HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA. la expulsión de los árabes y la guerra de la Independencia. Sin duda el general Prim conoce que el estado de interinidad en que vivimos no puede prolongarse, y desea que termine como único medio de que se robustezca el principio de autoridad y reemplacen al temor la confianza, á la atonía la actividad, á lo inseguro, lo permanente; pero se ha equivocado el presidente del Consejo, pues no tuvo en cuenta que los reyes se imponen solo por la fuerza, ó por las virtudes. El duque de Montpensier podría hoy ser rey de España si hubiera ido á Alcolea y dirigido la batalla, siendo aclamado como tal por el ejército. Los que el 29 de Setiembre gritaban con entusiasmo abajo los Borlones, hubieran gritado viva el nuevo rey; que no sin fundamento ha dicho Chateaubriand: «todo loque hace ruido complace á la muchedumbre, porque le agrada conmoverse, reunirse, recibir emociones y nuevas y variadas impresiones.» En cualquier momento en que se presente al país la candidatura de Espartero, le aclamará con entusiasmo: que los pueblos, si fácilmente se ofuscan, concluyen siempre por rendir tributos de amor y de alabanza 319 á los que con sus virtudes supieran merecerlos. Grave es la situación del país: preñada está de dificultades y próxima acaso á terribles conflictos. Hoy más que nunca son indispensables grandes esfuerzos de patriotismo: hoy más que nunca es necesario que se olviden resentimientos, se extingan odios y se aunen voluntades. Aquí donde tantas coaliciones se han hecho por miras personales, por aspiraciones de bandería, hace falta realizar una coalición que se inspire solo en el bien público, en el amor á la patria, tan decaída por nuestras luchas intestinas, pero que no con gran dificultad puede levantarse y renovar pasadas glorias. Variemos de sistema. Que cada partido, en vez de hacer públicos y exagerar los errores de sus contrarios, entone himnos de aprobación á lo que de loa sea digno. Que todos, lo mismo gobernantes que gobernados, nos respetemos mutuamente: pensemos todos en cicatrizar las existentes en vez de abrir nuevas llagas sociales, no olvidando el aforismo de Solón: «Para que dure un imperio, es menester que el magistrado obedezca las leyes, y el pueblo á los magistrados.» Madrid 30 de Octubre de 1870. FIN DE LA HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN. PLANTILLA PARA LA COLOCACIÓN DE LAS LAMINAS, Páginas TOMO PRIMERO, Páginas. Nicolás María Rtvero Salustiano Olózaga Baldomero Espartero Francisco Serrano . Joaquín Bueno Adriano Curiel y Castro Trinitario Ruiz Capdepon.. Sr. Duque de Tetuan .. . Venancio González José Prefumo Rodrigo González Alegre. Ramón Vinader Sr. ... Carlos María de la Torre. . .. Marqués de Machicote TOMO TERCERO. . .. D. Joaquín de Chinchilla José María Beranger Joaquín Gil Berges Esteban León y Medina Antonio Aparisi y Guijarro Fernando Fernandez de Córdova.. Enrique de Guzman Gabriel Baldrich Francisco García López Francisco Serrano Bedoya ...... Eduardo Chao Manuel Merelo Ricardo Martínez Pérez Joaquín Aparicio y Moreno Antonio López Botas Ricardo Chacón Valentín Gil Virseda Ramón Cala y Basca Manuel Llano y Pérsi Salvador Damato Antonio Caballero de Rodas Miguel García Cuesta Juan Moreno Benitez Manuel Silyela Constantino Ardanaz Manuel Cantero raía'turad .. D. Juan Pico Domínguez Julián Sánchez Ruano José Puig y Llagostera Eugenio Montero Rios Francisco Santa Cruz TOMO SEGUNDO. bezan Sr. Marqués de Sardoal D. Joaquín Peralta Ignacio Yañez Rivadeneíra. Roberto Robert Gaspar Nuñez de Arce Pascual Madoz Antonio Matos y Moreno. Juan Prim. Juan Bautista Topete Ángel Fernandez de los Rios Manuel Ortiz de Pinedo Augusto Ulloa Víctor Balaguer Francisco Pí y Margall Luis Blanc Celestino Olózaga Atanasio Cantalapiedra Santiago Soler Fernando Garrido José López Domínguez Enrique O'Donnell , Conde de Encinas Francisco Suñer y Capdevila Sebastian de la Fuente-Alcázar Estanislao Figueras Rafael Carrillo y Gutiérrez Antolin Monescillo Rafael Coronel y Ortiz José Mesía y Elola Emigdio Santamaría > (1 .. .. Francisco Ruiz Zorrilla José Echegaray Segismundo Moret y Prendergast HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN. D. Luis López Ballesteros Ramón Calatrava Francisco Castaños Francisco Martínez de la Rosa. Luis González Brabo Evaristo San Miguel .. . . 