Año 9/1996 Análisis El Desconocido Chades Péguy

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V/crtebroción
Año 9/1996
Análisis
El Desconocido
Chades Péguy
Antropología
El Hombre
Contemporáneo
es un Salto al
Vacío
Estudio
Los Misterios de
Péguy
Reseñas
Investigación
Institucional
sobre Libros de
Etica
No. 37
DIRECTORIO
Contenido
RECTOR
Mario Iglesias García Teruel
VICE RECTOR
Vicente Pacheco Ceballos
Editorial
¿Algarada o Revolución?
DIRECTOR
Juan Louvier Calderón
CONSEJO DIRECTIVO
José Antonio Arrubarrena y Aragón
Jorge Luis Galván Sánchez
Pablo Castellanos López
Jorge Navarro Campos
Reproducción fotográfica d e
Carla Becerra Romero
Editada en
Laser Edición
31-31-32
Los Artículos publicados en esta revista
expresan el pensamiento del autor, no
necesariamente el de Vertcbración.
Universidad Popular Autónoma del
Estado de Puebla
21 Sur No. 1103, C.P. 72160
Puebla, Pue.
VERTEBRACION
Revista del Instituto de Investigaciones
Humanísticas de la Universidad Popular
Autónoma del Estado d e Puebla.
P u e d e reproducirse total o parcialmente
dando el debido crédito.
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5697.
Certificado d e Licitud de Contenido No.
4397
Reserva de Derechos N o . 1811-91
Publicación periódica autorizada por el
Servicio Postal Mexicano: P.D.P.P. Pue.
01-91.
El Desconocido Charles
Péguy
Erendira Espinosa Velasco
3
El Hombre
Contemporáneo es un
Salto al Vacío
Susana Amalia Miranda de
Casal
Universidad Católica de Salta
Argentina.
18
Los Misterios de Péguy
Fidencio Aguilar Víquez.
25
Investigación
Institucional Sobre
Libros de Etica.
Centro Universitario de la
Ciudad de México.
37
Editorial
¿ALGARADA O REVOLUCIÓN?
Nuevamente la violencia desatada por un pequeño grupo radical ha
provocado la inquietud y la zozobra entre los habitantes de varios estados
del país, precisamente en un momento en el cual la paz y la tranquilidad
más que nunca son imprescindibles, debido a la seria crisis social y
económica por la que atravesamos.
No es posible negar -ni siquiera minimizar- las graves injusticias que
a lo largo de tantas décadas, "el sistema" ha institucionalizado especialmente contra los más débiles y desprotegidos, como lo son los campesinos
y las etnias indígenas de México. Desde que en el siglo pasado la Reforma
Liberal los despojó de sus tierras con la eliminación del Ejido Virreinal
(junto con las propiedades de la Iglesia, destinadas a una innegable función
social) para dar paso a los latifundios, el campesino mexicano -indígena
o no- quedó del todo indefenso y en una situación de mera sobrevivencia.
La Revolución Mexicana, lejos de solucionar la miseria del campo, la
acrecentó con la destrucción que lleva implícita la guerra, y los "regímenes emanados de la Revolución" envueltos en una demagogia populista
no hicieron sino empeorar la situación. La "Reforma Agraria" no rehabilitó el < < ejido > > ; sólo tomó su nombre para disfrazar un remedo
de Koljhoz soviético, y la colectivización del campo mexicano sumió a
los campesinos en una miseria desconocida incluso en los peores latifundios porfiristas. Esto, aunado a la más cínica manipulación de los nuevos
"caciques revolucionarios" escudados en "el partido", lanzó a millones
de campesinos hacia las ciudades y al"bracerismo" en los Estados Unidos.
El campesino que no quiso o no pudo emigrar, quedó envuelto en la
desesperanza y muchos fueron presa fácil de las ideologías del odio.
•Vertebración 1
Editorial
Sin embargo, la violencia, lejos de ayudar a las necesarias reformas
sociales, implica graves y desastrosos retrocesos, ya que por sí misma
sólo puede causar resultados más funestos que el mal que pretendía
remediar. La violencia como sinónimo de revolución destruye pero no
construye; predica remedios, pero provoca mayores ruinas. "No es
fuente de fraternidad, sino de odios nuevos". Por todo esto, ante la
injusticia establecida con carácter indudable de tiranía, el uso de la fuerza
sólo puede ser legítima cuando TODOS los medios pacíficos han sido
AGOTADOS.
Definitivamente no es ésta la actual situación de México; por el
contrario, como no había ocurrido en mucho tiempo, hoy las soluciones
pacíficas tienen grandes perspectivas y son más viables que nunca. La
creciente participación ciudadana en la vida cívico-política de la Nación,
ha obligado -muy a su pesar- al "sistema" a abrir espacios democráticos,
hasta hace no mucho, impensables en México. Entonces, ¿qué oscuros
intereses se mueven tras el alzamiento guerrillero del "Ejército Popular
Revolucionario"? Todo parece indicar que el objetivo buscado es cerrar
las puertas reciente y aún pobremente abiertas en "el sistema".
André Frosard escribió: "Aunque la miseria y la dignidad ofendida
expliquen las revueltas, no explican las revoluciones". El alzamiento del
E.P.R. no es una revuelta, sino una acción fríamente calculada y
preparada, con alarde de capacidad y recursos; ¿en beneficio de quién?
¿de los débiles y los pobres o de los "duros" del sistema que no quieren
resignarse a perder el gran poder político y económico del que gozaron
hasta hace poco?
Vertebración 2
Análisis
El Desconocido Charles Péguy
Por Erendira Espinosa Velasco
INTRODUCCIÓN
Charles Péguy es uno de los pensadores contemporáneos más importantes que
ha dado el final del siglo pasado y principios del presente, como lo señala Alain
Finkielkraut, un intelectual judeo-francés
que lo considera tan importante como
Nietzsche o Heidegger, como lo apunta
en su estudio sobre Péguy "Le Mécontemporain" (El Descontemporáneo) , o Jean
Bastaire, autor de "Charles Péguy, el
insurrecto"; pero ambos coinciden en que
Péguy ha sido víctima de los rígidos cánones de las diversas "ortodoxias" ideológicas con que se pretende medir el valor
de un pensador y Péguy no dejó nunca de
ser un insurrecto, en ruptura abierta con
el totalitarismo marxista, el dogmatismo
combista y la ortodoxia devota , y así, el
apasionado socialista y nacionalista francés, converso al cristianismo católico hacia 1908, ha sido relegado, poco estudiado
y menos comprendido y no pocas veces
ha sido acusado de extremista en su evolución espiritual, cuando en el fondo ésta
posee una fuerte unidad en la que sólo va
madurando y profundizando a lo largo de
su vida: El no es un converso en el sentido
tradicional de la palabra: un hombre que
abandona su familia, su cultura, sus hábitos de pensamiento, para adoptar otra
familia y otra cultura. El es hombre de
profundización, no de negaciones; de
bautismo y resurrección, no de abandono
y de ruinas (...) No hay dos Péguy. Del
socialismo al cristianismo, de Dreyfus a
Jesús, sólo se manifiesta una subida de
savia, tan ramificada y abundante como
se quiera, pero sin injerto ni rotura. 3
Sobre Péguy, se levantaron las más
diversas sospechas: para el nacionalista
Ernst Lavisse (1911) sólo es un anarquista que ha echado agua bendita a su petróleo , para sus juveniles amigos de la
I'éguy, el Poeta de la Esperan/a.
comunera Louise Michel y aun para su
esposa, Charlotte Baudouin - atea, más
tarde conversa también-, un detractor del
socialismo al que incluso tocó la censura
al interior de la prensa socialista porque
combatió de igual forma la ideología burguesa, disfrazada de un cierto marxismo
y sus tendencias totalitarias como al catolicismo social y del Sillón, aunque, como
señala Bastaire, el cristianismo de Péguy
será un asumir, no un renegar de su fe
primera. Lejos de transferir a una cuenta
eterna el fruto de sus decepciones temporales, ahondará hasta la base de la existencia y tomará en su raíz "el mal universal
humano" que su Juana de Arco quería
combatir ya en 1887: mal no primordialmente económico, político ni ético, sino
espiritual'', entabló agrias polémicas contra los intelectuales de la Sorbona y el
Vertebración 3
Análisis
Partido Intelectual (Charles-Víctor Langlois llega incluso a acusarlo de venalidad
") así como contra Maurras, los combistas
y el socialista Jaurés.
Su obra más conocida, Juana de Arco,
representa la síntesis de las tres principales fuentes del pensamiento peguyano: la
República de la Escuela Laica, las humanidades clásicas del Liceo y el socialismo
de la rue d'Ulm; aunque podemos distinguir dos periodos: el primero es libresco,
teórico, donde encontramos la influencia
de las ideologías de su tiempo: el republicanismo, Proudhon, los blanquistas y el
Marxismo con Jaurés a la cabeza -con el
que rompe en 1901 7 -, y que va desde
Guesde a Lafargue, pasando por Vaillant;
en el segundo socialismo, encontramos un
Péguy práctico, como su trabajo artesanal
como editor y se inspira en Sorel y Lagardelle.
Puede decirse que las principales preocupaciones de Péguy son su socialismo,
el problema de la ciencia moderna, la
patria, el cristianismo y quizá aún el anarquismo como rebelión contra el supuesto
orden establecido por la modernidad, basado en una funcionalidad mercantilista
que todo lo convierte en objeto de compra-venta, incluso el trabajo humano.
EL SOCIALISTA
Péguy se encuentra en el centro del
socialismo francés desde Saint-Simon. Es
un socialismo sincero por el que cree que
puede avanzarse hacia la justicia universal
que él mismo define como la salvación
temporal de la humanidad mediante el
saneamiento del obrero (...) mediante una
rehabilitación orgánica, molecular del
mundo del trabajo, y a través suya de todo
el mundo económico, industrial 8 , el cual
nada tiene que ver con el socialismo sindicalista, "huelguista" diríamos más coloquialmente, que solemos conocer y al cual
combatió con vehemencia, incluso llega a
decir, a propósito de los socialistas parlamentarios y sindicalistas revolucionarios,
que han desnaturalizado la mística inicial
(...) introduciendo el sabotaje, que es una
Vertebración 4
invención política (...) • invención de la
política burguesa que manifiesta la progresiva minusvaloración del trabajo , a
lo que Péguy define también con los nombres de jauresismo ll y combismo 12 . Por
extraño que parezca, sin embargo, nuestro socialista es además un liberal, o quizá
sea mejor definirlo como un "socialista
libertario", en el sentido de que, como
buen republicano francés, hijo de la Revolución, cree en la libertad, y así se
inclina más a formular su socialismo como una "administración de las cosas" que
reemplace el gobierno de los hombres, de
manera que el estado no se ocupe sino de
asegurar el gobierno temporal de esa
libertad13, como él mismo intentó hacerlo con la administración de los Cahiers de
la Quinzaine (Cuadernos de la Quincena); aquí nos parece que Péguy es claramente un pensador moderno e incluso
quizá profético para su tiempo, pues hoy
parece ser ésta una de las tendencias con
mayor peso en materia de política.
Con frecuencia se ha considerado el
"Diálogo de la Ciudad Armoniosa", publicado en junio de 1898, como el programa de acción política peguyano, sin considerar "Sobre la Ciudad Socialista"', que
constituye, en opinión de Bastaire, su
verdadero programa a este respecto 14 . No
agotaremos aquí la argumentación sobre
el particular y sólo añadiremos que toda
su obra se halla permeada de su concepción del recto ordenamiento de la sociedad, y esto se nota por contraste en los
diversos debates que sostuvo con las figuras y corrientes tanto intelectuales como
políticas más importantes de su época,
pero también en las decisiones de su propia praxis, y así, por ejemplo, como es lo
propio en un anarquista, Péguy reacciona
contra la autoridad, o mejor, contra la
aberración del autoritarismo, y no concreta el proyecto de Journal Vrai, que propusiera en mayo de 1897 en la escuela
Normal Superior, porque no quiso tomar
en él un papel director; tiempo después,
en los Cuadernos, comentará al respecto:
(...) yo odiaba firmemente la autoridad
(...) Yo estaba decidido a no hacer nada
que se pareciese al Guesdismo is. No
sabía que la autoridad colectiva anónima
es más temible aún que la autoridad indi-
vidual 16 y aquí se percibe con mayor
claridad cómo es la absolutización de la
autoridad, lo que resulta aborrecible. Así
distingue dos clases de autoridad (...) La
autoridad de la fuerza, que puede denominarse autoridad de mando (en política
viene a ser autoridad de gobierno, caso
particular de la autoridad de mando), y
la autoridad que yo llamaría de competencia (que en economía viene a ser autoridad de administración), la autoridad
que emana de la solicitud, autoridad que
va hacia aquél que se sigue, quien guía,
quien muestra y siempre que se piensa en
mezclar el uso de la razón con el uso de
la fuerza, no es en modo alguno la fuerza
la que queda ennoblecida por su comunicación con la razón, es la razón quien se
envilece por su promiscuidad con la fuerza 17 . Por contraste, propone a guisa de
ejemplo la administración que de los Journaux pour tous hizo su amigo Emil Boivin, donde nada era gobierno, sino tan
sólo un sistema de comunicación funcional 18 , y de sus propios Cuadernos llega
a preciarse porque, en medio de la fatuidad y ramplonería cada vez más generalizada, ve en ellos el mérito de no ser
ningún tipo de monomio (...) en forma
alguna un grupo, como dicen; cosa horrible; sino literalmente lo más bello que
haya existido nunca: una amistad y una
ciudad19.
La "ciudad armoniosa" con que Péguy
soñara, era aquella en que los principios
de la Revolución rigieran un orden tal que
no hubiese ciudadanos de segunda clase,
una república que asegurase la regulación
temporal de las condiciones que garanticen la libertad individual; su sueño es el
de todo hombre moderno: libertad, igualdad, fraternidad; pero Péguy sí estaba
dispuesto a cargar con el coste que esta
Revolución moral20, como él la llamaba,
significaría, y no estaba dispuesto a ceder
ni un ápice delante de los diversos intereses particularistas que pactaban y se peleaban entre sí por el reparto del poder ya
bajo el nombre de liberalismo 21 , de promonarquismo 2 2 , de socialismo parlamentario 2 3 , de anarquismo sindicalista 2 4 , de
Partido Intelectual o de Acción Francesa.
Esta férrea fidelidad a su fe socialista le
valdría la enemistad de todos, aún entre
Análisis
los que alguna vez fueron sus compañeros
de trinchera.
En el socialismo peguyano, tiene una
particular importancia la revaloración del
trabajo humano pues, como ya se ha dicho, busca la salvación temporal mediante el saneamiento del obrero. En su opinión, los socialistas parlamentarios y sindicalistas revolucionarios pervirtieron la
mística inicial al introducir el sabotaje, al
que califica de una invención política que
es enseñada dogmáticamente, intelectualmente, como una invención extraña. Es
un descubrimiento burgués (...) que penetra por contaminación intelectual, desde
arriba, en el mundo obrero. 2 5 Tal invención burguesa refleja el progresivo desprecio que el mundo moderno ha hecho
del trabajo humano, comenzando por su
consideración como valor de bolsa por la
que aún el mismo obrero comenzó a tratar
como tal su propio trabajo. 2 6 Cree necesario rescatar el "honor del trabajo", cuya
significación adquiere una nueva dimensión en el cristianismo, como él mismo
dice: "Aunque no nos crean, nosotros
hemos conocido obreros que tenían ganas
de trabajar (...) Trabajar era incluso un
placer, y la raíz más profunda de su
existir. Y la razón de su ser. Había un
honor increíble del trabajo, el más bello
de todos los honores, y el más cristiano,
tal vez el único que se mantiene en pie".
EL PROBLEMA DE
LA CIENCIA
Como lo podemos encontrar en el
estudio realizado por Bastaire, Péguy, en
primer lugar, era un filósofo, con todo lo
que ello implica de un método y una
perspectiva peculiar en el estudio de los
acontecimientos y fenómenos, así como
unas preocupaciones definidas que, en
contrario a la opinión quizá más generalizada, no se hallaban orientadas tanto a
la literatura como a la filosofía en sí
misma -a pesar de tener en su haber
grandes obras poéticas-. De hecho, sus
estudios superiores los realizó en filosofía
y de 1908 a 1909 se consagró a la preparación de una tesis doctoral que pensaba
presentar en la Sorbona con el título: El
lugar concedido a la historia en la filosofía general del mundo moderno, bajo la
dirección de Gabriel Séailles. Esta no es
una observación vana, pues Péguy era un
estudioso "competente" en filosofía, para
el cual el problema epistemológico no
resultaba extraño. Se descubre todo lo
contrario cuando se encuentran entre sus
obras ensayos como El lugar concedido a
la historia y a la sociología en los tiempos
modernos (1906), El lugar concedido a
los intelectuales en el mundo moderno;
del mismo año: El lugar concedido a la
historia y a la sociología y el lugar atribuido a los intelectuales en el mundo
moderno (1907). El lugar concedido a los
intelectuales en el mundo moderno frente
a las vicisitudes de la gloria temporal, del
mismo año, así como otras obras de reflexión sobre el lugar propio de la ciencia y
los científicos e intelectuales en el mundo
contemporáneo, como Bernard-Lázare
(1903), Zangwill (1904), Brunetiére
(1906), Un poeta lo ha dicho (1907),
Segunda elegía XXX (1908) y las dos
versiones sucesivas de Cito (1909-1912).
28
Viviendo en el siglo del entusiasmo
por el progreso de las ciencias, Péguy
descubre en el fondo de este optimismo
racionalista, el germen de una profunda
contradicción: el conocimiento que se declara incompetente para aprehender la realidad tal y como ésta es, y que, sin
embargo, impone los parámetros para el
conocimiento verdadero. En su obra Sistema, nuestro rebelde epistemólogo
muestra cómo la idea de la ciencia moderna es preguntarse si, a fall a de ese real
insociable, a falta incluso de esa realidad
inhabitable no se podría instituir provechosamente una realidad, constituir un
sistema de verdades si no fácilmente asequible, siquiera algo menos inasequible,
e incluso algo bastante asequible; con eso
nos contentaríamos. 2 9
Henri Bergson.
El escepticismo que late en el fondo
de esta idea de ciencia sigue un camino
sorprendente, cuya relevancia y consecuencias nos resultan patentes ahora gracias a las trágicas experiencias que han
marcado nuestro siglo, en que, dadas las
Vertebración
5
Análisis
Dios, así de simple, Dios eterno, Dios
absoluto. Dios todopoderoso, absolutamente justo y omnisciente (...) es decir, al
pie de la letra, el historiador que ha
concebido su ciencia de acuerdo con un
método que exige de él exactamente las
cualidades de un Dios 3 1 y ve en la historia
y sociología así concebidas, una "secularización" del espectáculo del juicio y descubre con claridad el peligro que resulta
de tal desenfoque que niega lo único perennemente válido esa certeza inmediata,
metafísica, total, real, esa certeza embargadora que sobre el hombre y la humanidad tenemos en nosotros, por nosotros y
sobre nosotros mismos . Lo más sorprendente es la actualidad de estas agudas
apreciaciones, cuya importancia se minimiza con mucha frecuencia, pero cuya
verificación fáctica encontramos hoy en el
freudismo, la etnología y la lingüística
(que) renueva, en algunos de sus representantes, la tesis de la "muerte del sujeto " y de la "reificación" del hombre. J3
"El sabotaje es una invención política".
generalizaciones de la ciencia, no se ha
respetado la naturaleza real de las cosas
sujetas a manipulación, incluido el hombre, las cuales fueron previstas por el
genio peguyano ya a finales de siglo pasado. Y es que el orgullo racionalista
termina postulando que todo este sistema
y toda esta verdad, males menores en un
principio como sustitutos de la realidad
inabordable, después de todo valen tanto
como ese real, que tan orgulloso se muestra; que valen lo mismo (.. .y así) la postura de la ciencia pasa a ser, a medida
que se verifica el triunfo de los tiempos
modernos, una postura de orgullo (...) y
en el mismo momento en que el objeto y
la materia del trabajo dejan de ser extraños al hombre y a la humanidad para
hacerse, por infinitamente poco que sea,
propios del hombre y de la humanidad
misma (...) es decir, hablando resumida,
groseramente, en el momento en que comienza lo que nosotros llamamos la historia y la sociología 3 0 y es cuando se trata
del hombre, que las trasposiciones de la
ciencia dejan de ser ventajosas, dejan de
Vertebración 6
tener el estatuto de certezas, pues no
puede negarse la primera e inmediata certeza metafísica del hombre por el hombre
mismo, su libertdad, que no puede reducirse a estos juegos alfabéticos, estas álgebras, con que funciona la ciencia y que
no son más que sistemas representativos,
que no tienen mayores problemas al tratarse de las ciencias físicas, ciencias de lo
inerte, lo cuantificablc y homologable en
los sistemas simbólicos matemáticos; pero que no pueden aplicarse sin más en lo
relativo al hombre como pretenden la
historiografía y la sociología modernas a
las que Péguy denomina como la transcripción temporal de la ciencia y que, por
lo demás, legitiman esta transcripción
gracias al ateísmo, como él mismo nos
hace notar: Frente a los dioses del Olimpo, frente a un Dios todopoderoso, frente
al Dios cristiano, el historiador era un
hombre, seguía siendo un hombre; frente
a nada, a cero Dios, el viejo orgullo hizo
de las suyas, el espíritu humano ha perdido los estribos; la brújula se ha vuelto
loca; el historiador moderno (...) se hizo
Esta fuerte crítica al racionalismo
cientificista no significa, como muchos lo
han interpretado, que el fiel discípulo, y
aun apologeta, de Bergson 34 , apasionado
por la intuición, despreciase la razón y la
ciencia. Todo lo contrario, Péguy profesaba su adhesión a un "sano racionalismo": Sabemos que la razón no agota la
vida, ni siquiera lo mejor de la vida;
sabemos que los instintos y los subconscientes poseen una existencia más profunda, sin dudar (...) Pero solicitamos que
no se olvide que la razón es para la
humanidad la condición rigurosamente
indispensable. Sin ella no podemos estimar en su justo valor todo lo que no
pertenece a la razón. Y sólo mediante el
esfuerzo de la razón podemos plantearnos
la cuestión misma de saber qué pertenece
a la razón 3 5 . Por otra parte, Péguy
mantuvo siempre buenas relaciones con
personajes relacionados con las ciencias,
como el matemático Henri Poincaré, a
cuyos trabajos dedicó todo un número de
los Cuadernos 36 , y procuraba encontrarse
al tanto de las innovaciones científicas y
tecnológicas, pues respetaba la auténtica
sabiduría 3 7 de aquellos científicos que,
delante de la realidad, pliegan sus propias
convicciones en aras de un nuevo descu-
Análisis
brimiento, los cuales están siempre dispuestos a dudar de lo que han hecho, con
tal que les demuestren que había algo
dudoso. Siempre acogerán la nueva hipótesis con tal de que sea más probable;
ellos mismos propagarán la idea nueva
con tal de que ésta sea o les parezca justa,
incluso aunque haga inútiles sus treinta
años de laboratorio, incluso aunque se
rompa con ello la unidad de la vida?*
Pero Péguy reconoce este valor del trabajo científico siempre y cuando se perciba
la actitud del sabio expresada en la célebre
máxima aristotélica; soy amigo de Platón,
pero soy mejor amigo de la Verdad.
sabe. 4Ü En cambio, el talento moderno
desprecia el simbolismo del arte y no
percibe su valor existencial, o mejor dicho, vital. Y de esta actitud encuentra
plagadas las instituciones culturales, tan
"académicas" 4 l . Como lo hemos dicho
ya, no es que Péguy desprecie las ciencias
por sí, sino que rechaza el cientificismo
que no reconoce su subordinación a lo
real, a la vida; y otorga a la ciencia su
propio lugar instrumental, mediatorio,
como el oficio del que el genio se sirve.
