Viento y arena Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo Prólogo de Jean Garrabé Universidad de Guadalajara Centro Universitario de Ciencias de la Salud Viento y arena Testimonios de un pueblo nahua © Sergio Javier Villaseñor Bayardo Prohibida la reproducción total o parcial del contenido, sin la autorización del autor o del editor. ISBN 978-968-5876-26-1 TonoContinuo • Enrique Díaz de León 514-2 • Guadalajara, Jalisco, México • Tel 38 25 94 41 • francisco@amayaediciones.mx Universidad de Guadalajara Contenido Dedicatoria A los miembros de Gladet, A.C. Grupo Latino Americano de Estudios Transculturales A.C. A mis amigos José de Jesús Tadeo Viscarra y Jorge Arturo Serna Ornelas 9 13 19 27 423 426 Prólogo Primeros contactos Segunda visita Entrevistas escogidas Epílogo Agradecimientos Prólogo Me complace presentar el volumen de anexos, entrevistas y notas de terreno que constituye el tomo segundo de la tesis doctoral de Sergio Villaseñor Bayardo, edición que resuelve lo mejor posible un problema que se plantea a los investigadores en el ramo de la antropología médica: el de la lengua en la que han de publicar el material recogido para su estudio. Cuando Sergio Villaseñor presentó su tesis en l´Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de Paris, el tribunal presidido por el Profesor Duverger, amén de felicitar al autor por la calidad de su trabajo, votó unánimemente a favor de la publicación del texto, redactada en francés, de Vers Une Ethnopsychiatrie Mexicaine. Esperamos que esta publicación se haga pronto en una editorial que pueda darla a conocer a un público lo más amplio posible. Pero a los estudiosos les interesa conocer no sólo el texto elaborado de la tesis, sino también el material sobre el que se apoya ésta elaboración, en éste caso las entrevistas con los chamanes, los habitantes y las notas de terreno recogidas en el Alto Balsas. Naturalmente, el doctorante no ha traducido al francés éste material, pues al hacerlo habría perdido todo sentido. Ha escogido traducir para incorporar al tomo primero de la tesis sólo párrafos selectos de las entrevistas con los chamanes, para darlos como ejemplos que aclaran la interpretación que propone Sergio Villaseñor de esta medicina náhuatl actual, en la que se vislumbran las huellas de la antigua medicina azteca enmascarada con el velo de la cultura o de la aculturación postcolonial. Ha quedado ahora establecido, en particular por la escuela de historia de la medicina mexicana, que para entender un sistema médico, cualquiera que éste sea, para establecer cuál es su nosología, puesto que todas las medicinas tienen una, y entre otras cosas, si diferencia – como lo hace la medicina occidental moderna – entre enfermedades mentales o psíquicas por un lado y orgánicas o somáticas por el otro, qué etiología y qué tratamiento propone al respecto, etcétera, hay que reconstituir la visión del mundo, la cosmovisión de la cultura en que se desarrolla. En otras palabras, hay que relacionar el sistema de pensamiento médico con los otros “systèmes de pensée”: el astrológico, el religioso y el científico, cuya conjunción da fundamento a las culturas humanas. Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 10 El gran psiquiatra y filósofo Eugen Minkowski, judío, polaco de origen pero que ha vivido en Francia desde la gran guerra del 16, ha escrito casi toda su obra en francés y ha titulado uno de sus textos, a nuestro modo de ver uno de los más importantes a pesar de ser un opúsculo de pocas páginas, “Vers une Cosmologie”, un enfoque fenomenológico de la visión del mundo. Ahora bien, no estamos conscientes de la visión del mundo que nos da la cultura en que vivimos. Por ejemplo, ningún médico de Europa Occidental sabría especificar cual es la relación que tiene la medicina científica que le guía con la visión del mundo de la cultura helénica, judeocristiana en la que seguimos aún viviendo. Sin embargo, el idioma que hablamos, mediante el cual se nos ha transmitido la cultura a la que pertenecemos, refleja en parte esta lógica cósmica. Los intentos para hacernos una idea de una cultura extranjera, de otra visión del mundo, empiezan por el estudio de su lengua. En el caso de México pensamos en los esfuerzos de los misioneros franciscanos por profundizar en el estudio del náhuatl y de sus ideogramas, aunque su intención primera fuera conocer mejor la religión para ellos idolátrica de los aztecas y combatiéndola evangelizar a los habitantes del nuevo mundo. Recíprocamente los indios, como se ve precisamente en algunas de las entrevistas con los chamanes, se apoderaron del santoral de los monjes cristianos para equipararlo con su propio panteón politeísta. Otro ejemplo que viene a propósito para los textos que aquí presentamos son los esfuerzos que hicieron los médicos renacentistas españoles por estudiar la sorprendente botánica de la Nueva España e interpretar, conforme a la medicina hipocrática que Europa Occidental volvía a descubrir en el renacimiento, su utilización terapéutica por los curanderos indígenas. Naturalmente fracasaron en su intento, ya que desconocían la mayor parte de las plantas mesoamericanas, cuyo nombre en náhuatl era imposible de traducir al latín que utilizaban los médicos hispánicos. Muchas de esas voces se han integrado pasando por la lengua castellana a las demás lenguas europeas, latinas e incluso anglosajonas, conservando en ellas su forma náhuatl originaria para seguir designando en el viejo mundo las plantas que se transplantaron a él desde América. Solo en el siglo XIX, utilizando la clasificación de Carlos de Linneo en clases, géneros y especies designadas por palabras de morfología latina, se pudo trazar el cuadro universal de los reinos vegetales y animales de la naturaleza. Este modelo taxonómico botánico fue el que inspiró a los primeros nosólogos, que pensaban que las enfermedades eran también cosas exclusivamente naturales. Pero cuando la antropología médica ha empezado a estudiar y a comparar las nosologías propias de cada medicina, ha descubierto que las definiciones y las concepciones de las entidades patológicas dependen Testimonios de un pueblo nahua de aspectos culturales que provienen de las ideas religiosas y los conocimientos compartidos entre el enfermo y el terapeuta, cuando pertenecen al mismo mundo y tienen la misma visión de él. Es por lo tanto imposible traducir, por decirlo así, la nosología de una medicina a la de otra, diciendo por ejemplo que tal enfermedad reconocida por la medicina náhuatl corresponde a la que se llama de otra manera en la medicina occidental moderna. Resultaría exacto el famoso traduttore, traditore italiano. El investigador debe, como lo ha hecho Sergio Villaseñor en los documentos que siguen, recoger lo más exactamente posible lo que dicen los que practican la medicina, estudiándola sobre la teoría de enfermedad que rige su conducta terapéutica. Esto justifica el interés de esta publicación de las entrevistas con los chamanes y los pobladores de la región del Alto Balsas con las mismas palabras utilizadas por ellos cuando han expuesto al médico-antropólogo su cosmovisión. El lector podrá comprobar así por sí mismo cuan ardua es la tarea de construir una verdadera etnopsiquiatría y el valor de esta tesis para contribuir a ello. Dr. Jean Garrabé de Lara. Genêts, Julio de 2000 11 Primeros contactos San Marcos Empecé a incursionarme en el fascinante mundo de las comunidades nahuas de la zona del Alto Balsas, Guerrero, gracias a la invitación de unos antropólogos, a quienes el interés de un psiquiatra por su área de estudio debe haber despertado sorpresa y curiosidad. El sábado 23 de octubre de 1993, día de la fiesta del tercer aniversario del Consejo de Pueblos Nahuas del Alto Balsas, salimos a la comunidad de San Marcos, donde tendría lugar la celebración. Salimos temprano desde Xalitla, poblado que luego se convertiría en mi centro de operaciones. La vieja camioneta en que viajamos parecía conocer bien el camino de terracería que, en ocasiones, nos mostraba peligrosamente bellos paisajes de la región. El río Balsas y sus afluentes dibujaban caprichosas serpientes, horadando las montañas. Tuvimos que dejar al vehículo estacionado a un lado del camino. Bajamos al río para esperar nuestro turno. Unas barcazas maltrechas ayudaban a que la gente atravesara el río. Los habitantes del pueblo se habían ofrecido para transportar a los visitantes. Remando contra corriente nos depositaron en la otra orilla. Llegamos al pueblo alrededor de las 11 a.m. Todo el día hubo música de banda. En el atrio de la iglesia se concentraba toda la gente. Allí estaban varias mesas dispuestas para que comieran todos los asistentes. Las señoras preparaban la comida en inmensos calderos y hacían tortillas. El primer acto que realizaron para estos festejos fue el que denominan “llevar la vela al templo”. Para esto hubo una concurrida procesión con música de banda, cirios, muchas flores y un grupo de jovencitas púberes, vestidas con llamativos colores. Me llamó la atención la religiosidad de la gente. Aunque los cantos eran desafinados, la inmensa devoción era evidente. Los cantos se escuchaban como un lamento. A la mañana siguiente, muy temprano, continuaron cantando y rezando en el templo. No había sacerdote, pero no parecían necesitarlo. Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 14 Las jóvenes portaban en la cabeza penachos vistosos, cuya base era de cartón pintado de colores, y llevaban tres espejitos, uno en la frente y otro a cada lado. Algunas jóvenes llevaban listones de llamativos colores. Unas plumas de guajolote les adornaban la nuca. Los espejitos tal vez cumplían la función de ahuyentar a los “malos aires”. Los adolescentes están siempre muy atentos a estas danzas, porque ello les permite ir eligiendo a su futura pareja. Esas jovencitas bailaron dentro del templo. Las danzas se llamaban de “Las Coronas” y de “Las Bolas”. Las jóvenes continuaron danzando aun después de que los dirigentes de la procesión, es decir, los líderes políticos, habían terminado de pronunciar sus discursos junto al altar e incluso habían salido del templo. Además de los habitantes de los pueblos circunvecinos, había periodistas, políticos y gente que trabaja para el desarrollo de las comunidades. Los mensajes se transmitían con altoparlantes en idiomas español y náhuatl alternadamente. La mayor parte de los asistentes escuchábamos bajo un sol implacable. Luego de los discursos hubo una asamblea muy larga que se vio entorpecida por las falsas promesas de la SEDESOL (una Secretaría de Estado de corte populista) cuya representante era una antropóloga de apellido extranjero. Después de la asamblea hubo juegos pirotécnicos, un “castillo” y “toritos” que terminaron hasta ya entrada la noche. La música de un grupo amenizaba un baile en el que nadie bailaba. Los cansados y curiosos visitantes tuvimos que esperar hasta que empezó a declinar el festejo y la gente de San Marcos se empezó a repartir a los visitantes bajo diversos techos, prestándonos algunos petates para pasar la noche. A los fotógrafos y a mí nos tocó dormir en el piso de la escuela. No me podía dormir por la deshidratación y el temor a los alacranes. Me levanté a conseguir agua y un amable poblador bastante embriagado me llevó a una casa para darme de beber el agua que tenían en una gran vasija de barro. La sed me hizo olvidar los inconvenientes higiénicos (Al día siguiente este hombre seguía bebiendo y me sugirió que le invitara unas cervezas y yo, evidentemente agradecido por el gesto de la noche anterior, se las invité con gusto). Después de aliviar un poco mi deshidratación, me volví a acostar tratando de conciliar el sueño. Empezaba a dormirme cuando me desperté sobresaltado a eso de las dos de la mañana. De momento no estaba seguro, pero sí, efectivamente, se trataba de un temblor. Desperté a mis compañeros y de inmediato salimos, espantados, de la escuela. Cuando consideramos que las sacudidas de la tierra habían terminado, volvimos a nuestro lecho. Al día siguiente, en casa de una familia del pueblo, conseguimos en donde darnos un medio baño, a jicarazos. Desayunamos en el atrio de la iglesia. Allí se seguía preparando, incansablemente, la comida para todos los asistentes. Durante todo el tiempo que duró esta breve visita, tuve la incertidumbre de las decisiones aparentemente imprevistas, o al menos no exteriorizadas, del antropólogo que me guiaba. El papel de guía no parecía satisfacerle. La noche anterior no había querido molestarse con mis ronquidos y me había despachado con los fotógrafos. Su capacidad de hablar bien el náhuatl le abría las puertas de esta maravillosa gente. San Agustín Oapan 24.X.93 Después de almorzar y despedirnos de los habitantes de San Marcos emprendimos el camino rumbo al pueblo más antiguo de la región, San Agustín Oapan. 15 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 16 Llegamos a la casa de “Octavio Casas”, líder del movimiento indígena que surgió para evitar que los habitantes de la región fueran desplazados geográficamente ante la inminente construcción de una presa hidroeléctrica. El hogar del maestro Casas era, a la vez, una tienda de abarrotes y un expendio de cerveza. Un grupo de habitantes del poblado estaba reunido en torno a Octavio. Al parecer tenían una reunión informal, nos invitó unas cervezas y siguieron charlando. El grupo colaboraba con el trabajo de lingüística que el antropólogo estaba realizando. Cuando terminaron la pequeña entrevista, quien me guiaba, me presentó manifestándoles en lengua náhuatl, que yo estaba interesado en conocer a los curanderos de San Agustín. Llegado mi turno de hablar, tuve que contentarme con explicarles en español, el motivo de mi visita. Desgraciadamente, creo que fui demasiado técnico. Allí me di cuenta de lo difícil que es tomar distancia del lenguaje técnico aprendido. Supongo que comprendieron algo de lo que dije, pues todos me externaron verbalmente su acuerdo y su apoyo, pero en realidad nadie se atrevió a darme pistas concretas ni de los brujos ni de los curanderos. Evidentemente, nadie quiso señalar quiénes eran los médicos indígenas, ni mucho menos quienes eran los sujetos portadores de algún problema emocional o psicopatológico. Ahora me parece evidente que, ante un grupo tan numeroso, era muy difícil obtener datos para ese tipo de planteamientos.En determinado momento se unió al grupo un sujeto muy singular. Era mucho más moreno que los demás, y mostraba ciertos modales femeninos. Al parecer era un curandero nómada. Una vez que planteé de nuevo mi pregunta, este personaje respondió con gran parsimonia que no sabía nada y que además no podía decirlo. El grupo empezó a burlarse de él, a bromear a costa suya, pero como lo hacían en náhuatl no pude comprender el sentido del juego. Tuve la impresión de que la sorna era causada por la posible homosexualidad del curandero. Él escuchaba impasible, hablaban en náhuatl y mezclaban algunas frases en español para que yo entendiera. Le decían que él iba a dormir en medio del par de extranjeros preguntones. Todos tuvimos que reír y celebrar el chiste. Los asistentes siguieron conversando. Poco a poco se fueron despidiendo. Por la tarde de ese día fuimos al poblado de San Miguel. Había que llevar unas revistas de “Hojarasca” que se iban a obsequiar a la comunidad. De paso compramos unos “chiquihuites” pues los artesanos del lugar se especializan en hacerlos. Visitamos a dos familias que se dedican a ello y conversamos un rato, mientras ellos les daban el terminado a los cestos. Para localizar a los artesanos preguntamos en varias casas. En una humilde casita encontramos a la esposa de un artesano. Estaba sola. Nos atendió afuera de su casa. Le pedí autorización para tomarle una fotografía con sus niñas y se negó rotundamente explicando que no se quería morir, que había visto en la televisión que había mucha “cólera” y que no quería que se le “pegara”. Antes de regresar a San Agustín nos detuvimos en un expendio de refrescos. El propietario espontáneamente nos ofreció posada en su casa. Luego de conversar un buen rato, otro de los pobladores nos invitó a su casa a cenar. La esposa ya estaba acostada, pero la levantó para que nos preparara unas tortillas. Mientras ella lo hacía nosotros fuimos a la tiendita de enfrente a comprar bebida, sardinas enlatadas y chiles jalapeños. 25.X.93 Aquí ando, nuevamente de extranjero, pero ahora dentro de México. La diferencia con respecto a mi estancia en Francia es que aquí la gente intenta hablar español desde que te ve. Toda la gente es muy amable, al primer contacto ya te invitan a comer, a beber, incluso te ofrecen posada. Efectivamente, “su casa es tu casa”. Hoy conocimos a “Martín Cienfuegos” que es “tlacuilo” o pintor y además es el comisario del pueblo. Está orgulloso de su trabajo, tanto de sus pinturas como de su cargo honorífico. Unos “gringos” que lo conocen, y que le compran su producción artística, prácticamente le exigen que siga pintando y que deje el trabajo de comisario. No comprenden la importancia que para él y para la comunidad tiene el cargo anual de comisario del pueblo, aunque éste no sea lucrativo y le impida dedicarse a otras labores. Definitivamente, la escala de valores es otra. No es la misma economía, ni la misma lógica de pensamiento. Estaba en la orilla del río, reflexionando un poco, y se me acercó un borrachito queriendo platicar. Me invitaba un trago de refresco de cola con alcohol puro. Aunque no acepté su invitación, conversamos un momento y me dio una lección de respeto a la naturaleza: “Aquí, si uno quiere comer mojarra, viene a pescarla al río, pero no hay que pescar diario, sólo a veces, si no, se acaban los pescados”. 17 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena Segunda Visita 18 Analco 22.X.94 Tengo la impresión de que la resistencia indígena está expresada en la conservación secreta de sus costumbres y tradiciones. Resulta difícil escudriñar sus pensamientos. Aún ante los mismos miembros de sus comunidades que han realizado estudios profesionales, como los profesores o los antropólogos, ocultan el significado profundo de algunos actos o ritos. Un ejemplo palpable de lo anterior es lo que me cuenta Alfredo Ramírez, antropólogo, originario de Xalitla, respecto a la fiesta del “Cruztépetl”, del 1 de mayo. Ese día los campesinos de la región van al cerro a ofrendar un guajolote sacrificado, preparado con mole y unos tamales. La comida debe llegar caliente al cerro, y sólo puede ser depositada en su altar por las niñas. Después de hecha la ofrenda y cumplido el ritual, cuyos rezos son en náhuatl, esperan a saber qué clase de zopilote la recibe. Según Alfredo, hay zopilotes de cabeza roja o Tzomacoltzin y de cabeza negra. Unos de ellos son los que auguran buena lluvia para todo el año y otros no. En una ocasión un vecino del pueblo de San Miguel Tecuiziapan se robó la ofrenda, y al descubrirlo lo obligaron a reponerla, pero doble. Además, le fue mal en todo lo que emprendió. Todos entendieron que era el castigo por haberse robado la ofrenda. Cuando Alfredo les preguntó a los campesinos que si era la cruz quien había castigado al ladrón, le contestaron que no era la cruz quien se llevaba la ofrenda, sino el Tzomacoltzin, respuesta lacónica e incompleta. Los jóvenes de los pueblos de esta zona traen la moda del pelo largo. Al parecer la trajeron quienes trabajan en las grandes ciudades o en Estados Unidos. Por allí andaba un “enfermo”. Así nació, es huérfano, duerme donde puede y la gente le va dando de comer. Me comenta el “profe” Gerardo que falta un lugar para esos enfermos, y me preguntan si ese problema de nacimiento no tiene remedio. Explico, según yo, el problema de la hipoxia neonatal y me entero que todos los partos son atendidos por las comadronas: “si viene mal, si viene atravesado, ¡ni modo! No hay a dónde llevarlos”. Filemón Atilano, habitante de Analco que ha trabajado como bracero en California, quiere que sus hijos aprendan inglés. 19 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 20 Hay libros bilingües para las escuelas, y los niños deben aprender náhuatl como primera lengua. Curiosamente, los padres de familia prefieren que sus hijos aprendan español en la escuela, e incluso les llegan a prohibir que hablen náhuatl en clases. San Agustín Oapan Un itinerario terapéutico. 23.X.94 En 1977, Gaby, la esposa de “Octavio Casas”, había estado muy enferma. Había dejado de caminar durante 3 años por esa enfermedad. Nunca la atendieron médicamente de ese problema. Con remedios caseros y recurriendo a los médicos tradicionales la curaron en su pueblo. Gaby mejoró espontáneamente al cabo del tiempo arriba mencionado. El tratamiento que recibió fue la aplicación en la espalda de un ungüento hecho a base de yodo. La familia de la paciente, viéndola mejorada, dejó pasar el tiempo sin volverse a preocupar del asunto. Después de 14 años, Gaby recayó. Esta vez, después de agotar los recursos tradicionales, llevaron a la paciente a la ciudad de México. Estuvo hospitalizada, le hicieron muchos exámenes y fue intervenida quirúrgicamente. El problema de la imposibilidad para deambular había sido causado por un tumor toráxico peridural, que originalmente era un lipoma benigno, pero como no se extirpó a tiempo creció hasta causar lesiones irreversibles. A pesar de la operación, no fue posible que la paciente conservara la funcionalidad de sus miembros inferiores. Actualmente, la paciente está muy delicada. No puede caminar ni controlar sus esfínteres. Al verla la noto muy pálida, sentada sobre una cama que huele a urea. Gaby se niega a acudir a la ciudad de México, al servicio de Ortopedia del hospital donde fue atendida, donde la esperan para la posible rehabilitación. Ella no quiere quedarse sola tres meses. Aunque refiere un dolor agudo entre las escápulas, tampoco quiere tomar analgésicos. Arguye que luego de tomar la medicina (Dorixina) siente que se le quema el pecho. Además de la oposición de la paciente a desplazarse hasta la ciudad, está de por medio otro factor, no menos importante: el gasto enorme que todo esto significa para ellos. La madre de la paciente la cuida todo el tiempo. El esposo y el resto de la familia, solo esperan, resignados, lo que tiene que pasar. El Alto Balsas Xalitla 21 17.II.95 Esta visita la hice acompañado de un habitante del pueblo que trabaja en la ciudad de México, pero que no ha perdido el contacto con sus familiares y amigos. Gracias a dos detalles básicos me di cuenta de la extrema importancia que le asignan al ascenso social. El primero fue el número de veces que toda la gente que conocía a mi guía, nos preguntaba: “¿Tráin carro?” Es decir, querían averiguar si veníamos en autobús, como todo el mundo, o si teníamos un automóvil. El segundo fue la insistencia de mi acompañante por justificar su retraso en titularse, señalando constantemente que pronto habría fiesta para festejar su nueva categoría de “licenciado”. Desde que inicié mis visitas a la región, yo había procurado ser discreto, evitando parecer ostentoso y por eso había evitado venir en automóvil a la zona. Posteriormente, por comodidad, le resté importancia a ese detalle, y llegaba en Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 22 automóvil. No sé si ello haya sido ventajoso para mi trabajo, pero en ocasiones tuve la impresión que algunas personas se mostraban más afables. Imagino que si yo hubiera sido originario del pueblo y hubiera llegado en automóvil, podría haber suscitado ciertas envidias y me hubiera hecho acreedor al “aborrecimiento” de algunos. El “aborrecimiento” es un factor esencial en el desencadenamiento o en la génesis de las enfermedades que “no son de Dios” y que no pueden atender ni comprender los médicos, por muy buenos que sean. San Juan Tetelcingo 18.II.95 En la mañana salimos de Xalitla rumbo al camino que conduce a San Juan. Allí estuvimos esperando que pasara algún coche o autobús pero no circulaba nadie. Por fin se detuvo un taxi. El chofer se ofreció a llevarnos aunque ya traía bastantes pasajeros. Nos apretujamos y emprendió el camino. Empecé a conocer algunos habitantes de San Juan. Por la tarde fuimos a buscar a un conocido de mi guía. Pronto lo encontramos, aunque no en su casa. Estaba afuera del expendio de cerveza de Marcos Garza, departiendo con otros hombres. Estaban realizando unos trabajos en la calle, y habían abierto una zanja de unos 50 cm de profundidad por 1 metro de ancho aproximadamente. Allí, sentados en la zanja, estaban todos platicando y tomando cerveza. El viento cálido levantaba constantemente una polvareda, pero eso no era obstáculo para la discusión que tenían. Los saludamos y de inmediato nos invitaron a departir con ellos. En cuanto nos acomodamos nos entregaron un “six” de cervezas. Mi guía rehusó la invitación, arguyendo que él ya no tomaba. Yo acepté sin imaginar que el ritmo de la ingestión sería vertiginoso. Entre ellos existía una especie de desafío para ver quién podía darse el lujo de invitar la mayor cantidad de cervezas. Apenas me había terminado una cerveza cuando me entregaron otro “six”. Le dije al tendero que se cobrara con un billete que yo le extendía, pero eso molestó a mis anfitriones. Uno de ellos me explicó: “Aquí usted es el invitado y no va a pagar nada. Cuando vayamos a México, allá nos invita usted, si quiere”. 23 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 24 Esa misma persona, más tarde, nos invitó a cenar a su casa. Nos contó que durante 7 años había sido “chivero”. Los “chiveros” trabajan todo el tiempo y así se ganan únicamente su manutención. Ahora era una persona con el dinero suficiente para mantener dos casas y para gastar en lo que quisiera. Después de sufrir miles de privaciones había logrado una buena posición social y ahora, preciándose de ser rico, despreciaba a quienes “no son nadie”. Ya con dinero, hasta se sentía capaz de matar, pues tenía para pagar tal trasgresión. Entonces comprendí que el abundante brindis previo había sido un duelo local de presunciones, para ver quién tenía más dinero. La fiesta de San Juan 16.III.95 Salimos desde Xalitla. El camino es muy peligroso. Entre las montañas, frente a los precipicios, hay una carretera de terracería sin protecciones. El destartalado autobús se apagaba cada vez que se detenía a tomar o a dejar pasaje. Para encenderlo de nuevo, el chofer lo dejaba ir en reversa... así tomaba vuelo con la pendiente. ¡Qué cercanía y que familiaridad con la muerte! Aunque el pueblo no es muy grande, hay tres templos, pues hay grupos que defienden posturas diferentes ante la iglesia. Por ejemplo, Don Nicasio desearía que la imagen del señor de Cuetzalan se quedara en el nuevo templo. El pueblo se había transformado. Había mucho movimiento, estaba lleno de autos y de gente. Una parte de la celebración que no podía faltar fueron los toros. Los hombres se colocaron alrededor del ruedo y las mujeres lo hicieron a mayor distancia, sentándose en un cerrito. Las bandas de música se la pasaron tocando todo el tiempo. Una de estas bandas nos había acompañado al templo para llevar la “promesa” de Don Pablo y de Doña Blanca. Fiesta interminable. Banda, violín y tambor para las danzas y, además, el omnipresente grupo musical que trataba de amenizar un baile que paulatinamente se fue llenando de bailarines. Conforme avanzaba la noche fue cambiando el panorama humano. El problema del alcoholismo es desbordante. Se ven hombres tambaleantes por doquier. Los comisionados del orden deambulan con un rifle bajo un brazo y con una cerveza en el otro. En el ambiente de la fiesta flotaba una agresividad mal disimulada, apenas contenida por frágiles barreras. Se percibía un continuo transitar por el borde de la violencia. Hubo una pelea entre dos personas, y eso me pareció poco para todo lo que contenía el ambiente. 25 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 26 Entrevistas escogidas Don Flavio Casillas 18.II.95 Estamos en San Juan Tetelcingo, con Don Flavio Casillas, que tiene 54 años de edad. Es casado, aquí nació, conoce la historia de su pueblo, cómo ha ido creciendo. P’os... yo... digamos soy originario de este lugar, hijo... del difunto Mario Casillas y Eusebia Terrazas... mi padre murió a la edad de 81 años y mi mamá creo murió a los 70... 75 más o menos… A la edad de 12 años mis padres me mandaron a la escuela, las primeras letras las conocí aquí en el pueblo, en la escuela de este lugar, y en seguida mis padres me mandaron a otra escuela particular de un sacerdote que tenía su parroquia aquí en el pueblo de San Agustín Oapan. Allí estuve unos meses y después me mandaron a Iguala, allá estudié segundo y tercero... el cuarto grado lo estudié en Cuernavaca, y enseguida me mandaron a otro lugar, el pueblo se llama Pilcaya, en el año ‘54. Allá estaba el seminario, allá me mandaron estuve tres años de la secundaria. Ya no quise pues seguir estudiando, me vine acá a la casa y empecé a trabajar en el campo, ese año... el año 58, me vine, regresé al pueblo, empecé a trabajar el campo, a ayudarles a mis padres. Oiga y usted se enteró de cómo atendían las enfermedades antes, ¿cómo las atendían antes de que llegaran los servicios médicos? Pues aquí, pues todavía hay personas que curan con yerbas, espantos... ¿Hay varias gentes... ? Sí hay unas personas aquí que todavía trabajan esas formas de curación. ¿Y cómo trabajan? Pues según este como... bueno, ellos quizá tienen esa creencia que por medio de la fe pues, pueden curar, entonces ellos saben cómo preparan sus medicinas y... Y usted ¿qué ha oído que curen ellos, como qué es lo que dice la gente que curan? Pues... sobre los de aquí solamente de los espantos o sea, según ellos que de los aires que... ¿Qué creen ellos que es eso? 27 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 28 Yo, para nosotros, acá en la casa casi no ocupamos eso, no nos curamos así de esa forma. Pero esta gente ¿qué piensa que es eso del espanto, ellos qué creen que son los aires, por ejemplo? Como digo pues nosotros acá no casi no creemos en esas cosas pero nomás hemos oído de otras personas quienes creen en los aires. Los curanderos, pues echan las semillas en el agua y pues según la forma como lleguen o como se pongan en el asiento de algun traste pues entonces de ahí se basan para saber qué se necesita para curar al enfermo. Hay unos maicitos que al echar al agua forman la cruz entonces quiere decir que, que... se necesita rezarle a la cruz, que hay que darle una ofrenda de tamales y quién sabe cuántas cosas, con eso ya pues se alivian. ¿Qué quiere decir eso de los aires? Pues tiene esa creencia de que son... son como espíritus pues en forma de persona... si... que van a asustar. Para que ya te dejen necesitas pues darles una ofrenda ahí. Y esos aires ¿alguien los puede mandar a otra persona o solos llegan o qué? Eso solamente cuando uno... por ejemplo le pasa algún accidente, por ejemplo si va uno montado en un burro, en un caballo, ahora que el animal se espante ¿no? Así de momento se espante y te aviente entonces es cuando te van a hacer el daño los aires, entonces ahí está el espanto. ¿Qué es lo que le pasa a la gente que se espanta? Pues la persona que tiene aire está pues así, inquieta, así llegan momentos que echan carreras o así que ven cosas así... ya mayormente como ahora en las noches que se espanta, que ya no puede dormir, que... bueno, ve cosas así que el que no está enfermo no ve nada, en cambio el enfermo sí ve cosas en la oscuridad. Como por ejemplo ¿qué cosas puede ver? En forma de animales, en forma del diablo, cosas así digamos como imaginaciones, no están tranquilos, los están espantando. ¿Ha sabido usted de casos de gente que se trastorne de la mente, de gente que pierda la razón, que esté como loquita? Aquí sí hay personas que están así, por aquí esta un muchacho, creo que lo tienen amarrado con cadenas. ¿Qué le pasó? Pues está mal de la mente, del cerebro y como dice mi compañero, lo amarran para que no haga daño, hay veces que se desata y mejor piden auxilio con el comisario y mejor lo llevan a la cárcel. Lo tienen encerrado y aquí el otro, aquí el vecino también así se enfermó, pero parece que ahora ya esta bien. Testimonios de un pueblo nahua También así estaba enfermo, gritaba, grite y grite, diciendo disparates. Ahora si uno se le arrima pues entonces pues jala unas cosas ahí, lo que encuentre, lo que pueda agarrar y te va a aventar con el fin de lastimarte, y siempre, siempre lo tenían amarrado con cadenas... Y pues, ahora ya está bien. ¿Cómo se alivió? ¿Lo llevaron a la ciudad con algún médico, o aquí le hicieron algún tratamiento? Pues creo que le llevaban a los doctores y aquí por medio de las personas que curan de espanto. ¿Las dos cosas le hicieron? Ajá, de las dos formas. La gente, ¿a qué pensaba que se debía su enfermedad? Ah pues no sabemos por qué o de donde viene esa enfermedad. Según nos cuentan que fumaba mucho, eso sabemos nada más, o qué clase de cigarros o a la mejor, según nosotros pensamos, que a la mejor será un este... mariguano o algo así que le hizo mal, pero ese muchacho casi no sale a la calle, siempre esta amarrado. Y ¿hay varias personas aquí que pueden curar? Pues hay personas que sí se curan así nada más por medio de las yerbas. 29 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 30 Don Pedro Xalitla II. 95 Don Pedro, artesano que tiene 45 años, originario y residente Xalitla, casado ¿Conoce alguna enfermedad? Bueno, el caso es de un vecino de aquí de la comunidad de Ameyaltepec. Era un pintor muy bueno vendía a buen precio. El compadre de él, que ya también falleció, me comentó que tenía oraciones para... cuando se ponía a trabajar, oraba al mal, digo, no estaba bien... ¿Primero rezaba y luego pintaba? Sí. Su compadre de él, un tal que se llamaba Jorge Estrella, es el que me platicó pero el que está ahorita enfermo mental, bien, bien acabado se llama Arturo, es el pintor, buenísimo, de Ameyaltepec. En una ocasión en los meses de mayo, subieron al cerro, tu sabes que por acá en el mes de mayo pues hace una calor por acá pero fuerte, salieron de cacería los dos y al subir a la cumbre, el difunto Jorge dijo: “Camínale compadre porque ya nos vamos a ir, nos vamos a regresar pues de por acá porque ya la calor esta fuerte, yo casi ya me muero de sed, ya tengo los labios resecos”, y contesta Arturo, el pintor: “Oye compadre”, que en ese tiempo no estaba malo, fue por los... aproximadamente los 73, 74, “aguántate, dice, ahí hay mucha agua” y contesta en ese momento Jorge “Cómo crees, cómo crees compadre que hay agua, aquí esta re seco todo y en lo alto cómo va a haber agua”. “Sí compadre”, dice “cómo no, aquí adelantito ya, aguántate compadre” en eso el que ahora está trastornado, alevanta la majada (excremento) de res de este tamaño... y la voltea y ahí estaba el agua, agua cristalina, el compa ese dice: “Órale compadre, si quieres tomar agua, aquí hay agua”, le dijeron a Jorge y no, no quiso tomar agua pues... pues por ahí, no hay manantiales pero de momento se apareció. ¿Y Arturo cómo empezó a estar mal? Arturo creen que dibuja bien, él dice que tiene oraciones de justo juez y yo francamente no sé decirle ¿verdad? ¿Cuál es el santo o cuál esa imagen? Aquel pintor se descompuso. ¿Cómo se descompuso? De la mente pues. ¡Vaya! dicen que empezó a ponerse mal con un patrón de él, que donde entregaba sus cuadros, que todavía lo llevó a un hospital, no pudo recuperarse y ya se vino para acá a su pueblo, y ahorita parece que sí... hasta lo tienen amarrado al pobre compa... ¿Él vive? Vive, si vive... ¿Lo tiene amarrado? Sí. ¿Qué es lo que le pasaba?, ¿Por qué se puso mal? Bueno... trataba de apedrear a la gente... ¿sí? Lo vieron pues definitivamente ya estaba bien trastornado, aunque así trastornado ahí los mismos de la comunidad lo picaban pues, medio trastornado a veces lo veían como que se iba mejorando pero, pues no, no, agarraba el pincel y empezaba a dibujar, apenas casi ya por terminar el trabajo agarraba el papel amate, lo hacía pedazos. ¿Por qué piensan que se enfermó? Pues el difunto Jorge me platicó que se descompuso pues porque sus oraciones que no cumplía o no cumplió pues ¿sí? ¿Qué es lo que prometía? Pues ahí no sabría decirle qué es lo que prometía pues... Arturo dibujaba lo que soñaba ¿sí? lo que soñaba, al siguiente día eso lo está sacando... tal vez sería pura imaginación... ¿Eran sueños muy raros o... ? Pues él me platicaba que sí, que soñaba, y eran unos dibujos que francamente yo no los he visto nada. ¿Piensa entonces que Arturo se enfermó por no cumplir lo que prometía? Sí. ¿Le pasaba algo raro, como que le hablaran, como que viera cosas o que imaginara cosas? Bueno, bueno a la vez pues eso no lo sabemos ¿verdad? Pero de que si apedreaba a la gente, era la misma autoridad lo mandaba a encarcelar, y pues tiene sus hermanas, a veces se lo llevaban a su casa y a veces andaba medio conciente, se notaba. Ahorita ya, ya no sale porque ya esta más... Y ¿a qué edad empezó a estar malo? Pues tendrá... más o menos... cuando empezó tendría aproximadamente como unos 27 años por ahí... ¿Nunca le dieron ya un tratamiento? Bueno le digo pues que lo tenían internado en México, pero francamente nunca, nunca se le dio pues... ¿Y alguien que lo intentara curar de acá del pueblo ? No se pudo aliviar... y así sucedió pues... ¿Y algún caso que haya sucedido aquí más cerquita... en... Xalitla, por ejemplo? Es lo de la señora pero estaba yo chavo. 31 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 32 ¿Qué le pasaba? Nada más este... también así... la amarraban con cadenas, con lazos. Ya estaba grande aproximadamente unos 17, 18 años. Y ¿por qué la amarraban? Para que no hiciera maldades pues, a la gente. Las golpeaba ¿o qué? Sí... sí. Trastornada. ¿Y se le quitó solo? Pues ella tal vez que aquí la han de haber curado. Sí, claro, sus abuelos y... si tenían pues de qué vivir, en los tiempos del 58. vivió con sus abuelitos y ellos pues... la han de haber ayudado, ahora sí no sabría decirle cómo pasó. Y ¿a usted le han tocado casos de gente que se espante? No, de esos casos no me han... no he visto. Tal vez... tal vez... se le pasó, no sé en que forma, pero se enfermó y fue llevado pa’llá, pa’ San Juan... Sí, creo que me dijeron que ya la habían llevado para allá al pueblo de San Juan, ya después como estaba enferma y lo vieron que pues estaba muy trastornada, de repente se le venía y pues... si por un mandado que... se iba pues, en ratos lo veían así, lo tenían amarrado con lazos o... para que no se fuera... ¿Y saben qué le pasaba? Pues no, no sé que... qué es lo que le pasaba, también así tardó tiempo pues... que ya se les escapó, ya no supieron por donde se fue, aunque lo siguieron lo perdieron en el campo. ¿Y ya no volvió? Sí, después no sé... en donde lo encontraron, pero después pues lo volvieron a encontrar. Estamos hablando de gente que se trastorna de la mente, usted ¿qué ha aprendido aquí en su pueblo, que sea lo que cause que la gente se trastorne de la mente, ¿a qué cree que se deba, o sí cree que se trastorna la gente de la mente, o no? Bueno, de que si se trastorna de la mente pues... pues sí ¿no? He oído el caso de aquí de la señora, le vuelvo a repetir estaba yo chavo y nos dábamos cuenta ¿no? Que se trastornó la señora fulana y fue a apedrear, qué sé yo... y ahora ya veo que la señora anda conciente, bueno ¿por qué se había trastornado la señora? Yo la veía amarrada ahí en el corredor de su casa en donde vivía, se desgarraba la ropa y pues ya con el tiempo ya la vi normal, por eso yo pienso que... yo le aseguro que pues con un médico no, no se alivió, aquí, aquí la han de haber... Aquí la aliviaron, eso es lo interesante ¿cómo se alivió, qué le hicieron? Testimonios de un pueblo nahua Dicen que a veces por herencia, ahora le voy a explicar, de la misma señora pero de su abuelito. En un caso, aquí lo conocían que era muy bueno, un curandero, pero de los mejores de aquí de la comunidad... también se ponía... ¿cómo le llaman aquí? ¡A rifar! que si se extravió algún animal, por acá que tienen su ganado vacuno, algún caballo, algún burro. El viejito ése hacía la “rifa”, y por eso yo le aseguro más o menos que no se alivió de esa enfermedad con un médico, sino aquí con... De ese entonces ya me daba cuenta de que su abuelito sabía pues curar que de espanto, sabía rifar, sabía buscar, yo de hecho se lo voy a decir mi papá era compadre del abuelito de Doña Flora, el viejito se llamaba Ramón, fue compadre de mi papá, en el tiempo de la revolución... mi papá vive, tiene como 94 años. ¿Aquí vive en Xalitla? Sí, y tuvo muchos amigos. Él me platica que en ese entonces, después de la revolución se empezó... había una hacienda allá grande, y había forma de ganarse... un peso pues, sostener una familia, por el 60. Vino uno que había robado un caballo, este... que había perdido un caballo, ese compa se llamaba Benito Corona ya murió también, amigo de mi pa’. Usted sabe que la bigata 33 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 34 existe y... y a eso vino aquí directamente con mi papá, pero en ese 61 mi papá comerciaba ganado por toda la rivera, y yo estaba aquí en la casa, entonces el tal ese Benito le dice a mi mamá: “Oiga señora, me han platicado algunos que por acá hay una persona que sabe rifar, que es muy buenísima y dicen que es su compadre” dice, si es mi compadre... Se quedo a descansar, le dio de almorzar y que me dice, oye hijo, lleva aquí al señor, con Ramón, le digo sí mamá, 12 años tenía... y me lo llevé, en ese tiempo fue en tiempo de cosecha, de la pizca, por decir aquí la pizca en el mes de noviembre, y lo fuimos a ver a su casa, su esposa estaba ahí, luego me contestó, pues, que él no se encuentra dice, está pizcando alfalfa y punto. Andaban levantando cosecha, le digo que el viejito era... pues tenía de qué vivir en esos tiempos, sí... el abuelito de Doña Flora. Sabía rifar se llamaba Ramón también era abuelito... y si fuimos a otro terreno ahí... ahí si yo vi, o sea no le voy a mentir, más lo que vi. Este... llegamos aquí a su casa, él en su caballo, y el viejito y yo con el otro señor... veníamos siguiéndolo, no está muy lejos, ya por acá era como a un kilómetro y medio, llegamos a su casa, aproximadamente eran como las once de la mañana, llegó temprano y llegamos después, llegó, amarró su caballo. “Pásenle”, dice, “pásele mi amigo, si es su compadre, o sea su amigo, mi compadre don Balvino, él es mi compadre de respeto, pásele, ahorita le hago su trabajito”. Pero fíjese bien lo que le voy a decir, tampoco me dijeron oye pues quédate a un lado no, pasé también ahí con él, y no fue por decir adentro que estuviera escondido, hacer el trabajo oculto, no, no, no, claro ahí en su casa pues nada más él. ¿Adivinó quién se lo había robado? Si... por ahí van... Entonces él inmediatamente sacó una... por acá les decíamos jícara de los... jícara que por acá se llama malbule, que le llaman, o el guaje, que también le llaman, y este... lo sacó, le echó un poco de agua, le echó unos pedazos de copal, le echó unos maicitos ahí flotando, en ese momento empezó él, él hacía sus oraciones, rezando un rosario y pues yo lo estoy escuchando ¿no? Y le dijo, “¿Cómo se llama usted señor?”. “Benito Corona”, el que perdió el caballo, y le dice: “No te mortifiques, ahorita vamos a ver, te voy a hacer el trabajito porque mi compadre es amigo tuyo, perfecto”. Le enseñó cómo tiró el maíz y el pedazo de copal, una vela encendida ya la tenía en su mano, y se va para adentro en su altar y dentro de... aproximadamente como unos 20 minutos ya salió. “Ven, mira, ten mucho cuidado, cuando tú salgas a buscar tu caballo, pero te voy a decir esto, mira tu caballo está en un punto... dice: “Mira, esto significa que tu caballo está por aquí, cerca de un ojo de agua y aquí estos maicitos que significan los hombres, tres que están cerca, son personas que lo están cuidando, ten mucho cuidado cuando tú vayas por ese lugar”, y la persona que perdió el caballo le dice: “Oiga”, dice, “señor, disculpe, más o menos el punto”... “Ahorita te voy a decir a dónde”, empieza, dice: “Mira, tu eres de Totululco, sí, ¿tú conoces el cerro que le llaman el cerro del León?”. “Sí”, dice, “señor ¿cómo no?”. “Pues en ese aguaje, en ese manantial, ahí cerca está tu caballo”, dice, “tu caballo lo quieren robar. Invita tú a tres amigos, pues ahora si yo no te voy a decir, ni tu vas a pensar que vas a ir a manos cruzadas, debes llevarte algo o darle parte al comisario municipal, él que te apoye, ese caballo todavía no lo llevan de ahí, ese caballo lo piensan sacar lejos, pero todavía lo tienen ahí”. Entonces el que perdió el caballo dice: “Mire señor, con todo respeto se lo digo, si ese caballo aparece ahí, mire yo le voy a pagar con todo gusto, porque ese caballo me gusta mucho, es muy buenísimo”. Dice: “Mira yo te lo garantizo, si ese caballo no lo encuentras ahí, vente aquí y mátame” dice, “¿Sí?”. Pues se fue contento... Don Bonatesta Fierro 20.II.95 Don Bonatesta Fierro es un artesano de 64 años, casado, originario y residente de Xalitla. Al inicio parecía poco comunicativo, pero paulatinamente la conversación se fue animando. Su casa está junto al camino empedrado que conduce al camposanto, es de las más cercanas al cementerio. Me comenta sobre la costumbre que aquí existe de que todos los lunes la gente acude al panteón a llevar flores. Las tumbas de los familiares difuntos se revisten, cada semana, con diversas flores como cempasúchil, cosatzin y albahaca. El cura anterior celebraba la misa allí mismo, los lunes a las 17 horas. El espacio físico que ocupa el cementerio está repleto de tumbas. Sin embargo, Don Bonatesta dice: “La gente no quiere que amplíen el camposanto, porque piensan que se van a morir”. En el pueblo los muertos conservan una presencia constante, en momentos amenazadora. Pueden causar enfermedades a los vivos, ya sea porque los difuntos así lo desean o porque la gente se vale de ellos para sus fines. Hay gente que para enamorar usa “hueso de muerto”. Se ayuna, se reza y luego se le da el hueso a la mujer que se pretende. Hay un cerro, explica Don Bonatesta, que se llama Tonaltepec, el cerro en donde se mete el sol: “Allí dicen que hay dinero. Nomás hay que buscarlo. Para hacerse rico, uno puede tratar con el diablo, pero el diablo siempre te pide algo 35 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 36 a cambio, entonces, ¿para qué así? Mi hijo Ángel soñó que había dinero en su casa, pero el diablo se lo iba a dar sólo si entregaba a su compadre. A costa de la vida de otro no se vale, ¿verdad?” En Oapan, para encontrar dinero, le rezan al Santo Mulato, el que viene con Jacobo. El caballo es Santiago. Doña Jovita D. Xalitla, 21.II.95 Dice doña Jovita D.: “Cuando a un niño le hacen daño, lo ve la jicalera y dice: “La Santa Cruz está boca abajo sobre el pechito del niño, no quiere chichita porque le calentaron la sangre, hay que ponerle una ofrendita a la cruz, velas y gallinas, y se compone el niño”. Los niños tienen la sangre dulce, y fácilmente les hacen mal de ojo, les “calientan la sangre”. Para el daño se le cuelga una bolsita roja con 2 ajos, 2 pimientas, clavo y mostaza. Explica que ella se cayó, y sintió que se asustó. “Me espanté”, dice, “me tumbaron los perros y me caí, me golpeé en la piedra”. “Antes sacaban al San Pedro del templo, y lo llevaban al cerro junto con ofrendas de mole y pollo y tamales de riego, y venía el aguacero, entonces cosechábamos mucho de todo”. “Mi marido se me murió de tanto tomar, se le coció el hígado. Para curarlo pusieron alcohol en un vaso y lo prendieron con un cerillo y se lo pusieron en la espalda, el vaso se agarraba a la carne y así lo jalaban para sobarlo”. Doña Lorenza Ruiz, originaria de Xalitla, dice: “Los que se asustan no duermen, ni comen, les agarra calentura.” Doña Alejandrina Iglesias Xalitla, 22.II.95 Esta mañana, al ir a almorzar, me encuentro que una señora que no conocía estaba “echando las tortillas” en lugar de Doña Blanca o de alguna de sus nietas. La señora era Doña Alejandrina Iglesias, quien comentando sobre un problema diarreico que tenían Don Pablo y su esposa dijo: “¿Será que las comidas se pelearon adentro, y por eso se enfermaron?” Luego me enteré que ella había venido a sobar a Doña Blanca para aliviarla de la diarrea. Mientras almorzaba empezamos a platicar. “Y a ti, cómo te va en la vida?”, me preguntó, curiosa. “Bien” le contesté. “¡A mi no!”, dijo, “no sirve, me va mal… se me mueren mis esposos, ya van dos muertos, otro me dejó con hijos y se fue a Estados Unidos, allá tiene otra mujer. (Alejandrina traía un hematoma en la cara, en la región periorbitaria derecha). “Usted también se va a enfermar”, sentenció, dirigiéndose a mí. Me quedé preocupado por la velada amenaza. ¿No sería ella de las personas que pueden echar algo en la comida? Algo se me atoró en la garganta. No me enfermé, afortunadamente. 37 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 38 El señor cura Xalitla, 26.II.95 Estuve conversando con el cura, quien resultó muy platicador, adoptando una actitud de amplio conocimiento de la región y de generosidad personal. La plática me cansó. Sin embargo, dijo cosas que me interesaron : “A veces me traen a sus niños enfermos pidiéndome que yo pida por ellos, que rece para que se curen... y sí se curan!” “En este pueblo sí hay mucha brujería, la gente se vale de ello para causarse daño, enviarse males. No está bien que hagan eso, pero ¡el mal sí existe, es el demonio quien se sirve de ellos!” Don Adolfo Cuesta Xalitla, 02.III.95 En general, encuentro mucha reticencia a hablar de los “locos”. No obstante obtuve algunas opiniones. Don Adolfo me contó: “En Ameyaltepec sí hay uno que se enfermó de tanto pintar. Es hermano de Doña Fortunata, yo creo que se emocionó porque le pagaban muy bien su trabajo. Lo tenían amarrado, encadenado, porque a veces se ponía agresivo o se echaba a correr”. Adolfo tenía unos granos y los médicos no podían curarlo, lo “rifaron” y luego le “regaron” y le rezaron en el lugar mismo en donde se había asustado, que era un hormiguero. Sólo entonces se curó. “Un vecino sí quedó loquito con la toma, salió corriendo, allí dejó a los ayunadores, pero luego se le quitó lo loquito porque le dieron otra toma. Si le dan remedio a la gente, no quieren nada de ruido, no soportan el ruido”. En casa de Timo los enfermos entraban antes de que amaneciera. El que les daba la “toma” era Ángel, de Ahuehuepan. “A ese Ángel antes le daban ataques, tenía alferecía, pero hace siete, ocho años le dieron la “toma” y se curó, luego se dedicó a curar”. “Cuando les daban la toma a los enfermos yo pensaba, no me vaya a brincar la enfermedad, yo nomás oía los gritos de los enfermos… también la regada puede pegarse”. La “toma” es más efectiva a media noche, pero es más peligrosa. Don Adolfo Cuesta, bis Xalitla, 16.IV.95 “Ya me estaban atendiendo con penicilina, pues me enfermé de la garganta y tuve una calentura que hasta me hacía hablar. No me gusta mucho que me rife “Chico” porque él siempre dice que te hicieron cochinada, nunca busca bien para saber si te espantaste en el camino o saber si fueron los aires o las hormigas, mejor hay que ir con otra persona que rife”. “Doña Blanca dice que a ella le dijo que tenía cochinada y que por eso le dolían las rodillas, pero aunque la sobó no se alivió, siguió mala”. Don Adolfo Cuesta, tris Xalitla, 30.VII.96 “La señora Nantzin estaba enferma, por eso se desmayaba”. Menciona que su esposa, D., a partir de enero – cuando falleció su padre – presenta insomnio, hiporexia, llanto, pérdida de peso. Explica que, como en la clínica no hay medicina, fue hasta Iguala a ver un médico general particular. En abril empezó a dormir y a comer. Empezaron a “rifarle” y a “regarle”, sin mejorar. Don Chico la vio y en la “rifa” salió que se la quería llevar su papá. Hicieron una ofrenda con chocolate y flores, velas y oraciones. Hasta entonces empezó a dormir. Desde hace dos años le bajaba y le subía la presión, iba con un cardiólogo a Chilpancingo y no se mejoraba. Entonces decidieron llevarla con los espiritistas en Chilpancingo. Esto fue mediante fotografías y ropa de ella. Sus hijos le dijeron que ya nada más fuera con el médico. Comenta sobre las otras opciones terapéuticas disponibles en el pueblo: “Pancrasio, en veces le atina. Una vez también atendió a D. El médico de la farmacia viene seguido, de 6 de la tarde a 11 de la noche. Don Filiberto la sobó porque le dolía la espalda, era couasihuiztli, y eso que ya la había sobado del pie Don M. A. También a mí me había sobado una vez”. “En Tonalapa hay una clínica con un médico de base por las tardes. En Xalitla hay un grupo de Alcohólicos Anónimos con cuatro miembros. Algunos, cuando quieren dejar de beber, van a jurar a la Villa de Guadalupe”. En la farmacia del pueblo, la señora que despacha dice que la gente primero va con el médico y luego, en caso de que no se curen, van con el curandero, pero dice que la gente no suspende el tratamiento médico inicial, aunque los estén tratando los curanderos. 39 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 40 Doña Laura Batista Xalitla, 02.III.95 La señora Laura Batista me relató que en Ameyaltepec, el señor José C. se “volvió loquito” porque pintaba mucho de noche y tomaba pastillas para dormir. “No comía ni nada, nomás quería trabajar, hacía un trabajo bien finito, bien bonito”, Doña Laura agregó. “También en Ameyaltepec, la hija de Don Ramiro de la Colina se volvió loquita, desde muy joven estaba en un colegio de monjas y allí empezó a enfermarse, yo creo que ya no se va a aliviar, tiene así muchísimos años”. “Otra muchacha enferma es Hilaria, su mamá es de San Marcos, a ella la embrujaron, no la curaron con doctor, sino con remedios naturales. Estaba normal y de repente se enfermó, corría y hablaba sola pero ya se compuso. Tenía 15 años, ahora tendrá unos 16”. Entonces, ¿también por la brujería se puede enloquecer? “Pues… aquí más la gente ya está más civilizada, ya no cree en esas cosas... antes había veces que la gente amanecía muerta y decían que los habían embrujado, pero es que no sabían que se morían por la misma enfermedad que tenían.” “Hay un remedio para esas brujerías, una planta, pero yo digo que esa planta será droga, por eso ven visiones”. ¿Se curan las personas a las que les dan ese remedio? “Sí, la fe mueve montañas, yo creo que con su misma fe los curan, les dicen vas a ver esto... al que te hizo daño y ellos lo ven”. “Mi mamá tiene diabetes, ella llegó a pensar que no era “enfermedad buena”, se caía seguido y decía, ha de ser “cochinada”, por eso la llevamos a que le dieran la toma”. “Aquí hay una viejita que es de San Juan, se llama Concepciona González, le dicen “Nantzin”. Ella fue la primera que empezó a curar en Xalitla”. “Ya se estaba muriendo porque le dieron “cochinada”, pero tomó la toma y entonces vio a la Virgen y al Señor, allí aceptó ser curandera”. “Ella curaba a los niños cuando tenían daño en el corazón, les sobaba su pechito. Rezaba y ayunaba mucho”. “Al hermano de Doña Laura que trabaja en Estados Unidos, lo rifaron y lo regaron a distancia… ¡hasta allá olió el copal! Es increíble, pero cierto”. “Otro ejemplo de curación a distancia es el del hijo de Adolfo. Se le entumía el brazo, no lo aguantaba (del dolor), no dormía, no se mejoraba con los tratamientos de los doctores. Fueron a consultar a Doña Nantzin, y ella le buscó en su ropa. Cuando el hijo de Adolfo sintió que ya se había aliviado, llamó a Xalitla para preguntar si ya lo habían regado. ¡Y es creíble, porque ya había ido a curarse con los doctores y no se aliviaba!” “Otras veces hay que regar al difunto, llevar una ofrenda al panteón y en efecto, sí se alivia la gente”. ¿Qué son los aires para usted? “Es un mal espíritu que anda en el aire y se posesiona de una persona, más fácil de los niños, los grandes ya podemos defendernos”. “Los malos aires andan donde quiera, llegan en los remolinos, hay que pararles la cruz a los remolinos, según, ¡es cosa del demonio!” “Aunque la religión dice que no debemos de creer en eso, ni en la güija ni en las herraduras pues…” “También es malo quemar las zontetas (son un tipo de hormigas). Mi papá Lucio pasaba noches sin dormir, sentía que le picaban los zancudos, ¡p’os cuáles zancudos si no había!” “La viejita Nantzin le buscó y vio que estuvo quemando a las zontetas. Aunque mi papá no quería que le regaran, esa noche ya pudo dormir bien”. 41 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 42 Maestro Pablo Aranda Xalitla, 02/03/95 “En San Juan dicen, si Dios quiere me voy a componer, si no quiere ya me voy a morir. Les tienen miedo a los medicamentos y a las vacunas”. “Algunos curanderos son Doña Alicia, Doña Concepciona González, que fue solicitada; Doña Cimitria Magno, que echa las cartas, y Don Fulgencio Larios, que vive junto a la cancha de fútbol, él sabe si alguien tiene su animalito, su nahual”. Don Fernando Cuetzalan de Progreso, 03.III.95 El esposo de Carmen C., Don Fernando, dice : “Este señor de Cuetzalan es muy milagroso, por eso se bañan niños, adultos y viejos con el agua que brota del venero donde está la capillita, pues así se curan de sus enfermedades”. Los acompañé a hacer la peregrinación al templo del señor de Cuetzalan. Pasamos la noche acostados en unos petates que colocamos en el atrio. Toda la noche hubo gente rezando rosarios dentro de la iglesia, los rezos se acompañaban con la música de una banda que no paraba de tocar. A las 4:30 a.m. nos levantamos para tomar un autobús y regresar a Iguala. Para esa hora ya había disminuido bastante el número de visitantes que habían pasado la noche en el pueblo. Los autobuses habían empezado el regreso de madrugada. La joven Felisa Xalitla, 06.III.95 Ayer, a medio día, salía Felisa ayudada por la niña que cuida a su abuela. Se apoyaba en la niña porque se sentía muy mareada. “¿A dónde vas?” pregunté. “Van a sobarme”, respondió. “¿Te puedo acompañar?” “¡No!”, dijo la abuela, “van a sobarle”. “Por eso, Doña Petra, eso es precisamente lo que me interesa saber”. “Hmm... bueno”. Llegamos a la casa de Clemen, y allí estaba la tía Lorenza, esposa de Ruperto el curandero. Sentí que me miraba con desconfianza. Tímidamente, pero decidido, me acerqué pidiendo autorización para asistir a la “sobada”. Al poco rato llegó Don Ruperto. Lo miré amistosamente, pero el no respondió. También se mostró desconfiado, pero accedió a que los acompañara. Empezaron a hacer una mezcla de tabaco y de otra planta molida, seca, olorosa, y mezclaron todo con alcohol. Don Ruperto empezó a frotar en la parte afectada, sintiendo los músculos contraídos del cuello de Felisa. Ella se quejaba, diciendo que le dolía. “¿Aquí te duele?” “¡Sí!” “¿Son cuates?”, preguntó Lorenza, la tía. Al parecer no se trataba de eso. Los cuates es una enfermedad que pueden enviar en el aire precisamente aquellos que tienen un hermano gemelo. La enfermedad se llama topontli. “¡Imagínese, el médico le dijo a Felisa que no tenía nada! ¡Pero si a ella le duele el pecho y la espalda! …pa’que vea que los médicos no saben curar estas enfermedades”. Después del masaje noté a Felisa mucho más relajada, sonriente, incluso preguntó que si le iban a dar la “toma”. Don Ruperto no respondió. “No, no es que no tenga nada, como dicen los médicos, lo que pasa es que tiene cochinada. Ya les he dicho que deben tener cuidado con su ropa y no dejarla donde quiera porque si alguien encuentra su ropa les puede hacer brujería”. “El día de mi fiesta perdí un short… pero lo tenía en mi cama”, dijo Felisa. Explicó Don Ruperto: A esas niñas no les cae bien el mal ejemplo de la madre, no está bien, las van a orillar a eso, ellas ya están grandecitas, ya quieren amistad, no le hace, pero por lo menos que se casen, aunque sea con un barbón.” Esto último, tal vez lo dijo en alusión a mí. El problema de Felisa parece ser de tipo emocional. Me da la impresión de que la muchacha tiene rasgos histéricos. Vive una situación familiar conflictiva. La madre alcohólica vive en México con su actual pareja. El padre ha estado ausente desde hace algunos años. Así canaliza adecuadamente su conflicto, y el sobador le da un sentido a su enfermedad. Después de esta curación, Felisa siguió mal. Entonces la llevaron con su abuela paterna, llamada Herlinda. Cuando ella le “rifó” supieron que la bisabuela de Felisa quería llevársela al camposanto. Luego le hizo una limpia a Felisa, y después fue a llevar una ofrenda al camposanto. Hubo otros curanderos. Marcos Meneses, “pachote” de Ahuehuepan, fue quien sobó a Felisa con éxito. Primero la “rifó” y le dijo que le habían hecho mal, coacihuiztli. 43 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 44 Don Chico le “rifó” y le “sobó” un par de veces a Felisa. Según él, ella tenía el “malo” en la nuca, y por eso le dolía, pues la bisabuela se la quería llevar con ella. “¿Cómo se explica usted que la bisabuela muerta se quiera llevar a Felisa al camposanto?” le pregunté a Don Chico. “Es que se murió inconforme porque sus nietas ya no vivían con el papá, y de castigo prefiere llevársela. Yo les dije que llevaran alguna ofrendita a su tumba, aunque fuera café, pero no lo hicieron. La que hizo el sacrificio fue la abuela, porque quiere a la muchacha, pero ella, en realidad no tiene por qué hacerlo, pues Felisa vive con Doña Petra”. Comentando sobre la separación de los padres de esa enferma, Don Chico opinó: “Aunque la señora fuera borracha no tenían porque hacerle chisme al marido, él sólo tenía que arreglar el problema. Tampoco está bien que la cuñada le gritara a la esposa, pues ¿qué acaso la cuñada sabía cómo lavaba, o cómo cocinaba, qué ella le daba p’al gasto? Nomás el marido debía arreglar eso”. La mamá de la enferma se vio obligada a volver al pueblo ante la demanda familiar. Se quedó hasta que la paciente estuvo mejor. Me parece que gracias a la gran movilización social que la jovencita ocasionó, y a todas las atenciones de que fue objeto, la mejoría fue inevitable. Felisa ya come bien de nuevo y continua sus cursos en la escuela. Don Agustín Xalitla, 19.III.95 Agustín, el propietario de una de las tiendas de abarrotes del pueblo, considera que las visiones que produce la “toma”, así como las “limpias”, “no son cosa que deba aceptarse, es cosa del demonio”. Por otra parte, piensa que los que se curan por esos medios : “es por cosa psicológica”. Él, aunque dice que no cree en eso, un día se asustó con una serpiente y todos los días a la misma hora le dolía la cabeza. Fueron a llamar a Doña Flora, hicieron lo que ella les pidió, ella fue a “regar” a donde Agustín se había asustado y a la misma hora del evento. “Curiosamente”, confiesa Agustín, “¡me sentí mejor de inmediato!”. Doña Cirila Magno Xalitla, 20.III.95 Estamos con la Señora Cirila Magno, nos dice que al principio Arturo sentía que se le venía lo caliente a la cabeza y ya después le bajaba a todo el cuerpo. Que porque entonces le pegaba a su mujer, ocho días estuvieron en México y ocho días así la tuvo, a su esposa, a puro golpe. ¿Y ahí fue cuando empezó a estar malo? Sí, y cuando aquí ellos pasaron su esposa venía, (m)ira, toda bien moreteada con tantos golpes. ¿Y qué más le pasaba a él? El no dice lo que sentía. ¿Dicen que se le apareció un santito? No.. ¿No es él? Mmm, a lo mejor es otro, porque hay otro, ¿no ves? ese de mi comadre Consuelo, no ves que también de repente se le viene... un tal loquito, Chucho, pero no sé si todavía viva. Ese también es bueno para pintor... Pero nomás está maldiciendo. Pintando y está maltratando, pintando y está maltratando, pero de repente se le ve. ¿Aquí vive? En Ameyaltepec. 45 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 46 ¿A la mejor es él el que vio el santito ¿no? Pues quien sabe no, no sé. Porque no ves que también mi tío Elogio, también estaba trastornado. Pero ¿él se compuso? Así pues, así quedó, no bien, bien se compuso no. Y también una señorita del convento se vino y allá empezó... ¡Ah! de esa sí me comentaron, ¿estaba estudiando, no? Sí. Hay cuatro personas allá que están malitas ¿o más? Cuatro creo. Cirila, originaria de Ameyaltepec, se muestra reticente. Sin embargo, me canaliza con su mamá para platicar del familiar que tienen que es un enfermo mental. Su mamá es Fortunata L., tía del pintor de Ameyaltepec que se enfermó. Fortunata está enferma, tiene la pierna derecha edematizada, enorme, con “piel de naranja”. Dice Cirila que la familia de Pedro T. heredó la cihuateyuga, y menciona a Don Salvador y a sus hijos. La cihuateyuga invitaba a los hombres a que la siguieran, y si se iban con ella se morían. La oración que utilizó el maestro, que era compadre de la cihuateyuga, era el padrenuestro rezado al revés, primero el final y luego el principio: “Con eso lo amarró en el lugar donde lo había asustado, lo vieron con su rebozo, sus chichis de cirián y su ropa de mujer. Ya quería que lo dejaran, no soportaba la pena”. Doña Fortunata no cree en los curanderos, pero sí cree en que la gente se puede espantar y entonces hay que “regarle”. Ella cree que “los que rifan no siempre le atinan, nomás quieren cobrar su dinero y ya”. Cirila piensa: “Yo creo que lo aprendimos de nuestros padres y eso ya lo olvidamos, creo que es igual con el médico y con el curandero, no son ellos los que curan sino Dios, la gente se cura porque le tiene fe a la persona que la atiende. Si uno dice ése no me va a curar, entonces no funciona”. Cuando la hija se retiró, Doña Fortunata exteriorizó lo siguiente: “Resulta que también a esta señora, Cirila, la dejó el marido, porque sé fué a Estados Unidos y se encontró otra, luego, entonces se ha dado a la bebida y anda con uno casado”. “Está joven”, continua la mamá, “no digo que se quede sola, pero que no ande con uno casado pues... ” Doña Fortunata Xalitla, 20.III.95 Fortunata L. de Ameyaltepec. Estamos en Xalitla a 20 de marzo. El muchacho se llama este... Arturo L... o sea, ya no es un muchacho... de Ameyaltepec ¿qué le pasó? Pues este... pues no sé qué cosa le pasó porque estaba bien, brincaba bien, luego vendía sus hojas bien... cuando este... cuando estaba bien lo puso su casita, de azotea, allá vendía todo, todo pues, sal, jabón y todo... pintaba bien y nomás de repente empezó... se empezó a enfermar... Dicen que pintaba muy bien ¡Ay sí!... ¿Era el mejor? Ay sí... sí y pues lo paró su casita de zotea y nomás el solito y le pagaban bien sus hojitas pues... ¿Y cómo se enfermó? Pues no sabemos, como yo aquí estoy... Entonces asina empezó a enfermar este... se quedaba trastornado si... y se iba al monte a... ¿Y qué hacía? Este... dicen tiraba a la gente pero no, yo no sé. Cuando yo lo tenía aquí si hacía daño... ¿Cómo qué? Pues este... como ese difunto mi esposo, fue músico, entonces lo aplastó, su... su saxo... y lo jaló y lo aplastó y lo pisoteó y... siquiera no se quebró, nomás lo aplastó y lo compusieron y mi máquina también la tumbó... ¿Rompía cosas? Sí, sí... ¿Y golpeaba a la gente también? No... Nomás las cosas ¿le agarraba mucho coraje o qué? Sí, porque estaba amarrado... la gente le tenía miedo, dirá... alguna cosa les va a decir o los va a tirar, y mejor estaba amarrado. ¿Y dormía? No, poquito poquito, se dormía no mucho... ¿Qué le pasaría? ¿tenía revelaciones, apariciones? Pues no sé que cosa este... tenía... porque nomás asina andaba, se venía de Ameyaltepec, se iba, aunque que esté cayendo el agua él se iba, él no le importa 47 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 48 y si ya noche él se iba... entonces allá en Ameyaltepec lo encerraban pues, en la cárcel... ¿Decía cosas raras? Pues no, pues eso es de por sí, de chiquito fue inteligente, si ya nomás ‘ora cuando estaba enfermito pobre pero... Sí, lo metían en la cárcel y... entonces, este, vino una gringa... Sí. Está viviendo en Cuernavaca, y lo llevó a Cuernavaca... y lo metió a donde hay este... a donde hay enfermitos. Sí, yo también fui también... Sí. Con mi hermana fuimos, ajá... Aquí se meten los enfermos que tienen dinero, pero como ella lo metió y... pues es fina... ella es de Nueva York. Y ¿por qué lo llevó? Porque este... se lo compraba su hojita, y lo tuvo lástima porque no tiene su mamá, no tiene su papá. ¿Está en el hospital entonces? No... ya se vino, lo tenía allá pero se vino escondido... ¿Se escapó? Hmm... sí. ¿Se fue a Ameyaltepec? Ajá, está allá en Ameyaltepec... sí. ¿Y sigue pintando? Pinta dice... Pues ya está mejor... ¿Ya no lo amarran? No ya no, pues nomás de repente se viene, y nomás de repente se viene asina, se queda como trastornado... bien que pinta, sí. Y ¿qué cree que le haya pasado? Pues quién sabe, no sabemos, no sabemos qué enfermedad agarró, pero sí está enfermito. ¿Lo llevaron a que lo curaran? Varias veces lo llevaron, pero no se pudo... no se alivió, tiene su mujer, tiene sus hijos, sus hijas pero a ver su mujercita también ta’... criando pues. ¿De otro? Con otro, el mismo su compadre, ujum... Y cuando lo tuvo aquí ¿Lo llevó con algún curandero, con alguien que supiera... que le diera algo? Sí, sí le dieron, pero no, no... ¿Qué le dieron? No sé qué cosa porque lo llevamos aquí... cómo se llama... por Coacoyula, sí lo curaron pero no, no sé que... Testimonios de un pueblo nahua ¿Le dieron una toma o...? ¡Ah sí!... se la dieron, ajá, y a Cuernavaca también le estaban dando... ¿También toma? Ajá... creo que esa enfermedad no es natural, nomás se seca uno, nomás tose, tose y tose, hasta asina se mueren y... ¿cómo hacen eso? Pues no sabemos, yo no sé como qué es, qué le dieron. Que le dieron cochinada, pero yo no, no creo en esas cosas, yo luego me dicen, que tomes remedio, a ver si así no te compones. No, yo no creo pues esa cosa, no. ¿Y la gente que le había hecho esa “cochinada” se cura con ese remedio? Ajá... algunos sí se curan, algunos sí se curan. ¿Y le han platicado cómo es eso? Pues este... yo no sé que, porque yo también una... dos veces me dieron ese remedio y yo no vi nada namás... nada, nada y por eso yo no lo creo esa cosa... ¿De qué estaba enferma? Pues este... que me rifaban, que tenía yo cochinadas, que quién sabe qué tanto, y no es cierto, no es cierto porque se enferma una cuando se malpasa, 49 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 50 porque yo... iba yo a vender a Cuernavaca, ajá... estábamos pobre, pobre con mis hijos, aquí estaba, y yo iba yo a Cuernavaca a vender amates, y aquí los dejaba yo a mis hijos, pues no tenía qué cosa van a comer, entonces este... yo aunque ya vendí, pues yo estoy pensando de mis hijos, porque ellos, pues no tienen qué cosa van a comer, y no comía yo por mis hijos, estoy pensando... y asina aunque vendía yo no comía yo, entonces un día me pasó... me enfermé mucho, pero dicen por eso, porque no comía yo nada, por eso me enfermé, no porque... Cuando la rifaron ¿qué le dijeron que pasaba? Pues me dijeron que tenía yo cochinadas, que me dieron cochinadas, que tome yo el remedio... y lo tomé y no vi nada, nomás me dio vómito... nomás eso... ¿se alivió? Si me alivié pero... Diosito me alivió, no porque me dieron este remedio me alivió, no, no tenía nada de esas cochinadas, sí me alivié, pero ya me estaba yo muriendo, me quedé bien, bien flaquitita, ‘toy flaca ahora, pero estaba bien... estaba yo más flaca... sí. ¿Ha sabido de gente que sí le hayan hecho eso? Pues nomás oigo que sí, y hay curanderos, de ese que... alivian, no toda la gente sabe, nomás algunas personas. Y los que saben aliviar, ¿cómo aprendieron? Pues no, no sé, no sé pues, yo no lo creo esa cosa... ¿Alguna vez escuchó que hablaran de gente que tiene su animalito? No, dicen, dicen que sí... dicen algunos lo sacan alacrán, algunos lo sacan marranitos, algunas sacan culebra bueno hartos enfermedades, dicen pues yo nomás oigo pero no, yo no sé si de veras, no sé si es cierto, como yo no lo creo pues esas cosas... Dicen que había aquí un señor que se llamaba T, que se convertía en mujer.. ¡Ah! dicen pues... había también pero ahora ya no se oye... ya se murió... yo nunca lo vi, porque dicen que andaba en la calle... ¿qué decían? Lo oían una mujer en la calle... pero la verdad, ahora ya no se oye... ¿qué hacía? Pues espantaba... dicen que se volteaba de mujer, sí. ¿Nada más a los hombres les pasa eso, a las mujeres no? Pues no sé, no sé cómo... yo como no sé esa cosa, yo no se para de brujería, voy a dar este cochinada no, soy pecadora, porque este es mío, pero cosa de ese no sé y no creo pues, muchos me dicen que tome remedio pero, te vas a aliviar, Testimonios de un pueblo nahua no, no, yo no lo voy a tomar, si Diosito ya dijo pero me voy a morir que sea su voluntad de mi Padre, pero yo no lo voy a tomar, y si me voy a curar con los doctores y si me curan, también está bien pero para lo voy a tomar ese, no, se condena uno más. ¿La gente que toma eso se condena? Pues sí. ¿Aunque sea para curarse? Pues yo digo que sí porque algunos ya tomaron, dicen que les dan también este... pueden dar este pueden dar cochinadas, también les dan, pues yo digo no es Dios les da, yo digo que les da el diablo porque, este, me voy a vengar, si ya me dieron ese, me voy vengar le voy a dar a esa persona que me dio, entonces él, ella se va a morir de por sí, porque ya le di esa cochinada, así le dicen. ¿Se muere la gente? Se muere la gente. Como no sabemos qué cosa le dan, por eso digo ese no es Dios le da, no. ¿No es cosa buena? 51 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 52 No, a San Juan, hartos se mueren asina, flaquita, flaquita, algunos tienen este, están un año, algunos tiene dos años que están tirados en la cama o tres años, se quedan bien flaquititos, hartos asina se mueren allá. ¿cómo los dejan morir, no los atienden? Sí, cómo de que no, lo llevan a los doctores y no se puede, los doctores de por sí no saben ese, no lo ven, como yo y deveras ya me chequearon y no me encontraron nada y ¿por qué no me encontraron nada?, A ver, y son los doctores buenos, cuando me metían en ese tubo, le digo toda mi cabeza y no me encontraron nada, dice estoy bien, a ver, entonces ¿qué es esa enfermedad que tengo? Y son doctores buenos, oiga. ¿no le hallan? No, no me encontraron... a ver por eso digo pues no sé, no sé qué enfermedad tengo, primeramente Dios me voy a aliviar. Ujum, ¿no ves éste? Uno de Maxela, una señora también daba de tomar, también lo mataron, sí porque, porque dice ese señora no tenía dinero para, para pagar el señor que curaba, la señora creo, entonces este ella quiso televisión o estereo, bueno dice fue allá a su casa lo fue a sacar su televisión, estereo y todavía le debía entonces dice se fue, lo llamaron esos señores que venga aquí a, que venga a recoger su dinero, y vino la señora a recoger su dinero, allá le dieron su balazo, lo mataron, si los matan... les tienen coraje porque ellos cobran caro, si, nomás oigo al señor que vive allá en mi casa. ¿Y su yerno, también cura? También cura, pero como le digo, yo no creo esas cosas, porque, una vez, para una señora, a ver, vete a traérmelo, le digo me va a rifar, lo voy a ver si deveras puede, si deveras. Entonces le digo rífalo, le digo por favor este mi burra, porque mi burra ya tiene dos días que no viene le digo, y ahora lo quiero... quiero saber a dónde está, sí y este, tiró su baraja y dice no, dice tu burra ya la agarraron, sí, ya la agarraron, ya lo tiene, ya está amarrada con lazo, ya tiene quién lo va a comprar, le digo ¿Sí? ¡Ay Dios mío! le digo, quién lo llevó le digo, dice pues aquí, aquí asina dice la baraja, tu burro ya, ya está perdido. ¿Con la baraja le hizo? Ujum, le digo, ay le digo, y después dice no, dice ya no cuentes con tu burra, tu burra ya lo va... a la mejor lo van a vender mañana, porque ya está quien lo va a comprar, ujum. No, tú no tienes cochinada dice, tú nomás lo levantaste... ¿Cómo? Lo levanté esa enfermedad, lo tiraron yo lo levanté, lo pisé en ese, ujum. Cúrate dice, quiere (es necesario) que tomes remedio así me dijo, como él puede, le digo ¿Cuánto me vas a cobrar? Pues yo te voy a cobrar un millón y a Testimonios de un pueblo nahua parte es de que van a ayunar, va a querer doce ayunadores, le digo ¿y cuánto me van a cobrar? Dice, pues a 30, me dice, 30 mil cada persona, y vas a comprar, dice, pollos, para van a comer refresco todos, ¡Ajá! dice, esto carito te va a salir, ansina quiere que tomes, porque si no, no te vas a aliviar, le digo, lo voy a ver pues, voy a pensar primero, pero yo no lo creí. ¿Y ya no lo llamó? Otro día llegó mi burra, entre dos días llegó mi burra aquí, a ver, ¿cómo no son mentirosos? Y 10 mil me cobró, 10 mil de mi burra y 10 mil míos... ¿A ver? Le digo, a ese señor le digo, es mentiroso, le digo tu yerno nomás quiere ganar dinero sin trabajar, le digo, a ver, ahora mi burra aquí está, y dice ya lo van a vender y mi burra ya llegó. Pues este es mentiroso, dice, por eso yo no lo creo, le digo ese curanderos nomás quitan dinero, de como pendejo, le digo, ajá, y si te vas a aliviar, si no te alivias, de todos modos ya te quitó el dinero, ya, ujum. 53 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 54 Señor Ramiro Fierro Xalitla, 13.IV.95 “El couasihuiztli es como el cáncer, empieza en los pies y va subiendo, hasta que llega al corazón y de repente te mueres. A los que ayudaron a excavar la tumba del que murió de couasihuiztli se les invita a comer a los 8 días, se buscan dos padrinos de la cruz, que velan y se vuelven compadres. El padrino paga el rezandero”. “Los brujos así nacen, con el don del animal, si se enferma lo tienen que sobar dos naguales más. El nagual es aire, es una doble persona”. “Bonatesta Adán, el que murió, era nagual, sabía sobar y te movía el corazón al sobarte”. “Aunque alguien no sea nagual, puede hacer daño con ayunos y rezos en el cementerio, también se encienden cirios”. “Fulgencio Pérez llevó a su esposa a curar con una señora de filo de Caballo que da la toma en tres formas: polvo, cerveza y aceite de ricino”. “La esposa de Fulgencio, Áurea, empezó a enfermarse desde que se casó, hace 10 años, porque él tomaba mucho y se iba de la casa sin avisar, además le pegaba. Dicen que se había trastornado, daba miedo verla, se quedaba viendo muy feo y como paralizada, esto sucedía siempre que el marido se iba a vender a la ciudad. No le gusta quedarse sola. Es muy preocupona, le daban dolores en el estómago que la tumbaban y luego le subía a la cabeza, se desmayaba delante del marido”. Señor Paco Magno Xalitla, 15.IV.95 “P’os hay varias tristezas, está la tristeza de que te deja una mujer, tu novia o tu esposa, hay mujeres que te hacen groserías, que son malas y te hacen algo para que no las olvides y estés pensando en ellas. Pero eso se cura, hay que ayunar, ir a un ojo de agua y recoger avispas, molerlas y te las tomas y ya te curas”. “Hay gente que hace cochinadas. Para que entienda, son chapulineros”. “Para la cochinada se usa el tepehuaje, cabellito de ángel y raíz de nanche de cerro, todo revueltos, en toma, en ayunas, saca la enfermedad”. Doña Martina Xalitla, 16.IV.95 ¿no le habías dicho que no le iba a caer bien? No p’us a la mejor se iba a componer, pero no, no le quedó bien pues, el año pasado me dieron también toma, había un señor de aquí, que lo que le pagué más o menos... como $600, y nada. Doña Martina, y a usted ¿qué le pasaba? ¿Es por eso de la rodilla que...? Sí, de la rodilla, porque me decía que quería que tomara para que me curara, que se me ablandaran bien mis pies porque los tengo tiesos, hinchados, y él me dijo que con lo que me iba a echar, así, untado y “envolvido”, así me iba a aliviar. ¿Y qué le echó? Pues eso mismo que me dio de toma, ese mismo. ¿El mismo cecectzin, o era otro? No, creo es ese mismo. ¿pueden dar con uno que se llama San Pedro, para masajes o para sobar? No, no, para así nomás, para que le echen una cosa como que fuera la hierbita, se muele, se la echan así y envolvido. Yo me dieron, así pues me hizo el señor, pero nada, nada, que me hiciera provecho, nada. ¿Y aparte le dio de tomar? Sí, me dio de tomar un vaso de veladora. ¿Del cecectzin? Ajá, pero no, pues no me hizo provecho para nada, me dijeron que me hicieran otra vez pues, a ver si en la segunda quedaba bien, pero no. Ya no quise, fueron los últimos días, un doctor vino que me hizo tratamiento, este hierbas estuve tomando un mes entero y no comía nada, ni leche, ni refresco, ni pan, que ese es mejor, el pan pa’l desayuno, pero me tumbaron, aguanté un mes, y mi hija me decía, mis pastillas, que las tome, come lo que quieras, si te mueres que estés llena. No quedes flaca, dice. Pero yo también me quisiera componer, sí aguanté, me tome las hierbas, nomás las hervía, tomaba como agua de diario. ¿Agua de qué? Otra hierbita que me había dado, para todo el día que, del diario, lo tomaba como agua, y ni porque así me compuse, nada, ya ve pues, a fin de que las pastillitas que me estuve tomando cada, cada hora, nomás nada. ¿Pero cuando le habían dado a tomar eso, le habían hecho una rifa, o algo? Pues el señor mismo de la rifa, él mismo puede curar. ¿Don Chico? 55 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 56 Ajá. ¿Le habían hecho alguna “cochinada”? Dicen que a la mejor sí, dice él, es lo malo mis pies, porque por eso no me puedo sanar, y hay unos que le da muy fuerte pues, y hay unos que no. ¿Pero entonces le ha de haber dado de otra toma, no, de cecectzin? Quién sabe pues, pues él dijo que sí, pero yo no sé. Yo, aunque me cueste caro, pero no, no me hizo provecho nada y... no me sirvió. ¿Y qué piensa que le pasa? Pues ya no pienso nada, ya dejé así, ahí que esté, ya que me muera, para curármela mejor allá, porque me dijeron que aquí no saben, no se me puede componer, dicen que son las reumas, dicen que quién sabe. ¿Hay gente que sí se cura así? Sí, sí se cura, cuando de veras ya Dios quiere, yo creo pues, si no quiere pues no. ¿Usted que opina Don Paco, qué opina usted? Dicen que el muchacho que murió le dieron toma, pero yo fui y no supe realmente cómo estuvo, si le dieron de veras o si no. Le dieron y se le subió, a su boca, pero dice su mamá, yo pienso que estaría tomando pastillas, pero está loco también el señor, mejor no le hubiera dado, el señor es de Ahuehuepan, lo envenenó porque dice que su cara quedó bien morada, morada. ¿Ah sí? Hasta las uñas quedaron moradas, se intoxicó pues. Como el señor es de allá del otro lado, lo estuvo viendo ahí un doctor. Hubiera dejado pues que pasara el efecto de las medicinas. Es peligroso la medicina con esos remedios caseros, se intoxican. ¿Tiene que esperarse unos días? Unos días, sí, tienen que esperarse por lo menos unos 15 días ó 20 días o más, a la mejor más, para que no lo haga mal pues, porque es peligroso tomar medicina casera. Hay unos que dicen que luego se quedan locos… Doña Belinda Xalitla, 14.V.95 “Si te espantates, hay que rifarte, antes rifaban con agua, maicitos, copal y baraja”. “La toma se prepara con cecectzin, tlacopatli, hueipactli y cacaloxuchitl o San Pedro, todo molido, en toma y en lavado. También se hacen lavados con azúchil y tejihuite”. “Si al enfermo le entra la toma, ve, saca la enfermedad, hay que cuidar al enfermo, desde antes del amanecer hasta pardeando (atardeciendo), luego lo bañan dos veces”. “El huisachi sirve para la fiebre, para la calentura mansa. La damiana se da como para desayuno, se toma en caso de dolor de estómago”. “Si tienes couasihuiztli te duele todo el cuerpo. A mi hijo yo le di cecetzin con cacaloxuchitl, tuve que ayunar pero se alivió. El ayuno duele”. “La cochinada se da en la bebida y vuelve locos, o se echa en el viento y poco a poco se va enterrando”. “Brujos dondequiera hay, a los naguales así los manda Dios, o Satanás. Eso viene del cielo, hay buenos y malos, es su destino, si toman, gritan”. 57 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 58 Doña Baudelia Ramiro Iguala, 14.V.95 “Yo aprendí de mi mamá que era curandera y partera, yo nomás me fijaba, es un don, mi mamá aprendió de unas zahorinas que adivinaban”. “Hago limpias, igual que en los centros espirituales. Las limpias se hacen con un manojo de hierbas, se compra el preparado en las yerberías (jarilla, romero, cordoncillo, albahaca, rosa de clavel). Para curar las enfermedades, trabajo con San Cipriano”. “Los malos aires son desentendidos, no cualquier persona puede quitar la enfermedad”. “Cuando limpian a las personas, si tiran las yerbas por donde quiera, al que pase se le pega la enfermedad”. “Limpio con dos yemas de huevo, rocío los ramos con legítima agua espiritual contra daños, luego paso los huevos y si la enfermedad está muy pasada (avanzada), los huevos truenan, se tiran o se queman”. “Las yerbas las encuentro en Xochimilco”. “Una muchacha tenía problemas, la mamá del novio no la quería, la invitó a comer albóndigas, luego sintió asco en el estómago, a las dos horas estaba mala, estaba enloqueciendo. La mandaron de médico en médico, a las ocho horas llegó conmigo”. “La mujer pateaba, tumbaba a la gente, les gritaba de groserías a todos, estaba amarrada. Cuando fui a verla la encontré tirada en el suelo, toda entierrada y lastimada”. “Ya tenía unas palmas benditas y una cruz; al verla supe que era “malo”, pedí un manojo de albahaca y con agua contra el daño, la limpié y se quedó dormida”. “Le hice tres limpias con toma y agua de manzanilla. Diez litros. Martes y viernes a las cinco de la mañana. Arrojó cuatro gusanos de albóndiga”. “Las gentes siempre quieren saber quién les hizo el mal. Mi trabajo requiere de oración y de ayuno. En la yema del huevo se ve la enfermedad que tiene la persona”. “Los “aigres” quieren que se les hable en mexicano. Los “aigres” son negros (más difícil de curar), blancos, sordos y mudos”. “Los “aigres” son animales que viven dentro del agua, se llaman “chaneques”, tienen su hora de merendar, de reuniones, hay que saber a qué hora curar”. “Primero tengo que saber qué tiene el enfermo, luego hay que curar el “aigre” apropiado”. árabe. - Zahorí : aquel que tiene el poder de descubrir lo oculto debajo de la tierra. Palabra de origen “Los “aigres” buenos enferman porque alguien los molestó. El espanto lo curo con el epazote, con rezos y con tres gritos muy recio”. “La rifa la tengo por nada, los que rifan son estafadores, a ver, dígame, ¿qué es una rifa? ¡A unos les toca y a otros no!” “Hay enfermedades malas, desconocidas, enfermedades por encima. Con un trapo de ropa interior, se hacen muñecos, les plantan alfileres ( en la nuca, en las sienes, en medio de la frente, en cruz) y la persona se está muriendo, se hace a las doce del día y de la noche, se dice el nombre de la persona. También les pueden dar en la cerveza o en el refresco y se enloquece a la gente, se trastornan, pierden el sentido, no comen, les da asco”. “Con la toma, la persona como que se pierde y nombra a quien le hizo daño. Dos tomas de un vaso cada una. Antes de la toma se hace una limpia con una gallina negra que luego se muere, hay que quemarla”. “Le rezo al niño Fidencio y a San Cipriano, a cada uno le tengo su veladora”. “No me conviene recetar... si lo hago la gente ya no viene, porque nomás se aprenden el remedio y luego lo usan”. “En el templo espiritualista (en el Callejón de las Delicias, cerca del mercadito) allí hay gente que cura, a los que allí van les dan ataques. Yo también fui, llevé a mi niña enferma al templo espiritualista, allí me dijeron cómo curarla y me gustó, empecé a sentirme segura y le seguí por mi cuenta”. Doña Oralia Robles Xalitla, 07.VII.96 ¿Es de aquí? No, nomás vine a juntarme, de por allá soy pues, pero pues ahora ya soy de aquí. ¿De dónde? De, de allá de San Juan, es para allá. ¿Tuvo que dar una dote su marido, para que se casara? Pues, sí ¡Ji ji!. Allá se usa (se acostumbra) ¿verdad?. Sí, pero aquí no. Cuando se enferman sus niños ¿a dónde es que los lleva? P’us, a veces los llevamos a la clínica, a veces nomás aquí le damos, este, lo apachurramos con vaporub y alcohol y cebo de ese, de cebo del que sale de res, lo juntamos todo. 59 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 60 ¿Usted solita? Sí, solita, o a veces está mi... damos una cooperación a la gente que nos atiende... y otras veces sí, vamos al río del campo y con remedio del campo que le dicen chalalate nomás lo hierven para la tos, y con eso se compone, o con la gripa también los apachurramos también, y se compone pues, fíjese, a la más chiquita, ya no le agarra la tos o la gripe, sino el fresco. Cuando se empachan este, hago una cosa de comida que les hace daño, les hace daño y les doy estomaquil con esos aceititos. ¿De qué aceite es ese? Creo que dice se llama aceite de recino o ¿cómo se llama? Tenía papelito pero estos niños se lo quitaron. No le doy entero. A mí me dijeron que nomás la mitad y yo le digo, ¡bah! yo siempre le doy entero, y sí, se componen. ¿Se le ha espantado el niño? Apenas antier cuando salieron del Kinder se machucó su dedo, pero ya se le cayó la uña grande, se le cayó, se machucó feo... y ya no pudo bailar. ¿Ha oído usted de los aires? Sí, mi tía puede buscar así cuando uno esta enfermo del aire y puede regar, mi tía que vive para allá, de aquel lado. Alicia Robles. Queremos platicar con ella, pero no la hemos encontrado. Pues si uno tiene calentura te busca y ve que cosa uno tiene, si se cayó o se espantó, lo ve y le riega y se compone pero deja unas dos veces que lo riegue, sí, hasta de dos veces y se compone. ¿Tiene que “regar” dos veces? Sí, cuando la primera no, no le hace provecho, la segunda sí. Y otra señora que vive hasta allá también cura, se llama Doña Flora. Si uno tiene aire y se le regresa a uno, ella lo agarra, agarra el aire, sí. ¿Ah sí? Sí, de eso ya tardó desde mis difuntos abuelitos también regaban, buscaban y apachurraban, sí uno tiene este… le duele su brazo o su pierna o su barriga, su espalda lo apachurraba y se aliviaba, los dos, mi abuelita y mi abuelito también. ¿Su abuelito y su abuelita “regaban”? Sí, pero ya, ya fallecieron, ya nada más quedó mi tía. Yo no le entiendo bien qué son los aires. Pues, quién sabe, yo todavía no entiendo, nomás que a veces veo mi niña habla de noche cuando tiene aire. Es la más chiquita, pues, a veces también le llega a agarrar aire, hablan, empiezan a hablar y se asustan, se espantan, y nomás les vienen a regar ya no hablan ni se espantan, brincan a veces en su sueño así, pero nomás les riegan y como que se componen, quién sabe, yo Testimonios de un pueblo nahua nomás los veo pues, pero pues luego mi tía los viene a regar y se les quita, sí. ¿Pero cómo qué serán esos aires?¿Cuando les rezan ha oído? Sí les rezan, yo lo oigo que les rezan, como ahora allá en el altar a los santitos, les rezan. ¿Son santitos o diablitos? Pues no lo sé, porque yo sí lo oigo que lo rezan allá... así le dicen, en mexicano, a veces así o en náhuatl pues. ¿Se lo sabe usted en mexicano cómo les dicen? Pues no, primero les dice que, de allá de arriba, es aires de arriba y que hay abajo también, les grita de arriba y les grita de abajo pues... no le entiendo qué, qué cosa son... . no le entiendo muy bien. Siempre me dice mi tía “enséñate” le digo, ay no, como que no, no puedo pues. ¿Por qué? Pues quién sabe, no me quiero enseñar, le digo no puedo pues, no porque... sí lo veo como lo hace, pero p’us siento que a la mejor no, no me va a salir bien. Sí, no muy bien le entiendo, es que rezas así en mexicano o así pues, en mi pueblo aquí es nuestra lengua. 61 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 62 ¿Y el couasihuiztli, lo conoce? Mm ¡sí! También... difunto mi abuelito con hierbas del campo, lo molía, lo secaba, los molía, y los secaba, apachurraba pues, con dos veces o tres veces los apachurraba y se les quitaba, ahora pues no entiendo ya no, ya no pues, porque dice que ella no apachurra, nomás riega, y busca y pues riega y luego los busca y los riega y ya, así simplemente te van a agarrar, ¿verdad?, te va a subir, sí. Pues hay couasihuiztli, hay, está saliendo aquí, le pasa a uno, se le quita al que tenía y se le pasa a uno, por eso ella dice casi no apachurra, no quiere, y ella sabe, sabe traer así hierbitas del campo, remedios pues. ¿Y cómo se enferma la gente de eso? Pues, quién sabe, según que dicen que uno se lo, se lo avienta uno, que uno que puede, yo también no sé, como no puedo y no, no me dan pues, no sé como se los pasan a uno. ¿No le han dado? No, ahorita no, pero ¡bah! aquí la gente puede pues, pero quién sabe. ¿Que pueden qué…? Apachurran, ahorita un señor de por aquí apachurra dice, de ese lado vive. ¿Don Filiberto? Ajá, sabe apachurrar, te va a sacar eso, couasihuiztli. A veces ni te vas a dar cuenta quien te la pasaron, otras gentes no se dan cuenta. Ya nomás sientes, les duelen sus manos, sus pies. También dice que puede sacarlo, ya nomás dicen luego hay gente que sabe, ya nomás de aquí de Ahuehuepan también viene un señor, que puede pues. ¿Y de los aires dicen que también por las hormigas no? También las hormigas.También se ven, ahí en el aire cuando le buscas, sí, también se ven ahí cuando uno tiene granos, también les gritan a las hormigas y de las hormigas también tiene una, una cosa para que se te quiten los granos, este, moliendo, como ahora el maíz, molido, ya se los vas a echar, con eso uno se limpia, y se lo van a dejar a las hormigas ahora zontetas y se te quita. ¿Cuál? Esos que le dicen zontetas... son hormigas pero no, son de otros, sí, según si lo quema uno también eso no está bueno, que lo queme uno porque a veces uno se va de lado su boca, ahí sí está más peligroso, porque aquí me había dicho una señora, aquí vive luego, dice que los quemó por que fue a ver su nixcomil y ya lo comieron su nixtamal, y los quemó, y este, le hicieron feo, dice por que su boca se fue chueco y ese también como aires, dicen que son aires pues, pero yo no sé, esos animalitos como hormigas. ¿Las zontetas son aires? Testimonios de un pueblo nahua Dicen, nomás los oigo, dicen que son aires, porque les hace daño pues se va chueco la boca, hasta que, no sé, si les dan de comer también maicito se muele, que unos dos o tres veces, entonces uno se compone, esos también se enojan de que los quemaron. ¿Y a una gente que le dé couasihuiztli se puede volver loca? Pues de otras p’us solamente de otra enfermedad, yo creo que sí. ¿Cómo de cuál? Pues, de couasihuiztli no, solamente se le hincha los pies, la mano, el brazo, donde le dio se le hincha, pero no sé, otras personas que les dan otras cosas de tomar, de otras medicinas que están en el campo también, solamente, así se va a volver loca uno. ¿Dándoles cosas de tomar? Sí, hay unas hierbitas del campo yo creo. ¿Como qué hierbas? Pues yo todavía no las conozco, nomás me dicen que son hierbas del campo, todavía ni pregunto su nombre, o de que el panteón, tierra según, tierrita de panteón, bueno también así, andan así pues esos. ¿Loquitos? No, de ese que viene según que los manda una persona pa’ que se muera, va al panteón, va a rezar, reza y adelante así se pinta de negro, dicen que lo vieron, yo todavía nunca lo veo, una señora, fue directamente a esperarlo, sí nomás al calvario, también ahí dos cruces, para que a uno lo maten también. Ya tardó, hace mucho tiempo, ya lo andaban matando a mi hermano, y no se muere... nomás una persona, una señora se murió, le sacaron la ropa y la convencieron de que (ladridos) un señor flaquito le había... su misma hermana. ¿Su hermana qué? Nomás, eh, la señora, su hermano dice que lo andaba mandando, allá al panteón, estaba enfermo de veras el señor, quedó bien flaquito, quedó bien flaquito. ¿Y por qué le querían hacer? Pues quién sabe, no sabemos por qué, con la camisa del señor, ahí lo hicieron de muñeco, dicen allá que la sacaron. ¿La señora tiene un muñeco de su ropa? Sí. ¿Pero no se murió? No se murió porque ahí la señora cuando falleció estaba viejita, y entonces se murió y ahí escarbaron, ahí se enterró y ahí sacaron la camisa del señor. ¿Si no la hubieran encontrado? Pues yo creo que a lo mejor le ganara el señor, porque también estaba 63 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 64 enfermo, si nomás le sacaron la camisa y se alivió, como a veces también, este, p’us va allá a ayudar a escarbar, pues ahí lo ve, pues también no lo creo digo ¿cómo le hacen?, pues según que quizás ayunan y la llevan la ropa, para que no tengan miedo ir al camposanto en la noche, yo creo, porque yo no puedo ir, tengo miedo, como allá aquí al calvario, luego se van. ¡Y señoras! Pero yo tengo miedo, yo no quiero ir. ¿Y el hermano supo que ella había sido? Pues, después le dijeron sus hijos, cómo sus hijos fueron a escarbar y lo conocieron la camisa de su papá y pues sí, lo supo él también. ¿Y nomás con enterrar la ropa y ya? Sí, pues la señora ya iba a rezar hasta que falleciera el señor, entonces lo dejara ya de rezar, de ir allá al panteón. ¿Pero a quién le reza? P’us le digo, mi abuelita también sabía de eso, aquí venían de lejos y lo alquilaban para que rezara o ayunara, como una muchacha, un muchacho que lo dejaba su novia, o lo dejó su esposo o su esposa, y pues veo que sí le hacía, pero así pues, nomás, para que regresara. ¿Con qué? Pues ayunaba yo creo o no sé qué tanto hacía, como saben, pues yo no le hacía caso. ¿Entonces si es fácil que una gente se vuelva loquita cuando le hacen eso, o nomás para que se mueran también? P’us ... se vuelvan nomás así loquitos, pero esa señora de allá de ese lado, le digo, esa sí le sabe pues. ¿Quién? La señora doña Flora, que vive allá, entonces mi tía, pues eso no, no hace pues, hay quien la alquila que vaya a rifar, cómo hace uno, que le agarra, como ‘ora un difunto y ya se espantó, esa señora va a regarle de las doce de la noche, así, de las doce, de la noche. ¿Va al panteón? Va hasta el panteón, pero a veces también pues con ayuno, a veces pues, siempre uno... lleva dos señores o tres... una vez mi abuelita había llegado, le tiraron con piedras cuando regaba así, al panteón, en noche es más peligroso, por eso a veces no quiere cuando le están… ¿Le tiraban pedradas? Sí, llevaba unos dos señores o tres también, pero ni lo vieron se tiró, según dice que a veces una persona tiene su… pues su animalito brujito pues, y a veces lo están tirando también, y a veces ni los vas a ver pues si te tiran de arriba, no sé si a lo mejor un tecolote le tiró, dice mi hermana, porque hubo Testimonios de un pueblo nahua dos que lo estaban viendo dice, como están cuidándolo a él no lo vieron, cómo le tiraban, pero a mí sí dieron en la espalda dice, también está peligroso, así oía que platicaban pues. Nos está platicando de los que tienen animalitos. Pero tiene brujo. Es un tío de éste, que le dicen, de éste... Un viernes tres de julio que fui para allá, estaba el papá del niño que salió, veían pues los destrozos de todos los animales tirados por ahí... los colmillos... les chupaba la sangre, como ahorita lo que está del chupacabras, y agarraba los becerros... los destripaba el animal y nomás se le veía que…porque el coyote también no se comía la carne, nomás les agujera la panza, les quita las tripas y es todo lo que come el animal, el coyote, si llegara a comer pues solamente el pollo, porque ese se lo traga casi entero, y ese las gentes que lo vieron pues, se dieron cuenta y avisaron y ahí va muchísima gente... después de un rato... llega la gente y lo rodean, donde está el lugar, y qué hacen, y dice al rato pues, él mismo... entonces se presenta y en verdad. Como nosotros esperamos algunas culebras, dio cuenta que ya lo tenían rodeado y le habla a sus... ¡ya me van a matar! Ha de haber dicho ¡ay! y ese va a ser mi fin, y vio que estaba rodeado de gente, 65 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 66 entonces. Y no sé lo que pasó ya, dice ¡me van a matar! Estaba temblando de frío, escalofrío y calentura pues verdad, pues la gente lo tenía rodeado y luego me empezó a hablar a mí, me dijo mira, ya que lo habían balaceado, cuando las gentes empezaron a apretar por pedazos, y le echaron como tres veces ramas diferentes, lo quemaron, y todavía así lo quemaron, todavía me acuerdo yo; cuando lo tenían ahí, la persona o sea tiene otros males, no sé si también sepa, que este... que lo habían matado así, él venía para llevarse al animal, y nomás lo…le hubieran pegado con una vara o algo así, que lo hubieran dejado tirado ahí, pero no, pues él llegó y ya estaba casi descuartizado, le habían puesto unas ramas y bueno, ya lo habían quemado pues, estaba ya hecho carbón... ¿Como se llamaba? No, no le pregunté, era de San Juan Tetelcingo, de ahí era él. Digo cómo es posible que tal persona que soy yo, mi esposa está embarazada y al rato nace la criatura así, no sé como sea, se dice que le vea uno la criatura al nacer, si se espanta tanto... la partera me ha dicho a mí, que a donde sea de una mujer la que sea, pero no grandes, que de ahí nacen pues algunos animalitos pequeños que no, pues no los vemos, y así pensé yo, dije entre mí, es como aire, mal aire, y de ahí pues sale y hay veces que son santos y hay veces no, así crece la... pues aunque sea santo de ahí donde crece le sale como una cosa mala... bienvenida pues, si así viene así pues. Aquí también ya murió un señor que decían que era una mujer, había un maestro de antes y cuando murió, ese mi maestro estuvo en una casita, la última casa del lado de la orilla, ahorita hicieron la escuela allá. Y sí, esa persona le tenía coraje a ese maestro, pero una noche, como si ahorita, sientes que te va a doler todo, y el solito pues, pues dicen sabía a la mejor, sabía rezar, y un día de esos en la noche está durmiendo adentro, así ya en el pasillo, en el corredor, escuchaba pues alguna buhíta, como la gallina cuando trae sus pollitos, ahí se oía, o si no escuchaba el guajolote cuando va a hacer... en el día, o si no pues se veía, se veía alguna cabra así nomás, una cabra así afuera, y logró que lo siguieran para que pues él también hacerles creer, como estar… ¿Cómo? Pues como querer embrujarlo pues, o sea asustarlo para que al rato se empieza a enfermar y al rato pues falleciera, del miedo que le tiene a aquel animal, entonces hay mucha gente que nace en el día o en la noche, al medio día o a media noche, ahí sucede. ¿Pero a usted se le apareció una… chiva dice? ¿O una mujer? Sí, era una mujer, y un día que me la encuentro... lo había agarrado, y esa persona, o sea lo vio, lo vio que era un sacerdote vestido pues, como se viste el sacerdote, con su capa pues, pero el maestro le decía que quién era, entonces ella pues no le decía, no, y al rato pues... tuvo que, que darle la vuelta o sea, Testimonios de un pueblo nahua 67 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 68 desde donde estaba, tuvo que darle la vuelta, amarrarlo como se dice, o sea que rodearlo de donde él empezó así a rezar y darle la vuelta, y se deja que él no se mueva de ahí, de quien está ahí molestando, y hasta venir a dar hasta acá otra vez, ya queda enterrado... y ya aunque quiera salir no puede y el señor es un brujo, casi había amanecido ya, pues él gritaba, dice suéltame, dice, después aclaramos dice, ¡suéltame, por favor! dice. Y el maestro le dice te lo buscaste, yo no te tengo amarrado dice, estás suelto te puedes ir, no dice ¡suéltame por favor! Dice pues vete, yo no te tengo amarrado, estás suelto. Entonces con los rezos él, los sabía pero no se podía mover, quién sabe que le dijo... pásale, y no podía pasar a ningún lado, solamente ahí, de ahí, entonces se compadeció de él y lo dejó ir pero, pues al rato dice, la capa que llevaba se cayó la capa, era un petate viejo, de esos ya rotos, pues nomás se lo ponía y se veía que en verdad era un retrato, que ahí se ha conservado. ¿Pero no era de mujer? Sí, o sea se aparecía de mujer, que aparecía como sacerdote, o se aparecía en forma de un marrano, de un ser, en diferentes formas se convierte pues. ¿Era el que llamaban Pedro T.? Sí, el señor es el que, el que se convertía en distintas cosas. Pedro T., ¿La cihuateyuga le decían? ¿Qué quiere decir “cihua”… “cihuatl ” es mujer, y “teyuga”? Teyuga, ese es bruja, yo creo. La mujer bruja, cihuateyuga... ¿Oiga, y qué decía de San Marcos? No ve que es el más grande, va mucha gente de los que, personas que saben, como le digo, van y van a prenderle sus veladoras o vela pues, todas las personas que tienen, o sea a pedirle que los cuide donde anden, van muchas personas a dejarle ahí. ¿Cómo cuánta gente… tendrá eso, como la mitad o la cuarta parte, que tengan brujito? ¡Aaah! ¿Es mucha la gente que nace así? Ah, pues así yo creo, casi no, es muy raro. ¿Es raro? Sí, casi no, no se puede decir, porque ellos saben, o sea nada más unos quizás pueden, pero no se dice nunca. ¿Cómo se dan cuenta de que tienen animalito? Pues yo no sé. Estas gentes con brujito ¿Ellos saben sobar? Sí. ¿O van a sobarse con otros? O sea van con otros, sí están enfermos van con otro que también sabe de esto. Que también tiene. Porque si no, no puede. ¿Y para que sepa quién es su brujito? P’us unas personas más antes... que se ponían a tomar el mezcal. Agarraban la botella y se ponen a tomar... aparecía algún alacrán... aparecía algún caracol o algún nopalito o algún otro animalito... Entonces decimos, son caballeros, la persona puede ser un leopardo, un puma o cualquier otro animal, también eran unos animales... guacos que les decimos. ¿Guacos? Sí, en el camino, los cuervos, el tecolote. Todos los animalitos. Todos los animalitos, desde el más chico hasta el más grande, zorrillos, zorros, coyote, lo ponían allí adentro de la cueva, resguardando la entrada... a la entrada había... vas a tener tiempo de agarrar, vas a tener tiempo de poder agarrar, ahí estamos para ayudarte, y así fue, de noche, dice que el señor se puede enfermar de animal, al rato más allá en los matorrales dejo un botín más allá... yo voy a entrar a la cueva a matar a la bestia, al animalito... lo que dicen primero... y ya los que estaban cuidando corrieron para... corriendo lo agarraron, la lumbre esa ... la arrojaron para que él lo agarrara y mientras él se metió... cueva ahí se quedaron de querer agarrar aquella lumbre que había caído, y luego llegaron a la entrada y él se fue... queriendo agarrar la lumbre, cuando ellos se dieron cuenta, ya era de día, ya casi venía llegando la otra persona que lo había dejado, lo venían siguiendo cerca, que se pasa así, salieron corriendo, en una sola carrera salió, ya que venía cerca que le sale al encuentro para atacarlo, para que ya no lo pudieran... y lo agarraron peleando. Gracias por la visita, y los esperamos mañana si vienen a platicar otro rato por acá. Doña María 16.VII.96 Un itinerario terapéutico El día 6 de julio de 1996, María comenzó con una molestia en el oído izquierdo, le «punzaba» sentía que le «comía» algo adentro. Quiso averiguar qué tenía. El jueves 11 de julio buscó la atención de doña Flora, pero al no encontrarla, acudió, ese mismo día, con Don Chico Flores, a que le “rifara”. Cuando Don Chico le rifó, sacó la baraja, tiró las cartas y le indicó que en las cartas, ella era el 10 de oros. En función de ello empezó a interpretar las 69 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 70 cartas que estaban a su alrededor. Antes de tirar las cartas, lo cual hizo tres veces, rezó una oración diciendo el nombre de esta señora. Le dijo que tenía un dolor muy fuerte en la cabeza, que pensaba mucho, y le preguntó por qué pensaba mucho. María le respondió que no, que casi no le dolía. Él le dijo que había alguien que visitaba mucho la tienda de su esposo estaba “echándole malo”. Don Chico le preguntó que si le dolía el costado. Ella le dijo que casi no. Eso fue todo. Don Chico le comentó sobre una señora que quería estar con su marido, y quería que ella se saliera de su casa. María estaba muy nerviosa en la consulta, y se fue apresuradamente. El viernes 12 de julio aún sentía las molestias. Entonces buscó a Don Filiberto para que la “sobara”. La curación con él consistió en cinco sesiones, viernes, sábado, domingo, lunes y martes. Después de las “sobadas” con Don Filiberto, la señora dice que tuvo mareos, pero que el dolor le disminuyó un poco. Ese mismo día buscó a doña Alicia Robles para que la “regara”, pero no la encontró. El martes 16 de julio acudió con doña Flora, ella la “rifó” y le diagnosticó “espanto”, le dijo que se había espantado en el puente; le mandó hacer los tamalitos para ir a levantarle la sombra. El jueves 18 de julio María dijo que ya estaba curada, que ya no le dolía el oído. Comentó que anteriormente también había sentido esas molestias en el oído, y que en esa ocasión la curó un señor que ya murió, el diagnóstico fue que tenía “espanto”, ocasionado porque ella se había caído en un hormiguero, entonces les llevó a las hormigas los tamalitos y así se curó; precisó que no habían sido hormigas zontetas, sino de las hormigas que pican, hormigas rojas. Doña Epónima Diez 15.VII.96 Tiene 50 años. Dice que el mal de ojo de los niños, en náhuatl se dice ixteincualoliztli. Explica que, como los niños tienen la sangre dulce, si alguien tiene ansia de agarrarlo y se queda con las ganas, entonces le da el mal de ojo al niño. Este daño puede ser causado por un hombre o por una mujer, y para curar al niño se debe de consultar a alguien del mismo sexo que la persona que causó el daño. Si no se cura al niño, se puede quedar ciego. “Empacho”, en náhuatl, se dice onoxuiti. Hay vómito, fiebre, llanto, desesperación, diarrea, baja de peso y pérdida del apetito. Se debe a que comen algo como cáscaras de frutas y se les pegan en el estómago. Doña Josefa Lepe 71 “El couasihuiztli puede ser indirecto, si lo avientan en el camino y por mala suerte te da. Cuando es directo, se le avienta a quien se aborrece. Hay dolores de cuerpo, se hinchan. Los soban y se componen, pero les puede resultar en otro lado. Si no se trata, avanza, aumenta el dolor, la gente ya no se puede poner de pie y luego se mueren. Los soban con saliva. Ángel N. de Ahuehuepan puede sobar esto”. “El chapulín, maldad o cochinada no se contagia. A una señora que estaba embarazada se lo echaron en un refresco. Tenía vómito y diarrea, le pusieron inyecciones y nada. Después del parto empeoró. Le rifaron con barajas y con la jícara y le dijeron que lo que tenía era cochinada, entonces le dieron el cecetzin diciéndole “tómalo de corazón para que te compongas”. Se lo tomó y sintió mucho, mucho frío. Vomitó y sintió que se iba a un pozo muy hondo. A las gentes las encontraba irreconocibles. Expulsó un buche de gallina que pusieron en las brasas para que se quemara. La vejiga olía a plumas de gallina. Hubo seis ayunadores y una curandera. Empezaron a las siete de la mañana y terminaron a las cinco de la tarde, cuando la bañaron y todos comieron un caldo de pollo”. “Cuando ves u oyes algo, un ruido, un animal, una persona en el río, algunos tienen el don de ver al nagual. En San Agustín Oapan hay una niña milagrosa, la señorita Estela, tiene el don desde los ocho años. Un día andaba jugando en el río y se le vino encima una ola de agua, y vio a la virgen de Guadalupe. Si ella te rifa te puede decir qué te pasa. Ella rifa con agua, maicitos y copal, y dice a qué hora hay que llevar los tamalitos” “Los aires son duendes, no son de maldad, les hablan a las hormigas. Luego dicen: lo agarraron las hormigas, cuando alguien se espanta”. Doña Damiana Xalitla, 15/07/96 Sufrió la pérdida de su padre en febrero. Empezó a tener llanto continuo, ciertas molestias como dolor de cabeza, dolor de estómago, pérdida del apetito. Fue con Don Chico para que le “rifara”. Cuando él “rifó” vio que era su padre quien se la quería llevar, con él, al camposanto. Para que los muertos dejen en paz a sus parientes se le hace una ofrenda. Don Chico le dijo que le llevara su vela al camposanto. Se la llevaron (a veces esto lo hacen con ofrendas, de chocolate y pan). Doña Damiana hizo eso, pero al parecer siguió con molestias y se fue a tratar a Iguala o Chilpancingo. Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 72 Señora Dalia Real Xalitla, 27.VII.96 “Yo atiendo el bazo, en mexicano icomal. Es como una piedrita que está abajo de la costilla, sólo les da a los niños, se les ponen amarillos los ojos, les da calentura, no comen, duermen mucho, lloran, les duele su barriga, toman mucha agua de noche”. “Esta enfermedad es causada por comer muchos chocolates, dulces y refrescos. Para curarlo se utiliza un remedio que se llama chichihuatzin, es un árbol que al trozarlo le brota leche. Mezclando esta leche con tierra, se le soba la barriga al niño”. “Esta enfermedad no la curan los doctores, y tampoco el empacho, que es diferente pero yo no lo curo. Otra forma de curar definitivamente el icomal es pegándole con un así del marrano que tiene adentro, se le pega en la barriga y ya no le agarra. Yo aprendí a curar viendo cómo lo hacía mi abuelita”. Señora Marcia Fortuna Xalitla, 28.XI.96 Papayotsin o loquito lo que sea, luego dicen Tipapayotsin, sea mujer o sea hombre, estás loco, tipapayotsin. ¿Y papaioua? Pues se enloquece, es el mismo, tipapaioua: estás loca o estás loco. ¿Y por qué se pone loquita la gente? Pues a veces por falta de alimento, a veces por…aunque uno no lo crea, son maldades que les hacen. Por ejemplo tú, te quiere un muchacho, ¿no? Y tú no quieres, no quieres, te habla y no lo quieres y te hacen como brujería, pues. Es decir, para que quedes loca, ni para uno ni para otro, dice. Ajá sí, mi cuñada así está una loca... si la más chiquita, la xocoyota (hermana menor), está medio loquita. En Chilapa, en un colegio de monjas, ahí fue donde se descompuso ella. ¿le hicieron brujería? Sí, yo creo que sí, o a la mejor preocupaciones. Ya ves que a veces se preocupa, de tanto pensar y pensar, a veces. Cuando uno está débil del cerebro es cuando uno pierde el conocimiento, ¿no? En Coyoacán me parece, ahí terminó su primaria y allá tenía buenas calificaciones y no le dieron su certificado. Luego al salir de allá, al otro año quería estudiar. Le ponía todos los peros. Y ella, pobrecita, dejó de estudiar un año. Al próximo año ya lo convenció pues que estudiara. Y ya se fue pues. Y que mal porque ahí en ese colegio de monjas ahí vivían, ella ya no alcanzó cupo. Entonces ya vino, platicó con mi suegra, que ya no sabía que no alcanzó cupo. Y que ahora se le hizo fácil, que tenía un padrino de confirmación. Ahí o a Chilapa. P’us ella llegó a Chilapa, yo creo empezó a estudiar. La recibieron todo septiembre y sin un papel la recibieron. Le veían pues como gente extraña. Y luego con pena a la hora de la comida, comían, y ahí ella con pena y todo pues no se servía. Que las muchachas la malmiraban, pues como gente extraña, pues, y todo, y su papá no va. Su papá no va, ni los papeles, ni nada. Todo septiembre, todo octubre. No se fue a parar y la traen a dejar el 18 de noviembre. Y ella dice, la vieron que empezó a perder. Dice que se bañaba con agua fría bien temprano y... fresco. Si y ahí empezó. ¿la había intentado curar? Sí, fuimos a México. La había llevado R. al hospital Fray Bernardino. Tenía conocimiento de una doctora y les comentó, sí Don R., tráigala. La llevaron, ella ahí pues estaba de locos, ¿verdad? Ah, primero y porque había doctor que curan. No, el doctor no la va curar, sí, doctora, sí. Y la trae la loca para acá. Aquí se tardaron, se tardaron más de dos meses aquí. La estaba 73 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 74 llevando Don R., yo la llevaba, dice, como le voy hacer a mi hermanita, es que me da lástima. ¿Todavía no se cura la muchacha? ¡Se va a curar... ! ¡Y ese mal echado!. No, dice, cómo creer en eso, es un pecado, todo eso. Es un... mal echado. Pues, a veces le hicieron de doctor... no pudo, hay que hacerle de otro, ¿verdad? Como ellos no creen y que ella esté allá, se está muriendo. ¿La llevaron con curandero? De aquí no la llevaron... .y Don R. le decía su papá, ya la vamos a curar. No, dice, ¿cómo crees hijo?. Es pecado... no. Si nomás la viera encerrada ahí, ya tan blanca. Parece pollo. No se sienta, nomás se para, con así, pasos grandes, así. I: Y usted ¿por qué cree que se enfermó? P’us, yo, a veces pienso que fue por preocupación. Estaba en una casa que ni es de su familia, y sin dinero. Pues se echó a perder, ¡pobrecita!. A los 17 años se enfermó… ¿Cuántos años tiene ahora? Ah, pues ella ha de tener como 24, yo creo. Si creo, sí. ¿Qué es quicocuayolho? ¡Ah!, se dice quicocua iyohlo. Quiere decir le duele su corazón. ¿Y esa es una enfermedad también? También pues, cuando le duele el corazón, como ahora pues dice le duele su corazón, si tu novio te dejó, le duele su corazón de que la dejó su novio así... también es enfermedad pues, ¿no ves que hay enfermedad? Dice entonces le duele su corazón, como de amor... ¿Cómo está que dicen, tlayocoya? Ah, ese es que tiene sentimiento. Por ejemplo que se murió algún papá, alguna mamá, algún hermano, ese tiene sentimiento. ¿Entonces el quicocua iyohlo, ese es también como tristeza? MF: Ese le duele su corazón, como tristeza también o este, dolor pues. Dolor, dolor, no ves que hay dos, hay enfermedad en el corazón, ese le duele su corazón. La tlayocoya es cuando tiene sentimiento de que se murió alguien. Otra palabra es melac tlauele. Ah, pues “es bien corajuda o corajudo, muy corajudo”. ¿Tlalmestli? Tlalmestli es, dice que hay una luna, que anda así en el suelo. ¿Una luna? Si, como el cohete pues, ese dice, tlalmestli, que tlalmestli luna del suelo, pues según nos contaban antes que había enfermedades que si te pasó una luna, Testimonios de un pueblo nahua así anda una luna en el suelo, que si te pasó debajo te mueres. Pero ese yo creo que es como brujos pues, los nahuales que les dicen. Pero sí, dice hay una luna que anda chiflando aquí. O sea como personas que tienen su brujo, pues, ¿su brujo de luna sería? De luna, se dice tlalmestli, y ese dice que es grande como luna pues anda en la noche pues, no de día. ¿Y la gente se enferma si le pasa eso? Sí, sí se enferma, aunque así se mueren, nomás porque te pase, dicen: ese ya lo jugó ese tlalmestli. ¿Y cómo saben que se murió de eso? Porque si no tiene nada y lo encontró en la noche, y luego dicen así, dicen no pues anoche estaba bien andaba paseando, vio el tlalmestli, le pasó debajo. Así pues le digo nos platicaba mi mamá, pues dice bola de hilo así mira, como bola de hilo dice, ándale, bola de hilo, le dicen icpatl. Icpatl ¿Ese también es como brujo, icpatl? Icpatl, pues también, bola de hilo. ¿Y oquicuili tlaseuan? Oquicuili itlaseuan: pues le quitó la sombra, entonces cuando se mueren luego dicen, a ésta le quitó la sombra. El muerto quitó la sombra, le quitó la sombra, por eso que se diceOquicuili itlaseuan. ¿Tlaseuan es sombra? Tlaseuan es sombra, si. ¿Ixtencualolistli? Mal de ojo. ¿Y ese cómo es? O sea, un mal de ojo, rojo, rojo, con harta cosita, lagaña le salía, el mal de ojo. Antes venía la enfermedad tan cochina, rojos los ojos y te sale harta lagaña, feo, feo. ¿Y de dónde venía, o cómo venía? En tiempo de aguas, pero mira colorados tus ojos, colorados nomás están lagrimeando. Y luego, si comiste algo de chilito, ¡uuuy! entonces ya te encumbró carnosidad. Esa porquería digo, lo mandaron los gringos, ¿o quién pues? ¿verdad? Cochinada de enfermedad que venía. Y en tiempo de aguas, cuánto ixpitl, cuánto de los mosquitos chiquitititos, ahí te van andar siguiendo como xoquíya, esa enfermedad de veras. ¿Y con qué se curaban? Bueno, nosotros curábamos con caxcalote, con caxcalote, limón, nos echábamos, otros que se les enterraba, y se echaban chile en los ojos, bien feo, feo, ¿qué no te cuentan por ahí?, ¡ah! pero esa maldita enfermedad de veras, 75 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 76 no era enfermedad de Dios, feo, feo de veras. Pero pues tardaba con los ojos bien rojos, así nomás rete tarda. Mal de ojo también es, cuando a los niños les hacen daño. Pero es diferente. Es diferente, ese también le dicen mal… ahí dice mal de ojo ¿no? Ixtecualolistli, a ese es el mal de ojo. ¿Y daño en mexicano? ¿Se dice igual? Este, tlaixuihli, luego dice mi hijito: ticpia tlaixuihli. Otro es oquitonalcuili. Le quitó la sombra pues. Tlalpacchaneque. Tlalpacchaneque…. mmm, no sé, de arriba pues, que ahí viven pues, los malos aires. Ah, los malos aires. Los malos aires, esos de arriba del cielo, tlalpacchaneque. ¿ Qué es tlalpac? Tlalpac chaneque, arriba, del cielo pues, arriba del cielo, aires de arriba, que están en el cielo pues. ¿Cuáles son? Pues, por ejemplo, ese que le dicen la cruz que se pone en el cielo, uno que le dicen ixinenecuil. ¿Ixinenecuil? En la cruz, ixinenecuil; citlalcueyo, uno se llama citlalcueyo, ese de la cruz, citlalcruz. Citlalcruz, ese que se pone una cruz; ese tlalpacchaneque, ocasic citlalcruz, citlalcueyo, ixinenecuil y quien sabe qué tanto los nombran pues. ¿Ese es malo entonces? Pues sí son malos, a veces en la noche dices, no, no se puede aliviar dice, que le agarraron los aires. Ahora quiere que le rieguen en la noche, a media noche va la esa que va dejar los tamalitos y ahí va a dejarla, a la media noche, si no se alivia pues. ¿Pero les hacen mal los aires porque se portan mal, o por qué? Ajá, pues a veces sí, como aquí luego dicen que les fueron a rezar allá en la cruz y les hablaron los esos aires. Pues si, por ejemplo, si no me caes... voy a ayunar y voy a ir al panteón, a media noche, y voy a dejar tu vela. Ya después empiezas a estar enferma, ajá. Pero les hablan a esos de arriba, los aires. ¿Y a los que dicen que hay en el agua, también les pueden hablar? Esos del agua no ves que les avientan, si te espantaste en el río, hacen tamalitos, hacen tamalitos, y ponen velitas, y hacen el pescado, hacen el lagarto, hacen la viejita del agua y el viejito, hacen los lagartos, todo eso lo hacen. Testimonios de un pueblo nahua Pero es para que se cure, ¿no? Pero por ejemplo, para que se enfermen, ¿A ellos no les hablan? ¡Ah no! a esos no, nomás a los de la noche, esos de la noche… tlalpacchaneque. Onicostec. Dice onicostec, se quebró mi mano, cuando está quebrado y se dice onicquelon si se desconcertan tus dedos, tus pies, tu mano, nomás se va por otro lado pues. ¡Bendito sea Dios que yo nunca me he desconcertado, ni me he quebrado. Otra palabra, “ocasic yeyecatl” Le agarró alferecía, ataque pues. Hacen bien feo, hacen bien feo así sus ojos, sus ojos se van. ¿Como ataque? Si pues, ataque. ¿Y ese cómo lo curan por aquí? Aquí no, pues ese con los doctores, con ese lo curan. También pues, también a veces hay, luego dicen otros que la chuparrosita que anda en las flores, ese dice que se lo dan de comer, ajá la chuparrosita. O a veces lo sahuman con flores de 77 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 78 pericón, si sahumando. Cuando Dios quiere hasta con eso se alivia y cuando Dios no quiere nomás no. Con los doctores a veces, dicen, que los curan. ¿Qué es quextetepo? Pescuezo mocho pues, luego dicen que antes veían de nahual, el burro sin pescuezo, le dicen burro quextetepo. Sí, dicen que hay, así nos contaba mi mamá, de brujos pues, de los nahuales. ¿Ya no hay de esos por aquí? Ahorita ya no pues, ahorita ya no. Antes decía mi mamá, seguido lo veían, mucha enfermedad había por aquí. ¿Pero ese berraco qué es? Marrano pues, marrano berraco de aquí, dientes de espina, los espanta pues, los espanta, como que los quiere comer. Ese, pero ocasic imal hora yo no sé que quiere decir. ¿Entonces el burro quextetepo también es como gente? Ajá, es brujo pero es gente... ¿Y si por ejemplo a ese burro alguien le tira porque los espanta? Ah, pues no le dan, y le tiran pero no le dan, sólo que también ayune, que está ayunada la persona, así también, no ves, aunque los coyotes, hay unos coyotes son brujos, con el cuchillo te propones, pero nomás así no los tiras, pero si ayunas, y debes de curar tu escopeta para tirarle, debes ayunar primero, nomás así que les pegues no les pegas. También el burro, aunque le estés tirando, pero si no ayunas. Pero si estás preparado o también si tu puedes la magnífica y lo sabes rezar al revés, ahí lo puedes dejar y después se muere de vergüenza al otro día. Pues ahí lo vas a amarrar, ahí va a quedar, con tu magnífica o credo, como lo puedas amarrar pues. ¿Le reza al revés? Sí, al revés, así se reza la magnífica. Ahí lo dejas y se muere de vergüenza, pues lo amarras y sale donde lo espantaron. ¿Pero qué le pasa cuando uno reza la magnífica? Pues se queda ahí, el ese como mal aire ... el ese se queda allí. Así cuando iba yo a la escuela, así le había pasado a un señor. Que le dice una mujer, le veía sus naguas, así se las veía, fue a espantar a un maestro, aquí. ¡Ah!, es ese que le dicen cihuateyuga. Cihuateyuga, si ese que lo había amarrado un maestro, que estuvo viviendo allá en la escuela, mi maestro pues, ahora ya murió; lo amarró y ahí quedó y al otro día lo fue a ver; y ahí está, le decía “profe suéltame” (y el profe le decía) “qué, ¿te estoy agarrando?”, pero es que ese era cabrón pues, también sabía la magnífica, yo creo, porque lo amarró. Estaba bien fulicho, hasta tenía petates viejos. Era Pedro T., su tío de Salvador, sí, a ese lo había agarrado del difunto, Testimonios de un pueblo nahua Pastrana allá. Estaba una barranquita para allá por donde íbamos a la escuela. Nos contó ahí donde le daban de comer, pues él nunca se quiso venir por acá. Siempre allá dormía en la escuela, llegábamos, levanta su petate, su camita y ya, nos daba clases, pero qué buen maestro. ¿Y se murió ese? Se murió ese porque se fue a una barranca y, a una barranquilla estaba ahí, cerquita ahí le dejó y se fue, ¿cómo chingados no se va a morir de vergüenza? Toda la gente lo iba ver, ese se fue a una barranquita, ahí, estaba en unos árboles, entonces no se veía, y ya lo soltó bien amaneciendo... que se vaya, pero bien desnudo dice, le dice... ya nunca vuelvas a venir por aquí. Lo quería espantar pero el como no tenía miedo, sabía pues. Lo soltó ya a la hora. ¿Y el yeyecatetl? ¿Ya le pregunté ese? Yeyecatetl, ese son los ídolos pues. El ídolo de piedra, el ídolo de piedra, ese se dice yeyecatetl; piedras que había antiguas, ese es yeyecatetl. ¿Que no “yeyecatl” es aire? Es aire. ¡Ah! Esos son aires, los ídolos. Aires, sí, los ídolos si. Yeyecatetl y yeyecateme. Ahí está diciendo de uno nada más. Y yeyecateme, también tiene como los esos de tiempos, futuro, presente que tiene… ¿topontli? Topontli es un grano que sale, que según de los cuates (gemelos) que dicen que echan bola. Topontli, que tienen topontli, que luego dicen los cuates echan qué cosa es, yo pues como nunca me han echado, nunca sé. Pero ese luego dicen “tiene topontli” de los esos cuates, no ves que ahí luego salen mujer y hombre, esos son cuates, esos son los que pueden, pero los hombres que vienen gemelos, esos no pueden, pueden cuando nacen un hombre y una mujer, esos son los cuateros, te echan topontli. Por cualquier coraje, coraje, yo digo. Porque dicen que si te peleas con esos cuates seguro te echó topontli, y hasta que lo lleves con otra persona que sea cuate pues, le dices por favor. ¿Atrás de la oreja? Ajá, o aquí, Y si un cuate te lo sobó se te cura pues. Eso pues de coraje, si les haces algo, se hincha pues la cochinada, son cochinos también pueden. ¿Y nomás ellos la pueden curar? Si nomás ellos, los cuateros pues, que son cuates. Por eso ves quien te la echó, no te voy a ir a ver que me cures si me peleé contigo, vas con el otro, por favor apachúrrame. Dicen que nomás con la saliva, sí, así dicen pues, a mi nunca me han echado, yo nunca, para qué voy a mentir; a mi hija es a la que le habían echado, en la escuela. Y duele y hasta agarra calentura. 79 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 80 ¿Y la llevó a curar con un cuate? Sí, con una señora, con una señora que era cuata, que es cuata pues vive todavía la señora, nomás dos veces la curó y se alivió; pero es que hasta le agarraba calentura a mi hija. Don Arturo Luria Ameyaltepec, 15.XII.96 Hace 16 años empezó a estar mal, la familia cree que porque perdió a su “macho” (animal que resulta de la cruza de una yegua y de un burro), lo buscaba, salía mucho, caminaba y caminaba, se ponía agresivo. Cuando empezó a enfermarse, leía mucho un libro: “La religión demostrada”, y en esa época sus pinturas reflejaban tales lecturas. Es atendido regularmente en una clínica de Cuernavaca. A veces también se atiende en la ciudad de México. Al inicio de su padecimiento recibió tratamientos tradicionales, sin éxito. Llegué atraído por el paciente, pero al ver su producción pictórica quedé fascinado por el artista. Durante la entrevista se comportó absolutamente reticente. Y además de que se salía de noche para caminar, ¿pasaban cosas extrañas? O a lo mejor se acuerda, Don Arturo, ¿cómo se enfermó la primera vez? ¿Ya no quiere acordarse? No. A lo mejor sentía ¿que le hablaban? Habían, p’us no... Pero sentía que le hablara la Virgen, o Dios, o el diablo? Todos. O que se pusiera muy enojado, agresivo… Nomás me da risa. De esta última vez que lo tenían amarrado, ¿por qué se enojaba? No, no sé. Fíjese que nos comentaron lo que piensa la gente. Le voy a decir a ver si usted está de acuerdo. La gente dice que usted pintaba muy bonito, la gente entonces le tenía envidia porque pintaba muy bien y que se la pasaba trabajando todo el tiempo y que no paraba de trabajar. Y que por eso se enfermó, por trabajar tanto. Señorita Petrita Ameyaltepec, 15.XII.96 P.C.B., de 45 años, estuvo hospitalizada en el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez. La hermana dice: “alguien le hizo algún mal, un daño. Por su estudio empezó así. Estudiaba y pintaba. La llevaron con curanderos, le rezaban, la rociaban con agua. Le hicieron tlacacahualo y tetlacacahuilaia”. Queríamos preguntarle sobre Petrita, cómo empezó a enfermarse... a ver si usted se acuerda y nos puede platicar también de ella, nos puede platicar lo que le han dado de tratamiento y lo que piensan que le pasa, a qué se deba su enfermedad. A lo mejor no es cosa natural, que nos platicara un ratito. Ella se pierde y vaga por allá. No se puede quedar sola. Solamente ella la cuida... Y ¿duerme bien Petrita? Pues, a veces sí, pero a veces no. ¿Qué pasa cuando no duerme? 81 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 82 Va y viene. Es locura.. cuando no duerme y no come, se atrasa, pues… ¿Se pone muy nerviosa? Pues, a veces sí, a veces no. Se pone nerviosa, yo creo, este... cuando este empezó a estar enferma, este estaba en el colegio allá en... Don Arnoldo Ruiz Xalitla, 18.XII.96 Una experiencia con la toma ... hasta que no lo vives, puedes explicarte, para mí fue muy difícil porque a mí me trajeron del Distrito Federal... se me cerró la garganta, pero era una cosa como que se me infló el cuello, y uno bueno decía, los médicos pronosticaron que era bocio en un principio. Tenía unos 18 años porque estaba estudiando la prepa, ya te has de imaginar, en un lugar religioso y luego que te saquen de ese lugar para, pues para traerte corriendo para tu pueblo porque te estás muriendo, para que te vengas a morir, porque supuestamente yo me venía nada más ya a morir aquí, o sea, ya no había esperanzas de que yo me curara. Me trajo un amigo de mi papá... me trajo cargando, materialmente y ya de aquí de la parada ya no podía beber agua, no podía pues tragar nada; entonces llegamos aquí y yo como a las once de la noche o diez de la noche, por ahí más o menos y este, llegaron me acostaron, dijo el amigo, Paulina aquí lo traigo pues, ya que se muera ¿no? porque yo lo llevé, hice todo lo posible para llevarlo al médico, y p’us los médicos me dijeron que era bocio y que tomara mucho, que comiera mucho cómo se llama, mucho rábano, o sea de yodo pues, pero pues parece ser que se me empeoró más, y ya. A la hora que llegamos mi mamá, porque mi papá estaba un poco enfermo, ensilló su burro y se fue a Ahuelican con ese señor que acaba de morir hace poco, era su compadre, entonces fue y lo trajo, llegaron aquí como a las cinco de la mañana, cuatro de la mañana, y ese señor fue a cortar el cecetzin, aquí abajito y trajo hoja, el cecetzin y no sé cuantas cosas más; y entonces a la hora que me da de ese, de remedio, era algo así como lechoso y este, me lo dieron ahí sentado allá, pero ya no me lo dieron a tomar porque yo ya no podía beber, entonces me lo empezaban a dar con algodón, y se sentía pero gacho, feo pues, sentía el sabor, pero me decía él, el curandero: pero es que tienes que hacer todo el esfuerzo que puedas para que te lo tomes y... ¿No te lo dio en lavado? No, bebido, y entonces este, me molieron no sé cuantas cosas, a mi mamá le dijo, que moliera, cuando ya me acabó de dar el remedio con algodón; bueno yo no sé como le hacía el señor, porque me abría la boca y trataba de abrir las cuerdas bucales y entonces aventaba el chorro, porque primero te digo, hizo el intento con algodón y dármelo, y pues vio que no podía pasarla o sea, cuando salía, ya no podía pasarme ni la saliva, ni casi nada de líquido. Y entonces este, me abría la boca, no sé con que me abrió, con la ayuda de mi mamá me aventaron el líquido, el remedio pues; y ya lo tomé, más bien lo metieron y este... ¿Y ocuparon ayunadores? Sí, por supuesto que sí, yo vi que había gente, yo sí me daba cuenta, pero ya así como tirado, así como muertito. Aparte de la tomada me pusieron otras cosas aquí en el cogote, y ya, pero tenía como tres días que no probaba alimentos, no podía, y de repente cuando uno entra en trance es muy feo porque tú quieres regresar, es algo muy, entre desesperante, bueno mi experiencia fue mucha desesperación, porque yo sentía que me iba, me iba, me iba, me iba y así como morirse pues, de irse y entonces yo empezaba a gritar: ¡Regrésenme! ¿no? o sea, me siento mal, y el señor rezaba y rezaba, me sahumaba; y de repente hasta que por fin llegó el que me llega me hace mal, me pegó de la nuca, y me dice: hasta vamos a ver si deveras eres charrito. ¿Qué es charrito? Pues como capaz, así de valor y todo. Él me lo dio (el mal) cuando estaba casi terminando la secundaría, niño todavía, y yo me acuerdo que sí pues me tocó, ese señor el que ya murió. Te acordaste con el... Eso, es que ves a la gente y te acuerdas, no sé si se te viene todo a la memoria, muchas cosas, pero de esas tantas cosas pues no ves, entre que dices bueno este no me hizo daño, fulanito tampoco me hizo daño, como que haces un recuento de tu vida. Entonces este, y entonces llega un momento en el recuento de mi vida y se presenta ese señor, entonces me pega acá, y entonces me dijo eso: ¡Hasta vamos a ver si deveras eres charrito! Y pues yo lo que hice, voltearlo a ver así, estás borracho ¿no? le digo, ni te entiendo y ni te importa si voy a ser o no soy no, creo que a nadie le importa; agarré y me subí al camión y me fui, a Iguala y pues vi de que él fue el que me hizo el mal. Entonces, este cuando vieron o sea , yo creo que vieron eso o sintieron que yo ya había visto a la persona o no sé como es eso, porque me empezaron a regresar, me empezaron a regresar, a regresar, a regresar... ¿Te bañaron? No, en ese momento no, a mí no me bañaron durante, como tres o cuatro días, después me bañaron, porque yo tenía esta cosa de, aparte de la toma a mi me pusieron muchos remedios, no sé qué tanto, acá en el cuello amarrado con un trapo, algo yo creo muy fuerte, que fue tan fuerte que cuando yo regresé 83 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 84 yo inmediatamente pedí que me trajeran de comer, yo tengo hambre, y dijo el señor es que ahorita no te podemos dar, y ya así como desesperado porque yo ya sentía que sí ya empezaba a pasar saliva. ¿Y vomitaste? Nada. ¿Y no sacaste nada? Nada, yo no saqué nada, o sea fue el golpecito que me adormeció el cuello, pero en ese momento, o sea cuando yo estaba me imagino alucinando no sé. Y ya a los cuatro días me destaparon el cuello, fue impresionante porque cuando me quitaron eso, bueno ya creo que al rato o en la noche o al otro día me dieron ya de comer y p’us ya, o sea sentí un poco lastimado porque me abrieron, ‘ora sí el gogote, el gogote para el remedio, y como que sentí algo así que me raspaba, y creo que fue que metieron y lastimaron un poco, pero fue como un rasguño nada más, pero no fue así que digas, que fue el remedio que me haya hecho eso, no, es por la presión que hicieron para abrir, ‘ora si, el gaznate, y entonces este, y ese dolorcito pero así como algo basura pasaba no, como que me molestaba; pero a los tres días eso yo ya no lo sentí, cuando me lo quitaron esto todo esto lo tenía quemado del remedio que me pusieron en el cuello, pero quemado, quemado así negro, pero negro, y entonces me quedó todo esto, no salí casi durante quince días. ¿Y de las alucinaciones te acuerdas ? Yo nada más me sentía que me iba, como algo lejos, así como que te vas haciendo pequeño, pequeño, pequeño, pequeño, pero así como que, cómo se llama... te vas, como que estás suspendido en el aire pues, entonces como que me iba así, y entonces conforme yo me iba yo me hacía pequeño, y entonces este, yo no quería llegar a ser miniatura, eso sí yo me acuerdo muy bien, o sea no quería ser chiquito, no quería desaparecer porque como que la intención del remedio era desaparecerme, deshacerme pues, desintegrarme, y no, no, no ser nada ya, como si uno se fuera a esfumar. Y es, de veras, es impresionante, realmente impresionante eso y bueno, llegue hasta una, cómo se llama, llegué más o menos a ser así, y de, cuando llegué a ser así, este, ya me regresaron con rezos o con sahumadas. Yo vi, empecé a ver que me pasó en tal fecha, que me pasó tal fecha, pero, cómo te diré... Y cuando llegué a, al que me da el mal me doy cuenta, y cuando me doy cuenta de qué es, o sea me saqué mucho de onda. El chiste es que vi, al que me hizo el mal y, y bueno el mal se fue, pero fue chingón, no era bocio. ¿No volviste a sentir molestias? Nada, hasta la fecha, y te digo es muy impresionante porque, pues yo no creía, y no creía con, con mi situación pues de donde, de donde me estaba formando, eso no, además que no era de Dios... es al fin que te vas, te vas, y haces un recuento y además del recuento lo puedes estar diciendo, lo puedes estar hablando, o no lo puedes decir pues, o sea puedes quedarte callado, yo, por ejemplo fue callado, fue en silencio, pero yo hice todo ese recuento, yo oí que dijo el curandero dice ya lo vamos a regresar, ya lo reconoció, ya al menos reconoció. Y este, ya te digo me regresaron... también, y pues no podía gritar, ora sí que las cuerdas bucales estaban tensas (risas). Don Pablo Cuesta Xalitla, 22.X.93 Don Pablo es un hombre de aproximadamente 80 años de edad, originario y residente de Xalitla, casado, con ocho hijos, excelente conversador bilingüe (náhuatl-español) que conoce bastante bien las tradiciones de zona. Es uno de los pocos en Xalitla que aún conserva el atuendo de manta. Es comerciante, y en su juventud, en una época en que no había carreteras y los caminos no eran muy transitables, trabajó muy duro como arriero. 85 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 86 Compraba ganado y/o cerdos en las comunidades más alejadas para luego venderlo en Iguala. Desde el primer contacto me relata, sin empacho, con placer, algunas historias que conoce. Me describe con detalle la creencia en el “lagarto”, animal acuático que cuando crece el río y lo quieres atravesar, te puede tragar con sólo abrir sus grandes fauces. Don Pablo mismo, en una ocasión que atravesaba el río, se asustó al ver al lagarto. Tratando de salvarse intentó matarlo disparándole con un rifle, pero por más que lo intentó no pudo atinarle. El lagarto siempre se escapaba. Don Pablo asoció el relato anterior con otro que conocía sobre un gran pez capaz de morder a los hombres y de jalarlos hasta el fondo del río o de la laguna para ahogarlos. Leyendo los manuscritos de Sahagún, encontré el relato de una creencia prehispánica en un monstruo acuático que llamaban “Ahuítzotl ”. Este monstruo es descrito así : “... tiene la cola larga y en el cabo de la cola una como mano de persona; tiene pies y manos, y las manos y pies como de mona; habita este animal en los profundos manantiales de las aguas; y si alguna persona llega a la orilla del agua donde él habita, luego le arrebata con la mano de la cola y le mete debajo del agua y lo lleva al profundo... y dende a pocos días el agua echa fuera el cuerpo del que fue ahogado, y sale sin ojos y sin dientes y sin uñas.” Quizás los relatos de Don Pablo se hayan originado en esta antigua creencia descrita por el fraile del siglo XVI, aunque más bien puede relacionarse con el mito de “Cipactli”. 21.X.94 Don Pablo se queja de que su perro quedó malo desde que una vez, cuando lo llevaron a cuidar los chivos, se encontró al coyote. Me explica que cuando un coyote te mira de frente se te ponen los pelos de punta, pues tienen una mirada que espanta. “Hay gentes que tienen un doble, esos pueden hacer el mal”. Si el doble es un coyote, luego se anda comiendo las gallinas y las sandías ajenas. “Son re tragones”. - SAHAGÚN. Op. cit. p. 648. 19.II.95 “De joven era parrandero. Un día me espantó una perra. Los sábados, cada ocho días, había baile con música de orquesta. Una vez me mandaron a cuidar a mi hermana al baile y allí la dejé... ’taba oscuro, yo nomás traía un cuchillito. Me desvestí para atravesar el río que estaba grande, crecido. Entonces se me apareció una perra grande, las tetas le aplaudían, me atajó dos veces, yo no le atinaba con la daga, vete a donde vas, no cargo miedo, le grité. La perra se fue”. “Por fin llegué a donde estaba la música y me agarró un miedo... pero ¡miedo de veras!” Las gentes que estaban en la fiesta y me vieron llegar, me dijeron: ¡lo espantaron, cabrón!” “Ya no me pude venir sólo. Hasta que esperé a las mujeres me pude regresar”. 17.III.95 Para Don Pablo, “echar topontli” es una enfermedad que se adquiere cuando un “cuate” se enoja y le “echa malo” a alguien. Al que recibe el daño se le hacen unas bolas en la cabeza, atrás y debajo de las orejas, en el cuello, en las axilas o en la región inguinal (al parecer hay inflamación de los ganglios linfáticos). Dice Don Pablo que hay que encontrar otros “cuates” o gemelos para que curen al enfermo, si éste no se cura, entonces esas bolas que le salieron, truenan y sale la pus. Me explica que tanto el “couasihuiztli” como el “topontli” se pueden echar en el aire. Una vez que Don Pablo andaba queriendo enamorar a una muchacha, ésta se enojó y le “echó topontli”. Tuvo que ir hasta San Juan con unos “cuates” para que lo curaran. La curación se hizo con saliva y ceniza, sobándole en la parte dañada, en la bola, y el problema se resolvió rápidamente. 12.IV.95 Bajando del autobús, en la parada de Xalitla, me encontré a Luis Tapia, el “loquito” que anda vagando y que nadie sabe de dónde es (él dice que es de Dolores). La gente del pueblo le da de comer. Don Pablo no cree que sea “loco de nacimiento”. “Hay mujeres malas... nomás lo han de haber engañado”. 87 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 88 13.IV.95 “Ya no hay respeto, antes, en Semana Santa, no se tocaban las campanas, ahora siguen tocando todos los días, hasta hoy que es Jueves Santo. Antes, durante los ocho días de la Semana Santa las señoras dejaban de lavar, ahora ya no dejan de hacer nada”. 14.IV.95 “Esa mujer, Alfonsina, es mala, le gusta darle al gusto. Ha tenido varios maridos, yo creo que ella misma los ha mandado matar. El primero se peleó con el amante, ya lo iba a matar pero falló los disparos, luego el amante le arrebató la pistola y con el último tiro lo mató. Ella puede alquilar, con tal de fregar a alguien”. 13.VII.96 “Ese Pedro T. era muy loco, grosero, se volvía mujer. Yo le decía : si eres cabrón, ¡vuélvete mujer!” De Don F. G.: “Así fue su nacencia ¿será brujo? ¿tendrá agua?” (en la región occipital tiene una tumoración, aparentemente blanda, que oculta bajo el sombrero). “En San Agustín Oapan hay una muchacha que sabe curar, de nacencia, su mamá es Chona, su padre ya murió, era Juan. La suegra no la dejaba curar ni sobar”. 14.IX.96 Don Pablo comenta sobre las “tlacotlácatl ”, o medio-hombre, es decir, las mujeres lesbianas : “C. era una mujer que se hacía pasar por hombre. Se juntó con la “China”. Al montar a caballo, C. se montaba como un hombre, a nanca. Vivían juntas, eran “locas” pues. Hasta que se la quitaron y la “China” se casó con un hombre”. “C. se emborrachaba con los hombres, con los señores. Un día la emborracharon y le quitaron los calzones para ver si de veras era hombre. Aventaron los calzones a un guamúchil. Mejor se fue a Teloloapan. Pero se quedó con un hijo ilegítimo de la otra”. “La gente no se admira de eso. Hay otros casos: Clia (hombre) andaba con J., J. ya hasta se casó. P. y Pa. vivían juntas, Pa. ya falleció. Se dice cuicuichiltzin: puto, fresco”. Doña Blanca Serna Xalitla, 22.X.93 Tiene unos 70 años, casada, madre de ocho hijos, originaria y residente de Xalitla. Dedicada al hogar. Doña Blanca me explica que a una sobrina que presenció un accidente la tuvieron que curar porque “se asustó”. Una señora del pueblo le “echó los maíces” para saber qué tenía y luego “le fueron a regar”. Cuando le pregunté qué significaba eso, me explicó que le quitaron los malos vientos y luego fueron a dejarlos en algún camino, en donde se coloca una pequeña ofrenda. La persona que tenga la desgracia de pasar por allí y pise la ofrenda se llevará los malos aires consigo. 89 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 90 La delicada labor de las curanderas se ve obstaculizada de múltiples formas. Muchas veces deben actuar en secreto o con mucha discreción. “Hay gente que cura, pero sus maridos no las dejan curar porque eso acarrea envidias”. 04.III.95 Doña Blanca está preparando un té, un remedio. Se llama té de la salud. Le dijeron que es muy bueno para los cólicos. “Le dan cólicos a la gente que hace muchos corajes” me explicó, “con eso se alivió una señora que no quería a sus nueras, todas las mujeres que el hijo le arrimaba, ella se las corría, no le gustaban, ya iban tres, pero con eso se compuso”. 17.III.95 “A Pedro T., el cihuateyuga, cuando lo descubrieron disfrazado de mujer, lo apalearon y él nomás pedía clemencia. Un maestro, al que seguido asustaba Pedro T., le advirtió que ya lo dejara en paz y como aquél seguía molestándolo. Un día le contrarrestó la brujería con oraciones”. “La cihuateyuga asustaba a los hombres y los invitaba a seguirla”. “A Doña Marcia le dicen María Virgen, porque una vez se le apareció un santito”. “El mal hecho se llama couasihuiztli”. 16.IV.95 “A mí Don Chico me dijo que yo tenía cochinada y que por eso me dolían las rodillas, me sobó, pero no me alivié, seguí mala”. “Una brujería se llama oquitlaualticali, significa que le dio de comer para que se amanse, para que mande la mujer, esas son mujeres groseras”. 16.VII.96 ¿Ixtencualolixtli, dice usted? Mal de ojo, porque va quedar sus ojos colorados, colorados. Y con harta lagaña, va... ¿Y qué le pasaba? Nada, pues, nomás no veía yo. No veía yo, me lastimaba el sol. Me agarró cuando era el tiempo de las aguas, pues iba yo a trabajar. Salí, pura lágrima y bueno, pues... lo hace sentir, no vas a ver, nomás vas a ver como... se compone uno hasta que ya se cansó la misma enfermedad. ¿Y cómo se atendió? Pues despacio, me fui componiendo. Me echaba yo gotas o me echaba yo, este, unos remedios. Ahí como unos más... como vara, si y allá me echaba yo unas hojitas y... agüita. Pero más me dolía, duele harto. Y así me fui componiendo, con eso. Las gotas no, no me curaba. Yeyecacouasihuiztli ¿Qué dicen que son, esos aires? Son aires, pues, dicen que las hormigas son aires, porque ellas no toman agua, ya los agarró los aires de las hormigas. Y allá los van a dejar tamalitos, allá donde está la hormiguera, ajá. De a devis, de veras les dejan, pues. Nomás que le lleven tamalitos, que le lleven maíz molido, que le ... y les piden de favor que les... niño alguien que se espante.., y si se alivia y de veras... se le hace... ¡de a de veras! 21.VII.96 “Cuando a una persona se le da remedio no se le pueden acercar personas que no han ayunado, debe permanecer encerrado. Hay dos posibilidades de que se quede loco, una porque no sacó todo el remedio y otra porque lo dejaron salir enseguida de que lo bañaron y le pegó el aire”. 13.IX.96 “Tlaminque o chapulinero es el que puede echar cochinada, o chapulín. Los animales que se arrojan después de tomar la toma pueden ser, caracol, sapo, culebritas, tachichi (culebritas güeras con manitas), moscas y cabellos”. “Si la persona es curada por el remedio, éste le da la posibilidad de poder “echar” y algunas de estas personas que pueden dar tienen la facultad de poder ver el couasihuiztli”. “Una señora me confesó que “podía”, se envía mediante un soplido, y al salir el aire se ve como una pequeña llama, algunos pueden ver cómo el couasihuiztli se ve como lumbre, ¡anda como las luciérnagas por el pueblo!” “El cecetzin es miedosa, porque es mujer, y si se hace ruido mientras está la curación, ésta se va, quiere que esté todo en silencio”. 91 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 92 15.X.96 Doña B. cuenta sobre la ocasión en que se enfermó a causa de que algún “cochino” que le tenía envidia le habló a los aires de arriba para que se llevaran su sombra; dice que quedó sorda, le dolía la cabeza, no podía dormir y sentía que le picaban como con espinas en sus cejas. Recuerda que esto sucedió un miércoles, y un jueves muy temprano Don P. montó su caballo y se fue a San Juan Tetelcingo a “rifarla” con un jicalero de allá, éste fue quien le dijo que algún cochino le habló a los aires de arriba. El viernes vino a “regarla”. Después de ayunar, la “regó” a las doce del día y luego otra vez en la noche, y para el domingo ya no tenía ninguna molestia. 26.XI.96 Papayotzin: “como no tiene sentido, está loquito”. Papayoua: “como loquitos”. Quicocuayohlo: “le duele su pecho”. Tlayocoya: “tiene sentido, está pensando, si ya no tiene su papá”. Melajtlauele: “corajuda”. Tlalmestli: “como luna, anda alumbrando en el suelo”. Icpactetl: “piedra”. Oquicuili tlaseuan: “le quitó su sombra”. Ixtencualoliztli: “mal de ojo, quedan bien rojos tus ojos se pegan de noche con harta lagaña”. Oquitonalcuili: “se espanta”. Isantiquisas: “lo va a pasar a traer (a atropellar)” Tlalpac chaneque o tlaltipan chaneque: “aires que los nombran cuando van a dejar tamalitos”. Ocasique: “le agarraron”. Oquiyolcuaque: “lo mataron, lo comieron los mismos brujos”. Oniquelon: “te desconcertastes si te caíste, tu pie, tu mano”. Otlecototonqui: “si tienes calentura, si subió la calentura te puedes poner loquito”. Ocasiquimalora: “alferecía”. Ocasicyeyecatl: “espanto”. Ocatilan: “lo llevó el malo, lo jaló el río”. Mihcatlatlaxistli: “tos ahogadora, les da a los chiquitos”. Doña Petra Cuesta Xalitla, 06.III.95 “A Doña Flora la hicieron enloquecer y todavía no se le quita, aún le queda algo. Se trata de una brujería que se puede hacer ayunando quince días, los días martes, jueves y viernes. Cada ayuno se corta una vela y se le unta, o pone cebo y chile. Primero se limpia la vela cortada, con la ropa interior de la persona a la que se quiere volver loca. Cuando se juntan las quince velas, las llevan al cerro junto a una cruz, catorce se entierran alrededor de la cruz y la otra en el boquete de las hormigas, esta última vela primero se baña en agua bendita”. “Eso le hicieron a Flora, por eso perdió el sentido, andaba riéndose, se orinaba en la calle, era agresiva, le gritaba y golpeaba a la gente, la amarraban porque si no, corría, gritaba y saltaba”. “Le voy a dar una receta para el “mal hecho”, para que la utilice en caso de que se lleve alguna “herencia” de Xalitla. Anótele: tlacopactli pizahuac, tlacopactli tomahuac, mostaza, una cabeza de ajo, pimienta, clavo, comino, orégano, dos chiles guajillos, bálsamo, aceite rosado, aceite de alumbrar (vegetal), media 93 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 94 botella de aceite de olivo, cebo, tuétano y tantito petróleo. Todo molido se fríe en la cazuela, se deja que hierva. Ya que está tibio, se echa en el cuerpo con hojas y golpeada de higuerilla”. Se fue a hincar empezó así se, se paró, agarró su sahumerio, empezó a gritar, ay yo ya, yo lo estoy oyendo, yo lo estoy oyendo, estoy cerca de este cerca del corral nomás detrasito pero está cerca, bien lo voy viendo que el... bien que lo oí que como le estaba nombrando los aires: cotsiltic yeyecatl, sepohca yeyecatl, cosamalotl yeyecatl, este negro viento y rojo. Ya no me acuerdo que más vientos los nombró, pero los estaba nombrando, pero estaba con su sahumerio así, dice aquí se va a aparecer quién lo vino a dejar esa, ese dinero y de veras pues, pues que era mi cuñada, su hermana. Mi marido el primero, se comenzó a enfermar, agarró pura tos seca, pura tos seca, dos años cumplió con esa tos y aunque más los doctores, aunque más los llevaban, no se alivió, se murió. Era jovencita, pero sabía también. ¿La hermana de su marido? Pues quizás me tenía odio mm. ¿Pero era para contra usted? Para contra mía, ujum, hey para contra mía, que me muriera yo también. Porque mi marido ese le hicieron, su tía y su papá, algunos padres son malos eh, aunque sea en toma pues yo lo oí cuando le dieron remedio, lo tomó el remedio y te va a enseñar todo, todo lo que le hacen, él lo enseñó estaba hablando, no, le dice papá si usted así me haces, me voy a, me voy a, te lo voy a regresar no, mejor que termine yo de una vez, ajá, y no pues no, no quiso. ¿Su papá le había hecho daño? Sí su papá, con su tía, porque se había juntado, se murió mi suegra, se había juntado con la misma hermana, ujum. 08.X.96 ¡Ah! ¿Usted lo tomó? Si lo ‘vía yo tomado... ¿de qué estaba enferma cuando lo tomó? No, no me hizo nada, y cuando vino un compadre... (pausa), ese es miedo y completamente cae uno, no puedes hablar, no hace efecto... ¿cuántos... cuánto remedio le dieron, cuántos vasos? No... me dieron como tres vasos, ese de primero me habían dado nomás dos, me dio una señora pero no me hizo efecto, entonces cuando vino ese mi compadre, entonces si ese si me entró... ¿Y ocupó peones, ayunadores? ¿Como cuántos? Como... nomás dos, tres, tres con él si... ¿le dio el “cecetzin” solito o le puso de otro? No, no, puro... ese da puro no más puro no le echa alguna cosa, ese puro, ese cuando me dio mi compadre me dio tres vasitos así, tres vasitos, primero me dio uno, pero en seguida me dio otro, la tercera otro me daba no más medio pero dice, no si está fuerte mejor tómalos los tres, ah entonces si me quedé como borracho... te va a entrar, te va entrar pero fuerte vas a sentir que... ya no pues, te vas a entumir, de verás como borracho... mm... yo (baja la voz)... tenía yo... tenía yo la enfermedad de cochinada... Entonces que lo vi... lo ‘vía así... bueno yo digo pues te vas a condenar, lo vi como... lo vi como arco iris... Ajá, lo vi así, le digo entonces que lo veo en cruz, lo veo en cruz entonces lo veo esa señora que, que me dio el té, le digo mira no te echo, no te echo el tizne porque se echaba tizne para que no lo convirtiera yo, le digo no te echo tizne, ya te conocí y si me quieres matar pues de deveras que me mates,... aquí está le digo, aquí está lo que me diste ¿pa’qué lo quieres? no me pude... no me pudiste matar... 95 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 96 ¿Y veía usted a la señora? Si yo veía, ujum, lo veía yo la señora que estaba aquí... sí, y entonces cuando ya cuando ya lo vi todo entonces yo les hablé, les digo por favor que me alevanten... que me alevanten, por favor, y que me agarro a la señora de aquí, que me alevanto y como me senté no más así en la rodilla pero no pudo... no pude, hasta cuando ya le digo ahora pues... le digo, no puedo, ahora sí, que me echen agua, le digo, no puedo, no tengo fuerzas pues, me ablandé, y cuando me echaron el agua vino un dolor gran y me sentaron así nomás en las piedras, me senté en la orilla así cuando sentía... pero dirás, bueno, así como nacen las criaturas, mira pura agua... pura agua amarilla... que apenas le habían echado pintura de amarillo, porque mi vientre nomás se pone así, si como mi tortilla nomás se pone así ¡uf! se esponja pero mi vientre... no aquí, aquí... ¿lo sacó todo esa vez? Sí... ¿también le dio pa’rriba o nomás pa’bajo? No, me dio pa’rriba también, pa’rriba también me dio, pero no lo saqué nada, ahí no, no saqué nada, ahí no, no saqué nada, pa’bajo no más... pa’bajo lo saqué le digo, agua amarilla... me había dado pues mi compadre! Usted le habló al remedio también o nada más... ? Yo, yo lo hablé cuando lo tomé, ajá y cuando lo tomé... que me ayude y que me saque cuanta cosa tengo, yo nunca como por allá, nunca como alguna cosa, sí como, cuando me da uno de familia, pero nada más para comer una cosa, no tanto comer por allá... Y me daban... me daban cochinadas, me decía el remedio que me abrió mi boca, lo vía yo culebras, lo vía yo alacranes, lo vía yo lagartijas allá ya... yo me tapaba... no... no yo no quiero, yo no le deseo nada, yo lo que deseo... mi alma, eso es todo... que viva yo... Para rifar, para rezar, para arrebatar a usted una cosa, una mujer o un hombre, eso me daban pero yo no lo quise... No, no, no, de por si no quise nada, no, no yo nada, algunos si lo reciben siquiera para apachurrar uno pero yo no yo no yo de plano yo les dije... les digo yo quiero siquiera que me lo saque todo, yo no quiero cochinadas ¿para qué? yo quiero... para que ande yo por allá apachurrando, que ande yo por allá dando remedios, no yo no quiero nada, yo quiero irme. Y esos que reciben, ¿son los que les dicen... los que tienen brujitos? ¿o son otros? Si lo vas a recibir pues vas a poder... vas a poder al prójimo, si te hizo enojar, pues le vas a echar mm... no, yo no me gustó eso, no me gustó, de plano, de plano no me gustó, no, no, no le digo yo no quiero nada, lo cerré mi boca le Testimonios de un pueblo nahua digo lo que yo quiero mi salud, quiero seguir viviendo, Dios mío... ayúdame, ayúdame, mejor que... siquiera que me alivié, yo pero yo para los que... mis cosas, no, yo no quiero, es pecado, es pecado. Entonces los que tienen su brujito, ¿es otro o son esos? No es otro, es otro, éste lo vas a recibir... si lo recibistes en una mosca o si... toda esa cochinada... tu abres tu boca que se metan..y vas a poder... los vas aventar mm, los vas aventar no más deveras te vas a... aquí te vas a enseñar ¡vaya! si Dios, Dios te aventó aquí con... de por si vas a poder ese es de, de su nacimiento uno, pero si no más aquí te enseñas, también vas a poder pues... Esos brujitos, es que cuando nace uno ya lo trae. De por sí... de por sí trae uno trae uno de su nacimiento y también trae uno si es hechicero, ya lo trae de su nacimiento, algunos así... ¿Cómo se dice en mexicano? P’us nahuatli... nahuatli... ¿Nahuatli? ¿Y al hechicero cómo se le dice? Laminqui ¿Y los que pueden echar cochinada? Pues así pues... laminqui... laminqui. ¿Y a los que apachurran? No sé eso... no más les dicen este mira aquel... ese señor puede apachurrar, puede sacar cohuasihuiztli... Si, ya te digo pues aquí en el mundo yo para que, yo soy mujer pero simple, yo no quise nada para nada deveras, deveras no más es eso... Algunos sacan animales, algunos si no se dilatan entonces sacan animales y quien ya dilato no ya no se puede. Para enseñar eso... El doctor no puede esa cosa para que lo saque, solamente hubo otra persona que deveras puede... es el difunto mi compadre, si lo llevaban lejos, yo le decía, le platicaba, yo le digo: mira compadrito, no te avientes lejos te van a matar, dice ¡ay! comadre, dice ¡ay! deveras que me van a matar, pero yo no ando... yo nomás no robo dinero, yo si veo que los... entran, pues le pago y si no le entra yo no recibo dinero, no comadre dice, hay que ver a ellos. Porque una señora deveras también podía, yo digo que podía porque mi difunto... mi marido, este le había dado remedio porque nomás crecía su barriga, crece su barriga, entonces si le dije... le digo mira, quieres tomar remedio, te voy a alquilar a doña Lucina si, dice, a poco puede, le digo pues a ver si ella quiere, le digo, a ver si Dios quiere, a ver si te compones pues que lo vayas a ver, y sí, fuí a ver a Doña Lucina, vamos a mi casa, dice ¿quién esta enfermo? Le digo pues mi marido, así está y así está, dice ¡ah! entonces ái voy, le digo no, no me digas que ái voy, ahorita vamos traigo mi burro, ahora 97 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 98 vas a ir, ella era medio durita, dice ¡ah! entonces espérame voy a... me voy a bañar, no allá te vas a bañar, hay agua también, y sí, deveras, deveras lo traje y llegó, le digo ahora báñate para mañana sí, mañana le vas a... se bañó la señora desde la comida y le di de almorzar, le digo almuerce bien para mañana, pero temprano que lo... que lo echen un cafecito y sus pancitos aunque sea uno, le digo ah bueno pues, le puse café. Entonces tomó café temprano, bueno, una tacita, y entonces para todo el día ya, le digo, qué ¿no vas a comer? No, dice, yo voy a comer hasta mañana que... sí, que ese sí daba de noche, ajá, yo voy a comer hasta mañana si veo que ya... que ya se alivió, entonces mañana... ¿A qué horas le dio? Las ocho de la noche, pero cuando llegó a las doce de la noche ya le había entrado... No p’us para cuando llegó la doce de la noche ya estaba bien borracho, ya lo habían dado, y empezó a hablar, a donde lo dieron, a donde lo hablaron de este alguien, cómo le hicieron, como le gustaba tomar le ‘bían puesto, ahí donde esta la fruta, al frente, ahí se lo dieron, ni lo vio él, hasta a donde le dieron pues cochinada. Él mismo le pidió sahumerio, se paró él mismo... lo ‘bían enredado y él mismo se desenredó con el sahumerio le dio así, de lado y volteado, entonces si lo vi y me senté ahí, estaba yo viendo como iba rezando,... pero primero Dios me voy a aliviar, terminando eso lo sacó una bola de cabellos y una mosca estaba ahí dentro del cabello, una mosca, pero verde este paquete no le dejaba ni comer... ¿Eso le habían dado? Eso... sí pero lo, lo había sacado pues, esta cosa que le agobiaba... ¿hasta a qué horas lo dejó el remedio? Lo dejó como a las doce del día, amaneció, no lo dejaba como hasta como a las doce lo dejó, porque él como podía rezaba, lo hablaba, otra vuelta lo hablaba, para que yo quiero que me saques todo... le dijo la señora ya, ya... ya está bueno, ya está bien, ya no reces, ya no le hables, yo te voy a bañar, lo bañó y ese remedio que se había quedado lo coló, lo juntó y lo sacó afuera detrás de la casa lo fue a dejar... ¿qué le hicieron a lo que sacó, a la bola de pelos? Pues ése, ése lo quemamos. Oye, dicen que si... que si cuando toma el remedio y no lo saca, ¿que se puede volver loco? Ajá... Bueno, sí lo creo, uno que ande de lucas, mujer o hombre que ande de loco y te ve, te pones loco mm... y ya no te alivias, por eso te estoy diciendo, si te dan uno remedio ya no sales, hasta lo bañan bien sale de tres días... ¿Cómo hacen cuando se ponen locos? P’os nomás salen corriendo y... salen corriendo, y bueno lo amarran. Alguno Testimonios de un pueblo nahua dice que cuando te dan ese remedio, algunos pues piden... piden su defensa, pero yo no quise deveras, no quise para nada... ¿También el tenechiate pone loco? También... y también ese Tepexquil... Tepexquil también lo hace loco uno, si lo vio una mujer loca o un hombre loco, que es de por sí... de por sí ya no se alivia, se ponen locos o locas, y hasta así se mueren pues, ya no se componen... Tlacopactlitomahuac... tlacopactlipitzahuac y este... hueypactli, ajá... ese también es peligroso... (pausa), tepezqui también es peligroso... ¿ Tepezqui? Es un palito, tiene este su, su semillita como huesito... si tiene talco y se lo toman, te va a dar pa’rriba y pa’bajo... Yo no sabía yo eso yo lo vi, me ‘bía yo mira... me ‘bía yo, quién sabe qué cosa tuve... así estaba mi pecho, así mira hasta lo bía yo, pero como ya estaba blandito, hasta como ya se va a reventar... de muchacha, señorita me pasó eso... fuí a lavar y llegó un muchacho, dice ¿qué ya te vas? Le digo sí, yo ya me voy, ya acabé de lavar... yo si pues de por sí soy corajuda, le digo ¿qué, por qué, que me ayudaras a lavar? Dice: ah no, pues es que yo te quiero hablar, le digo ¿porqué 99 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 100 me vas a hablar, que te debo? y me quería yo pasar, así, y no me dejaba, y otra vuelta vengo pa’cá, y me atajaba, y entonces dije... a ver cómo le hago, y no me fui, así, y corrí pa’cá... me dio ya nomás aquí... aquí ya no más me dio... ¿La tocó nomás? Nomás me tocó tantito, luego luego se me hizo como las tortas, como a las tres ya estaba la bola así, pero así pallané, pallané, entonces puro metate pallané, al terminar de pallanar, mira, me agarró un calenturón, pero calenturón, y vino un... un primo mío, y me dice, ¿qué cosa tienes? Le digo ya me agarró calentura, pues dejálo el metate, dice, va a llegar a remoler mi tía, dejálo, le digo ¿sí, verdad? Pero ¿si se enoja? Dice, no, acuéstate. Vino mi papá, dice ¿qué cosa tienes? Le digo pues tengo calentura y aquí mira ya se está hinchando, dice ¡hijóle! ya ¿qué cosa hicistes? Le digo, nada, no le quise decir a mi papá, ajá, pero como ya le había dicho al otro... y le dijo a mi papá... fue por lavar, dice ah bueno, entonces lo voy a curar,... ese remedio que te estoy diciendo, le dice mi mamá untálo este... lo voy a echar este remedio... ¿Y esta enfermedad que tenía usted cómo se llama?¿No es eso que dicen... couasihuiztli? Ajá, dice pues... lo echó todo en ese remedio y me lo echó de tarde, a estas horas ya me lo está echando, todo este pa’allá, todo me lo echó, todo aquí en mi pecho, aquí mero en la bola y qué cosa cuando amaneció ya estaba bien aplastado, hasta como que se quedó como güero, deveras, por eso, por ese remedio también... Y el muchacho ese ¿“podía” entonces? Podía pues, podía... pero desde su nacimiento. Los aires que conoce: “Citlalcruz”. “Citlalcueyo”. “Citlalixinecuil”. “Amichin”. “Axolotl ”. “Alamantzin”. “Ahuehuentzin”. “Alagarto”. Xalitla, 7 y 12.X.96 Sobre las “regadas” Sobre los tamalitos que se hacen en forma de hombres y mujeres, señaló que cuando se “riega” entre nueve y diez de la mañana, sólo se necesita hacer cuatro muñecas y cuatro muñecos; si la “regada” es a las doce de la noche o a las doce del día, se deben hacer seis hombres y seis mujeres, y si es a las tres de la tarde se necesitan cuatro y cuatro. Además de estos tamalitos, en una regada se utiliza una tira hecha con azúchil y algunos manojitos que se van poniendo cruzados sobre la “U” que se forma con la tira de azúchil. Estos manojitos se llaman mauxúchitl. Si la regada es a las doce de la noche o del día se deben hacer doce manojitos. “Cuando pasa el remolino, entonces lo lleva su sombra”. Sobre las enfermedades de los niños. “A los niños no se les da remedio (la toma) hasta que cumplan quince años”. “A los chiquitos les echan ‘daño’. El daño se cura con epazote majado, mezcal y sal, con ése lo limpian”. “Ése lo curan unas personas que pueden sobar. Lupe puede quitar el daño, cuando los soba los deja la calentura”. “A los grandes no les hacen ‘daño’, nomás a los chiquitos. Si son dulce su sangre, si es débil, les dan daño”. “Daño se dice tlaixuijli”. Sobre Marcia, considera que es una buena curandera. Dice que ella vino a vivir a Xalitla después que en San Agustín Oapan su primer esposo la golpeó desnuda en la calle, que al llegar a Xalitla ya estaba embarazada de su primera hija, y que Don Salvador es su segundo esposo (don Salvador es sobrino político de doña Petra). El Tenexiatl El tenexiatl, que es una hoja ancha, se muele con ajo, alcohol y majada (estiércol) de burro, y de esta forma sirve para hinchazones. Se puede utilizar en animales y personas; si es para algún dolor, se unta en todo el cuerpo, aunque es peligroso. Si se unta hay que permanecer encerrado, hay que bañarse antes y después de untarlo, y se debe evitar ser visto por personas que tuvieron relaciones sexuales. 101 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 102 12.I.97 Comenta el caso de doña Flora. Dice que cuando doña Flora era más joven, casi de recién casada, se “ponía loca”: “Se orinaba en la calle, lo veía su orín como caía, se agachaba para ver como orinaba, se arrollaba, se encueraba, cuando la dejó su marido” La causa de esta locura la atribuye al enojo de la señora Herlinda Magno, quien se disgustó con doña Flora porque ésta se casó con su primo hermano. Entonces, como doña Herlinda sabe hacer el “trabajo” necesario para que la gente se enferme o se ponga loca, en este caso ella fue quien hizo el trabajo para que doña Flora quedara loca. Un compadre de doña Petra la curó, utilizando “avispas negras, mecos y rojas, avispitas, hormigas de las grandes y pintitas y abejas”. “Los insectos se ponen en una botella con agua, se cuelan los insectos y esa agua se le da a beber al enfermo, después se ponen a secar los insectos y se hacen polvo y se comen de a poquito con los alimentos, además se le rezan quién sabe qué cosas”. Después de esa curación doña Flora se curó, pero la opinión de doña Petra es que doña Flora todavía está un poco loca. Niñas Itza y Alejandrina Xalitla, 18.XII.96 ¿Cómo te llamas? Itza. ¿Cuántos años tienes? Siete. ¿Tú has oído hablar de los brujitos? No. ¿Y de los nahuajli? No. ¿Y tú como te llamas? Alejandrina. ¿Y cuántos años tienes? Doce. ¿Y tú si has oído hablar de los brujitos? No. ¿No que tus hermanitos eran “Caballeros”? Sí. ¿Cuántos hermanitos “caballeros” tenías? Tres. ¿Y los tres se murieron? No, nomás dos se murió, nomás uno se quedó. ¿Y ese es “Caballero”? Es una caballerita porque es niña. ¿Y cuántos años tiene? Tiene cuatro, está chiquita. ¿Y cómo saben que ella es caballerita? Porque lo vimos en... mi mamá estaba allá en el monte, y mi hermanito lo llevaron, y sus huarachitos lo perdieron, y se aparecieron en casa. ¿Y tus otros hermanos, cómo sabían que eran “caballeritos” los que se murieron? Nomás le dijeron a mi mamá, porque ya estaba enferma, y le dijeron que ese es, te lo ganaron porque ese es caballerito. ¿Y quién le dijo? ¿Un jicalero? 103 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 104 Sí. ¿Tú te acuerdas de tus hermanitos “caballeritos”? Sí. ¿Y qué hacían? (se queda callada) ¿Qué saben hacer los “caballeritos”? No sé. ¿Y tú no eres “caballerita”? No. ¿Tienes animalito? No. El chivero ¿Cómo te llamas? No sé. ¿Que otros animalitos conoces que son brujitos? Chichi. “Perro”. ¿Y qué otro? Pitzotl, marranito. (Interviene Itza) ¿Qué es Tacho?. ¿Y a tí quién te dijo que Tacho es marranito? Nos contó con mi tía Petra. ¿Qué les dijo? Que es marranito, que una vez lo vieron unos señores que andaba en la calle. ¿Y qué andaba haciendo? Pues estaba ahí trompiando. ¿Entonces Tacho les contó eso? Sí. ¿Hace cuánto tiempo? Ya tiene... entonces pastoriaba, pero ya no sé cuanto tiene. Yo tenía una hermanita, pero se murió porque era perrita. ¿Y cómo se murió? No sé, nomás me dijo mi mamá, porque ella primero nació, primero nació y me dijo mi mamá que era perrita y que por eso se había muerto. Como dije, mi hermanita, no sé cómo es, porque luego saca sus huaraches y luego los pierde, luego vamos a buscarlos para allá, luego no sé, luego llegamos y luego lo hallamos ahí. Testimonios de un pueblo nahua ¿Y eso quiere decir que tiene brujito? Sí. ¿Y qué brujito piensas que tiene? No sé. ¿Y tu mamá qué dice? No sabemos porque no lo ha oído mi mamá. ¿Y los niños así nacen con su brujito? Sí. ¿Y que días nacen? No sé. Tacho decía, nos contó que era brujo, que era pitzotl, era pitzotl, pero, este nos contó que dice que era marranito, y un día un señor lo vio que trompiaba y trompiaba y luego lo fueron correteando, luego lo trompiaba y luego lo vieron, así nos contó, ahí se acabó el cuento. Que su tío lo vio y luego este Cristo se fue para su casa, luego se acostó, luego se volvió pues Cristo, ella me dijo así. Se metió allá adentro de su casa, se metió un marranito, y cuando se acostó en su cama y se volvió Toño. 105 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 106 ¿Y a ti te contaron eso? A mi me contaba mi mamá. ¿Cuántos tipos de “caballeros” hay? Miak. (harto). Esta entrevista termina porque Tacho no quiere contar su historia. Doña Claudia Romero “Cuando alguien guarda su coraje y no lo puede desquitar… por ejemplo, si la mamá desquita su coraje con sus hijos y les pega, así les transmite ese coraje. Luego el niño o la niña se enferma, le da temperatura y deja de comer, para curarlo hay que tender la ropa en el sereno, la ropa que habían estado usando, tal como está, con su sudor, al otro día a las seis de la mañana se rocía la ropa con agua de sal y, así se limpia a la criatura, se alivia la niña, vuelve a comer y cede la temperatura”. “Algunos no creen pero la brujería sí existe...” “En un frasco con alcohol tenían mi fotografía, la foto estaba atravesada con dos alfileres, a la altura de las sienes. Una señora descubrió ese frasco en casa de mi ex-suegra. Yo me separé de mi marido porque una vez lo encontré en la cama con otra. Después de eso me dí a la bebida durante 3 años seguidos, tomaba de jueves a domingo… pero desde que encontraron ese frasco me sentí mejor y ahora, aunque sí me gusta tomar, tomo en menor medida”. A Doña Claudia, con la “toma” se le “apareció” la Virgen de Guadalupe. “¿También a tí te gusta tomar?” me preguntó la mamá de la señora. “¿Por qué no?” dijo la hija “¿Pos qué, no es hombre?” Los “Tepatiani” Doña Concepciona González Xalitla, 02.III.95 Doña Laura Bautista dice: “Aquí hay una viejita que se llama Concepciona González. Le dicen “Nantzin”. Ella fue la primera que empezó a curar en Xalitla. Ya se estaba muriendo porque le dieron cochinada, pero tomó la toma y entonces vio a la Virgen y al Señor, allí aceptó ser curandera. Ella es de San Juan. Ella curaba a los niños cuando tenían daño en el corazón, les sobaba su pechito. Rezaba y ayunaba mucho”. Según el maestro Pablo Aranda, Doña Concepciona González fué “solicitada”. El esposo de Carmen Cuesta, Fernando dice: “Doña Concepción se está acabando por lo mismo, de tanto curar a otros y por no curarse, ella misma se le quedó el mal”. Doña “Nantzin” Xalitla, III.95 ¿Tlinon quinequi yehua? ¿Qué quiere él? Te quitoua quen titlacacaua uan quenon ihcon quenon tinexihlitoya amantzin de aquinon tiquiminotza de que pan atl, quenon tiquiminotza de que nochi yolcame tlin nemin pan atl. que viv quenon tiquiminotza de que nochi yolcame tlin nemin pan atl. Dice él que cómo ofrendas y cómo así como me estás diciendo ahorita ¿cómo les hablas a los animales en en el agua o les hablas a todos los animales que viven en el agua? ¡ah! pero un zan de hun yehyecame un tiquinminotzaz un chichiltic yehyecatl, ¡ajá! Ah, pero si son de los aires a esos les va a hablar el aire rojo. ¿Un para titlacauaz? Couaciuiz yehyecatl, amanca yehyecatl sepohca yehyecatl, tetziltic yehyecatl, cotziltic yehyecat,l nextic ¿Eso para ofrendar los aires? Dolores del aire, aire tibio, aire entumecido, aire el que fuertemente enredado, aire amigo, aire entre Traducción de Juan Petronilo Ramírez y Cristina Chávez Alvarado. 107 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 108 yehyecatl, poyauhtic yehyeca,l, totonca yehyecatl, chihnautipan comalacotl, chahcahuan, ipan atlauhtli yehyecame, ipan texcalo yehyecame pan atentli yehyecame, ueli mitzacizque de que uehca ualeua toyehcatzintie mitztetziloco mitzacizque, uan zan yehyecame ihuan un tlacpac chaneque un te cequi xquineltocan pero neua oniquitac pan remedio un Tonantzin nicanca yeua onechmacac yehua onexititi uan yehua onechihli cua onizotlahca, cua onizotlahca onizohtlaca pitzintoc tonahli quiztoc tonahli para todo santo día xoniquitac tonahli, solo tlinon nechnehmititoya nechuicac nan uan mamacita canica tiazque tlin xnican se ontli nan yauxta hasta patlauac niman hasta xoxoquio sequi hasta ueli yau dia quitoua ah niquihlia tiazque quitoua ca ma ca yehun tiquitoz umpa tiazque tehuame xumpa tiazque tehuame tiazque nican yau otli nan yau otli xta quintzin pitzactzin pero puro uitzapolin can tontlaczas melac uiztlan pero miac tiquitas miac cosas tiquitas de un xnonamictian mela tlahtlacohli miac cosas señor no te nochi tonahli ihcan niquistinemi nictlatlaia atl xcana nexmacan san cualitohua iuan oniquimitac un cocone angelitos neica quisacon niquita hasta un tlapayautoc niquita iuan oniquimitac un cocone angelitos neica hasta ihquin uahlaue ihcon uahlaue nochi cuahquin xochiapantli de un sempoalxochitl dia quitoua un Tonantzin ma ca timocauilis mitsxochiaquiltizque el atardecer y el anochecer, aire caliente, aire al pasar a la vida o destino... sobre la barranca, aires sobre las faldas, aires del agua o sobre la rivera, grandes aires te agarran, cuando vienen de lejos, airecitos se le enredan, te agarran, y nada más son aires, y aquellos que viven en el cielo, muchos no creen pero yo lo vi en el remedio, es la Virgen que está aquí ella me dio, ella me enseñó y ella me dijo cuando yo me desmayé, cuando yo me desmayé, me desmayé, apenas había salido el sol, había salido el sol, y para todo el santo día no ví el sol, lo que estaba observando, y me llevó la madrecita, por donde vamos a irnos, que no es aquí, por aquí va un camino ancho, hasta con flores, algunos hasta van bien, y dice y le digo vamos hacia allá, no, no, por ahí nosotros no vamos, por ahí no vamos, nosotros vamos, aquí va el camino, aquí va el camino, mira así de pequeño, delgadito pero con puro huitzapolin, donde quiera que pises en verdad hay muchas espinas, muchas cosas se ven, muchas cosas veras, de aquellas que no se casan en verdad y muchos pecados, muchas cosas señor, así pasé todo un día observando cosas, pedía agua, en ningún lado me regalan, nada más me decían, tú, aquí está tu cántaro, pero no hay nada seguro para ti, y observé también niños angelitos, de aquel lado salieron, volaban y así venían (movimiento) todos traían teua xe aci hora timocahuas, tehua san otipaxialoco, ma ca timocauilis ah niquita oyecotia nechaquiltia san nicuahchiua ihcon nechaquiltia san nicuachiua ihcon otipanohtiate pero miac hasta xintoc tlapayautli miac couatl uahlaue ihcon yahueica niquihtoua iuan nochi onechititique ta hun can techtlatitoc Tatadios on nican yeueica nehua xniccana yeueica siempre ni rezaroua ¿Canon? Nican derecho no Tata Dios Padre Celestial yeua umpa techtlatihtoc que itla un otiquitac un cua tenextoquilo, uayaxte ¿ca xoc otiquitia? Xnicquelnamiqui Yehun quitoquiayan tenextle yahun Ah, quema, quema. Tiquelnamic ihcon un oniquitac pero melac ueye un aman niquihlia un Tonantzin niquihlia canonon un nechuicaya huecatlan pero nan xtlamiuiso quitohua miac tiquitas miac de un aquin quixnamiqui un ita collares o cadenas de flor de muerto (sempoalxóchitl), me dijo la Virgen, no te vayas a dejar que te coloquen o pongan las flores, porque si te lo ponen seguro te quedarás, recuerda que tú nada más viniste a pasear, no te vayas a dejar que le pongan las flores. Ví que llegaron unos angeles y quisieron ponerme las flores, nada más hice así, cuando nuevamente intentaron ponerme las flores, nada más hice así (movimiento). Íbamos pasando y estaba cayendo el agua, y muchos vienen así (movimiento), por eso dije que todo me enseñó la virgencita, hasta aquello a donde están quemando a los pecadores por Dios eso que por aquí, allí arriba (señalo algo), por eso yo nunca dejo de rezar. ¿Dónde? Aquí derecho mi padre Dios padre celestial, él ahí nos quema, como un¿viste? Ese atizaba el horno de cal, se decía, ¿ya no lo llegaste a ver? No recuerdo. Atizaba la cal, ese. Recordaste, así ese fué lo que yo ví, en verdad asi vi cómo la Virgencita me decía a dónde me lleva, pero muy hondo, me dijo ahora diviértete muy bien y observa, dice vas a ver mucho de aquellos que 109 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 110 noso inan yeua un tahtli yetlayouitoc niquita un escalera melac tlacpac ihcatoc yeua asik ihcon tlehcoua cua así quen tlahco uetzico occepa un quichconetl contzin oquipostequito se un quen vara uitzio yehua ica ocuiteuh niquitac occsepa tleicaua occepa ualhuetsi dia quitoua un Tonantzin otiquitac quitoua otiquitac va un ma ca xquit ma xquito quitoua de que tla yehua hun un quitohua Un quixnamic ita canon timati ¿quenon timati? quemanon tla nanca in cana ihcon ye quichiutoc polihui in hasta cua ua las coneti quipatlateco melac dia niquitohua cas nochi tlatlacohli, Dios de mi alma yehuaica dia un cua pah quitoua xihcopi de que tineque canon nechseuito onehcoc cuacon onixpetlan yeua cate uehcatlan dia occepa cuac quitoua ya yotitlamauiso nochi un tiquitas sepa quiteua andale ya tiaue xicopi ocsepa cua neua onicop yehun nicontac te nechihli xisa te xtlatlachia quitohua cuac niquihlia ay mamacita Tlinonon ne tlatlatoc cas carro pero te un poctli tliltic tiquitos chapopote quistoc quihlipan tiauepa quihtoua se enfrentaban a sus padres, ve aquel fue un padre que está sufriendo, veo una escalera muy alto y muy derecho (casi sin inclinación), el papá que sufre llega hasta cierto punto de la escalera o hasta la mitad, pero hasta se cayó. Otro caso es un niño pequeñito (señala estatura) fue a romper una vara pero hasta con espinas con esa vara le pegaba al que se caía de la escalera, y observé nuevamente que volvía a subir el papá y nuevamente al llegar a mitad de la escalera se caía, y dijo ya Virgencita observastes, dijo, observaste, ya no pienses, ya no pienses, su sufrimiento es nada más así. Ese se enfrentó a su papá, ¿cómo sabes¿cuándo? este que está aquí, este lo hizo y falta quién lo venga a cambiar, su hijo en verdad y digo que todo es pecado, Dios de mi alma, por eso todo me dijeron, respira profundo, si tu quieres, donde me fuí a descansar respiré profundo, entonces parpadearon mis ojos, estábamos en lo más hondo y otra vez, cuando dice, te divertiste (o experimentaste) todo eso, vas a ver otra vez, ándale, ya vámonos nuevamente, respira profundo cuando yo respiré profundo, sí observa pues, me dijo, despierta pues, observa dijo, cuando le dije ¡ay mamacita! ¿Qué es aquello que se está quemando? Quizá un carro, pues ese humo es mucho, negro, parecido a ma ca xmapurato pa tiaue niquita oticasique canon loma loma loma loma loma pero tlaueyeza ye cerca oniquitac canon otimotequetzaton quitoua ximoseui aman xtlamauiso quitoua ye un quitoua quemech. timiquin quemech yaue yehun quenon itoca cuac quiaman cuac timiquen yehun quenon itoca oniquitac ica un sa nochi yaue can un se tlin melac caz quistoc totlatlacol yeua un tliltic poctli quistiquiz pero un sequi ye yauhquin un tlin yochipauh ya yauh ihquin nocopintiuh cequi nanica, cequi nanica un nochi onechihlitia un Tonantzin. ¿Yehua omitzititi? cuando se quema el chapopote, está saliendo y hacia allá vamos. Dice no te apures, hacia allá vamos, vi que tomamos hacia la loma, loma, loma, loma, loma, pero muy amplio. Ya cuando estábamos cerca, observé donde nos paramos. Descansa ahora diviértete (experimenta), esos que apenas mueren, apenas van si, cómo se llama, cuando apenas, cuando morimos, si cómo se llama, vi que todos se van donde aquel que de verdad ve nuestro pasado, ese negro humo que sale, pero algunos se van, queremos que se limpiaran de pecados, se va así asi, se va saliendo, otros por aquí, otros por allí, eso todo me fue diciendo la Virgencita. ¿Ella le dijo? Yen nochi yeua onechihlitia uan onechihtite dia yeua oniquitac yehun quitoua yehun óqueniech tiasitoque umpa quemech timiquin sa que itla un tenextle cuac sa pochehui san tlatlatenco nochi umpa timarrimarotohque nochi umpa timarrimarotoque pero uei un can cazque itla, techtlaticoc Tatadios melac Todo ella me iba diciendo, y me enseñaba y vi, ese que dice, ese que apenas están, están llegando, ahí los que apenas morimos como si fuera cal cuando se... nada más en las orillas, todas ahí, nos arrimamos, todos nos arrimamos, pero muy grande, como un, ahí como Dios sabe. ¿Dia de ihcuacon opeu teua titepatia? ¿Y desde entonces empezaste a curar? Te yehua un onechihli pau xonicseli ya hasta después Onechihli quitoua aman yeua matimitsihli quitoua de que tienequi xta nanca in xicahli ella me dijo, ahí no lo recibí, hasta después. Me dijo, dijo ahora, sí te voy a decir, dice que si vas a querer, mira aquí está esta jícara, 111 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 112 quitlali xicali nan nanca in xicahli quitohua umpa ticxinis un tlayohli uan copahli quitoua uan tiuelisque uan tiquitas quitoua tlinon necis huan patente niquitac niquistoya cuacon quitohua yehun de que no ticuelita iuan de que no ticuelita de que omictlano omiztlanochilihque campa yeuan de que omitztlanochilihque noso mitstlaqueuasque xtlacamate de que mocontra quitoua sehcan xtontilicasque ca xsalotiquisa para nehua xohnec niquilia ca mamacita Nehua xnicnequi xnicuelita niquihli nicchihuilis lucha quema niquihlia pero para nimocuepilis ca Para timocuepilisquia. Yen ca, yehuaica niquitohua te un miac oniquitac dia un opeu nitepatia sa ca treinta pesos onpatica un quenon itoca ita catca Gregorio Rutilo te quema yehua ti tehua xotiquixmati onpatitoya hasta yo se ciegotica yehuaica niquitohua yehua un primero nochi, nochi, nechihlitin quenon nicchihuas quechhquitzin niquis aman Marcia quitohua quitemaca nahui vaso un remedio huan nehua onehchihliqui san ihcontzin vasito ma nictemaca remedio para conis ihuan huala ya gente niman quitohuaya nan titechpatiaya aman titechpatis ca aman xochihueli andale, por favor masque san xtechrifar quitohua xocnihueli ocsepa quemech hueca huitsan de nanica Tlacotepec nochihli puso la jícara aquí (señala) aquí está esta jícara,dice ahí vas a tirar ese maíz y copal, dice, y vas a “poder” y verás dice, lo que aparecerá, y claro lo vi está viendo, entonces dice, si esto le gusta, y si de otra cosa te gusta, y si te hacen maldad (significa que si le hablan a la muerte por alguien, para hacer mal) donde si les hablan para hacerte mal o si te van a pedir ayuda, obedece y si es tu contrario, dice, por otro lado golpéale o hazle y amárralo pero yo no quise, le dije, no mamacita. Yo no quiero, no me gusta le dije, le voy a hacer la lucha sí le digo, pero para que yo regrese el mal, no. Para que se lo regreses el mal. Sí y no, por eso digo pues, vi mucho y desde ahí empecé a curar, nada más por treinta pesos había curado ese como se llama el que era papá de Gregorio Rutilo, sí el era, tú no lo conociste lo había curado, incluso hasta ya había perdido la vista, por eso digo, fue eso primero, todo, todo me enseñaron, cómo hacer y cuánto debo ocupar ahora. Marcia, dicen que da la toma cuatro vasos de remedio, y a mi me dijeron nada más así (muestra la medida), en un vasito que yo dé, como remedio para que le tomen, y venía gente, luego decían aquí nos curaste, ahora nuevamente nos vas a curar, no ahora ya no puedo, ándale, por favor, aunque nomás nos rifes, ya no puedo, apenas nuevamente habían quitohua tehua otitechpati señora nehua nicmastoc ca tehua tiquinpatica nogente niquihlia en quitohua Xochipala umpa se cihuatl quitohua me la bueno ¡ay! chismosa, quitohua mela tlaini quitohua un masque siete quipatia pan ce tonahli mas hasta lo quitohua quipatia va xmeloc hueli quitohua te ahua hasta tlasosontoc quitohua un radio loso un grabadora tlasosontoc nin xtlasacua quitohua yehua quema tlai tlaitoc quel mela tepatitoc ca ihcon ca niquihlia ¿Huan tehua nochipa ica timosahuaya? Nochipa cas yehua nechilian cas nechi in ca aman quen yopimocan va aman nin xochitlachia venido unas personas de lejos, de por acá de Tlacotepec, me dijo tu nos curaste señora, yo sé que tu habías curado a mi gente, le dije, dicen que allá en Xochipala, ahí una mujer dicen que es muy buena, ¡ay! es mentirosa, es una mujer tomadora, dice que aunque siete cura en un día, más dice que hasta lo llega a curar. No es cierto, dicen que puede, quién sabe hasta pone música en su radio o la grabadora toca, ni cierra su casa para curar, eso sí ella bebe, tomando es como ella dice que cura, no, así no debe ser, no, le dije. ¿Y tú siempre que curas ayunas? Siempre, quizás por eso me hizo en lo que ahora, como ya quedé, ya ahora hasta ni veo. Los malos aires. ¿Huan un yeyecatl tlinonon? Un yeyecatl te para omitzasic no un pitzahuac comalacotl un tomahuac comalacotl ye un cuan remolino can huitztetelotiquisa un remolino pero un xtimitsilia un quen itoca in tlacpac chaneque ¿Un cuatitlacacahua? ¿Y el aire (malo) qué es? El aire pues para cuando te agarra, también es un delgado remolino, grueso remolino, como el remolino donde nada más te pasa a golpetear, o golpea, pero eso no te digo, esos como se llama, aquellos que arriba viven (se refiere a la gente que tiene brujo). ¿Y cuando ofrendas a los aires? (para recuperar la sombra) 113 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 114 Yen cuatitlacacahuas un tictzatzilis citlalcruz, citlalcusamalotl, siete cabrilla citlalicnotl, citlal icxinecuilin, nochi un tlacpac chaneque ¿Un tlinonon? si cuando ofrendas a los aires (soltar la sombra) a esos vas a gritarles o llamarles estrella de la cruz, estrella cusamalotl, siete cabrillos, estrella huérfana, estrella de pie torcido, todos esos seres que viven arriba. ¿Y eso qué es? Nan quisa xta quen notlalia un icxinecuilin en quin dia un ocse ihquinyau ihconyau notlalia un tamaltzitzinte catitlacacahuas Por acá sale mira (señala el lugar por donde sale) por acá se pone el del pie torcido, por allí sale y el otro, por ahí se va (señala). Así como se van, en la misma orientación se ponen los tamalitos con los que vas a ofrendar a los aires. ¿Huan inconquen unca ihcan tiquinconcahuas un tamaltzitzinte? ¿Y así como están las estrellas, así vas a hacerlos y a dejar los tamalitos? Pues así les vas a hablar, y si los llegas a ver ese que viste que o cual te agarra o alguien o si alguien agarran (cuando es brujo) pues yo no miento (o no engaño) la tía Juana Tigra (Juana de Jesús) está a punto de morirse, fue ahora el difunto chico tigre (Francisco de Jesús), su hijo, me dijo se está muriendo mi mamá, dijo “búscale”, hasta ya muy cansados estaban, ya habían visto a los de Ahuehuepan y que habían venido, dicen que no pudieron curarla, y le dije que si iba a esperarse, le “busqué” el viernes, pero a media noche, y le dije que “aparece” que les pegaba con garrote a los borrachitos, pues vendía el Te ihcan yehua tiquinminotsas no de que otiquitac ye hun otiquitac catlehua un omitsasique noso yaca noyaca aquin ocasique va nehua te xsan nistlaca qui yehun tia Juana Tigra mela yemictoya oya hum aman difunto chico tigre itelpoch quitohua yemictoc nonan quitohua xtlatelemoli hasta ya yonosiamictique de Ahuehuepan hualahue quitohua huan xuelin dia niquilia de que ticchias ontlatetemoli pan viernes pero tlacoihuan uh dia omoquili va yehun neci cas quin quincuia un borrachitos tlanemacaya ca mezcal niquilia in niquilia mismo ichan quichihuili oquitlanochihli in cruz quiaman nan yesquia nanica can esquina dia se nanica nochilique dia mal nosahuasque quinequis cana 10 niquilia puro tlacame huan no tlacoihuan huan un de que tiquitos nehua noncahuas nincahuas huas melac nechanaton dia nechcahuaton ca in tlacatl va hasta yococh va xcochia pero oquito quitohua ah onechtlacualtique Pa un cuatlaihuac cua onitlan onitlacacau dia para oqui nechcahuaton dia hual mostla oya un Felix niquihlia quenon unca tia Juana niquihlia yetepitzin ca quitohuayen dia hualmostla ca quitohua nehua de por si niconis remedio de por sí tinechmacas porque nicpia bola nican canonteniquihlia dia aman quema quitohua siempre conis remedio o ca ah conis remedio yopat asta un bola quipiaya bola yopolic umpa poliutoya no opopoliu san ihcon ¿San otictlacacahuili o ca? San onictlacacahuilito un de tlacpac chaneque ¿Tlacoihuan? Yehua un dia huan para mezcal, le dije, en su misma casa le “hicieron” (el mal), le “hablaron” a esta cruz, como ahora, aquí estuvieron, por aquí en la esquina y otro por aquí, en esta esquina, y otra por aquí así (explica como le hicieron para que se enfermara), pero le hicieron el mal, y van a ayunar alrededor de 10 hombres, puros hombres, y también a media noche, y si vas a decir que yo vaya a dejar la ofrenda, lo voy a dejar, de verdad fueron por mí, y me fueron a dejar con este hombre, ya había dormido (se refiere a su hijo) y no se pudo dormir, y me dieron de comer. En esa noche (cena), cuando terminé ofrenda, me fueron a dejar, y al otro día fue ese Félix. Le pregunté que como estaba tía Juana. Le dije ¿ya algo se curó? Dice “no”. Dijo “sí” al otro día, dijo Doña Juana de por si voy a tomar el “remedio”, de por si me vas a dar porque tengo una bola aquí. En dónde pues, le dije, y ahora sí, dice siempre va a tomar el remedio o no, ¡ah! tomar el remedio, ya se curó hasta la bola que tenía, ya se le perdió, ahí se le perdío, también se le perdió nada más así. ¿Nada más le ofrendaste o no? Nada más le ofrendé a los seres que viven allá arriba. ¿A media noche? Asi fue y para que ofrendes, hace 115 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 116 titlacacahuas yehuecahui onitlacacau aquinonon, yehua ihcon nicualoca nechquistilique nocochis dia xochihueltico nimocuitehuaya san nimotzintehuilana can niu dia yehun oquitac nochiu Felipe no hueliacas onextlatetemoli nechnexlico melac nicualo quitohua nochiu tleca xotechihli nochiu tleca xtinextecuitlani can unitzcocos no nexcocos can nexcocos tehua nomitscocos quitohua maniquihyecos quihlia nou... ca yomic un nocniu yohuecau noconada dale xtlatlati ti quihli nitlacacahuilis nocniu quitohua niquitas huan oquitac quen onca oquitac otlaxini quitohua un nochiutzin canon cristiano quixicos quitohua. Hasta cuarenta viajes quisasaloque cuahli quisasaloque saliutoc pero masque nochiu timitstlacaacahuilis quitohua de que ye tiquita de que yetitipitzin xquinhuica noconehuan ne tiopan huan xcuica ce litro de cuacon Xcatca un gayotiopan san un tabique hasta yotlatlapan este quitohua un tiquitas ce litro de mezcal tasis tlaco rosario xmotla cuanquetsa tlaco teopan xic rezaro cuayotlan ti rezaro ti entregaro cuacon xnotza huan cuacon xtlatzine un tlalticpactli onocuitehua ihcon huan cua tehua yoticcruztlali ihcon para ticontlaitis un tlalticpactli un tiquihlis maca sa tetlacamates maca sa tetlacamate yehua te san ihcon onicualtiac san ihcon onipatito melac cas timtsilia qua melac unpa te me la ihue san xnechmamaxtique quen un Flora oquimamaxti nochiu Lupe mucho ofrendé no sé a quien, así yo me había enfermado, me habían quitado “mi dormir” (le hicieron mal y yo no me podía levantar, nada más me arrastraba con las nalgas, donde iba me arrastraba, y vio mi hermano Felipe, quizás también “podía” me “buscó” (en la jícara), me encontró, en verdad estaba enferma. Me dijo, hermana, ¿por qué no nos dijiste (avisaste) hermana? ¿Por qué no me mandaste llamar? Donde te cobra también me cobra donde me cobra tu también te cobra, dijo, voy a intentar curarte, le dijo mi cuñada (reflexión: mi hermano murió hace mucho tiempo), ándale por lumbre, le dijo, le voy a ofrendar mi hermana, dijo“voy a ver” y lo “vió” (jícara), como lo vio en la jícara fue claro. “Regó” y dijo: “Mi hermanita, ¡dónde, cristiano, vas a aguantar! Hasta cuarenta viajes le “amarraron” (brujería por alguien), muy bien le amarraron, amarrado, pero aunque mi hermana, te voy a ofrendar, dice, cuando ya veas que ya un poquito (te curas), lleva a tus hijos allá en la iglesia y lleva un litro de... Entonces no había la iglesia de palma, nada más estaba el tabique, algunos estaban rotos. Dijo, vas a llevar un litro de mezcal, cuando llegues a medio rosario híncate a la mitad de la iglesia, reza, cuando termines de rezar entregaras, entonces háblale y entonces suena la tierra (hacer ruido con las manos o con los pies), se va a levantar así, y cuando tú ya hiciste nehua san xonechmamaxtique nehua nochi onechihli un Tonantzin pero niquistec in nanca teopan yehua un nochi onechili ¿Nican? la cruz, así para que vayas a darle de beber, la tierra, le vas a decir que ya nunca vaya a obedecer, que ya nunca obedezca, y nada más así me curé, así nada más me curé, sí, quizás te digo, cuando si, ahí es pues; no nada más me enseñaron como Flora, le enseñó mi hermana Lupe, a mí no sólo me enseñaron, yo todo me dijo la Virgencita, yo ví, que es la que está aquí en la iglesia, ella me dijo todo. ¿Aquí? Quen unca se para un. ¿Un este tlin quitohua hasta cuarenta viajes oquitesasalo tlinonica un quenon itoca? Como hay uno para aquel. ¿Qué es ese que dice hasta 40 viajes lo amarró, con qué, eso cómo se llama? Quitohua mitssasalos mitznochilis para ma mitzasi un cochistli para mitzquixtilis cochixtli Xticochis san titlatlatotos yehua un para yehua un mitzquixtilis te huan De que pan remedio nochi nehua nin se oni quelca nochi tlin onechihlique nochi pan notzontecon onocau nochi pan pau notzontecon onocau Sepas para un itic atl chaneque un tiquiminotzas pan primero ticnotsas alagarto ahuehuentzin alamatzin achichitzin apitzotzin axolotl, apotetl tortuga cohuatl te va nochi tlin yolqui unca itic atl nochi ti quin minotsas pero va xtiquitlpara. Dicen que te amarran, que a alguien le hablan para que te enfermes, para que te agarre ese “sueño”(brujería), para que te saquen el sueño. No vas a dormir, nada más vas a estar hablando, eso es para que te quiten el sueño, pues sí. En el remedio, a mí ninguno se me olvidó, todo lo que me dijeron, todo, en mi cabeza se quedó todo, en mi cabeza se quedó. Otro caso es para los que viven dentro del agua, a esos les vas a hablar, en primer lugar le hablas al alagarto, viejito del agua, viejita del agua, perrito de agua, puerquito de agua, ajolote poteja, tortuga, culebra, víbora pues, todos los que viven dentro del agua, a todos les vas a hablar y no es trabajo para que responda. 117 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 118 ¿Dia un tamaltzitzinte nochi tiquinchichilque ica de yolqui? ¿Y los tamalitos, todos los haces en animales? Nochi nochi un tamaltzitzinti tiquinchichihuas de yolcatzitzinte nochi huac san titlacazahuas san muñequitos yehuaica timitsihlia te aman nehua xochihueli xocnitetlacamati, masta para un nomamichtian un itic atl te niquitesquiatlin neica nemin quin volcarohua carro nochi un de que masque nan yoniquitac asi Primero nictlacacahuilica ¿un quenon itoca un en chantia con difunta tía Leya? Xotiquixmat difunta tía Leya todo, todo, esos tamalitos los vas a hacer de animalitos, todo y nada más ofrendarás, nada más muñequitos, por eso te digo pues, ahora yo ya no puedo, ya no los obedezco, hasta para aquellos que se espantan dentro del agua; pues diría aquellos que andan lejos, y se vuelcan en el carro, todos esos que sufren accidentes, aquí ya lo “ví” (en la jícara). Primero ofrendo. Mira ¿cómo se llama el que vivía allá con difunta tía Leya? No la conociste, difunta tía Leya. Quema. Sí Umpa chantía. Allí vivía Pablo García quitohua cualili un icihuah quihlia nehua mela nicuahlo quihlia xnechtlatelemolican lican ica un topipi ¡ah! quenon ticuahlo te va umpa quitas umpa mitsihlis día ohuahla te xnechi niconrezaro nirezaro xuahla xquitaqui dia niquilia mela xcuahlo tlanauhtoc ninxtotonia niquis lia quicohua itzontecon yehua quimastoc nomacatoc cuenta ohuetzico cunonon quitectinimia tlinonon fruta ohuetzico canonon quitectinima fruta opostec un rama can tlacsatoya día ohuetzico quitehua día cuacon xticoncahuas xquitati nocuñado cuacon nemia yehua no hueli ca va tehua yotiquitac tehua ticoncahuas cuacon hueli niaya asta Pablo García dice que le mandó decir su mujer le dijo, yo en verdad estoy enfermo, le dijo, ofrendénme con la señora (doña Nantzin), ¡ah! cómo estás enferma pues ahí lo vas a ver, ahí te va a decir (Nantzin) y vino su mujer. Espérame, voy a rezar, recé, ven a ver y le dije le dije, si, no está muy enfermo, ni tiene temperatura, le dije, le duele su cabeza, él sabe, se da cuenta se vino a caer donde estaba cortando alguna fruta, se vino a caer donde cortaba fruta, se rompió una rama donde estaba pisando y se cayó, y dijo entonces no le vas a dejar ofrenda; ve a ver a mi cuñado, entonces vivía, en pani ha te onexquahquili tixtli huan oña omitlacacahuato onamic Greco quenech cuahquitoc itlicuh au Dios iconeuh tehua tontlacacahuas tleca san tehua tiau ma mitzhuica aquinon mitztlaquehua quitohua naca itla Mitzpasaros niquilia ca ca quimantica niquitohua cas yehua nahual va san cua yemiquintitentoc un tamaltzintzinte ye un huale huato tzopitome san nan panahua ihcon xta nechilpistiquisa quisa se nan panohua nahui nahui ihcon onechi huilito dia niquihlia¡ay Dios! iyulcahuan niquihlia cas tiquitohua tinexcuas masque nimiquis va tehua xtinechcuas niquihlia ca xtenechcuas yehuaica niquitohua un te nehua mela nitetlacamatia después oquitecaquilique ihcon peu hualahue ocsepa un Nihuixiu Lupe itelpoch catlehua un en yehua ote volcaro icarro oqualtla calteuh quitohua hasta xocualteco ohuahla para nanica onomamuhti mela totonia, Flora yoquitlacacahuili nosobrina Nachin yoquitlacacahuili. él también puede, no va, tú ya lo viste, tú, voy a ofrendarle, entonces podía ir hasta allá arriba, ¡ah! pues me trajo la masa y me fuí a ofrendar, encontré a Greco (Nava), apenas traía su leña, ¡ay hija de Dios!, tu vas a ofrendar, por qué nada más tú vas, que te lleve quien te alquiló, digo no te vaya a pasar algo. Le dije, no, no, a veces digo quizás él es su brujo, va cuando apenas estoy poniendo en orden la ofrenda, los tamalitos en un de repente vienen los zopilotes, nada más pasan muy cerquita, junto a mí, me pasan a soplar (soplido ruidoso del zopilote), aquí pasa uno, aquí pasa el otro, cuatro, cuatro, así me fueron a hacer y le digo ¡ay animales de Dios!, le digo, quizás dirás me comerás, aunque me muera, tu no me comerás, le dije, no me comeras, por eso digo, pues yo, en verdad obedecía quien me pedía que ofrendara, después escuchaban de lo que hacía, empezaron a venir. Otro caso es el de mi consuegra Lupe, su hijo, no recuerdo cuál de ellos, él volcó un carro que no era de él, dejó el carro tirado, ni avisó, se vino para acá a México, (estaba en Estados Unidos), se espantó, tenía mucha temperatura, Flora ya le había ofrendado mi sobrina Nachin también le había ofrendado (implícito que no pudieron curarlo pero ella sí). ¿Huan para tictlacacahuilia de un pacate norte? ¿Huan tlin tiquimintsa? ¿Y para que ofrendes a aquellos que están en el norte? ¿A quiénes les hablas? 