II. El tiempo libre en América Latina LA INTENCIÓN DE PRESENTAR en el capítulo anterior las principales corrientes y autores en los países industrializados de Europa y en Estados Unidos tiene como finalidad comprender su desarrollo conceptual y metodológico. Eso nos sirve como base para analizar la producción latinoamericana desarrollada sobre el tema, con especial atención en el caso mexicano. Lo cierto es que el estudio sobre el tiempo libre ha recibido escasa atención en la región; eso extraña a algunos estudiosos, ya que el tiempo de las diversiones, los convivios, festejos y celebraciones ocupa un lugar de primera importancia en la cosmovisión de muchos latinoamericanos. Como también lo ocupa la contemplación que, según Lawrence Suhm, se debe a la herencia hispánica y católica que dominó por siglos estos territorios con sus preceptos sobre el trabajo envilecedor y el ocio ennoblecedor, y que consideraba degradante el trabajo manual (1962:13). Extraña por ello que en la región los estudios sociales no le concedan un lugar relevante a la comprensión de aquellos aspectos que en muchos países hispanoamericanos definen "la buena vida", la cual encuentra su motivo en la diversión, el descanso, el esparcimiento, el tiempo libre, "pasar el rato", el disfrute, la recreación o simplemente en no hacer nada. Esta gama amplia de conceptos que comprende el campo nocional en la región bajo análisis da fe de su complejidad y riqueza: lo mismo caben actividades que inactividades, situaciones o estados de ánimo, y pareciera ser que forman un conjunto social en el que los tiempos de vida constituyen un todo integrado, con menos compartimentos que sus homólogos estadounidenses o europeos, y que por ello es dificil el análisis del tiempo como entidad independiente, pues es más bien una condición de libertad de tiempos y espacios con fronteras borrosas. Aunque muchos estudiosos de las ciencias sociales lo desechan como un tema secundario -asunto frívolo, propio de clases acomodadas y países prósperos-, es necesario advertir que soslayan con ello su papel determinante en la construcción de la identidad nacional y el desarrollo social y político de la sociedad, en lo que para muchos revela el significado mismo de la vida. 101 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS La producción latinoamericana reciente, que se analiza a continuación, ha sido agrupada en dos bloques: el primero comprende el conjunto de publicaciones que surge a partir de iniciativas gubernamentales, cuya meta es promover políticas públicas que incluyan el rubro específico del tiempo libre. El segundo comprende los estudios académicos que intentan aportar avances teóricos y empíricos para la comprensión del tema. La mayoría de las investigaciones coincide en afirmar que el tiempo libre es un tema importante y escasamente explorado; concuerdan en su definición como tiempo residual, subordinado al trabajo, recurso valioso y escaso, experimentado como carencia en diversos grupos sociales; y proponen diversas vías para estimularlo a la luz de lo que definen como cultura del tiempo libre. Existe poca interacción entre los investigadores y los planificadores, y escaso interés de los gobiernos por poner en práctica políticas públicas, más allá de coyunturas electorales, que se materialicen en acciones concretas. Esto se refleja en una mínima elaboración teórica de los conceptos más recurrentes en el ámbito latinoamericano y en una escasa oferta de programas públicos, opciones gratuitas y una infraestructura insuficiente, lo que habla de la necesidad de articular grupos de científicos sociales y planificadores urbanos que realicen estudios cuantitativos y cualitativos de largo alcance, evalúen los programas existentes, y conozcan las necesidades recreativas de la población, para desarrollar una cultura del tiempo libre entre la población más necesitada, como son los sectores populares, en especial las mujeres, los adolescentes y las personas de la tercera edad. Estudios orientados al diseño de políticas públicas Cuba Como la ex Unión Soviética, Cuba ha seguido una política oficial orientada hacia la programación racionalizada del tiempo libre, donde predominan los trabajos que desde la década de los sesenta recogen la información de los estudios de presupuestos de tiempo aplicados a diferentes grupos sociales por medio del Instituto Cubano de Investigaciones y Orientación de la Demanda Interna (ICIODI), encargado de realizar investigaciones en el campo de las necesidades de consumo de la población. En ese contexto, el libro Tiempo libre y personalidad condensa los resultados de una revisión de siete estudios realizados en la década de los setenta sobre el empleo del tiempo libre en mujeres y hombres (Rodríguez Millares, 1987). El estudio parte del supuesto de que la personalidad no se forma de manera espontánea, sino que debe educarse desde la juventud en el espíritu comunista, y señala que a diferencia del tiempo libre promovido en el capitalismo, el cual produce mentalidades alienadas y un crecimiento anárquico, el socialismo produce personalidades 102 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA sanas por medio de políticas públicas orientadas, entre otras medidas, a liberar a las mujeres del trabajo doméstico, para que disfruten de mayor tiempo libre. Algunos ejemplos de estrategias ahorradoras de tiempo son el uso de comedores populares, la planeación eficiente del transporte colectivo, los horarios de guarderías y escuelas acordes con los tiempos domésticos, y otras facilidades que dan cabida a más tiempo libre. Como condición obligatoria de la reproducción espiritual de la personalidad, deben destinarse recursos para lograr una mayor eficiencia en términos de tiempo y aumentar los conocimientos que conduzcan a las personas al dominio de la ciencia y a disfrutar de mayores tiempos libres. En el texto se asegura que una vez eliminadas las diferencias entre campo y ciudad, y lograda la integración entre trabajo manual e intelectual, habrá reciprocidad entre productividad y tiempo libre. Sus resultados revelan variaciones en el empleo del tiempo libre de acuerdo con el género, la edad, el estado civil, si se tiene hijos, si es población urbana o rural, el nivel cultural o técnico de los trabajadores y el ingreso. El texto denuncia la postura de los científicos sociales en las sociedades capitalistas, pues buscan en el tiempo libre medios para "suavizar los antagonismos sociales" y ajustarlos así a las necesidades de la industria del tiempo libre, la distracción y la propaganda. Con ello, dice, pretenden ocultar la diferencia de clases y reconocer las sensaciones y los sentimientos al reducir el tiempo libre a una vivencia subjetiva del individuo, a su "voluntad", con la finalidad de proporcionar ganancias máximas al reducirlo al ámbito del consumo. El libro señala que, en realidad, al capitalismo sólo le interesan el tiempo de trabajo y el tiempo libre como empresa, sin contemplar los daños que algunas de sus prácticas ocasionan en el campo de la salud ni la deformación física y espiritual del hombre. En contraste con lo anterior, apunta las bondades del socialismo que define el tiempo libre como riqueza social y el trabajo como base de las relaciones humanas, cuya función es doble, por un lado la reposición de las fuerzas del individuo y por el otro su desarrollo espiritual por medio del tiempo libre que tiene como finalidad el descanso, el aumento de la instrucción y la cultura general, además de robustecer la salud, el desarrollo físico y la educación (ibid.:58). Informa que, de acuerdo con las necesidades detectadas en las encuestas, el gobierno destinó cuantiosos recursos en instalaciones para satisfacer la demanda de tiempo libre, crear una cultura del tiempo libre, fomentar su regulación, la dirección social y el desarrollo físico y espiritual en interés de la sociedad y la personalidad de los ciudadanos. Sus estudios revelan diferencias entre grupos de mujeres asalariadas y amas de casa en cuanto al aprovechamiento del tiempo libre, ya que, debido a su mayor grado de educación y exposición a la cultura socialista, las primeras aprovechan mejor el tiempo libre para su desarrollo integral. Sus cuadros revelan mayor número de horas de tiempo libre para el ama de casa entre semana y durante los fines de semana. En general, las asalariadas dedican gran parte de su tiempo extra laboral al trabajo doméstico, reduciendo con ello su tiempo disponible, de por sí escaso 103 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS por el tiempo de transporte. El texto no presenta una reflexión sobre la relación desigual que esta situación reproduce y se muestra optimista al afirmar que todo se resolverá una vez que se inculque en la ciudadanía la cultura del tiempo libre y su organización racionalizada. Asimismo, reporta el esfuerzo gubernamental por llevar no sólo entretenimiento a las ciudades, sino también diversión al campo en forma de actividades deportivas, artísticas y espectáculos de cine móvil. Propone una campaña para fomentar una cultura del tiempo libre similar a la que se instrumentó para alfabetizar a toda la población cubana. Ésta, afirma, deberá contemplar la conservación de la naturaleza para favorecer con ello las actividades recreativas propias del descanso activo (ibid.:102). Reflexiona sobre la "personalidad social", que debe estar íntimamente relacionada con el desarrollo de planes educativos para adultos, en especial la práctica del deporte y el estímulo a los aficionados al deporte masivo, así como planes vacacionales para obreros, y el desarrollo de tareas políticas, sociales y productivas. Con ello pretende también liquidar los que llama "vicios del pasado", como son el juego, la pornografía y otros entretenimientos del capitalismo que garantizan la armonía con placeres y diversiones inadecuadas. Asegura, citando a Marx, que la medida de la riqueza de la sociedad del futuro no será su trabajo sino su tiempo libre, y señala que entre más tiempo libre se tenga más elevadas serán las actividades que podrán planearse, perfeccionarse, desarrollarse, para que los ciudadanos estén más capacitados con el propósito de aumentar su productividad en el trabajo. Se trata de un texto con tintes proselitistas, ajeno a las reflexiones críticas que desde los sesenta los investigadores soviéticos incorporaban a sus análisis sobre la planificación central del tiempo libre, en el sentido de que deja poco margen para la iniciativa y creatividad individuales. Excluye un análisis sobre lo que el autor define como "fenómenos antisociales" -drogadicción, prostitución y alcoholismo-, que se reportan en el estudio, aduciendo su desaparición una vez que se difunda la cultura del tiempo libre. Con respecto a las diferencias entre hombres y mujeres, su análisis no incorpora los datos sobre la doble jornada de las mujeres, en general, ni la condición específica del ama de casa como condicionantes diferenciales del tiempo libre y su desigualdad frente al tiempo libre de los varones. Sí destacan y son dignas de imitación aquellas políticas públicas que han reducido el trabajo doméstico de las mujeres, en favor de su tiempo libre, como el caso de los comedores populares, las guarderías, y la planeación de actividades recreativas para ellas en lugares estratégicos. Como parte del Sistema de Encuestas del Nivel de Vida y anexa a la Encuesta Nacional de Ocupación, en 1986 se realizó en Cuba la Encuesta Nacional sobre Presupuestos de Tiempo; en ésta se realizaron 21 721 entrevistas a personas de 12 años y más en poblaciones urbanas y rurales de 16 territorios de la isla, con el objetivo de obtener información sobre el tiempo en general y sobre la magnitud y utilización del tiempo libre en particular. Las tablas muestran el tiempo promedio que la población general no diferenciada por ingreso, grado educativo ni edad dedica a actividades básicas durante 104 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA un día de descanso y uno hábil -escolar o laboral. Los resultados reportan una elevada cifra de tiempo libre, por encima del estudio y el trabajo, ya que en días hábiles aparecen 4 horas con 9 minutos que se dedican al esparcimiento con amigos y familiares, actividades artísticas y culturales, físico deportivas, juegos, lectura, excursiones, campismo, turismo, ver televisión, escuchar radio, discos, casetes, acudir a fiestas, centros nocturnos, restaurantes, descanso y otras. Al hacer una comparación entre los sexos, durante los días de descanso los varones dedican más de la tercera parte del día a actividades de tiempo libre y una hora al trabajo doméstico, mientras que las mujeres en días de descanso dedican 5 horas con 23 minutos diarios en promedio al trabajo doméstico, y en días laborables 4 horas con 55 minutos, y tan sólo una décima parte al tiempo libre. Se registra además que la distribución del tiempo promedio de la población en el campo y la ciudad observa un menor promedio de tiempo dedicado a las actividades de esparcimiento en el campo en días de descanso: 6 horas con 27 minutos, a diferencia de 7 horas con 7 minutos en la ciudad. Esos resultados reflejan algunos de los problemas que ya se señalaban anteriormente y que se encuentran en los estudios de presupuestos de tiempo, ya que en primer lugar, las cifras promedio son de poca utilidad para la diferenciación sexual, generacional, de clase, lugar de residencia, estado civil y ciclo vital que requiere todo estudio sobre el tiempo libre. Es así como la comparación entre los sexos arroja una diferencia de dos horas en el tiempo libre de las mujeres, cuestión que podría afinarse utilizando herramientas cualitativas para conocer las definiciones, percepciones y prácticas específicas de hombres y mujeres, y su tiempo libre. Asimismo, la diferenciación generacional y por ciclo vital vendría a aclarar las diversas prácticas que llevan a cabo los niños, jóvenes varones y las mujeres, a diferencia de los adultos solteros, casados y divorciados. Colombia Por iniciativa del Centro de Investigaciones sobre Dinámica Social de la Universidad del Externado de Colombia, y con el objetivo de promover políticas públicas de equidad de género a escala federal, se financió un estudio comparativo sobre Utilización del tiempo y socialización del género que pretendía descubrir los patrones de socialización del tiempo en niños y niñas de entre siete y 14 años, en ocho países latinoamericanos, ubicados en tres regiones diferentes: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Guatemala, Guyana, Nicaragua y México. Sólo se localizó el análisis que en 1996 Lucero Zamudio y su equipo realizaron sobre Colombia, el cual aportó conceptos útiles para la comprensión del tiempo libre. Con la intención de reflejar la heterogeneidad social y cultural del país y aportar elementos para una comparación regional por sector y tamaño de la localidad, el estudio eligió tres regiones culturalmente diferentes, tres ciudades grandes, tres ciudades 105 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS intermedias y tres veredas, en las cuales se aplicaron tres instrumentos de medición: las encuestas familiares, los registros diarios en niños y los grupos focales. Paralelamente, fueron entrevistadas 90 familias que no estaban en condiciones de extrema pobreza, y de éstas se seleccionaron tres para aplicar las entrevistas a los niños. La encuesta cubrió tres áreas: el contexto familiar como estructura básica que orienta los procesos de socialización, el proceso mismo de socialización de género mediante el uso cotidiano del tiempo y las relaciones que establecen entre ellos los adultos y los niños, así como los escenarios y niveles de relación en donde se pueden producir los cambios de socialización de género a. partir del uso del tiempo. Zamudio y su equipo presentaron los resultados de la encuesta familiar y señalaron deficiencias de precisión en la enumeración de actividades por parte de las mujeres, niñas y niños, quienes reportan menos actividades de las que realizan cotidianamente, y sólo en el caso de hijos e hijas que ayudan al padre o la madre en los quehaceres se encontró una percepción más diferenciada de sus actividades. Localizaron una tendencia general a estereotipar actividades de los demás miembros de la familia y la discriminación por parte de madres a hijos varones en cuanto a las tareas que realizan, no así en las tareas que ejecutan las niñas, por considerarlas más diestras y obedientes en la ejecución del trabajo doméstico. En el caso de los niños las actividades de tiempo libre en casa y fuera de ésta se encuentran diferenciadas, no así en el de las niñas, que permanecen en el hogar, y ahí no se reportan sus actividades. Con ayuda de recursos teatrales, marionetas, crayones y plastilina, para escenificar situaciones y relaciones temporales durante un día, se utilizaron los grupos focales, que ayudaron a detectar tres escenarios y grados de socialización: espaciales, institucionales y personales. El primero se refiere a la vivienda, la calle, el barrio, la escuela, los parques y los medios de comunicación; el segundo a la familia, las organizaciones vecinales, educativas, los servicios de salud, recreativos, deportivos y culturales; el tercero a las relaciones interpersonales en diversos binomios como son padres-hijos, adultos-niños, adolescentes-niños, promotores-niños, maestros-niños y comunicadores-niños. Los resultados indican que el espacio doméstico es el lugar de diferenciación de las actividades y la utilización de tiempos, claramente orientados por las diferencias de género; predomina el descanso para el padre y los hermanos adultos, mientras que para la madre y las hermanas adultas es un lugar de trabajo y servicio. Las hijas pequeñas y adolescentes lo perciben como espacio de estudio, trabajo doméstico y actividades personales, mientras que para los hijos pequeños y adolescentes es un espacio de juego, descanso y para ver televisión. Por otro lado, se define como un espacio en el que las mujeres ejercen gran control, en detrimento de la participación de otros miembros, en especial del sexo masculino, siendo esto más evidente en sectores populares urbanos. En el medio rural, debido a que los espacios son más amplios y se extienden hasta la parcela y la cocina, se producen efectos menos excluyentes; por ejemplo, la cocina revela en ciudades pequeñas la importancia y la especialización de la socialización de 106 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA género, mientras que los espacios más amplios y más dotados son sitios de reunión familiar, aunque esto no sucede en barrios pobres debido al hacinamiento. Las autoras señalan que mucho se ha escrito sobre las implicaciones que tiene en la mujer su confinamiento al espacio doméstico, pero poco se ha reflexionado sobre la posibilidad que tiene el hombre de apropiárselo y que, tal vez por esa incapacidad, definan su tiempo en el hogar como tiempo muerto. A diferencia de las culturas anglosajonas, en varones y mujeres no se registra la presencia de una cultura del pasatiempo o hobby, que para el varón simboliza la recuperación del espacio doméstico; la percepción que ellos tienen sobre el espacio doméstico es que se trata de un sitio de ocio y descanso en donde se dedican a ver la televisión, dormir y hacer trabajos en casa, mientras que la cocina es el espacio para comer, conversar con la mujer y hacer composturas si es necesario (Zamudio et al., op. cit.:58). En el medio urbano persiste una diferenciación espacial y jerárquica por generación y parentesco, ya que cuando el padre ocupa el espacio doméstico, los hijos deben salir a la calle para no molestarlo y evitar hacer ruido, en la mayoría de los casos. El estudio revela que existe una escasa participación de ellos en las labores domésticas, a pesar de ejercer el control sobre las decisiones que afectan las actividades recreativas y sociales de la familia. La mujer, en cambio, relaciona al hogar con tareas domésticas y simultáneas con lo que podría llamarse tiempo libre, como es el uso de la televisión. Las mujeres urbanas sin trabajo remunerado, disponen de algún tiempo libre durante el cual ven la televisión, duermen o realizan visitas; las madres están en casa la mayor parte del tiempo y el espacio que más ocupan es la cocina. Cuando ella no está, los varones lavan platos, aunque consideran esta actividad como femenina y evitable en lo posible. Los registros de lo que las autoras llaman "tiempo doméstico" arrojaron un patrón de concentración mayor de actividades y responsabilidades, y una mayor simultaneidad en las mujeres. Los escenarios y ámbitos de socialización del tiempo, en general, y del uso del tiempo libre, en particular, registraron tres tipos de segregaciones diversas respecto del género durante los días de descanso: los domingos, las niñas de entre siete y 14 años pasan en promedio 80% de tiempo en el hogar y el mayor número de horas se traduce en trabajo doméstico y uso de medios electrónicos, en especial la televisión. Para las de entre siete y 11, el hogar es un importante lugar de juego, con un promedio de dos horas y media en domingo. El segundo tipo de segregación se registró en el espacio escolar, donde existen actividades deportivas limitadas para las niñas, lo cual les resta posibilidades de desarrollo físico, les brinda menores oportunidades de socialización y les dificulta la confrontación más igualitaria con los varones. El tercer tipo de segregación es el espacio callejero, eminentemente varonil, infantil y juvenil, aunque el estudio reporta que en Medellín esto se ha reducido de manera considerable para los niños, debido a la violencia. Aun así, los jóvenes y niños desafian la inseguridad y utilizan los espacios públicos en las grandes ciudades; lo mismo sucede en los barrios 107 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS populares, mientras que en las veredas se reportan más espacios de encuentro comunitario, como la iglesia, la tienda y la escuela. En el caso de la ciudad capital, Bogotá, la calle es el espacio público por excelencia, centro de encuentro, de relación, de juego, pero también es el espacio de descomposición, de vagancia, de pandillas y uso de drogas; éste es utilizado intensamente por los niños de manera progresiva a medida que crecen, no así por las niñas, quienes menos lo utilizan entre más se acercan a la adolescencia. Las cifras indican que a partir de los 12 años, los niños permanecen en la calle 50% de su tiempo, mientras que las niñas sólo 20%, y más bien lo utilizan como una vía de tránsito para visitar amigas, hacer mandados o llegar a otros espacios cerrados, pero no como territorio de permanencia, como en el caso de los varones. Para ellos la calle se relaciona con la posibilidad de jugar en libertad, con la trasgresión, el riesgo y la intensidad que viven en ella, y que se refleja en el número de horas repartidas en diversas actividades y espacios recreativos, visitas, asistencia a centros de encuentro y religiosos. Los resultados señalan que los principales referentes temporales de la socialización del género en niños y adolescentes son cuatro. En primer lugar, el horario escolar como organizador del tiempo de los niños y de la familia. Aunque existe cierta igualdad en las prácticas del tiempo libre entre niños y niñas en la escuela, ésta se diluye cuando salen de este espacio y regresan a casa, ya que ellas permanecen en casa y ellos salen a la calle, un espacio que tiene connotaciones peyorativas de ocio, holgazanería y vicio, y como sinónimo de tiempo libre. El segundo referente temporal para los niños y las niñas por igual, son los medios de comunicación masiva, la televisión en la ciudad y la radio en el campo. Es tan cotidiana su relación con éstos que en muchos casos olvidan mencionarla como presencia constante y compañía. El tercer referente es la sexualidad, durante la adolescencia; a partir de que se inicia su primera relación afectiva y sobre todo sexual, las mujeres reciben las primeras prohibiciones por parte de la familia y su pareja, mientras que al varón se le refuerza la libertad. El cuarto referente temporal se manifiesta con la adopción de la concepción lineal del tiempo, que se da generalmente a partir de los siete años de vida y constituye el anclaje de la normatividad que orienta la organización de la vida cotidiana. Las autoras concluyen que el tiempo, como contexto de socialización, se da en la medida en que su estructura y características contienen un horizonte básico de organización de la vida de quien lo asume -el horario para despertar, el horario escolar, de trabajo, de sueño, la radio y la televisión, las actividades y movimientos cotidianos que como referentes dan cuenta de la organización no sólo del sujeto, sino de su familia, del vecindario, del transporte, de las tiendas, los bancos, el trabajo, la escuela, el tiempo libre...; sucede que, mientras "la niña se encuentra atrapada por el tiempo doméstico, al niño lo atrapa la calle, que es sinónimo de ocio" (ibid.:71). Respecto del género, afirman que la construcción social de la diferencia y la inequidad se revela en el ejercicio de la relación y no tanto en la ejecución de una determinada actividad. Proponen la necesidad de una política de transformación mediante la 108 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA democratización de los espacios, tiempo y relaciones, así como una política de equidad de género que ofrezca igualdad de oportunidades para ellos y ellas, la