El mismo hace, en su segunda versión de
Clío, un estudio técnico comparativo deí
Air de Malbourg.
Péguy se queja también de los métodos
modernos cientificistas, en cuanto resultan demasiado orgullosos y desprecian,
bajo una pretendida humildad, claridad y
distinción, el método intuitivo, olvidando
que es ahí donde reside el verdadero genio, que supera con mucho al simple
talento científico: Se tiene la impresión de
que entre las obras del genio y de la
inteligencia existe una antipatía profunda, una invencible contrariedad interior
(...) las obras del talento son tales que se
ve muy bien de qué forma un hombre
inteligente, a fuerza de inteligencia, puede hacer otro tanto. En rigor, bastaría
con un prodigio de inteligencia. Por el
contrario, las obras que yo he llamado
esenciales, no se ve deforma alguna cómo
han sido hechas; han sido dadas, como la
vida misma. 3 9 No hay que olvidar que
Péguy es también un poeta, y hasta cierto
punto, permítaseme llamarlo un "romántico", en sentido amplio, por supuesto,
pero que comparte con estos la exaltación
del genio más allá del talento científico
racional, considera que el genio (...) está
librado de la memoria, como el niño, y
del envejecimiento (...) la feliz amnesia
pertenece con pleno derecho al niño (...)
para el genio no puede ser más que un
derecho excepcional, así (...) el genio se
muestra como anormal (...) la creación
del arte, la operación, no es una operación de capitalización burguesa, la obra
primera del genio (...) es el nacimiento
mismo y el alba de la obra, puesto que
implica el "máximum" de ignorancia y el
"máximum" de inocencia y frescor (...)
porque es cuando menos sabe, porque no
Pero fuera de los ámbitos puramente
científicos o académicos, Péguy protesta
contra la "panmuflerie", la ramplonería
del mundo moderno que se burla de todo,
que todo lo ve como una broma o como
algo manipulable, incluso la vida humana,
lo valioso es lo útil, lo funcional; donde
todas las opiniones son igual de respetables y así, en el fondo, ninguna lo es. Para
Péguy, el "acontecimiento" se encuentra
al centro de su reflexión como algo que
irrumpe desde fuera de modo imprevisto,
contra el afán de omnirrectoría de la "panmufleire" y rompe así, los engranajes del
supuesto progreso incesante de la historia.
La realidad es un acontecimiento ante el
cual sólo cabe el respeto religioso y acusa
Péguy al orgullo moderno de rechazar la
realidad tal y como ésta se presenta y el
que ya no intente formarse una razón
sobre la imagen del mundo, sino construir
un mundo sobre la imagen de la razón 4 2 .
Y tal actitud, que brota del escepticismo,
se convierte en un cinismo pragmático,
intolerable para el revolucionario espíritu
de Péguy.
LOS "CUADERNOS DE
LA QUINCENA"
Péguy también hace una propuesta
educativa a través de su mayor obra,
materialmente hablando, los Cuadernos
de la Quincena que significaban para él
un oficio, que permitirían su sustento y el
de su familia, y una vocación, como su
forma de actuación política, los Cuadernos se convirtieron en el medio por el que
buscaba la guarda de la ciudad, pues para
él, el socialismo es una conciencia y una
educación superior a las transformaciones
estructurales de la sociedad. Estos Cuadernos tenían la peculiaridad de tener tras
de sí un sindicato de amistades, 4 3 como
Péguy llamaba a los suscriptores que pagaban su cuota completa y a todos los
colaboradores que voluntaria y gratuitamente colaboraban con la revista, para
que ésta pudiese obsequiarse a la mayor
parte de los suscriptores, y es que los
Cuadernos se hallaban en continuidad con
el proyecto que lanzara en sus años de
estudiante en la Normal Superior, el Journal Vrai^ que concibe como un medio de
enseñanza, y la enseñanza debe donarse
44
y así continuará su lucha por el derecho
de los pobres a la cultura.
Los Cuadernos tenían el propósito de
presentar la verdad encontrada, de ser un
lugar donde los pensadores se expresasen
libremente, en contra de la censura impuesta por la unificación de los grupos
socialistas. Pretende que los autores se
sientan libres en su Cuaderno, sin restricciones económicas, como las impuestas a
él por el socialista en vías de unificación
Lucien Herr, inspirador de Jaurés, quien
comprara con otros accionistas la librería
Georges Bellais, fundada por Péguy,
cuando se encontraba casi en quiebra, y
en la que vetó la publicación de sus Cuadernos, por considerar que con ellos, a
pesar de no juzgar las intenciones de
Péguy, inducirá a los hombres menos
puros o menos firmes a la anarquía violenta, 4 5 además de considerarlos una
aventura peligrosa y cara. 4 6 Para Péguy,
los Cuadernos imparten una enseñanza
superior (...) Intentamos hacer , con la
preparación de la revolución social, en el
sentido en que nosotros lo entendemos,
exactamente lo mismo que la enseñanza
superior con la orografía de Europa, el
texto antiguo o la filosofía de Epicuro. 4 7
Y, todavía, nosotros publicamos con veracidad lo que creemos verdad, sin favoritismos ni desfavor, sin contemporizaciones, facilidades y beneplácitos. Nuestros
Cuadernos se organizan cada vez más
dentro de sus series, como un curso de
enseñanza superior. 4 8
Vertebración
7
Análisis
Los Cuadernos publican obras literarias, científicas, históricas, de divulgación socialista y estudios de arte. Se encuentran entre sus colaboradores: M.
Naudy, con un artículo sobre la enseñanza
primaria; M. Joseph Bédier, con el Romance de Tristan e Ysolda\ en un dossier
publica los artículos de Raoul Allier aparecidos en el Siécle y de Etienne Avenard
en L'Humanité, las crónicas de Pierre
Mille y Felicien Challaye sobre los dos
Congos, así como dossiers de Jean Deck
sobre la ley electoral en Finlandia y de
Gaston Raphael sobre la enseñanza en
Alemania; también publica obras autónomas de Rene Salomé, Hubert Lagardelle,
Romain Rolland, Lionel Landry y Antonin Lavergne, así como algunas obras de
los Tharaud y Julien Benda, y no teme
editar obras eruditas, como el número que
dedicó a los estudios del físico-matemático Henri Poincaré, o de un esteta atiborrado de cultura como André Suarés, lo
mismo que de un obrero autodidacta como
Pierre Hamp. Publicó a Jaurés, Anatole
France y Georges Sorel, y a los poetas
Edmond Flegy André Spire. Pero, apesar
de los ingentes esfuerzos de nuestro joven
editor por ofrecer atractivas obras de calidad, cada vez sus Cuadernos tienen una
menor audiencia: cada año, y tal vez
durante muchos años, el gran público se
abandona y lo abandonan, el público está
entregado a todas las bajezas: a la pornografía, y ya no sólo a la pornografía
grosera, vulgar (...), sino a la pornografía que pasa por elegante y social (...), a
la frivolidad, a la vanidad mundana (la
panmuflerie), a la ligereza, a la fatuidad,
a la falsa elegancia mundana, a toda
mundanidad, barbarie infinitamente peor
y más peligrosa que la misma obscenidad.
Contra esa corrupción de la cultura,
procedente de un enorme e irresistible
aburguesamiento, contra ese sabotaje que
emana de arriba a causa del dinero y que
afecta a todas las clases sociales. Los
Cuadernos, escribe entonces con orgullo
su gerente, tienen un puesto "que nosotros
mismos nos hemos ganado, a través de
una retirada difícil, un reducto central".
50
Vertebración 8
"No sabía que la autoridad colectiva anónima es más temible
que la autoridad individual".
Para decirlo en los mismo términos de
Péguy, los Cuadernos de la Quincena
fueron en 1901, con Pages Libres, la
primera de las publicaciones republicanas, liberales, socialistas, revolucionarias libertarias, - a través de los cuales
propone su "comunismo de la enseñanza", con el que se opone a cualquier clase
de "monopolio de Estado colectivista",
pues entiende que no puede confundirse
la comunidad de los espíritus en la búsqueda de la verdad con un grupo sometido
a una dictadura ideológica (ibid.). Por
eso, en los Cuadernos están católicos que
no hacen trampas, protestantes que no
hacen trampas, judíos que no hacen trampas, librepensadores que no hacen trampas. Por esta razón estamos tan pocos
católicos, tan pocos protestantes, tan pocos judíos, tan pocos librepensadores. Y,
en conjunto, tan pocas gentes. 52
EL NACIONALISMO DE PEGUY
El francés Péguy es un fiel enamorado
de Francia, es un hombre del pueblo,
oriundo del valle de Loira, cuyas primeras
lecciones de historia proceden de los adultos que lo rodean y están impregnadas del
olor de la guerra y del honor del combate,
como cuando el herrero Louis Boitier le
refería sus hazañas en la campaña de
Chanzy 5 3 en defensa de Francia; en su
formación escolar tuvo profesores patriotas que también habían sido soldados,
como su padre Désiré, muerto en 1873 de
una enfermedad contraída "el año terrible", cuando salió con los soldados del
Loiret a defender la capital sitiada por los
alemanes, y así, recibió una enseñanza
moral y cívica que enaltecía las virtudes
del soldado. Es la época (1881) en que en
Francia se inauguran los batallones escolares y se intenta rescatar el orgullo patrio
y borrar la vergüenza de la derrota; y, sin
embargo, como da testimonio el mismo
Análisis
Péguy después, el pueblo francés no se
prepara para una reconquista: hace veinte
años, hace treinta años, elegimos no hacer la guerra de revancha que habíamos
preparado 5 4 y el pueblo francés optó por
la paz.
Hacia 1898 prepara, para los niños, la
historia de Pedro, inspirada en M. Tonnelat y en la Tour de la France pour deux
enfants de Mme. Fouillé, donde pretende
presentarles la patria bajo los rasgos más
nobles, y mostrársela grandiosa por el
honor, por el trabajo, por el respeto religioso del deber y de la justicia. ^5 Esta es
una obra de paz, como el espíritu del
sentimiento nacionalista más profundo de
Péguy. Como Jaurés y con él, en la antología Action Socialiste, profesa un amor
patriótico que ve Francia como el modelo
y vanguardia en el desarrollo socio-político entre todos los pueblos y sobre la
anexión que Alemania hizo de Alsacia y
Lorena, considera que es un conflicto
cuya solución se encuentra en el desarrollo de la democracia entre las diversas
naciones y vaticina que en ella se fundará
la Ciudad Armoniosa donde la diversidad
de las banderas alegrará sin romperla la
unidad de los hombres. S6
Es en el Diálogo de la Ciudad Armoniosa que se delínea lo que podría llamarse la "utopía" del internacionalismo patriótico de Péguy y, cuando mira que
dentro de la ciudad que no era aún armoniosa (...) la mayor parte de los pueblos
nacían, vivían y morían sin que sus almas
nacionales naciesen y viviesen; pero en la
ciudad armoniosa las almas nacionales
nacen y viven para todos los pueblos, y
obtienen su forma sin deformar las almas
individuales y las almas familiares y las
almas amistosas de donde nacieron, 57 en
realidad sólo está llevando a las naciones
la misma observación que hace de las
relaciones individuales, en sus diversas
discusiones con las facciones totalitarias
de izquierdas, centros y derechas, y es que
la pluralidad, la diversidad, las diferencias, no son un mal, no excluyen la unidad
que aquéllos defienden con fieles o con
dobles intenciones; más aún, la individualidad es un atributo, es un bien, y en
cuanto tal, un derecho de las personas y
de las naciones, por lo que no es lícito a
ninguna alma nacional pretender prevalecer sobre las oirás conciudadanas suyas,
ya que ellas viven entre sus conciudadanas y no contra sus conciudadanas, >8 y
he aquí la diferencia entre el nacionalismo
de Péguy y el de Jaurés, y el de Maurras:
contrariamente a éstos, el revolucionario
de los Cuadernos no concibe la gloria de
Francia como un poder hegemónico, sino
como laáel primer pueblo verdaderamente, del que primero y más adelante ha ido
en la institución de la democracia y así,
la esperanza del mundo está puesta en
Francia para aprender de ella la libertad:
pues nuestros antepasados no lucharon,
sufrieron, vivieron y murieron en tan gran
número sólo para asegurar la multiplicación de las palmas académicas; ellos pensaron, combatieron, sufrieron vida y
muerte para que este rincón de tierra se
conviertiese en el cálido hogar de la libertad en el mundo, para que París llegase
a ser lo que es: literalmente la capital de
la libertad en el mundo. ^
Hacia 1905, Francia sufre una nueva
amenaza militar por parte del Kaiser, y
esto trae a Péguy de nuevo el testimonio
del sufrimiento del pueblo francés, que
constituye parte de su patrimonio cultural,
y se suscitan en él un estupor enorme, un
odio formidable (...) y, sobre todo, un
resentimiento profundo y un resentimiento
de ultraje. 6 0 Y se revuelve en su interior
el rechazo por la guerra y el ejército como
instrumento de la guerra ofensiva 61 que
le resultan inadmisibles en cualquier caso,
y aborrecibles; particularmente se refiere
al ejército francés, pues su intervención
sobre otras naciones hiere su fina percepción del honor y orgullo nacionales que
no pueden admitir que se excusen crímenes cometidos en nombre de la patria, ni
siquiera en nombre de su defensa, como
lo expresa por boca de su primera Juana
de Arco: Si para salvara Francia hubiera
que pronunciar las palabras que M. de
Rais ha pronunciado delante de mí...
preferiría... que Francia no se salvase. 6 2
Pero Péguy no se opone a lodo ejército, pues, como él mismo precisa, si por
la palabra ejército entendéis la nación
armada en defensa de su libertad nacio-
nal, ya no se trata verdaderamente de un
ejército, sino, hablando con más exactitud, de un contraejército, *" es necesario
que los franceses defiendan su patria, no
que tomen venganza, lo cual es vil, sino
que salven Francia luchando por ella con
dignidad. De otra manera no se entiende
cómo entonces Péguy haya muerto en
1914, en la guerra. El Entiende que la paz
sólo es posible si la guerra que le precede
es realizada con lealtad, respetando la
persona moral del adversario y descubre
que las patrias son entregadas siempre
por los ricos, los cuales pueden tener
mucho que perder con la destrucción de
la ciudad y con la usurpación de la misma,
y son siempre defendidas por los miserables, por los pobres, por los andrajosos,
que nada tienen que perder; es que los
ricos sólo tienen que perder bienes temporales, tesoros y situaciones económicas, mientras que los pordioseros tienen
este bien que perder: el amor a la patria.
64
Y Francia debe ser salvada por los
franceses, dada su inscripción histórica.
65
Lo que está en juego, a los ojos de
Péguy, es la Civilización Occidental lo
poco que hay de cultura en el mundo
moderno (...) esencialmente mortal. Tanto más mortal, tanto más expuesta a la
muerte cuanto menos profundamente está
enraizada en el corazón del hombre de lo
que estuvieron la mayoría de las antiguas
civilizaciones, de lo que se trata es de
salvar Francia para el mundo, como dijera
Jaurés en Action Socialiste, una Francia
libre, grande y fuerte, es necesaria para
la humanidad. Es en Francia donde la
democracia alcanzó su forma más lógica,
la República; y si Francia cayese, la
reacción se alzaría en el mundo. 6 6 Sólo
que Jaurés cree que primero es necesario
resolver el problema social y, aunque en
desacuerdo con Gustave Hervé, que en
Leur Patrie (La patria de ellos) incita a
los obreros a la huelga general y a la
insurrección en caso de guerra contra
Alemania, prefiere el diálogo con éste que
desechar esta postura antipatriótica. Péguy escribe entonces Nuestra Patria, polemizando con ellos, y en los Cuadernos
acusa a Hervé de traición. Y lo que ve
finalmente en las conciliaciones de Jaurés,
Vertebración
9
Análisis
es que intenta utilizar el herveísmo para
pacificar la situación en un diálogo con
Alemania, y prefiere hablar de la defensa
de la libertad polaca que de la francesa,
en un internacionalismo socialista que al
gerente de los Cuadernos le resulta ridículo, como se ve en Un poeta lo ha dicho,
donde califica el Congreso Internacional
de Stuttgart como un espectáculo de la
impotencia del socialismo francés, donde Jaures da pie al herveísmo francés
confiando en un simultáneo herveísmo
alemán inexistente. Además, esta postura
le parece despreciable aún entre los alemanes: Si por un imposible un gobierno
imperialista de reacción militar francesa
preparase, tan abiertamente, y ejecutase
una invasión militar de las provincias
renanas para destruir las libertades nacionales, políticas y sociales de los alemanes, nosotros esperamos que los socialistas alemanes se levantarían como un
solo hombre contra aquellos de nuestros
franceses que se hicieran cómplices de ese
crimen. Y estos franceses no seríamos
nosotros. Pues contra dicho crimen seríamos los primeros en dar no sólo la orden,
sino el ejemplo tanto de la deserción como
de la insurrección y de la rebelión. Y esa
insurrección no sería masque la tradicional revolución francesa. 6S Estos socialistas, al parecer de Péguy, se han olvidado
que la Revolución, como idea, necesita
encarnarse en un pueblo para ser real. 6 9
Enmedio de las polémicas con estos
socialistas pusilánimes, Maurras y la Acción Francesa quisieron traer a sus trincheras al autor del Misterio de la Caridad
de Juana de Arco, pero Péguy no da la
razón a socialistas ni a los promonárquicos y ataca la forma de dividir la historia
de Francia por Maurras, lo mismo que la
traición herveísta. La República no es el
enemigo de la cristiandad, como piensa la
Acción Francesa y el movimiento de desrcpublicanización de Francia que emprenden, es el mismo de descristianización. Y
el socialismo francés no es ni antipatriótico, ni antifrancés, ni antinacional, como
lo creen: es un movimiento internacional.
70
La confusión se debe a la evolución del
socialismo y particularmente a la absurda
complacencia de Jaures con Hervé. De ahí
Vertebración
10
que Péguy entonces rehuse llamarse a sí
mismo socialista. 71
Pero el partido intelectual maurrasiano, por demagogia, solía identificar en un
bloque a sus adversarios ideológicos, como lo hiciera en el caso Dreyfus contra
los socialistas aunque en el fondo tenían,
según Péguy, los mismos postulados patrióticos.
Y es que en el caso Dreyfus
73
la demagogia de la Acción Francaise
lleva a confundir al partido judío y la
política judía con la raza judía y la mística
judía. En realidad, diceeldreyfusista, los
antisemitas no conocen a los judíos (...).
Los antisemitas ricos conocen tal vez a los
judíos ricos. Los antisemitas capitalistas
conocen a su vez a los judíos capitalistas.
Los antisemitas negociantes conocen tal
vez a los judíos negociantes. Por la misma
razón yo apenas conozco más que a judíos
pobres y a judíos miserables. Los hay.
Hay tantos que su número se desconoce.
Yo los veo por todas partes. 7 4
El gerente de los Cuadernos aduce en
favor de los judíos un vibrante testimonio:
En la pobreza común, en la miseria común, yo los he encontrado durante veinte
años con una seguridad, una fidelidad,
con una entrega, una solidez, una mística,
una dedicación y una piedad dentro de la
amistad inquebrantable (ibid). Pero no
puede reprocharse la solidaridad del pueblo judío, de hecho, Péguy continúa: eso
es lo que los ricos cristianos tienen que
hacer, nosotros no ponemos obstáculo a
que los cristianos ricos nos apoyen entre
nosotros, ¿se dirá que el dinero judío es
judío y no francés?, ¿es que el dinero
francés es francés? ¿hay un dinero que
sea francés? 7 S
En todo este asunto de delación, el
único hombre del estado Mayor francés
que no sucumbió a las diversas demagogias e intereses, al parecer de Péguy, fue
Joseph Reinach. Y, como ahora lo dicen
Alain Finkielkraut, el cristiano que defendió al judío Bernard Lazare fue Péguy.
Y es que el joven editor no podía soportar
Creyó necesario rescatar el "honor del trabajo"
(trabajadores de la fábrica Renault en 1903).
Análisis
que se pasase sobre los derechos humanos
de un hombre que pensaba diferente. El
ateo Lazare, judío de raza, hombre "empapado de las escrituras", no podía sufrir
que lo temporal se mezclase con lo espiritual; (...) Que unos órganos tan groseros como el gobierno, el Parlamento, el
estado, el Senado, tan ajenos a todo lo
espiritual pusiesen sus manos en lo espiritual; eso era para él no sólo una profanación grosera, sino aún más, un ejercicio de mal gusto, un abuso, el ejercicio,
el abuso de una singular incompetencia.
Experimentaba sin embargo una secreta,
una singular complicidad de competencia
espiritual si era preciso con el Papa. 7 7
Sin embargo, el movimiento dreyfusista
fue manipulado por los más bajos intereses electorales que lo introdujeron en el
juego de la demagogia, la agitación radical anticlerical, anticatólica, anticristiana, dentro de la separación de las iglesias
y el estado, la ley de las Congregaciones,
waldeckista, la singular aplicación, la
aplicación combista de la ley, creando así
esa ilusión política, de que el movimiento
sista era un movimiento anticristiaflU.
