periódico de las familias.

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PERIÓDICO DE LAS FAMILIAS.
ANO XKV.
~
NUM. 3 0
QÜJi TIENE LA ALTA IfONltA DL CONTAR COMO ritlMJillAfil'SCIirroilA
A S. m. LA REINA (Q. D. G.>
CONTIENE LOS DIBUJOS MAS ELEGANTES DE LAS MODAS DE PAiíIS, MODELOS DE TRAHAJOS A LA AGUJA, DE TAPICERÍAS EN COLORES, CROCHETS, ETC.
Se publica u n n ú m e r o todos los D o m i n g o s .
PRECIO DE LA MODA ELEGANTE ILUSTRADA.
OBTIENEN UNA PHIMA
En Bipnña, Canariai y 7ortugaL
LOS QDE ÓmCAMENTESB SDSCRIUAH POB ON AÜO.
KDICION DE L D ; 0 , CJDE REPARTE FiGDBlNKS ILDMINADOS.
On Kilo 100 rs. — Seis meses 80 rs. — Tres meses 15 rs. — Un mes 16.
EDICIÓN ECONÓUICA.
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Dn aflo 120 rs.—^eis meses OS r a . — 7 m meag:» 35 ra.—üii mea 12
S u m a r i o . — D o s vesüdos paru nifíiis de 8 á 10 iifíos.—Tira ile ta|)¡cerla.
EsirelUis ni crocliyi. — Traspnieiilc \y.n\i las vcnlniías. — Uos ei.cages
al crociiei.—Uos eiicages á hi aguja,—Cliaíiiiel»,de casa, — Trage para
señorita jrtvüji,—Amazona, de moer gris. - - Aiiiazuiia, de paño ligero
castaÑo-granale.—Revista tle modas.— La Muda.—El 8 de junio ó lodo
en un dia.—Los dos amigos.—Explicado.! del figiirin iluminado.
&as v e s t i d o s
para
niñas de 8 á l O
años.
N.° ! . — £ ' » « ffwa y paletot de
piqu? blanco. —
A 6 centímetros
de distancia del
hordeinfenorde
la enagua se encuentra uii bordado ejeculado
DIRIGIRSE PARA LOS ABONOS
PRECIO DE LA MODA ELEGANTE ILUSTRADA.
En la Isla de Cuba y Puerto-Rico.
Por
Dii aflo 12 pesos fuertes. — SeJs meses 7 pesos Tuertea.
AL ADHINISTUADOR PE LA MODA— CADIZ, CON LETRAS
DE FÁCIL COBRO.
En laa demás Amérioas y Fílipiíiaf.
EDITOR PHOPiFTARio: D . A b e l a r d o d e C a r l o s .
I'or un nfin 15 iii. (s.
lor castaño, y luego se borda á 2 centímetros y medio de distancia del borde.
N.° ^.^-Trage montante de falard de lana, con dibujitos negros; cinluron con presillas haciendo las
veces de paletot; sobre la enagua tres galones de
seda negra con lunares blancos figuran presillas,
cada una de 10 centímetros de ancho y 20 de alto,
separadas por un espacio de 25 nentfmetros. — La
enagua tiene 3 metros y 90 centímetros de ancho,
por 60 centímetros de largo.
Las presillas del ciuturon se orlan con un galón
igual al del trage; su largo es de 2o centímetros, su
ancho de 12, cortadas al hilo; se recorta su extremo inferior en punta como indica el dibujo.
puntos sencillos,—en cada uno de los2 puntos m a s
próximos del disco se hace uno sencillo,— 5 en el
aire, y con los 2 últimos 2 piquillos que se ejecutan así; se deja deslizar fuera del crochet el bucle
que en él se encuentra, se pica este á la izquierda
en el penúltimo de los 5 puntos en el aire que acaban de hacerse, se pasa por él la hebra (el piquillo
se encuentra por consiguiente á la derecha),—cinco puntos en el aire y con los 2 últimos 1 piquillo,
—3 puntos en el
aire, el último
de los cuales se
pasa, y volviendo sobre la fila
do punios que se
acaba de ejecutar, se hacen 4
puritos en el a i -
Tira de tapicería.
Este dibujo se ejecutará con tintas muy atenuadas, y servirá para cortinas, porliers, cofres de m a dera (y en este último caso se escogerá canevas algo lino). Los colores vanin
dicadosal pió del dibujo.
Estrellas al crochet.
Scgunel uso á que se destinen estas estrellas, se escogerá hilo mas ó menos
grueso ; su disposición copia los dibujos llamados Ciuny; se puede hacercon ellos
velos de butaca, etc. ; pero
esta labor, ejecutada con hilo muy fino, servirá para lindos tocados, ricas chaquetas cortas y sin mangas.—
Próximamente publicaremos patrones de objetos hechos de guipiir Cluny, y para los cuales podrán ser útiles estas estrellas.
Cada una de estas se hace por se parado,principiando por el medio, es decir,
por una cadeneta de C puntos, el último de los cuales
se reúne con el primero.
1." vuelta.—En cada punto se hacen 2.
'2.." vuelta.—En cada punENAGUA Y PALETOT DE PIQUÉ BLANCO,
N'" 2.—THAGE MONTANTE PE FULARO DE LANA CON DIBÜJITOS NEGROS.
to se hace uno, picando el
con lana color castaño á punto de cadeneta. En el i crochet siempre debajo del punto entero de la vuel- re, con el último un piquillo, dejando deslizar el
bucle fuera del crochet, y picando este en el lado
i^cdio, por delante, se ve una presilla de la misma ; ta anterior.
superior del último punto, se pasa por él la hebra,
tela que la enagua, bordada como ella, cuyo largo
3." vuelta.—En cada punto se hacen 2.
^^ de 36 centimetros, y el ancho de 12. El cintu- | -4," vuelta.—* 12 puntos en el aire; se pasa e l ú l - — i puntos en el aire, con el último un piquillo,-—
puntos cu
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con t;.
el ^último- —
un t-'-i
piquillo,—2
on, bordado como el paletot, tiene o centímetros timo, y se vuelve atrás sobre los 11, haciendo en , 4•* ¡juuLua
te, v.^..
.
^ ancho; el paletot se orla con galón de lana co- ! ellos 2*senc¡llos,—3 bridas,—una medía brida,—2 \ sencillos,—1 sencillo en cada 1 de los 2 puntos siSETlEMintE DE ISGG.
282
LA MODA ELEGANTE ILUSTRADA, PERIÓDICO DE LAS FAMILIAS.
:giiientes del disco. Se vuelve 5 veces desde *. Se | Quedan que preparar las flores y el follage al ero- I la última vuelta. El pistilo se hace de torzal blanileva cada estrella hasta este punto, luego se ejecu- '• chet. Se hace primero cierto número de campani- i c » de seda; se le principia por una cadeneta de 3
tan los triángulos que completan las estrellas, y sir- lias de diversos colores; cada llor se principia por puntos; sobre los cuales se hacen !0 vueltas en esven al misn¡o tiempo para reunirías; se hace una el cáliz; se hace una cadeneta de o puntos, el úl- piral; en las 5 primeras se hacen algunos crecidos
cadeneta de 6 puntos, el último de los cuales se timo de los cuales se reúne con el pi-Ímero; sobre y en la misma proporción se mengua en las 5 úlreúne con el primero; se hacen en seguida 2 pun- este círculo se ejecutan 8 vueltas en redondo com- timas; los 3 últimos puntos se sacan cuando se fija
los en cada punto.
j puestas de puntos sencillos; creciendo aquí y allí la hebra, á fin de formar una punta. Los rayos se
2.» vuelta (del triángulo).—En el punto mas pro- : de modo que la 8." vuelti tenga U puntos. Se'vuel- bordan con seda blanca (van indicados sobre dos
ximo se hace; * 1 sencillo,—1 en el aire en el pun- , ve la labor, y se hacen sobre alambre muy fino 2 pétalos- de la flor), luego se fija el pistilo en el c
to mas próximo,—una doble brida y una brida co- vueltas de puntos sencillos con algunos crecidos, liz, y se coloca este en una capsulita hecha con
mun, separadas por un punto en
na verde, 3 6 4 vueltas, sobre .*«1 aire. A^uélvase desde *. Al
fln
.
lambre. E.I extremo de este sirve
i-í>"eBBBBBBBB"-T-"-."-'-'-"-í-T•<^ aaxaaaaxKjg
<le esta vuelta se reúne este tride tallo, y se le rudea con lana
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án"u!o á uua de las estrellas, y
verde.
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se%nUnúa el triángulo.
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ta de 5 puntos, sobre los cuales se
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y con el último un piquillo, — 3
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ejecutan en redondo 3 vueltas de
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x x x y n r . C üBxxxx x a .' BXXXB...'
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puntossencillos, creciendo o punnxxnt •••• ""KXXa
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B X X X B .:.':.BBBBBBaBBX
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B X X B ' B a a . Dxxxn
jlo. —Se ha llegado á la punta
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Bxxyfl B C B B ''-•'flBBX
tos en cada vuelta,—luego 2 vuelHXXX• — — • - •
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mas próxima del triángulo , y
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tas de bridas (¿ bridas en cada
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desde aquí se hacen 3 puntos en
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punto),—una vuelta de bridas sin
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X X B .l.l'-.-BBBBB -.-.
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el aire, el último délos cuales
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crecido, que forma el centro del
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B X X B . ..'•."-. D X X X B B B B B B B B B B X
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se pasa por la siguiente bárrela
capullo; ia olra mitad del capulí')
D - B . Vx x x B -,•,"••-:. .,-. - a x x n .••'•i•-^-i I- B X X X B 'BBBV^'BBBX
KBBBBBBBBI.'BXXXB '•••• :rayxxxxxxxxxxB
-'-I-BXXXB
V ' B - X X X X B B .1.."; i.iBXXXB •.
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de pif/ni i los {A la derecha) peraXXXXaBBBBBXXXR.- - -,,---- - B X X X X B B B B B B B B B B X
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es igual ala anterior, pero hecha
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'...B X X X X X X X X X X X B „•:„ . -i-i-nxxxxB ^BBBBXXXBBBBBBBXX X
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teneciente á la estrella que aca.; - - B X X X X B B B X X X X X X X X
en sentidoinyerso; porconsiguienBBBEI."
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ba de reunirse al triángulo, ya
te se mengua en vez de crecer; se
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X X X X X X X X B B : LBXXXXB
o-BXXXxa^
BXVXXVXfXX.- - B X X X X n B ; «XXXXB- '-J-XXBXXXXXXB
X X X B B B B X B B V-.BXXXXB
• -BXXXXB.;'
-ejecutado; al mismo tiempo se
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fija este capullo en una cápsula
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B B B B -i-'BBBX
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B X X X X X B .. BXXXXVXBI.l
B X X X X V X B Bya:Bxxxxxxxii'
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reúne nua barreta de piquilíos ác.
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• nXiXIXB BX -X X B .-BXXXXXB.-' anaflBBBBBX
verde (semejante á la de la cam•-BXXXXB-.-, B B X X B B B X X X
- y x x v o - , •'•xxxxxxxa
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B • BXXXXXXXB • •',«xyyxa x x x x x B i : -, B B X B B B B X X X
panilla), montada en un tallo. Pu..
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• otra cslrrlla, de modo que dos
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I X X X X X X B •'B X
blicamos en tamaiío natural el diI X X X X X X B ••
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estrellíisse encuentren reunidas.
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x y x n • L••X XBXXXXXXVXXXÍD .
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B X X X X X B ••••• •
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Sobre cada uno de los 2 prime. B X X ; Í B • ..
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ros puntos que hacen parte de
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versas tintas de lana verde , y al
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los 3 en el aire ejecutados últiXX¡;SB"ííí(BB^t.v-J- ...• BXXXXXXB.:--.
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i B X X X X X X X B ,,.,(.,. i.axxxxxxxxa." - B x x x x x a
crochet rayado, de ida y vuelta.
•flXBSBOXXX> í B B • ; f ^ B • B • ^ l f t ^ - . .^:-BXXXXXXXB • ••• . :•
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mamente, se hace uno sencillo;
Bxxxxxxi D E X X X X X X X X
X»S5-L-.MBBBiir.V.-.I,-:--•:• B X V X X X x x a - .•
' B X X X X X y X B p^t.í-.-i.i-ax-íXXXXXXB.;..
I': -I- B X X X X X X X X B ri ---:• B X X X X X X a a x x x x x x x x
Se sabe que para el crochet raya*
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—se continúa sobre el triángulo
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)(•••'^'.•BBB^axxxBBa 1
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:•:'. -BXXXxxxXM-'-*!"-., BBBXXXBj'BBBa.--rBLIBX
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to entero de la vuelta anterior.—
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— 3 puntos sencillos,—! piquiBBXBBBBXXX
xxícxxxxxBBÍS,...BaB'íB.i.
. B x x x x x x x x a - • • • • ; • ••
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BXXXB
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una hoja de igual tamaño de
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]Io^^2 puntossencillos. fe reúne
^BXD'iI • - B X X X X B - - B X X X X X X X X X X X X B . • BBXBBBBXXX
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aquella cuyo dibujo publicamos,
• : B x x x x x x x x a •!• ..
