GPC sobre el manejo de los lípidos como factor de riesgo cardiovascular. Pregunta Nº 1 PREGUNTA CLÍNICA Nº 1 ¿QUÉ TABLA DE RCV ES LA MÁS ADECUADA PARA EMPLEAR EN POBLACIÓN GENERAL EN NUESTRO ENTORNO? ¿CUÁL DEBE SER EL PUNTO DE CORTE A PARTIR DEL CUÁL RECOMENDAR LA INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA? Fecha de edición: Noviembre 2014 RESUMEN 1. Introducción. El cálculo del riesgo cardiovascular es la estrategia mayoritariamente aceptada para tomar decisiones de prevención primaria en pacientes sin antecedentes de enfermedad cardiovascular. En la versión anterior de la guía se hacían las siguientes recomendaciones: Se recomienda utilizar tablas adaptadas y validadas a la población del estado español (Grado B). En pacientes sin enfermedad cardiovascular, se recomienda utilizar las tablas del proyecto REGICOR en el cálculo del riesgo coronario (Grado C). No debe calcularse el riesgo coronario según las tablas del proyecto REGICOR en pacientes mayores de 74 años, ni ante la presencia de enfermedad vascular establecida, hipercolesterolemia familiar, dislipemias genéticas o en situaciones en las que la cifra de colesterol total sean >320 mg/dl o c-LDL > 240 mg/dl. Grado de recomendación (Consenso). En los resultados de los análisis clínicos, se debe de evitar la referencia a unas cifras de colesterol deseables o a rangos de normalidad en las cifras de lípidos, ya que la relevancia de éstas dependerá de las situaciones particulares de los pacientes, como son la presencia de enfermedad cardiovascular, hipercolesterolemia familiar, hiperlipidemia familiar combinada, antecedentes familiares de enfermedad o de mortalidad cardiovascular prematura o, en ausencia de éstos, del riesgo coronario de los pacientes. Grado de recomendación (Consenso). 2. Resumen respuesta en GPC base. En población en prevención primaria de la enfermedad CV se debe hacer una estimación del riesgo mediante la utilización de ecuaciones de cálculo de riesgo. 3. Resumen de la evidencia. ¿Qué tabla de RCV es la más adecuada para emplear en prevención primaria en nuestro entorno? Hay consenso a nivel internacional de que la mejor estrategia para acercarse al riesgo CV de la población sin enfermedad cardiovascular es la estimación del mismo mediante la aplicación de ecuaciones de cálculo de riesgo (1). Hay, sin embargo, poca evidencia sobre la validez de las tablas de riesgo para la prevención de la enfermedad cardiovascular, aunque la estrategia de identificar a pacientes de alto riesgo mediante el empleo de ecuaciones de riesgo validadas seguido de intervenciones intensivas sobre los factores de riesgo mediante cambios en el estilo de vida, parecen mostrar potencial en la disminución de la mortalidad cardiovascular y en la incidencia de eventos cardiovasculares (2). 1 GPC sobre el manejo de los lípidos como factor de riesgo cardiovascular. Pregunta Nº 1 A nivel del estado español se han venido utilizando principalmente tres de ellas: Framinghan, REGICOR y SCORE. Las tablas de Framinghan sobreestiman el RCV en poblaciones con bajo riesgo cardiovascular (3), por lo que no deberían emplearse en países como el nuestro que se encuentra entre los países que presentan las tasas de morbimortalidad por cardiopatía isquémica más bajas de Europa (4). En cuanto a SCORE, cabe señalar que en los estudios de cohortes utilizados en la elaboración de esta función de riesgo, la cohorte española aportó solo un 6,1% en el desarrollo de las tablas para países de bajo riesgo y un 2,8% del total. SCORE no presenta tablas específicas para diabéticos considerando a estos como pacientes con un riesgo similar a los de prevención secundaria, extremo este no apoyado por la evidencia científica actualmente disponible (5;6). La estimación del riesgo se ha calculado para pacientes entre 45 y 64 años, por lo que no pueden aplicarse a población mayor de esta edad, e incluso a partir de los 60 años el riesgo que estima podría ser superior a Framingham (7). Y por último, señalar que no es una tabla validada en nuestro medio. La función del proyecto REGICOR tiene un estudio de validación en población española (estudio VERIFICA) (8), que ha conseguido adaptar y validar la función de Framinghan a nuestra realidad epidemiológica y demostró predecir bien la tasa de eventos coronarios a los 5 años. Su puede aplicar en un rango etario más amplio, ya que el estudio incluyó personas de 35 a 74 años. La publicación del estudio de Marrugat y col. publicado en 2011 (9), diseñado para estudiar la distribución poblacional de riesgo CV de una cohorte seguida durante 10 años y analizar la validez, calibración y la discriminación de la función de REGICOR, corrobora los hallazgos del estudio VERIFICA. El grupo redactor de la guía ha optado por recomendar la utilización de la función de REGICOR para el cálculo del riesgo coronario, como ya se hizo en la anterior versión de la guía. ¿Cuál debe ser el punto de corte a partir del cual recomendar la intervención terapéutica? En la actualización de esta guía, el grupo revisor ha considerado adoptar