EL CRISTIANISMO DE PÉGUY
Y LA IGLESIA
Hasta aquí hemos hablado de las luchas sociales, culturales y políticas del
gerente de los Cuadernos, pero toda ésta
vorágine de actividad panfletaria e intelectual y política, se halla desarticulada si
no contemplamos el centro de todas estas
preocupaciones temporales; pues todas
ellas se encuentran fuertemente inscritas
en un espíritu profundo que las ve desde
una perspectiva distinta a ellas mismas,
una perspectiva que las supera y al mismo
tiempo las anima desde su más profundo
centro, su dimensión eterna, su sentido
dentro de la historia vista como totalidad.
Pero este punto de convergencia y, quizá
podríamos decirlo mejor así, este "punto
de fuga", de proyección al "infinito" de
tales acontecimientos, le es proporcionado al poeta revolucionario por el cristianismo. Sin embargo, Péguy vive un cristianismo en abierta confrontación con
ciertas actitudes que él llama "burguesas"
de los cristianos y de los clérigos, así
como de las actitudes totalitarias que no
respetan la libertad de conciencia de los
individuos en aras de una unidad malentendido y mal identificada con la uniformidad, en contra de la "armonía" de los
contrastes de la vida, de la libertad.
Por principio de cuentas, es de notar
que Péguy se convierte de su ateísmo
hacia 1908, cuando se encontraba en la
época más difícil y desesperada de su
vida, enfermo, arruinado y tocado por un
amor imposible. Y después de un período
de casi abandono de la obra de su vida,
los Cuadernos, 7 9 entra en un nuevo
periodo de creación literaria, abandona su
Tesis y aunque los Cuadernos pasan a un
segundo plano, salen de su pluma la primera versión de Clío, reescribe el Misterio de la Caridad de Juana de Arco,
surgen entonces, tras el éxito de los misterios^ otros ensayos importantes como
Nuestra Juventud y Víctor-María conde
Hugo.
El catolicismo de Péguy se halla en
contraste con el ambiente que le rodea,
pues tiene a sus principales amigos entre
los protestantes y los judíos y su misma
esposa es atea; y su conversión no le hace
cambiar ni de método en la administración
de sus Cuadernos, ni en su vida privada,
ni en sus amistades. No puede encuadrársele fácilmente entre aquella generación
de conversos de su época, como León
Bloy o Bernanos, él se parece más a su
maestro Bergson, a pesar de que Péguy si
se vuelve abiertamente católico, tiene en
común con Bergson que no rompe con su
pasado y profundiza en las raíces cristianas de sus inquietudes libertarias y revolucionarias, 8 " para sacar todas sus virtualidades. Péguy se adhiere a la misma fe
cristiana que todos ellos pero no habla su
mismo lenguaje. Profesa el credo cristiano y es un fiel que aprecia y vive profundamente la liturgia y la plegaria cristiana
ve la liturgia como teología sosegada que
junto a las oraciones de la iglesia son el
medio para descender a esas honduras en
que la liturgia y la teología, o sea la vida
espiritual y la formulación espiritual aún
no se hallan distinguidas. 8 1
Posee una especial devoción mariana
cuyas oraciones son para él plegarias de
reserva. No hay ni una en toda la liturgia
(...), ni una que el pecador más lamentable no pueda recitar verdaderamente. 8 2
En el Pórtico al misterio de la segunda
virtud, dice de la Virgen que ella es la
única que es a la vez carnal y pura. 8 3 Su
devoción a ella lo lleva a hacer dos peregrinaciones al santuario mariano de Chatres, que algunos devotos han usado como
pretexto para despojar su pensamiento de
toda implicación revolucionaria, y tras
una de ellas confiesa a su amigo Lotte
todas mis impurezas cayeron de golpe.
Era yo otro hombre. Recé una hora dentro
de la Catedral, el domingo por la mañana
antes de la misa mayor. No asistí a ésta.
Tenía miedo de la multitud. Recé, amigo
mío, como nunca he rezado, 8 4 y ahí pide
a la Virgen la gracia de la castidad y
afirma después nuestra Señora me salvó
de la desesperanza (ibid.). Y el 3 de
septiembre de 1914, dos días antes de
morir, pone unas flores al pie de la Virgen
en Ja capilla de Montmélian, cerca de
Vermars.
Ve con tristeza que la Iglesia francesa
del siglo XX se encuentra hundida en los
compromisos, curtida en los conformismos, infiel al mensaje evangélico, le parece, con la Acción Francesa, que la
Iglesia no ve que unos hombres han muerto por la libertad igual que otros hombres
mueren por la fe, 8S en cuanto al juicio
que ésta hace de lo acontecido en 1789,
1848 y 1870 y 1871 en Francia, continúa:
unos hombres vivieron, hombres incontables, héroes, mártires, y diré también,
santos -y cuando digo santos sé seguramente lo que digo-, hombres sin cuento
han vivido heroicamente, santamente, para que hoy el último de los imbéciles tenga
el derecho de cumplimentar esaformalidadtrucada. ,Piensa Péguy que la suerte
de la Iglesia está unida a la de la República, en cuanto tienen por adversaria a la
modernidad, el mundo de los que se las
dan de listos, el mundo de quienes no son
primos, imbéciles como nosotros, el mundo de los que no creen en nada, ni siquiera
en el ateísmo, de los que no se entregan,
de los que no se sacrifican por nada, el
mundo de quienes carecen de mística y se
tyertebración
11
Análisis
vanaglorian por ello. Así, considera que
el movimiento de desrepublicanización de
Francia es profundamente el mismo movimiento que el de su descristianización.
Es en conjunto el mismo, el único movimiento profundo de desmitificación. Al
mismo movimiento profundo, a ese único
movimiento, corresponde que este pueblo
no crea ya ni en la República ni en Dios.
87
Es esta incredulidad la que se encuentra
al fondo del escepticismo científico, y en
general, lo que Péguy llama la Panmuflerie, y continúa la misma incredulidad,
una única incredulidad alcanza a los falsos dioses y al verdadero Dios, a los viejos
dioses y al Dios nuevo, a los dioses antiguos y al Dios de los cristianos. La misma
esterilidad reseca a la ciudad y a la
cristiandad, a la ciudad política y a la
ciudad cristiana (ibid.). Es la autosuficiencia que caracteriza el espíritu moderno, cuyos peligros entreveía con agudeza
el vate Péguy. El mundo moderno se
inoculaba contra la fe en otro que no fuese
él mismo y se despojaba a sí mismo de
todo sostén trascendente y absoluto.
La criticada adopción de los valores
evangélicos de libertad, igualdad y fraternidad de la Revolución Francesa, considerada siempre como una secularización
negativa, es vista por Péguy como una
oportunidad, como la vía que lleva al
cristianismo al mundo moderno, distinto
del medieval, como la condición que permite la encarnación del cristianismo en el
siglo XX, sobre todo por el espíritu libertario, pues ve la libertad como la condición misma de la gracia. En el Misterio
de los Santos inocentes, hace decir a Dios
de la libertad francesa:
católicos, el taller está cerrado para ella,
y ella está cerrada para el taller; ha
venido a ser en el mundo moderno, sufriendo también ella una modernización,
casi únicamente la religión de los ricos,
tanto que ya no es, si puedo decirlo,
socialmente, la comunión de los fieles.
¿Qué hay de común entre el evangelio y
esa especie de religión superior para las
clases superiores de la sociedad, esa miserable especie de religión distinguida
para eentes con reputación de distinguidas?*9
Péguy cree que la Iglesia no volverá a
ser la Iglesia de todos, no se ganará al
pueblo, a menos que también ella, como
todo el mundo, haya corrido con los
gastos de una revolución económica, de
una revolución social, de una revolución
industrial, o, para decirlo literalmente,
de una revolución temporal para la salvación eterna. Hay que correr con los gastos
temporales. Nadie puede escurrir el bulto,
ni siquiera lo eterno, ni siquiera lo espiritual, ni siquiera la vida interior. De ahí
que nuestro socialismo no sea tan estúpido y que sea profundamente cristiano. 9 0
El problema a que la Iglesia se enfrenta,
es el aburguesamiento del mundo cristiano y así, no está dispuesto a perder su paz
económica y social, ante los que está
dispuesto a sacrificar aun su fe y sus
costumbres. 9 1
Más que la incristianización, es la
descristiandad el mal mayor, es descristiandad culpable y, como se dice en Corneille, criminal, que la incristiandad de
antes, que la antecristiandad inocente,
por así decirlo, es algo muy distinto,
infinitamente más es el no haber ganado
aún y ya haber perdido. 92 La historia ya
Llevan la libertad en la sangre.
había visto muchas humanidades enteras,
Todo lo que hacen, lo hacen
sociedades, ciudades enteras fundarse y
libremente
nacer, reunirse, asociarse, crecer y men(...) Por ellos hemos inventado. Por guar, prosperar, involucionar, crecer coellos hemos creado.
mo plantas, nacer y morir incristianas,
Ser amados por hombre slibres. 8 8 pero nunca nacer y crecer, crecer y no
menguar, prosperar y no involucionar,
Todo el problema de la Iglesia france- nacer y no morir, sino una ciudad al
sa a principios del siglo XX, al parecer menos un mundo entero, una sociedad
93
Y si
del gerente de los Cuadernos, procede de entera incristiana, posteristiana.
que: pese a ciertas pretendidas obras el hombre moderno se encuentra perdienobreras y de algunos pretendidos obreros do la fe recibida, no se debe propiamente
Vertebración
12
a la difusión de la Ciencia y su método,
erigidos contra la religión, con unos sistemas pretendidamente invencibles. Lo
-que se necesita es caridad. 9 4
En el pensamiento de Péguy tiene especial importancia la contemplación de la
comunión de los santos. La unión de los
pecadores con los santos, hay que repetirlo, no es un enlace de inspiración. Es
un enlace de comunión. No se es cristiano
por estar a un cierto nivel moral, intelectual, incluso espiritual. Se es cristiano por
pertenecer a una cierta raza ascendente,
a una cierta raza mística, a una cierta
raza espiritual y carnal, temporal y eterna, a una cierta sangre, la de Cristo. Así,
la más noble acción del mundo que no
haya sido bañada por la gracia, podrá
hacer del hombre un estoico, pero no un
cristiano95. El cristianismo es para el peregrino de Chatres más que una moral,
una pertenencia a alguien, a una comunidad. ¿Cómo podría ser una moral? En tal
caso el mejor cristiano sería el más virtuoso, pero, como Péguy experimenta,
hay una distinción entre la virtud deseada
y la soportada, de manera que quien soporta la virtud, es quizá aún mayor que
quien la practica (...). Pues quien la
practica se nombra a sí mismo para practicarla. Pero quien la soporta es designado acaso por otros. Quien practica la
virtud no es más que el padre y autor de
la misma; pero quien la soporta es su hijo
y su obra. 9 6 De hecho, él mismo experimenta esta división entre el bien deseado
y la imposibilidad de realizarlo sin la
gracia, sin la cual la obra más meritoria
no es cristiana; 9 7 pero en el reconocimiento de esta indigencia para el bien, es
que nace el abandono en las manos del
Padre. 9 8 Como de la acogida del Padre,
tiene plena convicción de que por la comunión de los santos hacemos una incautación de los bienes que son comunes a
toda la Iglesia, por eso Péguy se halla tan
"a gusto" en la Iglesia. Cada cristiano es
parte del Cuerpo Místico de Cristo, en
cuya unidad, cada parte conserva su propio lugar e identidad. La riqueza de la
Iglesia está en la diversidad de los carismas que la componen y los pecadores
construyen la Ciudad de Dios lo mismo
que los santos, y nosotros nos encontra-
mos bajo el patrocinio y protección de los
ángeles custodios y de los santos.
Pero la vida cristiana no es posible al
hombre, sino por la Encarnación, porque
la eternidad se convirtió en tiempo. Lo
eterno se hizo, pasó a ser temporal. Lo
espiritual se hizo, pasó a ser carnal. Pero
(sobre todo) se trata de una historia que
llegó a la eternidad, a lo eterno, a lo
espiritual, a Jesús, a Dios (...): la historia
"dio a luz a Dios".
Y he ahí la razón
de la Esperanza peguyniana, que lo sostuvo en los tiempos más difíciles y a la
que dedicó una de las obras que lo inmortalizaron, el Pórtico al Misterio de la
Segunda Virtud, que le ha valido ser considerado el poeta de la esperanza, a la que
ve como la virtud fundamental que incardina al hombre en el tiempo, lo "sumerge"
en él, para que a semejanza de Cristo lo
asuma y lo salve, conviertiéndolo en tiempo de salvación eterna.
CONCLUSIONES
Con toda la aparente diversificación
de intereses del inquieto editor de libros
y revistas, filósofo, epistemólogo, poeta,
político, panfletario socialista, padre de
familia, etc.; con toda la aparente contradicción de sus fuentes nutricias: los blanquistas, el socialismo de Proudhon, la
Revolución liberal francesa, la filosofía
de Bergson, la mística cristiana; y a pesar
de la constante discusión con todas las
facciones ideológicas de su tiempo: Maurras y la Acción Francesa, los socialistas
cualquiera que fuese su facción (combistas, jauresianos, herveístas, sindicalistas)
y los miembros del Partido Intelectual, no
debe pensarse que Péguy fuera dando
tumbos en sus convicciones. Por el contrario, el gerente de Cahiers de la Quinzaine era un hombre de una sola idea: la
libertad es el bien máximo de la vida
humana. Todas sus luchas se centraron
siempre en la salvaguarda de la libertad
en todas sus dimensiones, y con ella, de
todos los derechos del hombre. Y la respuesta al sentido último de la libertad, la
liberación humana por excelencia, la encuentra en el cristianismo. Péguy, ante
todo, era un cristiano que vivió y murió
como tal, incluso cuando se confesaba
Vertebración
13
Análisis
ateo vivía ya una especie de prefidelidad
evangélica, fruto de la buena voluntad de
su corazón. Es un hombre de buena voluntad, uno de esos bienaventurados que
reciben la paz en un corazón liberado de
toda afección propia, abierto a la Verdad,
al Bien, sin importar su procedencia inmediata, sabedor de que, en última instancia, estos sólo pueden tener una única
procedencia.
La influencia que la obra de Péguy ha
podido tener en el pensamiento contemporáneo, ha sufrido varios descalabros a
pesar de su gran valor y riqueza, tanto
expresiva como formativa. Muchos factores se dieron cita en su momento histórico
para permitir a los cristianos piadosos
"estamparlo" y así, beatificarlo en una
imagen estática y desencarnada, desprovista de la carnalidad y temporalidad de
su compromiso en la salvación del mundo; para conseguir que los radicales nacionalistas usurparan la bandera de su
Juana de Arco para justificar un falso
orgullo nacional totalitario, envileciendo
el auténtico sentimiento del honor y dignidad del alma nacional francesa que ha
heredado la bandera de la libertad para sí
y para el resto de los pueblos; para dar pie
a los católicos más ortodoxos de condenarlo por su socialismo, que acusaba el
aburgasamiento de la Iglesia, que ya no
estaba dispuesta a cargar. También ella,
con el coste de la reordenación temporal
del mundo, refugiada en la comodidad de
su oficialidad; para permitir que el Partido
Intelectual juzgara y desechara su obra,
sin tomarse la molestia de leerla siquiera,
por no plegarse a los intereses de una
modernidad simplona y vulgar; para hacer
caer la censura de sus compañeros de
trinchera revolucionaria socialista por
pronunciarse siempre contra toda la contaminación de la mística original con cualquier interés de dominación absoluta. Todos, en su momento, se sintieron molestos
por la presencia de este revolucionario de
la libertad, y como siempre es más fácil
rechazar o reducir lo que resulta demasiado complejo para ser asimilado, Péguy fue
despreciado o mutilado, según el caso,
tantas veces, que hoy resulta difícil hallar
su verdadero rostro.
Vertebración
14
Sin embargo, y para ser fieles a la
realidad, Péguy dejó la herencia de su
pensamiento no sólo en una abundante
bibliografía, sino también a través de un
grupo nada despreciable de amigos y discípulos que se han ido sucediendo en el
proceso de difusión y asimilación de la
obra del genio del valle del Loira, los
cuales han fundado la Amistad Charles
Péguy y se han preocupado por difundir
y estimular su estudio. Hoy son muchos
los pensadores que se han interesado por
el redescubrimiento de sus obras y la
bibliografía que brota de este interés es
cada vez más abundante y honesta. Lamentablemente la mayor parte de las obras
de Péguy y de los estudios sobre el mismo
no ha sido traducida aún a nuestra lengua;
100
sin embargo, pueden encontrarse algunos títulos, como los utilizados aquí.
Nada nos complacería más que estas páginas sirvieran para despertar en alguien
la curiosidad por las obras del poeta de la
esperanza, cuya fuerza, profundidad y
belleza sacuden lo más profundo de la
conciencia. Si logramos incorporar al fiel
cristiano francés de principios de siglo,
del apogeo del entusiasmo moderno, a
nuestra cultura universitaria, quizá nos
llevemos la sorpresa de que este descontemporáneo para su época, nos es más
contemporáneo hoy de lo que pudiéramos
pensar y quizá descubramos un nuevo
peñasco desde donde mirar el horizonte
de nuestra cultura post-moderna, una nueva cima por sobre mito del progreso, la
roca de la Esperanza que mira al futuro
sin temores y sin falsos optimismos, fincada en la certeza de la Presencia de Cristo
entre nosotros.
Análisis
NOTAS Y REFERENCIAS
1 Ver entrevista a FINKIELKRAUT,
Alain: Sacaré a Péguy delgueto, por Stefano
M. Pací, en 30 Días en la Iglesia y en el mundo,
VI/58-59 (1992), pp. 66-69.
2 BASTAIRE, Jean. Charles Péguy, el
insurrecto, Ed. Encuentro, p. 12
3 ibid., p. 7
4 ibid., p.8
5 Oeuvrespoetiques, Pléiade, Gallimard,
27; en o.c, p. 38. De hecho, Bastairehaceuna
larga alusión a las gestiones económicas de la
que fue (a obra material más grande de Péguy:
los Cuadernos de la Quincena, para mostrar
con ello cómo vivía su "fe socialista", así como
su "precristianismo", de! que M. Laudet da
testimonio en 1911 llamándolo "esajovenprefidelidad a las costumbres cristianas, a la
pobreza cristiana, a las enseñanzas más profundas de los Evangelios". Oeuvres en prose,
Pléiade, Gallimard, 1053, eno.c., p.62.
6 Rara vez se han lanzado ataques tan
ofensivos y groseros por una alta personalidad
universitaria contra un simple publicista (...)
Langlois sugiere que Péguy no desdeñó la
búsqueda, durante el caso Dreyfus, de su glorificación personal y, bajo la mirada benévola
de M. Maurice Barres, las simpatías de la
buena sociedad y su apoyo moral y, caso de
necesidad temporal. En El Dinero, Péguy
responde a esta acusación, y pide el respeto a
su pobreza, como el poder discutir ideológicamente en igualdad de condiciones, es decir, sin
que sus adversarios se revistan de autoridad
magistral. En Oeuvres en prose, 1909-19I4,
Pléiade. Gallimerd, 1142-1144 y 1158, en
o.c, pp. 185-186.
7 En marzo de ese año cuando intentando
conciliar las diferencias entre las diversas
corrientes socialistas, Jaurés, aunque siempre
siguiera siendo un antiautoritario y antidogmático, acepta "contemporizar" en la práctica con
ciertas actitudes autoritarias y dogmáticas que
pretenden borrar las diferencias entre los grupos en nombre de la unidad, por lo que Péguy
escribe una carta abierta en que hace pública
su enemistad con Jaurés. cf. Oeuvres en prose. 1898-1909. Pléiade, Gallimerd, 311 y 322,
en o.c, p. 30.
8 Se trataba de una restauración universal
comenzando por el mundo obrero (...) de esa
moral, ese método general, esa filosofía de los
productires, que iba a encontrar en Sorel,
moralista y filósofo, su más elevada expresión,
su expresión definitiva. En Notre Jeunesse,
ibid., 594; e n o . c , 154.
9 Ibid, 592, e n o . c , p. 155
10 Ibid, 593, en o . c , p. 155
11 El jauresismo había desencantado a
Péguy desde 1899 cuando en el congreso preparatorio para la unificación de los partidos
socialistas, que bajo la influencia de Guesde,
cuyo marxismo es fuertemente atacado por
nuestro libertario, los socialistas franceses asumieron posturas autoritarias para capitular definitivamente, a ojos de Péguy. ante el guesdismo hacia 1901, en que escribe su ensayo
Sobre tarazón, en contra de los compromisos
que a nombre de la razón sacrifican la razón
misma intentando unir el socialismo a un sistema: Hay que llamar enemigos de la razón a
los locos que ejercitan su demencia contra la
razón. Y hay que llamar falsos amigos de la
razón a los dementes que desean que la razón
proceda por los senderos de la sinrazón (...)
La razón no procede de la autoridad gubernamental... de la autoridad militar... de la autoridad religiosa... de la autoridad parlamentaria... de la autoridad demagógica... de la
autoridad manual. EnOeuvresenprose 18891909. Pléiade, Gallimard, 407-410. en o . c . p.
30. Fue en este clima de protesta con el
guesdismoque surgen los Cuadernos, como un
grito de libertad, como reivindicación de la
diversidad de la libertad, como una proclama
de fidelidad al anarquismo socialista, como
resonancia de las palabras que Proudhon escribiera a Marx en 1846 y que Péguy recuerda
entonces: No nos hagamos los jefes de una
nueva intolerancia, no nos consituyamos en
apóstoles de una nueva religión, aunque dicha
religión fuese la de la lógica, la religión de la
razón, en Lettres choisies. Grasset. 1929, p.
73, ibid., 417-418.
12 Emile Combes es un marxista dogmático y anticlerical que a nombre de una pureza
doctrinal marxista atenta contra las libertades
individuales. Contra él. Péguy opone la idea
del socialismo cultural. CF. Péguy et les Ca-
hiers, Gallimard, 205, en o.c. p. 24 y Oeuvres
completes, Gallimard, XI, 54, en ibid. Cree
firmemente que el socialismo es una vida
nueva y no una política. En carta a Camille
Bidault, febrero 27 de 1897: Catalogue de
¡'exposition du cinquantenaire, Orleans,
1964, p.47; en o . c , p. 23.
