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DON JUAN TENORIO
T H U I L U E R E N E L S E G U N D O ACTO
DE DON J U A N T E N O R I O
b o n i l l a explicó en sus Recuerdos del tiempo viejo '
**> cómo y por qué escribió Don Juan Tenorio en
veinte días, allá en el año 44, para ayudar á Carlos I,atorre á salir del apuro en que se veía para
EMILIO THUILLIER EN DON JUAN abrir el teatro de la Cruz. También ha confesado
ROSARIO P I N O EN DONA I N É S
honradamente que pa-a escribir su hoy popularísinio drama no tuvo en cuenta más datos de estudio que El burlador de Sevilla, por la mala refundición de Solis, que era la que hasta entonces se había representado con el título de No hay plazo que no se cumpla ni deuda
que no se pague ó El convidado de piedra.
Que no soñó con hacer una obra que alcanzase tanta popularidad, también lo reconoció al decir:
<-En los años que han corrido
desde que yo le escribí,
mientras que yo envejecí,
mi Don Juan no ha envejecido.»
¿Por qué es el Donjuán la obra obligada en'los teatros estos días consagrados á los difuntos? Porque el público, soberano señor, así lo ha querido. ¿Desde cuándo esa costumbre es ley?
Pues verán ustedes... Diríase que el Don fuan de Zorrilla vino al mundo para resolver conflictos económicos, aunque ¡ay! el de su autor no le resolvió.
D. Pedro Delgado, el inolvidable actor que más representó esta obra, pensó en ella como medio de llevar
gente al teatro de! Príncipe. Plabia estrenado Deuda de sangre, de Fernández y (González, y ¡nada!, allí no había más deudas que
las del empresario y
director.
Don Juan Tenorio
figuró en el cartel en
día de Difuntos, y el
teatrose llenó. Sellenó
igualmente los d í a s
sucesivos, y 1). Pedro
Delgado recogió muchrs aplausos y muchos reales de vellón,
con los que pudo terminar gloriosamente
la temporada, en la
cual, por cierto, García Gutiérrez estrenó
su Duelo á muerte, y
Ayala El tanto por cunto, que había escrito
para T e o d o r a I^amadrid.
Desde entonces Delgado hizo del Don
LUISA CALDERÓN EN DOÑA INÉS
Fot, Colóu
filan institución de es-
CARMEN COBEÜA EN D O Ñ A I N É L .
Fot. Esplugns
tos días tristes, y el público lo adoptó .'.orno ídolo de
estos pocos días también.
Rafael Calvo con la Boldúu, y Vico con^ Luisa
Calderón, rindieron culto anual á Don Juan Tenorio,
y el público se lo rindió á ellos y al glorioso autor.
De cómo los insignes actores harían el Don Juan,
da idea la expresión del propio Zorrilla, al decir:
—Calvo canta la obra; Vico la encanta.
Muerto Rafael Calvo, su hermano Ricardo continuó haciendo el Don Juan que enloquecía á las
masas.
Después Maia con la Lirón, José González, Díaz
de Mendoza, Thuillier, García Ortega, Borras, Manolo Vico han hecho el Don Juan en casi todos los
teatros de Madrid, y doude el drama no se ha representado por no corresponder el género al de las compañías que en ellos actuaban, se han ofrecido parodias diversas ó representaciones caricaturescas.
Entre las Doña Inés más aplaudidas, hay que recordar, además de las actrices citadas, á la Mendoza
Tenorio, de las que viven retiradas del teatro, y á María
Guerrero, Rosario Pino, Matilde Moreno y Carmen Cobeña, de las que aún pisan la
escena.
El actor que mejor ha sabido encarnar el tipo del Comendador, según el gusto de
nuestro público, ha sido Donato Jiménez.
El Ciutti más popular, Mariano Fernández, y más recienteute Díaz y Mendiguchía.
Don Juan 'Icnorio, que tan-
to hace llorará los corazones sensibles, les nizo desternillarse de risa un año en Eslava. Julio Ruiz hacía
de Don Juan; Escríu, de Comendador; la Sabater, d e
Doña Inés. En la esceua del rapto, Don Juan, que
era muy delgado (y sigue siéndolo), no podía con
Doña Inés, que era muy gruesa. Se resolvía el conflicto fácilmente; la novicia volvía en sí, cogía á Don
Juan como quien coge un muñeco, y echaba á correr
escenario adentro, para que luego saliese Escríu y, al
preguntarle la abadesa:
¿Dónde vais, Comendador?
contestara con el tono tartamudeante tan peculiar
en él:
—¡Imbécil!, tras de mi honor
que carga con Julio Ruiz.
Parodias de Don Juan Tenorio se han hecho muchas. Ninguna tan antigua ni tan popular como Jian
el perdió, que hizo Mariano Pina. Todavía se representa, y á estas horas se habrá representado, sobre
todo en algunos teatros de
Andalucía, tantas v e c e s ó
más que el auténtico Don
Juan Tenorio.