los niveles de riesgo propuestos por Marrugat y cols. aceptando los niveles de corte, pero manteniendo la denominación de la anterior (<5%, que indicaría muy bajo riesgo; 5-9,9%, que indicaría bajo riesgo; 10-14,9%, que indicaría riesgo moderado, y 15%, que incluiría a los de alto riesgo). Teniendo en cuenta los estudios en prevención primaria, seguimos considerando el 10% como el punto de corte a partir del cual indicar la realización de intervención farmacológica (previa actuación sobre otros factores de riesgo) para reducir los eventos cardiovasculares, ya que disminuir este dintel implicaría tratar a una gran parte de la población en la cual el beneficio de la intervención farmacológica no está claramente establecido. Respecto al riesgo cardiovascular de las personas con diabetes, consultar la pregunta nº13. 4. De la evidencia a la recomendación. Balance beneficios y riesgos, opinión de los pacientes, recursos, balance de las consecuencias: No es conocido el beneficio de aplicar una ecuación de riesgo para la estratificación de pacientes sin enfermedad cardiovascular en la reducción de eventos cardiovasculares, aunque la evidencia indirecta apunta en el sentido de que la actuación sobre múltiples factores de riesgo disminuye la morbimortalidad cardiovascular. Los beneficios de aplicar una ecuación en el cálculo del riesgo cardiovascular creemos que superan los riesgos e inconvenientes de esta intervención. Respecto a la opinión de los pacientes opinamos que pudiera existir probable incertidumbres y variabilidad en la opinión sobre los desenlaces. Los costes son bajos en relación a los beneficios. Las consecuencias deseadas probablemente superan las consecuencias no deseadas. Razonamiento justificación de la recomendación: Las funciones de riesgo son el mejor instrumento actualmente disponible para detectar a los pacientes de alto riesgo, aunque su rendimiento predictivo a nivel individual es bajo. Estudios de cohortes han demostrado que las ecuaciones de riesgo cuando se aplican a poblaciones similares a aquellas a partir de cuales se han elaborado, predicen con un alto grado de exactitud lo estimado previamente. Recomendación: Se recomienda la utilización de tablas adaptadas y validadas a la población de nuestro entorno epidemiológico. Se recomienda la utilización de la ecuación de riesgo REGICOR en la valoración inicial del riesgo en las personas sin antecedentes de enfermedad cardiovascular. Se recomienda no calcular el riesgo coronario según la ecuación de riesgo REGICOR en personas mayores de 74 años, ni ante la presencia de enfermedad vascular establecida, hipercolesterolemia familiar o dislipemias genéticas 2 GPC sobre el manejo de los lípidos como factor de riesgo cardiovascular. Pregunta Nº 1 Consideraciones para la implementación: Las ecuaciones de riesgo son instrumentos de fácil aplicabilidad, ya que actualmente se disponen de versiones informáticas que realizan el cálculo de forma automática. Factibilidad: No requiere recursos adicionales y su utilización es factible. Evaluación y prioridades para la investigación: - 5. Bibliografía. (1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) (9) Ferket BS, Colkesen EB, Visser JJ, Spronk S, Kraaijenhagen RA, Steyerberg EW, et al. Systematic review of guidelines on cardiovascular risk assessment: Which recommendations should clinicians follow for a cardiovascular health check? 2010;170:27-40. Willis A, Davies M, Yates T, Khunti K. Primary prevention of cardiovascular disease using validated risk scores: a systematic review. J R Soc Med 2012 Aug;105(8):348-56. Marrugat J, D'Agostino R, Sullivan L, Elosua R, Wilson P, Ordovas J, et al. An adaptation of the Framingham coronary heart disease risk function to European Mediterranean areas. J Epidemiol Community Health 2003 Aug;57(8):634-8. Müller-Nordhorn J, Binting S, Roll S, Willich SN. An update on regional variation in cardiovascular mortality within Europe. Eur Heart J 2008 May;29(10):1316-26. Bulugahapitiya U, Siyambalapitiya S, Sithole J, Idris I. Is diabetes a coronary risk equivalent? Systematic review and meta-analysis. 2009;26:142-8. Cano JF, Baena-Diez JM, Franch J, Vila J, Tello S, Sala J, et al. Long-term cardiovascular risk in type 2 diabetic compared with nondiabetic first acute myocardial infarction patients: a population-based cohort study in southern Europe. 2010;33:2004-9. Miguel-Garcia F, Merino-Senovilla A, Montero-Alonso MJ, Garcia-Ortiz A, Sanz-Cantalapiedra R, MaderueloFernandez JA. [Cardiovascular prevention according to CEIPC: a critical appraisal]. Rev Esp Salud Publica 2010 Mar;84(2):185-201. Marrugat J, Subirana I, Com+¡n E, Cabezas C, Vila J, Elosua R, et al. Validity of an adaptation of the Framingham cardiovascular risk function: the VERIFICA Study. J Epidemiol Community Health 2007;61:40-7. Marrugat J, Vila J, Baena-Diez JM, Grau M, Sala J, Ramos R, et al. Validez relativa de la estimación del riesgo cardiovascular a 10 años en una cohorte poblacional del estudio REGICOR. Revista Española de Cardiología 2011;64:385-94. 3