V/crtebroción Año 9/1996 Análisis El Desconocido Chades Péguy Antropología El Hombre Contemporáneo es un Salto al Vacío Estudio Los Misterios de Péguy Reseñas Investigación Institucional sobre Libros de Etica No. 37 DIRECTORIO Contenido RECTOR Mario Iglesias García Teruel VICE RECTOR Vicente Pacheco Ceballos Editorial ¿Algarada o Revolución? DIRECTOR Juan Louvier Calderón CONSEJO DIRECTIVO José Antonio Arrubarrena y Aragón Jorge Luis Galván Sánchez Pablo Castellanos López Jorge Navarro Campos Reproducción fotográfica d e Carla Becerra Romero Editada en Laser Edición 31-31-32 Los Artículos publicados en esta revista expresan el pensamiento del autor, no necesariamente el de Vertcbración. Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla 21 Sur No. 1103, C.P. 72160 Puebla, Pue. VERTEBRACION Revista del Instituto de Investigaciones Humanísticas de la Universidad Popular Autónoma del Estado d e Puebla. P u e d e reproducirse total o parcialmente dando el debido crédito. Certificado de Licitud de Título No. 5697. Certificado d e Licitud de Contenido No. 4397 Reserva de Derechos N o . 1811-91 Publicación periódica autorizada por el Servicio Postal Mexicano: P.D.P.P. Pue. 01-91. El Desconocido Charles Péguy Erendira Espinosa Velasco 3 El Hombre Contemporáneo es un Salto al Vacío Susana Amalia Miranda de Casal Universidad Católica de Salta Argentina. 18 Los Misterios de Péguy Fidencio Aguilar Víquez. 25 Investigación Institucional Sobre Libros de Etica. Centro Universitario de la Ciudad de México. 37 Editorial ¿ALGARADA O REVOLUCIÓN? Nuevamente la violencia desatada por un pequeño grupo radical ha provocado la inquietud y la zozobra entre los habitantes de varios estados del país, precisamente en un momento en el cual la paz y la tranquilidad más que nunca son imprescindibles, debido a la seria crisis social y económica por la que atravesamos. No es posible negar -ni siquiera minimizar- las graves injusticias que a lo largo de tantas décadas, "el sistema" ha institucionalizado especialmente contra los más débiles y desprotegidos, como lo son los campesinos y las etnias indígenas de México. Desde que en el siglo pasado la Reforma Liberal los despojó de sus tierras con la eliminación del Ejido Virreinal (junto con las propiedades de la Iglesia, destinadas a una innegable función social) para dar paso a los latifundios, el campesino mexicano -indígena o no- quedó del todo indefenso y en una situación de mera sobrevivencia. La Revolución Mexicana, lejos de solucionar la miseria del campo, la acrecentó con la destrucción que lleva implícita la guerra, y los "regímenes emanados de la Revolución" envueltos en una demagogia populista no hicieron sino empeorar la situación. La "Reforma Agraria" no rehabilitó el < < ejido > > ; sólo tomó su nombre para disfrazar un remedo de Koljhoz soviético, y la colectivización del campo mexicano sumió a los campesinos en una miseria desconocida incluso en los peores latifundios porfiristas. Esto, aunado a la más cínica manipulación de los nuevos "caciques revolucionarios" escudados en "el partido", lanzó a millones de campesinos hacia las ciudades y al"bracerismo" en los Estados Unidos. El campesino que no quiso o no pudo emigrar, quedó envuelto en la desesperanza y muchos fueron presa fácil de las ideologías del odio. •Vertebración 1 Editorial Sin embargo, la violencia, lejos de ayudar a las necesarias reformas sociales, implica graves y desastrosos retrocesos, ya que por sí misma sólo puede causar resultados más funestos que el mal que pretendía remediar. La violencia como sinónimo de revolución destruye pero no construye; predica remedios, pero provoca mayores ruinas. "No es fuente de fraternidad, sino de odios nuevos". Por todo esto, ante la injusticia establecida con carácter indudable de tiranía, el uso de la fuerza sólo puede ser legítima cuando TODOS los medios pacíficos han sido AGOTADOS. Definitivamente no es ésta la actual situación de México; por el contrario, como no había ocurrido en mucho tiempo, hoy las soluciones pacíficas tienen grandes perspectivas y son más viables que nunca. La creciente participación ciudadana en la vida cívico-política de la Nación, ha obligado -muy a su pesar- al "sistema" a abrir espacios democráticos, hasta hace no mucho, impensables en México. Entonces, ¿qué oscuros intereses se mueven tras el alzamiento guerrillero del "Ejército Popular Revolucionario"? Todo parece indicar que el objetivo buscado es cerrar las puertas reciente y aún pobremente abiertas en "el sistema". André Frosard escribió: "Aunque la miseria y la dignidad ofendida expliquen las revueltas, no explican las revoluciones". El alzamiento del E.P.R. no es una revuelta, sino una acción fríamente calculada y preparada, con alarde de capacidad y recursos; ¿en beneficio de quién? ¿de los débiles y los pobres o de los "duros" del sistema que no quieren resignarse a perder el gran poder político y económico del que gozaron hasta hace poco? Vertebración 2 Análisis El Desconocido Charles Péguy Por Erendira Espinosa Velasco INTRODUCCIÓN Charles Péguy es uno de los pensadores contemporáneos más importantes que ha dado el final del siglo pasado y principios del presente, como lo señala Alain Finkielkraut, un intelectual judeo-francés que lo considera tan importante como Nietzsche o Heidegger, como lo apunta en su estudio sobre Péguy "Le Mécontemporain" (El Descontemporáneo) , o Jean Bastaire, autor de "Charles Péguy, el insurrecto"; pero ambos coinciden en que Péguy ha sido víctima de los rígidos cánones de las diversas "ortodoxias" ideológicas con que se pretende medir el valor de un pensador y Péguy no dejó nunca de ser un insurrecto, en ruptura abierta con el totalitarismo marxista, el dogmatismo combista y la ortodoxia devota , y así, el apasionado socialista y nacionalista francés, converso al cristianismo católico hacia 1908, ha sido relegado, poco estudiado y menos comprendido y no pocas veces ha sido acusado de extremista en su evolución espiritual, cuando en el fondo ésta posee una fuerte unidad en la que sólo va madurando y profundizando a lo largo de su vida: El no es un converso en el sentido tradicional de la palabra: un hombre que abandona su familia, su cultura, sus hábitos de pensamiento, para adoptar otra familia y otra cultura. El es hombre de profundización, no de negaciones; de bautismo y resurrección, no de abandono y de ruinas (...) No hay dos Péguy. Del socialismo al cristianismo, de Dreyfus a Jesús, sólo se manifiesta una subida de savia, tan ramificada y abundante como se quiera, pero sin injerto ni rotura. 3 Sobre Péguy, se levantaron las más diversas sospechas: para el nacionalista Ernst Lavisse (1911) sólo es un anarquista que ha echado agua bendita a su petróleo , para sus juveniles amigos de la I'éguy, el Poeta de la Esperan/a. comunera Louise Michel y aun para su esposa, Charlotte Baudouin - atea, más tarde conversa también-, un detractor del socialismo al que incluso tocó la censura al interior de la prensa socialista porque combatió de igual forma la ideología burguesa, disfrazada de un cierto marxismo y sus tendencias totalitarias como al catolicismo social y del Sillón, aunque, como señala Bastaire, el cristianismo de Péguy será un asumir, no un renegar de su fe primera. Lejos de transferir a una cuenta eterna el fruto de sus decepciones temporales, ahondará hasta la base de la existencia y tomará en su raíz "el mal universal humano" que su Juana de Arco quería combatir ya en 1887: mal no primordialmente económico, político ni ético, sino espiritual'', entabló agrias polémicas contra los intelectuales de la Sorbona y el Vertebración 3 Análisis Partido Intelectual (Charles-Víctor Langlois llega incluso a acusarlo de venalidad ") así como contra Maurras, los combistas y el socialista Jaurés. Su obra más conocida, Juana de Arco, representa la síntesis de las tres principales fuentes del pensamiento peguyano: la República de la Escuela Laica, las humanidades clásicas del Liceo y el socialismo de la rue d'Ulm; aunque podemos distinguir dos periodos: el primero es libresco, teórico, donde encontramos la influencia de las ideologías de su tiempo: el republicanismo, Proudhon, los blanquistas y el Marxismo con Jaurés a la cabeza -con el que rompe en 1901 7 -, y que va desde Guesde a Lafargue, pasando por Vaillant; en el segundo socialismo, encontramos un Péguy práctico, como su trabajo artesanal como editor y se inspira en Sorel y Lagardelle. Puede decirse que las principales preocupaciones de Péguy son su socialismo, el problema de la ciencia moderna, la patria, el cristianismo y quizá aún el anarquismo como rebelión contra el supuesto orden establecido por la modernidad, basado en una funcionalidad mercantilista que todo lo convierte en objeto de compra-venta, incluso el trabajo humano. EL SOCIALISTA Péguy se encuentra en el centro del socialismo francés desde Saint-Simon. Es un socialismo sincero por el que cree que puede avanzarse hacia la justicia universal que él mismo define como la salvación temporal de la humanidad mediante el saneamiento del obrero (...) mediante una rehabilitación orgánica, molecular del mundo del trabajo, y a través suya de todo el mundo económico, industrial 8 , el cual nada tiene que ver con el socialismo sindicalista, "huelguista" diríamos más coloquialmente, que solemos conocer y al cual combatió con vehemencia, incluso llega a decir, a propósito de los socialistas parlamentarios y sindicalistas revolucionarios, que han desnaturalizado la mística inicial (...) introduciendo el sabotaje, que es una Vertebración 4 invención política (...) • invención de la política burguesa que manifiesta la progresiva minusvaloración del trabajo , a lo que Péguy define también con los nombres de jauresismo ll y combismo 12 . Por extraño que parezca, sin embargo, nuestro socialista es además un liberal, o quizá sea mejor definirlo como un "socialista libertario", en el sentido de que, como buen republicano francés, hijo de la Revolución, cree en la libertad, y así se inclina más a formular su socialismo como una "administración de las cosas" que reemplace el gobierno de los hombres, de manera que el estado no se ocupe sino de asegurar el gobierno temporal de esa libertad13, como él mismo intentó hacerlo con la administración de los Cahiers de la Quinzaine (Cuadernos de la Quincena); aquí nos parece que Péguy es claramente un pensador moderno e incluso quizá profético para su tiempo, pues hoy parece ser ésta una de las tendencias con mayor peso en materia de política. Con frecuencia se ha considerado el "Diálogo de la Ciudad Armoniosa", publicado en junio de 1898, como el programa de acción política peguyano, sin considerar "Sobre la Ciudad Socialista"', que constituye, en opinión de Bastaire, su verdadero programa a este respecto 14 . No agotaremos aquí la argumentación sobre el particular y sólo añadiremos que toda su obra se halla permeada de su concepción del recto ordenamiento de la sociedad, y esto se nota por contraste en los diversos debates que sostuvo con las figuras y corrientes tanto intelectuales como políticas más importantes de su época, pero también en las decisiones de su propia praxis, y así, por ejemplo, como es lo propio en un anarquista, Péguy reacciona contra la autoridad, o mejor, contra la aberración del autoritarismo, y no concreta el proyecto de Journal Vrai, que propusiera en mayo de 1897 en la escuela Normal Superior, porque no quiso tomar en él un papel director; tiempo después, en los Cuadernos, comentará al respecto: (...) yo odiaba firmemente la autoridad (...) Yo estaba decidido a no hacer nada que se pareciese al Guesdismo is. No sabía que la autoridad colectiva anónima es más temible aún que la autoridad indi- vidual 16 y aquí se percibe con mayor claridad cómo es la absolutización de la autoridad, lo que resulta aborrecible. Así distingue dos clases de autoridad (...) La autoridad de la fuerza, que puede denominarse autoridad de mando (en política viene a ser autoridad de gobierno, caso particular de la autoridad de mando), y la autoridad que yo llamaría de competencia (que en economía viene a ser autoridad de administración), la autoridad que emana de la solicitud, autoridad que va hacia aquél que se sigue, quien guía, quien muestra y siempre que se piensa en mezclar el uso de la razón con el uso de la fuerza, no es en modo alguno la fuerza la que queda ennoblecida por su comunicación con la razón, es la razón quien se envilece por su promiscuidad con la fuerza 17 . Por contraste, propone a guisa de ejemplo la administración que de los Journaux pour tous hizo su amigo Emil Boivin, donde nada era gobierno, sino tan sólo un sistema de comunicación funcional 18 , y de sus propios Cuadernos llega a preciarse porque, en medio de la fatuidad y ramplonería cada vez más generalizada, ve en ellos el mérito de no ser ningún tipo de monomio (...) en forma alguna un grupo, como dicen; cosa horrible; sino literalmente lo más bello que haya existido nunca: una amistad y una ciudad19. La "ciudad armoniosa" con que Péguy soñara, era aquella en que los principios de la Revolución rigieran un orden tal que no hubiese ciudadanos de segunda clase, una república que asegurase la regulación temporal de las condiciones que garanticen la libertad individual; su sueño es el de todo hombre moderno: libertad, igualdad, fraternidad; pero Péguy sí estaba dispuesto a cargar con el coste que esta Revolución moral20, como él la llamaba, significaría, y no estaba dispuesto a ceder ni un ápice delante de los diversos intereses particularistas que pactaban y se peleaban entre sí por el reparto del poder ya bajo el nombre de liberalismo 21 , de promonarquismo 2 2 , de socialismo parlamentario 2 3 , de anarquismo sindicalista 2 4 , de Partido Intelectual o de Acción Francesa. Esta férrea fidelidad a su fe socialista le valdría la enemistad de todos, aún entre Análisis los que alguna vez fueron sus compañeros de trinchera. En el socialismo peguyano, tiene una particular importancia la revaloración del trabajo humano pues, como ya se ha dicho, busca la salvación temporal mediante el saneamiento del obrero. En su opinión, los socialistas parlamentarios y sindicalistas revolucionarios pervirtieron la mística inicial al introducir el sabotaje, al que califica de una invención política que es enseñada dogmáticamente, intelectualmente, como una invención extraña. Es un descubrimiento burgués (...) que penetra por contaminación intelectual, desde arriba, en el mundo obrero. 2 5 Tal invención burguesa refleja el progresivo desprecio que el mundo moderno ha hecho del trabajo humano, comenzando por su consideración como valor de bolsa por la que aún el mismo obrero comenzó a tratar como tal su propio trabajo. 2 6 Cree necesario rescatar el "honor del trabajo", cuya significación adquiere una nueva dimensión en el cristianismo, como él mismo dice: "Aunque no nos crean, nosotros hemos conocido obreros que tenían ganas de trabajar (...) Trabajar era incluso un placer, y la raíz más profunda de su existir. Y la razón de su ser. Había un honor increíble del trabajo, el más bello de todos los honores, y el más cristiano, tal vez el único que se mantiene en pie". EL PROBLEMA DE LA CIENCIA Como lo podemos encontrar en el estudio realizado por Bastaire, Péguy, en primer lugar, era un filósofo, con todo lo que ello implica de un método y una perspectiva peculiar en el estudio de los acontecimientos y fenómenos, así como unas preocupaciones definidas que, en contrario a la opinión quizá más generalizada, no se hallaban orientadas tanto a la literatura como a la filosofía en sí misma -a pesar de tener en su haber grandes obras poéticas-. De hecho, sus estudios superiores los realizó en filosofía y de 1908 a 1909 se consagró a la preparación de una tesis doctoral que pensaba presentar en la Sorbona con el título: El lugar concedido a la historia en la filosofía general del mundo moderno, bajo la dirección de Gabriel Séailles. Esta no es una observación vana, pues Péguy era un estudioso "competente" en filosofía, para el cual el problema epistemológico no resultaba extraño. Se descubre todo lo contrario cuando se encuentran entre sus obras ensayos como El lugar concedido a la historia y a la sociología en los tiempos modernos (1906), El lugar concedido a los intelectuales en el mundo moderno; del mismo año: El lugar concedido a la historia y a la sociología y el lugar atribuido a los intelectuales en el mundo moderno (1907). El lugar concedido a los intelectuales en el mundo moderno frente a las vicisitudes de la gloria temporal, del mismo año, así como otras obras de reflexión sobre el lugar propio de la ciencia y los científicos e intelectuales en el mundo contemporáneo, como Bernard-Lázare (1903), Zangwill (1904), Brunetiére (1906), Un poeta lo ha dicho (1907), Segunda elegía XXX (1908) y las dos versiones sucesivas de Cito (1909-1912). 28 Viviendo en el siglo del entusiasmo por el progreso de las ciencias, Péguy descubre en el fondo de este optimismo racionalista, el germen de una profunda contradicción: el conocimiento que se declara incompetente para aprehender la realidad tal y como ésta es, y que, sin embargo, impone los parámetros para el conocimiento verdadero. En su obra Sistema, nuestro rebelde epistemólogo muestra cómo la idea de la ciencia moderna es preguntarse si, a fall a de ese real insociable, a falta incluso de esa realidad inhabitable no se podría instituir provechosamente una realidad, constituir un sistema de verdades si no fácilmente asequible, siquiera algo menos inasequible, e incluso algo bastante asequible; con eso nos contentaríamos. 2 9 Henri Bergson. El escepticismo que late en el fondo de esta idea de ciencia sigue un camino sorprendente, cuya relevancia y consecuencias nos resultan patentes ahora gracias a las trágicas experiencias que han marcado nuestro siglo, en que, dadas las Vertebración 5 Análisis Dios, así de simple, Dios eterno, Dios absoluto. Dios todopoderoso, absolutamente justo y omnisciente (...) es decir, al pie de la letra, el historiador que ha concebido su ciencia de acuerdo con un método que exige de él exactamente las cualidades de un Dios 3 1 y ve en la historia y sociología así concebidas, una "secularización" del espectáculo del juicio y descubre con claridad el peligro que resulta de tal desenfoque que niega lo único perennemente válido esa certeza inmediata, metafísica, total, real, esa certeza embargadora que sobre el hombre y la humanidad tenemos en nosotros, por nosotros y sobre nosotros mismos . Lo más sorprendente es la actualidad de estas agudas apreciaciones, cuya importancia se minimiza con mucha frecuencia, pero cuya verificación fáctica encontramos hoy en el freudismo, la etnología y la lingüística (que) renueva, en algunos de sus representantes, la tesis de la "muerte del sujeto " y de la "reificación" del hombre. J3 "El sabotaje es una invención política". generalizaciones de la ciencia, no se ha respetado la naturaleza real de las cosas sujetas a manipulación, incluido el hombre, las cuales fueron previstas por el genio peguyano ya a finales de siglo pasado. Y es que el orgullo racionalista termina postulando que todo este sistema y toda esta verdad, males menores en un principio como sustitutos de la realidad inabordable, después de todo valen tanto como ese real, que tan orgulloso se muestra; que valen lo mismo (.. .y así) la postura de la ciencia pasa a ser, a medida que se verifica el triunfo de los tiempos modernos, una postura de orgullo (...) y en el mismo momento en que el objeto y la materia del trabajo dejan de ser extraños al hombre y a la humanidad para hacerse, por infinitamente poco que sea, propios del hombre y de la humanidad misma (...) es decir, hablando resumida, groseramente, en el momento en que comienza lo que nosotros llamamos la historia y la sociología 3 0 y es cuando se trata del hombre, que las trasposiciones de la ciencia dejan de ser ventajosas, dejan de Vertebración 6 tener el estatuto de certezas, pues no puede negarse la primera e inmediata certeza metafísica del hombre por el hombre mismo, su libertdad, que no puede reducirse a estos juegos alfabéticos, estas álgebras, con que funciona la ciencia y que no son más que sistemas representativos, que no tienen mayores problemas al tratarse de las ciencias físicas, ciencias de lo inerte, lo cuantificablc y homologable en los sistemas simbólicos matemáticos; pero que no pueden aplicarse sin más en lo relativo al hombre como pretenden la historiografía y la sociología modernas a las que Péguy denomina como la transcripción temporal de la ciencia y que, por lo demás, legitiman esta transcripción gracias al ateísmo, como él mismo nos hace notar: Frente a los dioses del Olimpo, frente a un Dios todopoderoso, frente al Dios cristiano, el historiador era un hombre, seguía siendo un hombre; frente a nada, a cero Dios, el viejo orgullo hizo de las suyas, el espíritu humano ha perdido los estribos; la brújula se ha vuelto loca; el historiador moderno (...) se hizo Esta fuerte crítica al racionalismo cientificista no significa, como muchos lo han interpretado, que el fiel discípulo, y aun apologeta, de Bergson 34 , apasionado por la intuición, despreciase la razón y la ciencia. Todo lo contrario, Péguy profesaba su adhesión a un "sano racionalismo": Sabemos que la razón no agota la vida, ni siquiera lo mejor de la vida; sabemos que los instintos y los subconscientes poseen una existencia más profunda, sin dudar (...) Pero solicitamos que no se olvide que la razón es para la humanidad la condición rigurosamente indispensable. Sin ella no podemos estimar en su justo valor todo lo que no pertenece a la razón. Y sólo mediante el esfuerzo de la razón podemos plantearnos la cuestión misma de saber qué pertenece a la razón 3 5 . Por otra parte, Péguy mantuvo siempre buenas relaciones con personajes relacionados con las ciencias, como el matemático Henri Poincaré, a cuyos trabajos dedicó todo un número de los Cuadernos 36 , y procuraba encontrarse al tanto de las innovaciones científicas y tecnológicas, pues respetaba la auténtica sabiduría 3 7 de aquellos científicos que, delante de la realidad, pliegan sus propias convicciones en aras de un nuevo descu- Análisis brimiento, los cuales están siempre dispuestos a dudar de lo que han hecho, con tal que les demuestren que había algo dudoso. Siempre acogerán la nueva hipótesis con tal de que sea más probable; ellos mismos propagarán la idea nueva con tal de que ésta sea o les parezca justa, incluso aunque haga inútiles sus treinta años de laboratorio, incluso aunque se rompa con ello la unidad de la vida?