En la identidad del territorio está su alternativa Joaquín Sabaté DESCRIPTORES TERRITORIO PAISAJE ORDENACIÓN TERRITORIAL PARQUE AGRARIO La distinción, antaño precisa, de los límites de lo urbano, resulta cada vez más compleja. Aquel paisaje rural de progresión lenta ha sufrido en poco tiempo una mutación de gran alcance: fenómenos de periurbanización; extensión continua de los ámbitos funcionales; carreteras acompañadas de almacenes, discotecas, cámpings, talleres, restaurantes o hipermercados…, nuevas lógicas de localización de las actividades, nuevos artefactos desconocidos pocos años antes, que se establecen con singularidad y autonomía, con cierta indiferencia objetual sobre el territorio. ¿Estamos quizás ante una situación equivalente a aquella que Bernardo Secchi ha retratado en artículos magistrales en las páginas de “Casabella”? ¿Podemos traspasar sin más a nuestros territorios las magníficas descripciones de Boeri, Lanzani y Marini en su estudio más conocido?1 ¿O incluso, como proclaman los más agoreros, se dan ya indicios del “urban sprawl” de raíz anglosajona? Seguramente la respuesta a estas cuestiones ha de ser, aunque matizada, todavía negativa. Habría que relativizar las manifestaciones de fenómenos equiparables a la “carretera-mercado”, cuantitativamente irrelevantes en nuestro contexto, frente a los esfuerzos de completamiento y consolidación de las ciudades compactas, a los crecimientos agotando intersticios, a las operaciones de reforma interior, a la colmatación de las áreas industriales tradicionales y a la terciarización creciente de los centros de ciudades grandes y medianas. 12 I.T. N.O 60. 2002 En uno de los estudios más sugerentes y rigurosos sobre esta nueva realidad territorial,2 se empieza reconociendo las raíces comunes de muchos de los fenómenos que la caracterizan: el proceso del aglomerado a la red descrito por G. Dematteis,3 las nuevas relaciones de geometría variable, el carácter crecientemente auto-organizativo e interdependiente del territorio. Pero bien pronto se reclama la especificidad de los territorios y procesos de urbanización. Frente a las identidades reconocidas en diferentes contextos europeos por diversos investigadores,4 frente a los patrones comunes, frente a razones estructurales equiparables que identifican estas transformaciones como resultado de la crisis de la ciudad, se opone la reclamación de la especifidad, de la diferencia, de lo local y contingente. El trabajo de varios investigadores en toda España constituye una aportación seminal en el reconocimiento de las transformaciones recientes en territorios diversos de esta nueva anatomía territorial.5 Seguramente serán claves no tan solo en la interpretación de estas nuevas formas de crecimiento, sino al objeto de abordar el proyecto futuro de estos territorios. Ahora bien, aun relativizando el peso de muchas de las recientes transformaciones, aun rechazando generalizaciones simplificadoras, no cabe duda de que nos enfrentamos a manifestaciones novedosas que el conocimiento y la práctica habitual ni explican satisfactoriamente, ni tratan adecuadamente. Frente a la autonomía nihilista de tantos artefactos salpicados por doquier, el orden de los planes se ha demostrado inadecuado y las estructuras y modelos tradicionales insuficientes. Fig. 1. Acceso y edificación en Tacoronte. ¡Qué desproporción entre los esfuerzos de reconocimiento y proyecto de procesos y escenarios urbanos, y los que se realizan sobre un territorio, que ya no osamos calificar simplificadoramente de rural! Si aspiramos a afrontar el reto de proyectar estos territorios no urbanos, hemos de llenar previamente un enorme vacío de conocimientos. Hemos de estudiar cuidadosamente los territorios entendidos como factores y no como simple soporte de su transformación, entenderlos a partir de su estructura formal, de su imagen física y de su construcción histórica. Aprender a leer el paisaje como compendio de la historia de transformación del territorio. Afortunadamente contamos ya con aportaciones de notable interés, tanto en cuanto al análisis de los procesos y componentes de alguno de estos territorios rurales, como en el de afrontar el