee evidencias positivas
para trastornos de la columna (probable escoliosis),
enfermedades carenciales (hiperostosis porótica; ver,
sin embargo, la discusión más adelante acerca de la
probable causa genética de esta condición), enfermedades metabólicas (pérdida selectiva de trabeculación
horizontal en los cuerpos de vértebras torácicas), enfermedades dentales (caries interproximales y oclusales), enfermedades de los tejidos de sostén dental (cálculo, periodontitis, retracción de la cresta alveolar) y
anomalías de la oclusión (retrognatismo). A continuación, se describirá cada una de las condiciones patológicas detectadas.
13
ESTUDIO BIOARQUEOLÓGICO DEL ESQUELETO RECUPERADO EN LA CORBETA BRITÁNICA...
Tabla 6. Rasgos epigenéticos (Buikstra y Ubelaker 1994) relevados en el cráneo de HMS Swift 1.
Rasgos Epigenéticos
Lateralidad
Izquierda
Metopísmo
Escotadura Supraorbitaria
Foramen Supraorbitaria
Sutura Infraorbitaria
Foramen Supraorbitario Múltiple
Foramen Cigomático facial
Foramen Parietal
Hueso epiptérico
Huesecillo coronal
Hueso Bregmático
Huesecillo Sagital
Hueso Apical
Huesecillo Lambdoide
Hueso Asteriónico
Huesecillo Escotadura Occipito Mastoidea
Hueso de Escotadura Parietal
Hueso Inca
Canal Condilar
Canal Hipogloso doble
Foramen Oval incompleto
Foramen Espinoso incompleto
Puente Pterigo Espinoso
Puente Pterigo Alar
Exostosis Auditiva
Foramen Mastoide
Protuberancia Mandibular
Espina Troclear
Derecha
1
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
1
0
0
0
0
0
1
1
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
1
0
0
0
0
0
0
1
0
0
Referencias: 0= ausencia del rasgo; 1= presencia del rasgo
a) trastornos de la columna vertebral:
La columna es recta en el plano coronal, mientras
que en el plano sagital se observan una serie de curvas
de naturaleza fisiológica que son normales, siempre que
se mantengan dentro de ciertos límites. Muchos desórdenes de la columna sólo son observables en individuos
adultos debido a la finalización del período de osificación y a la mayor influencia de traumas o de estrés
funcional (Barnes 1994). Algunos de estos trastornos,
sin embargo, se desarrollan antes de la adultez, entre
los que se encuentra la escoliosis. El término escoliosis
designa a la existencia de una o más curvaturas laterales anormales de la columna vertebral (Aufderheide y
Rodríguez-Martín 1998), que pueden ser no estructuradas (reversibles) o estructuradas (no reversibles). En
el primer caso, existe una alteración de la alineación en
el plano coronal, flexible y sin compromiso de la morfología de los cuerpos vertebrales mientras que, en el
segundo, el trastorno adquiere un carácter tridimensio-
nal debido a la rotación de los cuerpos vertebrales, que
trae aparejadas también alteraciones de la estructura y
forma de las vértebras (v.g. vértebras en “cuña”) y de las
costillas (Dalton 2006). Las causas de las escoliosis no
estructuradas comprenden, entre otras, problemas posturales, alteraciones secundarias a procesos inflamatorios (v.g. irritación de una raíz nerviosa), contracturas y
dismetría de las extremidades. En cambio, las causas de
las escoliosis estructurales comprenden, principalmente, factores genéticos, alteraciones congénitas (v.g. anomalías vertebrales), neuropatías (v.g. parálisis cerebral,
degeneración espinocerebelosa, traumatismos, tumores
medulares), disrafismos espinales (meningocele, mieloma) y problemas del desarrollo (displasias y disostosis
esqueléticas). Desde un punto de vista clínico, las escoliosis se definen como deformidades de la columna de
más de 10º en el plano frontal (ángulo de Cobb) (Kim et
al. 2010). Las desviaciones menores de 10º se consideran normales, afectando hasta un 10% de la población.
14
G. BARRIENTOS ET. AL.
Tabla 7. Presencia-ausencia de patologías óseas y dentales relevadas en HMS Swift 1.