organización de programas que respeten las particularidades y las diferencias de género y reconozcan las desigualdades existentes. Solicitan el apoyo de las autoridades gubernamentales para el desarrollo de un plan de acción en favor de la familia, aprobado durante 1996, y para promover en el rubro sobre políticas de vivienda popular la exigencia de áreas mínimas adecuadas para la convivencia y la recreación, que se garanticen los espacios privados necesarios para evitar el hacinamiento familiar. Igualmente, piden que se reestablezca la jornada escolar completa, de mañana y tarde, para liberar a las mujeres del cuidado y atención de los niños por un mayor número de horas, y la instalación de espacios artísticos y deportivos en los cuales participen equitativamente hombres y mujeres, así como el establecimiento de programas de salud integral y estrategias de atención con perspectiva de género para niños y niñas. Solicitan también recursos para la revisión y depuración de los contenidos discriminatorios de género en los textos escolares y mediáticos, para eliminar estereotipos que refuerzan papeles sumisos en la mujer y activos en el hombre en el uso y percepción de su tiempo. En especial, piden la cooperación de los medios electrónicos para la difusión de programas orientados a estimular la equidad de género, así como la realización de estudios estadísticos con indicadores infantiles con perspectiva de género que den cuenta de la evolución del proceso a lo largo de varios años. Perú "La organización social del tiempo infantil en comunidades rurales peruanas" es el tema de la tesis que, al igual que la anterior, articula tiempo y espacio como dimensiones en las cuales se organiza la vida cotidiana en la infancia (Vargas, 2000). La experiencia del tiempo en los niños del campo es de suma importancia, ya que en el ámbito rural el trabajo agrícola impone una mayor demanda sobre ellos. El énfasis del análisis está en la división temporal entre escuela, labores agrícolas y domésticas, vida comunitaria y tiempo libre. Con ayuda de una metodología mixta que combinó censos y trabajo de campo etnográfico, la exploración abarcó diferentes ámbitos. El estudio describe el contexto económico y ecológico, las interacciones comunitarias y sus características, los asuntos familiares y domésticos, y los atributos sociodemográficos de los niños y su organización temporal. El diseño de la investigación comprendió dos etapas, el análisis de la Encuesta Nacional de Medición de Niveles de Vida en Perú, y el trabajo de campo etnográfico sobre la organización social del tiempo en un grupo exploratorio de 20 niños de la sierra y la selva. Los resultados muestran que los niños de la sierra tienen una tendencia mayor a combinar actividades de la escuela con el trabajo agrícola, mientras que un 109 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS mayor número de los niños de la selva desertan de la escuela y se dedican a las labores agrícolas exclusivamente, lo que indica la importancia del contexto ecológico y laboral en la definición de tiempos infantiles. Respecto del tiempo libre diferencial, el trabajo de campo indicó que las diferencias comunitarias se debían a atributos propios del género y la generación, a la ubicación y recursos de la comunidad en cuestión, y a las diferencias interregionales debidas a prácticas económicas, y principalmente de las poblaciones migrantes. Su contribución se orienta hacia la construcción de una teoría ecológica, demográfica y sociológica, y a la implementación de políticas rurales educativas que contemplen la perspectiva de género y su relación con la recreación y el esparcimiento. Bolivia "El tiempo libre como parámetro de la calidad de vida' es el título del análisis financiado por la Subsecretaría de los Asuntos de Género, instalada dentro de la Prefectura del Departamento del Gobierno de Cochabamba, en Bolivia (Tujtelhaas, 1997). El estudio reivindica la necesidad de descanso de las mujeres y los hombres en lo que define como "una vida tranquila y equilibrada", estimulando acciones que satisfagan las demandas expresadas en este renglón prácticamente olvidado por las autoridades locales. Como parámetro de calidad de vida, el tiempo libre se define como "el tiempo que queda libre después de las horas normadas de trabajo remunerado, que incluyen las horas de transporte, el ocio, el comer, dormir, cuidado de la salud, deberes familiares, sociales y satisfacción personal" (ibid.:13). Define el ocio como "resultado de la elección libre con carácter desinteresado, que busca un estado de satisfacción, como fin en sí mismo y que responde a necesidades individuales" (ibid.:14). Las funciones del tiempo libre convergen en la liberación de tareas obligatorias, como posibilidad de abrir nuevos mundos para escapar del aburrimiento, y capacitar al individuo para dejar atrás rutinas y revertir estereotipos impuestos por las instituciones sociales. En ese marco, el equipo programó un sondeo participativo sobre el tiempo libre, cuyo enfoque de género planteó la necesidad de analizar las diferencias entre mujeres y hombres de la ciudad en relación con el acceso, demanda y satisfacción de éste, considerado como una necesidad importante para mejorar la calidad de vida. Con la finalidad de conocer la ocupación actual del tiempo libre de los distintos grupos sociales y sus necesidades, expresadas para mejorar la calidad y el uso del tiempo libre, se aplicó una encuesta a 25 familias y un conjunto de 10 entrevistas a grupos focales, de ingreso y ocupaciones diversas, diferenciados por género, generación y clase social. Se pidió una definición propia para cada concepto y se encontró que los grupos de mujeres con trabajo manual -comerciantes y empleadas domésticas- tuvieron más problemas para aportarla. 110 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA En cambio, las mujeres que combinaban funciones de ama de casa con otra actividad fuera de la misma definieron el tiempo libre como tiempo propio: "es el tiempo que puedes hacer lo que quieres, sin obligación ni compromisos ni con el trabajo, ni con la familia. Lo esencial es hacer algo que te satisfaga, relaje, guste y sin presión" (¡bid.: 134). Por su parte, las mujeres de grupos profesionales y ejecutivas definieron el tiempo libre también como tiempo propio, aquel que "puedo utilizar para mí, que no esté sometido a mi horario laboral; es el tiempo que dedico para mi persona, ya sean actividades recreativas o intelectuales" (ibid.:135). En la mayoría de los casos el ocio obtuvo una connotación negativa relacionada con flojera u holgazanería y la perspectiva de género reveló que las mujeres y los hombres experimentan el tiempo libre de manera distinta; esto tiene que ver con sus responsabilidades y trabajos, que a su vez se reflejan en el tiempo libre, definido como conjunto indiferenciado entre tiempo libre/responsabilidades/trabajo, lo que trae como consecuencia las diferencias de género en el disfrute del mismo. Entre los problemas que señalan las mujeres, destaca una constante distribución inequitativa de la carga de trabajo doméstico, por ser ellas las principales responsables; una educación discriminatoria por género, reflejada en desigualdades e inequidades respecto de la pareja y los hijos; una diferencia de intereses, que se deriva de lo anterior, ya que el trabajo doméstico es la actividad primordial de las mujeres; el impulso de actividades deportivas masculinas, con predominio del futbol, con poco fomento hacia otras actividades para las mujeres; así como la inseguridad que reportan ellas como limitante para su desplazamiento y el ejercicio de otras actividades. En síntesis, estos resultados señalan mayores restricciones de tiempo libre en el caso de ellas, en razón de tareas y obligaciones llamadas "tiempos impostergables", que deben cumplir tanto en el ámbito público como en el privado y apuntan también hacia las políticas públicas existentes, que no reivindican la satisfacción de esta necesidad debido a la presencia de prejuicios sociales respecto del género. Los resultados enfatizan la necesidad de legislar sobre el tiempo libre, para considerarlo un derecho entre las necesidades humanas, con la misma jerarquía que los derechos laborales, de salud, y educación, por ser igualmente necesario para el desarrollo pleno de las personas. Consideran urgente establecer espacios de recreación y tiempo libre personales en empresas, oficinas, escuelas y universidades, así como tener acceso a más eventos recreativos gratuitos, para fomentar la participación familiar, y la necesidad de fortalecer la conciencia colectiva en favor de su uso. Asimismo, se solicita presupuesto para que se construyan centros de encuentro y que los medios difundan masivamente las ofertas de tiempo libre. A raíz de esta investigación se destinaron recursos para la creación de "comunidades culturales" con el objetivo de descentralizar de la ciudad la oferta cultural y fomentar iniciativas existentes en diferentes grupos de la población, para responder a la demanda 111 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS y las necesidades sentidas. Este proyecto se complementó además con servicios sociales y legales, con apoyo especial a la mujer por medio de la Dirección de Asuntos de Género. Los estudios académicos Los estudios que a continuación se analizan señalan derroteros para la conceptualización y planeación del tiempo libre en instituciones académicas. Puerto Rico El tiempo libre se revela como determinante en las causas que afectan la salud en el artículo "Conductas de ocio en familia como indicadores de salud mental", como parte del conjunto de proyectos en el área de psicología del Departamento de Educación Física y Recreación de la Universidad de Puerto Rico (Meléndez, 1999). En éste, el autor señala que las actividades de ocio y tiempo libre guardan una correlación positiva con la satisfacción de necesidades psicológicas, de salud física, mental y de crecimiento humano; reporta que en la práctica terapéutica se reconoce la capacidad de usar el tiempo libre apropiadamente y de participar en conductas de ocio como un criterio en el diagnóstico de la salud mental. En el artículo se comparan las evidencias acerca de la importancia que tiene compartir el tiempo libre con la familia en Europa occidental, Estados Unidos y Puerto Rico, ya que, según reportan los censos en estos países, ocho de cada 10 actividades se realizan en su seno. El tiempo libre no sólo aglutina un grupo en torno a una determinada actividad, sino que es un aspecto importante para garantizar una vida familiar satisfactoria. El autor reporta que a pesar del caudal de información sobre el papel decisivo de la familia en la socialización recreativa y el ocio en estas regiones, en Puerto Rico escasean los datos para comprobarlo. Por ello, Meléndez Brau realizó un estudio exploratorio y presentó resultados a partir de las entrevistas estructuradas que aplicó a distintos miembros de la familia en 20 hogares y 17 municipios. Durante la primera etapa del estudio, se registró un inventario de 27 actividades de tiempo libre; la segunda consistió en definir un conjunto de 17 marcos o segmentos de tiempo libre, que corresponden a la estructura tradicional de tiempo disponible en la sociedad contemporánea durante los fines de semana y en vacaciones, definido como tiempo libre cotidiano o diario. El autor recopiló datos sobre la disponibilidad de tiempo libre por segmento, compañía y cantidad y durante la tercera etapa registró 20 aseveraciones positivas y negativas que describen aspectos de la vida familiar. En la cuarta etapa presentó un conjunto de temas relativos a la 112 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA estructura familiar y otras características demográficas, que revelaron la escasa participación de las familias en la socialización del tiempo libre de sus miembros. Costa Rica En el marco de los estudios sobre la cultura, la tesis sobre significados de tiempo libre en una comunidad rural en Costa Rica define el tiempo libre como experiencia vivida con múltiples significados, cuyas dimensiones centrales son la libertad, el disfrute y la interacción social (Molina, 1999). Basado en las teorías del existencialismo social, el autor afirma que el tiempo libre es una experiencia fundamental para el bienestar de la humanidad, pues constituye una acción en la cual los seres humanos tienen la libertad de convertirse en aquello en lo que buscan transformarse (el texto original utiliza el verbo en inglés become). Advierte que, aunque los significados de libertad, interacción social y disfrute son centrales en la definición misma del término, no existe ninguno que agote todo lo que puede encontrarse bajo su rúbrica, ya que éstos son contextuales e inseparables de la cultura y pueden variar según la etnia, la edad, los roles de género y el nivel socioeconómico. Por ello las experiencias de tiempo libre son situacionales, ya que se pueden encontrar significados diversos a una misma actividad que se realiza en diferentes ocasiones. Para la comprensión de los significados que subyacen al concepto y con el fin de contribuir al bienestar individual y social en las regiones rurales, especialmente desprovistas de programas de tiempo libre, el autor explora tanto el contexto cultural general de Costa Rica, como la situación específica en la cual ocurre la experiencia. Se trata de una comunidad rural, cuya escasez sobre la utilización del tiempo aflige a sus habitantes, en particular a la población adolescente y adulta. Esa situación se refleja en un uso inapropiado del tiempo libre, como en la intensificación de problemas de alcoholismo, consumo de drogas, ausentismo escolar y laboral, y en la desintegración familiar. Con respecto a la segregación por género que prevalece en los espacios sociales de las comunidades rurales predominantemente masculinas, el autor señala que las mujeres se encuentran confinadas a las obligaciones del hogar y tienen poco acceso a otros espacios sociales que les permitan ejercer su derecho a una mejor calidad de vida. Su trabajo reitera la escasez de investigaciones empíricas, fundamentales en la región, y la ausencia de equipos expertos que abran mayores oportunidades de tiempo libre en Costa Rica, a partir de trabajos sobre los significados diversos que la experiencia del tiempo libre reviste, en específico para los grupos especialmente desatendidos en el medio rural. Con esto en mente, el propósito del estudio consistió en explorar los significados del tiempo libre en un grupo de habitantes adultos, adolescentes, mujeres y hombres, y en conocer sus significados connotativos, percibidos por los habitantes, 113 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS es decir, la relación que se establece entre una idea principal y otra complementaria que la acompaña. Sin embargo, para comprender lo que un fenómeno significa, se debe considerar también su denotación, que se define como aquello que se indica, anuncia, significa. Todo ello para evitar las etiquetas que pueden distorsionar o inhibir la comunicación entre el participante y el investigador. El autor registró las palabras que en el medio rural se utilizan como sinónimos de tiempo libre, tales como diversión, recreación, entretenimiento, "pasar el tiempo" o distracción y a partir de éstas intentó conocer cuál de ellas describía mejor lo que se denota como tiempo libre. Los significados connotativos, por su parte, le ayudaron a identificar cómo y de qué manera aquello que la comunidad etiqueta como tiempo libre es denotado por los participantes. Por medio de una metodología mixta, que integra el análisis etnográficofenomenológico y el consenso cultural, se entrevistó a un grupo de informantes para que describieran el tiempo libre y sus significados connotativos. Los resultados destacan que los contextos de tiempo libre ocurren en el hogar y sus alrededores: mientras que las niñas juegan fuera de casa con muñecas o al doctor, los varones gustan de jugar futbol o hacer presas o diques en arroyos cercanos. Ambos juegan juntos hasta los siete años o hasta cuando entran a la escuela; desde la niñez hasta la adolescencia, los niños y las niñas juegan con personas de su propio sexo y las niñas gustan de brincar la reata, jugar a las muñecas o al juego de paleta, mientras que los niños juegan futbol, a la rueda y a las canicas. Los adolescentes jóvenes de ambos sexos conversan con sus hermanos y amigos en los jardines de sus hogares, y los varones nadan en arroyos o roban fruta de los huertos. Para los adolescentes y adultos la plática extensiva, llamada "conversona", constituye un contexto importante del tiempo libre que requiere de un mínimo de tres personas y puede suceder en casa o en sitios públicos. Las que se llevan a cabo en el hogar pueden ocurrir después de cenar, a la hora de la comida o con el café durante el fin de semana. Se tipifican como de "vacilón" -definido como juego, diversión o conversación poco seria-, de "fisgoneo", mezcla de presunción y chisme, y "choteo", que significa sarcasmo ligero. Aquellas que acontecen en sitios públicos tradicionalmente se llevan a cabo en "pulperías", que son espacios multipropósito en donde se almacena grano y comestibles, se venden dulces, ropa, tlapalería, funge como correo, se juega billar, se ve televisión, hay restaurante, bar, registro civil y espacios para bailar. Aunque se encuentran en vías de extinción, persisten en algunas comunidades rurales como centro comunitario y lugar de socialización para los campesinos varones, quienes los sábados bajan de la montaña para aprovisionarse de víveres, jugar billar, beber y conversar sobre futbol. En la comunidad rural bajo estudio, los domingos son probablemente los días más importantes para el tiempo libre, ya que se organizan bailes y se va a misa, que es más un evento social que religioso, porque todos llevan sus mejores atuendos y conversan con otros paseantes de las regiones vecinas. Posteriormente, los adolescentes 114 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA desfilan alrededor de la plaza central; ésta es una de las pocas oportunidades que tienen para el cortejo público y la conversación. Otros espacios para el tiempo libre son las celebraciones públicas populares y religiosas: entre las primeras están las fiestas patronales que se realizan una vez al año y los "turnos", ferias callejeras donde se reúnen fondos para mejorar las instalaciones escolares, el campo de futbol y el parque, entre otras cosas. Durante los turnos se toca música, se baila, hay rifas, loterías, corridas de toros, bailables, intercambio de regalos; una de las actividades centrales es la socialización, durante la cual se ingieren bebidas alcohólicas que "logran que se disuelva la rigidez y formalidad característica de los lugareños" (ibid.:14). El autor identificó 32 significados connotativos entre los que destacan "conocerse a uno mismo", "sentir amor", "cercanía con la naturaleza'; de igual modo, detectó diferencias generacionales a partir de las diversas valoraciones que se hacen sobre el tiempo libre, ya que los adultos ponderan estar bien de salud y sentirse "capaces" para su tiempo libre, mientras que los adolescentes valoran la espontaneidad como importante significado del tiempo libre. En relación con las razones culturales de género, Molina reportó similitudes con otros países latinoamericanos respecto de las mayores oportunidades varoniles de participación social y comunicación en el tiempo libre; mientras ellos valoran los encuentros y la ayuda a los demás en su tiempo libre, ellas refieren la espontaneidad como significado central del suyo. Ambos grupos señalaron la necesidad de superar barreras culturales para expresarse y actuar a partir de sus propias opciones en situaciones de tiempo libre. El autor sugiere mejorar la planeación de éste con perspectiva de género en el campo y señala la necesidad de que existan más investigaciones sobre los significados de tiempo libre, para que los programas lleguen a las poblaciones más necesitadas, como son las mujeres, los ancianos y los adolescentes. Perú La disciplina de la historia aporta un conjunto de trabajos que, a partir de documentos y fuentes primarias y secundarias, registran los cambios en el uso del tiempo libre; tal es el caso de la tesis que analiza la experiencia de la modernidad, vista a través de "Las diversiones públicas en Lima entre 1890 y 1920" (Muñoz, 1999). Se trata de una época de grandes transformaciones y cambios económicos y sociales que marcaron un hito en la modernización de ese país; el texto ofrece aspectos poco conocidos que permiten una mejor comprensión de la sociedad limeña contemporánea. La construcción de la nación peruana pasó por la necesidad de contar con una ciudad capital moderna y una nueva cultura que trató de inculcarse a sus habitantes; este tema poco estudiado por la historiografía peruana pone en evidencia la voluntad 115 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS de ruptura de determinados sectores sociales de la élite modernizadora con el diseño y la forma de vida apegada a la tradición colonial, para dar paso a otra de carácter moderno. Es el tránsito de una sociedad tradicional a una moderna, que se da como entramado de relaciones en convivencia, cuyos rasgos mantienen la antigua estructura colonial caracterizada por una fuerte jerarquización, la desigualdad social y un uso restringido del espacio público. En contraste, la sociedad moderna se basa en una aspiración igualitaria de los individuos, en una nueva concepción del espacio urbano y en la creación de una variedad de espacios públicos de socialización. Es la modernidad -entendida como la confirmación del individuo, el desarrollo del pensamiento racional y la noción de progreso que como elemento central busca eliminar concepciones providenciales en torno a la vida-, la que construye la libertad individual y su capacidad de acción. La modernidad se materializa en la construcción de espacios públicos donde los individuos interactúan fuera de la esfera familiar y los amigos cercanos, lo cual implica articular las relaciones entre el individuo y la sociedad; sin embargo, la modernidad, debe ser vista no sólo en su aspecto material, sino también en el de su experiencia subjetiva y su interpretación del mundo. La autora ubica como lugar propicio para el análisis a la ciudad de Lima, ya que sus transformaciones urbanísticas aceleraron el ritmo general de la vida; también identifica a las élites políticas y culturales que promovieron un nuevo ideal de vida por medio de diversas estrategias que hicieron posible construir un proyecto modernizador, como sus discursos disciplinarios, la influencia que ejercieron y la recepción que merecieron entre los sectores populares, en particular en los grupos étnicos mayoritarios compuestos por negros y chinos, identificados como bárbaros e incivilizados. Al no encontrar trabajos que analicen la experiencia de las clases populares, por la falta de testimonios directos, la autora utilizó los registros sobre sus prácticas cotidianas y las diversas maneras de oponerse a los proyectos modernizadores, concebidos al margen de sus propias prácticas culturales. Considera las diversiones en tanto actividades recreativas y de esparcimiento destinadas a crear un espacio para la relajación, y como rica fuente de información para conocer la transformación de valores, actitudes, costumbres y formas de sociabilidad de la sociedad limeña. Revisa las nuevas prácticas que se introdujeron, entre las cuales destacan las diversiones públicas, como el teatro culto, lírico, y dramático, a expensas del género "chico", el cine, el ciclismo, el futbol y el hipismo, como prácticas deportivas típicas y expresiones del proceso civilizatorio de una sociedad. Analiza sus contradicciones con las diversiones populares como las salas de juego, carnavales, toros, gallos y jaranas, algunas de éstas calificadas como inmorales. Lo anterior da cuenta de las diversas valoraciones, de las múltiples formas de rechazo social, adaptación y aceptación de las clases populares frente a las innovaciones en el ámbito de las diversiones, así como de la función social asignada por la élite modernizadora y el Estado, bajo la hipótesis de que dichas diversiones formaban parte de la creación de un individuo y una moral burguesas. 