reto de su proyecto. Entre las antes citadas cabe recordar algunos trabajos de Xabier Eizaguirre y principalmente su tesis doctoral “Los componentes formales del territorio rural”. En ella, a partir del estudio de las estructuras agrarias en el espacio metropolitano barcelonés y de la masía como modelo de colonización, nos propone un interesante método de análisis formal. Supone una contribución clave a una necesaria disciplina para el conocimiento de los procesos, estructuras y lógicas de formación y cambio del territorio no urbano. En la misma línea tendríamos la tesis de Antonio Aguilar “La construcción del espacio rural en el Baix Empordà”, en la que se plantea una aproximación original, entendiendo el te- rritorio como un sistema estructurado, con pautas de identidad propias y resultado de una creciente artificialización. Nos muestra cómo afrontar su ordenación manteniendo los testimonios de orden rural, coherentes con los modelos de identidad detectados y construyendo un sistema de pautas para la adecuada inserción de cualquier intervención. Un método singular en el Plan Insular de Ordenación de Tenerife Uno de los documentos que más ha avanzado en el reconocimiento pormenorizado de las transformaciones territoriales, y, a partir de ellas, en su reproyectación, ha sido el Plan Insular de Ordenación de Tenerife.6 Dicho Plan entendió que una de sus competencias y responsabilidades más claras era la de constituir una herramienta útil para el reconocimiento y ordenación de la forma de construir el territorio rural. Se abordó por ello un exhaustivo y detallado análisis y representación del territorio, y de los procesos que habían afectado a su transformación, intentando reconocer ciertos modelos de orden subyacentes y proponiendo su actualización. Se defendía con ello la firme convicción de que en la identidad del territorio está y debe fundamentarse su propia alternativa. Se subraya territorio (y no suelo, ni siquiera paisaje) por hacer patente que se rehuye una interpretación reduccionista del mismo, que supondría una preocupación exclusiva por el suelo como soporte, o del paisaje en su acepción meramente I.T. N.o 60. 2002 13 Fig. 2. Paisaje del sector de La Atalaya. Fig. 3. Formas rurales, teóricas y de intervención. Sector de La Atalaya. perceptiva. Se defiende, en cambio, el entendimiento de su forma como plasmación de una estructura (relación entre partes) y de una cultura previa, y del territorio, no como mero soporte, sino como factor básico de la ordenación, con un cometido activo; territorio cuyas características inciden en las actividades que en él se desarrollan, y que a su vez, es construido paulatinamente por éstas. Una hipótesis de partida del Plan Insular fue la de que existen en unas laderas intensa y, en apariencia, desordenadamente ocupadas, modelos de orden, criterios antaño razo14 I.T. N.O 60. 2002 nables en el proceso de ocupación y, en definitiva, una cultura territorial. Estos modelos, una vez reconocidos y actualizados, deberían servir para reproponer pautas de intervención. El reconocimiento del territorio, de su identidad física y de su construcción histórica, nos reveló valores estructurales y formas del suelo que inciden directamente en la comprensión de las operaciones constructivas y sobre los elementos de ordenación y regulación a utilizar. Se abría así una vía metodológica, a partir del análisis de las relaciones y de la permanencia histórica de sus elementos. Dicho estudio se apoyó en los Modelos de construcción en suelo rústico. Elementos itinerantes T1, T2, T3: Caminos o senderos de montaña, pistas forestales y carreteras de acceso a las cumbres V1: Caminos de servicio agrícola V2: Caminos de explotación agrícola V3: Vía edificada de intensidad baja V4: Vía edificada de intensidad media V5: Vía edificada formando asentamientos rurales H: Vías conectoras Hitos territoriales Estructuras territoriales Estructura territorial Superficie en Ha / Nº de viviendas Infraestructuras Anillo insular Colectoras básicas Comarcales Fig. 4. Modelos de construcción en suelo rústico. Elementos itinerantes. Fig. 5. Formas rurales. I.T. N.o 60. 