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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
Misión Permanente ante las Naciones Unidas
Intervención del Embajador Rafael Ramírez,
Representante Permanente de la República Bolivariana de
Venezuela en las Naciones Unidas
Debate Abierto sobre el "La Protección de los Civiles en los
Conflictos Armados”
Consejo de Seguridad
de las Naciones Unidas
Favor cotejar palabras del orador
Nueva York, 19 de enero de 2016
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Sr. Presidente,
Nos honra ver a un hermano país latinoamericano presidiendo el Consejo de
Seguridad. Aprovechamos esta oportunidad para felicitarlo por la manera en que su
país ha venido conduciendo los asuntos del Consejo durante el mes de enero y por la
convocatoria a este importante debate.
Saludamos las presentaciones del Sr. Jan Eliasson, Vicesecretario General de las
Naciones Unidas, de la Sra. Eveline Rooijmans, Alta Asesora para Políticas
Humanitarias de OXFAM, y de la Sra. Christine Beerli, Vicepresidenta de la Comité
Internacional de la Cruz Roja,
además de reconcer el extraordinario trabajo que
cumplen en todo el mundo.
Sr. Presidente,
De acuerdo con la Convención de Ginebra de 1949 y sus protocolos adicionales de
1977, los civiles y las personas que no toman parte en el combate no pueden, bajo
ninguna circunstancia, ser víctimas de ataques ni de violencia. Particular atención
merecen los niños, las mujeres, los ancianos, las personas con discapacidad y los
desplazados.
Lamentablemente, en muchos de los conflictos armados contemporáneos, la pérdida
de vidas civiles sobrepasa con creces la de los combatientes. Los civiles que se
encuentran en el medio de conflictos armados requieren de protección, sobre todo
cuando los actores involucrados son grupos terroristas al margen de toda la legalidad
internacional.
Los niveles de brutalidad y simple y sencillo desinterés por la vida y la dignidad humana
que observamos en muchos conflictos , en particular e el Medio oriente y África, hoy en
día son alarmantes. Grupos terroristas como ISIS, Boko Haram y el Frente Al-Nusrah
atacan a los civiles de manera indiscriminada, los torturan, los secuestran y los
desaparecen, los reclutan por la fuerza, los expulsan de sus hogares, los separan de
sus familias y les niegan acceso a las necesidades humanas básicas. El costo humano
de estas acciones es devastador.
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Venezuela condena el asedio contra las poblaciones civiles en el conflicto armado en
Siria, cometa quien los cometa, y llamamos la atención, en particular, a las situaciones
en Madaya, Kafraya y Foah,
que constituyen graves violaciones del Derecho
Internacional Humanitario.
El conflicto en Siria es brutal y el principal enemigo es el terrorismo que muestra su
desprecio por la vida de manera permanente, tal como sucedió en Palmira el pasado
sábado en la cual el logró entrar el ISIS y resultaron asesinadas 300 personas, la
mayoría de ellas mujeres, niños y ancianos. Este hecho, pone de relieve la absoluta
carencia de humanidad con que actúa esta organización terrorista y el peligro que
corren los pueblos que se encuentran bajo su asedio. Ningún pueblo, ningún civil, está
a salvo de la violencia demencial de ISIS, por lo que debemos actuar de manera
mancomunada y decidida para derrotar este flagelo. Los responsables de estos
crímenes deben ser juzgados y sancionados.
Sr. Presidente,
El número de desplazado como consecuencia de los conflictos se encuentra en su nivel
más alto desde la Segunda Guerra Mundial, un estimado de 38 millones de personas
se encuentran desplazadas dentro de sus propios países y 19,5 millones de personas
viven como refugiados en el exterior.
En el caso de Afganistán, hubo más víctimas civiles en 2014 que en cualquier año
desde 2009. En Irak, el número de personas que requieren asistencia humanitaria
asciende a los 8.2 millones de personas. En Libia, las confrontaciones violentas entre
grupos armados y milicias ha tenido un impacto desproporcionado sobre los niños, más
de 400 mil personas se han visto desplazadas de sus hogares y cientos de miles no
tienen acceso a ayuda humanitaria. Los ataques Israelíes contra la población palestina
en Gaza en 2014 resultaron en la muerte de más de 1500 palestinos, 500 de ellos
niños, y más de 1100 heridos. Más de 500 mil palestinos se vieron desplazados de sus
hogares y decenas de miles vieron sus hogares y sus medios de subsistencia
destruidos. En Yemen, se estima que hasta 15.9 millones de personas, 60% de la
población, se ve urgida de asistencia humanitaria. En Siria, el número de desplazados
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asciende a 6,6 millones de personas y más de 4,6 millones de civiles viven como
refugiados.
