Guía del AÑO JUBILAR - Religiosas Angélicas

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PRIMER CENTENARIO — AÑO JUBILAR
Del 2 de febrero de 2011 al 2 de febrero de 2012
. .
Guía del AÑO JUBILAR
¿POR QUÉ CELEBRAR
ESTE CENTENARIO?
Las Religiosas Angélicas, al llegar los cien años de su fundación, quieren celebrar tal acontecimiento por tres razones principales. Son las que
Santa Genoveva, su Madre y Fundadora, vivió primero en su existencia y
les encargó mantener como distintivo de su Obra.
AGRADECER es la primera. En una de sus cartas leemos: "Debemos
agradecer mucho a Dios, nuestro Señor, el que nos haya llamado a su casa,
y ese agradecimiento lo debemos probar por las obras, trabajando por Él
en el Instituto que hemos abrazado". Así lo han hecho siempre las Angélicas, desde sus comienzos, fundamentadas en la auténtica fuente de acción
de gracias que es la vida eucarística.
Gracias, Señor, por haber inspirado y mantenido hasta hoy, dentro
de tu Iglesia, la existencia de un pequeño ejército de mujeres consagradas
a ser "ángeles de soledad". Por tantas Hermanas beneméritas, que silenciosamente, con abnegación a veces heroica, han seguido las huellas de su
Fundadora y por el regalo de la canonización de la misma, que da seguridad
para proseguir idéntico camino que el que ella recorrió. Gracias por tantos
miles y miles de mujeres que se santificaron y encontraron compañía amorosa en sus Residencias, viviendo felices y marchando en paz al seno definitivo de tu cielo. Y por el bien que ha recibido la Congregación de parte de
innumerables amigos y bienhechores, prelados, sacerdotes, seglares, gente
humilde sobre todo, que han correspondido con amor al servicio prestado
por las Angélicas. Y por la cruz, las muchas cruces y contratiempos aceptados en unión de tu Cruz Redentora para la salvación del mundo.
No podemos olvidar aquí a los Papas que,
Recuerdo agradecido
al Santo Padre.
como Vicarios de Cristo, les han alentado y
protegido en su tarea. Particularmente a
los siervos de Dios Pío XII, que aprobó el
Instituto; a Pablo VI, que le llevó a vivir "en su casa" del Vaticano, como él
dijo; a Juan Pablo II, que glorificó a Santa Genoveva; y al actual Pontífice
Benedicto XVI que nos regala ahora la concesión de este Año Jubilar que
iniciamos.
La segunda razón de nuestra celebración centenaria es la HUMILDAD. Pedir perdón por los fallos e infidelidades inherentes a toda obra
que, aunque divina en su origen, está confiada a las pobres criaturas humanas. Santa Genoveva la tenía como uno de sus lemas predilectos "Soy más
nada que nadie". Año, pues, de purificación. Como escribió la Santa en sus
Apuntes: "Pedí mucho lave mi alma y me obtenga el Señor la humildad de
corazón. iAy, Señor. Que os conozca y os ame! Él me dijo: "Ya te conozco.
Por eso te amo".
Finalmente, espíritu de CONFIANZA AUDAZ para seguir adelante.
Lo necesitan mucho las Angélicas en este tiempo de galopante descristianización, aún en naciones en otro tiempo tan católicas como sucede, desgraciadamente, en España. Es muy actual el consejo de Santa Genoveva en uno
de sus escritos: "Vivamos en manos de Dios, como la pelota en manos de un
niño juguetón, que, por más lejos que la eche, nunca la pierde de vista. Mi
paz la debo cifrar en estar pendiente de lo que Dios quiera de mí, sin mirar
mis gustos y quereres. Sólo Dios basta en todo".
Dejó escrita la Santa una comunicación especial que recibió en unos
Ejercicios practicados en la casa de las Esclavas del Sagrado Corazón, en
Zaragoza, entonces calle de Canfranc, año 1913: "Entendí en el mismo ora-
torio que Jesús con empeño me decía: "Déjame hacer a Mí... Mi obra y la
tuya se llamará Sociedad Angélica". Sí, la Obra sigue siendo de Dios, guiada
por Santa Genoveva desde las alturas y mantenida con heroísmo silencioso
por sus Hijas, que recobran nuevo empuje apostólico con la celebración de
este Año Santo de su centenario. A este fin se encamina el folleto, amable
lector, que tienes en tus manos.