3 M 25 Casto Méndez Nuñez Antonio Ros de Olano Sr. Brigadier Lagunero Conde de Chesle D. Carlos Rubio Sr. Duque de Montpensier ™tT0 Fetrat0S C en cada lámina > bemos creido °Portuno n° citar más que los nombres que enea- i a ' r^ k. S.A.R. EL DUQUE DE AOSTA Proclamado Rey de Espana, por las Cortes Constituyentes, o Ñ Ñ Ñ' \u25a0 APÉNDICE. LA ELECCIÓN DE MONARCA. Más que por exigencias de este libro, por un acto de deferencia á las personas que han favorecido constantemente con su apoyo á la empresa editorial que lo publica, vamos á consignar en él el resultado definitivo del último esfuerzo hecho por el gobierno para coronar con la elección del rey el edificio revolucionano Reanudaron las Cortes el 31 de Octubre sus tareas con la asistencia de 140 diputados próximamente; y en verdad que en la primera sesión celebrada después del interregno parlamentario presenciamos un espectáculo del cual no hay felizmente muchos ejemplos en la historia de las Cortes españolas. El diputado republicano Sr. Paúl y Ángulo, después de haber sostenido con el presidente un diálogo en que campearon la falta de respeto y la rudeza de las formas, al verse contrariado no pudo contener su carácter fogoso y se salió del salón en ademan airado, poniéndose el sombrero al llegar á la mesa presidencial. Se habia tratado de una cuestión reglamentaria, cuyo resultado podía ser que el Sr. Paúl y Ángulo pronunciara un discurso una hora antes ó después. Por fin habló para apoyar una proposición pidiendo á las Cortes que, antes de reanudar sus tareas, se procediera á la confirmación de los poderes otorgados á cada uno de sus miembros por las respectivas circunscripciones electorales. ¡Extraña proposición! Nosotros no la hemos com- prendido. Pedir la renovación de los poderes, no era pedir la disolución de las Cortes; pero era algo más: era molestar á los colegios electorales para que, después de reunidos y de haber realizado todas las fórmulas y requisitos de una elección, no hubiera Cortes en España. Si la proposición del Sr. Ángulo se hubiese aprobado, habría sucedido una cosa original. Su* poniendo que la mitad de los diputados hubieran sido confirmados en sus puestos, estos no podrían constituir Congreso y seria preciso convocar nuevas Cortes, resultando que se habían buscado los posibles rodeos para llegar á los efectos de la disolución. Hay, pues, en la proposición del Sr. Paúl y Ángulo falta, cuando menos, de sentido práctico, cualidad que deben atesorar los que dirigen ó aspiran á dirigir los destinos públicos Si no supiéramos que la pasión política suele cegar á los hombres de mejor educación y más recto criterio, hubiéramos adquirido prueba evidente de ello al escuchar al Sr. Paúl y Ángulo, á quien esperamos habrá servido de enseñanza el ver que solo cuatro de sus amigos se atrevieron á dar su voto á la proposición de que nos hemos ocupado Celebraron las Cortes su segunda sesión el 3 de Noviembre. El general Prim hizo uso de la palabra, pronunciando un discurso, ó más bien haciendo una reseña de las gestiones que habia hecho para encontrar rey. Dijo que, después de inútiles tentativas, consiguió la aceptación del príncipe Hohenzoílern, quien renunció al poco tiempo para evitar que estallase en- 2 LOS DIPUTADOS PINTADOS POR SUS HECHOS. tre Francia y Prusia la guerra que, sin embargo, ha presenciado con horror elmundo civilizado. Añadió que después el Consejo de ministros y el regente le autorizaron para gestionar cerca del infante Amadeo de Saboya, haciéndose por el telégrafo las negociaciones, las cuales dieron por resultado el compromiso contraído por el duque de aceptar la corona si la mayoría de las Cortes se la ofrecía. Concluyó pidiendo la unión de todos los elementos monárquicos. El discurso del presidente del Consejo de ministros fué escuchado con glacial indiferencia. Y se comprende bien: faltaba, para producir algún entusiasmo, que se hubieran puesto de relieve las ventajas políticas que reportaría España de elegir rey al duque de Aosta, ó que algo se hubiera oido que demostrase las elevadas condiciones personales del nuevo candidato. En cambio fué escuchado con señaladas muestras de aprobación el discurso pronunciado por el Sr. Castelar en apoyo de una proposición que decia lo siguicnte «Pedimos á las Cortes que en vista de la política interior y exterior del Gobierno; en vista, sobre todo, de las facultades que, sin la debida autorización parlamentaria, se ha abrogado el presidente del Consejo, ofreciendo la corona de España á varios candidatos extranjeros, desconocidos del pueblo é incapaces