Alejandro Moreano, en carne y hueso

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• Los viajes de Savater
• Jean Genet, el más irreverente del siglo XX
• Rayo, un hombre dispuesto a todo
Campaña de Lectura
81
EUGENIO ESPEJO
Campaña de Lectura
EUGENIO ESPEJO
Julio 2015 - ISSN 1390-4515
Alejandro
Moreano,
en carne
y hueso
Rebelión
contra
las élites
Libro del mes:
Vanguardia
y realismo
en Ecuador
En España
tunean al Quijote
PREMIO LA LINARES
DE NOVELA BREVE
2015
Con motivo de cumplirse 40 años del Premio Aurelio Espinosa Pólit a la novela
La Linares, del escritor ecuatoriano Iván Égüez, la Casa de la Cultura Ecuatoriana y la Campaña de Lectura Eugenio Espejo convocan al Premio “La Linares” de
novela breve, 2015, de conformidad a las siguientes bases:
I. Podrán participar narradores ecuatorianos o extranjeros con cinco años
de residencia en Ecuador.
II. Quienes concursen deberán enviar por triplicado una novela breve inédita, escrita en español, con tema y formas libres, que no esté concursando
simultáneamente en ningún otro certamen. No podrán participar obras que
hayan sido premiadas en algún otro concurso literario, que tengan comprometidos sus derechos de autor o estén en proceso de publicación.
III. Los trabajos deberán presentarse en letra Garamond 12, por una sola
cara, a doble espacio, tamaño carta; con un mínimo de 70 cuartillas y un
máximo de 120 cuartillas encuadernadas. Se deberá adjuntar una copia en
formato CD.
IV. Quienes concursen deberán firmar su trabajo con seudónimo. Adjunto
se enviará una tarjeta de identificación consistente en un sobre cerrado
que contenga los datos personales: nombre completo, domicilio, número
telefónico, cuenta de correo y copia a color de cédula de identidad. En
caso de extranjeros, deberán incluir documentación que avale el tiempo de
residencia en Ecuador.
PREMIO LA LINARES 2015
V. Para preservar el anonimato, los trabajos deberán estar exentos de dedicatorias y epígrafes que sugieran la identidad del autor.
VI. Habrá un premio indivisible de US$ 6000.00 (SEIS MIL DÓLARES), y la
circulación masiva de la obra en la red de suscriptores de la Campaña de
Lectura Eugenio Espejo.
El jurado podrá adjudicar hasta tres menciones a fin de que puedan ser
publicadas por la Campaña de Lectura Eugenio Espejo o por la Casa de la
Cultura.
VII. Las obras concursantes serán recibidas, en sobre cerrado y bajo seudónimo, en la Campaña de Lectura (El Heraldo 244 y Juan de Alcántara) o en la
Presidencia de la Casa de la Cultura (Av. 6 de diciembre y Patria).
VIII. El plazo de entrega de las tres copias vence el 30 de septiembre de 2015.
IX. En caso de trabajos remitidos por correo, se aceptarán aquellos cuya fecha de matasellos postal sea anterior a la fecha del cierre de la convocatoria.
X. El jurado calificador estará integrado por tres escritores de reconocido
prestigio nacional y su fallo será inapelable. Es facultad del Jurado resolver
cualquier caso no considerado en las bases de la presente convocatoria.
XI. El fallo del Premio se dará a conocer en el acto de premiación a realizarse
en el aula Benjamín Carrión el 4 de noviembre de 2015; también se dará a
conocer las menciones, si las hubiere.
XII. Quienes participen aceptan de hecho estas bases y, en caso de obtener
el premio y la publicación, o una de las menciones y la publicación respectiva,
se someten a estas bases y ceden por una sola vez los derechos de autor
para la primera edición.
XIII. No se devolverán las copias de los trabajos participantes.
Quito, febrero de 2015
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• Alejandro Moreano
La carne y el hueso de un
intelectual
32
• La rebelión
contra las élites
39
• El pánico a
Piketty
Contenido
48
• Traversari
La música ya tiene
su propia voz
Rocinante No. 81
Julio 2015
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• Jean Genet
El irreverente del siglo XX
58
• Padura, Piglia
y Montoya
Los premios se quedaron
en América Latina
•ROCINANTE es una publicación de la Campaña Nacional Eugenio Espejo por el Libro y la Lectura, que es una iniciativa ciudadana que
busca mejorar el comportamiento lector de los ecuatorianos. No recibe fondos públicos y se maneja mediante la autogestión y a través de la
asociación con diversas entidades. Sus líneas básicas de acción son la edición y distribución masiva de libros, la capacitación a mediadores
de lectura, la difusión de la literatura nacional en el extranjero y la reflexión teórica sobre el tema de la lectura. •DIRECCIÓN GENERAL: Iván
Égüez. •EDICIÓN: Diego Cazar Baquero. •DISEÑO: Agustín Montúfar Égüez. © CORPORACIÓN EUGENIO ESPEJO POR EL LIBRO Y LA CULTURA.
El Heraldo 244 y Juan de Alcántara. Teléfono: 243 2980. •DERECHOS RESERVADOS.
4
Rocinante
E
La palabra perdurable
El ensayo moderno tiene dos vertientes principales:
aquel de corte académico que utiliza citas, datos
y bibliografía, y el ensayo literario que es un
explorar en aguas profundas para sacar a
flote la verdad o, al menos, la verdad del
autor. El primero se volvió críptico por
incorporar una jerga válida solo para los
Iván Égüez
iniciados, en especial el ensayo desde
director@revistarocinante.com
las ciencias sociales, muchas veces
Diego Cazar Baquero
editor@revistarocinante.com
riguroso, pero casi siempre anodino,
Agustín Montúfar Égüez
impersonal. El ensayo literario –
creativo@revistarocinante.com
sobre cualquier tema o materia
Isis
fotografia@revistarocinante.com
que aborde– es un juego libre de la
inteligencia, sugerente, conjetural
pero sin axiomas y, sobre todo,
con una voluntad de estilo. En
tiempos de confusión, donde
todo es incierto o expuesto a
ir por donde sopla el viento, el
ensayo, la palabra perdurable
del pensador se hace no solo
revistarocinante.com
necesaria, sino imprescindible. El
info@revistarocinante.com
ensayo pone una pica en el caos, ha
dicho alguien. El mayor ensayista
Textos de:
Byron Rodríguez Vásconez, Paúl Krugman,
ecuatoriano por la convicción de
Carlos Ferrer Himerlind, Bruno Sáenz, Sergio
sus ideas y por la voluntad de estilo
Ramírez, Iván Ulchur Collazos, Juan F.
ha sido Juan Montalvo. En el siglo
Jaramillo, Arístides vargas, Beatriz J. Risk,
Bernardita Maldonado.
XX, Agustín Cueva, por la solidez de su
pensamiento y por su impecable escritura.
Otros ensayistas importantes de mi generación
son Bolívar Echeverría, Fernando Tinajero, Juan
Valdano, Vladimiro Rivas. Entre los más jóvenes
empieza a destacarse Leonardo Valencia, con su libro El
síndrome de Falcón. Deliberadamente no hemos nombrado a
quien dedicamos el Perfil inacabado de esta revista: Alejandro
Moreano, no solo uno de los mejores, sino el pensador con más
raigambre en la constitución de los movimientos sociales.
Rocinante
5
PERFIL INACABADO
Alejandro Moreano
n Diego Cazar Baquero
La carne y el hueso de un intelectual
Alejandro Moreano es considerado uno de los tres pensadores
contemporáneos más importantes del Ecuador, junto con Agustín
Cueva y Bolívar Echeverría. Su permanente devenir entre la
literatura y la política tiene un trasfondo emotivo, sensible, que
nos devuelve la mirada a sus años de niñez y adolescencia, a su
juventud y a sus más profundos afectos.
6
Rocinante
Alejandro Moreano
Casa de la infancia de
Alejandro en la av. América y
Rio de Janeiro. Alejandro era
alumno de la Escuela Espejo y
en mañanas de invierno se
levantaba con el chirrido del
timbre de la escuela situada a
media cuadra de su casa
L
La madre de Alejandro,
doña Gertrudis Eugenia Mora, lojana afincada en Quito,
guardaba un parentesco no
frecuentado con los Carrión
Mora, no así con Benjamín,
con quien compartió muchas
de las andanzas y tertulias
que llevaron a transformar el
Instituto Cultural Ecuatoriano
–creado en 1943– en la Casa
de la Cultura Ecuatoriana, institución forjada como una matriz del arte y del pensamiento
para levantar la autoestima de
una nación desmembrada: “Si
no podemos ser una potencia
militar y económica, podemos
ser, en cambio, una potencia
cultural nutrida de nuestras
más ricas tradiciones”, había
dicho Carrión. De ahí que el
nombre que más escuchó Alejandro en su infancia fue el
de aquel a quien, décadas más
tarde, destinaría uno de sus
ensayos: “Benjamín Carrión,
desarrollo y crisis del pensamiento democrático nacional”.
La impronta escolar
P
Pero imaginemos que desde entonces han transcurrido
unos diez u once años y el Alejo es ahora alumno de la Escuela Espejo. Muchas mañanas
de invierno se levantaba con el
chirrido del timbre de la escuela situada a media cuadra de
su casa. Así, recién despierto
y un tanto desastrado, salía
corriendo, para alcanzar a colarse en la formación. Cada
lunes, uno de los maestros exigía que los estudiantes presentaran una pequeña exposición
sobre algún pensador famoso,
y el Alejo creía sabérselas todas, pues había conseguido
y devorado un libro llamado
Historia del pensamiento social, con biografías y sinopsis
de los postulados de personalidades clásicas como Sócrates, Séneca, Aristóteles… “Leía
despacio, a veces repitiendo el
párrafo o la página, a ratos sin
entender mucho…”, confiesa
Rocinante
7
PERFIL INACABADO
ahora, ya escondido detrás de
su barba blanca y sus 71 años,
un par de anteojos de más de
diez libros escritos, decenas
de ensayos publicados y unos
cuantos proyectos en proceso.
“En una sabatina de la escuela, preguntaron nombres de
pensadores, y yo me paré, con
todo el pujo de sorprender, y
dije: ¡Platón! La profesora me
pidió pasar al pizarrón para
escribir ese nombre y lo escribí… ¡pero con p minúscula!
Esas experiencias me encanta
recordar porque son los golpes
que he recibido contra mi vanidad, que son bastante buenos,
especialmente en la política.”
Por esos años, en la Escuela
Espejo experimentaban con el
llamado IQ (intelligence quotient), que pretendía medir
destrezas y habilidades cerebrales de los niños. Alejo sacó
el puntaje más alto, mientras
que su hermano Marco, aunque no entendía lo que leía,
logró ser el que más palabras
articuló por minuto. El hecho
le hizo acreedor del mote de ‘El
24 mil palabras’. Dos hermanos diferentes, dos encarnaciones de lo que constituyen la
lectura profunda y la lectura
rápida. El Alejo recuerda que
tenía dos tipos de lectura: ciertas novelas “de esas entretenidas” como Los tres mosqueteros, y textos como aquella
compilación de biografías, que
jamás va a olvidar.
A los once años, y como ya
era costumbre, Alejo fue premiado en la escuela. Entonces, “mi santa madrecita me
sacó en el periódico, y tiempo
después, en plena época de
radicalismo de la escuela de
Sociología, alguien se había
conseguido esa foto y me sacó
en la cartelera…”, emocionado. Tal parece que cualquier
cosa que su madre haya hecho
o dicho en vida podía ser para
el Alejo un motivo de celebración.
Foto: César Morejón
8
Rocinante
Alejandro Moreano
Poesía en bicicleta
I
Imaginemos ya a un escolar que aguaitaba a una muchacha del barrio. La chica
era el mito romántico de todos
los compañeros de esquina y
por eso, los chicos salían juntos a montar bicicleta por ahí
para ver si la encontraban.
Imaginemos a ese muchacho
y pongamos que había leído a
Baudelaire y que había memorizado Las letanías de Satán:
Tú que pusiste en los ojos y
el corazón de las muchachas,
el culto de la llaga y el amor
de los andrajos,
¡Oh, Satán, ten piedad de mi
larga miseria!
Enamorado –o creyéndose
enamorado–, el joven soñaba
con ganar algún día el premio
Nobel de Literatura y lograr
el cometido de conquistar a la
bella vecina del barrio, quien,
además, era hermana de uno
de sus compañeros de escuela.
Mientras se ocupaba en dar los
acabados a su sueño, se hallaba escribiendo un soneto. Un
soneto dedicado al opio. Pero,
¡¿qué carajo era el opio?! La familia del Alejo se llevó un gran
susto con este escrito, aunque,
rápidamente, se evidenció que
el muchacho tan solo quería
imitar la línea del poeta maldito a quien, en su adolescencia,
admiraba.
Rocinante
9
PERFIL INACABADO
La madre que
contaba películas de
amor
H
Había mucha imaginación
rondando los pasillos y habitaciones de esa casa quiteña. Muchas historias. Como aquellas
que llevaba Gertrudis por las
noches, luego de salir del brazo de Marco, para ir al cine.
Alejo y su hermano esperaban
a sus padres, solos en casa, pero sabían que al volver de la
función, mamá les contaría lo
que la pantalla había mostrado. “Si tengo algo de narrador
es porque ella me enseñó a
contar –dice el Alejo, mirando
a un punto que juega a escabullirse–, ella era teatral, vivía
el mundo de la revista chilena
Ecran, estaba enamorada de
Gary Grant…”.
Cuando Alejo había cumplido ya los 17 años, murió su
padre. Entonces, “se creó una
fetichización de los dos hermanos: mi hermano era mi padre
y yo era mi madre”, recuerda
el hombre que ya para este
instante ha dejado de hablar
desde el discurso del púlpito
académico y se enfrasca en
recuerdos y anécdotas. Pero,
enseguida prefiere matizar
la triste evocación con humor.
10
Rocinante
Entonces piensa en su madre
de otra manera y recuerda,
escarbando un poco, que ella
había tenido un romance juvenil con un escritor lojano, un
tal Pablo Palacio. “En un viaje
que hice a Loja –ya muerta mi
madre–, paseaba yo junto a un
riachuelo, y al cruzar el puente, me imaginé el romance
¡y sentí unos celos! Celos tardíos...”, acepta, riéndose por la
complicidad que ha ensayado
consigo mismo. “Un Edipo tardío”, prefiere llamarlo él.
Entre la madre de
carne y hueso
y la Dolorosa del
Colegio
A
Aunque el tío-primo Benjamín estaba convencido de que
los jesuitas eran poco menos
que la maldición descrita en
García Moreno, el santo del
patíbulo, Alejandro Moreano
entró al Colegio San Gabriel,
una emblemática institución
jesuita en el Ecuador. “Yo pienso –dice Alejandro– que la visión de Carrión se remontaba
a la época garciana, porque los
jesuitas de mi época eran los
más progresistas y estudiosos
Alejandro Moreano
de la iglesia. Aunque por entonces no participaban de la Teología de la Liberación, estuvieron
junto a los sectores populares
en Centroamérica y varios fueron perseguidos y victimados
por los dictadores de entonces,
como en El Salvador, por ejemplo”. La gran batalla que se
daba en el Vaticano era entre
jesuitas y Opus Dei, estos, poco a poco, fueron tomándose la
Compañía de Jesús.
Pero la aventura jesuítica de
Moreano se truncó en cuarto
año. Era presidente del curso
y organizó un campeonato de
damas y de ajedrez, con toda
la buena voluntad y la iniciativa de un muchacho inquieto.
El problema fue que lo planificó para que se llevara a cabo a
la misma hora de la misa. ¡Un
sacrilegio! Claro, toda la visión
progresista que tenía de la comunidad jesuítica se derramó
sobre el suelo cuando las auto-
ridades del colegio desconocieron su condición de presidente. Citaron a su madre para
darle las quejas, pero, mientras Alejandro pensaba que
ella lo retaría, regresó emocionada a casa, a ponderarle
lo guapo que le había parecido
“ese curita español”, semejante al del poema El seminarista
de los ojos negros, de Miguel
Ramos Carrión. La mirada y la
voz de Alejandro se llenan de
ternura: “¡Era una linda, una
coqueta!”. El Alejo agarró sus
cosas y se cambió al colegio
Benalcázar. “¡La Dolorosa del
Colegio lloró en 1906, no por
los alumnos, sino por la fundación del Banco Pichincha y del
diario El Comercio!”, diría, en
solidaridad, un impenitente.
Un día su madre le dijo que
se había hecho partidaria de
Febres Cordero, lo que desencadenó intensos choques
con su hijo, marxista, revolu-
Las tardes acudía a leer en la Biblioteca Nacional (Plaza de San Blas)
Rocinante
11
PERFIL INACABADO
cionario, ligado a la lucha de
los movimientos sociales en
el Ecuador. Alejo esgrimía los
argumentos más contundentes
y ella se le reía. Ninguno iba
a lograr cambiar al otro. Pero
madre es madre. Durante una
de esas discusiones, cuando
ya tenía 85 años, le respondió
lapidaria a su hijo testarudo:
“si ahora me tratas así, cómo
me tratarás cuando sea vieja!”.
Tres años después, a los 88,
doña “Gechu” falleció.
12
Rocinante
El infaltable carcelazo
E
Es que, aparte de esa herencia memorable que es el
haberle entregado la facultad
de contar historias, Alejandro
heredó de ella también la biblioteca. Le debe mucho. Un
día de 1972, el Alejo cayó preso. Estuvo durante diez días
con las manos atadas a la espalda, encapuchado y tendido
sobre el pavimento de lo que
luego supo era el Ministerio de
Defensa. Al salir del encierro,
Alejandro recuerda haber vivido “una de las experiencias
más bellas”, pues minutos después de que fuera abandonado
al borde de la vía Oriental, en
Quito, una camioneta se detuvo a su lado para darle un
aventón. El viento de la sierra
golpeando su rostro, estirando
su cabello, cerrándole a medias los ojos, enfriándole la
sensación de cautiverio, hilvanó “una sensación de libertad
que nunca olvido”. Al llegar a
casa, todos los vecinos del barrio aplaudían a doña “Gecha”
por la llegada de su hijo. “Algo
hizo, pero al llegar a casa mi
madre era la heroína”.
