Revista Colombia Forense / Volumen 3 / Número 1 / enero-julio 2016 (Artículo sin editar) Maltrato Infantil: su estudio y manejo en el Instituto Nacional de Pediatría. México Arturo Loredo-Abdalá, Esp.1, Abigail Casas-Muñoz Esp.1, Zyanya Estefania Figueroa-Becerril, Lic.1, 2, Julián Vargas-Flores, Lic.1, 2 1 Coordinación de Estudios Avanzados sobre Maltrato Infantil-Prevención del Instituto Nacional de Pediatría. Ciudad de México (CEAMI-P-INP). 2 Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México. Ciudad de México. Recibido: 18 de julio del 2016 Aprobado: 29 de agosto del 2016 *Autor de correspondencia: Arturo Loredo-Abdalá. Coordinación de Estudios Avanzados sobre Maltrato Infantil-Prevención del Instituto Nacional de Pediatría. Ciudad de México, México (CEAMI-PINP). Av. Insurgentes Sur 3700-C CP 04530. Teléfono: (52 55) 10 84 09 00 ext. 1889 (oficina). Correo electrónico: cainm_inp@hotmail.com Como citar este artículo: Loredo-Abdalá A, Casas-Muñoz A, Figueroa-Becerril ZE, Vargas-Flores J. Maltrato Infantil: su estudio y manejo en el Instituto Nacional de Pediatría. México. Colomb. Forense 2016; 3(1): xx-xx. doi: xxx xxx xxx Resumen. Tema. La violencia contra niñas, niños y adolescentes y específicamente el maltrato infantil (MI) son una realidad creciente a nivel mundial. Descripción. Por las implicaciones en la salud y en la familia de la víctima así como el manejo jurídico requerido se propone que el MI sea considerado y entendido como una emergencia médico-social-legal. Enfoque. Para el adecuado registro de cada caso de maltrato infantil (MI), se debe emplear la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE-10) como MI con sus cuatro modalidades básicas (abuso físico, abuso sexual, abuso psicológico y negligencia). El diagnóstico de esta patología requiere un manejo interdisciplinario (médicos, trabajadores sociales, profesionales de la salud mental, abogados). Así mismo, para la atención integral de cada caso es necesario la intervención interinstitucional (institución hospitalaria, una dependencia jurídica (Agencia del Ministerio Público) o una Organización Civil (ONGs) principalmente). Conclusiones. Todos los profesionales que atienden o interactúan con niñas, niños y adolescentes y que sospechan la posibilidad de alguna modalidad de MI o han confirmado el diagnóstico, tienen la obligación de hacer una denuncia y/o notificación médico-legal, directa o anónima, a la autoridad correspondiente para dar cumplimiento a la Norma Oficial Mexicana de Violencia familiar, Sexual y contra las Mujeres (NOM-046-SSA 2-2005). De esta manera, se precisa la condición jurídica de la víctima, del agresor y su familia. Un manejo inadecuado en las acciones de los profesionales involucrados les puede generar un problema legal. Revista Colombia Forense / Volumen 3 / Número 1 / enero-julio 2016 (Artículo sin editar) Palabras clave: acción interdisciplinaria, acción interinstitucional, emergencia médico-social-legal, maltrato infantil. Introducción Considerando la creciente violencia mundial contra niñas, niños y adolescentes y específicamente el progresivo incremento del maltrato infantil (MI) en México, expresamos en este artícul la experiencia que sobre el tema tienen diversos profesionales del Instituto Nacional de Pediatría (INP) adquirida esta, desde los años finales de la década de los 80’s, del siglo pasado, inicialmente en el Depto. de Medicina Interna, posteriormente en la Clínica de Atención Integral al Niño Maltratado (CAINM-INP-UNAM) (1997-2013) y recientemente en la Coordinación de Estudios Avanzados sobre Maltrato Infantil-Prevención (CEAMI-P-INP) (2013 a la fecha). Este período, que supera más de dos décadas, permite hacer un señalamiento clínico, epidemiológico, social y jurídico del tema. Para tal fin, se ha considerado pertinente utilizar un buen número de publicaciones indexadas, logradas por dicho grupo. (1-3) Consideraciones básicas Uno de los grandes problemas médico-sociales-legales de la humanidad, son las violencias contra niñas, niños y adolescentes. De ellas, sobresale la agresión intencional o no accidental, contra este grupo etario;(4-6) situación que en el ambiente médico pediátrico se conoce como Maltrato Infantil (MI) nomenclatura acorde a la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE-10). (7) Esta