de representar su soberanía, se sirva declarar su profundo desagrado por esta usurpación de sus atribuciones.» Brillante como suyo fué el discurso del Sr. Castelar. Hé aquí varios de sus párrafos. Nuestros lectores verán que cada uno de ellos es un arsenal de verdades. «El presidente del Consejo me dirá que se ha visto asediado por los partidos monárquicos, los cuales á una le demandaban rey. ¿Rey? Pues qué, ¿puede ser el rey obra del acaso, del capricho, del momento? Todo se improvisa en política, todo, menos una monarquía. Los reyes son en la sociedad como los metales en la tierra: los hijos de los siglos. Si tan necesitados se encontraban los partidos monárquicos de rey, ¿por qué con la cabeza descubierta y la rodilla en elpolvo no conservaron la antigua dinastía? »Los partidos que derriban un trono difícilmente levantan otro. Los partidos democráticos no pueden ser partidos monárquicos. Su criterio es elraciocinio, enemigo de la fé; su temperamento es la Revolución, enemiga de la monarquía; su conciencia está llena de ideas radicales, y su corazón de cólera plebeya; son, por consecuencia, excelentes para derribar tronos, é incapaces de reconstruirlos. «¿Queríais de veras la monarquía? Pues haber conservado la áurea cadena de las tradiciones, que tenia como suspensa la corona de los cielos á la vista del pueblo. »Yno me digáis que esos sentimientos (anti-monárquicos) los hemos creado nosotros los republicanos. La voz que pedia cuenta á los reyes de sus crímenes de quince siglos era la voz de un noble, la voz de Mirabeau. Los legisladores que levantaron el monumento de los derechos del hombre en la noche del 4 de Agosto eran aristócratas. Los primeros en romper el prestigio monárquico, forzando á Carlos IV á una abdicación deshonrosa, vasallos eran, que no ciudadanos. Un general educado en vuestra Ordenanza se levantó en Cabezas de San Juan contra Fernando VII, y un sargento en la Granja contra María Cristina. Monárquicos eran los progresistas que expulsaron lahija de cien reyes y pusieron en su lugar al hijo de un carretero; monárquicos los moderados que tramaron aquel célebre proceso en que la reina era testigo, juez y parte, para abrogar el primer decreto dado en su mayor edad; monárquicos los generales que en Vicálvaro rompieron la regia prerogativa; monárquica la pluma elocuentísima que trazó elprograma de Manzanares pidiendo un trono, pero sin camarillas que le deshonraran; monárquico el general que puso el gorro frigio sobre las sienes de la ilustre pariente de Luis XVI,obligándole á declarar que eran once años de deplorables equivocaciones los once años de todo su reinado; monárquicos los diputados reunidos aquí en son de rebeldía y dispersados por los cañones de los reyes; monárquico el ilustre marino que al enarbolar la bandera revolucionaria en la Numancia y en la Zaragoza enarbolaba el sudario de los reyes, de los emperadores, de los papas; monárquico el general que derribó en Alcolea y en un dia eltrono de quince siglos: de suerte que las instituciones monárquicas han muerto por una descomposición interior, á la cual habéis vosotros mismos con vuestras fuerzas y con vuestras ideas contribuido. Así no hay rey posible. »Todos los candidatos tienen aquí más razón de ser que vuestro candidato. D. Carlos seria el retroceso, seria la reacción, seria la venganza; seria tan absurdo como si restauráramos los castillos feudales para los nobles y la servidumbre del terruño para los plebeyos. Pero D. Carlos representaría una idea, un elemento, una clase de la sociedad, el clero. »¿Quereis decirme qué representa vuestro candidato? D. Alfonso seria no menos temible que D. Carlos. Pero por horrorosa que fuera la restauración de don Alfonso, representaría algún interés, alguna tradición, algún recuerdo. ¿Queréis decirme qué representa vuestro candidato? »E1 duque de Montpensier simboliza quizá la monarquía más aborrecible á los republicanos; pero el duque de Montpensier representa en España, como su familia en Erancia, el tránsito de la legitimidad á las modernas monarquías; el tránsito de los privilegios aristocráticos á los privilegios de las clases medias. Es una idea la suya que yo aborrezco; pero es Una idea la suya que tiene inmensa fuerza y que representa inmensos intereses en la sociedad moderna. ¿Queréis decirme qué representa vuestro candidato? »Hay otra candidatura que debería tener muchos partidarios en esta Cámara: la candidatura del duque de la