2002 15 inventarios catastrales superpuestos a los planos topográficos, para extraer de ellos una interpretación intencionada, en el sentido de redescubrir estructuras geomorfológicas de los tejidos y sistemas territoriales, a partir de los siguientes pasos: a. Formación de una cartografía base como sumatorio del plano topográfico tradicional a escala 1:5.000 y del parcelario de rústica. Como lecturas complementarias se procedió al análisis del proceso de construcción de los caminos y articulación del tejido agrícola, de la incidencia de las pendientes, o de la manipulación del agua. b. Sistematización de las formas construidas en relación a sus factores naturales y artificiales, identificadas en la nueva cartografía. c. Categorización de un mosaico de territorios mediante la identificación de estas lógicas y sistemas de funcionamiento. d. Determinación de los criterios de ordenación, de la normativa y de las medidas de delimitación, control y gestión basándose en los parámetros detectados. A partir de ello y con carácter de ordenación sugerida, que admite ajustes razonados, se dibujaron los denominados elementos itinerantes, caminos que, en ciertas condiciones, admiten edificación en sus bordes. Éstos configuran modelos de ordenación bien diversos en los diferentes ámbitos de la isla. Su estructura (relación entre los caminos edificables; cómo disponer los elementos singulares y las dotaciones necesarias, en las cabeceras y finales de estos asentamientos rurales, señalando las “puertas de acceso” a los mismos; o la organización de sus espacios más representativos…), así como los criterios paramétricos (de los diferentes tipos de caminos y de las construcciones…), fueron objeto de especial atención en los documentos gráficos y en la normativa. El Plan Especial del Parque Agrario del Baix Llobregat Los criterios y metodología elaborados con motivo de la redacción del Plan Insular de Tenerife encontraron su aplicación y extensión en trabajos posteriores del mismo equipo, como el Plan del Pla de Mallorca; o en sucesivas ediciones de los talleres “Proyectar el territorio” del Máster de Proyectación Urbanística de la Universidad Politécnica de Cataluña.7 Pero donde aquel tipo de aproximación tendrá continuidad es en la elaboración del Plan Especial del Parque Agrario del Baix Llobregat,8 o en diversos estudios y propuestas sobre ejes y parques patrimoniales.9 El tramo final en valle y el delta del Llobregat constituyen a lo largo de catorce municipios un territorio agrario aún de notable extensión (4.000 hectáreas) y de una altísima rentabilidad, en medio de un entorno metropolitano de unos tres millones de habitantes. Pero las áreas cultivadas se ven some- Propuestas 1 Canal de drenaje junto a la BV-2002 2 Canal de drenaje junto a la autovía del Baix Llobregat 3 Canal de drenaje junto a la Pata Sur y la C-246 4 Modificación del Rec Vell junto a la BV- 2002 5 Canal de drenaje junto a la autopista A-16 6 Modificación del Canal de la Derecha junto a la BV-2002 7 Canal de riego junto a la vía de cintura del Parque Agrario 8 Conexión del retorno de la EDAR de Sant Feliu con el Canal de la Infanta 9 Conexión del retorno de la EDAR de Sant Feliu con el Canal de la Derecha 10 Ampliación de la red de retorno de la EDAR de la Murtra 11 Lagunas de laminación y/o recarga 12 Renaturalización de rieras canalizadas 13 Corredor junto al camino de la Pineda 14 Corredores-límite ensanchamientos Red de retorno de las depuradoras Red de riego existente Red de riego prevista Red de drenaje existente Red de drenaje prevista Áreas de recarga Punto de bombeo del agua Depuradora Potabilizadora Fig. 6. Caminos de agua. 16 I.T. N.O 60. 2002 Fig. 7. Caminos de tierra. Agropol principal Agropol secundario Dotaciones de huertos lúdicos Dotaciones culturales y recreativas Ámbitos de actuación Viario local Camino agrícola de primer orden Camino lúdico Canal de riego principal Canal de riego secundario Canal de desagüe Red de retorno Rieras y estanques Punto de bombeo del agua Depuradora Potabilizadora Puerta Límite municipal Ámbito del parque agrario Fig. 8. Estructura general orgánica. I.T. N.o 60. 