-'•BXXXXB' : B X X X X X X X X X X B B - - '
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^la siguiente hoja de la segunda
- BXXXB-'rBXXXXXXXXXBB- - ^ - •aBBBBBBBX
B
BXXXXXXX*.!.
se hace una cadeneta de 23 pun: B X X X X B ;- B X X X X X X X X B . - - d O B S
UBBB^I BBBX
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BXXXXXXXB,
estrella,—se hace sobre el triánBX^I . . B X X X X X X B
- B X X X B --• B X X X X X K X B B
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tos,
el último de los cuales se paXXXB
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...
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BXXB ' :• • taxxxxxxffl.- • > a - • n x x x x x »
gulo nn punto sencillo,—1 piqui. . . _ _,,xxxxE-.-BXXXXXH-j
BXXXXXB BDXxaaaxxx
sa, y volviendo sobre los demás
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x í í c S J g ' Í S S W Í L - B X X x x x x x x x x x x x a " BXxxxB
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- B B B ..BXXXXB.BBXXXXXXXX
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llo,—3 puntos sencillos,— ! pix>i??5iíx?<?<a"^^taxx3<xxxxxxxxxB.f.r-BxxxxB.,
BX>H '" XXXXB
n x x x x x a BXXXXXXBPJiBXXXB.
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axxo^
se hace (sobre alambre) un punto
J^R- a a y x x x x x ^ x x x x j T . a x x x B Í
ox«. . BXXXXC
^'.',.y WBXXX>.J'XXXXXB'"rnXXXXH .
íjuillo, luego en la punta del triBXXXXXXXXXXXXXB ^, BBXBBBBXXX
en
el aire,—17 sencüloi,— 3 puní- B B X X X X X X V X X H
BXXXB
.
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BXXXB !«XXXXXXxXXXXXXB,:.anXXaBBXXX
•'r-SSSS'-^' BBBIl •'..-- D X X X X X X X X B ' " B X X X X D - •
. ángulo se ata otra barreta de piXB
tos-cadenetas: se dejan libres los
'^E5Bi!.iESS2l==':,''^'<^><«'
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B X X BnXB
fjuillns. Se continúa de este moR XIB . B
B XX»i, - B -BXXB
X X B • B X X•XB XX XX XX XX X
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• aXEir
B x x x x a .B X B
B 'xI -y BB
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nxxxB-nxxxxxxxxxBB-.
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<Io consultando el dibujo, y se
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B X XC XX XX BX BX -X X X•>
XBX B . : -~ BB BBBXaX_X' .B- -- BBBBXBXBXBXHXaXf lXBXX
X X X B • « X[ X
vuelve la labor, se hace un punto
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XÍÍ'<S"SÍ£>£BB-(;l
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corta la hebra después de haberSÍÍIí5SSÍSe5ií-'u»xxxBB«xxxxxxxiiB
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en el aire, por debajo del cu-íl se
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B XI BB BXXX
X X X X X X"•??¥?'.??'<>!ÍÍXKD'
X X X V X X X X B , .-IXXXB
la íijado, á lin de principiar un
. nXXXXXXXXXXXXXXB... : -SBBBBBflBBX
pasa uno de la vuelta anterior, y
B B > t X X X X X X X X X X X B ' ~ - B X X B BBB B B ' B B B : BXXB
nuevo triángulo por el medio así
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XH
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XX
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B B' D XBXXBX B•:• s r a - E a B B ?•• X
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X IX ~ BXXXXXXXXXXXXBBBJ,:;-,.-BBBBi.-LSÜDX
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pai'a esta 3.° vuelta se hacen tres
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WXvXvXwX \X>XHB .-BXB
BV-- "- --xX
l BB B-i-'BBBX
vXXBBhBXB
BBXXXB X B - B X Xa X
XX
XXS X
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- 1X4X; X X X B l ! a i & j 3 ; . P i BBBBí X
J ; ü 2 ; « > X X X X X B 1 BXB
»X XXX XXXB'
.'BE <'-BXXXBr»^v'-I^O
XXXXXXXXX»KKi£££ni(.V B
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BXXXXXXXX
B B • B '•
puntos-cadenetas,— luego puntos
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• que este se haya concluido.
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B B B B B B B ^ : B ' ^ I ^ a xB
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B
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X X X XBXaXXX
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l,:.FÍ- _BBXXXXXXXXXBBi-TB X t . „ _ X X X X Í X X B B -•-•••BXB • BBXXXXXXXXXBB'
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sencillos hasta el fin de ella. La
¡¿XXBBBAXBB
_ x x x x x x x x x x x x x « B - B B - - B X X X B B B K B X X X B -^ B B - i n B x x x x x x x x x x x x x J i i :
^:¿x:(DaEXXX
?BBBIÍBBBBB
y- B X X X X X B B B E D B B B X X X X B - a~- BXXBB.-I-"'- -'• R B X X H - B'^BxxxxBBBBBBauxxxx^rtí CnoBBBBBBIX
A."
vuelta es igual á la 2 . ' , pero
BXXXXBB- •
• •B-'<XXXB'BXXB-V'^BBB-'.;--BXXfl-BXXXXB-í-'.-lL'--.'-!BBXXXXa
CJKDB . - ' B B B X
B Xi X
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i ^ - B X X X B --X
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Pantalla para ventanas.
^ B B B B B B B B B1^-BXXXB
^ B X X X B ^ I ;•'
- B"E B Q
XXXXBBXXXX B
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BXXXXX' ;B:- I - O n B B i i B :
se hacen solo !o puntos sencillos
-EXX
e:QBBRBBai)x
x S S ! S ! ¿ S 5 S ; OXXBj--!• BXxx>:xxi:a •;;.- B X B X B -..• ;CBXBXXXBXBX.^. • B X B X
l.tíXXm.:CBBXBBBBXXXBXXBBBXXX
y S puntos-cadenetas, de modo
íc555S!!S55i*>í'<" - T B X X X X X X X X X B ¡^I B X X B -n " X X X B X B X X X BXXB
MATIilUALES. — U;iinbú ; lana de Sajonia, ile
axxxxxxxxxxque los 2 últimos puntos quedan
íi hiliLS tli; ilitursos colores vivos y dü J " U x5í5SÍ5S55G;"»>¡"!:cBXXXXXXXXXXB^l-BXB,-MBBXXBXBXXB>B , BXB a X X X X B X X X X X B
. BBXBBBBXXX
BXXXBBXXXXnxS?í^^£2^!S3*?'^í<*' ' nKXxxxxxxxxB2i-~BXB'^^ B X X X B B B X B B B X X X B D X B
cli;is ti'iias vtrdi's; cima de laf'iíaii verde;
XXXB.BRXXEBBXXX
libres. Una mitad de la hoja está
5iíí£52!52S^'''<^"' ^ B ? x x x x B x x x x B r ¿ « x B - . B X X X X X X X X X X X X X B B X B I
BXXXB-UBbB-'.'luXXXB
t o n a l Illanco de seda; luí l)!aiito; muselina;
'
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Sí2S5S25!5-"'<^>""3*'"<'"<»"K><XBíirBXB£BXXXBBBXBBBXXXB B X B
a x x x x e • -'. - - a x x x i í
terminada; se lija la hebra , se la
^ • B B BBBB Ka,
algodón lil.mco de liordar; seda oegia.
xS!S''P!BSSi'^*KK^*--'~t.'<i""i'
BXXXB^BBXB^KBBOXXBXBXXBBB -. BXB
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BXXXXXbDuBaBXXXXC
xS2S4^SSK3^"'<>"'«"'^-'^-t-"'^'"'''í'<>t"^^'«£"'í'-"';">í'<><"XBXXx.- •BXXB
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corta, se la vuelve á atar al otro
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P HB^M;B
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- !XBB!B*^[ I F B K X X X B B B B B B X X X X X B T / - - ' I < B X B X ' ^ X B X B X X X B X B X : B X B . . - B x x x x x x x x > x x x x a BnXBDBSXX..
BUBKBBDBHX
BXXXXXXXXXXXXXB^LT''~«XXB~.XX B X X X B X X B X X B I
BBXXXXXXXX
- -BXXXXXXXXXXXB- Es comúnenmuchaspoblacioÍ K K X X X K X B B r - r-BXXXXXXXXXXXB..f^. ;•'•,• BXXB.•;• r-BXXX«';-^ axxip •:-' i
lado en la dirección del fin de la
.'. . B B X X X X X X X B U ' - -BBXXXXXXXX
!• - B B X X X X X X X B H - , ' ^ - . : - : ; - •-'. W X X B - - - B B Í - C ' B X X B . - I - ^ .
,.•••..• • D H B B D B B
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ituxBiniEiDXXX
- I - ' . . B E a B R a B - -,...•:, -. B X X B B - . - . o . , ' - « B X X B ••,;•.,-,
nes el habitar pisos bajos con
•BXXHOBXXX
última vuelta, y se ejecutan las 3
^^XXBBaxKBB
pj..-...'....;.,.,-! i - B X X X B B B B B X X X B . • - • - ' " • - •
i^ClBilBBBBbX
B H a a B B B B B ^ j . - .. B B X X X X X X X B B B B H B I B B I I B t i ' _^ ' - -.-'-.i
'ÍMMBBBBBBB
•ventanas á la calle, y acaso agrat]nou^L..Bn9x
vueltas que se acaban de descri... • . a u H X X X X X X X X X B B - . - . - l - B Í ' a B B B B . ^ ' ' B B X X X X X X X X X E O B •'. fBBB.llLBaBB
naa»^-- aaax
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• - P . ; SXX:;B
axxi-.
dará á nuestras lectoras el guar.íñ-BaxxxxBBBBaaBXXXna.
." - -••-,-•-,'--•
^BaBBBBBBB
B X x X BB-B X X X E B B B O D I S X X X X B M - . .
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bir.
• B X X X B • -• B
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necer los vidrios inl'eriores de
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í i x x x x x x x x n - - .- D B X X S
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ly.xii • aXXB..
fflXXB V - I l t l H i X X X X X X X . .
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' Bxxxxxxxxxxa•
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€llas con pantallas semejantes á
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•DXXB'^BXXB.^
eXXXB.
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. UXXXB',- - ' B O X X X X X X X X
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^•BBBBBBBB,.
IBXxXxBx-H B. n
- .a- a
..
•axxit^BXXB-j
Desde el fin de la 3." vuelta se
H X x x a -•• -;- o ^ y x B
BXXB '. DZIXBIIBBXXX
•esta que publicamos.
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X
B
B
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B X X B -;••. -'". . B X X O
BXXXBXXXB
a x X B ., E X X X O . B E X X B B U X X X
i-BxxB-Bxyfl'
X X X B ' I- B a a - a x x n
hacen,
en el lado trasversal infe.
B
X
X
B
BXXa.;
El centro de la pantalla se oBXXB-.-BXXXBXXXB
í i x x x x x x x n • a x x u . ''bXX>^U' ' tgBBDBBBBBX
xxxBB¡xxBBÍj'S^^^;:.f.:':£S^S
'-HXXa-BXXia-!
BXXXXXXXB
BXXXXXXXB
i'ioratgunos puntos-cadenetas has• axxn-BXXBK x X B B B B X B B ^ S x X X B - r - j r BXXB
BXXXXXXXB
a x x n -.-BXXXB .-H^aB-'.'KDBX
cupa con un pavo real hecho de
B.-XXXXXXBn
x
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B
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BXXXXXXXB
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J X K X X X X X B B ^ ^ ' B X X X B h h t t - BXXB
ta el medio,—se hace un punto
«XXXXXB
.UXXXB U B B B B B B B B X
^pliía ion de muselina sobre tul;
^ X X B B B B X B B h - B X X X B r h - r r p B X X B - ; -I- v e n B B ' • Q X X X R . B - K X x X E - - - a U B B B •••'• axxa
B X X X B ' . B -'-BXXXB.- '
. L'XXXB . S H X X B B H X X X
J í l X B B i X X M B r B x S X B y ñ - l j r ) - BXXB
en el aire; se vuelve la labor, y se
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el enrejado se forma con peda-aXXXB-BUXBBBOXXX
— - - — — nxxxB<3Vj£C;a:.BXXX
JXXXB'
'•- B X X U XXXBDBBBBXXXXcircuye la hoja con una vuelta de
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-*;XXS4 - üiXXxH-BBXXXXXXXX
C¡í¡*¿'^"55B»^-BXXXB"í--/^í-.-.-l
BXXXXXXXXXXXB
.-/os de bambú de un centímetro
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B
x
B
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X
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¿BBBKBBBICBTBXXXXa~l'v^'
Í.BBXXXXXXXBB puntos sencillos formada sobre a. BXXXB - BBXKIIBBXXX
^ x x B B B x x a a • B X X X X B I"^ C
x.'.;..
x ^ X;3HBBIBBa
H w w a B i i i x x x w • • .•
-ie contnrno; su largo se deter¿ x x a a a a X a a r S S x X x B ; : ^•'^(•-:- U'r_BEaBBBI1 • '
-;. axxxD~B&xxi3a¿-yxx
ÍXxxxxxxaBi;•axxx•-^íwJ•í•
.'•'•:.'
x - -Hxii • n X B - . x - -I- • - • • - s a B a í - •
lambre, creciendo algunos puntos
- - uxxxB'--nBBue<in>,ex
fiuina por el tamaño del vidrio.
j. . . r .xy.HHyxQ Bxxeo XX- • : axxxxnfXXBBBBXBB^BXXXXBi
en su punta superior y en las inUXXXM BBBB > »B-X
S X X B B B X X B B - f T a X X x Ü B ^ (TBxxxxxxH- -xx-.BXx>;xc-nxxxxn
xx -EXxxK>-xa
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ti'^i^y.xti
En nuestro modelo , el enrejado
''BBBBBtiBaB•^^tayyyxxyaxx----BXXXXB!-B-Bxxxx»-I
.' BXXXB-Buea-.'-..B3BX
iBXXXXxxn- •_.-BXXXxx» -n -BXxxxxn • • xxaxx "xxxa
i XXXXXBÍ:!;'^
xxxx
feriores.
