La revolución de la transparencia Prácticas de Buen Gobierno Italo Pizzolante Negrón Presidente Fundador de Pizzolante Comunicación Estratégica Director del Instituto Latinoamericano de Gobierno Corporativo 1 Italo Pizzolante Negrón. Publicación Universidad de Murcia, España 2004 Punto de partida de una reflexión que no concluye... Los países son el reflejo de los valores sembrados por sus líderes y que son compartidos por todos aquellos que los integran, sin embargo, los valores, son dinámicos y están condicionados muchas veces por el entorno nacional e internacional que podrían modelar comportamientos sociales en el ciudadano común, condicionamientos en el colectivo que pueden generar, entre otras actitudes, barreras de entrada a procesos de globalización de las economías, e incluso a la creación de organizaciones sociales vestidas de ONG’s que en realidad respondan a intereses muy apartados del bienestar colectivo. La comunidad de negocios también está sujeta a esa errática influencia, si la empresa no ha construido una cultura corporativa lo suficientemente arraigada para resistir ese “entorno”, imponerse sobre él, e incluso influenciar en la agenda de cambios que ese mismo entorno requiere asumir para crear un mejor ambiente para la inversión y la generación de bienestar. Sin duda una herramienta fundamental para desarrollar tolerancia, comprensión y generar valores colectivos orientados al beneficio común, es la Comunicación Estratégica, logro que sólo es alcanzado cuando el “intercambio de valores”, que supone la Comunicación entre los diferentes actores sociales, está orientado a objetivos específicos. Esto requiere asumir el esfuerzo de orientar la actuación empresarial a partir de conocer las expectativas de la sociedad donde se quiere actuar y contribuir a construir una visión compartida del país que se quiere. Para que el proceso sea sostenible, debemos alinear objetivos de negocio a objetivos de la sociedad donde se actúa. Construir esta visión requiere el tiempo que pocos tienen, o que están dispuestos a invertir. Cada País tiene diversos matices, unos por crisis política, otros por crisis sociales o económicas, pero todos con un denominador común: la compleja administración de la confianza colectiva. Cuando no hay confianza, la agresión, la exclusión, la amenaza, la intolerancia, son frecuentes, ante la carencia de anclas que fijen en quién creer y en quién no. Ante la compleja realidad, el rol de la empresa privada es fundamental y su influencia para modelar 2 Italo Pizzolante Negrón. Publicación Universidad de Murcia, España 2004 comportamientos es determinante para crear el clima propicio para la inversión. Influencia no sólo sobre el entorno donde se actúa, sino en el mundo interior que genera la empresa a partir de sus actuaciones. Ello requiere deponer actitudes miopes y arrogantes, conduciendo el pensamiento empresarial con mayor humildad para comprender el momento y las expectativas de los diferentes públicos (stakeholders) de la empresa. Transparencia, una ventaja para competir responsablemente Toneladas de papel han sido impresas de palabras que hoy toman mayor conciencia: VALORES y PRINCIPIOS, sin embargo, no fue suficiente el esfuerzo para alcanzar la coherencia y consistencia que exige la TRANSPARENCIA que se espera hoy de los hombres y mujeres de empresa, y aún más de aquellos que gobiernan nuestros países, único camino para ganar credibilidad en el tiempo y construir confianza. En el contexto de la Comunicación Estratégica de la empresa con sus públicos, me refiero, más allá de las relaciones públicas o la publicidad, a una simétrica actitud empresarial donde se hace lo que se dice y se defiende lo que se cree el valor de lo que hacemos, no sólo de aquello que decimos . Más allá del discurso desarrollado por el imaginario de terceros, las empresas y los gobiernos, están expuestos en “vitrinas” donde sus mensajes formales o informales, verbales o no, exhibidos con creatividad, tienen que hacerse tangibles y convincentes en los anaqueles del juicio colectivo. Hoy, la opinión pública y la comunidad de inversionistas internacionales, valoran la transparencia, al punto que ONG’s internacionales que se ocupan del tema, han tomado gran relevancia. Peter Eigen, Presidente de Transparency International, ONG Alemana, durante el lanzamiento del Índice de Percepciones de Corrupción 2003 afirmó: “nueve de cada diez países en vías de desarrollo obtuvieron puntajes menores de 5 sobre un puntaje limpio de 10 en el IPC (Índice de Percepción de la Corrupción) 2003. Sus gobiernos deben implementar estrategias orientadas a obtener resultados para luchar contra la corrupción, 3 Italo Pizzolante Negrón. Publicación Universidad de Murcia, España 