Alejandro Moreano
El salto a la escritura
E
El cambio de ambiente, sin
embargo, le proporcionó parámetros para comparar: “Mucho más humano y rico en experiencias era el San Gabriel,
porque esa era la época del padre Marco Vinicio Rueda, uno
de los grandes gurús del cristianismo para los pobres, un
cura que creaba una atmósfera
muy favorable a la reflexión,
al punto que muchos de nosotros terminamos en la izquierda, mientras que el Benalcázar
era un colegio agringado”, de
una clase media arribista, diríamos ahora. Pero, la mayor
relevancia que tuvo el recinto
jesuita en la formación de Alejandro Moreano radica en que
esos años significaron su salto
a la escritura. Justamente, durante ese cuarto año, tuvieron
como maestro a Hernán Rodríguez Castelo, “un estimulador
que descubrió talentos como
el de Vladimiro Rivas, Diego
Araujo, Bruno Sáenz”, y que
catapultó a Francisco Proaño
Arandi y a Alejandro Moreano
hacia el mundo de la producción literaria. Todavía como
estudiantes del colegio, publicaron la primera revista Z,
que tendría sus repercusiones
ya en la vida universitaria.
Rocinante
13
PERFIL INACABADO
Los tzántzicos y la
universidad
E
El Alejo llegó a la Universidad Central en busca de la
licenciatura en Ciencias Sociales, pero también llegó con las
ganas de irrumpir en la vida
cultural de la ciudad. Ya el camino se había iniciado durante
el colegio.
Corrían los sesenta y en
Quito se habían formado tres
grupos culturales: los tzántzicos reductores de cabeza (¿algo tendría que ver esta propensión a reducir las cabezas
de sus “compañeros de ruta”
apodados ‘cabezones’, que mi-
14
Rocinante
litaban en el Partido Comunista pro Moscú?); los del grupo
Ágora, de producción más bien
mariana, ligados al Hogar Javier y al ex jesuita Rodríguez
Castelo, y los del grupo Caminos, ni de izquierda ni de derecha, sonetistas, abogados en
ciernes, que le recitaban a la
primera dama de entonces, doña Corina Parral de Velasco.
En el primer año de universidad, el Alejo editó junto con
Francisco Proaño una revista
que ellos mismos repartían. Lo
que era más visible en las páginas de la prensa de entonces,
con respecto a la vida cultural
del país era, entre otras cosas,
lo que hacía el grupo Caminos, “los tzántzicos eran unos
chicos malcriados, tirapiedras
Alejandro Moreano
y punto”, recuerda el Alejo. Y
como estaban ávidos por insertarse en un espacio activo,
“intentamos vincularnos con
los Caminos; hasta un par de
borracheras tuvimos… ¡y al
final nos sorprendió su escasa
formación literaria! Eso sí, se
peleaban a sonetazos”. Con 19
años encima, decidieron armar cita con Ulises Estrella,
en el célebre Café 77, donde
habían dejado ejemplares de
la revista. “El compañero Ulises les está esperando” –dijo
el dueño cuando les vio llegar.
“¡Fue un deslumbramiento, tenía un imaginario, una formación literaria, sabía de todas
las corrientes últimas de la literatura mundial y latinoamericana!”. El encuentro fue decisivo. Desde entonces, se inició
el vínculo con el movimiento
Tzántzico. Los tzántzicos decidieron reflejar su momento
histórico a su manera. Abdón
Ubidia recuerda: “El acto tzántzico tenía otra connotación:
era espectáculo, happening,
acción política movilizadora.
Los narradores escribíamos
textos incipientes, nos insertábamos como actores –en el sentido cabal del término– en los
espectáculos deliberadamente
escandalosos de los recitales
tzántzicos. Típicas manifestaciones de una guerrilla cultural. Alejandro quería más: que
el acto tzántzico copara coli-
seos y fuera un espectáculo de
masas”. Aunque luzca contradictorio, Alejandro ahora suena más equilibrado: “Los tzántzicos son buenos poetas pero a
veces, por hacer la agitación,
perdían, aunque otras veces
lo hacían muy bien”. Recuerda
cuando Rafael Larrea se subió
a la mesa a recitar y al final
improvisó: “¡porque hay que
ponerle criptonita a Superman
y patearle en los huevos a Tarzán!”. Otro acto irreverente
fue aquel en el que los tzántzicos quemaron sus títulos –o
simularon quemarlos– en público. Un recital tzántzico tenía
al poema como elemento vertebrador, “era como el jazz, muy
improvisado”, explica el Alejo.
Los jóvenes del
mundo incomodan
al poder
L
Los aparatos represivos latinoamericanos perseguían a
los comunistas, a los rojos; los
izquierdistas de América Latina se habían apropiado de
cantos de militancia, como el
Bella ciao –una tonada popular que el movimiento partisano italiano había creado para
acompañar las luchas contra
Rocinante
15
PERFIL INACABADO
las tropas fascistas y nazis– o
de la figura del Che Guevara,
a partir de su muerte en Bolivia, en 1967, hecho que impulsó la publicación de El diario
del Che, y El Diario de Tania,
la guerrillera, así como la aparición en Quito de escritos del
Che con prólogos de Alejandro
Moreano, en los que advertía
la pretensión imperialista de
vaciar de contenido a la figura del revolucionario argentino-cubano, “volverlo inocuo
como el DDT que inmuniza a
las moscas”.
La juventud en el mundo
se volvió protagonista de la
historia, la ética de El Hombre Nuevo, proclamada por
el Che, sintonizó con las posiciones contestatarias de los
hippies y de los movimientos
emancipadores de las mujeres, los negros, los beatnicks.
Era la imparable búsqueda de
libertad, The Beatles encarnaban con música y poesía
a todos los jóvenes del mundo. Hubo estallidos en Tokio,
en París (mayo del 68) y en
México (la matanza de Tlatelolco, donde fueron masacrados cientos de estudiantes).
En Chile triunfó la Unidad
Popular y a los tres años del
gobierno de Allende, la CIA
propició el golpe de Pinochet;
en el Ecuador se realizó la
primera huelga nacional y
la unidad entre las centrales
16
Rocinante
obreras, en cuya andadura
siempre estuvo presente Alejandro con sus análisis políticos y sus tesis de unidad. Se
instaló la época del petróleo
y con ella la del desarrollo
urbano y de alguna infraestructura como la de las carreteras y puertos. Quito dejó de
ser la ciudad bucólica, creció
en extensión y en número de
habitantes, la universidad
cuadruplicó la matrícula, la
ciudad dejó los horarios de
parroquia, se impuso la jornada única, se abrieron los primeros moteles, peñas y discotecas. Las parejas se hacían y
deshacían al ritmo de la cumbia, proliferaron los divorcios
y a la par la unión libre. Esta
serie de acontecimientos puso
a Alejandro entre la literatura de sus años de estudiante y
la política de su juventud. Había que hallar un mecanismo
de confluencia. Por entonces,
el Alejo “vivía escribiendo mi
eterna novela”. Se refiere a la
que más tarde se publicaría
con el título de El devastado
jardín del paraíso. Se vivía
una suerte de esplendor de la
literatura nacional luego del
boom que significó el grupo
de Guayaquil y la Generación
de los 30. Pero también se experimentaba un ascenso de
las ciencias sociales al debate
nacional. La publicación del
libro Ecuador, pasado y pre-
Alejandro Moreano
sente (coescrito por Leonardo
Mejía, Fernando Velasco, José
Moncada, René Báez, Agustín
Cueva y Alejandro Moreano)
fue una muestra de ello.
La escuela de
Sociología y
Agustín Cueva
E
Esta escuelita tiene un cierto gusto…”, junta las yemas
de los dedos y las frota entre
sí mientras lo dice, ya tumbado –cuan grande es– detrás
de su escritorio. Desde esa silla escucha y enseguida sonríe. ¡Siempre sonríe! “Aquí los
alumnos son ambiciosos, locos,
apasionados… ¡hay más vitalidad!”. Acaso evoca la vitalidad
que tuvo en sus propios años
colegiales, cuando era miembro del equipo de pimpón del
Colegio San Gabriel y amaba
jugar básquet…
Su cariño por “la escuelita”
de Sociología no significa que
no muestre también sus hondos afectos por la Universidad
Andina Simón Bolívar, donde
ahora dicta talleres. Es solo
que con las nuevas leyes en
materia educativa, ha tenido
que dedicar el tiempo solo a la
Andina. “De ahí ha salido mucha gente insurgente”, aclara,
como amparándose en la historia que caracteriza a ese recinto universitario. Esa misma
historia que a Moreano le impide hablar de otra cosa que no
sea política… o literatura, sus
dos pasiones vitales.
La escuela que se concibió
como de sociología y ciencias
políticas, en determinado momento de auge de la derecha,
intentó convertirse en una escuela de sociología funcional,
olvidando el aporte de varios
maestros, entre ellos Agustín
Cueva, Fernando ‘el Conejo’
Velasco y Alejandro Moreano. En palabras de él, Agustín Cueva detentó esa lucha:
“Hubo pocos intelectuales como Agustín que, aislado y aún
cercado por la euforia de las
nuevas corrientes sociológicas,
a contracorriente del mercado
de prestigio y de las finanzas
de la investigación social, desarrolló el pensamiento crítico
en las nuevas condiciones. Antes que someterse y asumir las
tesis contrarias o ensayar un
perfil discreto como hicieron
tantos otros, Agustín extremó su capacidad de batalla y
enfrentó con extrema radicalidad las tesis del neoliberalismo y de cierto gramcsismo
latinoamericano”.
Rocinante
17
PERFIL INACABADO
Un abuelo radical que
predica la revolución
permanente
S
Sofía, una de sus exalumnas
de la Andina, dice que en sus
clases casi nunca se levanta de
la silla, “y entonces, toma esa
pose de abuelo sabio que empieza a contar historias, pero
está siempre interesado en lo
que los otros quieren preguntar…”. Sin embargo, a él le incomoda que lo vean así. Él dice
haberse educado con la figura
del abuelito con sabiduría de
anciano y, a pesar de su barba cana y de sus setenta y un
años, no está viejo, no se siente
viejo en lo absoluto. “¡En ningún aspecto asumo esa visión”,
responde, categórico pero sin
olvidar sonreír. “Ni siquiera los
hijos de mis hijos son mis nietos –explica–, la palabra abuelo sitúa una relación paternal
en el sentido un poco cursi del
término; ¡yo no enseño valores
cívicos ni valores éticos de nada, soy más bien promotor de la
Alejandro Moreano con Nélida Piñón, Oscar Collazos
y otros intelectuales en Casa de las Américas, Cuba.
18
Rocinante
insurrección, de la subversión,
del cuestionamiento!”. Con esto
dicho, la cosa queda clara.
El profesor Moreano es padre de cuatro hijos: dos varones y dos mujeres. Nicolás,
un ingeniero mecánico de 42
años, es el mayor y es a la vez
padre de dos adolescentes de
17 y 14, respectivamente. Gerónimo, de 38, es comunicador. Luego está Melissa, una
bióloga de 37 años, y Matilde,
otra bióloga de 34. Una de
las imágenes con que su hijos
crecieron es esa en la que él,
corpulento y risueño, luce rodeado de gente, de alumnos
y admiradores, de amigos de
lides políticas y escritores. El
humor fino y provocador es
la característica más visible
de su personalidad, pero también hay mucha exigencia intelectual. “Para conversar con
él hay que saber cosas, si no,
te reclama”, cuenta Melissa,
“La guagua del Alejo”, como
la llamaban todos los adultos
durante su niñez. Todos lo llaman Alejo menos ella y Matilde, al menos dentro de la familia. Ellas le dicen papi. Cuando
Alejandro Moreano
el profesor Moreano lo escucha, la risa vuelve, convertida
en carcajadas de ternura. Pero
no hay lugar para conmoverse, así que enseguida el Alejo
recuerda una de las imágenes
del revolucionario que considera más atractivas: se es más radical conforme más viejo uno
se hace… “Yo me había hecho
la imagen de ser siempre de la
extrema izquierda, nunca volverme moderado. Había asumido esa línea de la radicalidad
extrema porque considero que
la dinámica del mundo está en
la lucha social, en la lucha política, en la renovación artística,
literaria, siempre cuestionando
todos los órdenes… Entiendo
que con la posmodernidad se
planteó la negación de esa visión moderna de revolución
continua pero yo sigo pensando en la revolución permanente. ¡En eso soy un poco trotskista, si usted quiere!”.
Para Melissa, su padre es un
intelectual a tiempo completo y
ha sido la fuente para que conociera el teatro, el cine arte,
sobre todo latinoamericano y
francés. De su niñez, en la década de los ochenta, la guagua
del Alejo recuerda que si de
algo estaba segura era de que
el entonces presidente León Febres Cordero, representante de
la derecha más dura de la época democrática, era del bando
de los malos. También lleva en
su memoria los paseos por la
ciudad, cuando iban al Teatro
Universitario, que era muy conocido por proyectar películas
no comerciales. Ella tenía entre
ocho y diez años y hasta hoy
tiene muy claro que eso de contar es una cuestión hereditaria,
pues su abuela, doña “Gechu”,
acostumbraba a narrar para
ella las películas que acababa
de ver. Alejo hace lo mismo con
las películas o con los libros.
“Mi papi hablaba con nosotros
con muchas referencias históricas, cinematográficas –recuerda ella-; ¡lo que me encanta es
eso, que no es solo sociólogo!”
Pero de cariñitos y mimos,
nada. Un abuelo que no mima,
que no es acariciador, que prefiere los juegos intelectuales,
como aquel de rimar palabras
con los hijos de su hijo Nicolás;
eso sí, insiste en que hagan sus
deberes a tiempo y en que no
descuiden sus estudios.
Pero él si se permite algunas licencias, como la de tomar Coca-Cola, dice América,
su perseverante compañera.
Ella cuenta que en un encuentro de intelectuales, casi todos
pidieron ron o tequila, pero él
y la brasileña Nélida Piñón pidieron solo Coca-Cola, ante las
burlas del resto. Entonces, el
Alejo replicó: “lo que sucede es
que nosotros somos amazónicos
y nos gusta beber la sangre de
nuestros enemigos”.
Rocinante
19
PERFIL INACABADO
Opinión sobre el
momento político
S
Sobre la base a su experiencia como historiador y analista
político, no queremos terminar este perfil sin consultarle
su opinión acerca del momento crítico que está viviendo el
país en vísperas de la visita del
Papa, y le preguntamos hacia
dónde nos pueden llevar estos
vientos de verano ardiente.
Vuelve al gesto del pensador y
nos dice:
A partir del Impuesto sobre
las herencias y la plusvalía,
propuestos por el Gobierno y
las reacciones producidas, entramos en una situación marcada por relaciones de confrontación y negociación que
pueden gestar un nuevo orden
político. De hecho, el Gobierno
ha llamado a un diálogo nacional para definir el “tipo de
país que queremos”. Encargar
el diálogo a un funcionario sin
poder político revela que el gobierno se ha decantado por un
nivel tecnocrático.
Las medidas destaparon
una reacción de la derecha
con mucha fuerza, que empezó
a utilizar el libreto de la oposición venezolana a Maduro. La
acusación central fue y es la de
20
Rocinante
que el Gobierno quiere desatar
la lucha de clases y convertir
al Ecuador en una ‘cubazuela’
El Gobierno, por su parte,
luego de la serie de medidas
cuestionables como el retiro de
los fondos de los jubilados del
IESS y la confiscación de los
fondos del magisterio, la campaña por el Yasuní, las leyes de
tierras y de aguas favorables
a la agroindustria y a trasnacionales como Monsanto y la
persecución a dirigentes populares, intentó con el proyecto
de impuesto a las herencias y
a la plusvalía darse un maquillaje izquierdista, para atraer a
sectores populares que se reconocen en los movimientos sociales, el FUT y la Conaie.
Los movimientos sociales
y la izquierda, que habían logrado capitanear la oposición
al Gobierno con las marchas
de septiembre y noviembre
del año pasado y las de Primero de Mayo de este año, debió
emplearse a fondo para deslindar campos con la derecha
que pretendía infiltrarse en
sus filas. La última marcha de
los trabajadores del miércoles
24 de junio se hizo bajo la consigna “Contra la derecha fascista y el correísmo burocrático”, afirmando su condición de
oposición de izquierda y tercera fuerza.
El FUT y la Conaie han
condicionado su participación
Alejandro Moreano
en el diálogo propuesto por
el Gobierno al levantamiento
de las medidas represivas y
que se traten problemas tales
como el retiro de las medidas
contra los fondos del magisterio y de los jubilados del IESS,
la discusión de las leyes de tierras y de aguas y, en especial,
la apertura de un proceso de
reforma agraria que afecte a
las grandes propiedades y a la
agroindustria.
¿Cual va a ser el nuevo rumbo político del Ecuador?
El Gobierno tiene tres perspectivas distintas: podría facilitar la negociación con los
movimientos sociales para contener a la derecha levantando
algunas medidas y abriendo
la discusión sobre la reforma
agraria. Sería una medida inteligente, tal como ocurrió con
Evo Morales, en Bolivia.
Sin embargo, la primera
muestra de “flexibilización”
del Gobierno, fiel a su embeleco por la eficiencia empresarial, ha sido la propuesta de
retirar la nueva tabla de impuestos para los empresarios
productivos que se regirían
por la tabla actual.
La otra salida del Gobierno es, pues, aproximarse aún
más a la derecha, con la cual
ha venido negociando desde
tiempo atrás. Tal sería no solo
la medida más reaccionaria sino más torpe, pues envalento-
naría aún más a la derecha y
propiciaría el libreto de guerra
económica que anunció Nebot.
Y la tercera vía sería dejar
todo como está, a lo que parece
apuntar la medida de entregar a Semplades la responsabilidad del diálogo, restándole
toda importancia y que, en el
mejor de los casos, servirá solo
para tomar nota de asuntos a
considerarse en una incierta
planificación.
Los movimientos sociales
han exigido la presencia del
Presidente.
Se abre, pues, una nueva y
muy interesante coyuntura en
la que la expresión de fuerzas
va a ser decisiva para definir
por dónde van a soplar los
vientos.
Rocinante
21
LIBRO DEL MES
22
Rocinante
A
Alejandro Moreano es uno
de los mayores intelectuales
con que cuenta el Ecuador contemporáneo. Fernando Tinajero asegura que se encuentra
entre las tres figuras más altas del pensamiento en el país,
junto con Agustín Cueva y Bolívar Echeverría.
En Vanguardia y realismo
en el Ecuador, Moreano ha
recogido sus ideas más actuales acerca de los principales
referentes de estos dos movimientos literarios que determinaron las dinámicas de la
producción intelectual de la
primera mitad del siglo XX.
Pablo Palacio, uno de los objetivos recurrentes de estudio
de Alejandro Moreano, es en
el presente libro el eje argumental para reflexionar sobre
las vanguardias locales. Mientras que la Generación de los
30 se presenta como la línea
medular para explorar el realismo social en las letras ecuatorianas, así como su relación,
tanto con el contexto sociopolítico doméstico como con los
referentes estéticos y políticos
provenientes de la Europa de
entreguerras.