KBBai^l^BBBB .
OXXXXXXB
- - E •X ax
XXXX
O • nuntiwaKi-.ax
BXXXXXX
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¿•BB.-l-.BCBB,BXXXXB-;!-;.~ B X X X X I -.'-'-Bxxxxxxni' B' BXXXXXXB •• - B X X X X B - _'- .-K X- U
X .XXXXBX X B - B B X X B B B X X X
-compone un cuadro de 50 cenlí^HBaeBBBBB"
BXXXXXBj'.; L;.-' B B B B í- -BXXXXXXXB-•-BXXXXXXXB'. -•- BOHB'.' -. BX):XX>;H.
BXXXX?!B,.,.:.'
xxxBBBXXBa...
Bxxxxu:sBxcBnaxx^f
El cabo de alambre se rodea con
r.r.f.,. .,- - - •.- B x x x x x u jXXBKBBXBB
!metros, qijc puede fácilmente
• oxxxííXB - •'. BXXXXXXXB-BXB BXXXXXXXB ..•:Sí.,rí-. ,-, ,.J-HXX>;XXE
H>>.XE
•••• BBXXXXXXXX
«XXXXí X X B B .
lana verde y sirve de tallo. — Se
XXXXXXXXBB
B X X X X X B . - . . , . • BXXXXXXXS • KXB'"' BXXXXXXXB!
í.,7-,-í-r.-. ,-(•-• « X X( jXxXxXxBK h• -.. n u x x x x x x x x
convertirse en un cuadrilongo.
XXXBBBBXBa.
• a x y x X X B •. BXXXXXXXXB nxií • axxxxxxxXB ., : '.iti.,.,-BXXXXXB
•LXXKxm-•aaAvanaxxx
• -•-'
prepara un cierto número de cápXXXBBBXXBB^
. . B X X X X X X B .'-1; - -• BXxxxxxxD ':- exB- - B X X X X X X X B
aajxxBBnxxx
;En cada punto de unión de los
XBBBBBBBBB.
.• o x x x x x x í . . -•.;.. BXXXXXXXB r-XXXB.i BXXXXXXXB .:,.'. i;i.(. B X X X X X X B ; . . ..
.^.BBB - . a B B n .
sulas
y de zarcillos (alambre ro. .^. . - B X X X X X X B
• ... B C B B B B B B B X
.•LQBXXXXXXXB- •
BXXXXXXB
BXXXB
•BAXXXXVB
.'^BBB.'.BBfln-r
UBBB'.i^OBBX
bambúes se debe praeticar una
,..,. -EXXXXXXXB...-. BXXXXXB.. •"!• BXXXB '-1-BXXXXXB . .'• . B X X X X X X X ü • •'- ' aBBB^ij B B B X
XaBBaBBBBB.
BBBBaaBX
• BBBB.-'-BDBX
O X - X X Í : • - BXXXXXB-I-1 BXXXXB ,• - - B X X X X X X X B - - -" - . H
deado con seda verde), luego se
i . . BXXXXXXXB
XXXBBBXXBB
&-f:aXXXXXXXB-i
-_i;t.l.-í-OXXXXXXXB.
SfiBUDBBBBX
a
axXBBBXxx
• entalladura de i centímetro de
•• - BIXXXXXB-L- !.....j.BXXXE
•. . . BXXXXXXXB ItXXXB..
D X X B 9D
BXX
XX^
X_X B,,[•<
'-J~i:BXXXXXXX•í(^<•tK
-I'';' B X X B • Bxxxxx>.xa.
-_ . .,
.|-,.BXXXXX"1^B XjxxxxxxxB;i(r<
•B
disponen las campanillas sobro el
I
:. B X X X X X X X X B _
.'B B
QBaXXBBBBB
BBX
XXX
X
BB-.'-Lt...
X X X X X X B ;l.-:ií: I-BB
largo y medio de profundidad, á
r.";í:axxyxxxxBí^!i'-!-';
• '••.-'••-•;
BXXXXXXXXB-e
XXXXXXX
^. B x x x x x x x x t ,
., • l B
XXXXXXXXBB
- •-"•-'>•-''-'i•
üB
pX
enrejado copiando el dibujo. Pue,•fjB
B
XxXxXxXxXxXxXxXx
B
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BXXXXXXXB.-ij?!,
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X
X
X
X
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X
fin deque en este sitio el grueso
XXXXXXXXBB
_
_
_
_
' a x x x x x x x x r .•
U XIX X i.: X X
. B~B
BXXBBBXXX
BBXBBBBXXX
,
- Í X X B B B B X E B ' B X yXXXXXXXXXBBl :. J.,.' ^BBX X
XXXXXXXXXX X BX [B- L-J , - V : . r J B X X X X X X X L
B X X X X X X-X X B : ; '. I.BXXXXXyB.'jBBBHBBBBBX
B Q H B B . I SHXBHBBXXX
de sustituirse el cuadro del cenI BBXDX
B^BBXBXBXX
BXXXXXXXB-.->nB.
BB
'^
x x x i B B x x B B - Bxxxxxxv'i.:;;'üxxxxxxxxar^-jiT-BXXXXXXXB
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U X X X X X B I ' IB
^de los dos pedazos sea igual al
.(lUBUIBDaBBX
XyXXXXBl.J,'.!
B
X
X
X
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X
X
X
X
B
.-BXXXXXXB--Hxo'
X B B B B B B B B B B X X X X X X B ; . B-': BXXXXXXXB-;-jL-(Ir-Bxxxxyxxa
l'BXXXXXXXXBl
. B X X,. XB XX XX XXB ; B B B B ; - Í ; B B B X
tro con un vidrio de colores.
B X X X X X X B , j . B X X X a _ - . _ : ^ - B X X X X B . :' UBBB'.LBBBX
DBBBBBBIÍBX
BXXü
Xx
i xxxxxxx
XBBBL-ü,BBBB;BXXXBBB.-.-.-BB'-f.-BXXXXXAXBr-(:í^;BXXXXXXXB
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.de un solo bambú. Se reúnen
ifíf
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« X X X XnXx-x x x x x x " "
F E í l L "B X<XxXxXxXx""
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X
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X
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L
IBBBXBB^i^BXXXXXXXXXXXXXB;
>estos cruzando en sus puntos de
S o s encages al crochet.
'union cintas de tafetán verde, ó
TIRA Di; TAPICERÍA.—líxplicacion de los signos; •Negro."'^' Gamuza. « Azul aciano
-del mismo color que el bambú;
N.** 1. — Se principia el encage
-el nudo debe caer por detrásdel
.enrejado.—Guando el marco está casi preparado, —6 puntos en todo en la primera vuelta, —5 en la i por encima de las puntas rellenas de punios de ense ejecuta el cuadro del centro sobre tul puesto do- segunda, de modo que esta se componga de 2o ' caye haciendo alternativamente 3 puntos en el aire
ble; el dibujo se hace de aplicación de muselina; punios. En la siguiente (ejecatada sin alambre) se j y iui piquillo (es decir, 5 puntos en el aire), y en el
todas las lineas mates que se destacan sobre e.>tase hace: * un punto sencillo en el primer punto, — , "primero uno sencillo,
bordan de realce ; las líneas negras se hacen con una media brida y una brida común en el 2.",—3 ' Cuando esta cadeneta tiene el largo necesario, se
•seda fina negra á punto ruso; los círcnlitrs de la dobles bridas (para las cuales se vuelve á tomar la ! vuelve atrás, de modo que los piquillos se dirijan
!." vuelta.—Alternativamente
7 puntos en el aire
.cola se ejecutan al pasado; el ojo se imita con una hebra dos veces) en el tercer punto, — una brida hacia
abajo
cuenta negra rodeada por un círculo de seda y común y una media brida en el-¡."i-un punto sen- y ! sencillo en el medio dolos 3 en el aire que sepuntos de nudillo. El cuadro se circuye con un fes- cilio en el 5.°. Vuélvase 4 veces desde ^ Se hacen paran los piquillos.
tton y ojetes- que sirven para tenerlo estirado sobre en seguida 2 vueltas de puntos sencillos (un punto
2.* vuelta.—Se vuelve atrás; sobre cada festón de
•el enrejado, por medio de una cinta verde acero, en cada punto) y se vuelve á tomar el alambre para
• • • ^ • O B X x a
•C-)
I V X A K
• ••
•
LA MODA ELEGANTE ILUSTRADA, PERIÓDICO DE LAS FAMILIAS.
puntos en cl aire SH hace un punto
sencillo,—luego uno en cl aire,—un
piquillo,—1 en el aire y así sucesivamente.
La 3.^ vuelta ¡que es la última) se
hace sobre el lailo de la cadeneta
opuesto ú los piqnillos. * En cada
^•ino de los 8 primeros puntos se ha^ce 1 sencillo,—12en cl aire, por dei^ia |0 de los cuales se pasan los 4últmios que se acaban de hacer; luego uno sencillo en el 3.° de los 8
puntos; se vuelve sobro el festón de
puntos en el aire, y en él se ejecutan 7 dientes pequeños, para cada
uno de los cuales se hacen : 3 puntos en el aire y 1 sencillo en el 2.°,
—una brida en el 1.° de estos 3,—
1 sencillo en cl festón de puntos en
el aire. Vuélvase 6 veces desde *. En
cada uno de los festones siguientes
ha de atarse el iilümo de los 3 puntos en cl aire de cada primer diente por un punto sencillo al del medio do igual diente del anterior festón. Cuando está terminada es (a
vuelta, se rellena el interior de cada
festón con hilos cruzados formando
un enrejado, cuyos punios todos de
unión se fijan rodeándolos dosó tres
Teces con hilo.
283
u ^
Vuélvase á empezar desdo *.
3." vuelta.—' Un punto sencillo sobre el primer festón de puntos en
el aire de la vuelta anterior,— 2 ei>
el aire,—1 sencillo sobre el medio
de los 7 de la cadeneta que se encuentran debajo del primer festón
de puntos en el aire;—2 en el aire,
—1 sencillo sobre el mismo fe-ton,
—5 en el aire. Vuélvase desde *.
4." vuelta.—* Un punto sencillo en
el medio del mas próximo festón de
puntos en el aire,—3 en el aire, y
en el 1.° una brida; pero antes de
terminar esta se hace un punto en
el aire. Vuélvase á empezar desde
*. Con esta vuelta se termina la mitad superior del encage.
La mitad infeiior se hace sobre
lat." vuelta, com|)uestaenteramente de puntos sencillos.
Devuelta.—* Sobre cada uno de
los 5 primeros puntos se hace uno
sencillo,—lo en cl aire, por debajo
de los cuales se pasan O puntos, — 1
sencillo; se vuelve sobre el festOn
compuesto de puntos en el aire, y
en cada uno de ellos se hace uno
sencillo. Se vuelve sobre el festón
para ejecutar O dientes pequeños,
I'A-M'AU.A PAKA VF.-'íTANA.
t:«9:«oM*»»:o»%KW*:«T«:«:9:».
«:9w:»jC«T«:w»MMaK««%^
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CAMPANU-LA
DE I,A PANTALLA.
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a la práctica.
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Jmporta quelos/Jíi/uiV/os
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sean iguales; por otro la^s:9:9:«:*:«i<
^:a:*T9»K«w(UMn«HjK
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do es difícil conservar esta
agualdad en la labor, á menos de que -_
se
emplee un alfiler grueso, que se pasa por
el buclecillo destinado á convertirse en
P^qmllo, en el momento mismo en que se
le deja deslizar fuera del crochet.
-9:9:9:«K«:*:«»;9%«:9:e:«:«9:9:9:»:9:«:«r
¿'jjfoje7í.''2. — Paraeste se empleara
^'•:9:a»:9:9:9:9:9:9:9:9:«T9w:»:9:9:9:'
-«:«:9:9:9:«»:«»:e»w:o:a:9»»»''^
üilo de dos gruesos (n.- 50 y 120); se le principia
r»i«:*:9»»:»»»»:«:9»:9;«T9'
por el medm haciendo una cadeneta del lareo aue
^•:»:«:*»:«»:«»%9:a:9:»>
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W.V.'BiX.VM.VM'SM'.P'
se necesite.
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t:«:9:e:«:9:*:9"
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w.v.vsy.v.r
1.' Viielfa.—Vn punto sencillo en cada punto de
•9:V.VJ€7
la -vuelta anterior.
^
2.» üwe/ía.-Se vuelve atrás sobre el otro lado de
1Í«K • "í^^' * " " P""^o sencillo,—H en el aire, por
«eDajo de los cuales se pasan 7 de la cadeneta.—
CENTRO DE
•:«;IÍ;».«.9;»»;«.«»:««O;
Í:O;*O:»;*:9:9'
i'iS'fe •
LA PANTALLA.
r
cada uno do estos del modo'siguíente: 5 puntos en el aire, y
en el 4." 1 sencillo; luego en cada uno de
los otros 3, una brida; sobre el festón un punto sencillo.—Terminados los seis
dientes se vuelve á empezar
desde *; pero han de ligar
los 5 puntos en el aire del primer diente
con la punta del último diente del anterior festón. El relleno se hace en dos vueltas con hilo fino (véase el dibujo). •
Soa enoages
á la
aguja.