116 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA A partir de estos recuentos, la autora describe y explica el proceso de modernización, expansión e institucionalización de los espacios de diversión, como elementos que indican la dirección de los cambios. Relata las críticas de la élite respecto del estilo cortesano, la escasa valoración del trabajo, la búsqueda del placer y la exacerbada sensibilidad de la cultura popular, considerados obstáculos para el desarrollo del país, pues ella busca la promoción del amor al trabajo y a las leyes, la formación de una mentalidad racional y el cultivo de un gusto refinado y delicado. De todas maneras persisten las prácticas menos refinadas como el carnaval, las tandas, el teatro chino, las peleas de gallos, los toros, las salas de juego y fumaderos de opio, asociados con una cultura bárbara y poco civilizada. La autora explica la modernidad como un proyecto económico expansivo y participativo que se desarrolla de acuerdo con pautas civilizatorias, reflejadas en la conformación de lugares públicos que rompen con el concepto de espacio de las sociedades tradicionales. Estudia en especial aquellos espacios destinados a las diversiones y los deportes como categorías para interpretar la experiencia de la modernidad limeña; revisa testimonios de viajeros, tesis, libros, artículos en diarios y revistas de la época, de profesionales y periodistas, cuya influencia era considerable en la opinión pública del periodo, así como folletos, archivos fotográficos, archivos municipales y de la prefectura. Documenta el proceso de emulación del modelo estético parisino de la ciudad moderna, y el de la raza blanca como ideal del individuo burgués que promueve el laicismo científico y que adopta la sociedad en su conjunto. Igualmente, detecta los intentos hechos por parte del Estado para "civilizar" a la población negra, china e indígena a partir de una nueva forma de vida, en la que impera el orden, la higiene, la moderación, la disciplina y un nuevo gusto estético que fomenta el recato y la decencia. La investigadora también reflexiona sobre el papel del Estado como encargado de reglamentar los espacios de diversión en el ejercicio paralelo de control y tolerancia, debido a la práctica de políticas clientelistas y patrimonialistas que le permiten gozar de prebendas en dichos espacios; asimismo, registra las tensiones entre las élites criolla, aristocrática y modernizadora, por medio de las cuales la primera defiende la alegría, la picardía y la libertad de las diversiones populares como símbolos de identidad nacional, y las otras dos esgrimen el discurso de lo criollo como sinónimo de cultura popular, con estereotipos racistas que convierten a los negros y chinos en chivos expiatorios, en obstáculos para el desarrollo del país y negación del ideal del individuo burgués. Lo anterior propició cierta empatía entre los grupos de chinos y negros, en las prácticas chinas, como los juegos de azar, y en el baile de la marinera de los negros, considerados emblemáticos del carácter nacional. Eso hizo posible la apertura de nuevos espacios de interacción entre los diversos sectores sociales, lo que evidenció el paso de una sociedad jerarquizada hacia la disolución de barreras sociales a partir de las cuales podían observarse e imitarse hábitos y comportamientos, y reconocer pertenencias sociales. Las nuevas diversiones se convirtieron en un fenómeno masivo, pero selectivo, 117 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS de espacios para las élites, la "nueva multitud urbana", espacios mixtos en relación conflictiva, espacios públicos especializados que desplazaron a la calle, la plaza y su reglamentación. Colombia El artículo "Trabajadores, bribones y amantes; encuentros de tiempo libre entre indígenas a través de redes rurales y escritos en Santa Fe de Bogotá" revela los resultados de una investigación documental realizada con base en archivos y escritos oficiales de la Colonia; su autora explica los mecanismos por medio de los cuales en el siglo XVII los muisca, habitantes de Colombia central, pasaron de ser "dueños" de su territorio a "indios" y súbditos de la Colonia (Zambrano, 2001). Esa transformación se analiza a raíz de la conquista española; la investigadora encuentra que los castigos que se ejercían sobre dicha población se aplicaban a partir de sus transgresiones en el trabajo convertidas en esparcimiento y recreación. Demuestra que al describirlos en dichos documentos como "bribones, pícaros, maleantes, víctimas feminizadas y amantes ofensivos", se producía el conocimiento colonial en torno al indigenismo y la construcción del saber sobre lo que era verdadero, recomendable y bueno, las relaciones de poder y la formación de sujetos con género. Guatemala En una investigación titulada "De la Ilustración al liberalismo: los discursos sobre los gremios, el trabajo y la vagancia' se analizan los discursos que, durante la segunda mitad del siglo XVIII, emitieron sobre estos asuntos Campomanes y Jovellanos, reformadores españoles con gran influencia en Guatemala que manifestaron detallados afanes reguladores de la Ilustración respecto del trabajo y las diversiones, que no se limitaban a Europa sino que se aplicaban igualmente al mundo americano (Sagastume, 2001). A partir de sus discursos se prescribían normas y conductas sobre el vestido, los comportamientos, las actividades recreativas, los lugares adecuados e inadecuados a frecuentar, así como diversos mecanismos de coacción y castigos contra las diversiones públicas en Guatemala. La autora da seguimiento a la evolución de las ideas de pensadores y autoridades del país en torno a temas como el trabajo urbano, la vagancia y las diversiones populares desde 1776 hasta 1830, fechas significativas para el país, ya que a raíz del terremoto de 1776 se construyó una nueva capital con mejoras e innovaciones en materia de infraestructura, desarrollo urbano, legislación y proyectos de gobierno relacionados con las diversiones. En esa época se da prioridad a la construcción de la ciudad y a velar para que los sectores populares tuvieran oficio y lo 118 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA ejercieran; se instrumenta una política de "arreglo de las costumbres", que comprende un conjunto de normas para erradicar la vagancia y los desórdenes públicos, y paralelamente se da cabida a la compulsión por el trabajo y el establecimiento de diversiones consideradas honestas. Se estimula la producción como actividad económica prioritaria y, al mismo tiempo, se aplican mecanismos cada vez más complejos para regular y prohibir las actividades de diversión y tiempo libre entre las clases populares, como formas de control social, para fomentar el amor por el trabajo e introducir nuevos patrones recreativos con el fin de evitar desórdenes. Aunque se reconoce la importancia que tiene la diversión para llevar una vida saludable, se busca eliminar conductas desordenadas, diversiones sangrientas y faltas al trabajo. Esas políticas de combate contrastan con la cultura popular que identifica ociosidad con la diversión, cuyas tres acepciones en el vocabulario colonial son: cesación del trabajo, diversiones en horas y días de trabajo y el vicio de no trabajar, perder el tiempo o gastarlo inútilmente. Vinculado con excesos y problemas derivados de prácticas y diversiones populares en horarios y días de trabajo, el término se relaciona con otros, como "mal entretenido", "vago" y "holgazán" (ibid.:21). Dicha política formaba parte de una larga tradición de debate y control sobre la vida festiva por medio de una legislación relativa a fiestas y diversiones dividida en tres grupos: las ceremonias religiosas, con el argumento de que la espectacularidad profanaba lo sagrado; las actividades festivas y diversiones públicas, con el fin de evitar palabras y acciones indecentes y groseras y, por último, las reuniones y diversiones, que perjudican la seguridad pública. Según la autora, las verdaderas intenciones de la política ilustrada sobre diversiones era vitalizar formas de distracción colectiva capaces de "ideologizar divirtiendo", o desviar la atención de temas conflictivos, normar el tiempo libre de la gente del pueblo y estimular una compulsión por el trabajo. Documenta la aparición en Guatemala de diversas publicaciones sobre vagancia y diversiones durante la época en que éstas no constituían casos excepcionales, sino que formaban parte de una política de difusión, común en España y sus colonias en América, impuesta desde fines del siglo XVIII, que se mantuvo constante incluso después de los movimientos que condujeron a su independencia. Como conjunto de regulaciones, comprendían cuatro bandos que normaban y castigaban, según el caso, los juegos prohibidos, el uso de máscaras y disfraces en las procesiones, el vuelo de barriletes con linternilla y el uso de fuegos artificiales durante la noche. También, por medio de su difusión, las regulaciones procuraron eliminar aquellas conductas calificadas como deshonestas, inútiles, sangrientas o peligrosas, con la finalidad de conservar el orden. A pesar de los bandos, que endurecieron las penas, en 1811 las autoridades registraron un aumento de criminalidad y desórdenes callejeros, ya que la gente continuó con la costumbre de salir durante la noche, jugar 119 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS apuestas, beber chicha y aguardiente en horas y días de trabajo, volar cometas y arrojar harina y lodo en el carnaval. Esas normas nunca llegaron a implementarse completamente, por ello se buscó distraer al pueblo del ocio por medio de un proyecto de educación pública; hacia fines del siglo XIX se establece la norma de descansar los días festivos religiosos, aunque se suprimieron algunos por considerarlos perniciosos, "tanto a la moral como a la prosperidad" (ibid.:274). A partir de la investigación, la autora elabora un inventario sobre diversas disposiciones legales, integra los acuerdos sobre vagancia, embriaguez y diversiones populares; explora sus orígenes, su contenido y objetivos, así como los cambios y continuidades en la política que reflejan el pensamiento ilustrado. Enumera los comportamientos prohibidos para los vagos, ociosos y mal entretenidos, definidos como comportamiento delictivo de la plebe, entre cuyas conductas estaba el robo, las riñas y los desórdenes callejeros. Hasta 1790 se prohibían las conductas asociadas a la ebriedad y los desórdenes en las calles en horas de trabajo; después de ese año éstas fueron definidas como "no ejercer un oficio", cuestión que, según ella, refleja que la legislación permanecía ajena ante la crisis económica y el desempleo que se generó durante la época, y que era causa importante de las conductas delictivas y la vagancia. En cambio, manifestaba una preocupación constante por aquellos que abandonaban sus trabajos para dedicarse a las diversiones prohibidas. Algunos relatos de viajeros calificaban ciertas diversiones como sanguinarias, llenas de vicios y poco edificantes, contrastantes con las diversiones "sanas" que propiciaba la autoridad. Otros observaban que si bien los habitantes disfrutaban de las corridas de toros, las peleas de gallos, el juegos de naipes y las festividades religiosas, el sosiego de que disfrutaban era un sepulcro. Lo anterior se debía a la rigidez del sistema político español que propiciaba en América abismales diferencias sociales y la separación de formas de diversión. A partir de la lectura de relatos, la autora clasifica las diversiones en juegos prohibidos como los de azar, apuestas, dados, rifas clandestinas y peleas de gallos, a las que no tenían acceso las mujeres ni los niños; y juegos permitidos como las damas, el billar, los trucos, loterías, juegos de mesa, las corridas de toros y ciertas celebraciones religiosas. Describe, asimismo, las disposiciones sobre moral pública en las conductas normadas por el género, sobre todo en los encuentros de hombres y mujeres en espacios de diversión. Lo cierto es que detrás de la legislación del trabajo, la vagancia y las diversiones, estaban las ideas de progreso del pensamiento ilustrado, y los discursos procuraban la introducción del concepto de orden en las costumbres de los sectores populares en aspectos relacionados con el trabajo, el aseo, el vestido, las costumbres "nocivas", el ocio y las diversiones. 120 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA Como puede observarse, la producción sobre el tema del tiempo libre en América Latina se reduce a 10 investigaciones, lo cual refleja el poco interés que este tema reviste en la región. Los trabajos generados en el seno de universidades e institutos revelan la falta de estadísticas oficiales y la escasez de trabajos cualitativos que aporten datos sobre la región. Sorprende en su mayoría el uso de bibliografia anglosajona cuyo sustento es una experiencia de la utilización del tiempo libre distinta en muchos aspectos a la latinoamericana. A esos trabajos los une la preocupación que revela la carencia de foros sobre el tema en la región yla poca articulación que existe entre las universidades e institutos de investigación social y los planificadores y programas avocados al estudio del tiempo libre. La mayoría busca estimular el estudio y la producción de datos, o bien el análisis de las prácticas y las experiencias que sirvan para justificar propuestas de políticas públicas surgidas a partir de las necesidades detectadas. En los trabajos, existe consenso sobre la necesidad de dar mantenimiento a los espacios públicos y destinar mayor presupuesto para aumentar el número de éstos, así como sobre la necesidad de una mayor liberación de tiempos, especialmente en el caso de las mujeres, quienes cargan con la responsabilidad del trabajo doméstico y el cuidado de los hijos, ya que se muestra una mayor segregación en tiempo y espacio en ellas que en los varones. Las investigaciones también recomiendan comprometer a los gobiernos en la planeación de programas que impulsen la equidad de género en actividades, espacios y conductas relacionadas con el tiempo libre que beneficien a mayores sectores de la población y fomenten el desarrollo de una cultura del tiempo libre más democrática. La mayoría coincide en la necesidad de contrarrestar los efectos de los ajustes económicos en la región, con el financiamiento de investigaciones cuantitativas y cualitativas que permitan incorporar en sus políticas públicas una cultura del tiempo libre, con el fin de mejorar las condiciones sociales y económicas, y la calidad de vida de los habitantes de la región. El campo nocional incorpora además del concepto de tiempo libre otros igualmente importantes como diversión, entretenimiento, ocio, tiempo propio, recreación, experiencia especial, esparcimiento, entretenimiento, así como connotaciones negativas relacionadas con el ocio, como la vagancia, los "mal entretenidos" y la holgazanería. Asimismo, los estudios aportan un conjunto de ricas y variadas reflexiones que arrojan luz sobre el nivel de la complejidad del tema en la región, que rebasa el pensamiento dicotómico, y muestra desigualdades de género, de clase social, etnia y generación en relación con el tiempo, espacio, medio rural y urbano. También describen patrones y prácticas de tiempo libre, no sólo como actividades y situaciones sino como experiencia transgresora en diversos contextos, que revelan características regionales útiles para la discusión conceptual en el imaginario latinoamericano. 121 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS Son tres las investigaciones que a la luz de la temporalidad social contemplan como indisociable el tiempo y el espacio en el análisis de la construcción social del género, y detectan patrones de socialización y discriminación que desde temprana edad observan niños y niñas en su vida cotidiana. Esta realidad concierne principalmente a las niñas colombianas bajo estudio por la reducción, su segregación o franca exclusión de ciertas prácticas de tiempo libre. La investigación peruana por su parte examina la organización social del tiempo y detecta diferencias atribuibles a las particularidades regionales y al género, a la luz de una teoría ecológica que conjugua el respeto por la naturaleza con las políticas educativas con sensibilidad de género. La investigación boliviana analiza el tiempo libre de hombres y mujeres como medida de calidad de vida, y lo conceptualiza como espacio de liberación de obligaciones, escape del aburrimiento y reversión de estereotipos discriminatorios por género. Sus mediciones sobre acceso, demanda y satisfacción, así como la revelación de necesidades de tiempo libre, permitieron plantear una definición del mismo como conjunto indiferenciado entre trabajo/responsabilidades/tiempo libre, que apunta hacia inequidades debidas, en primer lugar, a la carga doméstica que recae mayormente sobre las mujeres. A partir de estos resultados, sus autores solicitan que dicho concepto sea incorporado como parámetro de medición de bienestar, no desde una perspectiva económica o cuantitativa, sino desde una visión humana y cualitativa. También buscan impulsar una legislación en el terreno del tiempo libre que lo eleve a categoría de derecho humano, al mismo rango que los derechos en torno al trabajo, y solicitan igualmente la descentralización de la oferta cultural hacia otros espacios y geografías escasamente atendidos por el gobierno. El estudio puertorriqueño sobre salud mental considera el tiempo libre familiar como un parámetro de satisfacción y reporta una escasa socialización del mismo en la familia como la institución definitoria de los patrones y conductas importantes en términos de ocio, tiempo libre y recreación. Por su parte, la investigación costarricense revela significados connotativos y denotativos que ofrecen una caracterización del tiempo libre por género y generación, en contextos rurales de escasez de tiempo libre y segregación, así como un conjunto de prácticas regionales, algunas de éstas en peligro de desaparecer. La metodología revela significados del tiempo libre como espacio de libertad, disfrute e interacción social y experiencia; el tiempo libre se muestra como ingrediente fundamental para el bienestar de las personas, aunque persiste la segregación por género, que impide el desempeño de la mujer en el uso equitativo del tiempo libre. De las tres investigaciones históricas, dos analizan el tiempo libre a partir de las diversiones populares y la persistencia de transgresiones frente a la normatividad que regula los tiempos y espacios para la diversión; la primera reporta las diversiones en Lima, la capital peruana, a fines del siglo XIX y principios del XX, como actividades recreativas y de esparcimiento, destinadas a crear espacios de relajación, y como fuente inagotable para reconocer valores, actitudes y costumbres -como las diferencias 122 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA y exclusiones de género, etnia y clase social. A partir de éstas y los espacios que ocupan, la investigación interpreta la modernidad que en teoría promueve una convivencia más civilizada y democrática. La segunda estudia la ciudad de Guatemala, durante la segunda mitad del siglo XVIII, para rastrear normatividades y transgresiones, así como distintas valoraciones en torno a las costumbres y diversiones de los sectores populares. Muestra la miopía de una legislación insensible frente a la crisis económica de la época que califica a sus víctimas como vagos y holgazanes. Detrás de la legislación laboral sobre la vagancia y las diversiones están las ideas de progreso del pensamiento ilustrado, que imprimen connotaciones negativas a las prácticas seguidas por los sectores populares y buscan dar orden al trabajo, el aseo, el vestido, las costumbres "nocivas" de ocio y las diversiones. La tercera investigación muestra las transgresiones, definidas como espacios contestatarios en la diversión, que se registran como actos de rebeldía en los espacios laborales de una población bogotana, al tiempo que recoge los saberes construidos en los sectores discriminados y las relaciones de poder que configuran los valores a partir del género. Con excepción de las investigaciones históricas, los trabajos elaborados en esta región sugieren la necesidad de establecer políticas públicas de largo alcance que den seguimiento a las transformaciones generadas por los diversos grupos sociales, la necesidad de revisar y eliminar contenidos discriminatorios por género en los textos escolares y los medios electrónicos, pasando por el establecimiento de programas y estrategias ahorradoras de tiempo, en beneficio de las mujeres, y la programación de espacios públicos recreativos sensibles a las necesidades de las mujeres. Algunos de los problemas recurrentes reflejan la situación que prevalece en las investigaciones sobre el tiempo libre en América Latina, como la poca relevancia que se le da a su estudio en ámbitos académicos, su limitada planeación racional desde el gobierno, el escaso desarrollo conceptual, la mínima presencia de trabajos conjuntos academiagobierno que lo contemplen como parámetro de calidad de vida y bienestar, el aislamiento en que se encuentran los estudiosos del tema y la escasez de reuniones o foros para el intercambio teórico y empírico de conceptos, metodologías y políticas públicas. El tiempo libre en México El caso de México, merece un capítulo aparte dado que su ciudad capital fue elegida para realizar el trabajo empírico, cuyos resultados se aprecian en el último capítulo de esta investigación. Es importante señalar que el tiempo como concepto y convención social experimentó un cambio significativo desde antes del proceso de industrialización, ya que la Iglesia marcaba la temporalidad de la vida urbana y sus campanas recordaban a los ciudadanos los rituales ligados a momentos específicos de la vida litúrgica., pero 123 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS también les servían de referencia , antes del uso generalizado del reloj, para marcar el horario de las actividades seculares. Anne Staples afirma que quedan aún vestigios de este tiempo tradicional que marcaba el uso generalizado de las campanas en la Ciudad de México (1977:177). Como tema fundamental de una cultura predominantemente católica, que ha transitado por el largo proceso de desligar la religión y sus prácticas de la vida diaria en el recorrido hacia la secularización, los cambios en el uso del tiempo se manifiestan primero en los asuntos oficiales, las fiestas y el culto externo , pero a la larga afectan también a la religiosidad privada de la familia y más específicamente a la de las mujeres. La cultura religiosa fue desplazada al prohibirse el uso de las campanas de las iglesias, que no marcaban sólo las horas litúrgicas, sino que con sus familiares sonidos señalaban el ritmo de la vida en las ciudades y hasta cierto punto en el campo. Los sonidos de las campanas servían para grabar momentos de la vida cotidiana , de tal suerte que en vez de hablar de cierta hora, se acostumbraba hablar de determinado toque, como "después de ánimas", la "hora del ángelus", reforzando así el aspecto ritual de la vida. Incluso a partir de los cambios , hay quienes observan un relajamiento de los hábitos en la vida social , ya que no sólo se reducen las obligaciones eclesiásticas y se separa la vida familiar de la religiosa , sino que las costumbres afrancesadas se extienden a los estratos superiores al igual que el gusto por las diversiones populares. El historiador Pedro Viqueira Albán señala que México adquirió sus primeros rasgos de ciudad moderna durante las últimas décadas del siglo XIX , ya que la vida política había alcanzado un alto grado de desarrollo aunque las transformaciones sociales sólo beneficiaban a la minoría (1987:47). Respecto de las diversiones , la ciudad contaba con lugares típicos para el entretenimiento como los paseos , las avenidas y los centros de recreación , en donde se podía comer, jugar boliche o nadar. El paseo por la Alameda, los domingos, había sustituido a la misa de 11:30 en la catedral , "pues hasta aquellos empellones que eran oro molido para los novios iban cayendo en desuso", aunque constituía un proceso lento por tratarse de costumbres tan arraigadas corno las religiosas (Cosío, 1957:347). Emma Cosío Villegas revela que los cambios que ansiaba el país y que lo llevarían al progreso , no sólo se reflejaban en la secularización cada vez mayor de la vida cotidiana, sino también en las recomendaciones que hacían los intelectuales capitalinos relativas a las actividades de esparcimiento . En especial se animaba a las mujeres "decentes" a salir de casa, explicándoles las ventajas de practicar deportes; se sugerían los paseos al aire libre, todo ello para "tener una vida más higiénica " (ibid.:357). Se trataba de construir espacios democratizadores aumentando el acceso a actividades culturales, deportivas y de espectáculos , sobre todo en las calles del centro de la ciudad. En realidad las clases sociales estaban marcadas , ya que algunas actividades como los juegos de azar, el circo, las fiestas cívicas, las tandas y después el cine , se ofrecían como diversiones públicas, mientras que otras se reservaban el derecho de admisión. 