"La obra de las Angélicas no es de ellas
ni tan sólo de Genoveva,
es de Cristo, de su Corazón”
Santa Genoveva y sus primeras compañeras
¿QUIÉNES SON LAS RELIGIOSAS ANGÉLICAS?
De un latido de amor del Corazón de Cristo nació esta congregación religiosa, cuyo título oficial es el de Hermanas del Sagrado
Corazón de Jesús y de los Santos Ángeles. Para simplificarlo, ya
desde el principio las primeras Hermanas fueron designadas con el
nombre de "Angélicas".
Es un Instituto de vida apostólica y toda su actividad benéfica
está informada de espíritu religioso. Buscando íntimamente a Dios en
todas sus obras, crecen en caridad con la profesión y guarda de los
consejos evangélicos a los cuales se obligan mediante los votos de
pobreza, castidad y obediencia.
El fin específico de esta Congregación Religiosa es servir a la
Iglesia y santificarse en el ejercicio de acoger y cuidar corporal y
espiritualmente a las señoras sumidas en soledad por los diversos
avatares de la vida. Infunden en ellas el consuelo de la fe. Sabemos
que la soledad es una de las causas mayores de la infelicidad que
existe hoy en el mundo.
En las casas de las Angélicas el mejor adorno es siempre la limpieza, la sencillez y, sobre todo, la vida de familia. Sus residencias
no son ni fondas ni hoteles, sino hogares acogedores donde se respira un clima de cordialidad y alegría. Las Religiosas se dedican a consolar, aconsejar y ayudar a las señoras en sus dificultades espirituales o materiales. El centro de cada Residencia es el Sagrario de la
capilla, conforme al espíritu eminentemente eucarístico que originó
su fundación desde los mismos comienzos de esta Obra.
Sus residencias no son
ni fondas ni hoteles,
sino hogares acogedores
Óleo de Carlos Pérez Herce2002
LA FUNDADORA DE LAS ANGÉLlCAS
Fue Santa Genoveva Torres Morales quien recibió del Señor la
inspiración divina o carisma institucional. Su vida, un prodigio de santidad humilde, generosa, audaz. Nacida el 3 de enero de 1870 en Almenara (Castellón) de familia humildísima pero muy cristiana, a los ocho años
quedó huérfana de padre y madre y, al poco tiempo, sufrió la amputación de una pierna.
A los quince años ingresó en la Casa de Misericordia de Valencia,
donde permaneció hasta julio de 1895 como asilada, distinguiéndose no
sólo por su excelente conducta, sino por la maestría del bordado y costura. Allí encontró la dirección espiritual de un gran sacerdote diocesano, luego jesuita y fundador de la leprosería de Fontilles, el Padre
Carlos Ferrís, la atención de las Hermanas de la Caridad de Santa Joaquina de Vedruna, que regían la Casa, y, sobre todo la protección amorosa de la Virgen de la Misericordia, cuya imagen titular de aquella Casa conservan hoy como verdadera joya las Angélicas de Valencia.
Salida de la Casa de Misericordia, después de varios tanteos y
siempre ayudada por
sacerdotes
insignes
como el canónigo don
José Barbarrós y el
jesuita Padre Martín
Sánchez, funda la primera Casa del nuevo
Instituto en la ciudad
de Valencia, con el beneplácito del arzobispo
de aquella Sede.
Antigua Casa de la Misericordia (1907)
Se convirtió desde entonces, a pesar de su invalidez y precaria
salud, en una viajera intrépida para nuevas fundaciones. Su apoyo fueron los Santos Ángeles custodios, a los que profesó singular devoción. A
la Santísima Virgen manifestó que debía el comienzo y consolidación de
su Obra. La raíz y fundamento de toda su vida fue el amor, imitación y
reparación al Corazón Sagrado de Jesucristo, cuya manifestación máxima de amor encontró en la Sagrada Eucaristía.