El pensamiento de Alejandro Moreano siempre ha transitado entre la política y la literatura. En este ensayo, ese
permanente vaivén es evidente, pues, a través del análisis
de la producción literaria de
Palacio y de los autores representantes del realismo, como
Jorge Icaza o José de la Cuadra, Moreano se halla indagando también en las formas
de representar los conflictos
étnicos y de clase que caracterizaron los años en los que el
Ecuador intentaba forjar un
proyecto de nación. Las letras
ecuatorianas, herederas de la
modernidad europea, son un
reflejo histórico de las encarnizadas luchas simbólicas y
discursivas que pugnaban por
delinear la nacionalidad de un
pueblo diverso, dividido, golpeado por la violencia colonial
y entusiasmado con la posibilidad de insertarse en el mundo
moderno.
Rocinante
23
LIBRERO
Soy un loco novelero
de la vida y de los libros
Julio Álvarez Montalvo colecciona y vende libros antiguos desde hace
60 años. Su mayor tesoro: la colección de diez libros Historia de la
Revolución de la República de Colombia, fechada en 1827, París
D
Dos quijotes de hojalata y de
tamaño natural, el uno cabalgando su eterno Rocinante y
el otro de pie, con su lanza en
ristre, llaman la atención de los
transeúntes de las céntricas calles quiteñas García Moreno y
Olmedo.
Tiene 100.000 libros y otras tantas estampillas
24
Rocinante
n Byron Rodríguez Vásconez, periodista, escritor
Los
caballeros
andantes,
acompañados de su fiel escudero, Sancho, están en un gran
balcón adornado por geranios
empolvados, en una señorial
casa verde de dos pisos. Su propietario: don Julio Álvarez Montalvo, “un loco novelero de la vida y de los libros”. Así es como
se presenta este coleccionista y
vendedor de libros añejos, estampillas y monedas. Don Julio
nació en Cuenca por azar, pues
su padre, el tumbaqueño Carlos
Ángel, era militar y estaba destinado a la capital azuaya. Pero
el resto de su vida vivió en Quito, ciudad a la que ama.
–¿Qué edad tiene? –le pregunto.
–No sé. ¡Ya debo pasar de los
cien años!
Ríe con ganas, como si hubiese hecho el mejor chiste en mucho tiempo. Quien lo conoce, sin
embargo, sabe que aquello de
los cien años es un cliché en su
discurso, un pretexto para no
revelar su verdadera edad. Es
mediodía y la gente que camina
por las vías repletas de autos se
guarece del implacable sol veraniego debajo de los aleros de
los tejados.
Una puerta grande se abre
hacia la calle García Moreno: es
la entrada a un amplio almacén
de libros usados, pero en buen
estado, provenientes de varias
geografías. América Latina,
Europa, Asia, África… En su
mayoría son textos de literatura, historia, sociología, y voluminosas enciclopedias como
la célebre serie de Círculo de
Lectores (1984). Decenas de libros pueblan una estantería de
madera reluciente; es antigua,
como si la hubiesen sacado de
una perdida galería refundida
en alguno de los veintitrés conventos del centro de Quito. En
vitrinas bien ordenadas brillan
cientos de monedas de varias
épocas y de decenas de países.
Las estampillas se cuentan por
miles.
Robert, uno de los cinco hijos
de Julio Álvarez, despacha en
el mostrador. “Por diez dólares
vendemos 100 estampillas desde los años veinte hasta fin de
siglo”, dice este abogado de 34
años. El almacén también ofrece objetos de oficina, cuadernos
y útiles escolares.
Rocinante
25
LIBRERO
Sobre una rocola de los años 60, una colección de libros de hace 188 años publicada en París
Robert heredó el gusto de
coleccionista del padre: atesora
6 000 estampillas con la temática de los campeonatos mundiales de fútbol. “Mi preferida
es la del Mundial de Uruguay
de 1930”, confiesa, con una media sonrisa que tambalea entre
la emoción del adolescente y el
orgullo del adulto. Junto al portón del almacén, una puerta de
hierro lleva –a través de un taciturno zaguán– a un salón de
fantasía. El cielo del lugar es un
techo de planchas de cinc. Un
proscenio de madera domina
el escenario, junto a una estatua de la Virgen de Guadalupe
que don Julio trajo recién desde
México. “¡Aquí funciona la casa
del artista triunfante!”, apunta
Aurora de los Ángeles Alarcón,
su esposa.
Las tardes de los sábados, al
26
Rocinante
menos 15 artistas aficionados a
la música nacional, a los boleros, a las rancheras y a la tecnocumbia desfilan por aquí. Son
aplaudidos por un entusiasta público –caliente por el ron ibarreño Quitapenas, que este librero
de antaño vende en un quiosco
esquinero, al fondo del salón.
Según Aurora, los hermanos
Paco y Felipe Campo, de Mira,
en la provincia de Carchi, son
los maestros de la guitarra y del
requinto. Sobre una larga pared
de la casona, se distinguen los
colores chillones de una pintura que representa a la colonial
Calle de las Siete Cruces –cuyo
nombre actual es García Moreno–, obra del mismo don Julio.
¿Cuántos cuartos tiene esta
casa? “¡Treinta –dice–, de los
cuales catorce están llenos de
libros y revistas de tantos años
que ya perdí la cuenta; quizá
mis libros llegan a los 100 mil!”.
Álvarez se rasca la cabeza cuando le pido que me cuente cuál
es su mayor tesoro. Acaso los 22
tomos de Grandes novelas de la
literatura universal, de Editorial
Grijalbo (1986), de lujo, de pasta verde y letras doradas. O la
colección Biblioteca Ecuatoriana
Mínima (Editorial Cajica, Puebla, México, 29 tomos auspiciados por la Secretaría General de
la Undécima Conferencia Interamericana de Quito, 1960; hay
dos libros de cronistas españoles
de Indias como Cieza de León.
–¡Venga, venga! –repite como
un niño que ha escondido un
secreto, una travesura. Estamos
en un gran salón, en la parte
posterior al almacén, en el cual
alberga con orgullo los 10 tomos
de formato pequeño de la Historia de la Revolución de la República de Colombia, “editados por
pedido del Libertador Simón
Bolívar”, explica el sonriente librero. El nombre del editor: José Manuel Restrepo, secretario
del poder Ejecutivo de la misma
República. Imprenta de David,
calle del Arrabal Poissonniere,
París, 1827. Hay desorden en
las estancias. Pero Álvarez sabe
dónde se hallan todos los textos.
Abajo, en una especie de gruta,
regados sobre mesas de billar,
hay cientos de libros de las clásicas colecciones Salvat y Ariel,
de los años setenta.
En el 2001 compró,
en una subasta, un viejo avión
por 2 000 dólares, para sacar los
acogedores asientos y ponerlos en
el Teatro Puerta del Sol
Aurora de los Ángeles reconoce que don Julio es un
Quijote. Y hay ejemplos que lo
prueban: hace 15 años, compró
el Teatro Puerta del Sol, por 90
mil dólares. Su plan era rehabilitarlo para que lo aprovecharan los artistas populares. Hasta
hoy, continúa el proceso de reconstrucción de pisos, paredes
y escenario. Don Julio, incluso,
pidió apoyo al Municipio quiteño
para lograr su cometido. Hace
35 años adquirió, por 2 millones
de sucres, esta casona de 1.200
metros cuadrados. Y en el 2001,
compró en una subasta un viejo
avión de Ecuatoriana de Aviación, por la irrisoria suma de 2
mil dólares, para sacar los acogedores asientos e instalarlos en
el Puerta del Sol. “Por algo tengo
los quijotes en el balcón, soy un
loco novelero de la vida”, vuelve a decir. Cuando llega el momento, Álvarez se despide con
un gesto también recurrente: la
mano derecha arriba, en señal
de triunfo, mientras se pierde
por un salón menos atractivo
que los otros, quizás más silencioso y más frío, un salón “donde tengo los libros de muchos
autores que han muerto”.
Rocinante
27
Santiago Verdugo. Ilustrador
DON QUIJOTE RELOADED
En España ‘tunean’ al Quijote
A
Andrés Trapiello lleva el
Quijote hasta en la sopa. Desde
niño trasegaba con la obra de
Cervantes, un autor al que dedicó una biografía en 1993 y cuyas huellas ha seguido de cerca
como narrador. En sus novelas
Al morir don Quijote (2004) y El
final de Sancho Panza y otras
28
Rocinante
suertes (2014) ya aparecieron
los primeros indicios –y no por
eso menores– de su obsesión
con lo cervantino. La editorial
Destino publica esta versión que
ha levantado el polvo de la polémica. Aparte de eso, Trapiello
lleva escribiendo la más descomunal obra literaria española.
El tomo XVIII lleva por subtítulo
Salón de pasos perdidos. Una
novela en marcha. Cuando la
termine será más larga que la
Muralla China, lo cual podría
parecer pintoresco si no se tratara de uno de los escritores peninsulares de más talento.
De una larga entrevista que
Javier Rodríguez Marcos hizo a
Trapiello, para diario
El País, hemos escogido las siguientes preguntas y respuestas:
P. En su prólogo
dice que el que pueda
leer el original, que
lo haga. ¿A quién se
dirige un libro así?
¿El Quijote ya no se
entiende?
R. Ha dejado de
entenderlo la inmensa
mayoría.
El que quiera entender el original
tiene que leerlo
con notas, que distraen. He tratado
de devolver el Quijote al habla,
de donde salió. Es una novela
hablada que había pasado a ser
solo estudiada.
P. ¿No está parte de la gracia del
Quijote en lo lejos que nos queda?
R. El problema es si entendemos o no. Si no entendemos, hay
que traducirlo. La pátina tiene
la gracia de lo arcaico, pero si
nos suena bien y no lo entendemos, se queda en prosa sonaje-
ro. Hay muchos fragmentos que
crees que entiendes. Un ejemplo
[saca el móvil y lee]: “Si no os
picáredes más de saber más
menear las negras que lleváis
que la lengua —dijo el otro estudiante—, vos lleváredes el primero en licencias, como llevaste
cola”. Las palabras las conoces
o las intuyes, pero no sabes lo
que te están contando.
Tienes dos
soluciones:
notas o traducción. La
mía es esta:
“Si os hubierais jactado
utilizar
de
la
lengua
tanto
como
os jactáis de
manejar esas
espadas
que
lleváis,
habríais sido el
primero en la
licenciatura, y
no el último de
la cola”. Frases
como estas, a cientos. Yo soy el
primero en añorar expresiones
como “No milagro, milagro sino
industria, industria”. Pero se lo
dices a la gente y hoy nadie sabe lo que quiere decir ahí industria. Yo traduzco: “Qué milagro,
milagro; maña y astucia”. No es
lo mismo, pero ¿es desdoro?
P. ¿Mejora las caídas de estilo
de Cervantes?
Rocinante
29
DON QUIJOTE RELOADED
El escritor Andrés Trapiello,
autor de dos libros paródicos
sobre Cervantes, publica ahora una versión del Quijote que
moderniza las palabras
arcaicas, adapta algunos
tiempos verbales y sustituye los
refranes en desuso
R. No. Sabemos que es muy
descuidado, pero dejo con gusto
esos “entró dentro” y “salió fuera”
para demostrar a los que nos lo
afean a los demás que de menos
nos hizo Dios. Cervantes escribe
mal muy bien y muy bien mal.
P. El arranque no lo ha tocado.
R. La gente sabe ya que lugar
es pueblo, pero no que “de cuyo
nombre no quiero acordarme”
significa que no puede acordarse. Yo lo dejo porque las 12 palabras primeras del Quijote son
como el Partenón, no puedes
restaurarlo. Por broma estuve
a punto de poner “con la Iglesia
hemos topado” cuando Sancho
y don Quijote llegan al Toboso.
Mucha gente cree que dice eso,
pero lo que dice don Quijote es
“con la Iglesia hemos dado” al
chocar con el edificio.
30
Rocinante
P. ¿Debemos adaptar los lectores al Quijote o el Quijote a los
lectores?
R. Es un viaje doble. Lo ideal
es que el lector, después de leer
este Quijote, acuda al original
porque va a ganar mucho. Mi
versión son unas buenas muletas para caminar con soltura,
que es como se deben leer las
novelas. Si queremos seguir hablando la lengua de Cervantes,
don Quijote tiene que hablar
nuestra lengua. Si no, el Quijote
será un libro para especialistas.
Mucha gente cree que lo ha leído porque sabe de qué va.
Don Quijote de la Mancha. Miguel de Cervantes.
Puesto en castellano actual íntegra y fielmente
por Andrés Trapiello. Prólogo de Mario Vargas
Llosa. Destino. Barcelona, 2015.
EL QUIJOTE INFINITO
Otro Quijote de 2 312 págs. con anexos,
anotaciones, estudios, mapas y grabados
A
Atolladeros, tuertos, escollos,
embustes y malentendidos son
salvados y esclarecidos en la
nueva edición de El ingenioso
hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes
Saavedra, como nunca se ha
visto. Más de medio centenar
de especialistas, eruditos y escritores amantes de este clásico
universal han caído bajo su hechizo, dirigidos por el filólogo y
académico Francisco Rico. Han
creado una obra que ilumina y
analiza cada frase de Cervantes
con el objetivo de fijar la obra,
“aunque nunca podrá existir
una versión definitiva”.
Es una puesta al día con las
técnicas más modernas cuyo resultado es la revisión de casi un
centenar de pasajes más próximos al original o a lo que quería
decir Cervantes y el cambio de
docenas de palabras que dan un
nuevo sentido o visión de esos
episodios.
Es el homenaje que la RAE,
junto con el Instituto Cervantes,
rinden a esta obra maestra en
los 400 años de la publicación
de la segunda parte en otoño
de 1615 (editada por Espasa y
Círculo de Lectores). Se trata de
una aventura fascinante en dos
tomos: a la lectura de la historia
del caballero y su escudero ininterrumpida la acompañan las
notas a pie de página, cuyo territorio se ensancha, completa y
complementa con la mirada que
expertos y escritores ofrecen de
los 129 capítulos y prólogos.
Lo que dijo el censor en 1604:
“Poco más o menos, dice que
le perdonan la vida y se puede
imprimir”, cuenta Francisco Rico. El dictamen es: “Porque será del gusto y entretenimiento
al pueblo, a lo cual en regla de
buen gobierno se debe de tener
atención. Allende de que no hallo en él cosa contra policía y
buenas costumbres”.
Decenas y decenas de correcciones y aclaraciones que ofrecen nuevas y reales lecturas.
Cambios pequeños y grandes
que hacen realidad el dicho de
que Dios y el diablo se escondén
en los detalles. Desde la frase
conocida que dice: “Suelen hacer el amor con ímpetu”, cuando
lo correcto es: “Suele nacer el
amor con ímpetu”. O “La tempestad de palos que sobre él
vía”, cuando lo correcto es: “La
tempestad de palos que sobre él
llovía”.
Rocinante
31
ECONOMÍA
La rebelión contra las élites
Una nueva cosecha de libros de economía sitúa el debate en la fractura entre los de arriba y los de abajo.Ya no se trata de izquierda
y derecha, sino de desigualdad. El principal enemigo del capitalismo
son los capitalistas, por su codicia, abusos e irregularidades
E
El eje central de todo proyecto político es ahora su programa económico. Las nuevas
estrellas del rock son economistas como Thomas Piketty
o Yaris Varoufakis. Se citan
muy a menudo las reflexiones
de Keynes acerca de la permanente influencia de los econo-
En la última generación
de libros sobre la crisis abundan, sobre todo, cinco grandes
asuntos: la fractura que divide
a la sociedad entre los de arriba y los de abajo, más allá de
la tradicional distinción ideológica entre izquierda y derecha; el papel de las institucio-
mistas, aunque sean difuntos,
en la práctica de los políticos.
Mucho menos las de su gran
competidor, el liberal Von Hayek y su obra Keynes versus
Hayek. El choque que definió la
economía moderna.
La política y la economía se
hallan más ligadas que nunca,
en sus dos modalidades, la política económica y la economía
política.
nes en el buen funcionamiento
económico;
la
desigualdad
como factor determinante —e
irresistible— de una época; los
desequilibrios crecientes en el
binomio entre capitalismo y democracia y una nueva estructura social en la que las clases
medias crecen en una parte
del planeta, se proletarizan en
otra, todavía son desconocidas
32
Rocinante
en distintas zonas, y emerge un
nuevo grupo muy numeroso: el
precariado.
La confrontación entre élites y pueblo, casta y resto de
los ciudadanos, ha superado el
concepto de élites extractivas
que hace apenas dos años pusieron en circulación los economistas Daron Acemoglu y
James Robinson. Para los teóricos de aquella, toda élite es extractiva. Desde hace aproximadamente cuatro décadas, desde
que la revolución conservadora
se hizo hegemónica en el mundo, se ha ido desarrollando una
rebelión de las élites, debido
a una correlación de fuerzas
muy favorable a las mismas.
Ha habido una secesión de
los poderosos, que ya no están interesados en cumplir el
contrato social que fue el pegamento social desde el final
de la II Guerra Mundial. A saber: vosotros, los ciudadanos
corrientes (l’uomo qualunque),
tendréis empleo, protección,
bienestar y una escala social
ascendente; a cambio, noso-
tros nos llevamos la tajada más
grande de la riqueza. Desde la
caída del muro de Berlín y en
ausencia de un sistema político alternativo, esas élites han
perdido el miedo y ya no necesitan hacer concesiones. El
temor se ha trasladado al otro
bando. La crisis lo muestra: ni
trabajo, ni protección social, ni
bienestar, y el único ascensor
es el del cadalso. Frente a ello
ha emergido “la rebelión contra las élites”, con la aparición
de partidos (de izquierdas o de
derechas) que tratan de sustituir el viejo bipartidismo de la
posguerra y, sobre todo, de una
nueva teoría que dice que existe una confluencia entre las
élites políticas y económicas,
con intereses comunes, que da
lugar al establishment, ante la
que el resto, sea de derechas
o de izquierdas, se ha de confrontar.
Los representantes de este
pensamiento arriba-abajo hacen una crítica frontal al sistema político por no inclusivo, a
los partidos tradicionales por
cómplices, a las políticas de
austeridad que llegan impuestas desde Europa por empo-
Rocinante
33
ECONOMÍA
brecedoras y desiguales, a la
falta de democracia del proyecto europeo por las cesiones de
soberanía a entes y personas
no representativas, y a la convivencia espuria entre las élites políticas y las económicas
por no trabajar para el interés
general, sino para su interés
particular. Como consecuencia,
esta dinámica ha vuelto a propiciar fuertes tensiones entre
la democracia y el capitalismo,
que parecían resueltas. Uno
puede interrogarse hoy sobre
esta compatibilidad, sin ser
considerado subversivo, dados
los extraordinarios abusos que
se han cometido durante la primera parte del siglo XXI.