2004 pero también necesitan urgentemente de ayuda práctica hecha a la medida de las necesidades de sus estrategias nacionales para luchar contra la corrupción”. Las prácticas transparentes del sector público y privado, nunca antes tuvieron la trascendencia de hoy día, criterios de actuación que se han visto reflejados positiva o negativamente en los medios de comunicación que nos vigilan a todos por mandato de una ciudadanía activa. De allí la reciente afirmación del International Institute for Management Development: “Las compañías deben redescubrir las virtudes de la transparencia y el comportamiento ético hacia el interior de la nación en la que operan. Ninguna empresa puede ser exitosa y en consecuencia ninguna nación puede ser competitiva, si la opinión pública desconfía de su comunidad de negocios”. Hoy en día los mercados son cada vez más exigentes, las audiencias tienen un criterio más amplio y el clima de competitividad de las empresas está determinado por muchos factores y ahora más que nunca, por la transparencia y buenas prácticas empresariales. Según el estudio del año 2003 del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, demuestra que el clima de inversión y de competitividad de Latinoamérica y comprueba que es necesario actuar de inmediato. De 101 países encuestados, veinte son de Latinoamérica. De esos, tan solo cuatro están por debajo de los primeros cincuenta. Quiere decir que los otros dieciséis, están por debajo de la media del índice de competitividad empresarial. Es el mismo caso del índice de “Calidad del Ambiente Empresarial”. Solamente Chile, Brasil y Costa Rica están por encima de la media de los países encuestados. Sobre esta realidad el Banco Interamericano de Desarrollo ha propuesto lo que ellos mismos denominan la “Iniciativa de Clima Empresarial” (Business Climate Initiative) y así lo dice Dennis Flanery como “... un propósito de mejorar de una manera sistemática, el clima empresarial de los países de la región del Caribe y Latinoamérica que desean hacer una prioridad en la eliminación de obstáculos para un eficiente, transparente y reglamentado ambiente para el sector privado. La miopía corporativa, por falta de información, por ausencia de criterios o por simple arrogancia, no deja comprender muchas de nuestras actuaciones. 4 Italo Pizzolante Negrón. Publicación Universidad de Murcia, España 2004 Escándalos contables, tráfico de influencias y corrupción gubernamental. Crímenes, cuyo mejor castigo -en ausencia de sistemas judiciales confiables- es llenar la prensa nacional e internacional de denuncias. Para Enrique Aldama, consejero de Repsol, “el mayor castigo para una empresa no es tanto la multa sino que la infracción se haga pública”. La arrogancia es ciega y subestima la inteligencia del colectivo. Joseph Stiglitz, Premio Nóbel de Economía 2001, ex-economista del Banco Mundial y, en su mmomento asesor del Presidente Clinton, condena en su libro “Los felices 90, la semilla de la destrucción”, los abusos cometidos por muchos directivos frente a los pequeños accionistas, el fraude contable, los conflictos de interés y en general la actuación de empresas en los procesos de reformas que vivió Latinoamérica en los 90’. Stiglitz, se refiere también a las “funestas consecuencias de la globalización que ha hecho a los pobres aún más pobres”, y además califica a la Ronda de Uruguay como “un gran fracaso, dada la inequidad de los acuerdos comerciales”. El escritor afirma: “No teníamos la visión de cuál era el mundo globalizado que queríamos y no fuimos lo bastante sensibles para tener en cuenta qué opinaba el resto del mundo de lo que nosotros queríamos”. La sociedad exige más transparencia de sus líderes políticos y empresariales, el ciudadano se siente con mayores derechos a exigir, los medios de comunicación los estimulan y promueven sus inquietudes, y esta relación de poderes requiere un balance cuyo equilibrio debe ser estable. La Comunicación Estratégica, es sin duda una herramienta que agrega equilibrio al desarrollo para que éste sea sostenible. La empresa como “producto”, más allá de sus “productos” Toda empresa ya tiene una imagen en la mente de todas sus audiencias, ella se conforma de múltiples maneras: la PUBLICIDAD intenta fomentar la venta de bienes o servicios, de allí que es la estrategia de generar “deseo”; la PROPAGANDA, intenta crear una fuerza colectiva o movimiento que influya en 5 Italo Pizzolante Negrón. Publicación Universidad de Murcia, España 2004 el consumo, de allí que sea la estrategia del “condicionamiento”. Pero es la COMUNICACIÓN CORPORATIVA quien diseña y ejecuta la estrategia de la CONFIANZA, ya que se refiere a la suma de todo aquello que hacen o dejan de hacer, voluntaria