A pesar de su escasa formación humana, dirigió con sabiduría a
sus Religiosas y poseyó un gran don de simpatía que le hizo encontrar
DELHUWDVlas puertas de sus innumerables bienhechores. Amiga de la
Cruz, no rehuyó el dolor manifestado en el apoyo de las muletas debido
a su invalidez y soportó con admirable fortaleza contrariedades sin
número en el desarrollo inicial de su Obra.
Murió santamente en Zaragoza el 5 de enero de 1956, a los 86
años de edad. La Causa de Canonización se abrió en Zaragoza el 21 de
noviembre de 1975 y se clausuró el 3 de abril de 1978. El 22 de enero
de 1991 fueron declaradas sus Virtudes Heroicas por el Papa Juan Pablo
,,y, aprobados los correspondientes milagros requeridos, el mismo
Pontífice la beatificó en Roma el 29 de enero de 1995 y la canonizó en
Madrid el 4 de mayo de 2003.
Su fiesta litúrgica quedó señalada para el 4 de enero de cada año.
Su sepulcro, en Zaragoza, constituye una auténtica manifestación diaria
de devotos, suplicando gracias y obteniendo favores, que recoge ampliamente un boletín que se edita con el título de "ÁNGEL DE LA SOLEDAD", nombre que le ha dado el pueblo cristiano por su continua intercesión ante Dios.
Calle Alboraya 1913
HACE CIEN AÑOS, LA FUNDACIÓN
Había cumplido 23 años cuando Genoveva abandonó la Casa de Misericordia.
Hubiera querido ser religiosa, como las hijas de Santa Joaquina de Vedruna, tan
cercanas a ella durante su estancia en el asilo. Pero la invalidez era un obstáculo
canónico en aquellos tiempos. Se reunió con dos mujeres piadosas, Isabel y Amparo
y con María, hija de Isabel. Vivió modestísimamente unos 10 años con ellas en la
calle Blanquerías, en Valencia. Pensaron en hacer algo para remediar el abandono y
soledad del Santísimo Sacramento en muchos sagrarios: la vela nocturna. Acudieron
al arzobispo, el cardenal Sebastián Herrero de los Navarros, que venía a sustituir
al hoy ya beatificado Cardenal Ciriaco María Sancha. Al arzobispo nuevo le encantó
la idea de una vela eucarística nocturna reparadora nada menos que en Valencia, la
ciudad del Santo Cáliz, la de San Juan de Ribera, fundador del colegio del "Corpus
Christi", la de Santa Micaela María del Santísimo Sacramento. Pero no pudo ser por
diversas circunstancias políticas y revueltas sociales. Dios quiso que del posible
remedio de la "soledad" eucarística, surgiera otro "remedio" más humano, pero no
menos divino: el de la soledad de tantas mujeres sin familia, solas. Por eso la primera Casa se llamó "de señoras retiradas", cuyo primer objetivo fue consolar, acompañar, servir con amor otros "sagrarios vivientes" en las almas de quienes necesitan
"ángeles de soledad" en su desamparo. (De ahí que las Angélicas han nacido, tienen
su raíz, en el culto eucarístico. No lo han perdido, lo conservan).
Eligieron un caserón que aún existe, el número 3 de la calle Concordia, muy
cerca de la Real Capilla de la Virgen de los Desamparados. Era el 2 de febrero de
1911. Allí comenzó la Obra que ahora cumple cien años. Siete señoras tan sólo. Pero
pronto, muy pronto, se hubo de ampliar el recinto ya insuficiente. Pasaron al otro
lado del Turia y encontraron una hermosa vivienda en la calle Alboraya, hasta con
jardín, con habitaciones espaciosas... La Obra se pone. en marcha. Genoveva Torres
comenzaba a viajar de un lado a otro, de ciudad en ciudad, apoyada en sus muletas,
en aquellos trenes cansinos de la época, contando sólo con la ayuda de los Ángeles y
una Virgencica que, discretamente, le acompañaba metida en una caja de cartón;
hoy se puede admirar en el Museo de la Casa Generalicia de Zaragoza.