En lugar de discutir medidas
para superar la depresión los
gobiernos, de cualquier signo
ideológico, han competido en
el recorte de gastos y servicios
públicos, y en la devaluación
de salarios. Han logrado culpabilizar a los que viven “por
encima de sus posibilidades”,
cuando entre los capítulos del
balance de lo sucedido se pueden mencionar un poder financiero que tiene más influencia
que el poder político, un modelo social herido de gravedad,
34
Rocinante
y Estados sin poder tributario,
que es el nervio desde el que
actúan los representantes políticos. Entonces, el capitalismo
(el sistema económico) y la democracia (el sistema político)
sufren un enorme descrédito
por parte de la ciudadanía.
Si hubiera que encontrar un
hilo conductor de todos estos
libros, mucho más heterodoxos
en general que los que se publicaron hace más o menos un
lustro con los primeros síntomas de lo que estaba ocurriendo, este sería el siguiente: el
principal enemigo del capitalismo, los principales proveedores de hechos e ideas para desequilibrar su coexistencia con
la democracia, son los propios
capitalistas. Por sus abusos e
irregularidades. No los partidos de izquierdas, las nuevas
formaciones emergentes arriba-abajo, los sindicatos o los
herederos de Mayo del 68. En
el extremo, la ira y la indignación de la población es monocausal: una forma de progreso
económico que, orientada a la
creación de riqueza privada, es
indiferente a la idea de bienestar colectivo, justicia social y
protección ambiental.
Este es un fragmento del artículo publicado el
pasado 3 de junio, en Babelia, de diario El País.
Lecturas sobre el tema:
El Establishment. La casta al desnudo.
Owen Jones. Traducción de Javier Calvo. Six Barral. Barcelona, 2015. 475 páginas.
No tenemos sueños baratos.
Martín Alonso. Anthropos Editorial. Barcelona, 2015. 159 páginas.
Cómo hablar de dinero.
John Manchester. Traducción de Daniel Najmías. Anagrama. Barcelona,
2015. 345 páginas.
Economía sin corbata.
Yanis Varoufakis. Traducción de María Andriá. Destino. Barcelona, 2015. 194 páginas.
La economía de las desigualdades.
Thomas Piketty. Traducción de María de la Paz Georgiadis. Anagrama. Barcelona, 2015, 182 páginas.
La desigualdad mata.
Göran Therborn. Traducción de Francisco Muñoz de Bustillo. Alianza Editorial. Madrid, 2015. 216 páginas.
La extensión de la desigualdad.
Carles Manera. Editorial Catarata. Madrid, 2015. 205 páginas
Capitalismo y economía mundial.
Xabier Arrizabalo Montoro. Instituto Marxista de Economía. Madrid, 2014. 720 págs.
Economía para el 99% de la población.
HaJoon Chang. Traducción de Teresa Arijón. Editorial Debate.
Barcelona, 2015. 438 páginas.
Bancocracia.
Eric Toussaint. Icaria. Barcelona, 2014. 333 páginas.
La lucha de clases existe… ¡y la han ganado los ricos!
Marco Revelli. Traducción de Alejandro Pradera. Alianza Editorial. Madrid,
2015. 129 páginas.
Los ricos vamos ganando.
Antón Losada. Deusto. Barcelona, 2015. 239 páginas.
Los usurpadores.
Susan George. Traducción de Ángello Ponciano. Icaria. Barcelona, 2015. 205 páginas.
La brecha.
Matt Taibbi. Traducción de Emilio Ayllón. Capitán Swing. Madrid, 2015. 440 páginas.
Carta abierta a los gurús de la economía que nos toman por
imbéciles.
Bernard Maris. Ariel. Barcelona, 2015. 173 páginas.
Peligro de derrumbe.
Pedro Simón. La Esfera de los Libros. Madrid, 2015. 309 páginas.
Keynes versus Hayek.
Nicholas Wapshott. Traducción de Ana García Beltrán. Deusto. Barcelona,
2013, 397 páginas.
Rocinante
35
ECONOMÍA
Si queremos que las democracias
sean sanas tenemos que combatir
los intereses egoístas de unos pocos
Owen Jones es uno de los ensayistas más agudos de Gran
Bretaña. Su último libro El establishment (Seix Barral) analiza
profundamente el auge de los
grupos de poder que dominan
el Reino Unido desde la Segunda Guerra Mundial y los avances
de un neoliberalismo cada vez
más interesado en perpetuar
sus propios intereses.
¿
¿Por qué cree que El establishment ha tenido tanto éxito
en el Reino Unido convirtiéndose en un best seller? ¿Cree
que la población está cada vez
más interesada en cómo operan las clases poderosas y de
qué forma se perpetúan?
Es una cuestión de dobles
estándares, de una sociedad
injusta, donde la democracia
está amenazada, donde los intereses privados no regulados
son tan dominantes. Esto creo
que es fuerte y, definitivamente, más fuerte que en el pasado.
36
Rocinante
Algunos consideran que
con más personas negras o
mujeres en el poder cambiarán las cosas, pero eso no será
suficiente. Mi posición es que
aquellos en el poder deben representar mejor a la sociedad,
pero también tienen que rendir cuentas.
Considero que las democracias modernas están amenazadas por grupos de poder que
logran no rendir cuentas ni
ser controlados.
Si queremos que las democracias sean sanas tenemos
que combatir los intereses
egoístas de unos pocos, especialmente de aquellos que quieren perpetuar sus intereses a
costa de la sociedad.
¿Cuál cree que es la responsabilidad de la prensa libre en
una democracia representativa para mantener a raya a los
poderes del establishment?
Primero que nada no creo
que tengamos actualmente
una prensa libre. No contamos
con medios que estén a cargo
del gobierno.
No somos Corea del Norte,
pero nuestros medios de prensa están controlados por pequeños grupos de millonarios,
cuyos intereses son mantener
el status quo para seguir logrando ganancias y rédito.
Así que no creo que a esto
podamos llamar prensa libre.
No es prensa libre si los dueños son magnates de los medios políticamente motivados,
que utilizan la dominación de
la prensa para conseguir sus
propios intereses políticos, que
demonizan a todo aquel que
esté fuera de ese consenso político muy acotado.
Esos magnates solo quieren
políticas que representen los
intereses de los poderosos. Al
mismo tiempo el periodismo
se ha convertido en algo nada
representativo de la sociedad.
Por ejemplo, no pagándoles a
los periodistas pasantías, obligándolos a que trabajen gratis
por semanas y hasta meses sin
prometerles ningún trabajo fijo al final de ese esfuerzo.
Si se analiza lo que ocurre
en el mundo del periodismo en
Inglaterra, uno puede darse
cuenta de que muchos provienen de familias acomodadas y
con dinero.
Eso significa que las prioridades y subjetividad de los
periodistas terminan siendo
prioridades de las clases privilegiadas de la sociedad. Nuestros medios de prensa son un
asunto muy problemático. Están controlados por personas
con dinero y poder, con objetivos políticos muy claros.
Ellos no representan para
nada al conjunto de la sociedad, sin embargo son los que
están a cargo de lo que leemos
a diario. La pregunta es si contamos con una prensa libre.
Personalmente, creo que no.
¿Cuál es el rol de la izquierda para lograr una democracia representativa y controlar
el dominio del establishment?
La izquierda tiene un papel
clave en esto. Un ejemplo claro
es el que hemos visto recientemente en España, donde Podemos logró crecer como partido
Rocinante
37
ECONOMÍA
representativo, radical, que le
habla de una forma diferente a
la de los partidos tradicionales
de izquierda.
Ellos
reconocieron
que
mucha gente no piensa políticamente en términos de ‘izquierda o derecha’, piensan en
temas y problemas que deben
ser solucionados.
Podemos ha logrado llevar
ese mensaje de cambio de una
forma convincente y coherente. Todo esto hablado a partir
de un lenguaje que la gente
entiende. Esto es crucial. Si
la izquierda quiere llegar a la
gente tiene que hablar de una
forma diferente y contar con
un nuevo lenguaje...
¿Cuál es su próximo proyecto? ¿En qué está trabajando
después de El establishment?
Estoy comenzando a escribir un libro llamado The Politics of Hope (Las políticas de la
esperanza), que surgió porque
el último libro que escribí era
bastante deprimente.
Es importante hablar sobre
la injusticia y los problemas
que enfrentamos, pero también es importante luchar por
la esperanza, darle a la gente
esperanzas acerca de que las
cosas pueden cambiar.
Quiero que la gente se organice y luche contra la injusticia. Eso es lo que me interesa.
Para mí las políticas de la esperanza serán alternativas al sta38
Rocinante
tus quo y nuevas formas para
poder modificar las cosas.
Quiero que la gente se inspire y piense que el sistema no
tiene que ser como es actualmente. La idea del libro surgió
de una frase del fallecido político izquierdista Tony Benn,
un héroe político para mí,
quien dijo: “Para que las cosas
cambien hay que sentir una
pasión abrasadora contra la
injusticia, y una pasión abrasadora para lograr un mundo
mejor”.
Toda esperanza significa
que la injusticia es temporal,
es pasajera y que puede ser
combatida con determinación,
resistencia y coraje.
Mi próximo libro tratará sobre formas alternativas de política y activismo, un libro muy
diferente al libro anterior, que
escribí en respuesta al mundo
tan injusto que tenemos hoy.
Thomas Piketty
El pánico a
Piketty
E
El nuevo libro del economista francés Thomas Piketty, El
capital en el siglo XXI, es un
prodigio de honestidad. Otros
libros de economía han sido
éxitos de ventas, pero, a diferencia de la mayoría de ellos, la
contribución de Piketty contiene una erudición auténtica que
puede hacer cambiar la retórica. Y los conservadores están
aterrorizados. Por eso, James
Pethokoukis, del Instituto Estadounidense de la Empresa,
advierte en National Reviewde
que el trabajo de Piketty debe
ser rebatido, porque, de lo contrario, “se propagará entre la
intelectualidad y remodelará
el paisaje político-económico
en el que se librarán todas las
futuras batallas de las ideas
políticas”.
Pues bueno, les deseo buena
suerte. Por ahora, lo realmen-
n Paúl Krugman, Premio Nobel de Economía
te sorprendente del debate es
que la derecha parece incapaz
de organizar ninguna clase de
contraataque significativo a
las tesis de Piketty. En vez de
eso, la reacción ha consistido
exclusivamente en descalificar; concretamente, en alegar
que Piketty es un marxista,
y, por tanto, alguien que considera que la desigualdad de
ingresos y de riqueza es un
asunto importante.
En breve volveré sobre la
cuestión de la descalificación.
Antes veamos por qué El capital
está teniendo tanta repercusión.
Piketty no es ni mucho menos el primer economista en
señalar que estamos sufriendo
un pronunciado aumento de la
desigualdad, y ni siquiera en
recalcar el contraste entre el
lento crecimiento de los ingresos de la mayoría de la pobla-
Rocinante
39
ECONOMÍA
ción y el espectacular ascenso
de las rentas de las clases altas.
Es cierto que Piketty y sus compañeros han añadido una buena dosis de profundidad histórica a nuestros conocimientos, y
demostrado que, efectivamente,
vivimos una nueva edad dorada. Pero eso hace ya tiempo que
lo sabíamos.
No, la auténtica novedad de
El capital es la manera en que
echa por tierra el más preciado de los mitos conservadores:
el empeño en que vivimos en
una meritocracia en la que las
grandes fortunas se ganan y
son merecidas.
Durante el último par de décadas, la respuesta conservadora a los intentos por hacer
del espectacular aumento de
las rentas de las clases altas
una cuestión política ha comprendido dos líneas defensivas: en primer lugar, negar
que a los ricos realmente les
vaya tan bien y al resto tan
mal como les va, y si esta negación falla, afirmar que el incremento de las rentas de las
clases altas es la justa recompensa por los servicios prestados. No les llamen el 1% o los
ricos; llámenles “creadores de
empleo”.
Pero ¿cómo se puede defender esto si los ricos obtienen
gran parte de sus rentas no de
su trabajo, sino de los activos
que poseen? ¿Y qué pasa si las
40
Rocinante
grandes riquezas proceden cada vez más de la herencia, y no
de la iniciativa empresarial?
Piketty muestra que estas
preguntas no son improductivas. Las sociedades occidentales anteriores a la Primera
Guerra Mundial efectivamente
estaban dominadas por una
oligarquía cuya riqueza era
heredada, y su libro argumenta de forma convincente que
estamos en plena vuelta hacia
ese estado de cosas.
Por tanto, ¿qué tiene que
hacer un conservador ante el
temor a que este diagnóstico
pueda ser utilizado para justificar una mayor presión fiscal
sobre los ricos? Podría intentar
rebatir a Piketty con argumentos reales; pero hasta ahora no
he visto ningún indicio de ello.
Antes bien, como decía, todo
ha consistido en descalificar.
Supongo que esto no debería resultar sorprendente. He
participado en debates sobre
la desigualdad durante más
de dos décadas y todavía no
he visto que los “expertos” conservadores se las arreglen para cuestionar los números sin
tropezar con los cordones de
sus propios zapatos intelectuales. Porque se diría que, básicamente, los hechos no están
de su parte. Al mismo tiempo,
acusar de ser un extremista
de izquierdas a cualquiera que
ponga en duda cualquier as-
pecto del dogma del libre mercado ha sido un procedimiento habitual de la derecha ya
desde que William F. Buckley
y otros como él intentaran impedir que se enseñase la teoría
económica keynesiana, no demostrando que fuera errónea,
sino acusándola de “colectivista”.
Con todo, ha sido impresionante ver a los conservadores,
uno tras otro, acusar a Piketty
de marxista. Incluso Pethokoukis, que es más refinado que
los demás, dice de El capital
que es una obra de “marxismo blando”, lo cual solo tiene
sentido si la simple mención
de la desigualdad de riqueza
te convierte en un marxista. (Y
a lo mejor así es como lo ven
ellos. Hace poco, el exsenador
Rick Santorum calificó el término “clase media” de “jerga
marxista”, porque, ya saben,
en Estados Unidos no tenemos
clases sociales).
Y la reseña de The Wall
Street Journal, como era de
esperar, da el gran salto y de
alguna manera se las arregla
para enlazar la demanda de
Piketty de que se aplique una
fiscalidad progresiva como
medio de limitar la concentración de la riqueza —una solución tan estadounidense como
el pastel de manzana, defendida en su momento no solo por
los economistas de vanguardia,
sino también por los políticos
convencionales, hasta, e incluido, Teddy Roosevelt— con los
males del estalinismo. ¿De verdad que esto es lo mejor que
puede hacer The Journal? La
respuesta, aparentemente, es sí.
Ahora bien, el hecho de que
sea evidente que los apologistas de los oligarcas estadounidenses carecen de argumentos
coherentes no significa que estén desaparecidos políticamente. El dinero sigue teniendo
voz; de hecho, gracias en parte
al Tribunal Supremo presidido
por John G. Roberts, su voz
suena más fuerte que nunca.
Aun así, las ideas también son
importantes, ya que dan forma
a la manera en que nos referimos a la sociedad y, en último
término, a nuestros actos. Y el
pánico a Piketty muestra que a
la derecha se le han acabado
las ideas.
Rocinante
41
VOCACIÓN Y EMPLEO
Se amplía mercado laboral para
quien estudia Lengua y Literatura
Es una de las carreras más atractivas en la educación
a distancia. La condición indispensable: ser buen lector
L
La literatura te posibilita conocer más el mundo, tu vida y
la de los demás. Pero, como dijo Sartre en su ensayo ¿Qué es
la literatura?, “esta no es una
beca que te pagan para suspirar”. Es un oficio que te socializa y te abre muchas puertas
de trabajo. Su herramienta es
la palabra al servicio de todos.
Si te gusta leer y tienes tiempo,
podrás disfrutar de una labor
grata que te cultiva como ser
humano y a la vez, te permite
vivir dignamente cumpliendo
tareas que cada vez son más
necesarias en una sociedad intercomunicada.
Galo Guerrero, Director del
Departamento de Lenguas Modernas y Literatura de la Universidad Técnica Particular de
Loja, afirma que los espacios
donde sus egresados pueden
poner en práctica sus conocimientos están no solo en las
instituciones educativas donde
podrán ejercer como maestros,
42
Rocinante
sino en otros ámbitos como
los medios de comunicación,
donde podrán hacer desde corrección de estilo, reseñas de
libros, entrevistas, hasta redactar noticias, artículos, reportajes, crónicas. En el campo
editorial también hay plazas
de trabajo como ser editores,
prologuistas, lectores de originales, programadores de colecciones, etc). También puede
desempeñarse como promotor
cultural y organizar eventos,
seminarios, talleres, recitales,
presentaciones de libros, etc.
De igual manera, en el campo
digital es cada vez más necesaria la presencia de profesionales de la lengua que puedan
alimentar páginas web, blogs
o analizar contenidos, formular mensajes institucionales,
publicitarios, discursos, etc.
Otro campo profesional es el
de la pedagogía de la literatura que permite escribir textos
para colegios y universidades,
para el sector editorial y cultural. Cabe mencionar que dentro de esta profesión hay un
área de investigación que no
está suficientemente atendida,
la investigación lingüística; a
pesar de ser un país multilingüe carecemos de investigaciones significativas, a sabiendas
de que las bases científicas de
la lingüística sirven no solo para profundizar el conocimiento
de nuestro idioma materno, sino también el sistema de otras
lenguas; por lo tanto, hay muchas cosas por hacer y descubrir en este ámbito.
Ser docente de
Lengua y Literatura
P
Para quienes tengan la vocación de enseñar, esta es la mejor área en la que pueden realizarse, ser docente de Lengua
y Literatura, tal como lo explica David Olivier Denis Choin,
de origen francés, profesor
de Fonética y Fonología de la
UTPL, requiere de una gran
cultura general que involucra
conocimientos de historia, arte,
economía, sociología, etc., un
dominio de la historia de la literatura española/hispanoamericana desde la Edad Media hasta el s. XXI, el conocimiento de
las principales corrientes de la
Rocinante
43
VOCACIÓN Y EMPLEO
teoría de la literatura, una gran
capacidad reflexiva y analítica
y, sobre todo, supone haber leído muchísimas obras literarias
y de teoría de la lengua”.
