ITINERARIO DE ORACIÓN VOCACIONAL Agosto de 2013-noviembre de 2014 “VIA HUMANITATIS” EL CAMINO VOCACIONAL DE LA HUMANIDAD’ UNDECIMO ESQUEMA junio de 2014 LLAMADOS A LA UNIDAD Guía: Una de las características evidentes del Padre Alberione fue ciertamente la fidelidad a Cristo, a su Evangelio y a la Iglesia, signo visible del amor de Dios que ha puesto su morada entre nosotros. Ser fieles a la Iglesia y a su enseñanza significa optar por la comunión y la condivisión en sintonía con el Evangelio de Jesús. En este tiempo de oración encomendemos al Señor el delicado ministerio del Papa y pidamos, sobre todo para las actividades Paulinas que se realizan en el campo de las Ediciones, el don de la vigilancia para escribir y actuar en plena sintonía con la Iglesia, fieles a la vocación paulina. Canto inicial De la Via Humanitatis Jesús designa a Pedro como su representante visible y le confía todos los fieles y pastores; le concede infalibilidad en su enseñanza; le da autoridad en el servicio, y amor para santificar: «Apacienta mis corderos; apacienta mis ovejas»; y le entrega las llaves del reino de los cielos (cf Jn 21,15-23). Invitación a la plegaria Salmo 148 Alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto. Alabadlo todos sus ángeles; alabadlo todos sus ejércitos. Alabadlo, sol y luna; alabadlo, estrellas lucientes. Alabadlo, espacios celestes y aguas que cuelgan en el cielo. Alaben el nombre del Señor, porque él lo mandó, y existieron. Les dio consistencia perpetua y una ley que no pasará. Alabad al Señor en la tierra, cetáceos y abismos del mar, rayos, granizo, nieve y bruma, viento huracanado que cumple sus órdenes, montes y todas las sierras, árboles frutales y cedros, fieras y animales domésticos, reptiles y pájaros que vuelan. Reyes del orbe y todos los pueblos, principes y jueces del mundo, los jóvenes y también las doncellas, los ancianos junto con los niños, alaben el nombre del Señor, el único nombre sublime. Su majestad sobre el cielo y la tierra; él acrece el vigor de su pueblo. Alabanza de todos sus fieles, de Israel, su pueblo escogido. A la escucha de la Palabra Lectura del santo Evangelio según san Juan (21,15-23) Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dice: «Apacienta mis corderos». Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Él le dice: «Pastorea mis ovejas». Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez: «¿Me quieres?» y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero». Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías y ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras». Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dioss. Dicho esto, añadió: «Sígueme». Pedro, volviéndose, vio que les seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?». Al verlo, Pedro dice a Jesús: «Señor, y este, ¿qué?». Jesús le contesta: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme». Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?». Canon A la escucha del Fundador Ahora bien, ¿cómo se compone la Familia Paulina? No hay que medirla sólo por lo que es por fuera, es decir: este año se añade tal cosa, se ha añadido esa otra cosa o Instituto, o aunque sea «la Unión por las vocaciones», o que sea «la Unión para la Biblia». Lo que importa es considerar que la vida paulina se realiza in Ecclesia, como quiso Jesucristo la Iglesia. Así pues, Jesús quiso 12 Apóstoles. Corresponden a los sacerdotes. Jesucristo quiso 72 discípulos. Corresponden a los Discípulos. Jesús quiso que se llegase a todo el mundo, sí. Y entonces ahí tenemos la misión, el espíritu de la misión a todo el mundo. Jesús quiso que lo sirvieran las piadosas mujeres, con María a la cabeza. Y ahí están las religiosas. Así deben considerarse los Institutos: la Pía Sociedad de San Pablo, la Familia de los Discípulos, los Gabrielinos y los sacerdotes de la «Unión de Jesús Sacerdote» para que el apostolado masculino sea completo, a los que se añade luego la «Unión de los Cooperadores» porque en la Iglesia todos deben Cooperar.