o involuntariamente, aquellos que conforman la empresa y en forma coherente, consistente y permanente hacen un esfuerzo sostenido para establecer y mantener confianza, buena voluntad y comprensión entre la empresa y sus públicos. La confianza no significa fe ciega, sino entregar responsabilidad y generar el balance adecuado entre deberes y derechos. La globalización de los mercados y de los flujos financieros, la hipercompetencia a la que se enfrentan las empresas, el creciente interés en temas ambientales, de seguridad e higiene laboral y en tópicos sobre derechos humanos por parte de los grandes grupos compradores, son elementos del entorno que condicionan las mejores prácticas corporativas. Por ello, hoy más que nunca debemos enfatizar nuestro compromiso con el cumplimiento de nuestra misión institucional y la creación de una conciencia de autocontrol, frente una compleja realidad caracterizada por cada vez más numerosos casos de empresas que vieron afectada su credibilidad y confianza debido a una falta de seguimiento de los controles internos, o dicho de otra forma, a la falta de compromiso y responsabilidad con prácticas del hoy frecuentemente llamado “Buen Gobierno Corporativo”, como sistema organizacional y código de comportamiento tanto institucional como personal. Un buen gobierno corporativo facilita la profundidad y eficiencia de los mercados de capital, generando una alternativa atractiva para los inversionistas que permite direccionar de manera más eficiente los recursos financieros dirigidos al sector productivo. De esta forma permite una mayor perduración de las empresas en el tiempo e incentiva una respuesta exitosa a los retos de la globalización, ya que al estandarizar políticas internas en la empresa con mercados más modernos, el ambiente crea una firme percepción que llama la atención del inversionista y construye una buena reputación para el país donde se invierte. Sin duda los esfuerzos de buen gobierno crean un mejor ambiente 6 Italo Pizzolante Negrón. Publicación Universidad de Murcia, España 2004 para realizar negocios y sobre todo permite que los diferentes públicos confíen en la empresa y su actuación. El desafío de corregir la “asimetría moral” en la actuación empresarial En este ambiente general de pérdida de confianza, vivimos dentro del mundo corporativo una “asimetría moral” entre las empresas y los diferentes países en donde ellas actúan. La “construcción” de percepciones exige el desarrollo de habilidades gerenciales que no siempre están presentes en el liderazgo empresarial público o privado, pero adicionalmente la gerencia sostenible de percepciones requiere de una planificación estratégica de los procesos de Comunicación corporativa de la empresa, es decir, la Comunicación voluntaria o no, formal o informal, de todos aquellos que integran a la empresa (la palabra “corporativa”, proviene del latín “corpus”: cuerpo, que sugiere la suma de las partes que lo integran) Las Universidades y las Escuelas de Negocios, tardaron mucho en incorporar la enseñanza de estrategias gerenciales para la transparencia; de estimular una mayor conciencia de la importancia Estratégica de la Comunicación, como una herramienta fundamental para ser competitivos; de sembrar sensibilidad social y ética empresarial, balanceando la “cultura tecnócrata” que se concentra en lo cuantitativo del balance corporativo de los estados financieros. La revista América Economía consultó a ejecutivos de empresa en Latinoamérica “¿qué tanto maquillan los estados financieros en su país?”, el 59% sostuvo que “como todo, algunos lo hacen y otros no”, sin embargo el 31% del promedio regional afirmó que “todos los hacen, incluso en las más prestigiosas empresas”. Destacan, a juicio de la revista, como los más “cínicos” por superar el promedio: Argentina con un 52%, Perú con un 39% y Venezuela con un 33%. Es urgente el liderazgo del sector académico en el modelaje de mejores prácticas empresariales que puedan combatir las dramáticas respuestas 7 Italo Pizzolante Negrón. Publicación Universidad de Murcia, España 2004 de la comunidad de empresarios latinoamericanos a la encuesta, donde apenas un 10% afirmó que “pocos maquillan los estados financieros, porque la supervisión y las regulaciones son estrictas”. Hemos vivido una etapa donde algunos “Códigos Éticos” nacieron del transparente interés de áreas como Recursos Humanos, pero que para muchos, en la alta dirección, fueron más una estrategia de “relaciones públicas” hacia afuera, que partes estructurales de la Comunicación Estratégica que influye en el proceso de transformación cultural en la empresa, que cubre a todo y a todos los que la conforman. Sólo se es una empresa socialmente responsable cuando su