Paralelamente a las funciones docentes, los profesores
suelen realizar funciones de
(especialmente
investigación
en el ámbito universitario), de
formación permanente y tareas organizativas o directivas
en los centros docentes. Una de
esas funciones es la denominada función tutorial, que consiste en la dirección de las actividades de investigación a cargo
de los estudiantes, como en las
monografías y tesis.
Lengua y Literatura
a distancia
F
Fátima Alfonso Pinto, docente de Literatura española, dice
que esta modalidad difiere en
varios aspectos de la presencial; sin embargo, la autodisciplina es la que define el éxito,
“ya que tú puedes estudiar a
cualquier hora del día o de la
noche y en el lugar que desees;
si bien cuentas con la asesoría
de profesores que estarán pendientes de tus avances en el
aprendizaje, quien construye
y monitorea tu proceso académico eres tú mismo; siempre
tendrás muchas lecturas por
realizar, te irás familiarizando
con la escritura, por ende, con
una buena ortografía, facilidad y claridad para formular
ideas, tanto en lo que se escribe como en lo que se habla.
Tal vez parezca estricto y muy
demandante, sin embargo, no
hay mejor forma de estudio
que la que tú mismo organizas,
en tu espacio, acompañado de
una buena taza de café, al aire libre, en la biblioteca, quizá
con la música de tu preferencia, así incluso se hace mucho
más fácil asimilar e interiorizar los conocimientos”.
Como lo asevera Ángel Darío Gaona, profesor de Literatura ecuatoriana: “El estudiante debe entender el rol que
juega en su propia educación,
y saber que no se puede conformar únicamente con lo que
el profesor le brinda, siempre es
necesario ir más allá, dar toda
la magnitud al concepto del que
nace la educación presencial o
a distancia: tu profesión debe
de ser no solo una actividad, sino, el marco de tu vida”.
Carlos Carrión y Galo Guerrero
44
Rocinante
26 de julio
62 años del asalto al Cuartel Moncada
“En cuanto a mí, sé que la cárcel será más dura de lo que ha sido
para quienquiera, cargada de amenazas, de viles y cobardes
provocaciones, pero no la temo, de igual manera que no temo
la rabia del tirano que quitó la vida a 70 de mis hermanos.
Condénenme, poco importa; la historia me absolverá”.
Fidel Castro
Rocinante
45
TEATRO
Una antología de
guerreras teatrales
1
11 autoras. 16 textos dramáticos. Una antología de dramaturgas españolas del siglo XXI.
Si alguien quiere pasar desapercibido en el mundo literario,
nada mejor que ser dramaturga, puesto que el teatro es el género más orillado y la condición
de mujer siempre ha estado menospreciada en dicho ámbito.
El libro Dramaturgas del siglo
XXI (Cátedra) reconoce la labor
de estas “guerreras” teatrales y
difunde sus últimos textos creativos inéditos.
Las autoras seleccionadas
son las consagradas Antonia
Bueno, Itziar Pascual, Carmen
46
Rocinante
n Carlos Ferrer Himerlind, crítico, dramaturgo
Resino, Beth Escudé, Gracia
Morales, Juana Escabias y Aizpea Goenaga. También las
jóvenes Diana I. Luque, Lola
Blasco, Vanesa Sotelo y Diana
de Paco. Sus obras quieren convertirse en discursos cívicos y
en amplificadores culturales y
pretenden, de igual modo, afirmar su propia identidad. Para
ellas, el teatro tiene la responsabilidad de contribuir a fomentar la igualdad entre mujeres
y hombres y la eliminación de
comportamientos y contenidos
sexistas, que supongan discriminación entre mujeres y hombres. Una de las preocupaciones
habituales de las dramaturgas
españolas actuales es el lenguaje y la adopción de una clara
actitud de compromiso, es decir,
una experimentación con el lenguaje dramático por medio de
una búsqueda formal exigente
y arriesgada y unos contenidos
vinculados al tema de la violencia mediante una actitud crítica y una airada reacción ante
las lacras y las injusticias de la
sociedad. La respuesta que dan
tiene forma de obra teatral.
La selección
E
En la antología, Vanesa Sotelo critica las manipulaciones
a las que ha sido sometido el
cuerpo de la mujer en Kamouraska, en donde confirma que
el hilo común de sus piezas es
la violencia. A su vez, el texto
de Lola Blasco Ni mar ni tierra firme es una recreación de
La tempestad de Shakespeare,
mientras que Todo por un euro, de Antonia Bueno, es una
incursión por los siete pecados
capitales y UTA3736, de la misma autora, un grito de justicia
por un accidente de metro sin
responsables políticos enjuiciados. Si Diana de Paco lleva
a cabo, en El asegurado, una
indagación en la realidad de
los seguros médicos, Juana Escabias reflexiona en La fiesta
acerca del precio que puede
pagarse por las erróneas acciones cometidas, en lo que es
una caricatura dialogada para
descubrir a un impostor.
En La imagen de los sometidos, de Diana I. Luque, la
verdad virtual se impone a la
realidad, y en Una luz encendida, de Gracia Morales, predomina el miedo al otro y la incomunicación. Si Beth Escudé
denuncia la marginación de la
mujer inmigrante en El impronunciable jardín de Chiswick,
Aizpea Goenaga alerta de las
mutilaciones provocadas por
el maltrato y la humillación en
Lola Blasco
su pieza Invisible. Finalmente,
Princesas de Itziar Pascual,
tiene como eje central el tema
de los sueños, siendo un homenaje velado a la amistad entre
mujeres.
Las autoras seleccionadas
responden a un cuestionario
sobre la situación del teatro actual, la contribución de las dramaturgas en la redefinición
de conceptos como identidad
o corporeidad, la labor de las
creadoras como productoras
de sus propias obras, los premios literarios o la presencia
en el teatro actual de la violencia de género o la emigración,
entre otras cuestiones. Este es
uno de los valores añadidos del
libro, puesto que conocemos de
primera mano algo no habitual
en las antologías, la opinión
fundamentada de las autoras
acerca de temas literarios.
Para el editor Francisco Gutiérrez Carbajo, la escena española “está viviendo una de las
etapas de mayor excelencia de
la historia”. Ahora es el turno
del lector de ratificar este juicio.
Rocinante
47
MÚSICA
La revista Traversari toma
la voz cantante de la
música hecha en Ecuador
E
El primer número de la revista Traversari de investigación sonora y musicológica es
un homenaje al músico Pedro
Pablo Traversari y al museo
de instrumentos musicales que
lleva su nombre. Pero, además,
quiere llenar un vacío en la vida editorial del país: el análisis
y la difusión de la música y de
los estudios e investigaciones
musicales, ya interiores al arte
de los sonidos, ya de carácter
histórico. Como lo reconoce
alguna de sus páginas, desde
la desaparición de Opus, patrocinada por el Banco Central
del Ecuador y dirigida (cuando
no orientada a fondo) por Arturo Rodas, no contaba el país con
una publicación periódica dedicada a este aspecto de la cultura.
De entrada, conviene señalar el mérito de la iniciativa
y los riesgos de la misma. Si
Rodas fue el alma de Opus, se
pregunta uno si no se ha de
asignar el mismo papel, para
Traversari, a Juan Mullo. Es
48
Rocinante
n Bruno Sáenz A, escritor, académico
evidente que, sin la presencia de un promotor decidido,
tareas como la actual no tendrían lugar. Pero no lo es menos que tales proyectos se colocan a medio camino entre las
obras personales y la conciencia institucional. De allí que, si
llega a faltar el mencionado
promotor, se da un cambio de
autoridades o determinada limitación presupuestaria, el ente patrocinador simplemente
abandona la publicación o la
cierra con las debidas formalidades (aparte del gesto que
demuestra educación, el resultado es idéntico…). Habría que
pedir a la Casa de la Cultura, y
no solo en el momento actual,
que no se conforme con el rol
de amable posada para Traversari, sino que la adopte como a su hija, propia, natural.
Este primer número de la
revista se mueve, si se quiere,
alrededor de tres ejes: los archivos y museos de instrumentos musicales, entre otros, el
Pedro Traversari, confiado a
la Casa de la Cultura, no sin
visos importantes de análisis
organológico; una semblanza
del propio Pedro Traversari,
que en conjunto bien puede calificarse como un homenaje a
su memoria, y un artículo enfocado hacia la creación musical, el descubrimiento de una
de las Suites Ecuatorianas de
Segundo Luis Moreno. Al lado
de tales ejes temáticos, se ha
de encontrar una referencia
más o menos amplia a la memoria musical del país, y de
paso a la Radiodifusora de la
Casa, y otras a la música popular urbana y
rural, no alejadas de
las intenciones analíticas y de reflexión de
la revista.
Un poco al azar,
reviso los artículos
que se refieren al
“santo patrono” de
la publicación (La sonoridad del instrumento musical del pasado en
la heterogeneidad del oído actual, de Juan Mullo, Colección
de instrumentos Pedro Pablo
Traversari, de Norberto Novik,
Pedro Pablo Traversari, ícono
de la música del Ecuador, de
Carlos Freire Soria), que quieren constituirse en mucho más
que un homenaje al compositor, para abarcar análisis de
organología y musicología. El
último de los tres persigue a
grandes rasgos la biografía y
las tareas cumplidas por Traversari, poco conocidas, sea
como compositor, sea como investigador de tendencia nacionalista, a la vez americanista,
sin contradicciones (muchos
de sus escritos siguen inéditos), sea como maestro o como
coleccionista de instrumentos.
Estimo que vale la pena destacar, entre los diversos estudios que integran la revista,
pese a la injusticia evidente
de dejar de lado a muchos de
ellos, el trabajo titulado Una
partitura olvidada,
escrito por Gustavo
Lovato, que se ocupa de la Suite ecuatoriana número 3 de
Segundo Luis Moreno, conservada en
manuscrito. El breve
ensayo informa sobre la autoría de la
obra, su estructura
general, el proceso
de su composición, la
relación de la obra académica
(si se quiere) con las danzas
autóctonas y criollas a las que
alude. El tono de esta colaboración concuerda con el del corpus de Traversari, preocupado
por llevar los temas al alcance
del profesional y del profano,
sin traicionar la seriedad de las
consideraciones musicales y de
los planteamientos efectivos.
Rocinante
49
COSMOS
En busca de un mismo vacío
n Bernardita Maldonado, poeta, docente
E
Escritores y científicos registran el mundo con fórmulas,
con simbologías, con palabras.
Ciencia y literatura se encaminan a responder las interrogantes humanas planteadas desde
el principio de los tiempos y las
posibles respuestas están plasmadas en los libros, científicos
o literarios, aunque esta difusa
línea divisoria se ha ido desvaneciendo.
Toda disciplina científica es
tratada en la literatura y, a su
vez, la literatura de ficción está nutrida por la ciencia, por lo
tanto, literatura y ciencia se imbrican, generan vasos comunicantes, se traban. Muchos científicos se han transformado en
involuntarios hombres de letras,
debido a que han tenido que
adaptar la aridez del discurso
científico a numerosos lectores
con la finalidad de divulgar los
avances de la ciencia. Literatura y ciencia generan un parale-
50
Rocinante
lismo, ambas parten de la realidad como un problema, las dos
anhelan desentrañar los misterios del universo y del hombre,
comparten la misma inventiva
y la misma preocupación. La
literatura de ciencia ficción parte de los descubrimientos de la
ciencia. No obstante, hunde sus
raíces en tiempos lejanos.
Cyrano de Bergerac, Francis
Godwin o Luciano de Samosata
–quien en su Historia Verdadera hace referencia a un viaje a
la luna– son evidencias de esta
retroalimentación. Uno de los libros científicos más vendidos es
la obra de Charles Darwin La
evolución de las especies, para
citar tan solo uno de los más famosos.
Independientemente del periodo y del campo abordado por
cada una de ellas, arte y ciencia
hacen posible la comprensión
de la realidad, pues las dos tienen como objeto de su búsqueda
Literatura y ciencia anhelan desentrañar los misterios del universo y del
hombre, comparten la misma inventiva y la misma preocupación y se dan
la mano para ampliar sus públicos.
lo intangible: el vacío. ¿Cómo se
originó el universo? ¿Estamos
solos en él? ¿Cuál es el sentido
de la vida? ¿En un futuro será
posible transportarnos a otras
galaxias? Estas son
interrogantes planteadas en los libros,
científicos o literarios. No hay
un solo contenido de la ciencia
que no se haya intentado responder desde la literatura. En
las letras, casi ningún saber
ha sido ignorado. Galileo, Descartes o Einstein plantearon las
mismas dudas que persisten en
la literatura. Isaac Asimov construyó obras con toda la rigurosidad de la ciencia, pero también
Yuli Kagarlitski relacionó la literatura fantástica con el mito y
estableció un acertado paralelismo entre ambos.
La novela ha reflejado una
inquietud por lo que la ciencia
pueda crear, como en el caso
de Frankenstein o el moderno
Prometeo (1818), de Mary W.
Shelley (excelentemente traducido al castellano por Francisco Torres Oliver); La máquina
del tiempo (1895), de Herbert
George Wells, o De la tierra a
la luna (1865), del celebérrimo
Julio Verne. Así mismo, la ciencia es capaz de hallar mecanismos para trasladar sus avances
a un numeroso grupo de lectores. Richard Feynman (19181988), Carl Sagan (1934-1996)
o Stephen Hawking (1942), por
citar unos pocos, son científicos que representan una clara
confluencia entre la ciencia y
la preocupación humanista por
difundirla a través de un lenguaje que la acerque a la obra
literaria.
Definitivamente, leamos lo
que leamos de unos o de otros
no nos iremos con las manos vacías, tendremos más respuestas,
pero también nuevas inquietudes para ser resueltas, de nuevo, en los libros
Rocinante
51
LITERATURA FRANCESA
Subastan manuscritos del
más irreverente del siglo XX
Cinco manuscritos del novelista, poeta y dramaturgo francés
Jean Genet (1910-1986) –tres de ellos inéditos– fueron puestos en subasta en París. Los originales proceden de la familia
de una librera, quien los había recibido a cambio de entregar libros a un Genet con pocos recursos económicos.
E
El autor de una docena de libros, entre los que se destacan
la novela Santa María de las
flores y la obra autobiográfica
Journal du voleur (Diario de
ladrón) y que en vida mereciera un libro de Jean Paul Sartre,
San Genet: comediante y mártir, llevó un trajín de vagabundeo y llegó a estar encarcelado en prisiones de varios
países europeos acusado
de robo y prostitución.
“Algunos de los originales que salieron a
subasta no se habían
publicado y tampoco
eran conocidos entre los
especialistas”, ha explicado el experto en manuscritos de la casa de
subastas Drouot, Thierry Bodin, quien señaló
que los textos permitirán
profundizar en la obra de
Genet.
52
Rocinante
Uno de los manuscritos inéditos es Le Prétexte, formado
por 62 páginas que combinan
reflexiones y poemas sobre la
homosexualidad, el amor y la
muerte tratados con brutalidad.
Algunos fragmentos del texto, escrito entre 1953 y 1954, se
publicaron en la revista fundada por Jean
Paul Sartre, Les
temps modernes,
pero la mayor parte de esta obra inacabada no salió a
la luz.
Según ha explicado Bodin, Genet no llegó a terminar el libro porque se
enfrascó en su redacción en un momento en
el que se encontraba “paralizado, aterrorizado por
la responsabilidad”, ya
que la editorial Gallimard
acababa de publicar tres volúmenes de sus obras completas.
Finalmente, el escritor francés
“salió de este callejón sin salida
gracias al teatro”, ya que logró
terminar en 1956 la obra Le balcon, una comedia ambientada
en el burdel de una colonia.
Otro de los manuscritos inéditos que se presentan en la puja
es una primera versión escrita
entre 1956 y 1957 de la pieza Les
Paravents (1961), que provocó
un gran escándalo cuando se
representó por primera vez en
el teatro Odéon, de París. Hubo,
incluso, manifestaciones delante de la sala como protesta por
las críticas de la obra hacia la
acción del ejército francés en la
guerra de Argelia. “Esta primera versión, que incluye dibujos
de la escenografía, fue completamente transformada”, ya que
Genet eliminó algunas escenas
y añadió otras, según señaló el
experto de la casa de subastas.
También hay fragmentos
nunca publicados en el texto
autógrafo Le Funambule (1957),
un ejercicio poético que combina verso y prosa y que está dedicado a su amante, el acróbata
Abdallah Bentaga.
Asimismo, salen a la venta
dos borradores de L’Atelier d’Alberto Giacometti (1955-1957),
que permiten ver la génesis
de esta obra mayor de la crítica de arte. De hecho, el pintor
Pablo Picasso aseguraba que se
trataba del mejor ensayo sobre
arte contemporáneo y el propio
Giacometti consideraba el texto
como su comentario preferido
sobre sus esculturas y pinturas.
“Los borradores permiten ver
cómo Genet reescribía los textos
hasta la perfección, suprimiendo algunos pasajes”, explicó Bodin, quien destacó la obsesión
del escritor por buscar la belleza de estilo.
El autor francés, uno de
los grandes literatos del siglo
XX, se sirvió de sus duras experiencias vitales para iniciar
una controvertida carrera en el
mundo de las letras que le valió
el título de poeta maldito.
Abandonado por su madre
cuando tenía siete meses, Genet fue confiado a unos campesinos de la región francesa
de Morvan, situada al este del
país. Cuando todavía era un niño, a los diez años de edad, fue
acusado de robo e internado en
un reformatorio del que se fugó
poco después, iniciando así una
vida de trotamundos que le llevó por toda Europa.
En 1948, estuvo a punto de
ser condenado a cadena perpetua en la Guyana francesa,
pero fue perdonado gracias a
la intervención de intelectuales
franceses como Jean Paul Sartre y Jean Cocteau, quien pronosticó que Genet sería “uno de
los más grandes escritores de la
lengua francesa”.
Rocinante
53
ENSAYO
Una de las catástrofes
de la ’experiencia’ del
mundo moderno
C
Cada vez somos más indefensos de nosotros mismos
porque se ha dado un encajonamiento, una domesticación
de la voz inicial (la de la necesidad y el presagio) hasta convertirla en velo que no deja mirar el deseo, sino la apariencia,
la mimetización y finalmente
la farsa. El punto de vista de
Benjamin en su libro El narrador se fundamenta en que
precisamente esta matriz es la
que permite tener una noción
rigurosa de lo que, en esencia,
se juega en el ejercicio narrativo. Y quizá también, de cierto
modo, en la experiencia.