Zorrilla no renegó de su
obra, pero reconoció siempre
que no era para tanto.
Y un escritor ingenioso,
pero cruel en sus juicios, dijo
que era simbólica la aparición de las castañas asadas y
de los anuncios de Don Juan
Tenorio en las esquiuas de las
calles de Madrid.
ÁNGEL M.a CASTELL.
Ü4
JOSÉ GONZÁLEZ
FRANCISCO GARCÍA ORTEGA
EN DON JUAN TENORIO
EN DON JUAN TENORIO
MANOLO VICO
EN DON JUAN TENORIO
LAS ACTRICES DEL TEATRO ESPAÑOL
^ on el brillante éxito de que por separado damos cuenta, se ha inaugurado la temporada en el teatro Español, donde actúa la compañía de Carmen Cobeña, dirigida por el distinguido literato Sr. Oliver.
En la compañía figuran actores tan
eminentes como Borras y actrices tan
aplaudidas por el público madrileño y
por los de toda España como éstas
cuyos retratos reproducimos en la presente página.
MARÍA BARRAL
RAFAELA ABADÍA
Fot. Sanz
CARMEN COBEÑA
AN1TA MARTOS
Carmen Cobeña, que hace mucho
tiempo alcanzó la categoría de primera
.Hctriz por méritos indiscutibles, se propone hacer una buena campaña. No la
faltan elementos para conseguirlo, pues
cuenta con obras nuevas de autores, eminentes, y se propone, además, representar otras del teatro clásico, llevándolas á
escena con absoluta propiedad. De sus
colaboradores en la campaña no creemos
necesario estampar elogios que tantas
veces les han sido otorgados.
AMPARO VILLEGAS
J
ENRIQUE: BOSR.JL3
Knt, Audnnnrrt
/"* liando Enrique Borras vino á
Madrid por primera vez, al
frente de una compañía de artistas del teatro catalán, todo el
mundo admiró en él á un actor de
condiciones realmente extraordinarias.
Tirso Escudero, en uno de sus
viajes á la ciudad condal, tuvo
ocasión de birle y lo trajo á Madrid por un corto número de representaciones.
El éxito í.ié tan decisivo, que
Borras, obedeciendo á las solicitudes de todos, volvió al teatro
de la Comedia como primer actor y director de la compañía de
Escudero.
En los dos años que Borras estuvo en la Comedia estrenó, entre
otras obras, Amor y ciencia, de
Galdós; Buena (¡ente, de Rusiñol
y Sierra; Las urracas, de Iglesias, arreglada por Palomero;
Don Pictro Caruso, de Giacossa,
Lraducido por Arimón; La divine
palabra, de Linares Rivas; El de
ber, de Catarineu y Mata; Nunca
de Acebal, y reestreno El abueh
El adversario y otras obras.
Una representación memorabl
para Borras fué la del Alcalá
de Zalamea. Su Pedro Cresp
será por siempre recordado com
una de las más grandes creacionc
eme. se han hecho en la escena e;
pañola.
Después, y contratado por E:
cudero, Borras confirmó en Bu<
nos Aires cuantos entusiastas ju:
cios mereció al público y á la cr
tica de nuestro país.
Hoy, en nuestro clásico colise*'
acaba de obtener, en su presentó
ción con María Rosa, una de su:
más memorables victorias.
E L TEATRO une sus felicitacio
CARICJT U R A
D E
BORRAS. POR FRESNO
nes á las de todos y honra sus planas publicando el retrato de Enrique Borras.
LA TRAGICOMEDIA DE CALISTO Y MELIBEA EN EL TEATRO ESPAÑOL
ESCENA FINAL DEL SEGUNDO ACTO. CALl^ 0 , S *. CALVO, Y MELIBEA. SRTA. VILLEGAS
CAUSTO.—Pluguiese á Dios que e s t u v e
6 mis
manos acelerar el curso de Jas horas.
rot, n, cifucutM
]£Iv TEXÉLTELO KM P R O V Í N C I A B
AAimí Aguglia. la celebrada primera actriz de la compañía que
actuó hace algún tiempo en esta corte logrando éxitos extraordinarios y que con el mismo resultado halagüeño ha recorrido las principales capitales europeas, encuéntrase en Barcelona, donde ha representado recientemente el drama de
costumbres sicilianas Malia, original de Luis Campuana.
Los revisteros barceloneses, al dar cuenta de la función, manifiéstanse unánimes en el elogio á la excepcional artista.
Hubo en los aplausos del auditorio cada vez más
calor. Al final de la representación se tributó á la artista italiana una manifestación entusiasta, la cual compartió con el Sr. Majorana, que ya era conocido de
nuestro público.