124 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA Estos factores permitían calificar a la sociedad mexicana como moderna, ya que la noción urbana del tiempo libre implicaba un equilibrio entre dos tiempos, el trabajo y el descanso, el tiempo productivo y el improductivo, aquel que ayuda a recuperar las fuerzas que al día siguiente se emplearán en la producción (Monsiváis, 1970). Como construcción capitalista, el tiempo libre forma parte del contrato social que, como concepto contemporáneo, se distingue del ocio porque supone la existencia de un programa y un sistema, mientras que el ocio es anárquico. El tiempo libre tiende a unificarse y a uniformar con base en cánones, modas, reglas y normas que suponen la pertenencia a un estilo de vida y a una clase social (¡bid.). Diversos estudios sobre la idiosincrasia nacional han reflexionado sobre las concepciones del tiempo de los mexicanos, las cuales le imprimen una huella peculiar a las diversas formas de vivirlo y concebirlo en las relaciones humanas, las rutinas familiares, los horarios de las comidas, la escuela, el trabajo, las horas de entrada y salida, y las diversas trayectorias. Esas concepciones también implican la sincronización de tiempos socialmente adecuados, según el género, para realizar ciertos eventos y rituales familiares, como las celebraciones, bautizos, quince años, santorales, onomásticos, o los calendarios sociales que se refieren al "ya es tiempo" de casarse, al "ya no es tiempo" para enamorarse, o al "ya se le pasó el tiempo para tener hijos", que se incrustan en la cultura en conjunto con nociones indefinidas de tiempos de espera indiscernibles como el "ahorita", "al ratito", que desmoronan el tiempo eximiéndose del compromiso, "ya que aquello que cabe entre el dedo índice y el pulgar logra desesperar a cualquier ser civilizado entrenado en la precisión del reloj" (Bartra, 1992:50). En este sentido, los relatos sobre las fiestas mexicanas han sido motivo de grandes disquisiciones sobre la cultura y la identidad de un pueblo, y sin embargo en ese recuento rara vez aparecen las mujeres, quienes permanecen tras bambalinas como trabajadoras, espectadoras o motivos ornamentales. Por otra parte, son de sobra conocidos los estereotipos masculinos aparecidos en novelas costumbristas, historietas, la radio y el cine mexicano, que describen fiestas, rituales u onomásticos de parientes y amigos, acompañados de expresiones de amor y odio, mariachis y tequila, que han dado la vuelta al mundo y marcan una relación peculiar de los varones con los tiempos festivos. Basta hojear el calendario oficial que cuenta con un total de 5 000 celebraciones a lo largo de un año; esto implica un promedio de catorce por día, más los numerosos puentes que se le agregan, en especial el famoso "tupe-Reyes" que inicia el 12 de diciembre con la fiesta de la Virgen de Guadalupe y termina con la partida de la rosca de reyes el 6 de enero. Según constata la última versión de la Guía turística océano, son de importancia fundamental en la vida social de los mexicanos, ya que "además de festividades oficiales, cada pueblo, aldea, barrio o colonia cuenta con la suya propia" (2002:14). Historiadores, sociólogos, filósofos, poetas y literatos aluden a la condición ambigua de la fiesta, que como dice Octavio Paz, es "una necesidad, una explosión, un estallido" 125 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS donde se combina "muerte, vida, júbilo y lamento, canto y aullido", que "se alían en nuestros festejos no para recrearse y reconocerse, sino para entredevorarse...". "No hay nada más alegre que una fiesta mexicana, pero no hay nada más triste... La noche de fiesta es también noche de duelo en donde emborracharse es un ritual en sí, una oportunidad de manifestar amor y odio" (1959:23). Carlos Monsiváis describe las formas enredadas, divertidas y grotescas de la vida cotidiana, que revelan multitudes que se hacen y deshacen a cada minuto, carnavales previstos e imprevistos, espectáculo y farándula y "diversiones a morir". Define el caos de la vida y "su feroz desorden" como una de las características más constantes de la vida mexicana y apunta no sólo a las jerarquías sociales y de género, sino a las "ganas de vivir" que ocultan o difieren las asimetrías rígidas en la convivencia diaria. La diversión por definición es transgresora de tiempos y valores que escapan a todo control, y que si es genuina "-en forma de ironía, humor, relajo- es la demostración más tangible de que, pese a todo, algunos de los rituales del caos pueden ser también una fuerza liberadora" (1995:16). Es de sobra conocido, como símbolo de la m_exicanidad, el campesino cedente bajo la sombra de un maguey que define la "Mexican siesta", que se toma cuando aprieta más el calor, y que encarna la indolencia, la ociosidad, la flojera y, también, por qué no, su derecho a la pereza. Aunque se trata de estereotipos, como primeras formas de reconocimiento de lo "verdaderamente" mexicano, que han sido producidos por la cultura hegemónica y reproducidos por la sociedad, arrojan luz sobre las diversas maneras que tiene el mexicano de relacionarse con el tiempo, que parecen ir más en sintonía con una definición de tiempos no programados, tiempos aparentemente sin sentido -productivo al menos-, que provocan situaciones y sensaciones gratas y agradables. Esto implica plantear una reorientación en los estudios sociales que hasta el momento lo han tipificado a partir de las disciplinas de la producción, que marcan los tiempos de trabajo asalariado más que los ámbitos generadores de sensaciones placenteras. El calificativo que André Breton aplicara a México como país surrealista proviene, entre otras cosas, de haber constatado su irreverencia respecto de las disciplinas del tiempo, la puntualidad, las citas concertadas y los encuentros acordados. La propuesta mexicana parece desafiante, ya que no vale la pena truncar nada importante o grato en aras de un compromiso futuro, lo cual revela una manera de vivir el momento presente no como receta mediática sino como verdad. En ella las reglas de etiqueta del tiempo son distintas, ya que "llegar tarde a una cena no merece disculpa, antes al contrario, lo grosero es llegar a tiempo" (Riding, 1985). Persisten mitos sobre la impuntualidad mexicana en algunos visitantes que al concertar un encuentro preguntan con desconfianza: ¿hora mexicana u hora americana? Aunque E.T. Hall indica que estas cuestiones revelan la miopía con que la cultura occidental -y en especial la estadounidense- se acerca a otras culturas con diversas concepciones acerca del tiempo. Dice que es necesario estar atentos al mensaje 126 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA que confiere y transmite claramente, por ser menos manipulable y por estar sujeto a menor distorsión consciente que el lenguaje hablado, ya que "las voces del tiempo gritan lo que las palabras pueden ocultar" (1959:15). Según Jorge Carrión, "el mexicano" -que no la mexicana- se adapta a un flujo imperceptible de tiempo, que al no sentirlo no ve la urgencia de hacer hoy lo que puede hacer mañana, y no es puntual porque nada lo obliga a serlo. Por ello mide la distancia como "ahí nomás tras lomita, que es la ecuación sociológica de un tiempo ligero" (1975:50). Esa liviandad también implica una naturaleza transgresora, tierra fértil para analizar la complejidad de una dimensión temporal con potencial autónomo, lugar donde se materializan con mayor espontaneidad preferencias individuales, placeres, gustos y diversiones. Asimismo, confronta, tal vez sin proponérselo, el sentido occidental del tiempo en su concepción de futuro, que al concebirlo como fatalismo hace que la planeación resulte artificial, ya que "al pensar que el curso de los acontecimientos está predeterminado, los mexicanos no encuentran gran justificación para disciplinarse en una rutina" (Riding, 1985). Si fuéramos leales a las mitologías y los estereotipos que describen la cultura de México, podría afirmarse que los tiempos de celebraciones y asueto son más importantes para configurar el imaginario que caracteriza "la buena vida" y que la dicotomía artificial tiempo libre/trabajo invierte su jerarquía. Lo anterior no sólo cuestiona esta oposición binaria y su aplicación en sociedades como la nuestra, sino que pone en tela de juicio verdades supuestamente universales sobre el tiempo libre, término que comparte el terreno con otros conceptos que conforman un mismo campo nocional, como son el ocio, el entretenimiento, la diversión y el esparcimiento, la recreación y el pasatiempo. Dicho campo ha sido construido sustentado en el paso de diversas colonizaciones que han dejado huella en la cultura nacional, como es la hispana, la francesa y la estadounidense, cuyas improntas han revelado las cualidades miméticas y emulatorias, pero también originales, creativas y contestatarias de los mexicanos. Algunas de las transformaciones por las que ha pasado la concepción del tiempo moderno a lo largo del siglo XX revelan un desarrollo considerable del tiempo libre y la recreación en las ciudades occidentales, caracterizado por el reemplazo de la recreación espontánea e informal por los pasatiempos organizados, el desarrollo de los mismos en detrimento del tiempo libre generado individualmente y la preferencia por las nuevas tecnologías que apuntalan la industria del entretenimiento. Las principales transformaciones históricas por las que ha pasado el tiempo libre urbano a lo largo del siglo XX son cuatro: la primera es el desarrollo de la organización en detrimento de la espontaneidad, lo que implica su creciente reglamentación y planeación. La segunda es su transformación en industria cultural, la cual construye un nuevo binomio entre tiempo libre y tiempo de consumo como una de las instituciones de la ciudad moderna. La tercera es su transformación en experiencia 127 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS vicaria, en la que se participa como espectador del espectáculo del tiempo libre, ya no como protagonista, y esto lleva a la erosión de la experiencia física, directa y personal con el mundo. La cuarta transformación ocurre cuando se privatiza el tiempo libre en otro tiempo destinado a las calles, plazas, mercados y cafés, y ahora confinado al hogar, la familia y a los círculos cerrados de amigos reunidos en torno a la televisión, que durante las últimas décadas define el tiempo libre preferente de la mayoría de los mexicanos. Con mayor fuerza que la radio en sus inicios, este medio electrónico consiguió en 30 años unificar el habla nacional, convertirse en referente educativo, construir un concepto homogéneo de diversión y constituirse en refugio probado contra la alienación en el trabajo, la política, la violencia e inseguridad callejeras, y niñera o sustituta de cuidados maternos. Como entidad colonizadora, la televisión desplaza cada vez más a otros medios y a otras actividades recreativas, y transforma a sociedades colectivas en sociedades atomizadas, aisladas, intimistas, sociedades cuyo tiempo libre se encuentra mayormente dentro del hogar (Beatty, 1989:28). La recreación urbana recurre cada vez más al encierro doméstico y al consumo irrestricto, emulatorios de la idea estadounidense del tiempo libre; durante los ochenta el uso de videojuegos, el cine y la renta de videos en casa vinieron a expandir las alternativas más sofisticadas. A esto contribuye una ciudad que se torna cada vez más violenta, insegura, peligrosa y que recluye a niños, adolescentes y adultos en torno a la televisión directa, vía satélite y por cable, que poco a poco abarata sus costos para hacerla, más accesible a un mayor número de consumidores. La calle se torna amenaza y el hogar oasis de recreación y convivencia. Lo anterior pretende asentar algunas reflexiones sobre las transformaciones que ha experimentado el concepto y el uso del tiempo libre er. México durante el siglo pasado. Con el fin de conocer su grado de conceptualización y desarrollo, a continuación se analizarán las publicaciones que desde diversas disciplinas han abordado la cuestión del tiempo libre como un tema importante. Para efectos de esta investigación, es necesario advertir que las reflexiones y las investigaciones sobre México generalizan las vivencias del tiempo libre como actividades compartidas por hombres y mujeres, reduciéndolas a rango de estereotipo que define "la mexicanidad" o "lo típicamente mexicano". Soslayan por ello importantes diferencias sobre las experiencias y percepciones que muchas mujeres tienen respecto del tiempo, y que la idiosincrasia nacional describe como homogéneas. Se encontraron un total de 16 publicaciones, cinco se realizaron por encargo de dependencias gubernamentales vinculadas con el mundo del trabajo, una compila los resultados de un seminario celebrado en la Universidad Nacional Autónoma de México y otra fue presentada ante la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing; además, se ubicaron un ensayo y cuatro investigaciones académicas en el ámbito de los estudios sobre la cultura, la historia, la sociología, la economía y la enfermería, así como tres encuestas sobre el tiempo libre. Sólo tres abordan el tema desde la óptica de género. 128 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA En general analizan el tiempo libre en la ciudad capital y buscan normar el ámbito del tiempo libre en el marco del trabajo; revelan políticas públicas sujetas a cambios sexenales y una falta de orientación ciudadana en relación a la cultura del tiempo libre que permita ampliar el espectro de posibilidades fuera de la opción generalizada del uso de los medios masivos de comunicación, en particular de la televisión. Reportan una centralización de los servicios y los espectáculos en delegaciones y una ausencia casi total de éstos en aquellas que se ubican en las áreas suburbanas con mayores niveles de pobreza. Asimismo, reiteran la necesidad de realizar investigaciones cuantitativas y cualitativas que apuntalen una base de datos sobre infraestructura recreativa y deportiva por delegación, presupuesto asignado por año, proyectos y programas existentes, cantidad y calidad de servicios, así como cifras sobre la población atendida. Memorias de congresos y seminarios Son cuatro las memorias de congresos y seminarios, dos se remontan a los años de 1953 y 1978, una fue realizada por iniciativa de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y otra auspiciada por la Confederación de Trabajadores de México, ambas en el ámbito laboral. En las dos se percibe la influencia de los estudios soviéticos en sus concepciones teóricas, mas no respecto de la puesta en práctica de los programas de tiempo libre, la infraestructura deportiva y recreativa, las estrategias y sistemas ahorradores de tiempo, y los centros comunitarios para su práctica. Definen el tiempo libre como aquellas actividades a las cuales se entrega el individuo con plena satisfacción para descansar, divertirse, acrecentar la información, desarrollar su formación personal y participar voluntariamente en la sociedad, después de haber cumplido con sus obligaciones laborales (González Llaca, 1953:280). Durante el Seminario Nacional de Capacitación Sindical sobre "El aprovechamiento del tiempo libre y la recreación del trabajador", organizado en Mérida por la Confederación de Trabajadores de México, el tiempo libre fue definido como aspecto relevante en la promoción del bienestar socioeconómico y cultural de los trabajadores, que deberá redundar en un mejor uso de éste como aspecto relevante en el fortalecimiento de los lazos familiares (1978:37). Al ser un elemento cohesionador de las familias de los trabajadores, el tiempo libre debe estar sujeto a una reglamentación, sobre todo respecto de los contenidos de los medios de comunicación masiva para evitar el consumismo como práctica preferente, y las obligaciones patronales respecto del derecho de los trabajadores a participar en actividades culturales, recreativas y deportivas por medio de un contrato colectivo de trabajo. Durante la reunión se llegó al consenso sobre la definición del tiempo libre como espacio de tiempo de que dispone para sí el trabajador, después de que se ha liberado 129 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS de sus obligaciones laborales, durante el cual puede entregarse libremente a ejercer una serie de actividades creadoras que propicien su desarrollo humano y su bienestar social (ibid.:238). En este caso la subordinación del, tiempo libre al trabajo asalariado se enmarca en la noción de bienestar, que incorpora en su definición los beneficios aportados a los trabajadores, el aumento de su cultura y sus conocimientos, su recreación y su participación en la superación de la colectividad.. Sin embargo, no toma en cuenta el ocio ni la recreación, y reduce el tiempo obligatorio a la esfera laboral, sin considerar el trabajo doméstico ni el cuidado de los demás. Tampoco considera el tiempo libre que no necesariamente se define como actividad, sino como situación o momento contemplativo, y olvida los tiempos de mantenimiento, como son la satisfacción de necesidades fisiológicas, el sueño, la alimentación y los tiempos de transporte. Durante la segunda mitad de los setenta se concretaron las preocupaciones externadas en el ámbito gubernamental con la creación, por decreto presidencial, del Consejo Nacional de Programas para la Cultura y Recreación para el Desarrollo Integral de los Trabajadores y sus Familiares (Conacurt). Se crearon cinco programas que abarcaban la promoción de la cultura y la recreación, la orientación al público sobre el acceso a dichos programas, la tarjeta de descuento Conacurt para que los trabajadores realizaran actividades turísticas y recreativas así como los estudios socioculturales de la población atendida (1975). Posteriormente, en 1977, se creó el Consejo Nacional de Recursos para la Atención de la Juventud (CREA), para promover diversas actividades relacionadas con el uso del tiempo libre en los jóvenes, en especial el turismo juvenil, y el Fondo Nacional para las Actividades Sociales (Fonapas), un fideicomiso creado para mejorar y ampliar actividades que promovían el bienestar social. Otras instituciones creadas posteriormente, cuyos estatutos contemplan el desarrollo de actividades de tiempo libre para diferentes sectores de la población, son el Instituto Nacional de la Senectud (Insen), ahora Instituto Nacional para la Atención a los Adultos Mayores (Inapam), organismo descentralizado de asistencia social a la vejez que promueve la cultura física, el turismo social y la capacitación ocupacional; el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), que promueve campamentos recreativos, actividades artísticas, deportivas y socioculturales para la familia; el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que organiza actividades recreativas en sus guarderías para niños y centros de cuidado vespertino para pensionados y jubilados; el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), que también diseña programas recreativos, culturales y turísticos; y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), que organiza, por medio de sus diferentes direcciones, diversas actividades para el desarrollo del deporte y las artes plásticas y escénicas. La tercera publicación recoge los resultados de un seminario organizado en 1995 por la UNAM sobre "La importancia del uso del tiempo libre", al cual fueron convocadas autoridades de la institución y diversos funcionarios del gobierno federal con cargos directivos en el ámbito del tiempo libre. 130 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA El conjunto de conferencias reconoce el olvido en el que se ha tenido al tiempo libre como aspecto relevante para el desarrollo de la juventud y como actividad fuera del trabajo para el desarrollo del potencial creativo de las personas. En éstas se revela una escasa cultura del tiempo libre y la necesidad de fomentarla en los espacios universitarios, ya que es más por desconocimiento o escasa difusión de las actividades, y menos debido a la falta de éstas, por lo que las personas se ven limitadas en sus opciones. Informan que la población menos atendida son los jóvenes y las personas de la tercera edad, y apuntan a realizar funciones regeneradoras del tiempo libre, tanto para el trabajo como para vivir mejor, pues ése propicia mejores relaciones sociales y el placer. Como elección libre de una situación o actividad desinteresada, el tiempo libre satisface necesidades personales; es aquello que se elige voluntariamente, que produce placer o deleite como fin en sí mismo, como experiencia subjetiva o sentimiento íntimo, ya que cada uno experimenta la libertad, el desinterés y la satisfacción de manera distinta, dependiendo de factores de orden biológico, psicológico, social y cultural. El tiempo libre como carrera universitaria se ofrece sólo en las instalaciones de la Asociación Cristiana de jóvenes (YMCA), aunque existen también cursillos de capacitación orientados básicamente hacia su organización en instituciones como el IMSS, el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) y el Departamento del Distrito Federal (DDF -hoy Gobierno del Distrito Federal), e igualmente cursos de verano para niños y jóvenes en la UNAM. Predomina la reflexión sobre el deporte, el descanso, la salud, especialmente en el terreno de las adicciones y en el ámbito de la divulgación de la cultura universitaria, -donde la UNAM cuenta con medios de difusión masiva, prensa, radio y televisión, cuatro direcciones de actividades artísticas, cinco centros de extensión universitaria, un centro para el estudio del cine, la investigación y los servicios museológicos, y dos centros de difusión de la cultura, que son Casa del Lago y el Museo del Chopo. Se ofrecen datos sobre preferencias juveniles y asistencia a diversos talleres de danza, pintura, redacción, poesía, narrativa, así como sobre las funciones que cubre, no sólo en el aspecto recreativo o de esparcimiento, sino en el de la formación crítica y participativa del público. Las conferencias reiteran que el tiempo libre se ha convertido en un espacio de lucro y manipulación en el que se define lo que "es divertido' y lo que no lo es, cuando la vida cultural debe ser una de la primeras obligaciones y no un espacio u ocupación colateral para pasar el rato, como frecuentemente se cataloga a las actividades artísticas, que son consideradas ocupaciones de tiempo libre de primera importancia en otros países. En el ámbito del deporte, como aspecto relevante del tiempo libre en todas las edades, se afirma que éste forma parte del proceso educativo de enseñanza de la disciplina, la constancia y el espíritu de lucha, y debe inculcarse como hábito, ya que distrae a la juventud de los vicios y adicciones, y abate la soledad. Se proporcionan cifras sobre la construcción de centros deportivos en zonas urbanas y marginadas, especialmente para la población que atiende la UNAM, cuyas edades oscilan entre los 15 y los 35 años, 131 VOY ATROPELLANDO "' IEMPOS aunque paralelamente se reporta la insuficiencia de espacios y actividades recreativas en la ciudad, que podrían contribuir a que el tiempo libre se constituyera en un tiempo de cultura y aprendizaje, de profundización y generación del conocimiento. El descanso es un tema importante como condición necesaria para mantener la salud y muchas veces es la única forma de tiempo libre que tienen ciertos sectores sociales, quienes reportan horarios de trabajo intensos. En las conferencias, se reiteran juicios negativos, presentes en la cultura mexicana, sobre el concepto de ocio, que "es la madre de todos los vicios", sin embargo, se califica como condición para la salud humana, que se deteriora cuando no se cuida la calidad del tiempo libre, ya sea por adicción al trabajo o por disfrutar del tiempo libre eterno, que en ambos casos genera patologías como el estrés o la depresión por inactividad. En el ámbito de la Medicina del Deporte en la UNAM, merece atención la vejez, cuyos cambios corporales y conductuales pueden ser aminorados por medio del establecimiento de un estilo de vida sano, que incluya el ejercicio y la medicina preventiva. Por otra parte se registran algunos de los pasatiempos favoritos de los estudiantes universitarios, que se ubican en el terreno de las adicciones, principalmente la ingesta de alcohol, que es de difícil combate, ya que forma parte de la idiosincrasia nacional y proporciona placer y sensaciones de bienestar. En ese sentido, como un esfuerzo de prevención directa se reporta una encuesta médica que levantó la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) Aragón, para detectar a la población en riesgo, reorientar las prácticas de tiempo libre y controlar las prácticas adictivas. Los resultados mencionan otras adicciones juveniles, como el uso de drogas y la violencia, actividades realizadas durante el tiempo libre por los jóvenes que pueden repercutir en contra de ellos mismos o del entorno; además la encuesta registró un excesivo tiempo libre en algunos sectores, para los cuales sugirió practicar deporte y otras actividades recreativas. La referencia a los medios electrónicos es constante, en especial a la televisión; se analiza su impacto en los ciudadanos que con mayor frecuencia permanecen en casa, hábito que se acentúa por el aumento de productos a los que se tiene acceso a partir de la publicidad sin tener que abandonar el hogar. Se recomienda por ello ampliar el abanico de posibilidades abriendo el camino hacia otras formas de disfrute del tiempo libre y volver más atractivas opciones que permitan desplazar la comodidad del hogar y reconocer la sensación de libertad que proporciona la elección de diversos mensajes y contenidos. En el terreno de la procuración de justicia y la salud se finca una importante responsabilidad de los medios, ya que promueven la violencia juvenil y el consumismo, las adicciones, las imágenes restrictivas de belleza, y la criminalidad y el consumo de drogas como patrones de ocio y uso del tiempo libre, aunque también se señala la responsabilidad que tiene la sociedad para demandar otros contenidos a los medios. Es cierto que la universidad ofrece diversas políticas de tiempo libre, que procuran el bienestar de la comunidad estudiantil, y esto se refleja en la organización de diversas 132 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA actividades culturales, deportivas y académicas, diseñadas al margen de los circuitos comerciales y sin afán de lucro. Como propiedad del individuo y de su capacidad de albedrío, el tiempo libre manifiesta un significado distinto según las edades y niveles educativos y en la universidad debe ser parte integral de la vida diaria, ya que una oferta diversificada puede fomentar la