La novela, sin ir más lejos,
es un producto técnico que
nace con la imprenta y, como
señala Walter Benjamin, tiene
una “dependencia esencial del
libro”. Es una escritura tecnológicamente mediada para la
circulación de discursividades
debilitadas en su comunicabilidad. Su consecuencia más
palmaria: queda desplazada
54
Rocinante
la comunidad y se instala en
el centro de cualquier relato el
individuo en solitario. Con esto
interrumpe el carácter artesanal de toda narración y, además, provoca “la ruptura de la
tradición oral” de la que esta
dependía.
La prensa, en este contexto,
sería el punto más alto de la
serialidad y la universalidad.
La inagotable “información
periodística homogeniza todo
contenido de experiencia” y
modifica su temporalidad al
basarse en un “presente perentorio y fugaz” que comúnmente denominamos actualidad.
Asimismo, Benjamin acentúa
que esta “reclama una pronta verificabilidad” y “es indispensable que suene plausible”.
La información está dirigida
a “in-formar a los sujetos receptores, determinando su interés” que, ya sabemos, no es
el propio. Todo lo que narra es
tan débil como lo narrado.
MEMORIA
De venta en los puestos de películas.
Rocinante
55
LECTURA
La fábrica de los portentos
n Sergio Ramírez
El sultán tiene ya tres años de ejecutar cada
noche a las doncellas que le son dadas
por esposas cuando Scherezada entra por
primera vez a su lecho
C
Cuando hablo delante de
un auditorio acerca de la pasión, o el vicio de la lectura, y
alguien me pregunta por mi
libro preferido, respondo que
Las mil y una noches. En árabe, mil y una noches significa
infinidad de noches. Por eso
el temor de Borges a la locura
ante la prueba de leerlas o escucharlas todas. Lo infinito no
es sino la locura misma.
Las caravanas llevaban las
historias hasta los hakawati,
los cuenteros, que en las plazas
y mercados se ganaban la vida
relatando a viva voz aventuras
prodigiosas a un auditorio que
los escuchaba embelesado; y
allí, otra vez, las historias volvían a ser transformadas, tanto en la cabeza y en la lengua
de quienes las contaban, como
en las de quienes escuchaban;
y estos a su vez repetían sus
propias versiones en los establos, los mesones, las barbe-
56
Rocinante
rías, los harenes, las cárceles
y las cocinas.
De boca del cuentero a la
boca de sus oyentes, entre los
que se hallaban las esclavas
y eunucos que repitieron esas
historias sabias y a la vez descabelladas al oído de la princesa Scherezada, quien habría
de contárselas a su vez, para
salvar la vida, al sultán homicida que no se saciaba en su
venganza contra las mujeres
porque su esposa lo había engañado con un esclavo. Y esos
cuentos cambiarán otra vez en
boca de ella. Las variaciones
de la imaginación también son
infinitas.
Para un niño ávido y curioso este libro tiene una ventaja
inigualable, y es que puede
empezar a leerlo por cualquier
parte, eligiendo cualquiera de
los cuentos. Lo mismo ocurre
con un adulto, que no precisa
seguir el orden estricto en que
los cuentos están presentados,
salvo que, en la secuencia que
les da la propia Scherezada,
quien debe mantener interesado al sultán para no perder la
cabeza bajo el alfanje del verdugo, la historia se prolongue
más de una noche antes de alcanzar su desenlace.
Pero yo recomendaría comenzar siempre leyendo el
relato inicial, aunque después
variemos el orden de la lectura a nuestro gusto, pues así
vamos a enterarnos del porqué
de la venganza del sultán, que
es el porqué de aquella numerosa sucesión de relatos. Ese
primer cuento, a manera de
una columna vertebral, ofrece no solo una estructura, sino
también una tensión a todo el
conjunto. A Scherezada, la que
cuenta cada noche, le debemos
el sentido unitario del libro,
que de otra manera quedaría
desperdigado.
El sultán tiene ya tres años
de ejecutar cada noche a las
doncellas que le son dadas
por esposas cuando Scherezada entra por primera vez a su
lecho. Su venganza es contra
la mujer que lo traicionó, que
quiere decir contra todas las
mujeres. Y el plan de Scherezada es mantener despierto al
sultán con las historias que cada noche va a contarle.
Mientras leemos, no sabemos si el sultán va a aburrirse
una noche de tantas y al amanecer ordenará la ejecución de
la narradora. Si eso ocurriera,
este libro de vida tan precaria,
porque depende del capricho
de un déspota, acabaría en el
mismo momento como si nos lo
quitaran de las manos.
Pero Scherezada no solo se
salva de la muerte, sino que
salva también a las mujeres
del reino, a todas esas niñas
que al crecer serían desfloradas y luego decapitadas. Y nos
ha salvado también a nosotros
los lectores, que podemos terminar de leer el libro que ha
durado esos largos tres años
en ser narrado.
Las historias han pasado de
boca del cuentero callejero a
la de ella, Scherezada; o, viceversa, es él quien alimenta su
repertorio de lo que ella cuenta
cada noche en la alcoba. Y así
los dos ganan su vida. Uno se
salva del hambre, la otra, de la
muerte.
Rocinante
57
PREMIOS
Tres premios
literarios,
en manos
latinoamericanas
Leonardo Padura
El cubano Leonardo Padura, el argentino Ricardo Piglia y el colombiano Pablo Montoya fueron distinguidos con sendos premios
por su obra literaria el mes pasado. Cada uno representa una voz
particular, pero entre ellas, varias líneas se entretejen.
L
La novela policial, la literatura sobre literatura y la novela histórica fueron premiadas
el mes pasado. En efecto, el
narrador habanero Leonardo
Padura, creador de uno de los
personajes más célebres de la
literatura hispanoamericana
contemporánea –el detective
Mario Conde–, obtuvo el Premio Princesa de Asturias. El
argentino Ricardo Piglia, experto en desdoblarse, maestro
en el arte de desprenderse del
autor para escuchar a sus personajes, pero también extraordinariamente hábil para hacer
de la reflexión ensayística una
obra literaria novelada, obtuvo el premio Formentor de las
58
Rocinante
Letras. Y el colombiano Pablo
Montoya Campuzano, un autor
silencioso, discreto, huidizo y
“desconocido”, que prefiere anclar su ejercicio literario en la
recreación del pasado, fue el
ganador del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos.
De Padura no podemos esperar menos que su despliegue de talento y su empeño
en sorprendernos. Es característica su destreza para ir de
aquí hacia allá entre el tiempo
histórico y la apertura al riesgo del futuro. Quizás por eso,
el director de la Real Academia Española, Darío Villanueva, lo describió como un autor
“arraigado en su tradición y
decididamente
contemporáneo; un indagador de lo culto
y lo popular; un intelectual independiente, de firme temperamento ético”.
Piglia, en cambio, es beneficiario de una casualidad
casi mística: el premio con el
que se lo ha distinguido ya lo
obtuvo en su momento Jorge
Luis Borges, un personaje que
ha ocupado gran parte de las
páginas de sus libros, como
en El último lector, en donde
Borges, esmerado hasta parecer un poseído dentro de una
fotografía, trata de descifrar
las líneas de un libro y –sin
saberlo– provoca una profunda
indagación acerca de la relación
entre el lector-escritor y el texto,
y viceversa.
El jurado del Formentor de
las Letras dijo de Piglia que es
“autor de una obra narrativa
que se desenvuelve armónicamente entre la originalidad, la
cultura popular y la tradición
más exigente”. Pero si algo
resaltó este jurado, liderado
por Basilio Baltasar, es el rasgo más notoriamente pigliano:
hacer literatura sobre la literatura. Y es que el mayor mérito
que tiene la obra de Piglia es
brindar nuevos horizontes en
el uso de mecanismos narrativos, y lograr originalidad.
Montoya, en cambio, es un
caso peculiar: en un país cuya
literatura se ha concentrado,
durante los últimos años, en
la narconovela y demás expresiones ligadas a la violencia
provocada por el conflicto interno colombiano, Tríptico de
la infamia es una novela histórica. Se ubica en el siglo XVI
pero explora el tema del exilio,
el desarraigo, el destierro. La
intención de Montoya ya se
vislumbró en su obra Lejos de
Roma, publicada en el 2008, y
dedicada al destierro de Ovidio. Y esta vez, su Tríptico no
es más que un reflejo de su admiración por Flaubert, a quien
calificó como “un maestro
de la novela histórica”. Pero
también están entre sus referentes el cubano Alejo Carpentier, el argentino Mujica
Láinez o la belga-estadounidense Marguerite Yourcenar.
Ricardo Piglia
Rocinante
59
PREMIOS
La personalidad artística
tan versátil de Padura motivó que el jurado destacara su
acercamiento a las tradiciones populares sin descuidar
el vínculo con los círculos del
poder político y con quienes
deciden cómo debe escribirse
la historia. “Desde la ficción,
Padura muestra los desafíos y
los límites en la búsqueda de
la verdad. Una impecable exploración de la historia y sus
modos de contarla”, se lee en
el veredicto del jurado.
Con Piglia, un autor que
domina a sus públicos por su
histrionismo y su visibilidad –
en televisión, con el ciclo en el
que hablaba sobre Borges, en
el cine, como guionista, y en
la música como compositor de
una ópera basada en su novela
La ciudad ausente–, se salda
una deuda a tiempo. A pesar
de sus setenta y cuatro años y
de la esclerosis que lo aqueja,
su vigencia –reflejada en la
producción de los últimos dos
años: una antología personal,
la novela El camino de Ida, las
clases y conversaciones La forma inicial y sus diarios de Emilio Renzi, que serán publicados
en septiembre– se consagra
con este premio.
Pero, más temprano reconocimiento aún es el que merece
Pablo Montoya. Preocupado
siempre por explicar sus mayores inquietudes a través de
60
Rocinante
la indagación en los contextos,
Montoya fue antologado ya por
su compatriota Juan Gabriel
Vásquez –ganador del Premio
Alfaguara de Novela 2011, con
su obra El ruido de las cosas al
caer–, gracias a un mérito: el
uso eficaz del mito griego como
metáfora de la realidad de Medellín, donde Montoya volvió después de vivir un tiempo en París.
Tres premiados que portan
distintas voces de una misma
región. Tres premiados que,
además, reflejan contextos socioeconómicos y motivaciones
estéticas diferentes, pero pertenecientes a un mismo universo
geográfico. La historia de un
proceso político polémico, bajo
el lente de la ficción, el humor y
la ironía, en Padura. El oficio del
orfebre de las palabras, del que
disecciona los sentidos e inventa
textos paralelos a los textos, en
Piglia, y el cuasi anónimo que
se rebela como explorador de
su pasado para explicarse los
acontecimientos de su generación y de las que le suceden, en
Montoya.
•El Premio Princesa de
Asturias entrega una
escultura diseñada por
Joan Miró, 50.000 euros,
diploma y una insignia.
• El premio Rómulo
Gallegos, que se otorga en
Venezuela, entrega 100.000
dólares.
•El premio Formentor
50.000 euros.
Pablo
Montoya
CANCIÓN
La clase media
La clase media, la clase media
esa que arriba y resortea
esa que alaba y ningunea
la clase media es un horror.
La clase media, la clase media
esa que abaja y sobajea
esa que sube y se marea
la clase media es un doctor.
La clase media, la clase media
la que se acusa y se culpamea
la que se aplaude y felicitea
la clase media es un ascensor.
La clase media, la clase media
la perniabierta que se hamaquea
la que se ofrece y se contonea
la clase media es un timador.
La clase media, la clase media
la que convive y se codea
la que en sí misma se columpea
la clase media es un bailador.
La clase media, la clase media
la que en ayunas se vitrinea
la que se endeuda y turistea
la clase media es un comprador.
La clase media, la clase media
esa que cede y se menea
esa que huye y se manosea
la clase media es un colador.
La clase media, la clase media
que se disfraza y que se pajea
la que se ahoga y no patalea
la clase media es un error.
La clase media, la clase media
la que se sube por la polea
o la que cae sin dar pelea
la clase media es lo peor.
Tomado de la novela Pájara la Memoria, de Iván Égüez, 1985
Rocinante
61
La Casa de las Américas convoca para el año 2016 a la LVII edición de su Premio
Literario. En esta ocasión podrán concursar obras inéditas en los siguientes
géneros y categorías: a) cuento, b) teatro, c) ensayo de tema artístico-literario
y d) Premio de estudios sobre las culturas originarias de América.
Además, se
convoca a la literatura brasileña (con libros de no ficción escritos en portugués y
publicados en esa lengua durante el bienio 2014-2015), y a la literatura caribeña
en francés o creol (con libros publicados durante el período 2012- 2015).
Los autores concursantes en cuento, teatro, ensayo de tema
artístico-literario, así como en el Premio de estudios sobre las culturas originarias de América deberán regirse por las siguientes
Bases
1. Podrán enviarse obras inéditas en español. Se considerarán
inéditas aun aquellas que hayan sido impresas en no más de la
mitad.
2. En cuento y teatro solo podrán participar autores latinoamericanos, naturales o naturalizados.
3. Por el premio de ensayo de tema artístico-literario y el Premio de estudios sobre las culturas originarias de América podrán
concursar también autores de cualquier otra procedencia, con un
libro sobre la América Latina o el Caribe, escrito en español. En el
segundo caso, el libro debe ajustarse al tema convocado.
4. Los autores deberán enviar dos (2) ejemplares impresos en
un tipo y tamaño de letras perfectamente legibles, a espacio y
medio y foliados. Las obras no excederán en ningún caso de las
quinientas (500) páginas.
5. Ningún autor podrá enviar más de un libro por género, ni
participar con una obra en proceso de impresión, aunque esté inédita, o que haya obtenido algún premio nacional o internacional
u opte por él mientras no se haya dado el fallo del Premio Casa de
las Américas. Tampoco podrá participar en un género en el que
hubiera obtenido ya este Premio, en alguno de los cuatro años
anteriores.
62
Rocinante
6. Se otorgará un premio único e indivisible por cada género
o categoría, que consistirá en 3000 dólares o su equivalente en
la moneda nacional que corresponda, y la publicación de la obra
por la Casa de las Américas. Se otorgarán menciones si el jurado
las estima necesarias, sin que ello implique retribución ni compromiso editorial por parte de la Casa de las Américas.
7. Las obras serán firmadas por sus autores, quienes especificarán en qué género o categoría desean participar. Es admisible
el seudónimo literario, pero en este caso será indispensable que
lo acompañe de su identificación. Los autores enviarán sus respectivas fichas biobibliográficas.
8. La Casa de las Américas se reserva el derecho de publicación de la que será considerada primera edición de las obras
premiadas, hasta un máximo de 10 000 ejemplares, aunque se
trate de una coedición o de reimpresiones coeditadas en un plazo
de cinco años. Tal derecho incluye no sólo evidentes aspectos
económicos sino todas las características gráficas y otras de la
mencionada primera edición.
9. Las obras deberán ser remitidas a la Casa de las Américas
(3ra y G, El Vedado, La Habana 10400, Cuba), o a cualquiera de
las embajadas de Cuba, antes del 31 de octubre del año 2015.
10. Los jurados se reunirán en La Habana en enero del año 2016.
11. La Casa de las Américas no devolverá los originales concursantes.
12. El incumplimiento de alguna de estas bases conduciría a la
invalidación del Premio otorgado.
La Casa de las Américas anuncia que una vez más entregará tres premios de carácter honorífico. Dichos premios (José
Lezama Lima, de poesía; José María Arguedas, de narrativa, y
Ezequiel Martínez Estrada, de ensayo) se otorgarán a obras relevantes escritas por un autor de nuestra América, cuya primera
edición en español sea de los años 2013 o 2014. En el caso de los
libros de ensayo se tendrán en cuenta también aquellos sobre tema latinoamericano y caribeño, publicados asimismo en español,
sea cual fuere la nacionalidad de sus autores. Las obras concursantes podrán ser enviadas por sus autores, editores, o por un
Comité creado al efecto.
Rocinante
63
CENSURA
He leído una novela
pornográfica
U
n Iván Ulchur Collazos
¡Uyuyuy! ¡Atatatay!
¡Qué asquerosidad!
Acabo de leerla en Quito.
Recuerdo que, como tragón
estudiante de literatura, colombiano y vecino de la vaina
caleña, en una conventual Popayán, leí novelas de Hernán
Hoyos. Eran libros cuya desafiante sexualidad de piernas
abiertas comentábamos con el
64
Rocinante
crítico irreverente Bruno Mazzoldi en los patios de la Universidad del Cauca.
Hernán Hoyos se vendía como pandebono caliente, pues
a nadie se le había ocurrido
escandalizar ( “epater la bourgeoisie,,” nos explicaba el profe Bruno) a la “godarria” o
conservatismo colombiano. A
Hernán se lo leía del mismo
modo cómo él distribuía sus
“opúsculos”: a escondidas y
con la pose de izquierdistas;
es decir, si eras de izquierdas,
línea progre, podías pornoliberarte de mojigaterías pequeñoburguesas. Si pertenecías a una línea más puritana
y sectaria, leer a Hoyos era poco menos que una profanación
de la moral que hacía honor
a esa intolerancia estalinista
impuesta por el camarada zdhanov. Por esos días se hablaba de Hernán Hoyos como de
un descarriado y talentoso narrrador; también merodeaba
‘Octavio Paz’ , un doble caleño
que repartía su poesía semejante a la de Octavio Paz, el
poeta Nobel mexicano. Se decía que la estrategia literaria
de Hernán Hoyos era meramente comercial y no descarto
tan “protervos” propósitos que
exhibían todo el arsenal pornográfico entreverado en narraciones muy bien logradas
que leíamos en olor de lectores
delincuentes o depravados.
Ahora, la recién bautizada
editorial El Fakir, de Álvaro y
Gabriela Alemán, se ha propuesto publicar a autores anticanónicos y cuasiolvidados.
En el margen también se juega bien, se gana poco y se divierte muchísimo.
He regresado al tiempo de
estudiante temeroso y me he
leído la novela paródica 008
contra Sancocho. En ella Hernán Hoyos, octogenario que
abandonó la literatura y trabaja de mecánico, deja ver a
un consumado conocedor de la
novela policíaca y a un excelente narrador paródico, hilarante por todos los costados. A
estas alturas de la vida, su contenido pornográfico no tiene el
efecto de literatura para ‘viejo
verde’, sino una muestra marginal de novela caliente bien
facturada en la que Sancocho,
un gigante asesino, aparece al
final de la novela, fulminado
por la Beretta “olorosa a pólvora” del héroe de lengua lujuriosa, agente Jaime Abondano.
Para curarme en salud, alegaré lo que alegábamos en ese
tiempo feliz cuando nos pillaban leyendo La colegiala: lo
del porno es por no dejar; lo
interesante son los actantes y
los oponentes.