patología, también ha sido aceptada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un problema de salud pública mundial debido al daño físico y emocional que ocasiona en la víctima, al económico y emocional en la familia y al social y financiero en la comunidad. (8-9) Así mismo, cada día se reconoce más en nuestro medio, este último impacto. (10-13) Tomando en consideración las diversas implicaciones para la salud de las víctimas; el contexto familiar y social en donde se desarrolla esta patología (escuela, barrio, país) así como las consecuencias jurídicas que quedan inmersas en dicha problemática, la cual engloba no solamente al posible agresor sino también al menor y a su familia, es que insistimos que esta temática debe ser entendida por el personal de salud (médicos, enfermeras, trabajadores sociales) por profesionales que interactúan con ellos (profesores, abogados, sacerdotes) como un problema médico-social-legal. (3) Esta última consideración, es fundamental que también así lo entiendan todos los profesionales de la salud ya que durante su intervención en la atención profesional de estos casos, deben conocer y aplicar los lineamientos legales que esta patología demanda. (14) Es decir, no solamente es actuar para curar el daño físico y/o emocional, también se debe considerar que si este accionar es inadecuadamente realizado, puede tener en el prestador de salud implicaciones jurídicas y personales de diversa índole. Un grave problema actual, que no permite un adecuado entendimiento y aceptación del MI, es que en casi todos los países del mundo existe un sub-registro de casos. Ello se debe a diversas razones: porque no se sospecha el problema, no se diagnostica correctamente, no se denuncia, no se le da un seguimiento parcial y/o total y finalmente, no se registra adecuadamente cada paciente. Esta realidad es consecuencia de que el médico, entre otros profesionales de la salud, no conoce las Revista Colombia Forense / Volumen 3 / Número 1 / enero-julio 2016 (Artículo sin editar) diferentes modalidades del mismo; no utilizan los criterios internacionales para su registro y no cuenta con centros de atención integral de esta patología, por señalar algunas dificultades. Ante el incremento asistencial de estos casos en el Instituto Nacional de Pediatría, el que escribe, en 1997 funda y coordina durante 16 años, la Clínica de Atención Integral al Niño Maltratado (CAINM-INP) con un objetivo inicial, desarrollar una función asistencial; posteriormente, se suma a este quehacer, el impulso de diversos programas de docencia así como protocolos de investigación sobre el tema. Los resultados obtenidos en este período han permitido precisar los aspectos clínicos, sociales, epidemiológicos y básicos de este problema en la zona de influencia del INP y la publicación de sus resultados en artículos médicos indexados en revistas pediátricas y cinco libros. (15-22) También, el accionar de CAINM-INP se ha podido replicar, parcialmente, en algunas ciudades de México como Chihuahua, Villahermosa, Mexicali, Cuernavaca, Toluca y en algunas delegaciones de la Ciudad de México (CDMX). Al alcanzar estos logros, en el año 2013, hemos fundado y coordinamos la Coordinación de Estudios Avanzados sobre el Maltrato Infantil-Prevención (CEAMI-P-INP). El objetivo fundamental es el desarrollo de proyectos de investigación básica, clínica, epidemiológica, social y jurídica que permitan desarrollar estrategias de aplicación práctica y realizable en las diferentes zonas del país (urbana, suburbana y rural) para prevenir el MI. (23-24) ¿Qué hemos hecho para conocer, entender y difundir la experiencia que se ha adquirido en el INP durante más de 20 años? Ante este panorama médico y considerando que seguramente los médicos generales y un buen número de pediatras, trabajadores sociales, enfermeras y psicólogas no han tenido la oportunidad de ver, atender o canalizar algún niño víctima de esta problemática, es pertinente dar a conocer las características clínicas, sociales y jurídicas observadas en nuestro medio y que son el resultado de un accionar interdisciplinario e interinstitucional continuo, durante más de dos décadas. (3, 25-27) Para fines didácticos de este artículo, se hará una descripción de las consideraciones más importantes