creatividad en los estudiantes; sin embargo se advierte que es necesario otorgar mayores recursos para planear y poner en práctica políticas idóneas. La memoria del seminario no supera la dicotomía entre tiempo libre y trabajo o estudio, y reduce su definición al terreno de las actividades de diversa índole, no necesariamente programadas ni utilizadas libremente de acuerdo con las preferencias personales. Al hacerlo reduce el tiempo libre a su calidad instrumental, aunque amplía sus posibilidades de ejercicio. Define al tiempo libre como una práctica individual, con beneficios para el sujeto y la construcción de su autonomía, y como una vía para la inserción social; éste constituye un factor que conforma la vida, al modo de una moderna escuela de educación informal, e incide en la manera de sentir, pensar, valorar y desear, como una cultura moral e indicador de la calidad de vida y el bienestar social. Aunque existe preocupación por articular esfuerzos académicos con políticas públicas emanadas de los gobiernos federal y local, la publicación no concreta propuestas para realizar la evaluación de los programas actuales, ni para la elaboración de una base de datos sobre la población atendida, pero insiste en el papel que deben desempeñar las instituciones públicas y la iniciativa privada en la organización y financiamiento de programas para el uso adecuado del tiempo libre, con el fin de hacer de éste un agente importante en la formación de seres autónomos. Aunque la convocatoria del seminario señalaba que la intención era intercambiar ideas entre la UNAM y el Gobierno Federal en el ámbito del tiempo libre, la representación gubernamental se redujo a la Comisión Nacional del Deporte (Conade) y al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), cuestión lamentable, ya que estuvieron ausentes otras instituciones igualmente relevantes como la Secretaría de Educación Pública, el Departamento del Distrito Federal, Conaculta, así como las otras universidades públicas y privadas del país. Con la excepción de Veracruz, no estuvieron representados otros estados de la república, ni las empresas privadas encargadas del tiempo libre, ni los directivos de los medios de comunicación colectiva. De forma sintética, pueden señalarse algunas necesidades expresadas durante el encuentro, como la importancia de abrir más espacios de reflexión que conjuguen las instancias académicas y universitarias, para avanzar en el diagnóstico y balance del tiempo libre en México; la urgencia de implementar políticas democratizadoras del tiempo libre, para incorporarlo como parámetro de calidad de vida de los ciudadanos; la obligación de construir una cultura del tiempo libre incluyente; la necesidad de considerar el género, la etnia y la clase social como perspectivas en el análisis de la idiosincrasia nacional y los valores que subyacen a las distintas prácticas del tiempo libre 133 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS discriminatorias, el análisis del tiempo libre como dimensión con derecho propio, cuyas funciones de diversión, desarrollo y descanso, conviven junto con una función regeneradora y elicitadora de relaciones sociales y placer, el desarrollo de cualidades creativas y transformadoras de la persona y su proyección social. No existe el intercambio de experiencias con otras universidades para abordar los problemas que atañen a la población juvenil, como son la drogadicción y la farmacodependencia, así como la pasividad que fomenta el uso de los medios de comunicación electrónica, en especial los audiovisuales y la industria cultural, que someten a su público juvenil a una contemplación acrítica de la sociedad y a patrones hegemónicos y uniformantes del tiempo libre que conforman una cosmovisión con limitadas opciones de vida. En relación con las reflexiones teóricas sobre el terna, existe una falta de conocimiento sobre el estado actual a escala internacional, no se diga en el caso específico del tiempo libre en los espacios académicos, cuestión que encuentra terrenos de alta profesionalización en otros países europeos, Estados Unidos y Canadá. Tampoco se registró la participación de México en foros, conferencias y cursos que se organizan en otros países y universidades, para actualizar información, ni políticas públicas de gobiernos que hayan endosado de manera profesional el fomento de la cultura del tiempo libre, mediante la creación de infraestructura y programas de difusión y divulgación sobre temas afines en grupos diversos de edad, género, clase social y etnia. A pesar de lo anterior, debe reconocerse este esfuerzo pionero de la UNAM por abrir un espacio de reflexión, convocando a la discusión a diversas instituciones oficiales sobre el tema. Se trata de un primer paso que concede importancia a la necesidad de una reflexión interdisciplinaria e interinstitucional con beneficios en el futuro. En 1995 se publicó un documento oficial, coordinado por Charlotte Bradley, que presentó la delegación mexicana durante la Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing, con el nombre "Deporte y recreación de la mujer en México". De manera irregular, el texto revela momentos de la historia mexicana en los que las mujeres han participado en el deporte, desde la Colonia hasta la época actual, señalando un conjunto de organizaciones que han fomentado su participación. La autora destaca la persistencia de mitos que las discriminan, ya que su movimiento se ve disminuido debido a las tareas domésticas y a los roles de género, que las capacita desde temprana edad para la doble jornada y reduce su práctica de tiempo libre al uso de los medios masivos de comunicación en el hogar. Por ejemplo, en algunos sectores, y en el caso del fomento a las actividades deportivas femeninas, en la cultura nacional persevera una idiosincrasia con ideas equivocadas sobre la pérdida de la virginidad asociada a la práctica de ciertos deportes "masculinos", que resultan "dañinos" para el sistema reproductivo, o la supuesta menor resistencia fisica que tiene la mujer frente al varón, debido a su estructura frágil, o la idea de que el deporte masculiniza, desarrolla la agresividad y ensancha los músculos, lo cual hace que las mujeres que lo practican pierdan su femineidad. Por ello la autora señala la 134 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA necesidad de establecer programas educativos que despejen estos tabúes e impulsen el deporte entre las mujeres. Adopta la definición que en 1990 publicó la Comisión de Derechos Humanos sobre tiempo libre como "periodo en completa disposición del individuo después de haber terminado su labor y cumplido con sus otras obligaciones" (1995:26). A la recreación la define como utilización positiva y creativa del tiempo libre, cuya finalidad es la diversión o distracción, el juego, y el espectáculo. Como documento pionero en su tipo, parece reflejar la situación en que está actualmente el desarrollo del tema en México, ya que muestra un escaso grado de profesionalización y conocimiento sobre la temática, desde el uso indistinto de conceptos como tiempo libre, ocio, recreación, entretenimiento, diversión, y en este caso el deporte, hasta el escaso manejo de datos sobre infraestructura, servicios, presupuestos de tiempo, población atendida, o sondeos sobre el uso de tiempo y el género, que colocarían la discusión en otro nivel. No ofrece un diagnóstico sobre la situación de las mujeres en el deporte y la recreación, y en su mayoría se limita a mencionar lugares comunes, dejando fuera actividades de tiempo libre importantes, como el entretenimiento popular y gratuito, los espectáculos masivos, las diversiones, el uso de los medios y la recreación familiar e informal, entre otros. Queda ausente también la reflexión sobre el género a la luz de la segregación que reproduce la cultura nacional ya que el documento presenta ejemplos que sólo tocan la superficie de la desigualdad. El mérito de esta publicación radica en que fue la primera vez que México presentó el tema ante la Conferencia Mundial sobre la Mujer, lo que invita a trabajar en el esfuerzo de aportar datos cuantitativos y cualitativos para conocer la situación actual sobre la temática. Evaluación de un programa de gobierno El Consejo Nacional para la Cultura y la Recreación encargó a Nelson Minello hacer una evaluación sobre un programa directamente enfocado hacia el tiempo libre de los trabajadores de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (1983). Con el nombre "Impacto de una política de bienestar, cultura y recreación para los trabajadores promovida por el Estado ", el texto pretendía evaluar el programa Tarjeta de Descuento Conacurt , lanzado en 1977. Enfocado al uso del tiempo libre, ofrecía a los usuarios descuentos en hoteles , restaurantes y otros servicios , durante sus vacaciones y su tiempo libre. En dicha evaluación se revisan el desarrollo histórico del tema en México, las diversas definiciones que se han discutido en los foros internacionales , así como las instituciones especializadas que existían en la materia. 135 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS El autor explica las características de la tarjeta de descuento orientada al turismo y la recreación, como instrumento de tiempo libre de los trabajadores, con el fin de hacer un perfil del usuario, y de los prestadores de servicios afiliados al sistema. Evalúa la consistencia entre los servicios ofrecidos y las necesidades de los usuarios; realiza un muestreo representativo de los solicitantes de la tarjeta desde 1977; un análisis de los folletos de divulgación de Conacurt y, por último, una serie de entrevistas en profundidad y semiestructuradas a los tarjetahabientes (ibid.:41). Los resultados muestran un crecimiento sostenido de usuarios a lo largo de diez anos, con una afiliación mayor en la provincia, una extensión de servicios inicialmente concentrados en la renta de vehículos, artículos deportivos y fotográficos, papelería y librería. Posteriormente, se lograron incorporar las ramas de salud y belleza, vestimenta, artículos para la construcción de vivienda, alimentación y bebidas. La mayoría de los usuarios eran varones, cuyas edades fluctuaban entre 25 y 34 años, con domicilio en zonas metropolitanas del país, aunque durante los últimos años se registró un aumento significativo de las mujeres de provincia. El número de usuarios se encontraba mayormente entre los funcionarios al servicio del Estado, que percibían entre 1.1 y 2 salarios mínimos, y cuya categoría ocupacional se encontraba entre los empleados técnicos o profesionales, con 35.6%, y jefes y supervisores, con 51%, aunque el porcentaje de trabajadores manuales por ser bajo no es irrelevante, a razón de 20.9% y 24%, en 1981. En las conclusiones se sugiere dirigir los esfuerzos hacia trabajadores de más bajos ingresos, en especial hacia las mujeres, quienes se afiliaron más a la tarjeta durante los últimos dos años. Esto le hace suponer que ellas encontraron en dicha prestación la posibilidad de utilizar ciertos servicios, a los que de otra manera no tendrían acceso, por lo que sugiere que se cubran aquellas áreas que ofrezcan más atractivos a las mujeres, como descuentos en cosméticos, ropa y muebles. Señala la necesidad de difundir las posibilidades de la tarjeta entre los usuarios, las empresas privadas y los trabajadores por cuenta propia, y considera necesaria la obtención de un descuento superior al que se tenía que era de 10% (ibid.:86). Aunque el programa de descuento prometía avances en materia de prestaciones de tiempo libre para usuarios con menores ingresos, fue cancelado en 1983, lo que revela la falta de continuidad de los programas de gobierno. El tiempo libre en cifras En la línea de presupuestos de tiempo se registran dos trabajos, uno publicado en 1971 sobre uso del tiempo libre en México, realizado por el Centro Nacional de Información y Estadísticas del Trabajo (Ceniet), que contempla dos aspectos, el presupuesto de tiempo de los trabajadores y el uso que ellos hacen del mismo. El otro 136 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA publicado diez años después, en 1981, coordinado por César Zazueta y Sandra Barojas, enfocado a conocer el estilo de vida de la población trabajadora urbana del Distrito Federal por encargo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, titulado Presupuesto de tiempo y uso de los trabajadores urbanos del Distrito Federal. Se trata de un estudio pionero en el país, cuyos resultados permiten acercarse por primera vez al tiempo libre y al estilo de vida, conocer parámetros generales y establecer las proporciones relativas de tiempo que se invierten en distintas actividades, según las condiciones de vida, intereses sociales o preferencias culturales de la población bajo análisis. Los autores dividen el presupuesto de tiempo en tres grandes rubros: tiempo vital, tiempo de trabajo y tiempo libre; en el primero se localizan las actividades necesarias para la subsistencia del individuo, comer, dormir, asearse; en el segundo se sitúan las actividades dedicadas a la producción de bienes y servicios; y en el tercero se encuentra el tiempo libre, definido como el tiempo en el cual el individuo realiza un conjunto de actividades con el fin de divertirse, descansar y desarrollarse personal y profesionalmente. Durante el estudio se aplicó una encuesta por muestreo probabilístico a un conjunto de trabajadores del Distrito Federal, mayores de 15 años, pertenecientes a 900 hogares. Las horas dedicadas al tiempo libre y la distribución de las actividades recreativas se recogieron con ayuda de preguntas que captaban la asistencia de los trabajadores a cierto tipo de lugares, el tiempo de uso de la televisión y la radio, la práctica de algún deporte y la lectura de libros, revistas y periódicos. Se captó el tiempo libre individual promedio de que disponen los trabajadores, así como la distribución de ese lapso entre las diversas actividades recreativas o de esparcimiento que realizan. Esas actividades se definen como ocio activo o pasivo; las primeras son aquellas que requieren del individuo algún esfuerzo físico o mental como los deportes, la pertenencia a grupos diversos, los paseos, las excursiones, etcétera. El ocio pasivo no necesita de ningún esfuerzo físico o mental, comprende ver televisión, escuchar radio o discos, visitar amigos y amigas, asistir al cine, al teatro, a museos o exposiciones, a espectáculos, bares y cantinas, y la lectura de libros, periódicos y revistas. En general, se trata de un trabajo descriptivo y de carácter cuantitativo, cuyos resultados señalan una diferenciación de actividades sobre el uso del tiempo libre según los estratos socioeconómicos y las características socio demográficas de los individuos, por sexo y edad. Señala en primer lugar que los hombres trabajadores cuentan con más tiempo libre que las mujeres que trabajan fuera de casa, a pesar de que ellas dedican en promedio media hora menos a trabajar que ellos. Lo anterior se debe a que la mujer, aunque cobre un salario, ha de cubrir también las necesidades de servicios para la casa y la familia, ocupando en esa actividad cinco veces más tiempo que los hombres. En segundo lugar, las mujeres dedican dos terceras partes del tiempo que los hombres dedican al tiempo libre u ocio activo; eso se refleja en la cantidad de deportes que los hombres practican, a diferencia de ellas. 137 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS En tercer lugar, es mayor la cantidad de opciones de tiempo libre activo para ellos que para ellas, eso a pesar de que una mayor proporción de mujeres dice pertenecer a organizaciones como clubes, deportivos y asociaciones civiles. En cuarto lugar, existe una mayor variedad de tiempo libre pasivo para los trabajadores que para las trabajadoras, ya que ellos asisten con mayor frecuencia a espectáculos de todo tipo; en quinto lugar, se registra una mayor capacidad en los hombres de participar en actividades de desarrollo personal, profesional y cultural durante su tiempo libre; en sexto lugar, es el hogar en donde las mujeres aprovechan más el tiempo libre para ver televisión, escuchar radio, oir discos, o leer revistas y periódicos. Los resultados señalan también que para la elección de actividades de tiempo libre prevalecen los roles tradicionales asignados a cada miembro familiar y al género: las mujeres hacen un uso pasivo del tiempo libre en el hogar y tienen menos alternativas fuera de éste. La elección de lecturas es acorde con el papel asignado a la mujer, como encargada del mantenimiento del hogar y el cuidado de los demás. El otro instrumento que aportó datos sobre el tiempo libre fue la Encuesta Nacional de Actitudes y Valores, aplicada en 1991 a una muestra representativa de mexicanos a partir de la cual se les preguntó sobre la importancia que otorgan a algunos aspectos de su vida; las respuestas fueron las siguientes: 85% respondió que la familia era lo más importante, 67% dijo que el trabajo, 34% la religión, 28% la recreación, y el mismo porcentaje dijo que los amigos. Como indicativo de la escasa importancia que aún se le da al tema del tiempo libre, la recreación, la diversión, el entretenimiento desde la perspectiva de género, no aparecen como tema en el Programa Nacional de la Mujer, publicado para 1995-2000; se deja fuera el análisis de esta práctica como lugar de diferenciación y segregación, y como espacio de creatividad y autonomía potencial. Lo anterior revela que hay escaso intercambio de información en cuanto a las necesidades que la población expresa claramente; tal es el caso del Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol), cuyas cifras globales registraron la solicitud de instalaciones deportivas y recreativas, que ocuparon el decimotercer lugar en 1988, el octavo en 1994 y el cuarto en 1996; en lo que respecta al Distrito Federal, una de cada seis peticiones fueron en esa materia (Pronasol.• Informe de .Actividades: 1988, 1994, 1996). En 1997 el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) publicó los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), que parten de la consideración de que el monto del ingreso, su procedencia y su forma de distribución condicionan en gran medida el nivel de bienestar de la población, puesto que determinan la capacidad de los hogares para adquirir los bienes y servicios necesarios. El capítulo relativo al "Trabajo, aportaciones y uso del tiempo", ofrece información sobre los miembros del hogar, de ocho años y más dedicados a las actividades recreativas y de esparcimiento, culturales y deportivas, a nivel nacional, consideradas como bienes 138 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA y servicios de la población (1997:675-682). Registra el número de miembros del hogar, por grupos de sexo y edad, que ejercieron alguna actividad dentro y fuera de la vivienda, a partir de las respuestas que dieron a las siguientes preguntas: ¿realizó usted actividades recreativas o de esparcimiento fuera de la vivienda?, ¿realizó usted actividades recreativas o de esparcimiento dentro de la vivienda?, ¿participó en actividades deportivas y/o culturales? De acuerdo con el módulo de la encuesta, en el año de su levantamiento la población de ocho años o más alcanzaba la cifra de 73 300 000 de personas: 35 200 000 hombres y 38 100 000 mujeres. El Anexo que se encuentra al final de esta investigación, ofrece una reelaboración propia hecha a partir de las cifras proporcionadas por el INEGI, que muestra diferentes tendencias y aunque el estudio es de carácter exploratorio, al permitir hacer una evaluación aproximada de los tiempos libres de los hombres y las mujeres desde distintas dimensiones, confirma el patrón de división del tiempo entre los miembros del hogar: los hombres trabajan en actividades económicas y las mujeres en las domésticas y de cuidado familiar. Todos dedican tiempo a la atención personal y la realización de actividades deportivas y recreativas, que son las categorías de la encuesta que más se acercan a la definición de tiempo libre. Al tomar en cuenta sólo los tiempos dedicados al trabajo y las actividades domésticas, la información muestra que las mujeres dedican más tiempo que los hombres a la suma de arribas actividades, y se observa una distribución desigual del tiempo entre ambas actividades: las mujeres dedican más tiempo a las actividades económicas que el que los hombres dedican a las actividades del hogar. Esta desigualdad probablemente es mayor si se toma en cuenta que la calidad del tiempo libre femenino es menor, ya que los tiempos en que las mujeres realizan tareas simultáneas en casa, los tiempos libres interrumpidos, la duración de las actividades de tiempo libre, la invisibilidad del trabajo detrás del rubro "tiempo libre familiar" o la calidad del tiempo libre "de adultos", es distinta en hombres y mujeres. Los datos muestran también que aquellos que no tienen educación observan un perfil de distribución del tiempo diferente de los que si la tienen, ya que tanto los hombres como las mujeres que pertenecen al primer grupo, dedican un número de horas de tiempo libre promedio, significativamente menor que el resto de la población que tiene algún grado de instrucción. También se muestra que el tiempo libre de las mujeres es menor cuando el jefe de familia es varón; cuando es mujer, el cónyuge varón dedica más horas semanales a la atención personal, el deporte y la recreación. Por su parte, los varones casados dedican el menor número de horas semanales al tiempo libre, y entre la población femenina el menor tiempo libre semanal se observa en el caso de las divorciadas. Es necesario señalar que la información estadística sobre el uso del tiempo, además de escasa, puede resultar inexacta; por ejemplo, las amas de casa reportan más tiempo 139 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS libre que los varones, lo que obliga a utilizar otros instrumentos de orden cualitativo para describir qué se entiende por tiempo libre en cada caso. La dimensión que hace muy diferente el tiempo libre entre hombres y mujeres es la calidad, como lo han demostrado otros estudios cuantitativos que registran lapsos más largos y pocas interrupciones en ellos, mientras que en ellas registran una suma de numerosos lapsos breves diarios, como tiempos intersticiales o muertos, en las actividades del hogar o el cuidado de los niños. Otro aspecto importante es el del propósito del tiempo libre, que puede ser dedicado a hacer actividades "de adultos" o actividades escogidas por ellas a partir de sus preferencias, frente a actividades realizadas en compañía (le la pareja, los niños y la familia. Este aspecto causa diferencias entre la calidad del tiempo libre de los hombres y las mujeres, sobre todo porque los hombres gozan de más tiempo libre con otros adultos -compartiendo actividades convivenciales, deportivas y recreativas-, mientras que las mujeres aprovechan el tiempo libre en el seno del hogar y lo comparten con los hijos o los familiares cercanos en lapsos de menor duración. Por otra parte, la clasificación de tiempos que maneja la encuesta oculta diferencias importantes en el uso del tiempo entre hombres y mujeres, al ofrecer opciones limitadas e incorporar en una misma categoría la atención personal, las actividades deportivas y la recreación. Puede decirse que el campo nocional que ofrece el INEGI para el estudio sobre el tiempo libre -atención personal, deporte y recreación- es restringido, ya que supone definiciones homogéneas sobre el tiempo libre que lo limitan a su carácter instrumental, y no permite describir otras actividades, situaciones o significados que lo definen. También restringe la práctica del tiempo libre con opciones dicotómicas -dentro y fuera de la vivienda- dejando olvidados entretiempos, tiempo mixtos que se generan en el tránsito de la esfera privada hacia la pública. Con ello, no permite revelar la continuidad o discontinuidad de ciertas prácticas, ni las vivencias del traslape temporal, restando valor al estudio ya que supone a priori que el tiempo libre se reduce sólo a actividades. Sin embargo, es un punto de partida para continuar con los sondeos que combinan preguntas cerradas con posibilidades abiertas, para revelar las diversas modalidades del tiempo libre que registran las mujeres y los hombres, así como sus diversos significados. Estudios históricos En 1987 Juan Pedro Viqueira Albán realizó una investigación a la que tituló ¿Relajados o reprimidos? Diversiones públicas y vida social en la Ciudad de México durante el Siglo de las Luces. En ésta aborda el tema de las diversiones públicas y la vida social en México durante el siglo XVIII, época de grandes cambios económicos, sociales y culturales en la 140 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA que se vivió un afrancesamiento de las costumbres. Esos años trajeron la difusión de las ideas ilustradas y el rompimiento con la monotonía y austeridad que dominó la vida social en el siglo anterior. Se produjo una transformación radical en las diversiones, cafés, paseos y bailes, que proliferan y se extienden a todos los estratos sociales de la ciudad. El supuesto afrancesamiento fue acompañado con el gusto por las diversiones populares, donde "se mezclaban personas de todas las clases sociales"; por ello, la segunda mitad de ese siglo se caracterizó por un relajamiento de las costumbres en todos los niveles de la sociedad (op. cit.:16). Aunque hay constancia en documentos, reglamentaciones