Rocinante
65
VIAJES LITERARIOS
Savater,
un viajero
del tiempo
Las ciudades y los escritores es un libro que funciona como guía de turismo
literario. El filósofo y escritor español Fernando Savater se transforma en un
explorador, casi en un arqueólogo y hasta funge de historiador para mostrarnos a
varios escritores fundamentales de la literatura universal a través de los espacios
que frecuentaron en las ciudades donde vivieron.
C
Como si se hubiera embarcado en la tan soñada máquina del tiempo, Fernando Savater pasó de la Buenos Aires de
Borges, durante el siglo XX,
a la Florencia medieval que
vio pasear por sus senderos a
Dante.
En la Praga de un Kafka
insomne; en la Lisboa donde
convivieron Pessoa y su barbero; en la Londres de Virginia Woolf o en la bullente
París que entremezclaba las
letras, los libros y los cuerpos
66
Rocinante
de Sartre, Camus y Simone de
Beauvoir, Savater cumple con
el rol de un explorador inmortal capaz de contar su propia
vida a través de la vida de sus
escritores predilectos. Se trata del libro Las ciudades y los
escritores, que Random House
Mondadori, con su colección
Debate, puso en circulación en
el 2013.
Muchos escritores han indagado en la obra de sus principales referentes. Algunos,
incluso, se han concentrado
en muy pocos, y sobre esa exploración han construido sus
propios edificios literarios.
Sin embargo, hay muchas rutas para aproximarse a los escritores de cabecera. Una es
la aventura de conocer a los
que uno prefiere a través de
sus obras –esta es la más común, la más obvia–, practicar
el ejercicio cómplice entre un
lector curioso y un imaginero
que queda temporalmente relegado al nombre que consta
en la portada, al menos mientras dura la lectura. El lector
concede que se le mienta, que
con su mente alguien invisible
haga malabares y hasta intente trastornarla.
Pero, otra es la aventura en
la que se internó Savater: viajar en el tiempo y en la distancia para comprender el hábitat
de los escritores a quienes él sitúa entre los más importantes
de la literatura universal. ¿Qué
prefería tomar Pablo Neruda
con sus amigos? ¿Cuál era el
plato preferido de Octavio Paz
y qué restaurantes frecuentó?
¿Cuáles son los castillos dantescos que el escritor perennizó en La divina comedia?
Savater se sumerge en un
viaje de experiencias literarias
en el que, al mismo tiempo que
nos retrata a Stevenson, a William Butler Yeats, a Chateaubriand, a Cervantes, a Lope
de Vega, a Quevedo y a Pío
Baroja, se representa a sí mismo. Savater está construyendo
una autobiografía literaria en
su afán por mostrarnos a los
famosos escritores de a pie.
Savater está demostrando en
este libro su propia condición
de filósofo e investigador, y
nos confiesa también esa pasión absolutamente obsesiva
por explicarse el sentido de su
vida en el mundo, mediante
las experiencias cotidianas de
sus escritores más admirados.
Sin embargo, es necesario
decir, también, que el estilo
casi novelesco que imprime
Savater en buena parte de su
texto se interrumpe con las entrevistas que intercala con sus
observaciones. Cada capítulo
que el español dedica a uno o
más autores, pero a una sola
ciudad, se compone de un relato inicial que atrapa porque
parece un cuento. Transporta.
Cautiva. El lector no puede evitar sentirse caminando codo
a codo con el autor de turno
en la ciudad de turno. Savater cumple así la función de
guía turístico y nos muestra
los edificios emblemáticos, los
rincones bohemios, los puertos, los mercados, los edificios,
de ciudades que han cambiado
muchísimo. “Una gran ironía
de la rivalidad de estos autores
–cuenta, un suspicaz Savater
que funge a ratos de historiador– es que Cervantes vivió en
Rocinante
67
VIAJES LITERARIOS
la que hoy se conoce como la
calle Lope de Vega. Lope de
Vega, en tanto, en la que hoy
se llama calle Cervantes. Lope
era un dramaturgo de éxito,
adinerado, amado por el pueblo y por las mujeres, mientras
que Cervantes era un novelista
poco reconocido y sin dinero.
Tan paralela discurrió su vida
que, además de vivir separados solo por unos metros, se
dice que compartieron amante,
como también la devoción por
el convento de las Trinitarias”.
Pero, enseguida, aparece una
entrevista que el lector podría
tomar como una zancadilla, si
no fuera porque en cada uno
de estos diálogos hay alguna
revelación curiosa que devuelve el relato a su tono primordial. El capítulo dedicado a
Octavio Paz contiene la que podría ser la cota más alta de todo el libro: una magistral conversación con el escritor Juan
Villoro, quien, entre otras cosas, sueña con la posibilidad de
crear “una maravillosa antología poética de la desaparición
del cielo en México”, por culpa
de la contaminación. Con Paz,
en su tierra, el autor cuestiona
el problema tan extendido de
que no nos sea posible, como
lectores, dividir la obra de un
autor de sus posturas políticas,
muchas veces contradictorias
o hasta inconsecuentes, si las
vemos a simple vista. ¿Se pue68
Rocinante
de desmerecer el valor de la
obra literaria de Pessoa o de
Borges utilizando como argumento sus declaraciones políticas o ideológicas? ¿Acaso
podemos atribuir una etiqueta
ideológica a toda la obra poética de Neruda?
Lo que hace Savater en Las
ciudades y los escritores, es
literatura pura, pues nos posibilita el viajar como él, con
él. Nos lleva de la mano de los
célebres personajes que han
escrito parte de la gran literatura de todos los tiempos. Nos
conmina a mirar del otro lado
de la ventana hacia el pasado
histórico y desenterrar anécdotas. No sería posible entender El proceso, de Kafka, sin
contemplar los edificios de juzgados en Praga. Tampoco podríamos atrevernos a dimensionar la bibilioteca eterna de
Borges si no estuviéramos –al
menos con la imaginación que
nos despierta Savater– en la
Biblioteca Nacional de Buenos
Aires, de la que él fue director.
No sería imaginable comprender la imaginación de Stevenson sin entender su compleja
relación con Edimburgo y su
débil estado de salud. La de
Savater es una apuesta por
conocer a nuestros escritores
más allá del fantasma en el
que los convierten –muchas
veces– sus libros.
MAL HUMOR
Todas y todos a una
n Por Fuenteborreguna
–Ve, dicen que le han nombrado Ministro de Cultura a Guillaume Long.
–Paz en su tumba.
W
–En serio, dicen que va a fortalecer la identidad nacional
firmando la hoja de asistencia
al ministerio como Guillermo
Longo.
W
SECOM
Y si nuevas cadenas preparas… te jalo la cadena.
W
Corrupción: La Contraloría ha
pedido a la Asamblea que archive la Ley de la oferta y la
demanda.
W
Preguntan por un sexólogo en
el Palacio y el guardia le dice
que vaya a la oficina del segundo piso y pregunte por el
doctor Alexis Mera, especialista en aconsejar a las mujeres
para que se mantengan vírgenes a los 40.
W
La Ley de Herencias fue presentada con caracter urgente
y retirada con caracter urgentísimo.
el Jefe las tablas de la ley de
herencias todos tienen la boca
abierta, pero nadie entiende
porqué duele tanto si era con
anestesia y golpe blando.
W
Por las encuestas de popularidad no hay que confundir al Pepe Pancho con el Papa Pancho.
W
El Papa no le dijo al Presi Hijo mío, sé tolerante como era
Santa Mónica con el roñoso de
su marido, sino: Che, dejáte de
boludeces, no tengás bronca
con esos maulas atorrantes.
W
Lasso y Rodas se confiesan con
el Papa arrepentidos de haber
dicho malas palabras.
Si el Jefe no dice la última palabra, la ministra no sabe si
construir el puente a lo largo o
ancho del río.
W
Platos típicos: fanesca de opositores, chanfaina de borregos, locro de Papa, mote pillo,
jugo de plusvalía. Impuestos.
W
Aspirante a primera dama:
Corbata de Lasso.
W
El gabinete parece gabinete
dental porque cuando explica
Rocinante
69
SOPA DE LETRAS
Show gástrico
P
Pero de lo que quería hablarles era de mi show gástrico. El drama empieza minutos
antes de sentarme a la mesa a
compartir el ágape distendidamente, relajadamente. Pues no.
Viene la sopa y la obligación
mecánica de recoger el líquido,
subir serenamente el líquido a la
boca y tragarlo gustosamente.
Pues no. Ese acto que cualquier
comensal da por subentendido
o subascendido, se vuelve una
tortura sico-fisio-cardio-equilibrante. Uno deja de ser un viejo vigoroso, cazador de pulso y
tino, para volver a la infancia
chorreando la mesa, dirigiendo
y digeriendo las gotas del locro
hacia la nariz. Mientras la espalda encorvada arrima caninamente la cabeza al fondo de
la taza, el despelote se estabiliza con el segundo plato, sólido,
concreto y el sudor avanza a la
taquicardia y el desánimo porque los alimentos no son bien
digeridos e ingresan a la glotis
enteritos. El tembloroso está tan
concentrado en su lucha marina
que no acierta a ponerse al día
en temas de conversación y su
silencio es la respuesta filosófica al pacífico, amoroso, sensual
almuerzo. Todos se levantan y
el héroe cómico se queda en la
70
Rocinante
retaguardia clavándole inmisericordemente su lanza a un indefenso guerrero llamado frijol.
La cuchara es el gran coequipero porque es ancha, no cortante y autosuficiente. En esta
segunda batalla, la cuchara
entra como el instrumento más
útil. Yo la prefiero al trinche o
tenedor: levanta al pedacito de
carne fácilmente y se la puede
llevar a la boca sin tanto correveidile. Hummm, ¡qué delicia!
¡Qué suculento almuerzo!: un
frijol cayó en desgracia y el vencedor hace respiración budista
y la baba le chorrea como un río
lento por las comisuras. Por segundo ocasión aludo a la savia
saliva. En consecuencia, bien
pueden llamarme Alí Baba pues
mi temblor parkinsónico afecta
a la zona cerebral productora
de saliva y me he vuelto un viejo baboso, pues boto abundante
baba cual tierno guagua con
oso baboso. Deduzco entonces
que lo único necesario para mi
sobrevivencia socializadora son
un sorbete para atinarle certeramente al líquido y un babero que retenga los inesperados
restos de comida mal dirigida
por el vetusto niño.
(Tomado de Memorias, dolencias y violencias de
Iván Ulchur Collazos, 2015)
La morcilla es mi Heloisa
P
Pues repito que don García
la erró, y lo he de repetir ante
Dios y los hombres, y de ello
me tengo que lamentar todos
los días y noches de esta miserable existencia terrena. ¡Dar
el hombre en la flor de amontonar para que se comiesen la
polilla y ratones millares de
libros en los cuales a lo más
las arañas habían de deletrear la futileza y vanidad de
las ciencias! ¿No acertara más
si nos diera en vez de libros
libras de queso de Roquefort y
salchicha de Italia, seguro de
que le daríamos de ella exacta cuenta?... traernos aquí sus
astrónomos, y químicos, y
geólogos, y físicos, y botánicos, y qué se yo qué otros fósiles de las escuelas europeas,
para que nos dijesen: las estrellas son estrellas, y los ácidos, ácidos, y piedras las piedras, y las palancas, palancas,
y yerbas y flores las flores y
las yerbas! ¿No acertara más
en traernos buenos cocineros
que enseñasen a mechar cabritos, y escabechar conejos,
y componer suculentos rellenos para pollos y patos?...
Y no diga usted, señor, que
voy mezclando berzas con
carpachos en este escrito; a
falta de pan, buenas son tortas; y sea de cocina propia o
cuya, digo de nacional o extranjera, todo es comer: y
ajustadas mis cuentas, eso me
daría que me presentasen una
lonja de vaca estofada en Berlín, o que aquí mismo me la
Rocinante
71
SOPA DE LETRAS
estofase un cocinero alemán,
o algún ecuatoriano discípulo
suyo. Venidas por telegástrofo
[la red telegastrófica nos pondría en correspondencia con
todas las fondas, cocinas y bodegas del mundo] o aderezadas en Quito, la sopa es sopa y
la menestra, menestra, y a la
postre todo pasa por el gaznate. Con que si el bueno de don
Gabriel no nos dio telegástrofo con las muy reverendas sumas desperdiciadas en obras
públicas, y en ver modo de
aclimatar en nuestro suelo las
ciencias, y en fundar casas de
educación y caridad que no se
comen ni beben, ¡diéranos a
lo menos queso de Roquefort y
salchicha italiana, y cocineros
que nos pusiesen la mesa a
pedir de boca! Pero la erró el
hombre, la erró; y se andaba
muy pegado al observatorio
astronómico, ¡como si de sus
torres nos hubiesen de bajar
rebanadas de sol y luna, con
salsa preparada en las cocinas de Júpiter o Mercurio! (…)
Los poetas y literatos dizque pueden pasarse de claro
en claro y de turbio en turbio
72
Rocinante
sin acordarse del fin para que
naturaleza nos dio los dientes,
muelas y tragadero; y oigo
que hasta les parece deshonestidad hablar del estómago y digestión.: por manera
que el telegástrofo ha de ser
en concepto de ellos prosaico invento, bueno para gente
grosera y rústica; que ellos
almuerzan octavas reales dedicadas a sus soñadas Beatrices, comen elegías y sonetos
a sus Lauras imaginarias y
cenan amorosisímas cartas
a sus Heloisas intangibles y
etéreas que les corresponden
desde sus áureos alcázares de
la fantasía. Con perdón de ustedes, ¡badulaques! Nunca supieron qué es bueno.
Pues para mí la morcilla es
mi Heloisa, y mi Laura y mi
Beatriz. Y ¡qué ojillos matadores con los que me mira la
picaronaza cuando la tengo
humeante en el plato! Aquello
es para perder los estribos de
la circunspección y la prudencia. Y cuando la pincho con el
tenedor, ¡qué dengues y aspavientos tan zalameros!
(Tomado de José Modesto Espinosa,
Artículos de costumbres)
CONCURSOS
BASES
1. Podrán participar los escritores ecuatorianos de hasta 30 años
de edad, a la fecha del cierre de esta convocatoria, en la categoría de poesía. 2. Deberá enviarse un libro de poesía inédito, o de
poemas inéditos, con libertad de tema y forma, en castellano, con
la extensión mínima de 40 cuar- tillas y la máxima de 120 cuartillas (páginas), en un archivo adjunto en pdf., con un tipo de letra
Times New Roman (12 puntos) o Arial (12 puntos). Las páginas
estarán numeradas. 3. Las obras se enviarán por e-mail a la siguiente dirección: premiodesembarco@gmail.com, siempre que en
la dirección del remitente no figure el nombre del autor ni ninguna señal que permita identificarlo. La orga- nización se pondrá en
contacto con el autor, de resultar ganador, por e-mail, para que
nos proporcione su identidad y los datos necesarios. 4. El libro
concursante deberá ser inédito, no haber sido premiado con anterioridad o estar participando paralelamente en otro concurso,
ni encontrar- se sometido a proceso de dictamen editorial. 5. El
plazo de admisión de los libros finalizará el 10 de septiembre de
2015. 6. El ganador verá publicado su libro por Rastro de la Iguana
ediciones, con un tiraje de 1000 ejemplares del que recibirá 200
ejemplares. El autor premiado será invitado a presentar el libro
ganador dentro de la progra- mación del Festival Desembarco Poético en Guayaquil, durante el mes de octubre de 2015. 7. Un jurado
internacional compuesto por poetas o escritores y editores de reconocido prestigio, cuyos nombres se harán públicos en el momento
del fallo, resolverá cuantas incidencias pudieran surgir en el curso
de sus delibe- raciones sobre los libros seleccionados, y su fallo,
que será inapelable, tendrá lugar la primera semana del mes de
octubre de 2015. De así considerarlo el jurado otorgará una o dos
menciones de honor. 8. No podrá declararse desierto el premio. Y
el fallo oficial se publicará en las páginas del Festival Desembarco
Poético en Guayaquil (www.festivaldesem- barcopoetico.com) y de
la Universidad de las Artes (http://www.uartes.edu.ec).
Rocinante
73
PALABRAS DE CINE
Aloft
Un viaje al
reencuentro
L
FICHA TÉCNICA
ALOFT
Directora:
Claudia Llosa
Elenco:
Cillian Murphy,
Jennifer Connelly,
Mélanie Laurent,
Zeth McGrath
Duración:
122 min.
n Juan F. Jaramillo
La maternidad yace en la
médula de Aloft, una cinta llena de misterio y belleza natural,
dirigida por la peruana Claudia
Llosa.
No es una maternidad que
deba entenderse en el sentido
clásico. Jennifer Connelly interpreta a Nana Kunning, una
madre que abandona a su hijo
Ivan (Zen McGrath), luego de
un desafortunado accidente, y
se convierte en una sanadora,
capaz de curar a personas de
enfermedades terminales.
Antes, al principio del filme,
es ella quien recurre a un sanador conocido como El Arquitecto, quien construye extrañas
estructuras con ramas, para que
cure a su otro hijo, Gully (Winta
McGrath). Algo sucede dentro
de la edificación, y es ella quien,
al parecer, adquiere el don de
sanar, luego de abrazar a otro
niño.
74
Rocinante
La cinta transcurre entre los
momentos que llevan al fatal accidente y 20 años después, cuando la periodista Jannia Ressmore (Mélanie Laurent) busca a
Kunning para un reportaje y da
primero con Ivan, ya adulto, interpretado por Cillian Murphy.
Ivan, que vive con su hijo y
su esposa, parece haber encapsulado sus sentimientos. Lo único que calma su ira reprimida es
su pasión por los halcones. Un
ave siempre lo acompaña. Acaso la manera de aferrarse a la
inocencia.
De cierta manera, Ivan se parece al personaje de Fausta en
La teta asustada (La cinta del
2009 con la que Llosa ganó el
Festival de Berlín y fue nominada a un Oscar a mejor filme extranjero), una mujer que se cierra al mundo tras ‘heredar’ los
traumas de la violencia en Perú,
a través de la leche materna.
Aloft, en cambio, transcurre
en el frío del norte canadiense y
del Ártico, con un hielo que surge como una nada sobrecogedora que revela los miedos y ecos
del pasado.
El personaje de Laurent tiene
sus propias motivaciones para
buscar a la sanadora, pero sin
duda, es la excusa para el posible reencuentro de la madre con
su hijo, el McGuffin, en términos de Hitchcock. A la larga, lo
que hace Nana tiene un interés
menor en el desenlace.
Quien sostiene la cinta es
Murphy, capaz de mostrar ira,
compasión y miedo en fracciones de segundo. El actor irlandés es el medio perfecto para hilvanar la fragmentada historia.