Todas las obras de Dios tienen así sus orígenes. Como la redención del mundo en el silencio de Nazaret, en la pobreza y desamparo de Belén...
Monterrey (México)
Vigo
Roma
LA EXPANSIÓN DE LA OBRA
Siguieron las fundaciones. La primera, Zaragoza (1913).
Después, Madrid, Bilbao, Barcelona, Santander, Pamplona... Las
Angélicas han seguido las huellas viajeras de la Santa Fundadora:
Vigo, Valladolid, Burgos, Toledo, Almenara. Un día se instalaron
en Roma. Después en México, más tarde en Venezuela. Tuvieron
la audacia de llegar hasta la India. Algunas fundaciones, por diversos motivos, se hubieron de cerrar: Tarragona, Sevilla, Vinaroz, Castellón... Si hubiera vocaciones abundantes, remediando la
actual sequía, estarían en otros muchos sitios. La soledad es una
epidemia universal, se extiende por todas las partes ¡Roguemos al
Señor que envíe obreros a su viña!
La Casa General está en Zaragoza. Asimismo el Noviciado,
un hermoso edificio, junto a una espaciosa Casa de Espiritualidad,
que también regentan las Angélicas.
La Congregación, aprobada de derecho diocesano en 1925
por don Rigoberto Doménech, arzobispo de Zaragoza, gran protector de la Madre, llegó a su mayoría de edad en 1953. El Siervo
de Dios, Papa Pío XII, concedía el “Decretum laudis", o aprobación definitiva, gozando ya de derecho pontificio o universal en
todo el mundo.
Casa Noviciado, Zaragoza
AÑO JUBILAR
Su Santidad el Papa Benedicto XVI, habiendo conocido el cente­
nario de la fundación del Instituto Religioso fundado por Santa Genove­
va, deseando conceder la gracia divina a los fieles devotos y por su parti­
cular afecto hacia la Religiosas Angélicas, ha concedido, por medio de la
Penitenciaría Apostólica, un Año Jubilar con Indulgencia plenaria.
¿SABEMOS QUÉ ES UNA INDULGENCIA?
EL Siervo de Dios Pablo VI escribió: "La Iglesia otorga al fiel cristiano,
debidamente dispuesto, el tesoro de los méritos de Cristo y de los Santos para la
remisión de la pena temporal" (Carta "Sacrosancta Porciunculae").
¿Qué es la pena temporal?
Todo pecado tiene una doble consecuencia. Si es grave, nos priva de
la unión con Dios y, por ello, nos hace incapaces de la vida eterna. Esta privación se llama la "pena eterna" del pecado. Su castigo es el infierno.
Por otra parte, todo pecado, incluso venial, entraña una tendencia al
egoísmo, a la dureza del corazón, un apego desordenado a las cosas. Esta
tendencia es lo que se denomina "pena temporal" del pecado y lleva consigo
el purgatorio.
La confesión sacramental nos concede la remisión de la pena eterna.
Pero la pena temporal permanece y el cristiano debe esforzarse, soportando pacientemente los sufrimientos y las pruebas de toda clase y, llegado el
día, enfrentándose serenamente con la muerte, aceptando como una gracia
estas penas temporales del pecado. Experimentamos que vivimos inmersos
en una estructura del pecado y que necesitamos siempre de una conversión.
Es precisa la ayuda de Dios para superar esta situación, para rectificar nuestra vida cristiana tan mediocre. El amor perfecto, como integración
y unión total con Dios nos redime plenamente del pecado y de sus consecuencias. Pero tenemos la penosa experiencia de que por nosotros mismos
no somos capaces de ese amor purificador. Por eso debemos suplicar siempre a Dios que nos lo conceda.
Las indulgencias son la gracia que Dios nos concede para que el camino de nuestra maduración, conversión y amor se haga cada más profundo,
fácil y rápido. Una ayuda que Dios nos concede a través de la Iglesia. No
estamos solos. Contamos con "la comunión de los santos".
¿Qué es la comunión de los santos?