y útiles para el médico y el personal paramédico que enfrenta o puede enfrentar este problema médico-social-legal. Nomenclatura internacional y modalidades básicas del MI El término adecuado para la denominación y registro correcto del maltrato infantil, de acuerdo a la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE-10) es, MALTRATO INFANTIL (MI). (7) Esta patología casi queda totalmente englobada, en las siguientes cuatro modalidades: Modalidades básicas. a) b) c) d) Abuso Físico Abuso Sexual Abuso Psicológico Negligencia Revista Colombia Forense / Volumen 3 / Número 1 / enero-julio 2016 (Artículo sin editar) Sin embargo, existen otras situaciones de violencia contra niñas, niños y adolescentes que en ocasiones pueden terminar en alguna de las modalidades básicas del MI y se han clasificado como formas poco conocidas y formas poco consideradas. Formas poco conocidas. (28-29) a) b) c) d) Enfermedad fabricada o inducida (Síndrome de Münchausen por poder) Abuso fetal Ritualismo satánico Maltrato étnico Formas poco consideradas. a) b) c) d) e) f) Niños trabajadores Niños migrantes Maltrato entre pares o abuso escolar (Bullying) Síndrome de alienación parental Niños en situación de guerra Otros Frecuencia Como ya se mencionó, es muy difícil establecer una real frecuencia del problema a nivel mundial y obviamente a nivel nacional la situación es aún más compleja; sin embargo, tomando en cuenta la experiencia adquirida, se pueden señalar las siguientes consideraciones: a) Aproximadamente el 10% de cualquier población pediátrica puede ser víctima de alguna forma de maltrato infantil. b) Probablemente en nuestro medio, solamente uno de cada cien niños maltratados, es atendido. c) Alrededor del 55-85% de los adultos maltratadores fueron agredidos o maltratados en su niñez. Definición Un grave problema para los profesionales que no están inmersos en esta patología, es precisar, entender y aplicar una definición que sea clara, funcional y corta ya que a nivel mundial existen aproximadamente alrededor de 50 definiciones, las cuales en su mayoría, se caracterizan por la orientación funcional de las instituciones o las actividades profesionales de sus autores. (30-38) En CAINM-INP se ha desarrollado una definición que abarca nueve aspectos fundamentales del problema y ha demostrado su utilidad y funcionalidad con el paso del tiempo: (39) “Toda agresión u omisión intencional física, sexual, psicológica o negligente, dentro o fuera del hogar contra una persona de la menor edad, antes o después de nacer, que afecte su integridad biopsicosocial. Realizada habitual u ocasionalmente por una persona, institución o sociedad, en función de su superioridad física, intelectual o económica” Diagnóstico diferencial El profesional o el grupo especializado en el tema, que atiende a un niño y tiene la sospecha de que es víctima de alguna forma de MI, debe descartar las siguientes condiciones: Revista Colombia Forense / Volumen 3 / Número 1 / enero-julio 2016 (Artículo sin editar) a) b) c) d) e) f) g) Accidentes Estrategia disciplinaria Estrategia educativa Pobreza Ignorancia Usos y costumbres de la población Algunas enfermedades pediátricas Un diagnóstico erróneo puede ocasionar que una persona inocente quede detenida legalmente y que ella y su familia además, sufran estigmatización social y/o familiar. Por ello, insistimos en la necesidad de que los profesionales que se enfrentan a esta problemática conozcan las características básicas de las diversas modalidades del MI y siempre hagan un diagnóstico diferencial. (40-46) Acción interdisciplinaria e Interinstitucional Tenemos la firme convicción de que el diagnóstico preciso lo debe establecer la acción de un grupo de profesionales preparados, sobre esta patología. a) Así mismo, hemos propuesto e insistido que dicho equipo sea coordinado por un médico pediatra, especializado en el tema. El trabajador social, el profesional de salud mental (psiquiatra o psicólogo) el abogado y otros profesionales del área paramédica como enfermeras, nutriólogos, odonto-pediatras, etc. deben ser parte del mismo. De esta manera, se garantiza que la intervención será multi e interdisciplinaria. (47- 49) b) Simultáneamente, este grupo de profesionales deberá desarrollar una acción INTERINSTITUCIONAL; es decir, debe