2002 17 tidas a un deterioro considerable, derivado en buena parte de las servidumbres metropolitanas y de su condición periurbana (afectaciones debidas a grandes infraestructuras, realizadas o previstas, con las consecuentes expropiaciones y troceamiento de las explotaciones; intrusión de actividades ajenas; imagen de precariedad; vandalismo y robos; vertidos incontrolados y contaminación de los acuíferos…). Estos hechos implican un acelerado proceso de pérdida de calidad ambiental; de disminución de las superficies cultivadas; de abandono de la actividad agrícola profesional; de expectativas, a menudo más imaginadas que reales, de recalificaciones urbanísticas. En el Plan se propone la preservación del territorio agrario atendiendo a su singularidad: se trata del último reducto de notable extensión y productividad dentro del ámbito metropolitano. Reúne además una triple dimensión –productiva, social y ambiental– que le confiere un especial valor añadido. De ahí que se plantee como objetivo no tan solo la preservación del espacio agrario y garantizar las condiciones necesarias para una producción competitiva y de calidad, sino al mismo tiempo conservar y difundir sus valores ambientales y sociales. Esto quiere decir reconocer su excepcional interés como espacio de ocio y educación ambiental y mantener las áreas cultivadas y naturales como pulmón equilibrador del territorio metropolitano. Resulta, pues, imprescindible un proyecto que, atendiendo a las características de este espacio y con una visión de conjunto, permita plantear un modelo de futuro. Mantenerlo exige mejorar las condiciones que posibiliten una agricultura viable y rentable, o, lo que es lo mismo, garantizar el alcance de una actividad con suficiente estabilidad. Pero desde el punto de vista disciplinar el verdadero reto está precisamente en fundamentar en la identidad de este territorio su alternativa, en actualizar las claves de lectura y los instrumentos de proyecto. Y esto requiere hacerlo resistente a los procesos de transformación, dotarlo de estructura, de manera que sea capaz de encajar las nuevas y cambiantes solicitaciones a que está sometido. Al objeto de proyectar la estructura del Parque Agrario llegamos a la conclusión de que leer cuidadosamente el proceso de construcción del delta y del valle fluvial resultaba imprescindible para alimentar unas bases epistemológicas y unos fundamentos útiles para afrontar aquel reto. La identidad física y la formación histórica de este territorio muestran valores estructurales y formales, que inciden directamente en la comprensión de las operaciones de transformación y sobre los elementos de ordenación. Se abría así una vía metodológica a partir del análisis de las relaciones y de la permanencia de los elementos. El Plan Especial pretendió proyectar la estructura del Parque Agrario descubriendo y actualizando aquella que informó la construcción de este territorio: el dibujo del suelo, la manipulación del relieve, la organización de los caminos de tierra y de agua y el establecimiento de las construcciones, reconociendo con ello lo que sería el equivalente de los sistemas (de espacios libres, dotaciones, redes de accesos y servicios) que sustentan los tejidos urbanos. 18 I.T. N.O 60. 2002 La colonización de este territorio se ha producido a través de cuatro elementos fundamentales: la desecación de las tierras y la división del suelo cultivable, los proyectos de riego y drenaje, la construcción del acceso y la implantación de las construcciones agrícolas (masías). La combinación de estos procesos ha llegado a conformar la diversidad de modelos que hoy podemos reconocer en el último tramo del río Llobregat. Atendiendo al largo proceso de sistematización y a las complejas estructuras hidráulicas que conviven en este territorio, conviene pensar en el agua como un sistema ecológico propio. La estratificación de su construcción territorial nos permitió reconocer dos órdenes segregados, independientes e incluso antagónicos: un sistema de riego que se desarrolla en el valle y en la zona nordeste del delta, y otro de desagüe y drenaje que se organiza al suroeste de aquél. Después de la desecación, seguramente la construcción del camino es el elemento físico más básico de la