Victoria. El partido progresista le debe á ese general todos sus triunfos. El pueblo le guarda res- HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA. petuoso culto; y si no sintiera en su corazón el entusiasmo republicano, Espartero hubiese sido su rey. Comparadlo con vuestro candidato. Espartero es un venerable y desinteresado anciano, y vuestro candidato es uno de esos jóvenes aventureros reales, que por saciar su sed de mando abandonan hasta su patria. Espartero grabaría en las piedras de su. palacio los nombres de Luchana y de Morella, y vuestro candidato solo puede grabar los nombres de Lissa y de Custozza. Espartero conoce al pueblo y es conocido del pueblo, y vuestro candidato desconoce hasta la lengua del pueblo. »Y vosotros vais á traer sobre esta tierra un rey extranjero. Si España no se conmueve, si España no forcejea antes de consentir esta ignominia, lloremos por España; vistamos luto, como hijos sin madre, porque habrán muerto las virtudes más características de nuestras razas, y se habrá extinguido en el mundo el espíritu de nuestra patria. »Lo cierto es que por una candidatura extranjera, por un príncipe extranjero, habéis suscitado una guerra, sin considerar que una gran nación del Norte, Polonia, ha muerto, no solo por un crimen de los tiranos, sino también por las guerras que suscitaban sus anárquicas elecciones de reyes extranjeros entre todos los pueblos. »Pero no habéis escarmentado, y con la candidatura del duque de Aosta traéis la candidatura que más complica nuestros problemas europeos. Porque ó este advenimiento del príncipe Amadeo no significa nada, ó diplomáticamente significa la alianza de la casa reinante en Italia y la casa reinante en España para futuras combinaciones europeas. Pues bien: no lo olvidéis. Italia es la nación que más dificultades tiene en Europa por su historia y por su temperamento. Italia debe su ser, su existir, á otros pueblos. Francia le dio el comienzo de su independencia y de su unidad; Prusia le ha dado el complemento de su independencia y la corona de su unidad. »Hay más: los pueblos suelen pagar, por una compensación social, con largos males sus grandezas históricas. Italia, que fué la primera de las naciones en el mundo antiguo por el derecho y el imperio romano, ha sido también la primera de las naciones en el mundo moderno por el Pontificado y el catolicismo. Esto le da grandes ventajas morales, pero también grandes desventajas materiales. Todos les pueblos se creen con derecho á intervenir en esa ciudad única que se llama Roma, y todos les gobiernos á tener relaciones excepcionales con esa autoridad única que se llama el Pontificado. Imaginaos la larga cadena de problemas que todo esto trae á Italia; imaginaos en qué confusión vamos nosotros á caer, mezclando nuestra suerte con la suerte de la nación italiana, nuestros intereses con los intereses de sus reyes. Si queréis definir en pocas palabras la casa de Saboya, decid que esta casa ha sido desde el siglo xvi la perturbadora de Europa*» 3 interpreta fielmente el sentimiento nacional. Nosotros aceptamos, como nuestras, la mayor parte de las razones en que el ilustre orador apoyó su oposición á la candidatura italiana. Triste es confesarlo, pero es una gran verdad. Hay en España muchos monárquicos que han contribuido, en mayor escala que los republicanos, á desprestigiar la institución monárquica. Por eso ha crecido tanto el partido de que es elocuente adalid el Sr. Castelar; partido que hoy estaría muy cerca del poder si no hubiera incurrido en lamentables errores. Después del discurso del orador republicano, nada ocurrió do notable en la sesión del 3 de Noviembre. El ministro de Ultramar, Sr. Moret, joven de fácil palabra y dialéctico de no escasa tuerza, pronunció un discurso de bellas formas; pero pobre en razonamientos y rico en argucias y sutilezas. Niuna palabra salió de los labios del Sr. Moret que demostrara las ventajas que á la nación podia traer el presunto rey. La parte más notable de su discurso fué aquella en que decia, como queriendo presentar un argumento incontestable: «Los reyes no se crean, dice el Sr. Castelar; lo son ellos por sí mismos: no nacen ellos de nosotros, sino nosotros de ellos. Hace mucho tiempo, Sr. Castelar, que pasaron esas monarquías; hay otra que ha nacido después, de que no se ha ocupado el Sr. Castelar, y que yo he de definir con un solo ejemplo. Hay la monarquía de los belgas, que tiene un sentido y una