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Jornadas de Investigadores 2015. Secretaría de Investigación y Postgrado. FHyCS-UNaM
Las nuevas identidades literarias en los héroes de la literatura misionera actual.
(Los saberes de los héroes y las nuevas identidades de la región misionera en las
novelas “Andresito y la Melchora. La historia de amor en guerra, de Jorge Lavalle y La
cárcel, de Marcelo Moreyra).
Figueroa, Javier
javofigue@ciudad.com.ar
Albrecht, Noelia
Resumen
Las actuales posiciones de ambivalencia de la literaria regional dinamizan al héroe
tradicional y lo ubican en un contexto de crisis de representación. Las propuestas
literarias de las novelas “Andresito y la Melchora: una historia de amor en guerra” de
Jorge Lavalle; “La cárcel” de Marcelo Moreira, delinean una nueva transformación
estética del héroe que lleva implícita la idea de nueva identidad literaria. Las
narraciones se caracterizan por su tono explícito y las acciones de los personajes están
rodeadas de descripciones con fuertes peculiaridades de un realismo tradicional. Sin
embargo, poco a poco las historias que se narran proponen otras exteriorización y
colaboran en el armado de un novedoso texto que marca el inicio de una transformación
en la estética de la novela regional misionera.En este contexto, la identidad literaria
avanza hacia un espacio dinámico de construcción (y experiencia) de literatura regional.
Al decir deBauman “la noción de identidad nació de la crisis de pertenencia y del
esfuerzo que desencadenó para salvar el abismo existente entre el “debería” y el “es”,
para elevar la realidad, a los modelos establecidos que la idea establecía, para rehacer la
realidad a imagen y semejanza de la idea”. (Bauman, 2010:49)
Palabras Claves: Ambivalencia - identidad -experiencia -novela - tradiciones-
ISSN 2469-0678
Jornadas de Investigadores 2015. Secretaría de Investigación y Postgrado. FHyCS-UNaM
“El crítico debe intentar comprender plenamente, hacerse responsable de los pasados
no dichos, no representados, que habitan el presente histórico.”
Homi Bhabha
Introducción
Las producciones literarias de la región misionera proponen nuevas lecturas que
promueven nuevas significaciones en el campo cultural de la literatura de la Provincia
de Misiones.
El concepto de región muy ligado a la impronta realista-historicista sufre
modificaciones a partir del abordaje de los saberes sobre los héroes históricos y sociales
que visibilizan nuevas polifonías discursivas desde los espacios de memoria y región.
La emergencia de las voces/saberes en las producciones delinean discursos polémicos
en el marco de una cada vez más novedosa estética regional. Las marcas literarias
tradicionales de los héroes (orden, ideologías establecidas, etc.) son desbordadas por un
nuevo dinamismo estético que convoca esencialmente el dinamismo estético.
El objetivo de este trabajo sostiene que las propuestas literarias representan
desplazamientos de sentidos a partir de la memoria de los saberes de los héroes. Las
narraciones de “Andresito y la Melchora. La historia de amor en guerra, de Jorge
Lavalle (2007) y La cárcel, de Marcelo Moreyra (1998); Un son para Yolanda de
Marcelo Moreyra analizan saberes de héroes históricos y las respectivas ausencias de
certezas que se operan sobre ellos y los saberes de héroes sociales que luchan desde su
intimidad con las propuestas de nuevas identidades y condiciones del DEBER SER en
oposición al ES.
Andrés Guacurarí: el doble de su aventura
La novela “Andresito y la Melchora. La historia de un amor en guerra” de Jorge L.
Lavalle (2007)consta de un prólogo, cuatro partes con sus respectivos capítulos e
ilustraciones. Desde las palabras del autor, la novela está basada en la vida del héroe
regional Andrés Guacuarí Artigas, comandante general de las Misiones entre los años
1815-1819.
A los largo de las cuatro partes y capítulos se narra la historia de un héroe de la región
misionera desde la niñez con los guaraníes, su paso a los combates en defensa de los
intereses regionales y su fidelidad al comandante Artigas.Desde un punto de vista
geográfico la narración actualiza el itinerario de los guaraníes por el Río Grande Do Sul,
Corrientes, Apóstoles, Concepción de La Sierra, Virasoro y la costa actual del Río
Uruguay.