colonización. Dentro de la diversidad de caminos se distinguen aquellos estructurantes de los diferentes tejidos rurales, caracterizados por su valor de posición y su funcionalidad; pero asimismo aquellos que tienen funciones de acceso a las fincas y definen el grano parcelario; o los que constituyen itinerarios tradicionales de paseo al río, o hasta la línea de costa. La viabilidad de la agricultura en este territorio reclama rehacer la red de caminos interrumpida por la construcción de las grandes infraestructuras, reproyectarla sin dañar las lógicas territoriales sobre las que se sitúan. El Plan Especial prevé diversas determinaciones encaminadas a garantizar la estructura física del Parque Agrario, tales como: — Identificación de áreas homogéneas y diseño de una normativa atenta a la especificidad de los diversos paisajes. — Racionalización de la red de caminos de tierra que surcan el delta y el valle, distinguiendo la red local de carreteras, los caminos agrícolas y los itinerarios lúdicos; segregando las diferentes demandas de circulación; asegurando una mejor adecuación de cada elemento a su cometido con el diseño específico de la diversidad de secciones, encuentros, puertas y nodos singulares. — Adecuación de los caminos de agua a las exigencias de una agricultura competitiva (redes de riego y drenaje, lagunas de laminación y recarga, renaturalización de rieras canalizadas, establecimiento de estaciones depuradoras), aprovechando asimismo su potencial ecológico y lúdico. — Control de aquellas actividades que, por su naturaleza o disposición, comprometen la calidad ambiental y el desarrollo de una agricultura competitiva. — Propuesta de un esquema de distribución de dotaciones lúdicas y culturales, que pueden establecer sinergias positivas con la actividad agrícola. También se prevén polígonos de servicios especializados (agropoles). Uno de los objetivos claves en el proyecto de Parque Agrario fue el de dotarlo de un modelo propio, de una estructura que lo hiciera resistente a las nuevas y cambiantes solicitaciones. Históricamente este territorio se ha construido con una lógica bastante precisa, con un modelo de estructura, cu- yos elementos principales son los caminos de tierra y de agua. Todo un largo proceso culmina con un modelo bastante coherente con la identidad morfológica de este territorio, solo recientemente alterado. La construcción largamente elaborada del territorio agrícola del delta se encuentra hoy amenazada por los requerimientos de grandes infraestructuras: ampliación del puerto y aeropuerto, desvío del río y trazado del tren de alta velocidad. El gran reto que en estos momentos afronta el proyecto del Parque Agrario se podría de hecho presentar como la crónica de un debate anunciado. Un debate entre grandes infraestructuras y un tejido agrícola minuciosamente articulado. Si observamos un fotoplano del delta podremos apreciar una estructura menuda, débil y delicada de parcelas, caminos y acequias, una antigua y rica cultura agraria, un magnífico patrimonio construido, una muy precisa disposición de todas y cada una de las piezas. En los años setenta un gran economista americano nos llamaba la atención sobre cuestiones como éstas en un bello texto: Small is beautiful, lo pequeño es hermoso. Frente a este principio se ha opuesto en estos últimos años otra lógica, la del crecimiento medido en términos exclusivamente funcionales, de supuesta eficiencia, que parece pasar inexorablemente por acumular grandes infraestructuras. Una lógica que sintéticamente podría expresarse con un enunciado contrapuesto al anterior: Big is powerful, lo grande es poderoso. Esta aparente contraposición se quiere afrontar desde el proyecto del Parque Agrario con aquella alternativa, aquel mensaje que planteaba un texto reciente de un conocido biólogo catalán. La contraposición small-beautiful frente a bigpowerful, convirtámosla en la voluntad de conseguir un nuevo objetivo: que lo hermoso sea poderoso. Que el Parque Agrario se dote de una estructura fuerte que lo haga resistente y mantenga su atractivo. Notas – Sabaté, J., Corominas, M., Eizaguirre, X., y Pie, R., Forma del territorio y proyecto. Propuestas de ordenación territorial en el Valle de Arán, Fundación Politécnica de Cataluña, U.P.C., Barcelona, noviembre, 1996. 