representación que describiré en pocas palabras. Representa la monarquía, tal como la hemos comprendido en la Constitución, un punto fijo que no cambia en medio de una sociedad.» También nosotros queremos para España una monarquía como la monarquía belga; pero por desgracia no es el duque de Aosta el que puede realizar ideal tan bello. Para que esto sucediera seria preciso que el nuevo candidato representara en España el mayor número de intereses y aspiraciones, como lo representaba en Bélgica Leopoldo de Sajonia al ser proclamado rey en 1831. Además, las circunstancias son completamente distintas. En Bélgica habia unidad de miras y pensamientos: acababan los pueblos de conquistar su independencia, después de haber sido, durante mucho tiempo, juguete de diferentes Estados, y al entrar en posesión de su autonomía, por un supremo esfuerzo de patriotismo, todos los partidos se agruparon al derredor del gran monarca, que, con el auxilio de todos, logró crear un Estado próspero y feliz, que es la admi¡Cuánta verdad encierran, repelimos, las palabras ración del mundo político. Pero en España sucede todel Sr. Castelar! En muchas de ellas se ve, no al repu- do lo contrario: no acaba de erigirse en nacionalidad blicano, no al hombre de partido, sino al español que independiente, sino de debilitar su nacionalidad; no 4 LOS DIPUTADOS PINTADOS POR SUS HECHOS. va el nuevo rey á ser considerado como el medio de consolidar nuestra autonomía, sino como un peligro á nuestra independencia; no va á encontrar el apoyo de la mayoría del país, sino la constante oposición de diversos elementos, cuya hostilidad hará ineficaces los más nobles deseos, produciendo necesariamente la muerte de la dinastía, ó la adopción de una política diamelralmente opuesta á la que ha abierto tan risueño porvenir en los pueblos belgas. Otra razón presentó el Sr. Moret. «Yo pienso—decia—en lo que fuera de aquí sucede: pienso en las clases menesterosas; veo que es necesario que por ellas principalmente se resuelva la interinidad, y en esto encuentro el prestigio para la monarquía que acabamos de crear.» Es cierto; pero este argumento no es en favor del duque de Aosta, que en último término será una interinidad más terrible todavía que la que el ministro lamen la: prueba solamente que la interinidad es mal gravísimo, y esto lo sabe el país hace ya dos años. Después del discurso del Sr. Moret, el presidente anunció para la orden del dia en la próxima sesión el nombramiento de monarca, á lo cual se opuso el diputado unionista y eminente orador D. Antonio de los Ilios y Rosas, haciendo ver la necesidad de que se abriera discusión sobre las negociaciones llevadas á cabo por el gobierno. El presidente sostuvo su acuerdo, manifestando que el Sr. Ríos y Rosas pudo, como el Sr. Castelar, hacer uso de su derecho dentro del reglamento; pero añadiendo que iba, sin embargo, á consultar á la Cámara. Así sehizo, y las Cortes acordaron, por 101 votos contra 55, que el presidente podia señalar la orden del dia para la elección de monarca. Entre los diputados que votaron en contra figuran cuatro tradicionalistas, Sres. Yinader, Yildósola, Unceta y Ortiz deZárate;ynueve de unión liberal, Sres. Calderón y Herce, Barca, Toro y Moya, Alarcon, marqués de Santa Cruz de Aguirre, Lasala, Calderón Collantes, Méndez Yigo y marqués de la Vega de Armijo.Los restantes pertenecen al partido republicano. La sesión dio término, anunciando el señor presidente que la próxima tendría lugar el dia 16, destinándose á la elección de rey. En la Gaceta del dia 8 se publicó un extracto de las comunicaciones, telegráficas en su mayor parte, que habían mediado en la negociación de la candidatura del duque de Aosta para el trono de España. De ellas resulta que el rey, el infante y el gobierno de Italia aceptaron desde luego la candidatura, pero exigiendo que se consultara con las demás naciones, á lo cual accedió el general Prim, no sin presentar antes dificultades fundadas en que el carácter noble y altivo del pueblo español podía considerar depresiva para su dignidad la ingerencia de las demás naciones en sus destinos. Hecha la consulla confidencial, las potencias de Europa contestaron en la forma siguiente: Inglaterra. «Si la candidatura del duquejde Aosta fuera agradable á la nación española, el gobierno de S. M. veria con gran placer que S. A. fuese aceptado como rey de España, y ha enviado una comunicación en este sentido al ministro de S. M. en