Existe entre los fieles —tanto entre quienes ya son bienaventurados en el cielo, como entre los que expían en el purgatorio o los que
peregrinan todavía en la tierra— un constante vínculo de amor y un
abundante intercambio de todos los bienes. La santidad de uno aprovecha a los otros, más allá del daño que el pecado de uno pudo causar
a los demás. Así, el recurso a la comunión de los santos permite al
pecador contrito estar antes y más eficazmente purificado de las
penas del pecado.
Monterrey (México)
Estos bienes espirituales de la comunión de los santos, los llamamos también el tesoro de la Iglesia, que es el valor infinito e inagotable que tienen ante Dios los méritos de Cristo nuestro Señor en
su redención y también el precio verdaderamente inmenso de las oraciones y buenas obras de la Santísima Virgen María y de todos los
Santos que, durante su vida terrena, trabajando en su propia salvación, cooperaron igualmente a la salvación de sus hermanos en la unidad del Cuerpo místico.
La Iglesia tiene potestad, dada por Cristo, para distribuir el
tesoro de estos
bienes a favor de
los cristianos paVigo
ra obtener la remisión de las penas
temporales
debidas por sus
pecados. Y como
los fieles difuntos en vía de purificación
son
también
miembros de la misma
Roma
Benedicto XVI bendice la imagen de la Santa en el Vaticano
comunión de los
santos, también a ellos podemos ayudarles, de manera que se vean
libres de las penas temporales debidas por sus pecados.
Esta es la verdadera doctrina sobre las indulgencias, que nunca
debemos despreciar, sino aprovechar para obtener la ayuda de Dios
superando nuestra debilidad y avanzando por el camino de la santidad de un modo más fácil, seguro y rápido.
¿Qué es un Año Jubilar?
Es un tiempo que la Iglesia otorga a los cristianos, con ocasión
de algún acontecimiento religioso importante, para ofrecerles la ocasión de la remisión de las deudas temporales del pecado personal.
Así ocurre con los Años Santos o Jubileos romanos, que se celebran
cada 25 años. O con el Año Jubilar Compostelano, que ahora estamos
celebrando.
Suele designarse siempre un lugar determinado, como santuarios célebres o sepulcros de los Santos. El hecho de acudir a ellos
nos enseña de modo gráfico nuestra condición de peregrinos, caminantes, cuyo destino es la Jerusalén celestial. Hacia ella nos dirigimos animados por el ejemplo de los Santos que nos precedieron y ya
llegaron a la meta.
El propósito de recibir la Indulgencia, la visita al lugar sagrado
determinado, culminan con la recepción de dos sacramentos: la confesión de los pecados y la comunión eucarística como condición para
ganar el Jubileo, además de las oraciones que se prescriben en cada
caso.
Condiciones requeridas para este Jubileo
Se establecen las siguientes condiciones: visita a una iglesia o
capilla de las Religiosas Angélicas. Allí deben participar en alguna
función jubilar o, al menos, dedicar un espacio conveniente de tiempo
a la oración, concluyendo con el Padrenuestro, el Credo o Símbolo
de la Fe e invocaciones a la Virgen María y a Santa Genoveva.
Además deben cumplirse las condiciones acostumbradas en
estos casos: confesión sacramental y comunión eucarística y oración por el Sumo Pontífice. No es obligatorio el recibir estos sacramentos indispensablemente en las capillas determinadas ni en el
mismo día de la visita. Pueden recibirse unos días antes o después,
en otra cualquier iglesia.
La Indulgencia Plenaria sólo se puede obtener una vez al día
desde el 2 de febrero del 2011 al 2 de febrero del 2012. Se puede
lucrar en beneficio de sí mismo o aplicarla en sufragio de los difuntos, pero no por otras personas que viven todavía en este mundo.
Las Religiosas Angélicas que, por enfermedad o alguna otra
causa grave, estén impedidas de visitar la capilla, pueden conseguir
la Indulgencia Plenaria en el lugar donde se encuentren, con tal de
que se unan espiritualmente y ofrezcan como sacrificios sus oraciones, dolores y contrariedades de la propia vida, con la intención
de cumplir, tan pronto como les sea posible, las condiciones acostumbradas.
