Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén Primera Edición, 2001 Segunda Edición 2003 Diagramación, Diseño e Ilustraciones Cristina Nora Gagliardo - Omar Cabrera Editorial: Fundación Julio Palacios Alderete 285 - Neuquén - Argentina fundacionjuliopalacios@usa.net Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 2 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén PRESENTACIÓN El trabajo científico que se presenta en homenaje al Matemático JULIO REY PASTOR, implica reconocer que el autor, JORGE GUALA VALVERDE, guarda admiración y respeto por este Maestro de la Matemática, que conoció en su adolescencia, pero no pudo entonces analizarlo, como lo hizo ahora a través de su formación académica. Recuerdo el semblante de fascinación del niño cuando lo enteré de que la Sociedad Astronómica Británica había honrado al sabio vecino con un cráter en la Luna, cercano al de Faraday. Mis escritos sobre la personalidad, vida y obra de Rey Pastor, fueron un desafío para que se conociera en el Sur de mi país, al eminente matemático, al miembro de la Real Academia, al conferencista, al cartógrafo, al historiador revisionista, al colonizador de la Patagonia, al fundador del pueblo donde nací y vivo, llamado General Enrique Godoy, donde también moró el autor del presente homenaje. Enseñar. Esa era su vocación; transmitir su formación enciclopédica que, con brillante inteligencia, constituían los elementos escenciales de ese gran profesor, que dominaba con profundidad y soltura los recovecos de su especialidad. Dije en su oportunidad “que este revivir paso a paso su transitar inquieto, me hace sentir el orgullo de haber sido su discípulo de entrecasa, que lo admiró como a un maestro, sin perder de vista la importancia de su figura en el contexto mundial, sabiendo que al ser receptor de sus conocimientos lo era también de su confianza y aprecio, porque de eso se nutría nuestra relación, junto con el común cariño a esta tierra del sur”. Si Julio Rey Pastor viviera, hablaría con afecto de JORGE GUALA VALVERDE, por pertenecer a los cultivadores de la ciencia, a los que exigía la practicidad de su aprendizaje, pues según sus propias palabras, “nadie como el técnico, que ha de manejar realidades y no abstracciones, debe ser exigente en claridad y precisión”. Y es claridad y precisión lo que el autor muestra, al puntualizar las diferencias que exhiben dos atributos de la materia hasta ahora tenidos por iguales, cuales son la masa de inercia y la masa gravitatoria. Antonio Garrido Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 3 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén INDICE A MODO DE PRÓLOGO INTRODUCCIÓN I DE ARISTÓTELES A NEWTON II SIGNIFICADO DE LA SEGUNDA LEY III LA METAFÍSICA DE NEWTON IV LAS LEYES DE LA GRAVITACIÓN DE NEWTON V ANÁLISIS DIMENSIONAL VI LA RELATIVIDAD DE MACH VII LA APROXIMACIÓN DE SCHRÖDINGER VIII LEY DE FUERZAS DE WEBER IX MECÁNICA RELACIONAL X ALGUNAS CONSECUENCIAS NOTABLES XI PRINCIPIOS GENERALES DE EQUILIBRIO XII CONSIDERACIONES FINALES Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 4 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén A MODO DE PRÓLOGO Julio Rey Pastor ha ejercido inocultable influencia sobre nuestras entonces juveniles mentes, principalmente a la hora de iniciar los estudios terciarios. Y no influyó tanto en la ingrata decisión sobre qué estudiar (pues habría que estudiar todo), sino sobre el cómo hacerlo. Es cierto que no pocas veces nos sentimos abrumados frente al desafío que esconde la pretensión de comprender, al menos en parte, lo que a la Humanidad le había demandado milenios cristalizar. Fue en esas críticas situaciones en las que el aliento del Maestro nos permitió recobrar fuerzas: “No se arredre el lector ante la imponente mole; pues la finalidad didáctica preside toda la obra . . . El abundante material . . . permitirá a profesores y alumnos sacar el máximo fruto de la obra; no para aprender todo su contenido - frase que sólo tendría sentido para un epítome- pero sí para entenderla y manejarla...” (*). No menos real, fue el optimista crédito que dio Rey Pastor a nuestras discutidas posibilidades de desempeñarnos dignamente en campos sobre los que ninguna tradición nos amparaba: “El vacío que una veintena de países cultos lamentaban. . . ha sido por fin llenado con esta obra metódica, en que culmina medio siglo de progreso de la familia hispano-parlante, alguno de cuyos miembros han ascendido ya desde su pasiva posición de espectadores en que se vivió durante muchos siglos, a la de actores de ese progreso, ingresando muy dignamente en la comunión internacional de la ciencia abstracta, que antaño se creía vedada a nuestra raza. Inexorable anatema divino con resignados creyentes egregios . . . que los hechos han desmentido rotundamente en pocos años de trabajo creador intenso, dejando de lado las repetidas divagaciones histórico-filosóficas sobre el manido tema.”(**) La deuda de gratitud que el autor tiene hacia el homenajeado motorizó la elaboración de este opúsculo que, aunque destinado a filósofos, matemáticos, cientistas, y teólogos, más lo está a las mentes jóvenes, desprovistas de prejuicios.. En el mismo se aborda una materia clave de la Filosofía natural, cual es el del origen de la inercia, tema éste que desveló a no pocos pensadores, comenzando por el propio Newton, ha ya más de trescientos años. Los recientes descubrimientos muestran que resulta estéril hablar de la inercia, entidad que se manifiesta localmente sobre la materia, sin a la vez referirse al continente (llámese espacio, Universo, ...). Y es aquí, precisamente, donde nace el interminable duelo entre absolutistas y relativistas. Los unos, con su concepción del espacio absoluto, entidad inmaterial con atributos de deidad, capaz de actuar sobre la materia sin que ésta pueda perturbarla. Los otros, aferrados al innegable hecho de que, a (*) J. Rey Pastor, P. Pi Calleja, C.A. Trejo, Análisis matemático, Volumen II. Sexta Edición *(1965). Editorial Kapelusz, Buenos Aires. (**) J. Rey Pastor, P. Pi Calleja, C. A. Trejo, Análisis matemático, Volumen III. Tercera Edición (1965). Editorial Kapelusz, Buenos Aires. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 5 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén escala humana, el movimiento de un cuerpo solo cobra sentido cuando se lo refiere a otro u otros cuerpos. No es nuestra intención tomar partido en tal pleito. Nos conformamos con acercar al lector pistas que le ayuden a comprender el estado actual de la materia. Lo cierto es que ya no puede aducirse que ningún esfuerzo dirigido a la comprensión del enigma de la inercia haya tenido éxito. Schrödinger y Assis supieron dar expresión matemática a los anhelos de Mach. Los contornos del problema se tornan menos difusos. Tomando distancia de los doctos contemporáneos de Galileo, a quienes daba vértigo mirar por el telescopio, hallamos de provecho dar un vistazo sobre la comarca en su conjunto. Sin emocionalidad ni ansiedades... “En la ciencia, como en los planos más profundos y vitales de la cultura, ai posteri l´ardua sentenza.”(***) Mi más sentido reconocimiento al vecino y amigo de antaño, Antonio Garrido. Gracias a él tuve, muy tempranamente, el raro privilegio de advertir la proximidad de un gran intelecto, orgullo para la tantas veces denostada comunidad hispano parlante. Jorge Guala Valverde (***) J. Rey Pastor, P. Pi Calleja, C. A. Trejo, Análisis matemático, Volumen I. Séptima Edición (1963). Editorial Kapelusz, Buenos Aires. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 6 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén INTRODUCCIÓN En el capítulo XXIV, TEORÍA DE LA MEDIDA, del volumen III de su tratado de ANÁLISIS MATEMÁTICO, Ejemplo 4, pág. 519 (subrayado nuestro), destaca Rey Pastor que: “El concepto de masa inerte intro-ducido mediante uno de los principios de la Mecánica newtoniana, no debe confundirse con el de masa gravitatoria que interviene en la ley de gravitación universal. Se comprende la distinción recordando los conceptos de masas magnéticas o eléctricas introducidos por las leyes de Coulomb. Pero así como la fuerza (acción dinámica manifestada por aceleraciones de masas inertes) en el caso eléctrico es proporcional al producto de las cargas eléctricas (causa) y no al de las masas inertes cuya aceleración provoca (efecto), en el caso gravitatorio dicha fuerza es precisamente proporcional a las masas inertes (por eso, según ya comprobó Galileo, todos los cuerpos en el vacío caen en el mismo lugar con igual aceleración), lo que permite identificar la masa inerte a la gravitatoria.” Trataremos de mostrar en las líneas que siguen, bajo qué condiciones de orden físico y matemático la aludida identificación entre ambas especies de masa es viable. Para lo cual nos valdremos, entre otras herramientas, del Análisis dimensional. Porque de que dos magnitudes sean proporcionales, no se infiere sin más que las mismas sean iguales. Refiriéndose a la proporcionalidad entre ambas magnitudes, dice Julio Palacios*: “La proporcionalidad de la masa inerte y de la gravitatoria, ..., es de tal tras-cendencia que los físicos han tratado de averiguar su grado de certidumbre. Newton dedujo que la diferencia entre la masa inerte y la ponderal no podía ser superior a 1/1.000 del valor de la masa. Bessel (1883) redujo dicho límite a 1/6.000 y Eötvos (1891) a 1/ 1.000.000.000. esta pasmosa concordancia revela que no puede tratarse de un hecho fortuito, y uno de los grandes problemas de la Física teórica contemporánea es buscar la explicación de este notabilísimo hecho experimental ”. Erwin Schrödinger, creador de la versión ondulatoria de la Mecánica cuántica, adelantó (1925) una posible vía para racionalizar tal pasmosa correlación.