i UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO ESCUELA DE POSTGRADO SECCIÓN DE POSTGRADO EN DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS Tesis para optar el Grado de Maestro en Derecho Mención en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social LA VULNERACIÓN DE LA LEY DEL SERVICIO CIVIL A LOS DERECHOS COLECTIVOS DE TRABAJO DE LOS EMPLEADOS PÚBLICOS DEL PERÚ. AUTOR : Bach. Frank Alexander Díaz Valiente. ASESOR : Dr. Modesto Olegario De Bracamonte Meza. Trujillo – Perú 2015 Registro N°: ii iii UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO ESCUELA DE POSTGRADO SECCIÓN DE POSTGRADO EN DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS Tesis para optar el Grado de Maestro en Derecho Mención en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social LA VULNERACIÓN DE LA LEY DEL SERVICIO CIVIL A LOS DERECHOS COLECTIVOS DE TRABAJO DE LOS EMPLEADOS PÚBLICOS DEL PERÚ. AUTOR ASESOR : Bach. Frank Alexander Díaz Valiente. : Dr. Modesto Olegario De Bracamonte Meza. Trujillo – Perú 2015 Registro N°: iv Dedicatorias A mis amados padres, Segundo y Rossi; ya que con su constante apoyo soy lo que soy hasta el momento. A mi tío Yoni, por haber contribuido con mi formación y educación a lo largo de mi corta y austera existencia. A Simón Díaz Salcedo in memoriam, abuelo y compañero; quien fuera uno de los tantos hombres que acompaño a Haya De La Torre durante el decenio de 1935 a 1945 y que a su vez cimentó lo que hoy se conoce como Apra. Cuyas enseñanzas y experiencias transmitidas perdurarán en mí por siempre. v Agradecimiento Al Dr. Modesto Olegario De Bracamonte Meza, por creer en mi potencial intelectual y ser una constante fuente de motivación de superación personal y/o profesional. Ya que sin su ayuda, orientación y asesoría para el presente trabajo por parte del mismo no hubiese sido posible la realización y culminación de esta tesis. A los dirigentes e integrantes de los siguientes sindicatos por el apoyo brindado para la realización del presente trabajo de investigación: Sindicato único de trabajadores de la zona registral V sede Trujillo, Sindicato único de trabajadores de la Superintendencia nacional de la administración tributaria, Sindicato único de trabajadores administrativos de la universidad nacional de Trujillo, Sindicato único de trabajadores del poder judicial. vi Jurado dictaminador ________________________ Ms. Lizardo Reyes Barrutia Presidente ________________________ Ms. Gustavo Vicuña Gonzales Secretario ___________________________________ Dr. Modesto Olegario De Bracamonte Meza Miembro vii Presentación Señores miembros del jurado dictaminador: Dando cumplimiento a las disposiciones legales vigentes, contenidas en el reglamento general para el otorgamiento de grados y títulos de la Universidad Nacional de Trujillo, someto a vuestra consideración y cabal criterio la presente tesis titulada “La vulneración de la ley del servicio civil a los derechos colectivos de trabajo de los empleados públicos del Perú”, para su correspondiente dictamen, aprobación y posterior sustentación. El presente trabajo de investigación, ha sido elaborado teniendo como base los conocimientos adquiridos durante la formación en el postgrado, que recibí en esta superior casa de estudios. Sin embargo, he profundizado la investigación de esta tesis, en base de consultas bibliográficas de libros, revistas jurídicas, dispositivos legales internacionales, realizándose un análisis doctrinario, legislativo, así como también un análisis de estadísticas referentes al servicio civil. Finalmente, agradeciendo al jurado por su atención y evaluación de la presente investigación, pues espero, que esta tesis colme sus expectativas y a la vez pido su comprensión por los errores que pudiesen advertirse en ella. Trujillo, Noviembre del 2015. _______________________________ Bach. Frank Alexander Díaz Valiente Autor viii Índice de contenidos Dedicatorias v Agradecimiento vi Jurado dictaminador vii Presentación viii Índice de contenidos ix Índice de cuadros e ilustraciones xvii Resumen xviii Abstract xix Capítulo I: El problema 1. Introducción 1 2. Antecedentes 2 3. Realidad observable 2 4. Justificación 5 5. Problema 6 6. Hipótesis 6 7. Objetivos 7 7.1. Objetivos generales 7 7.2. Objetivos específicos 7 Capítulo II: Marco teórico Título I: Derecho colectivo de trabajo 1. Concepto 8 2. Principios del derecho colectivo de trabajo 10 2.1. Principio de libertad de asociación o libertad sindical 11 2.2. Principio de la autonomía colectiva o sindical 11 2.3. Principio de democracia sindical 11 2.4. Principio de la representatividad sindical 11 Título II: Sindicación 1. Concepto 12 2. Regulación Jurídica 12 2.1. Legislación nacional 12 2.2. Legislación internacional 12 2.2.1. La declaración universal de los derechos humanos 12 ix 2.2.2. Los convenios de la organización internacional del trabajo 16 3. La Libertad Sindical 17 3.1. Concepto 17 3.2. Libertad sindical y su protección al derecho de sindicalización 20 3.3. Libertad sindical como derecho individual y derecho colectivo 22 3.4. La autonomía sindical como manifestación de la libertad sindical 23 3.5. El surgimiento y la consolidación del sindicalismo y la libertad en el Perú 26 Título III: La negociación colectiva 1. Concepto 33 2. Regulación jurídica 34 2.1. Legislación nacional 34 2.2. Legislación internacional 36 3. Elementos de la negociación colectiva 37 3.1. Sujetos 37 3.2. Niveles 38 3.3. Contenidos 40 3.4. Procedimiento 42 3.5. Productos 45 4. El derecho de los trabajadores a la negociación colectiva 46 5. La negociación colectiva en el sector público 47 6. Los sujetos de la negociación colectiva y el reconocimiento de las organizaciones más representativas 49 7. Las materias objeto de la negociación colectiva 52 Título IV: La huelga 1. Antecedentes 55 2. Concepto 55 3. Regulación de la huelga 56 3.1. Legislación nacional 56 3.2. Legislación internacional 56 4. Elementos de la huelga 58 5. Finalidad de la huelga 58 6. Modalidades de la huelga 59 7. Límites de la huelga 60 8. Ejercicio del derecho a la huelga 61 x Título V: Conflictos en materia laboral 1. Introducción 62 2. Concepto 63 3. Clasificación 63 3.1. En razón de los sujetos involucrados 64 3.2. En función de la naturaleza del conflicto 65 3.3. Por el tipo de interés que se afecta 65 4. Mecanismos de solución de un conflicto laboral 66 4.1. Introducción 66 4.2. Clases de conflictos laborales 67 4.2.1. Conflictos laborales individuales 68 4.2.2. Conflictos laborales colectivos 69 4.2.3. Los conflictos pluriindividuales 71 4.2.4. Los conflictos impropios 71 5. El estado ante un conflicto laboral 73 6. Sistemas de solución de conflictos laborales 74 6.1. Sistemas tradicionales vigentes 74 6.1.1. La gestión judicial 74 6.1.2. La gestión administrativa 75 6.1.3. La conciliación y la mediación 76 6.2. Formas de conciliación 77 6.2.1. El arbitraje 79 6.2.2. El arbitraje voluntario y obligatorio 80 Título VI: El régimen laboral de los empleados públicos del Perú 1. La contratación pública en el Perú 82 2. El empleo público 84 3. Contratación de personal en el estado 84 4. Los funcionarios y los servidores públicos 85 4.1. Los funcionarios públicos 86 4.1.1. De elección directa y popular 86 4.1.2. Funcionarios de nombramiento y remoción regulados 86 4.2. Funcionarios públicos de confianza 86 4.3. Servidores públicos 87 5. Regímenes laborales de contratación de los empleados públicos en el estado 87 5.1. Régimen laboral público 87 5.1.1. Decreto legislativo N° 276 – Ley de bases de la 87 xi carrera administrativa y de remuneraciones en el sector público 87 5.1.1.1. Concepto de carrera administrativa 87 5.1.1.2. Principios rectores 88 5.1.1.3. Exclusión de la carrera 88 5.1.1.4. Estructura orgánica y estructural 90 5.1.1.5. Ingreso a la carrera administrativa 90 5.1.1.6. Periodo de prueba 91 5.1.1.7. Ascenso 92 5.1.1.8. Derechos de los servidores públicos 92 5.1.1.9. Bonificaciones y beneficios pecuniarios 93 5.1.1.10. Término de la carrera administrativa 94 5.1.1.11. Contratación de personal para funciones de carácter personal 94 5.1.1.12. Contratación de personal para labores permanentes 94 5.1.2. Ley N° 28175 - Ley marco del empleo público 96 5.1.2.1. Finalidad 96 5.1.2.2. Ámbito de aplicación 96 5.1.2.3. Principios 97 5.1.2.4. Clasificación del personal 98 5.1.2.5. Funcionarios públicos 98 5.1.2.6. Empleados de confianza 99 5.1.2.7. Los servidores públicos 99 5.1.2.8. Acceso al cargo ocupacional 100 5.1.2.9. Convocatoria, selección y contratación 100 5.1.2.10. Derechos del empleado público 100 5.1.2.11. Término de la relación del empleo público 101 5.1.2.12. De los servicios no personales 101 5.1.3. Decreto legislativo N°1057 - Ley que regula el régimen especial de contratación administrativa de servicios 101 5.1.3.1. Generalidades 101 5.1.3.2. Definición de la contratación administrativa de servicios 102 5.1.3.3. Naturaleza jurídica 103 5.1.3.4. Finalidad 103 5.1.3.5. Requisitos para la celebración del contrato 103 5.1.3.6. Duración 104 5.1.3.7. Derechos reconocidos 104 5.1.3.8. Prohibiciones contenidas en la ley 105 5.1.4. Ley N° 30057 - Ley del servicio civil 106 xii 5.1.4.1. Generalidades 106 5.1.4.2. Concepto 106 5.1.4.3. Estructura del servicio civil 107 5.1.4.4. Clases de trabajadores del servicio civil 107 5.1.4.5. Beneficios del servicio civil 108 5.1.4.6. Costos e implementación del servicio civil 108 5.2. Régimen laboral privado 109 5.2.1. Decreto legislativo 728 - Ley de fomento del empleo 109 Título VII: Los derechos colectivos de trabajo desde la perspectiva de la jurisprudencia del tribunal registral 1. El tribunal constitucional 110 1.1. El origen del tribunal constitucional 110 1.2. La jurisdicción constitucional 112 1.3. Finalidad del tribunal constitucional 114 1.4. Naturaleza del tribunal constitucional peruano 115 1.5. El tribunal constitucional como órgano jurisdiccional 122 1.6. El tribunal constitucional como órgano político 124 1.7. Competencia y atribuciones del tribunal constitucional peruano 126 1.8. Autonomía del tribunal constitucional en la administración de justicia Constitucional 127 1.9. Autonomía institucional 127 2. Jurisprudencia relevante del tribunal constitucional sobre derechos colectivos de trabajo 128 2.1. Sindicación 128 2.1.1. Exp. N° 0008-2005-PI/TC 128 2.1.2. Exp. N° 1124-2001-AA/TC 130 2.1.3. Exp. N° 1124-2001-PA 131 2.1.4. Exp. N° 1469-2002-AA/TC 131 2.1.5. Exp. N° 206-2005-AA/TC 133 2.1.6. Exp. N° 3311-2005-PA 133 2.1.7. Exp. N° 632-2011-AA/TC 137 2.2. Negociación colectiva 140 2.2.1. Exp. N° 008-2005-PI 140 2.2.2. Exp. N° 3311-2005-PA/TC 141 2.3. Huelga 144 2.3.1. Exp. N° 3311-2005-PA/TC 144 xiii 2.3.2. Exp. N° 0008-2005-PI/TC 144 3. Sentencia del tribunal constitucional sobre demanda de inconstitucionalidad de la ley de servicio civil 146 3.1. Introducción 146 3.2. Respecto de los derechos colectivos de trabajo de los servidores públicos 147 Capítulo III. Materiales, métodos y técnicas 1. Material 157 1.1. Población universal 157 1.2. Población muestral 157 2. Métodos 157 2.1. Métodos lógicos 157 2.1.1. Método inductivo 157 2.1.2. Método deductivo 157 2.1.3. Método analítico 158 2.1.4. Método sintético 158 2.1.5. Método estadístico 158 2.1.6. Método matemático 159 2.1.7. Método histórico 159 2.2. Métodos jurídicos 159 2.2.1. Método doctrinario 159 3. Técnicas e instrumentos 159 3.1. Recopilación documental 160 3.1.1. Guía de observación 160 3.1.2. Observación 160 3.1.3. Fotocopiado 160 3.1.4. Páginas virtuales 161 3.2. Encuesta 161 3.2.1. Diálogo 161 3.2.2. Rol de preguntas 161 3.3. Análisis de contenidos 161 4. Procedimiento de recolección 162 4.1. Primer paso 162 4.2. Segundo paso 162 4.3. Tercer paso 162 4.4. Cuarto paso 162 4.5. Quinto paso 163 xiv 4.6. Sexto paso 163 4.7. Sétimo paso 163 4.8. Octavo paso 163 Capítulo IV: Resultados y discusión de resultados 1. Aspectos generales 164 2. De las estadísticas 165 2.1. Índice de desarrollo del servicio civil 165 2.2. Índice de desarrollo del servicio civil en 16 países 166 2.3. Diferencia en el índice de desarrollo del servicio civil 169 2.4. Comparación regional de los índices por subsistema 176 2.5. Planificación de la ley del servicio civil 176 2.6. Gestión de rendimiento del servicio civil 179 2.7. Gestión del desarrollo del servicio civil 180 2.8. Gestión de las relaciones humanas y sociales 181 2.9. Organización de la función de los recursos humanos del servicio civil 182 2.10. Comparación regional entres los índices de calidad del servicio civil 183 2.11. Puntaje del índice de eficiencia del servicio civil 184 2.12. Diagnóstico del servicio civil en Bolivia 185 2.13. Diagnóstico del servicio civil en Brasil 186 2.14. Diagnóstico del servicio civil en Chile 188 2.15. Diagnóstico del servicio civil en Colombia 189 2.16. Diagnóstico del servicio civil en Costa Rica 190 2.17. Diagnóstico del servicio civil en Ecuador 192 2.18. Diagnóstico del servicio civil en El Salvador 193 2.19. Diagnóstico del servicio civil en Guatemala 194 2.20. Diagnóstico del servicio civil en Honduras 196 2.21. Diagnóstico del servicio civil en México 197 2.22. Diagnóstico del servicio civil en Nicaragua 199 2.23. Diagnóstico del servicio civil en Panamá 200 2.24. Diagnóstico del servicio civil en Paraguay 202 2.25. Diagnóstico del servicio civil en Perú 203 2.26. Diagnóstico del servicio civil en República Dominicana 204 2.27. Diagnóstico del servicio civil en Uruguay 206 3. De las encuestas 207 3.1. Pregunta N° 01 207 3.2. Pregunta N° 02 208 xv 3.3. Pregunta N° 03 209 3.4. Pregunta N° 04 210 3.5. Pregunta N° 05 211 4. Interpretación de los resultados 211 4.1. Respecto de la pregunta N° 01 211 4.2. Respecto de la pregunta N° 02 211 4.3. Respecto de la pregunta N° 03 212 4.4. Respecto de la pregunta N° 04 212 4.5. Respecto de la pregunta N° 05 212 Capítulo V: Conclusiones y recomendaciones 1. Conclusiones 214 2. Recomendaciones 216 Bibliografía 217 Legislación 219 Jurisprudencia 220 Anexos Encuesta 223 xvi Índice de cuadros e ilustraciones 1. Índice de desarrollo del servicio civil 165 2. Índice de desarrollo del servicio civil en 16 países 166 3. Diferencia en el índice de desarrollo del servicio civil 169 4. Comparación regional de los índices por subsistema 176 5. Planificación de la ley del servicio civil 176 6. Gestión de rendimiento del servicio civil 179 7. Gestión del desarrollo del servicio civil 180 8. Gestión de las relaciones humanas y sociales 181 9. Organización de la función de los recursos humanos del servicio civil 182 10. Comparación regional entres los índices de calidad del servicio civil 183 11. Puntaje del índice de eficiencia del servicio civil 184 12. Diagnóstico del servicio civil en Bolivia 185 13. Diagnóstico del servicio civil en Brasil 186 14. Diagnóstico del servicio civil en Chile 188 15. Diagnóstico del servicio civil en Colombia 189 16. Diagnóstico del servicio civil en Costa Rica 190 17. Diagnóstico del servicio civil en Ecuador 192 18. Diagnóstico del servicio civil en El Salvador 193 19. Diagnóstico del servicio civil en Guatemala 194 20. Diagnóstico del servicio civil en Honduras 196 21. Diagnóstico del servicio civil en México 197 22. Diagnóstico del servicio civil en Nicaragua 199 23. Diagnóstico del servicio civil en Panamá 200 24. Diagnóstico del servicio civil en Paraguay 202 25. Diagnóstico del servicio civil en Perú 203 26. Diagnóstico del servicio civil en República Dominicana 204 27. Diagnóstico del servicio civil en Uruguay 206 28. Pregunta N° 01 207 29. Pregunta N° 02 208 30. Pregunta N° 03 209 31. Pregunta N° 04 210 32. Pregunta N° 05 211 xvii Resumen Frank Alexander Díaz Valiente, presenta su tesis titulada: “La vulneración de la ley del servicio civil a los derechos colectivos de trabajo de los empleados públicos del Perú”, que contó con el asesoramiento del profesor, Dr. Modesto Olegario De Bracamonte Meza, escrita en 241 páginas, en el año 2015, para obtener el grado de maestro en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Escuela de Postgrado de la Universidad Nacional de Trujillo. La presente investigación, trata de dar respuesta a la vulneración de la ley del servicio civil a los derechos colectivos de trabajo de los servidores públicos del Perú, para lo cual es necesario realizar un recorrido por los distintos regímenes laborales de los empleados públicos del Perú, también revisaremos a nivel doctrinario la opinión de varios autores y/o especialistas en la materia, así como finalmente un análisis jurisprudencial de los derechos colectivos de trabajo y de la sentencia de inconstitucionalidad emitida por el tribunal constitucional peruano respecto de la ley N° 30057; con el fin de poder demostrar la vulneración de la ley del servicio civil a los derechos colectivos de trabajo de los empleados públicos del Perú, acorde a lo problematizado e hipotetizado. Palabras clave: Derechos colectivos, Ley del servicio civil, Vulneración de derechos colectivos. Trujillo, Noviembre del 2015. xviii Abstract Frank Alexander Diaz Valiente, presents his thesis: “The violation of the law of civil service collective labor rights of public employees in Peru”, which was advised by Professor, Dr. Modesto Olegario De Bracamonte Meza, written in 241 pages 2015 to obtain a master's degree in labor law and social security in the Graduate School of the National University of Trujillo. This research seeks to respond to the violation of the civil service law to collective labor rights of public servants of Peru, which is necessary to take a tour of the various labor regimes for public employees of Peru, also we revise a doctrinal level, several authors and / or specialists in the field, and finally a jurisprudential analysis of the collective rights of labor and the ruling of unconstitutionality issued by the Peruvian constitutional court regarding the law No. 30057; in order to be able to demonstrate a breach of the civil service law to collective labor rights of public employees in Peru, according to what problematized and hypothesized. Keywords: Collective rights, Civil Service Act, violation of collective rights. Trujillo, November 2015. xix Capítulo I. El problema 1. Introducción: El siguiente trabajo de investigación, tiene como objetivo comprender la vulneración de la ley del servicio civil a los derechos colectivos de trabajo de los servidores públicos, para lo cual es necesario realizar un recorrido por distintas nociones de estos preceptos, tanto a nivel literario bajo la conceptualización de varios autores, así como con un análisis jurisprudencial; con el fin de acercarnos un poco a su naturaleza y demostrar una posible inconstitucionalidad por parte de esta ley. Analizaremos teórica y doctrinariamente los aspectos que comprenden el derecho colectivo de trabajo, el derecho de sindicación, el derecho de negociación colectiva, el derecho a la huelga, los conflictos en materia laboral, así como también un estudio de lo que refiere al tribunal constitucional, para darnos cuenta sobre la jurisdicción constitucional, la finalidad del tribunal constitucional, las competencias y atribuciones del tribunal constitucional peruano. Seguidamente, para tener una visión mucho más amplia respecto al presente trabajo, analizaremos los derechos colectivos de trabajo desde la perspectiva de la jurisprudencia del tribunal constitucional; en donde podremos apreciar como el mencionado tribunal a lo largo del tiempo ha interpretado conforme a la constitución y demás normativa vigente, los derechos colectivos colectivo de trabajo. Posteriormente, analizaremos la sentencia del tribunal constitucional respecto a la acción de inconstitucionalidad planteada en contra de la ley del servicio civil, y a su vez analizaremos los diversos regímenes laborales que han ido surgiendo a lo largo del tiempo dentro del régimen laboral público para poder obtener una mayor visión acerca del funcionamiento Finalmente, realizaremos una apreciación más profunda de la posible trasgresión del derecho fundamental de la negociación colectiva, dado que en la nueva ley del servicio civil, en varios de sus artículos, presenta limitaciones hacia el ejercicio de dicho derecho fundamental, en tal caso se genera el siguiente cuestionamiento, ¿resulta ser esta ley inconstitucional?. No pretendemos llegar a una respuesta absoluta, sino que entregar algunos elementos que permitan al lector profundizar en el tema y obtener sus propias conclusiones. 1 2. Antecedentes La ley N° 30057, ley del servicio civil, ha sido promulgada con fecha 03 de Julio de 2013; es decir, su vigencia data de un periodo muy reciente. Como tal, aún no existen trabajos de investigación que hayan tocado el tema referido a la posible vulneración de los derechos a la libertad sindical y a la negociación colectiva de los servidores públicos en el Perú. 3. Realidad observable La reforma del servicio civil peruano a través de la recientemente promulgada ley n° 30057 – ley del servicio civil, busca terminar con el caos y el desorden existente en materia de contratación, remuneraciones, deberes y derechos de los servidores públicos, a través de la creación de una nueva y única Carrera Pública; con la finalidad de ordenar y mejorar el funcionamiento de la gestión de los recursos humanos en el sector público que permita mejorar el desempeño y el impacto positivo que el ejercicio del servicio público debe tener sobre la ciudadanía. El nuevo servicio civil apunta a garantizar el principio de mérito en la gestión de las personas, en los procesos de ingreso, permanencia, movilidad y mejoras remunerativas, en todas las entidades de la administración pública; siendo uno de sus objetivos la profesionalización del servicio civil, es decir, la reforma busca contar con el personal más competente e idóneo para el desempeño de las distintas funciones en el estado. La reforma, entonces, es ventajosa tanto para el estado y el servicio civil como para el ciudadano. La actual reforma del servicio civil se inició en el año 2008 por la ausencia de una política de recursos humanos, que trajo como consecuencia un servicio civil desestructurado y desordenado producto del desorden normativo en materia de gestión de recursos humanos en el estado. Existe más de 500 normas sobre el servicio civil, más de 102 escalas remunerativas en 82 entidades del poder ejecutivo, más de 400 reglas diferentes que regulan el pago a los servidores públicos y más de 198 conceptos de pago, entre remunerativos y no remunerativos. En este contexto, se crea la autoridad nacional del servicio civil – servir, como un organismo técnico especializado y rector del sistema administrativo de gestión de recursos humanos del estado, encargado de establecer, desarrollar y ejecutar la política del estado respecto del servicio civil. El proceso de 2 reforma del servicio civil es integral e involucra a todos los grupos ocupacionales. Se realizará de manera gradual utilizando un criterio de eficiencia y priorizando los temas referidos a funcionarios y directivos públicos en la medida que constituyen un grupo clave para la implementación de la reforma. La posición que ocupan, así como su nivel de responsabilidad y acceso a la toma de decisiones los convierten en aliados necesarios para impulsar el proceso de reforma. Servir ha venido desarrollando acciones en los últimos tres años enmarcadas en los aspectos más urgentes que fueron identificados para iniciar la reforma del servicio civil: (i) capacitación, (ii) rendimiento, (iii) profesionalización del cuerpo directivo y (iv) resolución de controversias. Actualmente existe controversia respecto a lo prescrito por la denominada ley del servicio civil, ya que vulnera el artículo 28 de la constitución del estado que establece de manera categórica: El estado, reconoce los derechos de sindicación, negociación colectiva y huelga y cautela su ejercicio democrático y en el inciso 2) del mismo artículo precisa: El estado, fomenta la negociación colectiva y promueve formas de solución pacífica de los conflictos laborales. En el caso de la ley del servicio civil, esa distinción, esconde sin duda un propósito perverso, como es, legislar de manera específica sobre las relaciones colectivas del sector público, para condicionar y recortar los derechos de sindicalización, negociación colectiva y huelga, como ya lo había hecho el ministerio de economía y finanzas, en Noviembre del año pasado, en la ley de presupuesto para el presente año en la que mediante la disposición complementaria n° 58, se prohíbe la negociación colectiva para el sector público y de manera flagrante se desconocen los pactos colectivos y laudos arbitrales que se hubieran suscrito. Esto colisiona con el artículo 3, inciso 2) del convenio 87 de la organización internacional del trabajo, que prescribe: “Las autoridades públicas, deberán abstenerse de toda intervención que tienda a limitar este derecho (de libertad sindical) o a entorpecer su ejercicio legal”, como también el artículo 8 del mismo convenio el que señala “La legislación nacional no menoscabará ni será aplicada de suerte que menoscabe las garantías previstas en el presente convenio”. Por su parte el artículo 44 establece que los pliegos se presentaran entre el 1° de noviembre y el 30 de enero del siguiente año (Inciso a), es decir, después 3 que se ha elaborado y aprobado el presupuesto nacional y cuando ya no hay posibilidades de incluir las previsiones presupuestarias para atender las demandas de los trabajadores. Este hecho, constituye una burla repudiable y un insulto a la inteligencia de los trabajadores. Razón tenía el presidente de servir cuando decía que se habían establecido fuertes candados; ciertamente no eran para garantizar sino para hacer inviables los derechos fundamentales de los trabajadores Todo ello vulnera otros convenios internacionales y resoluciones y recomendaciones de la organización internacional del trabajo, que como sabemos, una vez suscritos forman parten del ordenamiento legal y adquieren carácter vinculante. Además de los señalados anteriormente se contraviene el convenio 151 de la organización internacional del trabajo, que regula las relaciones de trabajo en la administración pública como también el convenio 154, que aunque no ha sido refrendado por el Perú constituye una importante fuente del derecho. En ese sentido, la investigación a realizarse adquiere profunda importancia al plantearse efectuar un deslinde de naturaleza doctrinaria respecto al hecho de si la recientemente promulgada ley del servicio civil, en verdad contiene disposiciones que podrían resultar vulneratorias a los derechos a la estabilidad laboral y a la negociación colectiva de los servidores públicos; lo cual, indefectiblemente, implicaría su inconstitucionalidad, tal como ha sido demandada ante el tribunal constitucional por la confederación general de trabajadores del Perú - CGTP y por un grupo de congresistas; o si es que sus disposiciones son inocuas en ese sentido y no existe vulneración alguna a los antes citados derechos constitucionales. El tema de investigación adquiere, sin duda, trascendental relevancia; pues, está de por medio la tan esperada y necesaria reforma contemplada por la ley del servicio civil que apunta a integrar a los servidores públicos en un solo régimen del servicio civil. Reforma que no podría materializarse si es que la norma es declarada inconstitucional por vulnerar los derechos a la libre sindicalización y a la negociación colectiva de los servidores públicos en el Perú. En ese sentido, el trabajo de investigación a realizarse constituye un importante aporte al campo jurídico porque, su posible publicación, ayudará a dilucidar si la ley del servicio civil, efectivamente, contiene disposiciones vulneratorias a los 4 mencionados derechos de los trabajadores; o si, por el contrario, sus disposiciones se ciñen a los preceptos constitucionales y legales que regulan el respecto a tales derechos; haciendo posible, de ese modo, que la tan esperada reforma del sector público pueda llevarse adelante. El tema de investigación adquiere relevancia social porque se refiere a un problema de alcance nacional que trasciende las fronteras de nuestra región, extendiendo sus efectos a todas las entidades del territorio nacional donde los servidores públicos prestan servicios; razón por la cual, el impacto que ha generado su reciente promulgación, ha devenido en protestas y conflictos sociales ocasionados por la paralización de los servicios públicos ante las reiteradas jornadas de huelga convocadas por los gremios sindicales; quienes exigen al gobierno la derogatoria de esta Ley por considerarla vulneratoria a los derechos de sindicación, negociación colectiva y huelga. El trabajo de investigación que nos proponemos llevar a cabo, se ceñirá estrictamente a las reglas establecidas por el método de investigación científica; por tanto, será de utilidad para quienes pretendan efectuar investigaciones relacionadas a las variables del problema de investigación; o, tal vez, para ampliar el tema de investigación. 4. Justificación - Se justifica la presente investigación desde el punto de vista jurídico porque, es importante conocer los efectos que genera la vulneración de la ley del servicio civil a los derechos colectivos de trabajo de los empleados públicos peruanos, ya que esta vulneración se da porque la ley del servicio civil, restringe el derecho de negociación colectiva sólo a condiciones de trabajo, vaciándola de contenido al prohibirse la negociación de condiciones económicas, con lo que se elimina el contenido salarial, en violación del artículo 28º de la constitución que reconoce el derecho de negociación colectiva sin ninguna restricción. De igual forma se afecta el artículo 23º de la constitución que asigna al estado la responsabilidad de promover condiciones para el progreso social y económico y asegurar que ninguna relación laboral limite el ejercicio de los derechos constitucionales. Respecto al derecho a la huelga, la ley del servicio civil, no detalla qué actividades serán consideradas como servicios esenciales, lo cual implica que las limitaciones al derecho de huelga podrían extenderse más allá de 5 los supuestos admitidos por los órganos de control de la organización internacional del trabajo para la calificación de un servicio como esencial. - Se justifica la presente investigación desde el punto de vista teórico porque, al analizar los derechos colectivos de trabajo, así como la jurisprudencia del tribunal constitucional en materia de derecho colectivo del trabajo; podremos conocer adecuadamente doctrinaria y teóricamente la esencia de los derechos colectivos de trabajo como son: sindicación, negociación colectiva y huelga. - Se justifica la presente investigación desde el punto de vista social porque, es necesario poder conocer el impacto que genera sobre los empleados públicos, porque la ley del servicio civil vulnera los derechos colectivos de trabajo de los empleados públicos del país, limitando los mismos, teniendo como consecuencia masivas huelgas y paralizaciones abruptas en la administración pública. 5. Problema - ¿Cómo la ley del servicio civil vulnera los derechos colectivos de trabajo de los trabajadores públicos del Perú?. 6. Hipótesis - La ley del servicio civil vulnera los derechos colectivos de trabajo, regulándolos indebidamente en la ley N° 30057 y a su vez violentando los convenios de la OIT ratificados por el estado peruano. 7. Objetivos: 7.1. Objetivos generales: - Determinar que Ley N° 30057 - ley del servicio civil, vulnera los derechos colectivos de trabajo de los empleados públicos del Perú. 7.2. Objetivos específicos: - Explicar la naturaleza jurídica y características de la negociación colectiva. 6 - Identificar la posición del tribunal constitucional en el marco jurisprudencial, respecto de los derechos colectivos de trabajo. - Analizar si existen disposiciones de la Ley N° 30057 – ley del servicio civil que vulneren los derechos a sindicación, negociación colectiva y huelga de los servidores públicos en el Perú. - Describir la situación actual del régimen del empleo público en el Perú. - Identificar los diferentes convenios de la organización internacional del trabajo en materia de derechos colectivos de trabajo que han sido ratificados por el Perú. - Identificar los diferentes regímenes laborales del sector público que se encuentran enmarcados dentro de la ley servir. 7 Capítulo II. Marco teórico Título I Derecho colectivo de trabajo 1. Concepto: La terminología derecho colectivo del trabajo ha sido creada en contraposición con el término derecho individual del trabajo. Esta dualidad es una particularidad del derecho del trabajo en general, que se original de la diferencia que hay entre el tipo de relaciones obrero – patronales que se dan entre trabajadores sindicalizados y un patrón o patrones derivadas de relaciones colectivas de trabajo, o entre un trabajador y un patrón derivadas de relaciones individuales de trabajo. Es el derecho colectivo del trabajo, es un derecho que hace referencia exclusivamente a los grupos sociales, ya de trabajadores o patrones y que tiene como objeto garantizar la defensa de los derechos laborales de grupos de obreros. Constituye un medio para lograr el equilibrio entre trabajadores y patrones, eliminando la inferioridad de estos últimos, derivada de su carencia de capital, logrando colocar a aquellos en una situación de igualdad para la concertación de las condiciones de trabajo. Acepta la licitud del empleo de medios de acción directa. Procura la solución pacífica entre trabajadores y empleadores de los conflictos de intereses colectivos y por lo tanto, la consecución de un estado de paz laboral. El derecho colectivo del trabajo reconoce la existencia de una nueva fuente del derecho, por la vía de los convenios colectivos del trabajo, representando una garantía de libertad. En el derecho colectivo del trabajo se da la existencia de lo que se conoce como triangularidad o teoría de la unidad indisociable, que sostiene la fusión al derecho del trabajo en tres instituciones: El sindicato, la negociación colectiva y la huelga. La inexistencia de cualquiera de estas instituciones traería como resultado que el derecho colectivo del trabajo dejara de existir, puesto que son las tres directrices de imputación normativa. Una moderna corriente doctrinaria tiende a reunir el derecho sindical, el derecho de las convenciones colectivas de trabajo o derecho normativo laboral y el derecho de los conflictos colectivos, en una rama del derecho laboral que se denomina derecho, colectivo del trabajo. Tal agrupación no parece ser, ni 8 con mucho, arbitraria; descansa, precisamente, en la realidad de que los trabajadores y los patronos, concebidos aisladamente, dejan de ser sujeto de este derecho colectivo de trabajo, en el cual participan exclusivamente los grupos, las asociaciones profesionales, determinadas categorías. Intereses distintos a los de los individuos, caracterizados como grupales, hacen aquí su aparición, y éstos necesitan de instituciones propias, como asimismo dichas instituciones precisan de un desenvolvimiento hasta cierto punto autónomo. De esta manera, dicho derecho se manifiesta con suficiente independencia como para tratarlo dentro de la relativa autonomía que dentro del derecho laboral tiene. Fijado ese intento de definición aparece claro que el derecho colectivo del trabajo se integra tanto con las asociaciones profesionales, obreras o patronales, como igualmente con los convenios colectivos de condiciones de trabajo y caen dentro de su esfera los conflictos que tienen por protagonistas a los trabajadores y a los patronos colectivamente considerados. El derecho colectivo del trabajo, conformado fundamentalmente por las instituciones del derecho a la sindicalización, la negociación colectiva y la huelga, ha sido materia de constante evolución desde que hace su aparición, en su forma más rudimentaria. Es en esta etapa en que los operarios y oficiales del taller se reúnen para negociar con el maestro y dueño del mismo, el valor del trabajo en la elaboración del producto. En el Perú, en el año 1992, se promulgo el decreto ley N° 25993, ley de relaciones colectivas de trabajo, norma que flexibilizo la normatividad en ese entonces que regulaba, las instituciones dela sindicación, la negociación colectiva y la huelga, otorgo excesivas prerrogativas al empleador y limito el accionar de los gremios laborales. La terminología derecho colectivo del trabajo ha sido creada en contraposición con el término derecho individual del trabajo. Es derecho colectivo del trabajo, como se ha dicho, es un derecho que hace referencia exclusivamente a los grupos sociales, ya de trabajadores o patrones y que tiene como objeto garantizar la defensa de los derechos laborales de grupos de obreros. En ese sentido, constituye un medio para lograr el equilibrio entre trabajadores y patrones, eliminando la inferioridad de estos últimos, derivada de su carencia 9 de capital, logrando colocar a aquellos en una situación de igualdad para la concertación de las condiciones de trabajo. Acepta la licitud del empleo de medios de acción directa. Procura la solución pacífica entre trabajadores y empleadores de los conflictos de intereses colectivos y por lo tanto, la consecución de un estado de paz laboral. De La Cueva, M. (1949). El derecho colectivo laboral puede definirse como aquel que teniendo por sujeto a conjuntos o grupos de trabajadores y de patronos, en relación o condiciones de solidaridad provenientes de su condición de prestadores o dadores de trabajo, desarrolla su objetivo en organizaciones grupales determinando o fijando reglas comunes a las categorías profesionales, o actuando en forma conjunta en la defensa de sus derechos e intereses1. Haro, C. J. (2004). El Derecho Colectivo es la parte del derecho general del Trabajo que se encarga del estudio de las organizaciones sindicales, las negociaciones y convenciones colectivas de trabajo, los conflictos colectivos y el ejercicio del derecho de huelga”2. 2. Principios del derecho colectivo del trabajo: 2.1. Principio de libertad de asociación o libertad sindical: BUENO, M. O. (1993). Lo define como el derecho de los trabajadores y empleadores a no sufrir la interferencia de los poderes públicos, ni de otros elementos, en el proceso de su organización, como en lo relativo a la promoción de intereses propios o de los grupos a que pertenecen3. Consiste en el derecho que tienen los trabajadores a afiliarse, a no afiliarse o a desafiliarse de las organizaciones sindicales. La constitución de 1993 recoge este principio en su Artículo 28°, inciso 14. 1 2 De La Cueva, M. (1949). Derecho mexicano del trabajo. México: Editorial Porrúa. Haro, C. J. (2004). Derecho Colectivo del Trabajo. Lima: Editora Rao S.R.L. 3 Bueno, M. O. (1993). Dimito Colectivo do Trabalho. San Paulo. Constitución de 1993, Artículo 28: "El Estado reconoce los derechos de sindicación, negociación colectiva y huelga. Cautela su ejercicio democrático: 1. Garantiza la libertad sindical. 4 10 El principio de la libertad sindical se vincula con el convenio N° 87 de la organización internacional del trabajo. En él se establece el derecho tanto de trabajadores como de empleadores a constituir organizaciones que estimen conveniente, sin organización previa. 2.2. Principio de la autonomía colectiva o sindical: Martínez, V. J. (1996). No sólo es aquel principio de poder constituir libremente el sindicato, sino también el de fijar sus estatutos, regular su funcionamiento sin intervenciones o restricciones y no quedar sujeto a una disposición estatal que determine su extinción5. Considerado en el convenio N° 87 de la organización internacional del trabajo, se refiere a que la constitución, existencia y aún la extinción del sindicato no puede depender de extraños sino sólo de la voluntad de sus propios componentes. Ha sido recogido en el texto de la reforma constitucional, en su artículo 30°, con el título “principios de la relación de trabajo”. 2.3. Principio de democracia sindical: Nos señala que las organizaciones sindicales deben ser gobernadas por sus propios afiliados democráticamente elegidos. Lo negativo de una democracia sindical estaría en la burocratización de sus dirigentes, produciéndose una separación entre éstos y las bases, siendo muy frecuente que las decisiones tomadas por los dirigentes se realicen al margen de sus afiliados. 2.4. Principio de representatividad sindical: Está íntimamente vinculado al principio de la democracia sindical. Nos plantea que los dirigentes sindicales deben representar proporcionalmente al número de sus afiliados. Esto lo observamos generalmente en las organizaciones sindicales de segundo y tercer grado, donde la junta directiva debe estar debidamente representada por los diferentes organismos sindicales de base o la pluralidad de esto. 5 Martínez, V. J. (1996). Elementos del Derecho de Trabajo y de la Seguridad Social. Buenos Aires: Editorial Astrea. 11 Título II Sindicación 1. Concepto: Cuando se intenta definir la sindicación, comúnmente se acude a dos elementos: la titularidad de los derechos que comprende y el contenido de éstos. Así, tenemos un aspecto individual y otro colectivo, de un lado, y un aspecto de organización y otro de actividad, del otro. El individual se refiere a los derechos que corresponden a cada trabajador en singular, y el colectivo a los que corresponden a la organización sindical. El de organización alude a una dimensión estática, y el de actividad a una dinámica, siendo el primero un medio de realizar la segunda. Todos estos aspectos son combinables entre sí. 2. Regulación jurídica: 2.1. Legislación nacional: En la misma línea que las demás constituciones del área, la nuestra de 1979 consagraba la libertad sindical, mencionando sus principales rasgos: derecho de constitución sin autorización previa, libertad de afiliación positiva y negativa, derecho de federación, libre organización y actividad sindical, disolución por acuerdo de sus miembros o por el Poder Judicial y fuero sindical (artículo 51). Por otra parte, señalaba también expresamente las exclusiones al ámbito subjetivo del derecho: los funcionarios del Estado con poder de decisión o que desempeñan cargos de confianza, los miembros de las fuerzas armadas y la policía y los magistrados (artículos 61 y 243). La constitución de 1993 se ocupa de la libertad sindical en dos de sus secciones: al tratar sobre los derechos fundamentales de la persona (artículo 2.13) y sobre los derechos sociales y económicos (artículo 28). Asimismo, aunque en negativo, vuelve a ella para determinar las exclusiones al derecho (artículos 42 y 153). Al regular la libertad sindical entre los derechos fundamentales de la persona, la Constitución considera a la sindicación como una especie del género asociación. En esa oportunidad, la constitución menciona 12 dos importantes elementos de su contenido: la constitución sin autorización previa y la no disolución por vía administrativa. Al ocuparse de la cuestión entre los derechos sociales y económicos (provistos del mismo grado de protección que los anteriores, ya que para la utilización de las acciones constitucionales no se distingue entre unos y otros derechos), la constitución en cambio es sumamente escueta: reconoce el derecho, cautela su ejercicio democrático y garantiza la libertad sindical. El recurso a los instrumentos internacionales de derechos humanos, en especial a los convenios internacionales del trabajo, al que antes hemos aludido, para determinar los alcances y el contenido del derecho proclamado, no puede ser más necesario que en este caso. En cuanto a las exclusiones al ámbito subjetivo del derecho, la constitución de 1993 repite las contempladas en la de 1979, añadiendo explícitamente la de los fiscales. Aquí el nuevo texto, en verdad al igual que el antiguo concuerda con los convenios 87 y 151 de la organización internacional del trabajo, que autorizan tales segregaciones. La sindicación en el sector público se rige por el Decreto Supremo 00382-PCM (modificado por el decreto supremo 099-84-PCM) y el Decreto Supremo 026-82-JUS. El decreto 063-90-PCM modificó a los Decretos Supremos 003-82-PCM y 026-82-JUS. 2.2. Legislación internacional: 2.2.1. La declaración universal de los derechos humanos: La libertad sindical se encuentra reconocida expresamente como un derecho humano por todos los instrumentos internacionales genéricos sobre esta última materia, tanto los existentes a nivel mundial (organización de naciones unidas) como los existentes a nivel regional americano (Organización de Estados Americanos). El primero es el caso de la Declaración Universal de Derechos Humanos (artículo 23.4), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (artículo 22) y el pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales (artículo 8). El segundo es el caso 13 de la declaración americana de los derechos y deberes del hombre (artículo XXII), la convención americana sobre derechos humanos (artículo 16) y su protocolo adicional en materia de derechos económicos, sociales y culturales (artículo 8). El grado de concreción con que los instrumentos de Naciones Unidas regulan el derecho es mayor en los pactos internacionales, sobre todo en el referido a derechos económicos, sociales y culturales, que en la declaración universal. Así, mientras esta última alude únicamente a los derechos a fundar sindicatos y a sindicarse, aquél abarca también los de fundar federaciones y confederaciones, funcionar sin obstáculos y a la huelga. La precisión será aún más grande en los convenios internacionales del trabajo. Los instrumentos internacionales de derechos humanos tenían expresamente nivel constitucional en nuestro ordenamiento, por asignación de la constitución de 1979 (artículo 105), rango que puede sostenerse que conservan, pese a que el artículo 200 de la constitución de 1993 parece atribuirles uno meramente legal, ya que así puede inferirse de las reglas previstas en el artículo 3 (enumeración abierta de derechos fundamentales) y la cuarta disposición final y transitoria (referentes indispensables para la interpretación de los preceptos constitucionales que se ocupan de los mismos derechos proclamados por los instrumentos internacionales de derechos humanos). Adicionalmente, en el ordenamiento internacional, la prevalencia de los tratados sobre las normas internas de los estados incluida la propia constitución no admite dudas. Varios convenios de la organización internacional del trabajo, se refieren a la libertad sindical. Entre ellos, los principales son los siguientes: i) El convenio 87 sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación. ii) El convenio 98 sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva. iii) El convenio 135 sobre los representantes de los trabajadores, éste convenio no se encuentra y ratificado por el Perú. iv) El convenio 151 sobre relaciones de trabajo en la administración pública. 14 La regulación de la libertad sindical por parte de los convenios internacionales del trabajo son de una manera más amplia y completa que las declaraciones, pactos y convenciones de derechos humanos, ya que al hacerse una comparación entre el convenio 87 con el pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales, respecto de los derechos que comprende y las restricciones que permite. En cuanto a los derechos que comprende, el pacto se ocupa con precisión sólo de los derechos de constitución, afiliación y federación, regulando genéricamente los derechos de actividad, mientras que el convenio añade además la prohibición de restricciones impuestas como condición a la adquisición de la personalidad jurídica y de la disolución o suspensión de las organizaciones sindicales por vía administrativa, desarrollando después todo el contenido de la autonomía interna. En lo segundo (restricciones que permite), el convenio 87 tolera como exclusión al ámbito subjetivo del derecho únicamente la de los miembros de las fuerzas armadas y la policía (artículo 9.1), en tanto que el pacto agrega la de los miembros de la administración del estado, así como otras necesarias en una sociedad democrática en resguardo de la seguridad nacional, el orden público o los derechos ajenos. Para evitar que amparándose en los pactos, los estados que los han ratificado a la vez que el convenio 87, pretendan desconocer éste, aquéllos han previsto que en tal situación no se podrá menoscabar las garantías contempladas en dicho convenio. En consecuencia, la libertad sindical ha sido tomada de manera importante por la organización internacional del trabajo, de tal manera que todos sus estados miembros están obligados a respetarla, aunque no hubieran ratificado los convenios sobre la materia y se han previsto procedimientos especiales de control para su tutela, consistentes en la presentación de quejas ante el comité de libertad sindical del consejo de administración. 15 2.2.2. Los convenios de la organización internacional del trabajo: El grado de concreción con que los instrumentos de naciones unidas regulan el derecho es mayor en los pactos internacionales, sobre todo en el referido a derechos económicos, sociales y culturales, que en la declaración universal. Así, mientras esta última alude únicamente a los derechos a fundar sindicatos y a sindicarse, aquél abarca también los de fundar federaciones y confederaciones, funcionar sin obstáculos y a la huelga. La precisión será aún más grande en los convenios internacionales del trabajo. Varios convenios de la organización internacional del trabajo, se refieren a la libertad sindical. Entre ellos, los principales son el 87 (sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación), 98 (sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva), 135 (sobre los representantes de los trabajadores) y 151 (sobre relaciones de trabajo en la administración pública). Todos, salvo el 135, se encuentran aprobados y ratificados por el Perú. El tema de la libertad sindical es tan relevante para la organización internacional del trabajo, que de un lado todos sus estados miembros están obligados a respetarla, aunque no hubieran ratificado los convenios sobre la materia, y del otro, se han previsto procedimientos especiales de control para su tutela, consistentes en la presentación de quejas ante el comité de libertad sindical del consejo de administración. Los convenios de la organización internacional del trabajo, referidos a la libertad sindical son instrumentos internacionales de derechos humanos, por cuanto tienen esta condición todos los tratados que desarrollan derechos reconocidos por dichos instrumentos. La propia organización internacional del trabajo, denomina a la libertad sindical al lado de la libertad de trabajo y la igualdad “derecho humano laboral”. La cuarta disposición final y transitoria de nuestra constitución de 1993 es, pues, perfectamente aplicable a los convenios 87, 98 y 151 de la organización internacional del trabajo. 16 Hemos dicho en el apartado anterior que los convenios internacionales del trabajo regulan la libertad sindical de modo más completo que las declaraciones, pactos y convenciones de derechos humanos. Esta afirmación podría corroborarse comparando el convenio 87 con el pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales, en una doble perspectiva: los derechos que comprende y las restricciones que permite. En lo primero, el pacto se ocupa con precisión sólo de los derechos de constitución, afiliación y federación, regulando genéricamente los derechos de actividad, mientras que el convenio añade a lo anterior la prohibición de restricciones impuestas como condición a la adquisición de la personalidad jurídica y de la disolución o suspensión de las organizaciones sindicales por vía administrativa, desarrollando después todo el contenido de la autonomía interna. En lo segundo, el convenio 87 tolera como exclusión al ámbito subjetivo del derecho únicamente la de los miembros de las fuerzas armadas y la policía (artículo 9.1), en tanto que el pacto agrega la de los miembros de la administración del estado, así como otras necesarias en una sociedad democrática en resguardo de la seguridad nacional, el orden público o los derechos ajenos. Para evitar que amparándose en los pactos, los estados que los han ratificado a la vez que el convenio 87, pretendan desconocer éste, aquéllos han previsto que en tal situación no se podrá menoscabar las garantías contempladas en dicho convenio. 