13 Ibid., 1133;o.c.,p.66
14 Op. Cit., p. 19
15 Ver nota 11
16 Oeuvres en prose 1898-1909. Pléiade,
Gallimard, 1258-1259, en o . c , p. 44
17 Oeuvresposthumes, Cahiers de l'Amité Charles Péguy, 126, 140; en o . c , p. 37.
18 Cahiers de la Quinzaine\l\-2\; e n o . c ,
p.46
19 Péguy et les Cahiers de la Quinzaine,
Gallimard, 279-280; en o . c , p. 65
20 El mismo Péguy acusa de burgueses a
todos estos grupos que cómodamente prefieren
establecer relaciones ventajosas a sus propios
intereses, a debatir realmente sobre las condiciones que deben ponerse para la solución de
los problemas sociales: Nuestros burgueses de
uno y otro lado, nuestros capitalistas de uno y
otro bando, de una y otra confesión, los clericalesy los radicales (...) no desean nada más,
no quieren más que esto: no pagar. No correr
con los gastos. No gastar. No aflojar los
cordones de la bolsa. Así que se ponen de
acuerdo para dar largas al asunto, para falsear, para establecer ellos el terreno deldebate donde éste les sea más ventajoso, donde les
cueste menos caro, impulsados únicamente por
la consideración de sus intereses personales.
Oeuvres en prose 1909-1914, Pléiade, Gallimard, 599; en o . c , p. 156.
21 Cf. Par ce demi-clair matin, Gallimard, 38-39; en o . c , p.122
22 Encabezado por Maurras y la Acción
Francesa, ante los que se enfrenta sobre todo
por la defensa de Francia, para Péguy, Maurras, que funda la grandeza de Francia en la
supuesta herencia del imperio romano, es un
alemán: mientras que para Maurras, Péguy,
que define Francia como una raza "caballeresca", "de origen celta", es un alemán que
prefiere el honor de la victoria al ideal romano
de dominio; en la Nota conjunta sobre Berg-
¥ertebración
15
Análisis
son., Oeuvres en prose 1909-1914. Pléiade,
Gallimard, 1422; en o . c , p. 197.
23 En Péguy et les Cahiers déla Quinzaine, Gallimard, 236, encontramos esta protesta, «propósito de la cuestión Dreyfus que tiene
una gran importancia en el desarrollo del espíritu libertario de nuestro socialista: Yo no
humillaré mi ideal socialista frente a las sustituciones, las alteraciones, los bastardeos del
radicalismo político, frente a las adulteraciones del radical-socialismo, ante las limitaciones del oportunismo. No rebajaré mi método
revolucionario ante los compromisos, las desviaciones de la política parlamentaria; yo como dreyfusista, no rebajaré la justicia frente a
la razón de Estado; no cederé ante la razón de
Estado los derechos inalienables de la conciencia personal.
24 En Notre Jeunesse (Nuestra Juventud)
denuncia el sabotaje introducido por estos radicales en el mundo obrero; cf. Oeuvres en
prose 1909-1914, Pléiade, Gallimard, 601602; en o . c , p. 155.
25 Ibid.
26 Cf. o . c , p. 180. Como la burguesía se
dedicó a ejercer un chantaje perpetuo sobre el
trabajo del hombre, vivimos ahora bajo ese
régimen de golpes de bolsa y de chantaje
perpetuo que son especialmente las huelgas.
Desapareció así la noción del justo precio, de
la que se ríen hoy nuestros intelectuales burgueses, pero que no dejó de ser el fundamento
estable de todo un mundo. Oeuvres en prose
1909-1914, Pléiade, Gallimard, 1104; en o . c ,
p. 180. Cf. también Pouget, Emil. Le Sabotage, Ed. Riviere, 1912, pp. 22-23
27 Oeuvres en prose 1909-1914, Pléiade,
Gallimard, 1104; en o . c , p. 180.
28 Op. cit., pp. 73-74.
29 Vespritde systéme, Gallimard, 236; en
op. cit. p. 78
30 Ibid., 237-238 y 241-242, en op. cit. p.
79.
31 Oeuvres en prose, 1898-1909, Pléiade,
Gallimard, 1959, pp. 684, 700; en op. cit. p.
82
32 L'esprií de systéme, Gallimard, 241243, en op. cit., p. 79
33 Op. cit., p. 75
Vertebración 16
34 Péguy es autor de una obra apologética
de Bergson Nota sobre Bergson contra Maritain y Benda, del 26 de abril de 1914, en la que
firma que el bergsonismo no fue nunca ni un
irracionalismo ni un antirracionalismo. Fue un
nuevo racionalismo contra las metafísicas burdas, desenmascaradas por el bergsonismo,
quienes literalmente suponían frenazos a la
razón, en Oeuvres en prose, 1909-1914, pp.
1341-1342.
3 5 Oeuvres en prose,
1898-1909,
Pléiade, Gallimard, 1959, pp.426, e n o p .
cit, p. 76
36 Cahiers de la Quinzaine VIII-16: Las
preocupaciones metafísicas de los físicos modernos, 1813.
37 Mantiene las mejores relaciones con su
camaradaJean Perrín, químico y con su maestro Emile Duclaux, biólogo. Uno de sus mejores amigos, Charles Lucas de Peslouan, es
politécnico como lo son sus dos compañeros
socialistas Georges Sorely Charles Guieysse.
Su cuñado Albert Baudouin es ingeniero de la
Central, como Julien Benda. El 3 de febrero
de 1907, Péguy precisa que él examina "con
mucha regularidad, como debe hacerse, la
Revue eeneraldes Ciences puras y aplicadas",
donde lee, por ejemplo "con mucho interés
gran número de artículos teóricos y de ciencia
pura sobre la electricidad" en Oeuvres en
prose 1898-1909, Pléiade, Gallimard, 1959, p.
1086, o bien "los admirables trabajos de M.
Duhem" sobre "la marcha general de las teorías científicas", ibid., p. 1089; en op. cit., p.
76
38 Ibid., p. 329; en op. cit., p. 76
39 Oeuvres enprose 1898-1909, Pléiade,
Gallimard, 100; en o . c , p. 93
40 Oeuvres enprose 1909-1914, Pléiade,
Gallimard, 312, 322-323; en o . c , p. 94
41 Personalidades en Oeuvres en prose
1989-1909, Pléiade, Gallimard. en o . c , p. 96
Cf. también Un poete Va dit, Gallimard, 76.
42 Cf. entrevista a Alain Finkielkraut:
Sacaré a Péguy del gueto, por Steíano M.
Paci, en (30 Días en la Iglesia y en el Mundo)
VI/58-59 (1992), 66-69
43 Cahiers de la Quinzaine, 11-7,55; en
o . c , p.57
44 Oeuvres en prose 1889-1909, Pléiade,
Gallimard, 1251-1252; en o . c , p. 42
45 Cf. o . c , p. 50
46 Cahiers de la Quinzaine ü-9, 11; ibid.
47 Oeuvres en prose 1898-1909, Pléiade,
Gallimard, 742; en o . c , p. 63
48 Cahiers de la Quinzaine VII-6, p. XII;
en ibid.
49 Péguy et les Cahiers de la Quinzaine,
Gallimard, 276; en o . c , p. 65.
50 Op. cit., 277; en ibid.
51 Oeuvresposthumes, Cahiers de TAmitié Charles Péguy, 31 en o . c , p. 73.
52 Oeuvres en prose 1909-1914, Pléiade,
Gallimard, 1135; en ibid.
53 D. Halévy, Péguy etles Cahiers de la
Quinzaine, 1941, p. 17; en o . c , p. 102
54 Par ce de mi-clair matin, Gallimard,
62, en ibid.
55 Prólogo, p. 4; o . c , p. 103
56 Action Socialiste, 410; en o . c , p. 107
57 Diálogo ..^en Oeuvres enprose 18981909, Pláiade, Gallimard, 40; en o . c , p. 108
58 Ibid., 55; ibid.
59 Oeuvres enprose 1898-1909, Pléiade,
Gallimard, 245; en o . c , p. 115
60 Parce demi-clairmatin, Gallimard, 87
y 91; en o . c , p. 118. la experiencia de la
injusticia que pasa sobre la libertad de un
pueblo que ha luchado denodadamente por
ella, trae a Péguy el recuerdo de lo que ha
constituido toda su cultura, como lo oyera en
las conversaciones de los adultos, en los libros
y en los juegos escolares.
61 Cf. Notes potinques et sociales, cahiers
de l'Amitié Charles Péguy, 28, donde incluso
se opone al ejército francés como instrumento
de la guerra ofensiva, inadmisibles en todo
caso. Ver también el Diálogo de la Ciudad
Armoniosay los artículos de la Revue Blanche
de 1899.
62 Oeuvrespoétiques, Pléiade, Gallimard,
173; en o . c , p. 110
63 Notes politique s et sociales, Cahiers de
T Amitié Charles Péguy, 29: Así lo dice
también Mme. Fouillé (bajo el pseudónimo de
G, Bruno) en la Tour de la France pour deux
enfants (Vuelta a Francia por dos niños): no
ataquéis los primeros, pero si llegan a ataca-
Análisis
ros, defendeos bravamente y seréis los amos
(p. 57); ver también Notes Politiques etsociales, Gallimard, 41 y El Misterio de la Caridad
de Juana de Arco, en Oeuvres poétiques,
Pléiade, Gallimard, 49,61-63; en ibid.
64 Péguy et les Cahiers de la Quinzaine,
Gallimard, 222; en o . c , p. 115
65Péguy considera quesi el puebloalemán
obtuviese un poder absoluto sobre Francia y
las naciones europeas, el dominio militar germano dirigiría él sólo el mundo de ios cuerpos,
así como lafilologíamilitar alemana regentearía ella sola el mundo de los espíritus; los
partidos de la unidad estarían al fin satisfechos; una inmensa tumba de cuadratura militar y de sabia inteligente mantendría al mundo
amortajado (Parce demi-clair-matin, 53-54).
En cambio, si Francia se conserva intacta, se
convertiría en el último refugio de la dulce a
ingenua fraternidad contra las obstinaciones
de los egoísmos nacionalistas (ibid. 55), pues
Francia extendería al mundo su propia libertad
reconquistada (Cf. Ibid. 56-58) La razón por
la que Péguy extiende universaímente este
beneficio francés al mundo, es que aplica los
principios de la psicología social, y así, el
pueblo francés sería el medio, la materia, el
instrumento, la carne donde el espíritu revolucionario y la realidad se insertarían en la
historia. Así ve la misión histórica de Francia
como la raza de la punta intelectual, el pueblo
de una escuela intelectual, que hace real, concreto, el sueño revolucionario dejando éste de
ser un puro sueño en sentido estricto. Cf. Par
ce demi-clair matin, Gallimard, 18-21; en
o.c, p. 121.
66 Action Socialiste, 102, 372, en o . c , p.
'
67 Cf. Un poete Va dit, Gallimard,
229,235, en o . c , p. 128
68 Suplicantes paralelos, Oeuvres enprosel898-1909, Pléiade, Gallimard, 922-923; en
ibid.
69 En la última de las Situaciones: tos
socialistas antipatriotas deberán aprender el
precio de una patria carnal, de una ciudad, de
una raza de una comunión incluso carnal, y lo
que vale un poco de tierra para fundamentar
en ella una Revolución , en Oeuvresen prose,
Pléiade, Gallimard, 42-43; en b-.c.¿ p. 1?9.- -".
105
70 Ver Nota Conjunta, en Oeuvres en
prose 1909-1914, Pléiade, Gallimard, 508,
592, 653; en o . c , p. 133.
71 Cf. op. cit.,p. 134.
72 Notre Jeunesse, en Oeuvres en prose
1909-1914, Pléiade, Gallimard, 602; en ibid.
73 El oficial del ejército francés, Alfred
Dreyfus, de origen judío, fue erróneamente
acusado de traición en 1894. El caso Dreyfus
expuso el antisemitismo del ejército y provocó
una extraordinaria controversia política y social que polarizó las facciones liberales, intelectuales y progresistas del gobierno en contra
de la Iglesia Católica Romana, el ejército y la
corriente conservadora. El caso influenció la
elección de un gobierno de orientación más
liberal en Francia en 1899 y contribuyó a la
declinación del poder y prestigio del ejército
francés y a la separación de la Iglesia y el
Estado. Se descubrió que la acusación de espionaje era falsa y en 1906, Dreyfus fue exculpado y reinstalado en el cargo de mayor y fue
condecorado con la Legión de Honor. Péguy,
como Anatole France y Emile Zola, levantaron
su voz para defender a Alfred Dreyfus. Cf.
BREDIN, Jean-Denis. The Affair. The Case
of Alfred Dreyfus. Braziller* 1987.
74 Oeuvres en prose 1909-1914,630-631;
en ibid.
75 Ibid., 633; en ibid.
76 Ver entrevista a Alain Frankielkraut.
Sacaré a Péguy del gueto, porStefanoM. Paci
en SODiasen ellgtesiayen elMundo VI/58-59
(1992) pp. 66-69,
77 Oeuvres en Prose 1909-1914. Pléiade,
Galimard, 572-573; en o . c , p. 152.
78 Ibid., 585-586; ibid.
79 Cf. op. cit. p. 58
80 Cuando Péguy habla de las motivaciones del movimiento Dreyfusista, por ejemplo,
dice que en medio de todo el tumulto de
pasiones había una virtud en los corazones: la
virtud de la caridad Nuestra Juventud en
Oeuvres en Prose 1909-1914, Pléiade, Gallimard, 581, en o . c , p. 153.
81 Oeuvrespoétiques, Pléiade. Gallimard,
' 1524, 1525; en o . c , p. 142.
82 Conversaciones, 174-septiembre 27 de
W13;enibid.
83 Oeuvrespoetiques, Pléiade, Gallimard,
579; en o . c , p. 147
84 Conversaciones 142; en ibid.
85 Notre Jeunesse, Oeuvres en prose
1909-1914, Pléiade, Gallimard, 516-517; en
o . c , p . 148
86 Ibid.; en o . c , p. 149
87 Ibid, 508; en ibid.
88 Oeuvrespoetiques, Pléiade, Gallimard,
716
&90euvres en prose 1909-1914, Pléiade,
Galimard, 596; en o . c , p. 154
90 Ibid, 597-598; en Ibid.
91 Ibid., 604; en o . c , p. 153.
92 Ibid. 363; en o . c , p. 166
93 Ibid., 409; en o . c , p. 166
94 Ibid, 595; en o . c , p. 153
95 Oeuvres en prose 1909-1914, Pléaide,
Gallimard, 1076; en o . c , p. 154
96 Clío, Oeuvres en prose 1909-1914,
Pléiade, Gallimard, 227; en o . c , p. 161-162
97 Aquí se descubre la primacía que para
Péguy tiene la gracia sobre la virtud; ibid.,
1076; en o. c, p. 163. En la Balada del
Corazón, Oeuvres poétiques, Pléiade, Gallimard, 1354, el poeta de Juana de Arco canta:
A los cuatro Cardinales / Virtudformal /A las
cuatro teologales / Gracia real; en o.c., p. 164
98 En una carta a Alain Fournier, de agosto
22 de 1913 habla a su amigo de la necesidad
de este abandono. Cf. Feuülets mensuels,
Amitié Charles Péguy, 174, 44; en o . c , p.
163.
99 Oeuvres en prose 1909-I914, Pléiade,
Gallimard, 732-733; en o . c , p. 175.
100 Sin embargo, es muy recomendable la
lectura del estudio Charles Pégnv. el insurrecto, por Jeán Basta i re. Ediciones Encuentro,
Madrid 1979. Así mismo las obras de Péguy
que Ediciones Encuentro ha puesto a disposición del público de nabal hispana como £1
misterio de la caridad de Juana de Arco.
Madrid 1979, El nórtico al misterio de la
segunda virtud. Madrid, 1771 v El Misterio de
los Santos Inocentes. Madrid. 1793.
f
Vertebración 17
Antropología
El Hombre Contemporáneo es un salto al vacío
Por Susana Amalia Miranda de Casal
Universidad Católica de Salta, Argentina
1. RELACIONES DEL HOMBRE
Cuando pensamos en el hombre,
pensamos consecuentemente en un ser
con muchas posibilidades de perfección
y de progreso. Posibilidades éstas de
volver a empezar cada mañana, a pesar
de los errores cometidos. Capacidades
de sentir arrepentimiento y de tener la
sensación de comenzar nuevamente de
cero, y así, ser feliz y hacer felices a los
demás. Esto es uno de los tantos "regalos" que la vida espiritual depara. Es
una de las tantas maneras de descubrir
a Dios en nuestra vida y en la de los
demás.
Cuando pensamos esto, nos descubrimos reflexionando en la maravillosa
capacidad y posibilidad de perfección
que tiene el hombre, en virtud de su
educabilidad, como potencia natural de
recibir educación. Si analizamos más
detenidamente esta educabilidad, nos
damos cuenta que el hombre tiene distintas facetas en cuanto a sus relaciones
y en cuanto a su capacidad de perfeccionarse. Así encontramos:
a) Una relación
b) Una relación
tes.
c) Una relación
d) Una relación
consigo mismo.
con sus semejancon su Causa.
con su Patria.
El primer aspecto:
a) Lo cubre en su autoconocimiento
o autoconciencia. A través de él, el
hombre se conoce a sí mismo y se
afianza en su propio ser. Se asegura de
saber quién es y cómo es. Se objetiviza,
es decir, descubre su propio yo, siendo
objeto de sí mismo en un desdoblamiento propio de la naturaleza espiritual.
Vertebración
18
Una especie de fiebre por el poder coloca al mundo en una posición de
soberbia y de desesperanza.
Antropología
Gracias a poseer un espíritu, el hombre puede ser objeto de su propio pensar. Esto nos demuestra la posesión de
una naturaleza espiritual exclusiva de su
especie y propia de quien ha sido creado
a imagen y semejanza de Dios.
b) Este autoconocimiento se ve completado por una segunda relación muy
ligada a la primera. Ella es la relación
social.
La relación social se liga con la
anterior en el sentido de permitir verse
en el otro. Funciona cual espejo, donde
el hombre se puede reconocer en los
rasgos generales de la naturaleza humana.
con el concepto de Padre, quien da la
vida.
El correcto desarrollo de esta dimensión evitará el olvido de sus orígenes,
tan pernicioso en el proceso de formación humana.
Estas cuatro dimensiones deberán
ser igualmente desarrolladas para lograr
un verdadero equilibro en la educación
del hombre, especialmente en el caso de
los jóvenes. Ellos necesitan pautas de
conducción claras, fuertes y precisas.
Por otra paite, esta relación se funda
en una tendencia natural y espontánea,
y así hasta ineludible para el hombre.
Hasta ahora hemos descrito dos relaciones muy propias del hombre e imposible de no tenerlas en cuenta. El
desarrollo de las mismas debe estar presente en todo intento de determinar un
teoría sobre él y la educación.
c) Si continuamos con nuestro análisis, observamos que el hombre tiene
también una necesaria relación metafísica, que se expresa como el vínculo con
su causa o raíz ontológica. Es la relación
con su origen, con la trascendencia, con
su Creador. Esta es la relación que
fundamenta el proceso de re-ligación
(volver a ligar) que explica la Religión.
Este volver a ligar, se da porque evidentemente esta relación se rompió con el
pecado original y se religó con la acción
salvadora de Cristo.
d) Sumada a esta relación con sentido vertical está, ahora hacia abajo, una
dimensión también muy propia del
hombre, que es la que lo liga a su
terruño, a sus raíces, a su Patria. Ella
es tan importante que es la que afianza
y enraiza el ser del hombre a un lugar
que le es propio y que lo reconoce como
su Patria; el lugar donde nació, vive y
desde allí glorifica a Dios. Tiene que ver
1-Dimensión
to.
2-Dimensión
3-Dimensión
4-Dimensión
del autoconocimien
social.
trascendente.
del sentido de Patria
2.- ÚNICAS RELACIONES
TENIDAS EN CUENTA HOY
El hombre contemporáneo sólo tiene
desarrollada la dimensión social y la del
autoconocimiento.
La dimensión social porque se le da
muchísima importancia a la relación con
los demás. Esta es muy importante,
pero no puede ocupar un lugar primordial y consecuentemente unilateral en el
desarrollo del hombre.
La dimensión del auto conocimiento
también ha cobrado importancia central
hoy en día. Esto no significa que no
deba ser desarrollada. Por el contrario,
es indispensable en el camino de perfección del hombre. Pero, como en el caso
anterior, no puede haber exclusivismos.
Lo que se deja de lado son las otras
dos relaciones que tienen un sentido
vertical, y que se refieren a dos aspectos
también centrales. La referencia está
dirigida, por un lado, a la relación trascendente. Hoy el hombre está totalmente desligado de su causa. El problema
metafísico no le preocupa y no ve la
necesidad de planteárselo. Así, olvida
que es ontológicamente necesario estar
re-ligado y es absolutamente natural
plantearse el tema de Dios en la vida
humana.
Si es algo tan natural... ¿Por qué se
ha llegado a negarlo? ¿Cómo se ha
llegado a ésto? La razón o las razones
no las podemos buscar en lo inmediato,
sino en la historia del saber humano y
del desarrollo cultural e intelectual del
hombre. La raíz de todo esto puede que
se halle en el momento del quiebre
cultural de la civilización occidental a
partir del siglo XIV, o puede darse por
una tentación humana, que tiende a llevar al hombre por el camino ancho y
cómodo del error, que hoy lo hace estar
a tono con los tiempos, olvidando la
senda angosta del servicio, sacrificio y
entrega.
También es del orden natural y también muy olvidado, como la ligación
con la trascendencia, la necesaria relación con sus raíces y sus orígenes. El
hombre es un ser que no sólo requiere
una continua relación con sus principios
y orígenes en cuanto raíz y lugar de
pertenencia, sino también necesita manifestarlo en las distintas formas de expresión cultural y artística. Cuando se
halla lejos de su terruño, es muy natural
que le cante a su tierra y a su Patria, con
profundo sentimiento.
Por todo esto, instar a la exaltación
del ser nacional, al sentir de la Patria,
es formar en el joven un futuro hombre
de bien, seguro de sus principios y con
un fuerte sentido de pertenencia que le
permitirá ser más y mejor en el desarrollo de su vida. En estas condiciones,
ningún alejamiento le hará desaparecer
ese sentimiento profundo. Los pueblos
que no sienten y aman a su patria son
Vertebración
19
Antropología
neo retome su sentido de la vida según
su propia naturaleza.
3.- AUSENCIA DE LA RELACIÓN
TRASCENDENTE
Cuando se mira la realidad de hoy
en el mundo, con algunos altibajos y
algunas excepciones, vemos el gran olvido que hay por la vida trascendente.
Esta reflexión puede parecer vana o la
expresión de un mero convencionalismo, pero en realidad es un intento de
analizar la realidad, desde la realidad
del hombre, a fin de que cobre conciencia del gran error en el que está sumergido.