modelo de actuación y modelo de Gobierno Corporativo, estimula prácticas transparentes, hacia adentro y hacia afuera de la misma empresa y donde quiera que actué. Modelo de “gobierno” que no responde a esquemas acomodaticios que buscan, en el corto plazo, comprar “máscaras” que se adapten a cada circunstancia y hasta aprovechando “los vacíos de la Ley”, así como afirmaron el 50% de los ejecutivos latinoamericanos entrevistados por América Economía en Febrero de 2003. Los intereses económicos, sociales y políticos, muchas veces han estimulado “aperturas económicas”, privatizaciones o incluso frenado legislaciones promoviendo barreras que no permiten competir en igualdad de condiciones, actuaciones de lo público y lo privado que a espaldas del ciudadano común son producto de la definición de las reglas del juego “concretas pero confusas”, como le escuché hace muchos años a un destacado político latinoamericano. Expresión que abiertamente refleja la importancia de que existan “inconsistencias legislativas” en el desarrollo de las Leyes que luego permitan la “negociación” y en consecuencia la corrupción. De las “relaciones públicas” a las Prácticas de un “Buen Gobierno Corporativo” 8 Italo Pizzolante Negrón. Publicación Universidad de Murcia, España 2004 En el mundo de la empresa pública y privada, la ola de “buen gobierno corporativo”, (Corporate Governance) y la naciente conciencia de la importancia de la Comunicación Estratégica como parte estructural del proceso de gestión, ha eliminado barreras y ha obligado a evitar la opacidad en la actuación, incluso proporcionando regulaciones que promueven la iniciativa empresarial, estimulando y premiando la transparencia: el informe Cadbury al Higgs????, en el Reino Unido; el informe Aldama en España; la Ley Sarbanes-Oxley en Estados Unidos; el Informe Winter impulsado por la Comisión Europea; o las recientes reformas al Código de Buen Gobierno de la OCDE. La palabra “gobierno” significa guiar, conducir, mandar con autoridad a alguien o cualquier cosa. Proviene del latín gubernare: asir o empuñar el timón (gubernum), de un buque y a su vez deriva del griego kybernao. Es por ello que GOBIERNO es un concepto que trasciende a lo público y que reivindica la necesidad de desarrollar mejores prácticas en la actuación del sector privado. Lo que demanda el momento en Latinoamérica para crear un ambiente confiable que invite a la inversión multinacional, es la existencia de un marco regulatorio claro y estable, además de transparencia y certidumbre en la seguridad jurídica del país. Esta realidad es posible en la medida que se desarrolle un Mejor Gobierno en la empresa pública y privada que permita competir transparentemente y en forma responsable. Son varias las definiciones de Gobierno Corporativo, pero en definitiva, cuando hablamos de “Gobierno Corporativo”, nos referimos al conjunto de reglas por las cuales una empresa toma decisiones y que definen la forma como es manejada y las responsabilidades que asume. Las buenas prácticas corporativas son garantía de criterio de independencia y pluralidad. Independencia que represente la mayoría de intereses y que tengan el mayor número de fuentes de información posible. Pluralidad, como la alta capacitación que puedan aportar dentro de la Junta Directiva criterios que no sean del accionista mayoritario. Antes de la regulación, lo fundamental es desarrollar acciones de auto-control, por lo que las mejores prácticas no son reglas impuestas por leyes o resoluciones, 9 Italo Pizzolante Negrón. Publicación Universidad de Murcia, España 2004 son recomendaciones de comités de entes privados, que concluyen que para que las compañías funcionen de manera adecuada deberían establecer unos estándares de conducta. Contar con Prácticas de Gobierno Corporativo permite profundizar los mercados de capitales, direccionar de manera más eficiente los recursos de financiación dirigidos al sector productivo, generar mayor perduración de las empresas en el tiempo, responder con éxito a los retos de la globalización, crear un mejor ambiente para realizar negocios, atraer inversión extranjera y por supuesto para generar confianza en nuestras empresas y en la economía del país en general. Hace más de cuatro años, mucho antes de que se plantearan las crisis de Enron y Worldcom y más recientemente el caso Parmalat, incluso antes de que los reguladores norteamericanos ejercieran funciones que previnieran los desastres que vinieron después; cuando la opinión pública aún no era sensible a estos asuntos, fueron presentados en distintos foros, tanto académicos como empresariales, planteamientos que van más allá de ética corporativa que se promueve y se centran en lo que hace la empresa desde el punto