3. La libertad sindical: 3.1. Concepto: Buscar una definición satisfactoria de la libertad sindical es una tarea ardua y difícil, dado que se trata de un derecho complejo, que se predica tanto de sujetos individuales como colectivos, que incluye derechos de hacer (positivos) y de no hacer (negativos), frente a diversos sujetos; y que, además, está preñado de un componente evolutivo que incorpora, condiciona y matiza permanentemente importantes facultades a su contenido. Por ello, resulta muy complicado 17 encontrar legislaciones que cumplan esta tarea solventemente, como tampoco es fácil dar con una definición doctrinal o jurisprudencial que cuente con un respaldo notorio. Normalmente nos encontramos con normas, opiniones o pronunciamientos jurisdiccionales que describen el contenido del derecho, con algunas otras, no tan numerosas, que optan por formular una definición más bien genérica y abstracta; y, finalmente, con quienes (los menos) se niegan a ingresar en este terreno por considerar que el carácter perecedero del objeto vuelve ilusoria la tentativa. Como se ve, en todos los casos la definición incluye un componente organizativo y otro de actividad, en la medida en que lo que se pretende es defender y promover los intereses de los trabajadores, para lo cual uno se organiza y actúa. El elemento organizativo, material o estático de la libertad sindical recae sobre la facultad de organizarse colectivamente, de constituir sujetos colectivos como presupuesto de efectividad de la actuación sindical. La realidad nos hace ver en todo instante que los trabajadores prefieren largamente ejercer su libertad sindical a través de una red institucionalizada de sujetos colectivos orgánicamente estructurados, estables y permanentes (sindicatos, federaciones, confederaciones); sin embargo, dentro de la definición de libertad sindical no podemos negarles un lugar a otras articulaciones colectivas de trabajadores, menos estructuradas y más informales y esporádicas (uniones, coaliciones, etc.) que concurren con los sindicatos en el terreno de la defensa y promoción de los intereses de los trabajadores . Hay que tener siempre presente que el artículo 10 de del convenio 87 de la organización internacional del trabajo, establece que en su articulado que, el término organización significa toda organización de trabajadores o de empleadores que tenga por objeto fomentar y defender los intereses de los trabajadores o de los empleadores, con lo que se rompe la vinculación única entre sindicato (organización institucionalizada y permanente) y libertad sindical, abriéndose el abanico de su cobertura también a las formas menos estructuradas y más esporádicas. El carácter tradicional y generalizado de los primeros, su importancia y la claridad en la exposición nos llevan a referirnos sólo a ellos en adelante, aunque la resaltada amplitud de lo 18 sindical haga que nuestras reflexiones sean aplicables en lo pertinente también a las demás articulaciones colectivas. En este contexto, nadie duda que el contenido esencial del derecho involucra a los componentes individuales y colectivos, así como a las facetas de organización y actividad, incluyendo en estas últimas a la negociación colectiva y a la huelga; que si bien por su propia dimensión e importancia han merecido una regulación específica, incluso a nivel constitucional, no cabe duda a estas alturas de la historia que junto con la sindicación forman parte inescindible de la libertad sindical. La demostración de ello es bastante simple, si seguimos los criterios fisonómico y funcional que identificó el tribunal constitucional español para determinar el contenido esencial de un derecho. En el primer caso, los elementos que lo hacen identificable como tal no pasan únicamente por el derecho de sindicación, ya que la fase orgánica es igual a la de cualquier asociación; lo que hace peculiar al sindicato es justamente su capacidad de negociar colectivamente y declarar la huelga. Asimismo, a la luz de la función que cumple el derecho, la fase orgánica es el soporte pero las facultades que le permiten cumplir con sus funciones en el campo de la defensa de los intereses de los trabajadores vuelven a ubicarse nuevamente alrededor de la negociación y la huelga. La libertad sindical engendra el derecho a regular las condiciones de trabajo mediante la negociación colectiva y el derecho a condicionar su dinámica recurriendo a la huelga. Engendra el derecho al pluralismo organizativo y concurrencial a la vez que el derecho al autogobierno del mismo. Engendra el derecho de los individuos a ejercitarla (la así llamada libertad positiva) junto a la de no ejercitarla (libertad negativa) y los derechos del sindicato a la vez que los derechos de los representados dentro del sindicato y respecto de él. Pinkas, F. B. (1986). La libertad sindical no es necesario definirla, basta señalar sus alcances. Estos, dentro de una concepción clásica o 19 tradicional, quedan patentizados en las siguientes manifestaciones: libertad individual de constituir un sindicato; de integrarse a uno ya constituido, de no constituirlo ni integrarse; y de desafiliarse, a los dos primeros se les denomina positivos; negativos a los dos últimos6. 3.2. Libertad sindical y su protección al derecho de sindicalización: La constitución política del Perú, en su Artículo 28º, prescribe: “El Estado reconoce los derechos de sindicación, negociación colectiva y huelga, cautela su ejercicio democrático: 1º garantiza la libertad sindical”. Subrayando la palabra garantiza, que deriva del verbo garantizar, hacemos constar que significa: dar garantía, garantir, es decir que sirve de fianza o prenda. Situación, entidad, persona que asegura y protege contra algún riesgo así pues en el caso concreto que tratamos, al estar contemplada en la constitución, la libertad sindical, es una de las garantías constitucionales que el trabajador peruano, y sin duda debe servirnos de respaldo legal para enfrentar cualquier situación que ponga en tela de juicio el derecho de sindicación. La moderna doctrina enseña que no es factible definir con precisión la libertad sindical por cuanto se trata de un concepto en proceso de evolución y es dinámico por excelencia. Cualquier definición sólo recogerá aspectos parciales de su rico contenido. La libertad sindical comprende la libertad de constituir organizaciones sindicales y de adherirse o no a ellas; y la libertad de ejercitar las actividades propias a su naturaleza. El concepto libertad sindical comprende todo ello y mucho más. Al hablar del trabajador, en singular, la ley fundamental contempla en primer término, el derecho individual de organización, esto es, el derecho de participar en la constitución de sindicatos o de adherirse a un sindicato existente. El ejercicio de este derecho no debe ser obstruido o dificultado de ninguna manera ni por el estado, ni por el empleado, ni por otro 6 Pinkas, F. B. (1986). Derecho Colectivo del Trabajo. Lima: Librería Studium S.A. 20 sindicato. Sin embargo al afirmar la organización libre y democrática, reconocida por la simple inscripción en un registro especial; la constitución no sólo manda proteger el derecho individual de cada trabajador sino que al mismo tiempo extiende esta protección a la organización misma. Esta última garantía comprende, por un lado la existencia de la organización, a la cual, sobre todo se preserva interferencia del Estado, pero también del empleador: prohibición de intervenir en la dirección o administración; recurso judicial contra resoluciones del ministerio de trabajo, que afecten la existencia de la asociación. Por otro lado se asegura a la asociación el derecho a una actuación específica sindical. Esta garantía se infiere ya del texto mismo de la constitución, que garantiza a los gremios concertar convenios colectivos de trabajo, recurrir a la conciliación y el arbitraje, así como el derecho de huelga. Marcenaro, F. R. (1995). Las constituciones deben señalar sólo los principios y normas de nivel constitucional por lo que no necesitan reiterar los conceptos materia de convenios internacionales tales como los convenios 87 y 98 de la organización internacional del trabajo o disposiciones propias de leyes de desarrollo7. Krotoshim, E. (1979). La historia del sindicalismo y la evolución de la libertad sindical muestran que esta se extendió siempre como extensiva a la organización como tal y a sus actividades, en cuanto tengan por objeto la defensa y el fomento de los intereses profesionales. La libertad sindical quedaría truncada si se la quisiera reconocer sólo con respecto al individuo, y no también, en el plano colectivo, al sindicato mismo”8. Rendón, V. J. (1994). El convenio 87 de la organización internacional del trabajo, prescribe: “Los trabajadores y los empleadores, sin ninguna distinción y sin autorización previa tienen el derecho de constituir las organizaciones que estimen convenientes. Así como el de afiliarse a 7 Marcenaro, F. R. (1995). El Trabajo en la nueva Constitución. Lima: Cultural Cuzco S.A. Editores. 8 Krotoshim, E. (1979). Manual del Derecho del Trabajo. Buenos Aires: Editorial de palma. 21 estas organizaciones con la sola condición de observar los estatutos de los mismos”9. 3.3. Libertad sindical como derecho individual y derecho colectivo: Es importante distinguir, que la libertad de participar en la formación o constitución de un sindicato es un derecho a la vez individual y colectivo, o dicho de otro modo, un derecho individual que sólo puede ser ejercitado colectivamente. Un solo individuo no puede por obvias razones, ejercitar ese derecho en forma aislada (como no puede y por el mismo razonamiento ejercitar su libertad de reunión); no puede tampoco contraponerlo exitosamente a una decisión mayoritaria, sino que tiene que someterse o sumarse a ella o ejercitarlo en sentido negativo. Pereira, M. F. (1973). La libertad de afiliarse o no al sindicato ya constituido, es típicamente individual, no requiere de consenso o concertación con otras voluntades, salvo eventualmente, las que pudieran ser fundadas razones oponerse a que se acepte su afiliación o las que conduzcan a su separación forzada10. García, A. J. (1961). La libertad de fundar una asociación profesional de cualquier clase, de primer, segundo o tercer grado, como constitución ex novo de una entidad gremial, entiendo que es más bien la manifestación de la libertad colectiva en sentido positivo y no la manifestación individual positiva de la libertad de asociación, por cuanto que si bien es cierto que para constituir un sindicato tienen que concurrir trabajadores individualmente considerados, lo que realmente crea el organismo es la voluntad de todos los concurrentes y no la de cada uno en particular”11. Lo manifestado, nos lleva a poder afirmar que la libertad sindical es un derecho a la vez individual y colectivo, o dicho de otro modo un derecho individual que sólo puede ser ejercitado colectivamente, criterio lógico que no admite dudas al respecto. 9 Rendón, V. J. (1994). Manual de Derecho del Trabajo Colectivo. Lima: Ediciones Edial. Pereira, M. F. (1973). La Libertad Sindical, su Alcance y Contenido. Derecho colectivo laboral. Buenos Aires: Editorial De Palma. 11 García, A. J. (1961). Introducción al Derecho Sindical. Madrid: Aguilar. 10 22 3.4. La autonomía sindical como manifestación de la libertad sindical: En conexión al punto de libertad sindical como un derecho individual y colectivo, muchos autores estiman que la manifestación específica de la libertad a nivel colectivo se da en ese conjunto de derechos conocidos como autonomía sindical, y que se plasman al darse sus propios estatutos (autonomía normativa); elegir sus autoridades, órganos y directivos, administrar la organización (autonomía de gobierno); disponer de los medios adecuados para el logro de los objetivos (gobierno autónomo); disponer de los medios adecuados para el logro de los objetivos (autonomía en la acción sindical); de negociación y contratación colectivos; constituir organismos de grado superior. Barajas, M. D. O. S. (1996). Para la organización internacional del trabajo, la libertad de sindicación es la forma más eficaz de mejorar las condiciones de trabajo y de garantizar la paz y el progreso constantes12. Autonomía es el estado o condición de un grupo social que goza de independencia, sin estar sujeto a otras normas que las dictadas para él y por él, esto es referido a los sindicatos, el derecho a gobernarse normativa y ejecutivamente sin intervención ni interferencia del Estado, de los empleadores o de cualesquiera otras personas o instituciones. El sindicato no puede exigir que se le reconozca como ente soberano, sino solamente como entidad autónoma, porque la asociación profesional, si bien es autónoma en su régimen interior, está encuadrado en el orden jurídico estatal. Expresado en otras palabras el límite de la autonomía de la asociación profesional está en los derechos de los hombres y de los restantes grupos sociales, derechos cuya vigencia corresponde al estado. BARAJAS, M. D. O. S. (1996). La autonomía a los que algunos autores denominan capacidad de autodeterminación, aparece consagrada en el artículo 3º del convenio Nº 87 de la organización internacional del trabajo; en los términos siguientes: i) Las organizaciones de 12 Barajas, M. D. O. S. (1996). Conceptos Básicos del derecho del Trabajo. México: Editorial Porrúa. 23 trabajadores y de empleadores tienen el derecho de redactar sus estatutos y reglamentos administrativos; el de elegir libremente sus representantes, el de organizar su administración, y sus actividades y el de formular su programa de acción. ii) Las autoridades públicas deberán abstenerse de toda intervención que tienda a limitar este derecho o entorpecer su ejercicio legal. iii) Según la organización internacional del trabajo, libertad de sindicación, es la forma más eficaz de mejorar las condiciones de trabajo y de garantizar la paz y el progreso constantes.13 También en relación al contenido de los estatutos, ya sea en materia de organización y gobierno, ya sea en materia eleccionaria o de otra índole, la legislación peruana, no tiene taxativas que las condicione. Dicha libertad que la ley otorga a los sindicatos para escoger la estructura funcional que mejor los acomode no ha impedido que éstos, con carácter casi unánime hayan adoptado pautas comunes. Lo expuesto nos lleva a sostener que las organizaciones sindicales no pueden desenvolverse al azar, o como mejor se acomoden por lo que es importante la preparación constante de los dirigentes y afiliados al sindicato en temas sobre sindicalismo y derecho laboral. Respecto a normas que se refieren al campo interno de los sindicatos, el D.L. 25593, les toca de manera general, como el Artículo 11º, que se refiere a impedimentos, como el no dedicarse institucionalmente a asuntos de política partidaria, religiosa o de índole lucrativa. Más acotamos que esta prohibición no tiene mecanismos para asegurar su cumplimiento y en cualquier caso corresponde a los propios miembros del sindicato, quienes se encarguen de hacerlos cumplir. Recorridos los linderos del derecho de sindicación y el derecho que garantiza la libertad sindical, frente a la realidad y en el momento actual expuesta libertad y declarado derecho se ven limitados con las leyes que rigen en el campo laboral de los regímenes de trabajo del sector privado y público, como son: la falta de estabilidad laboral, el despido 13 Barajas, M. D. O. S. (1996). Conceptos Básicos del derecho del Trabajo. México: Editorial Porrúa. 24 arbitrario, cese colectivo por causas objetivas, entre otras, y que han sido aprovechadas para disolver organizaciones sindicales; ante la cual la libertad sindical y el derecho a gozar de esta libertad han sido recortados a su mínima expresión. Las leyes del derecho colectivo peruano, vigentes adoptan una posesión plural que aparece implícita en los requisitos para la constitución de los sindicatos: opta por la pluralidad sindical. Es evidente el sistema de sindicación plural y libre en los sindicatos de empresa donde es posible que se organicen varios sindicatos, dentro de una misma empresa. Caso en el cual nos dice: por extensión los sindicatos que afilien a la mayoría absoluta de sus trabajadores, no sólo representan a los sindicatos que no afilien a una mayoría absoluta, sino que también representan a los trabajadores no afiliados de dicho ámbito. Apuntamos en esta parte el artículo 9º de la ley de relaciones colectivas de trabajo, que sostiene: En materia de negociación colectiva el sindicato que afilie a la mayoría absoluta de los trabajadores comprendidos dentro de su ámbito asume la representación de la totalidad de los mismos, aunque no se encuentren afiliados. De existir varios sindicatos dentro de un mismo ámbito podrán ejercer conjuntamente la representación de la totalidad de los trabajadores los sindicatos que afilien en conjunto a más de la mitad de ellos. En tal caso, los sindicatos determinarán la forma en que ejercerán esa representación, sea a prorrata, proporcional al número de afiliados, o encomendada a uno de los sindicatos. De no haber acuerdo, cada sindicato representa únicamente a sus afiliados. Lo dicho presenta la posibilidad de tener varios sindicatos en una misma empresa; y que en caso de no haber acuerdo entre ellos; traerían como consecuencias, entre otros confusiones que los pliegos de reclamos y las convenciones colectivas necesariamente diferentes, perderían su trascendencia y serían piezas de un rompecabezas. Sin solución o que las huelgas no coincidentes de los distintos sindicatos, harían ineficaces 25 las huelgas fragmentadas por la paralización fraccionada en la actividad laboral de una empresa. 3.5. El surgimiento y la consolidación del sindicalismo y la libertad sindical en el Perú: El proceso general que origina y fundamenta la existencia de los sindicatos, también se ha presentado en el Perú, con las peculiaridades propias de una implantación tardía del capitalismo, su carácter periférico y dependiente, su estructura productiva primario-exportadora, la predominancia de las pequeñas y medianas empresas y la configuración del sindicalismo como sujeto bajo sospecha, al que el estado tiene que someter a requisitos y controles que conducen a su implantación y desarrollo limitado a las empresas en las que ya no era posible impedirlo. La guerra con Chile señala el punto de ruptura a partir del cual la reestructuración económica que se produjo implicó el surgimiento y posterior desarrollo de relaciones de trabajo propiamente capitalistas. La implantación de estas relaciones se produjo con la misma lentitud con que se inició el desarrollo capitalista, concentrado especialmente en Lima y presente de manera solo excepcional en algunas capitales de los departamentos de la costa. Así, a finales del siglo pasado se asiste al establecimiento de las primeras empresas, al inicio de la penetración de capitales imperialistas y, paralelamente, al surgimiento de los gremios de artesanos, que en 1886 consiguen centralizarse en la confederación de artesanos unión universal. Estas organizaciones, de carácter fundamentalmente mutualista, van a jugar un rol importante en la organización de los trabajadores hasta los primeros años del siglo pasado, cuando desaparecen, tanto por las limitaciones de su concepción, como por el incremento de la proletarización de los artesanos, producto del avance del capitalismo y de la importación de productos manufacturados del exterior. EI nacimiento del proletariado peruano se produce en las principales ciudades (textiles, gráficos, panaderos, choferes, portuarios, molineros, galleteros y ferrocarrileros) y en los sectores extractivo-exportadores 26 (minera, algodón, lana, azúcar y petróleo), como señala Sulmont (1980: 15-18). Y se va a desarrollar en condiciones de explotación que nada tienen que envidiar a las que hubo en Europa en la primera mitad del siglo XIX. En este contexto nacen las primeras organizaciones sindicales lideradas por la federación de obreros panaderos estrella del Perú, que se desafilió del gremio de los artesanos en 1904, y que luego fueron centralizadas en la federación obrera regional peruana en 1913 y en la federación obrera local de Lima en 1918. El movimiento obrero de esta etapa, conducido por los anarquistas, va a desarrollar un conjunto de luchas reivindicativas que van a culminar con la conquista de la jornada de las ocho horas el 15 de enero de 1919; luego de tres días de paro general impulsado por la federación obrera local de Lima, la federación de artesanos y la federación de estudiantes del Perú. La conquista de este importantísimo derecho, marca la culminación de un amplio movimiento de organización y lucha, en el que el proletariado se constituyó como fuerza social, con conciencia y capacidad de dirección autónoma frente a las demás clases sociales. EI fracaso de la lucha pro-abaratamiento de las subsistencias, iniciada inmediatamente después de la consecución de las ocho horas marca «el declive de la ideología anarco sindicalista y planteó para el movimiento urbano popular la alternativa aprismo o comunismo, que se mantiene hasta nuestros días, aunque con un marcado predominio de las corrientes clasistas. La respuesta del estado peruano ante el movimiento sindical de esta época fue exclusivamente oficial, represiva e intervencionista. No se reconoce jurídicamente el derecho a constituir sindicatos sino hasta la constitución de 1933, donde se lo engloba en el derecho general de asociación (artículo 27), creándose recién, por decreto supremo del 23 de marzo de 1936 el Registro Sindical (cuya inscripción en este sigue siendo, hasta ahora, requisito esencial para ejercer los derechos sindicales). Sin embargo la legislación propiamente sindical data de 27 mucho antes, puesto que desde 1913 se dictan un conjunto de normas dirigidas a regular tanto las reclamaciones colectivas como la huelga. La primera de ellas fue el decreto supremo del 24 de enero de 1913 y constituye, el único cuerpo legal que alguna vez haya establecido una reglamentación coherente sobre huelgas en el Perú. Esta apreciación es válida, no porque la norma acotada haya significado el reconocimiento al ejercicio libre y eficaz de este derecho, sino porque «es la única oportunidad en que se ha hecho referencia a los requisitos de forma y de fondo para el reconocimiento de la huelga por parte de las autoridades y en que, se han determinado los pasos y mecanismos para ello. Así, este decreto supremo regulaba la representación obrera ante el patrón o empleador; así mismo, establecía un arbitraje obligatorio para solucionar los reclamos; señalaba las condiciones y los requisitos para la legalidad de la huelga, regulaba el cierre laboral, establecía un conjunto de sanciones y prohibiciones para los trabajadores y creaba en la intendencia de policía una sección encargada de registro estadístico de huelgas y cierres. Esta norma y las posteriores, que se dieron bajo la misma concepción, nos ilustran sobre el tratamiento que se dio desde el Estado al fenómeno sindical, siendo sus elementos constantes: la proscripción de los sindicatos y su control político posterior a través del registro; el intervencionismo absoluto en materia de reclamaciones colectivas con el establecimiento del arbitraje obligatorio directo, sin posibilidad de trato directo entre las partes; encuadramiento policial y represivo de la huelga; y proscripción absoluta de sindicación, negociación colectiva y huelga para los trabajadores estatales. Todo ello dentro de un marco de sucesivos regímenes autoritarios, caracterizados por una fuerte represión política. Entre 1945 y 1948 el sindicalismo se reactivó considerablemente tanto por el mayor desarrollo económico producto de la segunda guerra mundial, como de la apertura democrática que propició el gobierno del frente democrático. El número de organizaciones sindicales registradas 28 se duplicó y junto con la expansión cuantitativa del sindicalismo se propició el uso de la fuerza reivindicativa organizada para conseguir mejoras inmediatas. Se difundió el uso del pliego de reclamos, la negociación colectiva y la huelga para el logro de las aspiraciones inmediatas de los trabajadores. Esta situación se va a revertir en los años de la dictadura del General Odría (1948- 1956) por la fuerte represión al movimiento sindical, que llevó a la proscripción de sus principales organizaciones, y en los del segundo gobierno de Prado (1956- 1962) por la puesta en práctica de un modelo de negociación política, que impulsó el movimiento sindical controlado por el Apra, bajo los principios del sindicalismo libre y que basó su eficacia en la amenaza de extensión del conflicto a un gobierno temeroso de un golpe militar; el que, por tanto, debía intervenir presionando a los empresarios para que acepten las demandas mínimas de los trabajadores. Todo ello dentro de una dispersión absoluta en materia de normatividad sindical. Será recién en 1961 cuando el estado decide consolidar la legislación dispersa sobre sindicalización y emite el 3 de mayo el decreto supremo 009, con la finalidad de reglamentar el convenio 87 de la organización internacional del trabajo, ratificado por el Perú el 9 de diciembre de 1959, a través de la resolución legislativa 13281. Este decreto y su modificatoria, el decreto supremo 021 del 21 de diciembre de 1962, van a ser, hasta ahora, las principales normas sobre las que se estructura nuestro sindicalismo, debiendo señalarse que, como se verá posteriormente al analizar su contenido, bajo la necesidad de reglamentar» el convenio 87, lo que verdaderamente se hizo fue restringirlo y desnaturalizarlo. Así, tenemos que se limita su ámbito subjetivo sólo a los trabajadores de la actividad privada, se reduce su ámbito objetivo a la empresa, se impone un registro constitutivo con requisitos de fondo, se establece la unicidad sindical, se reduce el ámbito de las federaciones a una rama de actividad determinada y se impone requisitos de número exagerado para la constitución de federaciones y confederaciones. 29 Hay que señalar que las empresas estatales o con participación estatal se encuentran sometidas al régimen laboral de la actividad privada, según lo dispone el artículo 20 del decreto legislativo 216, con la excepción de aquellas que a fecha de su dación (12 de julio de 1981) tuvieron un régimen distinto. El decreto supremo 375-82-EFC, que reglamenta esta norma, convierte a la excepción en regla, en el caso de las empresas de derecho público, disponiendo en su artículo 59, que las relaciones colectivas de trabajo en estas empresas «se sujetarán a las normas de la función pública. Esta exclusión general de las empresas públicas atenta contra lo dispuesto en el decreto legislativo comentado y resulta inconveniente, puesto que establece una mixtura de regímenes, sin causa objetiva, para estas empresas (que en lo individual siguen sometidas al régimen de la actividad privada), demostrando un interés de limitarles sus derechos colectivos. Esta exclusión sólo podría realizarse formalmente por ley, y aun en ese caso tenemos serias dudas sobre su validez dado que constitucionalmente se distingue, para estos efectos, entre los trabajadores de la administración estatal y los de las empresas estatales. En el caso de los trabajadores estatales la situación era mucho más grave aún, puesto que tenían prohibido expresamente el derecho de sindicación, a pesar de que la vigencia formal del convenio 87 había derogado a la Ley 11377 en ese punto, dada su jerarquía legal y el hecho de que era una norma especial y posterior. No va ser sino hasta la constitución de 1979, y gracias a la ola generalizada de conflictos laborales que protagonizaron los trabajadores del estado, que este va a reconocerles expresamente su derecho a la libertad sindical (artículo 61 y decimoséptima disposición general y transitoria que ratifica el convenio 151 de la organización internacional del trabajo), debiendo señalarse, como excepción, que al magisterio se le reconoció este derecho en 1964, a través de la Ley 15215 (artículo 21, incisos g) y l) y artículo 22). 30 La constitución de 1979 será uno de los grandes hitos jurídicos en materia de libertad sindical, puesto que más allá de ser la primera norma suprema que acogía este derecho específicamente (la precedente lo incluía en el derecho general de asociación), lo consagrará con la mayor amplitud de nuestra historia. Así, en el artículo 51 se reconocían a los trabajadores los siguientes derechos: i) sindicalización sin autorización previa; ii) no ser obligado a formar parte de un sindicato ni impedido de hacerlo; iii) crear organismos de grado superior; iv) constitución, funcionamiento y administración libre; v) disolución voluntaria o por resolución en última instancia de la corte suprema; vi) garantías para el desarrollo de las funciones que les corresponden para los dirigentes sindicales de todo nivel. A ello habría que agregarle el derecho de los trabajadores no dependientes de una relación de trabajo a organizarse para defender sus derechos (artículo 52), y el reconocimiento de los derechos de sindicalización y huelga a los servidores públicos, con la excepción de los funcionarios del estado con poder de decisión o que desempeñan cargos de confianza, los miembros de las fuerzas armadas y fuerzas policiales y los magistrados (artículos 61 y 243). En lo que se refiere a los trabajadores de la administración del estado, su derecho de sindicación se encuentra reglamentado en los Decretos Supremos 003-82-PCM y 026-82-JUS, dictados para desarrollar el convenio 151 de la organización internacional del trabajo. Estos decretos, que también se analizarán posteriormente, establecen un conjunto de limitaciones que desnaturalizan este derecho, siendo las principales: la reducción de su ámbito subjetivo sólo a los trabajadores estables, la limitación de su ámbito objetivo a la repartición, la imposición de un registro sindical sin garantías, la pluralidad sindical restringida, la exigencia de un número exagerado de organizaciones para constituir federaciones y confederaciones, la prohibición de agruparse con trabajadores de otros sectores y la no reelección de dirigentes. En los años 90, las relaciones colectivas de trabajo fueron objeto de una regulación global que fue llevada a cabo por el poder ejecutivo, a través del decreto ley 25593 (ley de relaciones colectivas de trabajo), que se 31 dictó en Julio de 1992; es decir, tres meses después del golpe de Estado del 5 de abril de ese año. Esta norma fue reglamentada el mismo año, a través del decreto supremo 011-92-TR. En el año 2002, se promulgó ley Nº 27912, ley que modifica la Ley de relaciones colectivas de trabajo y levanta las observaciones formuladas por el comité de libertad sindical de la organización internacional del trabajo. Posteriormente, en el año 2003, se promulgó la ley de relaciones colectivas de trabajo, aprobada por decreto ley Nº 25593, la misma que siga vigente hasta la actualidad. 32 Título III La negociación colectiva 1. Concepto: En términos de la organización internacional del trabajo, “La negociación colectiva es entendida como cualquier forma de discusión o diálogo destinada a lograr un acuerdo, y tiene por objeto reglamentar, por medio de acuerdos, contratos o convenios colectivos las condiciones del empleo”14. En este sentido, “La negociación colectiva tiene lugar entre un empleador, un grupo de empleadores, una o más organizaciones de empleadores, por un lado, y una o más organizaciones de trabajadores, por el otro. Puede tener lugar en diferentes planos de manera que uno de ellos complemente a otros, a saber, en una unidad dentro de la empresa, en la empresa, en el sector, en la región o bien en el plano nacional”15. Asimismo, se ha señalado que: “Mediante ella se persiguen dos objetivos. Por una parte, sirve para determinar las remuneraciones y las condiciones de trabajo de aquellos trabajadores a los cuales se aplica un acuerdo que se ha alcanzado mediante negociaciones entre dos partes que han actuado libre, voluntaria e independientemente. Por otra parte, hace posible que empleadores y trabajadores definan, mediante acuerdo, las normas que regirán sus relaciones recíprocas. Estos dos aspectos del proceso de negociación se hallan íntimamente vinculados”16. La negociación colectiva de trabajo requiere de para su validez de la existencia de dos colectividades (los trabajadores o los empleadores reunidos o no en sus respectivas organizaciones gremiales), dirigiendo su objeto hacia el porvenir de una de ellas (trabajador o empleador), siendo necesario para la seguridad jurídica del acuerdo que estas colectividades estén adecuadamente representadas, ya que la convención colectiva constituye un acto jurídico que sale del dominio contractual del derecho común para entrar en el dominio institucional de las relaciones colectivas de trabajo. 14 Artículo 4° del Convenio número 98 de la organización internacional del trabajo. Artículo 2° del Convenio número 154 de la organización internacional del trabajo. 16 Artículo 2° del Convenio número 154 de la organización internacional del trabajo. 15 33 Por lo tanto, la negociación colectiva puede definirse como el instrumento por medio del cual las organizaciones sindicales y los empleadores tratan sobre las materias que competen a las relaciones laborales con el fin de llegar a celebrar un convenio colectivo. El convenio colectivo presupone la existencia previa de una negociación, de manera tal que no puede ser al revés, es decir, no puede celebrarse primero el convenio colectivo y luego negociar. La negociación colectiva puede concebirse como el cauce a través del cual las organizaciones sindicales y los empleadores tratan sobre las materias que competen a las relaciones laborales con miras a la celebración de un convenio colectivo. Entre negociación y convenio hay, pues, una relación de procedimiento a producto. La existencia de un convenio colectivo supone la previa existencia de una negociación, en cambio la de ésta no conduce necesariamente a aquél, ya que podría haber otro producto o no haber ninguno. Además de los procedimientos y productos negociales, nos detendremos en este trabajo en los sujetos, niveles y contenidos negociales. 2. Regulación jurídica: 2.1. Legislación nacional: La negociación colectiva estuvo regulada por la constitución de 1979 y lo está por la de 1993. El contraste entre ambos textos podría hacerse a partir de tres elementos: el papel del estado frente al derecho, los medios de solución de los conflictos laborales y el carácter del producto negocial. En el Perú la negociación colectiva ha sido regulada tanto en la constitución de 1979 y lo está por la de 1993. El contraste entre ambos textos podría hacerse a partir de tres elementos: el papel del estado frente al derecho, los medios de solución de los conflictos laborales y el carácter del producto negocial. En lo que toca al papel del estado frente a la negociación colectiva, el texto anterior establecía la garantía y el actual, el fomento del derecho. Aunque ambos términos guardan semejanza, el nuevo supone una actuación estatal decidida para estimular el desarrollo del derecho, mientras el antiguo podría limitarse a la remoción de los obstáculos que lo traban. 34 En nuestro país, en razón de los distintos regímenes laborales existentes, la negociación colectiva se lleva a cabo de manera diferenciada en tres ámbitos: en el régimen laboral de la actividad privada, en el régimen laboral de la actividad pública, y en el régimen especial de contratación administrativa de servicios. En el primer caso, la negociación colectiva se lleva a cabo básicamente a la luz del texto único ordenado de la ley de relaciones colectivas de trabajo, aprobado por el decreto supremo n° 010-2003-TR, y su reglamento, aprobado por el decreto supremo n° 011-92-TR. En el segundo caso, son de aplicación el decreto supremo nº 003-82pcm y otras normas reglamentarias y complementarias, los que se han encargado de regular lo concerniente a las condiciones de empleo en la administración pública, precisando esta disposición que no están comprendidos en los alcances de este decreto supremo, los magistrado del poder judicial, los funcionarios del estado con poder de decisión o que desempeñan cargos de confianza, así como el personal militar y el personal civil que de acuerdo a las disposiciones sobre la materia, forman parte de las fuerzas armadas y fuerzas policiales. Asimismo, debe tenerse en cuenta la restricción contenida en el artículo 44°7 del decreto legislativo n° 276. En este caso, cabe recalcar que las disposiciones del texto único ordenado de la ley de relaciones colectivas de trabajo son aplicables residual y supletoriamente. Finalmente, en el caso del régimen especial de contratación administrativa de servicios, es de precisar que el artículo 6° del decreto legislativo N° 1057, modificado por el artículo 2° de la ley Nº 29849, le establece que los trabajadores sujetos a este régimen tienen derecho a la libertad sindical, ejercitada conforme a lo establecido en el texto único ordenado de la ley de relaciones colectivas de trabajo, aprobado por decreto supremo 010-2003-tr, y normas reglamentarias. En cuanto a la solución de los conflictos laborales (teniendo claro que ese universo comprende diversos tipos entre los cuales se halla la negociación colectiva), se ha redimensionado también la función del estado. Mientras en el texto de 1979 se le atribuía la de regular por ley 35 los procedimientos negociales y dirimir en definitiva los desacuerdos entre las partes, en el de 1993 se le encargan sólo promover formas de solución pacífica. De este modo, cabría ahora desde una autorregulación de los cauces negociales hasta una heteroregulación, pero respetuosa de los medios de solución decididos por las propias partes. Por último, en lo referido al carácter del producto negocial, se ha sustituido la frase fuerza de ley, por la de fuerza vinculante, por lo que ambas expresiones aluden a la naturaleza normativa del convenio colectivo, difiriendo en que la primera conlleva además una remisión a un nivel determinado de la jerarquía normativa y la segunda no. 2.2. Legislación internacional: A nivel de la organización internacional del trabajo, básicamente tres convenios regulan la negociación colectiva. El primero de ellos es el 98 (sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva), 151 (sobre relaciones de trabajo en la administración pública) y 154 (sobre la negociación colectiva). Este último no está todavía ratificado por el Perú y los dos anteriores sí. La negociación colectiva también goza de reconocimiento internacional. En el ámbito de la organización internacional del trabajo, no solo reconocida como un derecho sino como una viga maestra del ordenamiento supranacional, en la medida que es el canal de expresión de la libertad sindical. En ese sentido, las referencias a la negociación colectiva no son neutras sino que suponen la obligación de promover la negociación colectiva, de fomentarla, porque se entiende que es el instrumento más apropiado para canalizar los conflictos inherentes a la relación laboral y darles una solución idónea y de consenso. Ningún instrumento internacional genérico sobre derechos humanos consagra explícitamente el derecho a la negociación colectiva, ni los de ámbito mundial ni los de ámbito regional. Sin embargo, como ya hemos visto en la parte referida a la libertad sindical, todos aquéllos se ocupan de este último derecho, que en una acepción amplia y dinámica la comprende sin lugar a dudas. La negociación colectiva, pues, se 36 encuentra implícitamente contenida en expresiones que aluden al derecho de los sindicatos a funcionar sin obstáculos, como la formulada por el pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales (artículo 8.1.c), así como en la propia consagración genérica de la libertad sindical. Con respecto a los convenios de la organización internacional del trabajo, básicamente tres convenios regulan la negociación colectiva. El primero de ellos es el 98 (sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva) ,151 (sobre relaciones de trabajo en la administración pública) y 154 (sobre la negociación colectiva). Este último no está todavía ratificado por el Perú y los dos anteriores sí. 3. Elementos de la negociación colectiva: 3.1. Sujetos: Según la recomendación 91 de la organización internacional del trabajo, son sujetos negociales, por una parte, una o varias organizaciones representativas de trabajadores o, en ausencia de tales organizaciones, representantes de los trabajadores interesados, debidamente elegidos y autorizados por estos últimos, y por la otra un empleador, un grupo de empleadores o una o varias organizaciones de empleadores. A partir de este concepto, la doctrina concuerda en que la negociación tiene necesariamente carácter colectivo por el lado de los trabajadores mas no por el del empleador, y que es llevada a cabo nuevamente desde la perspectiva laboral y no patronal por un sujeto orgánico, preferentemente una organización sindical y sólo a falta de ella un conjunto orgánico de trabajadores, representado por delegados negociales. Si en un ámbito hubiera varias organizaciones sindicales, investidas, por tanto, todas ellas de capacidad negocial, los ordenamientos podrían reconocerle legitimidad negocial sólo a una de ellas, que sería finalmente la única habilitada para negociar colectivamente. Esta debería ser la organización sindical más representativa, cualidad comprobable a partir de criterios objetivos, como el número de afiliados o de votantes en un proceso electoral al interior del ámbito, entre otros. 37 La legislación sobre el sector público contempla como sujetos negociales, por el lado de los trabajadores al sindicato mayoritario de la repartición, y por el del empleador, a los representantes de ésta, designados por el titular respectivo (artículos 24 y 25 del decreto supremo 003-82-PCM y artículos 14 y 18 del decreto supremo 026-82JUS). No se precisa si la mayoría debe ser absoluta o puede ser relativa y no se prevé la posibilidad de intervención de representantes elegidos en defecto de organización sindical. 3.2. Niveles: El ámbito al cual se aplica el convenio colectivo se conoce como unidad de negociación. Esta coincidirá normalmente con el campo sobre el cual una organización sindical ejerce su representación. En otras palabras, dado que las organizaciones sindicales son los sujetos capacitados para negociar colectivamente, el ámbito negocial deriva del ámbito sindical. En este terreno, interesa determinar las unidades de negociación reconocidas por cada ordenamiento y en el supuesto de que hubiera negociación colectiva en más de una unidad a la vez la vinculación o desvinculación entre dichas negociaciones. La primera cuestión es la de los niveles de negociación, que son en el plano comparado predominantemente los de empresa y rama de actividad. La doctrina le llama modelo descentralizado a aquél en que se negocia sobre todo en la empresa (como ocurre en el Perú y los demás países de América Latina, salvo Argentina, Brasil y Uruguay; en Estados Unidos y Japón) y modelo centralizado al que tiene como nivel negocial a la rama de actividad (imperante en los mencionados países de América Latina y en Europa). El nivel de empresa tiene como principal ventaja el permitir considerar la situación concreta de los interlocutores laborales y como desventaja el dejar casi siempre fuera de la negociación colectiva a aquellas empresas en las que no hubiera organización sindical. Mientras el de la rama de actividad ofrece como virtud central su amplia cobertura, comprendiendo incluso a las empresas en las que no hubiera organización sindical, y como defecto central el establecer condiciones 38 homogéneas para empresas que pudieran tener características más o menos heterogéneas, perjudicando a las empresas más pequeñas. Este último inconveniente se suele superar determinando beneficios no concretos e iguales para todas las empresas, sino en forma de franjas, entre una y otra suma, que serán especificados atendiendo a criterios objetivos de aplicación automática: las empresas que tienen desde tal hasta tal cifra de cierto factor (número de trabajadores, nivel de productividad, etc.) darán tal cantidad, sin necesidad de realizar una nueva negociación para fijarla, porque si no, estaríamos ante el supuesto distinto de negociaciones colectivas simultáneas a más de un nivel. Conforme con el artículo 4.1 de la recomendación 163 de la organización internacional del trabajo, las legislaciones nacionales deberían permitir que la negociación colectiva se desarrolle a cualquier nivel. Correspondería a las partes determinarlo. El Estado no puede imponer ni prohibir uno. La segunda cuestión es la de la existencia de dos negociaciones colectivas, realizadas a niveles diferentes, una en la empresa y otra en la rama de actividad, aplicables ambas a los trabajadores de cada una de las primeras que conforman la segunda. Aquí habría dos posibilidades: a) Que hubiera habido un reparto previo de materias o funciones, de modo tal que a la negociación por empresa le correspondan unas y a la de rama de actividad otras, en cuyo caso estaríamos ante una negociación colectiva articulada. b) Que no la hubiera habido, pudiendo haber superposición de regulaciones, conflictiva o no conflictiva, en cuyo caso de tratará de coordinar los convenios colectivos respectivos. Son criterios de articulación, por ejemplo, distribuir lo genérico para la negociación por rama de actividad y lo específico para la de empresa, o atribuirle el establecimiento de mínimos a la primera y de suplementos a la segunda, o asignarle materias determinadas a cada una, etc. Si esto no se hubiera hecho y ambas negociaciones pudieran ocuparse válidamente de los mismos contenidos, podríamos encontramos con 39 convenios colectivos que regulan cuestiones diversas o que tratan sobre las mismas, en este último caso de modo compatible o incompatible. Si ésta fuera la situación, debería seleccionarse el convenio colectivo aplicable, habiendo para ello varios criterios de los que el de la norma más favorable es el que goza de preferencia doctrinaria. Según la recomendación 163 de la organización internacional del trabajo, corresponde a las partes decidir sobre la vinculación entre las negociaciones colectivas de diversos niveles y no puede ser decretada por el estado. En el campo del sector público, todos estos problemas no se presentan por cuanto la legislación reconoce un único nivel, que es la repartición (artículo 24 del decreto supremo 003-82-PCM y artículo 14 del decreto supremo 026-82-JUS). 3.3. Contenidos: El objeto de la negociación colectiva está constituido por el conjunto de materias susceptibles de ser abordadas por los sujetos negociales. Podría formar parte de él cualquier cuestión que incida sobre los derechos de los trabajadores o del empleador o que afecte sus relaciones. El convenio 154 de la organización internacional del trabajo, en su artículo 2 señala el contenido negocial en términos muy amplios: fijar las condiciones de trabajo y empleo, regular las relaciones entre empleadores y trabajadores, o regular las relaciones entre empleadores o sus organizaciones y una organización o varias organizaciones de trabajadores. El problema principal que se presenta en este campo es el de las limitaciones al contenido negocial impuestas por el estado. Se establece en nuestra constitución que la autonomía privada en general y dentro de ella la colectiva está sujeta a la legalidad, razón por la cual se admite que ésta pueda señalar ciertas barreras a la negociación colectiva, aunque sin llegar a desnaturalizarla puesto que se encuentra reconocida y fomentada por la propia constitución. Las exclusiones al 40 contenido negocial podrían ser parciales y en este caso de mínimos o de máximos o totales. Una exclusión parcial le permitiría a la autonomía colectiva regular una materia, pero le impondría un tope hacía abajo o hacía arriba, dirigiendo por tanto dicha regulación en un cierto sentido. Una exclusión total le impediría por completo a la autonomía colectiva ocuparse de una materia. Las exclusiones parciales de mínimos buscan favorecer la posición negociadora de los trabajadores y son muy frecuentes en los ordenamientos. Las exclusiones parciales de máximos y las totales, atienden a los intereses de la sociedad y suelen ser excepcionales. Sólo se justificarían en circunstancias socioeconómicas en las cuales la autonomía colectiva podría colisionar con otros valores constitucionales superiores. internacional El comité de libertad sindical del trabajo, ha de la organización establecido en numerosos pronunciamientos uno de ellos, el caso 1548, referido al decreto supremo 057-90-TR, que tales limitaciones no podrían afectar a convenios colectivos ya celebrados sino sólo a futuras negociaciones, deberían resultar de la concertación con los sujetos negociales o al menos consultárseles previamente, deberían tener carácter excepcional, duración transitoria y conllevar medidas para garantizar el nivel de vida de los trabajadores. La negociación colectiva en el sector público ofrece algunas dificultades dado que las remuneraciones de sus trabajadores se determinan por la ley de presupuesto. Sin embargo, ello no es razón suficiente para excluir a las organizaciones sindicales de trabajadores públicos de toda participación en el establecimiento de sus beneficios económicos. El poder ejecutivo podría negociar con dichas organizaciones los niveles y aumentos salariales antes de presentar al congreso el proyecto correspondiente. El convenio 151 de la organización internacional del trabajo, en su artículo 7 obliga a los estados ratificantes a adoptar medidas adecuadas a las condiciones nacionales para estimular y fomentar el pleno desarrollo y utilización de procedimientos de negociación entre las autoridades públicas competentes y las organizaciones de empleados acerca de las condiciones de empleo. 41 En cuanto al contenido negocial, nuestro ordenamiento referido al sector privado señala que aquél está conformado por las remuneraciones, las condiciones de trabajo y productividad y demás asuntos, concernientes a las relaciones entre trabajadores y empleadores (artículos 41 y 51 de la ley de relaciones colectivas de trabajo), y en cuanto a los límites de dicho contenido, el citado ordenamiento contempla exclusiones parciales de máximos y totales, en el caso de las empresas y entidades del estado sujetas al régimen laboral de la actividad privada, convalidadas por la ley de relaciones colectivas de trabajo (artículo 1 de la ley de relaciones colectivas de trabajo). Estas exclusiones operan actualmente mediante la ley de presupuesto del sector público, similar a sus anteriores, que somete el otorgamiento de incrementos remunerativos al control del ministerio de economía y finanzas, a través de la emisión de directivas. La legislación del sector público sustrae las remuneraciones del objeto negocial, estableciendo un procedimiento de consulta para su determinación (artículo 44 del decreto legislativo 276, artículo 22 del decreto supremo 003-82-PCM y artículo 13 del decreto supremo 02682-JUS). Sólo son materias negociales las condiciones de trabajo, que son “aquéllas que facilitan la actividad del trabajador y que pueden cubrirse con recursos presupuestales existentes” (artículo 24 del decreto supremo 003-82-PCM y artículos 14 y 17 del decreto supremo 026-82- JUS). 3.4. Procedimiento: El procedimiento de negociación comprende las tratativas entre los sujetos sobre el contenido negocial. Debería ser lo bastante flexible como para permitir a las partes utilizar los medios de solución de conflictos colectivos de intereses que consideren más idóneos, en el orden que estimen más adecuado. - Determinación del nivel negocial. Deberían hacerlo las partes conforme a las reglas ya expuestas en el punto 3.2 de este trabajo (artículo 45 de la ley de relaciones colectivas de trabajo). 42 - Designación de los representantes de las partes. Ya nos hemos ocupado también de esta cuestión en el punto 3.1 de este trabajo (artículos 47 a 49 de la ley de relaciones colectivas de trabajo). - Solicitud de información sobre la situación económica, financiera, social y otros asuntos pertinentes de la empresa. Los representantes de los trabajadores tienen derecho a solicitarla dentro de los 90 días anteriores al vencimiento del convenio colectivo vigente y el empleador está obligado a otorgarla. Si los trabajadores no guardaran reserva absoluta sobre la información recibida, se suspenderá el derecho de información y se les podrá sancionar por ello (artículo 55 de la ley de relaciones colectivas de trabajo y artículo 38 de su reglamento). El comité de libertad sindical de la organización internacional del trabajo, en los casos 1648 y 1650 considera que esta última posibilidad no contraviene la libertad sindical. - Presentación del pliego. Los representantes de los trabajadores presentan su pliego en forma de proyecto de convenio colectivo, entre los 60 y los 30 días anteriores al vencimiento del convenio vigente (artículo 52 de la ley de relaciones colectivas de trabajo). También el empleador puede hacer lo propio, en la misma forma, aunque en este caso no se especifica el plazo (artículo 57 de la ley de relaciones colectivas de trabajo y artículo 43 de su reglamento). La recepción del pliego de la organización sindical es obligatoria para el empleador (artículos 53 y 54 de la ley de relaciones colectivas de trabajo). - Valorización de las peticiones. Por pedido de cualquiera de las partes o por propia iniciativa, el ministerio de trabajo y promoción del empleo valorizará las peticiones de los trabajadores y examinará la situación económica - financiera de la empresa y su capacidad para atender dichas peticiones. El dictamen será puesto en conocimiento de las partes, las que podrán formular observaciones (artículo 56 de la ley de relaciones colectivas de 43 trabajo, modificado por la ley 27912, y artículo 39 de su reglamento). - Inicio de la negociación directa. Dentro de los 10 días siguientes a la presentación del pliego debe iniciarse la negociación directa, que es la única etapa de realización imperativa (artículo 57 de la ley de relaciones colectivas de trabajo). - Utilización de otros medios de solución de conflictos colectivos de intereses. Terminada la negociación directa, las partes podrán emplear diversos medios de solución de estos conflictos, como la conciliación, la mediación o el arbitraje. La utilización de uno de esos medios no excluye el uso de los demás (artículos 58 a 61 de la ley de relaciones colectivas de trabajo y artículo 42 y siguientes de su reglamento). - Opción entre el arbitraje y la huelga. Los trabajadores podrán elegir entre el arbitraje y la huelga como mecanismos para resolver la controversia. Si eligieran esta última, necesitarían la conformidad del empleador para sustituirla luego por el arbitraje (artículos 61 a 63 de la ley de relaciones colectivas de trabajo y artículo 46 de su reglamento). En el primer caso tenemos, pues, un sistema de arbitraje potestativo y en el segundo, una de las modalidades de arbitraje facultativo. El comité de libertad sindical de la organización internacional del trabajo, en los mismos casos señalados antes, ha considerado que estas disposiciones no violan la libertad sindical. En el caso de los servicios esenciales, el recurso al arbitraje ya no es obligatorio. - El ordenamiento referido al sector público establece un procedimiento negocial que transita por varias etapas, las más importantes de las cuales son las siguientes: - Presentación del pliego: El sindicato mayoritario de la repartición presenta como ya se vio el pliego de peticiones. El plazo máximo para hacerlo es el 31 de Marzo de cada ejercicio presupuestario. 