Finalmente, el Santo Padre ha concedido benignamente al Excelentísimo Señor Arzobispo de Zaragoza, Monseñor Don Manuel
Ureña y Pastor, o a otro Prelado elegido por él, que, con ocasión de
este Jubileo, en un día elegido previamente, después de la celebración del Santo Sacrificio, imparta a todos los fieles cristianos presentes que hayan participado en el sagrado rito, una Bendición Papal con Indulgencia plenaria anexa, válida también para los fieles
que, por una circunstancia razonable, no estén presentes en los sagrados ritos, con tal de que sigan los mismos por radio o televisión.
ORACIÓN PARA EL AÑO JUBILAR
Señor Dios, Padre misericordioso, refugio y amparo de quienes viven en soledad. Tú nos concedes la gracia de celebrar el Centenario de la fundación, al servicio de la Iglesia, de la Congregación
de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Santos
Ángeles.
Te damos gracias por este don que infundiste en Santa Genoveva Torres Morales. Concédenos, por su intercesión, que nos
transformemos, como ella, en "ángeles de la soledad".
Su Obra nació de tu Eucaristía, manantial de amor que se
convierte en humilde servicio de caridad a los necesitados. Que
sepamos llevar consuelo a los que lloran, compañía a los que viven
solos, alegría a los tristes y, sobre todo, paz y gracia a quienes viven alejados de Tí.
Perdona, Señor, las infidelidades cometidas en estos cien
años. Reconocemos, con Santa Genoveva, que somos "más nada que
nadie". Pero con tu ayuda lo podemos todo.
No queriendo olvidar el bien que, apoyados en tu fuerza,
hemos ofrecido a la sociedad y a la Iglesia, te pedimos con insistencia que nos concedas vocaciones para que esta Obra, que es tuya desde sus comienzos, pueda seguir fiel al Magisterio de la Iglesia y siempre atenta al cumplimiento de tus designios.
Haz que seamos fuertes frente a las dificultades, fieles en el
servicio silencioso, con corazón abierto a las necesidades de los
tiempos.
Que este Año Jubilar sea para toda la familia de las Religiosas
Angélicas un tiempo de gracia y conversión. Para los destinatarios de
nuestro amor, un año de bendiciones. Para quienes nos precedieron,
premio de gozo en el reino de los santos.
Confiando plenamente en el amor de tu Corazón divino, depositamos estos anhelos en manos de tu Madre y Madre nuestra, la Virgen de la Misericordia, que acogió el desvalimiento de Santa Genoveva e infundió en su alma y en sus acciones una fuerza singularmente
creadora: la del amor que no se deja vencer por el mal, sino que vence
al mal con el bien.
Que los Santos Ángeles Custodios presenten nuestra oración
ante tu divina presencia y sean favorablemente escuchados.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
LUGARES DONDE SE PUEDE
GANAR LA INDULGENCIA
Almenara, Castellón
Capilla Casa-Museo
C/ Mayor, nº 9
Esq. C/ La Iglesia
Barcelona
C/ Bruch, 131
Bilbao
C/ Pérez Galdós, nº 5
Burgos
C/ Azorín, 2
Madrid
C/ Princesa, 33
México
C/ Guerrero, 104
Col. Sta. Teresa. Delg.
Magdalena Contreras
Monterrey
C/ Loma Larga, 2425
Col. Obispado 64060
Pamplona
C/ Paulino Caballero, 45
Roma
Vía Paolo Bentivoglio, 12
Santander
C/ Guevara, 26
San Luís Potosí
C/ Mariano Otero, 481
Toledo
Avda. de Francia, 6
Valencia
C/ Músico Ayllón, 39
Valladolid
C/ Cerrada, 11
Vigo
C/ López Mora, 2
Zaragoza
Casa de Ejercicios. Novi­ciado.
Venta del Olivar, 209
Casa General
Plaza del Pilar, 22
Bachaquero, Venezuela Avda.