8. Plan redactado por un grupo de profesores e investigadores del Departamento de Urbanismo de la Universidad Politécnica de Cataluña: Julián Galindo, Annalisa Giocoli, Eduard Rosés, Joaquín Sabaté (coordinador) y Pere Vall. 9. Entre otros estudios llevados a cabo por un grupo de investigación del Departamento de Urbanismo y Ordenación del Territorio de la Universidad Politécnica de Cataluña cabe hacer referencia a los siguientes: – “Los recursos patrimoniales como base del desarrollo regional”, en colaboración con algunos profesores del Departamento de Estudios Urbanos y Planeamiento del Massachusetts Institute of Technology (Cambridge). UPC-MIT, 1999-2001. – “Ordenación del corredor fluvial del río Cardener”, Diputación de Barcelona, 2002. – “Valoración de los recursos patrimoniales, de la estructura y ordenación de los ríos Anoia y Cardener”, Diputación de Barcelona, 2000. – “The Cultural Landscape and Regional Development”, Massachusetts Institute of Technology, 1999-00. – “Valoración de los recursos patrimoniales, de la estructura y ordenación del río Llobregat”, Diputación de Barcelona, 1999. Algunas de estas investigaciones han estado recogidas en distintas publicaciones, como: – Designing the Llobregat Corridor. Cultural Landscape and Regional Development. Projectant l’eix del Llobregat. Paisatge cultural i desenvolupament regional, Universidad Politécnica de Cataluña y Massachusetts Institute of Technology, Barcelona, 2002. – L’Eix Patrimonial del Llobregat, Diputació de Barcelona, Barcelona, abril 2000. 1. Boeri, Stefano; Lanzani, Arturo; y Marini, Edoardo, Il territorio che cambia. Ambienti, paesaggi e immagini della regione milanese, Editrice Abitare Segesta, Milán, 1993. 2. Font, Antonio; Llop, Carlos; y Vilanova, Jose Mª, “Anatomia de una metròpoli discontínua: la Barcelona metropolitana”, Papers, nº 26, Barcelona, 1997. 3. Dematteis, Giusseppe, Progetto implicito. Il contributo delle geografia umana alle sienze del territorio, Franco Angeli, Milán, 1995. 4. AA.VV., Quaderni della ricerca sulle transformazioni dell’habitat urbano in Europa, Daest, 1993-94. 5. Además del antes citado de Antonio Font, cabe hacer referencia a las tesis doctorales de los profesores Enrique Giménez y Juan Luis Dalda, sobre los territorios valenciano y gallego respectivamente; a los trabajos del grupo Castiñeira-CorominasRagués-Sabaté sobre el caso canario y sobre el Pla de Mallorca; a los de Xavier Unzurrunzaga sobre el eje San Sebastián-Bayona; a diversos trabajos de Xabier Eizaguirre y Antoni Aguilar sobre el suelo rural en Cataluña y Andalucía… 6. Trabajo realizado por el grupo de arquitectos Castiñeira-Corominas-Ragués-Sabaté, por encargo del Cabildo Insular de Tenerife. 7. El resultado de los sucesivos talleres “Proyectar el territorio” del Máster de Proyectación Urbanística de la Universidad Politécnica de Cataluña se recogen en los siguientes libros: – Sabaté, J. (ed), El eje del Llobregat, patrimonio y desarrollo territorial, Fundación Politécnica de Cataluña, Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona, 2002. – Sabaté, J. (ed), El corredor Sant Llorenç de Munt-Collcerola. Elementos para la construcción de un proyecto territorial, Universitat Politécnica de Cataluña. Barcelona, julio 2000. Conclusiones Los dos Planes comentados, y algunas otras propuestas recientes que comparten esta misma aproximación, están basados en una cuidadosa reflexión acerca de la dimensión morfológica del territorio. Reproyectar el territorio exige conocer su código genético, entenderlo a partir de su estructura formal, de su imagen física y de su construcción histórica. La forma del territorio constituye un compendio de la historia de su transformación, y en ella conviene fundamentar su proyecto. O dicho quizás de una forma más corta y directa, nuestras intervenciones han de estar guiadas por la firme creencia de que en la identidad del territorio empieza a sintetizarse su alternativa. ■ Joaquín Sabaté Doctor Arquitecto Catedrático de Urbanismo de la E.T.S.A. de Barcelona I.T. N.o 60. 2002 19