MATERIALES. —Hilo fino 6 algodón l o r c i d o .
N." l.--Se hace este encage, bien sobre una cadeneta al crochet, bien sobre la tela misqja. Las
tres primeras vueltas se componen áe budecUlos semejantes á los del festón. En la 4." vuelta {ignalraente á punto de festón) se forman los dientesaproximando un poco lo3 puntos; al principio d&
.364
LA MODA ELEGANTE ILUSTRADA, PERIÓDICO DE LAS FAMILIAS.
nn diente se hacen 4 buclecillos de festón en el primero
de la 3.' vuelta, y otros tantos en la 2.% luego volviendo
de dererlia á izquierda sobre cslos 8 buciccillos, se hacen
7; se vuelve de izquierda á dereclia haciendo G buclecillos
V así se continúa liasla terminar el diente por un buclecilio. Se pa?a la hebra repetidas veces por el contorno exterior, á lin de llegar hasta el último de los 8 buclecillos superiores; allí se hace un buclecíllo en el mas próximo de
la 3." vuelta; luego en cada uno de ios 2 siguientes se hacen 4 buclecillos para prlmiipiar el 2." diente. La o." vuelta se compone de buclecillos flojos que rodean cada diente; véase por lo demás el dibujo que representa la ejecución del encoge.
N." 2.—Se hará este encage sobre una tira
de hule. La primera vuelta se compone de buclecillos de festón que se enlazan dos veces
(véase el dibujo). En la 2." vuelta se ejecutan
las espigas; se hace un huclecillo en el primer
festón de la vuelta anterior, y se tira de él para alargarlo, sujetándolo con una aguja 6 un
alfiler; este buclecillo se cubre de arriiia abajo
con punios d" zurcido bastante próximos. Para
la espiga siguiente se liacc un segundo biu'lecillü igual (véase la línea de puntos del dibujo
que representa la ejecución del encage); pero
^1 punto de zurcido se hace ahora de abajo arriba, y así sNcesivamente.
Para la 3." vuelta se hacen 2 buclecillos en
cada buTeta que reúne dos espigas. La 4.^ vuelta se compone de buclecillos mas ó menos
largos (véan.se los dibujos) enlazados muchas veces
y formando Festones compuesto cada uno de 3 buclecillos; en la o." vuelta se enlaza el contorno de
estos festones de modo que formen una especie de
cordoncillo.
forra de tafetán negro, y si ha de servir para el próximo
invierno, se algodona. Los adornos se reducen á un galón
de seda negra mezclado con cuentas negras; se orlarán con
primeramente los contornos.
En el escote, se medirá el largo de galón necesario para
guarnecer la mitad de él desde el delantero, luego el alto
del paletQ,t desde el medio del escole por detrás hasta '•
borde inferior de aquel, deteniéndose á 4 centímetros ' \
dicho borde; se cortará un segundo pedazo de galón i'r,'u;i
al anterior, cada uno de estos pedazos se coserá sobré *-•.•
escote; cuando se haya llegado hasta el medio de él, se
cruzarán los dos pedazos de galón, fijándolos sobre el paletot para que figuren los cabos notantes de un
lazo. En el extremo de cada uno se pouíirá
una burla de seda negra de 3 centímetros de
largo.
La sisa se guarnecerá, solamente en su mitad superior, como se ha dicho para el escote; las biirlas han de ser algo mas pequeñas.
Si á mas de estos adornos se quiere borrlar el
palet' t con un salpicado de cuentas negras,
ninguna dilicuitad hay para ello, como tampoco para que se le añada un fleco de seda negra puesto en el bordo inferior del forro. El
fleco muy fino no es hoy corriente; ha de ser
espeso y pesado: así lo quiere la moda actual;
ella querrá probablemente lo contrario el año
próximo.
ESTRELLA AL CIIOCHET.
1.^ MiraA,
C h a q u e t a de
casa.
Esta chaqueta se hace de
molctot de lana blaneo muy
fino, imitando
al piqué de algodón. El conN." 1. —E^-í:AGE M. TRCCUET.
torno se festonea con lana negra y se guarnece con guipur negro muy estrecho ligeramente so.-tcuido.
R3VISTA DE MODAS.
Después de haber notado aquí que se llevaban
sombreros imperceptibles,
trages cortos sobre zagalejos
largos, corpinos demu'^elina
blanca, de fuinrd, de cachemira, y hasta de indiana, paletots de cachemira negra
bordados con cuentas, cin1.—EKCAGE Á LA
turones con cabos y sin ellos,
AGCJA.
coseletes etc., parecería que
nada me queda por decir respecto á la moda ac-tual; ¿pero acaso este asunto no es inagotable?
.¿Quién, tratándose de modas, hallarla tachables hasta las mismas repeticiones? Aun cuando no fuese
p i r a si propias ¿no hay mugeres que se ocuparian
de ellas por encnla de las demás... para criticar,
:por ejemplo á Mme.** que las lleva demasiado modernas?
Les trages que se confingen desde ahora para la
estación próxima se harán sin ninguna guarnición,
'h bien con guarniciones científicamente complica-das. No hay término medio; ó nada, óencages, horadados, cuentas, muchas docenas de hebillas de ñafiar ó de azabache, galones, flecos, botones, vivos,
lodo ello mezclado, entrelazado, confundido en artística armonía. Hoy, en efecto, no basta
-«i ingenio femenino para preparar un tra,ge; hay que emplear al erec:o un dibujan.te por* lo menos, á veces un artista , con
frecuencia un geómetra que calcule las
<;urvas, mida ios ángulos, y disponga ma•lemáticamentc los cuadrados, las elipses y
sus eges. Ahora es cuando puede afirmarl e que el vestir os una ciencia.
Pero tratemos de la moda bajo un punió de vista mas positivo. Se ha dicho qnc
•ya no se llevaban paletols de cachemira negra bordados de i ucntas. Esto es cierto.
L.os calores caniculares son incompatibles
•<;on semejantes pardesús. Esla moda, tan
Tápidameiile generalizaría, se ha detenido
-en su deuirrollo á causa de la temperatura; pepo ya llegado Setiembre, la moda de
•ios paletols de cachemira negra se hará
niniversal. Pero estos son caros, muy caros
EMMELINE RAYUOND.
EJECUCIÓN DEL ENCAGE
EJEr.üClON DEL ENCAGE A LA AGDJA N . " 2 .
si han de llevar bordados ricos; por tanto, me creo
obligada á indicar á nuestras susci-itoras económicas el medio que han de emplear para tener un paletot de cachemira negra sin tener que hacer un
considerable gasto.
El patrón es el del paletot-saco publicado esta
primavera; se le corta en cachemira negra, se le
CUAQUETA DE fASA.
En los primeros días del mes de mayo del año
1820 una rica familia inglesa que viajaba por Francia llegaron á
Marvejols; se
hosped a r o n
en el único
hotel que poseía y que posee todavía e>ta pequeña villa del departamento de la
Lozére, una de
N." 2.—ENCAGE AL CROCHET,
las mas pobres, como también de las mas pintorescas provincias de las ochenta y nueve que se compone la
Francia. Esta familia llevaba uno de los nombres
mas aristocráticos de la gran Bretaña y se componía
de cuatro perdonas. Su jefe Lord Dervil, par de Inglaterra, antigu.^ Gobernador
de las posesiones Británicas
en Decanía, era un hombre
de unos sesenta años, cuyo
esterior y distinguidos modales desGubri.m á primera vista al gran señor, revelando su
W." 2 . — E N r . A G E A
fisonomía llena de franqueza
LA AGUJA.
y benevolencia, una bondad
admirable, mas extraña en el carácfer altivo del
Lord ingles.Milady Dervil, su muger, de unos quince años menos que él, conservaba todavía notables
restos de una hermosura poco cnmun embellecida
por una tierna expresión de bondad que el tiempo
había ya marcado en ella.
La tercera y la mas interesante de estas cuatro
personas era un joven de catorce ó quince años; pero que por su esterior débil y enfermizo apenas
representaba diez. Parecía una flor marchita. Este
niño inclinaba lánguidamente su frente pálí'ia rodeada de una sedosa cabellera rubia, habiéndose concentrado toda su vida en la expresión de
sus ojos de un azul límpido y brillante. La
palidez enfermiza de este niño resaltaba
mas todavía, bajo su rico traje de terciopelo negro, asemejándose á una de esas figuras espirituales de vírgenes debidas al pincel de los artistas alemanes de la edad
media.
, ,
Jorge Dervil, así se llamaba, era el único
hijo y heredero presunto de Lord y de Lady
Dervil.
Los mas célebres médicos de Londres le
habían casi condenado á muerte el día de
su nacimiento, y si vivió fué á fuerza de
cuidados y precauciones y por la mas exquisita vigilancia; asi la ternura de sus padres hacia él, muy natural por tanto títulos,
se había redoblado por la fragilidad de su
salud y por el temor incesante de ver el débil hilo de su vida romperse al menor choque.
Por seguir los consejos de la ciencia y
por intentar el último medio de salvar una
V,
LA MODA ELEGANTE ILUSTRADA, PERIÓDICO DE LAS FAMILIAS.
cabeza tan querida, emprendió Lord Dervü nn largo
viagcpor climas mas licnignos que el de Inglaterra,
después de haber visitado la Francia, debían recorrer .succsivam(.nLe la ü^spaiía y la Italia, fiiando en
este liUitno punto su estancia poi' algún tiempo.
El último de los individuos de la familia era una
"rnuger alta y seca, de rostrn pálido, sin otra expresión que la de un ceño de los mas desagradables, qne
forfl,iabacon el dulce rostro de Lady Dervil rm contra',' •; notable, en el que ganaba mucho esta última.
Poi'abreviar, diremos qne era una soltenina y que
reunía todo el <icsagrado físico y moral de las mngeresq'ie se hallan en esta posición desolada y alas
que no es posible conocer nunca suverdadera edad.
Sin embargo, representaba de treinta y cinco á cuarenta años! Se llamaba Miss Crawford, era descendiente de una rama colateral de la casa Dervil; pero
que habia sido arruinada en el últímosiglo por especulaciones desgraciadas. L'jrd Dervil la habia recibido en su rasa como á una hija , sin
qne ella, orgiillosa y
altiva por naturaleza
hubiera sabido agradecer tan delicado
comporlamiento. Es
p e n o s o reconocer
tanta ingratitud en la
naturaleza humana;
pero en honor de la
verdad, d e b e m o s
*
confesar que Miss
Grawford tenia mas
envidia que recono-
fiebre, mejorando al fin, merced á los asiduos y solícitos cuidados de su madre. Una mañana de primavera sacaron al pequeño enfermo á pasear por los
pintoresco alrededores de la aldea perfumado.'; por
las brisas matinales y esmaltados con las mil flores
del mes de mayo.
Apoyado en su madre, Jorge marchaba lentamente; los rayos vívilicantcs del sol habían colorado sus
mejillas extraordÍn;triamente pálidas y una sonrisa
de felicidad sedibnjaba sol)resu3 labios ,ai espectáculo encantador de los campos. Lord y Lady Dervil,
maravillados de aquellos siíítomas de mejoi-ia se abandonaron á las mas ilulces emociones, sintiendo
penetrar en su corazón una esperanza que no hablan
osado concebir hasta entonces.
A una vuelta del camino se detuvieron antes un
cuadro inesperado y encantador.
Una anciana ocnpad;i en hilar, estabasentada sobre el césped al pi¿ de un gran árbol. Detrás de ella
28í!
—Si! pero le quedo yo, contestó la anciana, y
mientras mis manos puedan manejar la rueca, mi
niña no ini á pedir limosna.
—Sí no tenéis mas que el huso para vivir, debe
ser para vo.s esta niña una carga muy pesada.
_ —Seguramente; pero es una carga que no cedería por lo que posa de oro.
—Parece lista; pero no habla nada para su edad;
observó Lord Dervil.
—Ah! señor; exclamó la anciana suspirando tristemente; no le falla ia gana, bien lo maniOesta con
los gestos y con los ojos; pero se quedó muda de
unai cidente.
—¡Muda! repitieron doiorosamente el padre y la
madre de Jni-ge.
—Escurhad, mi buena mujer; dijo Lord Dervil
después de haber considtado á su miiger con una
mirada; mañana, sin duda, estaremos bien lejos de
aquí: pero antes de continuar nuestro viage Müady
y yo queremos hacer
' •
alguna cosa por vos y
por vuestra hija. Venid esta larde á Marjévols, y en el hotel
del Caballo blanco
preguntad por Lord
Dervil. Allí os esperamos.
La vieja conmovida
prometió no faltar,
pudicndo apenas balbucear algunas palabras de agradecimiento.
Mi^s Grawford , no
manifestó su aproba-
EXPLICACION DEL GRABADO DE UOn,\?.
T r a g e para Beñorita j o v e n . — E s de fulani Llameo con nijas ro-.a, corlado en punta. Cnseli^íc inny l>>i|o, con dniuron rnsa y cscar.i|ii'Ki; rÍ7.Liilo de cinta cosa
al rc(k-i!or (k'l co.^L•llJtl^ Corpino tniiiitiiiitu con m^inga'í hrgLis de niu-ulinü.
A m a z o n a » di; moer giis, pariltsús Luis XUI con ojales de galón negro. Sombrero ele pula negra, gran pluma liluitca.
