ISBN 1669-9092 KONVERGENCIAS FILOSOFÍAS DE LA INDIA ¿ES ATEO EL BUDISMO? Edward Conze Hay muchos que consideran al Budismo como una concepción atea del hombre y el mundo, en el sentido de que es no-teísta. Sin embargo, no todas las consideraciones son así. Leamos a Edward Conze: “Con frecuencia se ha sugerido que el budismo es un sistema de pensamiento ateo, y esta suposición ha dado origen a gran cantidad de discusiones. Algunos han afirmado que puesto que el budismo no conocía a ningún Dios, no podía ser una religión; otros que, puesto que el budismo obviamente era una religión que no conocía a Dios, la creencia en Dios no era esencial a la religión. Estas discusiones suponen que Dios es un término no ambiguo, lo cual de ninguna manera es cierto. Podemos distinguir en este contexto por lo menos tres significados del término. En primer lugar hay un Dios personal que creó el universo. En segundo lugar está la Divinidad, concebida ya sea como impersonal o como suprapersonal; en tercer lugar hay una cantidad de Dioses, o de ángeles que no se distinguen claramente de los Dioses. 1. En cuanto a lo primero, la tradición budista no niega exactamente la existencia de un creador, pero no está realmente interesada en saber quién creó el Universo. El propósito de la doctrina budista es liberar a los seres del sufrimiento, y se considera que KONVERGENCIAS, Filosofías de la India, N° 1, 2011| 1 las especulaciones sobre el origen del Universo no son pertinentes a esta tarea. No sólo son una pérdida de tiempo, sino que también pueden diferir la liberación del sufrimiento al engendrar mala voluntad en uno mismo y en los demás. A pesar de que los budistas adoptan en esta forma una actitud agnóstica frente al problema de un creador personal, no han dudado en subrayar la superioridad de Buddha frente a Brama, el Dios que, según la teología brahmánica, creó el Universo. (…) Si la indiferencia frente a un creador personal del Universo significa ateísmo, entonces el Budismo es verdaderamente ateo. 2. (…) Cuando comparamos los atributos de la Divinidad como son comprendidos por la tradición más mística del pensamiento cristiano, con los del Nirvana, casi no encontramos diferencia alguna. Es cierto, en efecto, que el Nirvana no tiene funciones cosmológicas, que éste no es el mundo de Dios, sino un mundo creado por nuestra propia codicia y estupidez. Es cierto que por medio de su actitud, expresan un rechazo más radical del mundo en todos sus aspectos que el que encontramos entre muchos cristianos. Al mismo tiempo, están libres de una gran cantidad de difíciles problemas teológicos y no se han visto en la necesidad de combinar, por ejemplo, la suposición de un Dios omnipotente con la existencia de una gran cantidad de sufrimiento y desorden en este mundo. Los budistas tampoco han afirmado nunca que Dios sea Amor, pero acaso esto se deba a su preocupación por la precisión intelectual, que debe haber percibido que la palabra “Amor” es uno de los términos más insatisfactorios y antiguos que se pueden emplear. Pero por otra parte, nos dice que el Nirvana es permanente, estable, inmortal, inmóvil, sin edad, sin muerte, no nacido, y no hecho, que es poder, dicha y felicidad, el refugio seguro, la protección, el sitio de seguridad inatacable; que es la auténtica Verdad y la suprema Realidad; que es lo Bueno, la meta suprema y la única consumación de nuestra vida, la eterna, oculta e inabarcable Paz”. De: Edward Conze (1988): El Budismo, Fondo de Cultura Económica, Biblioteca Actual, México. Título Original: (1951) Buddhism. Its Essence and Development, B. Cassirer, Oxford, Inglaterra. KONVERGENCIAS, Filosofías de la India, N° 1, 2011| 2