de vista práctico, es decir, el tema de la transparencia empresarial, la consistencia y coherencia en la actuación. A finales de los noventa la Organización de Estados Americanos, OEA, organizó en Colombia la Cumbre Latinoamericana Contra la Corrupción y allí planteé a la audiencia, los temas de Corporate Governance, proponiendo hacer una correcta traducción práctica, sobre una propuesta para ese momento un tanto académica. Divulgación que se profundice en diferentes países de la región, con una aceptación determinante luego que estallaron los escándalos contables de multinacionales que actuaron a espaldas de sus accionistas y de la comunidad en general. Años más tarde fui invitado a ser presidente de la Asociación Venezolana de Ejecutivos (AVE) y presenté, como foco de todos nuestros esfuerzos en la gestión, el concepto anglosajón de Corporate Governance que fue traducido como Mejores Prácticas Empresariales o Prácticas de Buen Gobierno Corporativo. 10 Italo Pizzolante Negrón. Publicación Universidad de Murcia, España 2004 En el año 2003 planteamos a la consideración del CIPE (Center for International Private Enterprise, Washington), dos propuestas de obtención de financiamiento para apoyar el plan de desarrollo: la primera, enfocada según el mismo esquema del proyecto colombiano (la similitud entre los dos países), exitosamente desarrollado por Confecámaras; y la segunda, focalizando la solicitud de apoyo hacia el Primer Survey Nacional de Gobierno Corporativo en Empresas Venezolanas y el Primer Código de los Principios de Gobierno Corporativo. Al mismo tiempo aprovechamos las alianzas internacionales de organizaciones como la OCDE y el CIPE del Banco Mundial, además de los programas de multilaterales como la Corporación Andina de Fomento, CAF, y el Banco Interamericano de Desarrollo, BID. Hemos llevado el tema de las prácticas de un buen gobierno corporativo a lugares como el VI Foro de Mercado de Capitales en Quito, Ecuador, la Universidad Javeriana y la Universidad de Medellín; el Encuentro Empresarial de Redes de Energía, la Asociación de Ejecutivos Panameña y dos encuentros fundamentales con el propósito de modelar la opinión de la región, que fueron Felaban (Federación Latinoamericana de Bancos) y el SUMIT del BID, o Cumbre de Inversión Privada, organizada por el Banco Interamericano de Desarrollo, la cual planteó el asunto de la aceptabilidad de las reformas y las prácticas de buen gobierno como una herramienta para generar confianza. Gracias a todas estas instituciones, la AVE pudo participar en programas para la formación de Directivos y formar parte del recién creado Instituto Latinoamericano de Gobernanza Corporativa en calidad de miembros de la actual Junta Directiva. Cuando se instala el Consejo de Mejores Prácticas Corporativas AVE, se crea un Consejo Técnico de Gobierno Corporativo sugerido hace cinco años a la Comisión Nacional de Valores, órgano que regula el mercado de capitales venezolano. Este consejo estaba formado por los principales actores económicos del país y su objetivo era estimular el crecimiento del mercado de valores en un momento de alta depresión. De este Consejo Superior se desprende un comité de Gobierno Corporativo que actualmente está redactando 11 Italo Pizzolante Negrón. Publicación Universidad de Murcia, España 2004 un código voluntario que estimule mayor transparencia en las empresas de capital abierto. Un buen Gobierno Corporativo permite el desarrollo de una conciencia moral En la medida en que los inversionistas tienen menos capacidad para entender el riesgo que están tomando al invertir dinero en las empresas, en esa misma medida aumenta la responsabilidad frente a ellos. Para lograrlo es condición necesaria la transparencia, entendida como un estado de cosas donde hay información igual para todos. Las mejores organizaciones reconocen que la ética empresarial y la preocupación corporativa por los intereses sociales y de medio ambiente pueden tener un alto impacto en su reputación y por ende, en su desempeño corporativo. Es así, que un buen régimen de gobierno corporativo ayuda a afirmar que las corporaciones utilizan su capital de manera eficaz y ha estimular una relación con ellas basadas en la confianza que genera su transparencia. El buen gobierno corporativo ayuda además a asegurar que las corporaciones toman en cuenta los intereses de un amplio rango de componentes, al igual que las comunidades con las que operan. Además de reflejar que sus Juntas Directivas son responsables con la compañía y los accionistas, ello ayuda a asegurar que las empresas operan para beneficio de la comunidad y contribuyen a su bienestar. Las corporaciones socialmente responsables son recompensadas con una reputación más