En la novela el tratamiento del héroe Andrés Guacurarí parte de un conjunto de saberes
que sitúa al escritor en una posición ambivalente: en un primer momento, se trabaja
sobre la figura de un héroe regional desde lo estereotípico, para aposteriori abordar la
figura con nuevas identidades.Entonces, el saber sedefine desde la posición del escritor
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y se traduce concretamente en el hacer literario a través de un conjunto de estrategias
discursivas. A partir de aquí se abordarán modos de lectura-experiencia sobre el mundo
de los héroes históricos de Misiones.i
La posición de ambivalencia literaria que dinamiza al héroe nos ubica en un contexto de
crisis de representación. La propuesta literaria de la novela sobre Andrés
Guacurarídelinea una nueva transformación estética que lleva implícita la idea de nueva
identidad literaria. En este contexto, ZygmuntBumannos aclara que “ (…), la noción de
identidad nació de la crisis de pertenencia y del esfuerzo que desencadenó para salvar el
abismo existente entre el “debería” y el “es”, para elevar la realidad, a los modelos
establecidos que la idea establecía, para rehacer la realidad a imagen y semejanza de la
idea”. (Bauman, 2010:49)
Los rasgos de una primera experiencia tienen una explicitación clara y armónica que se
recibe, al decir de Denis Cuché como “herencia y de lo que sería imposible escapar,
algo dado que definiría de una vez y para siempre al individuo y que los marcaría casi
de manera indeleble”. (Cuché; 1999: 59) La cristalización del personaje Andrés
enfatiza un héroe del cual parten experiencias de guerrero, líder regional, defensor de
los guaraníes y esclavos, etc. y se ejemplifica en la voz del personaje:
“El llamado general hizo que casi todos los habitantes se reunieran en la plaza y sin
bajar del caballo Andresito les dirigió la palabra.
-Hermanos estoy aquí para luchar por la libertad de nuestro pueblo, que es su derecho
natural. Hemos vivido esclavizados, dominados por luchas que no son nuestras y es
hora que nos gobernemos nosotros mismos. El cabildo repondrá a sus representantes y
será su palabra la que nos guíe. Por disposición de Artigas, mi padre adoptivo y
Protector de los Pueblos Libres, todos los extranjeros deberán dejar el territorio,
solamente nuestros hermanos podrán comerciar libremente. Dejen que los lleve a la
victoria para romper la corona de hierro que nos oprime. Hermanos yo los convoco a
unirse a la lucha y triunfar sobre nuestro enemigos.” (Lavalle; 2007:35)
El saber sobre el héroe toma posición de un líder de masas avalado por el lenguaje de
milicia, la política y deseos de libertad por la vía de la lucha. El discurso está ligado a
una fuerte identidad militar que halla eco en los habitantes del pueblo guaraní.
La lucha que se exterioriza en el discurso del representante histórico juega con fuerzas
externas al personaje dado. Su figura actúa en representación de otros: niños, ancianos,
mujeres, esclavos guaraníes y negros, etc. En este nivel la estrategia del escritor regional
se posiciona desde un saber cristalizado desde donde el héroe exterioriza una fuerza que
convoca un perfil de significación: en este plano el lector no debe dudar.
Andrés representa para la comunidad de escritores-lectores de la región misionera una
identidad de arraigo y pertenencia cultural: la categorización de héroe y su contexto
cerrado de saber preexiste a todo lector. La posición de referenciar al héroe cobra una
primera e indispensable notoriedad: Andresito “es” un ser admirable y su imagen se liga
a una experiencia que Ruth Amossy denomina literatura de “masas” o “paraliteratura”: “
(…), las obras se conforman con reproducir los modelos estereotipados sin distancia
crítica. La condena no es sólo estética; la mayor parte de las veces es también
ideológica. Se considera que el receptor, alentado a un consumo rápido, a una absorción
pasiva queda atrapado en las falsas evidencias de la doxa.” (Amossy;2010:85)
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La otra lucha del héroe histórico
La literatura de la región misionera también posee saberes que transforman el mundo
armónico: ellos son constitutivos de nuevas identidades y poseen como trasfondo la
necesidad de dar expresión a lo ausente. En este sentido, la novela de Lavalle posee
pasajes que dinamizan y provocan en Andrés la visibilidad de una nueva experiencia: el
saber cristalizadosobre su figura, sufre un desplazamiento semántico y el trabajo
estético sobre el héroe pasa de la figura monumental a la búsqueda de una nueva
identidad: el “es” del que nos habla Bauman, se dinamiza por el “debería”.
