IGLESIA DE DIOS Departamento de Correspondencia Estimado lector: Este material (folletos, cartas, libros y revistas) es una recopilación del material publicado por la Iglesia de Dios Universal bajo la dirección de Herbert W. Armstrong (1892 – 1986). Para garantizar el contenido auténtico de esta información hemos agregado este CERTIFICADO DE AUTENTICIDAD. Con ello, usted cuenta con la seguridad de que este material es una reproducción fiel del original. Puede imprimirlo y distribuirlo libremente siempre y cuando el contenido del mismo no sea alterado. 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La generalidad de la gente ha supuesto – sin comprobarlo – que “el ladrón” entró al paraíso el mismo día que fue crucificado. ¡Si eso es verdad, entonces llegó al paraíso antes que Jesús porque Cristo dijo que Él permanecería EN EL SEPULCRO los tres días y las tres noches posteriores a su crucifixión! Puesto que Jesús estuvo muerto y enterrado – en el sepulcro – no pudo haber estado CON el “ladrón” en el paraíso. ¿Exactamente dónde está el Paraíso? ¿Cómo y CUANDO entra uno allí? ¿A DÓNDE fue Jesús? Lea cuidadosamente Lucas 23:43. Jesús dijo que el malhechor arrepentido, estaría CON ÉL en el Paraíso. Si podemos probar a dónde fue Jesús cuando murió, entonces podremos saber con certeza si el malhechor en verdad fue al Paraíso ese día. Lea I Corintios 15:3-4. Pablo reitera: “Porque primeramente os he enseñado (hablando a cristianos) lo que asimismo recibí: Que Cristo fue muerto por nuestros pecados, conforme a las escrituras; Y QUE FUE SEPULTADO, y que resucitó al tercer día, conforme a las escrituras”. Note que Jesús fue sepultado – no dice que el cuerpo fue enterrado, y que el alma fue al Paraíso. Especifica claramente que Él – Jesús mismo – fue enterrado. Él estuvo muerto durante tres días. MURIÓ por nuestros pecados, pero luego volvió a la vida. ¡Se levantó de entre los muertos! Juan nos da ulteriores pruebas que indican dónde estuvo Jesús. “Y en aquel lugar donde había sido crucificado, había un huerto; y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no había sido puesto ninguno. Allí (en la tumba – en el sepulcro) ...pusieron a Jesús” (Juan 19:41-42). Jesús fue puesto en el sepulcro, no solamente su cuerpo. ¡Jesús estuvo muerto! He aquí lo que dijo el mensajero angélico a las mujeres después de la resurrección: “No os asustéis; buscáis a Jesús Nazareno... resucitado ha, no está aquí; he aquí el lugar en donde LE pusieron” (Marcos 16:6). ¡Allí estaba el LUGAR a donde Jesús había ido ese día – el sepulcro, la tumba en el huerto cerca del sitio donde ocurrió la crucifixión! ¡Nada podría ser más evidente! Jesús estuvo en el sepulcro ese día, amortajado, durmiendo el sueño de la muerte. ¡El no fue al Paraíso ese día. No estuvo con el ladrón ese día – el malhechor no fue sepultado con Él en la misma tumba! ¡Lo anterior está plenamente comprobado! 1 ¡Jesús estaba en el infierno! Para aclarar mejor este punto, leamos Hechos 2:31. hablando de Cristo, Pedro cita las palabras del profeta David, diciendo: “Viéndolo antes (David), habló de la RESURRECCIÓN de Cristo, que su alma no fue dejada en el infierno, ni su carne vió corrupción”. Este versículo, registrado en la versión revisada por Cipriano de Valera, prueba que Jesús no estuvo en le paraíso, sino en el infierno. La palabra “infierno” debe ser traducida “sepulcro”. El vocablo original en el griego inspirado que empleó el escritor del libro “Los Hechos de los Apóstoles” para relatar lo que el apóstol Pedro dijo en su idioma, es hades, que quiere decir “sepulcro”. No significa un ardiente infierno en llamas. La Biblia usa otra palabra para ese infierno. ¡Así que Jesús no estuvo en el paraíso, sino en el infierno, es decir, en el sepulcro! Este versículo en Hechos 2:31 cuando es propiamente traducido del griego originalmente inspirado, dice: “Previéndolo, habló de la RESURRECCIÓN de Cristo, que ni Él” – Él, no meramente el alma – “fue dejado en el Hades (sepulcro) ni su carne vio corrupción”. Jesús fue RESUCITADO DEL INFIERNO (SEPULCRO) – donde yació muerto durante tres días y tres noches. El infierno o sepulcro no es el paraíso. Puesto que Jesús no entró al paraíso ese día – el de la crucifixión – está 2 claro que tampoco el malhechor entró. Cristo tiene “preeminencia” en todas las cosas, leemos en Colosenses 1:18. En