favorable que se refleja en clientes más leales, empleados más talentosos, mayor acceso al crédito y a la comprensión de proveedores que financian, más celeridad en la “permisería” necesaria de la administración pública y son mas atractivas a la inversión de fondos multinacionales. Ser responsables socialmente es un seguro de vida, una “licencia para operar” (LTO), dicen los ingleses. Para el empresario, aún sin estar convencido, la responsabilidad social es un buen negocio. Lo que ha pasado es que todavía 12 Italo Pizzolante Negrón. Publicación Universidad de Murcia, España 2004 existe una confusión de roles y la no alineación de visiones entre aquellos que operan la empresa. Sólo un buen gobierno de la empresa gestionado, además, con claros y bien diferenciados roles de la Junta Directiva y su alta Gerencia, con una oportuna, coherente y consistente Comunicación Estratégica y Corporativa, cuida la reputación de la empresa como un todo, es decir, gerencia la CONFIANZA, como un esfuerzo sostenido y planificado para establecer y mantener buena voluntad y comprensión entre una organización y sus audiencias. Estrategia corporativa orientada y alineada al cumplimiento del Plan de Negocios. Principios y obstáculos de un “Buen Gobierno Corporativo” La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, OCDE, y otros multilaterales como el Banco Mundial, han identificado que los principios de Buen Gobierno Corporativo son: el respeto de los derechos de los accionistas y tratamiento equitativo, independientemente de su participación en el capital; clara definición de las responsabilidad y las funciones de la junta directiva; transparencia, fluidez e integridad de la información; comunicación efectiva con los diferentes públicos interesados en la empresa y su estructura de gobierno. Pero además, trasciende al mundo de la empresa privada cuando la OCDE afirma: “los gobiernos juegan un papel central en la constitución del clima legal, institucional y regulatorio para el desarrollo de los gobiernos corporativos individuales, sin embargo, la mayor responsabilidad está en el sector privado”. En economías emergentes, según el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, en su reunión de 2003, los principales obstáculos fueron: inadecuados marcos legales y estructuras de gobierno; infraestructura inadecuada de los órganos de regulación y control; corrupción y soborno; consternación de propiedad accionaria; altos niveles de pobreza y precaria distribución del ingreso; falta de educación a los medios de comunicación y restricciones a la 13 Italo Pizzolante Negrón. Publicación Universidad de Murcia, España 2004 libertad de prensa. De allí lo fundamental de desarrollar estrategias de Comunicación Estratégica dentro y fuera de la empresa. Del Código ético a las prácticas de un Buen Gobierno Corporativo. El Fundamento para una “buena Gobernabilidad Corporativa” es el conocimiento de las Audiencias y la actuación responsable frente a ellas. La empresa multinacional cementera CEMEX, de origen Mexicano, establece en su código de ética algunas condiciones que deben cumplir los diferentes “stakeholder”, convirtiendo el código en una guía para la actuación gerencial y aún cuando fue aprobado a finales de los noventa y antes de los escándalos internacionales de las empresas norteamericanas, está en completa concordancia con las más recientes propuestas que hacen los multilaterales y los reguladores en materia de “Buen Gobierno de Empresa”. Una síntesis del código expresa: Clientes: “es vital detectar sus necesidades, aconsejarles, y definir luego los requisitos del trabajo (precio, tiempo, calidad, etc.), además, medir grado de satisfacción, analizar posibles modificaciones al contrato o a futuros, ganar su confianza y su lealtad”. Accionistas: “debemos suministrarle informes oportunos y suficientes sobre actividades y dividendos, además de solicitarles directrices y expectativas”. Junta Directiva: “debemos esperar proactividad en su ejercicio, clara definición de objetivos, alineados y coherentes con las varias Políticas de la empresa (Misión, Visión), deben estar abiertos a la consulta y al trabajo en equipo. Hacer un sostenido esfuerzo por transparencia y ética ejemplares, además de construir con sus decisiones una imagen digna en el medio social y empresarial”. Alta Dirección: “deben nacer la clara definición del Plan de Negocios y análisis periódicos de la gestión, distribuir responsabilidades, además de 14 Italo Pizzolante Negrón. Publicación Universidad de Murcia, España 2004 establecer y comunicar políticas internas (personal, administración, calidad, operación, comunicación, etc), debe obtener del Mercado un objetivo análisis de entorno, monitoreo del