Dicho esto, creo sumamente necesario encuadrar el tema en el análisis de
las causas y luego intentar soluciones.
Si buscamos la causas del olvido de
Dios, de su circunscripción sólo a los
lugares sacros y hasta de su negación en
boca de los más audaces, la encontramos. Si, y no necesitamos ir muy lejos
en la historia del pensamiento. Ellas
aparecen en el momento en que el hombre se siente capaz de los mayores descubrimientos de la historia de la humanidad y del crecimiento científico con la
más grande aceleración que en ningún
otro momento se pudo dar.
"Un sentido peligrosamente práctico de la vida"
aquellos proclives a sentirse ciudadanos
del mundo, y así negar su propia identidad como hijos de un determinado
lugar. No son capaces de tener claro el
sentido del honor y del servicio, no
pueden servir con orgullo a nada. No se
sentirán parte ni serán seres pertenecientes a ningún ámbito. Serán seres sin
historia ni futuro. Sólo serán presente,
es decir, una fugacidad inmedible que
se esfuma en el tiempo. Esto, evidentemente, no puede ser el hombre. El está
Vertebración
20
llamado a algo mucho más digno. Su
entidad es mucho más que eso.
El es el único ente que es concierne
de su ser. Esto lo vuelve distinto y lo
coloca mucho más allá de todo el resto
de) mundo.
Por todo esto, esta dimensión, como
la anterior, son necesarias en la formación de la niñez y juventud de hoy, si
queremos que el hombre contemporá-
Allí, nace en el hombre una especie
de fiebre por el poder, dado por la
ciencia, que lo coloca en una posición
de gran soberbia y hace que se sienta
con un poder casi como el de Dios. Así,
haciendo un análisis metafísico, lo colocaríamos no ya debajo de su Creador
co" una relación de dependencia, sino
junto a El, como desafiando la propia
creación.
Esta actitud, si bien no fue mostrada
a lo largo de la historia por varios
hombres, lo es de manera generalizada,
total, sustentada por las ideas filosóficas
de la época, a partir del siglo XIV,
cuando la Edad Media aún no había
terminado históricamente, pero sí filosóficamente, y nacía la "vía moderno-
Antropología
rum" ya atisbando el espíritu de la modernidad.
De este central acontecimiento que
fue el movimiento Nominalista, en realidad, hoy sólo nos separan cinco siglos, que en la totalidad de la historia
del pensamiento humano no son mucho
tiempo. Si bien esto es así, también lo
es el hecho de que en estos últimos
siglos, la velocidad de los acontecimientos ha sido tal que ha constituido otro
ingrediente de caraelerización del hombre moderno y contemporáneo.
Esta vertiginosa carrera en los descubrimientos y el avance de la ciencia,
no tiene que significar la perdida de
nuestra búsqueda de las cuestiones esenciales. Ello no deberá permitir que no
podamos distinguirlas de las transitorias
y cambiantes. Ello constituye una grave
ausencia en el desarrollo de la actividad
intelectual del hombre actual. Posiblemente, cansado por la falta de formación metafísica acompañada de un sentido peligrosamente práctico de la vida.
A partir de esto, surge una suerte de
soberbia que hace que el hombre no
sienta como necesaria su relación con
Dios. La ciencia le da tal seguridad que
lo envuelve dentro de su aparente infalibilidad. Esta seguridad racional, productora de conocimientos científicos verificabies, le permiten tener tal dominio
de la realidad que, no solo la conocerá,
sino que ahora la podrá construir desde
sí mismo.
En este sentido, el actual constructivismo social, tan de moda, no es nada
más que éste poder racional, llevado a
su máximo extremo. A esto hay que
sumarle el pronto crecimiento del saber
científico de la mano de la tecnología.
Hoy, el hombre, luego de pasar por
varios estudios en el desarrollo de sus
ideas, a lo largo de estos últimos siglos,
se ha ubicado como el único ser todopoderoso que ha "matado a Dios" considerándose el "Super-hombre", Esto
es, porque se ve capaz de resolver toda
situación que se le presente, construyendo la realidad a su gusto y artificializán-
Wm
Cambia la eternidad ícliz por un rato de bienestar
dola como mejor convenga a sus intereses, que ya no son, sólo sus necesidades.
Antropología
En este sentido, vemos cómo en este
avance loco de la ciencia ha incursionado en un ámbito tan sagrado como lo es
el de la vida. Ahora, él decide sobre la
existencia o no de la misma vida humana, sin ningún freno ético. Al contrario, acompañado de un sin fin de justificaciones que él mismo construye,
dando por el suelo con las más elementales normas de respeto por la vida y el
amor a Dios.
Creo que en este sentido, el hombre
contemporáneo, no sólo ha llegado al
punto más álgido de soberbia, sino también al punto más hondo de desesperanza. Todo esto lo coloca en una situación
muy lejana de toda posibilidad de re-ligación con su Causa, perdiendo la tendencia natural hacia la trascendencia y
viviendo un estado de total soledad ontológica. Esto lo lleva, aunque a veces
lo ignore, a un estado de gran desorientación y de una profunda confusión.
Por todo esto el hombre busca refugiarse en erróneos caminos de pseuda
trascendencia, que la actual sociedad le
ofrece fácilmente en cada despertar.
Su gran sabiduría humana, realizada
sobre falsas bases de barro, no ha podido brindarle una firme plataforma de
apoyo para ver con claridad a su único
Creador y Salvador, que a pesar de su
desgarrador dolor por el desprecio, lo
sigue esperando, demostrándole una
vez más su infinito amor misericordioso.
¡Pobre hombre contemporáneo!.
Ciego para descubrir a su Dios, sordo
para oir su llamado de esperanza y amor
eterno, mudo para cantar loas al Creador por su propia existencia, y paralítico
sin poder andar en busca de su propio
camino y esencial dirección hacia la
trascendencia. No sabe que al hallarla
encontrará el verdadero sentido de su
existencia, podrá superar la mundaneidad y encontrará la razón de ser de todo
acontecimiento.
Vertebración
22
No sabe, que así, se podrá sentir
instrumento del amor de Dios y no fin
de sus propios placeres mezquinos y
finitos. ¡No sabe lo que se pierde!.
Cambia la eternidad feliz por un rato de
bienestar con toda la artificialidad que
esto significa.
Pero, El sigue esperando, porque
conoce su obra y desgarrado por el
dolor, lo sigue amando.
En lo inmediato y frente a nuestros
ojos está, entre las nuevas vías que el
hombre propone para llegar a Dios, la
Nueva Era, como solución que recluta
una enorme cantidad de personas. Es
uno de los tantos errores actuales, fruto
de una tremenda postura inmanentista y
relativista de la vida humana, que muestra un dios subjetivo y hecho a la medida
del hombre, para que éste se sienta
liberado de la culpa de no buscarlo, y
suplantarlo por una engañosa y cómoda
"solución".
4.- AUSENCIA DE LA RELACIÓN
CON SUS RAICES
Si el hombre contemporáneo tiene
sobre su cabeza un gran signo de pregunta, que representa el ámbito no resuelto de su trascendencia y de la causa
ontológica de su ser, también está parado sobre otro signd de pregunta que
reemplaza a una clara idea de su origen,
de su lugar, de sus raíces, de su Patria,
etc.
¿Cuál es esta otra dimensión que
caracteriza al hombre? Analicemos un
poco en profundidad la cuestión.
Cuando el hombre sabe de su lugar
de origen, conoce su historia, la vida de
sus padres, las luchas por la defensa de!
suelo propio. Cuando sabe del lugar
donde se asentó, formó una familia,
nacieron sus hijos y hasta sabe que
morirá en él. Este hombre, tendrá una
desenvoltura social firme y segura.
Cuando conoce, defiende, ama y cuida
su Patria, su vida está engalanada por
una paz interior, que muy pocas cosas
podrán sacudir y hacerla desaparecer.
Su Patria, la tierra de sus padres, su
orgullo y la razón de su ser, de su
espíritu nacional. Esto no es fácil de
destruir cuando está configurado con
fuerza, convicción y seriedad. Esto
acompaña toda la vida del hombre que
será como joven, emprendedor y valiente, como adulto, bien formado y como
anciano lleno de sabiduría y paz para
transmitirla a las nuevas generaciones,
que lo podrán consultar frente a los
difíciles momentos que les toque vivir.
Si por el contrario, desde muy niño,
sólo ha recibido una formación extranjerizante en la que sólo vale lo que no
pertenece a su idiosincrasia, nacionalidad y cultura; en la que sólo es digno de
ser imitado lo que no es fruto de la
propia realidad nacional. Entonces tendremos un hombre que se avergüenza
de sus propios símbolos patrios, no le
parece apropiado llevar la escaparela en
su pecho, ni detenerse en señal de respeto ante el izamiento o arrio de la
Bandera Nacional. Será el mismo que
entonará la Canción Nacional, tímida y
avergonzadamente o en actitud irreverente y de desprecio.
Este hombre nunca podrá defender
a su Patria con ideas claras y verdadero
orgullo por lo que hace.
Todo lo anteriormente dicho hoy es
moneda corriente. La causa o razón está
en la tendencia mundialista que cada día
con más fuerza convence a más personas y extiende su influencia destructora
y confusa sobre los espíritus.
Entendemos que el hombre necesita
su país, su Patria , sus fronteras, su
realidad, que lo diferencia de los demás.
Sin esto aparece una gran confusión y
una indeterminacióm destructiva que no
permite una correcta conducción y lleva
inevitablemente a un gran desorden
mundial.
El mundialismo no resuelve los problemas que cada país pueda tener, por
el contrario, los agudiza al querer resolverlo mediante esquemas totalmente
ajenos a la realidad que vive el país
Antropología
referido.
conduce
redunda
naciones
tituyen.
La no existencia de fronteras
a una falta de identidad que
en la falta de progreso de las
y de los hombres que las cons-
5.- CRISIS EN EL HOMBRE EN SI,
MAS QUE EN SUS HACERES
Luego de precisar cuáles son las
dimensiones educables del hombre.
Luego de ver cuáles de ellas hoy no se
desarrollan y sus causas, analizaremos
la realidad actual.
Entonces, aparentemente, no se
comprende la razón de tal crisis.
los servicios de urgencia que lo cuidan
prontamente.
Por otro lado, nunca como hoy, el
hombre está contenido en una sociedad
que le brinda las mayores seguridades
en su vida diaria y el mayor "confort"
en su cotidianeidad y en sus diversiones.
Hoy como nunca, puede dejar de planificar su tiempo libre, ya que hay otros
que a cambio de algún dinero, lo hacen.
Hoy como nunca, tiene resueltos sus
problemas de salud, no solo por los
adelantos científicos sino también por
Los medios de comunicación le dan
cada vez mayor "confort". Ahora, ni el
teléfono lo deja de acompañar en su
auto, oficina, bar, restaurante o donde
esté.
Si es por su grado de información,
puede estar al tanto de lo que acontece
en el mundo al instante.
Vemos que hay una gran crisis.
Cuando la analizamos comprobamos
que está en todos lados o mejor dicho
en todas las manifestaciones del hombre: la familia, la cultura, la política, las
profesiones, etc.
En realidad, creo que un análisis de
este tipo apunta fundamentalmente a los
efectos, olvidando las causas. Pero un
análisis causal nos llevaría a preguntarnos qué llevó a la aparición de estos
efectos. Al hacerlo vemos que lo que
está en crisis verdaderamente, no son
estos haceres del hombre, sino el hombre mismo. Es decir, el que está en una
profunda y verdadera crisis es el propio
hombre, y consecuentemente todo lo
que él emprenda estará teñido de este
estado de inquietud, que lo caracteriza
hoy. La crisis está instalada en el sujeto
de la acción, no sólo en las acciones que
realiza.
Pero, la pregunta es ¿por qué el
hombre de hoy sufre una crisis tan tremenda?. Porque, según se analiza, vive
el momento histórico de mayor libertad,
de mayor poder humano, de mayor éxito científico y tecnológico. Además, ha
logrado claridad total en los procesos
sociales de los que es sujeto y en su
proceso de autoconocimiento. Para ello
han concurrido en su ayuda dos grandes
ciencias muy actuales, la Sociología y
la Psicología.
Hoy el hombre está más solo que nunca
tyertebración
23
Antropología
Si pensamos en la posibilidad de su
perfeccionamiento personal, tiene al alcance de la mano libros, libros y más
libros; cintas grabadas, videos de conferencias, charlas y disertaciones de diversa índole. En este ámbito de la cultura, hasta la Universidad ha salido de
sí misma para ir a su encuentro, con las
carreras a distancia, que le permiten
obviar la concurrencia a clases.
A todo esto, agreguemos que hasta
su muerte está pensada y arreglada. Por
una pequeña cuota mensual, puede asegurarse no sólo el lugar donde será
sepultado, sino todos los detalles de la
ceremonia que le permitirán a los deudos superar el momento con toda comodidad y el mayor disimulo del dolor.
Es difícil de admitir, que frente a un
entorno de estas características, donde
se supone que el hombre recibe toda
clase de asistencia, apoyo y ayuda para
resolver sus problemas de vida, hallamos que sufre una verdadera crisis,
grande y profunda. Quizás la mayor
crisis de su historia.
La respuesta estará en un análisis
causal que nos mostrará un hombre formado parcialmente. Donde faltan dos
dimensiones importantísimas. La que lo
relaciona hacia arriba con su causa, con
su Dios y la que lo fija a su tierra y a su
Patria dándole orientación a su vida con
sentido nacional. Verdaderamente,
frente a esto, hallamos claro su estado
de crisis y hasta lo vemos como una
lógica consecuencia.
Si miramos a nuestros alrededores,
solo vemos artificialidad, superficialir
dad, inseguridad existencia!, angustia
frente a las situaciones límites y por fin
una gran confusión a la hora de expresar
los valores que promueve nuestro hombre contemporáneo y lo sostienen.
La razón ya se señaló. El hombre
contemporáneo es un salto al vacío. No
sabe de donde viene, a dónde va y dónde
está parado, desconociendo y hasta negando sus raíces. Actitud esta, que no
puede ser más alejada.de una vida con-
Vertebración
24
forme a su propia naturaleza de ser
creado a imagen y semejanza de Dios,
con todo lo que ello significa.
Así cae en un relativismo enfermizo
que le da una falsa seguridad. Prueba de
ello es su estado de angustia.
Este hombre se alejó de su estado
natural, que consiste en estar en continua y espontánea relación con la trascendencia y con la realidad. También
llenó su vida de un gran artificio técnico
que lo llevó al error de creer, que debe
construir la realidad porque depende de
él, y no a ver que la debe descubrir,
respetarla y conocerla.
6.- CAMINO DE ESPERANZA
Esta loca carrera hizo depender el
"ser" del "pensar", dándole primacía al
propio yo pensante y a la razón. Olvidó
el hecho irrefutable de la realidad que
se le impone, mostrándole la primacía
del ser. Primacía del objeto sobre el
sujeto y, en fin, del mundo, creación de
Dios, sobre el hombre, también creación de Dios. A la hora de reconocer la
verdad lo deberá hacer pensándola como objetiva, cognoscible, no agotada
por la ciencia humana, objeto de la
ciencia y superadora de todo intento de
ser limitada por la razón.
Esta soberbia del hombre, desmedida, lo ha llevado a un vacío interior
difícil de explicar, pero fácilmente de
descubrir en sus manifestaciones de crisis.
Es fácil advertir que un hombre que
se ha olvidado de Dios, que no le halla
un lugar en su vida, agitada y "civilizada" , y que lo ha reemplazado por mil
ídolos humanos, se halle en una profunda confusión.
El hombre contemporáneo ha hallado la expresión más cabal del inmanentismo anti natural que lo lleva a resolver
todo en sí y por sí. Todo es subjetivo,
la verdad y los valores, también la forma de resolver en soledad sus conflictos. Hoy el hombre está más solo que
nunca, aunque esté desarrollada en él ia
dimensión social con muchísima fuerza,
al igual que su autoconocimiento.
Si bien esto es así, no hay ausencia
de esperanza. Siempre la hay. Se centra
en la gran capacidad que tiene el hombre, dada por Dios, de arrepentirse y
volver a hacerse planteos metafísicos
que le permitan analizar su propia existencia, con más profundidad. Sólo un
camino teológico le permitirá retomar
la religación con su causa.
Solo una visión instrumental de todos los medios que tiene a su alcance,
para lograr su propio y verdadero fin,
lo salvará. Sólo viendo como objetiva,
una y cognoscible la verdad se le abrirán
los ojos.
Todo esto, más una actitud respetuosa hacia la realidad, la vida, la existencia, etc; hará que se reencuentre con
su propia línea de ser. El retorno a la
Metafísica, el ver en cada cosa,situación o acto, una realidad esencial , le
permitirá retornar a lo que en realidad
es y que sólo su confusión no le permite
ver con claridad.
Estudio
Los Místenos de Péguy
Por Fidencio Aguilar Víquez
La obra literario poética de Péguy es
abundantel y no es poca la literatura sobre
su pensamiento. Por ahora, sin embargo,
me limitaré a considerar tres obras del
poeta francés: El misterio de la caridad
de Juana de Arco, El pórtico del misterio
de la segunda virtud y El misterio de los
santos inocentes. Desde mi punto de vista,
la unidad que guardan estas obras versa
sobre el tema de la esperanza, como un
don de Dios al hombre y como una respuesta libre de éste a dicho don, es decir,
como una relación personal vivida en lo
cotidiano. En el núcleo de esta premisa
están, por un lado, el descubrimiento de
Dios como padre y, por otro lado, la
libertad humana; además el tema de la
presencia del mal en la historia humana y
el descubrimiento de la esperanza como
aquello que da sentido a la libertad humana.
La vida de Péguy está como vertida en
sus obras, la experiencia que vive es lo
que escribe, y ío que escribe es lo que
experimenta. Comienza su niñez con dos
realidades que lo acompañarán toda su
vida: la pobreza y el trabajo. Huérfano de
padre desde muy pequeño, conoce y vive
el trabajo de su madre y su abuela que,
aún en la pobreza, dan testimonio de la
dignidad de lo que es trabajo: < <Para
ellas hacer sillas es como construir catedrales > > 2 ; el trabajo, por tanto, representa un honor para el hombre, un gozo y
un vínculo que hermana a los seres humanos, es decir, la fraternidad humana ha
de descansar en el trabajo. Bajo esta premisa Péguy formulará su < < Ciudad Armoniosa > > , un lugar, un mundo donde
no hay revueltas, sino orden y salud,
trabajo y hermandad; incluso concibe des-
de aquí lo que podría ser la < < verdadera
santidad > > , basada en el trabajo cotidiano que, aunque pobre, es digno y honorable. Esta idea del trabajo como un
compromiso dentro de lo cotidiano madurará más tarde, con su conversión al cristianismo, cuando sea precisamente la esperanza el modo en que se encuentran
Dios y el hombre, lo eterno y lo temporal.
también material. Su ciudad Armoniosa
se verá realizada cuando se haya alcanzado esta renovación moral y el trabajo esté
repartido a todos, con lo cual se establecerá la < < comunión de los hombres > > , que es una tenue imagen de la
< < comunión de los santos > > , idea
que más tarde, ya convertido, reconquistará.
Cuando Péguy llega a París sufre sus
primeras decepciones respecto de su
<<Ciudad Armoniosa>>; su condición de becario en el Liceo lo enfrenta al
ambiente burgués cuyas desigualdades
que promueve nada tienen que ver con la
inteligencia o el genio, sino que se deben
al < <muro social del dinero > > ; esta
experiencia le hará ver cómo precisamente el mundo moderno, amante del dinero
y la autoseguridad, es la antítesis de una
sociedad armónica donde lo materialeconómico y lo espiritual están equilibrados.
Su < < Ciudad > > comienza a fragmentarse y, quebrada, abandona la práctica
religiosa que le enseñaron su madre y su
abuela. Empieza a brotar en él una nueva
fe: el socialismo.
El modelo socialista que Péguy sigue,
precisamente como paladín de la
< < Ciudad Armoniosa > > , es a la santa
Juana de Arco como una encarnación del
espíritu socialista, que se rebela ante la
maldad del mundo y que busca la salvación de todos. Según Péguy la imagen de
Juana de Arco, a propósito de lo cual
escribe su primera versión en 1897, supera a la de Jesucristo, pues la salvación de
éste no alcanzó a todos ni impidió la
condenación de muchos; más aún: no
logró cerrar las puertas del infierno.4 Por
eso Jeannette (Juana de Arco y el propio
Péguy, o mejor, sus rebeldías) exclama: < <Hay en la creación tanto sufrimiento creado perdido > > , y también:
< < ¿Cómo puede ser que haya tanto
sufrimiento perdido? > > 5 ; se refiere al
sacrificio de Cristo en la Cruz, que no
pudo salvar a los condenados.
Su fe socialista se verá fortalecida
cuando Péguy conoce los suburbios de
París y, al ver a los miserables de La
Glaciere, comienza su < < revelación interior > > . El socialismo que profesa, a
diferencia del socialismo marxista o materialista, tiene una fijación: el espíritu, o
mejor, una renovación moral que salve al
ser humano de sus desgarramientos, divisiones, odios y rencores. Su socialismo es
revolucionario, pero la < < revolución
será moral o no será> > 3 ; el fin, por
tanto, es moral, aunque con la realización
La imagen de Juana de Arco siempre
acompañará a Péguy y le inspirará toda su
actividad socialista. Por ello, y por no
compartir los postulados del socialismo
marxista, Péguy se verá relegado de los
círculos socialistas. Pero la sed humana,
si es sincera, vuelve al hombre a sus
raíces; hacia 1907 Péguy se encamina
hacia su conversión, sus nuevos amigos
Jacques y Raisa Maritain, León Bloy y
Vertebración
25
Estudio
Bernard Lotte, van siendo testigos de su
conversión, aunque no dejan de mirarle
con exírañeza porque "no va a misa". Si
a ésto se añade su situación en su casa, su
esposa sigue siendo socialista y se opone
a un matrimonio religioso y al bautismo
de sus hijos, se comprenderá por qué
Péguy se siente como un extranjero en su
propia casa, y en la Iglesia.
Péguy no va a misa, se sentiría mal,
es demasiado fuerte para él decir decir
"Hágase tu voluntad", por eso le reza
mejor a la Virgen y acude al templo
cuando no hay misa: < <Las oraciones
a María son oraciones de reserva. No hay
en toda la liturgia una sola oración a María
que no pueda ser dicha verdaderamente
por el más lamentable de los pecadores.