[…] Y entonces, he ahí que el Señor ha dispuesto que la mujer estuviese asociada al celo sacerdotal, y de ahí los Institutos femeninos. […] Entonces la asociación del celo de la mujer al celo sacerdotal, en su justa medida, porque todos poseemos la vida sobrenatural por Jesucristo. Por eso: las Hijas de San Pablo, las Pías Discípulas, las hermanas Pastorcitas y las hermanas Apostolinas. […] Oh, la necesidad de las vocaciones. Vocaciones al sacerdocio diocesano, vocaciones al sacerdocio religioso, vocaciones a la vida religiosa laica, a la vita de la religiosa. Y luego la añadidura de las Anunciatinas y la añadidura de los sacerdotes diocesanos, porque no todos pueden vivir en el convento, en la vita religiosa, sino que es necesario ir al pueblo: «Id y predicad». Y vivir pues, los miembros de los Institutos Seculares, es decir, «Jesús Sacerdote», los Gabrielinos y las Anunciatinas, deben permanecer en el mundo y realizar en el mundo el apostolado con los medios del mundo, por ejemplo, con la enseñanza cristiana; con los medios del mundo y el mundo tiene la escuela. […]. Y Gabrielinos y Annunciatinas deben realizar su apostolado con esos medios, es decir, santificar la enseñanza, hacerla cristiana. Y también enseñando las ciencias, la ciencia que corona las demás ciencias, es la ciencia de Jesucristo. Por eso también Cooperadores y Cooperadoras deberían santificar las familias. De ahí «la Unión de las Familias cristianas» […]. La Familia Paulina refleja a la Iglesia en sus miembros, en sus actividades, en su apostolado y en su misión. Por tanto no es algo casual como si se añadiera algo diverso, de nuevo, sino que es un completamiento de la Familia Paulina en el sentido que debemos vivir en Cristo, como Jesucristo enseñó e hizo y como la Iglesia ha enseñado y ha hecho. Oh, por tanto, único origen, todas desde Jesucristo. Y según el tiempo en el que vivimos, porque todo ha procedido de la Hostia, con el principio de la noche en la que se pasaba del siglo pasado al siglo que estamos viviendo, y por eso, se debía realizar lo que hay en el siglo actual y es útil en la Iglesia de Dios, en la que nosotros estamos para servir, cada uno en lo que le corresponde. Unico origen: Jesucristo, Maestro, de quien nosotros no consideramos solamente una parte, por ejemplo su amor a los niños, como están los Institutos para la juventud, para los niños, sino que debemos tomar todo el espíritu, la vida de Jesucristo y, para considerarla bien: el Maestro, Camino, Verdad y Vida. Por tanto, los Institutos han de vivir un espíritu común con un color que luego necesita las peculiaridades, pero los principios generales son todos iguales, es decir: la espiritualidad es siempre en Jesús Maestro, Camino, Verdad y Vida. Un Instituto puede tener más el punto: la Vida, como sois vosotras, para la Eucaristía, la Adoración, el espíritu retirado, semi ‒digamos‒ semi-vida claustral y semi-vida activa, completa. Oh, por tanto la liturgia y todo lo que se refiere a la piedad, la vida, los sacramentos, etc. Y algún otro Instituto, en cambio, Ego sum Veritas: Yo soy la Verdad. Por eso, los sacerdotes Paulinos y las religiosas Hijas de San Pablo, especialmente [para] evidenciar la calidad, es decir, la propiedad, lo que es mejor, lo que es Jesús: «Yo soy la Verdad», que debe comunicarse, difundirse. Y de la verdad procede después la moral y por tanto la vida religiosa, la vida cristiana. Oh, por tanto, lo que es fundamental y común a todos, a todas las partes de la Familia Paulina, [a] todos los Institutos de la Familia Paulina. Entonces, si se considera el fondo de las Constituciones de cada uno de los Institutos de la Familia Paulina, el fondo es común. Y sin embargo en la Iglesia de Dios hay muchas estancias, como hay muchas estancias en el cielo. Por eso el fondo es común: sea en el modo de formare, de dar la formación, sea en el modo de vivir la piedad, sea en el modo de realizar el apostolado, pero que fundamentalmente es siempre el mismo, o sea, dar a Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, ahí está. También el gobierno, en sus partes, la Familia Paulina, en los Institutos de la Familia Paulina. Por eso muchos artículos son iguales: y la parte que se refiere al espíritu; la segunda parte que se refiere al apostolado; la tercera parte que se refiere al estudio; y la cuarta parte que se refiere a la formación humana, cristiana y religiosa, eso es. Las diversas cosas que se disponen, los diversos artículos fundamentales reflejan siempre