Clase de Patologías según su Localización
Manifestación
Observaciones
A- Esqueleto Craneal y Postcraneal
1 Anomalías Congénitas y del Desarrollo
Malformaciones craneales
0
Trastornos de la columna vertebral
1
Anomalías de las extremidades
0
2 Enfermedades Infecciosas
Infección no específica
Infecciones específicas
0
0
4 Enfermedades Articulares
Enfermedades articulares espinales
Enfermedades articulares extra-espinales
0
0
Leve escoliosis dorsal izquierda, con curva
secundaria compensatoria a nivel lumbar.
Rasgos presentes: asimetría del arco neural
y del proceso vertebral; torsion horizontal
del cuerpo vertebral mostrando desviación
respecto del plano medio. Diagnóstico a partir
de observación visual y radiográfica.
5 Enfermedades Metabólicas y Nutricionales
Enfermedades carenciales
1
Hiperostosis porótica en parietal, sin
manifestación externa discernible. Detección
radiográfica (“pelos de punta” o “hair-on-end”).
Trastornos metabólicos
1
Pérdida selectiva de trabeculado horizontal
en la parte media del cuerpo de las vértebras
torácicas.
6 Enfermedades Endócrinas
Trastornos de la hipófisis
Trastornos de las glándulas paratiroides
Trastornos de la tiroides
0
0
0
7 Enfermedad Neoplásica
Ósea
Cartilaginosa
Otras
0
0
0
8 Enfermedades Circulatorias
Osteocondrosis
Osteonecrosis
Osteoartropatía hipertrófica
0
0
0
9 Otras Enfermedades
Enfermedad de Paget ósea
0
Hiperostosis frontal interna (HFI)/síndrome de
Morgagni
0
espondilolisis y espondilolistesis
lesiones endocraneales
0
0
ESTUDIO BIOARQUEOLÓGICO DEL ESQUELETO RECUPERADO EN LA CORBETA BRITÁNICA...
15
(Tabla 7. continuación)
Clase de Patologías según su Localización
Manifestación
Observaciones
Caries
1
Tres caries afectando al 10% de los dientes
presentes: 2 caries incipientes sobre cara
mesial de PM2d y cara mesial de M1i; 1 caries
oclusal en M2d.
Hipoplasia del esmalte dental
Pérdidas dentales antemortem (PAM)
0
0
B- Dentales/Orales
1 Dentales
2 Enfermedades de los Tejidos de Sostén
Cálculo
1
Cantidades pequeñas y moderadas (grados 1
y 2; Brothwell 1981) en ambos maxilares.
Periodontitis
1
Leve porosidad del tejido periodontal,
particularmente en el maxilar inferior.
Lesiones periapicales/abscesos
0
Retracción de la cresta alveolar
1
3 Anomalías Dentales
Rotación
Apiñamiento
Impactación
Apiñamiento
Transposición
0
0
0
0
0
4 Anomalías de la Oclusión
Prognatismo
Retrognatismo
0
1
Leve retracción en ambos maxilares,
particularmente a nivel de los molares.
Referencias: 0= ausencia; 1= presencia
La curva escoliótica está compuesta por: a) curva
estructural, mayor o primaria, delimitada por vértebras
límite (transicionales) superior e inferior; b) curvas
compensadoras (secundarias), proximal y distal a las
vértebras transicionales; c) vértebra apical que muestra la máxima rotación y acuñamiento, constituyendo
el centro de la curva principal. La dirección de la curva
(derecha o izquierda) se determina por la localización
de la parte convexa de la misma (Kim et al. 2010). En
el caso de HMS Swift 1, el examen visual y radiográfico
de las vértebras (Fig. 15) permitió identificar un conjunto de modificaciones consistentes en asimetría del
arco neural y de los procesos vertebrales en las regiones
torácica y lumbar y torsión horizontal del cuerpo vertebral, mostrando desviación respecto del plano medio
en ambas regiones. A partir de la evaluación del patrón
de rotación de los cuerpos vertebrales, puede establecerse que la probable vértebra apical sería la sexta torácica (convexidad hacia la izquierda), aunque no se
Figura 15. Radiografía en norma superior de vértebras cervicales, torácicas y lumbares en donde puede apreciarse las diferentes
orientaciones de la apófisis espinosas y la rotación de los cuerpos
vertebrales, particularmente entre T4 y T9.