Florencia.» Rusia. «Según los principios que han dirigido siempre las relaciones del gobierno imperial con las potencias estranjeras, la Rusia cree deber abstenerse de todo juicio acerca del régimen interior ele España que esta quiera imponerse.» «La Bélgica, potencia neutral, queriendo permanecer estrictamente en la situación que los tratados y el derecho público de Europa la han creado, no tiene opinión alguna que manifestar respecto de este asunto. Me creo, sin embargo, completamente autorizado para declarar á V.E. que S. M. el rey y su gobierno agradecen la deferente cortesía de este paso, y que en la viva sinceridad de sus votos por la dicha y la prosperidad de España no podrán menos de aplaudir las resoluciones de un pueblo amigo que dispone de sí mismo fijando sus destinos.» Bélgica. Portugal. «La importante cuestión de elección de soberano, llamado á la elevada honra de dirigir una nación como España, no puede, en general, ser para el gobierno portugués sino el objeto de los deseos de que esa elección asegure la prosperidad de tan noble nación. Por lo cual, en el caso de la candidatura anunciada, el gobierno portugués cree deber declarar, accediendo á la honrosa invitación hecha por el ministro de Estado español, que á nuestro país no puede dejar de ser muy agradable que la España crea hallar, en la persona de un distinguido príncipe italiano, las ventajosas condiciones políticas que nuestro'país ha encontrado en la dinastía actual, tan íntimamente ligada por los lazos de parentesco y amistad con el príncipe escogido.» Francia. «Sírvase V.S. dar las gracias al gobierno español por la comunicación que os ha suplicado trasmitirnos con ocasión de la candidatura del duque de Aosta, yresponder que el gobierno de la defensa nacional, en medio de las presentes dificultades y por consecuencia de sus relaciones con los otros Estados, no puede tomar una decisión precisa respecto á la pregunta que se han dignado dirigirle. Sin embargo la candidatura del duque de Aosta es, de todas las qué podían presentarse bajo el punto de vista monárquico, la quemas nos conviene; pero fiel al sentimiento de su origen y al principio de las populares, voluntades el gobierno de la defensa nacional se conforma con lá 5 HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA. decisión del país, representado actualmente por las Cortes.» Suecia y Noruega. ción que indicáis.» «S. M. verá con gusto la solu- Llegó el 16 de Noviembre de 1870. La actitud be- licosa del partido republicano, que en una numerosa Prusia. «Hemos sido los primeros en reconocer en reunión celebrada tres dias antes habia dicho, por un discurso del trono el derecho que tiene España para decidir por sí misma sobre su porvenir. No nos boca de muchos de sus principales jefes, que cesepararemos hoy de este principio, niimitaremos el saba la época de la propaganda y era llegado el ejemplo que la Francia ha dado antes de la guerra, momento de impedir por la fuerza la proclamación procurando mezclarse en los asuntos interiores de Esdel rey que el gobierno habia propuesto á las Cortes; paña, haciendo depender su solución del consentiun bando del gobernador civil prohibiendo la formamiento de la Francia. »Esperamos las resoluciones que España adopte en ción de grupos, y el alarde de fuerza hecho por el sus propios negocios, y reconoceremos el resultado, gobierno, habian alarmado á la población, obliganhaciendo los más sinceros votos por su felicidad.» do á todos los vecinos á surtirse de víveres para ElHaya. «El rey verá con satisfacción la elección más de un dia, y los ruegos de las madres y de las del duque de Aosta. S. M. espera que esta elección esposas detuvieron en sus casas durante las primeras contribuirá á que se asegure la prosperidad de Es- horas de la mañana á la mayor parte de los hombres. paña.» Sin embargo, á las tres de la tarde los puntos más Austria. «Tengo hoy la honra de poder participar céntricos de Madrid y las inmediaciones del palacio á V.E. que lejos de elevar la menor objeción contra de las Cortes empezaron á llenarse de curiosos, entre esta candidatura, el gobierno de S. M. imperial y real los cuales no habia un republicano, porque estos, siapostólica forma votos para que el advenimiento de este príncipe pueda asegurar la dicha y la prosperi- guiendo los consejos de sus jefes, permanecían en sus casas ó en los puntos donde ganan el sustento de sus dad de España.» familias. Si elocuente habia sido el silencio y