DENTISTAS. Revista de opinión de la Organización Colegial • mayo 2005 EVITEMOS EQUÍVOCOS PELIGROSOS: NO HABLEMOS DE «DISEÑO», SINO DE «PROYECTO» DE PRÓTESIS Manuel Alfonso Villa Vigil Una palabra objeto de frecuente disputa en la interpretación de los textos legales y entre protesistas (dentistas) y protésicos es «diseño». En efecto, la legislación faculta a los protésicos dentales para el diseño de las prótesis: Ley 10/1986, de 17 de marzo, sobre Odontólogos y otros profesionales relacionados con la salud dental Artículo segundo 1. Se reconoce la profesión de Protésico Dental, con el correspondiente título de Formación Profesional de Segundo Grado, cuyo ámbito de actuación se entiende al diseño, preparación, elaboración, fabricación, y reparación de prótesis dentales, mediante la utilización de los productos, materiales, técnicas y procedimientos conforme a las indicaciones y prescripciones de los Médicos Odontólogos y Estomatólogos. Real Decreto 1594/1994, de 15 de julio, por el que se desarrolla lo previsto en la Ley 10/1986, que regula la profesión de Odontólogo, Protésico e Higienista dental: Artículo 6. Los protésicos dentales estarán facultados para desarrollar las siguientes funciones en el ámbito del laboratorio de prótesis: a) … b) Diseño, preparación, elaboración y fabricación, sobre el modelo maestro de las prótesis dentales o máxilofaciales y de los aparatos de ortodoncia o dispositivos que sean solicitados por el odontólogo, Estomatólogo o Cirujano Máxilofacial, conforme a sus prescripciones e indicaciones. A este respecto podrán solicitar del facultativo cuantos datos e información estimen necesarios para su correcta confección. c) … Pues bien, como ya es sobradamente conocido, un importante sector de protésicos se agarra a la competencia que la antedicha legislación les da en el diseño como si en ello se incluyera la planificación del caso, y la decisión de dónde y cómo ubicar retenedores, topes, etc., es decir, el proyecto de las prótesis, pero no es así. En efecto: • No discutimos la competencia del protésico para plasmar en el diseño físico de las prótesis (encerado y terminación) las instrucciones y especificaciones que le da el dentista para construir lo que exactamente se le solicita y éste requiere para atender las necesidades del paciente. • Tampoco discutimos su capacidad para realizar diseños desde el interés mecanicista que reflejan los modelos bucales de yeso, que serían los diseños estándar a falta de imperativos especiales de orden biológico o clínico. • Pero es obvio para el sentido común que unos modelos no permiten conocer el soporte del hueso, la eventual movilidad dentaria, el grado de intrusión dental bajo carga, la resiliencia de las encías y mucosa palatina, etc. que son características a las que una prótesis dental se debe adecuar. • Igualmente, si el dentista es el responsable de las prótesis ante el paciente, como ha reiterado la jurisprudencia, también es responsable de su concepción y planificación biológica y clínica, es decir, de su proyecto, o lo que es lo mismo, de la ubicación de los retenedores, topes y apoyos, el grado de retención, el tipo y extensión de las placas palatinas y de las barras linguales, las características de los dientes, el tipo de oclusión, etc., si es que cree que debe apartarse del diseño o configuración estándar (es decir, del más apropiado desde la perspectiva mecanicista, que el protésico podría diseñar sin necesidad de instrucciones específicas). Por lo tanto, sólo el dentista tiene autoridad para disponer el «proyecto» de las prótesis de las que será responsable. Y proyecto no es «diseño». El diseño es al proyecto lo que en las edificaciones y obras civiles son las cordadas y trazados sobre el suelo a los planos, o los planos a los proyectos del arquitecto o del ingeniero. El proyecto de la prótesis se va modulando y modificando, desde su planificación inicial, a lo largo de las pruebas de las sucesivas etapas de la fabricación de la prótesis, igual que el proyecto final de una casa difiere del inicial en una serie de cambios menores que se van revelando convenientes o necesarios conforme se avanza en la edificación. 27