16
observa un acuñamiento apreciable en la misma, lo que
sugiere una manifestación leve de la condición. La torsión evidente en las vértebras lumbares (Fig. 16) estaría
en relación con una curva compensadora o secundaria
(Pope 2003).
Figura 16. Radiografía en norma posterior de la columna lumbar mostrando el desplazamiento lateral derecho de las apófisis
espinosas (línea de puntos roja) respecto del plano sagital (línea
continua verde).
b) enfermedades carenciales:
Constituyen trastornos orgánicos producidos por la
ausencia o disminución de sustancias esenciales específicas, tales como las vitaminas (v.g. beriberi, escorbuto, pelagra, raquitismo), los minerales (v.g. ferropenia
o deficiencia de hierro) o los aminoácidos. La carencia
puede estar determinada por un déficit nutricional o
por problemas de absorción o de síntesis de una determinada sustancia esencial (Aufderheide y RodríguezMartín 1998, Ortner 2003). Un cierto número de estas
patologías posee manifestaciones a nivel óseo, aunque
con pocos rasgos verdaderamente patognomónicos
(i.e. signos propios y exclusivos de una determinada
entidad patológica), por lo que en muchas situaciones resulta difícil realizar un diagnóstico diferencial
adecuado. En el individuo HMS Swift 1 se detectó,
mediante observación radiográfica, una anomalía en
la dirección de las trabéculas de los parietales denominada “pelos de punta” o “hair-on-end” y una disminución del espesor de la tabla externa (Fig. 17). Estos
son dos de los rasgos –junto con la expansión de la
diploe y la existencia de micro o macroporosidad en la
superficie ósea– característicos de la condición denominada hiperostosis porótica (Stuart-Macadam 1987).
La etiología de la hiperostosis porótica es controvertida
(Walker et al. 2009), aunque entre las causas propuestas se incluyen las anemias hemolíticas congénitas (talasemia, anemia falciforme) (Davies 2009, Orzincolo
et al. 1989), deficiencia severa de hierro o enfermedad
cardíaca cianótica (Hollar 2001, Walor et al. 2005),
G. BARRIENTOS ET. AL.
neutropenia congénita severa (Albert et al. 2007), anemia megaloblástica (Walker et al. 2009), escorbuto
(Brickley e Ives 2006) y raquitismo (Ortner y Mays
1998). HMS Swift 1 no posee manifestaciones externas
discernibles de hiperostosis porótica bajo la forma de
lesiones porosas indicativas de un estado activo o en
remisión de la enfermedad de origen, por lo que resulta difícil establecer un claro diagnóstico diferencial.
Sin embargo, el escorbuto como causa probable de
los signos radiológicos observados puede descartarse
en este caso debido a que, según algunos estudios, la
porosidad inducida por esta deficiencia de vitamina C
se encuentra limitada a la tabla externa del hueso, sin
ocasionar la formación del característico patrón de “pelos de punta” (Vercellotti et al. 2010). La posible causa
genética de esta condición –vinculada con una forma
leve de anemia hemolítica, probablemente β-talasemia
menor o intermedia–, será discutida más adelante en
relación con otro tipo de evidencia.
Figura 17. Imagen radiográfica normal (A) e invertida (B) de la
calvaria de HMS Swift 1 en norma lateral derecha, mostrando el
patrón de distribución trabecular del temporal en “pelos de punta” (hair-on-end).
