“2013‐ AÑO DEL BICENTENARIO DE LA ASAMBLEA GENERAL CONSTITUYENTE DE 1813” Senado de la Nación Secretaria Parlamentaria Dirección General de Publicaciones VERSION PRELIMINAR SUSCEPTIBLE DE CORRECCION UNA VEZ CONFRONTADO CON EL ORIGINAL IMPRESO (S-4223/13) PROYECTO DE LEY El Senado y Cámara de Diputados,… ARTÍCULO 1.- Incorpórase el artículo 253 bis al Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, el cual quedará redactado de la siguiente forma: “Artículo 253 bis.- Será procedente la acción de nulidad de sentencia que haga cosa juzgada, cuando el legitimado acredite los siguientes extremos: a) Que dicha sentencia firme adolezca de vicios sustanciales de tal entidad que hayan impedido, por diversos factores, llegar a la verdad del proceso; b) Que de la sentencia firme que se pretende declarar nula genere un perjuicio grave y manifiesto para el solicitante; y c) Que se esté ante algunas de las circunstancias que prevé el artículo 4030 del Código Civil.” ARTÍCULO 2.- Sustitúyase la denominación del artículo 253 bis del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación por artículo 253 ter. ARTÍCULO 3.- Comuníquese al Poder Ejecutivo. Liliana T. Negre de Alonso.FUNDAMENTOS Señor Presidente: El presento proyecto de ley tiene por objeto incorporar la acción autónoma de nulidad de las sentencias que hagan cosa juzgada al Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, atento a la necesidad imperante de plasmar como texto de ley lo que en forma unánime se viene admitiendo en doctrina y jurisprudencia. “2013‐ AÑO DEL BICENTENARIO DE LA ASAMBLEA GENERAL CONSTITUYENTE DE 1813” Cabe recordar que el fundamento último de la cosa juzgada radica en el orden, la justicia y la seguridad jurídica necesaria en todo proceso judicial. Ahora bien, desde antaño, la doctrina y jurisprudencia se vienen preguntando acerca del carácter que adquiere la cosa juzgada, esto es, si se mantiene su rigidez e incolumidad, o si para casos excepcionales debe ceder en pos de otros valores. Así, se ha propiciado la teoría de la revisión de la cosa juzgada cuando ésta ha sido “fraudulenta”. Sbdar opina que “la finalidad de la revisión de la cosa juzgada no mengua el principio de seguridad jurídica, sino por el contrario, no bloquear una función de rescate de la justicia cuando ésta nada más aparentemente había quedado satisfechas” (SBDAR, Claudia B., Revisión del proceso fraudulento. Acción autónoma de nulidad, La Ley 2009-C, 1230). Por su parte, CHIOVENDA sostiene que la res iudicata no es absoluta y necesaria, sino que se estableció por razones de oportunidad y utilidad, de modo que nada tiene de irracional que se admita la revisión de sentencias ejecutoriadas, en la medida en que existe una valoración de oportunidad y utilidad que lo justifique. (Cfr. PALACIO, Lino E., Derecho Procesal Civil, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1993, tomo v, pág. 514 y ss.) Frente a esto, se abrió el interrogante acerca de cuál sería la acción para invalidad la cosa juzgada, atento a la laguna normativa que existe para este tipo de proceso. Por construcción pretoriana de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, principalmente, se aceptó, bajo ciertas circunstancias excepcionales que debían ser fehacientemente acreditadas, la llamada “acción autónoma de nulidad”. Los requisitos establecidos por la Corte Suprema de Justicia de la Nación a lo largo de su historia son los siguientes: • “ETCHEPARE, Juana y otros c. Pelloni, Roberto y otro” (JA, 1942-III849). La madre y una hija venden unos inmuebles a otras tres herederas (hijas y hermanas) en pública subasta. Al tiempo las vendedoras denuncian que no recibieron el dinero y que fueron llevadas a declarar lo contrario mediante dolo y simulación. El fallo anuló la subasta judicial firme y es confirmado. • “José TIBOLD y otros” (Fallos 254:321). Se trataba de un caso en donde los titulares de una firma comercial interpusieron una demanda por cumplimiento de contrato, que prosperó por una elevada suma en concepto de daños y perjuicios por incumplimiento de las obligaciones “2013‐ AÑO DEL BICENTENARIO DE LA ASAMBLEA GENERAL CONSTITUYENTE DE 1813” convenidas. La parte vencida inició una querella criminal con fundamento en que el contrato que dio lugar a la sentencia había sido producto de una connivencia delictuosa entre los querellados y un empleado de la firma demandada. Ante ello, los afectados por la condena penal que habían resultado victoriosos en sede civil reclamaron ante la CSJN por violación del art. 17 de la Constitución Nacional al dejarse indirectamente sin efecto un pronunciamiento anterior pasado en autoridad de cosa juzgada. Aunque la Corte no entró al fondo del asunto, sentó algunos principios relativos a la mutabilidad de la cosa juzgada, ya que señaló que "la institución de la cosa juzgada no significa que no pueda condicionarse su reconocimiento a la inexistencia de dolo en la causa en que se ha expedido