** En la última década, pudo Andrè Assis dotar de generalidad y rigor al pionero esfuerzo de Schrödinger. Logró Assis, valiéndose de la Ley de fuerzas de Weber, instrumentar el Principio de Mach. Quedaron entonces vinculadas ambas especies de masa, a través de una función universal que toma cuenta de la distribución de materia en el Universo y de la extensión espacial del mismo.*** * J. Palacios, Física General, Tercera Edición, Espasa Calpe, Madrid, (1965). ** E. Schrödinger, Annalen der Physik, 77, 325, (1925). *** A.K.T. Assis, Foundations of Physics Letters, 2, 301, (1989). Relational Mechanics, Apeiron, Montreal, (1999). Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 7 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén Y es esto lo que, por Los trabajos de Schrödinger y de Assis representan una elocuente muestra de la bondad que, en sí mismo, tienen los enfoques de un problema dado mediante aproximaciones sucesivas. La ley de fuerzas de la gravitación newto-niana nos ofrece buen ejemplo de ello pues, al ser representación estática**** de la realidad, admite ser ampliada, lo que permite vencer la anterior limitación. Caminos diferentes, han conseguido los autores de marras. El primero, valiéndose de consideraciones heurísticas; el otro, tomando como punto de partida la ley de fuerzas presentada con éxito por Wilhelm Weber (1846) con el objeto de sistematizar la electrodinámica. Ambos incluyeron en sus formulaciones la rapidez con que cambia la separación mutua de las partículas, y aún la rapidez con que esta última cambia (velocidad y aceleración relativas, respectivamente). El nuevo enfoque enriquece el primitivo modelo, con lo que no es necesario derribar la anterior construcción, como si de obsoleto tinglado se tratase. Antes bien, el nuevo regresa al primigenio en el dominio de las bajas (cuando comparadas con la de la luz) velocidades relativas. Todos sabemos que 1 + x + x2/2 x no es e . Aunque, en aquellas situaciones en que x no se aleje lo bastante de cero, la simple suma es sombra fiel de la exponencial, más que suficiente para no pocas aplicaciones. Pasa con la teoría que nos ocupa algo similar: la doctrina newtoniana tuvo tal potencia predictiva, dramáticamente exhibida con el descubrimiento, por vía de cálculo, del invisible Neptuno, que durante siglos bastó para dar respuesta a los diversos interrogantes que se daban en su dominio. Transcurre el tiempo y exigimos de nuestros modelos mayor potencia predic-tiva, lo que conlleva la natural compli-cación de los mismos. Tampoco debemos creer que la Fuerza de Weber se corresponde con la exponencial del anterior ejemplo. Pero al menos incluye dos nuevos términos, variables espacio-temporales dotadas de contenido físico, que contribuyen a mejorar la descripción de fenómenos hasta hoy solo explorados en su primer orden de aproximación. Y al hablar de mejorar, no nos estamos refiriendo tan sólo a poder calcular con más cifras significativas la posición de un planeta en un instante dado, por dar un ejemplo. **** Así denominada por cuanto la única variable espacial que interesa a la ley de fuerzas de Newton es la separación instantánea de las partículas en interacción mutua. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 8 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén Las mejoras son tales que, en ciertos casos, los resultados superan las expecta-tivas iniciales. Tal situación ocurre al ampliar, como indicamos, el modelo newtoniano. Al dar cabida en el velocidades mismo a las y aceleraciones relativas, de poca monta en el dominio de la dinámica planetaria (escala de miles de millones de kilómetros), surge la novedad cuando se exploran extensiones extra-galácticas (escala de miles de millones de años luz). Aparece aquí la anhelada avenida en la que confluyen dos atributos dispares de la materia, antes tenidos por disjuntos, cuales son la inercia y la gravitación.** ** “Galileo y Newton dotaron a la materia de propiedades que se presentan con caracteres tan distintivos que parecen antagónicos. La materia es a la vez inerte y gravitatoria, lo cual da origen a otras tantas magnitudes físicas. Todo cuerpo, por ser grave, es capaz de hacer con otros lo que, por ser inerte, no puede hacer consigo mismo.” Julio Palacios, Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid, 59, 461 (1965). Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 9 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén I.DE ARISTÓTELES NEWTON A Hace ya más de tres siglos, enseñó Isaac Newton a la Humanidad a contemplar el Universo con nuevos ojos. Ojos éstos, que permitieron ampliar abruptamente el estrecho horizonte heredado de Aristóteles, y sostenido con fanática perseverancia durante más de dos milenios. La materia sólo puede actuar por contacto sobre la materia, sentenció allá lejos el estagirita... Con una audacia intelectual sobrehumana, afirmó Newton que todo cuerpo material atrae a todo otro cuerpo material, por grande que sea la distancia que los separa. Esta aseveración, que constituye la médula de su célebre Teoría de la Gravitación Universal, quizás sea el mayor legado que recibimos del genio inglés. Pese al tiempo transcurrido desde la publicación de los Principios Matemáticos de la Filosofía Natural (Principia) en 1687, resulta aún hoy difícil ponderar el enorme esfuerzo de abstracción desplegado por Newton para concebir tamaña idea, cuál es la de la acción a distancia, sustento último de su construcción.. La experiencia cotidiana sensible no nos acerca ningún indicio acerca de la existencia de esa fuerza de atracción, que denominamos universal por cuanto ningún cuerpo material puede librarse de ella. Las fuerzas de atracción gravitatoria entre objetos de la escala humana, aún cuando entre ellos incluyamos montañas, son demasiado pequeñas para impresionar nuestros limitados sentidos. El gigantesco esfuerzo de abstracción de Newton permitió unificar, sobre una misma base, fenómenos en apariencia tan dispares como lo son la caída de las hojas, la sucesión de las mareas y la pasmosa regularidad del movimiento de los planetas. Desde Newton en adelante, nuestro propio peso no es otra cosa que la suma de las fuerzas con que todas y cada una de las partículas que configuran nuestro planeta nos atraen hacia sí. El credo Aristotélico atribuía los diversos movimientos observables a una tendencia virtud intrínseca, o característica de cada cuerpo, que le obliga a buscar su lugar adecuado. En el centro de la Tierra está el lugar de los sólidos; alrededor, la región de los fluidos; rodeando a ésta, la de los gases. Luego se encuentra el sitio asignado al fuego y, finalmente existe, según Aristóteles, una región remota, que corresponde a la quinta esencia, sutil materia de que están constituidos los astros. Las ideas de Aristóteles parecieron tan lógicas y asidas a la razón que no sólo tuvieron aceptación general en su momento: aún hoy es frecuente decir, de algo que es evidente, que cae por su propio peso. También fue capaz Newton de precisar el significado de la inercia, entidad que hace que los cuerpos se resistan a alterar su estado de movimiento. “ Debido a la inercia de la materia, un cuerpo no abandona sin dificultad su estado de reposo o de movimiento. Por lo cual esta vis insita puede llamarse, muy significativamente, vis inertia, fuerza de inactividad. Pero un cuerpo sólo ejerce esa fuerza Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 10 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén cuando otra fuerza impresa en él trata de alterar su estado...”. Is. Newton, Definición III, PRINCIPIA, 3ª Ed. Londres, 1725. La conexión entre fuerza impresa e inercia queda cuantitativamente expresada en la Segunda ley del movimiento de Newton, Fdt = d(miv). * La Segunda ley afirma que cuando la fuerza impresa, F, actúa durante el lapso dt sobre un dado cuerpo, éste experimenta una variación en su cantidad de movimiento, miv, que es proporcional a dicha fuerza y a la duración de la acción. Newton ponderó la cantidad de movimiento mediante dos atributos: por un lado la masa de inercia, mi , característica de cada cuerpo en particular, y por el otro la velocidad con que el cuerpo se mueve, que no es propiedad del cuerpo sino circunstancia accidental. La masa de inercia es una propiedad directamente ligada a la extensión de la materia: al duplicar el volumen de un cuerpo homogéneo, su masa inercial resulta también duplicada. Como es sabido, las masas inertes se suman por acumulación: de la reunión de dos cuerpos de masas mi1 y mi2 resulta un tercer cuerpo cuya masa es mi1 + mi2 . Si los cambios de movimiento no alteran la masa de inercia del cuerpo forzado, la segunda ley toma la habitual forma * Es habitual fijar la posición de un punto con relación a un sistema arbitrario de coordenadas cartesianas dextrorsum OXYZ, mediante el vector r (vector de posición) que va desde el origen de coordenadas al punto en cuestión. También las derivadas temporales de la posición, velocidad y aceleración, son vectores con lo que la fuerza resulta ser un vector, en virtud de la segunda ley del movimiento. F = mia (1) expresión en la que a ≡ dv/dt = d2r/dt2 es la aceleración del cuerpo y mide la rapidez con que la fuerza impresa cambia la velocidad del mismo. Para dar sentido al término velocidad es menester referir, instante a instante, la posición del móvil a un sistema de coordenadas dado. Como tal operación, de naturaleza geométrica, es arbitraria, habrá infinitos sistemas de referencia aptos para localizar las sucesivas posiciones del cuerpo. Por consiguiente, estas posiciones son relativas al sistema escogido. Con ello son también relativas las velocidades y aceleraciones del cuerpo en movimiento. La validez de la Segunda ley del movimiento está restringida a un conjunto muy particular de sistemas de referencia, los llamados sistemas inerciales (aquellos en que se verifica la ley de inercia de Galileo*). Si So es un sistema inercial, lo será también todo otro sistema S que se mueva uniformemente y sin rotaciones con relación a So. Sea ro el vector que define, en un instante dado, la posición de un punto en So y r el vector de posición del mismo punto referido, en el mismo instante, al sistema, S. Llamando R al vector que, en el mismo instante, conecta los orígenes de ambos referenciales se cumplirá: r + R = ro Derivando respecto del tiempo resulta v + V = vo y a = ao , dado que en nuestra hipótesis es dV/dt = 0. Con esto resulta, evidentemente, F = Fo . * En tanto no sea forzado, un cuerpo persevera indefinidamente en su estado de reposo o de movimiento uniforme. Primera ley del movimiento de Newton. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 11 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén De este modo, La Segunda ley del movimiento de Newton, ecuación (1), es invariante frente a los cambios de sistemas de referencia, en tanto éstos sean inerciales, circunstancia que se conoce como Principio de la relatividad de Galilei. La Segunda ley, cuando referida a ejes solidarios de la Tierra, constituye una excelente aproximación para fenómenos de corta duración (en relación al período de rotación diurna), que acaecen en recintos de pequeña extensión espacial (cuando comparados con la extensión de nuestro planeta). Ya para describir el movimiento de proyectiles de largo alcance, la dinámica de los vientos y la rotación del plano de oscilación del péndulo de Foucault, la expresión (1) no representa los hechos observados, cuando los movimientos se refieren a ejes fijos en nuestro planeta. Recobra su validez la segunda ley cuando se refieren los movimientos a ejes fijos en el espacio (sistema de las estrellas fijas). Este hecho, que deriva de la observación, no tiene explicación alguna en la Física newtoniana y ha de considerarse, por tanto, como una coincidencia fortuita. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 12 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén II.- SIGNIFICADO DE LA SEGUNDA LEY La Segunda ley, ecuación (1), condensa una importantísima propiedad física de todos los sistemas materiales, a saber: Todo cuerpo sometido a la acción de una fuerza impresa (fuerza externa, como se ha dado en llamarla reacciona modernamente) oponiéndose a la perturbación. La reacción es, precisamente, la fuerza de inercia, -mia , de igual cuantía y dirección que la fuerza impresa, aunque de sentido opuesto. Aquí mi simboliza la masa inercial del cuerpo.* Un cuerpo cualquiera se mueve con una velocidad V constante, en un sistema de referencia inercial. Esta situación corresponde a la ausencia de fuerzas externas sobre él o al hecho de que la suma de todas las fuerzas externas, Fj , que actúan sobre el mismo, cancelen sus efectos. Simbólicamente, F1 + F2 +. . .Fn = 0 ; V = const. * En la física newtoniana, la masa inercial se considera una magnitud primaria, como lo son también el espacio y el tiempo. Esto significa que dichas magnitudes no pueden ser representadas en términos de otras ya conocidas. La velocidad, en cambio, es una magnitud secundaria que se define en términos de dos primarias, espacio y tiempo. Para asegurar la igualdad de las masas inertes de dos cuerpos diferentes, bastará dotarlos de la misma velocidad y verificar que son iguales los efectos que producen al ser detenidos. Supongamos ahora que las acciones externas no estén balanceadas como en la situación 1. anterior. En tal caso, la suma vectoriali de todas las fuerzas externas admite una resultante, FR , responsable de que el cuerpo adquiera la aceleración a. Se sustancia sobre el cuerpo acelerado una reacción inercial dada por la fuerza fi = - mia. Nuevamente se cumple la ecuación de balance** FR + fi = FR – mia = 0 ; a ≡ dV/dt ≠ 0 (2) en un todo de acuerdo con la ecuación (1). La figura 1 muestra un bloque que desliza, sin aceleración, sobre un plano horizontal, solicitado por la fuerza externa F, de cuantía suficiente para equilibrar la fuerza de rozamiento fr . La figura 2 muestra el mismo bloque, solicitado por una fuerza externa que supera a la de rozamiento, situación en la que aparece la reacción inercial. En ambos casos se satisface la ecuación (2) que, en adelante, denominaremos condición de equilibrio dinámico. Las fuerzas de inercia tienen un carácter ciertamente desconcertante: no son fuerzas de interacción en el sentido co-rriente. Las fuerzas de interacción presupo-nen la existencia de un sistema constituido al menos por dos partes, nítidamente dife-renciables entre sí, sometidas a sus acciones mutuas. Tal ocurre, por caso, con la interac-ción gravitacional. El Sol atrae a la Tierra; simultáneamente, la Tierra atrae al Sol con la misma intensidad que aquél a ésta. ** La segunda ley del movimiento, interpretada en términos de reacciones inerciales, fue ya escrita en la forma dada por (2) por J. D’ Alembert en 1742. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 13 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén a=0 fr Fig. N° 1 F m a -m a F m Fig. N° 2 fr Las fuerzas de inercia tienen existencia efímera, ya que desaparecen ni bien se uniformiza el movimiento. No obstante ello, sus efectos son tan reales como los que dimanan de cualquier fuerza de interacción: producen deformaciones, cambian pesos aparentes, destruyen cuerpos en rápida rota-ción, provocan el ensanchamiento ecuatorial de nuestro planeta, encorvan la superficie del agua en el célebre balde de Newton .... Al no ser capaces de reconocer la otra parte de un hipotético sistema capaz de ejercer acciones sobre la materia acelerada, sustanciando así las fuerzas de inercia, debemos resignarnos a calificarlas de ficti-cias. Situación angustiante, que no alcanza a satisfacer nuestros hábitos mentales, desde el momento en que admitimos que una entidad ficticia provoca efectos tangibles. Al no ser fuerzas de interacción, las de inercia no satisfacen la Tercera ley del movimiento de Newton, Principio de acción y reacción, primera e importantísima ley de simetría del Universo. Para cortar una cuerda es menester aplicar sendas fuerzas sobre sus extremos. Una manera cómoda de hacerlo es fijar a un muro uno de los extremos y tirar del otro (figura 3). Aquí todas las fuerzas involucradas son de interacción: el hombre jala un extremo de la cuerda, el muro responde con una fuerza igual y opuesta. Cada extremo de la cuerda queda sometido a dos fuerzas iguales y contrarias. Para un esfuerzo dado, las fuerzas aplicadas superan la resistencia de la cuerda y ésta se corta. La figura 4 muestra la misma cuerda rematada ahora en uno de sus Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 14 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén extremos por un bloque de masa mi que reposa sobre una tabla horizontal. La cuerda no se corta cuando con ella se desplaza el bloque con velocidad constante. Impártase ahora un súbito tirón al extremo libre de la cuerda. El bloque es acelerado en la dirección de la cuerda. Se engendra sobre aquél la fuerza de inercia, opuesta al cambio de movimiento. Esta fuerza es transmitida por la cuerda a la mano que dio el tirón. La mano reacciona al tirón ejercido por la cuerda, con lo que ésta queda sometida a la acción de dos fuerzas iguales y opuestas, como en el caso anterior. Cuando el producto mi a supere la resistencia de la cuerda, esta se cortará. Una fuerza ficticia es ahora la responsable de un efecto real. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 15 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén III.- LA METAFÍSICA NEWTON DE Como es dable imaginar, el más profundo filósofo, matemático y físico de todos los tiempos no podía eludir la crucial pregunta: ¿ Cuál es, en definitiva, el origen de las fuerzas de inercia?. ¿Qué entidad es la responsable de la génesis de las reaccio-nes inerciales sobre la materia acelerada?. Para intentar dar respuesta a estos profun-dos interrogantes. Newton imaginó diver-sos dispositivos y llevó algunos de ellos al terreno de la experimentación. Uno de tales dispositivos es el balde de agua en rotación: Un balde lleno con agua se pone a rotar entorno de su eje de simetría (figura 5). Al principio gira el balde, sin arrastrar al agua, la que mantiene su superficie plana. Gradualmente, el movimiento del balde es trasmitido, gracias a las fuerzas de viscosi-dad, a las partículas de agua contiguas, que también entran en rotación. Tras un cierto lapso, el movimiento de rotación es trans-mitido a la totalidad de la masa de agua; continente y contenido rotan ahora con la misma velocidad angular; la superficie del agua se encorva, derramándose parte del fluido. Al rotar la masa de agua se engendran fuerzas que tienden a alejarla del eje de rotación (fuerzas centrífugas). En vano buscó Newton algún agente material al que referir el movimiento de rotación, para poder así explicar el inocultable fenómeno observado, por lo que fue compelido a admitir la existencia del espacio absoluto, entidad anterior a la materia e independiente de ésta. De ahora en más, podrían calificarse como de absolutas o relativas las diversas rotaciones observables, juzgándolas por sus efectos dinámicos. No es la rotación del agua con relación al balde lo que cuenta, afirma correctamente Newton. Tampoco lo es la rotación del agua con relación a nuestro planeta ni a ningún otro sistema material imaginable, prosigue. Es la rotación absoluta del agua la responsable de la aparición de las fuerzas centrífugas sobre cada porción del agua, responsables éstas de la deformación de su superficie. Y es en este punto, precisamente, donde Newton deja el terreno de la Física para internarse en los laberintos de la Metafísica. Pues el espacio absoluto, infini-tamente extenso, imperturbable, anterior a la materia, es una entidad que, por sus atributos, está más allá del plano físico: puede actuar sobre la materia bruta, aunque ésta sea incapaz de hacer lo propio con él. He aquí una abrupta ruptura de la simetría en las interacciones. Un verdadero salto mortal. Salto éste que cosechó no pocos críticos, ya en vida de Newton. Sus contemporáneos Leibniz y el obispo Berkeley rechazaron de plano las ideas newtonianas sobre el carácter absoluto del movimiento. Para estos pensadores, el movimiento de un cuerpo material sólo cobra sentido cuando se lo vincula a otros cuerpos materiales. Es por ello que merecen ser considerados como los precursores del moderno relativismo. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 16 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 17 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén IV.- LAS LEYES DE LA GRAVITACIÓN DE NEWTON Dos son las leyes, independientes entre sí, sobre las que Newton edificó su admirable teoría de la gravitación: la ley de fuerzas y la ley de proporcionalidad entre las masas gravitatoria e inercial. La ley de fuerzas, expresada en términos de masas gravitatorias, se escribe como F21N = - (mg1 mg2 / r2 ) r̂ (3) donde F21N simboliza la fuerza que el cuerpo 2, supuesto puntual, ejerce sobre el cuerpo 1, también puntual*. El índice N patentiza el hecho de que estamos operando dentro del marco de la teoría newtoniana de la gravitación. Las masas que intervienen en (3) son las masas gravitatorias de los cuerpos, responsables de la interacción. Estas masas nada tienen que ver, a priori, con las masas inerciales que aparecen en la Segunda ley, ecuación (1). Debe considerarse la masa gravitatoria como una magnitud primaria, que hasta ahora no puede derivarse de otras magnitudes ya conocidas. Lo apropiado, para evitar * Diremos que dos cuerpos son puntuales cuando cualquiera de sus dimensiones lineales es mucho menor que la distancia que los separa. Newton intuyó la idea de una atracción universal cuando tenía poco más de veinte años. La publicación de su teoría se demoró debido a que antes debió probar que un cascarón esférico, con materia uniformemente distribuida sobre él, atrae a otro cuerpo exterior como si toda su masa estuviese concentrada en su centro. Para ello debió crear el cálculo infinitesimal. confusiones triviales, hubiese sido denominarla carga gravitatoria. En tal sentido, tiene la masa gravitatoria un estatus similar al que tienen la carga eléctrica y el espín. En la ecuación (3), r = r12 ≡ r1 – r2 es la distancia que, en el instante considerado, separa ambos puntos materiales. El símbolo r̂ = (r1 – r2 ) / r representa el vector unitario que apunta desde 2 hacia 1. El signo menos indica que la fuerza que 2 ejerce sobre 1 tiene sentido opuesto al del vector unitario. Dado que r12 = - r21 , resulta inmediato que la fuerza de atracción universal satisface la tercera ley de Newton en su forma fuerte, F12 = - F21 . Para fijar las posiciones instantáneas de los cuerpos en interacción, rk , es menester adoptar un sistema arbitrario de coordenadas, por lo que estos vectores de posición resultan ser magnitudes relativas al particular referencial escogido. El vector (r1 - r2 ), y con él la separación instantánea de los cuerpos son, por el contrario, independientes del referencial adoptado. Es por ello que la fuerza dada por (3) tiene el mismo valor para cualquier observador (esto es, resulta ser invariante frente a cambios de sistemas de referencia). La ley de fuerzas constituye, por tanto, la primera ley universal relativista que aparece en la Historia de la Física. Cuando aplicamos la ecuación (3) a la interacción entre nuestro planeta y un cuerpo de prueba de masa gravitatoria mg obtenemos el peso de dicho cuerpo, Peso =( mgT mg )/ R2 (4) Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 18 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén donde mgT y R simbolizan, respectivamente, la masa gravitatoria de la Tierra y su radio medio**. Antes de la aparición de Newton, ya Galileo Galilei había probado que cuerpos de diferente tamaño y composición alcanzan el suelo casi al mismo tiempo cuando se los libera, desde la misma altura, a la acción de la gravedad. Certeramente, atribuyó Galilei las pequeñas discrepancias de observación a la acción perturbadora de la atmósfera. Este hecho intrigó a Newton, quien decidió someterlo al veredicto de la experimentación. Para ello construyó péndulos de lenteja hueca, en las que alojó materiales de la más diversa composición. Es fácil demostrar, con el auxilio de las ecuaciones (1) y (4), y advirtiendo que es el peso la fuerza responsable de la caída, que el período de oscilación del péndulo de longitud L viene expresado, para pequeñas oscilaciones, como T = 2 π [ (L R2/mgT)(mi / mg ) ]1/2 (5) Para una dada localización terrestre, y si no se modifica la longitud del péndulo, las cantidades encerradas en el primer paréntesis se mantienen invariables. De este modo, cualquier variación observada en el período de oscilación, al cambiar los cuerpos ** Basta considerar una esfera como superposición de infinitos cascarones esféricos portadores de materia uniformemente distribuida, para demostrar que la esfera atrae a un cuerpo material externo como si toda su masa estuviese localizada en su centro. El resultado es válido para cualquier distribución de materia cuya densidad sólo sea función del radio. alojados en la cavidad del péndulo, deberá atribuirse por entero a diferencias en el cociente encerrado en el segundo paréntesis. Newton no pudo encontrar la menor diferencia entre los períodos de oscilación, trabajando dentro de una incerteza experimental relativa cercana a una parte en mil. En otras palabras, lo que verificó fue la proporcionalidad entre ambas especies de masa, mg / mi = C ; (mg – C mi )/ mg ≈ 10 –3 expresión que resume la segunda de las leyes de la gravitación de Newton y permite eliminar las masas gravitatorias en la primera de ellas, con lo que resulta: F21N = C2 (mi1mi2) / r2 ≡ G(mi1mi2) / r2 donde C2 ≡ G = 6,67x10 -11 m 3 kg –1 s –2 = 6,67x10 –8 cm3 g –1 s -2 simboliza la constante de la gravitación universal, medida en las unidades de los sistemas MKS y CGS respectivamente. La ley de proporcionalidad (verificada ya con una incerteza experimental relativa inferior a 10 -11 ) se expresa actualmente en la forma: mg = G mi (6) ecuación que permite formarnos idea del “tamaño” de las unidades de masa gravitatoria en términos de las más familiares unidades de masa inercial. De este modo, la unidad CGS de masa gravitatoria estará contenida en cualquier cuerpo que contenga 1 / G ≈ 4x10 3 g, esto es, unos 4 kilogramos. Insertando (6) en (5) se obtiene la bien conocida fórmula T = 2 π Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 19 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén / L / g , donde g ≡ GmiT /R2 ≈ 10 m1s - 2 Por depender la fuerza gravitatoria como la inversa del cuadrado de separación entre las partículas, la fuerza que un cascarón esférico, portador de materia uniformemente distribuida, ejerce sobre V.- ANÁLISIS DIMENSIONAL La segunda ley del movimiento, ecuación (1) permite definir la unidad de fuerza coherente con el conjunto de unidades arbitrariamente escogido como base*. En Mecánica, los sistemas MKS (metro, kilogramo, y segundo) y CGS (centímetro, gramo, segundo) son ampliamente empleados en la actualidad. Volviendo a la ecuación (1), ésta enseña que la unidad MKS de fuerza estará materializada en aquel dispositivo que, cuando aplicado a un cuerpo de masa inerte igual a 1 kilogramo (kg), libre de toda otra acción, le imparta una aceleración de un metro por segundo, por cada segundo transcurrido, locución esta * Para formar la base de un sistema de unidades basta considerar el número mínimo de magnitudes independientes entre sí, suficientes para el desarrollo de la teoría. En Mecánica, una base tridimensional es suficiente, y es costumbre conformarla con las magnitudes longitud (L), tiempo (T) y masa inercial (M). Esta base resulta ser insuficiente en Electromagnetismo, por lo que debe ampliarse con una magnitud de naturaleza eléctrica, que puede ser la carga eléctrica o la corriente. un punto material contenido en él es nula. Este importante teorema tuvo enorme peso en el desarrollo de la electrostática, en particular en la formulación de la ley de fuerzas de Priestley-Coulomb, entre cargas eléctricas. última que se abrevia con el símbolo (1 m/ s2). Como es sabido, un sistema de unidades es coherente con un conjunto de ecuaciones cuando éstas son satisfechas al reemplazar los símbolos que en ellas figuran por las respectivas medidas. Hizo notar Fourier que las medidas de una cantidad dada están en relación inversa con las unidades empleadas, aseveración que se conoce hoy con el nombre de Principio Métrico, (Cantidad) = medida x (Unidad) (Z) = Z .UZ = Z´.U´Z = . . Z(n).U(n). (7) El Análisis Dimensional, “... teoría matemática de carácter puramente algebraico que trata de las funciones dimensionalmente homogéneas...”, en palabras de Rey Pastor, se desarrolla desde el momento en que Fourier llama la atención sobre el hecho de que cada magnitud tiene una dimensión que le es propia. Con tal aseveración se abre el camino para aplicar a las magnitudes el concepto geométrico de dimensión. Tal propósito fue logrado por San Juan, quien demostró que los sistemas de dimensiones usados en cada capítulo de la Física forman grupos abelianos con base finita, con lo que resulta factible sistematizar las teorías físicas. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 20 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén Resultan así clasificados los sistemas de unidades y sus transformaciones. Sobre estas bases pudo edificar Palacios una sólida teoría de las dimensiones físicas, dando rigor a las ideas de Fourier. En esta teoría, los exponentes dimensionales son las componentes de un vector característico de cada magnitud. La existencia de dichos vectores está condicionada a la existencia de leyes físicas que ligan entre sí las magnitudes involucradas. El vector dimensional tiene existencia con independencia de la base adoptada para su representación, con tal de que ésta sea completa. En virtud de (1) los exponentes dimensionales de la fuerza son, en los sistemas MKS y CGS, (1,1,-2) con lo que la fórmula dimensional de la misma toma la forma: [F] = L1M1T –2 (8) expresión en la que el paréntesis cuadrado* simboliza el cociente entre las unidades de fuerza en dos sistemas coherentes, [F] = UF / U´F . Los símbolos restantes tienen idéntico significado: L ≡ UL / U´L ; M ≡ UM / U´M ; T ≡ UT / U´T. De este modo, la ecuación (8) no es más que una simple igualdad algébrica entre números reales positivos, que justifica el cálculo con unidades. Así, las unidades MKS y CGS de fuerza están vinculadas, en virtud de (8), por UF // U´F = (1m /1cm)1 (1kg /1g)1 (1s /1s) –2 = 105, lo que significa que la unidad MKS (newton, N) es cien * Notación introducida por Maxwell, aunque con otro sentido. Maxwell simboliza con [ ] unidades, con lo que sus fórmulas dimensionales, aunque formalmente correctas, quedan operacionalmente indefinidas. mil veces mayor que la unidad CGS (dina). De la primera de las leyes de la gravitación de Newton y de la ecuación (8) se deduce la fórmula dimensional de la masa gravitatoria, [mg] = L 3/2 M ½ T –1 (9) en función de las unidades escogidas para formar la base. En virtud de la ecuación (9), la unidad MKS de masa gravitatoria resulta ser (100) 3/2 (1000)1/2(1)-1 = 10 x 10 4 ≈ 31.623 veces mayor que la unidad CGS Ciertos autores desean llevar el significado de la ecuación (6) más allá del que realmente tiene, buscando una completa identificación entre ambas especias de masa. Esto obliga, necesariamente, a lograr que la medida de la constante de la gravitación valga uno. Vimos ya que ello es imposible en los sistemas MKS y CGS en uso corriente. Para lograr la apetecida identificación, es menester modificar al menos alguna de las unidades que conforman la base, para así lograr que sea G´= 1. Partiendo del sistema MKS, en el que la medida de G es 6,67x10 –11 , podríamos modificar, a modo de ejemplo, la unidad de longitud, conservando el kilogramo y el segundo. Denominaremos U´L a la nueva unidad de longitud. La fórmula dimensional de G es [G] = L3 M –1 T –2 . Dado que, en virtud del principio métrico, las medidas de una misma cantidad están en razón inversa de las unidades será, en el caso que nos ocupa: G / G´ = G/1 = (U´L / UL)3 , de donde se infiere que U´ = 3 G U ≈ 4,055x10 -4 metros, L L Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 21 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén esto es, poco menos de medio milímetro. Si, conservando el centímetro y el gramo del sistema CGS, buscamos la nueva unidad de tiempo que haga G´= 1 resulta ser U´ = (1/ G )U = 104 / T T 6,67 U ≈ 3872 segundos. T Nótese que, aún cuando logramos hacer G´ = 1 mediante una conveniente elección de unidades, no queda la constante universal de la gravitación despojada de su dimensión. En el primer caso será G´ = 1(U´L)3 kg-1 s-2 , en tanto que en el G´ = 1cm3 g -1(U´T) segundo valdrá –2 . Rey Pastor llama fundamentales a aquellas magnitudes escogidas para conformar la base: “ en un determinado conjunto de fenómenos físicos queda establecido un sistema de magnitudes fundamentales, si en ellas son independientes entre sí los factibles cambios de unidad de medida regular”. Agrega luego, subrayado nuestro, “ La estimación de las magnitudes que podamos tomar como fundamentales en el caso que se investigue...es importantísima para la aplicación eficaz del análisis dimensional; esta estimación está ligada íntimamente con la consideración de las variables dimensionadas (incluyendo en ellas las constantes físicas) que deban intervenir en el caso estudiado.”. La aseveración de Rey Pastor es de importancia capital, como lo pondrá de manifiesto el siguiente análisis, extractado de la obra de Palacios: “ Trataremos, por vía de ejemplo, de hallar la fórmulas dimensionales de las magnitudes que intervienen en la Dinámica newtoniana del punto material. Hay en esta teoría tres ecuaciones fundamentales, a saber: f = mi d2s / dt2 ; f = G(mi2/s2) ; mg = Gm i que relacionan cinco magnitudes prima-rias: s, mi ,t, f, mg , y la constante de la gravitación, G.. .Podrán escogerse para formar la base tres magnitudes cualesquiera con tal de que sean indepen-dientes... por lo que cualquier combinación ternaria formada con las magnitudes dadas puede servir para formar la base, con excepción de las dos siguientes: (mi , G, mg) y (s, f, mg ). Se ha convenido en adoptar en Mecánica la base (s, mi, t) y en sustituir los símbolos [s], [mi], [t] por las letras L, M, T.” Queda claro entonces que en el problema de averiguar la multiplicidad de una base apta para la Mecánica, debe incluirse, junto con las magnitudes primarias intervinientes, la constante de la gravitación. Agrega más adelante Palacios, refiriéndose al empleo de bases mutiladas: “La supresión de alguna de las constantes ineludibles en las ecuaciones fundamentales lleva consigo la reducción en una unidad de la multiplicidad de la base, con lo que todo el sistema di-mensional resulta alterado. Es como si en un espacio vectorial sólo se considerase de cada vector su proyección sobre el subespacio que resulta de prescindir de una dimensión. Al mutilar la base, puede suceder que dos magnitudes que tenían distinta dimensión en la base completa, aparezcan como equidimensionales en la mutilada... Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 22 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén Quienes creen haber realizado valiosos hallazgos al formar sistemas dimensionales con bases mutiladas están en el caso de quien opinase que viendo las sombras proyectadas sobre una pared, se adquiere más información que viendo la escena en relieve”. A título de ejemplo, si se suprime la constante de la gravitación en el planteo de las ecuaciones fundamentales de la Mecánica, basta considerar una base bidimensional, que podría ser bien podría ser la (L, T). Cerramos este capítulo recordando que Bridgman, quien afirmaba que el Análisis Dimensional no debía ser utilizado por bosquimanes sino por físicos expertos, creyó encontrar en esta disciplina una herramienta capaz de establecer ciertas limitaciones necesarias en la forma de cualquier relación entre las variables de un sistema físico. Correcto, a pesar de que luego se internó en los senderos de la Metafísica al agregar: “aún cuando sea imposible dar una información precisa y detallada de las ecuaciones fundamentales a partir de las cuales habría de hallarse la solución”. Rematando con la aseveración de que “ el fundamento del Análisis dimensional se halla en el requisito del sentido absoluto de las magnitudes relativas”. Atinadamente objeta Palacios que si estas afirmaciones fuesen ciertas, “ el Análisis dimensional permitiría hacer previsiones necesarias sobre fenómenos cuyas leyes nos son desconocidas. Estaría por encima de la experiencia y de la teoría, y su estudio debería corresponder a la Metafísica”. Irrefutable objeción, compar-tida por Rey Pastor y por nosotros mismos. Al cobrar los paréntesis de Maxwell un significado preciso, pues no son ya unidades sino cocientes entre unidades de magnitudes homogéneas (números reales positivos) pierden las fórmulas dimensio-nales todo atisbo esotérico, ganando así claro significado operacional. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 23 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén VI.- LA RELATIVIDAD DE MACH El físico y filósofo Ernst Mach retomó y agudizó las críticas que del espacio absoluto hicieron en su momento Leibniz y Berkeley. Dos hechos intrigaron a Mach a lo largo de su vida: - La notable inercialidad de los sistemas referenciales que resultan de tomar ejes anclados en la materia distante del universo (estrellas lejanas en sus días, galaxias remotas en la actualidad). - La asombrosa proporcionalidad existente entre las masas de inercia y gravitatoria de cualquier partícula material conocida. Para Mach estas singularidades no podían ser la manifestación de circuns-tancias fortuitas. Antes bien, tenían que ser consecuencia de una profunda, aunque hasta el momento ignorada, interconexión entre el Cosmos en su totalidad y cada uno de los cuerpos materiales. Así, refiriéndose al balde de Newton, llegó a decir: “Rótese el cielo de las estrellas fijas y pruébese entonces la ausencia de fuerzas centrífugas”. Conducido por estas inocultables evidencias experimentales, Mach sugirió lo que hoy, con cierta vaguedad, se ha dado en llamar Principio de Mach. El mismo podría enunciarse de la siguiente manera: Las fuerzas de inercia (-ma de la segunda ley, centrífuga, de Coriolis, etc.) se manifiestan sobre cualquier cuerpo material cuando éste experimenta cambios de velocidad con relación a la totalidad de la materia que compone el Universo, tomado éste globalmente. Lo que Mach propone es, en definitiva, sustituir el metafísico espacio absoluto de Newton por un sistema de referencia material, accesible por vía experimental.