consecuencia, el malhechor arrepentido no pudo haber precedido a Cristo en su entrada al paraíso. ¡Cuando el malhechor entre al paraíso, Cristo estará allí también! Él dijo así: “Estarás CONMIGO en el Paraíso”. ¿CUÁNDO predicó Jesús a los espíritus en prisión? Muchos han tomado el pasaje de I Pedro 3:19-20 como una supuesta prueba de que Jesús estaba vivo cuando estaba muerto – y de que predicó a los espíritus en prisión durante los tres días y las tres noches que estuvo muerto en el sepulcro. Aún en el caso de que hubiese ido a una prisión durante ese tiempo – lo cual no hizo – ¡ciertamente que el paraíso no es una prisión! ¡El Paraíso es precisamente lo opuesto a una prisión! Observe lo que realmente dicen estos versículos en la carta de Pedro. Y los ángeles inicuos que siguieron a Satanás están en cadenas de oscuridad, bajo prisiones (Judas 6). Recuerde que la Biblia revela que los ángeles son espíritus, pero el hombre es carne mortal – compuesto del polvo de la tierra (Hebreos 1:14). ¿Cuándo predicó Jesús a los espíritus en prisión? Léalo: “cuando una vez esperaba la paciencia de Dios EN LOS DÍAS DE NOE, cuando se aparejaba el arca”. Entonces fue cuando Jesús predico a los espíritus o ángeles – ¡en los días de Noe, no durante el tiempo que Él estuvo muerto y sepultado en la tumba! Naturalmente que cuando Jesús murió, la vida cesó en Él. Estuvo muerto, “Porque los que viven saben que ha de morir; más los muertos nada saben” (Eclesiastés 9:5). Y “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque EN EL SEPULCRO, adonde tu vas, no hay obra, ni industria, ni ciencia, ni sabiduría” (Eclesiastés 9:10). El lugar donde Jesús estuvo ese día fue el sepulcro – donde no hay conocimiento de nada. ¡La Escritura lo dice así! ¿DÓNDE está el Paraíso? Puesto que sabemos donde estuvo Jesús cuando murió, ahora necesitamos localizar el Paraíso. Paraíso quiere decir “jardín, tierra o país de placer; bosque, parque” – “un gran lugar preservado... sombreado y bien regado... cercado por paredes”. Esta es la definición que encontrará en el Lexicón griego e ingles del Nuevo Testamento por Thayer. Ciertamente que el paraíso no puede ser hades o el sepulcro, o la morada de los espíritus inicuos aprisionados. Es un bellísimo jardín o parque, del cual el primoroso jardín del Edén y el milenio venidero, son tipos terrenales temporáneos. ¿Dónde está el paraíso? Note II Corintios 12:1-5. El apóstol pablo habla de uno a quien él conocía y que tuvo visiones maravillosas y revelaciones del Señor. En una visión fue “arrebatado hasta el tercer cielo” –¡el trono de Dios! – “que fue arrebatado al PARAÍSO donde oyó palabras secretas que el hombre no puede decir”. Observe que al ser llevado en visión a la presencia del trono de Dios en el cielo de los cielos – el tercer cielo – (nuestra atmósfera terrenal es un cielo; las estrellas están en el segundo cielo) – esa persona también entró o llegó al paraíso. Entonces el paraíso está situado en la presencia del trono de Dios. Pero encontramos en Juan 20:17 que, la mañana que siguió al día de la resurrección, Jesús aún no había ascendido al Padre que está en el cielo. “No he subido a mi Padre”, dijo Él. Entonces Jesús no había aún llegado al Paraíso – ¡y ya era el CUARTO DÍA después de la crucifixión! Al expresarse así, Jesús claramente comprobó que El no fue al Paraíso ese día. ¿Cómo es el Paraíso? Continuaremos con la descripción bíblica sobre el paraíso. Lea Apocalipsis 2:7 “Al que venciere, daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios”. Vea también Apocalipsis 21:1-2. Estos dos versículos se refieren a “la santa ciudad, Jerusalén nueva, que descendía del cielo, de Dios”. En esta ciudad, que es también tipo de la Iglesia, encontramos “un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En el medio de la plaza de ella, y de la una y de la otra parte del río, estaba el árbol de vida...” ¿Notó usted eso? La nueva Jerusalén es el paraíso de Dios – que baja del cielo – la ciudad cuyo hacedor y edificador es Dios – LA NUEVA JERUSALÉN CONTIENE EL ÁRBOL DE LA VIDA. En la nueva Jerusalén está el Paraíso de Dios – una verdadera ciudad, parque o jardín tan lejos de la comprensión humana, que es imposible para el hombre describirlo. ¡Un día, en el futuro, el Paraíso estará finalmente sobre esta tierra hecha nueva! ¡Jesús afirmó que el malhechor