119 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 120 San timomaxtis sa no yehua yeyehcame san timomaxtis ihuan no nochichihua carro a ah nochichilhua carro para yehun para maquimacahuacan maca sa quimamuhtitocan va te tiquitos hasta xtequitl hua cualtia cuacon un omictlacacahuilito un Telpocaua quihlia ay machi quihlia te tlaca un topipi me la ueli quihlia un nouexiuh Lupe no nimicaya iuan aman Eloina cuacon oc más quipoloua niquinuicaya umpa patoacic Flora cuac mero mitlacacauhtoc dia quihlia tlinon tictetemoua Flora bah, nehua nitlaquidoraua nican quihlia tlin cuahca iuan uela quihlia cuahcaua veladora nehua para maca ceuiz niquincacaltia ca un icaltzin catetl yehuaica niquitoua cuac mela niuelia ua nehua xniquitoua de que itla zan onochului nochi, nochi, quipia youi nochi, nochi quipia itoka para tiquiminotzaz este hasta un acolotl que itla un colotl de Tlacpac no tiquiminotzas citlalcolotl o yehuaica niquitoua te melac oman quema xochiueli masque mas canon nechilizque para nictlaniz noso quemen xoc niueli Tla ce alamatzin cuahuicayan, cuahuicaya un nican cuahuicaya un Martin uca un itelpoch a Juan Damaso pero un después quitoua ualas un señora quitoua opat omimacac remedio iuan omictlacacauilito pan atl Onexuicaque pan carro iuan te opatl quitoua nech alvisitaros xqueman ouahla xocouahla va yopat xoctla quipia ca de que uitz nehua masque maca uahla nehua Nada más rezas, son los mismos aires, nada más rezas, igual se hace un carro (en tamal), se hace un carro para que lo suelten los aires, para que no lo sigan asustando pues, lo verás (en la jícara), y no es difícil y se compone, entonces le fuí a ofrendar ese muchacho, dice, mamá, pues esa señora en verdad puede curar (espantos). Tambien mi consuegra Lupe la había yo curado y ahora a Eloína entonces todavía le faltaba (Se refiere a los años). Los llevé al panteón, ahí nos alcanzó Flora. en el momento que ofrendaba, le dijeron (a Flora) que es lo que buscas Flora, bah, yo cuido aquí, dice, quién viene a dejar su vela, dice, quién viene a dejar su veladora, estoy aquí para que no se apaguen, les pongo su casita, con algunas piedritas, por eso digo, cuando más podía, yo no digo de que alguna cosa sabe ( se refiere a que no se le olvida nada) todo, todo tiene su camino o salida, todo, todo tiene su nombre para que tú les hables, hasta el alacrán de agua, como un alacran de arriba, también les vas a hablar, estrella del alacrán y pues, ahora de verdad ya no puedo, aunque más cuando, aunque me digan para que gane, como ya no puedo. Una viejita lo traía, lo traía, aquí lo traía Martín y su muchacho a Juan Dámaso, pero eso fue después, dice vino, dice que va a venir una señora dice que la curastes, le di remedio y le fui a ofrendar en el agua. Me llevaron en xochicmacas remedio quitoua ua yopat quitoua melac quitoua Chico Flores un imon un Faustino cualo uaya quihlia un maquimaca remedio quech quitlaniz quihlia de que tinechtlaxtlauiliz ce millon nicmacas remedio dia un ce millon hasta ihcon quitlaxtlauas cuacon mas tla barato catca yo huecau ye uecautoc ca niquihlia nehua para onipeutzihlia treinta, treinta pesos dia hasta cinco mil yehun mela patio huan aman te aman mas melahue yo tlapatiuac xochiueli ¿Xoctiueli? Ca xochiueli nochi un xochiueli un carro, y pues se curó, dice que me va a visitar nunca vino, ya no vino pues ya se curó, ya nada tiene, no, si viene yo (ya no puede) aunque ya no venga yo ya no le voy a dar remedio, dicen que ya se curó, dicen que sí, dicen que Chico Flores, su yerno Faustino estaba enfermo, le dice que te dé remedio, cuánto va a ganar, le dice, si me vas a pagar un millón le voy a dar, y hasta un millón hasta así va a pagar, entonces todavía era mucho más barato, ya tardó, ya lleva tiempo, no le digo yo, cuando empecé con treinta pesos, y hasta cinco mil, él muy caro cobra y ahora, pues ahora en verdad ya está todo caro, sola no puedo. ¿Ya no puede? No, ya no puedo todo eso, ya no puedo. Pero nochi cua tiquintacacauilia pan moxical tiquitaya nochi Te tiquitas patente nochi cuahli neci nosenalaroua nochi melac Pero todos cuando les ofrendabas en tu jícara veías todo. Pues lo ves muy claro todo bien se ve, todo señala en verdad. ¿Dia un tzicame no tlinonon cua ce cacia? Y esas hormigas ¿cómo es cuando a uno lo agarran? Tsicame uaun tzicame ¿Un no tiquitas, de que tzicame? Hormigas, pues esas hormigas... ¿Eso también lo ves de que si te agarran las hormigas? Te no pero hun no ocuparaua la occe yehun cequi cauiltia iciuah quichoquilitinemi de de que oquicauh También, pero de eso se ocupa con otra cosa, de eso algunos vi dan a sus mujeres, le andan llorando 121 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 122 un yehua yehun te cuan tzicame yehua un itoca avispasde ueueime za aman cua neuelia ceuacia Sabino Palacios nechonaniliaya pero concuia pero mele hasta popoxtique ueueime Uan yehun Flora niman un masque de un tlitliltique cuextique un xbueno, xbueno pan un xquipia quen itoca xfuerte ca uan un avispa ueueime un fuerte nochi uan abejas un timozauas abeja yehua umpa timosauaz cua nechonauilian nimosaua martes, miércoles, jueves niquincuecho ua niquin cue choua viernes cuacon cuahquin pero un te melac nimosauaya ome sobrecito con mas bueno xta un Juan R. cua cuicatinemia un ciuatl queno itoca Vinicia Lecha ici uamon melac onochiuili lucha yexpa nechihli xcanati uan para yehua quinequi, uan como xquicauaya yau tiotlac oncochi occepa quihtlacoua quenon quichiuilia ocualtiae hasta cua oya norte oquimacac un iciua uan oya ne oque tito ouahla xochiquipia, xcuacon quitoua nomotlaca ¡Ah nomotlaca!. ¿Nomotlaca cualanca? yehua cualtitlania itomin maca icihuau cuacon oquicauh si los dejan, eso, eso son hormigas arrieras y esas que se llaman avispas grandes, ya nada más hace poco tiempo cuando podía, los iba a agarrar, Sabino Palacios me los iba a traer pero traía hasta humeados, de verdad muy grandes. Y esa Flora ella ocupa, aunque de esos negritos (de panal) pequeñitos, esos no son buenos, en esos no tienen ni nombre, no son fuertes, y la avispa, son grandes, y esas sí son fuertes todos y las abejas, con esas tienes que ayunar, con la abeja tienes que ayunar, cuando me las iban a traer yo ayunaba, martes, miércoles y jueves, los molía y los muelo el viernes, en cuando traen (se refiere a que es la fecha más idónea), pero eso si, en verdad se necesita ayuno, dos sobrecitos así es mucho más bueno, mira Juan R. cuando andaba con esa mujer, ¿cómo se llama? Vinicia Lecha, su nuera en verdad se hizo la lucha, tres veces me dijo, ¡traela! y para él quiere y como no la podía dejar, va en la tarde, va a comer nuevamente con ella, otra vez le hace daño como le hizo, se curó hasta cuando se fue al norte, le dio su propia mujer (remedio) y se fue allá, se curó, vino ya no tenía nada, fue entonces cuando se tiró un balazo. ¡Ah oquicauh! Un nehua xpanpa de que tla un sampa quiauac cihuatl ce cihuatl de Cuernavaca quitoua un huehuentzin melac quimailia quipia cihuatl quitoua ne México uan como un tequipanoua pan carro quitoua melac yehua tequipanoua melac quitoua yehun de campa¿Tlin otimitzihli yoniquelcau? De ce de Cuernavaca tiquitoua ¡Ah! dia quitoua un dia ocuico un remedio nicmacac caua quitoua mas oquipeu quimailia un iueuentzin melac quimailia dia un cihuatl un criada de Oapan niquihlia canon te niquihlia canon te cualtias tlaca yehua oquitlaco un cihuatl yehuaica yo cualtiac cualtia yehun de que de que xehua quichiuilia cualtia de occe quichiuilia ihcon cualtlalia pero zan ihcon ca yehuaica niquitoua te pero un ica. Zan un Yeyecame de campa nehua noconei niquihliaya quitoua ca ma un xnicuilita quitoua nechititizque xnexcauasque dia nehua tla ihcon ipan onocuep ce xoc ca quitoua, ca quitoua ca. ¿Uan un mosobrina Nachin un xoc quinequi xte? ¡Ah, la dejó! Yo, no nada más, como ahí fuera digo una mujer de Cuernavaca dice que su esposo le pegaba porque tenía una mujer en México y como él trabajaba en el carro, dice que él trabajaba en verdad. ¿Qué es lo que le dije? Ya se me olvidó. De alguien de Cuernavaca me decías. ah! y dice y vino a traer él remedio, le di, entonces dice ella más, le empezó a pegar ese su marido, en verdad le pega y esa mujer una criada de Oapan le digo, cuándo pues, le digo cuándo pues se va a curar, pues, le pegaban y ahora por eso ya se curó (por el remedio) se cura si ella le hace, se cura si otra le hace, así se compone pero sólo asi, también por eso digo pues, con eso nada más. Los aires sí son, yo mi hija le decía que aprendiera, me dijo no, mamá, eso no me gusta, dice me van a enseñar y me van a dejar (sin marido), y si eso me pasa a mi, y si se me regresa alguien ya no podré no, dice, no, no. Y tu sobrina Nachin, ella ya no quiere ¿verdad? ¡Ah! Se había disparado. Na, xocquinequi Ya no quiere. ¿Se había disparado? Se había enojado, dinero él envidia a su amante, que a su propia mujer entonces la dejó. Te niquitoua ca. Pues digo que no Ca pero xueli no, ca xueli, ah No, pero ella no puede, no puede 123 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 124 un te xquincauilian teopan maca za quichiuacon ihcon matlacacauacan ma huiyan Teopan matlatequipanocan, va masque un Flora pero yehua no uian yau nouian yau a pues a ellas no las dejan por la Iglesia (la religión se los impide) les dicen que ya no hagan así, que no ofrenden, que vayan a la Iglesia que trabajan en ella, igual a Flora le han dicho pero ella donde quiera va, donde quiera “va” (a curar o a ofrendar). y...? Uan zan nitlacacaua uan nictemaca remedio nictemacaya cua niuelia aman xochiueli y nada más para llevar ofrenda y para dar remedio, lo daba cuando podía, ahora ya no puedo. ¿Uan quema cuac tiquinpaitiaya quiquixtiayan no? ¿Y cuando los curabas “sacaban” también (se refiere a que cuando les dan una toma “sacan” algo)? Pues algunos se lo regresan (venganza), algunos se lo regresan. ¿Nada más, o con Francisco Flores? Te cequi no cuepilia cequi nocuepelia Un Chico xnicmatitla no yau pero un yayau Cepa niquihlica ce de Mezcala niquihlia Flora¡ay! Flora un xnicuelita un xucli quitoua zan metzompopocuis ihcon nin xquinminotza Yeyecame quitoua xtla zan mitzpopocuiz ihcon niman ya, dia mitztzalpichis nihquilia nosecneca caz caztla zan melac oquimanaxtique hun tla Tiquita un difunto Tio Candido no uelia no uelia yehua ica niquitoua de que un xochiueli De Francisco Flores no sé si “va” (pero Flora sí “va”). En otra ocasión, de una persona de Mezcala le dije a Flor ¡ay! Flora ella no me gusta, ella no “puede” nada más te va a sahumar (sólo eso hace realmente), así ni siquiera les llama a los aires, dice que no hay, nada más te sahuma así (señala cómo), y así y ya, y te rocía con agua a través de su boca, dijo que nace de esta manera no, no, quizás sea cierto (duda), nada más le enseñaron, y pues sí. Viste al difunto Tío Candido R., también “podía”, también“podía” (quizás por eso aprendió algo Flora, hace referencia), por eso digo de que ya no “puedo” Quemantica niman quitoua de ce cuahlo quichiualtia ce aquin nahuahli o tlinon quemantica ihcon N: Ca, un nauahli xniueli xoniuel xoniquitac te xonichichitique A veces cuando uno, dicen, que se enferma, le cargan de alguien que es brujo, o luego a veces así es. No, eso del brujo no puedo, no puede no lo vi pues, no me enseñaron (se refiere a lo que le enseñó la Virgen). Ca pero quiaman de que tehua tinechmacasquía un remedio din ninicquixtizquia un tlinon nicpia Dia niquilia miaque tlaca hun de Xochipala quitoua no quen un Flora ¿quen itoca?Marcia de Salvador. Marcia de Salvador, quitoua uahla ce de Iguala. Oquipat ce cihuatl mela onisotlac cua omisotlac oquitac uan itzan quiyeutoc ihcon oquimamatilo ihcon dia oquipolactito pan pintura dia ocontlacal ne can nizotlac dia oquiteititi quihlia xla yehua oquiquixte yehua quichiuilitoya ua te xmelac zan itzan Zan oquicacayau. Zan oquicacayau melac yeuaica niquitoua Pero tehua cua tiquinmamacaya quema quiquixtiayan Quiquixtiayan ce tlacatl de quitoua nonica no huapau Xcateopan oquititlanque de profesor nican para quenon quihlia canon quiza iztatl quenon ¿Zan yehua ica Chico Flores? Zan de puro tetlacacaua uan ¿Nada más para llevar ofrenda No, pero si como si tú me dieras el remedio y sacara (algo) de lo que yo tenía... Y le dije hay muchos, pues era de Xochipala, dice que es igual a Flora ¿cómo se llama? Marcia de Salvador. Marcia de Salvador R., dicen que vino una de Iguala. curó a una mujer, se vomitó mucho cuando se vomitó; vio su cabello que lo guardaba así lo enredo así (señala como lo hizo Marcia) y lo fue a meter a la botella pintura y donde se vomitaba el paciente ahí tiró el cabello con pintura y le enseñaron le dice mira, ella lo sacó, eso a ella le estaba haciendo, pues no era cierto, sólo era su cabello (eso le contaron a doña Nantzin, ella duda). Nada más le engañó. Nada más le engañó, en verdad, por eso digo no saben. Pero tú cuando les dabas si sacaban (cuando les daba remedio “sacaban” algo) Sí sacaban, un hombre de por 125 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena acá, se crió en Xcateopan, lo habían mandado de profesor aquí, era de por allá, donde sacan la sal, cómo se llama... La costa. 126 Quihlia La costa chica quitoua umpa oquititlanque dia umpa oquinexti icihuau umpa ononamichi dia quitoua ce cihuatl te xpocaua te oquihle xcaua mociuah quihlia tehuame cepantichantizque zaca xoquinec oquicau zaca un oquitlamamacan cuac pan remedio quitoua ye quipiaya siete años un cocolistli quipiaya¡Ah! quitoua quihlia, quitoua yehun quihlia yehua un ha quitoua xcaua un mociuah cepan tichantizque dia cuac yotlauan hasta quitzatzilitoc quihlia tlaca tehua tinechmacac zaca xocnec onin cauh nocihuau de que mo uan manichanti quenon cauas uan nehua nocihuau onican dia quitoua te oquintzatzilitoya quiztoya un couame de víboras quitoua quinquiquixtoya xnicmati quen itoca de icamac ihcon quichiuaya hasta tlatlalpitza hasta tlatlalpitza aman quihlia xpia cuidado ah tlinon te cuac nican oneu ohacic quitoua yomic un cihuatl inhorita itechaci pan de que ce itla ce no cuepilia va te tlatlacohli no tlatlacohli Le dicen La costa chica, dice que allá lo mandaron, y ahí encontró su mujer y ahí se casó, y dice que una mujer, pues era una muchacha, pues ella le dijo, deja a tu mujer, le dijo nosotros juntos viviremos, y sólo porque él no quiso dejar a su esposa, sólo por eso le “dio” (le hizo algo por brujeria como... ), y por el remedio, dice, vio que ya tenía siete años esa enfermedad que tenía. ¡Ah! dijo, le dice, dijo le dice a ella ese ah dice, deja a tu mujer juntos viviremos (eso lo dice a través del remedio) y cuando se emborrachó (con el remedio) le gritaba, le dice, entonces tú me distes, porque no quise dejar a mi mujer, porque quieres que viviéramos juntos. Cómo la voy a dejar, pues ella es mi mujer, me casé, y dicen pues que le gritaba (a través del remedio), estaban saliendo las culebras, o como víboras, dicen que los sacó de su boca, no sé, cómo se llama de su boca, así (se refiere como parte de la faringe casi arriba de la garganta) hasta los avienta (como si estuviera sacando aire por la boca) ahí va, le dice, ahí va ten cuidado, ah que pues, cuando de aquí se fue, llegó, dijo ya se murió esa mujer, fue de rápido, de inmediato llega, aunque esté lejos, eso es cuando uno se lo devuelven (venganza) pues es pecado, pecado. Uan unca quente tlin hueli ixte mitzmacazque Yen, nochi un tlatlacohli no mas xonechititique Cequi ualau quipoloua burro mantlatete mohli ce de San Juan uitza quitoua oquipolo yeyi burro ca iconehuan niquihlia nehua xmimitzcacayauaz masque niuelia nitlacacauaya Un zan nitlatetemouaya un nehua xonechititique ca nehua xniueli niquihlia tlin para timitzcacayauaz quitoua un un pan ce cihuatl de Tonalapa uelia te aman caz ye lamatzin oso tla yomic ¿caz xotiquixmat? Un quecchiuaya oro un tlanamacatinemia Oniquelcau quen itoca un cihuatl quitoua uel tlatetemouaya pero un masque yolqui quitlatetemolouaya quitoua quitaya canon oya canon onca porque niquitoua de que melac ualia yehun yeuecaui un Tio Braulio oquipoloca iburra ce burro ce dia quitoua oya oquitlatetemolito dia quitoua oquihli un moburra quihlia xmiqui quipia tres años ca opoliu mo burra quihlia umpa Acayehualco pan un ¿quenon? quihlian un atlauhtili maltemotoc campa difunto Bartolo ¿quipiaya ihuerta? Xta xtlachin ihquin Braulio Hernández pan frente quihlia paca ce tlacolohli uei iuan paca moburra ye quipia ome Y hay gente que puede darte. Sí, todo eso es pecado, más ya no me enseñaron. Algunos vienen, pierden su burro y piden que lo busque (en la jícara). Uno de San Juan había venido, dijo que había perdido tres burros con sus hijos, le dije que yo no lo iba a engañar, aunque puedo ir a ofrendar. Eso de buscar, eso no (se refiere a otro tipo de búsqueda) me enseñaron, no yo no puedo, le dije, yo no le voy a engañar, dicen ahí hay una mujer en Tonalapa que podía, pues ahora quizás ya es una viejita, o ya se murió ¿Quizás no la conociste? Esa que arreglaba oro, esa que anda vendiendo. Se me olvidó cómo se llama, esa mujer dicen podía encontrar, ella aunque animales los encontraba si se perdían, dicen que veía (en la jícara) por dónde se fue y dónde estaban, porque dijo que es verdad que “podía”, hace tiempo, hace mucho un Tío Braulio había perdido su burra y su burro y dice que fue al señor a buscarle (en jícara), y le dijo la señora de Tonalapa, tu burra, le dice, no ha muerto, tiene tres años que perdiste tu burra le dice, allá en Acayehualco, ahí un ¿cómo le dicen? esa barranca que baja en la tierra de difunto. Bartolo ¿donde tenía huerta? Le dijeron al 127 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 128 iconeu iuan ce burro quitocatinemi Melac nehua xonicheltocac oña te tiquitos yaca zan onentlachiz ihquin, tlaco tlahli tlaco tlacololi oniquitac ualtlachistoc no burra te yehua no burra niconato un te mela ualia tia Margarita itoca catca un cihuatl ¿caz yomic yez? ¿De canon de Tonalapa ca? difunto Braulio Hernández, mira ve hacia allá, le dice ahí en el tlacolohli grande, y ahí está tu burra, ya tiene dos hijos, y un burro lo sigue. En verdad yo no lo creí (dijo don Braulio Hernández), me fui, como si alguien me dijera, nada más divisé hacia allá (señaló) mi burra, pues esa es mi burra, la fui a traer, ella realmente “podía” Tía Margarita se llamaba, una mujer de Tonalapa, ¿quizás ya murió? ¿De donde, de Tonalapa, no? De Tonalapa yeun yomic yez yehua melac uelia quiquirifaros de un itlatlinon yolqui quipolouia uh uh Dia antes quen quitouayan mas antes te quizayan cihuateyugaz¿Un tlinonome? Sí, de Tonalapa, quizás ya murió, ella si podía rifar de cualquier cosa que se perdía, o animales. ¿Y antes como decían unos antes, cuando salían los brujos en forma de mujer? ¿Esos, qué eran? Te solo Dios va nehua xniamati. Pues solo Dios sabe, yo no sé. ¡Bah! quemantica cequi quitenonotza ¡Bah! algunas veces algunos lo platican. Te solo Dios bah nehua xniamati Caz nanaualte. Nanaualte ¿xte?, nanaualte nehua niman cequi quitoua quita itlatlinon. Pues sólo Dios, ¡bah! yo no sé Quizás los brujos. Brujos ¿verdad? Brujos, yo algunos me dicen que los ven algo (brujos). yo aunque duermo solita (en varios lugares) nunca veo algo animal o alguna mujer. Ahora que recuerdo, apenas, cuando fueron cano esa casita como tenía asbesto, como por ahí, donde esta mi camita, hacia allá (señala), como si alguien me dijera duerme, pues no me Nehua masque nicoxtinemi nocelti xman niquita itla yolqui oso itla cihuatl. Melac za aman cuac oyaque un cano un nocaltzin quipiaya albesto dia quen ihcon can queica notlapextzin ihcon dia un quen nichilizquia xcochi xnicochia quemech onirezaro oniquitac onicantae un pagre Chucho ual tlachixtoc para ihquin ihquin ihquin que itla nehua ihcon nepaica notlapech ihqun unca yehun qui rezonotoc quen ce libro quitlatlaxtoc cuacon nicantae nitlatlastoc nictlatlaxtoc cepa onitlachiz ihcon un nicantac xoconiquitac bueno cepa un que itla un onicoch cuacon te nicualouaya no que itla onicoch cepa onentlachix onicontac un tota Dios on quen quihlian un tota Dios pan Semana Santa quivelarouan dormía, apenas había rezado, vi, observé al Padre o Sacerdote Jesús Castrejón, de allá observa donde duermo para acá, hacia acá, como por allá (señala) mi cama está hacia allá, asi está, él estaba rezando, con un libro que observa, cuando voltée, lo miraba, lo miraba, nuevamente vi así (señala), volví a ver, ya no lo vi, bueno eso es como, en eso me dormí entonces estaba enferma, como si me hubiera dormido, nuevamente volví a observar, por el mismo lado vi Dios, asi, como le dicen, Dios (se refiere a su vestimenta) cuando en Semana Santa, cuando lo velan. Yehua Padre Jesús, no ihcon niconiztoc, no ihcon niconistoc que yehua nicontac uan un itlaquen ixtac hasta nan tlami imangas yehua te ixtac itlaquen yehua un ica quitlaquentian yehua un tota Dios niconistoc inan chintoc itzon, cuacon oniquito¡ay papacito lindo! niquitoua nicelti nicochi tlaca tinexmi caroua notatadios niquihlia tlaca ixcan nehua nicochi Niconistoc niconistoc niconistoc occepa onitlachis ihcon quetla onicop, xochiman onintlachix cua nehua onontlachix nicontac ne xoquitla oniquitac dia ca niquinminotza un cihuame cualaue cuac nan seguido nechaluicitarouan de Teopan seguido ualaue de jun quitoua tehua xnotza totadios siempre Yehua siempre maca xcaua yehuaica, maca xquito mocelti ticochi yehua mitzcuidaroua quitoua mitzcuidaroua mitztoca tinemi Padre Jesús Sí, el Padre Jesús, así lo veía, también así lo veía, ahora a él lo vio, y esa ropa era blanca, hasta por aquí terminan sus mangas, él es, pues su ropa era blanco, con esa ropa que lo visten (en Semana Santa), él era Dios, lo vi, que su cabello cae sobre sus hombros (señala) entonces dije ¡ay Papacito lindo! decía que solita dormía, pues tu me cuidas, mi Padre Dios, le dije, yo pensé que yo sola dormía. Lo veo, lo veo, lo veo, otra vez volteo la mirada así con un suspiro, ya no fue rápido, cuando volteo a ver, cuando yo volteo a ver vi allá, ya no había nada (señala) y como les platico, esas mujeres que vienen, cuando aquí me visitan de la Iglesia, cada rato vienen, de aquellos que me dicen, tú háblale a Dios siempre. Tú siempre, no lo dejes, por 129 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 130 yehuaica niquitoua caz melac pero canon xochuel miu Teopan nicmaztoc te in para niuetzic xtequitl para niuetzi quitoua ipan notzontecon unca un ica nixiuinti umpa ualeua yehuaica niquitoua aman xochiueli quemantica umpa yexpa nan nexcuitecoya ninfas, ocpa nexualquiteua ca un niuetzi zan quen yaca nechualtemomotla yau para nochitlapan cepa un pamea. Uan un cua tehua tiquinemacaya un remedio uan aquinon cuahlo uan quita aquinon quimaca Catca can aman no niquihlia caz catca quitzatzilia pero can mas quiestudiarotoque aman te un quitoua Quitoua Eliza nicmacaya remedio ne nan Lita youecau te nicmacaya dia quitoua andale, andale tlinon tiueliz tichiuasque quitoua yanomacaque cuenta quitoua ándale cualitan un xpoch ¿quenon itoca? Un xpoch Felisa, Cristina quitoua andale quitoua xrezaro quitoua a ver de que tlaneci dia oniquihli dia onitlaxini niquihlia xta niquihlia toquitoz canonon tlanamacaya yeua nonamacas cuenta canonon tlanemacaya ca trastes o ica amates tlinonon yeua yocaxilica un yeua un Felisa uan oacic ce telpocaua Filiberto aman itelpoch oacic yeua ocaxilique nochi un Felisa zan ne oncanxinilique i dia pa xococuiquilique quitoua un telpocaua hasta ochocac eso no digas que estoy solita, cuando duermes, él te cuida, dicen que me cuida te sigue, por eso digo que es cierto, pero ahora ya no puedo ir a la Iglesia, pues sé porque para caerme es muy sencillo, es sencillo para caerme, dicen que en mi cabeza viene, por eso me mareo de mi cabeza viene, por eso digo ahora ya no puedo, a veces ahí, tres veces ya me vienen a buscar Ninfa Farra, dos veces me ha venido a levantar. Porque me caigo, como si alguien me tirara de piedras, mi cabeza se va para otros, en ese también. Y cuando tú les dabas remedio, quien estaba enfermo enfermo y ve quien le da. Habían, ahora les digo, quizás había quienes les gritaban, pero ahora más lo están estudiando, ahora pues sólo lo ven. Dijo Eliza, cuando le di remedio... Lita ya tardó, pues le di y dijo, ándale, ándale, lo que puedas hacer, vamos a hacer, dice ya se dieron cuenta, ya se dieron cuenta, dijo, ándale vienen a ver a mi hija ¿cómo se llama? Era su hija de Felisa (Lorenzo), a Cristina dice, anda dice que rezes dice a ver si amanece (si resiste el enfermo) y le dije, ofrendé, le dije, mira, como verás, había un lugar donde vendía, ella se da cuenta donde vendía con trastes o con amates (artesanías), ella ya le habían agarrado su mercancía a Felisa, y llegó en ese lugar su hijo de Filiberto (Greco), y a él le llevaron su mercancía (le compraron todo) y oquihlitecoc ita caihcon oquichiuilique quitoua quicuilizquian nochi uan yeua xococuiquilique dia quihlia te xcaua hijo maca xchoca quihlia tiquitas xocyaz xocyaz uantlin tiquitoua cuacon melac ocualoc melac zan nictecaquilia quitoua oquirogaroto oquipapachoque yeua ica opat de que yeua iyaxca uan uel quitequixtilia quiquixtilia como yeua iyaxca un cocolistli Uen quemantica cua ce ueli quitemaca tlinon tlinon mas quitemaca zan quiaman quitoua quenon itoca de que ce ueli quenon quimaca Noche huele masque un cuhtiyan yolcame nochi mitz macazque mitz macazque neua occepa nechmacayan zan noco neua ca yeuahli nechmacayan remedio cuacon onimalti nichihlia un remedio andale matimaltitiueltzican quitoua yono macaque cuenta un remedio cihuatl hasta mamapatlaxtic niconistoc ne ándale matimaltica cuacon oniquihli niquihli xcuahquican atl matimaltica va neci cuac nitotonichtoc ca zan quen onicontilan atl onipeu nimaltia onipeu nechaltia nechaltia pero yehun chinos pero miac tiquitos hasta cuicheui hasta xintoque las cosas de Felisa las arrumbaron ya no se lo llevaron (se pelearon entre Felisa y el hijo de Filiberto), el muchacho lloró y le llegó a decir a su papá y así le hicieron, dijo que le iban a quitar todo, y que a él no le llevaron y le dice pues déjala hijo, no llores, vas a ver, ya no va ir, ya no va ir (hizo el mal) ¿y qué creen? Entonces estaba muy enferma escuché que le fueron a rogar a don Filiberto para que la sobaran (a doña Felisa) y por eso se curó, pues el mal era de él (de don Filiberto) y puede quitarlo (el mal) quitarle como era de él o suya la enfermedad (mal que dio don Filiberto) Y a veces cuando uno puede dar (el mal), qué ¿qué mas da y cómo dice? ¿cómo se llama, si uno “puede”, qué es lo que le da? Todo puede, aunque eso que te entumas (cuando se duerme) o animales todo te dan, te dan, a mí en una ocasión me habían dado y mis hijos, ellos no, de noche me habían dado remedio entonces me bañé, me dijo el remedio que nos bañemos (comunicación entre el remedio y el enfermo) dicen que ya se dieron cuenta, dice el remedio, una mujer hasta con manos anchas la veía allá, ándale, que nos bañemos, entonces le dije, le dije traigan el agua que nos bañemos y parece que se estaba calentando no así como jalé el agua, empecé a bañarme, empezó a bañarme, me baña, pero esos chinos (piojos de las gallinas y otras 131 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena aves), pero muchos, se ve hasta como mugre (de tantos), algunos hasta se caen. 132 ¿Chinos? Hasta ticmaztoz ca ticquixtiz hasta onimocau limpia no cuerpo xoquitla ompia ¿Un yolcatzitzinte xte? Yen de un de pio chinos miac onquixtic dia después mas yeualtlatlachipaltoc yonimaltic cepa onechtzatzili un cihuatl aman quema aman quema xoctiuelizque quitoua za catiaue xoctiuelizque te yecuahli zan ihcon oniquitac un bolita ouahla nan oualcalac ne pan noventana oniquitac oxitintecoc panoxic occepa nopayecoc pero miac, ca xoctiuelizque de por si teuame a yeua un nicpia hasta youecau melac, por eso niquitoua de por si xocnipatiz de por si Dia cequi tlinon quimaca couacihuiztli ¿ca tlinon? Couacihuistli no uel quitemacan couacihuistli. Quitemacan nonteihlia neuextla onechmacac Diosito nin por qué un caz que itla quitoua ce Tlaminque. ¿Xte? yeua un Yeua un timitzihlia aquinon ueli ihcon Chinos Hasta vas a sentirlos como los sacas, y quedé limpia, mi cuerpo ya no tiene nada. ¿Esos animalitos, verdad? sí, esos de gallina, chinos, muchos saqué y después más, cuando amanecía, ya me había bañado, otra vez me habló esa mujer: ahora sí ya no vamos a poder, dice, este es el último, ya no vamos a poder, pues ni modo, asi lo vi, esa bolita vino para acá, se metió aquí (señala), por mi ventana lo vi se llegó a desintegrar en mi ombligo otra vez, en mi llegó, pero mucho (vino nuevamente el mal y llegó con más intensidad), no, ya no vamos a poder de por sí, nosotros, ¡ah!, eso tenía, ya tiene mucho, de verdad. Por eso digo que ya no me voy a curar de por sí. Y otros le dan couacihuistli (malestar en algun lugar del cuerpo que duele como espina) ¿qué es? Couaciuistli también lo pueden dar, couaciuistli. Lo dan, les digo, yo, no me dio nada Diosito (ella no puede o no tiene la capacidad de dar la maldad, no le fue dado ese don) ni porque quizás algo dicen que otros pueden (los que pueden hacer el mal) ¿Verdad? Eso es. Eso te digo, ¿quién puede así? Pero el Padre (el sacerdote) no cree. Pero Padre ixquineltoca. ¿Pero cate aquinonueli? Padre ixquineltoca un enca un oya in nanca quinel toca panpaquitoua oquitac quen quimacayan comida caz ita o inan quimacayan miac cuiline hasta ihcon cuaquiztoque quitoua hasta chipololtoque uan cequi neua yeuecaui mela titlayouiayan no pan fiesta tlamictilo cabueye onicuicac nojarro ontlatlanito niquihlia nechmacacan achitzin yestli ca nochi nanquitemacazque ca de que ticuahqui mojarro quitoua difunto Tio Candido xcuahqui mo jarro xaca quitlatlani amatzin bueno onicuahmac dia onacic yatlamanque niquihlia tlin nicchiuiliz in yeztli te zan xpoyeli ce rato tic cuazque cua neua niccalactitia noma nictlalizquia un quen itoca no nechmacaque un quen itoca de un ichiauiztli oncalactictic noma pero te miac un coconelombrices de un hasta cuatlacatceue ihcon quemantica masta hasta cuecuepopocatoc nocazuela quenon xmiqui hasta cuecuepopocatoc cazuela neua un nonan catca pobre quitoua quihlia umpa quipiaya ce quichconetl tlacuacualtiaya dia saca ocauac nocuñada yeua isobrinito saca ocauac oquitlaco zan anjolinmoli siquiera mela de anjolín squiera mela itla tlinon iezquia quitoua ca ocontac un hasta chichiliutoc hasta ihcon un ca hasta norroyartinemi dia quihlia Sebastiana xtoyaua teua oticaua un quixconetl tleca ticaua dia yeuaica xticcuas ca neua xincuaz a masque ¿Pero hay quienes pueden? El Padre no lo cree, aquel que está y el que se fue, el que aquí está si cree porque dice que vio como le dieron en la comida, quizás a su papá o a su mamá les dieron muchos gusanos, hasta así (señala el tamaño), cuando los vieron dice hasta se veía como se movían, y otros yo, ya tiene tiempo (hace mucho tiempo), de verdad sufríamos en la fiesta, mataban bueyes, y uno de esos días llevé mi jarro, fui a pedir, le dije denme tantita sangre, ¿o todo lo van a dar? No, si traes tu jarro, me dijo el difunto Tío Cándido (Román), trae tu jarro, nadie lo ha pedido ahorita, bueno, le di mi jarro, y llegué, ya habían echado (tortillas), les dije que voy hacer con la sangre, pues nada más pónle sal y al rato lo comemos, cuando yo iba metiendo mi mano le iba, poner ¿cómo se llama?, eso que me dieron, eso cómo se llama, (eso como gordura), metí mi mano, pero tenía mucha lombriz pequeña, hasta se veía como amarillaban, así, a veces más, hasta se voltean y hirviendo en mi cazuela ¿cómo no se murieron? Estaba hirviendo y se volteaban en la cazuela, yo mi mamá era pobre dicen que le dijo, ahí tenía un niño que pastoreaba, y nada más porque lo regañó mi cuñada, ella era su sobrinito, nada más por el regaño le hizo daño el mole de ajonjolí, siquiera fuera de puro ajonjolí o tan siquiera fuera 133 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 134 te nehua nihcuas como yehun neua nihcuas tlin quipia te zan quilpitzo no cuñada oquiz te niquitoua no ueli No uelia Te un ita catca mela bueno catca Ah yeuaica. de lo bueno. Dicen nada más miró, dice que hasta rojizo estaba (el animalito) hasta así (se refiere a tamaño), ésta hasta se enroscaba y le dijo (su esposo), Sebastiana, tira ese mole, tu regañaste a ese niño ¿Por qué lo regañastes? ¿Y por eso no lo vas a comer? No, no lo voy a comer, aunque pues, yo lo voy a comer, yo lo voy a comer, que tiene, pues nada más le sopló a la cazuela mi cuñada y salió (más bien desapareció el gusano) pues dijo que también podía También podía. Pues su papá de ella era muy bueno (podía hacer brujería). Ah, por eso. Mela bueno catca, no uelia quenon quizás Zan tiquipitpitzaz yaz ye oquicua pero nonan yoquicua Un como quixtoya quen catca mutae Era muy bueno, también podía, ¿cómo va a salir un gusano de la cazuela? Nada más soplando y luego comer el mole, pero mi mamá no lo comió. Ella como vió como estaba. ¿Un Aquinon quitemoca a fuerza ipan comida o ca no ueli zan ihcon conmacaua? ¿Esos que dan lo dan siempre en la comida o no, también se puede nada más lo suelta? Ueli zan camamacaua masa mitziztoz tatliz oso titlacnatos oso zan quahuac mitzantaz tias ueliz amopan mitzalcauiliz melac noyeua quimatin quen quitemacan iuante occe quime ipan comida ce de que mitztlauelitan contlamatoc canta, tlamatoc umpa contlacalilia de que otcua niman xnimon neci, neci hasta cua yeticualotoc neua uan neua un yeuecaui ipan Todo Pueden nada más echarlo, aunque solo por verte tomar agua o estar comiendo, o solo con verte afuera o comiendo, cuando te vaya te lo puede soltar, pues ellos también como hacen, como lo dan, y pues otros en la comida, si alguien te aborrece, donde estés comiendo y con sólo verte comer ahí lo tira, si lo comes en ese plato, el mal no Santo ce cihuatl yeua mismo familiares icuñada ocic tlin ticchiua inan Pascuala niquihlia xtla dia quitoua aman xtlapoti un matcuacon ua zan quenca totonqui va yeua nicxopilotia iquihme! pero hasta totomioque hasta cuatlitlilque hasta coloyoque hasta quen cueyachime niquilia melac hasta ueueya. que melac yeuaica niquitoua nochi un yeuame familiares tlaca de que ce ueli inan noso ita nochi iconeuan nonemi quetla yau un comecatl nochi nochi yau nenemi no, melac uan de que quiaman neua nicteilia neua nin nonan nin nota caz xuelia pobre yeua mo un nota omic zan quimictique ne mayanalan ca tlami catca oquinuicaya oneome sanjuanecos, nan Tlacuitlapan quilia tío Juan tech uica neica para ticpixcasque canica ticmati xquizan tochan tlacas xitoua quilin timitzuicaz quilia neica Mayanalan nochi niau umpa xcalaquin tochan tlacaz tlinon te, pobre nota yeua pampa omic, tlaca te un oquinforzaroque ce xpocaua ya pus yeun niquitozquia oquinuicac, a quihlia nexchia niconpachiuitiz noconeu nepa Xalitla un paca neua no aman neua nin ce nochiu yotlamique nochiuan aparece inmediatamente, aparece hasta cuando ya estás enfermo en verdad y yo, ya hace mucho, un día de muertos una mujer, ella misma, familiares, su cuñada llegó, qué haces mamá de Pascuala y le dije nada y dice, ahora destapa eso para que lo comamos, pues sigue caliente, y cuando sopée (con la cuchara grande) ¡pero hasta gusanos! vemos hasta con sus cabezas negras, hasta con color, hasta como cueyachime, les digo hasta largos, en verdad, por eso digo, todos esos familiares, pues si alguien sabe, si su mamá o su papá o sus hijos también, porque camina como si fuera un bejuco, todo todo se va, camina también en verdad y como yo, le digo yo, ni mi mamá ni mi papá no podían, pobres de ellos, mi papá nada más lo mataron allá en Mayanalan, que tomaba mucho, había llevado a dos sanjuanecos, aquí en Tlacuitlapan, le dijo tío Juan llévanos para pizcar donde tú sabes que no van nuestros paisanos, le dijo te voy a llevar, le digo, allá en Mayanalan, siempre voy a ese lugar, ahí no llegan nuestros paisanos, pues que cree, pobre mi papá, él murió por su culpa, pues ellos violaron a una muchacha, pues quiero decir, los llevó y les dijeron a tío Juan: espérame, me voy a despedir de mi hija, ahí en Xalitla, allá está, yo ahora no tengo ningún hermano, ya se murieron todos mis hermanos 135 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 136 ¿Uan cuac teua opeu titepatia icuac titla caua uan tictemaca remedio yo yeuecauh? ¿Y cuando tú empezastes a curar, cuando ofrendas y cuando das remedio, ya tardó? Quema youecauh siempre uan un yoniuecauh¡Bah! primero tiquiquiztinemian zan xtiepiayan tochan nouian zan can yoticalaquitoua can quitlauelitan noconeuan tiquizan occehcan tieue melac Sí, ya tardó y ya tardé (se refiere a que ya tiene mucho tiempo curando). ¡bah! primero andábamos de casa en casa, no teníamos nuestra casa, en donde quiera nos metíamos (casa ajena), donde aborrecen mis hijos, salimos, nos vamos a otro lado en verdad. ¿Pero hiean otipeu o San Juan otipeu titepatiaya? ¿Pero empezaste a curar aquí o en San Juan? Canican nican Oniuahla xtla nicmatia xtla niuelia nican timitzilia Un tío José Rutilo catca yeuaica onincomamaxti tlaca te quitoua un oquitac pan remedio quetl ahua tla melac oquitac pan remedio quitoua un va ya ixtemitlacahca oh pan remedio zan iciuah noye onchocaya va te ne camposanto no ocacique tsicame va te masque tla onchocaya pobre mela cuitequia xniemati tlaca cuitequia mela quimailiaya dia yaya ne camposanto caz tech caz yeua imihcatzin tlacaz de tio José me la quitequia un to señor hasta oxoxoliz un cihuatzintli para omic za opanotiquiz yocouecau. Aquí, aquí.Aquí. Vine no sabía nada, no podía, aquí te digo aprendí. Ese tío José Rutilo con él, por eso aprendí. pues él dice que lo vio en el remedio pues quien sabe si sea cierto, lo vio en el remedio, dijo él, ya estaba enfermo de los ojos y lo vi en el remedio, pues le hizo su propia mujer, pues lloraba mucho allí pues, en el camposanto (panteón) también lo agarraron las hormigas, pues aunque iba a llorar, pobre, en verdad, le pegan (su marido) no se por qué le pegaba, pero le pegaba mucho e iba allá en el panteón quizás junto a su muertito, o del muertito de tío José (Rutilo) deveras le pegaba ese señor hasta se enfermó (ella) esa mujercita pero se murió nada más pasó (muerte rápida) ya no tardó. ¿Dia un oticmaca remedio yeua? Nicmacaya remedio un tío José Rutilo iueuentzin ita catca un Gregorio te caz nochi un caz quimatian va ce omic ne nac difunta tía Tina zan pa tlacuacualtiaya hasta yaye tepolcatzin dia zampa omic, zampan ixa ca mantoyan i pan barda umpa oquinextiton yomic yocuhpiciuh za opanoc dia omic un cihuatl primero de tío José dia omic ce itelpoch dia omic un yeun tía Tina catca yeua ica niquiteua caz quimatian va zan opanotiquizque. ¿Un otictilacacauilito camposanto? Ca zan nican Neua un pun camposanto xqueman nitlacaua. Ca porque neua xonechihlique xonechititique xcaman ¿Y a ella le diste remedio? Le di remedio a tío José Rutilo, su esposo, el papá de Gregorio Rutilo, pues quizás todos ellos sabían, pues uno se murió allá con la difunta tía Tina, ahí pastoreaba, ya casi era un jovencito, y nomás ahí se murió, nada más estaba boca abajo en la barda, ahí lo encontraron muerto, ya estaba duro, nada más pasó (muerte rápida), y se murió su mujer primero, de tío José, y murió uno de sus hijos, y murió esa tía Tina era, por eso digo que sabían, pues nada más pasó. ¿Y ahí le ofrendaste en el camposanto? Cuacon zan nican Zan nic cualiliaya nopan mano cuepacan neua xnicmati neua xniaz melac. No, nada más aquí. Yo ahí en el camposanto nunca ofrendé. No, porque a mí no me dijeron, no me enseñaron (se refiere de lo que le enseñó la Virgen), nunca. Entonces nada más aquí. Nada más le decía en mí se va a regresar (venganza), yo no sé, yo no voy a ir en verdad. Pan pa cequi caquizti ca yaue camposanto. Porque algunos se escucha que van al panteón. Cequi masque xmelac ihcon quita ihcon xpati no. Neua ne chilia un aman Genora y ueuetzin ¿queno itoca? Algunos aunque no sea cierto así lo ve asi no se cura. También me decía ahora Genora, su esposo, ¿cómo se llama? Lucio. Lucio Bautista. 137 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 138 Andale timitztlextlauiliz quitoua quitlatetemolique ne Ahuehuepan cuacon nemia un difunto don Cipriano ándale quitoua xnechtlacacahuiliti quitoua nestoc ticchiuaz ipan can cruz qsuitoua can hui cruz unpa tic tlaliz ce par ome vela dia tic tlaliz cada esquina cada esquina dia hasta nican pan puerta no ohcan tic tlaliz uan ti rezaroz quitoua para ticontomas, ca niquihlia tlaca xotiquihli un aquinon oquitac niquihlia yeua maquitomati niquihlia neua ca, xnicmati quenon unca dia tlanopan onocuepec ca niquihlia melac. Teua tlinon quitos nequi un ce viaje, xniquelnamiqui aquinon omic, dia onitepaleuito otitlachuahque, otitlachuaton ne camposanto Ándale, te voy a pagar, dijo, le buscaron allá en Ahuehuepan, entonces vivía el difunto don Cipriano, ándale, dice, ve a ofrendarme, aparece, vas a hacer allá en la cruz, dijo, donde la cruz grande, ahí vas a poner un par de velas y vas a poner en cada esquina, cada esquina, y hasta aquí en la puerta también en dos partes, lo vas a poner, y vas a rezar, dijo, para vas a desatar, no, le dije, por qué no le dijiste a ese que lo vio, le dije, que él lo desate, le dije, yo no, no sé como está, y si en mí regresa, le dije en serio. Que quiere decir un viaje, no recuerdo, alguien se murió y fue ayudar a escarbar, fuimos a escarbar al panteón. Ah tlachuaton Teuame Ah nauame Xnicmati aquinon omic xochiquelnamiqui. ¿Nia? Dia y umpa oticnextique tlaquentli ica uixtli, ¿tlinon quitosnequi un? Pos un te no de quecemitz tlauelita para mitzcocone chiliuizque Ah, fueron a escarbar. Nosotros. Ah, ustedes. No sé quien se murió, ya no recuerdo. ¿Y? Y ahí encontramos ropa con espinas, ¿qué quiere decir eso? Pues ese también, si alguien te aborrece, para que te haga tu muñeco. Ajá. Mitzcoconechiuilizque no yeua quimati quenon un quenon un caz no nomamaxtique tla ocuahquique solo Dios un para no mitznochilique un te almas. de un tlin mitzcocone Te van a hacer tu muñeco también él sabe, cómo es como también se enseñaron, que si también lo traen (quiere decir también hay quien trae el don) solo chiuilizque no xtoquitl para ti miquiz porque ce de San Juan un tlacatl itoca José cuates zan ihcon quihliayan dia aman un xpoch cualouaya ya dia quitoua oquiconechiuilique pos un icanomaxtiaya tlaco quiauac ca yeualic un cihuatl aquin ueli tlacacazyeuame oquichihque un yaya quihlia quitoua ihcon xquito ah ca ualau primero un tlacatl un tlati quitoua xtlatetemoli un noxpoch cuacon ya yeniueli no xnextlatetemoli neua noxpoch me la cualo hasta ihcon itiueia ualeua xoyaui ualeua ueia quitoua¡bah! niquilia un nochpoch iquitlalpacho uilique niquihlia un muñeco ne nan un cruz citech ui derecho niquihlia umpaca aman de que nanquixtique patiz uan de que xnanquixtizte te xpatiz dia quitoua de oticquixtizque de que oquinextique dia niquihlia quema umpaca dia de que oquinex tique xpapacacon niquihlia xtzotzomonican xpapacan iuan xtlatican quitoua xocxtla quichiuas niquihlia ca te opatca un xpocaua zan un oxixtique un oquitlalpachouilique, dia de que timitzilia. ¿Dia de que ce xquimati? Haber te de que xticmati timiquiz occe ciuatl oualeuaya de la Costa no uan Dios, ese también, para que le hagan daño esos pues, son almas. de esos que te hacen tu muñeco, también no es difícil para que mueras porque uno de San Juan un hombre se llama José cuates (apodo), así le decían, y ahora un hijo estaba enfermo, y dicen que le hicieron un muñeco, pues porque rezaba a la mitad de su patio en la noche una mujer que “puede” pues ellos hacen, el que iba le decía, dice, le dice, qué andas haciendo, quizás nos haces daño, no digas así, ah no viene primero ese hombre, el papá dijo, búscale a mi hija, entonces ya puedo, también, búscale, es mi hija, está muy enferma, hasta así crece su estómago (señala), algunas veces no le crece y de repente crece, dice, ¡bah! le dije tu hija le taparon, le dije, un muñeco allá junto a la cruz grande, derecho le dije, ahí está ahora si lo van a sacar se va a curar, y si no lo sacan entonces no se va a curar, y dijo si lo sacamos, sí, lo sacaron, y les dije sí, ahí está, y si ya lo sacaron, lávenlo, les dije, rómpanlo, lávenlo y luego quémenlo dicen ya no le va a pasar nada, le dije, no, pues se curó esa muchacha, nada más sacaron la muñeca a ese que le habían enterrado, y pues porque les dije. ¿Y si uno no sabe? A ver pues, si no sabes te mueres; otra mujer vino de la costa, 139 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 140 iueuentzin rico catca un tecatl tleua un iciuah itiempotzni quitoua oquitocan ipan remedio oquitilique quitoua yeun cuacon cua yotlauan oquitzatzihla ¡ay! tlaca mismo nochio quitoua nexchiualtitoc quitoua quinequi manimiqui onexchiuili muñeca quitoua de ne nepantla de nocal quitoua umpa oquitlalchuaque umpa oquitlalpachoque iuan un ca nezauale no quichiuan. ¿No yeuaica ixte? Iuan un quitoua de que quizás neua nicmastoc can unca de que neua niasquia nicquixtizquia de que quizás quitoua nipatiz de que xoquiz de que mihquixtiz xnipatiz dia quihlia iueuentzin ca mejor más neua nictitlaniz Chilpancingo una tlane macati ca fruta neua niconquixtiz quihlia caca masque tiazque sepan quihlia dia quitoua oquiquixtique oquiquixti un cihuatl como un cihuame ichiute dia ocualan un ce cihuatl te toca umpa quitoua un yecastoc un ononamicti uan un viejito quitoua mas oquimacaque un huerta quitoua de auatlin catleua huerta un oquin nimacaque oquintlamamacaque que itla herencia pus oquito te un quinequi mejor una miqui icniu para un yeua un chantis uan un viejito, ca uan unxtlanichiua un cihuatl yeuame oquixtique oquihlique una uia otlanamacato matlanamacati Chilpancingo yeua mero oquixtique un muñeco iuan otechililiquizca ce también su esposo, rico era ese hombre, su mujer muy jovencita, dicen, vieron en el remedio, le vieron, dicen, ese cuando ya estaba borracho (por el remedio), le gritó ¡ay! pues es mi propio hermano me está haciendo, dice, quiere que me muera, me hizo mi muñeco, dice, allá en medio de tu casa, dice, ahí escarbaron, ahí taparon, y con algunos también lo hacen. ¿También es así, verdad? Y dicen, si sale yo sé donde está, y si yo fuera lo sacaría, si sale (se refiere al dueño de la casa) me voy a curar, si no salió no me voy a curar, y le dijo su esposo, no mejor voy yo la voy a mandar a Chilpancingo, que vaya a vender fruta, yo lo voy a sacar, le dice no, vamos a ir juntos, le dice y dicen que lo sacaron, salió esa mujer, como esos dos hermanos eran mujeres, y se enojó esa otra mujer, la otra pues, la que fue con su esposo ahí, dicen que estaba parada, la esposa que estaba casado con él y ese viejito (su esposo), dicen que le dieron más huertos, terrenos, quién sabe cuál de ellos, los que les heredaron o les dieron, se los dieron como una herencia pues, dijo esa mujer que quiere que se muera su hermana para que ella viviera con el viejito y la que no hace nada, esa mujer, ellos la sacaron, le dijeron que fuera a vender, que venda la fruta a Chilpancingo a ella (la que tlacatl quitoua ompa tequipanotoc ca carro ca cautoc fruta ne México ana México concautoc, quitoua yopat un señora quitoua pero oquiquixtique dia nechihle de que oquiquixtique quenon ticchiuilizque niquihlia xcacani niquihlia tlin otictlali un quichiuilitoque cequi quico conechiuan hasta itiuei cequi quicoconechiuan chihle para titlatla ca miquiz quitlalilian ca nezauaye aha quihlia neua niquitotoya ca teua tiepati saca un hacía mal), y sacaron el muñeco, y nos pasó a decir un hombre, dice, que ahí trabaja con su carro y deja fruta en México, en México, que lo está yendo a dejar, nos dijo, que ya se curó esa señora, dijo, pero sacó la muñeca, y me dijo, si lo sacaron, cómo le vamos a hacer, le dije sacúdelo, límpialo, le dije el que lo había puesto (se refiere a la ropa que lo había puesto y tenía sudor), a ese le hicieron, algunos lo hacen en muñeco, hasta con barriga, algunos hacen los muñecos con chile para que cuando te hagan brujería el efecto es el ardor o como si te estuvieras quemando, se lo ponen con ayunos sí, yo decía que tú la curaste nada más por eso sí. Un oticnextican quipiaya uixtli de un órgano. Ah te aua aquinonon. Haua aquinonon va zan tlapaxtoya zan ihcon ica teme Neua zan onicahca yeua un itelpoch quenon itoca polin polin nanica chanti ipan atlautli ¿quenon itoca? ¿Quenon? La que habíamos encontrado tenía espina de órgano. Ah, pues quién sabe quien fue. quién sabe quién, nada más estaba tapado así, con piedras. Yo escuché ese, su hijo de Apolinar, por acá vive en la barranca, Polin ca aquinon Doroteo itelpoch Rafai itelpoch yeua un quitoua tiquita un iciuau zan oteuahcamic zan oteuahcaimic ihcon omic xouelen dia quitoua quiliaya ce tinechtlaxtlauiliz quihlia nicquixtiz neua neua nicmastoc can tlapachiutoc, neua niquitoua yeua notlatlaqueutiz catca para oquichiu Polin no quien, Doroteo Pérez, su hijo de Rafael Pérez, su hijo, ese dice, viste a su mujer, nada más nació siempre flaca, nada más se murió así flaquita, así murió, no se pudo curar, dicen que le decía una Ahuehuepeña cuando ya casi moría le dijo, si me pagas le dijo, yo lo voy ¿cómo se llama? 141 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 142 uan quen quimati con can tlopachiutoc yeua oquitlaquehque yez yeua oquihneli quitoua quiquixticz oquihnili quimastoc zan niquitos nicmastoc de que xnicuati xtiquitos xtiquitos In miac uixtli quipiaya Uixtli Uixtli quipiaya, día otictlatique Niuan oquitlatique. Tehuame otictlalique. Ah pero un ¿quen itoca un cihuatzintli nican? omic ca ichan olla va de Tecuesco Ca pero quipiaya ce cotontli ¡Ah Tlacatl! Yen tlacatl. Cuacon yaca yez pero de nican yez yaca Zan nochi quichiuan ¿ixte? Zan nochi tlin uelin tlaiyoluitoque niquitoua zan mixcotlachiztoc yeuaica quichiuan ihcon Yeuaica te. No que zan tlatlacohli no uitltlcohli quieniua ce ihcon xquixcotlachiadios chiunautipan canon un chiunautipan umpa cuahtlamamaca zan tlamamacazque a sacar, yo se donde está tapado, yo digo, ella sola se alquilaba, porque sabía ella, le hizo, como sabía donde estaba enterrado, a ella la alquilaron para hacer el mal, ella se compadeció de la enferma, dijo que lo iba a sacar, le tuvo lástima ella sabía cómo voy a decir que sé, si no sé no vas a decir. Éste tenía muchas espinas. Espinas. Espinas tenía y lo quemamos. Luego lo quemaron. Nosotros lo quemamos. ¡Ah! pero ¿cómo se llama?, esa mujercita (María) aquí se murió, no, fue a su casa a Tecuescontitlán. No, pero tenía una camisa ¡Ah hombre! Sí, hombre. Entonces alguien es, pero aquí ha de hablar alguien. Para cualquier cosa hacen ¿verdad? Nada más los que pueden los hacen sufrir, dijo, nada más están viéndote de lado, por eso es, así hacen. Por eso, pues. También eso es un pecado, tambien es grande el pecado, cuando hace uno así, no miran a Dios, allá en la otra vida, allá en la otra vida, ahí darán cuentas, nada más van a dar cuentas, también ellos. ¿Uan tlinon un tlamamacazque? Te un para tiuiliz un titetlanochiliz para ti que un quiaman itla tlin para ce ueli tlaminque yeua tla ipan cualtiquizan quiaman un quichcocone ualaue tlacate quitoua ualpanouan ne chicnautipan cequi quipia iciuau un cihuatl xquema nozauaya cua itic quipiaya yeun quitoua un cuahtlamamacan ua te xnicmati no niquitoua xmelac solo zan que itla raza va tlin un catca San Juan Nimitzilia nocuñada ita mela bueno catca hasta nomentarouaya un te no ihcon omic, omic caz tla no quexchiuilique omic zan Xochitlailoc otlaic di jun oquinextiton ne calle otempan ihcon unca tzintenpolehca quiteuaznequian caua te yomic hasta yocuhtiac melac yeuaica niquitoua te caz no, no to Dios cualtitlani te solamente Dios tla Diosito quitlauanatiz tlanauatiz tla ca solamente Dios, dia nehua niquitoua neua nican un masta nechiliayan quen quen neua ce no contra na nic de te cehcon mantontiquiza cehcan unamiczaloquitiza un quema xonicnec xochec xonicceli quitoua un Tonantzin ha de que xticnequi cuacon masque cuacon onechmacaque un para xonicceli cuacon onechmacayan un para un tetlaccecauilia nochi nexmacazquian caz quemech xomicceli hasta ca ome vuelta cuacon onexmacaque in ixtlatlacahle quitoua ica tiquinpaleuiz noconeuan quitoua in xtlatlacohle, tlatlacohle de campa occe ticchiuas quen Y ¿qué es eso de que van a dar? Pues eso, para vas a poder hacer mal, para como, algo que uno va a poder hacer mal, ellos ahí pasan a traerlo, como ahora esos niños que nacen y traen para poder hacer mal, dicen que pasan allá en la otra vida (o lugar de destino), algunos tienen, sin mujer, esa mujer nunca ayunó, cuando tenía adentro pues extrañas a su hijo, eso dicen cuando te destinan algo (su brujo o saber curar, o saber hacer el mal), pues no sé, también digo no es cierto, sólo pienso que es por la raza (lo hereditario), esos que te dije que estaban en San Juan. Te dije que mi cuñada, su papá era muy bueno, hasta se ufanaba que sabía, de todas maneras así murió, murió también como si le hubieran “dado”, murió nada más. en un casamiento, bebió y lo fueron a encontrar en la calle, a la orilla (del pueblo), así estaba medio empinado, lo querían parar, pues ya había muerto, hasta ya duro estaba, en verdad por eso digo, pues también, también nuestro Dios los manda, pues solamente Dios sabe, si Diosito es el que los manda, es el que los manda, pues solamente Dios, y yo digo aquí, esos me decían cómo, cómo yo, alguien de mis contrarios pues, que les hiciera mal, y que en un sólo lugar los amarrara, eso sí no quise, no lo recibí, dijo la Virgencita si no quieres, entonces 143 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 144 un tiquitoua xolicuelitac xonec, mela yeuaica niquitoua te nochi tlitlacohle caz pampa de que ce xocquinequi quitaz. Ya yoniciau masque zaca nitlatlatoua. aunque, entonces me dieron eso para no lo recibí, entonces me dieron eso para que pudiera ofrendar, todo me querían dar, pues qué bueno que no lo recibí, hasta en dos ocasiones, entonces me dieron este que no es pecado, me dijo, así vas a ayudarles a mis hijos, (la virgencita) dijo esto no es pecado, si tú hicieras otra cosa, como el que tu dijiste que no te gustó, lo que no quisiste, por eso digo pues todo es pecado, pues porque quizás uno no lo quiere ver. Ya me cansé aunque sólo esté platicando. Yo ti ciau te masque zan ihcon occepa vuelta tiuizte. Ya te cansaste, pues aunque nada más así, en otra ocasión venimos. Hasta nimelana hasta nimelantoc a ver de que occuali nimocualtia. Hasta me agito, a ver si me pongo bien, a ver si me recupero. 145 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 146 Doña Flora Soledad Xalitla, 16.II.95 Tiene 55 años de edad y cuatro hijos. Es originaria de Xalitla, Guerrero. “Rifa” con maíz, y “riega”. En esa huentli nada más para, se tarda uno mucho porque uno está repitiendo, o sea que yo ya riego muy diferente, ya curo muy diferente, no igual como los de por allá de Xochitlahuaca, no, yo ya no. Y yo rezo primero veinte credos, treinta credos repetidos. Por ejemplo, ahorita que si usted lo quiere ver, se repiten veinte, treinta credos, hasta cincuenta, hasta que no veo yo la forma de que el humito vaya levantándose directo. Ya si veo yo que ese humito ya va directo, digo yo, ya el aire ya recibió el huentli, para que suelte esa sombra de aquella persona. ¿Qué es el huentli? Es lo que yo hice, los muñequitos, ahorita los voy a sacar, pero ahora para que los vea necesito ponerlo por ahí en una luz, por acá, porque como está obscuro, si, entonces eso le decimos “huentli”, ahorita los voy a apartar para sacarlos de la... Esto, esto es el huentli que le digo, que para cambiar la sombra, la sombra de aquella niña que está espantada, y yo con esto la voy a limpiar y ya luego lo voy a ir a dejar, y empiezo a rezar. ¿En dónde lo deja? Por ejemplo, ella se quemó ahí, ahí lo voy a levantar y ya lo voy a dejar por allá que se lo lleven los aires, y por allá empiezo a rezar, y si ya acabé de rezar allá, ya me vengo, y ya le rocío el agua, porque llevo una botella de agua pa’ donde se juntan... donde sueltan la sombra los aires. Niña: También me caí por allá, por allá de la iglesia... ¿cómo se dio cuenta usted de que se espantó? Ah pues, de por sí se tenía que espantar, porque se echó el agua caliente, bueno ahorita la curación va a ser provisional, porque no se le va a rifar, porque vimos por qué se espantó, porque se echó l´agua caliente. Si nomás viéramos que se enfermara entonces agarrábamos un plato y le empezábamos a hacer la rifa con maicitos para rifarle. ¿cuántas figuras deben de prepararse? Ahorita como es de noche, van a ser catorce hombrecitos y catorce mujercitas. Si, son veintiocho... y este es el aire grande. ¿lo oscuro? Chicnautipan el obscuro es este... Este se llama tliltic yeyécatl, tliltic, y este se llama iztac yeyécatl. Iztac... ¿blanco? Ajá, blanco, y este se puede llamar tlihuehuentzin o tlilamatzin, el tlilamatzin es la mujer,. ¿Los blancos son los hombres? No... blancos y negros son hombres y mujeres, ahorita voy a sacar el otro negrito (se dirige a su hija): tráeme un plato extendido para que los pueda yo contar. ¿cómo los prepara? Con masa, estos son de masita… este ahorita voy a limpiar a la nena con esto, voy a limpiar, y con esas hojitas. ¿Qué hojitas son? Hojitas de paraíso pues, como aquí no hay hojas de aire.. hojitas de azúchil. ¿Cuáles son las hojas de aire? Las hojas de aire son: el estafiate, la ruda, hojas de pirul, santamaría y la jarilla, albahaca y epazote, todo eso llevan en conjunto para que se recoja el aire de aquella persona que esta espantada, mmm, eso nada más. Doña Flora, ¿qué es el aire? Pues el aire son, yo me lo, ahora sí que le voy a contar la historia completa como me la enseñaron, y yo pienso en mi fe que tuve, yo pienso que la persona que me lo enseñó no fue cualquier persona, que fue Dios, porque yo a media noche me despertaba y me dice: “levántate y ve qué es lo que les quitas a las personas cuando las curas de aire”. Y entonces yo me levanté a esa hora, no ve que su humilde casa de usted (la casa de Doña Flora) es de chinamil, así que se ve para afuera donde no tiene lodo, y me asomé, y era tres filas de puro diablito encuerado que, que se nos encarna cuando nosotros nos espantamos, pero así de este tamaño, ‘ire... así... Prietitos, con su colita y sus cuernitos asi... eran negritos todos negritos... con su colita para arriba y encueraditos, ahí van corre y corre, eran tres filas. ¿Cómo... con pelo o... ? No, no, no eran así, eran como unas criaturitas encueradas pero pues... en forma pues de personas encueradas, pero con sus cuernitos así y su colita para arriba... cuando yo me levanté el Señor, yo, nomás lo alcancé a ver la túnica blanca y me dice: “ya viste”. Cuando ya me había levantado ya no ví nada, ya no vi nada de él, pero sí vi esas figuritas, sí las estuve viendo, como se estuvieron yendo para arriba... al pueblo, y empezaron a ladrar los perros dentro del pueblo, ladraban los perros, pero sí, me los enseñaron y entonces dice: “si tu quieres seguir curando debes de hacer mucha oración y mucho ayuno”. Entonces cuando curo pues casi no como, hasta que no acabo de curar a esa persona. Ahora, por ejemplo, pues ahora voy a curar así, pero ya medio 147 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 148 día ya ayuné, y ya me puede venir cualquier trabajo en el día, pero yo sé que ya tengo un ayuno de medio, ajá, de mitad de ayuno, por eso yo siento que no me hacen nada, porque el Señor, el que me dijo dice: “debes de ayunar y hacer mucha oración”. Y yo pienso, en mi fe yo que Dios me habló, porque lo vi que era de túnica blanca, entre sueños así yo lo vi, su barba lo traía hasta aquí, su túnica estaba bien blanca y bien larga. ¿Estaba usted medio dormida? Sí, estaba yo dormida pero ya me había yo levantado, ahí estaba un montón de grava y aquí también se querían meter, pero yo pienso que por la mucha oración que hago no pudieron entrar a mi... Esos son los aires que se encarnan en una persona, y yo pienso que ahorita con esta dificultad que tuvimos porque le iba yo a regar el muchacho que lo vinieron a hallar aquí, se me enfureció bien feo y tuvimos pleito bien grande, la dificultad ahorita pues, el achaque fue según porque se quemó la niña, pero de ahí empezó el pleito pero es... pero no era tanto ella, sino que los aires, los iba yo a correr de acá, y como no los pude correr mejor se pusieron enérgicos, yo creo que no nomás tiene uno, ni dos, tendrá unos cinco o seis, y por eso se enojaron y provocaron el pleito y todos nos estuvimos discutiendo ahorita, todos hasta la chamaca esta, la mamá de Miriam, le pegaron, y yo pues también con coraje agarré y le pegué a la niña chiquita... pero es por eso, porque eso es lo que provocan estos aires, pleitos, ajá... Petra, lávate una botella, hija, sí... ajá, una botella o un vaso para que le echemos el agua para que curemos a la nena. Yo creo que eso lo quiere entrevistar también, ¿verdad? Sí, sí, y eso ya que se echó en el apantli se empieza a rezar credos, credos repetidos, por eso le digo aquí es muy diferente a la curación, porque aquí rezo y por allá por la sierra no, allá no rezan sino no más empiezan a gritarle a los aires, así a nombrarlos que suelten a aquella persona, pero yo no, no me gusta así, porque yo siento que con la oración es más efectivo, y pues me ha salido y así, así es como la gente ya la acostumbré, y también yo creo ellos también, porque luego que empiezo a rezar luego empiezo a sentir ese, ese coraje, porque siento que... o esa alegría... al mismo tiempo me da coraje y me da alegría, porque siento que los empiezo retirar, haciendo la oración, sí. Usted ¿cómo descubrió esa capacidad de hacer la limpia? ¿cómo supo que usted podía hacerlo? Mire, para empezar una señora ya finada es la que me enseñó, porque yo mis hijos esos estaban chiquitos y seguido se caían, se espantaban y seguido se enfermaban, y por el motivo de no haber dinero pues decía yo... aunque les curen así en regaditas, y ya entonces la señora se aburrió y dice, “bueno yo ya Testimonios de un pueblo nahua no quiero, ya no puedo caminar, ¿por qué no te enseñas?”. Y ella me enseñó como les iba yo a hablar, primero me los apuntó, pero de por sí dependemos de la raza porque mi abuelito es el que sabía mucho, pero cuando él sabía, cuando él regaba, yo no me quise enseñar porque estaba yo joven, decía: “¡ah yo cómo voy a andar con ese sahumerio, porque ocupamos un sahumerio para echar las brasas y sahumar, todo eso, todo eso se ocupa y yo dije “dónde voy a andar con mi sahumerio por allá, no, no me gusta andar”, pero ya después vi que deja algo pues, le seguí, y aquí voy. He ido, hace ocho días, el martes fui hasta San Jerónimo, Costa Grande, ayer me fui a Huiziltepec a curar, también ajá, he ido al Estado de México, por allá por San Lorenzo, ajá. Me dijeron las personas, “tu hijo lo ahogaron allá en el río” dicen, “si lo vas a ir a recoger”. Sí, lo voy a traer, estaba llorando, estaba chamaquillo, ya le digo ¡ay hijo, ya te espantaste! Pues ni modo, ahora te voy a regar, según yo no quería que la gente se diera cuenta, llevé todas mis cositas en mi morralito, y allá voy para abajo a curar a mi chamaco, aquí le limpié y ya llevé mis cosas por allá, puse lumbre, por allá puse mis bracitas, según yo no quería que me descubrieran, me descubrieron a los tres años de que yo ya le regaba yo a mis hijos, pero ya me descubrieron 149 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 150 cuando ya podía yo bien, ya entonces... pero me enseñé en mis hijos, en esta mocosa y en... en el muchacho que está casado allá en México. ¿Se llama “regarles”? Si... se dice regar pues, no sabemos si en otras partes lo toman a otra forma, pero se dice: “¿que no nos van a querer regar, porque nos espantamos?” Y ya para buscar, pues ya se pone un platito, ya se echa el agua y se tira el maicito, ahí se ve si uno esta enfermo o no, con maicitos y copalitos, es donde se hacen las rifas, en platos extendidos de esos de china que les decimos nosotros, sí, así es. ¿Qué le pasa a una persona que esta espantada? Doña Flora Soledad Xalitla, 16.II.95 Tiene 55 años de edad y cuatro hijos. Es originaria de Xalitla, Guerrero. “Rifa” con maíz, y “riega”. En esa huentli nada más para, se tarda uno mucho porque uno está repitiendo, o sea que yo ya riego muy diferente, ya curo muy diferente, no igual como los de por allá de Xochitlahuaca, no, yo ya no. Y yo rezo primero veinte credos, treinta credos repetidos. Por ejemplo, ahorita que si usted lo quiere ver, se repiten veinte, treinta credos, hasta cincuenta, hasta que no veo yo la forma de que el humito vaya levantándose directo. Ya si veo yo que ese humito ya va directo, digo yo, ya el aire ya recibió el huentli, para que suelte esa sombra de aquella persona. ¿Qué es el huentli? Es lo que yo hice, los muñequitos, ahorita los voy a sacar, pero ahora para que los vea necesito ponerlo por ahí en una luz, por acá, porque como está obscuro, si, entonces eso le decimos “huentli”, ahorita los voy a apartar para sacarlos de la... Esto, esto es el huentli que le digo, que para cambiar la sombra, la sombra de aquella niña que está espantada, y yo con esto la voy a limpiar y ya luego lo voy a ir a dejar, y empiezo a rezar. ¿En dónde lo deja? Por ejemplo, ella se quemó ahí, ahí lo voy a levantar y ya lo voy a dejar por allá que se lo lleven los aires, y por allá empiezo a rezar, y si ya acabé de rezar allá, ya me vengo, y ya le rocío el agua, porque llevo una botella de agua pa’ donde se juntan... donde sueltan la sombra los aires. Niña: También me caí por allá, por allá de la iglesia... ¿cómo se dio cuenta usted de que se espantó? Ah pues, de por sí se tenía que espantar, porque se echó el agua caliente, bueno ahorita la curación va a ser provisional, porque no se le va a rifar, porque vimos por qué se espantó, porque se echó l´agua caliente. Si nomás viéramos que se enfermara entonces agarrábamos un plato y le empezábamos a hacer la rifa con maicitos para rifarle. ¿cuántas figuras deben de prepararse? Ahorita como es de noche, van a ser catorce hombrecitos y catorce mujercitas. Si, son veintiocho... y este es el aire grande. ¿lo oscuro? Chicnautipan el obscuro es este... Este se llama tliltic yeyécatl, tliltic, y este se llama iztac yeyécatl. Iztac... ¿blanco? Ajá, blanco, y este se puede llamar tlihuehuentzin o tlilamatzin, el tlilamatzin es la mujer,. ¿Los blancos son los hombres? No... blancos y negros son hombres y mujeres, ahorita voy a sacar el otro negrito (se dirige a su hija): tráeme un plato extendido para que los pueda yo contar. ¿cómo los prepara? Con masa, estos son de masita… este ahorita voy a limpiar a la nena con esto, voy a limpiar, y con esas hojitas. ¿Qué hojitas son? Hojitas de paraíso pues, como aquí no hay hojas de aire.. hojitas de azúchil. ¿Cuáles son las hojas de aire? Las hojas de aire son: el estafiate, la ruda, hojas de pirul, santamaría y la jarilla, albahaca y epazote, todo eso llevan en conjunto para que se recoja el aire de aquella persona que esta espantada, mmm, eso nada más. Doña Flora, ¿qué es el aire? Pues el aire son, yo me lo, ahora sí que le voy a contar la historia completa como me la enseñaron, y yo pienso en mi fe que tuve, yo pienso que la persona que me lo enseñó no fue cualquier persona, que fue Dios, porque yo a media noche me despertaba y me dice: “levántate y ve qué es lo que les quitas a las personas cuando las curas de aire”. Y entonces yo me levanté a esa hora, no ve que su humilde casa de usted (la casa de Doña Flora) es de chinamil, así que se ve para afuera donde no tiene lodo, y me asomé, y era tres filas de puro diablito encuerado que, que se nos encarna cuando nosotros nos espantamos, pero así de este tamaño, ‘ire... así... Prietitos, con su colita y sus cuernitos asi... eran 151 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 152 negritos todos negritos... con su colita para arriba y encueraditos, ahí van corre y corre, eran tres filas. ¿Cómo... con pelo o... ? No, no, no eran así, eran como unas criaturitas encueradas pero pues... en forma pues de personas encueradas, pero con sus cuernitos así y su colita para arriba... cuando yo me levanté el Señor, yo, nomás lo alcancé a ver la túnica blanca y me dice: “ya viste”. Cuando ya me había levantado ya no ví nada, ya no vi nada de él, pero sí vi esas figuritas, sí las estuve viendo, como se estuvieron yendo para arriba... al pueblo, y empezaron a ladrar los perros dentro del pueblo, ladraban los perros, pero sí, me los enseñaron y entonces dice: “si tu quieres seguir curando debes de hacer mucha oración y mucho ayuno”. Entonces cuando curo pues casi no como, hasta que no acabo de curar a esa persona. Ahora, por ejemplo, pues ahora voy a curar así, pero ya medio día ya ayuné, y ya me puede venir cualquier trabajo en el día, pero yo sé que ya tengo un ayuno de medio, ajá, de mitad de ayuno, por eso yo siento que no me hacen nada, porque el Señor, el que me dijo dice: “debes de ayunar y hacer mucha oración”. Y yo pienso, en mi fe yo que Dios me habló, porque lo vi que era de túnica blanca, entre sueños así yo lo vi, su barba lo traía hasta aquí, su túnica estaba bien blanca y bien larga. ¿Estaba usted medio dormida? Sí, estaba yo dormida pero ya me había yo levantado, ahí estaba un montón de grava y aquí también se querían meter, pero yo pienso que por la mucha oración que hago no pudieron entrar a mi... Esos son los aires que se encarnan en una persona, y yo pienso que ahorita con esta dificultad que tuvimos porque le iba yo a regar el muchacho que lo vinieron a hallar aquí, se me enfureció bien feo y tuvimos pleito bien grande, la dificultad ahorita pues, el achaque fue según porque se quemó la niña, pero de ahí empezó el pleito pero es... pero no era tanto ella, sino que los aires, los iba yo a correr de acá, y como no los pude correr mejor se pusieron enérgicos, yo creo que no nomás tiene uno, ni dos, tendrá unos cinco o seis, y por eso se enojaron y provocaron el pleito y todos nos estuvimos discutiendo ahorita, todos hasta la chamaca esta, la mamá de Miriam, le pegaron, y yo pues también con coraje agarré y le pegué a la niña chiquita... pero es por eso, porque eso es lo que provocan estos aires, pleitos, ajá... Petra, lávate una botella, hija, sí... ajá, una botella o un vaso para que le echemos el agua para que curemos a la nena. Yo creo que eso lo quiere entrevistar también, ¿verdad? Sí, sí, y eso ya que se echó en el apantli se empieza a rezar credos, credos repetidos, por eso le digo aquí es muy diferente a la curación, porque aquí rezo y por allá por la sierra no, allá no rezan sino no más empiezan Testimonios de un pueblo nahua a gritarle a los aires, así a nombrarlos que suelten a aquella persona, pero yo no, no me gusta así, porque yo siento que con la oración es más efectivo, y pues me ha salido y así, así es como la gente ya la acostumbré, y también yo creo ellos también, porque luego que empiezo a rezar luego empiezo a sentir ese, ese coraje, porque siento que... o esa alegría... al mismo tiempo me da coraje y me da alegría, porque siento que los empiezo retirar, haciendo la oración, sí. Usted ¿cómo descubrió esa capacidad de hacer la limpia? ¿cómo supo que usted podía hacerlo? Mire, para empezar una señora ya finada es la que me enseñó, porque yo mis hijos esos estaban chiquitos y seguido se caían, se espantaban y seguido se enfermaban, y por el motivo de no haber dinero pues decía yo... aunque les curen así en regaditas, y ya entonces la señora se aburrió y dice, “bueno yo ya no quiero, ya no puedo caminar, ¿por qué no te enseñas?”. Y ella me enseñó como les iba yo a hablar, primero me los apuntó, pero de por sí dependemos de la raza porque mi abuelito es el que sabía mucho, pero cuando él sabía, cuando él regaba, yo no me quise enseñar porque estaba yo joven, decía: “¡ah yo cómo voy a andar con ese sahumerio, porque ocupamos un sahumerio para echar las 153 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 154 brasas y sahumar, todo eso, todo eso se ocupa y yo dije “dónde voy a andar con mi sahumerio por allá, no, no me gusta andar”, pero ya después vi que deja algo pues, le seguí, y aquí voy. He ido, hace ocho días, el martes fui hasta San Jerónimo, Costa Grande, ayer me fui a Huiziltepec a curar, también ajá, he ido al Estado de México, por allá por San Lorenzo, ajá. Me dijeron las personas, “tu hijo lo ahogaron allá en el río” dicen, “si lo vas a ir a recoger”. Sí, lo voy a traer, estaba llorando, estaba chamaquillo, ya le digo ¡ay hijo, ya te espantaste! Pues ni modo, ahora te voy a regar, según yo no quería que la gente se diera cuenta, llevé todas mis cositas en mi morralito, y allá voy para abajo a curar a mi chamaco, aquí le limpié y ya llevé mis cosas por allá, puse lumbre, por allá puse mis bracitas, según yo no quería que me descubrieran, me descubrieron a los tres años de que yo ya le regaba yo a mis hijos, pero ya me descubrieron cuando ya podía yo bien, ya entonces... pero me enseñé en mis hijos, en esta mocosa y en... en el muchacho que está casado allá en México. ¿Se llama “regarles”? Si... se dice regar pues, no sabemos si en otras partes lo toman a otra forma, pero se dice: “¿que no nos van a querer regar, porque nos espantamos?” Y ya para buscar, pues ya se pone un platito, ya se echa el agua y se tira el maicito, ahí se ve si uno esta enfermo o no, con maicitos y copalitos, es donde se hacen las rifas, en platos extendidos de esos de china que les decimos nosotros, sí, así es. ¿Qué le pasa a una persona que esta espantada? Ah, esa persona, si en realidad tiene mucho espanto siente luego luego el cambio, que se va a aliviar, porque mientras uno esta regando allá, rezando allá donde lleva uno el huentli, que le digo de los muñequitos, aquí la persona se queda dormida, se duerme y ya a veces cuando uno le llega a echar el agua a veces se duerme y a veces está despierto, pero ya ahí se queda uno acostado, ya empieza a sudar uno, empieza a sentir esa alivio, ajá, uno luego luego ve, pues, así, en el copalito, que empieza a humear derechito, y si la persona no se va a aliviar el humo se cruza, bien que forma una cruz de humo, esa persona ya no va a tener alivio porque ya... ya se vió en el humito. ¿qué hace con esos casos? Pues... que quiere, ahí es la voluntad de Dios, se lo dejamos porque ya ni uno, ni el doctor, ni nada no lo puede curar. A un espantado que no se atiende, ¿qué le pasa? Pues si no se atiende pronto, le agarra el diabetis... Y luego cuando se espantan de noche, pues no duermen, no duermen y dejan de comer, no tienen hambre también. Porque se empiezan a enfermar, les agarran calenturitas o cualquier otra cosa, o granos si es espanto de hormigas, les agarra granos, les agarra ronchas, como hervor de sangre, todo eso es de espanto de hormigas sí. Testimonios de un pueblo nahua ¿hay diferentes clases de espanto? Hay diferentes... el de agua se abotiga uno la barriga, sientes... coma uno o no coma uno, todo el tiempo se siente lleno, por qué, porque se espantó en el agua, se ahogó, así es. Y ¿el de hormigas? El de hormigas es así nada más, es natural, blancos, nomás que la hormiga es diferente porque ya se le echa maicito, va usted y le riega ahí en el hormiguero, le echa el maicito y ya pone los tamalitos con los xegüititos, le pone el huentli y ya empieza uno a rezar ahí... lo voy a regar esto para que vea... Ahorita vengo voy a pedir permiso allá en el altar, si usted gusta... pásele, nomás cierre los ojos ¡eh!... (pausa)... (Empieza a regar y a hablar en dialecto) Miriam... (Rezos en náhuatl). Cierra la puerta Petra, para que no se vayan los negros por ahí (sigue realizando el rito y hablando en dialecto). Ahora usted véngase para acá. Petra, búscame los cerillos, hija, y me los traes para acá (hablando en voz baja)... Y la botella, ¿por qué la utiliza? La botella trae agua, esa agua... se me va a ir más para allá para que usted también no los vaya a... ¿o viene prevenido? No. Entonces... se va a retirar cuando empiece yo a rezar. Estas son velitas que se trozan por... se sacan aquí en cuatro partes... esto va en medio porque es el aire grande, cuando hay modo se pone. Ahora sí ya voy a empezar a rezar, y retírese para que no le vayan a hacer mal... ahora como, al que se le está curando está muy espantada, por eso no se prenden muy bien las velas, pero eso es por el aire, por eso no se prenden las velas, porque la enferma está muy espantada, ajá, pero se van a ir prendiendo conforme esté la oración... ¿Y ahí deja las velitas? Sí, las velas ahí se terminan... (sigue rezando en náhuatl, mencionando a los aires y a la persona que está regando, a la niña) Eso es todo, ahora vete a acostar, duérmete ya mami, sí, no te voy a tunar, ah, de veras, tu agüita. Esta agüita se la tiene que terminar, ella lo va a tomar, porque en esa agua ya viene su sombra de ella, ya lo fuimos a recoger allá donde fuimos, así eso es todo. ¿O sea que al asustarse se le había ido su sombra? Se le había ido su sombra, y ahorita ya la fuimos a recoger y la levantamos ahí a donde... lo recogimos ahí porque ahí se quemó, ahí se quemó esta creatura, entonces lo recogimos ahí y lo fuimos a dejar allá para que ya nos lo dieran, pero aquí ya lo levantamos, porque ahí es donde se asustó. ¿Y puede explicarme qué es la sombra de cada quien? 155 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 156 Pues... dicen que la sombra es nuestro espíritu que nos abandona, eso es lo que se va, ya por eso que con cosa nadita que nos espantamos, estamos temblorosos porque no tenemos nuestro espíritu, se va, se va por el susto, como que se aleja de nosotros y ya por eso se reza, para que ese espíritu bueno vuelva a encarnar en su cuerpo, porque los espíritus malos se lo llevan al espíritu bueno, el espíritu bueno del alma es bueno y el espíritu malo pues se lo llevaron un rato... ¿Entonces usted considera que la sombra y el alma es lo mismo? Sí... no, el alma es... el alma que se va, el espíritu es en forma de palomita, son dos cosas: el cuerpo, el alma y el espíritu, el espíritu viene en forma de palomita y el alma ese es en forma de sombra, sombra, así, que se sale de la figura de la persona, se va como sombra... No se puede ver... ¿lo siente? No somos dignos, lo sentimos, sí, porque sentimos esa calor cuando nos llega, por ejemplo la niña, pues ahorita no lo siente porque está pequeña pero cuando uno ya se le regó siente uno ese calorcito que entra sobre de uno, yo misma me he curado así cuando he recibido sustos, yo solita me curó, pues quien lo voy a alquilar, o sea yo me ando curando, me ando echando la agua con la mano, así, y bien que siento como mi cuerpo se vuelve a calentar otra vez. ¿Pero si la gente no se atiende nunca? Si no se atiende nunca, nunca se alivia, solamente que vaya con un sacerdote y que lo ensalme... ¿Y a los que nadie ayuda? Pues no... los que no los ayudans, a veces se mueren de susto, unos sí se llegan a morir cuando reciben un susto muy fuerte, y ahí es donde le digo que se empiezan a enfermar de azúcar. No ve que por allá por las ciudades hay mucho azucarado, pero es por eso, porque nunca se atienden de sustos, ujumm... La mayoría vienen espantados, por eso... los ensalmo. Por ejemplo, el día que fui a Huiziltepec fui a curar a un señor, vino aquí a una boda, se le casó su prima y ya aprovechó, dice “ándele, dice, écheme la rifa” Ya le eché la rifa, y ya le digo, es un plato, así que... son doce maicitos y doce copalitos que se ocupan y se echan... se echan, la busca y ya se aparece “mira, tú, te duele a tal parte”. Cuando ve que el maicito es larguito, si le duele la cabeza... en la cabecita del maicito sale una bombita de agua, es donde tiene el dolor; si le duele el pecho, también la bombita sale de agua, de ahí del pecho; si le duele el estómago también ahí mismo sale la bolita de agua, la bombita sale, ‘tá señalando que son dolores que tiene esa persona... ¿Y para saber por qué esta así... asustada? Testimonios de un pueblo nahua Por eso se hace la rifa, ahí le dice uno “mira... aquí yo te puedo descifrar”. Se ve que fue una calle, o se ve que fue un río, o se ve que es carretera, tú le... medio le ayudas, y ahí ella se acuerda, dice “ah sí, fue a tal parte, me arrastró el burro o me... andaba pasando a traer un carro”, qué se yo... cualquier cosa, también dicen de lo que yo les paso... ya ellos le van contestando “te duele esta parte?”, usted le pregunta. “Sí me duele” “¿Y por qué te duele?” “Ah...” dice ella, “¿por qué me duele?”. “Pues te duele porque tú te asustaste en una parte, se ve que te tumbó el burro o que te iba a pasar un carro, que un perro te pasó a traer, o un marrano”. Lo que sea, el chiste es que haya recibido ese susto en tal lugar, y pero así se rifa, en el maicito en el plato, con maicito y copalito, ujum... asi nada más. Si a esa persona tiene mucha fe, ya sacando el maicito y el copal esa misma agüita ella se echa en la cabeza, o se echa en la parte que le duele, dicen que ellos al hacerse esa rifa y con esa agüita sienten que se les quita un poco el dolor. ¿Y además de los espantados, qué otro tipo de pacientes atiende usted? No, no nada más eso, de puros sustos, y luego este... según yo que hago limpias de casas, de negocios, hago oración y ya compro el contenido allá en la yerbería y ya... y hasta yo misma, cuando me siento mal, así del cuerpo, que... 157 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 158 me siento que no viene gente, yo también hago mis limpias aquí, y si al rato de veras ya llegó uno, según mi creencia pues así es... ¿En qué consiste la limpia de casas o negocios? Este... hacemos oración y limpiamos con unos contenidos de hierbas que venden allá en las hierberías, que ya vienen preparados, eso es todo lo que se hace. Otra entrevista ¿qué fue lo que le pasó a este niño? Este niño... éste es más diferente, porque éste se espantó su mamá, cuando ella lo tenía... que estaba ya en estado, se espantó la mamá y el niño lo agarró el aire. ¿Se puede pasar de uno a otro así? ¡Ah claro! Cuando está embarazada la mujer y el niño ya va adentro sí, puede agarrarle el aire a la creatura porque ya está engendrada... ajá... ¿eso fue hace mucho tiempo? Pues tiene... ahorita el niño tiene tiene seis meses, ella ya tenía siete meses cuando ella se espantó. Se cayó de la... se iba para la clínica a revisarse, y ahí es donde se cayó ella... ujumm... el niño agarró el susto. Ella no tiene nada, mejor el niño tiene mucho grano en la carita, ajá... ¿Qué fue lo que le pasó a la señora? La señora... se venía de su casa a la clínica, y en esta parte ella se trompezó, y... pues... toda esta parte se trompezó, y dice que vino a caerse por acá... cerca del hormiguero, pero ella ya estaba en estado de siete meses, y por eso agarró el susto, la calentura. Una pregunta nada más: ¿usted “rifó” a la criatura o a la señora para saber lo del... ? No, ellos se dieron cuenta que está asustando porque le salieron muchos granitos en la cara, no rifé la criatura, porque dicen que ellos piensan que de por sí de ahí le previno, porque le salen granos, y no tiene que tener granos si está chiquito, y ellos piensan que con esto se va aliviar y no... Y ¿qué influencia tienen las hormigas? Las hormigas este... pues no ve que pican, entonces puede agarrar hervor de sangre o puede agarrar granos, puede agarrar granos con las hormigas. “En esta hora y en este lugar pa in tonalli, pa in santo día viernes nican yoticonpatlaco in tonaltsintli del niño Román, entonces ya se les llaman: Chichiltic Yeyécatl, Cotsiltic yeyécatl, Sepohca yeyécatl, Amanca yeyécatl, Totonca yeyécatl, Sepohca yeyécatl uan chicnautipan yeyecame xcualmacuitican itonal del niño. Si el Testimonios de un pueblo nahua que se le está diciendo que le den su sombra del niño, y ya en eso se le da la sombra, por eso se lleva la agüita, está agüita se trae y se lleva, porque con ésta se rocía al niño”. ¿Ahorita lo va a rociar? Si ahorita lo voy a ir a rociar a su casa ujumm... Y ¿por qué no utilizó velas ahora? Porque es de día, cuando es de día no se usan velas, se usan nada más de noche, ajá... ¿La señora se cayó de día? Sí, es de día... se iba a la clínica... ujumm... ¿Y las figurillas ahí se quedan en... ? Sí, ahí queda... ¿Nadie se la lleva? No, los animales se los comen, los marranos, los perros, qué sé yo... ahí quedan... eso ya se fue a cambiar con la sombra del niño, eso ya quedaron ahí, son seis hombrecitos y seis mujercitas, seis niñas ó seis niños, son doce por todos... Anoche todavía me faltó poner la Cruz, el citlalcueyo, ixinecuil, dos estrellitas, el citlalino que le decimos, el Citlalueyic, la estrella grande... ujum... así nada más. ¿Citlalcueyo es cuando les pasa algo parecido? De noche, es aires de noche, pa’ cuando los que no pueden dormir, hay personas que no duermen, entonces hay que regarles de noche, hay que nombrar ese aire... ujum... También de noche le puede llamar uno al citlalcólotl, que es el alacrán que está pintado ahí en el cielo, con estrellas, está el alacrán hecho de estrellas, también se le habla, citlalcolotl... cuando la persona se siente con su cuerpo todo aguatudo... Como que si tuviera agüates, vaya, espinitas de nopal, así, agüates de nopal, ajá, y así se siente aquella persona, entonces hay que nombrar el citlalcólotl, porque es de noche, y eso es todo 21.II.95 “Hay gente que hace “porquerías”… pueden hacerlo con la regla (mentruación), con la mugre de la planta del pie o con los sudores de la mujer, eso lo ponen en un algodón y se lo dan al hombre en el café y pronto siente el cariño. Si lo notan mal, la familia busca a alguien que sepa curar”. “Para curar al que enamoraron con “porquerías”, la gente ayuna, luego agarran avispas de diferentes tipos: chicas, grandes (son las más rojas), 159 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 160 colmeneras y desmayadoras (llamadas tezotláhuac). Las agarran por docenas, en el campo o en un ojo de agua, todas por docenas o medias docenas, tienen que ser animales ponzoñosos del agua. Todo se muele, se hace el polvito en tres partes, una parte para cada día, martes, miércoles y viernes”. “Ya que el enfermo se tomó el remedio y empieza a mejorar, se enrolla la manga. Eso significa que el enfermo está peleando contra la brujería que le hicieron, sí se alivia pero se hace muy bravo. A veces vomitan el remedio, a veces lo sacan por abajo”. “Otro remedio para curar, pero ese es magia, es un polvo blanco que se llama arnicornio”. “Cuando curo a alguien que se espantó mucho, o que no se sabe bien dónde fue que se espantó, le hago una regada en cruz, o sea, ya, que pongo la ofrenda en la rueda que hago con azúchiles, rezo en todas direcciones, hacia los cuatro puntos cardinales, para recoger la sombra del enfermo, así regresa la sombra de donde quiera que se encuentre”. “Cuando se quiere “purgar” a alguien, se le puede dar cacalosuchil, cecetzin y puntas de guaje colorado. Pero si se les pasa la medida, le hace mal al enfermo, se queda trastornado de los sentidos. Ahí tiene el caso de Marcia Apolínea, que se dió la toma ella sola, estaba embarazada de seis meses y aventó el niño pa’ juera. Ella curaba, pero esa vez regó mal, aventó los monitos y se le quedó la placenta adentro. Yo la regué una, dos, tres veces, se alivió a punto de regadas. Los aires le jugaron duro porque no les tuvo el respeto debido. Fue como hace diez años, durante un mes estuvo trastornada porque se dió toma de más”. “Yo también estuve trastornada como dos y medio meses, yo tenía 17 ó 18 años. Es que alguien me había ido a “entregar” al panteón, pero después de que mi abuelo me curó, la persona que me hizo ese mal se quedó ciega durante dos años y medio, se puso muy mal, se le revirtió. Mi abuelo curaba, era muy bueno, me dió la toma y me regó en cruz. Se me había regado el pulso, se me había muerto un niño de 15 días, no me fajé, por eso me enfermé. Tenía visiones, veía gente cabezona que abría la bocota y que me enseñaba sus manos como garras. Para que la gente no me viera así me tenían amarrada, pues si no me iba lejos, sin rumbo, hice desastre y medio, como perro rabioso, todo rompía, puro aire tenía yo. También me dieron romero hervido, tomado como té, con todo eso me curé”. “Mi abuelo sabía mucho, hasta de su brujito, de su arma, él era león, era caballero, era la luz que cae del cielo. Un día que estaba cuidando una manada de chivos, le mataron su animalito, su arma, su león. Él sabía en qué fecha iba a morir, fué el día de su batalla con otro brujo, él ya sabía que le iban a faltar las fuerzas”. Testimonios de un pueblo nahua “El chivero Epifanio Magno tiene su arma, es un animal de uña, un champolillo, un mazatecuatzin”. 16.VII.96 “El Yeyeca couasihuiztli es remolino, no deja dormir, quiere (requiere el uso de) “regada”. Ayer hice una “regada” en cruz, doy gloria a Dios por lo que me dijo la persona que regué”. El cliente le dijo a Doña Flora : “El señor (Dios) quiere platicar con usted”, y empezó a explicarle lo que vio: “Cuando usted estaba comiendo de repente aparecieron unas luces, una luz amarilla que se fue con una viejita, una luz verde se fue al altar y una luz blanca (que es la palabra de Dios) entró y se metio debajo de la silleta, allí estuvo veinte minutos, me estaba cuidando. Luego que comieron dio una vuelta y se fue a donde ella”. Cuando salió la luz blanca ocurrió el temblor. Flora lo sobó con su propio fondo. El señor se había caido en el campo y de noche sentía que se le subían 161 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 162 muchos niños, eran los aires, los “chaneques”, le bailaban en su cuerpo.Lo habían tumbado en el campo hace dieciocho años, pero hasta ahora se había empezado a curar. Dice Doña Flora: “El señor vivía amancebado. Estaba “palmeado”. Tenía una bolita, lo sobé con colonia, no usé alcohol porque el alcohol seca los huesos, y hojas de tenechiate. Tenía espanto, le fueron a regar al río con un barquito con cuatro velas, un barquito hecho con cartón de huevo, flores y veinticuatro muñequitos, doce de los aires y doce de los animalitos de río, que son: Apiotzin : “pollito del agua”. Achichitzin: “perrito del agua”. Amichintzin (3 veces): “pescadito”. Axolotlsitzin: “ajolote”. Alagarto: “lagarto”. “Cucarachita de agua”. Acohuatsintli: “lombrices, culebra de agua”. Alamantzin: “viejita del agua”. Ahuehuetzin: “viejito del agua”. Asapito: “sapo del agua”. Xalmichin: “pescado que va en la arena”. “Chano se ha alquilado a lo malo”. “Esto es un secreto, no lo vayan a expandir. Para encontrar algo que se ha perdido, se ayuna tres días desde que amanece hasta que anochece y se le reza a alguna Santa Cruz que esté olvidada en algún cerro. Se le rezan sus credos y se le ofrece que si le ayuda a descubrir o a encontrar lo perdido, que luego la va a renovar”. 09.IX.96 Nos había comentado de una señora a la que le “regó” en cruz por no saber qué es lo que tenía. ¿Eso cómo es?. Pues sí, se le riega en cruz, en cuatro partes, por no saber qué tienen se les riega en cruz y ya se componen, nomás sé curar de aire, no sé dar toma, no sé dar otras cosas puro aire. Luego ya se les habla a los mismos aires, no otros. ¿A la gente le pasa lo mismo si la agarran los aires del agua que si la agarran los aires de arriba? No, no, los que tienen aires de agua les duele la barriga, el estómago, les da retorcijones, y ya eso se da cuenta uno que es aire de agua, y cuando es aire de noche pues nomás no duermen, no duermen, les agarra mucha fiebre, y cuando es aire de día pues nomás les duelen los huesos, eso es todo. ¿Y los aires de noche los tiene que regar de noche? Antes sí, se regaba de noche, pero ahora no, ahora nada más hay que regar a la hora que se espantó, si se espantó a las diez, a las doce de la noche, pues a las doce del día también vamos a regar; antes sí, pues no había mucha delicadeza, pero ahora no, pues ya como que ya no quiere uno regar de noche, por lo mismo que ahora los chamacos son muy groseros. ¿Esos aires de noche cuáles son? Son cinco nada más: citlalcruz, citlalcueyo, citlalinos, ixinecuil. ¿Y los de día? Los de día son los aires de todos los colores, pues se nombran chichiltic yeyecatl, costic yeyecatl, totonca yeyecatl, pero ése es calentura, ésos son los de día, nada más. ¿Y los remolinos y esos, de qué son? No ese es del yeyecatl couasihuiztli, yeyecatl cosilti couasihuiztli, yeyecatl couasihuiztli, todo eso es de aire de remolino. ¿Y son de día? Pues sí, son de día, pues sí el remolino es de día. Y ¿para qué tanto investiga tocante a los aires? Ahora sí yo, me toca preguntar. Pues porque queremos conocer bien, precisar, qué enfermedad o síntoma provoca cada uno de los aires. Y por ejemplo, el del agua, pues sí es muy diferente, porque ese duele el estómago y a veces le da hasta a uno diarrea. Aire de día pues, ya nomás duele la cabeza y el cuerpo pues, todos los huesos. ¿Hay algún aire que provoque que se trastornen los sentidos, que se vuelva loca la gente? Pues eso sí quién sabe cual será, solamente los que saben dar toma, se oye son los que saben eso. ¿Y para “regar” tiene que ayunar? Sí, hay que ir en ayunas para que a uno no se le pegue. ¿Y hay unos que sean más peligrosos que otros? Pues el remolino solamente, porque es un remolino, a veces no se da cuenta uno como lo agarran, le tuerce a uno el cuerpo, sí son peligrosos, son los que hacen agarrar fiebre. Hay un aire que me decían causaba desesperación, ¿“amanca yeyecatl”? Ah sí pues, ese es desesperación y al mismo tiempo que no lo deja a uno 163 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 164 estar en paz, no lo deja dormir a uno porque es muy enfadoso, muy latoso. ¿Y el “chichiltic yeyecatl”? Ese es rojo. ¿Y qué le pasa a la gente con ese? Ese les agarra calentura, el caliente, el chichiltic nomás le duelen los huesos. ¿Y el aire frío? Ese es torcido, el caliente ese, totonca yeyecatl, pa’ la calentura. ¿Y los de la noche? Esos no dejan dormir, nomás no dejan dormir y está uno delirando mucho y luego los... ¿Y el alamatzin y el ahuehuentzin? Esos son del agua, esos son los que provocan en el estómago. ¿Cuál de los aires es el más, el más malo, el que agarre más duro? Pues el de la calentura solamente, totonca yeyecatl, ah y el del remolino. ¿Y uno que le dice yeyecatl couasihuiztli? Pue ese es para el dolor de huesos. ¿Y el couasihuiztli qué es? Pues es dolor de huesos que da en las rodillas, en los pies, son puro dolor de huesos. ¿Y siempre riega con doce muñequitos? Sí siempre, solamente de noche, ahí se riegan otros cinco más, una crucecita, una estrella, dos estrellas una crucecita y un papaxiote que le decimos, la carrera del Señor Santiago. ¿Cómo hace usted la balsita para regar en el río? Antes ocupábamos agua sola, ahora ya no, nomás ese, ahora ocupamos cartón de tapa de huevo, antes se usaba de cañuela de milpa, así se hacía la camita, pero ahora ya todo eso ya se pasó, ahí ponemos los tamalitos y las cuatro velitas, se van a ver las ponemos adentro o en el... como es cartón, se hunde, y así ya nomás se ponen las velitas en la orilla del río, porque siempre tiene que llevar velitas, por los muertos que se llegan a morir adentro del agua. ¿Y el alamantzin y el ahuehuentzin qué son? Esos son dos viejitos, viejitos del agua pues, son los meros aires grandes del agua. Son aires pues, sí, son personitas, por eso les dicen ahuehuentzin, alamantzin, viejito, viejita. Gracias a Dios que nunca los he visto, porque dicen que son bien traviesos, son bien duros, los han visto, ‘ora sí, yo pienso que los que no hacen oración, porque sí los han visto. ¿Son malos? Sí, son bien fuerzudos. Antes los veían mucho en el agua, salían mucho, Testimonios de un pueblo nahua ahora ya no, ya se van desapareciendo porque esos se plantan casi a donde hay manantiales grandes, que nunca se seca el agua, ahí es donde viven ellos, el ahuehuentzin el alamantzin. ¿De día o de noche salen? De cualquier rato, cualquier momento esos se pueden ver, hasta de día salen. ¿Y alagarto hay aquí? Pues solamente en el río de San Juan, pero en este río no, sólo en San Juan en el río Balsas. ¿Usted también riega a las personas que están del otro lado? Sí, con la ropa nada más, se limpia la ropa y se va a dejar por allá, otra vez si deja uno y vuelve uno a rociar la ropa, y allá ellos se componen, le digo que es una cosa muy maravillosa, porque aquí nomás la ropa y allá él siente el alivio. Por eso casualmente se les riega a la hora, porque eso es importante también, regar a la mera hora que se espantó, o regarse antes, pa’ cuando llega la hora ya los aires ya recibieron su comida. Por eso este aire lo voy a regar a las nueve, por eso voy a regar a las siete para que allá llegue a la hora, a las nueve. 165 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 166 ¿Usted sólo rifa con maicitos, o también con baraja? Con maicito sí, con baraja pero solamente para dificultades, para saber de dificultades de los enfermos, nada más, pero para los aires no, yo no le entiendo, dicen que hay muchas personas que le entienden en las barajas y yo no. ¿Cómo se dice en mexicano “regada” o “regar”? Notlacacahuilian, nitlalcahuili, le voy a ir a dejar, eso quiere decir, le voy a dejar nitlalcahuili, quiere decir que le voy a curar, pero así, con regada. ¿Los muñequitos hombres y las mujeres son aires también? Es como un huentli, que se lleva para cambiar esos malos aires para que ellos den la sombra de esa persona. A cambio de ese huentli dan ellos la sombra de aquella persona. ¿Y cómo es que les habla, qué les dice para que suelten la sombra? Les habla, que tliltic yeyecatl, cotsiltic yeyecatl, sepoca yeyecatl, amanca yeyecatl, totonca yeyecatl... todos, para que todos, si tiene calentura, si tiene lo que sea se le quite. ¿Cuando los agarra un aire, primero van al médico o... Pues unos se van con el médico y ven que no les hace provecho y ya entonces vienen con uno. Por eso le digo, la norteña ya se retecuró con médicos, y no la pudieron curar, pues no. Pa’ luego nos dicen a nosotros jicaleros. ¿Y a los que echan baraja cómo les dicen en mexicano? Para buscar, tlapepemoua con cartas, buscar, vaya. ¿Y al que da “toma” cómo le dicen en mexicano? No sé, si ese es el curandero nagual, porque nagual yo siento que son de esos que tienen... ¿A usted quién le enseñó para que “rifara”? Yo definitivamente me enseñé por una necesidad que tenía yo muchos niños, seis, y cada rato se enfermaban, a cada paso, y una señora que casi ya la había yo aburrido, porque cada tercer día, cuando no uno otro, y como todo esto estaba lleno de zonteteros de hormigas, había harta de noche y siempre esta niña estaba bien granosa del cuerpo, todo el tiempo tenía sus granos, y ya yo le buscaba yo y dice, no, ya riégale tú, ya puedes; yo no puedo le digo, dice sí, te lo voy a apuntar, si es de noche yo ya no puedo ir de noche, como ya era grande (de edad avanzada) también. Y me lo apuntó y entonces me empecé a enseñar, me enseñé con ella mi hija, y ahí la tiene mire. ¿Usted es de aquí de Xalitla, aquí nació? Yo sí, del otro lado (del río), Xaliteca. Doña Marcia Apolínea «Virgen» 04.III.95 Vive en Xalitla, aunque es originaria de San Agustín Oapan. Está casada, tiene 59 años y diez hijos. Aprendió a curar cuando ingirió la “toma”. “Rifa” con maíz y con barajas, da la “toma”, “riega”, atiende partos. Carlos Cuesta me llevó a la casa de Doña Marcia Apolínea. Nos recibió Don Salvador, su esposo, y nos relató la manera como su mujer se había iniciado en el arte de curar. Ella estaba enferma de un dolor de estómago que ya le había durado mucho tiempo. Debido a ello fue a San Agustín Oapan a curarse. Tuvieron que darle ocho “tomas” y hasta el final se mejoró. Lo que pasaba era que ella no quería aceptar el don que se le ofrecía. Bajo el efecto de la “toma” se “le aparecía el diablo” y le decía que le iba a dar mucho dinero, pero ella no aceptaba… hasta que se le apareció una mujer y le dijo que sólo si aceptaba curar se podría aliviar. Esa mujer le aclaró que ese don era cosa de Dios, y que sería para ayudar a la gente. Hasta entonces Doña Marcia aceptó el don de curar. “Pero desde que estamos yendo a las pláticas de renovación cristiana, ella ya no cura” insiste el esposo, “nos dijeron que era malo creer en esto… por eso ya no cura mucho mi esposa”. ¿Aunque curar sea para hacer el bien? pregunté. Don Salvador titubeó y me explicó: “una vecina le dijo a mi esposa que se acordara de cuando ella andaba pidiendo que la curaran, porque mi esposa ya quería que la curaran pronto, y que si la yerba le había dado ese don de curar tenía que ayudar a los demás”. “Sí” continuó Don Salvador “yo tambien me acuerdo cuando yo andaba pidiendo que me curaran, ya quería que me aliviaran pronto, por eso luego me la pienso de que ella deje de curar”. “Ella ya aprendió mucho, ella sola aprende de la toma, nadie le dice nada, es como si estudiara, pero sin libros, la toma le hace ver las cosas. Utiliza cuatro yerbas, las junta y ya no falta nada.La yerba ya también le dijo que no necesita de ayunadores. Nomás con que yo esté cuidando basta”. “Y todavía me dice mi esposa que tiene mucho que aprender. Curó a un señor, que cuando supo quién le había echado la cochinada quería una pistola para matarlo y vengarse. Yo no lo dejé porque luego iban también a echarle la culpa a mi esposa, pues ella le había dado la toma”. Es evidente esa ambigüedad respecto a la religión entre los curanderos, pues aunque se les prohibe trabajar con métodos de adivinación, ellos insisten en que si Dios les dió ese don, ellos deben de utilizarlo para curar a los demás, y 167 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 168 que lo malo sería que trabajaran para el demonio. Ellos insisten en que lo hacen con Dios, y en que necesitan rezar y ayunar mucho. Relata Don Salvador: “Además es peligroso curar, porque hay gente que le quiere hacer daño a mi esposa, por ejemplo, cuando ella no quiso curar a una señora, (ésta última) se fue enojada y tiempo después a mi esposa le salió algo malo por atrás… ” “En el templo encontraron la foto, boca abajo, de una señora que se había muerto poco tiempo antes. La foto estaba debajo de una veladora, esa señora se murió porque le habían hecho una cochinada”. “Hay gente que se muere por la misma yerba. La mujer de M.C., no resistió la toma y se murió”. “Como yo no creía en eso, a mi no quería darme la toma, ¡ni siquiera me quería curar! El otro día llevaba a mi hijo con el doctor porque el chamaco tenía mucha tos, y me dijo mi vecino ¿a dónde vas? ¡qué vas a andar yendo con el médico, deja que lo cure tu esposa! Eso no es de médicos, ¡es cochinada! De todos modos lo llevé con el doctor, fuimos con P. y se alivió”. 06.III.95 La iniciación de doña Marcia Doña Marcia y yo estuvimos platicando largo rato. Es una mujer de agradable y fácil sonrisa, por momentos me pareció hipomaniaca, su discurso es de contenido predominantemente religioso. Estuvo varios años enferma del estómago, con “fiebre mansa”. Ya no podía hacer nada, estaba prácticamente postrada en cama. Dice Doña Marcia: “ya había visto muchos médicos y tomado muchos medicamentos sin resultado, yo tampoco creía en los curanderos, pero me engañaron, me llevaron a Ahuehuepan con una señora que me dió un remedio, me dijo que era azúchil molido. Me metieron en una casa, me acostaron en una cama, oculta detrás de unas sabanas que usaban de cortinas. Hubo doce ayunadores. En todo el cuerpo me untaron el remedio, me fui atontando y ví cómo se formaban dos veladoras encendidas… esa vez no me alivié”. “Me dieron una segunda toma y entonces ví que estaba en mi casa, en el pasillo, y del fondo salía una culebra, grandota, enseñando las fauces. Busqué un machete y la corté en dos; la parte de atrás quedó separada de la cabeza, luego salió volando por el patio y desapareció. Siguieron dándome tomas, hasta que me decidí a tomármelas yo sola. Y así, sola, sin maestro, aprendí directamente de la yerba, pues Dios me dió licencia”. “He tomado la toma 52 veces, así aprendí a rifar con cuarenta maíces grandes y veinte copalitos en una jícara de agua. También con las barajas sé rifar. Es indispensable primero rifar, para saber de qué se va a curar a la gente, y para saber cuánto remedio hay que darle. Es como si quisieras remendar un pantalón y antes de ver de dónde está roto empezaras a meterle tijera”. “No es tan fácil como simplemente dar la toma, también hay que ayunar, ni agua hay que tomar, porque si no, no funciona el tratamiento. Hay que rezar mucho, pedir licencia a Dios, porque él es el que cura, no uno... También hay que poner velas encendidas en cruz, sahumar con copal y a veces llevar la ofrenda al camposanto”. “El primer caso que atendí, yo ya lo esperaba, porque la toma me lo había anunciado, como en una visión, y me lo había profetizado dos meses antes de que llegara el paciente”. “Un día se presentó un señor muy delgado, que aunque era joven parecía viejito, por flaco y acabado, caminaba con un bastón y llegó diciéndole a 169 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 170 Salvador mi esposo que por favor me dijera que lo curara. El se enojó, pues pensó que yo había andado anunciándome, aún sin haber terminado de curarse yo misma.¡Cúralo pues aunque se quede loco! me dijo Salvador enojado. No le hace que me quede loco -dijo el señor- pero ¡que me dé la toma! Ya que le dí la toma vio que el que le había echado el mal había sido su compadre. Él quería vengarse, pero clarito le dije que yo no quería venganzas”. 