la sentencia. Esta posibilidad, que subyace a los principios que sustentan el recurso de revisión, es valedera también para desconocer eficacia final a la sentencia dictada en juicio en que se ha incurrido en estafa procesal. La circunstancia que de esta manera se afecta la seguridad, propia de las sentencias firmes en el orden civil, debe ceder a la razón de justicia, que exige que el delito comprobado no rinda beneficios". • “Juan C. CAMPBELL Davidson c. Provincia de Buenos Aires” (Fallos 279:54). Aquí se consagra la acción de nulidad por un vicio sustancial producido por fraude procesal. En 1956 en La Plata se afectó un inmueble para parque y al propietario que promovió una expropiación inversa, se le abonó una suma irrisoria. Denunció que hubo presiones a los magistrados para que salga por ese precio del Gobernador y del Interventor del Poder Judicial. El dictamen del Procurador General consideró que: 1) si no está reglamentado, no es óbice para que el órgano judicial disponga la revisión; 2) para comprobar los vicios que autorizan la retractación es necesario un proceso de conocimiento pleno al que solo es posible acceder, como dice Morello, con acción autónoma de nulidad. Señaló el Procurador que "es verdad que la autoridad de la cosa juzgada es uno de los pilares fundamentales en que se asienta la seguridad jurídica, pero no es menos cierto que la institución de aquélla supone la existencia de un juicio regular, fallado libremente por los jueces, pues no puede convertirse en inmutable una decisión que derive de un proceso no dotado de ciertas elementales garantías de justicia. Es decir, no puede invocarse la cosa juzgada cuando no ha existido un auténtico y verdadero proceso judicial, ni puede aceptarse que, habiendo sido establecida dicha institución para asegurar derechos legítimamente adquiridos, cubra también aquellos supuestos en los que se reconozca que ha mediado sólo un remedo de juicio, y que éste ha sido resuelto por los jueces obedeciendo órdenes impartidas por el Poder Ejecutivo". Con ello, la Corte Suprema concluyó que: "No puede invocarse el principio de inmutabilidad de la cosa juzgada cuando no ha existido un auténtico y verdadero proceso judicial". “2013‐ AÑO DEL BICENTENARIO DE LA ASAMBLEA GENERAL CONSTITUYENTE DE 1813” • “ATLÁNTIDA S.R.L. c. José Antonio Naveira” (Fallos 283:2773). En ese caso, la actora perseguía la declaración de nulidad de la ejecución hipotecaria que se seguía en su contra, fundada en que en un proceso diferente ventilado en sede penal se había establecido que la hipoteca no se había constituido en garantía de un contrato de mutuo (como se alegaba), sino para afianzar la contribución del accionado a las erogaciones que resultaran de la administración de un buque. El actor atribuía defraudación a los ejecutantes, la cual no se consuma por la presentación de cuentas fraudulentas, sino por la liquidación del negocio mediante la satisfacción del saldo en contra o el recibo por el saldo favorable. En razón de ello, el Procurador General concluyó que el pronunciamiento recaído en sede penal no sancionaba criminalmente el acto de constitución de la garantía real motivo de la ejecución, sino que dejaba establecido, con autoridad de cosa juzgada, que la ejecución de la hipoteca constituía el medio apto para la consumación del delito hasta ese momento sólo intentado por los ejecutantes. La Corte, reafirmando el precedente sentado en "Tibold", destacó que ante la comprobación de que una falseada rendición de gastos configura el comienzo de ejecución de un delito, otro de cuyos pasos estaba marcado por la iniciación dolosa de esa ejecución hipotecaria, correspondía anular la sentencia aplicando la doctrina en virtud de la cual la seguridad de las sentencias firmes en el orden civil deben ceder a la razón de justicia que exige que el delito comprobado no rinda beneficios. (Cfr. SBDAR…). Asimismo, la Suprema Corte de la Provincia de Mendoza, en el caso “FERREIRA, Olga del Carmen en Correa, Rogelio A. c/ divorcio vincular s/acción autónoma de nulidad”(07/03/2007), reproduce el criterio de la Corte Suprema en orden a que la cosa juzgada es uno de los principios fundamentales en que se funda la seguridad jurídica y debe respetarse salvo los supuestos en que no exista un auténtico y verdadero proceso judicial, pues éste supone un proceso regular donde se garantizó el contradictorio y que ha sido fallado libremente por los jueces. Frente a lo expuesto, creemos en la necesidad de plasmar los criterios jurídicos anteriormente mencionados en aras a la verdadera protección de la seguridad jurídica, estipulando que resultará admisible la acción de nulidad autónoma contra la sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, siempre que, excepcionalmente, la justicia y la equidad así lo exijan. Es por todas estas razones que solicitamos a nuestros pares la aprobación del presente proyecto de ley. Liliana T. Negre de Alonso.-