8a Especial Zócalo Saltillo Miércoles 13 de enero de 2010 E s y a u n r e f e r e n t e m u n d i a l Para trenes y aviones... n e s o h c los he Bombardier ha puesto en alto el nombre de nuestro país a nivel internacional inauguración de nuestra otra nave industrial, en febrero de 2008, en el Parque Aeroespacial de Querétaro; ahí empezamos a trabajar en el fuselaje trasero de nuestro avión Global Express”. EL UNIVERSAL Zócalo | México, DF H ace 18 años, Bombardier inició la travesía de instalarse en México en un sector que estaba en declive. En 1991 compró a la paraestatal Constructora Nacional de Carros de Ferrocarril (Concarril), ubicada en la que fue la metrópolis industrial “modelo” hasta la década de 1980: Ciudad Sahagún, Hidalgo. Hoy, la firma canadiense, valuada en más de 600 millones de dólares, ha puesto a salvo a esta industria y en alto el nombre de México a nivel internacional. Bombardier México es el principal fabricante –con una participación de 69%– del mercado de carros del Sistema de Transporte Colectivo Metro, con 100% de los trenes eléctricos del DF y Guadalajara, y con 70% de los vagones construidos del Metrorrey. Además, es la abastecedora de trenes en varios estados de la Unión Americana, y fabrica el Skytrain, un tren que transportará a los visitantes de los Juegos Olímpicos de Invierno, a celebrarse en Vancouver, Canadá en febrero de 2010. Esa experiencia llevó a la empresa a incursionar en otros sectores. En octubre de 2005 anunció una inversión inicial de 200 millones de dólares –que hoy asciende a 450 millones de dólares– para desarrollar una industria inexistente en México: la aeroespacial, que pondrá a México en un futuro próximo, también, como referente mundial, como la nación en fabricar el primer avión con componentes totalmente nuevos a base de aleaciones no metálicas, con materiales de composita de carbono, 100% desarrollados y manufacturados en el país. Flavio Díaz Mirón, representante en jefe para México de Bombardier, narra en entrevista la experiencia de crear esta industria que revolucionará el mercado aéreo en los próximos años, tal como ocurrió con la fabricación de trenes y vagones un par de décadas atrás. –¿Cuántos vagones han fabricado y cuál es su participación? “El Metro del DF tiene unos 3 mil 50 vagones, de los cuales hemos fabricado 69%; 100% de la flota de los trenes eléctricos del DF y Guadalajara son nuestros, así como 70% de los vagones del Metrorrey, que opera en Monterrey”. –¿Cuándo llegan a México y cuál es su primera impresión del sector transporte en el país? “Llegamos hace 18 años. Con base en la visión de crecimiento potencial que tenía el país, Bombardier decidió comprar a Constructora Nacional de Carros de Ferrocarril, manejada por el Gobierno, y a partir de entonces empezamos a fabricar material rodante, que es la palabra genérica para nombrar los trenes y los vagones del Metro”. –¿Cuánto ha invertido la empresa desde su llegada al país? “Es difícil calcular, pero si comparas una empresa de este tamaño, Bombardier vale entre 500 y 600 mdd. La empresa fabrica para el país y exportamos a EU; somos proveedores del sistema de transporte de Chicago, de Nueva Jersey y Montreal. Fabricamos en Ciudad Sahagún unos trenes que transportarán a los visitantes de los Juegos Olímpicos de Invierno en Vancouver, en febrero de 2010”. ¿Quién es? » Flavio Díaz Mirón es el representante en jefe en México para Bombardier desde mayo de 2006. » Estará a cargo de la expansión de los negocios de Bombardier Transportation en Chile, Argentina y Venezuela. » Antes de representar a Bombardier fue director legal y de Relaciones Gubernamentales en Ford México, y ocupó cargos importantes en Schlumberger. Fabricaremos en México la mayor parte del Learjet 85. Lo entregaremos en 2013, pero las turbinas no hay fecha aún. El exterior y la arnesería serán fabricados en México”. fotos: zócalo | el universal –¿Cubren pedidos en el exterior? ¿Tienen proyectos para México? “Usamos la infraestructura para exportación porque en México no ha habido pedidos; pero estamos atentos a las licitaciones, como la del Suburbano 3, el Suburbano 2, la Línea 12 del Metro del DF y el Sistema de Transporte Eléctrico del DF y otros proyectos en Guadalajara; la Línea 3 en Monterrey y trenes en Yucatán”. –¿Son