Conelly, al parecer más fría,
nunca abandona ese hálito maternal del principio de la cinta,
aunque es una persona trans-
formada, acaso por su don y su
propio sentido de culpa.
El título de esta cinta (Aloft,
que significa En alto) es una
referencia a los halcones adiestrados, que permanecen como
la única conexión entre madre e
hijo. Llosa bien pudo haber concebido esta cinta en el frío andino, con curanderos indígenas y
cóndores. Trasladarla al norte
canadiense es un riesgo narrativo. No es fácil plasmar esa visión
tan personal a otro ámbito. Pero
la directora peruana es fiel a su
narrativa y maneja bien los temas: el aire, el hielo, el abandono.
Aloft no es una cinta que pretenda dar claridad, opta más
bien por una mirada reflexiva
en donde no caben las respuestas sencillas. Esto puede resultar
frustrante para una audiencia
acostumbrada a principios
con final. Eso explica,
en parte, por qué la crítica estadounidense no
ha recibido bien este
filme, que fuera selección oficial en el último Festival de Berlín.
Queda claro que
Llosa gusta de explorar la catarsis humana
alrededor de lo mítico
y lo natural. Pero su
narrativa es todo menos
convencional.
Rocinante
75
NOVELA
Rayo, un hombre
dispuesto a todo
Los celos son uno de los elementos desencadenantes en la
novela de Luis Zúñiga, pero la escritura los desplaza hacia la
experiencia del desarraigo, la desolación y la pena
C
n Arístides Vargas, dramaturgo, actor
Como vengo del mundo del
teatro, a veces me cuesta mucho disociar lo que leo, de las
proyecciones teatrales imaginarias. Teniendo en cuenta
que mi dominio de estructura y estilo novelístico es muy
pobre, he podido acercarme a
esta novela desde la perspectiva de un lector que, como yo,
solo puede leer e impresionarse con aquello que percibimos
como carencia en nosotros y
como presencia en el discurso
imaginario.
Siempre me llamaron la
atención los niveles que componen una novela y, en ella,
los elementos que constituyen
un héroe; es decir, las decisiones que un personaje común
76
Rocinante
debe de tomar para que su
vida adquiera una dimensión
ejemplar, aunque él no se lo
haya propuesto. No creo que
Héctor, por ejemplo, haya
pensado ser un héroe clásico
en el momento en que Aquiles
sitiaba su ciudad.
No. Creo que sus preguntas
eran tan hondamente humanas que cualquier ciudadano
se las hubiese hecho; eran comunitarias en el sentido que
Héctor buscaba el bien para sí,
y, por ende, el bien de sus conciudadanos. Él no eligió ser
sitiado, pero sí podía elegir las
respuestas que debía dar. De
esa decisión dependía la grandeza o pequeñez de sus actos.
Estos ejemplos de vida y
muerte han forjado cierta moral entre los hombres, aunque
en otros tiempos vemos a menudo una falta de heroicidad,
quizá porque los actos de grandeza están indefectiblemente
ligados a una dimensión ética
que le da sentido frente a una
comunidad.
Por otro lado, Faustino Rayo
no es un individuo tal como podemos ser nosotros. Lo obvio
sería decir que es un personaje de una novela y nosotros
no. Pero hay una razón más
profunda que nos distancia:
Rayo es una energía, una fuerza inmersa en una trama que
no eligió. Los motivos que le
llevan a hacer lo que hace no
solo que responden a un ser, sino a una acción. Por ello dudo
que los celos lo hayan llevado a
un asesinato, aunque la novela no lo niegue. Esta es una de
las virtudes de este libro, que
no pretende que los celos estén
ausentes de la historia; al contrario, es uno de los elementos
desencadenantes de la misma.
Pero el énfasis en la escritura
se desplaza desde el tópico del
hombre celoso hasta hacernos
vivir la experiencia del desarraigo, la desolación y la pena.
Estos sentimientos se relacionan con los celos, pero en sí no
se identifican con ellos. Rayo
se siente engañado porque la
criatura que él creía pura es
en realidad impura e indigna,
pierde la noble imagen de la
persona. Me refiero a aquella
que guarda en su memoria,
porque todo parece indicar que
este personaje no ama a una
mujer sino a un cúmulo de virtudes supuestas, donde conviven un pasado feliz, un afecto
generoso, una tierra que era
su tierra y le contenía.
No necesita una justificación para morir, puesto que los
héroes trágicos están dispuestos a todo. Necesita una justificación para matar, porque allí
se encuentra la inocencia que
el victimario niega concederse. Solo así los lectores podemos sentir compasión porque
también está muy justificado
en el deseo tan común de matar todo aquello que nos degrada como seres humanos.
Fragmento del Prólogo a Rayo,
Casa de la Cultura Ecuatoriana, 2015
Rocinante
77
TEATRO
El arte y oficio
del Pato Vallejo
El libro Relámpago sobre el lago, coeditado con la Casa
de la Cultura, recoge ensayos, reflexiones, artículos y
entrevistas sobre dramaturgia, y ya se encuentra en
librerías y salas de teatro.
E
n Beatriz J. Risk, crítica mexicana de teatro
El libro Un relámpago sobre el lago, de Patricio “Pato”
Vallejo, gestor teatral y fundador del grupo Contraelviento,
como él mismo nos lo contó un
2 de enero de 1991, es un tejido
de ensayos, reflexiones y lúcidas entrevistas de lo que sin
duda será un aporte esencial
a una historiografía que está
por hacerse, la del teatro experimental independiente de su
tierra natal, Ecuador.
Construido alrededor de
una temática que sondea las
coyunturas de la creación teatral, sobre todo en el aspecto
directoral, Vallejo Aristizábal
nos brinda una radiografía
de su paso y preparación por
y para las tablas. En gran
78
Rocinante
medida autodidacto, en su
constante búsqueda de una
metodología apropiada que
lo aproximara a su quehacer
teatral, asume a los maestros
consagrados a quienes menciona, comenzando con Stanislavski, el de las acciones
físicas; Meyerhold, el creador
de la biomecánica; Grotowski,
“el hacedor de puentes entre
lo que se encuentra oculto y lo
que está visible” en un arte dirigido escuetamente al cuerpo
del actor; los impulsadores de
la “creación colectiva” en América Latina: Buenaventura y
Santiago García, para quienes
el quehacer teatral y el compromiso político y social con
su medio eran parte del mismo
proceso; y sobre todo su dilecta maestra, para quien todo el
libro es un homenaje latente,
María Escudero, del famoso Libre Teatro Libre, de Córdoba,
Argentina, quien, a finales de
los años sesenta salió al exilio
y echó fuertes raíces en Quito,
la ciudad que lo vio crecer.
Para Vallejo, el hombre de
teatro debe estar siempre en
una posición de rebelión y
cuestionamiento para que su
arte tenga la posibilidad de
trascender.
Eugenio Barba también halla su lugar aquí, no solo por su
conocido concepto del teatro
antropológico, al que Vallejo
se suma, entendiéndose como
el estudio del comportamiento
biológico y sociocultural del individuo en una situación de representación, sino también el
de la expresividad, que ha tenido gran repercusión en una
buena parte de los teatristas
latinoamericanos. En este sentido, sin duda, nuestro director
lo señala mejor que muchos
cuando habla de su propio
quehacer teatral: “El cuerpo
del actor es un cuerpo puro,
primitivo, atávico, carente de
los esquemas y los límites que
le impone la cultura, un cuerpo en contacto con el instinto,
con la necesidad de la vida de
reproducirse y defenderse, el
cuerpo de la expresión”.
Si la imagen de la descarga
de un relámpago sobre un lago quieto, como metáfora de la
irrupción de un escenario de
la creatividad artística, funciona también como marco y fondo de sus reflexiones de este
arte que todos amamos, el eco
de su fulgor repercute largo
rato en nosotros, al discurrir
sobre el alcance de su visión
en un campo que ha llegado a
dominar como pocos hombres
cabales en América Latina. Invitamos a todos los iniciados y
no iniciados de este arte multifacético que es el teatro, a que
se sumerjan en este lago en el
que, estoy segura, encontrarán más de una sorpresa que
los hará sopesar su propia posición en este mundo que compartimos todos.
Rocinante
79
GENTE DE MENTE
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
¿Cuánto sabes sobre Alejandro Moreano?
Alejandro Moreano estudió
la primaria en la escuela:
a) Pablo Palacio
b) Eugenio Espejo
c) Agustín Cueva
El pensamiento de
Alejandro Moreano es de
tendencia:
a) Neoliberal
b) Conservadora
c) Marxista
La revista que creó Alejandro Moreano junto con
Francisco Proaño fue:
a) Motocicleta
b) Revista Z
c) Pedrada zurda
¿En qué año Alejandro
Moreano fue detenido y
apresado?
a) 1986
b) 1966
c) 1972
El título de la novela que
publicó Alejandro Moreano
en 1990 es:
a) El devastado jardín del paraíso
b) Ecuador: señas particulares
c) El Apocalipsis perpetuo
Dos ensayistas considerados los mejores del país,
junto con Moreano son:
a) Agustín Cueva y Abdón Ubidia
b) Bolívar Echeverría y Benjamín Carrión
c) Bolívar Echeverría y Agustín Cueva
¿En qué año se publicó El
Apocalipsis perpetuo?
a) 1999
b) 2006
c) 2001
El lugar donde Alejandro
Moreano conoció a Ulises
Estrella es:
a) Café Amazonas
b) La caverna
c) Café 77
Los dos colegios donde
Alejandro Moreano estudió
la secundaria fueron:
a) Colegios Nacional Mejía y Montúfar
b) Colegios Benalcázar y Spellman
c) Colegios San Gabriel y Benalcázar
¿A qué grupo literario se
adhirió Moreano entre los
años sesenta y setenta?
a) Los tzántzicos
b) Grupo de Guayaquil
c) La generación de los decapitados
Envía tus respuestas al mail: editor@revistarocinante.com
80
Rocinante
SOLAPAS LITERARIAS
ensayo
Narrativa en la primera
mitad del siglo XX
E
En Vanguardia y realismo en el
Ecuador, Moreano ha recogido sus
ideas más actuales acerca de los
principales referentes de estos dos
movimientos literarios que determinaron las dinámicas de la producción intelectual de la primera mitad
del siglo XX. Pablo Palacio es el eje
argumental para reflexionar sobre las
vanguardias locales. La Generación
de los 30 es la línea medular para
explorar el realismo social.
CAMPAÑA
Últimos títulos
N
Nuevos títulos de la
Colección Luna de Bolsillo
al alcance de los lectores
ecuatorianos.
Colección Luna de Bolsillo
Rocinante
81
SOLAPAS LITERARIAS
CINE
MÚSICA
Cómo disfrutar de la ópera / Charles Osborne / Gedisa.
De Aristóteles a Woody Allen
Todo aquel que se sienta atraído por el
género dramático y la música es un amante
potencial de la ópera. Este libro está dedicado a él, pues se trata de una excelente
introducción al tema. La ópera está considerada por muchos como el género más
completo por sus posibilidades expresivas,
ya que combina elementos tomados de las
demás artes: teatro, música, canto, danza y
escenografía.
/ Pedro Cano / Gedisa
Se comienza por detectar en manuales de
guión, como los de Blacker, Field o Comparato, que las ideas de la Poética de Aristóteles se
encuentran en buena parte de las normativas
técnicas que usan hoy los escritores para cine
y televisión. Por eso resulta de gran ayuda
poder recurrir a una orientación clara y bien
fundada sobre las normas dramáticas clásicas
y su vigencia en el presente. Se definen los
géneros clásicos, como la epopeya, la tragedia y la comedia, y se muestra su pervivencia
como prototipos.
INFANTIL
La alternativa para los más pequeños
Revista Elé / Zonacuario
La revista Elé es un ejemplo de originalidad
y una iniciativa que atiende a un sector del
público lector que siempre ha sido descuidado por la dinámica editorial. Este es el número
65 de esta publicación que está celebrando
su décimo aniversario. Su lema ‘Leer, jugar y
soñar’ resume la propuesta de contenidos que
el personal de Zonacuario, creador y realizador,
pone en circulación cada mes, y que cubre las
necesidades formativas de los más pequeños,
pues reúne aspectos lúdicos e informativos
con un lenguaje claro y rigurosamente elaborado para motivar a los niños a la práctica
entretenida de la lectura.
82
Rocinante
SICOLOGÍA
PEDAGOGÍA
Educación interactiva / Marco Silva / Gedisa.
En esta obra se construye un puente entre
la pedagogía y la era digital, la sociedad de
la información y la cibercultura, teniendo
presente desafíos como la “infoexclusión” y
el analfabetismo digital.
Diario de una secreta simetría
/ Aldo Carotenuto / Gedisa.
El autor del presente libro descubrió una
larga correspondencia entre Sabina Spielrein, miembro de la primera Asociación
Psicoanalítica, y las dos figuras de aquella
época: Freud y Jung. Las cartas que durante muchos años ambos teóricos y fundadores escribieron a S. Spielrein ponen de
relieve las sospechas y los rencores que se
tenían entre sí, animadversión no siempre
considerada con la delicada posición que
debía sostener la joven correspondiente,
debatiéndose entre el afecto y el odio,
a la vez que luchando por mantener su
autonomía intelectual y personal.
POESÍA
Poesía como pregunta irresoluble
q|p / Jota Kintana
En este conjunto poético experimental, la
forma es la que predomina sobre el contenido,
al menos en una primera instancia interpretativa. Después, esa instancia deja su paso a
la asociación de ideas que complementen
una sustancia semántica cruda, contundente,
reveladora. Detrás de la apariencia entrópica
que exhibe este conjunto de versos, pervive
un reflejo de la inserción del espíritu humano
en un entorno alienante y absolutamente
vaciado. El puntal que fundamenta el texto
es el lenguaje y su adecuada distribución en
relación con los espacios, con los silencios, con
lo no dicho.
Rocinante
83
SOLAPAS LITERARIAS
ECONOMÍA Y POLÍTICA
SICOPEDAGOGÍA
De cuerpo presente / Francisco Valera / Gedisa.
Para las ciencias cognitivas, la experiencia
humana es hasta ahora un hecho importante pero difícil de incluir como teme de
investigación, Los autores se proponen ir
más allá de esta limitación formulando una
teoría de la circularidad transformacional
entre mente y experiencia.
De la riqueza al poder / Fareed Zakaria / Gedisa.
¿A través de qué mecanismos las naciones
ricas se convierten en poderes mundiales?
Fareed Zakaria analiza en el presente libro el
caso más curioso de un poder en emergencia: el de Estados Unidos, la nación más rica
del mundo ya en las últimas décadas del
siglo xix y que, sin embargo, permaneció
durante mucho tiempo en un lugar insignificante en el juego político internacional.
DERECHO INTERNACIONAL
Un recuento sobre arbitrajes
Revista Afese / Varios autores
Promover al Ecuador como el principal
promotor en procesos de resoulción de controversias es el objetivo de la revista Afese,
en su edición No. 60. La publicación del
Servicio Exterior Ecuatoriano, miembro de la
Federación Iberoamericana de Asociaciones
de Servicio Exterior, trae reflexiones acerca
del arbitraje papal que ayudó a superar la
crisis de décadas que tanto Ecuador como
Perú afrontaron.
84
Rocinante
FILOSOFÍA
ECONOMÍA
¿Y después de la crisis qué? / Jacques Attali / Gedisa.
¿Cómo hemos llegado a esta crisis
económica mundial, la más compleja de la
era moderna? El mundo parecía marchar de
maravilla, el crecimiento económico era el
más rápido y sostenido de la Historia... Todos los indicadores anunciaban que esa ola
de prosperidad recorrería el planeta entero,
gracias al alto nivel de ahorro y a unos extraordinarios progresos técnicos.
Crítica de la moral afirmativa / Julio Cabrera / Gedisa.
Al preguntar filosóficamente por el valor
de la vida humana, se debe preguntar por
el valor del ser mismo en cuanto tal, en su
surgir, en su venir-a-ser, y no por el valor de
este o aquel ente en particular. Lo afirmativo criticado en este libro se manifiesta en la
convicción de que la teoría ética no debería
preguntar directamente por el cómo-ser
(como vivir bien, como ser feliz, etc.), dando
así por ya respondida la pregunta más fundamental acerca del valor del ser mismo.
NOVELA
Jonas Jonasson y la fórmula
de la nueva literatura
La analfabeta que era un genio de los números /
Jonas Jonasson
Es la segunda obra de este escritor sueco que ya
rompió las expectativas del mercado editorial con su
primera novela, El abuelo que saltó por la ventana y se
escapó. Esta es su segunda novela y, con un impacto
similar al de su antecesora, apunta a convertirse en
uno de los más brillantes registros literarios de los
tiempos modernos. Un poco de humor, un talento
indiscutible para el manejo del lenguaje y mucha
investigación son los recursos que el ex periodista
Jonasson pone sobre la mesa del laboratorio creativo
para ofrecernos una obra maestra.
Rocinante
85
Rocinante
GALERIA
Un acto de gratitud para la tierra
Enrique Males (1942, Quinchuqui, Ibarra).
Es músico autodidacta. Ejecuta instrumentos precolombinos e instrumentos de cuerda, viento y percusión. Ha grabado 18 LP, 12 CD y un documental.
Ha ganado el Primer Premio Canción de los Andes
por su trayectoria y aporte musical; el Premio Cubadisco 2011, de Cuba; Mención especial Premio Alba
2012, entre otros.
86
Rocinante
P
Patsak
shimikuna-patsak
yuyaykuna (Cien voces–cien
pensamientos) es el último
proyecto artístico del maestro
Enrique Males. Esta es una
apuesta por el rescate de los
vínculos entre el ser humano
y su entorno natural. Males
ha trabajado una vez más en
el universo sonoro, con una
intención de expresar gratitud
a la tierra y a los ancestros. Y
lo ha hecho con su compañera,
la artista Patricia Gutiérrez,
quien cree que Patsak es la posibilidad de ver con claridad
hacia los orígenes, hacia las
raíces de la especie humana.
Para ella, este proyecto “es un
árbol genealógico, con raíces
profundas”.
El canto, para Males, siempre ha sido la herramienta
más eficaz. A través de su
voz, ha buscado interpretar
el vínculo vital que la especie
humana guarda con la naturaleza, pero que ha olvidado en
su afán por separarse de ella
mediante la intensiva avanzada de la modernidad. Este esfuerzo dio como resultado 23
canciones recogidas en dos cedés, que conjugan sonoridades
ancestrales-andinas con otras
que surgieron en épocas posteriores, de tintes más bien latinoamericanos.
Enrique Males
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