clima, tendencias, expectativas, habilidad para el “benchmarking”, y ser competitivos en forma responsable para crear y mantener una imagen que se fundamente en reputación, etc”. Proveedores: “debemos exigir calidad en sus suministros para garantizar la calidad de nuestro producto o servicio, estar abiertos a innovar, además de desarrollar los principios y prácticas de la Política de Comunicación de la empresa, como parte fundamental de la Cultura Corporativa”. Personal: “comunicación oportuna y suficiente hacia abajo, hacia arriba, hacia los lados”. Comunidad: “cada día es más importante la comunicación de la empresa hacia su vecindario y hacia su entorno, de allí la importancia de nuestras acciones como “Ciudadano Corporativo”. Competencia: “por encima de los intereses particulares, hay que desarrollar una política de comunicación gremial en beneficio de la actividad de negocios, participando solidariamente en actividades de promoción colectiva”. Asesores: “hoy se está abandonando el criterio de autonomía operativa, dejando vacíos intencionales que se llenan con Asesores o alianzas. Esto requiere una acertada visión compartida y un Plan de Comunicaciones para lograr buenas relaciones y mantenerlas”. Gobierno: “ante las diferentes autoridades nacionales, regionales, municipales, etc., hay que manejar una clara y coherente Política de Comunicación que atienda a la información oportuna acerca de la actividad empresarial, de su estructura y del cumplimiento con la variedad de disposiciones”. El cuidado del ambiente: está tomando tan particular atención, que puede ser de interés diseñar algún tipo de Política Ambiental, dentro y fuera de la empresa. 15 Italo Pizzolante Negrón. Publicación Universidad de Murcia, España 2004 Los Medios de Comunicación: relaciones proactivas, abiertas y transparentes. Políticas de Comunicación coherentes, consistentes y permanentes. Monitoreo permanente de las tendencias de opinión. El Plan Estratégico de la empresa, debe estar expresado clara y alineadamente en los Planes y Política de Comunicación y debe ser claro en el delicado manejo de toda la importante serie de relaciones entre los diversos núcleos operativos y estratos de la organización. Gerencia estratégica de la Cultura e Identidad Corporativa que en CEMEX ha sido la clave de su éxito. El desafío del sustento en el tiempo de las inversiones en Latinoamérica, en ambientes desprovistos de Prácticas de Buen Gobierno En nuestra región todavía estamos aprendiendo a ser multinacionales y globales, términos claramente diferenciados pero que suelen confundirse en medio de una nueva y muy compleja circunstancia económica, social y política. En Latinoamérica es difícil planificar el largo plazo, por lo que muchas veces la táctica para sobrevivir sustituye a la estrategia para crecer y consolidarse; la reputación y la buena imagen de las empresas sufre mucho ya que requiere del tiempo que no siempre la empresa está dispuesta a invertir. La flexibilidad para adaptarse al entorno cambiante no puede vulnerar los valores que guían las actuaciones de la empresa, que describen los comportamientos esperados para vivir la misión que ha definido y que apuntalan su confianza. Las empresas que van a ganar credibilidad bajo las nuevas realidades sociales y geopolíticas son aquellas que consideren a sus “públicos” como SUJETOS DE OPINIÓN, más que SUJETOS DE CONSUMO. El consumidor, la banca, las comunidades, castigan las empresas que no expresan con nitidez su forma de pensar, a través de sus actuaciones y los diferentes públicos internos; los socios minoritarios y los proveedores también. Cuando los recursos son escasos, como sucede hoy en Latinoamérica y las ideas son exageradamente 16 Italo Pizzolante Negrón. Publicación Universidad de Murcia, España 2004 divergentes, la lucha por el poder se acentúa en la sociedad. Mientras en la empresa la división de bandos internos va a depender de la filosofía empresarial sembrada por sus líderes naturales y la cohesión de la cultura corporativa construida por los fundadores y que sólo encuentra garantía si se comparten valores. En Latinoamérica se hace cada vez más difícil operar con métodos estandarizados y no sólo por la crisis política general y la baja credibilidad institucional, sino por el alto grado emocional que impacta el recurso humano, el consumidor y las diferentes audiencias con las que la empresa actúa. Hemos sido tremendamente torpes en la gerencia estratégica de las emociones. Como en cualquier país, una ORGANIZACIÓN está conformada por una RED de personas que mantiene relaciones para lograr determinados propósitos expresados a partir de MENSAJES que se formalizan en ACUERDOS. En Latinoamérica se tangibiliza con facilidad el error