La novela a lo largo de los capítulos propone nuevas valencias y el espacio narrativo
gana en creatividad: el escritor se vuelve un escritor-crítico. Esta visión desplaza a otras
posiciones y se ubica en lo que Barthes denomina la crítica por palabra indirecta: “ (…),
el crítico (escritor) no pide que se le conceda una ‘visón’ o un ‘estilo’, sino tan solo que
se le reconozca el derecho a una determinada palabra, que es la palabra indirecta.”
(Barthes; 10)
En tal sentido, el trabajo operativo del escritor hace énfasis ya en la primer parte de la
novela “Te llevaré en la sangre”, donde la narración (a nivel de los personajes) se
aparta de una representación cristalizada del héroe para proponer desde allí una
evolución: Andrés continúa con su imagen externa de líder indiscutido pero será la
inclusión de Melchora (una mujer guerrera) quien iniciará en el líder otro tiempo
evolutivo de su rica historia.
MelchoraCaburu (de apellido guaraní pero criada por familia extranjera) comparte el
tiempo histórico de Andrés y abre un espacio donde la palabra se vuelve “indirecta”: el
héroe opera un tiempo evolutivo de ideas por diferencia y no repetición. En la narración,
la incautación de armas llevadas porel comerciante inglés Robertson (avalados
turbiamente por autoridades de Buenos Aires) provoca una visión de héroe que también
debe moverse en el ámbito corrupto de la política:
“-Vamos a tener que decomisar la carga.
-Cómo decomisarla? Esta mercadería está pagada y debe llegar a destino.
-No señor, la carga se queda con nosotros.
-Eso no puede ser, yo quiero hablar con el gobernador. Soy un comerciante inglés
neutral en estos combates.
-No puede ser neutral si está llevando armas para algunos de los bandos.
-Puedo pagar el impuesto para pasar. Estas armas están autorizadas por Buenos Aires
a ser transportadas a Paraguay.” (Lavalle; 2007: 40)
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El héroe al que todos le temen y tiene voz de mando incursiona en un ámbito diferente
de las estrategias de lucha. Melchora se suma a la causa de Andrés y a partir de allí
comienza una exteriorización de otros caminos y otra lucha: la corrupción del entorno
capitalino en la imagen de un comerciante inglés en plena guerra. La carga de armas
decomisada posee avales de Buenos Aires que se descubren por correspondencias
dudosas: Robertson representa al comerciante hábil y corrompedor de sistemas.
Guacurarí ingresa en un contexto de saber que extiende las posibilidades de un héroe
“monumental”El diálogo permanente con Melchora sobre el “más allá” de la lucha
posiciona a Guacurarí en un terreno diferente que impone el manejo de un código de
lecturas sobre quién o quiénes son los verdaderos enemigos de la Patria. iiLa
ambivalencia narrativa propone a Andrés como personaje emblemático pero desde la
óptica de la diferencia.
La repetición semántica sobre el héroe regional se desplaza desde la “ley narrativa”
histórica y moral hacia una suspensión ética: “En la repetición reside pues, al mismo
tiempo, todo el juego místico de la pérdida y de la salvación, todo el juego teatral de la
muerte y la vida, todo el juego positivo de la enfermedad y la salud. Oponer la
repetición a la ley moral, convertirla en suspensión de lo ético, en el pensamiento de
más allá del bien y del mal. La repetición aparece como el logos del solitario, del
singular, el logos del pensador privado.” (Deleuze; 2009: 29)
La estrategia narrativa desplaza al héroe hacia otros escenarios desconocidos y la
incursión en ellos desde la mirada femenina propondrá un perfil diferente: al tópico de
la corrupción gubernamental se suma su propia corrupción. Andrés está rodeado de
generales corruptos que de día luchan junto al héroe pero de noche venden guaraníes
como esclavos a sus espaldas. Cada victoria se festeja con alcohol y por esa misma vía
Guacurarí firma u ordena acciones que después no comprende:
“-Señores he venido a decirles que su situación es muy delicada.