y prohibiciones civiles y eclesiásticas que registran dicho relajamiento, el historiador apunta más bien hacia un choque frontal de dos fenómenos que obedecen a lógicas distintas; por una parte, un sistema social de ordenamiento y exclusión, y su cambio de valores; por otra, la cultura popular que surge a partir de las tradiciones indígenas. Judas at the jockey Club... es un libro publicado por el historiador William Beezley, en 1987 en el que revela su intención de comprender la vida cotidiana de los mexicanos en la época porfiriana y la convivencia de la cultura popular con la hegemónica. Por medio de recuentos y relatos hechos por viajeros extranjeros, cuya mirada señala cuestiones que podrían pasar desapercibidas a los mexicanos, descifra las laves para entender lo que se vive cotidianamente, en el ámbito de las actividades, la comida, el vestuario, las costumbres, tiempo libre, lo cual dibuja símbolos y construcciones culturales propias. Al entrar en la escena internacional, México construye paulatinamente una imagen de bienestar, mientras la élite adopta un conjunto de nuevas actitudes en el terreno del deporte y la recreación, influidas por las costumbres de la comunidad extranjera radicada en el país. El autor llama "persuasión porfirianá a la intención de compartir dichas actividades, propias de la clase alta estadounidense, revelando no sólo la cualidad imitativa de los mexicanos, sino también su capacidad para adoptar la modernidad con sus nuevos estilos, actitudes, y diversiones, así como otros aspectos de la occidentalización de las costumbres. Beezley define ciertas actitudes como motores del cambio, que se reflejan en la práctica de nuevas formas de recreación, como el beisbol, la equitación, la fascinación por la bicicleta y las escaladas al volcán Popocatépetl. Dichas opciones de tiempo libre reflejan una tensión entre la tecnología y la tradición, y la oposición entre "los de arriba" y "los de abajo" al excluir a quienes no podían participar de las recreaciones y los deportes llamados modernos. María del Carmen Collado describe las preferencias de los miembros de la clase alta porfiriana, en su artículo "Vida social y tiempo libre de la clase alta capitalina en los tempranos años veinte". Registra su gusto por las carreras de caballos en el hipódromo, los paseos a Chapultepec, el teatro, las fiestas de caridad, la iglesia y los espectáculos organizados con fines benéficos. Describe la influencia que los diferentes grupos de extranjeros tenían sobre las costumbres locales, quienes preferían las fiestas organizadas 141 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS por las comunidades de inmigrantes españoles, franceses y estadounidenses, sobresalientes en el mundo de los negocios (1992:101). Detecta divisiones por género en la asistencia a fiestas de caridad, a las que acudían mujeres, y las reuniones empresariales, a las que iban sólo los varones; los "días de recibo", de tradición francesa, eran fechas fijas establecidas para que las señoras de la clase alta visitaran a sus amistades, para conversar, tocar el piano, o bien, para establecer relaciones amorosas con personas de la misma clase social. En ese espacio surgió como institución la alta costura que, según la autora, expresaba el triunfo de la burguesía, mediante la elaboración de símbolos de reconocimiento social por medio de emblemas femeninos suntuarios. En materia de bailes y pasatiempos como el bridge (juego de cartas), los fonógrafos y vitrolas, la audición de discos y el cine, la influencia estadounidense fue arrolladora, aunque muchos se escandalizaban ante esa moda de "bailes voluptuosos y de mal gusto", que sin embargo, llegaron a desplazar casi totalmente a los "días de recibo" (ibid.:109). En esa época la moral social prohibía la asistencia de las señoritas "decentes" a los bailes de paga y los toros, así como a ciertas actividades dominicales exclusivamente masculinas. La autora documenta oportunidades únicas de lucimiento, como los matrimonios, seguidos por los aniversarios, los cumpleaños, los santos y las despedidas de jóvenes que viajaban a Europa, Estados Unidos o Canadá para estudiar. La proliferación de actividades sociales y el grado de ostentación que algunas de ellas alcanzaron durante la época revelan de alguna manera que la calma había vuelto al país después de las agitadas luchas revolucionarias, y no sólo eso, sino que habían renacido el lujo y la abundancia que caracterizaron la vida social del grupo empresarial durante el Porfiriato, aunque eso implicaba la convivencia con el grupo revolucionario, distinto no sólo en cuanto a su origen de clase, sino también a su procedencia norteña. La compilación preparada por Clara Lida y Sonia Pérez Toledo sobre Trabajo, ocio y coacción, aborda el tema del ocio en el ámbito de la historia social y cultural de los trabajadores urbanos populares, en México y Guatemala, desde finales del siglo XVIII hasta mediados del XIX (2001). Presenta cuatro trabajos que estudian las medidas adoptadas para acotar y regular diversas prácticas nocivas, en nombre de la productividad, el orden público y las buenas costumbres, la armonía social y el progreso. Señala que, por un lado, se formulan derechos y libertades individuales y, por el otro, se crean instrumentos para regular y limitar las diversiones populares. Así, el concepto de ocio, cuyos orígenes revelan descanso, contemplación o reposo, con el tiempo adquiere una connotación execrable de indolencia, holgazanería y vagancia, e incluso señala vicios que deben eliminarse, por medio de leyes y discursos moralistas, en torno al trabajo virtuoso y productivo: el ocio debe ser vencido por el negocio. La sustitución de los gremios artesanales y sus estrictas regulaciones laborales y sociales, por medio de las leyes e instituciones gubernamentales de control, es uno de los temas centrales del análisis sobre los instrumentos que las aplican, al igual que los discursos 142 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA de los ilustrados y los liberales que las avalan. Además de los mecanismos de coacción puestos en práctica por las élites y el gobierno, las autoras visualizan a los sectores populares, insertos en una nueva economía de libre mercado y nuevas leyes, que truncan viejas solidaridades gremiales. Esta situación empujó a los trabajadores al empleo incierto y en no pocos casos al desempleo y la miseria. Las autoras analizan también las percepciones y respuestas ofrecidas por esos sectores frente a la degradación de sus condiciones laborales, sociales y el honor; asimismo, revelan el sentido que va adquiriendo la palabra "vago", ampliamente utilizada en la legislación de la época. VanesaTeitelbaum y Sonia PérezToledo amplían en sendos trabajos los datos pioneros de Silvia Arrom sobre la legislación respecto de la supuesta ociosidad de los vagos y los mendigos, y registran que tanto en México como en Guatemala "el buen orden y la policía" instruyen a las autoridades políticas y judiciales urbanas a vigilar, perseguir y castigar a trasgresores (1988:70). Informan a la vez sobre la instalación, en 1828, del Primer Tribunal de Vagos en México, dependiente del Ayuntamiento, para enjuiciar a los acusados de no tener oficio útil y trabajo estable o de romper el orden y las buenas costumbres. Como institución, sin parangón en otras latitudes, señalan que en realidad las verdaderas y más numerosas víctimas del tribunal eran los desempleados, no por ocio u holgazanería, sino por la desocupación forzada que aumentaba entre las clases trabajadoras de la Ciudad de México. Refieren abundantes casos de artesanos acusados de visitar en horas de trabajo lugares de entretenimiento como pulquerías, garitos, palenques de gallos, casas de juego, e indican que las sanciones impuestas tenían la finalidad de modificar las pautas de sociabilidad y cultura de aquellos sectores sociales percibidos como "portadores innatos de conductas y hábitos viciosos y desordenados" (ibid.:14). Los acusados recurrían a discursos sobre la solidaridad gremial, la recuperación de la dignidad y el orgullo por el oficio, en defensa de las diversiones y en reivindicación de su honra. Al ser detenidos en pulquerías y casas de juego, demostraban ingeniosamente sus buenos hábitos de trabajo moral, argumentando que sus prácticas se debían a la falta de oportunidades de trabajo. Era tal el afán de controlar dichos espacios, que incluso se pretendía normar el tiempo libre y su uso en la intimidad familiar, como lo demuestran casos de denuncias de padres inconformes con los hijos, madres quejosas de los maridos y denuncias de vicios de terceros. Lo cierto es que en las décadas siguientes, se promovió un discurso que articularía ambas reivindicaciones: derecho al trabajo y al ocio. Dentro de la compilación, el artículo "Moralizar por la fuerza. El decreto de reformulación del Tribunal de Vagos de la Ciudad de México: 1845", de Esther Ailón, reconoce el funcionamiento de dicha institución desde 1828 hasta 1870; su finalidad era controlar el espacio social, moralizándolo por medios coercitivos que estimulaban una ética de trabajo y su disciplina. La investigadora documenta el reajuste hecho en 1845 a las actividades consideradas ociosas, atentatorias del buen gobierno y del orden 143 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS público, lo que muestra una creciente intolerancia hacia las diversiones consideradas opuestas al principio de la ética del trabajo y la industriosidad, que debía producir ciudadanos virtuosos. Preocupadas por cambiar las formas de sociabilidad popular, las instituciones se mostraron cada vez más estrictas en los castigos y en el fomento de la compulsión hacia el trabajo. Durante esta etapa, la legislación estableció por primera vez la relación "entre la embriaguez y el relajamiento de los principios honestos y del buen vivir" y, para controlarla, se ordenaron nuevos horarios para las pulquerías, que debían cerrar en el momento que iniciara el tiempo libre de los trabajadores. Esto con el fin de intervenir en la demarcación entre tiempo de trabajo y tiempo libre, en un contexto social en el que la economía familiar y la relación del patrón con el empleado todavía regulaban el horario de trabajo, en función del tiempo orientado hacia una tarea, como ritmo de trabajo irregular, y en busca de una mayor sincronización entre las horas laborales y la vigilancia de su cumplimiento. Con base en una interpretación moral de la pobreza, el decreto estaba orientado a cambiar la cultura de los pobres por medio de la persecución de su entretenimiento. Sonia Pérez Toledo plantea los controles a los que eran sometidos los trabajadores y la normatividad impuesta sobre su tiempo libre en el artículo "Trabajadores urbanos, empleo y control en la Ciudad de México". Ella estudia e interpreta los bandos, decretos y leyes de la época que regulan el uso del tiempo libre y el esparcimiento, así como los lugares de sociabilidad de los sectores populares y las campañas intermitentes en contra de la vagancia para favorecer el trabajo. Aquí la legislación y las abundantes disposiciones para acabar con la vagancia y normar el tiempo libre se ubican en un proceso más amplio en el que se concibe el tiempo libre como ocio y práctica negativa que debe eliminarse para preservar el orden moral. Por ello se prohíben el baile, las diversiones y los juegos; los lugares de sociabilidad como vinaterías, tabernas, pulquerías, cafés, billares, plazas públicas y atrios. Las prohibiciones llegan a tal extremo que incluso los "mirones" de juegos lícitos eran juzgados y encarcelados, o debían realizar obras públicas, aprender un oficio, empuñar las armas o ser enviados al exilio. La autora registra también la prohibición de bailes, la música, el juego y el consumo de bebidas en establecimientos; incluso en todas las constituciones del siglo XIX se suspenden los derechos ciudadanos a los vagos, y en 1842 se incorpora la suspensión de los mismos "al ebrio consuetudinario o tahúr cíe profesión", así como a los dueños o encargados de casas de juego (Pérez, 2001:182). Esto refleja la preocupación que las élites y las autoridades mostraban ante las costumbres populares. Respecto de las mujeres, la autora registra un comunicado oficial que solicita informes sobre la Casa de las Recogidas y aunque no hay evidencia de rrlal comportamiento en ella, dicho comunicado pregunta si se puede albergar ahí a "la multitud de mujeres ebrias y escandalosas que ofenden el pudor público con sea indecente desnudez y lastiman los oídos con sus obscenas palabras". Lo cierto es que, al igual que los varones, ellas se 144 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA enfrentaban a una sociedad sin oportunidades de empleo suficientes, en la que ambos eran tratados como vagos y mendigos por la población escandalizada que los tildaba de indecentes (ibid.:188). Estudios sobre la cultura En el ámbito de los estudios sobre la cultura, destacan los ensayos de Carlos Monsiváis, quien analiza las formas y prácticas culturales que como manifestaciones populares emergen espontáneamente en la vida cotidiana. Como pionero en otorgarle importancia al análisis de la cultura popular, articula varios planos en el mismo. Existe correspondencia entre su reflexión sobre el pensamiento íntimo de los mexicanos, como espectadores de futbol, la televisión y los conciertos de rock, y las preocupaciones sobre la relación entre el poder y las masas expresadas por Raymond Williams. A su visión pesimista, siempre acompañada por una cruel hilaridad, la complementa un optimismo inextinguible, ya que su crítica sólo tiene sentido si se alimenta con esperanza para el cambio; su registro de los diferentes microuniversos de la cultura expresa un deseo por documentar y difundir las contestaciones informales, difusas y "desde abajo" hechas contra la plataforma hegemónica; con ello se aparta de los teóricos de la Escuela de Frankfurt, como promotores de una teoría de la manipulación "que supone a todo un pueblo como juguete de titiriteros" (Egan, 2001:52). Sus observaciones sobre lo que sucede en un país pobre ante la falta de oportunidades en el ámbito macropolítico revelan lo que pasa cuando los ciudadanos anónimos crean sus propias respuestas frente a las limitaciones; sus descripciones densas penetran en el carácter nacional no para esencializar la mexicanidad, sino para desmitificarla por medio de las revelaciones que encuentra en las historietas, los comics, el rock, y lo efímero de las expresiones cotidianas, la vida nocturna y el machismo. El ensayo "Imágenes de tiempo libre" registra su evolución en el marco de la industria cultural, que en México se desarrolla entre 1930 y 1950, cuando se eliminan paulatinamente las vivencias colectivas de numerosas prácticas relacionadas con el campo y la cultura criolla, para adoptar patrones extranjeros, en su mayoría estadounidenses (Monsiváis, 1970:149). Este autor reflexiona sobre el tiempo libre en el marco de la cultura urbana capitalina y la colonización que el país ha experimentado a partir de la adopción emulatoria, indiscriminada y acrítica de la cultura estadounidense y su proyecto globalizador. Entiende la cultura como espacio generado entre los modos operativos de la ciudad y las respuestas que los grupos sociales dan a tal sujeción, resultado ideológico que proviene del choque entre la industrialización y las costumbres, entre la modernización social y la capacidad individual para adecuarse a la oferta y las carencias. Esta cultura emerge al convertirse la sociedad de tradicional en sociedad de masas, arrastrando 145 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS consigo el sometimiento de las clases populares, las visiones lineales de orden y progreso, la actualización del machismo, el uso de los medios electrónicos y la colonización de los gustos populares -que convierten el espectáculo en rentable caos de crecimiento capitalista-, las visiones jerárquicas y discriminatorias del conocimiento, la nacionalidad como reflejo condicionado del consumismo, la obediencia interiorizada ante la autoridad y la manipulación del tiempo libre. En ese marco, aporta importantes claves para la discusión de su campo nocional, el ocio, las diversiones y el entretenimiento -especialmente nocturno- detectando espacios clandestinos y segregación por género, generación y clase social. Como noción oficial, el tiempo libre nace subordinado al trabajo y supone equilibrio entre trabajo y descanso, entre tiempo productivo e improductivo; este último, acumulador de energías que deberán invertirse el día de mañana en la producción, la cual se distingue del ocio porque supone un programa y un sistema, mientras que el ocio es anárquico. La noción oficial del tiempo libre busca la uniformidad y distribución en cánones y leyes, la reafirmación unánime del sistema y la capacidad para repetir situaciones existentes; es la industria del tiempo libre, productora en serie y conformadora de una cultura que construye categorías excluyentes y define patrones de contemporaneidad a partir de los estereotipos del adolescente, la mujer, el niño, el viejo, como conjunto de diversiones y desfogues, y las diferentes maneras de realizarlos. Los medios de comunicación masiva, como aparatos difusores de estilos de vida y patrones de consumo de tiempo libre exclusivos, a los que sólo pueden aspirar unos cuantos, han estado bajo escrutinio constante del autor. Éste denuncia especialmente a la televisión, que cumple la función de interpretar el tiempo libre en formas acríticas y pasivas de entretenimiento. Propone optar por un tiempo libre sin cronómetro, sin programa, más libre pero menos prestigioso que aquel que gira en torno a la noción del estatus, cuya acción otorga prestigio. Indica que, como escenografía temporal y espacial, el tiempo libre señala la fragmentación que viven otras culturas, a diferencia de la mexicana que es "circular', y afirma que no hay uno sino tantos tiempos libres como épocas históricas en convivencia; el tiempo libre contemporáneo es un concepto unificador que ignora diferencias regionales y sociales (ibid.:157). Sugiere politizar el tiempo libre, que significa, según él, "añadir gente a una política en funciones", y aproximarse crítica y analíticamente a ésta para extraer su inexplorada riqueza, conociendo, reduciendo sus límites, y diseminando sus beneficios. Insiste en la condición ambigua y creativa del tiempo libre como centro experimental de un camino tan vasto y difícil de aprehender, en el que los mexicanos pueden ver "corroboradas sus limitaciones, enaltecidos sus defectos, prolongados sus entusiasmos" (¡bid.). Su visión crítica frente al tiempo libre como cultura y moral, cuestiona la hegemonía del futbol y las prácticas coloniales de imitación; pide emprender una lucha por la posibilidad de elección frente a los modelos reducidos que forjan los medios y aboga por establecer 146 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA un camino para la diversificación, con multiplicidad de perspectivas, para emplear el tiempo libre y enfrentar las opciones magras que hoy se brindan. En la línea de los estudios sobre consumo cultural, y como resultado del Seminario de Estudios de la Cultura, coordinado por Néstor García Canclini, en 1993 se publicó una compilación de trabajos basados en encuestas levantadas en hogares de todos los estratos, cuyo objetivo era estudiar los procesos de consumo cultural en México, en el contexto de los cambios generados por las políticas modernizadoras. El compilador señala que se trata de un tema escasamente estudiado en México y América Latina, ya que a pocos importa conocer qué pasa con los públicos, los receptores, las audiencias; existen escasos datos básicos y una insuficiente reflexión teórica sobre el número de personas que asisten a los espectáculos, quiénes permanecen en casa viendo televisión, qué programas eligen, qué escuchan o leen y cómo relacionan esos bienes culturales con su vida cotidiana (1993:11). El panorama sobre el consumo cultural en México se basa en estudios sobre las políticas culturales puestas en operación durante los ochenta, avanzando en el conocimiento empírico sobre la recepción de las ofertas estatales y privadas, e induciendo a que algunos organismos gubernamentales comiencen a comprender la necesidad de evaluar sus acciones a partir de las respuestas de sus propios receptores. Al estudiar la evolución del crecimiento urbano durante las décadas anteriores a los noventa, los autores registran una baja correspondencia con una mejor distribución de la infraestructura cultural. En lo que respecta a la oferta que podría llamarse "clásica", como son los centros educativos, las librerías, los museos, los teatros y el cine, ésta se halla concentrada en el triángulo que va del centro de la ciudad al Bosque de Chapultepec, hasta el Zócalo, y hacia el sur hasta Ciudad Universitaria y su entorno. El desarrollo del consumo cultural se explica según su accesibilidad real, la diversa disponibilidad de los recursos económicos, los hábitos culturales previos y la administración del tiempo de los diferentes sectores de la población. En el caso de la Ciudad de México existe una marcada desigualdad en todas estas condiciones, según señalan en su artículo "Culturas de la Ciudad de México: símbolos colectivos y usos del espacio urbano" García Canclini y Piccini (op. cit.:46). A esto agregan la escasa planificación, la descentralización de los servicios y la infraestructura, lo que agrava las asimetrías que alimentan procesos de segregación cultural y escaso aprovechamiento de los servicios existentes. No existe correlación entre la distribución poblacional y la distribución de la oferta cultural; lo anterior converge con la tendencia internacional hacia la disminución de la asistencia a espectáculos urbanos y el aumento del consumo de medios masivos de comunicación en el ámbito familiar, que en la Ciudad de México se agrava por las dificultades que existen para trasladarse, la inseguridad urbana y el mayor atractivo que tiene la "cultura electrónica" (ibid.:47). Los autores aplicaron una encuesta en 1 500 hogares, en siete delegaciones, con residentes mayores de 15 años, sobre consumo cultural con datos clasificados por sexo, edad, lugar de nacimiento, estado civil, 147 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS escolaridad, ocupación, tiempo de residencia, composición generacional, miembros que aportan ingreso y número de integrantes de la familia. Definen el tiempo libre como "el tiempo en donde se inscriben los trayectos y rutinas que escapan a las disciplinas de producción aunque no dejen de responder a sus reglas" (ibid.:59). Los resultados muestran que el tiempo libre se utiliza para leer periódicos, revistas, libros, escuchar la radio, música, ir al cine, ver televisión o rentar videos, asistir al teatro y otros espectáculos, visitar museos, acudir a eventos en la colonia de residencia y en general para aprovechar el equipamiento doméstico relacionado con la cultura. Asimismo, describen ciertas tendencias sobre el consumo; por ejemplo, que 75% de los encuestador realiza actividades en la esfera privada -como el uso de la televisión, escuchar música, leer, realizar tareas domésticas, descansar, cuidar a la familia, platicar y convivir-; y que 15% registra prácticas deportivas en la esfera pública y salida con amigos. En particular, los jóvenes del sexo masculino van al cine, salen a cenar, realizan actividades religiosas, pasean o visitan familiares, mientras que 45% selecciona actividades relacionadas con la vida urbana y 5% sale de la ciudad durante los fines de semana. Según los autores, la casa es el espacio de concentración y encuentro de los miembros de la familia; en ella, los medios electrónicos procuran formas específicas de reunión y aislamiento, mientras que el espacio urbano reporta actividades diversas como travesías, conversaciones telefónicas, observación del paisaje urbano y la publicidad; formas y estilos en que vive una ciudad que se transforma aceleradamente, y que no aparecen en las estadísticas. Destacan ciertas limitaciones al definir el tiempo libre, restringiéndolo a la asistencia a espectáculos o a la adhesión a los mensajes de los medios de comunicación visual, lo que limita el significado que deben adquirir las prácticas ocasionales de tiempo libre. El artículo de Patricia Safa,"Espacio urbano, sectores sociales y consumo cultural en Coyoacán", divide para su análisis a la región en zonas, registra datos sobre el uso del espacio urbano, que difiere por edad y sexo, constata la baja correspondencia entre el crecimiento urbano y la estructura y distribución de equipamientos culturales, así como una alta correspondencia entre el crecimiento urbano anárquico y el desarrollo de las culturas electrónicas. Revela que en la zona 1 (el centro) se concentra la mayor oferta cultural y hay más dinamismo en el consumo, por ser el sector con mayores índices de educación e ingreso; en la zona 2 (los pueblos) registra un comportamiento parecido al anterior, aunque la encuesta no permite dar cuenta de las actividades de tiempo libre organizadas por las comunidades; en la zona 3 (los pedregales) existen pocas actividades culturales públicas, y sus habitantes son los que más horas pasan frente a la televisión. La autora informa que se desconoce el uso y la manera en que las personas combinan los medios electrónicos con otras prácticas de esparcimiento y diversión que no pasan por ese circuito. En la zona 4 (las colonias de clase media) existen comportamientos diversificados e independientes de la oferta cultural local y en la zona 5 (de crecimiento 148 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA reciente y población heterogénea) se reporta igualmente un comportamiento diversificado y el tiempo libre es atendido por la oferta cultural casera. La mayoría de los que visitan el centro de Coyoacán gustan del ambiente tranquilo y la oferta heterogénea de lugares que ofrece, así como de la existencia de las fiestas y tradiciones de los pueblos cercanos de la zona, que son parte de las prácticas comunes de la ciudad, con una lógica propia, a las que se incorporan los visitantes. Define como descanso y distracciones aquellas actividades elegidas por las personas que acuden a los centros de asistencia social, quienes además de consultar la bolsa de trabajo toman clases de tejido, estética femenina, panadería, corte y confección, primaria y secundaria para adultos, inglés, danza regional y jazz. Para los jóvenes estas actividades son opciones de educación para el trabajo, pero también opciones de tiempo libre. Por su parte las personas de ingresos altos asisten a clubes sociales y deportivos, zonas comerciales y lugares de esparcimiento y cultura privados. El artículo "Cultura y televisión: de las comunidades de referencia a la producción de sentido en el proceso de recepción", de Guillermo Orozco, estudia los procesos de recepción de los mensajes emitidos por los medios electrónicos en diversas audiencias infantiles; señala que mientras los niños de estratos sociales altos prefieren ver la televisión durante su tiempo libre, los de estratos sociales medios y bajos no manifiestan tener preferencia principal por la televisión y ello se debe tal vez, según él, al grado de coincidencia que la televisión conforma con la cosmovisión familiar (ibid.:278). El artículo de Jiménez López, titulado "Qué onda con la radio", se acerca a los hábitos radiofónicos e intereses socioculturales de los jóvenes de la capital mexicana. En comparación con la televisión, que obliga a poner una mayor atención, la radio permite la escucha intermitente, mientras se ejecutan simultáneamente otras labores de diversa índole; sirve de trasfondo para llenar espacios de ocio y tiempo libre combinados con trabajo y otras actividades (ibid.:353). Según su investigación, 33% de los jóvenes encuestador mantiene la radio encendida durante cinco horas, mientras que 47% mantiene prendida la televisión por espacio de una a dos horas diarias. Aquellos que trabajan o tienen una responsabilidad familiar son los más asiduos a la radio, en especial las mujeres que la escuchan durante horarios laborales o domésticos, empalmados con dichas actividades. El artículo de José Manuel Valenzuela sobre "Ámbitos de interacción y consumo cultural en los jóvenes" presenta elementos constitutivos del consumo simbólico en las discotecas, en el ámbito cotidiano y transfronterizo de la ciudad de Tijuana, Baja California, como una forma específica de diversión en los espacios cerrados y privados. El autor describe la prevalencia de la desigualdad y el sincretismo en la geografía y la configuración espacial y social; de las discotecas observa dichos elementos como principales espacios de consumo simbólico de los jóvenes en La Revu, La Plaza Fiesta, La Zona Norte, El Bordo y otras de Estados Unidos. 