* Pero Péguy reconoce este valor del trabajo científico siempre y cuando se perciba la actitud del sabio expresada en la célebre máxima aristotélica; soy amigo de Platón, pero soy mejor amigo de la Verdad. sabe. 4Ü En cambio, el talento moderno desprecia el simbolismo del arte y no percibe su valor existencial, o mejor dicho, vital. Y de esta actitud encuentra plagadas las instituciones culturales, tan "académicas" 4 l . Como lo hemos dicho ya, no es que Péguy desprecie las ciencias por sí, sino que rechaza el cientificismo que no reconoce su subordinación a lo real, a la vida; y otorga a la ciencia su propio lugar instrumental, mediatorio, como el oficio del que el genio se sirve. El mismo hace, en su segunda versión de Clío, un estudio técnico comparativo deí Air de Malbourg. Péguy se queja también de los métodos modernos cientificistas, en cuanto resultan demasiado orgullosos y desprecian, bajo una pretendida humildad, claridad y distinción, el método intuitivo, olvidando que es ahí donde reside el verdadero genio, que supera con mucho al simple talento científico: Se tiene la impresión de que entre las obras del genio y de la inteligencia existe una antipatía profunda, una invencible contrariedad interior (...) las obras del talento son tales que se ve muy bien de qué forma un hombre inteligente, a fuerza de inteligencia, puede hacer otro tanto. En rigor, bastaría con un prodigio de inteligencia. Por el contrario, las obras que yo he llamado esenciales, no se ve deforma alguna cómo han sido hechas; han sido dadas, como la vida misma. 3 9 No hay que olvidar que Péguy es también un poeta, y hasta cierto punto, permítaseme llamarlo un "romántico", en sentido amplio, por supuesto, pero que comparte con estos la exaltación del genio más allá del talento científico racional, considera que el genio (...) está librado de la memoria, como el niño, y del envejecimiento (...) la feliz amnesia pertenece con pleno derecho al niño (...) para el genio no puede ser más que un derecho excepcional, así (...) el genio se muestra como anormal (...) la creación del arte, la operación, no es una operación de capitalización burguesa, la obra primera del genio (...) es el nacimiento mismo y el alba de la obra, puesto que implica el "máximum" de ignorancia y el "máximum" de inocencia y frescor (...) porque es cuando menos sabe, porque no Pero fuera de los ámbitos puramente científicos o académicos, Péguy protesta contra la "panmuflerie", la ramplonería del mundo moderno que se burla de todo, que todo lo ve como una broma o como algo manipulable, incluso la vida humana, lo valioso es lo útil, lo funcional; donde todas las opiniones son igual de respetables y así, en el fondo, ninguna lo es. Para Péguy, el "acontecimiento" se encuentra al centro de su reflexión como algo que irrumpe desde fuera de modo imprevisto, contra el afán de omnirrectoría de la "panmufleire" y rompe así, los engranajes del supuesto progreso incesante de la historia. La realidad es un acontecimiento ante el cual sólo cabe el respeto religioso y acusa Péguy al orgullo moderno de rechazar la realidad tal y como ésta se presenta y el que ya no intente formarse una razón sobre la imagen del mundo, sino construir un mundo sobre la imagen de la razón 4 2 . Y tal actitud, que brota del escepticismo, se convierte en un cinismo pragmático, intolerable para el revolucionario espíritu de Péguy. LOS "CUADERNOS DE LA QUINCENA" Péguy también hace una propuesta educativa a través de su mayor obra, materialmente hablando, los Cuadernos de la Quincena que significaban para él un oficio, que permitirían su sustento y el de su familia, y una vocación, como su forma de actuación política, los Cuadernos se convirtieron en el medio por el que buscaba la guarda de la ciudad, pues para él, el socialismo es una conciencia y una educación superior a las transformaciones estructurales de la sociedad. Estos Cuadernos tenían la peculiaridad de tener tras de sí un sindicato de amistades, 4 3 como Péguy llamaba a los suscriptores que pagaban su cuota completa y a todos los colaboradores que voluntaria y gratuitamente colaboraban con la revista, para que ésta pudiese obsequiarse a la mayor parte de los suscriptores, y es que los Cuadernos se hallaban en continuidad con el proyecto que lanzara en sus años de estudiante en la Normal Superior, el Journal Vrai^ que concibe como un medio de enseñanza, y la enseñanza debe donarse 44 y así continuará su lucha por el derecho de los pobres a la cultura. Los Cuadernos tenían el propósito de presentar la verdad encontrada, de ser un lugar donde los pensadores se expresasen libremente, en contra de la censura impuesta por la unificación de los grupos socialistas. Pretende que los autores se sientan libres en su Cuaderno, sin restricciones económicas, como las impuestas a él por el socialista en vías de unificación Lucien Herr, inspirador de Jaurés, quien comprara con otros accionistas la librería Georges Bellais, fundada por Péguy, cuando se encontraba casi en quiebra, y en la que vetó la publicación de sus Cuadernos, por considerar que con ellos, a pesar de no juzgar las intenciones de Péguy, inducirá a los hombres menos puros o menos firmes a la anarquía violenta, 4 5 además de considerarlos una aventura peligrosa y cara. 4 6 Para Péguy, los Cuadernos imparten una enseñanza superior (...) Intentamos hacer , con la preparación de la revolución social, en el sentido en que nosotros lo entendemos, exactamente lo mismo que la enseñanza superior con la orografía de Europa, el texto antiguo o la filosofía de Epicuro. 4 7 Y, todavía, nosotros publicamos con veracidad lo que creemos verdad, sin favoritismos ni desfavor, sin contemporizaciones, facilidades y beneplácitos. Nuestros Cuadernos se organizan cada vez más dentro de sus series, como un curso de enseñanza superior. 4 8 Vertebración 7 Análisis Los Cuadernos publican obras literarias, científicas, históricas, de divulgación socialista y estudios de arte. Se encuentran entre sus colaboradores: M. Naudy, con un artículo sobre la enseñanza primaria; M. Joseph Bédier, con el Romance de Tristan e Ysolda\ en un dossier publica los artículos de Raoul Allier aparecidos en el Siécle y de Etienne Avenard en L'Humanité, las crónicas de Pierre Mille y Felicien Challaye sobre los dos Congos, así como dossiers de Jean Deck sobre la ley electoral en Finlandia y de Gaston Raphael sobre la enseñanza en Alemania; también publica obras autónomas de Rene Salomé, Hubert Lagardelle, Romain Rolland, Lionel Landry y Antonin Lavergne, así como algunas obras de los Tharaud y Julien Benda, y no teme editar obras eruditas, como el número que dedicó a los estudios del físico-matemático Henri Poincaré, o de un esteta atiborrado de cultura como André Suarés, lo mismo que de un obrero autodidacta como Pierre Hamp. Publicó a Jaurés, Anatole France y Georges Sorel, y a los poetas Edmond Flegy André Spire. Pero, apesar de los ingentes esfuerzos de nuestro joven editor por ofrecer atractivas obras de calidad, cada vez sus Cuadernos tienen una menor audiencia: cada año, y tal vez durante muchos años, el gran público se abandona y lo abandonan, el público está entregado a todas las bajezas: a la pornografía, y ya no sólo a la pornografía grosera, vulgar (...), sino a la pornografía que pasa por elegante y social (...), a la frivolidad, a la vanidad mundana (la panmuflerie), a la ligereza, a la fatuidad, a la falsa elegancia mundana, a toda mundanidad, barbarie infinitamente peor y más peligrosa que la misma obscenidad. Contra esa corrupción de la cultura, procedente de un enorme e irresistible aburguesamiento, contra ese sabotaje que emana de arriba a causa del dinero y que afecta a todas las clases sociales. Los Cuadernos, escribe entonces con orgullo su gerente, tienen un puesto "que nosotros mismos nos hemos ganado, a través de una retirada difícil, un reducto central". 50 Vertebración 8 "No sabía que la autoridad colectiva anónima es más temible que la autoridad individual". Para decirlo en los mismo términos de Péguy, los Cuadernos de la Quincena fueron en 1901, con Pages Libres, la primera de las publicaciones republicanas, liberales, socialistas, revolucionarias libertarias, - a través de los cuales propone su "comunismo de la enseñanza", con el que se opone a cualquier clase de "monopolio de Estado colectivista", pues entiende que no puede confundirse la comunidad de los espíritus en la búsqueda de la verdad con un grupo sometido a una dictadura ideológica (ibid.). Por eso, en los Cuadernos están católicos que no hacen trampas, protestantes que no hacen trampas, judíos que no hacen trampas, librepensadores que no hacen trampas. Por esta razón estamos tan pocos católicos, tan pocos protestantes, tan pocos judíos, tan pocos librepensadores. Y, en conjunto, tan pocas gentes. 52 EL NACIONALISMO DE PEGUY El francés Péguy es un fiel enamorado de Francia, es un hombre del pueblo, oriundo del valle de Loira, cuyas primeras lecciones de historia proceden de los adultos que lo rodean y están impregnadas del olor de la guerra y del honor del combate, como cuando el herrero Louis Boitier le refería sus hazañas en la campaña de Chanzy 5 3 en defensa de Francia; en su formación escolar tuvo profesores patriotas que también habían sido soldados, como su padre Désiré, muerto en 1873 de una enfermedad contraída "el año terrible", cuando salió con los soldados del Loiret a defender la capital sitiada por los alemanes, y así, recibió una enseñanza moral y cívica que enaltecía las virtudes del soldado. Es la época (1881) en que en Francia se inauguran los batallones escolares y se intenta rescatar el orgullo patrio y borrar la vergüenza de la derrota; y, sin embargo, como da testimonio el mismo Análisis Péguy después, el pueblo francés no se prepara para una reconquista: hace veinte años, hace treinta años, elegimos no hacer la guerra de revancha que habíamos preparado 5 4 y el pueblo francés optó por la paz. Hacia 1898 prepara, para los niños, la historia de Pedro, inspirada en M. Tonnelat y en la Tour de la France pour deux enfants de Mme. Fouillé, donde pretende presentarles la patria bajo los rasgos más nobles, y mostrársela grandiosa por el honor, por el trabajo, por el respeto religioso del deber y de la justicia. ^5 Esta es una obra de paz, como el espíritu del sentimiento nacionalista más profundo de Péguy. Como Jaurés y con él, en la antología Action Socialiste, profesa un amor patriótico que ve Francia como el modelo y vanguardia en el desarrollo socio-político entre todos los pueblos y sobre la anexión que Alemania hizo de Alsacia y Lorena, considera que es un conflicto cuya solución se encuentra en el desarrollo de la democracia entre las diversas naciones y vaticina que en ella se fundará la Ciudad Armoniosa donde la diversidad de las banderas alegrará sin romperla la unidad de los hombres. S6 Es en el Diálogo de la Ciudad Armoniosa que se delínea lo que podría llamarse la "utopía" del internacionalismo patriótico de Péguy y, cuando mira que dentro de la ciudad que no era aún armoniosa (...) la mayor parte de los pueblos nacían, vivían y morían sin que sus almas nacionales naciesen y viviesen; pero en la ciudad armoniosa las almas nacionales nacen y viven para todos los pueblos, y obtienen su forma sin deformar las almas individuales y las almas familiares y las almas amistosas de donde nacieron, 57 en realidad sólo está llevando a las naciones la misma observación que hace de las relaciones individuales, en sus diversas discusiones con las facciones totalitarias de izquierdas, centros y derechas, y es que la pluralidad, la diversidad, las diferencias, no son un mal, no excluyen la unidad que aquéllos defienden con fieles o con dobles intenciones; más aún, la individualidad es un atributo, es un bien, y en cuanto tal, un derecho de las personas y de las naciones, por lo que no es lícito a ninguna alma nacional pretender prevalecer sobre las oirás conciudadanas suyas, ya que ellas viven entre sus conciudadanas y no contra sus conciudadanas, >8 y he aquí la diferencia entre el nacionalismo de Péguy y el de Jaurés, y el de Maurras: contrariamente a éstos, el revolucionario de los Cuadernos no concibe la gloria de Francia como un poder hegemónico, sino como laáel primer pueblo verdaderamente, del que primero y más adelante ha ido en la institución de la democracia y así, la esperanza del mundo está puesta en Francia para aprender de ella la libertad: pues nuestros antepasados no lucharon, sufrieron, vivieron y murieron en tan gran número sólo para asegurar la multiplicación de las palmas académicas; ellos pensaron, combatieron, sufrieron vida y muerte para que este rincón de tierra se conviertiese en el cálido hogar de la libertad en el mundo, para que París llegase a ser lo que es: literalmente la capital de la libertad en el mundo. ^ Hacia 1905, Francia sufre una nueva amenaza militar por parte del Kaiser, y esto trae a Péguy de nuevo el testimonio del sufrimiento del pueblo francés, que constituye parte de su patrimonio cultural, y se suscitan en él un estupor enorme, un odio formidable (...) y, sobre todo, un resentimiento profundo y un resentimiento de ultraje. 6 0 Y se revuelve en su interior el rechazo por la guerra y el ejército como instrumento de la guerra ofensiva 61 que le resultan inadmisibles en cualquier caso, y aborrecibles; particularmente se refiere al ejército francés, pues su intervención sobre otras naciones hiere su fina percepción del honor y orgullo nacionales que no pueden admitir que se excusen crímenes cometidos en nombre de la patria, ni siquiera en nombre de su defensa, como lo expresa por boca de su primera Juana de Arco: Si para salvara Francia hubiera que pronunciar las palabras que M. de Rais ha pronunciado delante de mí... preferiría... que Francia no se salvase. 6 2 Pero Péguy no se opone a lodo ejército, pues, como él mismo precisa, si por la palabra ejército entendéis la nación armada en defensa de su libertad nacio- nal, ya no se trata verdaderamente de un ejército, sino, hablando con más exactitud, de un contraejército, *" es necesario que los franceses defiendan su patria, no que tomen venganza, lo cual es vil, sino que salven Francia luchando por ella con dignidad. De otra manera no se entiende cómo entonces Péguy haya muerto en 1914, en la guerra. El Entiende que la paz sólo es posible si la guerra que le precede es realizada con lealtad, respetando la persona moral del adversario y descubre que las patrias son entregadas siempre por los ricos, los cuales pueden tener mucho que perder con la destrucción de la ciudad y con la usurpación de la misma, y son siempre defendidas por los miserables, por los pobres, por los andrajosos, que nada tienen que perder; es que los ricos sólo tienen que perder bienes temporales, tesoros y situaciones económicas, mientras que los pordioseros tienen este bien que perder: el amor a la patria. 64 Y Francia debe ser salvada por los franceses, dada su inscripción histórica. 65 Lo que está en juego, a los ojos de Péguy, es la Civilización Occidental lo poco que hay de cultura en el mundo moderno (...) esencialmente mortal. Tanto más mortal, tanto más expuesta a la muerte cuanto menos profundamente está enraizada en el corazón del hombre de lo que estuvieron la mayoría de las antiguas civilizaciones, de lo que se trata es de salvar Francia para el mundo, como dijera Jaurés en Action Socialiste, una Francia libre, grande y fuerte, es necesaria para la humanidad. Es en Francia donde la democracia alcanzó su forma más lógica, la República; y si Francia cayese, la reacción se alzaría en el mundo. 6 6 Sólo que Jaurés cree que primero es necesario resolver el problema social y, aunque en desacuerdo con Gustave Hervé, que en Leur Patrie (La patria de ellos) incita a los obreros a la huelga general y a la insurrección en caso de guerra contra Alemania, prefiere el diálogo con éste que desechar esta postura antipatriótica. Péguy escribe entonces Nuestra Patria, polemizando con ellos, y en los Cuadernos acusa a Hervé de traición. Y lo que ve finalmente en las conciliaciones de Jaurés, Vertebración 9 Análisis es que intenta utilizar el herveísmo para pacificar la situación en un diálogo con Alemania, y prefiere hablar de la defensa de la libertad polaca que de la francesa, en un internacionalismo socialista que al gerente de los Cuadernos le resulta ridículo, como se ve en Un poeta lo ha dicho, donde califica el Congreso Internacional de Stuttgart como un espectáculo de la impotencia del socialismo francés, donde Jaures da pie al herveísmo francés confiando en un simultáneo herveísmo alemán inexistente. Además, esta postura le parece despreciable aún entre los alemanes: Si por un imposible un gobierno imperialista de reacción militar francesa preparase, tan abiertamente, y ejecutase una invasión militar de las provincias renanas para destruir las libertades nacionales, políticas y sociales de los alemanes, nosotros esperamos que los socialistas alemanes se levantarían como un solo hombre contra aquellos de nuestros franceses que se hicieran cómplices de ese crimen. Y estos franceses no seríamos nosotros. Pues contra dicho crimen seríamos los primeros en dar no sólo la orden, sino el ejemplo tanto de la deserción como de la insurrección y de la rebelión. Y esa insurrección no sería masque la tradicional revolución francesa. 6S Estos socialistas, al parecer de Péguy, se han olvidado que la Revolución, como idea, necesita encarnarse en un pueblo para ser real. 6 9 Enmedio de las polémicas con estos socialistas pusilánimes, Maurras y la Acción Francesa quisieron traer a sus trincheras al autor del Misterio de la Caridad de Juana de Arco, pero Péguy no da la razón a socialistas ni a los promonárquicos y ataca la forma de dividir la historia de Francia por Maurras, lo mismo que la traición herveísta. La República no es el enemigo de la cristiandad, como piensa la Acción Francesa y el movimiento de desrcpublicanización de Francia que emprenden, es el mismo de descristianización. Y el socialismo francés no es ni antipatriótico, ni antifrancés, ni antinacional, como lo creen: es un movimiento internacional. 70 La confusión se debe a la evolución del socialismo y particularmente a la absurda complacencia de Jaures con Hervé. De ahí Vertebración 10 que Péguy entonces rehuse llamarse a sí mismo socialista. 71 Pero el partido intelectual maurrasiano, por demagogia, solía identificar en un bloque a sus adversarios ideológicos, como lo hiciera en el caso Dreyfus contra los socialistas aunque en el fondo tenían, según Péguy, los mismos postulados patrióticos. Y es que en el caso Dreyfus 73 la demagogia de la Acción Francaise lleva a confundir al partido judío y la política judía con la raza judía y la mística judía. En realidad, diceeldreyfusista, los antisemitas no conocen a los judíos (...). Los antisemitas ricos conocen tal vez a los judíos ricos. Los antisemitas capitalistas conocen a su vez a los judíos capitalistas. Los antisemitas negociantes conocen tal vez a los judíos negociantes. Por la misma razón yo apenas conozco más que a judíos pobres y a judíos miserables. Los hay. Hay tantos que su número se desconoce. Yo los veo por todas partes. 