CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION 1 SESIONES ORDINARIAS 2010 Supl. (2) al Orden del Día Nº 146 SUMARIO: Observaciones formuladas al dictamen de las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Peticiones, Poderes y Reglamento contenido en el Orden del Día Nº 146. Yoma. (2-D.O.-2010.) Buenos Aires, 16 de abril de 2010. Señor presidente de la Honorable Cámara de Diputados, don Eduardo Fellner Observación en los términos del artículo 113 del Reglamento de la Honorable Cámara de Diputados, al Orden del Día N° 146 impreso el 8 de abril de 2010. Modificación de la ley 26.122 RÉGIMEN LEGAL DE LOS DECRETOS DE NECESIDAD Y URGENCIA, DE DELEGACIÓN LEGISLATIVA Y DE OBSERVACIÓN TOTAL O PARCIAL DE LEYES Señor presidente: Conforme lo establecido en el artículo 113 del Reglamento de la Cámara de Diputados, en tiempo y forma vengo a presentar mis observaciones al dictamen impreso bajo el Orden del día N° 146 del corriente año. A través del expediente 1.775-D.-2010 he propuesto a la Cámara un proyecto de ley modificatoria de la vigente ley 26.122. Algunas de las reformas allí propuestas han sido previstas en el dictamen sometido a estudio del cuerpo. En particular, destaco la importancia del rol que debe cumplir el jefe de Gabinete de Ministros con relación al informe que personalmente debe brindar a la Comisión Bicameral. Coincido pues con esa modificación, ya que a más de 15 años de la reforma constitucional, la experiencia parlamentaria indica que con el procedimiento actual se priva a los legisladores de recibir un informe sobre las circunstancias que motivaron el dictado del acto. Es más, los ex constituyentes manifiestan que la idea rectora de constituir una comisión bicameral y permanente era permitir que el Poder Ejecutivo, en su caso a través del jefe de Gabinete, hasta pudiera consultar a los líderes parlamentarios que la integran, con carácter previo al dictado de algunas de estas medidas extraor- dinarias. Adviértase que se ha justificado el plazo de 10 días para la presentación del jefe de Gabinete, en que el Poder Ejecutivo podrá evaluar en ese período las primeras consecuencias de la medida antes de que el jefe de Gabinete de Ministros deba afrontar un debate público sobre el tema, ante la Comisión Bicameral1. En otro orden de ideas, haciendo un nuevo estudio de la cuestión, entiendo acertado dar un tratamiento distinto a los decretos dictados en ejercicio de facultades legislativas. En efecto, la Constitución Nacional no los equipara taxativamente a los decretos de necesidad y urgencia, y su control posterior por el Congreso tiene otro nivel de urgencia por preexistir una ley delegante. El dictamen de comisiones adopta, a mi criterio, una postura errada en la consideración de los efectos del silencio de las Cámaras. Sobre este aspecto, reiteramos nuestro apoyo a la norma vigente, por una diversidad de razones, entre las cuales cabe citar: 1. Que la diversidad de pareceres sustentados por quienes votaron el artículo 82 de la Constitución Nacional permite relativizar el valor interpretativo de las expresiones de unos, en detrimento de lo sostenido por otros señores convencionales. Así, convencionales como García Lema sostuvieron que el artículo 82 de la Constitución Nacional obliga a expedirse expresamente, “tanto para la aprobación del decreto o para su rechazo debe mediar una voluntad expresa del mismo”2, en tanto que Natale, advirtió que la ubicación de la norma en el texto constitucional no permite tener certeza sobre el alcance que se le quiso otorgar, y no descarta que entre los sectores del Pacto de Olivos se generen al respecto discrepancias interpretativas3; 1 García Lema, Alberto M., Decretos de necesidad y urgencia. Delegación legislativa. Agilización del trámite de discusión y sanción de las leyes, en La Reforma de la Constitución. Explicada por miembros de la Comisión de Redacción, Rubinzal - Culzoni Editores, 1994, p.395. 2 García Lema, Alberto, 18ª reunión, 3ª sesión ordinaria (27 de julio de 1994). 