de no adaptar modelos de gobierno sin negociar valores a nuestra forma de ser y hacer, es decir a nuestros mapas culturales. Tenemos mucho por gerenciar en la integración de modelos culturales, a partir de una clara tolerancia, es decir, buscar la distancia más corta que separe dos puntos de vista. Sólo una relación fundada en valores comunes genera confianza, estructura los modos de pensamiento, impone conductas y cohesiona comportamientos y todo ello es indispensable para vivir tiempos como los actuales. La necesidad de un “acuerdo oportuno e incluyente” que haga renacer la confianza para general un clima adecuado para la inversión. “No existe un método infalible para devolver la confianza en las instituciones, si no existe un elevado nivel moral entre los líderes”, afirmó Francis Fukuyama en su libro CONFIANZA. La EDUCACION CONTINUA es clave para garantizar una cultura ética y la empresa debe invertir en formación, porque hoy 17 Italo Pizzolante Negrón. Publicación Universidad de Murcia, España 2004 más que nunca la confianza determina la prosperidad económica y hace viable el desarrollo de los planes de negocios de las empresas, garantizando el proyecto de vida de aquellos que la integran. Las nuevas reglas del juego para competir, obligan a la rápida adaptación de modelos de buen gobierno que vigilen la “transparencia” más allá de lo que dicen las empresas y que se reflejen en aquello que deciden y comunican a través de lo que hacen. Pero para desarrollar buenos “gobiernos” en las empresas, debemos invertir en más y mejor formación, compartir mejores prácticas e iniciar una cruzada que he llamado de “Evangelización Corporativa” que incentiven la transparencia. Un estudio reciente de la Universidad de Harvard afirmó que las compañías que balancean las necesidades de los accionistas, empleados, clientes, proveedores y comunidad en general, mostraron cuatro veces más el crecimiento en comparación a compañías que se focalizan únicamente en los accionistas. Ahora más que nunca, más allá de preocuparnos por los productos que fabrica la empresa debemos ocuparnos de la empresa que fabrica los productos, firme actitud donde nadie tiene el monopolio de la razón, ni la exclusividad de la mentira. Es por ello que para construir estratégicamente la reputación de una empresa en tiempos como estos, debemos contar con una organización que gerencie los procesos de Comunicación de la empresa, sin olvidar que la Comunicación no resuelve problemas de organización, la organización se resuelve sólo con buena gerencia. A continuación desarrollamos una serie de reflexiones que contribuyen con el diseño de un área profesional de comunicación. La Comunicación, responsable del fracaso o el éxito Con frecuencia se ha dicho equivocadamente, que el fracaso de las reformas económicas y las “reingenierías” desarrolladas por las empresas son producto de equivocaciones importantes en materia de “comunicación”. Sin embargo la Comunicación no resuelve problemas de organización, como antes mencioné. La “Comunicación Estratégica” es sólo una herramienta fundamental. 18 Italo Pizzolante Negrón. Publicación Universidad de Murcia, España 2004 La mayoría de las incomprensiones en la actuación de empresas públicas y privadas y la falta de sustento en el tiempo de las reformas, son producto de decisiones gerenciales equivocadas o miopemente ejecutadas, al subestimar el “poder” de los diferentes públicos que impactan las actuaciones. Francisco Garza Zambrano, Presidente de Cemex para la región conformada por México y Estado Unidos, opina que la Competitividad Responsable es la clave para hacer del crecimiento y consolidación de nuestras empresas la base del bienestar colectivo a partir del Capital Humano que integra las organizaciones. La misión de una empresa sustentable es la creación de bienestar y ello exige descubrir en nosotros mismos la sincera sensibilidad por las inquietudes de la comunidad y el país. Adicionalmente considera que es necesario construir habilidades que integren equipos alineados y con visión compartida, diversidad que desarrolle capacidades para decidir con velocidad, capacidad para improvisar a partir de la mejor información disponible, dejando la autocomplacencia arrogante para corregir nuestras equivocaciones aprendiendo de ellas. En la medida en que el Gobierno Corporativo esté empapado de transparencia y competitividad responsale, lograremos que las empresas generen la confianza necesaria para que sus públicos (sujetos de opinión y de consumo) sientan que el aporte a la sociedad no se basa únicamente en los productos que ofrece, sino también en las personas a quienes se los ofrece. 19 Italo Pizzolante Negrón. Publicación Universidad de Murcia, España 2004