soledad Turquía. «El gran visir me encarga manifieste de la mañana, más lo fué todavía el aspecto sombrío á V. E. que el gobierno otomano ve con gran satisfacción la elección del duque de Aosta para el trono que por la tarde prestaban numerosos grupos comde España. Esta candidatura es sumamente grata al puestos de hombres en cuyo semblante se observaba el sultán, que conoce personalmente al príncipe.» dolor que destrozaba sus corazones. Nadie se atrevía á pronunciar palabras de aprobación al gobierno ni á Roma. «Alnotificar la candidatura real, el cardenal Antonelli ha respondido que hacia los más since- las Cortes, como si hubiera muerto para siempre el ros votos porque España se constituya definitivamen- entusiasmo con que en 1868 millares de personas te cuanto antes, consolidándose el gobierno. Esta novictoreaban á los mismos hombres que aquel día iban á che verá el cardenal al Papa, y mañana sabré la fijar los deslinos de la patria. contestación directa de Su Santidad.» A las ocho se sabia en todo Madrid que el monarca Hemos consignado los más notables sucesos y las estaba nombrado, y el pueblo se retiró silencioso y noticias oficiales de más importancia que se relacio- abatido á llorar en el seno de sus familias el fatal desnan con el gravísimo asunto sometido al fallo de las enlace de una Revolución que algo bueno pudo haber Cortes Constituyentes en la sesión celebrada el 16 de creado, y que ha sido impotente para el bien por la Noviembre de 1870. ambición de algunos y la excesiva buena fé de muchos. Réstanos dar cuenta, siquiera sea á grandes rasPocas horas después dieron los periódicos algunos gos, del resultado obtenido presentando franca é detalles que apenas tienen importancia, pues consisimparcialmente á la consideración del lector la opi- tieron en haber pedido algunos diputados que se les nión del país, que no fácilmente puede conocerse sin permitiera hacer varias declaraciones y en haberse aislarse de los centros políticos, en los que la exacer- opuesto á ello, el presidente primero, y después la Cábación de las pasiones suele apagar los más levantados mara en votación nominal. El resultado de la elección fué el siguiente : sentimientos, para estudiar el espíritu público en los círculos sociales, donde los actos de los poderes se juzCANDIDATURA del duque de aosta gan por el bien ó el mal que producen, y donde ni la Orozco.— Jover.— Capdepon.— de la Serna. Herverdad se oculta, ni la conciencia se vende, ni todo se raiz.—Sanz.— Rojo Arias.—MuñozGómez Bueno.— Guardamino.— Vázpospone al interés de bandería. quez y Oliva.—Ferratges.— Coronel y Ortiz.—Izquierdo.— — HECHOS. LOS DIPUTADOS PINTADOS POR SUS 6 Delgado (D. Justo). -Santonja y Crespo. -López Domínguez. Maluquer. Montero Espinosa.- Fontanals.- Tetuan (duque de).-Nieulant.-Rodriguez (D. Gaspar) .-Montero Telinge.—González Alegre.—Machicote.-Martos.— Puig.-Goll y Moncasi.-Becerra (D.Manuel).-Carrillo yGutiérrez—Merelo.—Madrazo.—Sánchez Borguella.-García Briz Alvareda. Soriano. Figuerola. Madoz.— Montejo Rohledo. —González Encinas.— Nuñez de Arce.— Hernández Arbizu.— León Moncasi.— Pascual y Genis.— Uzuriaga. -Bueno (D.Andrés). — —Moreno Nieto. Quintana y Ramón.— Pereira. García San Miguel.—Padial.— Peralta.— River y Puerto.— España y Puerta.— Torres Mena.— Herrero.— Mosquera y García.—Dávila.—Torreorgaz (marqués de).— Vidal y Villamieva.— Peset y Vidal.—Soto yRodríguez.— Martín Herrera.— Gil Sanz.—Merelles Caula. Fernandez Llamazares. —Llano y Pérsi.* Ortiz y Casado.— Rossell y Piquer.—Herreros de Tejada.— Pellón y Rodríguez.— Silvela(D.M.)—Eraso.— Gando Villamil.—Romero Girón. Pinilla (D. Tomás).— De Pedro. Rodríguez (D. G.) García (D. Diego). Ramos Calderón.— Moya y Fernandez. Baeza.— Gasset y Artime.—Pérez de la Sala.— Moret.—Milans del Bosch.— De Blas.— Beranger. Alcalá Zamora y Franco. Valera. Barrenechea. Diez de Ulzurrun. Chinchilla y Diez Oñate.— Palau de Mesa. —Calleja.— Rodríguez Leal.—Prieto y Cáules.— Montesino. Balaguer.— Carratalá.— Jiménez de Molina. Vado. Sancho (D. J.) Ortiz de Pinedo. Godinez de Paz.— Encinas (conde de).— Macía Gástelo.— Riusy Montaner.— Navarro yRodrigo GilVírseda. Ory. Bueno yGómez. Serrano Bedoya.— Ballesteros y Dolz. Torres y Casanova.—Gomis.—Fuente Alcázar. Jontoya y Taracena.— Damato. Oria — y Ruiz. Alvarez de Sotomayor. Gantalapiedra. López Botas.—Reig.—Rodríguez (D. Vicente).— Matos y Moreno.—Ri- - - — — — — — — — — — — — — — — — — — — —— — — — — — — — — — (D.Pedro).