Siete amigos sin límites caminan ... Parque Natural del Cabo de Gata - Níjar.

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Siete amigos sin límites caminan por el
Parque Natural del Cabo de Gata - Níjar.
Cuando Motril aún dormía, a las 04:30 de la madrugada del
pasado domingo 4 de marzo del presente 2012, seis caminantes sin límites, iniciaron la
marcha rumbo a San José, en Almería. Primer punto de encuentro, en el que nos
esperaba nuestro compañero Emilio con los dorsales. Para participar en el IV Trail Cabo
de Gata-Nijar, organizado por el Club de Montaña Aquéatacamos.
Un café, acompañado por las torrijas de Juani, nos dio
ánimos y despertó nuestros sentidos.
Los autobuses de la organización nos trasladaron a
Rodalquilar, desde donde estaba prevista la salida.
A las 08:30 salimos los senderistas. A las 10, saldrían los
corredores. Un total de 600 participantes.
Iniciamos el recorrido en este singular poblado, cargado de
historia. Carmen de Burgos hace una descripción que perdura a través de los tiempos de
la tierra que la vio nacer el año 1867: “Rodalquilar forma un semicírculo de tierra
labrada y verdeante, con algo de apariencia de anfiteatro. Las roquízas montañas
alzan sus muros como si quisieran abrigarlo y defenderlo de la vulgaridad de la
vida civilizada, adurmiéndolo en sus abruptos senos de piedra. Sólo por oriente se
había derrumbado su pared de circo romano, y por el desgarrón las aguas
prolongaban el azul del cielo y extendían el horizonte hacia la fronteriza costa de
Argelia, como si en su continuo batir hubieran socavado y hundido su muralla”
http://www.bibliotecavirtualdeandalucia.es/opencms/lecturas-pendientes/002punal_claveles.html
Caminamos por un precioso valle enclavado en una caldera
volcánica. Al fondo a lo lejos una torre vigía se asoma a las azules aguas del mar. El
paisaje va cambiando conforme nos acercamos a la Rambla de Las Granadillas. Los
juncos y las adelfas nos acompañan hasta que el camino va ganando altura lentamente.
Estamos subiendo el Cerro del Cinto. Conforme avanzamos se van dibujando siluetas a
lo lejos. Sierra Nevada al fondo, Gádor, mas cerca. Sierra Alhamilla, también se divisa.
A nuestra derecha, se extiende un desierto con pinceladas verdes. Superada la subida,
continuamos por una vereda llana que va bordeando el Cerro. Nos acercamos ahora a la
zona de extracción de las minas. El oro se descubrió en esta zona entre los años 1880 y
1885. Aunque, el periodo mas importante de explotación, sería entre los años 1943 y
1966. Muy cerca, a unos siete kilómetros de la salida, nos encontramos con el primer
avituallamiento. La fruta y las bebidas isotónicas nos hacen recuperar fuerzas. El sol
hace acto de presencia. Cambiando la brisa fresca que nos venía acompañando por una
agradable temperatura. Más ligeros de ropa, enfilamos una larga llanura entre pitas y
chumberas, junto a tierras que, antaño, fueran de cultivo. Nos vamos acercando a las
inmediaciones del Cortijo del Fraile. Por sus alrededores huele a libertad, a claveles
rojos de pasión, amores envueltos en tragedia. Las voces de Pura y de José, se
entremezclan por el aire envueltos en un vestido de novia ensangrentado. “Con un
cuchillito que apenas cabe en la mano, pero que penetra fino por las carnes
asombradas y allí se para, en el sitio donde tiembla enmarañada la oscura raíz del
grito”.
Conforme nos acercamos a Los Albaricoques, nuestro
sueño lorquiano se esfuma y nuestra imaginación nos lleva a encontrarnos ante un duelo
de pistoleros en un imaginario pueblo de la frontera de Méjico.
Giramos a la izquierda en busca de la Rambla de las
Presillas. El agua fresca y las barritas de chocolate con cereales, que nos ofrecieron los
organizadores, hicieron más llevadero nuestro caminar. Seguimos en dirección a Los
Escullos. El piso es algo irregular. La estampa del paisaje verdea. Dando paso a las
primeras flores de la primavera. Pasamos junto a una granja de animales con tierras
sembradas de cereales, que esperan la lluvia para su salvación. Nos desviamos a la
derecha en busca de una ramblilla que amortigua nuestros pasos con sus arenales.
Buscamos el Pozo de Los Frailes. El blanco de sus fachadas, jardines de lirios,
cactus y geranios, adornan sus calles.”Una vieja noria sigue viendo pasar el tiempo”
La meta está cerca. Corredores y senderistas transitan juntos. El semblante nos
cambia con la señal del último kilómetro. Se oye la música a lo lejos. Cruzamos bajo un
puente: Apareciendo al fondo unos letreros luminosos y un arco gigante. La fiesta ha
comenzado. Nuevamente somos agasajados por la organización. Nos regalan una
bandeja de tomates, fruta y un ejemplar de La Voz de Almería. El aroma de la paella
nos envuelve. Mientras, leemos las noticias del día. Nos acercamos para degustar el rico
manjar. La presencia de Amigos sin Límites, llama la atención del alcalde. Nos pregunta
si conocemos a D. Carlos Rojas y hablamos de las bondades de Motril, la caña de
azúcar etc. Nos pide que saludemos de su parte a nuestro alcalde.
Nuestra más sincera felicitación a D. Antonio Jesús Rodríguez por darnos la
oportunidad de conocer los mas bellos rincones del Parque Natural del Cabo de GataNíjar y, como no, a los componentes del Aqueatacamos por el exquisito trato que nos
han dispensado en todo momento.
A las tres de la tarde regresamos a nuestra ciudad. Con la ilusión de que,
algún día, seremos nosotros los anfitriones.
Mª Ángeles, Juani, Pepe, Javier, Juan, Emilio y el que suscribe, guardamos un
grato recuerdo de nuestra participación en esta prueba.
Pedro Castillo
Motril 04 de marzo de 2012
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