149 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS La Revu es un espacio en el que el sincretismo y la desigualdad presentan su más clara evidencia; sitio de encuentro ganado por los extranjeros, en el que los teenagers marcan el ritmo en busca de prostitutas de la zona. Por su parte, La Zona Norte es un sitio de diversión, desahogo y prostitución para sectores pobres, mientras que El Bordo significa oportunidad para el migrante, y para el tijuanense, un ducto por donde drena el proyecto nacional, componente catalizador de la violencia, el narcotráfico y los problemas económicos. Sitios de encuentro de los jóvenes, las discotecas de la frontera norte materializan las interacciones que conllevan a la articulación de tiempos en ámbitos diferenciados, como sistemas semióticos que señalan puntos de encuentro y diferenciación. Aunque ambas identidades están presentes en todo tipo de relaciones, en el ámbito cotidiano prevalece la identidad psíquica, mientras que en el genérico es más fuerte la identidad metafórica (ibid.:413). En el marco de la promoción de la cultura impulsada por Conaculta, se describe el proyecto Espacios Alternativos, que frente al uso estrecho de alternativas reducidas a los medios de comunicación masiva, ofrece opciones de tiempo libre para jóvenes en la Ciudad de México. Como tiempo ocupado en actividades en las que predomina la libertad sobre la necesidad, el tiempo libre ofrece momentos dedicados al descanso, la recreación y la creación para compensarse y, en último término, "afirmar la personalidad" (Arias, 1991:9). El Tianguis Cultural es un mercado que conjuga, tradiciones populares y barriales, reuniones, convivencia y venta e intercambio de objetos, en espacios abiertos y gratuitos, como parte de la tradición mexicana. Por medio de este proyecto, se pretende fomentar el contacto con otros jóvenes, al tiempo que se ofrece una actividad cultural para romper con la imagen elitista de la institución, como el proyecto Jardines del Arte, implantado desde los setenta en la Ciudad de México, que incorpora parques, jardines y plazuelas con ofertas de intercambio y venta de obras de arte. Se busca la autogestión de dichos lugares, se compromete a la comunidad en su promoción, defensa organización y mantenimiento. Su meta también es la difusión del proyecto en otros países, para promover el intercambio de productos artísticos y artesanales. Bajo la coordinación de Héctor Castillo Berthier, el proyecto el Circo Volador tiene su origen en una investigación de la Ciudad de México realizada entre 1987 y 1997 aplicada a jóvenes urbanos. La experiencia de diez años, generada a partir de sus prácticas culturales y la creación de un espacio de debate sobre sus prácticas y valores, identidades y demandas, intereses y necesidades, se recoge en la memoria publicada en 1999 con el título juventud, cultura y política social. En ésta el investigador identifica a un sector de la juventud popular de la ciudad, así como las formas de agrupación y acción social desarrolladas en los territorios donde transcurre su tiempo libre. Por medio de la observación participante y la :intervención sociológica, se registran los medios que estos jóvenes tienen a su alcance para integrarse de manera formal o informal a la sociedad, así corno sus habilidades, capacidades, obstáculos y debilidades. 150 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA Se analizan las formas de participación colectiva con base en medios y recursos propios, el fomento de dichas actividades , la orientación y el apoyo de las iniciativas juveniles en el campo de la cultura juvenil ( 1999:10). Con el objetivo de entender su relación con las políticas sociales diseñadas para la atención juvenil, el autor realiza un diagnóstico sobre ellos y sus formas de agrupación en bandas juveniles, la localización de las zonas más violentas y su relación con la policía en la delegación Iztapalapa: en ésta se estima una cifra de alrededor de 45 000 chavos banda, cuyas edades oscilan entre 12 y 24 años, con predominio de los varones, aunque también existen bandas mixtas o exclusivamente femeninas , con un promedio de 30 integrantes cada una. La principal actividad de estos chavos es compartir el tiempo libre y platicar en sus barrios, colonias y unidades habitacionales , en donde "cotorrean en las esquinas " y "espantan gente"; desarrollan un lenguaje propio , original y extravagante, cuyos códigos se manifiestan no sólo en la forma de hablar sino en el cuerpo , el modo de caminar y bailar, la vestimenta y el peinado que se manifiestan como rasgos de identidad . Su veta creativa aparece en formas irregulares y diversas de su música , sus letras, sus textos de poesía, la interpretación que hacen de tradiciones viejas y nuevas, sus ganas de hablar y ser escuchados, sus formas de pensar y entender la vida, así como en su percepción del mundo. El autor define lo popular como lo que está excluido, pues parece que según la lógica moderna, a los sectores populares les corresponde sólo el consumo final de los productos generados por los procesos creativos como la música, la literatura , el cine, el video, la radio, y la televisión . En ese marco , propone revalorar la creatividad simbólica de la vida cotidiana y sus expresiones , para que se le asigne un lugar en lo que llama "cultura común", concepto que retorna de Paul Willis para referirse a la creatividad simbólica que incluye multitud de formas de expresión y con la cual los jóvenes humanizan, decoran y transforman en significados importantes sus espacios de vida relevantes, inmediatos, comunes, sus prácticas sociales , sus estilos personales de vestir, sus gustos musicales, televisivos, de revistas , la decoración de sus cuartos , sus rituales de romance, sus relaciones colectivas y sus bailes ( 1990). Ninguna de estas actividades puede ser desdeñada , por trivial o inconsecuente que parezca, ya que en condiciones de cambio valorativo y crisis social , su correcta interpretación puede ser importante para apoyar la formación y sustentación de formas más desarrolladas de identidad individual y grupal. El autor relata que el primer reto fue establecer la forma de acercarse a los jóvenes, por ello los abordó en territorios de afinidad y en su tiempo libre. Buscó el apoyo de la estación radiofónica Estéreo Joven (105.7 FM), del Instituto Mexicano de la Radio (Imer), dirigida a ellos, y dado que el rock mexicano desempeña un papel importante en su vida , planteó una estrategia de acercamiento a partir de la promoción de grupos musicales y la realización de concursos juveniles para conjuntos integrados por músicos aficionados. 151 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS A partir de la demanda, se creó el proyecto el Circo Volador para integrar a un equipo conformado fundamentalmente por jóvenes, con los cuales se inició la recolección y selección de materiales muy diversos sobre la cultura popular juvenil. Se organizó lo que el autor llama "democracia participativa" con la participación popular, la organización autogestiva de las actividades culturales y el desarrollo plural de los grupos sociales en relación con sus propias necesidades recreativas. De esa manera, se presentó al gobierno de la ciudad una solicitud para conseguir un sitio amplio y céntrico; después de un tiempo se recibió, en comodato, las instalaciones de un cine abandonado al que llamaron Circo Volador, que fue decorado y arreglado por los jóvenes, y establecido como punto de reunión para ofrecer diversas actividades culturales. Para dejar testimonio de las expresiones de la cultura popular juvenil, se recogen materiales discográficos, fotos, poemas y graffitis y se clasifican en archivos fono y fotográficos, y publicaciones marginales, canciones y poesía, entre otros. Posteriormente se presenta un nuevo proyecto radifónico para apoyar la profesionalización de los jóvenes por medio de la producción de una serie radiofónica llamada El Túnel, la organización de ciclos de video, y talleres de música y serigrafia. Paralelamente se realizó un sondeo para conocer el perfil de los jóvenes, mediante la aplicación de 403 cuestionarios; los resultados revelaron que éstos gastan más en transporte, comida y diversión -en su mayoría el cine, la televisión, los conciertos de rock, y el futbol-, y que los lugares de reunión y convivencia más socorridos son las escuelas, la calle y las esquinas. Asimismo, reportan que tienen en orden de importancia el relajo, reír, la escuela, la música, las fiestas y la amistad; lo que los define como jóvenes es vivir la vida, la felicidad y divertirse. La originalidad de esta investigación radica en la metodología de acercamiento que el autor eligió para conocer a la población en los territorios de recreación, como lugares de registro y construcción de una cultura común. El proyecto ha permitido a los jóvenes acercarse a su propio proceso de conocimiento, y reconocimiento, y al registro de su experiencia cultural, su memoria escrita; asimismo, les ha permitido conseguir un lugar fijo para organizar eventos que permiten el reconocimiento y difusión de sus habilidades. La meta a futuro es impulsar nuevos proyectos de desarrollo social que surjan desde las bases de la sociedad. Estudios sobre vida cotidiana Dentro de esta línea se encuentra el estudio de Clara Salazar, que desde la perspectiva de género analiza "El uso del tiempo libre y las relaciones asimétricas de género y entre generaciones". Ella demuestra que el tiempo libre se organiza en relación con el lugar que los individuos ocupan en el hogar, con base en las normas y valores que le dan sentido y que pueden subordinarse a las categorías de género y parentesco. Define el 152 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA tiempo libre como una esfera que coadyuva en el hogar de forma cotidiana y generacional a la reposición física e intelectual de sus miembros; sostiene que estudiarlo en el contexto del hogar contribuye a reconocer otro aspecto de la vida cotidiana que revela la construcción de identidades asimétricas, de género y entre generaciones (1997:120). La autora parte del análisis de dos categorías: el ciclo de vida familiar y la relación de parentesco; la primera comprende cuatro amplias etapas: de formación, que corresponde al matrimonio; de expansión, que se identifica con el nacimiento de los hijos; de contracción, iniciada con la salida de los hijos y de disolución, marcada por la muerte de la pareja. El ciclo de vida familiar permite observar sistemáticamente las transformaciones de las prácticas del uso del tiempo libre de todos los miembros del hogar, en diferentes momentos, así como la construcción, trasmisión y herencia de las identidades de género. La segunda categoría, la relación de parentesco, permite hacer el seguimiento de las actividades que realizan los miembros del hogar y los espacios que ocupan durante el tiempo libre, señalando cómo se generan prácticas cotidianas diferenciadas no sólo entre hombres y mujeres, sino entre madres y padres, jefas y jefes de hogar, esposas y esposos, hijos e hijas. Para realizar el trabajo de campo seleccionó 52 hogares nucleares de dos colonias populares, ubicadas en la periferia de la zona metropolitana del Distrito Federal, con un promedio de 5.2 habitantes por hogar y una estructura, por edad, joven: alrededor de 35% de la población era menor de 15 años y 57% tenía entre 15 y 49 años. Además, 50% de hogares se encontraba en una etapa muy temprana del ciclo de vida familiar, pues los hijos menores tenían menos de cinco y los mayores más de 11 años; 20% de las familias tenía hijos adolescentes y hasta los 17 años, y 30% de los hogares tenía hijos mayores de 18 años. Se trata de unidades domésticas de bajos recursos, con un ingreso promedio mensual por hogar de 2.4 salarios mínimos; casi todos los "jefes" eran empleados en el sector servicios -choferes, mecánicos, zapateros, de limpieza- y en comercio, como vendedores por cuenta propia o dependientes. La gran mayoría de las esposas se dedicaba al trabajo doméstico y sólo 14 de 52 entrevistadas tenía una actividad extradoméstica desarrollada por lo general en la vivienda, como trabajadoras sin pago, en un negocio familiar o como trabajadoras por cuenta propia, en el sector comercio, con bajas remuneraciones. Sólo una tercera parte de las hijas con 12 años de edad y más (14 de 45) tenían un trabajo extradoméstico; ellas tenían en su mayoría entre 17 y 25 años. Igualmente, sólo una pequeña proporción de los hijos mayores de 12 años (19 de 43) trabajaba y la gran mayoría tenía entre 15 y 19 años; las hijas e hijos menores de 17 años se dedicaban a estudiar (ibid.:125). La autora aplicó entrevistas en profundidad y preguntó a los miembros del hogar sobre su relación de parentesco con el o la jefa del hogar y las actividades de tiempo libre que realizaban durante los fines de semana y los días festivos, según el sexo, en dónde, cómo y con quién pasaban los días festivos, cuáles eran las principales fiestas que celebraban en familia y cuáles actividades realizaban de manera individual. 153 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS En el caso de los varones , el tiempo libre es una unidad temporal independiente y separada del trabajo asalariado , ya que parte del conjunto de opciones personales y preferencias cotidianas . En el caso de la mayoría de las mujeres, el tiempo libre se incorpora al ritmo de trabajo doméstico y el cuidado de los hijos, a las tareas de mantenimiento y satisfacción de necesidades fisiológicas, el arreglo personal , el tiempo de transporte, los tiempos de espera o tiempos muertos , a las visitas a mercados y centros comerciales , escuelas, iglesias, e incluso a la realización de trámites burocráticos. En sus conclusiones señala derroteros para el análisis futuro del tema como espacio individualizado en la esfera privada y lugar para la reproducción de relaciones asimétricas en pareja, por la persistencia de normas y valores de género que limitan los movimientos y opciones femeninas en el ámbito de la intimidad hogareña. Estudio sobre profesiones Angélica Enciso elige también la óptica de género cuando escribe "El tiempo libre en la profesión de enfermería"; busca probar que dicha profesión, mayormente femenina, reproduce modelos del deber ser femenino en la forma que considera el tiempo libre. Ella parte de la dicotomía trabajo asalariado/tiempo libre para describir la relación que existe entre ambos en la vida de un grupo de enfermeras del Seguro Social. Concluye que debido a la socialización de género y la división sexual del trabajo, en este oficio el tiempo libre es escaso y no se reportan límites claros entre éste y el trabajo (1999:57). En 1999 Yin y su equipo publicaron la investigación sobre el tiempo libre de los adolescentes de origen mexicano en Estados Unidos; en ella señalan que la delincuencia juvenil y el uso de sustancias prohibidas son algunas de las prácticas de tiempo libre que realizan. Los autores exploran la trayectoria de diversos grupos de adolescentes, observan sus conductas delictivas y desarrollan una tipología utilizando la escala de actividades de tiempo libre para adolescentes, llamada Atlas. Esta herramienta permite establecer la relación entre la participación en diferentes tipos de tiempo libre y el llamado comportamiento delincuente a partir de una muestra de 2 651 adolescentes estudiantes, de origen mexicano de estratos bajos. Concluyen que el desarrollo de la delincuencia puede deberse a la confluencia de varios factores tales como la presión social, el control social, la deserción escolar, el entorno familiar y el aburrimiento; los resultados revelan una fuerte correlación entre las prácticas delictivas y una socialización escasamente supervisada, aunada a una baja participación en actividades de tiempo libre organizado. Estudios sobre pobreza La investigación de Araceli Damián, intitulada "La pobreza de tiempo. Una revisión metodológica", analiza la incorporación, en el cálculo de la pobreza, de la medición de 154 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA los requerimientos de tiempo libre para el trabajo doméstico, el extradoméstico, el cuidado de la familia y el aseo personal (2003). La autora coincide con Amartya Sen en señalar que la pobreza debe medirse no sólo a partir del nivel de ingreso, sino a la luz de otros aspectos, como el acceso a la vivienda, el drenaje, la luz, la alimentación y la educación, por ejemplo. Damián considera el tiempo como un aspecto importante para medir la pobreza; integrando cálculos sobre lo que llama "pobreza de tiempo,, a quienes registran menores ingresos, muestra los cambios en la estratificación social. Revisa las diversas metodologías que se han utilizado en México para identificar la pobreza y afirma que el más usado es el método de la línea de la pobreza, o método del ingreso; otro es el de necesidades básicas insatisfechas (NBI), en el que se definen diversas variables e indicadores para determinar si un hogar es pobre. La autora señala limitaciones de ambos, ya que el primero ignora elementos tales como la salud, la educación, la calidad y el espacio de la vivienda, y el segundo no considera el ingreso como fuente de bienestar. Afirma que ninguno de los dos logra describir cabalmente el nivel y la calidad de vida de un individuo u hogar, ya que no consideran el tiempo que se requiere para el trabajo doméstico, la educación, la recreación y el descanso (2003:128). Compara dos familias en donde hay un receptor de ingresos; una con un ingreso de 3 000 pesos, integrada por dos adultos y un niño de tres años, y otra con un ingreso de 2 000 pesos, integrada por un adulto y un niño de 11 meses. Si se observa sólo el ingreso familiar, no se detectará que la segunda familia se encuentra en condiciones mucho menos favorables que la primera, porque no tiene quien le ayude con el trabajo doméstico y el cuidado de los hijos, entre otras razones. La autora explica cómo se incorpora el tiempo en el cálculo de la pobreza y de qué manera el llamado método de medición integrada de la pobreza (MMIP) toma en cuenta el uso del tiempo. Señala que a partir de los estudios de Gary Becker, el modelo de organización económica de los hogares reconoce que éstos requieren de tiempo para realizar actividades fuera del ámbito del mercado. De acuerdo con este enfoque, los hogares buscan el bienestar de sus miembros, lo que implica ingresos y recursos utilizados para producir bienes y servicios que contribuyan a ello, como alimentos, ropa, vivienda, servicios básicos de salud, socialización, cuidado, esparcimiento y amor, entre otros (ibid.:130), y a su vez está íntimamente relacionado con el dinero, debido a que el ingreso de los hogares aumenta a costa del tiempo. La autora señala que más allá de las limitaciones del modelo, que supone por ejemplo igualdad y consenso entre las preocupaciones y acciones que definen el bienestar familiar, le interesa rescatar la necesidad del tiempo para la realización de diversas actividades vitales, y por ello lo define como componente esencial del bienestar. Se remite a los escasos estudios sobre la pobreza que incorporan el análisis de la dimensión temporal que necesitan los hogares para realizar las actividades económicas, la reproducción biológica y social de la fuerza de trabajo y del tiempo libre, como el 155 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS estudio de Claire Vickery (1977), sobre la pobreza del tiempo, y el artículo de julio Bolrvinik, "El método de medición integrada de la pobreza. Una propuesta para su desarrollo", publicado en 1992. Vickery ideó el estándar generalizado de pobreza, que toma en cuenta la producción doméstica, el cual mide el tiempo que el hogar requiere para funcionar y el dinero necesario para satisfacer las necesidades mínimas. Desde esa perspectiva, un hogar es pobre si no posee cualquiera de los dos, suficiente tiempo o suficiente dinero. Damián revisa el trabajo que Boltvinik desarrolla en México con el método de medición integrada de la pobreza (MMIP), a partir del cual se definen las fuentes de bienestar de las que depende la calidad de vida: el ingreso, los derechos de acceso a los servicios y bienes gubernamentales de carácter gratuito o subsidiados, la propiedad o derecho de uso de activos que proporcionan servicios de consumo básico, los grados educativos, las habilidades y destrezas, el tiempo disponible para la educación, la recreación, el descanso y las tareas domésticas, y la propiedad de activos no básicos como la capacidad de endeudamiento del hogar (2003:608). Esto quiere decir que, además del ingreso y las necesidades básicas, en la definición de calidad de vida se debe incorporar la necesidad de tiempo en los hogares. Para diversas actividades que quedan fuera del ámbito mercantil, como son el tiempo libre y la recreación, esto resulta necesario. La definición de Bolrvinik sobre el tiempo libre señala que éste se realiza una vez que se han cubierto las necesidades básicas en los ámbitos doméstico y extradoméstico, y que en parte está socialmente determinado, ya que depende directamente de las costumbres sobre la duración de la jornada de trabajo, los descansos semanales y anuales, e inversamente de los ingresos, la edad de las personas y las preferencias en el hogar. Además la autora señala que el disfrute dell tiempo libre debe contemplarse como un derecho para cualquier adulto. Como ha podido apreciarse, en términos numéricos contrasta el reducido conjunto de publicaciones que se han elaborado sobre México con la vasta producción anglosajona. Aunque algunos trabajos reproducen paradigmas dicotómicos que de inicio dominaban los estudios sobre el tema y ofrecían definiciones apriorísticas sobre el tiempo libre, llegando a considerarlo como residual e instrumental, existen otros que los han rebasado y plantean desde diversas disciplinas y enfoques metodológicos aspectos interesantes de la realidad. Para el caso de México, en los estudios sobre el tema, no hay una elaboración teórica sobre los conceptos