7. Edo. de Zulia
Barquisimeto, Venezuela
Hogar Stos. Ángeles
(Junto a la Parroquia
de la Consolación)
Avda. Francia, 2-117
Urbanización Santa Elena
ACTOS QUE SE PREPARAN
La apertura del Año Jubilar se celebrará en Valencia, ciudad
donde Santa Genoveva fundó su Obra.
El día 2 de febrero, en la Parroquia de Nuestra Señora del
Puig (Padres Mercedarios), antigua iglesia de la Casa de Misericordia, presidirá la Santa Misa el Excmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo de
Valencia, Monseñor Carlos Osoro Sierra. En esta circunstancia
será allí trasladada, desde la Residencia de las Angélicas, la imagen
de Nuestra Señora de la Misericordia que acogió la vida de Genoveva como asilada en aquel centro benéfico.
Durante el Año Jubilar, las diversas Casas de las Religiosas
Angélicas irán celebrando, en cada ciudad, actos conmemorativos.
Especial relieve tendrán los que se programen en Almenara
(Castellón), pueblo natal de la Santa, coincidiendo con la gran peregrinación de todas las Casas y ciudades donde ejercen su apostolado las Religiosas Angélicas.
La clausura solemne del Año Jubilar está prevista en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, en Zaragoza, el día 2 de febrero
deO 2012.
te.
Todos los actos se darán a conocer con detalle oportunamen-
FRUTOS DEL CENTENARIO
El primero, la santificación de las Religiosas Angélicas, de sus Señoras residentes y de cuantos se sienten devotos agradecidos de Santa Genoveva.
Obtener el aumento de vocaciones que, con espíritu semejante a la
Fundadora, continúen con ilusión esta obra de la Iglesia.
El mejor conocimiento de la vida de Santa Genoveva, de su carisma y
sus escritos. Para ello convendrá aprovechar el gran apoyo de todos los medios de comunicación que la Iglesia desea poner siempre al servicio del bien.
La abnegada labor misionera que las Angélicas desarrollan principalmente en México y Venezuela, lugares donde se hace precisa muchas veces
la primera evangelización.
Las Angélicas mantienen escuelas apostólicas para niñas y jóvenes,
donde se infunde cultura y espiritualidad cristiana. De ellas han salido no
sólo vocaciones para la vida consagrada, sino mujeres bien formadas para el
apostolado familiar y seglar.
En Zaragoza existe un "Centro de
día y rehabilitación" para minusválidos. Se
llama "Madre Genoveva Torres Morales" y
está situado en el populoso barrio del Actur.
La llamada "Familia Genoveviana de laicos" es un voluntariado que
ofrece su servicio desinteresado al bien de las personas más necesitadas y
las más olvidadas por los mismos servicios sociales. Hace presente el Reino
de Dios llenando la soledad vacía de cuantas personas se encuentran en necesidad de dar sentido a sus vidas. Su campo de acción es cada día más dilatado.
BIBLIOGRAFÍA PARA
CONOCER MEJOR LA OBRA
LIBROS Y FOLLETOS
Una obra de arte de Dios: Santa Genoveva Torres Morales, una santa de nuestros días.
MARÍA DEL CARMEN MIRALLES. ZARAGOZA 2005, 12 p.
Halla eco en ti. Bosquejo de la humanidad de Santa Genoveva Torres Morales.
MIGUEL ABRIL AGOST. Almenara 2005, 158 p.
Santa Genoveva Torres Morales. Crónica de su Canonización.
MARIANO MAINAR ELPUENTE. Zaragoza 2004, 218 p.
Luces de santidad*
P. AZNAR PALÁ. 2.a ed., Zaragoza 1988, 64 p.
Un desafío de Dios: dos muletas gloriosas
RAMÓN CUÉ, S. J. 3.a ed., Zaragoza 2010, 181 p.
La fuerza de la debilidad: De la vida de Genoveva Torres Morales a la enseñanza de Juan
Pablo II
J. J. AYÁN. Zaragoza 1991, 124 p.
Consuelo en la Soledad
FRANCISCO MARTÍN HERNÁNDEZ. 2.a ed., Zaragoza 1994, 348 p.