07.III.95 Las plantas Me comenta que las yerbas que ella utiliza son la de San Pedro, la Concepciona y la Magdalena. Menciona otra que también usa: “Si el tenechiatl se toma en ayunas, “entra”, deja como borrachito, untado hace ver “cinito” (es un alucinógeno)”. La primera vez que Doña Marcia tomó la “toma” fue al cabo de 6 años de estar enferma. Durante todo ese tiempo padeció un dolor de estómago. La primera vez vio que todo se movía, la casa y las paredes. Lo de las velas fué después. Cuando ella empezó a autoadministrarse la toma empezó a mejorar. Una de las primeras veces, la que la curó definitivamente, le gritó a su marido para que fuera a ver lo que le había salido por abajo (por el ano), “una culebrita”, que no se quería salir… Cuenta el marido: pero ella la atrapó fuerte con los dedos y la sacó para demostrarme que esa lombriz no era natural: “pero mire estos hilos (cuerdas de nylon como para pescar) pues de estos tenía amarrados en la cola la culebrita, ¿quién se los puso?” La “toma” ya le había mostrado cómo, quién y cuándo le habían hecho el mal, el hechizo. “¿Quieres vengarte del que te echó el mal?” le preguntó la visión, un señor sentado, chaparrito. “Bueno, pues ¡toma esto! -sobre una tablita había unos frasquitos- pero al señalar los frasquitos, el señor se agachó y se le alcanzaron a ver los cuernos, ¡era el diablo!” “¡No!” dijo ella “no quiero nada de venganza, sólo quiero curarme. Ya luego Dios me dió licencia para curar, pero nomás para ayudar a la gente”. Ese día, Don Salvador me había insistido en que su señora tenía mucho quehacer, que sólo media hora me iba a platicar, que para qué quería yo saber eso, que si yo quería curar, eso era cosa seria, delicada. Ella retomó el ejemplo del pantalón que se quiere remendar metiendo tijera antes de ver dónde está la falla. Lo ejemplificó con su hermana, la de Oapan, que quizo “rifar” y “regar” a su propia hijita. Esta última se mejoró, pero la “lumbre” se le pasó a la hermana (la madre de la niña) y cayó enferma con fiebre. Entonces mandó llamar a Doña Marcia para que la curara. Doña Marcia hizo la “rifa” con los maicitos y se dió cuenta de lo que su hermana había hecho. “¿Ya sabes rifar tú? Pues entonces ¡cúrate!” le dijo molesta, interrumpiendo la “rifa”. La hermana reconoció su error, y se dió cuenta que no es posible curar sin “saber de veras”. “Sin tener el don, eso es peligroso. Si se cura a alguien que le echaron malo, luego el que hizo el hechizo va a querer desquitarse y atacar al curandero, por eso el curandero tiene que ayunar mucho y estar siempre cerca de Dios”. Me explicó que cuando a ella le pagaban por su trabajo. Lo primero que hacía era atender las necesidades del templo, y lo que sobraba era para ella y para su familia, y no al revés, como hacían otros curanderos. Recalcó: “A la gente le gustaba cómo les sobaba yo, les entraba bien la sobada con mis manos, a diferencia de otras personas que les sobaban y como si nada, seguían igual”. Al final de la entrevista, ya que volví a aclarar el objetivo de mi estudio y les mostré mi identificación universitaria, Don Salvador se sintió más en confianza y hasta me platicó un episodio dramático de su vida, cuando se robó a la que fuera su primera esposa y de cómo ella murió. “La madre le ha de haber hecho algo para que no viviera conmigo. Ahora está muy viejita y está arrepentida”. Luego me propuso que nos conociéramos más, y que yo hasta podría llegar a ser padrino de alguno de sus hijos. “Recibí con gusto los hijos que Dios me mandó”, comentó Don Salvador. Tuvieron doce hijos, de los que sobreviven diez. Una vez, él y su esposa aceptaron que ella tomara anticonceptivos: “Para que se ayuden y puedan mantener a sus hijos” argumentaba la señora que insistía en darles los anticonceptivos. Un día, luego de dos meses de estar tomando los anticonceptivos, Doña Marcia amaneció muy triste, y le explicó a Don Salvador que había soñado que en un árbol estaba colgado un niñito, amarrado de la barriga y que estaba pataleando pidiendo ser salvado. Una señora (que ella identifica como la Virgen) le dijo: “Marcia, ¿no quieres salvar a esos niñitos que van a morir?” “Estamos pecando gravemente Salvador, mejor hay que aceptar los hijos que Dios nos mande, algunos de ellos pueden llegar a ser licenciados, pueden llegar a hacer algo en la vida”. 171 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 172 17.III.95 Doña Marcia, bajo el influjo de la “toma”, frecuentemente experimentaba alucinaciones visuales místicas, veía “a la Virgen de Guadalupe que se hizo morena como nosotros”. Fué a Iguala, a un curso de renovacion cristiana, y estando en grupo experimentó alucinaciones de tipo visual y cenestésico: “Sentía que me apachurraban con un yunque en todo mi cuerpo, todo me dolía, un fuego me llenaba y me quemaba mi cuerpo, veía al señor Jesucristo que se desprendía de su cruz y se me caía encima en el pecho.” Doña Marcia hace dos reflexiones que manifiestan una profunda ambivalencia: “Si cada vez que tomo la “toma” se me aparece la Virgen de Guadalupe, entonces eso no puede ser pecado, pecado es que uno se vengue del que le mandó el daño”. “Desde que me acerqué a la iglesia, a los cursos de renovación, y sentí esa lumbre y mi cuerpo todo golpeado, entendí que yo no debo andar curando, eso significa que se me pasa el mal, se me pega el daño que tenían las personas que curé”. “A un señor de San Juan” explica, “le dí la toma y vió a quien le había enviado el mal”. “¡Ah! ¿Conque me andas amagando, eh? Pues ahora vas a ver que se te va a revertir” decía el enfermo, mientras tomaba tierra del suelo y mencionaba el nombre del que había provocado su enfermedad. Luego escuchamos los “cuetes” (disparos), y supimos que alguien había muerto. El muerto era la persona que había mencionado el enfermo que recibió la toma”. 15.IV.95 “Cuando alguien tiene dolor del corazón, punzadas o piquetes, se le soba el pecho con tenechiate, mezclado con “ontura” de manzana y mostaza”. A los niños con “daño”, a los niños que “les calientan la sangre” se les da mezcal, agua de epazote y aceite rosado. Es fácil que les hagan daño, nomás porque te gusta... deseas abrazarlo y no te dejan, entonces se ponen llorosos, enfadados. A los niños no se les puede dar “toma”, sólo se les soba con azúchil”. “Después de dar toma, les doy un masaje con “zopilote”, una planta que parece mamey, la mezclo con grasa de animal y ya que queda bien negro, lo unto. Después de la toma la gente queda “tiernita” y debe quedarse en reposo, aunque sea cinco días. Cuando arrojan la lombriz, entonces hay que echarle alcohol y quemarla porque es “lo malo”, a veces no basta con poco alcohol y hay que echarle más, hasta que prenda”. “No hay que darle toma al que tenga medicina encima, hay que esperar ocho o diez días, si no, se empeora, se muere. Así le pasó a B.: sólo tenía cuatro días de haber dejado de tomar medicinas y le dieron la toma, por eso se intoxicó, se puso negro, no pudo arrojar lo malo, se le atoró en la garganta”. Respecto al difunto B. comenta : “Yo había soñado, había visto carne de res colgada de los árboles como para orearse. Cuando me desperté pensé, eso es porque van a velar a alguien”. “Luego fuimos a visitar a un enfermo y les avisé que no debía tomar nada todavía, que tenía que esperarse. El enfermo ya se estaba mejorando porque los evangélicos le iban a rezar en la mañana y en la noche. Con la oración ya hasta había empezado a caminar, hasta había ido al templo, por eso se animaron a darle la “toma”. 173 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 174 “Un médico de Tonalapa quería hacer una investigación para saber por qué había muerto B., pero nadie le quiso decir nada de la toma”. “Cuando siento que me chingaron o cuando sueño que alguien me aborrece, me curo yo sola con la toma. Mucha gente me aborrece, porque a los que ellos les hicieron mal para ya no verlos yo les saco la enfermedad y luego allí ya andan sanitos”. Don Salvador dice: “Vinieron a rogarle que curara a alguien. No quisimos. Los mandamos con otros curanderos, pero ellos no querían más que con mi esposa. Me dijeron que si el enfermo se moría entonces el pecado iba a ser de mi señora por no haberlo querido curar, teniendo ella el don que Dios le dió. Entonces les dijimos que sí, que lo iba a curar”. Doña Marcia agrega: “Nomás empiezo a curar y luego me llaman y me siguen, no puedo salir a ningún lado porque me llaman, me insisten y ya no puedo hacer nada”. “Yo siento cuando al sobar la gente tiene malhecho, en mis manos siento como si fueran cabellos que estuviera desenredando, y otra gente que no tiene este don no siente nada”. 13.V.95 Doña Marcia me recibió preocupada porque le dijeron que yo me iba a hacer rico si llegaba a aprender a curar. Disipé sus inquietudes y seguimos conversando. Interrumpimos la plática porque llegó una señora embarazada a pedirle que la “sobara”. Descubrí que Marcia también es partera. “A cada quien le da Dios los medios para curar. Las plantas que yo uso son magdalena, maría manuela, de San Pedro (tenechiate) y la Concepciona (cecetzin). Se usan mezcladas, para untar”. Las cartas “Las cartas me sirven para rifar, es lo primero que se debe hacer. Los oros significan dinero, el 7 de oros es buena suerte, el 2 de oros es la sombra, las copas grandes significan el número de vasos de la toma; las copas chicas también, pero cuando son más de seis. El número máximo de vasos de toma es doce. Se dan de cuatro a doce vasos, según la enfermedad, según la persona. Primero se dice o se piensa el nombre de quien se va a rifar, luego se barajea y se dan tres golpecitos en las cartas. Se leen tres veces, colocándose de diez en diez. Así se sabe el futuro de la persona. Las espadas son dificultades, son de gente geniosa. También indican el camino (el 3), el 4 indica dolor de estómago”. Tuvimos que recoger rápidamente las cartas porque Doña Marcia vio que se acercaba una señora del pueblo, y no quería que viera que estábamos rifando con la baraja. Me explicó que el padre les había pedido que llevaran al templo todas las cosas que usaban para adivinar, pues las iban a quemar. Llevaron romero, mostaza y otras plantas, alguien incluso llevó una herradura que usaban para adivinar. 14.V.95 “El tenechiate o San Pedro lo uso para el coasihuiztli. Lo ligo con 2 dientes de ajo, un chile serrano, cinco granos de sal y un puñito de cal. Lo aplico como sobada en donde le duele”. “Mucha gente cochina nomás lo tira (el coasihuiztli) en el camino, y uno lo recoge… pero si tarda, entonces echa raíz”. “Hay otros remedios pero yo no las uso, como el cacaloxóchitl (remedio blanco como la leche) con el chiquimolin, se da la mitad en toma y la mitad en lavado, son cuatro y cuatro vasos, que no esté tan espeso, un vaso cada hora”. “Para el coasihuiztli se usa hueipactli con cecectzin, dos vasos en lavado y dos vasos tomados. El tlacopatli pitsahuac se usa tomado para el coasihuiztli, o untado con aceite”. “El remedio de tlápatl, que es una flor morada, blanca, su fruta son como cuernitos, como toritos, se usa para postemillas, para dolor de muelas: se ponen las brasas en una olla de peltre, se aspira el humo por la boca sin echarlo un rato, y salen los gusanos de las muelas, todos tenemos gusanos en la boca”. “El postecpactli con cebo de res es el pegahueso”. Doña Marcia Apolínea «Virgen» 04.III.95 Vive en Xalitla, aunque es originaria de San Agustín Oapan. Está casada, tiene 59 años y diez hijos. Aprendió a curar cuando ingirió la “toma.” “Rifa” con maíz y con barajas, da la “toma”, “riega”, atiende partos. Carlos Cuesta me llevó a la casa de Doña Marcia Apolínea. Nos recibió Don Salvador, su esposo, y nos relató la manera como su mujer se había iniciado en el arte de curar. Ella estaba enferma de un dolor de estómago que ya le había durado mucho tiempo. Debido a ello fue a San Agustín Oapan a curarse. Tuvieron que darle ocho “tomas” y hasta el final se mejoró. 175 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 176 Lo que pasaba era que ella no quería aceptar el don que se le ofrecía. Bajo el efecto de la “toma” se “le aparecía el diablo” y le decía que le iba a dar mucho dinero, pero ella no aceptaba… hasta que se le apareció una mujer y le dijo que sólo si aceptaba curar se podría aliviar. Esa mujer le aclaró que ese don era cosa de Dios, y que sería para ayudar a la gente. Hasta entonces Doña Marcia aceptó el don de curar. “Pero desde que estamos yendo a las pláticas de renovación cristiana, ella ya no cura” insiste el esposo, “nos dijeron que era malo creer en esto… por eso ya no cura mucho mi esposa”. “¿Aunque curar sea para hacer el bien?” pregunté. Don Salvador titubeó y me explicó: “una vecina le dijo a mi esposa que se acordara de cuando ella andaba pidiendo que la curaran, porque mi esposa ya quería que la curaran pronto, y que si la yerba le había dado ese don de curar tenía que ayudar a los demás”. “Sí” continuó Don Salvador “yo tambien me acuerdo cuando yo andaba pidiendo que me curaran, ya quería que me aliviaran pronto, por eso luego me la pienso de que ella deje de curar”. “Ella ya aprendió mucho, ella sola aprende de la toma, nadie le dice nada, es como si estudiara, pero sin libros, la toma le hace ver las cosas. Utiliza cuatro yerbas, las junta y ya no falta nada.La yerba ya también le dijo que no necesita de ayunadores. Nomás con que yo esté cuidando basta”. “Y todavía me dice mi esposa que tiene mucho que aprender. Curó a un señor, que cuando supo quién le había echado la cochinada quería una pistola para matarlo y vengarse. Yo no lo dejé porque luego iban también a echarle la culpa a mi esposa, pues ella le había dado la toma”. Es evidente esa ambigüedad respecto a la religión entre los curanderos, pues aunque se les prohibe trabajar con métodos de adivinación, ellos insisten en que si Dios les dió ese don, ellos deben de utilizarlo para curar a los demás, y que lo malo sería que trabajaran para el demonio. Ellos insisten en que lo hacen con Dios, y en que necesitan rezar y ayunar mucho. Relata Don Salvador: “Además es peligroso curar, porque hay gente que le quiere hacer daño a mi esposa, por ejemplo, cuando ella no quiso curar a una señora, (ésta última) se fue enojada y tiempo después a mi esposa le salió algo malo por atrás… ” “En el templo encontraron la foto, boca abajo, de una señora que se había muerto poco tiempo antes. La foto estaba debajo de una veladora, esa señora se murió porque le habían hecho una cochinada”. “Hay gente que se muere por la misma yerba. La mujer de M.C., no resistió la toma y se murió”. “Como yo no creía en eso, a mi no quería darme la toma, ¡ni siquiera me quería curar! El otro día llevaba a mi hijo con el doctor porque el chamaco tenía mucha tos, y me dijo mi vecino ¿a dónde vas? ¡qué vas a andar yendo con el médico, deja que lo cure tu esposa! Eso no es de médicos, ¡es cochinada! De todos modos lo llevé con el doctor, fuimos con P. y se alivió”. 06.III.95 La iniciación de doña Marcia Doña Marcia y yo estuvimos platicando largo rato. Es una mujer de agradable y fácil sonrisa, por momentos me pareció hipomaniaca, su discurso es de contenido predominantemente religioso. Estuvo varios años enferma del estómago, con “fiebre mansa”. Ya no podía hacer nada, estaba prácticamente postrada en cama. Dice Doña Marcia: “ya había visto muchos médicos y tomado muchos medicamentos sin resultado, yo tampoco creía en los curanderos, pero me 177 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 178 engañaron, me llevaron a Ahuehuepan con una señora que me dió un remedio, me dijo que era azúchil molido. Me metieron en una casa, me acostaron en una cama, oculta detrás de unas sabanas que usaban de cortinas. Hubo doce ayunadores. En todo el cuerpo me untaron el remedio, me fui atontando y ví cómo se formaban dos veladoras encendidas… esa vez no me alivié”. “Me dieron una segunda toma y entonces ví que estaba en mi casa, en el pasillo, y del fondo salía una culebra, grandota, enseñando las fauces. Busqué un machete y la corté en dos; la parte de atrás quedó separada de la cabeza, luego salió volando por el patio y desapareció. Siguieron dándome tomas, hasta que me decidí a tomármelas yo sola. Y así, sola, sin maestro, aprendí directamente de la yerba, pues Dios me dió licencia”. “He tomado la toma 52 veces, así aprendí a rifar con cuarenta maíces grandes y veinte copalitos en una jícara de agua. También con las barajas sé rifar. Es indispensable primero rifar, para saber de qué se va a curar a la gente, y para saber cuánto remedio hay que darle. Es como si quisieras remendar un pantalón y antes de ver de dónde está roto empezaras a meterle tijera”. “No es tan fácil como simplemente dar la toma, también hay que ayunar, ni agua hay que tomar, porque si no, no funciona el tratamiento. Hay que rezar mucho, pedir licencia a Dios, porque él es el que cura, no uno... También hay que poner velas encendidas en cruz, sahumar con copal y a veces llevar la ofrenda al camposanto”. “El primer caso que atendí, yo ya lo esperaba, porque la toma me lo había anunciado, como en una visión, y me lo había profetizado dos meses antes de que llegara el paciente”. “Un día se presentó un señor muy delgado, que aunque era joven parecía viejito, por flaco y acabado, caminaba con un bastón y llegó diciéndole a Salvador mi esposo que por favor me dijera que lo curara. El se enojó, pues pensó que yo había andado anunciándome, aún sin haber terminado de curarse yo misma.¡Cúralo pues aunque se quede loco! me dijo Salvador enojado. No le hace que me quede loco -dijo el señor- pero ¡que me dé la toma! Ya que le dí la toma vio que el que le había echado el mal había sido su compadre. Él quería vengarse, pero clarito le dije que yo no quería venganzas”. 07.III.95 Fui a visitar a Don Salvador Ramiro y a Doña Marcia. Él estaba arreando las chivas, ayudándole al chivero para que las llevara al río a que tomaran agua. Sin dejar de hacer sus tareas, me invitó a pasar. Vi a su esposa al fondo, en la cocina, almorzando con uno de sus hijos. Platiqué un rato con Don Salvador, hablamos sobre la casita que están construyendo, sobre su chamba, sus hijos, etc. Doña Marcia llegó, saludó y se fue a sentar a un lado, dejando cierta distancia. Don Salvador se distrajo un poco con sus ocupaciones, y pude reanudar la conversación del día anterior con Doña Marcia. Las plantas Me comenta que las yerbas que ella utiliza son la de San Pedro, la Concepciona y la Magdalena. Menciona otra que también usa: “Si el tenechiatl se toma en ayunas, “entra”, deja como borrachito, untado hace ver “cinito” (es un alucinógeno)”. La primera vez que Doña Marcia tomó la “toma” fue al cabo de 6 años de estar enferma. Durante todo ese tiempo padeció un dolor de estómago. La primera vez vio que todo se movía, la casa y las paredes. Lo de las velas fué después. Cuando ella empezó a autoadministrarse la toma empezó a mejorar. Una de las primeras veces, la que la curó definitivamente, le gritó a su marido para que fuera a ver lo que le había salido por abajo (por el ano), “una culebrita”, que no se quería salir… Cuenta el marido: pero ella la atrapó fuerte con los dedos y la sacó para demostrarme que esa lombriz no era natural: “pero mire estos hilos (cuerdas de nylon como para pescar) pues de estos tenía amarrados en la cola la culebrita, ¿quién se los puso?” La “toma” ya le había mostrado cómo, quién y cuándo le habían hecho el mal, el hechizo. “¿Quieres vengarte del que te echó el mal?” le preguntó la visión, un señor sentado, chaparrito. “Bueno, pues ¡toma esto! -sobre una tablita había unos frasquitos- pero al señalar los frasquitos, el señor se agachó y se le alcanzaron a ver los cuernos, ¡era el diablo!” “¡No!” dijo ella “no quiero nada de venganza, sólo quiero curarme. Ya luego Dios me dió licencia para curar, pero nomás para ayudar a la gente”. Ese día, Don Salvador me había insistido en que su señora tenía mucho quehacer, que sólo media hora me iba a platicar, que para qué quería yo saber eso, que si yo quería curar, eso era cosa seria, delicada. Ella retomó el ejemplo del pantalón que se quiere remendar metiendo tijera antes de ver dónde está la falla. Lo ejemplificó con su hermana, la de Oapan, que quizo “rifar” y “regar” a su propia hijita. Esta última se mejoró, pero la “lumbre” se le pasó a la hermana (la madre de la niña) y cayó enferma 179 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 180 con fiebre. Entonces mandó llamar a Doña Marcia para que la curara. Doña Marcia hizo la “rifa” con los maicitos y se dió cuenta de lo que su hermana había hecho. “¿Ya sabes rifar tú? Pues entonces ¡cúrate!” le dijo molesta, interrumpiendo la “rifa”. La hermana reconoció su error, y se dió cuenta que no es posible curar sin “saber de veras”. “Sin tener el don, eso es peligroso. Si se cura a alguien que le echaron malo, luego el que hizo el hechizo va a querer desquitarse y atacar al curandero, por eso el curandero tiene que ayunar mucho y estar siempre cerca de Dios”. Me explicó que cuando a ella le pagaban por su trabajo. Lo primero que hacía era atender las necesidades del templo, y lo que sobraba era para ella y para su familia, y no al revés, como hacían otros curanderos. Recalcó: “A la gente le gustaba cómo les sobaba yo, les entraba bien la sobada con mis manos, a diferencia de otras personas que les sobaban y como si nada, seguían igual”. Al final de la entrevista, ya que volví a aclarar el objetivo de mi estudio y les mostré mi identificación universitaria, Don Salvador se sintió más en confianza y hasta me platicó un episodio dramático de su vida, cuando se robó a la que fuera su primera esposa y de cómo ella murió. “La madre le ha de haber hecho algo para que no viviera conmigo. Ahora está muy viejita y está arrepentida”. Luego me propuso que nos conociéramos más, y que yo hasta podría llegar a ser padrino de alguno de sus hijos. “Recibí con gusto los hijos que Dios me mandó”, comentó Don Salvador. Tuvieron doce hijos, de los que sobreviven diez. Una vez, él y su esposa aceptaron que ella tomara anticonceptivos: “Para que se ayuden y puedan mantener a sus hijos” argumentaba la señora que insistía en darles los anticonceptivos. Un día, luego de dos meses de estar tomando los anticonceptivos, Doña Marcia amaneció muy triste, y le explicó a Don Salvador que había soñado que en un árbol estaba colgado un niñito, amarrado de la barriga y que estaba pataleando pidiendo ser salvado. Una señora (que ella identifica como la Virgen) le dijo: “Marcia, ¿no quieres salvar a esos niñitos que van a morir?” “Estamos pecando gravemente Salvador, mejor hay que aceptar los hijos que Dios nos mande, algunos de ellos pueden llegar a ser licenciados, pueden llegar a hacer algo en la vida”. 17.III.95 Doña Marcia, bajo el influjo de la “toma”, frecuentemente experimentaba alucinaciones visuales místicas, veía “a la Virgen de Guadalupe que se hizo morena como nosotros”. Fué a Iguala, a un curso de renovacion cristiana, y estando en grupo experimentó alucinaciones de tipo visual y cenestésico: “Sentía que me apachurraban con un yunque en todo mi cuerpo, todo me dolía, un fuego me llenaba y me quemaba mi cuerpo, veía al señor Jesucristo que se desprendía de su cruz y se me caía encima en el pecho.” Doña Marcia hace dos reflexiones que manifiestan una profunda ambivalencia: “Si cada vez que tomo la “toma” se me aparece la Virgen de Guadalupe, entonces eso no puede ser pecado, pecado es que uno se vengue del que le mandó el daño”. “Desde que me acerqué a la iglesia, a los cursos de renovación, y sentí esa lumbre y mi cuerpo todo golpeado, entendí que yo no debo andar curando, 181 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 182 eso significa que se me pasa el mal, se me pega el daño que tenían las personas que curé”. “A un señor de San Juan” explica, “le dí la toma y vió a quien le había enviado el mal”. “¡Ah! ¿Conque me andas amagando, eh? Pues ahora vas a ver que se te va a revertir” decía el enfermo, mientras tomaba tierra del suelo y mencionaba el nombre del que había provocado su enfermedad. Luego escuchamos los “cuetes” (disparos), y supimos que alguien había muerto. El muerto era la persona que había mencionado el enfermo que recibió la toma”. “A “Meleco”, un señor de Iguala que había visto muchos médicos y que le brincaba el estómago, como si tuviera algo allí, se le aparecían animales del agua y los mencionaba con voz entrecortada: cocodrilos, sapos, pescados, etc. Estaba muy flaco, casi para morirse, y me pidieron que lo curara, que si moría no me echarían la culpa a mí, pues más valía hacerle la lucha. Le unté el cuerpo con tenechiate y le dí la toma, dos, tres veces”. El enfermo no aceptaba quedarse en casa de Doña Marcia durante una semana para que lo curaran. En una de las “tomas” pidió doce ayunadores y le dió cinco litros de “toma”; primero dos litros tomados, luego dos litros por lavativa y luego, como pidió más, le dió otro litro tomado. El señor quedó “como muerto, no reaccionaba y los ayunadores mejor se fueron, habían llegado a las cinco de la mañana y ya era de noche. Hasta que “Meleco” reaccionó, Marcia le preguntó que si ya había reaccionado, le dió un poco de caldo y también ella comió, pues había ayunado durante todo el día”. 15.IV.95 “Cuando alguien tiene dolor del corazón, punzadas o piquetes, se le soba el pecho con tenechiate, mezclado con “ontura” de manzana y mostaza”. A los niños con “daño”, a los niños que “les calientan la sangre” se les da mezcal, agua de epazote y aceite rosado. Es fácil que les hagan daño, nomás porque te gusta... deseas abrazarlo y no te dejan, entonces se ponen llorosos, enfadados. A los niños no se les puede dar “toma”, sólo se les soba con azúchil”. “Después de dar toma, les doy un masaje con “zopilote”, una planta que parece mamey, la mezclo con grasa de animal y ya que queda bien negro, lo unto. Después de la toma la gente queda “tiernita” y debe quedarse en reposo, aunque sea cinco días. Cuando arrojan la lombriz, entonces hay que echarle alcohol y quemarla porque es “lo malo”, a veces no basta con poco alcohol y hay que echarle más, hasta que prenda”. “No hay que darle toma al que tenga medicina encima, hay que esperar ocho o diez días, si no, se empeora, se muere. Así le pasó a B.: sólo tenía cuatro días de haber dejado de tomar medicinas y le dieron la toma, por eso se intoxicó, se puso negro, no pudo arrojar lo malo, se le atoró en la garganta”. Respecto al difunto B. comenta : “Yo había soñado, había visto carne de res colgada de los árboles como para orearse. Cuando me desperté pensé, eso es porque van a velar a alguien”. “Luego fuimos a visitar a un enfermo y les avisé que no debía tomar nada todavía, que tenía que esperarse. El enfermo ya se estaba mejorando porque los evangélicos le iban a rezar en la mañana y en la noche. Con la oración ya hasta había empezado a caminar, hasta había ido al templo, por eso se animaron a darle la “toma”. “Un médico de Tonalapa quería hacer una investigación para saber por qué había muerto B., pero nadie le quiso decir nada de la toma”. “Cuando siento que me chingaron o cuando sueño que alguien me aborrece, me curo yo sola con la toma. Mucha gente me aborrece, porque a los que ellos les hicieron mal para ya no verlos yo les saco la enfermedad y luego allí ya andan sanitos”. Don Salvador dice: “Vinieron a rogarle que curara a alguien. No quisimos. Los mandamos con otros curanderos, pero ellos no querían más que con mi esposa. Me dijeron que si el enfermo se moría entonces el pecado iba a ser de mi señora por no haberlo querido curar, teniendo ella el don que Dios le dió. Entonces les dijimos que sí, que lo iba a curar”. Doña Marcia agrega: “Nomás empiezo a curar y luego me llaman y me siguen, no puedo salir a ningún lado porque me llaman, me insisten y ya no puedo hacer nada”. “Yo siento cuando al sobar la gente tiene malhecho, en mis manos siento como si fueran cabellos que estuviera desenredando, y otra gente que no tiene este don no siente nada”. 13.V.95 Doña Marcia me recibió preocupada porque le dijeron que yo me iba a hacer rico si llegaba a aprender a curar. Disipé sus inquietudes y seguimos conversando. Interrumpimos la plática porque llegó una señora embarazada a pedirle que la “sobara”. Descubrí que Marcia también es partera. 183 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 184 “A cada quien le da Dios los medios para curar. Las plantas que yo uso son magdalena, maría manuela, de San Pedro (tenechiate) y la Concepciona (cecetzin). Se usan mezcladas, para untar”. Las cartas rato, y salen los gusanos de las muelas, todos tenemos gusanos en la boca”. “El postecpactli con cebo de res es el pegahueso”. “Las cartas me sirven para rifar, es lo primero que se debe hacer. Los oros significan dinero, el 7 de oros es buena suerte, el 2 de oros es la sombra, las copas grandes significan el número de vasos de la toma; las copas chicas también, pero cuando son más de seis. El número máximo de vasos de toma es doce. Se dan de cuatro a doce vasos, según la enfermedad, según la persona. Primero se dice o se piensa el nombre de quien se va a rifar, luego se barajea y se dan tres golpecitos en las cartas. Se leen tres veces, colocándose de diez en diez. Así se sabe el futuro de la persona. Las espadas son dificultades, son de gente geniosa. También indican el camino (el 3), el 4 indica dolor de estómago”. Tuvimos que recoger rápidamente las cartas porque Doña Marcia vio que se acercaba una señora del pueblo, y no quería que viera que estábamos rifando con la baraja. Me explicó que el padre les había pedido que llevaran al templo todas las cosas que usaban para adivinar, pues las iban a quemar. Llevaron romero, mostaza y otras plantas, alguien incluso llevó una herradura que usaban para adivinar. ¿En la baraja puede ver... ? Sí, puedo ver todo. ¿Qué es lo que se ve... ? Pues ahí se puede ver... a qué horas lo vas a dar regada o la limpia y entonces allí ya los vas nombrando, ya son si nomás doce, son doce los vas a gritar… ¿Doce vientos? Si son doce. ¿Cuáles? ¿Cuáles? pues... los vientos, así pues, porque si doce nomás llamas viento roja y ahí lo sigue de ese de... se entume uno así de todo su cuerpo, y entonces ahí también se llama de ese... pero como yo puedo con puro mexicano ¿verdad?... 14.V.95 “El tenechiate o San Pedro lo uso para el coasihuiztli. Lo ligo con 2 dientes de ajo, un chile serrano, cinco granos de sal y un puñito de cal. Lo aplico como sobada en donde le duele”. “Mucha gente cochina nomás lo tira (el coasihuiztli) en el camino, y uno lo recoge… pero si tarda, entonces echa raíz”. “Hay otros remedios pero yo no las uso, como el cacaloxóchitl (remedio blanco como la leche) con el chiquimolin, se da la mitad en toma y la mitad en lavado, son cuatro y cuatro vasos, que no esté tan espeso, un vaso cada hora”. “Para el coasihuiztli se usa hueipactli con cecectzin, dos vasos en lavado y dos vasos tomados. El tlacopatli pitsahuac se usa tomado para el coasihuiztli, o untado con aceite”. “El remedio de tlápatl, que es una flor morada, blanca, su fruta son como cuernitos, como toritos, se usa para postemillas, para dolor de muelas: se ponen las brasas en una olla de peltre, se aspira el humo por la boca sin echarlo un 14.V.95 185 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 186 Dígalo... dígalo... Chichiltic yeyecatl, Sepohca yeyecatl, Totonca yeyecatl, Amanca yeyecatl, Tetsilca yeyecatl, Pitsacatl yeyecatl, Morado yeyecatl, ahí están, son doce. ¿Esos son todos los aires? Sí, pero si en la noche, vas a rifar, vas a dar limpia, son dieciocho, diecisiete, del lucero, estrella, Citlalcruz, Yeyecatl couasihuiztli, Yeyecatl Chichiltic, Sepohca yeyecatl, Tomanca yeyecatl, Pitsacatl yeyecatl, Citlalcruz, Citlalcueyo, Citlalhuey, Chicnatipa yeyecame, Chicnatipan Chachcaua, Chicnatipan señores, Chicnatipan tati, Chicnatipan estrella; así ya lo viste en la baraja, está atorado de ese persona, ya sabes como lo vas a destrabar... Estás cobrando, tú te vas a obligar, tú ya tienes obligación, porque ya le metiste la mano. ¿Es igual con el couasihuiztli? Sí, es igual, entonces cómo te va a agarrar couasihuiztli? para agarrar esa enfermedad, alguien te aborrece ¿verdad? entonces a la mejor ayuna, y andas haciendo por allá en el hormiguero en el camino, en el cerro, lo está gritando vientos de arriba, y los nombras vientos, y yo también me nombras para que ese viento que me agarre. Entonces de ahí le viene la enfermedad, ahí viene enfermedad, por eso el vientos todo sabe, vientos te pueden poner con la boca chueca, te pone tu ojo volteado, te puede tu ojo cerrado, te puede poner sordo, vientos todo puede... ¿Pueden hacer que la gente se quede loca? Pues no, pues loca cuando dice que... bueno, no sé pero me platicaron, que se pone loca solamente le dan hueso de... polvo de muerto. Lo saca, huesito del panteón... Pues así pecado grande, mejor que lo agarre con chingadazo que le dé, hasta que se llene, y ese le va a doler hasta una semana pero ya, se compone. Y Dios nunca te perdona. ¿Y eso se puede curar? Algunos se componen, pues, algunos no. ¿Y hay alguna otra forma de rifar aparte de la baraja? El agua pues y los maicitos. El agua es especial para si pierdes animalito, caballo, un burro, tu ropa, dinero, es la agua especial para que cosas se pierden. Sí, y la baraja especial para enfermos. ¿El huentli ustelo hace? Sí. ¿Cuántos tiene que hacer? Lo necesario, ahí te dice la baraja, cuánto es necesario. Pues vientos así, si no están completos, cómo se va arrimar, y a lo mejor ese necesario que lo llamara para lo soltara de ese enfermo. Todo tiene su chiste, no nomás como quiera. Testimonios de un pueblo nahua Sí, no vas a decir “ahorita ya voy a ganar de presto, cobro de 600, 700 y nomás de las doce de la noche voy a regar voy a llegar ya está copal, ya está maicito, ya masita, lo voy a hacer muñequitos rápido y para eso ya está, y ahora si dame botella con alcohol, con mezcal, con agua, ya está todo, me da ahorita, le voy a dejar” ¡pero no sabes de que sufrimiento!. Y entonces ese que lo estás curando, su gente dice: “Híjole nos cobró caro, ahorita se vino y ahorita ya se fue, pero bien caro cobró”. Bueno, pero ellos ni saben cómo andas sufriendo tú, si comes o no comes, si duermes o no duermes, nomás la van a decir “Mmm... rápido lo ganó, ahorita se vino y ahorita ya se fue”. Algunos mira, comen, toman agua, hasta a la tienda pasan a tomar refresco, bien llenos se van, cobran 100, 50, 30, entonces mejor no fueran. ¿Y funciona esa curación? No, por eso no se alivian pues. ¡Ay Dios, cuando me acuerdo de todo... yo lloro... yo sufrí harto, harto... ! Y cuando mi primera vez me dieron toma, (comienza a llorar doña Marcia) mi cara no puedo bajar, ni puedo agarrar nada, mi mano así, mis pies así... ¿Entumida? Ya bien duras mis manos así, mis pies así, ni me puedo parar, ni me puedo voltear, nomás me está agarrando... cuando me acuerdo yo lloro, digo ¡ay Dios! Allá está mi padre, ese lo dio para sufrir, pero yo con Dios me quedo siempre. ¡A qué hora de la noche! Despertaba yo con dolor de barriga, dolor de barriga, lo metía yo tenexiate, de mi boca ahí venía gusanito, bien delgadito, puntiagudos, donde quiera. Empezaba a salir a curar así aunque no me componía yo, pues ya no tenemos qué cosa vamos a comer ni mis hijos... ya no hay qué cosa que comer, tristeza, ya no tenemos ropa, ya no con qué nos vamos a bañar, no hay pues... no hay jabón, aunque no me componía yo empecé a salir como me dijo el remedio, dice tú oblígate, empiezas a salir, dice, empiezas a rifar, a curar, dice, mismo vas a ir curando y mismo tú te vas a ir curando. ¿Le dieron toma seis veces? No, veinticuatro veces me dieron toma. ¡Cuánto dinero gasté! Ya hasta me había desesperado. Ahora sí, me dijo, te vas a rifar, aquí está tu baraja, aquí está todo tus frasquitos de puro remedio. Me dijo de qué remedio, “ahí está untura de manzana, aquí está bálsamo, aquí esta de este brillantina, aquí está de este aceite amargo, ahí está de zopilote, aquí está de un frasco de cebo, aquí está un frasco de... aquí está frasco llénalos”. entonces vi a una señora, lo va poniendo en una tabla, dice “ahora todo ese te toca, ahora sí, aquí está tu sahumerio” ¡ándale! dice, me pegaba, ¡ándale lo vas a recibir, cómo te vas a aliviar, cómo te vas a sanar si no quieres! Empezó a nombrar pueblos por pueblos, tú vas a ser curandera… 187 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 188 ¿Y la voz era como de mujer, o de hombre... ? Es la señora, una señora viejita, ya hasta ya está como encorvadita, así me platicó... empezó a nombrar, dice Mezcala, La Colonia, y Xalitla, y San Juan Tetelcingo y Tlamamacan, San Marcos, Analco, Oapan, San Miguel de Tejuiciapa, Tula, San Francisco Ostotipan, Totolcintla, Ahuatlixpan y Copalillo y otra vuelta, Ahuelican, Ahuehuepan, Tonalapa, Palula, Maxela, Tecuescontitlán, Zazamulco, Zacacoyuca, Santa Teresa, Tepecua, Sabana y Rincón de la Cocina y Tuxpan, Iguala, Zapotal, Ceja Blanca y Buenavista Cuella, y de ahí ese pueblo de las Marías y Cuernavaca y Cuautla, Morelos, Zacatepec, Atecomapa, Morelos, fíjate, ahí todo como me nombró remedio y todo anduve. ¿Y el remedio entonces es una mujer? Pues así lo vi en el remedio. Será Dios o será nuestra Madre o solamente Dios lo sabrá... ¿sabe quién o quienes la agarraron? Seis personas y ellos se iban, de seguro para que tú fueras, seis personas dice, se fue en el panteón, se fue una a la barranca y ponía veladoras, dice, con picante, con espinas y ya se iba del panteón, se iban de la iglesia y junto al hormiguero lo paraban vela, dice, con picante, con espinas y por eso. Y tú nunca te cuidaste para nada, tú nomás sabes... comes, amanecer y ya vas buscando qué cosa vas a comer y en la tarde igual, tú estás apurada en ver tu mesa, para trabajar, y ellos no, ellos apurados para que te chinguen, para te agarraron así, como tú nunca ayunaste, nunca... ¡Pero entre seis! Ujum... Por eso no me podía curar tampoco. Cuando lo vi, ya cerquita ya nomás parece se va a meter así en mi boca... ¡ay! me tapé y empecé a llorar, dije ¡ay mamacita! Dije aunque no me alivie, pero yo no me lo voy a tragar, pero enemigo yo lo vi ahí está. Entonces de veras lo vi... se levantó, pero hasta viene bailando, y viene así, viene haciendo su cuerpo así, y su cola pero hasta la viene jugando, pero su cuerno así, ‘ira. Fue cuando le dije que no... que aunque me muera yo, pero no, no voy a recibir, no quiero ¡Ay mamacita! ¡Virgen de Guadalupe!, ¡Reina de México del Tepeyac! ¡Mi santa madre! ¡Ayúdame madre, tápame con tu divino manto, tápame con tu bandera de tres colores mexicano!... Yo quiero sanar bien como tú me mandaste en el mundo, yo no quiero pecar, no quiero venganza... ¡Ay mamacita! Empezó, ahí así a gritar llorando, entonces me dijo... dice, todo lo vi, lo vi de ese una imagen, se llama dolorosa, dice ¿Deveras no quieres nada? Le digo no quiero nada madre, dice ¿Deveras? Le digo deveras... Le digo verdade Diosito, no lo voy a recibir, y nunca lo voy a desear y nunca voy a hacer ese pecado, de pecado ya tengo, Testimonios de un pueblo nahua y más pecado voy a tener, no. Yo quiero sanar, yo quiero aliviar, dice ándale pues, ten, aquí está tu rosario, y fíjate yo no me podía persignar, ni el padre nuestro yo no sabía yo... Entonces me dieron mi rosario, dice ahora empieza, vamos a empezar a rezar, le digo ¿cómo pues? no puedo, entonces lo vi que me agarró así mi mano y dice, a ver tráilo tu mano, ablándalo tu mano, lo vas a poner blandito. Le digo sí, y me empezó persignar, así me estaba agarrando, dice que vayas repitiendo no nomás me estés oyendo, cuando dice “por la señal de la santa cruz... del enemigo líbranos Señor Dios Nuestro, en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, amén”. A ver, que digas “amor de Dios”, digo amor de Dios... pero verdade Diosito que nunca voy a pecar, nunca voy a hacer... si un día me hallara qué cosa estoy haciendo mal, mal sentido voy a tener por allá y en el camino, en el monte y que me agarre, ahí mamacita, ahí que me muera yo, para que me quite de ese... que cosa voy a andar haciendo, yo me prometo de todo de mi vida, que nunca te voy a olvidar madre, eso sí, te lo pido con todo mi corazón, yo quiero cantos, yo quiero rezos, yo lloro por rezos, porque no puedo, porque no conozco, conociera yo madre, tuviera yo mi libro ¡ay mi madre linda, tú eres tan hermosa, tú eres tan... tú eres mi Madre, tú nos 189 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 190 salvaste madre linda, Virgen de Guadalupe, reina del Tepeyac! Como tú me quisiste yo así voy a querer a tus hijos, voy a salvar a tus hijos. Dice ¿De veras? Le digo mamacita sí, yo sí ese lo deseo porque yo quiero que tus hijos... dice, tú vas a ser madre, tú vas a ser madre de mis hijos y vas a ser madre de mis hijas, te voy a dar mis hijas y mis hijos. Le digo sí mamacita, yo quiero de tus hijos. ¿Y le enseñó un canto... ? Y entonces me enseñó el “Padre Nuestro” y “Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, María madre de gracia, madre de misericordia en la vida y la muerte para... en la vida y la muerte, gran señora, santísimo sacramento, Hijo del Eterno Padre, alumbra mi sentimiento para que mi alma te alcance, para que se salve.” Sí, ta’bonito, ese me enseñaron en el remedio, yo no voy a decir que yo... o de la iglesia, no, o que una persona vino y me enseñó. El otro día... le daban ganas de cantar. Pues cantos, allí en el remedio todo, yo ni uno sabía... siempre yo, como siento tengo pena, tengo vergüenza, lo único ahora cuando salgo, ahora como este, dos meses salí de coronera acá ¡ay, pero sentía yo ese hermoso canto! Se me vino llorar y cantar, y me corrían mis lágrimas, y yo pensé, dije, Madre, eres tú eres tan buena mamacita, tú me quieres mucho madre, pero yo siempre tengo pena de ti mamacita, tengo pena de ti Padre, pero qué me va a dar fuerza, qué me va dar valor, sólo tú me vas a dar valor y fuerza, yo no soy nada, yo soy basura, me conozco, soy puño de tierra Padre, pero de este mi boca bendícelo que esté yo allí... de este momento en el camión, que esté yo como instrumento, que esté yo como trompeta Padre, yo quiero cantar, pero yo no voy a cantar, voy a ser como instrumento, y se me vino el canto ese y les gustó harto. El remedio me dice todo, le digo, viejito en ocho días viene una persona, lo voy a curar, lo voy a curar, ahora ya voy a ser curandera, ya voy a ser enfermera, ya voy a ser doctora y ¡viva Marcia Apolínea, viva! Yo no sé qué cosa decir, tú muchacho, porque siempre así decía yo... .¡viva! Pues este como, me llegaba asi, dice... y lo vi que me preguntó una muchacha, dice ¿a dónde es? le digo yo soy de San Agustín Oapan, entonces dice ¿de qué voz… de qué voz eres? Sí, le digo sí (doña Marcia emite sonidos que no son propiamente del náhuatl, trata de decir que con el remedio pudo hablar en un idioma desconocido), entonces yo le decía que yo sí, porque yo camino con mis pies y yo trabajo con mis manos, y voy a trabajar y me van a conocer de personas de pueblos y por pueblos, porque yo no soy bruja, yo sé porqué Dios vive, porqué Dios está hablando, y Dios me está enseñando como los voy a querer de sus hijos, abrazar con mis dos manos, y así yo lo veía y así Testimonios de un pueblo nahua yo lo platicaba, y entonces él me platicaba más y entonces yo les contestaba así, todo, pero dilaté pues, como dos veces tomé remedio así. ¿Y cómo esas palabras? ¿Qué quieren decir? No es en mexicano. Comenta el marido: ahora cuando dejó de beber esta toma, le digo, ahora dejaste tu estudio, yo le dije, tú te estabas dando un estudio bueno a lo mejor, le digo yo, pero ya no quieres, ni modo le digo, no, me dice, es té re bien amarguísimo. ¿Y en mexicano cómo se dice curandera? Pues neua ni tepachia, neua nihuale nicnitequiste yau, cocolistli te, si te pa teteniu. ¿Y bruja o brujo? Naguali, por eso lo veía, así hablaba yo pero, yo le decía yo no soy bruja, soy hija de Dios, y Dios me quiere mucho, y yo sé porque no soy bruja, pero Dios me quiere por eso, ¿Aprendió a distinguir eso? Mjm... así como los conocía yo de qué, como uno, cómo se porta, uno cómo vive, uno cómo se porta, cómo anda de noche y luego decía yo, ustedes son brujos, pero no les dio Dios para que anden pecando, Dios les dio para que anden paseando nomás. Yo me quiero sola, aunque no me quieran de todos modos ya sé como es su sentido, yo sé cómo es sus mañas, yo quiero a Dios, me quiere mucho. Yo no así, no me dio sentido Dios así como a ellos, yo misma me consolaba yo. Y sí, de veras cual más personas me aborrecían. Y ahora como ya dilató que no tomo remedio, mismo me voy fijando que no me hablaban y ahora sí me hablan, yo digo quizás si de veras son brujos, el animal nomás es de su dueño, y así a veces le digo a mi marido, le digo corazón, por qué no me dices si soy bruja, dice ¿Por qué? Le digo, ¿y cuando me dormía yo contigo? Ahora ya dilató, ya nos apartamos, le digo ¿Cuando dormía yo contigo ¿no brincaba yo pa’llá? ¿no me veías si iba yo de bruja, si de zopilote, si de perro, si de marrana, si de caballo... nunca me vistes corazón? Dice, estás loca, ‘onde estás siguiendo ni sabes, ‘onde estás echando pedos dice, aunque que te jale coyote ni vas a sentir, nomás estás roncando. Nunca te veo si te levantas. Dice nunca te veo si te andas levantando. Le digo mira, ¿por qué lo sueño? Aunque de mi sueño lo sueño que lo paso un calle y lo encuentro perro, y me quiere... se va agachando perro, ya después lo diviso, pero ya después son personas ya, en esa placita de la iglesia está rascando perro, pero sus orejotas así bien orejón, un perro y su cola hasta lo esta jugando, pero ya después lo veo cuando otra vuelta pasa, pero ya son personas ya lo conozco y lo veo de veras que me aborrece, porque le digo y los diviso, ¿por qué? le digo, corazón, ¿qué soy bruja cómo? 191 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 192 - dice bah que tú no sabes, le digo mira corazón le digo, si fuera bruja que no un día despertara yo por allá, siempre amanece mí cama pero mi espíritu no sabemos como Dios... como Dios si... si anda con Dios no sé como, así solitos no solamente mi espíritu sabe y mi Padre, yo no sé nada. Y los que son Naguali, ¿se levantan en la noche? No sé, como yo no soy bruja no sé si así hacen pues. (…) Ya se estaba muriendo. Ya está acabando... ya está acabando, le digo, y ahora ni modo si se va a morir... qué tanto, porque no primero me dijeron, qué no se dieron cuenta de que estaba yo yendo a Oapan, y por qué apenas me lo trajeron, y ya a otro lado lo llevaron, no quisieron que yo que lo cure, tuvieron fe para allá, pues ni modo, yo sentía yo que ya no, pero como mi marido dice, no ahora si que hagas dice, por ellos, y vueltas y vueltas dice, ni duermen aquí de la noche, están gritando, pero vete a verlos. Lo fui a ver, nomás lo empecé, lo estaba yo rezando y lo estaba yo sahumando y lo regué, una limpia le di y se ve que tantito, lo agarré su juicio y lo sacó pa’abajo poquito, y ya después me dijeron pues que me viniera, y de veras le digo mira, si lo matamos yo no voy a tener la culpa, y allá quien sabe qué cosa remedio le dieron, y aquí también otra persona le dio, y no lo sacó nada, también esa otra persona le dio. Y ahora otro remedio le voy a dar, y si lo matamos ellos me van a echar la culpa, ahora cómo van a decir, pues ni modo, dice, pero que le hagamos la lucha, bueno. Entonces lo llevé remedio, lo molí y cuando le di parece que nomás lo fue a traer, pero primero la regada le di, como dos noches, la limpia le di, la regada, pero a las cuatro de la mañana uno le di y uno más nochecita, cuando ya es noche, cuando ya venimos de la iglesia. Las diez de la noche, y uno a las doce de la noche le di y para otro día le di, parece nomás lo fue a traer el remedio, porque ya lo había yo... lo... lo rifaba yo de noche y de día, me sentaba yo, lo voy a rifar, a ver cómo quiere. No que lo vi que nomás un vaso le voy y medio nomás le voy a echar lavado, pero no va a ser espeso, medio aguado, y no va a ser entero el remedio, porque si entero lo mato, y ese lo voy a echar poco y le di y… con rezo quiere, no nomás así, y de ahí empecé a sahumar, a sahumar, lo persigné su frente, sus pies, sus manos, ahora sí, siéntate, tómatelo, te lo vas a tomar nomás de un jalón, dice sí, y le di nomás un jalón, lo tomó, un vasote bien lleno. Acuéstate ahora sí, acuéstate, le empece a sobar su barriga, pero parece pura agua, le digo ahora sí, voltéate, y le eché lavado y lo sacamos, aunque ahorita le digo ahí la cola pero... sale grande remedio, como cántaro lo destapó y nomás allá lo mudé de ese litro y pa’bajo, pa’bajo y hasta lejos lo está tirando, híjole, ni modo, aquí que Dios que diga, y lo sacó, cuando después fue a tomar agua, lo Testimonios de un pueblo nahua tomó agua, le digo, no vas a tomar bien grande, nomás vas a tomar medio vaso, se lo tomó y se va a quedar. Le digo, y ahora sí te voy a echar lavado, ahora puro agua, no va a ser nada remedio, dos vasotes, le eché agua, pura agua, limpia, lo fue a traer, ¡vómito! pero ¡vómito! corre en medio lo está sacando y abajo igual. Después dice, ahora sí me quiero bañar, y lo bañamos, dice, ahora si ya estoy bien, ya estoy bien, nomás estaba diciendo, ¡ya estoy bien gracias a Dios y la Virgen!”, dice, a ver, no me querías curar. Le dije, después vamos a platicar, te compongas y ya, acuéstate, dice ándale señora tráilo caldito, pero caldito blanco calientito y pedacitos de tortillita. No comió tortillita, puro caldito, y le digo ahora sí ya tomó caldito. A cada hora, a cada hora, a cada hora le están dando, y que sea jugo de naranja aunque sea la mitade la naranja que lo manda a pedir, y al ratito otro poquito caldito, y así de a poquito pero cada hora, cada hora para que agarre su juicio. Yo ya me voy, mañana no vengo, hasta pasado lo vengo a ver, pasado lo fui a ver y ya... Ya estaba bien. Ya estaba bien. Y ahora ya se casó el muchacho. ¿Y qué es lo que tenía? 193 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 194 Pues no sabemos, como harto remedio lo sacó y casi no nos fijamos, como en la noche, pero feo lo estaba sacando. ¿Pero no vio nada ella, de lo que le pasaba? Si pues, todos de que cosa los vas a conocer, todos los nombra y todo de quién y a donde les dan, y cómo piensa esa persona que les da, cómo hace, qué día pensó, yo así me dijeron, qué día pensaron para me chingaron, como platicaban, cómo me hicieron... Sí, ahí se sabe todo, por eso dice que ahí entra enemigo de tí, porque si lo viste ese personaje sí es cierto, y si no es cierto entonces ahí como lo viste en el remedio, entonces lo vas a aborrecer a esa persona pues, como lo viste y lo conociste, lo nombraste y ahora si ya te compones ya no lo voy a hablar, nunca le voy a hablar, tantos años que viva ya no lo voy a perdonar, pero Dios más si quiere, yo siempre decía yo, yo lo voy a perdonar, yo lo voy a perdonar, yo lo voy a hablar. Y así pues que... (empieza un canto) “Buenos dias corazón, buenos dias padre Jesús, te venimos a rogar, buenos dias padrecito, ya llegaron tus hijos, trajeron muchos regalos, buenos dias corazón, ya llegaron tus hijas con mucho devocion, nuestro padre Jesús, ven a saludar que hoy de tu santo padre Jesús Nazaret. Y mucho regalos te trajeron tus hijas y muchos tus regalos te trajeron tus hijas, que lo recibas nuestro padre con mucha devoción, que lo recibas nuestro padre con mucha devoción, ya viene amaneciendo luceritos ya vienen bajando, ya viene amaneciendo la estrella de la mañana, buenos dias corazón buenos dias jesusito, tu nos puedes ver con todos sus ojitos, tu nos puedes a ver con tus dos tus ojitos, ya viene amaneciendo, ya viene rayo del sol, ya viene amaneciendo ya viene el rayo del sol.” Una lección de herbolaria Voy a moler tenexiate, con esta piedra y con cebo de res. ¿Que polvito es este? De ese de... cal, por eso le dicen tenexiate, pero lo lleva tantito calita con cebo y con ese semillita. ¿La semillita era del tenexiate también? Ajá, de tenexiate, este polvito de su semillita también. ¿Y éste qué polvito es? De ese que le dicen hueypactli. ¿Y ese es el cecectzin? El cecetzin, entonces los dos nomás así, se muele éste y se muele este, y entonces ya lo vas colar, pero bien molido también, y ya lo vas a colar y ya le das uno. Testimonios de un pueblo nahua Esos juntos, el cecectzin y el hueypactli. Ajá, y este ahora ya los revolvimos éste con ese va a ser... Ese es especial para sobar… ¿Para sobar? Ajá, ese no es para tomar, no vas a pensar que lo tome ese, no, ese no es para tomar, es para sobar. Si para… después ya lo vas a colar, échale y lo vas a poner en un vasos, cuatro y le empiezas a rezar prendiéndole cuatro velas y cuatro veladoras, y ahí ya lo pones y se lo pasas el remedio para que lo saque de esa enfermeday lo vas a decir: “Cecectzin te alquilo, este día, tú lo vas a sacar enfermedad, yo te alquilo porque este día tú lo vas a sacar de ese, ese enfermedano sirve. Tú te vienes en el cerro y no nomás persona tiene poder, tú también tienes poder porque tú naciste en la tierra negra, en el cerro de ese, tú vives en el cerro. Este día que te pongas fuerte y no nomás lo vas a dejar esa enfermedad, tú la vas a sacar, te metes tú hasta las venas, los huesos, y lo vas a lavar toda la carne, los huesos, límpialo bien, este día. Cecetzin, María Concepciona, te alquilo. Tiene para lo van a sacar, yo sé porque tú a la orilla del río vives, tú puedes, por eso te alquilo este día.” Si siete ayunadores lo nombras, siete ayunador. Si ocho ayunador de todos modos ten, aquí te vamos a acompañar con mucho ayunador, sí, hasta doce, de todos modos lo vas a nombrar doce, doce ayunadores, pero lo nombras para más que se ponga fuerte… Y lo persignas tu vasito, de ese en el agua. Ya bien molido, ya lo colaste y ahora sí, primero un vaso, déjalo como media hora, siéntate táte viendo, ‘ora sí, otra vuelta, ‘ora sí dale otro, ya acuéstate, así como lo vas a tallar su barriga, todo, para que donde quiera que entre, ya después ya, voltéate te voy a echar lavado un vaso, ahora sí ya le echas lavado de un vaso, ahora acuéstate y ya que ninguno que hable, calladitos, no van a estar platicando nada y ahora sí, ya cuando lo vas a oír ya le da vómito y vómito y vómito. Ya nomás otro dale para cuatro, mira, pero te vas a fijar en la carta si jala cinco, si jala dos entonces son cuatro, ¿no ves dos copas? Ujum... Si jalas dos son cuatro, si jala cinco entonces son diez copas, casi así se ve pues, mismo en el persona, a dónde de este persona y esta carta, lo jaló, cinco de copas, entonces así lo vas a dar, pero si él lo jala a otro lado pues lo jalo tres, entonces seis hay que darle, seis vasos, seis copas, ni más ni menos. Si jala tres de copas son seis vasos. Seis. ¿Si jala cinco de copas... ? Son diez... humm... ahí te vas a ir fijando de todo... ¿Cómo le dice, hay una oración? 195 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 196 Ujum... pues sí, en el oración: “Hueypactli de este día, te voy a alquilar que tú eres santo remedio, lo vas a sacar enfermedad, qué cosa doctores no lo pueden sacar, pero tú, te alquilo para que tú, yo sé porque puedes lo vas a limpiar esa persona, no nomás te va a ganar un persona, hueypactli te estoy diciendo, ayúdate con cecetzin, que se ayude, que grite pollo, que grite marrano, va a encaminar carro, ustedes no se van a ir hasta cuando yo los voy a decir que se van a retirar, entonces sí.” Y ya, si ya lo vistes que ya acabó de así... ya vomitó, ahora sí sóbalo, todos los ayunadores lo van a sobar... ¿Con éste? No, nomás con untura de manzana, y ese vas a comprar a Iguala, y entonces ya lo compras éste, entonces ese ya está así, no apenas lo vas a arreglar, y entonces con ese ya lo vas a tallar todo su cuerpo, todo su cuerpo, ayunadores. Que lo tallen todos los ayunadores, tú que reces, que reces agárralo aquí, agárralo aquí, pero con todo oraciones así, y grítale al Señor, él que te puede, él que te ayude, pero aquí no lo vas a soltar, porque si lo sueltas este rápido se sube se acaba uno, aquí tú tiéntalo, tú sóbalo así, así, así todo. ¿En la boca del estómago? Sí, si alrededor, cuando lo vas a sentir ya llegó al ombligo, ahí ahora si ya déjalo, ahora sí que lo bañen y si... ¿Con qué lo tienen que bañar? Con agua, con jabón blanco pero entero.Y ya lo bañaron lo van a sahumar con copal y lo van a rociar con mezcal, mezcal para que se enfríe todo su cuerpo, para rápido le va a agarrar sueño para se va a dormir porque el mezcal son buenos... no ves maguey son fresco es para que se refresque su cuerpo... Ya después se va a dormir, ya que estén libres, que coman y aunque que se vayan, pero tú eres curandero, no lo vayas dejando aunque se vayan, pero tú eres curandero no debe, lo vas a dejar, aunque se vayan ayunadores, tú ahí te quedas un rato grande. Vélo ya después, si ya despertó, ya me voy, le digo ¿Cómo te sientes? No te responde, pero ya te hace señas que sí, ya te vas, lo vas a ir a ver hasta el siguiente día, ¿cómo te sientes? ¿cómo estás? Entonces otra vuelta, tu mismo ya lo jalas este, lo llevas, siempre lo andas trayendo, ya lo sientes donde se quedó enfermedad, porque a veces se queda el codo que es aquí, se queda ahí, entonces sóbale, sóbale, sóbale, tállalo, tállalo, hasta lo va a sentir cuando ya, estirale los dedos y sus manos, y si su pulso se queda poco, tú tállalo, tállalo hasta pa’rriba, lo vas a sentir, se siente cuando ya salió... pero si no sale se va truncando como cabello, los dedos, las manos, hasta que al ratito ya no la aguantas tu mano... por eso yo ya lo dejé, porque yo a veces cuando ya oré, ya ni siento donde voy a poner mi mano, me pongo almohada, me acuesto así, a veces lo amarro aquí, lo amarro, lo jalo el remedio éste y me empiezo a Testimonios de un pueblo nahua tallar, y ya después me voy a dormir, ya lo tallé, ya lo sueño culebra hasta se va torciendo… ese couasihuiztle pues… ¿Se le pasa a los brazos? Sí, se te va a pasar. ¿Y cómo se le sale a usted? Pues como Dios quizás ya me dio licencia, si me sobo con eso sí se sale lo... Sobándose con el San Pedro. Si, y San Pedro tenexiate, ese todo revuelto también. ¿Y ese para qué es? Es para lo vas a... con ese tenexiate, con ese San Pedrito y si vas a decir que nomás lo vas a echar untado, untado si no le vas a dar toma, puro untado así, pero que no espese, nomás así como que se va a ensuciar el agua y échale, échale todo, todo en su cabello todo, y que se acueste, pero en el nylon porque si trapo todo lo va a apachinar el trapo, en el nylon, al poco rato otra vuelta échale, échale y son nomás cuatro veces lo vas a echar, ¿pa’qué más? Nada más, ese se compra caro pues, y ahora yo creo que ya va a costar como cuarenta, asinita frasco y nomás para una persona. 197 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 198 ¿Y ese para qué se utiliza? Para que le de... que lo saque pues... ¿Si tiene couasihuiztli también? Sí, también, algunos tienen animalitos como ese de Ahuehuepa, lo sacó tortuga, lo sacó pajarito y uno de Mezcala lo sacó de ese culebrita de cien pies. ¿De dónde lo sacan? Lo sacó, su boca. Si tu marido vive bien y no te regaña y no te maldice, aunque sea pobremente vas a comer aunque sea salsas, tortillas calientes y cafecito, ‘ira, bien asentada la comida, nada te va a hacer daño, ¿por qué? porque vives bien. Te hace daño todo el coraje, ese sí hace daño. Cómo no vas a comer, si apenas tú comiste y ya llega tu marido y ya empieza, te dice cosas y como apenas comiste, ‘ira, y te enojas y llega coraje, se junta con tu comida y parece se pone harto, y ahí se baña todo en el estómago, y aunque uno se enferme las señoras, pero ¿por qué están enfermas? Porque siempre están peleando, lo espanta su marido y ya después que se esperan, el hombre, mira mi mujer no se puede sanar, no se puede aliviar, pero ¿quién tiene la culpa? El hombre, porque los espanta ahora que lo saque su dinero pues para que la cure ¡bah! ¿Cómo se dice? Neua nias en can cuallo un persona nicpatis, nicpatis ca tenexiatl, ihuan ca mostaza, ihuan ihcuech oso mostaza, y ya de que ihcuech o mostaza ni tehuan tisque romero y de quiluel tequipia cocolistli nictlateuantis nicohuas un yerbita se llama manuela, un quitoca manuela yehuas san ce hueyic nicuechocs nicpatlas ipan ce, ce xicali te, para un nicmactocan de noche itsontecon can quicocohua hasta de nancan pecho sa un patlamis para tlacpac, para masehuihuis sonteco. Su cabeza que descanse, ya si le que duele su barriga, duele, entonces le voy a dar remedio tomado y se llama cecectzin y madalena. ¿De qué otra forma se llama la magdalena? Magdalena, y pues de la Concepciona y también Manuela, son tres, con cuatro remedio de este que se llama San Pedrito, cuatro necesario para tomada. Los cuatro: ¿cecetzin, San Pedro, manuela y magdalena? Si, para que lo limpie adentro su barriga de qué cosas tiene, si tiene enfermedaadentro su estómago, tiene enfermedaadentro de su barriga de todo, de todos sus manos, su espalda lo duele, entonces ese lo vas a dar, lo vas a dar ese, es primero untada, de dos veces que se marque su cuerpo a para encima. ¿Untado? Untado, si ya, ya le dítes untado, ya le das toma con siete ayunadores, y lo ves en el baraja que no suerte tiene, entonces con seis ayunadores. Si pide más entonces ya no le des, ahí te vas a fijar en el baraja cómo, de ocho jalas son doce vasos, de cinco jalas son seis, hasta cuatro vasos, cuatro vasos remedio, no lo vas a ocupar más porque si la ocupas más no lo va a dejar dormir. 07.VII.96 En esta visita nos platicó que se encontraba delicada de salud, pues tenia cinco meses que la habían operado, y por eso continuaba sin hacer trabajos pesados. Desde entonces no había hecho curaciones. Marcia dijo que cuando se sintió mal había ingerido la toma, y que mediante ésta había podido determinar que su enfermedano la podía curar ella misma. Requería una operación, pues gracias al remedio vio que tenía un tumor. La llevaron a Iguala a operarse y le sacaron una “bola de sangre” que ella ya se había visto con el remedio. Por esta operación le cobraron 7 mil pesos. Comentó que resultaba muy cansado curar, que ella cobraba 100 o 150 pesos, pero que cuando ya se sabe curar bien, no era pecado cobrar 3000 ó 3500 pesos. Los sueños y otras cosas “Puedo saber lo que quieren decir los sueños. Soñar agua sucia significa que seguro habrá una enfermedad, y soñar agua limpia es señal de buena suerte; soñar que uno puede volar significa que tendrá vida larga, que uno vivirá muchos años”. “Una noche soñé a una muchacha de Ahuehuepan, al día siguiente llegó muy grave porque le habían dado remedio y no la habían cuidado bien. Soñé a esta muchacha con la muerte, a un gato pachón amarillo y unas piernas de res. El gato significa “el enemigo”; la muerte quiere decir que no hay que darle la toma porque se muere; las piernas de res significa la muerte, es lo que se ofrece de comer en los velorios”. “Seguido sueño perros que me quieren morder, los espanto con una reata, los perros significan la enfermedad. Si sueño culebras que les echo lumbre, que las vareo, eso es que la persona tiene couasihuiztli. Sueño también pueblos que no conozco, pero que después visito para hacer alguna curación”. “Dios me dió para partera, puedo rezar, puedo pintar, puedo coser, puedo rifar, puedo sobar, puedo dar toma, curar daño. El daño es cuando un niño te gustó y se le calienta la sangre, entonces se soba con epazote y aceite rosado”. “El couasihuiztli se agarra en el camino. De pronto se siente como si te plantara un clavo; es couasihuiztli si te duelen los pies, si te espina, si no puedes caminar”. 199 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 200 “El espanto es cuando te tumba un burro o te quemas en la lumbre, si te lleva el río ya te espantaste. El curandero tiene que decir en dónde te espantaste, tu no le debes decir nada”. Xalitla, 07.VII.96 El sueño del niño atado Entonces, ese lo soñé, tomé pastillas para que no tenga yo familia y me dijo la señorita de México, te lo regalo manita yo para que trabajes, porque tu trabajo ta’ muy bonito, y más mejor dinero… que ya no tengas familia; yo pensé, digo, quizás si deveras lo voy a tomar, porque está trabajoso… cuatro meses lo tomé pastilla, cada mes una pastilla… Y lo soñé como a las doce de la noche, la agua está corriendo y estoy lavando en la piedra grande y cuando lo ví, lo oí, ese niño chiquitito está llora y llora, y a dónde está, donde quiera diviso, donde quiera diviso pero no veo al niño, se oye que ya está muriéndose y se oye bien chiquito ese niño. Y cuando lo divisé para allá, a la orilla del río, sus piecitos se ven nomás, había una viejita, tiene sus nagüitas, le digo, señora ¿a dónde está llorando ese niño?, dice ella ¿quién sabe si nacerá o no?… ‘ora sí lo ví al niño, está en un ciruelo bien grande, grueso de palo, ya no tiene hoja, así seco pues, ya no tiene nada de hoja, lo divisé, niñito está colgado arriba, pero niñito ansinita, como una cuartita y el niñito está haciendo así sus manitas sus piecitos, por poquito se orina ese niñito, y cuando le dije a la señora, por favor, que lo vaya a desatar, dice no, yo no tengo derecho, yo no lo voy a desatar, ¡tú desátalo! dice, yo no. Y le digo ¿por qué? dice, tú sabes cómo lo vas a desatar, le digo ¿quién lo amarró? Dice, tú te das cuenta por qué está amarrado. Y cuando así lo ví, estaba mojada mi ropa, me voy a subir en el palo, pues no puedo, como está mojado mi ropa, me resbalo, y empieza a llorar ¿cómo voy a bajar ese niñito? Pues lo estoy divisando bien chocholetito, pues es chiquitito pues, niñito... no pude subir pues en el palo, no me subí en el palo, no pude ¡cómo, pues! Ya cuando le dije, le digo señora, ayúdame lo vamos a desatar, dice no ¡desátalo tú! Y fíjate, desperté, empecé a llorar, le dije a mi marido, tú crees qué cosa soñé, dice ¿Qué cosa? Mira, te voy a decir, no sirve lo que ‘tamos haciendo, y ese niño ya lo soñé, está amarrado, pero nosotros lo amarramos, nosotros, le digo, porque tú también me dijiste que tome yo pastilla, yo también yo ya quise, entonces dice, nosotros estamos pecando, dice tú, no creo duérmete de presto, de por sí te duermes y ni te persignas, le digo sí, yo me persigno, dice no creo, dice tú estás loca. Y me dormí, ‘ira, pero sueño no se reventó para nada, parece como no desperté, otra vuelta me dormí y ‘ora sí, otra vuelta lo ví ese niño ‘ora está colgado pues, le digo, señora, ayúdame, ayúdame. Dice mira te voy a decir, te voy a ayudar, pero ese niño lo amarraste tú, ¿qué cosa te hizo? Ahí estás pecando, dice, nunca hay perdón, dice, para tí, nunca va haber perdón, si no lo vas a desatar. Porque ‘ira, esa persona allá ya mató, lo divisé, un señor ya lo mataron, apenas ya lo tiraron, le picaron con un cuchillo, dice, ese se arrepintió de esa persona que mató señor… se hincó, le dijo, nuestro Padre, perdóname, le dijo, sí te perdono porque ese mi hijo te estaba ofendiendo… Fíjate, ese ya lo perdonaron, pero tú ¿cuándo te va a perdonar? dice, si lo vas a matar, un niño pequeño dice, ansinita, que lo mates, que lo vas a tasajiar, lo vas a moler, él no puede correr, el niño chiquito, pequeño, él no te puede pellizcar, no te pellizcó nada y ni te patió, ni te cerró sus ojitos ¿qué cosa te hizo? ni te echó arena, si quieres desátalo. Amaneciendo, otra vuelta lo platiqué, pero yo sentí mi corazón y empecé a llorar, le dije a mi marido, ya no voy a tomar pastillas, sí por eso nos vamos a dejar, que nos déjemos, pero yo ya no voy a tomar, es pecado, y nuestro Padre ya me enseñó de 201 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 202 mi sueño no quiere que tome yo; si vamos a tener niños, que tengamos cuantos Dios nos va a regalar, cuando nos casamos, le digo, cómo dijimos delante de nuestro Padre, cuando el padre nos estaba preguntando, dice, lo recibe de este, arras, lo recibe de este anillo, cómo contestamos ¿no lo recibimos? Sí, lo recibimos, y cuando dijo lo reciben monedas, para que nuestro hogar no le falte, y contestamos, la mujer contesta, sí lo recibo, yo lo voy a cuidar para que nunca falte en nuestro hogar, y nos pregunta otra vuelta el padre, reciben lo que Dios les regala ¿cómo contestamos? Le digo ¿dijimos que no? ¡dijimos que sí! y ahora ¿qué cosa hacemos? le digo, y ‘ora tú eres asesino y yo soy asesina, le digo así, yo lo voy a tirar pastilla, yo no voy a tomar, dice tú sabes, pero ya no quise, lo tiré. Y después fuí ‘on ‘tá el doctor Pas, estaba yo enferma, y me dijo, te voy a cortar pedacito para ya no tengas familia, ya está bueno le digo doctor, de plano te voy a decir, yo si voy a tener veinte, cuarenta, pues ya nomás digo yo, no porque la mera verdad, Dios sabe cuantitos, cuántos me va a regalar, si voy a tener cuarenta, cincuenta, yo lo recibo. Dice, pero está muy carestía todo, madre dice, no hagas eso, ¡cúrate! Le digo, ‘ira doctor, si voy a tener dos y los dos malos… si voy a tener hartos me los regala nuestro Padre... me van a dar de comer mis hijos, y hartos, otro llega, mi hija con atolito, otro llega, mi hija me va a lavar, otro llega, mi hija me va a bañar. Pero te cansas mucho mamacita dice, trabajas y para tus hijos, le digo ¡ni modo! Dice, niño sufre, algunos no tienen su ropa, no tienen huarache, le digo sí doctor, puede, vas a tener familia, y el hombre que trabaje y la mujer que trabaje, los dos, le digo, sí se puede vas a dar estudio a tus hijos, pero si la mujer se acuesta y el hombre por ahí anda paseando con sus amigos no se puede, lo vas a decir. 09.VII.96 La elección del Tepatiani Estaba yo enferma, y doctores y doctores, y nada… como seis años estaba yo en cama, qué íbamos a conocer, ya después que me dijieron, que te den toma, para que yo me aliviara, pero yo no creía, cómo que me van a dar, ni siquiera iba yo al molino, yo, amaneciendo ya estoy sentada en la mesa, estoy pintando hojas de amate, porque hay pedido de amate, las pinturas pues… lo creía yo, si había cochinada para que te de, así para que te espine, y hasta después mi hermana venía de San Agustín Oapan, dice, mira, ya de veras, ya gastaron, cuñado, le dijo a mi marido, si mi hermana no se puede componer Testimonios de un pueblo nahua la mera verdalo vamos a llevar y vamos a hacer la lucha, y le digo a mi marido cómo lo van a hacer la lucha, yo lo estoy haciendo la lucha con medecina, aunque más pastillas nada, dice, sí cuñado, lo voy a llevar pues, si se muere mi hermana, quiera que sea que se vaya morir donde mi pueblo, ustedes saben, si lo van a llevar que lo lleven… Y me llevaron… ¿qué cosa es esa que me van a dar? Entonces como chiquita me engañaron, dice ¡bah! dice, nomás ese su chilito, su punta, y limoncito, su hoja, te vamos a dar lavado, para que se refresque tu barriga porque está muy caliente, entonces yo le dije que sí, y no sabía yo pa’qué, esa señora estaba en otro cuarto, cuando llegué a mi casa así, me lo arreglaron y me lo echaron lavado, yo les sentí que ya se va mi cama pa’ así, como que ya se va volteando mi cama, como que ya empezó a dar vueltas mi cama. Yo le dije ¿qué cosa me hicieron? me quiere dar vómito ¿qué cosa me dieron? ¿qué tomé yo? Entonces me dijieron, tómalo para que lo saques, así vas a sacar esa enfermedad, y lo tomé, ya no aguantaba yo, le digo ¿qué cosa me dieron? ‘Ora sí, le digo, ustedes me van a matar, no es cierto que me van a curar, ustedes quieren que me muera yo rápido. Yo sentí oscuridad, sentía yo que mis huesos se quebraron, lo... y yo sentí que ya no pues, ya no voy a vivir, me voy a morir un momento… quince ayunadores estaban en el otro cuarto… yo estaba vomitando, como una borracha, ya después ya no me dí cuenta, lo ví relámpago, relámpago, relámpago, y ya no sentí pa’ dónde me fuí, yo me quiero bañar, pero ya me está dejando, y nada lo sentí, nada lo apachurré, ya después, como no se detiene con la limpia, con la regada, ya hasta entonces me contó remedio… que un polvo, la señora se fue al panteón, y yo me dormí, las doce del día y lo soñé, lo ví yo una imagen la Virgen, la Virgen de Carmelita pa’cá y pa’ allá así... Pero culebra, como me abre su boca, pero qué culebrón, lo ví, lo jalé, lo trocé culebra, se salió, así, se fue pa’llá y se fue pa’llá, pero ese nomás lo soñé, entonces allá se fue, pero arriba hasta se va así, y fíjate, entonces... que no va a salir todo pues, sí, hasta... que no sale... pero cuando tres veces ya me dieron, dos veces igualmente cuando me dieron, dos veces lo ví... ¿Qué cosa quiere decir? Que lo ves culebra, que lo ves la Virgen de San Carmen, dice, véte a dejar tu velita... y pues yo como borrachita, ya tenía como tres dias que soñé eso... ahí me caí en la iglesia, ya no puedo caminar pues, no aguanto ¿cómo? ‘Toy bien flaca, no como nada y ya después que yo, me dijieron dice, quieres tomar remedio, le digo sí, siento que sí, sí ora sí ya quiero por mi voluntad. Y sí, me dieron, yo pedí pues que sí que me den, y me dieron, entonces casi que me lo... te vas a aliviar, pero no lejos ese persona te va dar, en la casa aquí te lo va dar, seis persona me están haciendo, dice, la suegra, con su cuñada, con su hijo, con su otro hijo, con su hermano, ellos son seis, ellos ya dijieron, que no nos vamos a morir, pero no nos vamos a morir porque Dios 203 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 204 tan poderoso, cuando lo vi que nuestra madre de Virgen de Guadalupe, hay madrecita linda de Guadalupe, reyna de México ayúdame madre, cuando lo ví un bandera y me... Mamacita, ‘ora si le digo, prometo arreglarte para fiesta y me prometo para día de fiesta voy a barrer, voy a barrer... Dice deveras que Dios te ha dado… entonces me persignaba yo, lloraba yo… yo, lo sacaba yo de abajo, harto, harto sacaba, negro... Hasta después lo saqué, así con agüita, cuando ya nomás estaba yo sola, pero qué persona, quién me daba la toma, diez veces, fueron once cuando yo lo saqué culebrita, a las doce veces me dijo ¡ya! hasta aquí nomás, ‘ora sí te vas a curar, así dice recibe la jícara, el agua, copal, maíz, especial para los personas, pierde su ropa, pierde ganado, pierde lo, bueno, todas las cosas… y aquí está la baraja para los enfermos, este baraja sirve, la vas a ocupar también para los enfermos y en el agua que te acuerdes ahí... vas a rifar quién tiene suerte, quién no tiene suerte, y para la una cosa se pierde, entonces lo vas a ver a dónde… Pero cuando lo ví, yo me reía, sentí, dije, ¿cómo lo voy a estar rifando? Yo no creía en el remedio y lo ví que una señora se acostó, ‘ta pujando, tiene dolor, y yo, me dice una señora también, dice, sóbalo mi hermana, sóbalo dice, todo su cuerpo porque tiene dolor, pero tu lo vas a sacar, ándale dice, entonces una señora me pega, ¡ándale! dice ¿a qué hora la vas a curar? Le digo, yo no puedo, entonces ¿cómo te vas a aliviar si no quieres? ...y me daba mi mano, cuando lo veo que lo suelto, no quiere y me va, me zumbaba mi cabeza, me duele, mi mano, ándale. ¿Cómo era la señora? Pues su mano lo veía yo así, cuando ví el remedio, cuando estaba yo borracha, yo nomás lo veía así, y cuando lo agarré, dice, así lo vas hacer, así, no lo vas a estar jugando, así, lo vas hacer tres veces, cuando vas a ayunar, otra vuelta lo pones, son cuatro veces, y otra vuelta cuando ya acabaste ya, con ese chiquihuite lo vas a notar quien persona, cinco veces ora sí ya nomás así derecho, derecho, no lo vas a estar haciendo así, hartos lo hacen así, sahumerio lo hacen así, lo hacen así, pa dónde lo quieren sacar, lo sueltan más, por eso no se componen, tú, dice, lo vas a aliviar todo dice, pero nomás de eso, firme, firme, así me enseñó ella, me enseñó pero el remedio, no una persona, porque estaba yo enferma. ¿Cuántas veces había tomado remedio? Doce, y fíjate, cada vez me curaba yo con tres personas... Pero yo dije mejor lo voy a tomar yo sola, y fíjate, ‘orita ya tengo ¡órale! más de cincuenta veces, pero lo saco todo, yo solita me lo saco, ni quién te ayune, yo sola. ¿Y sí se curó usted, después de eso? Entonces sí, empecé a curar pues, rifo, lo riego, le doy toma, lo voy aliviar, y yo lo voy a ver cómo, aunque lo acueste, pero lo voy a componer; que guantado, Testimonios de un pueblo nahua que la sobada, que la limpia, la regada, y otra vuelta lo voy a rifar, cómo está, cómo te va a ir con el remedio, pero debo levantarlo, porque ya me dijieron que lo cure yo, no me importa si tiene dinero o no tiene dinero… ¿Y cómo hace primero para saber de qué está enfermo? Primero la rifa, como quiera, y no nomás vas a gastar, a batir harto remedio, si está duro la enfermedad, cómo lo vas a sentir, ¿cómo haces para eso?, debe, lo vas a rifar, ahí se ve, si cinco, si seis, si siete, si ocho vasos va a ser, y si ocho vasos son ocho personas, y cinco vasos que dés de remedio entonces son... ¿Se ve cuántos tienen que ayunar? Sí, se ve cuántos van a ayunar. ¿Y luego le da la toma? Hasta que llega la hora... primero lo voy a rifar, cómo está, y entonces ya te voy a decir, ‘ira, si quieres me vas a pagar veinte mil, treinta mil, yo te voy a decir, no importa pero yo quiero, rífalo, rífalo ¿cómo está? Y sí, yo te voy a pagar porque tú... yo quisiera yo que me digas ¿qué cosa tiene mi marido? ¿qué cosa tiene mi suegra, mis hermanas? Te lo voy a dar este dinero, luego allí ya lo jallas, tú, en la baraja ya lo ves cómo está, cómo quieres, ya lo rifaste, 205 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 206 ya me dices ‘ira, no lo voy a dar toma, mañana, mañana yo voy a llegar, que consigues copal, maíz molido, masita que me lo dejes, yo lo voy a hacer, pero que tenga ayunadores mañana, seis... y lo voy a regar, pero mañana no le voy a dar remedio, nomás la regada, la limpia y lo voy a rezar, a qué hora vas a comer, y tú ya me dices... porque tú ya sabes a donde vas a ir y te voy a poner y vamos a comer a la una, a esa hora lo vas a comer; dijiera las once yo no puedo decir, entonces le vas a decir, porque tú vas, obligas. Y entonces y allí ya empiezas a dar limpia, la regada, ya platicas con ese, mira pues que vengas a dar remedio, queremos que, pues que lo limpies, ‘ora sí vamos a quedar, yo claramente les voy a decir cuánto quiero ganar, y este la regada, la limpia ya me pagaron, y ellos te dicen sí, no te mortifiques, el dinero lo vamos a conseguir, a ver de qué modo pero lo vamos a conseguir, nosotros lo único que queremos es que se alivie pues. Y deveras quiere que venga yo, ‘ira una gallina que la maten, pa’ cuando de el remedio lo van a traer, y quienes van a ayunar, entonces quiero doce, quiere doce ayunadores, y compra cuatro vela y cuatro veladora, y una cadena de copal, y van a ayunar, si lo van a dar pollo, si caldo de res, ustedes saben qué cosa les van a dar… Y así entonces ya llevas, ya ‘tá sabiendo pues, que lo vas a curar, tú lo llevas remedio, tú lo llevas tu copal, aunque sea dos pedacitos, tú lo llevas tu remedio de polvito, lo llevas otro pomada, para lo vas a sobar cuando ya lo dejó remedio, entonces ya lo bañaste… ‘ora si ya me voy, mañana no vengo, pero pasado sí, sí vengo, que me vayan a traer si tiene carro, si no tiene carro entonces que te esperen pues, pero vas a ir, porque es compromiso tuyo, le vas a hacer, cómo lo ves al enfermo, qué le pasa ¿cómo te sientes? Ya está más mejor, a ver, échale pomada pues… te dan un refresco caliente, no te dieron dinero, ya no tienes derecho, ya te pagaron, si te dan, no te dan dinero, bueno ya vine a ver, ya sentí que no le quedó nada de la enfermedad… O sea que es complicado todo, varios dias... Si se quedó (la enfermedad), si la sentiste se quedó d’esa enfermedad, entonces vas a ir cuatro veces, para sobarlo con pomada… entonces a donde se quedó le echas polvito y sobada para que salga… ’tá duro ¿no? Por eso ya lo dejé, ya no quiero pues. Y así pues, te digo que donde me metía gracias a Dios que todo, todo se componía. ¿Por eso la buscaban mucho? Así... preguntan por mí… ya no quiero, la mera verdá’ que ya no, ‘ira ¿sabes por qué todo lo miento? Cuando lo vas dar, lo saca vómito, qué pestilencia, para sacar flema, podrido, apesta... y aunque te den de comer, tu vas a tener obligación, lo vas a jalar ‘onde se sentó, hasta que lo sanes... porque tú tienes obligación, vas a cobrar, ayunadores van a cobrar 50 mil. ¿Los ayunadores también cobran? Testimonios de un pueblo nahua Sí, es aparte ellos. ... está trabajoso para que andes por ahí y aparte no vas a dormir, porque si te duermes... te chingan, no vas a dormir... porque te van a decir, te dio porquería para que te mueras ¿verdá’? …y entonces voy a decir ‘ora sí que se cuide, ese de veras puede curar, va a sacar enfermedad, ‘ora que se cuide, yo entonces me voy a enojar, él que se cuide, yo como toro bravo, y a ver a dónde lo voy a encontrar, a ver a dónde lo voy a jallar, pero lo voy a buscar… Por eso es peligroso para que ande curando uno, solamente si nuestro Padre te dió don para curar, pero si nuestro Padre no te da don, no puedes. Dios te dió don, no porque tomaste puedes, de nacimiento lo trajiste y ninguno te lo va a sacar, Dios te dió de nacimiento, no creas porque tomaste remedio pudiste… ¿Ustese acuerda de quién fue al primero que curó? Sí, sí me acuerdo, un señor vino de Ahuehuepan, entonces ni un persona curaba yo, dice lo soñó, me soñó dice, le dijo a mi marido, señor, este muchacho ya me vine aquí, me va a curar tu mujer, y mi marido le dijo, contestó, no, mi mujer no te puede curar, ella no se puede componer ¿cómo te va a curar? pero yo lo soñé, le dijo, ninguno me dijo, yo lo soñé, y mi marido dice, no es cierto 207 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 208 ¡vete señor, vete señor! y dice no, yo ya vine, y va a venir mi gente al ratito… gracias a Dios que no se murió, se alivió. Ya después, cuando estuvo una semana aquí, cuando se fue dice, ya me voy, cúrate dice, ya te puedes ir, que le pongan medecina, vitaminas, dos litros de suero, vas agarrar tu fuerza, dos años después, en San Francisco, ahí lo encontré, en el camino, ya ni lo conocía yo, estaba bien gordote, pero él me conoció… le digo quedaste bien muchacho, dice, gracias a Dios, no me duele ninguna parte, yo trabajo bien... 09.VII.96 “Para rifar a una persona necesito cuarenta granos de maíz y veinte pedacitos de copal, dos velas y dos veladoras”. “Cuando una persona está enferma tengo que ir al panteón a pedir permiso a las ánimas para “buscarle” a esa persona. Primero rezo en la entrada, y luego en cada una de las esquinas del panteón. Luego tengo que poner una ofrenda en el centro del panteón, cuatro platos de caldo de pollo, cuatro panes, cuatro jarros con chocolate y cuatro velas, después rezo ahí. Esta ofrenda no la pueden comer las personas, sólo los animales.Luego tengo que visitar al enfermo para ver si está mejor”. “En la rifa puedo ver el número de personas que necesitan ayunar en una curación con toma. Pueden ser seis, ocho o hasta doce ayunadores, se lo digo a los familiares del enfermo y ellos tienen que conseguirlos, antes se les pagaba a los ayunadores 30 ó 50 pesos, pero ahora cobran hasta 100 ó 150 pesos”. “Yo ya no quiero curar, porque es muy peligroso y muy cansado, si no cumplo el ayuno puedo enfermarme”. 19.VII.96 Una curacion con la «toma» Los ingredientes que se utilizaron para la preparación de la “toma” fueron: - 1 vaso de 300 ml. lleno hasta el tope de semillas de cecectzin o “Concepciona”, que triturado en un molino manual rindió un vaso y medio. - Media “copita” de la combinación de dos ingredientes llamados “manuela” y “magdalena”. - Medio vaso de 300 ml. de “hueipactli”: un tallo seco, triturado también en el molino manual. Además se utilizaron cuatro velas y cuatro veladoras que previamente se le habían solicitado a la paciente, y un garrafón con agua bendita. Participaron en el ritual: - La enferma (DC). - La curandera. (M). - Cuatro ayunadores (M había solicitado seis ayunadores, pero dos de ellos no llegaron a la cita). - Una cocinera. El ritual se inició aproximadamente a las 4:30 a.m. con la preparación de los ingredientes de la “toma”. Se molieron las semillas de cecectzin y de hueipactli en un molino de mano hasta pulverizarlas. En una cubeta de plástico se mezcló medio vaso de polvo de hueipactli con un vaso de la mezcla de “Concepciona” más Magdalena y Manuela (dejando sin mezclar el medio vaso de polvo restante de esta combinación). Todo se mezcló con agua suficiente para llenar cuatro vasos de 300 ml. La mezcla de esos polvos con el agua no fue totalmente soluble, el agua adquirió una coloración verde olivo. La mezcla se filtró en un cedazo metálico, quedando en él los residuos sólidos. El líquido verdoso se virtió en los cuatro vasos. En una esquina de la habitación en la que se realizó la curación había una cama al estilo tradicional (con varas de nochtli), con un colchón y una almohada. En una mesa se preparó un pequeño altar, donde se colocaron cuatro veladoras de vaso, cuatro velas y los cuatro vasos con la “toma”, así como una estampa de “Nuestro Padre Jesús” y otra del “Espíritu Santo”. Se pusieron también un pequeño plato con el dinero que después se utilizó para pagarles a los ayunadores, un rosario y un vaso con un ramito de flores blancas. La habitación contaba con una ventana que daba a la calle y una puerta que 209 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 210 la comunicaba con otra habitación en donde permanecieron los ayunadores. En una de las esquinas del piso había un orificio que funcionó como desagüe.En la habitación para los ayunadores se colocaron tres sillas muy cerca de la puerta que se comunicaba con el cuarto donde se hizo el ritual. Otra puerta más daba al patio de la casa. Cuando la curación se inició aún no amanecía. Eran aproximadamente las seis de la mañana. DC entró a la habitación vistiendo únicamente un camisón hasta los tobillos. Los ayunadores ocuparon sus lugares en el cuarto aledaño. Se cerraron las puertas y la ventana. En el cuarto del ritual estábamos M, DC y yo, colocados de pie frente al pequeño altar. Dió inicio el ritual. M encendió las cuatro veladoras y dos velas, comenzó a rezar, dirigiéndose a Dios y al remedio, pidiéndoles permiso y perdón por lo que estábamos haciendo. Presentó ante Dios y ante el remedio a DC, agarró un vaso del remedio y comenzó a hablarle, lo persignó y le pidió a DC que hiciera lo mismo y que se lo tomara, después de hacerlo, DC se tomó el remedio de un solo trago. Se repitió todo lo anterior con el segundo vaso de remedio. M le indicó a la enferma que se acostara en la cama. Después de unos minutos, de pie frente al altar, M comenzó a rezar el rosario, sólo las dos primeras partes, y lo colocó alrededor del platito con el dinero. Después nos sentamos en unas pequeñas sillitas, a un costado de la cabecera, M y yo a un lado de la puerta. Todo estaba silencioso, afuera los ayunadores no hacían el menor ruido. M observaba, inmóvil, a DC. Pasaron aproximadamente veinticinco minutos antes de que DC mostrara alguna reacción. Comenzó a sobarse el vientre y el pecho con ambas manos. Tenía la mirada perdida, y en su cara había una sonrisa como de placer. Unos treinta minutos después, M se levantó cuidadosamente, y como si supiera lo que iba a pasar, ayudó a DC a sentarse y le acercó una cubeta de metal para que vomitara. El vómito fue abundante, luego siguió la diarrea, para ello le acercó una bacinica que tenía a la mano. Mientras esto ocurría me pidió que rezara una parte más del rosario, señalando que las otras dos partes restante se rezarían después de que tomara los otros dos vasos del remedio. En la habitación comenzaba a sentirse mucho calor, y se llenaba de un olor amargo, desagradable y sofocante. Después de que se detuvo el vómito y la diarrea, M le pasó la cubeta y la bacinica a uno de los ayunadores. Unos minutos más tarde las regresaron, limpias. Todo se hizo cuidando siempre de no hacer el menor ruido. Testimonios de un pueblo nahua Después de reposar unos minutos sentada, DC se enjuagó la boca. M le acercó los otros dos vasos del remedio, pidiéndole, como al principio, que les hablara y los persignara antes de tomarlos. Sin decir nada, DC se tomó el remedio, haciendo sólo un leve gesto de desagrado por el sabor del remedio, enseguida se acostó nuevamente. M y yo regresamos a sentarnos a las sillitas, a esperar. Después de casi media hora, DC reaccionó nuevamente. Sobaba su pecho y su vientre. Con los dedos se peinaba los cabellos hacia arriba, y su mirada seguía perdida. Comenzó a levantar los brazos y a hablar en voz alta, dirigiéndose siempre al “Señor”. Narró acontecimientos de su juventud, de cuando vivía en Tepecuacuilco, en un rancho, con sus padres, hablaba de la buena relación que tuvo con su padre, de las cosas que le enseñaba, de cuanto la querían y admiraban en su pueblo. El tema de su discurso cambió luego a su matrimonio, señalando que este hecho había sido el comienzo de sus desgracias, mencionó haberse casado muy joven, con un señor rico más de veinte años mayor que ella. Describió su vida de casada como un martirio, a pesar de que económicamente no tenían problemas. Después narró un cambio trascendente en su vida: estando casada, abandonó a su esposo y a sus hijos para irse con 211 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 212 otro señor. Según dijo, esta partida no había sido del todo voluntaria: este señor le había tendido una trampa, la había embrujado para llevársela y tenerla como prisionera, prohibiéndole comunicarse con sus hijas y con el resto de su familia, mencionó haber sido engañada por este señor, pues decía que varias veces la sometió a supuestas curaciones, a visitas extrañas a varios panteones y a distintas playas. Contó lo repugnante que le resultaba que este señor la tocara. Describió como se había escapado de esa casa después de que este señor había intentado abusar de la única amiga que tenía en ese lugar. Otro de los temas de su discurso fue su estancia en los Estados Unidos, cuando trabajó con una familia libanesa como niñera. Recordaba ello como una etapa difícil y dolorosa de su vida. Su discurso, que duró aproximadamente dos horas, se vió interrumpido por un vómito abundante. Esta vez no hubo diarrea, quedándose sentada, sin dejar de hablar. M se colocó de rodillas detrás de ella, y con ambas manos le sobó y le apretó el vientre. En esta posición continuó su relato, esta vez levantando más la voz, pero dirigiéndose siempre al “Señor”. Era un diálogo con él, le reprochaba haberla hecho sufrir tanto, le pedía felicidapara sus hijos y sus nietos. Después culpó al hombre que la había embrujado de todos los males que ahora tenía su familia. Le pedía exaltadamente al “Señor” que lo perdonara, y que lo hiciera bueno. Durante el discurso de la enferma, M escuchaba atenta, pero cuando éste dejó de ser un relato de hechos pasados y se convirtió en una serie de reclamos, peticiones y preguntas dirigidas al “Señor”, M se levantó. Se notaba muy angustiada, nerviosa, comenzó a rezar apresuradamente la última parte del rosario y antes de terminarlo me pidió que continuara rezando y que pidiera a Dios por DC. Entonces ayudó a DC a sentarse en una sillita y a quitarse el camisón. DC hacía lo que le indicaba M pero continuaba hablando en voz muy alta. M tenía ya preparada una cubeta con agua para bañarla. Comenzó a mojarla, le lavó el cabello y talló su cuerpo con jabón, y después la bañó con agua bendita. Mientras la bañaban, DC cambió su discurso. Ahora, casi gritando, se dirigía al “Señor”, dándole gracias porque se sentía curada, porque sentía el bautizo, porque se sentía purificada. Después de un rato de estarse bañando comenzó a dirigirse a M. Le pedía más agua para lavarse, decía que tenía lodo en todo el cuerpo, se tallaba las piernas y los brazos, diciéndole a M que viera todo el lodo que tenía. Le pidió que tirara al río los zapatos y calcetines que llevaba porque estaban contaminados, no paraba de hablar y de darle gracias a M por haberla liberado de tantas cosas. El baño duró poco más de una hora, enseguida se puso nuevamente su bata y se acostó, hablaba sin parar, diciendo que estaba sorprendida por lo que había pasado, que se sentía liberada, pedía perdón por las molestias que había ocasionado, decía haber visto a M a un lado de la Virgen, no paraba de darles gracias a los ayunadores. Se abrió la puerta, M le llevó un refresco a DC y ésta se lo tomó poco a poco, con pocas ganas. Un rato después le llevó un caldo de pollo y tortillas. Afuera comimos los ayunadores, también caldo de pollo, tortillas y refresco. A cada ayunador se le pagaron 50 pesos, igual a la cocinera. Una semana después DC le pagó a M 500 pesos por la curación. DC permaneció descansando dos días más en la casa de M, quien le indicó que después de la curación, debía reposar durante ocho días, evitando hacer corajes y trabajos pesados. 23.VIII.96 Una auto-curación con la toma Esta curación se realizó en la casa de M, en la misma habitación en la que se había realizado la curación de DC. No estuve presente durante la preparación del remedio. Llegué aproximadamente a las 8:30 de la mañana. Afuera del cuarto estaba don Salvador, su esposo, sentado en una silla, como único ayunador. Adentro estaba M desnuda, acostada boca arriba sobre un plástico y tapada con una sábana. A un lado estaba la camita de varas desmontable. En el altar había cuatro veladoras encendidas, un rosario, las imágenes de Cristo y el Espíritu Santo y dos vasos de remedio vacíos. En el piso, a un lado de M, había una cubeta con agua, otra cubeta con más remedio y una bacinica. Al principio, M se quedó dormida cerca de veinte minutos. Durante el efecto del remedio se presentó el vómito y la diarrea, en varias ocasiones y en pocas cantidades. Para esto M tomaba la bacinica, y sin levantarse se la colocaba para defecar, con habilidad. Las reaciones de M fueron muy variadas. Su discurso no estuvo cargado de relatos de su vida, como en el caso de Doña C. En algunas ocasiones estaba dirigido a Dios, y en otras al remedio. Hablaba siempre en voz baja. Por algunos momentos su discurso se acompañó de movimientos corporales, como levantar los brazos y sacudir las manos, golpearse el pecho con ambas manos, 213 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 214 peinarse el cabello con los dedos, levantar las piernas y hacer movimientos circulares con los tobillos. Tuvo cambios repentinos del estado de ánimo: de estar silbando o cantando pasaba al llanto. Se volvió a quedar dormida por unos momentos. Después de casi dos horas en que se siguieron alternando el llanto, los cantos, los movimientos, el silencio, el sueño, el vómito y la diarrea, M me pidió que le untara en la frente el remedio que tenia en la cubeta. El polvo estaba mezclado con agua, formando una especie de lodo, de textura arenosa (este polvo no es del todo soluble). Al embarrarle este lodo me dí cuenta que su temperatura era muy alta. Ella continuó untándose el remedio en todo el cuerpo, se tapó con la sábana y se quedó dormida un rato. Al despertar, nuevamente comenzó a hablar, presentando las reacciones que antes mencioné. Me pidió que rezara la última parte del rosario, y al terminar me dijo que el remedio le había pedido que se bañara. Acomodé una sillita y la cubeta con agua que tenía preparada, y la ayudé a levantarse para sentarla en la sillita. Sus piernas no tenían fuerza, no podía caminar. Llegó a la silla casi arrastrándose, comenzó a mojarse poco a poco, quejándose de que el agua estaba muy fría. Enjuagó su cabello y su cuerpo utilizando solamente agua simple. No utilizó jabón ni agua bendita. Se puso un fondo y la ayudé a subirse a la cama. Sus piernas aún estaban débiles y no podía sostenerse sola. Nuevamente se quedó dormida un rato. Cuando despertó me dijo que le dolía todo su cuerpo, sus manos, su corazón y sus pies, que no había sacado la enfermedad, que necesitaba tomar nuevamente el remedio, que serían necesarios ocho ayunadores. La próxima vez lo haría en San Agustín Oapan, pues ahí, entre su familia, conseguiría los ayunadores necesarios. Dijo que su suegra era la que le prendía velas pues le tenía coraje porque lo tenía todo; también dijo que Doña C. no se había curado, y que sería necesario que tomara cuatro veces más el remedio. Al término de la curación nos dieron de comer un pedazo de cecina, tortillas y refresco. M no quiso comer nada, ni tomar un refresco. Permaneció acostada hasta las cinco de la tarde. Me dijo que el remedio le había dicho que tenía que seguir curando, y repitió que ella ya no quería seguir haciéndolo, porque era “muy trabajoso”, pues después de curar a otra persona ella se tenía que curar también, de modo que tomaba el remedio casi cada quince días. Como a las seis de la tarde dijo que ya sentía que la había dejado el remedio; entonces pudo caminar, se bañó, tomó un poco de refresco y comió algunas galletas. 04.VIII.96 La molendera El domingo M le hizo una curación a su molendera. La causa de la enfermedaera que la muchacha peleaba mucho. “Es muy corajuda, por eso la aborrecen. Alguien le echó porquería, ya nomás una tortilla comía”. Para esta curación utilizó cecectzin, tenexiate, manuela, magdalena, mostaza y romero. Todo lo revolvió, casi llenó una cubeta, quedó una mezcla espesa como lodo, que aplicó en el cuello, el pecho y el estómago. La curación se realizó en casa de M, y estuvieron como ayunadores ella, su esposo y la madre de la molendera. La muchacha enferma presentó vómito y diarrea constantes. Tuvo algunas alucinaciones cenestésicas, tales como sentirse muy delgada. También sentía que esa enfermedala mataría. Después de esta curación la muchacha quedó “atarantada”. Estuvo muy débil durante varios días. 31.VIII.96 Otra curación con «la toma» El viernes 30 de agosto llegó a Xalitla una señora de aproximadamente 30 años, con una niña de 4 años. La señora venía buscando quién la curara y se encontró a don Salvador, quien la llevó con doña Flora, pero como ésta no estaba, entonces la llevó a su casa, para que hablara con Marcia Apolínea. Aunque esta señora no traía suficiente dinero, Marcia Apolínea aceptó curarla. Esa misma tarde fueron llamados los ayunadores, doña Julia y sus dos hijas, Juana (la molendera de M. A.), Félix y yo. Además, ayunaron don Salvador y Marcia. Alrededor de las nueve treinta de la noche, la señora que venía de Iguala ya estaba acostada, descansando. En el patio de la casa estaban ya doña Julia y sus dos hijas, quienes también ayunaron para esta curación. Por la noche M estaba muy molesta, porque ya eran las once y don Salvador seguía platicando con doña Julia y sus hijas en el patio, y los vecinos se podrían dar cuenta que había mucha gente en la casa. A la mañana siguiente, como a las tres treinta de la mañana, M nos despertó, y esperó a que todos pasáramos al baño para iniciar la curación. 215 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 216 La habitación donde se realizó esta curación fue en la parte más antigua de la casa, no en la más reciente, en la que realizó las dos curaciones pasadas. Esta casita consta de dos habitacione una que utilizan como dormitorio y para guardar algunas provisiones como jabón, ropa y alimentos, y otra en la que se realizó el ritual. Allí es donde se encuentra el altar de Marcia Apolínea, en el que hay una imagen grande de la Virgen de Guadalupe. En las paredes están colgados varios juegos de vajillas nuevas, juegos de tazas y otros utensilios de cocina. La habitación no tenía ventanas. Había una puerta que comunicaba al patio, la cual quedó en la sección destinada a los ayunadores. Se dividió la habitación en dos partes, con una cortina provisional hecha de sábanas. En una parte estuvieron los ayunadores y en la otra se realizó la curación. Había una pequeña valla de arena que señalaba la entrada de la habitación. El altar estaba incrustado en una de las paredes laterales de la casa. En el centro estaba la imagen de la Virgen de Guadalupe, enmarcada perfectamente y muy bien cuidada, rodeada por una serie de santos entre los cuales reconocí al Señor de Cuetzalan, las imágenes de Cristo y del Espíritu Santo que utilizó en los rituales pasados, la de San Martín, la de San Miguel Arcángel, varias estampas de la Virgen de Guadalupe y de otras más. Los ingredientes de la “toma” fueron : cecectzin, hueipactli, manuela, magdalena, San Pedro y mostaza. La cantidade polvo de cecetzin con manuela y magdalena, que ya estaba pulverizado, se virtió en una cubeta, se agregó agua y un puñado de polvo de hueipactli con mostaza y San Pedro, hasta llenar cuatro vasos de 300 ml. aproximadamente. Además de eso, M preparó otros elementos necesarios para el ritual: un rosario, cuatro veladoras, cuatro velas, copal y un sahumerio, alcohol, un garrafón de agua bendita y uno de mezcal, flores blancas, varias cubetas y agua, un petate y sillas. El ritual inició aproximadamente a las 5:30 de la mañana. La paciente estaba vestida sólo con un camisón, acostada en el petate. Doña Julia y su hija ocuparon su lugar del otro lado de la cortina. Don Salvador, sentado afuera de la habitación, estuvo pendiente de lo que se necesitaba y de vigilar que afuera se procurara el silencio. En la cocina la molendera se encargó de preparar la comida y las tortillas. M prendió las cuatro veladoras que estaban colocadas en las cuatro esquinas del altar. Junto a cada veladora colocó un vaso de remedio y una vela. Al centro del altar estaba otra veladora más, el rosario y un ramo de flores blancas. M empezó a rezar frente al altar, dirigiéndose al remedio, pidiéndole que entrara en la señora para que viera todo lo que tenía y todo lo que le pasaba; persignó Testimonios de un pueblo nahua el primer vaso y se lo dió a la paciente. Le pidió que también platicara con el remedio, que lo persignara y lo tomara. La señora empezó a tomarlo poco a poco, mostrando desagrado por el sabor tan amargo. M le ordenaba que no lo estuviera oliendo, que lo tomara de un solo trago. Unos minutos después de tomarse el primer vaso, inició el vómito, éste fue abundante, también se presentó diarrea abundante. Después de descansar un poco, M le dió a tomar el segundo vaso, y después de los primeros tragos nuevamente hubo vómito. La paciente manifestó su preocupación porque su cuerpo no recibía el remedio, y dijo tener miedo a la curación. M decidió “echar lavado”, esto es, introducir el remedio por vía anal. Para esto utilizó un vaso especial que ya tenía preparado, en el que virtió un vaso y medio de remedio. Después de unos minutos, la paciente, “sacó pa’bajo” el remedio. Estuvo provocándose el vómito pero éste fue escaso. Después de esto la señora tuvo una crisis de pánico, se desnudó y quiso salir corriendo de la habitación. M la detuvo, regañándola por los gritos que daba, y le dijo que mejor le platicara al remedio, que le pidiera que la curara 217 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 218 y que después la dejara. Comenzó a dar fuertes masajes en el pecho y en el vientre, provocando que la paciente gritara más fuerte. Durante aproximadamente una hora la señora gritaba “¡Ay! ¡qué cosa! ¿qué tengo, padre mío lindo? ¡ay doñita, siento que me muero!” M decía, “¡Cállate, no grites! “¡Ay, no deje que yo me vaya, señora, mamacita linda de mi corazón, padre mío lindo, dime que no, aay, aay mamacita linda, aay, qué hago doña Marcia, aaay ya no aguanto, ya no aguanto, doña Marcia, siento que ya no puedo, doña Marcia!”, “¡Ay, ya no siento mi corazón, écheme alcohol, algo, aay siento que no aguanto, María Virgen de Guadalupe, aay ay!” “¡Dígale a mi mamá que venga, que ya me voy a morir, que me eche la bendición!” “Cállate, no te viniste a morir, te vinistes a hallar alivio.” “¡Aay, mamacita linda, ay muchacha, arrímese junto a mí, aay padre mío, lindo, siento que ya no veo, siento que ya me voy a morir, écheme alcohol, algo, siento que me muero, me voy a morir, me voy a morir me voy a morir me voy a morir, por qué, aay ya no me siento nada yo, mamacita linda de mi vida, ay ya me voy ya me voy, me voy a morir doñita, mi hijita, mi hijita, tráigame a mi hijita que siento que ya me voy a morir me voy a morir, mamacita chula, aay me voy a morir, mamacita chula, ya no quiero sufrir, ya no puedo!” “Cállate que te van a oir los vecinos.” “¡Aay no puedo no puedo, ay mis piernas, no no no me voy, me voy, aay mamacita linda que me muero, ya no aguanto mamacita, papacito lindo me voy a ir, me voy, aay me voy, ay me voy mamacita, ay mamacita me voy a ir, ya me voy, ay mi hija, ya no puedo, quiero a mi mamacita linda, ya no puedo, quiero ver a mi hijita, ay, está bien fría, ya no puedo, ay qué hago papacito lindo, aay, no puedo, no puedo, siento que me muero, qué hago, aay no puedo, a mi mamacita la quiero, ya no puedo, ya no quiero más, ya no puedo, ay ma voy a morir, qué hago mamacita linda, siento que me voy a morir, no oigo, mis manos, ya no puedo, ya me voy ay, ya lléveme con mi mamacita linda ya, aay lléveme con mi mamá, ya no aguanto mis quijadas. ya no puedo!” Lávate tu boca, lávate bien tu boca... Alternando con estas crisis, la paciente se mantenía por largos momentos, acostada en el petate, sollozando y quejándose. A ratos se provocaba el vómito, pero éste dejó de ser abundante. Después de un momento de crisis, M decidió bañarla con agua tibia. Después del baño la sahumó con copal, primero al frente, luego atrás y después el lado izquierdo y derecho. De la misma forma, le sopló a la paciente con mezcal y les pidió a los ayunadores que también la soplaran, y se paró frente al altar a continuar rezando el rosario. Después de esto, la paciente permaneció sentada en la silla, pues decía tener mareos muy fuertes si se acostaba en el petate. M esperó a que dieran las doce del día para darle un refresco. En estos momentos ya estaba más tranquila, tomó un poco de caldo de pollo, se acostó y durmió algunas horas. La señora permaneció un día más en casa de M. Dijo no recordar lo ocurrido durante la curación. Método de “rifa” con baraja Se colocan al principio cuatro carta el número 10 de oros representa la persona que se va a rifar; en caso de que sea mujer, el 2 de oros representa la sombra. El as de copas representa la casa. El 11 de oros puede representar el compañero, novio o esposo, y en algunas ocasiones representa al “brujito” de la persona. Se hace la siguiente oración: “Padre, te lo pido, dame de esta luz, dame sentido, dame corazón, enséñame para comprender todo de mi vida, de mi deseo, dame, tú me conoces Padre Dios, tú me vas a dar de ese sentido, ese corazón, me prometo de este día viernes, lo voy a agarrar este juego, pero tú dame con tu permiso Señor”. Se persigna la baraja, se reza un “Credo”, se persigna el rifador. Se dan tres golpes con la palma de la mano sobre la pila de cartas, golpeando en cruz, diciendo “Quiero saber...” Se revuelven las cartas. Se forman cuatro filas de diez cartas cada una, cara abajo. Se van volteando poco a poco según un complicado conteo de Marcia Apolínea: primero la carta de la esquina superior derecha, segundo la de la esquina inferior izquierda, etcétera. Después de voltear un número impreciso de cartas se procede a voltear las restantes, empezando por la fila primera. La interpretación se hace en función al lugar que ocuparon las cuatro cartas que se propusieron al iniciar la “rifa”. El rectángulo formado con las cartas se divide en dos cuadrantes. El primero lo forman las cinco primeras cartas de cada fila, y las cartas restantes forman el segundo cuadrante. La interpretación se da también en función de la distribución de las cuatro cartas importantes en estos dos cuadrantes. También son de importancia las cartas que aparecen en cada una de las esquinas de los cuadrantes. Instrucciones para levantar una sombra Esta “regada” se realizó para levantar la sombra de la suegra de Marcia Apolínea. En este caso el “espanto” lo sufrió esta señora en la puerta de su 219 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 220 casa, en su fogón, pues estuvo a punto de caerse y quemarse con las brasas. Las molestias que esto le ocasionó fueron algunos dolores en los oídos e insomnio. La “regada” se hizo a las nueve de la noche. Se utilizó una botella llena de agua, sahumerio, carbón y copal, dos velas amarillas, algunas ramas de xeuite. Con masa de maíz se hicieron las representaciones de los siguientes aire del cielo, citlalcruz, citlalhuei, citlalcueyo, lucero, estrella, tomanca yeyecatl y pitsacatl yeyecatl; de la tierra, yeyecatl couasihuiztli e ixinecuili; muñecos, xoxoqui yeyecatl, costic yeyecatl, iztac yeyecatl, cuitlanix yeyecatl, totonca yeyecatl y amanca yeyecatl, y muñecas, tliltic yeyecatl, pitsacatl yeyecatl, morado yeyecatl, cuitlanix yeyecatl, totonca yeyecatl y alamantzin. Se persignó la cabeza de la enferma con el xeuite que se iba a utilizar. Rezando un “Credo”, se frotó todo el cuerpo de la enferma con el xeuite. Se sahumó tres veces todo el cuerpo de la paciente. Sosteniendo el plato con los tamalitos, en la cabeza de la enferma, se rezó un “Padre Nuestro”. Se persignó a la enferma con la botella de agua. Se acomodaron los tamalitos dentro de un arco formado con el xeuite, las dos velas y la botella. Se llamó a los aires, y se rezó la “Oración para pedir a los aires una sombra”, al mismo tiempo que se iba sahumando: “Que se reunan todos para van a comer. Les voy a dar donde tienen hambre, donde tienen sed. Me voy a parar en la tierra negra y tierra ceniza, tierra roja, para que reciban todo, qué cosa traje. Ustedes, ¿dónde están? Ese persona, me vine a parar para que lo dejen, que lo suelten, no lo estén agarrando, no es de ustedes. Que se baje su sombra, no nomás se va a perder, como ustedes se van a componer, aquí está su agua, yo quiero que me oigan, que me entiendan, que suelten su sombra. Por eso les doy su comida, no se va a echar a perder”. Se tomó agua de la botella y se sopló “en cruz”, esto es, desde los cuatro puntos cardinales hacia el centro. Con agua de esta misma botella se sopló a la enferma de la misma forma. 