una empresa global? “Nos consideramos una empresa 100% mexicana en el sentido de que nuestros carros tienen contenido nacional, aunque el origen del capital es canadiense”. –¿Cuál es la experiencia de Bombardier en la industria aeronáutica en México? “Bombardier llegó a principios de 2004, luego de una conversación entre directivos de la empresa con el presidente Vicente Fox. En esa ocasión se habló de la inversión aeroespacial. Aprovechamos la experiencia y las capacidades y consideramos que México era un buen candidato para albergar una nueva industria y se puso a competir al país con otras naciones analizando las ventajas competitivas. “El 26 de octubre de 2005 se anunció una inversión por 200 millones de dólares en una etapa básica para los siguientes siete años. Bombardier rentó una planta en el parque de El Marqués, que está a las afueras de Querétaro, y pusimos nuestra primera casa. “Esta planta que rentamos fue para la fabricación de arneses (sistema nervioso eléctrico del avión) y decidimos que se hicieran componentes de los fuselajes medios de nuestros aviones Challenger 850; éste fue el primer gran proyecto de armado de componentes mayores, y cuando tomamos la decisión rentamos una nave vecina y nos hicimos enormemente grandes. “La primera etapa no se pudo haber materializado con un plan paralelo educativo que estuviera acordado con el Gobierno estatal y federal, porque no podríamos contratar con los Conalep, no podíamos capturar a la oferta estudiantil porque no tenía los conceptos básicos de ingeniería ni de estructuras ni de diseño aeroespacial. “Los gobiernos federal y estatal se dieron a la tarea de comprar programas de enseñanza y crearon la Universidad Tecnológica de Querétaro (UTEQ) y la Universidad Nacional Aeronáutica de Querétaro (UNAQ), para vincular a los jóvenes que querían emplearse en este sector”. –¿Promovieron alguna inversión? “No hicimos inversión, todo eso fue del estado, fue la condición que se impuso para desarrollar un cluster aeroespacial en Querétaro, en el cual en el segundo año ya realizábamos actividades correspondientes al quinto año del programa inicial. “Nos anticipamos, y al anticiparnos pedimos al Gobierno que se aceleraran los programas de enseñanza, por lo que el estado de Querétaro y la SEP hicieron un trabajo espectacular y crearon una universidad que respondió a la necesidad de Bombardier y de todas las empresas del ramo, creando así talento nacional con calidad de exportación a otros estados del país. “Ya instalados, recuerdo que nos acompañó el presidente Felipe Calderón a la ceremonia de Cuando hablamos de ser México el único país en el mundo en que se fabricará este avión es cierto. No existirá ninguna oficina en el mundo que fabrique lo que haremos aquí”. –¿Cómo convenció México a Bombardier para que se instalara en el país, además de la calidad de manufactura mexicana y la oferta estudiantil especializada? “México era la estrella de América Latina, una economía emergente, y en ese momento los análisis dividían al mundo en su capacidad de atracción de inversión y productiva. “Allí estaban Canadá, EU, Japón y Alemania, entre los más costosos para llevar a cabo sus procesos productivos, y del otro lado estaban Polonia, República Checa, Malasia, Rusia, Brasil, India, Indonesia, China y México. “Éste fue el marco temporal por el que tomamos la decisión de venir a México, que estaba como uno de los países más atractivos para la inversión extranjera, con una enorme capacidad y prestigio de manufactura, con experiencia en la industria automotriz”. –¿Querétaro ofreció terrenos, subsidios o apoyos fiscales? “No, el compromiso del Gobierno del Estado y el federal fue el de dotar de infraestructura, de oferta educativa y de un marco regulatorio que permitiera a esta industria desarrollarse con parámetros internacionales. “El Gobierno de México, en cumplimiento con lo ofrecido, firmó con las autoridades de EU el Acuerdo Bilateral de Seguridad Aérea. “La SCT entrena a personal para certificar y la primera oficina de BASA se abrirá en Guanajuato, el cual será un estímulo para desarrollar un corredor aeroespacial en el centro del país. Podría ser interesante porque entre más empresas se establezcan en la zona habrá mayor proveeduría; por eso es que llegamos a México”.