En el mecanismo de la salvación el AVE
MARÍA es el último recurso. Con ella no
está uno nunca perdido > > ; eso le consuela también sobre el problema de sus
hijos: < <Mis pequeños no están bautizados. Pero la Virgen María se ocupará
de ellos > > . 6
Conversión, desgarramiento, incompresión, esperanza, ternura, son los sentimientos del nuevo Péguy, o mejor dicho,
del mismo Péguy (con sus inquietudes y
batallas) pero renovado, fortalecido en lo
hondo. Y con tal estado de ánimo escribe
su segunda Juana, El misterio de la caridad de Juana de Arco, que no cambia
sustancialmente, que sigue siendo de algún modo la misma, pero que ahora ha
encontrado sentido. Quienes se han convertido, quienes se convierten cada día,
no pueden si no expresar "Lo hemos
encontrado"7. Péguy ha encontrado a Jesús, ha encontrado al Padre, y lo ha
encontrado en lo cotidiano, en el trabajo
diario, en el templo y en el taller, en la
oración y en la acción; por ello, se puede
decir sin equivocación, que nunca dejó de
ser lo que era: su socialismo, su amor a
la patria, su deseo de salvación universal,
su deseo de comunión humana, lo llevaron a la verdadera salvación universal, y
a la verdadera comunión humana: la comunión de los santos.
EVA-HUMANIDAD
La ciudad de París lo decepcionó respecto de su < < Ciudad
Armoniosa > >
Vertebración 26
Eva es, primeramente, la humanidad
antes del pecado, en la aurora, en el
amanecer, cuando no había que trabajar y
preocuparse por el mañana, cuando el
trabajo era gozo y comunión. También es
la Eva de después del pecado, la que se
lamenta y recuerda y llora el paraíso
perdido. Eva es la madre de todos los
hombres, la abuela de Jesús según la
carne. Y es cada madre que sufre, llora y
se sacrifica por sus hijos . Es, así mismo,
el alma, cada alma, el alma desposada con
el "señor" cuerpo9. En suma, Eva es la
humanidad, la que cada quien se carga, su
humanidad, y es la parte mística, el espíritu, el alma, que se "acuerda" de la
heredad perdida y quiere encontrarla.
Estudio
Eva es también la humanidad de Jesús
"que sonreía ante Nuestra Señora; en
este instante en que el tiempo se detiene,
en que la creación vuelve a empezar, con
un nuevo < < primer sol dorando la primera mañana > > , nos muestra también
a María, la nueva Eva, que asiste al
nacimiento del mundo nuevo, de este
< < nuevo zarpar > > , el de la Encarnación, en que el mundo < < torna a su
fuente > > , como la primera Eva vio la
< < primera mañana > > de la creación
primera, de igual modo que vio, con
ansiedad, el < <primer desanclar > > ,
la primera salida de la < < carabela > >
del mundo hacia su < < peligroso viaje> > * " . Tal es la devoción de Péguy
por la Virgen y tal es su sentir cristiano,
el mismo sentir de los Padres de la Iglesia
que constantemente invitaban: "Hombre,
reconoce tu dignidad"12, tu origen, tu
vocación, tu destino.
10
Eva, a partir de esta nueva Creación,
es también la otra < < M a r í a > > , la
Iglesia de Jesús 13 , tanto antes como después del bautismo: " < < Permaneciendo
carnal, terrena, agusanada, condenada a
galeras, miserable>>, se ilumina por
dentro, después de la venida de Jesús,
< < fruto de un vientre maternal > > .
Eva pasa a ser entonces figura de la Iglesia
que llora por sus hijos desterrados, que se
acuerda del paraíso perdido, que permanece fiel, que repara constantemente la
tela desgarrada, y espera, un día, < < refluir hasta sus días jóvenes > > . Así como
Eva nació del costado de Adán dormido,
en la < < primera creación > > , así la
lanzada en el costado de Jesús trazó
< <en el cristal de una inmensa rotonda > > la estrella en que se cruzan los
caminos que llevarán a todos los confines
del mundo la sangre < < carnal y sobre
natural > > del Redentor. La nueva Eva,
la iglesia, bautizada en Cristo, amará a la
humanidad. Y la salvará. En el pueblo de
Dios veremos perfilarse a Jesús-Hombre,
a María, a San Pedro, a los santos de
nuestro nombre y a nuestras santas, Santa
Genoveva, < <para nosotros los de París > > , y Santa Juana de Arco, para
< < nosotros los franceses > > .
La nueva Creación une lo antiguo con
lo nuevo, es la imagen de Dios < <joven
a la vez que eterno > > . Cristo es la
encarnación de esa imagen, mejor dicho,
no la imagen, sino de Dios mismo; en El
se une el antiguo con el nuevo Testamento: < < El testamento carnal es una historia, una imagen del testamento espiritual. /El antiguo testamento temporal es
una imagen del nuevo testamento eterno./(...) Todo el antiguo testamento es
una figura, una imagen de conjunto y de
detalle/ Muy fiel, muy exacta,/ (Pero
fielmente inversa, exactamente inversa),/Del nuevo testamento en su conjunto
y en su detalle./ En el comienzo, que es
el comienzo del mundo./ Y en el nuevo
testamento el juicio está al final./ (...) Y
en el antiguo testamento el Paraíso está al
principio./ Pero en el nuevo testamento el
paraíso está al final./ Y yo os digo que es
un paraíso/ celeste./ Y todo el antiguo
testamento va hacia Juan Bautista y/ hacia
Jesús./ Pero todo el nuevo testamento
proviene de Jesús./ Es como una hermosa
bóveda que asciende por los dos/ lados
hacia la clave de la bóveda./ Y Jesús es la
clave de bóveda./(...) Y en conjunto toda
la bóveda sostiene y lleva y alza y mantiene la clave/ Como un enorme hombro
redondo que sin cuello sostuviera una sola
cabeza; pero la clave sola, /Sola y también
en conjunto es la que sostiene sola la
bóveda/ y el todo./ Y la última piedra
antes de la clave es Pedro el fundador > > 1 6 .
He aquí el sentido del mundo que
debía zarpar para un viaje, pues el mundo
tiene un sentido, una dirección, una meta
17
.Todo, pues, es movimiento y estabilidad, sucesión e inmovilidad, así es la vida
del hombre, un estarse "haciendo", un
haciéndose que muestra al hombre que es
y que se hace, que se conquista, en la
libertad y por ella. Esta es la influencia de
Bergson en Péguy, la fascinación de éste
por la filosofía del movimiento, la filosofía de la vida; ya que la vida es libertad y
la libertad es un constante, cotidiano,
quehacer y crear; la libertad es creadora,
está hecha para la respuesta, es libertad
creadora. Los santos y los héroes son los
que dan muestra de esa libertad, para ellos
cada instante, cada momento, cada día, de
día en día, es rico por la libertad, la cual
une lo pasado con lo futuro, lo que fue
con lo que será. En suma, desde la libertad
creadora, la memoria y el recuerdo se
vuelven creativos I8 , no se anquilosan, no
se pierden en el pasado muerto y enterrado, tétrico y horrendo, angustioso y asfixiante, sino que abren la puerta de la
esperanza. La libertad creadora todo lo
rejuvenece, lo reinaugura: "Las < < mañanas > > de toda existencia son hermosas, porque son ricas de todos los posibles
mediodías, de todas las posibles cosechas.
Todo lo que comienza es hermoso.(...) El
que espera sabe por ciencia innata que el
hombre está aquí abajo para crear un
mundo nuevo, que no envejecerá ni morirá." 19
PRESENCIA DEL MAL
Aunque Péguy es el poeta de la esperanza, no desconoce la realidad de la
condición humana, los momentos y situaciones en que el hombre desespera, lo
sabe por experiencia propia, momentos
en que la pobreza, la miseria, el mal y el
dolor ahogan cualquier aspiración; sabe
que la esperanza, a la manera de un capullo de flor, puede morir en cualquier
momento, en cualquier mañana, en cualquier día. La esperanza es como una
florecita que puede ser arrancada por el
viento del pecado 20 , o mejor dicho, que
de hecho es arrancada por el viento del
pecado, por la presencia del mal, del
dolor. Todos esos ventarrones, todas esas
arrancadas de la florecita Esperanza,
conllevan la injusticia, la insolidaridad y
el desamor. Es el mundo moderno que con
el muro social del dinero ha creado injusticia, insolidaridad y desamor.
Ante esta situación, de injusticia y
desamor, Jeannette (el Péguy socialista)
se rebela. Es la misma rebelión del hombre moderno que se rebela ante la injusticia, el mal y el dolor, y que encuentra
como único responsable a Dios: Pues si al
hombre no le queda más que vivir y beber
en este valle de lágrimas, si no le queda
más que aguantarse y tragarse su angustia,
el único culpable no puede ser sino aquél
que le dio tal condición, es decir, Dios
que le ha dado esta naturaleza. Sobreviene
Vertebración
27
Estudio
la rebelión metafísica en la cual se juzga
al Dios injusto y se le condena, se ía mata:
a nombre del hombre, de la razón y de la
libertad se decreta la nuierte de Dios 2 1 .
O como dijera Iván Karamázov: "sin Dios
todo está permitido". 2 2
Pero ésa no es la vía de Péguy, él es
consciente de que la vía del racionalismo,
del positivismo y deí marxismo han enquistado y fortalecido más la desigualdad
y el fratricidio: "El sentimiento de igualdad no ha inspirado más que revoluciones
particulares discutibles; produjo esa revolución inglesa, que legó al mundo moderno una Inglaterra tan nacionalista e
imperialista; produjo esa revolución americana, que instauró una república tan
imperialista y capitalista; pero no ha instuido la humanidad; no ha preparado la
ciudad" 23 . Péguy no quiso mencionar a
la Revolución Francesa, pero ésta tampoco cumplió sus promesas; como tampoco
lo hicieron las revoluciones de este siglo:
ni la Rusa, la China o la Mexicana. La
rebelión inicial, por la libertad, la igualdad y la fraternidad, legítima en muchos
aspectos, por su misma lógica interna, es
decir, quitando a Dios de en medio, terminó en un mar de sangre y de lágrimas,
Ciertamente Péguy se conmueve ante
el dolor, ante las lágrimas de los niños:
"Cómo puede un alma no quedar ahogada
por la tristeza. Hace un rato he visto pasar
a dos niños, dos muchachos, dos pequeños que bajaban completamente solos por
aquel sendero. Detrás de los abedules,
detrás del seto. El mayor tiraba del más
pequeño. Lloraban y gritaban: tengo hambre, tengo hambre, tengo hambre... Yo
los escuchaba desde aquí. Los llamé. No
quería abandonar a mis corderos. Ellos no
me habían visto. Acudieron aullando como perritos. El mayor tenía unos siete
años." 2 4 Pero, al contrario de los revolucionarios deicidas, él grita y apela a la
justicia divina: "Al menos si se viese,
siquiera, elevarse al sol de vuestra justicia. Pero se diría Dios mío, se diría que
vuestro reinado desaparece. Jamás se ha
blasfemado tanto vuestro nombre. Nunca
se ha menospreciado tanto vuestra voluntad. Jamás se ha desobedecido tanto. Nunca nos ha faltado tanto nuestro pan; y si
Vertebración
28
"Un nuevo primer sol dorando la primera mañana..."
(La batalla de Alejandro por Altdorfer).
solamente nos faltase a nosotros, Dios
mío, si no nos faltase más que a nosotros;
y si únicamente careciéramos del pan del
cuerpo, el pan de maíz, el pan de centeno
y de trigo; pero necesitamos otro pan
distinto: el pan para alimento de nuestras
almas; nosotros estamos hambrientos con
otra hambre distinta: la única hambre que
deja en el vientre un vacío imperecedero.
Carecemos de otro pan. En vez del reinado de vuestra caridad, el único reinado
que impera sobre la faz de la tierra, de
vuestra tierra, de la tierra de vuestra creación, en lugar del reinado del reino de
vuestra caridad, el único reinado que impera es el reinado del reino indestructible
del pecado." 2 5
Ese es el drama de Péguy-Jeannette,
de Juana de Arco: buscar remedio al mal
general de la humanidad. Su pequeña
amiga Hauviette (que es la infancia de
Péguy) le invita al trabajo cotidiano y a la
limosna de los hambrientos. Pero Juana
sigue inquieta: incluso la decisión de Madame Gervaise de irse al convento para
rezar por el mundo no le satisface . El
mal es tanto, el hambre es tanta que
"Quien carece en exceso del pan cotidiano
no tiene ya gusto por el pan eterno, el pan
de Jesucristo". 2 ' Tan necesario es el pan
temporal, la casa, el vestido y el sustento,
que puede considerarse como el punto de
arranque, de partida, para luego buscar el
pan eterno. Pero también es cierto que el
pan temporal, en sí mismo, de suyo, no
conlleva al pan eterno. Uno recuerda aquí
al gran Inquisidor de Dostoievski, como
el "salvador" del hambre de los hombres 28 , pero no es más que un engaño...
es la primera tentación de Jesús en el
desierto. Si sólo vemos en Péguy, en su
Juana, más que una preocupación de carácter material, entonces no le hemos
comprendido: su preocupación es sobre
todo espiritual, es decir, no le aterra tanto
la condenación material, el infierno temporal, sino el infierno espiritual, o mejor
dicho, ambos, porque la perdición eterna
tiene su antesala en la perdición temporal.
Brota en este planeamiento un postulado muy claro para Péguymo podemos
separar las dos dimensiones de la naturaleza humana: su condición terrena y su
vocación a la salvación definitiva. Por
tanto, hay que alcanzar y realizar a la vez
lo temporal y lo eterno, lo terreno y lo
espiritual; ésto es lo que define su mística
política y su política mística.
Su Juana, sin embargo, se siente impotente, incapaz, por tal motivo su única
actitud es la de hacerle la guerra a la
guerra del mal, a la guerra provocada por
el mal; en cierto momento parece desesperar, parece darse cuenta que todo está
perdido y que no bastan los santos, los
buenos, incluso que no bastan dieciseis
siglos de cristiandad. Juana, Jeannete,
vuelve su mirada hacia el momento de la
encarnación de Jesucristo, hacia los momentos de su vida terrena, hacia Belén y
Nazaret, hacia Jerusalén y Galilea, Hacia
todos aquellos que le vieron y le tocaron
29
:"E1 estaba al alcance de la voz, al
alcance de la mano, al alcance de los ojos,
de la mirada de los ojos, y eso no volverá
a ocurrir." ¡Felices todos los que convivieron con él!, éso no se volverá a repetir
y ni siquiera se podrá comparar con los
lugares y las personas de "después":
"Mientras vosotras, parroquias cristianas,
os divertíais engendrando santas y santos,
una parroquia se había levantado a primera hora. Se había levantado antes que
nadie: Y había producido al santo que
nunca volverá a engendrarse".30 Ningún
gran templo, ninguna de las obras magníficas de la cristiandad, se podrá comparar
con aquella pequeña aldea, insignificante
pueblo, pobre pesebre que Lo recibió.
Este es el dolor de Jeannette, un vacío que
no consigue llenar y que le agujera el
corazón.
Sin embargo," Él está aquí. /Está como
el primer día./ Está entre nosotros como
el día de su muerte./ Eternamente está
entre nosotros igual que el primer día./
Vertebración
29
Estudio
Eternamente todos los días./ Está aquí
entre nosotros durante todos los días de su
eternidad." Esta es la respuesta de Madame Gervaise (que es la esperanza de Péguy). Es el descubrimiento de Jesús, de
Dios mismo, de Dios hecho hombre, del
modelo de hombre, en la vida cotidiana;
es también la presencia de Jesús, de su
cuerpo y de su sangre, todos los días de
nuestra vida; es la presencia de Jesús en
el rostro personal de los demás, de quienes amamos y de quienes no amamos, del
que está enfrente y del que está detrás.
Pero sobre todo, es la presencia de Su
sacrificio: "Es la misma historia, exactamente la misma, eternamente la misma,
la que tuvo lugar en aquel tiempo y en
aquel país y la que sucede todos los días
en todos los lugares por toda la eternidad." 31
Madame Gervaise está convencida de
la presencia de Dios en la vida del ser
humano: "Dios nos conduce, niña mía,
Dios nos lleva de la mano. Estamos en
manos de Dios. Nada hacemos sin que
Dios lo consienta y quiera." 32 El sufrimiento, el dolor, el mal, son la escuela
cotidiana en donde aprendemos a encontrar a Dios, en donde se aprende la santidad. No debiéramos perturbarnos, desesperarnos; si el mal, los odios y rencores,
las legiones de soldados que representan
al mal destruyen nuestras casas y nuestros
pueblos, no debiéramos perturbarnos porque tenemos una mansión que los soldados jamás alcanzarán, "Jesús nos ganó
moradas eternas". 3 3
Pero a Jeannette no sólo le preocupa
la destrucción y la desolación temporal;
no sólo le importa la perdición temporal,
sino que su alma se ahoga al pensar en la
destrucción y la perdición eternas; precisamente por ello le molesta la perdición
temporal, porque es la antesala de la
perdición eterna:"¿Sabéis, madame Gervaise, que nosotros, que vemos cómo todo
esto pasa ante nuestros ojos sin hacer nada
más que caridades vacías...(...) y sin querer matar a la guerra...(...) sin hacer
actualmente más que caridades vacías,
puesto que no queremos destruir la guerra, somos cómplices de todo esto? Nosotras que dejamos hacer a los soldados,
Vertebración
30
Ningún gran templo podrá compararse con aquel pobre pesebre.
(La Adoración de los Magos, por Durero).
¿sabéis que también nosotras somos las
torturadoras de los cuerpos y las que
condenan las almas? También nosotras,
nosotras mismas, profanamos el cuerpo
imperecedero de Jesús./ Cómplice, cómplice, es como autor. Si somos cómplices
de esto, somos autores. Cómplice, decir
cómplice es tanto como decir autor. El que
deja hacer es como quieh manda hacer.
Es todo uno. Ambas cosas van juntas.
Quien deja hacer y quien manda a hacer
también es como el que hace, es tanto
como el que hace. Es peor que quien hace.
Porque quien hace, posee al menos el
valor de hacer. Quien comete un crimen
tiene al menos el valor de cometerlo. Y
cuando uno lo deja hacer, se da el mismo
crimen; es el mismo crimen; pero hay más
cobardía. Se da la suprema cobardía./ Por
todas partes existe una cobardía infinita./
Cómplice, cómplice, es peor que autor,
infinitamente peor". 3 4
Y vino Jesús, y vino la Redención, y
todos los días viene la Redención, y día a
día se repite el sacrificio redentor, y...
nada; las almas siguen condenándose. Este es el pensamiento que tortura el alma
de Jeannette, "siente la perdición de las
almas que ama como un vacío eterno de
su alma" ; incluso estaría dispuesta a
sufrir ella misma las llamas eternas si con
ello todos los hombres se salvaran: "Y si
es necesario, para salvar de la Ausencia
eterna/ Las almas de los condenados que
enloquecen de Ausencia,/ Abandonar mi
alma a la ausencia eterna,/ Que mi alma
vaya a esa ausencia que nunca acabará. " " 36 Madame Gervaise le consuela y le
dice que el Salvador no se hizo condenar
por aquellas almas condenadas, sino que
ofreció su dolor de hombre por la salvación de todas las almas. Ese dolor es un
sufrimiento fructífero, distinto del dolor
de los condenados, pues hay un sufrimiento salvador y un sufrimiento perdido: "No
hay, no puede haber sino dos clases, no
puede existir más que dos tipos de sufrimiento: el sufrimiento que no se pierde,
y el sufrimiento que se pierde. Nosotros
pertenecemos, junto con Jesucristo, al
sufrimiento que no se pierde; nuestro
sufrimiento es de la misma clase, del
mismo tipo que el sufrimiento de Jesús;
nuestro sufrimiento no está nunca perdido, cuando así lo deseamos. Desde el
Estudio
mismo Jesús al último de los pecadores./
Y existe también un sufrimiento que está
perdido; que está totalmente perdido; que
siempre está perdido; incluso aunque no
queramos lo que queramos; quieran lo que
quieran; eternamente. Hagan lo que hagan. Hagan lo que hagan eternamente./
Eso es el infierno. De otra forma no habría
infierno, serían entonces lo mismo que
nosotros; habría la misma situación en
todas partes." 37 Y añade:"Hija mía, mi
pequeña, el buen Dios señaló un marco:
hay que trabajar, hay que rezar, hay que
sufrir dentro de los límites que el buen
Dios nos marcó: El acoge con gusto nuestros sufrimientos de aquí abajo para salvar
a las almas en peligro. Pero no fue su
voluntad que el sufrimiento del infierno
sirviese para salvar a las almas; nunca
aceptaría nuestros sufrimientos allí para
salvar a las almas en peligro. No hay una
iglesia muerta." 38
En seguida, Madame Gervaise, le dice
a Jeannette que fue precisamente Cristo el
primero en lamentarse las puertas del
infierno; el primero en lanzar un grito
desesperado por las almas de los condenados, un grito "como si el mismo Dios
hubiese pecado como nosotros;/ Como si
el mismo Dios se hubiera desesperado"/
Oh clamor cumbre, eterno y válido" ,
ahí, en la cruz en el pináculo de la Redención: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me
has desamparado P40; y recordó su vida,
el pesebre, la adoración de los magos, su
vida en la carpintería de su padre terreno,
sus treinta años de trabajo, sus tres años
de predicación, sus discípulos, las personas que perdonó; incluso recordó las negaciones de Pedro y las ingratitudes de sus
discípulos; pero nada se compara con ese
profundo dolor, con esa gran pena: "Pues
el Hijo de Dios sabía que el sufrimiento/Del hijo del hombre no sirve para
salvar a los condenados./ Y enloqueciendo más que éstos de desesperanza,/ Jesús
al morir lloró por los abandonados./ (...)
Jesús lloró al morir por la muerte de
Judas," 41 Sabía el Salvador que a su discípulo, o su exdiscípulo, a quien amaba,
no lo lograba salvar: "¿Por qué querer,
pues, hermana mía, salvar a los muertos
condenados del infierno eterno, y querer
salvar mejor que Jesús el Salvador?"42
Jeannette sufre, y sufre ante el misterio, ante el misterio de la libertad, por la
cual Jesús no cedió a la primera tentación.