-Pero señor, debe dejarnos libres, no hemos hecho nada.
-Han apoyado los planes de Buenos Aires y nombraron un gobernador, a pesar que la
órdenes del Protector eran otras.
Temblaron ante la posibilidad del máximo castigo…
-Ustedes también aprobaron el robo de niños guaraníes para ser llevados a vender en
Buenos Aires
-No sabíamos nada de eso, fue cosa de Vedoya….
-No creo en su inocencia, todos ustedes tienen esclavos indios que no pueden ser libres
porque tienen un precio….Desde hoy ustedes también tendrán un precio, sus parientes
deberán pagar para ser libre de nuevo….
Todos lo miraban sorprendidos, pero no se atrevían a protestar la sentencia de
Andresito” (Lavalle, 2007: 161)
El comandante, es un héroe que tiene la carga de identidad tradicional y comunitaria
pero a la vez se inaugura en él una imagen diferente y enriquecedora. Su entorno (una
autoridad militar y hombre de confianza) lleva adelante acciones que proponen dudas en
su interior y provoca una lucha interna con el otro: la narración de los detenidos y/o
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acusados instalan subjetividades en el héroe que delinean un saber oculto y ala vez
ignorado por el Comandante.
El saber de los detenidos expuesto a la máxima figura militar se suma a las muchas
acciones que el héroe desconoce.El otro saber, el ausente, provoca una nueva
experimentación sobre el héroe donde el tiempo de la historia de Andrés ya no es un
calco digno de repetición. Por el contrario, el héroe ingresa a un tiempo evolutivo de
ideas donde los saberes externos se cargan de intimidades ligadas a la novedad y a la
singularidad.
El saber del escritor se extiende en la novela por el hacer-literario que se despliega. Las
estrategias discursivas de la novela operan y establecen nuevas proyecciones temáticas
que ligan a Andrés en otro contexto.MelchoraCaburú es el personaje femenino que
acompaña a Andrés y establece en él lo que Michael Foucault denomina el “doble” de la
aventura: “ (…) la experiencia se recrea en el trágico peligro de la traducción. En su
desenvolvimiento, las palabras no se contentan con decir lo que cuentan; imitan,
forman, mediante sus choques, su dispersión y su encuentro, el “doble” de la aventura.
De ahí esta aventura ni siquiera esté ya cumplida en la traducción. Es la tarea de todo
lector que sepa oír. Los dichos entonces llaman, convocan, sentencian…están por decir,
precisamente en la medida en que, a su modo, a otro modo, se dicen también como
escritura.” (Foucault; 1996:10)
La intimidad: un escenario para transformar
La novela “La cárcel” de Marcelo Moreyra de la Ed. Universitaria de la UNaM –
Misiones (1998) consta de dos partes y un prólogo. A lo largo de los dos capítulos
asistimos al quehacer literario a través del testimonio del hijo de un ex-agente de policía
de la Provincia de Misiones: desde allí se construye un espacio de reflexión que provoca
vínculos con la intimidad.
La narración se caracteriza por su tono explícito y las acciones de los personajes están
rodeadas de descripciones con un fuerte realismo (apego al referente, aferradas a
particularidades históricas y sociales propias de la región). Sin embargo en capítulos
muy puntuales el autor incluye narraciones memorialistas con fuertes tomas de posición
(saberes) que incluyen a dos personajes (Marcial Morales – cabo de la policía- y
Marcial –hijo único y agente del testimonio-). A partir de aquí sostenemos que el autor
incurre en una exteriorización de la intimidad de Morales (al que se lo puede asociar
con la extensión del mensú) que colabora en el armado del texto y marca el inicio de
una transformación en la estética de la novela regional misionera. iii
Las narraciones memorialistas en La Cárcel de Marcelo Moreyra escenifican los
recuerdos como un aspecto necesario para provocar la construcción textual de los
saberes. Este aspecto es nodal dado que inauguran, parafraseando a Arfuch, un mapa,
un recorrido de sentido.