3 Natale, Alberto, 192 reunión, 3ª sesión ordinaria (28 de julio de 1994): “No sé por qué lisa y llanamente no la incluyeron en el capítulo de los decretos de necesidad y urgencia, lo que hubiera sido mucho más simple. La pusieron un poco 2 Supl. (2) O.D. Nº 146 CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION 2. Una interpretación sistemática de la Constitución Nacional, puede argumentarse que el artículo 82 no es de aplicación directa, toda vez que está enmarcado en el texto constitucional en el capítulo quinto referido a la formación y sanción de las leyes4. A tal punto ésta no es la regla para todo el obrar del Congreso, que en los casos de declaración de estado de sitio y de intervención federal por parte del Poder Ejecutivo en receso del Congreso, su falta de pronunciamiento posterior, no ha importado la derogación de dichas medidas5; 3. Que no se advierte por qué se intenta sancionar a un órgano distinto –Poder Ejecutivo–, por la mora o negligencia del Congreso en ejercer el control que le ha sido encomendado. Se supone que aquel a quien se le ha quitado una porción de su competencia (supuesto de los decretos de necesidad y urgencia), debería ser el primer interesado en reivindicarla para sí o controlar la legalidad del ejercicio que se ha hecho de ella. No parece razonable que en lugar de preverse mecanismos que induzcan al Congreso a cumplir con el texto constitucional –expreso e inmediato tratamiento–, se premie tal desidia con la calda del decreto que el presidente, puede haber dictado válidamente de acuerdo a facultades propias, como lo es la establecida en el artículo 99 que enumera cuáles son “sus” atribuciones6. Finalmente, quiero hacer hincapié en un tema cuya consideración me parece sustancial y que entiendo no ha tenido adecuado tratamiento en la ley 26.122, y tampoco se prevé correctamente en la sanción propuesta por el dictamen de comisiones. Me refiero al control del Congreso sobre las observaciones o vetos, totales o pardales, formuladas por el Poder Ejecutivo, con o sin promulgación parcial. Como expresara en los fundamentos de mi proyecto, el texto vigente sólo reglamenta el análisis de la promulgación pardal prevista en el artículo 80, pero no advierte que ese estudio no puede escindirse del que deben efectuar las Cámaras del Congreso conforme lo dispone el citado artículo 83. Al respecto, autores como Quiroga Lavié y Sagiiés, coinciden en que el Congreso, al momento de evaluar todo veto parcial, medie o no promulgación de las “de costado”, por lo que sospecho que va a causar alguna discusión en el Congreso de la Nación. Por lo menos pienso que entre los sectores del Pacto de Olivos va a generar alguna discrepancia interpretativa”. 4 Título primero de la sección primera de la segunda parte de la Norma Fundamental Tawil, Guido S. (1994), reglamentos de necesidad y urgencia. En Primeras Jornadas Nacionales sobre Instituciones Administrativas en la Reforma Constitucional edición especial de la Revista Argentina del Régimen de la Administración Pública, año XVII, N° 194. Buenos Aires, p. 77. 5 Artículo 99, incisos 16 y 20 de la Constitución Nacional. 6 Retmella, María Paula, Control parlamentario de los decretos de necesidad y urgencia y decretos delegados. En jornadas organizadas por la Universidad Austral –mayo de 2002–, Control de la Administración Pública, administrativo, legislativo, judicial, Buenos Aires: Ediciones RAP, p. 655. partes no observadas, deberá ponderar la autonomía normativa de estas últimas y si su vigencia altera el espíritu o la unidad del texto sancionado7. Por otra parte, como bien señala Sagüés, la Constitución no define los extremos del control que traza sobre las promulgaciones pardales, al punto que se considera que aún cuando el Congreso resolviera que acuellas no tienen autonomía formativa con el resto del proyecto observado, de todos modos la porción promulgaba parcialmente ya estará rigiendo, y la Constitución no dice que las salas del Congreso pueden dejar sin efecto tal promulgación. Asimismo, se ha observado que el silencio del Congreso ante un veto parcial, no es objetable porque con él no se estaría produciendo una legalización de un acto del Poder Ejecutivo con carácter legislativo, sino tan solo la ratificación de la autonomía normativa de la norma promulgada parcialmente8. En ese orden de ideas, es necesario dejar en claro que la única mecánica válida para hacer prevalecer la posición del Congreso sobre el criterio del Poder Ejecutivo, en el marco de la interacción que tienen en el procedimiento de formación y sanción de las leyes, es la insistencia con los dos tercios de votos. El texto constitucional es claro, si no se reúne esa mayoría calificada en cada cámara, o entre ellas difieren sobre las objeciones, el proyecto no podrá repetirse en las sesiones de ese adío. En virtud de lo expuesto, la promulgación parcial seguirá vigente, y el Congreso no podría pretender aprobar un proyecto de modificación con mayorías ordinarias, que busque hacer prevalecer su postura sobre la fijada por el Poder Ejecutivo, eludiendo la mayoría calificada de los dos tercios. En última instancia, quedará vigente el control sustantivo