09.IX.96 Sonriente, dijo una metáfora: “Soy como una flor, si a las flores no les echan agua se marchitan, pero si les echan vuelven a estar vivas, así yo cuando tomo remedio”. 15.IX.96 Sobre los aires (Marcia Apolínea y Don Salvador) ¿Cada aire puede causar una enfermedadiferente? Sí. Por ejemplo, ¿cuál? El aire de ese que te puede enredar, el que le dicen telsiltic yeyecatl, ese te puede enredar en tus pies, ya no vas a poder caminar, yo a veces pienso, digo, a la mejor los aires me están haciendo, porque yo allá arriba, por no matar al perro, por venir cargando un palo y por no soltarlo, caí bien tirado, hasta se me enterraron unas piedras, pues me desmayé un poquito. ¿Y sería ese aire? Pues ahí se espantó. ¿Y cómo se llama el aire? Tetsiltic yeyecatl. 221 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 222 Y, por ejemplo, el chichiltic yeyecatl, ese ¿qué puede producir? Pues cuando uno tiene calentura. De la lumbre, ese. Cuando tiene calentura, es también ese, y ese te agarró, entonces ese es primero. Amanca yeyecatl, ese cuando nomás te vas a estar enfadando. Sí, cuando nomás te enfadas. Cuando tienes dolor, pues ese le dicen sepoca yeyecatl, si nomás te estás entumiendo todo tu cuerpo. ¿Y cuando está desesperado? Pues ese pues, amanca yeyecatl, cuando nomás te vas a estar enfadando. Totonca yeyecatl, cuando uno tiene calentura, sepoca yeyecatl cuando uno nomás está entumido, te puede poner tu ojo chueco, te puede, te va a poner sordo, porque ese tliltic yeyecatl también es malo, cuando nomás te van a ver, bien potentes tus ojos, pero no, y tú no vas a ver, tú vas a ver cómo curo, ese tliltic yeyecatl. ¿Qué enfermedaproduce el couasihuiztli yeyecatl? Pues te duelen tus pies, harto, harto dolor tienes, el couasihuiztli, y estrella con este, citlalcruz, estrella. Tetsiltic yeyecatl. ¿Qué hace? Ese lo va a llevar tu espíritu. ¿A dónde? Como cuando uno ¿verdad? se anda enfadando, como que lo lleva tu espíritu, por eso no vas a andar contento, vas a andar malo. ¿Cómo se dice espíritu en mexicano? Mo espíritu, o cuica como tonal, es el mismo. ¿Sombra? ¿Es lo mismo sombra que espíritu? Sí, es el mismo. Citlalcruz, ese ¿qué enfermedapuede producir, Doña Marcia? No puede dormir uno, si le está agarrando citlalcruz, citlalcueyo... Y ¿citlalhuey? Estrella, lucero, ese es muy peligroso la noche, cuando nomás uno no puede dormir nada, toda la noche está viendo, ni tantito lo agarra sueño, ni de día ni de noche, entonces quiere que lo rifen allá, es en la noche. Van juntos citlalcruz, citlalcueyo, citlalhuey, estrella y lucero, ¿todos juntos producen que la gente no pueda dormir? Sí, es uno. Lo ve cosas feas en la noche, aunque no hay nada, pero él lo está viendo cosas feas, en la noche viendo, es cuando lo vas a regar, es necesario primero Testimonios de un pueblo nahua que ayunes por tres días... a las tres vas a comer, o a la una, después hay que ayunar hasta las doce de la noche… y ya cuando otra vuelta vas a ir a regar, igualmente vas a ayunar, no nomás así vas a ir, primero que vayas a regar, terminando de regar ya te dan de comer... Todo el día sin comer, sin agua, y lo vas a regar uno, y a la mejor ni se apura para que te den de comer, ya nomás vas a comer, ya nomás como a las cuatro de la mañana, y aparte ni... ya se pasó de hambre, ya no es igual, vas a comer, fíjate, ¡cómo se pone débil uno! ¿Y el tetsiltic es el que nos decía ahorita, verdad? Tus pies, ya no puedes caminar. El tomanca es el enfadoso, ¿se desespera la gente? Totonca yeyecatl cuando vas a tener calentura. Sepoca yeyecatl cuando nomás te vas a entumir. ¿Y couasihuiztli yeyecatl? Pues cuando, te hace dolor tus pies, todo, tu cuerpo. ¿Y es ésto porque otra gente tiene envidia, o no? No. ¿Es aparte del coasihuiztli? Es aparte, ese te va a agarrar, ese couasihuiztli, te tienen envidia porque ahí unos pueden... Pero lo sueltan. ¿Pero ese aire es diferente? Esos aires son diferentes. ¿Y por qué el couasihuiztli yeyecatl es como dos culebritas? Así de por sí, se tuerce todo. ¿La gente se tuerce? Pues de todos modos si te duele ahí, y tus pies, y no te pueden soltar, debe, te van a regar dos veces, tres veces, pero es necesario para que te suelten, porque a tí te hace como culebra, así te hace en el enfermedad. ¿Y el pitzacatl? Pues cuando uno se pone sordo es para... no oye, aunque te estén platicando. ¿Ixinecuili? Ese cuando te duele pues tu barriga, pues te duele mucho, ¡harto! pero estos muñequitos apartados, ese también, ese aparte, no es lo mismo, eso lo vas a poner con esto, porque ixinecuili con esto aquí (acomoda las figuras de masa). ¿Xoxoqui? Pues hace, ya no más ahí no sé, porque... como una mujer, como mira, tú no trajieras como lo trajiste Cristi verdad, pues pa’ que ‘compañe, entonces ese es más primero, ahí ya se le pone... 223 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 224 ¿El couasihuiztli yeyecatl llama al costic, al xoxoqui, iztac, totonca, amanca, cuitlanix... ? ¿Esos qué producen? ¿Qué le pasa a la gente con estos aires? Pues todo, lo agarran, pues todo, todo lo agarran esos aires. Primero los vas a nombrar, como a tus hijos les gritas. En las cartas lo ve, primero lo vas a nombrar, tetsilca yeyecatl, ese entonces es primero, porque es primero, más agarra de éste, pues hay pelea, uno primero jala, otro ahí va y otro ahí va, pues ese era así, por montones pues. ¿Y qué enfermedaproduce ese siete cabrías? Pues, yo no sé pues… yo, como nomás así me dijieron, ese los vas a gritar, como yo les digo, yo ninguna persona me enseñó, ‘ira que ese vas a nombrar o este, yo nomás me enseñaron lo vas a gritar a todos dice, es como cuando uno va a una boda, todos comen, uno primero quiere la mamá, el papá, ¡ándale que vengas a comer! entonces a tus familiares les gritas, ándale que vengan, así es con los aires. Y ese colotlixayatl ¿produce alguna enfermedad? Sí pues, ‘onde quiera piquete, piquetes en todo el cuerpo. ¿Habrá alguno de los aires que produzca que la gente se vuelva loca? No. ¿Ninguno? Eso cuando uno lo hace es porque de veras así lo aborreces al otro. Le da hueso de muerto, no sé qué cosa le das, en un refresco, lo invitas a una comida y ¡ahí lo chingas! y entonces se pone como loca. Pero si todo sabes, si deveras Dios ya te dió para curar, te van a dar toma, para que sepas cómo lo vas a componer, si con toma, si no con toma, tú le vas a buscar para saber cómo lo vas a componer, tú te vas a obligar, porque tú ya te dijieron, ¡eres curandero! ¿Cómo se dice curandero en mexicano? Tetepatiquetl, ahí ya te propusiste, ya eres doctor, como si fueras doctor, le vas a buscar cuál remedio lo va a componer. Es peligroso curar. Dicen, no señor, ya le dí mucho dinero, me cobró tanto, y él tan bien que me compuso pero mi dinero me lo quitó, por eso ya me puse pobre, no sé cómo y ‘ora que se cuide quien me curó. Es peligroso Sergio, es peligroso de noche. Ese muchacho, como tú, en Analco, le dicen Vicario, fíjate, cuando empecé a curar, a él le apuraba mucho, en una semana curaba dos personas, y luego en otro lado ¡híjole! ya no alcanzaba yo a regar, decía mi hermana, a ver pues, no quisiste curar y ese muchacho ya te ganó, que me gane, le digo, ¡ni sabe! no yo no me voy a disfrazar, le digo, y aparte me voy a curar yo primero, porque yo ya me siento mal, aquel muchacho aunque lo sentía, ya no dormía, no se procuró. Su casita la tenía como mi suegra, se hizo su casa de adobe y teja, cobraba como 500, como si fuera 5 millones de pesos, Testimonios de un pueblo nahua ya tiene tiempo, se veía a donde metía el dinero pues, como no tiene familia, y después se compró un par de reses, cuando lo vieron ya tenía bestia, ya compró dos partes de tierra, pero nomás para él solito, pero para Nuestro Señor nada, no pensó que le tenía que dar, porque hay que acordarse de Nuestro Padre y Nuestra Madre, si ya gané, una parte es para mí, pero si en otro lado ya voy a ganar, es para ellos, sus flores, sus veladoras, y fíjate ese muchacho no dilató, empezó con dolor de cabeza, otro día a las cuatro de la mañana se terminó… porque es peligroso curar. Entonces si cura la aborrecen y si no cura también la aborrecen. Y ya está sabiendo la gente que yo puedo. ¿Qué va hacer? Pues nada, aquí, qué cosa, Dios que diga, pero yo ya no, toda la vida cuando estaba yo en mi cama enferma, llore y llore, no tenía hambre, no me daba hambre… ‘ora me da hambre pero sufre mi alma, no como porque voy a curar, y ‘ora sí, que Dios diga... 225 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 226 El cihuateyuga La gente del pueblo conoció a un señor que se vestía de mujer, el cihuateyuga. Era tío de Don Salvador, se llamaba Pedro T. ¿Y ustese dió cuenta de alguna cosa? Yo nunca me dí cuenta, nomás me decían… una vez quería prender la casita de mi mamá, le dije, si la quema, oígalo bien tío, te aviento adentro. ¿Y por qué la quería quemar? Era loco pues, estaba tomado, lo ponía loco la bebida. Me decían ten cuidado, te va a espantar tu tío, sí, quiera Dios que me espante les decía yo, nomás lo voy a varear, no, conmigo no va a poder, les decía yo. ¿Y nunca lo espantó a usted? No, a mí nunca me espantó, otros dicen que sí pues, que los espantaba. ¿Y qué decía la gente? Nos espantó, les digo no es cierto, es puro chisme, dicen, no, sí de veras. ¿Pero cómo sabían que era él? Quién sabe, eso sí no sabemos. ¿Tendría él su brujito? A la mejor sí. ¿Cómo es eso, de nacimiento o... ? Pues de nacimiento, a uno se lo dan, dicen pues… porque así nomás se lo pega no, cómo se lo va a pegar uno pues, no se puede; en el remedio también, si tú quieres vas a aprender hartas cosas pues Sergio ahí, pero si tú no quieres no, vas a poder dar cosas, vas a aprender hartas cosas, que te den una tomita, en el primero vas a ver, a la mejor hartas cosas. Hay unos que piensan mal, eso no está bien, por eso mi señora ya no quería dar toma, porque luego hay unos que tratan de vengarse, luego dicen... cuántas almas ya debe esa persona, yo me voy a vengar porque me chingó, ¿yo voy a cargar con los pecados de aquella persona? No, eso no está bien, mejor aquí, yo nomás dame mi alivio padre mío lindo, siquiera que me alivie yo, yo no quiero venganza. El tío Pedro T. era además un gran conocedor de los astros. Y no conocía ni una letra, me decía, la noche va a llevar esto hijo, las mancuernillas, y ¿cómo sabe? le preguntaba yo. El nada más decía, esto va a llevar la noche: arado, coloxaicatl, colotitlaui, pípilo, siete cabrías… 06.X.96 El viejito de la lumbre La señora Felicitas se “espantó” en el tlicomil. Estaba tratando de encender la lumbre, pero la leña estaba un poco húmeda y no podía prenderla rápido, entonces golpeó el tlicomil “recio, como si estuviera quebrando panela. Entonces el tlahuehuentzin se enfadó y agarró su sombra”. Como consecuencia de esto le salieron granos en la lengua y encías, que le aparecen y desaparecen. M dice que esta enfermedad es “caliente”. Instrucciones para esa «regada» “Se utilizan cuatro “tamalitos” que se hacen con masa pintada de negro con el tizne de abajo del comal: tlilchichiltic y tlilamansin, son dos figuritas de muñeca, negras, pero con la trenza de masa blanca; tlihuehuentzin, un muñeco de tres patitas y su cabello corto, hecho con masa blanca; inantlitl se representa con una bolita de masa negra. Se hierven estas figuritas y se ponen en un plato”. “Se necesita también una vela, una botella con agua, sahumerio, carbón, copal y un poco de xeuite para formar con el un medio círculo”. “Se colocan todos estos elementos en el altar, se persigna el plato con los tamalito y se le reza un Padre nuestro, se persigna, se reza un Credo y se persigna, se pide permiso a Dios para hacer la curación. La paciente está recostada en su cama, se le persigna la cabeza con el plato, se reza un Padre nuestro sosteniendo el plato en su frente; se le persigna y se le frota todo el cuerpo con el xeuite al mismo tiempo que se le habla a los aires (se hace una oración)”. “Después se coloca el medio círculo de xeuite sobre las tres piedras del tlicomitl, con la apertura hacia el norte, en el centro del medio círculo se ponen la vela, la botella y la figurita de inantlitl, en un costado se coloca tlilchichiltic y en el otro tlilamantzin, cada uno sobre una de las piedras del tlicomitl. El tlihuehuentzin se pone en la piedra restante que queda en el lado opuesto al medio círculo. Se les grita seis veces a los aires. Encendido el copal en el sahumerio, se dibujan con este humo dos círculos, uno partiendo de la botella a la derecha y el otro de la botella hacia la izquierda, se dibujan también tres líneas partiendo de la botella al tlihuehuentzin, se reza un Padre Nuestro y tres Credos sosteniendo quieto el sahumerio, se les grita una vez más a los aires, se rocía un poco del agua de la botella sobre el xeuite. 227 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 228 09.X.96 Preparación del Tenexiatl Esta época es ideal para la recolección del Tenexiatl, las aguas (la temporada de lluvias) han pasado, las hojas están muy verdes y aún no se secan las flores de la planta. La recolección debe hacerse en ayunas. Se requiere un gran número de hojas, después, hoja por hoja se van espolvoreando con cal, y con una piedra se golpean las hojas hasta formar muchos orificios en las mismas. Esto permite que se sequen más rápido. Después de que se han golpeado todas las hojas, se tienden una por una y se dejan varios días hasta que estén bien secas, ya secas se muelen en metate hasta pulverizarlas; después este polvito se usa para sobar. La huerta “Había una vez un señor iba a sembrar en un corral muy lejano, pero uno de esos días el señor se fue muy temprano. Cuando el señor ya iba a llegar a su corral, oyó un animal, pensó que era un marrano y no le importó. Al día siguiente vió un tecolote y tampoco le importo, pensó que era sólo un pájaro. Después el señor se dio cuenta que le estaban comiendo su huerta, entre más, más, su huerta se iba invadiendo. Pero un día el señor se fue a espiar para ver quien se comía su fruta y vio que era un coyote. Al momento que el señor le iba a tirar un balazo, el coyote dio un salto y desapareció. El señor pensó que era algún brujo que le estaba comiendo su fruta, pensó ponerle una trampa. En su corral puso muchas sandías para que el coyote cayera en la trampa. El señor estaba esperando que el coyote viniera, pasaron horas y horas y el coyote no venía y de pronto salió el coyote. El coyote se metió a buscar sandías, cuando ya iba en medio del corral vio que había muchas sandías, cuando iba a recoger una sandía, de pronto sintió que se hundía. El señor fue elevando al coyote y lo mató. Después se dio cuenta que era coyota”. “Es que una señora le tenía envidia al señor porque él tenía su huerta y ella no”. (Relato e interpretación de la niña Cinthya, de 9 años). 27.X.96 Otro viaje a San Agustín Oapan Caminamos hacia el puente que cruza el río de Xalitla, bordeándolo, para tomar algún carro que nos llevara a Oapan. El sol estaba ocultándose ya detrás de los cerros. Mientras esperabamos pasó un señor a caballo. Le comenté a M que me gustaría tener un caballo, y me contestó que ella prefería una motocicleta, pues esa no necesitaba tantos cuidados, además que los caballos son peligrosos, “tienen siete sentidos, un caballo sabe si te va a tumbar, si te va a arrastrar, si te va a llevar”. Después de decir esto nos quedamos unos instantes en silencio y luego no pudimos evitar las carcajadas, “te imaginas que llegue yo a Oapan en la motocicleta”. Llegamos directamente a casa de la enferma, esta señora y su familia tienen ya varios años viviendo en Morelia. Son comerciantes de artesanías, regresaron a San Agustín “para hacerle una lucha” y curar a la señora. Ella dice que comenzó a enfermarse el cuatro de enero de este año, empezó con 229 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 230 fuertes mareos, se le encogían sus manos y sentía dolores intensos en una pierna. Fue atendida en un hospital de Morelia, pero los resultados no fueron satisfactorios. La regada que se registró en el video se hizo a las cuatro de la mañana, en la casa en donde hace muchos años la enferma sufrió un “espanto” (presenció el asesinato de una persona y es ésta quien no deja en paz la sombra de la señora, “la está jalando”). Se utilizaron seis tamalitos de mujer, seis de hombre y seis de arriba, de la noche. La lumbre y los golpes con una vara que se ven en el video, alrededor de la “regada”, son para que el difunto ya no la esté jalando. Una regada en el río (Video) Se utilizaron para esto tamalitos en forma de animalitos del río, sahumerio y copal, velas, xeuite, agua y una camita hecha con varas de milpa. Antes de ir al río se persignó al altar, con cada uno de los elementos que se utilizaron, y con ellos también se persignó y se restregó a la enferma. Después de dejar los tamalitos en el río, M rezó nuevamente frente al altar. El papá, la mamá, el esposo de la enferma y M le soplaron mezcal “en cruz”. Mientras se realizaban estas curaciones se hicieron ocho ayunos en total (M, algunos familiares y yo). Don Salvador Ramiro Xalitla, 26.XI.96 Papayotzin: “cuando uno está loco”. Quicocuayohlo: “le duele su pecho”. Tlayocoya: “tristeza”. Melahtlauele: “eres corajudo”. Tlalmestl “esa bola que camina, cae y corre, va rodando, son brujos, si te pasa debajo te mueres”. Oquicuili tlaseuan: “le quitó su sombra”. Ixtencualolistl “mal de ojo”. Tonal: “su sombra”. Oquitonalcuil “le quitó su sombra”. Mitsantiquisa “te va a pasar a traer (a llevarte)”. Burro quextetepo: “es una mujer que se transforma en burro sin cabeza y anda espantando”. Cutpitsotl: “como marrano, jabalí”. Yeyecatetl: “es una piedra, como un aire, se va rodando, si nomás te pasa debajo te vas a morir, de día casi no espantan, nomás de noche”. Don Salvador Ramiro Xalitla, 14.XII.96 …le vamos a cantar ahí. Le estaba enseñando a cantar, pero como no conozco (se refiere a que no sabe leer ni escribir), me decían mis amigos que tienes bonita voz, cantas bien, dice, pero la chingadera es que no conoces. Traía un cancionero y le hacía yo segunda, y no, dice, cabrón, sí sabes cantar, pero la chingadera es que no conozco yo, dice bueno dice, al siguiente día tenía ganas de ir a cantar donde está el diablo él… ¿Quieres ser cantante? Pues el diablo te va a dar, y si quieres dinero pues también te va a dar. Yo le dije: de nada sirve que tengas dinero si no lo vas a gastar, yo por eso no me gusta le digo. Y entonces ahí todas las tardes como a estas horas ya estamos en la tarde, nos empezamos a dar porrazos, éramos bien porraceros. ¿De cerveza? No, no, no, a jugar, nos desvestíamos y nos agarrábamos así, el que pega mas fuerte es el que paga amigo, pura fuerza. Luchadores. Luchadores, ahí jugábamos, en pura arena y bueno, dice ya, dice Carlos, cada quien decía ahí, yo por aquí, hasta en una bonita luna que íbamos por aquí, ahí va una mujer, una señora, eres chismoso le digo, dice por aquí es que la divisamos, está de veras y no vieja dice. Mira Sergio, a lo mero macho, ni un cabrón que se le ocurrió de hablarle, ninguno, ya cuando íbamos pasando el río, allá donde pasamos más abajito, entonces sí, no lejos que se pone, dicen vamos a alcanzarla dicen, vamos a ver si es buena y ahí vamos corriendo, otros se fueron aquí donde nos venimos, otros se fueron para acá, y ya la íbamos a topar ya no la vi. ¿Y cómo era? Pues una mujer bien alta, delgada, con su rebozo, sí, sí. ¿Bonita? Pues sí estaba bonita porque lo vimos su cara así, que iba tapada nomás de aquí, de aquí, su cara iba descubierta, después nosotros volteamos, era alguien pues, alguna persona y cuando nosotros sentimos no pues, era el viento pues, el aire. ¿No era nadie? 231 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 232 Cihuateyuga pues, que le dicen. Pero cómo, ¿aparece y desaparece? Pues como es aire pues, desapareció. Ya no la vimos. Entre más la fuimos buscando ya no hallamos. Y ese dicen que mi abuelo se aporreó, con ese burro que no tenía su pescuezo, ese ahí donde te digo que está la piedra que… Pero ¿cuál burro?, ya no le entiendo. El burro quextetepo pues, que no tiene cabeza. Es el que me decía que es mujer. Sí, y ese mi abuelito la conoció, bien que bien la conoce, y le metía sus cabronazos, con piedra y nomás le decía a mi abuelita, dice, si no lo crees nomás vete a ver a la señora si no está adolorida. ¿Cuál señora? Una señora que se llamaba Pascuala Chingona nomás le decían, Pascuala Chingona, no esa... está bien madriada. ¿Esa era? Esa era pues. ¿Qué es… era su nagual o qué? Ese era pues su nagual, el burro… ¿Sin cabeza? Sí, un burro sin cabeza. ¿Y qué hacía? Pues quería vacilar pues, al difunto mi abuelito. Uy, el difunto mi abuelito podía rezar, y no conocía S., una vez que los querían matar allá a Cuernavaca, no, porque él andaba siempre bien preparado, y sabía pues que así... o sea. ¿Qué rezaba? Él sabía rezar la magnífica, mi abuelito. Y conocía, podía rezar. Y entonces allá a Cuernavaca los, este, mi abuelito curaba, ¿no? ¿De qué? Apachurraba, sí. Dice, ‘ora lo vinieron a traer porque una señora estaba enferma y la curó, y ‘ora le dice, nosotros ya nos vamos a ir, no, dice, más al rato, y dice mi abuelito que luego vió la malicia de que no les quieren pagar, porque en la noche los iban a fregar, y entonces más al rato dice ¿qué, nos van a pagar? porque ya nos queremos ir, más al ratito, le dicen, qué le van a pagar andan cuidándome... maltratándole, lo querían sacar, y el difunto mi abuelito empezó a rezar, empezó a rezar y dice que nomás empezó a salir una nube así, y truena el cielo y dice que nomás una teja quebró, el difunto mi abuelito, una luz se vio y se espantaron esos cabrones y corrieron; podía rezar bien pues, mi abuelito, la magnífica. Nos decía, dice, pero no, nosotros nunca le hicimos caso, como hablaba el mexicano, él, español no podía hablar. Testimonios de un pueblo nahua Pero, ¿esa luz qué era? Pues solamente él sabrá, como le dije, nomás unas tejas dice, quebró, una luz dice, que casi todo Cuernavaca la afocó dice, dijo él, se asustaron los canijos dice. Corrieron, para entonces ellos se salieron, y no les pagaron, se vinieron. Pero, ¿rezaba la magnífica en mexicano? Sí, en mexicano. Ahí se sentaba en esa piedra que está ahí, una vez la querían quitar, no les digo, por favor esa piedra no la quiten, es un recuerdo de que ahí mi abuelito se sentaba y ahí siempre nos platicaba. Luego dice, ya va a rezar, nomás que en mexicano pues, pero no, no pues, no le entendía. ¿No le entendía? No. ¿Y él tenía animalito? ¿Brujo? Sí. Dice pues que era verraco. El cuhpitso que le dicen. ¿Copitso? Copitso, jabalí. 233 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 234 ¡Ah, jabalí! Sí, era pues su animalito, sí. Y entonces dicen que tenía un hijo, no, que se llamaba Epifanio, y dice que cuando lo… a un señor que vivía aquí, dice vete a ver tu hijo, ahí está tirado, por aquí pasando la barranca, ahí estaba tirado, estaba un guamúchil aquí (el guamúchil es un árbol grande que da unas frutas de forma como el tamarindo, pero amarillas), y entonces el difunto mi abuelito y mi abuelita ahí se fueron a ver, ¡híjole! Dice, m’ijo ¿qué te pasó? Dice, nada, dice, ¿Cómo que nada? Éste es malo, lo chisparon unos, bien que tiene su pie en cruz. ¿ Le quebraron la mano? Sí, se le, se le chisparon uno su pie y uno su mano, y en lugar de que… le dice papá ven, que me cures, dice que… hubieras visto lo que me pasó ¿Qué pasó m’ijo? dice, te estoy preguntando qué cosa te pasó. Y le dice, pero me lo vas a prometer que no le vas a hacer nada, dice, para que yo me vaya derechito al cielo dice, le dice no, no le voy a hacer nada hijo, dice, pero en mexicano le dijo, quiero que los vayas a conocer, el corralón de toros estaba aquí donde vive Genaro, le dice mi abuelito, pero cómo estuvo dice, cómo. Aah dice, nomás por agarrar dos pesos dice, porque les agarré dos pesos, y uno dice pues era del molino, ese fue el que no jugó, el otro dice nomás me agarró abajo, nomás este lado dice, ahí está junto al corral de los toros, dice ahí está sentado dice, tiene un gabán y una botella de mezcal, ahí está dice, el otro está... y si no me crees vete a verlos, pa’que los vayas a conocer, yo pues no los conozco. ¿Eran brujitos? Es pues, esos fueron que lo chingaron. A Epifanio, al hijo del... Al hijo de mi abuelito. El chico era remolino ¿y el otro qué era? El otro pues hasta lo nombró. Uno era remolino y el otro no me acuerdo. Porque lo chingaron entre cuatro. Dicen sus dos pesos están en dos tinajas, si no crees dice vamos, te voy a enseñar donde están las dos tinajas dice, de, de monedas están llenos, dos tinajas, ‘ora sí nomás porque los agarré, quería comprar un calzón dice, porque ya no tengo dice, y eso es lo que le dio coraje, y luego que no lo quise pasear, una olla dice, una olla está así de grande dice, pura enfermedad, nomás te digo les iba agarrar vómito, los chamaquitos tenían harto y hasta le pusieron alrededor listones, estaban platicando los muchachos... son muerte, más grandecitos así, se llamaba Epifanio, y entonces dice, querían que lo paseara esa olla, bien que los seguí yo, pues se sentía también que, que podía no, que se los tira en medio y no, se quería ir y ya no lo dejaron, lo tumbaron, lo tumbó ese que es remolino, ese fue el que lo enredó. Testimonios de un pueblo nahua ¿Cómo se dice en mexicano? Comalacotsin, y entonces… ¿Epifanio también tenía animalito? Pues era caballero. ¿Le pueden ganar a un “caballero” los otros? Pues es brujo nomás y sí pueden, fácil. ¿No es el más fuerte el “caballero”? Sí. ¿Entonces cómo le ganó el “remolino”? ¿Sabes por qué? Porque lo torció luego, y no le dio chance. Porque hay nomás uno de dos colores, el que es de siete colores es el que es chingón, pues. ¿“Remolino”? No, caballero, al que tiene siete colores, a ese nadie le gana. ¡Ah! Eso no lo sabía ¿Y Epifanio cuantos colores tenía? Quién sabe, pero sí, él era caballero pues, porque el otro día que estábamos en el ranchito, por Dios, si me dejaran crecer esta agua estuviera llegando hasta el río, dice, papá te digo, nosotros ya sembramos papá, dice. ¿Entonces los “caballeros” son los que cuidan los ojos de agua? Ey, sí. ¿Y ‘ora quién cuida los ojos de agua? Pues otros habrán. ¿Y todavía hay “caballeros”? Pues sí. No, no se acaban. ¿Ya no hay de esos? No, ya no se oye, no pues merito estas horas ya no salía la gente, ya no salen porque espantan pues, espantaban. Pero entonces a ustesi le tocó ver esa mujer. Esa mujer, sí… Cihuateyuga. Sí. Pero no los espantó entonces. ¡Nooo! Yo pensé que espantaba. Pues dicen que se enferman unos luego. ¿De qué? A nosotros pues, te digo calentura y nosotros porque éramos hartos, pues. Estábamos como unos 10. Ahí nos juntamos, había un animal ahí. ¿Si hubiera estado solo? 235 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 236 Te friega pues, nos iba a espantar. ¿Y les habló o qué? No, no, no nos habló ahí pasó, después unos sí, pues pensaron que estaba mas grande, un cabrón dice, parece que esta mujer no es buena ¡bah! ¡cihuateyuga! Vamos a alcanzarla entonces, pues nos acordamos cuando ya se había pasado. Le digo, la íbamos siguiendo y ya, ya no la vimos. ¿Cómo es esa cihuateyuga? Tiene una naguas largas y su rebozo. Estaba yo grande, ya grandecito, echábamos porrazos, todas las tardes ahí nos amontonábamos, jugábamos pues… ¿Ya no juegan eso? No, ahora ya no. Ahí se veía quien tiene más fuerza, nos agarrábamos a porrazos. ¿Quién ganaba? De ahí salía el vencedor, si te ven que eres buen porracero contigo ya no van a querer echar porrazos, no, dicen, porque ese me va a tumbar, dicen, ya lo vi que es bueno, y no se animan, pero hay unos dicen, yo le voy a hacer la lucha pues si nomás tortilla come (risas). Entonces son varios esos que espantan en la noche, ¿no? De veras pues, espantaban te digo. Me decía, don Salvador, también del tlalmestli, porque le pregunté qué era tlalmestli. Una bola así, si pasó en tu debajo, adiós, y es como una piedra que va rodando. ¿Sin color? No pues, como lumbre, con color, ese señor don Cudberto López ¿no lo conocen? El papá de Paz. El papá de Paz, pero ese no te va poder decir, a ese lo espantaron ahí, luego ahí a un ladito de, del tequimil, llevaba sus mazorcas, y cuando lo vio dice es un venado, está bien atravesado, y nomás le quitó la vista y dice, esto me va a espantar, ¡nooo! le dice, quítate le dice, por favor, yo de por sí yo nunca tengo miedo, llevaba sus mazorcas, y nomás tantito que movió la vista, cuando lo vio ese pípilo (guajolote), luego pues, ya se enojó. No era venado. Ya no era venado, ya era pípilo, de repente movió la vista y vio un gallo, todo pues, hasta junta basurita, se le quiere ir, parecía el diablo lo estaba fregando, ya lo estaba fregando don Cudberto, dice ¿No te vas a quitar? Como habla desbocado, nomás en un viaje dice... pues, qué se fue dice, ah, y nomás se Testimonios de un pueblo nahua hizo a un ladito, ahí estáte dice, que vaya a la chingada, yo me voy, voy a dejar mi mazorca ya se están espantando. ¿Y quién lo estaba espantando? Pues ese animalito. ¿Pero eran muchos? No pues, nomás ese uno porque se volvía de otro. ¿Pues qué era? Pues primero dice que le pareció que era venado, no, y después era pípilo. ¿Era algún nagual? Sí pues. Pues yo había oído que los naguales son un animalito nomás, pero yo no sabía que se podían cambiar. No, ese se trasformaba de otro, ese era chingón pues, el que lo quería espantar. Era un nagual chingón. Sí. ¿Hay muchos de esos? 237 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 238 Sí pues, te digo, ‘ora ya no se dejan ver, ahora ya se esconden, no, pero ya nomás dicen, vas a oír, que fulano está enfermo, lo espantaron anoche y ahora ya… ¿La cihuateyuga es nagual? También sí, naguali. Pero no es animal. No pues, por eso es cihuateyuga, nomás que ahora ya se esconden, ya hay mucha arma pues, así pues la haces correr. ¿Y de esos burros quextetepos ya tampoco hay? Aunque ya no, no, ya no se oye. Yo nunca tengo, ni la conozco la pistola. Pero muchos ya tienen aquí pistola, yo no. Pero dicen que las tienen que curar para tirarles, usteme dijo. Ah, sí. Para tirarle, ¿usteno sabe cómo se curan? Con ajo pues, el día viernes, para que no falle. ¿Como si fueran vampiros, o qué? Para que así que no te vaya a fallar la pistola. Dice el difunto mi abuelito, y él era de San Agustín Oapan, él no era de aquí, tenía una huerta allá, pero tenía hartas sandías, y dice que iban pasando dos cabrones, le dicen véndeme una sandía, les dice órale pásenle, y se meten al corral pues, tenía unas sandías bien grandes, véndeme esa, les dice no, dice, esa no la vendo dice, de todas las sandías que quieras escógelas pero menos esa, esa no la vendo es para mi semilla, no, dice, pero yo quiero esa, no dice esa no, esa la voy a dejar pues, para que otra vez la vuelva yo a sembrar. Mejor se salieron y se fueron, y aunque les rebanaba sandía comieron nomás de a una rebanada, luego luego se salieron, como que se enojaron dice, en la noche ‘ira, un... que le fue a dar, el coyote, ya ni los comía dice, nomás lo mordía. Y un viejito igual que mi abuelito dice, no, dice, ¿sabes qué cosa me pasó anoche? Se metieron por mis sandías, casi las acabaron, dice, pues no es coyote bueno le dijo, si fuera coyote bueno se ha de comer hasta una sandía, no es así como te hizo. Dice, a alguien no le quisiste vender alguna sandía, dice mi abuelito sí, deveras dice, no les quise vender porque me querían comprar la sandía más grande, y ese se lo va a comer, pero cómo lo va a comer si ahí mero duermo, dice pero lo va a comer. Le dice, vale, yo te vine a hacer una pregunta ¿cómo le voy a hacer? Y dice pues, que ayunes pues, ahora, si anoche vino ahora en la noche no va a venir, va a venir a la segunda noche, dice ¿qué, quieres ir?, si no es coyote bueno ‘ora no va a entrar, y deveras pues dice, en la noche no fue, dice ¿pero cómo le voy a hacer pues?, dice mira, arráncate un pelo aquí y otro aquí y otro aquí, en cruz, y enrédalo dice, qué arma quieres, yo tengo varias aquí, de aquí de la comisaría, enrédalo Testimonios de un pueblo nahua 239 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 240 en la mera mira y échale ajos para que no vaya a fallar. Dice bueno, dice no te vayas a esconder nomás así pegado a la milpa o, vas a hacer un pozo en donde quepas y nomás tu cabeza se esté asomando, no te vayas a dormir, porque esta noche, dice, va a entrar el coyote, porque ese coyote no es bueno, dice. Y ya pues, dice, se metió adentro del pozo, aunque te duele dice, se lo fue a comer la sandía más grande dice, que la estaba cuidando, le ganó el sueño y la burla que le hizo esta dice, lo sacó ahí del corral, y dice nomás lo agujeró, deveras nomás chiquitito, y ahí le dejó la sandía y hasta lo puso así, cuando la fue a agarrar dice ¡bah! no se lo comió este cabrón, la fue levantando, bien bofita, vino el señor, la cogió, bueno, y va con el viejito dice, no ya me chingó, se chingó la sandía, la más grande, te lo dije pues ¿verdad? dice sí, me ganó, un poquititito así me ganó el sueño, dice no, pues ese es ajeno, dice mira, ayuna otra vez, ahora no va a venir, pero la siguiente noche sí, usteverá dice. Luego dice pues, llegaron ahora de día, y sí pues ahí durmió, dijo esta noche ahora sí, ese... (se refiere al arma) está listo, dice, y cuando lo vi hasta el alambre, y entró solita amigo, lo enchufó bien, entonces para un poquito y se echa... bien se acostó y ven por donde quieras dice, ahorita dice, se dijo en su corazón, dice ahorita vas a comer, cabrón, dice, ya nomás lo tiene listo, y en una de esas vio como que se le atravesó bien ¡ay cabrón! Dice bah, nomás le pegué, dice iba bien atravesado y no le pegué, y no cayó, dice, y ahí donde salió lo fue a ver ya bien amanecido, un chingo de sangre dice dejó, pues nomás lo rocé, dice, a la mejor, y de ahí se lo fue siguiendo el rastro dice, se fue, se fue, se fue, ¡carajo!, ya estaba llegando a su pueblo dice, era de Tetelia ese cabrón, se murió pues, se murió el animal y se murió también él. Se fue a Tetelia a ver. Era de Tetelia ese cabrón. ¿Hubo muertito? Hubo muerto. Ese era el que le quería comprar sandía. Sí, él es, pues. ¿Era el mismo? Era su brujo el coyote. ¿Pero el que había ido a comprar la sandía? Sí, el que quería comprar la sandía grande, se enojó nomás porque no le quiso vender... dice no, no voy a fallar pues. El coyote tiene una cruz, ese, si eres tarugo te espanta pues a ti, yo me hicieron llorar de vergüenza allá abajo... meros malos, es que ese su papá de mi hermano le gustaba agarrar, mucho cazar de esos pajaritos, tortolitas, palomas, dice ¡vamos! Le digo vamos pues, entonces yo corté un manojo de órgano, y lo iba yo cargando, dice nomás no te vayas a espantar, le digo no, le digo… Oiga don Salvador, entonces ¿se tiene que curar diferente el arma, por ejemplo, si le va a tirar a un coyote que si le va a tirar a un burro o a un tecolote, de esos que son ajenos? Si son ajenos quiere (es necesario) pues que… el arma pues siempre quiere, que la que uses… bien cuidada. Pero por ejemplo, si le quieren dar a un búho a un tecolote, ¿cómo la curan? Pues hay veces que curan hasta… la curaron dos años. ¿También con cabellos? No, nomás con ajo. ¿Con cabellos nomás para el coyote? Ajá, sí. Doña Alfonsina Iglesias 28.XI.96 ¿Y usted qué es lo que pueden curar? Yo lo que puedo curar, yo todo. ¿Todo? Si, pero más sé… a veces te mal pasas, ¿no?, luego comes, entonces te tiene que doler tu estómago, tu pulso. Entonces te tienes que sobar para que se componga ese pulso, que esté en su lugar, ¡vaya! Si no está en su lugar por eso te va doler o te va agarrar diarrea. ¿ Y eso que cura con regadas, eso qué es? Ese porque te caes y te espanta, los agarra el mal aire. Se... ¿Usted los conoce, los mal aires? Sí pues, son esos aires que andan. ¿Pero cómo se llaman? Pues así se llaman, esos así le dicen mal aire. ¿Y cómo aprendió usted a “regar”? No, yo me enseñó el que puede, el que de veras puede, no me enseñó de esos que no pueden, a mi me enseñó el que puede. Doña Florencia Norma Xalitla, 01.XII.96 Ya se quebraron y ahí viene la calentura. Me dice su hijo que usted puede distinguir cuando es “bola” o es coasihuiztli. 241 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 242 Sí, luego se siente... ¿Le duelen sus manos? Sí... sí. Y ¿en qué partes del cuerpo le pueden echar bola? En donde quiera, una muchacha de allí... nomás no creció y es muchacha pero ya no crece. Vino su mamá porque no durmió en toda la nochi, le empecé a hacer así en... y ahí viene mira, le reventó, le reventó mira, le digo, ándale, que no ataque... otro y otro, se va a llenar así... y otro trapo. Y ¿qué es lo que le sale? No sé lo que sale. Pero ¿cómo lo toca usted? ¿cómo lo siente de que forma es? Pues sí, luego se siente, son larguitos, sí son larguitos. Y cuando no es, nomás... no es, estos son larguitos, aunque sea aquí, pero se van, se van pues. O como un muchacho que... allá vive, según en sus pies un chorro, no puede caminar, y lo tiene, y lo empecé a sobar y a sobar, y cuando se fue ya podía caminar... sí señora, dice, ya puedo caminar y ya no me duelen los huesos. Ya ves, te dije, no es bola. Y además de la bola, ¿qué otras molestias tienen las personas? Pues, la calentura, sí la calentura agarra recio... ¿Y usted cuando soba no le duele su mano? Sí ¿cómo crees que no? ¿Cuánto cobra por sobar? Cuando... mis vecinos 20, son dos flaquitos... 50. Y ¿cómo empieza esa bola? Muy dura, duro, así acostado está como piedrita, mira, agárrala y no se deja. ¿Y va creciendo? Va creciendo, si no la agarra va creciendo ¿verdá? va así creciendo, se va haciendo así así así, y ya no puede sentarse. Oiga señora, me dijeron que usted podría curar lo que se llama topontli. ¿Podría platicar con usted sobre qué cosa es eso? Pues que van a dar así, en la ida, a las 12 o 1, cuando Dios quiere... Pero ¿cómo es eso? Pues pa’llá, pues pa’llá, yo como no salgo, yo no puedo, ya me curaron desde chiquita. ¿Usted tenía un hermano o hermana cuate? Ajá, sí, un hombrecito se murió, si. ¿Ellos son los que pueden echar esa enfermedad? Mm. ¿Y cómo le hacen? Allí doña Laura allí tiene dos, sí. ¿A usted la curaron de eso? Si, otra vuelta pa’cá, así chamaquita... ¿Pero usted todavía puede curar a los que les echan bola? Sí pues, pero cuando Dios quiere se alivia, pero cuando no es, pues no es, se va a la clínica... con el doctor. Pero ¿cómo es eso? Pues así pues, feo, no vas a poder comer y agarra calentura, frío... Y ¿qué más les duele? Bueno pues... la calentura, y no vas a poder comer. ¿Y cuándo es cuando pueden echar eso? Pues adivinar, pues cuando se pelea uno, se enoja y nomás. Y cuando los soba ¿usted qué les pone? Nada, así con alcoholito. ¿Con alcoholito? Sí. Y ¿por qué será eso de que los cuates son los que pueden? Donde quiera hay, a donde quiera... uno o el otro... Y usted se acuerda como se curan a los niños para que no puedan echar. No, yo no sé, le digo que de chiquititita... me dijeron te curamos para que te enojes... yo no sé. ¿Y aunque estén chiquitos pueden echar? Sí, como están llorando. ¿Y seguido vienen acá a que usted los cure? Sí, seguido vienen así, ‘ira. ¿Y usted es de aquí, de Xalitla? Sí. Don Genaro De la Cruz Cuando yo salía en mi juventud, escasos treinta, cuarenta años, yo tiré una persona aquí juntito... que me vea, que me sienta, me reventó... de haber sabido... el único, le digo que me acuerdo que agarramos, recibimos una orden de aprehensión de una persona, y esa persona tiene gemelos y uno de esos gemelos se jaloneaba y... 243 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 244 ¿Estaban chiquitos los gemelos? Tendrían como 10 años, estábamos... la seguridad somos de doce y tuvieron que... más... a usted yo le comento, porque... cuando revienta queda muy feo, quedan las tiras estas, es como si lo hubieran abierto a navajazos, queda muy feo, muy feo, como que si estuvieran reventando algo, como una flor que se fuera reventando, todo eso va quedando... y uno de los niños se reventó, por qué se reventó ese niño no sé, tiene que ser sobado. Esa palabra de topontli, ¿qué significa, en mexicano? Es un dialecto náhuatl, vuelvo a repetir, topontli lo hemos analizado a través del sacerdote, es una cosa por ejemplo, es una bola que se dice, revienta, al reventar lleva su don, por ejemplo, aire... ¿por qué no?, y esa es la palabra topontli, en náhuatl, algo que revienta, una bola que revienta. Eso es... lo nombraban mucho, las personas que venían, soba a mi hijo, soba a mi niño, o sóbame, y ahora que la generación va olvidando, ahora ya no se dice eso... En cada ciudad o en cada pueblo o en cualquier lugar existen los... y esos son los que hacen daño, se da, pues, en una ocasión él dijo que tenía unos vecinos que eran hombres, que eran gemelos, y que se habían peleado y a la mejor ahí... dos gemelos ¿quién podría de ellos? porque no los dos pueden, hay un bueno y hay un malo. ¿Uno que puede echar y otro que lo puede curar? .. digo, hay una persona que tiene que no sé, le llamamos Luis... y tiene lo que estamos comentando, en un día... agarro vuelta con los vecinos... tu hijo tiene mal de aire. ¿Con qué le “rifó”? Hay unos que ocupan el copal y maíz, hay otros que ocupan la baraja, y en las dos cosas... el teponcali, le salía la misma cosa... y ahí hay algo que no se cree, le dijo, tu hijo está enfermo de... ahí si te quieres quedar... este señor le dijo ¿Cómo sabes? Y si no lo curas tu hijo se va a poner loco... lo llevaban con mejores médicos de allá de Iguala y después en Cuernavaca, bueno... le apartaron un día de la semana, porque no son de aquí, los viernes. ¿Los viernes? Si, y para darle terreno... por el viento que se arma de un vez... no tengan una mentalidá que... no es diferente, se contentan únicamente en el ayuno, pero el ayuno es total, por ejemplo, si son de las ocho de la mañana, a las siete inicia el remedio, que se le da hasta que le haga provecho, a veces el sol se muere y hasta las once o las doce se anda levantando el enfermo para arrojar lo que tiene. Y ese muchacho ¿qué arrojó? Esta vez se salvó de maripositas, si es un niño, pa’ la otra algo más fuerte, Testimonios de un pueblo nahua ¿no que no?... ratas. ¿Ratas? Marranito, porque no en... que se dediquen al... y si el señor si la tocó. ¿Y era lo que le estaba arrojando lo que provocaba que estuviera loco? Y lo que hizo para arrojarlo fue solamente darse unos golpecitos en la cabeza... no es como una bola, bien regresa o bien se queda. Eso es triste porque cuando lo estás arrojando... queda uno a la disposición de lo que Dios diga, porque bien te quedas o bien te vas, entonces de ese modo, la mera verdad, al acabar de arrojar se desmayó, como uno tiene que estar preparando su alcoholito, para irle dando ahí, revivió... Ahí anda. ... y lo increíble, óigalo bien, lo increíble o no increíble es que cuando estás bajo el efecto de... nombras a la persona que fue... como si estuvieras viendo una visión, como si fuera la televisión, y qué le dio, y en qué le dio y por qué le dio, son cosas de uno, no... Pues muy interesante. 245 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 246 Una experiencia alucinatoria No, si yo le contara algo de mi vida, no me creería. ¿A usted le han dado? Yo tenía dos, tres... tenía un patrón que le estaba entregando bien sus diamantes, y hubo un vecino que quería trabajar conmigo y no lo acepté, y pues le dio coraje y buscó la forma, porque antes de que yo me casara no tomaba, ni fumaba, sí salía ¿verdá? pero nada de fumar, ni de tomar y no sé... pero después de eso me casé, quise probar el vino, como dos o tres veces y... la primaria, la secundaria... tiene problemas de familia... para que saquemos una persona familiar, hijo o vecino, lo apadrino, le regalamos una playera o un pantalón y convivimos, y el vecino mío me andaba buscando para... y el día que tomé en el vino ¿no? y al tomar eso sí, el efecto en menos de dos, tres días empiezas con naúseas, mareos, principalmente los mareos aunque de todo, ni la... ya luego ni el agua quieres... caray. ¿Y a usted también le pasó como al muchacho, de que se quería poner loco? ¿Le dolía su cabeza? Eso es, eso es. Eran como las dos, tres de la mañana, acababa de caer el agua, y estaba durmiendo, y en mi sueño miré que alguien me dijo, firma este documento ¿y para qué? Después te darás cuenta, y agarro el lapicero y comienzo a colgar mi firma, en mi sueño pues... ¿No se acordaba de cómo firmar? Y de ahí empezó todo y ¿cómo me llamo? ¿cómo me llamo? y me fui y estoy durmiendo y ¿cómo me llamo? y en la cama estaba haciendo esfuerzo, y ¿cómo me llamo? y sudando, hasta que me levanto y prendo la luz, y ¿cómo me pasa? ¿cómo me llamo? y como si de repente llegara yo al final de... dónde... como acababa de caer l’agua, pues fresca y... y volví pa’dentro y viendo los espacios y las cosas... que si cenamos agusto, nos acostamos agusto... platicamos, y le digo sí, pero yo es que ayer sentía algo, mareo y náusea... mira los médicos... que tienen más... teponanzi, no, no tiene nada, hicieron análisis, n’hombre, y después a los dos meses que lo saco, de verdad, no le miento... y bien delgado, bien delgado desde entonces... eso es normal y no he podido, no he podido, a veces... ¿Y estuvo tratando mucho tiempo con médicos? Mmm, como 3 años me interné en México en un hospital, en los dos grandes de gobierno. ¿Pero estuvo en un hospital en medicina general o especial para trastornos mentales? Me estaban estudiando el estómago, para ver donde estaba el mal, el porqué devolvía, a veces ya sentía que el corazón... y era cuando el corazón... Testimonios de un pueblo nahua no, el corazón está normal ¿cómo, y por qué yo siento que me voy a morir? no me siento bien. Pero no, después de que me dieron las medicinas me vine de allá... la verdad ... ¿Le cayó mal? Mi familia es grande y... mis hermanos invitaron a otras personas, aunque no me quería desvelar, quería dormir todo el día. ¿Y cuántas personas ayunaron? Doce, fueron doce, porque si iban a soportar el ayuno, porque desde que entran... ¿Embriagado? Ajá, como vulgarmente se dice, como si estuvieras fumado de la mente ... pero no... pues... ¿Y a usted tardó mucho en entrarle el remedio, estuvo muchas horas adentro? Como a las seis de la tarde. ¿Y a qué horas le dieron? Como a las siete de la mañana. Siete de la mañana, casi doce horas. Ahí estuve dando de vueltas en la cama, tenía que estar despierto y parado, y me encogía, y me reía, y me agachaba, me daba pena, y empezaba a llorar, y maltrataba, y le hablaba a las personas que me hicieron el favor... ya cuando el mismo organismo siente y cuando ya es el momento de empezar, entonces sí viene lo bueno, te desmayas ... ¿Usted vomitó todo? Pues yo quisiera que tu voz fuera de ángel. No se pudo, pero sí saqué la mayor parte. Por ejemplo, si son tres etapas, saqué dos, y en mi organismo aún existe algo que nadie lo sabe, hay algo más como dice... de verdad, de verdad ya los médicos... ¿No lo pueden ver? Sí, eso que te da no se deja, se siente pero no se deja, te mata pero no se dan cuenta, se te va secando, poco a poco, lentamente. ¿Y cómo eran las visiones? ¿Era como si estuviera en ese lugar? Mira... A ver, platíqueme. Mira, cuando uno está tomado... es por lo mismo que le voy a contar algo, yo vi un cerro altísimo, yo mismo estaba como a la mitad del cerro, alrededor del cerro había un mar y un río azul, yo estaba agarrado únicamente de un maguey, y con una mano, la izquierda bien me acuerdo, me decía una persona: si se suelta de ese maguey o se cae de ese maguey va a llegar allá abajo y ni a 247 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 248 pedacitos vas a llegar... el agua ni se meneaba, pero los animales... me soltaba o... entonces yo pensé y dije, Dios mío, cuando uno se decide a hacer algo lo haces... listo para pues arrojarlo... y caí bien, lo que hice fue.. porque con esta mano no me era permitido agarrar el maguey, porque era pequeño, no era como los del campo.. verde verde, con una raíz bien hermosa... una dos o tres clavadas y ya. ¡Qué angustia! Era una cosa que... el organismo, el cuerpo, y decía si se arranca me voy, y eso fue lo que hice, alcancé a empujarme, me repegué bien ... amanecí y dije... Señor, estoy en tus manos y ahí voy... cuando volé en el aire y sentí que todo lo que tenemos adentro, sentí que lo arrojaba y eso era el momento, que yo venía en el aíre así, ssh, y ese era momento en que lo arrojaba, porque yo estaba allá, no aquí, entonces como decimos nuestra alma... aquí pues apurados, la gente llorando, me golpearon, y por qué no, claro que sí... Pero pudo volar. Pues cuando acabé de volar fueron tres cosas que arrojé de la garganta, por tanto esfuerzo y, me cuentan familiares que no podía resollar, y cuando no podía resollar era por el aire, allá donde yo estaba, era porque el aire me estaba ahogando, ya iba camino al mar, ya me faltaba poco, era lo último que tenía yo que sacar porque ya me estaba ahogando, todavía respiraba al salir, no caí, me... como 20 metros salí volando. Imagínate estaba queriendo caer, que al aire se estaba metiendo mucho pero ya, cuando lo arrojé parecían 20 metros... era como un paraíso que nunca en mi vida lo voy a ver a lo mejor, era hermosísimo, de veras donde no existe la maldad, es el paraíso, había una fuente bellísima de colores hermosos, de colores, con flores, menos fruta, porque de eso sí no vi nada, lo que sí miré fue un animalito que me decía que me tenía que regresar por donde veniste, y ¿cómo si el mar está por acá? el animalito era blanco, como los que hay en la nieve. Osos. Un oso, era blanco, hermosísimo y... pero había mar, y había caminos interminables, eran dos, uno malo y uno bueno, por el malo va a haber muchas trabes, fíjese, yo... te va a suceder algo, no, no, yo por este me voy, y entrando al camino que me devuelvo... no importa que haya obstáculos, que se me ponga cualquier cosa. ¿Por el mal no iba a tener obstáculos? No, por eso me dijo el animalito, que tenía unos ojos bien azules, hermosísimos de verdad, hermosísimos por el malo te vas derechito y todo sale a tu favor, pero por el bueno no, no vamos... cada kilómetro, no, yo me voy por el malo, pero como un tramito regular, también, y aún con... vamos pa’tras, y Testimonios de un pueblo nahua aún me metí al bueno, caminé poco, casi igualé con el malo, la misma distancia caminé cuando se llegó este, a lo mismo, había caminado para acá cincuenta pasos, y cincuenta pasos, y no, no pude, estaba caminando, estaba hablando ¿con quien andabas? No, nada se veía, como si no me hubiera pasado nada, bien cansado, y ahí estaba la familia que me estaban cuidando... y empecé a llorar, a nadie se lo deseo en este mal, ya basta ... ¿Lo quemaron, lo qué sacó? Sí, como era más o menos, era algo horrible que vibraba, cuarenta centímetros. Brincaba del cielo hacia arriba, las tres cosas, era una cosa que asustaba... y en menos del mes me paré ¿Y ‘ora? Aquí estoy, digo... pero ahora aquí estoy, me dieron el remedio y... de aquí p’al real... pero a mi modo, claro, no debería de haber ido, o sea no me refiero a esa experiencia, como voy a... varias personas que he observado que dicen tal y no se qué... pero ahora a mi modo, no te voy a ofrecer lo que no tengo sino que... y yo lo llamo, y sí, ahora sí a mantener a mi cuerpo, medicina que traen medicina que me hace, no hay otra mejor medicina para mí. 249 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 250 Esa voz que escucho usted cuando estaba en ese lugar, ¿usted cree que era Dios? Nunca lo miré, nunca lo miré, nunca, pero que me decía: ve lo alto, yo aún le decia ¿Por qué no puedo mover el brazo que uso para comer, para trabajar? Me dice ¿quieres saber? Sí, pues, forma parte de mi organismo, ¿por qué no me sirve, Señor? ¿quién eres? ¡háblame! ¡déjate ver! Con esta mano estaba agarrando el matoncito y con esta la saliente... que yo no miraba, ya ve que el cerebro malo y el organismo queriéndolo equilibrar, y no me obedecía, todo el organismo me obedecía menos aquí... Esta mano te va a perder y esta mano te va a mantener, me decía ... Es que ¿Cómo? Es que ¡óyeme bien! esta mano te echó a perder, y mientras no te cuides, esta mano te va a volver a echar a perder. Y luego luego me acordé de algo que me dijo mi difunto padre: “Hijo”, estábamos de buenas platicando en la tarde y al tiempo que me iba, y verdad que me dijo algo que nunca se me iba a olvidar, “el tiempo que vivas en los convivios... nunca agarres la comida con la derecha”. ¿Por qué? yo dije ¡ah, si con esa como! Dice, sí, pero te voy a decir, si en un convivio comes con la izquierda ... y un día, para hacerla más corta, mi compadre mío. Empezamos a comer, y pasa un platón y digo, pásame un taco por ahí, ¿no? sí, llega el plato y me lo pone, y ahí. Agarro una tortilla, la parto por mitad y cuando le iba a poner la primera que le iba a poner ... ¿Qué tenía? ¿caracoles? ¿Ha visto el caracol que anda...? y los demás aún eran gusanitos, cuando... desde entonces tuve esa experiencia, de verdad, y es cierto, he oído a varias personas. Por ejemplo en el vino, tengo una anécdota, tengo un amigo que le dimos una cerveza, en la noche, y le digo, primero yo le tomo, digo, no, primero yo. No, dice, aunque mate, yo la tomo, con limón y sal. Yo sé que sí se toma la bebida con limón y sal, pero era de botella, pero lo vas a tomar, tomando dos o tres... con limón y sal, tres y ya está... pero yo no sé que cosa, porque yo lo observé así, mira, le miré allá adento y de veras que son cosas, que ... ¿Un alacrán? Sí, era güero, güero, güero, era bien tiernito el animalito. ¿Y cuando le tomó él? Eso sí, cuando el refresco tiene una basura, por ejemplo, si le daba un trago... lo agarra y lo que está adelante se viene atrás, porque si lo agarra con este se toma poco a poco, y verá, analice bien y se dará cuenta, por ejemplo, se agarra el agua enlatada, y lo agarra con bastante sed, se lo pone luego luego, pero si no tiene sed, como no está uno acostumbrado, de todas maneras se lo toma de un jalón, y uno lo agarra y hasta el fondo... yo pensé y me dije estas señoras no lavan la botella, ¿no? Testimonios de un pueblo nahua ¿Pero ese señor no se lo tomó? No, ahí quedó, antes de tomárselo le sopló, tres veces lo tuvo que soplar, le hizo. ¿Lo devolvió? Sí. ¿Y nunca supieron quien se los echó? No, pues el mismo señor con el que estaba bebiendo lo hizo... en Acapulco estuvo como un año, con mi esposa, salía yo a vender algo por el mero Jalisco, por allá un mes, dos... pues me dieron trabajo, como un año... y probar el vino, y ahí entre amigos, entre vinos, conocí un señor de San Juan, y ahí me decían los, sus paisanos, mira, ten cuidado que este señor no beba, porque es muy cochino en su forma de beber y ya borracho hace cosas... no, entonces un día mi invitó, vamos tomando, sí señor con todo respeto ¿por qué no? una cerveza y una lana, compra una y compra dos ¿Y por qué señor? Nadie quiere beber conmigo... Será que cuando ya esté tomadito quiera pegarle a alguien, ¿no? No, dice, ahorita te voy a decir por qué. Ya en medio atarantamiento dice: mira, este es para mí, ¿eh?, y el que viene es para tí, nomás que mira te voy a decir en la botella fíjate que tiene, ¿eh?, no vaya a traer animalitos y están vivos... Ay señor, pues yo no le he faltado al respeto, y como ya estaba ... No hijo, no tengas miedo ven conmigo mira, para que sepas, no amaneces. ¡Ay señor!... Bueno tu me entiendes porque hablas náhuatl, ¿verdad? Sí, le entiendo... ¿Couasihuiztle? Ya me empezó a dar miedo. Pero con usted se portó bien, ¿no? Pero me estaba diciendo, y a la vez me estaba dando miedo... no tengas miedo, por aquí nadie te molesta ¿verdad? Le digo, no. Y en tu pueblo ¿nadie te molesta? Pues sí, hay uno que no me cae. Pues si quieres vamos mañana. Y estaba mi esposa... Pero mire, ahora usted pregunte que quiénes son gemelos, porque sí, nomás déle un jalón de orejas, nomás porque sí, y si el que le jaló la oreja no puede pero si está el otro, un cien por ciento que sí lo alcance, n’hombre sí, algo que, que duele. Importante, eso algo que sufre, que duele, luego va a acudir al médico, no va a pensar en qué es esto, ni hablar Al instante empieza uno a sentir molestias ¿o tarda? Mmm, por ejemplo, si se lo dan hoy, mañana en la mañana ya los siente, así de rápido, y no crea que porque ya lo tiene ya anda bien contento, no, para ese mal uno asiste al médico y te da un calmante, que sea doble para que te dure 251 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 252 siquiera una hora. N’hombre, es insoportable, de verdad, de verdad. Ahorita ya no está una enfermera que estaba aquí en la clínica... le da un jalón de orejas, en dos partes le dio, le dio bien el asuntito... de allá, en dos partes le dio. ¿En cualquier parte del cuerpo puede dar esa bola? En donde sea, en donde les agrade en donde te duela, en donde, en todo... me han hablado... de veras. ¿Y cómo puede uno reconocer que se trata del topontli? Pues, por eso le digo, primero uno se va al médico, y me duele el cuerpo o tengo dolor de hueso o calentura, vamos al médico. El viernes tengo calentura ¿con qué? con dolor de huesos. Una cada doce horas se la toma usted. En menos de dos horas ahí está el dolor. Si fuera una enfermedad de veras normal... te dura... pero este no, este en menos de dos o tres horas, si son pastillas en veinte, treinta minutos ahí está otra vez, n’ombre, de veras que hay cosas increíbles, increíbles. Pues mira, la persona que gana... mucho, le da para que se muera, pero si lo logra, lo logra arrojarlo o sea sacarlo como a tí y a mí... le dan un don, y ese don, con ese mismo don puedes perjudicar a la persona que te dañó... puedes como aquellos que se matan ¿no? Ya mató a mi hijo, pues porque no, yo lo mato. O si dijo, no lo mató, lo dejó herido, pues ahora yo lo mato, le tiró con un arma... por eso le digo que no da alegría, si va usted a recibir algo. Pero eso sí, que con el que te pelees... de verdad te cae, al darte ese don necesita salirte lo más que se pueda. O el nagual, quieres ser más, como vulgarmente se dice, más cabrón... ¿una persona puede regalar ese don a otra? No, por ejemplo, si un niño nació con ella, y saqué lo que a mí me dieron, me ofrecen ese don, pero si no lo quieres entonces no ¿por qué? porque son compromisos que se adquieren, son cosas que... porque ahí mismo, cuando te lo están ofreciendo, te dicen como el de los caminos, hay un bueno y hay un malo; como entre los cuates, hay un malo y hay un bueno ¿Quieres ser malo? Pues ahí está como tú quieres y se ofrecen dos, dos o hasta tres cosas. Quieres mostrarle a la gente, pero eso sí, ya no lo aguanto, ya tengo varios... están... te dieron uno, al rato llegan veinte... donde te los pongas, ese sí es más rápido, que lo llevan en el pecho o del lado del corazón, sabes de qué se murió, pues de un paro cardiaco. Eso a nadie se lo he dicho, porque eso es algo sagrado, de verdad, sagrado, no te lo ofrezco para que lo andes divulgando por ahí ¿verdad? El señor subió a la montaña con Judas, y llevaron piedras a la montaña, hacia arriba, y Dios agarró una regular y Judas agarró una chiquita y la va jugando Y llegaron allá arriba, y todas las piedras que llevaron acá arriba ... Viste, y ahí está la otra, y volvieron a bajar y dijeron ¿qué vamos a llevar ahora, piedras? Sí, sí lleven. Y busca la más grande, y subió y dijo, ya Señor ¿a qué horas vas a Testimonios de un pueblo nahua convertir la piedra en pan? Dice, no, ahora es para que descansen en el camino. ¡Así de fácil! era un hombre que su padre le dio pues ese don, el señor... y por eso le digo... yo creo que las cosas que no sabes, quieres ser un hombre hecho y derecho en esta vida, debes empezar por la seriedad y respetar a tu prójimo, y si te quieres cuidar, cuida tu organismo sin que nadie sepa, así podría ser el, oye, si te quieres preparar para esas cosas, necesitas ayunar todo el día, increíble, muchos dicen tragar un ajo, pero no es tragar un ajo. ... como un señor que era ¡uuh! no sé a cuantos ciudadanos ya borró del mapa, pues el señor era malo ¿no? muy malo... fuertemente, pues a mí... estos son dos o tres cabrones... no, la gente sí, luego luego se da cuenta, se cuida de muchas gentes veo que cargan cosas en las bolsas en la ropa, hay unas semillitas que venden por ahí con las yerberas para que luego a uno no le hagan mal. ¿Cómo amuleto? ¡Ándale! igualito ahí, muchos nos han llegado... y ‘ora esos, muchas, muchas. Un señor le agarraron su machete, estaba tirado ahí y le agarraron su machete, y se lo pusieron ahí y se enoja el señor. ¿Y qué, ahora qué? No, pues nomás ahí estaba le tiraron su machete, cuando le iba a hacer así, me picó el 253 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 254 alacrán, ¿Cómo que te picó el alacrán? Sí, me picó el alacrán. Y lo buscamos, nunca lo hallamos... y se empezó a babear. ¿A babear? Como piquete de alacrán, le estaba subiendo por el lado del corazón, como piquete de alacrán así, como a un señor que... se lo llevaron, si no viene normalmente se muere. Y era ese como ... Mmm, y era... cuando uno está nuevecito, por eso, por primera vez va a soltar lo que puede, es peligroso, porque hay que tomar una decisión de que bien te mate o bien te deje vivir, porque no sé lo han de dar con fuerza, con primera vez con fuerza, duro, ¿verdad? El topontli, el daño que se le llama, mal de ojo, vamos a llamarlo así, en ciudades he oído mucho le dicen mal de ojo, le van a dar mal de ojo, mal de ojo. Estos tres el topontli, mal de ojo y el daño, son pero hermanitos, se llevan de la mano, son pero igualitos, es el mismo, el mismo, no hay vuelta de hoja, es el mismo, y como ese mismo pueden dar todos, claro es más fuerte el topontli, es más fuerte, el daño es más fuerte, los infantes se mueren de un daño, les agarra diarrea y el vómito. Que vamos al médico, y no que tiene... en el estómago, y el vómito, no pues a la mejor será cólera, se murió ¿de qué? No, pues no sé... No, en este pueblo hay muchas cosas que nos hacen falta por saber, ¿verdad? hay hartas cosas que no sabemos, deveras, y no sé, yo a veces me salgo por ahí y... agarro y empieza a fumar a... y llega otro y… ¿me regala un cigarro? Sí. Pero para saber si le da con gusto. No pues, yo compro mis cigarros... Y los cigarros también, también y con tan sólo el aire, por ejemplo me cae mal, prendo mi cigarro y le aviento el aire, y con sólo respirar el aire que le aventé, ¿sí? Y esos animales que sacan los tiene que quemar, me dice. ¡Ah claro! claro, como dicen, muerto el perro se acabó la rabia. Porque si no los matan, ¿qué pasa? Regresan a su dueño, y usted sabe, si está durmiendo su dueño, le digo esto porque, ya no...cuando uno toma remedio le duele a uno muchas cosas, te das cuenta de la realidá, de ir a ver al otro mundo. Porque la persona que le hablo de... sus hermanitos fue a ver al otro mundo, tuvo que cruzar unos mares inmensos y no supo ni cómo pero los cruzó, pero va a regresar, y no arrojaba, no regresan hasta que arrojó. ¿Y si no regresan de esos lugares que visitan? Se mueren, se han muerto, se han muerto así, hay unos que nomás les crece la panza. Y este es... un familiar mío, y no sé por qué, mi papá no era de aquí, era de la costa , era de por acá, y se quedó porque... la carretera... que estaba anteriormente y ahora son calles, tuvo una señora que... así nomás por un rato... Testimonios de un pueblo nahua era una mujerzota muy grandota, era bonita... era una mujer muy bonita y algo, algo de la mamá uno lo trae, como yo digo por acá... y se casó con un señor, y ese señor tenía un amante y el amante se dio cuenta que... media hermana y ese le dio en un pan, en un pan, se comió el pan y le dieron... ¿Cómo sabe usted que le dio sapo? Porque cuando falleció... su medio hermano reventó. ¿Y no le dieron remedio? No creyó el esposo de ella, y pasó mucho tiempo que se le curó, y le volvía a nacer y se volvió a curar y nunca pudo, que tenía agua y que los riñones, uuy, y así acabó lo que tenía, todo tenía... ¿Y nunca lo curó? ... Esos que pueden dar couacihuiztli ¿es lo mismo de esos que dicen que tiene su brujito? No. ¿Es diferente? ¿Pero también es su animalito que tienen? Si de mi familia, mi familia tuvimos... mis hermanos, fueron mis hermanos... ¿Es triste? ... ¿Es una doble vida? Mmm, es una doble vida, es muy duro, pero te voy a platicar algo de mi hermano, cuando tenía 12 años venían a casa, mi mamá, mi papá, así... y un día mi mamá se salió como a las doce, doce y media, porque antes no vivía... de todos mis hermanos soy el último, soy el único. Por allá teníamos una bardita un poquito más alta que ésta, digo para atrás en lo más alto, y para acá relleno de tierra... mi hermano andaba en la calle... le daba pena decirle, el domingo a visitar, si ya no quieren ya no vengo... de tanto en tanto ... y todavía dice... mi hermano, mi hermano deveras. ¿El vecino que lo cuidó no sabía? Pues como uno sale al campo, ¿verdad? no sabía... pero... nada más como si le hubieran dado una cachetada y nada más, por eso digo que es triste, usted se preguntará bueno pero ¿por qué es triste, tener un animalito o una doble vida? ¿por qué? No, estar bailando en un hilito, porque en cualquier ratito se rompe, bien aquí o bien allá. Porque siempre ha querido dar esa doble personalidad. ¿Así nacen? Pues yo no sé, ahí es donde está el pero, porque un hermano mío tiene... es un hombre, mmm, santo, no fuma, no toma, no sale a la calle, bueno no sabe nada. Y en la parte, de esta parte de por acá, ahí está sentado. Bien estaba ahí, bien formadito, todo está bien formado, haga de cuenta que... nomás me queda 255 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 256 un hermano, ¿qué, yo? n’hombre, que esto que l’otro, pero mi mamá me dijo que un día... no mamá no, pero ya lo había mirado pero bien dibujado a... ¿Era un animalito? Es un animalito. ¿Qué animalito? Pues un ave... ya le digo... cuidado... y a veces... de veras que hay cosas que, entre mi familia hay otros también, es muy respetado, muy respetado porque ... una vez un muchacho le pidió ¿me regalas un cigarro? Sí, sí. Te... mmm, de no salir... tampoco... como ese animalito nunca en mi vida había visto... una vez una señora, porque no le di muy barato... me platicó, me platicaron que por ejemplo... deveras, no me lo crea, pero así fue, sí, sí, de veras, de veras. ¿Sólo en la noche puede ver al animalito? Una vez mi hermano del que le estoy platicando me dijo... ¿El del animalito? Mmm, dice, si vieras, anoche vino a visitarme... aquí en su casa, siempre, y todas las noches me va a cantar un... si una vez me quiso y no reventó el... y un día lo curó... le tiró con el dardo, agárrate, le hizo un humo blanco, blanco hiiijo, en la noche así como... en la mañanita vinieron sus familiares, y dice, por aquí me tiraron un animalito, yo no lo ví... lo quiero levantar para llevármelo. No, por aquí no lo han de haber tirado, no lo han de haber tirado. ¿Cuándo? Anoche. No, dice, lo tiraron antenoche, pero por allá por el pueblo, adentro, no aquí en el río. No, fue anoche, por aquí, cuando lo tiraron, dice, aquellas personas, era por aquí. ¡Ah! pues quizás, podría ser , caray ¿de veras? Anoche, o en la tarde... y venía por las cenizas, y lo que le enseñó que se quemó, lo metieron en una bandejita, lo llevó al río. Y ¿por qué no les quiso dar las cenizas? Eso si no sé, no, no, no, la verdad eso sí no sabría decirle... pero pues yo no sé, tiene dueño, este no es un animal común y corriente. 02.XII.96 Y ese animalito ¿no lo reconoció? Pues yo le digo, como la liebre, era blanco, con un pelambre de lo más blanco que se puede imaginar uno, y le decía ... Bueno pero por qué no hago nada, no no no, y cómo me voy a regresar si vengo cruzando este mar. Pero si no hay nada, no existe. ¿Cómo no existe? Si no crees ve. Todavía me acuerdo que el iba adelante y yo iba subiendo con miedo, y miramos así a lo lejos, y no, no, no, ya no miro nada. Entonces yo miré dos caminos, y bien pintados, pero derechito. Mira, este es bueno y este es malo, por el malo no se te va a pasar nada, y por el bueno sí... primero por el malo, y me regresé cincuenta metros por mi pie, y no, dije, por ahí. ¿Y de qué era la toma que le dieron a usted? Era un líquido como verde, porque me dieron un vaso de cristal... blanco era el vasito, y el líquido lo miré... más o menos como... como licuado chicloso. ¿Y a qué sabía? No sé, tiene un sabor, no sé, es una cosa que, nomás que sí tenía un olorcito como a una flor que hay en el campo, una flor blanca... cuando uno lo está tomando y como que se le va quedando... con ese poquito. Nomás un vasito le dieron. Un vasito pequeño, no este está muy grande, más delgado, con uno solo queda uno como, como borracho, con uno solo, pues esto lo saben o lo saben, ha de ser como a los médicos, porque los médicos de golpe y porrazo no le dan la medicina buena, te dan pues una tomadita y después... y las señoras... alguien ha de saber... ella es la única que sabe el remedio de la tos, porque como dicen, yo la llamo bendita porque con esta ha salvado a muchos, por ejemplo a ese 257 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 258 señor que le digo... van a ver a un señor que curaron anoche después, antes no lo... muy seguido, traía unos bonchos, unos regalos unas bolsotas... se alivió. Y a uno, bueno, se le olvidan las cosas... hay unas personas que sueñan de color, y yo me preguntaban cómo es de color ¡ah! es como una fotografía, no ve que hay de blanco y negro y hay otro de color, y yo no podía ni imaginarme en sueños cómo es de color, ahora. I:¿Y usted soñaba en blanco y negro? Por ahí voy, ahora, me he puesto analizar el paisaje que yo vi, aquel bien bonito, había toda clase de plantas, pero no eran iguales, unas eran amarillentas pero bien fresquecitas ¿cómo se dirá? como verdes, como que caminaran, como que si fuera un parque normal, pero por donde quiera había, y fue el único animalito que fue a salir de este lugar. Por eso le digo, en la conciencia hay personas que sueñan de colores, pero nunca han visto que sueñan paisajes o ¿por qué no? a sus antepasados también, yo que sepa nunca he soñado así, blanco y negro nunca he soñado, siempre tiene algo que tenga color, por ejemplo tuve un sueño el otro día que tuvo colores, por ejemplo yo me miraba en cuatro paredes, por ejemplo, una, dos, tres, y yo me miraba en el centro, cada lugar que volteaba a mirar blanco y blanco, para mirarlo necesitaba ponerme la mano y por el otro lado de otro color, y por el otro, de otro color, y nunca he sabido que quiere decir eso, porque llegué a tener... solito en un cuarto, tenía una luz pero bien potente, y por qué si no había puerta, y nunca he podido saber de eso, ¿por que llegué a tener eso? y solito en un cuarto, solito, dice que el que sueña de colores... el futuro está... porque en verdad le digo que de todos mis hermanos yo fui el único que he levantado a mi familia, a mi familia, no estoy hablando de mi matrimonio, cuando llegamos aquí a este lugar, cuando dejamos la otra casa... y no tenía como otras personas, ganado, por ejemplo. ¿Y cómo va a prosperar? Quién sabe, pues yo tengo un don, y ese don pues... o esto. ¿Qué signo es usted? Capricornio, los de Capricornio que lleguen a tener pesadillas, por ejemplo de color, no deben desesperarse, deben progresar, progresar y ¿por qué no? salir adelante sin mucho esfuerzo, y ya me doy cuanta de la realidad... de veras, se ve bien apurada, digo entonces si será cierto lo que he soñado, que dice que el que sueña con color... sino que año con año... y yo le vuelvo a recalcar, yo soy el único de mi familia que he prosperado, he superado a todos, y tuvieron posibilidad, por ejemplo mi hermano el más grande, y luego una cosa que... y se le enfermó su esposa y de pura enfermedad acabó todo su dinero, y falleció y quedó mi hermano, no igual, peor... y mi otro hermano pues no niego que tiene, pero pues más o menos y le gustó mucho tomar, se enfermó y por ahí. De mis hermanas hay una que ha mejorado, aquí no pudo... por allá... así nomás, a Testimonios de un pueblo nahua veces bien y a veces mal, no cabe duda que... como dicen, sin mover las manos le cae, quién sabe de dónde, le digo, no creas las manos son las que se están meneando diario para elaborar las... ¿Lo que usted sueña generalmente lo interpreta para... ? Mire yo lo que sueño, no me lo crea usted, no quiero, no quiero, porque un día mi mamá me dijo, vete igual a un mandado, vete a recoger tu dinero porque necesitamos un poco. Está bien mamá, pero no voy ahora, voy mañana. Y esa noche tuve un sueño, yo miré que en el autobús que nos fuimos, miré que subía una persona bien bonita, bien bonita es... que entre sus ropas sacó una cosa de punzocortante, y vi que se lo puso, por acá, no en el pulmón, sino por acá, y me dijo, si no te vienes conmigo te voy a matar. No pues está bien, la voy a seguir pero ¿para qué me quiere? ¿A poco no te has dado cuenta quien soy yo? Soy la muerte ¡Ay! es un sueño. Pero no he hecho nada aún, no me pasa nada, pero, ya se va a amanecer, ya se va a pasar. Entonces al otro día yo le dije a mi mamá, no voy, voy mañana en la tarde ¿Deveras? pues ahí tú sabes. Y viene un vecino mío y por ahí dice, que están asaltando por ahí... y ‘ora llegando allá estaba un bordito, a la mejor tendría como de metro y medio, tendría casi mi estatura, y ahí me fui a parar, y para abajo, y para arriba tenía todo plano... pero volteando hacia atrás, traía una mochila atrás, y cuando oímos de allá atrás empezaron a tirar, en este bordito, el bordito a la mejor me daba por acá, estábamos más o menos a ese nivel, y viene a pegar la bala por aquí, la bala pegó, por aquí pasó la bala, pero el señor... es más bajito, más chaparrito... estaba el señor blanco, blanco... ¿Te pegaron? Le digo no... y va viendo el bordito con la bala, en el bordito. ¿A la altura de su oreja casi? Si el bordito yo lo rebasara un poquito más, a la mejor me daba, por acá. Como era zona preventiva se venían tirando, tirando por acá... era una mujer bien bonita, bien bonita deveras, y no faltó más tarde... por el bordito, si no es por el bordito... mire, por lo regular lo que sueño, eso pasa... no sé yo le tengo miedo a mis pesadillas... ocho días antes estaba yo llorando... y deveras tenía nada, dos, tres, cuatro días, contento, seis, siete, ocho... Mis sueños se han hecho realidad. No la voy a espantar, la verdad. Anoche tuve un sueño como a las dos o tres de la mañana. Yo soñé que alguien me iba a venir a visitar, y me decía sus necesidades... ¿verdá que si te dije... ? (otra voz asiente) y ya ves que te estabas preocupando... ¿Y cómo era esa persona qué soñó? Mire, la persona no la vi, vi que alguien vino y vi problemas y necesidades y ahora que recordé, vi que me dijo, estoy bien, estoy bien... Y nada más eso le dije, fue lo primero que le dije, va a venir una persona que viene a... gracias, está 259 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 260 bien. Sí hablaba, no es por nada, sí hablaba... en la mañanita vino la señora, se fue a la una, sí, algo va a suceder, le digo, la verdad, de verdad, no es por quererme halagar, de verdad... y ahorita vengo... hasta da miedo por ejemplo, si el río está sucio aquí en el tiempo de junio crece muy grande, a la orilla del río si se están bañando, y por otro lado por ahí limpia el agua y pone su ropa por ahí, y se lleva el río su ropa, y se mete a buscarla, y no lo jayas, por ejemplo un pantalón o una camisa, jayas lo demás, pero lo demás no lo jayas, seguro son ellos, seguro. Otro que está bien garantizado, un 90% para no hacerles larga, que sueñas esto, esto lo sueñas... ¿Una boda? Una boda, y el matrimonio completo, llegó a la iglesia y les echaron la bendición, seguro se muere alguien de tu familia, no hay vuelta de hoja, primero lo soñé yo, pero no no nos echaron la bendición... y esta no es... Ay señor... ... de la noche a la mañana lo internaron ¿Cuántos días estuvo? (otra voz le contesta ocho días). No, menos, porque fue par, en total, cinco noches cuando mucho, cuatro, así de rápido, no tenía nada pues yo lo ví que andaba para allá y para acá... al otro día en la tarde... ¿verdá? ¿verdá que sí es realidad? La primera vez lo soñé, pero no alcancé la bendición, pero ella (su esposa, al parecer) si los volvió a soñar, ella de blanco y yo de negro, menos, menos, menos todo. Eso sí de ley, esa boda es garantizada por la comunidad... había soñado eso... si no se muere alguien de su familia, entonces... pero eso que se lleva un trapo el río, esa sí es una enfermedad de muerte también, pero a veces se levanta uno, ya le digo que un compañero se muere, se muere al que soñó enfermo, que en el sueño va a visitar a una persona, híjole, está bien enferma, pero que se muere, no se muere... yo mismo le tengo miedo a mis sueños, hasta he llegado a decirme a mí mismo, Señor ¿por qué tanto? ¿por qué me das de esto? Hay el piquete de alacrán, que hay muchas personas que no les hace daño, una... y yo tengo un hermano que le pica el alacrán y no le hace daño, y yo no me puede picar un animalito por más pequeño que sea porque ya, luego, luego, vamos a la clínica o, allá en particular, porque está seguro que me va a hacer daño. Y eso ¿por qué cree que sea? Yo tengo una mentalidad muy trágica, de que no me pienso seguro, aún por tantas preocupaciones, yo creo, por ejemplo, el otro día me hice una pequeña cortadita aquí y el médico me lastimó una vena, una astilla que se formó en una vena, y yo no lo miré, y tan sólo en el pensamiento me lo imaginé que me estaba vaciando, que me estaba saliendo mucha sangre... yo lo dije en el pensamiento, siento algo caliente que va brotando la piel, y en ese instante que Testimonios de un pueblo nahua lo imaginé, en ese instante me desmayé... tengo una mentalidad de... y eso sí, tengo un corazón de piedra ¡caray!... no quedaría... yo sí lo siento... Duro. En esas cosas sí, aunque uno que se está muriendo y que no es de mi familia, aunque no tenga dinero, yo sé de dónde lo saco, lo ayudo, una niña, tenía como nueve meses, estaba arrojando mucha sangre por la nariz... me la llevé al médico, su papá no tiene recursos económicos... como hoy en la tarde; vámonos, conseguí una camioneta... y si no la traes... y poco a poquito y me sentí bien contento, y ahora cuando veo a la niña me siento bien contento, si alguien me tendiera la mano, así como veo a la niña... no sé, luego yo llego a pensar... yo no quiero que me hagan, ni quiero hacer, a toda mi familia les he platicado... y a veces cuando llego y no me quieren hacer, luego me enojo y les digo... al rato si sucede algo... con anticipación... y me sostengo, después de que ya le sucedió viene y me avisa, tenías razón, pero si yo te dije un día antes o unas horas antes, por qué lo haces... y es por eso que luego me pongo a pensar, por eso principalmente me hago a un lado... y a trabajar, luego ahí se ponen a trabajar... a veces me hablan y no estoy aquí, en otras partes, en Acapulco ¿no? 261 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 262 O divirtiéndose por allá. A veces me están hable y hable: no me haces caso ¿Qué cosa? hasta que regreso ¿qué? Que te estoy hablando¡Ah! es que estaba pensando, que luego, luego le digo, no le doy vueltas. Sí, ya sé, tu pensamiento te trae loco, me imagino si fueras millonario qué harías, en fin, no... es bonito pensar... en primer lugar no te falto al respeto, en segundo... ¿cómo le hacemos? ¿qué hacemos? Un matrimonio que se casaron, de nuestra generación, ya se volvieron a casa, dos o tres veces... es raro el que de veras quiere hacer su vida, no sé, pero, nosotros, por no entender, por ejemplo, la forma de vestir a los niñas, ponle un pantalón, y ella dice no que un short, no ponle un pantalón, que vaya de short, y ahí está. Exactamente, está bien, traías razón, ah no, se ve bien o quedó bien, o salió bien, pero si te dije, no que llevara short, sería bien mal... pero te lo estoy diciendo porque lo estoy pensando dos o tres horas antes, ya sé que por ejemplo va a haber un programa, no... que otra cosa va a llevar, no que una playerita, y que otra cosa, no sé... 05.XII.96 Doña Florencia Norma, Don Genaro y su esposa. ¿Usted tenía su hermano o hermana cuate? Sí, se murió. ¿Era hombre o mujer? Hombre. Hombre. Luego que nació, luego se murió, me platicó mi mamá, yo vine adelante y ese chamaco vino atrás. Usted dice que no pudo “dar”, no podía “dar” porque la curaron. Yo no, no, puedo quitar, puedo quitar, sí. Le dio un bien a la comunidad. ¿Cómo funciona eso, uno puede dar y otro puede quitar, o los dos pueden dar, los dos cuates? Nomás quien sabe, por aquí viven unas chamacas, están grandes, dice que uno puede quitar y uno pues le puede dar. Ese mi nieta cuando los regaña, la tumban su fruta, los regaña lo vas a ver ya llegó, que apachúrrame machi que me duele da aquí, nomás porque la regaña las chamacas, y apachurro a mi’jita y vas a ver ya no tiene nada, ándale pues le digo, ya no tienes nada, dice, sí pues ¡bah! ya lo sentí yo. Ojalá y estos días, de aquí al 20 suceda algo. ¿Usted soba desde hace muchos años, desde que era niña? ¿Eh? ¿Si usted soba de hace mucho tiempo? Sí. ¿Desde que era chamaca? No, ya nomás apenas. Apenas, apenas qué será… ¿unos, 15, 20 años o más? No, más tiempo. Más tiempo. Porque yo, cuando me dí cuenta la realidad, o sea la vida, unos diez años (él tenía 10 años) mi mamá ya, hacía ese favor, porque hay mucha gente con esas chingaderas, que se destruyen, horriblemente, horriblemente; en una ocasión a un amigo mío que por ahí anda le había pegado una persona, y me dio mucho coraje y le digo a mi esposa que estimo mucho más al amigo, que hasta había pensado en un gemelo, yo le pago, soy capaz de darle un dinero para que le de bola pues… ¿Entonces se puede alquilar a un gemelo para…? No, no, pues eso yo me imaginé, pero llegué a pensar en que bueno pues… porque esa persona que le van a dar, por ley tiene que llegar aquí, pero si no funciona pues en balde el dinero, uno no sabe pues. ¿Ya no hay otra persona que cure de bola? ¿Pero quién? ¿Quién? Ésta es la única, o sea es la que se ha destapado como un candidato, cuando se destapa con publicidad y todo, es líder, mi mamá pues aquí en la comunidad es la única, no hay otro, en el mañana habrá quien se destape, porque ya le digo, es doloroso, es dolorosa esa molestia, porque uno se molesta pues. ¿Y ahorita usted cuántos años tiene? La verdad, quién sabe, porque yo no tengo mi papel (acta de nacimiento). Nomás mi hermano mayor tiene 50 años, el mayor, y si de ahí para acá agarramos, mi mamá aproximadamente hubiera tenido una edad de, de 20 años, cuando engendró, entonces ahorita cuando menos 80, porque mi papá falleció un siglo, un siglo y tres años, nos duró mucho tiempo. ¿Unos 80 años tendrá? Más o menos, o a la mejor más. Porque la mera verdad, hasta ahorita me estoy dado cuenta. Hay personas a esta edad de mi mamá que fueron bien listas, saben su edad y el año. O sea fueron listos en preguntarles a sus papás la fecha, y se lo grabaron, aunque no hubo ningún documento se lo grabaron. 263 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 264 Nomás dicen el año fulano, el año, y de allá para acá hace uno el conteo… no ve que Don Porfirio Román ya, ese señor ya es un señor grande, por ahí pues, por ahí va, porque él ya rebasa los 90 años. (corte) Ah… ¿Y no se puede confundir el daño con la bola? Ese pa’los niños pues, pa’los niños, nomás que no puedo sobar… No no no, ¿no lo sientes si es igual? (se dirige a su mamá). M: Ese no, ese no se siente, ese, los niños también, también ansina como si fuera la bola, pues le va a doler sus manos, su cuerpo, sí, y él no puede. Y ¿cuando es couasihuiztli lo que tiene la persona y no bola? Vas a ver, ni vas a poder hacer ansina, va a hacer asina te va a espinar. ¿Usted los manda con otra gente que los sobe? Pues sí. ¿Y ese cómo lo distingue , que es coacihuiztli, cuando lo toca? A pues ese casi, ese no se hincha, nomás, ese nomás… ese me duele mi mano, ese no lo aguanto. Como si le hubieran dado pues, poco le falta, donde quiera el dolor. No aquí nosotros como... de verdad, aquí muchas personas son gente… flecheras o flecheros, pueden dar a través del aire, con un sólo soplido te lo echa y ya. ¿Flecheros? Sí, así se les denomina aquí en la comunidad, con un soplido pues. Esos son los que echan el coacihuiztli? Sí, no y si usted se diera cuenta de muchas cosas, de muchas maldades que conocemos en esta región del Alto Balsas, de verdad que, un milagro creo que en una semana saliera, martes... Usted me hizo una vez una pregunta de los que son brujitos, esos también se los, también se los friegan… ¿A usted le ha tocado ver cuando se muere alguno de esos brujitos? No. Dicen que algo pasa o que… Mire, no, no precisamente pero... no, ya esas cosas son más… ¿O no le han contado? Son cosa seria, unas personas, un amigo mío que ya murió, le voy a decir una parte porque esto ya es delicadísimo, por ejemplo: si yo supiera algo, por ejemplo si yo tuviera mi doble, si mi vecino el que vive ahí... pues no nos queremos, vaya, quisiéramos que él o yo, o que él también tuviera su doble, quisiera que él se muriera, o al revés, que yo me muriera, entonces él invita a otras personas que tienen su doble, su animalito, y agarran su animalito, lo agarran cuando está bebiendo agua, porque cuando está comiendo no, cuando está bebiendo agua, o sea en el aserradero… lo agarran los mismos animalitos, lo traen a orillas del pueblo, y de orillas del pueblo hay barrancas Testimonios de un pueblo nahua feas, peligrosas, pues les hacen como, como un... le riegan ramas, después de las ramas les ponen un, como un cuadro, y en cada esquina les ponen unas velas… ¿Velas? Ajá, pero eso ya es la persona, cuando ya agarraron al animalito, ya los animalitos ya no participan, sino que ya participan las personas, pero ya saben en donde lo dejaron al animalito amarrado, y en cuanto se acaban las velas se muere el ser humano, en cuanto se acaban las velas se muere el animalito y se muere el ser humano ¿de qué murió? ¿quién sabe? Y mientras ponen las velas ¿el paciente cómo está, el enfermo? Se está acabando, se acabado, se está quemando y pues... los martirizan el cuerpo, por ejemplo, un dolor por este lado o por el otro, eso si ya es... Ese amigo mío que… no lo vivió, que digamos personalmente, por ejemplo, por ejemplo le dio… hasta las seis de la mañana, y el entró en esa cañada bien amaneciendo, cuando entró salieron las gentes de ahí pero por el otro lado, entró de este lado el amigo mío, y los que hicieron mal en este lugar salieron por el otro lado, entonces me dijo ¡caray! Pasó esto aquí en la orilla, y ahí estaba el animalito tendido, bien lastimado, destrozado de esta parte. 265 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 266 De sus muñecas. De las muñecas, una vela en cada lado, en el cuadro, n’hombre, es cierto, de verdad, hay unos que… bueno, a usted se lo digo porque usted no es de aquí, pero ya se murió. Si se, una vez le echaron algo, en Iguala. No sé... si ese ya no. Bueno, a usted se lo digo porque usted no es de aquí, pero hay unos piensan, es algo serio ya. Y los que tienen su animalito de por aquí ¿nadie lo dice? No. No lo dicen. Pues, no. ¿O no se sabe a veces? Pues mire, a veces no se cree, pero, pero si se, si se da a conocer, como uno… Hubo un pleito, se pelearon pues, borrachitos, y uno de ellos dijo, sabía, dice: yo sé que vas al campo, vamos a ver en el campo si de verdad como dices que eres un gran hombre de mucho valor, y en el campo es diferente, pues aquí somos seres humanos ¿no? entonces nos veremos, con los animalitos lobos. Y se dio cuenta de que salió al campo el muchacho, le dice mira, tu doble vino, lo vieron en el campo, y qué le preguntó, dice, no pues sí soy yo, y pues nomás lo quiso aceptar, porque de veras tenía su animal, dos, tres manotazos le puso en la espalda pero… ¿Qué era, un felino o un...? Un tigrito. Y ahí dijo, dice, entonces, si eres cabrón le dijo, de veras, vamos allá en el pueblo, no aquí... Bueno, yo me imagino... que no iba a salir vivo, pero no, dice que nomás lo lastimó, pero sí, en la parte de atrás le llegó, nada más dos manotazos dice, se da la vuelta y le dice. Y aquí lo contó el muchacho, un animal se me acercó, y anoche me peleé con fulano y me aventó... Cómo te andas peleando con él, qué no sabes que esa persona es de cuidado, hay que tener con esas gentes. Y eso sí es delicado, es delicado y es doloroso, porque si tienes un animalito, un doble, por lo regular debes de ayunar, porque el ayuno te sirve de mucho, ayunas aquí y te ayudas y ayudas al otro, y a la vez te está cuidando, por lo regular ese es el dolor, y por lo otro pues, pues ese que... ya tienes ese valor, de verdad, a veces existe la vergüenza de decirlo, que uno, no debe pero, a veces cuando uno está medio tomado se dicen muchas cosas; por ejemplo si eres como usted, que anda preguntando eso ¿quieres saber? ¿quieres ver de verdad? ¿sí, no vas a tener miedo? Búscame en tal parte, ahí me hallo, me hallas el doble o nada más mi animalito, pero si de verdad tienes valor y si no pues ¿para qué vas? Pero no crea que va a ir en esos cerritos que… no, sino en lo más feo, en lo más apartado, sí se mete la gente, no digo que no, pero eso Testimonios de un pueblo nahua está mal porque imagínese, si encuentra un animal que no sea el que iba usted a ver, qué mejor. ¿Y cómo se reconoce a los animales que son dobles? Pues hay de otros, son amables, te dan la vuelta, te rodean sin atacarte, ya casi te rozan, pero cuando son animalitos bonitos pues, cuando son… porque hay de distintas formas, no crea que todos… como vulgarmente se dice todos son burritos, no, es variado, pero hay bonitos, sí, sí los hay. ¿Las mujeres también tienen su animalito? O sea, ¿hay mujeres que también pueden tener? Yo se lo garantizo, y se lo garantizo porque pues es verdad, un día de estos le voy a… pues no crea que, a veces uno pues anda solo, hay veces se reúnen cuatro, por lo regular son de cuatro, cuatro animalitos que se reúnen al mismo tiempo, y es como aquí, pero más, tiene dos tres amigos, y ellos mandan, uno cuida y tres duermen, mañana otro, como los seres humanos, son inteligentes. Pero son animalitos de campo pues, o sea, ¿no son domésticos, no son gallinas ni…? No, no, no, son de campo. Aquí enfrente de este cerro, una… me hizo una buena pregunta, una mujer tiene un animalito que es de este pueblo, tiene un coyote, es coyota vaya, y una vez andaban unos chivos ahí, y pues tuvo hambre y agarró uno de ellos y le avisaron al dueño ¡le acaba de agarrar el coyote, atrasito, aquí en frente, de su casa! Y el coyote, pues no sirve, dice ¡ah chingá! Agarra su arma y se va para detrás, como se lo dijeron, en la barranca más allá, de allá para acá venía pa’rriba, lo vino a hallar así a hallar a media barranca, viendo... cómo le voy a decir, la miraron como de aquí al limón, y le tiró pues ya, y le quebró aquí… no, miento, le pegó pero le rozó todo esto, entonces al tirarle allá aquí la mujer le gritó, estábamos platicando con su marido, y que grita, pues ¡le acaban de tirar! hasta el suelo cayó, no tiene nada, y el animalito ahí tirado, y le tiró fulano, en verdad, pero, qué cosa, dice, tiene la señora, pues es que le tiró ¿pero ahí? tanto animal que hay por allá, a dos tres kilómetros, se hinchó de donde le dio hasta por ahí, peligraste, le dijo ¿ya ves? Te chingó otra vez y tan bonito que, que andaba lastimada esa señora. Y un viejito le dijo, a tu señora le tiraron ¿Cómo sabes? ¿quién te dijo? No, no, no... Sí, la agarraron ahí adelante y la lastimaron, un día después sucede que, que tienes razón, como usted dice, no son gallinas ni son perritos, digo son similares pero no, no son perritos, son animales salvajes ya digamos, y sí, hay animalitos muy bonitos de veras... Aquí el que sabe, peligra de todo, de todo peligra, mire, en una ocasión yo le quise tirar a un par de animalitos con una arma, de aquí al corral, no muy lejos, de aquí al corral ese de los palos esos que están ahí, y ¿qué cree que pasó? 267 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 268 ¿Qué pasó? Con una buena arma, nomás de ejemplo, ¿y sabe lo que pasó? los animalitos estaban de espaldas y al cortar cartucho lo oyeron y se voltearon, se me pusieron de frente así, de frente los dos, fíjese. Y no sé, sentí algo raro en el organismo, ahí cerquita nomás los vi, y ya había cortado cartucho pero se siente uno que no, que agarro el arma y le siento un poco mal, pues sí, estaba picando la aguja, pero salpicados estaban los tiros, y yo puro jalaba, ni un tiro resultó, dieciséis tiros y ninguno resultó, pues se fueron para atrás. ¿Y qué eran? ¿Qué animalitos eran? Pues eran dos animalitos de león de allá de, de los que, se quitó el miedo pues al cazador, era un ejemplo, y viene un vecino… porque yo siempre que salgo no salgo solo, salimos dos, y le grito a ese muchacho, le digo pero ahora qué, no les tiré, le digo, a un par de animalitos aquí no regresa no quiere… caray, en serio, no... por allá salió ¡vamos! No, dice pues yo que tú yo no me arrimaba, pero me dio miedo dice, que agarro unas balas y las mando poner, y nos vamos, arriba del cerro, bien arriba los encontró el señor y le dieron una buena espantadita. Bueno, los agarró… de verdad que no merezco, igualmente quiere sentir, le jaló el arma para preparar, y voltean y lo ven de frente, oyeron su arma, y tronó, pero al tronar cuando agachó tantito, porque lo tenía de un lado cayó, al tronar, cuando agachó tantito el arma se empezaron a salir las municiones, pero al agacharlo, se fueron al revés dos o tres, nomás tronó y dos que traía, agarra el arma, agarra y pone otra y vámonos, y ahora por qué, tienen dueño dice, y llegamos por acá cerca donde sembraron, donde siembra el señor, y le hicimos ese comentario, y el señor, ya es de edad, dice qué, eso que te digo, a ese muchacho le pasó eso y a mí también, no nos dijo nada si pasó por acá, ¡ah caray! Tienen dueño, dice pero esos no son de por aquí, son de por acá arriba. ¿Los conocía el señor? Esos tienen dueño dice, esos no son de aquí, son de por acá arriba, caray, ten cuidado, dice, no los hicieron enojar dice pues a la mejor regresan. Y por eso le digo, ese es el sufrimiento del gemelo, y para eso ¿sabe qué se requiere? Pues mucho ayuno. Mucho ayuno. Mucho ayuno, porque debe de andar uno preparado, uno nunca sabe cuando lo van a atacar, así se puede tirar de espaldas, pero de frente no, o sea que tiene por ley que ellos tienen que estar preparados, es el paquete del doble que si no andas ayunando nomás te pasó que pues andas bien comido, que te enfada, pero te encuentra un cazador e inocentemente te tira, y el cazador pues no sabe, les han tirado, como a veces unas personas están ahí pues de cacería y ellos como no saben. Testimonios de un pueblo nahua Les tiran. Les tiran, como no están preparados. Y a los cazadores les ha pasado mucho a ellos, no truenan las armas, y de ese día que me sucedió eso, que es por allá por orillas del pueblo, al señor que vive ahí le digo prueba los pescados a ver si truena tu... destrabé el seguro, le dije a unos chamacos, a puro jalar empezaron a salir, todos los tiros, todos tronaron, sí. Y un día me platicó un señor que es de su edad, de la edad de mi mamá, allá en la comisaría pues, dice cura tu arma y le podrás tirar a cualquier animal, y no lo he hecho, ya me dijeron cómo, pero no lo he hecho. ¿Cómo se tienen que curar? Pues no sé si este… eso es, es una cosa… Me han dicho que con ajo, creo ¿no? No, el ajo no, el arma es el ayuno de la persona. El ayuno. Ese es otra cosa más delicada, porque no todo mundo lo sabe, no, conocen el pueblo, entonces es delicado, no le contaron las personas que saben de ahí, y no se lo dicen a cualquiera, porque no inspira confianza. Está preguntando como se… 269 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 270 Quitarse el sombrero, al saludarlo tengo que quitarme mi sombrero, pues aquí cuenta mucho, aquella persona que saluda lo lleves o no lo lleves el sombrero, si no llevas sombrero debes de darle la cara al suelo, buenos días señor, buenos días, el saludo de una persona, seleccionada digamos como... por ejemplo, yo no voy a respetar este plato que no tiene ningún dibujo, para mi es botarlo, voy a respetar el que ya está bien hecho, también esa persona que está bien hecho, hablemos de que es una buena persona en el aspecto del respeto, en el aspecto de que si hubiera algún conflicto... no nomás cualesquiera, no cualquiera. Y entonces usted por preguntarle como se curaba el arma, por eso… Me dijo porque me debía un favor ese señor, no económico, no cuestión de dinero, sino un favor, por mi mamá, un hijo que se le enfermó (hace dos años) se venía acabando y lo curó mi mamá, desde entonces dice le estamos agradecidos, según él se nos agradece el favor, y un día yo le platiqué lo que a mi me sucedido y el señor... mi papá me contó eso y... yo ya lo, ya lo probé y se siente… pero me da miedo, digo, bueno, no tengo necesidad de matar un ser humano (por eso dice que él no ha curado su arma, porque no quiere un día equivocarse y matar un ser humano), pues mejor así que quede verdad. Si es de veras el animal para matarlo pues así nomás... pero si el animalito no es para que yo lo mate entonces no hay necesidad de curar el arma. (corte) Y usted ¿cuántos años tiene? 