7 4 El gerente de los Cuadernos aduce en favor de los judíos un vibrante testimonio: En la pobreza común, en la miseria común, yo los he encontrado durante veinte años con una seguridad, una fidelidad, con una entrega, una solidez, una mística, una dedicación y una piedad dentro de la amistad inquebrantable (ibid). Pero no puede reprocharse la solidaridad del pueblo judío, de hecho, Péguy continúa: eso es lo que los ricos cristianos tienen que hacer, nosotros no ponemos obstáculo a que los cristianos ricos nos apoyen entre nosotros, ¿se dirá que el dinero judío es judío y no francés?, ¿es que el dinero francés es francés? ¿hay un dinero que sea francés? 7 S En todo este asunto de delación, el único hombre del estado Mayor francés que no sucumbió a las diversas demagogias e intereses, al parecer de Péguy, fue Joseph Reinach. Y, como ahora lo dicen Alain Finkielkraut, el cristiano que defendió al judío Bernard Lazare fue Péguy. Y es que el joven editor no podía soportar Creyó necesario rescatar el "honor del trabajo" (trabajadores de la fábrica Renault en 1903). Análisis que se pasase sobre los derechos humanos de un hombre que pensaba diferente. El ateo Lazare, judío de raza, hombre "empapado de las escrituras", no podía sufrir que lo temporal se mezclase con lo espiritual; (...) Que unos órganos tan groseros como el gobierno, el Parlamento, el estado, el Senado, tan ajenos a todo lo espiritual pusiesen sus manos en lo espiritual; eso era para él no sólo una profanación grosera, sino aún más, un ejercicio de mal gusto, un abuso, el ejercicio, el abuso de una singular incompetencia. Experimentaba sin embargo una secreta, una singular complicidad de competencia espiritual si era preciso con el Papa. 7 7 Sin embargo, el movimiento dreyfusista fue manipulado por los más bajos intereses electorales que lo introdujeron en el juego de la demagogia, la agitación radical anticlerical, anticatólica, anticristiana, dentro de la separación de las iglesias y el estado, la ley de las Congregaciones, waldeckista, la singular aplicación, la aplicación combista de la ley, creando así esa ilusión política, de que el movimiento sista era un movimiento anticristiaflU. EL CRISTIANISMO DE PÉGUY Y LA IGLESIA Hasta aquí hemos hablado de las luchas sociales, culturales y políticas del gerente de los Cuadernos, pero toda ésta vorágine de actividad panfletaria e intelectual y política, se halla desarticulada si no contemplamos el centro de todas estas preocupaciones temporales; pues todas ellas se encuentran fuertemente inscritas en un espíritu profundo que las ve desde una perspectiva distinta a ellas mismas, una perspectiva que las supera y al mismo tiempo las anima desde su más profundo centro, su dimensión eterna, su sentido dentro de la historia vista como totalidad. Pero este punto de convergencia y, quizá podríamos decirlo mejor así, este "punto de fuga", de proyección al "infinito" de tales acontecimientos, le es proporcionado al poeta revolucionario por el cristianismo. Sin embargo, Péguy vive un cristianismo en abierta confrontación con ciertas actitudes que él llama "burguesas" de los cristianos y de los clérigos, así como de las actitudes totalitarias que no respetan la libertad de conciencia de los individuos en aras de una unidad malentendido y mal identificada con la uniformidad, en contra de la "armonía" de los contrastes de la vida, de la libertad. Por principio de cuentas, es de notar que Péguy se convierte de su ateísmo hacia 1908, cuando se encontraba en la época más difícil y desesperada de su vida, enfermo, arruinado y tocado por un amor imposible. Y después de un período de casi abandono de la obra de su vida, los Cuadernos, 7 9 entra en un nuevo periodo de creación literaria, abandona su Tesis y aunque los Cuadernos pasan a un segundo plano, salen de su pluma la primera versión de Clío, reescribe el Misterio de la Caridad de Juana de Arco, surgen entonces, tras el éxito de los misterios^ otros ensayos importantes como Nuestra Juventud y Víctor-María conde Hugo. El catolicismo de Péguy se halla en contraste con el ambiente que le rodea, pues tiene a sus principales amigos entre los protestantes y los judíos y su misma esposa es atea; y su conversión no le hace cambiar ni de método en la administración de sus Cuadernos, ni en su vida privada, ni en sus amistades. No puede encuadrársele fácilmente entre aquella generación de conversos de su época, como León Bloy o Bernanos, él se parece más a su maestro Bergson, a pesar de que Péguy si se vuelve abiertamente católico, tiene en común con Bergson que no rompe con su pasado y profundiza en las raíces cristianas de sus inquietudes libertarias y revolucionarias, 8 " para sacar todas sus virtualidades. Péguy se adhiere a la misma fe cristiana que todos ellos pero no habla su mismo lenguaje. Profesa el credo cristiano y es un fiel que aprecia y vive profundamente la liturgia y la plegaria cristiana ve la liturgia como teología sosegada que junto a las oraciones de la iglesia son el medio para descender a esas honduras en que la liturgia y la teología, o sea la vida espiritual y la formulación espiritual aún no se hallan distinguidas. 8 1 Posee una especial devoción mariana cuyas oraciones son para él plegarias de reserva. No hay ni una en toda la liturgia (...), ni una que el pecador más lamentable no pueda recitar verdaderamente. 8 2 En el Pórtico al misterio de la segunda virtud, dice de la Virgen que ella es la única que es a la vez carnal y pura. 8 3 Su devoción a ella lo lleva a hacer dos peregrinaciones al santuario mariano de Chatres, que algunos devotos han usado como pretexto para despojar su pensamiento de toda implicación revolucionaria, y tras una de ellas confiesa a su amigo Lotte todas mis impurezas cayeron de golpe. Era yo otro hombre. Recé una hora dentro de la Catedral, el domingo por la mañana antes de la misa mayor. No asistí a ésta. Tenía miedo de la multitud. Recé, amigo mío, como nunca he rezado, 8 4 y ahí pide a la Virgen la gracia de la castidad y afirma después nuestra Señora me salvó de la desesperanza (ibid.). Y el 3 de septiembre de 1914, dos días antes de morir, pone unas flores al pie de la Virgen en Ja capilla de Montmélian, cerca de Vermars. Ve con tristeza que la Iglesia francesa del siglo XX se encuentra hundida en los compromisos, curtida en los conformismos, infiel al mensaje evangélico, le parece, con la Acción Francesa, que la Iglesia no ve que unos hombres han muerto por la libertad igual que otros hombres mueren por la fe, 8S en cuanto al juicio que ésta hace de lo acontecido en 1789, 1848 y 1870 y 1871 en Francia, continúa: unos hombres vivieron, hombres incontables, héroes, mártires, y diré también, santos -y cuando digo santos sé seguramente lo que digo-, hombres sin cuento han vivido heroicamente, santamente, para que hoy el último de los imbéciles tenga el derecho de cumplimentar esaformalidadtrucada. ,Piensa Péguy que la suerte de la Iglesia está unida a la de la República, en cuanto tienen por adversaria a la modernidad, el mundo de los que se las dan de listos, el mundo de quienes no son primos, imbéciles como nosotros, el mundo de los que no creen en nada, ni siquiera en el ateísmo, de los que no se entregan, de los que no se sacrifican por nada, el mundo de quienes carecen de mística y se tyertebración 11 Análisis vanaglorian por ello. Así, considera que el movimiento de desrepublicanización de Francia es profundamente el mismo movimiento que el de su descristianización. Es en conjunto el mismo, el único movimiento profundo de desmitificación. Al mismo movimiento profundo, a ese único movimiento, corresponde que este pueblo no crea ya ni en la República ni en Dios. 87 Es esta incredulidad la que se encuentra al fondo del escepticismo científico, y en general, lo que Péguy llama la Panmuflerie, y continúa la misma incredulidad, una única incredulidad alcanza a los falsos dioses y al verdadero Dios, a los viejos dioses y al Dios nuevo, a los dioses antiguos y al Dios de los cristianos. La misma esterilidad reseca a la ciudad y a la cristiandad, a la ciudad política y a la ciudad cristiana (ibid.). Es la autosuficiencia que caracteriza el espíritu moderno, cuyos peligros entreveía con agudeza el vate Péguy. El mundo moderno se inoculaba contra la fe en otro que no fuese él mismo y se despojaba a sí mismo de todo sostén trascendente y absoluto. La criticada adopción de los valores evangélicos de libertad, igualdad y fraternidad de la Revolución Francesa, considerada siempre como una secularización negativa, es vista por Péguy como una oportunidad, como la vía que lleva al cristianismo al mundo moderno, distinto del medieval, como la condición que permite la encarnación del cristianismo en el siglo XX, sobre todo por el espíritu libertario, pues ve la libertad como la condición misma de la gracia. En el Misterio de los Santos inocentes, hace decir a Dios de la libertad francesa: católicos, el taller está cerrado para ella, y ella está cerrada para el taller; ha venido a ser en el mundo moderno, sufriendo también ella una modernización, casi únicamente la religión de los ricos, tanto que ya no es, si puedo decirlo, socialmente, la comunión de los fieles. ¿Qué hay de común entre el evangelio y esa especie de religión superior para las clases superiores de la sociedad, esa miserable especie de religión distinguida para eentes con reputación de distinguidas?*9 Péguy cree que la Iglesia no volverá a ser la Iglesia de todos, no se ganará al pueblo, a menos que también ella, como todo el mundo, haya corrido con los gastos de una revolución económica, de una revolución social, de una revolución industrial, o, para decirlo literalmente, de una revolución temporal para la salvación eterna. Hay que correr con los gastos temporales. Nadie puede escurrir el bulto, ni siquiera lo eterno, ni siquiera lo espiritual, ni siquiera la vida interior. De ahí que nuestro socialismo no sea tan estúpido y que sea profundamente cristiano. 9 0 El problema a que la Iglesia se enfrenta, es el aburguesamiento del mundo cristiano y así, no está dispuesto a perder su paz económica y social, ante los que está dispuesto a sacrificar aun su fe y sus costumbres. 9 1 Más que la incristianización, es la descristiandad el mal mayor, es descristiandad culpable y, como se dice en Corneille, criminal, que la incristiandad de antes, que la antecristiandad inocente, por así decirlo, es algo muy distinto, infinitamente más es el no haber ganado aún y ya haber perdido. 92 La historia ya Llevan la libertad en la sangre. había visto muchas humanidades enteras, Todo lo que hacen, lo hacen sociedades, ciudades enteras fundarse y libremente nacer, reunirse, asociarse, crecer y men(...) Por ellos hemos inventado. Por guar, prosperar, involucionar, crecer coellos hemos creado. mo plantas, nacer y morir incristianas, Ser amados por hombre slibres. 8 8 pero nunca nacer y crecer, crecer y no menguar, prosperar y no involucionar, Todo el problema de la Iglesia france- nacer y no morir, sino una ciudad al sa a principios del siglo XX, al parecer menos un mundo entero, una sociedad 93 Y si del gerente de los Cuadernos, procede de entera incristiana, posteristiana. que: pese a ciertas pretendidas obras el hombre moderno se encuentra perdienobreras y de algunos pretendidos obreros do la fe recibida, no se debe propiamente Vertebración 12 a la difusión de la Ciencia y su método, erigidos contra la religión, con unos sistemas pretendidamente invencibles. Lo -que se necesita es caridad. 9 4 En el pensamiento de Péguy tiene especial importancia la contemplación de la comunión de los santos. La unión de los pecadores con los santos, hay que repetirlo, no es un enlace de inspiración. Es un enlace de comunión. No se es cristiano por estar a un cierto nivel moral, intelectual, incluso espiritual. Se es cristiano por pertenecer a una cierta raza ascendente, a una cierta raza mística, a una cierta raza espiritual y carnal, temporal y eterna, a una cierta sangre, la de Cristo. Así, la más noble acción del mundo que no haya sido bañada por la gracia, podrá hacer del hombre un estoico, pero no un cristiano95. El cristianismo es para el peregrino de Chatres más que una moral, una pertenencia a alguien, a una comunidad. ¿Cómo podría ser una moral? En tal caso el mejor cristiano sería el más virtuoso, pero, como Péguy experimenta, hay una distinción entre la virtud deseada y la soportada, de manera que quien soporta la virtud, es quizá aún mayor que quien la practica (...). Pues quien la practica se nombra a sí mismo para practicarla. Pero quien la soporta es designado acaso por otros. Quien practica la virtud no es más que el padre y autor de la misma; pero quien la soporta es su hijo y su obra. 9 6 De hecho, él mismo experimenta esta división entre el bien deseado y la imposibilidad de realizarlo sin la gracia, sin la cual la obra más meritoria no es cristiana; 9 7 pero en el reconocimiento de esta indigencia para el bien, es que nace el abandono en las manos del Padre. 9 8 Como de la acogida del Padre, tiene plena convicción de que por la comunión de los santos hacemos una incautación de los bienes que son comunes a toda la Iglesia, por eso Péguy se halla tan "a gusto" en la Iglesia. Cada cristiano es parte del Cuerpo Místico de Cristo, en cuya unidad, cada parte conserva su propio lugar e identidad. La riqueza de la Iglesia está en la diversidad de los carismas que la componen y los pecadores construyen la Ciudad de Dios lo mismo que los santos, y nosotros nos encontra- mos bajo el patrocinio y protección de los ángeles custodios y de los santos. Pero la vida cristiana no es posible al hombre, sino por la Encarnación, porque la eternidad se convirtió en tiempo. Lo eterno se hizo, pasó a ser temporal. Lo espiritual se hizo, pasó a ser carnal. Pero (sobre todo) se trata de una historia que llegó a la eternidad, a lo eterno, a lo espiritual, a Jesús, a Dios (...): la historia "dio a luz a Dios". Y he ahí la razón de la Esperanza peguyniana, que lo sostuvo en los tiempos más difíciles y a la que dedicó una de las obras que lo inmortalizaron, el Pórtico al Misterio de la Segunda Virtud, que le ha valido ser considerado el poeta de la esperanza, a la que ve como la virtud fundamental que incardina al hombre en el tiempo, lo "sumerge" en él, para que a semejanza de Cristo lo asuma y lo salve, conviertiéndolo en tiempo de salvación eterna. CONCLUSIONES Con toda la aparente diversificación de intereses del inquieto editor de libros y revistas, filósofo, epistemólogo, poeta, político, panfletario socialista, padre de familia, etc.; con toda la aparente contradicción de sus fuentes nutricias: los blanquistas, el socialismo de Proudhon, la Revolución liberal francesa, la filosofía de Bergson, la mística cristiana; y a pesar de la constante discusión con todas las facciones ideológicas de su tiempo: Maurras y la Acción Francesa, los socialistas cualquiera que fuese su facción (combistas, jauresianos, herveístas, sindicalistas) y los miembros del Partido Intelectual, no debe pensarse que Péguy fuera dando tumbos en sus convicciones. Por el contrario, el gerente de Cahiers de la Quinzaine era un hombre de una sola idea: la libertad es el bien máximo de la vida humana. Todas sus luchas se centraron siempre en la salvaguarda de la libertad en todas sus dimensiones, y con ella, de todos los derechos del hombre. Y la respuesta al sentido último de la libertad, la liberación humana por excelencia, la encuentra en el cristianismo. Péguy, ante todo, era un cristiano que vivió y murió como tal, incluso cuando se confesaba Vertebración 13 Análisis ateo vivía ya una especie de prefidelidad evangélica, fruto de la buena voluntad de su corazón. Es un hombre de buena voluntad, uno de esos bienaventurados que reciben la paz en un corazón liberado de toda afección propia, abierto a la Verdad, al Bien, sin importar su procedencia inmediata, sabedor de que, en última instancia, estos sólo pueden tener una única procedencia. La influencia que la obra de Péguy ha podido tener en el pensamiento contemporáneo, ha sufrido varios descalabros a pesar de su gran valor y riqueza, tanto expresiva como formativa. Muchos factores se dieron cita en su momento histórico para permitir a los cristianos piadosos "estamparlo" y así, beatificarlo en una imagen estática y desencarnada, desprovista de la carnalidad y temporalidad de su compromiso en la salvación del mundo; para conseguir que los radicales nacionalistas usurparan la bandera de su Juana de Arco para justificar un falso orgullo nacional totalitario, envileciendo el auténtico sentimiento del honor y dignidad del alma nacional francesa que ha heredado la bandera de la libertad para sí y para el resto de los pueblos; para dar pie a los católicos más ortodoxos de condenarlo por su socialismo, que acusaba el aburgasamiento de la Iglesia, que ya no estaba dispuesta a cargar. También ella, con el coste de la reordenación temporal del mundo, refugiada en la comodidad de su oficialidad; para permitir que el Partido Intelectual juzgara y desechara su obra, sin tomarse la molestia de leerla siquiera, por no plegarse a los intereses de una modernidad simplona y vulgar; para hacer caer la censura de sus compañeros de trinchera revolucionaria socialista por pronunciarse siempre contra toda la contaminación de la mística original con cualquier interés de dominación absoluta. Todos, en su momento, se sintieron molestos por la presencia de este revolucionario de la libertad, y como siempre es más fácil rechazar o reducir lo que resulta demasiado complejo para ser asimilado, Péguy fue despreciado o mutilado, según el caso, tantas veces, que hoy resulta difícil hallar su verdadero rostro. Vertebración 14 Sin embargo, y para ser fieles a la realidad, Péguy dejó la herencia de su pensamiento no sólo en una abundante bibliografía, sino también a través de un grupo nada despreciable de amigos y discípulos que se han ido sucediendo en el proceso de difusión y asimilación de la obra del genio del valle del Loira, los cuales han fundado la Amistad Charles Péguy y se han preocupado por difundir y estimular su estudio. Hoy son muchos los pensadores que se han interesado por el redescubrimiento de sus obras y la bibliografía que brota de este interés es cada vez más abundante y honesta. Lamentablemente la mayor parte de las obras de Péguy y de los estudios sobre el mismo no ha sido traducida aún a nuestra lengua; 100 sin embargo, pueden encontrarse algunos títulos, como los utilizados aquí. Nada nos complacería más que estas páginas sirvieran para despertar en alguien la curiosidad por las obras del poeta de la esperanza, cuya fuerza, profundidad y belleza sacuden lo más profundo de la conciencia. Si logramos incorporar al fiel cristiano francés de principios de siglo, del apogeo del entusiasmo moderno, a nuestra cultura universitaria, quizá nos llevemos la sorpresa de que este descontemporáneo para su época, nos es más contemporáneo hoy de lo que pudiéramos pensar y quizá descubramos un nuevo peñasco desde donde mirar el horizonte de nuestra cultura post-moderna, una nueva cima por sobre mito del progreso, la roca de la Esperanza que mira al futuro sin temores y sin falsos optimismos, fincada en la certeza de la Presencia de Cristo entre nosotros. Análisis NOTAS Y REFERENCIAS 1 Ver entrevista a FINKIELKRAUT, Alain: Sacaré a Péguy delgueto, por Stefano M. Pací, en 30 Días en la Iglesia y en el mundo, VI/58-59 (1992), pp. 66-69. 2 BASTAIRE, Jean. Charles Péguy, el insurrecto, Ed. Encuentro, p. 12 3 ibid., p. 7 4 ibid., p.8 5 Oeuvrespoetiques, Pléiade, Gallimard, 27; en o.c, p. 38. De hecho, Bastairehaceuna larga alusión a las gestiones económicas de la que fue (a obra material más grande de Péguy: los Cuadernos de la Quincena, para mostrar con ello cómo vivía su "fe socialista", así como su "precristianismo", de! que M. Laudet da testimonio en 1911 llamándolo "esajovenprefidelidad a las costumbres cristianas, a la pobreza cristiana, a las enseñanzas más profundas de los Evangelios". Oeuvres en prose, Pléiade, Gallimard, 1053, eno.c., p.62. 6 Rara vez se han lanzado ataques tan ofensivos y groseros por una alta personalidad universitaria contra un simple publicista (...) Langlois sugiere que Péguy no desdeñó la búsqueda, durante el caso Dreyfus, de su glorificación personal y, bajo la mirada benévola de M. Maurice Barres, las simpatías de la buena sociedad y su apoyo moral y, caso de necesidad temporal. En El Dinero, Péguy responde a esta acusación, y pide el respeto a su pobreza, como el poder discutir ideológicamente en igualdad de condiciones, es decir, sin que sus adversarios se revistan de autoridad magistral. En Oeuvres en prose, 1909-19I4, Pléiade. Gallimerd, 1142-1144 y 1158, en o.c, pp. 185-186. 7 En marzo de ese año cuando intentando conciliar las diferencias entre las diversas corrientes socialistas, Jaurés, aunque siempre siguiera siendo un antiautoritario y antidogmático, acepta "contemporizar" en la práctica con ciertas actitudes autoritarias y dogmáticas que pretenden borrar las diferencias entre los grupos en nombre de la unidad, por lo que Péguy escribe una carta abierta en que hace pública su enemistad con Jaurés. cf. Oeuvres en prose. 1898-1909. Pléiade, Gallimerd, 311 y 322, en o.c, p. 30. 