interactuar con otros profesionales que representan instituciones gubernamentales como la Agencia del Ministerio Público; la Procuraduría de cada entidad Federativa, el DIF Nacional o Estatal y con algunas ONGs. Es fundamental entender y cubrir esta necesidad para que teóricamente la víctima sea protegida de nuevas agresiones, lo que seguramente le permitirá tener una mejor supervivencia futura. El papel que desarrolla el Trabajador Social (TS) es fundamental en el accionar global requerido. No solamente va a reconocer en qué ambiente familiar o entorno social vive el menor. La información obtenida, mediante la elaboración de su historia social, enriquece las posibilidades de precisar o descartar el diagnóstico de MI. Es muy importante tener presente en el estudio de estos casos, cuales son los “Determinantes Sociales”, entendidos estos, como el conjunto de condiciones sociales en las cuales la gente vive y trabaja, los que en un momento pueden ocasionar violencia contra este grupo etario y finalmente desencadenar alguna modalidad de MI. Dichos determinantes pueden generar lo que se conoce como “adversidades sociales acumuladas” (pobreza, ignorancia, violencia, adicciones etc.)(50-55) Otras actividades que habitualmente han desarrollado los Trabajadores Sociales en CAINM-INP es establecer una liga funcional con el área jurídica; ello permite operar la notificación médico legal, documento indispensable que permite describir y establecer el diagnóstico de MI. De esta manera, la autoridad legal pertinente, podrá determinar la condición jurídica del menor, del posible agresor y de la familia. Revista Colombia Forense / Volumen 3 / Número 1 / enero-julio 2016 (Artículo sin editar) También se trabaja en la búsqueda de una red de apoyo, la que puede ser familiar o institucional, conocimiento que le permite ayudar a la autoridad a decidir cuál es la mejor opción futura para el menor, considerando siempre, los Derechos del Menor. (37,45) Así mismo, realiza una función de vigilancia y seguimiento de cada paciente para que este reciba la atención médica o psicológica necesaria. Esta función es fundamental en el desarrollo de una estrategia preventiva; es decir se plantea un programa de PREVENCION SECUNDARIA, acción que vigila que el menor no sea nuevamente maltratado. (56) Desde el punto de vista jurídico, deben tener presente, todos los profesionales (médicos, psicólogos, trabajadores sociales , profesores) o adultos que interactúan con niños (familiares, vecinos ) cuando sospechan razonadamente la posibilidad de MI, la obligatoriedad de realizar una denuncia, la cual puede ser directa o anónima a la Agencia del Ministerio Público, al DIF Nacional, Estatal o Municipal y actualmente también a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) institución de reciente creación, que atiende lo establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el Código Nacional del Procedimientos Penales y la Ley General de Víctimas (LGV) y en donde, mediante el acompañamiento de un asesor jurídico, la víctima podrá gozar de toda protección legal. (57-60) La denuncia de sospecha de MI puede ser realizada por un familiar, un vecino, un profesor u otra persona que detecte la existencia del agravio. Esta puede ser directa o anónima a la Agencia del Ministerio Público correspondiente, a las Agencias de la Procuraduría General de Justicia de la entidad federativa en cuestión y especializadas en denuncias de maltrato a menores; en el DIF Nacional, estatal o municipal de las agencias especializadas en la Prevención del Maltrato Infantil y Abuso del Niño (PREMAN) principalmente. En la Ciudad de México (CDMX) se puede acudir a la Fiscalía de Investigación de Delitos Sexuales, al Centro de Atención a la Violencia Intrafamiliar (CAVI), a las Unidades de Atención a la Violencia Familiar, al Instituto Nacional de Pediatría en la Clínica de Atención Integral al Niño Maltratado (CAINM-INP). Cuando una institución médica, un médico o un profesional paramédico (trabajador social, psicólogo, nutriólogo etc.) hacen la notificación, porque han establecido el diagnóstico, esta tiene el carácter médico-legal y la autoridad correspondiente, mediante la intervención del médico legista, tendrá la oportunidad de corroborar o descartar el diagnóstico. En esta