A m a z o n a , je paño ligero casIaño-granaie. Corpino con fjldondllo cuailrado
por iluinh. (¡orr;i di- paja tii.'L;ra con piiiin;i iii:gra.
L:is (.'M.'iguas, corLidas en puntas, [¡unen 3 niüiro.s y óO centímcitos de aiiclui,
por nn metro y 50 ceialineiros de largo.
*^iniiento á los parientes qne vcia ocupar en el mun- ' una preciosa niña de unos cuatro años, rubia como
''o Una posición en armonía con su nacimiento.
' los trigos, y sonrosaila como una manzana, tendía
Ella lio Lcnia mas qne una pasión y el objeto que j sus regonlcLas manos, tan pronto hacia la rueca, tan
pronto hacía el huso y ciiamlo podia asir el uno ó
^ l'l inspiraba era bastante indigno.
' el otro objeto, el hil-j se rompía, entonces la vieja
Amabii con extremo á su hermano menor, que j la reñia; pero dulceniente como riñen las abuelas,
oslaba de dependiente en la Compañía de las In-j concluyendo por abr;iz:ula, terminando la riña por
'•''s. Roberto Grawford gozaba de una triste repu- apasionados y sonoros besos.
/^cion; era jugador, vicioso, poco escrupuloso en
Lady Dervil contemplaba con enternei^imiento
9^ medios de procurarse dinero, y sin la interven- esta sencilla escena y Cíimpai'aba la robustez ile esta
ción generosa de Lord Dervil que varias veces ha- niña con la naturaleza débil y eid'ermiza de su hijo,
'•1 pagado sus deudas, hubiera sido destituido, ha- experimentando casi un sentimiento de envidia ma^'íi mucho tiempo.
ternal,
. Su hermana le vela al través del engañoso prisma
—Es vuestra esta encantadora criatura? preguntó
f* su cariño paternal y sin confesárselo quizá hacia á la vieja.
^otos secretos por la muerte problable de Jorge, la
—Si, mi buena señora, respondió esta; es la ni^"G redundaría en beneficio de su querido Roberto, ña de mi pobre hija que murió, ahora para San
^lUG corno pariente mas próximo heredarla la inmen- Juan vaha hacer un año. Su padre ha muerto tam'^a lortuna de Lord Dervil.
bién.
La familia se detuvo en Marvéjols, para que Jor—¡Eshuérfana! exclamóla madre de Jorge conh^ fatigado ya del viage tuviese tiempo de descan- templándola con el mas tierno interés.
s r. Allí estuvo muchos dias en cama con aguda
clon ni su desaprobación, observó solamente que
los mendigos pululaban mucho en el país.
Por latai'de la anciana se presentó puntualmente,
llevando á su nieta con ella.
—Cómo sollama la niña? — le preguntó Lord
Dervil.
—Juana, para serviros, dijo la vieja haciendouna^
reverencia.
—Y bien, tomad esto para Juana, dijo el padre de
Jorge, deslizando en los bolsillos del delantal de laanciana dos paquetes de monedas de oro.
La pobre mujer en medio de su asombro no podia creer lo que vi.dan sus ojos.
—Si algiui dia la niña tiene nccesiilad de nosotros podéis enviárnosla; dijo Lord Dervil. Ella hallará siempre nn asilo bajo m¡ techo. lie aquí escrito mi nombre y mi dirección en Inglaterra.
La abuela tenia las lágrimas en los ojos.
—Cómo podríamos jamás olvidarnos de vosotros
y de tan gran beneficio!... dijo juntando las manos.
—Rogad a Dios con Juana porque devuelva la-
LA MODA ELEGANTE ILUSTRADA, PERIÓDICO DE LAS FAMILIAS;
286
salud á mi pobre niño enfermo; respondió la madre
de Jorge,
—Oh! SI, nosotras rezaremos por él todos losdias,
exclamó.
—Vamos, mi buena mujer, hasta otra vez, y vosotros, niños, abrazaos; liijo Lord Dervil,conduciendo á su hijo delante déla pequeña muda.
Los niños se abrazaron con tanta efusión como si
hubieran sido hermanos.
Por la mañana la familia inglesa había dejado á
Marvéjols y proseguía su viage.
II.
Doce años han transcurrido después de esta época.
Al cabo de una estancia de tres años en España y
en Italia, Lord Dervil, su mujer, su hijo yMissCrawford habían vuelto á Inglaterra.
Desde la corta parada que la familia había hecho
en Marvéjcis, una mejoría notable se habia operado en la salud de Jorge.
El clima de Italia y de España completaron su curación y cuando volvieron álnglíiterra la transformación era completa. Lady Dervil atribnía sobre todo este resultado á la buena acción que su marido
había hecho en Marvéjols y á la inilucncia de los
ruegos de Juana y de su abuela.
Por entonces al ver la robustez de! joven que contaba vcintilrrs años, de talla elevada y esbelta, de
tez fresca y sonrosada, de rostro franco y alegre no
sehubiera reconocido en 61_al enfermo demacrado
y casi moribundo de Marvéjols.
Sin embargo dos grandes y profundos dolores habían ido sucesivamente á turbar la felicidad de Jorge, después del restablecimiento de su salud.
Su padre y sn madre, murieron unos en pos del
otro llevándose pocos dias.
Lord Dervil murió con la tranquUa serenidad del
hombre de bien, dejó resignado y sin pesar la vida,
después de haber obtenido la realización de sus votos, pues llevaba á la tumba la certidumbre de que
su hijo vivía, y no quedaba extinguido su ilustre
nombre.
En cuanto á Lady Dervil, en el momento de espirar exigió de su hijo el juramento liel de cumplir la
promesa hecha por Lord Dervil ala abuela de Juana,
de amparar á la huérfana si algún dia se presentaba
á reclamar el cumplimiento de tan solemne oferta.
Jorge había hecho el juramento exijido porsu madre, después la cerró los ojos, vertiendo lágrimas,
las mas amargas de su vida.
Por la herencia paterna quedó Lord y par de Inglaterra y dueño de una fortuna regia. Era bueno,
humano y generoso como sn padre y de un trato tan
sencillo que se dejaba ver de todo el mundo, y cuando iba á caza durante el invierno, á los vastos dominios que poseía en Escocia, los montañeses corrían
con locura ásu encuentro, haciendo resonar en los
aires sus aclamaciones de júbilo.
Miss Crawford vivia todavía. La^ naturalezas como la suya se conservan mas largo tiempo que las
demás. Jorge después de la muerte de su madre,
aunque no sentía por esta prima una viva simpatía, le habia dejado todos los cuidados de la administración interior de la casa, é insensiblemente ella
habia tomado la costumbre de mandar en jefe en
la morada del joven Lord, y hasta consiguió de él
á fuerza de instancias que hiriiese ir á Inglaterra á
su hermano Roberto Crawford.
Este se puso en camino para Londres con la esperanza de llegar á tiempo para recoger la herencia de su primo, pues no sintiéndose con valor para destruir las ilusiones de su hermano, Miss Crawford, no le habiajamás informado déla curación de
Jorge. Así su desaliento fué terrible cuando en lugar
de un moribundo, halló un joven lleno de fuerza y
de salud, que mas bien tenia trazas de enterrarle
á él.
Sin embargo, disimulando su ira se revistió de
valor, y se propuso con su hermana volar por sus
intereses, y aprovechar las ocasiones que la casualidad pudiera ofrecerle.
Empero no tardó en presentarse para Jorge un
matrimonio brillante, que siendo aceptado, quitaba á los ambiciosos hermanos toda esperanza de
adquirir un dia la herencia que les pertenecía de
derecho, quedando Jorge soltero, pues de esta alianza era probable que tuviesen hijos.
Desde el anuncio del matrimonio, Roberto se volvió taciturno y sombrío, abrigando sin duda siniestros planes.
Estaba en invierno y habia empezado la época de
la caza, á que era muy aficionado el jóvenLord. Este proyectó con sus primos una cacería, por lo cual
debían partir al dia siguiente para Escocía.
Por la mañana de este dia, se anunció á Jorge,
que una aldeana deseaba 'verle. Ordenó al punto
quefuese introducida, y víó auna joven de diez y
seis años, vestida con el trage de las montañas de
Lozéi-e, la que con timidez encantadora, después de
haberle saludado en silencio, le presentó una carta
cuyo papel amarillento atestiguaba su antigüedad.
Esta carta era la que el patire de Jorge habia dejado á la abuela de la pequeña muda. Juana iba
pues á demandar del hijo el cumplimiento de la
promesa del padre, porque hibiendo muerto su
abuela, no la quedaba en el mundo amparo alguno.
Jorge que no babia olvidado el juramento hecho á
su madre, recibió á la muda con la mas amistosa
cordialidad, y se convino con Miss Crawford, en que
seria conducida en Londres á casa de una paríenta
lejana del joven, señora muy respetable que se encargarla de su educación.
Antes de separarse de ella Jorge quizo cumplir
los deberes de la hospitalidad y decidió que fuese
déla partida acompañándolos en su viage á Escocia.
Dos días después habían llegado y debían en persona empezar la caza Ji.rge y Roberto.
La víspera Juana se paseaba por un sitio pintoresco que le recordaba las montañas de su pais, y cuyo aire vivificante reanimaba los frescos colores de
sus mcgillas.
Por casualidad oyó en'una espesura de ramage
impenetrable, las primeras palabras do una conversación que llamó vivamente su atención. Iteconoció
la voz de Roberto; hablaban de Jorge, ella se detuvo escondida, retuvo el aliento y escuchó.
Se trataba de un complot infame; por la mañana
Jorge pasaría por un sitio que designó donde unos
asesinos pagados por Crawford dispararían sobre el
joven Lonl sus armas de fuego, y su muerte pasaría
como un accidente de la caza.
Juana huyó toda temblando y pasó la noche en una
ansiedad terrible, sin poilcr revelará Jorge su descubrimiento, por carecer del uso de la palabra y no
saber expresarse pnr escrito.
Porla mañanaá la hora y en el lugar indicado por
Roberto, se oyeron dos disparos de un armado fuego. Un joven herido por una bala cayó exánime en
el sendero. Roberto apareció un instante después
y reconociendo ei trage de su primo, se acercó al
cadáver y le puso la mano sobre el corazón para
ver si respiraba todavía.
—¡Horror! exclamó: estos son los vestidos de Jorge; pero es el rostro de Juana: "los miserables, dijo
con rabia, se han engañado" y levantando la cabeza
vio en pié delante de él áLord Dervil que le miraba
con desprecio.
Jorge al oír la exclamación de su primo lo comprendió todo; Juana no pudo á causa de su impedimento informarle de aquel peligro y le salvó la
vida dando en cambio la suya propia.
—Señor, dijo Jorge; no estaría bien que un caballero de tan ilustre familia muriese sobre el cadalso;
sabéis vuestro deber.
Roberto asió la carabina con aire sombrío y se hizo saltar la tapa de los sesos.
La herida de Juana no era mortal, curó pronto,
y la gran conmoción que había sufrido, le devolvió la
palabra, que perdió en la niñez de un accidente. Muchas mudas han sido curadas por estas crisis de la
naturaleza.
Seis meses después de este drama doméstico, del
que la generosidad de Jorge dejó siempre ignorar
el secreto, Miss Crawford inconsolable por la pérdida de su querido hermano, murió también.
Juana se llama hoy Milady Dervil y es la esposa de
un Lord y par de Inglaterra.
Muchas alianzas parecidas se ven en este pais extraordinario por tantos títulos.
Crrartiiccioii de! franciis).
FAÜSTINA SAEZ DE MELGAR.
E l 8 DE JUNIO O TODO EN UN DIA.
NOVELA ORIGINAL DE....
CONTINDACION.
Cumo yo no sé fingir y en aquel momento lo esliiba
haciendo, dige varias inconveniencias, para indicar al
barón que no me llamaba la atención su casa, cuando
estaba descando enfrar en ella.
El barón pareció nolar mi embarazo, pues fruncid un
poco el enlrecejo; pero desarrugi'mdole repuso:
—Nada, nada, hoy comeremos en casa, y otro dia
donde V. quiera.
Hizo acercar el coche, entramos y veinte minutos después estábamos en casa del liaron de Andinaga.
Desde allí te avisé que no me esperases á comer, ni
tuvieses cuidado por mi ausencia.
IV.
Entramos en casa del barón, y pasamos á un gabine-
te que bien pudiera llamarse de lectura. Ricos estantes
de caoba llenos de libros lujosamente cnciiadernadosocultaban las paredes de la habitación, que era un octógono perfecto. Un gran velador en el centro, también
de caoba y de la misma forma del gabinete, sosleida
otros voliioienes abiertos unos y cerrados otros. Una gigantesca escribanía de plata y una lámpara solar con ^
reflejos color de rosa, pendiente del lecho, constituiar,,i
el adorno de aquella habitación, además de algunos i;.-,!Uones de terciopelo rojo que estaban colocados al r^^dedor del velador.
Sobre este mueble había también un libro apaií,!'.,o.',
grande, forrado de (ercíopolo azul con cantoneras dé° ,
oro, en cuyo centro se leia en caracteres góticos:—Al- ».
bwn de Jiilüi.—
El barón me habia dejado solo, y registrando el álbum encontré en él bellísimos paisages y delicadas poesías de nuestros mejores literatos.
Tomé una pluma y escribí en la primera hoja que
encontré en blanco:—
Tu ch'a Dio sppiegasti Talli
¡Oh! bell'alma innanioratla
Te rivolgi á mé.,..