8 Se trataba de una restauración universal comenzando por el mundo obrero (...) de esa moral, ese método general, esa filosofía de los productires, que iba a encontrar en Sorel, moralista y filósofo, su más elevada expresión, su expresión definitiva. En Notre Jeunesse, ibid., 594; e n o . c , 154. 9 Ibid, 592, e n o . c , p. 155 10 Ibid, 593, en o . c , p. 155 11 El jauresismo había desencantado a Péguy desde 1899 cuando en el congreso preparatorio para la unificación de los partidos socialistas, que bajo la influencia de Guesde, cuyo marxismo es fuertemente atacado por nuestro libertario, los socialistas franceses asumieron posturas autoritarias para capitular definitivamente, a ojos de Péguy. ante el guesdismo hacia 1901, en que escribe su ensayo Sobre tarazón, en contra de los compromisos que a nombre de la razón sacrifican la razón misma intentando unir el socialismo a un sistema: Hay que llamar enemigos de la razón a los locos que ejercitan su demencia contra la razón. Y hay que llamar falsos amigos de la razón a los dementes que desean que la razón proceda por los senderos de la sinrazón (...) La razón no procede de la autoridad gubernamental... de la autoridad militar... de la autoridad religiosa... de la autoridad parlamentaria... de la autoridad demagógica... de la autoridad manual. EnOeuvresenprose 18891909. Pléiade, Gallimard, 407-410. en o . c . p. 30. Fue en este clima de protesta con el guesdismoque surgen los Cuadernos, como un grito de libertad, como reivindicación de la diversidad de la libertad, como una proclama de fidelidad al anarquismo socialista, como resonancia de las palabras que Proudhon escribiera a Marx en 1846 y que Péguy recuerda entonces: No nos hagamos los jefes de una nueva intolerancia, no nos consituyamos en apóstoles de una nueva religión, aunque dicha religión fuese la de la lógica, la religión de la razón, en Lettres choisies. Grasset. 1929, p. 73, ibid., 417-418. 12 Emile Combes es un marxista dogmático y anticlerical que a nombre de una pureza doctrinal marxista atenta contra las libertades individuales. Contra él. Péguy opone la idea del socialismo cultural. CF. Péguy et les Ca- hiers, Gallimard, 205, en o.c. p. 24 y Oeuvres completes, Gallimard, XI, 54, en ibid. Cree firmemente que el socialismo es una vida nueva y no una política. En carta a Camille Bidault, febrero 27 de 1897: Catalogue de ¡'exposition du cinquantenaire, Orleans, 1964, p.47; en o . c , p. 23. 13 Ibid., 1133;o.c.,p.66 14 Op. Cit., p. 19 15 Ver nota 11 16 Oeuvres en prose 1898-1909. Pléiade, Gallimard, 1258-1259, en o . c , p. 44 17 Oeuvresposthumes, Cahiers de l'Amité Charles Péguy, 126, 140; en o . c , p. 37. 18 Cahiers de la Quinzaine\l\-2\; e n o . c , p.46 19 Péguy et les Cahiers de la Quinzaine, Gallimard, 279-280; en o . c , p. 65 20 El mismo Péguy acusa de burgueses a todos estos grupos que cómodamente prefieren establecer relaciones ventajosas a sus propios intereses, a debatir realmente sobre las condiciones que deben ponerse para la solución de los problemas sociales: Nuestros burgueses de uno y otro lado, nuestros capitalistas de uno y otro bando, de una y otra confesión, los clericalesy los radicales (...) no desean nada más, no quieren más que esto: no pagar. No correr con los gastos. No gastar. No aflojar los cordones de la bolsa. Así que se ponen de acuerdo para dar largas al asunto, para falsear, para establecer ellos el terreno deldebate donde éste les sea más ventajoso, donde les cueste menos caro, impulsados únicamente por la consideración de sus intereses personales. Oeuvres en prose 1909-1914, Pléiade, Gallimard, 599; en o . c , p. 156. 21 Cf. Par ce demi-clair matin, Gallimard, 38-39; en o . c , p.122 22 Encabezado por Maurras y la Acción Francesa, ante los que se enfrenta sobre todo por la defensa de Francia, para Péguy, Maurras, que funda la grandeza de Francia en la supuesta herencia del imperio romano, es un alemán: mientras que para Maurras, Péguy, que define Francia como una raza "caballeresca", "de origen celta", es un alemán que prefiere el honor de la victoria al ideal romano de dominio; en la Nota conjunta sobre Berg- ¥ertebración 15 Análisis son., Oeuvres en prose 1909-1914. Pléiade, Gallimard, 1422; en o . c , p. 197. 23 En Péguy et les Cahiers déla Quinzaine, Gallimard, 236, encontramos esta protesta, «propósito de la cuestión Dreyfus que tiene una gran importancia en el desarrollo del espíritu libertario de nuestro socialista: Yo no humillaré mi ideal socialista frente a las sustituciones, las alteraciones, los bastardeos del radicalismo político, frente a las adulteraciones del radical-socialismo, ante las limitaciones del oportunismo. No rebajaré mi método revolucionario ante los compromisos, las desviaciones de la política parlamentaria; yo como dreyfusista, no rebajaré la justicia frente a la razón de Estado; no cederé ante la razón de Estado los derechos inalienables de la conciencia personal. 24 En Notre Jeunesse (Nuestra Juventud) denuncia el sabotaje introducido por estos radicales en el mundo obrero; cf. Oeuvres en prose 1909-1914, Pléiade, Gallimard, 601602; en o . c , p. 155. 25 Ibid. 26 Cf. o . c , p. 180. Como la burguesía se dedicó a ejercer un chantaje perpetuo sobre el trabajo del hombre, vivimos ahora bajo ese régimen de golpes de bolsa y de chantaje perpetuo que son especialmente las huelgas. Desapareció así la noción del justo precio, de la que se ríen hoy nuestros intelectuales burgueses, pero que no dejó de ser el fundamento estable de todo un mundo. Oeuvres en prose 1909-1914, Pléiade, Gallimard, 1104; en o . c , p. 180. Cf. también Pouget, Emil. Le Sabotage, Ed. Riviere, 1912, pp. 22-23 27 Oeuvres en prose 1909-1914, Pléiade, Gallimard, 1104; en o . c , p. 180. 28 Op. cit., pp. 73-74. 29 Vespritde systéme, Gallimard, 236; en op. cit. p. 78 30 Ibid., 237-238 y 241-242, en op. cit. p. 79. 31 Oeuvres en prose, 1898-1909, Pléiade, Gallimard, 1959, pp. 684, 700; en op. cit. p. 82 32 L'esprií de systéme, Gallimard, 241243, en op. cit., p. 79 33 Op. cit., p. 75 Vertebración 16 34 Péguy es autor de una obra apologética de Bergson Nota sobre Bergson contra Maritain y Benda, del 26 de abril de 1914, en la que firma que el bergsonismo no fue nunca ni un irracionalismo ni un antirracionalismo. Fue un nuevo racionalismo contra las metafísicas burdas, desenmascaradas por el bergsonismo, quienes literalmente suponían frenazos a la razón, en Oeuvres en prose, 1909-1914, pp. 1341-1342. 3 5 Oeuvres en prose, 1898-1909, Pléiade, Gallimard, 1959, pp.426, e n o p . cit, p. 76 36 Cahiers de la Quinzaine VIII-16: Las preocupaciones metafísicas de los físicos modernos, 1813. 37 Mantiene las mejores relaciones con su camaradaJean Perrín, químico y con su maestro Emile Duclaux, biólogo. Uno de sus mejores amigos, Charles Lucas de Peslouan, es politécnico como lo son sus dos compañeros socialistas Georges Sorely Charles Guieysse. Su cuñado Albert Baudouin es ingeniero de la Central, como Julien Benda. El 3 de febrero de 1907, Péguy precisa que él examina "con mucha regularidad, como debe hacerse, la Revue eeneraldes Ciences puras y aplicadas", donde lee, por ejemplo "con mucho interés gran número de artículos teóricos y de ciencia pura sobre la electricidad" en Oeuvres en prose 1898-1909, Pléiade, Gallimard, 1959, p. 1086, o bien "los admirables trabajos de M. Duhem" sobre "la marcha general de las teorías científicas", ibid., p. 1089; en op. cit., p. 76 38 Ibid., p. 329; en op. cit., p. 76 39 Oeuvres enprose 1898-1909, Pléiade, Gallimard, 100; en o . c , p. 93 40 Oeuvres enprose 1909-1914, Pléiade, Gallimard, 312, 322-323; en o . c , p. 94 41 Personalidades en Oeuvres en prose 1989-1909, Pléiade, Gallimard. en o . c , p. 96 Cf. también Un poete Va dit, Gallimard, 76. 42 Cf. entrevista a Alain Finkielkraut: Sacaré a Péguy del gueto, por Steíano M. Paci, en (30 Días en la Iglesia y en el Mundo) VI/58-59 (1992), 66-69 43 Cahiers de la Quinzaine, 11-7,55; en o . c , p.57 44 Oeuvres en prose 1889-1909, Pléiade, Gallimard, 1251-1252; en o . c , p. 42 45 Cf. o . c , p. 50 46 Cahiers de la Quinzaine ü-9, 11; ibid. 47 Oeuvres en prose 1898-1909, Pléiade, Gallimard, 742; en o . c , p. 63 48 Cahiers de la Quinzaine VII-6, p. XII; en ibid. 49 Péguy et les Cahiers de la Quinzaine, Gallimard, 276; en o . c , p. 65. 50 Op. cit., 277; en ibid. 51 Oeuvresposthumes, Cahiers de TAmitié Charles Péguy, 31 en o . c , p. 73. 52 Oeuvres en prose 1909-1914, Pléiade, Gallimard, 1135; en ibid. 53 D. Halévy, Péguy etles Cahiers de la Quinzaine, 1941, p. 17; en o . c , p. 102 54 Par ce de mi-clair matin, Gallimard, 62, en ibid. 55 Prólogo, p. 4; o . c , p. 103 56 Action Socialiste, 410; en o . c , p. 107 57 Diálogo ..^en Oeuvres enprose 18981909, Pláiade, Gallimard, 40; en o . c , p. 108 58 Ibid., 55; ibid. 59 Oeuvres enprose 1898-1909, Pléiade, Gallimard, 245; en o . c , p. 115 60 Parce demi-clairmatin, Gallimard, 87 y 91; en o . c , p. 118. la experiencia de la injusticia que pasa sobre la libertad de un pueblo que ha luchado denodadamente por ella, trae a Péguy el recuerdo de lo que ha constituido toda su cultura, como lo oyera en las conversaciones de los adultos, en los libros y en los juegos escolares. 61 Cf. Notes potinques et sociales, cahiers de l'Amitié Charles Péguy, 28, donde incluso se opone al ejército francés como instrumento de la guerra ofensiva, inadmisibles en todo caso. Ver también el Diálogo de la Ciudad Armoniosay los artículos de la Revue Blanche de 1899. 62 Oeuvrespoétiques, Pléiade, Gallimard, 173; en o . c , p. 110 63 Notes politique s et sociales, Cahiers de T Amitié Charles Péguy, 29: Así lo dice también Mme. Fouillé (bajo el pseudónimo de G, Bruno) en la Tour de la France pour deux enfants (Vuelta a Francia por dos niños): no ataquéis los primeros, pero si llegan a ataca- Análisis ros, defendeos bravamente y seréis los amos (p. 57); ver también Notes Politiques etsociales, Gallimard, 41 y El Misterio de la Caridad de Juana de Arco, en Oeuvres poétiques, Pléiade, Gallimard, 49,61-63; en ibid. 64 Péguy et les Cahiers de la Quinzaine, Gallimard, 222; en o . c , p. 115 65Péguy considera quesi el puebloalemán obtuviese un poder absoluto sobre Francia y las naciones europeas, el dominio militar germano dirigiría él sólo el mundo de ios cuerpos, así como lafilologíamilitar alemana regentearía ella sola el mundo de los espíritus; los partidos de la unidad estarían al fin satisfechos; una inmensa tumba de cuadratura militar y de sabia inteligente mantendría al mundo amortajado (Parce demi-clair-matin, 53-54). En cambio, si Francia se conserva intacta, se convertiría en el último refugio de la dulce a ingenua fraternidad contra las obstinaciones de los egoísmos nacionalistas (ibid. 55), pues Francia extendería al mundo su propia libertad reconquistada (Cf. Ibid. 56-58) La razón por la que Péguy extiende universaímente este beneficio francés al mundo, es que aplica los principios de la psicología social, y así, el pueblo francés sería el medio, la materia, el instrumento, la carne donde el espíritu revolucionario y la realidad se insertarían en la historia. Así ve la misión histórica de Francia como la raza de la punta intelectual, el pueblo de una escuela intelectual, que hace real, concreto, el sueño revolucionario dejando éste de ser un puro sueño en sentido estricto. Cf. Par ce demi-clair matin, Gallimard, 18-21; en o.c, p. 121. 66 Action Socialiste, 102, 372, en o . c , p. ' 67 Cf. Un poete Va dit, Gallimard, 229,235, en o . c , p. 128 68 Suplicantes paralelos, Oeuvres enprosel898-1909, Pléiade, Gallimard, 922-923; en ibid. 69 En la última de las Situaciones: tos socialistas antipatriotas deberán aprender el precio de una patria carnal, de una ciudad, de una raza de una comunión incluso carnal, y lo que vale un poco de tierra para fundamentar en ella una Revolución , en Oeuvresen prose, Pléiade, Gallimard, 42-43; en b-.c.¿ p. 1?9.- -". 105 70 Ver Nota Conjunta, en Oeuvres en prose 1909-1914, Pléiade, Gallimard, 508, 592, 653; en o . c , p. 133. 71 Cf. op. cit.,p. 134. 72 Notre Jeunesse, en Oeuvres en prose 1909-1914, Pléiade, Gallimard, 602; en ibid. 73 El oficial del ejército francés, Alfred Dreyfus, de origen judío, fue erróneamente acusado de traición en 1894. El caso Dreyfus expuso el antisemitismo del ejército y provocó una extraordinaria controversia política y social que polarizó las facciones liberales, intelectuales y progresistas del gobierno en contra de la Iglesia Católica Romana, el ejército y la corriente conservadora. El caso influenció la elección de un gobierno de orientación más liberal en Francia en 1899 y contribuyó a la declinación del poder y prestigio del ejército francés y a la separación de la Iglesia y el Estado. Se descubrió que la acusación de espionaje era falsa y en 1906, Dreyfus fue exculpado y reinstalado en el cargo de mayor y fue condecorado con la Legión de Honor. Péguy, como Anatole France y Emile Zola, levantaron su voz para defender a Alfred Dreyfus. Cf. BREDIN, Jean-Denis. The Affair. The Case of Alfred Dreyfus. Braziller* 1987. 74 Oeuvres en prose 1909-1914,630-631; en ibid. 75 Ibid., 633; en ibid. 76 Ver entrevista a Alain Frankielkraut. Sacaré a Péguy del gueto, porStefanoM. Paci en SODiasen ellgtesiayen elMundo VI/58-59 (1992) pp. 66-69, 77 Oeuvres en Prose 1909-1914. Pléiade, Galimard, 572-573; en o . c , p. 152. 78 Ibid., 585-586; ibid. 79 Cf. op. cit. p. 58 80 Cuando Péguy habla de las motivaciones del movimiento Dreyfusista, por ejemplo, dice que en medio de todo el tumulto de pasiones había una virtud en los corazones: la virtud de la caridad Nuestra Juventud en Oeuvres en Prose 1909-1914, Pléiade, Gallimard, 581, en o . c , p. 153. 81 Oeuvrespoétiques, Pléiade. Gallimard, ' 1524, 1525; en o . c , p. 142. 82 Conversaciones, 174-septiembre 27 de W13;enibid. 83 Oeuvrespoetiques, Pléiade, Gallimard, 579; en o . c , p. 147 84 Conversaciones 142; en ibid. 85 Notre Jeunesse, Oeuvres en prose 1909-1914, Pléiade, Gallimard, 516-517; en o . c , p . 148 86 Ibid.; en o . c , p. 149 87 Ibid, 508; en ibid. 88 Oeuvrespoetiques, Pléiade, Gallimard, 716 &90euvres en prose 1909-1914, Pléiade, Galimard, 596; en o . c , p. 154 90 Ibid, 597-598; en Ibid. 91 Ibid., 604; en o . c , p. 153. 92 Ibid. 363; en o . c , p. 166 93 Ibid., 409; en o . c , p. 166 94 Ibid, 595; en o . c , p. 153 95 Oeuvres en prose 1909-1914, Pléaide, Gallimard, 1076; en o . c , p. 154 96 Clío, Oeuvres en prose 1909-1914, Pléiade, Gallimard, 227; en o . c , p. 161-162 97 Aquí se descubre la primacía que para Péguy tiene la gracia sobre la virtud; ibid., 1076; en o. c, p. 163. En la Balada del Corazón, Oeuvres poétiques, Pléiade, Gallimard, 1354, el poeta de Juana de Arco canta: A los cuatro Cardinales / Virtudformal /A las cuatro teologales / Gracia real; en o.c., p. 164 98 En una carta a Alain Fournier, de agosto 22 de 1913 habla a su amigo de la necesidad de este abandono. Cf. Feuülets mensuels, Amitié Charles Péguy, 174, 44; en o . c , p. 163. 99 Oeuvres en prose 1909-I914, Pléiade, Gallimard, 732-733; en o . c , p. 175. 100 Sin embargo, es muy recomendable la lectura del estudio Charles Pégnv. el insurrecto, por Jeán Basta i re. Ediciones Encuentro, Madrid 1979. Así mismo las obras de Péguy que Ediciones Encuentro ha puesto a disposición del público de nabal hispana como £1 misterio de la caridad de Juana de Arco. Madrid 1979, El nórtico al misterio de la segunda virtud. Madrid, 1771 v El Misterio de los Santos Inocentes. Madrid. 1793. f Vertebración 17 Antropología El Hombre Contemporáneo es un salto al vacío Por Susana Amalia Miranda de Casal Universidad Católica de Salta, Argentina 1. RELACIONES DEL HOMBRE Cuando pensamos en el hombre, pensamos consecuentemente en un ser con muchas posibilidades de perfección y de progreso. Posibilidades éstas de volver a empezar cada mañana, a pesar de los errores cometidos. Capacidades de sentir arrepentimiento y de tener la sensación de comenzar nuevamente de cero, y así, ser feliz y hacer felices a los demás. Esto es uno de los tantos "regalos" que la vida espiritual depara. Es una de las tantas maneras de descubrir a Dios en nuestra vida y en la de los demás. Cuando pensamos esto, nos descubrimos reflexionando en la maravillosa capacidad y posibilidad de perfección que tiene el hombre, en virtud de su educabilidad, como potencia natural de recibir educación. Si analizamos más detenidamente esta educabilidad, nos damos cuenta que el hombre tiene distintas facetas en cuanto a sus relaciones y en cuanto a su capacidad de perfeccionarse. Así encontramos: a) Una relación b) Una relación tes. c) Una relación d) Una relación consigo mismo. con sus semejancon su Causa. con su Patria. El primer aspecto: a) Lo cubre en su autoconocimiento o autoconciencia. A través de él, el hombre se conoce a sí mismo y se afianza en su propio ser. Se asegura de saber quién es y cómo es. Se objetiviza, es decir, descubre su propio yo, siendo objeto de sí mismo en un desdoblamiento propio de la naturaleza espiritual. Vertebración 18 Una especie de fiebre por el poder coloca al mundo en una posición de soberbia y de desesperanza. Antropología Gracias a poseer un espíritu, el hombre puede ser objeto de su propio pensar. Esto nos demuestra la posesión de una naturaleza espiritual exclusiva de su especie y propia de quien ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. b) Este autoconocimiento se ve completado por una segunda relación muy ligada a la primera. Ella es la relación social. La relación social se liga con la anterior en el sentido de permitir verse en el otro. Funciona cual espejo, donde el hombre se puede reconocer en los rasgos generales de la naturaleza humana. con el concepto de Padre, quien da la vida. El correcto desarrollo de esta dimensión evitará el olvido de sus orígenes, tan pernicioso en el proceso de formación humana. Estas cuatro dimensiones deberán ser igualmente desarrolladas para lograr un verdadero equilibro en la educación del hombre, especialmente en el caso de los jóvenes. Ellos necesitan pautas de conducción claras, fuertes y precisas. Por otra paite, esta relación se funda en una tendencia natural y espontánea, y así hasta ineludible para el hombre. Hasta ahora hemos descrito dos relaciones muy propias del hombre e imposible de no tenerlas en cuenta. El desarrollo de las mismas debe estar presente en todo intento de determinar un teoría sobre él y la educación. c) Si continuamos con nuestro análisis, observamos que el hombre tiene también una necesaria relación metafísica, que se expresa como el vínculo con su causa o raíz ontológica. Es la relación con su origen, con la trascendencia, con su Creador. Esta es la relación que fundamenta el proceso de re-ligación (volver a ligar) que explica la Religión. Este volver a ligar, se da porque evidentemente esta relación se rompió con el pecado original y se religó con la acción salvadora de Cristo. d) Sumada a esta relación con sentido vertical está, ahora hacia abajo, una dimensión también muy propia del hombre, que es la que lo liga a su terruño, a sus raíces, a su Patria. Ella es tan importante que es la que afianza y enraiza el ser del hombre a un lugar que le es propio y que lo reconoce como su Patria; el lugar donde nació, vive y desde allí glorifica a Dios. Tiene que ver 1-Dimensión to. 2-Dimensión 3-Dimensión 4-Dimensión del autoconocimien social. trascendente. del sentido de Patria 2.- ÚNICAS RELACIONES TENIDAS EN CUENTA HOY El hombre contemporáneo sólo tiene desarrollada la dimensión social y la del autoconocimiento. La dimensión social porque se le da muchísima importancia a la relación con los demás. Esta es muy importante, pero no puede ocupar un lugar primordial y consecuentemente unilateral en el desarrollo del hombre. La dimensión del auto conocimiento también ha cobrado importancia central hoy en día. Esto no significa que no deba ser desarrollada. Por el contrario, es indispensable en el camino de perfección del hombre. Pero, como en el caso anterior, no puede haber exclusivismos. Lo que se deja de lado son las otras dos relaciones que tienen un sentido vertical, y que se refieren a dos aspectos también centrales. La referencia está dirigida, por un lado, a la relación trascendente. Hoy el hombre está totalmente desligado de su causa. El problema metafísico no le preocupa y no ve la necesidad de planteárselo. Así, olvida que es ontológicamente necesario estar re-ligado y es absolutamente natural plantearse el tema de Dios en la vida humana. Si es algo tan natural... ¿Por qué se ha llegado a negarlo? ¿Cómo se ha llegado a ésto? La razón o las razones no las podemos buscar en lo inmediato, sino en la historia del saber humano y del desarrollo cultural e intelectual del hombre. La raíz de todo esto puede que se halle en el momento del quiebre cultural de la civilización occidental a partir del siglo XIV, o puede darse por una tentación humana, que tiende a llevar al hombre por el camino ancho y cómodo del error, que hoy lo hace estar a tono con los tiempos, olvidando la senda angosta del servicio, sacrificio y entrega. También es del orden natural y también muy olvidado, como la ligación con la trascendencia, la necesaria relación con sus raíces y sus orígenes. El hombre es un ser que no sólo requiere una continua relación con sus principios y orígenes en cuanto raíz y lugar de pertenencia, sino también necesita manifestarlo en las distintas formas de expresión cultural y artística. Cuando se halla lejos de su terruño, es muy natural que le cante a su tierra y a su Patria, con profundo sentimiento. Por todo esto, instar a la exaltación del ser nacional, al sentir de la Patria, es formar en el joven un futuro hombre de bien, seguro de sus principios y con un fuerte sentido de pertenencia que le permitirá ser más y mejor en el desarrollo de su vida. En estas condiciones, ningún alejamiento le hará desaparecer ese sentimiento profundo. Los pueblos que no sienten y aman a su patria son Vertebración 19 Antropología neo retome su sentido de la vida según su propia naturaleza. 