circunstancia, dicha autoridad está en la posibilidad u obligatoriedad de establecer la condición jurídica del menor y su destino (su hogar, una red familiar, una institución gubernamental o una ONG). Considerando la posibilidad y necesidad de establecer una estrategia preventiva secundaria, en CAINM-INP desde siempre se ha propugnado por la búsqueda de una red familiar de apoyo que se encargue del menor mientras las condiciones de los padres permitan seguir gozando de su custodia. Esta es una labor que recae en el Trabajador Social y de su eficiencia, el niño podrá gozar de uno de sus derechos, tener un hogar. El formato para hacer una denuncia legal es el que se establece o se propone en la Norma Oficial Mexicana de Violencia familiar, Sexual y contra las Mujeres. (NOM-046-SSA 2-2005) Revista Colombia Forense / Volumen 3 / Número 1 / enero-julio 2016 (Artículo sin editar) Es fundamental que todos los médicos y profesionales afines, estén enterados de su existencia y la aplicación de los lineamientos legales que esta patología demanda en el manejo de un caso. La realización de este accionar jurídico permite entender porque el MI es una urgencia médicosocial-legal y que, desgraciadamente en nuestro país, está muy lejos de alcanzar un máximo de eficacia. Ello es consecuencia de un desconocimiento abismal de esta patología en el ámbito médico-pediátrico, en el jurídico, en el gubernamental y en la sociedad civil, en general. El MI es una problemática que se caracteriza por su complejidad, por su heterogeneidad y por la dificultad para sistematizar su atención integral considerando que frecuentemente puede ser la consecuencia de lo que se conoce como “adversidades sociales acumuladas" (pobreza, ignorancia, usos y costumbres, pérdida de valores) las cuales en su gran mayoría, no son atendidas por los gobiernos en turno. Ello demuestra los grados tan elevados de corrupción, impunidad y negligencia que permean en nuestra sociedad y en este sentido, todos los actores podemos ser partícipes de uno u otro modo, consciente o inconscientemente, si no realizamos nuestra función profesional al máximo de nuestra capacidad intelectual y académica. La carencia de un accionar correcto en el manejo del MI y de la violencia contra este grupo etario cada vez se torna más grave en México. Si recordamos que nuestro país se comprometió, en la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1989, para velar por las niñas, niños y adolescentes bajo el lema "El Interés Superior del Niño” y respetando, ad íntegrum, sus Derechos podemos reconocer que se tiene un atraso que rebasa un cuarto de siglo. Sin embargo, hay que tener presente que en México existen avances, incluyendo los emanados de la Presidencia de la República en 1915, para cumplir con los compromisos adquiridos con la comunidad internacional,(61-64) aunque en general, estos son lentos y por ende, no cubren las expectativas que existen en otros países. Estamos consientes de que si existe una clara noción de los aspectos básicos del problema, es posible iniciar una estrategia adecuada de Prevención Primaria; (23-24) accionar que puede permitir a las futuras generaciones de niñas, niños y adolescentes de México, una mejor defensa contra este flagelo de la humanidad. Conclusiones finales En el transcurso de más de dos décadas dedicados al estudio y atención integral al niño maltratado, en un hospital pediátrico de 3er. nivel de atención, se pueden señalar las siguientes conclusiones: a) b) c) d) Es indispensable considerar que este problema creciente y de alcance mundial. Que por su complejidad debe ser entendido como un problema médico-social-legal. Esta patología debe ser registrada como Maltrato Infantil. Que la conforman cuatro modalidades; abuso físico, abuso sexual, abuso psicológico y negligencia. e) Se requiere, para su atención integral, una acción interdisciplinaria e interinstitucional. Revista Colombia Forense / Volumen 3 / Número 1 / enero-julio 2016 (Artículo sin editar) Bibliografía 1. Loredo Abdalá A, Trejo Hernández J, Perea Martínez A, Bustos Valenzuela V. Maltrato al menor: problema mundial público. Salud Pública Mex. 2000; 42: 273- 274. 2. Loredo Abdalá A. Temas selectos del maltrato infantil. Mc Graw Hill Interamericana. 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