44 - El convenio colectivo regirá desde el 1 de Enero del ejercicio presupuestario siguiente (artículo 24 del decreto supremo 00382-PCM y artículos 14 y 17 del Decreto Supremo 026-82-JUS). Convocatoria a una comisión paritaria. El titular de la repartición la convoca. Dicha comisión evalúa el pliego y busca una fórmula de arreglo, la que debe contar con la opinión favorable de la comisión técnica, si: ⁻ Ésta se obtiene, el titular de la repartición expide la resolución aprobatoria correspondiente (artículos 25 y 28 del decreto supremo 003-82-PCM). ⁻ No se obtiene, se devuelve los actuados a la comisión paritaria para que considere las observaciones, lo que podría conducir: i) A que las recoja, caso en el cual se procederá a dictar la resolución aprobatoria respectiva. ii) A que no las recoja, caso en el cual los actuados pasarán a conocimiento del tribunal arbitral (artículos 29 y 30 del decreto supremo 003-82-PCM). iii) Expedición del laudo arbitral. El tribunal arbitral expedirá el laudo debiendo tomar en consideración el informe emitido por la respectiva comisión técnica (artículo 32 del decreto supremo 003-82-PCM). Este engorroso trámite es comúnmente inobservado en la negociación colectiva del sector público. Lo mismo ocurre, en verdad, con el contenido negocial en el que se suele comprender las remuneraciones contra el texto expreso de la legislación. En ambos ordenamientos, el privado y el público, las partes negocian una vez al año. Configuran, por tanto, sistemas estáticos. 3.5. Productos: La negociación colectiva como procedimiento podría desde no conducir a ningún producto hasta arribar a distintos tipos de productos, de los cuales el natural será el convenio colectivo. La primera hipótesis se verificará en ordenamientos en los que es posible que los conflictos 45 colectivos de intereses queden abiertos, lo que es propio de los sistemas más libres. La segunda permitirá que en ausencia de acuerdo entre las partes, alcanzado con o sin intervención de tercero, éstas o una de ellas puedan remitir la controversia a un tercero dirimente, comúnmente un tribunal arbitral, que expedirá un laudo. Nuestra legislación referida al sector privado tiende a cerrar el conflicto, aunque admite una excepcional posibilidad de que éste permanezca abierto: que los trabajadores opten por la huelga, ésta resulte ineficaz y el empleador no quiera aceptar el arbitraje (artículo 63 de la ley de relaciones colectivas de trabajo). En todos los demás supuestos, vía convenio colectivo o vía laudo arbitral, el conflicto se cerrará, y se llegará a un producto. Los productos negociales serán básicamente los mencionados, pero también excepcionalmente podría aparecer uno diferente, que es una resolución administrativa: ante una huelga que viene prolongándose excesivamente, el ministerio de trabajo y promoción del empleo, puede resolver definitivamente (artículo 68 de la ley de relaciones colectivas de trabajo, modificado por la ley 27912). El comité de libertad sindical de la organización internacional del trabajo, había objetado que se pudiera ordenar en tal caso la culminación de la huelga, facultad que se ha eliminado. Cualquiera que fuera el producto negocial, un convenio colectivo, un laudo arbitral o una resolución administrativa, tendrá la misma naturaleza y los mismos efectos (artículo 70 de la ley de relaciones colectivas de trabajo). Sin embargo, la ley de relaciones colectivas de trabajo sólo permite determinar la rama de actividad como nivel negocial (artículo 45), por convenio colectivo. 4. El derecho de los trabajadores a la negociación colectiva: La negociación colectiva también goza de reconocimiento internacional. En el ámbito de la organización internacional del trabajo, no solo reconocida como un derecho sino como una viga maestra del ordenamiento supranacional, en la medida que es el canal de expresión de la libertad sindical. En ese sentido, las 46 referencias a la negociación colectiva no son neutras sino que suponen la obligación de promover la negociación colectiva, de fomentarla, porque se entiende que es el instrumento más apropiado para canalizar los conflictos inherentes a la relación laboral y darles una solución idónea y de consenso. Son los artículos 28° y 42° de la constitución los que definen a los beneficiarios de este derecho. En aplicación del primero de ellos, es indudable que los trabajadores sujetos al régimen laboral privado tienen el derecho a la libertad sindical (sindicación, negociación colectiva y huelga). Sin embargo, lo que podría generar duda es si los trabajadores que no se encuentran adscritos al mencionado régimen gozan de este derecho en igual magnitud y alcance. En principio, pareciera que no, pues el referido artículo 42° establece que: “se reconocen los derechos de sindicación y huelga de los servidores públicos. No están comprendidos los funcionarios del Estado con poder de decisión y los que desempeñan cargos de confianza o de dirección, así como los miembros de las fuerzas armadas y de la policía nacional”. Entonces, al no mencionarse expresamente el derecho a la negociación colectiva, este no les correspondería a los servidores públicos. Sin embargo, al haber suscrito el estado peruano el convenio N° 151 de la organización internacional del trabajo, que reconoce precisamente este derecho para los trabajadores de la administración pública, este se incorpora a nuestra normativa por virtud de la cuarta disposición final y transitoria de nuestra constitución. 5. La negociación colectiva en el sector público: La negociación colectiva en el sector público tiene una naturaleza especial, pues no solo debe observar rígidamente las normas imperativas de carácter laboral, el orden público y las buenas costumbres; además, debe observar las normas presupuestales y otras normas especiales acordes con la especial naturaleza de negociación colectiva en el sector público. Si bien es cierto, que nuestra norma fundamental reconoce el derecho de negociación colectiva, no es menos cierto que el propio tribunal constitucional se ha encargado de precisar que ningún derecho fundamental es ilimitado, 47 señalando que, “Estos límites se encuentran establecidos expresamente por la constitución, mientras que en otros derechos el límite deriva de manera mediata o indirecta de tal norma, justificándose en la necesidad de proteger o preservar no solo otros derechos fundamentales, sino también otros bienes constitucionales protegidos, como sería, por ejemplo, el presupuesto estatal”. En la casación Nº 4169-2008-Lambayeque, publicada en el diario oficial El peruano el 2 de mayo de 2012, ha señalado lo siguiente: La negociación colectiva en el sector público no puede ser examinada con la amplitud que sí es posible en el ámbito del sector privado, pues mientras que en este último no existen limitaciones para otorgar beneficios económicos superiores y/o adicionales a los establecidos en la legislación laboral respectiva, por primar la autonomía de la voluntad para decidir sobre incrementos y condiciones de trabajo, en el primero concurren estipulaciones legales que restringen y determinan específicamente el ámbito sobre el cual es posible concertar un convenio colectivo. El propio tribunal constitucional reconoce esto cuando señala que: En el caso de las negociaciones colectivas de los servidores públicos, estas deberán efectuarse considerando el límite constitucional que impone un presupuesto equilibrado y equitativo, cuya aprobación corresponde al congreso de la república, ya que las condiciones de empleo en la administración pública se financian con recursos de los contribuyentes y de la nación. Una negociación colectiva en el ámbito laboral implica contraponer posiciones, negociar y llegar a un acuerdo real que ambas partes puedan cumplir. En tal sentido, no porque la ley disponga que todo acto relativo al empleo público que tenga incidencia presupuestaria debe estar debidamente autorizado y presupuestado se vulnera el derecho a la negociación colectiva y a la libertad sindical. En efecto, precisamente después de los acuerdos logrados mediante la negociación colectiva, conforme a la legislación vigente para los servidores públicos, los que tengan incidencia económica se podrán autorizar y programar en el presupuesto. El Perú ha ratificado los convenios sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación (número 87), sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva (número 98) y sobre las relaciones de trabajo en la administración pública (número 151), y de la revisión de estos instrumentos 48 internacionales se puede advertir que si bien es cierto se establece el plexo de derechos relacionados con la libertad sindical y la negociación colectiva, no es menos cierto que no se le suprime al estado el derecho a fijar las condiciones y restricciones a tales derechos; es más, el artículo 8º del convenio número 151 de la organización internacional del trabajo referido a las relaciones de trabajo en la administración pública pone énfasis en que “la solución de los conflictos que se planteen con motivo de la determinación de las condiciones de empleo se deberá tratar de lograr, de manera apropiada a las condiciones nacionales, por medio de la negociación entre las partes o mediante procedimientos independientes e imparciales, tales como la mediación, la conciliación y el arbitraje, establecidos de modo que inspiren la confianza de los interesados. De ello queda evidenciado precisamente que los derechos de libertad sindical y negociación colectiva no son absolutos, sino que deben delimitarse a la luz de otros derechos y normas imperativas establecidas por el estado. A este respecto, es importante traer a colación que en el informe definitivo caso nº 2934 sobre la queja interpuesta por el gobierno del Perú por la federación de trabajadores de luz y fuerza del Perú emitido en el mes de noviembre de 2012 por el consejo de administración de la organización internacional del trabajo, se deja claramente establecido que las restricciones presupuestales establecidas para los casos de las negociaciones colectivas en entidades o empresas del estado a la luz de los artículos 77º y 78º de nuestra constitución son plenamente legítimas, empero se hace la precisión que ello no sería así en el caso de las empresas estatales cuyos ingresos provienen en todo o en parte por recursos recaudados directamente. 6. Los sujetos de la negociación colectiva y el reconocimiento de las organizaciones más representativas: Los textos mencionados anteriormente establecen claramente que los sujetos de la negociación colectiva son los empleadores o sus organizaciones por una parte, y las organizaciones de trabajadores, por otra, sólo siendo posible en ausencia de tales organizaciones que representantes de los trabajadores interesados celebren negociaciones colectivas. Este punto de vista se halla expresado en el ya citado párrafo 2, subpárrafo 1), de la Recomendación sobre los contratos colectivos, 1951 (núm. 91) y viene 49 confirmado: 1) en el Convenio sobre los representantes de los trabajadores, 1971 (núm. 135), que postula en su artículo 5 que “La existencia de representantes electos no se utilice en menoscabo de la posición de los sindicatos interesados o de sus representantes”; y 2) en el artículo 3, párrafo 2, del Convenio sobre la negociación colectiva, 1981 (núm. 154), que postula también que “La existencia de estos representantes (de los trabajadores) no se utilice en menoscabo de la posición de las organizaciones de trabajadores interesadas”. Según surge de los trabajos preparatorios de la Recomendación núm. 91, la posibilidad de que representantes de los trabajadores concluyan contratos colectivos en ausencia de una o varias organizaciones representativas de trabajadores se contempló en la Recomendación “Tomando en consideración los casos de los países donde las organizaciones sindicales no alcanzan un grado de desenvolvimiento suficiente y a fin de que los principios instituidos por la Recomendación pudieran aplicarse en esos países”. El comité de libertad sindical, teniendo en cuenta el contenido de estos instrumentos, ha subrayado que la negociación directa entre la empresa y sus trabajadores por encima de las organizaciones representativas, cuando las mismas existen, puede en ciertos casos ir en detrimento del principio por el cual se debe estimular y fomentar la negociación colectiva entre empleadores y organizaciones de trabajadores. Asimismo, en un caso concreto subrayó que los «arreglos directos concluidos entre un empleador y un grupo no sindicado de trabajadores, aun habiendo sindicato en la empresa, no promueve la negociación colectiva en el sentido del artículo 4 del convenio núm. 983. Descendiendo a más detalles, en otro caso el Comité indicó que «la posibilidad de que los delegados del personal, que representen al 10 por ciento de los trabajadores, celebren convenios colectivos con el empleador, aun en el supuesto de que existan ya una o varias asociaciones laborales, no fomenta la negociación colectiva en el sentido del artículo 4 del convenio núm. 98; además, habida cuenta del reducido porcentaje mencionado, dicha posibilidad puede menoscabar la posición de las organizaciones de trabajadores, contrariamente a lo dispuesto en el artículo 3, párrafo 2, del convenio núm.1544. No obstante, el Comité ha estimado que «si el ofrecimiento directo de la empresa a sus trabajadores es sólo una reiteración de las propuestas que había hecho ya al sindicato y que éste había rechazado, y posteriormente vuelven a reanudarse las negociaciones entre la empresa y el 50 sindicato tales circunstancias no demuestran una violación de los derechos sindicales”17. Es importante destacar que para que las organizaciones de trabajadores puedan cumplir su objeto de fomentar y defender los intereses de los trabajadores» (artículo 10 del convenio núm. 87) a través de la negociación colectiva, deben ser independientes y en particular no estar colocadas «bajo el control de un empleador o de una organización de empleadores» (artículo 2 del Convenio núm. 98) y poder organizar sus actividades sin intervenciones de las autoridades públicas que limiten o entorpezcan el ejercicio legal de este derecho (artículo 3 del convenio núm. 87). En este sentido, el convenio sobre las relaciones de trabajo en la administración pública, 1978 (núm. 151) establece en su artículo 5, párrafo 1, que las organizaciones de empleados públicos gozarán de completa independencia respecto de las autoridades públicas, y la recomendación sobre los contratos colectivos, 1951 (núm. 91) que ninguno de los términos de la presente definición (de contrato colectivo) debería interpretarse de suerte que implique el reconocimiento de una organización de trabajadores creada, dominada o sostenida económicamente por empleadores o sus representantes. Otra cuestión que conviene examinar es si la facultad de negociar está sujeta a un determinado grado de representatividad. A este respecto debe recordarse que según los sistemas de negociación colectiva, las organizaciones sindicales que participan en la negociación colectiva representan solamente a sus afiliados o bien representan también al conjunto de trabajadores de la unidad de negociación de que se trate; en este último caso, cuando un sindicato (o según los casos varios) cuenta con la representación de la mayoría de los trabajadores o de un porcentaje elevado establecido por la legislación que no implique esa mayoría, tiene en muchos países el derecho a ser agente negociador exclusivo en nombre de todos los trabajadores de la unidad de negociación. Asimismo, la recomendación sobre la negociación colectiva, 1981 (núm. 163) enumera diversas medidas encaminadas a promover la negociación colectiva, 17 Recopilación de principios y decisiones del Comité de Libertad sindical, cuarta edición, 1996. 51 entre las que incluye el reconocimiento de las organizaciones representativas de empleadores y de trabajadores (párrafo 3, apartado a). Por último, debe señalarse que según se desprende de los instrumentos de la organización internacional del trabajo, la titularidad del derecho de negociación colectiva ampara a las organizaciones de trabajadores en general, las cuales incluyen, como han precisado los órganos de control, a los sindicatos de base, las federaciones y las confederaciones. 7. Las materias objeto de la negociación colectiva: Como se ha visto, los instrumentos de la organización internacional del trabajo (convenios 98, 151 y 154 y recomendación núm. 91) centran el contenido de la negociación en las condiciones de trabajo y de empleo y en la regulación de las relaciones entre empleadores y trabajadores y entre organizaciones de empleadores y de trabajadores. La determinación de las materias susceptibles de negociación o de su contenido no es asunto fácil ya que depende de lo que se entienda por tales condiciones y tales relaciones. En los trabajos preparatorios del convenio núm. 154, en la comisión de negociación colectiva, los miembros trabajadores sub enmendaron una enmienda que habían presentado relativa al objeto de la negociación colectiva suprimiendo la referencia a las condiciones de vida, a las medidas sociales de toda clase y poniendo en su lugar las palabras fijar las condiciones de trabajo y empleo. Solicitaron, no obstante, que la comisión confirmara la interpretación de los términos condiciones de trabajo y empleo, que ya había sido dada en 1951, y según la cual las partes gozan de plena libertad para determinar, dentro de los límites de las leyes y del orden público, el contenido de esos acuerdos y también, por tanto, para convenir cláusulas relativas a todas las cuestiones de trabajo y de vida, comprendiendo especialmente medidas sociales de todas clases. La noción de condiciones de trabajo utilizada por los órganos de control ha seguido esta orientación y no se limita a las condiciones de trabajo tradicionales (jornada de trabajo, horas extraordinarias, descanso, salarios, 52 etc.), sino que cubre materias que normalmente pertenecen a la esfera de las condiciones de empleo como por ejemplo las promociones, traslados, supresiones de puestos sin previo aviso etc. Esta orientación está en sintonía con la tendencia moderna en los países desarrollados a reconocer la negociación colectiva gestional, que se ocupa de procedimientos para resolver problemas como reducciones de personal, cambios de horarios y otras cuestiones que exceden de las condiciones de trabajo en sentido estricto. Según la comisión de expertos, es contrario a los principios del convenio núm. 98 excluir de la negociación colectiva ciertas materias que atañen en particular a las condiciones de empleo»4 y «las medidas que se aplican unilateralmente por las autoridades para restringir la gama de temas que pueden ser objeto de negociaciones son a menudo incompatibles con el convenio. Dicho esto, aunque la gama de temas negociables y su contenido son amplísimos, no son absolutos y precisan tener una conexión clara con las condiciones de trabajo y de empleo, o, en otras palabras, que se trate primordialmente o esencialmente de cuestiones que se refieren a condiciones de empleo; además, los órganos de control permiten excluir de los temas negociables las facultades derivadas del poder de dirección del empresario, como por ejemplo la asignación de tareas o la contratación, y prohibir ciertos contenidos en la legislación por exigencias de orden público, como por ejemplo las cláusulas discriminatorias o las cláusulas de seguridad sindical, o aun las cláusulas contrarias a los mínimos de protección previstos en la legislación. El comité de libertad sindical ha señalado que también pueden considerarse razonablemente fuera del alcance de la negociación, las cuestiones que corresponden, evidentemente, de modo primordial o esencial a la dirección y funcionamiento de los asuntos del gobierno; en un caso reciente que trataba sobre temas negociables en el sector de la educación pública, el Comité estimó por ejemplo que «la determinación de las líneas generales de la política de la enseñanza, aunque constituya una cuestión sobre la cual puede ser normal que se consulte a las organizaciones del personal docente, no se presta a negociaciones colectivas entre estas organizaciones y las autoridades competentes pero debe ser posible la negociación colectiva sobre las consecuencias en las condiciones de empleo de las decisiones de política educativa. 53 Por último, en cuanto a los temas negociables relativos a las relaciones entre las partes mencionadas en el convenio núm. 154 como objeto de la negociación colectiva, conviene recordar que el convenio sobre los representantes de los trabajadores, 1971 (núm.135) y la recomendación que le acompaña contemplan una serie de garantías y facilidades a dichos representantes que pueden realizarse a través de los contratos colectivos aunque también mediante otros medios. Obviamente las relaciones entre las partes como materia de negociación cubren no sólo las garantías y facilidades sindicales, sino también todas las formas de consulta, comunicación y cooperación entre ellas y los medios que establezcan para la resolución de conflictos. 54 Título IV La Huelga 1. Antecedentes: En la antigüedad existieron antecedentes de la huelga como la rebelión de Espartaco y los esclavos, en el siglo I antes de nuestra era, y el retiro de la plebe en el monte Aventino. Pero estas luchas difieren de las huelgas surgidas en el inició del modo de producción capitalista, ya que fueron la reacción de los más pobres contra los más poderosos, nació como un mecanismo de defensa y de búsqueda de equilibrio social. Los primeros antecedentes de las huelgas modernas tuvieron origen en 1824, en Inglaterra y en 1864 en Francia, cuando fueron tipificadas como conductas delictivas que atentaban contra el derecho del trabajo. Las huelgas fueron fruto de la revolución industrial, como respuesta de los trabajadores a la etapa del capitalismo salvaje, para contrarrestar la explotación laboral; eran utilizadas para exigir a los empleadores mejores salarios, mejores prestaciones sociales y reducir la jornada de trabajo. 2. Concepto: La huelga es un derecho de los trabajadores, y que es reconocido por los estados democráticos como medio de defensa extrema de los trabajadores frente a la oposición del empleador en la solución de los conflictos colectivos de trabajo. La huelga resulta como consecuencia de la desatención o incumplimiento de sus pretensiones solicitadas a través de la negociación colectiva, siendo un conflicto colectivo de los trabajadores. También, se dice, que es una opción que adoptan los trabajadores cuando no existe otro camino para que el empleador atienda sus solicitudes para mejorar sus condiciones vitales, sociales y culturales. Sin embargo, produce efectos económicos nefastos y devastadores para la empresa y los trabajadores. En el derecho comparado se constata la existencia de dos modelos sustancialmente diferentes de regulación de la huelga: el estático o laboral y el dinámico o polivalente. El primero define a la huelga como la cesación continua y total de labores, con abandono del centro de trabajo, decidida colectivamente en procura de objetivos profesionales. El segundo, en cambio, la conceptúa como toda alteración en la forma habitual de prestar el trabajo, acordada colectivamente, que busca satisfacer cualquier interés relevante de los 55 trabajadores. El ordenamiento peruano, como veremos luego con más detalle, acoge claramente el modelo estático. 3. Regulación de la huelga: 3.1. Legislación nacional: La huelga es un instrumento atípico dentro del ordenamiento jurídico, ya que es la única manifestación subsistente de autotutela, cuando más bien la civilización trajo consigo la sustitución de esta por la heterotutela. En el ámbito constitucional peruano, el artículo 28 reconoce escuetamente el derecho de huelga, haciendo referencia específica a dos temas: regulación del ejercicio de huelga para que se ejerza en armonía con el interés social y excepciones y limitaciones a ese derecho. Frente a ello es conveniente recalcar que de los tres derechos que conforman la libertad sindical, el derecho de huelga es el que ha merecido regulación más restrictiva, ya que mientras en sindicación el estado reconoce y garantiza, y en negociación colectiva el estado reconoce y fomenta, en el caso de huelga el estado sólo reconoce y regula, estableciendo limitaciones y excepciones. 3.2. Legislación internacional: La huelga cuenta con reconocimiento expreso como derecho humano por el pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales (artículo 8.1.d). Los demás instrumentos genéricos de derechos humanos omiten mencionarla directamente, aunque puede considerársele incursa en la libertad sindical proclamada por todos ellos, sobre todo en la dimensión dinámica de este derecho. El derecho de huelga se consagró en varias normas internacionales: i) La carta social europea instituyó el derecho de huelga. ii) El artículo 8 del pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales reguló este derecho. iii) Los convenios internacionales 87 y 98 de la organización internacional del trabajo. 56 Los convenios internacionales 87 y 98 de la organización internacional del trabajo, se refieren a la huelga en forma indirecta, cuando expresan que se debe fomentar la negociación colectiva entre empleador y trabajadores y en caso de no llegar a un acuerdo total o parcial surgen otras formas de lucha para resolver el conflicto colectivo y lograr presionar al empleador para que acceda al petitorio contenido en el pliego. Sin embargo, con relación a los convenios internacionales 151 y 154 de la organización internacional del trabajo, ratificados por nuestra legislación, que regula los derechos de asociación, libertad de asociación y de negociación colectiva de los empleados públicos, éste derecho se encuentra limitado en nuestra legislación nacional, ya que no pueden presentar pliego de peticiones, ni celebrar convenciones colectivas, ni decretar la huelga en los servicios públicos. Internacionalmente, el derecho a la huelga, está contenido en el pacto de derechos económicos sociales y culturales y en el protocolo de San Salvador. Desde los órganos de control de la organización internacional del trabajo, se ha señalado que la huelga es el corolario indisociable de la libertad sindical, poniendo énfasis en la interdependencia que tiene la huelga con el derecho de sindicación y la negociación colectiva. En el ámbito de la organización internacional del trabajo, sólo se ha mencionado a la huelga en un convenio y en una recomendación, pero no para reconocerla como derecho o regularla. En ese sentido, los órganos de la organización internacional del trabajo, han señalado que el derecho de huelga forma parte esencial de la libertad sindical y que se encuentra recogido en la interpretación sistemática de los artículos 3 y 10 del convenio N° 87, que establecen, en el primer caso que las organizaciones de trabajadores tienen el derecho de organizar sus actividades y de formular su programa de acción, en tanto que, en el segundo caso, se dispone que las organizaciones amparadas en tal convenio son todas aquellas que tienen por objeto fomentar y defender los intereses de los trabajadores. Por lo tanto, si bien a huelga no se encuentra regulada directamente por convenios de la organización internacional del trabajo, sí está recogida 57 indirectamente por ellos al ser un componente esencial de la libertad sindical. 4. Elementos de la huelga: Los ordenamientos comparados se agrupan en dos grandes sectores respecto de la titularidad del derecho de huelga: los que la reconocen a los trabajadores y los que la reconocen a las organizaciones sindicales. En el primer caso, se trata de un derecho de titularidad individual y en el segundo, de uno de titularidad colectiva. En ambos casos, es claro que el ejercicio del derecho deberá ser colectivo. La constitución de 1993, como ya vimos, no se pronuncia sobre la titularidad del derecho de huelga, a diferencia de la de 1979 que la otorgaba a los trabajadores. El ordenamiento infraconstituciorial no es claro al respecto, pero parece haber transitado del modelo universal al sindical o, al menos, a uno mixto (artículos 72 y 73.b de la ley de relaciones colectivas de trabajo, éste modificado por la ley 27912). En lo que toca a las exclusiones al ámbito subjetivo del derecho, éstas son las mismas que las previstas para la libertad sindical. 5. Finalidad de la huelga: La huelga debería tener como móvil satisfacer algún interés colectivo de los trabajadores. En este rubro quedarían comprendidos conforme al modelo estático sólo los intereses profesionales (o laborales en sentido amplio), y podrían cobijarse conforme al dinámico otros intereses sociales, que tuvieran elementos profesionales combinados en alguna dosis con elementos solidarios, políticos, etc. De este modo, sólo se excluiría la huelga desarrollada con fines puramente no profesionales. Un caso de este tipo, sería el de una huelga política dirigida a subvertir el orden constitucional o a presionar el funcionamiento de las instituciones democráticas. Así lo han estimado el tribunal constitucional italiano y el comité de libertad sindical de la organización internacional del trabajo, al aludir a las huelgas políticas que pueden quedar prohibidas por los ordenamientos sin infringir el derecho. 58 Nuestro ordenamiento admite la huelga que tenga por objeto la defensa de los derechos e intereses socioeconómicos o profesionales de los trabajadores en ella comprendidos (artículo 73 de la ley de relaciones colectivas de trabajo, modificado por la ley 27912). Quedarían, por tanto, aceptadas las huelgas con móviles puramente socioeconómicos o profesionales, o que combinaran éstos con los políticos o solidarios, siempre que los primeros fines fueran relevantes dentro de ellos; y rechazadas, las que tuvieran objetivos exclusivamente políticos o solidarios y las mixtas cuyos fines socioeconómicos o profesionales fueran irrelevantes. El comité de libertad sindical de la organización internacional del trabajo había considerado que los fines admitidos por nuestra ley de relaciones colectivas de trabajo, que eran sólo los profesionales, resultaban limitativos del derecho, porque excluían la búsqueda de soluciones a cuestiones de política económica y social y a los problemas que se plantean en la empresa. 6. Modalidades de huelga: Al realizar una huelga en procura de ciertos fines, los trabajadores emplean las modalidades de presión que estiman más eficaces. Los ordenamientos, sin embargo, no admiten todas las modalidades que la práctica huelguística ha ido descubriendo, por considerar que alguna o algunas de ellas podrían originar un daño excesivo para el empleador. La gama de modalidades permitidas por un ordenamiento muestra, pues, el grado de eficacia que aquél está dispuesto a concederle al derecho de huelga. Un punto de consenso entre los modelos estático y dinámico es el de impedir que la huelga cause la destrucción o deterioro de las personas o bienes de la empresa afectada. En otras palabras, ambos modelos coinciden en pregonar el carácter pacífico de la huelga. Más allá de este acuerdo, el modelo dinámico no efectúa otras prohibiciones, mientras que el estático excluye aquellas modalidades desencuadradas con su concepto cerrado. De este modo, estarían proscritas las huelgas que no supusieran paralización sino alteración del trabajo habitual (huelga de bajo rendimiento, o a reglamento, o activa), o que conllevaran una paralización que afectara sólo a grupos de trabajadores o fuera discontinua (huelga neurálgica, 59 o intermitente), o que no se materializaran con abandono del centro de trabajo (huelga de brazos caídos, u otras modalidades ya mencionadas). La legislación peruana señala, en primer lugar, el carácter necesariamente pacífico de la huelga (artículos 72 y 79 de la ley de relaciones colectivas de trabajo), para admitir, en segundo lugar, como modalidades válidas las de ámbito espacial general o parcial y las de ámbito temporal indefinido o determinado (artículo 76 de la ley de relaciones colectivas de trabajo), y, en tercer lugar, prohibir las demás modalidades, consideradas irregulares: paralización intempestiva, paralización de zonas o secciones neurálgicas de la empresa, trabajo a desgano, a ritmo lento o a reglamento, reducción deliberada del rendimiento o cualquier paralización en la que los trabajadores permanezcan en el centro de trabajo y la obstrucción del ingreso al centro de trabajo (artículo 81 de la ley de relaciones colectivas de trabajo). Además, la legislación sobre estabilidad laboral contempla como falta grave la realización de una huelga bajo varias de estas modalidades: reiterada paralización intempestiva, disminución deliberada y reiterada en el rendimiento y toma de rehenes o locales (artículo 25.a, b y f de la ley de productividad y competitividad laboral). El comité de libertad sindical de la organización internacional del trabajo, en su pronunciamiento sobre nuestra ley de productividad y competitividad laboral, ha sostenido que las modalidades prohibidas por ésta deberían ser tenidas como válidas siempre que la huelga fuese pacífica. En este punto, por tanto, no se ha adecuado nuestro ordenamiento a los requerimientos del comité de libertad sindical de la organización internacional del trabajo. 7. Límites de la huelga: Nuestro ordenamiento no se refiere a los derechos que no pueden ser afectados sino a las actividades consideradas como servicios esenciales, y lo hace mediante una relación amplia y abierta (artículo 83 de la ley de relaciones colectivas de trabajo, modificado por la Ley 27912). La fórmula no sólo es muy extensa, al incorporar actividades difícilmente encuadrables en el concepto, sino que además permite su crecimiento, añadiéndosele nuevas actividades. La relación ya ha sido ampliada por decreto supremo 075-92-presidencia del 60 consejo de ministros, comprendiendo como servicio esencial a los de administración, operación equipamiento y mantenimiento de terminales y muelles en el país, sean marítimos, fluviales o lacustres (artículo 1). 8. Ejercicio del derecho a la huelga: Independientemente de la titularidad individual o colectiva del derecho de huelga, su ejercicio es siempre colectivo. De este modo, los ordenamientos exigirán comúnmente el acuerdo mayoritario de los trabajadores (del ámbito implicado, en el caso de titularidad individual, y de los afiliados a la organización sindical, en el caso de titularidad colectiva). Otros requisitos frecuentes son el del otorgamiento de un preaviso al empleador y el de la designación de los servicios mínimos y de mantenimiento. Estos últimos están dirigidos a la conservación de los bienes y equipos indispensables para la posterior reanudación de las labores. En nuestro ordenamiento, los requisitos para la declaración de la huelga son: i) Previo agotamiento de la negociación directa entre las partes respecto de la materia controvertida. ii) Decisión adoptada por más de la mitad de los trabajadores comprendidos, eventualmente sujeta a ratificación. iii) Comunicación al empleador y a la Autoridad de Trabajo, con no menos de cinco días útiles de anticipación en las actividades comunes y de diez en los servicios esenciales (artículos 73.b y c, 75 y 80 de la ley de relaciones colectivas de trabajo y artículos 62 a 65 de su Reglamento). Además, en el caso de estos últimos, se requiere designar los servicios mínimos. Si la huelga estuviera arreglada a la ley, el empleador no podrá contratar personal de reemplazo a los huelguistas (artículo 70 del reglamento). Por último, se contempla que la huelga termina por: i) Acuerdo de las partes en conflicto. ii) Decisión de los trabajadores. iii) Resolución Suprema (en el caso de las huelgas que se prolonguen excesivamente, asumiendo características graves). iv) De ser declarada ilegal (artículo 85 de la ley de relaciones colectivas de trabajo y artículos 72 y 73 de su reglamento). 61 Título V Conflictos en materia laboral 1. Introducción: La importancia del tema de los conflictos de trabajo es evidente, si se considera el carácter opuesto de los intereses de los actores del proceso productivo. Es una verdad indiscutible, que se ha avanzado enormemente en el renglón del diálogo entre trabajadores y patrones. Han ido cambiando paulatinamente aquellas formas violentas de solucionar las diferencias, que segaban vidas obreras y reducían a cenizas las fábricas, por mecanismos civilizados. Hoy día, el campo de batalla, es una mesa de negociaciones. La empresa ha dejado de concebirse como un escenario de boxeo, y ha comenzado a verse en su dimensión comunitaria. No obstante los significativos logros que trabajadores y patrones han conseguido en sus relaciones, con base en la madurez y una creciente voluntad concertadora, sus intereses como clase social son y continuarán siendo encontrados. Las relaciones obrero patronales son como una moneda, con dos caras distintas y opuestas, pero que al fin y al cabo no integran sino una y sólo una moneda. Nada más erróneo que afirmar que la lucha de clases está aniquilada. Tal vez se hayan diluido las posiciones más radicales (el culto irreflexivo del capital y la dictadura del proletariado), pero la lucha de clases, que es la confrontación de las convicciones, de las ideologías, está presente en todo momento, sólo que se hace más notoria cuando el péndulo de la historia se aproxima a alguno de los extremos. A nadie conviene que permanezcan estáticos los protagonistas del proceso productivo, ni que se rompa el equilibrio que su interacción debe crear, a la manera de un sistema de pesos y contrapesos; hay que saber sacar provecho del carácter dinámico de la lucha de clases, un excelente catalizador en el permanente proceso de evolución de los pueblos. El derecho, como instrumento al servicio de la mejor convivencia entre los hombres, tiene una importante misión que cumplir en este terreno. 62 Russomano, M. V (1982). El Estado tiene el máximo interés en que sus componentes vivan en armonía. Los choques, los conflictos, los litigios, por pequeños que sean, debilitan la estructura social, poco a poco. Ponen en riesgo el entendimiento de los hombres. Son elementos de oposición a la paz’’18. 2. Concepto: La palabra conflicto proviene del latín conflictus, que significa combate, lucha, pelea. Desde el punto de vista jurídico, se utilizan como expresiones sinónimas diferencia, controversia, colisión, litigo, etcétera; todas ellas tienen invariablemente la connotación de pretensión resistida, de oposición de intereses. El significado y diferencia entre ambos vocablos fue objeto de acaloradas discusiones doctrinales, que hoy día están superadas. De Buen, L. N. (1988). Suelen también referirse algunas leyes a los juicios, como sinónimo de conflictos. En todo caso, no hay que confundir el conflicto, como fenómeno social, con el conjunto de actos procesales que constituyen la vía para solucionar dicho altercado19. Pérez, B. E. (1960). En sentido amplio se define a los conflictos laborales como las fricciones que pueden producirse en las relaciones de trabajo20. Santos, A. H. (1991). Los conflictos de trabajo, en sentido estricto, son las diferencias que pueden suscitarse entre trabajadores y patrones, sólo entre aquéllos o sólo entre éstos, como consecuencia o con motivo del nacimiento, modificación o cumplimiento de las relaciones individuales o colectivas de trabajo21. 3. Clasificación: Es de sobra sabido que existen tantas clasificaciones, como criterios de clasificación haya; para los efectos de este estudio, se clasifican los conflictos 18 Russomano, M. V. (1982). Derecho del trabajo. México: Cárdenas Editor. De Buen, L. N. (1988). Derecho procesal del trabajo, México: Porrúa. 20 Pérez, B. E. (1960). Curso de derecho del trabajo, 6a. ed. España: Tecnos. 21 Santos, A. H. (1991). Diccionario Jurídico Mexicano, 4a. ed. México: Porrúa. 19 63 de trabajo a la luz de tres criterios: en razón de los sujetos involucrados, en función de la naturaleza del conflicto y por el tipo de intereses que afecta. 3.1. En razón de los sujetos involucrados: Esta clasificación está referida a las diversas combinaciones que se presentan cuando los sujetos que intervienen en las relaciones laborales entran en conflicto. En relación con los sujetos que intervienen, los conflictos de trabajo pueden clasificarse genéricamente de la siguiente manera: entre trabajadores y patrones, entre trabajadores, y entre patrones. Los conflictos entre trabajadores y patrones son las controversias típicas, ya que en ellas se colocan frente a frente los factores del proceso productivo, trabajo y capital; atendiendo a esta situación se entenderá fácilmente que se trata de las divergencias laborales más numerosas e importantes. Ejemplos: las controversias nacidas de un despido injustificado, del incumplimiento del contrato colectivo, etcétera. De La Cueva, M. (1984). Este tipo de conflictos pertenecen a la esencia de la relación entre trabajadores y patrones, a la naturaleza de las relaciones en una sociedad segmentada en clases sociales22. Los conflictos entre trabajadores, son contrarios a la idea de unión fraterna de los que viven del alquiler de su trabajo, unidad que es el origen de su fuerza como clase social. Estos conflictos pueden ser de tres tipos: a) Entre trabajadores de una misma empresa; se presentan en torno a cuestiones de preferencia, antigüedad y ascensos. b) Entre sindicatos; son conflictos de naturaleza colectiva, que giran en relación a la titularidad de derechos y acciones sindicales. c) Entre trabajadores y sindicatos; se refiere a controversias entre un sindicato y sus agremiados por motivos originados en la indebida aplicación de las cláusulas de ingreso o separación, o de los estatutos. 22 De La Cueva, M. (1984). El nuevo derecho mexicano del trabajo, t. II, 3a. ed. México: Porrúa. 64 3.2. En función de la naturaleza del conflicto: La doctrina, la jurisprudencia y la ley consideran que atendiendo a la naturaleza o contenido de los conflictos, éstos pueden ser de orden jurídico o de orden económico. Los conflictos jurídicos surgen por la aplicación o interpretación de las normas de trabajo, legales o contractuales. Ejemplos: inconformidad con el pago de tiempo extraordinario; negativa a entregar los uniformes pactados en el contrato. Los conflictos económicos se refieren al establecimiento o a la modificación de las condiciones laborales, o bien, a la suspensión o terminación de las relaciones colectivas de trabajo. Ejemplos: la nivelación salarial de un trabajador en relación con sus compañeros que desempeñan trabajos similares, la reducción de personal con motivo de la implantación de maquinaria nueva. Los conflictos de trabajo jurídicos no están desprovistos de una connotación económica, y viceversa. Por tanto, es más propio hablar de conflictos laborales preponderantemente jurídicos o conflictos laborales preponderantemente económicos. 3.3. Por el tipo de interés que se afecta: Esta clasificación está referida a la jerarquía del interés que se ve afectado con el conflicto, sin que se trate simplemente de una afectación numérica; es decir, esta clasificación no responde al número de contendientes. Por el interés afectado, los conflictos de trabajo se clasifican en individuales y colectivos. Son individuales los conflictos que afectan el interés particular de uno o varios trabajadores. Ejemplos: la aplicación de un descuento indebido a un trabajador; el despido de cinco empleados a quienes se sorprendió sustrayendo herramienta de la fábrica. De Buen, L.N. (1988). Un conflicto individual puede llegar a afectar a todos los trabajadores de una empresa o establecimiento, pues no es la 65 trascendencia social, económica o política de un conflicto la que debe determinar su naturaleza jurídica23. Son colectivos los conflictos que afectan el interés sindical, gremial, de los trabajadores. Ejemplos: la negativa patronal a celebrar un contrato de trabajo; el cierre arbitrario de una empresa o negociación por parte del patrón. Como los tres tipos de conflictos responden a criterios distintos, es claro que pueden combinarse entre sí. Así tenemos que un despido injustificado es al propio tiempo un conflicto individual, jurídico y entre un trabajador y un patrón. La controversia nacida de la intención patronal de reducir las condiciones de trabajo, es conjuntamente un conflicto colectivo, económico y obrero - patronal. 4. Mecanismos de solución de un conflicto laboral: 4.1. Introducción: Los conflictos laborales, por pequeños que sean, constituyen fisuras en el funcionamiento de las sociedades; son notas discordantes que rompen con el estado de convivencia y armonía que debe prevalecer en los conglomerados sociales. Un pilar fundamental de todo sistema jurídico es el establecimiento de mecanismos eficaces para dirimir las controversias, que garanticen que lo resuelto se cumplirá, inclusive, en contra de la voluntad de aquel a quien se le impone una obligación. Si bien es deseable contar con un sistema judicial confiable y eficaz, resulta más sano el activar con la menor frecuencia posible la maquinaria jurisdiccional. Es muy apropiado que existan variados mecanismos o vías de solución de los conflictos; habiendo múltiples cauces, las soluciones necesariamente llegarán. Genéricamente, la solución de los conflictos laborales puede llegar por la voluntad concertadora de los sujetos implicados, por los buenos oficios de un tercero ajeno a la controversia, o por la decisión de la autoridad jurisdiccional competente. 23 De Buen, L.N. (1988). Derecho procesal del trabajo. México: Porrúa. 66 Es verdad que las partes en un conflicto suelen actuar impulsadas por la pasión más que por la razón, y que colocarlas frente a frente, en ciertos casos, no es lo más conveniente. No obstante, es muy positivo cuando trabajadores y patrones, sin intervención de terceros, consiguen resolver sus diferencias; es síntoma inequívoco de madurez y de capacidad de negociar. Como es evidente, los acuerdos a que lleguen trabajadores y patrones y que ponen fin a los conflictos, pueden hacer lo mismo de una negociación amigable, que de un convenio o de una transacción dolorosos, precedidos del típico estira y afloja. Becerra, B. J. (1982). La actividad de los jueces resulta ser subsidiaria de la actividad de las partes interesadas y por eso también éstas pueden someter sus diferencias no a los jueces estatales, sino a personas privadas de jurisdicción para que sean éstas las que resuelvan una determinada situación jurídica24. Gonzalez, N. O. (1997). Es un hecho indiscutible en el Perú, como en otros países, la regulación jurídica de los métodos de composición de conflictos deja mucho que desear. Frente a esto, en el campo teórico ahora empiezan a tomar fuerza las doctrinas de autocomposición de conflictos, que son sumamente interesantes y motivo de ardua y vigorosa polémica en el derecho colectivo del trabajo25. 4.2. Clases de conflictos laborales: Para llevar adelante la descripción de los modos en que se ha enfocado tradicionalmente la resolución de las situaciones de conflictos laborales, tanto como para poder formular después las ideas aptas para desarrollar propuestas alternativas, se hace necesario precisar los conceptos básicos, para que luego aquellas se hagan inteligibles. Existe en la doctrina juslaboralista de la mayoría de los países una clasificación tradicional pero vigente que aparece recogida en buena parte de las normas positivas, y según la cual existen conflictos individuales y colectivos. 24 25 Becerra, B. J. (1982). El proceso civil en México, 10a. ed., México. Porrúa. Gonzalez, N. O. (1997). Aspectos Jurídicos de la Huelga. Trujillo: Editorial Libertad E.I.R.L. 67 A su vez, los individuales pueden considerarse como individuales propiamente dichos y pluriindividuales y los colectivos se dividen en económicos y jurídicos o por sinonimia como de interés y de derecho. La importancia de esta clasificación no es meramente académica, pues es en función de tal concepto, que los países de la región han decidido optar por uno u otro medio de solución, sin que esto implique consentir que todos o buena parte lo hayan asumido del mismo modo. En general puede afirmarse que no se advierte una idea rectora o que sobresalga, pues el espectro es suficientemente amplio. Inclusive existe algún caso de países en los que la calificación del conflicto no nace de la naturaleza jurídica del fenómeno, sino de la cantidad de sujetos laborales involucrados. Por otra parte, esa misma calificación, es la que sirve para definir el órgano de la administración que se ocupará de conocer en el conflicto. Podría señalarse que con variantes, existen cuatro casos de países en la región que han unificado las atribuciones del organismo para entender en los conflictos individuales y colectivos: Brasil, México, Panamá y Canadá. Para el resto y en términos de mayoría, puede decirse que se ha optado por asignar los individuales y los colectivos de derecho a la justicia y los colectivos de interés a las instituciones administrativas de conciliación y arbitraje. 4.2.1. Conflictos laborales individuales: Esta tipología conflictual generalmente ha sido denominada también con la voz controversia, para no reiterar el sustantivo y establecer una denominación diferenciadora. Es siempre de tipo jurídico, pues cuando en un contrato de trabajo existe en una de las partes una intención modificatoria de los términos vinculantes, la ausencia de acuerdo necesaria e indefectiblemente conduce a la extinción del vínculo. Es por ello que la controversia nace irremediablemente en el reclamo del trabajador del cumplimiento de una disposición no observada o de la diferente interpretación de una norma vigente, siempre con relación a un contrato individual de trabajo, vigente o extinguido. El conflicto individual carece por esas características de exteriorización pública, y no puede 68 tener efectos hacia la actividad productiva de la empresa, o producir repercusiones en el clima de paz social. Pero justamente en los casos en que el motivo de la disputa radica en diferentes interpretaciones sobre normas en vigencia, la radicación de la contienda en sede judicial lleva a connotar en la definición del litigio una impronta jurisprudencial que puede torcer el modo en que se aplica una ley, o el criterio con el que se pone en ejecución un convenio colectivo de trabajo. Esto hace que el conflicto individual, deba ser objeto de preocupación a nivel social y más específicamente aún, en la definición de políticas estatales en los ministerios de trabajo. 4.2.2. Conflictos laborales colectivos: Los conflictos colectivos son aquellos que expresan un estado de enfrentamiento entre un empleador o un grupo de empleadores y el conjunto de los trabajadores empleados de aquellos, normalmente representados por uno o más sindicatos. En general se trata de una situación en la que la diferencia, la discrepancia o el distinto modo de objetivar una discusión, no ha permitido encontrar formas de llegar a acuerdos o transacciones, y que en sus efectos modifica los términos en que se han desarrollado las relaciones entre las partes afectadas, tanto hacia adentro, como hacia fuera de esa relación o en ambos sentidos. En cierta forma alguna doctrina ha sostenido que deben considerarse conflictos colectivos sólo aquellos que tienen por causa de la fricción cuestiones de índole estrictamente profesional y de otra parte, se ha sostenido que también deben incluirse aquellas situaciones que se motivan en distintas razones, tales como acciones de solidaridad o expresiones vinculadas a sucesos de corte político. Estas situaciones merecerán un comentario específico más adelante. Lo habitual suele ser que los conflictos jurídicos asuman la forma individual, esto es, que el trabajador personalmente reclame del empleador que le pague el salario, o le otorgue una vacación o le haga efectiva la liquidación final, luego de ocurrida la desvinculación. Pero existen, quizá en la misma cuantía, situaciones en que los disparadores del conflicto jurídico son los colectivos de los trabajadores de una empresa o un grupo de empresas que exigen el cumplimiento de una 69 norma indiscutiblemente vigente, o impetran una forma determinada de interpretar una disposición en rigor, y en ambos casos encuentran la resistencia de la contraria. Entonces aparece ahí, la figura del conflicto colectivo de derecho. Poco importa si en ambos casos de conflictos colectivos la controversia asume expresiones de fuerza al interior de la relación o despliega efectos hacia el entorno. No es necesaria la adopción de medidas de acción directa de las partes o de alguna de ellas, bastando con que se anuncie la posibilidad de su acaecimiento. Podría decirse basado en lo descrito, que lo habitual sería que los conflictos de interés o económicos sean siempre colectivos y los jurídicos o de derecho sean individuales en la mayoría de las ocasiones, pero la realidad que es mucho más rica que las disquisiciones académicas, revela que es imposible fijar un criterio unívoco en esta cuestión. El conflicto colectivo asume ribetes de tal, cuando la negociación directa entre la representación de los trabajadores y la del empleador o empleadores no ha podido zanjar la diferencia de criterios, y se quiebra la normalidad de la discusión. El debate exorbita el ámbito de la mesa de relaciones laborales o como se quiera denominar a la sede de las conversaciones habituales y sus efectos alcanzan a la actividad normal de la empresa y de los trabajadores. Más allá del análisis precedente debería precisarse que las legislaciones y en muchos casos la jurisprudencia de la mayoría de los países no ha incorporado algo que hoy es casi pacífico en doctrina. Se trata de que la calificación de legal o ilegal de las medidas de acción directa por parte de la autoridad administrativa o judicial, debería tratarse restrictivamente. Dicho de otra manera, el pensamiento jurídico ha comenzado a reducir las exigencias para habilitar la legalidad de una huelga. También se observa que se han empezado a extender los alcances subjetivos de las medidas de fuerza. En efecto, se advierte cómo se acepta en la actualidad que las representaciones de los empleados del sector público puedan ejercer el derecho de huelga, ingresando a un campo que anteriormente les estuvo vedado. Lo dicho en relación con los conflictos colectivos, resulta útil tanto para las contiendas de interés como para las de tipo jurídico. 