Marcial Morales, representante de la autoridad policial en Posadas, recuerda un premio
otorgado por actuaciones en procedimientos de la fuerza. Un informe policial explicita
su perfil como figura ejemplificadora ante la comunidad (lo público y a la vez ejemplar
para el sistema). Su rol tiene recompensa y es ascendido por ello. Este rasgo de
personaje público pronto sufrirá una resignificación en el plano de la intimidad. El
nuevo posicionamiento en la fuerza y circunstancias desconocidas, paradójicamente,
situarán al personaje en el plano de un debate interno:
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“Camiones de todo tipo y procedencia, cual alimañas metálicas, continuaban sin pausa
extrayendo la riqueza de la selva. … llevando en cada rollo, en cada árbol muerto, un
poco de sangre y otro poco de lágrimas mientras en algún lugar lejano muy pocas
personas agregaban más billetes a sus arcas, aumentando su riqueza.” (Moreyra, 1998:
96)
La primera tensión de la escena rememora y proyecta como un saber, puntuales
situaciones morales. La ley representada por el Yo del cabo Morales se trastoca con el
OTRO YO del personaje. El discurso reflexivo parte de lo individual pero el aporte
ficcional va más allá: se construye desde el lenguaje un aspecto de intimidad que se
fagocita y se hace público: el personaje habla de un saber. ivSiguiendo a Arend –citada
por Arfuch-, “(…), la fagocitación de lo privado en lo público es uno de los rasgos de la
moderna visibilidad: comparada con la realidad de lo visto y oído –las pasiones del
corazón, los pensamientos de la mente- elevan una incierta y oscura existencia, hasta
que se transforman desindividualizadas, como si dijéramos, en una forma adecuada para
la aparición pública.” (Arfuch, 2005: 242)
La visibilización de la intimidad de nuestro personaje hace aún más tensionante su
presencia en su ámbito de origen. Las acciones de robos de maderas nativas –delito
penado por las leyes provinciales y nacionales- tomas ribetes más extremos cuando se
suman otros aspectos como la corrupción. En este sentido, el concepto de corruptela
surgiría como la aparición, lo visible y a la vez paradójico de la intimidad:
“Era tarea difícil todo eso porque muchos empresarios del rubro, y a través de
terceros, continuamente pretendían modificar las cantidades de metros cúbicos
extraídos fraguando los documentos. Otros querían que debes de en cuando algunas de
las cargas pasaran sin ser fiscalizadas por la policía; (…) sabía que esa gente tenía el
manejo de ciertos hilos y que estaba al acecho para golpear a quienes se atrevieran a
interferir en sus negocios, a través de acciones directas o apelando a las influencias.”
(Moreyra, 1998: 96)
La narración exterioriza la rica contradicción de un personaje que sabe hacer su trabajo,
pero también sabe los entretelones de su ámbito laboral. La paradoja actúa como
iluminadora de la contradicción a la vez que hace avanzar la historia. En este marco, se
juega la instancia de negación del linaje y se instaura la utopía. El discurso narrativo
construye desde la tensión una nueva historia donde el mito público que representa
Morales se disuelve. Dice Rosas que ‘Linajes del recuerdo o recuerdo del linaje, el
sujeto se recuerda en el ante-pasado de los otros pero simultáneamente se disuelve- se
olvida- en la permanencia de ese pasado o se pulveriza en los nombres de la historia.’