Y puse por bajo una fecha y una inicial.
La focha era la del dia en que vi á Julia por vez
primera.
La inicial la de mi nombre.
Cerré el álbum y cogí otro libro para distraerme: esla era la idea aparente: la verdadera fué para reponerme, pues me bailaba conmovido.
focos momentos después, entró el barón que me habia dejado solo, para ir á prevenir á Julia, y algunos
momentos después apareció esta á la entrada del gabinete. Su rostro un tanto rosado, palideció un poco y Julia detuvo sus pasos en el umbral, como litubeanflo; mas
reponiéndose al punto avanzi'i h'ácía mí, tranquila, son- .
rienle, y con la mano extendida.
Al estrecharla entre las mias me pareció que temblaba: e'la debió n'blar el temblor de la mía; pues retiró
la suya al momento que yo debí abrazarle con mi contacto.
Cambiamos un saludo casi ceremonioso, casi franco,
y dcsjiues de tomar asiento, hablamos del encuentro de
la larde, do la apuesta que habia ganado, del honor que
recil'ia asistiendo á su mesa, y de otras muchas cosas
casi indiferentes.
El barón alternaba con nosotros, y la conversación
tenia un carácter grave y formal. Hablamos de música,
de pintura, do literatura, y Julia se explicaba con una
inteligencia poco común aun entre las mujeres mas instruidas.
La oíasion era oportuna y empezó á hojear el álbum
enseñándome algunos paisages, leyéndome versos, y haciéndome notar las bellezas que en cada uno descollaban: por liltimo, me rogó que pusiera algo. Me disculpé diciendo que no era poeta y que tamprco sabia pintar, y no obstante me instó diciendo que tendría sumo
gusto en que mi firma esluviese al lado de las de tantos distinguidos artistas. Recorrió las hojas del álbum
buscando una blanca donde yo debia escriiiir. Haciendo
este registro encontró lo que hacia pocos momentos habia yo escrito, y no pudo contener un pequeño y sobrecogido acento de admiración, que fué acompañado
de una mirada furtiva; pero penetrante 6 inquisitiva: yo
contesté del mismo modo, y el barón pareció no apercibirse de nada.
La noche llegó mientras tanto y pasamos á otro gabinete á esperar que nos avisaran para comer. Llegada la
hora pasamos al comedor: la comida fué silenciosa y
triste : pudiera decirse que todos estábamos bastante
preocupados. El barón se esforzaba sin embargo, algunas
veces por animarse y animarnos; pero era inútil, pues
pasado un instante cesaba su excitación y volvía á su eslado habitual.
Julia comía poco, estaba pálida y sonreía de vez en
cuando; pero su sonrisa era triste: en algunos momentos me parecía lúgubre.
Vo afectado por la disposición de ánimo de mis acompañantes y por mis propios sentimientos, me amoldaba
á tal situación sin trabajo ninguno: es mas, me hubiera
sido difícil salir de ella sin violencia, y su continuación
me halagaba.
Julia que estaba sentada en fronte de mí, me miró
algunas veces de una manera intensa; pero desviaba los
ojos con rapidez no pudieudo sostener el peso de la mirada que yo tenia fija sobre ella. Parecía que un poder
tenaz ejercía en mí aquella atracción irresistible y á la
que no podía sobreponerme, pues si alguna vez lo intentaba, mis esfuerzos quedaban frustrados, y mis ojos volvían á lijarse en los de Julia.
El barón, como nosotros, hablaba poco; pero no sonreía: nos contemplaba, y mas de una vez creo que quiso oponerse á mí insistencia; mas ó no lo creyó prudente, ó no se atrevió, pues ni una palabra dijo sobre el
asunto.
La conversación durante la comida se redujo á muj
sencillas palabras, á especies mas ó menos vulgares, y ,¡*
concertar oira partida de tiro. Esla partida no se realíz'^'
Concluida la comida pasamos otra vez á la biblioteca)
donde se nos sirvió un exquisito café.
El sitio eraá propósito para continuarla conversación
interrumpida, y el barón hablo de nuestra literatura
comparada con la de otros países, de una manera to^'
elocuente que me admiró al darme una idea de la extensión de sus conocimientos.
Citó muchos y bellos pasages de nuestros clásicos y de
nuestros poetas modernos, y otros no menos bellos de
LA MODA ELEGANTE ILUSTRADA, PERIÓDICO DE LAS FAMILIAS.
Moliere, de Corneille, de Hacine, de Sachespenre, de
Byron, y otros literatos franceses é ingleses, sin olvidar
las bellas y sencillas producciones de Alfleri, ni de los
•padres de la literalura italiana, lístableció un paralelo
•t'nire el Dante, el Petrarca y el Tasso, y decidí'^ que la
divina comedia seria la obra literaria mas profunda del
mundo, sí no se hubiesen empeñ;ido en explicarla y comentarla los mismos que mas distantes han estado de
comprenderla.
Á unque el momento no era el mas á proposito, pues
•cu/f quiera cosa que yo escribiese debia ser de ningún
Viíl'' después de los hermosos textos que se habian cila^0 y de las bellas composiciones sobre que haliíamos discutido, el barón me rogó que escribiese alguna cosa en
el álbum de su hija. Me disculpé otra vez diciendo que
no hacia versos, con otras mil excusas sobre el mismo
lema; pero Andinaga rae salió al encuentro diciéndome:
—No siempre se escribe lo mejor en verso: muchas
"Veces la prosa es mas elegante y mas precisa.
Julia que sin duda había cam'biádo de opinión no me
rogó que escribiera sino de una manera cortés casi indiferente y sin insistencia de ningún género, pues que
sus palabras me disculpaban á la vez que manifestaban
deseo.
lül biiron, sin embargo, no cedió y hube de darle gusto- Ignoro si su objeto era sondearme, ó conocer mis
pensamientos con respecto á Julia, supuesto que su álbum es tan á propósito para una mera galantería, como
para una declaración expresiva. Me resolví, por fin, á
escribir algo y meditaba qué habia de noncr para no
despertar sospechas cuando me acordé de una delínicion
•íue habia oido á Julia en el teatro. Entonces tomé la
pluma y escribí:
"Amor es la fusión de dos almas en una sola"—y firmé con mi nombre y apellido.
Como solo habia puesto un renglón, el barón no pudo
contener su curiosidad, y se levantó para leerlo. Al concluir fruncí'') un poco el entrecejo; después notando que
yo me habia apercibido, dijo, 'bellísima definición; peroes muy espiritual y por tanto irrealizable."
Julia palideció ligeramente y dijo:
—Y porqué no ha de serlo, papá?
—tires demasiado joven y candida para que yo pueda
darte una explii:acion satisfactoria. Sin embargo, añadió
dirigiéndose á mi, el pensamiento es muy delicado y
doy á V. la enhorabuena por su concepción.
—V yo la admito, contesté concierta intención; pero
solo por trasmitirla desde el fondo de mi alma á quien
Verdaderamente pertenece; pues la idea, señor barón,
fio es mía.
—De quién os, pues? preguntó este con la mayor candidez al parecer.
^ S í , de quién fis?'preguntó Julia á su vez, con notable inquietud.
—Voy á hacer íi Vds. una verdadera confesión: osa
•dea la he aprendido de la persona á quien amo. Julia
^e cxtremeció notablemente; pero recordando sin duda
filie ella me lo habia dicho la noche que la conocí, se
ruborizó y me dijo con una sonrisa impregoada de ternura.
—Luego V. ama?
—Sí, señora, con vehemencia infinita, repliqué sin
poder contenerme.
líl barón me miró sorprendido. Los ojos de Julia se
ílenaroo de lágrimas, la que por disimularlas, nos dio
Un pretexto y salió del gabinete, lintonces conocí que
^fa amado y empecé á ser otro hombre.
í^resentí la suprema felicidad.
. Kl barón parecía mas meditabundo que de costumbre:
^'fi duda advertía las sensaciones de Julia, y esto le con'fariaba; así es que hablamos muy poco, mientras estu-
^'imos solos.
Pocos momentos después, volvió Julia: me pareció hallarla mas hermosa, mas erguida, mas orgullosa: entonces creí que mí amor la ofendía y que mis palabras hablan sido una necedad. Pero mi temor desapareció cuando con voz afable y cariñosa nos propuso pasar á su sa'a de estudio.
Aceptamos, y pasamos á un precioso gabinete que coJ'lunicaba con la sala principal, y en el que lodo el mue"^iige, asi como la tapicería era azul celeste con franjas
y flecus de plata. .
'ín un textero habia un piano vertical, de fábrica inSlesa, y en un extremo del mismo textero un arpa.
Ilalilamos de música y rogué á Julia que tocase algo
^^ el arpa; accedió y el ritornelo del aria de Lucía de
'-lammermoor fué interpretada de una manera casi dinoa.
Propuse entonces á Julia que cantase algo y me con'Oslú que no se acompañaba con el arpa, sino al pia•^0, y que cantaría por darme gusto aunque se fatigaba
"bucho al tener que acompañarse.
, '-nionces me ofrecí á hacerlo, con lo que desaparecía
'a dificullad.
~-Qué va V. á cantar? le dige.
Lo que V. quiera.
~-No, no, la elección es de V.
•~-Pues bien, cantaré este árial
, ^,pusn sobre el atril un libro abierto por la pieza que
^3oia de cantar, que no era olra que la misma aria cui? rilordeio ó inlroduccion acababa Julia de toCar en
61 arpa.
Comprendí la misteriosa idea que aquella elección cnepraiía y mi alma abarcó con una mirada un porvenir
g '^^nso de dicha y amor. Aquel aria habia sido la cauJf principal de mis relaciones con Julia; relaciones de
jjp^. noche, es verdad, poro que había dejado en mi
r?cíio una profunda huella. Aquel aria debia ser lamben el principio de nuestras relaciones amorosas, por-
287
Estábamos solos.
que ya nos amábamos aunque nuestros labios no habían
—Cómo se encuentra V., Julia? le dige.
pronunciado una palabra.
—Ríen, muy bien; sin embargo el doctor dice que
Julia y yo nos amábamos instintivamente, entrambos
habíamos adivinado y comprendido la pasión que nos tengo ficljre.
impelía el uno hacia el otro, y lejos de oponer resisten •
—Yo también lo he creído al tocar la mano de V. j
cía, nos dejábamos arrastrar por nuestras propias inspi- crea que me son muy sensibles sus padecimientos.
i'aciones.
—Gracias, amigo mió; y ahogó un suspiro, pero esto
Los misterios del amor son incomprensibles: nace no valdrá nada, añadió.
cuando menos se le espera: huye cuando mas necesario
—Debiera V. haberse quedado en cama y mañana ya
nos es; y si se le excita, entonces nos vence, nos arras- estaría V. buena.
tra y nos domina, subyugando nuestra naturaleza de
—Ciertamente; pero entonces no hubiera podido ver
I tal modo que solo obramos impelidos por la excitación áV.
que nos produce.
listas palabras se escaparon á Julia contra su deseo;
Julia cantó el aria de una manera sublime, y al expli- cuando comprendió el valor de ellas se enrogeció su
car el sueño, su voz tuvo un eco fatídico y lúgubre que rostro.
hirió mi corazón de una manera inesperada: como un
—Luego me esperaba V? le pregunté gozoso.
acerbo presentimiento. Mas al concluir, esta impresión
—Si, era natural que viniese V. hoy, dijo con acento
habia desaparecido, y yo quedé extasiado. Mi espíritu se entrecortado.
dilataba, se engrandecía, y en aquel momento el mun—¿Y no ha querido V. privarme del placer de verla?
do era para mi un átomo despreciable.
Ah! Julia, me hace V. feliz.
tín el arrebato de mi eniuriiasmo, cogí la mano de Ju—Adivinaba que sufriría V. si no conocía mi estado
lia y la acerqué á mis labios que debieron abrasarla, por sí mismo, y me ho levantado. Cuando se marche V.
diciendo:
me volveré á a'costar.
Vo no sabia que contestar; aquella candida franqueza
—Ah! Julia, es V. un ángel!
Disculpé mi atrevimiento con Julia y con su papá que me estasiaba.
se manifestó un lauto severo: me recomendó mas calma
—Pero qué le sucedió á V. anoche?
para otra vez, y me perdono al fin con una bondadosa
—Xü me lo puedo explicar: un arrebato, una excitasonrisa.
ción, un vahído, V. lo interpretará como quiera.
—Si yo no temiera equivocarme, porque la equivocaJulia no habló una palabra: tenia los ojos bajos, y su
rostro coloreado por el pudor estaba bellísimo: su res- ción me seria muy dolorosa, lo alriijuiria á otra causa.
piración era anhelante.
—A cuál?
Pasado un momento en que se repuso'de tan inespe—Al amor.
rada sensación, me dijo:
Julia tembló.
—.Ahora cantará V.: ya le he dado el ejemplo.
—Al amor? dijo, ¿porqué?
Por única respuesta me levanté, corrí algunas hojas
—Sí, repuse con vehemencia: V. ha comprendido que
del libro, y registré el aria final de Lucía.
la amo, y ardiendo en la llama que me abrasa, no pudo
—.Me acompañará V.? le dige.
contener la expresión de su sentimiento.
—Con mucho gusto, confeító sentándose al piano.