70 4.2.3. Los conflictos pluriindividuales: Los conflictos colectivos pluriindividuales son una especie atípica, pues son el resultado de una situación de enfrentamiento entre un grupo de trabajadores que tienen reclamos de carácter individual contra un empleador o un grupo de empleadores, que por ser de la misma índole o de similares características, hace que los reclamantes se agrupen y gestionen solidariamente la respuesta a su problema. Esta contienda es, como queda dicho, de tipo colectivo pero de naturaleza jurídica, y pese a esa índole, el colectivo laboral, no acude a la justicia en procura de obtener una respuesta a su derecho subjetivo, presuntamente violado, sino que intenta prevalerse de la presión del número para operar sobre la parte contraria, siempre la empleadora- e intentar una adecuada satisfacción. Este tipo de disputas de hecho cuando motorizan al sector de los trabajadores al ejercicio de medidas de acción directa, afecta la actividad productiva y genera tensiones en torno de la paz social. Es por ello, que aun sin decir el derecho, o buscar de obtener un acuerdo sobre nuevos contenidos de la relación, la administración del trabajo se ve compelida a actuar para minimizar los efectos públicos y lograr un avenimiento que reencauce la situación o la derive a su ámbito natural que es la justicia. No obstante esta caracterización de atípica, la controversia pluriindividual debería seguir mereciendo la atención de los ministerios de trabajo en el mundo. 4.2.4. Los conflictos impropios: El muestrario de los conflictos en el mundo del trabajo, exhibe otros casos, no menos importantes que los que hemos tratado hasta aquí, pero que no reclaman la atención preferencial de las administraciones del trabajo, o lo hacen marginalmente. Interesa citarlos para que más adelante se definan cuáles son los modos de atender a su solución. La referencia alude un tipo de conflictos que alguna doctrina ha denominado acertadamente como de carácter impropio, puesto que no revelan la existencia de una disputa entre el sector empleador y el sector de los trabajadores. Se trata de los conflictos intersindicales, los conflictos intrasindicales, los conflictos de solidaridad y los de tipo político. Los conflictos intersindicales son aquellos que se plantean 71 cuando dos organizaciones sindicales, disputan su condición de representantes de un colectivo laboral. Generalmente la cuestión se dirime en la vía asociacional, acudiendo a una instancia sindical de mayor jerarquía como puede ser una central de trabajadores. El intrasindical es el episodio de enfrentamiento al interior de una organización sindical y que se expresa habitualmente en problemas entre la organización y un afiliado. En general se ha relevado que los sistemas judiciales atribuyen la dilucidación de estas contiendas a los tribunales con atingencia con los derechos individuales de las personas, pero sería conveniente que se ejerciera una etapa previa en el ámbito del ministerio laboral, que además suele ser el organismo que se ocupa de ejercer el reconocimiento de los sindicatos. Los conflictos de solidaridad nacen al calor de la necesidad sindical de apoyar determinados reclamos de un trabajador o un grupo de ellos, o aún de otros sindicatos. Por lo general comprenden el intento sindical de no convalidar con el silencio una situación que suponen se convertirá en un precedente contrario a los designios de la entidad en un lugar y un momento determinados. Frente a estos casos, respecto de los que no se advierte en la región ningún tipo de previsión legislativa, es obvio que la respuesta de la administración del trabajo no ha de ser técnica sino necesariamente política, esto es dependerá de la merituación que se haga sobre la conveniencia de intervenir para evitar la prosecución de la contienda o su extensión temporal o geográfica. Finalmente los conflictos políticos, que tampoco registran acogimiento legislativo, son aquellos donde las organizaciones sindicales, generalmente las centrales, impulsan una huelga o algún tipo de medidas de acción directa para protestar contra una decisión del gobierno, laboral o no, recurriendo a lo que se denomina huelga general. Un ejemplo clásico de estos casos serían las muy habituales huelgas contra el aumento del precio del transporte urbano. Estos estallidos son materia de conocimiento de las autoridades del estado, incluso de los ministerios de trabajo del mundo, pero en tanto actúan quienes revisten condición de funcionarios políticos, sin sujeción a procedimientos reglados. 72 5. El estado ante un conflicto laboral: La sola mención del subtítulo precedente, implica una toma de posición en la temática, puesto que ello supone atribuir al Estado el deber de asumir una determinada conducta frente al acaecimiento de un hecho conflictivo en el plano de las relaciones laborales. Es que aparece como intolerable al espíritu republicano de la región, que el estado permanezca impasible frente a hechos que alteran el normal decurso de los estadios de paz social, a veces con episodios violentos que ponen en riesgo la seguridad de las personas. A ello se suma que el conflicto impide el desarrollo de las actividades normales de la producción de bienes y servicios con su lógica secuela de efectos nocivos para el bienestar general y en ocasiones desatando hechos de carencias o insatisfacción de necesidades de la población. De ahí que debería sostenerse que le cabe al Estado asumir una posición activa frente al conflicto. Pero si esta afirmación es expresión elocuente de lo que debería ser una toma de posiciones de los gobiernos de la región, no lo es menos sostener que no se trata de cualquier tipo de actitud frente a la contienda. A lo largo de la historia muchas veces se ha advertido que la conducta estatal frente al conflicto ha sido la de evitarlo por distintas vías, sea prohibiéndolo, disimulándolo o reprimiéndolo. Todas esas manifestaciones amén de contrarias al espíritu libertario y democrático, se han revelado opuestas a los principios y derechos fundamentales reconocidos por la organización internacional del trabajo, en la medida que actúan en contra de la libertad sindical, y del derecho a los trabajadores a manifestarse sindicalmente y negociar colectivamente el marco normativo de sus relaciones. Es por todo ello, que correspondería afirmar en la región la idea de que el conflicto debe convertirse en el motor de transformación y cambio apto para impulsar el progreso de nuestras sociedades. El estallido de la disputa es, mayoritariamente, la comprobación de que los intereses contrapuestos que naturalmente expresa el vínculo laboral por todo lo que de relación de cambio implica, no ha podido encontrar pautas de autocomposición y ensamble. De lo que se trata entonces es de hallar formulas superadoras de la situación de crisis para que surja una nueva manera de relacionamiento, más eficaz que la anterior. En el alcance de ese objetivo, el Estado debería jugar un papel activo de aporte a la búsqueda de los acuerdos necesarios. Debería pues, afirmarse el compromiso de los ministerios laborales de la región, de estar atentos a los sucesos de tipo conflictivo con el ánimo más constructivo posible, de modo de poder impulsar una evolución 73 positiva de las contiendas laborales, que cristalicen una mejora real para los pueblos de la región. Ese ánimo debería implicar el sostenimiento de regulaciones que le otorguen facultades de ejercer formas de gestión a cada ministerio de trabajo, de modo de obtener soluciones realmente beneficiosas a partir de cada hecho de enfrentamiento de los actores sociales, admitiendo también la posibilidad de actuación de organismos estatales o paraestatales de gestión independiente. 6. Sistemas de solución de conflictos laborales: 6.1. Sistemas tradicionales y vigentes: Podría señalarse que a partir de la actuación judicial y de la gestión de las administraciones del trabajo, existe en la región, una reiteración de criterios consistente en la recurrencia al Estado para que a través de la actuación de un funcionario que opera como tercero equidistante, se obtenga la solución al conflicto. Esto resulta válido tanto para el ámbito judicial como administrativo en cualquier tipo de contienda laboral. Desde la irrupción del derecho del trabajo en el plano de las disciplinas jurídicas se advierte que los actores sociales han admitido la presencia de un tercero independiente como factor apto para llegar al acuerdo que dé por finalizado el litigio. Esto es lo que ha promovido la funcionalidad de institutos muy caros a la necesaria salida del conflicto, como lo han sido y lo siguen siendo la mediación, la conciliación y el arbitraje. La institución de la conciliación ha sido incorporada como un paso procesal insoslayable incluso en los códigos de procedimiento judicial laboral en muchos países. Resulta relevante recurrir a una visión general sobre lo que ocurre en la región en orden a los mecanismos de solución de controversias y conflictos del trabajo. 6.1.1. La gestión judicial: La enorme mayoría de los países se ha pronunciado por la clasificación de los conflictos como económicos y jurídicos, siendo éstos últimos atributo propio de los jueces, con la única excepción de Brasil, único caso en que la justicia laboral está dotada de facultades para resolver en todo tipo de conflicto, incluso los de neto corte económico. Con un criterio de la máxima amplitud, los tribunales de justicia, son en la región los destinatarios de la 74 atribución para resolver las controversias jurídicas del trabajo, con capacidad para decir el derecho e imponer coercitivamente las conductas debidas a las partes. Incluso se admite la potestad judicial para ser alzada de decisiones en el plano de las relaciones laborales. Con todo, debería señalarse que compete a los Estados miembros ser en extremo cuidadosos en todo lo que concierne a la gama de atributos judiciales y tratar de poner en juego con la mayor enjundia todas las formas posibles para agotar la salida de los conflictos en sede administrativa, evitando que una excesiva judicialización, provoque distorsiones en los objetivos socioeconómicos de cada nación. Dicho de otro modo, debe advertirse que el efecto expansivo de la jurisprudencia, que no puede ser reglamentado, en una sentencia recaída en un litigio particular, frente a un caso concreto, pueda influir sobre la realidad de la economía, distorsionándola o condicionándola de un modo pernicioso. Sirva de experiencia lo acontecido en suelo argentino con un fallo judicial de 1972, que interpretó de manera harto amplia el alcance de la indemnización por accidentes de trabajo y terminó provocando un sobrecosto a la actividad productiva superior al diez por ciento de la nómina salarial nacional. 6.1.2. La gestión administrativa: La gestión administrativa del conflicto compete a aquella institución estatal que ejerza las tareas propias de la administración del trabajo. La misión de estas áreas debiera poderse llevar adelante con sujeción a los principios rectores de la organización internacional del trabajo, que se han aludido antes. Dentro de esta visión se comprende la admisión del conjunto de supuestos que expresan una modificación del modo habitual de ejecutar el vínculo laboral, como indicativos de la existencia de la disputa y de su adopción como forma de presión a la contraria. Más adelante se explicitarán las maneras en que puede moldearse la gestión administrativa, pero entretanto quede manifestado, que debe comprender todas las formas de conflicto, que se han reseñado y descripto hasta ahora. Ello implica diferir a la administración del trabajo la potestad de intervenir en todo tipo de conflicto del trabajo, bien que con 75 diferentes modos de atribuir eficacia jurídica a sus actos y decisiones. Va de suyo que en el supuesto de las controversias singulares, donde un trabajador se enfrenta con su empleador por una falta de pago de salarios o una diferente apreciación de una norma convencional, la administración no podrá imponer el pago del débito remuneratorio incumplido o decir cuál es la correcta interpretación del dispositivo en cuestión, pues carece del imperio jurisdiccional, pero resulta innegable que su gestión puede ser valiosa a la hora de conseguir que las partes depongan su reyerta y acuerden una forma de solucionarla. No caben dudas de que en el caso de los conflictos colectivos, la figura de la administración del trabajo cobra todo su vigor. Pareciera que su intervención en esos supuestos es la que mejor se ajusta al perfil de estos organismos. Está claro que ante las contiendas colectivas, las de tipo económico o de interés son las que mejor se ajustan a la gestión administrativa, por lo que son materia propia e insoslayable de su acervo de atributos. Empero una visión amplia y sobretodo respetuosa de la misión tutelar de la Administración laboral en orden a la paz social y la preservación de la actividad productiva, aconseja que aún en casos de conflictos jurídicos, la administración puede interponer sus buenos oficios de componedor, para intentar lograr una solución rápida y eficaz. El análisis de la gestión administrativa, aconseja una descripción de las diferentes modalidades de su operativa, la que luce a continuación. 6.1.3. La conciliación y la mediación: En realidad el derecho positivo y la doctrina de los países de la región no han marcado demasiadas diferencias entre la conciliación y la mediación. La primera ha sido concebida en los manuales como el intento de un tercero de acercar a las partes sentarlas a una mesa de negociación- cuando están enfrentadas por una situación de conflicto y no se avienen a dialogar. La segunda se da cuando el tercero además de reunir a los litigantes, les arrima propuestas o pule y clarifica las que ellos formulan. Puede decirse, al fin, que conciliadores y mediadores actúan sobre las partes del conflicto 76 buscando que arriben a una forma consensuada de solucionar el entredicho. Existen algunos casos en que la función es cumplida por un tercero no sólo extrajudicial, sino también ajeno al aparato estatal. Es decir una persona que no inviste ninguna representación oficial ni está vinculada a las partes. También como se dijo antes, hay organismos colegiados, integrados tripartitamente, encargados de actuar como componedores del conflicto. Un tópico que merece particular atención se refiere a los objetivos de la conciliación. Éstos no pueden ser solamente como se ha dicho en algunos textos legales, el de alcanzar la solución pacífica del conflicto o evitar que se produzca la huelga. Si bien ésas son metas a tener en cuenta, no es todo lo que es dable esperar de la salida de la disputa. La autoridad administrativa y las autonomías sectoriales deberían tener presente que la suscripción del acuerdo incluya conceptos que sean útiles para el futuro de la relación entre las partes, de modo que se verifique una mejora objetiva de sus términos. Finalmente, entre los elementos que deberían introducirse en una etapa de modernización en la utilización de los sistemas extrajudiciales de solución de conflictos, está el de jerarquizar la función conciliadora. El éxito de ésta depende en mucho del prestigio del conciliador, por lo que debería intentarse apostar a la excelencia como forma de vigorizar la institucionalidad de la conciliación a partir del sujeto actuante. 6.2. Formas de conciliación: La conciliación puede asumir dos formas, la voluntaria y la obligatoria. La primera es la simple convocatoria por la autoridad laboral, a constituir una reunión con finalidades de diálogo tendiente a la solución del conflicto. Normalmente carece de formas y plazos reglados y se desarrolla conforme las partes se van manifestando. La segunda por el contrario supone la citación forzosa de los contendores del conflicto y la obligación de estar presentes en el ámbito de las deliberaciones. Suele incluir un reglamento de actuación pero excluye la imposición de conciliar. Ambas se han revelado muy útiles en la experiencia regional y la utilización de una u otra, depende mucho de las características del 77 conflicto. Hubo una etapa inicial en la que los procesos conciliatorios transitaron por un esquema de excesiva formalidad y con ello exhibieron una sobrecarga de trámites que no se compadecían con la dinámica de las relaciones laborales que impone en casos de conflictos una acción perentoria y simple. Sin embargo luego de algunos titubeos la región comenzó a mostrar un viraje hacia formas menos rígidas, que son las que priman ahora. Pueden señalarse los casos de Costa Rica y Panamá que adhirieron entre los primeros a las acciones flexibles y escasamente formales. Este tipo de visión se ha compadecido además con plazos más cortos para el funcionamiento de la instancia conciliatoria, aun cuando la propia decisión de las partes puede extenderlos cuando se advierte que su prolongación puede resultar funcional a la obtención del acuerdo. Debería propenderse el sostenimiento de este procedimiento de la conciliación, provocando la comparecencia de las partes a reuniones de diálogo y en ámbitos independientes como serían los de los ministerios de trabajo, como una manera de coadyuvar a construir esquemas de superación de los conflictos que con el apoyo de los gobiernos pudieran responder a los que se han señalado más arriba como objetivos de la conciliación. Una cuestión que no ha sido tratada en forma unánime es la que se refiere a los costos de la instancia conciliatoria. Mayoritariamente se ha considerado que el trámite debe ser gratuito para ambas partes, pues está de por medio el interés estatal en obtener adecuadas salidas a los casos de disputas laborales. También se ha apuntado que aplicar un costo dinerario a la recurrencia a la conciliación en sede oficial, podría ser sumamente pesado para las arcas de los trabajadores. No obstante ello, existen países que han fijado un arancel que deben soportar entre ambas partes y en alguno se ha determinado que paga la parte vencida. Este último caso no debería ser tenido en cuenta por cuanto la etapa conciliatoria no involucra una contienda en que debe haber ganadores y perdedores, sino la obtención de un acuerdo útil para ambas partes. En orden a los efectos de la conciliación puede advertirse que en general hay una imagen positiva del sistema en el conjunto de los países, en los que existe la convicción de que ha servido realmente para obtener salidas adecuadas para las situaciones de disputas laborales. Los 78 acuerdos suelen tener en la mayoría de los países eficacia jurídica de convenios colectivos cuando se relacionan con conflictos de interés. 6.2.1. El arbitraje: Este sistema que no ha podido lograr opiniones masivamente favorables, como es el caso de la conciliación, implica el sometimiento por parte de los sujetos del conflicto, a la decisión de un tercero arbitrador que resuelve la disputa. Puede ser un arbitraje voluntario u obligatorio y el arbitrador puede ser un tercero independiente unipersonal, o un tribunal integrado además por árbitros designados por las partes. En general el arbitraje ha sido muy poco usado en la región, por más que las normas lo contienen. Los sindicatos lo resisten pues asumen que su utilización puede terminar siendo un óbice para el ejercicio de medidas de acción directa, con lo que se limita su capacidad de lucha. Los empleadores suelen ver en la actuación del árbitro una posibilidad de estrechar sus márgenes de decisión en el diseño de los modos de ejecución de los vínculos laborales. Esta resistencia a la utilización de este mecanismo es aún más importante cuando se trata del arbitraje obligatorio, impuesto desde el estado, para terminar el conflicto. La organización internacional del trabajo, recomienda el voluntario y respecto del obligatorio, lo acepta sólo en circunstancias muy calificadas por los riesgos para el conjunto de la población. En torno del arbitraje, y aún contando con la escasa acogida que ha tenido, debería señalarse que su aplicación cobra especial relevancia cuando se trata de cuestiones de carácter colectivo económico, supuestos en los que la decisión arbitral adquiere naturaleza normativa, por cuanto su contenido desplegará efectos sobre las relaciones laborales contenidas por los límites subjetivos del conflicto. De todos modos tanto por los antecedentes sobre su nivel de utilización, cuanto por sus propias características, el arbitraje debería ser colocado en un lugar subsidiario entre los mecanismos aptos para obtener la solución de los conflictos del trabajo. 79 6.2.2. El arbitraje voluntario y obligatorio: Como se ha dicho, coexisten el arbitraje voluntario y el obligatorio. El primero ocurre cuando las partes del conflicto, frente a la imposibilidad de alcanzar un acuerdo en forma directa o mediante el arbitrio de la mediación y conciliación, arriban a un consenso para que un tercero resuelva como salen del atolladero, suscribiendo un compromiso arbitral en el cual escogen el árbitro y definen los puntos sobre los que versará el laudo que se dicte. También es voluntario, aún cuando su aceptación se torna obligatoria, cuando el sometimiento a un arbitraje nace de los términos del propio convenio colectivo que liga a las partes. Adquiere esa connotación porque las partes voluntariamente han decidido que sus cuestiones se resuelvan de tal modo, pero su ejecución termina siendo obligatoria por la observancia que los sujetos deben a lo que libremente han contratado. En ese sentido existen disposiciones legales que imponen a las partes llevar sus discrepancias sobre los términos del convenio colectivo que los atrapa, a una comisión de interpretación de ese cuerpo normativo. Si bien esas comisiones son expresión del consenso entre las partes, no es menos cierto que éstas se hallan obligadas a acatar sus pronunciamientos, que asumen una naturaleza similar a las del arbitraje. El arbitraje obligatorio, fue en muchas legislaciones de la región, planteado como inexcusable tratándose de situaciones que afectan a los servicios públicos esenciales. Sin embargo, el mundo sindical lo ha percibido como un intento de coartar el ejercicio del derecho de huelga, cuando se ha extendido ilimitadamente el concepto de servicios públicos esenciales. Hoy se advierte una tendencia a invocar el concepto elaborado en la organización internacional del trabajo, respecto de esta caracterización. Éste sostiene que asumen tal índole aquellos servicios que involucran a la vida, la salud y la seguridad de las personas o aquellos que por su extensión en el tiempo y la intensidad de sus acciones terminan desplegando efectos en esos ámbitos, sin que originalmente los hubieran afectado. Esto refleja un intento adecuado de la doctrina por otorgar a los estados la posibilidad de evitar quedar inermes frente a disputas laborales que pongan en riesgo no sólo el ejercicio de 80 derechos tan importantes como los de trabajar, circular libremente, sino la propia subsistencia de una comunidad determinada. Debería pues señalarse, que el arbitraje obligatorio puede ser una opción de salida del conflicto colectivo naturalmente cuando los riesgos que implica son muy severos y la decisión inexcusablemente fundada, transluzca su innegable necesidad. 81 Título VI El régimen laboral de los empleados públicos del Perú 1. La contratación pública en el Perú: La administración pública en nuestro país, tuvo sus inicios en la colonia, el antecedente más importante en el tema vino años después cuando el Mariscal Ramón Castilla en su primer gobierno (1845-1851) aprueba el primer presupuesto de la república, promulga el código civil, la ley de organización interior, la ley de ministerios que reconoce los derechos de los empleados públicos y aprueba la ley de cesantía y jubilación. Todas estas leyes se producen en un contexto en el cual empieza a instalarse un grupo de oficinas públicas en todo el país. Las normas se fueron dando en diferentes gobiernos para tratar aspectos parciales de la administración pública y entre las más importantes figuran las dictadas en el año 1918 por el gobierno de José Pardo y Barreda, quien reglamenta la asistencia de los empleados públicos y la realización de un censo de empleados públicos, aprobada por la Ley N°2760, que declara inembargables los sueldos, salarios y pensiones. En este contexto se encuentra también la constitución política del Perú de 1920, la cual establece que nadie podrá gozar de más de un sueldo o emolumento del estado, sea cual fuese el empleo o función que se ejerza. En 1931 se dicta el D.L. N°7455, el cual reconoce la estabilidad de los puestos públicos y precisa las causales de separación. Está también la ley Nº 8801 dictada en el gobierno del General Odría (1948 – 1956), por medio de la cual se crea la Dirección General de Escalafón y listas pasivas dependientes del Ministerio de Hacienda, la cual a partir de 1947 es denominada como dirección general de servicio civil. La primera norma que trata de manera integral la carrera administrativa es la ley n°11377 - estatuto y escalafón del servicio civil, que fue dictada en el año 1950 por el General Manuel Odría; la cual crea la carrera administrativa, establece el escalafón y constituye el consejo nacional del servicio civil. Cabe señalar que la citada norma clasifica a los trabajadores en tres categoría: oficiales, auxiliares y ayudantes; contemplando nueve niveles por cada una de 82 ellas. Así mismo, define cuatro clases de empleados: de carrera, por contrata, adscritos y personal del servicio interno. En la búsqueda por ordenar la administración pública y adecuarla al desarrollo del Estado, en el año 1984 el gobierno del arquitecto Fernando Belaúnde Terry dictó el decreto legislativo N° 276, ley de bases de la carrera administrativa y de remuneraciones del sector público, esta norma recoge los principios y modelos establecidos en el decreto ley N°11377 y pone énfasis en los derechos de los servidores públicos; asimismo establece una única clasificación para todas las entidades, la que comprende 14 niveles y tres grupos ocupacionales (profesionales, técnicos y auxiliares), e instituye el mérito y el tiempo de servicio como factor de ascenso en la carrera. Como hemos visto, hubieron dos principales intentos que han buscado reformar y reordenar la administración pública, el decreto ley n°11377 estatuto y escalafón de servicio civil y el decreto legislativo Nº 276, ley de bases de la carrera administrativa y de remuneraciones del sector público, sin embargo estos no fueron suficientemente eficaces, teniendo como principales razones haber contemplado excepciones que han sido una puerta para desvirtuar los principios que la norma perseguía y haber carecido además de estímulos al rendimiento, el mérito y la capacidad, poniendo más bien énfasis en las formas y los derechos, lo cual sabemos no ha promovido el orden y la racionalidad en la organización del aparato estatal. Consideramos que el mayor problema que ha existido en estas leyes ha sido la rigidez de las mismas, ya que ha repercutido negativamente en la administración pública, diluyéndose el objetivo central de la prestación de servicios eficientes a los ciudadanos, pues esta rigidez ha sido la que habría propiciado el burocratismo, la pérdida de compromiso y vocación de servicio y la que habría convertido la carrera pública en un sistema estático, en el cual los trabajadores no tienen posibilidades de ascender y en donde el ascenso o el retiro no están vinculados con el desempeño y la función que se ejecuta, motivo por el cual analizaremos, en el presente estudio, el o los motivos que llevaron a la administración pública a tener diversos regímenes de contratación de personal, creando con ello una problemática en el sistema. 83 2. El empleo público: Miranda, H.G. (2004). El empleo público es el conjunto de relaciones laborales que vincula al estado en su posición de empleador, con sus trabajadores o servidores públicos. Dentro de este concepto amplio se ubican los funcionarios públicos y trabajadores sujetos al régimen de carrera o bajo el régimen laboral privado, trabajadores de empresas públicas, entre otros26. CAMARGO, H. D. F. (2005). El empleo público es el conjunto de funciones, deberes y responsabilidades que han de ser atendidos por una persona natural, para satisfacer necesidades permanentes de la administración pública27. Los deberes, funciones y responsabilidades de los diferentes empleos son establecidos por la constitución, la ley o el reglamento, o asignados por la autoridad que tenga competencia. ROMERO, P. J. E. (2002). Empleo público es un concepto jurídico que atañe a las relaciones laborales establecidas entre dos partes: el estado, como patrono; y, los agentes públicos, en tanto empleados o trabajadores de la administración pública28. 3. Contratación del personal en el estado: Desde siempre, los servidores y funcionarios públicos estuvieron sujetos a un régimen laboral distinto al de los trabajadores de la actividad privada, situación que tiene sustento y clara acogida tanto en la constitución política de 1979 como en la de 1993. En el año 2001, se creó una comisión multisectorial constituida para la elaboración de un informe sobre la situación del personal de la administración pública central3; la cual determinó que a mediados de la década de los noventa, dentro de un proceso de reforma del estado, que quedó trunco, una serie de entidades e instituciones públicas comenzaron a migrar hacia el régimen laboral privado; entre ellas, el instituto nacional de defensa de la 26 Miranda, H.G. (2004). Instituciones y Perspectivas del Derecho Laboral Público. Lima: Revista Derecho y Sociedad N° 23, Asociación Civil Derecho y Sociedad. 27 CAMARGO HERNÁNDEZ, D.F. (2005). Funcionarios públicos: evolución y prospectiva. Edición electrónica a texto completo en www.eumed.net/libros/2005/dfch-fun/. 28 ROMERO, P. J. E. (2002). Derecho Administrativo General. (2da. ed). San José de Costa Rica: Edit. EUNED. 84 competencia y de la propiedad intelectual (INDECOPI), organismo supervisor de la inversión en energía y minería (OSINERGMIN), comisión nacional de supervisión de inversiones y valores (CONASEV), así como otras entidades reconstituidas como la contraloría general de la república, la superintendencia nacional de administración tributaria (SUNAT) y ADUANAS, e incluso algunas instituciones públicas y estatales como el poder legislativo y el poder judicial; asimismo señaló como una de sus conclusiones que en el estado coexistían principalmente tres regímenes de contratación de personal: nombrados y contratados bajo el régimen laboral público (D.L. N° 276), contratados bajo el régimen laboral privado (D.L. N° 728) y contratos por servicios no personales o SNP; regímenes que se sujetaban a principios, criterios y normas disímiles entre sí. 4. Los funcionarios y servidores públicos: Si bien la función pública, es la actividad que realiza el estado a través de sus diferentes órganos, cabe enfatizar que esta función estadual implica actos soberanos de poder relacionados a función política, función legislativa, función jurisdiccional, función administrativa y funciones especiales, tendientes todas a la realización de sus propios fines. La constitución política del Perú, basada en una tesis anticuada del siglo pasado, es natural que induzca a sus órganos constituidos a serios errores en el cumplimiento de sus funciones, fundamentalmente en cuanto se refiere a la función legislativa; empero, aún ignorando los verdaderos alcances de la función pública, determina a cada órgano, sus atribuciones, potestades, competencias y funciones. Los funcionarios y servidores públicos, son los agentes al servicio del estado, unos cuyo título emana de elección popular, son los funcionarios gobernantes, es decir ipso jure, que puede ser de primer grado, cuando la elección es directa, presidente de la república, congresistas, presidentes de gobiernos regionales, alcaldes y concejales; de segundo grado, como es el caso de los vocales supremos o ministros de estado y titulares de los órganos constitucionales que son designados y de tercer grado, cuando el ingreso es por concurso público y/o por contrato, infiriéndose del texto de dichos dispositivos, no solamente discriminaciones entre los funcionarios y trabajadores públicos que prestan servicios en los diferentes órganos del 85 Estado, sino confusiones normativas, como consecuencia de los errores conceptuales acotados y del propio texto constitucional. 4.1. Los funcionarios públicos: 4.1.1. De elección directa y universal: Son funcionarios con poder de decisión que tienen un conjunto de funciones dirigidas al logro de objetivos políticos. Son aquellos que han sido proclamados por elecciones: presidente de la república, congresistas, presidentes regionales, alcaldes provinciales y distritales. Estos funcionarios de elección universal y directa, se encuentran regulados en el artículo 111º, 190º, 191º, 194º de nuestra constitución vigente. 4.1.2. Funcionarios de nombramiento y remoción regulados: Son funcionarios que asumen funciones por orden de la Constitución, pertenecen a este grupo los ministros de estado, los representantes de los organismos autónomos y pueden ser nombrados por el poder ejecutivo, el poder legislativo, o ambos; o por normas de su propia ley orgánica; los representantes de los organismos públicos descentralizados. Este tipo de funcionarios de nombramiento y remoción regulados se encuentran regulados en los artículos 82º, 86º, 87º, 122º, 150º, 158º, 161º, 179º, 182º, 183º de la constitución política del Perú. 4.2. Funcionarios públicos de confianza: Son cargos designados por los funcionarios políticos; estos cargos pueden ser desempeñados por cualquier persona que tiene la confianza política o técnica del funcionario que lo designó. Están en este grupo los asesores, directores generales, gerentes, etc. Este tipo de funcionarios públicos de confianza, se encuentran regulados en el artículo 40 de la constitución política del Perú. 86 4.3. Servidores públicos: Son aquellos empleados públicos que no ocupan cargos directivos y pueden ser de carrera y contratados. La publicación periódica de los ingresos por todo concepto que perciben los funcionarios y servidores, tienen fundamento ético y esta normado por diversos dispositivos legales, tales como ley 27806, Ley de transparencia y acceso a la información pública y la ley Nº 27482, ley de publicación de la declaración jurada de bienes y rentas de funcionarios y servidores públicos del estado, entre otras normas. 5. Regímenes laborales de contratación de los empleados públicos en el estado: 5.1. Régimen laboral público: 5.1.1. Decreto Legislativo Nº 276 - Ley de bases de la carrera administrativa y de remuneraciones del sector público: Mediante decreto legislativo Nº 276, se promulga la ley de bases de la carrera administrativa y de remuneraciones del sector público (en adelante ley de carrera administrativa), la cual regula el ingreso, derechos y deberes que les corresponden a los servidores públicos; a continuación procederemos a detallar los alcances de la ley de carrera administrativa según el texto legal. 5.1.1.1. Concepto de carrera administrativa: Carrera administrativa es el conjunto de principios, normas y procesos que regulan el ingreso, los derechos y deberes que corresponden a los servidores públicos que, con carácter estable prestan servicios de naturaleza permanente en la administración pública. Asimismo, debe entenderse como: - Servidor público, al ciudadano en ejercicio que presta servicio en entidades de la administración pública, con nombramiento o contrato de la autoridad competente, con las formalidades de la Ley, en jornada legal y sujeto a retribución remuneratoria permanente en periodos regulares. 87 - Funcionario público, al ciudadano que es elegido o designado por autoridad competente conforme al ordenamiento legal para desempeñar cargos del más alto nivel en los poderes públicos y en los organismos con autonomía. 5.1.1.2. Principios rectores: La carrera administrativa se rige por los siguientes principios: - Igualdad de oportunidades. - Estabilidad. - Garantía del nivel adquirido. - Retribución justa y equitativa. 5.1.1.3. Exclusión de la Carrera: De acuerdo a lo establecido por el artículo 2° de la ley de carrera administrativa, no están comprendidos en la carrera administrativa los servidores públicos contratados ni los funcionarios que desempeñan cargos públicos o de confianza, así como los miembros de las fuerzas armadas y fuerzas policiales, ni los trabajadores de las empresas del Estado, o de sociedades de economía mixta. El artículo 40º de la constitución política establece claramente el personal que no se encuentra comprendido dentro de los alcances de la carrera administrativa, tales como: - No están comprendidos en dicha carrera los funcionarios que desempeñan cargos políticos o de confianza. - No están comprendidos en la función pública los trabajadores de las empresas del Estado o de sociedades de economía mixta. La razón de esta excepción se debe a que su origen es la libre designación y remoción, ya que dicho personal está dotado de poder político, como por ejemplo los ministros, viceministros, jefes y presidentes de organismos e instituciones; asimismo tampoco están comprendidos dentro de la carrera administrativa el personal contratado para realizar funciones de naturaleza temporal; tampoco están 88 comprendidos determinados grupos funcionariales, ya que según sus características propias se han creado para ellos regímenes especiales diferentes de la carrera administrativa ordinaria, tal es el caso del poder judicial, ministerio público, institutos armados, policía nacional, integrantes de la carrera diplomática, magisterio y los profesionales de salud. De acuerdo al artículo 12° del decreto supremo N° 005-90-PCM reglamento de la ley de carrera administrativa (en adelante el reglamento de la ley de carrera administrativa), se establece que, la confianza para los funcionarios no es calificativo del cargo, sino es atribuible a la persona por designar, tomando en consideración su idoneidad basada en su versación o experiencia para desempeñar las funciones del respectivo cargo. Asimismo, se establecen los siguientes criterios para determinar la situación de confianza: - El desempeño de funciones de jerarquía, en relación inmediata con el más alto nivel de la entidad. - El desempeño de funciones de apoyo directo o asesoría a funcionarios del más alto nivel. - El desempeño de acciones que tiene acción directa sobre aspectos estratégicos que afectan los servicios públicos o el funcionamiento global de la entidad. Sin perjuicio de ello, los servidores de confianza o de responsabilidad directiva también podrán participar en procesos de ascenso para la progresión en la carrera administrativa. Asimismo el artículo 13º del reglamento de la ley de carrera administrativa establece que, El servidor que desempeñe cargos de confianza o de responsabilidad directiva será ascendido al cumplir el tiempo mínimo de permanencia exigido para su nivel de carrera, siempre que haya desempeñado como mínimo tres (3) años en labores directivas en dicho nivel de carrera. 89 5.1.1.4. Estructura orgánica y funcional: De acuerdo a lo estipulado en el capítulo II del reglamento de la ley de carrera administrativa, la carrera administrativa se estructura por grupos ocupacionales y niveles clasificados en razón a su formación, capacitación o experiencia reconocida, de la siguiente manera: - Grupo profesional, constituido por los servidores con título profesional o grado académico reconocido. - Grupo técnico, en el que se agrupan los servidores de formación superior o universitaria incompleta o capacitación tecnológica o experiencia reconocida. - Grupo auxiliar, constituido por servidores con o sin instrucción secundaria y experiencia o calificación para realizar labores de apoyo. La carrera administrativa comprende catorce (14) niveles; al grupo profesional le corresponden los ocho (8) niveles superiores, al grupo técnico diez (10) niveles, entre el tercero y el decimosegundo y al Grupo Auxiliar los siete (7) niveles inferiores. 5.1.1.5. Ingreso a la carrera administrativa: En el artículo 12° de la ley de carrera administrativa se establecen los requisitos necesarios para acceder a la carrera administrativa, así tenemos: - Ser ciudadano peruano en ejercicio. - Acreditar buena conducta y salud comprobada. - Reunir los atributos propios del respectivo grupo ocupacional. - Presentarse y ser aprobado en el concurso de admisión. - Los demás que señale la ley. El decreto legislativo N° 276, contiene como procedimiento obligatorio, el concurso de méritos para ocupar los cargos de servidor de carrera o servidor contratado para labores de naturaleza permanente, el ganador es incorporado a la carrera administrativa mediante resolución de nombramiento o contrato según sea el caso e ingresa a laborar por el 90 nivel más bajo del grupo ocupacional del cual se postuló. Los postulantes que aprueben el proceso de selección y que no alcancen las vacantes, integran una lista de elegibles en estricto orden de mérito, cuya vigencia será de seis meses a efectos de cubrir otra vacante de igual o similares características a la que postularon y que pudieran producirse en dicho periodo. Sin embargo, por razones de austeridad fiscal desde la segunda mitad de la década del ochenta, las leyes de presupuesto vinieron imponiendo limitaciones al nombramiento y a la contratación de personal bajo cualquier forma o modalidad. Las mencionadas restricciones presupuestarias para el acceso de personal necesario para la Administración Pública, han generado las siguientes consecuencias: - Que todas las entidades públicas tengan un gran número de plazas vacantes y muchas se hayan visto obligadas a cubrir los cargos directivos con profesionales ajenos a la carrera administrativa, impidiendo ascender a personal de carrera que podrían haber ofrecido mejores calificaciones. - Otra medida adoptada por las entidades consistió en recurrir a la contratación de personal a través de contratos de Servicios No Personales, a quienes no se registraba en las planillas del Estado. Es en este punto en donde ya se aprecia que debido a la contratación indebida de personal, contratado bajo la modalidad de Servicios No Personales, se originaron problemas en la administración pública (caos organizacional) y a su vez se originó un perjuicio económico y moral al personal que debió haber sido incorporado a la carrera administrativa, ya que prestaban servicios personales y desempeñaban labores permanentes de forma ininterrumpida en su puesto de trabajo. 5.1.1.6. Periodo de prueba: De acuerdo a lo estipulado en el artículo 34° del reglamento, la estabilidad laboral se adquiere al partir del nombramiento, por lo que no existe periodo de prueba. 91 5.1.1.7. Ascenso: El ascenso del servidor público se produce mediante promoción al nivel inmediato superior de su respectivo grupo ocupacional, previo concurso de méritos. 5.1.1.8. Derechos de los servidores públicos: De acuerdo a lo establecido por el artículo 24° de la ley de carrera administrativa, los servidores públicos tienen los siguientes derechos: - Hacer carrera pública en base al mérito, sin discriminación política, religiosa, económica, de raza o de sexo, ni de ninguna otra índole. - Gozar de estabilidad, ningún servidor puede ser cesado ni destituido sino por causa prevista en la ley de acuerdo al procedimiento establecido. - Percibir la remuneración que corresponde a su nivel, incluyendo las bonificaciones y beneficios que proceden conforme a Ley. - Gozar anualmente de treinta días de vacaciones remuneradas salvo acumulación convencional de hasta 02 períodos. - Hacer uso de permisos o licencias por causas justificadas o motivos personales en la forma que determine el reglamento. - Obtener préstamos administrativos, de acuerdo a las normas pertinentes. - Reincorporarse a la carrera pública al término del desempeño de cargos efectivos en los casos que la ley indique. - Ejercer docencia universitaria, sin ausentarse del servicio más de seis horas semanales. - Recibir menciones, distinciones y condecoraciones de acuerdo a los méritos personales. La orden del servicio civil del estado constituye la máxima distinción. - Reclamar ante las instancias y organismos correspondientes de las decisiones que afecte sus derechos. - Acumular a su tiempo de servicios hasta cuatro años de estudios universitarios a los profesionales con título reconocido por la Ley Universitaria, después de quince años de servicios efectivos, siempre que no sean simultáneos. 92 - No ser trasladado a entidad distinta sin su consentimiento. - Constituir sindicatos con arreglo a ley. - Hacer uso de la huelga, en la forma que la ley determine. - Gozar al término de la carrera de pensión dentro del régimen que le corresponde. - Las demás que señalen las leyes o el reglamento. Los derechos reconocidos por la ley a los servidores públicos son irrenunciables y toda estipulación en contrario es nula. 5.1.1.9. Bonificaciones y beneficios pecuniarios: Los servidores públicos tienen derecho a recibir: - Bonificación personal, la cual se otorga en razón del 5% del haber básico por cada quinquenio de servicio, sin exceder ocho quinquenios. - Bonificación familiar, la cual se fija anualmente mediante decreto supremo, en relación con las cargas familiares existentes. En caso que el padre y la madre trabajen para el Estado, la bonificación corresponde a la madre. - Gratificación por record máximo, es una asignación que se les otorga por cumplir 25 o 30 años de servicio, es equivalente a dos (2) remuneraciones mensuales totales, al cumplir 25 años y de tres (3) remuneraciones mensuales totales, al cumplir 30 años de servicio. Esta se otorga por única vez en cada caso. - Aguinaldos, los cuales son otorgados en fiestas patrias y navidad, por el monto que se fije mediante decreto supremo cada año. - Vacaciones anuales y remuneradas, las cuales se obtienen al acumular doce (12) meses de trabajo efectivo. - Compensación por tiempo de servicios, se otorga al personal nombrado al momento del cese por el importe del 50% de remuneración principal para los servidores con menos de 20 años de servicios, o de una remuneración principal para los servidores con 20 ó más años de servicios por cada año completo o fracción mayor de 6 meses y hasta por un máximo 93 de 30 años de servicios. En caso de cese y posterior reingreso, la cantidad pagada surte efecto cancelatorio del tiempo de servicios anterior para este beneficio. 5.1.1.10. Término de la carrera administrativa: La carrera administrativa termina por: - Fallecimiento. - Renuncia. - Cese definitivo. - Destitución. 5.1.1.11. temporal: Contratación de personal para funciones de carácter Según lo dispuesto por el artículo 38° del reglamento, las entidades de la administración pública, solo podrán contratar personal para realizar funciones de carácter temporal o accidental, para el desempeño de las siguientes tareas específicas: - Trabajos para obra o actividad determinada. - Labores en proyectos de inversión y proyectos especiales, cualquier sea su duración. - Labores de reemplazo de personal permanente impedido de prestar servicios, siempre y cuando sea de duración determinada. Asimismo se establece que esta forma de contratación no requiere necesariamente de concurso y la relación contractual concluye al término del mismo. Se deja claramente establecido que los servicios prestados en estas condiciones no generan derecho de ninguna clase, para efectos de la carrera administrativa. 5.1.1.12. Contratación de personal para labores permanentes: El artículo 39° del reglamento establece excepcionalmente que se podrá contratar personal para el desarrollo de actividades de carácter permanente en caso de máxima necesidad debidamente justificada por la autoridad competente; estableciéndose que el contrato y sus 94 posteriores renovaciones no podrá exceder de tres (3) años consecutivos. El reglamento en su artículo 40° del reglamento, establece que este tipo de servidores contratados podrán ser incorporados a la carrera administrativa mediante nombramiento, por el primer nivel del grupo ocupacional para el cual concursó, en caso de existir plaza vacante y contar con la evaluación favorable de su desempeño después del primer año de servicios ininterrumpidos. El plazo máximo de contratación de estos servidores será de tres (3) años, a cuyo vencimiento el servidor adquiere el derecho a la incorporación a la carrera administrativa y la entidad gestionará la provisión y cobertura de la plaza correspondiente, al haber quedado demostrada su necesidad. El estado peruano, a través de la autoridad nacional del servicio civil, rectora del sistema administrativo de gestión de recursos humanos, (en adelante, SERVIR), aprueba los lineamientos necesarios para regularizar el nombramiento de personal contratado por servicios personales bajo regímenes de carrera; estableciendo que se encuentra comprendido el personal que a la fecha de emisión de los lineamientos, cuente con contrato vigente de servicios personales para labores de naturaleza permanente dentro de los regímenes de carrera por más de tres (3) años consecutivos, los mismos que deberán ser contados desde el inicio de la relación contractual hasta el 01 de enero de 2010. Puntualizando que no se encuentran comprendidos el personal que labora para el sector público en los siguientes casos: - Cargos directivos o de confianza. - Personal contratado en programas o proyectos especiales, por la naturaleza temporal de los mismos. - Personal que realiza funciones de carácter temporal o accidental. - Personal contratado bajo la modalidad de contrato administrativo de servicios (CAS) u otras formas de contratación distintas a las establecidas a las normas de carrera pública. 95 Para ello, contempla dos clases de procesos para el nombramiento del personal, estos son: - Proceso de nombramiento abreviado: contemplado para servidores que se encuentran contratados bajo servicios personales, como consecuencia de su participación en un concurso público de méritos en la entidad donde será nombrado. - Proceso de nombramiento por concurso: contemplado para los servidores de las distintas entidades que, en el marco de lo dispuesto por la segunda disposición final de la ley Nº 29465, se encuentren actualmente contratados y ocupando plaza de personal, realizando labores de naturaleza permanente por más de tres años. 5.1.2. Ley N° 28175 - Ley marco del empleo público: 5.1.2.1. Finalidad: La ley marco del empleo público, tiene como finalidad establecer los lineamientos generales para promover, consolidar y mantener una administración pública moderna, jerárquica, profesional, unitaria, descentralizada y desconcentrada, basada en el respeto al estado de derecho, los derechos fundamentales y la dignidad de la persona humana, el desarrollo de los valores morales y éticos y el fortalecimiento de los principios democráticos, para obtener mayores niveles de eficiencia del aparato estatal y el logro de una mejor atención a las personas. 5.1.2.2. Ámbito de aplicación: La ley marco regula la prestación de los servicios personales, subordinada y remunerada entre una entidad de la Administración Pública y un empleado público, cualquiera fuera la clasificación que éste tenga. Son entidades de la Administración Pública: - El poder legislativo, conforme a la constitución y al reglamento del congreso de la república. 96 - El poder ejecutivo: ministerios, organismos públicos descentralizados, proyectos especiales y, en general, cualquier otra entidad perteneciente a este poder. - El poder judicial, conforme a lo estipulado en su ley orgánica. - Los gobiernos regionales, sus órganos y entidades. - Los gobiernos locales, sus órganos y entidades. - Los organismos constitucionales autónomos. En el caso de los funcionarios públicos y empleados de confianza, la ley marco se aplicará cuando corresponda, según la naturaleza de sus labores. No están comprendidos en la ley los miembros de las fuerzas armadas y policía nacional del Perú. 5.1.2.3. Principios: El empleo público se rige por los siguientes principios: - Principio de legalidad.