— López de Ayala.—Pérez Zamora. vera (D. F.)—Saavedra.— Palou y Coll. Dieguez Amoeiro. Capdepon. Mata —Navarro y Ochoteco.— Garrascon y Abad.— Marqués de Perales.—Arguelles.—Rubio Caparros.— Gallego y Díaz.—Masa. Maclas Acosta.— Abascal.— García (D. Manual Vicente).—Delgado (D. Justo).— Pastor y Huerta.— Moreno Benitez.—Anglada y Ruiz.— Guriel y Castro.— Ulloa y'Valero. Muñiz. González Olivares.— Grande.— Alcalá Zamora.— Alonso.— Aparicio y Moreno.— Monteverde yLeón.— Rivera (D. Nicolás). —Martínez Ricart— Chacón.— González del Palacio.—Fernandez de las Cuevas.— Rodríguez Seoane.— Sagasta (D. Práxedes). Rubin.— Alvarez Borbolla.— Montero Rios.— González (D. Venancio).— Cascajares.— Sardoal (marqués de). -Santa Cruz (don F.)—Muñoz de Sepúlveda.— Ruiz Zorrilla (D. Francisco). -Prim. Salazary Mazarredo.— Arquiaga.— Ruiz Zorrilla (D. Manuel), —Rubio (D. Leandro).— Toscano y Montiel.— Ulloa.—Romero Robledo.— Morales Diaz.— León y Llerena.— Paradela Sánchez. Soroay San Martín. Echegaray.— Bañon y Algarra.—Mesía y Elola.— Sagasta (D. Pedro).— Sandoval.— Total, 191. — — — — — POR LA — REPÚBLICA FEDERAL, Moreno Rodríguez.— Fantony.— Castelar.— Figueras.— Sánchez Yago.—Hidalgo.—Llorens Ruiz yRuiz.— Guzman yManrique .—Tutau Maisona ve.—Santa María.—Soler.—Prefumo —Pico Diminguez.— Alcantú.— Paúl y Ángulo.— Pruneda.— Lardíes,— García López.— Moxo.- Cabello.— Bori.—Barcia.— Rebullida.— Abarzuza.— Santa Marta.— Guerrero.— Sorní.— Cala.— La Rosa (D. A.)—Robert.— Castejon (D. Ramón).—Díaz Quintero,— Carrasco.— Comte.— Benavent.— Ferrer.—Gil Verges.—La Rosa (D. G.)—Chao Fernandez.— Blanc.—Pí Margall. —Paúl yPicardo.— Soler y Plá.—Alsina.— Castillo.— Palanca. Rubio.— Cervera. Villanueva y Martínez.— Benot y Rodríguez.—Gastón.—Garrido.—Palau y Generes.— Castejon (D. Pedro).— Suñer y Capdevila.— Salvani.— Bové.— Total, 60. .— — — POR LA REPÚBLICA ESPAÑOLA, García Ruiz (D. E.)—García Ruiz (D. G REPÚBLICA. Sánchez Ruano POR EL DUQUE DE LA VICTORIA. Contreras.— Villavicenrio.— Jesús Santiago (D. Antonio).— Salmerón y Alonso.—García Quesada.— Franco delCorral.—Rodríguez Moya.—Ruiz Vila.—Total, 8. POR EL DUQUE DE MONTPENSIER, Campo Sagrado.— Alvarez Lorenzana.— Pastor Landero.— León Medina.— Ríos Rosas.— Vega de Armijo.— Fernandez Vallin.—Toro yMoya.—Gisneros.— Garballo.— Alarcon.— Romero Ortiz.—Alvarez (D. Cirilo).—Calderón Collantes.— Marquina.— Córdova.— Cantero.— Barca y Corral.— Ribero (D. José Vicente.) —Igual y Cano.— Calderón y Herce.— González Marrón.—Méndez Vigo.—Topete.— Suarez Inclan.— Santa Cruz Aguirre.— Vázquez Curiel.— Total, 27. —— — Murua.— Arguinzoniz.— Vázquez Cánovas. Unceta — Puga.— Vázquez.— Muzquiz. Bugallal.— —Bobadilla.— Silvela FrancisFalces.— —Lasala.— Vinader.— de co).—Vildósola.—Estrada. —Alcibar Zabala.— Ardanaz. —Total, — — — POR LA . PAPELETAS EN BLANCO. y EWuayen.— Quiroga y Ortiz de Zarate.— Castro. y de (D. Baldorioty 19. POR DON ALFONSO DE BORBON. lranzo.— Otero y Rosillo POR LA DUQUESA DE MONTPENSIER Riostra. Dejaron de concurrir á la votación POR ESTAR AUSENTES — Ayala.— Joarizti.— Garrido y Melgarejo.— Pierrat. Rivera — (D. José).— Figueroa (marqués de). Orense.— Cuesta (arzobispo de Santiago).— Monescillo.— Rosa.— Rio yRamos.— Alvors. Posada Herrera.— Martínez del Cerro.— Manterola.— Yañez Rivadeneira.—Ochoa.—Aparisi.—Plaja.—Llagostera.—Cors Guinart.—Isasmendi.— Ochoa de Olza.— Olazábal Arbelaiz yLardizábal.—Diez Jubitero.— Estrada.— Díaz Caneja.— Echevarría. —Fernandez (M. déla Esperanza).— Total, 29. Y POR ENFERMOS Garrido.— Del Rio.—López Ruiz.—Pascual Silvestre El presidente de las Cortes hizo la declaración de que el duque de Aosta quedaba elegido rey de España; y después de suspendida la sesión se volvió á abrir á las ocho y media, leyéndose la siguiente Lista de la comisión de diputados que han de presentar el acta de elección- ae rey al duque de A osta. «Santa Cruz.— Madoz.—Ulloa (D. Augusto).—Silvela (D. Manuel).— López de Ayala.— Martín Herrera. —Martes.— Marqués de Sardoal.— Duque de Tetuan. —Conde de Encinas.— Marqués de Torre Orgaz.—Marqués de Valdeguerrero.— Salazar y Mazarredo Marqués de Machicote.-Peralta.-Montesino.-García Gómez.— Valera (D. Juan). -López Domínguez Gassety Artime.-Rodríguez (D. Gabriel) .-Alvareda.—Balaguer.— Navarro y Rodrigo. — - — Suplentes. »Romero y Robledo Rosell.-Herrero (D. Sabino). -Barrenechea.-Alcalá Zamora (D. Luis).-Palau de Mesa.-Ulloa (D. Juan),_Anglada.-Matos.-Oria.Merelles.*— Ruiz Capdepon.»