36 cumplidos, estoy caminando 37 años, los he vivido pero de verdad, bien yo lo he notado y lo he vivido, para mí es malo, y me ha tocado como soy el último de toda la familia pues somos varios, tres hombres y dos mujeres, pues la carga siempre viene a mí, de todos mis hermanos, tienen un problema, no lo arreglamos con pleito o matando, no, con la misma ley pues, siempre hay que buscarle el lado amable ¿no? de la persona, claro que si me lastimó pues… Xalitla, 16.XII.96 La hermana de don Genaro tiene nueve años de vivir en Los Angeles. Dice que cuando algún paisano de la región se enferma de “bola”, buscan algún gemelo que los pueda sobar; cuando se enferman de “espanto”, llaman por teléfono a sus familiares para que los “busquen” o “rifen” y los “rieguen”. Este tipo de “regadas” se hacen en el cerro para que les llegue el humo y les haga provecho. Comenta que ella sí cree en las curaciones que hacen las personas de su pueblo. 271 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 272 Doña Constancia Greco Xalitla, 14.IV.95 Visité a Eleusis Toribio y a su esposa Constancia Greco. Ella tiene 62 años. Cura el “daño”, y para sobar a los niños utiliza mezcal y epazote. Su solar es más bien pobre. La puerta de entrada, que no es probable que usen mucho, está hecha con unas varas y los resortes oxidados de un viejo colchón. El señor primero me dijo: “ahorita no tenemos dinero para comprar medicina”. No sé si no quería recibirme (ya me habían dicho que él era muy celoso). Le expliqué el motivo de mi visita y entonces accedió a abrirme. Pasé y me invitó a sentarme en el corredor de la casita, pero la señora propuso que pasáramos a la cocina, porque allí estaba más fresco. Ella estaba más dispuesta a platicar, aunque en ocasiones antes de contestarme miraba al marido, quien evidentemente procuraba medirle las respuestas. Él mencionó que algunos hombres se quedan locos por las mujeres. Evitó hablar de la brujería; solo dijo que tanto hombres como mujeres se trastornan por no ser aceptados por la otra persona o porque no los dejan casarse. También comentó que había un tipo de curanderos llamados “hueseros”, advirtiéndome que si ellos no soban cuando alguien se golpea o se cae, sus huesos pueden quedar chuecos. Don Eleusis se “espantó” una vez que llevaba una “promesa” al templo. Llevaba unos cohetes en las manos y le tronaron frente a la cruz. Las manos le quedaron heridas e infectadas: “me salía como pus”. Estuvo tratándose con médicos de Iguala, gastó bastante dinero y no se curaba. Su mamá, que aún vivía, lo “rifó” a escondidas y allí, en la “rifa”, salió que él estaba espantado. Aunque él decí“pero si no soy criatura, para espantarme”, llevaron unos “tamalitos” junto a la cruz, allí donde se había “espantado”. Al día siguiente empezó a cerrársele la herida de la mano. Doña Constancia y Don Eleusis Tiene otra enfermedad, pero si nomás les hacen daño, entonces aquí nomás se soba, nomás nos... yo los he sobado, nomás con epazote y alcoholito, y otros soban con este vaporu y este alcoholito y yo no, pues yo nomas los sobó con epazote, por ahí tengo unas plantitas de epazote. ¿No usa vaporub? Yo no uso vaporú, yo nomás epazote y alcohol, con eso le sobo a los niñitos. ¿Todo su cuerpecito? Todo su cuerpecito, y si le duele el pechito pues el pechito le vas a sobar, aquí, esto de aquí. ¿Dice que si le hacen daño o mal de ojo es lo mismo? No, el mal de ojo es otro. El mal de ojo es cuando se le ponen colorados sus ojos. ¡Ah! pero cuando le echan ese que le dicen ixyeyecatl… ¿Ixyeyecatl? Mal de ojo... mal de ojo. No, no, no, ese pues cuando quixtlasolian quiero decir, sí, pero ese es, ellos así lo conocen, le echan ojo cuando les hacen daño, el daño nomás nosotros les decimos que, así en mexicano pues, luego dice oquixuique, ese quiere decir le hicieron daño, y entonces se calienta el niño todo el cuerpo, le agarra calentura y ya no le da, ya no le deja que coma o que haga pecho hasta al menos que lo soben. ¿Y cómo le hacen ese daño? Pues señor yo creo que, este muchacho yo creo que no se siente cómo se le da, se le da como que, como que si te gusta un, un niño, aunque sea moreno, aunque no sea güero, como que si te gustó te gustó acariciarlo y si no se te dejó el niño, pues con eso tiene ¡bah! No, porque si deveras le vas a echar, no nomás como que si te gustó un niño quisieras que lo agarraras y hasta lo acariciaras pues... No es de mala voluntad. No, pero si no se dejó, entonces sí, ya le agarra calenturita al niñito, y con eso tiene nomás, no es que porque si como otros luego dicen, les echan así otras cosas de... enfermedades no, eso nomás así, ajá, y entonces este, eso pues, le digo, nomás se le apachurra al niño con epazotito y alcoholito, y si Dios te dio permiso de que lo alivies con eso tiene, lo vas a sobar, le da chichi su mamá, luego de aquí se duerme el niñito, se va y se compone, al otro día o en la tarde de vuelta me lo traes y yo lo sobo y con ese ya, con dos sobadas. ¿Entonces cómo le llama al mal de ojo? Tlaixhuili ¿Y ese es diferente entonces de que si le hacen daño? Ajá es pues, ese es, si le hacen daño porque le agarra calentura a un niñito, le agarra calentura y ya no quiere hacer pecho, y hasta que lo soban hasta entonces si, si le encontró buena mano que se compone, con ese tiene y si no, lo llevan a otro lado, hasta donde le encuentren que, que sea bueno, con ese nomás si, pero ese es nomás de daño, ajá, de daño, sí. Oiga ¿y qué es eso del pulso? ¿Qué es lo de bajarle el pulso? 273 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 274 Pues nomás lo vas a apachurrar aquí. Ajá, aquí, esto, ese es el pulso, este de aquí que tenemos aquí en el ombligo ¿no ves que ahí está brincando? Sí. Y ese se muda cuando ya te va a doler, ‘ira, llega hasta aquí. ¿Por qué se muda? Se muda porque, porque si uno está mal alimentado, si no almuerza el muchacho, va a la escuela y no almuerza hasta las once, y yo digo pues se, se maleó pues el estómago ajá, si yo digo pues, no sé, porque, ujum. ¿Entonces el pulso es siempre el del ombligo, no hay pulsos de otro lado? No. No, ese es de aquí, porque aquí, mira el ombligo aquí... así, agárrelo, está brinca y brinca y brinca, y si ya hace como que te duele tu barriga, sientes que te duele tu barriga, o no quieres, o no te da hambre, o si quieres comer tu tortilla, y luego te quiere dar pa’rriba, entonces esto de aquí te duele, entonces agarra de aquí esto, y tiéntalo que sí, ahí está, y si no brinca aquí entonces ya se mudó, ya se vino hasta por acá, mira, aquí, y entonces ese de veras te va a dar pa’rriba, aquí. ¿En la boca del estómago? En la boca del estómago, hasta ahí llega ese que está brincando de ahí, aquí, y entonces yo les comienzo a sobar así con alcoholito... ¿Y epazote también? No, ese no. No, ese con aceite, aceite... Para que no le duela, y corra el dedo así, mansito, pa’que no lo lastime. Con aceite, con aceite, con ese lo sobas así. Agarro y meto este dedo aquí, le paso el ombligo, ajá, pues si dice que le calmó ya no le dio pa’rriba al muchacho, ya no. ¿Y esto no se mueve, el pulso de acá? ¿Mande? Sí, sí se mueve así pues, pero este es otro. Este es pa’la medicina, yo creo. ¿O cómo sabe usted si está un niño chípil? ¡Ah! ¿cuando está medio chipil? Pues queda medio enfermito y este... nomás chillón, y entonces así pues nosotros así diríamos, yo tuve una comadre aquí, estuvo con nosotros tuvo muchos hijitos, todavía no ajusta el año cuando ya bajó otro y entonces el niñito quiere mamar así, con el otro niño, y la mamá en veces ya no le da, o a veces le daba, después el niñito como que se, como que se quedó como enfermizo, quedó este con la... quedó bien pilinque, y ya quedó bien flaco, y entonces mejor le sacó el pecho la mamá, ya no le dio, mejor le daba su comidita así, y este y sí se compone, se compuso la niñita, sí, Testimonios de un pueblo nahua ya no estuvo flaquito. Pues nomás le quitaron el pecho, ya no le dio el pecho la mamá, porque le daba a los dos, y a él ya no le dio el pecho, al grandecito ya no le dio, le dio al más chiquito y entonces comenzó a comer su tortillita la niñita y se desapartó de su mamá, ya no, ya no se arrimó pues con ella, y sí se compuso, sí, así nomás. Doña Mode dice, bien que los cura, cuando están empachados los niñitos, ya no quieren comer, nomás se van así pues, nomás se van enflacando, y dice que nomás les da aceite quemado, pues yo nunca lo veo pues, nomás me dicen, me dicen las señoras que tienen sus hijos, me dicen, yo fui con la señora, le dio de tomar aceite quemado, no se de qué pues. ¿Se le quita lo empachado con eso? Se le quita, dice que si ya lo tomó saca algo de lo que se le pega en el estómago, saca, pero la señora pues, este, Doña Mode, ella, ella. Oye, y cuando se espantan los niños ¿qué pasa? Ese sí les riegan, ese como ahora usted podría platicar con Doña Florencia o con Don Chico. Ese saben regar, a ese veo los alquilan para... Son rifadores, pueden rifar, pueden regar si te espantas, te rifan y lo ven a dónde, y entonces 275 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 276 van ellos y van a regar ahí. Alevantan la sombra para que se componga uno, no sabemos cómo, está más trabajoso. Mmm, y ¿qué piensa usted que sea la sombra? Pues la sombra es cuando se espanta uno. Como cuando se espanta, y no ves que pues el aire que está pasando ese casi, ese le van a echar, les van a dar tamalitos. ¿Pero la sombra es de uno? Sí. Como... vamos diciendo que ahora usted si fuera al corralón y vieras que ya viene el toro, se te va… y entonces tu como que, como que te va asustar pues, y después si caes enfermo entonces ahí aparece, que mira que lo espantó el toro, que lo iba a cazar el toro y se espantó, y entonces ahí van a levantar tu sombra, ajá, pa’que te compongas, aquí así pues lo conocemos. Porque ese si te espantó algún toro o te espantó algún caballo, si te tumbó el burro, mira, si te agarraron los aires no vas a poder dormir, aunque toda la noche no vas a poder dormir, nomás te vas a estar enfadando, enfadoso pues, no vas a poder dormir, y si ya fuiste al doctor, ya te curaron con los doctores y no eh... ahí esta faltando no te hace provecho, no te hace provecho aunque más se te curen, es que hasta al menos que te vayan a regar a donde te espantaste, ‘onde te tumbó el toro, pues te tumbó el caballo, el burro o si te espantó algún toro, hasta entonces casi te vas a componer, ujum, menos no. ¿Y qué son los aires? Pues aquí, nomás este... el viento pues, verdad, nomás el viento. ¿O son como malos espíritus o qué? Esos son, esos son, vientos. Esos, o por aquí nosotros Sí lo conocemos pues, se espanta uno, después le riegan, uno está malito como de costumbre, lo sueltan y órale, ven si ahí está pasando. Ahora yo le voy a platicar una cosa, porque yo sí me sucedió, me quemé con los cuetes, iba yo a agarrar un manojito de cuetes. ¿Usted los prepara? No, yo los compré, iba yo echando cuetes para como de costumbre, llevábamos una promesita para el templo, entonces se me reventaron los manojitos de cuetes, se me reventó, cuando los quise soltar ya me había quemado mi dedo, ‘ira nomás, se iban quemando, por eso digo se estaba pudriendo mi mano, fui tres veces al doctor, y no, igual, por eso on’tá la cruz, están las piedras, ahí me quemé pues, ahí se reventaron los cuetes en mis manos, entonces vivía mi jefa, dice, mira te voy a buscar, a la mejor tienes espanto, n’hombre pues estaba chiquito, me espanté, y lo que hizo fue a la escondida con una rifadora, se espantó, ahí donde se quemó con los cuetes ahí se espantó, ahora con un parcito de velita, así mochita, los fue a encender ahí a la cruz, Testimonios de un pueblo nahua cuando se comenzó a secar mi dedo y fuí al doctor, ya me había costado más de cuatrocientos pesos, y aquí con cinco pesitos me regaron y me pusieron ahí las florecitas, las cruces con eso, ya ahí ya venía de lo agujerado, ‘taba blanco todo ese, todo ese, dice nomás me espanté, y sí me regaron y le pusieron sus velitas en la cruz, y con ese nomás. La Santa Cruz se enojó también. Si, pero ¿por qué se enojó la Santa Cruz? Porque reventaron los cuetes, y fueron los cuetes hartos, y casi ahí mero derecho ‘onde está. Entonces yo me espanté y me agarró como que, quiso sus velitas pues, nomás le fueron a dejar sus velitas y me compuse, y al doctor no me pude componer, fui dos veces nomás me iba agujerando de aquí, se doró mucho con los cuetes. 24.VII.96 “Yo solamente atiendo el daño, en mexicano es tlaixuili. Les pega más a los niños, pero también a las personas mayores”. “Los niños lloran mucho, no comen, no duermen, les duele su pecho, les duele su cabecita, a unos les da vómito o les da diarrea o les da como gripa, comienzan a toser, si es muy chiquito no quiere pecho, llora mucho, parece que ya se está acabando, no lo cura el doctor”. “Cuando es una persona mayor, les da mucho sueño de repente, y dolor en las rodillas”. El “daño” es una enfermedad provocada, aunque no de manera intencional, por personas que “pueden”. Estas personas que “pueden echar daño” también pueden quitarlo. Para provocar esta enfermedad basta con que a una persona que “pueda” vea un niño y éste le guste. Si la madre del niño se da cuenta de que a esta persona le gustó su niño, debe dárselo para que lo abrace, y con esto puede evitar que el daño se realice. “Si el daño es enviado por una mujer sólo lo podrá curar una mujer, y si lo ocasionó un hombre, tendrá que sobarlo un señor”. “Utilizo epazote y alcoholito para sobar el cuerpo del enfermo, después de la sobada se tiene que cambiar de ropa al niño y ponerle ropa limpia, pues en la ropita se queda el “daño” y entonces se tiene que lavar para volverla a usar. En ocasiones el daño puede contagiarse a la persona que lo soba”. “Otra manera de curar el “daño” es llevar al niño a un árbol de… (no recuerda el nombre) para que coloque el pie en el tronco, se remarca el contorno y con eso se compone”. 277 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 278 24.VII.96 ¿Qué enfermedad es la que usted cura? Tlaixuili, quiere decir tiene daño, ese es en mexicano, ese tlaixuili; si usted tiene su niño y va ‘onde la señora que sabe sobar le va a decir así en mexicano: señora la vengo pidiendo que me lo sobe mi niño, tiene daño, y en mexicano le vas a decir… (sigue en náhuatl) Le vas a decir, ya lo llevé al doctor y no se me puede aliviar, ahora a lo mejor le hicieron daño… que si le duele su pecho, o a la mejor le duele su cabecita, no se puede componer, aunque ya lo curaste con el doctor, y lo vas a sentir que, porque si tiene fuerte la calentura tú le vas a decir pues, que te lo sobe, porque a la mejor tiene daño pues. ¿ Y con qué los soba? Con epazote y alcoholito, iepazotl de por sí, nosotros lo conocemos así, epazote …(sigue en náhuatl) Como ‘ora yo luego le digo, si ves que no puedes, pues llévalo a otra parte, a la mejor le dió daño algun hombre. Usted me había dicho que cura cuando una mujer echó daño, ¿es por eso? No, se puede aunque un hombre también, nomás que está en la mano, nomás que está en la mano. ¿Y cuando usted soba al niño se le puede contagiar el “daño”? ¡Cómo no! cómo no, me duele pues, me duele todo esto, y cuando de veras ya no aguanto, mi esposo me soba también. Sí, porque si no, no puede dormir, entonces le echo alcoholito, aunque sea. 23.VIII.96 La señora Constancia Greco visita a don Chico, pidiéndole una “rifa” para su esposo. Don Chico le pregunta qué es lo que le pasa a su esposo. Ella, sin responder, le pide que mejor él “le busque” para saber qué es lo que le pasa. Mientras ordena su baraja, don Chico relata la ocasión en que su esposa cayó muy enferma, quedando desmayada durante tres dias, con un brazo “tieso” y con la boca “torcida”. A pesar de la gravedad del caso, él la logró curar. El diagnóstico con la baraja fue dolor en la cintura, dolor en la cabeza y en el pecho, a causa de un pleito con unos vecinos de la misma calle, que ocurrió hace mucho tiempo. Señaló que a su marido le estaban “echando chance”, que el mal estaba dirigido a ella, pero que la “maldad” había recaído en su esposo. Esta “maldad” era producto de que sus vecinos estaban “trabajándole”, prendiéndole velas para ocasionarle la muerte. Le recomendó que “procurara” a su marido. Don Chico le pidió a la señora que regresara a las cinco de la tarde para indicarle como “procurar” a su marido y que se cure. Doña Constancia comentó que también ella se ha sentido enferma, tiene dolores en las piernas, se le doblan y a veces se cae, y durante las noches tiene calentura.Dijo que regresaría en la tarde para “alquilar” a don Chico porque “él puede para curar a mi marido”. 04.IX.96 Relata Doña Constancia : “Hace muchos años, cuando estudiaba en la primaria, participé en un bailable que presentaron en Maxela. Para eso arreglé mis trenzas, estaban largas, las adorné con listones de colores, me quedaron muy bonitas, pero entonces me tuvieron envidia y alguna persona que puede me echó daño en mi cabello, comenzaron a salirme granos en la cabeza que me provocaban 279 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 280 comezón y me dolían, se me tiraba el pelo y sentía caliente la cabeza”. “Doña Pístola, una curandera de Ahuelican que rifaba, regaba, y daba toma, le recomendó a mi mamá que después de un ayuno me sahumara el cabello, poniendo en el sahumerio un poco de chile seco. Después de una sola sahumada se me secaron los granos, y me compuse… pero ya no volvieron a crecer tan largas y bonitas mis trenzas”. “También a los árboles y a las plantas se les puede echar daño, es igual, si alguien que puede los ve y le gustan puede provocar que comiencen a marchitarse”. “El bazo les da por comer muchos dulces o panela (o piloncillo). Sólo les da a los niños, no les da hambre, van enflacando, se van secando, lloran mucho, ya no están contentos, están enfadositos y les duele en donde tienen su bazo, en la boca del estómago”. “El bazo puede ser curado por cualquier persona y una vez curado no se vuelve a presentar. Para curar el bazo o icomal hay que usar una mezcla de semillas de calabaza molida, flor de cempasúchitl, jabón blanco (que esté nuevo) y najayote, aplicándolo en la barriga del niño”. Doña Alicia Robles Doña Alicia es originaria de San Juan Tetelcingo, pero reside en Xalitla. Tiene 64 años y está separada de su marido. “Rifa” con maíz, y “riega”. Aprendió a curar cuando tomó “la toma”. Doña Alicia utiliza para rifar “diez maicitos y diez copalitos”. Considera que no es necesario hacer una “regada” en el lugar en donde ocurrió el espanto, como generalmente lo pide la gente. Dice que si la gente tiene fe bastará con hacer la “regada” en la puerta de la casa del enfermo. Doña Alicia 23.VIII.96 “Copalchi es la cáscara de un árbol, muy amarga, que se utiliza para el dolor de estómago, para la bilis y el dolor de vientre; se hierve con un poco de agua y se guarda en un frasco para estar tomándolo, en ayunas, por varios días, el primer día una cucharada, el segundo dos, el tercero tres, y una cucharada varios dias más”. “Es como cerveza, que también es buena en ayunas. Este remedio es peligroso, si alguna persona lo toma y es visto por otra que hizo pecado y no se bañó, te pones loco, te dan ganas de correr y dar maromas, hablas disparates y quieres correr”. “También puede producir esta locura si una persona que es cochina, que hizo pecado y no se baña ve el copalchi. Cuando se recolecta este remedio hay que tener precaución de que nadie lo vea, hay que llevarlo escondido en una bolsa. Si se toma el copalchi y se quiere salir a la calle es peligroso, hay que bañarse antes de salir”. “El tenexiatl se utiliza para el dolor de estómago. Se remuele la hoja y se aplica en el estómago, y después se aprieta con un trapo. Este remedio también es peligroso, como el copalchi. A la persona que se le aplica no puede verla otra que haya hecho pecado”. “El tenexiatl tomado emborracha. Esta planta es muy delicada, pues si se planta en el solar puede ser que le echen daño y la planta comienza a marchitarse. Si le echaron daño y se utiliza después, puede perder sus propiedades curativas”. “La untura blanca de manzana sirve para el dolor de huesos y el debilitamiento”. Después de aplicarlo se debe permanecer en reposo absoluto durante un día. Doña Alicia lo utilizó en una ocasión que se enfermó de disentería. Se aplica “atrás y adelante (ano y vagina), y santo remedio”. 15.IX.96 Quitlatetemouia : “el que sabe rifar con baraja”. 16.IX.96 ¿En sueños ellos ven eso? Ellos ven, como que en sueños, se pierden, ellos como que se van así acostando, y como que se duermen. Dicen que ven que si uno se va a aliviar, o si uno pierde su buey o su vaca ellos le van a decir y saben cómo lo encuentra uno, si en tal parte, en otro pueblo o en otro lugar, así pues, en un campo. Hay algunos también tienen barajas, en Iguala yo también me había pasado eso, pero yo nomás me dijo una señora dice, usted tiene una vaca ¿verdad? con su papá, le digo sí. Ya no tiene hermanos ¿o sí? Le digo no, ya no y dice ¡ah! bueno, pero ese hombre que está ahí es un peón, o que como este es su marido… dice, ése nomás se fijó ¿qué es lo que tienen? ¿a dónde va a dejar sus 281 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 282 vacas? y cómo las manejaba su papá y este nomás te está viendo para robarte, este hombre. ¿Eso lo vio en la “rifa”? ¡Eh! no, ella es una mujer, ella me hizó rifa en las barajas. ¿Cómo se llaman esas personas que pueden rifar con la baraja y adivinar? Este quiere que le diga yo en mexicano. Ah, pues a la persona que puede rifar con la baraja se dice, este, cihuatl quitlatetemolia ipan baraja, el que sabe rifar con baraja. Itlatetemolia. O sea lo ven pues como aparecen algunos animales, o lo que pierde uno o el enfermo, lo ve si se alivia o no. ¿Pero eso no lo hace con barajas? Ese nomás así como que se duermen si, primero empiezan como rezar pero no se oye lo que dicen o bueno, yo nomás una vez fui, despúes regresé ya no supe nada de ellos. Pero ¿cómo? ¿se ponían a rezar? Como que rezan, no sé que cosa dicen, y después ya se van así, se van así, y ya después caen como que quedan así, como desmayados, así como quiero decir, pues este, para ver… así hacen ellos. ¿No toman algo? Pues no, no toman nada, nomás como que ellos se tratan va a ver qué es lo que tiene la enferma o el enfermo. O pues, no sé si como otras personas vienen de lejos porque allá en México también hay de eso que rifan pero no con la jícara, eso sí nomás lo veo yo había ido cuando perdí mi marido y ahí este, este me fuí, me dicen ‘ira echa aquí (la orina) alrededor, ahora si la persona que quiere saber qué es lo que perdió o qué es lo que le duele o qué es lo que está enfermo que pisen aquí en esta raya, y yo rápidito pisé y otras personas este yo, le digo, dice usted se ve que viene muy triste dice, pero muy triste. pero este quiere saber en donde este su novio, pero su novio ya no lo encuentra dice, y entonces me dijo usted se ve muy triste, pero se ve que la dejó su esposo pero quiere regresar, en este momento quiere regresar, pero aunque quiere regresar no lo deja la mala sombra, eso me dijo la señora. ¿Y qué es la mala sombra? Pues este, así me dijo, dice no lo deja que vuelve a regresar, porque él está deseando algo, o sea, ella la está deseando algo, la mujer, cuando le digo que me quitó todo mi, mi animalitos, sí, lo deseó esa muchacha que le dicen la mala sombra, entonces le quitaron, entonces sí se contentó la mujer y mi esposo lo tiró y se fue con otra. ¿Mandan enfermedad estas personas? Pues hay veces que sí, este otras personas que aquí... hay otras no, dice que bueno, parece que a algunas personas de aquí, porque yo nada más me contó Testimonios de un pueblo nahua una señora que nunca dijeron y hasta ahorita ya lo voy a decir, y me dijo que un señor se alquilaba para que uno se muera, una persona por el odio o por la envidia, entonces iba al panteón a quemar velas en cada esquina del panteón, dentro y enmedio ahí del panteón lo ponen un muñeco, lo hacen en ayunas y le echan espinas, y ahí lo metían ese muñeco enmedio del panteón. ¡Ujum! Y con eso dicen se muere uno, sí, y otras con chile dice, le embarran todo eso con chile y veladoras, le ponen este muchas espinas adentro. ¿Las cuatro veladoras? Las cuatro veladoras y una en medio, sí. ¿Y ahí las dejas prendidas, o qué? Pues ahí en las cuatro esquinas, pues sí las dejan prendidas, enmedio también la dejan, cómo no, muchas veces en aquel tiempo nunca se iban al panteón y ahora no, van cada ocho días y lo ven una cosa, luego luego lo dicen. ¿Por qué van cada ocho días ahora? Porque van a dejar flores, van a dejar cada lunes antes no se iban a la gente... y ahora sí van las gentes, van a dejar veladoras, velas, cada ocho días van a dejar 283 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 284 flores, los lunes nada más, sí, y entonces cuando ven una cosa luego luego lo dicen. Una señora aquí, aquí, pero no era de aquí, era de allá de Analco, allá se iba y se maromeaba en cruz, y luego dice que cuando una persona no la quiere ver… ¿Qué es eso de “maromearse”? Dice, vaya, estén con su cabeza así, se va para allá y luego otra vez al revés, se va para acá, vaya, en cruz, otra vez, así, en cruz para que se muera la persona que lo odiaba, sí. ¿Y la alquilaban? No, ella no la quería a la persona, por eso hacía eso en el panteón. Pero ¿tiene que ser en un panteón? Y luego ayunaba pues, no sé si sabe rezar o no, pero si ayunaba pues, y con ese ayuno lo iba a hacer.. otro pues lo mandaba pues, otras personas a los que nada más rezaban, como decía el sacerdote que estaba antes, a los que se dejan... pero yo como inmediatamente que me platicaban, luego luego venía y le contaba me dijo no, sí, tú, me dice no tienes nada, o sea no has hecho nada, no te mueres porque Dios es santo. ¿Sí ha habido casos de gente que se muera por eso? Sí, una persona que me dio, otra un joven que dice que él le tuvo lástima a un señor le dice, oye amigo le dice, ¿no tienes dónde llegar? Le dice no, te regalo mi ropa, yo que me sobra, me vine del norte y este yo traje a manos llenas, te lo paso, dice, y ese señor no murió, se murió él, porque su ropa le fueron a dejar, dice que reconoció la camisa y el pantalón, que le hicieron daño enmedio del panteón, sí, lo enterraron. ¿Se murió el señor que regaló la ropa? Sí, ese murió, al que se le regalaron no murió pero él sí. Humm, o sea, esa persona que no murió le regalaron camisa, y a él lo odiaban y la otra no, como la regaló roja y dice que lo perdió y lo perdió y ya no la halló al que le regalaron, y entonces ese no murió, se enfermó, pero no murió, se murió el que regaló la camisa, como dicen el que no debía... o ¿cómo se dice? Al que no debía lo pagó. Porque odiaban al muchacho, al que le regalaron eso, al que le tenían coraje pero él no murió. ¿Y hay alguna manera de que se enfermen, que no sea enterrando muñecos? Sí, cuando se enferman, muchos dicen que nomás les queman las velas, las velas con... le ponen pero en ayunas, sí. Pero ¿en dónde las ponen? También en panteón, nomás que allá las van a quemar en cada esquina o en las cuatro esquinas. Testimonios de un pueblo nahua ¿Y qué le pasa a la gente? Pues este muchas veces este mueren, y otras este nada más caen de puras calenturas. Rifas, lo ves, entonces lo van a sacar, o sea, lo mandan al que está, lo mandan al que está curado o sabe rezar, y van, le dan ofrenda velas, y allá le van a rogar las almitas asina, así dicen que, este, y entonces allá le ruegan este, al que rifó, lo vio y van al panteón, y entonces este ahí le ruegan almas y no se muere uno, se alivian el muchacho, sí. ¿A cuáles almas le piden? Pues este yo nomás oigo que le piden a las almas muertas, pero yo no creo. Yo no creo porque en México a mi me platicaban alguien... nos platicaba cuando teníamos, así nos visitaba para que fueramos a estudiar, a la estudio de la Biblia, y este, nos explicaba, dice, las almas no agarran ya muertos, ¿cómo se van a agarrar? Solamente si pueden porque ayunan, porque así, no, no, así sí pueden, pero las almitas que les platiquen que uno, no, que venga traerlo esta fulana porque ya no quiero que viva, lo odio, no así dice, no mueren, mueren porque hace un ayuno todo el día, quisieran ser otros dice, hacen ocho días, otros cinco días ayunan para que uno se muera, pero todo el día sin comer ni nada, sin nada ni tomar agua, por la envidia que uno recibe en el agua. ¿Y por qué creerá la gente que aquí hay envidiosos? Hay muchos, no creo que no existan envidiosos, pero no creo que sean de aquí, vienen de por ahí de San Agustín, de Analco, muchos vienen, así como ahora esa señora de que le dicen, le dijeron mucha envidia y lo ponía hacer los... así, pero me imagino a la gente de aquí que tal vez lo pueden hacer porque, yo digo que, no, no, este, nunca he visto nada, pues aquí, quien sabe, oigo que hagan cosas por la envidia, o ¿quién sabe? A la mejor si, también podrán, pero no lo creo. Esa enfermedad que le dicen couacihuiztli ¿no es por la envidia? Pues es, también dicen, pero como nos han platicado que esa solamente por la oración y ayuno que hacen. He oido nada más en las pláticas, así, ese couacihuiztli nomás se le echa a uno cuando, va pasando el puente, a veces lo tiran suelo, a veces, dicen, ese como barandal, se agarra uno y dicen luego se hincha su mano. Quién sabe si será cierto. Su papá ¿no curaba couacihuiztli? ¿qué pensaba él? ¿a qué se debía? ¿Quién? Su papá, ¿por qué pensaba él que daba esa enfermedad de couacihuiztli? Es que, según, así dicen los enfermos, vienen que les duele, entonces no había pues doctores ni enfermeras, que vienen hinchados sus pies o sus manos o que les duele aquí, es couacihuiztli pues, y entonces este mi papá molía no sé, para eso hay un remedio que se llama hueypactli y tlacopactli pitzahuac que le 285 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 286 dicen, por ahí viene del campo y lo molía bien, bien lo molía. Con el tenechiate que le dicen. ¿Los tres juntos los molía? Ajá, los molía cuando ya estaban secos y luego él los echaba con alcohol, con alcohol, con ese iodex, los revolvía y con ese sobaba su dolor y sanaban, le digo que sanaban muchos, sí. Oiga, una vez me dijo los aires que su papá nombraba y uno era el yeyecatl couacihuiztli. Ah sí, le dicen uno nomás le echan a uno así por el aire, por ejemplo, así va bajando uno y ahí está por ahí parado el que es envidioso, el que lo odia a una persona y entonces si ven que va pasando y dice que por el aire nomás a la persona (dialecto) ya y es ese yeyecatl couacihuiztli. ¿Y es diferente al caso este? Ujum, couacihuiztli pues le dicen, couacihuiztli y ese aire, este, ese son otros pues aires, por ejemplo, aires este cuando uno, este, dice aparecen, bueno yo nunca trabajé como le dije, no trabajé ese comalacotl, le dicen ese es un remolino grueso, tomahuac comalacotl le dicen. Y ese ¿qué hace? Pues dice que si lo agarra a la persona, tenía que tirarlo al... y pues le regaba, le hablaba ese para que lo soltara y tomahuac comalacotl. Si lo agarra pues a uno que ya esta enfermo ya aparece... y ya se le hinchan con todo que este lo pide al que le rifó. ¿Y qué enfermedad produce este tomahuac comalacotl? Pues, yo ya le digo, a este tomahuac comalacotl, es un remolino grueso. ¿El couacihuiztli es una enfermedad diferente de la que produce el aire yeyecatl couacihuiztli. Yeyecatl couacihuiztli, pues en el aire dicen los suelta uno, quién sabe. Ajá, la gente, la persona quien lo sabe echar nomás por el aire. El que sabe echar ¿cómo le dice en mexicano? Hueli quitemaca. Por ejemplo, el otro que nos dice comalacotzin, el remolino chiquito ese ¿qué hace? Ah, comalacotzin, ese pues, solamente si uno esta en un burro o viene caminando una persona y si se caen le agarra ese delgadito, ese remolinito no es muy grande creo, le dicen comalacotzin, delgadito, no grueso, como le digo, muchas veces dicen que hay muchos, este, aires que, bueno yo no conozco nomás así he oido. Dicen que cuando los riegan a media noche, la agarran dice este tliltic yeyecatl de noche, la agarran la persona. Ese ¿qué causa? Testimonios de un pueblo nahua Esa tliltic yeyecatl pues si por ejemplo de noche, este va o sale a pasear y luego por ahí se cae o si se encontró a su enemigo y se empezaron a pelear, ahí le agarra ese tliltic yeyecatl, ajá. ¿Hay algún aire que pueda causar que la gente se vuelva loca? Pues este algunas, algunas personas que si se enferman de eso, que se vuelven locas, pero solamente le dan la toma, porque yo, me platicó una señora, aquí en... pues le voy a decir.. ahora sí de allá viene para acá y de aquí se va para allá, y este na’más está dando vueltas, le voy a platicar, y esas vueltas que esta dando pero platicando, no está en sus sentidos, sino que se descompuso todo por el remedio que tomó, por eso le viene y luego dice que este. ¿Cuál remedio tomó? Este, de un señor que le dió el remedio y luego este de noche, antes que se bañara que le dieron ese remedio dice, le dice su mujer vente... vamos a dormir juntos, y lo dice ¿cómo? dice, si ya te curaron ¡báñate! dice, no yo no me baño, yo te quiero para verte y... y se alocó y se fue porque la agarró su mujer y... se durmió con él, hicieron su... se alocó. ¿Tenía que haberse bañado antes? 287 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 288 Sí, tenía que bañarse, porque tenía... Ah, entonces no fue por el remedio sino fue porque hizo pecado con… Porque hizo pecado y como no se bañaba con el remedio, había tomado, había tomado el remedio. Y aunque era su esposa ¿hizo pecado? Sí pues con él, se acostó ese señor, la abrazó y después no se podía aliviar. ¿Él? No se... tardó pues, no se podía aliviar hasta que se volvió a ir con el doctor, de tantos rifas, de tantos promesas que metió a con... con Cristo, con Dios, con muchos santos que lo veneran como San Marcos, como a San Antonio de... que le dicen, de Iguala para allá se llama... o sea, San Antonio Abad le dicen, allá el pueblito. ¿Ahí curan los loquitos? Dice que este según hicieron la lucha para que se curara, pero no se curó hasta que fue con el doctor y con él si se, si se compuso, como que se compuso, porque con nosotros no quiso decir más que. ¿Cómo? Pero para hacer otro remedio, para que tomara otro pa’ que sacara lo que tenía dentro, pero como no lo dijo, mejor se fue con el doctor y ahí le dijo, le dice mire doctor yo me pasó esto, o será mi esposa, me pasó... y le dieron de tomar un remedio y no, él no quiso que se bañara, me tomó a mí y se durmió conmigo, hicimos el pecado y sabía que tenía el remedio por dentro. ¿Y qué remedio le habían dado? Pues este, parece, le digo, este de chiquimolin y cascaritas, en cascaritas fueron a... los montes y se tome, o una mujer puede alocarse así, si no toma y luego anda con ese hombre que no es su esposo ni modo que diga, al momento se salió de noche y se va allá con otros hombres la... se la lleva por ahí de escondiditas y se aloca así. ¿Quedó bien? Después quedó bien, sí, y ahora es adorador, va a misa y parece que por ahí anda dando clases de (habla muy bajo), patronal para... Dicen que hay aires blancos y aires amarillos y aire colorado. ¿Ese es el de las hormigas? Ajá. ¿Y cuál es más malo? Las hormigas. ¿Por qué será ese tan malo? Porque yo he visto este y he sentido cuando me dicen, ve a regarme allá con las hormigas, ahí me caí con la bicicleta, por ejemplo muchachos o las muchachas ya usan ahora bicicleta y enton’s me dicen, allá, dice, tal cual, y le Testimonios de un pueblo nahua digo oye pero yo me voy a ir, ustedes vayan a rezar, dice qué cosa nomás le van a rezar, el maíz, que le platiquen, que le suelten, yo no voy a ir porque me duelen los pies, dice por favor aunque le pague tanto, le digo no es por, no quiero me pague tanto, es que yo no quiero ir porque he sentido que si me agarro y de noche también me empiezo a brincar ¡ah! Le digo, son malos las hormigas, son malas como... por eso les digo ya no quiero hacer esas cosas, porque como que me quieren este, o sea, duele mucho la cabeza, y luego este como que le está picando a uno el cuerpo y pues, molesta mucho, no duerme uno, por eso ya no lo hago ya, no quiero yo nada. ¿Y qué otros aires hay en el día? Por el día blanco, le digo blanco, amarillo este monech yeyecatl le dicen, monech yeyecatl quiere decir gris, ajá. Monech yeyecatl? Monech yeyecatl, pero ese de día, de día amarillo, blanco, colorado (dialecto). Y los remolinos, el remolino grueso y el remolino delgadito, esos son de día, de noche o ¿de qué son? Pues esos cualquiera, en cualquier momento lo quiere a uno agarrar, es de noche o de día, nomás de día ese grueso remolino lo agarra porque antes, cuando no, no sé tal vez este creemos en Dios o no, antes aquí había muchos remolinos, veía yo que aquí pasaban por aquí, pero fuertes, y se pasa por donde quiera pero yo no me pasaba nada porque pues había yo rezado, desde cuando, y entonces este, y ahora ya no se lo reza, desde que la gente cree en Dios, cuando llegó el sacerdote. ¿Los aires de noche cuáles son? Tliltic yeyecatl o sea el negro pues. Le echas así todo, donde ya lo pescó. ¿La cal? Ajá la cal y luego lo secas en, así, un petate, o en una cosa pues de nylon, entonces ya lo secó uno ahora sí, ya lo mueles, así ya viene ya bien bien seco, lo mueles otra vez en la piedra, y ese así se le dice. ¿Nomás la hojita? Sí, nomás la hojita, sí pero distinto a mi papá, él la revolvía con hueypactli, no tengo, si no les enseñaba yo, no he ido por ahí al campo, como el otro día. El hueypactli se llama buenhombre. ¿El “buen hombre” es ese o es otro? Este hueypactli pues. Quiere decir grande, quiere decir grande, huey. Pactli ¿qué es? 289 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 290 Remedio. ¿Y “tomahuac” es grueso? Grueso. Ujum, y el tlacopactli pitzahuac. Tlacopactli pitzahuac Es como un hombre flaquito, flaquito, muy delgado, muy delgadito, más que los otros, muy delgadito, y se van a secar por allá. Sí, mi papá pues lo revolvía junto, los tres remedios del campo con esto. 16.IX.96 “José ‘cuate’ ¿sería de San Juan? Era oráculo. Tiene dos hijos. Uno es Ricardo, el violinista que toca para danzas bolas, de pastoras, de conejos, de coronas”. “Don G. D. adivina, ayuda a buscar animalitos perdidos o dinero”. “A Santiago Mulato, el segundo de Santiago Jacobo, le pegan para que diga donde están las cosas. Eso está mal, porque es pecado pegarle a un santito”. “Los hechiceros en sueños pierden la mente y ven si uno se va a aliviar o si va a encontrar algo perdido. Algunos rezan y se caen como desmayados”. Su ex-esposo y una señora sacaron un hueso del panteón. Seco, dorado y molido, lo revolvieron con agua bendita y a media noche se lo tiraron en la puerta de su casa para que se muriera. “Por la envidia la gente alquila para que alguien se muera. Ponen cuatro velas en las esquinas del panteón, y en el centro un muñeco con espinas eso causa la muerte de alguien. También ponen veladoras y un muñeco con chile. Les queman velas con espinas, en ayunas, en las esquinas del panteón. A la gente le da calentura y se muere”. “Una señora de Analco se maromeaba en cruz y ayunaba. El que rifa va a rezar y le pide a las almas muertas que curen al enfermo”. “El couasihuiztli lo echan al puente, en el barandal, en el aire. Se les ponen los pies malos, hinchados, torcidos. Luego les da dolor de cuello”. Hueypactli tomahuac: “buen hombre”, gran remedio grueso; tlacopactli pitzahuac: delgado, tenechiate.Los tres molidos se ponen en alcohol y sirven para sobar. Algunos aires “El yeyeca cohuacihuiztli se puede aventar. El tomahuac comalacotl: aire, remolino grueso. Si alguien lo encuentra se va a asustar. El tratamiento es rezar y sobar”. Comalacotzin: “remolino pequeño”. Tliltic yeyécatl: “aire negro que se agarra de noche”. Aires de blanco, amarillo, colorado “de las hormigas, son malas, pican en el cuerpo, duele la cabeza, no duerme uno”, gris: monech yeyecatl. “Antes había muchos remolinos pero desde que la gente creyó en Dios hay menos.” “Una persona enloqueció, se descompuso, por tomar el remedio llamado chiquimolin, se le revelaban cosas, todo le daba vueltas y vueltas. Después de tomar el remedio, en lugar de bañarse, se acostó con su mujer. Por ese pecado no se podía aliviar. Tantas rifas y rezos a San Antonio Abad... hasta que fue con el doctor”. “Las mujeres que toman remedio y luego salen con hombres se vuelven locas”. 291 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 292 “Don Chico da tlapatl, remedio para granos. Son flores moradas, él las da como toma”. “El San Pedro puede producir alucinaciones. Chichic mexcahli, San Joaquín, sávila para el mal de orina, para la gente que no puede orinar, se echa la baba en la verija (el pene)”. A ella, la sávila le habló en sueños para decirle que no se curara afuera. “Burgación”: enfermedad sexual que el hombre le transmite a la mujer. Tepechiquil: remedio que ella tomó, “me entró mucho, me dio pa’bajo y pa’rriba, es para la bilis”. “Empacho”: a esos niños hay que hacerles lavados con paraca y con la raíz de huitzachi. 12.X.96 Los aires del agua. Achichitzin: “perrito del agua”. Amichitzin: “pescado”. Alagarto: “lagarto”. Cihuamichin: “sirena, mujer pescado”. Axolotl: “ajolote”. Apiotzin: “pollito”. Acolotl: “alacrán”. “Garza”. Acouatl:“culebra”. Ahuehuentzin: “viejito del agua”. Alamantzin: “viejita del agua”. Si el “espanto” fue en el río se deben hacer los animalitos, el ahuehuentzin y alamantzin, que se representan con dos tamalitos en forma de muñeco y muñeca, ambos encorvados; si el espanto fue en el mar, se hace la cihuamichin. Los aires del cielo (o de la noche, de “arriba”): Citlalcosamalotl: “arcoiris”. Ixinecuilin: “pie torcido”. Citlalin: “estrellita”. Citlalcruz: “constelación en forma de cruz que “cuando sale está viendo hacia arriba, y como se va metiendo se va volteando”. Citlalcólotl: “constelación en forma de alacrán”. “A estos aires se les puede hablar para que se enferme la gente a la que se le tiene coraje”. 27.XI.96 Papayotzin: “estás loquita”. Papayou: “cuando uno se pone loquita”. Quicocuayohlo: “le duele su corazón”. Tlayocoy: “cuando uno está muy triste”. Melahtlauele: “corajuda”. Tlalmestl “como luna”. Yeyecatetl: “de los antiguos, de piedra”. Oquicuili tlasehuan: “le espantó”. Oquitonalcuil “lo saca su tonal, te espanta”. Cantiquisas: “cuando te pasan a traer”. Onihquelon: “me desconcerté”. Ocasiqui malor: “la hora llegada, se muerde, patalea, se cae, mal aire”. Ocasic yeyecatl: “cuando se espantan, de que se caen del burro”. Quextetepo: “una mujer vestida de cuero, burro sin cabeza”. Cutpitzo“jabalí”. Oquiyolcuaque: “un niño chiquito, le comen su animalito”. Don Francisco Flores Xalitla, 21.II.95 Rifa con baraja y con maíz, “riega”, da la “toma”, hace “limpias”, soba, cura couasihuiztli. Aprendió a curar cuando tomó la “toma.” Tiene 81 años, es originario de Xalitla, es casado y tiene un hijo. Se quedó huérfano a los 17 años, en 1933, en tiempos de Lázaro Cárdenas. Me presenté en la casa del señor Francisco Flores, Don “Chico”. Era una casucha que ya me habían señalado al pasar. La esposa estaba sentada, mirando de frente hacia la puerta. La puerta estaba abierta. Le pregunté que si allí vivía Don “Chico”. Titubeando, me dijo que sí, que allí era. Don “Chico” estaba detrás de la puerta, al fondo. Se asomó y me vió con una mirada particular, una mirada que manifestaba al mismo tiempo una especie de desafío y de desconfianza. Saludé y me presenté: “Vengo de parte de Don P., él me recomendó que viniera a verlo. Quisiera platicar con usted sobre las tradiciones del pueblo, sobre las enfermedades y sobre la forma como las curan. Estoy haciendo un estudio sobre todo eso”. “Uhmm, pues eso solamente con la toma”, espetó. Seguía mirandome desconfiado. 293 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 294 Poco a poco me fue empezando a platicar sobre su trabajo. Empezó platicándome el caso de una enfermera que curó exitosamente y del conflicto que él tuvo con el médico con quien ella tenía amoríos. “Una vez me llamaron para curar a una enfermera de Iguala. A esa enfermera la habían llevado ya con muchos médicos y no sanaba... hay enfermedades que no son de medicina, pues. Cuando llegué, un señor me preguntó: y usted ¿cuántos años estudió? ¡No! yo no tengo estudios, le contesté. ¡Entonces eres un estafador! No, yo trabajo derecho. Si no quiere que la cure me voy... En ese momento, la mamá de T., la enfermera, me llamó y me dijo que pasara a curarla”. “Para curarla, le dí una toma. La enfermera empezó a llorar, y así fue curándose. Ella decía que si estaba así era por culpa del Dr. M., que la obligaba a tener relaciones sexuales, so pena de despedirla. Él estaba casado, y además tenía otra amante la cual era la causante del daño, de la brujería que sufría la enfermera... luego el médico reconoció que yo sí trabajaba derecho, y hasta me trajo de regreso a mi casa. Claro que la familia de la enfermera le hizo firmar un papel en donde se comprometía a no hacerme daño”. “Yo le rezo a todos mis santos, trabajo con Dios, le rezo a San Martín, a Santa Ana para interceder por aquellos a los que los dejó su mujer, a San Apolinar, para pedir por los enfermos, a la Sagrada Familia, a Santo Santiago, al Cristo de Cuetzalan”. “Trabajo completo, me responsabilizo de mis pacientes, no quiero que luego se queden trastornados y me reclamen. Deben estar limpios de todo medicamento por lo menos durante ocho días, si no yo no trabajo encima de la medicina”. “Mi padre abandonó a mi madre por otra mujer cuando yo apenas era un chamaco. Desde pequeño sufrí mucho para salir adelante, desde niño empecé a trabajar”. “Me casé y tuve un hijo. Mi esposa tenía tierras de cultivo y yo me encargaba de trabajarlas. Luego que mi hijo creció, él tomó las riendas y se quedaba con todo el dinero y a mí nada más me daban de comer, hasta que me harté y dejé de trabajar”. “Entonces decidí pedirle al “señor de la planta” que me enseñara, preparé el brebaje, la toma, y me puse como loco durante doce horas. Yo ya no podía caminar, se me apareció un niñito que me llamaba... Yo le respondí que no podía caminar, me tomó d’este dedo (el anular) y me hizo caminar dentro de la casa, me llevó hasta el otro extremo, me hizo voltear al cielo y de repente ví una víbora, ¡una víbora volando! ‘¡Bájala!’ me dijo el niño. No puedo, le dije. ‘¡Bájala!’ ¡No alcanzo! Le contesté. ‘Bájala y azótala’ me ordenó el niño. ¿Con Testimonios de un pueblo nahua qué brazo la bajo? ‘Con el izquierdo’. Brinqué y la agarré. Cuando cayó al suelo se desbarató. Sigue buscando arriba, me dijó el niño. Venía otra víbora culebreando. ‘¡Bájala!’ insistió el niño. ¿Con qué brazo? ‘Con el derecho’. También se desbarató al azotarla. Luego, otra vez voltié al cielo y venía otra cosa muy grande... ‘¡Bájala!’ me dijo. ¿Ahora con cuál brazo? ‘¡Con ninguno! Ahora con la boca, ¡chúpala! ¡Absórbela con el aliento!’ ¡No puedo! ‘¡Andale!’ La fuí chupando... ¡era un escorpión! Se me atoró en el estómago, luego lo vomité. ‘Ya está’ me dijo el niño ‘ahora si vas a poder curar, vas a ser de los buenos, ya no vas a tener que trabajar en la tierra, curando a la gente será suficiente para que te ganes tus centavos y vayas comiendo’. Estuve a punto de quedarme loco, pero mis familiares obligaron a mi esposa a que me bañara, si no la iban a demandar. Ya que me bañaron me compuse”. “Las dos culebras que al atraparlas en el aire y lanzarlas al suelo se desintegran significan que venzo al mal y que ya puedo usar mis manos para curar. El escorpión que me tragué y que aún llevo en mi estómago, que a veces se enmuina y me hace sentir mal, me protege contra todos aquellos que quieren hacerme mal, pero de todos modos, necesito ayunar y rezar constantemente. 295 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 296 El niño que me hace descubrir estas facultades de curar y a quien tengo que obedecer, en realidad es la planta, ¡porque la planta es alguien, es una persona!” “La planta que me dio mis poderes se llama San Pedro y San Joaquín. La planta me dijo: pronto vas a curar a un amigo tuyo que luego va a ser tu enemigo”. “Y así fue, después de haber empezado a curar, un amigo cayó muy enfermo, en cama, no se podía ni mover. La familia no quería que yo lo curara, pero el enfermo me mandó llamar, entonces sí le hice una regada en cruz. Y lo levanté, empezó a caminar. Mandé traer al que le había mandado hacer daño, al que le había pagado a otro para que emborracharan a mi amigo enfermo y que no se pudiera defender”. “El que había mandado hacer el daño no quería ni creía que yo fuera a curar a mi amigo. Incluso decísi lo curas ¡te agarro los huesos! Cuando se dio cuenta que mi amigo ya estaba caminando tuvo que tragarse sus palabras”. “Eso del daño es feo. Ese daño o cochinada es algo que si ya tienes el conocimiento, se puede hacer de muchas maneras. Basta con que toques a alguien así, una o dos veces” - me tocó el dorso de la mano – “o con unas palmeaditas en la espalda, y ya no se curan …hasta que te hablen a ti”. “Pues si quiere aprender a curar tiene que tomar la toma... ¡lástima que viva tan lejos!” “Hay buenos aprendices pero no todos pueden, hay que ayunar y rezar y pedirle a la yerba que te guíe, sólo ella puede enseñarte. Uno quiso hacerlo, me obligaba a que yo le enseñara, creyó que bastaba con sólo tomársela y ya. No, no es así de fácil, ya me han llegado dos pacientes trastornados por culpa de ese que le digo… ¡hay que hacer el trabajo completo!”. La Elección del Tepatiani “Cuando me casé trabajaba mucho para mi esposa y mi hijo sin recibir nada, después de un tiempo de estar así decidí que ya no quería trabajar, porque ni mi esposa ni mi hijo me daban nada, ni siquiera un sombrero, o una camisa o algo”. “Entonces dejé de trabajar y pensé que sería mejor envenenarme... un día que pasé por el río, cerca del puente, encontré esa planta que sabía que era veneno, la corté y le hablé, porque esa planta está viva, entonces le pedí que me llevara, pensé que eso era mejor que irme a cargar botes de cemento y luego encontrarme por allá a uno de mis paisanos y que se burlara de mí”. Testimonios de un pueblo nahua “Me tomé la hierba, le pedí permiso de tomarla, porque es sagrada, la machaqué y me la tomé, me puse muy briago, y cuando estaba bien briago se me presentó un niño encueradito, me pidió que lo siguiera, pero como estaba muy briago apenas podía arrastrarme, entonces el niño me llevó jalando del dedo de enmedio hasta el monte”. “El niño me dijo que no me podía llevar como yo se lo pedía, porque en el cielo le dijeron que todavía no me tenía que llevar, entonces me dijo que escogiera un oficio de los que él me podía enseñar y entre ellos estaba el de poder curar y el de echar brujerías. Yo escogí aprender a curar, entonces el niño me enseñó todo lo necesario para poder hacerlo, me pidió que primero curara a un familiar y que luego me diera a conocer”. “Como agradecimiento hice la promesa de tener siempre cinco veladoras prendidas”. 19.III.95 La oración que se usa para tener éxito en una cantina : “San Martín Caballero, no seas tan culero. No me acerques mezcalero ¡acércame puro cervecero!” Llegué cuando Don Chico estaba terminando una consulta. Su hermana T. N., me recibió con mucha desconfianza. El padre (el sacerdote del pueblo) dijo que no había que confiar en los extraños porque ha habido muchos robos, comentó. “Pero a él ya lo conocemos, ya ha venido y sabemos en dónde llega”, dijo Don Chico. Había una pareja de unos 40 o 50 años de edad que le pedía ayuda para curar a su hijo, el cual se había vuelto muy agresivo, incluso con sus propios hermanitos, a quienes les “mentaba la madre”. “¡Y son de la misma madre!” decía el papá. Al hijo, según lo que Don Chico “rifó” en un plato con los maicitos, lo había “embrujado una mujer para que nomás pensara en ella y estuviera rendido a sus pies”. “¿Se puede curar?” preguntaba angustiado el papá. “Sí, es fácil” respondió Don Chico, “pero tiene que recibir la toma”. “¿Cuándo lo traemos?” preguntaron los padres. “Mañana, si quieren” respondió Don Chico. 297 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 298 La rifa Don Chico conoce y utiliza dos métodos para “rifar” a las personas. Uno es con la baraja y el otro con doce granos de maíz y doce pedacitos de copal. Según la posición que tomen los maíces al caer en el agua, o como vayan saliendo las cartas, se pueden desprender datos como precisar el día, hora y lugar en el que se sufrió una caída que provocó un espanto, dolores en alguna parte del cuerpo, problemas conyugales, enfermedades graves, embarazos, envidias, corajes o algún evento que pudiera provocar el malestar de la persona que busca la “rifa”. “Doce maicitos y doce copales son arrojados en una jícara o en un plato, y según como caigan se indicará el tratamiento. Si un copal cae en medio del maíz, es que le hicieron algún mal al individuo enfermo, es “ajeno”. Si ese copal sube del estómago a la cabeza del maíz, y luego baja, es que el enfermo tiene naúsea. Quiere arrojar el mal. Si el copal queda en la cabecita o a un lado de la cabeza del maíz, es que allí le duele al paciente. Si un maicito se mueve entre las hileras, quiere decir que en una cañada se asustó el paciente”. Para Don Chico es igual adivinar con los maicitos que con la baraja. Dice que los loquitos se pueden curar definitivamente, también los que tienen alferecía e incluso los alcohólicos. “Todos ellos se curan definitivamente con un remedio o con la toma”. “Algunos son borrachos porque alguna mujer o algún cantinero les echó algo en la bebida. Con la toma ya dejan de beber para siempre, es definitivo. Hasta pueden curarse los que diario andan tomando, pero el brebaje es diferente. El tratamiento es definitivo, ya tengo incluso la medida (es una botella chica de Coca-Cola)”. También a los que están muy tristes y a los desesperados los puede curar “¡Los médicos no pueden curarlos!” exclama. Una vez le trajeron a “un señor que se había enloquecido. Estaba muy agresivo, traía un machete y un palo, quería matar al que se le pusiera enfrente. Ya tenía dos meses así, me lo trajeron amarrado en una camioneta. Así, amarrado, le di una toma bien cargada. En ese caso no pude tener ayunadores”. “También le había hecho una rifa al loquito, y había descubierto que era su mujer la que le había hecho mal, pues ella ya no lo quería, aunque tenían hijos, él mejor prefería volverse a casar con otra muchacha. La esposa había alquilado a alguien para que le diera una bebida al loquito, pero el peón había confesado. A fin de cuentas el comisario del pueblo metió a la señora en la cárcel”. Don Chico afirmó orgulloso: “Con la toma ese señor quedó curado, ya no está loco”. Testimonios de un pueblo nahua Cuenta Don Chico: “Otra señora tenía 3 años con alferecía, frecuentemente le daban ataques, se caía, se golpeaba, se hacía (perdía el control de esfínteres) y se mordía la lengua. Ya la habían estado tratando los doctores y no se podía curar. Una sola vez le dí la toma y ahora ya hace su vida normal, incluso se va sola al mercado de Iguala a vender ciruelas”. “Otra persona tenía un año con alferecía y también se curó igual”. “Un día de muertos caí enfermo, con calentura. Tenía mucha fiebre y caí en cama (estaba acostado cerca del altar doméstico y de la mesita que hace las funciones de comedor). Los demás se habían ido a llevar las ofrendas, el café, el chocolate… De repente ví venir a unas personas, de rodillas, que se acercaban al altarcito, me fijé con cuidado, pues me asaltó la duda de saber quienes eran esas personas, entonces las reconocí a todas, menos a una, eran mis familiares que ya se habían muerto y venían a comerse su ofrenda de muertos”. “ ‘¡Mira nomás qué pobres están! Ni siquiera un petate nos pusieron en el suelo’ comentaban entre sí las apariciones. Luego bajaron los platos servidos hasta el tope… nomás los olían, así los regresaron llenos, cuando ya se iban, cuando ya iban caminando de regreso, notaron que yo estaba en cama”. 299 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 300 “ ‘Mira a este enfermo’ dijeron. ‘Aquí lo dejaron, ¿por qué no lo llevaron a hacer alguna ofrenda?’ Pues ahora sí que ya me voy a morir, pensé, pos ¡ni modo! si quieren, que me lleven, estoy conforme”. “¡Si me asustaron! Porque luego de que dijeron eso me quedé desmayado. Cuando me desperté, oí que mi esposa y mi mamá estaban llorando junto a mi cama, porque creían que ya me había muerto”. “A veces también me solicitan para limpiar los negocios. Los viernes hay que barrer en las tiendas porque si no, se va la buena suerte”. “Yo a veces no utilizo la saliva para sobar junto con plantas, en su lugar utilizo una mezcla grasosa. La razón de que no uso mi saliva es que a algunas personas les da asco, sin embargo, yo prefiero sobar con mi saliva”. “Santo Santiago es bueno. En 1934 se apareció para defender a los de un pueblo de por allí. Les estaban matando el ganado para exportar carne empacada, era orden de Miguel Alemán”. “Santiago enfrentó al presidente, fue hasta el palacio de gobierno y se metió con todo y su caballo”. 14.IV.95 “La planta que me dió el conocimiento es el ‘buen hombre’. Es la planta macho, porque también hay planta hembra. Mire, este es el buen hombre, con su raíz y su tallo, es color verde, tiernita”. “Esa planta no es peligrosa. En cambio el cecectzin sí, porque se pega en el estómago y no se puede echar fuera, esa fué la que le dieron al señor B., al que falleció. Yo creo que le hicieron coacihuiztli, ya lo tenían amenazado en otro pueblo, gente mala, pero él no creía y eso es lo que pasa”. “Lo que pasó en ese velorio lo hizo un tecolote, para que vieran que lo aborrecía. Los tecolotes pueden arrojar piedras”. “En Maxela, por dar la toma cobran 2000 ó 2500 pesos. Hay 3 personas que curan, como J.G., por ejemplo”. Durante la entrevista, llegó la señora D., pidiendo que le “rifara” a su esposo. Don Chico no quiso rifarle; su excusa fue que no tenía maicitos preparados. Tiene que prepararlos con ayuno. Indebidamente, propuse que lo “rifara” con las barajas, pero dijo que no se podía, pues las barajas no se mueven y no iba a saber si había sido pleito con alguien o si se había espantado en algún lugar. Creo que simplemente se negó a rifar, pues luego me explicó que cuando no creen, o cuando no le pagan, ya no les trabaja, pues allí anda él arriesgando a veces que la tomen contra él y no se lo agradecen. Testimonios de un pueblo nahua Don Chico se reserva el derecho de curar: a quienes no creen en él ni en sus tratamientos no los atiende. En su altar doméstico siempre tiene cinco veladoras para sus santitos. También me mostró la planta que llama San Pedro. Parecen hojas de lechuga, unas estaban secas y otras estaban frescas. Según él, el efecto es igual que con el cecectzin. Esta planta hace hablar, pero no se toma, se aplica en el cuerpo y actúa, se absorbe. “El ‘buen hombre’ sí se toma, ayer le dí cuatro tomas seguidas a un enfermo que tenía dos años que ya no podía trabajar, estaba triste, dormía poco a medianoche, no comía bien, estaba flaco, estaba muy nervioso y ya no salía adelante. A la tercera toma ya le dolió vomitar, pero todavía le dí una cuarta toma y ese vómito le dolió aún más, pero entonces sí arrojó una lombriz verde que luego quemaron con alcohol, y ya quedó aliviado”. “En la rifa supe que no era enfermedad de médico sino que era cochinada. Cuando uno no ve bien es por la enfermedad de las rodillas, los dolores de rodillas hacen que uno no vea bien, se sube a la nuca porque las venas llegan de las rodillas hasta arriba de la cabeza, y por eso se nubla la vista”. “El ‘buen hombre’ es el que cura, a él se le pide, se le reza, yo le digo que sólo soy el ‘pie’. Ellos, los que quieren curarse, te traen ofrenditvelitas, un pollo cocido, incienso”. “El ‘buen hombre’ no quiere que tomen refresco, ni picante, ni carne de puerco, ni antes de la toma, durante varios días, ni después, porque si no el enfermo arroja sangre, por arriba o por abajo”. “Ayer a un enfermo se le ocurrió pedir una ‘yoli’ después de sentirse mejor con la toma. Le dije que no, que si no, yo no respondía por él. Les advertí antes, delante de su papá que pagó la curación, no me hizo caso y empezó a “obrar sangre” a las dos de la mañana. Vinieron a buscarme y les dije, ya se los había advertido, y ahora vienen a desvelarme, fui y le hice un atolito, luego le hice una limpia y fuí a dejarle los tamalitos. Cuando regresé ya estaba dormido, bien tranquilo”. “Una sobrina nació con un don. Una vez que la estaba curando, ella pidió tomar agua y fue a un ojo de agua. Cuando se agachó a tomar agua, un tecolote la golpeó en la nuca y perdió el conocimiento, quedó como muerta; como estaba en mis manos, me puse a rezar y a sahumarla hasta que recuperó la conciencia”. “Algunos naguales se juntan para matar a otro, le hacen un tecorral y lo atrapan. Todo depende de qué animalito tenga uno, si uno es un animal pequeño, de uña, y lo ataca un tigre o un león, pues no se puede defender”. 301 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 302 Una rifa con baraja 15.IV.95 Se suponía que M. iría con Don Chico para que éste le rifara a R. Esperamos inutilmente a que llegara. Al cabo de un rato me dijo Don Chico: “¿Quiere ver cómo rifo con las barajas a alguien que me encargaron?” Se acercó a la cama y empezó a rezar un “Yo pecador”, seguido de una invocación a varios santos (entre ellos, el Santo Niño de Atocha). Luego pidió auxilio para saber qué le pasaba a M.C. y a su mujer, que fue la que le pidió que le dijera lo qué tiene. Revolvió las cartas y barajeó, después de meter cuatro cartas en el centro: as de copas (la casa), rey de copas (el papá), sota de oros (la señora) y el caballo de oros (el marido). Separó las cartas en grupos de diez y las colocó horizontalmente, igual, en grupos de diez. El siete de espadas indica pleito, coraje. El tres de espadas indica el número de días. El tres de copas es que le dieron tres cosas. Los reyes o caballos son amantes que ella tiene, las sotas son sus amigas: una de ellas le desea la muerte. El dos de espadas es el camposanto. El tres de bastos es la Cruz de Jerusalén; también indica la muerte. El seis de copas es el camino. El cinco de bastos son los dolores en los brazos, en la cintura y en las piernas. El cinco de espadas, igual, son piquetes o punzadas en los mismos lugares. El cinco de copas es dolor, la copa del centro indica que el estómago se infla (la señora se quejaba de dolor en el estómago y de preocupaciones). Los oros son el dinero. “El problema de ella es que se le juntaron los amantes” concluyó don Chico. “Algunos que no son locos de nacimiento enloquecen porque una mala mujer les ha hecho algo malo, les dan a beber o a comer su regla y aquel ya no la olvida. No puede dejar de pensar en ella, y al dejarlos la mujer se vuelven loquitos”. “O por ejemplo, L., el de Ameyaltepec, se enloqueció porque la mujer ya no lo quería, y con ayunos y rezando detrás de una cruz en el camino le hizo brujería. Los que enloquecen así, en unos días se curan fácil con el ‘buen hombre’ ”. “¿Usted tiene consultorio en México? Usted puede curar a los loquitos con el ‘buen hombre’. ¡Hágales creer que luego les dará inyecciones!” “Las grandes tristezas, las preocupaciones que no dejan dormir, también se curan con la toma. Si la toma es de ‘buen hombre’, los enfermos no se trastornan, sólo con el cecectzin se trastornan. La alferecía también se cura con la toma”. “Una vez curé a una muchacha gordita que tenía ataques, se mordía la lengua. Me le encimé y le puse mis rodillas en el estómago primero, luego en un brazo y en una pierna, y la detuve con mis manos. Cuando se despertó, cuando volvió a su conocimiento, la bañé con agua fría, con todo y ropa. Así se alivió y ya no le volvió a dar ningún ataque”. 14.V.95 En Coacoyula hay mujeres bonitas pero saben dar ‘agua de tambache’. El hueipactli, el “buen hombre”, sus bejuquitos son buenos para curar a los hombres que les andan llorando a algunas mujeres, a los hombres que les dieron ‘agua de tambache’ . “El difunto B., cuando estaba tendido, le andaba un alacrán encima. Esa era la enfermedad que le echaron, se la echó algún chapulinero. La gente luego dice: te van a dar chapulín con limones”. “Se dice tetlanonoxilia, que también puede echar chapulín. Se llama a citalcruz, a citlalcueyo, de noche, se nombra al que se aborrece”. “La cihuateyuga, la mujer que se aparece es ‘aire’. Si la sigues te quedas ciego”. 303 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 304 “El brujito nace en domingo a media noche o a medio día, trae león o tigre, nacen en martes o en viernes”. 11.VII.96 “Vengo a ver si me busca”, dijo Doña Ch. Don Chico “rifó” con baraja a la señora Ch. Se sentó en su mesita ubicada frente a un altar, en donde tiene las imágenes de varios santos y cinco veladoras encendidas. Sacó su baraja, escogió y acomodó algunas cartas, por número, en cuatro montones: los unos, los dieces, los onces y los doces respectivamente. Le indicó a Doña Ch. que ella era el diez de oros, y luego dijo algunas oraciones en las que incluía el nombre de Doña Ch.. Luego revolvió todas las cartas, las partió en dos y encimó las dos partes formando una cruz, y las persignó. La señora se notaba muy nerviosa y estaba muy atenta a las reacciones de Don Chico. Don Chico acomodó las cuarenta barajas en cuatro filas de diez. Las observó por unos momentos haciendo un gesto de afirmación, como de estar viendo en las barajas algo que ya sabía y únicamente lo estuviera comprobando. Entonces le preguntó, señalándole, si le dolía la cintura, si sentía como piquetes. Ella respondió extrañada que no. Después Don Chico le dijo que había alguien que visitaba mucho su negocio, y que esa persona no tenía buenas intenciones. También le dijo que había una mujer que pretendía a su marido, y era esta mujer la que le estaba echando los males, y por lo tanto ella se tenía que preparar, prendiendo cinco velas de sebo chicas, para que no le hicieran efecto esos males. Durante la consulta, Don Chico recurría a ejemplos de casos parecidos al de Doña Ch. y contaba cómo los había remediado. Después le dió algunos consejos. Doña Ch. se veía muy apurada, quería irse, preguntó cuánto debía. Don Chico le pidió diez pesos, ella traía en las manos esa cantidad precisa, como si ya supiera la tarifa. Pagó y se fue. Espacios y tiempos “Los días martes y viernes son buenos para rifar”. “Es peligroso rifar de noche en el panteón”. “Los que nacen martes o viernes a media noche o a medio día, nacen con su brujito”. “A las tres de la tarde es buena hora para regar”. “Las rifas pueden realizarse a distancia. Se puede rifar a una persona aunque ésta no esté presente. Igualmente se les puede regar utilizando alguna fotografía o alguna prenda de su pertenencia”. Sobre la toma “Al dar la toma a una persona, ésta puede ver y decir qué persona le mandó la enfermedad”. “Con el vómito que provoca la toma, el enfermo puede arrojar animales como cucarachas, culebras, sapos y hasta un marranito”. “Al tragarse la toma, el paciente tiene que vomitar o tener diarrea, tiene que sacar todo, hasta el remedio lo saca. En caso de que no saque todo, la persona puede volverse loca, entonces se le tiene que dar más toma… hasta que lo saque todo”. “A una señora a la que le dieron toma y no sacó todo, se quedó sin su conciencia, nomás estaba sentada, tapándose la cara con un rebozo, le daba pena ver a las gentes, no les podía hablar. Entonces le dí remedio, hice que sacara todo y luego le volvió la conciencia a la señora”. Etiologías Hay muchas maneras de enfermar a alguien : - Se roba una prenda de la persona, se hace un muñeco con ella, se le clavan alfileres y se entierra abajo de la cama. - Cuando una persona saluda de mano o da algunas palmaditas en la espald“hay veces que en la mano lleva la maldad”. - Poniendo la tierra de tres panteones en la puerta de la casa de la persona a quien se quiere hacer mal. - O poner la sal de tres cantinas para que tenga mala suerte en el trabajo. - Enterrar en el panteón alguna prenda de la persona con espinas de órgano. Una “rifa” con granos de maíz 12.VII.96 Esta mañana llegó un señor a casa de Don Chico a pedirle que “rifara” a su sobrina, que estaba muy enferma en Los Angeles, California. Don Chico sacó un pañuelo en el que tenía envueltos doce granos de maíz 305 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 306 y doce pedacitos de copal. Sacó también una vela amarilla y un candelabro, un plato blanco de loza y una cuchara. Colocó la vela en el candelabro y la encendió con una veladora del altar. Frente a la vela puso el plato y lo llenó con agua que tenía en una cubeta de plástico a un lado del altar. Comenzó diciendo unas oraciones y el nombre de la niña, arrojó los maicitos y el copal al plato con agua, observó los movimientos que hacían por varios minutos y luego comenzó a interpretar: “Lo acaba esto, esto le duele mucho, aquí estan los dolorcitos, mira, aquí también se ve cuando el copalito... mira, esta es la sepultura, este de aquí mira, de aquí para allá, estos siete maicitos, este es sepultura y aquí es una cruz mira, para ella, mira, aquí está la diarrea que tiene ella, esta es la diarrea, esta niña está delicada”. “Una ya se estaba muriendo, allá también (Estados Unidos). Una niña, sí, me hablaron como cuatro veces, ándale vete al panteón a llevar ofrenda, le digo, se la quiere llevar tu tía, sí, se la quería llevar, ándele le digo, yo le voy a regar aquí, y le regué de presto, ahí nomás atrás de la casa, ahí en la calle. Me volvieron a hablar otra vez en la tarde, ¿cómo está tu mamá? le dije, traígansela mejor si la ven más grave. No, dice, ya volvió. ¡Ah! pues porque fueron al panteón, y aquí yo le regué también”. Después de ese primer diagnóstico, Don Chico sacó los granos de maíz y el copal con la cuchara, volvió a rezar, tomó los granos y el copal y los lanzó de nuevo al plato. Don Chico: “Mira, fíjate bien, aquí está ella, mira en medio, aquí está, aquí están dos, mira, son cargadores, pa’ cuando la carguen, por eso te digo, esto va a ser una lucha, se le va hacer la lucha, si tienen el retrato de la niña, aunque sea en el retrato, porque mira ya aquí está, aquí está mira, los que van a cargar, cuatro y ella está en medio (se refiere a los que llevan el féretro). El pecho es el que le duele, hay veces que le duele y devuelve ella, y ese es peligroso, devuelve uno mucho y luego la diarrea”. Consultor: “Es más peligroso”. Don Chico: “Entonces ya no... ” Consultor: “Sí, ya no... se acaba uno”. Don Chico: “ ‘Ira (señalándo los maicitos), ‘ora ya nomás ellos quedaron, aquí está, ‘ira, aquí están esos, ya nomás ellos quedaron ¿Cómo se siente ella? le preguntan del dolor que tiene, como salió aquí; esto quiere rápido (necesita tratamiento urgente)”. Consultor: “¿Y a qué hora va a regarle? ¿No lo vas a querer ir a regar?” Don Chico: “A las tres, a las tres quiere”. Consultor: “Sí, pa’ que los tenga listos, y ¿cuántos tamalitos?” Testimonios de un pueblo nahua Don Chico: “Doce: seis muñecas y seis hombrecitos. G. también estaba enfermo, pero ¡bah! ‘ora ya no. Le fuí a regar de noche, y de noche es peligroso, yo con Juana y éste, fuimos al panteón a media noche, ahí estaba C., cerca del calvario, nos vió quizás, y sí nos tardamos, lloviznó y entonces nos vinimos, fuimos un viernes a media noche”. Consultor: “Sí, no, si es peligroso”. Don Chico: “Y le pusieron... más allá le fuí a sacar su playera, sí, de ahí se la sacamos (del panteón), fuimos a media noche. Ese tío de F.O., también, un calzoncillo también, y se lo sacamos también. No amigo, hay gente cabrona...” Consultor: “Sí, hay gente malísima, pues...” Don Chico: “Yo pues ‘orita ya no quiero... un día fuí, había gente, ahí estaban en la orilla del panteón, ‘on ‘tá la puerta, ‘on ‘tá el tanque, ahí se fueron a parar, a ver qué cosa hacían. Nosotros vamos a lo que vamos, no vamos a hacer tonterías, si alguien está enfermo pues va uno allí, pues”. Consultor: “Sí, ya también me han alquilado, a rezar el rosario, una magnífica... ¿Entonces va a ir al rato? Para que lo prepare esta señora... los tamalitos, a las tres dice”. 307 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 308 Don Chico: “Ahí voy pues, pero sácalo su retratito para que lo pongamos en la silleta”. Consultor: “Sí, el retratito está así (hace la seña del tamaño)”. Don Chico: “Ah bueno, entonces sí está bien, porque no tienen ropita de ella, si no, en su ropita fuera (sería)”. Consultor: “Pues si la hallamos… la vamos a buscar”. Don Chico: “Anque pues, allá voy pues”. Enfermedades 14.VII.96 A los niños que “tienen su nagual” les da tres granos de pimienta, tres gotas de alcohol y palo de brasil. El que tiene Yeyeca coacihuiztli necesita la toma. Tiene desesperación e hiporexia. “Hay flema verde, dolor de huesos, ardor de estómago, se quita el hambre, naúsea, calentura mansa, escalofrío, insomnio, gran tristeza”. Coacihuiztl“se trata con masaje, sobando”. “Cochinada”: “se cura con la toma”. Granos o “ajeno”: “es cuando hicieron un muñeco de trapo que representa al enfermo”. Ocaciqueiscuintzin: “le agarraron su animalito; hay llanto, muerte. “Susto o espanto se dice, Oquicuiliitlacehuan que significa le quitó el espíritu, la sombra. Las causas del susto son caerse, que a alguien lo tumbe el burro, que se tropiece, que se encuentre una culebra, que lo atropellen. Los síntomas son desesperación, fiebre, dolor de huesos (que no se quita con inyección), tristeza, pesadillas, pérdida del apetito, no pueden trabajar. El tratamiento: se le vuelve a dar su sombra, se hace una rueda y se sahuma con copal, se usa agua, se hacen unos muñequitos de masa, seis hombres y seis mujeres. A cada muñequito, o sea, a los aires, se le reza una estación. Se le pide permiso a Dios”. “Brujería se hace un muñeco y se pone en la hornilla y se le ponen siete espinas de huachinango más unas velas de vidrio, y además se hacen oraciones, se puede matar a alguien”. Don Chico 14.VII.96 Cuando ella se levantó, cuando se paró, le escocía la cola. Al otro día, creo que a la una o a las dos de la mañana, se iba a ir para México, ya no fue. ¿En la madrugada? En la madrugada. Se le puso así, la cola, pero le dolía mucho, ese era couasihuiztli, bah. Y entonces pues, me llamaron como a las cinco de la mañana. ¿Pues, cómo se lo pasaron? Pues en la silletita, ahí lo dejaron en la silleta. ¿Entonces lo pueden dejar en cualquier lugar? En cualquier lugar. Sí, en el camino. ¿En el aire también? En el aire y en el camino. Con la mano me dijo, ¿no? Al saludar. También se puede, ese se puede en el camino, lo ponen por ahí, eso es especial para una persona, no es para toda la gente... ¿Pero y cómo qué es? Es mal aire, pues. Es un mal aire. Yo estaba confundido, yo pensaba que era diferente enfermarse por aire. El mal aire ese, es el mal aire, te quita el espíritu... ¿Cómo se dice en mexicano, el mal aire? Yeyecacouacihuiztli, yeyecacoua. Pero no dicen así, nomás dicen coacihuiztli. Ajá, pero uno es couasihuistli y otro es yeyecacouasihuiztli. Ah, son diferentes. Sí, son diferentes, son dos. ¡Ahí está! Por eso no le entendía. Entonces, eso es malo, ese desprende todo el cuerpo, todo, luego baja hasta los pies. ¿El yeyeca o el otro? Ajá, no, ése. Entonces ese que es mal aire, ese no se pega con con el saludo. Lo dejan en el camino. No... pues... en las tomas, en las tomas se ve también. Ahí, ahí los regalan, en las tomas. ¿Qué regalan? Esa enfermedad, esa maldad, porque ahí ofrecen mucho. No le entiendo. Cuando, cuando está uno briago, como la hierba lo embriaga a uno, ¿verdad?... se le revela por qué y cuándo le dio. ¿La toma es para curar el couacihuiztli? No, la maldad, que tenga uno, el mal. ¿Y ese cómo se llama, en mexicano? ¿Cuál? Que tenga uno una maldad. 309 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 310 Este, se llama “cochinada” pues. ¿No tiene nombre en mexicano? Cochinada pues… ahí está un señor, ahí, cuando le di la toma, él quiso de noche, andaba con dos palitos, ya no podía andar. Vino y le dije pues, que ¿cuándo?, me preguntó que si le quería dar una toma, le dije que sí… dijo, yo quiero en la noche, cuando ya se durmió la gente. Me revuelvo con los nombres de las enfermedades, se parecen. Uno es yeyeca couacihuizlti ¿o cuacihuiztli? Couacihuiztli, coua. ¿Y, cuál es en la que me dijo que hasta pueden sacar un marranito? Cochinada. Eso es cochinada, es diferente. ¿Son tres diferentes enfermedades? Sí. ¿Las tres se curan con la toma, o es diferente? Sí, el yeyecacouacihuiztli está adentro, se sale con la toma. ¿La “cochinada”? Pero, ¿y los otros dos también? No, ese sólo con la mano. Nomás que es delicado, ese es delicado. ¿Sólo con la mano se cura? Sí. ¿O se pega? A veces se pega, se le queda a uno. Si no, si no está uno preparado, se le queda en la mano y luego luego se entume hasta de aquí. ¿Y ese lo cura con masaje, el yeyecacouacihuiztli? Sí. El couacihuiztli nomás. ¿Y el yeyecacouacihuiztli con qué lo cura? Con la toma. Igual que la cochinada, pero ¿no es lo mismo? No, ese es otro, eso es flema. Eso es flema. ¿Cuál? El yeyecacouacihuiztli. ¿Flema? Eso es flema, sí. ¿En qué consiste? ¿cómo es el yeyecacouacihuiztli? Pues, es flema verde, así, está mezclado con la baba. Enton’s ese, por más que lo cure el doctor, no, ese no puede, porque la hierba es especial para eso. Claro. Cura algún grano, es un grano que tenga uno, que nunca se pueda aliviar, con ese se le echa, se le lava y se le pone el polvo. Testimonios de un pueblo nahua ¿Y ese cómo se llama, el de los granos? Pues también cochinada, ajeno, se dice, es ajeno. ¿Los granos, es igual que la cochinada? Sí, sí, pero ese, ese consiste en un muñeco, en un trapo, alguna playera, algún pantalón, algún calzoncillo. ¿De la persona? Sí. Don Chico, me puede explicar ¿qué le pasa a la persona que tiene yeyecacouacihuiztli? ¿Cómo se enferma? ¿Qué tiene? ¿Qué le duele, o qué le pasa? Es dolor de huesos, y le arde por dentro. ¿Dónde le arde? El estómago, no le da hambre, siente que lo tiene, este, el estómago amargo. Porque cuando come uno, le quiere dar vómito. Le quiere dar, ¿pero no? No, no lo saca. ¿Y qué más le pasa a esa persona? 311 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 312 Calenturita, mansa. ¿Calentura mansa? Sí, ese cabrón, ese duele harto, hasta frío pega. ¿Escalofrío? Sí. ¿Qué más le pasa a la persona? Nada. ¿No hay dolor de cabeza, o que no duerma? Sí, también si, pues no lo hace dormir. ¿Le da tristeza, o no? Sí, si, desesperado, desesperado. ¿Lo que llaman tlayocoya, les da a esas personas? Sí, sí. En español, ¿cómo diría tlayocoya? Tristeza. Pero, ¿es una tristeza pequeñita... ? No, grande. ¿Muy grande? Muy grande, desesperación, por eso aquí en la baraja sale... en la baraja sale el que tiene, como a este ya le sacamos, ya le vimos lo que tiene... ¿Tiene de este, de esta enfermedad yeyecacouasihuiztli? Sí. ¿Le salió a ella? Sí. ¿En el maicito también le salió? Sí, también salió, no ves... ¿Los dos copalitos? Sí. En este... donde salió el maicito, salió el maicito. ¿Con el maicito salió también? Sí, con el maicito. En este cuando salió el maicito, salió el maicito, se acuerda cuando salió el maicito, con el copalito se le puso en medio... a ver qué le corría aquí... ¿Y le dice en la baraja o en el maicito dónde se…? Donde le duele. El apunta donde le duele. Muchacha.- ¿Le salió aquí, verdad? Ajá allí salió pues, él apunta pues. Entonces le digo ¿te duele esto? Antes de que, antes de que me enseñe. Te duele esto ¿aquí? Sí. Aquí está, mira. Y ahora, ¿te duele la cabeza? a... aquí está tu dolor, esta es la enfermedad que tienes. Testimonios de un pueblo nahua ¿Y esa enfermedad le puede dar a cualquier persona, de cualquier edad, o nomás a los grandes? No, a cualquiera. ¿A los niños también? Sí, a los niños también. Uy, a ese niño me lo trajeron, se estaba muriendo. ¿Ya lo habían traído antes? Ya, ya, ya por eso lo mandé a traer. Este, hace ocho días, domingo, me lo dieron, que lo cuide yo, entonces está a mi responsabilidad… Usted dice, ya, ya está grande y nosotros vamos por algo, nosotros ahí estamos, lo vamos a defender, ¡bah! ¿Y este niñito, qué enfermedad es la que tiene? Le agarraron su animalito, esos nacen los viernes, los que vienen por la noche, los martes, los viernes, pero a media noche o a medio día, los medios días y las medias noches, dos de la mañana, una de la mañana, alcanzan todavía grande. ¿Cómo se llama cuando le agarran su animalito, en mexicano? ¿Cómo le llama a esa enfermedad? Pues, se llama ocaciqueyeyecatzin. Ah, le “agarraron su animalito” ¿Desde hace mucho? Pues tiene como un mes, dos meses, pero pasó esto el domingo hace ocho días, íbamos pasando aquí en la peña, y pues yo no sé, pues yo nomás, porque es más lejos, que si nos andaban espiando, pues no, para nosotros es fácil, para ellos no es fácil. Íbamos como ocho, como diez, veinte por ahí, así, pero yo iba adelante, entonces pues, y había un cazador ahí, según, por ahí estaba, no sé pero... aquí le quedó el plomo, en la pierna. ¿Le dio un balazo? Y entonces... ¿Pero era como un aire o era un balazo de a deveras? De veras, era un balazo de a deveras, y luego yo me caí, me caí luego, estaba yo en la hamaca y... ¿No le sacaron la bala? No, no ahí está. ¡Cómo aguanta! Pues siempre, pero ahora ya camina bien ¡bah!, y entonces, este, los que vieron, oyeron, le tiraron, le tendieron y vieron de dónde salió. Le dieron vueltas ahí, y se juntaron... no lo... nomás los despedazaron. ¿A quién? 313 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 314 Al hombre ¿Sí lo encontraron? Sí. ¿Lo olieron? Lo olieron. ¿Quiénes? Los animales, al cazador. ¿Traían perros? No, en persona, así, de animales. Es que a veces usted me está hablando de una cosa y yo pienso en otra. No, no. Estoy diciendo la verdad. Y entonces pues lo balearon y... ya se para, te digo, ya, pero no puede, pues nos vamos a quedar un rato aquí, ya nos quedamos por aquí. ¿Y qué animalito era el que despedazaron? No, no era animal, era gente, un cazador. ¿Qué es un cazador? Tirador pues, el que tiene retrocarga. Pero querían cazarlo a usted. Sí, ¡bah! ¿Y ese cazador tenía animalito? No tiene, es cazador. ¿Ya ve? Es cazador, o sea es tirador de... es tirador, y ya ve, por ahí pasábamos, pues no íbamos por él. ¿Y con quién iba usted? ¿Mande? ¿Usted, con quién iba? Con este chamaco lo llevaba, y otro, y otras personas que no son de aquí también. (se dirige a otras personas), lo agarraron. ¿Y ya lo mataron? Lo mataron, por más que les... pues eran hartos, entonces ya no podía tirar, ya no le dejaban, nomás ese ¡bah! Sí, es trabajoso pues, peligra uno. ¿Corre mucho peligro? Muchas gentes se han caído de la cama nomás y se mueren. Más chiquitos, los recién nacidos se caen de la cama y no se mueren, en un descuido de su mamá. Don Chico, y este niño que le amarraron su animalito, ¿quién se lo puede amarrar? Otro niño. Testimonios de un pueblo nahua ¿Tiene que ser otro que tenga animalito, pero ya grande? Pero si él está chiquito pues cualquiera, aunque esté medianito se lo puede joder. ¿Y qué le pasa a un niño que le amarran su animalito? Se muere, y no le dejan que hable, que diga quién. ¿Y qué siente el niño, tiene dolores, o qué tiene? ... ¿Y cómo le desamarra el animalito? Usted lo aprendió, tiene el animalito, ¿qué tiene? Sí. ¿Sí tiene? ¿Por eso usted lo pudo desamarrar? Sí (habla con un niño). Anque, pues (entra otra persona y don Chico le dice ximaseui, descanse; el altavoz del pueblo hace inaudibles las voces). ¿Para desamarrarlo usted tiene que tomar algo o lo hace en sueños... No, no, no, no, está en vida. ¿Y cómo se protege usted? ¿Mande? ¿Cómo se protege? Ayunos, no como en medio día, a veces todo el día. ¿Pero entonces descubre a la persona que tiene brujito en persona? ¿Mande? A la persona usted la, usted la sigue, la encuentra. Sí, en una hora ya. ¿Y cómo se entera usted de quién es? ¿Mande? ¿Usted cómo sabe quién fue? Lo busca uno, lo busca uno. ¿Cómo lo busca? En el aire (se dirige a otra persona en náhuatl), igual al tlalyouixtli (risas). ¿Y qué tenía ese chamaco? Igual. Hay ratos que me visitan. ¿Para que lo siga cuidando? No. Ya está... (se dirige a otra persona en náhuatl). ¿Qué le pasaba, qué tenía? El no dice (ríe). Y usted con las inyecciones, cuando hay algo así que, que este así que, que, que a uno le pega. Hay que ver qué tiene la persona, si es una infección del estómago o si es de los pulmones, o de la sangre. Se da el tratamiento contra los microbios, contra la fiebre, contra los escalofrios. 315 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 316 Sí. Hay medicinas, pero yo creo que son enfermedades diferentes, porque hay unas que uno no puede curar. Por eso me interesa platicar con usted ( risas). Yo me dedico a las enfermedades de la cabeza, de la gente que pierde el sentido o que está muy alterada de los nervios. Esto es en lo que yo trabajo. Sí. Pero hay gente que se enferma de una forma diferente, como los que usted aquí, y esto es lo que solamente usted puede curar. Sí, una enfermera de ahí mismo, a T.C. la trajeron a... que me dice: ¿Usted la va a curar? Dije, sí, dice ¿Cuántos años estudió? Le digo no, pues yo no estudié. Dice, usted es estafador. ¿P’os que me va a pagar el viaje? Dice bueno, y viene la señora, y dice pase, venga que yo le voy a pagar, no le va a pagar él. Y ya se la di (la toma) y entonces me esmeré más, pa’ que me crea, pa’ que crea. Entonces, pues este, yo le di la toma, pero bien cargada ¿verdad? Y no, dice, entonces sí, dámela. Y le pone un lavadito, con eso, dentro de media hora ya estaba mareada, ya hasta le duele la... pues era por causa del doctor (ríe). Ese desgraciado… Por eso no quería que la curara. No, él no sabía o él no cree, el no creía en esas cosas, no creía ¿verdad? En Chilpancingo la internaron, pero no le hacía ¡El mal lo tenía en la mano, él! ¿Era por otra mujer? Era otra, cargaba la otra y la otra se enojaba, porque ya lo había visto con él, con esa; y entonces ¡Tú! le gritó pues, al doctor, y el doctor seguía parado... ¿Hay muchos Centros de Salud en Iguala? Uno. ¿Nomás uno? Sí. Hay muchos doctores, pero particulares pues, el Centro de Salud es uno. Y entonces ya nos vinimos; dice ¿va a pasar al mercado? Le digo no, yo no voy a comprar nada. ¡Bah! dice, espéreme tantito, ¿sí? y fue a comprar una penca de plátanos, un kilo de frijol, un kilo de carne de cerdo... es para usted, me dijo, estoy bien agradecido del trabajo, el trabajo lo hizo bien. A los quince días cayó él también y vino él, ‘ora ya me tocó a mí la de malas, me dijo. ¿Qué le pasaba? Pues también eso tenía. Pero, ¿cómo se notaba? No podía comer. Cuando tomaba el agua o el refresco, tenía una cosa así, y se le resecaba el cogote y le daba como que quería devolver (naúsea). ¿Estaba bajando de peso? Sí, está chaparrito pero está gordito. Y ‘ora ya se compuso, se compuso Testimonios de un pueblo nahua y vió a la misma mujer, la misma te digo. Se enojó o le dio eso, esa maldad. Porque, dice, la otra que él había pagado para que se aliviara (la enfermera)… y ella quería que se muriera. Pero él no pagó, él no me pagó, me pagó su mamá, de ella, de la muchacha... y todavía tenía vergüenza, yo no le dije nada, no. La recompensa fue cuando le tocó a él, cuando a él mero le tocó, él, que no creía. ¿Y él no podía comer? ¿Y qué más le pasaba? Se hinchaba, en la panza. ¿De dónde? De la panza. Aunque no comía, pero se hinchaba, se hinchaba, se hinchaba. ¿Y tenía dolores? Pues ahí, sí, desesperación, él rebajaba, pues. ¿No dormía? No. Y ese fue, salió pues con, con dos grillos, dos grillos de esos del campo, negros, y ya. ¿Los arrojó? Sí. 317 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 318 ¿Por abajo o por arriba? No, por arriba.(habla con otra persona, con la señora que llevó al niño que estaba sobando, en náhuatl). Dice ella que nosotros no podemos hablar como bien claro , como ustedes, Y ella dice que ustedes también no puede hablarlo como nosotros, le digo, nosotros estamos a la mitad. Lo que podemos nosotros, ellos no pueden, y lo que pueden ellos también no podemos. Sí (risas). Ajá. Además es otro idioma. Es como si quisiéramos hablar mexicano, pues va a sonar muy raro. Sí, mocho (se dirige a otra persona). Oiga ¿y qué le dijo el señor de Iguala? ¡Ah! nada, no tiene dinero. Me explicó entonces una enfermedad, el yeyecacouacihuiztli. Ahora, el couacihuiztli ¿en qué consiste, cómo es? ¿Es diferente? Pues sí, es desesperación, no le da hambre. Tiene dolor de huesos. ¿Entonces es como la otra? Como la otra. Sólo con toma sale. ¿Pero me decía que el couasihuiztli se cura con masaje? Sí, con masaje sí. Sobando. Sí, pero también el que puede, lo puede sacar, a puro masaje no sale. ¿También se da toma? No, ese no, el coacihuiztli no no se da toma, el yeyecacouacihuiztli, sólo hay veces viene ese en la ropa, ese viene entre la ropa. ¿Cuál? El yeyecacouacihuiztli. Si te robaron tu camisa, o tu calzoncillo o tus calcetines, alguien te manda esa enfermedad. ¿Esa es la que me contó? Así, así empieza y ya se le queda ahí, pero eso sí está para uno. Yo curé uno de ahí, la colonia Lázaro Cárdenas, le estaba ganando, este se... pero yo sé que tuve la culpa, dice, dice y cuándo, dice ya tardó. Y yo, usted me está haciendo como el doctor, dice me está engañando, no, le digo, yo no le voy a engañar, pero un señor me propuso, un viernes, ayuné todo el santo día, todo el santo día, y a media noche le echo el... a la primera cayó, está bien cabrón le digo, mañana me la pagas, mañana ya estás bueno. ¿Nomás fue a... ? Entonces yo fui, el sábado, nomás, nomás almorzamos y que me voy a Sabana y que le digo, hijo de la chingada, y lo hallé, él afuera ahí estaba (habla Testimonios de un pueblo nahua con alguien en náhuatl) Y, y le digo, yo voy a Iguala. Entonces este dice, se va a tardar dice, me va a dejar morir… pero lo engañé, yo no fui a Iguala, fui a Sabana, y todo lo que yo había yo visto en la noche… y en eso, en el fogón, abajo del comal, en el hoyo de la... meto la mano y hay un espejo de oro, lo aviento al carbón, meto la mano y de vuelta igual, y saco el muñeco ¡En la madre! estaba bien lleno de alfileres y de espinas, y lo traje. Lo vine a hallar (al enfermo), ya estaba bailando, y dice, bueno y ya ¿a qué viene? Le digo, mira te metes para adentro para que te cure yo, y usted pa’ qué chingados me va a curar, si yo ya no tengo nada, ya no me duele... y lo fui a deshacer, le quité todos los alfileres, le quité y dice ¿Qué? ¿sí es el muñeco? Que me lo hecho a la bolsa. Ándale, te voy a curar. Dice ándele pues, si tiene muchas fuerzas, pero ya no tengo nada... Ándale pues, cabrón. Pero qué, cómo le iba a doler, si ya no le estaba dando el fuego de la lumbre, es el que lo quemaba. ¡Le hizo un muñeco su mujer! Pa’ que se muera, ¡bah! ¿La esposa? La esposa, para que ella anduviera libre en la calle ¡bah! ¿Y él no supo? El no supo. ¿Usted no le explicó nada? Pues no, hasta después, le enseñé el trapo. ¿Qué dijo? Pues si lo habían conocido. La mujer conoció la ropa, inmediatamente se fue a ver si ya… ¡újule! Y con lo caliente lloraba. ¿Quemándose? Sí ¿De qué otra forma pueden hacerle al muñeco, lo entierran, lo... ? En la tierra pues, lo tapan como muertito. ¿Pa’ que se muera? Pa’ que se muera. ¿Y cómo se le llama a esa enfermedad, cuando le hacen un muñeco? Ese es maldad. ¿Es igual que “cochinada”? Y esta no tiene remedio, tiene remedio sólo que de veras seas hombre, o seas mujer que tenga valor, pues pa’ que lo vaya hacer. ¿Tiene que encontrarlo? Sí, sacándolo pues, ya fue, ya se alivió. Y para encontrarlo ¿usted ayunó todo el día? ¡Todo el día! para ver aquí, en la pregunta, en la consulta. ¿Con la baraja? 319 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 320 No, con el maíz. ¿Qué es mejor? Los dos. ¿Y aparte de la baraja y el maíz, hay otra manera de consultar? No. ¿Nomás eso? Dicen en los libros que hace mucho con mecates hacían eso también. ¿En los libros? Sí, bueno, pero eso es magia. No, eso es la magia, también es malo, yo me agarré uno de esos, tomé y lo agarré, también aire. Ese se acabó a las mujeres más bonitas, las señoritas más bonitas, porque la mujer aunque sea casada… o la sacaba solita, encuerada, ¡bah! Entonces, esa mujer que era sola, él fue al campo, y mató a una víbora y le sacó los colmillos, se fue sobre de los colmillos, sobre los colmillos, y le plantó el... la señora fue a orinar allí en el suelo, al baño, y todavía había orines, y lo... entonces por eso le llegó esa enfermedad. Y esos matan también, con velas de vidrio. ¿Cuáles son esas velas de vidrio? De parafina. Ah, de vaso. No, no, no... y este era de un... supimos quién era, quién le estaba haciendo la maldad. Era su hermano de su marido. ¿Y con las velas, cómo lo hace? Es que lo hacen con la espina de huauchinango, y los prenden en la, en agua, adentro del agua. ¿Prenden la espinas? No, las plantan en las velas, siete con siete, ese es una. ¿En la vela le ponen siete espinas? Sí. ¿Prenden la vela? ¿Prenden la vela, cuando viene el agua, en una barranca donde no hay... y ya, la oración. ¿A quién le rezan? Al que lo aborrece. ¿Pero a quién le piden que le haga daño al otro? Pues le piden eso, la desgracia. Por ejemplo, usted, ya ve que... pero en las situaciones de la curación la debería nombrar ésta ¡bah! ¿Y qué pasa? Se muere. ¿Y uno de esos curó usted, también? Sí, una señora ¡bah! Es trabajoso ¿verdad? ¡bah! ¿Usted no ha visto cosas así, pues? Testimonios de un pueblo nahua ¿Don Chico, usted también cura el “espanto”? Sí. ¿Cómo se llama en mexicano el “espanto”? Oquicuili itlacehuan. Dos palabras, oquicui itlacehuan. Ajá, le quitó el espíritu. ¿Qué es el espíritu? Le quitó el espíritu. ¿Es diferente que la sombra? Te, te quitaron tu sombra. ¿Es lo mismo? Sí, por eso estás enfermo, es que se cayó o lo tumbó el burro. ¿Y qué le dijo, el sacerdote qué le dijo? Me dijo pues, que no siguiera trabajando, bueno, yo le dije todo, ¿verdad? desde el principio, lo que me pasaba y como agarré ese trabajo, yo no lo sabía, no lo conocía. Bueno, sí conocía yo todo lo ajeno verdad, y al tomar el, la hierba pues, la hierba me lo regaló. Entonces tomé la hierba ¿verdad? del bolso, pero 321 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 322 pues de repente a las dos horas uno se componía, era... me dijo ¿verdad? qué es lo que iba yo a hacer, pero yo me desesperé, yo vi que ella no era, pero sí salí. Cayó hasta, hasta en octubre, eso lo hice en mayo, junio. En junio. Pero me salió ¡hasta en octubre! Octubre, sí, en octubre, porque ya, ya venían las ofrendas. ¿Lo tomó en junio? Lo tomé en junio y salió hasta en octubre. ¿El niño se le apareció hasta octubre? Si, vivo, yo lo estaba mirando. ¿Después de varios meses? No, no, no, luego luego, lo estaba viendo. ¡Ah! Cuando me llevó de aquí del dedo, me llevó de esta uña, del dedo me fue jalando, porque ya no podía yo caminar, estaba como briago, pues… en el momento que me encontraba yo con él, me dijo, para sacar el couacihuiztli, ajá. Entonces, para agarrar el couacihuiztli, este, es que, él me dijo que yo, que yo este, la agarrara aquí, venía una culebra, venía volando y me decía que yo lo agarrara con esta mano y que lo tirara yo con fuerza, y que lo aventara yo pues, que si llegaba entero o vivo, pero yo no sabía para qué ¿verdad? Entonces le digo, no, le digo, yo no lo hago, dice, ándale, ahí viene el otro... Le digo bueno, ese, con la misma mano ahora pues, con la mano derecha, pero viene muy alto, sí dice, pero lo vas a alcanzar le digo ¡bah! y ¿cómo? no tengo alas, sí, dice lo vas a alcanzar, y sí, bajó, la agarré y lo tiré... ¿Qué era, una culebra? No, ya no era culebra, y le digo, y ese con, con la mano, dice no, dice este, con la boca. Entonces ¿cómo lo voy a agarrar con la boca? ¿Cómo pues? No, dice, pa’ que seas franco, franco, franco, y bueno. ¿Y ese qué era? Pues ya le digo que me, pues cómo lo voy a agarrar con la boca. ‘Lo vas a jalar duro del cuello y verás como lo vas a amansar’. Cuando él venía como allí, y que me empino y le hago (aspira con fuerza el aire por la boca) y se pasó, y sentí bien como me cacheteó con la cola por aquí. Y bajó, bajó, bajó, y sentí como se acostó y subió su cabecita en mí. Era un escorpión, chiquito. ¿Chiquito? Sí, y le pregunté ¿y este cómo lo, cómo lo voy a sacar? ¿Cuándo va a salir? Eso es tu protección, pa’ cuando te den algo, eso se lo va a comer, pero mucho cuidado con que lo sueltes, ojalá, ese sí es pecado pa’ que lo sueltes. Yo te voy a dar pa’ que cures, no para que andes echando a perder la gente. ‘Ora va a ver una luz, dice lo va, va a ver una luz, dice... te voy a llevar a donde vas a traer el Testimonios de un pueblo nahua remedio, dice, en el campo, te voy a enseñar... y nos vamos, y ahí fue traer un manojote así o dos ¡guárdalos! dice, sí, le digo, pasó la tarde… Y sí, pasé a la... ¡Buenos días, señor! le digo. Buenos días, dijo. ¿Y su Julián? Dice, está enfermo m’hijito, dice, dale una sobadita, y sí, que lo veo, que empieza a llorar el pobre, dice me voy a morir tío, no, le digo, ruégale a Cristo, vas a devolver. Dice, mi niña apenas nació, tiene siete días, yo le dije a su mamá ¿oye, él quiere que yo le de una tomita ¿pa’ qué? No, no, no, dice, yo no sé si eres curandero, no, dice, me lo vas a matar, pero ahí ya tenía la cubeta de ropa, iba a lavar por ahí abajo, cuando ya se fue dice el enfermo, tío, dámelo, vete a traerlo, yo quiero. Le digo ¿pero deveras? Dice, sí. Que le digo a mi hermana, y majé un remedio así, y lo majé y que me lo llevo. Mire, por lavadito ¿quiere? Dice, sí. Que le doy un vaso nomás, un vaso, este lo vas a tomar, sí tío, dice, es remedio, y que lo ve, y le pongo una en lavado, y que empieza a devolver. Dice tío dice, yo voy afuera, le digo nada de afuera ‘orita que está el remedio adentro, estás con él, y no pues no quiero que te vaya a pasar algo. No, no, dice, ahorita dice, me dijo el chamaquito, y ya estaba saliendo también afuera como usted salió. Le digo y cómo, y ella si lo está obligando lo va jalando, hay baile, y tiene harta fuerza. Ándale pues, nomás salió de la puerta y se baja los calzoncillos ¡pa’bajo! Ahí le hallé, mira, un buche de pollo, así, y cuando cayó al suelo, ya se empezó a limpiar aquí, llegó aquí, tenía hartos gusanos, entonces pues ese, cuando ya lo metimos, se acostó en la cama y dice, que hijo de este, que hijo de esto, tú eres el que me distes, dice, yo pensaba que nomás lo habíamos tropezado, pero tú ya me traes... porque se levantó y luego me pegaste, me pegaste en el fútbol. Y dice, pero te me vas a largar a chingar a tu madre, le dijo, para jamás te voy a dejar, jamás vas a ver tu padre, te vas a ir para siempre y lejos... Y allí empecé a curar. Venía un señor de Iguala, ¡carajo!, a vender jabón, y que le dice, lo vio en la puerta, ya estaba bien, dice ¿creo que te estabas muriendo? Dice sí, pues, ¿y con qué doctor fuiste? No, dice, es que me dio una toma mi tío. Dice, ¿cómo se llama tu tío?, dice se llama fulano. ¿Hasta donde vive? Dice, vive del otro lado. Dice, lo voy a ver yo también, aquí estoy, yo también. ¿Qué sentía? Le dolía el estómago. Y a la tarde que viene, dice, ¿usted es don Chico? Le digo, sí, pásale. Pues no me voy a caer, le vengo a avisar que me cure también, porque el muchacho ya se alivió... Dije, bueno. Voy a venir pa’ tal día, me prepara remedio. Bueno, lo preparé, pero ya eran las ocho y no llegaba, llegó hasta las nueve con su mujer... aquí no puedo, sólo que vayamos allá abajo, a mi corralito. Sí, dice, vamos, dice la mujer ¿qué cosa le va a dar? o ¿qué le va a hacer? Le digo, pues ¡lo vamos a curar!. No, dice, él no tiene nada, no tiene brujería, la brujería lo hay aquí, en tu pueblo, dice, cochino escuincle... a ella no 323 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 324 le duele, al que le duele soy yo, ella no tiene nada, dijo el enfermo. Me lo echo en un carajazo, ¡híjole! nomás tantito. ¡Ah! le pusieron lavado, pero diarrea no le dio. ¿Nomás a unos les da diarrea? No, casi a todos, y que empieza, nomás dos veces, dijo, a la de tres, ahí viene, se venía campaneando… una culebra, así de esas pintas... digo ¿no? entonces ‘ora déjenle, ahora déjalo que caiga solo, ¿no dice que no hay brujos en su pueblo? ¿no hay brujos en Iguala? Ahora déjalo... y sí ya, lo cacheteó pues, ora sí, le digo, es tuyo, junta basura y métele cerillos, y cayó, ya le juntó basura, le metió cerillo. Y le pregunté ¿Cómo te sientes, Manuel? Dice, pues ya no tengo nada, eso es lo que tenía yo, dice ¿y por qué? Dice, tú sabes que a mi primo le presté quinientos pesos y no me los quiere pagar. Él me lo dio para que no le pague, él está pecando pa’ que me muera yo, pa’ que se quede con el dinero, pero si no me paga ¡que no me pague! yo no le tiro ni le estoy diciendo que me pague. Y ya, pues ya se los comió ¡ya qué! pero ya estoy bueno pa’ trabajar, para ganar más dinero. Y con eso, y por ahí me fui. ¿Y dice que cuando queman lo que sacan, se revierte el efecto? Sí. ¿Al que le mandó? No, no. Digo este, ya me cayó otro señor de por allá. Sí, porque, ya vi, ya fui... y pa’ luego, luego se alivió... y por ahí fueron viniendo, de Iguala, de otro pueblito, ¡bah!... ¿Lo vas a reconocer? Porque hay muchas personas que no creen, no creen. 