3.- AUSENCIA DE LA RELACIÓN TRASCENDENTE Cuando se mira la realidad de hoy en el mundo, con algunos altibajos y algunas excepciones, vemos el gran olvido que hay por la vida trascendente. Esta reflexión puede parecer vana o la expresión de un mero convencionalismo, pero en realidad es un intento de analizar la realidad, desde la realidad del hombre, a fin de que cobre conciencia del gran error en el que está sumergido. Dicho esto, creo sumamente necesario encuadrar el tema en el análisis de las causas y luego intentar soluciones. Si buscamos la causas del olvido de Dios, de su circunscripción sólo a los lugares sacros y hasta de su negación en boca de los más audaces, la encontramos. Si, y no necesitamos ir muy lejos en la historia del pensamiento. Ellas aparecen en el momento en que el hombre se siente capaz de los mayores descubrimientos de la historia de la humanidad y del crecimiento científico con la más grande aceleración que en ningún otro momento se pudo dar. "Un sentido peligrosamente práctico de la vida" aquellos proclives a sentirse ciudadanos del mundo, y así negar su propia identidad como hijos de un determinado lugar. No son capaces de tener claro el sentido del honor y del servicio, no pueden servir con orgullo a nada. No se sentirán parte ni serán seres pertenecientes a ningún ámbito. Serán seres sin historia ni futuro. Sólo serán presente, es decir, una fugacidad inmedible que se esfuma en el tiempo. Esto, evidentemente, no puede ser el hombre. El está Vertebración 20 llamado a algo mucho más digno. Su entidad es mucho más que eso. El es el único ente que es concierne de su ser. Esto lo vuelve distinto y lo coloca mucho más allá de todo el resto de) mundo. Por todo esto, esta dimensión, como la anterior, son necesarias en la formación de la niñez y juventud de hoy, si queremos que el hombre contemporá- Allí, nace en el hombre una especie de fiebre por el poder, dado por la ciencia, que lo coloca en una posición de gran soberbia y hace que se sienta con un poder casi como el de Dios. Así, haciendo un análisis metafísico, lo colocaríamos no ya debajo de su Creador co" una relación de dependencia, sino junto a El, como desafiando la propia creación. Esta actitud, si bien no fue mostrada a lo largo de la historia por varios hombres, lo es de manera generalizada, total, sustentada por las ideas filosóficas de la época, a partir del siglo XIV, cuando la Edad Media aún no había terminado históricamente, pero sí filosóficamente, y nacía la "vía moderno- Antropología rum" ya atisbando el espíritu de la modernidad. De este central acontecimiento que fue el movimiento Nominalista, en realidad, hoy sólo nos separan cinco siglos, que en la totalidad de la historia del pensamiento humano no son mucho tiempo. Si bien esto es así, también lo es el hecho de que en estos últimos siglos, la velocidad de los acontecimientos ha sido tal que ha constituido otro ingrediente de caraelerización del hombre moderno y contemporáneo. Esta vertiginosa carrera en los descubrimientos y el avance de la ciencia, no tiene que significar la perdida de nuestra búsqueda de las cuestiones esenciales. Ello no deberá permitir que no podamos distinguirlas de las transitorias y cambiantes. Ello constituye una grave ausencia en el desarrollo de la actividad intelectual del hombre actual. Posiblemente, cansado por la falta de formación metafísica acompañada de un sentido peligrosamente práctico de la vida. A partir de esto, surge una suerte de soberbia que hace que el hombre no sienta como necesaria su relación con Dios. La ciencia le da tal seguridad que lo envuelve dentro de su aparente infalibilidad. Esta seguridad racional, productora de conocimientos científicos verificabies, le permiten tener tal dominio de la realidad que, no solo la conocerá, sino que ahora la podrá construir desde sí mismo. En este sentido, el actual constructivismo social, tan de moda, no es nada más que éste poder racional, llevado a su máximo extremo. A esto hay que sumarle el pronto crecimiento del saber científico de la mano de la tecnología. Hoy, el hombre, luego de pasar por varios estudios en el desarrollo de sus ideas, a lo largo de estos últimos siglos, se ha ubicado como el único ser todopoderoso que ha "matado a Dios" considerándose el "Super-hombre", Esto es, porque se ve capaz de resolver toda situación que se le presente, construyendo la realidad a su gusto y artificializán- Wm Cambia la eternidad ícliz por un rato de bienestar dola como mejor convenga a sus intereses, que ya no son, sólo sus necesidades. Antropología En este sentido, vemos cómo en este avance loco de la ciencia ha incursionado en un ámbito tan sagrado como lo es el de la vida. Ahora, él decide sobre la existencia o no de la misma vida humana, sin ningún freno ético. Al contrario, acompañado de un sin fin de justificaciones que él mismo construye, dando por el suelo con las más elementales normas de respeto por la vida y el amor a Dios. Creo que en este sentido, el hombre contemporáneo, no sólo ha llegado al punto más álgido de soberbia, sino también al punto más hondo de desesperanza. Todo esto lo coloca en una situación muy lejana de toda posibilidad de re-ligación con su Causa, perdiendo la tendencia natural hacia la trascendencia y viviendo un estado de total soledad ontológica. Esto lo lleva, aunque a veces lo ignore, a un estado de gran desorientación y de una profunda confusión. Por todo esto el hombre busca refugiarse en erróneos caminos de pseuda trascendencia, que la actual sociedad le ofrece fácilmente en cada despertar. Su gran sabiduría humana, realizada sobre falsas bases de barro, no ha podido brindarle una firme plataforma de apoyo para ver con claridad a su único Creador y Salvador, que a pesar de su desgarrador dolor por el desprecio, lo sigue esperando, demostrándole una vez más su infinito amor misericordioso. ¡Pobre hombre contemporáneo!. Ciego para descubrir a su Dios, sordo para oir su llamado de esperanza y amor eterno, mudo para cantar loas al Creador por su propia existencia, y paralítico sin poder andar en busca de su propio camino y esencial dirección hacia la trascendencia. No sabe que al hallarla encontrará el verdadero sentido de su existencia, podrá superar la mundaneidad y encontrará la razón de ser de todo acontecimiento. Vertebración 22 No sabe, que así, se podrá sentir instrumento del amor de Dios y no fin de sus propios placeres mezquinos y finitos. ¡No sabe lo que se pierde!. Cambia la eternidad feliz por un rato de bienestar con toda la artificialidad que esto significa. Pero, El sigue esperando, porque conoce su obra y desgarrado por el dolor, lo sigue amando. En lo inmediato y frente a nuestros ojos está, entre las nuevas vías que el hombre propone para llegar a Dios, la Nueva Era, como solución que recluta una enorme cantidad de personas. Es uno de los tantos errores actuales, fruto de una tremenda postura inmanentista y relativista de la vida humana, que muestra un dios subjetivo y hecho a la medida del hombre, para que éste se sienta liberado de la culpa de no buscarlo, y suplantarlo por una engañosa y cómoda "solución". 4.- AUSENCIA DE LA RELACIÓN CON SUS RAICES Si el hombre contemporáneo tiene sobre su cabeza un gran signo de pregunta, que representa el ámbito no resuelto de su trascendencia y de la causa ontológica de su ser, también está parado sobre otro signd de pregunta que reemplaza a una clara idea de su origen, de su lugar, de sus raíces, de su Patria, etc. ¿Cuál es esta otra dimensión que caracteriza al hombre? Analicemos un poco en profundidad la cuestión. Cuando el hombre sabe de su lugar de origen, conoce su historia, la vida de sus padres, las luchas por la defensa de! suelo propio. Cuando sabe del lugar donde se asentó, formó una familia, nacieron sus hijos y hasta sabe que morirá en él. Este hombre, tendrá una desenvoltura social firme y segura. Cuando conoce, defiende, ama y cuida su Patria, su vida está engalanada por una paz interior, que muy pocas cosas podrán sacudir y hacerla desaparecer. Su Patria, la tierra de sus padres, su orgullo y la razón de su ser, de su espíritu nacional. Esto no es fácil de destruir cuando está configurado con fuerza, convicción y seriedad. Esto acompaña toda la vida del hombre que será como joven, emprendedor y valiente, como adulto, bien formado y como anciano lleno de sabiduría y paz para transmitirla a las nuevas generaciones, que lo podrán consultar frente a los difíciles momentos que les toque vivir. Si por el contrario, desde muy niño, sólo ha recibido una formación extranjerizante en la que sólo vale lo que no pertenece a su idiosincrasia, nacionalidad y cultura; en la que sólo es digno de ser imitado lo que no es fruto de la propia realidad nacional. Entonces tendremos un hombre que se avergüenza de sus propios símbolos patrios, no le parece apropiado llevar la escaparela en su pecho, ni detenerse en señal de respeto ante el izamiento o arrio de la Bandera Nacional. Será el mismo que entonará la Canción Nacional, tímida y avergonzadamente o en actitud irreverente y de desprecio. Este hombre nunca podrá defender a su Patria con ideas claras y verdadero orgullo por lo que hace. Todo lo anteriormente dicho hoy es moneda corriente. La causa o razón está en la tendencia mundialista que cada día con más fuerza convence a más personas y extiende su influencia destructora y confusa sobre los espíritus. Entendemos que el hombre necesita su país, su Patria , sus fronteras, su realidad, que lo diferencia de los demás. Sin esto aparece una gran confusión y una indeterminacióm destructiva que no permite una correcta conducción y lleva inevitablemente a un gran desorden mundial. El mundialismo no resuelve los problemas que cada país pueda tener, por el contrario, los agudiza al querer resolverlo mediante esquemas totalmente ajenos a la realidad que vive el país Antropología referido. conduce redunda naciones tituyen. La no existencia de fronteras a una falta de identidad que en la falta de progreso de las y de los hombres que las cons- 5.- CRISIS EN EL HOMBRE EN SI, MAS QUE EN SUS HACERES Luego de precisar cuáles son las dimensiones educables del hombre. Luego de ver cuáles de ellas hoy no se desarrollan y sus causas, analizaremos la realidad actual. Entonces, aparentemente, no se comprende la razón de tal crisis. los servicios de urgencia que lo cuidan prontamente. Por otro lado, nunca como hoy, el hombre está contenido en una sociedad que le brinda las mayores seguridades en su vida diaria y el mayor "confort" en su cotidianeidad y en sus diversiones. Hoy como nunca, puede dejar de planificar su tiempo libre, ya que hay otros que a cambio de algún dinero, lo hacen. Hoy como nunca, tiene resueltos sus problemas de salud, no solo por los adelantos científicos sino también por Los medios de comunicación le dan cada vez mayor "confort". Ahora, ni el teléfono lo deja de acompañar en su auto, oficina, bar, restaurante o donde esté. Si es por su grado de información, puede estar al tanto de lo que acontece en el mundo al instante. Vemos que hay una gran crisis. Cuando la analizamos comprobamos que está en todos lados o mejor dicho en todas las manifestaciones del hombre: la familia, la cultura, la política, las profesiones, etc. En realidad, creo que un análisis de este tipo apunta fundamentalmente a los efectos, olvidando las causas. Pero un análisis causal nos llevaría a preguntarnos qué llevó a la aparición de estos efectos. Al hacerlo vemos que lo que está en crisis verdaderamente, no son estos haceres del hombre, sino el hombre mismo. Es decir, el que está en una profunda y verdadera crisis es el propio hombre, y consecuentemente todo lo que él emprenda estará teñido de este estado de inquietud, que lo caracteriza hoy. La crisis está instalada en el sujeto de la acción, no sólo en las acciones que realiza. Pero, la pregunta es ¿por qué el hombre de hoy sufre una crisis tan tremenda?. Porque, según se analiza, vive el momento histórico de mayor libertad, de mayor poder humano, de mayor éxito científico y tecnológico. Además, ha logrado claridad total en los procesos sociales de los que es sujeto y en su proceso de autoconocimiento. Para ello han concurrido en su ayuda dos grandes ciencias muy actuales, la Sociología y la Psicología. Hoy el hombre está más solo que nunca tyertebración 23 Antropología Si pensamos en la posibilidad de su perfeccionamiento personal, tiene al alcance de la mano libros, libros y más libros; cintas grabadas, videos de conferencias, charlas y disertaciones de diversa índole. En este ámbito de la cultura, hasta la Universidad ha salido de sí misma para ir a su encuentro, con las carreras a distancia, que le permiten obviar la concurrencia a clases. A todo esto, agreguemos que hasta su muerte está pensada y arreglada. Por una pequeña cuota mensual, puede asegurarse no sólo el lugar donde será sepultado, sino todos los detalles de la ceremonia que le permitirán a los deudos superar el momento con toda comodidad y el mayor disimulo del dolor. Es difícil de admitir, que frente a un entorno de estas características, donde se supone que el hombre recibe toda clase de asistencia, apoyo y ayuda para resolver sus problemas de vida, hallamos que sufre una verdadera crisis, grande y profunda. Quizás la mayor crisis de su historia. La respuesta estará en un análisis causal que nos mostrará un hombre formado parcialmente. Donde faltan dos dimensiones importantísimas. La que lo relaciona hacia arriba con su causa, con su Dios y la que lo fija a su tierra y a su Patria dándole orientación a su vida con sentido nacional. Verdaderamente, frente a esto, hallamos claro su estado de crisis y hasta lo vemos como una lógica consecuencia. Si miramos a nuestros alrededores, solo vemos artificialidad, superficialir dad, inseguridad existencia!, angustia frente a las situaciones límites y por fin una gran confusión a la hora de expresar los valores que promueve nuestro hombre contemporáneo y lo sostienen. La razón ya se señaló. El hombre contemporáneo es un salto al vacío. No sabe de donde viene, a dónde va y dónde está parado, desconociendo y hasta negando sus raíces. Actitud esta, que no puede ser más alejada.de una vida con- Vertebración 24 forme a su propia naturaleza de ser creado a imagen y semejanza de Dios, con todo lo que ello significa. Así cae en un relativismo enfermizo que le da una falsa seguridad. Prueba de ello es su estado de angustia. Este hombre se alejó de su estado natural, que consiste en estar en continua y espontánea relación con la trascendencia y con la realidad. También llenó su vida de un gran artificio técnico que lo llevó al error de creer, que debe construir la realidad porque depende de él, y no a ver que la debe descubrir, respetarla y conocerla. 6.- CAMINO DE ESPERANZA Esta loca carrera hizo depender el "ser" del "pensar", dándole primacía al propio yo pensante y a la razón. Olvidó el hecho irrefutable de la realidad que se le impone, mostrándole la primacía del ser. Primacía del objeto sobre el sujeto y, en fin, del mundo, creación de Dios, sobre el hombre, también creación de Dios. A la hora de reconocer la verdad lo deberá hacer pensándola como objetiva, cognoscible, no agotada por la ciencia humana, objeto de la ciencia y superadora de todo intento de ser limitada por la razón. Esta soberbia del hombre, desmedida, lo ha llevado a un vacío interior difícil de explicar, pero fácilmente de descubrir en sus manifestaciones de crisis. Es fácil advertir que un hombre que se ha olvidado de Dios, que no le halla un lugar en su vida, agitada y "civilizada" , y que lo ha reemplazado por mil ídolos humanos, se halle en una profunda confusión. El hombre contemporáneo ha hallado la expresión más cabal del inmanentismo anti natural que lo lleva a resolver todo en sí y por sí. Todo es subjetivo, la verdad y los valores, también la forma de resolver en soledad sus conflictos. Hoy el hombre está más solo que nunca, aunque esté desarrollada en él ia dimensión social con muchísima fuerza, al igual que su autoconocimiento. Si bien esto es así, no hay ausencia de esperanza. Siempre la hay. Se centra en la gran capacidad que tiene el hombre, dada por Dios, de arrepentirse y volver a hacerse planteos metafísicos que le permitan analizar su propia existencia, con más profundidad. Sólo un camino teológico le permitirá retomar la religación con su causa. Solo una visión instrumental de todos los medios que tiene a su alcance, para lograr su propio y verdadero fin, lo salvará. Sólo viendo como objetiva, una y cognoscible la verdad se le abrirán los ojos. Todo esto, más una actitud respetuosa hacia la realidad, la vida, la existencia, etc; hará que se reencuentre con su propia línea de ser. El retorno a la Metafísica, el ver en cada cosa,situación o acto, una realidad esencial , le permitirá retornar a lo que en realidad es y que sólo su confusión no le permite ver con claridad. Estudio Los Místenos de Péguy Por Fidencio Aguilar Víquez La obra literario poética de Péguy es abundantel y no es poca la literatura sobre su pensamiento. Por ahora, sin embargo, me limitaré a considerar tres obras del poeta francés: El misterio de la caridad de Juana de Arco, El pórtico del misterio de la segunda virtud y El misterio de los santos inocentes. Desde mi punto de vista, la unidad que guardan estas obras versa sobre el tema de la esperanza, como un don de Dios al hombre y como una respuesta libre de éste a dicho don, es decir, como una relación personal vivida en lo cotidiano. En el núcleo de esta premisa están, por un lado, el descubrimiento de Dios como padre y, por otro lado, la libertad humana; además el tema de la presencia del mal en la historia humana y el descubrimiento de la esperanza como aquello que da sentido a la libertad humana. La vida de Péguy está como vertida en sus obras, la experiencia que vive es lo que escribe, y ío que escribe es lo que experimenta. Comienza su niñez con dos realidades que lo acompañarán toda su vida: la pobreza y el trabajo. Huérfano de padre desde muy pequeño, conoce y vive el trabajo de su madre y su abuela que, aún en la pobreza, dan testimonio de la dignidad de lo que es trabajo: < <Para ellas hacer sillas es como construir catedrales > > 2 ; el trabajo, por tanto, representa un honor para el hombre, un gozo y un vínculo que hermana a los seres humanos, es decir, la fraternidad humana ha de descansar en el trabajo. Bajo esta premisa Péguy formulará su < < Ciudad Armoniosa > > , un lugar, un mundo donde no hay revueltas, sino orden y salud, trabajo y hermandad; incluso concibe des- de aquí lo que podría ser la < < verdadera santidad > > , basada en el trabajo cotidiano que, aunque pobre, es digno y honorable. Esta idea del trabajo como un compromiso dentro de lo cotidiano madurará más tarde, con su conversión al cristianismo, cuando sea precisamente la esperanza el modo en que se encuentran Dios y el hombre, lo eterno y lo temporal. también material. Su ciudad Armoniosa se verá realizada cuando se haya alcanzado esta renovación moral y el trabajo esté repartido a todos, con lo cual se establecerá la < < comunión de los hombres > > , que es una tenue imagen de la < < comunión de los santos > > , idea que más tarde, ya convertido, reconquistará. Cuando Péguy llega a París sufre sus primeras decepciones respecto de su <<Ciudad Armoniosa>>; su condición de becario en el Liceo lo enfrenta al ambiente burgués cuyas desigualdades que promueve nada tienen que ver con la inteligencia o el genio, sino que se deben al < <muro social del dinero > > ; esta experiencia le hará ver cómo precisamente el mundo moderno, amante del dinero y la autoseguridad, es la antítesis de una sociedad armónica donde lo materialeconómico y lo espiritual están equilibrados. Su < < Ciudad > > comienza a fragmentarse y, quebrada, abandona la práctica religiosa que le enseñaron su madre y su abuela. Empieza a brotar en él una nueva fe: el socialismo. El modelo socialista que Péguy sigue, precisamente como paladín de la < < Ciudad Armoniosa > > , es a la santa Juana de Arco como una encarnación del espíritu socialista, que se rebela ante la maldad del mundo y que busca la salvación de todos. Según Péguy la imagen de Juana de Arco, a propósito de lo cual escribe su primera versión en 1897, supera a la de Jesucristo, pues la salvación de éste no alcanzó a todos ni impidió la condenación de muchos; más aún: no logró cerrar las puertas del infierno.4 Por eso Jeannette (Juana de Arco y el propio Péguy, o mejor, sus rebeldías) exclama: < <Hay en la creación tanto sufrimiento creado perdido > > , y también: < < ¿Cómo puede ser que haya tanto sufrimiento perdido? > > 5 ; se refiere al sacrificio de Cristo en la Cruz, que no pudo salvar a los condenados. Su fe socialista se verá fortalecida cuando Péguy conoce los suburbios de París y, al ver a los miserables de La Glaciere, comienza su < < revelación interior > > . El socialismo que profesa, a diferencia del socialismo marxista o materialista, tiene una fijación: el espíritu, o mejor, una renovación moral que salve al ser humano de sus desgarramientos, divisiones, odios y rencores. Su socialismo es revolucionario, pero la < < revolución será moral o no será> > 3 ; el fin, por tanto, es moral, aunque con la realización La imagen de Juana de Arco siempre acompañará a Péguy y le inspirará toda su actividad socialista. Por ello, y por no compartir los postulados del socialismo marxista, Péguy se verá relegado de los círculos socialistas. Pero la sed humana, si es sincera, vuelve al hombre a sus raíces; hacia 1907 Péguy se encamina hacia su conversión, sus nuevos amigos Jacques y Raisa Maritain, León Bloy y Vertebración 25 Estudio Bernard Lotte, van siendo testigos de su conversión, aunque no dejan de mirarle con exírañeza porque "no va a misa". Si a ésto se añade su situación en su casa, su esposa sigue siendo socialista y se opone a un matrimonio religioso y al bautismo de sus hijos, se comprenderá por qué Péguy se siente como un extranjero en su propia casa, y en la Iglesia. Péguy no va a misa, se sentiría mal, es demasiado fuerte para él decir decir "Hágase tu voluntad", por eso le reza mejor a la Virgen y acude al templo cuando no hay misa: < <Las oraciones a María son oraciones de reserva. No hay en toda la liturgia una sola oración a María que no pueda ser dicha verdaderamente por el más lamentable de los pecadores. En el mecanismo de la salvación el AVE MARÍA es el último recurso. Con ella no está uno nunca perdido > > ; eso le consuela también sobre el problema de sus hijos: < <Mis pequeños no están bautizados. Pero la Virgen María se ocupará de ellos > > . 