K n el Gran Teatro, de Córdoba, ha dado la Academia de
declamación del Real Centro Filarmónico una función á beneficio de la Asociación Cordobesa de Caridad.
Acudió á la fiesta numeroso público, que premió con
sus aplausos la excelente labor de aquellos inteligentes
aficionados.
Sabido es, desde hace mucho tiempo, que el Real Centro
Filarmónico de Córdoba es un plantel de artistas donde los
hay notabilísimos. Su cuadro de declamación puede considerarse
perfecto, y su orquesta es admirable y ha obtenido éxitos y
"auros sin cuento.
U A K C E L O N A . MIMI A G U t t i 1A Q U E
ACTÚA E N EL T E A T k O N 3 V S D A L E S
Fot, ISallell
Dicho se está que con elementos tales y para un fin
tan laudable como el que se
perseguía al dar la función de
beneficio, el resultado había de
ser satisfactorio. Por él merecen plácemes, que no les han
sido regateados, los organizadores del espectáculo y todos
los que personalmente contribuyeron á su mayor brillantez.
\ beneficio de los soldados
naturales de Ronda y heridos en la campaña de Meli!la, se celebró en aquella culta
población andaluza una función teatral en que tomaron
parte bellísimas señoritas y
distinguidos jóvenes, que re-
CÓRDOBA.
F " V C O W A B".NRF1C10 DE L& A S O C I A C I Ó N e O K D O B E S A ,
UP.i».>.
EN El. G R - N
U N A C O ^ C . - I A U c L S E G U N D O ACTO D E CAÍ VO Y C O M P A Ñ Í A
Fot. 11 n ' i l l a
presentaron de un modo excelente La victoria de! general y El genio alegre. Hubo
además, concierto de canto y
piano por los Sres. D. Eladio
y D. Miguel Caso, y todos los
que intervinieron en la benéfica
función cantaron, al terminar,
el himno del batallón de cazadores de Tarifa.
Los distinguidos aficionados
eme interpretaron las dos obras
del programa y cantaron el
himno del batallón, son las señoritas Mercedes Zamudio, Mi- •
lagros Reguera, Ana María
Rodríguez. Concha de los Ríos,
Carmen Rodríguez, Encarna
ción de los Ríos, Adela Regur
ra, Antonia Pacheco. Aseen
sión Escanden, Felisita Asiegc.
y los Sres. Aparicio, Rodríguez.
Pacheco, Sanguinetti, Abela,
Ruiz, Gómez y Centeno.
R O N D A . AFICIONADOS Q U E
TOMARON PARTE EN LA FUNCIÓN
, _„ „ „ _ , , , , .
Á BENEFICIO DE 1OS HERIDOS DE MEI IL1 A
Todos ellos merecen los plá-
ceníes que recibieron.
'
EL TEATRO DE LA ZARZUELA
FACHADA D E L TEATRO D E LA ZARZUELA E N l 8 5 < í
LUIJ
OLONA
FRANCISCO ASENJO BARB1ER1
A llá por el año 1851, los Sres. Gaztambide,
Olona, Salas, Hernando, Oudrid, Isenga
y Barbicri formaron una sociedad artística
en comandita, con el propósito do tomar el
teatro del Circo para continuar la labor que
en pro de la zarzuela había empezado la empresa Gaoua-Carceller, cuyo final fué desastroso.
El esfuerzo colectivo de 'a nueva sociedad
se vio recompensado con la realización de sus
propósitos, y el 14 de Septiembre del mismo
año inauguró sus funciones en el citado teatro, con el estreno de una zarzuela, letra de
Rubí y música de Gaztambide, titulada Tribulaciones, que no correspondió con su éxito á
las esperanzas concebidas antes de su estreno.
Sobrevinieron los disgustos y las contrariedades, y cuando ya se disponían á darse
por vencidos, el estreno de la inmortal zarzuela Jugar con fuego, verificado el 6 de Octubre del año 1851, salvó con su merecido
triunfo las necesidades materiales y la honra
artística de la empresa.
Á este éxito siguieron los de Por seguir á
una mujer, El estreno de una artista, El valle
de Andorra, Buenas noches, señor don Simón,
Gracias á Dios que está puesta la mesa y varios
otros con los cuales echó raíces fuertes el
nuevo género de la zarzuela, por el cual empezó á demostrar predilección marcada el
público madrileño.
Años más tarde verificábanse los estrenos
de El dominó aztd, Catalina, El grumete, Los
diamantes de la Corona, Marina, El postillón de la Rioja, La cola del diablo y muchísimos más que obtuvieron ruidosos y populares éxitos.
Solamente faltaba otro esfuerzo para que
la bandera del arte lírico español enclavase
su mástil sobre terreno seguro y de ese modo
pudiese resistir los vendavales más fuertes
sin temor á peligrosas caídas.
FNANCISCO
SALAS
JOAQUÍN GAZTAMBIDE
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