Madre Coraje
J. M.a JAVIERRE. Madrid 1995, 212 p.
Servir por amor: La vivencia espiritual de la Madre Genoveva Torres Morales
J. SESÉ ALEGRE. Zaragoza 1995, 404 p.
Cojeando hasta el cielo. (Cómic)
M. ÁNGEL REQUENA Y P. BAYÉS. 2010, 37 p.
Vida, virtudes y milagros de una mujer minusválida
MARIANO MAINAR ELPUENTE. Zaragoza 2003, 53 p.
Por duro que sea el trabajo
E. T. GIL DE MURO. Editorial Monte Carmelo, 3.a ed., Burgos 2003, 214 p.
Santa Genoveva Torres Morales - Lo débil del mundo
ALBERTO J. GONZÁLEZ CHAVES. Editorial San Pablo, Madrid, 2003, 144 p.
Genoveva Torres, “Un corazón sin muletas”
VALENTÍN TURRADO. Editorial Monte Carmelo, Burgos, 78 p.
Santa Genoveva Torres Morales. Novena
En el Centenario, dos nuevos libros
Con motivo de los cien años de la Congregación, las Religiosas Angélicas ofrecerán dos nuevos libros. Ambos muy necesarios e interesantes para
conocer a fondo la Historia de la Congregación y los Escritos de la Santa.
El primero se titula: “Santa Genoveva Torres, las Angélicas y su
obra”. Es un trabajo de investigación seria, concienzuda, que trata de explicar con rigor científico lo que pasó, su por qué
y su para qué, una información hasta ahora ignorada, unas razones desconocidas sobre muchos
hechos en la vida de la Fundadora.
Su autor es Don Cristóbal Robles Muñoz,
sacerdote diocesano de Cartagena-Murcia. Estudió en Salamanca. Ha trabajado en la Pastoral
Universitaria de Valencia, en la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, Licenciado en Teología
y en Ciencias Sociales y Doctor en Historia. Desde 1984 trabaja en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Tiene abundantes publicaciones sobre las relaciones de la Santa Sede y
España (1874-1939).
Se ha servido de Documentos inéditos, tanto en los Archivos Vaticanos como en la Documentación del Proceso de Canonización de la Santa.
El segundo, las Obras completas de Santa Genoveva Torres, es una
minuciosa transcripción de los escritos de la Santa, que aparecen por primera vez, íntegros en su número, clasificados cronológicamente y precedidos con notas muy valiosas que favorecen su lectura.
Esta tarea la ha llevado a cabo un joven investigador seglar, Don Bonifacio Bartolomé Herrero, técnico en el Archivo de la Catedral de Segovia,
Profesor de Historia en la Universidad Pontificia de Comillas, Doctor en
Geografía e Historia por la Complutense de Madrid y autor de un gran
número de libros y artículos.
HIMNO A SANTA GENOVEVA TORRES
Alma grande de Madre Genoveva,
cuerpo roto de niña en el dolor;
corazón encendido en viva llama
del volcán infinito del Amor;
pide a Dios la extensión de tu carisma,
santidad para tu Congregación,
luz fulgente en la soledad del alma
y consuelo en la tribulación.
Sola serviste al que oculto,
solo en el Sagrario está.
Sola hallaste a las que, solas,
sufren en su intimidad.
Solas vivirán tus hijas
carisma de caridad.
Por eso todos te aclaman:
Ángel de la Soledad.
Humildad y caridad,
pobreza, servicio y cruz,
Sagrario, paz y mesura
son tus pactos de virtud.
Los Ángeles del Señor
serán tus focos de luz,
que te inclinen a buscar
al Corazón de Jesús.
Humildad:
Soy más nada que nadie
Caridad:
No dejemos que sólo Dios ame
Cruz:
Sufrir de todos y no hacer
sufrir a nadie
Eucaristía:
Sólo es muerte vivir sin Sagrario
Virgen María:
El Instituto es tuyo, el timón que lleva la nave
Pastor, te bendigo por lo que me das
Si nada me das, también te bendigo
Contigo en lo menos, contigo en lo más
¡Y siempre contigo!
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