6 Conversión, desgarramiento, incompresión, esperanza, ternura, son los sentimientos del nuevo Péguy, o mejor dicho, del mismo Péguy (con sus inquietudes y batallas) pero renovado, fortalecido en lo hondo. Y con tal estado de ánimo escribe su segunda Juana, El misterio de la caridad de Juana de Arco, que no cambia sustancialmente, que sigue siendo de algún modo la misma, pero que ahora ha encontrado sentido. Quienes se han convertido, quienes se convierten cada día, no pueden si no expresar "Lo hemos encontrado"7. Péguy ha encontrado a Jesús, ha encontrado al Padre, y lo ha encontrado en lo cotidiano, en el trabajo diario, en el templo y en el taller, en la oración y en la acción; por ello, se puede decir sin equivocación, que nunca dejó de ser lo que era: su socialismo, su amor a la patria, su deseo de salvación universal, su deseo de comunión humana, lo llevaron a la verdadera salvación universal, y a la verdadera comunión humana: la comunión de los santos. EVA-HUMANIDAD La ciudad de París lo decepcionó respecto de su < < Ciudad Armoniosa > > Vertebración 26 Eva es, primeramente, la humanidad antes del pecado, en la aurora, en el amanecer, cuando no había que trabajar y preocuparse por el mañana, cuando el trabajo era gozo y comunión. También es la Eva de después del pecado, la que se lamenta y recuerda y llora el paraíso perdido. Eva es la madre de todos los hombres, la abuela de Jesús según la carne. Y es cada madre que sufre, llora y se sacrifica por sus hijos . Es, así mismo, el alma, cada alma, el alma desposada con el "señor" cuerpo9. En suma, Eva es la humanidad, la que cada quien se carga, su humanidad, y es la parte mística, el espíritu, el alma, que se "acuerda" de la heredad perdida y quiere encontrarla. Estudio Eva es también la humanidad de Jesús "que sonreía ante Nuestra Señora; en este instante en que el tiempo se detiene, en que la creación vuelve a empezar, con un nuevo < < primer sol dorando la primera mañana > > , nos muestra también a María, la nueva Eva, que asiste al nacimiento del mundo nuevo, de este < < nuevo zarpar > > , el de la Encarnación, en que el mundo < < torna a su fuente > > , como la primera Eva vio la < < primera mañana > > de la creación primera, de igual modo que vio, con ansiedad, el < <primer desanclar > > , la primera salida de la < < carabela > > del mundo hacia su < < peligroso viaje> > * " . Tal es la devoción de Péguy por la Virgen y tal es su sentir cristiano, el mismo sentir de los Padres de la Iglesia que constantemente invitaban: "Hombre, reconoce tu dignidad"12, tu origen, tu vocación, tu destino. 10 Eva, a partir de esta nueva Creación, es también la otra < < M a r í a > > , la Iglesia de Jesús 13 , tanto antes como después del bautismo: " < < Permaneciendo carnal, terrena, agusanada, condenada a galeras, miserable>>, se ilumina por dentro, después de la venida de Jesús, < < fruto de un vientre maternal > > . Eva pasa a ser entonces figura de la Iglesia que llora por sus hijos desterrados, que se acuerda del paraíso perdido, que permanece fiel, que repara constantemente la tela desgarrada, y espera, un día, < < refluir hasta sus días jóvenes > > . Así como Eva nació del costado de Adán dormido, en la < < primera creación > > , así la lanzada en el costado de Jesús trazó < <en el cristal de una inmensa rotonda > > la estrella en que se cruzan los caminos que llevarán a todos los confines del mundo la sangre < < carnal y sobre natural > > del Redentor. La nueva Eva, la iglesia, bautizada en Cristo, amará a la humanidad. Y la salvará. En el pueblo de Dios veremos perfilarse a Jesús-Hombre, a María, a San Pedro, a los santos de nuestro nombre y a nuestras santas, Santa Genoveva, < <para nosotros los de París > > , y Santa Juana de Arco, para < < nosotros los franceses > > . La nueva Creación une lo antiguo con lo nuevo, es la imagen de Dios < <joven a la vez que eterno > > . Cristo es la encarnación de esa imagen, mejor dicho, no la imagen, sino de Dios mismo; en El se une el antiguo con el nuevo Testamento: < < El testamento carnal es una historia, una imagen del testamento espiritual. /El antiguo testamento temporal es una imagen del nuevo testamento eterno./(...) Todo el antiguo testamento es una figura, una imagen de conjunto y de detalle/ Muy fiel, muy exacta,/ (Pero fielmente inversa, exactamente inversa),/Del nuevo testamento en su conjunto y en su detalle./ En el comienzo, que es el comienzo del mundo./ Y en el nuevo testamento el juicio está al final./ (...) Y en el antiguo testamento el Paraíso está al principio./ Pero en el nuevo testamento el paraíso está al final./ Y yo os digo que es un paraíso/ celeste./ Y todo el antiguo testamento va hacia Juan Bautista y/ hacia Jesús./ Pero todo el nuevo testamento proviene de Jesús./ Es como una hermosa bóveda que asciende por los dos/ lados hacia la clave de la bóveda./ Y Jesús es la clave de bóveda./(...) Y en conjunto toda la bóveda sostiene y lleva y alza y mantiene la clave/ Como un enorme hombro redondo que sin cuello sostuviera una sola cabeza; pero la clave sola, /Sola y también en conjunto es la que sostiene sola la bóveda/ y el todo./ Y la última piedra antes de la clave es Pedro el fundador > > 1 6 . He aquí el sentido del mundo que debía zarpar para un viaje, pues el mundo tiene un sentido, una dirección, una meta 17 .Todo, pues, es movimiento y estabilidad, sucesión e inmovilidad, así es la vida del hombre, un estarse "haciendo", un haciéndose que muestra al hombre que es y que se hace, que se conquista, en la libertad y por ella. Esta es la influencia de Bergson en Péguy, la fascinación de éste por la filosofía del movimiento, la filosofía de la vida; ya que la vida es libertad y la libertad es un constante, cotidiano, quehacer y crear; la libertad es creadora, está hecha para la respuesta, es libertad creadora. Los santos y los héroes son los que dan muestra de esa libertad, para ellos cada instante, cada momento, cada día, de día en día, es rico por la libertad, la cual une lo pasado con lo futuro, lo que fue con lo que será. En suma, desde la libertad creadora, la memoria y el recuerdo se vuelven creativos I8 , no se anquilosan, no se pierden en el pasado muerto y enterrado, tétrico y horrendo, angustioso y asfixiante, sino que abren la puerta de la esperanza. La libertad creadora todo lo rejuvenece, lo reinaugura: "Las < < mañanas > > de toda existencia son hermosas, porque son ricas de todos los posibles mediodías, de todas las posibles cosechas. Todo lo que comienza es hermoso.(...) El que espera sabe por ciencia innata que el hombre está aquí abajo para crear un mundo nuevo, que no envejecerá ni morirá." 19 PRESENCIA DEL MAL Aunque Péguy es el poeta de la esperanza, no desconoce la realidad de la condición humana, los momentos y situaciones en que el hombre desespera, lo sabe por experiencia propia, momentos en que la pobreza, la miseria, el mal y el dolor ahogan cualquier aspiración; sabe que la esperanza, a la manera de un capullo de flor, puede morir en cualquier momento, en cualquier mañana, en cualquier día. La esperanza es como una florecita que puede ser arrancada por el viento del pecado 20 , o mejor dicho, que de hecho es arrancada por el viento del pecado, por la presencia del mal, del dolor. Todos esos ventarrones, todas esas arrancadas de la florecita Esperanza, conllevan la injusticia, la insolidaridad y el desamor. Es el mundo moderno que con el muro social del dinero ha creado injusticia, insolidaridad y desamor. Ante esta situación, de injusticia y desamor, Jeannette (el Péguy socialista) se rebela. Es la misma rebelión del hombre moderno que se rebela ante la injusticia, el mal y el dolor, y que encuentra como único responsable a Dios: Pues si al hombre no le queda más que vivir y beber en este valle de lágrimas, si no le queda más que aguantarse y tragarse su angustia, el único culpable no puede ser sino aquél que le dio tal condición, es decir, Dios que le ha dado esta naturaleza. Sobreviene Vertebración 27 Estudio la rebelión metafísica en la cual se juzga al Dios injusto y se le condena, se ía mata: a nombre del hombre, de la razón y de la libertad se decreta la nuierte de Dios 2 1 . O como dijera Iván Karamázov: "sin Dios todo está permitido". 2 2 Pero ésa no es la vía de Péguy, él es consciente de que la vía del racionalismo, del positivismo y deí marxismo han enquistado y fortalecido más la desigualdad y el fratricidio: "El sentimiento de igualdad no ha inspirado más que revoluciones particulares discutibles; produjo esa revolución inglesa, que legó al mundo moderno una Inglaterra tan nacionalista e imperialista; produjo esa revolución americana, que instauró una república tan imperialista y capitalista; pero no ha instuido la humanidad; no ha preparado la ciudad" 23 . Péguy no quiso mencionar a la Revolución Francesa, pero ésta tampoco cumplió sus promesas; como tampoco lo hicieron las revoluciones de este siglo: ni la Rusa, la China o la Mexicana. La rebelión inicial, por la libertad, la igualdad y la fraternidad, legítima en muchos aspectos, por su misma lógica interna, es decir, quitando a Dios de en medio, terminó en un mar de sangre y de lágrimas, Ciertamente Péguy se conmueve ante el dolor, ante las lágrimas de los niños: "Cómo puede un alma no quedar ahogada por la tristeza. Hace un rato he visto pasar a dos niños, dos muchachos, dos pequeños que bajaban completamente solos por aquel sendero. Detrás de los abedules, detrás del seto. El mayor tiraba del más pequeño. Lloraban y gritaban: tengo hambre, tengo hambre, tengo hambre... Yo los escuchaba desde aquí. Los llamé. No quería abandonar a mis corderos. Ellos no me habían visto. Acudieron aullando como perritos. El mayor tenía unos siete años." 2 4 Pero, al contrario de los revolucionarios deicidas, él grita y apela a la justicia divina: "Al menos si se viese, siquiera, elevarse al sol de vuestra justicia. Pero se diría Dios mío, se diría que vuestro reinado desaparece. Jamás se ha blasfemado tanto vuestro nombre. Nunca se ha menospreciado tanto vuestra voluntad. Jamás se ha desobedecido tanto. Nunca nos ha faltado tanto nuestro pan; y si Vertebración 28 "Un nuevo primer sol dorando la primera mañana..." (La batalla de Alejandro por Altdorfer). solamente nos faltase a nosotros, Dios mío, si no nos faltase más que a nosotros; y si únicamente careciéramos del pan del cuerpo, el pan de maíz, el pan de centeno y de trigo; pero necesitamos otro pan distinto: el pan para alimento de nuestras almas; nosotros estamos hambrientos con otra hambre distinta: la única hambre que deja en el vientre un vacío imperecedero. Carecemos de otro pan. En vez del reinado de vuestra caridad, el único reinado que impera sobre la faz de la tierra, de vuestra tierra, de la tierra de vuestra creación, en lugar del reinado del reino de vuestra caridad, el único reinado que impera es el reinado del reino indestructible del pecado." 2 5 Ese es el drama de Péguy-Jeannette, de Juana de Arco: buscar remedio al mal general de la humanidad. Su pequeña amiga Hauviette (que es la infancia de Péguy) le invita al trabajo cotidiano y a la limosna de los hambrientos. Pero Juana sigue inquieta: incluso la decisión de Madame Gervaise de irse al convento para rezar por el mundo no le satisface . El mal es tanto, el hambre es tanta que "Quien carece en exceso del pan cotidiano no tiene ya gusto por el pan eterno, el pan de Jesucristo". 2 ' Tan necesario es el pan temporal, la casa, el vestido y el sustento, que puede considerarse como el punto de arranque, de partida, para luego buscar el pan eterno. Pero también es cierto que el pan temporal, en sí mismo, de suyo, no conlleva al pan eterno. Uno recuerda aquí al gran Inquisidor de Dostoievski, como el "salvador" del hambre de los hombres 28 , pero no es más que un engaño... es la primera tentación de Jesús en el desierto. Si sólo vemos en Péguy, en su Juana, más que una preocupación de carácter material, entonces no le hemos comprendido: su preocupación es sobre todo espiritual, es decir, no le aterra tanto la condenación material, el infierno temporal, sino el infierno espiritual, o mejor dicho, ambos, porque la perdición eterna tiene su antesala en la perdición temporal. Brota en este planeamiento un postulado muy claro para Péguymo podemos separar las dos dimensiones de la naturaleza humana: su condición terrena y su vocación a la salvación definitiva. Por tanto, hay que alcanzar y realizar a la vez lo temporal y lo eterno, lo terreno y lo espiritual; ésto es lo que define su mística política y su política mística. Su Juana, sin embargo, se siente impotente, incapaz, por tal motivo su única actitud es la de hacerle la guerra a la guerra del mal, a la guerra provocada por el mal; en cierto momento parece desesperar, parece darse cuenta que todo está perdido y que no bastan los santos, los buenos, incluso que no bastan dieciseis siglos de cristiandad. Juana, Jeannete, vuelve su mirada hacia el momento de la encarnación de Jesucristo, hacia los momentos de su vida terrena, hacia Belén y Nazaret, hacia Jerusalén y Galilea, Hacia todos aquellos que le vieron y le tocaron 29 :"E1 estaba al alcance de la voz, al alcance de la mano, al alcance de los ojos, de la mirada de los ojos, y eso no volverá a ocurrir." ¡Felices todos los que convivieron con él!, éso no se volverá a repetir y ni siquiera se podrá comparar con los lugares y las personas de "después": "Mientras vosotras, parroquias cristianas, os divertíais engendrando santas y santos, una parroquia se había levantado a primera hora. Se había levantado antes que nadie: Y había producido al santo que nunca volverá a engendrarse".30 Ningún gran templo, ninguna de las obras magníficas de la cristiandad, se podrá comparar con aquella pequeña aldea, insignificante pueblo, pobre pesebre que Lo recibió. Este es el dolor de Jeannette, un vacío que no consigue llenar y que le agujera el corazón. Sin embargo," Él está aquí. /Está como el primer día./ Está entre nosotros como el día de su muerte./ Eternamente está entre nosotros igual que el primer día./ Vertebración 29 Estudio Eternamente todos los días./ Está aquí entre nosotros durante todos los días de su eternidad." Esta es la respuesta de Madame Gervaise (que es la esperanza de Péguy). Es el descubrimiento de Jesús, de Dios mismo, de Dios hecho hombre, del modelo de hombre, en la vida cotidiana; es también la presencia de Jesús, de su cuerpo y de su sangre, todos los días de nuestra vida; es la presencia de Jesús en el rostro personal de los demás, de quienes amamos y de quienes no amamos, del que está enfrente y del que está detrás. Pero sobre todo, es la presencia de Su sacrificio: "Es la misma historia, exactamente la misma, eternamente la misma, la que tuvo lugar en aquel tiempo y en aquel país y la que sucede todos los días en todos los lugares por toda la eternidad." 31 Madame Gervaise está convencida de la presencia de Dios en la vida del ser humano: "Dios nos conduce, niña mía, Dios nos lleva de la mano. Estamos en manos de Dios. Nada hacemos sin que Dios lo consienta y quiera." 32 El sufrimiento, el dolor, el mal, son la escuela cotidiana en donde aprendemos a encontrar a Dios, en donde se aprende la santidad. No debiéramos perturbarnos, desesperarnos; si el mal, los odios y rencores, las legiones de soldados que representan al mal destruyen nuestras casas y nuestros pueblos, no debiéramos perturbarnos porque tenemos una mansión que los soldados jamás alcanzarán, "Jesús nos ganó moradas eternas". 3 3 Pero a Jeannette no sólo le preocupa la destrucción y la desolación temporal; no sólo le importa la perdición temporal, sino que su alma se ahoga al pensar en la destrucción y la perdición eternas; precisamente por ello le molesta la perdición temporal, porque es la antesala de la perdición eterna:"¿Sabéis, madame Gervaise, que nosotros, que vemos cómo todo esto pasa ante nuestros ojos sin hacer nada más que caridades vacías...(...) y sin querer matar a la guerra...(...) sin hacer actualmente más que caridades vacías, puesto que no queremos destruir la guerra, somos cómplices de todo esto? Nosotras que dejamos hacer a los soldados, Vertebración 30 Ningún gran templo podrá compararse con aquel pobre pesebre. (La Adoración de los Magos, por Durero). ¿sabéis que también nosotras somos las torturadoras de los cuerpos y las que condenan las almas? También nosotras, nosotras mismas, profanamos el cuerpo imperecedero de Jesús./ Cómplice, cómplice, es como autor. Si somos cómplices de esto, somos autores. Cómplice, decir cómplice es tanto como decir autor. El que deja hacer es como quieh manda hacer. Es todo uno. Ambas cosas van juntas. Quien deja hacer y quien manda a hacer también es como el que hace, es tanto como el que hace. Es peor que quien hace. Porque quien hace, posee al menos el valor de hacer. Quien comete un crimen tiene al menos el valor de cometerlo. Y cuando uno lo deja hacer, se da el mismo crimen; es el mismo crimen; pero hay más cobardía. Se da la suprema cobardía./ Por todas partes existe una cobardía infinita./ Cómplice, cómplice, es peor que autor, infinitamente peor". 3 4 Y vino Jesús, y vino la Redención, y todos los días viene la Redención, y día a día se repite el sacrificio redentor, y... nada; las almas siguen condenándose. Este es el pensamiento que tortura el alma de Jeannette, "siente la perdición de las almas que ama como un vacío eterno de su alma" ; incluso estaría dispuesta a sufrir ella misma las llamas eternas si con ello todos los hombres se salvaran: "Y si es necesario, para salvar de la Ausencia eterna/ Las almas de los condenados que enloquecen de Ausencia,/ Abandonar mi alma a la ausencia eterna,/ Que mi alma vaya a esa ausencia que nunca acabará. " " 36 Madame Gervaise le consuela y le dice que el Salvador no se hizo condenar por aquellas almas condenadas, sino que ofreció su dolor de hombre por la salvación de todas las almas. Ese dolor es un sufrimiento fructífero, distinto del dolor de los condenados, pues hay un sufrimiento salvador y un sufrimiento perdido: "No hay, no puede haber sino dos clases, no puede existir más que dos tipos de sufrimiento: el sufrimiento que no se pierde, y el sufrimiento que se pierde. Nosotros pertenecemos, junto con Jesucristo, al sufrimiento que no se pierde; nuestro sufrimiento es de la misma clase, del mismo tipo que el sufrimiento de Jesús; nuestro sufrimiento no está nunca perdido, cuando así lo deseamos. Desde el Estudio mismo Jesús al último de los pecadores./ Y existe también un sufrimiento que está perdido; que está totalmente perdido; que siempre está perdido; incluso aunque no queramos lo que queramos; quieran lo que quieran; eternamente. Hagan lo que hagan. Hagan lo que hagan eternamente./ Eso es el infierno. De otra forma no habría infierno, serían entonces lo mismo que nosotros; habría la misma situación en todas partes." 