que configuran el campo nocional como son el ocio, la recreación, la diversión, el entretenimiento, el descanso, el esparcimiento. Aunque algunos autores refieren formas diferenciadas de tiempo libre entre hombres y mujeres, sólo dos trabajos precisan los lugares y las situaciones donde se reproducen asimetrías construidas desde el género. Ante la escasez que reveló la búsqueda de investigaciones especializadas, se revisaron también las tesis sobre el tema, considerándolas como un parámetro que permite 156 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA medir el interés académico y el grado de difusión que ha merecido dicha temática en el mundo universitario. En total se encontraron 20 tesis sobre el tiempo libre, 15 de licenciatura, una de maestría y cuatro de doctorado, dos de las cuales se escribieron en Estados Unidos. De éstas, 17 son sobre la Ciudad de México y sus áreas conurbadas y el resto -tres en total- se desarrolla en Yucatán, Quintana Roo y Michoacán. Tres apuntan a ubicar las diferencias entre hombres y mujeres, sin hacer una reflexión específica sobre el género y dos incorporan dicha categoría como aspecto central en su investigación. La psicología aporta seis productos, la pedagogía y el derecho dos cada una, mientras que la ciencia política, la administración, el trabajo social, la geografía y la sociología aportan uno cada una. Existe una tesis de maestría en el campo de la comunicación, y cuatro tesis doctorales, dos en historia, una en antropología y una en estudios sobre la cultura, estas dos últimas realizadas en los Estados Unidos. Entre los temas que aborda la psicología, se analiza el tiempo libre como clave del desarrollo de la personalidad, y como factor de equilibrio y ajuste social (Manzanilla, 1986; Manero, 1986; Martínez, 1987; Roldán, 1990; Vázquez, 1990; Valadez, 2000). Algunos productos intentan hacer definiciones sobre el tiempo libre y el ocio sin fundamento empírico; otros le atribuyen a éste valores extraordinarios como tabla de salvación de niños y adolescentes, que verán aminorados sus conflictos de personalidad con el empleo "positivo" del tiempo libre. Por otra parte sin trabajo empírico que las sustente se reiteran diferencias entre tiempo libre y ocio, coincidiendo con el pensamiento dicotómico que ubica al primero fuera del trabajo remunerado, del tiempo de transporte, del tiempo para la satisfacción de necesidades vitales, de los deberes familiares, cívicos y religiosos. El ocio, por su parte, se define como un conjunto dinámico y complejo de ocupaciones a las que uno se entrega con placer, para descansar, divertirse o participar en la comunidad. En el terreno de la psicología industrial se realiza un estudio comparativo entre una empresa privada y una pública, para analizar la forma en que diversos grupos de trabajadores usan su tiempo libre; se aplica para ello un cuestionario a 500 trabajadores de cada empresa con 41 reactivos. Asimismo, para conocer el grado de satisfacción que reportan en el empleo del tiempo libre, se pregunta sobre las actividades propias y las acciones que la empresa emprende para estimular el uso del tiempo libre y el descanso por parte de los trabajadores de ingresos medios y bajos. Los resultados señalan escenarios homogéneos, ya que la mayoría practica escaso deporte, lee poco y asiste poco a espectáculos y museos; existen supuestas preferencias sobre actividades como el uso de medios electrónicos en el hogar. Éstos revelan también un rechazo a actividades culturales, lo que se atribuye a la escasa cultura del tiempo libre que existe en México, que debe orientar y educar a los ciudadanos sobre el uso de parques, instalaciones deportivas y eventos al aire libre, entre otras actividades. Reiteran la dificultad para encontrar reactivos que permitan medir el grado de satisfacción que se obtiene al practicar el tiempo libre. 157 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS En el marco del derecho, se reflexiona sobre la necesidad de actualizar las leyes y lograr el equilibrio entre el trabajo y el tiempo libre, para mejorar las condiciones de salud y la calidad de vida de los trabajadores, así como su productividad (Cuéllar, 1978; Vicente, 1981). Se concibe el tiempo libre como una actividad basada en decisiones personales, voluntarias, que obedece a una motivación interna y a una demanda individual; se señala la necesidad de mejorar la justicia en el terreno laboral y en la aplicación del día de descanso obligatorio, así como la necesidad de ofrecer mayores oportunidades de entretenimiento y ampliar las actividades culturales durante los fines de semana. Por otra parte, debido a la dicotomización entre tiempos de vida y tiempo de trabajo a lo largo de la historia, la ciencia política define el tiempo libre como actividad escindida; presenta los resultados de un trabajo empírico en el que se vinculan patrones de uso de tiempo libre con ingreso y educación, lo que revela que esta última, más que el ingreso, es importante para ampliar las opciones de tiempo libre. En el ámbito de la sociología a la luz del estudio de dos cuestionarios, se analiza en qué medida los objetivos de bienestar social planteados por el gobierno para los trabajadores y sus familiares se cumplen; el análisis no revela diferencias entre hombres y mujeres, a pesar de que el segundo cuestionario fue aplicado a amas de casa (Salinas, 1982). El estudio señala que la elección del tiempo libre que hacen los usuarios depende de sus ideas sobre el consumo, la superación individual, el nacionalismo y la religiosidad. En el marco de la pedagogía se define el tiempo libre, fuera de las obligaciones laborales y sociales, como expresión de la personalidad que contribuye al enriquecimiento de la misma (González, 1983; Simbrón, 1998; Guerrero, 2000). Se reflexiona sobre las diferencias que existen entre la diversión, la recreación y el tiempo libre, sin rebasar los lugares comunes, y se sugiere la creación de programas para niños que impulsen una pedagogía del tiempo libre en la acción, creación, y la expresión, dentro y fuera de las aulas escolares. Lamentan la reducción de los horarios escolares en la metrópoli, ya que pueden conducir al niño hacia terrenos poco recomendables, y hasta nocivos que muchas veces son su única opción de tiempo libre. Se le considera importante en la socialización infantil, ya que puede constituir un pilar del conocimiento que significa aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir con los demás y aprender a ser. Las conclusiones reflejan la dificultad que existe para medir el grado de satisfacción que se obtiene a partir del aprovechamiento del tiempo libre, aunque señala la necesidad de descanso, con incidencia de menos accidentes y mejor estado de salud, así como mejores relaciones con otros compañeros en el trabajo. La administración del tiempo libre en el desarrollo comunicativo del Plan Malinche es el tema de la tesis que busca fomentar la participación de los habitantes de la zona en actividades productivas, el turismo y el manejo de tiempo libre. De acuerdo con su autor, éste puede utilizarse como instrumento de liberación de la clase explotada o incorporarse al desarrollo comuni::ario como factor de movilización, 158 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA transformación y conciencia. Aunque parece paradójico abordar el tiempo libre cuando hay desempleo, afirma que es un aspecto importante de la vida social y extrae de una encuesta cuestiones que define como tiempo libre, como las horas de comida, donde se reúne la familia diariamente, ver televisión, hacer labores del hogar, divertirse al "salir" y reunirse con amigos y vecinos o visitar la iglesia una vez por semana. El tiempo libre se encuentra en las reuniones familiares a la hora de comer y en el tiempo dedicado a la televisión y las labores del hogar. La tesis recoge el interés de la población encuestada por la programación de cursos de educación infantil y capacitación técnica, pero no diferencia entre actividades que ya realizan y aquellas que les gustaría realizar, como es el caso de la música, la pintura, el baile, el futbol y el basquetbol. Aunque no las define, detecta cinco necesidades para llegar a la autorrealización: las fisiológicas, de seguridad, de pertenencia, de amor así como de estima y autorrealización en ambitos de lo laboral, la educación vivencia], la comunitaria, el turismo social y el ámbito terapéutico e inserta el tiempo libre, el ocio y la recreación dentro de esta última (Martínez Sánchez, 1984). Su autor considera urgente el estudio de la problemática en trabajadores de bajos ingresos y personas de la tercera edad, y apunta algunos problemas en el área de planificación central como son la yuxtaposición de programas, la dispersión de recursos, el bajo presupuesto, la falta de continuidad, la escasa profesionalización entre los responsables de los programas, así como la falta de continuidad de los mismos. El trabajo social aporta la única tesis que reflexiona sobre diferencias de género de manera sistemática a partir de un estudio sobre el uso del tiempo libre realizado en la colonia popular San Juan Tepeximilpa (Cruz, 1987). Los aspectos ideológicos propios de la condición femenina, las condiciones socioeconómicas en que viven las mujeres, y el tipo de actividades que realizan son determinantes del uso del tiempo libre. Éstos reproducen el papel que la sociedad le ha asignado a la mujer en detrimento del desarrollo de sus capacidades en otros ámbitos. En esta tesis se aplicó un cuestionario a 100 mujeres mayores de 16 años; el estudio concluyó que el tiempo libre no puede considerarse como esfera independiente del resto de las instancias que conforman la vida social, ya que su determinación depende del tiempo que las mujeres invierten en otras actividades que conforman el tiempo invertido en el trabajo doméstico. Las actividades de tiempo libre forman parte de la reproducción de la fuerza de trabajo y algunas tienen una función económica determinada en el área del consumo. Su práctica no implica el rompimiento momentáneo con la cotidianeidad, sino que forma parte de ésta; en el caso de las mujeres casadas o que viven en pareja, sus actividades de tiempo libre se ven influenciadas por los aspectos ideológicos característicos de su condición social, que se limitan al desarrollo de sus funciones como madre y esposa. Respecto de las mujeres solteras y aquellas con grados superiores de estudio, su situación es diferente, ya que invierten la mitad del tiempo en el trabajo doméstico. 159 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS La investigación confirma que el trabajo doméstico determina la escasez y, en otros casos, la anulación del tiempo libre, en especial en las mujeres amas de casa con bajos grados de escolaridad: a mayor educación existen más alternativas de tiempo libre. En general, las actividades de tiempo libre de las mujeres se dan en el hogar, por medio del uso de la televisión -en especial para ver telenovelas-- la visita de familiares y amigos, y la convivencia con la familia. La autora sugiere una acción pedagógica que encamine las prácticas de tiempo libre hacia el desarrollo de las capacidades, sobre todo de las mujeres. La geografía sirve de marco para analizar los espacios turísticos de Cancún, registrando dos formas de utilizar los espacios de ocio en la isla, en parques nacionales o reservas de la biósfera y en áreas privatizadas (Domínguez, 2001). El espacio de ocio es considerado un bien escaso y valioso, cuya finalidad es utilizarlo para descansar y divertirse. La tesis denuncia conductas depredadoras de la naturaleza que reflejan los rasgos de la cultura actual de ocio de algunos grupos sociales que visitan la región. Presenta cuadros que muestran las actividades, los servicios, los espacios de ocio y su correlación con los servicios, el tiempo de funcionamiento y el uso de servicios, por grupos de edad y número de horas consumidas por los turistas, y rango de edad. También señala el papel central que desempeña la administración pública en las relaciones entre grupos de poder y las clases sociales respecto del acceso que los diversos grupos tienen al ocio. Ofrece cuadros pertenecientes al gobierno sobre el crecimiento de infraestructura hotelera y una lista de instituciones de fomento turístico que existe en la zona. Sugiere establecer sanciones a conductas depredadoras llevadas a cabo por empresarios y usuarios de infraestructura turística y que se invierta en carreteras, aeropuertos y áreas recreativas. La tesis de maestría en el área de comunicación busca conocer la distribución del tiempo libre de los escolares, su género y la calidad de los mensajes de su preferencia en libros y medios electrónicos. Reporta resultados de una encuesta aplicada a 1 523 alumnos y maestros -de 23 localidades rurales, semirrurales y urbanas, de escuelas públicas y privadas que cursan el quinto y sexto grado de primaria, diferenciados por sexo, edad, nivel socioeconómico, tipo de escuela, contexto urbano y rural y lugar de residencia (Cortés, 2000). La tesis analiza las motivaciones, valoraciones y jerarquías que los receptores atribuyen a la elección del tiempo libre, así como las expectativas sobre los mensajes que se transmiten en los medios masivos de comunicación. Los resultados señalan que es distracción más que tiempo libre lo que reportan los niños, y éste oscila entre el juego mimético hasta el disfrute de obras literarias, pasando por ir al cine, ver televisión, escuchar radio, casetes y discos, bordar, tejer, bailar y estar con amigos. Como era de esperarse, es evidente que la significación en torno al ocio en niños y adolescentes de localidades urbanas y rurales es distinta, los hijos de campesinos y obreros oponen el ocio al trabajo remunerado o las faenasdel campo o el taller; las hijas oponen el ocio a la ayuda en las labores domésticas. Para la. mayoría de los niños urbanos es más importante jugar que hacer uso de los medios electrónicos, aunque los hijos de los 160 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA empresarios y los profesionistas prefirieron los medios. Todos coinciden en señalar que las prácticas lúdicas y deportivas, aun en los medios obreros, no tienen como fin mejorar sus destrezas, sino "pasar el tiempo a gusto". En lo que respecta a las diferencias sexuales, ellas optaron por actividades sedentarias -uso de medios, leer, escuchar música, bordar, tejer, hacer artesanías- y ellos reportaron el juego y los deportes. Se constata que el tipo de localidad tiene gran influencia en la selección de actividades y prácticas prioritarias de tiempo libre, ya que la televisión es la opción más seleccionada en localidades residenciales, mientras que el cine es el favorito del medio rural. Se registra una jerarquización por tipo de contenidos, tipo de escuela, uso de medios por horas y su valoración; las diferencias entre varones y mujeres aparecen en aquellos medios que implican lectura, preferidos por las mujeres, seguidos por el cine y la televisión, donde ambos sexos mostraron resultados similares. El género preferente en las mujeres es la telenovela y en los varones es el de aventura. De las tres investigaciones doctorales sólo una aborda el tema del tiempo libre de manera central; es el caso de la tesis de historia que describe los espacios recreativos, dentro de la reforma urbana de la Ciudad de México, durante la segunda mitad del siglo XVIII, ya que en esta época se realizó el reordenamiento de esos espacios (Vázquez Meléndez, 1999). Con ello se pretendían modificar los hábitos de los ciudadanos en torno a nuevas condiciones de urbanidad, al tiempo que se fomentaban principios de orden y seguridad por medio de nuevas reglas. Los habitantes participaban en la implantación de proyectos de urbanización y reordenamiento de los espacios recreativos, unos a favor del orden en los espacios y la delimitación precisa de éstos y las actividades que en ellos podían realizarse, y otros resistiendo diversas prácticas normativas. En ese sentido, la legislación estableció límites a horarios de funcionamiento de los espacios recreativos, buscando influir en los hábitos de la población e, implícitamente, perfilar el tipo de habitante ideal de una ciudad ordenada, segura y tranquila, con espacios para disfrutar con moderación gastando sólo una parte de sus recursos. Junto con el apego al trabajo, se buscaba propiciar la cohesión política en torno al sistema monárquico, insertando actividades recreativas en el calendario de las festividades de la familia real, y aunque insistían en el reordenamiento, los alcances de la autoridad para organizar, sancionar y normar los espacios recreativos denotaban limitaciones. Las otras dos tesis abordan el tema a la luz de las diferencias sociales; en la primera se presenta un estudio etnográfico sobre cultura estudiantil realizado en una escuela secundaria (Levinson, 1993). Se analizan los procesos a partir de los cuales los alumnos manejan las diferencias entre sí y negocian los significados de igualdad en la formación de identidades. Se examinan algunas maneras en las que operan la cultura y el poder para reconfigurar desigualdades de etnia, clase y género, a la luz de un discurso de igualdad, en el que supuestamente "todos somos iguales". Con el objetivo de describir el mundo social en el que los alumnos habitan, recoge registros etnográficos y entrevistas de un grupo focal de 20 alumnos de entre 12 y 15 años, sus maestros y sus padres; el autor 161 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS describe el tráfico entre significados populares e institucionales que se dan en la escuela y explora las consecuencias que esto tiene en la conformación del lugar que ocupa cada uno en la vida local y nacional. En el centro de la discusión se encuentra, en la escuela y la sociedad, la reconceptualización del juego de la diferencia. El estudio sugiere que estas identidades de género, clase y etnia se articulan y rompen la cultura escolar de la equidad de diferentes maneras, produciendo y reproduciendo inequidades en la sociedad local y en los espacios de tiempo libre. El autor intenta hacer una reformulación sobre la manera en que las etnografías críticas han conceptualizado el juego de la diferencia en la escuela y la sociedad, en donde la llamada cultura escolar crea identificaciones comunes que reconfiguran la diferencia y facilitan el proyecto de hegemonía del Estado, al tiempo que generan contradicciones que la ponen en peligro. La segunda tesis compara la cultura y la vida cotidiana de las familias prominentes de la Ciudad de México y Mérida; en ella se dedica un capítulo al tema del ocio y los lugares selectos que eligen para su solaz y esparcimiento (Barceló, 1999). La autora analiza, por un lado, la esfera privada y el estudio de sus estructuras internas, la cultura femenina, la socialización de los hijos y los hábitos de consumo; por otro lado, estudia la esfera pública, con la influencia ideológica del Estado y la Iglesia sobre la familia y las mujeres, y los espacios públicos que comparten. Consulta fuentes hemerográficas como periódicos y revistas, al igual que códigos de leyes civiles, archivos de notarías para consulta de testamentos, el archivo de la curia del arzobispado, el archivo del sagrario metropolitano, códigos civiles, leyes, novelas costumbristas y realistas, y crónicas de viajeros. Con la finalidad de reconstruir algunos pasajes de la vida cotidiana, revisa documentos impresos como invitaciones, catálogos de casas comerciales, menús, recetas, tarjetas de visita, postales, poesías, letras de canciones, cartas privadas y diarios personales pertenecientes a archivos familiares. Según la autora, las familias de ambas regiones vivieron una contradicción entre el valor del trabajo y el ocio, ya que en el ámbito ideológico el primero se convirtió en el valor fundamental, mientras que el ocio se vivía como antítesis, por ser un terreno de improductividad que generaba "conductas desviadas". Tal y como lo indica Veblen, la autora describe la utilización del tiempo libre por parte de las familias prominentes en actividades "inútiles", como la esgrima y la equitación; es decir, consumían el tiempo a la vez que lo utilizaban para el esparcimiento. No obstante, éstas diferenciaban el tiempo libre del ocio, ya que el primero era importante para resarcir las energías, mientras que el segundo fue retomado a partir de dos características esenciales, como símbolo de clase y como registro del consumo. El "buen tono" era una pauta de sociabilidad y una nueva manera de disfrutar las diversiones que las élites preferían, como las tertulias, ampliamente difundidas desde la Colonia, tanto en la Ciudad de México como en Mérida, en las que éstas se reunían a charlar, jugar y tomar café o té. En ellas las mujeres hablaban de moda e hijos, promovían las relaciones familiares y observaban las reglas de urbanidad y buen gusto; 162 EL TIEMPO LIBRE EN AMÉRICA LATINA el decoro y las buenas maneras eran la base de dichos modales, los cuales servían de pauta de conducta para las clases inferiores, que las imitaban. Con el tiempo las tertulias se trasladaron a los recién inaugurados restaurantes y cafés. Eran famosos también los bailes de fantasía, verdaderos desfiles de moda y eco de las cortes medievales, con su ritual de preparación, que incluía visitas a la modista, reposo, masajes y mascarillas naturales. Acompañados de una estricta etiqueta, en los salones del Liceo de Mérida también había bailes; en ellos las mujeres eran sólo espectadoras o acompañantes de sus hijas, mientras que en la Ciudad de México no era mal visto que ellas también participaran. Las visitas también eran opciones de entretenimiento de las mujeres, en especial como formas para consolidar y amenizar las relaciones amistosas, al igual que los paseos de fin de semana, realizados sobre la Calzada del Emperador -ahora Reforma-, donde se daban cita las principales familias, el Bosque de Chapultepec y La Alameda, en los que se reunían pobres y ricos por igual. Prevalecían claras distinciones en las actividades adecuadas para los ricos, quienes asistían a la ópera, al ballet y el teatro, mientras la clase media acudía a la zarzuela y las tandas que eran combatidas en los diarios capitalinos por su aparente frivolidad. La fiesta brava era un espectáculo para varones y mujeres de dudosa reputación; en la Ciudad de México el cinematógrafo Lumiére, introducido en 1896, fue uno de los espectáculos que más atrajo la atención de casi toda la clase acomodada; éste fue llevado a Mérida en 1907 y aunque se convirtió en testigo de grandes acontecimientos, el costo era muy elevado y pocas familias lo podían disfrutar. Al finalizar la década de los setenta, las fiestas eran muy concurridas; éstas eran espacios de ostentación para los ricos y de ridiculización para los pobres; a los carnavales asistía la gente disfrazada, imitando a la aristocracia, y en ellos también se marcaban los lugares para ricos y pobres. Durante esa época, se adoptó el nuevo concepto de vacaciones para comerciantes, empresarios y empleados, que surgió como un derecho por el trabajo realizado y su duración empezó a reglamentarse. Durante este periodo de construcción de los Estados nacionales, se buscó incorporar en un molde cultural a todos los integrantes de la sociedad; el gobierno mexicano pretendió homogenizar no sólo las estructuras político-administrativas, sino atender la variedad cultural de la época moderna. En ese sentido, la presencia de los intelectuales cumplió una función integradora de la sociedad, mientras que los descendientes de los terratenientes coloniales aportaron un estilo de vida en el que el ocio y la ostentación siempre estaban presentes, y la actitud de ignorar a los demás sectores sociales era signo de buen gusto. La influencia europeizante se hizo presente en las formas de vestir, divertirse, comer y pasear, animando tipos de convivencia social más flexibles y vulgarizados, propiciando la imitación de las élites y eliminando la mayoría de las tradiciones criollas. A excepción de las tesis doctorales y la tesis sobre trabajo social, el conjunto de trabajos presenta una calidad deficiente; prevalece en ellos el uso de las dicotomías y el sentido común en la definición de conceptos en torno al tiempo libre; asimismo, se le atribuyen 163 VOY ATROPELLANDO TIEMPOS a éste características extraordinarias y supuestamente originales sin un sustento teórico o práctico que las avale, agregando mayor superficialidad a un terreno plagado de por sí de lugares comunes. En el caso de la tesis de licenciatura sobre trabajo social, la categoría de género se encuentra problematizada, mientras que en el resto de los estudios prevalece una visión androcéntrica que define como universal la práctica masculina del tiempo libre, lo que revela un desconocimiento de la temporalidad femenina, sobre todo en lo que concierne a sus responsabilidades domésticas y de cuidado familiar. A estos trabajos los une la preocupación por la ausencia de políticas públicas, en su mayoría sexenales; no existen acciones de seguimiento ni pedagógicas que desde la infancia incidan en la educación para formar en los ciudadanos una cultura del tiempo libre. El panorama anterior prueba la necesidad de abordar este tema a partir de investigaciones cuantitativas y cualitativas que contribuyan a elevar su nivel de comprensión y a la detección precisa de diferencias y desigualdades que genera. 164