- Los derechos y obligaciones que generan el empleo público se enmarcan dentro de lo establecido en la Constitución Política, leyes y reglamentos. - Principio de modernidad.- Procura el cambio orientándolo hacia la consecución efectiva de los objetivos de la Administración Pública. - Principio de imparcialidad.- La función pública y la prestación de servicios públicos se ejerce sin discriminar a las personas y sin realizar diferencias. - Principio de transparencia y rendición de cuentas.- Busca que la información de los procedimientos que lo conforman sea confiable, accesible y oportuna y que las personas encargadas del manejo económico rindan cuentas periódicas de los gastos que ejecutan. - Principio de eficiencia.- El empleado público ejerce sus actividades empleando los medios estrictamente necesarios, teniendo en cuenta los escasos recursos con que cuenta el Estado. - Principio de probidad y ética pública.- el empleado público actuará de acuerdo a los principios y valores éticos establecidos en la constitución y las leyes, que requiera la función pública. 97 - Principio de mérito y capacidad.- El ingreso, la permanencia y las mejoras remunerativas de condiciones de trabajo y ascensos en el empleo público se fundamentan en el mérito y capacidad de los postulantes y del personal de la administración pública. Para los ascensos se considera además el tiempo de servicio. - Principios de derecho laboral.- Rigen en las relaciones individuales y colectivas del empleo público, los principios de igualdad de oportunidades sin discriminación, el carácter irrenunciable de los derechos reconocidos por la constitución e interpretación más favorable al trabajador en caso de duda. En la colisión entre principios laborales que protegen intereses individuales y los que protegen intereses generales, se debe procurar soluciones de consenso y equilibrio. - Principio de preservación de la continuidad de políticas del Estado.- La especialización del empleo público preserva la continuidad de las políticas del estado. - Principio de provisión presupuestaria.- Todo acto relativo al empleo público que tenga incidencia presupuestaria debe estar debidamente autorizado y presupuestado. 5.1.2.4. Clasificación del personal: La ley marco del empleo público, establece que el personal subordinado y remunerado de la administración pública se clasifica en de la siguiente manera: 5.1.2.5. Funcionarios públicos: Es toda autoridad estatal que ejerce labores político administrativas de elevada jerarquía en determinada entidad gubernamental; o bien representa a un sector de la población civil, dirigiendo acciones de desarrollo socio - económico a través de organismos públicos que se encuentran bajo su competencia. A su vez estos funcionarios directivos asumen sus cargos: - Por elección popular directa y universal, o por elección en cargos de confianza política. 98 - Por nombramiento o remoción regulados por ley expresa; por ejemplo un empleado técnico de carrera, designado para ocupar un cargo directivo, pero el cual puede ser removido con posterioridad por la autoridad convocante. - Por libre nombramiento y remoción; cargo que puede ser ocupado para un determinado ejercicio y al finalizar este período podrás ser excluido sin expresión de causa determinada. 5.1.2.6. Empleados de confianza: La ley marco precisa que el que desempeña cargo de confianza, técnico o político, distinto al de funcionario público, se encuentra en el entorno de quien lo designa o remueve libremente y en ningún caso será mayor al 5% de los servidores públicos existentes en cada entidad. En el caso de los funcionarios públicos y los empleados de confianza, la Ley se aplicará cuando corresponda y según la naturaleza de sus labores. 5.1.2.7. Los servidores públicos: Se clasifican en: - Directivos Superiores o servidores que desarrollan funciones administrativas relacionadas a la dirección de un órgano, programa o proyecto, atendiendo la supervisión de empleados y elaboración de normas internas para una actuación administrativa. - A este grupo ocupacional se accede por concurso de méritos y aptitudes, pudiendo postular los servidores son quienes ejecutivos y especialistas. - Servidores ejecutivos, desarrollan funciones administrativas, ostentando mando o autoridad delegada; facultades resolutivas, dación de fe pública, asesoría jurídica, supervisión técnica, fiscalización y auditoría interna. - Servidores especialistas, son aquellas personas dedicadas a efectivizar la ejecución de los servicios públicos; no ejercen función administrativa por su carácter eminentemente técnico. - Servidores auxiliares, son quienes desarrollan labores de apoyo y/o complementación a los dependientes especializados o 99 ayudan a la realización de las tareas mediante determinadas técnicas. 5.1.2.8. Acceso al cargo ocupacional: El ingreso al empleo público se hace por mérito ocupacional, teniendo en cuenta los méritos y aptitudes de cada postulante, bajo un régimen igualitario de oportunidades. Debiendo cumplir los postulantes una serie de condiciones y requisitos establecidas por ley. 5.1.2.9. Convocatoria, selección y contratación: El proceso selectivo de candidatos se inicia con la convocatoria a cargo de la correspondiente entidad estatal que requiere que ese puesto sea cubierto, prosigue con la evaluación y finaliza con la resolución designatoria y la suscripción del contrato laboral correspondiente. Es de importancia resaltar que en casi todas las dependencias de la administración pública se solía suscribir contratos de locación de servicios, siempre y cuando las plazas ofertadas en concursos públicos no fueran coberturadas por los respectivos pretensores, subsistiendo la vacancia ocupacional; lo cual no se ajusta a la realidad de los hechos ya que la ley marco establece que siempre y cuando una plaza o vacante no haya sido cubierta en concurso público recién se procede a efectuar la contratación vía locación de servicios, sin embargo ello no sucedía pues las entidades gubernamentales preferían contratar a personal bajo esta modalidad, para poder reducir sus costos administrativos, lo cual resultaba ser una suerte de vulneración a la normativa de contratación pública. 5.1.2.10. Derechos del empleado público: - Igualdad de oportunidades. - Remuneración. - Protección adecuada contra el cese arbitrario, con observancia de las garantías constitucionales del debido proceso. 100 - Descanso vacacional. - Permisos y licencias. - Préstamos administrativos. - Reclamo administrativo. - Seguridad social de acuerdo a la ley marco. - Capacitación. - Las demás que le señale la ley marco. 5.1.2.11. Término de la relación del empleo público: El término del empleo se produce por: - Fallecimiento. - Renuncia. - Mutuo disenso. - Destitución. - Invalidez permanente que o que no le permita cumplir con sus funciones. 5.1.2.12. - Jubilación. - Cese. De los servicios no personales: Es la sexta disposición transitoria, complementaria y final de la ley marco, el único dispositivo legal en donde se estableció mención sobre los servicios no personales (SNP), al especificar que los contratados y los que prestan servicios por la modalidad de no personales, con vínculo vigente, podrán postular a las plazas que se convoquen de acuerdo a lo dispuesto en la ley marco, otorgándosele una bonificación en el puntaje proporcional a los servicios prestados a la administración pública, en caso de empate con otro postulante. 5.1.3. Decreto Legislativo Nº 1057 - Ley que regula el régimen especial de contratación administrativa de servicios: 5.1.3.1. Generalidades: En vista a la desmesurada contratación de personal bajo la modalidad de contratación de servicios no personales, en la 101 administración pública, el estado promulgó el 27 de Junio del año 2008, el decreto legislativo Nº 1057 denominado régimen especial de contratación administrativa de servicios, así como su reglamento publicado el 25 de Noviembre de 2008, mediante el decreto supremo Nº 075-2008- PCM reglamento del decreto legislativo Nº 1057 que regula el régimen especial de contratación administrativa de servicios. 5.1.3.2. Definición de contratación administrativa de servicios: El artículo 4º del decreto legislativo Nº 1057; establece que el contrato administrativo de servicios es una modalidad del derecho administrativo y privativo del estado; que se regula por la misma norma y que no se encuentra sujeto a la ley de bases de la carrera administrativa, al régimen de la actividad privada ni a otras que regulan carreras administrativas especiales. El propósito de la norma es tomar la acción normativa necesaria respecto de desnaturalización personales, similitud de modalidades de situación los contratos intentando esta la con figura laborales o ella generada de servicios cortar cualquier contractual con administrativas. por la no posible las antiguas Sin embargo consideramos que al haberse expedido este decreto, el estado no ha hecho otra cosa más que reconocer que en las décadas pasadas desnaturalizó los contratos de servicios no personales creados, como ya dijimos anteriormente, para cubrir necesidades específicas con la prestación de servicios autónomos y no subordinados. De otro lado consideramos que la norma de contratación administrativa de servicios, adolece de un grave defecto y es que esta nueva disposición no hace referencia expresa alguna al tipo de servicio que se prestará a través de esta modalidad, es decir, no hay referencia al objeto de los servicios, con lo cual la definición legal es insuficiente. 102 5.1.3.3. Naturaleza jurídica: En el artículo 1º del reglamento se regula la naturaleza jurídica del contrato administrativo de servicios, en donde se estipula que, dicho contrato, es una modalidad contractual administrativa y privativa del estado, que vincula a una entidad pública con una persona natural que presta servicios de manera no autónoma. Se rige por normas de derecho público y confiere a las partes únicamente los beneficios y las obligaciones que establece el decreto Legislativo Nº 1057. 5.1.3.4. Finalidad: De acuerdo a lo establecido en la norma su finalidad es garantizar los principios de mérito, capacidad, igualdad de oportunidades y profesionalismo de la administración pública; siendo esta enunciación muy similar a los principios que inspiran a la carrera administrativa. 5.1.3.5. Requisitos para la celebración del contrato: La norma establece dos requisitos para la celebración del contrato administrativo de servicios, los cuales son: - Que haya un requerimiento realizado por la dependencia usuaria. - Que exista disponibilidad presupuestaria, la cual será determinada por la oficina de presupuesto de la entidad o quien haga las veces de esta. Ahora bien, la ley ni el reglamento han previsto expresamente la forma o formalidad en la que deberá constar el contrato, entendiéndose que esta debe de manera escrita dado al carácter formal de la contratación pública. Respecto a los elementos del contrato administrativo de servicios, se puede identificar por lo menos dos elementos típicos de una relación laboral, los cuales son la prestación personal del servicio y la contraprestación, esta última no ha sido definida si será en dinero o en especie; y respecto a la prestación del servicio puede desprenderse de la norma que 103 esta será prestada de manera no autónoma, es decir sujeta a subordinación. 5.1.3.6. Duración: El contrato administrativo de servicios, ha sido concebido como un contrato a plazo determinado cuya duración no podrá ser mayor a un año fiscal, sin embargo se establece que el mismo podrá ser prorrogado o renovado cuantas veces considere la entidad contratante en función a sus necesidades. 5.1.3.7. Derechos reconocidos: El contrato administrativo de servicios, además de la prestación del servicio y la contraprestación, recoge otros aspectos de naturaleza laboral y de seguridad social, tales como: - Un máximo de cuarenta y ocho (48) horas semanales de prestación de servicios, la cual se asemeja a jornada laboral de la actividad laboral privada y no a la establecida para la actividad pública, la cual es de 7 horas con 45 minutos de Lunes a Viernes. - Un descanso de 24 horas continuas por semana, respecto al cual, no se hace referencia a que si este descanso será remunerado, por lo que entendemos que así será por la modalidad de contratación y el plazo de vigencia. - Un descanso físico de quince (15) días calendarios continuos por año cumplido, el cual es remunerado y de acuerdo al inciso 8.1 del artículo 8 del reglamento, por este descanso físico de 15 días el trabajador recibe el pago del integro de la contraprestación. Lo cual resulta confuso ya que el contexto no es claro, pues se podrían dar distintas interpretaciones al caso, ya que si el prestador recibirá el pago de una contraprestación por los 15 días de trabajo eso quiere decir que 104 cuando se integre a laborar por los días restantes del mes recibirá el pago del equivalente de los 15 días laborados, o es que se le pagará la contraprestación completa en los días de descanso, lo cual abarcará la contraprestación efectiva de los días restantes. 5.1.3.8. - Afiliación al régimen contributivo que administra ESSALUD. - La afiliación a un régimen de pensiones. Prohibiciones contenidas en la ley: El decreto legislativo Nº 1057 contempla en su primera disposición complementaria final, que toda referencia normativa a los servicios no personales, se entiende realizada a la contratación administrativa de servicios, y en su segunda disposición complementaria y final, que las prohibiciones de contratación de servicios no personales reguladas en las normas de presupuesto son aplicables a la contratación administrativa de servicios. Ahora bien, la norma del contrato administrativo de servicios, alude a referencias normativas que en su mayoría no existen, pues el tema de los servicios no personales, nunca fue regulado adecuadamente y las únicas referencias que existen fueron el RUA y la sexta disposición final y transitoria de la ley de contratación pública del estado, como ya lo hemos aclarado. Asimismo, establece en su tercera disposición complementaria y final, que queda prohibido a las entidades del sector público cubrir cargos de naturaleza permanente a través de empresas de servicios especiales o de servicios temporales o de cooperativas de trabajadores, exceptuando el caso personal, de cuando se trate de contratación de labores complementarias, expresamente calificadas como tales, o para cubrir la ausencia temporal de un servidor permanente. 105 En la cuarta disposición complementaria y final, se establece la prohibición expresa de suscripción o prorroga de los contratos de servicios no personales. 5.1.4. Ley Nº 30057 – Ley del servicio civil: 5.1.4.1. Generalidades: La Reforma del servicio civil peruano, cuya necesidad de ejecución se viene discutiendo desde hace ya algunos años, tiene el propósito de desplazar los tres regímenes actuales de contratación para los servidores públicos del Estado a un solo sistema meritocrático, en el que se defina claramente las funciones de los servidores públicos y que mejore la calidad de los servicios que se ofrece a la ciudadanía. Los regímenes actuales son: - El régimen de la carrera administrativa (Decreto legislativo N° 276). - El régimen laboral privado (Decreto Legislativo N° 728). - El régimen especial de Contratación Administrativa de Servicios (Decreto Legislativo N° 1057). 5.1.4.2. Concepto: Se denomina servicio civil al conjunto de leyes y normas que regulan la gestión de los servidores públicos. Estas normas regularizan el ingreso de trabajadores al servicio público, la movilidad del servidor entre instituciones, la capacitación, la evaluación y la gestión de las remuneraciones, las cuales en su mayoría son implementadas por los procesos de gestión de recursos humanos. El servicio civil peruano está formado por todas las personas que trabajan al servicio del estado, a quienes se les denomina servidores públicos porque las funciones que realizan están orientadas a servir a la ciudadanía. Su actividad está regulada por la autoridad nacional del servicio civil – Servir, entidad pública adscrita a la presidencia del consejo de ministros (PCM) que tiene como finalidad la gestión de las 106 personas al servicio del estado. Se podría decir que servir es la gerencia de recursos humanos de la administración pública. 5.1.4.3. Estructura del servicio civil: La estructura del nuevo servicio civil clasifica a los servidores públicos en cuatro grupos diferentes, cada uno de los cuales con un grupo normativo distinto y específico; y, de acuerdo a la naturaleza diferenciada de sus funciones: - Funcionarios Públicos. - Directivos Públicos. - Servidores Civiles de Carrera. - Servidores de Actividades Complementarias 5.1.4.4. Clases de trabajadores del servicio civil: - Funcionarios Públicos: Los funcionarios están principalmente compuestos por los representantes políticos y los titulares de las entidades públicas, y son elegidos en base a la normativa vigente dependiendo del puesto específico que se trate. Por lo que las reglas establecidas para este grupo están determinadas por la naturaleza política de sus funciones. - Directivos Públicos: Corresponde al grupo de los directivos públicos la función de conducir el diseño e implementación de servicios públicos y buscar el cumplimiento de los objetivos que le han sido específicamente asignados por un periodo de tres años, con la capacidad de renovar su contrato hasta por dos periodos en caso de haber cumplido las metas asignadas. - Servidores de Carrera: Los servidores de carrera son agrupados en función al ejercicio de la función administrativa, la supervisión, control y la prestación de servicios públicos que realizan en beneficio de la ciudadanía y sus actividades se realizan tanto en la funciones sustantivas como en las funciones de administración interna de las entidades públicas. 107 - Servidores de Actividades Complementarias: Que son los que realizan las funciones de soporte, complemento o apoyo a las funciones sustantivas y administrativas que realizan las entidades públicas. 5.1.4.5. Beneficios del servicio civil: Según Servir y la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), esta reforma presentaría los siguientes beneficios al actual sistema del Servicio Civil: - Un sistema basado en la meritocracia, a través del concurso de méritos. - Evaluaciones anuales y capacitación a los servidores públicos, permitiendo el despido de los servidores públicos por bajo desempeño. - El nuevo servicio civil se organizará en “familias de puestos”. Cada familia se agrupa por puestos con características similares. Por ejemplo, la familia de puestos de gestión financiera, de sistemas administrativos, de atención al ciudadano, entre otros. - Los servidores públicos conservarán sus beneficios laborales fundamentales tales como jornada laboral de 48 horas, gratificaciones, vacaciones, CTS, pensiones y salud. Sus remuneraciones se fijarán en función al puesto y se moverán en base al mérito. La finalidad es que mejoren sus condiciones laborales en el tiempo en base al mérito. Esta reforma busca ordenar la política remunerativa del Estado en su conjunto y el nuevo Servicio Civil adoptaría criterios objetivos y generales para definir la remuneración, lo que permitirá un mayor control de los pagos inadecuados. 5.1.4.6. Costos e implementación del servicio civil: Se ha previsto que la reforma del servicio civil se hará de manera progresiva, en un promedio de 5 a 7 años, y según la disponibilidad fiscal y de acuerdo a lo programado en las leyes anuales de presupuesto. En las entidades donde comience la implementación del nuevo régimen, se realizará un mapeo de puestos, un análisis de los servicios que ofrece la entidad y la carga laboral que demanda. De ser necesario, se realizará 108 una propuesta de reorganización de la entidad que, en concordancia con el diseño de familia de puestos, incluirá una nueva definición de perfiles, la valorización de los puestos y la estimación de la cantidad de personal necesario. En el marco de la reestructuración, se efectuará el tránsito de los servidores hacia el nuevo régimen de servicio civil. Dicho tránsito se llevará a cabo previo concurso. Luego de este proceso, los puestos vacantes en una entidad serán sujetos a concurso público de méritos. El cuanto al costo del traslado de los servidores públicos al nuevo régimen laboral de la carrera pública, si se considera que el 100% de los ingresos que reciben los servidores serian de naturaleza remunerativa, esto supondría el pago adicional de dos gratificaciones y una por concepto de compensación por tiempo de servicios. Según el Poder Ejecutivo, el costo de la reforma al terminar de implementarse sería de 2,328 millones de soles, mientras que el costo final anual de la planilla ascendería a 14,467 millones de Nuevos Soles, un incremento de 16% respecto al costo actual. Y considerando que actualmente cada año se destinan cerca de mil millones de soles adicionales para el pago de la planilla, considera que el beneficio a largo plazo superaría con creces la inversión que se estaría haciendo. Sin embargo, debemos darnos cuenta que estas cifras se mantendrían siempre y cuando no se contrate a nuevo personal en el sector público, en sus distintos niveles. 5.2. Régimen laboral privado: 5.2.1. Decreto legislativo N° 728 - Ley de fomento del empleo: Orientado a constituir un régimen de igualdad de oportunidades de empleo que asegure a todos los ciudadanos el acceso a una ocupación útil que los proteja contra el desempleo y el subempleo en cualquiera de sus manifestaciones. 109 Capítulo VII Los derechos colectivos de trabajo desde la perspectiva de la jurisprudencia del tribunal constitucional 1. El tribunal constitucional: 1.1. El origen del tribunal constitucional: Los tribunales y cortes constitucionales existen hoy en día en casi toda América Latina, Europa, Asía y África; sin embargo, sus orígenes se remontan al siglo XX después de la primera guerra mundial, razón por la cual se dice que el tribunal constitucional, es el producto de la tradición jurídica europea. Si bien el nacimiento del tribunal constitucional como institución se produjo en Checoslovaquia y en Austria en 1920, algún sector de la doctrina considera que su verdadero origen se remonta todavía al denominado jury constitutionnaire de Inmanuel Sieyés, quien en su época ya había teorizado el rango prioritario de la constitución respecto de las demás fuentes del derecho, así como la forma de garantizar su supremacía a través de un órgano defensor. En cuanto a su nombre, no fue tomado de su matriz originaria austriaca de 1920, sino del modelo republicano español de 1931, a través del denominado tribunal de garantías constitucionales. Posteriormente se crearía el tribunal constitucional italiano en 1948, el tribunal constitucional alemán en 1949, el turco en 1961 y el yugoslavo en 1963. A lo que hay que agregar la creación del consejo constitucional francés en 1959, el tribunal constitucional portugués en 1976, el tribunal especial superior griego de 1975 y el tribunal de arbitraje belga de 1983, y más recientemente los tribunales constitucionales de Polonia en 1985, Hungría en 1989 y Bulgaria en 1991. En latinoamérica, el primer país que incorporó un tribunal constitucional fue el Perú en 1979, seguido de Chile en 1980, El Salvador en 1982, Costa Rica en 1989 a través de una sala constitucional en la corte suprema, Colombia instauró una corte constitucional en 1991, Paraguay creó una sala constitucional en 1992, al igual que Nicaragua en 1995, 110 Bolivia creó un tribunal en 1994, México ese mismo año, Ecuador en 1998, Venezuela en 1999, y Honduras en el 2001. Respecto a la causa de su creación se advierte que la introducción del tribunal constitucional en Europa se debió fundamentalmente a que fue una solución para superar la soberanía del parlamento y accesoriamente para solucionar otro tipo de problemas, como los conflictos entre los estados de una federación, el enjuiciamiento de los altos funcionarios públicos, el control de constitucionalidad de las leyes, etc. Sin embargo, la creación de tribunales constitucionales no se extendió de inmediato a la totalidad de los países con constitución escrita, sino que su adopción se fue dando paulatinamente, pues en un inicio se consideraba que su creación constituía una “anomalía histórica”, que no fue otra cosa que la transición a la democracia de determinados países europeos. Por esta razón Pérez Royo señala que el tribunal constitucional no se creó en todos los países de Europa, sino únicamente en aquellos que tuvieron dificultades para transitar del Estado liberal del siglo XIX al estado democrático del siglo XX, como Austria, Alemania, Italia, Portugal y España. En nuestro país el tribunal constitucional tuvo su origen con la constitución de 1979 con el denominado tribunal de garantías constitucionales, pero, a diferencia de lo acontecido en Europa, donde tuvo una trayectoria definida, en el Perú el tribunal de garantías constitucionales, fue concebido como un organismo que iba a poner coto a la ineficacia del poder judicial. Así se advierte de los debates de la Asamblea Constituyente de 1978. En esa época el Perú venía de un gobierno militar populista de 12 años, iniciado por el general Velasco Alvarado, que se caracterizó por una serie de atropellos. Precisamente, para contrarrestar dicho exceso de poder, se consideró que el Poder Judicial no había sabido resistir frente a los excesos de un gobierno de facto; en consecuencia, lo que quedaba por hacer era crear un Tribunal independiente. Ese fue el objetivo de la asamblea constituyente de 1978: crear un organismo que supliese las deficiencias que tenía el poder judicial en aquel momento. Fue Javier Valle Riestra, quien trajo el 111 modelo de España, luego de haber vivido largos años de exilio en ese país, desempeñándose como abogado en Madrid. La idea fundamental del mencionado jurista fue crear un poder al lado del aparato judicial, un ente no burocratiza ni profesionalizado, que tuviera a su cargo el control de la constitución y la defensa de los derechos humanos a través de determinadas atribuciones; sin embargo, como veremos más adelante, la asamblea constituyente de 1978 no recogió todas las propuestas de Valle Riestra. Finalmente, la asamblea constituyente de 1978 aprobó la constitución de 1979, creando el tribunal de garantías constitucionales, cuyo periodo de vigencia comprendió entre el 19 de noviembre de 1982, fecha en que se produjo su instalación, hasta el 05 de abril de 1992, fecha en que fue desactivado a raíz del autogolpe del entonces presidente de la república Alberto Fujimori. Instaurado el gobierno de facto en 1992, Alberto Fujimori promovió la elaboración de una nueva carta constitucional, logrando la aprobación y posterior ratificación, vía referéndum, de la actual Constitución de 1993. En ella se ha mantenido en esencia el modelo de la Constitución de 1979, con algunas diferencias, que incluyen el cambio de nombre del tribunal de garantías constitucionales por el de tribunal constitucional, la reducción del número de magistrados, y el aumento de competencias a este ente de control, como veremos más adelante. 1.2. La jurisdicción constitucional: El desarrollo de un estado de derecho constitucional llevó a la necesidad de garantizar la justicia constitucional, y dentro de esta necesidad se desarrolló lo que denominamos como jurisdicción constitucional, concebida como aquel conjunto de normas, órganos y procesos que tienen por finalidad garantizar la plena vigencia de la constitución. La justicia constitucional surge como reacción ante la crisis del concepto clásico de constitución, por lo que debe ser considerada como una manifestación del estado constitucional de derecho, donde prima la tutela de los derechos fundamentales, la aceptación del principio de 112 división de poderes y principalmente el principio de supremacía constitucional, que sólo es posible en aquellos sistemas dotados de una Constitución rígida. Es por esta razón que actualmente la jurisdicción constitucional se concibe no sólo como un medio de defensa del texto constitucional, sino como un verdadero componedor de conflictos sociales, es decir, es un promotor de consenso social. Así lo ha reconocido el propio tribunal constitucional en el Expediente Nº 00005-2005-CC/TC, cuando señala que “La función pacificadora de la jurisdicción constitucional obliga a ésta a comprender que nunca la pretendida corrección técnico-jurídica de una sentencia es capaz de legitimarla constitucionalmente, si de ella deriva la inseguridad, la incertidumbre y el caos social. De ahí que sea deber, y no mera facultad del Tribunal Constitucional, ponderar las consecuencias de sus resoluciones, de modo tal que, sin perjuicio de aplicar la técnica y la metodología interpretativa que resulte conveniente a la litis planteada, logre verdaderamente pacificar la relación entre las partes, y contribuir a la certidumbre jurídico-constitucional e institucional de la sociedad toda” 29. Sagüés, N. P. (1989). Para que existe un sistema de control constitucional es necesario que exista: i) Una constitución total o parcialmente rígida, y ii) Un órgano estatal independiente y autónomo que desarrolle el control de constitucionalidad con facultad decisoria dentro de plazos determinados30. Castillo, C.L. (2008). Sobre las razones de la existencia de la jurisdicción constitucional, podemos destacar que existen 3 las razones que justifican la aparición de una jurisdicción constitucional, y de un órgano encargado de ejercerla: i) Que, a través de un órgano de control de constitucionalidad será posible asegurar la efectiva vigencia de la constitución, ii) Que, a través de un órgano de la jurisdicción constitucional será posible afianzar una democracia, no sólo formal, sino material, es decir, aquella que se define según los valores y principios que subyacen de la constitución, en particular la vigencia de los 29 30 STC N° 00005-2005-CC/TC, Fj. 59. Sagüés, N. P. (1989). Derecho procesal constitucional Buenos Aires: Astrea. 113 derechos fundamentales; y, iii) Que, a través de un órgano que interpreta la constitución como máximo órgano de decisión en los asuntos de relevancia constitucional, permitirá mantener en lo posible el consenso en cada momento histórico31. En ese sentido, el tribunal constitucional es “Una institución de diálogo social y de construcción pacífica de la sociedad plural, pues participa como un auténtico órgano con sentido social, estableciendo a través de su jurisprudencia, las pautas por las que ha de recorrer la sociedad”32. En consecuencia, cada vez se hace más indispensable analizar e identificar los principales problemas y objeciones que afronta la institución encargada de ejercer estas funciones, llámese tribunal constitucional o corte constitucional, a fin de reforzar el sistema de justicia constitucional. Estos problemas van desde la organización hasta las competencias de estos Tribunales, por lo que es necesario estudiar nuevas formas de solución que vienen siendo adoptadas por otros tribunales constitucionales de países latinoamericanos; sin embargo, para llegar a este propósito conviene repasar algunos conceptos, categorías e instituciones propias del derecho constitucional y procesal constitucional. 1.3. Finalidad del tribunal constitucional: Desde que se creó el tribunal constitucional austriaco en 1920, hasta nuestros días, se ha concebido que los tribunales constitucionales, han sido creados con una específica finalidad: la de defensa de la constitución y la protección de los derechos fundamentales de las personas. En efecto, la misión principal de los tribunales o cortes constitucionales es la defensa de la constitución, pues una constitución a la que le falta la garantía de anulabilidad de los actos inconstitucionales no es plenamente obligatoria; sin embargo, esta garantía de defensa de la constitución no existe sino cuando el control de constitucionalidad lo 31 32 Castillo, C.L. (2008). El Tribunal Constitucional y su dinámica jurisprudencial. Lima: Palestra. STC N° 00048-2004-AI, Fj. 3 y 7 114 ejerce un órgano diferente e independiente (órgano constituido) de aquel que produjo la norma constitucional (órgano constituyente). La segunda misión de los Tribunales Constitucionales es la defensa de los derechos fundamentales de la persona, no sólo a través del reconocimiento de un amplio catálogo de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, sino a través de la adopción de mecanismos de protección como los procesos constitucionales de amparo, cumplimiento, habeas data y habeas corpus. A lo anterior habría que agregar que los tribunales constitucionales tienen por misión controlar el ejercicio del poder del Estado, por lo que con consideradas como verdaderas instituciones defensoras del régimen constitucional democrático de cada país. 1.4. Naturaleza del tribunal constitucional peruano: En cuanto a la naturaleza del tribunal constitucional existen varias teorías: hay quienes consideran como un órgano estrictamente judicial o jurisdiccional, hoy otros que afirman su naturaleza política con cierto cariz legislativo, y unos pocos le otorgan una naturaleza administrativa. En el caso peruano, vemos que desde la creación del tribunal de garantías constitucionales con la constitución de 1979, hasta el actual tribunal constitucional por la constitución de 1993, este organismo se ha ido perfilando en el tiempo, dotándole de una serie de características y funciones que la identifican y que estructuran su naturaleza. En primer lugar, se señala que es el supremo órgano de control e interpretación de constitucionalidad, por cuya razón se le considera un poder constituyente constituido, pues se encarga de declarar y establecer el contenido de los valores, principios y normas contenidos en la constitución (acción hermenéutica e integradora). En segundo lugar, se señala que es autónomo e independiente, porque en el ejercicio de sus funciones y atribuciones no depende de ningún órgano constitucional, ya que se encuentra sometido sólo a la constitución y a su ley orgánica - Ley Nº 28301. En tercer lugar, se dice que el tribunal constitucional cumple una función de racionalizar el ejercicio del poder público y privado, pues vela por el respeto y la protección de los derechos fundamentales de las personas naturales y jurídicas. 115 Eto, C. G. (2011). Se dice que cumple el deber de integrar los vacíos normativos, de conformidad con el artículo 45 de la constitución, por lo que tiene una función normativa. Se señala que el tribunal constitucional cumple una función de componedor de conflictos sociales33. Pérez, R. J. (1998). Las características de los tribunales constitucionales con las siguientes: I) Es un órgano único, en el que se concreta la interpretación definitiva y vinculante de la Constitución, II) Es un órgano jurisdiccional, aunque no integrado en el Poder Judicial, III) Su competencia básica consiste en el control constitucional de las leyes, IV) Sus competencias adicionales van en la misma dirección: protección de los derechos fundamentales, protección de la distribución territorial del poder y, protección de la división de poderes, V) De lo antes dicho, se puede ver que el tribunal constitucional no puede ser comprendido únicamente a partir de las funciones normativas que el artículo 204° de la Constitución le asigna, ni del régimen jurídico-constitucional que lo regula; pues estos aspectos resultan insuficiente para comprender su rol en el proceso histórico, social y político; por lo tanto resulta indispensable analizar el papel que este órgano desempeña dentro de un estado social de derecho34. Landa, A. C. (2011). En efecto, si verificamos la constitución peruana de 1993 veremos que el tribunal constitucional tiene una particular posición en el esquema constitucional de división y separación de poderes que lo ubica como supremo guardián e intérprete de la Constitución; sin embargo, su naturaleza y carácter no se agota en esta función, pues no sólo se le ha confiado la defensa del principio de supremacía constitucional, sino de los derechos constitucionales en particular. En ese sentido, se puede señalar que su naturaleza es compleja, en tanto que puede ser caracterizado como órgano constitucional y como órgano 33 Eto, C. G. (2011). El desarrollo del derecho procesal constitucional a partir de la jurisprudencia del tribunal constitucional peruano. Lima: Editorial Adrus. 34 Pérez, R. J. (1998). Curso de Derecho Constitucional. Madrid: Marcial Pons. 116 jurisdiccional. Incluso algunos autores le han otorgado una naturaleza de órgano político35. Los tribunales y cortes constitucionales existen hoy en día en caso toda América Latina, Europa, Asía y África; sin embargo, sus orígenes se remontan al siglo XX después de la primera guerra mundial, razón por la cual se dice que el Tribunal Constitucional es el producto de la tradición jurídica europea. Si bien el nacimiento del tribunal constitucional como institución se produjo en Checoslovaquia y en Austria en 1920, algún sector de la doctrina considera que su verdadero origen se remonta todavía al denominado jury constitutionnaire de Inmanuel Sieyés, quien en su época ya había teorizado el rango prioritario de la Constitución respecto de las demás fuentes del derecho, así como la forma de garantizar su supremacía a través de un órgano defensor. En cuanto a su nombre, no fue tomado de su matriz originaria austriaca de 1920, sino del modelo republicano español de 1931, a través del denominado tribunal de garantías constitucionales. Posteriormente se crearía el tribunal constitucional italiano en 1948, el tribunal constitucional alemán en 1949, el turco en 1961 y el yugoslavo en 1963. A lo que hay que agregar la creación del Consejo Constitucional francés en 1959, el Tribunal Constitucional portugués en 1976, el Tribunal Especial Superior griego de 1975 y el Tribunal de Arbitraje belga de 1983, y más recientemente los tribunales constitucionales de Polonia en 1985, Hungría en 1989 y Bulgaria en 1991. En latinoamérica, el primer país que incorporó un tribunal constitucional fue el Perú en 1979, seguido de Chile en 1980, El Salvador en 1982, Costa Rica en 1989 a través de una sala constitucional en la corte suprema, Colombia instauró una corte constitucional en 1991, Paraguay creó una sala constitucional en 1992, al igual que Nicaragua en 1995, Bolivia creó un tribunal en 1994, México ese mismo año, Ecuador en 1998, Venezuela en 1999, y Honduras en el 2001. 35 Landa, A. C. (2011). Organización y funcionamiento del tribunal constitucional. Lima: Palestra Editores. 117 Respecto a la causa de su creación se advierte que la introducción del tribunal constitucional en Europa se debió fundamentalmente a que fue una solución para superar la soberanía del parlamento y accesoriamente para solucionar otro tipo de problemas, como los conflictos entre los estados de una federación, el enjuiciamiento de los altos funcionarios públicos, el control de constitucionalidad de las leyes, etc. Sin embargo, la creación de tribunales constitucionales no se extendió de inmediato a la totalidad de los países con constitución escrita, sino que su adopción se fue dando paulatinamente, pues en un inicio se consideraba que su creación constituía una “anomalía histórica”, que no fue otra cosa que la transición a la democracia de determinados países europeos. Por esta razón Pérez Royo señala que el tribunal constitucional no se creó en todos los países de Europa, sino únicamente en aquellos que tuvieron dificultades para transitar del Estado liberal del siglo XIX al estado democrático del siglo XX, como Austria, Alemania, Italia, Portugal y España. En nuestro país el tribunal constitucional tuvo su origen con la constitución de 1979 con el denominado tribunal de garantías constitucionales, pero, a diferencia de lo acontecido en Europa, donde tuvo una trayectoria definida, en el Perú el tribunal de garantías constitucionales, fue concebido como un organismo que iba a poner coto a la ineficacia del poder judicial. Así se advierte de los debates de la Asamblea Constituyente de 1978. En esa época el Perú venía de un gobierno militar populista de 12 años, iniciado por el general Velasco Alvarado, que se caracterizó por una serie de atropellos. Precisamente, para contrarrestar dicho exceso de poder, se consideró que el Poder Judicial no había sabido resistir frente a los excesos de un gobierno de facto; en consecuencia, lo que quedaba por hacer era crear un Tribunal independiente. Ese fue el objetivo de la asamblea constituyente de 1978: crear un organismo que supliese las deficiencias que tenía el poder judicial en aquel momento. Fue Javier Valle Riestra, quien trajo el modelo de España, luego de haber vivido largos años de exilio en ese país, desempeñándose como abogado en Madrid. La idea fundamental del mencionado jurista fue crear un poder al lado del aparato judicial, un 118 ente no burocratiza ni profesionalizado, que tuviera a su cargo el control de la constitución y la defensa de los derechos humanos a través de determinadas atribuciones; sin embargo, como veremos más adelante, la asamblea constituyente de 1978 no recogió todas las propuestas de Valle Riestra. Finalmente, la asamblea constituyente de 1978 aprobó la constitución de 1979, creando el tribunal de garantías constitucionales, cuyo periodo de vigencia comprendió entre el 19 de noviembre de 1982, fecha en que se produjo su instalación, hasta el 05 de abril de 1992, fecha en que fue desactivado a raíz del autogolpe del entonces presidente de la república Alberto Fujimori. Instaurado el gobierno de facto en 1992, Alberto Fujimori promovió la elaboración de una nueva carta constitucional, logrando la aprobación y posterior ratificación, vía referéndum, de la actual Constitución de 1993. En ella se ha mantenido en esencia el modelo de la Constitución de 1979, con algunas diferencias, que incluyen el cambio de nombre del tribunal de garantías constitucionales por el de tribunal constitucional, la reducción del número de magistrados, y el aumento de competencias a este ente de control, como veremos más adelante. Caballero, O. J. L. (2000). Los órganos constitucionales se caracterizan porque, son creados de manera expresa por el poder constituyente en la Constitución; son órganos técnicos altamente especializados; son independientes funcionalmente de los poderes del Estado; los titulares son elegidos o designados por los poderes públicos o residualmente por gremios o entidades privadas; gozan de autonomía administrativa, presupuestal y normativa, básicamente; los titulares gozan de prerrogativas e responsabilidades; inmunidades sostiene para con la los determinación poderes y de sus gobiernos descentralizados relaciones de coordinación; y, son entidades públicas con competencias de cobertura nacional36. Landa, A.C. (2011). Los órganos constitucionales cuentan con una configuración que les viene dada directamente por la propia 36 Caballero, O. J. L. (2000). Los órganos constitucionales autónomos: más allá de la división de poderes. Anuario del Departamento de derecho de la universidad iberoamericana, N° 30. México: Universidad Iberoamericana. 119 Constitución, y cuyo reconocimiento no se limita a la simple mención de sus funciones o competencias, sino que en muchos casos la propia norma fundamental establece su composición, estructura, funciones, entre otros. En otras palabras, reciben de la Constitución todos los atributos esenciales de su condición y posición en el sistema constitucional. Sin embargo, esto no impide que el legislador pueda completar, a través de su ley orgánica, los elementos no esenciales o complementarios, y en muchos casos, estos órganos constitucionales están en la capacidad de emitir sus propias normas para regularse37. Nawiasky H. (1980). Los órganos constitucionales tienen un radio de acción exterior conformado por sus competencias y capacidades, y un radio de acción interior que se basa en la autonomía normativa, en la capacidad autonormativa y en la autonomía funcional38. De lo antes expuesto, podemos encontrar los siguientes elementos definitorios de los órganos constituciones: I) Son creados directamente por la Constitución, II) No responden a una división funcional de poderes, III) No están jerarquizados, es decir, no prevalecen unos a otros, IV) Son independientes unos de otros, V) Tienen funciones y competencias de cobertura nacional, VI) Tienen autonomía normativa y autonomía funcional. En el caso del tribunal constitucional peruano, el artículo 201° de la constitución de 1993, además de señalar expresamente que el tribunal es un órgano constitucional, le reconoce independencia y autonomía, cuando señala que “el tribunal constitucional es el órgano de control de la constitución. Es autónomo e independiente. Se compone de siete miembros elegidos por cinco años. Para ser miembro del tribunal constitucional, se exigen los mismos requisitos que para ser vocal de la corte suprema. Los miembros del tribunal constitucional gozan de la misma inmunidad y de las mismas prerrogativas que los congresistas. Les alcanzan las mismas incompatibilidades. No hay reelección inmediata. Los miembros del tribunal constitucional son elegidos por el 37 Landa, A.C. (2011). Organización y funcionamiento del Tribunal Constitucional. Lima: Palestra editores. 38 Nawiasky H. (1980). Teoría General del Derecho. México: Editora Nacional. 120 congreso de la república con el voto favorable de los dos tercios del número legal de sus miembros. No pueden ser elegidos magistrados del tribunal constitucional los jueces o fiscales que no han dejado el cargo con un año de anticipación”. Por su parte, el artículo 202 le reconoce competencia al tribunal constitucional para: “1. Conocer, en instancia única, la acción de inconstitucionalidad. 2. Conocer, en última y definitiva instancia, las resoluciones denegatorias de hábeas corpus, amparo, hábeas data, y acción de cumplimiento. 3. Conocer los conflictos de competencia, o de atribuciones asignadas por la Constitución, conforme a ley”. De las normas constitucionales citadas se puede ver que la Constitución le ha otorgado al tribunal constitucional la calidad de un órgano constitucional de especial importancia, pues a diferencia de otros órganos constitucionalidad, el tribunal constitucional es considerado como su supremo intérprete, no porque la Constitución así lo declare (ya que expresamente no lo hace), sino porque su configuración dentro del ordenamiento jurídico y las competencias que se le asignan, determinan que, aunque no sea el único que interprete y controle la Constitución, es el último. Carpizo, J. (2009). Los poderes constituidos creados por la constitución son: el poder revisor de ésta y el tribunal constitucional, donde ellos existan, los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, y los órganos constitucionales autónomos. No obstante, ellos no tienen la misma jerarquía constitucional. Todos son constituidos porque se crean en la Constitución, pero los primarios gozan de una jerarquía superior respecto a los secundarios, debido a la naturaleza de sus funciones, en virtud de que pueden alterar su estructura, integración y funciones de los segundos, e incluso los pueden crear. El tribunal constitucional es jerárquicamente superior o goza de esa competencia superior a los poderes u órganos secundarios debido a que es quien controla la constitucionalidad de sus normas y actos. Si no gozara de jerarquía superior, el tribunal constitucional no podría revisar, declarar inválidos o anular los actos de los órganos secundarios39. 39 Carpizo, J. (2009). El Tribunal Constitucional y sus límites. Lima: Editorial jurídica Grijley. 121 Por lo tanto, si bien el tribunal constitucional no es el único, si es el último para declarar la validez constitucional de las normas jurídicas, actos de gobierno o resoluciones de los poderes del estado y de los actos privados de los ciudadanos, lo que en modo alguno significa que estos actores queden subordinados frente al tribunal constitucional, pues lo que se requiere en un estado constitucional de derecho es que exista un órgano de control especializado, que tenga la legitimidad formal de ejercer un poder constitucional para llevar a cabo el control constitucional. Este es el caso del tribunal constitucional peruano; por ello, la constitución, se refiere al tribunal como el órgano de control de la constitución. 1.5. El tribunal constitucional como órgano jurisdiccional: Favoreu, L. (1994). El tribunal constitucional, es una jurisdicción creada para conocer especial y exclusivamente en materia de lo contencioso constitucional, situada fuera del aparato jurisdiccional ordinario e independiente tanto de éste como de los poderes públicos”40. Ferrer M. E. (2004). El tribunal constitucional, es el órgano jurisdiccional de mayor jerarquía que posee la función esencial o exclusiva de establecer la interpretación final de las disposiciones de carácter fundamental41. Trujillo, R. M. A. (1987). El hecho de que la actividad desarrollada por el tribunal constitucional sea de naturaleza jurisdiccional no quiere decir que el tribunal constitucional esté dentro del poder judicial, pues el tribunal constitucional es un tribunal independiente de los demás órganos constitucionales, único en su orden, extendiendo su jurisdicción a todo el territorio nacional, estando sometido solamente a la constitución y a su ley orgánica42. 40 Favoreu, L. (1994). Los Tribunales Constitucionales, Barcelona: Ariel. Ferrer M. E. (2004). Ensayos sobre derecho Procesal Constitucional. México: Porrúa. 42 Trujillo, R. M. A. (1987). La posición del Tribunal Constitucional en el sistema de los órganos supremos del Estado. p.118. Consulta: 05 de Octubre del 2015, <www.dialnet.uniriola.es/servlet/fichero_articulo?codigo=816260>. 41 122 Fernández, R. J. (2002). En efecto, si verificamos la constitución peruana de 1993 veremos que el tribunal constitucional, pese a tener un carácter jurisdiccional, no se ubica dentro de la estructura y organización del poder judicial; sino que le reconoce un régimen constitucional propio. Esto responde, a la necesidad de otorgarle mayor autonomía e independencia en relación con el poder ejecutivo, legislativo y judicial, y demás órganos constitucionales, que son objeto de control43. Por lo tanto, el hecho que la constitución peruana no haya comprendido al tribunal constitucional como un órgano integrante del poder judicial, ello no le priva de su naturaleza de órgano jurisdiccional, pues aun cuando el artículo 201° de la constitución señala que el tribunal es el órgano de control de la Constitución, no implica sólo la función constitucional de velar por la supremacía de la Constitución, sino también por la vigencia y eficacia de los derechos fundamentales, por lo que su función de administrar justicia constitucional le viene atribuido cuando el artículo 202º de la Constitución le reconoce la competencia para conocer en instancia única los procesos de inconstitucionalidad; en última y definitiva instancia las resoluciones judiciales denegatorias de los procesos constitucionales de hábeas corpus, amparo, hábeas data y la acción de cumplimiento; y, finalmente, los conflictos de competencia. Prieto, S. L. (2003). Por tanto, como órgano jurisdiccional, el tribunal no sólo asume un control de constitucionalidad, sino también el respeto de los derechos fundamentales, precisando su contenido y estableciendo sus límites44. Sin embargo, ello no significa que la justicia constitucional pueda considerarse como justicia análoga y paralela a la justicia ordinaria, pues como lo ha expresado el tribunal constitucional español, mediante los procesos constitucionales se ha encomendado proteger los derechos fundamentales, conociendo de toda calificación jurídica realizada por los tribunales ordinarios que viole o desconozca derechos, pero carece de aquel carácter en relación con procesos comunes que 43 44 Fernández, R. J. (2002). La justicia constitucional europea ante el siglo XXI. Madrid: Tecnos. Prieto, S. L. (2003). Justicia constitucional y derechos fundamentales. Madrid: Trotta. 123 resuelvan derechos intersubjetivos ajenos a los derechos fundamentales y que se pronuncien sobre cuestiones de mera legalidad, al ser competencia exclusiva de los jueces y tribunales su interpretación y decisión, fijación de los hechos y subsunción, así como la precisión de las consecuencias jurídicas, aunque se apoyen en errores, equivocaciones o incorrecciones jurídicas o, en definitiva, en la injusticia de las resoluciones, porque ello le convertiría [al juez constitucional] en órgano de control de la mera legalidad, ejerciendo funciones que no le atribuye la constitución45. Martínez, S. M. (1981). Seis razones del carácter jurisdiccional de los tribunales constitucionales46: i) La sujeción de su función a un método jurídico de interpretación. ii) El carácter reglado de la acción del tribunal constitucional en cuanto a la actividad de conocimiento jurídico y de oportunidad política. iii) Su actuación que opera sólo a instancia de parte. iv) La vinculación de su actividad a un proceso jurisdiccional especial y contradictorio. v) Los principios de neutralidad e independencia a que está sujeta la actividad jurisdiccional. vi) Su posición de tercero súper partes. 