* Preconiza, en consecuencia, una física relativista. Resulta obvio que para ser viable una ligazón dinámica partícula-Cosmos como la propuesta, es necesario admitir la existencia de acciones instantáneas a distancia. Atendiendo a las vastas dimensiones del Universo explorado, de varios miles de millones de años luz, cualquier interacción que tuviese una velocidad finita de propagación no podría sustanciar, sin retardo aparente, las fuerzas de inercia. Lamentablemente, no fue capaz de volcar Mach sus ideas en un formalismo matemático que las tornase operativas. Ni siquiera aventuró cual podría ser la natu-raleza de tal interacción. En consecuencia, el principio que lleva su nombre pasó a ser, por décadas, una de las tantas * No está de más advertir que, en cuanto a sus propiedades métricas, el espacio de Mach no difiere del espacio de Newton. El espacio que conviene a la Mecánica clásica, en palabras de Lord Rutherford, “ es, a todo intento y propósito, euclidiano. Groseramente hablando, esto quiere decir que el Teorema de Pitágoras puede ser comprobado experimentalmente” .También el número π es un atributo del espacio tri-dimensional euclidiano y resulta de dividir la medida de la longitud de cualquier circunferencia inscrita en un plano por la medida de su diámetro, siempre que ambas mediciones se lleven a cabo con la misma unidad. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 24 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén proposiciones de las cuales no puede afirmarse que sean verdaderas o falsas. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 25 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén VII.- LA APROXIMACIÓN DE SCHRÖDINGER Aunque se hicieron varios intentos por implementar las ideas de Mach, nos restringiremos a comentar el notable, aunque poco difundido, trabajo presentado en 1925 por E. Schrödinger, en Annalen der Physik. En el mismo comienza hacien-do una crítica de la Mecánica clásica, puntualizando el conocido hecho de que sus fundamentos no podían dar explicación alguna del porqué de la extraordinaria inercialidad de los sistemas de referencia anclados a las estrellas fijas. Agrega que tampoco la Teoría General de la Relati-vidad satisface las exigencias de Mach. Refiriéndose a la precesión de la órbita de Mercurio, calculada por dicha teoría con asombrosa precisión, se pregunta: “Con respecto a qué, de acuerdo con la teoría, tiene lugar tal precesión?. Se sabe, empíricamente, que la misma ocurre con relación a las estrellas fijas, circunstancia sobre la que nada puede decir la aludida teoría. Por el simple hecho de que la materia distante no está incluida en dichos cálculos...”. Se propone luego Schrödinger indagar si una oportuna modificación de la Mecánica clásica no podría permitir la vinculación entre inercialidad y materia distante.** Valiéndose de consideraciones heurísticas propone una función de energía mutua de interacción (energía potencial) de la forma: U S = U N(1- γ r 2/ c2 ) (10) ** También Schrödinger se vale en sus cálculos de un espacio ordinario con métrica euclidiana. expresión en la que U N = - (mg1mg2)/r representa la energía potencial newtoniana, introducida en la Física por Lagrange en 1777. En la misma, c simboliza la velocidad de la luz en el vacío, γ es un a constante adimensional, y r ≡ dr /dt . Considera luego, con el auxilio de (10) la interacción entre una masa puntual µ móvil y un cascarón esférico de radio R provisto de materia uniformemente distri-buida, con una densidad superficial de masa σ. Se limita Schrödinger al especialísimo caso en que la partícula se mueve en las proximidades del centro del cascarón, obte-niendo así la energía mutua gravitacional. Lo notable es que la misma coincide con la energía cinética de la Mecánica clásica, con tal de que la masa inercial de la partícula de prueba venga dada por m = (8 π γ σ R/3) µ Integra luego este resultado para un “universo” de radio Ro . Agrega que si se consideran la densidad de materia y el radio correspondientes a nuestra galaxia, entonces la constante de la gravitación debería ser una 1011 veces menor que la realmente medida. Concluye que la inercia de los cuerpos del sistema solar se debe, esencialmente, a la presencia de materia extremadamente alejada. Téngase presente que las galaxias externas habían sido recientemente descubiertas por Hubble. Analiza luego Schrödinger cómo la nueva energía de interacción modifica el movimiento planetario, explicando así la precesión de las órbitas. Al exigir la concordancia entre Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 26 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén el cálculo y la observación, encuentra que debe ser γ = 3. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 27 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén VIII.LEY DE FUERZAS DE WEBER El año 1846 presentó W. Weber una extensión de la ley estática de Priestley-Coulomb, con la intención de dar cabida a los ya conocidos fenómenos de electrodinámica (fuerza entre corrientes, inducción de Faraday, ). Para lograr su propósito incluyó, además de la separación instantánea entre las cargas, r , la rapidez con que esta distancia cambia en el tiempo, r ≡ dr /dt , y su derivada temporal primera. Dos años más tarde encontró Weber la expresión de la energía de interacción mutua, energía potencial eléctrica. Por vez primera se formula, en la Historia de la Física, una energía potencial que es función de la velocidad relativa de las partículas en interacción. U W = U PC(1- r 2 /2 c2) (11) donde U PC = (q1 q2) / r2 es la energía potencial correspondiente a la fuerza de Priestley-Coulomb, para las cargas puntuales 1,2 en interacción mutua. La ecuación (11) permite calcular la fuerza existente entre las partículas median-e el procedimiento habitual, F = -∇ U . La fuerza de Weber tiene impor-tantes propiedades matemáticas: en primer lugar, satisface la Tercera ley de Newton en su forma fuerte. Por otra parte, al ser invariantes las cantidades r, dr/dt y d2r/dt2 y las cargas eléctricas, también resultan serlo la energía potencial y la fuerza. En otras palabras, las expresiones que dan la energía de interacción y la fuerza son válidas cualesquiera sea el sistema de referencia adoptado, pudiendo aún éstos no ser inerciales (Assis, 1989, 1994, 1999). En 1989 Assis propuso expresiones similares para la fuerza y la energía de interacción mutua para la interacción gravitacional, escribiendo, para esta última, U WA = U N (1 - ξ r 2 / 2c2) (12) energía en la que ξ es un parámetro adimensional que debe determinarse me-diante la vía experimental. Esta función representa la energía que es capaz de entregar un sistema de dos masas gravitatorias puntuales, inicialmente en reposo relativo y muy alejadas (separa-ción infinita) cuando, liberadas a su acción mutua, se mueven hasta tener una separa-ción r y una velocidad radial relativa r . La energía mutua de Weber, ecuaciones (11) y (12), no ha tenido la merecida difusión debido a un deplorable malentendido: el influyente físico alemán H. von Helmholtz afirmó, erróneamente, que estas funciones matemáticas no satisfacen el Principio de la conservación de la energía, pilar de toda la Filosofía natural. Aún cuando el mismo Weber se ocupó de probar que tal cosa no es cierta, las falsas presunciones de Helmholtz perduraron. A tal punto que aún hoy se repite el error en el magistral tratado de Mecánica de H. Goldstein. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 28 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén MECÁNICA dF = - (4π ξ / 3c2)mgk [Rρg(R)dR](dv/dt) (14) Las consideraciones resumidas en VIII permitieron a Assis expandir el formalismo de la Mecánica clásica para dar cabida a la influencia de la materia distante en su estructura, en un todo de acuerdo con los propósitos de Mach y de Schrödinger (VI,VII). Comienza Assis por sentar el Principio de equilibrio dinámico ya comentado en II, proposición que, en adelante, denominaremos Principio de D´Alembert-Assis. Se propone luego analizar la interacción gravitacional que tiene lugar entre una partícula material puntual k y un cascarón material esférico (figura 6) centrado en un sistema de referencia arbitrario S. El cascarón, de radio R y espesor dR, contiene materia uniformemente distribuida, con una densidad volumétrica de masa gravitatoria ρg . La partícula, de masa gravitatoria mgk , no tiene porqué estar localizada en las inmediaciones del origen de coordenadas (compárese con VII). Tras efectuar las integraciones angulares de la ecuación (12) aplicada a esta configuración, obtiene la energía de interacción mutua: Puntualiza Assis que el Universo es remarcáblemente isotrópico y, dado que la Tierra no ocupa un lugar central en aquél, es posible considerar una homogeneidad espacial sobre una extensión muy grande, con lo que ρg (R) = ρgo . Integrando con esta condición la ecuación (14) hasta una dimensión lineal característica dada por la ley de Hubble, c = HR , resulta la fuerza que la totalidad de la materia isotrópica-mente distribuida en el Universo ejerce sobre la partícula k, IX.RELACIONAL dU = -4π mgk [Rρg (R)dR](1-v2/6c2) (13) donde v es la velocidad de la partícula con relación a S y se admite que la densidad de masa gravitacional puede ser función de R. La ecuación (13) permite hallar la fuerza que el cascarón ejerce sobre la partícula