ESTUDIO BIOARQUEOLÓGICO DEL ESQUELETO RECUPERADO EN LA CORBETA BRITÁNICA...
c) enfermedades metabólicas:
Las enfermedades metabólicas a nivel óseo se encuentran vinculadas con diversos factores de naturaleza
genética, ambiental, biomecánica y hormonal (Clowes
y Eastell 2000). Uno de los trastornos metabólicos más
frecuentes del hueso es la osteoporosis, una enfermedad crónica y de desarrollo lento, caracterizada por
una reducción de la masa y de la integridad de la microarquitectura ósea (Aufderheide y Rodríguez-Martín
1998, Clowes y Eastell 2000; González Macías 2004a,
Sundaram 2009). En el individuo HMS Swift 1, los estudios densitométricos realizados indican ausencia, a
nivel del extremo distal del radio, del extremo proximal del fémur y de la columna lumbar, de pérdida de
densidad mineral ósea –un indicador de osteopenia y
de osteoporosis (González Macías 2004b) (Tabla 1). Sin
embargo, el estudio radiográfico de la columna torácica
indica la presencia, en la mayoría de las vértebras de
esta región, de una pérdida selectiva de la trabeculación
horizontal en los cuerpos vertebrales, particularmente
en su parte media (Fig. 18), lo que constituye un rasgo
característico de la osteoporosis (Bohndorf et al. 2001;
González Macías 2004a, Ordás Calvo et al. 2000, Sundaram 2009). Adicionalmente, se observa una morfología ligeramente bicóncava, en especial entre T3 y T6,
una mayor radiopacidad relativa de los bordes (Fig. 18)
y probables nódulos de Schmorl entre T8 y T12 (Fig.
19), lo cual refuerza este diagnóstico (Aquerreta Beola
2010, Singer 2006).
d) enfermedades dentales:
La caries dental puede ser definida como la destrucción focalizada del esmalte, la dentina y el cemento,
que se manifiesta como una cavidad en la corona o
en la raíz del diente, resultante de la acción del ácido
producido por las bacterias de la placa dental (Hillson
1996). El registro de las caries se realizó siguiendo las
recomendaciones de Hillson (2001). El individuo HMS
Swift 1 presenta un total de 3 caries que afectan al 10%
de los dientes presentes. Dos de las caries corresponden a lesiones incipientes: una de ellas localizada sobre
la cara mesial del PM2d y la otra sobre la cara mesial del
M1i. Un pequeño hoyo carioso se encuentra localizado
sobre la superficie occlusal del M2d (Fig. 19).
e) enfermedades de los tejidos de sostén dental:
El registro de la presencia y grado de acumulación
del cálculo dental (i.e. placa mineralizada), se realizó siguiendo la codificación propuesta por Brothwell
(1981). Se observó la depositación de cálculo dental
en cantidades pequeñas y moderadas (grados 1 y 2,
respectivamente) en ambos maxilares (Figs. 20 y 21).
En el maxilar superior se encuentra presente la depositación de pequeñas cantidades de cálculo en las caras
17
Figura 18. Imagen radiográfica en norma lateral derecha de
una porción de la columna torácica en la cual se aprecia la pérdida de trabeculación horizontal en la parte media de los cuerpos
vertebrales, una morfología ligeramente bicóncava de los cuerpos
entre T3 y T6 y una mayor radiopacidad relativa de los bordes.
Figura 19. Probables nódulos de Schmorl sobre la superficie craneal de los cuerpos de cinco vértebras torácicas (T8 a T12).
bucal y lingual del PM1i, en la cara distal del PM2i, en
la cara bucal del M2i. En las caras bucal mesial y distal del M1i se observaron cantidades moderadas. El I2d
presenta en su cara bucal cantidades moderadas y en
la cara mesial pequeñas cantidades. En la cara bucal
del PM2d y del M1d se observaron moderadas cantidades. Los M2y3d no presentan acumulación de cálculo.
18
En el maxilar inferior se observó un gran depósito en
las caras bucal y lingual de los cuatro incisivos y los dos
caninos. En cambio, los PM1di, PM2d y M1d y M2i presentan moderadas cantidades de cálculo. Los M1i, M2d, M3i,
PM2i presentan pequeñas cantidades y en el M3d no se
observó la presencia de este indicador.
Se observa una leve porosidad en los bordes alveolares, tanto en el maxilar superior como en el inferior, así
como por arriba de casi la totalidad de los dientes del
maxilar superior (Figs. 21 y 22). Asimismo, se registró
la presencia de retracción de la cresta alveolar en ambos
maxilares (Fig. 21). Ambas condiciones son compatibles con la existencia de enfermedad periodontal leve,
probablemente vinculada con la extensiva acumulación
de cálculo dental observada.