37 Y añade:"Hija mía, mi pequeña, el buen Dios señaló un marco: hay que trabajar, hay que rezar, hay que sufrir dentro de los límites que el buen Dios nos marcó: El acoge con gusto nuestros sufrimientos de aquí abajo para salvar a las almas en peligro. Pero no fue su voluntad que el sufrimiento del infierno sirviese para salvar a las almas; nunca aceptaría nuestros sufrimientos allí para salvar a las almas en peligro. No hay una iglesia muerta." 38 En seguida, Madame Gervaise, le dice a Jeannette que fue precisamente Cristo el primero en lamentarse las puertas del infierno; el primero en lanzar un grito desesperado por las almas de los condenados, un grito "como si el mismo Dios hubiese pecado como nosotros;/ Como si el mismo Dios se hubiera desesperado"/ Oh clamor cumbre, eterno y válido" , ahí, en la cruz en el pináculo de la Redención: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado P40; y recordó su vida, el pesebre, la adoración de los magos, su vida en la carpintería de su padre terreno, sus treinta años de trabajo, sus tres años de predicación, sus discípulos, las personas que perdonó; incluso recordó las negaciones de Pedro y las ingratitudes de sus discípulos; pero nada se compara con ese profundo dolor, con esa gran pena: "Pues el Hijo de Dios sabía que el sufrimiento/Del hijo del hombre no sirve para salvar a los condenados./ Y enloqueciendo más que éstos de desesperanza,/ Jesús al morir lloró por los abandonados./ (...) Jesús lloró al morir por la muerte de Judas," 41 Sabía el Salvador que a su discípulo, o su exdiscípulo, a quien amaba, no lo lograba salvar: "¿Por qué querer, pues, hermana mía, salvar a los muertos condenados del infierno eterno, y querer salvar mejor que Jesús el Salvador?"42 Jeannette sufre, y sufre ante el misterio, ante el misterio de la libertad, por la cual Jesús no cedió a la primera tentación. Jeannette llora y no le queda más que pedir perdón a Dios y pedir por la salvación de todos < < si es posible > > , pues no puede haber salvación sin comunión: "hemos de salvarnos juntos. Tenemos que llegar al buen Dios juntos. ¿Qué diría si nos acercamos a él, si llegamos a casa sin los demás?" 4 3 Esta es la idea central de comunión y fraternidad que hay en el pensamiento de Péguy, particularmente sobre su idea de cristiandad donde el santo y el pecador tienen sus manos unidas y ambos, inseparablemente, forman la comunidad. "Tal solidaridad extrema y, por tanto, complementaria entre los pocos santos y los muchos pecadores se da sólo en la iglesia. < < El que no entra en su sistema, el que no da la mano, no es cristiano , y, no tiene ninguna competencia en las cuestiones de la cristiandad. Es un extranjero. Pero el pecador tiende la mano al santo, da la mano al santo, pero porque el santo da la mano al pecador. Y conjuntados, uno por el otro, uno tirando del otro, llegan a lo alto, hasta Jesús > > " 44 Es al mismo tiempo su esperanza, su objeto de esperanza. LA PEQUEÑA NIÑA ESPERANZA Nuestro problema es la vida, la vida es un problema y está llena de problemas; los problemas diarios, del día, no podrían sobrellevarse si no fuera por la esperanza. En El misterio de los santos inocentes y El pórtico del misterio de la segunda virtud, Péguy hace hablar a Dios Padre, ¡con qué ricura!, ¡con qué ternura! 4 Í : Yo soy -dice Dios- El Señor de las tres virtudes. Mi hija la fe dura por los siglos de los siglos, a lo largo del tiempo, a lo largo de veinte siglos: he visto la fe de mi Iglesia, de mis fieles, de mis santos, no me sorprende. La caridad, el amor, dura por los siglos de los siglos, más allá de los siglos de los siglos, hasta la eternidad. Mi hija la caridad durará por siempre, para siempre; ella tampoco me sorprende. Pero la esperanza, esa hija mía, esa virtud mía, esa sí que me sorprende, porque ella vive de día en día, de cada día a cada día, de un día a otro día. Es como una niña (una pequeña niña) que por las noches se acuesta después de rezar sus oraciones, y al otro día se levanta con una cara nueva, con un nuevo rostro. Es una virtud que vive en el tiempo, que se desarrolla en el tiempo, que trabaja en el tiempo, pero que tiene sus ojos puestos en la eternidad, hacia la eternidad. Me explico: Un hombre tenía una familia, su mujer y sus tres hijos, dos niños y una niña. Un día ese hombre se levantó por la mañana para ir a trabajar, hacía muchísimo frío, la cama cálida le pedía, casi le exigía, quedarse un rato más. Pero pensó en sus hijos y se fue a trabajar. Tomó sus herramientas, su hacha y su lima, y salió al bosque. Allí empezó a dar los primeros hachazos, el frío le congelaba hasta los huesos, después de un rato el cansancio empezó a mermar sus fuerzas, y pensó en sus hijos. Se los imaginaba jugando en su casa, quizá peleando, se sonrió para sí mismo. Y luego se puso a pensar en cuando sus hijos ya fueran grandes, cuando ya habiendo crecido ocupasen su lugar. Incluso pensó en cuando él ya no existiese y su lugar lo ocupasen sus hijos, es decir, pensó que sus hijos iban ya a trabajar por él, con sus herramientas, se imaginó queriéndolo también, que sus hijos ya ocupaban su puesto, en su casa, en su trabajo, en la parroquia, en la cristiandad. Se imaginó y pensó en cuando su nombre fuese mencionado: ya no se referirán a él, sino a sus hijos : y se sonrió, no tuvo envidia, al contrario, se sonrió, se sonrojó, incluso dejó caer una lágrima. Y mientras todo esto pasaba en su corazón se olvidó del cansancio y del frío, mientras todo esto pasaba, su trabajo se hizo ágil, fácil. ¡Cuánto trabaja un padre por sus hijos! pues bien, éso es la esperanza: Es como una niña, o como unos niños, o como unos hijos, por quien (o por quienes) se trabaja, se ama. Es como una niña por quien se tiene fe y amor, es decir, por quien se •Vertebración 31 Estudio pensando, consumiéndose, no me gustan. Ni siquiera con el pretexto de un examen de conciencia: ¿acaso son tan valiosos sus pecados como para estar clasificándolos, computándolos, ordenándolos? Es bueno hacer un examen de conciencia (muy saludable), pero una vez que uno se ha limpiado los pies, puede pasar dentro del templo y poner atención en el altar y en lo que está detrás del altar. Por eso, cuando un hombre ha rezado su Padre Nuestro que descanse: no lo voy a sorprender, no lo voy a pillar, ¿cómo voy a coger a un hijo del cuello y lo voy a arrastrar a la sala de mi tribunal si me ha desarmado con esas palabras de Padre Nuestro? ¡Por Dios! yo soy honrado, soy un hombre bueno, un buen cristiano, no me gusta jugar a los asaltos con mis hijos. ¡Cuánto trabaja un padre por sus hijos! (Los picapedreros, por Coubert) tiene fe y caridad. La fe y la caridad solamente crecen cuando hay una niña que se llama esperanza. Sin esperanza no puede haber fe ni amor. La esperanza se entiende cuando un padre trabaja y se desvela y soporta los dolores por sus hijos, cuando un padre piensa en sus hijos. 4 6 Así es Dios con los hombres, como el padre que trabaja por sus hijos: "Yo soy su padre, dice Dios. Padre nuestro, que estás en los cielos.I Mi hijo le ha dicho suficientes veces que yo soy su padre./ Yo soy su juez. Mi hijo se lo ha dicho, soy también su padre./ Soy ante todo su padre. " 47 Mi hijo sabía muy bien lo que hacía . Cuando alguien ha pronunciado un Padre Nuestro, yo no puedo verlo más que como hijo, cuando alguien ha rezado un Padre Nuestro me deja desarmado, deja a un lado mi cólera y mi justicia. Así es como me asaltan , desarmándome, haciendo a un lado la cólera de Vertebración 32 mi justicia y la justicia de mi cólera. Los Padre Nuestro son como una gran flota que asalta al Gran Rey; detrás de los Padre Nuestro van las Ave María, y luego las oraciones litúrgicas, también las oraciones que nunca se pronuncian pero que brotan del corazón de los hombres. Todos ellos forman la gran flota de asalto, de ataque. Sí, así es como me asaltan, y yo no puedo hacer nada: estoy desarmado. Tenía razón mi Hijo cuando decía que el reino de los cielos sufre violencia y los violentos arrebatan. Así es como me asalCuando un hombre ha rezado un Padre Nuestro puede dormir tranquilo, en paz, con confianza, estoy desarmado. Cuando alguien ha rezado en la noche su Padre Nuestro, antes de irse a descansar, que se abandone a la noche, que ya no piense más, que ya no lucubre, que ya no maquine, que ya no se revuelque en la cama pensando qué hacer para el mañana. Esos que se pasan la noche maquinando, En cada Padre Nuestro, por cada Padre Nuestro, yo no tengo -dice Dios- otros ojos que no sean los ojos de un padre, y ya se sabe cómo juzga un padre (Había una vez un padre que tenía dos hijos...). El Padre Nuestro encabeza el asalto, es como un gran navio que se encamina al asalto del gran Rey. El Padre Nuestro encabeza la flota, la fuerte flota, que asalta mi reino y me desarma. Y en la punta de la flota, en la punta del navio, como una niña inocente, toda pureza y blancura, va la esperanza, la pequeña niña esperanza. Así es como los hombres, los hermanos de mi Hijo, irrumpen en mi reino. Mi hijo sabía muy bien lo que hacía cuando les enseñó esas palabras del Padre Nuestro, y yo no puedo cambiar ésto. El Padre Nuestro transformó todo, yo no miedo ser más que padre, y ya se sabe como mira un padre a sus hijos. El Padre Nuestro es una oración que se asemeja a dos manos unidas y elevadas al cielo, juntas forman una cuña que abre las puertas de mi reino. Y en la punta de esa cuña va la pequeña niña esperanza, que es como una niña inocente, blanca, pura. Mi mente y mi corazón enloquecen -dice Dios- por esa pequeña niña. Esa esperanza lo ha trastocado todo, ha invertido el orden. Me explico: de las enseñanzas de mi Hijo hay tres parábolas de la Estudio esperanza, una habla de un dracma, otra de una oveja y la otra de un hijo, es decir, de un dracma perdido, de una oveja perdida, y de un hijo perdido. ¡ Ay, la pequeña esperanza lo ha invertido todo! Ha hecho que un dracma o un a oveja o un hijo valga igual que nueve dracmas, o que noventa y nueve ovejas, o que noventa y nueve justos. ¿Qué lógica es esta? ¿Qué desorden es éste? Yo mismo he cambiado, por esa pequeña esperanza soy yo mismo quien espera: espero que el hombre, espero que esa oveja perdida no se pierda. Yo mismo he temblado ante la idea de tener que condenar a esa oveja perdida. soy libre, dice Dios, y he creado al hombre a mi imagen y semejanza./ Tal es el misterio, tal es el secreto, tal es el valor/ De toda libertad./ La libertad de esta criatura es el reflejo más hermoso que hay en el mundo/ De la libertad del Creador. Por eso la valoramos tanto,/ Y le damos un valor propio./ Una salvación que no fuese libre, que no fuese, que no viniese de un hombre libre, ya no supondría nada para nosotros." 53 Por ello, quien ha pronunciado las palabras del Padre Nuestro puede dormir tranquilo y abandonarse en mis manos. Quien ha rezado su Padre Nuestro puede abandonarse en los brazos de mi hija la noche y dormir tranquilo. De hecho lo único que yo pido es que el hombre se La esperanza me sorprende -dice Dios-. Mi hija la fe la comprendo, ¿quién después de ver mi creación no puede tener fe en mí? Necesitaría estar ciego quien después de ver el universo y el orden que hay en él no viera mi resplandor, por eso ia fe no me sorprende. 5 Í Pero la esperanza no la entiendo, no logro comprenderla -Dice Dios-. No entiendo que Yo -el Todopoderoso- espere a que la oveja perdida regrese al redil. Es decir, no entiendo cómo Yo - el que todo lo puede- necesite de la libertad (de la colaboración) del que nada puede, de ese hombre testarudo que no quiere ser hijo mío. 52 La esperanza me pone de cabeza, invierte los brazos de mi justicia por lo brazos de mi misericordia. A partir de entonces el Todopoderoso -es decir Yonecesita de la anuencia, del permiso, del beneplácito del que nada puede- es decir, el hombre-. ¡Que paradoja! el Todopoderoso se subordina al que nada puede (por un momento el que nada puede tiene en su mano al Todopoderoso): "Señor que nadapuede, lesolicito, lepido, lesuplico, permiso para poder salvarlo". ¡Hasta donde ha llegado la paradoja! Y todo por esa pequeña esperanza, por esa pequeña niña que va en la punta de esas dos manos que a manera de cuña irrumpen en mi reino. Todo por esa pequeña niña que va delante de cada Padre Nuestro. "Tal es el misterio de la libertad del hombre./ Tal es el valor que le damos a la libertad del hombre./ Porque yo mismo Cuando alguien ha pronunciado un < < Padre Nuestro > > (Tres mujeres en la Iglesia -detalle- por Leibl). tyertebración 33 Estudio abandone en mis manos, es decir, que deje que yo trabaje por él, que mientras él duerme y descansa deje que yo me ocupe de sus cosas (¡seguro que no lo hago tan mal!). Ya entendéis por qué no me agradan esos hombres que no duermen en la noche y se la pasan pensando y lucubrando y maquinando qué hacer el día de mañana. No me agradan -dice Dios- esos hombres que quieren hacer mi trabajo: mi trabajo es pensar y hacer el mañana; ésta es mi sabiduría; y sé que mi sabiduría no es la misma que la sabiduría vuestra (la de ustedes los hombres). La sabiduría humana dice lo contrario de la mía. Para vosotros (es decir para ustedes los hombres) la sabiduría es "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy". Y Yo les digo (Yo os digo): "lo que puedes hacer hoy, lo mejor que puedes hacer hoy es abandonarte en mis manos, dejar que el mañana (y el pasado mañana) lo prepare y lo haga Yo". En otras palabras mi lema es: "Deja para mañana lo que puedas hacer hoy", así, sin más. Cuando el hombre (ustedes los hombres) quiere preparar el mañana y el pasado mañana, lo único que hace son utopías. Cuando el hombre quiere construir el mañana elabora ideologías y teorías exóticas que tanto daño han hecho a la humanidad y que la han llevado al holocausto. En otras palabras, la sabiduría humana resulta ser antihumana e inhumana. Pero mi sabiduría es distinta, es otra, es una sabiduría que favorece al hombre, es una fuerza benéfica para él. La prueba está en mi Hijo, la prueba está en su Cruz, en su Resurrección. Mi Hijo les ha enseñado lo más profundo de mi sabiduría, les ha enseñado que Yo soy su Padre, y un padre juzga como padre. Ustedes ya lo saben, Mi hijo les enseñó esa parábola en la que el Padre termina llorando (Un hombre tenía dos hijos). Mi Hijo les ha enseñado el Padre Nuestro, que es la oración de la esperanza y de la ternura y de la inocencia. ^ 4 Los < Padre Nuestro > son como una gran flota que asalta al Gran Rey REFLEXION FINAL Cuando decimos "espero que me vaya bien" o "espero que te vaya bien" o "espero que nos vaya bien", en el fondo ¿qué esperamos? Esperamos algo que represente un bien. En efecto, lo único que se puede esperar es un bien, el objeto de la esperanza es el bien. Pero, si esperamos conseguir ese bien de algún modo, ello significa que lo esperamos porque no depende de nosotros el que se nos dé o el que lo consigamos: en otros términos, no esperamos lo que de nosotros depende. El objeto de la esperanza no depende de nosotros, esto es, nosotros no nos damos lo que esperamos; y esto significa que la esperanza antes que ser una respuesta del hombre es una propuesta a su corazón... la esperanza es un don. Siendo la esperanza algo que no depende de nosotros, sin embargo, no es Vertebración 34 algo que nos venga fatalmente. La necesidad no es objeto de esperanza: no esperamos lo que necesariamente ha de ocurrir, como sería el caso de las leyes físicas que siempre ocurren sin equivocación y sin desviarse un milímetro, no podemos decir "espero que mañana salga el sol" (es decir, no lo decimos por el sol), en todo caso lo decimos en la medida en que ello significa que queremos vivir todavía porque nuestro corazón todavía no alcanza el bien por el cual suspira. De manera que el fatalismo, el destino ciego que arrolla ía libertad humana, no puede ser objeto de esperanza. Ahora bien, siendo lo que se espera un bien que no depende de nosotros y que no nos viene fatalmente, sin embargo, es un bien que tenemos que alcanzar, un bíen que no nos viene como le viene dada su ley a un planeta que tiene que recorrer su órbita. Es decir, el bien que es objeto de esperanza es lo que Santo Tomás llamó el Bonum arduum, es un bien arduo, un bíen que supone nuestro esfuerzo, nuestra ini- Estudio ciativa, nuestra libertad. De aquí que la esperanza, siendo un don en sí mismo, también es una respuesta que el hombre da a ese don. Por ello, realmente no hay esperanza cuando no hay libertad. El hombre que espera busca libremente el bien que es objeto de su corazón, pero cuyo camino es arduo. Cuando así esperamos, nos damos cuenta que aspiramos no a "tener", sino a "ser", queremos y buscamos ser lo que en el fondo somos, deseamos ser lo que ya somos en la eternidad y desde la eternidad. Jean Guitton lo dice así: "estamos llamados a cumplir en el tiempo, lo que ya somos en Dios". Precisamente esto nos descubre que el bien que esperamos no es sino una Persona con la que puedo hablar y que me puede responder. Las cosas no me pueden hablar ni pueden responderme, por ello no pueden ser objeto de esperanza. Las cosas se pueden tener y obtener, pero no pueden hacer que yo sea, y cuando yo tengo algún tipo de "esperanza" en ellas, cuando las confronto con mi ser, con las aspiraciones de mi ser, entonces me desilusionan, y me doy cuenta que eran esperanzas vanas. La esperanza fundamental, por el contrario, me injerta en el ser, en el orden de las personas, que pueden hablar y comunicarse. Esto es lo que nos permite entender que la esperanza se convierte en oración: esperar es orar, y orar es descubrir quién soy, a dónde voy y Quién me espera. Si la esperanza no se nos hubiera dado como un don, si no se nos hubiera revelado, lo único que podría haber esperado el hombre al final de su vida y de su historia sería la nada, y la sentencia de un Heidegger o de un Sartre sería válida: El hombre es un ser para la muerte y para la nada. Entonces, el único camino válido hubiera sido el de los estoicos y el de los orientales: nuestra meta sería la mente en blanco, el equilibrio interno y la identificación cósmica con los ciclos vitales. Pero no. La esperanza se nos ha dado, por muy extraño que parezca. Es cierto que el hombre por sí mismo, manifiesta su naturaleza caída, no podría esperar mas que la nada. Pero si el hombre espera, si cada uno de nosotros esperamos y tenemos motivos para hacerlo, es porque Dios mismo nos ha hablado, primero en signos, luego en persona. La esperanza comenzó ahí en un pesebre, continuó en el Gólgota y hoy vive en un pedazo de pan y en unas gotitas de vino cuando han sido consagrados. No nos escandalicemos, porque lo que antes era motivo de escándalo ahora se vuelve motivo de esperanza. Es cierto, si la esperanza supone un bien arduo, difícil, es explicable que todo haya comenzado cuando lo "normal" fue enfrentado a lo que no era normal. Ahí tenemos la historia de un muchacho galileo que nunca tuvo problemas mientras era normal, mientras su paisanos y compañeros decían que era un buen chico, pero cuando empezó a predicar una extraña doctrina, cuando empezó a decir que venía a fundar una ciudad y una ciudadanía desconocidas, los problemas no se hicieron esperar: y le tendieron una trampa, y le apresaron, le enjuiciaron y le mataron con la muerte más humillante hasta entonces conocida. Pero fue El, quien hizo del escándalo un milagro: lo que antes era infamia, dolor, sufrimiento, lo trasnformó en triunfo glorioso y en tranquila esperanza. Esa Cruz en la que aquel galileo murió, nosotros la llevamos en la espalda de nuestra vida cotidiana. Ante esa Cruz también nosotros podemos escandalizarnos, y renegar y maldecir ; ante esa Cruz, ciertamente, podemos decir que la vivimos porque no nos queda de otra, estoicamente, frustradamente. Pero también podemos convertirla gracias a Aquel que la convirtió primero en una dulce esperanza. Podemos convertir nuestras jornadas cotidianas, las de la casa, las del trabajo, las de la calle, en una cruz salvadora, esperanzadora. Podemos convertir lo que antes era inhumano en algo verdaderamente humano, y si es cierto que lo humano guarda algo de divino, entonces desde nuestra cruz cotidiana podemos descubrir nuestro ser eterno. BIBLIOGRAFÍA 1 Existe una edición de las Oeuvres Completes vols. 1-15, NFR1917-1933; vols. 16-20, NFR 19521955, la cual según los expertos, no es una edición crítica. Hay otra que es más citada, la de la bibliothéque de la pléiade, que está clasificada así: * Volumen A: Oeuvres en prose 1898-1908 (publicado en 1959 por el hijo de Péguy, Marcel), contiene las obras: de la Cité, Marcel, Premier Dialogue de la Cité Harmonieuse y textos de los Cahiers, entre los cuales están de la Grippe, Réponse breve á Jaurés, Personalités, De Jean Coste, Zagwill, Notre Patrie, Les SupUantsparalléles; sus tres estudios para su tesis proyectada: De la Situation faite á l histoire et á la asociologie dans les temps tnodernes, De la situación faite au partí