15.VII.96 ¿D., la esposa de R.? Ella se enfermó y vino con usted. ¿Dijo? ¿Cuándo se murió su papá?, se puso mala. Ajá, sí. Eso es lo que quería ver si nos explicaba. Pues sí, se murió su papá, le llevó la sombra. Después le sintió mucho ella, y entonces... Dice que después de que murió su papá ¿ella empezó a llorar mucho? Sí. ¿Y ya no comía? Ya no. ¿Qué le pasaba? Testimonios de un pueblo nahua Le daba calentura, sí, le pegaba calentura. Y ya fuimos al panteón, le llevamos la ofrenda, nosotros. ¿Primero usted le “rifó”? Sí. ¿Y qué encontró ahí? Salió pues, su papá, salió su papá, estaba sobre de ella. Si que estaba sobre de ella. Y ya fuimos con la ofrenda, fuimos a poner la ofrenda, a levantar la sombra allá a la tranca, donde chocaron, parece. Y ‘orita de... tiene maldad. Por eso así está. ¿Está re flaca? Primero era su papá, entonces, ¿su papá la jalaba? Sí. ¿Cómo es eso? Su sombra. De los muertitos, ¿regresan? No, cuando el papá le resiente a los hijos y las hijas, y por eso los, los enferman. ¿Cuando los resiente? Ajá. 325 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 326 ¿Su papá se la lleva? Pero como ya fuimos y le pusimos ofrendita, ya se le quitó la calentura. ¿Y ahora se enfermó otra vez? ‘Ora está enferma de vuelta. Pero por maldad, tiene maldad ella, ella no cree. Al menos... bien flaco, no estaba así. Sí. ¿Verdad? Sí, sí está muy delgado. Eso no es por la bebida, no, no, no es por la bebida. ¿Qué le pasaría a él? ¿Quién sabe? Que se pelió con alguno. Porque si se pelea con uno, pues... con el cigarrito, por algo hay la maldad. Por el cigarrito ¿verdad? Pero ¿sabe qué? Hay que... por el cigarrito. Por ejemplo, nosotros aquí vamos viendo esto, pasa alguno y... ande... de estos pero nomás nos... ¿verdad? Aunque esté tapado así... ¿De lejos? De lejos. Así, caminando pues... ¿Cualquiera puede hacer eso? ¡Noo! ¿Quiénes? ¿quiénes pueden hacer eso? Otras personas. ¿Tienen que ser brujitos, o no? No, ese no son brujos, son hechiceros esos. Esos son hechiceros, no son brujos. ¿Y, desde entonces a... le volvió a “rifar”? Si, ya anda. ¿Ya anda caminando? Y la esperaba... Pero no le sacaron nada asi. El dice que es trabajador, no le falta nada, pues todo está bien ¿verdad? Pues si es trabajador, pues que lo cuide, pues porque como sucede, pues a él le gustaba mucho el pleito... Era bravo. Sí, como ahorita, dicen, pues yo nunca lo vi, dicen que ahora pinta bien su casa, las... y luego aquel muchacho de hasta allá adelante, también hacen las juntas. Y ellos pues, ellos van pa’ Chilpancingo, para Iguala, a destruir el pueblo. Y ellos ya, ya hicieron su bolita. Y quieren mandar ellos, sobre un puñito de gente, o lo quieren dominar el pueblo, lo quieren mandar, porque ellos conocen, pero no, pues el pueblo no se deja. Que nomás a ellos son ochenta personas, y el pueblo son trescientos cincuenta. Enton’s, por eso a ellos los han de, los aborrecen ¿verdad? Lo aborrecen más a él, que hace la junta en su casa, sí. Si el no debería de buscar pleito… el día que se le enferme Testimonios de un pueblo nahua algún... y ya lo está viendo, cómo le está pasando. Entonces toda la gente está mirando, toda la gente dice que está sufriendo, que por que este no puede entrar y me lo va a pagar y ya. Ahí vienen las venganzas. Y eso no está bien. Y a ver ¿cuánto ha pagado la señora? Con él no puede, pero a él le estan sacando los billetes, porque se gastaron, y aquel otro también, nomás que nosotros no nos fijamos ¿verdad? en las desgracias que nos... ¿verdad? Ellos no les pasa nada, no les duele y ellos, no es cosa de magos les digo... Pero cada ratito, cada ratito pasan, este... un millón, dos millones, un millón y medio. Ese no es... por bien, cuando le echan tierra a uno, eso le pasa. ‘Orita cobró ¿verdad? cinco millones, diez millones, de aquí a ocho días ya no tiene nada ¿Por qué? Porque le echaron tierra del panteón. ¿Y cómo es eso de echar tierra del panteón? Pues es que la agarran la tierra del panteón, y llegan a aprovechar una tierra que, que la persona se ha matado, que lo hayan matado y esa persona ahí se enterró. Y esa tiera está maldecida y si... así, pues ya le echaron a uno y ya, pa’ siempre. Si te puedes atender, bueno, si no tambíén, las fuerzas trabajan... ¿De la muerte? De la tierra ¿verdad? Eso es magia. ¿Y también sale cuando usted rifa, la pregunta también sale? Sale… sale el panteón, y cuando ese no sale, sale el... es la sepultura... ¿Qué es eso de que se sale? Pues... ese matrimonio y ese no sirve, o sea de siete canijillos que... es muy fuerte, las siete cantinas. Ese es mal, entonces... y les dan cervecita, sí hombre, dame un poquito de sal, por favor. Ya, cabrón, no botanees pero la salecita, le aprovechó ¿no? Imagina... y se la embolsan. Entonces va a otra cantina, ya no... dame otra... ya... viene otra, dame un trago, a ver.. Sí, y con eso ya, ya completamos. Ella lo prepara pa’ hacer la... sí que se sale... que sí. ¿A quién deshuesan? A la sal. ¿A la sal? A la sal. Y... la esposa quiere ser... quiere que nunca tenga nada, que sea uno desgraciado para... que sea maldecido, como yo lo deseo. Les rezan a la sal ¿a cualquier hora? No, es el viernes ¿verdad? y, y ese es mal. Una señora de Iguala le echaron la tierra. Vive aquí con otro señor. Ese hombre es fino, me llevó, dice, a la fiesta, es mi suerte, tengo todo. Y ya, ya... es de agua. ¿De agua? Ajá... los tres... y eso que le hizo, tengo seis litros de él, nomás vende cinco pesos en todo el día. Ni para mí, ni pa’ el trabajador y ni pa’ comer alcanza… 327 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 328 Enton’s ahora me falta pagar tanto, que lo voy a enderezar. Lávalo todo, échale clarasol y dame la botella de agua... y le echo el polvito y le echo el agua bendita por encima y ya. ‘Ora, ¡trabájale! ¿Qué polvito dice? ¿Qué polvito decía, bendito? Sí. ¿Usted se prepara el polvito? Sí... y a la señora le pusieron aquí, en medio de la mesa donde se paraba para despachar las carnitas... y se operó dos veces. ¿Qué le pusieron? La tierra de... la operaron en México... si, ahí murió la muchacha, no creyó, no. Eso es caliente, como viene uno ayunado, al cabo no sabe uno ni cuantos se metieron... le hicieron ¿verdad? Ustedes han de conocer ¿verdad? la magia negra... Pues no. No lo conocen. Si donde quiera venden en México, esos libros. Si hay, ¿verdad? Pero quién sabe si sea verdad lo que dicen esos libros. Mejor ir con quien sabe contar las cosas ¿no? Pues, hay muchas personas que, que luego trabajan pa’ hacer mal... como esas cosas la... sale, sale fuerte. Y ellos se hacen una magia… Como esa enfermerita, esa pobre se enferma luego también. Otra enfermera se enfermó también y ahí está dando la... aunque tenga su puesto grande ¿verdad? Pero ella ahí se gastó sus veinte y se gasta veinte, se gasta tres mil, dos millones, o que ochocientos. Porque ‘ora ¡‘ora no vendí nada!... tanto, cien pesos, doscientos pesos... la enfermedad, está tranquila, anda ahí dando vueltas. Y gastando y no,... así es como se amuela uno, lo amuelan, es cuando lo echan a uno abajo. Si ella cediera a la... a mano de esta sería igual. No como esas, esas que... si entendiste, si entendiste… Se juntó con un hombre que tenía mujer… y era su mujer del hombre y les echó eso, ¡los saló! Y ahora no tienen ¡nada! se ha cerrado la cocina, entonces hay una... porque no tienen nada, nada. Andan bien muertos ya, bien muertos, bien muertos, el hombre anda de taquero, ahí... veinte, treinta, hasta cincuenta, ochenta tacos, y con eso sale el gasto... bien abajo está, bien abajo. Ya. Pero yo les dije, mira prepárense, no quieren, no quieren. Que se regresen, aquí conocen todo. Es imposible, dice, que yo regrese ahí. Dice hay personas que sí regresan (se dirige a una persona que pasa). ¿A quien le decía que se prepararan? ¿A ese señor, a esa señora? Sí, a la señora. ¿Se protegieran? Sí, que se protegieran. Porque de veras... ‘pa que regresaran. Testimonios de un pueblo nahua ¿Y les enseñó como protegerse? No quisieron ¿verdad? no quisieron. ¿Cómo se protege? Pues que ayunaran, pa’ que regresaran. Porque en los mismos tacos donde venden hubiera venta. Como ahorita que vendió ciento cincuenta o doscientos tacos, ya mañana vende más o vende poco, pero de ahí ‘ora puede ir ahorrando, y con lo demás ya mañana vende más. O vende poco, pero si ahí mismo aunque sea cien pesos debe de ir ahorrando. Y con lo demás, ahí mañana se gana otros cien y otros doscientos, entonces ahí por... ya va uno cogiendo la mano ¿verdad? Cuando él abriera ya tiene todo de vuelta, pero no. Hay muchas cosas que uno no los entiende ¿verdá? Yo les he dicho, cuando voy a desalojar en algún negocio, les digo van a hacer esto. Vas a comprar un San Martín y San Martín le vas a dar... llevas uno, una pareja pa’ que lo abracen como un niño, que la bauticen ellos, en sus manos como compadres, ya van a ser sus compadres. Ese San Martín es un... de la virgen de Guadalupe, ese pues ya es pa’ trabajar. Pa’ que... tus negocios y le pones un plato de... la primer venta, mañana en la primer venta prendes una veladora, pero la veladora nunca la apagues, una veladora no es mucho, te dura para dos días... veinte, treinta, 329 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 330 cincuenta, según quieren. Pero los primeros, cuando ya tengas trescientos los agarras bien pa’ meterlos entre... dinero, pa’ hacer tu compra, pa’ reponer. Y entonces ahí te vas, ya sale este con el mismo dinero ya, con el mismo dinero. Ese es ya dinero de la limosna, que estás haciendo el ahorro este, este ya está el trabajo. Y pues que ya agarraste... y que ya te llevaste tus ahorritos. Pero todos los días, todos los días la primer venta, todos los días la primer venta que hagas, que vendiste veinte, cincuenta, y lo demás... pa’ dar cambio. Pero la primera es la, es la buena. Sí... sí. ¿Cómo está eso... de los difuntos que les hablan a los vivos? Sí, pero la señora no creía ella, creyó hasta cuando ya se alivió, sí. Pero esta abuelita sí, la abuelita sí, sí. Es que el espíritu les quitan ¿verdad? para que se enfermen ellos. Como platicamos de la D., con su papá. Los difuntos ¿agitan el espíritu? Sí. Pero, ¿por qué quieren que se enferme uno, si eran gente querida? Porque los querían, por eso los quieren llevar. I:¡Ah! Por ejemplo, usted tiene sus hijos o sus hijas y cree que son sus más apreciables. Mejor me los voy a llevar, que estén conmigo ¿verdad? Y así pasan con este. Sí, o que mi mujer, la quería yo mucho, pa’ que no se case con otro, mejor me la llevo. Porque pa’ que no ande por la calle, mejor me la voy a llevar. ¿Se lleva su espíritu? Se lleva su espíritu, y ahí está, ahí está, enferma y enferme, que le duele su pecho, que le duele la cabeza, que le duele el estómago y que no hubo y ya se la llevó… muchas veces se mueren, porque no creen. Y ¿cómo cura cuando el familiar se lleva el espíritu? Vamos y le rogamos y le hablamos como si estuviera vivo, como estamos platicando ahorita. ¿Va al panteón? Si, al panteón. ¿A llevarles ofrenditas? Sí, y su gallina ¿verdad? entera. La gallina se le deja ahí con todo y... las tortillas, la... la agüita. ¿Con una vez tienen? Sí, hablándoles bien, con una vez tienen. Porque eso es importante saber todo... yo eso no lo sabía ¿verdad? Lo que me enseñó son las tomas, pues. Tener el don. Es un, son pláticas ¿verdad? Porque son sentidos que da la hierba, pues. Testimonios de un pueblo nahua ¿Alguien más de su familia puede? No, ninguno. Yo, porque me puse de malas ¿verdad? me tomé, apenas murió la hierba si uno lo toma se vuelve... Yo agarré la hierba... pues agarré una hierbita así. Lo agarro y que me lo trago, y digo ¡discúlpame! yo no sé cómo te llamas, has de tener tu nombre pero... me pasa esto, me pasa y...me pasa esto, me pasa esto. Y ya llegando lo machuqué y lo estrellé en el vaso, nomás puro jugo, sin nada, sin nada, puro jugo estaba tierno... y lo puse ahí, yo no sabía lo que... ¿El puro bejuquito? No. ¿O las semillitas? No, no tenía semillas, todavía no tenía semillas estaba chiquito. No, no, otro, pero ese iba con la toma, con la toma se le echa tres gotas y en diez minutos ya está briago uno, bien briago, nomás se echan seis gotas. ¿Cuál me dijo usted que le gustaba? ¿el San Pedro? Ajá, ese, el San Pedro. ¿En mexicano como se llama? Así pues. ¿El guaje colorado es San José? Ajá. Pero... el último guaje... Y ese ¿cómo es? Es... grande también, son guajes, son guajes que se comen también. Nomás que son delgaditos... verdad, son así, bien colorados como mucha... como que hay veces que... ya se espantó, se va la oveja, uno no es débil, ya no le hace un mal y si no se pega, como es chicloso, aunque sea hervido, aunque sea cocido al agua... lo preparan cocido. ¿El San José? Si, el... se llama la concepción. ¿Y ese a usted no le gusta? Pues, yo tengo miedo que me gane, porque... dice que en la mañana lo van a curar, va a venir un señor... de Guadalajara, y mira hermano, yo no te puedo ayudar. Yo ya tengo un compromiso mañana, le voy a dar una toma a un señor de Iguala, van a pasar por mi a las cinco de la mañana, pero vengo a verte cuando regrese yo luego, sí. Y ya le... le digo, no le tengas miedo a la toma, te va a sanar con fe, pues. Tenía algo de su parte pero... ¿Era diferente toma, entonces? Pues yo no sé qué le dieron. ¿Cada quien hace su remedio? Ajá. Enton’s yo que me voy, pasaron por mí a las cinco de la mañana. Yo 331 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 332 iba llegando allá, ya había preparado las veladoras, el copal, pasaron las velas, los... le recé. Y ahora le vence, luego luego, a las nueve ya estaba el hombre, ya, ya había sacado, ya había arrojado todo lo que tenía. Cuando comimos a las doce, me dice su cuñado... dice: no mano, ya tengo, ya tengo ganas de comer, de gusguear, dice, ¡buey! cómo le haces ‘orita, y no quieres comer. No, dice, cállate, es el ajo que tenía yo, no me dejaba comer, pero ya el ajo, ya lo saqué, tengo muchas ganas de comer algo, ándele, vamos a comer. Comió con nosotros ayer, y le dice a uno, ‘ora su hermano, yo no puedo comer así nomás. Dice ¡buey!, ¿qué te pasa? Ahí hay carne, ahí hay pollo. No, dice, yo quisiera un empujo, dice, una cervecita. ¡Ándale pues! aquí hay cincuenta pesos, traéte un refresco, tráete un cartón, no sé. Y ahorita... una cerveza (Don Chico habla con un muchacho). Ya salimos a la calle, así en la puerta... ya el muchacho ese quería, oiga no tiene más… ya acabó, nos vamos. Ya nos tomamos de a seis, ya acabó, y ándale, pues. Ya por aquí me pasó alguna vez. El tlacopaxtli, ¿no es el San Pedro? No. ¿Para el coacihuiztli sirve ese? Sí, pero mezclado con el aguacate, el hueso de aguacate... Entonces no es el San Pedro. Y yo pensé que ese era el San Pedro. (Se ríe) No, ese no es San Pedro... ese se llama San José... ¿El tlacopaxtli? San Josesito. Sí. ¿Pero no es el San José que me dice? No... y ese es muy doloroso. Pero yo lo cargaba, bien fuerte, bien fuerte. Entre, entre las flechas, luego, luego pesa. Sí... y ahora ya no lo cargo. Es bueno para el coacihuiztli, pa’ curar con éste. ¿Y San Pedro es lo que me enseñó? Este, sí, se llama San Pedro. Ese está vivo, ese está vivo. Ese es grano, es un grano y te lo pegan. Le dije... de quienes es el dueño del grano... y cuándo le dio, sí... Pero con éste, nomás una vez ya en la... ¡bien puesto y luego, luego, pa’ fuera! Y ya sale el animal que tiene, que te está comiendo, porque no se puede aliviar, porque la medicina no lo mata, no lo mata esa enfermedad… por eso hay hierbas especiales para las gentes… que no es para la inyección, no es para el médico. Este, bueno, aunque sea seco, más cuando está fresquecito. ¡Ese lo debería llevar usted! ¿En Iguala? En México. Ahí está... a un lado de, antes de Teloluapa, allá hay mucho en las calles. Testimonios de un pueblo nahua Pero no lo conozco, ¿qué voy a andar recogiendo? Si, no conoce ese, uste’ ahorita debería curar a un enfermo que nomás tuviera dolor de hueso... y nomás se le echa un... y ya que se envuelva nomás. Ya pa’ mañana, ya no tiene nada. Y ahí vienen los... Dice ¡uh!, ese doctor es bueno... re bien ¿verdá? Sí, pero yo creo que no es juego. No tengo el don, como usted. No es cosa de juego. Sí, cierto. A veces es así, sí, así... se emborracha y empieza a hablar, empieza a hablar uno y no falta que cosa, nuestro enemigo, que el enemigo, o que el novio, o el músico, o el vidente. Bueno, pero no falta... se emborracha, se emborracha. ¿Y no se oyen cosas? ¿Nada más veía alguna gente? ¿Se oye que le hable o que le diga algo? Mujer: No, no me habló nada. Sabe. Nomás platícale. Mujer: Nos platicamos así, adentro. Ajá, dice que se platican, pues, pero que se están peleando. 333 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 334 Mujer: Están peleándose. Está regañando ¿Por qué oías eso? ¿Por qué? Sí, Dios mío, ¿por qué me haces esto? ¿qué cosa te hago? ¿qué te debo? No, ni debes. Bueno... estás platicando pues, como... estás platicando como con el enemigo... Mujer: Cuando... escuché a Lidia, ¿verda’? Ajá. Mujer: Y, lo sacan, lo que tienen. Lo sacan lo que tienen. ¿Y cómo pueden saber si sí es cierto? Se lo sacan, la cosa, la cochinada. A veces sacan alacrán, a veces sacan sapo, a veces sacan lagartijas, se va, y no falta... ¿Lo vomitan? Mujer: Ajá, sí lo vomitan. Eso de la cihuateyuga ¿es por herencia de familia? Ahora mira, yo no te voy a decir eso, no sé de eso, no sé, porque nunca, yo no hago eso. No, no soy brujo de eso. No, pero del que dicen que… No, bueno, eso se da aquí... Pero como le digo, yo le hablé a lo muy macho, le digo, yo hablé mucho con él. Igual, ¿verdad? Ahora le decía yo... que eres brujo cabrón. Deveras, ¿De veras? ¿Eres igual que yugo? No... no sé nada. ¡Ya! chingados, ahí delante de mí, que te revuelques y que te regreses de vieja, ahora, por Dios, te pago, no tengo dinero, pero te pago, pero que delante de mi te vayas... nomás ya nunca... y como nunca lo encontré yo, no lo creo. Eso también está en la mala suerte cuando le toca a uno lo encuentra. Pero yo… Y, cuando lo encuentra, ¿es siempre en la noche? En la noche, en la noche. No, ese ya no. Tiene vergüenza... tiene vergüenza, cómo no. Nomás platica... lo fue a espantar, una vez o dos veces, a lo de tres veces, lo fue a espantar, pero ya no salió. ¿Qué lo amarró? Lo amarró, sí, lo amarró. Mujer: Lo asustó. ¿Verdad?... ahí lo dejó parado (risas) ¿verdá? Ya había amanecido, ya se fue a pedir favores. Por favor maestro, desátame, yo estoy amarrado, cabrón. Por favor maestro, por favor, cuando me... me robó.Y lo desató. Después... jamás vuelvas a... porque si no te mato aquí, aquí te... muerto. No maestro, por favor, ya nunca hago eso. Mujer: Está loco... ¿Por qué hacía eso? No sé, no, no. No sé. Testimonios de un pueblo nahua Mujer: No, no, inventaba de que… Ya se tomaba lo que tenía. Mujer: Es brujo, no. Eso, eso oímos, no sabemos la verdad. Y tampoco no son chismes… Mi papá, como no fue de aquí de Xalitla, fue de San Juan, él era muy rico. Nuestro abuelo tenía mucha banana, si, no tenía cien en la mano, doscientos en la mano, tenía mas de veinte millones, ganados... Entonces mi abuelo llegó un día, que espantaba una mujer. De día, o de noche. Que iba por agua, que seguro le iba a quebrar su cántaro, ya su cántaro... su cántaro de patio, de San Agustín Oapa. Y entonces lo cargaba horas, y ya lo cargó, ya de regreso, cuando ya lleva el agua, entonces la ataja y le mete el miedo, lo tumba su cantarito. Y a todos, a todos les hacía eso. Hasta que por fín, tanto y tanto que sí se va enojar. Hubo un señor que se fastidió. El señor la agarró y el señor... tanto, ya no, me chingaste, ya me chingaste toda la gente y hasta aquí nomás. Vamos p’acá. Ya la engañó, le llevó en un... como si cargando. Llegó ahí, sí, abajo, abajo de un arbolito, ahí lo dejó, la amarró. ¿Cómo la amarró? Con la magia, ya no pudo caminar. Ajá, dice: ahora aquí me esperas. Pase la gente y ya no se pudo quitar. Y ¿era hombre? Era hombre. Era hombre. Llegaron las gentes, como que le botaban la culebra... empezaron a orar, pero pues, si acaso, pero lo echaron a perder, pues lo dejaron como un muerto. Y ya si no vas a dejar la maña te mueres cabrón… ahí dejó la maña. Tenía ropa de petate, y chichotas de... todo el mal, pues. Y era mujer... La amarró con la magia, ya no pudo caminar, no. Ya cuando ya amaneció,le pidió de favores, que lo desataran… Hombre: ¿Y cómo sabía que era él? Mujer: Cuando ya lo amarró. Ya lo amarró, lo convirtió. Dicen que hay que rezar al revés para amarrarlo. Sí, sí dicen pues, claro... Enton’s, le platicaba, mi mamá se había ido de nuera y todos los que acarreaban agua, con el cántaro que tengo aquí... a todos los asustaba ¡de día! no de noche. Se regresaban los cántaros, se los quebraba, los asustaba, hasta que llegó el día que, fue una sola... le sacó del tal pozo, también la atacó. Te voy a tirar. Y no lo creyó, dice vamos a ver... también lo atacó... Ahí donde trabajo yo, trabaja un padre, ahí lo paró, ya lo dejó, ahí lo dejó. No falta la gente que lo vaya a ver, los asustaba, y luego ¡bah! Pero ¿sí supieron quién era? Sí, lo conocieron, bueno... le desvistieron, lo dejaron encuerado... grosero. 335 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 336 ¿Por envidia? Mujer: Por envidia. Sí, por envidia. Y le estaba yo diciendo... Mujer: Sí, le “dieron” a la iglesia. Cuando nos casamos, tendrá unos ocho años. Cuando nos casamos. Ya ahí le compré su collar. Bonito, sus aretes. Luego... como ya fui grande le compré su reloj. Entonces lo vieron, entonces me eché... y... este reloj. Mujer: Ya le dije a la otra señora, eran dos. Le dije déjalo pues, le jales, pero ya tiene sus hijos grandes, pues trabaja. Y ay... no dijo nada. Mujer: No dijo nada. Ya así nomás. ¿Cómo le había mandado el mal esa señora? Solamente Dios sabe. Mujer: ¿Quién sabe? Ahí nomás me dió... siempre la encontraba, ahí en el puente… iba yo al molino… Ellos saben cómo. ¿En el aire? Es mal, mal. ¿Y usted no se compuso? Mujer: Yo no me compuse. ¿Ni un poquito? Mujer: ¡Nada! No, nada, nada... tenía harto. ¿Qué tenía? Mujer: Fue, dice, que lo que me estaba picando, era un pedazo de mi chilpa que se estaba pudriendo. Ajá, dice el doctor. No fue así... Mujer: Luego dicen tiene aire, traiganle tamalitos y se compone pues. El coacihuiztli otros dicen que los toman y se componen. Pero nunca me han dicho si soban o si... ¿El coacihuiztli se cura con la sobada? Sí. ¿Con la toma no? Mujer: ¡También! 16.VII.96 Tlaixhuil “es el daño que les hacen a los niños recién nacidos. Les da dolor de cabeza, los puede matar. Hay que lamerles los ojos con sal y chile”. Ixteincualolistl “mal de ojo que les da a chicos y a grandes. A mi me pasó eso, son aires que pegan, duele hartísimo, se cura con picante o con lechita de gente”. Onomujt“se espanta” Alferesí “ataques”. Cuayacmestl“cuando sale la luna les pega el ataque”. Yolcocolistl “enfermedad por espanto, hay calentura, dolor de espalda, de pecho y de corazón. Es porrazo, pega en dos partes. El tratamiento es sobar tres veces con alcohol y palo de brasil, rezar y hacer una limpia con un ramo especial y un huevo. Si es maldad salen velas prendidas”. “Las limpias se les pueden hacer a las gentes que se espantaron o que les hicieron maldad, o a los negocios”. 337 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 338 Cochinadas “Para eso se utiliza la tierra del panteón o la tierra maldita (del lugar donde mataron a alguien). En las cartas se ve, el dos de espadas es igual a sepultura. Otra manera es con siete sales, de siete matrimonios o de siete cantinas. Se hacen ayunos, hay que rezarle a la sal, decirle a la sal: te voy a dejar en casa de fulano, para que se quede sin nada”. “Los difuntos quitan el espíritu para que se enferme uno. Como el difunto te quería, por eso te quiere llevar. La gente se enferma de dolor de cabeza, dolor de pecho. Para curar eso hay que ir al panteón a llevar una ofrenda y a pedirle al difunto que los deje”. Sobre el couacihuiztli “Hay dos tipos de couasihuiztle, uno es por fuera, puede producir granos, y si a la persona se le da toma, va a ver chinos (plaga de las palomas y otras aves de corral) en su piel, entonces hay que acercarle un bracero para que eche, allí en las brasas, los chinos, sacudiéndolos con la escobita que se usa para sacudir el comal”. “El yeyecal couacihuiztle es otro, ese se echa en el aire y ése es adentro”. Los sueños “La gente que sueña mucho es porque de día piensa mucho, está preocupada. Los sueños de los viernes y de los martes a media noche son verdades que llegan a surtir efecto”. “Una vez soñé que la Virgen me ofrecía dinero y luego me encontré unos ídolos”. “Cuando hay “sueños locos” es porque la gente no come. Si se sueña una vela rajada significa una desgracia para nosotros”. “Si se sueña, en viernes o en martes, que se le caen los dientes de adelante significa una desgracia para la familia”. “Si se sueña que el río se llevó la ropa, significa muerte segura, uno de la familia va a morir”. “Si sueñas culebras que te muerden o que se te enredan en el pie significa que te van a dar coacihuiztli y te vas a quedar “güilo”, inválido”. “Soñar que uno está a punto de caerse de una barranca significa que te vas a enfermar”. “Una vez soñé que estaba peleándome con unos y que luego otros me ayudaban pero al final me quedaba sólo peleando. Al día siguiente me operaron”. “Los sueños son cabales, hay sueños locos como correr, andar con mujeres o andar jugando”. Las plantas San Pedro: “en un grano le dice qué, quién, cuándo”. San José: “guaje brujo, bien colorados”. Cecectzin, concepcion“vuelve loco, si no lo devuelven (vómito), se vuelven locos”. Tlacopactli (San Joselito): Con hueso de aguacate se usa para sobar el coacihuiztli. Video Es un niño enfermo de aproximadamente siete años. Su abuela paterna, “una mujer blanca” según vio en la llama de la vela, le hizo una maldad. ¿Por qué? No lo saben, pero el niño ha tenido pesadillas, anorexia, dolor de cabeza, está desesperado y se expresa así: “mejor me muriera”. Los padres fueron quienes lo llevaron a curar. Don Chico primero lo “riega” y les dice que está mal a causa de la abuela paterna. Llevaron una vela de sebo que Don Chico les había encargado. La corta en cuatro partes y luego saca las “siete sales” y chile “preparado”. Hace una mezcla y luego, mientras reza, embarra las velas. Luego soba al niño con un líquido compuesto de palo de brasil, tres gotas de alcohol y tres pimientas. 25.VII.96 Una lucha contra los Naguales “Una vez que fuí a curar a un señor a… En el camino de regreso a Iguala, unos señores ofrecieron llevarme en una camioneta, pero percibí que no tenían buenas intenciones y me negué a irme con ellos. Preferí seguir a pie”. “Entre la maleza que bordea el camino noté que algo se ocultaba. Era un leonzote que me obstruyó el paso, enton’s le hablé, le pedí que me dejara seguir mi camino, que yo no andaba haciendo nada malo. El león me dejó pasar, 339 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 340 se quedó quieto, pero después apareció otro león de entre las ramas, que me empujó, me caí, me dí cuenta que se trataba de una emboscada, me quité mis huaraches y mi sombrero y decidí enfrentarme a ellos. Reconocí quienes eran y los llamé por su nombre: ‘tú eres Marcelino... y tú eres tal’, les dije”. “El león sólo sacudía la cabeza sin decidirse a atacarme. Me dí cuenta que también había un lobo, también lo reconocí; había también varios perros más. No importa saber quienes eran, en total eran veintiocho animales que me acosaban”. “Después de enfrentarlos, de hacer algunas maniobras, logré escaparme y llegué hasta la casa de una señora que me conocía. Esos animales que me atacaron eran enemigos del señor que yo había curado y estaban molestos conmigo por haberlo aliviado. En la casa de esa señora me permitieron descansar en una hamaca, comenzó a dolerme el estómago y la cabeza, pensé que sería bueno que me diera diarrea, pues sólo así no se me pegaría la enfermedad que traían esos animales. Estaba descansando en la hamaca y se presentó, cerca de la casa, un lobo aullando, lo espanté y se alejó. Entonces me fuí a recostar en una de las habitaciones de la casa. Después me sentí muy mal y le pedí a la señora de la casa que llamara a un señor del pueblo, que tenía camioneta, para que me llevara a mi casa en Xalitla”. “En el camino a Xalitla pedí bajarme unos momentos p’os me dió pa’bajo (diarrea), pero ya no me pude subir porque me desmayé. Después me llevaron a mi casa, y al llegar me escondí en un cuarto de la casa de mi hijo por casi dos semanas. Me sentía muy enfermo. Luego vi, azorado, que llegaron a la casa dos gatos agarrados de la mano y parados como la gente, uno negro y el otro blanco. Agarré mi huarache, le escupí en la suela y se lo lancé a los gatos. Sólo le pegué al gato negro, lo maté. El gato blanco se quiso escapar, pero mi perro lo atrapó y lo mató”. “Después de sentir que no me mejoraba, decidí esconderme unos minutos. Me metí en la pileta de agua pa’que no me vieran lo que traian la enfermedad. Gracias a eso, me curé”. 25.VIII.96 Este día sobó a dos niños que le llevaron a su casa por segunda vez. El viernes anterior se los llevaron a las once de la noche, “tenían fuerte la calentura” y no comían. Para sobarlos utilizó untura de manzana, les sobó la espalda, los brazos y el pecho. Aclaró que utilizaba esta pomada en vez de saliva, que “es mas buena para matar la enfermedad”, pues a algunas personas les da asco y prefieren que utilice la pomada, aunque hay quien prefiere que sea con saliva. El caso de Romualdo 08.IX.96 El domingo por la tarde llevaron a casa de Don Chico un muchacho de 19 años, procedente de El Amate. Se encontraba inmóvil, sin poder hablar y con mucha fiebre. Los padres decidieron atenderlo primero con Don Chico, pues él había curado con la “toma” a algunos de sus familiares. La madre del muchacho dice que éste cayó enfermo de pronto, que como a las cuatro de la mañana se quejó de un fuerte dolor de cabeza, que tuvo “revelaciones” durante aproximadamente una hora y después no pudo levantarse más. A las siete de la mañana salieron de su pueblo, llevando en camilla al muchacho, y llegaron a Xalitla a las seis de la tarde. Don Chico “rifó” al muchacho y le hizo una “limpia”. Dice que en la “rifa” se dió cuenta de que 341 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 342 el muchacho tenía “maldad” y necesitaba una “toma”, pero que el muchacho estaba muy débil para dársela. El lunes por la mañana decidieron trasladarlo a Iguala. Fue atendido en el Hospital General. El padre del joven dice que los doctores de Iguala no supieron decirle qué enfermedad tenía su hijo, que sólo le pusieron suero, vitaminas, y le tomaron radiografías, que les recomendaban llevarlo a México de emergencia, pero por falta de recursos económicos no lo hicieron, y decidieron regresar a casa de don Chico. El martes a las doce del día llegaron a Xalitla. Traían al joven en un taxi. Los padres estuvieron forzando al muchacho a que abriera los ojos, a que moviera las manos y a que comiera plátanos y pan. Después lo bañaron y, sosteniéndolo, lo hicieron pararse y caminar unos pasos. Trataban de hacerlo reaccionar sacudiéndolo y gritándole; revisaron su boca y se dieron cuenta que tenía “granos”. Le aplicaron en la lengua, por consejo de la nuera de Don Chico, polvo de sulfatiazol que consiguieron en la farmacia del pueblo. Le aplicaron también untura de manzana en el cuello y en la frente. Después Don Chico le hizo una “limpia”. Utilizó un ramito de flores rojas y un huevo. Colocó un vaso con agua y unos trocitos de copal frente al muchacho. La limpia la hizo en cuatro direcciones: primero al frente, la cara el pecho y las piernas; luego atrás, la nuca y la espalda; y finalmente a los lados, los brazos y las piernas del muchacho. Restregaba el cuerpo del muchacho con un huevo envuelto en las flores rojas. Al mismo tiempo, en cada uno de los cuatro puntos que demarcó, rezaba un misterio del rosario, completando esto con rezos en mexicano. Al final de cada misterio nombraba algunos aires, distintos en cada punto. Después, tomando agua del vaso que colocó frente al muchacho, lo sopló en los cuatro puntos señalados, esperó unos minutos y luego virtió el huevo en otro vaso con agua. Lo colocó en el piso, observó e interpretó las formas que tomó la clara del huevo y las burbujas que salieron. Dijo haber visto allí los granos que tenía el muchacho, y unas velas que alguien estaba prendiendo para que se muriera. Don Chico decía que no era conveniente darle la toma en estos momentos, pues existía la posibilidad de que los médicos de Iguala le hubieran administrado algún medicamento, por lo que prefería esperar a que con las “limpias” y una “regada” el muchacho se recuperara. Después le daría la toma. El miércoles por la tarde, el paciente fue atendido por la doctora L.S. Les sugirió que lo transladaran al hospital de Chilpancingo. En ese hospital les dijeron que era necesario hospitalizar al joven por lo menos diez días. Testimonios de un pueblo nahua Dicen los padres del enfermo que no recibieron una respuesta de los doctores respecto al tipo de enfermedad de que se trataba, por lo que decidieron regresar con su hijo a casa de don Chico, a pesar de lo difícil que resultó sacar a su hijo del hospital. El viernes en la madrugada llegaron a Xalitla. El joven tenía fiebre muy alta y no mostraba mejoría alguna. Don Chico estuvo haciéndole “limpias” y “sobadas”. El domingo le “levantó la sombra”. Don Chico insistía en que el joven no tenía “enfermedad buena”, que tenía “maldad”. El lunes por la mañana decidieron llevarlo de regreso a su pueblo. Don Chico explicó que en las velas de sebo se puede ver cuando a una persona la han hecho un daño. 14.X.96 A la casa de don Chico llegó un señor a quién él ya esperaba. Le iba a dar un remedio que le había encargado antes. El remedio era “buen hombre”. Lo tenía bien “martajado”, remojándose en una cubeta desde el día anterior. El visitante sólo se llevó el líquido, dos litros aproximadamente. Don Chico le recomendó que se lo tomara al siguiente día, en ayunas; que no se asustara si le daba mucho vómito y diarrea; que se bañara después de algunas horas de tomarlo y que no comiera carne de res o de cerdo porque le podía dar disentería. Además de esta “toma”, le dio, en una bolsita de plástico, un puñado de tierra que sacó de uno de sus morralitos en los que guarda sus remedios. Le indicó que debía rociar la tierra “en cruz” en la puerta de su casa, y que en su negocio hiciera lo mismo, pero después de haber bien lavado el piso con cloro, y que también rociara otro poco de este líquido, en su carro, en las llantas, adelante y atrás. En una botella le dió un poco de un líquido rojo que utiliza para sobar couasihuiztli. Le indicó que para usar éste lo untara en su pie y su rodilla, pero no con la mano, sino con un trapito. Este remedio era para que se le quitara lo entumido de su pierna. Don Chico le insistió varias veces que después de tomarse esa “toma” debía regresar a verlo para enterarse del resultado. Por todo esto el señor pagó 300 pesos. 343 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 344 El remedio contra el alcoholismo 20.X.96 Don Chico cuenta sobre el caso de un joven que sufría de pesadillas, de “visiones” a la hora de dormir, de insomnio, que “no podía dejar la bebida”. Para curarlo utilizó un remedio que preparó con copalcocote, un poco de alcohol y refresco. Después de tomar esto el enfermo sanó. El origen de esta enfermedad lo encontró en la “rifa”: “a esta persona le dieron de tomar en la cantina las sobras de las bebidas de otras gentes”. A doña R. le hizo “un trabajo” en el panteón. A esta señora le habían hecho la “maldad” de enterrar en el panteón algún trapo de ella para enfermarla. Don Chico lo supo gracias a la “rifa” con granos de maíz : “queda el copalito abajo del maíz, esto es cuando hay algo de la persona enferma enterrado en el panteón”. Para ir a desenterrar ese trapo y poder quemarlo necesitó la ayuda de siete ayunos, “siete personas que ayunen durante el día, no es preciso que estén con el enfermo, sólo que ayunen”. “Ya no quiero hacer este tipo de trabajos, al hacerlo corro el riesgo de enfermarme también, de que las almas me agarren mi sombra, además, cuando voy al panteón se oye cómo se quejan los difuntos en varias partes del panteón”. “Un señor de Ahuehuepan fue una vez al panteón a pedir por tres terneras que se le perdieron, entonces se encontró con un remolino muy grande, de esos que agarran la sombra”. “Los muertos en paz no pueden estar, porque los alborotan, ¿no sabe? El ayuno es muy fuerte, luego les hablan y tienen que hacer lo que les piden. Es fuerte el ayuno, y más, sucio que esté uno, que no se bañe. El ayuno es más fuerte cuando uno no se baña, o no se cambia, les llega el coraje a las otras personas”. “Si el ayunador tuvo relaciones (sexuales) o no se bañó, el enfermo se vuelve loco, tienen que ir limpios”. “Por echarle humo a las hormigas, del hormiguero sale un mal aire que quita la sombra, es un remolino, yeyecatl couasihuiztli, es enfermedad del suelo. Hay personas que son remolinos, que son cabrones, esos cuando nacen lo traen. El ‘don’ sirve para espantar a tu enemigo”. “Una persona de La Venta de Palula agarró couasihuiztle en el campo. Era el mes de abril, se le enterró una astilla en un dedo, acudió al doctor a atenderse, pero sus medicinas no le hicieron provecho. Estaba toda la mano y el brazo entumidos, tiesos”. “Cuando sobo couasihuiztli me arriesgo a que se me suba al brazo y me duele mucho, se me sube a la paleta. Después de que se me sube, con puras sobadas me lo tengo que quitar”. “A otra señora de Acapulco, con couasihuiztle, le salió un grano en el empeine, entonces se atendió con dos médicos antes de venir conmigo. Los médicos quisieron cortarle el pie. Esa señora no creía que se trataba de couasihuiztle, hasta que se le complicó. La enfermedad se le subió hasta la rodilla, me estaba llorando, ese es ‘ajeno’, se lo dieron, le digo. La traté con tlacopactli en polvo, untado. A los pocos días se le quitaron los granos. La causa de esto la encontré en la rifa, con baraja, ahí vi que una vecina de la señora fue quien le echó el couasihuiztle, a causa de que la enferma le cobraba un dinero que le debía. Cuando le puse el remedio ella vio a la señora que se lo echó y fue entonces cuando creyó que sí se trataba de couasihuiztle”. El caso de «la briaga» de Ahuelican. La cita con don Chico fue a las siete de la mañana. Nos fuimos a las siete cuarenta, en la camioneta que lleva a los maestros a Ahuelican. 345 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 346 La curación fue para una señora que ya llevaba cinco años sumida en el alcoholismo. La causa, según don Chico, fue el haber bebido dos cervezas que alguna persona le fue a dejar a su casa. En su patio encontró las botellas que “llevaban la enfermedad”. La señora recordó esto gracias a que don Chico lo vió en la “rifa”. A propósito de los problemas del alcohol, Don Chico dice que “la tierra de cantina es mala, pues ocasiona pleito en las casas”. Ahuelican, Gro. 21.X.96 Entrevista realizada a A. J. mientras don Chico le estaba dando un masaje en todo el cuerpo. ¿Y de qué es de lo que se enfermó? Pues yo ni sé, me empezó a sentir la vida imposible, a agobiarme, o sea no me hallaba, me clavaba, me sentía muy desesperado, y entonces como, me conozco como soy, este, me había ido a Tijuana, allí con mi amigo queríamos trabajar, entonces tenían también este, están muy preparados esos que adivinan y echan la baraja, y fui y me dijeron que, no pues, te están trabajando (haciendo brujería), pero mientras este señor ya le había dicho a mi papá, a mi mamá, que sí me estaban haciendo, o sea ya le habían contratado, y además como regresé otra vez hace dos años, entonces fue cuando sentí lo peor, ya no aguantaba, me sentí peor que antes. ¿Qué era lo que le pasaba? Pues soñaba muchas cosas feas, que no le digo pues, hasta me sentía fastidiado con mis hermanos, fíjese nomás estaba queriendo hacer loqueras ¿verdad? o sea pensaba en cosas, hacer maldades, me daba coraje con mi familia pues. Es lo que también me había dicho este señor cuando lo fui a ver (el señor le dijo) “si quieres te curamos, pero vas a tardar harto” y este, yo les dije a mis hermanos, les digo: no, ¿saben qué? la mera verdad a veces me siento muy fastidiado. Como ahí estamos cuatro hermanos, allá en la casa… dice no, no andes creyendo eso, eso es pura mentira. Le digo no, a lo mejor es cierto le digo, dejé pasar el tiempo ¿verdad? hasta que llegó el día… ¿Usted es originario de aquí de Ahuelican? Sí de aquí, nomás que también estaba estudiando en México. Y ya, o sea ya le dije a mi papá pues voy a ir a dar la vuelta allá, a trabajar, y me salí de la escuela, en el bachilleres estaba estudiando, hace como seis años más o menos. ¿Y cuándo fue que empezó con pesadillas y eso que me cuenta? Eso, eso desde que estaba en la escuela, pero muy de vez en cuando, ya más se empeoró, más allá, o sea tampoco tomaba nada, nada de cerveza, hasta aquí cuando regresaba aquí en el pueblo, alla en México… ahí en Estados Unidos pues ahí no se que pasó, buenas ilusiones, algo para progresar y... La preocupación de la familia, y mis papás. A lo mejor la gente me tuvo envidia. Fue cuando reaccioné. De veras, luego como al año, más menos al año, me compré un carro, al mes me caí y como dos meses me quedó el pie... Los doctores, fui al doctor pero no, no pudieron curarme, nomás intentaban, tengo una prima me ayudó pues a curarme. Le pedí, le pedí a Dios a… o sea, también le mandé decir a mi mamá que rezara... de magia. Pero estaba ahí o sea, ahí fui a comprobar el... ese, ese baraja. Todo te lleva... ¿Aquí le echaron la baraja o allá? Aquí, nomás. Hay, la persona que le está haciendo, que me cuide, porque me tiene coraje a mí, tanto como hay muchos... son de aquí de este pueblo, hay muchos paisanos, ahora amigas también... este homosexuales ya casados, allá. Pero no salía con ellas. Solamente cuando tenía fiesta... y el iba... hasta la fiesta, con los demás. Ahí... ya lo pasado, pasado. Ya no... ya no me desesperaba tanto. Y es algo le digo, y es algo inexplicable, porque ya la desesperación no se siente nada a gusto, o sea que la mente ya no te trabaja… la noche ni en el día no puedes estar tranquilo, no puedes dormir por las noches. Nomás un ratito. Pero no, no le beneficia en nada, porque de a ratitos, luego despierto. Luego media hora, luego otra vez me despierto, media hora y otra vez despierto y media hora asi. ¿Y qué fue lo que le hicieron o lo que le trabajaron, para que le pasara esto? Pues, yo no sé. O sea, yo quisiera saber, o sea también esa persona,... me dijo que me cuide porque él me está trabajando algo de la hechicería, de la brujería, no sé. Entonces en varias partes le dijeron que era eso, brujería. Sí, eso es, y por eso justamente... porque lo sentí en mi persona, en lo espiritual, en la cara. El cuerpo ya lo sentía, ya rendido... las manos me... en los pies a veces como que se me dificultaba caminar. Me sentía pues yo, muy acabado, así, debilitado. No, no rendía de veras... o sea que nomás me llegaba esa sensación, así que me preocupaba. Ahí me arruinaron más por envidia. Pues, era una cochinada... ¿Y tenía pesadillas? ¡Uh! tenía... que me querían matar, este que me quieren morder, me persiguen o me querían aventar al lago, me está llevando el río, y pues, o sea... 347 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 348 me decían otras personas pues ¿qué está pasando? ¿cómo te caíste? Este mejor ve a la iglesia... sí... veo el altar... y yo me fui de allá... fue unas cuantas... y me fui. Don Chico Flores Xalitla, 25.X.96 ¿Cómo se da cuenta cuando es eso de que les agarran su brujito a los niños o a las gentes? Pues les duele de aquí y del corazón. ¿Cuando lo va a buscar, cómo sabe que es él? Me llevo el nombre… ¿Y eso es muy trabajoso? Sí pues, a veces está lejos, a veces lo están cuidando. ¿Y cuando lo va a buscar ya sabe en dónde está o…? A veces no, y a veces sí, pues, me dicen a donde está, y a veces no, yo lo encuentro. Fíjate, si no les dejan que hablen lo obligan que no diga a donde fue. ¿Es cierto que a esos niños los pueden curar cuando están chiquitos para que no puedan…? Pero cómo, y ¿cómo los curo? ¿No se puede? Solo que los maten, que los maten en el campo, pero se mueren ellos también. ¿En Xalitla hay mucha gente que tiene? No pues, tienen muchos en Ahuehuepan, San Miguel... hombres como usted, a veces los dejo que digan. ¿Pero ellos cómo saben que tienen, o cómo sienten? No, pues nacen en viernes, ese es un don que traen cuando nacen, eso es para siempre, no se los pegan. ¿Y no se los pueden quitar tampoco? No, ninguno, después cuando los matan allá, aquí también se mueren, allá tienen otra mamá, en el campo donde nace en animal, cuando aquí también tiene otra mamá. Aquí en Tepecua también tienen muchos animales ¡bah! Son los que nacen los martes, los viernes. ¿Todos, todos los que nacen martes y viernes? Todos los que nacen viernes y martes, esos traen, aunque sea chiquito, aunque sea chiquito, hay de muchas formas, como todo lo que ve en el museo aquí hay, animales grandes y chicos, hay veces que les traen alacrán, les pica y se mueren y no lo hallaron el alacrán, bah, es trabajoso. Si no los cuida uno se mueren, luego luego, los agarran y al ratito ya. ¿Y cómo los cuida? Bien, cuando los cuidan pues, pues casi como chivero, como vaquero, sólo así se salvan. ¿De eso se mueren las gentes por acá también? Sí, de eso se mueren, hay gentes pues que no creen. ¿Y cuando están en forma de animalito, los puede reconocer quiénes son? Sí, el animal queda allá y la persona queda aquí como gente... va y lo siente y ya no amanece, esos. ¿Cómo? Cayéndose de la cama ya luego gritan, o que pegó dos o tres gritos y ya, se murió. Hay las jirafas grandes. Esos están largos, pescuezos pintos, hay personas de elefantes, osos. Están marcados. Luego luego se ve, se siente... y a veces aquí, en su vientre, ahí está, ese no quiere medecina, ese pura mano, eso no 349 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 350 quiere toma, nada, mejor que lo halle uno donde está, se le reza mucho para hallar, nomás que lleva uno el nombre, tiene harto, harto trabajo ahí. ¿Y de esos trabajos no ha hecho últimamente? Sí los he hecho, sí los he hecho, pero ese trabajo vale, setecientos, seiscientos y luego luego. Para buscarlo son trescientos, pa´buscarlo nomás, pa’cuidarlo son doscientos, setecientos, cada mes. Ah, cada mes. Cada mes, o trescientos, cuatrocientos, pero cada mes. Si puede bueno, y si no se le busca la forma. ¿Pero no cualquiera los puede cuidar? No, claro, no cualquiera, no. ¿Y lo que le pasa allá al animalito, le pasa a la gente? Sí, lo que le pasa allá aquí también, si allá está grave está grave aquí también, se alivia aquí y allá también, nomás que allí es trabajoso; rara es la vez que sale en l’agua, pero en la baraja, no en el agua. ¿En el agua no sale? No, no sale, en el agua no sale, sale en la baraja, es pues rara la vez. Y ya pudiste, aquí estuvo un chamaco, se estaba viendo bien, quien lo había agarrado, que quien lo tenía, a donde lo tenía, y aquellos se enojaron, decían que no. ¿Cómo, vino un chamaco… o cómo? Allá en su casa, estaba enfermo y gritaba, le pregunté ¿qué tienes? No pues “que me agarró fulano, y me andan arrastrando, me pegan” ya después una vez lo fueron a alquilar a una señora, lo fueron a alquilar, lo fueron a traer, dice “déjalo libre mi hijito, ya está grande y él está diciendo que tú eres, no, dice “yo no” dice el niño “sí, tú eres, me tienes en tal parte”. Lo aventaron en un pozo. Una vez allí mira, donde está el puente, aquí abajo donde empieza la subida, que está un tanque de petróleo, ahí aventaron una zorra y ahí se murió, ahí lo fuimos a sacar ahí estaba, adentro del petróleo, le pegaron sus ojos, su boca. ¿Y quién era? De afuera, de San Juan. Se murió. Nomás se dice que empezó a gritar de noche y ya no amaneció, pues cómo iba a salir, en un tanque luego con, este, espeso el petróleo, ahí nomás en la carretera, ahí nomás cerquita, pero como él era de afuera pues por ahí lo trajeron, nomás lo aventaron y ya. ¿Siempre que les agarran su animalito gritan? Gritan pues, o sea lo están matando, les pegan los golpean o les echan tierra en la boca o en los ojos, o les dan de tomar algo, así de males, pa’ que queden locos, los sueltan pero ya andan menos. Testimonios de un pueblo nahua ¿Para que queden locos? Ajá, locos. ¿Y qué les dan de tomar? Cáscaras de árbol de azúchil. ¿Pero se lo dan al animalito o a la persona? Al animalito, pero aquí también le llega, como es su, es su mismo cuerpo. ¿Y luego cuando se ponen loquitos que hacen? Se quedan locos para siempre, el animal allá también anda loco, ‘ora más si va a ser tigre o va a ser elefante, jirafa, de chiquitos los persiguen, los andan persiguiendo, para que no crezca, para que no valga nada, porque si ya está uno grande cuidado de que se, no tienen miedo él, para matarlo, no, peor, como ahora un venadito, pues ahorita lo agarran, un coyote ahorita lo agarran pues nomás lo van a, nomás lo pisan. Más los que nacen a media noche, de lo bueno. ¿Y qué otra cosa pueden tener, aparte de animalito qué otra cosa pueden tener, que otro don? Pueden tener un, para dar porquería en el aire, para dar gusanos, avispas, alacranes, caracoles. ¿Y una persona puede dar de varios o nada más de uno? Y sí, de varios pueden, yo a una señora le saqué ocho caracoles, cuatro chiquitos y cuatro grandes. ¿Con una toma? Sí, los sacó aquí en el suelo pues, los contamos y nos fuimos, y le decía la toma que no se iba a aliviar y que no se iba a aliviar, pero después recuperó también, y dijo “para que lloren en mi casa, mejor que lloren en casa ajena”, entonces le dio un soplido, de ahí de Sasamulco hasta Xilocintla, le dio tres soplidos y ya aunque ya estaba lavando los trastes que ya habían acabado de almorzar, afuera y que se muere, la mujer buena y sana, hasta estaba chiflando, se agachó, se murió. Le dijo “tú te aventaste a fulana, a sutana, a fulana, a fulana, conmigo iba yo a ser seis”, bah, y con eso se murió y eso es todo, porque ya se murió ya acabó el daño. Y ella quedó con la fuerza que le dio la toma, ella puede dar cochinada también, esa señora. ¿Entonces son diferentes los que pueden echar cochinada de los que tienen su animalito? No, los que tienen, los que no tienen animalito, esos no pueden, esos son otros. ¿Y los que echan couasihuiztli? Pues esos son, esos son. Por ejemplo tú, si te lo ponen en el puente, ahí lo levantas, y no te alivia el doctor, te alivia el que lo sabe sacar, el que lo sabe 351 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 352 sacar sí te alivia y si no, con el doctor se inflama más, más agarra fuerza, más se enraíza y te duele. Al primer momento te los espanta, pero cuando rompe la tela ahí viene el dolor más grande. ¿Entonces el que lo puede echar también lo puede quitar? Ah sí, claro, sí lo puede quitar, ese sí lo puede quitar. Por ejemplo, a ti te dio algo, o el que puede verdad, dile “a ver cúrame” ahorita sí, porque es dueño y nomás, pienso que él nomás le hace aquí, así, y ya, y sí, en la mano también, bah. ¿Y ya se quita? Nomás le hace así, así nomás le aprieta y ya, ya estás bueno, ya luego se siente uno bien, ya se le quitó, se lo llevó el que te curó, bah. ¿Pero a él no le duele, no le va a doler? No, cómo le va a doler si él sabe como… 04.XI.96 Si quiere ver también aunque lo vean que esté fácil, tu le jodes, una y ya, le cobras igual como si estuviera mala, como si estuviera de gravedad ¿eh? como hace el doctor. La asusta más. ¿Y cómo le distingue que es coasihuiztli? Le duele el talón. Entonces cuando le remueve, se voltea, se alborota, le duele todo su pie. Hay veces que le llega hasta por aquí, le duele, cuando ya le subió ya está pasmado, pues le llega a uno hasta por aquí, ya no puede uno orinar, ni para hacer del baño. Entonces ese es muy fuerte, pero ya con la hierba ésta, de San Pedro, nomás se la pone donde mero le duele y todo lo baja, todo lo junta, ahí tiene la huida, como el que tiene el corazón de este lado, le dices oye te la voy a poner donde está el mero dolor. Ya pues, matando eso, murió todo. Por eso el animal que tiene uno, lo tiene aquí en la mano pues, tomando esto, aunque todo el cuerpo lo tenga entumido, lo tiene entumido todo, está bien verdad. Dice usted, le voy a dar esto, se la voy a poner, y ya se le pone un cuarto de lavado, según vea como esté, si está fuerte le puede poner el cuarto, y si no, medio cuarto para que lave todo. ¿Cuánto es un cuarto? Un medio litro, medio litro, y el medio pues es medio cuarto, de una mitad de medio kilo… Aunque hay unos que deveras están de gravedad, entonces si el quiere pues un cuarto para que lo remueva, y la toma pa’ que le dé diarrea Testimonios de un pueblo nahua y pa’ ver a donde estaba que lo vaya a alborotar, en dos partes, que no tenga tiempo ni por un lado, siquiera en medio la enfermedad, a veces sale por la boca y a veces sale por abajo. ¿Lo que le pone para el lavado es diferente que para la toma? Si, eso es el mismo remedio, pero poniéndolo en las dos partes no da trabajo, y si devuelve luego, entonces no tiene importancia que se le ponga el lavado, que en un bocado luego devuelve, entonces no quiere el lavado, entonces ya va seguro de que en la toma sí pudiste. ¿Y de cuál planta es de la que le pone en la toma? El buenhombre. Según la primer medida, la primer toma, si no devuelve entonces ya nomás se va midiendo de a poquito para que lo revuelva, para que lo alborote más bien, para que lo alborote y salga. De los ayunadores ¿cuántos? Necesitan de perdida (por lo menos) unos siete, pero también si tiene dinero, sí sale muy caro, si le sale muy caro, entonces quiere más tomas, más mucho, y si no, pues ya se le da poco, se espera, entonces con los mismos ayunadores le das fuerza al enfermo, o sea, es una fuerza para uno. 353 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 354 ¿Y luego come su caldito? Sí, pero hasta cuando ya se le quitó el remedio, porque se lo quita uno, lo vuelve uno a poner hasta que lo retire, se le habla a uno ya suelto, ya lo limpiaste. ¿Y si no lo suelta? Pues no se lo quitas pues, si no se lo quitas no lo suelta. Le tiene que hablar. El tiene que hablar cuando ya acabó, cuando ya acabó de hablar y ya botó todo el dolor, en el momento hay unos que así, luego luego, ya quedan bien, y algunos no, que quedan adoloridos, les duele porque se les pegó. ¿Y cómo qué es lo que sale... lo que sacan? Pues según tengan, según lo que le haigan dado: gusanos, alguna mosca, algunos jumiles, otro animal, culebras. ¿Vivos salen? Vivos salen, (risa) algunos que son flemas, pegajosos, bolas, son los que lo comen o les cierran el... ¿Usted prefiere que después tomen caldo de pollo? Ya hasta que acabó, cuando ya se bañó, ya se le quitó el remedio y ya se baña para que quede formal, para que quede desadolorido, lo lastima usted, hay unos que sí comen pues, una o dos cucharitas, y algunos no, luego luego agarran alimento con ganas, y algunos no quedan adoloridos o la garraspera lo amarga. ¿Y por ejemplo la señora que le dió atolito de epazote? Ah no, pues si se le entume todo su cuerpo, porque se entume, entume, aunque sea por encima te va a decir ¿quién te lo dio? ¿por qué te duele? ¿a dónde te dieron? ¿por qué te dieron? ¿cuándo? y ¿por qué te aborrecía o por qué te dio? Untado nomás. Untado… el remedio está vivo, es sagrado, está como… no nos habla porque es viejito. San Pedro, se te revela la persona. Porque es lo que quiere él, atolito de epazote, cada quién ¿verdad?, pues la Concepción quiere pollo… quiere pollo, tlacopactli, San José, quiere pollo también, o a veces quieren ofrenda. Ofrenda quiere decir que cuando ya está el remedio allí, el pollo entero también ya está, mira este también es tuyo, queremos el efecto, queremos el alivio de esta persona, tantos ayunadores, te lo pasan por tus manos, recíbelo. ¿Cuál es el que tiene ofrenda? Todos, como queriendo y si no piden, piden cuando ya está uno alborotado. Testimonios de un pueblo nahua ¿Y cuál es el remedio que quiere algo de rezos? Ah no, de rezos no. Quieren pollo. Entonces es para todos, todos los ayunadores comen, pero si ya comió pues el enfermo, el enfermo come primero, después la gente y ya. ¿Usted a los cuántos años empezó a curar? No, yo apenas, trece, catorce años, no podía yo, me alquilaba yo ir a ayunar, pero ya las tomas me las dio, me las regaló. ¿Y usted las pidió? No, me la ofrecieron, como la hierba la tomé pa’ que me llevara, pa’ que me muriera yo, cuando me peleé con esta mujer, y yo tenía vergüenza, me corrió, me tiró mi ropa, dije yo me siento muy viejo, dije más mejor que me muera yo, yo sé que soy yerbero, es veneno, pa’ que ande yo si, si, y todo estaba bien ¿verdad?, yo me juera de aquí, pero al día que yo me encontrara con un paisano o alguna paisana, o con los dos ¿qué pasó? ¿ya no vienes por aquí? y yo ¿cómo le diría? Me corrió mi mujer. Y dije no, pa’ qué, y si hablan “mira a fulano lo corrió su mujer por ahí anda, por ahí anda trabajando”. Entonces no, mejor me voy y si hablan de mí que digan que ya estoy muerto, y ya no voy a volver. Algún día de borracho yo estaba bebiendo con un pendejo... y eso es lo que yo no quería. Porque habemos ¿verdad? que tenemos malos pensamientos. ¿Y cuál se tomó esa vez? San Pedro y San Joaquín. ¿San Joaquín? San Pedro es amarguísimo, yo nomás comí... sin coladera, pa’ dentro, mientras que se jueron estos ya estaba yo briago, bien briago, nomás estaba ahí sentado... bien briago estuve, déjalo, ya se me reveló un niño... como de cinco años, encuerado, yo le preguntaba, yo le dije mira llévame, me pasa esto... pero pues, no me llevó pues. No le tocaba. Y ya con eso tuve, ¿verdad? ¿Y también le dio para regar, el señor? Todo, todo... todo. ¿Y cuando riega usted a cuáles son a las que les grita, que les habla? De abajo, en la cruz. Luego los cerros grandes, los aires de arriba. ¿Los de arriba cuáles son? Pues los aires que le agarran a uno del norte. ¿Y esos quiere que los riegue de noche? Cuando quiere de noche también y hasta la hora que quieran ellos, porque ahí se ve, quieren a las dos de la mañana, hasta las tres, como lo quieran ellos 355 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 356 se les debe de hacer, ‘ora sí que como cuando el quiere almorzar a buena hora, a la hora que le agarre ¿verdad? ¿Y cuántos son los de arriba? Cuatro. Uno el de abajo, otro, son tres, el primero es el de abajo. ¿Y les grita en mexicano? Si en mexicano, es a juerza, es el idioma de ellos. ¿Es el idioma de ellos? Si es el idioma de ellos, porque así nomás, pues no salen. Como completándolo bien, cuando llegas tu donde el enfermo, si está lejos, cuando llegas junto al enfermo, ya si no duerme, te ve así si no duerme, cuando llegas ya está dormido, si no come, al rato ya pide de comer, si le da diarrea luego se ve, si le da diarrea. Si lo espantó una culebra, pues una culebra, ahí se forma la culebra, algo así. Y cuando uno tiene enfermos que no duermen ¿por qué es? El mal aire. ¿Y cuando les da la diarrea? También tienen mal, comen y luego luego van al baño a tirar la comida y quedan atrasados, como si no hubieran comido. ¿Y ese mal aire donde lo agarran? Pues donde les sucede, hay veces que de briagos se caen, pasó el mal aire un vientecito, porque de noche pasa más mal, harto aire que de día, también de día, todo, por ejemplo, aquí está pasando harto mal aire, basura, males ¿verdad? Dios, si tú eres grande y poderoso, que no deja a sus hijos, eso es más fácil. ¿Y a los del río también les habla? Lo lleva al río, aunque me espantó cuando ya venía al río, iba en medio del río, ahí quiere su balsa. ¿Su balsa? ¿Y esa como la hace? De cartón, una caja de huevo, y ahí se ponen los muñequitos y ya se la lleva el río para que coman los hijos del agua, para que coman sus animales que les habla, arrima sus hijos que tienes adentro donde te encuentres, que coman… ¿Lo que le agarran es su sombra? ¿Cómo le llaman en mexicano a esas sombras? Los aires, los animalitos del agua, como el pescado, el lagarto, las ranas, los patos, del agua. Todo tienen. ¿Usted casi no se enferma, verdad? Como no, sí, pero como ahorita fui a pagar dos misas allá. ¡Ah, juéramos el veintiséis a Santiago! ¿Vas a poder, no? Si estoy aquí, sí. Testimonios de un pueblo nahua Va a ser el veintiséis de septiembre, para ver el santo que lleve uno, puede ir el veinticinco, y conozcas a Santiago milagroso, entonces tu lees la leyenda que dice del milagro, ahí está, y cuantos retablos tiene, lo que ha hecho por todos sus hijos. Usted pasa a creer, pues sí pues, la hace, cuando le piden, pero que piden con harta fe ¿verdad? Fíjate, ayer encontré un San Marcos, pero me pedían veintiocho mil pesos por un cuadrito como este, no... el cuadrito, el papelito vale ocho pesos, pero lo demás, ya la pura madera me cobraban más que el mero que hace milagros, como que se enojó el señor ese, pero no. Yo he de querer un cuadro como éste que me cuesta cincuenta pesos ¿verdad? ¿No tiene aquí un grande de San Marcos? No, no tengo, no tengo, tenía yo, pero como vivíamos allá en un cuarto y nos entraba el agua, y se me escurrió pues... Y tengo este que es para que vengan, por una persona separada con su esposa, su mujer que se fue con otro, para tener un cariño para con una mujer, si le gusta uno. ¿Cuál? La de enmedio, esa güerita de acá, Santa Anita. ¿Santa Anita? 357 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 358 Esa que está ahí. ... Allá voy a hacer una misa, voy a pagar una misa con Santiago pa’ que me retire mis enemigos, que hay unos que me aborrecen porque trabajo, pero que me los retire él. ¿Y cuál es el que usa más usted, San Pedro o Concepciona? La Concepciona casi no la ocupo ¿Casi no? No, de eso ahí tengo el remedio, pero ha de llegar algún día que yo la llegué a ocupar. ¿Solita la da esa o la revuelve con algo? No, solita, solita, este, el buenhombre cuando tengo prisa o que lo veo que esté apurado el enfermo, entonces sí, le pongo San Pedro o San José, tres gotas nomás, tres gotas porque sí es fuerte, para que se maree el enfermo, que vea la suya. El San Joaquín es hierbita pero es amarguísimo. ¿Y ese no tiene su nombre en mexicano? No, pues si quieres vamos, lo vas a conoces por allá. Pues el martes vengo. Va a ser el veinticinco, el veintiséis de septiembre, de este mismo mes. ¿Y el martes va a venir la señora para que le diga cuando... ? Le vamos a dar la toma. Le van a dar la toma. ¿La va a “rifar” o la va... ? No ya está rifada. Ya está “rifada”. ¿Cuál está más fuerte de todos los que usa? Pues éste que se llevó la señora. ¿El San Pedro? San Pedro en polvo se lo llevó pues, se lo di en dos bolsas, ese es garantizado, y te garantizas con que te paguen tanto, si tú vas segurito que sí va a decir, si es ajeno tú ya ves en las preguntas en las consultas, tú tienes esto, por eso en las consultas ya ves le duele aquí, te duele aquí, tú ya estás viendo donde le duele, te duele aquí, sí, aquí está tu dolor, por eso le enseñas las figuras, la asustas de cualquier cosa ¿verdad? Tú le preguntas te duele esto, te duele esto, sí, aquí está tu dolor mira, ah sí deveras ahí me duele. ¿Y por qué también sale? Porqué, porque tú le estás enseñando, para que sepa, pa’ que te crea, dónde le duele, no que algunos ¿verdad? Dicen, no, dice, mejor voy al médico, el médico aunque lo esté… nunca te alivia, nunca se lo quita, como el que me peleé con él, A.M. No pues no, dice soy bueno, le digo sí, pero no tengo buenas Testimonios de un pueblo nahua medecinas, pero sí, aquí perdimos todos los doctores, están más adelantados, entonces él me preguntó que yo cuantos años había estudiado, ya le digo ninguno, entonces él me dijo que era yo tramposo, estafador, pero no sabía él, pero cuando le puse la muestra con la enfermera, entonces él creyó y él me dijo que era verdad… ¿Si no es ajeno también se ve en la baraja? Si se ve también, no, vete a otro lado, vete con el médico. Por eso el médico no, cuando tiene maldad si se asusta la gente. Como una señora me dijo, vino aquí, le hice las preguntas, tú tienes esto, dice ¿de veras?, le digo sí, yo no sé ¿verdad? No sé bien lo que tienes adentro ¿qué animal o qué es lo que tienes? pero tienes maldad. Entonces el doctor dice no puedo, no puedo y no puedo, y ya lo pasa por los rayos, nomás te dice no tienes nada, estás más limpio que yo, yo estoy sucio, estás bueno de salud, y ya, y no vio lo que tienes, ahí parece que dice tienes azúcar, por eso tienes esta bola, tú tomas mucho refresco, ya no tomes esto, ya no comas esto, ya no comas tortilla ¿y como va a vivir? Porque hay unos que hasta les dice que ya no coma tortilla, vas a comer pura verdura, entonces así no, tú en vez de que le quites el hambre, tú le vas a dar más hambre, más vida, más fuerza, dándole la toma. Se limpia y saca todo lo sucio que tiene, la hace. ¿Es peligroso que estén tomando pastillas? Ah sí, cómo de que no, sí. La pastilla no llegando se va o lo arroja uno, es como el dulce despacito, y hasta lo puedes matar a uno, yo aquí voy bien, pero bendito sea Dios que no, yo pregunto ¿y si no tienes pastillas? y si no hasta que dejes si las quieres dejar bueno, y si no también síguelas tomando, pero tú ya sabes lo que tienes, tú ya sabes que no te va a hacer efecto la pastilla o la inyección, aunque sea más cara la inyección. Sí son buenas, son buenas las medecinas, son buenas, que para una cortada, algún grano que te haigas raspado y se te volvió grano, pues sí, si se puede, si lo alivia, es bueno la pastilla, que tengas frío o calentura, sí pues te alivia, pero en lo ajeno… creo que ya te platiqué de una señora que tenía un granote así. En el tobillo. Sí, cincuenta años de su primer hijo y su hijo ya tiene nietos o bisnietos, y no se podía aliviar y con médicos, con médicos, y ya vino, nomás dos veces le eché el remedio de éste y listo. ¿Verdad? Nomás que uno no sabe, uno no cree ¿verdad? ¿Hay días que son buenos para dar la toma, o cualquier día? Mira, la persona que tiene fe se la toma aunque sea el domingo, son especiales los martes, los viernes, eso que sea de día o de noche pero si le hace efecto. ¿Ya me entendiste? Bueno, y hay uno que hasta para que les dé una 359 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 360 curación, no yo voy hasta el viernes, porque el viernes es buen día, en cualquier día no, no le tienen fe ellos quieren hasta el viernes o el martes. 06.XII.96 “San Marcos es el patrón de los que tienen don. Él tiene su león, por eso los que también tienen su don le llevan promesa”. Llegó una señora de Iguala, le dio a Don Chico una fotografía de una mujer y una estampilla con la imagen y la oración de la “Santa Muerte”, que don Chico le había encargado. También le había encargado que comprara una vela de sebo. Le pidió además que cooperara con dos ayunos. Él haría cuatro medios ayunos (Don Chico trataba, de manera muy evidente, que yo no me enterara y que no hiciera preguntas del caso, desviando la plática). Finalmente preguntó: “¿Hoy no va a ir a la procesión? Parece que ya empezó”. Don Franco Larios ¿Couacihuiztli? Couaciuixtli. La levanta por ahí, aunque no le da, la levanta, la gente no sabe cómo hace. Y nomás lo tiran y ahí lo hace andar. Si lo encontraste ya te... para enfermarse. Para qué quieren que te lo soben. Que se lo soben o que te den remedio o de tomar. Pero ese ¿cómo lo avientan, o cómo es? ¿Cómo lo echan? Ellos saben que pueden. Ellos saben cómo hacen, entonces nomás les encontramos... nomás... Nunca le dieron de tomar remedios, usted, ¿el cecectzin? No, yo no. Le tengo miedo. Y usted ¿dónde dice que aprendió a atender partos? Ah, si, pues ahí con mi nuera. Como no tengo dinero, ahí aprendí, después, ya toda la gente lo veía yo. No, ‘ora ya no voy. Doña Tina Magno y Don Franco Larios Xalitla, 23.X.96 La partera empírica ¿Desde cuándo atiende partos usted, doña Tina? ¿Desde cuándo? Ah no, ya va a tardar, ya voy a tener más de treinta años. ¿Y cómo fue que aprendió a atender partos? Pues como sabes, semos pobrecitos, semos pobres pues, este mis nueras, mi hija, nomás yo, nomás lo veía y le digo para qué, yo sé, la partera o partero, yo sé de que caro, y cómo, ahora de dónde vamos a traer dinero ¿dónde lo voy a traer, y si no tengo en ese día? Nomás les componía yo sus barrigas, aparte veía yo, sentía yo, aunque luego luego como, o sea pues Dios quiso, sentía yo de que está bien, si está bien, y nacen bien. Soy pobre y no soy médica, nomás así de veras como dicen, nosotros de, semos pobres así nos vemos, me dan lo que quieran ellos, yo le lavo, yo todo, yo le limpio, y a los médicos no crea que nomás les va a dar cincuenta o cien, no, y yo me dan lo que quieran. ¿Y mucha gente la solicita a usted, la busca? 361 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 362 Sí, la gente están viniendo para componerles la barriga, están viniendo aunque sea de Ahuehuepa, aunque de La Colonia, de Tonalapa a veces vienen, a según, pues dicen, ‘ái según esos que pueden porque estudiaron dice, pero no, y cobran pues que sea caro y yo estoy en la Iglesia me dan lo que puedan, diez mil, cinco mil, de que los compongo los siento que están bien pues, y cuando no, cuando siento que dos tiene, no les digo, porque digo se van a asustar, nomás lo dejo así. Usted le siente cuando tiene dos. Y también lo veo de ese que son cuateras, siento y viene otro, bueno no, todavía este, el ombligo todavía no puede caer, ahí viene, ahí viene, y otro viene, luego se ve pues, cuando les da dolor. Si también a los vi de cuateras, en veces me asustan y por eso yo ya no quiero, en veces me asustan, vienen con su pie, y vienen con las manos, en veces los sacudo los sacudo, como yo los estoy viendo, luego les digo, mejor váyanse a Iguala, nomás los sacudo, se componen. Yo cuando siento no puedo digo, ándale que te lleven a Iguala. Nunca se me mueren en mis manos, nunca ni una mujer, ni niños, se me mueren pero porque vienen enfermos, pero ya nacidos. No pues, no me dijo, le digo qué tal si te murieras, él médico te lo quitara dinero, a ver, dice sí pues. Y otra mujer también igual, le digo miren, vayan a Iguala, si tienes miedo aquí, a Iguala váyanse, si tienen centavitos váyanse. Yo en veces estoy enferma y después así, los veía yo, vienen con sus manos, vienen con sus pies, con sus pies bueno, ese no me da trabajo, viene uno le meto este, para lo siento ese otro y ahí está, su piecito, lo jaló de su dedo, mientras este lo tengo arriba este otro lo jalo para los emparejó los dos, ahora sí, échele, y sale. Pero miedo cuando viene atravesado, porque aunque lo componga uno, nada le hace, cuando ya dijo Dios, para que te lo vaya a sacar dinero, bueno como se voltean pues, si ya dijo Dios para qué haces pues, vas a ganar. Cuando no vas a gritarlo, por eso dicen que le vayas a pedir permiso donde la Virgencita y todo nos ayuda. Tan como a los médicos, tan como las señoras que tienen… sí, eso le digo pues. El médico indígena Interviene don Franco Larios: Los que son brujitos. ¿De chiquitos? Cuando tienen animalitos, pero eso es los viernes. Ese solamente, no, pero de todos modos ese en veces se le viene, dicen en los viernes, dicen los jueves, pero unos que saben, cualquiera día le da Dios, ese Testimonios de un pueblo nahua nosotros no podemos saber, pero sí, en los viernes luego dicen ¡híjole en viernes nació! Y en veces, en veces lo vas a creer, porque en veces se mueren aunque ya grandecitos, cualquiera cosita le pasó, si su papá, su mamá pelean, si su hijito sabe en su hijito se desquitan, todas esas gentes, cómo viene el niño, qué vas a saber, nomás vas a ver las señas, lo vas a ver todo, se echan a perder. Pues ese Dios le da, no nosotros. ¿Y de qué animalitos les da Dios? Cualquiera, cualquiera animalito. ¿Y cuando le agarran su animalito al niño, qué es lo que le pasa? ¿Qué le duele o qué siente? Pues grita. Endenantitos pues, ahora ya no, desde que comenzó la evangelización, la renovación. Antes estábamos bien perdidos... entonces, vienen otras gentes que son, nosotros les dicemos que son los hermanos, bueno pero tampoco les decimos nada nosotros, entonces yo nomás le digo a mi señora, no digas nada, no digas nada, a la mejor nosotros estamos haciendo bien, o a la mejor nosotros estamos haciendo mal. Aquí es parroquial, aquí viene el obispo, aquí está un cura que atiende, aquí esta el... pues, parroquial, a veces hay hasta tres curas aquí, o cuando viene el obispo, se juntan aquí unos cinco, seis curas que lo vienen acompañando, que nos platican. Entonces nos empezaron a decir que, primero nos regalaban unas Biblias. Y ya pasamos a comprar, ahora toda la gente tiene su Biblia, entonces ahí está diciendo lo que está bien de lo que no esta bien, lo bueno y lo que es malo. ¿Cómo hacían antes? Antes pues, vas a ver que dicen que lo ven un perro, dicen que lo ven una mujer, dicen que lo ven burro , dice que lo ven de noche espanta, dicen que lo ven doctor, de nochi, bueno hartas cosas lo veían, aquel tiempo, pero ahora. Todo eso es porque estaba uno humilde, analfabeto que no, no había escuelas, en este pueblo había una escuelita chiquita, y no, pues ahora hay primaria, hay secundaria, hay bachilleres, otra escuela de primaria de ese lado, hay harto maestro; los pobres niños chiquitos, chiquitos, tienen siete, no tienen ocho años y ya pues los meten, pero antes no. No creíamos en Dios o éramos malos, somos, quién sabe. Por ejemplo yo, si yo tuviera mi brujito, si yo tuviera un animal por allá, que es mío pues, y yo pelié con otro hombre, me agarró a golpes y lo golpié, entonces, si sabe (si tiene “brujito”) él, y aquí conmigo no pudo, entonces va a poder allá. Si fuera más chiquito el animal, soy más chiquito y ese es más grande, entonces me gana, me pega y me mata, allá, aquí no, allá me chingaste… así era aquel tiempo. Un señor aquí, un señor entonces creímos que deveras, que deveras pues era, no creíamos nosotros cuando… 363 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 364 Hay unos que saben pues, nosotros le decimos tiene dos corazoncitos, tiene dos corazones, dos. ¿Y en mexicano cómo les dicen a esos que tienen dos corazones? Son brujitos pues. Pues en mexicano les dicen nahuali. Que tiene su brujito, nahualtsintli. Tehua tinahuahli. Sí, pero ahora ya casi no, digo sí hay, te digo sí saben, pues ya no lo hacen. Hay unos (que) ya se murieron. Bueno, aunque ya se murieron pero la gente cree. La gente creyó pues. No ahora no, la gente es buenísima de verdad. Ahora todos son buenos, todos son buenos. Yo soñaba, yo, soñaba yo, en mis sueños, que estoy sobando unas personas, seguido soñaba yo… Nomás cuando yo era muchacho, pues. Le enseñaba, sí, sobaba ya. Bah no, no podia, bah no porque no podía, no quería, tenía vergüenza, quién sabe. De ahí, así me decía este, ya le contaba yo cuando vivía mi papá, ¿por qué sueño eso? Dice ¡ah! a lo mejor vas a poder sobar o... Le digo pues, nomás sueño, nomás en mi sueño, estoy dormido, le digo, y seguido, seguido. Le sobé a mi mujer una vez… ¿Algo le dolía ? Pues no sabía yo si tenía yo cochinada, de couasihuiztli le dicen. Quizás como andaba yo así solita, como en veces no sabes a lo mejor quién te aborrece, no sabes quién, si te aborrecen, porque la gente no creas todo nos quiere, y no, nomás me sobó y ya. Y luego resultó otro día, otro año, sentía yo que me estoy muriendo, sentía el cuchillo me lo metía allí, y me voy a morir, ni porque me inyectaron. Andaba tomando y nomás me sobó y ya me compuse. ¿Pero era de couasihuistli? Sí, ha de ser ese. Y fue al doctor y no le… curaron. No, hasta con él me compuse, me sobó. Cuando Dios le da permiso, y cuando Dios no quiere no. ¿Y con qué la sobó? No nomás así con un, en veces, aunque sea con alcoholito, no, nomás alcoholito. Y ya me compuso, ahí vienen unos, los soba y se componen. Cuando dijo que les da tomaditas ¿eso es lo que le dicen la “toma”? Sí, de tomaditas, si te dio alguien toma una cosa tiene, o ahí te puedes vomitar, lo sacas si alguna cosa tienes, daño, te endañaste o una cosa vaya. ¿Y de qué remedio les da? Pues unas semillitas, unos remedios… Testimonios de un pueblo nahua ¿Es con ese que ve, como visiones, como...? No, con ese no vas a ver nada, ese nomás puro te va a sacar todo, lo que tienes, y se compone. Ese visiones ese un remedio, pero en veces no es cierto, en veces nomás le dan de cargar uno, porque le aborrece, como un borracho ¿verdad?,. ¿A usted nunca le han dado de ese remedio, el que hace visiones? No, yo no, no me dan, como no estoy enferma de otras cosas, ese couasihuiztli, ese no, quiere decir nomás encima te van a dar, entonces duele. ¿Y por qué da el couasihuiztli? Pues lo vas a encontrar por allá, vas por allá unos para saber qué piensan, por eso digo por allá, aunque por allá salen de esos, aunque de esos que vas a ver de veras, no sabes nada, para saber pues como todas, todos somos hijos de Dios, para saber qué corazón tiene, eso solamente Dios. Entonces usted es partera y también cura “daño”. Sí, y mi marido también soba niños. ¿Y qué es eso de “daño”? 365 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 366 Daño pues, si le gustaste un niño, si tú le gustaste, ya le calientan la sangrecita, te gustó. Ahora sí, el niño al ratito ya no puede estar, les echates ojo (se ríe), sí, ese, ese quiere decir. ¿Y al niño qué le pasa, qué siente? Pues nomás así llora, nomás llora y ya. ¿Y con qué los soba? Ah, pues nomás con alcohol y ya. Pues Dios sabe, yo tengo fe de Dios yo no tengo fe para otra cosa, yo para otra cosa no pienso, yo pienso de Dios. ¿Y le traen muchos niños para que los cure de “daño”? Sí pues, también vienen los niños, vienen mucho los niños. Aquí estamos, por eso no queremos ni a molestar y que no me a molesten, bueno no, no quiero que no me vengan a visitar, si vienen, a veces se sientan, a veces, tenemos dos hamacas, dicen que aquí está bonito pues. Nos curábamos nomás con las hierbitas, hierbitas nos daban, le dicen… yo no sé, nosotros nomás en mexicano le decimos tepeixquihli, lo tomamos, en veces una cosa le dicen ese margarita, bejuquito si nos aflojamos, en veces nos echamos lavado de azuchilito con limoncito y su xehuite, en veces, bueno… ¿Y ese lavado de azuchilito con limón para que sirve? Lavadito, para que se refresquen, en veces, cualquiera cosita pues tomamos, y vas a ver ya se compone. ¿Y ustedes no curan de “espanto”? No, nosotros no, eso no podemos. ¿Pero sí lo conocen? Sí lo conocemos, ese hasta allá arriba, la señora puede doña Florencia, si lo quieres ver aquí sales derechito. ¿Y ese por qué les da, por qué se espantan? Pues se espantan, pues si ven… aunque cualquiera cosa, si te caíste y te espantaste, como espanto tuviste si te caíste, o unas gentes se están peleando y como te agitaste y después al poco tiempo te duele tu cabeza, no puedes dormir, como te asustaste pues; mal viento, eso es lo que lo lleva, si no te vas a caer, te caíste, te espantaste, como ahora yo mira me caí , me pegué con… y luego me dejaron. ¿Tamalitos? Tamalitos, y ya. Y ahora de vuelta quiero, porque cuando estoy durmiendo brinco… de vuelta quiero. ¿Y es “espanto”? Es espanto, brinco rápido. ¿Y dónde fue que se espantó? Pues donde quiera, donde ando saliendo, me caigo o me espanta aunque Testimonios de un pueblo nahua sea un perro que salió, ladró. Por ejemplo ahí pasamos, tienen un perro que ladra recio pero está amarrado, en veces, nomás de repente ladra y se espanta uno, en veces pues, cuando uno no conoce, pero como yo ya sé yo ya no. ¿Y esos son los malos aires? Ajá, los malos aires, te van a agarrar y ya pues ya estás enferma, y te buscan todo y ya, ya te buscaron, ya te regaron, ya te deja la calentura, y todo, vas a sudar, y te compusiste, así nosotros nos curamos. ¿Y por ejemplo esa enfermedad que le dicen “cochinada” cómo se cura? Pues también si te soban, si nomás te duele encima, nomás como quiera, nomás que te soben pues, con ayuno y ya. Y si tienes algo pues con remedio, que te den tomada y ya. Si tienes ese pues te compones y si tienes otra cosa, no quieres comer. ¿Usted ha visto cuando dan, cuando alguien ha tomado remedio? No, lo ve mi marido, él da, pero él no da para que vea de visiones, ese ya nomás mienten, ese como quiere decir chismes; tú lo vas a querer que te saque todo, vomítalo, todo, también te va a sacar algo, pero no vas a ver, pero sí, al poco tiempo ya te compusiste, ya comes, ya estás bien. ¿Cuando es por dentro la “cochinada”, qué le pasa a la gente, qué siente o qué le duele? Pues no sé cómo siente, como nunca me pasa, no sé como se siente, nomás veo si viene por ahí… Pero uno que si busca pleito, uno que, uno se enoja, de coraje le pasa, no le haga cochinada porque, porque uno rete se enoja y pelea, uno es coraje lo que tiene… pero no es cochinada de eso, brujería, sino que uno se enoja pues mucho cuando pelea. ¿Y ese remedio que me estaba contando que les daba en tomitas ¿ese como se llama? Ah, ese se llama tlacopactli, en mexicano. Tlacopactli. ¿Y por aquí se da ese? Aquí hay, aunque sea lejitos, pero sí hay de ese. ¿Y ese para que enfermedad lo ocupa? Ese para esa enfermedad, si andas tosiendo, andas tosiendo y te duele la barriga y no tienes hambre, toses y toses y sientes que te vas a morir; antes hartos se murieron así. ¿Y ese tlacopactli le hace ver cosa o visiones? Hay otro que se llama, otro se llama, florecita de virgen, ese, ‘ora la semillita, ese es bien bueno para eso. ¿Usted no lo da, de ese remedio? No, porque no me he enseñado ese, porque es un poco más peligroso, es un poco más peligroso, bueno no es porque peligroso, sino que no le sé la medida, 367 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 368 pero de que lo puedo preparar sí lo puedo preparar, pero no sé la medida y el otro que aprendí, que me enseñaron sí, me enseñó una señora que podía pero ahora ya está viejita, ya no ve, y yo le fui a preguntar, yo quiero aprender de este y de este, la señora está un poco malita. Dice dale este, vete a traerlo y lo mueles, lo mueles bien en una piedra lisa con una piedrita. ¿El tlacopactli? Ajá, lo pones en una jicarita y lo exprimes, eso, lo exprimido, le decimos nosotros el pachacalito ese, lo tiras, entonces ya quedó la pura agüita, ahora te buscas un trapito, un trapito limpio, y en ese lo vas a colar para que quede la agüita bien limpia; no le vayas a dar con todo y basura, y bueno, así le hice. Pero usted, ese da, puro vómito y allá donde está cayendo ya esta allí, en un trastecito y abusada ¿qué es lo que sale? Y sí, sácalo, todo vas a sentir. Sí, sacan bolas como yema de blanquillo, sacan como mocos, se estira y sacan… No le digo, yo me enseñé en una nieta, yo le dije, le digo, si quieres te curo. Sí abuelito, dice, si me morí me morí. Le digo, no me vayan a echar la culpa los hijos. No abuelito, si de todos modos me voy a morir, y si tú no me curas me muero, nomás ando tosiendo y ya no aguanto. ‘Ora pues. Y ya les hablé a sus padres, les dije, yo nunca doy, con este me voy a enseñar, si me voy a desgraciar, siquiera somos de la familia. Pero no, tengo la medida, tengo la medida le digo, dice órale. Y le dije, nomás te vas a buscar cuatro o cinco, los que ayunen, seis conmigo, yo soy el que le voy a dar, voy a estar cuidando. Así hacemos cuando ya se cansaron con los médicos, entonces le di yo, y yo a leer en el librito, empecé con oraciones y oraciones, al ratito ahí viene. ¿Qué sacó? Ahora vas a ver, que le empiezo a meter un palito, se estiraba bien largo, y yo al último que le dio ya no me fijé, le digo a mi entenado, un hijo de ella, hombre, él era, y ahí es el pozo ahí, dice no, ahí está un montón de basura, préndelo y ahí ese que se queme (lo que vomitó) y él como curioso vió que cosa sacó, tú vas a ver tal, sacó una piernita de un pollito chiquito, de aquí, de aquí, no este... pero chiquito el pollito. Le digo qué, lo comiste, y un carretito así y tiene hilo y encima cabello. Ahora vive mi nieta hasta ya se casó, todas esas hierbitas hay aquí. ¿Pero cuál fue el que le dio? A mi nieta, de ese pues, de ese, también ese es bueno mira, esta hoja. De limón, junto con un hueso de aguacate y luego un xehuite que está ahí, ancho la hoja como éste. ¿Y ese cómo se llama? Texehuite, ese se llama texehuite, ese limón y ese otro hueso de aguacate, y poquito, poquito, la punta de un azúchil que hay en el río, molido, molido, ese es para un briago. Testimonios de un pueblo nahua ¿Para que ya no tome? Se lo toma, y si no se lo quiere tomar se lo echan de lavado, no ve que hay algunos briagos que toman demasiado y se comienzan a hinchar, y si no les crece la barriga, ya está cocido adentro, del diario toman, en veces hay algunos que toman un mes, un mes andan tomando, y bueno dice mi tío que pues que con ese que le echan lavado, es fresco. ¿Y los hace vomitar? No, ese es otro, este no, se lo toman así, lo toman y les saca la agua, y se apachichan y ya no están hinchados, saca toda el agua. Y ese es fresco, y de mañana te vas a bañar si ya te curaste, pero ese nomás, mira en unos diez días ya estás bueno, pero ya no sigas tomando, porque si sigues tomando ‘ora sí te mueres, y ahí está el remedio, ese te envenena. Hartos, hartos remedios, aquí hay. Y sobo los niños chiquitos, nosotros aquí les decimos que tienen daño, que nomás llora, llora, llora, llora el pobre nomás. ¿Y por qué le da? Los quieren, hay algunos, cuando ya está gordito no, se empieza a reír cuando lo está abrazando su mamá, y otra mujer o otro hombre, muchacho o muchacha, porque si me gusta, lo abrazara yo, ‘ora como no le pide a su mamá, 369 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 370 le dice pásame a tu niño, y lo acarician y así no les hacen nada, pero si nomás lo deseó como que… quién sabe pues qué cosa tiene. Al rato que llega a su casa empieza a llorar y a llorar y a llorar, y sí, con esas sobaditas se le quita. ¿Con qué los soba? Con un remedio que tengo ahí, y mi señora también puede. Nomás llegando a su casa se duerme. ¿Y eso cómo lo aprendió a curar? Ella primero, ella me enseñó, cuando no está ella y yo estoy yo los sobo, y cuando no estoy yo ella soba. ¿A niñas y niños soba usted? A niños y niñas, vienen de por donde quiera, bueno, lo creen pues, porque les calma. A ver cuándo viene pues. 31.X.96 El couacihuiztli, ese el doctor no te lo cura. ¿Y ese cómo es? Ese couacihuiztli, ese nunca, pero te va agarrar manos así, o así a tu mano. Tu pie, ya no vas a poder caminar. ¿Y por qué les da esa enfermedad? P’us, porque les aborrecen. Y si te peliaste con una mujer, ya le hiciste muchas cosas y, y lo que no combina, le dijiste que la... y tiene más... tiene más vocabulario, le da más, le dijiste un montón de cosas, o sea... le vuela la boca. Y la otra no. Si puede dar esa cosa te da. Esos que pueden ¿cómo le hacen para poder? Pues esos yo creo que en su nacimiento. ¿No lo aprenden? No, no, no se aprende. Cosa mal hecho no se aprende. Eso es de nacimiento. No creo, no creo que una... en este pueblo algo o en otro pueblo. En México también hay, sí. Pero ¿cómo le echan eso? Ese, de su nacimiento. Ese más siguió el camino, donde, donde ve que te encaminas, rumbo de tu casa. No... tantito. Pero cuando... sí te chinga y, y no vas a saber quién. Y dice nomás de repente tantito... Pero... lo que pasa es nomás por ahí. Nomás sentí como que me... o si como que me caí tantito. Y no... Y ese ¿usted lo puede curar? Y tu ni sabes quién. Pero eso nomás ni te dicen. Testimonios de un pueblo nahua ¿El cecetzin? El cecectzin si te dice quien te dio. Y te lo dice... mataría pues. ¿Y ese usted lo puede curar, el couasihuiztli? El couacihuiztli, ese... el tlacopatli, lo muele como un lodo ¿no? ¿Qué es, una raíz o una hoja? No, son raicitas. Ese te lo ponen aquí en... ahí está. Tlacopatli, eso se muele, crudo, no hervido y se le echan dos ajos, dos dientitos de ajos. Y con eso te lo ponen así. Eso el doctor no lo cura. No, te diré, puede gastar harto dinero, pero no te cura el couacihuiztli ningún doctor lo cura. Basta con hierbitas de aquí, aquí hay. Quieres... este necesitas quien sepa, quien te conoce, quien lo vaya a traer. Pero, si lo conoce cualquiera. Ese señor de... sabe, él lo conoce cual es el tlacopatli. ¿Usted sabe preparar? Yo, ella... Ella sí lo puede hacer... ¿Me decía que usted también cura “daño”? Y ese ¿qué es el “daño”? Pues ese nomás es el que la da a los chiquitos, ese es. Quién sabe qué es ese, lo que les hacen. Si ahora viniera una mujer, trae su niño. Viene llorando que no, que no, no sabe que... más, en vez de... lo va a sobar cualquier... o le da pecho. No puede más, llora y llora, es daño... con el niño pues, no puede, no puede estar tranquilita, tranquilito. Pero no se... la criatura ya se durmió ya... y ya., ya nomás lo pone en la hamaca. o lo acuesta en la cama... diciendo no tiene nada ¿verdá? ¿Y eso también se trae de nacimiento o se aprende? Pero para curar el daño como Doña Tina, ¿eso lo aprendió? No, ese de nacimiento, Doña Tina. No es de ‘orita, puede decir si de empezar a saberse de muchacha. Ya estaba señorita, cuando empezó... su nacimiento. ¿Y usted es curandero de plantas? Si soy curandero de plantas. Ese es mi trabajo pues. Yo ya no tengo otro trabajo, nomás ando puro curar, puro curar. Y “rifar” ¿no sabe? Sí. Oración. Tengo mi Biblia, yo tengo mis libros de oraciones. Pero puede “rifar” con barajas o… No, rifar no puedo. Y a tocar ¿en dónde aprendió? En un pueblo que se llama Coacoyula. 371 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 372 Xalitla, 04.XI.96 Auexotl: “para lo caliente, se usa en lavado. Texiuite: “si uno tiene fuerte la calentura adentro, se deja remojando y al sereno”. Azúchil y limón: “en lavado, el lavadito entra en la tripa y lo limpia todo”. Disentería blanca: “se toma media Coca-Cola con el jugo de dos limones”. Disentería con sangre: “se toma el jugo de dos limones en ayunas”. Onoxuiht“empacho, cuando se le pegó alguna comida, qué cosa no quieres comer, pues eso te empachó”. Tepeixquil“para el empacho, es una cascarita de árbol (?), se machucan tres pedacitos, se remojan y se cuelan, se echa de lavado, como es amargo saca lo pegado; también se puede con aceite de olivo con estomaquil”. Oquixuique: “tiene daño, les gustó el niño, lo querían abrazar y le calentó la sangre, se muere de ganas de que lo quería abrazar, el muchacho, la muchacha o la señora, sólo le da a los chiquitos”. Oxihtapou: “se le abrió el ombligo, se cura con copal blanco, de ese que está chicloso, se unta en el trapito y se mete en el ombligo”. “Si se quedó sorda, con asientos de agua se compone, nomás se sienta en el río por unos cinco minutos y se destapa; si está en México pone una poca de agua fría en una tina para que se baje lo caliente”. Otlecot totonqu“subió lo caliente”. Tepatian: “curandero”. Quenon chianti de un tepatian: “¿En dónde vive un curandero?” Aquinon teoaoachoua: “¿Quién puede sobar?” Cocoxqu“enfermo”. Iopa“ya se alivió”. Iomi“ya se murió”. Otlacatl: “ya nació”. Nauahl “tiene dos corazones, es brujo”. Onihquelon: “me desconcerté un pie o una mano”. Ocasique: “lo agarraron, cuando le agarraron su animalito, su brujito, porque lo aborrecen, no es enfermedad”. Oquiyolcuaque: “lo comieron su brujo o le comieron su corazón, entonces ya se murió por eso”. Omeyoltsin: “dos corazones”. Totonca: “calentura”. Don Filiberto Greco 14.IV.95 Lo encontré almorzando. Tenía el torso desnudo y me miró desconfiado. “¡Ah! usted es el que me anda buscando” exclamó. “Luego regreso” le dije, “ya que almuerce vengo”. En efecto, después volví. Él seguía con el torso desnudo. Empezamos a platicar y fue explicándome que él nada más sobaba con vaporub, un ajo y alcohol. Así, él sabe si las personas tienen la enfermedad. Sobando a los enfermos sabe si tienen coacihuiztli. Si tienen coacihuiztli los soba dos veces. “Es mejor que se atiendan pronto, porque cuando “ya tardó” la enfermedad, es muy difícil sacarla, y entonces se mueren. Ahí tiene al difunto B... ya ve lo que le pasó. Yo no doy toma, algunos se quedan locos con la toma, yo nomás uso el vaporub para sobar. La esposa del difunto B. me llamó para que lo sobara, lo ví y le dije ¡estás jodido, deveras! Para caminar lo ayudaban entre dos personas. Lo sobé y ya tenía la enfermedad en el corazón, le estuve sobando en el pecho, exprimiéndole para sacar la enfermedad y hasta la tercera vez pude dominarla. Aunque le expliqué que todavía faltaba y que no podía dejarlo 373 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 374 descansar ni por un día porque le regresaría el coacihuiztli, él ya no quiso que lo siguiera sobando. Como le dolía, él ya no quiso. Al otro día falleció”. “Esa enfermedad se puede alojar en las piernas, en las rodillas, en los brazos, en la espalda... ahí tiene a la señora F. que tiene la pierna muy hinchada, muy mala”. “Cuando sobo la enfermedad, se me puede pasar, por eso me pongo alcohol en las manos y después de que los sobé les digo que abran los ojos y le soplo para que se vaya el coacihuiztli. Una señora estaba babee y babee, como borrego, y nomás la sobé y se alivió”. 16.V.95 Al parecer no quería que lo entrevistara. Fui a su casa y me dijeron que estaba en su huerta. Me fuí caminando hasta la huerta, cerca del vado y me dijeron que ya se había ido a almorzar. Regresé a su casa y me dijeron que no estaba, que había ido a un mandado y que regresaba en la noche. Un poco decepcionado, me fuí a platicar a la tienda de Genaro, que se encuentra en frente de la casa de Don Filiberto. Desde allí, el papá de Genaro vió que ahí estaba “Fili”. Fuí rapidamente a buscarlo. Se quiso esconder, pero lo alcance a ver y me acerqué. Alcancé a escuchar que la hermana le dijo: “¡no te vayas a pelear con él!”. De entrada, efectivamente, lo noté molesto, pero afortunadamente, poco a poco su actitud se fué suavizando. Platicamos cerca de dos horas. “A veces me llevan niños a la milpa, para que les diga si tienen omeyoltzin, para saber si son brujitos y que los ayude, pero les digo que eso yo no puedo”. “Dicen en Ahuehuepan que los que tienen un animalito grandecito pueden ayudar a los que son de animal pequeño. Yo les digo que si tiene diarrea o vómito que no les puedo ayudar, p’a eso hay medicina. Les pregunto que si quieren que los ayude o nomás que los sobe”. “Es fácil aprender, está bueno que usted aprenda, creo donde quiera hay esa enfermedad coacihuiztli, ¡’ta güeno que usted los cure!” Durante la entrevista pasaron por la calle cuatro comadres de él. Me explicaba, ufano: “no soy chismoso, pero le voy a decir, curé a esa señora… y a esa también… y a esa…” “En todos los casos les advierto: yo nomás dos veces te voy a sobar, y si sientes que te mejoras le sigo, si no, yo no voy a ver si me gana la enfermedad”. “El coacihuiztli se pega, es contagioso, luego se siente en la mano cuando uno anda sobando”. “No les cobro, ahí lo que me quieran dar; un 5, un 20, lo que sea, pero luego son muy desagradecidos y no pagan. Uno anda arriesgando...” “Un día fuí a sobar a un muchacho, de noche, para que nadie me viera, pero luego me encontré a otro señor que me reclamó: ‘para qué lo ayudabas, ese no merecía ayuda’. Luego pensé, entonces tú eres cochino, ¡se lo echaste!” “Luego se sabe si es enfermedad de Dios o si es algo malo, ‘ajeno’. Lo ‘ajeno’ puede ser que alguien lo aviente, lo eche, o pueden ser los aires, quién sabe. Nomás les sobo con vaporub, un ajo y alcohol, luego les soplo para que salga lo malo”. “Los viernes aquí me quedo porque vienen de fuera, a pedirme que los ayude, esos sí pagan, serán ignorantes pero bien saben a qué vienen, saben que son enfermos y pagan”. “Al doctor Pancrasio yo lo sobé también, quien sabe si ahorita ya estuviera muerto, pero lo sobé y ni me pagó. Le dije que se cuidara pues andaba de caliente con una mujer, por eso le quedó la cara picada. Los médicos nomas pueden dar calmantes para esa enfermedad, pero no se detiene, hay que echarla fuera, buscarle bien, sobando, luego se siente la bolita o la vena volteada, y hay que sobarle con huevos, pa’ que salga, pa’ vencerla”. “La enfermedad empieza en los pies, y luego llega al corazón, ya está chingón pa’ quitarla. Si se tuerce la vena del corazón, se quedan locos y ya no hay remedio”. “A mí Dios me dió este Don... En sueños veo cuando a alguien le hicieron cochinada, sueño que en este arbolito (señala al frente) se aparece una vibora atravesada. Por eso pienso que la vibora es la enfermedad, el coacihuiztli”. Don Filiberto 13.VII.96 ¿En qué consiste que le apachurre? ¿qué le aplica? ¿qué le pone? Hay unos que se mueren, aquí ya se murió, bueno, porque aquí varios se mueren. Tienen eso que les duele el corazón, del corazón, que ahí produce una cosa, es chiquito como tomatito, tomate chiquito que le dicen, vas a sentir en la mano, sea aquí, sea donde quiera, donde te den, ¡vaya! Si lo encontraste, te digo, te va a doler y entonces está punzando, está jalando como si te hubieras embarrado picante, y de ahí crece, y ya teniéndolo aquí no lo vas a poder mover tu mano, se entume. Y ese tomatito ¿de dónde sale? Ese es el tomatito, entonces se entume el brazo, si te agarra por aquí se entume esto, se entume entonces... entre más, más, si no te haces caso y te 375 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 376 inyectas, porque aquí uno... Te voy a platicar, aquí vino un muchacho, venía antes, pero nomás venía, yo lo regañaba, le digo mira amigo, yo ya no te voy a apachurrar porque tú nada más vienes una vez, y yo con una vez que te sobo no te lo saco y ni lo mato la enfermedad, le digo, bueno, te calma, si te apachurro una vez, te calma, entonces si tú te vas al viaje... y cuando viene ya está otra vez cargado, ya le duele, más le duele, le digo entonces me chingas, te vuelvo a apachurrar y me sube, le digo toda la pinche enfermedad me lo pasas, y si yo fuera pendejo ya me hubiera yo chingado, me hubiera chingado, le digo, qué es lo que me das le digo, y yo de por sí nunca me gusta cobrar le digo yo, lo que me quieran regalar, pero hay unos que de a tiro la joden, nomás me dan veinte, treinta ¿por salvarte? Le digo, yo te ayudo, le digo, perdóname pero... Y un día se fue nomás... yo le dije, mañana te voy a sobar... cuando viene “que me duele aquí, que me duele por aquí, que me duele por aquí, que me duele por acá”, bueno, donde quiera, ya ahorita lo sobo yo, pa’nunca acabar y “que me duelen mis pies, que sóbame aquí”, no, le digo, por lo que me das, le digo pinches veinte pesos, se fue y ahora apenas coseché cuando llegó de por allá, ya le duele más y se quiso sobar, pues traía una bolota, y duro como decir un cebo macizo, lo vas a sentir, lo vas a correr tu mano, como ahorita mira... la vena no tiene tope, nada, lo corres se va liso y no lo vas a sentir, y cuando vas a tener algo la vena se pone gruesa, se pone gruesa y vas a encontrar una bolita y esa bolita es... ¿Y qué será esa bolita? Esa bolita está funcionando, ya se concentró todo, ya viene brotando como granos, materia, todo eso, entonces le dicen a uno que es cáncer, te viene subiendo, viene subiendo y todavía así yo los curo, todavía yo los curo. Ya te digo pues, yo te salvo la vida, pero qué es lo que me das, no me das nada, y ese muchacho, ese muchacho es un gordo él, cuando llegó, ya su pie macizo, así grueso mira su pie, y a ver, sóbalo pues, si lo sobas te cansas ¡cuándo chingados lo vas a dominar con una sobada! Y se fue para Iguala, se fué a inyectar, le pusieron aquí una y aquí otra, inyectándolo se murió la pinche pierna ¡se murió! ¿Ya no caminaba? Ya no pudo manejar, si no fuera por su hermano, su hermano lo trajo, entonces él ahí vino, pues ya nada más lo trajeron, lo subieron en el carro entre tres cabrones y aquí lo bajaron también entre tres, entre cuatro, entre su papá y sus tres hermanos. Ahora sí viene pues que por favor apachúrrame ¡Hijo de la chingada! entonces lo regañé y le digo, mira pero yo te dije luego, yo te dije te va a chingar, algún día te vas a quedar inválido, esa pinche enfermedad no sirve. Testimonios de un pueblo nahua ¿Cómo se llama esa enfermedad? Ya le digo, aquí lo nombran como couasihuiztli nomás, pero a saber qué enfermedad, porque ya te digo, es de que te agarra por aquí, donde quiera que te agarre, lo vas a correr tu mano… y ahí lo sientes una bolita y ya está pues la enfermedad. Y entonces llegó él, lo bajaron y qué le pasó pues, que lo sobe yo, ya no puede, ya no aguanta su pie, ya está muerto, bájalo pues, una lucha, le digo yo, comencé a apachurrar de aquí de su cintura... y lo soplaba yo, lo soplaba. Don Filiberto, ¿qué es soplarle? Nomás lo soplo con mi boca, lo soplo y con eso, lo respiro y cuando ya se va... sí, le digo, y entonces llegaron, lo metieron entre tres, con trabajos lo metieron allá y cuando ya lo acabé de sobar lo soplaba yo con mi boca, lo soplaba yo y que me dice apachúrrame aquí también, le digo, ay amigo, le digo bueno, para que no digas, le digo ponte de... ¿Y tenía una bolita ahí? No pues, aquí estaba jodido, nomás porque ya te agarró baja todo, las venas, todo lo cubre. 377 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 378 ¿Empieza de arriba para abajo, o de los pies para arriba? Como quiera, si le dan de ahí, se fue para arriba, si le dan de aquí, baja para abajo, porque a una persona le dió, aquí mira, aquí le reventó el ojo, la canica, lo tenía acá adentro y reventó, y yo, por eso, cuando aquí lo apachurro les agarro de aquí, mira, echo en mi mano vaporub y de aquí le meto mano, lo más que se pueda, y a este cabrón pues, lo agarré de aquí, a fin de matarlo pues, porque se siente cuando se muere y cuando se mata, haz de cuenta como un blanquillo (un huevo) ¿no?, lo vas a agarrar y se parte, ya partiéndose le das en la madre, sí, y yo cuando lo agarro lo tengo apretado y lo soplo mi mano, lo soplo para que no me suba, lo soplo mi mano para que no me suba, lo soplo. Y luego le digo, vienes otra vuelta y yo te apachurro nomás dos veces, si te calma, si ves que te calma, o sea que no te hace dormir, te está jalando, te está mordiendo, si te duermes y te calma vente de vuelta... si ves que te calma vente y si no vienes ya no es cosa mía le digo, te va a bañar le digo, luego luego, al principio que se te cure pues. ¿Don Filiberto, y usted siente cuando está matando eso? Sí, se siente. ¿Cómo siente usted? Se siente, porque te digo, cuando lo vas a agarrar y cuando de nuevo lo vas a agarrar la bola de aquí, entonces apretado lo vas a estar agarrando, entonces a veces te pica aquí, sí, te pica como una aguja, o así le pica como una aguja, entonces tú ya luego lo vas a sentir si lo mataste... lo friegas. Y ese muchacho lo acabo de curar, lo apachurré y se fueron, lo espero le digo, para dos días mientras que calma el dolor de la inyección, si viste que te compusiste grítale a Dios o vienes de vuelta le digo, y ya no vino. Apenas otro día pasó de vuelta, se tardó, y se fue de vuelta al viaje, y me dijo cúrame de vuelta, y se fue y ya anda andando, no quedó en peligro y yo le dije... ¿Con una sola sobada? Con una sola sobada se compuso, y ¿qué es lo que me dieron?, nomás me dieron cincuenta mil, para despertarle la vida o para que quedara inválido, no le valía nomás cincuenta, le valía, por eso yo, oigo por radio que se mueren del corazón, que se les para, a uno el corazón pues es este, de aquí se agarra, se agarra por un lado... Fuí a apachurrar una señora, todo esto estaba pero bien hinchadote, ésto, mira, bueno pues lo vas a agarrar esto, y esto lo agarras y para acá esto está hinchado, esto lo agarras apretado y ya nomás con tres veces lo agarras apretado, apretado, hasta cuatro, para que rebaje esto, ya rebajando esto, ya lo friegas y luego lo vas a sentir donde está vivo, lo vas a sentir, que está hinchado su pie, lo vas a sentir donde está vivo y allí lo vas a sentir la bola, la bola que está funcionando, todo lo chinga. Por eso ahí donde, mira, ahí esta una señora por ahí está... Testimonios de un pueblo nahua Doña Felicia, ¿y ella qué tendrá? Esa enfermedad. ¿Couasihuiztli? Sí, porque a nosotros nos dijeron que se corría, se corría arriba y ahora no sé, porque yo le dije a mi hijo... pero de vuelta lo volvieron a joder. ¿Cómo? ¿se lo volvieron a mandar? Agarra otra vez, cochinada pues, le dieron, este es coasihuiztli el que le dieron para que... lo sobaba yo luego le rebajaba, pero como tienen vergüenza pues, si lo tiene por aquí, donde está vivo, si lo tienen aquí o aquí, no creo, o no sé si aquí, porque le digo no se muere su pierna, ya se hubiera muerto su pie si tuviera coasihuiztli, entonces yo… Así se murió también una señora, nomás de aquí, ya le decía vete a la casa te digo, nomás un día te voy a sobar tres veces le digo, tempranito ya te vienes, “no, que es celoso mi marido”, no te deja o no quiere pues ¡que te sobe él! pero no va a poder… ¿No se ha querido atender? No, no quiere, tienen vergüenza, es como le digo mire, una señora que estaba con ella... y se fue al baile la señora y allá qué tanto... y estaba parada, están bailando y luego están viendo y una señora dice, prendió su cigarro y el humo del cigarro se fue jugando, se fue jugando hasta llegó a donde está la señora parada, y se mete el humo aquí mira, se metió el humo aquí por la nariz. Amaneciendo y que lo veo la señora, ¡hijo de la chingada! ¡ahora sí te chingaron! le digo, no te vas a dormir porque te van a echar quereza le digo, y si te echaron quereza te llevó la chingada. ¿Quereza? Quereza, de las moscas. ¿Qué es? Que nacen gusanos, que nacen gusanos porque hay unas moscas verdes y eso producen los gusanos, luego apestaba la pinche, esa cosa, apestaba, y que le digo, mira antes que te chinguen, pues antes que te suba más y la chingada, el viernes te voy a apachurrar o el miércoles, te voy a sobar le digo, cómprate alcohol, y sí, agarro tres ajos y un vaporub, yo nomás el vaporub lo ocupo, yo no ocupo otra medicina. ¿No ocupa las plantitas? No yo no ocupo nada, nomás este remedio, porque este no apesta, te lavas con agüita, antes mis hijos me regañaban: “¡lávate! qué la chingada, porque la enfermedad”, no, la enfermedad es de ellos. No y sí, la señora no... Y sí, le digo, el miércoles antes que coma yo mi tortilla lo agarro el vaporub y de aquí de su pescuezo lo empiezo a apachurrar, apachurrar. ¿Usted estaba en ayunas? 