Figura 20. Vista de la hemimandíbula derecha de HMS Swift 1
en la cual puede apreciarse un hoyo carioso en la superficie oclusal de M2, cálculo dental en el cuello del mismo diente y alteraciones periodontales consistentes en retracción de la cresta alveolar,
labiación y porosidad.
Figura 21. Vista de la región facial inferior izquierda de HMS
Swift 1 en la cual se observa el marcado retrognatismo mandibular, la acumulación de cálculo, la retracción alveolar y la presencia de porosidad en ambos maxilares, particularmente notoria a
la altura de PM1 y PM2.
G. BARRIENTOS ET. AL.
f) anomalías de la oclusión:
El término “oclusión” se refiere al alineamiento de
los dientes y al modo en que los dientes superiores e
inferiores establecen contacto entre sí en la mordida.
Las variaciones anormales de la oclusión, generalmente
de origen hereditario –aunque existen causas congénitas–, se denominan maloclusiones, existiendo tres tipos
básicos: a) maloclusión Clase I, que es la más común
y se produce cuando la mordida es normal, pero hay
dientes apiñados o mal ubicados; b) maloclusión Clase
II, llamada retrognatismo mandibular o sobremordida, que se presenta cuando la mandíbula y los dientes
superiores se sobreponen a los dientes inferiores y a
la mandíbula; c) maloclusión Clase III, llamada prognatismo o submordida, que ocurre cuando la mandíbula protruye hacia adelante y los dientes inferiores se
extienden por encima de los dientes superiores (Dale
y Dale 2006). El individuo HMS Swift 1 exhibe una
maloclusión de Clase II, en la cual los incisivos superiores cubren más de un tercio de los inferiores (Figs.
21 y 22). Actualmente, los valores de prevalencia de
este rasgo a escala mundial (por población o subgrupo
poblacional) son: egipcios (21%), libaneses (19,1%),
británicos (16,1%), estadounidenses de origen europeo
(16%), indios (9,6%) y suecos (3%) (Saleh 1999). No
se dispone de datos para la población inglesa del siglo
XVIII, aunque es posible que los valores de prevalencia
hayan sido aun mayores a los actuales debido a que el
retrognatismo se encuentra entre los tipos de alteraciones de la morfología craneofacial vinculados con el síndrome del alcoholismo fetal inducido por el consumo
Figura 22. Vista anterior de ambos maxilares de HMS Swift 1
en la cual puede observarse el retrognatismo mandibular y las
alteraciones periodontales.
ESTUDIO BIOARQUEOLÓGICO DEL ESQUELETO RECUPERADO EN LA CORBETA BRITÁNICA...
materno durante el embarazo, una causa demostrada
de morfogénesis anormal que pudo haber aumentado
significativamente su frecuencia durante la llamada
“Epidemia de Ginebra” que afectó a Inglaterra entre las
décadas de 1720 y 1750 (Warner y Rosett 1975).
5) Traumas
Las observaciones en busca de lesiones de origen
traumático se realizaron siguiendo los criterios y recomendaciones generales de Lovell (2008). Como ya fuera mencionado, la totalidad de las fracturas registradas
a nivel craneofacial pueden ser consideradas un efecto
de procesos postdepositacionales y no como lesiones
traumáticas. La única evidencia de un probable trauma
corresponde a una incrustación metálica localizada en
la parte superior del tercio distal de la diáfisis del peroné derecho (Fig. 23). Luego de obtener imágenes fotográficas y radiográficas del área afectada, se procedió
a extraer la pieza metálica, cuya superficie presentaba
signos de corrosión. La incrustación era mayormente
superficial, dejando apenas una muy ligera marca sobre
el hueso luego de su extracción. El estudio elemental
efectuado sobre el fragmento metálico indicó la presen-
Figura 23. Imagen fotográfica (A) y radiográfica (B) del tercio
distal de la diáfisis del peroné derecho en las cuales se puede observar una incrustación metálica consistente en una aleación de
plomo (Pb), estaño (Sn) y antimonio (Sb).