(Rosa, 62: 2004)
El discurso enfatiza ‘… lo difícil de la tarea, su realización’, como el primer rasgo de
tensión del personaje. Esta tirantes discursiva va aumentando a medida que se describen
las otras tensiones: falsas notaciones de metros cúbicos de madera, relaciones oscuras
del empresariado con la ley, etc. La retórica literaria, a través de la contradicción,
construye la posibilidad de compartir la intimidad del personaje en forma pública con
OTROS. En este sentido, la escritura genera un espacio donde “nacen simulaciones”
v
que pugnan por la originalidad: el hacer literario denuncia o al menos pone en escena
lo que se sabe y lo que se oculta. Dice Arfuch que este aspecto “…provoca un
crescendo sin pausa: la intimidad…es un terreno transitado por todo tipo de
tematización y experimentación, de los usos y costumbres cotidianos.” (Arfuch, 2005:
242)
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Conclusión
Para concluir podemos afirmar que en la producción de Jorge Lavalle (Andresito y la
Melchora. La historia de amor en guerra) los saberes sobre los héroes históricos
delinean nuevos sentidos impulsados por nuevas identidades. Los personajes Andresito
y Melchora sufren cambios que subvierten las narraciones estereotípicas de la tradición:
las nuevas experiencias que se les imponen marcan un aporte desde las nuevas formas
de la literatura de la región misionera.
La desterritorialización de los héroes sociales en las obras de Marcelo Moreyra (La
cárcel) propone una nueva forma de visibilizar los saberes en el contexto de la política y
la corrupción. El arte y la situación de dependencia y subordinación son temas que
exteriorizan una constante lucha de los escritores de la región. Sin lugar a dudas, las
novelas imponen nuevas marcas de subjetividad que movilizan otras formas de pensarexperimentar- los textos en la literatura misionera.
Bibliografía
Teórica/Crítica
Amossy R. y Herschberg Pierrot, A. (s/f) Estereotipos y clichés. Bs. As., Eudeba, 2001
Arfuch, Leonor: “El espacio biográfico. Dilemas de la subjetividad
contemporánea”,Bs.As. F.C.E. 2002.
Barthes, Roland: “Ensayos críticos”, Bs. As. Seix Barral, 1977
Bauman, Zygmunt: “Identidad”, Bs. As. Losada, 2010
Cuché, Denis: “Identidad y Cultura”. En: La noción de cultura en las ciencias sociales.
Editorial Nueva visión, Buenos Aires. 1999.
Deleuze, G: “Diferencia y repetición”.Amorrortu editores. 2009.
_________: “Crítica y clínica”. Barcelona, Anagrama, 1997
Deleuze, G. y Guatari, F. “Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia”, España, Ed. PreTextos, 2000
Foucault, Michel: “Lenguaje y Literatura”. Ediciones Paidós.1996
Rosa, Nicolás: “El arte del olvido”, Rosario, Beatriz Viterbo Ed. 2004
Literaria
Lavalle, Jorge (2007) Andresito y la Melchora. Una historia de amor en guerra,
Posadas, Misiones, Ed. Creativa
ISSN 2469-0678
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Moreyra, Marcelo (1998) La Cárcel, Posadas, Misiones, Ed. Universitaria de la UNaM.
i
-Andrés Guacuraríes un héroe histórico asociado a una mayor estereotipia. En este contexto,
recientemente y por decreto Nacional AndresGuacurarí fue ascendido a General. N. A.
ii
-En la lll parte de la novela “Cuanto te haya vencido”, Melchora menciona acciones
corruptas de Mexías (otro general de confianza de Guacurarí) encarcelando ricos
estancieros para sacarles dinero por recates aduciendo la importancia de la causa y su
costo. Este aspecto es negado por Andrés quien debe contra-ordenar ya que su orden fue
firmada pero en estado de victoria mezclada con alcohol. Este aspecto es interesante ya
desde el título y desde Melchora asistimos a una lucha identitaria de “vencimiento o
lucha del héroe consigo mismo”: .el OTRO Andrés. N. A.
iii
-Se toman puntualmente la Primer parte de a novela en los capítulos: l, lll y XXl; y la Segunda parte de
la novela en el capítulo: XXlll. N. A.
iv
-El estatuto público propone un saber desde el que se habla. Dice Foucault: “un saber es aquello de lo
que se puede hablar en una práctica discursiva que así se encuentra especificada: el dominio constituido
por los diferentes objetos que adquirirán o no un estatuto.” (Foucault; 1979:305)
v
-Dice Deleuze; “la repetición es simbólica en su esencia, el símbolo, el simulacro son argumentos de la
repetición misma. Merced al disfraz y el orden del símbolo la diferencia está comprendida en la
repetición” Deleuze; 2009: 44
ISSN 2469-0678
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