de la norma promulgada que puede llevar a cabo el Poder judicial9. Por lo demás, si las Cámaras del Congreso no se han expedido sobre las observaciones del Poder Ejecutivo y éstas coinciden en la solución legislativa para hacerse cargo del las observaciones, podrán sancionar una ley modificatoria respetando las mayorías ordinarias que exija la sanción de ese texto legal. Finalmente, es necesario acudir a la interpretación auténtica del constituyente del 1994, que puede recabarse en la publicación realizada por miembros de la comisión redactora. Allí, uno de los informantes del Núcleo de Coincidencias Básicas, García Lema, destaca que el despacho de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo, ante un veto con promulgación parcial, no debe seguir el trámite previsto 7 Quiroga Lavié, Humberto, La Constitución de la Nación Argentina comentada, Zavalia Editor, 2003, p. 564; Sagüés, Néstor Pedro, Elementos de derecho constitucional, tomo 1, Astrea, 1997, ps. 433 y ss. 8 Quiroga Lavié, op.cit., p. 564. 9 Gelli, María Angélica, Constitución de la Nación Argentina. Comentada y concordada, La Ley, 2005, p. 774. CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION en el artículo 99 inciso 30 para los decretos de necesidad y urgencia, porque debe ser elevado a la Cámara de origen, ya que a partir de ese momento, se aplica la norma específica que regula la cuestión, el artículo 83 de la Constitución Nacional10. También refuerza estad tesis, el criterio propuesto por Gelli y Toranzo, en cuanto entienden que lo que debe seguir el mismo procedimiento que los decretos de necesidad y urgencia, son las condiciones de emisión del decreto por el que se promulga parcialmente una ley (acuerdo general de ministros, refrendo del jefe de Gabinete), pero no el trámite de control por el Congreso11. En síntesis, con fundamento en lo expresado, pongo a consideración de la Cámara, la siguiente formulación normativa: “Sustituir el título III, capítulo III de la ley 26.122, por el texto: CAPÍTULO III Observación total o parcial de leyes Elevación Art. 14. – El jefe de Gabinete, dentro de los diez días hábiles de observado en forma total o pardal un proyecto de ley lo remitirá al Congreso junto con el mensaje o decreto de las observaciones, para que ejerza las atribuciones previstas en los artículos 80 y 83 de la Constitución Nacional. 10 García Lema, Alberto M., Decretos de necesidad y urgencia. Delegación legislativa. Agilización del trámite de discusión y sanción de las leyes, en La Reforma de la Constitución. Explicada por miembros de la Comisión de Redacción, Rubinzal - Culzoni Editores, 1994, p. 408. 11 Gelli, Maria Angélica y Toranzo, Alejo, Pautas para la regulación del trámite de los Decretos de promulgación parcial de leyes, en Leyes reglamentarias de la reforma constitucional. Pautas y sugerencias fumlamentales. Asociación Argentina de Derecho Constitucional, 1996, p. 264. Supl. (2) O.D. Nº 146 3 Despacho de comisiones Art. 15. – La Comisión Bicameral Permanente debe expedirse en forma conjunta con las comisiones permanentes de ambas cámaras, que hubieren intervenido en el trámite parlamentario del proyecto de ley observado por el Poder Ejecutivo. Contenido del dictamen Art. 16. – El dictamen de comisiones debe pronunciarse sobre la conveniencia de confirmar la sanción original del Congreso, y en su caso, índícar sí la parte no observada tiene autonomía normativa y no altera el espíritu o la unidad del proyecto sancionado. El dictamen de comisiones se eleva al plenario de cada Cámara. La Cámara de origen del proyecto, interviene en primer término, conforme el procedimiento previsto en el artículo 83 de la Constitución Nacional. Insistencia de ambas Cámaras Art. 17. – Si ambas Cámaras del Congreso insisten en la sanción del proyecto desechado en su totalidad por el Poder Ejecutivo, por mayoría de dos tercios de votos, se convierte en ley y debe ser promulgado. Sí ambas Cámaras del Congreso insisten en las partes observadas por el Poder Ejecutivo, por mayoría de dos tercios de votos, se convierte en ley la sanción original y debe ser promulgada por el Poder Ejecutivo. Si ambas Cámaras del Congreso resuelven por mayoría de dos tercios de votos, que en una promulgación parcial hay disposiciones que no tienen autonomía normativa o alteran el espíritu o la unidad del proyecto originalmente sancionado, las disposiciones promulgadas por el Poder Ejecutivo quedan derogadas de acuerdo a lo que establece el artículo 3° del Código Civil, permaneciendo a salvo los derechos adquiridos durante su vigencia. Jorge R. Yoma. Volver O.D.