19
cia de plomo (Pb), estaño (Sn) y antimonio (Sb) ( Elkin
com. pers.). Esa combinación de elementos es frecuente en diversos artefactos (Kalpakjian et al. 2002), tales como tipos de imprenta, recubrimiento de cables,
película metálica para capacitores, tuberías para el
transporte de ácidos, álcalis y otros líquidos agresivos,
soldaditos de plomo y, significativamente, munición de
diverso tipo (Meng y Chen 2006). En efecto, la mayoría
de las empresas fabricantes de munición utilizan en la
actualidad una aleación de 2% Sn, 6-8% Sb y 90-92%
Pb (The Bullet Works, Inc. 2010), ya que el antimonio confiere mayor dureza al proyectil, mientras que el
estaño evita la acumulación de plomo en el cañón del
arma. Debido a los múltiples usos de esta aleación y a
la falta de información completa acerca de la composición de los proyectiles lanzados por las armas de fuego
en el siglo XVIII, no puede inferirse que la incrustación localizada en el peroné derecho de HMS Swift 1
corresponda a un fragmento o esquirla de proyectil –y
consecuentemente sea causa de una lesión traumática–,
aunque esta posibilidad no puede ser descartada.
Discusión
Como fuera expresado en las primeras secciones de
este trabajo, la investigación bioarqueológica desarrollada estuvo orientada a obtener información útil para
el establecimiento de la probable identidad del esqueleto en estudio, así como contribuir a la discusión de problemáticas más generales tales como las condiciones de
vida en Inglaterra y en la armada británica durante la
segunda mitad del siglo XVIII y las alteraciones postdepositacionales experimentadas por los huesos y dientes
humanos en ambientes submarinos.
En relación con el primer objetivo, los datos obtenidos permiten excluir, con un grado razonable de confianza, la posibilidad de que el esqueleto HMS Swift 1
corresponda a alguien distinto de los individuos que
los documentos históricos señalan como las víctimas
del naufragio. El sexo y la edad probable de muerte
estimados (masculino, 25 a 30 años) coinciden con el
sexo y la distribución de las edades (21-22, 23-24 y
30-31 años) de los fallecidos. Asimismo, la estatura,
las proporciones corporales (índice crural) y la presencia de ciertos rasgos morfológicos (metopismo, maloclusión de Clase II o retrognatismo), son compatibles
–o por lo menos no contradictorios– con un lugar
de origen situado en las Islas Británicas. Respecto de
la identidad del esqueleto, la combinación de rasgos
diagnósticos de la edad permite considerar que ésta corresponde probablemente a John Ballard (23-24 años)
o a Richard Griffiths (30-31 años), infante de marina y
cocinero respectivamente. En efecto, las edades crono-
20
G. BARRIENTOS ET. AL.
lógicas de tales individuos se ubican cercanas los límites inferior y superior de la zona de mayor probabilidad
establecida para la edad ósea de HMS Swift 1 (Fig. 24).
Evidencia circunstancial de carácter no bioarqueológico, tal como la naturaleza de los materiales asociados
en forma directa al esqueleto –botones, hebillas, tejido
de lana teñido con pigmentos vegetales rojos (Maier et
al. 2010, este volumen)– permiten considerar a John
Ballard como el individuo probablemente representado por el esqueleto recuperado, ya que los elementos
mencionados son compatibles con los esperados para
un uniforme de infante de marina de la época (Elkin et
al. este volumen).
Método
Sínfisis Púbica
(Brooks y Suchey 1990)
Superficie Auricular del Ilion
Lovejoy et al. 1985)
Clavícula Medial
(Owings-Webb y Suchey1985)
Espina Torácica y Lumbar
(Albert y Maples 1995)
Edad Probable de Muerte (en años)
Figura 24. Distribución de las edades probables de muerte de
HMS Swift 1, estimadas sobre la base de distintos indicadores
óseos (en rosado), comparadas con las edades cronológicas correspondientes a los individuos fallecidos en el naufragio (en gris).