lo que es el espíritu de la Familia Paulina; así los Gabrielinos, como lo son las otras partes del Instituto. Y cuando vienen los sacerdotes de «Jesús Sacerdote», quieren que se hable de eso, que no se predique otra cosa, sino precisamente el espíritu, porque quieren vivir el espíritu paulino, a su modo, según el Derecho Canónico y según su vocación específica. En cuanto a la santificación: Paulinos; y en cuanto a la actividad apostólica: dependientes de la autoridad diocesana. Oh, y la parte espiritual, la parte del estudio, instrucción, la parte apostólica, la parte de la formación, también el gobierno debe reflejar el mismo espíritu. Así pues, en las Constituciones que se han actualizado, cuando el Señor ha querido que se completase la Familia Paulina, entonces también el gobierno ha tomado la misma forma. Oh, entonces, ¿cómo es el gobierno? El gobierno es, en todas sus partes, es decir, en todos los Institutos de la Familia Paulina: se elige a quien debe guiar… a quien debe aconsejar… Después está quien guía, quien está a la cabeza, y quien debe aconsejar, y quien debe colaborar, todo está descrito poco más o menos tanto en las Constituciones de la Sociedad de San Pablo como en las Constituciones de las últimas que han nacido, es decir, las Apostolinas. Todo esto porque formamos un solo cuerpo in Christo et in Ecclesia. Y por tanto tenemos esto: nos hemos reflejado en la Iglesia, más que reflejado, vida in Ecclesia, in Christo et in Ecclesia. Cristo físico, Cristo místico en la Iglesia. Por eso cada uno se considere miembro de la Familia Paulina. Origen común: el sagrario; origen común: el espíritu; origen y también iguales en el modo de presentarnos en la Iglesia porque las cuatro partes tienen un valor relativo para cada uno de los Institutos, pero fundamentalmente son iguales. Y así, al presentarnos al pueblo cristiano y al pueblo no cristiano. Oh, por tanto, el origen común, y de ahí el esfuerzo por una caridad recíproca, profunda. Cada cual es parte, no se vea un Instituto en sí mismo, no se vea, porque esto sería tener un conocimiento insuficiente de las cosas e insuficiente ‒digamos‒ modo de hablar y de vivir. No, miembros de un cuerpo místico que se asemeja al cuerpo místico que es la Iglesia. Esta unión. Por eso, si se debe amar a todos los hombres, si se debe amar especialmente a los cristianos, especialmente a los Institutos que forman la Familia Paulina y las personas que están en los diversos Institutos, con gran aprecio, respeto y colaboración. Y el sacerdote hace su parte con respecto a las otras partes de la Familia Paulina, a los Institutos que componen la Familia Paulina: debe enseñar, dar orientación, en general, por medio de quien debe guiar el Instituto masculino; y después las diversas actividades, siempre según el espíritu paulino. Y qué se requiere? Se requiere esto: este es el espíritu paulino: vivir en Jesucristo Maestro, Camino, Verdad y Vida, según nos lo presenta san Pablo, Jesucristo, el Maestro. De ahí la necesidad de leer a san Pablo. […] Aún no se ha comprendido del todo la Familia Paulina, cada una de sus partes y la misión que tiene en el mundo. Es Dios quien la ha querido. Y vuestra consagración es una consagración especial, sí. Sentirse miembros de la Familia Paulina y sentir que se completa. De ahí la necesidad de una colaboración en la medida de lo posible. […] Y pensad también esto: vida paulina que refleja a la Iglesia; vida paulina en el cielo, donde están las diversas estancias, y también respeto a las diversas tareas que se tienen en la tierra. Una Familia Paulina en el paraíso. (A las Pías Discípulas, PD63, 162-166.168) Silencio – Reflexión – Condivisión Para compartir: Por el Papa, para que… Oremos Bendito seas, Jesús Maestro, que en Pedro estás presente, enseñas, confirmas y salvas. Quien está con Pedro está contigo; quien se aparta de Pedro es como un sarmiento separado de la vid. Puede separarse con la mente por su incredulidad; con la voluntad por su rebeldía; con el corazón por su pecado. Yo creo que Pedro es para mí camino, verdad y vida en Cristo. Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Jesús Maestro, Camino, y Verdad, y Vida, ten piedad de nosotros. María, Reina de los Apóstoles, ruega por nosotros. Canto final