intellectuel dnas le monde moderne, De la situationfaite au partí intellectuel dans le monde moderne devant les accidents de la glorie temporelle; algunas piezas, como Pierre, Pour ma maison, Pour moi. Este volumen contiene también muchos artículos de los Cahiers y otros escritos recogidos en Par ce demi-clair martin, 1952, (clasificados con la letra D), como las continuaciones de Notre Patrie, 1905- 1906, y Hervé, 1906. L'Esprit de Systéme, publicado en 1953 y clasificado con la letra S, forma parte también de este volumen A. Otras obras más son: Deuxiéme Elégie XXX, aparecida en 1955, y Situations, clasificadacon la letra E. - Volumen B: Oeuvres en prose 1909- 1914(publicado en 1957). Contiene: A nos amis, a nos abonnés, 1909; Clío, Dialogue de l'histoire et de l'ame charnell, conocido como Véronique, 1910; Notre Jeunesse, 1910; Victor Marie y ComteHugo, 1910; Un nouveau théologin; M. FerdinandLaudet, 1911; Argent y L Argent Suite, 1913; Note sur M. Bergson et laphilosophie bergsonienne, 1914; vienen también los escritos postumos: Note sur Victor Hugo; Note conjointe sur M. Descartes et la philosophie cartésienne, 1914. -Volumen C: Oeuvrespoétiques completes (publicado en 1941). Contiene: Jeanne d'Arc, 1897; los Mystéres: De la Chanté de Jeanne d 'Are (1909), Du Porche de la deuxiéme vertu (1911) y Des Saints Innocents (1912); también Tapisseries y Balada del corazón que late. Quatrains (1912) y Eve (1913). Hay una edición especial del primer Mystére, la de Albert Béguin, clasificada con la letra J, publicada en 1956 y que ofrece una continuación inédita: Le Mystére de la Chanté de Jeanne d 'Arc. - Volumen L: Lettres etEntretiens, publicado en 1927; contiene las cartas a Louis Baillet OSB, las cartas y coloquios con Joseph Lotte. -Bibliografía sobre Péguy. Louis Perche, Charles Péguy, 1957. Sobre su vida y época: Fr. porche (1914), André Suarés (1914), Daniel Halévy (1918, 1940), Jérome et Jean Tharaud (1925, 1948), Romain Rolland (1944), Jules Issac (1959) y la misma Genevieve Favre ("Souvenirs 1938", revista Europa). Sobre la personalidad de Péguy: Jean Delapo ríe, Connaissance de Péguy, 1944; Emmanuel Mounier, Le pensée de Charles Péguy, 1931; Elsbeth Gremminger. Péguy. Vom SoziaÜsmus zur christlichen Weltschau, 1949; Kari Pfleger, Péguy, der gute Vertebración 35 Estudio Sunder (1933- 4); Alexander Dru, Péguy, Londres, 1956. Sobre la teología y espiritualidad: Albert Béguin, La priére de Péguy, 1942, y L'Eve de Péguy, 1948; André Rousseaux, Le prophéte Péguy, tres volúmenes: 1942, 1944 y 1945. Sobre la estética: A Chavanon, La poétique de Péguy, 1947; Bernard Guyon, L'art dePéguy, 1948. Además hay que añadir las publicaciones de la asociación "L'Amitié Charles Péguy" en sus Cahiers y en sus Feuillets desde 1947 y 1948 respectivamente. - Obras de Péguy publicadas en español: Palabras cristianas, Ediciones Sigúeme, Salamanca, 1981;Eldinero, Editorial Narcea, Madrid, 1973; El misterio de la caridad de Juana de Arco, Ediciones encuentro, Madrid, 1979, - Obras sobre Péguy traducidas al español: Jean Bastaire, Charles Péguy el insurrecto, Ediciones Encuentro, Madrid, 1979; Charles Moeller, "Charles Péguy y la esperanza de la resurrección" en Literatura del siglo XX y cristianismo, vol. IV, Madrid, 1960. Toda esta información la da Hans Urs von BALTHASAR. "Péguy" en Gloria, vol. 3, Estilos laicales, trad. José Luis Albizu, Ediciones Encuentro, Madrid, 1986, pp. 401- 103. Hay que añadir dos traducciones más al español de las obras de Péguy: -El pórtico del misterio de la segunda virtud, trad. José Luis Rouillon Arróspide, Ediciones Encuentro, Madrid, 1991. - El misterio de los santos inocentes, trad. María Badiola Dorronsoro, Ediciones Encuentro, 1993. Por mis limitaciones personales, tanto de crítica histórica como por desconocer la lengua francesa, haré uso solamente de las traducciones. La información de esta nota está dada por si hubiera algún interesado en estudiar a Péguy: para mí será gratificante. 2 Me remito a la cita de José Luis Martín Descalzo en el prólogo que hace a la traducción española de El misterio de la caridad de Juana de Arco, trad, Manuel Pecellín, Ediciones Encuentro, Madrid, 1978, p.7. 3Ib.p.8. 4 Péguy abandonó la Iglesia por el dogma de la existencia del infierno; para él el infierno era inconcebible si todos los hombres están llamados a la salvación. Su Jeanne d'Arc y su Cité harmonieuse manifiestan su rechazo del mal del mundo y del infierno. Sin embargo, ya convertido, la idea del infierno no dejó de causarle escalofrío, pero en su Mystére de la Chanté de Jeanne d'Arc (1909) se resuelve al conbatirlo ya desde la tierra; la lucha, según su postulado, tendrá que ser en lo cotidiano, en la acción, pues rezar y no actuar es una vileza. Cf. BALTHASAR, op. cit. pp. 433- 438. 5 PEGUY, El misterio de la caridad de Juana de Arco, traducción al español, Ediciones Encuentro, 1978, pp. 72-73. 6 MARTIN DESCALZO, ib., P. 10 7Cf. Jn. 1,40-42. 8 Cf. MOELLER, Charles: "Charles Péguy y la esperanza de la resurrección", op. cit., p. 557. 9Cf. Ib.,p. 558. Vertebración 36 10 Cf. Ib.,p. 559. 11 Ib., p. 562. 12 CLEMENTE DE ALEJANDRIA,Srrom«tas, 17„ c.17; GREGORIO DE NISA, In cántica, homilía 2; De creationi hominis, 16; JUANDAMASCENO, Deduabusvoluntatibas, MAXIMO EL CONFESOR, Mystagogie a Ambigurum libert; GREGORIO NACIAZENO, 38 discursos; otros más como ORÍGENES y también san BERNERDO, Ciatados por DE LUBAC, Henri: El drama del humanismo ateo, trad. Carlos Castro Cubells, Ediciones Encuentro, Madrid, 2a. edici{on, 1990, pp.17-18. 13 Aquí también hay que destacar la coincidencia del planteamiento de Péguy con la tradición de la Iglesia. Véase san GREGORIO MAGNO, in Evangelio, hom. 19, n. 1; san PASCASIO RADBERTO, inMatheum, 1. IX, c.20 (P.L., 76, 1.154B); RUPERTO DE DEUTZ, in Genesim. 1. IX, c. 30 (P:L:,167, 554-555); la carta de San Pablo a los Efesios, 4,32, y a los colosenses, 1,15; san AMBROSIO, inpsalm., 118, sermóon 1, n. 4 (P:L:, 15, 1. 201, A-B). Todos citados por de LUBAC: Meditación sobre la Iglesia, Trad. Luis Zorita Jauregui, Ediciones Encuentro, Madrid, 1980, p.59. De Lubac destaca a la Iglesia como el Pueblo de Dios que antes de la lay de Moisés existía bajo la "ley natural" y con la venida de Jesucristo, el primogénito de toda criatura, es la Esposa, la nueva Eva. prefigurada desde el paraíso y colmada con el espíritu de Jesús. "Es preciso verla en Dios, antes del principio del mundo"; san Epifanio, ExpósitoJldei (P. G.. 42,784, C-D). 14 MOELLER, op. cit. p. 564. 15 Cf. Ib.,p. 568. 16 PEGUY, El misterio de los santos inocentes, op. cit.,131-133. 17 Cf. MOELLER, op. cit.. p. 569. 18 Cf. Ib., pp.570-571. 19 Ib., p. 572. 20 Cf. PÉGUY, El pórtico de! misterio de la Segu segunda virtud, op. cit., p. 17. 21 Vale la pena citar a Albert CAMUS.B hombre es rebelde, trad. Luis Echávarrí. Edit. Alianza Losada, Buenos Aires, 1953, paricularmente el capítulo sobre "la rebelión metafísica". 22 DOSTOIEVSKY, Fedor: Los hermanos Karamázov, hay varias ediciones en español. 23 PÉGUY, Oeuvres en prose (A), 511-512, citado por BASTAIRE, Péguy, elinsurreüo, op. cit., p. 17. 24 PEGUY, El misterio de la caridad de Juana de Arco, p. 26 25 IB. pp. 18-19 26 Cf. BALTHASAR, op. cit.. p. 437. 27 PEGUY, El misterio de la caridad de Juana deAraco, p. 30. 28 Véase Los Hermanos Karamúzov de Dostoievsky también El drama del humanismo afeo de DeLubac, op. cit., particularmente la terecera parte que versa sobre Dostoievski; y Esencia del hombre de Helmut Thielicke, Edit. Herder, Barcelona, 1985, pp. 47-48. 29 El miseterio de la caridad de Juana de Arco, pp. 44-55. 30 Ib., p. 49. 31 Ib., p.56. 32 Ib., p. 57 33 Ib. p. 60 34Ib.,pp.61-62 35 BALTHASAR, op. cit., p. 437. 36 El misterio de la caridad de Juana de Arco, p. 68. 37 Ib., pp. 68-69. 38Ib., p. 72 39 Ib., p. 80 40 Cf. Mat. 17, 46 y Me. 15,34. 41 El misterio de la caridad de Juana de Arco, p. 122. 42 Ib., p. 125. 43 El misetrio de la caridad de Juana de Arco, edic.de Albert Béguin, 44, citado por BALTHASAR, op. cit., p. 440. 44 BALTHASAR, op. cit., pp. 454-455. 45 Todo lo que sigue es un texto que he realizado basándome en estas dos obras traducidas al español y publicadas por Ediciones Encuentro. Casi he parafraseado a Péguy, pero no son propiamente el texto de sus obras. 46 PÉGUY, El pórtico del misterio de la segunda virtud, yp. 24-36. 47 PEGUY, el misterio de los santos inocentes, p.28. 48 Ib., pp. 29-41. 49 Ib., pp. 18-26 y42. 50 PÉGUY, El pórtico del misterio de la segundavirtud,pp, 103-109. 51 Ib., pp. 13-16 52 Cf. MOELLER, op. cit., pp. 600-601. 53 El misterio de los santos inocentes, p. 50. 54 Con esto termino de parafrasear a Péguy. INVESTIGACIÓN INSTITUCIONAL SOBRE LIBROS DE ETICA REALIZADO POR EL CENTRO UNIVERSITARIO DE LA CIUDAD DE MEXICO, FILIAL DEL ATENEO FILOSÓFICO BAJO LA DIRECCIÓN DE LA DRA. LUZ GARCIA ALONSO (A partir del número 3 4 de Vertebración, estamos publicando en cada uno, el análisis de dos o tres obras) N. de la R. Módulo I Textos de ética editados en México y vigentes en el mercado. Coordinación:'Dr. Manuel Ocampo Módulo II Libros de ética empresarial o de negocios publicados en español. Módulo III Libros de ética social publicados en español. La presente investigación ofrece al profesor de ética la información suficiente para que pueda tomar una decisión atinada acerca de cual libro de t e x t o recomendar a sus alumnos -o sin recomendar a no alguno-. La importancia del libro de texto Para el estudiante el libro de t e x t o es una pauta insustituible. Comporta la precisión requerida para definiciones y clasificaciones, posibilidad de preparar los temas antes de la clase, y demás de otras ventajas, los aspectos de seguridad de la exposición escrita sobre la exposición oral. Módulo IV Libros de ética de la comunicación y de la comercialización publicados en español. Módulo IV en adelante Libros de ética de distintas actividades, profesiones, etc. El mensaje de la Veritatis Splendor Esta carta encíclica de S.S. Juan Pablo II sobre el modo de enseñar la moral, está dirigida "a los Obispos de la Iglesia Católica" pero atañe no sólo a los católicos que han de dar cuenta de su responsabilidad en la formación de otros, sino a todos los hombres de buena voluntad. Para aquellos que quieren ser coherentes con su creencia, esta investigación se enriqueció con un cuadro comparativo entre el libro de t e x t o y las recomendaciones del Magisterio de la Iglesia. Para el profesor es un auxiliar insuperable para el orden y el puntual avance del curso, asidero más de objetividad entre él y el grupo y una oportunidad para abreviar en la exposición de lo fundamental y así abundar en su profundiz a r o n , explicación y ejemplificación. Vertebración 37 Introducción a la Etica de Raúl Gutiérrez Sáenz GUTIERREZ SAENZ, RAUL Introducción a la Etica. Ed. ESFINGE, S.A. deC.V. NAUCALPAN, EDO. DE MEXICO. PRIMERA EDICIÓN, 1968 VIGÉSIMA CUARTA EDICIÓN, 1992 No. DE PAGINAS: 253 CLAVE 11 MI ANÁLISIS CONCEPTUAL DEL LIBRO Se trata de una introducción a la ética cuyo objetivo es presentar los diversos temas del programa oficial de 1 9 6 3 , para introducir al lector en el conocimiento del recto camino de la moralidad. Constituye un intento por asimilar la ética cristiana tradicional al lenguaje de la filosofía axiológica y existencial moderna. La obra está dividida en seis partes: Nociones preliminares, Los A c t o s Humanos, Valoración de los Actos Humanos, Doctrinas Eticas, Ley y Obligación, y Relación Moral. Define la ética c o m o : "una ciencia práctica y normativa que estudia racionalmente la bondad y maldad de los actos humanos". 2 Hace ver su dependencia de la filosofía 3 pero no muestra su carácter teórico. Presenta la libertad humana c o m o : "una cualidad de la voluntad por la cual elegimos un bien con preferencia a otros", 4 aunque no da un concepto previo del hombre y sus facultades. Con respecto a la moralidad señala que "siempre elegimos un bien, pero no siempre elegimos bien" , "el bien o el mal se refieren a la elección misma, no al objeto elegido" 6 puesto que el objeto siempre es un bien ontológico. El libre * Los autores de las reseñas son los responsables exclusivos de los juicios allí expresados. Información sobre la colección de reseñas: 5 7 4 2 4 4 3 , martes y sábados por la mañana. 5 7 4 4 8 8 2 FAX todos los días las 2 4 horas. Vertebración 38 Autores de la Reseña * Manuel Ocampo Ponce Elvira Chapa Suárez albedrío es llamado libertad psíquica 8 y en cuanto a la esencia del valor moral añade que "los actos humanos acordes con la naturaleza humana, ai estar de acuerdo con la recta razón, adquieren un valor definitivo, absoluto, universal. Esto es la esencia o estructura íntima del valor moral" 9 En lo referente a criterios de moralidad señala que "la norma de moralidad no está en ningún bien o fin terreno. Procede del hombre, pero está subordinada a un valor absoluto, al cual tiende a priori el espíritu humano por su razón y voluntad" . "La última respuesta a la pregunta ¿por qué es "bueno moralmente éste acto congruente con la naturaleza humana?, es la siguiente: porque este acto está dictado por la recta razón, y por tanto, participa del valor absoluto que ella significa" 11 Presenta la norma de moralidad como objetiva y universalmente válida. 1 2 Define la ley moral como "una ordenación de la razón, promulgada para el bien común por quien tiene el cuidado de la comunidad. (S. T h , l,ll, 9 0 X ) 1 3 , a continuación añade que la ley si es natural está inscrita en la naturaleza y debe ser descubierta por el hombre 1 4 y da una jerarquía de las leyes en la que queda en primer lugar la Ley Eterna, en segundo lugar la ley natural y en tercer lugar la ley positiva, posteriormente define la lay natural como "la participación de Ja ley eterna en la naturaleza humana" 16 Brevemente presenta al objeto, el fin y las circunstancias como fuentes de la moralidad, señala que "el hombre tiene la propiedad de actuar en vista de un f i n " 7 y ofrece distinción entre finis opens y finis operatis 1 8 . Considera la conciencia moral como criterio subordinado de moralidad 1 9 y el fin último del hombre es la felicidad. 2 0 Incluye cuatro capítulos en la tercera parte del libro en donde trata varios temas éticos desde un punto de vista axiológico. Este apartado adolece de una crítica y de una fundamentación ontológica del valor. Por ello resulta impreciso y puede ser mal interpretado. Hace una presentación y una evaluación de los más importantes sistemas éticos: Sócrates, los sofistas, el idealismo platónico, el eudemonismo aristotélico, estoicismo, hedonismo, el cristianismo, el t o m i s m o , el formalismo de Kant, el materialismo dialéctico de Marx, el existencialismo de Sartre, el pragmatismo y sociologismo, el psicoanálisis de Freud y la axiología de Scheler, 2 2 señalando sus errores y aciertos desde un punto de vista realista aunque no lo expresa y no presenta comentario crítico del t o m i s m o , tampoco manifiesta expresamente si está a favor o en contra del mismo. En cuanto a la moralización del individuo incluye un breve capítulo sobre la virtud, 2 4 otros sobre los deberes respecto a Dios, a la familia, sobre los deberes económico-sociales y sobre moral civil e internacional y el último capítulo que trata algujnas cuestiones sobre ética profesional 25 En conclusión el libro del Dr. Raúl Gutiérrez Saenz es una buena obra, aunque es un poco compleja y confusa para quien se inicia en el estudio de la ética. Es recomendable para quien dominando los temas clásicos de ética -y sobre todo la antropología- quiera verlos desde un enfoque axiológico y novedoso, o en todo caso para asimilar la filosofía realista algunos aportes de la axiología y la fenomenología. COMPARACIÓN CON EL PROGRAMA OFICIAL DE LA UNAM CUBRE LOS TEMAS DEL PROGRAMA OFICIAL 1963 SI CUBRE LOS TEMAS DEL PROGRAMA OFICIAL 1992 En las páginas Unidad Unidad Unidad Unidad Unidad Unidad 13-23 53-57, 211-212,203, 210 57-76 91-118 189-241 119-188 I II III IV V VI INCLUYE APOYOS DIDÁCTICOS Revisión o subrayado Cuestionarios Ejercicios Vocabulario Si No No No Resúmenes de cada tema Otros APRECIACIÓN A) B) C) D) Apego a la Verdad Coherencia interna Didáctica Programas 1963 y 1992 Si Si No Si Conclusión del análisis conceptual En conclusión el libro del Dr. Raúl Gutiérrez Saenz es una buena obra, aunque es un poco compleja y confusa para quien se inicia en el estudio de la ética. Es recomendable para quien dominando los temas clásicos de ética -y sobre todo la antropología- quiera verlos desde un enfoque axiológico y novedoso, o en todo caso para asimilar a la filosofía realista algunos aportes de la axiología y la fenomenología. Vertebración 3V CUADRO COMPARATIVO ENTRE LA DOCTRINA DE LA ENCÍCLICA "VERITATIS SPLENDOR Y EL TEXTO DE ETICA DE GUTIERREZ S. TEMAS DE ETICA VERITATIS SPLENDOR RAUL GUTIERREZ SAENZ 1.- Naturaleza del hombre y moral "La naturaleza del aima humana, que es la persona misma en la unidad de alma y cuerpo" (50) No da un concepto de hombre, aunque queda implícito en la obra. "La norma de moralidad no está en ningún bien o fin terreno. Procede del hombre, (...) está subordinada a un valor absoluto, al cual tiende apriori el espíritu humano por su razón y v o l u n t a d " . p. 1 1 3 2.- Fin último del hombre "La ordenación voluntaria de la persona a) fin último y la conformidad de la acción concreta con el bien humano tal y c o m o es reconocido en su verdad por la razón" (72) El fin último del hombre es la felicidad, p. 8 6 3.- La libertad "Teniendo en cuenta que la libertad depende fundamentalmente de la verdad. Dependencia que ha sido expresada de manera límpida y autorizada por las palabras de Cristo: Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres" (jn. 8,32) (34) "Es una cualidad de la voluntad por la cual elegimos un bien con preferencia a o t r o s " p. 5 8 4 . - Sujeto próximo y remoto de la moralidad "Los actos humanos son actos morales, porque san y deciden la bondad o malicia del hombre que realiza esos a c t o s " (n. 71) vs. teoría de la fundamental c o m o lo imputable en vez del acto. expremismo opción (65). "Los actos humanos acordes con la naturaleza humana, al estar de acuerdo con la recta razón, adquieren un valor definitivo, absoluto, universal. Esta es la esencia o estructura íntima del valor m o r a l " p. 112 5.- Norma objetiva de moralidad: Ley Divina "La norma suprema de la vida humana es la misma ley divina, eterna, objetiva y universal". (43) El fundamento último de la obligatoriedad de la ley natural es Dios. Cfr. p. 2 0 1 "La participación de la ley eterna en la naturaleza humana es lo que se llama ley n a t u r a l " , p. 1 9 3 6.- La Ley Eterna es universal e inmutable "Estos preceptos positivos, que prescriben cumplir algunas acciones y cultivar ciertas actitudes, obligan universalrnente; y son inmutables" (52). "La ley natural tiene la propiedad de ser universal e inmutable" p. 1 9 4 7.- Conciencia: criterio subordinado de moralidad "La conciencia , por lo t a n t o no es una fuente autónoma y exclusiva para decidir lo que es bueno o malo; al contrario, en ella está grabado profundamente un principio de obediencia a la norma objetiva" (60) " M u e s t r a en última instancia la conformidad de un c o m p o r t a m i e n t o determinado respecto a la ley ; formula la norma próxima de la moralidad de un acto voluntario, actuando la aplicación de la ley objetiva a un caso particular" (59) La conciencia debe formarse para estar de acuerdo con la ley y con la recta razón que son normas objetivas de moralidad. Cfr. p. 2 0 6 8.- Fuentes de la moralidad "¿De qué depende la cualifícación moral del obrar libre del hombre? ¿Cómo se asegura esta ordenación de los actos humanos hacia Dios? ¿Solamente de la intención que sea c o n f o r m e al fin último, bien supremo, o de las circunstancias, -y, en particular, de las consecuencias que contradistinguen el obrar del hombre, o no depende t a m b i é n y sobre todo- del objeto mismo de los actos humanos? Este es el problema llamado tradicionalmente de las fuentes de la moralidad. No las presenta como criterio de moralidad. "Para ofrecer los criterios racionales de una justa decisión moral (...) ciertamente hay que dar gran importancia ya sea a la intención (...). < q u e > pertenecen a (...) < l a s > circunstancias del acto (...)" (...)" (77). "La moralidad del acto humano depende sobre todo y fundamentalmente del objeto elegido racionalmente por la voluntad deliberada..." ..." (77,78) Vertebración 40 "Lo que en cualquier otro lugar es una dura ley no es aquí sino una hermosa sumisión a tus mandatos. Y en la libertad de nuestras enmiendas una felicidad más tierna que la fe". "Lo que en cualquier otro lugar es una obsesión no es aquí, bajo tus leyes, sino una plaza rendida. Lo que en cualquier otro lugar es un alma vendida no es aquí sino oración e intercesión". "Lo que en cualquier otro lugar es abatimiento no es aquí sino fruto de una pobre obediencia. Lo que en cualquier otro lugar es un gran parlamento no es aquí sino el efecto de la única audiencia". Charles Péguy. (Las Oraciones en la Catedral de C h a m e s )