Respecto de las condiciones de vida en la sociedad
inglesa de la segunda mitad del siglo XVIII –principalmente en el medio rural, ya que los hombres fallecidos
en el trágico accidente provendrían de pequeñas aldeas
situadas en el este y sur del país (condados de Suffolk
y Sussex; Elkin et al. este volumen)–, el esqueleto analizado permite establecer que el crecimiento y el desarrollo del individuo HMS Swift 1 fue adecuado, a juzgar
por los datos referidos a la talla promedio en Inglaterra
y en otras partes de las Islas Británicas y a la ausencia de
evidencias acerca de trastornos nutricionales o infecciosos significativos. En este contexto, la presencia de
signos radiográficos de hiperostosis porótica resulta difícil de interpretar en un esqueleto con tales características. Sin embargo cabe destacar que, en la actualidad,
la etiología más aceptada para dar cuenta de la mayor
parte de los casos con hiperostosis porótica registrados
en esqueletos antiguos –la anemia por deficiencia de
hierro– está siendo seriamente cuestionada (Walker et
al. 2009). Otras condiciones tales como las anemias
hemolíticas hereditarias (i.e. talasemia y anemia falci-
forme) y las anemias megaloblásticas vinculadas con
deficiencias nutricionales (dietas vegetarianas pobres
en vitamina B12) son consideradas causas más eficientes para producir la hipertrofia medular vinculada con
las modificaciones óseas implicadas en la hiperostosis
porótica. Las características generales de HMS Swift 1,
particularmente su grado de robusticidad ósea y el estado de calcificación de sus huesos (con excepción de
la columna torácica), no apoyarían el origen nutricional de la hiperostosis porótica registrada. Si se descarta
a la anemia megaloblástica, resulta necesario explorar
la posibilidad de que la causa probable sea algún tipo
de anemia hemolítica. En la actualidad, las mayores
prevalencias de talasemia y anemia falciforme en Gran
Bretaña se verifican en subgrupos de la población constituídos por migrantes, o descendientes de migrantes,
procedentes de países en los cuales la malaria es endémica, siendo muy baja la prevalencia de tales entidades
patológicas entre los habitantes de ancestría local (Hickman et al. 1999: 862, Tablas 1 y 2). Sin embargo, se
sabe que la malaria –conocida con el nombre de “ague”,
“fiebre de los pantanos” o “fiebre intermitente”– fue endémica en Inglaterra, particularmente entre el siglo XV
y mediados del siglo XX (Dobson 1999, Reiter 2000),
por lo que la prevalencia de anemias hemolíticas, sobre todo de la talasemia, pudo haber sido mayor en
el pasado. Las áreas de mayor endemismo de malaria
fueron las áreas costeras y las zonas pantanosas cercanas a los estuarios del sudeste de la isla (Dobson 1999,
Reiter 2000), precisamente de donde provendrían los
infantes de marina que perecieron en el naufragio. En
este contexto, resulta relevante observar que una de las
variantes de la talasemia, la β-talasemia, se encuentra
asociada con ciertas formas leves a moderadas de escoliosis (Korovessis et al. 1996, Papanastasiou et al. 2002)
y osteoporosis vertebral (Rowe y Yochum 2005), rasgos
que se encuentran presentes en HMS Swift 1. En consecuencia, se propone como hipótesis que el individuo
analizado habría padecido alguna forma de β-talasemia
–la menor o la intermedia– que, sin ocasionar los síntomas clínicos severos de la forma de peor prognosis
–la β-talasemia mayor–, son capaces de producir una
amplia variedad de manifestaciones a nivel músculoesquelético, entre las que se cuentan la escoliosis y osteoporosis vertebral (Rowe y Yochum 2005: 1432).
En relación con la vida en la armada, no existen claras evidencias óseas o dentales que reflejen aspectos de
la actividad desarrollada por HMS Swift 1 en ese entorno. La única excepción sería el fragmento metálico
incrustado superficialmente en su peroné derecho, que
podría representar una esquirla de proyectil, aunque
esto no es en absoluto seguro. Como muestran los documentos existentes, la incorporación de los infantes
de marina a la dotación de la corbeta HMS Swift ocurrió
ESTUDIO BIOARQUEOLÓGICO DEL ESQUELETO RECUPERADO EN LA CORBETA BRITÁNICA...
en noviembre de 1769 (Elkin et al. este volumen), poco
más de cuatro meses antes del naufragio. Ignoramos si
esta fue la primera experiencia en las fuerzas armadas
del individuo representado por HMS Swift 1, pero ciertamente debido a su juventud es poco probable que
haya desarrollado estrés ocupacional y patológico del
tipo y la extensión registrada por Boston et al. (2008) en
su estudio de 107 esqueletos de veteranos de la armada
del período 1749-1856 excavados en el Royal Hospital
de Greenwich, entre los cuales las fracturas, infecciones, amputaciones, enfermedades articulares y lesiones
vinculadas con el escorbuto resultan frecuentes.