móvil (VIII): FUk = - Φ mgk a (15) Φ ≡ (2π ξ ρgo / 3H2) (16) La ecuación (15) enseña que cuando, merced a la acción de fuerzas exteriores f (sean éstas de origen gravitacional, elástico, eléctrico, magnético, nuclear, de contacto, etc.), la partícula experimenta la aceleración a, entonces la totalidad de la materia que compone el Universo reacciona oponiéndose a dichas fuerzas. En virtud del Principio de D´Alembert-Assis, f + FUk = 0, se verifica la igualdad f =mgk Φa , expresión coincidente con la Segunda ley si se identifica el producto Φmgk con la masa inercial, mik , de la partícula considerada: mik ≡ Φ mgk (17) Las ecuaciones (16) y (17) enseñan que la masa de inercia, tenida por magnitud primaria en la Mecánica newtoniana (II), pasa a ser magnitud Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 29 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén FUk = mgkΦ [a +ω x(ω xr)+ 2vxω+rx(dω /dt)] importante ecuación que muestra que las llamadas fuerzas ficticias (II) reconocen, en el nuevo modelo, un origen gravitacional. De este modo, la fuerza centrífuga, la de Coriolis, etc., al igual que la ma de la Segunda ley, son fuerzas de interacción gravitacional. Como la energía potencial gravitatoria es función de la velocidad relativa entre la partícula y la parte isotrópica del Cosmos, se ha dado en llamar Mecánica relacional a la teoría que venimos describiendo. Se trata, en verdad, de una construcción genuinamente relativista. secundaria en el modelo de WeberAssis. Se trata, pues, de una función compuesta, con un componente local, intrínseca, cual es la masa gravitatoria, y componentes no locales, como lo son la densidad de materia cósmica y el “tamaño” característico del Universo. Al analizar la interacción entre el cascarón material y la partícula móvil consideramos, por simplicidad, el caso en que aquél es estacionario en el referencial S. No es difícil generalizar el desarrollo a la situación en la que dicho cascarón rota con la velocidad angular ω con relación a S, como oportunamente lo hizo Assis. Se obtiene, en tal caso, integrando nuevamente hasta R = c / H, a dR v r Fig 6 Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 30 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén X.- ALGUNAS CONSECUENCIAS NOTABLES mik = (2π ξ ρ io / 3H2 )1/2 mgk Un cuerpo de masa gravitatoria mg cae, urgido por su peso (IV). En virtud del Principio de D´AlembertAssis y de las ecuaciones (4), (15), (17) resulta: mgT mg / R2 = mg (2πξρgo / 3H2 ) g expresión que muestra nítidamente porqué la aceleración de caída libre, g, es independiente de la naturaleza y del tamaño del cuerpo considerado. Por ser la masa gravitatoria de la Tierra y su tamaño propiedades locales, se habrán de mantener invariantes aún cuando cambiase le densidad de materia universal. De este modo, en un universo hipotético en el que la densidad de materia fuese doble que la actual, la aceleración debida a la caída libre sería la mitad de la actual. Esto en el supuesto de que también la constante de Hubble sea invariante. Sumando (17) para las N partículas contenidas en un volumen arbitrario V resulta Σp mip = Φ Σ p mgk . Si, permane-ciendo el volumen y la constante de Hubble invariantes, se aumenta el número de partículas en dN resulta, teniendo presente (16), d(Σp mip) ∝d(ρg) Σp mgp + ρg d(Σ p mgp). Teniendo presente que ρg ≡(1/V) Σ p mgp resulta ser d(Σ p mip) ∝V(2ρgdρg) = Vd(ρg2) , lo que significa que (1/V) Σ p m ip ≡ρi ∝ρg2. El cálculo detallado conduce a: ρi = Φ ρg (18) En virtud de (17) y (18) resulta ser: (19) donde ρio simboliza de densidad volumétrica de masa inercial en el Universo, tomado en gran escala. De la comparación entre (19) y (6) resulta la relación G ∝ (H2 /ρio), que ya adelantó Dirac en 1938, valiéndose de consideraciones numerológicas. Esta notable liga-zón entre tres magnitudes, antes conside-radas independientes entre sí, es aproxi-madamente válida dentro de las limi-taciones que se tienen en el conocimiento del cociente encerrado entre paréntesis. La ecuación (18) tiene un nítido sentido físico. La densidad de masa inercial puede aumentar debido a dos causas, independientes entre sí: - Un aumento en el número de par-tículas, en un volumen fijo, aumenta la densidad de masa gravitatoria y, por un efecto acumulativo, también aumenta la densidad de masa inercial. Este efecto está contem-plado por la mecánica clásica. - El aumento en el número de partículas en un volumen fijo también aumenta la masa inercial de cada partícula individual. Este efecto, ausente en la Mecánica clásica, es propio de un modelo coherente con el Principio de Mach. Ambos efectos combinados hacen que la densidad de masa inercial dependa como el cuadrado de la densidad de masa gravitatoria. La situación guarda similitud con lo que ocurre con la corrupción Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 31 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén entre los humanos.* A un aumento en el número de corruptos en una sociedad corresponde, en general, un aumento en la corrupción global que supera el que sería de esperar por un simple efecto acumulativo. Pasa como si al duplicar la población de corruptos, cada uno de ellos lo supiese y enalteciera su condición de serlo, duplicando entonces su propia carga de corrupción. La corrupción global, en consecuencia, se hace cuádruple en lugar de doble. Nuestro análisis muestra que la masa de inercia es una magnitud secundaria en la Mecánica relacional. De haber-se reconocido tempranamente este hecho, es seguro que esta magnitud hubiese cedido su lugar a la masa gravitatoria, a la hora de conformar la base dimensional empleada en la Mecánica. Definió Newton la masa inercial como el producto del volumen por la densidad, hecho que suscitó problemas desde un principio. Destaca Mach al res-pecto que “el círculo vicioso es evidente, pues no puede definirse la densidad sino como masa en la unidad de volumen. Newton sintió claramente que todo cuerpo llevaba consigo una determinante del característica movimiento que era diferente de su peso, y que con él llamaremos masa, mas no logró expresar correctamente este conocimiento. Newton ha sentido maravillosamente cuáles son los conceptos y principios fundamentales necesarios en la Mecánica. Sin embargo, la forma en que los ha establecido, . . ., ha dejado mucho que desear ” * Podemos reconsiderar ahora el período de oscilación del péndulo simple (IV). Reemplazando en (5) el cociente (mi / mg ) por Φ, gracias a las igualdades (17) y (16), tendremos que T ∝ ρ g. El péndulo se hace más lento en un universo más denso. Este resultado es una interesante consecuencia de la Mecánica relacional y enseña que la frecuencia de oscilación es inversamente proporcional a la raíz cuadrada de la densidad de materia universal. Este hallazgo es de validez general para cualquier tipo de fenómeno periódico macroscópico, sea éste gobernado por fuerzas elásticas, eléctricas, magnéticas, gravitacionales, etc. En caso de no ser cíclicos los movimientos, es la velocidad con que éstos ocurren la que depende como 1/ ρ g . Es fácil probar que si τ o es el tiempo de frenado de un bloque que desliza sobre un plano con rozamiento, en un universo con densidad de materia ρgo , el tiempo de frenado para el mismo bloque, en un universo con densidad ρg viene dado por τ = τ o (ρg / ρgo )1/2 . Si se pasa a un universo más denso que el actual, ρg 〉 ρgo, el tiempo de frenado aumenta. Suponiendo, como es razonable, que las fuerzas * El ejemplo dado es tan solo ilustrativo y carece de rigor debido a que la corrupción, si bien es un observable, no puede calificarse como una magnitud física. Esto por cuanto no disponemos de criterios ni dispositivos que nos permitan afirmar que una corrupción es doble o triple que otra. Lo mismo pasa con los grados de bondad, dolor, belleza, confort ... * E. Mach. “ DESARROLLO HISTÓRICOCRÍTICO de la MECÁNICA” . Versión española de la Séptima edición alemana, por J. Babini (1949). Espasa Calpe Argentina. Buenos Aires. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 32 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén intermoleculares de fricción sean de naturaleza local (por lo que no dependerán de ρg ), la distancia recorrida será la misma en ambos casos. También lo será el trabajo efectuado contra las fuerzas de rozamiento. Consideraciones análogas se aplican a la velocidad de la luz, con lo que resulta c/co = (ρgo /ρg )1/2 (20) Así, en un universo “diluido” (ρgo /ρg grande), la velocidad de propagación de la luz habrá de ser mayor que 300.000 km/s. La energía propia de los corpúsculos materiales (energía en reposo, energía interna, “rest-energy”) fue descubierta por Einstein, y viene dada por la célebre fórmula E = mi c2. En virtud de las ecuaciones (16), (17) y (20) se cumplirá: E/Eo = ( mi /mio)(c/co)2 = (ρg /ρgo) (ρgo /ρg ) = 1. En palabras: la energía propia, por no depender de la densidad de galaxias del Universo considerado a gran escala, es una magnitud intrínseca de las partículas elementales, estrechamente ligada a la constitución material de los corpúsculos. Mide, dicha magnitud, la energía total capaz de liberar una partícula tras su total desmaterialización (aniquilación). La energía de los fotones generados en una aniquilación electrón-positrón será exactamente la misma, haya o no galaxias en el Universo. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 33 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén XI PRINCIPIOS GENERALES EQUILIBRIO DE H2O ↔ H+ + OH – Según vimos en IX, la Mecánica relacional permite interpretar las llamadas fuerzas de inercia, incluida en éstas la –ma de la Segunda ley, como reacciones que la materia isotrópica del Universo sustancia sobre cualquier cuerpo material cuando éste, merced a la acción de agentes externos al mismo, es arrancado de su estado de equilibrio. Con esta interpretación, el Principio de D´Alembert-Assis guarda estrecha conexión formal con ciertas reglas cualitativas generales, útiles para indagar el sentido en que evolucionará un sistema complejo cuando se lo perturba sacándolo del estado de equilibrio estable. Una de tales reglas se conoce, gené-ricamente, como Principio de Le Chatelier, cuando aplicada al factor temperatura y de Van´t Hoff cuando aplicada al factor temperatura. L. Pauling expresa así* dichas reglas: “ Si se modifican las condiciones de un sistema, inicialmente en equilibrio, éste se desplaza en sentido tal que tiende a restablecer las condiciones, si tal desplazamiento es posible.” La autoprotólisis del agua ilustra el alcance de estas reglas**. Se sabe que la reacción de formación del agua, a partir de H+ y OH- es exotérmica y que, a 25°C , la concentración molar de equilibrio de ambas especies es de 10 –7 . Tres son las especies químicas presentes en la situación de equilibrio * dinámico, representada, de manera simbólica, como L. Pauling. Química General. Décima Edición (1977). Aguilar, Madrid. ** J. Guala Valverde. Homenaje a E. Loedel. Sociedad Científica Argentina. Aceptado 2000. En promedio, son igualmente probables las reacciones directas (de izquierda a derecha) e inversa (formación de agua neutra a partir de las especies iónicas H+ y OH - ). Al enfriar una masa dada de agua, la misma reaccionará oponiéndose a la quita de calor (energía). El sistema dispone de un grado de libertad para promover la liberación de calor, y lo hace permitiendo que cierto número de iones H+ y OH – se fundan para dar lugar a la formación de moléculas de agua neutra, H2O. Las nuevas concentraciones iónicas de equilibrio quedarán, en consecuencia, por debajo de los 10 –7 Mol/L. La formación de amoníaco, NH3 , a partir de H2 y de N2 va acompañada de una disminución de presión, por disminución del número de moléculas, al consumirse hidrógeno y nitrógeno. Si, alcanzado el equilibrio, se provoca un aumento de la presión, el sistema reacciona disminuyendo este aumento de presión generando más amoníaco. La regla de Lenz es otra proposición de la misma naturaleza que las anteriores. Un circuito está inmerso en un campo magnético estático, con lo que está en reposo electrodinámico. Basta producir una variación en el flujo magnético que encierra, para que se induzca en el conductor, una corriente eléctrica. El sentido de la misma es tal que el campo magnético asociado con la misma se opone a la variación de flujo impuesta merced a agentes externos. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 34 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén XII CONSIDERACIONES FINALES La teoría post-newtoniana aquí esbozada puede considerarse como fenomenológica, por cuanto se ocupa de explicar los fenómenos sin buscar causas últimas. Aparte de ello, se desarrolla íntegramente en un marco espacial euclidiano, de tres dimensiones, lo que puede ser, en sí, una limitación para ulteriores desarrollos. Inveterados hábitos mentales, forjados desde nuestra infancia, nos llevan a creer en la suficiencia de un espacio en el que alto, largo y ancho bastan para racionalizar la experiencia sensible, al menos en el ámbito de la Mecánica. Así, E. Kant llega a afirmar que el espacio de la geometría euclidiana es una forma de nuestro pensamiento, y sus proposiciones son juicios sintéticos a priori. Tal aseveración, y conviene admitirlo desde el principio, no es más que un pre-juicio, dicho esto al margen de la inmensa utilidad que brindó hasta hoy a la Humanidad. Buena prueba de ello se encuentra, sin dificultad, en las nuevas geometrías desarrolladas por Lobatschevsky, Gauss y Riemann, construcciones abstractas éstas tan coherentes y lógicas como la debida a Euclides. El punto crucial es averiguar cuál de tales geometrías es la que mejor se amolda a la descripción del mundo físico. Conducido por estas apreciaciones, desarrolló Einstein una monumental teoría para dar cuenta de los fenómenos gravitatorios, valiéndose de una geometría no-euclidiana. Nos estamos refiriendo, desde luego, a la Teoría Generalizada de la Relatividad, construcción abstracta que permitió explicar fenómenos observables cuya comprensión rebasa el marco newtoniano. Lo que para Newton era acción a distancia entre los cuerpos en interacción, es para Einstein consecuencia de la deformación que las masas gravitatorias engendran en el espacio que las rodea, de tal modo que éste deja de ceñirse a las leyes de la Geometría de Euclides. El mundo material real estaría inmerso, por consiguiente, en un espacio curvo. En un espacio curvo, la línea recta pierde la propiedad de ser el camino más corto entre dos puntos ubicados sobre una superficie dada. Tal privilegio corresponde, en general, a una línea curva, denominada geodésica. Ahora la distancia entre dos puntos muy próximos vendrá expresada como ds2 = Σik gik dxi dxk donde las gik son funciones de x1, x2,. . ., xn que definen la métrica del espacio en cuestión. La búsqueda de las funciones gik deberá hacerse, desde luego, atendiendo a razones físicas, con lo cual el problema se sale ya del ámbito puramente matemático. Para un espacio de 4 dimensiones resultan 10 funciones gik , denominadas potenciales de Einstein. En sistemas especiales, con elevada simetría (campo gravitacional engendrado por el Sol, a título de ejemplo) la solución se simplifica notablemente, resultando nulas varias de las gik. Por este camino se llega a la solución de Schwarzschild-Eddington, campo débil, aproximación de estacionario, con simetría esférica: Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 35 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén ds2 = dr2 /(1-2ro /r) + r2 (dθ2 + 2 sen θdϕ2 ) – (1-2ro /r)c2dt2 métrica que resulta suficiente para dar explicación a fenómenos observables para los cuales la doctrina newtoniana no puede ofrecer solución alguna. Entre ellos se encuentran la precesión de las órbitas planetarias (que para Mercurio importa 43” de arco por siglo), el encorvamiento que sufre la trayectoria de la luz al atravesar regiones donde reinan intensos campos gravitatorios, y el corrimiento gravitacional hacia el rojo, entre otros. En la anterior expresión es ro ≡ ( GMSol /c2 ) ≈ 1,5 km. Será, pues, de extremada importan-cia investigar nuevas métricas noeucli-dianas que, al ser aplicadas, no conlleven la muy restrictiva condición mi = mg imposición que, según vimos a lo largo de este ensayo, oblitera el camino para lograr una positiva implementación del Principio de Mach.* Refiriéndose a las maneras en que pueden desarrollarse otras geometrías que no sean la euclidiana, dice Einstein, al considerar una superficie continuamente curvada:** ds2 = dX12 + dX22 Si ahora introducimos coordenadas curvilíneas arbitrarias x1, x2 sobre la superficie... tenemos: ds2 = g11dx12 + 2g12 dx1 dx2 + g22 dx2 2 donde gkl están determinadas por la naturaleza de la superficie y la elección de coordenadas.” “...una porción infinitamente peque-ña de ella puede considerarse como plana con errores infinitesimales. Sobre esta porción existen coordenadas cartesianas, X1, X2, y la distancia entre dos puntos de ella, medida con una varilla métrica, está dada por * J.Guala Valverde, “A New Theorem of Relational Mechanics”.Apeiron (2001), 8, No3, 132 (2001). ** A. Einstein. THE MEANING OF RELATIVITY (1922, 45, 50, 53, 56). Traducida al español por C.E. Prélat (1971). Espasa Calpe, Madrid. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 36 Guala Valverde, Jorge Inercia, espacio y tiempo Fundación Julio Palacios – Consejo Provincial de Educación - Neuquén REFERENCIAS* Isaac Newton, Philosophiae Naturalis Principia (1687).Traducida al español como Principios Matemáticos de la Filosofía Natural (1997) por Antonio de Escohotado, Editorial Altaya, Barcelona. E.A. Burtton. Los Principios Metafísicos de la Ciencia Moderna (1960). Editorial Sudamericana, Buenos Aires. J. Rey Pastor et al. Análisis Matemático, Vol. I, II y III. (1965). Kapelusz.. Buenos Aires. J. Rey Pastor. Los Problemas Lineales de la Física (1955). INTAET, Madrid. J.B. Fourier. Théorie Analitique de la Chaleur (1888). Gauthier Villars, París. J. Palacios. Física General (1965). Espasa Calpe, Madrid. J. Palacios. Análisis Dimensional (1956-64). Espasa Calpe, Madrid. Analyse Dimensionnelle (1964). Gauthier Villars, Paris. . Dimensional Analysis (1964). Mc. Millan, London. E. Mach. The Science of Mechanics (1960). Open Court. La Salle. E. Schrödinger. Annalen der Physik (1925), 77, 325. U. Ingard y W. L. Kraushaar. Mecánica, Materia y Ondas(1966) Reverté, Barcelona. A.K.T. Assis. Foundations of Physics Letters (1989), 2, 301. A.K.T. Assis. Weber´s Electrodynamics (1994). Kluwer, Dordrecht, Boston, London. A.K.T. Assis. Relational Mechanics (1999). Apeiron, Montreal. H. Goldstein. Classical Mechanics (1959). Addison Wesley. Massachusetts. London. J.B. Barbour and H. Pfister. From Newton Bucket to Quantum Gravity (1995). Birkhauser, London. D.E. Rutherford. Mecánica Clásica (1950). 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González de Posada. Breviario de la Teoría Dimensional (1994). Universidad Politécnica de Madrid. L. Villena. Blas Cabrera, J. Palacios y la Metrología. (En prensa). Madrid. J.C. Maxwell. A Treatise on Electricity and Magnetism. (1954) Dover, New York. A.K.T. Assis and J. Guala Valverde. Annales de la Fondation Louis de Broglie 2003, 28, 83. Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar 38