Jeannette llora y no le queda más que pedir
perdón a Dios y pedir por la salvación de
todos < < si es posible > > , pues no puede haber salvación sin comunión: "hemos
de salvarnos juntos. Tenemos que llegar
al buen Dios juntos. ¿Qué diría si nos
acercamos a él, si llegamos a casa sin los
demás?" 4 3 Esta es la idea central de
comunión y fraternidad que hay en el
pensamiento de Péguy, particularmente
sobre su idea de cristiandad donde el santo
y el pecador tienen sus manos unidas y
ambos, inseparablemente, forman la comunidad. "Tal solidaridad extrema y, por
tanto, complementaria entre los pocos
santos y los muchos pecadores se da sólo
en la iglesia. < < El que no entra en su
sistema, el que no da la mano, no es
cristiano , y, no tiene ninguna competencia en las cuestiones de la cristiandad. Es
un extranjero. Pero el pecador tiende la
mano al santo, da la mano al santo, pero
porque el santo da la mano al pecador. Y
conjuntados, uno por el otro, uno tirando
del otro, llegan a lo alto, hasta Jesús > > " 44 Es al mismo tiempo su esperanza, su objeto de esperanza.
LA PEQUEÑA NIÑA
ESPERANZA
Nuestro problema es la vida, la vida
es un problema y está llena de problemas;
los problemas diarios, del día, no podrían
sobrellevarse si no fuera por la esperanza.
En El misterio de los santos inocentes
y El pórtico del misterio de la segunda
virtud, Péguy hace hablar a Dios Padre,
¡con qué ricura!, ¡con qué ternura! 4 Í :
Yo soy -dice Dios- El Señor de las tres
virtudes. Mi hija la fe dura por los siglos
de los siglos, a lo largo del tiempo, a lo
largo de veinte siglos: he visto la fe de mi
Iglesia, de mis fieles, de mis santos, no
me sorprende.
La caridad, el amor, dura por los
siglos de los siglos, más allá de los siglos
de los siglos, hasta la eternidad. Mi hija
la caridad durará por siempre, para siempre; ella tampoco me sorprende.
Pero la esperanza, esa hija mía, esa
virtud mía, esa sí que me sorprende,
porque ella vive de día en día, de cada día
a cada día, de un día a otro día. Es como
una niña (una pequeña niña) que por las
noches se acuesta después de rezar sus
oraciones, y al otro día se levanta con una
cara nueva, con un nuevo rostro. Es una
virtud que vive en el tiempo, que se
desarrolla en el tiempo, que trabaja en el
tiempo, pero que tiene sus ojos puestos en
la eternidad, hacia la eternidad.
Me explico: Un hombre tenía una
familia, su mujer y sus tres hijos, dos
niños y una niña. Un día ese hombre se
levantó por la mañana para ir a trabajar,
hacía muchísimo frío, la cama cálida le
pedía, casi le exigía, quedarse un rato
más. Pero pensó en sus hijos y se fue a
trabajar. Tomó sus herramientas, su hacha y su lima, y salió al bosque. Allí
empezó a dar los primeros hachazos, el
frío le congelaba hasta los huesos, después
de un rato el cansancio empezó a mermar
sus fuerzas, y pensó en sus hijos. Se los
imaginaba jugando en su casa, quizá peleando, se sonrió para sí mismo. Y luego
se puso a pensar en cuando sus hijos ya
fueran grandes, cuando ya habiendo crecido ocupasen su lugar. Incluso pensó en
cuando él ya no existiese y su lugar lo
ocupasen sus hijos, es decir, pensó que
sus hijos iban ya a trabajar por él, con sus
herramientas, se imaginó queriéndolo
también, que sus hijos ya ocupaban su
puesto, en su casa, en su trabajo, en la
parroquia, en la cristiandad. Se imaginó
y pensó en cuando su nombre fuese mencionado: ya no se referirán a él, sino a sus
hijos : y se sonrió, no tuvo envidia, al
contrario, se sonrió, se sonrojó, incluso
dejó caer una lágrima. Y mientras todo
esto pasaba en su corazón se olvidó del
cansancio y del frío, mientras todo esto
pasaba, su trabajo se hizo ágil, fácil.
¡Cuánto trabaja un padre por sus hijos!
pues bien, éso es la esperanza: Es como
una niña, o como unos niños, o como unos
hijos, por quien (o por quienes) se trabaja,
se ama. Es como una niña por quien se
tiene fe y amor, es decir, por quien se
•Vertebración
31
Estudio
pensando, consumiéndose, no me gustan.
Ni siquiera con el pretexto de un examen
de conciencia: ¿acaso son tan valiosos sus
pecados como para estar clasificándolos,
computándolos, ordenándolos? Es bueno
hacer un examen de conciencia (muy saludable), pero una vez que uno se ha
limpiado los pies, puede pasar dentro del
templo y poner atención en el altar y en
lo que está detrás del altar. Por eso,
cuando un hombre ha rezado su Padre
Nuestro que descanse: no lo voy a sorprender, no lo voy a pillar, ¿cómo voy a
coger a un hijo del cuello y lo voy a
arrastrar a la sala de mi tribunal si me ha
desarmado con esas palabras de Padre
Nuestro? ¡Por Dios! yo soy honrado, soy
un hombre bueno, un buen cristiano, no
me gusta jugar a los asaltos con mis hijos.
¡Cuánto trabaja un padre por sus hijos!
(Los picapedreros, por Coubert)
tiene fe y caridad. La fe y la caridad
solamente crecen cuando hay una niña que
se llama esperanza. Sin esperanza no puede haber fe ni amor. La esperanza se
entiende cuando un padre trabaja y se
desvela y soporta los dolores por sus
hijos, cuando un padre piensa en sus
hijos. 4 6
Así es Dios con los hombres, como el
padre que trabaja por sus hijos:
"Yo soy su padre, dice Dios. Padre
nuestro, que estás en los cielos.I Mi hijo
le ha dicho suficientes veces que yo soy
su padre./ Yo soy su juez. Mi hijo se lo
ha dicho, soy también su padre./ Soy ante
todo su padre. " 47 Mi hijo sabía muy bien
lo que hacía . Cuando alguien ha pronunciado un Padre Nuestro, yo no puedo
verlo más que como hijo, cuando alguien
ha rezado un Padre Nuestro me deja desarmado, deja a un lado mi cólera y mi
justicia. Así es como me asaltan , desarmándome, haciendo a un lado la cólera de
Vertebración
32
mi justicia y la justicia de mi cólera. Los
Padre Nuestro son como una gran flota
que asalta al Gran Rey; detrás de los
Padre Nuestro van las Ave María, y luego
las oraciones litúrgicas, también las oraciones que nunca se pronuncian pero que
brotan del corazón de los hombres. Todos
ellos forman la gran flota de asalto, de
ataque. Sí, así es como me asaltan, y yo
no puedo hacer nada: estoy desarmado.
Tenía razón mi Hijo cuando decía que el
reino de los cielos sufre violencia y los
violentos arrebatan. Así es como me asalCuando un hombre ha rezado un Padre Nuestro puede dormir tranquilo, en
paz, con confianza, estoy desarmado.
Cuando alguien ha rezado en la noche su
Padre Nuestro, antes de irse a descansar,
que se abandone a la noche, que ya no
piense más, que ya no lucubre, que ya no
maquine, que ya no se revuelque en la
cama pensando qué hacer para el mañana.
Esos que se pasan la noche maquinando,
En cada Padre Nuestro, por cada Padre Nuestro, yo no tengo -dice Dios- otros
ojos que no sean los ojos de un padre, y
ya se sabe cómo juzga un padre (Había
una vez un padre que tenía dos hijos...).
El Padre Nuestro encabeza el asalto, es
como un gran navio que se encamina al
asalto del gran Rey. El Padre Nuestro
encabeza la flota, la fuerte flota, que asalta
mi reino y me desarma. Y en la punta de
la flota, en la punta del navio, como una
niña inocente, toda pureza y blancura, va
la esperanza, la pequeña niña esperanza.
Así es como los hombres, los hermanos
de mi Hijo, irrumpen en mi reino. Mi hijo
sabía muy bien lo que hacía cuando les
enseñó esas palabras del Padre Nuestro,
y yo no puedo cambiar ésto.
El Padre Nuestro transformó todo, yo
no miedo ser más que padre, y ya se sabe
como mira un padre a sus hijos. El Padre
Nuestro es una oración que se asemeja a
dos manos unidas y elevadas al cielo,
juntas forman una cuña que abre las
puertas de mi reino. Y en la punta de esa
cuña va la pequeña niña esperanza, que es
como una niña inocente, blanca, pura.
Mi mente y mi corazón enloquecen
-dice Dios- por esa pequeña niña. Esa
esperanza lo ha trastocado todo, ha invertido el orden. Me explico: de las enseñanzas de mi Hijo hay tres parábolas de la
Estudio
esperanza, una habla de un dracma, otra
de una oveja y la otra de un hijo, es decir,
de un dracma perdido, de una oveja perdida, y de un hijo perdido. ¡ Ay, la pequeña esperanza lo ha invertido todo! Ha
hecho que un dracma o un a oveja o un
hijo valga igual que nueve dracmas, o que
noventa y nueve ovejas, o que noventa y
nueve justos. ¿Qué lógica es esta? ¿Qué
desorden es éste? Yo mismo he cambiado, por esa pequeña esperanza soy yo
mismo quien espera: espero que el hombre, espero que esa oveja perdida no se
pierda. Yo mismo he temblado ante la idea
de tener que condenar a esa oveja perdida.
soy libre, dice Dios, y he creado al hombre a mi imagen y semejanza./ Tal es el
misterio, tal es el secreto, tal es el valor/
De toda libertad./ La libertad de esta
criatura es el reflejo más hermoso que hay
en el mundo/ De la libertad del Creador.
Por eso la valoramos tanto,/ Y le damos
un valor propio./ Una salvación que no
fuese libre, que no fuese, que no viniese
de un hombre libre, ya no supondría nada
para nosotros." 53
Por ello, quien ha pronunciado las
palabras del Padre Nuestro puede dormir
tranquilo y abandonarse en mis manos.
Quien ha rezado su Padre Nuestro puede
abandonarse en los brazos de mi hija la
noche y dormir tranquilo. De hecho lo
único que yo pido es que el hombre se
La esperanza me sorprende -dice
Dios-. Mi hija la fe la comprendo, ¿quién
después de ver mi creación no puede tener
fe en mí? Necesitaría estar ciego quien
después de ver el universo y el orden que
hay en él no viera mi resplandor, por eso
ia fe no me sorprende. 5 Í
Pero la esperanza no la entiendo, no
logro comprenderla -Dice Dios-. No entiendo que Yo -el Todopoderoso- espere
a que la oveja perdida regrese al redil. Es
decir, no entiendo cómo Yo - el que todo
lo puede- necesite de la libertad (de la
colaboración) del que nada puede, de ese
hombre testarudo que no quiere ser hijo
mío. 52 La esperanza me pone de cabeza,
invierte los brazos de mi justicia por lo
brazos de mi misericordia. A partir de
entonces el Todopoderoso -es decir Yonecesita de la anuencia, del permiso, del
beneplácito del que nada puede- es decir,
el hombre-. ¡Que paradoja! el Todopoderoso se subordina al que nada puede (por
un momento el que nada puede tiene en
su mano al Todopoderoso): "Señor que
nadapuede, lesolicito, lepido, lesuplico,
permiso para poder salvarlo". ¡Hasta
donde ha llegado la paradoja! Y todo por
esa pequeña esperanza, por esa pequeña
niña que va en la punta de esas dos manos
que a manera de cuña irrumpen en mi
reino. Todo por esa pequeña niña que va
delante de cada Padre Nuestro.
"Tal es el misterio de la libertad del
hombre./ Tal es el valor que le damos a
la libertad del hombre./ Porque yo mismo
Cuando alguien ha pronunciado un < < Padre Nuestro > >
(Tres mujeres en la Iglesia -detalle- por Leibl).
tyertebración
33
Estudio
abandone en mis manos, es decir, que deje
que yo trabaje por él, que mientras él
duerme y descansa deje que yo me ocupe
de sus cosas (¡seguro que no lo hago tan
mal!). Ya entendéis por qué no me agradan esos hombres que no duermen en la
noche y se la pasan pensando y lucubrando y maquinando qué hacer el día de
mañana.
No me agradan -dice Dios- esos hombres que quieren hacer mi trabajo: mi
trabajo es pensar y hacer el mañana; ésta
es mi sabiduría; y sé que mi sabiduría no
es la misma que la sabiduría vuestra (la de
ustedes los hombres). La sabiduría humana dice lo contrario de la mía. Para vosotros (es decir para ustedes los hombres) la
sabiduría es "no dejes para mañana lo que
puedas hacer hoy". Y Yo les digo (Yo os
digo): "lo que puedes hacer hoy, lo mejor
que puedes hacer hoy es abandonarte en
mis manos, dejar que el mañana (y el
pasado mañana) lo prepare y lo haga Yo".
En otras palabras mi lema es: "Deja para
mañana lo que puedas hacer hoy", así, sin
más. Cuando el hombre (ustedes los hombres) quiere preparar el mañana y el pasado mañana, lo único que hace son
utopías. Cuando el hombre quiere construir el mañana elabora ideologías y teorías exóticas que tanto daño han hecho a
la humanidad y que la han llevado al
holocausto. En otras palabras, la sabiduría humana resulta ser antihumana e inhumana. Pero mi sabiduría es distinta, es
otra, es una sabiduría que favorece al
hombre, es una fuerza benéfica para él.
La prueba está en mi Hijo, la prueba está
en su Cruz, en su Resurrección.
Mi Hijo les ha enseñado lo más profundo de mi sabiduría, les ha enseñado
que Yo soy su Padre, y un padre juzga
como padre. Ustedes ya lo saben, Mi hijo
les enseñó esa parábola en la que el Padre
termina llorando (Un hombre tenía dos
hijos). Mi Hijo les ha enseñado el Padre
Nuestro, que es la oración de la esperanza
y de la ternura y de la inocencia. ^ 4
Los < Padre Nuestro > son como una gran flota que asalta al Gran Rey
REFLEXION FINAL
Cuando decimos "espero que me vaya
bien" o "espero que te vaya bien" o "espero que nos vaya bien", en el fondo ¿qué
esperamos? Esperamos algo que represente un bien.
En efecto, lo único que se puede esperar es un bien, el objeto de la esperanza
es el bien. Pero, si esperamos conseguir
ese bien de algún modo, ello significa que
lo esperamos porque no depende de nosotros el que se nos dé o el que lo consigamos: en otros términos, no esperamos
lo que de nosotros depende. El objeto de
la esperanza no depende de nosotros, esto
es, nosotros no nos damos lo que esperamos; y esto significa que la esperanza
antes que ser una respuesta del hombre es
una propuesta a su corazón... la esperanza
es un don.
Siendo la esperanza algo que no depende de nosotros, sin embargo, no es
Vertebración
34
algo que nos venga fatalmente. La necesidad no es objeto de esperanza: no esperamos lo que necesariamente ha de ocurrir, como sería el caso de las leyes físicas
que siempre ocurren sin equivocación y
sin desviarse un milímetro, no podemos
decir "espero que mañana salga el sol"
(es decir, no lo decimos por el sol), en
todo caso lo decimos en la medida en que
ello significa que queremos vivir todavía
porque nuestro corazón todavía no alcanza el bien por el cual suspira. De manera
que el fatalismo, el destino ciego que
arrolla ía libertad humana, no puede ser
objeto de esperanza.
Ahora bien, siendo lo que se espera un
bien que no depende de nosotros y que no
nos viene fatalmente, sin embargo, es un
bien que tenemos que alcanzar, un bíen
que no nos viene como le viene dada su
ley a un planeta que tiene que recorrer su
órbita. Es decir, el bien que es objeto de
esperanza es lo que Santo Tomás llamó el
Bonum arduum, es un bien arduo, un bíen
que supone nuestro esfuerzo, nuestra ini-
Estudio
ciativa, nuestra libertad. De aquí que la
esperanza, siendo un don en sí mismo,
también es una respuesta que el hombre
da a ese don. Por ello, realmente no hay
esperanza cuando no hay libertad. El
hombre que espera busca libremente el
bien que es objeto de su corazón, pero
cuyo camino es arduo.
Cuando así esperamos, nos damos
cuenta que aspiramos no a "tener", sino
a "ser", queremos y buscamos ser lo que
en el fondo somos, deseamos ser lo que
ya somos en la eternidad y desde la eternidad. Jean Guitton lo dice así: "estamos
llamados a cumplir en el tiempo, lo que
ya somos en Dios". Precisamente esto nos
descubre que el bien que esperamos no es
sino una Persona con la que puedo hablar
y que me puede responder. Las cosas no
me pueden hablar ni pueden responderme, por ello no pueden ser objeto de
esperanza. Las cosas se pueden tener y
obtener, pero no pueden hacer que yo sea,
y cuando yo tengo algún tipo de "esperanza" en ellas, cuando las confronto con mi
ser, con las aspiraciones de mi ser, entonces me desilusionan, y me doy cuenta que
eran esperanzas vanas. La esperanza fundamental, por el contrario, me injerta en
el ser, en el orden de las personas, que
pueden hablar y comunicarse. Esto es lo
que nos permite entender que la esperanza
se convierte en oración: esperar es orar,
y orar es descubrir quién soy, a dónde voy
y Quién me espera.
Si la esperanza no se nos hubiera dado
como un don, si no se nos hubiera revelado, lo único que podría haber esperado
el hombre al final de su vida y de su
historia sería la nada, y la sentencia de un
Heidegger o de un Sartre sería válida: El
hombre es un ser para la muerte y para la
nada. Entonces, el único camino válido
hubiera sido el de los estoicos y el de los
orientales: nuestra meta sería la mente en
blanco, el equilibrio interno y la identificación cósmica con los ciclos vitales.
Pero no. La esperanza se nos ha dado,
por muy extraño que parezca. Es cierto
que el hombre por sí mismo, manifiesta
su naturaleza caída, no podría esperar mas
que la nada. Pero si el hombre espera, si
cada uno de nosotros esperamos y tenemos motivos para hacerlo, es porque Dios
mismo nos ha hablado, primero en signos,
luego en persona. La esperanza comenzó
ahí en un pesebre, continuó en el Gólgota
y hoy vive en un pedazo de pan y en unas
gotitas de vino cuando han sido consagrados.
No nos escandalicemos, porque lo que
antes era motivo de escándalo ahora se
vuelve motivo de esperanza. Es cierto, si
la esperanza supone un bien arduo, difícil,
es explicable que todo haya comenzado
cuando lo "normal" fue enfrentado a lo
que no era normal. Ahí tenemos la historia
de un muchacho galileo que nunca tuvo
problemas mientras era normal, mientras
su paisanos y compañeros decían que era
un buen chico, pero cuando empezó a
predicar una extraña doctrina, cuando empezó a decir que venía a fundar una
ciudad y una ciudadanía desconocidas, los
problemas no se hicieron esperar: y le
tendieron una trampa, y le apresaron, le
enjuiciaron y le mataron con la muerte
más humillante hasta entonces conocida.
Pero fue El, quien hizo del escándalo
un milagro: lo que antes era infamia,
dolor, sufrimiento, lo trasnformó en
triunfo glorioso y en tranquila esperanza.
Esa Cruz en la que aquel galileo murió, nosotros la llevamos en la espalda de
nuestra vida cotidiana. Ante esa Cruz
también nosotros podemos escandalizarnos, y renegar y maldecir ; ante esa
Cruz, ciertamente, podemos decir que la
vivimos porque no nos queda de otra,
estoicamente, frustradamente. Pero también podemos convertirla gracias a Aquel
que la convirtió primero en una dulce
esperanza. Podemos convertir nuestras
jornadas cotidianas, las de la casa, las del
trabajo, las de la calle, en una cruz salvadora, esperanzadora. Podemos convertir
lo que antes era inhumano en algo verdaderamente humano, y si es cierto que lo
humano guarda algo de divino, entonces
desde nuestra cruz cotidiana podemos
descubrir nuestro ser eterno.
BIBLIOGRAFÍA
1 Existe una edición de las Oeuvres Completes
vols. 1-15, NFR1917-1933; vols. 16-20, NFR 19521955, la cual según los expertos, no es una edición
crítica. Hay otra que es más citada, la de la bibliothéque de la pléiade, que está clasificada así:
* Volumen A: Oeuvres en prose 1898-1908
(publicado en 1959 por el hijo de Péguy, Marcel),
contiene las obras: de la Cité, Marcel, Premier
Dialogue de la Cité Harmonieuse y textos de los
Cahiers, entre los cuales están de la Grippe, Réponse
breve á Jaurés, Personalités, De Jean Coste, Zagwill, Notre Patrie, Les SupUantsparalléles; sus tres
estudios para su tesis proyectada: De la Situation
faite á l histoire et á la asociologie dans les temps
tnodernes, De la situación faite au partí intellectuel
dnas le monde moderne, De la situationfaite au partí
intellectuel dans le monde moderne devant les accidents de la glorie temporelle; algunas piezas, como
Pierre, Pour ma maison, Pour moi. Este volumen
contiene también muchos artículos de los Cahiers y
otros escritos recogidos en Par ce demi-clair martin,
1952, (clasificados con la letra D), como las continuaciones de Notre Patrie, 1905- 1906, y Hervé,
1906. L'Esprit de Systéme, publicado en 1953 y
clasificado con la letra S, forma parte también de este
volumen A. Otras obras más son: Deuxiéme Elégie
XXX, aparecida en 1955, y Situations, clasificadacon
la letra E.
- Volumen B: Oeuvres en prose 1909- 1914(publicado en 1957). Contiene: A nos amis, a nos
abonnés, 1909; Clío, Dialogue de l'histoire et de
l'ame charnell, conocido como Véronique, 1910;
Notre Jeunesse, 1910; Victor Marie y ComteHugo,
1910; Un nouveau théologin; M. FerdinandLaudet,
1911; Argent y L Argent Suite, 1913; Note sur M.
Bergson et laphilosophie bergsonienne, 1914; vienen también los escritos postumos: Note sur Victor
Hugo; Note conjointe sur M. Descartes et la philosophie cartésienne, 1914.
-Volumen C: Oeuvrespoétiques completes (publicado en 1941). Contiene: Jeanne d'Arc, 1897; los
Mystéres: De la Chanté de Jeanne d 'Are (1909), Du
Porche de la deuxiéme vertu (1911) y Des Saints
Innocents (1912); también Tapisseries y Balada del
corazón que late. Quatrains (1912) y Eve (1913).
Hay una edición especial del primer Mystére, la de
Albert Béguin, clasificada con la letra J, publicada
en 1956 y que ofrece una continuación inédita: Le
Mystére de la Chanté de Jeanne d 'Arc.
- Volumen L: Lettres etEntretiens, publicado en
1927; contiene las cartas a Louis Baillet OSB, las
cartas y coloquios con Joseph Lotte.