—lis vei'dad, dijo Julia balbuciente: bA conocido que
—Va V. á cantar el aria final? me preguntó con un me ama V. y yo tamliien le amo; pero, añadió mas tranacento de sorpresa, casi de terror.
quila, hay además otra cosa: soy supersticiosa.
—Si V. no dispone otra cosa.
—íY bien!
—Temo encontrarme en una situación análoga á la
—Sí, sí, dijo el barón; me agrada sobre manera.
de Lucía.
—Oh! Qué presentimiento! murmuró Julia.
—Julia, yo amo á V. con toda mi alma; si V. lamlilen
Lmpezaraos: todo iba bien al principio; yo me hallaba
poseído enleramecte y cantaba con un sentimiento, con me ama se verificará la fusión de dos almas en una sola.
—No, no, amigo mío, seremos muy desgraciados.
una expresión, con una delicadeza que nunca podía soñar existiera en mí.
—Porqué?
Tú sabes, madre mía, que nunca he creído que can—V. lo verá.
to bien, por mas alabanzas que me hay.m prodigado;
En aquel momento entró el'baron: venia pálido, y su
pues siempre las he creído hijas del excesivo cariño de rostro severo manaba una reprimida reconvención.
mis amigos, ó de la indulgencia de los inteligentes, ó
Me saludó con mucbacei'emonia y su mano apenas
de la adulación de los extraños; pero nunca debida á locó la mía que le ofrecí después que lomó asiento.
un mérito cuya carencia notaba yo mismo. Pero en . —Vea V. esla toquilla, me dijo, no ha querido queaquella noche la situación, mi amor naciente y ardoro- darse en cama, exponiéndose á otro padecimiento mayor,
so, la certeza de ser correspondido, mis esperanzas, mi
—liso mismo le estaba diciendo.
felicidad, lodo un porvenir de amor, de ternura, dieron ' —Sí, be oido lo que hablaban Vds.
á mi ser una nueva existencia, y canté como quizás na- '• Julia
se puso cadavérica: yo no tuve valor para predie, ni aun el mismo Aloriani haya cantado jamás. No \
si se nos estaba expiando.
era yo, sin duda, el que cantaba; era el amor, era la ' guntar
—iSo tengas cuidado, papá, dijo Julia recobrándose:
pasión, era, lal vez, el presentimiento de Julia quien ¡ esto
no es nada, me encuentro muy bien.
cantaba por mi boca.
¡ —Sí,
pero mejor estarlas si siguieras mis consejos y
iímpezimios la cahalolla, y me pareció que Julia se [ los del médico.
agitaba, que las lágrimas asomaban á sus ojos medio cer- ' Julia guardó silencio y bajó los ojos, porgue el acento
rados, que su pecho se levantaba, y que sus dedos no de su padre era quinas un poco duro.
pulsaban las teclas con seguridad.
Pasado un rato me despedí, ofreciendo volver, para
Lsta situación la pudo al fin dominar, pero al cantar ' enterarme del estado de la enferma.
el allegro, al decir yo aquellos versos
El barón salió acompañándome, y al pasar por la biblioteca me rogó que entrase. Hícelo en efecto, y él pasó
iSe divisi fitmmo in teira
tras de mí, cerrando la puerta con el pasador interior.
Ne comjiwuja il ?fume in del.
(Se continuará.)
Julia abandonó el piano, so arrojó en una butaca y
rompió á llorar, diciendo entre sollozos:
—Ah! no puedo mas, no puedo mas.
Ll barón y yo quedamus estupefactos: no sabíamos á
qué atribuir aquel llanto lan repentino, aquel temblor
tan extraordinario, y aunque no buscamos la causa, proCUENTO DE BOCACCIO. (t)
curamos disminuir sus efectos.
Poco á poco se fué Julia tranquilizando, pero quedó
sumida en un profundo estupor.
En tiempo de Octavio César cuando aun no se le apelíl barón y yo nos mirábamos sin comprender la cau- llidaba Augusto y gobernaba el imperio romano bajo el
sa de aquel malestar, pero que tal vez adivinábamos título de triunviro, habia en Roma un hidalgo llamado
entrambos, y hablábamos en voz baja por no turbar el Publiü Quinto Fulvio. Su hijo Tilo, dotado de un buen
recogimiento de Julia.
natural y animado de una grande afición por las cienPoco rato después esta nos pidió permiso paro reti- cias, fué enviado á Atenas á aprenderla filosofía. Public
rarse y cuando supe que se hallaba mas tranquila me le recomendií á un antiguo amígo suyo llamado Créuics
despedí del Imron, y me vine A casa de donde no salí y este le alojó en su propia casa y le hizo estudiar con
su hijo en la escuela del filósofo Arístippo. El joven Ateen toda la noche.
Cruzaron tantas ideas por mi mente, que pensé vol- niense se llamaba Cisipo. La analogía de la edad y del
verme loco. Va juzgaba estar engañado al presumir que carácler, la aplicación á los miamos ejercicios y cl háJulia me amaba, y me cofurecia por mi necio orgullo: bito de vivir bajo el mismo lecho, esfahlecieron entre
ya pensaba que el amor la habia afectado de lal ma- los dos jóvenes una tierna amistad que no acabo hasta
nera que no acostumbrada á luchas ni fingimientos, la muerte. Sus instantes mas dichosos eran los que pano había podido dominar sus emociones y que estas se saban juntos, y como ambos estaban dolados de un genio
penetrante y activo, bien pronto se elevaron á las sublihabian rebelado en toda su fuerza.
mes regiones de la filosofía, compartiendo sin envidia
No sé cuánto disparalé aquella noche, solo sé que no las
alabanzas y la admiración de las personas ilustradas.
dormí ni un momento, y que desgraciadamente no me Crémes,
con la mayor salísfacclon esla unión tan
volví loco. Tal vez si así hubiera sucedido, seria hoy hermosa,veía
y hacía tres años que era testigo de ella, cuanmas feliz do lo que soy.
do la muerte vino á terminar los días de su vida. Ambos
A la mañatja siguiente envié á Luis para saber de Ju- jiívcnes llevaron igual luto, y los amigos de Crémes no
lia, y me trajo recado de que no había dormido en to- habrían acertado k distinguir cuál era el verdadero hida la noche; pero que estaba mas tranquila.
Cuando la vi al medio dia estaba sonrosada con los
ojos brillantes y con una agitación febril que indicaba
(l) Niiiüiiria de las ¡iroiiiicciones de este ingenioso y peregrino escritor
que la calentura se había apoderado de ella.
rtcl siiílo XIV poJria presentarse Hoy a\ juicio |iúl)Iico sin iniroducir en
Al verme se levantó, pero volvió á caer sobre el asien- ellüs las variíintes que ;icoiisc,ia cl guslo niodurno. líí tóenlo (jiio reprose lia cx'ruido dul üECAMr^non, y aun cuando liejiio^ prociirnto, y me tendió una mano que estreché entre las mías: (lucimos
conservar .'i loúi» trance la seitcilICE, gracia y tielleza ik- la narración,
aquella mano abrasaba y su calor se esparció por todos (lo
no lia sido posible presentar c) asunto sin íiicer una prudente rerundimis nervios.
dOD.
LOS BOS M!El<m\
288
L A MODA E L E G A N T E I L U S T R A D A , P E H Í O D I G O D E L A S F A M I L I A S .
j o y cuál dfl los dos tenia mas necesidad de consuelo. , cuanto mas g r a n d e fuese la generosidad de Gisipo, m e Algunos meses después los parieules de Gisipo fueron ; nos debía consentir su sacrificíj. Confundido, anegado
á verki, y de acuerdo con Tito, le aconsejaron so casa- en lágrimas y sollozos, apenas pudo balbucear esta r e s ra, prnpuTiiéndolí! u u a joven q u e añadía á su elevado puesta:
nacimicnlu u n a belleza extraordinaria. l->a ciudadiuia ,
—"Gisipo, lo q u e lú haces m e indica bastante lo q u e
de Aleñas, se llamaba Sofronia y tendría á lo mas q u i n - ' yo debo hacer. Los dioses no quieren q u e yo reciba por
ce años. Aeercándose el dia de sus nupcias, Gisipo rogií ^ esposa á la q u e le han destinado. Tú eres mas digno de
á SI) amigo le ¡icompañara á casa de m futura esposa ella! Cumple su voluntad. El tiempo m e ayudará á v e n á quieu no babia \isto Indavíu. Ambos l'ueron y ella los :cer mi dolor."
acogii) graciosamente. Iil Romann, q u e ardia en deseos j
—"Tito, replicii Gisipo; si las Itíytís de la amistad p u e d e conoi-er á la beldad con quieu del)ia desposarse su den d a r m e derecho á q u e m e ofiedezcas, e n esta ocaamigo, la observó con la mayor atención, lisie peligi-oso [ sión es cuando desplegan su aiiloridad. Te lo repito, Soexamen tuvo nn efecto dificíl d e p r e v e c r . Tito quedó en '.fronia será lu esposa. Vosé cuál es la fuerza y el impoel momento enamorado de Süfroui;i. !)c v u e l l a á su cas:i, ' rio del amor. Sé q u e mas de nna vez ha conducido á los
se retiró á su hal>ilac¡on, y u n a vez en etl;i, la imagen , amantes á un fin funesto, y le veo tan débil, q u e n o
d e Sofronia, sus encantos, sus perfecciones se présenla- ' creo posihle q u e resislas al dolor. Seriüs veui ido, s u ron sin cesar anie sus ojos, atizando mns y mas el fuego cumbirías bajo el peso q u e te a b r u m a , y tu amigo no
q u e le devoraba i n t e r i o r m e n t e . Apercibiéndose en liu podría sobrcvivirlc! Asi, aun cuando no atendiese m a s
del progreso d e su pasión, cvclamo lanzando ardientes que al deseo de mi propia conservación, os preciso que
suspiro:*:
te cases con Sofronia. Tú la amas demasiado. Ninguna
—"¡Oh, desgraciado Tilo! ¿A dónde diriges tus pijnsLi- olra m u j e r te será lan q u e r i d a . En cuanlo á m i m e
mienlos? ¿A dónde le atreves á poner tu amor y tus e s - siento con bastante resoluiioii para olvidarla. Acaso s e peranzas? Los benelicios, los bounres q u e has recibido '. ria menos generoso si las mujeres amables no a b u n d a de Crémes y su familia, la amistad q u e reina entre su sen mas que los buenos amigos. Por esto si mis súplicas
hijo y tú ¿no hace lodo esto una ley para respetar á lu ' tienen algún poder sobre tí, te ruego q u e disipes el
q u e le h a sido promelída por esposaV Alire los ojos y r e - triste pesar q u e te corroe, q u e vivas en la mas dulce
conócete. Mama á la razón q u e le ha abandonado, pon ! Iranquilidad y esperes de la amisLid el premio del a m o r . "
u n freno á la iiitemperaucia de .una imaginación desar- ¡
Aunque Tito tuviera todavía escrúpulos para aceptar
reglada, da otro giro á tus deseos y otro objeto á tus pen- ' á Sofronia, el discurso de Gisipo acabó de seducirle.
samienlos. Lo que quieres no es ni justo ni honesto, y i Los dos amigos se abrazaron con efusión vertiendo
cuando estuvieras seguro de realizar fus esperanzas, el lágrimas de regocijo.
honor, la amistad y el deber te obligarían á r e n u n c i a r ,
En seguida se- consagraron á buscar los medios p a r a
á ellas."
realizar su proyecto. f,o mas honroso e r a participar á
Así refte\ionaba el Romano, pero pronto se le a p a r e - I Sofronia y á sus parientes lo ocurrido, y remitir el pleicía d e nuevo la imagen de Sofronia mas hermosa q u e Ito á su generosidad. Gisipo se encargó de esla penosa
n u n c a , oldigándole con sus encantos á condenar sus j u i - \ comisión. Enterados los parientes y su prometida del
caso, al principio manilestaron una gran sorpresa; pero
ciosos raciocinios.