arrepentido estaría con Él en ese Paraíso! Pero la nueva Jerusalén no está terminada todavía – Jesús está aún preparando un lugar para nosotros en ella (Juan 14:2). Y la nueva Jerusalén no estará completamente preparada sino hasta después del Milenio (Apocalipsis 20:1-5). Hasta entonces y no antes, descenderá ésta a la tierra – ¡y hasta entonces entrará al Paraíso el malhechor arrepentido! ¿Qué quiso decir entonces Jesús al expresar: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”? Lo que Jesús REALMENTE DIJO Aquí está la GRAN sorpresa. Lo que efectivamente dijo Jesús no es lo que usted ha supuesto. A continuación transcribimos lo que en verdad el inspirado historiador Lucas escribió: “Entonces Jesús le dijo: de cierto te digo hoy, conmigo estarás en el Paraíso”. Vea la Versión de Nacar Colunga. (En otras traducciones la palabra “QUE” ha sido agregada, pero en el griego original no existe). El misterio de este famoso dicho de Jesús se soluciona mediante una puntuación correcta. La mayoría de las traducciones están incorrectamente puntuadas con objeto de hacer aparecer que Jesús estuvo en el paraíso ESE DÍA. Pero la Escritura Sagrada prueba que Cristo no estuvo en el paraíso ese día. La coma puesta antes de la palabra “hoy”, está incorrecta; ésta debe ir después – “De cierto te digo hoy, conmigo estarás en el paraíso”. Abra su Biblia y busque el discutible versículo que nos ocupa. Note la PUNTUACIÓN. Recuerde que en el griego inspirado en que Lucas escribió no se usó la puntuación. Esta fue agregada al griego y al español varios siglos después. La puntuación de este versículo fue añadida por hombres. Por lo tanto, la fraseología correcta tiene que ser determinada por la Biblia misma. La coma debe seguir, no preceder, a la palabra “hoy”. Algunos replican que eso haría aparecer ciertas traducciones en forma interrogativa, ya que se leería: “De cierto te digo hoy: ¿qué estarás 3 conmigo en el Paraíso?” Pero toda esta confusión se debe solamente a un defectuoso orden de palabras en las versiones comunes. He aquí exactamente, palabra por palabra, el orden en que fue escrito dicho texto, según el inspirado original griego, mismo que usted puede verificar en cualquier biblioteca publica: “De cierto te digo hoy, conmigo estarás en el Paraíso”. Advierta que cuando se entiende el exacto orden de las palabras, la traducción bíblica no resulta una interrogación, sino una positiva aseveración. Jesús estaba enfatizando el hecho de que el mismo día de su muerte – “hoy” – podía prometer a otro hombre moribundo, su permanencia con Él, después de la resurrección en el Paraíso. He aquí lo que dice la Biblia “Companion” sobre este versículo: “La interpretación de este versículo depende enteramente de la puntuación, la cual descansa completamente sobre autoridad humana, los manuscritos griegos no tuvieron ninguna clase de puntuación sino hasta el siglo nueve, y entonces solo un tilde (en el centro de la línea) separando cada palabra” (Apéndice 173). Ese es el testimonio de competentes eruditos en griego. Esta expresión en el griego originalmente inspirado, pudiera leerse de las dos maneras. Puesto que la puntuación puede cambiar completamente el significado, 4 ¡NECESITAMOS DEJAR QUE EL RESTO DE LA Biblia INTERPRETE LO QUE DIJO JESÚS! Entonces podemos puntuar el versículo correctamente. Al usar la palabra “HOY”, Jesús estaba enfatizando el tiempo de su promesa – no el tiempo de su estadía en el Paraíso. ¡Medite en ello! ¡Un hombre agonizante, crucificado, prometiendo, y garantizando al ladrón arrepentido que estaría con Él en el paraíso! ¿Con qué autoridad podía Jesús cumplir semejante promesa dada el mismo día de su muerte? Con la autoridad de Dios el Padre quien le levantaría de entre los muertos. Aquí está una promesa de resurrección. Jesús sabía ese día – “hoy”, el día de la crucifixión – que Él resucitaría al arrepentido malhechor, y que después de una vida de victorias, le concedería la vida eterna – el privilegio de estar en el paraíso de Dios. El ladrón arrepentido que fue crucificado con Jesús está todavía muerto y enterrado. Jesús sólo es el primogénito de entre los muertos. ¡Pero vendrá el tiempo cuando este hombre sea resucitado también y entre al Paraíso de Dios que descenderá a esta tierra, según fue prometido! 190 Fuente: EL MUNDO DE MAÑANA Radio Church of God 1963