En la República Centro Africana, entre 6.000 y 10.000 niños han sido reclutados por
milicias armadas en el último año, más de un quinto de la población se encuentra
desplazada y 430 mil refugiados viven en países vecinos. En la República Democrática
del Congo, 2.8 millones de personas se encuentran desplazadas y casi 450 mil viven
como refugiados. Hacia donde volcamos la mirada, observamos una realidad alarmante
y demoledora que requiere de nuestra atención y de nuestra acción asertiva.
Sr. Presidente,
En aquellos conflictos donde están presentes operaciones de mantenimiento de paz de
las Naciones Unidas, éstas pueden jugar un papel fundamental en la protección de los
civiles, actuando siempre de manera imparcial, en defensa de su propia seguridad y de
su mandato y con el consentimiento del Estado anfitrión.
Las estrategias no-armadas deben estar a la vanguardia de los esfuerzos de las
Naciones Unidas en la protección de los civiles. Las operaciones de mantenimiento de
la paz, en tanto instrumentos inherentemente políticos, pueden proteger a los civiles de
manera más efectiva contribuyendo a crear confianza entre las partes, poniendo fin a
los conflictos y facilitando acuerdos de paz. Debe ser esta búsqueda por una solución
política la que guíe el diseño, despliegue y retirada de las operaciones de paz de las
Naciones Unidas en el terreno.
Por otra parte, las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas
tienen el compromiso de entablar un diálogo abierto e imparcial con todas las partes de
un conflicto y de explorar toda avenida alternativa a la violencia, promoviendo el
respeto de todos los actores en el terreno, independientemente de su afiliación política,
étnica, religiosa o militar.
Las organizaciones humanitarias, como la Cruz Roja, juegan un papel fundamental en
este sentido. El éxito de las estrategias no-armadas de protección de civiles de las
Naciones Unidas depende -en cierta medida- de su capacidad de forjar robustas
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alianzas con estos actores y de trabajar de cerca con las comunidades locales. Muchas
organizaciones no gubernamentales, nacionales e internacionales, comprometidas con
las estrategias no-armadas de protección de los civiles, también trabajan arduamente
en el terreno.
Las Naciones Unidas deben, en este sentido, hacer debido uso de estos importantes
recursos, poniendo énfasis en las prácticas y capacidades de las comunidades locales
y las organizaciones humanitarias en el terreno en la creación de un ambiente propicio
para la protección de los civiles.
Así mismo, el Consejo de Seguridad y la Secretaría deben reforzar sus esfuerzos por
establecer consultas incluyentes y sustantivas con los países contribuyentes de tropas
y policías, asegurando su participación plena en el diseño e implementación de los
mandatos. Enfatizamos que estas consultas deben tener lugar al más alto nivel,
incluyendo con personal especializado, expertos y altos oficiales militares de las
capitales, en todas las fases de operación de las misiones de mantenimiento de la paz.
Sr. Presidente,
Además de las acciones ya tratadas anteriormente, las operaciones de mantenimiento
de la paz también pueden hacer una importante contribución a la protección de los
civiles a través de la disuasión. La proyección de la presencia de la Misión en el terreno
juega un papel fundamental en este sentido. Los patrullajes militares y el despliegue de
fuerzas es una de las garantías de seguridad más palpables que se pueden ofrecer a
las comunidades locales.
Todas las actividades antes descritas, en su conjunto, pueden contribuir sobremanera a
la protección de los civiles. No obstante, en aquellas situaciones en que la población
civil se encuentre bajo amenaza inminente de ataque, las tropas de mantenimiento de
la paz deben estar siempre listas para actuar de manera asertiva. Para ello deben
siempre contar con las fuerzas, los equipos y el entrenamiento necesario para afrontar
estas situaciones.
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Sr. Presidente,
La realidad es que hasta que esta Organización continúe prestando poca atención
política y recursos a la prevención, mucha atención y recursos a dar respuesta a las
crisis y, una vez más, relativamente poca atención política y recursos a la fase de
reconstrucción y recuperación de los Estados, le estaremos fallando a los civiles que
sufren el embate de la violencia. Debemos dejar atrás el estatus quo y centrar todos
nuestros esfuerzos en prevenir los conflictos en primer lugar y evitar que estos
resurjan.
Este Consejo de Seguridad debe abocarse más a prevenir los conflicto, abstenerse de
involucrarse en los mismos atendiendo a las posiciones nacionales de sus miembros,
así como velar por la inviolabilidad de los principios y propósitos de la Carta de las
Naciones Unidas. Los conflictos de Irak, Libia, Siria y Yemen han devenido en
verdaderas tragedias humanitarias vinculadas al colapso de las instituciones de los
Estados, el uso del recurso del terrorismo para derrocar gobiernos, y la violación de los
principios de no injerencia y el respeto a la soberanía.
El Consejo de Seguridad debe abocarse a la solución política de estos conflictos como
la vía más efectiva para la protección de los civiles en los mismos.
Muchas gracias por su atención.
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