—"Ay! exclamó, quií falsas preocupaciones m e anona- fueron tales las razones q u e alegó el griego en pro d e
dan! ¿No son por ventura las leyes del amor superiores su amigo q u e al íin no pudieron menos de convencerá todas las demás? Vo soy joven, y la juventud está bajo se y persuadirse d e q u e su d e m a n d a reconocía por caue l imperio inmediato del amor. Las perfecciones de So- sa motivos de u n a g r a n d e y delicada amistad. Por otra
fronia merecen los homenajes del universo. ¿Quién p o - parte, como Tito era un joven rico, bello, sabio, virtuoso y gozaba de la alia posición de los ciudadanos r o m a dría censurarme p o r no liaber sido el solo insensible?"
listas retlexiones q u e le parecían buenas, le sonroja- no?, de quien Greeia'era esclava en aquel tiempo, no se
ban d e vergüenza u n m o m e n t o después. Las abandona- juzgaron perdidosos en el cambio. Lo q u e fallaba ya q u e
ba y volvía á entregarse á ellas con delirio. Pasó el día conseguir era el consentimiento de Sofronia y siendo
y la noche en este Mujo y reflujo de opiniones encon- esla una joven casta y obediente se rindió al fin á las súíradas y al cabo de algún tiempo perdió e! apetito y el plicas de su familia, logrando vencer sus escrúpulos en
sueño, y su cuerpo, abrumado por las violentas agita- aceptar por esposo á Tito después de h a b e r sido la p r o metida d e Gisipo. El Romano recobró ;il fin la salud y
ciones d e su alma, se rindió á la enfermedad.
la alegría, animado de la esperanza de ser el esposo de
Gisipo, q u e había nolado la negra melancolía q u e d e - Sofronia, y en efecto, así q u e se restableció, se celebravoraba á su amigo, se hallaba poseído d e u n a grande ron las nupcias q u e fueron expléndídas y magníficas.
i n q u i e t u d , ^'o abandonaba su cabecera, se esforzaba en Los dos esposos fueron tan felices como los ángeles, y el
consolarle y le preguntaba frecuentemente ycon las mas amigo leal lejos d e mostrar tristeza de su bien se recreavivas instancias la causa y el origen de su mal. Tito le ba en su venlura considerándose autor de ella y h a engañó largo tiempo con pretextos cuya falsedad no es- ciéndose acreedor á las bendiciones de aquella unión
capaba á sn penetración. Vencido al fin por las reitera- dichosa.
das instancias del amigo leal, p r o r u m p i o una vez en l á g r i m a s , y exclamó;
Transcurrió algún tiempo, y un día recibió Tito carias
—"Gisipo, si la voluntad de los dioses es q u e m u e r a de Roma, en las que le anunciaban la infausta noticia
yo, veré con placer el término de mi carrera. He tenido de q u e su padre había m u e r t o , y la necesidad de q u e
ocasión de probar mi constancia y mi virtud y, lo con- se presentara i n m e d i a t a m e n t e á tomar posesión d e su
fieso con r u b o r , han sido vencidas. Ulas espero la m u e r - p i n g ü e patrimonio. Esla nueva cruel llenó de luto el cot e como el justo castigo d e m i vileza. Ahora vas á s a - razón d e los dos amigos, y se dispusieron á a p u r a r las '
b e r cuan indigno soy de tu amistad."
amarguras de u n a larga separación. Tito partió al fin á
En seguida le refirió el nacimienlo y progresos d e su Roma con Sofronia y eí griego se quedó en Aleñas obli- !
a m o r , los combates q u e halda tenido y las circunstan- gado por la necesidad de administrar sus intereses y los
cias d e su derrota, A esta penosa confesión añadió q u e de su familia. Seria imposible describir las circunstanconociendo q u e su a m o r era indigno é impropio d e u n cias dolorosas d e la separación d e los dos amigos, y co- '
h o m b r e honrado, había resuelto imponerse el castigo de nociendo como se conoce ya la extensión del cariño y
abandonarse á la m u e r t e lo q u e creía i b a á conseguir de la ternura q u e se profesaban, debe comprenderse '
bien cuan costoso les seria realizar aquel sacrificio.
i
m u y pronto.
Aclmirado Gisipo de aquella extraña relación p e r m a neció algún tiempo silencioso. A u n q u e su a m o r p o r
Sofronia no fuese tan violento como el de su amigo, era
suficiente para conlrariar p o r un inslanle su generosidad; pero al fin esta pudo triunfar. Lnlernecído por las
lágrimas de Tilo le respondió también Ih-rando:
—"Amigo del alma, si esta fuera ocasión de reconvenciones m e quejariii d e (í por h a b e r podido ocultarme
lauto liempo la aitlienle pasión q u e te consume. Tus
d u d a s Eobre la honradez de esta pasión, te han obligado
á ocultarla y debes saber q u e nada de lo que pasa en
u u e s t r o corazón debe esconderíe á la amistad. lista d e b e leer en él nueslros sentimientos para aprobarlos si
son dignos, y censurarlos con valor sí no lo son. A mí
no m e exiraña que ames á Sofronia; lo conli-arío m e
Eorprenderia mas. Su rara h e r m o s u r a h a debido causar
en lu noble corazón honda impret^ion, y el amor q u e
]a profesas es juslo. No lo es lanío q u e te quejes de la
fortuna q u e m e la concede por esposa, creyendo a u n q u e n o m e lo confiesas, que si perteneciese á otro p o d r í a s a m a r l a con menos escrúpulos. Cualquiera otro e n
la posición en que m e hallo hubiera preferido su satisfacción á )a tuya, pero de mí debes y puedes esperar
o t r a cosa. lis cierto que soy el prometido de Sofronia,
q u e esperaba el dia de m í matrimonio con la impaciencia del amoi;, pero p u e s q u e esta pasión tiene en t u corazón m a s energía q u e en el mío, pues que tú has sabido conocer mejor que yo el mérilo de la que es objeto de ella, yo te pronielo q u e Sofronia no será ya mi esposa sino luya. Desecha pues lu negro pesar; destierra
los Irislespensamíenlos q u e te acosan; recobra tu salud,
t u s i'uerzas y tu jovialidad y espera i o n calma y alegría
3a recempeusa que (ú no snbrias negar á la amistad mas
generosa q u e ha existido."
liste discurso de Gisipo redobló la vergüenza de Tilo,
c u y o s e n l i m í e n t o no podía d i s m i n u i r la dulce esperanza
d e poseer á la q u e amaba. La razón le hacia ver q u e
dole a su lado le llevaron preso. Interrogado por los j u e ces confesó sin difi'^ullad que él había comelido el crim e n . El pretor que se llamaba Varron, mandó q u e se
le crucificara, según la costumbre de aquel tiempo.
Piir casualidad Tilo se hallaba en el pretorio cuando
iban á conducirle al suplicio. Examinó al criminal y
¡cuál no fué su asomíiro a! reconocer á su buen amigo!
Su primer pensamiento fué salvarle: pero C('imo'í porqué'-'
medio? No t^Miia otro mas q u e acusarse á sí mismos. T u rnada esta resolución:
/y
—"Varron, exclamó, poned e n liberlad á ese des^,vtciado; él no es el culpahlc: yo soy el q u e ha comei,^-.)
él asesinato. ¡Ay! harto he ofmdido á los dioses p o r e>.-e'V
crimen para q u e r e r ofenderles de nuevo dejando sufrir ^
al inocente la pena que yo m e r e z c o . "
Varron quedó admirado como todos los espectadores,
de esla confesión que fué escuchada con pesar. Pero no
pudiendo infringir públicamente las leyes, mandó soltar á Gisipo y dijo á Tilo:
—"iQué locura, confesar u n crimen que no has cometido! Ignoras q u e esta confesión p u e d e coslarte la vida?"
Gisipo alzó entonces los ojos y vio á Tilo. Al p u n t o
conoció q u e las sospechas que había formado sobre su
amigo eran injustas. Entonces dijo al juez llorando:
—"Señor, nadie es autor del crimen q u e se persigue
mas que yo; la clemencia de Tilo es inútil; es necesario
que yo perezca."
Tilo exclamaba de su lado:
—"Pretor, ya veis que este h o m b r e e s extranjero; q u e
h a sido hallado sin armas en la cueva, y no os será d i fícil imaginar que quiere m o r i r por salvarse de la m i s e ria. Solladle y dadme el castigo q u e merezco."
La novedad de la contienda sobre asunto de tal n a t u raleza sorprendió á todo el concurso, y Varron m a s a d mirado q u e nadie de las instancias m u t u a s de estos dos
hombres para excusarse el uno al olro, presumió q u e
ninguno de ellos era el culpable. Cuando pensaba en los
medios d e salvarlos, llegó un hombre llamado Publio
Ambusto, malvado y ladrón de profesión. Este Publio era
el q u e había comelido el homicidio d e q u e se acusaban
los dos amigos. Movido d e compasión por su inocencia;
—"Pretor, exclamó, yo puedo t e r m i n a r el pleito q u e
hay pendiente e n t r e estos dos h o m b r e s . No sé q u é dios
a t o r m e n t a mí coranon y le inclina á confesar mi c r i m e n .
Ninguno d e los dos es culpable; yo soy el q u e h a m a t a do al h o m b r e cuyo cadáver h a sido hallado esla m a ñ a na. Cuando partía con m i compañero nueslros robos com u n e s vi en la cueva á este h o m b r e el cual dormía p r o fundamenle. En cuanto á Tito no tiene necesidad de
q u e yo le disculpe; su fama h a b l a bastante p o r él. J u z g a d m e y énviadme al suplicio."
Octavio á cuyo conocimiento habia llegado el ruido
de esla exiraña aventura, hizo q u e condujeran á los tres
á su presencia para interrogarlos él mismo y saber la
causa que los impulsaba á d e m a n d a r l a m u e r t e . Habiéndole cada uno expuesto sus razones, puso en libertad á
los dos inocentes y perdono al culpable p o r consideración á aquellos.
Tito se llevó á su amigo Gisipo y después d e h a b e r l e
echado en cara su poca confianza en su amistad, le acarició y le condujo á su casa, Sofronia l e recibió con alegría; hizo todo lo posible para q u e Gisipo recobrara la
salud, y olvidase sus desgracias. Tito partió cou él todos
sus bienes y le casó con u n a h e r m a n a suya llamada
Fulvía. Después le dijo:
—"Tú puedes p e r m a n e c e r aquí ó volverte á Atenas y
gozar de lo que yo te h e d a d o . "
Pero Gisipo obligado p o r la sentencia d e su destierro
y arrastrado por otra parle por su adhesión hacia Tito,
prefirió Ruma á su patria. Las dos familias se unieron y
vivieron en la mayor intimidad. El tiempo en lugar d e
disminuirla la acrecentaba prodigiosamonle y gozaron
Tito se eslahleciií en Roma donde sus parientes le una venlura tan inmensa como el sentimiento nobilísidieron grata y honrosa acogida y donde empezó á gozar : m o á cuyo fecundo valor se h a b i a desarrollado.
los privilegios de su opulenta posición. La fortuna le t
(Reducido del iuliano).
sonreía y el mas pequeño contratiempo no vino á alteLuANDHO ÁNGEL HERRERO.
r a r la dulce felicidad de sn unión con la hermosa So- '
fronia. Por el contrario Gisipo en Atenas experiraenld j
todo género d e amargos sinsabores; desgracias enormes |
Explicación del figurin iluminado.
se desplomaron sobre su casa y sobre su familia, perse- {
cuciones odiosas se cebaron y poiTIa en su daño, y al fin
TRACE DK SULTÁN \ HLANI:A CON LISTAS ANCHAS DI; COLOR
fué condenado á destierro p e r p e t u o .
AMAnn.Lo fLARo. El borde inferior se g u a r n e c e cou u n a
De rico q u e e r a s e quedó tan pobre, q u e , viéndose r e - itira de tafetán amarillo corlada al sesgo de G centímeducido á la mendicidad, se arrastró como pudo hasta ' tros de ancho, cubierta con u n encage negro á puntas
Roma para ver si quedaban algunas huellas de su me- ¡ m u y agudas. Encima, á tres centímetros de distancia,
moría en el corazón d e Tito. Al llegar supo q u e vivía la misma lira con el mism:) encage; pero la lira está
y gozaba de la eslimarion y benevolencia de los roma- I d¡spu(!sla en festones, y sube por el lado izquierdo,
nos. Se colocó á la p u e r t a de su casa esperando el i u s - ! donde se fija p o r u n lazo de cinta de tafetán amarillo,
tanle que saliera, pues no se atrevía á hacerse a n u n - ' rodeada de un encage estrecho negro; corpino muy bajo
ciar, tal e r a su vergüenza del estado laslimoso á que con sisas sin maugaí, orlado de encage negro estrecho
la lórtuna le había reducido. El infeliz estaba pcrsua- | y de cascabelillos de cuentas blancas; corpino escotado,
dido de que su amigo le recnnoceria al salir y le abri- j con mangas cortas, de muselina blanca plegada. Corona
ría sus brazos. Tito salió c u efecto y pasó delante d e él | de margaritas blancas y espigas d e t r i g o .
sin decirle nada. Gisipo creyendo que le h a b í a visto y ¡ THAGI; DE DÜDAJO DI; FCLARH AZL'L, con orla h e c h a de corle habia desdeñado echó á correr poseído de uu dolor ¡ don fino de seda negro y blanco; corpino plegado, de
profundo. Era ya de noche y no se babia desayunado. mangas largas, igual al trage, cerrado por bolones b l a n No teniendo dinero ni recursos y deseantiomas la m u e r - ! cos de nácar.
te q u e la vida, salió d e la ciudad, llego á u n sitio triste |
TllAGlí » E ENCIMA DE TAFETÁN GHIS CON COSELETE [•IlINCfiSA,
y solitario, vid una caverna y se metió en ella. Arrojan- j
dose en el suelo aguardó el sueño y empezó á r e g a r —El borde d e este trage es á puntas orladas con u n corcon lágrimas amargas la piedra q u e le servia de cabe- dón de seda gris de la misma tinta q u e el trage; sobre
cada paño dos cordones de seda gris fijados á la costura
cera.
y recogiendo el trage de encima por medio de u n trébol
Al dia siguiente por la m a ñ a n a llegaron dos ladrones hecho del mismo cordón y t e r m i n a n d o e n dos bollas.
á la cueva y se pusieron á partir el botin de la noche.
Movieron querella, vinieron á las manos y el mas fuerEDITOB EE3PON8ABLE: D. FÉLIX PRICHARD.
te mat(í al otro. Gisipo Icsiigo de esla escena creyó h a ber hallado un medio seguro para alcanzar la m u e r t e CÁDIZ. 1866.—IMP, T iiToasAFiA DB LA REVISTA MÉDIOA»
q u e deseaba. Permaneció al lado del cadáver hasta q u e
á cargo de D. Federicu Joly y Velnaco,
la justicia instruida del liecho vino á recogerle y viénBomba, o. 1.
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56 ."Rué Jacob, París
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