1.6. El tribunal constitucional como órgano político: Autores como César Landa y Jorge Carpizo, señalan que, al carácter de órgano constitucional y jurisdiccional del tribunal constitucional, se suma su carácter de órgano político en tanto vocero del poder constituyente. Es decir, la naturaleza política del tribunal constitucional está determinado por dos razones: i) porque sus decisiones pueden tener efectos políticos; y, ii) porque cabe la posibilidad de someter a control constitucional las cuestiones políticas47. Sin embargo, se señala también que esta naturaleza del Tribunal Constitucional se hace patente en sistemas democráticos débiles, donde las clásicas instituciones democráticas del estado: poder ejecutivo, congreso de la república y poder judicial; los mismos que carecen de representatividad y se encuentran sumidas en una crisis de 45 STC 104/1985. Martínez, S. M. (1981). El tribunal constitucional como órgano político. Madrid: Passim. 47 STC 104/1985. 46 124 legitimidad democrática, permitiendo consolidar el peso político del tribunal constitucional48, al asumir un rol de poder moderador, más que de un cuarto poder, en las relaciones y conflictos entre los poderes del estado. García, T. V. (2005). Los órganos de control de la constitucionalidad, ejercen poder político ya que hacen prevalecer su decisión sobre lo dispuesto por el poder ejecutivo o legislativo y que la imposición frente a los otros detentadores del poder, es en realidad una decisión política49. Cabe recordar que el origen del tribunal constitucional en el Perú se debe al fracaso del poder judicial para impartir justicia constitucional; pero, esta realidad histórica que legitimó la necesidad de la justicia constitucional autónoma e independiente; a su vez se encuentra legitimada por su ejercicio, en la medida que al ejercer el control constitucional ha puesto en evidencia la falta de credibilidad ciudadana del parlamento y del poder ejecutivo; por cuanto ante la crisis de representatividad de las instancias políticas para la toma de decisiones constitucionales sobre los asuntos de estado, las minorías políticas y sociales trasladan de la sede política a la sede judicial constitucional, la resolución de los litigios políticos. Para muchos el tribunal constitucional, es un órgano jurisdiccional que se diferencia de la actividad del poder judicial, por cuanto la jurisdicción constitucional entra dentro del dominio de lo político. Leibholz, G. (1971). Bajo cada litigio constitucional se esconde una cuestión política susceptible de convertirse en un problema de poder50. Por ello, se señala que muchas de las sentencias constitucionales tienen, en determinadas circunstancias, un extraordinario impacto en el juego político del estado y la nación. 48 Helmut, S. (1996). La jurisdicción constitucional. Madrid: Instituto Vasco de administración pública Marcial Pons. 49 García, T. V. (2005). Teoría del Estado y Derecho Constitucional. 1ra Edición. Lima: Palestra Editores. 50 Leibholz, G. (1971). Problemas fundamentales de la democracia moderna. Madrid: Instituto de Estudios Políticos. 125 1.7. Competencias y atribuciones del tribunal constitucional peruano: La desconfianza que la población peruana ha tenido durante casi toda su historia en el poder legislativo y en el poder judicial como defensores de la constitución y garantes de los derechos fundamentales fue probablemente una de las razones más importantes que dio origen a la jurisdicción constitución y con ello, a la creación de un tribunal de garantías constitucionales, que luego pasó a denominarse tribunal constitucional; sin embargo, desde la creación de este órgano se ha generar toda una zona de tensión con las funciones de otros poderes del estado, como consecuencia del ejercicio de sus competencias. Frente a esta supuesta invasión de competencias, nos preguntamos cuáles son los límites del tribunal constitucional. Esta interrogante nos invita a reflexionar sobre las competencias y atribuciones asignadas al tribunal constitucional, pues de conformidad con el principio de legalidad, todo órgano del estado, incluido el tribunal constitucional, se encuentra sometido a los parámetros que son señalados por la constitución y la ley. No olvidemos que el tribunal constitución tiene un límite que es la propia constitución, ya que al ser la norma suprema del ordenamiento jurídico, vincula a todos y, es especial al órgano encargado de protegerla. En este sentido, las competencias ejercidas por el tribunal constitucional deben ser compatibles con las competencias asignadas a los demás órganos que forman parte del estado, lo que no quiere decir que existan competencias implícitas que el tribunal ejerza en atención a los fines que persigue. Bajo esa premisa, resulta necesario hacer un breve análisis de cuáles son las competencias y atribuciones del tribunal constitucional peruano reconocidas en la constitución de 1993. Asimismo, es necesario verificar si las competencias actualmente asignadas a este órgano son limitadas con relación a tribunales y cortes de otros países de latino américa, para luego pasar a analizar si las competencias ya asignadas requieren más limitación o por el contrario, se hace necesario asignarle nuevas competencias, a efectos de que pueda cumplir cabalmente su finalidad de defender la constitución y los derechos fundamentales. 126 1.8. Autonomía del tribunal constitucional en la administración de la justicia constitucional: Como se tuvo ocasión de señalar en los capítulos anteriores, tanto el artículo 202° de la constitución política del estado, como el artículo 1° de la ley orgánica del tribunal constitucional, aprobado por ley N° 28301, consagran que el tribunal constitucional, es autónomo e independiente. Esto significa en términos generales que sus atribuciones y competencias no dependen de ningún órgano constitucional, pues se encuentra sometido únicamente a la constitución y a su ley orgánica. Sin embargo, para que el tribunal constitucional pueda cumplir sus competencias de control constitucional de los poderes debe gozar de autonomía no sólo administrativa y organizacional, es decir una autonomía institucional, sino fundamentalmente jurisdiccional y normativa. 1.9. Autonomía institucional: Cuando hablamos de autonomía como garantía institucional nos debemos referir al artículo 201º de la constitución, que señala que el tribunal constitucional “Es el órgano de control de la constitución” y además es “autónomo”. En cuanto a la garantía institucional de la autonomía del Tribunal Constitucional cabe hacer mención a lo sostenido por el propio Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en el Expediente N.º 000132003-AI/TC, cuando señala que el concepto “garantía institucional” alude a la constitucionalización de ciertas instituciones que se consideran componentes esenciales del ordenamiento jurídico, de modo tal que se otorga protección a su esfera propia de actuación respecto de la actuación de otros órganos del estado y además se persigue mantener tal esfera “en términos reconocibles para la imagen que de la misma tiene la conciencia social de cada tiempo y lugar”. Stern, K. (1987). La recepción de esta categoría jurídica garantiza a la institución jurídica asegurada constitucionalmente a través de ella una protección contra su supresión y vaciamiento de sustancia. Ciertamente el legislador debe dar forma jurídica a la institución garantizada, pero 127 sólo dentro de límites. Si el contenido de la garantía respecto de la prohibición de supresión es claro, delimitar las intervenciones legislativas que simplemente dan forma, acuñan, concretan, estructuran, modifican y son, por lo tanto, admisibles, de aquellas que vacían de sustancia, presenta dificultades51. 2. Jurisprudencia relevante del tribunal constitucional sobre derechos colectivos de trabajo: 2.1. Sindicación: 2.1.1. EXP. N° 0008-2005-PI/TC: La libertad sindical es aquel atributo directo que relaciona un derecho civil y un derecho político, y se vincula con la consolidación del estado social y democrático de derecho, ya que constitucionaliza la creación y fundamentación de las organizaciones sindicales. Se la define como la capacidad autoderminativa para participar en la constitución y desarrollo de la actividad sindical. Al respecto, Enrique Álvarez Conde, señala que, este derecho fundamental debe ser considerado como una manifestación del derecho de asociación, gozando, por tanto, también de la naturaleza de los derechos de participación política. Por ende, alude a un atributo directo, ya que relaciona un derecho civil y un derecho político, y se vincula con la consolidación del estado social y democrático de derecho, ya que constitucionaliza la creación y fundamentación de las organizaciones sindicales. En ese sentido, el tribunal constitucional español, en la STC 292/1993, precisa que los sindicatos son formaciones de relevancia social, en la estructura pluralista de una sociedad democrática. La libertad de sindicación tiene una doble dimensión; por una lado, en su dimensión individual o intuito persona, protege la constitución de un sindicato y la afiliación a él; mientras que en su dimensión plural o 51 Stern, K. (1987). Derecho del Estado de la República Federal Alemana. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales 128 colectiva, protege la autonomía sindical y la personalidad jurídica de la organización sindical. Esta facultad se manifiesta en dos planos: el intuito persona y el plural. La libertad sindical intuito persona plantea dos aspectos: I) Aspecto positivo: Comprende el derecho de un trabajador a constituir organizaciones sindicales y a afiliarse a los sindicatos ya constituidos. Dentro de ese contexto se plantea el ejercicio de la actividad sindical. II) Aspecto negativo: Comprende el derecho de un trabajador a no afiliarse o a desafiliarse de una organización sindical. La libertad sindical plural plantea tres aspectos: I) Ante el estado: Comprende la autonomía sindical, la personalidad jurídica y la diversidad sindical, II) Ante los empleadores: Comprende el fuero sindical y la proscripción de prácticas desleales, III) Ante las otras organizaciones sindicales: Comprende la diversidad sindical, la proscripción de las cláusulas sindicales, etc. El derecho de sindicación en su dimensión individual o intuito persona, tiene un doble contenido; por un lado, un aspecto positivo, que comprende el derecho de un trabajador a constituir organizaciones sindicales y a afiliarse a los sindicatos ya constituidos; y, de otro lado, un aspecto negativo, que comprende el derecho de un trabajador a no afiliarse o a desafiliarse de una organización sindical. La libertad sindical intuito persona se encuentra amparada genéricamente por el inciso 1 del artículo 28º de la constitución. Empero, una lectura integral de dicho texto demuestra que se encuentran excluidos de su goce los siguientes componentes del estado peruano: I) Los miembros de las fuerzas armadas y de la policía nacional (artículo 42° de la constitución), II) Los miembros del ministerio público y del órgano judicial (artículo 153° de la constitución), III) Los miembros de la administración pública, con poder de decisión o que desempeñen cargos de confianza o dirección (artículo 42.° de la constitución). (EXP.0008-2005-PI/TC/Fundamento 27). 129 Los sindicatos de trabajadores son entidades que tienen como objetivo primordial la defensa de los derechos e intereses de sus miembros, a fin de obtener la satisfacción de los mismos. El sindicato es una organización o asociación integrada por personas que, ejerciendo el mismo oficio o profesión, o trabajando en un mismo centro de labores, se unen para alcanzar principalmente los siguientes objetivos: i) Estudio, desarrollo, protección y defensa de los derechos e intereses de sus miembros, ii) Mejoramiento social, económico y moral de sus miembros. Entre los principales fines y funciones que nuestra legislación establece para los sindicatos en el ámbito de la legislación privada, se tienen los siguientes: i) Representar al conjunto de trabajadores comprendidos dentro de su ámbito, en los conflictos, controversias o reclamaciones de naturaleza colectiva, ii) Celebrar convenciones colectivas de trabajo y, dentro de ese contexto, exigir su cumplimiento. iii) Representar o defender a sus miembros a su solicitud, en las controversias o reclamaciones de carácter individual, iv) Promover la creación de organismos de auxilio y promoción social de sus miembros (cooperativas, cajas-fondos, etc.), v) Promover el mejoramiento cultural, así como la educación general, técnica y gremial de sus miembros. 2.1.2. EXP. N° 1124-2001-AA/TC: La libertad sindical tiene como contenido esencial dos aspectos: el primero consiste en la facultad de toda persona de constituir sindicatos con el propósito de defender sus intereses gremiales, mientras que el segundo se refiere a la facultad de afiliarse o no afiliarse a este tipo de organizaciones. La constitución reconoce la libertad sindical en su artículo 28º, inciso 1). Este derecho constitucional tiene como contenido esencial un aspecto orgánico, así como un aspecto funcional. El primero consiste en la facultad de toda persona de constituir organizaciones con el propósito de defender sus intereses gremiales. El segundo consiste en la facultad de afiliarse o no afiliarse a este tipo de organizaciones. A su vez, implica la protección del trabajador afiliado o sindicado a no ser objeto de actos que perjudiquen sus derechos y tuvieran como 130 motivación real su condición de afiliado o no afiliado de un sindicato u organización análoga. Desde luego, debe entenderse que lo anterior no conlleva a que el contenido esencial del citado derecho constitucional se agote en los aspectos antes relevados. Por el contrario, es posible el desarrollo de ulteriores concretizaciones o formas de proyección del citado derecho constitucional que, en principio, no pueden, como tampoco deben, ser enunciadas de manera apriorística. Los derechos constitucionales albergan contenidos axiológicos que, por su propia naturaleza, pueden y deben desarrollarse, proyectando su vis expansiva a través de remozadas y, otrora, inusitadas manifestaciones. 2.1.3. EXP. N° 1124-2001-PA: La constitución reconoce la libertad sindical en su artículo 28º, inciso 1. Este derecho constitucional tiene como contenido esencial un aspecto orgánico, así como un aspecto funcional. El primero consiste en la facultad de toda persona de constituir organizaciones con el propósito de defender sus intereses gremiales. El segundo consiste en la facultad de afiliarse o no afiliarse a este tipo de organizaciones. A su vez, implica la protección del trabajador afiliado o sindicado a no ser objeto de actos que perjudiquen sus derechos y tuvieran como motivación real su condición de afiliado o no afiliado de un sindicato u organización análoga. 2.1.4. EXP. N.° 1469-2002-AA/TC: La constitución reconoce la libertad sindical en su artículo 28º, inciso 1). El derecho de libertad sindical tiene un doble contenido: un aspecto orgánico, así como un aspecto funcional. El primero consiste en la facultad de toda persona de constituir organizaciones con el propósito de defender sus intereses gremiales. El segundo consiste en la facultad de afiliarse o no a este tipo de organizaciones. A su vez, implica la protección del trabajador afiliado o sindicado frente a actos que perjudiquen sus derechos y tengan como motivación real su condición de afiliado o no afiliado de un sindicato u organización análoga; es decir, 131 la protección ante el despido por pertenecer o participar de actividades sindicales. Sin embargo, también considerarse la garantía para el ejercicio de aquellas actividades que haga factible la defensa y protección de los propios trabajadores. En tal sentido, el contenido esencial de este derecho no puede agotarse en los aspectos orgánico y funcional, sino que, a este núcleo mínimo e indisponible, deben añadirse todos aquellos derechos de actividad o medios de acción que resulten necesarios, dentro del respeto a la constitución y la ley, para que la organización sindical cumpla los objetivos que a su propia naturaleza corresponde, esto es, el desarrollo, protección y defensa de los derechos e intereses, así como el mejoramiento social, económico y moral de sus miembros. Por consiguiente, cualquier acto que se oriente a impedir o restringir de manera arbitraria e injustificada la posibilidad de acción o la capacidad de obrar de un sindicato, resulta vulneratorio del derecho de libertad sindical. Se ha precisado el contenido esencial de la libertad sindical al integrar a este antes aludido los derechos de actividad requeridos para que el sindicato pueda cumplir sus funciones y fines. Sin embargo, además de los dos planos de la libertad sindical antes mencionados, debe también considerarse la garantía para el ejercicio de aquellas actividades que haga factible la defensa y protección de los propios trabajadores. En tal sentido, el contenido esencial de este derecho no puede agotarse en los aspectos orgánico y funcional, sino que, a este núcleo mínimo e indisponible, deben añadirse todos aquellos derechos de actividad o medios de acción que resulten necesarios, dentro del respeto a la constitución y la ley, para que la organización sindical cumpla los objetivos que a su propia naturaleza corresponde, esto es, el desarrollo, protección y defensa de los derechos e intereses, así como el mejoramiento social, económico y moral de sus miembros. Por consiguiente, cualquier acto que se oriente a impedir o restringir de manera arbitraria e injustificada la posibilidad de acción o la capacidad de obrar de un sindicato, resulta vulneratorio del derecho de libertad sindical. 132 2.1.5. EXP. N° 206-2005-AA/TC: El derecho de sindicación en su dimensión plural se plantea en tres aspectos, el primero ante el estado y comprende la autonomía sindical, la personalidad jurídica y la diversidad sindical; el segundo ante los empleadores y comprende el fuero sindical y la proscripción de prácticas desleales; y finalmente, ante las otras organizaciones sindicales y comprende la diversidad sindical. Por tanto, debemos considerar que la libertad sindical, en su dimensión plural o colectiva, también protege la autonomía sindical, esto es, que los sindicatos funcionen libremente sin injerencias o actos externos que los afecten. Protege, asimismo, las actividades sindicales que desarrollan los sindicatos y sus afiliados, así como a los dirigentes sindicales, para garantizar el desempeño de sus funciones y que cumplan con el mandato para el que fueron elegidos. Sin esta protección no sería posible el ejercicio de una serie de derechos y libertades, tales como el derecho de reunión sindical, el derecho a la protección de los representantes sindicales para su actuación sindical, la defensa de los intereses de los trabajadores sindicalizados y la representación de sus afiliados en procedimientos administrativos y judiciales. Del mismo modo, no sería posible un adecuado ejercicio de la negociación colectiva y del derecho de huelga. 2.1.6. EXP. N° 3311-2005-PA: Debe precisarse que los sindicatos no se sustituyen a la voluntad de los trabajadores cuando intervienen en la defensa de los intereses del propio sindicato y de sus afiliados. En efecto, es conveniente recordar que los sindicatos de trabajadores no son entidades cuya creación obedezca a la satisfacción de intereses ajenos a quienes lo conforman, sino, contrariamente, su objetivo primordial lo constituye la defensa de los derechos e intereses de sus miembros. En ese sentido, en el plano de la justicia constitucional, el tribunal constitucional estima que no es preciso que estos cuenten con poder de representación legal para que puedan plantear reclamaciones o iniciar acciones judiciales a favor de todos sus afiliados o un grupo determinado de ellos. Y es que una comprensión de la función y el significado de los sindicatos en el sentido 133 esbozado, supondría dejar virtualmente desarticulada la razón de ser de estos entes y, con ello, el contenido constitucionalmente protegido de la libertad sindical, reconocida en el artículo 28° de la constitución. (Exp. 632-2001-AA/TC, Fundamento N ° 8). Consecuentemente, la representatividad de los sindicatos para defender sus intereses, así como los de sus dirigentes y afiliados, tiene pleno sustento constitucional. El artículo 28°, inciso 1) de la constitución reconoce el derecho de sindicación y la libertad sindical. Al respecto, este colegiado ha establecido que su contenido esencial tiene dos aspectos: el primero consiste en la facultad de toda persona de constituir sindicatos con el propósito de defender sus intereses gremiales, mientras que el segundo se refiere a la facultad de afiliarse o no afiliarse a este tipo de organizaciones. A su vez, se ha precisado que implica la protección del trabajador afiliado o sindicado frente a la comisión de actos que perjudiquen sus derechos y tengan como motivación real su condición de afiliado o no afiliado de un sindicato u organización análoga. (Exp. 1124-2001-AA/TC, Fundamento N.° 8). Del mismo modo, en el citado caso, se dejó abierta la posibilidad de ulteriores concretizaciones del contenido esencial de la libertad sindical. En el expediente 0008-2005-PI/TC, este se estableció que la libertad sindical no sólo tenía una dimensión individual, relativa a la constitución de un sindicato y a su afiliación, sino también una dimensión plural, que se manifiesta en la autonomía sindical y la personalidad jurídica (Fundamento N ° 26). Esta es la dimensión de la libertad sindical que deberá ser configurada en el presente caso. Para ello, aplicaremos la cuarta disposición final y transitoria de la constitución y al artículo v del título preliminar del código procesal constitucional, que disponen que el contenido y alcances de los derechos y libertades que aquella reconoce se interpretan de conformidad con la declaración universal de los derechos humanos y los tratados internacionales sobre la misma materia ratificados por el Perú. El artículo 3.1 del convenio N° 87 de la organización internacional del trabajo, relativo a la libertad sindical y a la protección del derecho de sindicación, precisa que las organizaciones de trabajadores tienen el 134 derecho de elegir libremente a sus representantes, de organizar su administración y sus actividades y de formular su programa de acción. Por su parte el artículo 1.2 del convenio N° 98 de la organización internacional del trabajo, relativo a la aplicación de los principios del derecho de sindicación y de negociación colectiva, establece la protección de los trabajadores sindicalizados contra todo acto que tenga por objeto despedir a un trabajador o perjudicarlo en cualquier otra forma a causa de su afiliación sindical o de su participación en actividades sindicales fuera de las horas de trabajo, o con el consentimiento del empleador, durante las horas de trabajo. Por tanto, en esta oportunidad y a la luz del caso concreto, debe precisarse que la libertad sindical en su dimensión plural también protege la autonomía sindical, esto es, la posibilidad de que el sindicato pueda funcionar libremente sin injerencias o actos externos que lo afecten. Protege, asimismo, las actividades sindicales que desarrollan los sindicatos y sus afiliados de manera colectiva, así como la de los dirigentes sindicales para que puedan desempeñar sus funciones y cumplir con el mandato para el que fueron elegidos. Sin esta protección no sería posible el ejercicio de una serie de derechos y libertades tales como el derecho de reunión sindical, el derecho a la protección de los representantes sindicales para su actuación sindical, la defensa de los intereses de los trabajadores sindicalizados y la representación de sus afiliados en procedimientos administrativos y judiciales. Del mismo modo, no sería posible un adecuado ejercicio de la negociación colectiva y del derecho de huelga (Exp. 206-2005-PA, Fundamento Nº 12). Es por ello que, como ya se tuvo oportunidad de establecer anteriormente, la dimensión plural de la libertad sindical garantiza no sólo la protección colectiva de los trabajadores sindicalizados (Exp. N.° 1124-2001-AA/TC, Fundamento Nº 11), sino también la protección especial de los dirigentes sindicales, toda vez que estos últimos, libremente elegidos, detentan la representación de los trabajadores sindicalizados a fin de defender sus intereses. Consecuentemente, todo acto lesivo, no justificado e irrazonable que afecte colectivamente a los 135 trabajadores sindicalizados y a sus dirigentes y que haga impracticable el funcionamiento del sindicato, deberá ser reparado (Exp. Nº 206-2005PA, Fundamento Nº 12). La sentencia recaída en el expediente 206-2005-PA/TC, establece precedentes vinculantes acerca de la competencia de esta sede para conocer de controversias derivadas de materia laboral individual, pública o privada. Consecuentemente, se preserva la competencia de este colegiado para conocer casos que involucren violaciones a los derechos constitucionales laborales de carácter colectivo. El presente caso es, precisamente, uno de estos últimos, puesto que el Sindicato alega la violación de su libertad sindical en razón de que toda su Junta Directiva fue despedida a los pocos días de haber realizado una huelga (Fundamento N.º 2, supra). Por tanto, el tribunal constitucional estima que en el caso de autos se ha producido un despido masivo y simultáneo de toda la dirigencia sindical y de algunos trabajadores afiliados al sindicato recurrente. No se contó con las pruebas suficientes que acrediten la responsabilidad individual de cada uno de los despedidos, vulnerándose de este modo el derecho a la libertad sindical del sindicato, de sus dirigentes y de sus afiliados. Esta violación se ha dado en su dimensión plural, pues se ha impedido la participación de los dirigentes sindicales y de los afiliados en las actividades sindicales y se ha afectado seriamente el funcionamiento del Sindicato. En el expediente 632-2001-AA/TC, fundamento 7, mutatis mutandis, este colegiado precisó que si bien los efectos del despido repercuten en la esfera individual de cada uno de los trabajadores afectados, también lo hacen en la propia organización sindical, puesto que es evidente que el despido de todos los miembros de la junta directiva del sindicato también se presenta, ab initio, como una lesión a la propia institución sindical, es decir, al sindicato. Finalmente, el tribunal constitucional deja claramente establecido que el ejercicio de los derechos laborales colectivos, en especial el derecho de huelga, debe ser conforme a la constitución y al ordenamiento jurídico vigente. Dicho ejercicio comporta el respeto de los derechos de 136 terceros, en particular de los del empleador. En tal sentido, nuestro sistema jurídico proscribe, prohíbe y sanciona los actos violentos y aquellos que puedan configurar delitos. Incurrir en tales actos comporta un ejercicio ilegítimo de los derechos. En el presente caso, los actos delictivos o ilícitos que se produjeron el día de la paralización de labores no pueden quedar impunes, de allí que a la demandada le asiste el derecho de continuar con las investigaciones necesarias para determinar las responsabilidades individuales que pudieran corresponderle a los autores de los daños materiales. 2.1.7. EXP. N.° 632-2011-AA/TC: El tribunal constitucional en la STC N.º 1124-2001-AA/TC ha señalado que el derecho constitucional de libertad sindical, reconocido en el artículo 28º, inciso 1), tiene como contenido esencial un aspecto orgánico y un aspecto funcional, precisando que El primero consiste en la facultad de toda persona de constituir organizaciones con el propósito de defender sus intereses gremiales. El segundo consiste en la facultad de afiliarse o no afiliarse a este tipo de organizaciones. Bajo esa premisa, el citado pronunciamiento precisa que «lo anterior no conlleva a que el contenido esencial del citado derecho constitucional se agote en los aspectos antes relevados. Por el contrario, es posible el desarrollo de ulteriores concretizaciones o formas de proyección del citado derecho constitucional que, en principio, no pueden, como tampoco deben, ser enunciadas de manera apriorística. Los derechos constitucionales albergan contenidos axiológicos que, por su propia naturaleza, pueden y deben desarrollarse, proyectando su vis expansiva a través de remozadas y, otrora, inusitadas manifestaciones. Siguiendo el criterio esbozado, este tribunal en la STC N.º 1469-2002AA/TC ha puntualizado, respecto al contenido esencial del derecho de libertad sindical, que aquél no puede agotarse en los planos orgánico y funcional, sino que a este núcleo mínimo e indisponible deben añadirse todos aquellos derechos de actividad o medios de acción que resulten necesarios, dentro del respeto a la Constitución y la ley, para que la organización sindical cumpla con los objetivos que a su propia naturaleza corresponde, esto es, el desarrollo, protección y defensa de 137 los derechos e intereses, así como el mejoramiento social, económico y moral de sus miembros. Por consiguiente, cualquier acto que se oriente a impedir o restringir de manera arbitraria e injustificada la posibilidad de acción o la capacidad de obrar de un sindicato resulta vulneratorio del derecho de libertad sindical. El contenido del derecho constitucional de libertad sindical puede materializarse o proyectarse de múltiples formas en razón de su naturaleza lo que dependerá de la manifestación concreta del mismo en determinado contexto espacial y temporal, sólo a partir de tal situación el contenido esencial del derecho podrá ser definido siempre teniendo como pilares el aspecto orgánico y funcional que constituyen el mínimo indisponible en el derecho en cuestión. Al respecto, debe tenerse en cuenta que de conformidad con la cuarta disposición final y transitoria de la constitución, los derechos constitucionales deben interpretarse dentro del contexto de los tratados internacionales suscritos por el estado peruano en la materia, por lo que aquéllos constituyen el parámetro de interpretación de los derechos reconocidos por la carta fundamental. El decreto supremo Nº 003-82-PCM que reguló el derecho a la sindicalización de los servidores públicos estableció en el artículo 11º que las organizaciones sindicales de servidores públicos se inscribirán en el registro que abrirá el instituto nacional de administración pública. De manera complementaria el decreto supremo Nº 026-82-JUS dispuso en el artículo 4º que la dirección nacional de personal del instituto nacional de administración pública, llevará el registro de sindicatos de servidores públicos. Mediante Ley Nº 26507 se declaró en disolución al instituto nacional de administración pública, estableciéndose en el artículo 2º que el poder ejecutivo, mediante decreto supremo con el voto aprobatorio del consejo de ministros, podrá transferir las funciones que correspondan a dicha entidad, a fin que sean asumidos por los organismos públicos competentes designados para tales efectos. Para dar cumplimiento a dicha norma se expidió el decreto supremo Nº 74-95-PCM, de fecha 30 138 de diciembre de 1995, que dispuso en el artículo 2º que las funciones del instituto nacional de administración pública, no contempladas expresamente en decreto supremo, quedaban eliminadas a partir de su entrada en vigencia. En el mismo sentido el artículo 3º del citado decreto supremo derogó el artículo 4º del Decreto Supremo Nº 026-82-JUS que, tal como se ha precisado en el acápite anterior, otorgó competencia a una dependencia del instituto nacional de administración pública, para que lleve el registro de sindicatos de servidores públicos. Tal situación implica que a partir de la transferencia de competencias del instituto nacional de administración pública, como consecuencia de su disolución, no hubo organismo público encargado de administrar el registro de sindicatos de servidores públicos lo que en la práctica significó que no exista registro para tales organizaciones sindicales y consecuentemente que aquél sea obligatorio. Por Ley Nº 27556, de fecha 22 de noviembre de 1995, se autoriza al ministerio de trabajo y promoción social la creación del registro de organizaciones sindicales de servidores públicos, haciéndose efectiva tal autorización, conforme al artículo 3º, recién con la promulgación del decreto supremo Nº 003-2004-tr, del 23 de marzo de 2004, que crea el registro de organizaciones de organizaciones sindicales y establece los documentos necesarios para la inscripción. Se advierte, de lo anotado, que la organización sindical recurre a la entidad demandada en defecto de la existencia de una autoridad competente que le permita ejercer plenamente su derecho constitucional de libertad sindical, pues si bien la constitución orgánica de un sindicato no necesita de autorización administrativa alguna, al ser un acto eminentemente voluntario y de naturaleza asociativa, la personería jurídica lo dota de la capacidad legal necesaria para ejercer a plenitud los derechos de negociación colectiva y de huelga, pudiendo ser adquirida solamente mediante el reconocimiento administrativo de la organización sindical. Tales afirmaciones quedan corroboradas con los documentos obrantes a fojas 15 y 6 que, por un lado, demuestran que el registro de organizaciones sindicales de servidores públicos no había 139 sido creado en el ministerio de trabajo y promoción del empleo y, por otro, que la organización sindical y la entidad municipal suscribieron y aprobaron el convenio colectivo de fecha 22 de octubre de 2002. 2.2. Negociación colectiva: 2.2.1. EXP. N° 008-2005-PI: Se le define como el acuerdo que permite crear, modificar o extinguir derechos y obligaciones referidas a remuneraciones, condiciones de trabajo, productividad y demás aspectos concernientes a las relaciones laborales. En puridad, emana de una autonomía relativa consistente en la capacidad de regulación de las relaciones laborales entre los representantes de los trabajadores y sus empleadores. El convenio colectivo permite la facultad de autorregulación entre trabajadores y empleadores, a efectos de reglamentar y administrar por sí mismos sus intereses en conflicto. Surge de la negociación llevada a cabo entre el empleador o una organización de empleadores y una o varias organizaciones sindicales, con miras a ordenar y regular las relaciones laborales. En la doctrina aparece bajo varias denominaciones; a saber, contrato de paz social, acuerdo corporativo, pacto de trabajo, etc. Esta convención es establecida por los representantes de los trabajadores expresamente elegidos y autorizados para la suscripción de acuerdos y por el empleador o sus representantes. La convención colectiva y, más precisamente, su producto, el convenio colectivo, que contiene normas jurídicas, constituye un instrumento idóneo para viabilizar la promoción de la armonía laboral, así como para conseguir un equilibrio entre las exigencias sociales de los trabajadores y la realidad económica de la empresa. En ese contexto, implica un haz de facultades y el ejercicio autónomo de homus faber - homus politicus, referido a aspectos tales como: I) El derecho a fundar organizaciones sindicales, II) El derecho de libre afiliación, desafiliación y reafiliación en las organizaciones sindicales existentes. III) El derecho a la actividad sindical, IV) El derecho de las 140 organizaciones sindicales a ejercer libremente las funciones que la Constitución y las leyes le asignen, en defensa de los intereses de sus afiliados. Ello comprende la reglamentación interna, la representación institucional, la autonomía en la gestión, etc., V) El derecho a que el estado no interfiera, salvo el caso de violación de la constitución o la ley en las actividades de las organizaciones sindicales. 2.2.2. EXP. N° 3311-2005-PA/TC: El artículo 3.1 del convenio N° 87 de la organización internacional del trabajo, relativo a la libertad sindical y a la protección del derecho de sindicación, precisa que las organizaciones de trabajadores tienen el derecho de elegir libremente a sus representantes, de organizar su administración y sus actividades y de formular su programa de acción. Por su parte el artículo 1.2 del convenio N° 98 de la organización internacional del trabajo, relativo a la aplicación de los principios del derecho de sindicación y de negociación colectiva, establece la protección de los trabajadores sindicalizados contra todo acto que tenga por objeto despedir a un trabajador o perjudicarlo en cualquier otra forma a causa de su afiliación sindical o de su participación en actividades sindicales fuera de las horas de trabajo, o con el consentimiento del empleador, durante las horas de trabajo. Por tanto, en esta oportunidad y a la luz del caso concreto, debe precisarse que la libertad sindical en su dimensión plural también protege la autonomía sindical, esto es, la posibilidad de que el sindicato pueda funcionar libremente sin injerencias o actos externos que lo afecten. Protege, asimismo, las actividades sindicales que desarrollan los sindicatos y sus afiliados de manera colectiva, así como la de los dirigentes sindicales para que puedan desempeñar sus funciones y cumplir con el mandato para el que fueron elegidos. Sin esta protección no sería posible el ejercicio de una serie de derechos y libertades tales como el derecho de reunión sindical, el derecho a la protección de los representantes sindicales para su actuación sindical, la defensa de los intereses de los trabajadores sindicalizados y la representación de sus afiliados en procedimientos administrativos y judiciales. Del mismo modo, no sería posible un adecuado ejercicio de la negociación colectiva y del derecho de huelga Exp. N. º 206-2005-PA, Fundamento N. º 12). 141 Con relación a las dos primeras resoluciones cuestionadas en la presente acción de amparo, mediante las cuales se dispuso el inicio de la negociación colectiva por rama de actividad en el sector de Construcción Civil, en el caso cámara peruana de la construcción (Exp. N.° 0261-2003-AA/TC, del 26 de marzo de 2003), el tribunal constitucional estableció que la negociación colectiva por rama de actividad en el sector construcción civil era constitucionalmente válida y no vulneraba los derechos constitucionales alegados por la cámara peruana de la construcción. En efecto, el artículo 28° de la constitución dispone que el estado reconoce el derecho a la negociación colectiva, cautela su ejercicio democrático, fomenta la negociación colectiva y que la convención colectiva tiene fuerza vinculante en el ámbito de lo concertado. Conforme a la cuarta disposición final y transitoria de la constitución, las normas relativas a los derechos y libertades que aquella reconoce se interpretan de conformidad con la declaración universal de los derechos humanos y los tratados internacionales sobre la misma materia ratificados por el Perú. Al respecto el convenio N° 98 de la organización internacional del trabajo, relativo a la aplicación de los principios del derecho de sindicación y de negociación colectiva, aprobado por resolución legislativa N° 14712 del 15 de noviembre de 1963, establece, en su artículo 4°, que se deberán adoptar medidas adecuadas a las condiciones nacionales cuando ello sea necesario, para estimular y fomentar entre los empleadores y las organizaciones de empleadores, por una parte, y las organizaciones de trabajadores, por otra, el pleno desarrollo y uso de los procedimientos de negociación voluntaria, con objeto de reglamentar, por medio de contratos colectivos, las condiciones de empleo. Por tanto, el derecho constitucional a la negociación colectiva se expresa principalmente en el deber del estado de fomentar y estimular la negociación colectiva entre los empleadores y trabajadores, conforme a las condiciones nacionales, de modo y que la convención colectiva 142 que se deriva de la negociación colectiva tiene fuerza vinculante en el ámbito de lo concertado. Este colegiado, por las consideraciones expuestas, ha precisado que: el artículo 28.° de la constitución debe interpretarse en el sentido de que, si bien esta labor de fomento y promoción de la negociación colectiva, implica, entre otras acciones, que el estado promueva las condiciones necesarias para que las partes negocien libremente, ante situaciones de diferenciación admisible, el Estado debe realizar determinadas acciones positivas para asegurar las posibilidades de desarrollo y efectividad de la negociación colectiva, pudiendo otorgar determinado plus de tutela, cuando ésta sea la única vía para hacer posible la negociación colectiva». (Exp. N.° 0261-2003-AA/TC, Fundamento N.° 3). Por tanto, conforme al artículo 28 ° de la constitución, al artículo 4.° del convenio N° 98 de la organización internacional del trabajo y a nuestra jurisprudencia, las decisiones de la autoridad administrativa, expresadas en la resolución directoral N.° 024-2002-DRTPSLDPSC, confirmada por la resolución directoral N.° 008-2002-TR/DRTPSL, mediante las cuales se solucionó definitivamente el pliego de reclamos de la FTCCP y se fijaron los incrementos salariales para el período 2001-2002, al no existir acuerdo de las partes, son plenamente compatibles con nuestro ordenamiento jurídico constitucional, que regula la negociación colectiva por rama de actividad en el sector de construcción civil. A fin de analizar si la alegación de la recurrente es válida desde la perspectiva del derecho a la negociación colectiva, conforme ha sido desarrollado en los fundamentos precedentes, se debe considerar que el artículo 46° del decreto supremo N.° 010-2003-TR, texto único ordenado de la ley de relaciones colectiva de trabajo, dispone que para que el producto de una negociación colectiva por rama de actividad tenga efectos generales para todos los trabajadores del ámbito, se requiere que la organización sindical u organizaciones sindicales representen a la mayoría de las empresas y trabajadores de la actividad o gremio respectivo, en el ámbito local, regional o nacional, y que sean convocadas, directa o indirectamente, todas las empresas respectivas. Del mismo modo, debe tenerse presente que el inciso b) del artículo 48° 143 del decreto supremo N.° 010-2003-TR, texto único ordenado de la ley de relaciones colectiva de trabajo, establece que la representación de los empleadores en las convenciones por rama de actividad estará a cargo de la organización representativa de los empleadores en la respectiva actividad económica. 2.3. Huelga: 2.3.1. EXP. N° 3311-2005-PA/TC: El tribunal constitucional deja claramente establecido que el ejercicio de los derechos laborales colectivos, en especial el derecho de huelga, debe ser conforme a la constitución y al ordenamiento jurídico vigente. Dicho ejercicio comporta el respeto de los derechos de terceros, en particular de los del empleador. En tal sentido, nuestro sistema jurídico proscribe, prohíbe y sanciona los actos violentos y aquellos que puedan configurar delitos. Incurrir en tales actos comporta un ejercicio ilegítimo de los derechos. En el presente caso, los actos delictivos o ilícitos que se produjeron el día de la paralización de labores no pueden quedar impunes, de allí que a la demandada le asiste el derecho de continuar con las investigaciones necesarias para determinar las responsabilidades individuales que pudieran corresponderle a los autores de los daños materiales en contra de minera Atacocha. 2.3.2. EXP. N° 0008-2005-PI/TC: Este derecho consiste en la suspensión colectiva de la actividad laboral, la misma que debe ser previamente acordada por la mayoría de los trabajadores. La ley del régimen privado, aplicable en lo pertinente al sector público, exige que esta acción de cesación transitoria de la actividad laboral se efectúe en forma voluntaria y pacífica sin violencia sobre las personas o bienes y con abandono del centro de trabajo. Por ende, huelguista será aquel trabajador que ha decidido libremente participar en un movimiento reinvindicatorio. Por huelga debe entenderse, entonces, al abandono temporal con suspensión colectiva de las actividades laborales, la cual, dentro de determinadas condiciones, se encuentra amparada por la ley. 144 Entre las atribuciones vinculadas al derecho de huelga aparecen las siguientes: i) Facultad de ejercitar o no ejercitar el derecho de huelga, ii) Facultad de convocatoria dentro del marco de la Constitución y la ley. En ese contexto, también cabe ejercitar el atributo de su posterior desconvocatoria, iii) Facultad de establecer el petitorio de reinvindicaciones; las cuales deben tener por objetivo la defensa de los derechos e intereses socio-económicos o profesionales de los trabajadores involucrados en la huelga. iv) Facultad de adoptar las medidas necesarias para su desarrollo, dentro del marco previsto en la constitución y la ley. v) Facultad de determinar la modalidad de huelga; esto es, si se lleva a cabo a plazo determinado o indeterminado. La huelga no tiene una finalidad en sí misma, sino que es un medio para la realización de fines vinculados a las expectativas e intereses de los trabajadores. Mediante su ejercicio los trabajadores, como titulares de dicho derecho, se encuentran facultados para desligarse temporalmente de sus obligaciones jurídico-contractuales, a efectos de poder alcanzar la obtención de algún tipo de mejora por parte de sus empleadores, mente establecido que la huelga no tiene una finalidad en sí misma, sino que es un medio para la realización de fines vinculados a las expectativas e intereses de los trabajadores. En puridad, la huelga es una manifestación de fuerza, respaldada por el derecho, tendente a defender los legítimos intereses de los trabajadores. En relación a ciertas condiciones socio-económicas o laborales. Por ello, debe quedar claramente establecido que la huelga no tiene una finalidad en sí misma, sino que es un medio para la realización de fines vinculados a las expectativas e intereses de los trabajadores. En puridad, la huelga es una manifestación de fuerza, respaldada por el derecho, tendente a defender los legítimos intereses de los trabajadores. 145 La doctrina tiene opiniones dispares sobre este punto, ya sea respecto a la titularidad de los trabajadores en sentido lato o a la de los trabajadores adscritos a una organización sindical. Este colegiado estima que, de conformidad con lo establecido en los artículos 72° y 73° del texto único ordenado de la ley de relaciones colectivas de trabajo (decreto supremo N° 010-2003-TR), su ejercicio corresponde a los trabajadores en sentido lato, aunque sujeto a que la decisión sea adoptada en la forma que expresamente determina la ley y dentro de su marco, el estatuto de la organización sindical. 3. Sentencia del tribunal constitucional inconstitucionalidad de la ley de servicio civil: 3.1. sobre demanda de Introducción: La demanda de inconstitucionalidad contra la ley n° 320057 - ley del servicio civil contenida al expediente N.° 00018-2013-PUTC ha sido resuelta por los magistrados Urviola Hani, Vergara Gotelli, Masía Ramírez, Calle Hayan, Eto Cruz y Álvarez Miranda. Cabe señalar que conforme al artículo 5° (párrafo primero) de la Ley orgánica del tribunal constitucional, se alcanzó la mayoría de votos necesaria para declarar fundada en parte la demanda y, en consecuencia, inconstitucional la expresión "o judicial" del segundo párrafo de la cuarta disposición complementaria transitoria de la ley N.° 30057. Sin embargo en los demás extremos de la demanda, no se ha alcanzado los cinco votos en favor de la inconstitucionalidad de la norma impugnada, por lo que la demanda es infundada en dichos extremos, como prevé el segundo párrafo del artículo 5° precitado. Para los fines de la presente investigación se analizará la resolución emitida por los magistrados Vergara Gotelli, Mesía Ramírez y Calle Hayen, quienes fundamentan el porqué de la inconstitucionalidad de la ley del servicio civil. 146 3.2. Respecto de los derechos colectivos de trabajo de los servidores públicos: Uno de los temas que más discusión ha generado es el referido a la limitación que la ley ha impuesto a la negociación colectiva de los servidores públicos en los siguientes artículos: Articulo 31.2.- La compensación económica se paga mensualmente e incluye la Valorización Principal y la Ajustada, y la Priorizada, de corresponder. El pago mensual corresponde a un catorceavo (1/14) de la compensación económica. Las vacaciones y los aguinaldos son equivalentes al pago mensual. Esta disposición no admite excepciones ni interpretaciones, ni es materia de negociación. Artículo 40.- Los derechos colectivos de los servidores civiles son los previstos en el convenio 151 de la organización internacional del trabajo y en los artículos de la función pública establecidos en la constitución política del Perú. Están comprendidos los funcionarios públicos, directivos públicos ni los servidores de confianza C.) Ninguna negociación colectiva puede alterar la valorización de los puestos que resulten de la aplicación de la presente ley. Artículo 42.- Los servidores civiles tienen derecho a solicitar la mejora de sus compensaciones no económicas, incluyendo el cambio de condiciones de trabajo o condiciones de empleo, de acuerdo con las posibilidades presupuestarias y de infraestructura de la entidad y la naturaleza de las funciones que en ella se cumplen. Artículo 44.b- La negociación y los acuerdos en materia laboral se sujetan a lo siguiente: La contrapropuesta o propuestas de la entidad relativas a compensaciones económicas son nulas de pleno derecho. Tercera disposición complementaria final.- Los derechos colectivos de quienes prestan servicios al estado bajo el régimen del decreto legislativo 728 se interpretan de conformidad con las disposiciones del convenio 151 de la organización internacional del trabajo y consideran 147 las leyes de presupuesto. Esta disposición rige a partir del día siguiente de la publicación de la presente ley. Novena disposición complementaria final.