-Bibliografía sobre Péguy. Louis Perche, Charles Péguy, 1957. Sobre su vida y época: Fr. porche
(1914), André Suarés (1914), Daniel Halévy (1918,
1940), Jérome et Jean Tharaud (1925, 1948), Romain Rolland (1944), Jules Issac (1959) y la misma
Genevieve Favre ("Souvenirs 1938", revista Europa). Sobre la personalidad de Péguy: Jean Delapo ríe,
Connaissance de Péguy, 1944; Emmanuel Mounier,
Le pensée de Charles Péguy, 1931; Elsbeth Gremminger. Péguy. Vom SoziaÜsmus zur christlichen
Weltschau, 1949; Kari Pfleger, Péguy, der gute
Vertebración
35
Estudio
Sunder (1933- 4); Alexander Dru, Péguy,
Londres, 1956. Sobre la teología y espiritualidad:
Albert Béguin, La priére de Péguy, 1942, y L'Eve
de Péguy, 1948; André Rousseaux, Le prophéte
Péguy, tres volúmenes: 1942, 1944 y 1945. Sobre
la estética: A Chavanon, La poétique de Péguy,
1947; Bernard Guyon, L'art dePéguy, 1948. Además hay que añadir las publicaciones de la asociación
"L'Amitié Charles Péguy" en sus Cahiers y en sus
Feuillets desde 1947 y 1948 respectivamente.
- Obras de Péguy publicadas en español: Palabras cristianas, Ediciones Sigúeme, Salamanca,
1981;Eldinero, Editorial Narcea, Madrid, 1973; El
misterio de la caridad de Juana de Arco, Ediciones
encuentro, Madrid, 1979,
- Obras sobre Péguy traducidas al español: Jean
Bastaire, Charles Péguy el insurrecto, Ediciones
Encuentro, Madrid, 1979; Charles Moeller, "Charles Péguy y la esperanza de la resurrección" en
Literatura del siglo XX y cristianismo, vol. IV,
Madrid, 1960.
Toda esta información la da Hans Urs von
BALTHASAR. "Péguy" en Gloria, vol. 3, Estilos
laicales, trad. José Luis Albizu, Ediciones Encuentro, Madrid, 1986, pp. 401- 103. Hay que añadir
dos traducciones más al español de las obras de
Péguy:
-El pórtico del misterio de la segunda virtud,
trad. José Luis Rouillon Arróspide, Ediciones Encuentro, Madrid, 1991.
- El misterio de los santos inocentes, trad. María
Badiola Dorronsoro, Ediciones Encuentro, 1993.
Por mis limitaciones personales, tanto de crítica
histórica como por desconocer la lengua francesa,
haré uso solamente de las traducciones. La información de esta nota está dada por si hubiera algún
interesado en estudiar a Péguy: para mí será gratificante.
2 Me remito a la cita de José Luis Martín
Descalzo en el prólogo que hace a la traducción
española de El misterio de la caridad de Juana de
Arco, trad, Manuel Pecellín, Ediciones Encuentro,
Madrid, 1978, p.7.
3Ib.p.8.
4 Péguy abandonó la Iglesia por el dogma de la
existencia del infierno; para él el infierno era inconcebible si todos los hombres están llamados a la
salvación. Su Jeanne d'Arc y su Cité harmonieuse
manifiestan su rechazo del mal del mundo y del
infierno. Sin embargo, ya convertido, la idea del
infierno no dejó de causarle escalofrío, pero en su
Mystére de la Chanté de Jeanne d'Arc (1909) se
resuelve al conbatirlo ya desde la tierra; la lucha,
según su postulado, tendrá que ser en lo cotidiano,
en la acción, pues rezar y no actuar es una vileza.
Cf. BALTHASAR, op. cit. pp. 433- 438.
5 PEGUY, El misterio de la caridad de Juana
de Arco, traducción al español, Ediciones Encuentro, 1978, pp. 72-73.
6 MARTIN DESCALZO, ib., P. 10
7Cf. Jn. 1,40-42.
8 Cf. MOELLER, Charles: "Charles Péguy y la
esperanza de la resurrección", op. cit., p. 557.
9Cf. Ib.,p. 558.
Vertebración 36
10 Cf. Ib.,p. 559.
11 Ib., p. 562.
12 CLEMENTE DE ALEJANDRIA,Srrom«tas, 17„ c.17; GREGORIO DE NISA, In cántica,
homilía 2; De creationi hominis, 16; JUANDAMASCENO, Deduabusvoluntatibas, MAXIMO EL CONFESOR, Mystagogie a Ambigurum libert; GREGORIO NACIAZENO, 38 discursos; otros más como
ORÍGENES y también san BERNERDO, Ciatados
por DE LUBAC, Henri: El drama del humanismo
ateo, trad. Carlos Castro Cubells, Ediciones Encuentro, Madrid, 2a. edici{on, 1990, pp.17-18.
13 Aquí también hay que destacar la coincidencia del planteamiento de Péguy con la tradición de
la Iglesia. Véase san GREGORIO MAGNO, in Evangelio, hom. 19, n. 1; san PASCASIO RADBERTO,
inMatheum, 1. IX, c.20 (P.L., 76, 1.154B); RUPERTO DE DEUTZ, in Genesim. 1. IX, c. 30
(P:L:,167, 554-555); la carta de San Pablo a los
Efesios, 4,32, y a los colosenses, 1,15; san AMBROSIO, inpsalm., 118, sermóon 1, n. 4 (P:L:, 15, 1.
201, A-B). Todos citados por de LUBAC: Meditación sobre la Iglesia, Trad. Luis Zorita Jauregui,
Ediciones Encuentro, Madrid, 1980, p.59. De Lubac destaca a la Iglesia como el Pueblo de Dios que
antes de la lay de Moisés existía bajo la "ley natural"
y con la venida de Jesucristo, el primogénito de toda
criatura, es la Esposa, la nueva Eva. prefigurada
desde el paraíso y colmada con el espíritu de Jesús.
"Es preciso verla en Dios, antes del principio del
mundo"; san Epifanio, ExpósitoJldei (P. G.. 42,784,
C-D).
14 MOELLER, op. cit. p. 564.
15 Cf. Ib.,p. 568.
16 PEGUY, El misterio de los santos inocentes,
op. cit.,131-133.
17 Cf. MOELLER, op. cit.. p. 569.
18 Cf. Ib., pp.570-571.
19 Ib., p. 572.
20 Cf. PÉGUY, El pórtico de! misterio de la
Segu
segunda virtud, op. cit., p. 17.
21 Vale la pena citar a Albert CAMUS.B hombre es rebelde, trad. Luis Echávarrí. Edit. Alianza
Losada, Buenos Aires, 1953, paricularmente el capítulo sobre "la rebelión metafísica".
22 DOSTOIEVSKY, Fedor: Los hermanos Karamázov, hay varias ediciones en español.
23 PÉGUY, Oeuvres en prose (A), 511-512,
citado por BASTAIRE, Péguy, elinsurreüo, op. cit.,
p. 17.
24 PEGUY, El misterio de la caridad de Juana
de Arco, p. 26
25 IB. pp. 18-19
26 Cf. BALTHASAR, op. cit.. p. 437.
27 PEGUY, El misterio de la caridad de Juana
deAraco, p. 30.
28 Véase Los Hermanos Karamúzov de Dostoievsky también El drama del humanismo afeo de
DeLubac, op. cit., particularmente la terecera parte
que versa sobre Dostoievski; y Esencia del hombre
de Helmut Thielicke, Edit. Herder, Barcelona,
1985, pp. 47-48.
29 El miseterio de la caridad de Juana de Arco,
pp. 44-55.
30 Ib., p. 49.
31 Ib., p.56.
32 Ib., p. 57
33 Ib. p. 60
34Ib.,pp.61-62
35 BALTHASAR, op. cit., p. 437.
36 El misterio de la caridad de Juana de Arco,
p. 68.
37 Ib., pp. 68-69.
38Ib., p. 72
39 Ib., p. 80
40 Cf. Mat. 17, 46 y Me. 15,34.
41 El misterio de la caridad de Juana de Arco,
p. 122.
42 Ib., p. 125.
43 El misetrio de la caridad de Juana de Arco,
edic.de Albert Béguin, 44, citado por BALTHASAR,
op. cit., p. 440.
44 BALTHASAR, op. cit., pp. 454-455.
45 Todo lo que sigue es un texto que he realizado
basándome en estas dos obras traducidas al español
y publicadas por Ediciones Encuentro. Casi he parafraseado a Péguy, pero no son propiamente el texto
de sus obras.
46 PÉGUY, El pórtico del misterio de la segunda virtud, yp. 24-36.
47 PEGUY, el misterio de los santos inocentes,
p.28.
48 Ib., pp. 29-41.
49 Ib., pp. 18-26 y42.
50 PÉGUY, El pórtico del misterio de la segundavirtud,pp, 103-109.
51 Ib., pp. 13-16
52 Cf. MOELLER, op. cit., pp. 600-601.
53 El misterio de los santos inocentes, p. 50.
54 Con esto termino de parafrasear a Péguy.
INVESTIGACIÓN INSTITUCIONAL SOBRE
LIBROS DE ETICA
REALIZADO POR EL CENTRO UNIVERSITARIO DE LA CIUDAD DE MEXICO,
FILIAL DEL
ATENEO FILOSÓFICO
BAJO LA DIRECCIÓN DE LA DRA.
LUZ GARCIA ALONSO
(A partir del número 3 4 de Vertebración, estamos publicando en cada uno, el análisis de dos o tres obras) N. de la R.
Módulo I
Textos de ética editados en México y vigentes en el
mercado.
Coordinación:'Dr. Manuel Ocampo
Módulo II
Libros de ética empresarial o de negocios publicados en
español.
Módulo III
Libros de ética social publicados en español.
La presente investigación ofrece al profesor de ética la
información suficiente para que pueda tomar una decisión
atinada acerca de cual libro de t e x t o recomendar a sus
alumnos -o sin recomendar a no alguno-.
La importancia del libro de texto
Para el estudiante el libro de t e x t o es una pauta insustituible. Comporta la precisión requerida para definiciones y
clasificaciones, posibilidad de preparar los temas antes de
la clase, y demás de otras ventajas, los aspectos de seguridad de la exposición escrita sobre la exposición oral.
Módulo IV
Libros de ética de la comunicación y de la comercialización publicados en español.
Módulo IV en adelante
Libros de ética de distintas actividades, profesiones, etc.
El mensaje de la Veritatis Splendor
Esta carta encíclica de S.S. Juan Pablo II sobre el modo
de enseñar la moral, está dirigida "a los Obispos de la Iglesia
Católica" pero atañe no sólo a los católicos que han de dar
cuenta de su responsabilidad en la formación de otros, sino
a todos los hombres de buena voluntad.
Para aquellos que quieren ser coherentes con su creencia, esta investigación se enriqueció con un cuadro comparativo entre el libro de t e x t o y las recomendaciones del
Magisterio de la Iglesia.
Para el profesor es un auxiliar insuperable para el orden
y el puntual avance del curso, asidero más de objetividad
entre él y el grupo y una oportunidad para abreviar en la
exposición de lo fundamental y así abundar en su profundiz a r o n , explicación y ejemplificación.
Vertebración 37
Introducción a la Etica
de Raúl Gutiérrez Sáenz
GUTIERREZ SAENZ, RAUL
Introducción a la Etica.
Ed. ESFINGE, S.A. deC.V.
NAUCALPAN, EDO. DE MEXICO.
PRIMERA EDICIÓN, 1968
VIGÉSIMA CUARTA EDICIÓN, 1992
No. DE PAGINAS: 253
CLAVE 11 MI
ANÁLISIS CONCEPTUAL DEL
LIBRO
Se trata de una introducción a la ética
cuyo objetivo es presentar los diversos
temas del programa oficial de 1 9 6 3 , para
introducir al lector en el conocimiento del
recto camino de la moralidad. Constituye
un intento por asimilar la ética cristiana
tradicional al lenguaje de la filosofía axiológica y existencial moderna. La obra
está dividida en seis partes: Nociones
preliminares, Los A c t o s Humanos, Valoración de los Actos Humanos, Doctrinas
Eticas, Ley y Obligación, y Relación Moral.
Define la ética c o m o : "una ciencia
práctica y normativa que estudia racionalmente la bondad y maldad de los actos
humanos". 2 Hace ver su dependencia de
la filosofía 3 pero no muestra su carácter
teórico.
Presenta la libertad humana c o m o :
"una cualidad de la voluntad por la cual
elegimos un bien con preferencia a
otros", 4 aunque no da un concepto
previo del hombre y sus facultades.
Con respecto a la moralidad señala
que "siempre elegimos un bien, pero no
siempre elegimos bien" , "el bien o el mal
se refieren a la elección misma, no al
objeto elegido" 6 puesto que el objeto
siempre es un bien ontológico.
El libre
* Los autores de las reseñas son los
responsables exclusivos de los juicios allí
expresados.
Información sobre la colección de reseñas: 5 7 4 2 4 4 3 , martes y sábados por
la mañana. 5 7 4 4 8 8 2 FAX todos los días
las 2 4 horas.
Vertebración 38
Autores de la Reseña *
Manuel Ocampo Ponce
Elvira Chapa Suárez
albedrío es llamado libertad psíquica 8 y
en cuanto a la esencia del valor moral
añade que "los actos humanos acordes
con la naturaleza humana, ai estar de
acuerdo con la recta razón, adquieren un
valor definitivo, absoluto, universal. Esto
es la esencia o estructura íntima del valor
moral" 9
En lo referente a criterios de moralidad señala que "la norma de moralidad
no está en ningún bien o fin terreno.
Procede del hombre, pero está subordinada a un valor absoluto, al cual tiende
a priori el espíritu humano por su razón y
voluntad"
. "La última respuesta a la
pregunta ¿por qué es "bueno moralmente
éste acto congruente con la naturaleza
humana?, es la siguiente: porque este
acto está dictado por la recta razón, y por
tanto, participa del valor absoluto que
ella significa" 11
Presenta la norma de moralidad como
objetiva y universalmente válida. 1 2 Define la ley moral como "una ordenación
de la razón, promulgada para el bien
común por quien tiene el cuidado de la
comunidad. (S. T h , l,ll, 9 0 X ) 1 3 , a continuación añade que la ley si es natural está
inscrita en la naturaleza y debe ser descubierta por el hombre 1 4 y da una jerarquía de las leyes en la que queda en
primer lugar la Ley Eterna, en segundo
lugar la ley natural y en tercer lugar la ley
positiva,
posteriormente define la lay
natural como "la participación de Ja ley
eterna en la naturaleza humana" 16
Brevemente presenta al objeto, el fin
y las circunstancias como fuentes de la
moralidad, señala que "el hombre tiene
la propiedad de actuar en vista de un f i n "
7
y ofrece distinción entre finis opens y
finis operatis 1 8 .
Considera la conciencia moral como
criterio subordinado de moralidad 1 9 y el
fin último del hombre es la felicidad. 2 0
Incluye cuatro capítulos en la tercera
parte del libro en donde trata varios temas éticos desde un punto de vista axiológico.
Este apartado adolece de una
crítica y de una fundamentación ontológica del valor. Por ello resulta impreciso
y puede ser mal interpretado.
Hace una presentación y una evaluación de los más importantes sistemas
éticos: Sócrates, los sofistas, el idealismo platónico, el eudemonismo aristotélico, estoicismo, hedonismo, el cristianismo, el t o m i s m o , el formalismo de Kant,
el materialismo dialéctico de Marx, el
existencialismo de Sartre, el pragmatismo y sociologismo, el psicoanálisis de
Freud y la axiología de Scheler, 2 2 señalando sus errores y aciertos desde un
punto de vista realista aunque no lo expresa y no presenta comentario crítico
del t o m i s m o , tampoco manifiesta expresamente si está a favor o en contra del
mismo.
En cuanto a la moralización del individuo incluye un breve capítulo sobre la
virtud, 2 4 otros sobre los deberes respecto a Dios, a la familia, sobre los deberes
económico-sociales y sobre moral civil e
internacional y el último capítulo que
trata algujnas cuestiones sobre ética profesional 25
En conclusión el libro del Dr. Raúl
Gutiérrez Saenz es una buena obra, aunque es un poco compleja y confusa para
quien se inicia en el estudio de la ética.
Es recomendable para quien dominando
los temas clásicos de ética -y sobre todo
la antropología- quiera verlos desde un
enfoque axiológico y novedoso, o en todo
caso para asimilar la filosofía realista
algunos aportes de la axiología y la fenomenología.
COMPARACIÓN CON EL PROGRAMA OFICIAL DE LA UNAM
CUBRE LOS TEMAS DEL PROGRAMA OFICIAL 1963
SI
CUBRE LOS TEMAS DEL PROGRAMA OFICIAL 1992
En las páginas
Unidad
Unidad
Unidad
Unidad
Unidad
Unidad
13-23
53-57, 211-212,203, 210
57-76
91-118
189-241
119-188
I
II
III
IV
V
VI
INCLUYE APOYOS DIDÁCTICOS
Revisión o subrayado
Cuestionarios
Ejercicios
Vocabulario
Si
No
No
No
Resúmenes de cada tema
Otros
APRECIACIÓN
A)
B)
C)
D)
Apego a la Verdad
Coherencia interna
Didáctica
Programas
1963 y 1992
Si
Si
No
Si
Conclusión del análisis conceptual
En conclusión el libro del Dr. Raúl Gutiérrez Saenz es una buena obra, aunque es un poco compleja y confusa
para quien se inicia en el estudio de la ética. Es recomendable para quien dominando los temas clásicos de ética -y
sobre todo la antropología- quiera verlos desde un enfoque axiológico y novedoso, o en todo caso para asimilar a la
filosofía realista algunos aportes de la axiología y la fenomenología.
Vertebración 3V
CUADRO COMPARATIVO ENTRE LA DOCTRINA DE LA ENCÍCLICA "VERITATIS SPLENDOR
Y EL TEXTO DE ETICA DE GUTIERREZ S.
TEMAS DE ETICA
VERITATIS SPLENDOR
RAUL GUTIERREZ SAENZ
1.- Naturaleza del hombre y
moral
"La naturaleza del aima humana, que es la persona
misma en la unidad de alma y cuerpo" (50)
No da un concepto de hombre, aunque queda implícito
en la obra.
"La norma de moralidad no está en ningún bien o fin
terreno. Procede del hombre, (...) está subordinada a
un valor absoluto, al cual tiende apriori el espíritu
humano por su razón y v o l u n t a d " . p. 1 1 3
2.- Fin último del hombre
"La ordenación voluntaria de la persona a) fin último y
la conformidad de la acción concreta con el bien humano
tal y c o m o es reconocido en su verdad por la razón" (72)
El fin último del hombre es la felicidad, p. 8 6
3.- La libertad
"Teniendo en cuenta que la libertad depende fundamentalmente de la verdad. Dependencia que ha sido expresada de manera límpida y autorizada por las palabras de
Cristo: Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres"
(jn. 8,32) (34)
"Es una cualidad de la voluntad por la cual elegimos
un bien con preferencia a o t r o s " p. 5 8
4 . - Sujeto próximo y remoto de la moralidad
"Los actos humanos son actos morales, porque
san y deciden la bondad o malicia del hombre
que realiza esos a c t o s " (n. 71) vs. teoría de la
fundamental c o m o lo imputable en vez del acto.
expremismo
opción
(65).
"Los actos humanos acordes con la naturaleza humana, al estar de acuerdo con la recta razón, adquieren
un valor definitivo, absoluto, universal. Esta es la
esencia o estructura íntima del valor m o r a l " p. 112
5.- Norma objetiva de moralidad: Ley Divina
"La norma suprema de la vida humana es la misma ley
divina, eterna, objetiva y universal". (43)
El fundamento último de la obligatoriedad de la ley
natural es Dios. Cfr. p. 2 0 1
"La participación de la ley eterna en la naturaleza
humana es lo que se llama ley n a t u r a l " , p. 1 9 3
6.- La Ley Eterna es universal e inmutable
"Estos preceptos positivos, que prescriben cumplir algunas acciones y cultivar ciertas actitudes, obligan
universalrnente; y son inmutables" (52).
"La ley natural tiene la propiedad de ser universal e
inmutable" p. 1 9 4
7.- Conciencia: criterio subordinado de moralidad
"La conciencia , por lo t a n t o no es una fuente autónoma
y exclusiva para decidir lo que es bueno o malo; al
contrario, en ella está grabado profundamente un principio de obediencia a la norma objetiva" (60)
" M u e s t r a en última instancia la conformidad de un
c o m p o r t a m i e n t o determinado respecto a la ley ; formula
la norma próxima de la moralidad de un acto voluntario,
actuando la aplicación de la ley objetiva a un caso
particular" (59)
La conciencia debe formarse para estar de acuerdo con
la ley y con la recta razón que son normas objetivas
de moralidad. Cfr. p. 2 0 6
8.- Fuentes de la moralidad
"¿De qué depende la cualifícación moral del obrar libre
del hombre? ¿Cómo se asegura esta ordenación de los
actos humanos hacia Dios? ¿Solamente de la intención
que sea c o n f o r m e al fin último, bien supremo, o de las
circunstancias, -y, en particular, de las consecuencias
que contradistinguen el obrar del hombre, o no depende
t a m b i é n y sobre todo- del objeto mismo de los actos
humanos? Este es el problema llamado tradicionalmente
de las fuentes de la moralidad.
No las presenta como criterio de moralidad.
"Para ofrecer los criterios racionales de una justa decisión moral (...) ciertamente hay que dar gran importancia
ya sea a la intención (...). < q u e > pertenecen a (...)
< l a s > circunstancias del acto (...)" (...)" (77).
"La moralidad del acto humano depende sobre todo y
fundamentalmente del objeto elegido racionalmente por
la voluntad deliberada..." ..." (77,78)
Vertebración 40
"Lo que en cualquier otro lugar es una dura ley
no es aquí sino una hermosa sumisión a tus mandatos.
Y en la libertad de nuestras enmiendas
una felicidad más tierna que la fe".
"Lo que en cualquier otro lugar es una obsesión
no es aquí, bajo tus leyes, sino una plaza rendida.
Lo que en cualquier otro lugar es un alma vendida
no es aquí sino oración e intercesión".
"Lo que en cualquier otro lugar es abatimiento
no es aquí sino fruto de una pobre obediencia.
Lo que en cualquier otro lugar es un gran parlamento
no es aquí sino el efecto de la única audiencia".
Charles Péguy.
(Las Oraciones en la Catedral de C h a m e s )
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