379 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 380 En ayunas, no comía yo, así le digo, y se compuso. ¿Y usted sintió en la... ? No, no no, no sentí nada, nomás pues, pues yo nomás lo soplo y con eso. ¿Y cómo se protege usted? Pues, yo casi no... ahorita ni ayuno nada, pues a veces ayuno. ¿Hay gente que ayuna para... ? Hay gente que ayuna, porque cuando le dan remedio a una mujer, a veces meten, cuatro, cinco, seis ayunadores, según. Los que están jodidos los apachurro, también los soban... y yo ahorita he apachurrado todos los dias... El otro día que lo vi, todos los que pasaron por aquí usted ya los había atendido. Sí, los atiendo pues, a veces vienen los atiendo, a veces tres, a veces dos, porque vienen los de Ahuepan, por aquí, no he ido; se murió una señora que del corazón, que le dolía, aquí ya nomás andaba paseando y no sabía, y yo no supe, si no fuera yo a verla pues, se murió, le dolía esto y aquí también, ya casi se muere uno, porque ya te digo, si ya te bañó comienzan a brotar granos, granos y materia, como materia blanca, no es materia roja, es materia blanca. ¿De dónde? De la piel sale pues, te baña todo esto mira, te baña. Al doctor P., yo lo curé de su cara, ya todo picado él, nomás quedó picado, picado, picado, yo lo curé, nomás le digo, cabrón, si quieres te voy a curar, si quieres, porque le digo, estaba estudiando a Acapulco, a lo mejor te tienen asco, miedo le digo, tienen pues. Le digo nomás cómprate tantito petróleo, le digo, cómprame petróleo tantito, con eso. Y sí, porque un niño estaba sarnoso, todo esto mira, sarnoso, sarnoso, se rasca en la pared más le gusta... yo le digo, si quieres te voy a curar, es una lucha, si me ganó, me ganó la enfermedad. Y sí, nomás le digo pues que me compraran poquito petróleo, con eso. ¿Cuándo sabe usted que debe utilizar petróleo y cuándo con el vaporub? El petróleo cuando tiene unos granos, el petróleo si se pudre su pie uno, yo era pues, como, este, un chamaquito salía sangre en su boca, no podía dormir, salía sangre, sangre, entonces estaban dos, un señor, su mujer, un marido pues... entonces estaba apachurrando ese niño, decían que era brujo, entonces lo apachurraban. ¿El niño? El niño lo apachurraban, para, que tenía... ¿Tenía un animalito? Sí, tenía animal, quería decir que era brujo, entonces yo pasé, fuí al colado, allá me atajó su mamá del niño que estaba enfermo, “Don Fili” dice, “no vas a apachurrar m’hijito”, lloraba. Más antes, yo le había yo apachurrado un niño Testimonios de un pueblo nahua también, se pudría su pie, de aquí se venía pudriendo, quedaba morado y se pudría. ¿Y es la misma enfermedad que me dice, o es otra? Ese es couasihuiztli, este es otro... Se lo voy a apachurrar y luego en la noche que lo sueño, lo soñé a ese mocoso, con un señor, y el señor lo conocí quien es, y que lo ven y que le tiran, ese señor, lo ví que le tiraron al señor. ¿En sueños? En sueños, lo ví que le tiraron al señor... y entonces a ese que le tiraron, pero no le pegaron al señor, le pegaron al niño, le pegaron, entonces y que le digo a la señora, le digo mira, tu niño le diste... que lo cuides, es brujo... que lo cuides, le digo, mira ese señor lo aborrece y le tiraron tu chamaco le digo, él topó la piedra, no le tocó al señor, al que lo aborrecen, entonces le tocó al niño le digo, y ya no le des le digo, porque si no, porque ese señor le digo, lo aborrecen y puede uno pasar otro... ¿Y qué le tiraron? Decir, su brujo pues, brujo de ellos, aquí nomás lo tenían, pero le tiraron al señor y al señor no le pegaron, le pegaron al niño y lo andaba trayendo. 381 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 382 ¿El señor también tenía su brujito? Sí, sí también, entonces... lo curé al niño, y así entonces quién lo sabe pues, lo soñé... pues sí, si quieres yo lo voy a sobar, y lo sobé al niño, que se estaba pudriendo su… estaba morado. Lo apachurré, nomás como pude hacer, comencé a soplar, a soplar, con dos apachurradas se compuso, ahora ya está grande. Don Filiberto, y esa enfermedad que tenía el niño ¿cómo se llama? Pues eso, no, eso no le puedo decir, porque yo nomás lo apachurré y lo soplé, y con eso. ¿No tiene un nombre esa enfermedad? No, no tiene nombre, no para que le voy a decir, qué es, eso nomás de brujería decir... de ese me condeno, yo también me condeno... se muerde, pero eso no es nada, yo nomás lo apachurré y lo soñé que le tiraron, y lo soñé al señor que le dieron, me enseñó en mis sueños. Don Filiberto ¿usted puede saber las cosas que les pasan por los sueños y al sobarlos? Sí, cuando los sobo, porque mira, una vez... ¿Son diferentes sistemas? Porque a un niño chiquito, aquí me vinieron a buscar, estaba trabajando yo, hasta allá a siete kilómetros de aquí... y se fueron en una camioneta, lo llevaron a San Marcos y llegando allá, lo apachurré abajo de un guamúchil ahí, me sombrié tantito y comencé a apachurrar el niño mira, y no comía, ni mamaba, si te agarra por aquí no comes, te mueres, si te agarra. Si te agarra esa bolita que te digo, si te agarra de aquí, te mueres, ya no te deja ni tragar, ni leche, ni la chingada. ¿El chamaco tenía pocos meses de vida? Esa enfermedad tenía entonces, y que lo apachurré allá, y me dijo ese de la camioneta, “si quieres te vuelvo a tus mazorcas”... y se fue a traer el crío, le digo, mañana viernes me lo traes, el viernes, voy a ayunar, lo voy a sobar, en ayuno, y a ver qué tal. En esa noche jueves en la noche, para viernes, lo sueño, lo sueño una pinche culebra, así mira de las pintas, de las pintas, y lo ví que ahí estaba mira, la culebra estaba atravesada en el árbol, ahí la ví la culebra, así, gruesa, y estaba atravesada, y la culebra lo soñé, así nomás estaba, cada cuando iba agarrando su repollo, entonces eso me hizo ver, mismo mi sueño me enseñó lo que tenían. ¿Qué significaba? Significaba que tenía couasihuiztli, y ese couasihuiztli que le decimos es culebra, ora te van a dar escorpión, serpiente, bueno, otras cosas, y entonces, y que lo sueño la culebra, ya nomás estaba sentada como guajolote... como Testimonios de un pueblo nahua cuando se esponja la... le dije al señor, le digo mira, tu hijo tenía esto, y lo soñé un señor que le dio, le digo vi pues todo lo que le dan, y me lo trajeron y lo apachurré y se compuso, ahora ya está grande ese mocoso, le dí medida, se compuso pues. ¿Couasihuiztli puede ser culebra o escorpión? Este, como le digo, serpiente. ¿Nada más, o... ? Nomás, pues. ¿Eso significa la palabra coasí... ? Coatl, sí porque otra cosa, eso es, y eso es lo que te va agarrar, porque a veces queda larguito, a veces queda aquí, nomás queda aquí, creo. No lo ves su nuera de... es mi sobrina, su nuera de P., la gordota esa, su pie creo así estaba malo así, su vena, su vena tiene unas rayas como... así está. Su nuera de P., es mi sobrina ella, y su marido se llama... se llama Alonso. Esa tiene por aquí parece, porque su vena está muy encima y se ve negro, negro. Y eso es cochinada también que tiene. Sí, porque yo oigo también por radio que de la vena se muere uno que está enfermo, pues eso de la vena o el corazón si... algún día que necesites nomás lo aprietas aquí, aquí ya le agarró alguna cosa de por ahí mira, se hincha esto aquí, luego lo vas a sentir una bolita, vas a sentir que te está chingando, sí, mientras te llega la vena al corazón, te espina como clavo, yo ya me habían jodido de por aquí, me espina como clavo adentro, y luego fuí a leñar y no podía leñar, y me espinaba. Y llegué aquí ya nomás lo vengo agarrando así, aquí me senté, jalé el vaporub y me empecé a apachurrar solito, solito, todo lo apachurré y hasta aquí lo vine a jallar la bola que estaba mira... y te decía, cuando apachurro se me sube, lo apachurro se me sube éste, y quiere funcionar como que pica pero luego lo apachurro y lo siento nomás... y esto es mal, pues sí, algun día se enferma uno y qué... Don Filiberto ¿y esa enfermedad se puede pegar de una gente a otra? Se puede pegar, se pega. ¿Cómo se pega? Te va a doler tu mano, cuando te duele tu mano se pega, así lo vas a sentir si te duele tu mano, aquí lo vas a tener, o por aquí, o por aquí y lo vas a sentir la bolita aquí, si te duele tantito por aquí o aquí, seguro tienes una bolita... Porque una vez también andaba ahí un cabrón de por aquí de San Juan, aquí vivía y estábamos tomando, picado que le decimos, refresco con alcohol, y era cochino el cabrón ese que... ¡Chingada madre, para que veas hay cabrones! y lo voy a tomar le digo, nomás tres veces lo soplo... lo soplo, qué la chingada, y me lo tomo, y no me hizo nada aunque tenía ya cochinada, pues sí porque pues, lo tomas, tiene algo, te crece la barriga y ahí te... y lo corrí, ya lárgate, le digo. 383 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 384 ¿Y cómo descubrió usted que soplando puede disminuir o quitar eso? Pues ya te digo, nomás así pues, yo, nadie me dijo, ni mi jefe, ni mis papás, mis papás se murieron en un viaje, también les dieron esa cochinada, le digo… Yo nomás así agarré porque cuando lo apachurré la señora... esa que la apachurré, nomás lo soplé y se compuso, y lo soplé, se compuso ella... nomás lo soplo, en la madre, se va. ¿Alguien en su familia había tenido también ese don, o usted es el primero? No, yo soy el primero, por eso ahora quieren que... yo si uno está enfermo, me alquilan, a veces se enojan los que le dieron, como ahora que está enferma una señora, tiene quien te dio, ese tendrá quien le dio, no nomás porque se enfermó, no, ese le dieron también, y entonces el que le dio, ese te ve si lo apachurras y te reclama si te vió y se puede desquitar en el camino, te vio, son cabrones, aquí son... ¡está cabrón! pues, como ahora con la gente. Hay unos que te aborrecen, te pueden dar, aunque sea comiendo le digo, luego le digo mis hijos, que cúrense cuando si sienten algo, díganme luego... es una cosita nada, te duele por aquí, te duele esto, ya te duele tu mano, ya no puedes trabajar, no puedes lavar, te está punzando esto, que se muere la pinche enferma, se muere, si ya se murió otra, esa bolita produce granos, hay unos granos así mira, y si se reventó, te chingó la vena y ya quedas inválido pues, quedas inválido; sea por aquí, sea... una señora... pero yo digo, no soy chismoso mira, el pulso, de este que tenemos aquí no lo tenía, fue a Iguala, fue con los doctores, fue con los que apachurran y la jodida, a Iguala... y nadie, aquí con los que soban las señoras y la jodida, y allá le dijeron cualquier rato te mueres... y cualquier rato te vas a morir. ¿Está grave? Sí, está grave, y la señora no comía, y vino su marido, “¿Don Fili, no lo vas a querer ver a mi señora?” Yo no sé por qué, dice, pues yo nunca tomo, dice, y ni me peleo ni la chingada “cómo le fueron a mandar a mi señora ¡cómo pues!” Le digo, no sé; se llama Lazaro, no sé eso Lazaro. Hay unos, con que estés comiendo, estés comiendo y no les des una tortilla, y unos son cabrones, son pendejos, le digo pues, cómo me voy a enojar por una cosa que no me den, le digo ¿por qué me voy a enojar? Y llegué y le digo, tu tienes coasihuiztli le digo, eso tienes, no tienes otra cosa, pero si quieres le voy a hacer lucha, si no me gana. Si me ganó ¡ni modo! ¿Cómo lo supo usted, Don Filiberto? ¿De qué? ¿de que está enferma? Sí. Testimonios de un pueblo nahua Pues me vino a traer su marido, de la señora me vino a traer su marido, aquí me vino a traer. Bueno, vamos le digo, y sí, nos fuimos y lo fuí a jallar la señora ahí está pues, está triste, ya le dijimos, y le digo pues tú tienes coasihuiztli y lo tenté luego, no, le digo tu tienes, tu barriga tiene, pero le voy a hacer lucha, luego luego le vas a sentir así, tiene bola, tiene bola. ¿Tiene bola ahí en el estómago? Tiene bola en el estómago, cuando ya te bañó y tiene bola en el estómago, entonces lo vas a ver como chicharrón, ya lo vas a ver, bola tiene, y le vas a sentir pues está duro, está rasposo, y sí, comencé a apachurrar la señora, una flaquita ella, te voy a sobar nomás dos veces, te voy a sobar, y aquí en su pulso mira, por eso te digo, cuando está la bolita, la bolita que brinca ya tenía la bolita, y ahí nomás fíjate si unos pendejos le gana, o saber cómo le hacen, y su pulso no lo tenía te digo, aquí, entonces le digo, comencé a pegar aquí, le agarraba con las manos, yo sudé, sudé también, ya estaba yo, fuerte, fuerte, fuerte, luego aquí le apachurré, como media hora fue, cuando lo siente ya bajo, le digo ¡ya! aquí lo tiene su pulso, le digo, a su marido, aquí está su pulso, lo tiene arriba del ombligo, no lo tiene en mero... entonces ahí tenía la bolita, también el pulso, 385 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 386 por eso nomás reventaba el pulso, con eso muriera, no tenía la bolita y lo tuve que apachurrar, le eché alcohol y vaporub y lo soplo de aquí y de acá atrás, y con eso, cuando está de Dios, le digo. Ahora la señora anda bien, anda con su marido pues, y entonces ella me regaló cien ahí pues, me regaló cien. ¿Esa enfermedad se la pueden pasar, dice usted, en las comidas, o en las bebidas, o en el aire? Yo creo en el aire. ¿O cómo pues? Pues yo no sé como, si te dan en la comida, ese es otro, ése, en la barriga se pone, si te dan remedio sacas alacrán, sacas marrano. ¿Esa es otra enfermedad? Sí esa es otra enfermedad. ¿Esa cómo se llama? Este... bueno le dicen chapulín nomás, chapulín, luego le dan... hay unos que pueden dar marranito, pueden dar alacrán, o pueden dar esa chingadera, arañas, bueno, de diferente animal pueden dar. ¿Ese usted no lo atiende? No, ese yo no, no, no, no puedo pues eso, para curarlo, o sea que me dicen, por qué no doy remedio, yo le digo, y vienen unos a ver, ya está bien hinchado su pie pero yo no lo veo. Una vez vino una señora, aquí también le sobaron y estaba jodida, que ¿no está embarazada? No, dice el marido, está jodida... ¿qué le echaron sapo? sapo que se te esponja, no, nomás, ese es animal que le echan cuando se esponja, es sapo, que se le echa, le digo, mira, mejor que le den remedio a la señora, porque ya no quería ni que la agarraran. Sí pues, yo nomás hago eso, ya le digo, como ahora la señora que nomás lo apachurraba pues, se dejaba pues, hay unos que no tienen vergüenza, ese nomás lo sobara yo de aquí, lo sobara yo, en ayuno con tres veces lo hubiera yo chingado. Entonces, esa enfermedad que ocupa remedio usted no la cura, la que cura usted es la de couasihuiztli nada más ¿o hay otras enfermedades que usted puede curar? Otras enfermedades, ya le digo, otras enfermedades como ahora si uno le sale sangre, ya ‘tá digo, nomás le soplo, paran. ¿Sangre de dónde? De la boca, al mocoso te digo, le salía sangre de la boca, nomás lo soplé, es cochinada. ¿Es diferente cochinada de couasihuiztle? Ese es otro. ¿Es diferente? Son casi iguales pues, todos, cochinada también, entonces ese mocoso salía Testimonios de un pueblo nahua sangre de su boca y no dormía, las noches no dormía, si duerme lo traga la sangre, está cabrón, y yo llegué lo soplé y se durmió, con eso.Luego le digo que se vaya a acostar, que se va a reponer su escuincle, le decía yo, se durmió, se compuso, ahora ya está grande el mocoso. ¿Y qué otra enfermedad puede usted curar? Pues depende como venga, depende como venga ¿no? Enfermedad solamente, porque ya le digo, si está grande su barriga, pues esa enfermedad casi no puedo, esa ya tiene, de esa, esa necesita tomada; si su pie está medio malo, que se pudre o algo, que ya está jodido así, si no ya tiene granos le digo, o si tiene granos que se rasca y se rasca, también se lo puedo curar. ¿Y esa como se llama? Pues, este... yo ese no sé, pero sí le curo. ¿No le pone un nombre? No, no, no, porque le digo hay unos granos, no, porque yo tenía, ya está grande la muchacha, le salía así mira ¡bolas! y se rascaba, en el tabique se rascaba y se rascaba ¡híjole! y cuando lo curé, le digo a su madre que tenía materia blanca, hedionda, y que lo curo a su hija. Le digo pues, puedo curar, si me ganó me ganó; ora pues entonces sí consigo petróleo, poquito, una botella, poquito nomás, quiere que lo embarre yo, le digo, quiere que lo embarre yo sus pies, embarrado nomás, no es necesario que lo tome, nada de eso… si le escoce su dedo, porque a veces el escozor produce ese pinto prieto, pinto blanco, pinto feo y con eso le curé, hasta que te mueres... te escoce también, y nomás eso lo embarré, le eché vaporub, comencé a soplar y lo bañé con chalalate; en la madre, quedó... ¿Con chalalate? Con chalalate lo bañé nomás, tres veces le echo jabón con chalalate y tres veces con agua, con agua limpia, ya con eso nomás, toda la piel lisa quedó, así nomás. Don Filiberto, y ese couasihuiztli ¿cómo sienten las gentes? ¿qué les pasa? Pues eso, pues te digo, es te va agarrar una cosa así en tu cuerpo, y aire, no, como picante, te está jalando, te está jalando. ¿Arde la piel? Sí la piel, y entonces ya, si lo tienes aquí te baña pues, te baña, te duele, ¡vaya! no vas a dormir, no te hace dormir, duele... ¿No duermen y les duele el cuerpo? Les duele el cuerpo sólo. ¿Qué otras molestias tienen? Y a veces mira, si no le sale su... una muchacha vino, una trenzuda ella, como bolas, como bolas lo chingaron de aquí, y que me dice su mamá, amigo dice, 387 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 388 apachúrrame a mi hija, dice; ‘ora pues, una apachurrada le digo, ya lo jodieron de aquí, el mismo mi albañil, dice, lo chingó, está cabrón le digo. Bueno lo voy a sobar le digo, si me gana… y ahí sí le gané... comencé a apachurrar a la muchacha, de aquí le digo, y lo soplo y la chingada, con eso se compuso. Una mujer que lloraba mucho, su ojo le dolía, y nomás eso, le lloraba su ojo, no veía, ya no veía pues, ya no veía, y me vienen a buscar de allá... Y fuí para allá, lo fuí a jallar, nomás estaba tapada la señora con su mandil, ya no puede ver, y lo apachurro su ojo también, todo esto de aquí, y lo fuí a soplar nomás su cara, con eso se compuso, pero sí pues. Entonces esa enfermedad puede ser muy diferente. Sí, muy diferente, te puede cambiar de ojo, no le digo, te cambia y a veces ya te digo si uno no duerme es otra cosa verdad, es de... ¿Cuando no duermen qué es? Es el mismo, no le hace dormir el dolor, un dolor que tenga en su pecho, un dolor que tenga en su espalda, un dolor de la mano, un dolor de por aquí, ese no le hace dormir… ¿Puede ser que se trastornen? Sí, queda inválido, si un dolor de acá le duele, pues a veces ahí, uno te va a decir si está muerto su puño, si está muerto, necesita que lo soben de por aquí mira, para que reviva ésta, la vena, necesita, te sobo, te apachurro apretado para que reviva, si no ya no funciona la vena, se muere, si nomás para que tienes ahí te mueres, no puedes ni trozar, si nomás te agarra por aquí en la vena casi no vas a poder ni trozar, ni vas a poder moler… lo vas a sentir, como ‘ora que lo apachurro lo siento, que también está entumido duele mucho, algo vas dándole, dándole... con eso se compone pues, gracias a Dios pues le digo. Porque también te digo, yo... como ‘ora un niño chiquito, pues a veces llegan niños o niñas, luego con la boca con espuma y gritan que la chingada, y me vienen a traer, dicen ve a mi niño, pues aquí, es brujo, es brujo, no pues le sale su baba... ahorita voy, dame vaporub, dame alcohol, nomás los apachurro y la chingada y los soplo, en la madre se va todo, y se componen. Sí, te digo nomás, que Dios me dio, pues yo nomás lo apachurro y a la chingada se va, y lo soplo y luego le digo quieres nomás que te apachurre yo, te voy a apachurrar pero no te va ayudar en nada, luego les digo pues, si nomás te voy a sobar, si no te voy a soplar, nomás no te va a ayudar. ¿Tiene que ser completo? Sí, completo, si quieres y si nomás que te sobe yo, le digo no respondo yo, y así les voy ayudando varios pues, los ayudo. ¿Y hay gentes enfermos de esta enfermedad, couasihuiztli que se afecten de la mente? Testimonios de un pueblo nahua Sí, se afectan también pues de ese de couasihuiztli afecta, no puede caminar, o una cosa les falla nomás por decir, ese misma enfermedad, y sí, tienen otra cosa luego les digo, mira si no pude, toma remedio y con eso, tomando remedio ya se compone, y si no se compone vienes para que te... porque a veces tomando remedio te avisa el remedio mismo, y ahí te dice como quieres pues, si quieres que te soben te avisa, porque yo una vez lo fuí a apachurrar a una señora, ya estaba jodida toda, todo pues todo, y le dije cuando... a ver si no me gana y ya le dije, le digo ¿ya tomaste remedio? Si no toma remedio primero, dice, ya tomé señor ya tomé, pero me dijo el remedio que me apachurre el que pueda, si no me apachurra el que puede no nos vamos a aliviar, así le dijo el remedio, que la apachurre el que pueda, no le digo, entonces sí, con dos putazos me lo llevo le digo, sí, le digo me lo llevo; y sí, lo comencé a sobar, le dí fuerte de hasta abajo, a sobar, a sobar y a sobar, y ahora sí voltéate le digo, comencé a soplarle, a soplarle, ya cuando lo vi, se van perdiendo se van perdiendo las bolas, ya le digo, la chingadera ya le digo, me ganó, se compuso la señora, anda paseando ya nomás, y ya no se enferma. Yo tengo un chingo de ahijados, un chingo, así enfermos me dicen, déme medida... otro muchacho, uno que se 389 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 390 llama, este, Margarito que le llaman, cómo me dieron lata esos cabrones, ese cabrón seguido le daban cochinada, seguido le daban, y un día pues le dieron la chingadera y ya... y yo pues me buscaron, andaba yo tomando, me hallaron, me llevaron aquí... y nomás ese lo fuí a apachurrar y comencé a soplar a soplar, a la chingada se fue, luego me dieron mi cartón (de cervezas) y me dieron de cenar carne de marrano, era San Lucas. Se compuso y ya después quiso que le dé yo, aunque, le rece el Padre y que le dé yo medida, y le digo órale pues. ¿Qué es medida? Medida, un trapito que... de la feria de Cuetzalan, un trapito que les ponen en el pescuezo, y le rezo el Padre y con eso mira, ‘ora no se enferma el cabrón... me dan mis ahijados pues, quieren que les de yo medida, y les ayudo pues. ¿Está bendita la medida? Sí, está bendita. ¿De Cuetzala? Sí, de Cuetzala, traje como diez por un año, son listoncitos y traje diez, y eso lo ocupo cuando una niña está enferma, no se puede aliviar, con eso le doy y anda... yo hartos, ya les ayudé, pero son mal agradecidos, son mal agradecidos… ¿Pero otros sí están más agradecidos? Sí, hay unos que sí pues, hay unos... que ya no se les va a ofrecer, una comadre que vive por aquí, el muchacho tenía, o sea, lo encontró su tío y su tío lo maltrató al mocoso, le dice ¡hijo de tu chingada madre! le dijo, creciste de veras… te va a llevar la chingada, y él qué sabe, sabe el mocoso y sabe su tío, luego al mocoso lo comenzó a agarrar calentura, calentura y llegando allá a su casa del mocoso, se acusa con su madre... que me dijo mi tío, que no voy a crecer, y en eso al otro día que me lo traen al muchacho, me lo trae mi comadre, compadrito dice, quiero que me lo apachurres mi hijo le digo, ya le dijo su tío que no va a crecer, y qué va uno a saber pues que le va a chingar, y lo comencé a apachurrar mira... y aunque, su tío si te quieres pegar... si quieres ¿no? Se murió el señor, quedó inválido el señor, ya no pudo caminar. ¿Se le revirtió? Ya ni pa’l baño, ya andaba nomás como criatura, mira estaba gordote el cabrón ese, y se chingó, sí, es peligroso. Y veo una persona que a ver, luego le digo si quieres vete a la casa, si quieres digo yo, la veo. Porque eso de la enfermedad que te digo, couasihuiztli, ya te bañó y te inyectan dos veces y queda inválido uno, queda inválido. ¿Qué les inyectan? Si se inyectan, se emputa la enfermedad, se emputa, porque aquí un señor, como se murió, tenía aquí la bolota, aquí, y lo llevaron al... o sea que se puso en Chilpancingo, lo operaron, al camino hasta gritó como cuando está borracho, Testimonios de un pueblo nahua gritó y me nombró, que me buscaba, y eso que ya lo habían operado, que ya venía jodido, estaba jodido, y me nombró dice, ay mi amigo dispénsame que le grito. Así yo le digo, y luego llegando medio enfermo me mandó traer, que vaya yo, y llegué pues, ya está operado y luego aquí ya está hinchado, aquí también está hinchado, le digo, ay amigo, que le digo a sus hijos, para qué lo operan, no lo hubieran operado, en lugar que lo operaran mejor le dieran remedio pa’ luego, ustedes lo van a matar le digo, perdieron su dinero de en balde, le digo ese dinero gastaron, y qué le trataron, dice, nada, y entonces digo, y ahora cómo te voy a apachurrar, aquí tiene vendas, tiene vendas, pero mira señor cómo es la enfermedad, de aquí este, mire, abajo bien hinchado, de aquí creo, de aquí, pero de aquí este estaba bien pilinchi, bien pilinchi, ni se hinchó nada de por aquí, no se hinchó nada, y de aquí pa abajo. Inválido quedó, ya no lo aguanta su cadera, le digo, amigo como la chingaste, y luego esa enfermedad que tiene, dice quedó como inválido, se entumió las venas, todo esto, y que y si no se muriera se debiera de componer pues, pero le ganó, se murió. Lo fuí a apachurrar, no dormía. Su saliva, le echaban periódico y le escupía, escupía, y lo fuí a apachurrar aunque sea así pues, estaba hinchado, estaba hinchado... lo 391 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 392 fuí a apachurrar, ellos también se asustaron, la baba es de la misma cochinada que tenía, pero nomás lo fuí a apachurrar y le paró le digo, la baba ya no... y durmió, se durmió, nomás que se murió. Entonces fue su hermano que le dio esa cochinada, su hermano mismo. ¿Cómo pues? Le dio esa cochinada fíjate, puede ser cabrón y es su hermano... cuando llegó, porque toca los pistones, por eso, y quería ir a tocar, quería, cuando también lo agarró mal... si me dan permiso... porque dijo, pero es su hermano, lo corrieron pues, lárgate a la chingada, aunque con nosotros tenía compromiso, lárgate a la chingada le digo, y de ahí el que... Un hijo de uno que se murió, también éstaba jodido, ya lo fuí a apachurrar también, un hijo de él también estaba jodido, él tenía bolas aquí, porque esas bolas si nomás le dejas, camina, camina, y es cuando te vence pues, te mata, y nomás lo fuí a soplar, con eso, allá. ¿Y mejoró? Sí, porque cuando algún enfermo ya del corazón, es que la vena se hincha esto, se hincha porque, como ahora como le digo, mira lo corre está liso, está liso, pero si le duele el corazón tiene como... y entonces lo vas a sentir la vena está gruesa, está gruesa, todo esto, todo esto la vena está grueso, entonces bajas, se concentra uno, porque nomás le agarras aquí apretado y aquí, ora ustedes usan guantes, yo así nomás apachurro, ustedes usan guantes para que no se suba pues, deveras que sí, lo vas a sentir, está peligroso. A Don Filiberto una vez le echaron 6 alacranes. Les sopló y se quedaron inmóviles; entonces los metió en una botella con alcohol y todos se murieron. De esta forma se revirtió el efecto “y el otro cabrón se murió”. “Hay que meter en alcohol lo que se echa fuera cuando se recibe la toma. así se revierte el efecto y el que echó lo malo se muere”. Xalitla, 21.VII.96 “Cuando el paciente está muy grave y veo que no lo voy a poder curar lo mando a que le den remedio. Yo no doy remedio porque me da miedo que se vuelvan locos”. “Con la toma, el enfermo tiene que vomitar todo, y los ayunadores tienen que apachurrarlo y limpiarlo con una vela que luego hay que llevar a la iglesia”. “La enfermedad es ‘ajena’ porque te la dieron”. “Las enfermedades que curo también son por cochinada que echa la gente envidiosa, la gente que te aborrece, te lo puede echar con sólo palmearte la espalda, cuando te saluda. Esta enfermedad que yo curo, el coasihuiztle, si ya te bañó te salen granos, materia blanca, si ya te jodió te puedes quedar inválido, pero le hago lucha, si me ganó, me ganó”. “Para curar los granos se usa chalalate y petróleo, o a veces petróleo, con chile y sal. Las manchas que salen por los granos se llaman ‘pinto prieto’ y ‘pinto colorado’, producen escozor, para eso es bueno el chalalate con petróleo; también la saliva es buena para sobar, pero estando en ayunas. Para protegerme de contagiarme de alguna enfermedad ayuno y me tomo tres dientes de ajo”. 28.VII.96 “De Timia, su brujo es una perra”. “Los ‘caballeros’ cuando se mueren, retumba, caen luces de colores. Nacen en viernes. Se los da Dios”. “Toribia era brujita, se peleó con otro y ambos murieron”. “En Ameyaltepec había un señor que cuidaba el agua, se llamaba Lucio, él era caballero. No querían que lo enterraran, había que velarlo tres noches porque iba a regresar, pero la señora lo enterró casi vivo, ‘taba caliente. Cuando se murió retumbó la tierra”. “Si matas a un familiar el diablo te da dinero, pero no te luce”. “Doña Marcia nomás sale a engañar. Cobra caro”. “Si lo pides y tomas remedio te lo dan” “A los que saben dar remedio los chingan, a Doña Chana la dejaron ciega. Ch. mató a uno con la toma. ya lo andaban matando. Se disfrazó de mujer para escapar”. “El bazo o icomal es una enfermedad de los niños. Se ponen amarillos, no comen, se quedan tristes y flacos”. “El empacho se trata con cola de tlacoache. Desde que hay clínica ya no hay”. 03.IX.96 Este día don Filiberto salió por la noche a “apachurrar” a una señora, la cual se quejaba de un fuerte dolor en el tobillo derecho que le molestaba para caminar. Don Filiberto utilizó vaporub, alcohol y un ajo para sobar. Comenzó restregando el ajo en el pie y pantorrilla de la señora, después con vaporub 393 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 394 comenzó a deslizar su mano para ir explorando la pierna y localizar alguna anomalía que estuviera causando el dolor en el tobillo. Después de presionar con mucha fuerza desde la rodilla hasta los dedos del pie, aseguró haber encontrado “granos en la vena” (poplítea), y una bolita “como tomatito” en el tobillo. Alternando con la aplicación de vaporub utilizó alcohol, y mientras lo untaba iba soplando la pierna. La señora se quejaba y gritaba por el dolor que le causaba la “apachurrada”. Don Filiberto comentaba que ese no era un caso grave, pues en otras ocasiones “los pacientes lloran y gritan porque ya los bañó la enfermedad, la enfermedad es algo que está vivo, con la apachurrada yo tengo que sentir cuando la mato, se necesitan tres o cuatro apachurradas para que se muera, porque si no la mato, se va a otras partes del cuerpo y eso se hincha y duele más”. “No sé cómo se pega esta enfermedad, pero es por las personas que son ‘cochinas’, que ‘pueden’, puede ser mandado con dirección hacia una persona o pueden simplemente dejarlo por los caminos, y si alguien pasa por ahí se lleva la enfermedad, pero cuando ya se agarró, duele y en la vena se sienten granos, se siente como una ciruelita.Este couasihuiztli no siempre está en la parte que le duele al enfermo, tengo que buscarlo al apachurrar”. “Las personas que ‘pueden’, nomás pueden echar ocho o diez veces, pues después si se pasan de diez veces pueden quedar inválidos o morirse”. 15.IX.96 Hoy “apachurró” a una señora que tenía una bola en la rodill“nomás dos sobadas le dí para chingarlo”. “Dos señoras se pelearon en la calle (una era la molendera de M.A.), una de ellas puede echar esta enfermedad de couasihuiztli, y se la pasó al hombro y al cuello, pero la sobé a tiempo y se pudo recuperar. Este tipo de gentes que pueden echar este tipo de enfermedades, están limitadas, Dios nomás les da para que puedan enfermar siete, ocho, máximo diez personas, no más, de ahí no pasa. Cuando hacen más daño de esa cantidad se mueren, o los mata la gente.” “M.A. se salvó de milagro de que la mataran, andaba engañando en su pueblo, por cobrar tan caro, una vez pidió cinco cargas de maíz, no está bien cobrar tan caro porque la gente no tiene dinero, y menos andar engañando diciéndoles que sacan cosas que no es cierto. Ella andaba diciendo que en su pueblo iba a manar el agua y andaba con sus rezos invitando a la gente, pero era un engaño, los hombres del pueblo se burlaron de ella (no fue claro si abusaron de ella o la pusieron en ridículo)”. “Las personas que pueden echar son muy envidiosas”. Xalitla, 26.XI.96 Papayotsin: “loquita”. Papayou“loca”. Quicocuayohlo: “le duele su corazón”. Tlayocoy“se pone triste”. Melahtlauele: “es corajuda una persona”. Tlalmestl “brujo luna”. Yeyecatetl: “piedras que antes adoraban”. Oquicuili tlaseuan: “le quitó su sombra”. 395 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 396 Don Ruperto Zambrano Ixtencualolistl“se ponen rojos sus ojos”. Oquitonalcuil “le quitó su sombra”. Cantiquisas: “lo pasó a traer”. Malacatetl: “va rodando como pelota”. Xalitla, 06.III.95 Don Ruperto me explicó que además de curandero, él es “pistonero”, rezandero y albañil. La elección del tepatiani 16.XII.96 Hay varios tipos o formas en que se presenta el couasihuiztli en el cuerpo: en forma de culebrita de color negro, o en forma de tomatito, como una bolita. Don Filiberto explica que el dolor que provoca esta enfermedad es más intenso cuando está dirigida a la persona que le llega que si solamente se recoge en el camino. En el primer caso se acompaña de fiebre muy alta. Cuenta el caso de una señora que tenía que mantener los pies en agua fría para controlar el ardor que esa enfermedad le ocasionaba. Las especialidades terapéuticas Doña Flora Nicasia dice que en ocasiones a la gente que va a que ella los sobe de topontli los remite a que los atienda don Filiberto, pues por la forma de la enfermedad ella reconoce si se trata de “bola” o de couasihuiztli. Don Filiberto me dice que efectivamente es más común que doña Flora le mande los enfermos que pensaban que tenían “bola” y se trataba de couasihuiztli a que los enfermos lleguen primero con él pensando que se trata de couasihuiztli y lo que tengan sea topontli. Lo que suele pasar es que lleguen con él pacientes que tienen “espanto” del tipo que provoca algunos granos parecidos a los que resultan del couasihuiztli. En esos casos en los que duda que sea couasihuiztle les dice a sus pacientes que si no mejoran rápido vayan a “buscarse”, a “rifarse” porque seguramente es “espanto”. Hace algunos días don Fernando enfermó y fue el caso que confundió o pensó tener couasihuiztli y se trató finalmente de “espanto”. Le salieron unos granos en las axilas, intentó apachurrarse y no se mejoró, se puso una pomada que le recetó el doctor y dice que no le hizo provecho. Finalmente fue a que doña Florencia lo “regara” pues en la “rifa” se vio que se trataba de un “espanto” cerca de algún hormiguero. Don Filiberto dice que eso fue realmente lo que provocó que le salieran esos granos, pues dice haberlo confirmado por el hecho de que hasta después de la “regada” le hizo provecho la pomada. ¿Cómo descubrió que podía curar? “No fué de nacimiento” me aclaró, “cuando fui comisario la gente me tenía muchas envidias y malos deseos. Un día, después de una fiesta, me quedé borracho junto al río y amanecí con la boca chueca, tan chueca que hasta pena me daba que me vieran, no podía ni tomar bien un refresco. Fuí con Don Mauro Adán. Me rifó y me dijo que eso no era por aires, que era una cochinada”. “Entonces tuve que ir a buscar a otro “brujito” para que me curara. Cuando me dieron la toma, mi Dios, la planta, me dijo que con ella podía sacar para un taquito, ‘hacer la luchita’, pero que no debía cobrar caro, que tenía que ayudar a los pobres. La gente me tiene fe, pero no soy yo el que cura, es allá arriba, es Dios. Esto es una cosa de mucho respeto, este remedio hay que respetarlo”. “Hay enfermedades naturales que sí puede curar el médico, pero hay otras más difíciles, ‘domésticas’ pues. Esas nada más nosotros las podemos curar”. Don Ruperto, junto con Don Mauro, curó al hijo de R. “¡Ese sí es brujito!” exclamó Don Ruperto. Don Mauro iba a sobar al niño enfermo y el mismo Don Mauro insistió en que también Ruperto lo sobar“para que vieran que los dos podíamos.” Don Ruperto dice que para protegerse del “daño” la gente debe tomar ajo los viernes. Dice que a Berna Fernández lo curó del daño que tenía, que no se podía mover de una mitad del cuerpo, ni podía ver. Con la “toma” se mejoró, algo que no pudieron lograr los médicos. Doña Lorenza Xalitla, 04.XI.96 “Los tlacotes son granos que salen de a uno o dos, se curan con chalalate y sulfatiazol. A mi nieta le salió uno en el ombligo y como que se le quería pudrir, tienen mucha pus; a mí le salió en un brazo y se me hinchó. La niña se curó con totol, es un árbol que le dicen bellota, tiene flores amarillas y su fruto se utilizaba para mascarlo como chicle, es como una lechita lo que le sacan”. Lorenza puede curar “daño”. Utiliza aceite rosado, epazote con mezcal y sal. 397 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 398 “La niña que te gusta, la niña risueña, como que te gusta y no se deja agarrar le calientan la sangrita y nomás empiezan a llorar, a veces les da vómito, les da calentura, si tiene fuerte el vómito, le da mucho el vómito. Un niño, cuando les hacen daño en el pecho, en su corazón, les agarra fuerte el vómito”. “Dicen que cuando a uno le hacen daño ya de grande, si a un niño le hacen mucho daño, cuando crece también puede dar daño. No cualquiera puede hacer daño, nomás algunos, vas a sentir que hasta te lloran... en mí misma siento, cuando a mí me gustan, me gusta una niña, y para que voy a decir que no, yo puedo hacer daño, sientes como que te van a llorar tus ojos, luego se empieza a molestar el niño, llora y llora si no lo vas a agarrar”. Don Mauro Adán Xalitla, 20.III.95 Don Mauro Adán tiene 88 años, es originario y residente de Xalitla y es agricultor. Acepta a medias que puede curar. No quiere hablar abiertamente de ello. Dice Don Mauro : “Yo así nací, no tuve que buscarlo en la toma, es un don de Dios. Aunque soy hombre, no ando buscando pleito”. Luego explica cómo curó a Ruperto : “Tenía la boca chueca, le habían hecho cochinada, ahí tengo un remedio que le ayudó. Aunque es amigo, todavía no me paga… y había dicho que al día siguiente me traía el dinero… Yo no ando curando así nomás, prefiero curar a mis familiares”. “Este cigarrito es bueno” dijo refiriéndose al tabaco, “con alcoholito y una plantita que tengo, se prepara el remedio para sobar”. Mañana martes van a un “compromiso”. Parece que su hijo lo va a acompañar a hacer una curación. Esta entrevista fue muy difícil; al llegar, por más que argüí que yo prefería brindar con cerveza, me presionaron para aceptar lo que ellos tomaban. Tuve que tomarme un “picadito” (Coca-Cola con alcohol puro) aunque fuera “de señorita” (menos cargado de alcohol). Llegando a casa me vomité. “Ya vino, ahora tiene que tomar con nosotros” decía Don Mauro, quien pronto se emborrachó; incluso se golpeó la cabeza con la pala, pues cayó al suelo estando en posición de cuclillas. Luego tuve que seguirle con el hijo. No me gustó tener que tomar eso. Además, Don Mauro espera que cuando regrese nos tomemos un mezcal preparado con limón, chile y jitomate. Don Pablo y su esposa desconocen que Don Mauro pueda curar, pero Pablo sí cree que sepa echar “cochinada” porque una vez, hace veinte años, lo vio en duelo contra otro borracho. Ambos se obligaron mutuamente a tomar unas bebidas, una con pelos y otra con escupitajos. Don Mauro habló de un hijo que hace tiempo, con su esposa e hijos, se fué a trabajar a Estados Unidos. Tiene 48 años y ya dejó de trabajar porque está enfermo. Parece que se asustó porque estuvo a punto de tener un accidente automovilístico. Dice Don Mauro: “No andaba borracho. Ya le rifaron aquí en Xalitla pero como lo regaron en Estados Unidos, no se curó”. Lo están esperando este mes para que venga a curarse. Le van a dar la “toma”. Van a “alquilar” a alguien, “a ver qué saca del estómago. Aunque está en Estados Unidos, allá también hay gente de aquí, pero donde quiera hay gente que hace brujería. Hay mucha cochinada”. Xalitla, 12.IV.95 ¿Y así fue como Don Ruperto aprendió también? No ¡bah! no le dí el remedió, no, no nomás lo apachurré. Se compuso pues, se compuso para que, ái le puede preguntar es amigo pues ¡bah! 399 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 400 Don Mauro me habla de unas luciérnagas que se llaman Tlalmestl “si te pasaban entre las piernas, ¡ya te jodías, te ibas a morir!”. Pedro T., el cihuateyuga, se enojó con Don Pascual porque éste último no quiso tomar un trago con él. Don Pascual cuenta : “No había luz, me hacía señas con el rebozo, le tiré un botellazo que se hizo añicos, al día siguiente fuí a buscar la botella y ¡estaba enterita! El maestro Leobardo P. fue quien lo “amarró”, rezando. Antes, como no había luz, se asustaba uno más. Le pregunto si Pedro T. buscaba a los hombres y me responde: “Digamos que fuera puto, no, no era, ¡nomás se disfrazaba de mujer!”. Doña Eutimia 15.VII.96 ¿Usted cree que haya enfermedades de malestares, o de infortunios que tenga la gente, que de plano no va con el médico, no porque no necesite un médico, sino otra atención? Hay algunas personas, pues ahorita estábamos platicando de una señora que era de acá atras, es diábetica de, de quién sabe cuándo yo no sé, porque no se trata con médico particular... entonces este ahorita tiene su azúcar bien elevada, es algo serio. Este y entonces ella, ahorita, tiene la creencia de que ya no va a ir con médico porque, no es científico su problema es de otra causa ¿no?... Ajá, que le hicieron cochinadas, entonces yo le estaba comentando, es que usted no tiene cochinada, usted es hipertensa una y otra, es diabética, y las diabetes ya le está afectando otros órganos, nos dices que ya no veo. Sí, pero hay que tomar en cuenta que, que la diabetis también otro órganos, le va a afectar, le va afectar la vista, le va afectar el estómago, le va afectar muchas otras causas, el paciente diabético nunca se muere por un daño... se muere por las complicaciones y por una diabetis mal tratada, la diabetis no es mortal si se le trata bien, pero no está tratada su diabetis... todo eso, su diabetis está tan elevada, que está afectando, ya otros órganos, pero no es porque le están haciendo cochinadas ¿eh?... No... pero, este, casi no están en los casos, o sea es raro pues, el caso que se trate con médico tradicional es menos, casi no hay, son raros. ¿Usted nunca iría con un médico tradicional? Pues en un caso necesario sí, sí iría con un médico tradicional, porque, este, bueno tomando en cuenta que por ejemplo, ellos dán tomas, que hacen limpias, que dan remedios caseros, o sea remedios conocidos por nosotros, pero sabemos apreciar ¿no? Entonces no todo se reduce a tomas, entonces hay médicos tradicionales que curan con limpias, entonces, yo en mi caso he tenido experiencias con... Entonces hay gente que dice que no existe el empacho, que no existe el mal de ojo, y sí existen. Si existen porque yo tuve la experiencia con mi hijo mas grande, entonces mi hijo empezó con vómito, empezó a vomitar y en la primera... lo miraba pero no sabía, no sabía ni qué hacer ¿no? Entonces en la primera vez que vomitó yo le llevé con el médico, con el médico, pediatra, entonces el médico me dio su tratamiento y me lo traje, el niño seguía vomitando a upa, upa mía, temperatura, era lo único que tenía y vomitó, era lo único que tenía, comía y vomitaba, vomitaba. Al día siguiente, me fuí otra vez con el médico, me vuelve a cambiar el médicamento y me da ampolletas y me da esto, esto, estoy... para que siguiera el tratamiento, y mi hijo seguía igual. Entonces... ¿Qué edad tenía su niño? Tenía como un año y medio, más o menos. Entonces me decían ahí... que a lo mejor es esto ¿no? que a lo mejor es lo otro, no, ¡quién sabe qué! ¿Qúe decía que era? Vino mi mamá y me dijo: mira sabes que tu hijo tiene daño, es el mal de ojo. Entonces, le decía yo, mal de ojo, no puede ser porque lo llevé con dos señoras que saben sobar y no se le quita, y sigue con sus vómitos y sigue con su calentura, me dijo tiene mal de ojo, llévatelo. Así que yo fuí con un Francisco López, que yo me acuerdo que me fuí, que me fuí a las cinco de la mañana, como cinco treinta, temprano. Este hombre me dijo ¿sabes qué? tráemelo a las siete de la mañana, no ahorita, a las ocho de la mañana te espero. Me regresé y antes de las ocho de la mañana... mi hijo, y este y llegamos y me dijo: tiene daño y agarró... a sobar nada más y nada más, lo sobó con vaporub y alcohol y me lo traje y, en el camino me pidió de comer, agarré y le dí, pero yo tenía miedo de que vomitara... o sea, comía y vomitaba, y le dí de comer, pero este, lo retuvo, llegué aquí y ya no vomitaba, después llegué a la tienda y me pidió una naranja, le dí una naranja, se la comió... y no volvió a vomitar en todo el día. A las cinco de la tarde lo volví a llevar otra vez. Después le comenté al pediatra y el se rió, cuando yo le dije, pues no, hice así y así doctor y se me compuso, se rió y le dijpues a lo mejor no me cree doctor pues, yo le estoy diciendo, por que yo vi, pues yo con su medicamento, entonces yo se lo traje tres veces, tres días seguidos y el vómito no cedía, y la calentura no cedía, con eso cedió, entonces yo le comentaba a él, me gasté más en pasajes, en medicamentos... me como... ¿Durante tres días le estuvo dando el medicamento? Los tres días... tal como me decía el médico, y le dije, después le cambió inyectable, tomado no lo retiene, o sea inyectable, lo cambié y así... póngalo cada doce horas, entonces exactamente cada doce horas se los ponía, y de todos 401 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 402 modos el vómito no cedió y entonces lo llevé con ese señor y sí cedió. Entonces después se me volvió a enfermar de empacho, tenía calentura, diarrea, empezó con diarrea y calentura y… Pero, ¿cómo hace la diferencia de la primera vez? También era antes de la primera... Sí y esta vez fue diarrea, calentura, entonces agarré y lo llevé y ya me dio su tratamiento y pues, no, no cedió, me acuerdo esa vez lo llevé como siete días seguidos. A veces lo llevaba en la noche, a veces en la mañana, a veces lo llevaba en la tarde, entonces se me ponía más mal y yo le decía al doctor: doctor, hace diarrea como cinco veces al día, se me está deshidratando, y ya me decívamos a cambiarle el medicamento, la calentura no le cede, le cede dos horas y vuelve otra vez, si me espero a su medicamento,usted me dice que le dé su medicamento, así... no cede. Entonces me dice, vamos a cambiarle el medicamento, y me dio... le cambiaba, pasaron como siete días, y ya no, nada más tenía calentura, tenía diarrea, no había dejado de vomitar. Estaba bien deshidratada... lo fui a ver y me dijo: ¿sabes qué? vamos a internar a tu hijo, y lo vamos a internar ya, y yo me quedé pensando ¿no? cómo lo van a internar, pues, ¿no? Eso no puede ser, y entonces agarré y le dij¿sabe qué doctor? regreso en la tarde, y me dijo: no va a regresar, sí, regreso en la tarde, pero y me fui ya, le platiqué a mi... espero ¿qué hacemos?, dice el doctor que lo va internar, que hay que internarlo, no dice, no, no puede ser pues, y me dice el doctor que tiene un infección, pero ¿qué clase de infección que no cede?... tratamiento y, parece que no cede... pues. Entonces no sé quién le platicaría por ahí, supo algo del empacho y me decía pues, no a lo mejor está empachado, y le dije, pero nosotros qué... y al día siguiente lo llevamos con una señora que vive en Aztcala ¿Y aquí nadie cura de empacho? Pues, que yo sepa no, o sea que yo sepa. Les falta un especialista (risas). Nos falta un especialista, pues, ahí donde lo llevé, no miento o sea que yo, que yo no quería que se lo llevaran de aquí, aquí lo quiero por si no le da tomar nada, pues dicen, que le da de tomar aceite, estomaquit y no sé qué. Pero como estaba mi mamá aquí, entonces agarra y le dice usted acompáñeme y vamos a llevar al niño a sobar, porque ella no quiere. Agarra mi mamá a mi hijo y se lo llevan... cuando dice, que se trepan al carro y corro y me trepo yo (risas), y repetí no quería venir, no, pues se llevan a mi hijo. Entonces agarré y me fui con ellos. Le dio, nos mandó a comprar un frasquito de aceite San Sebastián, se llama el aceite y le dio un estomaquil y... entonces le dio la mitad con todo y aceite y entonces agarró y pasó la mitad del aceite en un vasito y todo el estomaquil y lo revolvio con... le empezó a,tomar de eso, le dio de tomar todo, Testimonios de un pueblo nahua todo a la mitad del frasco y se lo tomó... estaba bien... estaba, me dice está empachado, y lo sobó. Ya me dijo, mañana me lo traes temprano antes de que almuerce. ¿Con qué lo sobó? Con, con el aceite, con el mismo aceite... y este, ya me lo traje, estaba pensando que le iba a dar más diarrea, todavía, pero ya dejó... en tres días no volvió a tener diarrea ni vómito. Al día siguiente en la noche ya no tenía calentura, que porque tenía mucha temperatura, pero le bajó la temperatura, no supe ni por qué... fue tremendo, le bajó la temperatura, no hizo diarrea. Al día siguiente en la mañana... hizo del baño, pero hizo duro, y agarré... no lo iba a llevar, le hicieron bien fue, no pues lo vas a llevar, no... ya cuando vi que hizo del baño, ya no había hecho diarrea, al día siguiente, que me voy, me volvieron a llevar, pero entonces ya no fue nadie conmigo hasta allá, y me lo volvió a sobar y le dio el resto de la... le dio el resto de la... y otro estomaquil, y se lo tomó y ya no le dio diarrea, ya no le dio vómito, ya no le dio temperatura, ya no le dio nada... por eso le digo que, de que el daño que le hizo... éste es hecho porque a mis hijos les ha pasado, pues. 403 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 404 ¿Ya lo vivieron? Ya lo viví. Eutimia 28.VII.96 Pancrasio es médico, pues da consulta. Dejaron de ir a verlo porque hacía muchas iatrogenias. “Da recetas en papel de estraza”. Quedó a deber materias en la facultad. Hasta que intervino Salubridad. Hace dos años vino un abogado de la SSA a investigar. Él dijo que era pasante y le preguntó al abogado cuántos días le daba para tramitar su carta de pasante. Luego se enojó con el abogado y le dijo que no lo viniera a amenazar. Hubo unos citatorios para Pancrasio y para el comisario. La jurisdicción le ofreció el diploma de Auxiliar de la Comunidad. Él no lo aceptó, pero como nunca hubo una demanda formal, no pasó nada. Ha tenido varios casos de iatrogenia. “si no son animales”. Hubo una niña intoxicada. En otra ocasión dejó abierta una episiotomía, diciendole a la paciente “solita va a cerrar”; dejó morir una niña con un piquete de alacrán, también dejó una solución infiltrada. Además atendió un parto y dejó la placenta adentro, la mujer falleció en Ahuehuepan. Su esposa no sabe ni leer pero sí sabe dar recetas. Cuando según él se graduó hizo una gran fiesta. Hubo baile con dos conjuntos. Fue en 1989, todos lo creyeron de momento. Al principio andaba de blanco y con su maletín. Hay una partera empírica. Se llama Doña Antonia. Florenciano, el de la farmacia, ya inyecta. Cambiaba los medicamentos indicados en las recetas y vinieron a inspeccionar. También empezó a recetar. El médico responsable de la farmacia viene cada uno o dos meses. 15.VIII.96 La enfermera “Aquí la mayor parte de la gente van primero con el médico. Antes aquí había muchos curanderos, ahora ya ni parteras empíricas hay, queda una. Todo ha cambiado de 8 años para acá. Antes de 1986, la gente de la ruta de los santos (los pobladores de San Agustín, San Francisco y San Miguel) iba primero con el curandero, agotaban todos los recursos disponibles y al final iban al Centro de Salud”. El Centro de Salud se inauguró el 16 de noviembre de 1976. En 1985 se creó el Servicio Médico del IMSS/COPLAMAR, y en 1987 llegó a Xalitla y Valerio Trujano. De 1976 a 1985 se daban unas cuarenta consultas diarias. A partir de 1986 bajó la consulta a unas diez o quince diarias, porque se crearon otros Centros de Salud en Ameyaltepec, Ahuelican, San Marcos y Tlamamacan. Desde 1995 se dan unas cinco consultas por día. El 11 de septiembre de 1995 el Centro de Salud se cambió de lugar. Se cambió, de las afueras del pueblo, al Centro del mismo, a un lugar en donde antes había un albergue infantil. Desde entonces la gente dejó de ir a consulta. De 1994 a 1995 lo que más se vió en consulta fueron, durante el verano, diarreas, amigdalitis o infecciones de vías respiratorias superiores, parasitosis y amibiasis. Los picados de alacrán fueron pocos. Los médicos particulares del pueblo son: el Dr. Lauro Malón, propietario de la farmacia, que viene dos veces por mes desde hace cuatro años; la Dra. Liduvina Castro, una pasante que al terminar su servicio social se quedó en Xalitla, y ve de cinco a seis pacientes por día, casi todos por diarrea, y el Dr. Pancrasio Larios, quien da consulta desde hace cinco años, pero vive en el poblado de Ameyaltepec. El Dr. Roberto Nava falleció el 20 de septiembre de 1995. Durante cinco años dio consulta todos los días. Lo asesinaron en su casa, en Tonalapa del Sur. En Iguala hay un Centro de Salud, un sanatorio de un sacerdote y médicos particulares. La gente va poco allá. En Huitzuco hay un hospital de la secretaria de Salud. Otra alternativa es que la gente vaya directamente a la farmacia. Allí exponen sus síntomas al dependiente y les “dan tratamiento”. Luego van con la enfermera Eutimia para que los inyecte. Eutimia me da un ejemplo de itinerario terapéutico “Si usted ve a una paciente diabética, se dará cuenta que ella no cree que su problema sea científico. Quiere curarse pero porque piensa que le echaron cochinada. Esa paciente que se llama A.R. viene y me dice: en el hospital no atienden, dejan morir a los pacientes.” “Otro caso es el de un paciente que tenía prostatitis, se quejaba de disuria y cuando lo vi me dijo: dicen los médicos que no tengo nada, entonces debe ser por otro lado.” “Pero como le digo, ya son raros los casos que van con médico tradicional. Además, no todo se reduce a tomas, también hay limpias y remedios caseros”. 405 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 406 “Hay médicos que dicen que ya no hay ‘empacho’, ni ‘mal de ojo’, pero figúrese usted que cuando uno de los niños de mi vecina tenía año y medio, le dio vómito y temperatura. Como es lógico, le aconsejé que lo llevara con el pediatra. Dos veces le dieron tratamiento, pero el niño no se mejoraba nada. Entonces la señora pensó que era daño, de ese que le llaman mal de ojo, y mejor fue a ver a Don Chico Flores. Él le diagnosticó, efectivamente, daño. Lo estuvo sobando con vaporub y alcohol, luego le dijo a la señor¡báñalo y duérmelo! En el camino de regreso a su casa el niño ya pidió de comer. A ver, ¡explíquese eso!”. “El empacho se manifiesta como diarrea con calentura. A otro niño también le dieron tratamiento médico durante siete días, pero el problema no cedió, la criatura seguía vomitando. Lo llevaron a sobar a Mezcala . Allí le dieron estomaquil mezclado con 25 ml. de aceite San Sebastian más un refresco, una “yoli”. Luego sobaron al niño y se mejoró. Le repitieron una vez el mismo tratamiento”. Eutimia, después de mucho platicar, nos cuenta que su hijo estuvo una vez enfermo de dolor de oídos. Pensó que era una infección y le dio siete días de tratamiento, pero en lugar de aliviarse se enfermó del otro oído. Eso ocurrió casi a la misma hora que había empezado el dolor del primer oído. Concluye Eutimia “Lo que pasaba es que se me había espantado en una tina de agua. Lo llevé a curar, le regamos con doce tamalitos, seis hombres y seis mujeres, y al día siguiente se despertó ya mejorado”. Un curandero le dijo “Con alguien se peleó tu marido y le dieron cochinada al niño”. “Las limpias son para los espantos o para los salados”. El médico pasante 16.VII.96 Relata el caso de un joven de 27 años que estaba comiendo y sintió que algo se le atoraba en la garganta. Pensó que era “cochinada”. Después de ver a varios curanderos llegó a la clínica. Tenía gastritis. “Aunque sea vete a la clínica”, le dijeron. La mayoría de la gente entre 40 y 50 años primero van a ver al curandero. Los más jovenes primero van a ver al médico. Los hombres no dejan que sus mujeres vengan a consulta si el médico es hombre. Los que tienen problemas crónicos como gastritis, cáncer gástrico, o diabetes, piensan que “les echaron animales” o “cochinada”. Dr. Pancrasio Larios Xalitla, 07.X.96. Sobre la “Cihuateyuga” “Cihuateyuga quiere decir ‘mujer bruja’, tiene sus chichis, tiene su vestido y tiene su rebozo”. “El muro que está cerca de la iglesia, en donde está la cruz, es famoso porque dicen que ahí asusta la cihuateyuga. Sólo sale después de las once de la noche, nunca habla. Se avienta encima de ellos. Se está soplando con su rebozo y a veces trae a su hijo”. Sobre Don Filiberto Greco Cuenta que Don Filiberto tiene la capacidad de echar el couasihuiztli, que en una ocasión, cuando él era muchacho, fue a recoger a su hermano que estaba emborrachándose con Don Filiberto. Estaban discutiendo y a punto de golpearse. Entonces, al estarse llevando a su hermano, don Filiberto se acercó 407 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 408 y le tocó el brazo y ahí le echó el couasihuiztli. Caminaron doscientos metros y le comenzó un dolor muy fuerte. En otra ocasión don Filiberto realizó un pronóstico sobre la vida de un tío del Dr. Pancrasio. Este tío se encontraba muy enfermo y los doctores le pronosticaron cinco días de vida. Don Filiberto dijo que si el tío sobrevivía esa noche quedaría a salvo de la enfermedad, pero para esto deberían tomar algunas precauciones: mantener al tío en un cuarto perfectamente cerrado, cuidarlo entre varias personas, y sobre todo vigilar rigurosamente para evitar la entrada de cualquier animal a la habitación, que no entraran ni moscas ni palomillas de noche; en el caso de que esto no se cumpliera el tío moriría esa misma noche. Dice Don Pancrasio que, aunque estuvieron velando al tío toda la noche y que incluso algunos de ellos estaban armados, no lograron evitar la entrada de algunos insectos. Su tío falleció a las cinco de la mañana. Dice Don Pancrasio que los ayunos son importantes para protegerse de algunas enfermedades de las que son enviadas por las gentes “que pueden”, pero además teniendo más de ocho ayunos se puede lograr ver animales o brujitos, a los que una persona normal no podría ver. ¿Usted los conoce los “aires”? Que no ve que no se ven, los tengo que ver. No, no sé cómo se llaman los aires pero dicen que hay aires, las hormigas también que son muy malas porque no lo dejan dormir y que duele el cuerpo, un dolor que se siente en alguna parte del cuerpo es que las hormigas me agarraron por ese lado, y yo no sé cómo creen que las hormigas agarran, entonces pues de ese tipo de cosas, este ellos este la achacan a algunas hormigas o alguna contaminación achacan luego luego alguna enfermedad de esas, de tradicional, de que creen que fueron aires o algún otro, algún mal hecho, no es que me dieron sapo, me dieron “couacihuiztle”, entonces ese couacihuiztle a veces dicen lo echan, lo avienta, lo dan de lejos pues, puede ser de lejos, puede ser de cerca o puede ser de contacto, entonces no, pues así me agarro fulano y él puede dar couacihuiztle, couacihuiztle quiere decir pues dolor dolor de cuerpo, de articulación, couazohuitle, duele, dolor en alguna parte del cuerpo, principalmente en las articulaciones. Duele, ¿dolor? Cualquier parte, entonces este tipo de cosas luego, luego o el ojo, me hicieron ojo o mal de ojo, y entonces pues hay muchas cosas, ya que se cansaron de dar a ver al curandero, al sobandero porque hay unos que soban, aquí tenemos uno cerquita. ¿A Don Filiberto? A Don Filiberto Greco es curandero, soba pero pues quién sabe, verdad, yo no creo eso, pero dice él que sí, ¿quién sabe? Entonces este ya que se dieron Testimonios de un pueblo nahua la vuelta ya por último el niño ya está bien deshidratado por la diarrea, con la tos ya no puede respirar, ya le duele todo, ya los ojitos de fuera, ya la piel seca, ya todo muy, muy mal ya pa’ morirse, no pues dice una luz lleválo acá te lo curan dicen ellos, que te lo inyecten ahí, ahí se va a componer hazle la lucha, ahora si ya la mera, mera medicina que me platicaron, en donde tenían fe, no les dio resultado entonces ya no mas de pasadita vienen para acá, dice a ver si le hace provecho, vayan llegando ahí, y resulta que cuando vienen aquí sinceramente no todos se componen, pero si el ochenta, noventa por ciento se compone porque bueno unos son con gastroenteritis, problemas de respiración, vías respiratorias. ¿Los más comunes? Respiratorias, intestino son las más comunes, y hay otras pero casi no tanto, las más comunes son casi del diario y entonces pues aquí los traen y se le pasa luego luego al paciente, y ya como que somos paisanos, vecinos, incluso aunque son de otro pueblo los conocemos y así la tradición de nuestra gente, de que si es de San Juan sabemos que son personas buenas, incluso cualquier medicamento que no hay o se les puede conseguir, entonces pues aquí de parte de nosotros no hay problema la cosa es que no los traen, creyendo que con con la mostaza o el amuleto los va a proteger y eso no les ponen pues ahora sí las... de colmillo de coyote, y luego acá una bolsita de amuleto o cualquier cosa que tengan se ponen, a veces en el eclipse que acaba de pasar se ponen machetes, cuchillos, cosa de fierro. Cosa de fierro. Y están tocando con palos, con fierros, fierros contra fierros, así hacen ruido. ¿Ah, ahora que pasó el eclipse? Sí, ahorita que acaba de pasar, hace unos cuatro, cinco días más o menos, y aquí el ruiderio que se oía, ¿que? No pues parece que fulana esta embarazada, pues vamos, orále ponle de dos, tres machetes aquí, acá se los anda cargando los fierros pa’que’l niño que está dentro se defienda pues con el arma que lleva, esa es la creencia de aquí, porque si sale deforme, si con una malformación congénita, pues ya pasó con el eclipse, se lo comió la luna, y le achacan la luna y no es cierto, puede ser algún virus, la rubéola, algún otro sarampión, mire usted, entonces o no sólo infección, puede ser incluso medicamentos o algunos otros, ahora sí este, le puede ser medicamentos de los de, de vegetales homeópatas pues, incluso se hacen brebajes y como queriendo decir, no, pues este a veces incluso intento de aborto también, por qué no, algunos a veces se atreven a por problemas con sus familiares ¿verdad? O algún este a veces no es ese el motivo, sino que aquí hay una costumbre de que si una enfermedad no 409 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 410 se puede curar es porque no se cura con médicos, sino que se curan nada más se aplican yerbas de, de hojas de higueria, dicen no luego, te bañan con hojas de... ¿cómo se llaman? hojas de papaya, y entonces ves que no le hace provecho se prepara uno su brebaje así de otros tipos de hierbas y te lo tomas, sabiendo sabiendo que están embarazadas o bien que no saben si están embarazadas, y entonces pues por ahí a veces también hay, verdad, y entonces pudo haber una deformación a causa de eso, no fue solo por intento, verdad, sino que por descuido o por ignorancia dijéramos, entonces pues muchas de las causas hay malformación congénita con el eclipse y ellos dicen no, es que pasó el eclipse y se lo comió la luna, y ahí están, ahí están, entonces principalmente aquí nos llegan cuando ya le dieron la vuelta por allá incluso ya ni... Es que a nosotros nos han dicho que hay enfermedades que primero van al doctor, y otro y otro doctor y no se las curan, y que ya luego este se toman el remedio y se curan, pero también nos dicen los vecinos, me dice usted que no, que... Sí, le digo que sí hay muchas muchas personas, incluso de aquí de Xalitla, no, no tocando Xalitla pero de ahí para allá, yo me acuerdo cuando empezaba a ir para allá atendía dos o una persona en cada pueblo, no que tiene un absceso esos que aquí les llaman nacidos o tlacotes, más común dicho aquí en esta región, los tlacotes. Tlacotes ¿Qué es tlacotes? Este... un proceso infeccioso por, por microbios, por bacterias del gram positivo... de esos que les sale mucha pus, que se abren... De esos que les llaman topontli. Pues más que nada es ese topontli, ese les agarra por aquí como si fueran paperas, los topontli son las paperas, o sea los ganglios se inflaman, los ganglios linfáticos o a veces las glándulas paratiroideas o las glándulas, bueno cualquier tipo de glándulas que está por acá por el maxilar superior se inflaman, a veces no son glándulas, las parótidas no son, sino que puede ser algún cambio, por algún este proceso de... de la lengua a veces hay algún granito, así le llaman ellos, y se inflaman los ganglios... seguramente cuando comí el pan en casa de fulano me han de haber echado algún daño, algo entonces pues, no, no es siempre y ya van con el curandero y les soba, les soba y les soba, les soba hasta que desaparece, pero no dentro de la medicina eso sí científica ¿verdad? Eso sí es otra cosa, no es de hierba, porque le sobaron y sí se curó, sino que le disuelven y el microbio se... con todo y la defensa que tenemos... se va y lo, lo disuelve supuestamente pero no, no es que lo disuelva sino que nomás entra, lo dispersa lo contrario porque los ganglios linfáticos lo que hacen es, ahora sí, agarrar el microbio, encapsularlo, y ahí tenerlo y no soltarlo, más o menos Testimonios de un pueblo nahua lo que quiere decir el sistema inmune que hace ¿qué es lo que hace con el microbio? Entonces, y esos no es lo que hacen, lo tallan lo tallan hasta que se va, y a veces pues eso revienta, pero los esos de los abcesos, esos abren y pura pus, hay mucha pus verde y pues muchas veces esos no no, otros se atienden, otros no se atienden y así... Aquí... ¿cómo les llaman por aquí, tlacotes? Tlacotes, tlacotes les llaman por aquí... por aquí no se curan, lo hacen con medicina pero principalmente abrir, abren una especie de... y ya, una vez pegándole el aire se sale todo la... la curación, entonces, pero la gente pues este a veces estando aquí no quiere, no, dice “es que ya me sobaron” y con eso dicen “es aire que me entró”, y ya al último se atienden, y algunas personas sí vienen y se atienden primero, viendo que no se atendió, que no se curó perdón, ya recurren a los curanderos, los que riegan, los que rifan con baraja, los rifan con jícara, les dicen los xicaleros, entonces este van con estos pero mas no se dieron cuenta el por qué no se curaron, porque vienen, dicen “quiero una inyección, es que mi hijo tiene esto, es que a mi hijo le duele su barriga y tiene diarrea y nomás se le calienta su barriga y se le calienta su frente” y dice, “tendrá algo 411 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 412 pero me dicen que tiene empacho, otros que tiene aire, otros que lo agarraron quien sabe quienes pero de todos modos aplícale” una inyección quieren, y no se cura con una inyección, y estabamos tanteando que puede ser una una salmonelosis, una shigelosis. Si es salmonela pues evoluciona a tifoidea, ya después está medio amarilloso ya los ojos, una deshidratación con fiebre elevada y trastornos digestivos principalmente, y respiratorias, porque ya al último la respiración casi, no, entonces dicen “no éste es brujo, es brujito, éste es brujo, lo estarán agarrando” dice, seguramente que el vecino porque se ve contenta, él es el que lo tendrá porque por ahí me dijeron... A esa enfermedad ¿cómo le llaman en mexicano, a esa enfermedad? Pues le llaman hechicería, que es brujería o bien, no es tanto hechicería, porque una hechicería que le hacen aquí en muñecos en cosas... pero esa es brujería, porque dicen que tienen sus brujos o tienen otro, otro doble pero en animal, ese es otro... otro tipo de brujería, otro tipo de brujos que tiene su doble pero en animal, tiene un animalito vamos diciendo, yo mi brujo vamos diciendo un tigre, un tigre allá pues yo tigre soy más chiquito, pero hay otros tigres más grandes, entonces me agarran para ya decir que lo tienen en tal parte, y el cuerpo si está nada más el animal, si está allá. Entonces más que nada de este tipo se oye hablar, de que fulano se murió y se lo hizó fulano para que dice que lo agarraron en tal parte, en el cerro fulano yo no lo creo, yo no sé nada de eso, yo no sé... yo no soy brujito pues que les dicen. ¿Quiénes son los que sí tienen, se supone? Por lo general... esos no se dicen, no dicen... Pero ¿nacen en algún día especial... o? Si viernes, martes y viernes, martes... los que nacen según ellos dicen, los que nacen los días martes y los días viernes son los que traen brujitos, sus dobles en animalitos. No importa que sea un ratón, un conejo, un chivo, un perro, un gato, una culebra, una serpiente o víbora, cómo le llamen este lobo, lo que sea, pero es un animalito, entonces este pues al principio, los niños que si se enfermaron y luego van ahí con los curanderos, lo que le decía el brujito sabe ¿qué sabe? el brujito, mire se le nota aquí en la orejita, la tiene puntiagudita ¡ah! entonces es conejo porque su oreja la tiene grande, y ya ellos mismos le están diciendo, le están poniendo que es “ah vete con fulano, porque dicen que ella es loba y lo va a cuidar” y van, “oyes este tú, dicen que... ¿no me lo quieres sobar?”. Si lo soban quiere decir que sí sabe ella, “sí, sí te lo voy a sobar pero yo te voy a cobrar quinientos al mes”, o doscientos o cien le ponen ellos, ya saben cuánto cobran “sí te lo voy sobando pero te voy a cobrar cien o doscientos o trescientos pesos al mes”. ¿Ah, sí? Testimonios de un pueblo nahua Ya aunque pues, si dice “te voy a estar pagando pero me los vas sobando” así dice sobar, sobar el cuerpo, quiere decir... eso es un símbolo de decir, aquí lo soban, pero no es cierto, lo están cuidando ya donde anda, el conejito está chiquito ya y la loba ella lo cuida como si fuera su mamá, algún animal que se lo quiera comer a lo primero que se enfrenta es a la loba, así esta el cuento pues así nos cuentan pues los que así lo creen en eso entonces, y ya hasta que va creciendo el chamaco lleva doce años, a los trece años ahí muere ya “aunque ya no te voy a pagar, ya el niño está grande, ya no se enferma”, si dice, “ya está grande” así es entonces, aquí es mucho ese tipo de cosas. Y por ejemplo eso que me decía, que le echan sapo, que le echan este... Pues principalmente según los cuentos, las leyendas dicen que se da a través del alimento, se da una torta, una comida, un caldo, una comida, un refresco, lo que sea de comer y ahí le echan... y pues supuestamente dicen que con malas intenciones de que se muera, y por lo generalmente dicen, pues yo no tanto mucho le estoy creyendo eso pero a según por las pláticas que dicen, porque lo relacionan mucho por ejemplo con hidropesía o tuberculosis o cáncer o algún proceso infeccioso de, del páncreas, del hígado o tiene úlcera o gastritis, no tú tienes sapos, te dieron aquí en tu comida y los tienes en el estómago, por eso te duele aquí... ¿Pues no quedamos que eran “cochinadas”? Eso es lo que le dicen, te dieron cochinadas, pueden ser sapos, chapulines, pueden ser marranitos, hay unos marranitos chiquititos, dicen ellos (risa) que así hay, entonces pues y luego les dan ese brebaje que le digo que le llaman la toma... Ujum... La toma, verdad, y pues yo no sé si dicen que sacan, no pues sacó unos marranitos, sacó unos alacranes y uno se le trabó aquí, y por eso se murió, porque estaba bien grande y se le atoró. ¿Y usted qué piensa que sea eso? No es cierto, no puede ser algún problema de... no no es que se le haya atorado, lo que pasa es que los tuberculosos ya al último ya no pueden ni respirar, y tienen aquí en el pecho un sonido en la garganta, de por sí así les pasa cuando ya van a acabar, al último. No, que ese tiene cochinadas, dénle la toma, y cuando le dan la toma, y como ya el señor ya tiene sus años con la tuberculosis, entonces le dan la toma y se muere. No, es que se veía como alacranes, alacranes se le veían, gusanitos como culebritas, pero un grande parece que se le atoró, porque se oyó que hacia (sonido) y se le atoró pero nomás le achacan, no lo ven, y por eso lo dudo pues, realmente yo no... ¿A usted nunca le “dieron”? 413 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 414 No, no, nunca me dan, y ni quiero que me den si es que existen, no lo creo, yo sí como donde quiera, no, no temo de eso, no temo. Si me invitan yo voy. ¿Qué otras enfermedades conoce usted? Pues... hay muchas... que si la gente cree y dice este... pues. Me dijo del topontli, del de brujería, del de los brujitos... Brujitos... De la “cochinada”... Del sapo, los marranitos... Del “daño” o “mal de ojo”... ¿otra? Pues... no sé si hemos hablado de eso, pero pues... el ese que le digo, el coacihuiztle, porque ese se trasmite diferente... este ese no se trasmite así como dicen a través del habla, sino se trasmite según ellos dicen con el tacto, con el roce pero con el roce de ellos en su... con su mano, si lo tocan... la tocan de por la espalda, le dan una leve palmadita ahí le, le incrustaron la enfermedad, ya después cuando llega a su casa ya no lo aguanta ese, que me duele, me duele y me duele, y no se quita hasta que no le sobe el que le palmeó, entonces pues esto es muy... algo que no se qué es, pero pues sinceramente a veces, a veces como que coincide, y pues sí, muy dudoso pero mucha gente se cuida de deveras, ellos se cuidan... aunque lo dudo mucho. Pero ¿cómo se cuidan de eso? De que... hay gentes que... que no se les debe permitir que se le acerquen, no se debe permitir o sea podemos hablar, yo no le puedo tocar y ni usted quiero que me vaya a tocar porque ¿a saber qué traiga? Que tal si también le sale por ahí algo, o sea, es la duda pues que existe, por ignorancia, que no sabemos si realmente exista, aunque de hecho como nunca nos ha pasado les decimos que no, pero gentes, así personas dicen que sí existe, porque si no platicamos con mi mamá, cien por ciento le dice que sí existe eso, y yo digo pues que no existe, porque yo a mí nunca me han dado, nunca me han hecho, nunca he hecho ni sé qué es eso, pero si va con mi mamá ahí sí le dice hasta... cómo y hasta cómo se siente, no se a qué se deba, por la enfermedad que sufre ella está creyendo que sí le dieron, pero no es que le hayan dado, es un proceso ahora sí de enfermedad, como le podríamos llamar, natural pues, de lo que suele agarrar por infecciones o por alguna otra, pero no es porque alguien lo quiera, ahora sí, de eso pues nosotros por aquí la gente le dice... lo de... “enfermedad de Dios”, porque “enfermedad de Dios” pueden ser infecciones o... Lo que usted sí cura, ¿por ejemplo? Lo que se cura con... con la medicina, pero la medicina tradicional eso ya no es, porque dicen eso ya no es “enfermedad de Dios”, eso es mal intencionado, dado, eso es por corajes, por odio de alguien, entonces hay dos Testimonios de un pueblo nahua cosas; una, enfermedades que son mandadas por Dios, y otra, enfermedades que son mandadas por el... el enemigo pues, el enemigo, le llaman el demonio, diablo personal, así. ¿“Ajenas” también les llaman, he oído... a eso o no? Pues sí... que no sean de Dios, así les llaman... ¿“Ajenas”? Ajenas... pues sí... más o menos se van llamando. A... bastante. Principalmente a mí, porque pues a mí me cuentan todo. Pues sí. Antes de que yo le empiece a atender me dicen... me empiezan a decir de qué se enfermaron, y qué les sucedió antes y por eso conocen. ¿Y cuáles son las causas más frecuentes que le cuentan de por qué se enferman? ¿Qué le dicen? No pues cosas más feas... más extrañas, más que... más que no se puede creer, pero lo afirman tan exacto que como que si fuera cierto, y lo explican en una forma como que si deveras... 415 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 416 ¿Cómo qué? Emocionante y a la vez increíble, y como que le asustan a la vez, porque cuentan de una forma y casi, casi lo hacen... y hay muchos casos de diferentes, que alacranes, que gusanos, que incluso puerquitos, aquí le llaman marranitos o sapos, chapulines, chapulines, esos los dan aquí en San Juan, aquí es a puro caminar, puros chapulines, entonces este y aquí en Oapan dan puros couacihuiztles.. ¿Ah, sí? O sea, hay pueblos este diciendo lo que dan... ¿Y aquí? Aquí dan este... en noviembre este... ¿qué cosa dan aquí? Pues no me acuerdo... pero sí tenían tenían cada pueblo lo que daba, no pues si quiere sapo o chapulín vete a San Juan, ahí hay sapo, chapulín, y entonces pues aquí es una mezcla, aquí según dicen que se puede dar y hay unas personas que se dedican a puro quitar, puro curar... y pues quién sabe, yo no sé, no muy me convencen, pero algunos dicen que sí, bueno. A veces la fe de ellos lo supera mucho, digo bueno, ellos que los van a curar, los van a aliviar, ellos bueno pues, vayan pues. Ultimadamente cúrense, atiéndanse a donde creen que los van a sanar, inclusive yo les digo: sabe qué, se va a aplicar esta medicina, esta inyección, o se va a tomar estas pastillas, esta cucharada. “Ah, pero es que mi hijito no toma cucharadas, él se enoja, él luego lo saca, lo vomita”. Entonces ¿cómo se va a curar? Déle, déle ese... mire, no es que está salado, no le gusta, no pues ¿cómo entonces? “No” dice, “bueno, aplíquele una inyección mientras que llega su papá, lo vamos a llevar con la señora fulana para que lo sobe”. Pues no, así no, ya ahorita ya me empecé a poner un poco más serio, más durito, y es que a veces nos hacen mala propaganda, dicen lo que le decía a usted, es que ya lo llevamos con el médico y no se curó, esto es lo que principalmente ya empecé a cuidar ese aspecto, dicen “sí, lo acabo de llevar con el doctor y no se curó”. Pues cómo “lo acabo de llevar”, le aplicó una medicina y le quería mandar otras dos, otras tres y no la aceptó, y cómo va a decir que ya lo atendió el médico aplicándole una sola inyección. “No, eso no me dijeron, como la receta no la surten luego no recibo las medicinas, no, no, y además no más dinero no tengo para llevarlo igual o para hacerle análisis, no, mejor no, mejor le vamos a probar, vamos a echarle humo con copal o tamalitos, a regarle”. Se van al río a hacerle una camita así de... que le llamamos, lo tejen como camita, le ponen velitas con tamalitos y lo sueltan con la corriente y ya se va como barquito prendiendo, inclusive se ve bonito y allá va la lucecita y ya sabemos... ¿Y qué enfermedad es esa? Sí los aires, aires. Testimonios de un pueblo nahua Los “aires”... Aires, entonces ya sabemos si alguien que está regando a una persona o señora, está regando tamalitos ahí está como... como orándoles a los espíritus, está orando entonces o rezando, que así le llaman los que están rezando, una persona no puede cruzar por ahí porque esos... esos aires que se les están hablando, se salen del enfermo y lo agarran al que va cruzando... Mmm... Entonces no hay que pasar por ahí, no pues, están regando, no, no pases por ahí, dale la vuelta por allá, sí está bien. Ya uno ya está allá, si está regando que se vaya, y si ve que ahí viene la camita de agua, ah váyase se están bañando los niños, vayase que están regando allá arriba, mire ahí viene ya una camita, unos tamalitos, y se salen corriendo, no vaya a pasar por ahí la camita porque luego esos aires se les pegan a los demás y se sana él ahora... (baja la voz)... a veces sí se curan. Yo no creo en ese tipo de cosas, pero una vez... no, son dos veces pero una no le voy a contar, nada más una; el señor ese... Y mire que mi hermano tuvo un problema con el señor ese... de Jesús... ¿Con cuál? Don Fili, Fili, tuvo un problema... de borracho, ya se querían pelear, entonces por ahí me comentaron... nos avisaron que lo vayamos a traer porque se querían pelear y estaba borracho, ya lo tenían en la mesa para pegarle, de borracho, y que voy y que le digo a mi hermano, vámonos... y que le digo vámonos, hermano, vámonos, y ese señor como que se molestó, lo vi porque no quería que lo trajéramos para que le pegue, yo le vi la intención que le iba a pegar, entonces mi hermano le tanteó que le iba a pegar, y le dice, mira me ibas a pegar pero ya llegó mi hermano y él siempre anda cargando arma, dice, si quieres con él te arreglas o espérame, le voy a pedir su arma, a ver hermano prestámela, espérate le digo, no espérate yo le digo yo me voy a arreglar con él si él quiere algo, pero no creo nosotros no venimos a pelear, te venímos a traer, pero vámonos, y ya cuando yo así me hice para atrás, ya sabemos que no te tiene que tocar ese señor, aquí está, pero no creo, pero mucha precaución, y que me toca, y me dice hermanito, yo contigo nunca he peleado, a tí te estimo mucho, me tocó, nada más me hizo así tantito, haz de cuenta que me hubiera quitado el alacrán de deveras ¡hijóle, ya me agarró! No me agarres, no, dice, no, no te agarro. ¡Ya me tocó! yo lo sentí, luego cuando bajé como a los doscientos metros, que luego me dicen que empecé a caminar, a los doscientos metros ya me empezó a doler, y a medio camino ya empecé a vomitar... sí... cuando estaba a los doscientos metros sentí que me empezó a doler ahí en donde me agarró, y venía caminando a otros cien metros y ya me dolió más, otros cien metros y ya me duele más, cuando venía llegando aquí mi brazo, mis manos 417 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 418 ya no lo aguantaba un dolor que... que ya no aguanto, no, que mi mano se está quebrando, se me está cayendo y ya no aguanto mi mano y, sinceramente le dije a mi papá, pues en aquel entonces él era joven y, yo no era casado, tenía como unos 18 años, le digo no, pues este le digo, papá, me duele mi mano, no más ‘onde me fuí, yo ahorita me fuí y no tenía nada, lo fuí a traer a mi hermano y me agarro volando, aquí, me dijo que conmigo no, no quería nada y me toca así... y él me regañó, y por qué te dejas que te toque... no sabes que él sabe eso, te sabe dar eso... sí, pero es que cuando me di cuenta él ya me había tocado, dice bueno de todos modos ten cuidado, ve con tu tío fulano y que te sobe, dile quién te agarró, y si él no puede me hablas, dice, yo le voy a hablar a ver si quiere, y si no conmigo se va a arreglar, y que me voy con mi tío, sabe también de eso... ¿Todavía vive su tío? Sí, y que le digo oye tío, llegué como a las... ocho de la noche o las nueve de la noche, no ya eran como las nueve o diez de la noche, tío, que está así... mira me vengo muriendo. “¿Qué cosa?” Me duele mi mano y me agarro fulano ahoritita sí yo no tengo... yo no tenía nada, yo nunca estoy enfermo, nunca me enfermo, me tocó así y yo ya no lo aguanto mire, me duele, ahorita, ahorita, a ver damélo tu mano sí dice está bien... él no la hace, dice, vas a ver como todo se... Si no te compones vienes mañana a la última sobada te doy, dice y si te compusistes ya no vengas. Desde ahí me medio compuso tantito, ya llegué aquí ya menos me duele, cuando amaneció no tengo nada, por eso le digo que aunque no lo quiero creer a veces creo que sí, a veces no y a veces sí. Y ese es el que le llaman el couacihuiztle? Le dicen couaiehuiztle exactamente, a veces van por donde quiera, por donde pasen. Hay le digo lo otro que no le quiero contar, está más bonito, se lo cuento pero nada más para su colección de usted y se lo voy a contar pero que no lo cuente en este pueblo... No no no... Lo va a contar al que lo cuente pero por allá, que no sea aquí... A ver... Es que está muy... de mi persona, no quiero que sepan la gente de aquí, de este pueblo, por eso le digo allá pasélo en televisión, lo que sea pero... esto casi es cierto, por eso le digo que a veces creo y a veces no creo, porque me pasó algo bien, bien, bien curioso. Yo tenía una novia, mi novia, y yo la quería, y pues otras gentes me decían que pues no estaba bonita pero yo la veía... me gustaba bueno, el problema que esta muchacha se medio creyó, y dijo que sí estaba bonita, y cuando yo le hablaba me, se me distanciaba, o sea pues no quería tanto como que... como que no me tomaba muy en cuenta, como que sí, Testimonios de un pueblo nahua dice pero espérate, pero allá de lejos, no me hables y como que me hacía... No sé si lo hacía al propósito o sinceramente porque no me quería, no lo creo, pero este resulta que por lo mismo que yo veía que no me hacía caso yo le empecé a meter sentido, sentido y sentido, y que estaba pensando en ella... llegó el momento en que me dolió la cabeza y que a veces no dormía y nada más a ella la estoy viendo así como... y a veces yo estaba estudiando en Chilpancingo, en la preparatoria número 9, me venía desde allá, a las diez de la noche me venía... yo ya me voy, y yo la quería ver, siquiera que pase por ahí, y sí, unos días así me pasó, y sí por ahí pasaba por su casa, y a veces todo el día llegaba y no se dormía y ya se anda acomodando los trastos para meterse a dormir. ¡Ah! ya la vi ¡ah! ya estoy contento, y entonces uno de mis... amigas me dijeron sabes que... tú andas mal, tú quieres a fulana pero ella como que no te hace mucho caso, le digo sí, oye dice pero lo que te hace no son... le digo que quieres que yo haga, que qué quieres, que le pegue o que le diga o que le grite, no puedo; no mira ¿quieres librarte de ella? Pues ya últimamente aunque, aunque ya no me quiera, aunque ya no sea mi novia ni nada pero ya me... ya no quiero saber nada, sí, dice, vas tal día a mi casa y te voy a dar... te voy a curar, ahora pues... dice, pero lo vas 419 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 420 a tomar, es un polvo pero lo vas a tomar, sí, lo tomo y llegando el otro día ahí estoy y ya llega y... ¿te lo vas a tomar? Sí, ahora pues en un vaso eh... y sí me da... me dio un refresco y le echó un polvo... un polvo... ¿Y qué era? Un polvo de, de... compuesto, que lo hacen ellos, las personas para que lo deje de... que deje de querer a alguien, principalmente a novios o amantes, que lo deje de querer, y dan ese polvo, y así ya después si yo la estaba queriendo ya no la voy a querer, sí, que dice te llevas... te tomas este y te llevas éste otro dice, te lo... al otro día dice te lo tomas o le echas en tu comida, te lo comes, sí, y que me lo llevo, sí, y que me lo llevo a Chilpancingo, al otro día le digo que estaba allá, y en el comedor universitario que estaba allá me dieron de comer mis chilaquiles, y que le echo el polvo ahí, le echo... y delante de mis compañeros “¿Oye qué es eso?” ¡Ah! no es nada... ustedes no digan nada, y yo me lo empiezo a comer, porque yo ya sé... y sí, a la otra semana que vengo y que la veo, va cruzando ahí, y que me dicen, oyes mira quien va allá, y que le digo ¡ah! sí... mucho gusto, pero antes... ya no quiero, ahora sí, que pasa, que pasa, que pase diez veces, yo ya no, ahora sí ya no quiero, no... Pero ¿ella le había dado algo a usted, esa muchacha? ¿Cómo? Esa muchacha le había dado algo a usted para que... este... Supuestamente me dio algo para que si yo sentía eso... por ahí me comentó la que me dio eso, lo que pasa es que a ti te dieron algo ¿Qué me dieron? Lo que dan ellas, dice, lo que dan ellas te dieron en comida y tu comistes, y viéndolo bien sí, yo comí con ella. “¿Y vistes el plato, cómo lo sirvieron, cómo lo prepararon?” Le digo, okey yo estaba lejos, nomás me dijeron: ven a comer, para allá donde estaba escondido, metete allá está la cocina y ve a comer, esta ya termino el plato, y yo fuí y yo solito, pues yo comí, y yo le dije bueno, sí voy a comer, pero come tú y dice, sí pues, pero come yo ahorita voy a comer, y entonces este pues yo comí y según que la que me dio el polvo ese dice, no ahí iba, y te lo comistes y por eso sentistes eso, es que ya te había dado algo para que la quisieras, entonces yo lo que me extrañó es que cuando comí o tome el refresco con el polvo se me quitó... de de veras, pero ya así ya me veían bien mal, porque mi papá me decíhijo vamos a hacer estas zanjas, si yo me quedaba... ya vente para acá dice, me quedo... ya no puedo... ya no hago caso, ya estoy quedando quien sabe como... como loquito, así ya... ya no siento, ya no hago caso a lo que me dicen, ya me siento... ya no quiero nada, ya no me interesa nada, ni de comer ya no quiero comer, pero con ese polvo a los dos, tres días ya no tengo nada, ya ando contento, ya estudio, ya trabajo, ya estoy bien, eso es lo extraño que yo digo... y ahorita hace apenas unos ocho días me Testimonios de un pueblo nahua volvieron a decir de ese polvo, no, que fulano no maneja bien a su mujer, es mandilón, lo que dice la mujer él lo hace, no, dice, a él lo mandan, aquí dice tiene que mandar el hombre y a él lo mandan, manda la mujer, dice no, pues como dice pues no se puede librar ¡Ah! dice, que le den ese polvo, ahorita vas a ver si no la pongo en su lugar, entonces como que quién sabe pues... ¿Y cómo se llama ese polvo? No, no sé... ¿No sabe... ? Eso seria... una investigación más, más cerca me supongo... y sí se puede si este... incluso yo sé esas personas todavía viven... Sí... Todavía viven, y sí lo saben... y sí lo saben hacer, incluso ya me habían medio comentado cómo pero pues... solamente ellos lo pueden afirmar más detalladamente, porque que tal si yo lo dije así y... pero lo que sí es un polvo compuesto que ellos lo componen de diferentes cosas, entonces pues eso es lo que yo tomé y me compuse, sería porque pues por cuestión psicológica eso es lo que yo estoy sacando, cuestión psicológica, y por el rechazo que me hacía 421 Testimonios de un pueblo nahua Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 422 yo más me incliné hacia su persona, pero ya después con la misma sugestión, con la misma de... lo mismo que me reanimaron la moral con ese polvo, según supuestamente como... como algo que ya actúa pues ahora sí depositando la fe en éste tipo de cosas, de polvos o líquidos o bebidas que dan, pues ese me hizo provecho aunque de hecho no es nada, aunque hay muchos este... padecimientos como es el caso de las verrugas o los mezquinos, esos se quitan así nada más con puros este... con decirles algo que ellos no saben, como diciéndoles yo... es que tengo mezquinos, me están saliendo hartos mezquinos, si se te van a... sí, dice, sí dicen que esos cómo no se van a curar, sí se curan. Bueno, mira te vas a tomar estas pastillas, pero sabes que está difícil porque eso quiere cumplimiento de responsabilidad, si lo vas a hacer como yo te diga sí te vas a curar, si no olvídate, sí, dice, quiero curarme, entonces te vas a tomar estas pastillas y esta inyección, estas pastillas te las tomas tal día... óyeme bien, estas tal día y tal hora, esta inyección te lo vas a tomar a las doce del mediodía, pero puntualito, ojála y se te pase un minuto, si se te pasa un minuto olvídate, ya no te curastes, porque esto trabaja con el sol, con el tiempo, entonces dando este... las doce del mediodía el día como que cambia, entonces es ese... bueno esos son inventos míos, de nosotros, como que cambia, ya deja de ser de mañana y entra la tarde entonces en ese puntito es la oportunidad para tomar su medicina, entonces sí trabaja y se te quitan las verrugas. ¿Sí? Vas a ver, hazle y vas a ver, y se toman la medicina y como diciendo son vitaminas digeribles, no es cierto son para las verrugas, son virus... las verrugas son virus, lo toman esa ampolleta ingerible ¿qué? Mira, se me están cayendo, ya no más tengo uno a los quince días, al mes. Mira como ya no aquí ya nada se me prendió este grande, ya nada más este mira... Pero es la la psicología, no es cierto de que pues por efecto del medicamento, puede... con eso yo lo relaciono lo que yo me pasó con el polvo y lo que ahora les doy, les hago, les digo, pero pues mas sin embargo ellos ya están bien todavía y no quisiera experimentar otro ¡eh!... porque está duro, duro. Le digo eso es lo que me pasó, la muchacha vive, la muchacha vive y la muchacha que me dio también vive, todos y hasta la señora que hace el polvo vive, entonces pues ahorita no es nada mentira y si usted cree podemos ir, usted la conoce y... Epílogo El antropólogo inocente, es el título de una interesante obra que el Pr. Raveau me sugirió leer durante la preparación de mi tesis doctoral. En esa obra Nigel Barley habla de su trabajo de campo entre los Dowayos, una modesta tribu de las montañas del norte de Camerún. Barley nos cuenta todo el desconcierto que sufrió para finalmente darse cuenta que el objeto de observación era él. Cuando defendí mi tesis expliqué las dificultades que tuve que experimentar para sufrir una metamorfosis forzada y asi convertirme de psiquiatra en antropólogo. Para mi, también fue desconcertante el encontrarme como un extranjero ante un grupo indígena ¡aunque yo creía estar en mi propia tierra! Ya Raveau se había percatado de que la clase media mexicana generalmente ignora su entorno indígena. Originalmente, el tomo segundo de mi tesis estuvo dedicado a reproducir fielmente todas las entrevistas en las cuales se basó mi estudio. Durante años esperé la oportunidad de poder adaptarlas para su publicación y disfrute en un formato más amigable. Mi maestro Garrabé ya había escrito la presentación desde el año 2000. Por fin llegó el momento. Debo señalar que, por respeto a los informantes, los nombres de los entrevistados han sido cambiados aunque no dudo que muchos de ellos hubieran preferido aparecer con su nombre original. En este libro he escogido las entrevistas más logradas que nos permiten asomarnos tranquilamente a un mundo lleno de magia y de sensibilidad. En estos textos encontramos cómo los “tepatiani” o medicos indígenas de hoy en día, utilizan, como en tiempos pasados, oraciones llenas de poesía, de imágenes y de metáforas, oraciones que guardan celosamente el aroma precolombino. El método de trabajo utilizado es muy fácil de explicar pero muy difícil de practicar: la observación participante y las entrevistas en profundidad. Después del período de inmersión en la comunidad me comencé a dar cuenta de que detrás de la fachada de miseria de estos pobladores se encontraba un mundo cargado de tradiciones y de magia. Poco a poco, mientras hacía la investigación, fui comprendiendo la actitud de defensa y de reticencia de mis informantes. Por ejemplo, como ya lo leyeron aquí, pronto me di cuenta de que los malos aires jugaban un papel 423 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 424 muy importante en la génesis de las enfermedades. Pero ¿qué son los malos aires? Esa era mi pregunta cotidiana. A fuerza de tanto insistir obtuve varias respuestas. Eso dio lugar a un capítulo que por inesperado sigue inconcluso. Tal pregunta, constantemente repetida, seguramente equivalía a aquellas de los primeros interrogatorios a que fueron sometidos los “tepatiani” por los misioneros españoles. Era como querer saber, de manera obligada, cuáles eran sus dioses. Por supuesto, ahora comprendo que los “aires” ocultan a sus divinidades antiguas. Allí se perpetúa la antigua religion; los aires de la noche o del cielo, los aires del día o de la tierra, los aires del agua o del río y los aires del inframundo… Es de particular interés destacar cómo las enfermedades mentales pueden encontrar una sublimación. Ciertos curanderos o chamanes, antes de llegar a serlo, tuvieron, ya sea algún episodio psicótico agudo o algún trastorno emocional severo. También llama la atención el peso específico que se le da a las relaciones humanas alteradas y a los muertos en el origen o etiología de las enfermedades. Otras coincidencias con Barley son: a) el haber encontrado interesantes referencias al nagualismo. En la version francesa de su obra, que se titula: Un Anthropologue en déroute (pag 139), menciona: “los hombres que poseen grandes poderes y que por lo tanto son peligrosos, como los hacedores de la lluvia, tienen la reputación de poder convertirse en leopardos”. Y, b) (pag. 152) : “al principio no había comprendido que las personas que morían por “hechicería”, raramente eran las víctimas de los brujos más bien eran los brujos o brujas cuyos sortilegíos habían sido rotos o anulados. Un sortilegio estropeado causa la muerte de aquel que lo ha enviado”. Bella similitud con lo aquí dicho, ¿no cree usted amable lector? Evidentemente, los universales de la humanidad se encuentran por doquier. Respecto a los ritos de paso para la iniciación de estos “tepatiani”, no me canso de subrayar la extraordinaria similitud de los relatos que aquí hemos transcrito con aquellos que capturó la pluma del bachiller Hernando Ruiz de Alarcón en el siglo XVII, en su obra titulada: Tratado de las supersticiones y costumbres gentílicas que hoy viven entre los indios naturales de esta Nueva España, es fascinante contemplar de cerca la perpetuación de la tradición oral en nuestros pueblos nahuas. El Prof. Duverger hablaba, en sus seminarios de 1992, de la “nahuatlidad” como una clave para comprender las culturas mesoamericanas. Creo que las palabras de estos entrevistados nos conducen directamente allí, a entender una cosmovisión milenaria. Testimonios de un pueblo nahua Vale la pena mostrar la evidencia de que la concepción holística de la salud y de la enfermedad entre los nahuas prehispánicos y actuales puede contribuir a mejorar la medicina occidental moderna tan fragmentada y superespecializada. Existen muchos elementos terapéuticos tradicionales que se deben rescatar para aprovecharlos en favor de los pacientes. Modestamente considero que este texto puede servir de llave maestra para abrir las puertas al México profundo, del que nos habla Bonfil Batalla. En la página 458, del primer tomo de la tesis doctoral publicada en Francia bajo el sello de Presses Universitaires du Septentrion en junio del año 2000, escribí: “espero no haberme convertido en un antropólogo etnocentrista y morboso que habla de sus hallazgos ante sus colegas con el malsano placer de señalar lo exótico al otro”. Hoy lo reitero. He aquí una contribución, un granito de arena más, para fomentar el desarrollo de la etnopsiquiatría en México. Barley Nigel. Un anthropologue en déroute. Petite Bibliothèque Payot. 1994. pp. 279. Bonfil Batalla Guillermo. México profundo. Una civilización negada. Grijalbo, México. 199O. pp. 250. Duverger Christian. “Terapias chamánicas y psiquiatría prehispánica: el caso del México antiguo”, en: Villaseñor-Bayardo Sergio J. (compilador) Acte Franco-Mexicain d’ethnopsychiatrie et de psychiatrie. Editado por la Embajada de Francia en Mexico y la Revista del Residente de Psiquiatría, agosto 1996. pp. 205. Raveau François. Pour un dialogue nature/culture. Les vues de l’anthropologie médicale. Prospective et Santé. 1987, n° 40. p. 2. Ruiz de Alarcón Hernando. Tratado de las supersticiones y costumbres gentílicas que oy viuen entre los Indios naturales desta Nueua España (1629) Museo Nacional de México, t. VI México, 1892, pp. 123-223. Ediciones Fuente Cultural. México, 1953. pp. 477. 425 Sergio Javier Villaseñor Bayardo ­• Viento y arena 426 Agradecimientos A los habitantes del Alto Balsas, verdaderos autores de este libro: Don Francisco «Chico» Flores, Doña Faustiniana Celis y su familia, Doña Alberta Vázquez, Don Sirenio Tomás, Doña María Jerónima Dionisia y su familia, Doña Concepciona González «Nantzin”, Doña Hermelinda Alejandro, Doña Cimitria Alejandro, Don Fernando Macedonio, Don Eleuterio Trujano y su mujer, Doña Constantina Macedonia, Don Ricardo Zamora, Don Miguel Adame, Don Mateo Martínez, Doña Basilia Romero, Don Roberto de la Cruz y su mujer, Francisca de la Cruz, Felipe Pérez y su esposa Ofelia, Don Luis Tapia, Don Apolinar Celestino, Doña Beatriz Solis, el Dr. Eustaquio Celestino, Don Guillermo y su mujer Carmela Celestino, El maestro Sixto Cabañas y su esposa Julia, Don Marcial Camilo y su mujer, Doña Alicia Ramírez, Doña Cleofas Ramírez y sus hijas Felix y Paula, Don Rodolfo Celestino, su mujer Dominga y sus hijos, Don Cristino Celestino, Don Alfredo Ramírez, Don Petronilo Ramírez, Don Filemón Atilano, Don Santos Herrera, Doña Juana Herrera, Don Bonifacio Herrera, Don José y su familia, Doña Oralia Roque, Doña Flora Nicolás, Don Miguel Mendoza, Don Florentino Iglesias y Doña Nicolasa Cortés, Doña Cristina Iglesias, Don Mateo García, Don Mateo Ortiz, Doña Juana Díaz, Doña Juvencia, Doña Felisa Lorenzo, Doña Cristina Alejandro, Don Pablo Celis, Doña Dolores Reyes, Doña Lorenza Ruiz, Doña Juana Ruiz, Doña Paula Celestino, Doña Agustina Obispo, Doña Leobarda Bautista, Don Pedro Araujo y su esposa Enimia, Don Pascual Adame, Don Santos Adame, Don Rogelio Santos y su mujer, Don Tomás Aniceto Mendoza, Doña Tranquilina Nepomuceno, Don Agustín, Don Pascual Alejandro, Don Genaro Alejandro, Don Héctor Hernández, Don Felipe Pérez, Don Bonifacio González, Dra. Leticia Castro, Don Pascasio López, Don Gelasio Cruz, Doña María Felix Bustillos, Don Alfonso Lorenzo, Don Francisco López y su mujer, y todos los demás cuyos nombres he omitido involuntariamente pero que igual deberian aparecer en este listado. A la etnóloga y “medico descalzo”, Cristina Chávez Alvarado sin cuyo invaluable apoyo, amable presencia entre los habitantes del Alto Balsas y magistral habilidad para entrevistar, no habría sido posible culminar esta investigación. Testimonios de un pueblo nahua A Moisés Silva Lepe, por la revision de los textos originales. Al Profesor Francisco Castellón Amaya por distraer su tiempo y creatividad en favor de esta publicación. A mi esposa Doloritas y a mis hijos Sergio Miguel y Eunice Anais por brindarme su cariño y apoyo incondicional. 427 Diseño e impresión TonoContinuo Enrique Díaz de León 514-2 Guadalajara, Jalisco, México Tel 38 25 94 41 francisco@amayaediciones.mx Abril de 2008