- a) A partir del día siguiente de la publicación de la presente ley, son de aplicación inmediata para los servidores civiles en los regímenes de los decretos legislativos 276 y 728, las disposiciones sobre el artículo iii del título preliminar, referido a los principios de la ley del servicio civil; el título ii, referido a la organización del servicio civil; y el capítulo vi del título III, referido a los derechos colectivos. Los demandantes sostienen que las referidas disposiciones limitarían los derechos colectivos de los servidores civiles, al disponer -vía una interpretación literal del artículo 42 de la constitución una aparente exclusión de su derecho a la negociación colectiva reconocido y desarrollado en la jurisprudencia de este tribunal (STC 0008-2005PI/TC). Alegan que al limitar la negociación colectiva a las compensaciones no económicas y prohibirla ex ante en materia de remuneraciones estaría desconociéndose el centro de las actuales reivindicaciones aborales y el derecho de los trabajadores a reclamar colectivamente la equidad del monto de la remuneración. Por su parte, el accionado sostiene que al tratarse de un derecho de configuración legal, tal y como se reconocería de modo indirecto en el párrafo 2 de la Recomendación 91 de la organización internacional del trabajo, la delimitación que del mismo efectúa el legislador, resultaría válida y acorde con el principio de equilibrio presupuestal (STC 25662012-PAJTC), tal y como lo demuestra la experiencia comparada. En ese sentido, precisa que el Perú habría ratificado únicamente el Convenio 151 de la organización internacional del trabajo , que desarrolla los procedimientos para determinar las condiciones de empleo en la administración pública, sin establecer a la negociación colectiva como el único mecanismo posible; siendo que, respecto del convenio 154 de la organización internacional del trabajo, que sí reconocería dicho mecanismo, el mismo admite que la legislación o práctica nacionales establezcan las modalidades particulares de su aplicación, aspecto que sólo ratificaría la competencia del legislador 148 para modificar normas laborales (artículo 102.1 de la Constitución). En la vista de la causa, agregó que el decreto legislativo 276 ya incluía una norma similar, y en la praxis son muy pocas las negociaciones colectivas que versan sobre temas salariales. Antes de que pasemos a analizar la validez constitucional de las normas impugnadas, es preciso determinar, en primer lugar, cuál es la naturaleza del derecho a la negociación colectiva de los servidores civiles. Así, la parte demandada refería que es un derecho constitucional que se concretiza en la ley como consecuencia del Convenio 151 de la organización internacional del trabajo y no sobre la base del artículo 28 de la constitución, y que requiere de una ley porque de lo contrario las posturas más efectistas podrían afirmar que simplemente no existe (apartados 3.7 y 3.8 de la contestación de demanda). Al respecto, a partir de una interpretación sistemática de los artículos 28 y 42 de la constitución ha reconocido, que las organizaciones sindicales de los servidores públicos también son titulares del derecho a la negociación colectiva, sobre la base del artículo 28, aunque con las particularidades y excepciones que establece el artículo 42 (fundamento 52 de la STC 0008-2005-PI/TC, ratificado en fundamento 1 de la STC 0206-2005-PA/TC). Este argumento ha sido hecho suyo por la autoridad nacional del servicio civil en los informes legales 337-2010-SERVIR/GCOAJ y 487-2010-SERVIR/GC-OAJ y también por la defensoría del pueblo en el informe de adjuntía 001-2014-DP/AAE. Al respecto, a partir de una interpretación sistemática de los artículos 28 y 42 de la constitución ha reconocido, que las organizaciones sindicales de los servidores públicos también son titulares del derecho a la negociación colectiva, sobre la base del artículo 28, aunque con las particularidades y excepciones que establece el artículo 42 (fundamento 52 de la STC 0008-2005-PI/TC, ratificado en fundamento 1 de la STC 0206-2005PA/TC). Este argumento ha sido hecho suyo por la autoridad nacional del servicio civil en los informes legales 337-2010-SERVIR/GC-OAJ y 487-2010-SERVIR/GC-OAJ y también por la defensoría del pueblo en el informe de adjuntía 001-2014-DP/AAE. 149 De otro lado, es preciso determinar el parámetro normativo que se utilizará para el examen de constitucionalidad correspondiente, de conformidad con la cuarta disposición final y transitoria de la constitución y el artículo v del título preliminar del código procesal constitucional. Si bien este tribunal ha establecido como bloque de constitucionalidad del artículo 28 de la constitución e indirectamente del artículo 42, a los convenios 98, 151 y 154 de la organización internacional del trabajo, tal como se advierte del fundamento 8 de la STC 2566-2012-PA/TC y fundamento 18 de la STC 3561-2009-PA/TC, resulta insoslayable advertir que el último de los convenios referidos no ha sido ratificado por el Perú. Por ello, a fin de hacer un uso adecuado de esta categoría jurídica, no corresponde considerar al convenio 154 de la organización internacional del trabajo, dentro del bloque de constitucionalidad del derecho a la negociación colectiva, pues sólo los tratados celebrados por el estado y en vigor forman parte del derecho nacional (artículo 55 de la constitución), normativa acorde con lo dispuesto en el artículo 2.b de la convención de Viena sobre el derecho de los tratados, razón por la cual dicho convenio no puede considerarse parte del derecho interno. Interpretando el artículo 28 de la constitución, según el cual, el estado reconoce los derechos de negociación colectiva, a la luz de lo dispuesto por los convenios 98, sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva, y 151, sobre las relaciones de trabajo en la administración pública, y lo establecido en el mencionado convenio 154 y la recomendación 91 de la organización internacional del trabajo, cabe colegir que la negociación colectiva se manifiesta como aquel proceso de diálogo encaminado a la conclusión de un acuerdo, contrato o convenio colectivo que pretende reglamentar las condiciones de empleo de los trabajadores (fundamento 4 de la STC 2566-2012-AA/TC). Su fin principal se encuentra en mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los destinatarios (STC 0261-2003-AA/TC, en referencia al artículo 4 del convenio 98). La negociación colectiva deviene en el principal instrumento para la armonización de los intereses contradictorios de las partes en el contexto de una relación laboral (fundamento 9 de la STC 2566-2012150 PA/TC), razón por la cual, y corno parte de su contenido constitucionalmente protegido, el artículo 28 de nuestra constitución encarga al estado peruano el ,fomento de la negociación colectiva y la promoción de formas de solución pacífica de los conflictos, lo que significa que no sólo ha de garantizar las condiciones necesarias para el ejercicio del derecho, sino que también debe promover su desarrollo (fundamento 3 de la STC 0261- 2003-AA/TC), de modo que la convención colectiva que derive de un proceso de negociación, tenga fuerza vinculante en el ámbito de lo concertado (fundamento 5 de la STC 0785-2004-AA/TC). La negociación colectiva se rige por diversos principios dentro de los cuales se pueden mencionar: i) Negociación libre y voluntaria (artículo 4 del Convenio 98 de la organización internacional del trabajo), referida a aquella libertad para negociar y convenir en la negociación; ii) Libertad para decidir el nivel de negociación (artículo 4 del mismo convenio); iii) buena fe (artículos 2.1 y 3.1 de la recomendación 91 de la organización internacional del trabajo), que debe orientar la conducta de las partes negociantes a fin de que los acuerdos adoptados sean de cumplimiento obligatorio e inmediato; iv) En el caso de la negociación colectiva en la administración pública, equilibrio presupuestal, que a modo de condiciones nacionales se reconocen en los artículos 4 del convenio 98, 7 del convenio 151 y 5.1 del convenio 154 de la organización internacional del trabajo. La coordinación que para el caso de las negociaciones colectivas de los servidores públicos, no puede soslayar el límite constitucional que supone un presupuesto equilibrado y equitativo (artículos 77 y 78 de la constitución). La negociación colectiva pretende mejorar las condiciones de vida y de trabajo de sus destinatarios (fundamento 3 de la STC 0261-2003AA/TC), y de este modo, lograr el bienestar y la justicia social en las relaciones que surgen entre empleadores y trabajadores, dentro de un espíritu de coordinación económica y equilibrio social (fundamento 3 de la STC 2566-2012-PA/TC). Teniendo en cuenta los fundamentos expuestos en la demanda y su contestación, y a pesar de la inicial contradicción en la que incurre la 151 parte accionante al alegar que la ley impugnada no reconocería el derecho a la negociación colectiva en la administración pública, se advierte, que la materia en debate está referida a la inscripción que formula la ley 30057 al ejercicio del derecho a la negociación colectiva cuyos titulares sean servidores civiles, permitiéndola para las compensaciones no económicas, y prohibiéndola en materia de remuneraciones. De las disposiciones impugnadas se advierte claramente que, luego de prever la concordancia de todo proceso de negociación colectiva con las posibilidades presupuestarias y de infraestructura de la entidad y la naturaleza de las funciones que en ella se cumplen (artículo 42 de la Ley 30057), el legislador ha establecido un trato diferenciado con base en la posibilidad de ser materia negociable entre dos grandes ámbitos de la relación laboral pública: i) De un lado, las compensaciones no económicas y las condiciones de trabajo o condiciones de empleo, para las que se permite el derecho a la negociación colectiva de los servidores civiles (artículo 42). ii) De otro lado, las compensaciones económicas, a las que se excluye explícitamente como materia negociable (artículos 31.2 y 40), sancionando con nulidad cualquier contrapropuesta o propuestas de la entidad empleadora relativas a esta materia (artículo 44.b). En esa línea, y habiéndose establecido que la negociación colectiva en la administración pública es un derecho fundamental de configuración legal, y que su contenido constitucionalmente protegido está referido a los deberes de garantía y fomento por parte del estado de las condiciones adecuadas para su ejercicio, corresponde ahora verificar si la delimitación que efectúa la ley impugnada respecto de este derecho, contraviene su contenido constitucionalmente protegido. Se debe tomar en cuenta que, como todos los derechos fundamentales, el derecho a la negociación colectiva en este caso de los servidores civiles, no es de carácter absoluto sino que puede ser limitado mediante una ley, siempre que ésta no vulnere su contenido esencial (fundamento 24 de la STC 2566-2012-PA/TC, en concordancia con el significado de este contenido en STC 0050-2004-AI/TC y otros). 152 En tal perspectiva, resulta ilustrativo lo dispuesto en el artículo 4 del convenio 98 de la organización internacional del trabajo, que establece el deber de los estados miembros de adoptar las medidas adecuadas a las condiciones nacionales, cuando ello sea necesario, para estimular y fomentar entre los empleadores y las organizaciones de empleadores, por una parte, y las organizaciones de trabajadores, por otra, el pleno desarrollo y uso de procedimientos de negociación voluntaria, con objeto de reglamentar, por medio de contratos colectivos, las condiciones de empleo. De forma más específica, el artículo 7 del convenio 151 de la organización internacional del trabajo, señala que de ser necesario, los estados miembros deben adoptar las medidas adecuadas a las condiciones nacionales para estimular y fomentar el pleno desarrollo y utilización de procedimientos de negociación entre las autoridades públicas competentes y las organizaciones de empleados públicos acerca de las condiciones de empleo, o de cualesquiera otros métodos que permitan a los representantes de los empleados públicos participar en la determinación de dices condiciones. De ello se desprende un corolario doble. En principio, todo aquello que se encuentre vinculado a las condiciones de empleo de los trabajadores puede ser objeto de negociación colectiva. Esta categoría genérica de amplio alcance, según el Informe de la comisión de expertos en aplicación de convenios y recomendaciones, denominado estudio general relativo a las relaciones laborales y la negociación colectiva en la administración pública, informe III (Parte 1B). Conferencia internacional del trabajo, 1025 reunión, del 2013, puede abarcar temas como la jornada laboral, periodos de descanso, ascensos, supresión de puestos, e incluso salarios. Sin embargo, a partir del convenio 151 de la organización internacional del trabajo, se deduce que estas condiciones de empleo, dentro de las cuales también se encuentran las materias remunerativas, no sólo pueden ser objeto de una negociación colectiva en el ámbito de la administración pública, sino que el legislador puede optar por poner a disposición de los trabajadores otros mecanismos idóneos que permitan un verdadero diálogo al respecto. 153 Si el Perú hubiese ratificado el convenio 154 de la organización internacional del trabajo, la obligación sería distinta, toda vez que la comunidad internacional reconoció en él que la negociación colectiva constituye el medio privilegiado para reglamentar las condiciones de trabajo tanto para el sector público como para el sector privado (artículo 2), reiterando la posibilidad de que los estados parte adapten la implementación de dicho mecanismo a sus circunstancias particulares (artículos 1.3 y 5.1). Este criterio ha sido desarrollado en el párrafo 50 del mencionado Informe de la comisión de expertos en aplicación de convenios y recomendaciones, en cuanto establece que el Estado Miembro que haya ratificado el convenio 154, no puede, en consecuencia, seguir limitándose al método de consulta, como sucedía con el convenio número 151, y debe promover la negociación colectiva de las condiciones de trabajo y empleo. El fundamento del reconocimiento de un mecanismo alternativo en el Convenio 151 de la organización internacional del trabajo, referida a la obligatoriedad no para privilegiar a la negociación colectiva, sino para proveer mecanismos idóneos que permitan un verdadero diálogo entre empleador y trabajador. Por lo que, en principio, la delimitación del derecho a la negociación colectiva formulada por las disposiciones impugnadas es constitucional. La negociación colectiva en la administración pública y el principio de equilibrio presupuestal, se encuentra en el convenio 151 radica en el principio de equilibrio presupuestal, en tanto instrumento de racionalización y organización de la actividad financiera y económica del sector público, debe estar presente en toda medida que suponga un costo económico para el estado, como es el caso de las condiciones de empleo en la administración pública, las cuales se financian con recursos de los contribuyentes y la nación. La negociación colectiva en la administración pública, al igual que cualquier otro derecho, no es irrestricto, sino que está sujeto a límites, en este caso, presupuestario (Informe Legal 441-2012-SERVIR/GCOAJ). Su carácter de derecho fundamental de configuración legal, no 154 implica, sin embargo, que se trate de un derecho 'en blanco', es decir, expuesto a la discrecional regulación del legislador, pues una interpretación en ese sentido sería contraria al principio de fuerza normativa de la constitución (fundamento 12 de la STC 1417-2005AA/TC). El principio de equilibrio presupuestario además de estar reconocido en los artículos 4 del convenio 98, 7 del convenio 151 y 5.1 del convenio 154 de la organización internacional del trabajo, también ha sido recogido en los artículos 77 y 78 de nuestra constitución, al establecer que "El presupuesto asigna equitativamente los recursos públicos, su programación y ejecución responden a los criterios de eficiencia de necesidades sociales básicas y de descentralización", y que "El proyecto presupuestal debe estar efectivamente equilibrado"; y cuyo carácter como límite constitucional al derecho de negociación colectiva en la administración pública ha sido validado en jurisprudencia de este colegiado (fundamento 54 de la STC 0008-2005-PI/TC, reiterado en fundamento 24 de la STC 2566-2012-PA/TC). Este límite presupuestario definitivamente adquiere mayor relevancia en contextos especiales que generen un impacto económico negativo en la actividad desarrollada por el estado que haga propicia la adopción de tales medidas a fin de evitar mayores perjuicios económicos, según lo expresa la organización para la cooperación y desarrollo económico, en la publicación public sector compensation in times of austerity, de 2012. Asimismo, como una posibilidad para que la negociación colectiva no afecte el principio de equilibrio presupuestario, también se ha postulado que dicha negociación verse únicamente sobre los ingresos propios de las entidades empleadoras. Los ingresos propios son aquellos recursos que, por ejemplo, una municipalidad recauda directamente vía tributos, multas, venta de bienes muebles o inmuebles, entre otros. Al respecto, y aún cuando este criterio fuera validado con anterioridad por este Tribunal (fundamentos 10 y 11 de la STC 1035-2001-AC/TC, reiterado en fundamento 28 de la STC 2566-2012-PA/TC). El que la negociación colectiva en el sector público presente ciertas dificultades dado que las remuneraciones de sus trabajadores se 155 determinan por la ley del presupuesto de la república, no es razón suficiente para excluir a las organizaciones sindicales de trabajadores públicos de toda participación en el establecimiento de sus beneficios económicos, siempre que se respete el límite constitucional del presupuesto equitativo y equilibrado referido supra. Respalda dicha afirmación lo sostenido por el comité de libertad sindical del consejo de administración de la organización internacional del trabajo, en las recomendaciones incluidas en el caso 2690, sobre Perú (sindicato de unidad de trabajadores de Sunat vs. superintendencia nacional de administración tributaria - Sunat), en tanto que "la imposibilidad de negociar aumentos salariales de manera permanente es contraria al principio de negociación libre y voluntaria consagrado en el convenio número 98". Es así como, a entender del tribunal constitucional, los deberes estatales de garantía y promoción del derecho a la negociación colectiva en la administración pública, así como los fines dirigidos a la mejora de las condiciones de vida y trabajo de los servidores, y el logro del bienestar en las relaciones de estos con sus empleadores, mantienen plena vigencia en el ámbito de las compensaciones no económicas a través de la negociación colectiva. De otro lado, para ser coherente con las obligaciones que derivan del artículo 7 del convenio 151 de la organización internacional del trabajo, debe procurarse también alguna medida idónea para que los trabajadores reclamen sus legítimas aspiraciones salariales independientemente de los criterios objetivos establecidos por los artículos 29 al 32 de la ley 30057, a través de un mecanismo alternativo. 156 Capítulo III. Materiales, métodos y técnicas 1. Material: 1.1. Población universal: Está integrada por 75 empleados públicos sindicalizados, pertenecientes al: sindicato único de trabajadores de la zona registral V sede Trujillo, sindicato único de trabajadores de la sunat, sindicato único de trabajadores administrativos de la universidad nacional de Trujillo, sindicato único de trabajadores del poder judicial. 1.2. Población muestral: Está representada por 75 empleados públicos, del total de servidores que laboran en las 04 entidades seleccionadas en la población universal, los mismos que han sido seleccionados en forma aleatoria. 2. Métodos: 2.1. Métodos lógicos: 2.1.1. Método inductivo: Este método analiza de lo particular a lo general, fue utilizado en la presente investigación al elaborar el marco teórico, debido que del tema planteado en el problema de investigación, se dividió en subtemas y cada uno de ellos fue analizado en la doctrina tanto nacional como internacional, así como en la legislación peruana y extranjera, de esta manera se amplió el sentido de la investigación 2.1.2. Método deductivo: El método deductivo se utilizó en la presente investigación, en el proceso de recolección de la información, así como en la elaboración del marco teórico al dividirlo en los conceptos jurídicos desde lo general a lo particular, basándome en la doctrina y legislación aplicable como es el derecho del trabajo y aplicando los principios jurídicos de la especialidad el derecho laboral. Así también se aplicó en el análisis de las resoluciones del tribunal constitucional y en las encuestas aplicadas a los empleados públicos. 157 Al concluir la investigación se empleó este método en la elaboración de las conclusiones, recomendaciones y en la obtención de los resultados ya que de alguna manera condensan todo el trabajo realizado de una manera precisa, concisa y clara; con la finalidad de poder ser aplicada como una alternativa de solución del problema analizado. 2.1.3. Método analítico: Durante todo el proceso de elaboración del presente trabajo de investigación, se empleó el método analítico, en la primera etapa para seleccionar la información idónea, también se utilizó este método en el análisis, procesamiento y desarrollo de las normas referidas al tema de investigación básicamente de naturaleza constitucional y laboral, así también se analiza la jurisprudencia del tribunal constitucional y adicionalmente se analizan la encuestas aplicadas a los empleados públicos. 2.1.4. Método sintético: Se aplicó el método sintético, en la elaboración del resumen y el abstract, así como en el subcapítulo de marco teórico al condensar la información más relevante en cada uno de los títulos en los que se divide, también se aplicó en el capítulo de resultados, para poder comprobar la validez de la hipótesis planteada, asimismo cuando se analizaron los resultados de la investigación, también al elaborar las conclusiones, recomendaciones con las que concluye la presente investigación. 2.1.5. Método estadístico: Método utilizado a lo largo de todo el proceso de investigación, desde la recolección de información ya que se clasificó siguiendo criterios de carácter cuantitativo y cualitativo, así como cuando se trabajó los datos obtenidos de la población y muestra de la investigación. Se empleó este método en la elaboración de los resultados y discusión, para la tabulación y elaboración de cuadros estadísticos, de los datos recogidos como resultados de la presente investigación. 158 2.1.6. Método matemático: Este método se empleó cuando se calculó el tamaño de la muestra idónea para esta investigación aplicando la fórmula, para ello se aplicó operaciones aritméticas. 2.1.7. Método histórico: Método que se empleó al momento de realizar la búsqueda de antecedentes referidos al tema objeto de investigación, aquellos conformados por las tesis previas, investigaciones a través de revistas especializadas y ensayos o publicaciones en los periódicos, referidos al tema objeto de investigación. También se utilizó al desarrollar el Marco histórico contextual, en el cual se establece El surgimiento y la consolidación del sindicalismo y la libertad sindical en el Perú, en el contexto nacional e internacional. 2.2. Métodos jurídicos: Estos métodos fue empleado durante toda la investigación para analizar la vulneración de la ley del servicio a los derechos colectivos de trabajo de los empleados públicos, tomando como base la doctrina, la legislación y la jurisprudencia nacional sobre derecho colectivo de trabajo y sus regulaciones legales sobre la materia, es por ello que se aplicó este método durante el análisis de las normas y doctrina de distintos rangos tanto constitucionales, laborales y normativo. 2.2.1. Método doctrinario: Método que se utilizó para seleccionar información con bases doctrinarias, extrayendo las distintas opiniones y corrientes sobre el tema que se investigó, para lo cual tomamos como referencia autores nacionales como internacionales, para extraer sus las ideas fuerte para el desarrollo de las variables de la presente de investigación. 3. Técnicas e instrumentos: Las técnicas e instrumentos, que se utilizarán en la presente investigación son: 159 3.1. Recopilación Documental: Mediante esta técnica se recurrirá a diversas fuentes escritas preexistentes que nos puedan proporcionar información para la temática de nuestra investigación. La recopilación documental es una técnica utilizada a lo largo de todo el presente trabajo de investigación, que consiste en la recolección de información obtenida de la doctrina nacional e internacional. Para la utilización de esta técnica, se emplearon como instrumentos las guías de observación, el fotocopiado, las páginas virtuales, que describiré a continuación: 3.1.1. Guías de observación: Se utiliza el instrumento de las guías de observación, para recoger la información plasmada en el marco teórico, en la doctrina nacional e internacional, además de las sentencias del tribunal constitucional en materia de derecho colectivo del trabajo así como en la sentencia sobre la inconstitucionalidad de la ley del servicio civil, que han permitido analizarla situación actual generada por la dación de la ley del servicio civil. 3.1.2. Observación: Se emplea un instrumento de la observación, a través de los sentidos que permite conocer el contenido de los informes y resoluciones del Tribunal fiscal, así como de las páginas virtuales y libros que se analizaron para la presente investigación. También se utiliza en el análisis y discusión de los gráficos estadísticos del Capítulo IV de resultados. 3.1.3. Fotocopiado: El instrumento del fotocopiado, permitió aplicar la tecnología para obtener reproducciones de los libros y revistas con los que, el investigador elaboró el marco teórico y demás capítulos de la investigación. 160 3.1.4. Páginas virtuales: La investigación realizada, utilizó la información obtenida de las páginas web, utilizando como el instrumento del internet, como una fuente valiosa en la recopilación de información para el marco teórico, sometida a una selección previa para obtener información actualizada sobre el tema materia de investigación. 3.2. Encuesta: A través de ésta técnica se recolectó información necesaria para la investigación con la que conoceremos si los servidores públicos sufrieron algún tipo o modalidad de acoso moral en su centro de trabajo. 3.2.1. Diálogo: El diálogo, es la conversación entre emisor y receptor en el cuál se intercambian una serie de ideas, es por ello que en las entrevistas se entabla el dialogo entre el entrevistado y el entrevistador, quien se ayuda con un rol de preguntas. En la presente investigación se realizó las entrevistas y las preguntas fueron formuladas a trabajadores sindicalizados así como también a dirigentes sindicales establecidos en el capítulo de población y muestra; con quienes en la mayoría de casos se estableció un diálogo directo. 3.2.2. Rol de preguntas: Con el motivo de realizar las entrevistas, he establecido el rol de preguntas para conocer la opinión de los expertos acerca de la vulneración de la ley del servicio civil a los derechos colectivos de trabajo de los empleados públicos del Perú, estas preguntas fueron formuladas a los entrevistados en forma directa. 3.3. Análisis de contenidos: A través de ésta técnica lograremos obtener un análisis cualitativo del contenido o mensaje que se transmita a través de los textos jurídicos 161 seleccionados; Así como también de los resultados que se obtengan de la encuesta aplicada a nuestra investigación (muestra). 4. Procedimiento de la recolección de la información: Para realizar el presente trabajo de investigación y recopilar la información necesaria, se realizaron los siguientes pasos: 4.1. Primer paso: Búsqueda de información en páginas webs de instituciones públicas y privadas a nivel nacional e internacional, así como buscadores de internet, bibliotecas virtuales del país, y bibliotecas físicas de Trujillo de las que obtuve libros y revistas jurídicas, en las que aplique la técnica del fotocopiado y el escaneo de ser el caso para ello primero me dirigí a la Biblioteca de la Facultad de derecho de la Universidad Privada Antenor Orrego, luego a la Biblioteca de la facultad de derecho de la Universidad Nacional de Trujillo, lo cual me permitió poder desarrollar mi investigación. 4.2. Segundo paso: Identifique el problema central de mi investigación, así como la hipótesis, las variables, los objetivos tanto el objetivo general como los objetivos específicos a partir de los que delimite mi investigación. 4.3. Tercer paso: Conversé con los especialistas para coordinar las entrevistas y elaborar el rol de preguntas para obtener los datos necesarios para mi trabajo de investigación, primero me contacte en la ciudad de Lima con los agentes de adunas ya que tengo una empresa familiar. 4.4. Cuarto paso: Elaboración de instrumentos, las guías de observación para la recopilación de la información que sea útil para mi investigación, aplicadas en la doctrina nacional y extranjera, así como el análisis de la jurisprudencia del tribunal constitucional, para el análisis estadísticas, con resultados obtenidos de la encuesta aplicada. 162 de 4.5. Quinto paso: Calculé la muestra para que mi investigación sea válida, representativa y confiable, para ello busque información sobre la fórmula, métodos científicos, métodos lógicos y técnicas, las que aplique a la población que abarca el problema de mi investigación. 4.6. Sexto paso: Realicé las entrevistas a los trabajadores sindicalizados, de los sindicatos de trabajadores señalados en el capítulo de material y métodos; y la clasificaré según las respuestas obtenidas, de esta manera sinteticé la información acerca de los efectos reales que genera la vulneración de la ley del servicio civil a los derechos colectivos de trabajo de los empleados públicos del Perú. 4.7. Sétimo paso: Creé los archivos, en los que se clasificó la información previamente recopilada, y se depuró antes de incluirla en mi investigación, ya que por ser un tema que tiene que ver con la economía del país, la información debe estar actualizada y debe ser presentada de manera clara, concisa, sin redundancias, ni contradicciones, de esta manera se puede obtener un análisis minucioso de las variables de investigación y comprender el problema a desarrollar, así como de los componentes en los que se divide. 4.8. Octavo paso: Inicié la elaboración de mi tesis, para ello la dividí en cinco capítulos, también se dividió en subcapítulos y títulos necesarios; aplicando el esquema internacional para la presentación de mi trabajo de investigación luego incorporé la información que fue clasificada en mis archivos de acuerdo al tema correspondiente en el marco teórico, asimismo elaboré mi capítulo de resultados, realicé la contrastación de mi hipótesis, elaboré mis conclusiones, mis recomendaciones y una sugerencia legislativa. 163 Capítulo IV: Resultados y discusión de resultados 1. Aspectos generales: Los diversos gráficos consignados en el presente capítulo denominado resultados y discusión de resultados, del presente trabajo de investigación, son muy importantes porque, son el producto de los criterios metodológicos consignados en el capítulo III denominado materiales, métodos y técnicas, para la elaboración de las mismas y que sintetizan un proceso complejo de identificación, diferenciación y análisis tanto de las estadísticas elaboradas por el banco interamericano de desarrollo en el año 2014; así como también de las estadísticas elaboradas por el investigador acorde a las encuestas planteadas. Primero, luego de una rigurosa selección de estadísticas sobre el servicio civil en diferentes latitudes elaboradas por el banco interamericano de desarrollo en el año 2014, se procedió a tomar en cuenta los gráficos más resaltantes e importantes, los mismos que constan de un total de 27 cuadros o gráficas estadísticas, las mismas que constan en el presente capítulo. Posteriormente, se elaboraron los gráficos de los resultados de cada una de las preguntas planteadas por el investigador a los encuestados, los mismos que reflejan los datos obtenidos y que a su vez fueron consignados uno a uno, basados en las cifras reales obtenidas al momento de plantear las encuestas. En consecuencia, con la múltiple y extraordinaria información obtenida vamos a tratar de demostrar la importancia y validez de nuestros hallazgos a través de la interpretación de los resultados, para poder ir visualizando y explicando las conclusiones a las que nos conducirán. 164 2. De las estadísticas: 2.1. Índice de desarrollo del servicio civil: Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: Se identificó un amplio grupo de 11 países en los que esta situación se manifestaba en forma crítica en el índice de desarrollo del servicio civil obtenido: Honduras (11), El Salvador (11), Paraguay (12), Panamá (13), Perú (14), Ecuador (15), Nicaragua (22), Guatemala (24), Bolivia (26) y República Dominicana (27). En todos estos casos, el servicio civil se caracterizaba por el alto grado de politización, las serias dificultades para atraer y retener personal competente y la falta de mecanismos para influir positivamente en la motivación de los empleados. Como consecuencia, resultaba imposible conformar un servicio civil medianamente profesional y eficaz. Si bien en ese momento estaban en curso algunas reformas en Ecuador, Guatemala, Nicaragua y Perú, la falta de una institucionalidad adecuada para liderarlas y sostenerlas, y la ausencia de un marco normativo que diera sustento legal a las iniciativas, impidieron arribar a resultados distintos a la realidad que se pretendía modificar. Asimismo, se identificó un segundo grupo de países de desarrollo intermedio, ubicado levemente por encima del promedio: México (41), Colombia (46), Uruguay (47) y Costa Rica (47). Estos se caracterizaban por ser burocracias relativamente bien estructuradas y con cierta estabilidad de sus empleados (factor clave para la acumulación de capacidades), pero con debilidades en cuanto a las garantías de mérito y a las herramientas de gestión de recursos 165 humanos en burocracias de naturaleza mixta, donde convivían signos de profesionalización y de politización. Por último, dentro de ese marco de debilidad general, se reconocieron solo dos sistemas más sólidos (Chile y Brasil), cuyo índice de desarrollo del servicio civil de 59 y 64 puntos respectivamente, era casi dos veces superior al promedio. En ambos casos, el servicio civil estaba razonablemente institucionalizado y basado en prácticas meritocráticas que permitían conformar estructuras de desempeño eficaz. Sin embargo, a pesar de arribar a resultados similares, mostraban derroteros diferentes: mientras que en Brasil la profesionalización se insertó en una burocracia de carácter más clásico en sus procedimientos y estructura, Chile construyó su propia experiencia con elementos más próximos a la nueva gerencia pública. 2.2. Índice de desarrollo del servicio civil en 16 países: Fuente: Banco interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: Como muestra el gráfico, el promedio regional del índice de desarrollo del servicio civil en 16 países, se ha incrementado entre 2004 y 2013 de 30 a 38 puntos. Del universo de 16 países cubiertos en 2011/2013, casi la mitad está por encima del promedio: Chile (67), Brasil (65), Costa Rica (54), Colombia (52), Uruguay (52), México (41) y República Dominicana (39). Los nueve restantes se ubican por debajo del promedio: Nicaragua (35), El Salvador (34), Panamá (29), Perú (29), Paraguay (26), Guatemala (24), Ecuador (21), Bolivia (21) y Honduras (12). Como se mencionó anteriormente, 166 los países pueden ser clasificados en tres niveles de desarrollo del servicio civil. De acuerdo a los diagnósticos realizados entre 2011 y 2013, en el nivel de bajo desarrollo (entre 0 y 39 puntos) se ubicaban Honduras (12), Ecuador (21), Bolivia (21), Guatemala (24), Paraguay (26), Perú (29), Panamá (29), El Salvador (34), Nicaragua (35) y República Dominicana (39). Al momento de su evaluación, este grupo se caracterizaba por niveles importantes de discrecionalidad en las decisiones de gestión de recursos humanos, una presencia del mérito muy reducida o inexistente, severas dificultades para atraer y retener personal, y escasa coherencia estratégica general. Si bien disponían de algunos instrumentos normativos y técnicos de gestión de recursos humanos, su implantación era nula o muy acotada, lo que inhabilitaba la institucionalización de las políticas. Sin embargo, si bien todos compartían estas características, los casos no son idénticos. Los diferentes puntajes (de 0 a 39) reflejan matices o grados de criticidad de los rasgos comunes. En el nivel de desarrollo medio, que corresponde a sistemas mixtos en los que coexisten segmentos profesionales y cierto grado de politización (entre 40 y 59 puntos), se ubicaban México (41), Colombia (52), Uruguay (52) y Costa Rica (54). Estos se caracterizan por una mayor coherencia estratégica, reflejada en una implantación más extendida del criterio de mérito y en cierto nivel de aplicación de incentivos al rendimiento. La función rectora es más robusta aunque no por ello está necesariamente consolidada. A diferencia del grupo anterior, las políticas de recursos humanos (RR.HH.) muestran aplicación real en una porción variable pero visible de la administración pública, y se apoyan en instrumentos normativos y técnicos aceptados por las entidades. Sin embargo, al no tener una aplicación generalizada, es posible encontrar fragmentos del aparato público donde siguen rigiendo dinámicas más típicas del primer conjunto de países. Por último, en el nivel alto o sistemas profesionales (de 60 a 100 puntos) solo se ubicaban Brasil (65) y Chile (67), líderes también en la evaluación 2004. Este grupo se caracteriza por una sólida coherencia estratégica y una mayor presencia de los criterios de mérito y de flexibilidad (aunque con énfasis diferenciado en cada caso, como se verá más adelante). 167 También comparten el hecho de contar con entidades rectoras con capacidad política para instalar en la agenda el tema de la profesionalización, capacidad técnica para diseñar e implementar políticas y capacidad de coordinación para organizar, orientar y supervisar el trabajo de las oficinas de recursos humanos. A diferencia de los otros grupos, aquí los instrumentos normativos y técnicos gobiernan políticas que se aplican al conjunto del aparato público y tienen un nivel de institucionalización que las hacen más estables en el tiempo. En síntesis, como se observa en el gráfico 2.3, entre 2004 y 2011/2013 la tendencia general muestra progreso. De los 16 países, en las evaluaciones recientes (2011/2013) 11 presentan un mayor desarrollo de sus servicios civiles que en 2004, cuatro se mantuvieron prácticamente en el mismo puntaje y solo uno retrocedió. Es importante resaltar que los servicios civiles con mayor avance entre 2004 y 2011/2013 son los que provinieron de una línea de base más débil. Al ubicarse en puntos de partida menos exigentes, esos países lograron avances más significativos en el corto plazo producto de innovaciones normativas, procedimentales e instrumentales básicas, de las que hasta entonces carecían. En cambio, los progresos amplios fueron más difíciles en los casos más avanzados debido a que se explican no tanto por la gestación de condiciones de base (ya logradas), sino por la implantación efectiva de prácticas en un conjunto cada vez más extendido de entidades. 168 2.3. Diferencia en el índice de desarrollo del servicio civil: Fuente: Banco interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: El Salvador se destaca por haber registrado una suba de 23 puntos (de 11 a 34). Al ser uno de los dos países peor posicionados de la región (junto a Honduras), con debilidades estructurales como la inestabilidad institucional, la corrupción y el patrimonialismo. El Salvador logró un importante salto gracias al logro de avances variados como la creación de una unidad de coordinación, las descripciones de puestos, la implantación gradual de concursos, la creación de un nuevo escalafón salarial y el fortalecimiento de la rectoría a través de la secretaría de asuntos estratégicos. Si bien todavía tiene muchas asignaturas pendientes, tanto de diseño como de implementación, El Salvador es un buen ejemplo de cómo un país de bajo desarrollo de su servicio civil puede mejorar gracias a la combinación de trabajo técnico y sostenibilidad del proceso. Otro de los países con una mejora importante es Panamá, que tuvo un avance de 16 puntos (de 13 a 29). Si bien el país también partió de una línea de base muy baja debido al patrimonialismo, la alta rotación y las bajas capacidades de gestión, la evolución en los últimos años reconoce dos etapas bien distintas. En la primera (2004–2009) Panamá logró progresos significativos, entre otros aspectos, en la planificación, la unificación del sistema de cargos, la acreditación de empleados a la carrera administrativa y la apertura de concursos. A su vez, la cooperación entre el gobierno y los sindicatos allanó el camino a las reformas. El proceso general se vio de pronto interrumpido en 2009 con la emisión de la Ley 43, la cual canceló la 169 acreditación a la carrera y habilitó la incorporación mediante contratos de trabajo y sin concurso. También la dirección general de carrera administrativa (DIGECA), reposicionada en 2004 como entidad rectora, resultó debilitada a partir de 2009. Perú, experimentó un crecimiento de 15 puntos (de 14 a 29), es un ejemplo de cómo un diagnóstico claro de una situación de debilidad (dispersión normativa, déficit de planificación estratégica y de capacidades técnicas e institucionales) ganó lugar en la agenda política de un gobierno y activó un proceso de profesionalización basado inicialmente en pocos pilares que sin embargo resultaron estratégicos. Esto fue lo que ocurrió a partir de 2008, cuando tomando como referencia el diagnóstico elaborado en 2004, avanzó en un proceso gradual de reforma diagramado en la llamada “agenda mínima”. Se emitieron cuatro decretos que crearon la autoridad nacional del servicio civil (SERVIR) y el cuerpo de gerentes públicos, dependiente de la anterior, y fijaron normas de capacitación y evaluación del desempeño de los empleados públicos. Asimismo se estableció el régimen especial facultativo para los gobiernos subnacionales. La reforma, cuyos primeros años de maduración se vieron reflejados en el crecimiento de 14 a 29 puntos en 2011, acaba de tener como hito reciente la aprobación de una nueva ley de servicio civil. Paraguay logró una mejora de 14 puntos (de 12 a 26), producto de un proceso sostenido de generación de instrumentos. Si bien desde2000 Paraguay cuenta con una ley marco de empleo público (Ley 1626), hasta mediados de 2008 no había sido implementada. Fue entonces cuando el tema ingresó en la agenda del gobierno electo ese año y se inició un trabajo para fortalecer la profesionalización, la transparencia y la inclusión. Para ello, con apoyo de cooperantes internacionales (entre ellos, el banco interamericano de desarrollo), se generaron y continúan generándose herramientas de gestión (planificación de dotaciones, manual de puestos, sistemas de información, escalafón, gestión de las remuneraciones, etc.) que comenzaron a aplicarse muy gradualmente. Dada la larga historia de patrimonialismo en Paraguay, los concursos de ingreso se convirtieron en la principal prioridad. 170 Nicaragua subió 13 puntos entre 2004 y 2012 (de 22 a 35). El sistema presentaba debilidades varias, como la baja presencia del mérito, la inadecuación de la clasificación de puestos, la inequidad salarial y la institucionalidad muy precaria, entre las principales. El avance es resultado de la implementación gradual pero efectiva de varios aspectos de la gestión de recursos humanos, especialmente desde 2007. Se destacan el ordenamiento de los puestos y perfiles y la actualización de los manuales institucionales, la apertura paulatina de concursos abiertos y la acreditación a la carrera administrativa, y la presencia activa de instancias de control (comisión de apelación del servicio civil y las organizaciones sindicales). Asimismo, fueron importantes las innovaciones en el campo de los sistemas de información y la evaluación del rendimiento. Un pilar del proceso de implementación de la Ley 476 de 2003 fue la continuidad del equipo de trabajo de la dirección general de función pública (DIGEFUP). República Dominicana logró entre 2004 y 2012 un avance de 12 puntos (de 27 a 39). Inicialmente las bases de ese mayor desarrollo fueron dos: la reforma normativa (Ley 41 de 2008) y el fortalecimiento de la entidad rectora (creación de la secretaría de la administración pública, luego convertida en el ministerio de administración pública, MAP). La implementación de la ley fijó tres prioridades: fortalecer la planificación, estructurar un sistema de clasificación de puestos e ingreso por mérito, y mejorar la coherencia estratégica de las remuneraciones. Para ello se generó un importante conjunto de instrumentos técnicos de gestión y en el momento del diagnóstico (enero 2012), el gobierno se encontraba trabajando en la elaboración de un proyecto de ley general de salarios (que sería aprobado por el Poder Legislativo en 2013). La mayor parte de esas herramientas, como la planificación de dotaciones, los muy paulatinos concursos de ingreso, la experiencia piloto de evaluación de desempeño, comenzó a permear en las rutinas operativas de las entidades públicas. Dentro del conjunto de países con línea de base alta (en 2004 era el segundo IDSC más desarrollado después de Brasil), Chile es el país que más progresó desde2004, ya que logró un incremento de ocho puntos (de 59 a 67). En la última década consiguió importantes avances en los tres planos abordados por la reforma. En primer lugar, la entidad rectora, la dirección nacional del servicio civil (DNSC), se afianzó en sus funciones y progresivamente 171 diseminó capacidades de gestión a los diversos actores involucrados en las políticas de recursos humanos. En segundo lugar, el nivel de cobertura del sistema de alta dirección pública (SADP) y su legitimidad se incrementaron. En tercer lugar, se extendieron los procedimientos de selección competitivos para los cargos “a contrata”, se mejoró la implementación real de las políticas de recursos humanos y se fortaleció la coherencia estratégica. Todo esto fue posible gracias a dos factores principales: por un lado, el sostenimiento del rumbo iniciado en 2003 con la sanción de la ley de nuevo trato laboral y, por el otro, la creación, fortalecimiento y legitimidad lograda por la dirección nacional del servicio civil y el consejo de alta dirección pública (CADP), que mantienen un trabajo coordinado con la dirección de presupuestos (DIPRES). Costa Rica es otro país que logró crecer siete puntos (de 47 a 54) a partir de una línea de base media-alta (solo por detrás de Brasil y Chile). Al tratarse de un servicio civil con fuerte presencia del mérito, transparencia en los procesos y sólida institucionalidad, los avances fueron graduales pero distribuidos en varios aspectos. En su mayor parte esos progresos se concretaron gracias a nuevos instrumentos de gestión que buscaron insertarse en prácticas ya existentes y/o cubrir debilidades. Entre esas herramientas se destacan los sistemas de información, la grilla de “percentiles” y reajustes salariales usados para poder reducir la inequidad salarial (que tuvieron, por otro lado, un importante impacto fiscal), el Marco Regulador Común utilizado para evaluar desempeño y las iniciativas de gestión del clima laboral. Tres factores ayudaron mucho a este crecimiento: la institucionalidad asentada, la existencia de una entidad rectora (Dirección General del Servicio Civil) con alta capacidad y legitimidad, y la presencia de una franja directiva meritocrática y estable. Colombia, por su parte, logró un avance de seis puntos (de 46 a 52). En 2004 el sistema se encontraba en un punto de inflexión: tras 13 años de avances y retrocesos, finalmente se había puesto en marcha la implantación del mérito de acuerdo con los postulados de la Constitución Política de 1991 y los fallos de la Corte Constitucional. Una vez sancionada la Ley 909 de 2004 (cuyo modelo teórico fue la CIFP), inmediatamente se avanzó en su implementación. Dada la historia reciente, el énfasis se puso en la conformación de la Comisión Nacional del Servicio Civil (CNSC), encargada de la administración y vigilancia del mérito, y en la realización de los 172 concursos (el general nacional y los específicos). A pesar de las diversas dificultades de implementación que enfrentaron los concursos, el mérito es el gran avance obtenido por Colombia desde 2004. Ecuador avanzó seis puntos hasta comienzos de 2011 (de 15 a 21). Partió de una gran debilidad en el mérito, amplias inequidades salariales, conflictos internos y varias arbitrariedades. Desde 2008, el sistema se asentó sobre nuevas bases normativas (la nueva Constitución Nacional en 2008, el Plan Nacional del Buen Vivir en 2009 y la Ley Orgánica de Servicio Público, LOSEP, en 2010). Desde entonces, el nuevo Viceministerio del Servicio Público (creado en 2009 y dependiente del Ministerio de Relaciones Laborales) se abocó a reglamentar la nueva ley y a implementar gradualmente las prioridades: los concursos, el ordenamiento salarial y la rectoría del sistema. Entre 2011 y mediados de 2014, es decir, con posterioridad al diagnóstico, Ecuador implementó importantes reformas que no están reflejadas en esta puntuación. Uruguay logró un avance de cinco puntos (de 47 a 52). En 2004 el servicio civil se caracterizaba por una carrera administrativa de larga data pero con poco dinamismo, una brecha significativa entre las normas y la práctica, y la aplicación de reglas ad hoc para cubrir vacantes con urgencia. El mérito seguía teniendo presencia en buena parte de la administración pública pero no de forma homogénea. En la última década se produjeron algunos cambios, entre los que se destacan la creación de un nuevo sistema de información, una mayor transparencia en el acceso a la función pública, la negociación de un nuevo estatuto del funcionario público y la modificación del modelo de carrera del gobierno central. También se crearon nuevos instrumentos normativos (la ley de negociación colectiva en el marco de las relaciones laborales en el sector público y el estatuto del funcionario), se ampliaron las competencias de la oficina nacional del servicio civil, se implantó el portal Uruguay concursa y se reorganizó la escuela nacional de administración pública. En Brasil el avance fue de solo un punto (de 64 a 65), por lo que se ubica casi en la misma situación que en la medición anterior. En 2004, el sistema era el más desarrollado de la región, con una burocracia meritocrática y en constante proceso de profesionalización. Ya entonces se avizoraban los 173 primeros signos de fortalecimiento del modelo burocrático clásico, la recomposición salarial y la ampliación de las plantas en áreas definidas como estratégicas. En la actualidad se destacan novedades en los tres planos: el burocrático, el corporativo y, en menor medida, el gerencial. En el primero, se continuó con solidando el mérito, se mejoró la tecnificación de las dotaciones y se fijaron reaseguros contra el nepotismo. En el segundo, el gran avance fue la democratización de las relaciones laborales. En el tercero, se adoptó un nuevo sistema general de evaluación del desempeño (con implantación todavía débil). Como resultado, el servicio civil brasileño sigue siendo, junto con el chileno, uno de los sistemas más desarrollados de la región, aunque su proceso de consolidación muestra un menor dinamismo que en el pasado. El sistema de Honduras también se mantuvo prácticamente en el mismo nivel anterior, ya que se incrementó un punto (de 11 a 12). El sistema sigue teniendo debilidades estructurales profundas ligadas a un sistema político e institucional muy inestable, que tuvo su crisis más profunda en 2009. En los últimos tres años, Honduras logró mejoras muy moderadas. Se destaca el intento por parte de la dirección general del servicio civil (DGSC) de mejorar la disponibilidad de información a través del Sistema de Información y administración de recursos humanos, limitar la arbitrariedad en la designación de personal, implantar un sistema de evaluación de desempeño y presentar un proyecto de ley de carrera administrativa para su discusión en el congreso. A pesar de esas iniciativas, el servicio civil hondureño continúa siendo el más débil de la región. El servicio civil de Guatemala es uno de los que mantuvo su índice de desarrollo del servicio civil en el mismo valor de 2004. La imposibilidad que mostró el país de asegurar mínimas condiciones de estabilidad política tras los acuerdos de paz, impidió concretar las reformas que la oficina nacional de servicio civil (ONSEC) plantea desde hace tiempo. En los últimos tres años los avances fueron moderados y se circunscriben a proyectos de instrumentos técnicos y desarrollo de herramientas informáticas, cuya implantación definitiva, en general, está pendiente de la aprobación presidencial o parlamentaria. México es el otro país que mantuvo el mismo valor de 2004 (41 puntos). Desde la aprobación de la ley del servicio profesional de carrera (LSPC) en 174 2003, que cubre una franja acotada pero estratégica de puestos (cerca de 36.000), la reforma atravesó dos períodos. El primero abarca desde la emisión del primer reglamento de la ley (2004) hasta el final del gobierno del presidente Vicente Fox (2006), y se caracterizó por un ágil ritmo de implementación de la ley del servicio profesional de carrera, gracias a su alta prioridad política, aunque no estuvo exento de dificultades técnicas y operativas. En el segundo período, que se inició en 2007, primaron dinámicas que condicionaron la vitalidad y el sentido de la reforma: la pérdida de prioridad política, la flexibilización del mérito para el ingreso al servicio profesional de carrera (SPC), la reducción de capacidades rectoras (secretaría de la función pública) y la salida de un nuevo reglamento que quiso descentralizar funciones y centralizar el control pero que, en los hechos, terminó afectando el mérito y la transparencia de la selección. El cambio de gobierno a fines de 2012 abría una ventana de oportunidad para reimpulsar la reforma, ya no solo con foco en el servicio profesional de carrera, sino además en los puestos operativos de base, que son el grueso de la administración pública. Finalmente, Bolivia es el único de los 16 países que desde 2004, retrocedió en su puntaje (de 26 a 21 puntos) al comparárselo con las buenas prácticas reflejadas en la carta iberoamericana de la función pública. Al momento de la primera evaluación, el país se encontraba desarrollando normativas y herramientas técnicas, e impulsando pruebas piloto. Un actor central en el proceso era la superintendencia del servicio civil, encargada de hacer cumplir la normativa y verificar la aplicación de dichas herramientas. Sin embargo, a partir de 2006, la situación cambió de dirección. En primer lugar, la decisión del gobierno de priorizar la incorporación por invitación directa de sectores históricamente marginados, en lugar de hacerlo mediante concursos, debilitó el criterio de mérito y afectó la tecnificación de las dotaciones. En segundo lugar, con la sustitución de la superintendencia del servicio civil (órgano autónomo de rango ministerial) por la dirección general del servicio civil (unidad de tercer nivel jerárquico), la rectoría del sistema perdió jerarquía y capacidad política, técnica y de coordinación. Como resultado, al momento del diagnóstico en 2013 existía la percepción generalizada de que las capacidades del servicio civil se habían visto deterioradas. 175 2.4. Comparación regional de los índices por subsistema: Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: A nivel regional, todos los subsistemas muestran avances desde 2004. El progreso más significativo se produjo en los subsistemas de planificación y de organización del trabajo, ambos con un incremento global de nueve puntos. Les sigue el subsistema de organización de la función de recursos humanos con ocho puntos. Los subsistemas de gestión del empleo y gestión de las relaciones humanas y sociales presentan un avance de siete puntos, mientras que la gestión del desarrollo logró un progreso de seis puntos. Por último, la gestión del rendimiento y la gestión de la compensación son los subsistemas que menor incremento exhiben (cinco puntos). De este modo, en la actualidad, la organización del trabajo es el subsistema que mayor puntaje presenta (43 puntos) y la gestión del rendimiento es el subsistema más débil (30 puntos). 