Finalmente, la información de interés tafonómico
extraída del análisis del esqueleto muestra que, en el
ambiente de depositación de los restos del naufragio
–consistente en un depósito sedimentario con alto contenido de limo y arcilla, pobre en oxígeno y rico en
materia orgánica y carbonato de calcio (Bastida et al.
este volumen)–, la conservación a largo plazo de los
tejidos duros es muy buena, al menos en términos macroestructurales (para una reseña de posibles cambios
microestructurales sufridos por los huesos en este tipo
de ambientes, ver Bell y Elkerton 2008). Esto es concordante con lo observado en otros sitios de naufragio
localizados sobre sustratos blandos, fluidos y con tasas
relativamente altas de sedimentación, tales como los
del Mary Rose (1545), Vasa (1628), Kronan (1676) y
La Belle (1686) (Cunningham Dobson y Tolson 2010,
Kingsley 2008, Mays 2008). En los naufragios depositados sobre sustratos duros o arenosos, las chances de
preservación a largo plazo se reducen dramáticamente, como lo muestran los casos del HMS Swan (1653),
(Dartmouth 1690), HMS Pandora (1779) y HMS Orient
(1798) (Cunningham Dobson y Tolson 2010, Kingsley
2008). Experimentos realizados en este tipo de ambientes muestran que, después de sólo 52 semanas, los
huesos humanos exhiben una considerable pérdida de
estabilidad estructural debido a la precipitación de fosfatos, lo cual después se ve agravado por el biofouling
(Gregory 1995). Una excepción a este patrón sería el
caso del HMS Victory (1744), recientemente descubierto en el Canal de la Mancha, en donde la muy buena
preservación de un conjunto de restos humanos resulta
sorprendente en función del contexto ambiental en el
que éstos se encuentran (Cunningham Dobson y Tolson 2010).
21
serie de cuestiones vinculadas con el contexto histórico-cultural en el cual se desarrolló la vida del individuo
recuperado y con el contexto geográfico-ambiental en
el cual se produjo el naufragio. Las etapas futuras de la
investigación consistirán en refinar aspectos vinculados
con el diagnóstico diferencial de las patologías observadas, así como realizar una serie de estudios complementarios a partir de muestras óseas y de calcos (v.g.
análisis de isótopos estables del C, N, O y Sr, morfometría craneofacial) con el fin de maximizar la obtención
de información biológica relevante. Este aspecto resulta
crítico debido a la imposibilidad de acceder nuevamente a los restos, ya que éstos fueron enterrados –con honores militares– en el Cementerio Británico de la Ciudad de Buenos Aires en marzo de 2007. Todo intento
de profundizar en el estudio de este caso resultará de
suma importancia para el conocimiento de aspectos
vinculados con la historia y arqueología de la navegación a escala mundial y para el avance del campo relativamente nuevo de la bioarqueología submarina.
Agradecimientos
A la Dra. Dolores Elkin por su amable invitación a
participar de la fascinante investigación del naufragio
de la HMS Swift, un tema bastante alejado de nuestra
experiencia cotidiana pero que resultó enormemente
instructivo. A la Dra. Paula González y al Lic. Mariano
Del Papa por su colaboración en la determinación del
sexo y de los rasgos epigenéticos craneofaciales, respectivamente. Al director y personal del Instituto de
Investigaciones Metabólicas (IDIM) por facilitarnos la
obtención de radiografías y determinaciones de densidad mineral ósea. Al Sr. Uriel Sokolowics por la fotografía del esqueleto completo representada en la Figura
1 y a los miembros del proyecto PROAS-INAPL por su
apoyo durante la realización de esta investigación.
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Swift resultan sumamente ilustrativos respecto de una
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