2.5. Planificación de la ley del servicio civil: 176 Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: Áreas técnicamente consistentes. Tienen como rol ejecutar, o al menos coordinar, la planificación. En Chile, la planificación es coordinada por la dirección de presupuestos, una entidad de sólida capacidad técnica y con fuerte liderazgo, lo cual tiene un impacto positivo en la acción de la dirección nacional del servicio civil. En Brasil, esta función recae en la secretaría de la gestión pública, que dispone de capacidades de planificación aunque en la práctica la ejerza muy centralizadamente. Documentos estratégicos, técnicos o normativos. Contienen, según corresponda, las orientaciones estratégicas del país, las metas, los procedimientos y las reglas. Aquí se destacan, por ejemplo, el plan plurianual de Brasil y el programa de mejoramiento de la gestión de Chile. Sistemas de información. Recopilan información cuantitativa y cualitativa que sirve de insumo para la toma de decisiones. Ejemplos destacados son el sistema de información y control del personal de la administración del estado y el sistema de información para la gestión financiera del estado en Chile y, en menor grado, el sistema integrado de administración de recursos humanos en Brasil. Coordinación la entidad rectora con las oficinas de recursos humanos de las entidades, las cuales intervienen en algún grado en el proceso de planificación, ya sea identificando necesidades de personal o bien planificando en forma directa de acuerdo con los lineamientos del área central. En los servicios civiles con un subsistema de Planificación de nivel medio, solo algunos de estas faces están presentes o bien se manifiestan de manera más tenue. Por ejemplo, en estos servicios civiles suelen existir diversos documentos estratégicos, técnicos o normativos, bajo el formato de plan nacional de desarrollo, plan estratégico institucional, plan operativo, y en algunos casos, manuales para la planificación de plantas. Sin embargo, la conversión en prácticas concretas es débil y/o heterogénea. Como resultado, los instrumentos tienen meramente un carácter formal y disociado del modo 177 real en que se planifican las dotaciones, cuyas características centrales son la inercia interanual y el sesgo cuantitativo. Otra característica transversal de este grupo de servicios civiles es el esfuerzo por mejorar la consistencia de los sistemas de información, ya sea construyendo nuevos o bien fortaleciendo los existentes. La iniciativa refleja la tendencia regional de invertir en la sistematización de la información como insumo estratégico para la toma de decisiones. El objetivo de los sistemas es aglutinar la mayor cantidad de información posible (cuantitativa y cualitativa), pero con frecuencia se advierten dificultades en la fase de producción y transferencia de la información por parte de las entidades. La tercera característica de este grupo de países es que las entidades rectoras y las áreas de recursos humanos de las instituciones suelen carecer de suficiente capacidad para planificar y, en grado variable, quedan subordinadas a las decisiones y los criterios de la autoridad presupuestaria (ministerios de hacienda, economía o finanzas), los cuales no siempre consideran prioritario complementar la planificación numérica con la cualitativa. Por último, los servicios civiles con menor desarrollo se caracterizan por la debilidad o ausencia de instrumentos básicos de planificación, lo que conlleva efectos muy severos en la calidad y el equilibrio de las dotaciones, lo cual es especialmente visible en Honduras y Paraguay. 178 2.6. Gestión de rendimiento del servicio civil: Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: Evaluación institucional como complemento de las evaluaciones individuales: Los programas de mejoramiento de la gestión (PMG) y los convenios de desempeño colectivo complementan las tradicionales evaluaciones individuales. En comparación con estas, resultan menos permeables a prácticas distorsivas (sesgos benevolentes, capturas, etc.). Evaluación para altos funcionarios públicos: Aplicada a un pequeño pero estratégico segmento y basada en convenios de desempeño. Si bien inicialmente fueron cuestionados debido a su sesgo formalista y su apego a procesos, en los últimos años se orientó más a resultados, para lo cual se incluyó en el perfil de selección los lineamientos generales del convenio. Evaluación individual: Si bien el sesgo benevolente ha sido desde entonces su principal limitación (Banco Mundial, 2014), tiene una amplia cobertura ya que se aplica en planta y “a contrata”, y con algunas modificaciones puede ayudar a fortalecer la cultura de la evaluación. Modelo de gestión estratégica de evaluación de desempeño: El Reglamento general de calificaciones, la política de gestión del desempeño y el reglamento especial Tipo dieron mayor coherencia sistémica a las evaluaciones y ayudaron a consolidar el pasaje desde un sistema concentrado, burocrático y de escaso valor estratégico a uno más integral y ágil. 179 En el resto de los países, la gestión del rendimiento presenta dos grandes debilidades con grados variables. La primera es el carácter formal o ritualista de la evaluación ya que se aplica anualmente de acuerdo a la norma pero, por diferentes razones, no aporta valor. Como consecuencia, emerge la segunda debilidad: la evaluación se vuelve un instrumento ineficaz para la toma de decisiones. 2.7. Gestión del desarrollo del servicio civil: Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: El promedio regional de este subsistema, que creció de 25 a 31 puntos, lo ubica como el segundo menos desarrollado, detrás de la gestión del rendimiento. Desde 2004 la gestión del desarrollo mejoró en más de la mitad de los países: Chile, Uruguay, República Dominicana, Panamá, Paraguay, Nicaragua, Perú, El Salvador, Guatemala y Ecuador; mantuvo el mismo valor en Brasil, Colombia, México y Bolivia; y registró una menor puntuación en Costa Rica y Honduras. La distribución por niveles es muy similar a la de los subsistemas menos avanzados. La gran mayoría de los casos (12) presentan bajo desarrollo y solo Brasil y Chile son sistemas de nivel alto. Los restantes dos sistemas son casos intermedios. 180 2.8. Gestión de las relaciones humanas y sociales: Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: Los servicios civiles mejor posicionados tienen como denominador común la presencia y uso de tres tipos de instrumentos, en proporciones variables: ⁻ De gestión del clima: Los más frecuentes son las encuestas de clima laboral, encuestas motivacionales, buzón de sugerencias y talleres grupales. Su función es proporcionar insumos que ayudan a planificar acciones de mejora, en ocasiones agrupadas en planes. Sin embargo, esto es todavía muy incipiente y en el grueso de los casos no va más allá del diagnóstico. ⁻ De comunicación interna: Los instrumentos habituales son encuentros institucionales, charlas, actividades lúdicas, boletines informativos y plataformas informáticas. ⁻ De gestión de las relaciones laborales: Los instrumentos más utilizados son las mesas de diálogo, las mesas de trabajo y los comités de conciliación. Su función es oficiar de espacios de negociación, representación de los intereses de los trabajadores y gestión de conflictos. Suelen estar integrados por representantes de las entidades y de los empleados públicos. Los temas frecuentemente tratados en esos espacios son salarios y beneficios sociales; ingresos, promociones y ascensos; condiciones laborales; y sanciones disciplinarias. 181 En algunos casos se crearon instituciones específicas que entienden en el tema. 2.9. civil: Organización de la función de los recursos humanos del servicio Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: Los sistemas más avanzados o aquellos que más progresaron desde 2004 tienen como denominador común una mayor consistencia en los siguientes puntos: Política: Refiere a la aptitud de la entidad para introducir la GRH en la agenda política del gobierno y/o incidir en sus contenidos. En este sentido, los servicios civiles más robustos en este campo (Colombia, Costa Rica, Chile, República Dominicana y Brasil) disponen de esta capacidad. Por el contrario, a los sistemas más débiles (Bolivia, Honduras, Panamá, México y Guatemala) les resulta muy difícil ejercer alguna clase de influencia y su rol en el debate público es secundario. Técnica: Refiere a la capacidad para definir un encuadre estratégico (es decir, hacia dónde va el servicio civil, cómo y con qué medios) y también para diseñar y, en algunos casos, implementar políticas. Su contracara son las entidades rectoras que poseen el mandato legal para diseñar e implementar pero carecen de los recursos técnicos para concretarlo. En esos casos, las políticas de facto se descentralizan y crece su dispersión. 182 De coordinación: Los sistemas mejor posicionados exhiben una mejor coordinación entre el “centro” (entidad rectora) y la “periferia ejecutora” (entidades). Para esto desarrollan dispositivos de comunicación, recepción de consultas y supervisión. Aun así, esta es todavía la capacidad menos desarrollada de las cuatro y son usuales los problemas de coordinación y la existencia de canales informales de interacción. Presupuestaria: Es la condición necesaria, pero no suficiente, de la capacidad técnica y la infraestructura. Si bien el presupuesto de la entidad rectora depende de muchos factores, los sistemas menos desarrollados se caracterizan por rectorías con presupuesto acotado. 2.10. Comparación regional entre los índices de calidad del servicio civil: Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: El promedio creció de 30 a 37 puntos, uno de los más acotados (junto con la Capacidad Funcional). Desde 2004 hubo avances en Chile, Colombia, Costa Rica, México, Bolivia, Nicaragua, Panamá, El Salvador, Perú y Ecuador; se mantuvo igual en Uruguay, República Dominicana, Guatemala y Paraguay; y se retrajo en Brasil y Honduras. La distribución por niveles muestra que solo Chile ocupa el nivel alto (de 60 a 100 puntos), que hay seis casos en el nivel medio (de 40 a 59 puntos) y nueve, en el nivel bajo (de 0 a 39 puntos). La evolución del índice reconoce dos causas principales. La primera es la mejora en la relación “gasto en personal/producto interno bruto (PIB)” o bien “gasto en personal/gasto público total”, lo que lo ubica más cerca, o incluso por debajo, de los estándares recomendados para no afectar la sostenibilidad del gasto. 183 La segunda, muy clara en Chile, Brasil, Colombia y Costa Rica, es la alta tecnificación de las dotaciones. En este contexto, los retos centrales son tres: lograr un mejor equilibrio de las dotaciones (Bolivia, México y en menor grado Uruguay), evaluar la formación (Bolivia, México y en menor medida Uruguay) y reducir el peso fiscal de las dotaciones (Costa Rica, Honduras y Paraguay, entre otros). 2.11. Puntaje del índice de eficiencia del servicio civil: Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: Mide las garantías de profesionalismo en el funcionamiento del sistema de servicio civil y valora, en este sentido, el grado de imparcialidad de las decisiones dentro de cada subsistema de gestión. Más específicamente, el Índice de Mérito mide el grado de protección efectiva que el sistema ofrece frente a la arbitrariedad, la captura política o clientelista y las diferentes modalidades de búsqueda de rentas por parte de grupos o sectores interesados. El promedio regional de este índice creció de 33 a 42 puntos. Consiste no solo en el avance más significativo sino que además ese puntaje lo ubica como el índice más alto. Su crecimiento refleja la alta prioridad que el tema logró en la última década. El índice evolucionó en 11 casos: Costa Rica, Chile, Uruguay, Colombia, Nicaragua, Paraguay, Perú, El Salvador, Ecuador, República Dominicana y Panamá; se mantuvo constante en Brasil (aunque en un puntaje muy cercano al máximo posible), Guatemala y Honduras, y se deterioró en México y Bolivia. 184 La distribución muestra un interesante desempeño en la cúspide, con cinco sistemas en el nivel alto y otros cuatro en el nivel medio. Los siete restantes exhiben un bajo nivel de desarrollo. La evolución general del índice y las subas y bajas particulares en cada caso se explican por el gradual fortalecimiento de los pilares del sistema meritocrático: i) los concursos competitivos, ii) abiertos y de amplia difusión y iii) basados en pruebas de selección. Sin embargo, en este contexto emergen desafíos generales. El primero es expandir los concursos como sistema de selección y darle creciente cobertura, en particular en los países con bajas puntuaciones. 2.12. Diagnóstico del servicio civil en Bolivia: Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: Al momento de la evaluación anterior, el servicio civil boliviano se encontraba en una situación de desarrollo de normativa y herramientas metodológicas para trabajar los distintos aspectos de la gestión de recursos humanos (GRH). 185 En 2010 se aprobó la nueva constitución política del estado, la que e n sus artículos 232 a 240 expone conceptos y lineamientos sobre la administración pública. Sin embargo, Bolivia también experimentó algunos cambios que detuvieron el incipiente proceso de profesionalización. Estos cambios se explican principalmente por el debilitamiento del sistema de mérito, fruto de priorizar la inclusión laboral de sectores vulnerables (vía suspensión de concursos) y considerarla excluyente con la profesionalización. El segundo debilitamiento ha tenido lugar en el ámbito de la gobernanza del servicio civil, a través del reemplazo de un organismo autónomo con rango ministerial (la superintendencia del servicio civil) por otro de tercer nivel jerárquico (la dirección general del servicio civil, dgsc), lo que redujo el puntaje de la organización de la función de recursos humanos. Como resultado, existe la percepción generalizada de que las capacidades del servicio civil se han visto deterioradas. Pese a lo anterior, la evaluación de 2013 reflejó una mejor relación del gasto en personal versus el gasto total, así como también la generación de nuevos instrumentos (por ejemplo, la escala maestra) para abordar la inequidad salarial interna, horizontal y vertical. 2.13. Diagnóstico del servicio civil en Brasil: 186 Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: En el diagnóstico de 2004 se observó la existencia de una burocracia meritocrática robusta, en proceso de creciente profesionalización y tecnificación. Desde aquella evaluación y al año 2013 no se observan cambios estratégicos en la situación del servicio civil de Brasil; sin embargo, existen algunos avances a destacar. La profundización del proceso de democratización de las relaciones laborales fue el gran avance en lo que respecta a la agenda de relación con los trabajadores del sector público, con una mejora del subsistema de la gestión de las relaciones humanas y sociales. Además, se adoptó un nuevo sistema general de evaluación del desempeño, en sustitución de un esquema fragmentado, pero su implantación es aún muy débil, por lo que no produjo cambios en el subsistema de Gestión del Rendimiento. En relación con los desafíos pendientes, pese a que está prevista la desvinculación por mal desempeño, al año 2013 aún no se había implementado en la práctica, lo cual ha disminuido la valoración del subsistema de gestión del empleo. Por otra parte, el creciente peso de las gratificaciones asociadas al desempeño sobre la remuneración total ha generado incentivos para reducir el nivel de exigencia de metas asociadas, transformando al suplemento en un componente salarial prácticamente fijo. Lo anterior ha producido un retroceso en el puntaje del subsistema de gestión de la compensación. 187 2.14. Diagnóstico del servicio civil en Chile:: Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: En el diagnóstico realizado hacia fines de 2004, el servicio civil chileno se encontraba en un punto de inflexión con la aprobación de la Ley de Nuevo Trato Laboral. Al momento de la evaluación de 2013 se habían logrado importantes avances en los distintos planos que abordaba la reforma. La dirección nacional del servicio civil se afianzó en sus funciones y progresivamente fue instalando capacidades de gestión de los distintos actores involucrados en las políticas de recursos humanos, (lo cual mejoró la organización de la función de recursos humanos). Asimismo, aumentó el nivel de cobertura del sistema de alta dirección pública (SADP) y su legitimidad. El potencial de profesionalización de una estrategia centrada en el segmento directivo comenzó a dar sus frutos también en los estamentos no directivos. La aplicación de procedimientos de selección competitivos para el acceso a cargos “a contrata” se extendió, y gran parte de las políticas de gestión de 188 recursos humanos, comenzó a transitar de una fase de formalización a una etapa dirigida a garantizar su calidad y efectivo alineamiento estratégico (con lo cual mejoró el subsistema de gestión del empleo). Por otra parte, se fortalecieron políticas orientadas a promover la sistematización de las mediciones del clima laboral y la implementación de planes de mejora. En el ámbito de las convenciones colectivas se conformaron diversas mesas de trabajo sobre calidad del empleo y condiciones laborales. Ambos puntos contribuyeron a mejorar la valoración del subsistema de gestión de las relaciones humanas y sociales. 2.15. Diagnóstico del servicio civil en Colombia: Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: Al momento de la evaluación anterior (2004), el servicio civil colombiano se encontraba transitando un punto de inflexión, tras una década durante la cual las disposiciones de la constitución política de 1991, y las sucesivas 189 normativas de empleo público (Ley 27/92 y Ley 443/98), no habían logrado plasmarse en un sistema de gestión de recursos humanos integrado y meritocrático. En estos años (hasta 2013) Colombia logró avances de dos tipos. Unos se refieren a la institucionalidad del sistema, y se ven plasmados principalmente en el protagonismo que ha ganado la Ley 909 y en la constitución efectiva de la comisión nacional del servicio civil como una de las entidades rectoras del sistema, junto al departamento administrativo de la función pública. El segundo grupo de avances concierne a políticas específicas de gestión de recursos humanos, entre las que se destacan los concursos de acceso (a través de la convocatoria 01 y concursos de los sistemas específicos), con lo cual se ha mejorado el subsistema de gestión del empleo; la implantación del sistema de información y gestión de empleo, lo cual ha incrementado el puntaje del subsistema de planificación; una primera aproximación al tema de las competencias laborales, lo cual ha optimizado el subsistema de organización del trabajo; la articulación de mecanismos meritocráticos de acceso y evaluación de los gerentes públicos; y un progreso incipiente en la gestión del clima laboral (que ha aumentado la valoración del subsistema de gestión de las relaciones humanas y sociales). 2.16. Diagnóstico del servicio civil en Costa Rica: 190 Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: Desde su primera evaluación en 2004, Costa Rica mantuvo una fuerte presencia del mérito, transparencia en los procesos, y una sólida y estable institucionalidad de la gestión del servicio civil. A su vez, a 2012 logró mejoras en materia de tecnologías de la información y la comunicación y en los sistemas de información (planificación); de movilidad geográfica de los funcionarios (gestión del empleo); de gestión del rendimiento (a través de la elaboración de un marco regular común de evaluación que sirve de referencia para los modelos de evaluación de desempeño institucionales (modelos de evaluación de desempeños institucionales); de una mayor equidad y competitividad salarial entre las instituciones del régimen de servicio civil y las entidades descentralizadas (política de percentiles y reajustes), con lo cual ha mejorado la gestión de la compensación; y de iniciativas de abordaje del clima interno (muy débil en el pasado), avanzando así hacia una mejor gestión de las relaciones humanas y sociales. En el 2011 se le otorgó por ley la personería jurídica instrumental a la dirección general del servicio civil y posteriormente se otorgó al ministerio de planificación la rectoría de la política del empleo público. En el 2012 cabe destacar la sólida institucionalidad del servicio civil (que provee una fuerte base para la mejora) y la elevada capacidad técnica de la dirección general del servicio civil, lo que se refleja en una mayor valoración de la organización de la función de recursos humanos. Como parte de los desafíos pendientes, durante la última evaluación (2012) no se percibió una “dinámica de carrera” institucionalmente administrada (por lo que disminuyó la valoración de gestión del desarrollo), ante lo cual prevalecía la planificación individual, ni tampoco se había logrado una política de remuneraciones que sea fiscalmente sostenible y que además contribuya a una mejor atracción y retención de personal idóneo para el servicio civil. 191 2.17. Diagnóstico del servicio civil en Ecuador: Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: Al momento de la evaluación anterior (2004), el servicio civil ecuatoriano reflejaba debilidades en el sistema de mérito, y amplias inequidades remunerativas. El último diagnóstico del año 2011 mostraba avances a partir de la sanción de la nueva constitución; la elaboración del plan nacional para el buen vivir y la sanción y reglamentación de la ley orgánica del servicio público. La estrategia se plasmó en mejoras de la implantación del mérito, del ordenamiento salarial y del fortalecimiento de la institucionalidad de gobierno del sistema de servicio civil. En relación con la institucionalidad del servicio civil, en 2009 se creó el viceministerio del servicio público dependiente del ministerio de relaciones laborales. Se unificaron las funciones de entidad rectora en esta institución, que fue reconocida por el resto de la administración como el referente en el tema. A 2011, el mencionado viceministerio tenía como objetivo la 192 reestructuración de todas las instituciones del estado. Esto mejoró la organización de la función de recursos humanos. Por otra parte, se observaron una serie de mejoras: i) el sistema integrado de gestión financiera, a cargo del ministerio de finanzas, incluye un subsistema presupuestario de remuneraciones y nóminas que se aplicaba desde 2007, lo cual transparenta el gasto en personal (planificación); ii) se unificaron la clasificación de puestos y los grupos ocupacionales en todo el sector público (organización del trabajo); iii) se modificó el ingreso a la administración pública a través de concursos de oposición y mérito (gestión del empleo); iv) se unificaron los regímenes laborales de modo de reducir la inequidad en el sector público, a partir de lo cual desaparecieron los salarios altos y disminuyó la dispersión salarial (gestión de la compensación). Los importantes avances en la profesionalización del servicio civil logrados entre 2011 y 2014 no se ven reflejados en la puntuación debido a que se dieron con posterioridad al último diagnóstico. 2.18. Diagnóstico del servicio civil en El Salvador: 193 Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: El Salvador es el país que mayores progresos ha registrado de 2004 a 2012 en lo relativo a la profesionalización del servicio civil, según la metodología aplicada. Primero, se constituyó una entidad rectora a cargo del servicio civil, la subsecretaría de modernización, profesionalización del servicio civil y relaciones laborales, a cargo de la secretaría para asuntos estratégicos. Esto implicó un aumento de 30 puntos en el subsistema de organización de la función de recursos humanos. A su vez se avanzó en varios temas, por ejemplo: se actualizó la descripción de los puestos del gobierno central (con lo cual mejoró la organización del trabajo); se organizaron actividades de capacitación (lo que se vio reflejado en la gestión del desarrollo); se elaboró un diagnóstico de condiciones laborales y se creó una mesa de diálogo con los sindicatos (lo que se vio reflejado en el aumento de la gestión de las relaciones humanas y sociales). También se avanzó en la valoración de puestos, en la redacción de una nueva ley de servicio civil y en la homogeneización del sistema de evaluación de desempeño. 2.19. Diagnóstico del servicio civil en Guatemala: 194 Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: El diagnóstico del servicio civil no muestra cambios relevantes en comparación con el diagnóstico de 2004 (lo que se ve reflejado en el estancamiento del índice de desarrollo del servicio civil [IDSC]), producto de avances en algunos subsistemas que no lograron ir más allá del diseño de instrumentos técnicos y herramientas informáticas sin su aprobación política, acompañados por retrocesos en otros subsistemas, en particular en la gestión de las relaciones humanas y sociales. Entre los desarrollos técnicos que se realizaron pueden citarse el avance en el diseño y la programación de distintos módulos del sistema de información y administración de recursos humanos (SIARH) (liquidación de salarios, organización del trabajo y gestión del empleo), y la finalización del diseño conceptual de los subsistemas de gestión de la compensación y gestión del rendimiento, a lo que se suma una mejora del subsistema de planificación. Además, se actualizó el plan de clasificación de puestos, que derivó en la elaboración de un nuevo manual general de ocupaciones, y en la definición y redacción de un reglamento general de evaluación de desempeño. Pese a que ambos instrumentos aún no se han aplicado, se incrementó la valoración del subsistema de gestión del rendimiento. La mesa de diálogo constituida en 2008 fue perdiendo protagonismo en la medida en que fue dilatando el respaldo político para la sanción de la nueva ley de servicio civil. 195 2.20. Diagnóstico del servicio civil en Honduras: Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: En la última década el servicio civil de Honduras se ha mantenido estable respecto del análisis anterior, lo cual se ve reflejado en una variación de solo un punto del índice de desarrollo del servicio civil, pese a que los índices y subsistemas sí sufrieron variaciones. Estos cambios evidencian en parte los desafíos surgidos en 2009 en virtud de la situación política del país, y los esfuerzos de Honduras por recobrar su misión institucional. Al respecto, aunque muy tibiamente, la dirección general del servicio civil (DGSC) procuró poner un freno formal a la arbitrariedad en la designación de personal, con lo cual mejoró la gestión del empleo; implementó un sistema de evaluación de desempeño, lo que se vio reflejado en un incremento del subsistema de gestión del rendimiento; y presentó un proyecto de ley de carrera administrativa para su discusión en el congreso. Específicamente, en 2009 se publicó el reglamento de la ley de servicio civil, mientras que en 2011 196 se presentó un anteproyecto de la ley de carrera administrativa y función pública. El mayor avance consistió en el sostenimiento y la profundización del sistema integrado de la administración de los recursos integrados, que a 2012 incluía más funciones y más trabajadores (lo cual mejoró la planificación). Además, se mejoraron los espacios de diálogo entre el presidente y las organizaciones de la sociedad civil (OSC), incluidos los sindicatos de los empleados públicos (esto repercutió en una mejor gestión de las relaciones humanas y sociales). Los importantes avances logrados en una mejor contención de la masa salarial registrados a partir de 2013 no se ven reflejados en esta evaluación. 2.21. Diagnóstico del servicio civil en México: Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: Al momento de la evaluación anterior (2004), el servicio civil mexicano se encontraba en la primera etapa de implementación de la ley de servicio 197 profesional de carrera, la cual estaba focalizada en los cargos directivos y no de base. El índice de desarrollo del servicio civil, del diagnóstico de 2013 se mantuvo estable respecto de la evaluación anterior. En estos años, la ley del servicio profesional de carrera, atravesó distintos períodos. Algunos se caracterizaron por un alto nivel de implementación de la ley, con avances en varios subsistemas (por ejemplo, en organización del trabajo y planificación, debido a la mejora en la descripción de puestos y perfiles, la cobertura de los catálogos de puestos y el registro en RH Net, respectivamente). En otros períodos, la implementación de la ley no contó con tanta prioridad. Por un lado, se flexibilizó el ingreso al servicio profesional de carrera (SPC) a través de nombramientos provisorios, lo cual trajo aparejado un descenso de la gestión del empleo. Por otro lado, se impactó negativamente la organización de la función de recursos humanos debido al debilitamiento de la entidad rectora, específicamente al menor protagonismo de la secretaría de la función pública (en comparación con las instituciones sectoriales). Finalmente, otro de los desafíos radica en la gestión de la compensación, donde los puestos de base gozan de incrementos salariales anuales en línea con el índice de inflación, mientras que se registran dificultades en la competitividad salarial del personal de mando y el servicio profesional de carrera, debido al congelamiento salarial mantenido durante la última década, lo que ha producido traslapes en el tabulador, generando inequidad. 198 2.22. Diagnóstico del servicio civil en Nicaragua: Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: Al momento de la evaluación de 2004 el servicio civil nicaragüense recién había sancionado y reglamentado la ley de servicio civil, marcando un hito en la historia del país. A 2012, el cuadro de situación presentó una mejora como resultado de la implementación de esta ley. Se destacan el proceso de clasificación de puestos, la conformación de familias funcionales y el perfil por rol (con lo cual mejoró el subsistema de organización del trabajo); y la consolidación de la entidad rectora, la dirección general de la función pública, gracias a la estabilidad del equipo y al incremento de sus capacidades técnicas (lo que se ha visto reflejado en el incremento del puntaje de la organización de la función de recursos humanos). Además, la consolidación de instancias de garantías y apelaciones (comités de selección, supervisión de la dirección general de la función pública y la corte de apelaciones del servicio civil. 199 Por su parte, en el plano de las mejoras deben mencionarse el desarrollo inicial de un nuevo sistema de información (lo que ha causado la mejora en planificación); la prueba piloto en 10 instituciones “modelo” del nuevo esquema de evaluación de desempeño; y el desarrollo de un nuevo marco conceptual de carrera administrativa, lo cual optimizó la Gestión de la Compensación. Sobresalen como factores causales positivos: la evolución del proceso de modernización, una planificación estratégica de la secuencia de procesos a implementar según la ley 476, la estabilidad de los funcionarios políticos y técnicos de la dirección general de la función pública y, como base necesaria, la voluntad política de las autoridades gubernamentales de dar continuidad al proceso. 2.23. Diagnóstico del servicio civil en Panamá: 200 Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: La situación del servicio civil panameño a 2012 había mejorado considerablemente respecto de la evaluación de 2004. Este avance se reflejaba en la obtención de más del doble del puntaje en el índice de desarrollo del servicio civil, y en una mejor valoración de todos los subsistemas de gestión de recursos humanos. A lo largo de esta década, se creó una entidad rectora para el servicio civil de panamá, la dirección general de carrera administrativa, lo que se ha visto reflejado en los 30 puntos de mejora de la organización de la función de recursos humanos. Por otra parte, se avanzó en el campo de la gestión del empleo (provisión de cargos a través de concursos según lo establecido por el procedimiento ordinario de ingreso, la gestión del desarrollo (incorporación de funcionarios a la carrera administrativa mediante el procedimiento especial de ingreso y la gestión de las relaciones humanas y sociales (a partir de la cooperación entre gobierno y sindicatos, y la constitución de instancias de conciliación). Sin embargo, la sanción de la ley 43, mediante la cual se dejó sin efecto el proceso de acreditación vía procedimiento especial de ingreso y se autorizó la contratación por fuera del el procedimiento ordinario de ingreso (lo que hizo que se detuviera el ritmo de los concursos y creciera el margen para contrataciones relativamente más discrecionales), presentó un desafío a estos avances. Esto, a su vez, impactó de lleno en la calidad de las relaciones laborales y empañó algunos esfuerzos de la dirección general de la carrera administrativa en materia de evaluación de desempeño (que no pudieron aplicarse, dado que la ley 43 dejó sin efecto los nombramientos de la junta técnica, entidad encargada de aprobar los instrumentos de gestión de recursos humanos). 201 2.24. Diagnóstico del servicio civil en Paraguay: Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: En el período transcurrido desde la última actualización del diagnóstico en 2004 hubo cambios sustanciales en la situación político institucional de la gestión del servicio civil de Paraguay. Se instaló en la agenda pública la importancia de abordar la profesionalización de la función pública y mejorar sus niveles de eficiencia, transparencia e inclusión. La secretaría de la función pública, se constituyó como protagonista principal de este proceso, con lo cual mejoró la organización de la función de recursos humanos. Se realizaron avances tanto institucionales como de disponibilidad e implantación de nuevas herramientas de gestión. Entre los primeros cabe citar la jerarquización del rol de la secretaria de la función pública, el aumento de sus recursos humanos, presupuesto y espacio 202 físico; el fortalecimiento de las unidades de gestión de personas en un gran número de instituciones, y el desarrollo y uso incipiente de herramientas de planificación. Entre los avances relativos a las políticas específicas de recursos humanos, se destaca la mejora de la información cuantitativa disponible (con lo cual se optimizó la planificación), el aumento de los puestos ocupados por concurso (lo que influyó positivamente en la gestión del empleo), el importante desarrollo de actividades de capacitación, y la apertura del instituto nacional de administración pública de Paraguay (los dos últimos avances incrementaron el puntaje de la gestión del desarrollo). 2.25. Diagnóstico del servicio civil en Perú: Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: Al momento de la evaluación anterior (2004), convivían en el sector público peruano un régimen laboral público y un régimen laboral privado, rigiendo condiciones de trabajo muy disímiles bajo cada uno de ellos. La evaluación finalizada en 2011 previa a la ley del servicio civil de 2013, mostró notorios avances, lo que se vio reflejado en la obtención del doble del puntaje en el índice de desarrollo del servicio civil, y en un aumento en todos 203 los subsistemas e índices. Se fortaleció la institucionalidad del servicio civil con la creación de servir como entidad rectora, y la profesionalización del segmento directivo del empleo público con el cuerpo de gerentes públicos. Como se mencionara anteriormente, el principal foco de las mejoras tuvo lugar en la organización de la función de recursos humanos, gracias a la creación y puesta en funcionamiento de la entidad rectora, y en la organización del trabajo y la gestión del empleo, que se fortalecieron por la mejor calidad de los procesos de reclutamiento y concurso. También se mejoraron la gestión del rendimiento y la gestión del desarrollo, a partir de la reimplantación progresiva de la cultura de la evaluación y su vinculación con la detección de necesidades de formación. La gestión de la compensación mejoró gracias a la mayor protección de los funcionarios bajo contrato, que pasaron del régimen de servicios no personales al de contratos administrativos de servicios. Al equiparar la protección social de estos empleados con los de planta, disminuyó la inequidad relativa. 2.26. Diagnóstico del servicio civil en República Dominicana: 204 Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: En la última década el servicio civil dominicano ha logrado importantes avances en el marco normativo (nueva ley de función pública de 2008; constitución de 2010 que incorpora y protege principios de servicio civil; y la nueva ley de política salarial de 2013, aunque posterior a este diagnóstico), y el reposicionamiento de la rectoría de la función pública al nivel del gobierno central (con lo cual mejoró la organización de la función de recursos humanos). Por otra parte, la República Dominicana avanzó en la creación de un sistema de administración de personal, con lo cual mejoró la planificación; la incorporación de funcionarios en la carrera; la racionalización de las estructuras organizativas de las instituciones estatales; el ordenamiento de los manuales de clasificación de puestos; y la introducción de competencias (lo que se vio reflejado en la organización del trabajo). A esto se sumaron: mejoras en materia de gestión de las relaciones humanas y sociales (crecimiento del número de asociaciones profesionales), la puesta en marcha de la gestión del rendimiento basado en competencias y resultados, y las innovaciones en la gestión del desarrollo, a través de la formación especializada y la capacitación continua. La nueva constitución nacional, que entró en vigencia en 2010, reforzó la función del servicio civil, incorporando modificaciones y salvaguardando los principios de la gestión profesional de recursos humanos del estado. 205 2.27. Diagnóstico del servicio civil en Uruguay: Fuente: Banco Interamericano de desarrollo (2014). Análisis y discusión: El diagnóstico anterior del servicio civil en Uruguay (2004) reflejó que, pese a la disminución causada por las restricciones al ingreso que se impusieron desde 1996 y por los retiros incentivados, la tradicional burocracia del país seguía siendo de gran tamaño, además de tener baja competitividad y estar poco articulada con los objetivos estratégicos del gobierno. De acuerdo con la evaluación de 2013, el servicio civil uruguayo logró avances tanto institucionales como de disponibilidad e implantación de nuevas herramientas de gestión. Entre los primeros, cabe citar la sanción de la Ley 18.508 de negociación colectiva en el marco de las relaciones laborales en el sector público; la elaboración, negociación y aprobación del estatuto del funcionario; y la ampliación de las competencias de la oficina nacional del servicio civil (con lo cual mejoró la organización de la función de recursos humanos en lo relativo al reclutamiento y a la selección). 206 Entre los avances asociados a políticas específicas de recursos humanos, se destacan la implantación del portal Uruguay concursa y el aumento progresivo de los concursos de méritos y oposición (con lo cual mejoró la gestión del empleo), la reorganización de la escuela nacional de administración pública (lo que se vio reflejado en la gestión del desarrollo), y el fortalecimiento de la oficina nacional del servicio civil y su mayor articulación con las áreas de gestión de recursos humanos dependientes de los distintos ministerios. 3. De las encuestas: 3.1. Pregunta N° 01: - ¿Considera usted que la ley N° 30057 – Ley del servicio civil, vulnera los derechos colectivos de trabajo de los empleados públicos del estado peruano?. Fuente: Elaboración propia del autor, teniendo como base las encuestas planteadas a los integrantes de los diferentes gremios sindicales encuestados. 207 3.2. Pregunta N° 02: - ¿Considera usted que ley N° 30057 – Ley del servicio civil, debería aplicarse a todos los empleados públicos del estado peruano?. Fuente: Elaboración propia del autor, teniendo como base las encuestas planteadas a los integrantes de los diferentes gremios sindicales encuestados. 208 3.3. Pregunta N° 03: - ¿Cuáles cree usted, que serían los efectos de la aplicación de la ley N° 30057 – ley del servicio civil, dentro de la administración pública?. Fuente: Elaboración propia del autor, teniendo como base las encuestas planteadas a los integrantes de los diferentes gremios sindicales encuestados. 209 3.4. Pregunta N° 04: - ¿Deberían estar comprendidos en la ley N° 30057 – ley del servicio civil, los funcionarios que no están comprendidos en la primera disposición final transitoria?. Fuente: Elaboración propia del autor, teniendo como base las encuestas planteadas a los integrantes de los diferentes gremios sindicales encuestados. 210 3.5. Pregunta N° 05: - Por todo lo expuesto. ¿Qué considera usted, que debería de realizarse con la ley N° 30057 – ley del servicio civil? Fuente: Elaboración propia del autor, teniendo como base las encuestas planteadas a los integrantes de los diferentes gremios sindicales encuestados. 4. Interpretación de los resultados: 4.1. Respecto de la pregunta N° 01: Respecto, de la pregunta planteada, un 45% del total de los encuestados opinaron que, la ley del servicio civil si vulnera los derechos colectivos de trabajo, ya que limita la negociación colectiva. Un 35% del total de los encuestados, opinaron que, la ley del servicio civil vulnera los derechos colectivos de trabajo, porque limita el ejercicio del derecho a la huelga. Un 15%, opina que la ley del servicio civil vulnera los derechos colectivos de trabajo de los empleados públicos, porque transgrede los convenios de la OIT ratificados por el Perú. Mientras que un 5%, opina no sabe, no opina; respecto del tema. 4.2. Respecto de la pregunta N° 02: Respecto, de la pregunta planteada a los encuestados, el 50% cree que la ley del servicio civil debería aplicarse a todos los funcionarios públicos, 211 porque los otros regímenes laborales que operan actualmente en la administración pública, forman parte del régimen laboral público. El 30% de los encuestados, cree que los trabajadores excluidos en la primera disposición final transitoria de la ley servir, también pertenecen al régimen laboral público. El 15% de los encuestados, cree que no debería aplicarse a todos funcionarios públicos, porque, la primera disposición final transitoria de la ley servir, excluye a trabajadores de otros regímenes laborales públicos. El 5% de los encuestados no sabe, no opina; respecto del tema. 4.3. Respecto de la pregunta N° 03: Respecto de la pregunta planteada a los encuestados, un 50% de los encuestados, cree que las consecuencias de la aplicación de la ley del servicio civil, generaría despidos arbitrarios. Un 25% del total de los encuestados, opina que una de las consecuencias de la aplicación de la ley del servicio civil, sería que generaría huelgas indefinidas. Un 11% opina, que las consecuencias serían que vulneren los convenios de la OIT ratificados por el Perú. Finalmente un 5% de los encuestados, cree que ninguna de las opciones anteriores seria la consecuencia de la aplicación de la ley del servicio civil. 4.4. Respecto de la pregunta N° 04: Respecto de la pregunta planteada a los encuestados, el 40% de los encuestados, creen que todos los funcionarios que no están comprendidos en la primera disposición final transitoria, deberían estar comprendidos en la ley servir, porque todos los trabajadores del estado pertenecen al régimen laboral público. Un 30% de los encuestados, opina que los trabajadores excluidos en la primera disposición de la ley servir, también pertenecen al régimen laboral público. Un 25% de los encuestados opina que no debería incluirse a los funcionarios excluidos en la primera disposición final transitoria que, porque asi lo establece la ley del servicio civil. Finalmente, un 5% de los encuestados, no sabe, no opina; al respecto. 4.5. Respecto de la pregunta N° 05: Respecto de la pregunta planteada, un 70% de los encuestados opinaron que la ley del servicio civil debería de derogarse ya que vulnera los 212 derechos colectivos de trabajo de los empleados públicos, un 25% opino que la ley del servicio civil debería de modificarse para evitar la vulneración a los derechos colectivos de trabajo, y 5% de los encuestados, no sabe, no opina al respecto. 213 Capítulo VI: Conclusiones y recomendaciones 1. Conclusiones: - La naturaleza jurídica de la negociación colectiva, es ordinariamente, una disposición general elaborada a través de un procedimiento especial de carácter convencional. Así mismo, se dice que la misma, es el acto concertado en una mesa de negociación para la elaboración de un acuerdo sería el de una propuesta o medida preparatoria de una disposición de carácter general cuyo único fin resultaría ser el órgano de gobierno del correspondiente ámbito. Entendida en otras palabras, podemos decir que, la naturaleza jurídica de la negociación colectiva, se basa en un arreglo o negociación que surge como un contrato, pero que tiene el efecto jurídico de superar la legislación preexistente, reconociendo garantías y derechos superiores debidamente consagrados dentro de la ley. - El tribunal constitucional ha establecido en su abundante jurisprudencia que, respecto de los derechos colectivos de trabajo debe entenderse que; la libertad sindical es aquel atributo directo que relaciona un derecho civil y un derecho político, y se vincula con la consolidación del estado social y democrático de derecho, ya que constitucionaliza la creación y fundamentación de las organizaciones sindicales. Así mismo, esta, tiene como contenido esencial un aspecto orgánico, que consiste en la facultad de toda persona de constituir organizaciones con el propósito de defender sus intereses gremiales y un aspecto funcional, Y como aspecto funcional la facultad de poder de afiliarse o no afiliarse a este tipo de organizaciones. En cuanto, a la negociación colectiva, se dice que es el acuerdo que permite crear, modificar o extinguir derechos y obligaciones referidos a remuneraciones, condiciones de trabajo, productividad y demás aspectos concernientes a las relaciones laborales, en donde este derecho se expresa principalmente en el deber del estado de fomentar y estimular la negociación colectiva entre los empleadores y trabajadores, conforme a las condiciones nacionales, de modo y que la convención colectiva que se deriva de la negociación colectiva tiene fuerza vinculante en el ámbito de lo concertado, y, finalmente, respecto de la huelga, consiste en la suspensión colectiva de la actividad laboral, la misma que debe ser previamente acordada por la mayoría de los trabajadores, la misma que debe ser conforme a la constitución y al ordenamiento jurídico vigente, ya que dicho ejercicio comporta el respeto de los derechos de terceros, en particular 214 de los del empleador. En tal sentido, nuestro sistema jurídico prescribe, prohíbe y sanciona los actos violentos y aquellos que puedan configurar delitos. - Dentro de las disposiciones de la ley del servicio civil, podemos encontrar que los artículos 34° inciso b, 40°, 42°, 44°, 49°, primera disposición complementaria final tercera disposición complementaria final, cuarta disposición complementaria final, undécima disposición complementaria final, vulneran los derechos colectivos de trabajo consagrados en la constitución en los artículos 23°, 24°, 26°, 28°, 43°, 51°, 139° - En la actualidad, existen 15 regímenes laborales en las entidades del estado, entre generales y especiales, lo cual conlleva a un desorden en la administración pública en la medida que cada régimen implica distintos derechos y deberes para los empleados públicos. En tanto se implemente de modo integral, la nueva Ley del servicio civil, el sistema administrativo de gestión de recursos humanos comprenderá a los regímenes de carrera y formas de contratación de servicios de personal utilizados en la administración pública, con excepción de algunos regímenes especiales. - Dentro de los convenios de la organización internacional del trabajo en materia de derechos colectivos de trabajo que han sido ratificados por el Perú, tenemos, el convenio de la OIT N° 87, el convenio de la OIT N° 98 y el convenio de la OIT N° 151. - Dentro de los regímenes laborales del sector público que se encuentran enmarcados dentro de la ley servir, tenemos: Decreto legislativo N° 052 – Ley orgánica del ministerio público, Decreto legislativo N° 1149 – Ley de la carrera y situación del personal de la policía nacional del Perú, Decreto legislativo N°1057 - Ley que regula el régimen especial de contratación administrativa de servicios, El decreto legislativo N° 276 – Ley de bases de la carrera administrativa y de remuneraciones en el sector público, Ley N° 23536 – Ley que establece normas generales que regulan el trabajo y la carrera de los profesionales de la salud, Ley N° 23733 – Ley universitaria, Ley N° 28091- Ley del servicio diplomático de la república, Ley N° 28175 - Ley marco del empleo público, Ley N° 28359 – Ley de situación militar de los oficiales de las fuerzas armadas, Ley N° 29079 – Ley de la carrera especial pública penitenciaria, Ley 215 N° 29277 – Ley de la carrera judicial, Ley N° 29944 – Ley de la reforma magisterial. 2. Recomendaciones: - Derogar, los artículos 40°, 43°, 44° y 45° de la ley N° 30057 - Ley del servicio civil; ya que vulneran los derechos colectivos de trabajo de los empleados públicos del Perú. - Promover una iniciativa legislativa para reemplazar los 40°, 43°, 44° y 45° de la ley N° 30057 - Ley del servicio civil; para poder garantizar el cumplimiento y el respeto de los derechos colectivos de trabajo en la ley del servicio civil. 216 Bibliografía 1. Barajas, M. d. O. S. (1996). Conceptos Básicos del derecho del Trabajo. México: Editorial Porrúa. 2. Becerra, B. J. (1982). El proceso civil en México, 10a. ed., México. Porrúa. 3. Bueno, M. O. (1993). Dimito Colectivo do Trabalho. San Paulo. 4. Caballero, O. J. L. (2000). Los órganos constitucionales autónomos: más allá de la división de poderes. Anuario del Departamento de derecho de la universidad iberoamericana, N° 30. México: Universidad Iberoamericana. 5. Carpizo, J. (2009). El Tribunal Constitucional y sus límites. 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Derecho Colectivo del Trabajo. Lima: Librería Studium S.A. 27. Prieto, S. L. (2003). Justicia constitucional y derechos fundamentales. Madrid: Trotta. 28. Rendón, V. J. (1994). Manual de Derecho del Trabajo Colectivo. Lima: Ediciones Edial. 29. Russomano, M. V. (1982). Derecho del trabajo. México: Cárdenas Editor. 30. Sagüés, N. P. (1989). Derecho procesal constitucional Buenos Aires: Astrea. 31. Stern, K. (1987). Derecho del Estado de la República Federal Alemana. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales 32. Santos, A. H. (1991). Diccionario Jurídico Mexicano, 4a. ed. México: Porrúa. 33. Trujillo, R. M. A. (1987). La posición del Tribunal Constitucional en el sistema de los órganos supremos del Estado. p.118. Consulta: 05 de Octubre del 2015, <www.dialnet.uniriola.es/servlet/fichero_articulo?codigo=816260>. 218 Legislación 1. Constitución política del Perú de 1993. 2. Decreto supremo N° 010-2003-TR - Ley de relaciones colectivas de trabajo. 3. Decreto legislativo N° 276 - Ley de bases de la carrera administrativa y de remuneraciones en el sector público. 4. Ley N° 28175 - Ley marco del empleo público. 5. Decreto legislativo N°1057 - Ley que regula el régimen especial de contratación administrativa de servicios. 6. Ley N° 30057 - Ley del servicio civil. 7. Convenio de la OIT N° 87. 8. Convenio de la OIT N° 98. 9. Convenio de la OIT N° 151. 219 Jurisprudencia I. Sindicación 1. Expediente N° 0008-2005-PI/TC. 2. Expediente N° 1124-2001-AA/TC. 3. Expediente N° 1124-2001-PA. 4. Expediente N° 1469-2002-AA/TC. 5. Expediente N° 1469-2002-AA/TC. 6. Expediente N° 206-2005-AA/TC. 7. Expediente N° 3311-2005-PA. 8. Expediente N° 632-2011-AA/TC. II. Negociación colectiva 1. Expediente N° 008-2005-PI. 2. Expediente N° 3311-2005-PA/TC. III. Huelga 1. Expediente N° 3311-2005-PA/TC. 2. Expediente N° 0008-2005-PI/TC. IV. Inconstitucionalidad sobre ley N° 30057 1. Expediente N° 00018-2013-PI/TC. 220 Anexos 221 ENCUESTA 1. ¿Considera usted que la ley N° 30057 – Ley del servicio civil, vulnera los derechos colectivos de trabajo de los empleados públicos del estado peruano? Sí No Porque:-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------2. ¿Considera usted que ley N° 30057 – Ley del servicio civil, debería aplicarse a todos los empleados públicos del estado peruano? Sí No Porque:-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------3. ¿Cuáles cree usted, que serían los efectos de la aplicación de la ley N° 30057 – ley del servicio civil, dentro de la administración pública? A) B) C) D) E) Despidos arbitrarios. Huelgas indefinidas. Vulneración de derecho a la libre sindicalización. Vulneración a los convenios de la OIT ratificados por el Perú. Ninguna de las anteriores. 4. ¿Deberían estar comprendidos en la ley N° 30057 – ley del servicio civil, los funcionarios que no están comprendidos en la primera disposición final transitoria? Sí No ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------5. Por todo lo expuesto. ¿Qué considera usted, que debería de realizarse con la ley N° 30057 – ley del servicio civil? A) Derogarse. B) Modificarse. C) No sabe, no opina 222